la unidad es el pilar fundamental del proceso de paz

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Editorial, abril 12 de 2004. LA UNIDAD ES EL PILAR FUNDA MENTAL DEL PROCESO DE PAZ. AUTODEFENSAS CAMPESINAS DEL B LOQUE CENTRAL BOLÍVAR, ARTICULADAS A LA ESTRUCTURA ORGÁNICA DE AUTODEFENSAS UNIDAS DE COLOMBIA, PRESENTAMOS A LOS COMANDANTES, COMBATIENTES Y A OPINIÓN PÚBLICA, UNA VISIÓN GENERAL SOBRE EL PROCESO DE UNIFICACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN, ANEXA A ALGUNOS INFORMES Y PUNTOS DE VISTA SOBRE NEGOCIACIONES DE PAZ CON EL GOBIERNO NACIONAL. - Las Autodefensas Unidas de Colombia, concurren a la mesa de diálogo con el Gobierno Nacional, como resultado de un proceso de madurez política, que pasa por el reconocimiento al actual gobierno, de la progresiva recuperación de la legitimidad del Estado en el ejercicio de la Autoridad, el monopolio exclusivo de las armas y la administración autóno de la Justicia. - La acogida a la solución política negociada, no puede interpretarse como un signo de debilidad o de capitulación anticipada ante l a hipótesis absurda de la derrota militar. Precisamente es el creciente activo de poder político regional y local, el que nos permite ahora considerar caminos diferentes al de la confrontación armada, como estrategia singular de lucha contra la guerrilla marxista. - La mesa de diálogo entre gobierno y Autodefensas, es fundamentalmente un escenario de divergencia y conceación. La discusión sobre acumulados discriminatorios de legitimidad y autoridad de cada uno de los dos interlocutores, queda proscrita del ambiente de respeto y confianza que tiene que imperar en la negociación. - El proceso de unificación de las Autodefensas Unidas de Colombia, evidencia el grado de superación de las contradicciones internas de la Organización, en orden a afianzar no sólo la voluntad colectiva de paz y reconciliación, sino a transmitir confianza y esperanza en la negociación. Las AUC, nos oponemos radicalmente a la instalación de nuevas mesas regionales, sin perjuicio de los acercamientos y contactos del gobierno, dirigidos a integrar a la mesa única nacional a grupos aislados que permanecen al margen de la negociación. - El proceso de reconstrucción unitario de las AUC, con miras a fortalecer las negociaciones de paz, comporta el tránsito del esquema orgánico de mando vertical, a la modalidad de mando colectivo con centralización del componente político, dentro de una estructura organizativa y militar federada. Bajo este modelo las decisiones procederán mediante la construcción de consensos. - Los aspectos procedimentales del proceso (cronogramas, zonas de concentración, cese de hostilidades, verificación...), el otorgamiento de garantías, el tratamiento jurídico, los compromisos sobre las políticas de seguridad territorial y asistencia del Estado, los reconocimientos de orden político y las condiciones futuras de supervivencia para los desmovilizados, tienen que ser afines a un mismo modelo institucional de negociación diseñado para todos los actores armados no estatales que emprendan, en el presente o en el futuro, caminos que apunten a soluciones no violentas. En este evento, no pueden tener cabida las distinciones y diferencias, teorizadas por algunos exponentes de la izquierda radical, tan obstinados en buscar otorgarle convenientes estratificaciones sociales a la violencia.

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Documento publicado por las AUC 12-04-2004

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  • Editorial, abril 12 de 2004.

    LA UNIDAD ES EL PILAR FUNDA MENTAL DEL PROCESO DE PAZ.

    LAS AUTODEFENSAS CAMPESINAS DEL B LOQUE CENTRAL BOLVAR, ARTICULADAS A LA ESTRUCTURA ORGNICA DE LAS AUTODEFENSAS UNIDAS DE COLOMBIA, PRESENTAMOS A LOS COMANDANTES, COMBATIENTES Y A LA OPININ PBLICA, UNA VISIN GENERAL SOBRE EL PROCESO DE UNIFICACIN DE LA ORGANIZACIN, ANEXA A ALGUNOS INFORMES Y PUNTOS DE VISTA SOBRE LAS NEGOCIACIONES DE PAZ CON EL GOBIERNO NACIONAL.

