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La UNED y las tendencias del mercado laboral Capítulo 2 Perspectiva teórica Capital, neoliberalismo y globalización: aproximaciones teóricas.

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La UNED y las tendencias del mercado laboral

Capítulo 2

Perspectiva teórica

Capital, neoliberalismo y globalización: aproximaciones teóricas.

2. Capital, neoliberalismo y globalización: aproximaciones teóricas.

El neo-liberalismo es una corriente de política económica, es decir un

conjunto de estrategias que formulan los Estados y los gobiernos con el

fin de dirigir la economía de un país, promoviendo estímulos económicos a

los distintos agentes o actores económicos, mediante leyes, impuestos,

subsidios o regulaciones. La corriente neo-liberal se caracteriza

principalmente por la búsqueda de la disminución de las participación del

Estado en los ámbitos económicos y sociales, promoviendo al mercado

capitalista como el agente encargado del crecimiento económico y social

de un país. Es a su vez una ideología, que representa un modelo o

estrategia de desarrollo que pretende institucionalizar el sistema de

comercio mundial, como señala Wallerstein (citado en Vargas Solís, 2010,

p.9), el sistema capitalista mundial “ha devenido un sistema de división

del trabajo, generación, circulación y distribución de plusvalor, que

tiene vigencia planetaria y prácticamente se ha impuesto sobre la

totalidad de las sociedades y economías nacionales”.

La corriente neo-liberal parte de al menos cinco grandes recomendaciones

macro-económicas: a)des-regulación, es decir la disminución de leyes y

reglamentos al mínimo necesario, para de este modo facilitar la

interacción de los actores económicos; b) privatización, es decir la

transferencia de funciones del Estado a empresas privadas, bajo la

premisa de que son más productivas y eficientes que la burocracia

estatal; c)políticas monetarias restrictivas, es función de los

organismos financieros nacionales velar por el control de la inflación y

la devaluación, mediante un fuerte control de la oferta monetaria

tratando de paliar los efectos de los ciclos económicos de expansión o de

contracción; d)políticas fiscales restrictivas, principalmente enfocadas

hacia la disminución del gasto público, el cual pasa a manos del sector

privado (generalmente mediante concesiones) y por otra parte a una

relación inversamente proporcional de disminución de los impuestos a la

producción y a la renta y un aumento de las tasas impositivas al consumo

(aunque esto último signifique la aplicación de una forma regresiva de

gravar la economía, en el caso costarricense el impuesto de ventas es un

impuesto regresivo puesto que se cobra a los habitantes sin importar su

nivel de ingresos ni su condición socio-económica y sin importar el nivel

de renta que perciben); e)liberalización, la cual parte de los supuestos

de que, al existir mayor cantidad de agentes de mercado y de economías de

escala producto de una disminución de los costes que obtienen las

empresas a razón de su crecimiento-expansión y el aprovechamiento de las

ventajas comparativas relativas, como por ejemplo mano de obra barata,

entonces habrá un abaratamiento de los servicios y bienes a disposición

de la población, y por tanto el consumo aumentará, y también de los

“beneficios” derivados del consumo, y por tanto aumentará el acceso a un

nivel de vida “superior” mediante el mejoramiento del acceso material.

Los cuestionamientos sobre las funciones del Estado costarricense

podrían situarse en la administración Trejos (1966-1970). El ex-

presidente José Joaquín Trejos refleja los intereses de la burguesía

opositora al proyecto intervencionista, y es durante su administración

que se aprueba la creación del impuesto de ventas (impuesto al consumo),

se permite la banca mixta y se pretende detener el crecimiento del Estado

intervencionista. Sin embargo, es hasta la administración Monge que el

proceso de liberalización económica inicia, cuando se restablecen

relaciones con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Durante esta administración se implementa la tesis sobre el

cuestionamiento del Estado, la liberalización de mercado, la apertura

comercial y la inversión extranjera directa. Así, el primer programa de

ajuste estructural impulsado por los organismos finacieros

internacionales, refleja la intención de reducir el Estado costarricense

mediante la privatización y la reducción de las instituciones del Estado.

Los años siguientes, especialmente en la década de los 90 y el primer

decenio del siglo XXI, son el periodo de consolidación de las medidas de

corte neoliberal y de la globalización financiera.

