la teoría endógena

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La teoría endógena Hemos tenido oportunidad de señalar anteriormente que, bajo el prisma de la teoría celular, el debate en torno a la generación espontánea se cerró, tal vez, de forma precipitada consagrando a la teoría exógena como la única forma posible de entender las enfermedades llamadas infecciosas. También hemos señalado que la estigmatización de los microrganismos, la búsqueda de enemigos externos a lo que no es ajena la teoría darwiniana de la evolución, y la búsqueda de “proyectiles mágicos” que acabaran con los intrusos, fueron la consecuencia lógica de esta peculiar forma de hermenéusis médica. Diversos autores, sin embargo, han sugerido que algunas enfermedades en las que proliferan microrganismos y que han sido catalogadas de infecciosas podrían ser el resultado de procesos endógenos lo que significaría que tomamos como causa lo que solo es una consecuencia. Uno de los personajes peor entendidos del S. XX fue Wilhelm Reich. Hombre inquieto y de gran curiosidad, este médico y discípulo de Freud abandonó los caminos de la Sociedad Psicoanalítica de Viena para adentrarse en territorios adscritos a la biología y la física. Sus teorías han sido muy controvertidas y una forma de desprestigiarlo fue acusarlo de locura. Sin embargo en sus estudios sobre el cáncer pudo constatar la presencia de protozoarios en el interior de tumores sólidos enquistados. ¿Cómo habían llegado hasta allí?, si la teoría celular dice que una célula procede de una célula igual ¿que pintaban allí estos células, totalmente diferentes de las nuestras?, como la hipótesis de que hubieran llegado a través del torrente sanguíneo no le satisfacía llegó a la conclusión que esos seres más simples eran producto del proceso de putrefacción, de descomposición orgánica que se producía en el tumor. Es decir según W. Reich estructuras vivas más elementales

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Page 1: La teoría endógena

La teoría endógena

Hemos tenido oportunidad de señalar anteriormente que, bajo el prisma de

la teoría celular, el debate en torno a la generación espontánea se cerró,

tal vez, de forma precipitada consagrando a la teoría exógena como la

única forma posible de entender las enfermedades llamadas infecciosas.

También hemos señalado que la estigmatización de los microrganismos, la

búsqueda de enemigos externos a lo que no es ajena la teoría darwiniana

de la evolución, y la búsqueda de “proyectiles mágicos” que acabaran con

los intrusos, fueron la consecuencia lógica de esta peculiar forma de

hermenéusis médica. Diversos autores, sin embargo, han sugerido que

algunas enfermedades en las que proliferan microrganismos y que han

sido catalogadas de infecciosas podrían ser el resultado de procesos

endógenos lo que significaría que tomamos como causa lo que solo es una

consecuencia.

Uno de los personajes peor entendidos del S. XX fue Wilhelm Reich.

Hombre inquieto y de gran curiosidad, este médico y discípulo de Freud

abandonó los caminos de la Sociedad Psicoanalítica de Viena para

adentrarse en territorios adscritos a la biología y la física. Sus teorías han

sido muy controvertidas y una forma de desprestigiarlo fue acusarlo de

locura. Sin embargo en sus estudios sobre el cáncer pudo constatar la

presencia de protozoarios en el interior de tumores sólidos enquistados.

¿Cómo habían llegado hasta allí?, si la teoría celular dice que una célula

procede de una célula igual ¿que pintaban allí estos células, totalmente

diferentes de las nuestras?, como la hipótesis de que hubieran llegado a

través del torrente sanguíneo no le satisfacía llegó a la conclusión que esos

seres más simples eran producto del proceso de putrefacción, de

descomposición orgánica que se producía en el tumor. Es decir según W.

Reich estructuras vivas más elementales como bacterias —células

procariotas— y otras como los protozoarios, podían derivarse de

estructuras vivas más complejas como son las células eucariotas que

conforman nuestros tejidos. De hecho para él, el tumor canceroso era la

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expresión visible de un proceso general de putrefacción que afectaba a

todo el organismo, una especie de muerte en vida, a la que denominó

miopatía carcinomatosa[i]. Estas observaciones y otras le hicieron

cuestionarse la teoría exógena y le llevaron, por otro lado, a plantearse el

origen de la vida, de la biogénesis a partir de lo inorgánico, identificando,

a través de experimentos en el laboratorio, a unas estructuras

intermediarias a las que llamó biones y que incluso llegó a filmar. Estos

estudios y las muestras correspondientes fueron enviados a la Academia de

Ciencias de París en 1937 y el profesor honorario de la Sorbonne Louis

Lapique pretendió publicarlas en forma de extracto, cambiando el sentido

y la explicación del fenómeno a lo que W. Reich, como es obvio, se negó[ii].

Paralelamente J.Tissot, también en los años 40, puso de manifiesto en el

libro Constitución de los organismos animales y vegetales. Causas de las

enfermedades que les afectan y en el opúsculo La catástrofe de las

vacunaciones obligatorias que determinados procesos mórbidos como el

tétanos y la tuberculosis (también el cáncer) tenían un origen endógeno.

Tissot escribía: “Al ser la tuberculosis una enfermedad autógena, la

inmunización es imposible, las enfermedades autógenas no inmunizan

jamás al enfermo. Ejemplo: el tétanos y el cáncer”[iii]. Según Tissot los

bacilos del tétanos y de la tuberculosis procederían de la degradación de

elementos celulares. Para M. Georget[iv] esto explicaría algunos

fenómenos aún no aclarados como por ejemplo:

1) Que el alcoholismo al alterar los tejidos esté presente en muchos casos

de tuberculosis o que el tétanos se desarrolle, a menudo, en personas

ancianas con úlceras donde los tejidos están alterados y desvitalizados.

2) Que estas enfermedades no sean inmunizantes y que, por tanto, una

misma persona las pueda volver a padecer ya que ¿cómo inmunizarse

contra uno mismo?

3) Que células de especies diferentes den lugar a cepas tetánicas

diferentes, lo que haría comprensible que una persona desarrolle

anticuerpos contra un bacilo tetánico de cualquier animal sin estar

Page 3: La teoría endógena

protegido contra el suyo propio, explicando los casos de tétanos en

personas con títulos de anticuerpos muy superiores a los considerados

protectores.

M. Georget también constata que cualquier célula eucariota puesta en

cultivo acaba por liberar virus[v]. Estos virus, que no proceden del exterior

sino que son elaborados por la célula en cultivo, demuestran que éstas

poseen información genética para producirlos, de hecho esta sería la

explicación de las contaminaciones de las primeras vacunas anti

poliomielíticas con virus de procedencia simiesca como el SV40. Ya hemos

explicado que los virus para la fabricación de vacunas se obtienen tras

cultivarlos en células vivas y aunque, a partir de las desafortunadas

experiencias acumuladas, son filtrados y depurados, no existen garantías

absolutas acerca de los riesgos implícitos, al poderse inocular o transmitir

estructuras o moléculas cuya potencia morbífica resulta desconocida para

el nivel de los conocimientos que se tiene en ese momento. Al respecto el

papel de los priones en la génesis y transmisión de la enfermedad de “las

vacas locas” es un ejemplo aleccionador que sin embargo no sirve de

lección y freno a los científicos mecanicistas dispuestos a jugar con el

fuego, sobre todo si el fuego es ajeno. Los priones demuestran cómo, en

determinadas circunstancias, pueden sintetizarse endógenamente

proteínas anómalas que posteriormente pueden convertirse en “agentes

infecciosos” trasladando una afección artificial de las vacas, (originada por

la mano del hombre) a los propios humanos. Sin duda alguna, alimentar a

animales herbívoros con proteínas animales en forma de piensos

fabricados con restos procedentes de las propias vacas, supone una

barbaridad y una temeridad inauditas y en última instancia viene a

expresar una ignorancia y unas carencias conceptuales y metodológicas

que no son ajenas al paradigma científico actual. Por otro lado es preciso

recordar que, aunque años después recibió el premio Nobel (1997),

Stanley Prusiner fue duramente criticado por amplios sectores del mundo

científico cuando planteó la existencia de “proteínas infectantes” o

priones.

Page 4: La teoría endógena

Wilhelm Reich también hizo experimentos en los que trataba de demostrar

la aparición de formaciones bacterianas a partir de tejidos orgánicos.

Recientemente en un simposio internacional sobre Nuevas formas de

acción infecciosa Jonathan Stoye, experto en retrovirus y director del

departamento de Virología del Instituto Nacional de Investigación Médica

de Londres, advertía de los riesgos infecciosos en los xenotrasplantes por

la activación de retrovirus endógenos, en los siguientes términos: “Muchos

de estos virus, que constituyen más del 5% del material genético de

nuestros cromosomas, no son funcionales sino defectivos, ya que no tienen

ninguna función (eso está por demostrar añadimos nosotros) ni crean

problemas. Sin embargo una parte de ellos puede reactivarse y

multiplicarse como virus con capacidad infecciosa y todavía no conocemos

bien las consecuencias”[vi]. Más recientemente la prensa se ha hecho eco

de una investigación realizada en el hospital de la Paz de Madrid y en el

General de Albacete, acerca del origen de las metástasis cancerosas.

Según el articulista, la investigación ha llegado a conclusiones

sorprendentes y contrarias a uno de los paradigmas de la oncología. En

efecto: “Según los primeros resultados de esta investigación, las

metástasis no estarían causadas por células que viajan por la sangre, se

instalan en otros órganos y allí desarrollan nuevos tumores malignos, como

se daba por seguro hasta ahora. La nueva hipótesis señala que lo que

realmente viaja por la sangre son cadenas de ADN y de ARN, o cadenas de

genes tumorales, que alcanzan a células de otros órganos”. Aunque la

investigación no ha aclarado cómo circula este material genético, uno de

los investigadores señala: “una hipótesis apunta que las cadenas de ARN

podrían estar recubiertas de liposomas. Esto cambiaría nuestra percepción

sobre el cáncer, ya que una cadena de ARN recubierta de liposomas es

algo muy parecido a un virus”[vii]. Aunque esto último se refiere a las

metástasis cancerosas, por extensión, es obvio, que debería hacernos

mucho más cautos a la hora de introducir material viral y genético, es

decir información codificada, por medio de vacunas pues las

desregulaciones celulares pueden ser impredecibles.

Page 5: La teoría endógena

Que las células eucariotas en cultivo liberen virus al medio exterior y que

parte del “ADN inútil” o “basura genética” se corresponda con material

viral que puede reactivarse y multiplicarse en xenotrasplantes y otras

situaciones desconocidas, que las metástasis puedan deberse a material

genético interno que se desplaza, cuestiona de raíz el dogma pasteuriano

de la asepsia celular abriendo las puertas a nuevas formas de comprensión

de la biología, a nuevas formas de entender las interacciones entre las

diferentes criaturas vivientes, a la transmisión de información entre los

mismos y en especial al origen y función de los microrganismos y nos

alerta, como acabamos de comentar, sobre los riesgos implícitos en la

transmisión de estructuras víricas o bacterianas extrañas como se hace

con las vacunaciones. Desde esta perspectiva el origen externo de las

cepas virales de la gripe, por ejemplo, resulta dudoso y la comprensión de

la dinámica epidémica adquiere nueva luz pues los virus podrían ser un

componente más del detritus celular que acompañan a ese peculiar estado

metabólico que conocemos como gripe. Se puede entender mejor la

variabilidad vírica gripal de cada temporada; permite entender mejor que

las epidemias aparezcan cada año por la misma época debido a las

“influenzas” climáticas o externas con lo que la asombrosa procedencia

asiática de los virus, vía aérea, podría pasar a mejor vida. Se entiende

mejor también lo irracional de la vacuna antigripal preparada cada

temporada con supuestos virus invasores, así como las contaminaciones

virales de las vacunas elaboradas en los años 50 a partir de cultivos en

células renales de mono. Podría entenderse mejor la baja infecto-

contagiosidad de las meningitis (o de la tuberculosis), su baja incidencia y

que los teóricos agentes causales “se salten” la infranqueable barrera

nemato-encefálica. Desde esta perspectiva también es posible la aparición

de virus en los tejidos que sufren procesos degenerativos ya sea a nivel

cardio-vascular, ya sea en las displasias y/o condilomas del cuello uterino,

o la aparición de bacterias —helicobacter pilori— en las úlceras gástricas.