    - Las Autodefensas Unidas de Colombia, concurren a la mesa de dilogo con el Gobierno Nacional, como resultado de un proceso de madurez poltica, que pasa por el reconocimiento al actual gobierno, de la progresiva recuperacin de la legitimidad del Estado en el ejercicio de la Autoridad, el monopolio exclusivo de las armas y la administracin autnoma de la Justicia.

    - La acogida a la solucin poltica negociada, no puede interpretarse como un signo de debilidad o de capitulacin anticipada ante la hiptesis absurda de la derrota militar. Precisamente es el creciente activo de poder poltico regional y local, el que nos permite ahora considerar caminos diferentes al de la confrontacin armada, como estrategia singular de lucha contra la guerrilla marxista.

    - La mesa de dilogo entre gobierno y Autodefensas, es fundamentalmente un escenario de divergencia y concertacin. La discusin sobre acumulados discriminatorios de legitimidad y autoridad de cada uno de los dos interlocutores, queda proscrita del ambiente de respeto y confianza que tiene que imperar en la negociacin.

    - El proceso de unificacin de las Autodefensas Unidas de Colombia, evidencia el grado de superacin de las contradicciones internas de la Organizacin, en orden a afianzar no slo la voluntad colectiva de paz y reconciliacin, sino a transmitir confianza y esperanza en la negociacin. Las AUC, nos oponemos radicalmente a la instalacin de nuevas mesas regionales, sin perjuicio de los acercamientos y contactos del gobierno, dirigidos a integrar a la mesa nica nacional a grupos aislados que permanecen al margen de la negociacin.

    - El proceso de reconstruccin unitario de las AUC, con miras a fortalecer las negociaciones de paz, comporta el trnsito del esquema orgnico de mando vertical, a la modalidad de mando colectivo con centralizacin del componente poltico, dentro de una estructura organizativa y militar federada. Bajo este modelo las decisiones procedern mediante la construccin de consensos.

    - Los aspectos procedimentales del proceso (cronogramas, zonas de concentracin, cese de hostilidades, verificacin ... ), el otorgamiento de garantas, el tratamiento jurdico, los compromisos sobre las polticas de seguridad territorial y asistencia del Estado, los reconocimientos de orden poltico y las condiciones futuras de supervivencia para los desmovilizados, tienen que ser afines a un mismo modelo institucional de negociacin diseado para todos los actores armados no estatales que emprendan, en el presente o en el futuro, caminos que apunten a soluciones no violentas. En este evento, no pueden tener cabida las distinciones y diferencias, teorizadas por algunos exponentes de la izquierda radical, tan obstinados en buscar otorgarle convenientes estratificaciones sociales a la violencia.

  • - Las zonas de concentracin de tropas, previamente acordadas, definidas y reglamentadas por las partes, no necesariamente tienen que concluir en la desmovilizacin y entrega de armas, a pesar de que ste es uno de los principales objetivos en el que se inspiran. Inicialmente y como muestra de voluntad, operarn cinco zonas que agruparan cerca de mil quinientos hombres, de ah en adelante las concentraciones sern graduales, y desde luego rigurosamente sujetas al otorgamiento de las garantas jurdicas individuales, consagradas en la ley 782. Sin estos avales ser virtualmente imposible avanzar al ritmo exigido en el cronograma de la agenda.

    - Las garantas jurdicas individuales fungen como instrumentos bsicos y determinantes en el desarrollo, avance y conclusin de los procesos de induccin, definicin, implementacin y consolidacin de las zonas de concentracin de tropas. La puesta en marcha de estos procesos, acusa enormes complejidades, habida consideracin de a). Los graves riesgos de seguridad que impiden la movilidad de los cuadros de direccin, b). La naturaleza federada de la Organizacin en armas, c). La dispersin de frentes a lo largo de todo el territorio nacional, d). Las especificidades estructurales y organizativas de las Autodefensas Campesinas en cada regin, e). Los nfasis militares y los nfasis polticos que cada frente federado maneja, tan decisivos en la induccin, comprensin y asimilacin del proceso de negociacin.