De manera general, podemos resumir el periodo anterior a la

implementación de las políticas neo-liberales de la siguiente forma:

(...)Costa Rica pasó de un modelo agroexportador a comienzos

de los años cincuenta a un modelo de sustitución de

importaciones hacia finales de esa década, que fue

posteriormente complementado con la incorporación del país al

Mercado Común Centroamericano en 1963. En los setenta el país

se embarcó en una política de inversiones masivas en empresas

estatales (estado empresario) la cual, junto con otras medidas

expansivas del gasto público, generó crecientes déficit

fiscales y un fuerte aumento del endeudamiento público. Todo

esto combinado con la bonanza cafetera de 1975-1979 y con una

política de tipo de cambio fijo, generó un alto, pero

insostenible crecimiento hacia finales de los años setenta,

que luego desencadenó en la crisis de la deuda que estalló al

comenzar los ochenta. En 1982 se comenzaron a implementar las

medidas de estabilización y en 1984 se tomaron medidas

tendientes a implantar un nuevo modelo de desarrollo basado en

la promoción de exportaciones. Este modelo, que incluía tanto

medidas de apertura e integración comercial como incentivos

fiscales a las exportaciones, se fue consolidando al tiempo

que se implementaban, en forma muy gradual, otras reformas

económicas en las áreas fiscal y financiera, situación que se

mantuvo hasta el año 2000 (Rodríguez-Clare, 2003, p.6”).

La crisis de los años 80 y las crisis siguientes, pueden ser resumidas

de la siguiente manera: fue la década del derrumbe del sistema de Bretton

Woods, el periodo de la crisis bursátil de la bolsa neoyorquina de 1987,

la década de la crisis de la deuda externa de los países

latinoamericanos, como el periodo inmediatamente anterior de la crisis

bancaria e inmobilaria japonesa y la del sistema monetario europeo a

inicios de los 90. De lo anterior se concluye que la década de los 80 e

inicios de los noventa representa un periodo convulso con reiteradas

crisis a lo largo del planeta.

La consolidación de la estrategia neo-liberal ha traído consigo una

economía más extrovertida, es decir más abierta a los capitales foráneos

y al comercio internacional, lo que provoca que los sectores productivos

más dinámicos sean aquellos vinculados con los capitales extranjeros, el

mercado financiero y la producción para la exportación, mientras los

sectores productivos nacionales y para la producción interna, tienden al

estancamiento (Vargas Solís, 2010, p.51).

Como consecuencia de la reestructuración de la economía costarricense en

la década de los 80, nuestro país tiene un crecimiento económico

sumamente volátil con ciclos que oscilan entre el 7-8% para luego caer al

1-2%. Si comparamos el periodo de la implementación de las políticas

neoliberales en CR, con el modelo inmediatamente anterior del tipo

desarrollista-benefactor-intervencionista, cuya media de crecimiento

puede situarse en el 6,5% en la década de los 50 y 60, nos damos cuenta

de que el crecimiento económico en la etapa neoliberal tienden a ser

muchísimo menor comparativamente y con grandes ciclos de volatilidad, en

otras palabras, con la aplicación de las políticas neoliberales el

crecimiento económico tiende a ser menores y con grandes ciclos de

volatilidad.

En el gráfico 2 se muestra la tasa de crecimiento del producto interno

bruto (PIB) de Costa Rica, con base en precios constantes de 1966.

Podemos observar que las tasas de mayor crecimiento se sitúan en la

década de 1950 y la década de 1960 hasta inicios de 1970. Este es un

periodo de estabilidad económica, y es a inicios de los años 80 que hay

una caída abrupta de la economía nacional:

(...)entre 1991 y 2007, la economía creció en promedio 5,4%.

Pero para el período total 1991-2011, la tasa correspondiente

cae alrededor de 4,7%. El primero de estos datos está afectado

favorablemente por el ciclo alto de 2005-2007. El segundo nos

devuelve a la realidad que imponen los últimos cuatro años

(2008- 2011, ambos inclusive). En este último cuatrienio el

crecimiento promedio ha sido un anémico 2,4% (Vargas Solís,

2012).

En el gráfico 2 es posible observar que a partir del segundo quinquenio

de la década del 70, hay una otra caída abrupta del PIB, y a partir de

entonces la economía nacional ha presentado ciclos de volatilidad

frecuentes en periodos aproximados de 2-3 años. Es importante anotar que,

si bien los gráficos 2 y 3 nos permiten ilustrar la tasa de crecimiento

del PIB nacional, no son comparables entre sí, ya que el gráfico 2

utiliza los precios constantes del año 1966 como año base, mientras el

gráfico 3 utiliza al año 1991 de precios constantes como base.

Fuente: elaboración propia con precios constantes de 1966 y con datos

del BCCR.

Las políticas neo-liberales en América Latina fueron conceptualmente

articuladas a posteriori bajo el nombre del Consenso de Washington (CW).

El CW es la formalización teórica de las políticas neo-liberales de

apertura comercial, privatización y reducción de las funciones del

Estado, producto de la crisis de la deuda externa latinoamericana.

