las armadas y la politica de poder*hoy, 8 de octubre, el aniversario del combate naval de angamos....
TRANSCRIPT
LAS ARMADAS Y LA POLITICA DE PODER*
eseo rendir, en primer término, un homenaje de recuerdo al célebre teólogo y jurista español don Francisco de Vitoria.
Aplicando la recta razón a los principios del Derecho Natural elaboró una imagen tan equilibrada y justa de la vida de los pueblos y de la convivencia entre las naciones, que puede ser considerado fundador de la idea de la comunidad internacional y del Derecho de ese nombre. Analizó también con gran precisión y claridad el problema de la guerra justa. Este es el nexo que explica la invitación formulada a un hombre de armas para intervenir en este coloquio académico.
Por curiosa coincidencia, al hablar sobre las Armadas y la política de poder lo hago en una fecha de gran significación para la historia naval de nuestra patria. Recordamos, justamente hoy, 8 de octubre, el aniversario del Combate Naval de Angamos. Este episodio naval produjo un vuelco estratégico de importancia en la Guerra del Pacífico, ya que Chile obtuvo el dominio del mar. Ello hizo posible transa portar sin oposición por mar a nuestro glorioso Ejército en sus sucesivas
Eugenio Guzmán Amado Capitán de Fragata
campañas— facilitó el apoyo del poder naval a las operaciones terrestres y se negó el uso del mar a nuestro adversario.
La esencia de la misión permanente de una Armada consiste precisa mente en la posibilidad de dominar una determinada área de mar, para permitir la libre navegación de los buques mercantes y de las unidades de guerra propias, a la vez qué se impide al adversario hacer otro tanto.
Este concepto puramente estratégico se puede lograr merced a los elementos que se consideran necesarios para crear el poder naval, y que coinciden con los de una eficaz estrategia marítima. Son el binomio constituido por la fuerza naval y la posición estratégica. Esta última permite a la fuerza gravitar, y tener permanencia sobre las comunicaciones marítimas que interesan.
Corrientemente se acepta que nos encontramos en el umbral de la Era Nuclear; no menos cierto es que se ha llegado a la nueva Era Oceánica. Por razones dimanantes de la técnica de la guerra, y también por motivos
* Conferencia dictada por el autor en el Seminario organizado por la Escuela de Negocios de la Fundación Adolfo Ibáñez, para recordar el cuarto centenario del nacimiento de Francisco de Vitoria, llevado a efecto en Santiago del 6 al 8 de octubre de 1981.
692 R E V I S T A D E M A R I N A 6/81
geoestratégicos, cabe esperar en el futuro que las naciones se preocupen de los océanos para la conservación de sus principales recursos de poder. La tecnología brinda ahora la posibilidad de utilizar las profundidades e, incluso, el lecho y subsuelo marinos para una larga serie de objetivos civiles y m ilitares.
El encarecimiento, tan desmesurado, de las materias primas vitales hace que todas las naciones, especialmente las marítimas, se preocupen de la importancia del mar.
A medida que nos adentramos en la Era Oceánica se incrementará la rivalidad marítima, aumentarán los motivos para que se produzcan enfrentamientos políticos y resultará difícil, en la práctica, establecer un consenso entre las naciones sobre el derecho que debe regir los fondos oceánicos y su subsuelo.
Las conferencias del mar tratan de conciliar los intereses económicos y estratégicos de todos los pa íses, aunque sin muchos resultados hasta la fecha.
Una posición realista obliga, pues, a considerar que detrás del biombo de la coexistencia pacífica existe un peligro latente: las relaciones marítimas, que pueden hacerse progresivamente más conflictivas y degenerar en conflictos a escala mundial. El mundo oceánico puede entrar en crisis y el ejercicio del dominio del mar, para su explotación y control, seguirá siendo tema de capital importancia en el terreno político y estratégico.
Alfred Mahan, que murió en 1914, formuló una estrategia general en la cual el poder marítimo era componente principal.
