las desventuras del conocimiento científico · a trayectoria vital e intelectual del epistemólogo...

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Gregorio Klimovsky ! -K-'^. - Las desventuras del conocimiento científico Una introducción a la epistemología Gli^tCCfOf» Ufe SidLIÜícCAS

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Page 1: Las desventuras del conocimiento científico · a trayectoria vital e intelectual del epistemólogo Imre ... "El falsacíonísmo y la metodología de los programas ... la irrupción

Gregorio Klimovsky ! -K-'̂ . -

Las desventuras del conocimiento científico

Una introducción a la epistemología

Gli^tCCfOf» Ufe S idLIÜícCAS

Page 2: Las desventuras del conocimiento científico · a trayectoria vital e intelectual del epistemólogo Imre ... "El falsacíonísmo y la metodología de los programas ... la irrupción

la. edición: agosto de 1994

2a. edición: julio de 1995

3a. edición: marzo de 1997

' # & & yt mfs padres,

Liuba Vischñevsky y Felipe Klimovsky

Hecho el depósito de Ley 11.723. Derechos reservados. Libro de edición argentina. Impreso en Argentina. © A-Z editora S.A.

Paraguay 2351 (1121) Buenos Aires, Argentina. Teléfonos: 961-4036 y líneas rotativas. Fax: 961-0089 I.S.B.N. 950-534-275-6

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Epistemologías alternativas. Tercera parte: las epistemologías de Lakatos y Feyerabend

Paul Feyerabend (1924), el "Salvador Dalí de la

filosofía", quien no lia vacilado en atacar

frontalmente a toda ortodoxia epistemológica. Luego de

abandonar su posición inicial de popperiano disidente,

adhirió a lo que ha llamado el "anarquismo metodológico",

tesis expuesta, en particular, en su famoso libro Contra

el método.

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Lakatos

L a trayectoria vital e intelectual del epistemólogo Imre Lakátos fue bastante pin­toresca, ya que nació en Hungría, estudió filosofía con Georg Lukács y ejer­ció funciones administrativas y de investigador durante un período en el cual

sostuvo las tesis oficialistas del régimen comunista. A principios de los años 50 es­tuvo en prisión y en 1956 huyó de su país y se doctoró en Cambridge. Proveniente del marxismo, se convirtió en un furioso antimarxista. (Esta clase de episodios no es infrecuente. Torquemada, por ejemplo, uno de los mayores persecutores de ju­díos de la historia, era un judío converso.) En tal sentido, Lakatos no perdió oca­sión, en muchos de sus escritos, de formular terribles declaraciones acerca del dog­matismo de! materialismo histórico y de los medios políticos de donde provenía ori­ginalmente. Se llamaba en realidad Samuel Lipsitz, pero adoptó el seudónimo que empleara durante su participación en la resistencia antinazi. ("Lakatos" significa can­dado) En Berkeley sostuvo intensas discusiones con Feyerabend, cuyas ideas discu­t i remos en este mismo capítulo, a raíz de ¡as cuales se desafiaron mutuamente a ex­poner por escrito sus puntos de vista. D e allí surgió el libro m á s popular de Feye­rabend, Contra el método (1975), a cuyos argumentos Laicatos no pudo replicar por­que en 1974, inesperadamente, falleció.

En un comienzo, Lakatos fue discípulo de Popper y, a decir verdad, nunca dejó de considerarse como tal. Sin embargo, sus escritos manifiestan la extraña parado­ja de comenzar apoyándose eir ideas que atribuye a Popper para desarrollar, a conti­nuación, tesis tales que el pensamiento popperiano parece quedar anulado por argu­mentos incontestables. Por ello, irónicamente, los popperianos han afirmado que mu­chas tesis que Lakatos adjudica a Popper no per tenecen a éste, sino a un imaginario filósofo llamado "Poppatos". Sea como fuere, Lakatos afirma que ha llevado las ideas popperianas a su forma más nítida y completa, lo cual, algunas veces, parece corres­ponder a la verdad, aunque injustamente Popper no le haya hecho el reconocimien­to debido. Sin embargo , en ciertos puntos, la epistemología lakatosiana difiere en mucho de la que sostiene Popper, en particular cuando éste adhiere a la versión sim­ple del método hipotético deductivo. En todo caso, la obra de Lakatos se relaciona con el método hipotético deductivo en versión compleja, que expusimos en los Capí­tulos 13 y 14, y que en realidad debe mucho a este epistemólogo.

La unidad de análisis de Lakatos es lo que llama un "programa de investigación", noción que tiene a la vez componentes sociológicos y lógicos, y que parece haber­se originado en una conjunción de aspectos kuhnianos y popperianos. Su artículo más importante, "El falsacíonísmo y la metodología de los programas de investiga­ción" fue publicado en 1970, en la ya citada antología La crítica y el desarrollo del conocimiento científico, y es por tanto posterior a la aparición del controvertido libro de Kuhn. Por ello, la irrupción epistemológica de Lakatos se produce cuando ya se hallaba en pleno auge el debate entre popperianos y kuhnianos.

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La m e t o d o l o g í a d e l o s p r o g r a m a s

d e i n v e s t i g a c i ó n

Un p rograma de investigación semeja, en cierto sentido, un contrato por el cual una comunidad científica (no toda ella, sino un g rupo de te rminado) dec ide proceder , en sus investigaciones y en la exposición d e las mismas , según un estilo y procedimien­tos part iculares cuyas caracterís t icas descr ib imos a continuación. En pr imer lugar, el p rograma se apoya en una teoría o en varias, que la comunidad científica se compre»-, mete a no alterar ni abandonar . D e acuerdo con los t é rminos del contra to , las hipó­tesis de esta teoría no se modificarán "cueste lo que cueste", lo cual implica ya una decisión bas tante "fuerte" en cuanto al uso del mé todo hipotético deductivo en ver­sión compleja. S e g u r a m e n t e h a b r á inconvenientes con ella, p e r o se s u p o n e q u e se los podrá remediar , por ejemplo, introduciendo cambios en las hipótesis auxiliares o, incluso, discutiendo el carácter de la experiencia como fuente genu ina d e observacio­n e s que merezcan ser tenidas en cuenta . La teorías cent ra les que los part idarios del p rograma es tán d ispues tos a defender s e denominan el "núcleo d u r o " (hard coré) d e tal programa, y es una especie de carozo del mi smo q u e e sos científicos es tán dis­puestos, entusiasta y consensuadamen te , a sos tener a toda costa en tanto no s e lo abandone. El núcleo du ro es ta rodeado por lo que se denomina un "cinturón de se­guridad", conjunto de hipótesis auxiliares potenciales q u e s e a lmacenan con el fin d e emplearlas toda vez que sea necesar io , en ocasiones en q u é el núcleo duro sea víc-ima de una aparente refutación. En tal sentido, el c inturón p ro tege de las refutacio-íes a la teoría central del p r o g r a m a y pe rmi te q u e la investigación pros iga sin nece-.idad de pone r a aquélla en duda. Lakatos llama "heuríst ica positiva" a la es t ra tegia ior la cual se inventan, de an temano, m á s y más hipótesis auxiliares pro tec toras del lúcleo, y "heuríst ica negativa" a la decisión metodológica d e p ro tege r la teoría cen-ral por medio de opor tunas hipótes is d e e s a naturaleza.

