la urgente necesidad de saber lo que son y lo que …
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ALIANZAS PÚBLICO PRIVADAS PARA EL DESARROLLO: LA URGENTE NECESIDAD DE SABER LO QUE SON Y LO QUE IMPLICAN
En el Foro de ONGD Españolas con Representación en el
País, al igual que en espacios similares existentes en el Perú,
en España y otros países, tenemos percepciones y posiciones
diferentes, a veces discrepantes, sobre dos temas
relativamente recientes en el campo de la Ayuda Oficial al
Desarrollo (AOD) y de la Cooperación Técnica para la
superación de la Pobreza y la promoción del Desarrollo
(CTP/CTD): las Alianza Público Privadas para el Desarrollo
(APPD) y la Responsabilidad Social Corporativa (RSC)
vinculada a las mismas.
Son temas que hay que abordar pues están siendo recogidos
cada vez más por la AOD, han sido tratados en Busan hace
pocos meses, están en el plan director vigente de la
Cooperación Española (CE) y seguramente estarán en el
nuevo plan director de la misma, así como en las directrices de
cooperación de la Unión Europea (UE). Además
reconocemos que en el actual marco de desarrollo global de la
economía las grandes corporaciones y las empresas tienen un
papel y responsabilidad en el desarrollo de los países; a través
de su actividad cotidiana tienen la capacidad de promover o
impedir el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza
y el derecho a una vida digna.
Sabemos que más del 50% de las economías más grandes del
mundo son multinacionales; algunas de ellas tienen un
patrimonio o generación de ingresos mayor que el PBI anual
de muchos países (incluyendo el nuestro) y sus directivos
muchas veces, tienen una interlocución directa ante los jefes
de Estado de algunas naciones, lo cual antes que un gran
poder es una gran responsabilidad; por ejemplo si uno de
estos dirigentes producto de información insuficiente y
equivocada que tiene sobre un país de renta media alta, lanza
año 2 - nº 5 Lima, 30 de Marzo del 2012
opiniones públicas sin tomar en cuenta la existencia en ese
mismo país de la brecha económico social mas grande de la
región, o sus altos índices de vulnerabilidad ante la pobreza y
la desnutrición, o el impacto negativo de una doble carga de
enfermedad, etc., ¿puede esa persona ser calificada como
responsable?
Ambos temas merecen un abordaje cuidados.;A pesar de lo
que se ha escrito al respecto, de diplomados y maestrías,
como en otros casos no existe una definición universalmente
aceptada sobre APPD y RSC; existen definiciones desde los
actores relacionados con ambos temas. Lo mejor entonces es
acudir a la caracterización o identificación de descriptores
sobre lo que es y lo que no es una APPD y la RSC. Además
esto obra como criterios de elegibilidad para quienes
evaluamos, estudiamos la posibilidad de involucrarnos con
las mismas, sea el Estado en sus distintos niveles o la sociedad
civil organizada, como es nuestro caso. Es nuestra
experiencia en algunos de estos criterios la que queremos
compartirles brevemente.
?Cumplir con aquello que es nuestra obligación como
empleadores, inversores (en nuestro caso cooperantes)
con convenios establecidos, con las leyes del país y los
diversos convenios internacionales que señalan los
derechos de los pueblos, es nuestro deber. Eso nos es RSC
ni CTD, pero el no hacerlo evidentemente significa que no
estamos ante una organización responsable.
?Las obras de acción social bien establecidas son loables y
buenas, pero no son ni RSC, ni CTD.
?La coherencia entre como se trata al personal o
trabajadores institucionales, a los usuarios de los servicios
o bienes producidos, y a la población del entorno de zonas
de intervención directa es fundamental; no se puede ser
inclusivo, justo y respetuoso con unos y ser excluyente,
injusto y abusivo con otros; y esto en una escala nacional y
mundial; la coherencia es fácil de verificar en un mundo
tan globalizado con la existencia de redes sociales, que
pueden poner rápidamente en evidencia comportamientos
institucionales contradictorios de un lugar a otro del orbe.
