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Las instituciones de educación superior:
mediadores culturales entre la sociedad y el estado
Mesa 2: Gestión Cultural Universitaria
Rogelio Villarreal Elizondo
Universidad Autónoma de Nuevo León
Introducción
El concepto de desarrollo en la actualidad no implica solamente el aspecto de crecimiento
económico, sino que, como proceso de integración, debe incluir las variables culturales a
las políticas, económicas y sociales para apoyar el diseño de estrategias de desarrollo
sostenible que definan un modelo de desarrollo exitoso, al lograr adaptarse a las
características particulares de las diversas sociedades.
Hoy por hoy, nos enfrentamos a las diferencias propias de una misma cultura y a
diferencias más profundas entre culturas distintas, donde una misma conducta puede ser
interpretada de formas diversas o diferentes conductas pueden interpretarse de manera
similar, sin que exista un espacio de integración, flexible y adaptable que permita el
máximo aprovechamiento de la diversidad en pro del desarrollo sostenible de las
comunidades.
Desde 2009, la UNESCO viene definiendo un nuevo modelo de política cultural, para
dar respuesta a los retos del desarrollo sostenible y garantizar que la cultura ocupe el lugar
que le corresponde en las políticas relacionadas con la educación, la ciencia, la
comunicación, el medio ambiente y la cohesión social, convirtiendo los principios de la
diversidad cultural y el diálogo intercultural en opciones políticas nacionales e iniciativas
concretas que sean útiles en la toma de decisiones políticas y sociales.
De aquí que el concepto de desarrollo en la actualidad no implica solamente el
aspecto de crecimiento económico, sino como proceso de integración, debe incluir
variables culturales a las políticas, económicas y sociales que apoyen el diseño de
estrategias para el desarrollo sostenible y definan un modelo de desarrollo exitoso, al lograr
adaptarse a las características particulares de las diversas sociedades.
Si por cultura entendemos las diferentes formas de interpretar y dar significado a la
realidad, nos estamos refiriendo tanto a las actitudes y conductas como a las creencias y
valores que las motivan, entonces, la cultura resulta ser “la única modalidad de desarrollo
capaz de ser sostenible” (UNESCO, Hangzhou, China, 2013), toda vez que se liga a los
siguientes aspectos fundamentales del desarrollo:
a) Establece la vinculación con la dimensión social. (Promueve la identidad e
igualdad de derechos, fomenta la participación ciudadana y propicia el
diálogo intercultural)
b) Impulsa la dimensión económica. (Generación de ingresos y empleos,
aportes a la creatividad e innovación económica).
c) Favorece el desarrollo de la responsabilidad medioambiental.
d) Aporta valores intrínsecos al desarrollo. (Creatividad, conocimiento,
diversidad, patrimonio histórico-cultural).
En este contexto, las instituciones del Estado, sobre todo las educativas, tienen el gran
compromiso de implementar medidas que fomenten el desarrollo sostenible, toda vez que,
al igual que organizaciones y equipos globales, enfrentan no sólo las diferencias propias de
una misma cultura, sino también, las diferencias existentes –más profundas aún– entre
culturas distintas, debidas a la diversidad cultural, factor determinante en la evolución de su
vocación internacional.
La extensión cultural en las Instituciones de Educación Superior
La instituciones de educación superior, en tanto instituciones formativas y transformadoras,
requieren aglutinar todo su quehacer y proyectarlo, a través de un proceso cultural
fundamental, capaz de convertirse en un proceso formativo integrador de los vínculos
Universidad-Sociedad1; toda vez que su desarrollo continuo contribuye a la transformación
social.
1 Del Huerto Miramón, María Elena. La Extensión Universitaria como vía para fortalecer los vínculos
Universidad-Sociedad desde la promoción de la salud. Facultad de Ciencias Médicas “Dr. Juan Gutieras
Gener”, Matanzas, Cuba. 2007.
La proyección externa de este proceso se convirtió en lo que conocemos como
Extensión Universitaria, cuya diversidad y complejidad ha ido incrementándose en los
últimos años, como resultado de la construcción histórica de las universidades que incluye
procesos culturales, sociales, económicos, políticos y hasta religiosos, según la época e
institución de que se trate.
