lecturas obligatorias de la unidad deberes de...
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Lecturas obligatorias de la unidad Deberes de actuación en casos
que involucren a personas de edad
CURSO SOBRE CONTROL DIFUSO DE CONVENCIONALIDAD
Módulo 10.- Control difuso y grupos en situación de vulnerabilidad
Unidad 2. Deberes de actuación en casos que involucren a personas de edad
Profesora: María Elisa Franco Martín del Campo
Índice
Principios de las Naciones Unidas en favor de las Personas de Edad……………………………2
Plan de Acción Internacional de Viena sobre el Envejecimiento (párrafos seleccionados,
el documento completo se encuentra en la carpeta de lecturas del Sistema de Naciones
Unidas)……………………………………………………………………………………………………………………………….5
Declaración Política y Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento
(párrafos seleccionados, el documento completo se encuentra en la carpeta de lecturas
del Sistema de Naciones Unidas)……………………………………………………………………………………23
El maltrato de las personas de edad: reconocer y responder al maltrato de las
personas de edad en un contexto mundial. Informe del Secretario General (párrafos
seleccionados, el documento completo se encuentra en la carpeta de lecturas del
Sistema de Naciones Unidas)…………………………………………………………………………………………53
Derechos Humanos de Personas Mayores. Resumen del Informe del Secretario General
para la Asamblea (A/66/173)…………………………………………………………………………………………61
Declaración de Toronto para la Prevención Global del Maltrato de las Personas
Mayores……………………………………………………………………………………………………………………………64
Declaración de Brasilia…………………………………………………………………………………………………….66
Carta de San José sobre los derechos de las personas mayores de América Latina y el
Caribe……………………………………………………………………………………………………………………………….72
Informe sobre la situación de las personas mayores en el hemisferio y la efectividad de
los instrumentos universales y regionales vinculantes de derechos humanos con
relación a la protección de los derechos de las personas mayores del Grupo de Trabajo
sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores de la OEA…….81
Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores (artículos seleccionados)…………93
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PRINCIPIOS DE LAS NACIONES UNIDAS EN FAVOR DE LAS PERSONAS DE
EDAD
(Adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 16 de diciembre de
991 - Resolución 46/91)
La Asamblea General,
Reconociendo las aportaciones que las personas de edad hacen a sus respectivas
sociedades,
Reconociendo que en la Carta de las Naciones Unidas los pueblos de las Naciones
Unidas expresan, entre otras cosas, su determinación de reafirmar su fe en los
derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y
en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y
pequeñas, y de promover el progreso social y elevar el nivel de vida dentro de un
concepto más amplio de la libertad,
Tomando nota de que esos derechos se enuncian en detalle en la Declaración Universal
de Derechos Humanos, en el Pacto Internacional En cumplimiento del Plan de Acción
Internacional sobre el Envejecimiento aprobado por la Asamblea Mundial sobre el
Envejecimiento y hecho suyo por la Asamblea General en su resolución 37/51, de 3 de
diciembre de 1982,
Reconociendo la enorme diversidad de las situaciones de las personas de edad, no sólo
entre los distintos países, sino también dentro de cada país y entre las personas
mismas, la cual requiere respuestas políticas asimismo diversas,
Consciente de que en todos los países es cada vez mayor el número de personas que
alcanzan una edad avanzada y en mejor estado de salud de lo que venía sucediendo
hasta ahora,
Consciente de que la ciencia ha puesto de manifiesto la falsedad de muchos
estereotipos sobre la inevitable e irreversible decadencia que la edad entraña,
Convencida de que en un mundo que se caracteriza por un número y un porcentaje
cada vez mayores de personas de edad es menester proporcionar a las personas de
edad que deseen y puedan hacerlo posibilidades de aportar su participación y su
contribución a las actividades que despliega la sociedad,
Consciente de que las presiones que pesan sobre la vida familiar, tanto en los países
en desarrollo como en los desarrollados, hacen necesario prestar apoyo a quienes se
ocupan de atender a las personas de edad que requieren cuidados,
Teniendo presentes las normas que ya se han fijado en el Plan de Acción Internacional
sobre el Envejecimiento y en los convenios, recomendaciones y resoluciones de la
Organización Internacional del Trabajo, de la Organización Mundial de la Salud y de
otras entidades de las Naciones Unidas,
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Alienta a los gobiernos a que introduzcan lo antes posible los siguientes principios en
sus programas nacionales:
Independencia
1. Las personas de edad deberán tener acceso a alimentación, agua, vivienda,
vestimenta y atención de salud adecuados, mediante ingresos, apoyo de sus familias y
de la comunidad y su propia autosuficiencia.
2. Las personas de edad deberán tener la oportunidad de trabajar o de tener acceso a
otras posibilidades de obtener ingresos.
3. Las personas de edad deberán poder participar en la determinación de cuándo y en
qué medida dejarán de desempeñar actividades laborales.
4. Las personas de edad deberán tener acceso a programas educativos y de formación
adecuados.
5. Las personas de edad deberán tener la posibilidad de vivir en entornos seguros y
adaptables a sus preferencias personales y a sus capacidades en continuo cambio.
6. Las personas de edad deberán poder residir en su propio domicilio por tanto tiempo
como sea posible.
Participación
7. Las personas de edad deberán permanecer integradas en la sociedad, participar
activamente en la formulación y la aplicación de las políticas que afecten directamente
a su bienestar y poder compartir sus conocimientos y habilidades con las generaciones
más jóvenes.
8. Las personas de edad deberán poder buscar y aprovechar oportunidades de prestar
servicio a la comunidad y de trabajar como voluntarios en puestos apropiados a sus
intereses y capacidades.
9. Las personas de edad deberán poder formar movimientos o asociaciones de
personas de edad avanzada.
Cuidados
10. Las personas de edad deberán poder disfrutar de los cuidados y la protección de la
familia y la comunidad de conformidad con el sistema de valores culturales de cada
sociedad.
11. Las personas de edad deberán tener acceso a servicios de atención de salud que
les ayuden a mantener o recuperar un nivel óptimo de bienestar físico, mental y
emocional, así como a prevenir o retrasar la aparición de la enfermedad.
12. Las personas de edad deberán tener acceso a servicios sociales y jurídicos que les
aseguren mayores niveles de autonomía, protección y cuidado.
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13. Las personas de edad deberán tener acceso a medios apropiados de atención
institucional que les proporcionen protección, rehabilitación y estímulo social y mental
en un entorno humano y seguro.
14. Las personas de edad deberán poder disfrutar de sus derechos humanos y
libertades fundamentales cuando residan en hogares o instituciones donde se les
brinden cuidados o tratamiento, con pleno respeto de su dignidad, creencias,
necesidades e intimidad, así como de su derecho a adoptar decisiones sobre su
cuidado y sobre la calidad de su vida.
Autorrealización
15. Las personas de edad deberán poder aprovechar las oportunidades para desarrollar
plenamente su potencial.
16. Las personas de edad deberán tener acceso a los recursos educativos, culturales,
espirituales y recreativos de la sociedad.
Dignidad
17. Las personas de edad deberán poder vivir con dignidad y seguridad y verse libres
de explotaciones y de malos tratos físicos o mentales.
18. Las personas de edad deberán recibir un trato digno, independientemente de la
edad, sexo, raza o procedencia étnica, discapacidad u otras condiciones, y han de ser
valoradas independientemente de su contribución económica.
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PLAN DE ACCIÓN INTERNACIONAL DE VIENA SOBRE EL ENVEJECIMIENTO
PREÁMBULO
Las naciones reunidas en la Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento
Conscientes de que un número creciente de sus habitantes es de edad avanzada,
Habiendo considerado la preocupación común por el envejecimiento y, a la luz de
ello, el logro de la longevidad y el desafío y las posibilidades que ese logro entraña,
Habiendo decidido que, individual y colectivamente,
i) formularán y aplicarán políticas a los niveles internacional, regional y nacional para
realzar la vida de las personas de edad como individuos, a fin de que, espiritual y
físicamente, disfruten plena y libremente de sus años avanzados en paz, salud y
seguridad, y
ii) estudiarán las consecuencias del envejecimiento de la población sobre el desarrollo
y las del desarrollo sobre las personas de edad, con miras a lograr la plena realización
del potencial de las personas de edad y a mitigar, mediante medidas apropiadas,
cualesquiera efectos negativos,
1. Reafirman solemnemente su convicción de que los derechos fundamentales e
inalienables consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos se aplican
plena e íntegramente a las personas de edad;
2. Reconocen solemnemente que la calidad de la vida no es menos importante que
la longevidad y que, por consiguiente, las personas de edad deben, en la medida de lo
posible, disfrutar en el seno de sus propias familias y comunidades de una vida plena,
saludable, segura y satisfactoria y ser estimadas como parte integrante de la sociedad.
II. PRINCIPIOS
25. La formulación y ejecución de políticas relativas al envejecimiento son un derecho
soberano y una responsabilidad de cada Estado, que éste debe ejercer sobre la base
de sus necesidades y objetivos nacionales concretos. No obstante, el fomento de las
actividades, la seguridad y el bienestar de las personas de edad debe ser una parte
esencial de un esfuerzo integrado y concertado de desarrollo realizado en el marco del
nuevo orden económico internacional, tanto en las partes desarrolladas del mundo
como en las que están en vías de desarrollo. Por ello, la cooperación internacional y
regional debe desempeñar un papel importante. El Plan de Acción Internacional sobre
el envejecimiento se basa en los principios siguientes:
a) El objetivo del desarrollo es mejorar el bienestar de toda la población sobre la base
de su plena participación en el proceso de desarrollo y de una distribución equitativa
de los beneficios de él derivados. El proceso de desarrollo debe realzar la dignidad
humana y crear igualdad entre los distintos grupos de edad para compartir los
recursos, derechos y obligaciones de la sociedad. Todas las personas,
independientemente de su edad, sexo o creencias, deben contribuir según sus
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capacidades y recibir ayuda según sus necesidades. En esta perspectiva, el crecimiento
económico, el empleo productivo, la justicia social y la solidaridad humana son
elementos fundamentales e indivisibles del desarrollo, como los son la conservación y
el reconocimiento de la identidad cultural; (…)
c) Los problemas humanitarios y de desarrollo de las personas de edad pueden
resolverse mejor en situaciones en que no prevalezcan la tiranía ni la opresión, el
colonialismo, el racismo, la discriminación por motivos de raza, sexo o religión, el
apartheid, el genocidio, la agresión y la ocupación extranjeras y otras formas de
dominación extranjera, y en las situaciones en que se respeten los derechos humanos;
(…)
f) La familia, en sus diversas formas y estructuras, es una unidad fundamental de la
sociedad que vincula las generaciones, y deberá mantenerse, fortalecerse y protegerse
de conformidad con las tradiciones y costumbres de cada país;
g) Los gobiernos y, en particular, las autoridades locales, las organizaciones no
gubernamentales, los voluntarios individualmente y las organizaciones de voluntarios,
incluidas las asociaciones de personas de edad, pueden contribuir de manera
especialmente importante a prestar a poyo y atención a las personas de edad
avanzada de la familia y la comunidad. Los gobiernos deben apoyar y fomentar las
actividades voluntarias de este tipo;
h) Un importante objetivo del desarrollo social y económico es el logro de una sociedad
integrada desde el punto de vista de la edad, en la que se haya eliminado la
discriminación y la segregación por motivos de edad y se aliente la solidaridad y el
apoyo mutuo entre las generaciones;
i) El envejecimiento es un proceso que dura toda la vida y deberá reconocerse como
tal. La preparación de toda la población para las etapas posteriores de la vida deberá
ser parte integrante de las políticas sociales y abarcar factores físicos, psicológicos,
culturales, religiosos, espirituales, económicos, de salud y de otra índole;
j) El Plan de Acción deberá considerarse en el contexto más amplio de las tendencias
sociales, económicas, culturales y espirituales del mundo, a fin de obtener una vida
justa y próspera de las personas de edad, tanto material como espiritualmente;
k) El envejecimiento, además de ser un símbolo de experiencia y sabiduría, puede
servir también para que el ser humano se acerque más a su realización personal, de
acuerdo con sus creencias y aspiraciones;
l) Las personas de edad deberán participar activamente en la formulación y aplicación
de las políticas, incluidas las que les afectan especialmente;
m) Los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales y todos los interesados
tienen una responsabilidad especial hacia los senescentes más vulnerables, en
particular las personas pobres, muchas de las cuales son mujeres, y las procedentes
de zonas rurales;
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III. RECOMENDACIONES PARA LA ACCIÓN
(…)
3. Esferas de preocupación de las personas de edad
49. El reconocimiento de que todos los aspectos del envejecimiento están relacionados
entre sí supone la necesidad de un enfoque coordinado de las políticas e
investigaciones sobre el envejecimiento. La consideración del proceso del
envejecimiento en su totalidad, así como sus interacciones con la situación social y
económica, requiere un enfoque integrado en el marco de la planificación económica y
social global. Si se hiciera demasiado hincapié en determinados problemas sectoriales
del envejecimiento, se crearía un serio obstáculo para el enfoque coordinado necesario
hacia la integración de las políticas y programas sobre el envejecimiento en el marco
del desarrollo más amplio. Aunque las recomendaciones que figuran a continuación se
han dividido bajo grandes encabezamientos, debe reconocerse que hay un alto grado
de interdependencia entre ellas. (…)
a) Salud y nutrición
52. Aunque el hecho de que el número de personas de edad esté aumentando
rápidamente en todo el mundo representa para la humanidad un éxito desde el punto
de vista biológico, las condiciones de vida de los ancianos en la mayoría de los países
se han ido quedando muy atrás con respecto a las de la población económicamente
activa. Ahora bien, la salud, es decir, el estado de total bienestar físico, mental y
social, es resultado de la acción recíproca entre todos los sectores que contribuyen al
desarrollo.
(…)
Recomendación 1
Los cuidados tendientes a compensar las incapacidades, reeducar las funciones
restantes, aliviar el dolor, mantener la lucidez, el bienestar y la dignidad de las
personas afectadas y que les ayuden a reorientar sus esperanzas y proyectos, sobre
todo en las personas de edad, son tan importantes como los tendientes a la curación.
Recomendación 2
La atención de las personas de edad debe ir más allá del enfoque puramente
patológico y debe abarcar la totalidad de su bienestar, teniendo en cuenta la
interdependencia de los factores físicos, mentales, sociales y ambientales. Por
consiguiente, la atención sanitaria debe hacer participar a todo el sector sanitario y
social y a las familias en el mejoramiento de la calidad de la vida de las personas de
edad. La finalidad de los esfuerzos en materia de salud, en particular la atención
sanitaria primaria como estrategia básica, debe ser permitir a las personas de edad
llevar una vida independiente en el seno de sus propias familias y comunidad durante
el mayor tiempo posible, en lugar de excluirlos y aislarlos de todas las actividades de la
sociedad.
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Recomendación 3
Para reducir las incapacidades y dolencias de los senescentes se requieren el
diagnóstico precoz y el tratamiento apropiado, así como medidas preventivas.
Recomendación 4
Deberá prestarse atención especial, en materia de atención sanitaria, a los muy
ancianos y a las personas que se encuentren incapacitadas en su vida normal,
especialmente cuando padezcan una deficiencia mental o una inadaptación al
ambiente; los trastornos mentales podrían a menudo prevenirse o modificarse por
medios que no requieran colocar a los ancianos en instituciones, tales como la
capacitación y el apoyo a la familia y a los voluntarios por asistentes profesionales, la
promoción del tratamiento ambulatorio de las enfermedades mentales, la asistencia
social, los servicios de guardería y medidas encaminadas a prevenir el aislamiento
social.
Recomendación 5
Atender a los moribundos, dialogar con ellos y apoyar a sus allegados en el momento
del duelo y posteriormente requiere unos esfuerzos específicos que van más allá de la
práctica de la medicina, pero que al mismo tiempo deben inspirarla. La necesidad de
estos cuidados debe ser conocida y comprendida tanto por las personas que los
prodigan y por las familias de los moribundos como por los propios enfermos. A este
respecto, los ejemplos y las prácticas todavía vigentes en varias culturas deben ser
libremente intercambiados.
Recomendación 6
La tendencia al encarecimiento de los sistemas de servicio social y atención sanitaria
deberá contrarrestarse mediante una coordinación más estrecha entre los servicios de
protección social y de atención sanitaria, tanto a nivel nacional como a nivel de la
comunidad. Por ejemplo, deberán adoptarse medidas adecuadas para intensificar la
colaboración entre el personal que trabaja en estos dos sectores y para impartirle una
formación multidisciplinaria. Sin embargo, dichos servicios deberán crearse teniendo
presente la función de la familia y de la comunidad, que deberán seguir constituyendo
los elementos fundamentales interrelacionados de un sistema de atención bien
equilibrado. Todo esto deberá realizarse sin perjuicio del mantenimiento de los
cuidados médicos y sociales corrientes destinados a las personas de edad.
Recomendación 7
a) Deberá informarse a la población en general acerca de su trato con las personas de
edad que necesitan cuidados. Deberá educarse a las propias personas de edad en el
cuidado de sí mismas.
b) Deberá impartirse a quienes trabajan con personas de edad, en el hogar o en
instituciones, capacitación básica para sus tareas, destacando en particular la
importancia de la participación de las personas de edad y de sus familias, y la
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colaboración entre quienes trabajan en las esferas de la salud y del bienestar en los
diversos niveles.
c) Deberá capacitarse a los médicos y a los estudiantes de profesiones que tienen a su
cargo el cuidado de seres humanos (por ejemplo medicina, enfermería, asistencia
social, etc.) en los principios y las aptitudes pertinentes en las áreas de gerontología,
geriatría, psicogeriatría y cuidado de personas de edad.
Recomendación 8
El control sobre la vida de los ancianos no debe dejarse solamente a cargo del personal
sanitario, de asistencia social u otro personal de servicio, pues los mismos ancianos
suelen ser quienes mejor saben qué necesitan y cómo conviene que se les proporcione
lo que necesitan.
Recomendación 9
Debe estimularse la participación de los ancianos en el desarrollo de la atención
sanitaria y en el funcionamiento de los servicios sanitarios.
Recomendación 10
Será preciso desarrollar al máximo en la comunidad los servicios sanitarios y conexos.
Estos servicios deberán abarcar una amplia gama de servicios ambulatorios, como
centros asistenciales diurnos, dispensarios, hospitales diurnos, atención médica y de
enfermería y ayuda doméstica. Deberán brindarse siempre servicios de urgencia. El
cuidado en instituciones deberá corresponder siempre a las necesidades de las
personas de edad. Deberá evitarse el uso inadecuado de camas en las instalaciones
destinadas al cuidado de la salud. En especial, las personas mentalmente sanas no
deberán internarse en hospitales mentales. Deben prestarse servicios de examen y
asesoramiento médico en clínicas geriátricas, centros de salud o locales de la
comunidad donde se reúnan personas de edad. Se debe contar con la infraestructura
sanitaria necesaria, así como el debido personal especializado que pueda llevar a la
práctica una asistencia geriátrica integral y completa. En el caso de atención
institucional, deberá evitarse la alienación del senescente de la sociedad provocada por
su aislamiento, entre otras formas, alentando más la participación de miembros de la
familia y de voluntarios.
Recomendación 11
Debe perseguirse activamente el objetivo de mejorar la salud, prevenir las
enfermedades y mantener las capacidades funcionales entre las personas de edad.
Para ese fin, un requisito es la evaluación de las necesidades físicas, psicológicas y
sociales del grupo interesado. Esa evaluación promoverá la prevención de las
incapacidades, el diagnóstico temprano y la rehabilitación.
Recomendación 12
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Una nutrición adecuada, apropiada y suficiente, particularmente el adecuado consumo
de proteínas, minerales y vitaminas, es esencial para el bienestar de los ancianos. La
nutrición deficiente se ve agravada por la pobreza, el aislamiento, la mala distribución
de los alimentos y los malos hábitos alimentarios, inclusive los debidos a problemas
dentales. Por lo tanto debe prestarse especial atención a lo siguiente:
a) El mejoramiento de la disponibilidad de productos alimenticios suficientes para las
personas de edad, mediante planes apropiados y el estímulo a los ancianos de las
zonas rurales para que desempeñen un papel activo en la producción de alimentos;
b) Una distribución justa y equitativa de los alimentos, la riqueza, los recursos y la
tecnología;
c) La educación del público, incluidas las personas de edad, en la adquisición de
hábitos de nutrición y alimentarios correctos, tanto en las zonas urbanas como en las
rurales;
d) La prestación de servicios médicos y odontológicos para el diagnóstico temprano de
la malnutrición y el mejoramiento de la masticación;
e) Los estudios sobre la situación nutricional de las personas de edad a nivel de la
comunidad, incluida la adopción de medidas para corregir las condiciones locales
insatisfactorias;
f) La extensión hacia las comunidades de los países en desarrollo de las
investigaciones acerca de la función de los factores nutricionales en el proceso de
envejecimiento.
