las guerras de israel - netanel lorch

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  • A lo largo de esta obra, el autorhace un recorrido por losenfrentamientos blicos de Israelcon los pases rabes, comenzandocon los disturbios del perodopreestatal a comienzos de los aosveinte, hasta la guerra de YomKippur en 1973.

  • Netanel Lorch

    Las guerras deIsrael

    rabes contra judos desde1920

  • ePub r1.0JeSsE 17.07.15

  • Ttulo original: One Long War: ArabVersus Jew Since 1920Netanel Lorch, 1976Traduccin: Jaime PieiroRetoque de cubierta: JeSsE

    Editor digital: JeSsEePub base r1.2

  • Recordando a mi padre, eldoctor MaxMordekhai Lorch

    (1895-1972), testigo de laviolencia y veteranode guerra,

    cuya visin de la paz nuncaqued oscurecida.

  • GLOSARIO

  • Aliyah:Literalmente, subida, ascensin;inmigracin a la Tierra de Israel;especficamente, una de las olasinmigratorias que tuvo lugar en elsiglo pasado. Por ejemplo, laSegunda Aliyah de 1904-1914,formada en su mayor parte porpioneros de la Europa Oriental.

    Eretz Israel:La Tierra de Israel.

    Halakhah:Ley rabnica tradicional.

    Kibbutz:

  • Colonia comunal, principalmenteagrcola.

    Maapilim:Literalmente, pioneros audaces;los llamados refugiadosilegales, inmigrantes a laPalestina Mandataria.

    Moshav:Colonia cooperativa agrcola depequeos agricultores.

    Mussaf:Servicio adicional religioso parael Sabbath (sbado entre losjudos, domingo entre los

  • cristianos) y fiestas.

    Nahal:Fuerzas Armadas de Israel,formadas por las juventudespioneras.

    Shofar:Cuerno de morueco, o carneropadre, que se toca durante ciertasfiestas religiosas.

    Tefillin:Pequeos rollos de pergamino,guardados en cpsulas de cuero yusados durante la oracin.

    Waqf:

  • Fundacin musulmana de caridad;propiedad estatal mantenida endepsito por esta fundacin.

    Yishuv:La comunidad juda de EretzIsrael.

  • PREFACIO

  • Eretz-Israel fue el suelo nativo delpueblo judo. Aqu se materializ suidentidad espiritual, religiosa y poltica.Aqu alcanz por primera vez sucondicin de Estado, cre valoresculturales de significado nacional yuniversal, y dio al mundo el eterno Librode los Libros.

    Tras haberse visto obligado aabandonar su tierra, el pueblo siempremantuvo la fe durante la Dispora yjams dej de orar y albergaresperanzas de regresar al suelo patrio yde restaurar su libertad poltica.

    Impulsados por este cario yfidelidad tradicionales, los judos seesforzaron durante generaciones por

  • volver a asentarse en su antigua madrepatria. En dcadas recientes, regresarona ella en masa. Pioneros, maapilim ydefensores hicieron florecer losdesiertos, reavivaron la lengua hebrea,construyeron poblados y ciudades ycrearon una prspera comunidad,controlando su propia economa ycultura, amando la paz, pero sabiendo, ala vez, cmo defenderla, aportando lasventajas del progreso a todos loshabitantes del pas, a la vez queaspiraban a una nacionalidadindependiente.

    En el ao 5657 (1897), ante elrequerimiento del padre espiritual delEstado judo, Theodor Herzl, el Primer

  • Congreso Sionista estableci yproclam los derechos del pueblo judoal renacimiento nacional en su propiatierra.

    Este derecho qued reconocido en laDeclaracin Balfour del 2 de noviembrede 1917 y reafirmado en el Mandato dela Sociedad de Naciones, la cual, sobretodo, garantiz internacionalmente laconexin histrica que exista entre elpueblo judo y Eretz-Israel, as como elderecho de ste a reconstruir su HogarNacional.

    La catstrofe que recientementesobrevino al pueblo judo la matanzade millones de judos en Europa fueotra clara demostracin de la urgente

  • necesidad de resolver, por decirlo as,el problema de su carencia de hogar,restableciendo en Eretz-Israel el Estadojudo que abrira de par en par laspuertas de la madre patria a todos losjudos y conferira al pueblo judo elstatus de miembro plenamenteprivilegiado de la comunidad denaciones.

    Los supervivientes del holocaustonazi en Europa, as como los judos deotras partes del mundo, continuaronemigrando a Eretz-Israel, siempreabrumados por grandes dificultades,restricciones y peligros, pero nuncadejaron de reclamar su derecho adisfrutar de una vida digna, a la libertad

  • y al esfuerzo honrado en su suelo nativo.Durante la Segunda Guerra Mundial,

    la comunidad juda de este pascontribuy, en no pequea medida, a lalucha por la libertad y, junto con lasnaciones amantes de la paz, contra lamaligna fuerza de los nazis, y as,gracias a la sangre de sus soldados y asu esfuerzo de guerra, se gan elderecho a ser reconocida entre lospueblos que fundaron las NacionesUnidas.

    El 29 de noviembre de 1947, laAsamblea General de las NacionesUnidas dict una resolucin en la queexiga el establecimiento de un Estadojudo en Eretz-Israel; la Asamblea

  • General inst a los habitantes de Eretz-Israel para que tomasen las medidasnecesarias al objeto de que talresolucin fuese una realidad. Estereconocimiento por parte de lasNaciones Unidas sobre los derechos delpueblo judo a establecer su Estado esirrevocable.

    Este derecho es el derecho naturaldel pueblo judo a ser el dueo de supropio destino, como las demsnaciones, en sus propios Estadossoberanos.

    EN CONSECUENCIA, NOSOTROS,MIEMBROS DEL CONSEJO DEL PUEBLO,REPRESENTANTES DE LA COMUNIDAD

  • JUDA DE ERETZ-ISRAEL Y DELMOVIMIENTO SIONISTA, NOS REUNIMOSAQU EN EL DA DE LA TERMINACIN DELMANDATO BRITNICO SOBRE ERETZ-ISRAEL Y, EN VIRTUD DENUESTRO DERECHO HISTRICO YNATURAL, Y POR LA FUERZA DE LARESOLUCIN DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDASDECLARAMOS EL ESTABLECIMIENTO DEUN ESTADO JUDO EN ERETZ-ISRAEL,QUE SE LLAMAR ESTADO DE ISRAEL.

    De la Declaracin de Independencia delEstado de Israel,

    14 de mayo de 1948

    La Declaracin de Independencia

  • contina estatuyendo:APELAMOS a las Naciones Unidas

    para que ayuden al pueblo judo en laconstruccin de su Estado y para quereciban al Estado de Israel en el seno dela comunidad de naciones.

    APELAMOS en medio del ataquelanzado contra nosotros desde hacemeses a los habitantes rabes delEstado de Israel para que preserven lapaz y participen en la construccin delEstado sobre una base de total e igualciudadana y debida representacin entodas sus instituciones provisionales ypermanentes.

    Cuando, pocos meses antes, se habaadoptado la Resolucin de Separacin

  • en la Asamblea de las Naciones Unidas,se produjo un eufrico estallido dealegra entre los judos, tanto enPalestina como en el resto del mundo.Tras dcadas de obstinada construccin,de amarga lucha poltica, de tenazbatalla, all estaba, finalmente, elveredicto de la suprema OrganizacinMundial que expresaba la concienciacolectiva de la Humanidad quepremiaba al pueblo judo con aquelpequeo trozo de territorio para que lohiciera y llamase suyo. La Resolucinrepresentaba un compromiso. Excluadocenas de colonias judas del Estadojudo; sobre todo, exclua a Jerusaln, apesar del tremendo significado histrico

  • de la ciudad; significado histrico quealcanzaba de la misma manera alpensamiento y saber del pueblo judo. Elsionismo haba tomado su nombre deaquella ciudad, Sin. Los judos eranmayora en su poblacin desde hacams de un siglo. Sin embargo, aceptabanla Resolucin con la esperanza de que lapoblacin rabe de Palestina laconsiderase como un compromisohonesto y justo, un compromiso con elque se pudiese vivir, un compromiso quepudiera llevarse a efecto pacficamente.No sera as. Poco despus de dictarsela Resolucin, se inici el estallido dela violencia, y, asimismo, comenz unaguerra, ms sangrienta y costosa que

  • ninguna anterior confrontacin. La mano,que (segn palabras de la Declaracinde Independencia) se extendaamistosamente, fue rechazada.

    * * *

    Theodor Herzl, fundador delsionismo poltico y visionario delEstado judo, haba previsto elestablecimiento del Estado judo conadmirable precisin. En Basilea fundel Estado judo haba escrito en suDiario al clausurarse el PrimerCongreso Sionista. Quiz dentro decinco o de cincuenta aos todo el

  • mundo lo sabr. La anotacin estabafechada en el 3 de setiembre de 1897; laDeclaracin de Independencia,mencionada anteriormente, se firmcincuenta y un aos ms tarde. En suutpica novela Altneuland describaciertas caractersticas fsicas del futuroEstado, con proftica visin. Sinembargo, se equivocaba en un aspectobsico. No slo profetizaba elestablecimiento del Estado comoproceso que se llevara a cabo sinsangre, sino que asuma, dndolo porhecho, que el Estado vivira en paz consus vecinos. Declaraba que el Estadojudo, al ser neutral, tan slo necesitarauna pequea guarnicin militar. En esto,

  • por supuesto, se equivocaba.Palestina aunque abandonada

    desde haca siglos, llena de cinagasportadoras de la malaria en los llanos yde roca desnuda en las montaas, y casidespoblada no era una tierra desierta:a finales de siglo, vivan en el pas unoscuatrocientos mil rabes. A pesar deesto, se ha acusado a los lderessionistas de ceguera, de ignorardeliberadamente su existencia. Herzl,por ejemplo, proyect trasplantar unpueblo sin tierra a una tierra sinpueblo. Sin embargo, aun cuando talceguera o ignorancia puedan atribuirse aciertos lderes que vivan en laDispora, no ocurra lo mismo con la

  • mayora de los que vivan en el pas. Dehecho, el problema de las relaciones conlos vecinos rabes en Palestina y msall de sta lleg a ocupar un lugarimportantsimo en el pensamiento yaccin sionista. Estaban los queesperaban que los rabes palestinos, laconciencia nacional de los cualesacababa de despertar, llegaran a serciudadanos iguales de un Estado judoque sera ejemplar en su conducta hacialas minoras. Asimismo, habaesperanzas de que los rabes, que alcabo de unas cuantas dcadas obtendranla soberana en unos veinte pases, queabarcaran tres millones de kilmetroscuadrados, no envidiaran al pueblo

  • judo su existencia soberana en unrincn del Oriente Medio.

    A medida que stos y otros temasrelacionados entre s se debatan cadavez ms, el Movimiento Sionistaprovoc cierta diversidad de escuelasde pensamiento. Haba polticossionistas que impulsaban la accindiplomtica propugnando unreconocimiento internacional tanto de suempresa como de sus objetivos, ytambin haba sionistas pragmticos queconcedan prioridad al trabajo dedesarrollo, perfeccin y construccin enla propia Palestina. Los sionistasespirituales crean que era necesarioestablecer un centro en Palestina para la

  • creatividad cultural y el desarrollocientfico judos, como principalobjetivo y raison dtre del marcopoltico. La resurreccin de la lenguahebrea tambin ocupaba un lugarimportantsimo para muchos de ellos.Los sionistas religiosos consideraban elEstado judo como el marco ideal en elque se podra vivir una vida plenamentejuda, un Estado, la ley pblica yprivada del cual se basara en antiguoscdigos conservados como reliquias enla Halakhah. Para los sionistassocialistas, un Estado judo justificarasu existencia creando una sociedadmodelo basada en la justicia social. Esmuy significativo el hecho de que, entre

  • todas las escuelas de pensamiento y deaccin poltica, ninguna consideraba laaplicacin de la violencia a lapoblacin rabe residente en el pas o asu desplazamiento por la fuerza de lasarmas. Fue cuando los rabes palestinosllegaron a considerar al MovimientoSionista como un peligro que amenazabaa sus propias aspiraciones nacionales,cuando la violencia se convirti en unfactor importante de la historia sionista.

