la totalidad del intelecto humano razÓn vs intuiciÓn …
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LA TOTALIDAD DEL INTELECTO HUMANO
RAZÓN VS INTUICIÓN
¿Hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la
naturaleza?
ÍNDICE
Introducción .................................................................................................................... 3
Libro primero
Capítulo 1: Surgimiento y exposición de la cuestión acerca de si hay o no alguna posibilidad
de conocer y explicar de manera evidente lo que es la naturaleza ...................................... 5
Capítulo 2: Respuesta negativa a la cuestión expuesta en el capítulo 1 a partir del texto:
“Sobre la verdad y mentira en sentido extramoral” ......................................................... 9
Capítulo 2.1: “El hombre ya no es más la medida cierta de todas las cosas”
Análisis sobre una de las posibles consecuencias que implica aceptar una respuesta negativa
a la cuestión expuesta en el capítulo 1 .............................................................................. 16
Capítulo 3: Respuesta afirmativa a la cuestión expuesta en el capítulo 1 a partir de la
negación de los tres argumentos presentados en el capítulo 2 ........................................... 19
2
Capítulo 3.1: “El hombre es la medida cierta de todas las cosas”
Análisis sobre una de las posibles consecuencias que implica aceptar una respuesta
afirmativa a la cuestión expuesta en el capítulo 1 ............................................................. 28
Capítulo 4: Imposibilidad y posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la
naturaleza como cuestiones relativas a la perspectiva histórica-materialmente cambiante del
hombre (intuitiva - racional) ............................................................................................ 32
Conclusión ...................................................................................................................... 40
Bibliografía ...................................................................................................................... 42
3
INTRODUCCIÓN
El objetivo de la presente monografía consiste en intentar resolver la cuestión acerca de si
hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la naturaleza.
Esta cuestión surge, por una parte, a partir de la lectura y el análisis de lo expuesto por
Nietzsche en el aforismo 11 de la primera parte de “Humano demasiado humano”. Por
otra, a partir del contenido del texto: “Sobre la verdad y mentira en sentido extramoral”.
Los intentos por resolver la cuestión acerca de si hay o no alguna posibilidad de conocer y
explicar de manera evidente lo que es la naturaleza, se presentan en esta monografía de la
siguiente manera:
En primer lugar, se asume una respuesta negativa a la cuestión acerca de si hay o no alguna
posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la naturaleza, a partir de tres
argumentos extraídos de la lectura e interpretación del texto: “Sobre la verdad y mentira en
sentido extramoral”. Sobre estos tres argumentos, cabe señalar que el segundo constituye el
argumento principal, y por consiguiente, se encuentra más desarrollado que los otros, los
cuales, sin embargo, son importantes, en la medida en que contribuyen a dar una respuesta
negativa a la cuestión en discusión, pero desde una perspectiva distinta.
En segundo lugar, se asume una respuesta afirmativa a la cuestión acerca de si hay o no
alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la naturaleza, a partir
de la negación del contenido de los tres argumentos expuestos anteriormente (es decir: a
partir de la negación de los tres argumentos expuestos a favor de una respuesta negativa a la
cuestión en discusión). En este segundo intento como en el primero, el peso de la
argumentación recae sobre la negación del segundo argumento.
4
Finalmente, en tercer lugar, se asume que dar tanto una respuesta negativa (imposibilidad)
como una respuesta afirmativa (posibilidad) a la cuestión acerca de si hay o no alguna
posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la naturaleza, depende en
última instancia de la perspectiva (intuitiva o racional) seleccionada por el hombre para regir
su vida. No obstante, la selección de una de estas perspectivas o de ambas simultáneamente
(como se verá en la parte final del capítulo cuarto) nos llevará a valorarlas como partes
equivalentes de la totalidad que constituye el intelecto del ser humano.
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LIBRO PRIMERO
Capítulo 1: Surgimiento y exposición de la cuestión acerca de si hay o no alguna
posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la naturaleza.
A - Por una parte, en el aforismo 11 de la primera parte de “Humano demasiado humano”,
Nietzsche expone cómo el lenguaje ha jugado un papel principal en el desarrollo de la
cultura del hombre, debido a que este último ha creído tener en el lenguaje el conocimiento
supremo del mundo:
“El lenguaje como presunta ciencia. La importancia del lenguaje para el desarrollo de la cultura radica en
el hecho de que en él el hombre puso un mundo propio junto al otro, un lugar que consideraba tan firme
como para a partir de ahí levantar sobre sus goznes el resto del mundo y adueñarse del mismo.”1
Además, Nietzsche señala cómo a través del tiempo, los conceptos y los nombres asignados
a las cosas del mundo por el creador del lenguaje, se han convertido en verdades eternas y le
han hecho creer a él que con ellas expresaba de manera evidente el conocimiento sobre las
cosas. Asimismo, puede agregarse que hoy en día muchos hombres de ciencia (ej: biólogos
entre otros), creen en esto, ya que mediante el uso que ellos hacen del lenguaje, intentan
explicar las propiedades de la naturaleza, asignándoles ciertos nombres y conceptos que
expresan según ellos el conocimiento evidente de éstas. Por lo tanto, el lenguaje ha
representado y continúa representando para muchos hombres en el ámbito científico, una
herramienta indispensable para poder explicar de manera evidente lo que es la naturaleza.
B - Por otra parte, en el texto“Sobre la verdad y mentira en sentido extramoral”, Nietzsche
1 Nietzsche, Frederich. Aforismo 11 de la primera parte de Humano demasiado Humano. Akal ediciones, Madrid, 1996.
6
expone una serie de tesis acerca de la capacidad que tiene el hombre con respecto al lenguaje
y sus conceptos, tesis que deben mencionarse aquí, debido al aporte oportuno que tanto ellas
como sus consecuencias pueden brindar al esclarecimiento del surgimiento y exposición de
la cuestión acerca de si hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de manera
evidente lo que es la naturaleza:
B1 - En primer lugar, Nietzsche propone una tesis acerca de la gran diferencia entre el
hombre y el animal, diferencia que radica en el hecho de que el hombre tiene la capacidad de
convertir sus impresiones intuitivas en conceptos:
“Todo lo que distingue al hombre frente al animal depende de esa capacidad de volatilizar las metáforas
intuitivas en un esquema , esto es, de disolver una imagen en un concepto; pues en el ámbito de esos
esquemas es posible algo que nunca podría conseguirse bajo las primeras impresiones intuitivas: construir
un orden piramidal por castas y grados, crear un mundo nuevo de leyes, privilegios, subordinaciones y
delimitaciones, que ahora se contrapone al otro mundo intuitivo de las primeras impresiones como lo más
firme, lo más universal, lo más conocido y lo más humano y, por ello, como lo regulador e imperativo.”2
Asimismo, esta gran diferencia entre el hombre y el animal, es decir, la capacidad que tiene
el hombre de convertir sus impresiones intuitivas en conceptos, le permite crear un mundo
totalmente nuevo y propio, en la medida en que todas sus creaciones (conceptos) dependen
de él.
B2 - Hablar de conceptos, según Nietzsche, implica examinar cómo éstos se forman
igualando lo no igual, es decir, examinar cómo una palabra cualquiera al convertirse en
concepto, debe ser apropiada para una serie de casos similares, pero no iguales:
“Todo concepto se forma igualando lo no-igual. Del mismo modo que es cierto que una hoja nunca es
totalmente igual a otra, asimismo es cierto que el concepto hoja se ha formado al prescindir
2 Nietzsche, Frederich. Sobre la Verdad y Mentira en Sentido Extramoral, páginas: 45 - 46 . Editorial Península. Barcelona, 1988.
7
arbitrariamente de esas diferencias individuales, al olvidar lo diferenciante, y entonces provoca la
representación, como si en la naturaleza, además de las hojas, hubiese algo que fuese la “hoja” , una
especie de forma primordial, según la cual todas las hojas hubiesen sido tejidas, dibujadas, calibradas,
coloreadas, onduladas, pintadas, pero por manos torpes, de modo que ningún ejemplar hubiese resultado
correcto y fidedigno como copia fiel de la forma primordial.”3
El anterior ejemplo acerca del concepto hoja, ilustra claramente cómo hablar de conceptos
implica examinar cómo éstos se forman igualando lo no igual, ya que dicho concepto es
apropiado para una serie diferente de hojas en tanto que prescinde de las diferencias
individuales de cada una para lograr formar así una representación abstracta de todas ellas.
No obstante, esta representación conlleva el problema de no ser acorde con la naturaleza, ya
que en esta última no existe una hoja tal que sea la forma abstracta de todas las hojas
individuales.