Acompañando al modelo neo-liberal de desarrollo y a las políticas del CW,

la globalización constituye el proceso de unificación de mercados,

sociedades y culturas, mediante el aumento de la comunicación y la

interdependencia, transformando las condiciones sociales, políticas y

económicas, de modo tal que se les atribuyen condiciones de carácter

global.

La teoría económica convencional concluye que la

liberalización comercial y financiera llevan a un aumento del

comercio, a un crecimiento económico acelerado, a un cambio

tecnológico más rápido y a una asignación de recursos

19511953

19551957

19591961

19631965

19671969

19711973

19751977

19791981

19831985

19871989

19911993

19951997

-10

-5

0

5

10

15

20

Gráfico 2

Tasa de crecimiento del PIB 1951-1998

nacionales mucho mejor, alejada de los substitutos

ineficientes de las importaciones y dirigida a bienes

exportables más eficientes. Admite que esos procesos pueden

producir inicialmente efectos negativos, como un mayor

desempleo en algunos sectores. Pero considera que toda

consecuencia negativa es estrictamente transitoria y que se

debe remediar con políticas sociales apropiadas hasta que se

empiecen a obtener beneficios del libre comercio. Desde el

punto de vista de la política, esto significa que el mejor

camino al desarrollo es el de abrir el país al mercado

mundial: eliminación de la protección al comercio, apertura de

los mercados financieros y privatización de las empresas

estatales. (...esto) se basa en dos premisas básicas: la

premisa de que el libre comercio está regulado por el

principio de los costos comparativos y la premisa de que la

libre competencia lleva al pleno empleo en todos los países.

(Shaikh, 2003, p.5).

La globalización en su espectro ideológico ha logrado estandarizar al

menos en gran parte del mundo, los patrones culturales de consumo

necesarios para sostener el modelo de producción capitalista neo-liberal,

fomentando la concepción individualista de la realidad social sobre la

colectiva. Bauman (2000, p.41), en relación con lo anterior afirma lo

siguiente:

El ciudadano es un persona inclinada a procurar su propio

bienestar a través del bienestar de su ciudad -mientras que el

individuo tiende a la pasividad, el escepticismo y la

desconfianza hacia la causa común, el bien común, la sociedad

buena o la sociedad justa-. ¿Qué significa bien común sino

dejar que cada uno se satisfaga a su modo? Toda actividad que

emprendan los individuos cuando se juntan y todo beneficio que

sus tareas compartidas les importen auguran una restricción de

su libertad de procurarse lo que consideran conveniente para

sí mismos por separado y no ayudan en nada a tales fines. Las

únicas dos funciones de utilidad que no uno puede esperar y

desear que cumplan el poder público son la observancia de los

derechos humanos, o sea, que cada uno pueda seguir su propio

camino y la posibilidad de que todos lo hagan en paz

-protegiendo la seguridad de las personas físicas y sus

propiedades, encerrando a criminales reales o potenciales en

prisiones, vagabundos y otra clase de extraños detestables y

malintencionados.

De este modo el modelo neo-liberal ha logrado culpabilizar a las clases

obreras y trabajadoras de su condición de clase, invisibilizando las

razones sistémicas de la pobreza, la acumulación de la riqueza, la

explotacion y el desempleo:

(si las personas...) no consiguen trabajo, es porque no han

sabido aprender las técnicas para pasar las entrevistas con

éxito, o porque les falta resolución o porque son lisa y

llanamente, vagos; si se sienten inseguros respecto del

horizonte de sus carreras y los atormenta el futuro, es porque

no saben ganarse amigos e influencias y han fracasado en el

arte de seducir e impresionar a otros. Esto es, en todo caso,

lo que se les dice en estos días y han llegado a creer de

forma tal que se comportan como si fuera de hecho así (Bauman,

2000, p.39).

Lo anterior es posible mediante la coordinación y ordenación racional y

estructurada de los intereses perseguidos por el sistema hegemónico de

dominación, así la concentración de lo medios de producción por los

agentes económicos privados (vitales para la acumulación capitalista y la

redistribución de la riqueza), la construcción de la legalidad y

legitimidad necesaria para esa concentración, solo son posibles mediante

un proceso de adoctrimamiento, formación de opinión y difusión ideológica

que se instrumentaliza por los medios de comunicación a su servicio;

convirtiéndose en el puente intérprete de los significados culturales

necesarios para fomentar el consumo (Vargas Solís, 2010, pp.42-43).

Las redes comerciales de todo tipo y naturaleza tejen una red

en torno a la totalidad de la vida humana, mercantilizando

toda experiencia de vida. En la era del capitalismo de la

propiedad, lo más importante era la venta de los bienes y de

los servicios. En la economía del ciberespacio, la

mercantilización de los bienes y servicios resulta algo

secundario con respecto a la mercantilización de las

relaciones humanas. Mantener la atención de los clientes es el

nuevo y veloz ritmo del entorno constantemente cambiante de la

economía-red significa controlar tanta parte de su tiempo como

sea posible (Rifkin, 2000, p. 63).