    La ideologa de utilizar la violenciacon objeto de frustrar la empresasionista, evitar su expansin, destruirsus logros y debilitar el apoyointernacional y la confianza en susposibilidades de xito se origin, como

  • se ver, entre los rabes palestinos aprincipios de siglo. Cuando, en 1964 sefund la Organizacin para laLiberacin de Palestina y se firm suCarta, llamada el Convenio Palestino, selimitaba a reiterar principios que ya sehaban establecido varias dcadas antes:La lucha armada es el nico camino aseguir para liberar Palestina. Es laestrategia total, y no simplemente unafase tctica (Artculo 9). La accin decomando constituye el ncleo de laguerra popular de liberacin.(Artculo 10).

    Desde un principio, la organizacinmilitar juda, reaccion en defensapropia ante la violencia rabe, contra

  • los ataque procedentes tanto de lasfuerzas militares regulares como de lasirregulares. Los nombres de lassucesivas organizacionesHashomer (El Vigilante),Haganah (Defensa), IDF (Fuerzas deDefensa de Israel) denotan su misinbsica. As, puede resultar paradjicoque un movimiento, y, a continuacin, unEstado que nunca consider la violenciacomo un medio para la consecucin desus objetivos, se haya vistoconstantemente enzarzado en violentasluchas, y mucho ms que cualquier otromovimiento de liberacin o Estadonaciente haya tenido que dedicar susenergas y recursos al desarrollo,

  • mantenimiento y activacin de sucapacidad militar.

    Sin embargo, es un hecho: laviolencia ha sido y es endmica en lahistoria de la empresa sionista enPalestina y, en consecuencia, en Israel,casi desde sus comienzos. Este libro esun intento de examinar esa violencia ydescribir el papel, muy importante, delas Fuerzas Armadas, as como de laviolencia y de la guerra en semejantehistoria. No es una historia de lasrelaciones judeo-rabes en Palestina quejunto a los estallidos de violencia, yentre ellas tiene otras facetas quepueden ser de crucial importancia parael futuro. Ni tampoco es otra historia del

  • conflicto rabe-israel. Aunque losacontecimientos polticos alcanzan aqucierto relieve, se hace hincapi sobrelos violentos estallidos que han tenidolugar a intervalos casi regulares desdelos aos veinte. Estos estallidos no seconsideran aisladamente como se hahecho hasta ahora, sino como algocontinuo, con todos sus altibajos; comouna larga guerra con perodos de treguams o menos prolongados, de armisticio,de alto el fuego y de tranquilidad ms omenos regularizada. Y cada vez, trashaberse llevado a cabo intentos dehallar una solucin duradera por mediosadministrativos, polticos odiplomticos, o, al menos, hallar un

  • modus vivendi, el platillo de la balanzasiempre se ha inclinado y se inclinahacia la guerra.

    El conflicto rabe-israel an no haterminado; todava existen sentimientoshostiles hacia el Estado judo y no cabeduda de que donde existan talessentimientos tambin las intenciones sonhostiles. Adems, hay intereses creadasque procuran, en su beneficio, mantenervivo el conflicto. As, resulta imposibleresumir y el captulo final essimplemente un intento de comparar lascinco principales guerras que hantenido lugar a partir de 1947, desdediferentes aspectos participantes,bajas, duracin, orgenes y resultados, y

  • ofrecer as algunas reflexiones yconclusiones.

    Los captulos que tratan de lasguerras de 1947-1949 y 1967 se basanprincipalmente, contando con el amablepermiso de sus editores, en lasexcelentes notas de la EncyclopaediaJudaica. El resto del libro sefundamenta en una gran variedad defuentes; como son en su mayor parte decarcter secundario y con objeto deevitar pesadas referencias, se hadecidido, en general, omitir estasltimas.

    El autor agradece profundamente alprofesor Marie Syrkin, al doctor ZalmanAbramov M. K., al profesor Martin

  • Gilbert, al seor Jacob Tsur y al doctorGeoffrey Wigoder sus valiosassugerencias y observaciones. Esperoque juzguen el resultado final como unamejora del borrador inicial. Y, ni quedecir tiene, ninguna de estas personas esen absoluto responsable de las faltas oposibles defectos que pueda haber eneste libro. Por otra parte, agradeceasimismo la ayuda prestada por laseora Yeshayahu y el doctor C. Dresner, de la Biblioteca Knesset. Y, por ltimo,pero no por ello menos estimable,expreso desde aqu mi gratitud a Erika,quien, pacientemente, hamecanografiado y corregido elmanuscrito.

  • NETANEL LORCH

    Knesset, 15 de febrero de 1976

  • IEL PERODOPREESTATAL

  • Rashid Bey es miembro de nuestranueva sociedad, declara David Litwaken la proftica novela Altneuland, deTheodor Herzl, que se public en 1902.l es uno de los que inmediatamente sedio cuenta de las ventajas inherentes a lainmigracin juda. Particip en nuestraprosperidad econmica y se hizo rico.Rashid Bey era el prototipo de rabecreado por Herzl, un rabe que, segn suautor y creador, deba de ser el autnticorepresentante de la coexistencia pacficade judos y rabes dentro del Estadojudo. Profetizaba que el rgimenliberal, humanitario y progresista de esteEstado, su tolerancia religiosa (Herzlhabla orgullosamente de sinagogas,

  • mezquitas e iglesias e incluso detemplos budistas unos al lado de otrosen el Estado judo), su riquezaeconmica y progreso tecnolgicoseran ms que suficientes para superarcualquier resentimiento hacia los judosy cualquier repugnancia por parte de losrabes a vivir como una minora en unEstado judo. Aunque el clis de Herzlincluye un ejrcito moderno, slo setratara de una guarnicin para mantenerla ley y el orden. El Estado judo seraneutral y no tomara parte en guerras.As, tambin uno de los precursores deHerzl como visionario de un Estadojudo, un judo ortodoxo hngarollamado Akiva Joseph Schlesinger,

  • profetiz la creacin de un ejrcitoformado por Guardianes de DiosShomrei-El, la Infantera, losSoldados de Dios Lohamei-El yla Caballera, y todos ellos seranrelevados los sbados por susservidores de entre los hijos de No.Tal ejrcito sera, por supuesto, unsmbolo de soberana, ms que unafuerza autnticamente guerrera.

    Mientras que la utopa de Herzl hallegado, sorprendentemente, a ser casiuna realidad, tambin es un hechohistrico que el conflicto en su mayorparte armado con los rabespalestinos y despus con otros Estadosrabes vecinos ha sido endmico en la

  • historia del sionismo y de Israel, yconstante contrapunto a los propsitosde construir el Hogar Nacional Judo, elEstado de Israel, el punto de reunin detodo posible exilio, la conquista deldesierto, el desarrollo de una nuevasociedad y el resurgimiento de unaantigua cultura. De hecho, en ciertosmomentos, ha llegado a ser el leitmotivoscureciendo por completo otrostemas en trminos de sacrificios yesfuerzos materiales y humanos que secea al inters que despertaba en elpas y en el extranjero.

    En cierta medida, Altneulandreflejaba la realidad de Palestina en lapoca en que se public la novela en

  • cuestin. Las relaciones con la vecinapoblacin rabe eran, en conjunto,tolerables. Los rabes musulmanes escriba el periodista y lexicgrafohebreo Eiezer Ben-Yehuda en 1882,no son en realidad los enemigos de losjudos. Probablemente, les odian menosque otros no musulmanes, pero lesdesprecian ms que a la criatura msbaja y repugnante. Llaman a los judosHijos de la Muerte, serescobardemente inferiores, que no tienenel valor suficiente para alzarse uoponerse a cualquier tirano rabe pormuy repulsivo que ste sea. Estotodava era cierto en 1902. Aunque lascolonias o poblados judos que existan

  • en el pas en aquellos tiempos estabanconstantemente expuestos al robo o a losataques, o implicados en conflictos consus vecinos rabes a causa de lapropiedad de la tierra, el agua y losderechos de pasto que, de vez encuando, conducan a violentosenfrentamientos, todo esto eracompletamente normal en el pas, yquiz los judos hayan sufrido muchomenos que otros propietarios a causa dela proteccin que les ofrecan loscnsules extranjeros (de quienes eransbditos) bajo el Sistema deCapitulaciones vigentes en aquellapoca. Se contrataban para proteccin avigilantes en su mayor parte rabes, y

  • slo se firmaban contratos con losjeques vecinos, potenciales enemigosconvertidos en aliados.

    Sin embargo, algunos se dabancuenta de que el presente no augurabanada bueno para el futuro. Ya unos aosantes, en 1891, el filsofo sionista Ahad Ha-Am haba escrito en su Verdad de laTierra de Israel: En el extranjero,estamos acostumbrados a considerar atodos los rabes como salvajes deldesierto, gentes que, como un asno, nocomprenden qu est sucediendo a sualrededor, pero constituye un graveerror. Los rabes, y particularmente loshabitantes de la ciudad, ven ycomprenden nuestros hechos y deseos,

  • pero mantienen su paz y simulan nosaber nada porque, en este momento, noconsideran nuestras actividades como unpeligro para su futuro, pero si llega elmomento en que la vida de nuestropueblo en Eretz Israel se desarrolla detal forma que desplace a los nativos enmayor o menor grado, entonces no loaceptarn con facilidad. En febrero de1905, Negib Azoury, precursor delnacionalismo rabe, escribi en suDespertar de la Nacin rabe: Dosfenmenos importantes de la mismanaturaleza y, sin embargo, opuestos, queno han llamado la atencin de nadie, semanifiestan en estos momentos en laTurqua asitica: el despertar de la

  • nacin rabe y los latentes esfuerzos delos judos para reconstruir, en granescala, la antigua monarqua de Israel.Estos dos movimientos estn destinadosa luchar entre s constantemente, hastaque uno de ellos prevalezca sobre elotro. El destino del mundo enterodepender del resultado de la batallaentre estos dos pueblos, que representandos principios opuestos.