B3 - Por último, Nietzsche señala cómo el olvido del hombre tanto de sus impresiones
intuitivas como de su papel como creador del lenguaje y sus conceptos, le permite vivir con
seguridad y en la firme creencia de que él es la medida cierta de todas las cosas:
“Sólo mediante el olvido de ese primitivo mundo de metáforas, sólo mediante el endurecimiento y la
petrificación de una masa de imágenes que brota originariamente en candente fluidez de la capacidad
primordial de la fantasía humana, sólo mediante la invencible creencia en que este sol, esta ventana, esta
mesa, sean una verdad en sí, en una palabra, gracias solamente a que el hombre se olvida de sí mismo
como sujeto y, por cierto, como sujeto artísticamente creador, vive con alguna calma, seguridad y
consecuencia; si pudiera salir, aunque sólo fuese un instante, fuera de los muros de la cárcel de esa
creencia, se acabaría en seguida su autoconciencia.”4
No obstante, Nietzsche también señala cómo el reconocimiento por parte del hombre acerca
de sus impresiones intuitivas, puede desencadenar un duro golpe a su seguridad, en la
3 Nietzsche, Frederich. Sobre la Verdad y Mentira en Sentido Extramoral, página: 44. Editorial Península. Barcelona, 1988. 4 Ibídem. Página:47.
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medida en que dicho reconocimiento hace ver su mundo nuevo (el mundo de los conceptos,
es decir: el más firme, universal y conocido) como un producto ficticio de su capacidad de
convertir sus primitivas impresiones intuitivas en esquema.
C - Finalmente, luego de examinar algunas de las consideraciones (A y B) expuestas por
Nietzsche tanto en el aforismo 11 de la primera parte de “Humano demasiado humano”,
como lo expuesto en el texto “Sobre la verdad y mentira en sentido extramoral”, considero
que se puede llegar a plantear entre otras, la siguiente cuestión: ¿ Hay o no alguna
posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la naturaleza ?, ya que
dicha posibilidad se ve amenazada debido a que el medio hasta ahora utilizado por el hombre
para ese propósito (lenguaje y sus conceptos), parece ser arbitrario, ajeno, extraño a la
naturaleza misma. Por lo tanto, no se ve con claridad cómo podría el hombre confiar el
conocimiento y la explicación de la naturaleza a un medio tan incompatible con ella.
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Capítulo 2: Respuesta negativa a la cuestión expuesta en el capítulo 1 a partir del texto:
“Sobre la verdad y mentira en sentido extramoral”
A partir de una serie de argumentos (3) presentados por Nietzsche en el texto: “Sobre la
verdad y mentira en sentido extramoral”, considero que se puede dar una respuesta
negativa a la cuestión expuesta en el capítulo 1, es decir, a la cuestión acerca de si hay o no
alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la naturaleza.
I - El primer argumento surge del siguiente relato:
“En algún apartado rincón del universo, desperdigado en innumerables sistemas solares centelleantes,
hubo una vez un astro en el que animales astutos inventaron el conocer. Fue el minuto más soberbio y más
mentiroso de la “historia universal”: pero, a fin de cuentas, sólo un minuto. Después de respirar la
naturaleza unas pocas veces, el astro se entumeció y los animales astutos tuvieron que perecer.”5
Mediante el anterior relato, Nietzsche describe el aspecto inútil y arbitrario que presenta el
intelecto del ser humano dentro de la naturaleza, en la medida en que por medio de éste el
ser humano pretende dar la explicación universalmente válida acerca de la naturaleza y todo
lo que acontece en el mundo. Sin embargo, el ser humano no es consciente, según
Nietzsche, del pequeño valor que tiene su intelecto dentro del desarrollo de la naturaleza del
mundo, ya que hubo épocas en las cuales éste no existió, y de nuevo, cuando haya
desaparecido, no habrá sucedido entonces nada. Por consiguiente, uno puede llegar a
preguntarse, por una parte, qué valor universalmente válido puede aportar el intelecto del
ser humano para explicar de manera evidente lo que es la naturaleza, cuando dicho intelecto
5 Nietzsche, Frederich. Sobre la Verdad y Mentira en Sentido Extramoral, página: 41. Editorial Península. Barcelona, 1988.
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no es más que un producto temporal (pasajero) de la compleja creación de la naturaleza.
Asimismo, por otra parte, si se reconoce el intelecto del ser humano en tanto producto
temporal (pasajero) de la naturaleza, entonces cómo sería posible confiarle (por ejemplo)
una explicación universalmente válida sobre algo que supuestamente ya pasó en la naturaleza
mientras dicho intelecto aún no existía. En efecto, éstas y muchas otras preguntas más,
podrían llegar a minar las bases de una credibilidad en las explicaciones universalmente
válidas aportadas por el intelecto del ser humano acerca de la naturaleza.
Finalmente, a partir del contenido del relato citado anteriormente, se puede considerar el
reconocimiento por parte del ser humano acerca del pequeño valor que tiene su intelecto
dentro del desarrollo de la naturaleza del mundo, como un primer argumento a favor de la
imposibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la naturaleza, debido a que
dicho intelecto se ha mostrado tan sólo como un producto temporal (pasajero) de la
compleja creación de la naturaleza, y en tanto temporal (pasajero) hubo épocas en las
cuales éste no existió, y de nuevo, cuando haya desaparecido, no habrá sucedido entonces
nada.
II - El segundo argumento a favor de la imposibilidad de conocer y explicar de manera
evidente lo que es la naturaleza, se basa en el cuestionamiento que Nietzsche realiza sobre el
lenguaje como supuesta expresión adecuada de todas las cosas (objetos) de la naturaleza. En
este punto he considerado necesario, por un lado, examinar el significado de lo que
Nietzsche entiende por objeto real, estímulo o excitación nerviosa, imagen o impresión
(metáfora) intuitiva, y por otro lado, retomar lo expuesto en el capítulo 1 (B2) acerca de los
conceptos.
Para examinar el significado de lo que Nietzsche entiende por objeto real, estímulo o
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excitación nerviosa e imagen o impresión (metáfora) intuitiva, estimo conveniente partir del
siguiente fragmento:
“Creemos saber algo de las cosas mismas cuando hablamos de árboles, colores, nieve y flores y no
poseemos, sin embargo, más que metáforas de las cosas, que no corresponden en absoluto a las
esencialidades originarias. Del mismo modo que el sonido toma el aspecto de figura de arena, así la
enigmática X de la cosa en sí se presenta, primero, como excitación nerviosa, luego como imagen,
finalmente como sonido articulado.”6
En el anterior fragmento, Nietzsche describe el aspecto crédulo que presenta el intelecto del
ser humano al estar convencido de que conoce y sabe sobre las cosas (objetos) de la
naturaleza, debido a que puede -mediante el uso del lenguaje- nombrarlas con palabras y
conceptos. No obstante, ese aspecto crédulo puede llegar a desaparecer en la medida en que
el intelecto del ser humano reconozca su relación inmediata con las cosas de la naturaleza, es
decir, con los objetos reales que percibe en ella.
Así, como resultado de un posible reconocimiento sobre dicha relación inmediata, el
intelecto del ser humano podría llegar a observar, según Nietzsche, el complejo proceso que
existe entre su percibir los objetos reales o cosas de la naturaleza, y su expresión de dicho
conocimiento a través del uso de las palabras y los conceptos del lenguaje. Este proceso, se
origina, en primer lugar, a partir de un estímulo o excitación nerviosa que se produce con la
presencia del objeto real o cosa de la naturaleza que es percibida, en segundo lugar, dicho
estímulo o excitación nerviosa se transforma en una imagen o impresión (metáfora) intuitiva
del objeto real o cosa de la naturaleza que es percibida, y finalmente dicha imagen se
convierte en una palabra (sonido articulado) o en un concepto.
A pesar de que el anterior proceso muestra un complejo y aparente orden entre el percibir
6 Nietzsche, Frederich. Sobre la Verdad y Mentira en Sentido Extramoral, página: 44. Editorial Península. Barcelona, 1988.
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los objetos reales o cosas de la naturaleza por parte del intelecto del ser humano, y su
expresión de dicho conocimiento a través del uso de las palabras y los conceptos del
lenguaje, empero, dicho proceso no es garantía, según Nietzsche, de que exista una
conexión necesaria y totalmente confiable entre los objetos reales o cosas de la naturaleza, y
la expresión adecuada de su conocimiento mediante el uso del lenguaje, ya que es posible,
por una parte, que el endurecimiento y la petrificación en el tiempo del uso global de una
misma imagen o impresión (metáfora) intuitiva asociada al estímulo o excitación nerviosa
que se produce con la presencia de un mismo objeto real o cosa de la naturaleza que es
percibida, sea la causa de que esta imagen se considere como la única y necesaria , llegando
al punto de establecer una relación de causalidad entre el estímulo o excitación nerviosa y la
imagen producida.