Incluso el mecanismo de acción de los antibióticos y la aparición de

resistencias bacterianas podrían reelaborarse. Existen numerosos

interrogantes que harían prácticamente interminable el listado de

fenómenos biológicos que precisan respuesta pero para terminar

Page 6: La teoría endógena

citaremos algunos más; por ejemplo: ¿cómo se explica que las células

tengan en sus membranas receptores virales lo que facilitaría su

infección?, si los virus solo juegan un papel nocivo y proceden del exterior

¿cómo es posible que a lo largo de la evolución las células no se hayan

desembarazado de los receptores víricos?, o ¿cómo es posible que las

células desarrollen receptores para virus nuevos como el HIV?, ¿es posible

que los virus desempeñen otro papel?, ¿qué papel juegan las misteriosas

células M del intestino que lo hacen permeable a los elementos extraños?

A estas cuestiones planteadas por M. Georget[viii] podemos añadir ¿cómo

es posible que reaparezcan las hepatitis en los enfermos trasplantados?,

¿cómo se explica que los recién nacidos, que proceden en principio de un

medio estéril, desarrollen durante los primeros días de vida una

complejísima flora bacteriana intestinal compuesta por ¡¡billones!! De

microrganismos sin que el neonato sufra ningún trastorno?, ¿de dónde

proceden estas bacterias?, ¿y las que pueblan otras cavidades como la

rinofaríngea y la vaginal?

Somos conscientes de que la mera formulación de la teoría endógena

puede producir hilaridad y asombro en aquellos sectores del mundo tecno-

científico instalados en los postulados clásicos de la biología. Ahora bien

no será ni la primera vez ni la última que esto sucede en el devenir del

conocimiento humano. También sufrió mofa y escarnio el Dr. Semmelweis,

al punto de llegar a la locura, cuando propuso en el S.XIX, poco antes del

advenimiento de la microbiología, la necesidad de lavarse las manos antes

de pasar de la sala de autopsias a la de partos. Con esta medida tan simple

consiguió reducir drásticamente el número de muertes, del 26% al 1%, en

las parturientas a causa de la fiebre puerperal. El carácter infecto-

contagioso del proceso era evidente pero a pesar de las evidencias

palmarias, antes como ahora, siempre ha habido gente a las que le resulta

difícil cambiar las coordenadas de su universo conceptual.

No se trata, repetimos, de hacer aquí una recopilación exhaustiva de todas

aquellas hipótesis o descubrimientos que han sido negados de facto porque

iban en contra de los dogmas o postulados aceptados en un momento

histórico dado, pero por ejemplo los biólogos John Maynard Smith y Eörs

Page 7: La teoría endógena

Szathmáry en su libro Ocho hitos de la evolución, sugieren como

precursores de las primeras células a unas estructuras que denominan

“semicélulas” que “se habrían formado como minúsculas ampollas sobre

superficies minerales”[ix], lo que, curiosamente, evoca a las vesículas que

W. Reich denominó biones. Estos mismos autores ponen de manifiesto que

algunos científicos fueron ridiculizados cuando hace un siglo sugirieron

que determinados orgánulos de las células eucariotas, como los

cloroplastos y las mitocondrias, podían ser descendientes de bacterias de

vida libre. Sin embargo estudios posteriores de genética y de biología

molecular han hecho que hoy día toda la comunidad científica acepte esa

idea, sobre todo a partir de que Lynn Margulis, en los años setenta,

resucitara “con argumentos convincentes la hipótesis del origen simbiótico

de plastos y mitocondrias en el citoplasma celular”[x]. Además si la

evolución admite que lo orgánico surgió de lo inorgánico y que los

organismos superiores se desarrollaron a partir de microrganismos

mediante complejos procesos de mutación, asociación y síntesis, ¿no es

factible considerar el proceso inverso, en apariencia, más sencillo?

La teoría endógena no debería escandalizar; es además totalmente

compatible con la teoría exógena. Deberían abrirse líneas de investigación

que profundizasen esta vía; ello, sin duda, permitiría un conocimiento más

adecuado de la realidad biológica, de las interacciones entre los diferentes

seres vivos, así como una mejor comprensión de la génesis de numerosas

enfermedades y del papel que desempeñan los microrganismos; es por eso

que las reflexiones del microbiólogo René Dubos vuelven a ser

aleccionadoras: “Probablemente a causa de que el hombre tiene un menor

control sobre el mundo microbiano que sobre el resto de factores que

influyen en su vida, las disciplinas microbiológicas siguen a menudo un

derrotero, ajeno a las grandes corrientes del pensamiento, que

frecuentemente se antoja ingenuo a la luz de la Biología moderna. De

acuerdo con lo antedicho, se consideran buenos algunos microbios cuya

actividad proporciona satisfacciones al hombre; la mayoría, empero, son

malos porque su actividad es aparentemente perjudicial para la vida y los

intereses de la humanidad. Esta directriz antropocéntrica es, por supuesto,

Page 8: La teoría endógena

filosóficamente discutible; más aún su claridad conceptual es mucho

menor de lo que parece a primera vista”[xi].

Los microrganismos son fundamentales para la vida, están presentes en la

tierra fértil, en las raíces de las plantas y de los árboles, en el tubo

digestivo de los vertebrados superiores y hasta se les busca en

exploraciones espaciales. La biología ha de reelaborar numerosos

conceptos y superar el estrecho marco conceptual que heredó del S. XIX.

La medicina también tiene que desprenderse del asfixiante corsé que

supone la microbiomanía imperante. Los microrganismos no son los

culpables de nuestras desgracias.

Conclusión

A lo largo de todo el texto hemos intentado clarificar algunos aspectos de

ese complejo mundo que supone la vacunología actual para que el lector

tenga elementos de juicio a la hora de tomar decisiones que tengan que

ver con la salud propia y la de sus allegados. El esquema de estudio

seguido ha sido el mismo para cada una de las vacunas, a saber:

naturaleza de la enfermedad, evolución epidemiológica, circunstancias

favorecedoras o predisponentes, la vacunación y su proceso de fabricación,

eficacia-efectividad de la misma, efectos adversos y peligros potenciales.

El estudio de otras vacunas de uso menos frecuente, en nuestro medio,

queda fuera de los objetivos de este libro; no obstante, creemos que los

argumentos expuestos constituyen una herramienta útil a la hora de

evaluar otras posibles inmunizaciones presentes o futuras.

Consideramos probado que la creencia generalizada de que gracias a las

vacunas han desaparecido las epidemias, resulta, en lo que a Occidente se

refiere, insostenible. La mayoría de enfermedades que han contribuido a

fortalecer el mito vacunal, como la Difteria, Tos Ferina, Sarampión,

Tuberculosis etc. presentaban curvas epidemiológicas descendentes de

larga de evolución cuando se iniciaron planes de vacunación masivos. Han

sido los cambios en las condiciones de vida acaecidos en los últimos 50

años los responsables fundamentales de la práctica desaparición de las

Page 9: La teoría endógena

epidemias que asolaron a Europa en siglos pasados. La evolución de

enfermedades de las que nunca se ha llegado a vacunar (escarlatina) o de

las que nunca se llegó a vacunar masivamente (fiebre tifoidea) así lo

corroboran. Aguas potables, alimentos, fin de las guerras, mejoras en las

condiciones de vida, y menos jeeps cargados de vacunas, es precisamente

lo que necesitan las gentes y los pueblos del llamado Tercer Mundo.

Que las vacunas no hayan sido las responsables de este descenso no

significa que sean inocuas. Las vacunas son potentes fármacos que

deberían ser utilizados con prudencia. Sin embargo su uso masivo e

indiscriminado junto al desconocimiento de las interacciones de antígenos,

adyuvantes y conservantes con el sistema inmune y con todo el organismo,

nos hace pensar, de forma legítima, que las inmunizaciones reiteradas

además de producir efectos adversos inmediatos fácilmente constatables,

pueden estar detrás del surgimiento de nuevas y complejas enfermedades.

Esta realidad junto al predominante patrón epidemiológico de marcado

carácter de degenerativo debería ser suficiente para cuestionar las

actuales estrategias de vacunación; sin embargo, en una especie de huida

hacia delante, observamos todo lo contrario: nuevas y sofisticadas vacunas

para enfermedades benignas o de muy baja incidencia y una política de

negación sistemática de los efectos adversos a corto, a medio o largo

plazo. Por todo ello, la necesidad de un debate profundo sobre la

oportunidad y pertinencia de los programas masivos de vacunación que

implique a las autoridades, a los profesionales y a los ciudadanos se torna

ineludible.

Variolización y trangénesis son dos vocables que marcan la evolución de

una práxis que empezó hace siglos en Asia como un intento puntual de

controlar la virulencia de una determinada enfermedad y que, en un

periodo de tiempo muy corto, coincidente con la emergencia de la

economía de mercado, del experimentalismo tecno-científico, del

positivismo y de la visión mecanicista de la vida, se ha transformado en

una práctica universal que de la mano de la biotecnología simboliza el afán

último por el control y sometimiento de la naturaleza y de las fuerzas de la

vida. En efecto, ya no se trata de domeñar la incidencia de las

Page 10: La teoría endógena

enfermedades infecto-contagiosas, la vía abierta por la teoría celular y la

biología molecular nos ha llevado directamente, previo descubrimiento del

ADN por Watson y Crick, a las vacunas transgénicas. Las nuevas vacunas,

las futuras inmunizaciones y con ella la inmunología se adentran por

territorios cada vez más inquietantes, la advertencia-amenaza de Jódar,

Lambert y Aguado miembros de la OMS no deja lugar a dudas: “Incluso en

el caso de que se desarrollen vacunas de DNA eficientes y seguras, la

administración de material genético no será fácilmente aceptada por la

opinión pública. Antes de la introducción de estas vacunas en el mercado

se deberá diseñar una campaña de información completa, sencilla y

asequible a todo el mundo”[xii].

Con las vacunas transgénicas, con los organismos manipulados

genéticamente, con la clonación vegetal, animal y humana y con los

investigadores trabajando en porcentajes cada vez mayores a sueldo de

grandes corporaciones industriales, ya sean militares, agroquímicas o

sanitarias, culmina un proceso que ha convertido a todo el planeta en un

enorme laboratorio.

Que la mayoría de tecno-científicos no trabajen en instituciones

independientes ya sean universidades, fundaciones sin ánimo de lucro, etc.

no es un tema baladí; al estar al servicio de intereses privados su actividad

científica está contaminada en origen puesto que las líneas de

investigación, la publicación de trabajos y resultados vienen marcadas por

los “intereses propios de cualquier industria” por utilizar la expresión

acuñada por Jódar, Lambert y Aguado. Y no solo eso, significa además que

cualquier vía de investigación cuya rentabilidad no sea inmediata o

coincidente con los intereses corporativos es rechazada. En numerosos

casos investigadores de prestigio han sido marginados, repudiados y

calumniados por el mero hecho de expresar opiniones o marcar líneas de

trabajo no deseables, el caso de Peter Duesberg experto en virología al

cuestionar la hipótesis vírica del SIDA es paradigmático. De este modo se

pasa del hombre de ciencia, del científico que busca “la verdad”, el

conocimiento, al investigador-mercenario al servicio de fines concretos, a

veces inconfesables, de forma más o menos consciente. Obviamente ello

Page 11: La teoría endógena

determina que las claves en las que se basa la interpretación de los

fenómenos que se transmiten en escuelas, institutos, universidades y otras

instituciones, sean aquellas que el devenir ha impuesto en momento

histórico dado, excluyéndose a todas aquellas formas de pensar y obrar

que no se ajustan al modelo experimental previamente definido como

científicamente correcto, con lo que la figura amenazante del pensamiento

único se acrecienta inexorablemente. En este sentido las declaraciones de

Joan Ramon Laporte jefe del Servicio de Farmacología Clínica del Hospital

del Valle Hebrón y catedrático de farmacología de la Universidad

Autónoma de Barcelona, en un reciente encuesta organizada por Colegio

Oficial de Médicos de Barcelona sobre Investigación clínica y conflicto de

intereses con la industria farmacéutica son concluyentes: “Ahora las

prioridades de la investigación son determinadas sobre todo por la

necesidad que tiene la industria fabricante de tecnologías médicas de

desarrollar constantemente nuevos productos que le permitan ser

competitiva y aumentar su volumen de negocio. La investigación médica

no está determinada por la necesidad de conocimientos sobre los

problemas de salud, sino por intereses comerciales… Además, desde hace

años, y gracias a la parálisis de las organizaciones proveedoras de

servicios de salud, la industria farmacéutica se ha convertido en el

principal suministrador de información y de formación continuada para los

profesionales de estas organizaciones. Así, estas organizaciones, que en

realidad son (o tendrían que ser) empresas de conocimientos, se han

convertido en reproductoras de mensajes y de intereses de los

laboratorios”[xiii]. A la par, la lucha por el control y monopolio de la

información se acompaña de una carrera frenética por el control futuro de

lo que podemos denominar el mercado de la vida. En consecuencia el

dilema que plantean Alicia Durán y Jorge Riechmann resulta ineludible: “El

nudo crucial que se está debatiendo en los últimos años es el problema de

la mercantilización de la vida: la compatibilidad o incompatibilidad entre

seres vivos y mercados capitalistas que abarca desde la posibilidad de

patentar materiales biológicos y los mismos seres vivos hasta la

comercialización de partes del cuerpo humano, pasando por el coordinado

asalto que un puñado de transnacionales realizan para intentar controlar

Page 12: La teoría endógena

la enorme porción del “pastel” económico mundial —hoy,

aproximadamente el 40%— que se basa en procesos biológicos”[xiv].