    Como nacionalista rabe, Azoury ysus amigos hicieron todo lo posible paralograr que esta prediccin llegara aconvertirse en realidad, y la Revolucinde los Jvenes Turcos de 1908 lesproporcion la oportunidad. ElGobierno central de Constantinopla

  • estaba muy debilitado. El Imperiootomano se tambaleaba. Los delegadosrabes en el Majlis (Parlamento)acusaron a los sionistas del pecadomortal de separatismo, amargando assus relaciones con las autoridadesturcas. La naciente Prensa rabe en Siriay Palestina, entre cuyos peridicosdestacaba, en primer lugar. El Carmel(publicado en Haifa), incitabadiariamente contra el enemigo sionista,el objetivo del cual era conquistarPalestina y desplazar a sus habitantes.Aunque el analfabetismo estabaampliamente extendido entre los rabespalestinos, este hecho provoc efectosmuy considerables. Las relaciones entre

  • judos y rabes se deterioraron. An nohay pruebas de que exista una violenciapolticamente inspirada, pero losincidentes que continuaron sucedindosey, por supuesto, aumentando comoresultado de la debilidad que mostrabael Gobierno otomano se irradiaron yexageraron como medio de incitar a lapoblacin rabe contra los colonosjudos. Cuando un joven rabe, quehaba apualado a un judo en Tel Aviv aprincipios de 1914, estuvo detenido enel Instituto de 2.a Enseanza de Herzliahasta que la Polica lleg a buscarlo, seenviaron telegramas de protesta aConstantinopla sobre las crcelesjudas en las que se torturaba a los

  • rabes, evidentemente parte de laconspiracin de un Gobierno judo quepreparaba el derrocamiento del turco.Incidentes similares tuvieron lugar enaquellos das, dirigidos por rabescontra los colonos templarios alemanes;pero cuando uno de ellos muri enHaifa, en 1910, el Gobierno alemnenvi inmediatamente un buque deguerra a Haifa y oblig a las autoridadesturcas a que iniciasen una durarepresin.

    Aproximadamente por esta mismapoca se fund en Palestina la primeraorganizacin de autodefensa, laHashomer (El Vigilante). Su objetivose defini sencillamente: Desarrollar

  • en nuestro pas un elemento devigilancia juda mediante hombresidneos y dignos de tal labor. Sufundacin debe considerarse, ante todo,contra el fondo de la lucha que existapara poder desarrollar y perfeccionar eltrabajo judo en poblados y colonias; elintento de los recin llegados de laSegunda Aliyah (durante la dcadaanterior a la Primera Guerra Mundial)de romper el monopolio de la laborrabe en los poblados judos. MichaelHalperin, uno de los fundadores, siguiadelante con su empresa, animado por elejemplo de los circasianos, un pequeogrupo de inmigrantes musulmanes rusos,que haban conseguido hacerse clebres

  • en toda Palestina por su valor. Por qupreguntaba los judos no puedenhacer lo mismo? Inicialmente, laHashomer no fue, en su conjunto, bienrecibida por los colonos judos.Deseaban paz y tranquilidad yconsideraban que los vigilantes rabes,particularmente sus vecinos, estabanmejor calificados para lograr ambascosas. De todos modos, los jvenes dela Segunda Aliyah eran gentesospechosa por sus ideasrevolucionarias y aspiracionessocialistas. Siempre que estallabanincidentes, se les acusaba de provocar alos rabes y de emplear armas sinnecesidad alguna; en suma, de provocar

  • agitacin en lugar de evitarla. Slogradualmente logr obtener laHashomer el contrato para vigilar yproteger los poblados y colonias yaexistentes; en algunos de ellos como,por ejemplo, Rehovot y Hadera, fuenecesario renunciar a este tipo devigilancia al cabo de algn tiempo, enparte debido al elevado coste quesuponan los vigilantes judos encomparacin con los vigilantes rabes.Y en 1914, los vigilantes rabesprotegan un nmero considerable decolonias judas, y, en algunos casos,dicha vigilancia era mixta. En lasciudades de mayor poblacin, centros deagitacin nacionalista y antisionista, no

  • exista ninguna organizacin juda deautodefensa.

    En aquella poca, la poblacin judade Palestina haba alcanzado ya losochenta y cinco mil habitantes. Unossesenta mil pertenecan a la AntiguaYishuv, la veterana comunidad juda dePalestina que se hallaba concentradasobre todo en Jerusaln, Hebrn,Tiberades y Safed, las cuatro ciudadessantas de los judos. Este elementocareca de identificacin sionista, ymuchos de ellos, en realidad, se oponanal sionismo. El resto haba llegado alpas como resultado del despertarsionista, y presionista, y habancomenzado con la fundacin de la

  • Escuela Agrcola Mikveh Israel, en1870. En 1914, haba cuarenta y cuatronuevas colonias judas en el pas, ascomo lo que podramos llamar embrinde la primera ciudad totalmente juda, Tel-Aviv. Tanto su fundacin como sudesarrollo haba tropezado condificultades de toda clase, algunas deellas consecuencia de la naturaleza delterreno y primitivas condiciones, y otrasdebidas a la actitud del Gobiernootomano, que fluctuaba entre laneutralidad y la hostilidad vis--vis alprogreso de la colonizacin juda.

    Por entonces, reinaba en el pas laagitacin nacionalista rabe. En el planopoltico, dicha agitacin se diriga tanto

  • contra el Gobierno otomano como elmovimiento sionista. Pblicamente, sinembargo, el movimiento sionista era suprincipal objetivo y, a menudo, su nicameta. Por muy debilitado que estuviese,el Gobierno otomano an tena autoridady no resultaba seguro alzarseabiertamente contra su soberana. Porotra parte, se acrecentaba la violencia yse extendan de modo alarmante losincidentes sangrientos con su lgicasecuela de numerosas vctimas. Tantoestos incidentes como las vctimasrabes no slo fueron objeto de unainevitable publicidad, sino que tambinfueron polticamente explotados, postfactum, aunque nunca se dispuso de

  • pruebas de que fueran actos polticos.Tampoco se puede probar que existieraun lazo o eslabn entre el periodismo yla incitacin poltica a la violencia, ascomo a los choques que tuvieron lugardurante las dcadas anteriores a laPrimera Guerra Mundial. Es verdad queen 1914, Hadj Bey alAzm escribi quela nica forma de relacionarse con lossionistas era mediante las amenazas ypersecuciones estimular a lapoblacin rabe para que destruya susgranjas e incendie sus colonias, y formegrupos de comando para llevar a caboestos proyectos y, luego, es probableque los que estn all emigren parasalvar sus vidas. Sin embargo, esto era

  • una especie de programa para el futuro yno para el presente. Por supuesto, juntoa los violentos choques, haba intentos,aunque infructuosos, de armonizar losdos movimientos antagnicos.

    En realidad, un rabe-siriodescentralista propuso una alianzarabe-juda basada en un inters comnla separacin del Imperio otomano,o, al menos, gozar de cierta autonomadentro de l. Tendrs que trabajar connosotros, deca en una carta a unemisario sionista en Constantinopla, en1913. No sera correcto luchar ahora?Ahora es el momento de prever elfuturo. As fue como, tras unoscontactos iniciales que tuvieron lugar en

  • Pars, Egipto y Siria, se acord celebraruna reunin secreta en el mes de julio de1914, cerca de Beirut, entre los lderesde ambos bandos, incluyendo alultranacionalista editor de El Carmel.

    El estallido de la Primera GuerraMundial sirvi como motivo opretexto para cancelar dicha reunin.Se hicieron mutuas recriminaciones enlas que algunos rabes acusaban a losrepresentantes judos de confiar en lasautoridades turcas en cuanto se refera aapoyo poltico, y se asegur que uno deellos dijo: Los sionistas no confanmucho en los Gobiernos. Los Gobiernospasan, pero el pueblo permanece.

    As pues, la motivacin poltica,

  • extendida y ampliada por injusticias yprejuicios personales a menudoexageradas fuera de toda proporcin; lajustificacin moral e ideolgica de laviolencia; la tradicin de la violenciamisma todo estaba all. Acababa desembrarse la semilla; la cosecha seobtendra a su debido tiempo.

    Los aos de la Primera GuerraMundial fueron de incmoda calma, caside movimiento suspendido, en lasrelaciones entre judos y rabes enPalestina. El Gobierno turcodesconfiaba sistemticamente de lapoblacin juda de Palestina, y muchosjudos, sobre todo los que tenanpasaporte ruso, fueron deportados.

  • Durante cierta poca, existi el peligrode que se repitiesen contra los judos lasmatanzas que haban sufrido losarmenios mucho ms al Norte; todo esto,a pesar de las frecuentes demostracionesde lealtad que ofrecan algunos de loslderes de la Yishuv, los hijos, de loscuales en su mayora, se haban alistadoen el Ejrcito otomano. Aun cuando sedesconfiaba de los judos, ocurra lomismo, pero en menor medida, con losrabes. Mientras la guerra ibaextendindose y los pronsticos devictoria se inclinaban ya hacia losAliados, ambas partes comenzaron arealizar esfuerzos por cooperar con losposibles vencedores.

  • Tras prolongadas y complicadasmaniobras polticas, el Gobiernobritnico accedi a reclutar a judosrusos y aptridas residentes en GranBretaa, en los Estados Unidos, o a losexpulsados de Palestina por lasautoridades turcas, con objeto de formarunidades especiales. Entonces, se creel Cuerpo de Acemileros de Sin, queentr en combate durante la fatalinvasin de la pennsula de Gallpoli, en1916, y, asimismo, se formaron losBatallones de Fusileros Reales 38, 39, y40, como parte de la Legin juda. Almismo tiempo, en Palestina, que todavase hallaba bajo mandato turco, un grupode colonos judos dirigidos por Aarn

  • Aaronsohn, organizaron la Nili, redde espionaje dirigida por el CuartelGeneral del Ejrcito britnico en ElCairo. En la pennsula arbiga, T. E. Lawrence organizaba las tribus debeduinos en unidades de combateindependientes, que hostigaban a lasguarniciones turcas y destruan las lneasde comunicaciones, con las bendicionesdel Gran Muft Hussein de La Meca.

    Estas actividades significaban, paraambas partes y por vez primera, elestablecimiento de organizacionesmilitares nacionales; sin embargo, nose haban formado, por supuesto, con laintencin de ser empleadasposteriormente en cualquier posible

  • conflicto rabe-judo; su misin eraluchar contra el enemigo comn, elturco. En la importancia que pudiesensignificar en el contexto rabe-judo,tena como objetivo crear o reforzar unapretensin poltica anticipndose al finalde la guerra y, ms tarde, conseguirciertas disposiciones de posguerra.Hagmosles ver escriba VladimirJabotinsky uno de los primerospromotores de la idea de una fuerzajuda a principios de la guerra que losjudos aman a Eretz Israel y que estndispuestos a sacrificarse en su nombre.Si el Gobierno ruso pregunta por qu nose van a Rusia, replicaremos: Nodeseamos luchar por Rusia, pero s

  • estamos dispuestos a sacrificarnos porla Tierra de Israel. Y por parte rabe:Lo que deseamos es un Gobierno quehable nuestro propio idioma, el rabe, ynos deje vivir en paz. Tambin odiamosa esos turcos. stas son las palabrasque Lawrence, en su libro Los sietepilares de la sabidura, pone en boca deFeisal, al describir los objetivos de larebelin.

    Los esfuerzos militaressemiautnomos, por ambas partes, no sedirigan, en consecuencia, unos contraotros, sino ms bien contra los turcos.Incluso en el terreno poltico noparecan ser necesariamenteantagnicos. Los horizontes territoriales

  • de Feisal eran mucho ms amplios quePalestina. Con objeto de conseguir elapoyo judo para sus objetivos globales,incluso estaba dispuesto a conceder aPalestina sus pretensiones sionistas. Noes pura coincidencia que fuesen Feisal,lder de la rebelin rabe, y Weizmann,activo partidario de la idea de unaLegin juda, quienes firmasen elprimero (y hasta ahora el nico) acuerdopoltico entre ambos movimientos. Eneste convenio, firmado cerca de Akaba,el 3 de enero de 1919, ambas partesponan de manifiesto su conviccin deque el camino ms seguro para el logrode sus aspiraciones nacionales est en lacooperacin ntima, en la cooperacin

  • ms estrecha, para el desarrollo delEstado rabe y el de Palestina. Laopinin del coronel Joyce de que Feisalcrea por completo en la futuraposibilidad de una Palestina juda y queprobablemente la aceptara si prestabaayuda a la expansin rabe hacia elNorte, incluso hoy da se considera noslo como medida de la amplia visinde Feisal, sino tambin como autnticoalejamiento por su parte del estadoanmico que privaba tanto en losnacionalistas rabes de Palestina comoen los de Siria. All, la oposicin alsionismo estaba aletargada, no muerta.La Declaracin Balfour, aunqueaseguraba que no se har nada que

  • pueda perjudicar los derechos civiles yreligiosos de las comunidades no judasexistentes en Palestina, lejos de atenuarlos temores rabes los incrementtodava ms.

