las filas de la insurrección
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Año 1 - Númer 6 - Septiembre 2011TRANSCRIPT
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Dirección General:Paula Arrieta Camila Bralic Cynthia Shuffer
Grupo Editorial:Paula ArrietaCamila BralicGuillermo JiménezAlejandra SalgadoConstanza VillaPaz Irarrázabal
Corrección:Camila Bralic
Portada y gráfica:Cynthia Shuffer
Diseño y diagramación:Chilenitox Fotografías artículos:1, 3, y 6 - Eduardo Pavéz Goye2 - Juan Cedillo4 - Eeva Talvikallio5 - Elisa Shuffer7 - Paula Arrieta
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Editorial Momentos políticos, voces cruzadas. Dormíamos, despertamos.Luis Gómez Anquela Camino a la paz; México fracturado.J. Campbell Manifestación y represión. Una discusión pendiente. Juan Carlos Sharp Visiones desde la periferia.Eeva Talvikallio 1800 horas por la educación: De la demanda estudiantil al movimiento social.Marcelo Salgado Múltiples curiosidades.Neftalí Márquez Argentina: Otras formas de represión. Agustina Sulleiro
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Momentos políticos, voces cruzadas
El día 4 de Agosto recién pasado, la democracia chilena volvió a doler dentro de
todos nosotros. Las protestas estudiantiles que durante meses han puesto en jaque
al poder político fueron, ese día, reprimidas con todas las fuerzas de la policía, por
orden del Gobierno de Chile encabezado por Sebastián Piñera. El aire irrespirable,
el caos, la violencia y el abuso terminaron por sacar la última gota de paciencia que
cada uno de los chilenos guardaba silenciosamente en su interior.
¿De qué se trata la democracia? ¿Es acaso únicamente ese espacio solemne de
acudir a votar para el día de tal o cual elección? ¿Es apenas la celebración de ese
episodio cívico -falso, además, a juzgar por el particular sistema binominal chileno-
en el que nos sentimos parte de un sistema que al fin nos toma en cuenta?
Ese 4 de Agosto el gobierno chileno fracturó de la manera más impúdica posible las
acciones de una ciudadanía que, al entenderse por primera vez en mucho tiempo
en relación a otros, se armaba con la fuerza de una convicción: la de una sociedad
más justa.
La rabia fue creciendo con la horas y, llegada la noche, miles de chilenos salieron
de sus casas, se asomaron a sus ventanas, ocuparon sus patios, plazas y calles para
dejar muy claro que hay una fuerza que no se puede reprimir con los carros lanza
aguas ni con las bombas lacrimógenas, y la ciudad entera se vio ensordecida por
Editorial Rufián
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un cacerolazo espontáneo, profundo, que no hace más que enrostrarle al poder
político su enorme fragilidad.
Episodios como el recién descrito se repiten en los puntos más disímiles del planeta.
Un enojo generalizado fue levantando una ola que nadie pudo prever, como si la
globalización tuviera un lado oculto, silencioso, que ahora por fin estalla. Los largos
y tediosos años del consenso quedaron al descubierto. Las interpretaciones que
desde un poder unilateral nos han terminado por dibujar y redibujar, definiendo
nuestra naturaleza, incluyéndonos o excluyéndonos. No se puede considerar casual
la espontaneidad y paralelismo entre estos diversos acontecimientos. La continuidad
de la norma en una comunidad particular es interrumpida por instancias políticas
que efervecen como momentos únicos, en los cuales puede llegar a concretarse esa
anhelada participación y colaboración
La experiencia social se convierte entonces en “una fuerza que es capaz de actualizar
esa imaginación de la comunidad que está comprometida allí y de oponerle otra
configuración de la relación de cada uno con todos” (1). Un tejido en común, como
menciona Rancière, que deviene y se desgarra para la configuración de otra piel.
Una propia. Quizás lejos de los partidos o la militancia, poniendo a prueba “la
capacidad de hacer que resuene el poder de una acción y que amplíe ese espacio
de resonancia” (2).
La presente entrega de Rufián Revista busca ser testimonio de esta época en
la que el “caos”, como nos han querido presentar la situación, es simplemente la
figura mediática de la crisis de las estructuras que han cimentado la desigualdad, la
exclusión y la pérdida de dignidad de los seres humanos. Es no sólo una colección
antojadiza de nuestros momentos políticos, sino una voz firme a favor de la
esperanza real en un cambio social promovido por las personas ejerciendo, de una
vez por todas, su poder más profundo: aquel expuesto y vulnerable a la interacción
con otros.
(1) Rancière, Jacques. “Momentos políticos. Intervenciones 1977-2009” Buenos Aires, Capital Intelectual, 2010.(2) Op. Cit.
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Dormíamos, despertamos.
* Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración, Magíster (c) en Derechos Humanos y trabajador desocupado.(1) Castel, Robert. El ascenso de las incertidumbres. Fondo de Cultura Económica, 2010.
El 15 de Mayo, cientos de miles de personas
salieron a la calle en varias ciudades españolas al
grito de lo llaman democracia y no lo es y no somos
mercancía en manos de políticos y banqueros.
La manifestación estaba convocada por la
organización Democracia Real YA, y secundada por
decenas de movimientos sociales, organizaciones
no gubernamentales y otros colectivos.
* Luis Gómez Anquela
Decía Slavoj Zizek que la verdadera lucha política se da en los combates por la apropiación de aquellos conceptos vividos espontáneamente como apolíticos. El éxito del 15-M se explica porque ha construido un discurso contrahegemónico de alcance universal partiendo de experiencias vitales concretas: la familia desahuciada de su vivienda por no poder afrontar el crédito hipotecario, la joven desempleada con carrera universitaria, posgrados y varios idiomas, el migrante que vive en la inseguridad legal, laboral y personal.
Si bien de esta movilización forman parte gente
de diferentes condiciones socioeconómicas
y situaciones personales, el principal impulso
venía de un nuevo sujeto social: el precariado.
Éste aparece, según Robert Castel (1), a partir
de la normalización de situaciones laborales
fronterizas (trabajos temporales, de media
jornada, estacionales, en la economía sumergida,
becas y prácticas, entradas y salidas del
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y económico de la capital. En los días siguientes,
surgieron acampadas en decenas de ciudades
españolas. Las más grandes, como las de Madrid
y Barcelona, se convirtieron en mini-ciudades
con comedores, enfermerías, bibliotecas y zonas
infantiles. Las semejanzas con la Plaza Tahrir
de El Cairo y la Plaza Syntagma de Atenas eran
claras. Este recurso de lucha reúne dos de las
herramientas comunes a estos movimientos.
Por un lado, la desobediencia civil no violenta,
como acontecimiento ilegal que desenmascara
la ilegitimidad del poder político. Por el otro, la
recuperación del espacio público, de la plaza, no
sólo como lugar de protesta sino de encuentro,
dialogo y convivencia.
Debido al cansancio, problemas internos y a la
necesidad de un cambio de estrategia, la mayoría
de las ciudades fueron levantando las acampadas
alrededor de un mes después. Las ciudades más
grandes decidieron descentralizarse, llevando las
asambleas a los barrios, con el fin de acercarse a
otros sectores de la población. Según las últimas
encuestas, un 70’3% de españoles valoraba como
positivo al 15-M, y 8 ‘5 millones habían participado
en las asambleas y acciones del movimiento.
Decía Slavoj Zizek (2) que la verdadera lucha
política se da en los combates por la apropiación
de aquellos conceptos vividos espontáneamente
como apolíticos. El éxito del 15-M se explica porque
ha construido un discurso contrahegemónico de
alcance universal partiendo de experiencias vitales
concretas: la familia desahuciada de su vivienda
por no poder afrontar el crédito hipotecario, la
joven desempleada con carrera universitaria,
posgrados y varios idiomas, el migrante que vive en
la inseguridad legal, laboral y personal… De estas
físicos o virtuales) se iba fraguando lentamente
una respuesta colectiva. Gran importancia tuvo
el ejemplo de las revoluciones árabes, así como
de otras revueltas similares en Islandia, Grecia o
Portugal. Sin embargo, nada hacía presagiar lo
que se desencadenaría tras la manifestación de
aquel domingo de mayo.
Todo explosionó cuando, tras la manifestación
en Madrid, un grupo reducido de manifestantes
decidió espontáneamente acampar en la Puerta
del Sol, punto final del recorrido y centro social
(2) Zizek, Slavoj. En defensa de la intolerancia. Ed. Sequitur, 2007.
desempleo, etc…) antes consideradas transitorias
en las trayectorias profesionales. Al unirse este
fenómeno al desmantelamiento del estado del
bienestar, especialmente de aquellos servicios
que funcionaban a modo de red de seguridad,
se ha producido un desplazamiento hacia
estrategias de supervivencia individualistas, que
la crisis estaban convirtiendo en un “sálvese quien
pueda” generalizado.
Parte y máxima expresión de una sociedad
desagregada, el precariado se desperdigaba
por diferentes movimientos sociales, la apatía
política o la resignación ante la crisis. Pero en
las redes y espacios sociales existentes (ya sean
En los días siguientes, surgieron acampadas en decenas de
ciudades españolas. Las más grandes, como las de Madrid y Barcelona, se convirtieron en
mini-ciudades con comedores, enfermerías, bibliotecas y
zonas infantiles.
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(3) Grupo de Trabajo de Pensamiento de la AcampadaSol. Conclusiones preliminares Mayo 2011.
En este paradigma, las doctrinas preestablecidas y las etiquetas izquierda/derecha funcionan como barreras para el acercamiento. Sin una ideología estructurada, el 15-M se articula en torno a una
serie de principios: la inclusividad absoluta (de cualquier persona); el respeto (como forma de convivencia) y la horizontalidad
asamblearia (como mecanismo de decisión) .
subjetividades diversas surgen indignaciones
individuales que han construido un espacio donde
encontrar comprensión e intercambio, donde
poder darse cuenta que uno no está sólo. Las
quejas y demandas que antes eran particulares,
adquirieron un significado global al insertarse
en la sensación de malestar generalizado como
consecuencia de la crisis económica y la situación
política. Lo verdaderamente revolucionario del
15-M es esta repolitización de la vida cotidiana
de cada persona a través del encuentro con los
demás, vida que bajo el neoliberalismo ha sido
enclaustrada en un individualismo feroz, que
sólo admite la competencia como forma de
relacionarse socialmente.
En este paradigma, las doctrinas preestablecidas
y las etiquetas izquierda/derecha funcionan como
barreras para el acercamiento. Sin una ideología
estructurada, el 15-M se articula en torno a una
serie de principios: la inclusividad absoluta (de
cualquier persona); el respeto (como forma de
convivencia) y la horizontalidad asamblearia
(como mecanismo de decisión) (3).