Visto de es ta manera , el desarrollo de un p rog rama lakatosiano a lo largo d e la istoria e s como sigue. En p r imer término, una de te rminada comunidad científica ec ide q u e cier tas teorías s e t ransformen en el núcleo du ro de su programa; luego, icha comunidad diseña un cinturón de segur idad y e n él cons t ruye u n a heur ís t ica ositiva y una heuríst ica negativa para desarrol lar la investigación y subsana r even-tales inconvenientes con que la misma pudiese tropezar. D e s d e un punto d e vista •gico, s e puede distinguir un es tado inicial del p r o g r a m a caracter izado por la teoría

(el núcleo duro) y su cinturón de segur idad A¡, const i tuido por las h ipótes is au-liares des t inadas a p ro teger a T p a r a pode r llevar a cabo la investigación, es tado l e podr íamos llamar T + A¡. En un m o m e n t o de te rminado surgi rán refutaciones u r o s inconvenientes d e dist inta naturaleza, lo cual l levará a al terar las h ipótes is au­llares, e s decir, a modificar el c inturón d e seguridad. A par t i r d e es ta etapa, la teo-i que se utiliza s igue siendo T, pero ahora el c inturón d e segur idad se rá A2 y el t ado del p r o g r a m a será T + A2, y así, a medida que su rgen los inconvenientes , ad remos es tados sucesivos T + A3, T + A4, e tcétera .

Como se comprende , si el contrato de esa comunidad científica no se pone en da. el p roceso puede prosegui r indefinidamente, ya que no existe un té rmino final ra semejante encadenamien to d e e tapas d e s d e el punto" de vista lógico. Lo que ocu-

rrirá, ta rde o t emprano , e s que prosegui r indef inidamente p o r e s t e camino puede s e r exper imen tado c o m o una t a rea estéril , con lo cual acontecerá una "situación de es­cándalo" que obligará a cambiar d e programa, lo cual implica modificar el núcleo du­ro . Laka tos , c u r i o s a m e n t e , d e s c r i b e el mo to r del cambio d e p r o g r a m a d e s d e una perspect iva diferente d e la d e Popper . Supone la ocurrencia de u n a situación compe­titiva en la que hay dos p r o g r a m a s en disputa y en tonces resu l ta que u n o de ellos se m u e s t r a m á s eficaz para resolver p rob lemas que el rival. Aquí no se p resen ta la dificultad kuhn iana d e q u e los p rob l emas sólo p u e d e n s e r con templados in ternamen­te dent ro d e cada paradigma, p u e s Lakatos, en es te punto, s e halla m á s ce rca d e la posición popperiana: acepta que h a y un lenguaje ordinario con el cual nos comunica­m o s independ ien temen te del p r o g r a m a elegido, y p o r tanto p o d e m o s discutir acerca de la conveniencia d e e scoge r en t re u n o u otro. Dicho de otro m o d o , y p e s e a cier­ta indecisión que Lakatos m u e s t r a frente a es te problema, los p r o g r a m a s lakatosia-n o s no son inconmensurab les .

La cuest ión de decidir en t r e p r o g r a m a s d e investigación s e resuelve en la epis­temología lakatosiana por cons iderac iones d e eficacia y conveniencia. El p r o g r a m a m á s ventajoso en mater ia d e descubr imien tos y resolución d e p r o b l e m a s e s denomi­nado por Lakatos "programa progresivo", mien t ras que el otro, m e n o s eficaz, mere­ce el mo te d e "regres ivo" o "degenerado" . Lo q u e ocur re es que , cuando un progra­m a l lega dec id idamente a u n es tado regres ivo, g r an pa r t e d e la comunidad " rompe el contra to" y adh ie re a u n o nuevo, vinculado a la defensa d e un nuevo núcleo du­ro y a un nuevo programa. Lakatos insiste, sin e m b a r g o , en la posibilidad d e que , en a lgunas d e las peripecias d e la historia científica, un p r o g r a m a regresivo s e vuelva de pronto progresivo. Un ejemplo de ello es la aceptación del p rograma heliocéntrico por Copérnico, p ropues to en la ant igüedad por el a s t rónomo alejandrino Aris tarco d e S a m o s sin repercus ión e n aque l en tonces .

Contemplado s egún es te e squema , la comparac ión en t re el s i s tema d e Pto lomeo y el copern icano podría verse del s iguiente m o d o . El p r o g r a m a ptolemaico tendr ía c o m o núcleo du ro la h ipótes is geocéntr ica . El c in turón d e segur idad , cambiante con el t iempo, consist ir ía en una acumulación de hipótes is auxiliares des t inadas a prote­g e r al geocen t r i smo d e la refutación (es decir, de las d iscrepancias en t re prediccio­n e s y "datos d e observación) ; d ichas hipótes is incluían la utilización d e r ecu r sos geo­mét r icos tales como epiciclos, excéntr icas y ecuantes , con lo cual se complicaba m á s y m á s la naturaleza del c inturón protector . D e hecho , como ya lo h ic imos notar, es­t e p r o g r a m a no fue abandonado por refutación sino p o r "cansancio". E n de te rminado m o m e n t o , s u r g e el he l iocent r i smo copernicano con un p r o g r a m a en que el núc leo duro es la teoría que ubica al Sol como cent ro del s i s tema planetario, p rog rama que, con Galileo y Kepier se m u e s t r a progres ivo pues resue lve m á s y m á s problemas . A la vez, el p r o g r a m a geocént r ico m u e s t r a su regres ión , has ta el pun to de q u e es aban­donado g r a d u a l m e n t e por los científicos a m e d i d a q u e é s to s " rompen el cont ra to" geocént r ico . E s de. hace r notar, en es te ejemplo, q u e la teor ía geocént r ica n o desapa­r ece del hor izonte lógico, sino que , s implemente , p ierde la adhes ión d e qu ienes se habían ju ramen tado en sostener la .