Hasta el siglo XIX el laboratorio era el lugar “utópico” donde el hombre,

tras reducir al mínimo las numerosas variables que inciden sobre los

fenómenos naturales, “el tenebroso laberinto” en expresión de Galileo

Galilei, trataba de contrastar y comprender si sus observaciones se

ajustaban a la realidad, es decir, si eran objetivas lo que suponía que lo

externo, la realidad, la naturaleza se tomaban como punto de referencia.

Hasta el S.XIX el laboratorio desempeñaba el papel de “mundo a pequeña

escala” donde se descubría como ocurrían las cosas en el grande. Para ello

era preciso aislar los fenómenos, era preceptivo sacarlos del contexto en el

que se producían ya que las infinitas variables incidentes imposibilitaban

su comprensión, cuantificación y experimentación. Se pretendía así seguir

la ruta, la secuencia de movimientos lineales, que permitían establecer

relaciones de causalidad. Un movimiento produce otro, una causa tiene su

efecto. Era la ciencia clásica, la física de la cinética, se construían artificios

teóricos y prácticos en el laboratorio para explicar la realidad

inexpugnable. Era el paradigma mecanicista.

Pero en el S.XX la nueva física y otra gran pléyade de científicos y

pensadores pusieron de manifiesto que no iba a resultar tan sencillo

descubrir los entresijos de la Gran Máquina del Mundo. Nuevos

interrogantes, al modo y manera de las muñecas rusas, aparecieron en el

horizonte y el mundo de la complejidad empieza a cuestionar al mundo de

la simplicidad o de las máquinas. Aparece el concepto de relatividad y lo

que parecía objetivo se torna subjetivo, la linealidad da paso a la

circularidad convirtiendo a los efectos en causas y a las causas en efectos

y la idea de retroalimentación, de interacción y de interdependencia se

abre camino emergiendo un nuevo paradigma, llamado holístico, que da

lugar a una visión más compleja e integral de la vida. Sin embargo y a

pesar de la irrupción del nuevo paradigma, grandes sectores de las

ciencias biológicas y la medicina continúan aferrados a la antigua y simple

concepción mecánica de la vida y de la enfermedad y así ante las nuevas

epidemias, ante los nuevos problemas a los que se ven abocados los seres

Page 13: La teoría endógena

vivos, debidos a las transformaciones y los desequilibrios

medioambientales vertiginosos que impone el actual modelo de desarrollo,

persisten en la búsqueda de fallos en los mecanismos, persisten en la

búsqueda de factores externos, ya sean virus, bacterias o genes anómalos

a los que responsabilizar de sus propios despropósitos y a los que

pretenden poner solución con medidas correctoras superficiales y

transitorias, con “proyectiles mágicos”, que vienen a incrementar o a

desencadenar nuevos desequilibrios siguiendo una espiral de acciones y

reacciones entrelazadas en la que una vez perdidas las referencias se

acaba por confundir causas y consecuencias.

En el interregno el laboratorio ya no es ese espacio físico concreto donde

el hombre trataba de descifrar las claves del universo misterioso; el

científico que buscaba el conocimiento tampoco. La industrialización, la

mercantilización y el “progreso económico” imponen sus leyes

condicionando todo el quehacer humano y la investigación tiene como

horizonte la rentabilización cuanto más inmediata mejor. La agricultura y

ganadería industrial sustituyen a la agricultura y ganadería tradicional y

las comunidades rurales que viven apegadas a la tierra y con ellas sus

culturas, sus mitos y sus leyendas ven amenazada su existencia. La tierra

es abonada y contaminada químicamente, las “malas hierbas” y los

“bichos” son fumigados, herbizados y pestizados y con ellos las aguas

subterráneas, los ríos, los mares y los océanos. Los animales son cebados,

medicados, hormonados y si es preciso sacrificados en masa. Es la usura

de la vida y del planeta. El hombre cree poder decidir que microrganismos,

que plantas y que animales deben subsistir y para ello experimenta y

reexperimenta en tiempo real sin medir las consecuencias, convirtiendo a

todo el globo terráqueo en un enorme campo de experimentación. Como si

su reino no fuera de este mundo el hombre de S. XX convierte a la Tierra

en un enorme laboratorio iniciando y continuando ansiosamente una

carrera sin destino final aparente. En este escenario la ingeniería genética

imprime al incipiente S. XXI una brusca aceleración.

La irrupción de la biotecnologías supone un salto cualitativo sin

precedentes en la historia de la humanidad y sus repercusiones,

Page 14: La teoría endógena

imprevisibles y universales, afectarán a todos los ámbitos de la vida y sus

efectos se notarán en la agricultura, en la ganadería, en la sanidad, en la

industria y pondrán sobre el tapete temas muy complejos relacionados con

la biodiversidad, el medioambiente, los derechos de propiedad industrial,

el control de la reproducción y los derechos de las generaciones futuras tal

y como plantean certeramente Alicia Durán y Jorge Riechmann.

En lo que a nosotros respecta las biotecnologías suponen una vuelta más

en la espiral de acciones y reacciones incontroladas. Con las técnicas de

manipulación genética el hombre se desafía a sí mismo y se atreve a

redefinir a la naturaleza mediante la hibridación forzosa de las más

diversas criaturas. Se transmutan genes entre diferentes especies

microbianas, entre diferentes especies vegetales, entre diferentes especies

animales y entre todas ellas y es probable que en un futuro no muy lejano

tengamos árboles con escamas y peces con hojas, por lo que habrá que

rehacer toda la taxonomía actual. Las barreras de especie saltan por los

aires y del mismo modo que la fisión nuclear (con cuyos residuos

altamente tóxicos no sabemos qué hacer) acabó con lo que se consideraba

el elemento básico de la materia: el átomo; la manipulación genética ha

puesto fin a lo que se consideraba unidad fundamental de los seres vivos:

la célula, abriendo la puerta a la parte más íntima de ellos. De esta manera

la teoría celular también salta por los aires y los herederos de Virchow, tan

refractarios a la teoría endógena, ya no podrán decir “omnis célula e

célula”, una célula viene de otra célula igual, ya que mediante el proceso

de manipulación genética el resultado final de la reproducción celular

puede ser cualquiera. Como cualesquiera, imprevisibles e irreversibles

serán los efectos de una praxis que parte del supuesto de que un

determinado gen codifica un determinado rasgo o función

independientemente del contexto, cuando, como apunta Jean Marie Pelt,

no se sabe prácticamente nunca donde queda colocado el transgén en el

genoma receptor, ni sabemos cuándo se fija[xv]. No obstante y a pesar de

las limitaciones conceptuales, y de los interrogantes abiertos en relación a

los organismos genéticamente modificados, la carrera para la obtención de

vacunas transgénicas sigue su curso promocionado y avalado por la propia

Page 15: La teoría endógena

OMS. A juicio de L. Jódar, P. H. Lambert y T. Aguado miembros de la VRD

con sede en Ginebra estas vacuna presentan una serie de ventajas entre

las que destacamos[xvi]:

1) Son vacunas de fabricación fácil y baratas adaptables a la mayoría de

laboratorios.

2) Permiten combinar diferentes genes de antígenos diferentes del mismo

microrganismo o de varios. Es decir nos introducirán genes diversos para

que nosotros mismos sinteticemos proteínas extrañas contra las que

nuestro sistema inmune deberá producir anticuerpos

ininterrumpidamente.

3) Permitirán evitar la interferencia de los anticuerpos maternos o incluso

inducir respuesta en los recién nacidos.

Este tercer punto es realmente paradigmático y pone abiertamente de

manifiesto cómo se han perdido las referencias a las que nos hemos

referido anteriormente y como el endiosamiento científico pretende

redefinir a la naturaleza manipulando, en este caso, las entrañas celulares.

Hasta la fecha el diseño creacional había previsto que los neonatos

estuviesen amparados por la transmisión de anticuerpos maternos a través

de la placenta y de la leche materna. Esta transferencia garantizaba la

inmunidad del bebé mientras acababa de construir y madurar su propio

sistema inmunitario. Sin embargo esta cobertura, de naturaleza

increíblemente maravillosa, se transforma de golpe en un obstáculo y los

estudiosos deciden cortocircuitarla a la par que reprograman, vía vacuna

transgénica, el proceso de maduración del sistema inmune de los recién

nacidos. ¿Es esto lo que propone la OMS? Si nos atenemos a sus propios

argumentos eso es lo que parece aunque antes, apuntan, deberán

solventarse algunos problemas relacionados con esta tecnología. ¿Qué

problemas? El primero consiste en la posibilidad de que el material

genético inyectado se integre en el genoma del individuo dando lugar a la

generación de procesos cancerígenos; el segundo sería el desarrollo de

enfermedades autoinmunes al producirse reacciones cruzadas a causa de

Page 16: La teoría endógena

la producción de anticuerpos anti-DNA y el tercero tiene que ver con la

ubicación, permanencia y destino final del material genético transfretado.

¿Qué garantías se ofrecen? Sencillamente “ensayos clínicos en modelos

animales que descarten los problemas mencionados, al menos a corto

plazo”[xvii], ¿y el medio y el largo plazo? Evidentemente estas son

cuestiones que no interesan al modelo de progreso y desarrollo que

preocupándose solo de la rentabilidad inmediata dibuja un futuro

sumamente incierto para las generaciones venideras. Después… ya

veremos, evocando a Laín Entralgo el futuro hablará, mientras tanto un

nuevo problema generará la necesidad de una nueva solución con lo que la

espiral frenética de acciones y reacciones garantizará nuevas inversiones,

nuevos proyectos, nuevos mercados, aunque, eso sí, todo se hará en

nombre de la lucha del bien contra el mal, de la salud contra la

enfermedad. El experimentalismo tecno-científico y el complejo sanitario-

industrial conducirán a la humanidad a la Tierra de la Promisión, los

Jardines del Edén están próximos, en el futuro no habrá sufrimiento, ni

enfermedad, ni dolor.

Aunque las declaraciones a la prensa del científico norteamericano

Richard Seed, tras la aparición de la oveja Dolly, parezcan disparatadas:

“Quiero ser el primero en producir a un ser humano por el procedimiento

de la clonación…cuando Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, lo

que quería es que el hombre terminara convirtié ndose en Dios. La

clonación es el primer paso serio en la conversión del ser humano en

Dios”[xviii], en realidad revelan las intenciones subyacentes y marcan la

trayectoria de una gran parte del mundo tecnocientífico que actúa de

forma menos esperpéntica pero más sigilosa e inquietante. Compartimos

los anhelos de Alicia Durán y Jorge Riechmann sobre una ciencia

responsable cuyos límites deben estar marcados por la ética: ética de los

fines, ética de los medios, ética de las consecuencias pero creemos que

resultará muy difícil satisfacerlos en el actual marco de intereses,

relaciones y creencias; la locomotora va demasiado rápida y sin control

aparente. La manipulación del genoma y la clonación abren un “abismo

ante nuestros pies” (Durán y Riechmann dixit), el animal humano se

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enfrenta a desafíos insospechados. Maliciosa o cándidamente hemos

abierto la “caja de los truenos” y controlarla no será tan fácil, son muchas

las tentaciones.

