El tiempo y las palabras

Instituto Nacionnl de Antropologla e Historia Ei:rwrora Teresn Franco y GonzAlez Salas .3u. rernrrri T&cricco Enrique Nalda I'l~~~rdrnador Nacconal de Investrgactdn Héctor Tejera

Escuela Nacional de Antmpdogia e Hirrtoria Dtri9stor A!ejandro Figueroa Valenzuela ,%~bdlrec-!cira de Extensión AcadPniica Nina Serrato0 Zavala

D?.rt-ctor Alejandro Figueroa Valenzuela Editor + Pablo Yankelevich

ComitB de Redaccidn Srrgro Raúl Arroyo Eyrrt CArdenaa Barahona* Alberto del Castillo* Hilda Iparragulrre

Fernando López Aguilar Marie Odile Marion Raymundo hlier Garza

Comit4 Editorial

R ~ d o & m b Robert M. Malina ~ i u i u M ~ ~ c r r ~ n i ~ n d e C w i c i a s & ~ Quito Universidad de Te=, Atrstrn

Jvhanna Broda Nelson Manrique T '~irtem&dNm w n a l A u ~ m a d e M-, M4xico Universidad Cnklica de Lama, L i m

('osbm D u c ~ e s Eduardo Matna Moctezuma E s c ~ l a d t ~ A l t o s E s 1 r ~ d ~ ~ en CicwmSoe& Pu& Instrtuto Nacronal de Antropología e Hutorta Neemr Carda Cmclini H W r PBrez Brignoli I~rraurr,dadAut¿+nonia Me!mpditana, Mémco Unruersidad de Costa Rrm, San José

Miehel Grnuhh Joab Antonio Pérez Gollhn C~niverssdcd LiLw 9 Bruselas, Bruselas Unruersidad de Buenos Aires, Buenos Alres

Armando Silva U n i v e r s W Nacional de Coloinbm, Bogotd

flrrkrt Klem Rodolfo S taveahagen F'rti~:rrscdad de Columbra, Nueva York El Colegio de México> Mdxico

E.'irirctan, Juan Antonio Perujo Asistente editorial, Martha Villanueva Coordinación de l D~issrer, Hilda Iparraguirre Dtsefla, RominaTeyei y Francisca Montalvo Diaz Ccirrrccrón, Y irtor @uch[ Espada y Adriana InchBustegui L6pez Formacidn, C a r l o ~ del Castillo Negrete

h t o de Portada, Ana L. BIoch, de la serie: #La escritura del tiempo., 93/94 Imprestón. 'T allerea de la Direccibn de Publicaciones del Instituto Naclonai de Antropalogia e Historia Ci i r~ccr t í a , Per~ferico Sur y Zapote s/n, Col. Isidro Fabela, C.P. 14030. Delegación Tlalpan, MPXICO, D F Teléfunos, 606 0330 y 606 0580, ext. 239 1665 9228 fax

El contenido de los artículos es responsabilidad exclusiva d e sus autores l HBN 01861659 O ENAHíINAB

Miscelánea Trabajo, intercambio y Ia constmcción de la Historia: una exploracibn etnogdfica de la lógica cultural nahua

Ca tharine Good Eshelmcln 139

L.'niv-ersalismo y relativividad lingüística. ,IProblema cientifico o filos6fico?

C ~ l i a Mta. Zamudio Mesa 155

La poblacitin negra y el pacto demoniaco en el siglo XVII. A!gunos casos de estudio en México

Nora Reyes Costilla Adrians Rodríguez Delgado 177

Patologias y rechazos. El racismo como factor crinstitutivo de la legitimidad política del orden íi ligrirquico y la cultura política latinoamericana.

Patricira Funes Waldo Altsaldi 193

Reseñas Sch.ele, Linda y David Freidel, A Forest of Kings. The Untald Hisfoy of Ancienf Maya

AgustínMenchacaRamfrez 233

Marco Belhgeri y Josb Luis Rhi-Sausi, 11 Messico, naritlnalismri, ariforitnrismo, modenrizzazione (1 867-1 992)

Franco Sazmino Roggero 236

liugg~ero Romano, Coyrini itras opiies tas. 1.s ~ w s i s del sigla XVII en Eitropa e Hisp~nonméricu

Antonio Ibarra 241

Masini, Eleonora y Susan Stratigos, Women, Households and Change Adriaim Lapez Ramírez 246

Ruggiers Romano, Coyunturas opuestns. La crisis del siglo XVlI en E niropa e Hispanoamérica, FCE/Colegio de México, Fideicomiso Hlstoria de las Américas, Mexico, 1993.

