“las huellas del pasado en el turismo” necochea 1930-1955
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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO- FACULTAD DE CIENCIAS
HUMANAS- SEDE QUEQUÉN
2017
“Las huellas del
pasado en el turismo”
Necochea 1930-1955
Tesis de Licenciatura en Turismo
Arce Natalia – Heiland Mercedes
T U T O R A : D R A . P A L A V E C I N O V A L E R I A
i
RESUMEN
Esta investigación busca comprender la realidad turística actual de la localidad de
Necochea analizando los comienzos de la actividad en la ciudad. El foco de
atención estuvo en el periodo comprendido entre 1930 y 1955, periodo en el cual
se observa la diagramación, formación y consolidación de la ciudad, la Villa
balnearia, y por consiguiente su desarrollo como destino turístico.
Este recorte se fundamenta en relación al contexto de transformación a nivel
nacional que atravesó nuestro país. Se buscará dar cuenta en la medida de lo
posible de manera se plasmó esta realidad en la localidad, buscando poner en
evidencia cuáles habían sido (en caso de haberlos) los efectos del modelo
peronista vinculados al turismo en Necochea, sin por supuesto descuidar y a
apuntar las particularidades del caso de estudio.
ii
AGRADECIMIENTOS
La presente investigación no hubiera sido posible sin la colaboración del Museo
Histórico Regional, el Archivo Histórico del Museo Regional y la Biblioteca Popular
Andrés Ferreyra de nuestra ciudad, quienes nos otorgaron las fuentes disponibles
para la concreción de nuestro trabajo.
De igual manera agradecemos el apoyo incondicional de nuestros familiares y
amigos, de la coordinadora de la carrera de Licenciatura en Turismo Prof. Valeria
Capristo, que estuvo presente no sólo en el desarrollo de este trabajo, sino a lo
largo de toda la carrera, y nuestra tutora la Dra. Valeria Palavecino, quien nos guió
y aconsejó en el mejoramiento del mismo.
iii
INTRODUCCIÓN 2
Arce Natalia
CAPÍTULO I LINEAMIENTOS TEÓRICOS/METODOLÓGICOS 5
1.1 DESCRIPCIÓN DEL TEMA 6
1.2 LINEAMIENTOS METODOLÓGICOS 7
1.3 MARCO DE REFERENCIA: NECOCHEA 10
1.4 LINEAMIENTOS TEÓRICOS 12
1.4.1 TURISMO: HACIA UNA CONCEPTUALIZACIÓN 12
1.4.2 DIFERENTES ANALOGÍAS EN EL ESTUDIO DEL TURISMO 16
Heiland Mercedes
CAPÍTULO II TURISMO DE SOL Y PLAYA: ANTECEDENTES DE SU INVESTIGACIÓN 21
2.1 ALGUNOS ESTUDIOS SOBRE LA PROBLEMÁTICA TURÍSTICA DESDE UNA PERSPECTIVA GENERAL 22
2.2 ESTUDIOS DE CASO 30
CAPÍTULO III MARCO HISTÓRICO-CONTEXTUAL: POLÍTICA, ECONOMÍA, SOCIEDAD Y TURISMO EN
LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX 51
3.1 LA POLÍTICA ENTRE 1916-1955 52
3.2. LA ECONOMÍA ENTRE 1916-1955 63
3.3 SOCIEDAD Y CULTURA ENTRE 1916- 1955 73
3.4 EL TURISMO EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX 78
3.4.1 EL TURISMO DE ÉLITE Y LOS PRIMEROS DESTINOS TURÍSTICOS 78
3.4.2 LOS PRIMEROS PASOS HACIA EL TURISMO DE MASAS 80
3.4.3 EL PERONISMO Y EL TRIUNFO DEL TURISMO DE MASAS 82
iv
CAPÍTULO IV NECOCHEA: SU TRANSFORMACIÓN EN CIUDAD TURÍSTICA 85
Arce Natalia
4.1 EL TRAZADO DE LA CIUDAD DE NECOCHEA 86
4.2 LOS PRIMEROS CAMBIOS HACIA LA “MODERNIZACIÓN” DE LA CIUDAD 87
4.3 CÓMO LLEGAR A NECOCHEA Y A LA PLAYA: DESARROLLO DEL TRANSPORTE HACIA Y EN LA CIUDAD 96
Heiland Mercedes
4.4 SERVICIOS Y OBRAS PÚBLICAS EN LA CUIDAD: BENEFICIOS PARA LOS TURISTAS Y LOS RESIDENTES 103
4.5 DESARROLLO HOTELERO 112
4.6 PLAYAS, BAILES Y TERTULIAS: ESPACIOS DE SOCIABILIDAD PARA TURISTAS Y RESIDENTES 115
4.7 EL TURISMO DE MASAS EN NECOCHEA 122
Arce Natalia - Heiland Mercedes
CONCLUSIONES 130
ANEXO 135
LÍNEA HISTÓRICA DE LAS INTENDENCIAS DEL PERÍODO ESTUDIADO (1930- 1955) 136
FUENTES CONSULTADAS 138
IMÁGENES 140
BIBLIOGRAFÍA 143
INTRODUCCIÓN
Tarjeta postal de 1915 con la inscripción: “Hotel La Perla y Diagonal Atlántica. Necochea”. Fuente:
Archivo Histórico del Museo Regional.
3
La presente investigación tiene como objetivo principal realizar un aporte al
estudio de la ciudad de Necochea entre 1930 y 1955. Ello permitirá ir avanzando
en el conocimiento de los diversos factores que permitan entender y dar respuesta
a algunos de los interrogantes que surgen en relación a la situación actual que
está atravesando el turismo en la ciudad de Necochea. Como se mencionó
anteriormente, se analizará un periodo central en la conformación del modelo
turístico de la Argentina y de la ciudad en particular, en este sentido sostenemos
que este se configuró no solo a partir de las políticas sociales-culturales y
turísticas que se implementaron durante el gobierno Peronista sino que también
responden a un claro esfuerzo por parte de distintos sectores de la ciudad de
Necochea que “trabajaron” en pos de desarrollar a la ciudad como destino
turístico.
El trabajo se encuentra dividido en 4 capítulos. En el primero “Lineamientos
Teóricos/Metodológicos”, se presentará el tema de estudio, los objetivos
propuestos a lo largo de la investigación, las herramientas metodológicas
utilizadas, como así también una breve descripción del área de estudio elegida.
En el segundo capítulo “Turismo de sol y playa: antecedentes de su investigación”
se definen un conjunto de conceptos que resultan fundamentales para el
desarrollo de la investigación. Además se presentan una serie de trabajos
relacionados con el área temática de investigación que sirvieron de antecedentes
para articular la presente investigación.
En el tercer capítulo “Marco Histórico Contextual: política, economía, sociedad y
turismo en la primera mitad del siglo XX”, se buscó a partir de una descripción de
la política, la económica, la sociedad y de la actividad turística en el periodo a nivel
nacional, dar un marco general que posibilite situar a nuestro objeto de estudio en
un contexto más amplio. De esa manera se va de lo general a lo particular, en un
juego de escalas que hacen posible una mejor comprensión del fenómeno
estudiado.
En el cuarto capítulo “Necochea: su transformación en ciudad turística”, se
4
desarrolla una breve historia sobre la fundación de la ciudad de Necochea, su
paulatina transformación en ciudad turística haciendo hincapié en los factores que
influyeron en la misma y cambiaron la fisonomía de la ciudad. En este sentido
apuntamos a delinear cuestiones que a nuestro entender permitirán dicha
transformación: transporte, servicios, obras públicas, hotelería, entre otros.
También se consideran en el período 1930-1955 las características que tomó el
principal atractivo de Necochea, es decir la playa, y qué rol jugó en esa
configuración los esfuerzos locales por potenciar el desarrollo turístico en la
ciudad.
La tesis finaliza con una serie de reflexiones elaboradas como resultado de la
investigación, las cuales retoman los temas considerados de mayor importancia.
CAPÍTULO I
Lineamientos
Teóricos/Metodológicos
Vista aérea Villa Díaz Vélez, 1927. Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.
6
1.1 Descripción del tema
Esta investigación busca dar a conocer una parte de lo acontecido en la ciudad de
Necochea durante el período 1930-1955, época en la que comenzó a
desarrollarse masivamente la actividad turística. El recorte temporal no fue
seleccionado de manera aleatoria, sino que la elección del mismo intenta reflejar
un período de esplendor, no sólo de la oferta turística local, sino de la costa
atlántica en general. En dicho proceso confluyen distintos factores de los cuales
pretendemos dar cuenta. Algunos de estos vinieron de la mano del Estado
nacional y provincial, aunque partimos de la hipótesis de que muchos de estos
cambios fueron posibles en la medida en que distintos sectores de la ciudad
impulsaron el desarrollo masivo de la actividad en el país.
De esta manera se ha planteado como objetivo general aportar al esclarecimiento
de la situación actual del turismo en la ciudad, a partir de una reconstrucción y
análisis histórico del período 1930- 1955, caracterizado por el auge turístico a nivel
local y nacional. Esta investigación estará basada en diversas publicaciones y
documentos, como los anuarios editados por el diario local “Ecos Diarios”, además
de producciones escritas sobre la historia de la ciudad, también se utilizarán
diversas imágenes fotográficas, que permitirán no sólo ilustrar la realidad del
período seleccionado, sino también evidenciar el crecimiento que presenciaba la
ciudad. En palabras de Ivan Gaskell en Peter Burke (1993) sobre la historia de las
imágenes “aunque la gama de imágenes que su técnica es capaz de generar no
sea, en cierto sentido, muy grande, su ámbito de importancia cultural es
considerable, al ser tratada, por un lado, como recursos transparentes para
transmitir información y, por otro, como un medio artístico opaco” (Peter Burke,
1993: 212).
Para aproximarnos al objetivo general, nos hemos planteado los siguientes
objetivos específicos:
● Explicar el contexto histórico en el cual comienza a desarrollarse
masivamente la actividad turística, tanto a nivel nacional como local.
● Describir las principales características del partido de Necochea,
7
identificando los condicionantes políticos, económicos y sociales en el
período estudiado, y las transformaciones sufridas en dichas estructuras.
● Definir los actores que intervinieron, y su relación con el desarrollo de la
actividad turística.
● Delimitar las cuestiones que tuvieron mayor importancia en el desarrollo de
la oferta turística local.
El problema que se intenta ampliar y debatir en este trabajo de investigación,
sostiene como hipótesis que el período de auge turístico de la ciudad de
Necochea responde a la lógica (y/o políticas si se quiere) de turismo
implementado por el gobierno Peronista y por el rol jugado por los distintos
sectores de la ciudad que coadyuvaron a delinear la Necochea turística.
Un gran inconveniente que se presentó al momento de realizar la investigación y
el análisis bibliográfico, propiamente dicho, fue la imposibilidad de acceder al
archivo de Ecos Diarios, diario local y único medio gráfico de la ciudad. A raíz de
esta situación, decidimos centrarnos en las ediciones de los anuarios publicados
por dicho medio. Fue así que los directivos de la Biblioteca Popular de Necochea
Andrés Ferreyra y del Archivo Histórico de la ciudad, entendidos de la finalidad del
presente trabajo, nos facilitaron el material. Conjuntamente con el análisis
bibliográfico, se utilizarán fotografías (que nos fueron brindadas por el Archivo
Histórico), como una estrategia de provocar en el lector, una proyección de la
realidad de la época que procuramos dilucidar.
1.2 Lineamientos metodológicos
La elección del lineamiento metodológico a utilizar, estará determinada por los
objetivos de la investigación y las circunstancias del contexto a analizar. Por lo
tanto, siguiendo a Rosana N. Panero, la metodología seleccionada es de tipo
cualitativo, ya que lo que se intenta realizar en este caso es comprender los
procesos por los cuáles tienen lugar los acontecimientos y acciones, que
8
cimientan la vida social a través de una explicación interpretativa de la realidad
social.
Como señalan Hernández Sampieri, Fernández Collado y Baptista Lucio (2006),
las investigaciones cualitativas van de lo general a lo particular, es decir, el
investigador comienza examinando el mundo social y a través de dicho proceso
desarrolla una teoría relacionada a lo que observa qué ocurre. Por lo tanto,
podemos decir que son fundamentadas a través de un proceso inductivo, que
busca en primer lugar explorar y describir, para luego desarrollar perspectivas
teóricas:
“Se fundamenta en una perspectiva interpretativa centrada en el
entendimiento del significado de las acciones de seres vivos,
principalmente los humanos y sus instituciones (busca interpretar lo que
va captando activamente)” (Hernández Sampieri, Fernández Collado,
Baptista Lucio: 2006, 9).
Como plantean los autores antes mencionados, este tipo de investigaciones tienen
como objetivo reconstruir parte de la realidad como la observan los actores de un
contexto social previamente definido. Se denominan holísticas porque consideran
el todo, sin reducirlo al estudio de sus partes. También suelen caracterizarse por
no probar hipótesis, por el contrario, estas son generadas durante el proceso y van
siendo modificadas conforme a la recolección y análisis de los datos o son
resultado de la misma investigación.
Esta metodología nos permite, según Maxwell (1996), la comprensión del
significado, que para las personas que son objeto de estudio tienen, las
situaciones y acciones en las que están involucradas y cómo esta significación
influye en su comportamiento; la influencia y entendimiento del contexto dentro del
cual actúan los participantes; la identificación de fenómenos e influencias no
previstos; la comprensión del proceso por el cual tienen lugar los acontecimientos
y acciones; y el desarrollo de explicaciones causales.
El tipo de muestreo seleccionado será según propósitos o selección basada en
9
“una estrategia en la cual escenarios particulares, personas o eventos son
seleccionados deliberadamente con el fin de obtener información importante que
no puede ser conseguida de otra forma” (Maxwell, 1996: 6). Existen cuatro metas,
planteadas por el mismo autor, para este tipo de muestreo, que consideramos
relevantes:
● Lograr representatividad de los contextos, individuos o actividades
seleccionadas.
● Captar adecuadamente la heterogeneidad de la población.
● La selección de una muestra para examinar deliberadamente casos que
son críticos.
● La posibilidad de establecer comparaciones para iluminar las razones de
las diferencias entre contextos o individuos.
Las decisiones sobre el muestreo fueron tomadas en base a la relación y a la
factibilidad de la recolección de datos, las cuestiones de validez y la ética. Para la
concreción de los objetivos planteados se han seleccionado las siguientes
herramientas:
● El análisis bibliográfico “es un conjunto de operaciones que consisten en
examinar un documento para encontrar sus elementos esenciales y las
relaciones entre ellos” (Golpe, 2009: 3).
● El apoyo de medios fotográficos. “La fotografía es el registro visual de un
acontecimiento desarrollado en un momento y en un tiempo concreto” (Lara
López, 2005: 3). A su vez “juega un importante papel en la transmisión,
conservación y visualización de las actividades políticas, sociales,
científicas o culturales de la humanidad, de tal manera que se erige en
verdadero documento social” (del Valle, 1999: 13).
La importancia de esta investigación radica en el aporte a la comprensión de la
oferta turística actual de Necochea a través de una mirada histórica, como así
también al turismo como una nueva disciplina en proceso de formación. Es por
eso que desde los ámbitos académicos se plantean este tipo de estudios para
contribuir al fortalecimiento del turismo. Importancia de este hecho se observa en
10
la relevancia que han tomado la temática en diversos tipos de investigaciones en
relación a la actividad turística, en pos de contribuir a la comprensión del
fenómeno.
En cuanto al aporte particular esta investigación, está relacionada a la cuestión de
que no hemos encontrado estudios sobre esta temática que brinde una
información detallada en relación al desarrollo y características del funcionamiento
de la actividad en dicha localidad, a través de una reconstrucción y análisis
histórico, lo que repercutirá directamente en el conocimiento de cuáles fueron los
factores determinantes en la época donde el turismo comenzó a desarrollarse de
forma masiva en el destino.
1.3 Marco de referencia: Necochea
Necochea, el área de estudio seleccionada, es una ciudad argentina ubicada en la
costa atlántica al sureste de la provincia de Buenos Aires. Es cabecera del partido
homónimo y posee un importante puerto, de gran porte, al encontrarse en la
desembocadura del Río Quequén Grande al océano Atlántico.
Según el Ente Necochea de Turismo los orígenes de su fundación datan del año
1854 cuando un grupo de terratenientes dedicados a la producción de tasajo
solicitan respaldo a las autoridades provinciales para construir un pueblo en la
desembocadura del Río Quequén. A pesar de la autorización del gobierno para su
fundación, los propietarios de las tierras (familia Guerrico) impidieron su
concreción, paralizando casi 30 años su creación.1
En 1865, una nueva jurisdiccional de la Provincia conforma 72 partidos, entre los
que surge General Necochea, en una región de 7.130 kilómetros. Los progresos
económicos y productivos conllevaron nuevamente a dueños de estancias
ganaderas a volver a solicitar el apoyo provincial para fundar una ciudad cabecera.
Recién en 1881, y después de varios debates acerca de donde debía ubicarse, el
1 Ente Necochea de Turismo (ENTUR). Temporada 2006/2007. Reseña histórica del partido de
Necochea.
11
comandante Ángel Ignacio Murga, que había participado de forma activa en la
Expedición al Desierto bajo las órdenes de Julio Argentino Roca, contó con el
respaldo del diputado José Hernández y el gobernador Dardo Rocha para la
fundación del pueblo en las tierras del propietario Eustaquio Díaz Vélez. Así, el 12
de octubre de 1881 en cuatro leguas cuadradas en la ribera derecha del Río
Quequén y las costas del Atlántico, se fundó la ciudad de Necochea. Su nombre
es en homenaje al General Mariano Necochea, quien integró el regimiento de
Granaderos a Caballos en la lucha por la Independencia de Argentina, Chile y
Perú al mando del General Don José de San Martín. Su trazado fue realizado en
forma de damero, con cuadras bien marcadas y en cuyo centro se destaca la
plaza principal.2
Murga desempeñó el primer cargo de Presidente de la Municipalidad, Juez de Paz
y presidió la urbana que, según los datos del Censo de 1881, contaba con 139
habitantes, comisión de fomento que manejó el negocio de loteo de quintas y
chacras. De esta manera, el pueblo contaba con su primer núcleo de población
mientras que 3222 vivían en la zona rural dedicados a la actividad agrícola -
ganadera.3
Dos hechos importantes marcaron el crecimiento de la región: la llegada del
Ferrocarril del Sud en 1892 que favoreció el progreso agropecuario y consolidó la
idea de complementar la economía con la formación de un balneario y la
construcción del puerto Quequén en 1911.4
La economía estuvo principalmente relacionada con la producción ganadera y
cerealera y años más tarde se incorpora la industria alimenticia y la actividad
turística proporcionando una muy buena fuente de ingresos.
Actualmente la ciudad de Necochea, según el Censo Provincial del año 2010,
cuenta con aproximadamente 92.933 habitantes. La principal actividad económica
2 Ecos Diarios, 1881-1981, Centenario de la Fundación de Necochea. 3 Ecos Diarios, 1881-1981, Centenario de la Fundación de Necochea. 4 Ecos Diarios, 1881-1981, Centenario de la Fundación de Necochea.
12
la brinda el puerto de Necochea - Quequén, al llegar a ser uno de los más
importantes del país por su gran envergadura, la siguen las actividades agrícola-
ganadera, pesquera y turística.
1.4 Lineamientos Teóricos
1.4.1 Turismo: hacia una conceptualización
Existen diversas definiciones relacionadas al concepto de turismo, esto se debe a
su relativa juventud como actividad socioeconómica y a su carácter
multidisciplinario (su análisis engloba varias disciplinas). Muchas de las
desarrolladas dejan de lado componentes esenciales del mismo como los son los
turistas, los atractivos, los servicios, el transporte, la infraestructura, etc. Sin ir más
lejos la definición formal del turismo que nos brinda la Organización Mundial del
Turismo (OMT) en 1994 lo define de manera limitada como aquel que “comprende
las actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares
distintos a su entorno habitual, por un período de tiempo consecutivo inferior a un
año, con fines de ocio, por negocios y otros”. En un sentido más amplio
economistas suizos Walter Hunziker y Kurt Krapf lo definen como “el conjunto de
relaciones y fenómenos que se producen como consecuencia del desplazamiento
y estancia temporal de personas fuera de su lugar de residencia, siempre que no
esté motivado por razones lucrativas”.5
Siguiendo lo planteado por A. Sancho (1998) nos lleva a considerar al turismo,
como la suma de un conjunto de elementos interrelacionados que evolucionan de
manera dinámica, entre los que se pueden distinguir: la superestructura
(organizaciones tanto públicas como privadas e intergubernamentales), la
demanda (consumidores o posibles consumidores de bienes y servicios turísticos),
el atractivo (principales motivadores del viaje, sean naturales o culturales), el
equipamiento e instalaciones (conjunto de productos, servicios y organizaciones
5 Citados en Castillo Nechar y Lozano Cortés, 2006: 69.
13
involucradas activamente en la actividad), infraestructura (es el sistema de
servicios básicos para el desarrollo de la actividad), el espacio geográfico (base
física donde tiene lugar el encuentro entre la oferta y la demanda y donde se sitúa
la población residente), la comunidad local (conformada por los individuos que
residen permanentemente) y los operadores del mercado (empresas y organismos
cuya función es facilitar la interrelación entre la oferta y la demanda. Entre ellas
podemos mencionar a las agencias de viajes y las compañías de transporte, por
ejemplo.6
Siguiendo a Bertoncello podemos afirmar que un destino turístico se caracteriza
por contar con cualidades propias que constituyen un atractivo turístico que motive
al turista a visitarlo. Los atractivos turísticos no son atributos absolutos de un lugar,
sino que serán valorados como tales si logran coincidir con las demandas
existentes en la sociedad de origen (lugar de residencia habitual) de los turistas.
Existen diversas clases o tipos de turismo que pueden clasificarse según el origen
o procedencia de los turistas (nacional o internacional), según la motivación o
intención del viaje (cultural, de sol y playa, ecológico, aventura) según la actitud
del turista (activo o pasivo), por el tiempo destinado al desplazamiento o la
estancia (turismo de estancias o itinerante), entre otros. Siguiendo a López
Brenner (2002), también es posible considerar otra clasificación que nos habla de
la manera en que esta actividad se desarrolla, es decir: turismo de masas o
tradicional y turismo alternativo.
El turismo de masas o tradicional se caracteriza por una oferta homogeneizada y
de bajo precio, una fuerte concentración espacial, desarrollo de grandes
instalaciones de alojamiento y esparcimiento, una marcada estacionalidad, el cual
es principalmente practicado por turistas generalmente de tipo pasivo, estático y
con un bajo nivel de formación. Dentro de esta clasificación podemos incluir al
turismo de sol y playa y al turismo de nieve y esquí (Pérez, Rodríguez y Rubio,
6 Véase también: OMT (2001); Revista de FUSDA, México, Turismo Sustentable, octubre-
diciembre 2008, entre otros.
14
2003).
Por otro lado, el turismo alternativo se caracteriza por una oferta que pone al
turista en contacto directo con la naturaleza, la cultura y la gastronomía local,
respeta el patrimonio natural y cultural del lugar. El turista que lo practica es de
tipo activo, dinámico, participativo y culto, está orientado a una demanda individual
y muy específica, se desarrolla a lo largo de todo el año, el tipo de alojamiento
está compuesto por casas rurales y hoteles pequeños y singulares. Dentro de esta
clasificación incluimos al ecoturismo, el turismo aventura y el turismo cultural
(Martín de la Rosa, 2003).
Entendemos que en nuestra investigación es fundamental también definir el papel
que juega el Estado en relación a la actividad turística, ya que es el encargado de
asegurar que dicha actividad se desarrolle dentro de un marco administrativo,
legal e institucional beneficiando a la población residente, cuyos territorios serán
intervenidos, protegiendo el medio ambiente y generando ingresos de divisas que
permanezcan en el país. La intervención del mismo consiste en promover y
regular el desarrollo adecuado de la actividad a través de promociones a nivel
nacional e internacional, atraer inversiones extranjeras, elaborar planes
estratégicos, coordinar y financiar la infraestructura, brindar bienes y servicios,
resguardar la seguridad, entre otros (López Palomeque, 1999; Monforte Mir,
2000).
La Política Turística es una herramienta que busca a partir de distintos
lineamientos un mayor bienestar de los ciudadanos de un país, complementando
la actuación de los agentes privados que intervienen en el mercado turístico con la
finalidad de evitar comportamientos que alejen su funcionamiento del objetivo
principal. Para ello, el sector público regula la actividad turística, utilizando
medidas de tipo coactivo o concediendo incentivos con la finalidad de favorecer
determinadas iniciativas que no puede afrontar el sector privado por sí solo. Así el
objetivo principal del Estado debe ser crear y mantener las condiciones adecuadas
para fomentar la competitividad de las empresas y regiones turísticas. De hecho,
15
su trabajo forma parte de los requisitos necesarios para que se pueda ofrecer una
experiencia turística integral de calidad, y sin él es imposible lograr la total
satisfacción del consumidor, su fidelización y la competitividad de los destinos
turísticos (Sancho, 1998).
No debemos dejar de lado el papel que cumple también el sector privado en el
impulso de la actividad, ya que para que el turismo se desarrolle de una manera
eficiente y adecuada es necesaria una tarea compartida entre ambos sectores. El
sector público es el encargado de crear el marco regulador, facilitador, promotor e
inversor, para que el sector privado, quien está a cargo de la generación de los
productos y la competitividad de la oferta, pueda trabajar en mejores condiciones
(Schulte Silke, 2003). En efecto,
“la experiencia turística integral (ETI) se compone de una amplia gama
de elementos donde se combinan bienes públicos y privados: cada uno
de los bienes y servicios que el consumidor adquiere durante su
estancia en el destino, además de los factores de entorno como paisaje
urbano y natural, actitudes de acogida por parte de la población
residente, seguridad, salubridad, etc. El consumidor tiene expectativas
respecto a la calidad de cada uno de esos elementos. Debido a la
amplitud del espectro de componentes de la experiencia turística
integral y a la inherente complejidad de las relaciones que surgen entre
ellos, sólo la acción pública es capaz de asegurar la coordinación entre
los distintos agentes implicados, a fin de responder a las necesidades
de los consumidores”. (Sancho, 1998: 172)
En este sentido, y siguiendo los planteos de Mantero (2004) en relación al
desarrollo local en los destinos turísticos, cabe remarcarse que “sustentar la
aptitud de negociar en la capacidad de gestión se torna responsabilidad y el
liderazgo casi inexcusable de la agencia municipal o, en su defecto, de la agencia
regional del desarrollo” (Mantero, 2004: 28), en relación al contexto de
competitividad que viven los destinos turísticos. Lo anterior supone una
16
consideración amplia del concepto del desarrollo local asociado al turismo, en el
que confluyen múltiples dimensiones y actores. La identificación e inclusión de los
mismos supone la generación de un proceso beneficioso para la sociedad local.
1.4.2 Diferentes analogías en el estudio del turismo
En la teoría, las distintas formas que ha adquirido la actividad turística a lo largo de
la historia suelen ser asociadas al modo de organización de la economía en
general. En este sentido Ioannides y Debbage (1997), han elaborado una
clasificación en la cual se distinguen tres modelos bien diferenciados ligados a las
formas de producción y consumo del ocio turístico en las sociedades desarrolladas
y en vías de desarrollo. Estos son:
● El modelo Prefordista
● El modelo Fordista
● El modelo Postfordista
Cabe destacar que estos tres modelos de práctica turística pueden convivir en un
mismo espacio, y en algunos casos se pueden visualizar en la actualidad en
especial en economías subdesarrolladas o en vías de desarrollo.
En lo que respecta al “modelo prefordista” cabe remarcar que su aparición se sitúa
en torno a inicios en el siglo XIX. Este está representado por pequeñas empresas
de propiedad familiar y explotados por la misma familia. El número de trabajadores
y los niveles de tecnología empleados son muy bajos, con una pequeña inversión
de capital. Caracterizado por ser intensivo en el uso de mano de obra, con
utilización de técnicas orientadas a una producción limitada y mercados reducidos.
Cuenta con débiles habilidades de gestión, los empleados trabajan muchas horas
y ejercen varias tareas a la vez. Los turistas que consumen este tipo de turismo
son inexpertos por lo que se encuentran motivados por todas las formas de
turismo (Lopez Brenner, 2002).
Por su parte el “modelo fordista” se asocia con los métodos de producción
17
fordistas. Estos fueron aplicados por primera vez en la compañía Ford Motor, en
Detroit, en 1913 bajo la dirección de Henry Ford (1863 -1947). La lógica fordista
constituye una forma de organización de la producción particular caracterizada por
hacer que la misma se realice en serie o en cadena. Consistía en dividir el trabajo
de un modo significativo haciendo que la producción sea segmentada y con un
operario responsabilizándose de modo repetitivo de una determinada tarea. Esta
forma de organización permitía producir bienes homogéneos en gran cantidad y a
bajo costo, haciendo viable que productos antes destinados a un segmento de
elite, ahora fueran accesibles a un público más amplio.
El fordismo dejó su huella en la historia por organizar a la producción de un modo
más eficiente, por lograr mejoras significativas en la situación financiera de
muchos trabajadores y por hacer accesible a sectores populares bienes antes
considerados costosos. Prevalece desde la segunda guerra mundial hasta la
década de los 80, pero en realidad, en muchos lugares sigue siendo el modelo por
excelencia. Frente a la búsqueda de nuevos mercados, dentro de estrategias de
globalización, las grandes compañías se esfuerzan por alcanzar una mayor cuota
de mercado, reflejando características que se han vuelto cada vez más comunes
tanto en la fabricación o producción como en el servicio al consumidor.
Las formas de producción fordista se caracterizan por ser en masa y en cadena.