E s in te resante la metáfora que ofrece l a k a t o s del m o d o en q u e se puede terca­m e n t e m a n t e n e r una teoría o núcleo du ro modificando hipótes is auxiliares indefinida-

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mente . Su ejemplo imaginario es tá inspirado en el episodio, ya citado en capítulos an­teriores, del descubr imiento del planeta Neptuno. Lakatos s u p o n e q u e u n investiga­dor solicita un subsidio a una institución científica para tratar d e observar , con un te­lescopio determinado, cierto lugar del cielo en donde él c ree , basado en sus teorías, que se hallará un nuevo planeta. Se le o torga el subsidio, p e r o el invest igador no consigue detectar con el telescopio semejante astro. ¿Abandona en tonces el investi­gador la teoría que le ha permit ido predecir la existencia del nuevo planeta? Nada de eso. Persis te en su p r o g r a m a d e investigación, mant iene su teoría y modifica el tin­turen de segur idad afirmando que una n u b e de polvo cósmico impide la observación de! planeta. P ropone en tonces el envío de un satélite provisto de un potente telesco-3¡o para detec tar el nuevo astro d e s d e u n a posición tal q u e la n u b e no obstacul ice la /isióu. Para ello solicita un nuevo subsidio, que le es otorgado, pero la misión espa-:ial no regis t ra la existencia del planeta. Te rcamen te , el invest igador decide p ro teger ni teoría y conjetura la existencia d e u n campo magnét ico q u e pe r tu rba el funciona-íiieuto de los ins t rumentos de la nave. Pide en tonces un te rcer subsidio des t inado a ;nviar un nuevo satélite, es ta vez con instrumental pro tegido de los efectos magnét i -:os. Pe ro t ampoco ahora s e observa el hipotét ico planeta. C o m o concluye irónica-nen te Lakatos, "o se p ropone otra ingeniosa hipótesis auxiliar o se ent ierra toda la l is tona en los polvorientos vo lúmenes d e las revistas y nunca m á s se la menc iona ie nuevo". E n realidad, el p roceso podr ía h a b e r p rosegu ido indefinidamente, pe ro es ¡vidente que el p rograma d e nues t ro investigador mos t ró se r regres ivo con relación [1 p rog rama tradicional, de cuyas teorías e hipótesis auxiliares se infiere q u e no pue-le h a b e r nuevos planetas (al m e n o s d e g ran tamaño) en el s i s tema solar.

Se ent ienden entonces las dos denominaciones q u e emplea Lakatos para referirse . ¡as formas de emplear ei mé todo hipotético deductivo. Cuando habla de refutacio-úsmo 'ingenuo se refiere al empleo del mé todo hipotético deductivo en versión sim-ile, pe ro su refutacionismo sofisticado supone la utilización de ! mé todo en vers ión ompleja, analizado en detalle en los Capítulos 13 y 14, en el desarrol lo de un pro-r a m a de investigación, e s decir, la conjunción un núcleo duro, el cinturón de segu-idad con sus hipótesis auxiliares y las heurís t icas positiva y negativa.

akatos entre Kuhn y Popper

aka tos reconoce que es habitual el cambio de hipótesis auxiliares y la decisión de ro teger el núcleo duro, pero también admite que és te podría se r modificado por re­l a c i o n e s o r ig inadas en la exper ienc ia . En a lgunos pasa jes p a r e c e coincidir con dihn en cuanto a que la experiencia no e s absoluta y d e p e n d e del ma rco teórico en 1 que nos hal lemos ubicados, aunque Kuhn hablaría aquí de dependenc ia de la ob-:rvación con relación al paradigma. Prima facie, se podría pensa r que una observa­ran, conceptuada c o m o tal en el ma rco d e una teor ía de terminada , no refutaría la ¡oría, afirmación que ha sido realizada m u c h a s veces para indicar q u e la refutación o tiene la "fuerza" que le asignan los partidarios d e la concepción standard del méto-o. Pe ro no es tan así. Lakatos piensa, y c r eemos que con acierto, que un fenóme-o conceptuado de cierto m o d o según el núcleo duro q u e or ienta la invest igación

puede refular o t ras h ipótes is del núcleo a t ravés d e consecuenc ias q u e s e deriven d e ellas. (Recuerde el lector que el núcleo duro no t iene por q u é es tar consti tuido por una única teoría, y a que es posible que es té in tegrado por m á s de una.) D e m o d o que , aunque a veces Lakatos parece recaer en la concepción coheren t i s ta d e la ver­dad q u e sos t i ene Kuhn, e s necesar io seña la r q u e en su metodología la observación d e s e m p e ñ a un papel impor tante para el desarrol lo de u n p rograma . Si un p rograma se vuelve regres ivo, se rá en par te debido a q u e c ier tas observaciones h a n mos t r ado la inoperancia del mismo, en el sent ido d e q u e las cont radicc iones e n t r e teoría y ob­se rvac ión no s e p u e d e n s u p e r a r n i aun e m p l e a n d o las m á s sof is t icadas h ipó t e s i s auxiliares.

Es ta descripción d e Lakatos no t iene las p re tens iones filosóficas kuhn i anas acer­ca del compor tamien to d e la comunidad científica, d e la naturaleza d e la real idad y del carácter totalizador, holístico e inevitable de los pa rad igmas . E n cierto modo , La­katos vuelve a la posición de Popper , que privilegia el papel de la lógica y de la ex­periencia en el mé todo científico, y explica la actividad científica sob re la base d e to­m a r c o m o unidad d e análisis el p r o g r a m a d e investigación con sus teor ías , el núcleo duro , las operac iones de contrastación, la formulación d e hipótesis auxiliares, etcéte­ra, que en s u m a d e s e m p e ñ a n en su metodología el mi smo papel que les o torgaba el mé todo hipotét ico deduct ivo en versión compleja. Sin e m b a r g o , tal descr ipción pare­cer ía seña lar u n h e c h o epistemológico que es , en cierto modo , una mezcla d e com­p o n e n t e s socio lógicos a la Kuhn y de c o m p o n e n t e s lógico-empír icos a la Popper . Aunque la noción d e "núcleo d u r o " es m e n o s total izadora y ceñida q u e la d e "para­digma", la m a n e r a en q u e Lakatos desc r ibe el compor tamien to d e la comunidad cien­tífica le d e b e m u c h o a Kuhn: és ta formula un compromiso contractual , adopta un nú­cleo y desarrol la el p r o g r a m a a partir d e la te rca admisión de que aquél e s inviola­ble; luego se asis te a la competenc ia en t r e p r o g r a m a s progres ivos y regres ivos , e tcé­tera. En cambio Laka tos utiliza ideas popper ianas cuando acepta que la investigación científica se lleva a cabo por med io d e teorías , que p rec i samente la orientan, has ta que los inconvenientes n o s obligan a modificarlas y cambiar el núcleo duro . Lakatos acepta c o m o u n a práct ica habitual la utilización d e hipótes is auxil iares para p ro t ege r al núc leo duro , al modo en que lo p ropone la versión compleja del mé todo hipotéti­co deductivo, y también que la refutación e s un e lemento peculiar del "cambio inter­no" del p rog rama que , como ya seña lamos , afecta al c inturón d e segur idad destina­do a p ro t ege r a las teorías cent ra les del p rog rama .