La Extensión Universitaria se define de manera general, como una aportación que
hace la Universidad, democratizando el saber, contribuyendo a la elevación del nivel de
vida de la sociedad y ampliando las posibilidades de desarrollo.
En México, el Sistema de Educación Superior, define la Extensión Universitaria
como “el proceso que tiene como propósito promover cultura en la comunidad intra y extra
universitaria, para contribuir al desarrollo cultural”.
Algunos autores han enfocado la extensión como un elemento esencial para que las
IES se inserten en el desarrollo cultural de las naciones, interpretándola como una “fuerza
vitalizadora capaz de garantizar la satisfacción creciente y estable de las necesidades
materiales y espirituales de la comunidad humana"2.
En sí, la idea de la extensión universitaria llevada a cabo por las IES en relación con
el entorno al que pertenecen, ha propiciado una mayor apertura de éstas, así como su
democratización y una más amplia proyección social de su labor, pues, además de sus
objetivos tradicionales de docencia, estudio e investigación, se han facilitado las prácticas
culturales activas de sus propios miembros y la misión de contribuir con la comunidad de
su entorno, considera la preservación, desarrollo y promoción de la cultura, que bien puede
orientarse en apoyo a la construcción de ciudadanía y favorecer, incluso, soluciones a la
problemática social, ampliando su función formadora.
Al gestionar, promover, fomentar y divulgar la cultura, la extensión universitaria
implica vinculación y comunicación, hacia el interior con todos los niveles de la comunidad
escolar y al exterior con los diferentes sectores de la sociedad, sin embargo, la primera
relación debe estar totalmente consolidada a fin de potenciar el desarrollo de la segunda, en
virtud de que al procurar la generación de actividades de extensión cultural, se interacciona
con diversos procesos interdisciplinarios, definidos en relación con los valores y principios
2 Hart Dávalos, Armando, Cultura e Identidad Nacional, Granma, la Habana, Cuba. (Enero 1989)
que fundamentan el desarrollo sostenible, como son: identidad, libertad, igualdad,
participación y calidad de vida.
En esta interacción que permite preservar, desarrollar, promover y difundir la cultura en su
sentido más amplio, se integran líneas de trabajo entre las que identificamos:
a) Divulgación cultural y científica, a través de la promoción de diversas expresiones
artísticas y culturales, difusión masiva de conocimientos; difusión científica;
promoción de una conciencia crítica de la sociedad.
b) Extensión académica, mediante actividades de educación continua, capacitación,
seminarios, congresos de actualización académica y científica, etc.
c) Promoción social y comunitaria, mediante programas, proyectos y acciones que se
orientan a atender diversas problemáticas vinculadas con el desarrollo social (salud,
educación, vivienda, alimentación, trabajo, etc.)
d) Servicios deportivos, recreativos y medioambientales a docentes y estudiantes, así
como propuestas de capacitación a la sociedad civil.
Valores y principios para el desarrollo sostenible
e) Servicios a terceros mediante innovación y transferencia tecnológica, acción que en
los últimos veinte años ha ido arraigándose en la instituciones de educación superior
y que tiende a aumentar en virtud de las profundas transformaciones que ocurren a
nivel global.
Para llevar adelante estas líneas de trabajo de la extensión universitaria, deben adoptarse
formas y metodologías que dependen de los objetivos y características de cada actividad,
(destinatarios, recursos, tecnologías, etc.), tal como sucede con la promoción que se
convierte en elemento metodológico imprescindible de la extensión universitaria que, desde
un modelo comunicativo, tiende a satisfacer necesidades, demandas y posibilidades de cada
contexto para formar públicos activos y en un sentido más general, contribuir al desarrollo
cultural de la sociedad.
En su acepción de promoción socio-cultural, la acción extensionista se convierte en
un sistema de acciones dirigidas a establecer e impulsar la relación activa entre la población
y la cultura. Este sistema incluye animación, programación, creación, extensión,
investigación, conservación, rescate y revitalización de los valores culturales, así como la
enseñanza y la capacitación, entre otras.
Mientras que la función de la extensión universitaria se cumple en cuanto expresa la
cualidad externa de los procesos universitarios, la promoción se asume como la
metodología esencial de la extensión, a partir del diagnóstico de la realidad al interior y al
exterior de las IES, impulsando el desarrollo de acciones dirigidas a revitalizar los valores
culturales; entre ambos procesos, media un conjunto de estrategias que facilitan un
adecuado acceso a los elementos que integran el patrimonio cultural de un pueblo,
institución u organización social determinada.