Fue quizás el primero en elaborar tales ideas y es uno de los más famosos tratadistas sobre la materia. Gran parte de su teoría tiene vigencia, pero se hace necesario acomodarla, tanto al desarrollo de la tecnología como a las nuevas relaciones existentes entre las naciones de un mundo en perpetua evolución. Las modificaciones que puede sufrir el equilibrio de las fuerzas internacionales producen alteraciones en las amenazas que afectan la seguridad de cualquier nación. Tales amenazas deben contrarrestarse con la modificación de la política nacional y con los correspondientes cambios en los conceptos estratégicos. La estrategia naval tiene que adaptarse al nuevo requerimiento.
Teniendo en cuenta que esta estrategia naval debe ser la dirección organizada del poder naval hacia la obtención de los objetivos nacionales, al analizarla considerar que éstos pueden verse amenazados por las acciones o intereses contrapuestos de otros pa íses, así como por una serie de factores, incluso internos, que restringen la fo rmulación y ejecución de una estrategia.
¿Pero quién amenaza desde el mar la consolidación de la política de poder del mundo occidental? ¿Quién tiene la principal capacidad para defender esta política?
La respuesta es simple: la principal amenaza es el poder naval de la Unión Soviética, y quien tiene la principal capacidad para defender la libertad del mundo occidental es Estados Unidos. Sobre ambos debemos centralizar nuestro análisis.
• « •
L A S A R M A D A S V L A P O L I T I C A D E P O D E R 693
Durante los últimos quince años, el mundo occidental ha sido testigo de cómo la Armada soviética se ha convertido en una fuerza estratégica de primer orden y con capacidad para estar presente en todos los océanos del mundo.
Los soviéticos han encontrado al hombre que requerían, el Almirante Sergei Gorshkov. No se puede hablar casi de ninguna faceta del nuevo poderío marítimo de la Unión Soviética sin hacer referencia a este hombre. Es evidente que leyó y comprendió a Mahan y que sus lecciones quedaron grabadas en su mente.
Como arquitecto de la Armada soviética actual, algunos de sus puntos de vista se reflejan en sus escritos. Su serie de artículos en la revista Mors- koy Sbornik, durante 1972 1973, y su libro El Poder Marítimo del Estado, publicado en 1976, son sus trabajos más importantes y conocidos.
Igual que Mahan, cree que el carácter marítimo de un país viene determinado por la geografía, la economía y el carácter de sus líderes. Pero agrega, además, que la historia, la naturaleza del enemigo y la tecnología son, asimismo, factores que influyen en la elección de una línea de acción estratégica naval. V escribe lo siguiente: "En la moderna teoría naval es imposible el progreso sin mirar la experiencia histórica. La Unión Soviética tiene enorme capacidad económica para poseer un potencial militar, y los modernos buques de guerra no son meros productos de la industria, pero sí son una muestra de ella" (1).
Gorshkov indica que una poderosa marina de guerra constituye una necesidad capital para la Unión Soviética, debido a que una de las ramas más poderosas del enemigo es precisamente su fuerza naval. La Unión Soviética es ahora una superpotencia con una supereconomía, y requiere una supermarina.
En 1967, el Almirante reveló los objetivos del Kremlin, pero, aparentemente, ya en 1954 éstos habían dado un giro total, reemplazando los planes estalinístas de la postguerra.
El objetivo, decía Gorshkov, era crear una flota oceánica capaz de llevar a cabo misiones en una guerra con
vencional y proteger los intereses marítimos del Estado en tiempo de paz.
No podía ser más explícito acerca de la misión del poderío marítimo soviético en la conquista de sus objetivos mundiales. "Las guerras de conquista —escribió Gorshkov— se excluyen en la Unión Soviética, pero defenderá vigorosamente los logros del socialismo, utilizando todo el poder del país, incluida la marina de guerra. . ., parte integral de las fuerzas armadas soviéticas, que monta guardia para seguridad del territorio nacional"(2).
La Unión Soviética, por lo tanto, se está preparando para afrontar cualquier contingencia en aguas oceánicas, y en este proceso de expansión están incluidas sus flotas mercantes y pesqueras, la obtención de bases y, ante todo, el desarrollo acelerado de su marina de guerra.
