las imagenes peregrinas

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JOSEFINA PLA EL BARROCO HISPANO GUARANI Editorial del Centenario S.R.L.Asunción, 1975Copyright by EDITORIAL DEL CENTENARIO S.R.L.Asunción - Paraguay

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LAS IMAGENES PEREGRINAS

A) MARIA MISIONERA Junto con el Crucificado smbolo capital a cuyo nombre se acogi la Orden Mara, ya sola como Inmaculada o Virgen de los Dolores, ya como Virgen Madre, Virgen de Loreto o del Rosario (ms tarde lo har con Santa Rosa, y, desde luego, con San Jos, en los Nacimientos, o en grupos de la Sagrada Familia), aparece desde el primer instante enlaaccinmisionera.Sielprimeractodelafundacineslevantarunacruzcapazdecobijarasusombra multitudes, en manos del jesuitala imagen de la Conquistadora es lbaroy escudo. La difusin del dogma mariano es,conformealoscnonestridentinos,importantepreocupacindelacatequesis,comopartedelamisincontra-reformista. A esta coadyuv la institucin, en las Misiones, de cofradas cuya patrona era Nuestra Seora. Miembros deestacofrada,consecuenteshastaloheroicoconsuvocacindecastidad,danacadamomentotestimonio entusiasta en las Anuas jesuticas. UnaimagendelaVirgenes,segnparece,elprimercuadroreligiosopintadoenelrea:laobradelHermano Hernndez, a que se ha hecho ya referencia, que la pint para el Padre Roque Gonzlez de Santa Cruz. Hacia 1619 corra por los pueblos cercanos de Villarrica "una imagen de la Virgen pintada en papel muy toscamente y que hace muchos milagros" dice en la Anua de ese ao el P. Oate. No dice si se trata de una imagen de factura local, aunque lostrminoslohacenpresumir.Nosabemosculfueraelmodeloparaesaimagen.Delastreintamisiones supervivientes,seisllevabanadvocacinmariana:SantaMaralaMayor,SantaMaradeFe,Candelaria,Nuestra SeoradelosReyesMagos(Yapey),Concepcin,Loreto.SienlaiglesiadeSantoAngelCustodioladecoracin estaba totalmente dedicada a la exaltacin figurativa del guardin individual de las almas "toda la muchedumbre de estatuas es de ngeles" dice Azara debemos suponer que en las dedicadas a Nuestra Seora la imagen de Mara tuviese rango especial por su nmero, tamao y calidad; pero nohay datos concretos al respecto; aunque entre las imgenes sobrevivientes, las de Mara son lo bastante numerosas y considerables como para dar fe de la importancia que revisti su culto. SabemosyaqueencadaMisin,porexpresainstruccinsuperior,debahaberunacapilladeLoreto,conlas mismas dimensionesydisposicin interior de la Santa Casa Matriz; esto acrece el presumiblemente copioso caudal delaiconografamarianamisionera.PeronosonmuchaslasvrgenesdeLoretoquenoshanquedado.Enrigor, imgenesconsiderablesdeestaVirgen,sloconocemosuna.Ellodalamedidadeladestruccinsufridaporla imaginera misionera. Comenzandoporlapinturasobreviviente,correspondeelprimerlugaralaVirgendelosMilagros,pintadaporel Hermano Luis Verger o Berger en 1634; realizada en Itapa, y a la cual se ha aludido con anterioridad. PintadaenunafechaenlacualenEspaaflorecanelGreco,Velzquez,Murillo;enFlandesRembrandt,yen Italialosgrandespaganosvenecianosconsuriquezadecolor,surealismoysupinceladapictrica,estaVirgen ofrece rasgos marcadamente lineales, a los que aade sugestin arcaica el halo, reminiscencia gtica, que la forma fondodecabezaapies,yquecomoenlafamosaGuadalupanareproduceloshalosefectivos,derayosdeplatau oro, queostentan muchas imgenes del mencionadoyandel temprano Renacimiento (Vrgenes de Pachecoyde Carducho).Estopruebasuejecucinabasedeestampas,osobrealgncuadroprevioquereproducayauna estampa;laprimerahiptesisesmsplausible.ElmodeloestampariopudohabersidoalgunaVirgendelos mencionadospintoresespaoles.FurlongabogaporlaAssuntadeRubens.LaVirgendeVergerofreceensu realizacinuncarctertanmarcadamentelineal,comosehadicho,queresultaicnica.Losngelesdelapeana muestran un perfil agudo, adulto, "intelectual", que recuerda el de los ngeles de las tablas de San Ignacio citadas en otro captulo. La fisonoma de la Virgen es llena; irradia una amable complacencia que abogara en cierto modo por la ascendencia flamenca del modelo, si no la explicasen suficientemente el origen y ascendencia del artista. Dos Madonas figuran en la nutrida coleccin argentina que fue de Don Enrique Pea. Las dos reproducen el mismo modeloconligerasvariantes.Tambinloreproduceungrabadosobrecobrequefiguraenlaportadadellibrode NicolsYapuguay.Explicacindelcatecismo,editadoenSantaMaralaMayoryenguaran,en1724.Esta insistenciaenelmodelopruebaquesetratdeunaVirgenmuypopularenelestampariodelapoca,yportanto muyestimada.Yenefecto,sonvariaslasVrgenesquereproducenesemodelo,convariantes(concorona;sin corona,elNiodesnudoono)yhastaSanJosconelNiohasidopintadosobreesemodeloconelsimple expedientedecambiarelropajeyponerlebarbaybigotes.Lamadreapareceenactituddeamorosaterneza correspondida graciosamente por el Nio. En uno de los cuadros el Nio lleva pao; en el otro est desnudo. OtraVirgen,stasola,yreducidaalacabeza,aparecefirmadaporelindioKabiy(unaKaldorso)yllevauna fechaborrosa,quepuedeserleda1718o1618.Laltimaresultacrticamentemuydiscutible,puesenesafecha llevaba el P. Verger dos aos escasos enseando en Itapa. Es ms atinado suponer que la fecha es la primera, en cuyo caso el pintor podra haber sido alumno del P.Brassanelli, en un ambienteya secular de experiencia artstica. Comotodoslosproductosdelrea,laVirgendeKabiyofrececarcteracusadamentelineal.Elclaroscuroes elemental;perohayciertomodelado.Lafisonomaconsusredondosojosylarelamidalneadelamejilla,resulta infantil. El modelo de esta Virgen fue el mismo indudablemente una estampa que sirvi para su trabajo al pintor quiteoMiguelSantiago,ensuMaterAmabilis.Elmssomerocotejolocomprueba.SehadichoquelaMater Amabilis era un retrato: esta obra de Kabiy, anterior a la de Santiago, prueba que su modelo fue una estampa, y que esaestampaalcanzdifusin.Nadaseopone,porlodems,aqueesaestampafuese,comosehasupuesto,un retrato de Isabel la Catlica. Sustituciones y escamoteos modelarios tales eran corrientes en esos