Asimismo, por otra parte, el uso de los conceptos (el cual ha sido expuesto en el capítulo 1:
B2) ha presentado un carácter problemático que no contribuye para nada a considerar una
posible conexión necesaria y totalmente confiable entre los objetos reales o cosas de la
naturaleza, y la expresión adecuada de su conocimiento mediante el uso de los conceptos del
lenguaje, debido a las siguientes razones:
Hablar de conceptos, según Nietzsche, implica examinar cómo éstos se forman igualando lo
no igual, es decir, examinar cómo una palabra cualquiera al convertirse en concepto, debe
ser apropiada para una serie de casos similares, pero no iguales:
“Todo concepto se forma igualando lo no-igual. Del mismo modo que es cierto que una hoja nunca es
totalmente igual a otra, asimismo es cierto que el concepto hoja se ha formado al prescindir
arbitrariamente de esas diferencias individuales, al olvidar lo diferenciante, y entonces provoca la
representación, como si en la naturaleza, además de las hojas, hubiese algo que fuese la “hoja” , una
especie de forma primordial, según la cual todas las hojas hubiesen sido tejidas, dibujadas, calibradas,
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coloreadas, onduladas, pintadas, pero por manos torpes, de modo que ningún ejemplar hubiese resultado
correcto y fidedigno como copia fiel de la forma primordial.”7
El anterior ejemplo acerca del concepto hoja, ilustra claramente cómo hablar de conceptos
implica examinar cómo éstos se forman igualando lo no igual, ya que dicho concepto es
apropiado para una serie diferente de hojas en tanto que prescinde de las diferencias
individuales de cada una para lograr formar así una representación abstracta de todas ellas.
No obstante, esta representación conlleva el problema de no ser acorde con la naturaleza, ya
que en esta última no existe una hoja tal que sea la forma abstracta de todas las hojas
individuales. Por lo tanto, no sería posible confiar a los conceptos usados mediante el
lenguaje, la expresión adecuada del conocimiento sobre los objetos reales o cosas de la
naturaleza.
Finalmente, a partir del contenido del fragmento citado anteriormente (sobre el aspecto
crédulo que presenta el intelecto del ser humano), se puede considerar el reconocimiento por
parte del intelecto del ser humano acerca de su relación inmediata con los objetos reales o
cosas de la naturaleza, como un segundo argumento a favor de la imposibilidad de conocer y
explicar de manera evidente lo que es la naturaleza, debido a que dicho reconocimiento pone
de manifiesto la falta de una conexión necesaria y totalmente confiable entre los objetos
reales o cosas de la naturaleza, y la supuesta expresión adecuada de su conocimiento
mediante el uso del lenguaje.
III - El tercer y último argumento a favor de la imposibilidad de conocer y explicar de
manera evidente lo que es la naturaleza, surge a partir del siguiente fragmento:
“Ya le cuesta trabajo reconocer ante sí mismo que el insecto o el pájaro perciben otro mundo
completamente diferente al del hombre y que la cuestión de cuál de las dos concepciones del mundo es más
7 Nietzsche, Frederich. Sobre la Verdad y Mentira en Sentido Extramoral, página: 44. Editorial Península. Barcelona, 1988.
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correcta carece totalmente de sentido, puesto que para ello tendría que medirse con el criterio de la
percepción correcta, esto es, con un criterio del que no se dispone.”8
A partir del anterior fragmento, Nietzsche describe el aspecto soberbio que puede presentar
el intelecto del ser humano, en la medida en que le cuesta mucho llegar a reconocer la
posibilidad de que otros animales puedan tener una percepción sobre las cosas de la
naturaleza totalmente diferente a la suya.
Sin embargo, uno no puede evitar preguntarse qué impide que dicha posibilidad sea
reconocida, ya que así como los seres humanos tienen una estimulación o excitación
nerviosa frente a la presencia de un objeto real o cosa de la naturaleza, de igual manera
podría suceder un proceso similar con los animales en la medida en que algunos de ellos
también poseen sistemas nerviosos excitables. Por lo tanto, no se ve con claridad una razón
fundamental que impida aceptar la posibilidad de que dichos animales posean una percepción
totalmente diferente a la del ser humano sobre las cosas de la naturaleza.
Además, dado el caso en el que el intelecto del ser humano reconozca finalmente dicha
posibilidad, entonces surgiría la cuestión acerca de cuál percepción es más correcta (la
humana o la animal), cuestión para la cual no habría solución, según Nietzsche, en la medida
en que no se dispone de un criterio ideal sobre la percepción correcta, es decir, un criterio
sobre la expresión adecuada de un objeto en el sujeto, ya que tanto el uno (objeto) como el
otro (sujeto) constituyen dos esferas totalmente distintas, y sin ninguna relación de
causalidad entre ambas.
Finalmente, a partir del contenido del fragmento citado anteriormente (sobre el aspecto
soberbio que puede presentar el intelecto del ser humano), se puede considerar el
reconocimiento por parte del intelecto del ser humano acerca de la posibilidad que tienen
8 Nietzsche, Frederich. Sobre la Verdad y Mentira en Sentido Extramoral, página: 47. Editorial Península. Barcelona, 1988.
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algunos animales de percibir las cosas de la naturaleza de una manera totalmente diferente a
la suya, como un tercer argumento a favor de la imposibilidad de conocer y explicar de
manera evidente lo que es la naturaleza, debido a que dicho reconocimiento implica buscar
un criterio ideal inexistente sobre la percepción correcta, mediante el cual se puedan
comparar ambas percepciones (humana - animal) para saber cuál expresa más
adecuadamente el objeto real o cosa de la naturaleza percibida.
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Capítulo 2.1: “El hombre ya no es más la medida cierta de todas las cosas”
Análisis sobre una de las posibles consecuencias que implica aceptar una respuesta
negativa a la cuestión expuesta en el capítulo 1.
A partir del examen sobre el contenido de cada uno de los tres argumentos utilizados en el
capítulo anterior (2), es decir: I - el reconocimiento por parte del ser humano acerca del
pequeño valor que tiene su intelecto dentro del desarrollo de la naturaleza del mundo, II - el
reconocimiento por parte del intelecto del ser humano acerca de su relación inmediata con
los objetos reales o cosas de la naturaleza, y III - el reconocimiento por parte del intelecto
del ser humano acerca de la posibilidad que tienen algunos animales de percibir las cosas de
la naturaleza de una manera totalmente diferente a la suya, considero que es factible extraer
y analizar una de las posibles consecuencias que implica aceptar una respuesta negativa a la
cuestión acerca de si hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente
lo que es la naturaleza.
I - Entre las posibles consecuencias que implica aceptar una respuesta negativa a la cuestión
acerca de si hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es
la naturaleza a partir del reconocimiento por parte del ser humano acerca del pequeño valor
que tiene su intelecto dentro del desarrollo de la naturaleza del mundo, se puede extraer y
analizar la siguiente: el hombre ya no es más la medida cierta de todas las cosas.
La anterior consecuencia se extrae a partir del examen sobre el contenido del primer
argumento, en tanto que dicho argumento implica que el ser humano renuncie a la supuesta
explicación universalmente válida que pretende aportar su intelecto acerca de la naturaleza y
todo lo que acontece en el mundo, debido a que dicho intelecto se ha mostrado tan sólo
como un producto temporal (pasajero) de la compleja creación de la naturaleza, y en tanto
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temporal (pasajero) hubo épocas en las cuales éste no existió, y de nuevo, cuando haya
desaparecido, no habrá sucedido entonces nada.
Finalmente, se podría concluir que aceptar una respuesta negativa a la cuestión acerca de si
hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la naturaleza
a partir del reconocimiento por parte del ser humano acerca del pequeño valor que tiene su
intelecto dentro del desarrollo de la naturaleza del mundo, implica la posible consecuencia
de considerar que el hombre ya no sea más la medida cierta de todas las cosas, en tanto que
éste se ve obligado a renunciar a la supuesta explicación universalmente válida que pretende
aportar su intelecto acerca de la naturaleza y todo lo que acontece en el mundo.
II - Entre las posibles consecuencias que implica aceptar una respuesta negativa a la cuestión
acerca de si hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es
la naturaleza a partir del reconocimiento por parte del intelecto del ser humano acerca de su
relación inmediata con los objetos reales o cosas de la naturaleza, se puede extraer y analizar
nuevamente, pero de manera distinta a I, la siguiente consecuencia: el hombre ya no es más
la medida cierta de todas las cosas.
La anterior consecuencia se extrae a partir del examen sobre el contenido del segundo
argumento, en tanto que dicho argumento implica que el intelecto del ser humano renuncie a
la supuesta consideración que hace del lenguaje como expresión adecuada de todas las cosas
(objetos) de la naturaleza, debido a la falta de una conexión necesaria y totalmente confiable
entre los objetos reales o cosas de la naturaleza, y la supuesta expresión adecuada de su
conocimiento mediante el uso del lenguaje.