(1) Sergei Gorshkov, E/ Poder Marítimo de! Estado.
(2) Ibid.
694 R E V I S T A D E M A R I N A 6/81
Su marina mercante es el principal promotor de la creciente participación soviética en el comercio mundial, y acusa un formidable crecimiento en los últimos años. En 1956 ocupaba el vigésimosexto lugar, y ha pasado a tener en la actualidad uno de los primeros. Es del caso señalar también, como algo importante, que está construyendo buques técnicamente muy avanzados.
Esta dinámica expansión se produce en un período de relativo estancamiento de las flotas occidentales y de la industria de construcción naviera.
Debo hacer énfasis en que el crecimiento de su flota mercante no está en relación con las necesidades comerciales del país. ¿Y cuáles serían entonces las razones de este desmesurado desarrollo de su marina mercante? Las razones no son solamente comerciales, sino que están en los planos político, económico, estratégico y militar.
En el plano político, la Unión Soviética utiliza las reducciones de fletes para atraerse una parte cada vez mayor del comercio del Tercer Mundo. De este modo, la influencia política y la capacidad de presión de la Unión Soviética se extienden a medida que los países menos desarrollados se hacen dependientes de sus líneas de navegación. Es un excelente medio de contacto y facilita la exportación a estos países, con una ayuda militar y económica que va acompañada siempre de la ideología favorable a la penetración posterior.
En los planos económico y estratégico, la marina mercante le permite perseguir dos objetivos declarados:
liberar al Estado soviético de la dependencia de las compañías navieras occidentales para el transporte de las mercaderías de su comercio exterior, y asegurarse la mayor parte de los cargamentos entre los puertos soviéticos y los de los países en vías de desarrollo.
En el plano militar se sirve de la flota mercante para realizar en tiempo de paz diferentes funciones, entre las cuales se cuenta el apoyo logístico a la marina de guerra y el adiestramiento de su personal. Con este fin destina oficiales navales a estos buques.
La mayoría de sus unidades mercantes están proyectadas y equipadas para una rápida adaptación a misiones militares. Por ejemplo, los cargueros se construyen dotados de amplias escotillas, capaces de transportar artillería pesada, aviones y misiles.
La rápida expansión de la marina mercante ha estado acompañada por un crecimiento paralelo de la flota pesquera. En la actualidad, los pesqueros soviéticos están presente en todos los mares del mundo y son apoyados por un complejo sistema logístico que despliega desde los puertos que les sirven de base. Grandes buques nodrizas controlan las operaciones.
El aspecto más importante de esta vasta organización se enmarca en la esfera políticoestratégica. Las operaciones a escala mundial de la flota pesquera, y su incesante presencia en todos los océanos, hacen de ella una parte importante de las relaciones de la Unión Soviética con otros países, tanto desarrollados como en vías de desarrollo, y por ende con toda su política internacional, de un modo general.
L A S A R M A D A S Y L A P O L I T I C A D E P O D E R 695
En el plano militar su flota pesquera constituye la red mundial de información más eficaz y más preciosa de que dispone, pues le permite seguir los movimientos de los buques enemigos y prever sus refuerzos eventuales. Entre los pesqueros, algunos están equipados especialmente para interceptar comunicaciones y recoger información electrónica.
En Chile fuimos testigos de las actividades de estas flotas pesqueras cuando, durante el tristemente recordado gobierno de la Unidad Popular, estas unidades recibían apoyo logísti co en nuestros puertos y cumplían actividades para apoyar la consolidación en nuestra patria de una dictadura marxista. Hoy continuamos vigilando con atención su navegación en alta mar frente a nuestras costas, donde, además de efectuar investigaciones y explotar los recursos de la hoya hidrográfica del Pacífico, cumplen labores de inteligencia.
El desarrollo de las flotas deque hemos hablado debe considerarse en el contexto de las bases militares obtenidas y de los tratados suscritos por la Unión Soviética en los últimos años, que proporcionan el marco geográfico dentro del cual Moscú trata actualmente de realizar su expansión mundial.