tiempos. LasdosVrgenesconelNio,antesmencionadas,soninferioresalaprimeradeKabiyencuantoadiseo; aunque quiz debamos reconocer que han sufrido muchos e inexpertos retoques. En la Madona de Kabiy el dibujo es ms seguro, los paos estn bien compuestos, y el claroscuro, aunque elemental, es exacto. Las pinturas gemelas lesonsuperiores;hayenellasunimpulsointeriorquefaltaenladeKabiy,laboriosacopia.DelasdosMadonas gemelas, la del Nio vestido es la peor conservada. En ambas, dibujo y claroscuros aparecen a travs del deterioro y los probables retoques un tanto inexpertos; pero urgidos de conviccin y espontaneidad. Composicin y arabesco rtmico son correctos. Quiz sea obra indgena en mayor medida la Virgen con el Nio desnudo. La otra parece haber tenidounfondopintadoconmotivosflorales.Laprimeraestencuadradaenunbellsimomarcotalladoaluso colonial, de los cuales parece haber habido en el rea un gran nmero: desgraciadamente han quedado muy pocos deellos.(Noresultaociosodecirqueunestudiominuciosodeestaspinturas,permitiendodevelarlosefectosde precarias restauraciones, podra ratificar estos pareceres, y tambin rectificarlos). Es posible para terminar que de las dos Madonas la ms antigua haya sido la del Nio desnudo. El puritanismo creciente deba ser causa de que en la segunda el Nio fuese vestido. Como ancdota interesante se puede citar el hechodequeenunodelosejemplaresexistentesdelCatecismodeYapuguay,lahojadondefiguraelgrabado,la quereproducelaprimeradelasVrgenes,fuearrancado,yenlasiguienteaparecemanuscrita:"Arrancadopor indecente"... EnelMuseodelSeminariodelacapitalseconservaunacabezadeVirgencuyomodeladoesbastantefino;el diseo destaca la nobleza un tanto severa de los rasgos, y la factura de los paos es de una sensibilidad formal difcil de asignar a mano indgena. El aura tnica es inconfundible. Rodea la tabla un marco de madera que luci sin duda incrustaciones o taracea de hueso o de ncar; los huecos son visibles. La corona de estrellitas que rodea la cabeza recuerda ciertas Vrgenes de Alonso Cano o de Coello. Podra ser tambin que se tratara de un retrato de Isabel la Catlica, adaptado para uso religioso. Esta transformacin ya ms arriba se indic fue muy frecuente en la poca; comolofuetambinutilizarcomomodelo,paraSanJosconelNio,imgenesdelaVirgenconsuHijo:eneste casosecolocabaaSanJoslacorrespondientebarbayseintroducanalgunasmodificacionesenelcabello...Un ejemplodeeste"travesti"pictricolodalaimagendeSanJosconelNioqueseconservaenbastantemal estado en San Ignacio, donde los rasgos suaves de la Virgen son an visibles bajo la barba del Patriarca. LasimgenesentalladelaVirgensonmsnumerosas,comoeslgico,yaqueresultaronmsfcilesde conservar.Loprimero que notamos alestudiarelvolumen sobreviviente,es que sonpocas las imgenesqueenl representan a la Virgen en sus misterios dolorosos, ya como Virgen de las Angustias, ya como Piet. Si nos basamos enlalgica,debieronsernumerosas.Lohacesuponerelnfasisqueentodotiempopusolaenseanzareligiosa sobre el aspecto del dolor y el sacrificio antes que sobre los de la alegra. Las debi haber de todos los tamaos. En losdocumentostestamentariosdelArchivosecompruebalaexistencia,encadahogar,deimgenesdelaVirgen, infaltables;perocasinuncaaparecelaVirgendelasAngustiasymenosanlaPiet;yenrealidad,enhechode esculturas de cierto tamao y pertenecientes a templos, slo tenemos noticias de una Dolorosa, con su hijo sobre las rodillas,enqueambasimgenesparecenformarunsalobloque.(Algunasotras,detamaomenor,seencuentran an aqu y all; como la de Carapegu, de evidente factura pos-jesutica, y unos 32 cm. de altura. El Museo Julin de laHerreraposeeunadeunos20cm.inspiradaatodaslucesenunmodelodeAlonsoCano).LaPietdegran tamao, mencionada perteneca a la iglesia de San Ignacio Guaz cuando ste se derrumb; pero probablemente haya pertenecido anteriormente a Sta. Mara la Mayoro aYapey.Esta imagen, actualmente en el Museo jesutico deSanIgnacio,ofrececiertosrasgosqueparecenafiliarlaaundiscpuloalejadodeCaspicaraelnfasisenla actitud, la posicin de la cabeza y las manos, los ojos vueltos al cielo, la apasionada plenitud de las facciones. Pero la incapacidad del artesano local para abarcar conceptivamente el ritmo de conjunto se hace patente en esta figura. El Cristo forma, como se ha dicho, una sola pieza aparente con la Madre; pero su figura es raqutica, desproporcionada; es la de una criatura y no la de un adulto. Los pies, que deberan tocar el suelo, quedan a gran distancia de l. Pero ni an as la imagen resulta ridcula; el candor de la concepcin se sobrepone a las fallas de orden plstico. En la mente indgena, quiz slo en funcin de niez podra un hombre acogerse as al regazo materno. NotableporsumpetuyaspiracinaplenitudexpresivaeselgrupodelaAnunciacinenSantaMara.Grupo, aunque lo componen dos imgenes separadas, cada una con su peana: disposicin que por lo dems se halla en la imaginera espaola de la poca. Ambas tallas son de la misma mano, como lo prueba la analoga en el movimiento amplio,delospaos,(mseleganteeneldelngel);losrasgossomticosMarayGabrielparecenhermanos gemelos y la armnica correspondencia en las actitudes de las figuras. Siestasimgenesnoprocedendeuntallerespaoloitaliano;sifueronrealizadoslocalmentecasomsque probablelo fueron de mano de maestroy sobre "bozzetti"; la tectnica de los paos es de lo ms fino que pueda verseentrelasimgenesconservadas.LafiguradelaVirgenrecuerdaciertosdibujos(esbozos)deMurilloenla posicin del cuerpo, la disposicin del mantoy sobre todo en la forma en que las manos se posan piadosamente la una sobre la otra en vez de juntarse palma con palma, orantes. Quiz haya que atribuir esas estatuas a Brassanelli (aunque la eleccin del modelo abogara por un artista espaol). Brassanelli fue el artista de mayor categora llegado a las Misiones; y aunque por un lado no deje de ser hiperblica la expresin del jesuita que deca de Brassanelli: "Un segundoMiguelAngel"...tampocopodranegarse,enpresenciadeesasimgenes,queel"statuariusarchitectus" jesuita posea perfecto conocimiento de oficio, sensibilidad,savoir faire estilstico y fervor