Este proceso de estandarización cultural y simbólica mediante la

globalización estimula el consumo, base del sostenimiento de producción

capitalista, mediante una relación depredadora con el medio ambiente y

promoviendo la satisfacción inmediata de los deseos del individuo, de

manera tal que pueda ser reemplazada por un nuevo deseo, ávido de ser

satisfecho. Rifkin nos señala la importancia del ámbito simbólico como

elemento clave de la estrategia de consumo:

A medida que la producción cultural va dominando la economía,

los bienes asumen la condición de meros apoyos. Se convierten

en plataforma o escenario para la representacion de elaborados

significados culturales. Pierden su importancia material, pero

ganan importancia simbólica (2000, p.104).

Por su parte Bauman nos señala que el consumo tiene dos componente

claves: la inmediatez y la desfocalización, de modo tal que sea lo

transitorio la clave del siguiente episodio de consumo.

La satisfacción del consumidor debería ser instantánea en un

doble sentido: los bienes consumidos deberían satisfacer en

forma inmediata, sin imponer demoras, aprendizajes o

prolongadas preparaciones; pero esa satisfacción debería

terminar en el preciso momento en que concluyera el tiempo

necesario para el consumo, tiempo que debería reducirse a su

vez a la mínima expresión. La mejor manera de lograr esa

reducción es cuando los consumidores no pueden mantener su

atención en un objeto, ni focalizar sus deseos por demasiado

tiempo; cuando son impacientes, impetuosos o inquietos y sobre

todo, fáciles de entusiasmar e igualmente inclinados a perder

interés en las cosas (Bauman, 2000, p.46).

Más adelante señala lo siguiente:

Para aumentar su capacidad de consumo, no se debe dar descanso

a los consumidores. Es necesario exponerlos siempre a nuevas

tentaciones manteniéndolos en un estado de ebullición

continua, de permanente excitación y, en verdad, de sospecha y

recelo (2000, p.47).

El consumo es uno de lo componentes centrales de la estrategia perseguida

por la globalización, de tal modo que constituye uno de los pilares

fundamentales para su sostenimiento y una de las razones principales por

la cual es necesario un proceso de adoctrinamiento y de formación de

opinión, y a su vez “la compulsión a comprar convertida en adicción es

una encarnizada lucha contra la aguda y angustiosa incertidumbre y contra

el embrutecedor sentimiento de seguridad” (Bauman, 2000, p.87).

Una vez establecido el rol del consumo en el consenso neo-liberal y en la

globalización, Shaikh nos propone una serie de críticas al libre comercio

y la globalización que resumimos en los siguientes párrafos:

a)Los países del primer mundo utilizaron la protección del comercio y de

sus industrias mediante subsidios, y por lo general no respetaron ni las

patentes, ni los derechos de propiedad intelectual, solo las respetaron

cuando les suponía ventajas económicas En otras palabras, proteccionismo

e intervención estatal en sectores económicos e industriales

estratégicos.

b)Las potencias mundiales han utilizado políticas de colonización,

desindustrialización del tercer mundo, saqueo y esclavitud y de

exportación de su pobreza:

Puesto que los términos de intercambio internacionales de una

nación son simplemente los precios relativos en la moneda

internacional común, se regulan de la misma manera que

cualquier precio relativo: mediante los costos relativos

reales. Sin embargo, los términos de intercambio no son

entonces libres de ajustarse para eliminar automáticamente los

desequilibrios comerciales a menos que también los sean los

costos reales. Esto último depende de los salarios reales y de

la productividad, y aunque el comercio internacional los

afecta, también tienen muchos otros determinantes sociales e

históricos. Se sigue que con un comercio sin obstáculos, los

países que tienen desventajas competitivas en el mercado

mundial tienden a exportar déficit comerciales (Shaikh, 2003,

pp.16-17).

c)En términos de Shaikh, no existe relación estadística entre la tasa de

crecimiento y el nivel de restricción al comercio. El crecimiento

económico enfocado a las exportaciones generalmente ha estado acompañado

de un comercio selectivo y de políticas de industrialización y de

protección de sectores estratégicos.

d)El crecimiento económico está correlacionado con la reducción de la

pobreza, sin embargo esto depende de que la redistribución de la riqueza

sea estable. Pero como en los países del tercer mundo la distribución de

la riqueza no se ha consolidado, se puede tener crecimiento sin reducción

de la pobreza. En el caso costarricense ésto es claramente visible en el

estancamiento de los niveles de pobreza a partir de 1990 (véase gráfico 5

Incidencia de la pobreza 1989-2009)