Por otra parte, la promoción aunada a la gestión, permite manifestar una serie de
funciones y actividades normativas, de servicio y de fomento que constituyen la producción
cultural, cuya difusión se convertirá en la parte esencial del proceso de aculturación.
Sin embargo, a pesar de los logros alcanzados en el ámbito extensionista, en diversos
foros realizados por organismos de educación superior a nivel nacional, se manifiesta que
en muchos casos, la extensión aún sigue siendo una función marginal, sobre todo en el
ámbito presupuestal y en la insuficiencia de recursos humanos capacitados, así como el
desplazamiento de los valores del humanismo por los fines utilitarios y tangibles de la
ciencia, la tecnología y competitividad, provocando un panorama de indefinición,
incertidumbre y aleatoriedad3, siendo necesario reconsiderar a la extensión universitaria
como una función esencialmente participativa y entendida como una realidad específica de
la educación superior.
En esta perspectiva, se hace necesario repensar la función de la extensión
universitaria como el vínculo permanente abierto y sin complejos de las IES con la
sociedad, para estimular su poder crítico-reflexivo y creativo-productivo, dirigido a una
verdadera transformación social, haciendo una contribución esencial e irrenunciable.
La extensión cultural en la Universidad Autónoma de Nuevo León
Como institución pública, la Universidad Autónoma de Nuevo León en su relación con la
sociedad originó una estrecha vinculación desde los inicios de su función, a través de la
acción y difusión de la cultura, en una tarea extensionista que ahora se inserta como
estrategia prioritaria para su expansión y en cumplimiento de su responsabilidad social, la
cual ha ido adaptándose a diversas etapas determinadas por la evolución histórica de la
propia institución, así como por las condiciones sociales y políticas de la entidad.
Desde su origen en 1933, la Universidad ha contribuido de manera importante para el
desarrollo del pensamiento crítico y las actividades artísticas en la comunidad de Nuevo
León; gracias a su labor de extensión y difusión cultural y la presencia de hombres y
mujeres, artistas e intelectuales, que la dotaron de un gran sentido humanista, han sido
posibles en gran medida el conocimiento y la promoción del arte y la cultura en general.
Diversas manifestaciones culturales han transitan por aulas, talleres, escenarios y
publicaciones universitarias convirtiendo a la Institución en foro imprescindible de
producción y difusión del arte y la cultura, como una prioridad histórica de la Universidad,
que considera las implicaciones contemporáneas, cuya constante actualización es impulsada
a través de la Secretaría de Extensión y Cultura, establecida desde 1996, fundamentada en
tres objetivos sustantivos:
Estimular la creación artística al interior y al exterior de la Institución;
3 Llorens Báez, Luis. “Planeación y Extensión Universitaria”. Documentos ANUIES. En Internet:
http://publicaciones.anuies.mx/acervo/revsup/res081/txt4.htm
Difundir del arte y la cultura y
Proteger y difundir el patrimonio cultural de la Universidad.
Al definirse la extensión universitaria como un proceso sustantivo, se erigió como un
integrador de funciones desde un punto de vista conceptual, redimensionando y ampliando
los objetivos de la tarea extensionista, permitiendo una ejecución más eficaz y eficiente, de
proyectos y programas en la materia.
Las labores de extensión y cultura en la Universidad han registrado dos vías de
acción: una hacia el interior de la institución, y otra de vinculación con la sociedad;
promocionando en ambos sentidos todas las expresiones artísticas y procurando fomentar
los valores culturales locales, tarea que se regula mediante instrumentos de análisis y
planeación, que permitan tener una visión integral y de coherencia para detectar y priorizar
las respuestas a necesidades culturales de la comunidad universitaria y la sociedad en
general4.
El vínculo de comunicación que se genera a través de estas respuestas, se ha
convertido en el objetivo primordial de la extensión universitaria y propicia el espacio
donde se fomenta el desarrollo cultural en general, por lo tanto, la Universidad tiene un
papel protagónico importante en la promoción del desarrollo sostenible de la entidad, lo que
significa redimensionar la extensión cultural universitaria como un eje rector que posiciona
a la Universidad como un polo de desarrollo cultural de alto impacto y reconocimiento
social, por sus contribuciones relevantes a la creación, promoción y conservación de la
cultura y el arte.