creador. Tanto el rostro de la Virgen como el del Angel nunciante son encantadores, y hay en sus expresiones una correspondencia, una unidad de instante y vocacin espiritual que habla mejor que ninguna otra cosa de su inspiracin unitaria y europea. Deinfluenciafrancesaquizflamencaydeinspiracinrenacentistatemprana,talvezreproducidadealgn trabajoenplata,eslaVirgendeSantaMara,dedimensionesmodestasnopasadelmediometroencuyos ropajes cincelados con finura orfebre pueden observarse reminiscencias del gtico, mientras el alongamiento patente acenta su bizantinismo. El rostro de la Virgen es lleno, pesado, un tanto estlido: carece de la adorable espiritualidad de la anterior; pero no cabe duda de su artstica presencia. Imponente,msqueporsusproporciones,porlaamplituddesuconcepcinestructural,eslaVirgendelas Angustias, de Santa Mara, cuyos paos en vestidura y manto, se componen bellamente en un estilo que asigna su ascendencia a la escuela de Alonso Martnez o de Martnez Montas. Si no importada, fue modelada seguramente sobre unbozetto en barro o una pequea imagen de madera de aquellas a que se hizo referencia en el captulo de talleres.Losplieguesdetnicaymantoestncompuestosconestilsticasabidura;lacontenidaactitud,lapattica suavidaddelaexpresin,contribuyenahacerdeellaunadelasmsbellaspiezasdelvolumenbarrocohispano-guaransuperviviente.Lasiluetaesamplia,comocorrespondealosproductosdelasescuelasespaolas mencionadas;susproporcionessonasimismomonumentales,encuantoaloscnones.Laelongacindelafigura permitelaampliacindeldetallesindesmedrodelmovimientoenlospaos;alpropiotiempoquelapatente siluetizacindestospermitequetantoelrostrocomolasmanos,consubelloademn,implorante,sedestaquen netamente. Dos imgenes menores de la Virgen se alojan en el Oratorio de Santa Rosa, y en los rasgos plenos de los rostros; enelmovimientodelospaos,muestranciertaafinidadconlaVirgendelaAnunciacin,msarribanombrada, aunque no alcanza su finura de ejecucin. Estas imgenes fueron asimismo realizadas sobre bozzetto o modelos de pequeas dimensiones; como lo prueba el acabado de la parte posterior, y tambin la agitacin un poco "gratuita" de lospaos,untantoampulososcomoconsecuenciadeltrasladoamsampliaescala;procesostesiempre traicionerocuandonoestenmanosdeexpertoseneloficio.Estasimgenespodrantambinserimputablesa Brassanelli, aunque ayudado aqu por oficiales indgenas avezados. UnabellsimaVirgen,desiluetaacentuadamentetriangular,porconsiguienterealizadasegntodaslas probabilidadessobremodeloaltiplnico,simtrica,totalmentefrontalista,seconservaenSanIgnacio.Lahermosa peanasostieneuncmulotambinsimtricodengeles,dentrodelmarcosemicirculardelaluna.Todoenesta imagenessimetrayfrontalismo,ejemplarizandolodichoalrespectoenelcaptulodetalleres.Consiguientemente los elementos plsticos se hallan estilizadamente organizados al mximo. OtraVirgendeextraordinariointerseslaqueseconservaenSantsimaTrinidad,restoalparecerdelquefue magnfico patrimonio de esa Misin. Posiblemente se trate de una imagen de la Virgen de Loreto perteneciente a esta iglesia(unadelasdesmanteladasporFrancia)oaunaimportantecapilladelasquesegninstruccionesdeban llevar esta advocacin. Esta Virgen presenta una silueta triangular tpica, pero totalmente distinta de la anterior por la disposicin del ropaje y el decorado de ste. Dicho decorado recuerda por su diseo un poncho indgena, y es de un bellsimo y original efecto. La decoracin mencionada se distribuye en franjas horizontales, alternando listas anchas y estrechas dispuestas como cenefas. Los motivos de estas cenefas son bsicamente renacentistas; pero recreados al imperiodelritmolocal,parecenautctonos;yesascomodalaimpresindeunmantoolicllaindio. Involuntariamenteserecuerdaenpresenciadeestaimagen,lafamosaVirgendelaOliva,deCano,cuyomanto ofrece idntica construccin en bandas con diseos de la poca, como una rica tela de brocado. Indudablemente, la silueta realista de la Virgen de Cano no es la misma, estilizada en prisma triangular, o mejor cono, de sta, pero ello no significa nada, dadas las transformaciones que el genio indgena imprimi a los modelos occidentales en las reas ricasentradicinplstica.EntrelaVirgendeCanoylasmisionerastranscurrendossiglos,duranteloscualesla imagenperegrinanteporlostallereshispnicosyamericanosadquierepocoapocoesasilueta,quealcanzasu perfeccinenlasampulosasyrgidasmadonasaltiplnicas.Desdeluego,enEspaamismahallamosVrgenesde silueta triangular como la de la Paloma de Huelva. Pero una Virgen como la de Trinidad no puede haber hallado su modeloenbocetooundiseoeuropeo;esunproductonetodelgenioamericano.Yporlodemsrecuerda acentuadamente, hasta en los rasgos fisonmicos, ciertos diseos del artista de Nueva Granada, Gregorio Vzquez. No creo aventurado asegurar que esta Virgen fue trada a Misiones de otra rea hispanoamericana. OtrasimgenesdelaVirgenpertenecenaunniveldeejecucinnetamenteindgenaylocal.Porejemplo,la llamada Inmaculada de Luque (Museo del Seminario) evidentemente trabajada sobre estampa acabado sinttico de laparteposterior.Puedenobservarseenestaimagenlacongelacinexpresiva,elhieratismo,laabreviacin cannica y la del intervalo entre los ojos. El modelo fue seguramente quinientista (Juan de Juanes). Una Pursima que se venera en Caazap ilustra perfectamente lo que se ha dicho respecto a la produccin de cuo indgena. Tomada igualmente de una estampa, como lo demuestra el acabado del dorso, la imagen lleva al extremo la siluetizacin, la esquematizacin del movimiento de los paos; hasta dar la impresin de un regreso al relieve antes queaunarealizacinplenamentetridimensional.Esmuyposiblequeestaimagenseadefacturapost-jesutica,o simplementeobradetallistasnojesuticos.CierranestedesfiledeMaraMisioneraprolongadoeninnumerables imgenes de pequeo tamao en los aos post-jesuticos y hasta hoy la figura de Nuestra Seora de la Purificacin la Candelaria de Santa Rosa; y otras de las cuales solamente un estudio detenido podra afirmar si efectivamente pertenecen a esa poca, y no son producto posterior a la salida de los jesuitas de Misiones.