Otro fenómeno interesante es la reivindicación de
elementos propios de grupos sociales postergados
para el uso normalizado en la identidad del
movimiento. Ejemplos como la utilización de
gestos del lenguaje de sordos para la expresión
colectiva en las asambleas, o el uso del femenino
plural como genérico inclusivo. Así, a la pregunta
desde la moderación de la asamblea ¿estamos
todas de acuerdo con la propuesta?, aquellas
(personas) que estamos de acuerdo levantamos
las manos y las giramos en el aire, tal como se
aplaude en la lengua de signos española. Y es
que todo movimiento social produce también
una cultura alternativa (lenguaje, normas,
relaciones, etc…) Si el mayo francés se escribió
sobre las paredes, la literatura del mayo español
está en las pancartas: no somos anti-sistema, el
sistema es anti nosotros; violencia es no llegar a
fin de mes; si no nos dejáis soñar no os dejaremos
dormir; error de sistema: insertar ciudadanía 2.0
para reinstalar una democracia real.
La larga siesta del neoliberalismo no nos ha
dejado sueños utópicos ni pesadillas distrópicas.
Simplemente, el despertador ha sonado, hemos
abierto los ojos y afrontado nuestras propias
vidas.
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Camino a la paz;México fracturadoConsiderando que nuestro sistema de justicia entra en el ranking de los más corruptos e ineficientes, el poder impuesto a través de la violencia institucional y sistemática, se tradujo en ataques sobre la población civil como método de guerra.
Esta civilización en la que ahora nos encontramos,
junto con nuestro tipo de conocimiento y forma de
filosofía, nos han dado conceptos como la justicia,
la realización y la misma esencia o naturaleza
humana, con las que inclusive interactuamos en el
marco social. Es ahí donde entran al juego el poder
y la política. Y si la estructura del pueblo no tiene un
orden ni una media, entonces el ejercicio del poder
se asemejará a una dictadura y se alejará cada vez
más de un régimen democrático.
Frente a nuestro pueblo pobre (1) que, sin posibilidad
de estudios o trabajo, se contrata en alguna de
las antiguas o florecientes multinacionales de la
droga, se desató en México ante el conocido fraude
electoral del ejecutivo federal, una no solicitada
“guerra contra el narcotráfico”. Desde la Presidencia
de la República y con apoyo de las Fuerzas Armadas
y los Medios de Comunicación, se giran órdenes
contra los supuestos líderes del narco, no para
detener, enjuiciar y condenar, sino para ejecutar.
*J. Campbell
* Comunicadora social, editorialista, responsable del área de comunicación de la Diócesis de Saltillo, integrante del Centro de Derechos Humanos Fray Juan de Larios, AC en Saltillo, Coahuila, México. Es mujer y tiene un cabello rizado como de sal y pimienta.(1) De 113 millones de habitantes, las cifras del CONEVAL nos hablan de 52 millones de mexicanas y mexicanos en pobreza extrema y 39 millones en pobreza moderada y vulnerabilidad, con cierto acceso a servicios.
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Considerando que nuestro sistema de justicia entra
en el ranking de los más corruptos e ineficientes, el
poder impuesto a través de la violencia institucional
y sistemática, se tradujo en ataques sobre la
población civil como método de guerra.
Testimonios de niños y jóvenes que son forzados
a pertenecer a grupos organizados delictivos es
algo preocupante, pero los motivos que provocan
ese reclutamiento son prueba de las acciones y
omisiones del Estado que está obligado a ser garante
legítimo y supremo de la efectividad de todos los
derechos humanos para toda su ciudadanía. La
desigualdad y la pobreza, son dos de ellos.
En las calles del territorio mexicano cada día circulan
más elementos del ejército, la marina, fuerzas
especiales tanto locales, como de Estados Unidos,
con la excusa del apoyo a la seguridad nacional y a
la lucha contra el narco que tanto preocupa al país
consumidor, de nuestra frontera norte.
Cinco años -de seis- lleva el ejecutivo en funciones;
ya se le ha pedido que renuncie, que no se quiere
más sangre, que cambie de estrategia, que ya
nos tiene hasta la madre, que no eleve a rango
constitucional la política de guerra, pero es ciego
y mudo. Y no lo pide la población en general, sino
los rostros, con nombres, apellidos e historias de
vida desgarradas al norte, sur, este y oeste del país,
como efecto de esa guerra. Es decir, su palabra tiene
más sentido. Hay alrededor de 50 mil personas
asesinadas, más de 10 mil desaparecidas y más de
120 mil desplazadas, que son la prueba de que esta
estrategia es fallida, como el Estado actual lo es. El
país está en emergencia nacional y las autoridades
atienden desde el extranjero porque también
huyeron, o están encerradas en sus privilegios para
no ver, actuar, ni rendir cuentas.
Cinco años -de seis- lleva el ejecutivo en funciones; ya se
le ha pedido que renuncie, que no se quiere más sangre, que cambie de estrategia, que ya nos tiene hasta la madre, que
no eleve a rango constitucional la política de guerra, pero es
ciego y mudo
con sus feminicidios y pueblos vacíos, integrándolo
también muchos organismos y personas que desde
el dolor, se han unido.
El movimiento ha ganado espacios y reconocimiento;
ha dado voz a las víctimas de la violencia que
exigen justicia por los asesinatos de sus familiares
y amistades, o que buscan a sus desaparecidos en
todo el país; porque lo han recorrido ya al norte y
ahora lo harán al sur. Se esfuerzan por integrarse
orgánicamente, por coordinarse, por elevar el
nivel de conciencia política de la población, por
no tener liderazgos castrantes, sino guías de
referencia política que exigen a los distintos niveles
de gobierno, locales y nacionales, paz con justicia y
dignidad.
Si bien México es de los países latinoamericanos en
que menos organizaciones sociales hay, ha surgido
un movimiento que por fortuna alcanza los lazos
tanto del movimiento zapatista, en sus acciones
sociales y políticas que desde el sureste surgieron a
la luz hace 17 años, como de las y los sobrevivientes
de la violencia de la frontera norte de Cd. Juárez,
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Sí hay en México quien desea ser resguardado
por policías, militares y hombres armados, y vota
y busca que se repriman los movimientos sociales
para que todo siga igual, con la misma miseria,
masacres, desapariciones, temores, promesas
incumplidas, ignorancia, fuerzas ocultas, salarios
bajos, incremento de precios, etc. Y también
hay una estrategia gubernamental para dividir y
debilitar al movimiento nacional, invitando a otros
familiares de víctimas y dirigentes empresariales
que están alineados al Estado y a favor de leyes que
suspenderán las garantías individuales, legalizarán
la tortura y los allanamientos de morada, como
ya se vienen realizando y constatando por más
sobrevivientes.
México tiene miedo. Su memoria a corto plazo no
recuerda dictaduras ni asesinatos. Parece incluso
que a veces olvida el 68. Reclama poco y nada. Poco
se hacen valer los derechos, si acaso se conocen.
Pero así como está de quebrado y adolorido, la gente
está indignada, por eso ante personas preparadas,
con calidad moral y humana, con principios éticos
y de acciones de desobediencia civil, y pacifista, se
suman las y los parroquianos.
El nombre de este movimiento nacional me remonta
a las voces de -las mujeres en su mayoría- del Coro
de Acteal, con una canción que decía, “paz, paz, paz,
paz con justicia y dignidad, para los pueblos indios
de México, justicia y paz” con la cual, después de la
masacre de nuestros mártires que rezaban por la
paz en Chiapas, ya se denunciaba la violencia en el
país, e invitaba a todo México a responsabilizarse en
la búsqueda de la paz, ante momentos graves que
vivía la patria.
Quizás por ello el “Movimiento por la Paz con
Justicia y Dignidad” lea los corazones como lo hace
el indígena, y busque encontrar el camino perdido
del país, arriesgando la vida misma, porque las
cercanas las han arrancado las balas de los militares
que mienten al decir que pelean contra los capos
del narco.
Quizás por ello el “Movimiento por la Paz con Justicia y
Dignidad” lea los corazones como lo hace el indígena, y
busque encontrar el camino perdido del país, arriesgando
la vida misma, porque las cercanas las han arrancado
las balas de los militares que mienten al decir que pelean contra los capos del narco.
Quien armó el grupo inicial también perdió a un
hijo, y desde entonces prometió no escribir más
poesía, pero por dicha sigue expresando, y al
compartir las formas de acompañar a otras y otros y
hacer la paz, explica que hay que caminar, dialogar,
abrazar y besar: “Caminar, es ir al encuentro de los
otros; dialogar es desnudar, estremecerse, iluminar
la verdad –que al principio escuece, pero después
consuela–; abrazarse y besarse es no sólo hacer
la paz, sino también romper las diferencias que
nos dividen y enfrentan”. Esto requiere mujeres
y hombres mexicanos y sus solidarios de otros
países, para reconstruir desde lo social y las bases, la
indiferencia que mata. Por ello se deben involucrar
a todas las personas en la vida política del país,
interesarse en las relaciones económicas dentro de
las que funciona la sociedad, lo mismo que el sistema
de poder que define nuestras conductas, pues de su
funcionamiento depende nuestra esencia de vida.
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Manifestación y represión: una discusión pendiente.En cuestión de minutos, el Gobierno de Chile echó por tierra medio siglo de consagración de uno de los derechos políticos -de esos que nos garantizan el derecho a exigir derechos- más esenciales en una democracia: la libertad de reunión, de expresión pública de ideas, gusten o no a la Administración de turno. *Juan Carlos Sharp O .
* Estudiante, Facultad de Derecho, Universidad de Chile.
“El tiempo de las marchas se acabó”.
Si en Chile un grupo de personas desea realizar
una manifestación o reunión en un lugar público,
digamos porque quieren celebrar alguna fecha
importante o porque no les parece el alza del precio
del pan, tiene que pedir permiso a la autoridad para
hacerlo. En su solicitud tiene que individualizar
a los organizadores, señalar cuál es el objeto de
la manifestación, su lugar o recorrido, el lugar en
que se hará uso de la palabra y quiénes lo harán.
Si no lo hace o su solicitud es rechazada (porque a
la autoridad le parece que perturbará el descanso
o recreación de otros o porque la manifestación
afectará sectores plantados), la concentración será
impedida o disuelta por las Fuerzas de Orden y
Seguridad.
Todo lo anterior pese a que el propio encabezado
del Decreto Supremo firmado por Pinochet que
regula tal situación, nuestra Constitución Política y
la Convención Americana de Derechos Humanos
ratificada por Chile, garantizan a todas las personas
el derecho “a reunirse pacíficamente sin permiso
previo y sin armas”.
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Americana como por nuestra Constitución. La
pertinencia o no de una marcha es un juicio
garantizado a cada ciudadano, a cada habitante del
país que no puede ser políticamente ponderado
por autoridad alguna.