Al ser esencialmente comunicación la extensión cultural como función y proceso,
implica un emisor y un receptor, (Universidad-emisor, receptor-sociedad, en sus dos
modalidades: como población escolar y comunidad en general, –sociedad–. Los efectos de
esta comunicación constituyen un área de articulación entre el conocimiento adquirido y su
aplicación a necesidades o problemáticas concretas. A partir de aquí se hace imprescindible
precisar las políticas y lineamientos que fundamenten proyectos y programas culturales que
relacionan a la Universidad con determinadas necesidades sociales
4 Plan Estratégico de la Secretaría de Extensión y Cultura. 2014-2020. UANL. 2014.
La proyección estratégica de la Universidad en su Plan de Desarrollo Institucional
2012- 2020, para el logro de su Misión identifica cinco sistemas plenamente consolidados,
entre ellos, su sistema cultural, el cual contempla la ampliación y consolidación de los
esquemas y programas de promoción, protección y difusión del conocimiento y la cultura,
en apoyo a la formación integral de los estudiantes y la satisfacción permanente de las
necesidades de la comunidad, destacando una atención especial a grupos vulnerables.
La cultura como factor que da sentido de continuidad a la sociedad, establece pautas
para su constante renovación, de forma tal, que al integrarse el sistema cultural
universitario, se considera un equilibrio entre diferencias, para garantizar su adaptación,
tanto a la comunidad universitaria en lo particular, como a la sociedad en lo general.
El sistema cultural incluye instancias, espacios de participación y procesos de
desarrollo institucional –planificación, financiación, formación e información–
garantizando el acceso a los bienes, servicios, prácticas y manifestaciones culturales, así
como a la promoción de la creatividad humana.
El análisis histórico de la actividad cultural en la Universidad Autónoma de Nuevo
León, permitieron definir tres líneas de expresión en su Sistema Cultural:
1) Creación y expresión artística;
2) Extensión y difusión y
3) Patrimonio Cultural.
La primera línea orienta el impulso a las diversas manifestaciones del arte, cuyos objetivos
fundamentales son: Crear, producir y difundir el arte en sus diversas manifestaciones (artes
musicales, artes escénicas, artes visuales, incluyendo el cine), así como la literatura, que
además de las producciones del ámbito universitario, también promueve y apoya, en cierta
medida, la difusión de manifestaciones externas.
El área de Extensión y difusión, complementa a la primera y especifica lo referente a
la oferta cultural universitaria.
La tercera línea, por su parte, se ocupa de integrar acciones de adquisición,
preservación, conservación, valoración y difusión de los bienes que forman el patrimonio
cultural universitario.
Por otra parte, se ha consolidado la estructuración de políticas culturales que
delimitan y encausan las acciones institucionales y las diversas opciones que de ellas
deriven para llevar a cabo las tareas de extensión y difusión cultural, así como para
determinar la forma más adecuada para el manejo de los recursos y establecer los referentes
básicos de las relaciones sociales, académicas, administrativas, interinstitucionales y de
vinculación con la sociedad, a fin de dar respuesta a los siguientes puntos:
Sistema Cultural de la Universidad Autónoma de Nuevo León
1. Articular las funciones de docencia e investigación con la extensión de la
cultura.
2. Definir de una reglamentación adecuada en materia de extensión y difusión
cultural;
3. Impulsar la planeación participativa entre todas las áreas de Difusión
Cultural de la Universidad, a fin de elaborar propuestas coordinadas de
promoción y difusión de la cultura en las diversas áreas universitarias;
4. Fomentar la capacitación y actualización permanente y/o asesoría en
promoción y difusión cultural, para los involucrados del área académica;
5. Promover la aplicación de guías metodológicas y de definición de conceptos
en relación con el significado de la extensión cultural;
6. Mantener actualizada la información sobre el proceso de planeación para la
gestión cultural en áreas de docencia, investigación y tecnología;
7. Establecer criterios claros para evaluar resultados en cuanto a la extensión
cultural;
8. Definir una adecuada articulación entre proyectos culturales y gestión
financiera, debido a la insuficiencia de recursos financieros;
9. Coordinar el establecimiento de proyectos integrales.
10. Ampliar la coordinación interinstitucional en el uso de medio de
comunicación moderna y de investigación para el rescate, conservación y
difusión de manifestaciones culturales.