?Debemos señalar algo sobre la trascendencia de
comportamientos en el tiempo. No ver, y peor aún, no
profundizar todas las raíces de los conflictos sociales
vinculados a actividades económicas, es exponerse a
serias equivocaciones en lo público y en lo privado. La
memoria colectiva de los pueblos perdura por décadas.
Lo estamos viendo respecto a hechos tan antiguos como
conflictos de hace 80 años que aún tienen heridas no
resueltas en nuestra sociedades; que decir de hechos
mucho más recientes. Si se ha actuado mal en el pasado,
aún en el supuesto de no haber sido nosotros quienes lo
hiciéramos, no basta la palabra del presente para generar
credibilidad de que hoy sí se va a ser “Responsable”. Eso
hay que demostrarlo con acciones concretas, requiere
hacer mea culpa sinceros y “comerse sapos” de otros
muchas veces, deslindar claramente posiciones con
quienes han tenido o tienen actuaciones equivocadas, y
sancionar a quienes han trasgredido la ley y el derecho
humanitario. Este es un tema de credibilidad que ningún
marketing social puede sustituir.
?
Finalmente quisiéramos decirles que sí creemos, y los
hay, en compromisos éticos empresariales asumidos
voluntariamente mas allá de lo legal y normativo,
buscando la justicia de atender a cada uno no solo según su
trabajo, sino según su necesidad personal, familiar y
comunitaria; actuaciones capaces de mostrar impactos
positivos de lo anterior no solo en el clima laboral y
organizacional, sino en lo social y en lo medio ambiental.
Y donde herramientas como la trasparencia, la
comunicación, la participación y la rendición de cuentas,
logran satisfacer expectativas y necesidades de grupos de
interés del entorno de las intervenciones empresariales.
A partir de lo anteriormente dicho reiteramos que el Estado
y la sociedad civil (y entendemos que las empresas
también) tenemos que ser muy cuidadosos en el
establecimiento de una APPD. Creemos que estamos de
acuerdo que no se trata de lavarle la cara a nadie, más aún
en una época en que la corrupción ha avanzado a límites y
niveles inimaginables en lo privado y en lo público.
La normalización de la corrupción en la sociedad es tan
perversa, que corruptos privados y públicos parecen haber
llegado por igual a pensar “Lo más probable es que nunca
me descubran o encuentren pruebas en mi contra; en el
raro caso que lo hagan, tanto se dilatan los procesos que los
delitos prescribirán; y en el más raro caso que me
sentencien, la pena será menor que el beneficio obtenido;
así que vale la pena corromperse”.
Una APPD necesita tener claro desde el principio los roles
a compartir, las tareas de sus distintos integrantes y lo más
importante: ¿quién y bajo que mecanismos encabeza la
misma?; una cosa es tener un espacio colectivo para afinar
y hacer seguimiento el desarrollo de la acción que convoca
una APPD, y otra el liderazgo de la misma. Pensar que
estos detalles se resuelven en el camino es un grave error
que ha llevado al fracaso a varias APPD y mantiene a otras
en una situación incierta.
En nuestro caso el cuidado que ponemos en decisiones sobre APPD, no se ve mellado por la difícil situación que viene
pasando la AOD y la CTD en el marco de la crisis mundial. La evidente necesidad de unir esfuerzos para generar
posibilidades de seguir cooperando con quienes más lo necesitan, no nos hace menos exigentes y más tolerantes con
quienes pueden ser fuentes potenciales de ayuda económica o técnica. Y actuamos así porque para nosotros, como dirían
Amartya Sen y Bernardo Kliksberg, ha sido, es y será siempre primero la gente, las personas, las familias y los pueblos.
Presentación del Foro de ONGD Españolas con Representación en el Perú, en el Foro VISIONES Marzo de 2012.
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