Finalmente, se podría concluir que aceptar una respuesta negativa a la cuestión acerca de si
hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la naturaleza
a partir del reconocimiento por parte del intelecto del ser humano acerca de su relación
inmediata con los objetos reales o cosas de la naturaleza, implica la posible consecuencia de
18
pensar que el hombre ya no sea más la medida cierta de todas las cosas, en tanto que éste se
ve obligado a renunciar a la supuesta consideración que hace del lenguaje como expresión
adecuada de todas las cosas (objetos) de la naturaleza.
III - Entre las posibles consecuencias que implica aceptar una respuesta negativa a la
cuestión acerca de si hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente
lo que es la naturaleza a partir del reconocimiento por parte del intelecto del ser humano
acerca de la posibilidad que tienen algunos animales de percibir las cosas de la naturaleza de
una manera totalmente diferente a la suya, se puede extraer y analizar nuevamente, pero de
manera distinta a I y II, la siguiente consecuencia: el hombre ya no es más la medida cierta
de todas las cosas.
La anterior consecuencia se extrae a partir del examen sobre el contenido del tercer
argumento, en tanto que dicho argumento implica que el intelecto del ser humano renuncie a
la supuesta consideración que tiene de su percepción del mundo como la única correcta,
debido a la falta de un criterio ideal sobre la percepción correcta, mediante el cual se puedan
comparar ambas percepciones (humana - animal) para saber cuál expresa más
adecuadamente el objeto o cosa de la naturaleza percibida.
Finalmente, se podría concluir que aceptar una respuesta negativa a la cuestión acerca de si
hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la naturaleza
a partir del reconocimiento por parte del intelecto del ser humano acerca de la posibilidad
que tienen algunos animales de percibir las cosas de la naturaleza de una manera totalmente
diferente a la suya, implica la posible consecuencia de pensar que el hombre ya no sea más la
medida cierta de todas las cosas, en tanto que éste se ve obligado a renunciar a la supuesta
consideración que tiene de su percepción del mundo como la única correcta.
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Capítulo 3: Respuesta afirmativa a la cuestión expuesta en el capítulo 1 a partir de la
negación de los tres argumentos presentados en el capítulo 2.
A partir de la negación del contenido de los tres argumentos presentados en el capítulo 2, es
decir: I - el reconocimiento por parte del ser humano acerca del pequeño valor que tiene su
intelecto dentro del desarrollo de la naturaleza del mundo, II - el reconocimiento por parte
del intelecto del ser humano acerca de su relación inmediata con los objetos reales o cosas
de la naturaleza, y III - el reconocimiento por parte del intelecto del ser humano acerca de la
posibilidad que tienen algunos animales de percibir las cosas de la naturaleza de una manera
totalmente diferente a la suya, estimo que es posible dar una respuesta afirmativa a la
cuestión acerca de si hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente
lo que es la naturaleza.
I - La negación del contenido del primer argumento presentado en el capítulo 2, se puede
hacer de la siguiente manera:
En primer lugar, se podría decir que el hecho de que el ser humano reconozca su intelecto
como un producto temporal (pasajero) de la compleja creación de la naturaleza, no implica
necesariamente su imposibilidad para conocer y explicar de manera evidente lo que es la
naturaleza, debido a la posibilidad que se presenta de argumentar lo contrario, es decir, que
antes, gracias a que el intelecto del ser humano se considera como un producto temporal
(pasajero) de la compleja creación de la naturaleza, es factible que dicho intelecto, en tanto
producto (parte) del todo que es la naturaleza, posea algún tipo de conexión con ella, de tal
modo que le sea posible conocerla y explicarla de manera evidente.
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En segundo lugar, se podría decir que el hecho de que el ser humano reconozca su intelecto
como un producto temporal (pasajero) de la compleja creación de la naturaleza, y en tanto
temporal (pasajero) hubo épocas en las cuales éste no existió, no implica necesariamente la
imposibilidad de dicho intelecto para conocer y explicar de manera evidente lo que ha
pasado en la naturaleza mientras aún no existía, ya que al igual que en el párrafo anterior, se
presenta la posibilidad de argumentar que, antes, gracias a que el intelecto del ser humano se
considera como un producto temporal (pasajero) de la compleja creación de la naturaleza, es
factible que dicho intelecto, en tanto producto (parte) del todo que es la naturaleza, posea
algún tipo de conexión con ella, de tal modo que le sea posible llegar a conocer y explicar de
manera evidente lo que ha pasado en la naturaleza mientras aún no existía.
En tercer lugar, se podría decir que el hecho de que el ser humano reconozca su intelecto
como un producto de la compleja creación de la naturaleza, es decir, un producto que ha
llegado a ser lo que es durante largas épocas de ausencia y otras de desarrollo en la
naturaleza, no implica inevitablemente que deba desaparecer de nuevo y junto con él el
conocimiento y la explicación alcanzada sobre lo que es la naturaleza, ya que así como se
presenta la posibilidad de que desaparezca, se presenta también la posibilidad de que subsista
y se mantenga indefinidamente el conocimiento y la explicación alcanzada sobre lo que es la
naturaleza.
Finalmente, a partir de la negación del contenido del primer argumento presentado en el
capítulo 2, es posible dar una respuesta afirmativa a la cuestión acerca de si hay o no alguna
posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la naturaleza, debido a que el
reconocimiento por parte del ser humano acerca de su intelecto como un producto de la
compleja creación de la naturaleza, es decir, un producto que ha llegado a ser lo que es
durante largas épocas de ausencia y otras de desarrollo en la naturaleza, no implica
necesariamente la falta de algún tipo de conexión entre el intelecto humano (parte) y la
naturaleza (todo), que permita el conocimiento y la explicación de manera evidente del
segundo (naturaleza) por el primero (intelecto humano).
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II - Para realizar la negación del contenido del segundo argumento presentado en el capítulo
2, he estimado conveniente exponer primero una de las interpretaciones propuestas por
Maudemarie Clark en su artículo: “Language and Truth: Nietzsche`s Early Denial of
Truth”.
“Nietzsche’s classification of the object of perception as a metaphor relies crucially on Schopenhauer’s
representational theory. That “we believe we know something about the things themselves” when we
actually possess “nothing but metaphors for things” means, to begin with, that we believe we perceive
extramentally existing things, whereas we actually perceive only representations or images. These
representations or metaphors are present to us, Nietzsche makes perfectly clear, only when nerve stimuli
are transformed into the perception of external objects (TL 87 - 88, WL 885).”9
La interpretación propuesta por Clark acerca de la clasificación que hace Nietzsche de los
objetos de percepción como metáforas o simples representaciones de los objetos reales
(esencialidades originarias), apunta por un lado, a considerar dicha clasificación como el
resultado de una influencia directa de la teoría Schopenhaueriana del mundo como
representación, y por otro, a considerar el cuestionamiento que Nietzsche realiza sobre el
lenguaje como supuesta expresión adecuada de todas las cosas (objetos) de la naturaleza,
como un cuestionamiento sujeto más bien a la creencia en una teoría representacional de la
percepción que al carácter problemático del lenguaje.
En primer lugar, la interpretación de Clark sobre la clasificación hecha por Nietzsche acerca
de los objetos de percepción como una influencia directa de la teoría Schopenhaueriana del
mundo como representación, se basa en el siguiente fragmento:
“Creemos saber algo de las cosas mismas cuando hablamos de árboles, colores, nieve y flores y no
poseemos, sin embargo, más que metáforas de las cosas, que no corresponden en absoluto a las
esencialidades originarias. Del mismo modo que el sonido toma el aspecto de figura de arena, así la
enigmática X de la cosa en sí se presenta, primero, como excitación nerviosa, luego como imagen,
9 Clark, Maudemarie. Language and Truth: Nietzsche’s Early Denial of Truth, en Critical Assessments, página: 32, Volumen 2. Routledge.
22
finalmente como sonido articulado. En cualquier caso, por tanto, las cosas no ocurren lógicamente en la
formación del lenguaje y todo el material en el que trabaja y con el cual trabaja y después construye el
hombre de la verdad, el investigador, el filósofo, si no procede del país de Jauja, tampoco procede en
ningún caso, de la esencia de las cosas.”10
En el anterior fragmento, Nietzsche describe cómo nuestras expresiones sobre las cosas
constituyen solamente metáforas o representaciones de ellas, debido a que dichas
expresiones fallan en corresponder de manera idéntica con los objetos reales (esencialidades
originarias). Dicha falla, según Clark, no es debida a otra cosa que a la influencia directa de
la teoría Schopenhaueriana del mundo como representación sobre Nietzsche, en la medida
en que dicha teoría considera los objetos que vemos y sentimos en el mundo, tan sólo y nada
más que como nuestra representación de ellos mediante la aplicación del principio de razón
suficiente (ley de causalidad - tiempo - espacio). Por lo tanto, la falla de nuestras expresiones
en corresponder de manera idéntica con los objetos reales (esencialidades originarias),
constituiría más bien una imposibilidad de principio que una falla, en tanto que todos los
objetos que vemos y sentimos en el mundo, son tan sólo y nada más que nuestra
representación o metáfora de ellos.