Cada trabajador realiza una única función altamente especializada, el mercado es
denominado por un reducido número de productores, se elaboran y consumen
productos estandarizados al menor costo posible, orientados hacia mercados muy
amplios con escasa segmentación, existe poca competitividad entre los destinos y
una concentración temporal de las vacaciones. La demanda se caracteriza por ser
inexperta con un bajo nivel de exigencia, búsqueda de precios reducidos,
motivados por el sol, la playa y el exotismo, un consumo estandarizado, son
pasivos y estáticos.
La oferta turística fordista no ha sido capaz de incorporar avances tecnológicos
que permitan una innovación en los procesos de producción y una mayor
18
capacidad de adaptación a las necesidades de la demanda. El principal objetivo
del turismo fordista ha sido el incremento del número de visitantes, siendo este el
principal responsable de los procesos de deterioro ambiental. La creciente
sensibilidad hacia los problemas ambientales y la progresiva implantación de una
ética ecológica entran en contradicción con las formas turísticas fordistas que
generan fuertes impactos ambientales en el destino.
De manera general el modelo turístico fordista que había prevalecido de forma
hegemónica desde la década de los 60 muestra, a mediados de los años 80,
claros síntomas de decadencia. En este contexto el modelo tradicional fordista es
lentamente sustituido por un nuevo modelo complementario a la oferta básica del
turismo de masas.
Ahora bien, en el caso puntual de la Argentina este modelo encuentra paralelismo
con lo que se ha dado en llamar el turismo industrial que si bien poseen una
amplia cronología que va de 1810 al 2000 aproximadamente. Para los fines de
esta investigación se toma en consideración el periodo trascurrido desde las
primeras décadas del siglo XX hasta 1955, momento en el cual el turismo de
masas alcanza su madurez. Como hemos enunciado anteriormente, el desarrollo
turístico de la ciudad de Necochea se ubica en el marco en el cual este modelo se
encuentra en desarrollo y podría decirse también en su mejor momento. A priori
se sostiene que su desarrollo turístico se ha caracterizado por el crecimiento
espectacular y casi ininterrumpido de la demanda y de la oferta y por una
expansión urbanística y una concentración espacial en torno a la línea costera.
También presenta elevadas tasas de estacionalidad propias del producto que se
comercializa (sol y playa), implicando que la demanda se concentre durante los
meses de verano. Además ello presenta un claro conflictivo ya que es un proceso
que se desenvuelve sin control ya que la mayor parte ha crecido sin ningún tipo de
planeamiento desencadenando la visita de grandes volúmenes de turistas lo que
conlleva al deterioro de los servicios públicos y privados.
El desarrollo del modelo post-fordista coincidió con los cambios culturales
19
(posmodernismo), económicos (neoliberalismo) y tecnológicos de se profundizaron
a principios de la década de los 90, ello se plasmó, por ejemplo, en cambios en el
comportamiento del turista y en los patrones de viaje.
En el contexto de una sociedad en continuo cambio, ecológicamente cada vez
más concientizada, que demanda una nueva calidad de vida y consciente de los
efectos negativos del turismo masivo, ha sentado las bases para el resurgimiento
de un turismo diferente denominado alternativo, ligado a las áreas rurales y
naturales.
El mismo se caracteriza por un mercado bien diferenciado que produce bienes y
servicios de acuerdo a los gustos cambiantes del consumidor, intensifica los
desplazamientos cortos, coexisten grandes y pequeños productores, existe una
gran competencia entre las empresas, los consumidores son quienes determinan
la cantidad y el tipo de producto, mayor utilización de tecnología y constante
capacidad de innovación. Los turistas que lo practican poseen un alto nivel de
exigencia, son experimentados e independientes, están dispuestos a pagar más
por productos diferenciados, son activos, dinámicos y participativos.
En este último paradigma es en el cual la actividad turística se relaciona con la
sustentabilidad, ya que aumenta la preocupación por los impactos sociales,
económicos y ambientales. La Organización Mundial del Turismo ha adoptado un
enfoque sostenible para el turismo y lo define como:
“aquel que atiende a las necesidades de los turistas actuales y de las
regiones receptoras y al mismo tiempo protege y fomenta las
oportunidades para el futuro. Se concibe como una vía para la gestión
de todos los recursos de forma que puedan satisfacerse las
necesidades económicas, sociales y estéticas, respetando al mismo
tiempo la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la
diversidad biológica y los sistemas que sostienen la vida” (OMT: Guía
para administradores locales: Desarrollo Turístico Sostenible, 1999).
Para concluir resulta pertinente tener en cuenta como plantea la OMT que el
20
turismo sostenible es “un modelo de desarrollo económico”, y no solo eso, que
busca mejorar la calidad de vida de la sociedad residente facilitando al turista una
experiencia inigualable que protege al medio ambiente.
CAPÍTULO II
Turismo de sol y playa:
Antecedentes de su
investigación
Playa de Necochea, 1940. Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.
22
2.1 Algunos estudios sobre la problemática turística desde una perspectiva
general
Existen diversos estudios que analizan el desarrollo del turismo a nivel nacional
con claras intenciones de historiar el fenómeno. Estos nos han permitido
comenzar a pensar distintas variables que atraviesan esta cuestión y que hacen
posible situar esta investigación en una perspectiva más amplia.
Entre estos trabajos podemos destacar el de Regina G. Schlüter, en “El turismo
en Argentina. Del Balneario al campo” (2003). Aquí se realiza un análisis
histórico de la actividad turística en Argentina durante el siglo XX. La autora busca
dilucidar diversas cuestiones que han marcado el rumbo del turismo en nuestro
país. Desde los grandes hoteles de lujo que marcaron el comienzo de un turismo
de élite, pasando por el desarrollo de las líneas ferroviarias, que conjuntamente
con las reformas que se produjeron en el ámbito laboral, durante los años
peronistas, dieron lugar a la popularización de la actividad. Así considera los
diversos balnearios de la costa Atlántica, como así también los inicios de las
agencias de viajes y líneas aéreas, y los Parques Nacionales. Además, cabe
destacar que su análisis se extiende hasta tiempos actuales lo que le permite
incorporar temáticas más recientes como son las cuestiones ambientales, turismo
alternativo y turismo rural.
Su trabajo resulta sumamente interesante ya que considera al turismo como una
herramienta de desarrollo en distintos espacios de Argentina y en especial para
las áreas rurales. Cabe destacar la importancia que le otorga, la autora, a los
Parques Nacionales en su papel de coadyuvadores en el desarrollo de la actividad
turística, y cómo funcionaron desde un principio hasta la actualidad, como un
fomento de los viajes de ocio, Además sostiene que el turismo ha hecho posible la
generación de una alternativa económica en las diferentes regiones donde se
ubican, en especial en las provincias que componen la Patagonia.
Por otro lado encontramos los estudios geográficos del turismo. Estos han estado
asociados a lo que se conoce como a una investigación de tipo tradicional,
centrando su atención en la descripción de los lugares turísticos abarcando
23
solamente sus atractivos, su equipamiento y su configuración territorial. Dentro de
esta perspectiva otro grupo de geógrafos ha analizado al turismo exclusivamente
como actividad económica o como práctica social en sentido estricto. Por su parte
y buscando distanciarse de estas miradas Rodolfo Bertoncello en su trabajo
“Turismo, territorio y sociedad. El mapa turístico de la Argentina” (2006),
propone combinar ambas posturas en busca de generar una mirada diferente
sobre el turismo en nuestro país. Así ambas miradas permitirán caracterizar el
mapa turístico de Argentina. Propone en este sentido no solo hacer hincapié en el
estudio de los lugares turísticos (para describir sus rasgos fundamentales, sus
transformaciones a lo largo del tiempo y atributos que definen los atractivos
turísticos), como así también las modalidades que el turismo adopta en cada
momento, vinculado a las tendencias y transformaciones sociales por las que ha
atravesado el país.
En su análisis considera y caracteriza lo que se ha denominado “turismo
tradicional” que según el autor corresponde a una forma de organización del
territorio turístico que se consolida hacia 1970. Luego hará hincapié en describir
“el nuevo mapa turístico” en el cual se consideran las transformaciones que dicha
organización ha atravesado en las dos últimas décadas del siglo XX. Esta
distribución, según el autor, no debe ser interpretada como un quiebre en el
proceso de transformación, por el contrario, sostiene que el mismo se encuentra
caracterizado no solo por fuertes cambios sino también continuidades.
En esta línea el autor destaca que con el retorno a la democracia, en 1984, el
nuevo plan federal de turismo enumera para cada región del país los destinos
turísticos destacados y sus características. Entre ellos se encuentra Quebrada de
Humahuaca, Salta, Cataratas del Iguazú, Mendoza, Córdoba, Mar del Plata, entre
otros. Dicha descripción del sistema turístico nacional es tomada por el autor como
punto de partida para su análisis.
Según el autor, puede decirse que el período de consolidación del turismo en
Argentina define un mapa turístico integrado por destinos de gran importancia, que
24
reciben una gran afluencia de turistas, y que pueden ser caracterizados en función
de atractivos específicos como sol y playa, por ejemplo. Sin embargo, más allá de
las cualidades intrínsecas de cada destino, son las funciones que la sociedad les
asigna junto con las posibilidades y la utilidad de hacerlo las que acaban
definiendo dicha condición. Las profundas y diversas transformaciones sociales y
económicas que se desarrollan a partir de la segunda mitad de los años setenta, y
que se consolidan en los noventa, se ven expresadas en el turismo definiendo un
nuevo mapa turístico argentino.
En un contexto en el que hay un paulatino abandono del modelo de desarrollo
orientado al mercado interno y con fuerte intervención estatal, dando lugar a un
modelo económico neoliberal abierto al mercado internacional y asociado a la
reducción del estado trae como consecuencia cambios en el mercado de trabajo:
precariedad laboral, flexibilización, aumento de la desocupación y por ende
disminución del salario. Esto trae consecuencias significativas para el modelo
turístico provocando una crisis en el turismo masivo por varias razones: el
empobrecimiento excluyendo a una gran cantidad de argentinos de la posibilidad
de realizar turismo, disminución de la cantidad de afiliados que se benefician de
los sindicatos, mayor flexibilidad laboral generando una fragmentación del tiempo
libre, entre otros. Dicha situación tuvo su máxima expresión, según Bertoncello, en
los destinos turísticos de sol y playa provocando consecuencias negativas en los
balnearios por la disminución de la actividad económica y la incapacidad de poder
invertir en el mantenimiento de su equipamiento o por la depreciación simbólica
que sufren como destinos turísticos al ser asociados con “los pobres y
perdedores”. Destinos turísticos en crisis que van perdiendo su atractivo a medida
que se van degradando sus condiciones materiales y simbólicas.
El mapa turístico argentino actual muestra infinidad de lugares valorizados como
destinos turísticos que coexisten y compiten con los tradicionales respondiendo a
las nuevas tendencias de la práctica turística orientadas a formas de turismo más
específicas (turismo alternativo) relacionadas con las tendencias de fragmentación
social y el consumo diferenciado según nichos de demanda dominantes en este
25
nuevo contexto sumado a los avances tecnológicos.
Otro artículo importante para mencionar es “La política turística en la Argentina
en el siglo XX” (2006) de César Alejandro Capanegra. El mismo tiene como
objetivo ahondar en el rol jugado por el turismo como herramienta/estrategia de
política pública en los diferentes modelos de acumulación que han definido a
nuestro país en el siglo XX en nuestro país. Cabe destacar que el turismo es
objeto de la política pública por los beneficios económicos, sociales, políticos y
culturales que genera.
En un primer momento el autor considera el Modelo Agroexportador en sus
primeros cincuenta años (1880-1930). Alrededor de 1880 la Argentina se incorpora
a la economía mundial como exportadora de materias primas agrícola-ganaderas.
La clase dominante controlaba de manera monopólica las tierras fértiles y
establecía alianzas con el capital extranjero. La ideología dominante en lo
económico era el liberalismo con distintos grados de intervención del Estado. Este
cumplió un rol substancial en la consolidación del modelo ya que ocupó el
territorio, desarmó la resistencia autonomista, unificó la legislación básica, la
educación y la moneda, intervino en la economía (medidas fiscales y aduaneras),
desarrolló infraestructura, políticas de población y también fue un instrumento de
intervención social porque disciplinó el mercado de trabajo y se constituyó en
canal de movilidad social para las clases medias (Capanegra, 2006:45).
El turismo comienza a configurarse como política pública con la crisis de este
modelo. Así la actividad turística comenzó a expandirse durante la primera guerra
mundial, aunque cabe remarcar que en los años ´20 tuvo su mayor progreso con
la consolidación de las clases medias, la difusión del automóvil y las políticas
sectoriales. El mismo representó un instrumento de modernización que contribuía
de manera eficaz en la transformación de la Argentina de país rural a moderna
nación urbana.
Con la crisis de 1929, Argentina tuvo que readaptarse y pasar de un modelo
abierto de crecimiento a otro semi cerrado con una declinación de la base
26
agropecuaria y de apertura comercial. En consecuencia despegara en forma
creciente una industria liviana sustitutiva de antiguas importaciones, que debería
de crecer bajo marcos de protección. En este período se consolida la centralidad
de la manufactura orientada al mercado interno conocida como industrialización
sustitutiva. Esta toma forma en los años comprendidos entre 1930 y 1945.
La función civilizadora que se le otorga al turismo registró un salto cualitativo en
los años ´30 donde las transformaciones legislativas (el sábado inglés, la jornada
laboral de 8 horas, las vacaciones obligatorias y pagas) favorecieron el desarrollo
del mismo en los sectores medios que luego se extendería a los sectores obreros
con el peronismo a mediados de la década del 40´. Así lentamente el turismo va
ganando terreno y va formando parte de la política pública. La misma puede
visualizarse en el papel que juega la acción del Estado en su desarrollo:
pavimentación de la RN2, ampliación de la red caminera, equipamiento urbano,
sanción de la ley 12699/39 de fomento turístico y de la ley 12103 de Creación de
la Dirección General de Parques Nacionales (Capanegra, 2006:48)
Los cambios se profundizarán en tiempos del peronismo (1945-1955), se introduce
un modelo socio-económico redistributivo con una economía industrial protegida y
orientada al mercado interno, el Estado se levanta como orientador de la
producción y agente redistributivo, con una modalidad corporativa de negociación
de las demandas. En lo que respecta a la política turística peronista es muy
ambiciosa y tiene rasgos característicos: figura en la planificación quinquenal del
gobierno, busca brindar como alternativa a los circuitos comerciales paquetes de
vacaciones a precios controlados, amplía y mejora la infraestructura turística,
incrementa la capacidad hotelera, aplica descuentos en las tarifas de transporte y
organiza el turismo popular y/o social administrado por el Estado, los sindicatos y
la Fundación Eva Perón. En este sentido, Capanegra sostiene que el gobierno
peronista reconoce que una activa intervención del Estado en el tiempo libre a
través de políticas turísticas para asegurar la difusión de los mensajes ideológicos
a través de canales distintos a los tradicionales, organiza y controla a las masas y
amplía su consenso político (2006: 51-52).
27
Cómo ha podido observarse hasta aquí la cuestión del turismo como política
pública resulta central para comenzar a pensar este fenómeno. En este sentido,
Melina Piglia busca caracterizar los elementos que asume el turismo como
cuestión pública. En su artículo “La incidencia del Touring Club y del ACA en la
construcción del turismo como cuestión pública 1918-1929” pone de
manifiesto el modo en que,
“durante la década del 20, el Touring Club Argentino (TCA) y el
Automóvil Club Argentino (ACA) instalan al turismo como problema
público. Esto es posible ya que lo posicionan como una industria, como
fuente de civilización para los pueblos atrasados y como agente de
fomento de la salud pública, la armonía social y el patriotismo. Dichos
clubes demandaron la intervención estatal en la promoción y regulación
del turismo y buscaron reemplazar parcialmente la ausencia de la
acción estatal y orientar las políticas públicas” (2008: 51).
Estas dos entidades fueron clubes sociales y deportivos asociados al
automovilismo de la Argentina de entreguerras. Entre sus fundadores se destaca
la elite porteña de la primera década del siglo XX, fueron muy importantes al
desarrollar acciones públicas a favor de la vialidad, el automovilismo y el turismo,
alcanzando gran repercusión gracias a la prensa. En lo que respecta al TCA tenía
como objetivo fomentar el turismo en Argentina, brindando información a los
turistas y promoviendo excursiones y deportes mecánicos. De acuerdo con el
diagnóstico que daba a conocer la revista del club, en nuestro país el turismo no
era ni podía llegar a constituirse en lo inmediato como una actividad rentable. A
partir de la primera guerra mundial esta concepción se fue modificando ya que
esta situación desalentaba los viajes a Europa. El TCA comenzó a plantear al
turismo entonces como potencial fuente de riqueza, sobre todo para las zonas
atrasadas. Junto a la elite argentina, las dirigencias del TCA confiaban en que
también los extranjeros podían visitar nuestro país aprovechando la coyuntura de
la guerra (Piglia, 2008:53-54)
28
Por otro lado, las intervenciones del ACA en relación al turismo se centraron en el
fomento práctico: la expansión de los servicios recreativos para los socios,
instalación de casillas y estaciones de servicio, publicación de mapas y guías,
propaganda, realización de conferencias y difusión de descripciones de los sitios
en el marco de las competencias deportivas organizadas por el club. Hasta fines
de los años 30 la demanda del ACA al Estado se concentró casi exclusivamente
en la cuestión vial. Recién a partir de 1938 surgió en su discurso la idea de que el
Estado debía regular la actividad turística.
Así puede visualizarse que durante este periodo el ACA tuvo como objetivo
promover el turismo en automóvil, es decir, que desde su perspectiva, la actividad
era un asunto privado y el club se concentraba únicamente en incitar a los
automovilistas de viajar por el país y facilitar su viaje, mientras el rol del Estado se
limitaba a proveer infraestructura vial necesaria. Por el contrario, el TCA instaló al
turismo como una cuestión pública que debía ser objeto de políticas públicas, por
lo cual la intervención del Estado estaría relacionada con la regulación, la
organización y el fomento de la actividad turística.
Estos avances llevan a la autora a interesarse por el rol de las políticas turísticas
en un periodo posterior. Así en el artículo “En torno a los parques nacionales:
primeras experiencias de una política turística nacional centralizada en la
Argentina 1934 – 1950”, la autora busca avanzar en el estudio de las políticas
turísticas a partir de la reconstrucción y el análisis de la misma llevada a cabo por
de la Dirección de Parques Nacionales (DPN) y de la Administración General de
Parques Nacionales y Turismo (AGPT), que fue quien la sucedió.
Como ya marcamos en el contexto de la primera guerra mundial y la posguerra se
desalentaron los viajes a Europa y se fomentaron los viajes al interior del país
demostrando los beneficios económicos que este producía. Es decir, que si el
turismo contribuía a la riqueza nacional y al desarrollo de las zonas atrasadas se
convertiría entonces en interés público y su fomento no debía limitarse solo al
sector privado, era necesaria la cooperación del gobierno. Así en octubre de 1934
29
se sancionó la ley de Parques Nacionales, siendo el primer ensayo consistente y
sistemático de política turística nacional, la cual creó la DPN dependiente del
ministerio de agricultura. Este organismo estuvo a cargo de Ezequiel Bustillo hasta
1944 quien buscó cumplir con dos objetivos: el desarrollo económico de las zonas
comprendidas en los parques, su integración simbólica y material al territorio
nacional. Para ello era fundamental el turismo ya que para Bustillo este era un
instrumento clave para realizar ambos cometidos.
La política turística de parques de abocó a la construcción de los parques
nacionales como lugares turísticos, a través de la remodelación del paisaje, de la
inversión en infraestructura y de su instalación en el imaginario como lugar
turístico deseable y como paisaje patriótico. La misma estaba basada en la
propiedad estatal de los atractivos y podía imponer en su jurisdicción una
supervisión de la actividad privada en todo lo que pudiera afectar al desarrollo del
turismo.
Al analizar la trayectoria de estas primeras políticas turísticas nacionales en la
Argentina, la autora reflexiona en torno a dos cuestiones: en primer lugar la
nacionalización y mercantilización de los parques se asoció con una construcción
simbólica y material del paisaje que lo convertía en un paisaje extranjero. En este
sentido se puede tomar como ejemplo la “Suiza Argentina” que se materializó en
la reforestación con especies europeas, además de la introducción de peces
exóticos y la imposición de un estilo arquitectónico que imitaba las villas alpinas y
poco tenía que ver con las construcciones de la argentina. A partir de esa
extranjerización dichos paisajes se volvieron deseables para la elite. Si bien a
priori podría pensar que con el peronismo esto cambiaría el periodo analizado por
M. Piglia da cuenta que no se rompió con esta imagen previa (Piglia, 2012: 70).
En segundo lugar, la autora toma como punto de partida el análisis de las políticas
de la DPN y de la AGPT para a reflexionar y caracterizar al Estado peronista y sus
políticas públicas. Así ella encuentra continuidades en algunas de las premisas
que le dieron razón de ser a ambas reparticiones. Entre ellas se destacan la
30
construcción de obras de infraestructura y hotelería, la propiedad estatal de los
atractivos naturales, la regulación y control de la actividad privada. En los 2 casos
la política de inversiones públicas apuntó a potenciar y articular la actividad
privada y no reemplazarla.
El análisis de la trayectoria de la AGPT, da a conocer por otro lado, las tensiones
que atravesaban las políticas turísticas peronistas. Por un lado, una política que
buscaba ampliar su capacidad estatal y por otro, una estrategia discrecional y
pragmática, que ponía aspectos importantes de la decisión y ejecución de políticas
turísticas en manos de la Fundación Eva Perón. Para la autora con ello el
peronismo pudo manejar diferentes prioridades y habilitaba un uso patrimonial de
los recursos del Estado.
2.2 Estudios de caso
Los destinos de sol y playa han comenzado a ser investigados desde distintas
aproximaciones y temáticas, aunque cabe destacarse que el turismo como
práctica social es un elemento central en las mismas como así también
perspectiva que privilegia el estudio de caso como punto de partida para el
análisis. En este sentido, a continuación, se podrán observar un conjunto de
trabajos que abordan dicha problemática a partir de cuestiones como:
surgimientos de los destinos, sus características, elementos que han hecho
posible su desarrollo, ocio, sociabilidad, etc.
Entre estos trabajos podemos mencionar “Las puertas al mar. Consumo, ocio y
política en Mar del Plata, Montevideo y Viña del Mar” (2002) compilado por
Elisa Pastoriza. En esta obra se analizan los balnearios como lugar de ocio, de
uso social y de consumo en el que se disputa el límite entre lo público y lo privado.
Esta perspectiva da lugar a una nueva línea para abordar los espacios turísticos
ya que comienzan a ser pensados como escenarios de desenvolvimiento social,
también resulta importante analizar cómo esta actividad influye en el crecimiento
de la ciudad, en este caso particular Mar del Plata, Montevideo y Viña del Mar.
31
Para el caso de Viña del Mar, se observa una estrategia analítica que contrapone
dos realidades de la ciudad, el suburbio ferroviario y la villa de descanso (1870-
1910). Para los autores -Quiero, Sabatini y Booth- los suburbios representan una
autosegregación espacial por parte de las élites, siguiendo un modelo anglosajón
que habría tomado la burguesía local, en el cual la lejanía de las residencias les
permitía distanciarse de la densidad habitacional, considerada excesiva y, que a
su vez, les confería un mayor status a los miembros de la sociedad, que allí se
erradicaban. Así “la inauguración del primer tramo del ferrocarril Santiago-
Valparaíso en 1855 brindó una excelente oportunidad para ampliar el área
urbanizable hacia el norte” (Quiero, Sabatini y Booth, 2002: 37), que
conjuntamente con la abundante oferta de lotes a bajo precio y la belleza del
paisaje, convirtió a Viña del Mar en un lugar atractivo para que importantes
ciudadanos de Valparaíso e incluso Santiago, quisieran construir grandes
viviendas allí.
A medida que la ciudad se fue consolidando pudo observarse que comenzó a
desenvolverse a partir de la línea del tren y alejada de la costa, un proceso de
popularización de sus playas, de la mano de la estación del ferrocarril, que no fue
muy bien vista por la burguesía que allí se había establecido en los orígenes de la
la ciudad. Fue así como surge Miramar como un nuevo balneario, una playa de
difícil acceso, que le permitía a la élite “resguardarse” de la mirada de los
trabajadores, que habían irrumpido la exclusividad y privacidad de la costa de Viña
del Mar. Fue así como Miramar, ribera más sobria, rústica y con menos
comodidades, se convierte en el principal punto de encuentro para la
sociabilización de la burguesía que frecuentaba la playa.
En relación a la intervención gubernamental, si bien las demandas de la población
eran muchas, el financiamiento por parte del estado, no apareció sino hasta
después de la década de 1930. De la mano del gobierno de facto, liderada por el
Coronel Ibáñez del Campo (1927-1931), se concretó la modernización urbana tan
añorada de Viña del Mar, que trajo aparejada la apertura de la ciudad, al consumo
de la clase media. Entre las obras más importantes que se desarrollaron se
32
encuentran la construcción del Casino, del nuevo palacio de descanso
presidencial, se terminó el Teatro Municipal y demás obras de infraestructura y
equipamiento que permitieron arrimar la localidad a la margen costera.
El segundo caso de estudio abordado en la ciudad de Montevideo, entre finales de
del siglo XIX hasta aproximadamente la década del ’40, momentos en los cuales
esta localidad experimentó el auge de la actividad turística, y además se produce
la valorización y construcción del espacio recreativo. Se intentará dilucidar cuál fue
el rol que asumió el gobierno local en dicho proceso con el fin de acondicionar los
recursos con que se contaban en vías de satisfacer la demanda turística.
En el período que va de 1868 a 1950 se observa una clara intención de
adquisición por parte del municipio de espacios colectivos, lo que le permite iniciar
proyectos para la expansión de los espacios recreativos, entre los que se
encuentran: el Club Náutico Carrasco y Punta Gorda, el Yach Club Uruguayo en el
predio municipal de la barra de Santa Lucía y el Polo Club. Los paseos marítimos,
con las ramblas como principal elemento del paisaje costero, representaron el eje
para el uso social de esta zona. Pero tenían una doble función, ya que además de
ser un espacio de recreación público, también sirvió de sostén al avance de la
propiedad privada, ya que durante el período se presenció una fuerte ampliación
del mercado inmobiliario, a partir de la especulación de la tierra y la construcción
de residencias en torno a estos paseos.
Para llevar adelante estos centros recreativos (expropiación y adquisiciones para
ampliación de parques y construcción de ramblas), el municipio recurrió a fuentes
extrapresupuestarias. Las principales fuentes de recursos y formas de financiación
fueron:
“1) aportes especiales sin reintegro y un préstamo de origen estatal; 2)
parte de los empréstitos externos contratados en bancos extranjeros
(1867, 1901, 1922); 3) emisión de deuda pública interna bajo la forma
de bonos y títulos con diferentes destinos en los que se incluye la
extensión de la infraestructura urbana, y 4) adelantos del Banco de la
33
República para la adquisición de terrenos” (Da Cunha, 2002; 125).
Y para afrontar el pago de estas deudas y demás obras
“1) recuperación de costos mediante gravámenes a los propietarios en
casos concretos, como la pavimentación de las ramblas, a partir de
1921, y 2) fondos generados en la venta de terrenos sobrantes en el
diseño de parques y ramblas” (Da Cunha, 2002; 126).
Así entre 1904 y 1909 el paisaje de las playas de Montevideo iniciaba su segunda
transformación vinculada al acercamiento social al mar. De la mano de diversas
obras como la construcción de ramblas, el alumbrado público, el seguimiento y
control del aprovechamiento comercial privado de las playas y la reglamentación
de la ocupación comercial del Parque Urbano. Junto con ello llegara el control de
estado sobre las mismas, en 1917 nace la Ordenanza de Playas, reglamento que
apunta a fiscalizar y ordenar las conductas de los usuarios y concesionarios dentro
de la zona costera, equipamiento, como así también la vestimenta que se
consideraba adecuada para asistir a la misma. A partir de la década del 30 se
registra un nuevo cambio en relación con el mar y la costa, con la modernización
de los trajes de baños, la utilización del bronceado como símbolo del “ocio
saludable”, el traslado de los veraneantes hacia la playa con la indumentaria
adecuada y la crisis económica de 1929, hizo peligrar a los concesionarios de
servicios, en especial a los que poseían casillas de baño. Según Cunha para el
caso de Montevideo, en el periodo analizado se observó una clara voluntad
política de transformar a la ciudad y acrecentar así el flujo turístico. El accionar del
municipio fue claro en la búsqueda de recursos para el financiamiento de diversas
obras, y por otro, el establecimiento de reglamentaciones que controlaban, no sólo
el uso comercial, sino que también social de los espacios recreativos de carácter
público.
Cabe mencionarse también el artículo de E. Pastoriza, “Turismo Social y
acceso al ocio: el arribo a la ciudad balnearia durante las décadas peronistas
(Mar del Plata, 1943-1955)”, en el libro “las Puertas al Mar”. Aquí la autora analiza
34
los factores que han permitido el desarrollo turístico de la localidad. Ella observa
que la ciudad de Mar del Plata a partir de 1910 atraviesa un proceso de
modernización, que se encuentra en clara consonancia con el que vivió el país
entre los años 1880 y 1930. Este período se caracterizó por la expansión
económica, social y territorial que se vio favorecido por la abundante oferta de
tierras loteadas, inversión que se aconsejaba realizar por aquel entonces, ya que
se veía favorecido por el clima de la especulación, durante los primeros años del
siglo XX. A esto también hay que sumarle el aumento poblacional que sufrió la
ciudad, por los numerosos inmigrantes que allí se emplazaron, aunque muchos se
instalaron en las áreas rurales, una gran porción de ellos se ubicaron en el núcleo
de la ciudad, lo que favoreció la diversificación de la economía.