    * * *

    Exactamente un mes despus de latoma de Damasco por las FuerzasAliadas, en noviembre de 1918, sedistribuy en Siria y Palestina un folletofirmado por Nacionalistas rabes, enel cual, con el ttulo de Falastin Biladna(Palestina es nuestra tierra), seaconsejaba a los sionistas no codiciar

  • una de nuestras tierras, porque, de noser as, la espada rabe sedesenvainar. La agitacin se dirigatanto a los cristianos como a losmusulmanes. Guardad la SepulturaCristiana, guardad la mezquita de Ornar;todos los judos son sionistas; los rosse llenarn de sangre y Palestina nopertenecer a los judos!, deca elfolleto. El tono de colorido religioso deldocumento sera otra caractersticapermanente en la agitacin antisionista yantiisrael. La Yishuv an no se habaenterado de las desastrosasconsecuencias de aquella agitacin.Aunque se multiplicaban los incidentes,sobre todo en el Norte, la comunidad

  • juda an viva en la eufricaconsecuencia de la Declaracin Balfoury de la victoria aliada. Su confianza enla buena voluntad y habilidad delGobierno militar britnico paramantener el orden y la ley como,asimismo, para facilitar elestablecimiento del Hogar Nacional, erainquebrantable, algo que an permanecaintacto. Fue a finales de 1919 cuando losactivistas judos, incluyendo a lderesdel Hashomer y a soldados de la Leginjuda estacionada an en Palestina enespera de una decisin con respecto a sudestino, llegaron a pensar seriamente enestablecer una organizacin deautodefensa juda de mbito nacional y

  • si era posible con la sancin de lasautoridades militares britnicas, en casonecesario sin ella.

    Hecho curioso, el primer estallidoserio que iba a convertirse en smbolodel herosmo judo tena muy poco quever con la agitacin antisionista, nitampoco se relacionaba en modo algunocon la actitud de las autoridadesbritnicas. El ataque contra la coloniade Tel Hai, el 1.o de marzo de 1920, fueuna operacin organizada y ejecutadapor los cabecillas locales rabes que nodeseaban aceptar el mandato francs enla Alta Galilea. La operacin fueestimulada por los fuera de la ley de laregin y precedida de ataques

  • sangrientos contra los abundantespoblados cristianos de aquella zona.Tambin fue motivada, en gran parte, porlas sospechas de que el grupo decolonos judos que habitaban en loscuatro poblados era leal a los francesesy, asimismo, por las esperanzas deconseguir algn botn. Aunque elantisionismo pueda haber sido unelemento, no era, de ninguna manera, lacausa principal, aunque se dirigiesecontra extranjeros opuestos a los judospalestinos.

    Por parte juda, el compromiso deTel Hai evoc el primero de muchosdebates similares. El hecho de si TelHai deba ser reforzado y defendido ante

  • la posibilidad de nuevos ataques que seiban haciendo cada vez ms evidentes,se convirti en cuestin de capitalimportancia. Fue Jabotinsky quien dijo,durante el debate del 22 de febrero de1920, que los que se encuentran enzona francesa deben regresar aPalestina, porque si hemos dedefender solos estos lugares nada seconseguir. Y Ben Gurion quien lereplic entonces: Algunos dicen queste es un problema rabe, un problemade carcter diplomtico. Esto no escierto. Se trata, en realidad, de unproblema sionista, resulta evidenteque hemos de defender cualquier puntodonde trabaje un obrero judo Si

  • huimos de los ladrones rabes,tendremos que abandonar no solamentela Alta Galilea, sino toda Eretz-Israel.Se decidi que la Yishuv se movilizarapara defender y reforzar la Alta Galilea,pero la ayuda en hombres y armas eramuy escasa y tarda. Tel Hai cay y, dasms tarde, se evacuaron Metulla y KfarGiladi. Por ltimo, la desesperada, perointil, resistencia del puado dedefensores de Tel Hai produjodividendos polticos. En oposicin aanteriores disposiciones, se traz lafrontera definitiva entre el Territorio delmandato francs de Siria y el de laPalestina britnica, incluyendo en estaltima el dedo de la Alta Galilea.

  • ste fue el primero y hasta ahora nicoejemplo de fracaso militar que produjobeneficios polticos al bando judo en elconflicto.

    La noticia de la cada de Tel Hai seextendi rpidamente por todo el pas ycontribuy a que se produjeranestallidos ms al Sur, que eran, sin duda,indicativos de inminentesacontecimientos los disturbios dePascua en Jerusaln en 1920. stosfueron precedidos en varias ciudadespor una serie de manifestaciones rabes,celebradas con el consentimiento de lasautoridades militares britnicas contralos sionistas que desean conquistar elpas. Palestina es nuestra tierra y los

  • judos son nuestros perros era el lemaque se origin en aquella poca y que enposteriores dcadas acompaara asimilares manifestaciones. Pero habaalgo ms importante: se cre laimpresin de que las autoridadesmilitares britnicas hicieron algo msque admitir las cosas, aunque con pocagana, en estas manifestaciones. Almenos, algunos de sus miembros, y eranmiembros prominentes, tcitamente lasestimularon como prueba de queopinaban que la Declaracin Balfour(que en todo caso ya haba logrado suspropsitos) sera, como poltica paraPalestina, muy perjudicial para losintereses imperiales britnicos. Ad-

  • daula maana el Gobierno est connosotros sera una premisa para laactividad rabe en los aos siguientes.

    Aquel ao, la festividad de NebiMussa (del Profeta Moiss; de manerairnica, de todas las fiestas musulmanas,la ms profundamente enraizada en latradicin juda) coincidi con la Pascuahebrea. La procesin anual desde elRelicario, cerca del mar Muertogeneralmente pasaba rodeandoJerusaln, pero aquel ao atraves laCiudad Vieja. Aunque haba sidoadvertido de antemano por los lderesjudos, incluido el doctor ChaimWeizmann, quien se hallaba en el pas alfrente de la Comisin Sionista, el

  • gobernador militar de Jerusaln, SirRonald Storrs, no prohibi la procesinni adopt precauciones especiales msall de suprimir la polica juda en laCiudad Vieja de Jerusaln para evitarfricciones y provocaciones. El resultadofue un autntico desastre, una matanza saqueo de tiendas y hogares judos en laCiudad Vieja, mujeres violadas,peatones judos atacados cuyobalance fueron seis muertos y doscientosheridos. El impacto fue profundo. Lamatanza se consider como una primeraindicacin de que la poltica britnicaestaba fracasando, sobre todo cuandodurante los das siguientes fueronencarcelados Vladimir Jabotinsky y

  • otros miembros de la organizacin deautodefensa juda que se haban unidoapresuradamente para rescatar el barriojudo. Mientras que los instigadores dela matanza, muchos de ellos de Hebrn,pronto quedaron en libertad, Jabotinskyfue condenado a quince aos de prisin.Hadj Amin al Husseini, el agitadorsobrino del entonces alcalde deJerusaln, que haba dirigido lamanifestacin, poco despus fuenombrado Muft de Jerusaln por el AltoComisario britnico. Fue el principio deuna larga carrera que iba a influir en eldestino de Palestina durante muchosaos, provocando sacrificios yderramamientos de sangre en ambos

  • bandos y llevando la tragedia a losrabes palestinos.

    Los disturbios de la Pascua de 1920fueron como una especie de modelo paradcadas futuras, durante las cuales eldestino del pas dependera por fin delGobierno britnico. La fuerza empleadapor los rabes contra los judos seorientaba principalmente a influir en lapoltica britnica y demostrar a lasautoridades inglesas, algunas de lascuales ansiaban convencerse de ello, deque el llamado Hogar Nacional judoslo acarreara peligros ypreocupaciones constantes. No seesperaba ninguna decisin militar comoresultado de la aplicacin de la

  • violencia, simplemente unademostracin de fuerza como calurosadeterminacin poltica que reforzara lamano de aquellos en Londres y enJerusaln que no estaban de acuerdocon la Declaracin Balfour o queestaban dispuestos a renunciar a ella envista de los acontecimientos posteriores.En aquellos das todo esto resultaba msque evidente. Sir Ronald Storrs, en suOrientations, mientras concede quenuestras disposiciones quiz podranhaber sido mejores (aunque haban sidoaprobadas por las ms altasjerarquas), culpa del derramamientode sangre a los tortuosos y estrechoscallejones de la Ciudad Vieja, as como

  • a ese nerviosismo caracterstico al quecontribuye, sin duda alguna, la altitud deJerusaln.

    Esta caracterstica de nerviosismohall expresin en las armas elegidas:cuchillos de carnicero y alfanjes.

    Durante la lucha murieron, tambin,seis rabes, y en un documento rabeoficial se culp a los sionistas de iniciarlos disturbios con objeto de extender lamentira y as recolectar fondos,argumento que ms tarde se repetira confrecuencia.

    Esta vez, los logros polticos rabesfueron escasos. Gran Bretaa necesitabay requera el apoyo judo en laConferencia de San Remo, que entonces

  • se estaba celebrando, con objeto delograr el Mandato palestino; sin dichaayuda, y sin un expreso compromiso defacilitar el establecimiento del HogarNacional Judo, el Gobierno britniconunca hubiera conseguido suspropsitos. En la estela dejada por lossucesos de la Pascua, disturbiostorpemente manejados, el Gobiernomilitar fue remplazado por un personajecivil y dirigido, a pesar de las protestasdel general Allenby desde El Cairo, porun judo britnico, Sir Herbert Samuel:Porque su autoridad con los sionistas,en unin de su bien conocida simpatapor los rabes le capacitar paraequilibrar la balanza.

  • Los sucesos de marzo de 1920tambin fueron importantes en otroaspecto. Sirvieron para aplicar un golpemortal a la idea de que la Legin Juda,en la que algunos centenares desoldados an prestaban servicio activoen Palestina, sera reconocida por lasautoridades britnicas para hacersecargo, legalmente, de la defensa de lospoblados y colonias judas. El reducidogrupo de soldados, que por su propiainiciativa fue a Jerusaln y tom parte enla defensa del barrio judo, figur entrelos primeros en ser detenidos y enviadosa sus bases. As se proporcion unmpetu adicional a un ms ampliodesarrollo del ncleo de la Haganah,

  • fuerza autnoma de autodefensa judaque, como organizacin ilegal, poda, siera necesario, actuar sin permisobritnico, motivada exclusivamente eninters judo. De esta manera, sinproponrselo, la inseguridad de losingleses en la defensa de los pobladosjudos contribuy al establecimiento deuna organizacin que, en el futuro, seravital para la seguridad y defensa delEstado judo.

    Los disturbios de marzo de 1920fueron estudiados por una Comisin deInvestigacin, cuyo informe jams llega publicarse, ya que no se consider deinters pblico.