El racionalismo lakatosiano

Indudab lemente , la posición de Lakatos e s racionalista. Hay sin e m b a r g o un aspec­to en su epis temología que la acerca a la de Kuhn, p u e s Lakatos, a diferencia d e Popper , c r e e q u e la razón por la cual s e cambia un p r o g r a m a p o r ot ro no pa rece es­tar re lacionada de mane ra directa con refutaciones, razonamientos y d e m á s cuestio­n e s argumenta t ivas , sino, m á s bien, con cues t iones de eficacia, d e capacidad de pro­ducción d e conocimiento y otros tópicos d e naturaleza un tanto m á s vaga. P e s e a ello, Lakatos afirma q u e en el lenguaje ordinar io s e p u e d e a r g u m e n t a r acerca d e

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programas alternativos. Dicho d e ot ro modo', e s posible analizarlos "desde afuera" y os partidarios de uno u otro no se hallan incomunicados para discutir las ventajas i desventajas de p e r m a n e c e r en un p rog rama o d e abandonar lo . El racional ismo de ^akatos se pone de manifiesto por cuanto piensa que se puede examinar crít icamen-e cuál h a sido el éxito o el fracaso de un programa, qué modificaciones se podrían «alizar en él e incluso en qué m o m e n t o es necesario abandonar lo y optar p o r un irograma alternativo. Rechaza por tanto, como ya h e m o s señalado, la tesis d e la in-onmensurabi l idad. Cierto es , sin embargo , que no logra indicar con claridad cuá les tan d e se r los "criterios racionales" que permitan tomar la decisión de abandonar ;n p rograma, lo cual le h a valido críticas d e otros epis temólogos .

Es in te resente señalar que , pese a las descr ipciones que h a ofrecido Kuhn, no e p u e d e afirmar r o t u n d a m e n t e q u e él n i e g u e p o r comple to la exis tencia d e tales riterios, y en sus úl t imos escr i tos parece reconocer lo explíci tamente. D e cualquier lanera, el cambio kuhn iano d e parad igma tiene un carácter totalizador y revolucio-ario que no se advierte en Lakatos cuando és te se refiere a la susti tución de un rograma de investigación por otro. No hay aquí nada semejante a una "conversión íligiosa". El cambio es racional, pautado y continuo, y supone la adopción d e un rograma con carácter de "nuevo contra to" ent re los miembros de una comunidad entífica en det r imento de todos los d e m á s p r o g r a m a s disponibles e n cierto momen-i de la historia. No se trata en tonces de un salto holístico, sino de una decisión to-lada luego de realizado lo q u e e n política s e l lama un "cuadro d e situación", un lálisis que permi te delinear cuál ha de se r la es t ra tegia m á s conveniente a seguir i el futuro.

istoria interna e historia externa

mto para Lakatos como para Kuhn, la his toria d e la ciencia t iene un valor especial ira el epis temólogo, ya que ambos reconocen q u e lo acontecido en el pasado es ia suer te de "base empírica" que cor robora o refuta lo que se afirma acerca del odo d e p rocede r d e los g rupos científicos. E n tal sentido, y a diferencia d e la pop-•riana, la epistemología de Lakatos t iene un carácter m á s descriptivo que normati-, lo cual le ag rega un nuevo aspecto kuhniano. Por otra parte , Lakatos p ropone 1a pecul iar m a n e r a de concebi r a la his toria d e la ciencia para realizar la t a rea istemológiea, basada en su distinción en t re lo que llama historia interna e histo-i externa de la ciencia.

La "historia interna" de una disciplina o de una teoría científica incluye aquel las riables q u e se declaran pe r t inen tes para el análisis d e las cues t iones metodológicas iculadas, por ejemplo, a un cambio de teoría en un m o m e n t o de te rminado . El re­liado inesperado de la experiencia d e Michelson sería exclus ivamente cuest ión de ¡toria interna. Pero hay otros factores que no provienen del m u n d o específico d e la ncia y que. sin embargo , pueden p romover o impedir el cambio de teoría, a los e Lakatos incluye en lo que llama "historia externa". A es te ámbi to per tenecer ían , • caso, las ideologías, los prejuicios y en general ciertos factores culturales, econó-: o s y sociales. Cuando se intenta recons t ru i r la his toria d e la ciencia y observar ,

rea lmente , cuá les fueron los factores y cons iderac iones q u e obligaron a un cambio de p r o g r a m a o de teoría, el relator tiene q u e dist inguir en t r e a m b o s t ipos de histo­ria, po rque las que co r responden a la historia ex te rna n o son per t inen tes c o m o base empír ica de la epistemología. Lakatos p iensa que nada t ienen que ver las modas , las ideologías, los prejuicios o las visiones del m u n d o que impidieron la aceptación d e una nueva teoría en cierto m o m e n t o histórico con las cons iderac iones epistemológi­cas a favor o en contra de sus cual idades o defectos.