Desde la llegada del ferrocarril en 1886 (extensión de la línea férrea, que hasta
ese entonces llegaba a la ciudad de Maipú), Mar del Plata era el balneario por
excelencia de la élite porteña, pero con la llegada del peronismo hubo cambios
importantes. El turismo social significó el acceso de la clase obrera al ocio,
enmarcado por ciertas reivindicaciones como fueron el aguinaldo, las vacaciones y
la jubilación. Si bien el socialismo en el poder comunal, ya había planteado en la
década del ’20 quitarle el sesgo exclusivista al verano y modificar la índole social
de los veraneantes, fue el peronismo quien le dio un marco legal e hizo posible el
fomento del mismo. Así, la manera en que el peronismo prestaba sus servicios,
fue bajo la construcción de complejos turísticos (los más importantes en Río
Tercero, Córdoba, y Chapadmalal, Buenos Aires), la adquisición de hoteles, ya
sea propios o alquilados a los gremios durante las temporadas estivales, y
diversos planes encarados por cada provincia, bajo el lema “Usted paga el viaje, la
provincia el hospedaje” (Pastoriza, 2002:100).
Junto con este cambio que se relaciona con las políticas públicas que fomentaron
el turismo en la ciudad de Mar del Plata también emergió una legislación que
reglamentaba las costumbres y comportamientos, además del equipamiento a
instalarse sobre la arena, la autora menciona el Reglamento de Baños que estaba
vigente desde el siglo XIX, sancionados por el Estado nacional, teniendo como
35
base el Código Civil. La ley 4.739/39 de Urbanización de Playas y Riberas,
representó el marco para la construcción de las grandes obras (Rambla Casino y
demás construcciones en Playa Grande), que dio lugar a partir de diversas
construcciones la arquitectura de la costa cambiará radicalmente y se pusiera fin a
los establecimientos precarios que la habían caracterizado décadas atrás. Así “la
Nación inicialmente produjo la legislación general, pero en forma posterior
reconoció la potestad provincial en las playas y limitó su actuación, dejando
establecida su jurisdicción a las cuestiones relativas a la navegación” (Pastoriza,
202: 136), el final de la década del ’30 marcó, definitivamente, la posesión
provincial de la jurisdicción de las costas. Este hecho provocó un largo conflicto
entre el gobierno local y el provincial, por el dominio de este espacio, ya que no
sólo se presentaba como un escenario de identificación cultural, sino que también
representaba una importante fuente de recurso financiero para ambos. El
argumento peronista que justificaba su accionar, se basaba en una planificación
centralizada del turismo, que evitará la inequidad en la distribución de las
necesidades económicas y paisajísticas en la provincia. Pero los enfrentamientos
por esta cuestión continuarían por varias décadas.
También podemos mencionar el trabajo “Prácticas de sociabilidad en un
escenario argentino. Mar del Plata 1870-1970” de Graciela Zuppa, Mónica
Bartolucci, Gabriela Méndez y Elisa Pastoriza (2004). El mismo es el resultado
de un proyecto de investigación elaborado en la Facultad de Arquitectura,
Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Mar del Plata, en el año 2000.
Las autoras intentan, a través de diversas investigaciones, dar a conocer la mirada
social, cultural y política de la ciudad de Mar del Plata desde la formación como
balneario hasta la década de 1960. Según las autoras estas miradas son
importantes para poder observar las variaciones en el espacio (evoluciones o
regresiones) por la que ha atravesado el destino y que pueden observarse a
través del tiempo en los cuales las distintas formas que toma “la sociabilidad”
resulta fundamental para el análisis.
Así la sociabilidad es el eje central que articula las distintas investigaciones que
36
condensa el libro. Las autoras parten de reconocer que la conceptualización que
utilizan como punto de partida ha sufrido cambios y a implicado diversos enfoques.
Así en sus inicios se lo consideraba como sinónimo de vida cotidiana, historia de
las costumbres, buena educación y en ocasiones, únicamente sinónimo de vida
política o religiosa. Ellas pretenden avanzar en esta conceptualización, además de
redefinir el concepto a partir de enfocarse en las relaciones que los individuos
establecen en los espacios de ocio, en campañas políticas o para conseguir
matrimonio, por ejemplo. Los trabajos se centran en las experiencias que los
sujetos obtenían en sus relaciones cotidianas y encuentros sociales con cierta
frecuencia, lo que conlleva a los actores a desarrollar vínculos familiares, al
consumo de bienes materiales y simbólicos y a la manifestación de las
desigualdades sociales y políticas. Avanzar en el conocimiento de estos
elementos les permitirá acercarse a los nuevos espacios para el disfrute del
tiempo libre que impulsan las prácticas dentro de la cultura del ocio como gestos,
vestimentas, juegos, encuentros, bailes, deportes, teatros, entre otros.
El grupo de actores a analizar estará conformado por la elite porteña, los
residentes y por último los turistas que practican el turismo de masas, todos ellos
insertos en un estado en plena modernización y en una cultura de ocio y turismo.
En “Sociabilidad y familia. Matrimonios y sociabilidad. Mar del Plata, 1870 –
1900”, G. Méndez, pretende identificar los vínculos, lazos e interacciones
establecidas por los habitantes de la ciudad de Mar del Plata que conducen al
matrimonio. La autora considera al matrimonio como uno de los actos más
importantes en la vida, por lo que supone que el estudio de las relaciones sociales
para su concreción permite descubrir los modos de sociabilidad particulares. La
investigación se llevó a cabo a través del análisis de las actas matrimoniales del
periodo seleccionado. Para comprender el fenómeno de las relaciones sociales es
muy importante para la autora tener en cuenta las relaciones parentales como la
pertenencia étnica pero también los vínculos establecidos de manera vertical
como por ejemplo, las relaciones económicas de superioridad. A modo de
conclusión, la sociabilidad llevada a cabo por los actores sociales en las últimas
37
décadas del siglo XIX en Mar del Plata, se aleja de una mirada simple, sino que
requiere de un análisis de tipo complejo y complementario hacia una visión
integradora.
Por otro lado, G. Zuppa en el capítulo “Sociabilidad y espacio. Prácticas de
sociabilidad en la construcción de la villa balnearia. Mar del Plata y el acceso
al siglo XX”, relaciona el concepto de sociabilidad con los vínculos que
establecen los grupos entre sí, como así también con las acciones interpersonales
que estos plasman en sus encuentros. Dicho sistema de relaciones informales
necesita además, de una serie de aportes como el lenguaje, la indumentaria, los
gestos y los objetos que refuercen la lectura de las representaciones de los
actores (Zuppa, 2004: 56). La autora buscará distinguir diferencias y similitudes en
las formas de sociabilidad entre los residentes de la ciudad de Mar del Plata y los
veraneantes porteños a través de los gustos, los usos de signos culturales
materiales e inmateriales y de la construcción de los entornos espaciales. Según
Zuppa,
“el escenario en el cual se llevan a cabo los encuentros sociales resulta
ser un campo espacial móvil (abierto potencialmente cuyos límites son
fronteras dinámicas) y significativo en el que se construyen nexos, se
movilizan estrategias y se modifican disposiciones” (Zuppa, 2004: 56).
Antes de la llegada de los veraneantes a Mar del Plata, los residentes ocupaban
su tiempo libre en billares, canchas de bochas, pelotas, tiro al blanco, orquestas,
bailes, carrera de bicicletas, entre otros. Pero la playa comenzó lentamente a ser
un espacio codiciado por aquellos que buscaba en nuestro país un lugar para
descansar así comenzaron a gestarse distintos proyectos en pos de satisfacer la
demanda de los futuros veraneantes. Los variados servicios buscaban atender los
gustos de los veraneantes, en especial, porteños. Esta situación fue configurando
dos universos el de los “residentes locales”, quienes avanzaban lentamente
instalando lo que podían y como podían; y “los veraneantes”, que gracias a la
inversión empresarial realizaron instalaciones costosas. Así se fueron
38
construyendo diversos espacios que transformaron la ciudad. Las nuevas
demandas permitieron la construcción de hoteles, el arribo de trenes de pasajeros,
mejoramiento de los accesos, el embellecimiento de la ciudad, etc. (Zuppa,
2004:59)
La llegada de veraneantes y de inversiones marcará una clara división en la
ciudad que se verá representada por residentes y turistas. En este sentido se
visualizará la “ciudad de los residentes” al norte de la misma en torno a la playa
“La Perla” en la cual los servicios que se ofrecían eran modestos y precarios. En
contraposición, la elite veraneante se ubicó en la Rambla Bristol, construida con
un estilo afrancesado en la que se encontraban diversos locales comerciales,
confiterías, clubes y cines. Dicha élite se caracterizaba por el gran despliegue de
la posesión de bienes y un comportamiento sofisticado y ostentoso. La exhibición
de indumentaria europea y los modales refinados conformaban su clase de vida
concentrada en la competencia de lujos y el buen gusto (Zuppa, 2004:62-63).
La influencia del veraneante penetró en diversos ámbitos de la ciudad. Así el
comportamiento social en los hoteles del balneario respondía a formas adoptadas
en ámbitos porteños y europeos, marcando las formas de relación social, hasta
que los visitantes deciden construir sus propias viviendas. Estas últimas fueron
objetos de cultura material que reproducían prácticas sociales y comportamientos
de sus propietarios. En esta misma línea se encuentra la indumentaria que
permitía la identificación frente a otros, expresando así distinción y marcando
diferencias sociales.
Estos elementos le permiten a Zuppa (2004) sostener que tanto residentes como
veraneantes crearon un conjunto de representaciones implicaron y generaron
relaciones de interdependencia. Ambos constituyeron dos mundos de complejos
significados, capaces de estratificar la organización de la villa balnearia; su
proximidad permitió el entrecruzamiento de solicitudes y demandas, como el
conocimiento recíproco y diferenciado entre ellos. Investigar los ámbitos de
sociabilidad de ambos grupos permitió individualizar señales de comunicación,
39
referencias legitimadoras de cada uno y comportamientos adoptados para poder
comprender los modos de interacción social. Las formas de comportamiento
analizadas y las actitudes adoptadas responden a factores culturales, los cuales
permitieron caracterizar las formas de apropiación del espacio, la construcción de
representaciones, los modos de emitir efectos simbólicos frente a otros y las
formas de referenciar las posiciones sociales.
En el caso del capítulo de Mónica Bartolucci , “Sociabilidad y multitudes. La
foto en “La Bristol”. Sociabilidad, circulación y consumo en la década de los
sesenta en Mar del Plata” propone una mirada diferente y original de la época.
Durante la década de los ´60 la sociedad Argentina tenía 2 visiones del mundo a
veces opuestas y otras complementarias. Por un lado, una sociedad apegada al
consumo y al bienestar material producto de las sociedades capitalistas, en este
sector se ubica la clase media tradicional; y por otro una sociedad integrada por
jóvenes que a partir de la política buscaban generar cambios y reformas que
conllevarán a una revolución. Ambas visiones generaron tensiones culturales, las
cuales formaron parte del proceso de modernización.
En este contexto, Mar del Plata fue un ámbito esencial para el desarrollo del
consumo del ocio durante el verano, lo que permite considerarla como un
escenario privilegiado para observar los cambios culturales de la época. Así el
turismo de masas impulsó el comercio, la hotelería y la construcción (en sus
diversas ramas) transformando no solo la ciudad sino también a residentes,
veraneantes y clase dirigente. La sociedad y sus dirigentes ya no observaban a
los balnearios europeos para su imitación. Los cambios que se producían en la
ciudad eran muy bien vistos (Bartolucci, 2004:110-111).
Los turistas que visitaban Mar del Plata no buscaban paz y descanso durante sus
vacaciones, sino, por el contrario el ruido y la saturación típica de las ciudades
modernas .El corazón de la nueva ciudad renovada era la Rambla Bristol-Casino,
un paseo informal sobre un tablado frente a las casillas de baño, reconocido como
un lugar de encuentro de la elite. Desde sus orígenes fueron perfeccionando su
40
aspecto para ofrecer al visitante un sitio de consumo y placer. Decenas de
fotógrafos ofrecían sus servicios con dicha edificación detrás o con la imagen de
los lobos marinos de cemento, ya que llegar a ambos lugares era resultado de una
conquista social.
Según Bartolucci, al observar la playa desde arriba se distinguen un conjunto
indiferenciado de construcciones y gente, desde lejos parece una totalidad
homogénea, sin embargo, al mirar detenidamente los espacios en relación con los
hábitos muestra signos de diferenciación social. El espacio ocupado por los
balnearios privados demostraba una sociabilidad diferente entre las personas,
reproduciendo vínculos más sólidos de los que se dan en la orilla, ya que el
alquiler de espacios de sobra implicaba semejanzas económicas y una similitud de
gustos e intereses entre los compañeros, y la reiterada sociabilidad anterior al
verano. Se caracterizaban por ser grupos de una clase media acomodada
(Bartolucci, 2004:117-118).
La década de los ´60 demostró una serie de cambios culturales en la Argentina:
desde el punto de vista económico el país vivió un proceso de concentración que
apuntó a sostener el consumo de los sectores medios, fortalecidos después de
una serie de conquistas laborales y sociales vividas durante el primer y segundo
gobierno peronista. Realidad que tendió a la sociedad al consumo de bienes
materiales y simbólicos. El turismo se convirtió en un bien que afirmaba la
identidad de la clase media. Por lo tanto, la sociedad en “La Bristol” demostraba
las características de la época, donde convivían ocasionalmente tres sectores
sociales (burgués, medio y popular) generando, según la autora, un imaginario en
el que la ciudad era un “espacio para todos”.
Otro trabajo que merece ser destacado es el dirigido por E. Pastoriza, “Un mar
de memoria. Historias e imágenes de Mar del Plata” (2009). Los distintos
trabajos que componen la obra buscan reconstruir el desarrollo de la ciudad y el
turismo a través de testimonios, relatos e imágenes durante el período
comprendido entre la década del 30 hasta la actualidad. Resalta la importancia de
41
la fotografía en el análisis histórico, ya que son las que confirman y refuerzan las
narraciones de inmigrantes, turistas y residentes. Estos trabajos han sido de gran
importancia para comenzar a pensar la problemática que nos ocupa. El trabajo de
investigación retrata aspectos del balneario y las formas de socialización entre los
actores, como así también la vida rutinaria de los residentes como partes
integrantes de una misma ciudad, dando a conocer la memoria social, política y
cultural de la misma.
El mar es una de las temáticas que abordan Favero, Pedetta y Portela (2009),
para estos, el mar hizo posible el surgimiento de la ciudad, ella creció junto a él, lo
que le otorgó sentido a su identidad. En este sentido debe considerarse que, si
bien “el mar” permitió generar una importante actividad turística, es parte
integrante de la vida cotidiana de los marplatenses representando su lugar de
trabajo y de radicación de barrios y viviendas.
Hacia fines del siglo XIX los primeros visitantes hacían uso de él únicamente para
baños curativos, a medida que el balneario fue creciendo y mayor cantidad de
personas accedían a él se creó un estricto reglamento el cual establecía que trajes
de baños eran adecuados y delimitaban los sectores masculinos y femeninos.
Durante los años ´30 y ´40, las variaciones en el turismo y en el empleo del
espacio público hicieron que cambiara la relación con el mar. Nuevos sectores
sociales tuvieron acceso al disfrute de la ciudad, hombres y mujeres ya no se
bañaban por separado, el mar comenzó a ser escenario de nuevas prácticas
turísticas como por ejemplo los deportes acuáticos. La villa se transformó en
ciudad y multiplicó su población estacional como permanente. Resultó ser una
urbe con características turísticas de masas y con una vida activa y dinámica
durante todos los meses del año.
Por otro lado, Bartolucci y Pilcic (2009) analizaran la ciudad material. Para estas
autoras, a lo largo del siglo XX la ciudad ha atravesado cambios espaciales
acelerados con el fin de modernizarse y convertirse en la ciudad turística de la
Argentina en la que vacaciona gran parte del país. Los grandes cambios edilicios
42
que sufre Mar del Plata son acompañados por una transformación social. Entre los
grandes cambios pueden mencionarse: el reemplazo de la clásica rambla con un
estilo afrancesado construida en 1913 por los complejos Bristol Casino y Hotel
Provincial, la pavimentación de las principales rutas de acceso, la demolición de
las casonas con el fin de dejar disponibles terrenos para la construcción de
edificios de altura, entre otros. Todos estos proyectos estarán orientados a dotar a
la ciudad de capacidad para alojar una masa importante de turista y dar por
iniciado el proceso de turismo masivo en la ciudad.
Consumo y ocio es otras de las problemáticas abordadas en este libro que resulta
fundamental para pensar la conformación de los destinos de sol y playa en las
primeras décadas del siglo XX. Así M. Piglia y M. Pedetta (2009) plantea que si
bien hacia fines del siglo XIX Mar del Plata era un lugar de entretenimiento
exclusivo de las elites con mayor poder económico, el transcurrir el siglo XX, fue
abriendo sus puertas a nuevos sectores sociales y junto con ellos surgieron
nuevos gustos y modas que reinventaron los consumos y el uso de las playas y de
los lugares de la ciudad en relación a sus “usuarios”.
También los hoteles serán objeto de investigación. Para E. Pastoriza y F. Reis
(2009) resulta fundamental adentrarse en el recorrido que la hotelería ha
transitado, ya que los recuerdos de la vida en los hoteles que se instalaron en la
costa permiten observar y analizar el desarrollo de la ciudad. También hace
posible una comprensión más amplia de las relaciones sociales. Buscará dar
cuenta de las diferencias y similitudes que caracterizarán la hotelería, así se
podrán visualizar distintas realidades como los hoteles equipados para las elites
porteñas (grandes edificios con salones de baile y juegos, con muchas
habitaciones con alas especiales para el personal de servicio y con 3 o 4
comedores), los generados por emprendimientos familiares (durante la década del
´20 y del ´30 respondiendo a las demandas de la clase media), los surgidos por
iniciativas del Estado (como consecuencia del declive de la hotelería de lujo) y
aquellos diseñados para el turismo social y el hospedaje sindical.
43
Por su parte B. Favero S. Delgado y F. Reis (2009), plantean como eje
fundamental de su investigación las relaciones sociales que se vincularon con
distintos ámbitos de sociabilidad, que a su vez les permite abordar “rasgos
identitarios de la ciudad de masas” (2009: 109). En lo que respecta a su análisis
sobre la presencia de la elite porteña en la ciudad en la temporada veraniega
sostiene que esta buscaba un estilo propio, pero a la vez muy europeizado, que
promovió pautas culturales muy definidas por el deseo de la distinción, el
refinamiento y la exclusividad. En cuanto a la población estable su rol fue algo
diferente en especial porque fue un sector que se transformó en la mano de obra
permanente y complementó los servicios necesarios para el desarrollo turístico de
la villa balnearia. Así la ciudad permite visualizar un escenario en el que se ven
reflejada una compleja dualidad en los comportamientos y las prácticas: por un
lado, una más refinada y exclusiva propia de los veraneantes, y por otro, una más
simple, modesta y familiar de los residentes que no dejaban de mirar al otro.
En este contexto, las autoras destacan la búsqueda de una “sociabilidad deseada
a partir de diversas estrategias de ascenso social desarrolladas por los distintos
sectores que llegaron a la villa desde principios del siglo XX” (Favero et.al 2009:
110). Además, debe tenerse en cuenta que entre 1930 y 1950 la playa fue
conquistada por un turismo masivo originándose, como consecuencia, nuevas
aéreas de sociabilidad unidas a los cambios culturales de la época. En
consecuencia “la sociabilidad deseada” fue cambiando su aspecto, igualmente
siempre concibiendo la idea de que Mar del Plata es el escenario ideal para
conquistar una posición social.
Otro trabajo que merece atención particular es el de Elisa Pastoriza: “La
conquista de las vacaciones” (2011). Como la mayoría de sus trabajos, este,
tiene como protagonista a la ciudad de Mar del Plata, presentando una breve
historia del turismo en nuestro país. Paralelamente considera la conformación del
sujeto social que lo desarrolla: el turista, haciendo hincapié en los fenómenos
sociales y culturales que lo definen como tal. Su investigación comienza hacia
fines del siglo XIX cuando surgen los primeros balnearios en la costa bonaerense,
44
estando destinada la práctica del turismo a la clase alta. Finaliza su análisis a
mediados del siglo XX cuando el turismo se masifica con las políticas públicas
llevadas a cabo por el peronismo permitiendo el acceso de las clases medias y de
los trabajadores al consumo del tiempo libre y las vacaciones pagas.
En este sentido, y en relación a los objetivos de la autora, el libro se encuentra
dividido en 3 partes. En la primera y segunda sección analiza la construcción y la
evolución de algunas de las ciudades costeras como Necochea, Miramar, Mar del
Sud y Ostende. La autora pone el acento en la definición de estas ciudades como
balnearios, remarcando los aspectos socio-económicos que formaron parte de la
misma, y le dieron sentido como tales. Paralelamente, desarrolla también otros
espacios que cobraron importancia por, además de tener grandes atractivos
naturales (sierras y montañas), poseer climas beneficiosos para la salud como
Córdoba y Mendoza.
En lo que respecta a nuestro estudio de caso, E. Pastoriza sostiene que la ciudad
de Necochea es considerada el segundo balneario atlántico de la Argentina,
después de Mar del Plata. Comienza con una breve descripción geográfica e
histórica del surgimiento de la ciudad, además de hacer hincapié en el desarrollo y
crecimiento de la misma como balneario. Destaca la llegada del ferrocarril (febrero
de 1892) como dinamizador de la región como a partir de este se va afianzando la
idea de complementar la economía agrícola – ganadera de Necochea con la
formación de un balneario. Años más tarde comenzaron a construirse los primeros
hoteles e infraestructura necesaria para la recepción del turista consolidándose
como uno de los balnearios más destacados del país.
El surgimiento de estos nuevos balnearios y las transformaciones en el turismo
serrano configuran un nuevo mapa turístico en el país que tuvo como corolario una
mayor urbanización y modernización. Dichas transformaciones se desarrollaron en
un contexto de crisis económica de 1929 en el cual los conservadores retornaban
al poder luego del golpe militar (1930). La crisis implicó la disminución de los flujos
migratorios internacionales y provocó migraciones masivas hacia el litoral. Esto fue
45
potenciado por el proceso industrial de sustitución de importaciones que se genera
en respuesta a la crisis y a la posterior Guerra Mundial. De esta manera, la
tradicional élite dirigente, nuevamente en el control del Estado, será quien lleve a
cabo un segundo proyecto modernizador, de carácter económico y social, en
simultáneo con la restauración de un orden político restrictivo.
A partir de 1930 la Argentina atravesará transformaciones en distintos ámbitos
aunque especialmente en el plano económico. Estos cambios permitirán nuevas
formas en el uso del tiempo libre, además harán aparición nuevas ideas y
prácticas recreacionales en las que comenzarán a formar parte nuevos tipos de
visitantes. Así se generaron iniciativas conjuntas de la gestión estatal nacional y
provincial, junto a la sociedad civil para poner en marcha un complejo programa
turístico, en el que nuevos turistas acceden a nuevos bienes sociales.
La autora afirma que el cambio social, las políticas públicas y las iniciativas
privadas que se llevaron a cabo durante los años 30 por los conservadores,
sentaron las bases de las políticas peronistas que harían posible unos años más
tarde conformar un turismo de masas. Entre ellas se destaca la construcción de
caminos, obras de infraestructura, modernización y disminución de los precios de
alojamiento y el transporte. Fueron iniciativas apoyadas por un plan de amplia
difusión y propaganda en la prensa, el cine y la radiofonía. También tuvieron gran
protagonismo las asociaciones civiles vinculadas al Automóvil Club Argentino y el
Touring Club Argentino en el desarrollo de la vialidad y la construcción de
caminos, generando una incipiente “cultura del automóvil” (Pastoriza, 2011:144-
149).Dichas transformaciones generaron tensiones entre las elites y los nuevos
sectores sociales que comenzaron a tener acceso a los balnearios y que
manifestaron diferentes hábitos de consumo, gustos y desplazamientos.
Finalmente, en la tercera y última parte del libro Pastoriza desarrolla las políticas
peronistas orientadas a la implantación del turismo popular en la Argentina,
colocando las cuestiones de tiempo libre y ocio en un lugar destacado del Estado
Nacional. La implementación de las vacaciones pagas, por ejemplo, permitieron el
46
acceso a las clases obreras y trabajadoras al consumo turístico, conllevando a una
amplia gama de planes vacacionales y excursiones garantizando el hospedaje.
Mediante el viaje turístico se pretendía que nuevos actores conocieran la historia y
los paisajes de la Nación. Este proyecto social de las vacaciones populares
produjo un gran impacto y significación en la memoria colectiva de la sociedad
argentina marcando un antes y un después, otorgándole al turismo dos roles bien
definidos: indicador de distinciones e inclusiones sociales.
Para finalizar, siguiendo con la temática abordada por Pastoriza en relación a Mar
del Plata como estudio de caso, hemos seleccionado tres artículos breves de la
misma pero cada uno con un enfoque diferente que permiten ampliar la
perspectiva estudiada. El primero de ellos se denomina “Estado, gremios y
hoteles. Mar del Plata y el peronismo” (2008); el segundo “El turismo social
en la Argentina durante el primer peronismo. Mar del Plata, la conquista de
las vacaciones y los nuevos rituales obreros, 1943-195” (2008); por último,
“Dos balnearios atlánticos entre el fin de siglo y la crisis del treinta. San
Sebastián y Mar del Plata. Un ejercicio comparativo” que E. Pastoriza realizó
junto a C. Larrinaga (2010).
En estos artículos, la autora hace especial hincapié en el desarrollo de la ciudad
de Mar del Plata como balneario turístico, y en particular como se fue dando la
masificación de la actividad, ésta apoyada por las políticas sociales durante los
gobiernos peronistas. En el primero de los artículos mencionados aborda la
trayectoria del hospedaje en la ciudad y su modificación a partir de la intervención
de los gremios y el gobierno. La diversidad social de los veraneantes que asistían
a la ciudad, dio lugar a la diversificación de los modos de albergue, conjuntamente
con el decaimiento de los grandes hoteles de lujo que caracterizaron a Mar del
Plata desde finales del siglo XIX y principios del XX. Así la hotelería tradicional fue
poco a poco desplazada por los departamentos, el hospedaje estatal y el gremial
cambiando radicalmente las características de los mismos. El escenario podría
plantearse de la siguiente manera: la clase media obrera podía acceder a la
adquisición de inmuebles en la costa, lo que favoreció el boom de la construcción;
47
también existía la posibilidad de hospedarse en colonias de vacaciones y hoteles
organizados por la Fundación Eva Perón, a partir de convenios que esta
organización realizaba con diferentes gobiernos provinciales, bajo la propaganda
“Usted se paga el viaje, la provincia el hospedaje” muy difundida en la época. Esto
provocó el decaimiento de gran parte de la hotelería tradicional como ya
marcamos, muchos de ellos fueron demolidos, otros se reconvirtieron en
propiedad horizontal y los de mayor categoría tendieron a achicarse, dando inicio
a la transferencia de algunos de ellos a las organizaciones sindicales (Pastoriza
2008).
Para la autora “estos modernos complejos vacacionales representaron la
consumición de una tendencia anterior” (Pastoriza, 2008: 19) refiriéndose a
diversos ensayos que se venían poniendo en práctica, con el fin de atender el ocio
popular. En este sentido la autora destaca el Complejo Vacacional en Los Cocos
de la Asociación cristiana de Jóvenes, las empresas ferroviarias británicas que
construyeron hoteles y complejos recreativos en Córdoba y Mendoza, el antiguo
Ferrocarril Buenos Aires-Pacífico inauguraba en 1912 en Yacanto una colonia de
vacaciones, lo propio hace 1921 el Ferrocarril Central Argentino en Alta Gracia,
entre otros.
En el segundo artículo, E. Pastoriza (2008), intenta a partir de la recopilación de
un conjunto de hechos que terminaron por convertir a Mar del Plata en la gran
figura de la costa Atlántica, abordar y develar el significado que estos hechos
tuvieron para el común de la gente, además, deja a partir de su análisis entrever el
mensaje político que el gobierno deseaba instalar en la sociedad. Así el tiempo de
las vacaciones y del viaje turístico se convirtió en la conquista de la clase obrera.
En particular la ciudad de Mar del Plata representó el eje central del mensaje del
proyecto político, basado en una conquista simbólica, por parte de la clase
trabajadora y de la sociedad en su conjunto, de un espacio que, desde larga data,
había sido reconocido como un bien de uso de las clases ricas de la capital
porteña. Así, bajo este discurso fuertemente obrerista del derecho al descanso, las
clases medias podían acceder a un tiempo de vacaciones, antes impensado, a
48
partir de la intervención Estatal.
Por último, el tercer artículo seleccionado es un ejercicio comparativo entre San
Sebastián y Mar del Plata. Sus planteos nos llevan a un repaso de los
antecedentes que dieron lugar a la proliferación de las ciudades con mar, a
mediados del siglo XVIII, como por ejemplo, el paradigma higienista el cual otorga
“una gran influencia e importancia al entorno social y ambiental en la génesis y
evolución de las enfermedades” (Larrinaga y Pastoriza, 2010: 282). También
marcan la preocupación por la salud en las grandes ciudades industrializadas, la
revolución del consumo de la época, y los beneficios del baño termal y de ola. El
predominio de este paradigma convirtió a ambas ciudades, en las favoritas de las
élites políticas, económicas y sociales de sus respectivos países. Aunque a
diferencia de San Sebastián, ciudad ya desarrollada, que contaba con vida social y
económica desde tiempo a atrás, Mar del Plata se fue urbanizando paralelamente
al fervor de la extensión de la villa balnearia: con la llegada del ferrocarril, las
diversas instalaciones hoteleras y la llegada de numerosos veraneantes que
cambiaron la fisonomía con la construcción de mansiones de verano.