“Mientras me pegaban me decían que me harían desaparecer como en la dictadura”
Hace 4 meses los hechos de violencia a manos de
efectivos policiales eran vistos por el grueso de
nuestra sociedad como cosa marginal o propia de
algunos pocos en algún recóndito lugar del país en
una población tomada por narcotraficantes. “Es cosa
de ver la policía de los otros países latinoamericanos,
esos sí que son violentos y mafiosos” es común
escuchar a poco andar de una conversación en la
materia.
Y es que un comunero mapuche asesinado o un
indigente torturado en un carro policial, vistos como
casos aislados, parecen representar no más que el
Si tal situación de flagrante vulneración de un
derecho fundamental ya resulta incomprensible en
un Estado que se dice Democrático y de Derecho,
más insólita resulta todavía la idea que de este
derecho tiene el Gobierno de Chile.
El día 3 de agosto en La Moneda, el Ministro del
Interior Rodrigo Hinzpeter anunció que no se
autorizaban las marchas estudiantiles del día
siguiente pues a su juicio, “el tiempo de las marchas
se acabó” y entre otras, porque “(como Gobierno)
hemos hecho una propuesta amplia, grande y
generosa para debatir los temas de educación que nos
interesan”. (1)
En cuestión de minutos, el Gobierno de Chile echó
por tierra medio siglo de consagración de uno de
los derechos políticos -de esos que nos garantizan
el derecho a exigir derechos- más esenciales en una
democracia: la libertad de reunión, de expresión
pública de ideas, gusten o no a la Administración de
turno. Las motivaciones del tipo de las del Ministro
del Interior son prohibidas tanto por la Convención
(1) Audio en: http://www.youtube.com/watch?v=KzJNd3jKtcM&feature=related Noticia en diario La Tercera 3.8.2011: http://latercera.com/noticia/nacional/2011/08/680-383955-9-gobierno-resuelve-no-autorizar-marchas-por-la-alameda-convocadas-para-este.shtml [Consulta al 23.9.2011] El día 4 de agosto de 2011, a propósito de la prohibición de marchar dictada por el Ministro del Interior, Carabineros de Chile adoptó en diversos de puntos del país procedimientos preventivos propios de un estado de excepción constitucional. Con motivo del control del orden público, en determinados sectores se restringió la circulación y se prohibió absolutamente la congregación pacífica -incluso en parques y paseos peatonales- de determinadas personas.
Los testimonios, recursos audiovisuales y denuncias públicas apuntan a la existencia de un frecuente uso de fuerza
excesiva o fuera de mínimos parámetros de proporcionalidad; una cantidad no menor de casos muy graves de apremios
ilegítimos o tortura; y la ejecución, legitimada por la Administración, de procedimientos ilícitos.
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margen estadístico de error que toda institución
humana debe soportar. En el mejor de los casos,
se da de baja a un par de efectivos policiales,
se condena los hechos en la prensa y todos tan
tranquilos como siempre. Pero el asunto nunca será
el mismo desde que la población repiqueteó una
vez más sus ollas, en contra esta vez de la institución
que perseguía el 4 de agosto a punta de palos y
bombas lacrimógenas a estudiantes en todo el país.
Y es que no es para menos. Las sucesivas marchas
estudiantiles dejan tras de sí una huella ampliamente
documentada -en su gran mayoría de forma pública
a través de redes sociales e incluso medios de
comunicación formales- de irregularidades y abusos
del actuar policial frente al control del orden público
que no sólo arrojan patrones comunes sino además
indicios de una actitud institucional, sea esta activa
o pasiva. Los testimonios, recursos audiovisuales y
denuncias públicas apuntan a la existencia de un
frecuente uso de fuerza excesiva o fuera de mínimos
parámetros de proporcionalidad; una cantidad
no menor de casos muy graves de apremios
ilegítimos o tortura; y la ejecución, legitimada por la
Administración, de procedimientos ilícitos.
En cuanto a este último, llama particularmente la
atención el generalizado empleo del Control de
Identidad regulado en el artículo 85 del Código
Procesal Penal como una verdadera “detención por
sospecha” (2), una privación de libertad ilegítima
No menos preocupante resulta el nivel de
agresividad y encono constatado en las dos
primeras situaciones, dentro de las cuales figuran como
víctimas sobre todo menores de edad.
que a vista y paciencia de todo el mundo permite
que en Chile personas sean retenidas en unidades
policiales sin que se les impute cargo alguno y sin
que se les realice nada más que una verificación de
su identidad. (3)
No menos preocupante resulta el nivel de
agresividad y encono constatado en las dos
primeras situaciones, dentro de las cuales figuran
como víctimas sobre todo menores de edad. El
amedrentamiento y la brutalidad aquí son la tónica
de una actitud incomprensible e injustificable que ya
(2) Institución derogada en 1998 que facultaba a la policía a retener a una persona hasta por 48 horas, por disimular su identidad o prestar motivo fundado para atribuírsele malos designios, antes de ponerla en presencia de un juez.
(3) El artículo en cuestión prescribe que el Control de Identidad debe ser realizado en el lugar en que es requerida la persona, la que sólo puede ser conducida a la unidad policial más cercana en caso de que no pueda o se niegue a identificarse.
(4) UNICEF, Amnistía Internacional y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, entre otras.
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no resiste como explicación el que se trate de “casos
aislados” o “sujetos apartados de la institución”, ni
como medidas suficientes, la remoción de efectivos
directa o indirectamente involucrados. La cantidad
de denuncias -y la extrema gravedad de muchas
de ellas- que diversas organizaciones sociales y de
derechos humanos, internacionales inclusive (4),
reportan a la fecha, simplemente no se ajustan a
la noción profesional y de excelencia que el Estado
y el Gobierno de Chile en las últimas décadas
ha promovido de una institución militarmente
jerarquizada y disciplinada como es Carabineros de
Chile.
Sin duda estas organizaciones deberán jugar un
papel fundamental en el proceso de discusión
pública que tendrá lugar en los próximos meses.
En él, se deberá abordar necesariamente la
formación de los efectivos policiales, su evaluación
y contención sicológica y la eficacia en cuanto a
control se refiere de la propia cadena de mando. Así
mismo, la vergonzosa situación de que aún en Chile
los delitos cometidos por uniformados contra civiles
sean vistos en Justicia Militar y la clarificación plena
de la relación de la Administración con la fuerza
pública en procedimientos como los adoptados el 4
de agosto y en general, frente a toda manifestación
ciudadana.
Otro legado de los estudiantes chilenos.
Extenso y aún indeterminado es el legado que los
estudiantes están heredando -conscientes de ello
o no- al futuro del movimiento social y al desafío
de democratizar el país. Gracias a su particular
visibilidad y credibilidad, el movimiento estudiantil
El lucro, el costo de los derechos sociales, “el
chorreo” del crecimiento económico, la necesidad
de la organización de base y la presión en la disputa política son materias que
sin duda han saltado desde la demanda sectorial a la contradicción con el
sistema en su conjunto, con una profundidad y
alcance que hasta ahora otros movimientos sociales
no habían conseguido. discusiones y dotar de
contenido a estos espacios.
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ha conseguido que en la intimidad de los hogares
chilenos y en el seno de la todavía precaria
organización social se instalen con fuerza tópicos
que hasta ahora la hegemonía había conseguido
mantener a raya del debate público sembrando
confusión, miedo e incluso adhesión.
El lucro, el costo de los derechos sociales, “el
chorreo” del crecimiento económico, la necesidad
de la organización de base y la presión en la disputa
política son materias que sin duda han saltado
desde la demanda sectorial a la contradicción con
el sistema en su conjunto, con una profundidad y
alcance que hasta ahora otros movimientos sociales
no habían conseguido. Entre estas cuestiones, las
inéditas marchas y concentraciones estudiantiles
han puesto sobre la mesa la necesidad de abordar
la configuración del derecho de la manifestación
pública en nuestro país y con él, el actuar de las
Fuerzas de Orden y Seguridad.
Ni los asesinatos en la Araucanía ni la violencia
en Isla de Pascua habían conseguido lo que el 4
de agosto y tantas otras ocasiones en los últimos
meses han conseguido: Como despertando de
una larga resaca, Chile ha constatado -¡al fin!- en
la lucha de sus estudiantes que nuestro “Estado
Democrático y de Derecho” es más bien un Estado
policial, intransigente y fuertemente autoritario
que expresa la voluntad de una minoría del país, no
sólo a través del sistema binominal o de los medios
de comunicación sino que también, por medio de
la violencia y el amedrentamiento que esta está
dispuesta a ejercer sin miramientos para reprimir,
disuadir y anular toda manifestación pública de
descontento y divergencia.
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Visiones desde la periferiaEn aquellos países de la Unión Europea, incluyendo a Finlandia, que aparentemente no han hecho nada para causar la crisis, pero que estarían obligados a pagar en caso de que los endeudados no lograran reactivar sus economías con las medidas propuestas, la oposición a “tirar más dinero a esos pozos sin fondos” crece día a día.
Finlandia se encuentra en la periferia norte de
Europa. Para acceder a ella, hay que llegar ya
sea por avión o por ferry, pasar a través de la casi
deshabitada frontera norte con Suecia y Noruega,
o arreglárselas con los trámites de visado en Rusia
por el este. Es lo más parecido a una isla que un país
puede llegar a ser, sin serlo realmente.
Con una población de unos 5,5 millones de personas
ocupando un espacio de 338.000 km2, Finlandia es
el país con menos densidad poblacional de la Unión
Europea. Alrededor del mundo, es normalmente
conocida por la calidad de su sistema educacional,
por su éxito en la industria de alta tecnología
*Eeva Talvikallio. Traducción, Camila Bralic
* La autora es miembro de la delegación de Attac Finlandia, y actualmente está terminando sus estudios de Comunicación Multilingüe y Traducción en la Universidad de Tampere, Finlandia.
(1) Newsweek, 10 de agosto de 2010. URL: <http://www.thedailybeast.com/newsweek/2010/08/15/interactive-infographic-of-the-worlds-best-countries.html> Visitado el 22 de septiembre de 2011. (2) World Competitiveness Reports, World Economic Forum. URL: <http://www.weforum.org> Visitado el 22 de septiembre de 2011. Más acerca de los éxitos de Finlandia, en: <http://www.vexen.co.uk/countries/best.html>.
(Nokia), por su limpia naturaleza, por la relación
extrañamente natural que su gente tiene con la
desnudez, o por Santa Claus. A menudo puede
encontrarse a Finlandia en las primeras posiciones
de diversos rankings mundiales, como “el mejor
país donde vivir” (1), o como “una de las economías
más competitivas del mundo” (2). Existe un dicho
finlandés que resume bastante bien este escenario:
“Nacer en Finlandia es como ganarse la lotería”, en
el sentido de que es igual de afortunado e igual de
improbable. Agreguemos encima de todo un idioma
que prácticamente nadie más en el mundo es capaz
de entender, y es fácil ver por qué a los finlandeses
les gusta considerarse como algo bastante único.