B) LOS CRISTOS HISPANOGUARANIES. Essabidoelnfasisque,recomendandolapresenciadelacruzentodoslosactosylugaresdelasMisiones pusieron los Superiores de la Orden y por tanto los Jesuitas misioneros; de modo que hay razn para pensar que de todos los smbolos de la fe, la cruz fue el ms copiosamente trabajado en los talleres de Doctrinas. Haba cruces a la entrada de las chacras, en las plazas (la cruz misional tuvo en ocasiones hasta 40 pies de alto); en las encrucijadas, siguiendolaantiguatradicineuropea,haba,entodasellas,cruces,comorecordandoalhombrelapresenciade Dios en cada decisin que una encrucijada representa, y no slo metafricamente. Todas esas cruces eran de madera; de madera dura, pero madera al fin y al cabo. Slo en los ltimos tiempos se construyeron de piedra como consta por la que se conserva en un museo argentino y cuya factura la aproxima a las levantadasenotrasreascolonialesPer,Mxicoenplazas,encrucijadasyclaustros.Estacruznolleva Crucificado, sino ciertos detalles: las manos, los pies y el corazn coronado de espinas. (Quiz se trate de la misma que, segn noticias, decoraba una fuente en Apstoles). No se conservan o son rarsimos los grandes crucifijos importados. La mayora de las figuras talladas de Cristo, crucificado o no, que an existen de la poca, son de mano india. Ello se explicara en primer lugar por esa mltiple necesidad que hizo preciso movilizar en mayor escala el trabajo de talleres. En segundo lugar, por la facilidad relativa quesutallaofrecaalamanoindgena,porsufrontalismoytendenciaasimetra,ylacorrelativaposibilidadde solucionessimplistas.Losqueseconservansinembargo,sonescasos.Sonmuchomsnumerososlosdefactura post-jesutica, y desde luego, los ejecutados desde la independencia en el rea de encomiendas. Loshaydetodoslostamaos,comocorrespondeaesamultiplicidaddefines.Desdeelmonumentalcrucifijode altarmayor(Crucificados de Trinidad,de SantaMara de Fe)hasta el pequeocrucifijo de oratorioo capilla o al de anmsreducidasdimensionesqueanhoyconservannichosfamiliares.Haycrucesconcrucificadosysinly tambinCristossolos,bienporquehayanperdidolacruzsuCristo,oelCristosumadero,bienporquesetratade Cristosyacentes(Descendimientos)delosquesellevanensuscorrespondientesandasournasenciertas festividades como en la fiesta capital del Corpus. Estos Cristos tienen piernas y brazos mviles, que facilitan la bajada delacruzyelacomodoenlasandas.Fueronestasimgeneslasquemstarde,enpocasderegresincultural, dieron margen a ciertos alardes ms o menos de buena fe, pero incompatibles con la dignidad religiosa: mojigangas a las cuales puso fin una enrgica disposicin de Don Carlos Antonio. Hermana a estos Cristos una sorprendente analoga de formas y de expresin, y en la multitud pueden identificarse nopocosrealizadosporlamismamano,oporlomenosenelmismotaller.Esdesuponerqueparalaiglesiade JesssetallasendepreferenciaimgenesdeCristoenlosdiversosmomentosdelaPasin.Noseolvidequela iglesiaqueGrimauyRiberaplanearonparaTabarangnollegaterminarse,yqueelpatrimoniodelaprimitiva iglesia de Jess en alguna parte debi hallar refugio. Muestran estos Cristos en general un acusado esquematismo formal, una total congelacin expresiva. En algunos los ojos se abren redondos, con sugestin romanizante; en otros se ovalan gticamente, estrechndose; en algunos porfinlosmenoslosojosseentrecierranosecierranpatticamentedeltodo,revelandosuascendencia naturalista espaola. Muchos de estos crucifijos pudieron tener por modelo los de tamao reducido trados de Europa, o trabajados in situ por los maestros: pero no es difcil reconocer en muchos otros su origen estampario. EstosCristosmisionerosllevancoronasdeautnticasespinashechasderamasdelrbolllamado"espinade corona"porlosmisioneros.Lasangredisea,enloscuerposmartirizados,esquemasfloralescasidecorativos, cayendo con la gracia con que se abren los ptalos de ciertas flores silvestres. Esta forma en que caen las gotas de sangre parece podra permitir identificar a los Cristos procedentes de un mismo taller; pero no debemos descontar la posibilidad de que con el mismo modelo se tallasen y pintasen en distintos talleres Cristos semejantes; aparte de que una distribucin anloga de las llagas y la sangre se halla en Cristos altiplnicos. Talladosconespecialesmeroamenudopormanosdemaestrosfueronloscrucifijosdestinadosanichosde altar mayoro altares especiales, como el de Yuty. Este, de unos sesenta centmetros de largo (la altura total con la cruz alcanza al metro) ofrece en el rostro una perfecciny nobleza de rasgos, un aura tnica que el indgena se ha mostrado constantemente incapaz de alcanzar. La cruz est pintada (flores en blanco y rojo sobre fondo de oro) y los brazos rematan en el detalle tallado (trifolio) habitual en los crucifijos de factura esmerada. Las pinturas del madero, como a menudo ocurre en tales piezas, estn protegidas por un vidrio. Entreloscrucifijosdetamaomenorpuedenencontrarsetodavaalgunosenloscualesunngelrecogeenun vaso la sangre que mana del costado. El ngel suspendido en el aire con la gracia del picaflor local se mantiene en su lugar mediante un alambre que a su vez forma el chorro de sangre. Estos crucifijos reproducen unaingenua leyenda primitiva. Pero el modelo, o la invencin no es local: estos crucifijos tuvieron igualmente sus rplicas en el repertorio de los Cristos de otras reas hispnicas, al nivel popular. Tambinsehallanentreloscrucifijosmenoressetentaaochentacentmetrosdemaderoloscrucifijosdela Trinidad o de la Triple Faz, de los cuales slo he hallado ejemplares en el reano jesutica. El Concilio de Trento los declar no litrgicos, pero ellos siguen hasta hoy en los altares paraguayos. Uno de ellos muy hermoso se encuentra en la iglesia de Carapegu. Estos crucifijos son ostensiblemente de mano indgena. Como se dijo tambin anteriormente, son de mano indgenaen su mayora losCristos de tamao crecidoque se conservan (tres cuartos de tamao natural para arriba). Casi todos representan momentos de la Pasin. Ecce Homo o Seor de la Columna; alguna que otra vez Cristo camino del Calvario o en el Huerto de los Olivos (las imgenes de estetipoqueseconservan,sonlasdemayortamao).Variosdeellos,interesantes,seconservanenSantaMara contodaseguridadpertenecientesalacervodeltemplodeJess.Losmsdeellossehallanenlastimosoestado: deterioradosporeltiempoylaintemperieoporlosinsectosaquetanpropicioeselclima.Delamayoraha desaparecidolacarnacin;otros,calvos,poseyeroncabelleraspostizas,evidenciandoconellolaascendencia