En segundo lugar, la interpretación propuesta por Clark acerca de la clasificación que hace
Nietzsche de los objetos de percepción como metáforas o simples representaciones de los
objetos reales (esencialidades originarias), apunta a considerar el cuestionamiento que
Nietzsche realiza sobre el lenguaje como supuesta expresión adecuada de todas las cosas
(objetos) de la naturaleza, como un cuestionamiento sujeto más bien a la creencia en una
teoría representacional de la percepción que al carácter problemático del lenguaje, debido a
que la falla de nuestras expresiones en corresponder de manera idéntica con los objetos
reales (esencialidades originarias), se debe más bien a una imposibilidad de principio, en
tanto que todos los objetos que vemos y sentimos en el mundo, son tan sólo y nada más que
nuestra representación o metáfora de ellos.
10 Nietzsche, Frederich. Sobre la Verdad y Mentira en Sentido Extramoral, página: 44. Editorial Península. Barcelona, 1988.
23
Luego de exponer la interpretación propuesta por Clark acerca de la clasificación que hace
Nietzsche de los objetos de percepción como metáforas o simples representaciones de los
objetos reales (esencialidades originarias), pienso que es factible realizar de la siguiente
manera, la negación del contenido del segundo argumento presentado en el capítulo 2:
En primera instancia, se podría decir que el hecho de que el intelecto del ser humano
reconozca su relación inmediata con los objetos reales o cosas de la naturaleza, no implica
necesariamente su imposibilidad para conocer y explicar de manera evidente lo que es la
naturaleza, debido a que la falta que dicho reconocimiento pone de manifiesto, es decir: la
falta de una conexión necesaria y totalmente confiable entre los objetos reales o cosas de la
naturaleza, y la expresión adecuada de su conocimiento mediante el uso del lenguaje, resulta
ser más bien una imposibilidad de principio, que se presenta como consecuencia de la
creencia en una teoría representacional de la percepción, teoría según la cual, todos los
objetos que vemos y sentimos en el mundo, son tan sólo y nada más que nuestra
representación o metáfora de ellos.
En segunda instancia, se podría decir que el hecho de que el intelecto del ser humano
reconozca su relación inmediata con los objetos reales o cosas de la naturaleza, no implica
necesariamente su imposibilidad para conocer y explicar de manera evidente lo que es la
naturaleza, debido a que la falta que dicho reconocimiento pone de manifiesto, es decir: la
falta de una conexión necesaria y totalmente confiable entre las hojas de la naturaleza, y la
expresión adecuada de su conocimiento mediante el uso del concepto hoja, resulta ser más
bien una imposibilidad de principio, que se presenta como consecuencia de la creencia en
una teoría representacional de la percepción, teoría según la cual, todas las hojas que vemos
y sentimos en el mundo, son tan sólo y nada más que nuestra representación o metáfora de
ellas.
Finalmente, luego de exponer la interpretación propuesta por Clark acerca de la clasificación
que hace Nietzsche de los objetos de percepción como metáforas o simples representaciones
24
de los objetos reales (esencialidades originarias), pienso que es posible dar -a partir de la
negación del contenido del segundo argumento presentado en el capítulo 2- una respuesta
afirmativa a la cuestión acerca de si hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de
manera evidente lo que es la naturaleza, debido a que la falta que se hace manifiesta con el
reconocimiento por parte del intelecto del ser humano acerca de su relación inmediata con
los objetos reales o cosas de la naturaleza, es decir: la falta de una conexión necesaria y
totalmente confiable entre los objetos reales o cosas de la naturaleza, y la expresión
adecuada de su conocimiento mediante el uso del lenguaje, resulta ser más bien una
imposibilidad de principio, que se presenta como consecuencia de la creencia en una teoría
representacional de la percepción, teoría según la cual, todos los objetos que vemos y
sentimos en el mundo, son tan sólo y nada más que nuestra representación o metáfora de
ellos.
III - La negación del contenido del tercer argumento presentado en el capítulo 2 al igual que
la negación del segundo, surge a partir de una interpretación propuesta por Maudemarie
Clark en su artículo: “Language and Truth: Nietzsche`s Early Denial of Truth”.
“Nietzsche´s earlier remarks make clear that he equates “the adequate expression of an object in the
subject” with “the pure truth apart from consequences” and that the latter amounts to correspondence to
things in themselves (TL 81 - 82, WL 879). We must therefore interpret Nietzsche as claiming that
correspondence to things in themselves is a contradictory impossibility.”11
La interpretación propuesta por Clark acerca del cuestionamiento que realiza Nietzsche
sobre la expresión adecuada de un objeto en el sujeto como una imposibilidad contradictoria,
se basa en la evidencia mostrada en el siguiente fragmento:
“Ya le cuesta trabajo reconocer ante sí mismo que el insecto o el pájaro perciben otro mundo
completamente diferente al del hombre y que la cuestión de cuál de las dos concepciones del mundo es más
11 Clark, Maudemarie. Language and Truth: Nietzsche’s Early Denial of Truth, en Critical Assessments, página: 41, Volumen 2. Routledge.
25
correcta carece totalmente de sentido, puesto que para ello tendría que medirse con el criterio de la
percepción correcta, esto es, con un criterio del que no se dispone. De todos modos, sin embargo, la
percepción correcta -que sería la expresión adecuada de un objeto en el sujeto- me parece un absurdo lleno
de contradicciones: porque entre dos esferas absolutamente distintas como el sujeto y el objeto no hay
ninguna causalidad, ninguna exactitud, ninguna expresión sino, a lo sumo, un comportamiento estético,
quiero decir, una extrapolación indicativa, una traducción balbuciente a un lenguaje completamente
extraño.”12
El anterior fragmento sirve, según Clark, para demostrar nuevamente en Nietzsche la
influencia de la teoría Schopenhaueriana del mundo como representación, en la medida en
que Nietzsche estima como un absurdo lleno de contradicciones la posibilidad de que se de
la expresión adecuada de un objeto en el sujeto. En otras palabras, la expresión adecuada de
un objeto en el sujeto es una imposibilidad contradictoria, en tanto que todos los objetos que
vemos y sentimos en el mundo, son tan sólo y nada más que nuestra representación o
metáfora de ellos, y por lo tanto, la expresión de un objeto en el sujeto (desde el principio)
siempre va a fallar en corresponder de manera idéntica con los objetos reales (esencialidades
originarias).
Así, luego de exponer la interpretación propuesta por Clark acerca del cuestionamiento que
realiza Nietzsche sobre la expresión adecuada de un objeto en el sujeto como una
imposibilidad contradictoria, pienso que es factible realizar de la siguiente manera, la
negación del contenido del tercer argumento presentado en el capítulo 2:
En primer lugar,se podría decir que el hecho de que el intelecto del ser humano reconozca la
posibilidad que tienen algunos animales de percibir las cosas de la naturaleza de una manera
totalmente diferente a la suya, no implica necesariamente su imposibilidad para conocer y
explicar de manera evidente lo que es la naturaleza, debido a que la búsqueda de un criterio
sobre la percepción correcta que dicho reconocimiento implica, resulta ser más bien una
12 Nietzsche, Frederich. Sobre la Verdad y Mentira en Sentido Extramoral, página: 47. Editorial Península. Barcelona, 1988.
26
imposibilidad contradictoria de principio, que se presenta como consecuencia de la influencia
de la teoría Schopenhaueriana del mundo como representación en Nietzsche, en la medida
en que todos los objetos que vemos y sentimos en el mundo, son tan sólo y nada más que
nuestra representación o metáfora de ellos, y por lo tanto, la expresión de un objeto en el
sujeto (cualquiera que sea este último: humano o animal) siempre va a fallar (desde el
principio) en corresponder de manera idéntica con los objetos reales (esencialidades
originarias).
En segundo lugar, partiendo de la aceptación de la interpretación propuesta por Clark acerca
del cuestionamiento que realiza Nietzsche sobre la expresión adecuada de un objeto en el
sujeto como una imposibilidad contradictoria, creo que es posible dar una respuesta
afirmativa a la cuestión acerca de si hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de
manera evidente lo que es la naturaleza, debido a que el reconocimiento por parte del
intelecto del ser humano acerca de la posibilidad que tienen algunos animales de percibir las
cosas de la naturaleza de una manera totalmente diferente a la suya, puede brindar -entre
otras- la oportunidad de realizar una investigación comparativa sobre las diversas y distintas
percepciones que tanto los animales como los seres humanos tienen acerca de las cosas de la
naturaleza (visto esto como el fin último de una investigación científica descomunal hasta
ahora), de tal modo que los resultados de dicha investigación, permitan incrementar el
conocimiento de los seres humanos acerca de la naturaleza y la forma de explicar ésta de
manera evidente.