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Sin embargo, no importa cuán únicos y aislado
nos sintamos a veces, Finlandia no es una isla (en
ningún sentido de la palabra), y no está separada
ni es inmune al resto del mundo. La globalización
no nos ha pasado por alto, y también aquí la
abrumadora ola de neoliberalismo ha andado su
“larga marcha a través de las instituciones”. Con la
desregularización de la economía, la liberalización
financiera, y una integración profunda en la
“economía occidental” (en particular a través de
la Unión Europea), en apenas unas pocas décadas
Finlandia se ha transformado exitosamente en una
economía modelo de libre mercado.
considerablemente las políticas de bienestar social
(siguiendo la tendencia general de reducir el rol del
Estado), la vida laboral se ha vuelto más precaria
(en la medida en que las industrias básicas han
migrado a países con mano de obra más barata, y
aquí a los trabajadores se les exige continuamente
“mayor flexibilidad”), y el bienestar general de las
personas se ha debilitado (se ve por ejemplo en el
aumento de los problemas mentales, de la violencia
y de la segregación social). También las brechas en
los ingresos se han acrecentado y la ideología de la
competencia se ha filtrado en todos los aspectos de
la vida, penetrando en la sociedad como un todo
-los lugares de trabajo, las universidades, el sistema
educacional-, llegando a afectar la manera en que los
individuos ven el mundo, a sí mismos y a los demás.
Hoy Finlandia es un país altamente competitivo
e individualista, con una economía fuertemente
dependiente del mercado internacional y sensible a
las fluctuaciones de la economía global.
El más reciente recordatorio de la pérdida de nuestra
independencia económica fue, por supuesto, la
arrasadora crisis europea. Como resultado de la
crisis financiera global, gatillada por el colapso
del mercado hipotecario estadounidense, y que
se propagó alrededor del mundo con una rapidez
espantosa, se han revelado los desequilibrios
y debilidades estructurales y económicas de la
Unión Europea -especialmente aquellos de la
unión económica y monetaria europea, o la así
llamada eurozona-, y las economías más débiles
y endeudadas están perdiendo, una tras otra, su
capacidad de crédito a los ojos del caprichoso
mercado. En consecuencia, se dispararon las tasas
de interés a través de las cuales estos países podrían
obtener financiamiento, aumentando así los costos
de su deuda y minimizando las posibilidades de que
lleguen alguna vez a reembolsar algo... Finlandia, si
bien no ha sido de los peor golpeados, tampoco ha
También las brechas en los ingresos se han acrecentado y la
ideología de la competencia se ha filtrado en todos los aspectos de
la vida, penetrando en la sociedad como un todo -los lugares de trabajo, las universidades, el
sistema educacional-, llegando a afectar la manera en que los individuos ven el mundo, a sí
mismos y a los demás. Por supuesto, este proceso ha tenido tanto sus
beneficios como sus desventajas, ninguno de
los cuales debiera ser analizado en demasiado
detalle sin adentrarse en los variados aspectos
del contexto nacional (tarea demasiado extensa
para los propósitos de este artículo). Sin embargo,
podemos hacer algunas observaciones generales
con cierta certeza: primero que nada, es cierto
que, en general, el estándar de vida en Finlandia
se ha elevado desde los inicios de la globalización,
aunque sin embargo es discutible si se trata de una
consecuencia directa de la globalización o si es
simplemente una coincidencia temporal debido a
otros factores. Al mismo tiempo, se han recortado
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escapado al impacto de la crisis, y también aquí una
recesión se ve como una amenaza real.
Las soluciones de emergencia adoptadas hasta
ahora para salir de este círculo vicioso han consistido
principalmente en crear mecanismos (3) a través de
los cuales los países en problemas pueden acceder
a nuevos préstamos para pagar los previos. En estas
nuevas deudas, ejercen como garantes la Unión
Europea y el Fondo Monetario Internacional; en
otras palabras, los países miembros de la UE y el FMI,
que aparentemente no han hecho nada para causar
la crisis, pero que estarían obligados a pagar en caso
de que los endeudados no lograran reactivar sus
economías con las medidas propuestas, la oposición
a “tirar más dinero a esos pozos sin fondos” crece día
a día. Incluso el mercado, el verdadero objetivo de
estos acuerdos, parece no tener fe en los esfuerzos de
la UE, ya que no ha mostrado signos de estabilizarse
como estaba planeado. En cuanto a los políticos, en
todos los países involucrados, cuidan sus propios
intereses -como todo el mundo-, buscando un
equilibrio entre las demandas de las instituciones
financieras, la opinión pública, la economía nacional
y las obligaciones internacionales.
Todo esto tiene tan pocos precedentes y está
ocurriendo con tanta rapidez, que es bastante
dudoso que alguno de los que están tomando
las decisiones para resolver la crisis haya tenido
el tiempo necesario para analizar la situación tan
profundamente como sería necesario. Mucho
menos pensar en las consecuencias a largo plazo
de las soluciones emergencia que han estado
improvisando e imponiendo a los Estados miembros
sin un rastro de democracia en el proceso. Mientras
que las soluciones actuales no parecen estar
llevando a ningún lado, cualquier alternativa que
se separe a penas un poco de la corriente principal
no son tomadas en cuenta, porque, bueno, tomaría
demasiado tiempo e implicaría demasiado esfuerzo
y riesgo político. En la medida en que continúa la
indecisión y no se encuentra ninguna voluntad
política o liderazgo verdadero, las críticas hacia la
UE y su moneda común crecen día a día; cada vez
más, son percibidas como meras herramientas en
Todo esto tiene tan pocos precedentes y está ocurriendo
con tanta rapidez, que es bastante dudoso que alguno de los que están tomando las
decisiones para resolver la crisis haya tenido el tiempo necesario.
o más precisamente, los ciudadanos contribuyentes
de aquellos países. En cuanto a los países que
están siendo “rescatados”, las condiciones para
beneficiarse de estos “paquetes de rescate” varían
según el paquete y el país, pero en general consisten
en medidas de una dura austeridad que traspasan
el peso del pago a las espaldas de, una vez más, la
gente común.
Estas medidas de austeridad ya han provocado
masivas protestas, con cada vez más convocatoria
entre quienes tendrían que sobrellevar sus costos, y
muchos cuestionan su eficiencia como herramientas
para reducir la deuda y el déficit público. En aquellos
países de la Unión Europea, incluyendo a Finlandia,
(3) Por ejemplo el Fondo Europeo de Estabilidad Financiero (EFSF) y el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiero (EFSM) de la Unión Europea, o el Servicio Ampliado del FMI (EFF). Actualmente se han puesto en marcha negociaciones para crear un Mecanismo de Estabilidad Europea (ESM) más permanente para remplazar los dos mecanismos de la UE ya citados.
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de solidaridad para cualquiera que no sea “uno de
nosotros”, y énfasis en lo interno como una reacción
defensiva ante las amenazas y la confusión de una
globalización descontrolada. Como resultado del
éxito del Basic Finns, otros partidos han adaptado
sus posturas, y el escenario político finlandés como
un todo se ha vuelto visiblemente más populista y
orientado hacia los problemas internos.
Finlandia no es el único lugar donde esto está
pasando. El populismo nacionalista va en aumento
en toda Europa: en Noruega, Suiza, Hungría, los
Países Bajos, Dinamarca, Austria... A medida que
la inestabilidad económica global comienza a
manifestarse en las vidas de la gente común,
y las fuerzas políticas tradicionales parecen
incapaces de entregar soluciones que sean
suficientemente rápidas y eficientes, la gente se
vuelve cada vez más hacia aquellas voces que
reclaman tener soluciones. Parece no importar
que las “soluciones” nacionalistas estén basadas
principalmente en crudas simplificaciones de
problemas complejos, creando fronteras artificiales
e infundadas entre individuos y grupos para
permitir la discriminación, y en una obsoleta
confianza en el proteccionismo nacionalista y en
la autosuficiencia; estas simplificaciones al menos
hacen las cosas supuestamente más entendibles y
controlables. En un mundo globalizado, plagado de
perturbaciones que sobrepasan el entendimiento,
la gente anhela algo aprehensible, algo estable,
servicio de la liberalización financiera y económica,
obrando en beneficio de unos pocos camuflándose
en el discurso de “paz, prosperidad y estabilidad para
los pueblos”; y la habilidad de la Unión para resolver
la crisis está siendo cuestionada seriamente. En el
momento de escribir este artículo, algunos ya están
especulando sobre el colapso total del área del Euro.
Entre los más beneficiados con la creciente
desilusión en las virtudes de la globalización liberal,
y con la pérdida de fe en los partidos políticos
tradicionales que las promueven, se encuentra
el populismo nacionalista. En Finlandia, en las
elecciones parlamentarias del 2011, el Basic Finns
(4), principal partido nacional-populista del país,
obtuvo un 19,1% del total de los votos, aumentando
su apoyo en un fenomenal 15%, mientras que los
tres principales partidos que se habían alternado
las posiciones más altas durante las últimas tres
décadas, sufrieron considerables pérdidas (5).
Los principales temas del Basic Finns eran, entre
otros: críticas en contra de la UE y el Euro; negativa
a entregar más apoyo financiero a los países
endeudados de la UE; endurecimiento de las políticas
de inmigración y reducción de la seguridad social
para los no nativos; disminución de la ayuda exterior;
oposición a la OTAN; aumento de impuestos para las
clases con altos ingresos; oposición al matrimonio
homosexual y el derecho de adopción; promoción
de “valores auténticamente finlandeses” y de una
“verdadera identidad finlandesa”. En resumen: falta
(4) También se usa el nombre “True Finns”, ya que es la traducción proporcionada por el partido mismo, por razones obvias. Sin embargo, ya que Basic Finns entrega el sentido y contenido completo del nombre original en finlandés, de forma más exacta y clara, he preferido usar éste aquí, en lugar de lo que el partido propone.(5) La Coalición Nacional, los Social Demócratas, y el Centro. Sus porcentajes de apoyo bajaron en un 1,9%, 2,3% y 7,3% respectivamente.(6) World Competitiveness Reports, World Economic Forum. URL: <http://www.weforum.org> Visitado el 22 de septiembre de 2011. Más acerca de los éxitos de Finlandia, en: <http://www.vexen.co.uk/countries/best.html>.
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auténtico y real como una alternativa a la fría
visión de un mundo relativizado más allá de toda
esperanza, donde parecen no existir otras bases
para valores compartidos que aquéllas del mercado.
Y muchos parecen encontrar esta alternativa en el
nacionalismo.
Pero existe otra opción.