Bajo los auspicios de Gorshkov se comenzó a dar pasos importantes. Así, en 1958, Moscú iniciaba la modernización del puerto de Hodeida, en Yemen. Al retirarse Gran Bretaña del protectorado de Aden, en 1968, técnicos soviéticos se hicieron cargo inmediatamente de la administración de los puertos de Adén y Mukalla, en
lo que sería la República Democrática del Yemen.
Cuando, en 1972, Sadat expulsó a los asesores soviéticos, Moscú pudo superar la situación creada obteniendo concesiones en Somalia; Berbera pronto se convirtió en la mayor base naval de ultramar soviética. A mediados de 1970 obtuvo facilidades de los sirios en Tartus y Latakia. Otro tratado f ir mado con Irak, en 1972, le concedía facilidades en Basora y Umm Qasr.
En el Atlántico, los puertos cubanos están abiertos a los buques soviéticos desde 1960. La penetración de Moscú en el Estado africano marxista de la República del Congo se reveló en marzo de 1975. Ya entonces había técnicos de esa procedencia en Brazzaville. Con la consolidación de la influencia marxista en Angola, a comienzos de 1976, Luanda dio facilidades para el ingreso a sus puertos de los buques soviéticos. En mayo de 1976 se firmó un tratado de amistad y cooperación entre dicho país y la Unión Soviética, que fue importante para la consolidación de la presencia de ésta en toda Africa. Fue reforzado con el acuerdo pesquero y comercial firmado con Mozambique ese mismo año.
A pesar del revés sufrido en Egipto y de la expulsión de Somalia, en noviembre de 1977, la Unión Soviética continúa con su estrategia. Habiendo perdido Berbera mantiene una excelente posición estratégica en la zona, utilizando los puertos de Adén en Yemen del Sur y los de Massawa y Assab en Etiopía.
En 1979 construyó una base en la isla de Kunashir, en el archipiélago
696 R E V I S T A DE M A R I N A 6/81
de tas Kuriles, y comenzó la construcción de otra en las islas de Cabo Verde.
Ese mismo año se hizo público el hecho de que había construido una base en una pequeña isla próxima al puerto de Haiphong, en Vietnam. Además, las unidades de la flota soviética del Pacífico se han establecido en la base naval de Cam Ranh, abandonada por los norteamericanos.
Otros puertos en donde cuentan con facilidades son: Bengasi y Tobruk, en Libia; Oran y Bizerta, en Argelia; Chittagong, en Bangladesh; Bombay, Vishakhapatnam, Cochín y Marma goa, en la India.
Podemos apreciar, a través de esta síntesis sobre las principales bases soviéticas, que existe un plan de penetración y expansión constantes.
La potencia naval ha sido, a lo largo de la historia mundial, condición sine qua non para el reconocimiento de una nación como potencia internacional de primer orden. Esto lo han comprendido los líderes soviéticos, indudablemente.
La expansión de su poder naval es uno de los factores que ha elevado a la Unión Soviética a la categoría de superpotencia. Recordemos estas palabras de Gorshkov: "La Marina soviética se ha transformado en una importante fuerza estratégica, en una fuerza capaz de oponerse a una agresión desde el mar y de llevar a cabo misiones estratégicas en los océanos mundiales'" (3).
Se dice que el punto de partida del desarrollo de la flota soviética fue 1962, cuando el Kremlin tuvo que retroceder frente a la supremacía naval norteamericana, a raíz del intento soviético de introducir misiles nucleares en Cuba. Ello constituyó una humillación que la Unión Soviética no está dispuesta a sufrir otra vez. Tal episodio motivó la iniciación de un amplio programa de construcción naval.
"En la actualidad, la marina de guerra soviética disfruta de una ventaja de casi 5 a 1 en número de buques, con relación a la de Estados Unidos. Sin tener en cuenta los auxiliares, la ventaja numérica es del orden de 4 a 1. Si sólo contamos los buques principales de superficie, submarinos y buques anfibios, todavía cuenta con 50% más de plataforma que Estados Unidos" (4).