Un in te resan te ca so al respec to , citado por Newton-Smith, lo const i tuye las difi­cul tades que encont ró la teoría ondulatoria d e la luz tal como el físico inglés T h o m a s Young la propuso a principios del siglo XIX. Young e ra un exposi tor m u y med ioc re y confuso. Ten ía a d e m á s m u c h o s enemigos persona les , q u e dirigieron una campaña difamatoria a t ravés d e un periódico ba sada en cues t iones vinculadas a su vida priva­da. También es necesar io t ener en cuen ta la idolatría del ambien te académico por Newton, un h é r o e nacional, quien en su época había rechazado la explicación ondu­latoria d e la luz. D e hecho , la obra d e Young sólo fue reconoc ida y aceptada en el cont inente , en particular por los físicos franceées Arago y Fresne l . En casos como és­te , Lakatos diría que la res is tencia a adopta r en Inglaterra la teoría d e Young no in­dica un defecto epistemológico de la misma, sino que d e b e se r explicada por causas ex te rnas . M u y diferente fue el caso d e cier tos r echazos d e la teor ía psicoanalítica, po rque allí, d e acuerdo con las caracter ís t icas in te rnas del mé todo científico (se lo en t ienda al modo inductivo o hipotét ico deductivo), se p resen taban dificultades rela­c ionadas con la recolección d e da tos y p o r tanto con la contrastación.

La distinción d e Lakatos ent re a m b o s tipos d e his tor ia d e la ciencia e s interesan­te , pe ro ofrece c ier tas dificultades. ¿Quién dec ide cuá les son los factores ex t e rnos y cuáles los internos? Cur iosamente , tal decisión p u e d e depende r de prejuicios episte­mológicos . Un hipotét ico deductivista diría que la Revolución Industr ial no tuvo nin­guna incidencia epis temológica sobre la aceptación de la teoría newtoniana en el si­glo XVIII; senci l lamente, agregaría , fue una ci rcunstancia sociológica que pe r t enece a la historia ex te rna d e la ciencia. P o r el contrar io , un marxis ta afirmaría que los in­t e r e s e s económicos de una sociedad y la influencia que la tecnología ejerce sobre ella son factores q u e pe r t enecen a la his toria in terna d e la ciencia. Es to plantea una s u e r t e d e círculo vicioso en la ep is temología lakatos iana: para q u e la h is tor ia s e t ransforme en b a s e empír ica d e la epis temología sólo d e b e n t e n e r s e en cuen ta los factores in ternos , pero la discriminación en t re " interno" y "ex te rno" pa rece presupo­n e r u n a ep is temología p rev iamente aceptada . La afirmación d e Lakatos d e q u e la ciencia e s la b a s e empír ica d e la epis temología no e s tan clara en tonces como pa­r ece ( tampoco lo es la cor respondien te afirmación de K u h n ) , y ello daría razón a la tradición popper iana s egún la cual los factores per t inen tes en cues t iones episte­mológicas t ienen una es t r echa conexión con el dominio de la lógica y son de carác­ter normativo.

Se le h a criticado a Lakatos el empleo d e los té rminos " interno" y "externo" en un sentido un tanto distinto del q u e le as ignan los his tor iadores . Kuhn, por ejemplo, seña la q u e la "historia interna" en sent ido lakatosiano deber ía s e r l lamada "historia const ruida con los e lementos racionales de una ciencia", o s implemente "historia ra­cional". E n efecto, la visión d e la his toria d e la ciencia q u e ofrece Lakatos t iene un

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fuerte carácter interpretativo y semeja lo que Carnap l lamaba una "reconstrucción ra­cional" de la historia. El peligro q u e entrañaría la nomencla tura de Lakatos sería, de acuerdo con los crít icos an tes menc ionados , s u p o n e r q u e la h is tor ia d e la ciencia debe se r construida con un criterio previo de racionalidad, actividad filosófica bien diferente d e la que realizan los h is tor iadores cuando t ra tan d e p o n e r en evidencia las complejidades de la historia factual. Cabe mencionar también que en la idea lakato-siana de "historia interna" hay un acentuado componen te normativo, lo cual obliga a reconocer que esta epistemología no es m e r a m e n t e descriptiva c o m o af i rmábamos anteriormente.

Feyerabend

í l espect ro de las opiniones epis temológicas actuales e s m u y ex tenso , pero debe-nos referirnos en particular a la obra d e Paul Feye rabend espec ia lmente en virtud le la amplia difusión q u e h a n tenido s u s ideas en t r e c ier tos s ec to re s culturales. E n tn sent ido distinto del de Kuhn, Feye rabend acabó const i tuyendo en el ámbi to de a filosofía d e la ciencia una posición tan ex t rema y opues ta a las q u e se han discu­ido en es te libro que m e r e c e n el apelativo, por él empleado , d e "anarquismo meto-lológico". Cabe destacar que en un principio Feye rabend c o m e n z ó s iendo también, orno Lakatos, una suer te de popper iano disidente e inquieto por los p rob lemas epis-smológicos que plantea la física moderna , y por ello conviene dividir la evolución e su pensamiento en dos etapas. La pr imera es aquella en que se lo p u e d e ubicar orno un crítico original de las t radiciones surgidas del rígido empir i smo del Círcu-) de Viena. d e las tesis hipotético deductivistas o de la teoría hempel iana d e la ex-iicación científica. La segunda, en la que drás t icamente acepta su "anarquismo me-)dológico", es tá l igada al ya citado texto Contra el método, d e 1975, q u e iba a fer­iar par te de una polémica sistemática con Lakatos. Es te libro es te rminante y pro-acativo, quizá po rque fue concebido c o m o una sue r t e d e polémico "texto d e bata-a" no sólo para discutir sino también para irritar al contendor , de lo cual se podría iferir que fue a causa de él que Lakatos se murió. D e allí que en él Feye rabend ;ve a la forma m á s ex t r ema y paradójica sus tesis metodológicas y epistemológi-is. En un libro posterior, La ciencia en una sociedad libre (1978), persist ió en sus í t icas , ya no contra la metodología científica tradicional , sino t ambién con t ra la encia misma y la comunidad científica por entero .

s y e r a b e n d 1: el p o p p e r i a n o d i s i d e n t e

pr imer Feye rabend critica la m a n e r a tradicional d e d i señar el mé todo hipotético iductivo y la noción de teoría tal como Popper la ofrece y, también, en algún sen-!o, la objetividad popper iana d e la base empírica. Feye rabend acepta, y en es to ncordar ía con Popper , q u e el desarrol lo científico e s t á l igado a la noción d e teo-í y a la aparición en la historia de la ciencia de un encadenamien to de teorías en

que a lgunas suceden a otras por se r m á s adecuadas . Sin embargo , p ropone una