Recientemente participé en la ENA (European
Network Academy for social Movements),
organizada por la ONG Attac (6) en Freigurg,
Alemania, donde unos 1400 activistas se reunieron
para discutir la actual crisis mundial y pensar
soluciones alternativas. Entre los participantes y
conferenciantes se encontraban varias personas
involucradas en los levantamientos del Norte de
África, donde dictador tras dictador han ido cayendo
bajo la presión de las masas que finalmente han
dicho basta a la ilimitada represión y la continua
lucha por existir. Al mismo tiempo, gente de este
lado del Mediterráneo está protestando contra otro
tipo de dictadura: la del mercado, servida fielmente
por la elite económica y los políticos corruptos.
Reunido bajo el lema “¡No somos mercancía
en manos de políticos y banqueros!”, el masivo
movimiento popular, que inicialmente comenzó en
España como protesta contra las crudas políticas
de austeridad, se ha extendido a países en toda
Europa. Los eventos del mundo árabe lo han influido
considerablemente, y actualmente funciona como
una fuente de inspiración para otros movimientos
alrededor del mundo.
La visión general que empezó a tomar forma en la
ENA fue la siguiente: estamos todos luchando con
el mismo problema, aunque nos enfrentamos con
diferentes aspectos dependiendo de dónde estemos
situados. Y el problema es la excesiva concentración
del poder. En todas sus formas -política, económica,
física- el poder se ha ido concentrando en las manos
de demasiado pocos, y ellos son incapaces de
representar los intereses de las impotentes masas.
El neoliberalismo, el capitalismo y la globalización
económica son distintas formas de llamar a
las ideologías y procesos que favorecen esta
concentración. Y esos “pocos” que tienen acceso
a ese poder, no son necesariamente individuos
con nombre y apellido, sino visiones, posiciones y
funciones que existen como una red de relaciones
de poder -compleja y extendida globalmente- que
se ha convertido en lo que es a través del curso
de la historia sin ningún plan en particular, y que
continuamente trabaja por mantener tanto su
La visión general que empezó a tomar forma en la ENA fue la siguiente: estamos todos
luchando con el mismo problema, aunque nos
enfrentamos con diferentes aspectos dependiendo de dónde estemos situados. Y el problema es la excesiva concentración del
poder.
(6) Asociación que busca establecer un impuesto a las transacciones financieras destinado a obtener fondos de ayuda a la ciudadanía. Ver URL: <www.attac.org>.
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propia existencia, como una estabilidad relativa
en el mundo. Mientras que los individuos que
ocupan estos lugares de poder pueden ir variando
y cambiando, el acceso a ellos es altamente
restringido, y depende de una variedad de factores,
como lo son el género, la raza, la nacionalidad,
la religión, el contexto social, la educación, la
personalidad y -tal vez más especialmente- el ansia
de poder. Por lo tanto, las personas que de hecho
ocupan esas posiciones, son extremadamente
homogéneas, y consecuentemente, sus decisiones
-que nos conciernen a todos- son tomadas en base
a un espectro bien limitado de perspectivas. Si las
condiciones de existencia son insoportables y uno
no tiene acceso al poder que las determina, ni
canales para hacerse escuchar, entender y sentir por
aquellos en el poder, quedan pocas opciones fuera
de resignarse completamente, o tomar medidas
extremas, como por ejemplo, el terrorismo.
Y como el sistema actual favorece a aquellos que
son originalmente fuertes y oprime a aquellos que
son débiles desde el principio, se trata de hecho
de un sistema muy natural, al mismo tiempo que
es un sistema completamente inhumano: en la
naturaleza, el más fuerte prevalece mientras que
el débil fracasa, pero el grado de civilización de
una sociedad humana sólo puede ser medida
por cómo trata a sus miembros más débiles. Si los
seres humanos actuaran verdaderamente según
su condición humana -es decir, si usaran la libertad
inherente en cada uno para hacer de su existencia
aquello que quieren hacer de ella- no se afanarían
por lo natural, sino por lo humano. Así pues, el
hecho de que todavía hoy haya unos mil millones
de personas hambrientas en el mundo, e incluso
más privadas de los más básicos derechos humanos,
mientras otros se sofocan en abundancia y exceso,
no es sólo un insulto a la humanidad; es negar la
existencia misma de la humanidad, entendida como
una forma de existencia distinta y consciente de sí
misma.
A riesgo de parecer ingenuamente idealista, me
parece que es este sistema de relaciones de poder
concentrado lo que está mostrando sus primeros
signos de colapso. Y mientras diferentes aspectos
son visibles en distintos lugares del mundo, sus
primeras sacudidas también toman diferentes
formas según la ubicación. En el norte de África,
siguiendo el análisis presentado por los activistas en
la ENA, los dictadores están siendo derrocados sólo
como la primera y más obvia muestra de exceso
de poder; detrás de ellos yace el verdadero poder
represivo, es decir, el Imperialismo occidental. Desde
la era de la exploración, el desarrollo occidental ha
estado basado en la explotación -tanto de personas
como de la naturaleza- y esta explotación no ha
cesado, a pesar de que los títulos bajo los cuales
es realizada hayan cambiado, así como aquellos
que la llevan a cabo. Los dictadores árabes, que
ahora están cayendo, han estado violando los
derechos humanos desde siempre, y todo el
mundo lo sabía bastante bien, sin embargo no se
hacía nada al respecto porque también le servía
a occidente para mantener la situación “estable”.
Los actuales levantamientos han destruido esta
estabilidad, obligando a que la estructura se ponga
en movimiento.
Al mismo tiempo, la crisis económica y financiera
global está al borde de desplazar el poder desde
los mercados al control de la gobernabilidad
internacional; el aumento del populismo
nacionalista es testimonio claro de cómo el poder
político cambia a nivel nacional; Internet y los
diversos medios sociales están desafiando cada
vez más las formas tradicionales de comunicación
e intercambio de información; etcétera. En el
centro de todo esto, el paradigma capitalista de
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continuo crecimiento está siendo amenazado
por los límites ineludibles de la naturaleza, y por
aquellos individuos que, en número creciente, están
eligiendo estilos de vida menos dependientes de la
sociedad de consumo.
Todo esto puede ser mejor descrito, a mi parecer,
por algo que Jean-Paul Sartre escribió en 1948,
al describir la situación del invierno durante la
Segunda Guerra Mundial: “De pronto, también
comenzó para nosotros el gran escamoteo histórico
[...] Y nuestra vida de individuos, que parecía haber
dependido de nuestros esfuerzos, virtudes y
defectos, de la suerte buena o mala y de la mejor o
peor voluntad de un reducido número de personas,
se nos mostraba ahora como gobernada hasta en
sus menores detalles por fuerzas oscuras y colectivas
y reflejando en sus circunstancias más privadas el
estado del mundo entero. […] La historicidad volvió
sobre nosotros; en cuanto tocábamos, en el aire que
respirábamos, en el libro que leíamos, en la página
que escribíamos, en el mismo amor, advertíamos
un sabor a historia, es decir, una mezcla amarga y
ambigua de absoluto’ y de transitorio.” (7)
Existen dos formas de reaccionar cuando la historia
ocurre alrededor de uno. La primera y tal vez la
más fácil, es ensimismarse, cerrar los ojos a lo que
ocurre en el resto del mundo, concentrarse en
las pequeñas cosas que están cerca, y tratar de
incidir en ellas independientemente de lo que esté
ocurriendo fuera. A nivel individual, esta puede
ser una solución suficientemente satisfactoria para
algunos, al menos temporalmente. A nivel global,
sin embargo, un ensimismamiento generalizado
puede llevar a resultados que nadie pretendió, y
terminar siendo dos veces más dañino para todos
(no hace falta retroceder mucho en la historia para
encontrar ejemplos).
La otra opción es abrirse y ser sensible al mundo,
tratar de ver las complejas relaciones que enlazan
las existencias individuales con el todo, y adaptar las
propias acciones en respuesta a ello. Esto no implica
desprenderse o ignorar el propio contexto local y
nacional; por el contrario, se trata de ver las partes
conectadas al todo y actuar en beneficio de ambos.
Se trata precisamente de lo que los altermundialistas
pretenden cuando dicen que los problemas
globales requieren soluciones locales. Pero elegir
esta opción requiere consciencia. Requiere una
consciencia que va más allá de las apariencias, que
cuestiona cualquier respuesta fácil, y que está lista
para adaptarse incluso a las verdades incómodas.
Pero sobre todo, requiere consciencia de qué se
necesita para lograr el propio bienestar -la principal
preocupación de cada uno de nosotros-, y cómo ello
está relacionado con el bienestar de otros. Porque
no hay movimiento sin emoción, y si uno no siente
el sufrimiento de los otros, uno tampoco actuará en
pos de reducirlo.
Finlandia se encuentra en la periferia norte de
Europa. Es fácil perderse en la periferia. Es fácil
sentirse desprendido, insignificante y solo en la
periferia. Pero confío en que no estamos solos, y sé
que no estamos separados: porque para que exista
una periferia, también debe existir un centro, y si
existe un centro, debe existir mucha más periferia
rodeándolo.
(7) Sartre, Jean-Paul. ¿Qué es la literatura? Losada S.A., Buenos Aires. pp. 117-118. Consultado en URL: <http://es.scribd.com/doc/62158243/Que-Es-La-Literatura>
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1800 horas por la educación:De la demanda estudiantil al movimiento socialUna iniciativa bastante creativa –no recuerdo una experiencia similar en Chile u otro país: correr alrededor de la sede del poder político en un estado centralista como Chile, enclavado en pleno centro de la ciudad; símbolo de las alegrías y dolores del pasado reciente.
“¡Vamos chicos!” “¡Sigan así!”, “¡Vamos que se
puede!”. Son algunas de las múltiples expresiones
de apoyo recibidas por quienes participamos en
las “1800 horas por la Educación”. Una iniciativa
de los estudiantes de la Facultad de Teatro de
la U. de Chile en el marco de las movilizaciones
estudiantiles exigiendo reformas estructurales
que pongan fin al lucro en el sistema educacional
chileno. El objetivo: correr alrededor del Palacio
de la Moneda, sede del Ejecutivo, durante 75 días
equivalentes a 1800 horas. Esta cifra particular
se obtuvo del estudio de la Universidad de Playa
Ancha (Valparaíso) que señala que se necesitan
1.800 millones de pesos para financiar anualmente
a los 300,000 estudiantes de las universidades
tradicionales.
Así, desde el lunes 13 de junio a las 13.30 hrs hasta
el pasado sábado 27 de agosto a las 14.30 hrs se
corrió en un sistema de turnos con una bandera
de tela negra con letras blancas que exigían
“Educación gratuita ahora” y que pasaba de mano
en mano. A veces se trataba de grupos pequeños
y otras, especialmente en horas de la madrugada,
era un solo corredor el que llevaba la bandera en la
mano sin detenerse en momento alguno.
Mi primera participación en las 1800 horas fue el
sábado 9 de julio a eso de las 11 am en que había
quedado de correr junto a amigos deportistas de
la universidad que finalmente no aparecieron (lo
que sucedía bastante seguido al parecer) y dado
que me había inscrito previamente debía correr
*Marcelo Salgado Núñez
*Egresado de derecho, Universidad de Chile.