Finalmente, luego de exponer la interpretación propuesta por Clark, estimo que es factible
dar -a partir de la negación del contenido del tercer argumento presentado en el capítulo 2-
una respuesta afirmativa a la cuestión acerca de si hay o no alguna posibilidad de conocer y
explicar de manera evidente lo que es la naturaleza, debido a que la búsqueda de un criterio
sobre la percepción correcta que implica el reconocimiento por parte del intelecto del ser
humano acerca de la posibilidad que tienen algunos animales de percibir las cosas de la
27
naturaleza de una manera totalmente diferente a la suya, resulta ser más bien una
imposibilidad contradictoria de principio, que se presenta como consecuencia de la influencia
de la teoría Schopenhaueriana del mundo como representación en Nietzsche, en la medida
en que todos los objetos que vemos y sentimos en el mundo, son tan sólo y nada más que
nuestra representación o metáfora de ellos, y por lo tanto, la expresión de un objeto en el
sujeto (cualquiera que sea este último: humano o animal) siempre va a fallar (desde el
principio) en corresponder de manera idéntica con los objetos reales (esencialidades
originarias).
28
Capítulo 3.1: “El hombre es la medida cierta de todas las cosas”
Análisis sobre una de las posibles consecuencias que implica aceptar una respuesta
afirmativa a la cuestión expuesta en el capítulo 1.
A partir del examen sobre la negación del contenido de los tres argumentos presentados en
el capítulo 2, es decir: I - el reconocimiento por parte del ser humano acerca del pequeño
valor que tiene su intelecto dentro del desarrollo de la naturaleza del mundo, II - el
reconocimiento por parte del intelecto del ser humano acerca de su relación inmediata con
los objetos reales o cosas de la naturaleza, y III - el reconocimiento por parte del intelecto
del ser humano acerca de la posibilidad que tienen algunos animales de percibir las cosas de
la naturaleza de una manera totalmente diferente a la suya, considero que es factible extraer
y analizar una de las posibles consecuencias que implica aceptar una respuesta afirmativa a la
cuestión acerca de si hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente
lo que es la naturaleza.
I - Entre las posibles consecuencias que implica aceptar una respuesta afirmativa a la
cuestión acerca de si hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente
lo que es la naturaleza a partir de la negación del contenido del primer argumento
presentado en el capítulo 2, se puede extraer y analizar la siguiente: el hombre es la medida
cierta de todas las cosas.
La anterior consecuencia se extrae a partir del examen sobre la negación del contenido del
primer argumento presentado en el capítulo 2, en tanto que la negación de dicho argumento
implica que el ser humano afirme como universalmente válida la explicación que su intelecto
aporta acerca de la naturaleza y todo lo que acontece en el mundo, debido a que el
reconocimiento por parte del ser humano acerca de su intelecto como un producto de la
29
compleja creación de la naturaleza, es decir, un producto que ha llegado a ser lo que es
durante largas épocas de ausencia y otras de desarrollo en la naturaleza, no implica
necesariamente la falta de algún tipo de conexión entre el intelecto humano (parte) y la
naturaleza (todo), que permita el conocimiento y la explicación de manera evidente del
segundo (naturaleza) por el primero (intelecto humano).
Finalmente, se podría concluir que aceptar una respuesta afirmativa a la cuestión acerca de si
hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la naturaleza
a partir de la negación del contenido del primer argumento presentado en el capítulo 2,
implica la posible consecuencia de considerar que el hombre sea la medida cierta de todas las
cosas, en tanto que éste afirma como universalmente válida la explicación que su intelecto
aporta acerca de la naturaleza y todo lo que acontece en el mundo.
II - Entre las posibles consecuencias que implica aceptar una respuesta afirmativa a la
cuestión acerca de si hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente
lo que es la naturaleza a partir de la negación del contenido del segundo argumento
presentado en el capítulo 2, se puede extraer y analizar nuevamente, pero de manera distinta
a I, la siguiente consecuencia : el hombre es la medida cierta de todas las cosas.
La anterior consecuencia se extrae a partir del examen sobre la negación del contenido del
segundo argumento presentado en el capítulo 2, en tanto que la negación de dicho
argumento implica que el intelecto del ser humano afirme la consideración que hace del
lenguaje como expresión adecuada de todas la cosas (objetos) de la naturaleza, debido a que
la falta que se hace manifiesta con el reconocimiento por parte del intelecto del ser humano
acerca de su relación inmediata con los objetos reales o cosas de la naturaleza, es decir: la
falta de una conexión necesaria y totalmente confiable entre los objetos reales o cosas de la
naturaleza, y la expresión adecuada de su conocimiento mediante el uso del lenguaje, resulta
ser más bien una imposibilidad de principio, que se presenta como consecuencia de la
creencia en una teoría representacional de la percepción, teoría según la cual, todos los
30
objetos que vemos y sentimos en el mundo, son tan sólo y nada más que nuestra
representación o metáfora de ellos.
Finalmente, se podría concluir que aceptar una respuesta afirmativa a la cuestión acerca de si
hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la naturaleza
a partir de la negación del contenido del segundo argumento presentado en el capítulo 2,
implica la posible consecuencia de pensar que el hombre sea la medida cierta de todas las
cosas, en tanto que éste afirma la consideración que hace del lenguaje como expresión
adecuada de todas la cosas (objetos) de la naturaleza.
III - Entre las posibles consecuencias que implica aceptar una respuesta afirmativa a la
cuestión acerca de si hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente
lo que es la naturaleza a partir de la negación del contenido del tercer argumento presentado
en el capítulo 2, se puede extraer y analizar nuevamente, pero de manera distinta a I y II, la
siguiente consecuencia : el hombre es la medida cierta de todas las cosas.
La anterior consecuencia se extrae a partir del examen sobre la negación del contenido del
tercer argumento presentado en el capítulo 2, en tanto que la negación de dicho argumento
implica que el intelecto del ser humano afirme la consideración que tiene de su percepción
del mundo como la única correcta, debido a que la búsqueda de un criterio sobre la
percepción correcta que implica el reconocimiento por parte del intelecto del ser humano
acerca de la posibilidad que tienen algunos animales de percibir las cosas de la
naturaleza de una manera totalmente diferente a la suya, resulta ser más bien una
imposibilidad contradictoria de principio, que se presenta como consecuencia de la influencia
de la teoría Schopenhaueriana del mundo como representación en Nietzsche, en la medida
en que todos los objetos que vemos y sentimos en el mundo, son tan sólo y nada más que
nuestra representación o metáfora de ellos, y por lo tanto, la expresión de un objeto en el
sujeto (cualquiera que sea este último: humano o animal) siempre va a fallar (desde el
31
principio) en corresponder de manera idéntica con los objetos reales (esencialidades
originarias).
Finalmente, se podría concluir que aceptar una respuesta afirmativa a la cuestión acerca de si
hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la naturaleza
a partir de la negación del contenido del tercer argumento presentado en el capítulo 2,
implica la posible consecuencia de pensar que el hombre sea la medida cierta de todas las
cosas, en tanto que éste afirma la consideración que tiene de su percepción del mundo como
la única correcta.
32
Capítulo 4: Imposibilidad y posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es
la naturaleza como cuestiones relativas a la perspectiva histórica-materialmente cambiante
del hombre (intuitiva - racional).
Luego de exponer tanto los argumentos a favor de una respuesta negativa (imposibilidad)
como los argumentos a favor de una respuesta afirmativa (posibilidad) a la cuestión acerca
de si hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la
naturaleza, pienso que es factible considerar ambas posiciones (imposibilidad y posibilidad)
como cuestiones relativas a la perspectiva histórica-materialmente cambiante del hombre
(intuitiva - racional). En otras palabras, la imposibilidad o posibilidad de conocer y explicar
de manera evidente lo que es la naturaleza, depende en última instancia de la perspectiva
tomada por el hombre para regir su vida. Así, tendríamos por una parte, que cuando el
hombre opta por la perspectiva intuitiva para regir su vida, entonces la imposibilidad de
conocer y explicar de manera evidente lo que es la naturaleza, sería su inmediata
consecuencia. Por otra parte, cuando el hombre opta por la perspectiva racional para regir
su vida, entonces se daría la posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es
la naturaleza.