hispnica del magisterio jesutico que gui su ejecucin. Muchos se conservan slo en parte, como el Divino Jess de Trinidad, del cual slo resta la impresionante cabeza donde campea un ascetismo gtico y que sin embargo, posey cabellera postiza. EnlosCrucificadosqueseconservanenbuenestado,yquecomolosdeSantaMarayTrinidadsondegran tamao, puede observarse muy distinto tratamiento de los paos, tanto en el diseo como en la realizacin plstica. En algunos, los pliegues reflejan fielmente su ascendencia, reproduciendo con mayor o menor fidelidad, pero siempre reveladoramente,elglibodelCristoespaolquelessirvidemodelo,atravsdelaestampaodelcrucifijode pequeo tamao. Esa ascendencia se hace patente sobre todo en el esquema de los paos. En todos, las soluciones anatmicassonconvencionalesosintetizantes:muypocosevidencianpreocupacinporelverismosomtico.La misma gradacin de logros se observa en el intento de trasladar a la madera la faz del dios blanco, del hombre divino infusodemsticaentrega.Aqucomoenotrosaspectosdelatallamisionerasecompruebalaincapacidaddel indgenaparaalcanzarlosprofundossignificadosespirituales;ladefinicinintrnsecadeciertasvivencias.Lacopia fiel del modelo estaba fuera del alcance del indgena y no tanto quiz en virtud del desconocimiento del oficio (le falt laversacinprofundaqueselograsloconelmodelonaturalyenelestudiodeljuegovitaldelasformas)sino porquesusmismascaractersticasmentaleslevedabanlaaproximacinalarealidadentantoquerealidad (Recordemos una vez ms que el indgena no reflejaba lo que vea sino lo que senta). Esa imposibilidad de asimilar determinadosmomentospsicolgicos,ciertoscontenidosdeordenespiritual,sinequivalenteenlaescaladesus experiencias ntimas, gravit sobre l en manera definitiva; y cabe preguntarse si un mayor conocimiento del oficio le hubiese permitido aproximarse ms al mundo interior del hombre blanco, a cuya orilla asombrada quedaba rondando su mentalidad de recin rescatado a la selva. El indio en una palabra, reproduca aproximativamente las formas dadas; pero esas formas no obedecan, como ha hechobiennotarPagano,aunclaroimpulsointerior;yesasimgenesnopudieronvivirunestadoanmico proyectado desde la intuicin creadora. As la imagen extrema su prescindencia y se congela expresivamente camino alsmbolo,delcuallaformasloesunpretextoestructural,anlogoentodoslosindividuos.Exactamenteloque pasconelartecristianoprimitivoyloquesiguisucediendo,aunquemodificadoporlosaporteshistricosdela poca,conelromnicoyelbizantino.Naturalmentequelasrazonesqueallyacllevaronaesaprescindencia puedenparecer,yanser,distintas;sinembargohayunfondocomndelcualderivanrasgostambincomunes, haciendo que el resultado sea aproximativamente el mismo. Cristo aparece principalmente como estamos viendo, en tallas de bulto. Sin embargo, alguna vez debi aparecer en relieve,comolopruebanloscuatropequeospanelesqueseconservanenlaiglesiadeTabapy,restodel descuajadoaltarmayordedichotemplo(6).Estosrelievesfueronrealizadosconunsentidoplsticoreveladorde sensibilidad no comn en el artista, que estableci con cabal sentido espacial la relatividad de los planos. En pintura no se dan las piezas de cierta consideracin en que aparece Cristo, aunque de acuerdo a las noticias de cronistas y Padres viajeros, en la ornamentacin de los templos entr a menudo en apreciable proporcin la pintura. Paraencontraralgunamuestradebemosreferirnosalmbitodeparroquias,conlalevepresuncindequeesas piezas sean de procedencia jesutica. UnapinturadeYuty,quedebiformarpartedeunaseriedepanelesconmotivosdelaPasin(amenosquese tratasedeunapinturadefondodealtar)muestrabienalasclarasserfrutodeltrasiegodetcnicas,porelhalo, compuesto, como el de laVirgen deVerger,de rayos alternativamente rectosyondulados; pero que slo rodean la cabeza. El casco que ostenta el sayn flagelador, as como el pao del Cristo, son decididamente quinientistas. Los brazosdelCristosoncortos,lascaderas,pesadas,eltroncoexcesivamentelargo.Lapinturahaexperimentado evidentesretoquesybarnizados.Estejecutadasobretabladecentmetroymediodegrueso;ysehallaenmal estado.PosiblementerealizadaamediadosdelXVIIIsobreunaestampaquereprodujouncuadrodeLlanosode Yez de la Almedina. Hacia la ltima poca de las Misiones, el artista indgena que lleva ya varias generaciones de aprendizaje, ha ido adquiriendo un sentido ms claro de su propia situacin dentro del nuevo mundo espiritual. Es entonces cuando hace su entrada en la imaginera una intuicin realista. El indio entrev en Cristo la autntica humanidad, por tanto, se ve en l a s mismo. Y surgen las piezas en las cuales se integra el acento tnico. Un grupo actualmente en el Museo de La Plata procedente de Trinidad y seguramente del altar mayor de dicha iglesia,talvezdelcoronamientodelcrucero,ofreceasimismoensuspersonajes,sobretodoelHijo,lafacies indgena. Pero la inexperiencia plstica es patente, y la imagen no adquiere fuerza expresiva, porque sigue faltando el impulsointerior.OtraimagendeCristoenlaColumna,delaiglesiadeJesspresentatambininequvocosrasgos indgenas, o por lo menos mestizos. Boca, pmulos y frente; la tectnica general de rostroy cuerpo, son indgenas; hayunaaproximacinalrealismo,peroeserostrocarecedeauramstica;esunpobreindiomaltratado,aunque impasible a cuanto lo rodea. De mano indgena evidentemente es en todas sus partes el Cristo en Majestad que se conserva en Trinidad; con su rostro inexpresivo, de rasgos convencionalmente europeos, con sus formas rgidas, de elementalterminacin,suhalodefuerteacentoarcaico,yquecontrastaconelEcceHomoantesmencionado,de facies indianizante. TambinhayqueatribuiramanoindgenaelCristoenelHuertodelosOlivosqueseconservaenlaiglesiade SantaMara,yquedebiperteneceraladeJessoladeCorpus,puessutamaocorrespondealdeunretablo principal o capilla importante. Y por otro lado esta imagen al parecer slo podra haber formado parte de un conjunto torutico ms extenso que comprendiera los momentos de la Pasin. Este Cristo se inspir sin duda en un "bozzetto" oestampadeinspiracincanesca.UnCristosemejantesehallaentrelasimgenesrecogidasenTrinidad,yes tambin de mano local, pero de rasgos ms acusadamente indgenas en la ejecucin, (sistematizacin, uniplanismo delospaos).NosabremosnuncacmofueelgrupoqueenlaiglesiadeTrinidadocupabaelnichocentralyque segn Oliver era "la Ultima Cena, con los Apstoles, todos de buena estatura". Ese grupo debe haberse dispersado; entrelasimgenessobrevivientesnohepodidohastaahorareconocerningunaquehayapodidorazonablemente pertenecer al grupo.