11. Normar la adquisición, conservación y difusión del patrimonio cultural
universitario.
12. Definir y sustentar criterios y mecanismos de evaluación acerca del impacto
social, la calidad de las acciones y del personal dedicado a la extensión y
difusión de la cultura en todas las áreas universitarias.
13. Establecer protocolos de vinculación con organismos de gestión y difusión
cultural nacionales e internacionales.
El reconocimiento de estos puntos y su atención inmediata, sumados al resultado
comparativo de los recursos culturales de la UANL, respecto a aquello que sea posible
transformar en oferta cultural, permiten estructurar estrategias de carácter cultural hacia el
interior y el exterior de la UANL, orientadas y ordenadas por políticas culturales que sean
de observancia general, para todas las dependencias institucionales que desarrollen
actividades de difusión cultural. Éstas líneas son susceptibles de modificación, revisión y
podrán ser ampliadas para el cumplimiento de los objetivos que plantea una nueva visión de
la cultura. La vigilancia, revisión y adecuaciones a dichas políticas quedan bajo la
responsabilidad del Comité Asesor de Cultura establecido como un órgano de consulta en
el tema.
La vida cultural de la Universidad ha ido incrementándose notablemente durante la
última década (2004-2014), alcanzando ya, más de cinco mil actividades y productos
culturales con una asistencia-audiencia ascendente, cuya difusión se realiza tanto en forma
directa como a través del Portal institucional; TV y Radio, así como de publicaciones
físicas y virtuales (programas, folletos, trípticos, boletines, catálogos, etc.).
En la misión social de la institución, además de la preservación y el desarrollo de la
cultura, existe la necesidad de apoyar el desarrollo cultural de la población”, lo cual se
cumple mediante la extensión universitaria, tratando de influir en la transformación de la
sociedad y coadyuvar en la formación de ciudadanos conscientes y responsables, dotados
de cultura humanística y científica, dejando abierta la posibilidad de seguir autoformándose
a través de la acción cultural.
Extensión Cultural y Mediación Cultural
La sistematización de la actividad cultural de las IES, no sólo debe dar cumplimiento a
políticas que orienten las tareas de extensión y difusión cultural institucional, sino que debe
considerar el proceso que sigue la cadena de valor cultural: Formación-Investigación /
Creación / Producción / Difusión / Consumo, a fin de que cada proyecto o actividad
cultural se diseñe con un sentido y un significado que se concrete en acciones reconocidas,
en el entorno en que se actúa.
Extensión y
Difusión de la
Cultura
Fomentar el
consumo cultural
entre la
comunidad
Apoyar la
formación
integral de
estudiantes
Impulsar el apoyo
a las necesidades
de los sectores
social y
económico del
entorno
Ampliar y
diversificar las
oportunidades de
acceso al
conocimiento
Ampliar y
diversificar las
oportunidades de
acceso a las
manifestaciones
culturales y
artísticas
Entorno de la extensión universitaria en la difusión de la cultura
A partir de aquí se constituye una función de mediación cultural entre la institución pública
y la sociedad.
La “mediación”, como indica su nombre es lo que se halla a la mitad entre una
realidad o un acontecimiento y una audiencia, ejerciendo diversos roles.
Jesús Martín-Barbero5, conceptualiza la mediación como “la instancia cultural desde
la cual los significados y sentidos son producidos y apropiados por la audiencia”.
Por su parte, el académico mexicano Guillermo Orozco, enfocado en los estudios
sobre recepción de los medios y alfabetización audiovisual, complementa esta idea
entendiendo la mediación como “el proceso de recepción donde se crean y recrean
significados y sentidos desde la interacción de la audiencia con el medio y con las otras
instancias sociales”6. Otros autores señalan que también se pueden considerar mediaciones
las “tácticas” culturales de las minorías, especie de rituales culturales públicos –como las
fiestas tradiciones, por ejemplo– donde están presentes todos los actores de la comunidad.