Para entender qué significado tiene en este capítulo el hablar tanto de una perspectiva
intuitiva como de una perspectiva racional adoptada por el hombre para regir su vida, he
estimado conveniente citar y explicar el contenido del siguiente fragmento de la segunda
parte del texto “Sobre la verdad y mentira en sentido extramoral”:
“Hay épocas en las que están juntos el hombre racional y el hombre intuitivo, el uno angustiado ante la
intuición, el otro mofándose de la abstracción; este último es tan irracional, pues, como poco artístico el
primero. Ambos desean dominar la vida: éste sabiendo afrontar las necesidades más esenciales mediante
33
previsión, prudencia y regularidad, aquél sin ver, como un héroe superalegre, esas necesidades y tomando
como real solamente la vida fingida en apariencia y en belleza.”13
En el anterior fragmento, por un lado, Nietzsche hace una descripción del hombre racional
como un hombre que se rige a partir de abstracciones (ejemplo: conceptos) por medio de las
cuales puede afrontar (“mediante previsión, prudencia y regularidad”14) sus necesidades
más esenciales en la dominación de la vida. Este hombre racional o de perspectiva racional,
no es otro, según Nietzsche, que el hombre de la ciencia, el hombre científico, cuyo intelecto
cumple un papel de esclavo, es decir, cumple con “la melancólica ocupación de mostrarle
el camino y las herramientas a un pobre individuo que suspira por la existencia y como un
siervo se lanzaba a conseguir para su señor presa y botín.”15
Por otro lado, en el fragmento citado anteriormente, Nietzsche hace una descripción del
hombre intuitivo como un hombre que se rige a partir de intuiciones (ejemplo: mitos) por
medio de las cuales afronta alegremente la vida “tomando como real solamente la vida
fingida en apariencia y en belleza”16 . Este hombre intuitivo o de perspectiva intuitiva, no
es otro, según Nietzsche, que el hombre del arte, el hombre artista, cuyo intelecto cumple un
papel de amo y señor creador. En otras palabras, “confunde las rúbricas y las celdas de los
conceptos introduciendo nuevas extrapolaciones, metáforas y metonimias; constantemente
muestra el deseo de configurar el mundo existente del hombre despierto haciéndolo tan
multicolor, irregular, inconsecuente, inconexo, encantador y eternamente nuevo como lo es
el mundo de los sueños”17.
Luego de exponer qué significado tiene en este capítulo el hablar tanto de una perspectiva
intuitiva como de una perspectiva racional adoptada por el hombre para regir su vida, creo
13 Nietzsche, Frederich. Sobre la Verdad y Mentira en Sentido Extramoral, página: 51. Editorial Península. Barcelona, 1988. 14 Ibídem. 15 Ibídem. Página: 50. 16 Ibídem. Página: 51. 17 Ibídem. Página: 49 - 50.
34
que es plausible argumentar de la siguiente manera cómo la imposibilidad o posibilidad de
conocer y explicar de manera evidente lo que es la naturaleza, depende en última instancia
de la perspectiva tomada por el hombre para regir su vida.
Por una parte, en primer lugar, tendríamos que cuando el hombre opta por la perspectiva
intuitiva para regir su vida, entonces la imposibilidad de conocer y explicar de manera
evidente lo que es la naturaleza, sería su inmediata consecuencia, ya que este hombre
intuitivo, en la medida en que es un hombre artista, da rienda suelta a su intelecto para que
haga de los conceptos “solamente un armazón y un juguete para sus más temerarias obras
de arte”18 , y además, en tanto que es un hombre artista, “muestra el deseo de configurar el
mundo existente del hombre despierto haciéndolo tan multicolor, irregular, inconsecuente,
inconexo, encantador y eternamente nuevo como lo es el mundo de los sueños”19 . Por
consiguiente, este hombre intuitivo reconocería implícitamente o explícitamente la falta de
una conexión necesaria y totalmente confiable entre los objetos reales o cosas de la
naturaleza, y la supuesta expresión adecuada de su conocimiento mediante el uso de los
conceptos del lenguaje (contenido del argumento II del capítulo 2).
En segundo lugar, tendríamos que cuando el hombre opta por la perspectiva intuitiva para
regir su vida, entonces la imposibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la
naturaleza, sería su inmediata consecuencia, debido a que este hombre artista, en tanto que
se rige a partir de intuiciones (ejemplo: mitos) por medio de las cuales afronta alegremente la
vida “tomando como real solamente la vida fingida en apariencia y en belleza”20 ,
reconocería en su intelecto liberado y creador, el pequeño valor que tiene dentro del
desarrollo de la naturaleza del mundo, ya que dicho intelecto se ha mostrado tan sólo como
un producto temporal (pasajero) de la compleja creación de la naturaleza, y en tanto
temporal (pasajero) hubo épocas en las cuales éste no existió, y de nuevo, cuando haya 18 Nietzsche, Frederich. Sobre la Verdad y Mentira en Sentido Extramoral, página: 51. Editorial Península. Barcelona, 1988. 19Ibídem. Página: 49 - 50.
35
desaparecido, no habrá sucedido entonces nada (contenido del argumento I del capítulo 2).
Por lo tanto, el reconocimiento por parte del hombre intuitivo acerca de la inevitable
desaparición de su intelecto, restaría valor a la búsqueda de un conocimiento y explicación
de manera evidente acerca de lo que es la naturaleza, ya que en su vida alegre y pasajera lo
único que vale la pena de tomar realmente es “la vida fingida en apariencia y en belleza”21.
En tercer lugar, tendríamos que cuando el hombre opta por la perspectiva intuitiva para regir
su vida, entonces la imposibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la
naturaleza, sería su inmediata consecuencia, debido a que este hombre artista, en la medida
en que da rienda suelta a su intelecto para que haga de los conceptos “solamente un
armazón y un juguete para sus más temerarias obras de arte”22, y en tanto que “muestra el
deseo de configurar el mundo existente del hombre despierto haciéndolo tan multicolor,
irregular, inconsecuente, inconexo, encantador y eternamente nuevo como lo es el mundo
de los sueños”23, reconocería la falta de un único criterio ideal sobre la percepción correcta,
mediante el cual se puedan comparar ambas percepciones (humana - animal) para saber cuál
expresa más adecuadamente el objeto o cosa de la naturaleza (contenido del argumento III
del capítulo 2).
Por otra parte, en primer lugar, tendríamos que cuando el hombre opta por la perspectiva
racional para regir su vida, entonces se daría la posibilidad de conocer y explicar de manera
evidente lo que es la naturaleza, ya que este hombre racional, en la medida en que es un
hombre científico, se rige a partir de abstracciones (ejemplo: conceptos) por medio de las
cuales puede afrontar (“mediante previsión, prudencia y regularidad”24) sus necesidades
más esenciales en la dominación de la vida. Por lo tanto, este hombre científico, en la medida
20Ibídem. Página: 51. 21Nietzsche, Frederich. Sobre la Verdad y Mentira en Sentido Extramoral, página: 51. Editorial Península. Barcelona, 1988. 22Ibídem. 23Ibídem. Página: 49 - 50. 24Ibídem. Página: 51.
36
en que rige su vida a partir de abstracciones (ejemplo: conceptos), puede conocer y explicar
de manera evidente lo que es la naturaleza, debido a que la falta que se ha hecho manifiesta
anteriormente (contenido del argumento II del capítulo 2) con el reconocimiento por parte
del intelecto del ser humano acerca de su relación inmediata con los objetos reales o cosas
de la naturaleza, es decir: la falta de una conexión necesaria y totalmente confiable entre los
objetos reales o cosas de la naturaleza, y la expresión adecuada de su conocimiento mediante
el uso de los conceptos del lenguaje, resultó ser más bien una imposibilidad de principio, que
se presentó como consecuencia de la creencia en una teoría representacional de la
percepción, teoría según la cual, todos los objetos que vemos y sentimos en el mundo, son
tan sólo y nada más que nuestra representación o metáfora de ellos.
En segundo lugar, tendríamos que cuando el hombre opta por la perspectiva racional para
regir su vida, entonces se daría la posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo
que es la naturaleza, ya que este hombre científico, en tanto que se rige a partir de
abstracciones (ejemplo: conceptos) por medio de las cuales puede afrontar (“mediante
previsión, prudencia y regularidad”25 ) sus necesidades más esenciales en la dominación de
la vida, y en la medida en que guiado por las abstracciones al tener experiencias aprende
tanto a afrontar “mediante previsión, prudencia y regularidad”26 los acontecimientos que
suceden en su vida, tiende a ordenar estos últimos, de tal manera que pueda establecer un
vínculo o conexión entre ellos que permita explicarlos gradualmente (por ejemplo: el
ordenamiento mediante los conceptos de pasado - presente - futuro). Por consiguiente, este
hombre científico, en tanto que rige su vida a partir de abstracciones (ejemplo: conceptos)
puede conocer y explicar de manera evidente lo que es la naturaleza, debido a que el
reconocimiento por parte del ser humano acerca de su intelecto como un producto de la
compleja creación de la naturaleza (contenido del argumento I del capítulo 2), es decir, un
producto que ha llegado a ser lo que es durante largas épocas de ausencia y otras de
25Nietzsche, Frederich. Sobre la Verdad y Mentira en Sentido Extramoral, página: 51. Editorial Península. Barcelona, 1988. 26Ibídem.