1

I css tiempos que corren, de transformación estructural de Las economías c ,:modernizaciiin)i suelen decir sus promotores) y de globalizacion de los pn~cems macl oeconómicos, han dejado de lado, al parecer, viejos temas de la tei?rias ecoii6micas, tales como las crisis, de las que ya no es prudente liablar sino en los cursos de historia econbmica, acaso como pasado remoto, como r rcuerdo. Pese a ta crisis de paradigmas que enfrenta la teoría economica con- temporanra, a la pobreza intelectual del ((pensamiento económico* de los re-

fosmadore.s y a lo incicr to de la reciente política económica a corto plazo, como lsa safiaiado el Premio Nobe1 de Eronomia, Douglas North,' el estudio de las ;: ~1.51s e c ~ n ~ r n i c a s ha desaparecidb prácticamente de la literatura ecor~iimica.

No por aLar los «cli6metras» norteamericanos, señaladamente North y Fi:lgel, han reconocido que esta doble crisis que enfrenta la teoria económica rirtternp~rántl~~ -te6rica y política- tiene como posible salida la recupera-

CI tin de la historia en una profunda reflexión que renueve hipótesis y cambie i a comprensiGn de los procesos emnómicos en su magnj tud y duraciói-i.

La palabra parece quedar en boca de los historiadores econónricos (cu- va formaci6n primaria sea en economía o en historia) que, sin abandonar su !:rabala .jistem&tico e11 tiistoria, han evitado caer en modas. Uno de ellos, par- ticularmente lúcido, es Ruggiero Romano, quien ha retornado a la vuelta de treinta &A65 la discusibn de un viejo tema que le apasiona- la crisis del siglo YVII en Europa, pero ahma en su relación con la América española o para :a%ar su afottirnada expresidn, la ncontracoyuntura hispanoamericana>>.

c We have lust s r t out on the lcng to achieving in undexstanding oC eciinoinic performance I hri iugkbc.ut time. Tlie ongiiing research embodying new hypotheses confronting historical eirideiice + I i l iiot unly irea tean analytrcal frameworkembicng us toiiiidrrslandeconumicchang~ Lhroughi7ut ?rmc iri the praccss i t will enrir h economic theory, enabling it to deal effectively witti a rvide raiiRe i .. 1 inteFiPgc+rarv iqsues rurreiitly lreyond its kin. lñe promise is thrre. The recngnition of that

;. r,:iiilse by the Nribel Cornmittee 3hould be the essential spur to mnve us on duwii that r u a h , I )l.iu~lab Nerth, *I:cnnvmrc Performancr Ihrough Time,., en Tite Americati fcoiionric R ~ i r c i c , volu- i'!f FI MI numero 3, p. 367.

Su nuevo libro,I madurado en la reflexión y los aportes historjográficos de tres décadas, merece una doble lectura: a la luz de la historiografia tbc~>nbmica, y* en relaci6n al momento de su aparición. La tesis central de Rimano es que la llamada acrisis general del siglo XVIIn en Europa, que en- tiende como una {crefeudaliza~i6n»,~ tuvo para América otro signo y tempo- ral~dad, vale decir, su propia contracoyuntura de recuperación y crecimierito. Y esto último es relevante porque la historiografia europea sostuvo, y aúti hat quíen lo mantiene, que la crisis europea se «transmitió>> a nuestro conhnente como efecto de las articulaciones políticas y la globalización del trafico a t l an t i c~ .~ En oposicidn a ello, sostiene Romano con precisiiin crítica i1 iturocentrismo que es precisamente el proceso cori trnrio lo que caracteriza la coyuntura secular arneri~ana.~

En efecto, su aportaci6n reciente está orientada a rediscutir las dos drmensianes de la crisis: la espacial y la temporal. En el primer caso, exami- nando las diferencias regionales europeas y en comparaciiin con América; en el otro caso, reconsiderando las periodizaciones clásicas y su atonía entre rltmos europeos y americanas. Pero, es también una didáctica exposición de como la historia economica ha madurado, c6mo ha progresado la investiga- cron y, en una perspectiva del autor, cbmo ha modificado esto su pensamien- to, ratificado algunas de sus hipótesis y abierto nuevos caminos de reflexih6