"El número total de unidades no es sino un factor en el equilibrio naval. Es cierto que también deben tomarse en cuenta otros, como la capacidad para el combate y la aptitud para llevar a cabo ciertas misiones. Pero los números, no cabe duda, denotan literalmente capacidad para proyectar influencia. No ¡lustran tota lmente sobre la potencia de una marina de guerra, pero los buques son hechos" (5).
La flota soviética está estructurada primordialmente a base de la Flota del Norte, la del Báltico, la del Mar Negro, la del Pacífico y la flotilla del Caspio. Aunque la expansión naval
(3) Sergei Gorshkov, E/ Poder Marítimo del Estado.
(4) - (5) España, Escuela de Guerra Naval, El Poder Marítimo soviético. (Apuntes curso deEstado Mayor 1978/1980).
L A S A R M A D A S Y L A P O L f T I C A D E P O D E R 697
soviética refleja ambiciones mundiales, la mayor concentración se presenta indudablemente en los flancos de !a OTAN. La alianza occidental está amenazada por unos 160 buques de superficie y otros tantos submarinos.
Pero la actividad naval es global; en el mediterráneo, Pacífico, Artico, Golfo Pérsico, Indico, Atlántico Norte, Caribe, y en Africa del Sur, Africa Oriental y China. Se ha detectado, incluso la presencia soviética al norte de Nueva Zelanda.
Para completar esta síntesis de la amenaza que significa para el mundo occidental el expansionismo inusitado de la Armada soviética, señalaremos brevemente las principales misiones que podría cumplir en caso de conflicto. En esta categoría entran cuatro misiones básicas:— Ofensiva estratégica— Dominio del mar
Defensiva estratégica— Interdicción de las comunica
ciones marítimas
La ofensiva estratégica constituye una de sus misiones prioritarias, y son sus submarinos nucleares los que deben estar preparados para actuar en esta actitud ofensiva, atacando y destruyendo no sólo buques, sino también los más importantes objetivos terrestres en el interior del territorio enemigo.
Los submarinos con misiles balísticos pueden formar parte de un primer escalón estratégico, para los ataques iniciales. Empleados de otro modo pertenecerían a un segundo
escalón, para una posible utilización política o militar en las últimas fases de la guerra, o influ ir en las conversaciones de paz.
En cuanto al dominio del mar, se dice que su obtención no constituye un objetivo en sí mismo, sino que es el camino para establecer condiciones que permitan a la fuerza naval llevar a cabo con éxito una misión en ciertas zonas de un teatro determinado y dentro de un período específico.
Respecto a la defensiva estratégica, cabe recordar que Gorshkov se refiere reiteradamente a la amenaza representada por los submarinos nucleares y portaaviones occidentales, y señala que la protección del propio suelo de un ataque procedente del mar es uno de los principales objetivos de la marina.
La misión de interdicción de las líneas de comunicaciones marítimas también está considerada entre las tareas de la Armada soviética. En los últimos años se ha observado un incremento de la exploración aeromarítima sobre las principales rutas comerciales de Occidente, lo cual podría significar que esta misión tiene cierta prioridad.
En la paz, se destaca como una misión especialmente importante de la Armada soviética la protección de los intereses del Estado. Según Gorshkov; "'sirve como disuasión estratégica, disuasión local ante una intervención occidental, protección del Estado socialista y símbolo del poderío de la Unión Soviética" (6). Su énfasis en el valor político de la fuerza naval es
(6) Sergei Gorshkov, El Poder Marítimo del Estado.
698 R E V I S T A D E M A R I N A 6/81
particularmente notorio, y últimamente el mundo ha podido comprender esta realidad al ser testigo de las maniobras navales que se han desarrollado frente a las costas de la encade-nada y sufrida Polonia.