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igual. A esa hora corría un solo chico y por lo tanto
necesitaban a alguien que lo reemplazara. Corrí
junto a él algunas vueltas reconociendo la ruta por
las calles Agustinas, Teatinos, Alameda y Morandé.
Evitando eso sí –y eso se acordó con Carabineros al
principio- que no se podía pasar justo al lado del
Palacio. Ahí comenzó esta aventura de correr con
esa bandera negra que aludía a reivindicaciones
que en mi caso se remontaban años atrás –tengo
31 años- a mi experiencia de dirigente estudiantil
en la Facultad de Derecho de la misma U. de Chile.
Correr era entonces una buena forma de apoyar a
esta nueva generación de estudiantes movilizados
que estaban prolongando sus actividades más allá
del mes crítico de mayo en que se realiza la cuenta
movilizaciones con actos de violencia; atractiva
para quienes nos gusta el running y el deporte en
general; y claramente con un profundo significado
cívico-político: correr alrededor de la sede del
poder político en un estado centralista como Chile,
enclavado en pleno centro de la ciudad; símbolo
de las alegrías y dolores del pasado reciente.
Correr con aquella bandera se transformó para
muchos de nosotros en un vicio. Personalmente
corrí 6 veces sumando algo así como 9 horas, no lo
tengo claro. Siendo la primera vez la más extensa:
2 horas 20 minutos corriendo por un terreno poco
apto con semáforos, desniveles, personas que
se cruzaban y perros callejeros. Nada tentador
desde el punto de vista de un deportista. Y sin
embargo, todo se compensaba con el apoyo de
los transeúntes. Apoyo verbal y gestual que se
traducía a ratos en gritos y palabras de aliento de
estudiantes, trabajadores, funcionarios e incluso
-muy discretamente- de algunos carabineros.
Hombres y mujeres de todas las edades. Madres con
sus hijos pequeños capaces de comprender que
estas movilizaciones históricas tendrán un efecto
gravitante en el futuro de las nuevas generaciones.
Cerca de 4000 personas participamos de esta
gesta que duró 75 días a pesar de la lluvia y el frío
del invierno. Día y noche sin parar. Incluso en las
jornadas de protestas en que el centro de Santiago
fue inundado de bombas lacrimógenas utilizadas
generosamente por Carabineros para reprimir a
los manifestantes. Personalmente participé en
la primera de las dos jornadas del Paro Nacional
convocada por la Central Unitaria de Trabajadores
(CUT) y apoyada por lo estudiantes, corriendo
entre las 2 y 3 pm. A esa hora además del smog
típico de los días fríos y secos, se sumaba el gas
lacrimógeno que llegaba desde la Alameda a
la altura de la Casa Central de la U. de Chile. El
escozor provocado por la mezcla del gas y el sudor
Cerca de 4000 personas participamos de esta gesta que duró 75 días a pesar de
la lluvia y el frío del invierno. Día y noche sin parar.
Incluso en las jornadas de protestas en que el centro de Santiago fue inundado de bombas lacrimógenas
utilizadas generosamente por Carabineros para reprimir a los
manifestantes.anual a la nación por el Presidente de la República
ante el Congreso pleno.
Ya en junio era posible ver a los estudiantes salir
de sus colegios y universidades para difundir sus
demandas, ocupando el espacio público y las
1800 horas era una forma excelente de hacerlo.
Una iniciativa bastante creativa –no recuerdo una
experiencia similar en Chile u otro país; sana para
el público general y la prensa que suele asociar las
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Reproduciendo de cierta forma la metamorfosis
de lo que parecía ser una demanda sectorial en
un movimiento social de una magnitud histórica
cuyos resultados son aún imposibles de prever.
Los estudiantes por estos días no sólo cuestionan
la última ley orgánica de Enseñanza (LEGE)
negociada por la élite política luego de la llamada
revolución pingüina del año 2006 (movimiento
de estudiantes secundarios) que estableció
modificaciones superficiales a la anterior LOCE
dictada a finales de la dictadura. Sino que, al exigir
una garantía efectiva del derecho a la educación,
cuestionan el núcleo mismo del modelo neoliberal
que entrega el resto de los derechos sociales
como la salud y pensiones al juego de la oferta y la
demanda propios de mercados desregulados total
o parcialmente, desnaturalizándolos.
La Constitución actual y las leyes de quórum
calificado limitan la actividad económica del
Estado, protegen el derecho de propiedad in
extremis y consagran la libertad de empresa como
fundamental. No cabe duda que sectores del
oficialismo que hasta hoy han defendido el lucro en
el sistema educacional a partir de fondos públicos
recurrirán prontamente al Tribunal Constitucional
para que declare como inconstitucional cualquier
ley que atente contra estos principios de nuestro
orden público económico. Por lo tanto, junto
con exigir la garantía efectiva de una educación
pública, gratuita y de calidad, deberá a fin de
cuentas iniciarse un proceso constituyente que
lleve a una nueva Carta Fundamental menos
ideologizada, efectivamente democrática y
legitimada socialmente. Sólo así se podrá avanzar
hacia una sociedad con mayores grados de
igualdad, libertad y justicia.
no es nada agradable pero la misión de portar la
bandera era superior a toda incomodidad. Y ese –
creo yo- es el sentimiento compartido por todos
quienes tuvimos la suerte de correr en esos días.
Las 1800 horas, así como otras movilizaciones
exitosas de los estudiantes, muestran los deseos
del pueblo chileno de cambiar una realidad que
a muchos nos provoca dolor. Una sociedad con
tremendas desigualdades cuyo sistema educacional
refleja y perpetúa. La gente se identificó con esta
expresión y así fueron innumerables los gestos
solidarios con los organizadores de las 1800 horas.
Por parte del ciudadano y ciudadana común, del
participante, de los vecinos que facilitaban baños
y energía eléctrica; donaciones en dinero, galletas,
barras de cereal, bebidas, etc.
Muy menores fueron las manifestaciones
contrarias, de burlas y una que otra expresión de
sesgo político. ¡¡Comunista!! Me gritaron alguna
vez en la calle mientras corría. Algo incomprensible
para quienes sabemos algo de la historia de este
derecho social fundamental. El acceso a una
educación según el mérito, no sometido al bolsillo
ni a la cuna no es una invención de la izquierda
política ni mucho menos. Todos deberíamos saber
que se origina en la Ilustración y se comienza a
materializar en las revoluciones burguesas de
finales del siglo XVIII.
Sin duda, resulta interesante que poco a poco, lo
que comenzó siendo una iniciativa algo arriesgada
de los estudiantes de Teatro se fue transformando
en una de las expresiones más significativas del
movimiento estudiantil por la educación. Llegando
a convocar al término de esta actividad el pasado
sábado 27 de agosto no sólo a estudiantes,
profesores y deportistas sino claramente a
la sociedad chilena en su amplia diversidad.
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Múltiples curiosidadesEs fácil remitir culpabilidades a los muertos y es más cómodo aún responsabilizar a los objetos. Sencillo es asignarle el adeudo al cartucho 9 mm. Pero no se trata de eso. Ni siquiera de hacer juicios morales que desvíen la atención a explicaciones fútiles. Quizás, lo prudente es mirar en detalle el por qué mueren y mueren jóvenes como Diego y Manuel a causa de las balas 9 mm disparadas por la policía y dejar tranquilo de una vez por todas al señor Lugar.
¿Qué se sentirá cuando se recibe un tiro? Un
tiro de arma de fuego, de calibre magno, de
esos categóricos que perforan velozmente y
desgarran tejido por tejido. De aquellos que
pulverizan hueso y hacen verter sangre de
forma voluptuosa, voluminosa y desangran
rápido. ¿Un calibre 9 milímetros puede ser
quizás?
Georg Johann Lugar, austriaco de nacimiento,
prohombre y lúcido diseñador de armas,
padre de la reconocida compañía que lleva
Neftalí Márquez.
su nombre, fue el coloso genio que inventó el
cartucho 9 x 19 parabellum en la alborada del
siglo XX.
Curiosamente y nada más apropiado para un
invento como ese, parabellum es la abreviatura
de la célebre máxima latina “si vis pacem, para
bellum” que en castellano traduce: “si quieres
la paz, prepárate para la guerra”. Aquel invento
significó un salto cualitativo y sustancial en la
eficiencia para dar muerte.
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Curiosamente la vainilla o bala encamisada
como también se le conoce, sirvió de título a
la popular película de Satanley Kubrick, Full
Metal Jacket.
Curiosamente una bala full metal jacket
fue disparada por la subametralladora UZI
de un carabinero chileno, quien el 26 de
agosto de 2011 propinó dos tiros a Manuel
Gutiérrez Reinoso causándole la muerte.
Manuel participaba en las movilizaciones
de estudiantes chilenos que se oponen a la
privatización de la educación y a la tendencia
neoliberal de volver a la educación un negocio.
Curiosamente el 19 de agosto de 2011, tres
balas 9 mm fueron disparadas por un policía
colombiano de su pistola Sig Sauer SP
2022, nueva dotación de la policía nacional
inframundo superpoblado vía 9 mm.
Básicamente hay inventos que cambian el
mundo.
¿Es culpable Lugar? Al parecer las palabras
anteriores pueden, para un lector desprevenido,
inferir una cadena de responsabilidades
ante la muerte de estos dos jóvenes, en una
especie de larga genealogía de la culpa
viéndose comprometido hasta el señor Lugar.
Pero es bastante ingenuo pensar que él tiene
algún gramo de saldo. Más que ingenuo sería
estúpido. Más que estúpido sería peligroso.
Es fácil remitir culpabilidades a los muertos y es
más cómodo aún responsabilizar a los objetos.
Sencillo es asignarle el adeudo al cartucho 9
mm. Pero no se trata de eso. Ni siquiera de
colombiana, asesinando a Diego Felipe Becerra
un joven grafitero Bogotano.
Curiosamente los dos eran jóvenes. Mejor,
muy jóvenes: 14 tenía Manuel y Diego 16.
Los dos muertos por una parabellum, invento
del ilustre Georg Lugar que en paz descanse.
Posiblemente los tres ya reunidos en el Hades,
podrán razonar acerca del importante aporte
a la civilización occidental que supuso la
concepción de señor Lugar. Podrán compartir
experiencias con muchos otros que llegaron al
¿Es culpable Lugar? Al parecer las palabras anteriores pueden, para un lector desprevenido, inferir una cadena de
responsabilidades ante la muerte de estos dos jóvenes, en una especie de larga genealogía de la culpa viéndose comprometido
hasta el señor Lugar. Pero es bastante ingenuo pensar que él tiene algún gramo de saldo. Más que ingenuo sería estúpido. Más que
estúpido sería peligroso.
hacer juicios morales que desvíen la atención
a explicaciones fútiles. Quizás, lo prudente es
mirar en detalle el por qué mueren y mueren
jóvenes como Diego y Manuel a causa de las
balas 9 mm disparadas por la policía y dejar
tranquilo de una vez por todas al señor Lugar.