Así, tambien, el trabajo de Romano nos recuerda que las crisis no son episodios, ni coyunturas ekn6micas desafortunadas, sino procesos de larga duracilin que, larvadas en periodos de crecimiento, irrumpen en la vida so-

' i n y u n t rrrgi ril~unfns La msis de! siglo XVlI en Europa e Hrcpanolin~crira, FCE/Colegio de k1i.u ILO. Fideicum~w Hictona de las Americas, Mbico, 1993, 169pp.

e53 ~ ~ l i l b r d rnaldtta que no me arrepiento de haberla em leado hace unos 40 añ~is>. . i I~iJtm p 159 P

' La bibliagrafia sobre e1 tema d e la crisis europea del siglo XVII es abundante, prru para la % ~ J C ,.a E~pilfia el trabajo mds esperíftco ha sido el de Jonathan Israel, .ivl@xicn y la crisis del qiglo YV 1 I d. en Enrrque Florescano (coordinador), Ensnyos cobr&l desarrolla ecandnrim deMéxico y Anicrit.n LA t~rta f 1500-1 Y75i, FCE, MPxico, 1979, pp. 128-153.

' -En resum~n-nos dice Rornano- .se lantea en la Arnkrica espanola del siglo XVII e1 mismo ¿ . P pra lhlema que he mtroducido at hablar de 'crisis' general europea?; crisis ipara quien? En el roniextrr

curtlprii (con refeuilaliwcibn o sin ella) se puede responder que la gran mayoría, pero n o estoy ~rgii- fi:i de que se pueda J ~ C U lo mismo en e1 caso del conjunto americano, Si es así, como yo creo, estanios ~ i t e un tenCirneno bastante importante que; estay convencido, nunca se ha estudiado con atencion :Iebida. y que es el de tds contracoyunturas. Este problema de las coyunturas opuestas de Europa e It~rri:arnerica debe rr.ie1ic.r nuestra atenhbn. La 'crisis' del XVII puede constituir una excelente piedra de ? q u e », Romano, o p . cit , p. 27.

' #Yo tambien tengo que reconocer mi culpa. En 1962, en un articulo expresC con demasiada k c l i~dad (Y el hecho de que otros se hayan equivocado de ta misma maiiera no me tranquil~za) que la r riszr europea se había transmitido al continente ainericaiio (. .) Altora bien, las grandes <cJxr~crionee que se ha apartado recientemente modificaii este puiitn de vista.^, ibidern, p. 26.

..ial v cultural, Ante ello, desprende una serie de reflexiones útiles para :iuieries viendo las (rtransformaciones estructural es^^ de la economía pierden

i ~ t a el complejo social en que se desarrollan, además de que difícilmente e t:nsaya una historia comparada que ponga el acento en las identidades y

difer encías que explican la diversidad insti tucional del cambio histórico i>iestructural>, si se quiere).

es, ademis, una reflexión historiogrdfica de gran utiIidad actual, si t t!r~wnosen una his toria y una politica econiimica. Citemos tres interrogan- t ~ s > sus argumentos histdricos: 1) ¿qué procesos conducen de una crisis \OLI.I i a otra econ6mica o viceversa?;' 2) jc6m0 establecer un criterio histó- r LCra sobre el desarrollo económico de larga duración?$ y, 3) ¿qué historia : a c - r i económica a de la rique~a?~Haga el lector las analcigias con el pre- .-.mte y estime su vigencia en las preocupaciones del historiador.

Romano es un polemista mordaz; basta para quien no lo conozca seguir -- i l s patas a pie del texto, pero tambibn generoso con sus iiiterIocutores. Por I ~ J 10 rio es un +:libro de moda», sino un libro maduro, sistemático, sencillo y E. i:tundo, que sintetiza el pensamiento histórico de treinta años. Es, en una pa- 1 ttrrn una iección de historia global bien escrita y mejor pensada.I0

Una bien articulada introducción nos pone al corriente de la discusiiin, i :i'"~+ tarnbien, resulta ser una confesíbn de por qué su autor a la vuelta de tres :?ic,ldas retorna el tema: estudiar las diferencias regionales y las contra-

4 1 refler~nn~amos bten -advierte Romano-, el hecho de analizarlos (los procesos econb- , , , .(.c-r :. politicos) ncrs llrra a un problema muy simple. ¿Termina la crisis econhmica en una crisis

i,iI 6 n la crifils "general" (para decirlo con una sola palabra) o a la ini-ersa, es Psta el ultimo vector - l > !;i i r riis ecunomi( a:,). ibidenr, pp. 157-155