Recomendación 13
Deben intensificarse los esfuerzos para desarrollar la asistencia a domicilio, a fin de
prestar servicios de sanidad y sociales de alta calidad en el grado necesario para que
las personas de edad puedan permanecer en sus propias comunidades y vivir en la
forma más independiente posible durante el mayor tiempo posible. La atención a
domicilio no debe considerarse como una alternativa de la atención institucional; más
bien ambas se complementan y deben vincularse con el sistema de prestación de
servicios de modo tal que las personas de edad puedan recibir la atención más
adecuada a sus necesidades y al más bajo costo. Debe prestarse especial apoyo a los
servicios de atención a domicilio, dotándolos de elementos médicos, paramédicos, de
enfermería y técnicos suficientes para poder limitar el recurso a la hospitalización.
Recomendación 14
Una cuestión muy importante se refiere a las posibilidades de prevenir, o al menos
aplazar, las consecuencias funcionales negativas del envejecimiento. Muchos factores
del estilo de vida pueden tener sus efectos más pronunciados durante la vejez, cuando
la capacidad de reservas suele ser más baja. La salud de los senescentes está
condicionada básicamente por su estado de salud anterior y, por lo tanto, la asistencia
sanitaria durante toda la vida e iniciada en la juventud reviste capital importancia; ello
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incluye la medicina preventiva, la nutrición, los ejercicios físicos, la evitación de hábitos
dañinos para la salud y la atención a los factores ambientales, y dicha asistencia debe
continuarse.
Recomendación 15
Los riesgos que para la salud representa la acumulación de sustancias nocivas –
incluidos los elementos radioactivos y los oligoelementos, así como otros
contaminantes- adquieren mayor importancia a medida que aumenta la duración de la
vida y, por consiguiente, debe ser objeto de atención e investigaciones especiales a lo
largo de toda la vida. Los gobiernos deberán promover la manipulación sin peligros de
los materiales en uso, y actuar con rapidez para asegurar que los desechos resultantes
de esa utilización se eliminen en forma permanente y segura de la bioesfera.
Recomendación 16
Dado que los accidentes evitables representan un costo considerable, tanto en
sufrimientos humanos como en recursos, deberá darse prioridad a las medidas
destinadas a prevenir los accidentes en el hogar y en la vía pública, así como los
provocados por los estados patológicos curables o por un uso inapropiado de la
medicación.
Recomendación 17
Deben promoverse los intercambios internacionales y la cooperación en materia de
investigación para realizar estudios epidemiológicos sobre las pautas locales de salud y
de enfermedad y sus consecuencias, además de investigar la validez de los distintos
sistemas de atención, incluida la atención propia y la atención en el hogar a cargo de
enfermeras, y en particular las formas de maximizar la eficacia de los programas;
asimismo, para investigar las exigencias de diversos tipos de asistencia y desarrollar
los medios necesarios para satisfacerlas, prestando especial atención a los estudios
comparados que se refieran al logro de los objetivos y a la eficacia relativa con
respecto al costo; y en fin, para recopilar datos sobre las características físicas,
mentales y sociales de las personas senescentes en diversos contextos sociales y
culturales, incluida la atención a los problemas especiales que plantean el acceso a los
servicios en las zonas rurales y remotas, a fin de proporcionar una base sólida para la
acción futura.
b) Protección de los consumidores ancianos
Recomendación 18
Los Gobiernos deberán:
a) Garantizar que los alimentos, enseres domésticos, las instalaciones y los equipos
cumplan normas de seguridad que tengan en cuenta la vulnerabilidad de las personas
de edad;
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b) Promover el uso prudente de los medicamentos, los productos químicos que se
utilizan en el hogar y otros productos, exigiendo que los fabricantes coloquen en esos
productos las advertencias y las instrucciones necesarias para su empleo;
c) Pongan al alcance de las personas de edad fármacos, audífonos, prótesis dentales,
anteojos y otras prótesis, para que puedan continuar una vida activa e independiente;
d) Limiten la publicidad intensiva y otras técnicas de venta destinadas
fundamentalmente a explotar los escasos recursos de las personas de edad.
Los organismos gubernamentales deberán colaborar con las organizaciones no
gubernamentales en programas de educación del consumidor.
Se insta a las organizaciones internacionales interesadas a que promuevan una acción
concertada de los Estados Miembros para proteger a los consumidores ancianos.
c) Vivienda y medio ambiente
(…)
Recomendación 19
Debe considerarse que la vivienda destinada a los ancianos es algo más que un mero
albergue. Además el significado material, tiene un significado psicológico y social que
debe tomarse en consideración. A fin de liberar a las personas de edad de la
dependencia de otras personas, las políticas nacionales en materia de vivienda deben
perseguir los siguientes objetivos:
a) Contribuir a que las personas de edad permanezcan en sus propios hogares
mientras sea posible, mediante la restauración y el desarrollo cuando resulte posible y
conveniente, mediante la reestructuración y el mejoramiento de las viviendas en sí
mismas, así como su adaptación a las posibilidades de acceso y a la utilización por
parte de las personas de edad;
b) Programar y construir –en el marco de una política en materia de vivienda que
prevea también el otorgamiento de financiación oficial y de acuerdo con la iniciativa
privada– viviendas para personas de edad, que tengan en cuenta las diferentes
categorías de estado civil y el grado de autonomía de dichas personas, con arreglo a
las tradiciones y costumbres locales;
c) Coordinar las políticas en materia de vivienda con las políticas encaminadas a la
puesta en práctica de los servicios comunitarios (sociales, sanitarios, culturales, de
esparcimiento, de comunicaciones), a fin de conceder a las viviendas destinadas a las
personas de edad, siempre que esto sea posible, una posición especialmente favorable
con respecto a las viviendas destinadas al conjunto de la población;
d) Elaborar y aplicar políticas y medidas especiales, así como prever dispositivos
concebidos para permitir el desplazamiento de las personas de edad y para protegerlas
contra los peligros de la circulación;
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e) A su vez, dicha política deberá estar enmarcada en la política más amplia de ayuda
a las capas más desfavorecidas de la población.
Recomendación 20
La legislación y la planificación en materia de desarrollo y reconstrucción urbanos,
deberán prestar especial atención a los problemas de las personas de edad
contribuyendo a su integración social.
Recomendación 21
Debe alentarse a los gobiernos nacionales a que adopten políticas en materia de
vivienda en las que se tomen en consideración las necesidades de las personas de
edad y de los que están socialmente en desventaja. Un ambiente para vivir diseñado
con miras a apoyar las capacidades funcionales de este grupo debe formar parte
integrante de las directrices nacionales para las políticas y las medidas relativas a los
asentamientos humanos.
Recomendación 22
Debe prestarse especial atención a los problemas ambientales y al diseño de un
entorno para la vida en el cual se tenga en cuenta la capacidad funcional de los
ancianos y se facilite la movilidad y la comunicación mediante el suministro de medios
de transporte adecuados. El medio en que viven las personas de edad debe concebirse,
con el apoyo de los gobiernos, las autoridades locales y las organizaciones no
gubernamentales, de forma que puedan seguir viviendo, si así lo desean, en un
ambiente que les resulte familiar, y en el que su participación en la comunidad sea
prolongada y tengan la oportunidad de llevar una vida plena, normal y segura.
Recomendación 23
La creciente proporción de delitos que se cometen en algunos países contra las
personas de edad convierte en víctimas no sólo a los directamente afectados, sino a
las numerosas personas de edad que tienen temor de abandonar sus hogares. Se debe
tratar de aumentar la conciencia de los organismos encargados de hacer cumplir la ley
y de los ancianos sobre la cantidad de delitos contra las personas de edad y las
repercusiones de tales delitos.
Recomendación 24
En la medida en que resulte posible, las personas de edad deberán participar en la
elaboración de las políticas y programas de vivienda relativos a la población
senescente.
d) La familia
66. Independientemente de su forma o de su organización, la familia es la unidad
básica reconocida de la sociedad. Con el aumento de la longevidad, la existencia de
familias que incluyen cuatro o cinco generaciones es ya cada vez más común en todo
el mundo. Por otra parte, los cambios en la condición de la mujer han reducido su
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función tradicional de atender a los miembros de la familia de más edad; es necesario
que la familia en conjunto, incluidos los varones, asuma y comparta la carga de las
tareas del hogar. Las mujeres ingresan en la fuerza laboral y permanecen en ella
durante períodos cada vez más largos. Muchas de las que han terminado de criar a sus
hijos se encuentran ante el dilema del deseo y la necesidad de trabajar y obtener
ingresos, por una parte, y la responsabilidad de atender a los padres ancianos o a los
abuelos, por la otra.
Recomendación 25
La familia es la unidad básica reconocida de la sociedad, y se deberán desplegar todos
los esfuerzos necesarios para apoyarla, protegerla y fortalecerla de acuerdo con el
sistema de valores culturales de cada sociedad y atendiendo a las necesidades de sus
miembros de edad avanzada. Los gobiernos deberán promover las políticas sociales
que alienten el mantenimiento de la solidaridad familiar entre negociaciones, con la
participación de todos los miembros de la familia. Deberá también subrayarse a todos
los niveles el papel y la aportación de las organizaciones no gubernamentales en el
fortalecimiento de la familia como unidad.
Recomendación 26
El respaldo apropiado del sector más amplio de la comunidad, disponible cuando y
donde sea necesario, puede representar una diferencia trascendental respecto a la
voluntad y capacidad de las familias de seguir cuidando a los parientes de edad
avanzada. En la planificación y prestación de servicios se deberá tener plenamente en
cuenta las necesidades de quienes prestan tales cuidados.
Recomendación 27
Las formas de preservar la función esencial de la familia y la dignidad, la situación y la
seguridad de las personas de edad teniendo en cuenta todos los acontecimientos
internos e internacionales que puedan influir en esta situación de seguridad, son
cuestiones que merecen cuidadosa consideración y medidas, tanto por parte de los
gobiernos como de las organizaciones no gubernamentales. Habida cuenta del mayor
número de mujeres de edad y de la proporción relativamente mayor de viudas que de
viudos en todo el mundo, deberá prestarse particular consideración a las necesidades y
funciones especiales a este grupo.
Recomendación 28
Se insta a los gobiernos a que en sus actividades de planificación y desarrollo adopten
un criterio integrado respecto a la edad y la familia en el que se reconozcan las
necesidades y características especiales de las personas de más edad y de sus
familias. Las personas de más edad deben ser incluidas en los procesos de adopción de
decisiones gubernamentales y de otra índole, entre otras, en las esferas política,
social, cultural y educativa y debe alentarse a los hijos a que mantengan a sus padres.
Recomendación 29
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Deberá alentarse a los gobiernos y a los órganos no gubernamentales a que
establezcan servicios sociales en apoyo de toda la familia cuando existan personas de
edad en el hogar y a que apliquen medidas especialmente destinadas a las familias de
bajos ingresos que deseen mantener en el hogar a las personas de edad avanzada.
e) Bienestar social
(…)
Recomendación 30
Los servicios de bienestar social deberán tener por objeto la creación, promoción y
mantenimiento, durante el mayor tiempo posible, de las funciones activas y útiles de
las personas de edad en la comunidad y para la comunidad.
Recomendación 31
Las organizaciones oficiales y no oficiales deberán tener en cuenta las necesidades
especiales de las personas de edad e incluirlas en sus programas actuales y en sus
planes futuros, y reconocer y fomentar, en particular, la importante función que toca a
las cooperativas en la prestación de ese género de servicios. Dichas cooperativas
también podrían beneficiarse con la participación de las personas de edad en calidad
de miembros plenos o consultores expertos. Entre gobiernos y organizaciones no
gubernamentales deberá constituirse una asociación con vistas a asegurar un enfoque
integrado y de fines múltiples para la atención de las necesidades de bienestar social
de los ancianos.
Recomendación 32
Con objeto de favorecer el estrechamiento de lazos entre generaciones distintas, debe
fomentarse la participación de los jóvenes en la prestación de servicios y atención, así
como en actividades para las personas de edad o con ellas. Debe estimularse en la
medida de lo posible la autoayuda recíproca entre las personas de edad capaces y
activas, así como su asistencia a sus pares menos afortunados, del mismo modo que la
participación de las personas de edad en ocupaciones del sector no estructurado a
jornada parcial.
Recomendación 33
Los gobiernos deberán también esforzarse por reducir o eliminar cualquier restricción
de tipo fiscal o de índole similar que pese sobre las actividades voluntarias y no
estructuradas, así como las normas jurídicas que impidan o dificulten el trabajo a
jornada parcial, la autoayuda recíproca y el empleo de voluntarios en la prestación de
servicios junto al personal profesional o en instituciones destinadas a los ancianos.
Recomendación 34
Dondequiera que sea necesario o inevitable proporcionar diferentes formas de atención
en instituciones para los ancianos se deberá hacer todo lo posible para asegurar que
esas personas gocen de una calidad de vida que corresponda a las condiciones que
- 16 -
normalmente se dan en su comunidad y del pleno respeto a su dignidad, sus creencias,
sus necesidades, sus intereses y su privacidad; debería estimularse a los Estados a
definir los criterios mínimos para asegurar una mejor calidad de la atención
institucional.
Recomendación 35
A fin de facilitar la ayuda mutua de las personas de edad y aumentar su posibilidad de
ser oídas, los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales deberán estimular la
formación y la libre iniciativa de grupos y movimientos de personas de edad, así como
las posibilidades de capacitar e informar a otros grupos de edad en materia de
atención a las personas de edad.
f) Seguridad del ingreso y empleo
72. En lo que respecta al logro de los objetivos de política de seguridad, ingreso y
empleo, hay diferencias importantes entre las regiones desarrolladas y las regiones en
desarrollo del mundo, y más particularmente entre los países de economía urbana
industrializada, y los países de economía rural. Muchos de los países y regiones
desarrollados han logrado satisfacer las necesidades de todos mediante planes
generalizados de seguridad social. En los países en desarrollo, la seguridad del ingreso
es un tema que preocupa a todos los grupos de edades, y gran parte de la población,
cuando no la mayoría, vive en el nivel de subsistencia. En varios de esos países los
programas de seguridad social suelen tener un alcance limitado: en las zonas rurales,
donde vive la inmensa mayoría de la población, esos programas son mínimos o no
existen. Por otra parte, deberá prestarse especial atención, dentro del marco de la
seguridad social y de los programas sociales, a la situación de las mujeres de edad,
cuyo nivel de ingresos suele ser más bajo que el de los hombres y cuyo empleo ha
quedado a menudo interrumpido a causa de las responsabilidades que les imponen la
maternidad y la familia. A la larga, convendrá orientarse hacia el concepto del derecho
propio de la mujer a la protección social.
Recomendación 36
Los gobiernos deberán tomar las medidas necesarias para garantizar a todas las
personas de edad un nivel mínimo de recursos adecuados, y desarrollar la economía
nacional en beneficio de toda la población. Con este fin, deberán:
a) Crear o ampliar sistemas de seguridad social, a fin de que el mayor número de
personas de edad puedan beneficiarse de esta protección. De no ser ello posible
deberán buscarse otros medios, como beneficios en especie, ayuda directa a las
familias y las instituciones cooperativas locales;
b) Asegurar que el nivel mínimo de recursos permita satisfacer las necesidades
esenciales de las personas de edad y garantizar su independencia. Deberá tratarse de
que las prestaciones de la seguridad social, se calculen o no teniendo en cuenta el
ingreso anterior, mantengan su poder adquisitivo. Deberán estudiarse los medios para
proteger los ahorros de las personas de edad contra los efectos de la inflación. Al
- 17 -
determinar la edad de jubilación, deberán tenerse debidamente en cuenta los cambios
de la estructura demográfica así como la capacidad de la economía nacional. Será
necesario, al propio tiempo, esforzarse por lograr un crecimiento económico continuo;
c) En los sistemas de seguridad social, deberá procurarse que tanto los hombres como
las mujeres adquieran sus propios derechos;
d) Responder, en el marco de la seguridad social y, si es necesario, por otros medios,
a las necesidades específicas, en materia de seguridad del ingreso, de los trabajadores
de edad que se encuentren en situación para o que sufran de una incapacidad de
trabajo;
e) Deberán examinarse otras posibilidades de proporcionar ingresos e incentivos
complementarios de la jubilación para que las personas de edad desarrollen nuevas
formas de ahorro personal.
73. Las dos cuestiones del derecho al trabajo y el derecho a la jubilación se relacionan
en gran medida con el tema de la seguridad del ingreso. En casi todas las regiones del
mundo las personas de edad tropiezan con dificultades para participar en el trabajo y
en las actividades económicas de la sociedad, satisfaciendo así su necesidad de
contribuir a la vida de la comunidad y de beneficiar a la sociedad en conjunto. Es
corriente la discriminación por cuestión de edad: un elevado número de trabajadores
de edad avanzada no pueden permanecer en la fuerza de trabajo o reincorporarse a
ella debido a perjuicios basados en la edad. En ciertos países esta situación tiende a
afectar más duramente a las mujeres. La integración de las personas de edad en los
mecanismos del desarrollo se refiere tanto a los grupos del medio rural como a los del
medio urbano.
Recomendación 37
Los gobiernos deberán facilitar la participación de las personas de edad en la vida
económica de la sociedad. Con este fin:
a) Deberán tomarse medidas adecuadas, con la participación de las organizaciones de
empleadores y de trabajadores, para que los trabajadores de edad puedan, en la
mayor medida posible, permanecer en un empleo en condiciones satisfactorias y
beneficiarse de la seguridad del empleo;
b) Los gobiernos deberán eliminar todo tipo de discriminación en el mercado de trabajo
y garantizar una auténtica igualdad de trato en la vida profesional. Entre los
empleadores existen a veces estereotipos negativos sobre los trabajadores de edad.
Los gobiernos deberán adoptar medidas para informar a los empleadores y asesorarlos
en la utilización de las capacidades de los trabajadores de edad, que siguen
constituyendo un número muy elevado en la mayoría de las profesiones. Asimismo, los
trabajadores de edad deben gozar del derecho de acceso a los programas y servicios
de orientación, capacitación y colocación;
c) Deberán tomarse medidas encaminadas a ayudar a las personas de edad a
encontrar o reencontrar un empleo o un trabajo independiente, creando nuevas
- 18 -
posibilidades de empleo y facilitando su capacitación y actualización de conocimientos.
El derecho de los trabajadores al empleo debe basarse en su capacidad para cumplir
las labores de que se trate, más bien que en su edad propiamente tal;
d) A pesar de los importantes problemas de desempleo –en particular entre los
jóvenes- a los que numerosos países se ven enfrentados, convendría no rebajar la
edad de la jubilación de los asalariados salvo sobre una base voluntaria.
Recomendación 38
Los trabajadores de edad como todos los demás, deberán gozar de condiciones y
ambiente de trabajo satisfactorios. Cuando sea necesario se deberán tomar medidas
para prevenir los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales. Las
condiciones y el ambiente de trabajo, así como los horarios y la organización de las
tareas, deberán tener en cuenta las características de los trabajadores de más edad.
Recomendación 39
La manera de garantizar una protección correcta a los trabajadores, lo que permite un
mejor seguimiento de la condición de las personas de edad avanzada, es un
conocimiento más profundo de las enfermedades profesionales. Ello implica
necesariamente la capacitación del personal médico en la esfera de la medicina laboral.
En el mismo orden de ideas, una visita médica inicial en el momento de la jubilación
permitiría detectar las consecuencias de las enfermedades profesionales para el
individuo y estudiar las medidas apropiadas.
Recomendación 40
Los gobiernos deberán tomas o fomentar medidas para que la transición de la vida
activa a la jubilación sea fácil y gradual, y hacer más flexible la edad de derecho a
jubilarse. Esas medidas deben incluir cursos de preparación para la jubilación y la
disminución del trabajo en los últimos años de la vida profesional, por ejemplo,
modificando las condiciones, el ambiente o la organización del trabajo, y fomentando
una disminución progresiva del horario de trabajo.
Recomendación 41
Los gobiernos deberán aplicar las normas internacionales relativas a los trabajadores
de edad, particularmente la Recomendación 162 de la Organización Internacional del
Trabajo. Por otra parte, deberán seguir desarrollando a nivel internacional conceptos y
directrices relacionados con las necesidades de esos trabajadores.