5 Martín Barbero, J. (1987). De los medios a las mediaciones. Comunicación, cultura y hegemonía. México:
Editorial Gustavo Gili S.A. Versión revisada 1991. 6 Orozco, Guillermo. “La mediación en juego. Televisión, cultura y audiencias”. Comunicación y Sociedad:
107 – 128. Septiembre-Abril 1991.
La mediación, entonces, es un conjunto de influencias provenientes de un centro
emisor y del contexto socio-cultural en que dicho centro se ubica, estructurando un proceso
de aprendizaje donde intervienen agentes sociales e instituciones7, coincidiendo con
Martín-Barbero en que “la cultura es la gran mediadora de todo proceso de producción
comunicativa”.
En este proceso de recepción donde se crean y recrean significados y sentidos desde
la interacción de la audiencia con el medio y con las otras instancias sociales, la
participación de las mediaciones institucionales desde las cuales se interpretan los mensajes
percibidos requiere fortalecerse y legitimizarse, toda vez que se resuelva la problemática
que plantean contenidos específicos, análisis críticos, rigor metodológico, objetividad en
los planteamiento y la escasa o nula rentabilidad económica que actualmente se presenta en
el campo de la mediación cultural a nivel de las IES, toda vez que no hay políticas
homogéneas en la materia.
Una política cultural es el conjunto de intervenciones orientadas a satisfacer las
necesidades culturales de un grupo, una organización o una comunidad, y supone
estrategias, objetivos, disposición de recursos, sistema de información y evaluación de
resultados. Sus valores se refieren a factores que inciden en el entorno social, por lo tanto
tienen que ver con conceptos que dan sentido al ser social: identidad, libertad, igualdad,
participación y calidad de vida.
Las políticas culturales se definen en torno a tres ejes fundamentales: permanencia,
temporalidad y eventualidad.
a) El primer eje, la permanencia, se entiende como la recuperación y valorización
del patrimonio cultural tangible e intangible tanto de la institución mediadora
como su entorno social.
b) El segundo eje, la temporalidad, se define como el fomento de la actividad
artística que permite crear tenencias, estilos y escuela.
7 Orozco, Guillermo. “Cultura y televisión: de las comunidades de referencia a la producción de sentido en el
proceso de recepción”, (1991). En Consumo cultural en México, CONACULTA, México.
c) El tercer eje, la eventualidad, corresponde a la promoción y fomento del uso y
disfrute de los espacios culturales como lugar de encuentro entre los individuos
y el hecho cultural.
La importancia de estos conceptos que articulan las políticas culturales deriva de la
influencia que tienen en los procesos generales que conforman el futuro de las sociedades,
sea a nivel global o local. De esta manera, los valores y principios de las políticas culturales
pasan a ser parte importante en el desarrollo socioeconómico de la comunidad, ya que
representan criterios de orientación sobre lo que puede ser ideal y lo que puede ser viable,
tanto a nivel de los individuos como de la sociedad de la que forman parte.
Por lo tanto, dadas las condiciones sociales del presente, el compromiso de las
instituciones de educación superior con la cultura con la sociedad, requiere mayor
coherencia en lo que se refiere a establecer o rediseñar políticas culturales que les
permitan, además, participar en forma directa de la orientación de los recursos públicos
para la cultura y conjuntar esfuerzos para dar congruencia al quehacer cultural.
En este sentido, uno de los retos más urgentes del sector cultural, tanto al interior de
las instituciones educativas promotoras de la cultura por naturaleza, como de los gobiernos
y las organizaciones sociales, es poner en relación programas y proyectos culturales con el
paradigma del desarrollo sostenible.
En una primera instancia, para que las IES puedan convertirse en mediadores
culturales, se requiere
a) Realizar un análisis profundo de las prácticas culturales y las necesidades sociales, a
fin de aplicar acciones sobre resultados estadísticos reales de consumos culturales;
b) Analizar las políticas culturales locales, regionales y nacionales y diseñar o redefinir
las políticas culturales de las IES.
c) Profesionalizar la gestión cultural y la mediación, definiendo el tipo de
conocimientos, metodologías, técnicas y recursos necesarios para la formación de
mediadores y gestores culturales, creando, al mismo tiempo puestos de trabajo
específicos, salarios justos y valoración de su función decisiva;
d) Crear y/o fortalecer estructuras de comunicación con nuevas tecnologías;
e) Crear un acceso real a la cultura Diseñando y/o fortaleciendo recursos que, desde la
perspectiva de la situación del ciudadano, desarrollen las aptitudes personales
necesarias para acceder a la oferta cultural
Posteriormente, podrán desarrollarse las estrategias de gestión que permitan rentabilizar la
cultura, incrementando las iniciativas culturales de calidad como impulsoras del
rendimiento económico y fomentando la inversión cultural como generadora de la
renovación social.