    En marzo de 1921, el nuevo

  • secretario de Estado para las Colonias,Winston Churchill, visit Palestina.Incluso antes de su visita se decidi queTransjordania deba constituirse enprovincia rabe de Palestina, al mandode un gobernador rabe responsable anteel Alto Comisario. Dicho de otro modo,se desarrollara como un Estado rabeopuesto a la ribera occidental quecontinuara bajo el Mandato. El informeoficial de una de sus conversacionesestatuye que el emir Abdullah (abuelodel rey Hussein) tras una profundareflexin sobre el tema, convino enaceptar la responsabilidad deTransjordania durante un perodo de seismeses. Entonces, se asegur a los

  • lderes sionistas que se permitira elestablecimiento de colonias judas alEste del Jordn.

    Aunque esta reduccin del territoriomandatario era considerado por lasautoridades britnicas como unaconveniencia poltica y administrativaque nada tena que ver con los sucesosdel ao anterior, puede disculparse a losrabes por pensar que era un resultadodirecto de su recurso a la violencia.Adems, y como bien seal unimportante funcionario del Servicio deInformacin britnico en aquellos das,se concedi un estmulo adicional a laoposicin musulmana y cristiana a lapoltica sionista britnica mediante la

  • realizacin de la injusticia delautogobierno que se conceda a lossalvajes nmadas en Transjordania yque se negaba a Palestina.

    En sus conversaciones con loslderes judos, Churchill, a la vez quereafirmaba el principio reconocido en laDeclaracin Balfour, tambin hacahincapi sobre la importancia deimpedir la inmigracin de gentessospechosas de traer consigo doctrinasbolcheviques. La sensibilidad britnicasobre este punto contribuy sin duda alestallido de los disturbios rabes que seprodujeron de nuevo tras el desfile delda 1.o de mayo de 1921, en Jafa. Losacontecimientos se describieron en un

  • cable enviado por la Comisin Sionistaal Foreign Office, como sigue:

    El da 1.o de mayo estallarondisturbios en Jafa (ciudad vieja) con elresultado de graves prdidas. Eldesfile laboral judo, permitido por lasautoridades, fue completamentepacfico, a pesar del intento de ungrupo de comunistas de provocaraltercados. Se aprovech la ocasinpara atacar a los judos en las calles ysaquear las tiendas. El ataque msterrible se llev a cabo contra la casade los inmigrantes, ataque efectuadopor un numeroso grupo de terroristas

  • que agredi a hombres, mujeres ynios. Existe un testimonio general encuanto a la participacin de la Policarabe en los sucesos y al fanatismo delos asesinos. Se excit a la multitudrabe mediante grupos opuestos alMandato britnico y al Hogar Nacionaljudo. Estos terroristas usaroncuchillos, pistolas y fusiles.Asesinaron a veintisiete judos y hubociento cincuenta heridos. Deedes yBentwich (secretario jefe y secretariolegal del Gobierno palestino) sehicieron cargo de la situacin y en elda de hoy restablecieron el orden. Laciudad se halla bajo control militar. Laproteccin de Tel-Aviv corre a cargo

  • de los soldados judos licenciados, alas rdenes de oficiales judos.

    Despus de la mortandadproducida en el Hogar deInmigrantes, durante losdisturbios rabes en Jafa, enmayo de 1921.

  • De hecho, el total de muertos fue decuarenta y tres en dos das. Laparticipacin descarada de los policasrabes en los asesinatos y pillaje (fueronlos que utilizaron armas de fuego) no fuecastigada, la falta de preparacin de laHaganah, la improvisacin de la cual enlos ltimos momentos fue totalmenteinadecuada, y la impotencia oindiferencia de las autoridadesbritnicas contribuyeron directamente aestimular el estallido de disturbios enotros lugares. El 5 de mayo, tuvo lugarun ataque en masa contra Petah Tikvah,evidentemente planeado por antiguosoficiales turcos; en los das siguientes

  • fueron atacadas Haderah, Rehovot yGederah. En algunos casos, sobre todoen Petah Tikvah, las tropas britnicasacudieron en ayuda de las poblaciones.En otros, los inicios de ataque fueronalertados por la Haganah, ya porentonces alerta como consecuencia delos sucesos de Jafa y, en su conjunto,mejor organizada en los poblados que enlas grandes ciudades.

    Fue T. E. Lawrence, por aquellasfechas consejero de Asuntos rabes,destinado en el Departamento Colonial,y al que no se consideraba amigo delmovimiento sionista, quien coment:

    Creo que las colonias y poblados

  • judos no estn suficientementeprotegidos. Nuestras tropas se hallanmuy esparcidas y ni siquiera llegan apoder defender la mitad de talescolonias. En el caso de que seprodujera un grave choque, las tropasbritnicas no podran hacer mucho msque defenderse a s mismas, y tengo laimpresin de que es muy probable, yno en fecha muy lejana, de que surja unserio problema (un alzamiento generalde los vecinos rabes de las coloniasen contra de los agricultores). Por otraparte, no parece muy importante elhecho de que sea nuestra poltica, o lade los sionistas, la que haya provocadoesta situacin; en todo caso, es una

  • situacin que ya no puede seguirpermitindose. El xito final delsionismo puede acabar con ella, peroesto puede ocurrir dentro de cincuentaaos. Creo que lo que hay que hacerahora mismo es establecer un Gobiernopopular (Sir H. Samuel ha propuesto unmedio para esto cambiando el mtodode eleccin de la Junta de Consejo). Sise aprueba esta propuesta, y tienexito, se evitar un levantamientogeneral; y proporcionando a loscolonos medios de defensa,aseguraremos que cualquiera puedaresistir en caso de disturbios locales,hasta que las tropas britnicas lleguenen ayuda de ellos.

  • De todos modos, el resultado fueque, despus de los gravesacontecimientos de 1921, la LeginJuda al fin fue licenciada. Algunos desus soldados, mandados por el coronelMargolin, haban participado, aunquetardamente, en la defensa de los judosde Jafa y, sin contar con el permiso delcomandante militar britnico, habandesfilado por las calles de Jafa con lasbayonetas caladas en sus fusiles. Lasautoridades militares consideraron laposibilidad de que los rebeldessoldados judos compareciesen ante unconsejo de guerra, pero lo pensaronmejor. En lugar de celebrarse talconsejo de guerra, se licenciaron

  • definitivamente los restos de la Legin;Margolin regres a Australia.

    Una comisin investigadora,presidida por el juez de Palestina SirThomas Haycroft, comisin nombradapara indagar el origen de los incidentes,emiti el siguiente informe sobre susorgenes:

    Los alborotos y desrdenes sesucedieron durante varios das conintensidad, dondequiera que los rabesentraban en contacto con los judos, yse extendieron luego por losalrededores, donde las colonias judas,sin ninguna relacin con elbolchevismo, eran atacadas con

  • ferocidad. La manifestacinbolchevique fue la chispa que hizoexplotar el descontento de los rabes yprecipit un ataque violento que tuvolugar en un feudo rabe-judo.

    Testigos judos nos han dicho que,en aquellos momentos, no habaesencialmente ningn problemaantijudo, pero que hubo personas queproyectaron el ataque contra los judos,personas ansiosas de desacreditar alGobierno britnico, de promoverinquietudes, alegan que todas lasdificultades son consecuencia de lapropaganda de una clase minoritariacuyos miembros lamentan ladesaparicin del antiguo rgimen y de

  • que la Administracin britnica hapuesto fin a los privilegios yoportunidades de beneficios queantiguamente disfrutaban Estostestigos aseguran que el sionismo notiene nada que ver con los sentimientosantijudos manifestados durante losdisturbios de Jafa. Declaran que losrabes slo son antijudos oantisionistas porque, ante todo, sonantibritnicos, y que tan slo recurrenal grito o clamor antisionista conobjeto de derribar al Mandatobritnico.

    Nos satisface mucho que ste nosea el caso, los sentimientos contralos judos fueron demasiado autnticos

  • y demasiado amplios y extensos comopara poder considerarlos tansuperficiales, como anteriormente se haexplicado. Que existe descontentohacia el Gobierno es un hecho que haestado presente durante estainvestigacin, pero nos hallamosconvencidos de que se debe, en parte, ala poltica del Gobierno con respecto aun Hogar Nacional judo en Palestina,parcialmente tambin a las malasinterpretaciones rabes sobre talpoltica y, asimismo, en parte, a laforma en que se interpreta y aplicadicha poltica por algunos de suspartidarios ajenos al Gobierno. Todoello culmina en la sospecha de que el

  • Gobierno se halla bajo la influenciasionista y que, por tanto, favorece a unaminora en perjuicio de una granmayora de la poblacinConsideramos que cualquiersentimiento antibritnico que puedahaber surgido en el pas por parte delos rabes, tiene su origen en laasociacin del Gobierno con lapromocin de la poltica desionismo

    Las sospechas de tendenciasbolcheviques se mencionan aqu por vezprimera en un documento oficial.Cuando anteriormente se mencionarondichas sospechas en una reunin privada

  • de la Comisin Oriental, de labios deljefe de la Informacin Militar, LordRobert Cecil haba comentado: S,puedo concebir a los Rothschild a lacabeza de un populacho bolchevique.Sin embargo, este grito iba a ser un armapara el antisionismo hasta principios delos aos cincuenta. Lo irnico del casoera que, slo unos meses antes, unapeticin presentada a Churchill por elCongreso rabe palestino adverta: SiGran Bretaa no escucha (la causa delos rabes), entonces quiz Rusia algnda oiga la llamada, o, probablemente,lo haga Alemania. Pues, aunque hoy dano se escuche la voz de Rusia en elconcierto de las naciones, llegar el da

  • en que se dejar or con ms fuerza queninguna.

    Como resultado de las tensiones eincidentes de 1921 una delegacin rabedirigida por Musa Kazim Husseini,antiguo alcalde de Jerusaln, visitLondres para entablar conversacionescon el secretario de Colonias, WinstonChurchill, con el personal de suSecretara y con los lderes de laOrganizacin Sionista. Durante su visita,el 2 de noviembre de 1921 aniversariode la Declaracin Balfour estallaronnuevos disturbios en Palestinaplaneados evidentemente para reforzarlas tesis de la delegacin en susnegociaciones. Murieron cuatro judos y

  • un rabe. A pesar de esto, en el mismomes tuvo lugar una de las pocasreuniones entre representantes de losrabes palestinos y del movimientosionista. Los rabes insistieron en laderogacin de la Declaracin Balfour.Weizmann defendi el Mandato dePropuesta que incorporaba laDeclaracin, aunque con ciertoscambios. Segn el informe oficial delDepartamento Colonial, Weizmannofreci tomar parte en una discusincon los rabes sobre la limitacin de lainmigracin juda y las salvaguardiasconstitucionales contra el influjopoltico judo. El informe aade que:Los resultados de la reunin son ms

  • bien negativos, pero, al menos, se halogrado reunir a ambas partes.

    * * *

    Hasta ahora, se ha consideradonecesario abarcar el perodo 1917-1921con cierto detalle, porque fue entoncescuando surgieron algunas pautas quedominaran la escena palestina durantemuchos de los prximos aos. Lapoltica del Hogar Nacional no fueaceptada por la jefatura rabe msvociferante, que intent, con la ayudaactiva de algunos funcionariosbritnicos en Palestina, influir sobre el

  • Gobierno britnico para que la anulara.Como medios de presin, se usaron enesta campaa la agitacin y la violencia.El Gobierno britnico, dividido en suseno, titubeaba, y as (en palabras delcoronel Meinertzhagen) ayudaba a queaumentara el desprecio de los rabeshacia nosotros y a destruir la confianzajuda.