Con las biotecnologías, con las técnicas de modificación germinal, con la

clonación, con las vacunas transgénicas el hombre cree o pretende tomar

el control, no sólo de la suya, sino de toda la evolución. La vieja disputa

entre los dioses y los hombres expresada en la mitología griega se hace

realidad 3.000 años después. Los científicos mecanicistas compiten con la

divinidad: el arma el método experimental, el escenario la biosfera, el

objeto de la disputa “la Bolsa y la Vida”. ¿Quién ganará? El futuro lo dirá,

pero mucho nos tememos que para entonces, si el tiempo no lo impide y la

autoridad lo permite, a estos modernos aprendices de brujo les suceda lo

mismo que a Aureliano Buendía, el último de la estirpe, mientras trataba

de descifrar ansiosamente los versos en sánscrito escritos por Melquíades.

Parafraseando al entrañable Gabriel García Márquez, es posible que, por

fin, cuando nuestros modernos aprendices de brujo hayan descifrado los

versos en sánscrito de la vida, acaben descubriendo y comprendiendo que,

al igual que Macondo, la civilización de los espejos o los espejismos será

arrasada y desterrada de la memoria de los hombres sin que, tal vez,

tengan una segunda oportunidad.

Referencias

i Reich W., (1985), La miopatía del cáncer, Ediciones Nueva Visión,Buenos

Aires.

ii De Marchi L., (1974), Wilhelm Reich, biografía de una idea, Ed

Península, Barcelona, p.353-354.

iii Tissot J., La Catastrophe des Vaccinations obligatoires. Opúsculo

reeditado por ALIS (ALIS BP23 34190 GANGES, France), p.10.

iv Georget M, (2000), Vaccinations, les vérités indesirables, Ed Dangles,

Saint Jean de Braye, Francia, p.348

v Georget M, (2000), Vaccinations, les vérités indesirables, Ed Dangles,

Saint Jean de Braye, Francia, p.349

Page 18: La teoría endógena

vi El País, martes 21 de mayo de 2002, p.33.

vii El País, martes 17 de septiembre de 2002, p.33

viii Georget M, (2000), Vaccinations, les vérités indesirables, Ed Dangles,

Saint Jean de Braye, Francia, p.350-351.

ix Smith J.M., Szathmáry E.,(2001), Ocho hitos de la evolución, Tusquets

Editores, Barcelona, p.94.

x Smith J.M., Szathmáry E.,(2001), Ocho hitos de la evolución, Tusquets

Editores, Barcelona, p.94.

xi Dubos R., (1975), El Espejismo de la Salud, Ed. Fondo de Cultura

Económica, México, p.78.

xii Jódar L., Lambert P.H., Aguado T.,(1998), “Investigación y desarrollo de

vacunas para el S.XXI: estrategias del Programa Mundial de Vacunas e

Inmunización de la OMS”, en Salleras Vacunaciones Preventivas, Ed.

Masson, Barcelona, p.714

xiii Col·legi Oficial de Metges de Barcelona. “Enquesta sobre metges,

recerca clínica i industria farmacèutica”. Servei d’Informació Col·legial

nº101, novembre 2001- gener 2002.

xiv Durán A., Riechmann J.,(1998), Genes en el laboratorio y en la fábrica,

Ed. Trotta, Madrid.p.13

xv Encyclopédie des Nuisances,(2000), Observaciones sobre la agricultura

genéticamente modificada, Ed. Alikornio, Barcelona, p.19.

xvi Jódar L., Lambert P.H., Aguado T.,(1998), “Investigación y desarrollo

de vacunas para el S.XXI: estrategias del Programa Mundial de Vacunas e

Inmunización de la OMS”, en Salleras Vacunaciones Preventivas, Ed.

Masson, Barcelona, p.713-714.

xvii Jódar L., Lambert P.H., Aguado T.,(1998), “Investigación y desarrollo

de vacunas para el S.XXI: estrategias del Programa Mundial de Vacunas e

Inmunización de la OMS”, en Salleras Vacunaciones Preventivas, Ed.

Masson, Barcelona, p.714

xviii El País, martes 17 de junio de 1997, p.30

¿Qué es una planta

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transgénica?ES UNA PLANTA cuyo genoma ha sido modificado mediante ingeniería genética,bien para introducir uno o varios genes nuevos o para modificar la función de un gen propio. Como consecuencia de esta modificación, la planta transgénica muestra una nueva característica. Una vez realizada la inserción o modificación del gen, éste se comporta y se transmite a la descendencia como uno más de los genes de la planta. En las plantas transgénicas lamodificación genética se realiza de forma dirigida y afecta a un número reducido de genes perfectamente conocidos.Como resultado, las variedades transgénicas no difieren mucho de las variedadesno transgénicas y presentan características predecibles. ¿Cómo se hace una planta transgénica?

LA PRODUCCIÓN de una planta transgénica consta de dos etapas fundamentales denominadas transformación y regeneración. Se denomina transformación al proceso de inserción del gen que se pretende introducir (también llamado transgén) en el genoma de una célula de la planta a transformar.La regeneración consiste en la obtención de una planta completa a partir de esa célula vegetal transformada. Para introducir el nuevo gen en el genoma de la célula vegetal se utilizan fundamentalmente dos métodos.El más común utiliza una bacteria del suelo, Agrobacterium, queen condiciones naturales es capaz de transferir genes a las células vegetales.El método alternativo consiste en la introducción directa de los genes en el núcleo de la célula vegetal. Para ello una de las técnicas más utilizadas es la de disparar a las células con microproyectiles metálicos recubiertos del ADN que penetran en la célula e integran el nuevo ADNen su genoma. Una vez que una célula vegetal ha sido transformada, es necesario regenerar la planta entera a partir de ella. Este proceso se realiza en el laboratorio, cultivando los fragmentos de tejido vegetal que han sido inoculados con Agrobacterium o disparados con microproyectiles en medios de cultivo que favorecen la regeneración de nuevas plantas.Es importante que en este paso sólo se regeneren las células del tejido que han sido ransformadas. Esto se consigue introduciendo junto con el transgén un gen adicional que confiera una característica selectiva. Por ejemplo, se han utilizado genes de resistencia a antibióticos para que sólo las células modificadas sean capaces de sobrevivir en presencia del antibiótico. Estos genes responsables de caracteres selectivos estarán presentes posteriormente en todas lascélulas de la planta transgénica regenerada o pueden ser eliminados por diversos procedimientos.La producción de una planta transgénica consta de dos etapas:transformación y regeneración

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Vacunas comestibles CIENCIACIERTA No.27 • Julio - Septiembre 2011

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¿saben igual?

Víctor García-Lazalde*Químico Fármaco-BiólogoEstudiante de Maestría en Ciencia y Tecnología de los Alimentos

Facultad de Ciencias QuímicasDepartamento de Investigación en Alimentos

Universidad Autónoma de Coahuila.*Correspondencia para autor: [email protected]

.A partir del descubrimiento de la primera vacuna contra la viruela humana, por Edward Jenner, en 1798, la investigación, desarrollo y aplicaciones de las vacunas para prevenir enfermedades infecciosas en humanos, ha sido un aspecto ampliamente estudiado en el campo de la medicina y la biotecnología. Dicho descubrimiento ha constituido uno de los mayores éxitos en la historia de la medicina, destinados a encontrar métodos de aplicación efectivas de las vacunas, pues ha permitido el control y la casi total erradicación de enfermedades.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve el desarrollo de nuevas vacunas sin efectos secundarios. ¿Qué tal una vacuna que sea apetitosa? El desarrollo de vacuas comestibles a principios de la década de los 90 ha sido aplicado con éxito en animales. Cuando la producción de antígenos recombinantes en las plantas alcance la eficacia apropiada para su uso masivo, vacunar a humanos será todavía más sencillo y barato.

Es importante saber que una vacuna debe reunir dos grandes propiedades: la eficacia que la vacuna contenga al antígeno responsable del poder inmunógeno de la misma, y la inocuidad que la vacuna no tenga poder patógeno.

Vacunas tradicionales -Vivas atenuadas contra tuberculosis, cólera, tifoidea (bacterianas), Sarampión, rubeola, varicela y polio (virales).-Muertas o inactivadas contra cólera, tifoidea y peste (bacterianas), - Rabia, hepatitis A, antigripal, poliomielitis (virales).-Toxoides inactivos contra difteria, tétanos (bacterianas)-Hepatitis B y antigripal (virales).

Estas vacunas fueron y siguen siendo un gran éxito en el campo de la medicina y a pesar de los logros obtenidos con este tipo de vacunas, existe un aspecto importante que no podemos dejar de lado, me refiero a las limitaciones de estas vacunas, ya que no se pueden cultivar muchos microorganismos patógenos para el humano, por lo cual no existen vacunas que los combata. Del mismo modo, no todas las enfermedades son prevenibles a través de vacunas como el SIDA en la actualidad, o algunos microorganismos atenuados pueden recuperar su poder nocivo.

Figura 1. Vacunas tradicionalesFuente: http://m.elmanana.com.mx/notas.asp?id=200553

Como se observa, para garantizar el empleo de una vacuna y su efectividad se requieren continuos ensayos. Es importante mencionar también que la eficacia de la vacunación depende no sólo de su calidad, sino de la conservación y transporte; que se produzcan en condiciones adecuadas y se administren durante el periodo de validez. Además del punto álgido de los altos costos de producción.

Quienes hemos sido vacunados por el método de inoculación de la vacuna hemos experimentado la sensación de rechazo a la vacuna, dolor, incomodidad entre otros efectos secundarios, pero a pesar de esto, resulta necesario para el bienestar propio.

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Se han diseñado vacunas de nueva generación llamadas Vacunas recombinantes, mediante la ingeniería genética. La primera fue la anti-hepatitis B, gracias al descubrimiento y decodificación de los genomas del virus, abriendo con esto nuevas estrategias en el desarrollo de vacunas. Como dijo Hipócrates “Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento” los científicos sugieren que las plantas y los virus de las plantas pueden ser genéticamente modificados para producir vacunas contra enfermedades como la caries dental, o contra aquellas que amenazan la vida como la diarrea, el SIDA, entre otras. Crear vacunas comestibles consiste en la manipulación genética de células vegetales para la obtención de plantas completas que contengan una concentración adecuada de la proteína antigénica mediante la introducción de genes deseados que provoca la respuesta inmune en sus partes comestibles.

La biotecnología moderna está revolucionando desde hace cuatro décadas el conocimiento médico y biológico, así como las formas de producción a través de la manipulación de los organismos vivos. Con el empleo de la ingeniería genética y el desarrollo de plantas transgénicas, los científicos no pueden esperar para usar plantas transgénicas para curar enfermedades y proveer vacunas comestibles a países del tercer mundo, pero es necesario hacer un estudio de estos Organismos Genéticamente Modificados (OMG) para asegurarse de que son efectivos como agentes inmunizantes para una vacuna.

Figura 2. Organismos Genéticamente Modificados (OMG)Fuente: http://buengustoydecencia.wordpress.com/2011/03/06/%C2%BFsabias-que-los-

omg/Cómo se elabora una vacuna comestible?El primer paso para la elaboración de una vacuna comestible es identificar la proteína antigénica que procedente de un virus o una bacteria, capaz de desencadenar una respuesta inmune. Después aislar el gen que lo codifica, clonar este gen en un vector (que sirve como intermediario para introducir el gen) y así introducirlo en células vegetales.

A partir de éste momento, posterior al reconocimiento y aislamiento de las células transformadas, éstas son colocadas en medios de cultivo especiales para que den lugar a plantas completas. Una vez llegadas a un punto de desarrollo de la célula transformada se obtiene un gran número de plantas que son cultivadas como una planta normal no modificada, es decir se trata a la planta ya modificada como una planta típica durante su cultivo y cosecha.

Un punto importante a considerar es el hecho de elegir la planta adecuada a transformar, ya que éstas constituyen una opción viable para generar productos recombinantes, porque el cultivo, cosecha, almacenamiento y proceso de cultivo deben ser sencillos y susceptibles de emplearse la infraestructura agrícola existente, y que demanden poca inversión adicional. Además de su poder remedial, es de agradecerse que tengan un aspecto apetitoso, por el hecho de que ha de ser ingerida cruda ya que el calor podría disminuir su capacidad de inmunización.

Las plantas poseen ventajas para la producción de vacunas recombinantes: a) aceptación de estas vacunas reduciendo

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los costos de conservación (refrigeración) y aplicación (empleo de jeringas, agujas y capacitación de personal que las aplica); b) reducción de reacciones secundarias y/o adversas a la inmunización, ya que sólo se ingiere pequeñas cantidades antigénicas del patógeno o la toxina; c) eliminar el riesgo de contaminación, ya que los patógenos de humanos o animales no infectan a las plantas; y d) generar plantas que produzcan vacunas polivalentes (efectivas contra varias enfermedades) creando líneas de plantas transgénicas que expresen varios antígenos.