1/cifras preliminares

2/Proyecciones del Programa Macroeconomicos del BCCR 2012-13

Fuente: elaboración propia con base en precios constantes de 1991 y datos del BCCR.

e) La apertura comercial trae consigo que las empresas más pequeñas y

menos competitivas sean expuestas a la poderosas empresas internacionales

y transnacionales. Esto en ocasiones provoca que el desempleo creado por

la desaparición de las empresas domésticas nacionales no necesariamente

sea absorbido por la inversión extranjera. En el caso de Costa Rica, si

observamos los datos del gráfico 4: el total de personas ocupadas en

Costa Rica es de 1.989.530, la tasa de desempleo abierto al año 2011 es

de 7,7%, y la tasa de subempleo visible de 13,45% al año 2011 (10,6% de

subempleo en hombres y de 18,1% en mujeres). En términos absolutos son

165mil personas desempleadas y 265mil personas subempleadas, mientras la

cantidad de empleos generados mediante el régimen de excepción conocido

como zonas francas alcanza apenas los 58mil empleos, es decir

aproximadamente un tercio de la población desempleada. La cantidad de

personas que trabajan en el sector informal, es decir, que no están

aseguradas y que no son contribuyentes con derecho a seguro de salud,

pensión e incapacidad, representan el 26,7% de la fuerza de trabajo de

CR.En términos absolutos son 577 mil personas que se desempeñan en este

19671969

19711973

19751977

19791981

19831985

19871989

19911993

19951997

19992001

20032005

20072009/1

2011/2

-10

-5

0

5

10

15

Gráfico 3

Tasa de crecimiento del PIB 1967-2012

sector de los cuales 275 mil son mujeres y 302 mil hombres según datos

del Observatorio del Mercado Laboral del Ministerio de Trabajo. Como nos

señala Vargas Solís(2010, p.63):

(...)el neo-liberalismo se diferencia de su antecesor, el

liberalismo, no tanto en su discurso y en sus específicos

contenidos ideológicos, que son ampliamente coincidentes,

cuanto en el contexto histórico en que uno y otro surgieron.

El liberalismo era la ideología del capitalismo competitivo;

el neo-liberalismo lo es del capitalismo monopólico-

transnacional. Aquel tenía mayor contenido de realidad cuanto

este acomete una tarea realmente ardua: fingir competencia

donde tan solo existen mercados altamente oligopolizados y

logra que, no obstante tales realidades, su discurso de

apología logre ser persuasivo.

Fuente: elaboración propia con base en datos del INEC y del Observatorio del Mercado Laboral del Ministerio de Trabajo.

De lo anterior se desprende que la estrategia neoliberal dominante en el

Términos absolutos0

500000

1000000

1500000

2000000

2500000

1989530

165000 265000

577000

58000

Gráfico 4Fuerza de trabajo, desempleo, subempleo,

empleo informal y empleo generado en zonas francas en términos absolutos 2011

Fuerza trabajo

Desempleo

Subempleo

Empleo informal

Empleo zonas francas

Estado, tiende a la precarización del trabajo y a muestraque la

estrategia de liberización, apertura y libre comercio, no se traduce en

una mejoría sustantiva de las condiciones sociales de una nación. El

sector más productivo de la economía, aquel vinculado con las

exportaciones se encuentra bajo los privilegios de los regímenes de

exención, no contribuya al desarrollo del país, o mejor dicho que su

contribución se remita a la generación de empleos y de salarios y de

manera indirecta a las contribuciones obligatorias de los trabajadores.

Fuente: elaboración propia con base en CEPAL.

1990 1994 1997 1999 2002 2004 2005 2006 2007 2008 2009 20100

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

Gráfico 5

Porcentaje ocupado urbano informal total, hombres, mujeres 1990-2010

Hombres

Mujeres

Total

Los datos para el año 1984 no se encuentran disponibles

Fuente: elaboracion propia con base en INEC y la ENHPM.

f) A medida que el desarrollo tecnológico, la automatización y la

mecanización mejoran y aumentan, el sistema capitalista es menos capaz de

absorber a la masa de desempleados. En el caso de nuestro país esta

tendencia al estancamiento de la pobreza y del desempleo parece ser

acertada. La tasa de desempleo abierto entre la década de 1990 y la

década del 2000 oscila entre el 4% y el 7%, con un repunte a inicio del

segundo quinquenio del 2000 coincidiendo con la crisis económica del

2004-2005. En el gráfico número 6 se presenta la tasa de desempleo

abierto para el periodo 1976-2011. Por su parte, la incidencia de la

pobreza disminuyó de 28,3% en 1989 al 20% en 1995, a partir de este

momento la pobreza parece mantenerse alredor del 20%, disminuyendo en 1 o

2 puntos porcentuales. En el gráfico número 7 se muestra la incidencia de

la pobreza en el periodo 1989-2009.