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alteración al mé todo hipotét ico deductivo: en lugar d e implementa r para cada teoría un proceso d e contras tación continua, que p u e d e acabar i nespe radamen te en u n a re­futación o p rosegu i r sin l ímites en un encadenamien to infinito d e co r roborac iones sucesivas , Feye rabend p ropone su pues ta a p rueba por competencia. F r en t e a u n a nueva teoría, o a u n a vieja teoría somet ida a crítica, lo que se d e b e h a c e r en pr ime­ra instancia es e n u m e r a r todas las teor ías alternativas que en principio pudieran ex­plicar los m i s m o s fenómenos problemát icos . Siguiendo el m o d o d e pensa r de Feye­rabend , ante una teoría recién l legada como la d e la relatividad especial, lo que se deber ía h a b e r h e c h o en su m o m e n t o es pone r en evidencia, explíci tamente, todas las teorías alternativas que pudieran se r d i señadas para explicar episodios "ex t raños" ta les c o m o el resul tado de la exper iencia de Michelson. Y en tonces , frente a un es­pec t ro d e teor ías en competencia , es tablecer si, con relación a la teor ía d e la relati­vidad, las o t ras ofrecen o no mejores explicaciones y predicc iones , y aun si son o no m á s eficaces en un sentido práctico y tecnológico. Si d e la compe tenc ia su rg iese que a lgunas d e las alternativas son m á s adecuadas que la propuesta , és ta no adqui­riría su car ta d e c iudadanía científica. En caso contrar io , d a d a la notable ventaja ex­pues ta por la nueva teoría en aspectos explicativos, predictivos y práct icos frente a las alternativas, s e justificaría d e un m o d o racional la pers is tencia en su empleo . Es­ta idea d e competenc ia en t re teorías, s egún Feyerabend , supone un criterio de jus­tificación m u c h o m á s amplio y rico q u e el m e r o análisis d e u n a teoría aislada y su comparac ión cons tan te con la realidad. Sin duda hay un méri to en ella: evita que , al trabajar con u n a sola teoría en virtud d e su éxito explicativo y predict ivo, q u e d e m o s anclados en una descripción unilateral y algo sesgada de la realidad, lo cual n o s im­pedir ía advert ir las ventajas conceptua les y práct icas de analizar los h e c h o s d e s d e otro punto d e vista.

La s e g u n d a cont r ibución de es te p r imer F e y e r a b e n d es h a b e r insis t ido, c o m o también lo hicieron Kuhn y otros epis temólogos a su manera , en que no exis ten da­tos empír icos independ ien tes de las teorías científicas, d e m o d o que , d e s d e su ópti­ca, la exper iencia d e p e n d e in te rnamente d e la teoría misma. D e la const i tución de lo que t o m a m o s como base empírica es r esponsab le la teoría, pues to que las hipó­tesis y el a rsenal conceptual vinculado a ella provocan una división del cont inuo de la exper iencia , cuest ión que ya m e n c i o n a m o s al e x p o n e r las ideas de Kuhn . Aquí nos encon t ramos , s egún nues t r a opinión, con dificultades s imilares a la q u e presen­ta la posición kuhn iana . Por un lado, la confusión en t re : a) el r econoc imien to de que la consti tución d e un dato empírico s i empre p re supone teorías, con b) la afir­mación de que la base empír ica se const i tuye con la teoría que con t ras tamos con ella. H e m o s dicho re i t e radamente que, si se d e s e a pone r a p rueba una teoría T me­diante datos d e la base empírica E, tal base empírica E p resupone una base empírica epis temológica y una serie d e ampliaciones d e ésta, las suces ivas b a s e s empír icas me todo lóg i ca s , cons t i tu idas por m e d i o d e las t eo r í a s p r e s u p u e s t a s en el anál is is de la recién l legada teor ía T. (Véase el Capítulo 2.) Pe ro es tos da tos con los cuales se cont ras ta rá la teoría T no p re suponen la propia teoría T, se trata, en cambio, d e compara r la teoría T con todo lo que , como resul tado d e la interacción ent re teoría y experiencia, h a sucedido an te r io rmente . No hay aquí nada parecido a un círculo vicioso o a una si tuación p u r a m e n t e in terna que contrastar ía la teor ía T con datos

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const i tuidos a partir d e ella misma. E n el Capítulo 20 h e m o s discut ido es te pun to en detalle y a él remit imos al lector.

Mayores dificultades aún p resen ta un aspecto semánt ico del pensamiento del pri­m e r Feyerabend. El p iensa q u e el vocabu la r io 'de u n a teor ía científica adquie re su sentido por las relaciones mutuas ent re las nociones con las que se consti tuye el len­guaje de aquélla. Dicho de otra manera , cada teoría emplea un vocabulario propio y el sentido de este vocabulario aparece definido o consti tuido por las relaciones en t r e los términos empleados impues tos por las propias hipótesis de la teoría. Ya señala­m o s que ello podría se r así en relación con los té rminos teór icos y en conexión con lo que se afirma acerca de ent idades no observables. Pero ocur re q u e Feyerabend adopta en este punto una posición un tanto holista. También supone que todas las palabras, no so lamente las teór icas sino a d e m á s las del vocabulario empírico, adquie­ren sus propiedades semánticas por la es t ructura interna de la teoría tal como las im-Donen sus hipótesis fundamentales . En es te sentido, suponer que cada teoría consti-:úye su propia base empírica se traduciría ahora, e n virtud del punto d e vista semán-ico asumido por Feyerabend, en la afirmación de que todo lo que se dice acerca de a experiencia dent ro d e una teoría sólo tiene sentido en relación con ésta. Pe ro si ;sto es así, ¿cómo es q u e pueden se r comparadas las teorías? ¿Cómo h a r e m o s para seguir su consejo, ya mencionado, de que e s necesar io pone r las teorías en compe-encia, comparar teorías alternativas y decidir acerca d e s u s méritos? Esto no sería >osible. Lo que se propone con esta metodología es comparar el poder predictivo de ma teoría utilizando la base empírica de otra, tal como compet i t ivamente la estable-:e y la u s a pa ra sus propios propósi tos d e predicción y explicación. Sin embargo , es-o no se puede implementar , pues , si t enemos que es t imar la capacidad explicativa y iredictiva de una teoría propuesta T para saber si e s m á s ventajosa o no que una eoría alternativa T\ nos hal laremos ante la dificultad d e q u e T p ropone t é rminos pa-a en tender la experiencia con un sentido muy distinto de los té rminos propues tos ior T, y en tonces acontecería un fenómeno muy similar al d e la inconmensurabi l idad [ue ya discutimos a propósito d e las ideas de Kuhn. Feyerabend acepta es ta tesis ;uhniana y no se comprende en tonces cómo es posible que teorías alternativas se ¡ongan en competencia y que p o d a m o s declarar cuáles son m á s adecuadas .