    En consecuencia, cristaliz elempleo de la fuerza en ambas partes.Por el bando rabe que ni entonces nimucho ms tarde tema el ataque judo, la violencia contra los judos era elmedio de expresar su desacuerdo con lapoltica britnica, adems de su objetivode ejercer presin sobre los creadores

  • de la poltica inglesa. Y as, dichapresin iba en aumento siempre que seiban a celebrar conversaciones oreuniones. A nivel poltico se obtuvoalgn xito, aunque no muy destacado, ycierto prestigio a nivel personal paraintentar nuevos avances. En el nivelpoltico, poco despus de los incidentesde mayo de 1921, Sir Herbert Samuel yahaba suspendido la inmigracin juda.El Documento Blanco de Churchill de1922 acab con la exclusin deTransjordania del Hogar Nacional,contraria a la decisin de San Remo, de1920 y, por vez primera, introdujo elconcepto de que la inmigracin judadeba restringirse de acuerdo con la

  • capacidad de absorcin econmicadel pas. Aunque el Documento Blancofue rechazado por los representantesrabes y aceptado de mala gana por lossionistas, a quienes les preocupaba elhecho de que, si no lo aceptaban, no seaprobara el Mandato, incorporaba laprimera de una serie de limitacionesformales y oficiales impuestas a laDeclaracin Balfour, y as, constitua unxito diplomtico rabe lgicamenteatribuido al empleo de la amenaza y laviolencia. En el nivel personal, lafamilia extremista Husseini, dirigida porsu jefe, Musa Kazim Husseini, que habasido cesado como alcalde de Jerusalnpor haber tomado parte en los sucesos

  • de 1920, se alz junto con la familiamusulmana dirigente nmero uno delpas. Hasta entonces, la violencia y elextremismo haban proporcionadoexcelentes beneficios a los Husseini.Por el bando judo, en vista de lainseguridad de los britnicos, seconsider absolutamente necesaria lafuerza como medio de defensa de lospoblados hebreos. Fue entonces, cuandopor vez primera se mencion la palabraHaganah en un documento oficialbritnico.

    La informacin disponible conrelacin a una asociacin consideradailegal y cuyos promotores, lejos de

  • intentar legalizar su posicin han hechoy hacen todo lo posible por manteneren secreto sus actividades esnecesariamente muy escasa

    Se cree que el creador de la ideade una Organizacin de AutodefensaJuda en Palestina, en marzo o abril de1920, es Vladimir Jabotinsky ayudadopor Rutenberg Las razones de dichoproyecto fueron la negativa de laAdministracin Militar a permitir lapresencia en Palestina de un batallnjudo permanente, y su supuestaantipata hacia la poltica sionista

    Aproximadamente por la mismapoca de las fiestas de Nebi Musa, en1920, grupos de jvenes judos

  • comenzaron a desfilar por las calles deJerusaln, en actitud de autodefensa,que muy difcilmente pudieroncontribuir a una buena relacin con losrabes y que es muy posible queprecipitaran los incidentes de Jerusalnen abril de 1920. Sin embargo, trasestos disturbios, Jabotinsky fue juzgadoy condenado a prisin; pero, al ser mstarde indultado, se march a EstadosUnidos, donde nunca ha cesado dereiterar por todas partes y en especialen la Prensa americana, la necesidadde que exista una fuerza armada judaen Palestina para la defensa de sta

    Se cree que por esta poca (mayode 1921) ya exista una Organizacin

  • Juda de Autodefensa El 10 de enerode 1922 se inform que la Haganahhaba ocupado la sinagoga de BabHatta como posicin defensiva

    Hasta entonces, no se dispuso deprueba alguna de que existiera laHaganah como cuerpo organizado, ano ser en Jerusaln; pero, a principiosde 1922, ya hay indicios de que el temade la Haganah en Jafa y enTiberades se discute libremente entrelos judos

    Los miembros de la ComisinSionista, aun cuando admiten laexistencia de la Haganah y conocensus objetivos y actividades, semuestran muy parcos en sus

  • declaraciones. El seor Sacher,representante del doctor Eder, en unaconferencia celebrada el 27 de febrerode 1922, declar que susconocimientos sobre dicho tema erande carcter puramente personal y nooficiales

    Ahora, se cree que toda ciudad quecuenta con una numerosa poblacinjuda tiene su Haganah y que unagran cantidad de armas ha entrado en elpas con destino a los judos

    A continuacin, transcurrieron sieteaos de tranquilidad. El primer AltoComisario, Sir Herbert Samuel, pensque haba descubierto la frmula mgica

  • salvadora. El Movimiento Sionista declaraba debe descansar y confiar ensus propios medios, en su propioentusiasmo. El establecimiento delHogar Nacional no es tarea de laincumbencia de ningn Gobierno; no esuna creacin artificial de una ley o de unestmulo o promocin de carcteroficial. Es el resultado de la energa yde la accin del propio pueblo hebreo.Al mismo tiempo, se reclut lagendarmera britnica, precursores de laPolica palestina britnica, para serviren el pas. Y en cuanto al sucesor deSamuel, el mariscal de campo LordPlumer, su fama como militar eraconsiderada popularmente como el

  • equivalente de un batalln de soldados.Es evidente que la imparcialidadbritnica pareca ser la frmula mgicacomo poltica para Palestina.

    En el transcurso de estos aos detranquilidad, Hadj Amin al-Husseini,principal instigador de los disturbios de1920 y que haba sido condenado, enrebelda, a diez aos de prisin, peroque pronto fue amnistiado y nombradoGran Muft, pareca haber hecho laspaces con las autoridades britnicas.Los habitantes de los poblados quefueron responsables de algunos ataqueshaban sido cuantiosamente multados. Sehaba limitado la poltica britnica y lainmigracin juda, aunque en 1924 se

  • increment a casi trece mil personas, seredujo en los siguientes aos de crisis,tanto que, en 1926, la emigracin judadel pas sobrepasaba a la inmigracin enms de dos mil personas. La polticasionista no haba cambiado, pero inclusoel nacionalista rabe ms radical sedara cuenta de que la realidad de unapresencia mayoritaria juda en el pas siera real todava se hallaba a muchadistancia en el futuro.

    En 1928, una nueva jefatura rabe,en la que preponderaba una oposicinms moderada al clan Husseini negocicon la Administracin britnica conrespecto a una Junta legislativarepresentativa formada por musulmanes,

  • judos y cristianos en proporcin a susrespectivas fuerzas dentro de lapoblacin. Las resoluciones de la VIIConferencia palestina, celebrada enJerusaln en junio de 1928, aceptarontcitamente el Mandato y la DeclaracinBalfour inherente y asumieron laposibilidad de una cooperacin polticacon el Gobierno mandatario. Y,entonces, de repente, en un ao de pocainmigracin, un ao aptico y pocofirme para el Hogar Nacional, llegaronlos incidentes y matanzas de 1929.

    El pretexto para que se produjerantales estallidos de violencia fue lasituacin del Muro de lasLamentaciones. Los eruditos

  • musulmanes haban descubierto que estapequea zona, en la cual desde hacasiglos se haban reunido los judos paraorar, era tambin un lugar sagrado paralos musulmanes, ya que haba sidoprecisamente desde all desde donde elcaballo del profeta Mahoma, Burak,haba partido hacia el cielo. Enconsecuencia, a principios de 1928, unasistemtica campaa comenz a limitarlos derechos de los judos, derechosreconocidos bajo el statu quo imperantedesde el dominio turco. La campaarecibi apoyo por parte de CharlesLuke, Alto Comisario britnico, quienen el Da de la Expiacin, en 1928orden la supresin de la separacin

  • temporal entre hombres y mujeres y, enconsecuencia, impidi las oraciones enel Muro de las Lamentaciones. Losmotivos volvan a tener carcterreligioso y, acto seguido, fueronaprovechados insidiosamente ainstancias de Hadj Amin Husseini, Muftde Jerusaln y jefe del Consejo SupremoMusulmn.

  • Desfile de tropas britnicas enJerusaln durante los

    disturbios de 1929.

    La rivalidad poltica entre su clan yla oposicin y la rivalidad personalentre l y su primo, jefe del Alto Comitrabe, desempearon, sin duda alguna,un papel importante en la iniciacin de

  • los motines. Serva de catalizador elsentimiento de que, cuando Lord Plumerse hubiese marchado, el Gobiernoestar de nuevo en nuestras manos.Unas semanas antes, las autoridadesbritnicas haban ordenado la supresinde los cajones sellados que contenanarmas guardados en las coloniasjudas desde 1922, puesto que ya noeran necesarias. La debilidad de lajefatura juda de aquellos momentos y eldesorden que reinaba en la Haganahtambin facilitaron el inicial xito rabe,actuando as como incentivo para llevara cabo ulteriores acciones.

    Los disturbios de agosto de 1929 sin duda bien planeados se iniciaron

  • despus de las oraciones del viernes enla mezquita de Ornar, y fueronacompaadas de exaltados sermones.Las multitudes, armadas con estacas conclavos, irrumpieron en las casas judas yen las calles de la ciudad vieja deJerusaln y apualaron y asesinaron apeatones. La Polica britnica, aunquepoco numerosa, poda haber impedido eldeterioro de la situacin. Se mostrpasiva por falta de instrucciones. Pocodespus, comenzaron los ataques(principalmente, con armas de fuego depequeo calibre) de bandas procedentesde los vecinos poblados rabes contratodos los barrios judos de Jerusaln al Norte, Sanhedria; al Sur, Ramat Rahel

  • y Talpiot; al Oeste, Beit Hakerem yBayit Vegan. Los puestos de laHaganah, escasamente armados yayudados por la Polica juda, fueroncapaces de resistir hasta la llegada delas tropas britnicas. Un grupo deestudiantes de Teologa, no judos, deOxford, se armaron precipitadamente yorganizaron una milicia, ganndose lagratitud de la Yishuv por sudesinteresada ayuda. Los incidentes seextendieron por la mayor parte del pas.En Hebrn, donde la comunidad dejudos de edad avanzada, confiando ensus buenas relaciones de vecindad conlos rabes, se haba negado a aceptar undestacamento de la Haganah, tuvo

  • lugar una matanza que recordaba muchoa la de Kishinev, en Ucrania. Murieroncincuenta y nueve personas y el resto dela poblacin tuvo que ser evacuada. stefue el fin de la presencia juda enHebrn hasta despus de la Guerra delos Seis Das de 1967. Un asesinato enmasa similar tuvo lugar en Safed,algunos das ms tarde, cuando habanllegado refuerzos britnicos por vaarea y ferroviaria desde sus bases enEgipto y Transjordania. En todo el pas,las comunidades judas fueron atacadaspor sus vecinos rabes. Algunospoblados fueron ocupados y destruidos;otros tuvieron que ser evacuados pororden de las autoridades britnicas. El

  • mvil principal era el rumorsistemticamente propagado por el Muftde que los judos albergaban en susmentes proyectos de destruccin delsanto lugar musulmn Haram el Sharif,motivacin que se repetira en 1969, trasel intento de incendio llevado a cabopor un desequilibrado cristiano,australiano y turista en el pas. Poraadidura, las perspectivas de unposible botn ocup lugarimportantsimo en la violencia masivaque se produjo.

  • Huida de familias judas de laCiudad Vieja de Jerusaln, porla Puerta de Jafa, en agosto de

    1929.