La realidad del desarrollo gigantesco que ha tenido el poderío marítimo soviético nos obliga a meditar y preguntarnos por qué se produjo tal expansión en esta nación que siempre estuvo aferrada a una mentalidad terrestre, consideró sus costas como sus fronteras y fue incapaz de proyectarse a través de los oceános. Por añadidura, no dependía ni depende de sus comunicaciones marítimas.
El motivo no puede ser otro que hacer uso de este poderío marítimo con fines políticos y desarrollar una fuerza más poderosa que su principal adversario, Estados Unidos. De esa manera puede la Unión Soviética ser capaz, con su marina, de estrangulara Occidente y dominar al mundo. Con sólo mirar el mapa, comprobamos que desde aquellos fondeaderos que le ofrecen sus numerosas bases gravita sobre los espacios oceánicos claves, desde donde podría cortar el flujo comercial en el caso de que se iniciaran las hostilidades.
Estados Unidos dio sus primeros pasos en el siglo xx , ejerciendo una influencia mundial creciente y con un poder naval que ya gravitaba en el Pacífico, en el Caribe y en el Atlántico. Esta capacidad naval fue la que permitió apoyar y aprovisionar a sus aliados y proyectar sobre la tierra un poder
militar decisivo para el desenlace de las dos guerras mundiales.
"Los años que siguieron a estas conflagraciones se caracterizaron por la guerra fría, la negociación de alianzas y tratados de seguridad mutua para contener la expansión del monolítico bloque comunista. La amenaza procedía de potencias terrestres y la marina de guerra de Estados Unidos se encontró prácticamente sin oposición en el mar. Su flota, como la británica del siglo x ix , poseía la capacidad de dominar todos los océanos del mundo" (7). Este concepto se vio reforzado con el nacimiento del submarino nuclear armado de misiles balísticos.
Sin embargo, esta afirmación del dominio transoceánico no existe con la misma certeza y seguridad hoy en día.
Hay varios factores variables que afectan la estrategia naval norteamericana y obligan a revisarla continuamente. Son ellos el poderío marítimo soviético, el distinto contexto pol ítico, las bases navales, las alianzas internacionales y las restricciones internas. Digamos algo sobre cada uno de ellos.
En cuanto al poderío marítimo soviético, ya analizado, cabría agregar solamente que los mandos de la Armada norteamericana tienen conciencia de que está en juego, ante esa gran escalada marítima, la seguridad de la nación y su tradicional dominio del
(7) España, Escuela de Guerra Naval, Estrategia naval de Estados Unidos. (Apuntes Curso de Estado Mayor 1978/1980).
L A S A R M A D A S V L A P O L I T I C A D E P O D E R 699
mar. Ello requiere un nuevo equilibrio, que debe ser restablecido por el poder naval de su país.
Este es el primero de los factores contribuyentes a la determinación de su estrategia. De aquí la necesidad de contar con un poder naval fuerte, ya que si bien en la paz el objeto principal de la fuerza naval es servir de disuasión para impedir un conflicto, ella sólo merecerá credibilidad cuando esa fuerza cuente con la capacidad para obtener la victoria.
En cuanto al contexto político, podemos señalar que, después de la Segunda Guerra Mundial, la intervención coercitiva de las grandes potencias sólo ha tenido éxito dentro de sus zonas contiguas de seguridad nacional.
El aumento del nacionalismo en el mundo moderno, y la negativa de los pueblos a aceptar el papel que a muchos asignó la era colonial, han cambiado las cosas. Ya no practican las antiguas potencias imperiales la anexión física y forzada de bases navales ni la conquista de materias primas o mercados, y se hace necesario para ellas recurrir a un sistema más justo para la defensa de sus intereses. Deben utilizar ahora métodos diplomáticos y económicos, porque la tendencia contra las intervenciones va en aumento.
Para obtener éxito actualmente en una intervención con fuerzas m ilitares en otro país se requiere una relación política favorable con el gobierno del país afectado. La intervención coercitiva ha sido una experiencia desagradable para Estados Unidos. Sin embargo, es importante continuar considerando la amenaza de intervención
física como un elemento disuasivo, ya que ella sí podría contribuir a obtener un determinado objetivo político.