Recomendación 42
A la luz del Convenio No. 157 de la OIT, deberán adoptarse medidas relativas al
mantenimiento de los derechos en materia de seguridad social, a fin de asegurar a los
trabajadores legítimamente migrantes, entre otros medios por convenciones bilaterales
o multilaterales, una protección social plena en el país de acogida, así como, en caso
de regreso al país de origen, el mantenimiento de los derechos adquiridos en la esfera
- 19 -
de la seguridad social, particularmente en materia de jubilaciones. Igualmente, los
trabajadores migrantes de regreso a sus países deberán gozar de condiciones que
favorezcan su reintegración, especialmente en materia de vivienda.
Recomendación 43
En lo posible, la acogida colectiva de refugiados por un país deberá incluir tanto a las
personas de edad como a los adultos y los niños, esforzándose por mantener la célula
familiar existente y por asegurar las medidas adecuadas en materia de vivienda y de
servicios.
g) Educación
(…)
Recomendación 44
Deben establecerse programas de educación en los que las personas de edad sean los
maestros y transmisores de conocimientos, cultura y valor espirituales. (…)
Recomendación 45
Como derecho humano básico, la educación debe proporcionarse sin discriminación
contra las personas de edad. Las políticas educacionales deben reflejar el principio del
derecho de los senescentes a la educación, mediante la asignación apropiada de
recursos y con programas de enseñanza convenientes. Ha de tenerse cuidado de
adaptar los métodos de enseñanza a las capacidades de los senescentes, de modo que
puedan participar equitativamente en cualquier tipo de educación que se ofrezca y
aprovecharla. La necesidad de la educación continua de adultos a todos los niveles
debe encontrar reconocimiento y estímulo. Habrá de tomarse en consideración el
concepto de la educación universitaria para personas de edad.
Recomendación 46
Debe emprenderse un esfuerzo bien coordinado con participación de los distintos
medios de comunicación, que destaque los aspectos positivos del proceso de
envejecimiento y de los ancianos mismos. Entre otras cosas, este esfuerzo debe
incluir:
a) la situación presente y en evolución de los ancianos y sus tendencias, especialmente
en las zonas rurales de los países desarrollados y de los países en desarrollo, para
determinar las verdaderas necesidades y condiciones y dar la respuesta adecuada;
b) los efectos de la migración (interna e internacional) sobre el envejecimiento relativo
de la población de las zonas rurales y su efecto en la producción agrícola y en las
condiciones de vida de esas zonas;
c) métodos para la creación de oportunidades de empleo y de condiciones de trabajo
adaptadas a los trabajadores de edad, incluida la fabricación de equipo y herramientas
- 20 -
sencillos que ayuden a los ancianos con pocas fuerzas a realizar sus diversas tareas
con menos esfuerzos;
d) estudios sobre la función de la educación y el envejecimiento en las diversas
culturas y sociedades.
Recomendación 47
De conformidad con el concepto de la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) sobre la educación permanente, se
recomienda promover programas para personas de edad, no estructurados, basados
en la comunidad y orientados al esparcimiento, con el fin de desarrollar un sentido de
autosuficiencia así como la responsabilidad de la comunidad respecto a las personas de
edad. Tales programas deben contar con el apoyo de los gobiernos nacionales y de las
organizaciones internacionales.
Recomendación 48
Con miras a promover una mayor participación de las personas de edad en actividades
de pasatiempo y en una utilización creadora del tiempo libre, se insta a los gobiernos y
a las organizaciones internacionales a estimular y apoyar programas encaminados a
lograr un mayor y más fácil acceso físico a instituciones culturales tales como museos,
teatros, teatros de ópera, salas de conciertos, cines, etc. Por otra parte, debe pedirse a
los centros culturales que organicen, para las personas de edad, y en cooperación con
ellas, cursos prácticos en materia de artesanías, bellas artes, música, etc., en que las
personas de edad puedan desempeñar funciones activas en calidad tanto de
beneficiarias como de colaboradoras de estos programas.
Recomendación 49
Los gobiernos y las organizaciones internacionales interesadas en los problemas del
envejecimiento deben iniciar programas para educar al público en general sobre el
proceso de envejecimiento y sobre las propias personas senescentes. Tales actividades
deben iniciarse en la primera infancia y hacer participar a todos los grupos de edad en
todos los niveles del sistema escolar estructurado. Deberá reforzarse la función y
participación de los Ministerios de Educación en ese sentido promoviendo y facilitando
la inclusión del tema del envejecimiento en los planes de estudio, como un aspecto del
desarrollo normal y de la educación para la vida del individuo, desde la edad más
temprana; se lograría así un mayor conocimiento de la cuestión y se induciría
posiblemente un cambio positivo en las actitudes estereotipadas que tienen las
generaciones actuales respecto del envejecimiento. También deben usarse para
elaborar tales programas diversos conductos no estructurados y medios de información
tales como radio, televisión y prensa. Se recomienda, además, utilizar los medios de
información como instrumentos para realzar la participación de las personas de edad
en actividades sociales, culturales y educativas dentro de la comunidad, y que
participen, por sí o por sus representantes, en la formulación y diseño de estos
programas.
- 21 -
Recomendación 50
En los casos en que existan estereotipos relativos a las personas de edad, los medios
de comunicación, las instituciones educacionales, los gobiernos, las organizaciones no
gubernamentales y los propios senescentes deberán desplegar esfuerzos tendientes a
superar esa imagen estereotipada que presenta a las personas de edad como
individuos que padecen siempre de problemas físicos y psicológicos, que son incapaces
de funcionar independientemente y que no desempeñan ningún papel ni tienen ningún
valor en la sociedad. Estos esfuerzos son necesarios para lograr una sociedad que
permita la integración de las personas de edad.
Recomendación 51
Se deberá poner a disposición de las personas de edad amplia información sobre todos
los aspectos de su vida, en forma clara y comprensible. (…)
IV. RECOMENDACIONES PARA LA EJECUCIÓN
A. Papel de los gobiernos
86. El éxito de este plan de Acción dependerá en gran medida de las actividades de los
gobiernos encaminadas a crear condiciones y amplias posibilidades para la plena
participación de los ciudadanos, en particular las personas de edad. Con tal propósito,
se insta a los gobiernos a que dediquen mayor atención a la cuestión del
envejecimiento y a que utilicen plenamente el apoyo de las organizaciones
intergubernamentales y no gubernamentales, especialmente las de jubilados y
personas de edad.
87. Dado que la situación de los senescentes varía considerablemente en diversas
sociedades, culturas o regiones, lo que se refleja en diferentes necesidades y
problemas, cada país debe escoger su propia estrategia nacional e identificar sus
propios objetivos y prioridades dentro del Plan. Los gobiernos deberán comprometerse
claramente, en todos los niveles, a tomar las medidas pertinentes para alcanzar esos
objetivos y hacer efectivas esas prioridades. (…)
89. Los encargados de formular políticas y estrategias nacionales para la aplicación del
Plan de Acción deberán reconocer que las personas de edad no constituyen un grupo
homogéneo, y tener en cuenta las grandes diferencias entre las personas mayores en
las diversas etapas de su vida, así como sus correspondientes necesidades. Los
gobiernos deberán atender especialmente al mejoramiento de la situación de las
mujeres de más edad, que con frecuencia son quienes se encuentran en situación más
desventajosa.
90. El establecimiento de mecanismos interdisciplinarios y multisectoriales dentro de
los gobiernos puede ser un medio eficaz para asegurar que la cuestión del
envejecimiento de la población se tenga en cuenta en la planificación del desarrollo
nacional y que se conceda merecida atención a las necesidades de las personas de más
edad y a su integración en la sociedad.
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91. Estas medidas ganarán en eficacia si su preparación, ejecución y seguimiento se
coordinan bien en los distintos niveles geopolíticos. Esta coordinación deberá surgir de
la cooperación entre personas que ocupen posiciones de responsabilidad en todos los
sectores y los representantes de los jubilados y las personas de edad, a fin de
garantizar la participación de éstos en la adopción de decisiones que los afecten
directamente, para lo cual sería conveniente crear a nivel nacional los
correspondientes órganos de planificación, programación y coordinación. (…)
- 23 -
Declaración Política y Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el
Envejecimiento
PRÓLOGO
El Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento y la Declaración
Política que fueron aprobados por la Segunda Asamblea Mundial sobre el
Envejecimiento en abril de 2002 marcan un punto de inflexión en la percepción
mundial del desafío decisivo que supone la construcción de una sociedad para todas las
edades.
Desde la celebración de la primera Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento en 1982,
el mundo ha cambiado de tal manera que actualmente resulta casi irreconocible. En
aquel entonces el envejecimiento de la población era un problema que afectaba
fundamentalmente a los países desarrollados, mientras que hoy en día también está
cobrando verdadero protagonismo en los países en desarrollo. En cierta medida, el
envejecimiento se podía considerar entonces un problema aislado o una ocurrencia
nueva, pero en la actualidad somos conscientes de que una transformación
demográfica de tamaña magnitud tiene profundas repercusiones en todos los aspectos
de la vida de las personas y las comunidades, así como en los planos nacional e
internacional.
El Plan de Acción de Madrid constituye un nuevo y ambicioso programa para encarar el
reto del envejecimiento en el siglo XXI. El Plan de Acción se centra en tres ámbitos
prioritarios: las personas de edad y el desarrollo, el fomento de la salud y el bienestar
en la vejez y la creación de un entorno propicio y favorable, sirve de base para la
formulación de políticas y apunta a los gobiernos, a las organizaciones no
gubernamentales y a otras partes interesadas las posibilidades de reorientar la manera
en que sus sociedades perciben a los ciudadanos de edad, se relacionan con ellos y los
atienden. Es también la primera vez que los gobiernos han aceptado vincular las
cuestiones del envejecimiento a otros marcos del desarrollo social y económico y de los
derechos humanos, en particular los convenidos en las conferencias y cumbres
celebradas por las Naciones Unidas durante el pasado decenio. (…)
DECLARACIÓN POLÍTICA
Artículo 1
Nosotros los representantes de los Gobiernos reunidos en la Segunda Asamblea
Mundial sobre el Envejecimiento, celebrada en Madrid, hemos decidido adoptar un Plan
de Acción Internacional sobre el Envejecimiento para responder a las oportunidades
que ofrece y los retos que plantea el envejecimiento de la población en el siglo XXI y
para promover el desarrollo de una sociedad para todas las edades. En el marco de ese
Plan de Acción, estamos resueltos a adoptar medidas a todos los niveles, inclusive a
nivel nacional e internacional, en tres direcciones prioritarias: las personas de edad y
el desarrollo; la promoción de la salud y el bienestar en la vejez, y el logro de entornos
emancipadores y propicios.
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Artículo 2
Celebramos el aumento de la esperanza de vida en muchas regiones del mundo como
uno de los mayores logros de la humanidad. Reconocemos que el mundo está
experimentando una transformación demográfica sin precedentes y que de aquí a 2050
el número de personas de más 60 años aumentará de 600 millones a casi 2.000
millones, y se prevé que el porcentaje de personas de 60 años o más se duplique,
pasando de un 10% a un 21%. Ese incremento será mayor y más rápido en los países
en desarrollo, donde se prevé que la población de edad se multiplique por cuatro en los
próximos 50 años. Esa transformación demográfica planteará a todas nuestras
sociedades el reto de aumentar las oportunidades de las personas, en particular las
oportunidades de las personas de edad de aprovechar al máximo sus capacidades de
participar en todos los aspectos de la vida.
Artículo 3
Reiteramos el compromiso contraído por nuestros Jefes de Estado y de Gobierno en las
principales conferencias y cumbres de las Naciones Unidas, en sus procesos de
seguimiento, y en la Declaración del Milenio, con respecto a la promoción de entornos
internacionales y nacionales que promuevan el establecimiento de una sociedad para
todas las edades. Además, reafirmamos los principios y las recomendaciones
contenidos en el Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento, que la Asamblea
de las Naciones Unidas hizo suyo en 1982, y los principios de las Naciones Unidas en
favor de las personas de edad aprobados por la Asamblea General en 1991, que
ofrecieron una orientación sobre las cuestiones de la independencia, la participación,
los cuidados, la autorrealización y la dignidad.
Artículo 4
Destacamos que la mejora de la cooperación internacional es esencial para
complementar los esfuerzos nacionales encaminados a aplicar rigurosamente el Plan de
Acción Internacional sobre el Envejecimiento, 2002. Por consiguiente, alentamos a la
comunidad internacional a seguir promoviendo la cooperación entre todas las partes
interesadas.
Artículo 5
Reafirmamos el compromiso de no escatimar esfuerzos para promover la democracia,
reforzar el Estado de derecho y favorecer la igualdad entre hombres y mujeres, así
como promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales,
incluido el derecho al desarrollo. Nos comprometemos a eliminar todas las formas de
discriminación, entre otras, la discriminación por motivos de edad. Asimismo,
reconocemos que las personas, a medida que envejecen, deben disfrutar de una vida
plena, con salud, seguridad y participación activa en la vida económica, social, cultural
y política de sus sociedades. Estamos decididos a realzar el reconocimiento de la
dignidad de las personas de edad y a eliminar todas las formas de abandono, abuso y
violencia.
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Artículo 6
El mundo moderno posee una riqueza y una capacidad tecnológica sin precedentes y
nos brinda extraordinarias oportunidades: habilitar a los hombres y a las mujeres para
que lleguen a la vejez con mejor salud y disfrutando de un bienestar más pleno;
procurar la inclusión y la participación cabales de las personas de edad en las
sociedades; permitir que las personas de edad contribuyan más eficazmente a sus
comunidades y al desarrollo de sus sociedades, y mejorar constantemente los cuidados
y el apoyo prestados a las personas de edad que los necesitan. Reconocemos que es
necesaria una acción concertada para transformar las oportunidades y la calidad de
vida de los hombres y las mujeres a medida que envejecen y para asegurar la
sostenibilidad de sus sistemas de apoyo, construyendo así el fundamento de una
sociedad para todas las edades. Cuando el envejecimiento se acepta como un éxito, el
recurso a las competencias, experiencias y recursos humanos de los grupos de más
edad se asume con naturalidad como una ventaja para el crecimiento de sociedades
humanas maduras, plenamente integradas.
Artículo 7
Al mismo tiempo, los países en desarrollo, en particular los menos adelantados, así
como algunos países con economías en transición tienen que superar todavía
numerosos obstáculos para integrarse en mayor medida y participar plenamente en la
economía mundial. A menos que las ventajas del desarrollo social y económico lleguen
a todos los países, cada vez más personas, en particular personas de edad de todos los
países e incluso de regiones enteras, quedarán al margen de la economía mundial. Por
ese motivo, reconocemos la importancia de incluir el tema del envejecimiento en los
programas de desarrollo, así como en las estrategias de erradicación de la pobreza, y
de tratar que todos los países en desarrollo logren participar plenamente en la
economía mundial.
Artículo 8
Nos comprometemos a llevar a cabo la tarea de incorporar eficazmente el
envejecimiento en las estrategias, políticas y acciones socioeconómicas, teniendo
presente que las políticas concretas variarán en función de las condiciones de cada
país. Reconocemos que la perspectiva de género debe incorporarse en todas las
políticas y programas para que se tengan en cuenta las necesidades y experiencias
tanto de las mujeres como de los hombres de edad.
Artículo 9
Nos comprometemos a proteger y prestar asistencia a las personas de edad en las
situaciones de conflicto armado y ocupación extranjera.
Artículo 10
El potencial de las personas de edad es una sólida base para el desarrollo futuro.
Permite a la sociedad recurrir cada vez más a las competencias, la experiencia y la
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sabiduría que las personas de edad aportan, no sólo para asumir la iniciativa de su
propia mejora, sino también para participar activamente en la de toda la sociedad.
Artículo 11
Destacamos la importancia de las investigaciones internacionales sobre el
envejecimiento y las cuestiones relacionadas con la edad, como instrumento
importante para la formulación de políticas relativas al envejecimiento, que se basen
en indicadores fiables y uniformes, preparados, entre otras entidades, por
organizaciones de estadística nacionales e internacionales.
Artículo 12
Las expectativas de las personas de edad y las necesidades económicas de la sociedad
exigen que las personas de edad puedan participar en la vida económica, política,
social y cultural de sus sociedades. Las personas de edad deben tener la oportunidad
de trabajar hasta que quieran y sean capaces de hacerlo, en el desempeño de trabajos
satisfactorios y productivos, y de seguir teniendo acceso a la educación y a los
programas de capacitación. La habilitación de las personas de edad y la promoción de
su plena participación son elementos imprescindibles para un envejecimiento activo. Es
necesario ofrecer sistemas adecuados y sostenibles de apoyo social a las personas de
edad.
Artículo 13
Destacamos la responsabilidad primordial de los gobiernos de promover y prestar
servicios sociales básicos y de facilitar el acceso a ellos, teniendo presentes las
necesidades específicas de las personas de edad. A tal fin, tenemos que trabajar con
las autoridades locales, la sociedad civil, incluidas las organizaciones no
gubernamentales, el sector privado, los voluntarios y las organizaciones de voluntarios,
las propias personas de edad y las asociaciones de personas de edad y las que se
dedican a ellas, así como con las familias y las comunidades.
Artículo 14
Reconocemos la necesidad de conseguir progresivamente la plena realización del
derecho de todas las personas a disfrutar del grado máximo de salud física y mental
que se pueda lograr. Reafirmamos que alcanzar el grado más alto posible de salud es
un objetivo social de suma importancia en el mundo entero, y para que se haga
realidad es preciso adoptar medidas en muchos sectores sociales y económicos aparte
del sector de la salud. Nos comprometemos a proporcionar a las personas de edad
acceso universal y en condiciones de igualdad a la atención médica y los servicios de
salud, tanto servicios de salud física como mental, y reconocemos que van en aumento
las necesidades de una población que está envejeciendo, por lo que es preciso adoptar
nuevas políticas, en particular en materia de atención y tratamiento, promover medios
de vida saludables y entornos propicios. Favoreceremos la independencia y la
habilitación de las personas de edad y sus posibilidades de participar plenamente en
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todos los aspectos de la sociedad. Reconocemos la contribución de las personas de
edad al desarrollo mediante su función de cuidadores.
Artículo 15
Reconocemos lo importante que es la función de las familias, los voluntarios, las
comunidades, las organizaciones de personas de edad y otras organizaciones de base
comunitaria para prestar a las personas de edad apoyo y cuidados no estructurados,
complementarios a los que proporcionan los gobiernos.
Artículo 16
Reconocemos la necesidad de fortalecer la solidaridad entre las generaciones y las
asociaciones intergeneracionales, teniendo presentes las necesidades particulares de
los más mayores y los más jóvenes y de alentar las relaciones solidarias entre
generaciones.
Artículo 17
Los gobiernos son los primeros responsables de asumir la iniciativa de las cuestiones
conexas con el envejecimiento y la aplicación del Plan de Acción Internacional sobre el
Envejecimiento, 2002, pero es esencial que exista una colaboración eficaz entre los
gobiernos nacionales y locales, los organismos internacionales, las propias personas de
edad y sus organizaciones, otros sectores de la sociedad civil, incluidas las
organizaciones no gubernamentales, y el sector privado. La aplicación del Plan de
Acción exigirá la colaboración y la participación de muchas partes interesadas:
organizaciones profesionales, empresas, trabajadores y organizaciones de
trabajadores, cooperativas, instituciones de investigación, universitarias y otras
instituciones educativas y religiosas y los medios de comunicación.
Artículo 18
Subrayamos la importante función del sistema de las Naciones Unidas, en concreto de
las comisiones regionales, para ayudar a los gobiernos, a petición de éstos, a aplicar y
supervisar la aplicación del Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento, 2002,
teniendo en cuenta las diferencias que existen entre los países y las regiones desde el
punto de vista económico, social y demográfico.
Artículo 19
Invitamos a todas las personas de todos los países y todos los sectores sociales a que,
a título individual y colectivo, se sumen a nuestro compromiso con una visión
compartida de la igualdad para las personas de todas las edades.