C) LOS SANTOS DE LA ORDEN Son los Santos de la Compaa las figuras que en la imaginara de Misiones tuvieron lgica preferencia en nmero y artstico esmero, despus de las Divinas Personas, la Virgen y los Apstoles. Esta preferencia se hace explcita en las instrucciones dadas a los Misioneros de que "en cada iglesia haya imgenes de los Fundadores Ignacio y Javier", y se tradujo prcticamente en la frecuencia con que presidan altares, en el tamao de las imgenes, y en el hecho mismo de estar dedicadas muchas de las misiones a Santosdela Orden: SanIgnacioMin,San IgnacioGuaz (la primeradetodas),SanLuisGonzaga,SanFranciscoJavier,SanFranciscodeBorja,MrtiresdelJapn;San Estanislao. Las imgenes de los Santos de la Orden, especialmente de los fundadores, son, con excepcin de algn Cristo,dealgunaimagendeSanMiguel,yalgunadeDiosPadreyelmencionadogrupodelaUltimaCena,de Corpus,las mayores entre lasan existentes. En una fotografaque se conservadel retablo mayordela iglesia de San Ignacio Guaz, tomada a principios de siglo, puede perfectamente comprobarse que todas las imgenes son de santos jesuitas. Igual praxis debi sin duda seguirse en las otras iglesias dedicadas a santos jesuitas: ello explicara el relativamente crecido nmero de imgenes de gran tamao de estos santos en el acervo sobreviviente. En general tambin, se hallan entre estas imgenes las de nivel superior desde el punto de vista del oficio, aunque porsupuestonofaltanlasqueostentanelsellodelamanolocal(setratasiempredecopiasrealizadasenmenor tamao).Estapreocupacinpuedeexplicarsefcilmente.SetratabadeSantosderecienteadvenimientoalos altares,Santoscuyasimgenestenandefinicinindividualderetratos,aparteelaspectopuramentetorutico.Era precisoconservaresaautenticidadiconogrfica,quelamanodelindionoalcanzsinomuyraraydificultosamente (grabado retrato del General P. Tirso Gonzlez). As la mayor parte de esas imgenes de grandes dimensiones son importadas o de mano de maestro local. Lo patentizan la pureza estilstica y de ritmo, la perfeccin de la encarnacin y estofado, que resisten al tiempo; el realismo tnico, la fidelidad del detalle anatmico, y sobre todo, el parecido. Sin embargo, en la coleccinanexistenteen Santa Mara se conservan algunasimgenes, de menortamao quelas indicadas,enlasquepuedeobservarseunintentodetraslacinlocaldeesosretratos,SanLuisGonzaga,por ejemplo. Entre estas imgenes,es la deSan Ignacio la que ofrecela ms resuelta eindubitable garantade origen hispnico. La imagen del Fundador que se encuentra en el Museo de su nombre es elocuente. El Santo, en dinmica actitud,recogeconlaizquierdalosplieguesdelmanteo,yconladerechasealaelemblemadelaOrdenque campeasobresupecho.ElrostrodeIgnacioessereno,peroenrgico:ensusfaccionesnohayxtasis,sinola calmosa energa del que est penetrado de la altura de su misin, y no por estar en presencia de Dios deja de estar en compaa de los hombres. No hay en esta actitud arrogancia alguna: hay una irradiacin convicta de su posicin como jefe de hombres y capitn de Dios: Ignacio, jefe de las milicias de Jess, a todo dispuesto para mayor gloria del Seor. Esta imagen lleva el sello inconfundible de las escuelas de Montas y Mena; y refleja todo el entusiasmo de la reciente canonizacin. El arranque y elegancia de la actitud, el cabal modelado de facciones y manos con el fino juegodelasvenas,yladelicadacarnacin,patentedelnaturalismoandaluztodocontribuyeahacerdeesta imagen una de las capitales de Misiones entre las no creadas por mano local, fuese ella la del indgena copista o la del maestro avezado. Un San Ignacio de tamao menor se conserva en Santa Mara. El modelado de rostro y manos es igualmente fino; peroenestafiguraintervinoseguramentelamanolocalcompletandopaosyelconjuntonoalcanzaelnivelde plstica vitalidad que distingue a la anterior. OtraimagendelsantodeLoyola,tambinenSantaMara,ostentasobrelasotanaelalbaylaestola.Es igualmente de tamao regular, aunque no llega al natural. Con el brazo izquierdo levantado, seala al cielo, y parece estarpredicando.Lasfacciones,aunquebienmodeladas,noirradiantampocolavitalidaddelasdelprimerSan Ignacio.Sonmenosexpresivas.Losprofusosymovimentadosplieguesdesuropajedenuncianunaascendencia tambin distinta, a todas luces berniniana. Es posible se trate de alguna estatua debida al Hermano Brassanelli, sobre modelo itlico. Otra imagen de gran tamao sta de San Francisco de Borja denuncia la intervencin fornea en el acabado fino y expresivo de rostro y manos. Tampoco es de mano inexperta el ropaje: pero en conjunto se echa de menos en esta imagen la serena energa que caracteriza al San Ignacio citado en primer lugar. EnlaactualiglesiadeSantaMaradeFellamanlaatencinelnmerorelativamenteelevadodeimgenesde SantosdelaOrdenquefiguranenelvolumenallconservado.Esmuyposiblequeesasimgenesprocedande iglesias como la de San Ignacio Min, desmantelada por Francia. En efecto, esas imgenes de grandes dimensiones difcilmentetendrancabidaenunaiglesiadedicadaaNuestraSeora,nianseoreandoretabloslaterales.Son, evidentemente, imgenes de altar mayor. Comodetalletalvezinteresante,cabeobservarqueestasimgenesdeSantosdelaOrdennofiguranentre aquellas que el artesano misionero pudo repetir, vlidamente, luego de la expulsin de los jesuitas. La razn hay que buscarla en lo ya asentado, a saber, el carcter actual del "retrato" de esas tallas, en las cuales no era posible recurrir a la estereotipia icnica; y quiz tambin el halo de prevencin que rode a cuanto atinga a la Orden, durante mucho tiempo. Pasados los aos, sin embargo, y perdida la consigna de la fidelidad iconogrfica, los santeros populares las repitieron, sin otra consigna o limitacin que la de los atributos externos vestiduras, smbolos, etc. propios de cada santo. Seencuentrantambincadavezsonmsescasosdebidoaladepredacindequeelpatrimonioesobjeto algunasimgenes(detamaomenor)deSanLuis.Unadeellas,bellsimaensuversinindgenadeunmodelo berniniano, fue vendida, segn noticias, en 1969 con destino al extranjero.

D) LOS SANTOS PATRONOS

I. Santas Vrgenes SantaLucafueobjetodeextensoculto:estosedebialofrecuentesqueeranenlacoloniayReducciones, especialmenteenlosprimerostiempos,lasenfermedadesdelosojosoftalmas,decarcterendmicoentrelos indios.UnatalladeestaVirgenmrtir,sumamenteestilizadaydeeleganciacortesana,figuraenlacoleccindel Museo de San Ignacio Guaz. En su factura, los recursos plsticos ponen de relieve avezamientoy experiencia sin rebasar ciertas soluciones convencionales, y seala una ejecucin posiblemente no indgena. Esta figura ha perdido todo el estofado y algunos de sus detalles el tradicional plato con los ojos ofrendados, la palma conservando slo su empaque, un tanto profano, que le da puesto especial entre las imgenes conservadas. Santa Rosa tuvo bajo su advocacin una Doctrina, y por tanto un templo, que fue por cierto uno de los ms ricos y estilsticamente importantes de las Misiones. En el captulo de talleres se ha dado parte de la descripcin que de l hizoDeMoussy,ochentaaosdespusdelaexpulsin,cuandoporfuerzayamuchodesuesplendorsehaba desvanecido.EstemagnficotemplocuyoedificiofueobradeRiverafuedevoradoporunincendioen1883;slo algunasimgenes pudieron salvarse.Deellas es ms queposible formase parte la estatuadelaSanta limea que figuraenlacoleccindeSantaMara.EstaimagenesevidentementedelamismamanoquetalllaVirgendela AnunciacinaquesehizoreferenciaenelapartadoA)deestemismocapitulo.QuizseaobradeBrassanelli.La imagenofreceesaarmonadegestoyactitudsloencontrableenlaobradelescultorforneo;irradialamisma alegra serena que caracteriza al grupo de la Anunciacin, aunque la Santa es de factura y acabado un tanto menos felizyfino.Elmovimientodelospaospresentaciertagratuidaddebidaevidentementealarealizacinsobre "bozzetto".SantaBrbarafigura tambin entrelas bienaventuradas vrgenes que vieron su imagen reproducida con cierta profusin. En un pas tropical, donde las tormentas son frecuentes y aparatosas, y no siempre inocuas, la Santa tuvo ocasiones de culto tambin frecuentes; aunque no hubo, que sepamos, iglesia que llevase su nombre, debieron existir capillas u oratorios a ella dedicados. As hace pensarlo la imagen de regular tamao que de ella se conserva enSantaMara,yquelamuestraconsuatributoosmbolo,elcastillo,queabarcaentrelosbrazos.Estaimagen pertenece,comoladeSantaRosayunadelasVrgenes,yamencionadas,aunalneabarrocamovimentaday ampulosa,quesugiere,sinoexactamentelamismamano,slamismalneamodelara,eidnticadireccin.Es presumible que en Santa Rosa existiese una capilla dedicada a esta Santa, y la imagen referida ocupase dadas sus dimensioneselnichoprincipal.Comovemos,sonproporcionalmentenumerosaslasimgenesqueofrecenesas caractersticas barrocas movimentadas y ello autorizara la hiptesis de que se trate de imgenes trabajadas bajo una sola direccin quiz la de Brassanelli para Santa Rosa.