Pero el concepto tradicional de la presencia naval encara hoy todo tipo de problemas por la evolución mundial hacia relaciones más complejas, lo cual origina mayores restricciones políticas al uso de la fuerza naval. En cambio, la diplomacia naval de bajo nivel es otra cosa. Las visitas, las ayudas, el apoyo logístico, no tienen restricciones. Por otra parte, Estados Unidos debe mantener esta presencia, en especial para no dejar el camino libre a las fuerzas navales soviéticas.
Las bases navales y las alianzas son los otros factores que complican el sistema de defensa de Estados Unidos, por su pérdida de bases en el extranjero y el debilitamiento del sistema. En cuanto a las bases, en 1953 contaba con aproximadamente 150; hoy, esta cifra ha disminuido aproximadamente en un 80%. Respecto a las disponibles, no existe la seguridad de que el país anfitrión vaya a permitir que las unidades navales operen desde ellas en todas las situaciones de crisis, sea para evitar comprometerse o bien por tener en tal o cual caso intereses diferentes de los de Estados Unidos.
Hemos mencionado también la influencia de las restricciones internas existentes en Estados Unidos. Podemos señalar que algunas tendencias dentro del país influyen en el pensamiento estratégico. Muchas veces la opinión pública ha sido más peligrosa, para los dirigentes políticos norteamericanos, que los propios problemas internacionales. Esto ha suscitado períodos de alta tensión. Las
700 R E V I S T A D E M A R I N A 6/81
consecuencias de Víetnam y de Watergate afectaron no sólo los sentimientos del ciudadano, sino, incluso, el equilibrio institucional dentro de la relación entre el poder ejecutivo y el legislativo.
Uno de ios más importantes fru tos que se cosecharon en Vietnam es un rechazo del activismo norteamericano en el concierto internacional, especialmente a la intervención militar. Sentimiento que aparentemente continúa, a pesar de los esfuerzos de Reagan. Esto constituye un elemento central que podría afectar el papel mundial de Estados Unidos.
Esta experiencia habría hecho creer a la mayoría de la gran masa norteamericana que la utilidad del poder naval como instrumento de orden mundial ha declinado y que su futura utilización es cada vez más problemática.
Afortunadamente, el presidente Reagan piensa lo contrario y está consciente de la capital importancia que tiene "su Armada" en la política de poder. En consecuencia, está dando los pasos necesarios para agilizar el programa de construcción naval, casi paralizado durante el gobierno de Cárter, y ha ordenado reactivar y modernizar sus acorazados en reserva. Esto permitirá acercarse a un equilibrio de las fuerzas navales entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
Estados Unidos y el mundo occidental dependen de las vías de comunicaciones marítimas. Son vitales para ellos, no así para el bloque comunista. La interrupción de estas líneas tendría un impacto en la producción y en la
seguridad de las naciones libres. Como ejemplo de lo que podría ocurrir, basta citar el hecho que el 99% de los 700 y tantos millones de toneladas que abarca el comercio norteamericano se transporta por mar.
No puede quedar fuera del ámbito de la responsabilidad por la seguridad de las vías de comunicaciones marítimas, el resto de las fuerzas navales del mundo occidental. Ellas tendrán la tarea de controlar las comunicaciones marítimas en sus mares jurisdiccionales.
Chile, representado por su Armada, también tendrá una especial e importante responsabilidad, ya que deberemos dar seguridad a las líneas de comunicaciones marítimas en nuestro mar, que se proyecta desde nues-tras costas hacia el weste, desde nues-tras costas hacia el sur y desde nuestras costas hacia el este. Todo ello sin perjuicio de las proyecciones respectivas del ámbito que corresponde a nuestras posesiones en el Pacífico.
En razón de nuestros derechos soberanos, debemos controlar también dos de los pasos naturales más importantes del continente americano: nues-tro Paso Drake y nuestro Estrecho de Magallanes.