PLAN DE ACCIÓN INTERNACIONAL DE MADRID SOBRE EL ENVEJECIMIENTO, 2002
I. Introducción
1. El Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento1, aprobado en la primera
Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, celebrada en Viena, ha orientado el
- 28 -
pensamiento y la acción sobre el envejecimiento durante los últimos 20 años, mientras
se han ido plasmando iniciativas y políticas de importancia crucial. Las cuestiones
relacionadas con los derechos humanos de las personas de edad se abordaron en la
formulación, en 1991, de los Principios de las Naciones Unidas en favor de las personas
de edad, en los que se proporcionaba la orientación en las esferas de la independencia,
la participación, los cuidados, la realización personal y la dignidad. (…)
8. Las mujeres de edad superan a los hombres de edad, y cada vez más a medida que
la edad aumenta. La formulación de políticas sobre la situación de las mujeres de edad
debería ser una prioridad en todas partes. Reconocer los efectos diferenciales del
envejecimiento en las mujeres y los hombres es esencial para lograr la plena igualdad
entre mujeres y hombres y para formular medidas eficaces y eficientes para hacer
frente al problema. Por consiguiente, es decisivo lograr la integración de una
perspectiva de género en todas las políticas, programas y leyes. (…)
11. El concepto de una sociedad para todas las edades, formulado como lema del Año
Internacional de las Personas de Edad, que se celebró en 1999, tenía cuatro
dimensiones: el desarrollo individual durante toda la vida; las relaciones
multigeneracionales; la relación mutua entre el envejecimiento de la población y el
desarrollo; y la situación de las personas de edad. El Año Internacional contribuyó a
promover la conciencia de esos problemas, así como la investigación y la acción en
materia de políticas, en todo el mundo, inclusión hecha de los esfuerzos por incorporar
las cuestiones relacionadas con el envejecimiento a las actividades de todos los
sectores y promover oportunidades relativas a todas las fases de la vida.
12. En las principales conferencias y reuniones en la cumbre de las Naciones Unidas,
los períodos extraordinario de sesiones de la Asamblea General y los procesos de
seguimiento y examen se han fijado metas, objetivos y compromisos a todos los
niveles con el fin de mejorar las condiciones económicas y sociales de todos. Ello
establece el contexto en que deben situarse las contribuciones e inquietudes concretas
de las personas de edad. Aplicar sus disposiciones permitiría a las personas de edad
contribuir plenamente al desarrollo y beneficiarse de él en condiciones de igualdad. En
todo el Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento, 2002 se plantean varios
temas centrales que están vinculados a esas metas, objetivos y compromisos, entre
ellos:
a) La plena realización de todos los derechos humanos y libertades fundamentales;
b) El envejecimiento en condiciones de seguridad, lo que entraña reafirmar el objetivo
de la eliminación de la pobreza en la vejez sobre la base de los Principios de las
Naciones Unidas en favor de las personas de edad;
c) La habilitación de las personas de edad para que participen plena y eficazmente en
la vida económica, política y social de sus sociedades, incluso mediante trabajo
remunerado o voluntario;
d) Las oportunidades de desarrollo, realización personal y bienestar del individuo en
todo el curso de su vida, incluso a una edad avanzada, por ejemplo, mediante la
- 29 -
posibilidad de acceso al aprendizaje durante toda la vida y la participación en la
comunidad, al tiempo que se reconoce que las personas de edad no constituyen un
grupo homogéneo;
e) La garantía de los derechos económicos, sociales y culturales de las personas de
edad, así como de sus derechos civiles y políticos, y la eliminación de todas las formas
de violencia y discriminación contra las personas de edad;
f) El compromiso de reafirmar la igualdad de los sexos en las personas de edad, entre
otras cosas, mediante la eliminación de la discriminación por motivos de sexo;
g) El reconocimiento de la importancia decisiva que tienen para el desarrollo social las
familias y la interdependencia, la solidaridad y la reciprocidad entre las generaciones;
h) La atención de la salud, el apoyo y la protección social de las personas de edad,
incluidos los cuidados de la salud preventivos y de rehabilitación;
i) La promoción de una asociación entre el gobierno, a todos sus niveles, la sociedad
civil, el sector privado y las propias personas de edad en el proceso de transformar el
Plan de Acción en medidas prácticas;
j) La utilización de las investigaciones y los conocimientos científicos y el
aprovechamiento del potencial de la tecnología para considerar, entre otras cosas, las
consecuencias individuales, sociales y sanitarias del envejecimiento, en particular en
los países en desarrollo;
k) El reconocimiento de la situación de las personas de edad pertenecientes a
poblaciones indígenas, sus circunstancias singulares y la necesidad de encontrar
medios de que tengan una voz eficaz en las decisiones que les afectan directamente.
13. La promoción y protección de todos los derechos humanos y libertades
fundamentales, incluido el derecho al desarrollo, es esencial para la creación de una
sociedad incluyente para todas las edades, en que las personas de edad participen
plenamente y sin discriminación y en condiciones de igualdad. La lucha contra la
discriminación por motivos de edad y la promoción de la dignidad de las personas de
edad es fundamental para asegurar el respeto que esas personas merecen. La
promoción y protección de todos los derechos humanos y libertades fundamentales es
importante para lograr una sociedad para todas las edades. Para ello, la relación
mutua entre las generaciones debe cultivarse, acentuarse y alentarse mediante un
diálogo amplio y eficaz.
14. Las recomendaciones para la adopción de medidas se organizan con arreglo a tres
orientaciones prioritarias: las personas de edad y el desarrollo; fomentar la salud y el
bienestar hasta llegada la vejez; y crear entornos propicios y favorables. El grado de
seguridad de que gocen las personas de edad en sus vidas depende muy
considerablemente de los progresos que se hagan en esas tres direcciones. Las
orientaciones prioritarias tienen por objeto guiar la formulación y aplicación de políticas
hacia el objetivo concreto del ajuste con éxito a un mundo que envejece, y en el que el
éxito se mida en función del mejoramiento de la calidad de la vida de las personas de
- 30 -
edad y de la sustentabilidad de los diversos sistemas —tanto estructurados como no
estructurados— en que se funda el bienestar de que se goce en todo el curso de la
vida.
15. Es indispensable incorporar la cuestión del envejecimiento a los programas
mundiales. Hace falta un esfuerzo concertado para adoptar un enfoque amplio y
equitativo en materia de integración de políticas. La tarea por realizar es vincular el
envejecimiento con otros marcos del desarrollo social y económico y con los derechos
humanos. Si bien las políticas concretas han de variar según los países y regiones, el
envejecimiento de la población es una fuerza universal y tiene tanto poder para
moldear el futuro como la mundialización. Es indispensable reconocer la capacidad de
las personas de edad para hacer aportes a la sociedad no sólo tomando la iniciativa
para su propio mejoramiento sino también para el perfeccionamiento de la sociedad en
su conjunto. Un pensamiento progresista reclama que aprovechemos el potencial de la
población que envejece como base del desarrollo futuro.
II. Recomendaciones para la adopción de medidas
A. Orientación prioritaria I
Las personas de edad y el desarrollo
16. Las personas de edad deben ser participantes plenas en el proceso de desarrollo y
compartir también los beneficios que reporte. No debe negarse a nadie la posibilidad
de beneficiarse del desarrollo. Los efectos del envejecimiento de la población sobre el
desarrollo socioeconómico de la sociedad, combinados con los cambios sociales y
económicos que están teniendo lugar en todos los países, crean la necesidad de
adoptar medidas urgentes para garantizar la constante integración y habilitación de las
personas de edad. Además, la migración, la urbanización, el cambio de la familia
extendida hacia familias más pequeñas y móviles, la falta de acceso a tecnologías que
promueven la independencia y otros cambios socioeconómicos pueden marginar a las
personas de edad apartándolas de la corriente principal del desarrollo, privándolas de
funciones económicas y sociales significativas y debilitando sus fuentes tradicionales de
apoyo. (…)
Cuestión 1: Participación activa en la sociedad y en el desarrollo
19. Una sociedad para todas las edades incluye el objetivo de que las personas de
edad tengan la oportunidad de seguir contribuyendo a la sociedad. Para trabajar en
pro de la consecución de ese objetivo es necesario eliminar todos los factores
excluyentes o discriminatorios en contra de esas personas. La contribución social y
económica de las personas de edad va más allá de sus actividades económicas, ya que
con frecuencia esas personas desempeñan funciones cruciales en la familia y en la
comunidad. Muchos de sus valiosos aportes no se miden en términos económicos,
como en el caso de los cuidados prestados a los miembros de la familia, el trabajo
productivo de subsistencia, el mantenimiento de los hogares y la realización de
actividades voluntarias en la comunidad. Además, esas funciones contribuyen a la
preparación de la fuerza de trabajo futura. Es necesario reconocer todas esas
- 31 -
contribuciones, incluidas las del trabajo no remunerado que realizan en todos los
sectores las personas de todas las edades, y en particular las mujeres. (…)
21. Objetivo 1: Reconocimiento de la contribución social, cultural, económica y política
de las personas de edad.
Medidas
a) Asegurar el pleno goce de todos los derechos humanos y libertades fundamentales
promoviendo la aplicación de los convenios y convenciones de derechos humanos y
otros instrumentos de derechos humanos, particularmente en la lucha contra todas las
formas de discriminación;
b) Reconocer, alentar y apoyar la contribución de las personas de edad a la familia, la
comunidad y la economía;
c) Ofrecer oportunidades, programas y apoyo para alentar a las personas de edad a
participar o seguir participando en la vida cultural, económica, política y social y en el
aprendizaje a lo largo de toda la vida;
d) Proporcionar información y acceso para facilitar la participación de las personas de
edad en grupos comunitarios intergeneracionales y de ayuda mutua y brindar
oportunidades para la realización de todo su potencial;
e) Crear un entorno que posibilite la prestación de servicios voluntarios en todas las
edades, que incluya el reconocimiento público, y facilitar la participación de las
personas de edad cuyo acceso a las ventajas de dedicarse a actividades voluntarias
puede ser limitado o nulo;
f) Promover una comprensión más amplia de la función cultural, social y económica y
de la constante contribución que hacen las personas de edad a la sociedad, incluida la
del trabajo no remunerado;
g) Las personas de edad deben recibir un trato justo y digno, independientemente de
la existencia de discapacidad u otras circunstancias, y ser valoradas
independientemente de su contribución económica;
h) Tener en cuenta las necesidades de las personas de edad y respetar el derecho a
vivir dignamente en todas las etapas de la vida;
i) Promover entre los empleadores actitudes favorables a la capacidad productiva de
los trabajadores de edad, de manera que puedan seguir empleados, y promover la
conciencia de su valor en el mercado laboral, incluida la conciencia de sus propias
posibilidades;
j) Promover la participación cívica y cultural como estrategia para luchar contra el
aislamiento social y apoyar la habilitación.
22. Objetivo 2: Participación de las personas de edad en los procesos de adopción de
decisiones a todos los niveles.
- 32 -
Medidas
a) Incorporar las necesidades de las personas de edad y las cuestiones que les
preocupan a los procesos de adopción de decisiones a todos los niveles;
b) Estimular, en los casos en que todavía no existan, el establecimiento de
organizaciones de personas de edad a todos los niveles, entre otras cosas para
representar a las personas de edad en los procesos de adopción de decisiones;
c) Adoptar medidas para permitir la participación plena e igual de las personas de
edad, en particular de las mujeres de edad, en la adopción de decisiones a todos los
niveles.
Cuestión 2: El empleo y el envejecimiento de la fuerza de trabajo
(…)
25. Los factores que afectan a las mujeres de edad en el mercado laboral merecen una
especial atención, particularmente los que afectan la participación de la mujer en el
trabajo remunerado (como, entre otros, los sueldos más bajos, la falta de desarrollo
profesional debido a las interrupciones de la actividad laboral y las obligaciones
relacionadas con la atención de la familia), su capacidad de generar pensiones y otros
recursos para su jubilación. La falta de políticas favorables para la familia en relación
con la organización del trabajo puede incrementar esas dificultades. La pobreza y los
bajos ingresos durante los años productivos de las mujeres pueden ser a menudo
causa de la pobreza en la vejez. Un objetivo integral del Plan de Acción consiste en
lograr la diversidad de edades y el equilibrio de los sexos en los lugares de trabajo. (…)
28. Objetivo 1: Brindar oportunidades de empleo a todas las personas de edad que
deseen trabajar.
Medidas
(…)
b) Permitir que las personas de edad continúen trabajando mientras deseen trabajar y
puedan hacerlo;
c) Adoptar medidas para aumentar la participación en la fuerza de trabajo de toda la
población en edad de trabajar y reducir el peligro de exclusión o de dependencia en
una etapa posterior de la vida. Esta medida debe fomentarse mediante la aplicación de
políticas como el aumento de la participación de las mujeres de edad, unos servicios
sostenibles de atención de la salud relacionada con el trabajo, haciendo hincapié en la
prevención, la promoción de la salud y la seguridad ocupacionales para mantener la
capacidad de trabajar, y el acceso a la tecnología, el aprendizaje a lo largo de toda la
vida, la educación permanente, la capacitación en el empleo, la rehabilitación
profesional y medidas de jubilación flexible, así como procurar la reintegración en el
mercado de trabajo de los desempleados y las personas con discapacidad;
- 33 -
d) Hacer esfuerzos especiales para incrementar la tasa de participación de las mujeres
y los grupos en situación desventajosa, tales como las personas desempleadas desde
hace mucho tiempo y las personas con discapacidades, reduciendo con ello el riesgo de
su exclusión o dependencia en una etapa posterior de la vida;
e) Promover iniciativas de empleo independiente para las personas de edad, por
ejemplo, alentando el desarrollo de pequeñas empresas y microempresas y
garantizando el acceso al crédito a las personas de edad, en particular sin
discriminación por razones de sexo;
f) Ayudar a las personas de edad que ya estén realizando actividades en el sector no
estructurado a mejorar sus ingresos, su productividad y sus condiciones de trabajo;
g) Eliminar los obstáculos por razones de edad en el mercado de trabajo estructurado
fomentando la contratación de personas de edad e impidiendo que los trabajadores
que van envejeciendo comiencen a experimentar desventajas en materia de empleo;
h) Promover, según proceda, un nuevo enfoque de la jubilación que tenga en cuenta
las necesidades del empleado, así como las del empleador, en particular aplicando el
principio de las políticas y prácticas de jubilación flexible al tiempo que se protegen los
derechos adquiridos a la pensión. Entre las posibles medidas para lograr este objetivo
figuran reducir los incentivos y las presiones para una jubilación anticipada y eliminar
los desincentivos para trabajar después de la edad de jubilación;
i) Reconocer y tomar en cuenta las obligaciones que tiene un número cada vez mayor
de trabajadores de atender a las personas de edad de su familia, a las personas con
discapacidades y a quienes padecen enfermedades crónicas, incluido el VIH/SIDA,
formulando, entre otras cosas, políticas favorables para las familias y que tengan en
cuenta los aspectos de género, encaminadas a reconciliar las obligaciones laborales y
de prestación de atención;
j) Eliminar los desincentivos al trabajo después de la edad de jubilación, por ejemplo,
protegiendo los derechos adquiridos a las pensiones, los derechos a las prestaciones
por discapacidad y los beneficios de salud, que no deben verse afectados por el retraso
en la edad de jubilación;
k) Promover nuevas disposiciones laborales y prácticas innovadoras en el lugar de
trabajo encaminadas a conservar la capacidad de trabajo y tener en cuenta las
necesidades de los trabajadores a medida que envejecen, entre otras cosas
estableciendo programas de asistencia a los empleados;
l) Prestar apoyo a los trabajadores para que adopten decisiones fundamentadas acerca
de los efectos financieros, para la salud y de otro tipo que puede tener prolongar su
participación en la fuerza de trabajo;
m) Promover una imagen realista de los conocimientos y capacidades de los
trabajadores de edad corrigiendo estereotipos perjudiciales acerca de los trabajadores
de edad o de los candidatos para ciertos empleos;
- 34 -
n) Tener en cuenta los intereses de los trabajadores de edad cuando los encargados de
la formulación de políticas o de la adopción de decisiones aprueben fusiones de
empresas, de forma que esas personas no sean víctimas de desventajas, de la
reducción de sus prestaciones o de la pérdida del empleo en mayor medida que sus
homólogos más jóvenes.
Cuestión 3: Desarrollo rural, migración y urbanización
29. En muchos países en desarrollo y países con economías en transición hay un
pronunciado envejecimiento de la población de las zonas rurales debido al éxodo de los
jóvenes adultos. Es posible que las personas de edad tengan que permanecer en las
zonas rurales sin contar con el apoyo familiar tradicional e incluso sin recursos
financieros adecuados. Las políticas y programas de seguridad alimentaria y
producción agrícola deben tener en cuenta las consecuencias del envejecimiento en las
zonas rurales. Las mujeres de edad en las zonas rurales son particularmente
vulnerables desde el punto de vista económico, especialmente cuando su función se
limita a la realización de tareas no remuneradas de atención de la familia y su propia
supervivencia depende del apoyo que reciban de otros. Las personas de edad de las
zonas rurales de los países desarrollados y países con economías en transición todavía
suelen carecer de los servicios básicos, y los recursos económicos y comunitarios de
que disponen son insuficientes. (…)
32. Objetivo 1: Mejoramiento de las condiciones de vida y de la infra-estructura de las
zonas rurales.
Medidas
a) Fortalecer la capacidad de los campesinos de edad proporcionándoles acceso
continuado a los servicios financieros y de infraestructura y a la capacitación en
técnicas y tecnologías agrícolas mejoradas; (…)
d) Promover en las zonas rurales y lejanas la educación permanente para adultos y las
actividades de capacitación y readiestramiento; (…)
f) Velar por que se tengan en cuenta los derechos de las mujeres de edad en las zonas
rurales y lejanas en relación con la igualdad de acceso a los recursos económicos y el
control sobre dichos recursos;
g) Estimular medidas apropiadas de protección social/seguridad social para las
personas de edad en las zonas rurales y lejanas;
h) Asegurar el acceso universal de las personas de edad a los servicios sociales básicos
en las zonas rurales y remotas.
33. Objetivo 2: Alivio de la marginación de las personas de edad en las zonas rurales.
Medidas
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a) Elaborar y aplicar programas y prestar servicios para mantener la independencia de
las personas de edad en las zonas rurales, incluidas las personas de edad con
discapacidades;
b) Facilitar y fortalecer los tradicionales mecanismos de apoyo rurales y comunitarios;
c) Apoyar especialmente a las personas de edad que en las zonas rurales carecen de
parientes, y en particular a las mujeres de edad, que afrontan una vejez más
prolongada y a menudo con menos recursos;
d) Habilitar prioritariamente a las mujeres de edad de las zonas rurales mediante el
acceso a servicios financieros y de infraestructura; (…)
34. Objetivo 3: Integración de los migrantes de edad avanzada en sus nuevas
comunidades.
Medidas
a) Fomentar redes sociales de apoyo a los migrantes de edad;
b) Formular medidas para ayudar a los migrantes de edad a mantener la seguridad
económica y en materia de salud;
c) Adoptar medidas de base comunitarias, como el establecimiento de centros de
reunión para personas de edad, para prevenir o compensar las consecuencias adversas
de la urbanización;
d) Alentar el diseño de viviendas que promuevan la coexistencia intergeneracional,
cuando resulte apropiado desde el punto de vista cultural y los individuos lo deseen;
e) Ayudar a las familias a compartir sus alojamientos con los familiares de edad que
así lo deseen;
f) Elaborar políticas y programas que faciliten, según sea necesario y de manera
acorde con las leyes nacionales, la integración de los migrantes de edad en la vida
social, cultural, política y económica de los países de destino y que promuevan el
respeto por esas personas;
g) Eliminar las barreras idiomáticas y culturales al prestar servicios públicos a los
migrantes de edad.
Cuestión 4: Acceso al conocimiento, la educación y la capacitación
35. La educación es una base indispensable para una vida activa y plena. En la Cumbre
del Milenio se asumió el compromiso de garantizar que, a más tardar para 2015, todos
los niños completaran la educación primaria. Una sociedad basada en el conocimiento
requiere la adopción de políticas para garantizar el acceso a la educación y la
capacitación durante todo el curso de la vida. La educación y la capacitación
permanentes son indispensables para conseguir la productividad de los trabajadores y
de las naciones. (…)
- 36 -
40. Objetivo 1: Igualdad de oportunidades durante toda la vida en materia de
educación permanente, capacitación y readiestramiento, así como de orientación
profesional y acceso a servicios de colocación laboral.
Medidas
(…)
c) Aplicar políticas que promuevan el acceso a la capacitación y el readiestramiento de
los trabajadores de edad y los alienten a seguir utilizando los conocimientos y las
técnicas adquiridos después de la jubilación;
d) Garantizar que todos puedan aprovechar los beneficios de las nuevas tecnologías,
en particular de las tecnologías de la información y de las comunicaciones, teniendo en
cuenta las necesidades de las mujeres de edad; (…)
f) Estimular el diseño de equipo de computadoras y de materiales impresos y auditivos
que tengan en cuenta los cambios en las aptitudes físicas y la capacidad visual de las
personas de edad; (…)
h) Lograr que las organizaciones de empleadores y de trabajadores estén conscientes
del valor del readiestramiento de los trabajadores de edad, especialmente las mujeres.