19761977

19781979

19801981

19821983

19851986

19871988

19891990

19911992

19931994

19951996

19971998

19992000

20012002

20032004

20052006

20072008

20092010

2011

0123456789

10

Gráfico 6

Tasa de desempleo abierto 1976-2011

Fuente: elaboración propia con base en Instituto Nacional de Estadísticas y Censos

Luego de lo anterior podemos extraer las siguientes observaciones a

manera de síntesis: el avance en la tecnología ha traído consigo un

aumento de la automatización de la producción, lo que a su vez disminuye

los costos de producción y disminuye la cantidad de empleos necesarios,

en otras palabras, cada vez son menos necesarios los trabajadores dentro

del proceso productivo puesto que la automatización conlleva un

desplazamiento de los puestos y fases necesarias para la producción, y

como nos señala Rifkin:

(hay una continua) desmaterialización de los bienes, la

reducción de la importancia del capital físico, el ascenso de

los activos intangibles, la metamorfosis de los bienes en

servicios, el desplazamiento de la producción como primer

objetivo del comercio por las cuestiones del marketing y la

mercantilización de las relaciones y experiencias humanas (2000,

p.74).

Como consecuencia de lo anterior, el proceso de tercialización de la

economía, particularmente de los bienes y servicios culturales y

19891990

19911992

19931994

19951996

19971998

19992000

20012002

20032004

20052006

20072008

2009

0

5

10

15

20

25

30

35

Gráfico 7

Incidencia de la pobreza total del país 1989-2009

relacionados con el entretenimiento, cobran un auge mayor. Ésta tendencia

lleva consigo un aumento en el grado de especialización y formación

necesarios en los “nuevos” puestos de trabajo, relegando de este modo a

una gran masa de obreros de las industrias manufactureras: “hay una

importante reasignación de trabajo desde la agricultura hacia la

industria y, especialmente, hacia el sector servicios, donde el empleo

crece de forma muy acelerada” (Rodríguez-Clare, 2003, p.32) Continuando

con lo anterior, Jeremy Rifkin nos plantea lo siguiente:

La mercantilización de la cultura humana trae consigo un

cambio fundamental en la naturaleza del empleo. En la era

industrial, el trabajo humano estaba vinculado a la producción

de bienes y a la realización de servicios básicos. En la era

del acceso, las máquinas inteligentes -en la forma de software

y de welfare- reemplazan de manera creciente el trabajo humano

en la agricultura, la industria y el sector servicios. Las

explotaciones agrícolas, las fábricas y muchos de los

empleados de cuello blanco de las industrias de servicios se

están automatizando rápidamente. Un número cada vez mayor de

trabajos físicos y mentales, desde las tareas repetitivas de

bajo nivel hasta trabajos profesionales de alta complejidad

conceptual, serán realizados por máquinas inteligentes en el

siglo XXI. (...)En torno a mediados del siglo XXI la esfera

comercial dispondrá de medios técnicos y capacidad

organizativa para suministrar bienes y servicios básicos a una

población humana creciente, utilizando para ello solamente una

fracción de la fuerza de trabajo actualmente utilizada(2000,

p.6).

Lo anterior puede llevar a las economías capitalista hacia una situación

paradójica en la cual puede haber crecimiento económico, sin disminución

de la pobreza. Para ello sería necesario medidas de distribución de la

riqueza estables que no siempre están presentes en los Estados del tercer

mundo y por otra parte puede existir crecimiento económico mediante los

capitales de corto plazo, que modifican sustancialmente los indicadores

macroeconómicos de una nación, sin representar necesariamente un aumento

en la producción, el empleo ni en políticas redistributivas, o bien

mediante una política de atracción de inversión extranjera. A propósito,

Shaik nos hace la siguiente observación:

La inversión extranjera, es verdad, reduce los precios y

moderniza las industrias; (sin embargo) los precios de

exportación rebajados son realmente una pérdida para la nación

como un todo, puesto que constituye un deterioro de los

términos de intercambio y, por consiguiente, un empeoramiento

de la balanza comercial (por lo tanto) la modernización como

la disminución de precios son mecanismos por los cuales la

plusvalía producida por los trabajadores de los países

capitalistas subdesarrollados se transfiere realmente a los

capitalistas extranjeros. Ello, (...)hace más grande la brecha

entre países desarrollados y países subdesarrollados

fortaleciendo a los ricos y debilitando a los pobres(1990,

p.206).