    Slo se libraron algunos de lospoblados o colonias ms grandes,considerados como inexpugnables porsus vecinos. Los ataques dirigidoscontra Tel Aviv, por entonces ciudad en

  • gestacin fueron rechazadosdecididamente con ayuda britnica, ycesaron muy pronto. El Alto ComisarioSir John Chancellor, que lleg al pasalgn tiempo despus, expres todo elhorror que senta ante los cruelesasesinatos perpetrados contra miembrosde la poblacin juda sin consideracina edades ni sexo, y prometi que losautores seran castigados. Una ComisinParlamentaria de Encuesta, enviada parainvestigar los sucesos y sus causas,culp a los rabes de haberlos iniciado,pero concluy que haba que hallar lacausa en la hostilidad rabe hacia losjudos porque se sentan frustrados ensus aspiraciones polticas y nacionales y

  • porque tambin les preocupaba su futuroeconmico. La Comisin recomendabauna supervisin ms estrecha de lainmigracin juda y el examen delpotencial econmico. El posteriorinforme econmico de Sir John HopeSimpson (1930) conclua que a losjudos apenas les haba quedado algunatierra, que la capacidad de absorcineconmica se haba agotado, y que allslo quedaba espacio para alojar a ungato. Una comisin de la Sociedad deNaciones enviada para estudiar elproblema del Muro de lasLamentaciones recomend ciertasnormas para aproximarse al lugar, sobretodo limitando los derechos judos.

  • Estas recomendaciones fueron aceptadaspor parte del Gobierno mandatario.Poco despus, en 1930, el DocumentoBlanco Passfield incorporaba lasconclusiones de Shaw y Hope Simpson,y, sin mencionar siquiera la DeclaracinBalfour, implicaba que ya no eravaledera. Una inmigracin juda msnumerosa y la venta de tierras a judosdependera de la capacidad deabsorcin del pas, la cual, a todopropsito prctico, se haba agotado.Adems, se establecera una juntalegislativa con mayora rabe.

  • Funeral por las vctimas de losdisturbios de 1929, Tel Aviv.

    El impacto del Documento Blancofue mitigado ms adelante mediante lacarta enviada por el Primer MinistroRamsay MacDonald al doctor Weizmannel 13 de febrero de 1931, en la que sereiteraba que el Mandato constitua un

  • compromiso para todo el pueblo judo yno slo para la poblacin juda dePalestina, y que el Gobierno britnicono tena intencin de suprimir lainmigracin juda. Sin embargo, el Muftde Jerusaln tena buenas razones, enconjunto, para sentirse satisfecho. Elempleo de la fuerza en 1929 haba dadocomo resultado una mayor limitacin delos derechos judos bajo el Mandato(particularmente de inmigracin),reduccin de los derechos religiososjudos, aumento del prestigio personaldel jefe religioso y reconocimiento de sucaudillaje al frente de los rabespalestinos. Haba detenido la expansinde la poblacin juda en las ciudades

  • rabes (Tulkarm, Jenin y Nablus habantenido pequeas comunidades judas,para entonces ya liquidadas), y habaprovocado un retroceso en la empresasionista, incluyendo el abandono permanente en algunos casos de ciertonmero de colonias judas.

    Inmediatamente despus de lossucesos de 1929, cuando el recuerdo dela barbarie y el horror de los ataquesan estaba reciente, los lderes rabespalestinos trataron de disociarse deestos hechos, alegando que podranperjudicar a la causa rabe y culparonde tales acontecimientos a los judos quehaban atacado a los rabes. Sinembargo, pronto cambi el tono. Tras la

  • ejecucin de tres de los cabecillas delas matanzas de Hebrn y Safed, elEjecutivo rabe-palestino public unmanifiesto declarando que eranmrtires inocentes pioneros de lalibertad e independencia. Se alabaronlos disturbios por haber revivido elimpulso, reforzado las voluntades ydespertadas las almas dormidas.Adems, y como el tema elegido habasido islmico, los altercados habanconseguido algo mucho ms importantecomo era aumentar la solidaridad, fuerade Palestina, de los musulmanes,quienes, a partir de aquel momentocontribuiran, poltica y financieramente,a la causa rabe palestina.

  • Los desrdenes de 1929 causaron lamuerte a ciento treinta y tres judos, delos ciento cincuenta mil que haba en elpas por aquella poca, y, asimismo, unnmero parecido de rabes. Lasfuerzas rabes eran principalmentemasas fanticas y grupos organizadoslocalmente, equipados con armas defuego cortas. Por parte juda, estaba laHaganah con algunos centenares demiembros esparcidos por todo el pas,armados con pistolas, algunos fusiles yunas cuantas metralletas. Cuando llegun batalln de tropas britnicas paraayudar a la Polica palestina, seconsigui reprimir los desrdenes sinninguna dificultad.

  • Manifestaciones rabesdisueltas por la Polica enJafa, en octubre de 1933.

    Los aos que siguieron a los sucesosde 1929 no fueron de completatranquilidad. Estallaron desrdenes

  • espordicos, sobre todo en el Norte delpas. Un grupo de jvenes musulmanesorganizados en 1931 por el jeque Izz el-Din el-Qasim, profesor nacido enSiria y predicador en Haifa, dirigi losprimeros ataques terroristas bienorganizados contra los miembros delkibbutz Yagur, en 1931. El jeque muri amanos de la Polica britnica ennoviembre de 1935, cerca de Jenin,cuando se neg a rendirse. Su funeralconstituy una manifestacin de duelonacional. Incluso sus adversariosadmitieron que all haba un nuevofenmeno, un lder rabe que practicabalo que predicaba. Estos hombres noson ladrones escriba un destacado

  • periodista judo, ste es un grupo deterroristas polticos. (Leila Jaled,incidentalmente, menciona al jeque ensus Memorias, como el hroe delmoderno movimiento terrorista rabe).

  • La Polica disuelve unamanifestacin rabe deprotesta cerca de la PuertaNueva de la Ciudad Vieja deJerusaln, el 13 de octubre de1933.

    Estas erupciones, acompaadas deagitacin periodstica, que llegaron ahacerse extremadamente violentas, noimpidieron, sin embargo, el progreso dela Yishuv durante estos aos de laQuinta Aliyah, que comenz en 1930y fue ganando impulso despus de lasubida al poder de Hitler en Alemania,en 1933. Mientras que a finales de 1931la poblacin juda de Palestina

  • alcanzaba los ciento setenta y cinco milhabitantes, en mayo de 1935 llegaba casia sumar los cuatrocientos mil. Entre loslderes rabes prevaleca la opinin deque en aquellos momentos haba quepensar en ahora o nunca si deseabanimpedir que se constituyese una mayorajuda en Palestina y, en consecuencia, lafundacin del Estado judo. Los judoshaban ganado una batalla cuando laCmara de los Comunes britnica habavotado en contra de la propuesta deestablecer una Junta Legislativa paraPalestina, que, teniendo en cuenta laproporcin que entonces exista, hubiesedado la mayora a los rabes. Eldescubrimiento en Haifa de armas de

  • contrabando introducidas en el pas porla Haganah aument la desconfianzarabe. Es evidente que la invasinitaliana de Etiopa y la impotencia delos Gobiernos occidentales paraimpedirla no consiguieron aumentar elprestigio de estas ltimas. A pesar detodo, cuando se inici la rebelin rabe(como as se llam) en abril de 1936,fue una sorpresa por igual para las trespartes: britnica, rabe y juda.

    Las tcticas empleadas por losinstigadores eran similares a las de1929. Un incidente local escribe elcoronel Frederick H. Kisch, durantemuchos aos presidente del EjecutivoSionista Palestino, en una posdata de su

  • Diario se reciba y consideraba encada caso como medio publicitario parasembrar entre las masas musulmanas elmiedo a una inminente calamidad Lalibertad que durante todo el perodo delMandato se haba concedido al Muft enoposicin a las medidas del Gobiernopara llevar a cabo o cumplir con lapoltica del Mandato, se extendi ahoraal Alto Comit rabe.

    El inicio de las hostilidades seprodujo el 16 de abril, cuando ciertonmero de vehculos al pasar porNablus (en aquellos momentos todavala nica arteria hacia el Norte, ya que lacarretera de la costa an no se habaterminado), fueron detenidos por rabes

  • armados. Los pasajeros judos se vieronobligados a apearse bajo la amenaza delos fusiles, y dos de ellos, uno de setentaaos de edad, fueron framenteasesinados. Los funerales celebrados enTel Aviv se convirtieron en una violentamanifestacin y algunos peatones rabesfueron apaleados. Tres das ms tardetuvo lugar una matanza organizada enJafa, lugar que, aunque ya no era unaciudad mixta, continuaba siendo el nicopuerto del sur del pas, y muchos judostenan que trasladarse all diariamentepor motivos de trabajo. Nueve fueronasesinados y sesenta resultaron heridos.Muy pronto los desrdenes seextendieron por todo el pas, llevados a

  • cabo por grupos semimilitares, polticao religiosamente motivados. Aunqueexistan deseos de lograr botn medianteel clsico pillaje rabe, sta ya no era lamotivacin dominante. Acompaando alos desrdenes que se dirigan contra lapoblacin juda y contra el Gobiernomandatario, estall la huelga generalordenada por el Allo Comit rabe,huelga que, aunque no fue estrictamenteobservada (Haifa, por ejemplo, no laacept al igual que lo hicieron muchosfuncionarios gubernamentales), durciento setenta y cinco das. Durante unatemporada, los lderes rabesaccedieron a dejar a un lado susdiferencias; los Husseini, los Dajani y

  • los Nashashibi estaban representados enlos ms altos niveles de la jefaturapoltica. Abdel Kader el Husseini, hijode Fawzi el Husseini, antiguo alcalde deJerusaln que haba sido depuesto en sucargo como consecuencia de losincidentes de 1921 y de su participaciny responsabilidad en ellos, diriga unode los grupos y fue hecho prisionero porlas fuerzas britnicas. Encontrara lamuerte luchando en el Castel, cerca deJerusaln, en 1948. Una generacin mstarde, su hijo sera detenido comoterrorista por las autoridades israeles.

    El ataque principal, de muy malpronstico para el futuro, fue la agresinrabe contra las vulnerables

  • comunicaciones que en su mayor partetenan que atravesar zonas densamentepobladas por los rabes. Se comenzcon la siembra de clavos para pincharlos neumticos de los coches. Cuandouna simple escoba o, mejor dicho,destacamentos armados con escobashicieron fracasar la estratagema,comenzaron a arrojar bombas defabricacin casera a travs de lasventanas. Entonces, se adopt laprecaucin de colocar tela metlica enlas ventanas de casi todas las casas. Acontinuacin, comenzaron a dispararbalas, y hubo que colocar placas deacero, de fabricacin casera, sobre losmotores para evitar que resultaran

  • averiados. Los hroes de 1936 fueronlos conductores judos que tuvieron quedesempear sus tareas tenazmente,desarmados o armados slo conpistolas, para mantener lascomunicaciones con cada poblado ocolonia, sin excepcin. Sin embargo, lacarga principal en la defensa activa delas comunicaciones recay sobre laPolica britnica, que, en su mayorparte, en esta ocasin, se dedic muyseriamente a preservar la ley y el orden.Su tarea ms peligrosa era patrullar porlas carreteras delante de los convoyes yefectuar la inspeccin de las lneasferroviarias antes de que pasaran lostrenes. Para estas tareas se haban

  • nombrado unos grupos que sedenominaban escuadras suicidas.