En relación con las consideraciones expuestas, es del caso recordar algunas citas que el Sr. Comandante en Jefe de la Armada, Almirante Dn. José Toribio Merino Castro, señaló en los dos últimos Simposios del Poder Naval, efectuados en el Naval War College de Estados Unidos:
L A S A R M A D A S V L A P O L I T I C A D E P O D E R 701
El Rey Felipe II de España se hizo la siguiente reflexión:
''Quien posea la Isla de Cuba tendrá en sus manos las llaves del Nuevo Mundo".
La Unión Soviética se encuentra hoy enquistada en Cuba.
Los portugueses, en el siglo x v , decían: "Quien controle Málaca tiene su mano en la garganta de Venecia". Tiene este aforismo vigencia actual y se podría enunciar de este modo: "Quien controle la ruta del Cabo tiene en su mano la garganta de Occidente". La Unión Soviética tiene un poder naval con capacidad para controlar la ruta del Cabo.
Y las últimas citas son dos pensamientos soviéticos.
Krushev dijo: "La guerra es posible en el caso de que los países 'no comunistas' se nieguen a someterse, y en el momento en que Occidente sea más débil que Rusia".
Y el Almirante Gorshkov: "La Armada soviética es un factor poderoso para crear las condiciones favorables en la construcción del socialismo y del comunismo".
El mar es importante para el desarrollo económico de las naciones. El mar es la gran vía de enlace dentro de esa gran comunidad internacional que concibió Vitoria. Este es, precisamen
te, el punto de enlace entre la conmemoración que hacemos en esta ocasión de Francisco de Vitoria y la misión que tienen las Armadas del mundo libre.
Vitoria imaginó a todas las naciones unidas por vínculos de respeto al derecho, limitadas por normas de validez universal que garantizasen la libertad de los individuos. Para el gran jurista y teólogo, ninguna soberanía particular tenía autoridad para usurpar lo que pertenece a la comunidad universal.
Precisamente, las vías de comunicaciones marítimas, el comercio entre las naciones, el libre desplazamiento de los individuos, pertenecen al patrimonio jurídico de la Humanidad.
Estos son los derechos y las liber ' tades que defienden ahora las Arma
das de los países del mundo libre, porque ellos se ven amenazados por una ideología ajena a las tradiciones éticas y jurídicas de Occidente.
No está de más recordar que fue justamente la incorporación del Nuevo Mundo a la comunidad de las naciones el gran hecho histórico que suscitó en la mente visionaria de Vitoria sus fé rtiles ideas de libertad y respeto entre las naciones.
Esta circunstancia da un carácter relevante y preñado de tradición al papel que nuestro propio país y su Armada pueden desempeñar en esta encrucijada histórica.
702 R E V I S T A OE M A R I N A 6/81
Bibliografía
Andrés Huneeus Pérez, Historia de tas Polémicas de India en Chile durante el siglo XVI (1536- 1958), Editorial Jurídica de Chile. Id., Apoyos de Ultramar para la Armada soviética, Revista de Marina N° 6/1980.
Almirante José T. Merino C., Las Armadas del Mundo en el Decenio 1980, Revista de Marina N° 4/1981. Id., El rol de las Armadas en los años 1980, Revista de Marina N° 4/1976
Almirante Horacio Justiniano A., Estrategia Nava!. Comentarios, Academia de Guerra Naval, Valparaíso, 1978.
Mariner, El almirante Gorshkov ¿genio nava!o político oportunista?, Revista Internacional de Defensa N° 5/1979.
España, Escuela de Guerra Naval, Estrategia naval de Estados Unidos. Id ,, El Poder Marítimo Soviético. (Apuntes Curso de Estado Mayor 1978/1980).
Sergei G. Gorshkov, El Poder Marítimo del Estado.L.W. Martin, El mar en la estrategia moderna, Instituto de Publicaciones Navales, Buenos
Aires, 1970.To use the sea, Naval Institute Press, Annapolis, 1973.James Cable, Diplomacia de cañoneras, El Ateneo, Buenos Aires, 1977.Contraalmirante Julián Lake, ¿Dispondrá de nuevo Ia Marina estadounidense de acorazados?,
Revista Internacional de Defensa N° 6/1981.