41. Objetivo 2: Utilización plena de las posibilidades y los conocimientos de las
personas de todas las edades, reconociendo los beneficios derivados de la mayor
experiencia adquirida con la edad.
Medidas
a) Examinar medidas que permitan aprovechar plenamente el potencial y los
conocimientos de las personas de edad en la educación;
b) Crear, dentro de los programas educativos, oportunidades para el intercambio de
conocimientos y experiencias entre las generaciones, que incluyan la utilización de
nuevas tecnologías;
c) Permitir a las personas de edad actuar como mentores, mediadores y consejeros;
d) Alentar y apoyar las actividades tradicionales y no tradicionales de asistencia mutua
intergeneracional dentro de la familia, la vecindad y la comunidad, aplicando una clara
perspectiva de género;
e) Alentar a las personas de edad que realicen tareas de voluntariado a que aporten
sus conocimientos en todas las esferas de actividad, en particular las tecnologías de la
información;
f) Alentar el aprovechamiento del potencial y de los conocimientos en materia social,
cultural y educativa de las personas de edad.
Cuestión 5: Solidaridad intergeneracional
- 37 -
44. Objetivo 1: Fortalecer la solidaridad mediante la equidad y la reciprocidad entre las
generaciones.
(…)
Medidas
a) Promover, mediante la educación pública, la comprensión del envejecimiento como
una cuestión que interesa a toda la sociedad;
b) Considerar la posibilidad de revisar las políticas existentes para garantizar que
promuevan la solidaridad entre las generaciones y fomenten de este modo la cohesión
social;
c) Elaborar iniciativas dirigidas a promover un intercambio productivo y mutuo entre
las generaciones, concentrado en las personas de edad como un recurso de la
sociedad;
d) Maximizar las oportunidades para mantener y mejorar las relaciones
intergeneracionales en las comunidades locales, entre otras cosas, facilitando la
celebración de reuniones para todos los grupos de edades y evitando la segregación
generacional;
e) Estudiar la necesidad de abordar la situación específica de la generación que tiene
que ocuparse al mismo tiempo de sus padres, de sus propios hijos y de los nietos;
f) Promover y fortalecer la solidaridad entre las generaciones y el apoyo mutuo como
elemento clave del desarrollo social;
g) Emprender investigaciones sobre las ventajas y desventajas de los distintos arreglos
en materia de vivienda de las personas de edad, con inclusión de la residencia en
común con los familiares y las formas de vida independiente, en diferentes culturas y
contextos.
Cuestión 6: Erradicación de la pobreza
45. La lucha contra la pobreza de las personas de edad con miras a erradicarla es uno
de los objetivos fundamentales del Plan de Acción Internacional sobre el
Envejecimiento. Aunque recientemente se ha dedicado mayor atención en todo el
mundo a los objetivos y políticas encaminados a la erradicación de la pobreza, en
muchos países las personas de edad todavía suelen ser excluidas de esas políticas y
programas. En las zonas en que la pobreza es endémica, las personas que sobreviven
a una vida de pobreza suelen llegar a una vejez en que la pobreza es cada vez mayor.
46. En el caso de las mujeres, la parcialidad institucional de los sistemas de protección
social, en particular los que se basan en una actividad laboral ininterrumpida,
intensifica la feminización de la pobreza. Las desigualdades y disparidades entre los
géneros en lo que se refiere al poder económico, la desigual distribución del trabajo no
remunerado entre las mujeres y los hombres, la falta de apoyo tecnológico y financiero
para las empresas de las mujeres, la desigualdad en el acceso al capital y el control de
- 38 -
éste, en particular la tierra y los créditos, y en el acceso a los mercados laborales, así
como todas las prácticas tradicionales y consuetudinarias perjudiciales, han
obstaculizado la habilitación económica de la mujer y han intensificado la feminización
de la pobreza. En muchas sociedades los hogares encabezados por mujeres, incluidas
las divorciadas o separadas, las solteras y las viudas, son particularmente vulnerables
a la pobreza. Hacen falta medidas especiales de protección social para hacer frente a la
feminización de la pobreza, en particular en el caso de las mujeres de edad.
47. Las personas de edad discapacitadas son también más vulnerables a la pobreza
que las personas de edad no discapacitadas, en parte debido a la discriminación en el
lugar de trabajo, incluida la discriminación ejercida por los empleadores, y a la
inexistencia de condiciones para atender sus necesidades en el lugar de trabajo.
48. Objetivo 1: Reducción de la pobreza entre las personas de edad.
Medidas
(…)
b) Incluir a las personas de edad en las políticas y programas encaminados a alcanzar
el objetivo de reducción de la pobreza;
c) Promover la igualdad de acceso de las personas de edad al empleo y a las
oportunidades de generación de ingresos, el crédito, los mercados y los activos de
bienes;
d) Garantizar que en las estrategias de erradicación de la pobreza y en los programas
con que se aplican se tengan en cuenta expresamente las necesidades particulares de
las mujeres de edad, de las personas muy ancianas, de las personas de edad con
discapacidad y de las que viven solas;
e) Elaborar cuando corresponda y en todos los niveles adecuados indicadores de la
pobreza relacionados con la edad y el género como medios indispensables para
determinar las necesidades de las mujeres de edad pobres y alentar el uso de los
indicadores de la pobreza existentes para que el examen se lleve a cabo por grupos de
edad y géneros;
f) Prestar apoyo a los programas innovadores encaminados a habilitar a las personas
de edad, en particular a las mujeres, para que aumenten sus contribuciones a las
iniciativas de desarrollo y se beneficien de ellas con el fin de erradicar la pobreza; (…)
Cuestión 7: Seguridad de los ingresos, protección social /seguridad social y prevención
de la pobreza
(…)
52. Objetivo 1: Promoción de programas que permitan a todos los trabajadores
obtener una protección social/seguridad social básica que comprenda, cuando
corresponda, pensiones, seguro de invalidez y prestaciones de salud.
- 39 -
Medidas
a) Elaborar y aplicar políticas encaminadas a asegurar que todas las personas
dispongan de una protección económica y social suficiente en la vejez;
b) Esforzarse por asegurar la igualdad entre los géneros en los sistemas de protección
social/seguridad social;
c) Asegurar, cuando corresponda, que los sistemas de protección social/ seguridad
social abarquen a una proporción cada vez mayor de la población que trabaja en el
sector estructurado y no estructurado;
d) Examinar programas innovadores de protección social/seguridad social para las
personas que trabajan en el sector no estructurado;
e) Introducir programas para promover el empleo de trabajadores de edad poco
calificados que den acceso a sistemas de protección social/seguridad social;
f) Esforzarse por asegurar la integridad, sostenibilidad, solvencia y transparencia de los
planes de pensiones y, cuando corresponda, los seguros de invalidez;
g) Establecer un marco normativo para las pensiones privadas y complementarias y,
cuando corresponda, los seguros de invalidez;
h) Proporcionar a las personas de edad servicios de información y asesoramiento sobre
todos los aspectos de la protección social/seguridad social.
53. Objetivo 2: Ingresos mínimos suficientes para las personas de edad, con especial
atención a los grupos en situación social y económica desventajosa.
Medidas
a) Considerar la posibilidad de establecer, cuando proceda, un sistema de pensiones y
prestaciones por discapacidad que no requiera aportaciones de los interesados;
b) Organizar, con carácter de urgencia, donde no existan, sistemas de protección
social/seguridad social que garanticen unos ingresos mínimos a las personas de edad
que carezcan de otros medios de subsistencia, la mayoría de las cuales son mujeres,
en particular a las personas que viven solas, que en general son más vulnerables a la
pobreza;
c) Tener en cuenta el nivel de vida de las personas de edad cuando se reformen los
regímenes de pensiones y los seguros de invalidez, según corresponda;
d) Adoptar medidas para contrarrestar los efectos de la hiperinflación en las pensiones,
los seguros de invalidez y los ahorros, según corresponda; (…)
Cuestión 8: Situaciones de emergencia
(…)
- 40 -
55. Objetivo 1: Igualdad de acceso de las personas de edad a los alimentos, la
vivienda y la atención médica y otros servicios durante y después de los desastres
naturales y otras situaciones de emergencia humanitaria. (…)
56. Objetivo 2: Posibilitar que las personas de edad hagan mayores contribuciones al
restablecimiento y la reconstrucción de las comunidades y la trama social después de
las situaciones de emergencia. (…)
Orientación prioritaria II
El fomento de la salud y el bienestar en la vejez
(…)
58. Las personas de edad tienen pleno derecho a contar con acceso a la atención
preventiva y curativa, incluida la rehabilitación y los servicios de salud sexual. El pleno
acceso de las personas de edad a la atención y los servicios de salud, que incluye la
prevención de las enfermedades, entraña el reconocimiento de que las actividades de
promoción de la salud y prevención de las enfermedades a lo largo de la vida deben
centrarse en el mantenimiento de la independencia, la prevención y la demora de las
enfermedades y la atención de las discapacidades, así como el mejoramiento de la
calidad de vida de las personas de edad que ya estén discapacitadas. Los servicios de
salud deben incluir la capacitación del personal necesaria y recursos que permitan
atender las necesidades especiales de la población de edad.
Cuestión 1: El fomento de la salud y el bienestar durante toda la vida
(…)
66. Objetivo 1: Reducción de los efectos acumulativos de los factores que aumentan el
riesgo de sufrir enfermedades y, por consiguiente, la posible dependencia en la vejez.
Medidas
a) Conceder prioridad a las políticas de erradicación de la pobreza a fin de, entre otras
cosas, mejorar el estado de salud de las personas de edad, en particular los pobres y
marginados;
b) Asegurar, según corresponda, unas condiciones que permitan a las familias y
comunidades proporcionar cuidados y protección a las personas a medida que
envejecen;
c) Establecer objetivos, en particular en función del sexo, para mejorar el estado de
salud de las personas de edad y reducir las discapacidades y la mortalidad;
d) Determinar los principales factores ambientales y socioeconómicos que contribuyen
a la aparición de enfermedades y discapacidad en la vejez y hacerles frente;
e) Concentrar las actividades de promoción de la salud, la educación sanitaria, las
políticas de prevención y las campañas de información en los riesgos conocidos
- 41 -
importantes derivados de una dieta poco saludable, de la inactividad física y de otras
formas de comportamiento perniciosas para la salud, como el hábito de fumar y el
abuso del alcohol;
f) Adoptar medidas de amplio alcance para prevenir el abuso del alcohol, reducir la
utilización de productos derivados del tabaco y la exposición involuntaria al humo del
tabaco, y para ayudar a las personas de toda edad que quieran dejar de fumar;
g) Establecer y aplicar medidas jurídicas y administrativas y organizar campañas de
información pública y promoción de la salud que incluyan campañas para reducir la
exposición a los contaminantes del medio ambiente desde la infancia y a lo largo de
toda la vida;
h) Promover el uso seguro de todos los medicamentos y reducir al mínimo el uso
indebido de medicamentos de venta con receta mediante la adopción de las medidas
reglamentarias y educativas apropiadas, con participación de la industria y de los
sectores profesionales interesados.
67. Objetivo 2: Elaboración de políticas para prevenir la mala salud entre las personas
de edad.
Medidas
a) Adoptar formas de intervención temprana para impedir o posponer la aparición de
enfermedades y discapacidades;
b) Promover los programas de vacunación de adultos como medida preventiva;
c) Garantizar la disponibilidad de programas primarios de reconocimientos médicos y
de prevención, diferenciados en función de los sexos, a un costo accesible para las
personas de edad;
d) Capacitar y ofrecer incentivos a los profesionales de los servicios sociales y de la
salud para que asesoren y guíen a las personas que están llegando a la vejez sobre los
modos de vida saludables y el cuidado de la propia salud;
e) Prestar atención a los peligros resultantes del aislamiento social y las enfermedades
mentales y reducir los riesgos que plantean para la salud de las personas de edad
apoyando a los grupos de habilitación comunitaria y asistencia mutua, entre otras
cosas, mediante actividades de divulgación por los pares y programas de visita de
vecindarios, y facilitando la participación activa de las personas de edad en actividades
voluntarias;
f) Promover la participación de las personas de edad en actividades cívicas y culturales
como estrategia para luchar contra el aislamiento social y favorecer su habilitación;
g) Aplicar rigurosamente y fortalecer cuando corresponda las normas de seguridad
nacionales e internacionales dirigidas a impedir lesiones en todas las edades;
- 42 -
h) Prevenir las lesiones involuntarias promoviendo una mejor comprensión de sus
causas, adoptando medidas de protección de los peatones, ejecutando programas para
prevenir las caídas, reduciendo al mínimo los riesgos, incluido el de incendios, en el
hogar, y proporcionando asesoramiento en cuestiones de seguridad; (…)
68. Objetivo 3: Acceso de todas las personas de edad a los alimentos y a una nutrición
adecuada.
Medidas
a) Promover la igualdad de acceso de las personas de edad al agua potable y a los
alimentos aptos para el consumo;
b) Lograr la seguridad alimentaria garantizando un suministro de alimentos sin riesgos
y adecuado en lo referente a la nutrición tanto en el plano nacional como internacional.
A ese respecto, asegurar que los alimentos y los medicamentos no se usen como
instrumento de presión política;
c) Promover una nutrición sana y adecuada desde la primera infancia, prestando
especial atención a asegurar que se atienden las necesidades nutricionales particulares
de los hombres y las mujeres durante toda su vida;
d) Alentar a que se adopte una dieta equilibrada que proporcione la energía suficiente,
impida la deficiencia de macro y micronutrientes y se base de preferencia en alimentos
locales, entre otros medios, estableciendo metas nacionales sobre el régimen
alimentario;
e) Prestar especial atención a las deficiencias nutricionales y las enfermedades conexas
en la formulación y aplicación de programas preventivos y de fomento de la salud para
las personas de edad;
f) Educar a las personas de edad y al público en general, incluidas las personas que
prestan cuidados de manera no profesional, sobre las necesidades nutricionales
especiales de las personas de edad, incluso en lo relativo a la ingesta suficiente de
agua, calorías, proteínas, vitaminas y minerales;
g) Promover los servicios dentales asequibles para prevenir y tratar los desórdenes
que pueden dificultar el acto de comer y causar malnutrición;
h) Incorporar información sobre las necesidades nutricionales especiales de las
personas de edad en los programas de capacitación de todos los profesionales de la
salud y de los encargados de atender a otras personas;
i) Asegurar que en los hospitales y en otros centros de asistencia se proporcione a las
personas de edad una nutrición y alimentos accesibles de forma adecuada y suficiente.
Cuestión 2: Acceso universal y equitativo a los servicios de atención de la salud
(…)
- 43 -
70. La atención primaria de la salud es una atención esencial de la salud sustentada en
métodos y tecnologías prácticos, científicamente válidos y socialmente aceptables que
se ponen universalmente a disposición de las personas y de las familias en la
comunidad mediante su plena participación y a un costo que la comunidad y el país
puedan mantener en todas las etapas de su desarrollo en un espíritu de autovalimiento
y libre determinación. Las personas de edad pueden tropezar con obstáculos
financieros, físicos, psicológicos y jurídicos para la utilización de los servicios de salud.
Es posible también que deban hacer frente a la discriminación por la edad y a la
discriminación por discapacidades relacionadas con la edad en la prestación de
servicios porque tal vez se considere que su tratamiento tiene menos valor que el de
las personas más jóvenes. (…)
74. Objetivo 1: Eliminación de las desigualdades sociales y económicas por razones de
edad o sexo o por otros motivos, incluidas las barreras lingüísticas, a fin de garantizar
que las personas de edad tengan un acceso equitativo en condiciones de igualdad a la
atención de la salud.
Medidas
a) Adoptar medidas para velar por la distribución, en condiciones de igualdad, a las
personas de edad de los recursos para la atención de la salud y la rehabilitación y, en
particular, ampliar el acceso de las personas de edad pobres y fomentar la distribución
de recursos a las zonas subatendidas, como las zonas rurales y remotas, incluido el
acceso a los medicamentos esenciales y a otras medidas terapéuticas a precios
asequibles;
b) Promover el acceso en condiciones de igualdad a la atención de salud de las
personas de edad que son pobres y también de las que habitan en zonas rurales o
remotas, entre otras cosas, mediante la reducción o eliminación de los aranceles para
usuarios, el establecimiento de planes de seguros y otras medidas de ayuda financiera;
c) Promover el acceso a medicamentos esenciales y otras medidas terapéuticas a
precios asequibles;
d) Educar y potenciar a las personas de edad en la utilización y selección eficaz de
servicios de salud y rehabilitación;
e) Poner en ejecución las obligaciones internacionales de garantizar el acceso de las
personas de edad a la atención primaria de la salud sin discriminación por razones de
edad u otras formas de discriminación;
f) Mejorar el acceso de las personas de edad a la atención primaria de salud y tomar
medidas para eliminar la discriminación en la atención de salud por razones de edad y
otras formas de discriminación;
g) Utilizar tecnologías tales como la telemedicina, cuando se disponga de ellas, y la
enseñanza a distancia, para reducir las limitaciones geográficas y logísticas en el
acceso a la atención de la salud en zonas rurales.
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75. Objetivo 2: Desarrollo y fortalecimiento de los servicios de atención primaria de
salud para atender a las necesidades de las personas de edad y promover su inclusión
en el proceso.
Medidas
a) Adoptar medidas para ofrecer acceso universal y en condiciones de igualdad a la
atención primaria de la salud y establecer programas comunitarios de salud para las
personas de edad;
b) Respaldar a las comunidades locales en la prestación de servicios sanitarios de
apoyo a las personas de edad;
c) Incluir a la medicina tradicional en los programas de atención primaria de salud
cuando ello resulte apropiado y beneficioso;
d) Impartir a los trabajadores de atención primaria de salud y a los trabajadores
sociales nociones básicas de gerontología y geriatría;
e) Alentar en todos los niveles las disposiciones e incentivos para movilizar a las
empresas comerciales, especialmente a las empresas farmacéuticas, a fin de que
hagan inversiones en investigaciones encaminadas a descubrir medicamentos que se
puedan distribuir a precios asequibles para curar las enfermedades que afligen en
particular a las personas de edad en los países en desarrollo, e invitar a la
Organización Mundial de la Salud a que considere la posibilidad de mejorar las alianzas
entre los sectores público y privado en materia de investigaciones sobre la salud.
76. Objetivo 3: Instituir un continuo de atención de la salud para atender a las
necesidades de las personas de edad.
Medidas
a) Formular mecanismos reglamentarios en los niveles pertinentes para establecer
normas apropiadas de atención de la salud y la rehabilitación de las personas de edad;
b) Aplicar estrategias de desarrollo comunitario para hacer una evaluación sistemática
de referencia de las necesidades básicas con destino a la planificación, ejecución y
evaluación de los programas de salud locales. Esa referencia debería incluir
aportaciones de las personas de edad;
c) Mejorar la coordinación de la atención primaria de salud, la atención a largo plazo y
los servicios sociales y otros servicios comunitarios;
d) Apoyo a la prestación de atención paliativa y su integración en la atención general
de la salud. A este fin, formular normas sobre capacitación y atención paliativa y
alentar los enfoques multidisciplinarios de todos los proveedores de servicios de
atención paliativa;
e) Promover el establecimiento y la coordinación de una gama completa de servicios
de atención continua, incluidos los de prevención y promoción, atención primaria,
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cuidados intensivos, rehabilitación, atención de enfermedades crónicas y atención
paliativa, de modo que los recursos se puedan desplegar con flexibilidad para atender
a las variables y cambiantes necesidades de salud de las personas de edad;
f) Establecer servicios gerontológicos especializados y perfeccionar la coordinación de
sus actividades con los servicios de atención primaria de salud y los servicios de
asistencia social.
77. Objetivo 4: Participación de las personas de edad en el desarrollo y fortalecimiento
de los servicios de atención primaria de salud y de atención a largo plazo.
Medidas
a) Incluir a las personas de edad en la planificación, la ejecución y evaluación de los
programas de atención de la salud y rehabilitación;
b) Educar a los profesionales de salud y asistencia social para que incluyan plenamente
a las personas de edad en la adopción de las decisiones relativas a su propia atención;
c) Fomentar la autoasistencia de las personas de edad y aprovechar al máximo sus
ventajas y capacidades en los sectores sanitario y social;
d) Integrar las necesidades y percepciones de las personas de edad en la formulación
de la política sanitaria.