Figura 3. Las plantas poseen ventajas para la producción de vacunas recombinantesFuente: http://www.rnw.nl/espanol/article/planta-del-tabaco-para-vacunas-contra-

Las ventajas de éste método de obtención de vacunas son enormes, ya que las plantas pueden ser cultivadas local y económicamente, utilizando para ello los cultivos tradicionales de una región. Las vacunas comestibles subsanan, además, los problemas del transporte y la conservación, ya que ambos se llevarían a cabo como se procedería normalmente con esos vegetales.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve el desarrollo de nuevas vacunas sin efectos secundarios, en dosis únicas, solas o combinadas en formulaciones sencillas, efectivas, disponibles en gran escala y estables, de manera que no requieran refrigeración para su almacenamiento y transporte.

Primeros vegetales para vacunas vegetalesLa tendencia actual es tratar de producir vacunas comestibles en hortalizas o frutos que no requieran cocción para su consumo.

A continuación, se mencionan algunos ejemplos de vacunas comestibles:

TomatesLos científicos desarrollan vacunas contra la hepatitis B en tomates. La ventaja es que los tomates se consumen crudos, lo que evita la pérdida de su potencial terapéutico durante la cocción. Estas vacunas comestibles han sido probadas en animales, con buenos resultados. En 2005 se modificaron genética plantas de tomate que servirían como vacunas para prevenir el Síndrome Respiratorio Severo Agudo (SARS), de la cual aún no existen vacunas. Para determinar la eficacia de la vacuna, los científicos alimentaron a ratones de laboratorio con estos tomates y determinaron que los ratones produjeron anticuerpos específicos contra esta enfermedad.

PapasLa hepatitis B es una enfermedad vírica que mata cada año a un millón de personas en todo el mundo, a pesar de la existencia de una vacuna inyectable efectiva. En Estados Unidos se han hecho ensayos en humanos empleando papas transgénicas, transformadas con una proteína de la cubierta del virus de la hepatitis B, que funciona con éxito como una vacuna contra esta enfermedad. Se administró papa transgénica en trocitos por vía oral a los voluntarios, encontrándose en un 60% de los casos una respuesta inmune al virus de la hepatitis B. Estos resultados se han logrado sin emplear las substancias coadyuvantes que normalmente llevan las vacunas orales, con los que presumiblemente se incrementaría

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aún más la eficacia del método nuevo.

TabacoEn Argentina, se está desarrollando una vacuna para la fiebre aftosa mediante la utilización de plantas de alfalfa transgénica para transformarlas en vacunas comestibles para ganado, mediante la introducción de la proteína VPI (que es la que provoca mayor respuesta inmune) en plantas de tabaco. Los extractos de las plantas transgénicas fueron inyectados a ratones y generaron inmunidad contra la enfermedad. Sin embargo, el objetivo final es desarrollar una nueva generación de vacunas para los bovinos.

AlfalfaLos estudios continúan en cerdos, que al tener una digestión proteica más simple, permiten que la proteína VPI incorporada a la alfalfa transgénica genere una protección adecuada contra la aftosa.

En la actualidad más de 50 empresas producen proteínas recombinantes en plantas y algunas están empezando a producir vacunas comestibles para uso veterinario.

Después de todo esto, es importante mencionar que existe un debate sobre los OMG y el desconocimiento parcial o total de estos temas, sobre los investigadores que desarrollan estos productos, e incluso sobre su etapa, ya sea de investigación y aplicación. Los pros y contras del empleo de éstas con el fin de buscar apoyo en el punto de vista de público, dejando hasta el momento al consumidor fuera de la jugada y de poder emitir una opinión propia. En lo particular me limitaría a pronunciar un cauteloso “Adelante con las vacunas comestibles”, pero con la conciencia que no es un tema sencillo, incluso partiendo de la pregunta inicial ¿saben igual?

Figura 4. El objetivo es desarrollar una nueva generación de vacunas, Que sean comestibles para los bovinos.

Fuente: http://www.losandes.com.ar/notas/2011/2/18/empezo-mendoza-plan-vacunacion-contra-fiebre-aftosa-551399.asp

Referencias bibliográficas1. Donato, A., 2007, Vacunas. Salud & Ciencia,http://www.salud.bioetica.org/vacunas.htm.2. Fernández-Perrino, Francisco José. “Vegetales transgénicos: mitos y realidades desde una perspectiva técnica” Revista Fitotecnia Mexicana, (2006), Vol. 29 (2), pp. 95-102.3. Gómez-Lim, Miguel Angel. “Producción de vacunas y compuestos farmacéuticos en plantas transgénicas” Avance y Perspectiva (2001), Vol. 20, pp. 365-375.4. Haynes, Lorna. “Lenguaje y percepción en el debate sobre los transgénicos” Centinela y rapal-ve (2005).5. Lal, P.; Ramachandran, V. G.; Goyal, R.; Sharma, R. “Edible Vaccines: curren status and future” Indian Journal of Medical Microblology (2007), Vol. 23 (2), pp. 93-102.6. Lico, Chiara.; Baschieri, Selene.; Marusic, Carla.; Benvenuto, Eugenio. “Molecular ferming for antigen (vaccine) productions in plants” Improvement of Crop Plants Industrial End Uses (2007), pp. 417-433. 7. López-Revilla, Rubén; Soria-Guerra, Ruth Elena; Rosales-Mendoza, Sergio; Alpuche-Solís, Ángel Gabriel, “Vacunas comestibles y plantas transgénicas: avances, retos y perspectivas” Revista Pharma Life (2007), Vol. 2 (14), pp. 26-29.8. Molina Muñoz Isabel María, “Vacunas transgénicas” (2008).

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9. Tonks, Alison, “A spoonful of antigen”. BMJournals (2007) Vol. 335, pp.180-182

INTRODUCCIÓN

Las vacunas orales son un beneficioso descubrimiento no solo por su facilidad de administración sino también por su facilidad de aceptación por los pacientes al no ser inyectables. Otra ventaja es la capacidad de estimular la producción de anticuerpos de la mucosa que son más efectivas que las vacunas inyectables. Esto es importante porque el sistema inmune de la mucosa es la primera línea de defensa contra cualquier organismo patógeno.

Las vacunas de diseñan para que provoquen la respuesta inmune sin causar ninguna enfermedad. Normalmente están compuestas por organismos patógenos muertos o atenuados. Las subunidades de vacunas recombinantes son una buena alternativa por sus menores efectos ya que no contienen ningún agente infeccioso siendo de este modo más seguras de administrar, preparar, y las dosis además son mas uniformes.

La biología molecular ha identificado algunas proteínas y péptidos que podrían funcionar de una forma efectiva como subunidades para vacunas.

Las vacunas recombinantes tienen suficiente potencial para ser efectivas en la prevención de enfermedades en animales y en el hombre, pero son bastante mas caras de producir, y por eso su uso esta limitado en todo el mundo.

Para algunos antígenos para vacunas las plantas transgénicas han proporcionado un sistema de expresión ideal, en el cual el material de la planta transgénica puede ser dado directamente al paciente como su dosis oral de vacuna recombinante.

PLANTAS TRANSGÉNICAS COMO SISTEMA DE PRODUCCIÓN DE PROTEÍNA RECOMBINANTE

Existe una gran variedad de sistemas de expresión hoy en día: levaduras, cultivos de células de insectos, mamíferos, de bacterias, animales transgénicos y plantas. El sistema más común de todos ellos podría ser el de bacterias aunque también el de levaduras por su relativa facilidad de manejo y por su rápido crecimiento.

Las plantas transgénicas proporcionan un sistema alternativo que podría ser explotado por su alta capacidad de producción. Una gran ventaja de producir vacunas en plantas transgénicas es la capacidad de usar directamente el tejido vegetal comestible para una administración oral sin necesidad de purificarlo.

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Si una “fuente alimenticia vegetal” es usada para la producción de vacunas comestibles, algunos de los problemas asociados con los otros sistemas de producción a gran escala durante la purificación no deberían ser considerados, como toxinas y aditivos.

El desarrollo y refinamiento de las técnicas de ingeniería genética vegetal y la mejora en el conocimiento de la biología molecular de plantas están continuamente expandiendo el potencial de la biotecnología vegetal. La mayoría de la investigación se basa en el conocimiento de los procesos fundamentales de expresión de transgenes y la acumulación de proteínas recombinantes así como su estabilidad y procesamiento en plantas

EL PAPEL DE LAS DISTINTAS ESPECIES VEGETALES PARA LA PRODUCCIÓN DE VACUNAS RECOMBINANTES

Algunas de las plantas que se han utilizado para su transformación son: Alfalfa, manzana, espárrago, plátano, cebada, repollo, semillas de colza, zanahoria, coliflor, pepino, berenjena, lino, uva, kivi, lechuga, altramuces, maíz, melón, papaya, pera, cacahuete, pimiento, ciruela, patata, frambuesa, fresa, arroz, soja, calabaza, caña de azúcar, girasol, tomate, nuez y trigo.

Para muchos animales de granja el maíz puede ser una buena forma de vacunación ya que los cereales son el principal componente de los piensos animales. Los animales jóvenes que no se alimentan de alimentos sólidos, pueden ser también inmunizados pasivamente al mamar leche materna que contenga anticuerpos. En el caso de vacunas para el hombre el plátano puede ser una buena opción porque puede ser ingerido por los bebes, consumido sin cocinar y es indígena en muchos países en vías de desarrollo donde son necesarias las vacunas con bajo costo.

OPTIMIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN DE VACUNAS RECOMBINANTES

Las plantas transgénicas son producidas generalmente mediante dos métodos:

1.Transformación por Agrobacterium tumefaciens

2. Bombardeo de partículas.

Con ambos métodos el transDNA puede ser introducido en casi todos los lugares de la planta. La posición de la inserción tiene generalmente efectos sobre la expresión de los transgenes, por lo que muchas líneas de plantas transformadas deben ser analizadas para encontrar la mejor línea de expresión.

Para utilizar de forma económica plantas para producción de proteínas, es esencial maximizar la expresión de los transgenes y la acumulación de proteína recombinante.

Pueden aparecer dificultades técnicas cuando se utilizan las plantas transgénicas para producir proteínas extrañas.

Page 27: La teoría endógena

El rendimiento de las proteínas recombinantes puede ser incrementado si se aumenta la estabilidad de la proteína, o del RNAm, su transducibilidad o se aumenta la fuerza del promotor.

Para algunas proteínas recombinantes, su acumulación se aumenta si se hace dirigir esta proteína hacia un compartimento subcelular como el retículo endoplasmático o las vacuolas. Secuencias especificas dentro de un RNAm pueden afectar a la estabilidad y trasducibilidad del mensaje en células vegetales.

En muchos casos, el uso de genes sintéticos en “plantas optimizadas” aumentan drásticamente la acumulación de proteína recombinante. Además el uso de promotores fuertes es critico para maximizar el rendimiento de proteínas recombinantes. Puede ser deseable utilizar promotores específicos de tejidos inducidos sintéticamente como es el caso del LT-B (vacuna contra el cólera y el ETEC.)

MODELOS DE SISTEMAS VEGETALES

El tabaco transgénico como sistema para producir vacunas recombinantes proteicas no es un buen método debido a sus altos niveles de alcaloides y nicotina.

Patata, tomate y maíz tiene mejores ventajas practicas y moleculares como sistemas de producción de vacunas. Todos ellos poseen tejidos vegetales comestibles, los cuales pueden ser administrados a animales para su alimentación.

Una estrategia a desarrollar seria la expresión especifica en tejidos para que se acumulen estas proteínas recombinantes específicamente en el tejido que va a servir de alimento para la vacunación. El confinamiento de la expresión de una proteína heteróloga a un órgano especifico de la planta puede ser beneficioso a la hora de regenerar la planta transgénica así como la acumulación de proteína recombinante en altos niveles puede ser nocivo para el desarrollo de la planta.

PATATA

Ventajas de usar la patata como sistema de producción de vacunas experimentales.

Eficiencia de transformación genética por A.tumefaciens con relativa pequeña transformación y tiempos de generación.

Propagación clonal

Disponibilidad de promotores específicos de tejidos y capacidad de producción de micro tubérculos .

Potencial de almacenamiento

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Capacidad para alimentar con tubérculos tanto a animales como al hombre.