Conclusiones
La mediación cultural potencializa los recursos del conocimiento, culturales y sociales que
posee una comunidad, contribuyendo a una instancia común donde todos participen, a
través de una amplia gama de intervenciones y relaciones que fomentan la reflexión crítica
para enfrentar problemáticas comunes, por lo tanto, representa un recurso preventivo, cuya
importancia aumenta en la medida que facilita la comunicación entre individuos y grupos
culturalmente diferentes, favoreciendo actitudes de apertura, compromiso social,
imparcialidad y tolerancia. La integración del componente cultural en la resolución de
conflictos sociales conduce a una dinámica favorable a la convivencia.
En virtud de que la mediación supone una manera peculiar de trabajo en contextos de
diversidad cultural, a través de alguien –institución, organización o grupo– que se sitúa en
una posición que ve una problemática determinada desde una perspectiva diferente, para
fomentar la creación de espacios de encuentro, acercamiento, diálogo y acuerdo, con
absoluto respeto al protagonismo de las partes involucradas, las Instituciones de Educación
Superior (IES) se convierten en el elemento más idóneo para dar una orientación
congruente a la cultura como factor ineludible del desarrollo sostenible
En este marco, la reflexión de las IES en cuanto a su concepto del término
“universalidad” debe replantearse, pues ya no se refiere únicamente a la mera trasmisión de
conocimiento, sino que se han convertido en un componente esencial de cambio social,
desde cada aula que es en sí un referente de la realidad social, donde se facilita el
desarrollo de la conciencia crítica para poder transformar dicha realidad realidad; sino que,
por su universalidad se debe considerar también cómo desarrollar o reforzar las capacidades
relacionadas a promover el desarrollo sostenible de la comunidad en que se encuentran
inmersas.
Como garantes de la igualdad de oportunidades, las IES, atienden una diversidad de
funciones y valores que implican una educación que debe ser de calidad para todos,
considerando variables económicas, curriculares, de misión y visión, características de sus
planes de estudio, diseño instruccional, capacidad investigativa y actualización constante en
todos los órdenes; así como la inclusión o fortalecimiento de sus funciones sustantivas,
entre las que se destaca la de extensión y difusión de la cultura, puesto al interior y exterior
del ámbito de las IES, la cultura es el factor que da sentido de continuidad a la sociedad y
establece pautas para su constante renovación, de forma tal que al estructurar cada
institución de educación superior un sistema cultural. le permita convertirse en un factor
mediático que equilibre diferencias, garantizar la adaptación colectiva y promover una
participación efectiva de la sociedad en las tareas de desarrollo, siendo necesario reforzar la
agenda cultural de las IES, a fin de atender los siguientes puntos:
a) Definir políticas culturales más homogéneas que afianzan la labor mediadora
entre las IES-el estado y la sociedad.
b) Impulsar estudios acerca de las condiciones que pueden ser un impedimento en
el desarrollo cultural de la población a la que se extiende el servicio cultural de
las IES (condiciones sociodemográficas y socioeconómicas; la percepción sobre
problemática socio-cultural local y regional; exposición y consumo de los
medios de comunicación y redes sociales; valores para el cambio social y la
participación ciudadana, entre otros).
c) Gestionar, promover y fomentar la profesionalización de recursos humanos que
orienten la actividad cultural institucional.
d) Impulsar el fomento y aprovechamiento racional de los recursos públicos
dedicados a la cultura.
e) Establecer una vinculación con los procesos de construcción de identidad local y
regional a través de la función de extensión cultural.
f) Impulsar la investigación, diseño y desarrollo de herramientas de aprendizaje
creativo en torno a la experiencia y creación artística como forma de desarrollo
integral para el cambio social.
g) Contribuir al proceso de formación cultural y construcción de ciudadanía a
través de la participación crítica y consciente de la sociedad.