Cuestión 3: Las personas de edad y el VIH/SIDA
79. Objetivo 1: Mejorar la evaluación de los efectos del VIH/SIDA sobre la salud de las
personas de edad, tanto para las infectadas como para las que atienden a familiares
infectados o sobrevivientes. (…)
80. Objetivo 2: Proporcionar información adecuada, capacitar para la prestación de
cuidados y proporcionar asistencia médica y apoyo social a las personas de edad
infectadas por el VIH/SIDA y a quienes les brindan cuidados. (…)
81. Objetivo 3: Fortalecimiento y reconocimiento de la contribución de las personas de
edad al desarrollo cuando brindan cuidados a los niños con enfermedades crónicas,
incluido el VIH/SIDA, y cuando sustituyen a los padres. (…)
Medidas
(…)
b) Introducir políticas para proporcionar apoyo en especie, atención de la salud y
préstamos a las personas de edad que atienden a otros para ayudarlos a responder a
las necesidades de hijos y nietos, de conformidad con la Declaración de Milenio;
c) Promover la cooperación entre los organismos públicos y las organizaciones no
gubernamentales que trabajan con niños, jóvenes y personas de edad en las
cuestiones relacionadas con el VIH/SIDA; (…)
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Cuestión 4: Capacitación de los proveedores de servicios de salud y de los
profesionales de la salud
83. Objetivo 1: Mejorar la información y la capacitación de los profesionales y
paraprofesionales de salud y servicios sociales sobre las necesidades de las personas
de edad. (…)
Cuestión 5: Necesidades relacionadas con la salud mental de las personas de edad
86. Objetivo 1: Desarrollo de servicios amplios de atención de la salud mental que
comprendan desde la prevención hasta la intervención temprana, la prestación de
servicios de tratamiento y la gestión de los problemas de salud mental de las personas
de edad. (…)
Cuestión 6: Las personas de edad con discapacidad
87. La incidencia de la disminución de la capacidad y la discapacidad aumenta con la
edad. Las mujeres de edad son particularmente vulnerables a la discapacidad en la
vejez debido, entre otras cosas, a las diferencias entre los géneros por lo que respecta
a la esperanza de vida y a la propensión a las enfermedades, así como a las
desigualdades por razón de sexo que han sufrido durante su vida.
88. Los efectos de la disminución de la capacidad y la discapacidad se ven agravados
con frecuencia por los estereotipos negativos acerca de la personas con discapacidad,
que pueden causar que se minusvalore su capacidad y que las políticas sociales no les
permitan hacer efectivas todas sus posibilidades. (…)
90. Objetivo 1: Mantenimiento de una capacidad funcional máxima durante toda la
vida y promoción de la participación plena de las personas de edad con discapacidad.
Medidas
a) Garantizar que en los programas de trabajo de los organismos encargados de las
políticas nacionales y la coordinación de programas sobre la discapacidad se preste
atención a las cuestiones relativas a las personas de edad con discapacidad;
b) Formular políticas, legislación, planes y programas nacionales y locales, según
convenga, para tratar y prevenir la discapacidad, en los que se tenga en cuenta el sexo
y la edad y asimismo los factores sanitarios, ambientales y sociales;
c) Proporcionar servicios de rehabilitación física y mental para las personas de edad
con discapacidad;
d) Formular programas de base comunitaria para impartir educación sobre las causas
de la discapacidad e informar sobre la forma de prevenirla o sobrellevarla durante toda
la vida;
e) Crear normas y entornos propicios para las personas de edad con el fin de contribuir
a impedir la aparición o el empeoramiento de la discapacidad;
- 47 -
f) Promover la construcción de viviendas para personas de edad con discapacidad en
que se reduzcan los obstáculos y se potencien los estímulos para llevar una vida
independiente, y, siempre que sea posible, hacer accesibles a las personas de edad
con discapacidad los espacios, transportes y otros servicios públicos, así como los
locales y servicios comerciales que utilice el público en general;
g) Estimular que se ofrezca rehabilitación, cuidados adecuados y tecnologías de
asistencia a las personas de edad con discapacidad a fin de satisfacer su necesidad de
servicios, apoyo y plena integración en la sociedad;
h) Garantizar que los productos farmacéuticos o las tecnologías médicas sean
accesibles para todos sin discriminación, incluidos los sectores más vulnerables de la
población, y sus precios sean asequibles para todos, incluidos los grupos socialmente
desfavorecidos.
i) Alentar y facilitar la creación de organizaciones de autoayuda de las personas de
edad con discapacidad y las personas que las cuidan;
j) Alentar la receptividad de los empleadores respecto de las personas de edad con
discapacidad que siguen siendo productivas y capaces de realizar un trabajo
remunerado o voluntario.
C. Orientación prioritaria III
Creación de un entorno propicio y favorable
91. El fomento de un entorno propicio para el desarrollo social fue uno de los objetivos
principales convenidos en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social. Ese objetivo fue
reafirmado y fortalecido en el vigésimo cuarto período extraordinario de sesiones de la
Asamblea General, dedicado al desarrollo social. El compromiso incluía un marco de
condiciones esenciales, tales como sistemas políticos participatorios, transparentes y
responsables, y el buen gobierno en los planos nacional e internacional, como se
estipula en la Declaración del Milenio; el reconocimiento de la naturaleza universal,
indivisible, interdependiente e interrelacionada de todos los derechos humanos; el
aumento de la asistencia externa a los países en desarrollo mediante la asistencia
oficial para el desarrollo y el alivio de la deuda; el reconocimiento de la importante
interacción entre las políticas ambientales, económicas y sociales; un mejor acceso de
los países en desarrollo y los países con economías en transición a los mercados de los
países desarrollados; y la reducción de las consecuencias adversas de las
perturbaciones financieras internacionales. La realización de esos y otros aspectos de
un entorno propicio, junto con el crecimiento económico y el desarrollo social al que
contribuyen, hará posible el logro de los objetivos y políticas convenidos en el presente
Plan de Acción Internacional. (…)
94. Son también indispensables los compromisos de fortalecer las políticas y
programas con el objeto de crear sociedades inclusivas y cohesionadas para todos:
hombres y mujeres, niños, jóvenes y personas de edad. Sean cuales fueren las
circunstancias en que se encuentren las personas de edad, todas ellas tienen derecho a
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vivir en un entorno que realce sus capacidades. Si bien algunas personas de edad
necesitan un alto grado de atención y apoyo físicos, la mayoría quieren seguir siendo
activas y productivas, incluso mediante actividades voluntarias, y son capaces de
hacerlo. Es necesario adoptar políticas que habiliten a las personas de edad y
respalden sus aportaciones a la sociedad. Esto incluye el acceso a los servicios básicos,
tales como el agua potable y los alimentos adecuados. Es necesario también adoptar
políticas que fortalezcan el desarrollo y la independencia durante toda la vida y presten
apoyo a las instituciones sociales sobre la base de los principios de la reciprocidad y la
interdependencia. Los gobiernos deben desempeñar una función primordial en la
formulación y aplicación de políticas que promuevan un entorno propicio de esa índole
y al mismo tiempo hagan participar a la sociedad civil y a las propias personas de
edad.
Cuestión 1: La vivienda y las condiciones de vida
95. Para las personas de edad, la vivienda y el entorno son particularmente
importantes debido a factores como la accesibilidad y la seguridad, la carga financiera
que supone mantener un hogar y la importante seguridad emocional y psicológica que
brinda el hogar. Es un hecho reconocido que una vivienda satisfactoria puede ser
beneficiosa para la salud y el bienestar. También es importante que, siempre que sea
posible, las personas de edad tengan la posibilidad de elegir debidamente el lugar
donde quieren vivir, factor que es preciso incorporar a las políticas y programas. (…)
98. Objetivo 1: Promover el envejecimiento en la comunidad en que se ha vivido,
teniendo debidamente en cuenta las preferencias personales y las posibilidades en
materia de vivienda asequible para las personas de edad.
Medidas
a) Promover el desarrollo de comunidades en que se integren las distintas edades;
b) Facilitar el crecimiento de las nuevas formas de transporte público y privado en
las zonas urbanas, como las empresas y servicios basados en la vecindad;
c) Promover el adiestramiento y la evaluación de los conductores de edad, el
diseño de carreteras más seguras y de nuevos tipos de vehículos que tengan en
cuenta las necesidades de las personas de edad y de las personas con
discapacidades.
Cuestión 2: Asistencia y apoyo a las personas que prestan asistencia
(…)
105. Objetivo 1: Ofrecer asistencia y servicios continuados, de diversas fuentes, a
las personas de edad, y apoyo a las personas que prestan asistencia.
Medidas
a) Tomar medidas para proporcionar asistencia comunitaria y apoyo a la atención
familiar;
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b) Mejorar la calidad de la asistencia y el acceso a la asistencia comunitaria a largo
plazo que se presta a las personas de edad que viven solas, a fin de prolongar su
capacidad para vivir con independencia como posible alternativa a la hospitalización
y al ingreso en residencias de ancianos;
c) Apoyar a los encargados de prestar asistencia impartiéndoles capacitación,
suministrándoles información y utilizando mecanismos psicológicos, económicos,
sociales y legislativos;
d) Tomar medidas para garantizar la prestación de asistencia a las personas de
edad que no dispongan de apoyo no estructurado, hayan dejado de tenerlo o no lo
deseen;
e) Facilitar el estudio comparativo de los sistemas de asistencia de distintas
culturas y contextos;
f) Formular y aplicar estrategias para atender las necesidades especiales de las
personas de edad que prestan asistencia a personas con discapacidades cognitivas;
g) Establecer y aplicar normas y mecanismos para garantizar la calidad de la
asistencia prestada en contextos estructurados;
h) Organizar sistemas de apoyo social, estructurados y no estructurados, a fin de
potenciar la capacidad de las familias para cuidar a las personas de edad en el
ámbito familiar, inclusive, en particular, la prestación de apoyo y servicios a largo
plazo al número creciente de personas de edad que tienen una salud delicada;
i) Potenciar, mediante las medidas convenientes, la independencia de las mujeres y
hombres de edad y crear condiciones que promuevan su calidad de vida y les
permitan trabajar y vivir de forma independiente en su propia comunidad tanto
tiempo como sea posible o como ellos deseen;
j) Promover la prestación de asistencia comunitaria y el apoyo a la atención familiar
tomando en consideración la distribución equitativa entre las mujeres y los
hombres de las responsabilidades de los cuidados mediante medidas para lograr
una mejor compaginación de la vida laboral y familiar.
106. Objetivo 2: Apoyo a la función asistencial que desempeñan las personas de
edad, particularmente las mujeres de edad.
Medidas
a) Estimular la prestación de apoyo social, los servicios para aliviar la carga de
trabajo, el asesoramiento y la información con destino a las personas de edad que
se ocupan de atender a otros y a los familiares bajo su cuidado;
b) Determinar formas de ayudar a las personas de edad, especialmente a las
mujeres de edad, que prestan asistencia a otros, y atender sus necesidades
sociales, económicas y psicológicas particulares;
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c) Fortalecer el papel positivo de los abuelos en la crianza de sus nietos;
d) Tener en cuenta, en los planes de prestación de servicios, el número cada vez
mayor de personas de edad que proporcionan asistencia a otros.
Cuestión 3: Abandono, maltrato y violencia
107. El abandono, el maltrato y la violencia contra las personas de edad pueden
adoptar muchas formas —física, psicológica, emocional, financiera— y se producen
en todas las esferas sociales, económicas, étnicas y geográficas. El proceso del
envejecimiento entraña la reducción de la capacidad de recuperarse, por lo que las
personas de edad que han sido víctimas de malos tratos pueden no llegar a
recobrarse nunca del todo, física o emocionalmente, de la experiencia sufrida. El
efecto de la experiencia traumática puede verse agravado por el hecho de que la
vergüenza y el miedo producen una renuencia a pedir ayuda. Las comunidades
deben trabajar unidas para prevenir los malos tratos, el fraude al consumidor y los
delitos contra las personas de edad. Es necesario que los profesionales reconozcan
los riesgos de abandono, maltrato o violencia por parte de los encargados,
profesionales o no, de atender a las personas de edad en el hogar o en contextos
comunitarios o institucionales.
108. Las mujeres de edad corren mayor riesgo de ser objeto de maltrato físico y
psicológico debido a las actitudes sociales discriminatorias y a la no realización de
los derechos humanos de la mujer. Algunas prácticas tradicionales y costumbres
perjudiciales se traducen en malos tratos y violencia contra las mujeres de edad,
situación que suele verse agravada por la pobreza y la falta de acceso a la
protección de la ley.
109. La pobreza de la mujer se relaciona directamente con la ausencia de
oportunidades económicas y autonomía, la falta de acceso a los recursos
económicos, incluidos el crédito, la tenencia de la tierra y la herencia, la falta de
acceso a la educación y los servicios de apoyo, y su participación mínima en los
procesos de adopción de decisiones. Asimismo, la pobreza puede poner a la mujer
en situaciones en que es vulnerable a la explotación sexual.
110. Objetivo 1: Eliminación de todas las formas de abandono, abuso y violencia
contra las personas de edad.
Medidas
a) Sensibilizar a los profesionales y educar al público en general, valiéndose de los
medios de difusión y campañas de concienciación, sobre la cuestión de los abusos
contra las personas de edad y sus diversas características y causas;
b) Abolir los ritos de viudez que atentan contra la salud y el bienestar de las
mujeres;
c) Promulgar leyes y establecer medidas legales para eliminar los abusos contra las
personas de edad;
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d) Eliminar las prácticas nocivas tradicionales que afectan a las personas de edad;
e) Promover la cooperación entre el gobierno y la sociedad civil, incluidas las
organizaciones no gubernamentales, para hacer frente al mal trato de las personas
de edad, entre otras cosas, desarrollando iniciativas comunitarias;
f) Reducir al mínimo los riesgos que entrañan para las mujeres de edad todas las
formas de abandono, maltrato y violencia, creando en el público mayor conciencia
de esos fenómenos y protegiéndolas de ellos, especialmente en situaciones de
emergencia;
g) Alentar a que se sigan investigando las causas, naturaleza, magnitud, gravedad
y consecuencias de todas las formas de violencia contra las mujeres y los hombres
de edad y dar amplia difusión a las conclusiones de las investigaciones y estudios.
111. Objetivo 2: Creación de servicios de apoyo para atender a los casos de abuso
y mal trato contra las personas de edad.
Medidas
a) Establecer servicios para las víctimas de malos tratos y procedimientos de
rehabilitación para quienes los cometen;
b) Alentar a los profesionales de la salud y de servicios sociales y al público en
general a que informen sobre los casos en que se sospeche la existencia de malos
tratos a personas de edad;
c) Alentar a los profesionales de la salud y de servicios sociales a que informen a
las personas de edad que puedan haber recibido malos tratos de la protección y
apoyo de que disponen;
d) Incluir en la capacitación de las profesiones asistenciales la forma de encarar los
casos de maltrato a las personas de edad;
e) Establecer programas de información para prevenir a las personas de edad del
fraude contra los consumidores.
Cuestión 4: Imágenes del envejecimiento
112. Una imagen positiva del envejecimiento es un aspecto esencial del Plan de
Acción Internacional sobre el Envejecimiento, 2002. El reconocimiento de la
autoridad, la sabiduría, la dignidad y la prudencia que son fruto de la experiencia
de toda una vida ha caracterizado normalmente el respeto con que se ha tratado a
la ancianidad en el curso de la historia. En algunas sociedades, a menudo se
desatienden esos valores y se representa a las personas de edad
desproporcionadamente como rémoras para la economía debido a sus crecientes
necesidades en materia de servicios de salud y apoyo. Aunque el goce de la salud
en los años de la vejez es, naturalmente, una cuestión cada vez más importante
para las personas de edad, la concentración de la atención pública en la magnitud y
el costo de los servicios de atención a la salud, las pensiones y otros servicios ha
- 52 -
promovido una imagen negativa del envejecimiento. Las imágenes que destacan el
atractivo, la diversidad y la creatividad de las personas de edad y su contribución
vital a la sociedad deben competir con ella por despertar la atención del público.
Las mujeres de edad se ven particularmente afectadas por los estereotipos
engañosos y negativos: en lugar de representarlas de manera que reflejen sus
aportaciones, sus puntos fuertes, su inventiva y sus calidades humanas, suelen ser
representadas como débiles y dependientes, lo que refuerza las prácticas
excluyentes a nivel nacional y local.
113. Objetivo 1: Mayor reconocimiento público de la autoridad, la sabiduría, la
productividad y otras contribuciones importantes de las personas de edad.
Medidas
a) Elaborar y promover ampliamente un marco normativo en el que exista una
responsabilidad individual y colectiva de reconocer las contribuciones pasadas y
presentes de las personas de edad, procurando contrarrestar mitos e ideas
preconcebidas y, por consiguiente, tratar a las personas de edad con respeto y
gratitud, dignidad y consideración;
b) Alentar a los medios de difusión a promover imágenes en que se destaquen la
sabiduría, los puntos fuertes, las aportaciones, el valor y la inventiva de las
mujeres y los hombres de edad, incluidas las personas de edad con discapacidad;
c) Alentar a los educadores a que reconozcan e incorporen en sus cursos las
aportaciones hechas por las personas de todas las edades, incluidas las personas
de edad;
d) Alentar a los medios de difusión a trascender la presentación de estereotipos e
iluminar la diversidad plena de la humanidad;
e) Reconocer que los medios de difusión son precursores del cambio y pueden
actuar como factores orientadores en la promoción del papel que corresponde a las
personas de edad en las estrategias de desarrollo, incluso en las zonas rurales;
f) Facilitar las aportaciones de las mujeres y hombres de edad a la presentación de
sus actividades y preocupaciones por parte de los medios de difusión;
g) Alentar a los medios de difusión y a los sectores público y privado a evitar la
discriminación por razones de edad en el empleo y a presentar imágenes positivas
de las personas de edad;
h) Promover una imagen positiva de las aportaciones de las mujeres de edad a fin
de aumentar su autoestima.
(…)
- 53 -
El maltrato de las personas de edad: reconocer y responder al maltrato de
las personas de edad en un contexto mundial
Informe del Secretario General
II. El maltrato de las personas de edad: una cuestión de derechos
humanos
5. El problema del maltrato de las personas de edad ha recibido cada vez más
atención pública desde principios de los años ochenta. La atención cada vez mayor
que se ha venido prestando a los derechos humanos y la creciente sensibilización
respecto de los derechos de los hombres y mujeres de edad han llevado a
considerar el maltrato de las personas de edad como una cuestión de derechos
humanos. Este es un marco que permite: a) señalar a la atención del público las
cuestiones normativas relacionadas con el maltrato de las personas de edad y la
discriminación; b) combatir los abusos de los medios y derechos económicos y
sociales de las personas de edad; y c) examinar respuestas eficaces a los malos
tratos y la violencia.
6. La Declaración Universal de Derechos Humanos establece derechos básicos de
todos los seres humanos en las esferas civil, política, social, económica y cultural.
Este instrumento proporciona la base moral para una amplia variedad de leyes
internacionales.
7. En el Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento, aprobado en la
primera Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, que se celebró en Viena en
1982, se definían los derechos de las personas de edad. Además, en los Principios
de las Naciones Unidas en favor de las personas de edad quedaron expuestos de
forma más detallada sus derechos en cuanto a la independencia, la participación,
los cuidados, la autorrealización y la dignidad. En 1995, en su Observación General
No. 6 sobre la aplicación del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales señaló a la
atención de los Estados Miembros la situación de las personas de edad y guió a los
Estados partes para que pudieran entender mejor sus obligaciones para con dichas
personas a la hora de aplicar las disposiciones del Pacto.
8. En varias conferencias y cumbres de las Naciones Unidas también se han
aprobado compromisos y principios rectores en los que se hace particular
referencia a la promoción de los derechos de las personas de edad, entre ellos la
Declaración de Copenhague y el Programa de Acción de la Cumbre Mundial para el
Desarrollo Social, de 1995, la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing de la
Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, de 1995, las nuevas iniciativas en pro
del desarrollo social, del vigésimo cuarto período extraordinario de sesiones de la
Asamblea General de las Naciones Unidas, y la Declaración del Milenio aprobada en
la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas, en 2000.
9. La pobreza puede exacerbar la privación de los derechos humanos básicos y
limitar las opciones y oportunidades para llevar una vida tolerable. En muchas
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sociedades las personas de edad comprenden un sector desproporcionado de los
pobres y de los más pobres entre los pobres. Por lo tanto, la eliminación de la
pobreza y la reducción de la violencia son objetivos de derechos humanos
complementarios en muchas regiones y componentes importantes del desarrollo
humano.