Parece haber aquí una contradicción en la metodología de Feyerabend q u e no es k i l resolver. Digamos, sin embargo , sin p roponer alternativa a lguna para supera r s te desaguisado , q u e la idea d e F e y e r a b e n d tiene u n lado atractivo, q u e podría­l o s recons t ru i r en t é rminos un tanto dis t intos d e los que él emplear ía . Recono-e m o s la posibilidad, frente a una nueva teoría T, d e contar con una base empír ica neutral", o "relativamente neutral", pa ra p rocede r a la es t ra tegia hipotét ico deducti-a en versión compleja. Sugiere Feyerabend qué, si se proponen una o m á s teorías Itemativas a una teoría dada, e s t amos en condiciones de detec tar una par te de la ícperiencia q u e antes no hab íamos advert ido y, d e tal mane ra , ocurr ir ía q u e . con na base empírica m á s amplia descubier ta o planteada por las teorías alternativas, i spondr íamos d e med ios d e contrastación para la p r imera teoría que , quizá, sola-tente con ella, no tendr íamos a nues t ra disposición. La competencia se traduciría en le la base empírica empleada para la operación de contrastar se ampliaría, porque tedaría develada con los recursos de las teorías alternativas. C ó m o plantear es to en

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términos m á s precisos es un problema que no vamos a tratar de resolver en este libro. N o e s improceden te señalar que el hol i smo d e Feye rabend presenta , c o m o todas

las formas d e ho l i smo y tal como fuera indicado opo r tunamen te p o r el filósofo ar­gen t ino Raúl Orayen , g r a n d e s dificultades d e s d e un punto d e vista lógico. Suponga­mos , por ejemplo, que fo rmulásemos u n a teoría T const i tuida por una sola hipótesis d e partida, H, como es el caso del principio d e b iogénes i s d e Pas teur . ¿Qué ocu r r e si s e niega tal teoría? Se asumirá u n a posición contrar ia a la p r imera teoría y, en lu­ga r d e la única hipótes is H que const i tuye la teoría T, se formulará la nueva teoría T cuya única hipótes is e s no-H. Pe ro V, por se r una teor ía dist inta d e T, s e cons­ti tuye en un fenómeno holíst ico diferente, d e s d e u n pun to d e vista semánt ico , del re­p resen tado por T. Los conceptos , las palabras o t é rminos q u e e s t a m o s empleando , aunque pa recen se r los m i s m o s luego del acto d e negación, se t ransformarán en tér­m i n o s con sen t ido nuevo, resu l t an te del h e c h o d e q u e t e n e m o s otra h ipó tes i s dé part ida y, por tanto, de que se h a n modificado las relaciones semánt icas . Esto lleva­ría a una ex t raña paradoja, c o m ú n a todas las posic iones hollsticas: cuando se niega u n a hipótes is fundamental ya n o s e habla d e lo m i s m o , e s decir , h e m o s cambiado de tema. D e s d e luego, no e s t amos ante una situación lógica d e contradicción. N o es que sea imposible sos tener semejante punto de vista lógico, pe ro la idea d e que no exis te , d e s d e la perspect iva epistemológica, una genu ina operación d e negación, pa­r ece tan excént r ica y estrafalaria que d u d a m o s d e que n ingún ep is temólogo ser io pueda, rea lmente , adoptarla con toda solemnidad. En síntesis , hay en las posiciones del p r i m e r Feye rabend algo así c o m o u n a contradicción e n t r e a spec tos positivos, co­m o la idea de competenc ia en t r e teorías, con otros negat ivos , como es te últ imo q u e acabamos d e comentar .

Feyerabend 2: el anarquista metodológico

Para el s e g u n d o Feyerabend , la clave del mé todo científico y d e la teoría del conoci­miento e n gene ra l r e s ide en que , frente a todo conjunto d e proposic iones admi t idas m o m e n t á n e a m e n t e como cuerpo de conocimiento, el p r imer paso metodológico a se­gui r e s negarlas. Esta especie de recurso dialéctico, que Feye rabend parece h a b e r to­m a d o d e Hegel , s e fundamentar ía e n la convicción d e que , como toda teoría resul ta a la larga parcial o to ta lmente equivocada y no refleja la realidad, e s conveniente ne­garla en virtud de q u e así se nos ofrecerían vías diferentes y en r iquecedoras d e pen­samiento y d e conceptuación. (El lec tor podrá r e c o n o c e r aqu í q u e el pun to d e parti­d a del a r g u m e n t o e s s imilar al q u e Newton-Smith l lama la " inducción pesimista" , menc ionado en el Capítulo 9.) El ana rqu i smo metodológico de Feyerabend t o m a en­tonces la s iguiente forma: en n ingún m o m e n t o d e b e r í a m o s pensar , frente a una teo­ría o a un cuerpo de conocimientos , que e s t amos rea lmen te en el camino de la ver­dad ni que ellos t engan relación con el p rob lema inicial q u e s e planteaba en es te li­b ro , e s decir , el develar la naturaleza del conocimiento científico. P u e s t o q u e en ma­teria metodológica h a n fracasado todos los intentos d e ceñi r los procedimientos d e la ciencia a un molde conceptual preciso y definido, todo p rocede r es adecuado en asun tos científicos, y p o r ello Feye rabend afirma: anytking goes (todo vale).