    - Adems de lo expresado, requerimos que se nos abran las compuertas a la discusin poltica, para colocar el proceso y al Estado Mayor negociador de cara al pas en todo cuanto no requiera la confidencialidad cerrada de hoy. A pesar de nuestra condicin de sujetos activos de un proceso de negociacin, que tanta polmica desata y suscita encontrados intereses en la opinin, adolecemos de una interlocucin abierta con la nacin y el mundo. Desde luego que nos apartamos de cualquier conato de espectacularidad publicitaria, pero exigimos al Gobierno, la garanta al derecho de que personalmente el pas nos escuche, nos cuestione, nos contradiga, nos entienda, nos censure, nos reclame. Que en vivo y en directo desde los paraninfos y auditorios de las universidades, la academia, los sindicatos, el congreso, los medios de comunicacin, los partidos, las iglesias ... pueda la Organizacin de Autodefensas Campesinas hacerse or, convocar al debate, confrontar ideas y generar consensos. Es lo mnimo que podemos exigir, en momentos en que nuestra voluntad de abandonar la guerra, sigue siendo irreversible pese a la tozudez de una minora vociferante, que se empea en subrogar e ignorar el sentir de la opinin nacional.

    - En lo sucesivo, la responsabilidad sobre el cese de hostilidades, correr pareja con las misiones y tareas que sobre la verificacin, realice la Comisin conformada para tal fin en las zonas de concentracin. Rechazamos de plano la valoracin, informes, estadsticas, seguimiento y evaluacin que realice el Gobierno Nacional, con base en las informaciones y datos suministrados por Entidades Oficiales o por organismos no gubernamentales, casi siempre bajo la sindicacin verbal o escrita expresada mediante los vocablos: "atribuido a ... "

    - En adelante las AUC, no continuarn con las desmovilizaciones parciales de tropas, ni dispondrn la entrega de mas armamento. Ratificamos el propsito de la desmovilizacin y desarme global de la organizacin, como resultado final de un proceso exitoso de negociacin poltica. Juzgamos a la altura de ao y medio de dilogo, haber avanzado significativamente en hechos y demostraciones de voluntad de paz.

    - A travs de una muy disimulada y lucrativa propaganda poltica, algunas ONG' s nacionales y extranjeras, han hecho de la desinformacin, la quinta columna de sus

  • incisivos ataques contra el proceso de paz con las Autodefensas, logrando permear ciertas esferas de opinin calificada: interna y externa, suficientemente influyentes en el alto gobierno. Esta circunstancia, ha alterado notoriamente el rumbo que inicialmente se le traz a la negociacin en materia de perspectivas, proyecciones, garantas, cronogramas y metas. A este hecho se agrega el condicionamiento y subordinacin de todas las propuestas y decisiones de la mesa de negociacin, a la posicin previamente consultada del Departamento de Estado americano, la cual no puede ser cuestionada y menos ignorada, sin la amenaza constante del retiro inmediato de la ayuda militar a Colombia. En este aspecto parece tener mucho ms influjo el inters de las armas para la guerra, que las ideas y propuestas para la paz del pas.

    - La imperativa determinacin del Estado de no autorizar la extradicin de colombianos comprometidos en un proceso serio, firme y efectivo de negociacin de paz, ser el paso ms expedito, decisivo y de la mayor trascendencia histrica para la pacificacin del pas, por lo menos en lo corrido de los ltimos seis decenios.

    - El proyecto de ley denominado ahora de justicia y reparacin, incluye un artculo a travs del cual se busca darle va libre al trajinado tema del acuerdo humanitario. En el marco de la actual negociacin consideramos que en los planos jurdico, poltico, tico y estratgico, resulta inconcebible e inaceptable que dentro de la misma iniciativa legislativa, el gobierno contemple penas privativas de la libertad de cinco a diez aos fsicos para los miembros de las Autodefensas desmovilizados, mientras se viabiliza la posibilidad de dejar en libertad a los beneficiarios terroristas del trueque humanitario, convictos de delitos de igual o mayor entidad penal que los atribuidos a la Organizacin de Autodefensas Campesinas. El triunfo del chantaje criminal de tirofijo, no puede conseguirse a expensas de la negociacin de paz con las Autodefensas. Si el prevaleciente inters nacional por la paz, est de por medio, entonces, que los exponentes polticos de la moral pblica, consientan con las necesarias dosis de impunidad que fuerza aplicarle tanto al tema de la alternatividad penal como a del llamado acuerdo humanitario.

    - Es necesario que el Congreso de la Repblica inicie la discusin sobre el citado proyecto de ley, partiendo de que la conviccin de todos los colombianos, incluida la nuestra, es que se trata de aprobar un instrumento legislativo dotado de prerrogativas jurdicas, con proyeccin hacia todos los grupos armados irregulares que hoy, o en el futuro, se acojan a las soluciones negociadas. En estas condiciones la fijacin de penas privativas de la libertad, se erige como una infranqueable talanquera, en potencia de obstruir cualquier camino hacia la paz, sobre todo frente las guerrillas comunistas tan pragmticas en estas materias como nosotros ahora. As las cosas, el proyecto de ley no genera perspectivas, ni despierta estados emotivos que incentiven positivamente a los movimientos armados en trance de hacer la paz hoy, ni representa atractivos futuros para eventualmente animar a aquellos que optaran por negociar maana. Las Cmaras Legislativas deben abrir el debate con conocimiento de causa sobre nuestra posicin en relacin con el proyecto.