Los autores estructuran el análisis a partir de tres elementos: alojamiento,
transporte y ocio. Para el caso que aquí nos interesa, que es el de la ciudad de
Mar del Plata, la primera etapa como ciudad balnearia, estuvo caracterizada por
estar destinada a las clases altas del país, que eran alojadas en grandes hoteles
de lujo, que se habían convertido en los grandes centros de sociabilidad porteña,
ya que contaban con salones de baile y juego, momento donde los miembros de
esta élite, aprovechaban para lucir sus galas en sociedad. El hotel Bristol fue el
máximo exponente “de la percepción del gusto de lo más distinguido por aquella
sociedad veraneante” (Larrinaga-Pastoriza, 2010:302).
Un punto a destacar del artículo, es el hecho de que muchos de los inmigrantes
que llegaron a la Argentina a mediados del siglo XIX, y que se instalaron en la
ciudad de Mar del Plata, fueron de la comunidad vasca. A partir del análisis que
realizan los autores llegan a la conclusión que generaciones de diversos firmas
49
comerciales, entre los que se pueden mencionar almacenes, fondas y hoteles,
estuvieron en las manos de la comunidad vasca marplatense, dentro de la cual se
encontraba el impulsor Pedro Luro, ejemplo paradigmático del inmigrante exitoso.
En relación a esto los autores sostienen que:
“Posiblemente, conjeturamos, los balnearios situados en las
riberas del golfo de Vizcaya, recordados de su infancia, lo
estimularon. Biarritz y San Sebastián representaban una
significación especial para los nacidos en el País Vasco.
¿Hasta qué punto estaríamos ante una trasposición del
modelo de Biarritz y San Sebastián a la Argentina? Muy
posiblemente estos vascos que eligieron probar suerte en la
Argentina, junto a otros integrantes de las clases altas,
quisieron re-editar aquellos balnearios europeos en la
pampa, al otro lado del océano. Y, en parte, lo lograron.”
(Larrinaga-Pastoriza, 2010:293)
La emergencia del modelo de veraneante clasista vino de la mano con la
modificación de la sociabilidad marplatense. El escenario de cambio estuvo
marcado, entre otros aspectos, por la construcción de un edificio propio destinado
para el casino (entre 1936 y 1940), el surgimiento del automóvil como medio de
aproximación y prácticas turísticas, el aumento del número de veraneantes, cada
vez más alejados de las posiciones económicas más altas, y las políticas sociales
adoptadas por el gobierno de Juan D. Perón.
Los autores concluyen que, si bien la evolución turística de las ciudades de San
Sebastián y Mar del Plata fueron diferentes, ya que la primera contaba con su
propia estructura económica, la iniciativa turística pasó a constituir un sector
importante dentro de la economía de ambas, favorecidas por el valor que habían
adquirido las aguas frías con el paradigma higienista, aunque las dos tardías en
comparación con la costa británica. Si bien ambos se convirtieron en importantes
centros de distinción dentro de sus respectivos países, San Sebastián no vivió la
50
popularización que si Mar del Plata.
En resumen, a lo largo de este capítulo hemos realizado un recorrido por diversos
estudios que han abordado la cuestión del turismo desde distintas perspectivas.
En un primer momento describimos un conjunto de trabajo que analizaba la
problemática desde una mirada macro lo que hizo posible establecer las
características que fue adquiriendo la actividad turística desde finales del siglo XIX
hasta la actualidad en nuestro país. Por otro lado, se consideraron otro grupo de
investigaciones que tomaron como perspectiva de análisis micro priorizando en
sus análisis el estudio de caso. En este sentido, han sido de gran utilidad los
distintos trabajos de E. Pastoriza en relación a la ciudad de Mar del Plata, en la
medida que permite avanzar en el análisis del destino Necochea objeto de nuestro
estudio entre 1930 y 1955). Este ha sido un punto de partida para iniciar esta
investigación, en particular, no sólo como parámetro de comparación con el
balneario por excelencia de la costa Atlántica, como es la ciudad de Mar del Plata,
sino también, y por qué no, en contraposición a la forma de desarrollarse.
CAPÍTULO III
Marco histórico-contextual:
política, economía, sociedad y
turismo en la primera mitad
del siglo XX
Tarjeta postal de 1920 con inscripción “Avenida Emiliano Abásolo” vista del Royal hotel, autos y
tranvías. Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.
3.1 La política entre 1916-1955
Con la asunción del radicalismo al poder en el año 1916, comienza una
experiencia de gobierno para el país caracterizada por la combinación de nuevas
prácticas con viejos modos de hacer política. Este ascenso fue posible a partir de
la sanción de la ley electoral 8.871 en 1912, también conocida como la ley Sáenz
Peña. La misma establecía que para todos aquellos hombres nativos o
naturalizados mayores de 18 años (sin discriminar por razones económicas,
sociales o culturales) el voto será universal, secreto y obligatorio. En teoría se
buscaba garantizar la participación más amplia en los comicios, y evitar el fraude y
la manipulación del elector.
La apertura electoral, planteó el debate sobre un nuevo diseño institucional,
proceso de democratización con los principios republicanos, representativos y
federales. El actual gobierno (los conservadores) no logró adaptarse a este nuevo
contexto, quedando expuesto frente a una nueva y desconocida competencia
electoral, cerrando un ciclo de predominio conservador y dando lugar al
radicalismo.
La política Argentina se encontraba, para ese entonces, fragmentada en grupos
como Unión Cívica Radical, Partido Demócrata Progresista, Conservadores y
Partido Socialista, los cuales a su vez estaban subdivididos notablemente en
algunas provincias, lo que generó conflictos internos. A pesar de estas diferencias,
la disputa política Argentina estuvo centrada en el conflicto entre los radicales y
conservadores. Siguiendo a Cattaruzza estos últimos definían a los radicales
como “los incapaces que se imponían, sin más virtudes ni méritos, por la
supremacía del voto y el poder del número” (2009:50).
El partido Radical asume la presidencia como la fuerza opositora al gobierno
actual, por lo que su principal misión era la construcción de una nación, como la
principal causa colectiva. Era un partido que se estaba constituyendo como una
organización que perseguía diferenciarse del personalismo de la cuña oligárquica.
El primer gobierno radical que tuvo Argentina, como resultado de los comicios del
2 de abril de 1916, fue presidido por Hipólito Yrigoyen, cuyo mandato abarcó
53
desde 1916 hasta 1922. Su presidencia estaba orientada a la construcción de la
Nación, como el elemento que articulaba, de forma privilegiada, la síntesis y
agregación del conjunto social; con un marcado liderazgo indiscutido que giraba
en torno a la figura de Yrigoyen.
Para fines de 1918, comenzaron a hacerse más evidentes las diferencias hacia el
interior del partido, cuestionando la gestión Yrigoyenista. El radicalismo no logró
articularse en un movimiento de alcance nacional, sino por el contrario se
generaron disputas por el manejo de la administración o el reconocimiento de los
organismos del partido. Para ese entonces, tanto el congreso como varios
gobiernos provinciales, estaban en manos opositoras, lo que dificultaba el
desempeño y accionar del gobierno (Roy Hora, 2011).
Durante la primera guerra mundial, Yrigoyen se mantuvo en una posición neutral a
pesar de que el gobierno norteamericano presionó para que cambiara de posición
y rompiera relaciones con sus enemigos.
Por otra parte, en lo que se refiere a su posición ante las cuestiones sociales,
intentó colocar al gobierno como árbitro frente a los conflictos obreros, postura
muy criticada por la oposición por su debilidad frente a los conflictos sociales.
En 1921 comenzaron a gestionarse las negociaciones para definir al próximo
candidato radical para la presidencia, siendo Marcelo T. de Alvear el elegido en la
convención nacional de la UCR. Como plantea Cattaruzza “Alvear era un
importante dirigente, con experiencia parlamentaria y diplomática, de lealtad
probada incluso a pesar de las diferencias de criterio, con extensa pertenencia
partidaria y relación personal con el líder” (2009:55). Las listas radicales lograron
imponerse en 12 distritos en un total de 15. El primer gesto de autonomía que tuvo
Alvear respecto de Yrigoyen fue en el momento de designar a los ministros, ya
que solo uno de ellos sostenía contacto con el ex presidente. De esta manera los
radicales se distanciaron de Yrigoyen y luego de que el bloque parlamentario se
dividiera, en 1924 los que estaban disconformes organizaron un partido
diferenciado: Unión Cívica Radical Antipersonalista. Lo que los unía era la crítica
54
hacia el expresidente buscando construir el auténtico radicalismo denunciando la
actitud política personalista.
Quienes apoyaban a Yrigoyen, por su parte, sostenían una política fundamentada
en lo popular, antiimperialista y en defensa de la soberanía nacional e
interpretaban al antipersonalismo como una división conservadora impulsada por
aquellos que no eran verdaderamente radicales. El congreso fue uno de los
lugares en el cual se pudo ver reflejado el conflicto entre personalistas y
antipersonalistas, ya que gran parte de las bancas radicales en diputados estaban
en manos “Yrigoyenistas” y la obstrucción fue moneda corriente. El gobierno de
Alvear intentó diferenciarse, sin provocar rupturas, de la política intervencionista
del período precedente, a través de una reforma parcial de la Constitución en
1923, como fueron la reducción del mandato de los diputados a tres años, la
elección directa de los senadores a las legislaturas provinciales, que mejorará la
relación entre el gobierno nacional y el provincial.
Entre las líneas de acción de dicho gobierno se puede destacar la sanción de
varias leyes laborales (se reglamentó el trabajo de mujeres y menores y estableció
el descanso dominical). En 1924, estableció por decreto el 1° de Mayo como
feriado nacional. Dicho año también se presentó un proyecto para extender el
sistema de jubilaciones que terminó fracasando porque suponía la disminución del
salario. A lo largo de su mandato los conflictos sociales fueron menores
comparados con el período 1917-1921, lo que se pudo observar en la disminución
de huelgas y en el estancamiento del reclutamiento sindical (Cattaruzza, 2009).
En los comicios llevados a cabo en abril de 1928, la UCR obtuvo la mayoría de los
votos, seguido por la UCR antipersonalista con el apoyo conservador. En dichas
elecciones hubo la mayor participación de electores hasta el momento, y el triunfo
de Yrigoyen fue rotundo en todos los distritos. Muchos de los dirigentes
conservadores y antipersonalistas justificaban el triunfo del radicalismo con la falta
de cultura cívica, incluso llegó a ponerse en duda la reforma electoral de 1912 y
comenzaron a evaluar la posibilidad de recuperar el gobierno a través de otras
55
vías.
Los conflictos políticos se intensificaron, el propio presidente incluso fue víctima de
un atentado fallido a cargo de un anarquista. También tuvieron lugar
enfrentamientos callejeros entre diversos grupos políticos.
En 1930, la opinión pública iba cambiando y aumentaban las movilizaciones en
contra del gobierno. La violencia era cada vez más intensa previo a las elecciones
de diputados, en la cual el radicalismo era la fuerza dominante. La oposición ya no
solo incluía a los partidos, sino también a la prensa y agrupaciones estudiantiles.
En dichos ámbitos comenzaron a sembrarse las bases de un golpe de estado a
cargo del ejército, con el objetivo de recuperar la vigencia de la Constitución
Nacional y las reglas que debían regir la vida institucional, desconocidas según la
oposición, por Yrigoyen.
Existían en el ejército dos grupos diferenciados para la organización del golpe: uno
dirigido por Agustin P. Justo (ministro de guerra de Alvear) y el otro por el General
José F. Uriburu. Justo convocaba a aquellos que tenían un perfil conservador y
liberal entre los cuales se destacaban varios antiguos radicales; mientras que
Uriburu nucleaba a antiguos conservadores de extrema derecha. Por su parte el
partido Socialista y el Demócrata Progresista no estaban de acuerdo con esta
medida a pesar de sostener que Yrigoyen había llevado a las instituciones a una
situación crítica.
Finalmente el 6 de septiembre de 1930 triunfó, prácticamente sin resistencia el
golpe de estado en Buenos Aires. El gobierno surgido de este contexto fue
encabezado por Uriburu como presidente provisional. Con la UCR derrocada, se
abrió una controversia política entre los grupos que habían participado del golpe.
El nuevo presidente era apoyado por los nacionalistas y conservadores que
estaban lejos de ser mayoritarios en el ejército. Por su parte Justo tenía mayor
poder, ya que contaba con varios contactos en el ámbito político. La disputa entre
ambos terminó con el triunfo de este último, quien fue candidato a presidente en
las elecciones celebradas en noviembre de 1931. El año próximo asumió como
56
presidente (de Privitellio, 2012).
Poco después del golpe militar se conformó la Federación Nacional Democrática,
en la cual se constituyó el Partido Socialista Independiente integrado por los
conservadores de la provincia de Buenos Aires y otros grupos conservadores y
antipersonalistas, quienes estaban de acuerdo con el golpe, pero no apoyaban a
Uriburu.
Siguiendo la misma línea de acción, un grupo de oficiales a comienzos de 1931 le
exigían a Uriburu una rápida normalización institucional planeando un contra
golpe. Frente a esta situación se vió obligado a organizar un llamado a elecciones.
El radicalismo continuaba teniendo un peso importante en el ámbito político debido
a que contaba con un gran apoyo popular, motivo por el cual Justo se esforzaba
por convertirse en el candidato de dicho partido. Sin embargo, Marcelo T. de
Alvear, quien se encontraba fuera del país, regresó para reorganizar el partido y
postularse como presidente. En julio de 1931, algunos militares Yrigoyenistas
intentaron la realización de un movimiento armado que fracasó, lo que provocó
que varios dirigentes radicales (entre ellos Alvear) fueran deportados.
En noviembre la dictadura convocó a elecciones y la UCR proclamó la candidatura
de Alvear; por su parte el general Justo construyó otra base de apoyo y en
simultáneo presionó para que el gobierno vetara la candidatura de Alvear, hecho
que logró poco antes de las elecciones. El radicalismo ante esta circunstancia
decidió abstenerse, ya que significaba otorgarle la presidencia a Justo.
Finalmente, en febrero de 1932, asume como presidente Justo y como
vicepresidente el conservador Julio A. Roca apoyados por el Partido Demócrata
Provincial (conservadores provinciales), el Partido Socialista Independiente
(subdivisión del partido Socialista) y por la Unión Cívica Radical Antipersonalista.
En segundo lugar, se ubicaron las listas de la Alianza Civil, integrada por el Partido
Demócrata Progresista y el Partido Socialista, quienes intentaron conformar la
oposición de izquierda al partido de Justo. Cabe destacar que en dichas
elecciones hubo varias denuncias de fraude realizadas por las agrupaciones que
57
apoyaban a Justo para impedir que los radicales llegaran al poder (Cattaruzza,
2009).
Durante los primeros años de su gobierno y hasta 1935 la UCR decidió sostener la
abstención electoral. Otro factor importante que caracterizó la política de la época
fue la difícil relación entre los partidos que componían el oficialismo, cuya alianza
se denominó concordancia. Competían por conseguir puestos en el gobierno,
hecho que fortaleció a Justo como mediador. Otra particularidad fue la relación
que mantuvo el gobierno con la oposición, ya que, a pesar de las disputas, esta
última participaba de las actividades del congreso.
El 3 de julio de 1933 fallece el ex presidente Hipólito Yrigoyen, contexto en el cual
se demostró la fidelidad hacia el radicalismo a través de una masiva movilización
que acompañó su entierro. Este hecho provocó la reorganización del partido para
presentarse a elecciones en 1935. Así algunos dirigentes e intelectuales radicales
que cuestionaban los principios del “auténtico” radicalismo fundaron la Fuerza de
Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA), definiéndose como
Yrigoyenistas antiimperialistas denunciando la dependencia económica y política
de Inglaterra (Cattaruzza, 2009).
Entre 1935 y 1936 se llevaron a cabo las elecciones a diputados nacionales y
gobernador en algunas provincias, en las cuales las denuncias de fraude y voto
cantado seguían siendo recurrentes. Los éxitos radicales alertaron al oficialismo
para garantizar las elecciones presidenciales de 1937. Con el objetivo de no correr
riesgos, el gobierno aprobó una reforma de la ley electoral eliminando la lista
incompleta para los miembros del Colegio Electoral que elegiría al presidente, así
quien triunfaba conseguía todos los electores.
En noviembre de 1937 varios procedimientos de fraude otorgaron el triunfo a la
fórmula oficialista integrada por Ricardo Ortiz (radical antipersonalista) y Ramón
Castillo (conservador) frente a la fórmula radical encabezada por Alvear. Ortiz fue
el candidato elegido por Justo, en febrero de 1938 asumió su cargo. Siguiendo a
Cattaruzza “es altamente probable que el cálculo de Justo fuera que la presidencia
58
de Ortiz constituía la mejor apuesta para su propio retorno, en las elecciones de
1943” (2009: 127). Por el contrario la política de Ortiz fue muy independiente.
Ortiz durante su presidencia llevó a cabo una campaña en contra del fraude
orientada a garantizar elecciones limpias, hecho que lo alejaba de sus aliados. A
mediados de 1940,el presidente comenzó a sufrir problemas de salud que lo
obligaron a solicitar licencias en varias ocasiones. Castillo, en su reemplazo, logró
conformar su propio gabinete con importante presencia conservadora. En este
contexto se rompe la política dirigida en contra del fraude y el radicalismo vuelve a
quedarse sin estrategias, ya que habían sido formadas en función a la política de
Ortiz. Frente a esta crisis atravesada por la UCR, fueron varios los distritos en los
que fueron derrotados en las elecciones para diputados en marzo de 1942 (De
Privitellio,2012).
Días más tarde falleció Alvear y en julio Ortiz. Frente a esta situación garantizar el
triunfo en las elecciones era muy difícil. En enero de 1943 también fallece Justo
complicando la alternativa del Frente Democrático. La situación política para ese
entonces era compleja, ya que eran varios los dirigentes que sostenían que la
única salida era un nuevo golpe militar.
El actual presidente (Castillo) había seleccionado como candidato del oficialismo,
a pesar de que no convencía a las fuerzas conservadoras, a Patrón Costas, quien
era senador por Salta, conservador, además de terrateniente vinculado al negocio
del azúcar y partidario de los aliados en la segunda guerra mundial.
Finalmente, el 4 de junio de 1943 tuvo lugar el golpe militar, siendo derrocado el
actual gobierno sin resistencia alguna. El general Arturo Rawson fue el elegido
para ocupar la presidencia, sin embargo, tres días más tarde en un movimiento
militar interno y sin haber alcanzado a prestar juramento, fue reemplazado por el
General Pedro Ramírez. La disputa entre los militares culminó pronto con la
presidencia de Ramírez, quien en marzo de 1944 entregó el mando al general
Edelmiro Farrell.
En este contexto y de forma paralelamente, comenzaba a hacerse visible y ganar
59
poder el coronel Juan Domingo Perón, quien fue designado secretario del
Departamento Nacional del Trabajo en diciembre de 1943, logrando transformar
dicho organismo en Secretaría de Trabajo y Previsión. Cuando en 1944, Farrell
asume como presidente, Perón toma el mando del Ministerio de Guerra. Durante
este período comenzó a consolidarse una relación entre Perón y los dirigentes
sindicales, dando como resultado disposiciones legales que mejoraron las
condiciones laborales y otorgaron estabilidad para los trabajadores. Entre ellas
podemos mencionar el establecimiento de tribunales de trabajo, el control del
cumplimiento de las jornadas laborales, la extensión del régimen jubilatorio, las
vacaciones pagas, el aguinaldo, la sanción del Estatuto del Peón que mejoraba las
condiciones del trabajador rural, entre otras (Sidicaro, 1996).
Simultáneamente los opositores al gobierno militar comenzaron a asumir
posiciones más duras. Entre ellos se destacaron los sectores medios urbanos con
el apoyo de las organizaciones de estudiantes y las patronales. En septiembre de
1945 se realizó una enorme manifestación opositora denominada “La Marcha de la
Constitución y la Libertad”, en la cual los militares opuestos a Perón decidieron
actuar forzandolo a renunciar a sus cargos el 9 de octubre. Como consecuencia,
días después fue encarcelado y enviado a la isla Martín García. Por su parte el
Comité Central de la CGT se reunió con el fin de discutir qué posición tomar frente
a la prisión de Perón, acordando finalmente una huelga general en defensa de las
conquistas laborales obtenidas. El 17 de octubre los trabajadores colmaron
masivamente el centro de la ciudad, mientras lo mismo sucedía en otras ciudades,
teniendo como objetivo primordial la libertad de Perón. Al anochecer, el ex
secretario, luego de una serie de discretos traslados, se dirigió a sus fieles desde
el Balcón de la Casa Rosada en la Plaza de Mayo. Así el peronismo transformó el
17 de octubre en la fecha fundacional del movimiento (Cattaruzza, 2009).
A partir de entonces, el gobierno convocó a elecciones generales en febrero de
1946 y comenzaron a configurarse los dos partidos opositores. Por un lado, la
Unión Democrática integrada por el radicalismo, el socialismo, el Partido
Demócrata Progresista y el Partido Comunista; y por el otro el Partido Laborista
60
integrado por la unificación de fuerzas que apoyaban la candidatura de Perón
sobre una base sindical denominada UCR-Junta Renovadora. El 24 de febrero de
1946 hubo llamado a elecciones, en las cuales triunfó el Partido Laborista,
asumiendo Juan Domingo Perón como presidente y Hortensio Quijano como
vicepresidente, el 4 de Junio del año en curso (Cattaruzza, 2009).
Entre 1946 y 1948, el incremento del número de afiliados sindicales representó un
crecimiento de más del 50% comparado con la década anterior. Este crecimiento
tuvo como base que el estado reconocería la personería gremial a la organización
con mayor número de afiliados en el sector, permitiéndoles participar en las
negociaciones de los convenios de trabajo. Los sindicatos eran instituciones
eficaces para resolver disputas en el ámbito laboral y garantizar estabilidad. En
este contexto varias fueron las huelgas llevadas a cabo por los trabajadores con el
objetivo de que el gobierno interviniera en su apoyo.
En 1949, las leyes que regían las elecciones se modificaron, teniendo lugar una
importante reforma constitucional que estableció el voto directo para presidente,
vicepresidente y senadores nacionales, con la posibilidad de reelección. En el
preámbulo de la nueva Constitución figuraba la fórmula peronista que se haría
clásica: el objetivo era “construir una nación socialmente justa, económicamente
libre y políticamente soberana” (Cattaruzza, 2009:212). Además reconoció
también derechos especiales como a la ancianidad y fijó los derechos del
trabajador (derecho a una retribución justa, condiciones de trabajo y vivienda
dignas, al esparcimiento, la seguridad social y la salud). Otro aspecto importante
fue la sanción de la ley que les otorgó a las mujeres el derecho a votar y se realizó
una modificación que restableció el sistema de circunscripción uninominal.
Durante ese mismo año, el Partido Peronista se dividió en tres: sindical, masculino
y femenino; siendo Perón siempre el jefe. Simultáneamente, Evita poseía un
liderazgo peronista caracterizado por su relación más directa con los partidarios,
en particular con los sectores más desprotegidos, dejando de lado el protocolo.
Entre los apoyos iniciales al gobierno se destaca la iglesia y la mayoría de las
61
fuerzas armadas. Con la reforma constitucional Perón podía ser reelecto en las
próximas elecciones, sin embargo, la vicepresidencia no estaba definida y fue
disputada dentro del oficialismo. En 1951 la CGT comenzó una campaña para que
Evita fuera la candidata a la vicepresidencia, sin embargo, fue criticada por la alta
jerarquía, hecho por el cual renunció días más tarde a la candidatura. A pesar de
que los jefes militares consiguieron su objetivo, el 28 de septiembre de 1951 el
general Benjamín Menéndez intentó un golpe de estado que fue rápidamente
fallido, ya que nadie de importancia lo acompañó. Las elecciones desarrolladas en
noviembre de 1951 le otorgaron una nueva victoria al peronismo. La fórmula Perón
- Quijano obtuvo el 62% de los votos. Asumieron su segundo mandato el 4 de
junio de 1952. Evita para ese entonces estaba enferma de gravedad y falleció el
26 de julio de ese mismo año (Cattaruzza, 2009).
A partir de los años 50 Perón comenzó a introducir el peronismo en instituciones
estatales, transformando los principios doctrinarios en “doctrina nacional”. Impulsó
una política de difusión de los principios peronistas en el ejército y en las escuelas,
haciendo que la bibliografía oficial tuviera a Evita y Perón como referentes. Incluso
se había expropiado del diario porteño La Prensa, que luego quedó en manos de
la CGT.
En 1953 una nueva ley fue sancionada con el objetivo de reglamentar la
radiodifusión y la televisión. De esta manera muy pocos medios recogían las
voces opositoras. Ese mismo año la creación de la Confederación General
Económica (CGE) les permitió una intervención estatal mucho mayor buscando
controlar la expresión pública de los intereses sectoriales.
La CGT, formando parte del movimiento peronista, fue incorporada en el manejo
del estado. Durante estos años pudo verse un crecimiento significativo de afiliados
que transformaron a los viejos sindicatos en importantes organizaciones llegando
a tener sus propias administraciones y empleados. En este contexto, el conflicto
entre peronismo y antiperonismo se tornó cada vez más tenso. A comienzos de
1953 Juan Duarte (secretario de Perón y hermano de Evita) fue acusado de haber
62
participado de un hecho de corrupción, hecho por el cual Perón mandó a
investigar la cuestión. Días más tarde apareció muerto y comenzaron a circular
rumores de que el gobierno era responsable. La CGT decidió movilizarse en
apoyo al presidente y mientras Perón daba su discurso en la Plaza de Mayo,
explotaron dos bombas que produjeron 7 muertos y 100 heridos. Esa misma
noche grupos peronistas atacaron e incendiaron el Jockey Club y las sedes de
algunos de los partidos opositores.
Sumado a esto, en 1954 las diferencias entre el peronismo y la iglesia
comenzaron a aparecer, pasando a ser esta última aliada de los partidos
antiperonistas. A pesar de que en 1946 la Iglesia apoyó la candidatura de Perón,
en 1950 tuvo lugar su primer conflicto en ocasión del Congreso Eucarístico. En el
peronismo se argumentaba que la prédica de Jesús tenía un importante contenido
social y manifestaban su preferencia por un tipo de cristianismo espontáneo que
no estaba asociado a la liturgia ni la jerarquía eclesiástica. A su vez, el estado
peronista proponía extenderse socialmente, siendo esto difícil de tolerar por el
catolicismo, acostumbrado a organizarse y discutir acerca de cuestiones sociales y
políticas.
En noviembre durante un acto peronista los discursos en contra de la iglesia
fueron muy duros, hecho que se acentúo en diciembre con la eliminación de los
subsidios para los colegios católicos, con la prisión de varios sacerdotes, la
sanción de una Ley de Divorcio y la reducción de los feriados religiosos. También
para ese entonces se consideraba una nueva reforma constitucional para separar
el estado de la iglesia. Como consecuencia para comienzos de 1955 la iglesia era
apoyada por militantes y dirigentes de partidos opositores.
En Junio de ese mismo año, oficiales de la marina y de la fuerza aérea intentaron
un nuevo golpe de estado, que tenía como objetivo primordial el asesinato de
Perón. Hecho que se vio reflejado en bombardeos en la Plaza de Mayo y zonas
céntricas dejando más de 300 muertos y un alto número de heridos. En represalia
esa misma noche activistas peronistas quemaron templos e iglesias importantes
63
de la ciudad. El conflicto político y social había alcanzado un alto nivel de violencia
(Cattaruzza, 2009).
Perón por su parte levantó el estado de sitio, permitió a los opositores hablar por la
radio e hizo cambios en su gabinete. Poco tiempo después, observando el fracaso
de su política retomó la actitud de enfrentar a la oposición, hecho que provocó un
golpe de estado llevado a cabo el 16 de septiembre de 1955. Las tropas leales al
gobierno fueron derrotadas y el 23 de ese mismo mes asume como presidente el
general Eduardo Lonardi; sin embargo, la interna militar llevó a que el general
Pedro E. Aramburu desplazara a Lonardi, de esta manera las fuerzas armadas
estaban de nuevo en el poder.
3.2. La economía entre 1916-1955
El comienzo de la Primera Guerra Mundial causó el rompimiento de un orden
económico que se había instaurado desde las últimas décadas del siglo pasado: el
modelo agro-exportador. Esta paralización económica mundial provocó un cambio
en el proceso productivo, ya que los países intervinientes en el conflicto bélico,
eran los principales importadores de la materia prima producida en el país (Basky
y Gelman, 2001).
La antesala a esta situación, se vio marcada por la quita de las inversiones en
latinoamérica por parte de Gran Bretaña, por efecto de la guerra de los Balcanes,
combinada con la peor cosecha de la historia argentina hasta el momento,
sucedida en 1913-1914, que obligó al gobierno a suspender la convertibilidad en el
mes de agosto de 1914, para evitar la falta de liquidez. Esta circunstancia nos
indica que el país ya venía atravesando una crisis, antes de que se desatara la
guerra.
Dentro de las principales consecuencias a nivel internacional, podemos mencionar
la desestabilización del sistema monetario, se estrechan los mercados para los
productores de materias primas, y se desmorona el poder hegemónico del que
64
gozaba, hasta aquel entonces Gran Bretaña por su propia economía importadora,
dando impulso a Estados Unidos como el nuevo centro de finanzas y créditos.
Este nuevo surgimiento de Estados Unidos en el panorama mundial, pudo darse
de esta manera porque norteamérica contó con la ventaja de no haber sido
epicentro bélico.
En este nuevo panorama global, Argentina se vio obligada a reestructurar su
sistema económico, cuyo eje central de comercialización era Gran Bretaña, bajo la
premisa del modelo agroexportador, en contraprestación de inversiones de capital
de dicho país, especialmente en infraestructura de transporte. Esto además fue
necesario a partir de diversas fisuras que se visualizaron claramente, como el
límite de la expansión horizontal de la agricultura, la reorientación del comercio
exterior, el detrimento de las inversiones británicas, combinado con el aumento de
las norteamericanas. En este período también se destacan la creciente relevancia
del oro negro respecto del carbón, y el consecuente desarrollo de caminos y de los
automotores, con su posterior industria en formación, con la merma del emblema
británico en nuestro país: el ferrocarril (Palacio, 2000).