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Esta posición un tanto nihilista de Feyerabend se agrava m á s aún cuando subra­ya que las teorías y los cuerpos de conocimientos son, en el fondo, nada m á s que la expresión de una de las tantas comunidades p re sen te s en la sociedad, la comuni­dad científica. Con resonancias de Nietzsche, Feye rabend ent iende como reivindica­ciones en favor de la democrac ia y de la libertad el señalar que la comunidad cien­tífica es "una más" d e las tantas, cada una identificada por su s s i s temas d e valores, por su práctica y por su modo particular de inser tarse en la sociedad. Aquí Feyera­b e n d pone el énfasis en aspectos d e la actividad científica que cons idera negat ivos y que, a su juicio, provienen del equívoco status que la sociedad actual h a otorgado a la ciencia. N o sólo le a t r ibuye a és ta el habe r producido ins t rumentos que al ser aplicados a la tecnología han llevado a usos a la rmantes y perjudiciales para la espe­cie h u m a n a , s ino t ambién el h a b e r desar ro l lado e n t r e los científicos el p ropós i to ocul to de conse rva r beneficios e c o n ó m i c o s l igados a su pres t ig io . La comun idad científica, median te táct icas oportunis tas , "ha logrado e n o r m e s ventajas en lo q u e res­pecta , p o r e jemplo, a la d i s t r ibuc ión d e p r e s u p u e s t o s . Si f ué semos p lura l i s tas y r e spe tuosos d e todas las opiniones y pun tos d e vista, n o hab r í a s egún F e y e r a b e n d razón alguna para negar la posibilidad de defender sus creencias, sus puntos de vista, s u s valoraciones y s u s expectat ivas gnoseológicas a o t r a s comun idades dis t intas d e la científica: la de los astrólogos, d e los magos , d e los cu rande ros o de los herbo­ristas d e Bach. Si la sociedad o torga un privilegio a la comunidad científica e n ma­teria de prestigio y p resupues to es a partir de la suposición de q u e ella p roduce un tipo d e conocimiento q u e las d e m á s comun idades no garantizan, y es to e s lo q u e Feyerabend pone en duda. En cuanto a los "beneficios sociales" de la ciencia, sos-i ene , como ya lo seña lamos , que las tecnologías con t emporáneas h a n sido uti l izadas jrioritai ' iamente para crear focos de belicismo y para ampliar la coerción social. En m a sociedad l ibre a la Feyerabend , se pondría coto a las invest igaciones científicas Jo cual supondría una liberación) y se redistribuirían los recursos nacionales para me magos , mental is tas , méd icos alternativos y o t ros c iudadanos pudiesen t ene r su iportunidad gnoseológica y práctica. C o m o el lector p u e d e advertir , q u e d a plena-n e n t e just if icado el t í tulo de un ar t ículo pub l icado r e c i e n t e m e n t e p o r la r ev i s t a kientific American, que hace referencia a Feyerabend l lamándolo "el peor enemigo le la ciencia" o bien "el Salvador Dalí de la filosofía".

En opinión del autor d e es te libro, quien en modo alguno admitirá q u e el tipo !e conocimiento y de aplicación tecnológica de la c iencia s ea comparab l e al q u e r o d u c e n las comunidades no científicas, las a rgumentac iones d e Feyerabend pare­en constituir algo semejante a lo q u e el matemát ico a rgent ino Carlos Domingo de-ominaba "demost rac iones por el ridículo". No obstante , posic iones como las de Fe-erabend y otras similares t ienen m u c h o arraigo en c ier tos sec to res intelectuales d e i sociedad actual; se integran, con otras tesis, al núcleo del posmodern i smo , u n a vi-ión que constituye, a nues t ro en tender , u n o de los focos patológicos d e la cul tura ontemporánea.

Pese a lo que h e m o s afirmado, no p o d e m o s m e n o s q u e reconocer con ecuanimi-ad (y ello también se aplica al pensamien to del epis temólogo francés Gastón Ba-telard, d e quien nos ocuparemos b revemen te en el s iguiente capítulo) q u e la ne-tción como factor del conocimiento científico p resen ta aspectos enr iquecedores . En

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cierto modo , la tes is de la refutabilidad sos tenida por Popper privilegia una estrate­gia d e oposición a una teoría, frente a la d e corroborac ión cont inua, a la q u e s e juz­ga conveniente para de senmasca ra r el e r ro r y es t imar el ve rdadero valor de un cuer­po d e conocimientos . Se trataría d e una sue r t e d e extensión, c o m o ejercicio metodo­lógico, del principio d e la "duda metódica" de Descar tes . D e s p u é s d e todo, m á s allá d e a lgunas cont inu idades q u e h a mos t r ado la his toria d e la ciencia, és ta se n o s pre­sen ta como una sucesión de e tapas en las q u e m u c h o s de los conocimientos y vi­s iones del m u n d o p r o p u e s t o s fueron luego n e g a d o s y a b a n d o n a d o s d rás t i camen te por o t ros diferentes.

En cierto sent ido, lo q u e h e m o s señalado en el Capítulo 17 a propósi to del mo­nismo ontológico y del dual ismo metodológico d e Freud podr ía t raduci rse ahora en una posición, avalada por el autor de es te l ibro, que combina un "dogmat i smo onto­lógico" con un "escept ic ismo metodológico" . El dogma t i smo ontológico es la tesis según la cual hay una real idad cuyo compor tamien to puede se r alcanzado por el co­nocimiento h u m a n o . E s t e reflejaría, por el empleo de cier tos s i s temas categoriales , median te leyes y teorías científicas adecuadas , las caracter ís t icas de tal realidad. Ese p resupues to un tanto dogmát ico expresa el convencimiento d e que la ciencia posee , a t ravés de su rosario de mé todos y es t ra tegias , no sólo la capacidad de alcanzar lo que l lamamos "conocimiento" sino también d e acrecentar lo , ya sea por el abandono del e r ro r como a t ravés de teorías que , aunque perfectibles, reflejan e tapas del co­nocimiento que no son en te ramen te i rreversibles . (P iénsese , como ejemplo d e es ta últ ima afirmación, en la teoría atómica: si b ien ésta exper imentó notables cambios d e s d e la época d e Dalton, hoy no pa rece posible "dar vuelta atrás", negar la y afir­m a r la tesis d e la continuidad de la materia.) Es te dogmat i smo ontológico se com­pletaría con un escept ic ismo metodológico, u n a r m a s is temát ica que actuaría a mo­do de control de nues t r a s teorías y aun de nues t ra visión del mundo : ¿qué sucede­ría si, an te las p ropues tas habi tua lmente aceptadas , las n e g á s e m o s y ex t ra jésemos d e tal negación sus consecuencias? (Aquí cabe recordar los resu l tados de esta estra­tegia a propósi to d e las geomet r í a s no eucl ideanas.) Lo q u e Feye rabend n o pa rece indicar con claridad es que , como resul tado d e es te procedimiento , en de te rminados m o m e n t o s t e n d r e m o s q u e admitir que la negación h e c h a a m o d o d e p r u e b a no h a conducido a resul tados satisfactorios y que es m o m e n t o d e volver a admitir aquello q u e h a s ido negado . La negación metódica no significa h a b e r p robado la tes is con­traria a aquella q u e es t amos negando . En tal sent ido, el escept ic ismo metodológico es , cur iosamente , una defensa en contra del dogmat i smo, una precaución q u e debe­m o s tomar para que el h e c h o de adoptar una teoría o un s i s tema de c reenc ias no n o s haga olvidar q u e si así h e m o s procedido e s po rque su negación, ha s t a el mo­mento , no nos ha proporcionado nada mejor.

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