Más adelante agrega lo siguiente:

(...lo que se ve) como una desigualdad entre naciones es en

realidad la manifestación internacional de la desigualdad

entre capitales, inherente al desarrollo necesariamente

desigual de las relaciones capitalistas de producción. La

concentración y la centralización como tendencias inherentes

al desarrollo capitalista son válidas en el plano

internacional y en el nacional (1990, p.207).

Los procesos de apertura comercial sin planificación estratégica y sin

protección de ningún tipo para las empresas e industrias locales, puede

llevar a los países a un aumento del desempleo, puesto que las trabajos

generados a partir de la inversión extranjera pueden no cubrir las

necesidades de empleo doméstico, sumado a la alta volatilidad de la

inversión, dada la lógica de las ventajas comparativas y a los regímenes

de excepción1 que aplican algunos países con tal de ser más atractivos a

la inversión extranjera directa. Es importante recordar que la teoría

económica neoclásica supone que el sistema capitalista, el pleno empleo

se da de forma automática y eficiente a través del mercado:

En la visión neoclásica, se supone que cuando todos los

mercados están en equilibrio, todos los trabajadores serán

capaces de alcanzar su nivel deseado de empleo a cierto nivel

de salario de equilibrio. Pero si la información no es

totalmente perfecta y si existen impedimentos en el mercado de

trabajo, siempre habría un nivel friccional, natural, de

desempleo incluso en condiciones de equilibrio general. Una

tasa natural de este tipo es voluntaria, ya que deriva de las

decisiones que toman los individuos de no trabajar en

presencia de coste de busca de trabajo y prestaciones de

desempleo, subsidios, etc. Así en contra de la opinión

Keynesiana, la mera existencia de desempleo, incluso desempleo

1 Es decir, un sistema de privilegios como exención de algunos impuestos, infraestructura, subvención eléctrica y otros beneficios, con tal de atraer una mayor cantidad de compañías y sus inversiones a un país.

creciente, no probaría que se trata de desempleo voluntario.

No es, pues, sorprendente, que los economistas neoliberales se

hayan dado prisa en proclamar que el desempleo existente es de

hecho completamente voluntario (Shaikh, 2001, p.6).

De este modo, el empleo en la discusión dominante deja de ser central en

el debate sobre el equilibrio económico y se aborda desde la perspectiva

indivual, es decir como el resultado de inadecuadas o incorrectas

estrategias de los individuos para conseguir empleo, en otras palabras,

el empleo es abordado desde una perspectiva microanalítica de la realidad

económica. El empleo se transforma en una forma más del capital, dejando

de lado su concepción tradicional de factor de producción, como nos

señala Torres y Montero (2005, p.26):

(la teoría del capital humano)...es una estructura ideológica que

hace desaparecer el trabajo como factor productivo y lo

transforma en un tipo específico de capital y a los trabajadores

en capitalistas. De esta forma, se convierte en una activo que da

derecho a la percepción de una renta futura pero cuya propiedad

es irrelevante para el análisis económico.

El problema del desempleo es de este modo el resultado del mal

funcionamiento del mercado de trabajo, así el nivel de empleo deja de ser

una variable sobre la que hay que intervenir mediante instrumentos macro-

económicos y se convierte en una variable constante. Esto conlleva varias

implicaciones: en primer lugar, la renuncia a lograr el pleno empleo

mediante la regulación agregada que fomenta el crecimiento; y segundo, se

asume que el nivel de empleo está dado por la tasa natural y por tanto

sería suficiente un encuentro entre la oferta y la demanda agregada. En

otras palabras, en el periodo antecesor de aplicación de las políticas

neoliberales, es decir políticas de corte Keynesiano, éstas tienden a

intervenir dentro de la economía para alcanzar o al menos acercarse al

pleno empleo; con la aplicación de las políticas del consenso neoliberal,

hay una inversión analítica:

son las variaciones en el nivel de empleo las que permiten

estabilizar la economía sin necesidad de regulación alguna,

salvo aquella destinada a que el trabajo carezca de regulaciones

que dificulten el más libre desenvolvimiento de los agentes. De

esa manera, el empleo, en lugar de ser un objetivo a alcanzar se

transforma en una variable de ajuste para lograr la estabilidad

macro-económica, definida sólo en relación con los precios, las

finanzas estatales a el tipo de cambio (Torres y Montero, 2005,

p.28).

El componente ideológico neoliberal del empleo, mediante su teoría del

capital humano, convierte la problemática del desempleo y del subempleo,

en una situación individual y no como el resultado de las distintas

fuerzas sociales que intervienen, por ejemplo, considera al salario de

forma exclusiva como un coste que debe mantenerse bajo para que las

empresas puedan contratar trabajo, invisibilizando su aporte a la

productividad y al consumo. A su vez plantean el desempleo como el

resultado de un marco institucional que obstaculiza el correcto

funcionamiento y las situaciones de equilibrio de los mercados.