10. La discriminación por razón de edad es uno de los medios con los que se niegan
o violan los derechos humanos de las personas de edad. Los estereotipos negativos
y la denigración de las personas de edad pueden traducirse en una falta de
preocupación social por estas personas, el riesgo de marginación y la privación de
la igualdad de acceso a oportunidades, recursos y derechos. La discriminación por
razón de edad en el lugar de trabajo puede llevar a que se excluya a los
trabajadores de edad del empleo formal. Los valores culturales relativos a la edad y
el género influyen en el grado de discriminación que sufren las personas de edad
en la vida social, económica, política y comunitaria. Los sistemas jurídicos y de
justicia no siempre logran resistir las presiones contra la protección de los derechos
de las personas de edad.
III. Reconocer el problema: definición y contextualización
A. Definiciones
11. A falta de una definición universal aceptada, las definiciones actuales de los
malos tratos contra las personas de edad reflejan distinciones entre lo que se
considera aceptable e inaceptable en materia de comportamiento interpersonal y
comunal en diferentes sociedades. Las percepciones y definiciones de la violencia y
los malos tratos contra las personas de edad varían según las distintas sociedades
y dentro de una misma sociedad.
12. Una definición del maltrato de las personas de edad que intenta tomar en
cuenta esta variedad considera abusivo cualquier acto único o repetido, o falta de
acción apropiada que ocurra en cualquier relación supuestamente de confianza, que
cause daño o angustia a una persona de edad. Este tipo de definición de maltrato
de las personas de edad ha ido ganando apoyo en los últimos 20 años.
B. Tipologías
13. Una tipología que también ha ganado terreno en el análisis del maltrato de las
personas de edad establece cuatro categorías: a) maltrato físico; b) maltrato
emocional; c) explotación económica; y d) abandono, a saber:
Los malos tratos físicos pueden ser actos únicos o repetidos, o situaciones
prolongadas. Estas últimas incluyen cualquier restricción o confinamiento
inapropiados que provoquen dolor o lesiones corporales. Las consecuencias del
maltrato físico incluyen indicadores físicos y manifestaciones sicológicas visibles,
como una disminución de la movilidad, confusión y otro tipo de alteraciones del
comportamiento.
- 55 -
Los malos tratos emocionales o sicológicos, o la agresión verbal crónica,
incluyen palabras e interacciones que denigran a las personas de edad, y que
hieren y disminuyen su identidad, dignidad y autoestima. Este tipo de maltrato se
caracteriza por: a) la falta de respeto por la intimidad y las pertenencias de la
persona de edad; b) la falta de consideración de sus deseos; c) la negación del
acceso a sus allegados; y d) la desatención de las necesidades sociales y de salud
de la persona. Los indicadores de que se están cometiendo malos tratos
emocionales pueden incluir diversas manifestaciones sicológicas como el miedo, la
dificultad para adoptar decisiones, la apatía, el aislamiento y la depresión.
La explotación económica, o los malos tratos materiales, incluyen: a) el uso
ilegal o indebido, o la apropiación indebida de la propiedad o las finanzas de una
persona de edad; b) la modificación forzada de su testamento u otros documentos
jurídicos; c) la negación del derecho de acceso y control sobre sus fondos
personales; y d) los timos financieros y otros tipos de fraude.
El abandono es la falta de acción para atender las necesidades de una persona de
edad, y puede manifestarse de la siguiente forma: a) al no proveer alimentos
adecuados, ropa limpia, un lugar seguro y cómodo para vivir y unas buenas
condiciones de atención médica e higiene personal; b) al privar a la persona de
contactos sociales; c) al no proporcionar recursos auxiliares cuando éstos se
necesitan; y d) al no impedir los daños físicos o al no prestar la supervisión
necesaria. La persona encargada del cuidado de una persona de edad puede no
atender a las necesidades de ésta debido a la falta de información, capacidad,
interés o recursos. Los indicadores del abandono incluyen una variedad de
síntomas de malestar físico como, por ejemplo, la palidez, la sequedad de los
labios, la pérdida de peso, la suciedad de la ropa, los temblores, la falta de
recursos auxiliares, la mala higiene corporal, la incontinencia, las llagas en la piel y
la boca y el deterioro físico y mental. El abandono también puede asociarse con el
aislamiento y la sobremedicación.
En algunas tipologías más amplias se menciona el autoabandono, que consiste en
una serie de comportamientos que representan una amenaza para la salud o
seguridad de una persona de edad, como un impedimento físico o cognitivo, y que
llevan a una capacidad limitada para cuidar de sí mismo o mantenerse en buena
salud. La depresión y unas condiciones de vida precarias pueden ser indicadores de
autoabandono.
14. Otros tipos de malos tratos que se enmarcan dentro de las categorías
precedentes o se consideran variantes de éstas, incluyen:
Los abusos sexuales, es decir, todo contacto sexual sin consentimiento, incluidos
la violación, el atentado al pudor y el acoso sexual por parte de los encargados de
cuidar de la persona de edad. Los abusos sexuales resultan particularmente graves
cuando la víctima no puede comunicarse bien o es incapaz de protegerse, ya sea
por motivos físicos o ambientales. Las agresiones sexuales suelen clasificarse
dentro de los abusos físicos.
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Los malos tratos conyugales pueden entrañar maltrato físico, emocional y
sexual, explotación económica y abandono en una relación de toda la vida o
reciente.
El abuso de medicamentos significa el uso indebido, ya sea deliberado o
accidental, de medicamentos recetados por el médico u otro tipo de medicamentos,
que puede deberse a la negación de un medicamento necesario o la administración
del medicamento en dosis que puedan sedar o provocar daños físicos a la persona
de edad.
15. En informes y artículos científicos sobre la materia pueden hallarse otras
formas específicas de maltrato:
La deserción de las personas de edad por parte de individuos que tenían o habían
asumido la responsabilidad de cuidar de estas personas.
La pérdida de respeto, que es percibida por las personas de edad en
comportamientos irrespetuosos, deshonrosos o insultantes.
Los malos tratos sistémicos comprenden la marginación de las personas de edad
mediante su ingreso en instituciones, o mediante la aprobación y aplicación de
determinadas políticas sociales y económicas, y conducen a la distribución desigual
de los recursos y a la discriminación en la provisión y prestación de servicios.
La violencia económica con el fin de obtener el control de los bienes de las
personas de edad puede, en algunos contextos, verse agravada por la existencia de
estructuras económicas, sociales y políticas que toleran o fomentan indirectamente
la violencia. Las personas de edad están particularmente expuestas a la violencia
económica debido a su debilidad física y a su poca capacidad para protegerse
contra la violencia. En los casos en que tienen bienes importantes para el bienestar
de un hogar, como una pensión o un título de propiedad de una vivienda, a veces
son presionadas para que renuncien a sus derechos sobre estos bienes. Se han
dado casos de violación para forzar a las mujeres a renunciar a sus bienes, así
como casos de expropiación y de expulsión de la mujer viuda de la casa familiar.
La utilización de las personas de edad como chivos expiatorios ocurre, por
ejemplo, cuando dichas personas (normalmente mujeres) son señaladas y culpadas
de los males que afectan a la comunidad, incluidas las sequías, inundaciones o
epidemias mortales. Se han recibido informes sobre mujeres que han sido
condenadas al ostracismo, torturadas, lisiadas o incluso asesinadas al negarse a
abandonar la comunidad. Si optan por huir, estas personas corren el riesgo de
perder sus bienes inmuebles.
La violencia social o doméstica contra las personas de edad se produce en el
contexto de una descomposición de las relaciones sociales entre la persona de edad
y su familia o de una falta de armonía familiar. El grado en que ocurre depende de
las normas socioculturales sobre lo que constituye una conducta aceptable, la
- 57 -
importancia de los valores familiares y las ideas sobre el envejecimiento
imperantes en la sociedad.
La violencia en la comunidad afecta a las personas de edad a través del miedo
generalizado que aumenta su propia sensación de inseguridad, así como de los
actos de violencia directa. La violencia delictiva, incluidos los atracos, los robos, las
violaciones, el vandalismo, la delincuencia, la violencia relacionada con las drogas y
las peleas entre pandillas callejeras, pueden influir en los hogares y las
comunidades inhibiendo el acceso de los miembros a los servicios básicos, la
atención médica y las actividades sociales, así como mediante la victimización
directa de las personas de edad.
La violencia política y los conflictos armados afectan a las personas de edad
directamente y a través de los desplazamientos forzosos. Las necesidades
especiales de las personas de edad desplazadas casi nunca se tienen en cuenta en
los planes de socorro humanitario. En los campamentos de refugiados se margina a
veces a las personas de edad en la distribución de alimentos y atención médica.
La violencia relacionada con el VIH/SIDA puede ocurrir en países afectados
por la pandemia, en los que se suele cargar a las mujeres de edad con la
responsabilidad de cuidar de los familiares moribundos y de los niños huérfanos. El
estigma asociado con el VIH/SIDA puede aislar de la sociedad a los miembros de
los hogares afectados.
C. Detección y consecuencias
16. La detección del maltrato de las personas de edad depende de la
concienciación, el conocimiento y la comprensión de este problema, así como del
reconocimiento de los indicadores y los efectos manifiestos de los malos tratos.
Tanto los profesionales como los legos en la materia pueden no detectar los abusos
si presuponen que cierto comportamiento o estado físico de una persona de edad
se debe únicamente a su edad avanzada o su mala salud. Sin una concienciación al
respecto, sólo podrán llamar la atención los casos graves de maltrato. Las personas
de edad que son víctimas de malos tratos y no utilizan los servicios médicos o
sociales difícilmente pueden hacerse notar. Además, existen barreras sicológicas y
de situación a la hora de denunciar que se está siendo víctima de malos tratos. La
motivación para ocultar este problema puede derivar del miedo a ser ingresado en
una institución o a sufrir represalias, el deseo de proteger al autor de los malos
tratos de las consecuencias de sus actos, la sensación de deshonra y de vergüenza
y la percepción por parte de la víctima de que los malos tratos son algo normal o
merecido. Por último, las personas con impedimentos cognitivos o con poca
capacidad de comunicación muchas veces no pueden expresar verbalmente o
informar con claridad sobre los incidentes de maltrato.
17. Cabe concluir, pues, que se desconoce la dimensión exacta del problema del
maltrato de las personas de edad y que las percepciones de estas personas
respecto de los actos o comportamientos abusivos son una guía importante para la
detección de éstos. (…)
- 58 -
IV. Responder al problema
32. En entornos más desarrollados se ha elaborado una variedad de respuestas
para combatir los distintos tipos de maltrato de las personas de edad, entre las
cuales figuran programas de sensibilización del público, legislación nueva, acciones
judiciales y programas de intervención y prevención. En algunas zonas menos
desarrolladas se han aplicado respuestas similares aunque, debido a la limitación
de recursos, éstas han sido menos amplias.
33. En general, las respuestas al maltrato de las personas de edad se han centrado
en actividades de sensibilización y comprensión del problema, de promoción del
respeto y la dignidad de estas personas y, por lo tanto, de protección de sus
derechos. Algunas medidas específicas incluyen la regulación de la atención, la
mejor detección de casos de maltrato y la planificación de los cuidados y
tratamientos. Dichas medidas también pretenden fomentar la colaboración entre
los organismos de respuesta y la investigación en la materia.
34. Los principios en que deben basarse las intervenciones incluyen las
consideraciones éticas, los derechos humanos y los valores de libertad, autonomía,
justicia, responsabilidad, intimidad, respeto y dignidad, dependiendo del contexto.
Los sistemas jurídicos y judiciales, las normas de desarrollo social y humano y los
organismos profesionales y de servicios están movilizados al servicio de estas
intervenciones. Las comunidades, los barrios y las redes oficiosas de apoyo
participan cada vez más en la lucha contra el maltrato de personas de edad, lo que
supone un complemento de los esfuerzos de las familias y los individuos.
A. Sensibilización y educación
(…)
37. Los programas educativos se han propuesto equipar a abogados, políticos,
agentes encargados de hacer cumplir la ley, asistentes sociales y otros
profesionales para que puedan detectar casos de maltrato y abandono y prestar
asesoramiento al respecto a fin de lograr intervenciones eficaces. Se ha elaborado
material para ayudarles en este esfuerzo. Dicho material incluye instrumentos de
detección de situaciones de maltrato o maltrato potencial, protocolos de remisión e
intervención y equipos de material de capacitación para los proveedores de
servicios. Los manuales han sido útiles para que los encargados de cuidar a las
personas de edad puedan evaluar los riesgos de que se produzcan situaciones de
maltrato y determinar los recursos que necesitan las comunidades para prestar
asistencia. La difusión de información ha aumentado mediante el uso de fichas de
datos, vídeos de capacitación y CD-ROM, así como de directorios de fuentes útiles
de información y sitios en la Web.
38. En numerosos países se han establecido líneas telefónicas nacionales de ayuda,
de forma definitiva o como parte de proyectos experimentales, a fin de educar a los
usuarios de dichas líneas sobre el maltrato de las personas de edad y sobre los
recursos disponibles, y de remitirles a organismos de ayuda. Algunas
- 59 -
organizaciones no gubernamentales también ofrecen programas de sensibilización
y educación en distintos contextos. Los programas de desarrollo comunitario que
atienden a las necesidades y preocupaciones de las personas de edad también han
contribuido a aumentar la sensibilización y a educar al público en general sobre los
malos tratos.
B. Legislación, mecanismos de protección e intervención legal
39. En algunos países, la concienciación respecto del maltrato de las personas de
edad y los cambios en la política social han conducido a la aprobación de legislación
nueva que tipifica como delito el maltrato de las personas de edad y aumenta las
penas para algunos delitos cometidos contra estas personas. En algunos casos se
han aprobado reglamentos y normas de actuación para complementar las leyes
estatales y establecer sistemas para su ejecución. En otros países existe por el
momento poca o ninguna legislación elaborada específicamente para proteger del
maltrato a las personas de edad.
40. Los mecanismos de protección de las personas de edad también pueden incluir
cartas de derechos y responsabilidades de los residentes de los centros de
asistencia y contratos entre los residentes y los proveedores de servicios o
cuidados. Los servicios de defensa de las personas de edad y estructuras como las
comisiones sobre el envejecimiento prestan asistencia para atender quejas.
41. En algunos países donde existe legislación que protege de los malos tratos a las
personas de edad, dicha legislación no se aplica de forma sistemática. Los
profesionales no siempre invocan el ordenamiento jurídico para lograr
compensaciones para los afectados o castigar a los autores de los malos tratos, o
sólo recurren a él cuando hay pruebas incontrovertibles de que se han producido
tales malos tratos. No obstante, es importante apoyar la creación de mecanismos
jurídicos de penalización de la violencia que puedan aplicarse en casos de malos
tratos a personas de edad.
42. En algunos países, los médicos, asistentes sociales, enfermeros y otros
profesionales similares están obligados por ley a denunciar cualquier presunto caso
de maltrato, abandono o explotación de una persona de edad. La eficacia de esta
obligación en lo que respecta a la respuesta y la prevención del maltrato de las
personas de edad es objeto de polémica por diversas razones. Los profesionales
son reacios a denunciar, lo que se traduce en un escaso cumplimiento de la ley.
Algunos argumentan que dicha obligación pone en peligro la autonomía de las
personas de edad o que crea unas expectativas y una demanda de servicios
médicos y sociales o de otros recursos, que las comunidades a veces no pueden
satisfacer. También se reconoce que en situaciones en que una persona de edad
sufre problemas de salud mental y necesita asesoramiento el recurso a esa ley
podría estar contraindicado.
(…)
VI. Conclusiones y repercusiones normativas
- 60 -
56. Este examen ha detectado varias esferas de posible preocupación y respuesta
normativa.
57. Las prácticas y los comportamientos abusivos contra las personas de edad
pueden considerarse una violación de los derechos fundamentales garantizados en
los pactos internacionales y consagrados en los Principios de las Naciones Unidas
en favor de las personas de edad. La información disponible sugiere que los
derechos de las personas de edad están en peligro de ser violados en una serie de
contextos económicos, institucionales, comunitarios y familiares. (…)
64. El progreso en la investigación y en la adopción de medidas no podrá lograrse
sin un compromiso político, una base sólida en materia de derechos humanos y un
apoyo jurídico favorable a la eliminación del maltrato de las personas de edad. Las
resoluciones intergubernamentales pueden proporcionar una plataforma de acción
mundial y una base de iniciativas nacionales para garantizar que se protege a las
personas de edad de la violencia y los malos tratos. (…)
- 61 -
DERECHOS HUMANOS DE PERSONAS MAYORES
Resumen del Informe del Secretario General para la Asamblea (A/66/173)
La población mundial envejece rápidamente. Aproximadamente 700 millones de
personas tienen más de 60 años. Por primera vez en la historia de la humanidad,
en el 2050, habrá más personas mayores que niños en el mundo - más de una
persona de cada cinco tendrá 60 años o más. Las mujeres de 60 años o más ya son
actualmente una mayoría frente a los hombres y constituyen el doble de las
personas mayores de 80 años.
El informe 2011 del Secretario General examina por primera vez los problemas y
desafíos en el campo de los derechos humanos de las personas mayores, así como
las tendencias que se derivan del envejecimiento poblacional más rápido de la
historia.
Si bien el informe subraya la diversidad entre personas de 60 años o más, en
especial la variedad de desafíos que enfrentan dependiendo de su contexto, no
cabe duda que algunos retos claramente identificables requieren estrategias
nacionales e internacionales. Los desafíos mencionados a continuación requieren
una perspectiva de derechos humanos, igualmente relevante para países
desarrollados y países en desarrollo:
DESAFIOS
■ Discriminación: En diferentes países del mundo los estereotipos y prejuicios sobre
las personas mayores son tolerados socialmente. La discriminación por edad tiende
a combinarse con otras, como la discriminación por sexo, raza o etnicidad, religión,
discapacidad, condiciones socio-económicas o estado de salud, lo cual impacta
negativamente en el ejercicio y disfrute de los derechos humanos por parte de las
personas adultas mayores.
■ Pobreza: El problema más apremiante al que se enfrentan las personas mayores es
la pobreza, caracterizada por la falta de vivienda adecuada, malnutrición, falta de
atención médica para enfermedades crónicas, limitado acceso a agua potable y
saneamiento, costo prohibitivo de medicamentos o tratamiento médico y la
inseguridad de ingresos económicos. A pesar de su pobreza, las personas mayores
continúan siendo proveedores para sus nietos y otros miembros de su familia.
■ Violencia y abuso: A nivel mundial se denuncia violencia física, emocional y/o
sexual ya sea por parte de familiares o de personas de confianza. Adicionalmente,
la explotación económica no resulta rara y con frecuencia se sub-documenta y se
denuncia poco.
■ Falta de servicios y medidas específicas: Frente a la demanda creciente de servicios
especializados, la oferta continúa siendo insuficiente. Las personas mayores
requieren centros de cuidado y atención, programas de cuidado a largo plazo,
incluyendo en sus propios hogares así como servicios geriátricos u otros que
permitan garantizar el ejercicio de una amplia gama de derechos humanos.
- 62 -
NORMAS Y ESTANDARES INTERNACIONALES
El informe resume las principales normas y estándares existentes, ofrece ejemplos
de su aplicación y explora algunas brechas en la protección internacional de las
personas mayores. Desde 1982 la comunidad internacional ha explorado el tema
del envejecimiento y en 2002 adoptó una declaración internacional sobre la
situación de las personas mayores, el Plan de Acción de Madrid, que hace un
llamado a la eliminación de la discriminación, el abuso y la violencia contra las
personas mayores.
La mayoría de los tratados internacionales de derechos humanos establecen
obligaciones internacionales aplicables para la protección de las personas mayores,
tales como el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención sobre la
Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer y la Convención
sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Sin embargo, hay pocas
referencias explicitas sobre personas mayores en instrumentos internacionales
vinculantes de derechos humanos.
Algunos órganos de tratado y relatores especiales han aplicado las normas
existentes de manera concreta a la situación de las personas mayores, en relación
–entre otros - con el derecho a la seguridad social, el derecho a la salud, la
igualdad ante la ley y la garantía del derecho a un nivel de vida adecuado sin
discriminación.
RESPUESTAS NACIONALES A PROBLEMAS ESPECIFICOS DE DERECHOS
HUMANOS
El informe enfatiza que las personas mayores no constituyen un grupo homogéneo.