1- la multiplicacibn de las actividades de 'negocios' puede 5er tambih uti motot (parcid, I-i'r L I - T ~ O ) de crccirniento, pero sblu con la condicion de qiie el capital acumulado por esos , f*+t~.i.)s" se destine d inversiones productivas y no se revierta en actividades especulativas

,- irahltariah, pues la CIWP del dcssirrollo es la producción, no la especutacion.», iliidrin, p 148. * S o muy bicn ilui: los banqueros geiioveses siguen haciendo pingues negocios, lo cuat les

1.p rrri il irh co~wtruir sdmrrables palacios de la Via Nuova que, iniciada a mediados del siglo XVI, se mGm-iiiriard en la segunda mitad del siglo XW1, pero el problema es el siguiente jhacemos historia r'si- la -::.momia o hacemos historia de las riquezas?, pues con dos cosas diferentes. La riqueza de un

c 1 . i ~ ' . >,ocial Iirnilad~ en número no signrfica en absoluto la prosperidad de una economía en su 1 , iil.ii-tro r h o ~ m i dis se dan casos de fiibulosas riquezas acumulddas por ciertos grupos sociales en 2 , pai,+es cutidesarriillad~is}.~~, ibidm, pp. 162-163-

' nEiuriinte estos ultlmos años he feleido, si no toda la literatura acumulada durante m6s de I:I afii;. sobre la 'rr::;~r; general', ci irna gran parte de ella. Esta lectura vuelve a adquirir importancia r: i:a mi i EtespuLs de 20 iidoc, durante. los cuales practicaniente me drseniendi de este asunto; pero r 11 t t?i i<: l ad, gracias d este alelamientu, comprendique la verdadera caz611 de un gran numero de po- :c n i l id4 y dc mwmpcensiones nos conduce a un hecho bastante banaI. Todos hablan de la crrcic sin ,aire< dcftnrr lo que entienden por eUa. Sobre todo, unos hablan d e crisis política y otros de crisis

m r r i !ea 0 , tlirdeni' p 20.

1.. 0). unturas entre Europa y América, esto es, romper la noci6n ahistórica de iiilirnogeneidad y simultaneidad ."

La estructura del texto divide el tratamiento del tema entre denlografía Iilcaorica (1. El nGmero de hombres), producción económica (11. El rumbo de .a ~?roduccion) y circulaci6n (111. Metales y monedas, precios y salarios) I l e h ando al lector a una discusión de fondo: el comercio y su relacidn con el cre~lmien to econiimico (IV. Consideraciones sobre el comercio) para ratificar, i-ici sin matice.$, sus polbmicas consideraciones sobre Ia eco tiomia-mundo y si nacrrniento dé! la modernidad industrial.

Y ea este el tema de muchas discusiones. Hace años que Ron-iano ha L ' C ' I I I ~ O sosteniendo la continuidad ufeudai}) en las sociedades americanas, o ,iii.ho de otra manera, de la inacabada forma del capitalismo latinoamerica- no. ;2 Sus h t ~ r l o c u tores han sido hstor iadores, sociólogos y economistas :que ~ostiencn el punto de vista contrario, algunos con calidad en sus inves- tigaciones, otros con el axioma teórico (y no pocas veces ideológico), pero,

t onjurito, para todos la incisiva y generosa crítica de Romano ha signifi- tado una mavQr probiematizaci6n.

Sin embargo, sus libros suelen dejar una .rendija>> a la discusión, una 3lmulada debilidad que invita a la crítica y que le dará el vigor polémico para otros tr'ibajos. En este ensayo nos deja la última página en blai-ico: Hispanoamérica no puede verse como un componente activo del capita- Ji*rncl, como un protagonista central de la economía-mundo.13 La circu- !A( iiin monetaria y de mercanclas, el influjo de la plata en el desarrollo (o