Los derechos laborales, la participación de los trabajadores,

la democracia en la empresa, las normas de seguridad, los

salarios mínimos o los subsidios de desempleo, entre otras

normas, se consideran los elementos que encarecen la

contratación, que crean desincentivos o que impiden que los

salarios sean lo suficientemente flexibles como requiere el

funcionamiento de los mercados para que puedan alcanzarse

situaciones de equilibrio (Torres y Montero, 2005, p.31).

Esta medidas no necesariamente se traducen en un aumento de la tasa neta

de empleo, dado que implica una reducción de los salarios y de este modo

acrecienta la desigualdad y la pobreza, cuya consecuencia son peores

condiciones para la demanda agregada y la productividad, así como la

precarización de los condiciones de vida de la población. Además, la tasa

de crecimiento y la tasa de desempleo son indeterminadas en el tanto

diferentes tasas de desempleo concurren con cualquier tasa de

crecimiento. En otras palabras, el equilibrio macroeconómico puede ser

alcanzado con una tasa creciente de desempleo.

Por su parte, John Maynard Keynes nos plantea una serie de

cuestionamientos a la teoría neo-clásica, que permiten concluir que el

equilibrio macroeconómico puede alcanzarse aun ante una tasa creciente de

desempleo. Por ejemplo, el axioma de la neutralidad del dinero plantea

que cualquier cambio en la cantidad de dinero en la economía no tiene

efectos en el nivel agregado del empleo y de la producción, estos están

solamente determinados por factores no monetarios. Sin embargo, la

demanda de liquidez es la causa fundamental del desempleo involuntario,

dada la propensión al ahorro de los agentes económicos, puesto que el

futuro es incierto los agentes económicos reaccionan ahorrando ante lo

desconocido. Así, la liquidez juega un rol determinante en los flujos de

producción y ocupación, ante un aumento de la oferta de empleo y en

condiciones de un mercado con precios y salarios flexibles el mercado

sería capaz de solucionar el dilema del desempleo, mediante una

disminución de los salarios o bien sería capaz de colocar a los

trabajadores en alguna otra área productiva. Vemos de esta manera que el

dinero no es nuestro en el tanto tiene un papel determinante en las

obligaciones contractuales del empleo, en otras palabras en la

liquidación e implicaciones directas en los niveles de ocupación. En

adición, el axioma de las expectativas racionales plantea que los actores

económicos, son capaces de evaluar los datos pasados y presentes del

mercado para preveer escenarios futuros con un alto grado de precisión

estadística, de lo que se desprende que sean capaces de desarrollar

expectativas racionales, pero dado que los mercados financieros son

incapaces de asignar recursos de manera óptima a los proyectos que les

genere ganancias más amplias (debido a la incertidumbre), la verdadera

función de los mercados financieros es suministrar liquidez y no la

asignación óptima de capital (Davidson, 2009).

La teoría neo-clásica y la corriente neo-liberal ambas dominantes en

Costa Rica, consideran que el problema del pleno empleo debe dejarse en

manos del mercado, quien de manera eficiente es capaz de asignar los

flujos de empleo y reconoce la existencia de una tasa natural de

desempleo voluntario. Por otra parte la teoría keynesiana muestra como

puede alcanzarse el equilibrio macroeconómico aún en condiciones de

desempleo creciente. La tasa óptima de empleo solo es posible en

condiciones de precios y salarios flexibles, de no cumplirse estas dos

condiciones el mercado sería incapaz de asignar de manera óptima y sin

distorsiones empleo, aunque estas dos condiciones tiendan a precarizar y

a vulnerabilizar los salarios y las condiciones de vida de los

trabajadores.

La contribución de los sectores empresariales ligada a la exportación,

los más dinámicos de la economía nacional, se encuentran bajo los

beneficios del régimen de zona franca, por lo cual su contribución al

desarrollo del país más allá de balanza comercial, se remite a la

creación de empleo y al pago de las cuotas obrero-patronales, haciendo

que el Estado deba financiarse primordialmente mediante impuestos a los

asalariados y a la renta. Sumado a lo anterior, la cantidad de empleo que

genera (58mil empleos en zonas francas) representa un 2,91% del total de

fuerza de trabajo (1.989.530) contra un 7,7% de desempleo y 13,13% de

subempleo abierto.

Otracaracterística de la economía costarricense durante la aplicación de

las políticas neo-liberales es el carácter sumamente volátil de su

crecimiento económico, con picos de crecimiento de casi 10% hasta caer al

2% y que además la tasa media de crecimiento es significativamente

inferior a la media de crecimiento del periodo inmediatamente anterior de

corte benefactor-intervencionista.