37
desarrollo en la naturaleza, no implica necesariamente la falta de constancia del hombre
científico por establecer algún tipo de vínculo o conexión entre el intelecto humano (como
parte del todo que es la naturaleza) y la naturaleza (todo), que permita el conocimiento y la
explicación de manera evidente del segundo (naturaleza) por el primero (intelecto humano).
En tercer lugar, tendríamos que cuando el hombre opta por la perspectiva racional para regir
su vida, entonces se daría la posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es
la naturaleza, ya que este hombre científico, en la medida en que se rige a partir de
abstracciones (ejemplo: conceptos) por medio de las cuales puede afrontar (“mediante
previsión, prudencia y regularidad”27 ) sus necesidades más esenciales en la dominación de
la vida, reconocería tarde o temprano que la búsqueda de un criterio sobre la percepción
correcta que supuestamente implica el reconocimiento por parte del intelecto del ser humano
acerca de la posibilidad que tienen algunos animales de percibir las cosas de la
naturaleza de una manera totalmente diferente a la suya (contenido del argumento III del
capítulo 2), resulta ser más bien una imposibilidad contradictoria de principio, que se
presenta como consecuencia de la creencia en una teoría representacional de la percepción,
teoría según la cual, todos los objetos que vemos y sentimos en el mundo, son tan sólo y
nada más que nuestra representación o metáfora de ellos, y por lo tanto, la expresión de un
objeto en el sujeto (cualquiera que sea este último: humano o animal) siempre va a fallar
(desde el principio) en corresponder de manera idéntica con los objetos reales
(esencialidades originarias).
Finalmente, luego de argumentar cómo la imposibilidad o posibilidad de conocer y explicar
de manera evidente lo que es la naturaleza, depende en última instancia de la perspectiva
(intuitiva o racional) tomada por el hombre para regir su vida, pienso que es factible concluir
que ambas posiciones (imposibilidad y posibilidad) constituyen cuestiones relativas a la
perspectiva histórica-materialmente cambiante del hombre. En otras palabras, esto último
27Nietzsche, Frederich. Sobre la Verdad y Mentira en Sentido Extramoral, página: 51. Editorial Península. Barcelona, 1988.
38
significa que el hombre (entendido en este caso como humanidad) determinado tanto por las
circunstancias o acontecimientos históricos (estados de guerra o de paz, anarquía o
gobernabilidad ...etc.) como por las condiciones materiales (abundancia o escasez de los
recursos naturales) de la época y del lugar de la tierra en el que se encuentra, opta por una
perspectiva intuitiva o por una perspectiva racional o por ambas simultáneamente como se
puede apreciar hoy en día en la sociedad de nuestro país (por poner un ejemplo concreto),
ya que en ésta tenemos tanto artistas como científicos, cada uno de los cuales rige su vida de
acuerdo a una perspectiva distinta (intuitiva - racional), pero, sin embargo, comparten tanto
las circunstancias o acontecimientos históricos generales como las condiciones materiales
generales de la actual sociedad colombiana.
Asimismo, el hecho de que el hombre (entendido en este caso como humanidad) opte por
ambas perspectivas simultáneamente (intuitiva - racional) como es el caso en nuestra
sociedad colombiana, demuestra a su vez que ambas perspectivas pueden tener una
valoración equivalente, ya que si una intenta imponerse sobre la otra, siempre existe la
posibilidad de encontrar los puntos débiles de la primera para hacer que la segunda se
imponga y viceversa. En otras palabras, y haciendo alusión concreta al contenido de este
capítulo: si el hombre científico o de perspectiva racional cree tener una mayor valoración o
pretende imponerse sobre el hombre artista o de perspectiva intuitiva, en la medida en que
concibe la posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la naturaleza,
siempre existe la posibilidad de encontrar y argumentar los puntos débiles que subyacen a la
perspectiva que ha tomado (en este caso los tres puntos débiles de la perspectiva racional
han sido expuestos anteriormente como los argumentos del capítulo 2), para hacer que el
hombre artista o de perspectiva intuitiva se imponga junto con su concepción de la
imposibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la naturaleza, y así, repetir
nuevamente el proceso de encontrar los puntos débiles, pero en el caso contrario. Por
consiguiente, estimo que lo más adecuado al valorar ambas perspectivas (intuitiva:
imposibilidad o racional: posibilidad, de conocer y explicar de manera evidente lo que es la
39
naturaleza), es valorarlas como partes equivalentes de la totalidad que constituye el intelecto
del ser humano, el cual como ha expuesto Nietzsche, algunas veces sirve como esclavo y
otras como amo y señor del hombre.
40
CONCLUSIÓN
Finalmente, se podría concluir que el objetivo propuesto en esta monografía, es decir, el
intentar resolver la cuestión acerca de si hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar
de manera evidente lo que es la naturaleza, se cumple en la medida en que la valoración
equitativa de las perspectivas intuitiva y racional adoptadas por el hombre para regir su vida,
permite resolver la cuestión en discusión desde dos posiciones distintas, pero que, sin
embargo, constituyen partes equivalentes de la totalidad del intelecto del ser humano.
Así, por una parte, tuvimos al hombre científico o de perspectiva racional, el cual, en tanto
que rige su vida a partir de abstracciones (ejemplo: conceptos) por medio de las cuales
puede afrontar (“mediante previsión, prudencia y regularidad”28 ) sus necesidades más
esenciales en la dominación de la vida, concibe la posibilidad de conocer y explicar de
manera evidente lo que es la naturaleza.
Por otra parte, tuvimos al hombre artista o de perspectiva intuitiva, el cual, en tanto que rige
su vida a partir de intuiciones (ejemplo: mitos) por medio de las cuales afronta alegremente
la vida “tomando como real solamente la vida fingida en apariencia y en belleza”29 , y en
tanto que “muestra el deseo de configurar el mundo existente del hombre despierto
haciéndolo tan multicolor, irregular, inconsecuente, inconexo, encantador y eternamente
nuevo como lo es el mundo de los sueños”30 , concibe la imposibilidad de conocer y explicar
de manera evidente lo que es la naturaleza.
28Nietzsche, Frederich. Sobre la Verdad y Mentira en Sentido Extramoral, página: 51. Editorial Península. Barcelona, 1988. 29Ibídem. 30Ibídem. Página: 49 - 50.
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Ambas perspectivas (intuitiva - racional) resuelven de forma diferente la cuestión acerca de
si hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la
naturaleza, pero sólo adquieren sentido si se valoran como partes equivalentes de la
totalidad que constituye el intelecto del ser humano, ya que el valorar cada una por separado
como la mejor perspectiva, sólo nos lleva a crear una dicotomía insanable en el intelecto del
ser humano, como si éste pudiera ser siempre considerado como dos cosas absolutamente
distintas e incompatibles entre sí en los hombres, en unos presentándose como esclavo y en
otros como amo y señor del hombre, pero nunca como partes equivalentes e integrantes de
su totalidad.
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BIBLIOGRAFÍA
Bibliografía primaria:
- Nietzsche, Frederich. Aforismo 11 de la primera parte de “Humano demasiado Humano”.
Akal ediciones. Madrid, 1996.
- Nietzsche, Frederich. “Sobre la Verdad y Mentira en Sentido Extramoral”. Editorial
Península. Barcelona, 1988.
- Clark, Maudemarie. “Language and Truth: Nietzsche’s Early Denial of Truth”, en
“Critical Assessments”. Volumen 2. Routledge.
Bibliografía secundaria:
- Foucault, Michel. “La Verdad y las Formas Jurídicas”, en “Colección Hombre y
Sociedad”(serie mediaciones). Editorial Gedisa. Barcelona, 1980.
- Pippin, Robert. “Truth and Lies in the Early Nietzsche” en “Critical Assessments”.
Volumen 2. Routledge.
- Parkes, Graham. “Nietzsche on the Fantastic Fabric of Experience” en “Critical
Assessments”. Volumen 2. Routledge.
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LA TOTALIDAD DEL INTELECTO HUMANO
RAZÓN VS INTUICIÓN
¿Hay o no alguna posibilidad de conocer y explicar de manera evidente lo que es la
naturaleza?
Monografía presentada al Departamento de Filosofía de la Universidad de los Andes por
Alfonso Serrano Tatis para obtener el título de Filósofo.
Director de Monografía: Ignacio Abello.
Fecha: Diciembre 1 de 2003.