Si bien son muchas las opiniones con respecto a la realidad vivida durante el inicio
de la guerra, la argentina no fue el país que mayores beneficios obtuvo durante
esta época, ya que por un lado la industria de la transformación de materias
primas nacionales, como alimento, indumentaria y talleres de reparación de
máquinas y herramientas, crecieron considerablemente, otros como el sector
metalúrgico, estratégico para el crecimiento interno, se vieron más afectados,
porque dependía de materia prima importada. En consecuencia, se paraliza la
obra pública y el empleo público, generando una caída del salario real, el aumento
de los precios de los artículos de consumo y grandes niveles de desocupación. El
camino que encontró el gobierno para subsanar esta realidad, fue a través del
inicio de la dependencia crediticia con Estados Unidos (Regalsky, 2011).
Una vez entrados en la década del ‘20 y la finalización de la guerra, Argentina vive
un período de recuperación, con el retorno de las inversiones, la recuperación de
65
los precios, reactivación del comercio exterior y las arcas públicas se estabilizan.
Paralelamente se vive el rompimiento del bilateralismo comercial con Gran
Bretaña, que significó el quiebre de la estructura tradicional de especialización en
el sector primario con una limitada industrialización. El comercio con Estados
Unidos se mantuvo estable, lo que permitió el abastecimiento de la industria a
partir de la inversión de capitales privados extranjeros, lo que hace crecer ese
sector nacional y peligrar el comercio de manufacturas con Gran Bretaña (Diaz
Alejandro, 1975).
Se asistió el crecimiento gradual y sostenido del sector industrial durante esta
década. Se registró un alto nivel de importación de maquinarias y equipos
industriales, la incorporación del motor a explosión, que termina de modificar las
técnicas de productividad, a la vez que se consolida el sistema del petróleo para
reemplazar al carbón. Los sectores que registraron mayor crecimiento fueron los
frigoríficos, automotores, petrolero, construcción, electricidad y teléfonos. Aún así,
el funcionamiento de la industria nacional seguía dependiendo del comercio
exterior, debido a que los insumos que se utilizaban eran en gran parte
importados, por lo que la estabilidad económica seguía subordinada al capital
extranjero (Regalsky, 2011).
La industria en sus inicios tuvo un desarrollo acotado asociado con la producción
de bienes para el mercado interno y luego, a raíz de la disminución del comercio
durante la guerra se vio favorecido el desarrollo de algunas industrias que
sustituían importaciones. Hacia finales de la década de 1920, se convirtió en un
sector importante para la economía: se radicaron en la Argentina varias grandes
empresas extranjeras, entre las que se destacaron las norteamericanas (Barbero y
Rocchi, 2002).
En octubre de 1929 los primeros indicios de la crisis que conducirían finalmente a
la caída de wall street se comenzaron a sentir en nuestro país. Los fondos fiscales
menguaron, el gasto del estado disminuyó produciendo como consecuencia una
baja en los sueldos y un proceso inflacionario. Según la Unión Industrial Argentina,
66
hacia 1933 la industria utilizaba el 43% de la mano de obra ocupada. Dicha
tendencia creció desde mediados de la década de 1930. A pesar de estas
circunstancias, cuando se produce la crisis de 1929 y el golpe de Estado, la
economía seguía centrada en la producción primaria para el mercado externo en
un esquema de relación comercial triangular que incluía a la Argentina junto con
Inglaterra y Estados Unidos. Así con la caída de la bolsa de Nueva York en 1929,
deviene una gran depresión que trae aparejado la necesidad de un cambio
rotundo en la orientación económica que tenía Argentina hasta aquel entonces: la
exportación hacia el mercado internacional dejó de ser el gran impulso de
crecimiento del país que caracterizó al período anterior.
A nivel internacional se observó la disminución del comercio mundial y la
retracción de la inversión de capital fuera de las fronteras de cada país, se
abandona el patrón oro en búsqueda de acuerdos bilaterales, superando el
comercio abierto-multilateral propio de la etapa anterior. Para el caso de
Argentina, la caída de los valores de la carne y el cereal de exportación, provocó
una gran dificultad para la obtención de divisas con las que se afrontaba el pago
de las importaciones y el pago de la deuda externa. Esto desencadenó en graves
problemas de financiamiento del Estado, ya que gran parte de sus ingresos
provenían de los gravámenes del comercio exterior. A nivel social, la
consecuencia más evidente fue la desocupación (Rocchi, 2011).
Los gobiernos de la década del ‘30 tomaron diversas medidas tendientes a
afrontar la situación hostil que se vivía, entre las que se pueden mencionar la
búsqueda de financiamiento, especialmente interno, la creación del Banco Central
de la Nación, el mantenimiento de la inconvertibilidad monetaria, la disminución de
las importaciones, el apoyo y regulación a la producción agropecuaria, como así
también salvaguardar las relaciones comerciales con Gran Bretaña. Ejemplo de
este último punto es el tratado Roca-Runciman7 en 1933, que se basaba
7 Sólo llegó a la aprobación de la Cámara de Diputados durante el segundo mandato de Yrigoyen,
firmado por él también. No alcanzó a contar con la aprobación del Senado por el advenimiento del Golpe de Estado, aunque terminó siendo dispuesto en 1933 durante el gobierno de facto.
67
principalmente, en asegurar determinados niveles de exportación de carne hacia
Inglaterra bajo una tarifa congelada y la reducción de gravámenes para los
productos importados de dicho país, a cambio la Argentina se comprometía a
comprar en el mercado inglés los insumos necesarios para continuar los
ferrocarriles del Estado durante tres años. El principal, por no decir único,
beneficio que obtenía nuestro país de este tratado comercial, es la obtención de
libras esterlinas a partir del acceso al mercado británico, que le permitiría equilibrar
su balanza de pagos. En 1936 vuelve a extenderse dicho tratado bajo el nombre
de Eden-Malbrán (Korol, 2001).
Encaminados hacia la autarquía, los ingresos del Tesoro Nacional no podían
seguir dependiendo exclusivamente de los recursos externos, producto de
derechos a la importación y exportación y de la venta y locación de tierras de
propiedad nacional. Durante el gobierno de Uriburu las medidas tomadas como
respuesta a la crisis estaban orientadas a equilibrar el presupuesto del Estado: se
disminuyen gastos en salarios de empleados públicos y en obra pública, se intenta
incrementar los ingresos a partir de diversos impuestos internos y el aumento de
los aranceles a las importaciones. Por otro lado, el problema más serio era el
mantenimiento del pago de la deuda pública, compuesta por la deuda flotante y la
deuda externa, esta última en su mayoría en libras.
En 1933, con Pinedo a cargo del Ministerio de Hacienda durante el gobierno de
Agustín P. Justo, existió una continuidad en las medidas tomadas por parte del
gobierno, con el fin de mantener una estabilidad económica y recaudatoria. Entre
los más representativos podemos mencionar la creación del Banco Central en
1935, la devaluación de la moneda y los impuestos internos a los réditos y a las
ventas constituyeron los gravámenes federales, precursores del nuevo régimen de
rentas anticonstitucional que adoptó la Argentina desde esa época. Se establece
una mayor intervención del Estado en el comercio exterior a partir de un control de
cambio y en el sostenimiento de los precios y en la regulación de la producción de
dicho sector (Belini, 2012).
La creación del Banco Central permitió contar con una institución que se
68
encargara de regular un sistema crediticio, actividades comerciales y el circulante,
concentrar las reservas y mitigar las fluctuaciones de capital extranjero sobre la
moneda nacional, producto por las exportaciones e inversiones y promoción de la
liquidez, entre otros. Estas medidas mostraban una continuación en la
reestructuración de la deuda pública, que se sostenía en el cambio de bonos a
corto plazo por otros bonos de un pago anual menor, pero que se prolongaban en
el tiempo, lo que permitía disminuir los costos anuales que le representaban al
Estado.
La mejor herramienta con la que contaba el Estado era el sistema de control de
cambio, que le permitía disponer quienes tendrían acceso a las divisas más
baratas del mercado oficial, y beneficiarse de la actividad comercial de las
empresas extranjeras. Pero este sistema acarreaba la creación de un Mercado
Oficial que regulara el precio de venta y compra de moneda extranjera, y que
además, estableciera un precio sostén para los productos agropecuarios (maíz,
trigo y lino). A esto también se sumó la creación de diversas juntas reguladoras de
diversos sectores (agrícola-ganadera, granos, carnes, vinos, leche, etc), y tenían
como fin proteger la producción agrícola, a la vez que se combinaban al convenio
con Inglaterra para asegurar el mercado de carnes (Girbal, 2002).
El gobierno logra una mejora sustancial en las cuentas públicas con estas
medidas, y se consigue la repatriación (en peso) de parte de la deuda. Situación
que desmejora que 1937 con la devaluación del peso y la ampliación del crédito, a
lo que también se suma la alerta por los efectos de la Segunda Guerra Mundial en
Europa. Además emerge con claridad en un clima de corrupción y descrédito que
envuelve al gobierno, tras la denuncia de evasión que realiza Lisandro de la Torre
hacia un frigorífico, y el posterior asesinato de Enzo Bordabehere en el mismo
senado de la Nación.
Aunque los efectos de la guerra no fueron tan adversos como los que se
esperaban, la economía creció hacia finales del conflicto, ya no basado en las
exportaciones, sino en el desarrollo de la industria. Si bien el desarrollo de la
69
misma en la Argentina creció bajo el auge de una economía agroexportadora,
desde finales del siglo XIX se había desarrollado una industria ligada a la
elaboración de productos y derivados de la producción agropecuaria, con el fin de
ser exportados, como es el caso de los frigoríficos y los molinos harineros.
Paralelamente durante este período de crecimiento económico impulsado por las
exportaciones, se desarrolló un mercado interno que animó a diversas industrias,
a satisfacerlo (Korol, 2001).
De esta manera, el impedimento de importar los productos, que habitualmente
adquiría la Argentina por el conflicto bélico a nivel mundial, permitió que se
reforzaran las medidas tendientes a reducir las importaciones durante los años
´30, lo que favoreció el desarrollo de la industria nacional, período caracterizado
bajo la premisa “sustitución de importaciones”.
Con la culminación de la segunda Guerra Mundial en 1945, se vislumbran grandes
dificultades para mantener el orden económico en un ambiente de posguerra. Se
vive la ampliación de los roles del Estado a nivel mundial, políticas de
nacionalización, a la vez que se extendía el socialismo de estado en el oriente
europeo y prácticas de regulación pública en los Estados Unidos. Los conflictos
bélicos y las posteriores depresiones, generaron un clima de solidaridad, y a su
vez un vuelco en la visión de que el desempleo y la pobreza eran problemas
políticos que se resolverían con mayor intervención estatal. Este era el panorama
que se observaba a nivel mundial y que sería tomado en cuenta por Juan D. Perón
al momento de hacerse cargo de la presidencia del país, tras las elecciones de
febrero de 1946 (Belini, 2012).
Para este momento, Argentina vivía un proceso de industrialización que venía
acumulándose desde hacía tiempo. Desde 1880 de la mano del imperio inglés,
con actividades industriales que giraban en torno al ferrocarril y la elaboración de
alimentos, pasando por el primer y efímero impulso de sustitución de
importaciones durante la Primera Guerra Mundial. Ello se incrementara durante la
década del ´20 con el flujo masivo de inversiones norteamericanas que aceleró la
70
gama de la producción nacional, y que siguió creciendo y diversificándose con el
cambio de régimen macroeconómico tras la depresión del ´30.
La Segunda postguerra traía aparejada una dinámica distinta a las anteriores
crisis: sobraban las divisas y faltaban bienes, en especial los indispensables para
la maquinaria de la producción industrial, que no se canalizaba a través de
importaciones. Por su parte los dirigentes no estaban tan aferrados a las
bondades indiscutibles del bilateralismo comercial que caracterizó a las décadas
anteriores, lo que dió como resultado un proceso de industrialización pujante, con
el fin de sustituir las importaciones, lo que trajo aparejado el crecimiento del
empleo (Gerchunoff y Antúnez, 2002).
Esta última puede considerarse una pieza fundamental de la política económica
del peronismo, que no fue distintiva de los años iniciales (época dorada que va
desde 1946 a 1948), como sí lo fueron la persecución del pleno empleo, el
aumento de los salarios reales y el cambio profundo en la distribución. Esto pudo
darse gracias al legado de una estructura productiva profundamente modificada
por la expansión de la manufactura, y que se benefició por políticas de
industrialización aranceladas. A ello debemos sumarle un esquema de comercio
internacional básicamente cerrado, con la nacionalización de los servicios públicos
como así también de algunas manufacturas y la consolidación de políticas
sociales. Estos elementos fueron fundamentales para la multiplicación del poder
de compra de los sectores más bajos, también la clase media accedió a nuevos
bienes, lo que implicó un salto en la calidad del estilo de vida de la población
(Belini, 2012).
Para ello se necesitaba consolidar una demanda interna que hiciera una suerte de
motor de un período de crecimiento económico y cuyo punto de partida sería la
expansión del consumo, y el gobierno contaba con dos herramientas
fundamentales: una cantidad abundante de reservas internacionales en oro y
divisas que se habían acumulado entre 1940 y 1948, y el IAPI (Instituto Argentino
de Promoción del Intercambio) con poder autónomo y multifacético dentro del
71
aparato estatal que se encargaba de diversas actividades como la venta de
artículos argentinos a países europeos, importación de otros, subsidió productos
de consumo masivo, participó en la adquisición de los ferrocarriles, otorgó créditos
a empresas públicas y ministerios para alentar las inversiones previstas en el
Primer Plan Quinquenal, pero su rol fundamental para aumentar los salarios
reales, fue la centralización del comercio exterior. Esta dinámica se vio favorecida
también con las políticas de control de precios, la institución del aguinaldo, la ley
de alquileres, la política monetaria y crediticia, palanca fundamental para el sostén
de la industria (Girbal Blacha, Zarrilli y Balza, 2001).
La política que llevaba a cabo el peronismo se benefició por una serie de hechos:
los salarios reales aumentaron, la distribución era más igualitaria, la demanda del
dinero aumentó, y como consecuencia las presiones inflacionarias se mantienen
moderadas. La transformación del Estado debía concretarse a partir de la
mantención y extensión de la plataforma de la industrialización, y para ello debía
coordinar voluntades, crear nuevas instituciones, estatizar los servicios públicos,
realizar inversiones y preparar las fuerzas armadas, acciones todas contempladas
en el Primer Plan Quinquenal (1947-1951). Durante este período se estatizaron
puertos y elevadores, los ferrocarriles, los servicios telefónicos, las usinas
eléctricas, empresas de gas, plantas de servicios sanitarios entre otros, lo que da
surgimiento a nuevas empresas estatales que impulsaron la inversión pública
(Girbal Blacha, Zarrilli y Balza, 2001).
Como marcábamos más arriba en 1949, en un contexto de vacilación económica,
se produce la reforma de la Constitución, que incluyó los derechos del trabajador,
ancianidad, educación y “función social”. Para seguir garantizando la expansión
productiva y la justicia social debía cumplirse con dos aspectos fundamentales: la
perdurabilidad de los beneficios de intercambio del comercio exterior y mantener
controlada la inflación. Pero el contexto no ayudaría, con la implementación del
Plan Marshall en Estados Unidos, la crisis que atravesaba Berlín y la guerra en
Corea, sumada a la fuerte sequía que atravesó el país durante ‘49-’50, hizo que se
produjera una caída en los precios, reducción de los volúmenes de producción y
72
en la exportación agropecuaria, una drástica reducción de las divisas que obligó a
restringir todavía más las importaciones, afectando la producción industrial
(Gerchunoff y Antúnez, 2002).
Ante esta situación, el gobierno emprendió un vuelco de la economía para
mantener la “revolución industrial”, entonces apostó al campo: el IAPI se limitó a la
comercialización de las cosechas, comprando a precios mayores de lo que lo
vendía en el mercado internacional para mantener las cotizaciones. Así, entre
1949-1952 se reasignó el crédito del sistema financiero nacionalizado al sector
agrario, y por último proveyó al campo de bienes e insumos de capital, en especial
para la adquisición de maquinaria agrícola. Ello permitiría incrementar la
productividad y el volumen de producción.
Paralelamente la inflación era un problema que debía ser atendido, y para eso el
gobierno implementó ciertas medidas para reducir el desequilibrio fiscal como
fueron la aplicación de nuevos impuestos sobre los salarios y gravámenes a
personas, corporaciones, y cargas indirectas sobre el consumo. Pero ello implicó
el frenó al gasto público con la suspensión de obras y la cancelación de otras,
presupuestos más austeros a las fuerzas armadas, así se logró desacelerar el
sistema crediticio por la selectividad y condicionalidad (Belini, 2012).
Perón comenzó a abandonar sus ideas para poder aceptar que un poco de ahorro
externo serviría para menguar la situación que se estaba viviendo y así amortizar
el nivel de vida popular alcanzado. La prioridad era mantener la productividad de
la Nación, poniendo en orden las bases que la conformaban como el transporte, la
siderurgia y la energía y la comunicación, o también llamadas “industrias
pesadas”, aspecto que estaba contemplado en el nuevo Plan Quinquenal de 1953.
Esto podía conseguirse por el aumento en las inversiones y por la apertura al
capital extranjero. Pero para ya entrado el año 1955, el desgaste político ya estaba
acelerado en un contexto de violencia y levantamiento militar en el interior del
país, y cada vez eran más fuertes los rumores de un levantamiento militar
(Gerchunoff y Antúnez, 2002).
73
3.3 Sociedad y cultura entre 1916- 1955
Entre los años 1914 y 1937 no se realizaron censos nacionales, hecho por el cual
se conocen cifras provisorias de los cambios ocurridos en la época en lo que
respecta a la población. Así para 1930 se estimaba que la población total del país
oscilaba entre los 11.000.000 y los 12.000.000 de habitantes, mientras que a fines
de la década era de unos 14.000.000. Sobre estas cifras aproximadas, el
porcentaje de extranjeros era alrededor del 24% en 1930 y descendió al 19% en
1939. Finalmente en 1947, a través del Censo, se dieron a conocer cifras exactas:
Argentina contaba con 15.890.000 habitantes; el porcentaje de extranjeros seguía
disminuyendo y llegaba al 15%; mientras que por el contrario la tasa de población
urbana crecía alcanzando el 62% (Cattaruzza, 2009: 156).
El quiebre de la tendencia al crecimiento de la población extranjera comenzó a
registrarse luego de la crisis económica internacional de 1929, este había sido
producto de la expansión del modelo agroexportador. La restricción de la
inmigración ultramarina registrada luego de la crisis hizo dar un giro a la tendencia
de las décadas anteriores. Dicha circunstancia cambiaba una de las
características de la sociedad argentina desde fines del siglo XIX.
Con la llegada de los inmigrantes el Estado buscando homogeneizar la sociedad y
por ende la cultura. Ello fue a través de políticas públicas que tenía como misión la
nacionalización de los hijos de inmigrantes, esto fue posible a partir de la
expansión de la escuela primaria y del servicio militar obligatorio (Miguez, 2011).
Durante los años 30, limitada la llegada de inmigrantes de ultramar, se produjo un
aumento y reorientación de las migraciones internas, alentadas por el proceso de
industrialización por sustitución de importaciones, hecho que se aceleró a lo largo
de la segunda mitad de la década. Durante los años posteriores a la crisis, en los
cuales la desocupación comenzó a crecer, se desarrollaron las primeras villas
miseria.
74
Este contexto comenzó a mejorar a partir de 1934, cuando las industrias
sustitutivas se instalaron en las ciudades y comenzaron a demandar mano de
obra. La mayoría fue aportada por quienes migraban del campo o de las ciudades
pequeñas a las grandes ciudades, esto provocó que el despoblamiento rural se
convirtieran en una preocupación para el Estado (Caimari, 2012).
Bajo estas circunstancias ciudades como Buenos Aires, Mendoza, Córdoba y
Rosario sufrieron modificaciones económicas y demográficas. Multiplicaron el
número de casas, departamentos y rascacielos, a su vez ampliaron y construyeron
nuevas calles y avenidas, conllevando procesos de modernización que perduraron
hasta la actualidad.
Por su parte, en lo que respecta a lo cultural, se destacó un importante crecimiento
en las tasas de alfabetización y escolarización. Consolidándose entonces,
consumidores de bienes culturales como libros, diarios y revistas de diversos
temas. También la radio y el cine sonoro se ampliaron y afirmaron durante esta
época (Cattaruzza, 2009).
El crecimiento del sector industrial y el aumento de puestos de trabajo fue paralelo
a un aumento de los sectores medios, vinculado a las posibilidades de ascenso
social. La Unión Industrial Argentina estimaba que, entre 1933 y 1938, el
porcentaje de la población económicamente activa ocupada en el sector creció del
43% al 47%. El aumento de trabajadores, empleados y obreros no calificados
iniciaron el declive de un tipo de sindicato de etapas previas, que agrupaba
artesanos y trabajadores altamente especializados y desconfiaba del estado y la
política. Como consecuencia, durante los años 30, comenzaron a reorganizarse y
ampliar los sectores de trabajadores que formaban parte del mismo. Varias
organizaciones obreras empezaron a negociar con el estado para la resolución de
conflictos y la obtención de herramientas legales relacionadas con las condiciones
de trabajo. De este modo, la política comenzó a ser importante para el movimiento
obrero.
Durante el estado de sitio, la dirigencia obrera sufrió represión, expulsiones del
75
país, torturas e inclusive ejecuciones. Sumado a esto la desocupación y la
disminución de salarios dificultaba la actividad de los militantes sindicales. Sin
embargo, a pesar de las circunstancias, dos de los centrales (La Unión Sindical
Argentina y La Confederación Obrera Argentina) se unieron, retomando iniciativas
de años anteriores, para construir la Confederación General del Trabajo (CGT)
(Cattaruzza 2009).
La llegada de Justo al poder mejoró las condiciones para el desarrollo de los
sindicatos posibilitando la negociación entre el gobierno y las organizaciones
obreras. Sin embargo, tuvieron lugar importantes huelgas, en las cuales el 75% de
los casos los trabajadores fueron derrotados. A partir de 1934, el porcentaje de
derrotas de los trabajadores en conflictos comenzó a disminuir paulatinamente a lo
largo del período.
En 1941, según el censo llevado a cabo por el Departamento Nacional del
Trabajo, eran aproximadamente 440.000 los trabajadores que estaban
sindicalizados, representando un importante crecimiento desde 1930. En su
mayoría las bases sindicales se ubicaban en las grandes ciudades del Litoral. La
situación para ellos no era sencilla, ya que los escasos convenios conseguidos
eran desconocidos por las empresas, hasta incluso algunas de las mejoras
obtenidas por ley. El poder de las organizaciones sindicales era insuficiente para
llevar adelante el control de las condiciones de trabajo en fábricas y talleres.
Los casi diez años de gobierno peronista representaron importantes mejoras en
franjas muy amplias de la población, sobre todo en los sectores populares. Se
amplió el número de personas con posibilidades de acceso a bienes y servicios
que antes eran reservados a sectores sociales restringidos. Entre ellos se
destacan los relacionados al equipamiento y mantenimiento del hogar,
esparcimiento, salud, educación y vivienda.
Como consecuencia de la mejora de los salarios reales y de la legislación laboral,
creció el tiempo libre del que disponían quienes trabajaban, y a su vez las
posibilidades de utilizarlo en entretenimiento. El consumo de sectores populares y
76
medios aumentó en alimentos, bebidas, electrodomésticos y espectáculos. Se
aceleró el crecimiento de la escolarización primaria y secundaria, mientras se
ampliaban los grupos que aportaban estudiantes a la universidad (Caimari, 2012).
Esto sumado a la extensión de las jubilaciones, las mejoras en la salud pública, la
puesta en marcha de planes oficiales de vivienda, el congelamiento de alquileres y
la apertura de línea de créditos económicos para la construcción, así como la
ampliación del turismo social fueron algunos de los cambios ocurridos durante el
período peronista que llevaron a una recuperación de las posibilidades de ascenso
social y a una mayor integración.
Para 1955, los asalariados percibían aproximadamente el 50% de la riqueza
nacional, los salarios reales eran de un 60% superior en relación con los de 1945.
Dichos aumentos implicaron un movimiento general de redistribución de la
riqueza; igualmente dicha tendencia se ajustó de acuerdo con la situación previa
de los distintos sectores.
Entre 1946 y 1953 el consumo de carne, bebida, vestimenta, electrodomésticos y
calzado crecieron a niveles superiores al 100%. En general el consumo se
expandió a un promedio anual del 13, 5%. En cuanto a la vivienda, en 1946 los
datos señalan que entre los trabajadores el 64% no era propietario de la casa que
habitaba. A su vez el Censo Nacional realizado en 1947 indicaba que las viviendas
alquiladas rondaban el 70% del total. Así como el congelamiento de alquileres
permitió consolidar las mejoras nominales de salarios, los créditos a tasa baja y la
propia construcción encarada por el estado de monoblocks y barrios de nuevas
viviendas puestas a la venta con facilidades, permitieron la ampliación de números
de propietarios (Cattaruzza, 2009:231). Simultáneamente, junto con la migración
interna crecían las villas miseria: en 1956, 110.000 personas se hallaban en esa
situación en Buenos Aires.
La salud pública fue otra de las áreas importantes en este proceso: se impulsaron
campañas de prevención y erradicación de enfermedades y se llevaron a cabo
vacunaciones masivas. Dichas campañas eran acompañadas con propagandas
77
que fomentaban la educación sanitaria. Entre 1946 y 1954 se duplicó el número de
camas disponibles en los hospitales.
Medidas como las vacaciones pagas y el aguinaldo regían para todos los
trabajadores impulsando el desarrollo del turismo de masas. El gobierno construyó
colonias turísticas manejadas por la Fundación Eva Perón (desarrollaba tareas
asistenciales dirigidas a los grupos más vulnerables entre los sectores populares).
A Mar del Plata en 1940, habían arribado 380.000 turistas, mientras que en 1955
llegaron a 1.400.000; hecho que demuestra la masividad y crecimiento del sector
(Cattaruzza, 2009:233).
En cuanto a la educación; en la enseñanza primaria la tasa de crecimiento anual
de la matrícula se recuperó y superó las cifras de los años 30. Los avances más
significativos se dieron en el nivel secundario: el crecimiento anual promedio de la
matrícula rondó el 11,5 % superando las cifras de los años 30. Simultáneamente
aumentaba el número de estudiantes que eran miembros de sectores
trabajadores, así como la extensión de la escolarización secundaria a gran parte
de los grupos medios. También creció el número de estudiantes universitarios,
integrado por 6 universidades nacionales: Córdoba, Buenos Aires, La Plata,
Tucumán, Litoral y Cuyo. Desde 1949 el área de educación tenía su propio
ministerio y en 1950, a través de un decreto, se estableció la enseñanza
universitaria gratuita.
Entre 1946 y 1950, el gobierno peronista quiso impulsar sus propias políticas
culturales reformando las reparticiones que habían sido creadas en la década
anterior. Se creó la Subsecretaría de Cultura y la Junta Nacional de Intelectuales.
Otro proyecto fue el de poner al alcance de auditorios y públicos más amplios un
conjunto de productos culturales relacionados con la argentina tradicional que el
gobierno consideraba como parte de la educación y mejora en la calidad de vida.
Así se estableció que en las radios debía difundirse un 50% de música nacional,
se organizaron viajes en tren por el interior, se creó la Orquesta Sinfónica
Municipal y luego la Nacional, se dieron recitales gratuitos de música clásica en el
78
Teatro Colón y se brindaban funciones gratuitas en el salón de actos de la
Facultad de Derecho para los sindicatos y la Fundación Eva Perón (Saitta, 2012).
3.4 El turismo en la primera mitad del siglo XX
3.4.1 El turismo de élite y los primeros destinos turísticos
El turismo en la Argentina comienza a desarrollarse en las últimas décadas del
siglo XIX, momento en el cual se consolida el proceso de organización nacional y
el Estado-Nación, a la vez que se afianza el modelo agroexportador, en el cual la
Argentina se posicionó como proveedor de materias primas – cereales y carnes –
en el orden mundial como hemos venido marcando en estas páginas.
En sus inicios, la demanda turística se circunscribía a los miembros de la élite, es
decir, a los sectores sociales más acomodados de la población, quienes imitaban
comportamientos sociales de las élites europeas, con los que se sentían
identificados. Tenían un estilo de vida caracterizado por el lujo y la ostentación.
Así, como plantea Bertoncello, “el turismo tiene para estos grupos una clara
función social, en la medida en que se trata de una práctica compartida que define
y refuerza el grupo de pertenencia y establece claras distinciones respecto de los
otros.” (2006:319).
La élite se desplazará hacia destinos cuyos principales atractivos eran la playa y la
montaña, similares a los que se desarrollaban en los destinos turísticos europeos.
El alojamiento jugaba un papel fundamental en este tipo de turismo, ya que los
grandes hoteles debían ofrecer servicio y confort semejante al modelo europeo:
contaban con grandes salones comedores donde se desarrollaban las fiestas
aristocráticas, sala de espectáculos, sala de juego, sala de lectura, además de las
espaciosas y lujosas habitaciones. Un papel secundario o casi inexistente tenían
los baños en el mar, ya que el papel fundamental lo ocupaba el disfrute del paisaje
(Walingre, 2007).
En lo que respecta a las localidades de montaña, en ellas se consolidó un turismo
79
relacionado con la salud. Así se le otorgaba al aire serrano un conjunto de
cualidades sanativas que prometían hacer posible la cura de afecciones comunes
en la época, como aquellas relacionadas a las vías respiratorias, por ejemplo. Otro
destino destacado eran los centros termales, con sus grandes hoteles,
organizados alrededor de sus salas de baño, donde la importancia radicaba en las
propiedades curativas de las aguas para las enfermedades reumáticas, afecciones
herpéticas, enfermedades nerviosas y crónicas (Schluter, 2003).