    Simultneamente, en todo el pas seprodujeron ataques de los rabes contralos judos particulares, sobre todo enciudades mixtas y colonias. Uno de loshechos ms execrables fue el asesinatode dos enfermeras judas que seretiraban a sus domicilios despus deatender a pacientes rabes en elHospital del Gobierno, en Jafa.Igualmente abominable fue el ataqueperpetrado contra una escuela en unbarrio judo, cerca de Jafa, y el intentode incendiar una guardera infantil enJerusaln. A diferencia de anterioresdesrdenes, slo hubo un intento de

  • capturar y destruir una colonia juda: TelJoseph, intento que fracas. Por vezprimera declaraba Eliyahu Golomb,reconocido lder de la Haganah noperdimos ninguna colonia.Correctamente atribua esto al progresoalcanzado por la Haganah durante losltimos aos, a la organizacin de ladefensa de las colonias judas, y a laactitud de las autoridades britnicas quecerraron los ojos, pero que, actoseguido, permitieron la posesin legalde armas y el adiestramiento de tres milpolicas judos supernumerarios.

    A medida que los incidentes sefueron extendiendo, zonas enteras delpas cayeron bajo el control rabe, en

  • particular en el Tringulo Nablus,Jenin, Tulkarm y la zona de Hebrn.Se nombr un comandante supremo de larebelin rabe: Fawzi el Kaukji, quehaba dirigido el alzamiento contra losfranceses en Siria, y tras su huida deall, haba impartido clases en unaAcademia Militar de Bagdad. Le juraronlealtad todos los lderes del pas. Haballegado con un puado de sirios,iraques y voluntarios drusos de lospases vecinos a los que emple comoguardaespaldas y reservas mviles;fueron los primeros rabes no palestinosque lucharon organizadamente enPalestina. Para combatir contra estafuerza, los ingleses aumentaron

  • rpidamente sus contingentes militaresen Palestina a tres y, ms tarde, a seisbrigadas dos divisiones, fuerzasconsiderables en una poca de debilidadmilitar que reflejaba su peso en labalanza de las disposiciones militaresimperiales. Las contadas escaramuzasque ocurrieron arrojaron un saldo dederrotas y muchas prdidas humanaspara El Kaukji, pero esto no disminuyen nada su prestigio, sobre todo, desdeque derrib a tiros algunos avionesligeros de observacin, smbolos de lasuperioridad britnica. El Kaukjiregresara de nuevo a Palestina en 1948.

    Durante todo el ao 1936, laHaganah practic la restriccin, en

  • hebreo havlagah. Entenda su misin enel ms estricto sentido de su nombre:literalmente, defensa, disparar cuando sele atacaba, pero no antes. Nada deofensivas y nada de iniciativas. Tantofue as que se permiti el incendio decampos de colonias bien establecidasmientras no se atacara a las propiascolonias. Naturalmente, esto provocgran nmero de crticas. En palabras deEliyahu Golomb: No salimos adefender nuestros campos sin permisodel Gobierno y as apoyamos alsentimiento que predomina entre losrabes de que todas las historias quecirculan acerca de la fuerza de losjudos son un embuste. Esto constituir

  • una especie de arma de doble filo paranosotros. Se dejaron or voces, sobretodo, la de Yizhak Landover, ms tardeconocido como Yizhak Sadeh, primercomandante del Palmach, exigiendoque los colonos pasaran al otro lado desus vallas a proteger las coloniasmediante emboscadas, mucho ms allde su permetro, y que esperaran all alos atacantes. El concepto slo se aplicespordicamente en las cercanas deJerusaln. Tambin resurgieron lasprimeras unidades mviles y primitivas:un taxi sin placas de matrcula paraproteger a los campesinos en un huertode naranjos, y una furgoneta de repartoen Jerusaln. Estos casos fueron

  • aislados. En conjunto, todo cuantosucediera ms all del permetro seconsideraba responsabilidad de lastropas britnicas.

    En octubre de 1936, termin lahuelga general. La Comisin RealPalestina ms conocida comoComisin Peel estaba a punto dellegar al pas, y se declar una tregua nooficial entre los rebeldes rabes y lasautoridades britnicas. El Kaukji setraslad a la ribera oriental del roJordn, desde donde, a instancias delemir Abdullah, regres a Irak. Desdeabril hasta octubre de 1936 habanmuerto ochenta judos, asesinados porlos terroristas rabes, aparte de los

  • heridos que, en total, sumarontrescientos noventa y seis. Haban tenidolugar casi dos mil ataques contra losjudos, as como novecientos asaltoscontra propiedades judas. Se habanarrancado o incendiado unos doscientosmil rboles y haban sido destruidosaproximadamente, mil seiscientashectreas de cultivos. Se habanefectuado trescientos ochenta ataquescontra autobuses y trenes, trescientoscinco ataques de rabes contra suscompatriotas, setecientos noventa ycinco contra la Polica britnica y contralos militares, y haban estallado miltrescientas sesenta y nueve bombas. Estono era un larga serie de matanzas y

  • desrdenes. Aunque dbilmenteorganizada e indiferentemente planeaday ayudada, se trataba de una rebelingeneral contra el Gobierno britnico, o,al menos, contra la poltica inglesa,cuyos objetivos o, ms bien, vctimaseran la Yishuv juda y las autoridadesbritnicas.

    La incmoda tregua conespordicas actividades terroristas queestallaban aqu y all de vez en cuandoproduciendo vctimas tanto judas comorabes no dur mucho. En julio de1937, la Comisin Real public suinforme. En un largo anlisis histrico,el Informe Peel estableca que laComisin, tras haber comprobado que el

  • Mandato resultaba poco prctico,recomendaba (por vez primera en undocumento oficial) la particin dePalestina: en un Estado judo queincluyera el cinturn costero desde BeerTuviyah hasta el Carmelo, el valle deJezrael y Galilea; enclave que (ademsde Nazareth) permanecera bajoproteccin britnica y que, asimismo,incluira a Jerusaln, Beln y un pasillodesde Jerusaln al mar, en Jafa(incluyendo Latrun, Ramle y Lod[Lydda]); y un Estado rabe queabarcara todo el resto del pas(Samaria, Judea y el Negev), y que sefundira con Transjordania. El Estadojudo pagara una subvencin al Estado

  • rabe. El proyecto, en conjunto, sebasaba en una realidad demogrfica dela poca, con excepcin de GalileaOccidental, que sera incluida en elEstado judo como una reserva y confrontera comn con el Lbano cristiano.As quedaran enlazadas territorialmenteen el Oriente Medio, las dos entidadespolticas no musulmanas.

    En el perodo intermedio, hasta quese implantara la particin, se prohibirala venta de tierras a judos dentro de lazona concedida al Estado rabe y seregulara la inmigracin juda deacuerdo con la capacidad de absorcindel Estado judo. Aun cuando laComisin consideraba tal reparto como

  • el nico y posible arreglo duradero,sugera, a la vez, ciertos paliativos enel caso de que el Mandato britnico sesostuviera. Entre estos llamadospaliativos, y en primer lugar, figurabalimitar la inmigracin a un mximo dedoce mil personas anuales, entre las quese incluiran todas las clases ycategoras posibles de inmigrantes,como, por ejemplo, capitalistas yobreros cualificados.

    Por parte juda se recibi el Informecon diversas opiniones. Mientras quelos revisionistas lo rechazaban de plano,el Movimiento Sionista de hecho,incluso la Haganah se divida encuanto a su aceptacin o rechazo.

  • Weizmann y Ben Gurion consideraban elestablecimiento de un Estado judo,incluso en parte de Palestina, como unlogro poltico cuyas ventajas superarana los inconvenientes. Cualquier otracosa que se hiciera en lugar de unaparticin significara la congelacin delHogar Nacional, declaraba Weizmann.Otros, encabezados por MenahemUssishkin, jefe del Fondo Nacionaljudo, se opusieron rotundamente,razonando que, en vista de lasanticipadas objeciones rabes, todocuanto quedara del plan sera larenuncia juda a los derechos sobre unaparte del pas. Golomb, lder de laclandestina Haganah, ansiaba ponerse

  • de acuerdo sobre la particin siempre ycuando se creara un Ejrcito judo y queel control de la inmigracin al posibleEstado hebreo corriese a cargo de lasautoridades judas desde el principio.

    El Gobierno britnico declar quela particin era la mejor solucin yprometa esperanzas en la crisis que sehaba creado, y anuncio que prontopartira hacia Palestina una comisinpara determinar las fronteras exactas delas tres unidades. Esto, a pesar de laviolenta oposicin, entre otros, delvizconde Samuel, que haba sido primerAlto Comisario en Palestina y que seopona a la creacin de un cinturn delRuhr, pasillo polaco, y media docena de

  • Danzigs y Memels en un Estado deltamao de Gales.

    Por parte rabe, el emir Abdullahdisfrutaba con un plan que iba aconcederle un reino en ambos lados delJordn sueo que se hara realidad en1948 y proyect una entrada triunfalen Nablus, capital propuesta para elfuturo. Estado rabe. Las Nashahibi, queconocan muy bien los derramamientosde sangre y frustracin de los dos aosanteriores, deseaban aceptarlo como unabase para entablar una negociacin. Sinembargo, los extremistas, dirigidos porel Muft, consideraban la particin comoun golpe bajo a sus aspiraciones.Insistan en que se detuviera la

  • inmigracin y la venta de terrenos, ascomo en el establecimiento deinstituciones representativas con unamayora rabe. Un Estado judo, deespaldas al mar y abierto a unainmigracin ilimitada, podra ser unbuen trampoln para una ms ampliaexpansin. Adems, la posicinpersonal del Muft se hallaba en peligrocomo resultado del papel fundamentalde su gran rival el emir Abdullah. Aprincipios de setiembre de 1937, elMuft presidi una reunin panrabe porPalestina, en Bludan, cerca de Damasco,en la cual se fijaron las normas polticasque se seguiran (para la futura lucha).

    El 26 de setiembre de 1937 se dio la

  • seal para el resurgimiento de larebelin con motivo de la muerte deLouis Andrews, Comisionado britnicode distrito en Galilea, asesinado cuandose diriga a la iglesia en Nazaret. Jamsanteriormente haba sido asesinado enPalestina un funcionario britnico de tanelevada jerarqua, por lo cual este hechofue considerado por el Gobiernobritnico no slo como indicativo deque, esta vez, habra que usar la fuerzadirectamente, no mediante la accinjuda, sino tambin como un ultrajantedesafo al Gobierno mandatario. En estaocasin, las autoridades britnicasreaccionaron rpidamente. Queddisuelto el Alto Comit rabe y cinco

  • de sus miembros fueron exiliados a lasislas Seychelles. El 11 de octubre fuedestituido el Muft y la administracinde los considerables fondos Waqf que sehallaba a su disposicin pas a manosde una comisin de funcionarios. Sinembargo, el propio Muft, tras ocultarsedurante dos semanas en la mezquita deOmar, logr escapar al Lbano, desdedonde, ligeramente restringido por lasdisposiciones de las autoridadesfrancesas, instig el alzamiento.

    Una vez ms, la rebelin fue dirigidapor bandas, y, en el momento msimportante, en octubre de 1938, susmiembros llegaban a los quince mil, conuna periferia de campesinos que se

  • uniran a una u otra operacin. Los jefes,algunos de los cuales eran ladrones ycriminales muy conocidos mientras queotros, la minora, eran fanticosreligiosos, discpulos del jeque Qasim,se repartieron el pas entre s. A medidaque transcurri el tiempo, cada uno deellos se convirti en cacique de unazona, en la cual reclutaba a sus hombres,obtena provisiones, recaudabaimpuestos mediante amenazas ydesignaba tribunales que castigaban alos traidores, es decir, se juzgabasumarsimamente a todos aquellos quese negaban a pagar impuestos o que erans