II. Angeles Toda la ingenuidad de la visin indgena, todo el fervor elemental que en el espritu de esa muchedumbre religiosa y guerrera debi despertar la figura de San Miguel, se reflejan en las representaciones de este Arcngel, que fueron sin duda numerossimas existi por lo menos una en cada iglesia y que an siguen siendo de las predilectas en el culto popular; los santeros ejecutan esa talla casi a ojos cerrados, de tal manera estn familiarizados con ella. SanMiguel representado corpreamente con frecuencia enlas danzasyotras manifestaciones dramticas de las Reducciones, arraig en efecto especialmente en el espritu local. Su papel de jefe de las milicias celestes, siempre triunfador,ledebierigirpuestosingularenlaimaginacindelindio,encuyonimoelvalorylapresenciafsica lograbansiempreprestigioavasallador.Lasimgenesquedelquedan,comolasdeCristoycomolasdeotros santosdecultomuyextensivo,estnrealizadasentodoslosniveles;lashaydemanodemaestro,ylashayde ejecucin tanto ms atractiva cuanto ms ingenua. Aadamos que en estas imgenes podemos distinguir dos grupos, segn la figura que en ellas adopta el diablo derribado. En efecto, en un gran nmero de ellas, aparece Satans bajo la forma del oscuro ngel bicorne, de cola bifurcada y alas de murcilago; en tanto que en otras el demonio inviste la forma bblica de la serpiente o el dragn. La ingenuidad arriba mencionada se explaya singularmente en la imagen del Arcngel sin alas, espada, demonio ni balanza los perdi en su lucha con el tiempo, ms tenaz y mal enemigo que el propio Satans que forma parte del tesoroimaginerodeSantaMara.Esstaobrademanoindgenasilashay.Lafiguraesatarxica,envarada;los pliegues de la tnica,verticales, se acanalan como hojas de palmeray apenass insinan un esbozo estereotipado de movimiento en la fimbria. El rostro es inexpresivo y convencional. Estaimagencontrasta,permitiendoestablecerescalaenloslogrosplsticos,conotrasdosimgenesdelmismo Arcngel,queseconservantambinenSantaMara.Ambasfigurassondemovimentadasiluetaydesenvuelta actitud, aunque el primero, el de mayores dimensiones, ofrece mucha ms justeza en la forma y espiritualidad en los rasgos. En el Museo de La Plata se conserva lo que resta de una imagen de San Miguel, destruida por el fuego: slo se conserva intacta la cabeza, realmente hermosa. Posiblemente este San Miguel haya sido el que De Moussynos dice que coronaba el arquitrabe del Altar Mayor en la iglesia de Santa Rosa. Volviendo a los conservados en Santa Mara: uno de ellos levanta en la diestra en alto la espada, mientras que el segundoyalahadejadocaersobreelpostradodragn.Lafacturadelasalasestambinunrasgoquepermite establecer la antes referida escala de pericia en la realizacin: en la primera de las figuras nombradas, las alas, con sudiseoencurvoysueltomovimiento,permitenasegurarquesetratadelaobradeunmaestro.Enelotro,por cierto parcialmente mutilado, aunque casi al mismo nivel del primero en el acabado de facciones y manos, se advierte igualmente la huella de la gubia indgena en la solucin un tanto congelada y convencional de los paos. NoseencuentracontantafrecuenciaaunqueselohallaalgunasvecesalArcngelSanRafaelconsu distintivo, el pez, que en algn caso adopta la forma heterodoxa de una serpiente. El San Rafael existente en Santa Mara, de tamao mediano (un metro y cuarto ms o menos) es el representante mximo de la iconografa misionera de este personaje celestial, cuya imagen sin embargo debi abundar en Doctrinas, ya que San Rafael es el patrn de losqueviajan,ylosindgenasnuncadejarandellevarloconformeeradeordenanza,enlosviajesquehacanpor encargo de los Padres, en misiones comerciales principalmente. Un San Rafael interesante, dentro de sus rasgos de facturamixta,ocupaunlugarenelMuseodeSanJuanBautista.LaimagenqueseencuentraenSantaMaraes, comolasdeSanMiguel,deunbarrocomovimentado;hemosdeverenellalaobradeunartesanoindgenamuy experto,aunquetalnohayaestadolejosenalgnmomentolamanodelmaestroimprimiendosuselloenel dinamismo de las actitudes. El Angel de la Guarda, que tuvo consagracin numerosa en la Misin de su nombrerecurdese a Azaraslo estsinembargorepresentadoenelvolumensupervivientepordosimgenes,ciertoquedetamaoconsiderable, sobre todo una de ellas. La de mayores dimensiones se conserva en San Ignacio. La de menor tamao se halla en Trinidad.MsmovidoydeconcepcinmsmodernaelngeldeSanIgnacio(detamaosuperioralnatural)es posiblehayapertenecidoaunretabloprincipal;susdimensiones,comosucedeconotrasimgenesyacitadas, excedenaloquecorrespondeaunretablomenorounacapilla.Estengelconservalasalaspintorescamente dispuestas; su figura y la del nio o nefito que lleva de la mano se posan sobre distintas peanas. En conjunto, este Angel no es precisamente una de las realizaciones ms felices de esta imaginera. Corroborando lo que se dijo sobre la incapacidad del indgena para concebir los grupos como unidades significativas, la figura del nefito parece ser de distinta mano que la del Angel; ms tosca e inexperta. Elotrongel,elconservadoenTrinidad,esdefacturamuchomenospretenciosa;sumodelotambinesms antiguo,posiblementequinientista;peroloaureolaunagraciadelacualcareceelredichoAngeldeSanIgnacio. Comoaestengellefaltanlasalas,algunoshancredoverenelgrupodeloshermanosJustoyPastor,mrtires nios:peroeltamaorelativodelasfigurasnocondiceconlostrminosdelaleyendadorada.Acambasfiguras ocupanlamismapeana:perohayquetenerencuentaqueeltamaoesmuchomenor.Lasfigurassehall anmuy deterioradas,especialmenteladelnio,casiirreconocible.LafiguradelAngeleselongada,perolaexpresines cndida, dulce, y hace pensar que en el rostros intervino una mano ms capaz en el modelado que la que realiz los paos, totalmente silueteados y dispuestos en esquemas acanalados, acentuando probablemente las caractersticas del modelo.