    - El punto de quiebre se concentra pues, en los temas de justicia y reparacin, en torno a los cuales han tenido enorme audiencia y maniobrabilidad, los sectores minoritarios de la izquierda radical de adentro y fuera de las fronteras, tan hostiles a las Autodefensas y a la negociacin, y para quienes el endurecimiento de la posicin del gobierno, lograr hacer menos atractivo y viable el proceso. La superacin de esta encrucijada, libre de polmicas, especulaciones y rditos polticos, la sujetamos al escrutinio soberano de la nacin colombiana, para que mediante los mecanismos de participacin contemplados en la Constitucin, sea la nica instancia que, mediante consulta plebiscitaria, decida si los Comandantes y combatientes de las Autodefensas Campesinas, o de cualquier otra organizacin

  • irregular, comprometidas en un proceso de paz, deben ir a la crcel, o que la comunidad se pronuncie en qu trminos y grados porcentuales, el Estado y el grupo desmovilizado, son responsables de la reparacin a las vctimas de la guerra, como sustituto de las penas privativas de la libertad.

    - Al veredicto del pueblo en las urnas nos sometemos y lo acogeremos sin ninguna restriccin. No hay otra manera de contrarrestar el influjo nocivo y distorcionador de ese sector de la denominada opinin calificada, contra esta singular oportunidad histrica de desactivar la guerra. Queda flotando la sensacin que para estos dictadores de la opinin, las Autodefensas Campesinas, al fin y al cabo, contribuyen a un cierto equilibrio estratgico en el conflicto, al disipar y desgastar una parte importante de la actividad disuasiva de las Fuerzas Armadas contra los irregulares. Desaparecidas las Autodefensas del escenario de la guerra, salta a la vista que stos nostlgicos del marxismo, no querrn presenciar la tragedia de la mquina de guerra del Estado, apuntando y apuntalando todo su potencial blico, contra un nico objetivo ... el de sus amigos en la sombra.

    - Reiteramos ante los legisladores y el pas, que las celdas carcelarias de Nueva York o Bogot, no sern el destino final sealado por los Fruhlig' s, Garzones, Vivancos, Petras, Gallones, Molanos y el resto de los revanchistas de la escatologa marxista suprstite. Las sucesivas derrotas militares que durante veinte aos, les hemos infligido a sus inconfesados aliados, de ninguna manera podrn convertirse ahora en victorias polticas, por cuenta del proceso de negociacin. La mesa de dilogo no ser un consejo verbal de guerra, frente a la cual, en el banquillo de los acusados, estar nuestra organizacin rindiendo impunemente sus armas, cuando por dos dcadas exhibimos las banderas invictas ante el enemigo.

    - Finalmente el tema de la verdad sin lugar a dudas permitir hacer aportes de inigualable valor, en el es clarecimiento de la tenebrosa historia de impunidad que ha vivido el pas en las dos ltimas dcadas y, bajo cuyo manto protector se han guarecido personajes de primera figuracin nacional, algunos luciendo todava la diadema de hroes, pero que soportan ahora el terrible peso del temor al corrimiento del velo, mucho ms comprometedor que el peso de sus conciencias cargadas hasta el tope, con la responsabilidad de la determinacin intelectual de varios crmenes que estremecieron de dolor y de pavor el alma de la nacin. Cada torpedo lanzado contra el proceso de negociacin, es un alivio para sus espritus acampados an a la sombra, pero amenazados por la cegadora luz de la verdad. Es hora de levantar el teln, cualquier interferencia es sospechosa, insensata o imperdonablemente torpe. Aqu ni estn todos los que son ... ni son todos los que estn.

    CUARTEL GENERAL. SERRANA DE SAN LUCAS.

    Estado Mayor:

    JAVIER MONTAS, JULIN BOLVAR. Comandantes militares.

    ERNESTO BEZ DE LA SERNA. Direccin Poltica.

    AUTODEFENSAS CAMPESINAS BLOQUE CENTRAL BOLVAR.

  • 12/04/2004 D