Los tubérculos son el órgano de almacenamiento en la planta de la patata y pueden ser almacenados durante un tiempo antes de ser consumidos. Las proteínas extrañas tiene una alta capacidad de sobrevivir durante largos periodos de tiempo en el tubérculo mientras este no sea dañado. Los beneficios de poder ser almacenados sin haber sido sometidos a ningún proceso, hacen a las patatas muy deseables como sistema de producción de vacunas para los animales que comen patatas crudas.

Se están desarrollando estudios sobre inmunogenicidad con tubérculos de patata en ratones y seres humanos voluntarios.

Una desventaja de estos tubérculos es que no tienen un alto contenido en proteínas es decir, las patatas tienen aproximadamente un 2% de proteína de su peso total por lo que, un gramo de tejido de tubérculo, contiene al menos 20 mg de proteína. Para un gramo de tubérculo que contiene 1 mg de proteína recombinante, esta ultima debe ser un 5% del total de proteína en el tejido del tubérculo. Para tejidos con un mayor contenido proteico, como 10% de proteína, para producir 1mg de proteína recombinante por gramo de tejido, se requiere un nivel de expresión de proteína de al menos un 1%.

TOMATE

Las ventajas de los tomates incluyen :

Facilidad de transformación

Capacidad de cruzamiento genético para combinar transgenes para la producción de múltiples subunidades de vacunas en una planta

producción de semillas que pueden ser almacenadas a altas temperaturas

Son fácilmente ingeribles crudos por los humanos

Una desventaja es la necesidad de crear homocigotos para la continuación de las líneas o para el análisis de la descendencia de cada individuo, por su contenido del transgen y también porque los tomates, al igual que las patatas, no tienen un alto contenido en proteínas.

PLÁTANO

Los plátanos transgénicos son nuestro mejor método para la producción de vacunas orales para el hombre. Alguna de las ventajas son:

Comodidad de alimentación

Capacidad de ser consumido sin ser cocinado

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Facilidad de obtención en países en vías de desarrollo, gracias al uso de la tecnología de propagación clonal.

Las desventajas están en la dificultad de crear plantas transgénicas de bananas. La regeneración y el crecimiento necesarios para la maduración y producción del fruto, puede llegar incluso a tres años. El contenido proteico del plátano es aproximadamente del 1%. Recientes estudios en biología molecular de plátanos, han identificado varios genes que son regulados positivamente durante la maduración del fruto, y cuyos promotores son muy apropiados para la expresión especifica en tejidos de vacunas comestibles.

CANDIDATOS A VACUNAS

Las vacunas típicas están compuestas por organismos patógenos muertos, organismos vivos atenuados o estirpes de organismos patógenos cuyo huésped difiere del de la especie que va a ser vacunada.

Investigaciones recientes en inmunología proponen las subunidades de vacunas como una nueva alternativa. Una subunidad esta compuesta por una o más proteínas o componentes del organismo patógeno que inducen al huésped a aumentar una respuesta inmune. Un ejemplo de subunidad de vacuna es el antígeno de la cápsida del virus de la hepatitis B. Este antígeno (HbsAg) ha sido utilizado con éxito contra el virus de la hepatitis B (HBV). Este es una proteína de la cápsida del virus y aparece de tres formas en la cápsida nativa viral, diferenciándose en sus aminoácidos terminales. Las subunidades comerciales están compuestas por la forma más corta, la proteína S.

La vacuna se produce en un sistema de producción en levaduras y se ensambla en partículas esféricas llamadas VLPs (virus-like particles) que son muy similares a las cápsidas nativas del HBV. Esta fue la primera subunidad recombinante usada como vacuna. Esta se administra en tres inyecciones que contienen de diez a veinte microgramos de HbsAg en cada dosis.

La producción de VLPs en sistemas de cultivos celulares de insectos infectados con Baculovirus se han descrito para los siguientes agentes patógenos:

Virus de la enfermedad del caballo africano

Virus de la lengua azul

Virus de Dengue

Hv190SV

Virus de Hawai

Hepatitis B

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Hepatitis E

Virus de Norwalk

Parvovirus

Rubeola

Papilomavirus

Virus hemorrágico del conejo

Muchos de estos pueden ser candidatos para su producción en plantas como subunidades de vacunas. Si el ensamblaje de los VLPs puede ser acompañado de un sistema in vitro su potencial estaría disponible para ensamblarlo dentro de una célula vegetal.

INMUNOGENICIDAD ORAL Y ADYUVANTES

Una exitosa vacuna oral sería aquella que estimulase el sistema inmune de la mucosa para producir una respuesta protectora inmune contra el agente infeccioso.

La estimulación del sistema inmune a través de la mucosa para producir un nivel similar de anticuerpos circulantes, comparables a los que habría con una inyección vía parenteral, normalmente requiere múltiples dosis de antígenos, bastantes mas de lo que se necesita por vía parenteral. Una vacuna oral debe ser resistente a proteasas y al bajo pH del estomago para poder alcanzar las células receptoras del intestino donde se encuentran las células M. Estas transportan partículas y peptidos hasta tejidos linfoides subyacentes a la membrana mucosa. Las partículas parecen ser mucho más efectivas con las células M de lo que son los peptidos como inmunogénicos. Antígenos que forman estructuras multiméricas o heteroméricas son probablemente mejores candidatos para ser vacunas porque estimulan mejor la mucosa que las proteínas solubles.

Hay muchos métodos de presentar los fármacos o las vacunas orales: encapsulación en microesferas lipídicas, precipitados fosfolípido-calcio, polímeros mucoadhesivos.

La producción de vacunas orales en plantas proporcionan un sistema de encapsulación con paredes celulares y membranas celulares que protegen al candidato como vacuna en el estomago. La digestión del material vegetal puede proporcionar una lenta liberación de la vacuna a lo largo del sistema digestivo que haría despertar al sistema inmune de la mucosa.

Los adyuvantes son sustancias que aumentan la respuesta inmune, y se usan normalmente como vacunas inyectables. Algunos se encuentran bajo estudio para uso en la mucosa, y entre ellos destacamos la enterotoxina lábil al calor (LT) que proviene de una cepa de Escherichia coli (ETEC) y la toxina colérica (CT) de Vibrio colera.

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LT y CT son similares en estructura, función y cualidades inmunológicas. Cada molécula de holotoxina esta compuesta por una subunidad A y cinco subunidades B de manera que forman un pentámero. Las subunidades B cuando se ensamblan pueden unir gangliosidos GM1 en la superficie de las células M en el tracto digestivo. Para estudios animales CT o LT pueden añadirse junto con una sustancia oral que aumente la respuesta inmune. Los efectos tóxicos de CT y LT hacen imposible su uso en humanos, sin embargo algunos mutantes de CT y LT se están estudiando como posibles adyuvantes de la mucosa.

Seria muy interesante el uso de vacunas comestibles de plantas sin necesidad de un adyuvante, sin embargo es necesario para algunos antígenos. También es posible modificar la planta para que produzca el adyuvante, o si no una forma mutante del adyuvante que no produjese efectos tóxicos. Esto posibilitaría la coadministracion del antígeno con el coadyuvante. Normalmente la cantidad de coadyuvantes es menor que la cantidad de antígeno cuando se presentan oralmente.

EJEMPLO DE VACUNA CONTRA UN AGENTE BACTERIANO PATÓGENO

LT-B como vacuna contra el colera y el ETEC:

En 1995 se demostró que si se alimentaban a ratones con tubérculos transgénicos que producían la subunidad B de la LT toxina, estos producían suero y anticuerpos de la mucosa contra la proteína LT-B. Esta proteína LT-B recombinante ha sido sintetizada en plantas de tabaco y patata y se ha visto que siguen manteniendo su capacidad de auto ensamblaje y formación de estructuras pentaméricas. La planta produce LT-B unida a gangliosidos GM1 que son reconocidos por anti-LT anticuerpos, cuando se alimentaban estos ratones con tubérculos LT-B. Esto se produce gracias a la producción de sIgA de la mucosa y IgG del suero. Experimentos in vitro con células Y-1 adrenales comprobaron que los anticuerpos neutralizaban la toxina LT.

b) EJEMPLO DE VACUNA CONTRA UN AGENTE PATÓGENO VIRAL

Hepatitis B:

Las vacunas comerciales contra el HBV incluyen proteínas recombinantes de la cápsida del virus de la hepatitis B como antígeno (HBsAg). Este antígeno fue la primera vacuna recombinante hecha con sólo un transgen.

HbsAG se expreso en plantas de tabaco y patata y se vio que se ensamblaban como VLPs(virus-like protein) siendo muy similares a las producidas comercialmente por levaduras. Los resultados obtenidos en tabaco fueron comparables con los de levaduras en cuanto a su estimulación de la respuesta inmune. La única limitación de este proyecto fue el bajo nivel de expresión de partículas en el tejido vegeta. Cerca de un 0.01% del total de proteína soluble era proteína HbsAg recombinante, aproximadamente 1 microgramo por gramo fresco usando el promotor especifico de la patatina de tubérculos. Recientes

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experimentos han logrado aumentar mucho el nivel de expresión en tubérculos d patata. Esto permitirá futuros estudios para probar su inmunogenicidad oral.

OTROS VLPs Y ANTIGENOS PARA VACUNAS EXPRESADOS EN PLANTAS

Un problema común en todos los experimentos que se refieren a expresión de proteínas foráneas en la planta, es el bajo nivel de expresión de esta proteína en el material vegetal.

Normalmente una dosis oral de una vacuna requiere mucha mas cantidad de antígeno que una vacuna administrada por vía parenteral, por lo que es necesario determinar exactamente cual es la cantidad de antígeno de una dosis que se necesita para que sea efectiva. Avances en biotecnología como la producción de genes sintéticos y nuevos descubrimientos sobre expresión en tejidos vegetales permitirán un mayor nivel de expresión de las proteínas recombinantes. Además las futuras vacunas comestibles que sean producidas en plantas también expresaran un adyuvante como el LT(o un mutante no toxico de LT).

LUCHA CONTRA LA AUTOINMUNIDAD

Aunque el suministro oral de los antígenos derivados de agentes infecciosos estimula a menudo el sistema inmunitario, la ingesta de “auto antígenos” ( proteínas procedentes de tejidos sin infectar en in individuo que no ha recibido tratamiento) puede en ocasiones suprimir la actividad inmunitaria, fenómeno este que se observa con frecuencia en los animales de experimentación. Nadie sabe dar la razón de esa diferencia.

Algunas de las pruebas de que la ingestión de autoantigenos podría suprimir la autoinmunidad se han obtenido investigando la diabetes tipo I, resultado de la destrucción inmunitaria de las células del páncreas productoras de insulina (células beta).Esa labor destructora progresa calladamente conduciendo a una perdida de células beta que conduce a una grave deficiencia de insulina.(hormona que se necesita para que las células capten la glucosa de la sangre y obtener energía).Por culpa de esta perdida suben los niveles de azúcar en sangre. Las inyecciones de insulina ayudan a controlar la diabetes, pero no la curan. Los diabéticos se hallan expuestos a un riesgo elevado de complicaciones graves.

A lo largo de los últimos 15 años se han identificado varias proteínas de la célula beta capaces de despertar autoinmunidad en personas predispuestas a la diabetes tipo I.Los principales culpables, sin embargo, son la insulina y la ácido glutámico descarboxilasa(GAD). Se ha progresado también en la detección del momento de incubación de la diabetes. El próximo paso a dar será encontrar el camino para detener las bases del proceso antes de que aparezcan los síntomas.

Con este propósito se ha trabajado en vacunas contra la diabetes basadas en plantas que, como la patata, contengan insulina o GAD ligadas a la subunidad B inocua de la toxina del V. Cholerae (para potenciar la captación de los antígenos por las células M).

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La administración de las vacunas a unas capas de ratones en los que se había inducido la diabetes contribuyo a suprimir el ataque inmunitario y prevenir o retrasar la elevación del azúcar en sangre.

No se han conseguido todavía plantas transgénicas que produzcan las cantidades de autoantigenos necesarias para una vacuna viable contra la diabetes humana u otras enfermedades autoinmunitarias. Pero se están explorando diversos esquemas prometedores para vencer esta y otros retos, igual que se avanza en el terreno de las enfermedades infecciosas.

A las vacunas comestibles para combatir la autoinmunidad y las enfermedades infecciosas les quede un largo camino por delante antes de que estén listas para las pruebas a gran escala con humanos. Los obstáculos técnicos, no obstante, parecen superables. Nada seria más satisfactorio que proteger la salud de millones de niños, ahora indefensos.