III. Personajes del Evangelio SanJuanBautistatienealgunosrepresentantesenestaimaginerasobreviviente:unodeellos,conservadoen Santa Mara, de una dulzona belleza que refleja su ascendencia italiana, y en el cual quiz estuvo presente la mano de Brassanelli. La figura ofrece las proporciones clsicas y es de un fino modelado; sus rasgos de factura y modelo la hermananalacabezadeCristomencionadaenelapartadoB).Estesantoesunodelospredilectosenelculto popular;consufiestaserelacionancelebracionesqueconservanmuchosrasgoslgicamenteaculturadosde antiguas prcticas europeas; las hogueras, etc. Menospresenciatienesuhomnimo,SanJuanApstol,eldiscpulopredilecto.Sinembargo,debieronexistir imgenessuyasdebuentamao;enSantaRosamismalafiguradeSanJuanfueunadelasdocequesegnDe Moussyflanqueabanotrastantascolumnasdelanave.Destesloencontramosunabellsimaimagen,finamente realizada, estofada y dorada, que se conserva en el Museo del Seminario y que debemos situar entre las importadas, se conserva en muy buen estado. Interesante en su dinmico arabesco y su factura experta es el Santiago Matamoros que se conserva en la iglesia delaMisindeesenombre,contodaprobabilidadejecutadosobreunaestampa:enestaimagenhallamospor primeraynicavezungruporealizadoenbloque.Lasfigurasnosedestacandelamasatotal,seencimano superponen,formandounverdaderoaltorelieve;estofacilitsuejecucin.Estegrupoocup,sinduda,elnicho centraldelaltar.ElApstol,enguerreratrazamedieval,arremetecontralamorisma,queasupasosederrumba, aterrada o difunta. Fuera de este grupo, no se identifica, entre las supervivientes, otra imagen del Apstol. La figura deSantiago,noobstante,hasidomodelonoinfrecuentedelosimaginerospopulares,aunquenoesdecreerque esteApstolfiguraseentrelossantoscuyocultopudieraimbricarprofundamenteenlavidaespiritualdelas Reducciones.Sinembargo,unaMisinllevsunombre;yalolargodelaexistenciadelasDoctrinas,elpapeldel Apstol como promotor de victorias contra el infiel (papel que en la colonia le arrebat San Blas) tuvo frecuentemente ocasin de ser recordado. Sabido es que el indgena particip muchas veces en luchas en defensa de la colonia, sin contar con las que mantuvo contra los mamelucos. NomenosinteresanteyquizatribuiblesalamismamanoquerealizelSantiagoMatamorosporsuexacto glibo, naturalidad de la actitud, cabalidad en los ritmos somticos, son las imgenes de los Reyes Magos, Gaspar y Baltasar, figuras de gran tamao, cuya presencia en Santa Mara resulta intrigante. En efecto, estas estatuas, por sus proporciones,nopudieronpertenecer,comotampocomuchasotras,aretablosmenoresocapillitasdeescasa importancia. Son imgenes realizadas dentro de la lnea ya varias veces mencionadas del barroco movimentado, que las adscribe a la misma poca e influencia de maestro que las de Santa Rosa, Santa Brbara, etc. y cuya imponencia en dimensiones, rigor cannico, y esmero en el acabado, sugieren autor maestro y un nicho preferente, si no principal (lugar reservado siempre a la imagen del Santo cuya advocacin llevaba el templo). No sera aventurado suponer que estasimgenespudieranprocederdeYapey,NuestraSeoradelosReyesMagos,unadelasMisiones desmanteladasporFranciaantelaamenazadelavanceartiguista.Esposiblequeesasimgenes,juntoconotras perdidas, hayan formado parte de un gigantesco Paso o Pesebre. Por cierto que en la misma iglesia de Santa Mara hallamos algunas figuras, restos sin duda alguna de un Nacimiento, pastores adorantes, una oveja, un San Jos aunquestos de mano acentuadamenteindgena;encantadores en suingenuidad conceptivay su toscaarcaizante realizacin. Antesdecerrarestabreveenumeracindealgunasdelasimgenesexistentestodava,quehanllegadoa nosotros sorteando tantas vicisitudes, vale la pena mencionar (como un rasgo tal vez interesante en que se perpetan ideas o conceptos religiosos catlicos, curiosamente aculturados), la persistencia, en el santoral popularparaguayo, dedospersonajes,noporarbitrarios,derazmenosprofundaenlaoriginalimpregnacinreligiosadeesamasa indgena. Son San Son y San La Muerte. El primero, que es sencillamente el forzudo hroe bblico, debe sin duda su puesto en el santoral a la engaosa primera slaba de su nombre. Numerosas figuritas de talla popular, de menudo tamao, nos lo muestran hasta hoy montando un len, al cual no se preocupa de desquijarar: para el ingenuo creyente nativo elslohechodemontarunlendebaparecerlosuficientementeprodigioso,comoparanonecesitarquelo acompaasen otros despliegues sorprendentes. Que los misioneros dieron cierta visualidad a esta figura, lo prueba el hecho de encontrarse en el Museode LaPlata una imagen de buen tamao (que por ciertoapareceen el catlogo como figura de Daniel, ejecutada en piedra). En cuanto a San La Muerte, es indudablemente la forma en que vino a cuajar,curiosamente, la idea de la Buena Muerte,fundidaporunodeesosprocesossingularesenqueabundaelfolklore,enlaotraideadelpersonaje descarnado y portaguadaa que a menudo se encuentra en las lminas de postrimeras. SanLaMuerteenefectoesrepresentadocomounesqueleto,conlaguadaaalhombro,oenlamano:ms frecuentemente lo ltimo. No ha sido posible sin embargo establecer en forma concreta el origen de esta forma: si ella nacienMisiones(posteriormentealasalidadelosjesuitas,esclaro)osiellasurgienelreadeparroquias, llamada, con bastante aproximacin, franciscana.NOTAS 1) Se salvaron slo un cierto nmero de imgenes (parte de stas se conservan en Santa Mara) y algn altar lateral. 2) WILLIAM WALLSEN, Paraguay, das Land der Guaranis. Berln, 1907. 3) Carta del P. ASTUDILLO. 4) La Misin de Tayaob se llam propiamente de Los Siete Arcngeles (Ver Apndice IV, fundaciones misioneras). 5) AURELIO PORTO, Historia das Missoes Orientais do Uruguai, Ro de Janeiro 1943. 6) Poco tiempo despus de estos apuntes, esos paneles, puestos a la venta, desaparecieron.