Ya suficientes denuncias tendrá que soportar
en el Hades.
Es curioso el clima enrarecido que están
experimentando las sociedades urbanas
latinoamericanas. Hay físico miedo
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deambulando por las grandes alamedas.
Se abrieron y no pasó el hombre libre, sí el
coartado, el temeroso, el enajenado. Aquel
demandante de seguridad, demandante de
protección. Ávido de control y regulación.
Curiosamente la conmemoración de los diez
años del 11 Septiembre ha traído un serie de
balances de todo tipo, pero muy pocos han
revisado críticamente las implicaciones de
la doctrina de lucha contra el terrorismo que
evidencian sociedades más esquizofrénicas
y asustadas que arriesgan libertades y
derechos por buscar afanosamente un poco
de seguridad. No importa que maten, torturen
o asesinen, si aquello garantiza la seguridad
y la tranquilidad, parece ser el pensamiento
generalizado.
Tras la muerte de Bin Laden se descubre un
nuevo enemigo generador de terror y miedo.
Ya no se trata de ermitaños terrorista que
desde cavernas en Afganistán coordinan
ataques aéreos letales sin precedentes y
enfrentan rudimentariamente al ejército más
poderoso del planeta. Ahora es otro el perfil
del enemigo, está adentro, convive entre todos
nosotros. Y no es sólo uno, son cientos, miles,
millones. Son los jóvenes, hombres y mujeres
que se muestran con contundencia como los
nuevos enemigos. Por lo menos, en vistazo
latinoamericano, la cosa es así. En Colombia,
en Chile, en Argentina, en Venezuela, en Brasil,
los jóvenes están produciendo terror.
Curiosamente si se levanta la mirada y se mira
más allá, en Inglaterra, en Francia y en Grecia
los jóvenes queman carros, saquean tiendas
comerciales y gritan odio y al parecer allá
también se les empieza a temer.
En Egipto, Siria y Libia fueron también
jóvenes quienes gritaron para echar a
patadas a autoritarios dirigentes que gozaron
del beneplácito de las grandes potencias
occidentales por años. Pero allí se les exalta
por temerarios, por tratar de restaurar la
democracia, de imponerla como único régimen
valido y necesario.
Pero no son todos los jóvenes los enemigos. Al joven cabal, pulcro, impecable y exitoso no se le teme. A ellos se les
deja tranquilos. Es otro joven el que está en el blanco de la topología de los guardianes del orden. Es el sucio, el de modales salvajes, el negro, el cabecita, el ñero, el mal
hablado, el inculto, el POBRE. Se trata de un nuevo fantasma
que no sólo recorre Europa. Aunque le duela a muchos,
sigue siendo lucha de clases.
Curiosamente en Egipto los jóvenes son
héroes, en Londres, Grecia, Colombia y Chile
son delincuentes, son terroristas.
Pero no son todos los jóvenes los enemigos. Al
joven cabal, pulcro, impecable y exitoso no se
le teme. A ellos se les deja tranquilos. Es otro
joven el que está en el blanco de la topología
de los guardianes del orden. Es el sucio, el de
modales salvajes, el negro, el cabecita, el ñero,
el mal hablado, el inculto, el POBRE. Se trata de
un nuevo fantasma que no sólo recorre Europa.
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Aunque le duela a muchos, sigue siendo lucha
de clases. El capitalismo prevalece, por ello
el temor hacia el joven pobre es el temor de
perder la propiedad.
Curiosamente, en la generalidad de los países, la policía está integrada en su mayoría por jóvenes pobres que ven en los cuerpos
de seguridad una posibilidad para salir de la pobreza. Porque curiosamente en países pobres como Colombia y Chile, se le
asigna más dinero a la policía y al ejército que a la educación y la generación de empleo.
Los hechos de agosto en Londres demostraron
que muchos jóvenes no tienen nada que
perder. Durante cinco días jóvenes pobres lo
arriesgaron todo, saliendo a la calle con rabia
para destruirlo todo. ¿Quién los puede acusar
de criminales cuando a los 16, 17 ó 18 años sólo
han recibido ofensas? Al parecer no necesitan
de un abogado, una mirada crítica de sus
condiciones de existencia los absuelve. Pero
para muchos son culpables. No importa que
no tengan empleo, que no tengan estudio, que
no tengan salud, que no tengan posibilidades,
son culpables porque ellos engendran peligro,
porque ociosamente ellos, los jóvenes pobres,
no han querido firmar el pacto social que la res
publica generosamente ha tenido el agrado
de universalizar. Ellos no co-habitan, ellos
sencillamente por una razón aún en estudio,
quieren robar y destruirlo todo, quitándole al
conjunto de la sociedad la tranquilidad y la
armonía.
Curiosamente los jóvenes pobres de Londres
que produjeron físico terror durante cinco
Curiosamente, en la generalidad de los países,
la policía está integrada en su mayoría por
jóvenes pobres que ven en los cuerpos de
seguridad una posibilidad para salir de la
pobreza. Porque curiosamente en países
pobres como Colombia y Chile, se le asigna
más dinero a la policía y al ejército que a la
educación y la generación de empleo.
Empero la realidad muestra que la policía
dispara contra jóvenes. ¿Por qué lo hacen? ¿Por
deporte? ¿Para afinar puntería? ¿O porque son
los enemigos?
Para muchos estos casos de exceso de fuerza
por parte de la policía son producto de
accidentes de servicio que sucedieron por
azar, por la contingencia inexplicable de
hechos aislados. Pero curiosamente estos
casos son más frecuentes de los que muchos
piensan. No es necesario que mueran jóvenes
para argumentar la práctica sistemática que
criminaliza y estigmatiza a los jóvenes pobres
en ciudades como Santiago o Bogotá, incluso
días, salieron enfurecidos a las calles por la
muerte de un joven negro pobre a manos de
un policía. Todo lo expuesto hasta aquí nos
lleva directamente a pensar de nuevo en las
balas 9 milímetros que asesinan a jóvenes.
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también en Londres y Paris. En las esquinas la
policía somete a los y las jóvenes a intensar
requisas, a ofensas y desagravios. Se les
detiene por sospecha. Se les criminaliza por
la banalidad de la estética. Hay una actitud
enconada por prevenir el delito, traducida
en ritos y reglas coercitivas encaminadas a
perseguir a los jóvenes porque se les entiende
como potenciales delincuentes.
¿Por qué no lo hacen en los barrios ricos? ¿Por
que no requisan de forma tan prolija a los hijos
de los poderosos? ¿Será talvez porque de ellos
no tienen ninguna sospecha?
Curiosamente a Diego Becerra los medios de
comunicación colombianos lo tildaron de
ladrón y la policía colombiana montó pruebas
falsas para demostrar que se había disparado
contra él porque se trataba de un delincuente.
Igual, si Diego hubiera sido ladrón, ¿el policía
estaba autorizado para dispararle? Ese es
el nivel de justificación social en el que se
amparan para legitimar actos de represión.
También los medios de comunicación chilenos
trataron de excusar al carabinero diciendo que
Manuel participaba en desmanes y desordenes
callejeros, pero, ¿los carabineros tenían
derecho a asesinar a Manuel, por participar en
una marcha por exigir mejor educación?
Todo este listado de curiosidades permite
entre líneas mostrar el nuevo clima de
terror que eficazmente se intenta imponer.
Los gobernantes ven en la construcción
del enemigo el único medio para generar
cohesión social. El miedo y el temor son
recursos eficaces para generar control. El
orden social se preserva a partir de una
hegemonía bastante perversa en la que se
apela incluso a la criminalización de un amplio
espectro poblacional para presumir réditos en
materia del mantenimiento del estado actual
de las cosas, del statu quo inquebrantable. La
muerte de Manuel y Diego, y de otros muchos
jóvenes más, sigue favoreciendo la represión
y el miedo. Sociedades temerosas son más
dóciles. Sociedades temerosas son más fáciles
de controlar.
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Argentina: Otras formas de represiónLo cierto es que existe un consenso bastante generalizado en una sociedad que repudia la represión, y bajo dicho principio la gestión kirchnerista sostienen la defensa de los Derechos Humanos como uno de sus principales pilares simbólicos para legitimar su continuidad y consolidación de liderazgo. Sin embargo, en el proceso iniciado en 2003 se pueden encontrar diversos puntos de quiebre que habilitan problematizar la represión en un sentido más amplio.
Si la represión es pensada como una imagen
donde los tiros, los palos, las bombas de humo y
los allanamientos ilegales (entre otros mecanismos)
son los protagonistas, es posible argumentar que
en la Argentina de los últimos años no estuvimos
frecuentemente sometidos a dichos escenarios
de extrema violencia. Tal vez sea por las salvajes
experiencias sufridas durante la última, salvaje y
genocida, dictadura militar, con 30 mil desaparecidos
en su derrotero; tal vez, por las sangrientas jornadas
del 19 y 20 de diciembre de 2001, que dejaron un
saldo de 33 muertos; tal vez, por los asesinatos
de Maxi Kosteki y Darío Santillán en manos de
la policía bonaerense durante una movilización
piquetera el 26 de junio de 2002 en la estación de
trenes de Avellaneda, Provincia de Buenos Aires,
durante el gobierno de Eduardo Duhalde. Lo cierto
es que existe un consenso bastante generalizado
en una sociedad que repudia la represión, y bajo
dicho principio la gestión kirchnerista (tanto de
* Agustina Sulleiro.
* Estudiante de Sociología de la Universidad de Buenos Aires, asesora de cultura y militante CTA.
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Néstor como de Cristina) sostienen la defensa de los
Derechos Humanos como uno de sus principales
pilares simbólicos para legitimar su continuidad y
consolidación de liderazgo.
Sin embargo, en el proceso iniciado en 2003 se
pueden encontrar diversos puntos de quiebre que
habilitan problematizar la represión en un sentido
más amplio. Porque si las balas y los camiones
hidrantes son una forma de ahogar la protesta
De esta manera, la injerencia del Estado en la vida interna de las organizaciones sindicales y las trabas impuestas a los
trabajadores para decidir libremente la conformación de nuevos sindicatos con capacidad de transformación, neutraliza la libre organización popular. El resultado es fácil de leer: burocracias
sindicales que se manejan con códigos mafiosos, líderes gremiales que se transforman en empresarios.
social, existen otras que, por sutiles, no dejan de ser
igual o más efectivas.