OTROS PRODUCTOS

Estos comprenden una gran variedad de productos que pueden ser manufacturados en plantas transgénicas, y que tienen un común denominador: tienen un relativo alto valor y su producción en plantas transgénicas es más barata que los procedimientos clásicos. Podríamos incluir:

-oligopéptidos y proteínas como terapéuticos y para investigación biomédica.

-Oligómeros y polímeros de azúcar

-Alcaloides y fenoles

-Enzimas para humanos y animales

.

No se puede negar que los productos manufacturados están en auge, pero todavía no se tiene todo el acceso al publico mas que nada por consideraciones de propiedad, ya que debemos tener en cuenta que hasta llegar al publico un producto debe pasar por varias etapas de licencia y aceptación por parte de las autoridades y del propio publico.

OLIGOPEPTIDOS Y PROTEINAS

Un ejemplo que los investigadores intentan producir son las leuencefalinas es semillas de plantas transgénicas. Estos son unos neuropéptidos que comprenden cinco aminoácidos(Try-Gly-Gly-Phe-Leu) con propiedades opiáceas.

La estrategia a seguir es la de insertar este pentapéptido en la albumina 2S de semillas.

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Se eligieron estas albúminas porque son solubles en soluciones con baja concentración salina y porque son muy abundantes entre las proteínas de almacenamiento en semillas. Es muy importante elegir correctamente el sitio de inserción para que el plegamiento en cuerpos proteicos, no se dañe.

Se construyeron cDNAs para genes quiméricos de albumina 2S en los cuales el código para los 5 aminoácidos de las leuencefalinas se reemplazaron por los de una albumina modificada. Estos genes quiméricos de insertaron en cassettes de transformación que contenían también elementos cis reguladores y marcadores seleccionables.

La transformación fue hecha en A. thaliana y Brassica napus mediante A. tumefaciens.

Las semillas se cosecharon y se extrajo la albúmina, se purifico y se comprobó la presencia de leuencefalinas en las semillas transgénicas de A.Thaliana y B.napus.

El rendimiento fue aproximadamente de 200 nmol/g semilla en A. Thaliana y 10-50 nmol/g semilla en B. Napus.

Otro hecho importante realizado en plantas transgénicas fue la producción de seroalbúmina (HSA), concretamente en plantas de tabaco y patata.

En el hombre la HSA se sintetiza en el hígado como prepro-albumina, pero en plantas se ha intentado modificar su gen para que se produzca directamente la albumina madura en la planta.

Se observo que era importante el péptido señal Asp-Ala-His-Lys en ambas plantas. Para patata se usaron discos de tubérculos, se transformo con A. Tumefaciens y se seleccionaron en un medio con kanamicina. Los niveles de HSA se evaluaron por inmunoblot. Las hojas contenían un 0.02 % de HSA del total de proteína soluble. Resultados muy parecidos se observaron en tabaco, y se observo además que el procesamiento de la proteína precursora era dependiente del tipo de secuencia señal.

Aun así, tendremos que esperar mucho hasta comercializar a gran escala estas patatas transgénicas.

POLIMEROS Y OLIGOMEROS DE AZUCAR

Los tubérculos de patata transgénica se han usado como productos manufacturados por la presencia de un oligosacárido cíclico; las ciclodextrinas (CDs).

Estos oligosacáridos poseen unidades de glucopiranosa unidos con enlaces alfa, beta y gamma (1-4) y forman complejos de inclusión con sustancias hidrofóbicas que les hacen más estables. Estas CDs tienen aplicaciones farmacéuticas además de otros usos.

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Se trabajo con el gen de la ciclodextrina glicosil-transferasa de la bacteria Klebsiella pneumoniae y se unió a un promotor de la patatina especifico de tubérculo.

La transformación se hizo con A. Tumefaciens y aunque el RNAm de la enzima no se pudo detectar y los niveles de CD en los tubérculos no pudieran ser precisados los investigadores estiman que cuando la producción de CD alcance al menos un 10% en el almidón del tubérculo, este podrá ser comercializado.

ALCALOIDES Y FENOLES

Los alcaloides propanos, hiosciamina (forma racémica de la atropina ) y escopolamina son de uso farmacéutico y actúan como agentes anticolinérgicos en el sistema nervioso parasimpático.

La planta con la que se trabajo, que sintetizaba hiosciamina es una solanácea , Atropa belladona.

Teniendo en cuenta la ruta metabólica desde la hiosciamina a la sopolamina los estudios se centraron en la enzima hiosciamina -6-ß-hidrolasa (H6H).

Esta enzima convierte la hiosciamina en 6-ß-hidroxihiosciamina para mas tarde sufrir una epoxidación para dar escopolamina. La estrategia a seguir fue el aislamiento del DNA que contenía la H6H de Hyoscymun niger y expresarlo en la A. belladona transgénica. Se incluyo junto al gen un promotor 35S, un terminador Nos, y la transformación se hizo con A. tumefaciens. Se selecciono en un medio con kanamicina y se hizo un western para comprobar los niveles de H6H. Se autopolinizaron las To obteniendo la descendencia T1 .

Esta generación T1 se observo que contenían altos niveles de escopolamina en sus hojas, pero no-hiosciamina, además se vio que los alcaloides se sintetizaban en las raíces y eran transferidos a las partes altas de la planta. Concretamente se observo hasta un 1.2% de escopolamina en hojas. Posiblemente la combinación de métodos de reproducción convencionales y expresión de H6H por transformación genética podrán incrementar y estabilizar en el futuro la producción de escopolamina.

ENZIMAS PARA EL HOMBRE Y OTROS ANIMALES

Los animales monogástricos has perdido las capacidad de utilizar el fósforo contenido como fitato en semillas de plantas cultivadas.

En los estudios realizados se intento introducir la fitasa de Aspergillus niger en semillas de tabaco. Esto hacia que no se tuviera que añadir fósforo o fitasa fúngica a este cultivo. Pero además los autores de este experimento se plantean el insertar este gen que codifica para la fitasa en cosechas que normalmente se usen como alimento. Un ejemplo par el hombre podría ser la producción de proteínas biorreactivas.

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En este sentido hay muchas limitaciones por la dificultad de producir proteínas humanas en cultivo de tejidos humanos, y también en bacterias por los procesos de glicosilación que requieren las proteínas humanas y cuya capacidad no poseen estas bacterias.

Existen tres características que se requieren para los productos modificados genéticamente:

-Seguridad medica

-Pureza e identidad con la proteína natural

-Bajo coste de producción

Estas características son indispensables a la hora de tratar con expresión heteróloga de proteína humana para tratamientos médicos.

Las plantas no son huéspedes de agentes patógenos del hombre, y sin embargo tienen la capacidad de modificaciones post-transcripcionales, además d no haber opiniones negativas contra la experimentación con plantas, no así con los animales, por eso se pueden explotar para el beneficio del hombre.

Aquí se intento utilizar una planta transgénica como sistema bioproductor para la expresión heteróloga de genes humanos.

Concretamente se uso la planta de tabaco para expresar una proteína C humana (hPC) que es un complejo serina proteasa que tiene una potente actividad anticoagulante y un valor significativo como proteína para usos terapéuticos.

Esta hPC es una protesa dependiente de la vitamina K importante en la cascada coagulación / anticoagulación. Esta es segregada desde el hígado ala sangre como cimógeno para luego sufrir complejas modificaciones co y post-transcripcionales.

El gen de la hPC se introdujo en plantas de tabaco con un promotor 35S y la transformación fue llevada a cabo por A.tumefaciens. Los resultados obtenidos no fueron muy satisfactorios ya que solo se logro alcanzar un 0.002% de hPC del total de proteína soluble en la planta transgénica de tabaco.

Se hicieron otros estudios para expresar otra proteína glucocerebrosidasa (hGC) de importancia en el hombre ya que causa la enfermedad de Gancher cuyos enfermos lo que hacen es acumular glucosiceramidas en el hígado, bazo, huesos largos como los de las rodillas y en células reticuloendoteliales lo que requiere administraciones intravenosas de glucocerebrosidasas humanas modificadas ( como la cerdaza), cuyo coste es muy alto siendo comercialmente atractiva si producción en plantas transgénicas.

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Se introdujo el DNA que contenía hGC en un cassette de transformación de A.tumefaciens pero en vez de utilizar un promotor 35S se uso un promotor MeGA (propietery inducible plant promoter).

Las plantas transgénicas obtenidas expresaron un alto nivel de transcritos de hGC bajo inducción. Además las plantas transgénicas de tabaco inducidas producían una glicoproteína de 69 KD que reaccionaba de forma contraria con los anticuerpos monoclonales anti-hGC y que es aparentemente activa enzimaticamente. Esto indica que al menos una parte de la proteína heteróloga es correctamente glicosilada y plegada.

Los investigadores demostraron la co-expresión de la alfa y beta globina de la hemoglobina humana HbA en plantas transgénicas de tabaco. Mostraron que la Hb recombinante, un complejo proteico multimérico, puede obtenerse de una planta.

Obviamente hay todavía un largo camino por recorrer -de la expresión hPC y hGC en plantas de tabaco- hasta que puedan ser productos aceptables terapéuticamente y que serán adecuados para el tratamiento médico.Sin embargo la producción de proteína humana para uso terapéutico en plantas transgénicas parece ser una atractiva tentativa.

TAXOL

Este diterpeno, ha sido establecido como un potente agente quimioterapéutico, produciendo una excelente actividad contra una amplia variedad de cánceres, incluyendo el de ovarios y mama.

Este compuesto es extraído de la corteza del tejo, Taxus brevifolia , y aunque se han hecho muchos intentos para desarrollar su producción en cultivos celulares, la síntesis total no es todavía comercialmente viable.

Lo que sí se ha logrado es la síntesis de unos análogos, taxotere y el bacatín III , aunque se esta trabajando mucho en conocer la ruta de biosíntesis del taxol, tanto las enzimas implicadas, como los genes que las codifican.

EPITOPOS

Son pequeños peptidos que tienen una considerable importancia recientemente por ser una fuente potencial para la producción de nuevas vacunas. Aunque estos peptidos libre, a menudo, pueden estimular la producción de anticuerpos, su inmunogenicidad puede ser incrementada presentándolos en múltiples copias en la superficie de proteínas portadoras.

Por esto, han sido desarrollados varios sistemas en los cuales los epitopos son fusionados junto con una macromolécula con poder de autoensamblaje que a menudo son partículas víricas.

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El uso de virus vegetales para esta aplicación tiene una serie de ventajas:

Los virus vegetales crecen extremadamente bien en sus huéspedes y se obtiene un alto nivel de partículas víricas.

La purificación de estas partículas además es sencilla.

Muchos virus vegetales son termoestables llegando alcanzar con ello la esperanza de producir vacunas en las que no se requiera refrigeración.

El “reactor” usado para el crecimiento del material es la planta, que es barata y fácil de mantener.

Un ejemplo muy estudiado es el desarrollo de un sistema con epitopos basados en el CPMV ( cowpea mosaic virus) que infecta a Vigna unguiculata, en el que mediante la expresión de secuencias heterólogas en la superficie del virión se producen las CVPs ( chimaeric virus particles). Estos CVPs tienen propiedades inmunológicas ya que llevan un inserto, es decir, el epitomo, que es el que verdaderamente posee las características inmunológicas.

Epitopos que están siendo investigados derivan del rhinovirus humano (HRV), del virus VYH, virus de la enfermedad del pie y de la boca (FDMV), parvovirus canino, virus del sarampión, Staphylococus aureus, Pseudomonas aeruginosa, Plasmodium falciparum y otros agentes no patógenos como las hormonas, antígenos de células tumorales, proteínas estructurales y RGD ( que contienen peptidos).

Los estudios mas avanzados en este campo han utilizado el CPMV. Tras el análisis de su estructura tridimensional se ha comprobado que los bucles existentes entre sus cadenas son los sitios mas adecuados para la inserción de estos epitopos, concretamente en la hélice B- C de la proteína S, aunque estudios mucho mas recientes demuestran que la inserción de secuencias heterólogas en otras hélices de las proteínas de la cápsida del virus. Esta inserción de secuencias heterólogas no afectan a la replicación del virus en el vegetal.

Como la viabilidad y conformación del epítopo son muy importantes por su uso terapéutico en la respuesta inmune, el conocimiento de la configuración exacta de un epítopo expresado seria un gran beneficio para la ingeniería de vacunas potenciales.