" la cunlrn~oyuntura americana -concluye Romano- nos refleja fundamentalmente esa I itdg per~dencia 1- Y W l~beracibn (respecto de la metriipoli). El monopolio coniercial español, que habia abastecidri a AmCrica con cuentagotas durante el siglo XVI , ya no funciona en el XVII y i.rr-tprezn a prosperar r l contrabando (comercio 'directo') con los ingleses, holandeses, franceses, etc. , f 1 F~tade es debll? Enioncec las rcmecas fiscales en direccibn a España disminuyen y América ? 1 Snkrnd para ella m i s dinero. En el aspecto militar e internacional, España ya no es lo que había ,id:: cn elsigla XVI, aliorn estd obligada a destinar dinero [americano, ciertamente) a la defetiss de .IrnC.rirn, ln cual significa una vez mds que el dinero se queda en Amirica. Pero rl debilitamiento del r%tacto esyaría1 no se traduce shlo en el hecho de que se quede mas d i n e r ~ eii America, hay algo m:ai importante qiie fe d a en el curso del siglo XVII (siglo que dura hasta las 'reformas' de! XVIII q ~ i f no ñon ni86 que La última tentativa por recuperar el 'Imperio') y es que la vida americana resulta ~, id. l vez m& aiili>ncirna.a, i b i d ~ r n , p. 149

liVeanse sus ensayos contenidosen Ciietíonrsde Hictorta Econórnicn Lfittnonmerrcnnn, Caracas, 1Q~-h. particularmcnie ucararterizacibn hist6rica del desarrollo econiirnicoi>, pp. 1-12

:' il no creo en 1s 'econonifa-mundo', pues tal como ha sido teorizada por 1 Wallerstein, F. liraiidei y otros, se basa demasiado en el comercio exterior, en la banca y en los problemas m tnetarnos para podsr urla idea real de lo que es la evolución interna de conjunto de la 'eccinomia- mundo' y en mi cip~njún, detrhs de esta 'economra-mundo' persiste a un nivel infinitamente más

la antrgua h~storza colonialr, Romano, op. c i t , p. 168.

k t i x t ~traso) econ6mico mexicano del siglo XVlII y las paradojas de una íqi ni.icirnía productora sedienta de plata son temas que deja para un nucvo erxto, por aparecer, en que dar6 una nueva lección de historia, aún sin pretender acuerdos, porque al final Romano es un maestro que procura la r rfl~x101.i ajena y no el convencimiento cíinclusivo, como se desprende de i ir, p~labrasn

$ ~ T P C P , ~ mp prrgzrnfo si he t ~ n i d n razdn en laiizarnze n esta avcntri ra dc . urnpnrnr la vida econdmicn de los dos con tlnen tes drtranfe un perioiio tan l l irgu. De antemaitu sk que ~ s t a s yliginas me ~zportnrliír, tiitrdmzen falritente. trtagues. Por tanto, creo que atm cuando no accp ten InaG cnnclucianes, lo que acabo de escribir tiene el mérito de Iiacer r;rfl~xronwr sobre ciertos problemas primordiales.

Antonio Ibarra Posgrado de Econornín/llNAM

Cuicuilco El Tiempo y las Palabras

Presentacibn Scrgio Raúl Arroyo 5

La escritura de Juan de Torquemada: la historia com: literatura AIJ8nso Mnldiola 9

Bernal Dlaz del Castillo: entre el temor y el silencio. GuiIlermo Turner 25

La figura diabblica como ordenador del discurso de la crhnica de Pdrez de Ribas Cuy Rozat D~ipeyron 39

La semiótica y la historiografía de lengua náhuatl: jrelato de acciones o identificacibn de personaps? Roberto Flores 51

Pwsla y discurso históricoen la Nueva Espaiía. El primer siglo j o séJ~quín Blanco 65

Tomóchic. Las letras, la historia, el poder Antonio Saborit 73

Historia, literatura y folklore 1920-1940. El nacionilismo cultural de Rubén M. Campos, Fernando Ramirez de Aguilare Higinio V6zquez Santa Ana Ricardo P $ r a MontJort 87

Chiaromonte y Guzm6n: La paradoja de la historia David Huerta 105

José Vasconcelos y la revista Timdn. El discurso político de] ngzisrno en MCxico Héctor Orestes Aguilar Cabrera 115

La diplomacia de las letras. Presencia de escritores mexicanos en AmCrica Latina durante la d h d a del veinte Pablo Ynnkefevich 123

Trabajo, intercambio y la construcci6n de la Historia: una exploración etnogrdfica de la 16gica cultural nahua CntharineGood Echelmati 139

Universalismo y relativividad lingüistica. ¿Problema cientifico o filosbfico? Celia Ma. Zamudio Mesa 155

La población negra y el pacta demoniaco en el sido XVII. Algunos casos de estudio en México Nora Reyes Costilla y Adriana Rodríguez Delgado 177

Patologías y rechazos. El racismo como factor constitutivo de la legitimidad palitica del orden olig8rquico y la cultura politica latinoamericana Pahicia Fu nes y Waldo Ansaldil93

Reseñas