Libertad y democracia sindical: un derecho pendiente
El modelo sindical vigente en la actualidad en
la Argentina se caracteriza por la existencia de
un régimen de exclusividad. Si bien admite la
coexistencia, en un mismo sector, de sindicatos
con personería gremial y sindicatos inscriptos,
los primeros tienen una serie de privilegios
que obstaculizan la libre organización de los
trabajadores en sindicatos con capacidad de acción
colectiva. Por ejemplo, sólo los representantes de
las asociaciones sindicales con personería gremial
poseen protección especial frente a despidos,
suspensiones y/o modificaciones de las condiciones
de trabajo, mientras que los representantes de
los sindicatos simplemente inscriptos carecen
de toda protección legal. Es decir (y forzando el
burocracias sindicales que se manejan con códigos
mafiosos, líderes gremiales que se transforman en
empresarios. En el medio, los trabajadores, muchas
veces en condiciones precarizadas, con extremas
dificultades para defender sus derechos.
Para graficar, alcanza una muestra. El 20 de octubre
de 2010 guardas tercerizados del tren Roca cortaron
las vías para denunciar que cobraban la mitad que
quienes cumplían las mismas tareas bajo el convenio
ferroviario. Las patotas sindicales arremetieron
contra los manifestantes. Mariano Ferreyra, un pibe
de 23 años, militante del Partido Obrero que fue
a acompañar la movilización de los tercerizados,
murió de un balazo que le perforó el tórax.
A veces, no es necesario mandar a las fuerzas
policiales a reprimir. Alcanza con la decisión política
de no cumplir con la promesa de consagrar la
libertad y la democracia sindical.
razonamiento al extremo), un empleador puede
desarticular un sindicato sin personería gremial
despidiendo a todos sus representantes.
De esta manera, la injerencia del Estado en la
vida interna de las organizaciones sindicales y las
trabas impuestas a los trabajadores para decidir
libremente la conformación de nuevos sindicatos
con capacidad de transformación, neutraliza la libre
organización popular. El resultado es fácil de leer:
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Desaparecidos en democracia
La sistemática desaparición de personas fue el
tristísimo sello de la dictadura. Lamentablemente
hoy, con casi 30 años de democracia encima,
seguimos encontrando casos que se suman a la
lista: dos nombres retumban como eso-que-no-
tiene-que-pasar-pero-pasa.
Julio López fue desaparecido el 18 de septiembre
de 2006 luego de declarar como testigo clave en
el juicio contra Miguel Echecolatz (el ex jefe de
investigaciones de la policía bonaerense que fue
condenado a prisión perpetua por delitos de lesa
humanidad cometidos durante el gobierno de
facto). A cinco años, aún no se sabe nada sobre su
paradero, en los medios de comunicación masiva
casi no se aborda el caso y el oficialismo no lo tiene
como un tema de agenda.
Luciano Arruga era un pibe de 16 años de quien
nada se sabe desde el 31 de enero de 2009.
Su hermana, Vanesa, explica: “Hay pruebas
bastante contundentes contra ocho policías del
destacamento de Lomas del Mirador (Provincia de
Buenos Aires), pero ninguno está preso, ninguno
está procesado, y lo más terrible: siguen trabajando
como si no hubiera pasado nada. En un momento
comprendimos que Luciano no iba a aparecer con
vida. Buscamos el cuerpo, pero si los policías siguen
en funciones, ¿puedo pretender que mi hermano
aparezca? La falta de compromiso del sector político
los hace cómplices también de la desaparición. Son
los que implementan políticas para matar a los pibes
de los barrios pobres. Pensar en encontrar el cuerpo
sigue siendo una utopía con estos personajes
nefastos del sistema político y judicial” (1).
Criminalización de la protesta social
Cuando las movilizaciones, las protestas y las
demandas de las organizaciones sociales, son
trasladadas al campo penal, la lucha de un grupo se
reconfigura en un problema individual. Así, pensar
los conflictos como litigios judiciales (donde las
principales imputaciones giran en torno a los cortes
de ruta y a la ocupación de la vía pública) implica un
trastocamiento del objeto en lucha: es un individuo
el que infringe una ley, y no un sujeto social que
establece una lucha política por una reivindicación
colectiva. En este marco, el entramado jurídico/
político/social pone al conflicto como delito,
apelando de este modo a desalentar la organización
y la participación ciudadana.
Julio López fue desaparecido el 18 de septiembre de 2006
luego de declarar como testigo clave en el juicio contra Miguel
Echecolatz . A cinco años, aún no se sabe nada sobre su paradero, en los medios
de comunicación masiva casi no se aborda el caso y el
oficialismo no lo tiene como un tema de agenda.
(1) Fuente: http://lavaca.org/notas/luciano-arruga-algo-habra-hecho/
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El Movimiento Nacional Campesino Indígena
(MNCI) es uno de los sujetos sociales que más lucha
en contra de la criminalización de la protesta social,
probablemente porque son quienes la sufren casi
cotidianamente. Nacido en 1996 como una mesa
de articulación nacional entre organizaciones de
la agricultura familiar, el MNCI reúne hoy a más de
20 mil familias campesinas indígenas y barriales del
campo y las ciudades que, con una participación
activa, llevan adelante una acción territorial que
incide en más de 100 mil familias. Bajo sus principios
Córdoba (MCC), la Unión de Trabajadores Rurales
Sin Tierra –UST- de Mendoza y San Juan, la Red Puna
de Jujuy, el Encuentro Calchaquí de Salta, la Mesa
Campesina del Norte Neuquino, el Movimiento
Giros de Rosario y Organizaciones Comunitarias
Urbanas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y
de la Provincia de Buenos Aires) denuncia en uno de
sus comunicados oficiales:
“Hombres y mujeres uniformados que muchas veces
nacieron en el mismo lugar que la familia desalojada
se niegan a tomar las denuncias o escriben lo que
ellos quieren y no lo que el denunciante declara.
(…) Hoy las familias que resistimos el avance del
modelo de agronegocios sufrimos también la
represión. La policía y grupos armados civiles nos
aprietan con total impunidad. Se pasean armados
por nuestros territorios y nos amenazan si hacemos
denuncias. Pero somos los campesinos indígenas
los que terminamos imputados. Tenemos muchos
compañeros y compañeras imputados por defender
sus derechos. Pero aún no hemos logrado que la
justicia sea justa con los responsables de robarnos
las tierras y los bienes de la naturaleza. Las fuerzas
de seguridad, mantienen los mismos principios
morales que los responsables del genocidio y el
terrorismo de Estado. No alcanza sólo con que
hagan cursos de Derechos Humanos si después
en las comisarías les enseñan a torturar. La política
de seguridad de los gobiernos que siguieron a la
dictadura militar de 1976 fue siempre la misma:
mano dura. Leyes con penas mayores, más policías
en las calles y comandos especiales. (…) Esta
realidad social requiere de más democracia, más
justicia, más soberanía popular para disminuir la
violencia” (2)
En este contexto, la comunidad QOM-La Primavera, de la
provincia de Formosa, sufrió un violento desalojo durante
el 23 y 24 de noviembre de 2010, que terminó con el saldo
de dos muertos, decenas de heridos de gravedad y
detenciones de niños, niñas, mujeres embarazadas y
ancianos.
fundamentales y fundacionales (por la reforma
agraria integral, la soberanía alimentaria y en contra
los agronegocios), dicho movimiento lucha para
defender el acceso y la función social de la tierra, el
agua, las semillas criollas, la producción de alimentos
sanos y el trabajo colectivo, exigiendo leyes que
contemplen la realidad campesina indígena
e insistiendo en que el Estado reconozca a las
organizaciones populares como actores prioritarios
para el desarrollo de políticas públicas. Así, el MNCI
(que reúne al Movimiento Campesino de Santiago
del Estero –MOCASE-, el Movimiento Campesino de
(2) Fuente: (http://www.mnci.org.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=6&Itemid=6)
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La vida por la tierra
Pese a que en la Argentina existe un marco legal
que reconoce el derecho de los Pueblos Originarios
a vivir en las tierras ocupadas por sus antepasados
y a desplegar sus prácticas culturales y modos de
vida, muchas veces su cumplimiento y concreción
permanece en el plano formal: la expansión
de las fronteras para el cultivo de soja (con los
consecuentes desmontes, destrucción de flora y
fauna, contaminación de agua dulce) condena
a la exclusión y la muerte de pueblos en favor de
intereses económicos.
En este contexto, la comunidad QOM-La Primavera,
de la provincia de Formosa, sufrió un violento
desalojo durante el 23 y 24 de noviembre de 2010,
que terminó con el saldo de dos muertos, decenas
de heridos de gravedad y detenciones de niños,
niñas, mujeres embarazadas y ancianos. Tras esas
jornadas trágicas, miembros de la comunidad se
trasladaron a la Ciudad de Buenos Aires para realizar
un acampe que se prolongó por más de cinco
meses, denunciando la represión y reclamando la
propiedad comunitaria de sus tierras.
Ahora bien, la demanda por la tierra no es sólo un
problema de los Pueblos Originarios. En el marco de
la emergencia habitacional que atraviesa la Ciudad
de Buenos Aires (declarada por ley y vetada por el
Jefe de Gobierno, Mauricio Macri), más de 14 mil
personas tomaron el Parque Indoamericano, en el
barrio de Villa Soldati, en diciembre del año pasado.
La manipulación política devino en desastre:
durante tres días el Gobierno local le pateó la pelota
al Nacional, que se la devolvió de taquito y así nadie
se hacía cargo de la situación. Y en zona liberada,
gana quien tiene más balas. El saldo: tres muertos,
varios heridos, xenofobia al por mayor y la creación,
a nivel nacional, del Ministerio de Seguridad.
Notas finales
Si bien es cierto que la gestión kirchnerista ha
avanzado en materia de Derechos Humanos,
también es verdad que persisten enclaves
autoritarios y represivos: según la Coordinadora
contra la Represión Policial e Institucional (Correpi),
durante 2003 y 2010 han sido asesinados por gatillo
fácil, tortura, en cárceles, comisarías e institutos
de menores 1634 personas en todo el país. No hay
que olvidarse de Rubén Carballo, asesinado por la
policía el 15 de noviembre de 2009 en una violenta
represión en la entrada del recital de Viejas Locas.
En suma, reclamar, movilizarse, organizarse, no
implica necesariamente una desestabilización
institucional. En ese sentido, denunciar que en la
Argentina la represión actualmente adopta formas
diversas (y se carga varias vidas) es, ante todo, una
responsabilidad: la profundización de la democracia
es una urgencia, y sólo podrá construirse con la
participación activa de la ciudadanía en su conjunto.
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Participaron:
Alejandra López UrrutiaCamilo Carrasco ZamoraDaniel Agurto FierroFernando Castillo DonosoFernando RamirezIbar Silva CanalesIvana Gaona ElguetaLautaro SalinasMacarena Quezada BilbaoMarcelo Bruna AranguaPamela Arrieta GutiérrezSofía YanjaríEduardo Leyton PérezEduardo Pavez Goye
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