El desarrollo de esta forma de turismo estuvo apoyado en mejoras significativas no
sólo en aspectos edilicios y de infraestructura hotelera, sino que fue posible por el
desarrollo ininterrumpido que tuvo en las primeras décadas del siglo XX el
transporte ferroviario y automotor en el país. Como marca acertadamente Schluter
(2003), en esta época el ferrocarril se convirtió en un elemento central para
desarrollar y potenciar el turismo. En 1880 se contaba en la Argentina con una
extensión de 2516 kilómetros de líneas férreas, número que fue cuadruplicado
para 1890 y llegó a alcanzar los 28332 kilómetros en 1910. Estas cifras
demuestran la importancia que adquirió este medio de transporte, que no solo
impactó en el transporte de mercaderías –destino fundamental de sus servicios–,
sino también en el transporte de personas.
En ese sentido, el turismo se vio beneficiado ya que por una parte proporcionó
viajes más cómodos y seguros, y por otro, las empresas ferroviarias se
encargaron de la construcción y de la administración de hoteles en sitios que
carecían del equipamiento necesario para hospedar a los viajeros, aumentando el
tráfico de pasajeros por todo el territorio nacional. En las primeras etapas de este
proceso el ferrocarril tuvo un papel destacado, por haberse extendido en el
territorio nacional permitiendo la accesibilidad a los lugares turísticos, y
posibilitando el traslado de los turistas. Es de suma importancia destacar el rol que
las empresas ferroviarias jugaron en la prestación de dichos servicios, ya que
edificaban hoteles en zonas potencialmente turísticas y ofrecían boletos
económicos y combinados que incluían el transporte y la estadía (Wallingre,
2007).
80
Además del ferrocarril, otro medio de transporte iba emergiendo como alternativa
para los turistas: el automóvil. Su impacto positivo en el turismo no puede
disociarse de la acción de asociaciones como el Automóvil Club Argentino (ACA) y
el Touring Club Argentino (TCA), a comienzos del siglo XX, que exigían al Estado
la construcción de caminos, la señalética correspondiente y la difusión de una
pedagogía automovilística. Ambas entidades desarrollaron numerosas actividades
que fomentaron el desarrollo de la actividad, tales como publicar planos camineros
del país, diagramar paseos por zonas pintorescas, brindar información necesaria
al público en general en materia de turismo, entre otras. Junto a esto, el Estado
nacional profundizó desde los años veinte un plan de construcción de carreteras y
mejora de caminos que fue fundamental en la expansión automovilística en el
país, fomentando la circulación por zonas antes vedadas e incentivando nuevos
destinos turísticos en todo el territorio nacional (Piglia, 2014).
3.4.2 Los primeros pasos hacia el turismo de masas
Durante la década del 20, el turismo fue impulsado en el interior del país con una
doble función: buscar des-provincializar a los habitantes del interior y argentinizar
a los porteños. La expansión del turismo con esta doble función había comenzado
durante la Primera Guerra Mundial, pero el progreso más notable ocurrió durante
estos años con la consolidación de las clases medias, sumado a la difusión del
automóvil y a ciertas políticas sectoriales. En este sentido, “el turismo representó
un instrumento de modernización que contribuía eficazmente con la
transformación de la Argentina de país rural en moderna nación urbana; este junto
con la expansión de la red caminera y la obra pública, era símbolo y acción de
progreso” (Capanegra, 2006:46).
Dichas transformaciones tuvieron lugar, como ya marcamos, en un contexto en el
cual retornaban los conservadores al poder mediante un golpe militar, se produjo
una marcada crisis económica que se desarrolló en los años treinta a nivel
mundial, lo que generó reducción de flujos migratorios internacionales, y se dieron
81
migraciones internas en la Argentina que llevaron a un número importante de
individuos del interior hacia los grandes centros urbanos. Este fenómeno fue
potenciado por el proceso de industrialización por sustitución de importaciones. De
esta manera, la Argentina pasó de un modelo abierto de crecimiento a uno semi
cerrado, con una declinación de la base agropecuaria y de apertura comercial,
sobre la que se había afirmado la fortaleza de su economía, pasando a desarrollar
una industria liviana sustitutiva de importaciones. Esto influyó claramente sobre el
modelo turístico.
El cambio fundamental que se produjo durante dicha década en materia turística
fue convertir a la actividad en una preocupación pública y, por consiguiente, el
Estado jugó un importante papel para fomentar su desarrollo. Dentro de las
acciones realizadas podemos destacar la construcción de obras públicas e
integración territorial mediante un mayor tendido vial, la sanción de la Ley
12.699/39 la cual faculta a la Dirección General de Arquitectura a otorgar créditos
para la construcción de hoteles y su amueblamiento, y la sanción de la Ley
12.103/34 de la Dirección General de Parques Nacionales dentro del Ministerio de
Agricultura, que habilitaba la creación de zonas protegidas dentro del territorio
nacional, potenciales destinos turísticos centrados en el contacto con la
naturaleza.
Durante la década infame, la función civilizadora que se le otorgó al turismo,
sumado a las transformaciones legislativas que favorecieron el desarrollo de la
actividad en los sectores medios (sábado inglés, la jornada laboral de ocho horas
y las vacaciones obligatorias pagas), alentaron un proceso de democratización del
acceso al ocio, que pocos años después el peronismo extendería a los sectores
obreros. Las clases acomodadas y los sectores medios comenzaron a veranear en
las mismas regiones, aunque en zonas y hoteles diferentes. Se generaron
entonces conflictos entre una elite que participaba mayoritariamente del turismo y
mantenía la exclusividad durante muchos años, con otras clases sociales que
incomodaban su privacidad (Walingre, 2012).
82
Dichos cambios sociales conllevaron la transformación de la práctica turística, la
modificación de los destinos tradicionales y la consolidación de nuevos destinos.
El derecho al descanso se fue asociando cada vez más con el turismo, ya que
este fue visto como instancia de recuperación física y mental necesaria para el
mundo laboral. Como plantea Bertoncello, “paulatinamente, el turismo se instala
como una necesidad, y también, como un derecho” (2006: 322).
3.4.3 El peronismo y el triunfo del turismo de masas
Con la llegada de Juan D. Perón al gobierno (1946-1955), este se constituirá en un
momento paradigmático de ese proceso de democratización del ocio que hemos
mencionado. Ello será posible en especial porque las políticas que se desplegaron
en estos años lograron incluir a los hasta entonces excluidos de las prácticas
turísticas. Así en un contexto económico con un fuerte rol del Estado, se sostendrá
una política económica preocupada más por la redistribución que por la
generación de nuevos recursos. En el plano institucional se traducía en una fuerte
intervención en favor de nuevos beneficiarios sociales – los trabajadores –, el
papel de Estado se impuso sobre los partidos políticos como canales de
intermediación de los intereses.
El peronismo buscaba crear un vínculo sólido entre el régimen y sus seguidores,
basado en compartir costumbres y gustos comunes con el fin de crear en el
imaginario popular un recuerdo no solo de un buen gobierno, sino también de un
clima festivo en el cual las clases populares tuvieran un acceso fácil al
consumismo, la diversión y mayor tiempo libre. En ese contexto, las vacaciones se
transformaron en un derecho, y los sectores trabajadores en naturales
beneficiarios de las mismas. Su éxito fue factible cuando el gobierno reconoció la
importancia de una activa participación del Estado en el fomento del tiempo libre,
por medio de la puesta en marcha de un programa de políticas públicas con la
finalidad de difundir el turismo y los diferentes destinos turísticos a lo largo del país
(Pastoriza, 2011).
83
Estas acciones fueron una entre tantas que tenían como objetivo importante
organizar y controlar a las masas y ampliar su consenso político. El turismo fue
posible para los sectores trabajadores porque fue acompañado de otras acciones
que permitieron la mejora de sus condiciones de vida como marcábamos páginas
atrás: la fijación de salarios mínimos, el congelamiento de los alquileres, el
establecimiento de precios máximos a los artículos de consumo popular, los
créditos y los planes de vivienda, las mejoras en la oferta de salud pública, la
construcción de escuelas y colegios, la organización del sistema de seguridad
social, entre otras. En ese contexto, la implementación de los programas de
turismo social fue un elemento más que, junto a los antes mencionados,
proporcionaron cambios significativos en el nivel de vida de las clases
trabajadoras (Wallingre, 2007-2011).
En cuanto a las políticas relacionadas con la actividad turística, las cuales serán
de gran importancia para nuestra investigación, podemos mencionar el
otorgamiento de paquetes vacacionales a precios controlados, la ampliación y
mejora de la infraestructura necesaria para el desarrollo del turismo, el incremento
de la capacidad hotelera, descuentos en tarifas de transporte y la organización del
turismo popular y/o social administrado desde el propio Estado, los Sindicatos y la
Fundación Eva Perón.
Cabe destacar que es el primer gobierno de Perón el que incluye al turismo en su
planificación nacional. Según las palabras del presidente Perón, en el contexto de
estas políticas sociales, el turismo social:
“tendrá como finalidad posibilitar el acceso de la población
trabajadora a los lugares de turismo y será organizado
facilitando a los servicios de bienestar y asistencia social de
las asociaciones profesionales, la construcción de hoteles y
colonias de vacaciones, y las franquicias posibles en los
medios de transporte. No es un objetivo “ideal”. Está en
plena marcha. Los trabajadores saben cuánto hizo el
84
Gobierno y la Fundación Eva Perón en esta tarea de
fundamental trascendencia social” (citado en Pastoriza,
2008:203).
El ocio popular estaba integrado por dos tipos de demandas claramente definidas:
las áreas marginales comprendidas por los Parques Nacionales y aquellas ya
consagradas por las elites y las clases medias altas, como Mar del Plata y
Córdoba. Desde sus inicios, uno de los propósitos del Estado fue promover una
fuerte vinculación con el sector sindical, ya que los mismos serían los encargados
de la organización y prestación de la actividad turística para sus afiliados. Dichas
vacaciones fueron promocionadas a través de un eslogan muy recordado: “Usted
se paga el viaje, el gobierno el hospedaje”. El mismo era asociado a los premios
relacionados con una mayor y mejor producción en las fábricas, los talleres y las
áreas rurales.
Paulatinamente se fue consolidando una organización nacional del turismo
mediante la creación de una Escuela de Capacitación Hotelera y Turística, la
generación de una nueva clasificación y sistema tarifario hotelero, la elaboración
de una Ley Nacional de Turismo y un sistema de inversiones e incentivos
destinados a la industria privada. Dichas políticas produjeron un gran impacto y
significación en la memoria colectiva de la sociedad, sobre todo en las clases
trabajadoras. Marcaron un corte en la historia que perdura hasta la actualidad, ya
que para muchos representó la ampliación de sus horizontes al poseer el acceso a
una mayor cantidad de beneficios con una estructura de ingresos más igualitaria.
También se deben destacar factores intangibles que formaron parte de esta
significación integrados por sentimientos y emociones desconocidas hasta
entonces, como son el orgullo, el respeto, la dignidad y el llegar a “ser alguien”.
Según Pastoriza, la actividad turística durante el gobierno peronista cumplió dos
funciones fundamentales: por un lado, ser indicador de distinciones, y por otro de
inclusión.
CAPÍTULO IV
Necochea: su
transformación en ciudad
turística
Vista Aérea de la playa céntrica y Rambla Municipal 1968. Fuente: Archivo Histórico del Museo
Regional.
86
4.1 El trazado de la Ciudad de Necochea
A principios de 1890 comenzó a desarrollarse la venta de terrenos en la costa
marítima de la ciudad de Necochea originando el barrio balneario, a más de cuatro
kilómetros del centro de la ciudad. Unos años antes, emprendimientos privados
habían comenzado a dinamizar la costa. En 1885 un inmigrante vasco llamado
Julián Arzúa inaugura el primer hotel en la ciudad denominado “La Perla de San
Sebastián Argentino”, y posteriormente el “Balneario Arzúa”. Dos años después se
construye el segundo hotel, “La Perla Hotel Marino” y en 1892 “La Perla General
Díaz Vélez”. Así de manera paulatina, la costa marítima se fue poblando con
edificaciones de diversos estilos, teniendo como eje central a la Rambla Municipal,
la cual era un importante centro de encuentros sociales y paseos. Los baños de
mar comenzaron a ponerse de moda incentivando la construcción de un
importante número de negocios y alojamientos.
Aunque al fundarse la ciudad, en 1881, los necochenses ya soñaban con un
balneario y algunos de los fundadores plantearon que la ciudad fuera creada sobre
la costa, no fue hasta 21 años después que comenzó a hacerse realidad aquel
sueño y recién en 1945 se expropiaron las tierras para urbanizar la zona balnearia.
A fines de 1901 Eustaquio Díaz Vélez (heredero del general Eustaquio Díaz Vélez)
había comenzado las gestiones para la fundación de un pueblo entre el ejido de
Necochea y el océano. En febrero de 1902, el ingeniero Carlos Paquet realizó el
proyecto. El Departamento de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires
dictaminó que el proyecto debía ser modificado, pues la extensión de las
manzanas era considerada excesiva. Allí comenzaron los inconvenientes y no por
Díaz Vélez, sino por las autoridades. Los herederos del dueño de la tierra
proyectaron un trazado de avanzada turística, superior al de Pinamar.
Aunque se escucharon voces de protesta contra la familia Díaz Vélez, fue el
Concejo Deliberante el que no aprobó el proyecto.
El 26 de septiembre de 1927, al aprobarse la ley 3.928 de ensanche del ejido de
Necochea en 10.000 hectáreas, los herederos de Díaz aceptaron también el
87
ensanche de lo que ya comenzaba a llamarse la Villa Díaz Vélez.
En 1939, la señora Mathilde Álvarez de Toledo de Díaz Vélez solicitó la
aprobación de la división de tierras en lo que hoy es la villa balnearia. Intervino el
ingeniero Justo Duggan y la dirección de Geodesia aprobó el proyecto, ya que se
trataba de una ampliación del ejido y las reservas de uso público sobrepasaban el
porcentaje establecido por la ley. Sin embargo, este proyecto encontró oposición
en la Municipalidad de Necochea por considerarse que la "subdivisión es
inconveniente para una ciudad balnearia cuya población estable y de temporada
no es de gran densidad". Se consideraba que era inútil la ampliación de la zona
balnearia en "regiones actualmente despobladas".
La Dirección de Geodesia expresó en ese momento "que no puede privarse a un
particular la facultad que tiene de dividir o vender su propiedad, siempre que se
ajuste a las reglamentaciones vigentes". El asesor del Gobierno adhirió a la
opinión de Geodesia y aconsejó la aprobación del fraccionamiento. El Consejo de
Obras Públicas de la Provincia consideró que podían aprobarse las subdivisiones
propuestas. El Comisionado Federal, por decreto 6.043, aprobó el proyecto. Pero
la Municipalidad de Necochea, basándose en opiniones de la Asociación de
Fomento y de la Cámara Comercial local, dictó una resolución que estableció
"oponerse en forma terminante a la ampliación del ejido” de la villa balnearia.
Recién en 1945 las autoridades municipales y entidades locales parecieron
ponerse de acuerdo al respecto y comenzaron a exigir la aprobación del proyecto
de expropiación de las tierras que pertenecían a doña María del Carmen Felicitas
Díaz Vélez de Álvarez de Toledo.
4.2 Los primeros cambios hacia la “modernización” de la ciudad
Como habíamos marcado en páginas atrás, entre finales del siglo XIX y principios
del XX se desarrolla lo que se conoce como la “belle époque”, época que estuvo
marcada por la ostentación y el lujo de las clases pudientes. Ello se reflejó en
diversos ámbitos de la sociedad, desde la arquitectura hasta los espacios de ocio.
88
Un ejemplo, de esto son los llamados “hoteles de lujo” que se crearon en ese
tiempo, que a su vez eran frecuentados por los miembros de la elite. Dentro de
este grupo se encuentran el hotel Edén en la localidad de La Falda, Córdoba; el
Bristol Hotel en Mar del Plata; hotel Termas Rosario de la Frontera, Salta; Hotel y
Casino Termas de Reyes, a 30 km. de la ciudad de San Salvador de Jujuy, entre
otros. Parte del imaginario de los veraneantes de la época, era encontrarse con
paisajes, no solo naturales, sino también arquitectónicos, que les representara al
viejo continente. Cabe destacar que gran parte de la aristocracia que comenzó a
movilizarse por el país por motivos de descanso a finales del siglo XIX y
comienzos del XX, había tenido oportunidades de conocer Europa, ya sea por
viajes de estudio, negocios, o por socializar con personas que habían visitado el
continente (Schlüter, 2003).
A pesar del incipiente desarrollo que tenía Necochea como ciudad, en ella se
visualizaron en 1914 varios hoteles (volveremos sobre esta cuestión). Además,
contaba, gracias a un arduo trabajo de la Sociedad de Fomento8 (encabezada
ésta por el vecino Domingo Olivera), con un sistema de tranvías que unía a la
ciudad con la playa abarcando aproximadamente 80 cuadras saliendo por la actual
calle 62 y siguiendo por 61, 56, av. 59, av. 42, 87 hasta av. 2. En un principio dicha
línea iba a ser a tracción eléctrica, razones de última hora determinaron la tracción
a vapor (véase Imagen 4.1).
8 Sociedad de Fomento: Institución creada y sostenida por vecinos que se unen de manera
voluntaria sin fines de lucro con el objetivo de llevar a cabo acciones que beneficien el desarrollo y progreso de la ciudad. Sus fondos han sido constituidos con “honorosos y voluntarios aportes de los señores vecinos, que han facilitado nuestra labor en pro del adelanto local…” (Anuario de Ecos Diarios, 1941:26) La misma fue fundada en 1881, junto con la fundación de la ciudad y fue la encargada de hacer entrega de los terrenos a los vecinos adquirentes. Fué presidida por Ángel Ignacio Murga.
89
Imagen 4.1
Inauguración del tranvía a vapor (3 de enero de 1913)
Fuente: Primer Museo Virtual del Transporte Argentino. www.busARG.com.ar
Pero la vida del tranvía fue corta en nuestra ciudad. En aquel entonces, Necochea
se había transformado en una de las ciudades turísticas más importantes del país,
por lo que requirió un sistema de tranvía más eficiente, renovándose las viejas
máquinas por tranvía eléctrico a trolley (véase Imagen 4.2).
90
Imagen 4.2
Inauguración del tranvía eléctrico (8 de febrero de 1914)
Fuente: Colección Aquilino González Podestá.
El tranvía cambió la fisonomía de la ciudad, ello fue posible debido al trabajo de la
Asociación de Fomento, quien realizó importantes obras que le imprimieron un
halo de esplendor y despegue para Necochea en los años comprendidos entre
1910 y 1914.
El trabajo de esta asociación no se circunscribió solo a la instalación de los
tranvías, sino que también participó en la construcción del Casino, con amplias
salas que se caracterizaron por estar lujosamente ambientadas.
Según los Anuarios del Ecos Diarios, a partir de los años veinte y treinta, la ciudad
tenía una amplia variedad de alojamientos y transportes de diversas tarifas que
facilitaban una estadía más económica, lo que generó que las primeras familias
ricas veraneantes fueran acompañadas por otras procedentes de clases sociales
más bajas. A partir de este hecho la ciudad amplió su paisaje social estival. En
relación a esto, Antonio F. Ignacio, propietario de Ecos Diarios, sostenía en 1931,
que: “Como balneario propicio para descansar y disfrutar de unas gratas
vacaciones, no existe en nuestro país ningún otro que aventaje al de Necochea”.9
9 En los ´30 Necochea recibía 10.000 turistas por verano. En el álbum del Cincuentenario de
91
En esta misma línea y para sostener esta argumentación es importante remarcar
que para los necochenses la ciudad estaba atravesando importantes
transformaciones que se visualizaban
"magníficos lugares de recreo a lo largo de la costa y en la
riberas del Río Quequén Grande. La belleza admirable de
sus paisajes y los encantos múltiples que Necochea ofrece
por doquier, hacen de él el sitio ideal para todos los
veraneantes que buscan reposición de energías y
esparcimientos saludables a pleno contacto con la naturaleza
pura”.10
Estos cambios también fueron captados a través de la fotográfica unos años antes
(véase Imagen 4.3).
Imagen 4 .3
Vista aérea Villa Díaz Vélez (1927)
Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional
Necochea recuperado el 11 de noviembre de 2014 de http://www.ecosdiariosweb.com.ar/nuestra-historia/2014/11/11/necochea-recibia-10000-turistas-verano-32474.html 10 En los ´30 Necochea recibía 10.000 turistas por verano. En el álbum del Cincuentenario de
Necochea recuperado el 11 de noviembre de 2014 de http://www.ecosdiariosweb.com.ar/nuestra-historia/2014/11/11/necochea-recibia-10000-turistas-verano-32474.html
92
En relación a la playa sostenían que "su edificación es modernísima. Aparte de los
suntuosos hoteles construidos últimamente, un sinnúmero de elegantes y
confortables chalets ofrecen una espléndida impresión de conjunto”.11 (véase
Imagen 4.4)
Imagen 4.4
Playas céntricas de Necochea
Fuente: Ecos Diarios, Anuario 1931.
Así el comienzo de la década del 30´se visualizaba muy próspera para la ciudad
balnearia y para la Villa Díaz Vélez, en particular:
"va progresando en forma asombrosa”, …”los grandes
adelantos que en pocos años a esta parte se han operado en
la villa, hacen que ésta vaya perfilándose como la gran
ciudad balnearia del futuro”. 12
Esta prosperidad se visualizaba en La Villa Díaz Vélez, por ejemplo, a partir de
numerosos hoteles que se había instalado en la zona: Necochea, La Perla Hotel
Marino, Royal, Atlántico, París y Playa (véase Imagen 4.5 y 4.6). Además, sobre
11 Álbum del Cincuentenario de Necochea recuperado el 11 de noviembre de 2014 de
http://www.ecosdiariosweb.com.ar/nuestra-historia/2014/11/11/necochea-recibia-10000-turistas-verano-32474.html 12 Ibidem.
93
la misma playa se encontraba el establecimiento balneario La Sirena, dotado de
un moderno servicio especial de baños calientes y fríos de agua de mar.
Imagen 4.5
Postal del Hotel Necochea y balneario (1930)
Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional
94
Imagen 4.6
Royal Hotel (1940)
Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional
Para estos años no faltaron tampoco "los establecimientos de baños con casillas
movibles figuran los de Barbarito Hnos., Manuel Uzobiaga y de los hoteles La
Perla, Royal y París”13. Hay que tener en cuenta que "las comodidades en materia
de hospedaje que ofrece Necochea durante el verano, son completadas con los
establecimientos existentes en el centro de la ciudad y que funcionan todo el año:
España, Vasconia, Gran Hotel, La Paz, Liverpool, Averhoff e infinidad de casas de
pensión”14, concluía la nota.
El desarrollo urbanístico de la ciudad fue acompañado por un auge en el comercio.
Este se visualizaba claramente en la Rambla Municipal que era considerada un
verdadero centro comercial, en el que los turistas podían acceder a comercios de
13 Ibidem. 14 Ibidem.
95
diferentes ramos y comprar los más diversos productos (véase Imagen 4.7). Por
otra parte, el balneario contaba con cine, bares, servicios de telégrafo, teléfono,
tranvía eléctrico y ómnibus.
Imagen 4.7
Entrada a la Rambla ubicada en actual Avenida 2 y calle 83 (1930-1940).
Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.
A principios de la década del 30, la joven Villa Díaz Vélez albergaba a unos 10.000
turistas por año, de acuerdo a las cifras dadas a conocer por el Ferrocarril del Sud.
Los veraneantes se alojaban en los hoteles y casas de pensión del balneario y de
la ciudad, viviendas particulares y chalets.15
15 Ibidem.
96
4.3 Cómo llegar a Necochea y a la playa: desarrollo del transporte hacia y en
la ciudad
Como hemos marcado páginas atrás, desde finales del siglo XIX y principios del
XX, la red ferroviaria se extendió por todo el país y por supuesto Necochea no fue
la excepción. Este fue el medio de transporte por excelencia que utilizaban los
turistas para llegar a la ciudad. Gracias al Ferrocarril del Sud Buenos Aires y
Necochea se encontraban cada vez más cerca. El número de trenes para los años
30 había aumentado considerablemente, se incorporaron 3 trenes más semanales
que circulaban vía Chas y Tandil, vía Las Flores, Cañuelas y Tandil y vía Dolores.
Así la temporada 1935/36 “arrojó un saldo favorable”: según las estadísticas
otorgadas por el Ferrocarril del Sud son más de 15.000 los turistas que visitan
nuestra ciudad brindando un aporte anual del 25% a la economía local. Las cifras
fueron iguales a la temporada anterior16. No hubo aumento debido a la
inestabilidad del tiempo, factor que afectó a todos los balnearios de la costa. Cabe
destacar que en dicha época la temporada estival tenía una duración total de 5
meses comenzando el 1 de diciembre y finalizando el 30 de abril. Necochea tenía
una doble condición, por un lado era un centro granero exportador y por otro un
lugar de veraneo. Como consecuencia las obras de vialidad se llevaban a cabo
con doble función: por un lado son caminos de trabajo y por otro de turismo.
Algo similar sucedió “durante la temporada 38/39 vinieron a Necochea 25.000
turistas. En pocos años, la afluencia de veraneantes al segundo balneario del país
se ha triplicado. Ya en el período 1937/38 la estadística del F.C. SUD señalaba
para Necochea el récord de aumento proporcional sobre todos los puntos del
circuito marítimo y serrano del sud bonaerense” expresaba con entusiasmo el
diario local en 1940. 17 Además en referencia a las cifras de visitantes estivales,
datos que corroboraba la Asociación de Fomento según se expresa en el Anuario
del Ecos Diario de 1940, la cantidad de pasajes expedidos hacia la localidad de
16 Ecos Diarios, Anuario 1937. 17 Ecos diarios, Anuario 1940.
97
Necochea por el F.C.S. (Ferrocarril del Sud)18 desde Plaza Constitución,
Temperley y La Plata sumaron 12.95019, sin incluir en dicha cifra, los veraneantes
que viajaron en otras líneas del F.C.S, ni los que se aproximaron en automóviles
particulares. Estas estadísticas levantaban un fuerte entusiasmo en la comunidad
con respecto a las temporadas venideras, ya que año tras año, las cifras de
visitantes iban en ascenso. Ello se visualiza claramente en playas repletas de
veraneantes (véase Imagen 4.8).
Imagen 4.8
Playa céntrica en 1940.
Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional
Además, debe tenerse en cuenta que durante los meses de diciembre, marzo y
abril comienzan a regir los boletos ferroviarios combinados con hospedaje
ofreciendo al turista un veraneo económico, tanto en lo que respecta al viaje como
a la estadía. Los boletos de turismo más económicos valían $35 por persona ida y
vuelta en coches de primera clase, mientras que los boletos de temporada alta
(enero y febrero) el precio era a partir de $40 por persona ida y vuelta también en
18 A partir de aquí se utilizará la abreviación F.C.S para referirse al Ferrocarril del Sud. 19 Ecos Diarios, Anuario 1940.
98
primera clase. Entre Necochea y localidades vecinas (Mar del Plata, Miramar,
Lobería y Balcarce) había ómnibus dos veces por día. Los precios de los mismos
oscilaban entre $ 4 y $ 5.20
En 1938 comienza la construcción de varias rutas, entre ellas la ruta Mar del Plata
– Necochea y la ruta de Lobería. Estas serían punto de convergencia de varias
otras rutas que permitirán seguir fomentando el balneario. Aunque cabe remarcar
que el ómnibus no era aún, una competencia para el tren ya que el servicio de
ómnibus de la empresa “El Rápido” tardaba desde Buenos Aires 8 horas y 20
minutos mientras que el tren 7 horas y 45 minutos.
Para 1947 cuatro eran las rutas pavimentadas principales que facilitaban las
relaciones sociales y comerciales de Necochea con ciudades y pueblos de la
región. Estas eran: la de Mar del Plata, la de Lobería, la de Juárez y la de Tres
Arroyos. Para completar el circuito pavimentado regional y turístico solo faltaba
unirnos con Balcarce y Tandil. Un aspecto que se hallaba retrasado es el referido
a los accesos de los pueblos del interior de nuestro partido a las rutas
pavimentadas que se internan en el mismo.
También atravesó Importantes progresos la empresa de transporte de pasajeros
que prestaba servicios entre el centro y el balneario, conocida como Compañía de
Ómnibus Pampa. Esta aumentó la cantidad de coches e incorpora “3 super-
pullman” con capacidad para 15, 21 y 25 pasajeros cómodamente ubicados. Estos
eran coches modernísimos proporcionados por una importante empresa de
Buenos Aires, conocida por la gran comodidad que ofrecen sus coches y la
rapidez y seguridad de su correcto servicio (véase Imagen 4.9).
20 Ecos Diarios, Anuario 1942.
99
Imagen 4.9
Fábrica de la carrocera Vaccaro Hnos., que entregó el primer vehículo de la
Cía. Pampa.
(1938).
Fuente: Colección Sergio Ruiz Díaz.
En los últimos 8 años las corrientes turísticas han aumentado extraordinariamente,
fueron duplicadas las cifras de la temporada 1946/1947 en la temporada
1947/1948. En ningún periodo similar de años anteriores hubo tanta concurrencia
de viajeros como en diciembre de este año21.
Numerosos pasajeros arribaban por vías directas de ómnibus desde Buenos Aires
por las rutas de Mar del Plata y Azul, fijándose turnos para la reserva de pasajes.
Se manifestó también activo, el movimiento de la nueva línea directa entre Bahía
Blanca y nuestra ciudad, inaugurada en la temporada 1947/1948. El ferrocarril por
su parte, también atendió una demanda creciente y sus trenes nocturnos llegaban
colmados de viajeros, siendo problemático obtener boletos con 2 o 3 días de
antelación. Debido a la extraordinaria demanda en los trenes de la línea Plaza
Constitución, la empresa de F. C. S debió ampliar el servicio de expresos diurnos,
21 Ecos Diarios, Anuario 1947.
100
teniendo un total de tres trenes semanales22.