El desarrollo de productos farmacéuticos mediante el uso de ingeniería de virus vegetales debe aplicar todos los criterios regulados existentes para poder acceder a los ensayos clínicos en humanos. Esto requiere un estudio completo pre-clínico en tejidos aislados y en animales que puedan generar datos que sirvan para los posteriores ensayos clínicos. Estos estudios incluyen la validación de productos específicos y procesos tecnológicos, estudios de seguridad, resistencias en animales de experimentación, estudios de formulación y estabilidad, junto con precisos controles de calidad.

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El proceso entero esta estrictamente regulado por las autoridades, FDA(The Food and Drug Administration) en los Estados Unidos y en el MCA (Medicines Control Agency) en el Reino Unido.

Se necesita el desarrollo de una formulación apropiada de CVPs purificadas, en conjunción con un adyuvante apropiado para la administración parenteral, para facilitar la respuesta inmune. Por ello son necesarios los controles de calidad para demostrar la consistencia y calidad del producto.

Los CVPs ofrecen distintas ventajas como vacunas. La particular naturaleza de los CVPs las hace apropiadas para la producción de una respuesta mucosal y sistémica inmune. El uso de plantas como vehículos de producción ofrece ventajas en términos de seguridad ya que la mayoría de agentes patógenos de cultivos celulares de mamíferos no los son de plantas. De momento no se ha encontrado, de todos los que se conocen, ningún agente patógeno viral de plantas que lo pueda ser del hombre. Resultados de estudios in vitro e in vivo indican que el CPMV no infecta a mamíferos y no evidencia efectos patológicos. Se espera que como resultado de los esfuerzos realizados por desarrollar esas técnicas en las que participan proteinas de la cápsida de los virus, pronto podamos contar con nuevos producto comercial y terapéuticamente viables para su uso en humanos.

VENTAJAS E INCONVENIENTES DE LAS VACUNAS COMESTIBLES.

Las plantas y los árboles podrían cultivarse in situ, sin excesivo coste, con los métodos tradicionales del lugar. Y como muchos cultivos se regeneran fácilmente, habría siempre cosecha sin q los campesinos tuvieran que comprar las semillas o las plantas año tras año. Las vacunas cultivadas in situ ahorrarían los inconvenientes logísticos y económicos del transporte de las preparaciones tradicionales con su obligada conservación a bajas temperaturas hasta llevar a sus lejanos puntos de distribución. Al tomarse por vía oral, se prescindiría de las jeringuillas, que, costes a parte, constituyen una fuente de infecciones si se contaminan.

Pero la investigación realizada en los últimos diez años con animales, y algunas pruebas restringidas con personas, levantan una fundada esperanza en torno a la viabilidad de las vacunas comestibles. Parece, a sí mismo, verosímil que ciertas vacunas comestibles puedan suprimir la autoimunidad, fenómeno en cuya virtud las defensas del organismo atacan por error los tejidos normales, sin infectar. Entre las enfermedades autoinmunitarias que se podrían prevenir o aliviar se encuentran la diabetes tipo I, la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide.

Las vacunas clásicas presentan su riesgo: aunque pequeño no deja de ser preocupante. Los microrganismos de la vacuna pueden despertar provocando la enfermedad contra la que se pretendía defender. Por ese motivo los laboratorios prefieren las preparaciones de subunidades, compuestas fundamentalmente por proteínas antigénicas, separadas de los

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genes del agente infeccioso. Ocurre, sin embargo, que las vacunas de subunidades son caras, hay que purificarlas y deben conservarse refrigeradas.

Las vacunas comestibles se parecen a las preparaciones de subunidades en las que de han manipulado para que contengan los antígenos pero no los genes que posibilitarían la formación del patógeno entero. Pero antes de abordar los efectos de las vacunas comestibles en las personas, había que despejar numerosas incógnitas. ¿Se lograrían transformar las plantas para que aportaran genes que produjeran copias funcionales de las proteínas especificadas?. Cuándo las plantas comestibles se administraran a los animales de experimentación, ¿se degradarían los antígenos en el estomago antes de ejercer el efecto buscado?(para evitar precisamente dicha degradación, se administrarían por vía parenteral las vacunas habituales de subunidades.) Si los antígenos superaran ese obstáculo, ¿Atraerían la atención del sistema inmunitario? ¿Seria la respuesta lo suficientemente potente como para defender los animales frente a la infección?

Había que determinar, además, si las vacunas comestibles promoverían la inmunidad mucosal. Muchos patógenos penetran en el organismo a través de la nariz, boca y otros resquicios. Por eso las primeras barreras que se encuentran se hallan en las membranas mucosas que tapizan las vías respiratorias, el tubo digestivo y el tracto reproductor. Tales membranas constituyen el mayor obstáculo disuasor contra la invasión del patógeno. Si la respuesta inmunitaria mucosal es eficaz, genera anticuerpos secretores, moléculas que se lanzan a las cavidades de esos conductos, neutralizando cualquier agente infeccioso que le salga al paso. Una reacción eficaz activa también una respuesta sistémica; en ella, las células circulantes del sistema inmunitario contribuyen a la destrucción de invasores en lugares remotos. Las vacunas inyectadas orillan las membranas mucosas y apenas estimulan las respuestas inmunitarias de las mucosas. Pero las vacunas comestibles entran en contacto con el revestimiento del tubo digestivo. En teoría, pues, activarían ambos tipos de inmunidad, la mucosal y la sistémica. Doble efecto que contribuiría a mejorar la protección contra muchos microrganismos incluidos los causantes de la diarrea.

Además la alimentación de los animales de experimentación con tubérculos o frutos portadores de antígenos pueden evocar respuestas inmunitaria sistémicas o de mucosa que los protegen, total o parcialmente, ante la exposición subsiguiente de patógenos reales o frente a toxinas microbianas. Las vacunas comestibles les han proporcionado cierta protección frente al virus de la rabia, Helicobacter pylori y el virus entérico del visón. No es del todo sorprendente que los antígenos administrados a través de la planta persistan tras su curso por el estomago y alcancen y activen el sistema inmunitario. La dura pared externa de las células vegetales sirve al parecer de armadura temporal para los antígenos, conservándolos mas o menos salvo de las secreciones gastricas. Cuando esa pared termina por romperse en el intestino, las células liberan gradualmente su cargamento de antígenos.

La cuestión clave estriba en la viabilidad de las vacunas comestibles para el hombre.

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En 1997 los voluntarios que ingirieron trozos de patatas crudas peladas que contenian un segmento benigno de la toxina de E. coli (la subunidad B), presentaron respuestas inmunitarias mucosales y sistemicas. Si las vacunas comestibles pueden realmente proteger al ombre contra las infecciones es, sin embargo, una cuestion todavía por determinar.

En resumen, los estudios realizados en animales y personas proporcionan una prueba de principio. Respaldan la estrategia. Pero quedan muchas cuestiones pendientes que deben abordarse. La primera: la escasa cantidad de vacuna que una planta produce. Puede incrementarse dicha producción de varias maneras; por ejemplo, ligando los genes con elementos reguladores que aviven la actividad de los genes. Resuelto ese problema, habrá que establecer que cantidad de alimento con vacuna comestible proporciona una dosis predecible de anfígeno.

En segundo lugar, tendría que potenciarse la posibilidad de que los antígenos activaran el sistema inmunitario sin que se degradara antes en el organismo. El uso de estimuladores generales ( adyuvantes) y una mejora dirección de la selectividad para el sistema inmunitario podrían compensar en parte una producción baja de antígenos.

Una de las estrategias para incrementar la selectividad implica la unión de los antígenos a moléculas que se engarcen bien en las células M, componentes del sistema inmunitario que se encuentran en el forro interno del intestino. Las células M captan muestras materiales que han entrado en el intestino delgado ( incluido los agentes infecciosos) y las pasan a otras células del sistema inmunitario, como las células presentadoras de antígeno. Los macrófagos y otras células presentadoras de antígenos trituran las adquisiciones de ese tipo y exponen los fragmentos proteicos sobre la superficie celular. Si los leucocitos de la sangre llamados linfocitos T coadyuvantes reconocen los fragmentos como extraños, promueven que los linfocitos B (células B) segreguen anticuerpos neutralizantes y contribuyen a iniciar un ataque más amplio sobre el enemigo descubierto.

La investigación trabaja también en otros frentes. Las plantas muestran, a veces, un crecimiento pobre cuando se les exige producir grandes cantidades de una proteína foránea. Problema que se acabaría si se lograra equipar a las plantas con elementos reguladores que indujeran la activación de los genes de antígenos en el instante deseado o en las partes comestibles.

Por si fuera poco, cada tipo de planta presenta sus propios problemas, como ya hemos descrito en apartados anteriores.

Importa a si mismo asegurar que las vacunas deben potenciar la respuesta inmunitaria no inviertan el sentido de su acción y supriman la inmunidad. La ingestión de ciertas proteínas pude provocar que el organismo bloquee su respuesta a las mismas. Para determinar las dosis seguras y eficaces y el calendario de la administración de las vacunas comestibles la

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industria necesita mejorar sus instrumentos de manipulación que influyan sobre la acción del antígeno suministrado y saber si estimulara o bloqueara la inmunidad.

Un punto final digno de estudio concierne a la posibilidad de que las vacunas ingeridas por la madre protejan indirectamente a los hijos. En teoría una madre podría comer un plátano o dos y disparar a si la producción de anticuerpos que pasarían al feto a través de la placenta o al recién nacido durante la lactación.

Hay otros retos vinculados a las dificultades técnicas. No abundan los laboratorios farmacéuticos proclives a financiar la investigación de productos dirigidos fundamentalmente a mercados situados fuera de los países ricos.

Además, las vacunas comestibles caen bajo la rubrica de plantas “modificadas genéticamente”, sometidas a un creciente rechazo popular. Cabe, sin embargo, esperar que nuestras vacunas queden fuera de semejante rechazo, toda vez que se trata de salvar vidas y, además, se cultivaran en espacios restringidos. Igual que otros fármacos estarán sujetas a examen riguroso de los organismos reguladores.

LA BATALLA CONTRA LA DESNUTRICIÓN.

No solo progresa la investigación sobre las vacunas comestibles si no que sigue adelante la búsqueda de alimentos más nutritivos. Famoso a este respecto es el “arroz dorado” con el que se pretende suplir la deficiencia en vitamina A que sufren numerosas zonas de Asia, África e Iberoamérica. La carencia produce ceguera y trastornos inmunitarios, que contribuyen a la muerte de más de un millón de niños al año.

El arroz constituye un medio óptimo para aportar la vitamina requerida. No se olvide que esa gramínea alimenta a un tercio o más de la población mundial. Pero las variedades naturales carecen de vitamina A. El arroz dorado, sin embargo, modificado genéticamente, sintetiza -carotenos, un pigmento que el organismo convierte en vitamina A. El equipo dirigido por Ingo Potrykus del Instituto Federal Suizo de Técnica, y Peter Beyer de la Universidad alemana de Friburgo dio a conocer sus éxitos el pasado enero en Science. En mayo una empresa con intereses en los productos agrícolas -Zéneca- compro los derechos y acordó permitir que se donase el arroz a las instituciones que introdujeran los

-carotenos en especies de arroz populares en zonas deprimidas y distribuyeran los productos resultantes entre los agricultores, sin cargo alguno. (Zéneca espera sacar beneficios de las ventas del arroz mejorado a los países ricos donde es probable que interesen las propiedades antioxidantes del -caroteno.)

Pero el arroz no esta todavía listo para su comercialización. Quedan pendientes muchas pruebas, incluidos los análisis para comprobar si el organismo humano absorbe bien el caroteno de la planta. Se espera que las pruebas duren hasta el 2003 por lo menos.

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Mientras tanto, se intenta enriquecer el arroz con una abundancia mayor de caroteno y con otras vitaminas y minerales. El año pasado Potrykus anuncio el éxito conseguido con el hierro. Más de dos mil millones de personas padecen déficit de hierro.

Se investiga también en el refuerzo de otros alimentos. En junio, por ejemplo, se informo de la creación de un tomate que contiene un gen capaz de triplicar la cantidad de caroteno habitual. No se minusvaloran los métodos tradicionales de cultivo; hay un proyecto internacional centrado en el incremento del contenido de vitaminas y minerales en el arroz y en otros cuatro vegetales, el trigo, maíz, alubias y mandioca.