En el orden de los servicios públicos, se estableció la línea de ómnibus entre el
balneario y la estación de ferrocarril, atendiendo el reclamo de los vecinos. Era
común ver a los colectivos frente a la estación ferroviaria, en actual calle 62 y 45,
se alinean los vehículos esperando a los pasajeros del tren, puntual por entonces,
para trasladarlos a la Villa Díaz Vélez (Imagen 4.10 y 4.11).
Imagen 4.10
Colectivos esperando los pasajeros del tren
Fuente: Gran Libro del Milenio, Ecos Diarios, 5 de diciembre de 1948.
22 Ecos Diarios, Anuario 1947.
101
Imagen 4.11
Aviso de Transportes General Necochea S.R.L. en el Anuario Regional. Año
1947.
Fuente: Colección Aníbal Trasmonte.
En el ámbito turístico el crecimiento de la afluencia de turista se mantuvo
constante, la Asociación de Fomento daba a conocer que para la temporada 48/49
la cantidad de pasajeros alcanzaba los 77.34923 y de 130.00024 para la temporada
49/50; por lo que las empresas de transporte, tanto los micros de larga distancia
como las líneas de ferrocarril, aumentan la frecuencia de sus servicios para poder
abastecer la demanda de movilización hacia la costa25.
Otro avance importante para nuestra ciudad fue la habilitación de nuevos circuitos
telefónicos entre Necochea y Tres Arroyos, y entre Mar del Plata y nuestra ciudad,
elevándose a cinco los circuitos existentes entre las dos ciudades balnearias. Esto
representó también un progreso de orden técnico, ya que se trató de una
instalación denominada “a onda portadora”, que ofrecía un alto nivel de eficiencia
23 Ecos Diarios, Anuario 1950. 24 Ecos Diarios, Anuario 1951. 25 Ecos Diarios, Anuarios 1950 y 1951.
102
en la transmisión de la voz. Por otra parte, Teléfonos del Estado se propuso
aumentar las comodidades de su oficina en Necochea, en beneficio del público y
del personal de la dependencia, a cuyo efecto proyectó la construcción de un
edificio moderno y amplio, dotado de todas las condiciones necesarias para el fin a
que sería destinado26.
El organismo de Correo y Telecomunicaciones estableció un importante servicio:
el transporte de correspondencia en ómnibus a los demás destinos unidos por
líneas automotoras. Medida que se aplicaba los días en que no funcionaba el
vagón postal o que no había adecuadas combinaciones de trenes. La
correspondencia salía así diariamente desde el balneario.
El transporte a la ciudad crecía en la medida que aumentaba el número de
turistas, así lo marcaba el Anuario del Ecos Diario de 1945: “durante dicha
temporada desde el mes de diciembre se pudo observar una afluencia de turistas
muy superior a la que se registró la temporada anterior”. Al promediar dicho mes,
las empresas concesionarias de las líneas automotoras de Buenos Aires a
Necochea colocaban la totalidad de los pasajes con una semana de anticipación a
la fecha de salida de los coches. En el ferrocarril el movimiento fue importante
también. El expreso “Brisas del Mar” llegaba repleto de pasajeros a partir de los
primeros días de enero. Los trenes de baja categoría también sufrieron una
importante crecida en la cantidad de viajeros. Así sin tener en cuenta a los turistas
que llegaban en automóviles particulares, según el anuario de 1954, el promedio
diario de personas que arribaron entre el 21 de diciembre de 1953 y el 10 de enero
de 1954 fue entre 950 y 1000. Esto mereció la atención de la Asociación de
Fomento, junto con la Asociación de Hoteles quienes buscaron ampliar los medios
de transporte de los pasajeros entre Buenos Aires y nuestra ciudad, siendo este
un importante factor para contribuir al progreso de la actividad turística ante una
demanda de pasajes en constante aumento. Como consecuencia, apoyaron la
exitosa gestión de la Compañía Colectiva Costera Criolla para que se le autorizara
26 Ecos Diarios, Anuario 1953.
103
a extender hasta Necochea sus servicios del permiso provincial. Así
“Necochea es el centro de veraneo adecuado para disfrutar
de cómodas vacaciones. Su amplia playa da cabida a un
mundo de gente sin molestias para nadie. En las confiterías,
restaurantes, cines, etc. no hay que hacer cola. Todo está a
mano, sin problemas ni dificultades engorrosas” (Anuario
Ecos Diario, 1954).
4.4 Servicios y Obras públicas en la cuidad: beneficios para los turistas y los
residentes
En relación al desarrollo de los servicios y obras públicas en la ciudad de
Necochea, cabe remarcar nuevamente el gran protagonismo que sigue teniendo la
Asociación de Fomento en gestiones de suma importancia que benefician no solo
a los usuarios del puerto sino también del balneario. En este sentido, en 1938 sus
representantes se entrevistaron con el presidente de la Nación Agustín P. Justo, y
además fueron recibidos por el ministro de obras públicas quien les aseguró la
construcción de un hotel moderno y de un casino. También mostró interés en
cuestiones de vialidad y propaganda veraniega.27
Con respecto a los servicios y a las obras públicas que se llevaron a cabo en la
ciudad hasta 1940, puede mencionarse: la puesta en marcha de la tercera
temporada consecutiva del Casino, concesionado por la empresa U.K.A., la
inauguración del nuevo Palacio Municipal a fines de 1938, la extensión de la red
telefónica hasta la zona de la villa balnearia, destacando que algunos hoteles ya
poseían el servicio dentro de las habitaciones.
Además, en 1939 inició sus servicios en la localidad la Usina Popular Cooperativa
de Necochea, que se ocuparía de la extensión del servicio eléctrico particular
hacia la zona balnearia, que hasta entonces se había encargado la Compañía
27 Ecos Diarios, Anuario 1938.
104
Eléctrica del Sud Argentino. Por otra parte, durante la temporada de verano, la
Dirección de Correo y Telégrafos establece oficinas en la rambla municipal que
favorecían el servicio de recepción y reparto de correspondencia. En lo que
concierne a obras de mayor envergadura se destaca el proyecto de ampliación del
puerto, y la pavimentación de dos grandes accesos a la ciudad, como son la RP88
que une Mar del Plata con Necochea, y la RP86 que une la última localidad con
Benito Juárez. Estos últimos proyectos a partir de la sanción de la ley 4540
(también conocido como el plan de 70 millones) por la que el Gobierno de la
Provincia de Buenos Aires establece 2.500km de pavimentación.28
Como consecuencia de la intensa actividad comercial que estaba atravesando la
ciudad y las exigencias del turista derivadas del contacto que deben tener con las
localidades en las cuales residen, Necochea contó con teléfonos automáticos.
La fisonomía de la ciudad iba modificándose de a poco, entre las mejoras que
podían observarse hacia comienzos de 1941 estaban el embellecimiento de la
avenida 9 de Julio (actual avenida 2), arteria principal de la Villa Díaz Vélez,
trabajo conjunto realizado entre el comisionado Montangero y la Asociación de
Fomento, con una inversión de $20.000 por partes iguales29; la realización del
acceso hacia la escollera, prolongando así el camino de la avenida costanera; se
adquirió el terreno para la construcción de una Iglesia frente a la plaza principal de
la zona balnearia; entoscado, adobamiento y servicios de conservación de todas
las calles de tierra del ejido urbano; se resolvió el mejoramiento y prolongación de
la Avenida Sarmiento hasta el empalme con el camino ribereño en construcción
(Juárez-Necochea);se culminó el pavimento de la ruta provincial 88 que une Mar
del Plata-Necochea.30
Sigue el reclamo de urbanización de la zona balnearia, en la que se aúnen el
esfuerzo provincial y municipal, para estimular el esfuerzo privado, al cual se debía
casi todo en lo que adelanto se refiere.
28 Ecos Diarios, Anuario 1940. 29 Ecos Diarios, Anuario 1941. 30 Ecos Diarios, Anuario 1942.
105
En cuanto a los accesos, se le solicitó al Gobierno de la Provincia la apertura de la
Avenida 10, la cual uniría el puerto con Punta Negra (un pintoresco y frecuentado
paraje de nuestras playas). La nueva Avenida empalmaría con la Avenida 9 de
Julio, significando un paso importante para efectivizar el proyecto de ampliación
del balneario hacia el Sur, base esencial del plan orgánico de la Dirección de
Arquitectura de la Provincia.
En 1947 Ernesto Presa (comisionado municipal), solicitó y obtuvo la colaboración
de las entidades del bien público para integrar la Junta Consultiva y Asesora de
vecinos, la cual quedó constituida el 22 de octubre en la sala de sesiones del
Concejo Deliberante. A través de ella se designaron comisiones internas: de
legislación e interpretación, hacienda, cuentas y presupuesto, obras públicas y de
higiene y moralidad. Las mismas se encargaban de estudiar diversos asuntos y
problemas formulando despachos que servían de base a sugerencias que el
organismo hacía llegar al comisionado municipal.31
En los primeros días de diciembre la junta destacó una delegación que se trasladó
a La Plata, quién entrevistó al Gobernador de la Provincia, ministros del poder
ejecutivo y otros importantes funcionarios, ante quienes fueron expuestas diversas
necesidades de Necochea, relacionadas con aspectos de competencia del
Gobierno Central. Durante noviembre, diciembre y enero la junta sesionó todos los
miércoles en forma activa e ininterrumpida. Posteriormente, distintas
circunstancias, fueron determinando su desintegración como consecuencia de
varias renuncias de sus miembros. En todo momento los vecinos integrantes de la
junta demostraron su excelente disposición en el sentido de trabajar por los
intereses generales de Necochea. Así quedaba demostrado en la memoria anual
de la junta, en la que se expresaba:
“Nos permitimos hacer notar que, consecuentes con los
fundamentales propósitos que dieron origen a la Asociación
de Fomento, la Comisión Directiva se ha preocupado con
31 Ecos Diarios, Anuario 1947.
106
todos los medios a su alcance de intensificar una
propaganda seria y eficaz, a la vez que ha dedicado especial
atención, tratando de interesar a los poderes públicos,
nacionales, provinciales y municipales, a las necesidades de
todo orden que reclama el porvenir de la ciudad, sin cuyas
realizaciones no será posible pensar en aumentar aún más
las actividades de propaganda; y es por ello, como podrá
verse en el balance respectivo, que se ha tratado de
conservar fondos de reserva al solo efecto de realizar o
coadyuvar con los poderes públicos en la ejecución de obras
que siendo exponentes de progreso, sirvan a la vez de
propaganda objetiva, que es a nuestro entender la más
efectiva, real y económica” (Ecos Diarios, Anuario 1940: 80)
No todo serían logros, la ciudad y sus vecinos debieron afrontar momentos
difíciles que no solo tenían que ver con acontecimientos que transcurrían en la
ciudad. Así los años 1941 y 1942 fueron complicados para Necochea ya que
debieron afrontar los problemas generados por la situación imperante a nivel
mundial, que desencadenó en la segunda guerra mundial. Ello implicó un
importante decrecimiento de la exportación, lo que generó una disminución de la
actividad portuaria, agravando la economía general de la ciudad (y el partido) que
tenía como principal motor de la economía los productos agropecuarios. Sin
embargo, frente a esto no se observa desaliento de la comunidad, por el contrario,
renace el espíritu de empresa y de lucha que se manifestó en nuevas iniciativas y
realizaciones, mayormente manifestadas en el ámbito turístico, sector que se
perfilaba con cierta esperanza, a pesar de la situación que se vivía a nivel mundial.
En relación a las obras portuarias, uno de los focos económicos más importantes
de la ciudad, cabe destacar los emprendimientos de la Dirección Nacional de
Navegación y Puerto que elevó al Ministerio de Obras Públicas de la Nación el
107
proyecto de ampliación del Puerto Quequén32, el cual comprendía la prolongación
de la escollera oeste33, obra indispensable para la solución integral del problema
del acceso, seguridad y defensa del puerto. El mismo fue incorporado en 1942
dentro del plan orgánico.
Además, no podemos perder de vista que este desarrollo no solo estuvo marcado
por diversos emprendimientos que llevaba adelante el estado, sino también
importantes empresas, asociaciones y entidades de bien público de la ciudad que
han estado siempre presentes con su calificado apoyo a favor de las gestiones
inspiradas en el progreso de Necochea y la región. Entre ellas se destacan: el
Centro de Acopiadores de Cereales, la Cámara Comercial e Industrial, el Club
Náutico, el Automóvil Club Argentino, la Asociación de Hoteles y Afines y la
Asociación de Fomento, entre otras.34
En 1945 continuaron los cambios en la ciudad, para este año se visualiza como
central, la ampliación del balneario y la creación de un parque recreativo para la
ciudad. Así en junio de 1945, luego de varios días de tensión con las entidades
locales, la Provincia de Buenos Aires decretó finalmente la expropiación de 119
hectáreas y 2.030 metros de frente costero con el objetivo de la ampliación del
ejido urbano necochense. Las mismas eran propiedad de la familia Díaz Vélez, la
cual fue debidamente indemnizada por esta cuestión.
Días antes, el 1º de dicho mes, se realizaba una reunión en la Asociación de
Fomento en la que, además de representantes de dicha entidad, participaban
referentes de la Cámara Comercial e Industrial, el Rotary Club y la Asociación de
Hoteles. El objetivo de la reunión era analizar la demora del gobierno para
disponer la expropiación de las tierras destinadas a la ampliación del balneario.
Las entidades estaban dispuestas a impulsar una medida de fuerza, con el cierre
de todos los locales comerciales de la ciudad, a fin de presionar a las autoridades
32 Ecos Diarios, Anuario 1941. 33 Escollera Oeste, o también llamada escollera Sur, está localizada en el antepuerto en la
desembocadura del Río Quequén Grande, sobre la margen derecha, en la ciudad de Necochea. 34 Ecos Diarios, Anuario 1943, 1949, 1950.
108
provinciales.
El martes 5 de junio, el comisionado municipal, Néstor Montangero, se reunió con
el interventor federal, Juan Atilio Bramuglia, a fin de expresarle la inquietud
despertada en las instituciones locales por la falta de una resolución sobre el tema
en cuestión. Durante dos días Montangero desarrolló intensas gestiones en La
Plata. Se reunió con autoridades de Lotería Nacional, la Dirección de Escuelas,
con el director general de Correos y Telecomunicaciones y el jefe de Policía. De
esta manera, logró el interés de las autoridades escolares respecto de la
habilitación de una escuela en la Villa balnearia. También dialogó sobre la
instalación de una sucursal de correos y un destacamento policial.35 Finalmente, el
viernes 8 de junio de 1945, el comisionado municipal recibía en la Casa de
Gobierno una copia autenticada del decreto número 8.76236, fechado y suscripto
ese mismo día.
Normalizada la situación de posguerra se visualizó un anticipo del nuevo impulso
que recibió Necochea. Una importante masa de capitales se aplicó a la edificación,
levantándose un conjunto de nuevos hoteles y casas de hospedaje. En momentos
en los cuales el valor de los materiales resultó altamente oneroso, la iniciativa
35 El largo camino hacia una ciudad turística. En Ecos Diarios recuperado el 28 de enero de 2015
de http://www.ecosdiariosweb.com.ar/nuestra-historia/2015/1/28/largo-camino-hacia-ciudad-turistica-34228.html 36 El decreto 8.762 disponía la expropiación de las tierras. Constaba de seis artículos. En el primero se leía:
"Declárase expropiado el lote 4, ubicado en el partido de Necochea, (…) con superficie total de 119 hectáreas,
2.030 metros cuadrados, de acuerdo con el informe de la Dirección de Geodesia, Catastro y Tierras”.El
artículo segundo autorizaba al fiscal de Estado, "conforme a las prescripciones de ley de la materia, a deducir
las acciones judiciales pertinentes, a fin de obtener la posesión del inmueble referido e iniciar el juicio de
expropiación respecto contra la señora María del Carmen Felicitas Díaz Vélez de Álvarez de Toledo o a quien
resulte propietario del inmueble relacionado”. Además, el decreto ofrecía como "precio de la tierra afectada la
suma de 44.900 pesos moneda nacional, importe de la tasación del impuesto de contribución directa”.Artículo
4º: "La suma que se manda depositar se imputará a la cuenta de "Urbanización del Balneario de Necochea”,
Ley 4.588, artículo 13”.El decreto llevaba la firma del interventor federal, doctor Juan Atilio Bramuglia y el
ministro de Obras Públicas, Víctor Rivarola. Citado en Ecos Diarios recuperado el 28 de enero de 2015
de http://www.ecosdiariosweb.com.ar/nuestra-historia/2015/1/28/largo-camino-hacia-ciudad-
turistica-34228.html
109
privada se manifestó activa. La notable escasez de neumáticos y el severo
racionamiento de la nafta redujeron la afluencia de turistas por vía automovilística,
lo cual no fue un obstáculo para que siguiera en constante aumento la
concurrencia de veraneantes a nuestras playas ya que el transporte ferroviario
cubría una importante demanda. Ello no impidió que las proyecciones que se
tenían sobre la red caminera se frenaran, por el contrario con 2 rutas
pavimentadas que unían la ciudad con la Capital Federal, el turismo en automóvil
tendrá un importante incremento cuando se disponga de nafta, cubiertas y coches
sin limitaciones.37
Como destacamos anteriormente, los efectos de la guerra se dejaron de sentir
antes de lo esperado, lo que resultaba sumamente prometedor para Necochea
que tenía en el puerto una de sus principales fuentes de recursos y mano de obra,
además eran considerado la esperanza más fuerte para el futuro de la ciudad. La
intensidad de la demanda y la riqueza de nuestro granero se adelantaron a la
solución del problema técnico del puerto, superando sus dificultades. Es
lamentable que la morosidad oficial haya retardado la construcción del nuevo
tramo de la escollera, lo que significó para esa época un cuantioso perjuicio para
la economía de la zona, la cual perdió millones de pesos al año en concepto de
diferencias en el flete marítimo y en los precios del cereal. La demora de los
poderes públicos en corresponder a las exigencias locales pudo observarse
también en lo relacionado al balneario. Las acciones privadas marcharon más
rápido que las gestiones gubernativas, que gracias a ellas sin duda, Necochea
continúo su progreso.38
Por otro lado, importantes obras sanitarias se llevaron a cabo en la zona balnearia
que sirvieron de base para el desarrollo urbano, edilicio y estético de la zona:
instalación de agua corriente y cloacas. Dichas obras tienen una trascendental
importancia para el futuro como resorte indispensable para resolver la expansión
del balneario hacia el sur, en línea paralela al mar, y dentro de la franja de tierras
37 Ecos Diarios, Anuario 1946. 38 Ecos Diarios, Anuario 1946.
110
expropiadas por el gobierno, conforme a los planos del proyecto orgánico de
urbanización trazado por la Dirección de Arquitectura de la Provincia. El mismo
considera que todo el sector de la Villa Díaz Vélez reviste un carácter
esencialmente residencial, que deberá ser respetado por los proyectos que se
conciban para el futuro.39
En materia de obras sanitarias, se emprendieron las labores de instalación de la
red de agua caliente y cloacas en la Villa Díaz Vélez durante la temporada de
verano del 47/48, a cargo de la Dirección de Obras Sanitarias de la Provincia,
dicha obra, ya licitada, es ampliada hacia la planta urbana en el año 1950. Estos
hechos marcan una conquista urbanística local que promueven el futuro desarrollo
edilicio, lo anterior puede observarse en un artículo del anuario de 1950, donde
hace referencia al notorio desarrollo de la edificación en la ciudad, donde
representantes de la oficina de catastro daban cuenta de la incorporación de 366
nuevos edificios y 127 ampliaciones. Se complementa así el proceso de
mejoramiento iniciado en 1929. Cabe mencionar que en 1948, quedan
reglamentados ciertos aspectos relacionados con los frentes y alturas mínimas de
los edificios que fueran construidos sobre la avenida costanera.
Se observan incipientes pasos en pos de favorecer la expansión de la zona
balnearia de la ciudad. Testigo de ello es la aprobación por ordenanza municipal
del anteproyecto de urbanización del “lote mar N°4” (que incluía trazado y
fraccionamiento), también conocido como “Parque Díaz Vélez”, que fue parte de la
expropiación de tierras del año 1945 por el gobierno de la provincia, para la
ampliación del balneario en 1951. Esta situación coloca dentro de la órbita política
municipal, la posibilidad de extensión de la Villa balnearia, a partir del loteo de
terrenos en desuso.40
A partir de 1948 se dan comienzo a obras de gran envergadura para la ciudad,
como la adhesión por parte de la municipalidad a la ley provincial de bonos de
39 Ecos Diarios, Anuario 1949, 1950 y 1951. 40 Ecos Diarios, Anuario 1952.
111
pavimentación, que permitirá entre otras cosas, la ampliación del afirmado en la
zona urbana y zona balnearia, pavimentación de accesos al puerto, cementerio,
RN 228 que comunica con Tres Arroyos, y la RP 43 que comunica con la localidad
de Juárez; en 1950 comienzan los trabajos de construcción del último tramo de la
escollera Oeste, lo que permitirá obtener un mayor calado, de vital importancia a
partir de que el puerto local queda habilitado para la importación en 1947.
La Asociación de Fomento contó con la oportunidad de poder dirigirse
directamente al gobernador de la Provincia para darle a conocer las necesidades
de Necochea con el objetivo de que sean contempladas en el plan general de
gobierno para el quinquenio 1953-1957. Entre ellas podemos destacar: la
terminación de la red de desagües cloacales y las deficiencias de la red del
balneario; el mejoramiento del servicio de trenes para la temporada; y por último la
instalación de una oficina de Gas del Estado en nuestra ciudad.
En concordancia con las economías que dispusieron las autoridades nacionales y
provinciales en la administración municipal de Necochea, se estableció un plan de
restricción de gastos en conformidad con un decreto del intendente, el cual
comprendía varias disposiciones: reducir un 50% la intensidad del alumbrado de
las avenidas céntricas, limitar el uso de los automotores municipales a los
servicios estrictamente necesarios, dejar sin efecto toda adquisición que no sea de
imperiosa necesidad, limitando especialmente los gastos en conceptos de
combustible, entre otras.
En conformidad con la ordenanza de 1953 las calles de nuestra ciudad que hasta
ahora tenían dos nombres, llevarán uno solamente. Además, le corresponderá un
número a cada una de ellas, como el sistema ya aplicado a la Villa balnearia. Las
impares iniciaban en la Ribera del Río Quequén y las pares en la Avenida
Costanera.
Durante 1955 se puso en marcha el Plan Municipal de Pavimentación juntamente
con la instalación de la red de desagües residuales. Estas integran las
realizaciones de más alta importancia y trascendencia edilicia que se ha encarado
112
en los últimos quince años, según el anuario de dicho año.
La nueva pavimentación urbana y suburbana se ha ido cumpliendo por medio de
sucesivos contratos concertados por la municipalidad después de los respectivos
actos de licitación, y alcanzó en conjunto a 350 cuadras, cantidad requerida por
las necesidades de la evolución edilicia de la ciudad.
4.5 Desarrollo hotelero
Durante la temporada estival 1937/1938 se destacaron varios hoteles por ser
lugares elegantes, acogedores y divertidos tanto para los turistas como los
necochenses. Entre ellos podemos nombrar al Hotel Marino, al Royal Hotel y el
Hotel Necochea. Los meses de diciembre y marzo eran los indicados para
veraneos económicos debido a que las tarifas de los hoteles eran más accesibles.
Los mismos eran en diciembre, marzo y abril a partir de $8 diarios por persona,
mientras en los meses de enero y febrero eran a partir de $10 diarios por persona.
Se constituyó la Asociación de Propietarios de Hoteles integrada por los
propietarios de todos los hoteles de la ciudad, formándose su primera comisión
directiva bajo la presidencia de Juan José Marino, dueño del mítico hotel que lleva
su nombre. Su finalidad fue defender los intereses comunes del gremio, favorecer
la coordinación de los servicios y contemplar la propaganda veraniega. En este
último aspecto trabajaba en cooperación con la Asociación de Fomento.
113
Imagen 4.12
Vista panorámica de la rambla y playa de Necochea de la década del ‘40
Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional
El progresivo incremento anual de la afluencia de turistas estaba señalando las
insospechadas posibilidades del balneario, por lo que habría que imponer la
realización de construcciones frente al mar, en la extensa zona expropiada por la
provincia, con el fin de satisfacer la enorme demanda de hospedaje y proporcionar
al turista mayores comodidades y atractivos.
El hotel más antiguo de nuestra playa, Hotel Marino, mantuvo en los círculos de la
colonia de veraneantes una marcada preferencia (véase Imagen 4.13). Esto se
debe a que ha conservado la higiene, el confort, el trato correcto y el ambiente
familiar y grato. Ha conservado su línea tradicional al mismo tiempo que ha
seguido el ritmo del progreso. También era para destacar la excelencia de su
cocina de primerísima categoría, la cual representaba uno de los puntales del
establecimiento. Su tradicional restaurante era una nota de excepción, no solo en
nuestro balneario, si no en el conjunto de los centros de veraneo de la Provincia.
En momentos en que la suba de precios era furor en la época, dicho restaurante
114
ofrecía su selecto menú al precio de $5 el cubierto.41
Imagen 4.13
Hotel Marino (1948)
Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.
Por otro lado, la Asociación de Hoteles y afines prosiguió su labor en defensa de
los intereses generales del balneario, interviniendo con eficacia en diversas
gestiones destinadas a solucionar problemas de orden público y formulando
oportunas sugestiones a las autoridades. En el orden gremial trabajó activamente
a fin de superar las dificultades que se presentaron con respecto a los convenios
con el personal, tarifas, etc. También colaboró empeñosamente en pro de toda
iniciativa interesante para el progreso local: desarrolló un extenso plan de
propaganda balnearia para la temporada 1953/1954. Junto con la agencia de
publicidad “ABC”, acordó un contrato por la suma de $120.000 comprendiendo
propaganda de televisión desde el 20 de octubre hasta el 20 de enero 3 veces por
semana; televisación de películas documentales sobre Necochea y sus playas;
difusión de frases referentes al balneario con intervalos de media hora por Radio
41 Ecos Diarios, Anuario 1947.
115
Belgrano y Radio El Mundo todos los días; filmación de una película que se
exhibió en todos los cines del país; y publicidad en diarios y revistas de la Capital
Federal y del interior del país.42
4.6 Playas, bailes y tertulias: espacios de sociabilidad para turistas y
residentes
“Balneario familiar, libre de lujos excesivos y de derroches
vanidosos, la grandeza imponente de su playa sin par
pareciera advertir a los hombres de su pequeñez,
infundiéndoles el sentido de la modestia, que elimina la
fatuidad, reprime el falso orgullo y facilita el amistoso
acercamiento social” (Ecos Diarios, Anuario 1941; 19).
Así describe el diario local de 1941, el ambiente social que se podía percibir en
nuestra ciudad por aquellos años, haciendo referencia a una “playa democrática”,
a la que todos podían acceder al disfrute de la misma, siempre con un especial
hincapié en sus bondades naturales como la extensión y el suave declive, lo que
la convertía, según describe el Anuario de 1941, ideal para el disfrute en familia.
Otro factor importante para resaltar es que “está consagrada la playa de Necochea
como la playa ideal para los niños”: los niños necesitan más que sol y aire puro,
necesitan libre expansión y la gran amplitud de nuestras playas se lo permiten.
Entre otras ventajas podemos mencionar la abundante proporción de hierro en
polvo en la arena que presenta un beneficio importante para la salud de los
mismos, así como también excelentes condiciones climáticas. Como consecuencia
se instalaron importantes colonias de vacaciones que recibían alrededor de 3500
niños por temporada. Entre ellas podemos mencionar: Colonia de niños débiles
(que funcionaba a cargo de la Municipalidad de Capital Federal), la Sociedad aire
y sol, La Sociedad femenina de vacaciones (para empleados de establecimientos
42 Ecos Diario, Anuario 1954.
116
comerciales) y La Sociedad de obreros y empleados de la Compañía Italo
Argentina (véase Imagen 4.14).
4.14 Imagen
Colonia de Niños Débiles (1938).
Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional
Cabe destacar también que la afluencia de niños porteños crecía cada año,
llegando a superar los 5000 niños por temporada. Los mismos viajaban en trenes
especiales nocturnos provistos de cómodos coches dormitorios. Su traslado desde
la estación de ferrocarril hasta las colonias marítimas se llevaba a cabo en
ómnibus de la Compañía Transportes General Necochea. Su estadía constaba de
3 semanas completas, en las que realizaban diversas actividades como disfrutar
de la playa, fiestas, clases de canto, etc. Estaba plenamente comprobado a través
de estadísticas otorgadas por las colonias de vacaciones, que nuestra ciudad
poseía importantes condiciones para la salud física y moral de los niños. Esto
podía observarse en su aumento de peso, en la mejora de su apetito y en el ánimo
117
alegre de los pequeños, a los pocos días de haber llegado.43
Durante toda la temporada de verano no hay un solo día sin tertulias y bailes en
los hoteles principales (véase Imagen 4.15). El objetivo de las mismas es vincular
a los veraneantes con los residentes. Cada uno de los hoteles buscan hacer las
fiestas más atrayentes, manteniendo el interés del público y estimulándolo con
innovaciones. Las fiestas con mayor esplendor se llevaban a cabo durante las
semanas de carnaval. 44
Otro de los grandes centros de esparcimiento que existía en la época era el Cine
Teatro París perteneciente a los hermanos Lafourcade, que funcionaba en la
ciudad desde septiembre de 1904. Su sala no sólo presentaba estrenos a la par
de Capital Federal, sino que sus propietarios se encargaban de incorporar los
mejores avances para brindar un mejor servicio.45
43 Ecos Diarios, Anuario 1947. 44 Ecos Diarios, Anuario 1937. 45 Ecos Diarios, Anuario 1938.
118
4.15 Imagen
Baile en el Hotel París (1936).
Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.
En el año 1937 la línea de tranvías fue suplantada por nueve líneas de ómnibus,
que se distribuían entre la ciudad, la rambla, la playa y el puerto, favoreciendo así
al turista que en pocos minutos pudiera trasladarse a los diversos puntos de la
ciudad.
En este mismo año Necochea recibió la visita del presidente Agustín P. Justo con
el fin de conocer personalmente la ciudad y sus necesidades, debido a que existía
una gran indiferencia del poder central en contraste con la acción privada. Gracias
a una iniciativa del diputado Dr. Emilio Ferreyra, nuestra ciudad fue incluida en el
presupuesto provincial de dicho año. Con excepción de la Rambla y del muro
contenedor, nada más ha hecho el gobierno en relación al desarrollo del
balneario.46
46 Ecos Diarios, Anuario 1937.
119
Varias provincias comienzan a presentar interés en nuestras playas; Tucumán,
Catamarca, Santiago del Estero, Entre Ríos y Santa Fe. Las primeras familias de
dichas ciudades que nos visitaron fueron las encargadas de recomendarnos a sus
amistades. Con el correr de los años, la mayor contribución de turistas provenía de
Capital Federal, según los boletos que eran expendidos para Necochea en Plaza
Constitución. De las principales ciudades de la provincia se puede mencionar
Avellaneda, La Plata, Bahía Blanca y Tres Arroyos; en cuanto a los visitantes de la
zona, de pueden mencionar las ciudades de Tandil, Balcarce, Juárez, Lobería y
González Chávez.47
Para 1938 Necochea ya estaba ubicada en 1° lugar dentro de las playas de
Sudamérica y en 1° lugar en Argentina por el aumento de veraneantes y 2° lugar
por su importancia. Estaba atravesando un ininterrumpido progreso que le
proporcionaba al veraneante comodidades, atractivos, distracciones y paseos que
el confort moderno exigía, generando una estadía amena y prolongada.48
Un aspecto particular de la época para destacar es la reglamentación de las
playas bonaerenses, que surge como iniciativa de la legislatura provincial. La
misma ha sido encarada desde la seguridad y la moral pública y contemplaba
horarios, zonas de baños, la indumentaria que debían utilizar los bañistas, los
modales, entre otros. A modo de graficar el pensamiento del período con respecto
a la exhibición del cuerpo en este espacio público (véase Imagen 4.16), se
transcribe unas breves líneas de la publicación del Anuario ’40, la cual exponía lo
siguiente:
“A veces no es tanto el traje como la pose atrevida o el
ademán incorrecto lo que constituye la nota indeseable. Va
sin decir que aquello resulta doblemente ingrato cuando
proviene de una dama, pero en materia de trajes de baño
hemos señalado alguna vez, y ahora lo repetimos, que si es
47 Ecos Diarios, Anuario 1937. 48 Ecos Diarios, Anuario 1938.
120
tolerable la exhibición discreta de los encantos femeninos,
resulta en cambio chocante y desagradable el aspecto que
ofrecen algunos presuntos dechados de “belleza masculina”,
exponiendo sus desnudeces de mal gusto estético y luciendo
“trajes” reducidos a dos tiritas y un pequeño pantalón”
(Anuario Ecos Diarios, 1940:14)
Imagen 4.16
Turista en la playa de Necochea (1940).
Fuente: Museo Histórico Virtual Diario Necochea
A la hora de darse baños de mar había que respetar determinados horarios (por la
mañana de 8:00 a 13:00 hrs y durante la tarde de 15:00 a 18:00 hrs) debido a que
durante dichas horas existía vigilancia y servicio de auxilio a cargo de los bañeros,
por lo que convenía respetarlos. No era recomendable bañarse en las playas que
no estaban oficialmente habilitadas, ya que no existía servicio de guardavidas.49
El casino continúo en funcionamiento como en los años anteriores en los salones
del “Necochea Hotel” frente al mar. Él mismo constituyó un centro de reunión
49 Ecos Diarios, Anuario 1942.
121
social otorgando brillo a la vida del balneario. Turistas de diversos lugares eran
atraídos por la fama que él mismo había conquistado.
Otra forma alternativa para fomentar el balneario y prolongar la temporada fue la
organización de la carrera de automóviles denominada “Circuito Necochea”. Fue
una manera práctica de organizar un programa social y deportivo que signifique
una importante atracción. Fiestas, concursos de regatas, natación, polo, carreras
de motos y bicicletas eran algunas de las actividades que formaron parte de este
programa. También se sumaron propuestas a destacar durante el año 1947 fue la
realización de la primera “Semana Deportiva de Necochea”, ya que arribaron
calificadas embajadas del deporte de varias localidades, quienes tuvieron la
oportunidad de conocer y promocionar la ciudad.50
Los concesionarios de las playas por su lado, buscando embellecer y mejorar el
estado de nuestro balneario, hicieron una importante propuesta a las autoridades
provinciales, queriendo realizar por su cuenta obras de mejoramiento a cambio de
la renovación de las concesiones en las condiciones actuales (véase Imagen
4.17). El 28 de septiembre de 1953 se inauguró el nuevo tramo de la escollera
oeste, dando lugar a la realización de importantes festejos populares en el puerto
local. La empresa Gruen y Bilfinger hizo entrega del tramo de prolongación al
Ministerio de Obras Públicas de la Nación. La misma consistía en un largo de 350
metros, siendo este el mínimo indispensable para proteger la entrada al puerto
contra los vientos que soplan desde el cuadrante sur-este. La obra fue iniciada en
1947, habiendo empleado 5 años en su construcción.
50 Ecos Diarios, Anuario 1947.
122
Imagen 4.17
Escollera Oeste durante los trabajos de prolongación
Fuente: Ecos Diario, Anuario 1951, Biblioteca Municipal Andrés Ferreyra.
4.7 El turismo de masas en Necochea
La comisión directiva del centro Pro Necochea (contra-poder de la administración
socialista) siempre se ha preocupado en conseguir del Ferrocarril del Sud nuevas
ventajas para nuestra ciudad. También podemos destacar varias acciones
llevadas a cabo por este gobierno en relación al desarrollo del turismo. Entre ellas
se distingue la colocación de una oficina de informes turísticos sobre Necochea en
Capital Federal, concursos de propaganda balnearia publicados en el diario
metropolitano “Noticias Gráficas” otorgando como premio veraneo gratis,
propagandas radiotelefónicas en varias difusoras de Buenos Aires, entre otras.
Dicha comisión también dio a conocer un importante proyecto que consistía en la
construcción de un gran edificio social en la playa con la finalidad de dotarla con
elementos adecuados para el veraneante que le permitieran una estadía amena y
prolongada. Edificio, según ellos, sumamente necesario para los días frescos y
lluviosos que no se pueden disfrutar de la playa. El mismo contaría con: confitería,
cine, teatro, salón de fiestas, pileta, cancha de bochas, de tenis, de basket, juegos
infantiles, etc. Para dar a conocer una visión exacta del edificio se realizó una
maqueta que fue exhibida primero en Capital Federal en vidrieras de importantes
123
negocios y durante la temporada se exhibió en nuestra ciudad.
Es para destacar el especial hincapié que realiza el medio gráfico local en la
continuidad de los años, en realizar una dura crítica dirigida al Gobierno Provincial
con respecto a la desatención de las demandas locales en materia de inversión en
obras para el desarrollo del turístico y aplazar indefinidamente la realización de las
mismas, para cuya financiación se cuenta con recursos aportados por el propio
Balneario. Con respecto a este tema, diarios como “La Prensa”, “La Nación”, “La
Razón” y “El Día” de La Plata, hicieron voz de estos reclamos, y al respecto se
puede leer textual en el Anuario de 1940 “Aquellos diarios expresaron la cruda
verdad sin eufemismos, haciendo conocer a la opinión pública la irritante injusticia
que constituye la retención de fondo expresamente establecidos para el
mejoramiento de las condiciones de nuestro balneario en tanto que la ayuda oficial
se ha manifestado pródiga en otros lugares de escasa atracción del turismo, como
son los balnearios de lagunas” (Anuario ‘40, 1940: 77)
Paralelamente a esta situación, seguía movilizándose la organización creada y
sostenida por los vecinos, que trabajaba en pos del crecimiento de la ciudad y en
defensa de sus intereses: la Asociación de Fomento de Necochea, que contaba
con recursos propios y se ha cargado con el peso de actividades tales como el
fomento y publicidad de la ciudad como destino turístico a través de diversos
medios de comunicación, también participando en congresos y charlas, diversas
gestiones que han derivado en el mejoramiento de diferentes aspectos, como por
ejemplo la construcción del camino a “los manantiales”, intervención para el
mejoramiento de diversos servicios públicos de importancia, como por ejemplo el
ferroviario, edilicios y viales, como así también la intervención ante los distintos
organismos de gobierno, intentando interesar a los poderes públicos respecto de
las necesidades de diverso índole que reclama el porvenir de la ciudad.
Ya para el inicio de la temporada de 1941, la ciudad de Necochea se perfilaba
como un destino fuerte de sol y playa, lo que se reflejaba en el hecho de que año
tras año se superaba el número de visitantes de la temporada anterior. Con
124
especiales ventajas naturales, nuestras playas eran promocionadas como
propicias para la familia, debido a las propiedades ferruginosas de la arena y el
suave declive de la costa que la convertía en segura para los juegos infantiles.
Durante la temporada de 1941/1942 la ciudad llegó a atraer 25.000 turistas, según
el anuario de Ecos Diarios del año 1942, “debido a la atracción que ejerce por sí
misma su playa incomparable, el clima noble, el sol radiante, la brisa marina, el
panorama amplio, el arenal ferruginoso y la serena tranquilidad de su playa sin
límites”.
Por su parte la Asociación de Fomento durante este año no ha perdido
oportunidad para defender los legítimos intereses del balneario en lo que respecta
a las inversiones que deben hacerse en obras para la playa de la ciudad y no ha
cesado en reclamar el cumplimiento de la ley de casinos. También ha continuado
la involucración en temas como puerto, balneario, caminos, propaganda de verano
(tarea en la que colabora la Asociación de Propietarios de Hoteles) y la relación
con el turista.
Se destaca la participación de dicha institución en la 2° Conferencia Regional de
Turismo del Circuito Mar y Sierras (la 1° Conferencia fue realizada en 1938 en la
ciudad de Tandil), realizado en 1942 en la ciudad de Miramar, en la que ratifica los
anhelos locales, entre los que se destaca la formación de un parque en la ribera
del río Quequén y la unión del mismo con los paseos comúnmente llamados “los
manantiales” y “las cascadas”; la creación de un cuerpo especial de vigilancia y
salvataje para los balnearios; el arbolados de caminos de la zona y régimen a
seguirse; la creación de un estación experimental dunícola y la construcción de un
muelle de pesca. Estos dos últimos aprobados en la 2° Conferencia de Turismo.
También se hizo presente en el Congreso Nacional de Turismo llevado a cabo en
Capital Federal, donde no sólo se reprodujeron las ponencias del Congreso Mar y
Sierras, sino que además se manifestó la preocupación por la procreación de
especies de peces y la reglamentación de la actividad pesquera, justificación
ligada a motivos de atracción turística (se proponen estaciones de siembra de
125
especies y la división de zonas de pesca comercial y aficionada).
Para los últimos años (1948-1955) decidimos realizar un análisis conjunto de los
principales aspectos que se tomaron en cuenta en esta investigación, para poder
mostrar la constancia, la evolución, el avance o no de las cuestiones más
trascendentes para el turismo en Necochea, a modo de comenzar a introducirnos
en la conclusión de nuestro trabajo de tesis de grado.
Necochea comienza a figurar dentro del nuevo sistema provincial de veraneo
económico que se inició en diciembre de 1949 por la Dirección de Turismo y
Parques de la provincia de Buenos Aires, que consistía en diez días de
vacaciones a razón de $100 por persona, que incluía el pasaje y el hospedaje. El
éxito de este sistema oficial de turismo social posibilitó la divulgación de la ciudad
de Necochea como balneario turístico, ya que un gran sector de trabajadores, en
su mayoría provenientes de la ciudad de buenos aires, se adherían a este sistema
de vacaciones económicas, además que diversos gremios de trabajadores (como
por ejemplo el bancario) realizaban convenios con los diferentes prestadores de
servicios, para ofrecerles a sus afiliados un combo vacacional. La Asociación de
Hoteles accedió al pedido de la Dirección de Turismo y Parques de la Provincia,
de mantener una tarifa de $12 por día por persona el hospedaje destinado a
contingentes de empleados u obreros y sus familias. Además siguen vigentes las
diversas colonias de vacaciones infantiles, que reciben cientos de niños
provenientes de la capital cada temporada.
A partir de la temporada ‘49/’50, la Dirección de Turismo y Parques de la provincia,
con sus oficinas de informes turísticos ubicadas en la rambla municipal, cedidos
por la comuna, realizan tareas de información turística y además comienzan con el
registro estadístico de pasajeros, a fin de superar las dificultades que hasta ese
entonces se tenían en obtener dicho registro, también requerido por la Asociación
de Fomento local. A partir de los dos primeros años de registro, se pudo
establecer que las principales corrientes que afluyen a la ciudad de Necochea son:
Capital Federal y el Gran Bs. As. con el 75% de pasajeros por temporada, le
126
siguen sur de la provincia, liderando la ciudad de Bahía Blanca y la provincia de La
Pampa con un porcentaje considerable, una corriente de Rosario que se mantenía
constante, y por último las provincias de Mendoza, Córdoba, Tucumán, Salta y
Santiago del Estero con un número cada vez mayor.
Imagen 4.18
Avenida costera (1950)
Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.
Por decreto del Poder Ejecutivo, el 17 de enero de 1952, la comuna de Necochea
fue intervenida, expresándose en la resolución que la municipalidad se hallaba en
virtual estado de acefalia por las sucesivas renuncias presentadas por la mayoría
de los concejales. En virtud de esta medida, finalizó la administración que dirigiera
el intendente Sr. José Marchetti, quien actuaba en dicho cargo desde el 1° de
mayo de 1950. Mediante el decreto de intervención, se designó como comisionado
municipal al Sr. Lerio Rossi, quien se efectuaba cargo de oficial 4° en La Plata,
actuará hasta el 30 de abril de 1952, pues el 1° de mayo siguiente asumiría la
comuna el Intendente municipal electo en los comicios del 2 de noviembre de
1951, el Dr. Rodolfo Arce quien encabezaba la lista de candidatos del partido
127
peronista.
Imagen 4.19
Grupo de jóvenes posando para el fotógrafo
Fuente: Ecos Diarios, Anuario 1950.
Durante su periodo (1952-1955) en relación al turismo específicamente ha llevado
a cabo varias tareas: desarrolló obras públicas con el objetivo de mejorar y
embellecer el balneario; determinó prolongar la temporada hasta fines de marzo
en consecuencia de iniciarse el período lectivo a comienzos de abril, aseguró un
excelente servicio de guardavidas para los bañistas a cargo del cuerpo de
guardavidas del Ministerio de Salud Pública de la Provincia complementado con
salas de primeros auxilios de la Municipalidad; dispuso implantar en conjunto con
las autoridades provinciales, el turismo escolar en nuestra ciudad. Los
participantes gozaban de una estadía de 20 días en hoteles previamente
contratados, viajaban con pasajes de primera clase, asistencia médica y asistían a
128
actos culturales y recreativos, especialmente organizados.
“Las temporadas 1953/1954 y 1954/1955 se destacan entre las mejores de la
historia de nuestro balneario” desarrollaba el anuario de 1955. La avalancha de
turistas durante enero y febrero constituyó un hecho sin precedentes que indicó el
desarrollo creciente de la moderna actividad social del turismo y el progresivo
interés que Necochea despertó como centro de veraneo. Durante estos meses
estuvo colmada la capacidad de hospedaje (tanto en el centro como en el
balneario). La construcción de nuevos hoteles, era para las próximas temporadas
una necesidad de carácter impostergable.
Este interés se debe, siguiendo al anuario de dicho año, a 2 razones: la
insuperable amplitud y seguridad de su extraordinaria playa y a la cómoda estadía
que proporcionaba en condiciones más económicas que cualquier otra ciudad de
la costa sudamericana.
Imagen 4.20
Portada Anuario 1955. Vista Aérea de la Villa Balnearia.
Fuente: Ecos Diarios, Anuario 1955. Biblioteca Municipal Andrés Ferreyra.
129
Para que la marcada preferencia que demostraba por Necochea una importante
corriente turística del país pudiera encontrar el camino abierto a una rápida
expansión, hacía falta que se llevara a cabo el plan de mejoras y ampliaciones del
balneario, plan originalmente trazado por la Dirección de Arquitectura de la
Provincia, siendo luego encomendada su ejecución al Instituto Inversor.
Concluimos nuestra investigación con el Golpe de Estado que tuvo lugar el 22 de
septiembre de 1955 al arribar a Necochea una importante dotación militar al
mando del Capitán de Corbeta Rafael González Aldalur quién tomó posesión de la
intendencia y comisaría local. Se procedió al desarme de quienes se encontraban
en su interior portando armas siendo registrado la totalidad del edificio municipal
realizando tareas de registro y empaquetamiento de documentación. Además de
haberse arrojado por la ventana simbología partidaria y bustos referidos al
régimen depuesto ante un numeroso público reunido en la Plaza Principal.
El Capitán González Aldalur emitió un comunicado a través de la principal emisora
de radio de la ciudad advirtiendo al vecindario aguardar orden y observar las
disposiciones del comando militar, siguiendo el anuario emitido por el principal
diario local el pueblo de Necochea celebró jovialmente el triunfo de la revolución
libertadora.
CONCLUSIONES
Playas céntricas de Necochea, 1940. Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.
131
El partido de Necochea, con la ciudad homónima como cabecera de partido, nace
en 1881. En los albores del modelo agro-exportador impulsado por el gobierno de
Julio Roca, la actividad principal que imperó desde sus inicios fue la agrícola-
ganadera y portuaria, debido a la ubicación geográfica que favorece el desarrollo
de las mismas. No fue hasta las primeras décadas del 1900 que las élites porteñas
comienzan a trasladarse hacia la costa atlántica, no sólo en búsqueda del
descanso, sino también a modo de continuación de un ritual social de pertenencia.
Dicho traslado lo permitió la gran extensión de las líneas ferroviarias que vino de la
mano de capital extranjero, mayormente británico, a modo de inversión en el
desarrollo económico y territorial del país. Esta serie de acontecimientos nos
muestra que Necochea no nace con una finalidad turística, sino que esta actividad
fue desarrollándose paralelamente conforme la ciudad iba creciendo.
Con el correr de los años, en las primeras décadas del siglo XX sería su periodo
de esplendor como se pudo visualizar en último capítulo de esta tesis. Luego del
cual comenzaría un largo proceso transformación y de “decadencia” (periodo de
análisis que este trabajo no considera), a partir de la llegada de nuevos turistas y
de la modificación de las prácticas y los lugares turísticos. Ello a su vez dará lugar
a un turismo de tipo masivo, como consecuencia de la consolidación de derechos
laborales (limitación del tiempo de trabajo, días de descanso y vacaciones pagas)
en Argentina. El derecho al descanso se ve asociado con el turismo, ya que es
visto como una recuperación necesaria para el mundo laboral.
Con la crisis del modelo agroexportador y la paulatina consolidación del modelo
económico vinculado a la industrialización y el mercado interno, junto con la
ampliación de los derechos laborales y el creciente acceso al consumo, permitió
que sectores cada vez más amplios de la sociedad pudieran acceder a la práctica
turística. Dentro de este contexto de expansión del turismo, tuvo un rol protagónico
la difusión del transporte automotor, que dejó en un segundo plano al ferrocarril y
permitió viajar a lugares a los cuales este último no tenía acceso. De esta manera
comienza a consolidarse una clase media popular que empieza a desplazarse
sobre el territorio argentino, prefiriendo mayoritariamente, la costa atlántica para
132
disfrutar de las vacaciones de verano.
La masificación del turismo tuvo como destinos privilegiados a los de “sol y playa”,
destacándose la ciudad de Mar del Plata en Argentina. La expansión del veraneo
provocó el surgimiento de nuevos balnearios en la provincia de Buenos Aires
vinculado con los negocios inmobiliarios que buscaban la transformación de tierras
rurales de muy escaso valor agropecuario. Este escenario favoreció a la ciudad de
Necochea y le permitió en parte posicionarse en la agenda turística del país.
Considerando el período analizado, la noción de turismo que se gesta, sigue un
proceso lineal, inclusive hasta los años peronistas (1946 - 1955). Ello permite en
parte afirmar que el desarrollo turístico de Necochea es anterior a la época del
gobierno de Perón. Así el auge turístico en la ciudad antecede a las políticas de
turismo implementado por el gobierno Peronista lo que no significa que ellas no lo
favorezcan. Ello en parte se debe a los distintos emprendimientos que realizan los
vecinos de Necochea (por ejemplo, Sociedad de Fomento) los cuales por
supuesto no son pensados en su totalidad para favorecer a la “masa de turistas”
que llega cada verano sino también a la población local que alberga.
Inclusive en parte nuestra investigación deja entrever en algunos casos que el
progreso del balneario estuvo dado por iniciativas privadas por encima de las del
gobierno. Las fuentes utilizadas marcan de forma constante la inconformidad
sobre la tardía evolución hacia la zona balnearia, con reiteradas quejas hacia la
municipalidad, y sobre todo a la provincia por la falta de atención a las
necesidades de crecimiento. Así el acento y el énfasis está puesto en la voluntad y
el espíritu progresista del sector privado. De esta manera, un sector de la
comunidad de Necochea toma la iniciativa de favorecer el desarrollo local de la
misma, así se observan pequeños pasos, pero seguros que van favoreciendo la
expansión de la zona balnearia. Un ejemplo claro de esta situación es la
importancia que tomó la Asociación de Fomento, entidad que se ocupó de bregar
por diversas cuestiones que hacen al crecimiento de la ciudad. Aunque cabe
marcar que los debates de mayor envergadura se los llevaba los temas
133
relacionados con el desarrollo turístico, la expansión territorial, la ampliación de
servicios, la propaganda turística, el incentivo de inversión privada, como así
también el progreso portuario.
En lo que respecta a las cuestiones turísticas, también se observaron otras
entidades que trabajaron en el impulso de la misma. Entre ellas se destaca la
Asociación de Hoteles y Afines de Necochea, que tuvo una participación especial
en el programa de veraneo económico que se promocionaba a nivel nacional.
Quienes participaban del mismo que además de ofrecer alojamiento accesible,
coordinaban demás servicios como traslados y gastronomía. Esta última
organización, tenía una estrecha colaboración con la Asociación de Fomento en la
financiación de la propaganda veraniega, que se realizaba conjuntamente con la
empresa Ferrocarril del Sud. Otra entidad con compromiso en la labor turística, fue
la Dirección de Turismo y Parques de la Provincia de Buenos Aires, que contaba
con oficinas en la Rambla Municipal, y realizaban trabajos de información al
turista, y relevaba los pasajeros que arribaban a la ciudad. En estos últimos
ejemplos puede observarse distintas vinculaciones entre el sector público y el
privada. También permite en parte observar el impacto de las políticas públicas de
corte nacional y provincial en el espacio necochense.
Así dos de las más importantes asociaciones de la ciudad de Necochea que
mayor peso tenían en el periodo analizado como así también un claro
involucramiento en el desarrollo de las cuestiones turísticas eran de procedencia
local. Este escenario denota que el crecimiento de la ciudad en general, y del
turismo en particular, estuvo muy ligado a los miembros de la misma localidad,
que se asociaron e involucraron para tratar y “pelear” por la mejora de las
cuestiones que afectaban a la comunidad, aun encontrando claras limitaciones y
abruptos cambios que sucedían en la intendencia municipal.
Este trabajo de investigación deja claro que no es pertinente la asociación
automática y de sentido común en la cual el apogeo turístico en la mayoría de los
destinos de sol y playa de la costa atlántica bonaerense son producto directo de
134
las medidas tomadas por el gobierno peronista. El desarrollo lineal y sostenido que
venía manteniendo la ciudad, fue gracias al aporte local y privado, no fueron las
medidas peronistas las que dieron el puntapié inicial, si permitieron la continuidad
y la expiación del destino a través distintas políticas públicas de corte turístico y
social.
ANEXO
Señores frente a Rambla de madera, al fondo Hotel Necochea, 1920. Fuente: Archivo Histórico del
Museo Regional.
136
Línea histórica de las intendencias del período estudiado (1930- 1955)
La localidad de Necochea sufrió de abruptas y consecutivas interrupciones del
poder ejecutivo municipal, propios de la inestabilidad que sufrían los gobiernos
durante el período analizado. Lo que se intenta realizar aquí, es una descripción
de cómo fueron modificándose las titularidades de dicho cargo, a fin de poder
ilustrar en el siguiente apartado, su influencia en el desarrollo turístico de la
ciudad.
José Pucciarelli gobernó la ciudad durante 10 años consecutivos, comprendidos
entre septiembre de 1930 y julio de 1940. Dos de las más grandes obras
proyectadas y licitadas por el anterior mandato, el del señor Alejandro Calzada,
fueron concluidas durante el mandato de Pucciarelli, las mismas fueron la
pavimentación de la Villa Díaz Vélez, y el empedrado del boulevard Pellegrini,
actualmente parte de la Avenida 59.
El 22 de julio de 1940, asume con el cargo de Comisionado, designado por la
intervención nacional, el Doctor Néstor R. Montangero, y junto con esta
modificación se iniciaba un período de inestabilidad política que se prolongaría
durante varios años. Siguiendo el texto del archivo digital del diario local 51 “en los
siguientes 10 años, el mismo lapso que Pucciarelli fue intendente, se sucedieron
14 comisionados al frente del gobierno comunal”.
De ahí en adelante el listado de comisionados que siguieron fue facilitado por el
Departamento Ejecutivo de la Municipalidad de Necochea a la Biblioteca
Municipal, que se detalla a continuación:
- 17/09/1930 a 18/7/1940 José Pucciarelli.
- 18/7/1940 a 16/1941 Nestor R. Montangero.
- 21/4/1941 a 1/7/1943 José García Landera.
- 27/7/1943 a 5/4/1944 Arturo Villafañe.
- 05/04/1944 a 11/09/1944 Víctor Mercante.
51http://www.ecosdiariosweb.com.ar/nuestra-historia/2014/10/28/decada-ganada-necochea-
32157.html
137
- 11/09/1944 a 21/12/1944 Enrique Cárdenas.
- 3/3/1945 a 4/10/1945 Néstor Montangero.
- 2/2/1946 a 26/4/1946 Hernan Morgante.
- 26/4/1946 a 17/7/1946 Humberto Bonaura.
- 19/7/1946 a 31/5/1947 Antonio Ugo.
- 10/8/1947 a 3/2/1948 Ernesto Presa, quién en el breve lapso de su
actuación ha contado con el auspicio de diversas instituciones locales para
el desarrollo de su gestión administrativa. Una de sus primeras
preocupaciones fue la de velar por el buen cumplimiento de ordenanzas y
disposiciones reglamentarias.
- 3/2/1948 a 5/4/1948 Eulogio Bengochea.
- 5/4/1948 a 1/5/1948 Francisco Fusté Padrós.
- 1/5/1948 a 17/12/1949 José Brun, su mandato sería desde 1948 hasta
1952, como resultado de los comicios del 14 de marzo de 1948.
- 17/12/1949 a 1/5/1950 Andrés Villanueva del Gage, Comisionado municipal
puesto en posesión del cargo, en nombre y representación del poder
ejecutivo de la provincia, por el señor Ernesto Girbal Argüello.
- 1/5/1950 a 19/1/1952 José Marchetti.
- 19/1/1952 a 2/5/1952 Lerio Rossi.
- 1/5/1952 a 22/9/1955 Rodolfo Arce, resultado de los comicios del 2 de
noviembre de 1951.
- 22/9/1955 a 13/4/1956 Rafael González Aldalur.
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- Imagen 4.3: Archivo Histórico del Museo Regional.
- Imagen 4.4: Ecos Diarios, Anuario 1931.
- Imagen 4.5: Archivo Histórico del Museo Regional.
- Imagen 4.6: Archivo Histórico del Museo Regional.
- Imagen 4.7: Archivo Histórico del Museo Regional.
- Imagen 4.8: Archivo Histórico del Museo Regional.
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- Imagen 4.10: Gran Libro del Milenio, Ecos Diarios, 5 de Diciembre de 1948.
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- Imagen 4.12: Archivo Histórico del Museo Regional.
- Imagen 4.13: Archivo Histórico del Museo Regional.
- Imagen 4.14: Archivo Histórico del Museo Regional.
- Imagen 4.15: Archivo Histórico del Museo Regional.
- Imagen 4.16: Museo Histórico Virtual Diario Necochea.
- Imagen 4.17: Ecos Diarios, Anuario 1951. Biblioteca Municipal Andrés
Ferreyra.
- Imagen 4.18: Archivo Histórico del Museo Regional.
- Imagen 4.19: Ecos Diarios, Anuario 1950.
- Imagen 4.20: Ecos Diarios, Anuario 1955. Biblioteca Municipal Andrés
Ferreyra.
- Imagen de Introducción: Archivo Histórico del Museo Regional.
- Imagen de portada de Capítulo 1: Archivo Histórico del Museo Regional.
- Imagen de portada de Capítulo 2: Archivo Histórico del Museo Regional.
- Imagen de portada de Capítulo 3 : Archivo Histórico del Museo Regional.
- Imagen de portada de Capítulo 4: Archivo Histórico del Museo Regional.
- Imagen de portada de Conclusiones: Archivo Histórico del Museo Regional.
- Imagen de portada de Anexo: Archivo Histórico del Museo Regional.
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- Imagen de portada de Fuentes: Archivo Histórico del Museo Regional.
- Imagen de portada de Imágenes: Archivo Histórico del Museo Regional.
- Imagen de portada de Bibliografía: Archivo Histórico del Museo Regional.
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