La experiencia del envejecimiento varía entre hombres y mujeres, o entre personas
de 60 y 80 años. Sin embargo, las personas mayores comparten, como grupo,
experiencias vinculadas a los estereotipos que enfrentan de manera sistemática,
así como muchas desventajas sociales o económicas, o las limitaciones en su
participación y poder de decisión. El informe recoge una serie de ejemplos de
medidas que han sido adoptadas en respuesta a los desafíos que enfrentan las
personas adultas mayores, así como algunas de las brechas más acuciantes en la
protección por parte de los estados.
Algunos gobiernos, en especial en los últimos años, han comenzado a considerar la
necesidad de diseñar mecanismos de protección específica, por ejemplo, a través
del reconocimiento constitucional del principio de igualdad y no-discriminación por
razones de edad, la adopción de legislación y políticas públicas que combaten la
discriminación por edad en el empleo o la ampliación de la cobertura del sistema de
pensiones.
A nivel mundial, sin embargo, la respuesta ha sido poco consistente. Algunos de los
esfuerzos dirigidos a la protección de los derechos de las personas adultas mayores
- 63 -
son aislados e insuficientes, ya que no existe un marco legal e institucional que
recoja de manera explícita y amplia la situación de este sector de la población.
El informe identifica algunas áreas que requieren esfuerzos específicos en el futuro:
■ Fortalecimiento del régimen de protección internacional a favor de las personas
adultas mayores: A pesar de los retos y desafíos mencionados en el informe, aun
no existe un sistema de protección internacional específico para las personas
adultas mayores.
■ Violencia, en particular contras las mujeres adultas mayores: Claramente ligada a
la discriminación, la violencia en el ámbito público o privado, continúa sin
documentarse ni monitorearse adecuadamente, y muchas personas mayores
prefieren no denunciar o no tienen los mecanismos idóneos para hacerlo.
■ Explotación económica: las personas adultas mayores continúan enfrentando retos
de toda índole, incluyendo el fraude, el robo, la expropiación de tierras,
propiedades o bienes y la apropiación indebida de bienes por parte de terceros,
incluyendo familiares.
■ Salud: La discriminación en los cuidados de salud tiende a ser ignorada en las
políticas públicas, así como en los programas y la asignación de recursos. Existen
pocos planes nacionales de salud que incluyan la prevención, la rehabilitación y el
cuidado de las personas con enfermedades terminales, o servicios paliativos.
■ Cuidados a largo plazo: Se requieren esfuerzos deliberados en este campo. La
atención y el cuidado a largo plazo son inadecuados, de poca calidad y no existe
suficiente personal capacitado para proveerlos.
■ Participación política: La participación en el diseño de las políticas públicas es
esencial para la integración de las personas mayores como sujetos de derechos. El
informe enfatiza la falta de mecanismos adecuados de información, rendición de
cuentas y participación para las personas mayores.
■ Trabajo: Algunos países han adoptado legislación para prohibir la discriminación
basada en la edad.
- 64 -
Declaración de Toronto para la Prevención Global del Maltrato de las Personas
Mayores
El maltrato de las personas mayores, como un problema global ha sido reconocido sólo
recientemente. El trabajo desarrollado por la INPEA (Red internacional de prevención
del abuso y maltrato en la vejez), y el énfasis puesto por la Organización Mundial de la
Salud para la prevención del maltrato de las personas mayores, han contribuido en
forma significativa a elevar la toma de conciencia a nivel mundial.
(…)
Hace veinte o treinta años, las sociedades alrededor del mundo negaban la existencia
de violencia contra la mujer y el maltrato infantil. La evidencia surgió a través de la
investigación y como resultado, la Sociedad Civil ejerció la presión apropiada para la
acción desde los gobiernos.
Esta Declaración es un Llamado a la Acción dirigido a la Prevención del Maltrato de
las Personas Mayores.
Puntos que deben ser considerados:
Faltan marcos legales. Cuando se identifican casos de maltrato de ancianos, con
frecuencia no pueden abordarse por falta de instrumentos legales apropiados
para responder a ellos.
La prevención del maltrato de las personas mayores requiere la participación de
múltiples sectores de la sociedad.
Los trabajadores de la salud de atención primaria tienen un papel
particularmente importante, ya que se enfrentan con casos de maltrato de
ancianos en forma cotidiana - aunque con frecuencia no los diagnostican como
tales.
Es vital la educación y diseminación de la información – tanto en el sector
formal (educación a profesionales) como a través de los medios de
comunicación (combatir el estigma, abordar los tabúes y ayudar a eliminar los
estereotipos negativos sobre la vejez).
El maltrato de las personas mayores es un problema universal. Las
investigaciones realizadas hasta ahora demuestran su prevalencia, tanto en el
mundo desarrollado como en los países en desarrollo. En ambos, el victimario
suele ser conocido por la víctima, y es dentro del contexto familiar y/o en “la
unidad donde se proveen los cuidados”, donde ocurren la mayoría de los casos
de maltrato.
Es fundamental una perspectiva cultural para comprender en profundidad el
fenómeno del maltrato – es decir, el contexto cultural en cualquier comunidad
particular en la que ocurre.
Es igualmente importante considerar una perspectiva de género, ya que las
complejas construcciones sociales relacionadas ayudan a identificar el tipo de
maltrato y quién lo inflige.
- 65 -
En cualquier sociedad algunos grupos de la población son particularmente
vulnerables al maltrato y abuso de las personas mayores – como los muy
ancianos, los que sufren discapacidades funcionales, las mujeres y los pobres.
En definitiva, el maltrato de las personas mayores sólo se podrá prevenir en
forma eficaz si se desarrolla una cultura que favorezca la solidaridad
intergeneracional y que rechace la violencia.
No es suficiente identificar los casos de maltrato de las personas mayores.
Todos los países deben desarrollar las estructuras que permitan la provisión de
servicios (sanitarios, sociales, de protección legal, policiales, etc.) para
responder de forma adecuada y eventualmente prevenir el problema.
El Plan Internacional de Acción de las Naciones Unidas adoptado por todos los países
en Madrid, en abril de 2002, reconoce claramente la importancia del maltrato de las
personas mayores y lo pone en el contexto de los Derechos Humanos Universales. La
prevención del maltrato de las personas mayores en un mundo que envejece, nos
concierne a todos.
Esta declaración fue diseñada en una reunión de expertos, patrocinada por el Gobierno
de Ontario, en Toronto, el 17 de noviembre de 2002.
- 66 -
Declaración de Brasilia
Nosotros, los representantes de los países reunidos en la segunda Conferencia
regional intergubernamental sobre envejecimiento en América Latina y el Caribe:
hacia una sociedad para todas las edades y de protección social basada en
derechos, celebrada en Brasilia, Brasil, entre el 4 y el 6 de diciembre de 2007,
Con el propósito de identificar las prioridades futuras de aplicación de la
Estrategia regional de implementación para América Latina y el Caribe del Plan de
Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento, responder a las
oportunidades y a los desafíos que plantea el envejecimiento de la población en las
próximas décadas y promover una sociedad para todas las edades,
Destacando la responsabilidad de los gobiernos, de acuerdo con sus marcos
jurídicos, de promover y prestar los servicios sociales y de salud básicos y de
facilitar el acceso a ellos, teniendo en cuenta las necesidades específicas de las
personas de edad, así como los compromisos asumidos en el presente documento,
Con la firme determinación de adoptar medidas a todo nivel –local, nacional,
subregional y regional– en las tres áreas prioritarias de la Estrategia regional:
personas de edad y desarrollo; salud y bienestar en la vejez, y entornos propicios y
favorables,
Reconociendo que el envejecimiento es uno de los mayores logros de la
humanidad, que en América Latina y el Caribe la población ha ido envejeciendo de
manera heterogénea y que en algunos países el proceso está más avanzado que en
otros y en consecuencia los desafíos en términos de adecuación de las respuestas
del Estado a los cambios de la estructura por edades de la población son
diferenciados,
Tomando en cuenta que una transformación demográfica de estas dimensiones
tiene profundas repercusiones en la sociedad y en las políticas públicas, y que con
el envejecimiento aumenta la demanda por lograr un ejercicio efectivo de los
derechos humanos y las libertades fundamentales en todas las edades,
Destacando que, para afrontar los desafíos del envejecimiento, algunos países
han avanzado en la creación e implementación de legislaciones, políticas,
programas, planes y servicios para mejorar las condiciones de vida de las personas
de edad y que, en relación con el año 2003, hay nuevos nichos de política pública y
más intervenciones en el tema, aunque aún persiste la diversidad de situaciones y
de logros entre países y subregiones,
Subrayando que, desde hace algunos años, la preocupación de los Estados por los
derechos de las personas de edad ha ido en aumento y se ha traducido en la
creación de marcos legales de protección, aunque se mantienen brechas de
implementación de estos derechos y muchas personas de edad aún no acceden a
prestaciones de seguridad social, de salud o a los servicios sociales,
- 67 -
Enfatizando que es indispensable que el envejecimiento de la población no esté
circunscrito a las actuales generaciones de personas de edad y que es fundamental
avanzar hacia la construcción de sociedades más inclusivas, cohesionadas y
democráticas, que rechacen todas las formas de discriminación, incluidas las
relacionadas con la edad, y afianzar los mecanismos de solidaridad entre
generaciones,
Teniendo presente que el envejecimiento puede generar discapacidades y
dependencia que requieren servicios orientados a su atención integral,
Reconociendo que las Naciones Unidas y sus organismos especializados han
puesto especial acento en este tema y han insistido en la ampliación de la
cobertura y calidad de los sistemas de protección social para resguardar a las
personas frente a los riesgos vinculados con la vejez y que la titularidad de
derechos humanos entraña la efectiva pertenencia a la sociedad, pues implica que
todos los ciudadanos y ciudadanas están incluidos en la dinámica del desarrollo y
pueden disfrutar del bienestar que este promueve,
Reconociendo asimismo el trabajo sistemático que realiza la CEPAL, por
conducto del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE)-División
de Población de la CEPAL, para apoyar a los países de la región en la incorporación
del envejecimiento en las agendas de desarrollo y en el impulso de oportunidades
de fortalecimiento de capacidades técnicas, investigación y asistencia técnica a los
gobiernos, y agradeciendo el apoyo que brindan el Fondo de Población de las
Naciones Unidas (UNFPA), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), así como la Red Intergubernamental Iberoamericana de
Cooperación Técnica (RIICOTEC) y la Organización Iberoamericana de Seguridad
Social (OISS),
Tomando nota de la Declaración de San Salvador, aprobada por las Primeras
Damas, Esposas y Representantes de los Jefes de Estado y de Gobierno de las
Américas en la XIV Conferencia dedicada a examinar el tema ―Construyendo una
sociedad para todas las edades‖,
Habiendo examinado el informe sobre la aplicación de la Estrategia regional de
implementación para América Latina y el Caribe del Plan de Acción Internacional de
Madrid sobre el Envejecimiento, elaborado por la Secretaría de la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe,
1. Reafirmamos el compromiso de no escatimar esfuerzos para promover y
proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales de todas las
personas de edad, trabajar en la erradicación de todas las formas de discriminación
y violencia y crear redes de protección de las personas de edad para hacer
efectivos sus derechos;
2. Promovemos el diálogo y las alianzas estratégicas entre los gobiernos, el
sistema de las Naciones Unidas, la cooperación internacional y Sur-Sur, la sociedad
- 68 -
civil —con especial énfasis en las organizaciones de personas de edad— y el sector
privado, para crear conciencia de la evolución de la estructura de la población,
sobre todo en cuanto al ritmo de envejecimiento demográfico y sus consecuencias
económicas, sanitarias, sociales y culturales;
3. Destacamos la importancia de examinar, de manera amplia e integral, los
efectos de las migraciones en la dinámica del envejecimiento de las comunidades
de origen, tránsito y destino, prestando especial atención al impacto de los flujos
migratorios en los propios migrantes, sus familias, la comunidad y la sociedad, así
como en el desarrollo económico y social de los países;
4. Proponemos la realización de intervenciones en la prevención y atención para
mejorar el acceso a los servicios de tratamiento, cuidado, rehabilitación y apoyo a
las personas de edad con discapacidad;
5. Tomamos en cuenta los efectos del VIH/SIDA en las personas de edad, tanto
en el acceso a los servicios de prevención, tratamiento, cuidado y apoyo como en
cuanto al valioso aporte que realizan en el cuidado de los integrantes de su familia
cuando son afectados por la epidemia, así como su papel de promotores de la
creación de un ambiente positivo y libre de estigma y discriminación hacia las
personas con VIH/SIDA;
6. Respaldamos activamente la incorporación de la perspectiva de género en
todas las políticas y programas que tengan en consideración las necesidades y
experiencias de las personas de edad;
7. Reafirmamos el compromiso de incorporar el tema del envejecimiento y darle
prioridad en todos los ámbitos de las políticas públicas y programas, así como
destinar y gestionar los recursos humanos, materiales y financieros para lograr un
adecuado seguimiento y evaluación de las medidas puestas en práctica,
diferenciando el área urbana y rural y reconociendo la perspectiva
intergeneracional, de género, raza y etnia en las políticas y programas destinados a
los sectores más vulnerables de la población en función de su condición económica
y social y de situaciones de emergencia humanitaria, como los desastres naturales
y el desplazamiento forzado;
8. Reconocemos la necesidad de fortalecer las capacidades nacionales e
internacionales, así como la cooperación internacional y Sur-Sur, para abordar los
problemas del envejecimiento de la población en los distintos ámbitos del quehacer
humano y de las políticas públicas;
9. Proponemos la realización de estudios e investigaciones que faciliten la
adopción de decisiones informadas en el tema y la elaboración de perfiles
demográficos y socioeconómicos de la población de personas de edad que nos
permitan identificar las brechas de implementación de los derechos humanos y los
medios para su cabal disfrute y la plena y eficaz participación de las personas de
edad en el desarrollo;
- 69 -
10. Resolvemos hacer todos los esfuerzos por ampliar y mejorar la cobertura de
pensiones, sean contributivas o no contributivas, así como adoptar medidas para
incorporar mayor solidaridad a nuestros sistemas de protección social;
11. Promovemos el trabajo digno, conforme a los criterios de la Organización
Internacional del Trabajo, para todas las personas de edad, gestionando y
destinando apoyos crediticios, capacitación y programas de comercialización que
promuevan una vejez digna y productiva;
12. Reconocemos la necesidad de impulsar el acceso equitativo a los servicios de
salud integrales, oportunos y de calidad, de acuerdo con las políticas públicas de
cada país, y fomentar el acceso a los medicamentos básicos de uso continuado
para las personas de edad;
13. Proponemos crear marcos legales y mecanismos de supervisión para proteger
los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas de edad,
tanto si utilizan los servicios de larga estadía como si residen en sus hogares, y
facilitar la formulación y el cumplimiento de leyes y programas de prevención de
abuso, abandono, negligencia, maltrato y violencia contra las personas de edad;
14. Proponemos la práctica de la humanización para acoger y comprender a las
personas de edad en forma integral, con absoluto respeto de sus derechos
humanos y libertades fundamentales, movilizando recursos internos para que la
atención se preste en el marco de una relación humana solidaria y de gran
significación;
15. Recomendamos que se brinden cuidados paliativos a las personas de edad
que padecen enfermedades en fase terminal y que se preste apoyo a sus
familiares, y que los profesionales sean lo suficientemente sensibles y competentes
para percibir el sufrimiento y aliviarlo mediante intervenciones de control de
síntomas físicos y psicosociales, en consonancia con la asistencia espiritual
requerida por la persona de edad;
16. Promovemos la puesta en práctica de iniciativas para mejorar la accesibilidad
del espacio público, adaptar las viviendas a las necesidades de los hogares
multigeneracionales y unipersonales compuestos por personas de edad y facilitar el
envejecimiento en el hogar con medidas de apoyo a las familias, y en especial a las
mujeres, en las tareas de cuidado;
17. Solicitamos al Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe que adopte las medidas oportunas para intensificar las
actividades que realizarán las Naciones Unidas a nivel regional en materia de
envejecimiento y a la CEPAL que brinde asistencia técnica en información,
investigación y capacitación en materia de envejecimiento y políticas públicas, a fin
de fomentar y fortalecer los esfuerzos que realizan los países en este sentido. De
igual modo, invitamos a la Comisión a que examine los avances de los países de la
región en la aplicación de la Estrategia regional de implementación para América
Latina y el Caribe del Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el
- 70 -
Envejecimiento y que estos sean presentados en las sesiones del Comité Especial
sobre Población y Desarrollo del período de sesiones de la CEPAL;
18. Impulsamos el acceso a la educación continuada y permanente a lo largo de
toda la vida y a todos los niveles;
19. Propiciamos la creación de programas de licenciatura y maestría en
gerontología social y administración de servicios de atención geriátrica en
universidades de la región, a fin de alentar a los jóvenes a seguir carreras afines en
los países y reducir el éxodo de profesionales de la salud de la región;
20. Instamos a los centros académicos, a las sociedades científicas y a las redes
de cooperación en población, envejecimiento y desarrollo, a realizar estudios
detallados, diversificados y especializados sobre el tema, así como a organizar
reuniones de trabajo e intercambio para fortalecer la agenda de investigación y
capacitación en materia de envejecimiento, y crear y apoyar centros de estudios,
investigación y formación de recursos humanos en este ámbito;
21. Recomendamos la incorporación de las personas de edad en los procesos de
elaboración, implementación y seguimiento de políticas;
22. Pedimos que se incorpore a las personas de edad en las actividades y
conferencias programadas por las Naciones Unidas para el próximo quinquenio;
23. Solicitamos a las instituciones de cooperación internacional que tengan en
cuenta a las personas de edad en sus políticas y proyectos, como parte de las
medidas para ayudar a los países a aplicar los compromisos de la Estrategia
regional;
24. Recomendamos que se tenga en cuenta a las personas de edad en los
esfuerzos en curso para alcanzar los objetivos de desarrollo convenidos
internacionalmente, incluidos los de la Declaración del Milenio;
25. Acordamos solicitar a los países miembros del Consejo de Derechos Humanos
de las Naciones Unidas que evalúen la posibilidad de designar un relator especial
encargado de velar por la promoción y protección de los derechos humanos de las
personas de edad;
26. Nos comprometemos a realizar las consultas pertinentes con nuestros
gobiernos para impulsar la elaboración de una convención sobre los derechos
humanos de las personas de edad en el seno de las Naciones Unidas;
27. Invitamos a las personas de todos los países y sectores sociales a que, a título
individual y colectivo, se sumen a nuestro compromiso con una visión compartida
de la igualdad y el ejercicio de los derechos en la vejez;
28. Acordamos que esta Declaración de Brasilia constituye la contribución de
América Latina y el Caribe al 46º período de sesiones de la Comisión de Desarrollo
- 71 -
Social del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, que se celebrará en
febrero de 2008;
29. Expresamos nuestro reconocimiento al Gobierno de Brasil por haber sido
anfitrión de la segunda Conferencia regional intergubernamental sobre
envejecimiento en América Latina y el Caribe.
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Carta de San José sobre los derechos de las personas mayores de América
Latina y el Caribe
Adoptada en la tercera Conferencia regional intergubernamental sobre
envejecimiento en América Latina y el Caribe.
San José de Costa Rica, 8 al 11 de mayo de 2012
Nosotros, los representantes de los gobiernos reunidos en la tercera Conferencia
regional intergubernamental sobre envejecimiento en América Latina y el Caribe,
celebrada en San José de Costa Rica, del 8 al 11 de mayo de 2012,
Con el propósito de identificar las acciones clave en materia de derechos
humanos y protección social de las personas mayores en América Latina y el
Caribe,
Conscientes de que la edad sigue siendo un motivo explícito y simbólico de
discriminación que afecta el ejercicio de todos los derechos humanos en la vejez, y
que las personas mayores requieren atención especial del Estado,
Expresando preocupación por la dispersión de las medidas de protección de los
derechos de las personas mayores en el ámbito internacional, lo que dificulta su
aplicación y genera desprotección en el ámbito nacional,
Convencidos de que es imprescindible tomar medidas adicionales para proteger
los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de las personas
mayores, incluida la posibilidad de elaborar nuevos instrumentos internacionales,
Reconociendo que, pese a los esfuerzos realizados por varios países de la región
por incorporar mayor solidaridad a los sistemas de protección social y ampliar la
protección de los derechos humanos de las personas mayores, las limitaciones y
exclusiones persisten, lo que afecta la calidad y dignidad de la vida de estas
personas,
Habiendo examinado los informes de los mecanismos especiales del Consejo de
Derechos Humanos de las Naciones Unidas; en particular, el estudio temático sobre
el ejercicio del derecho a la salud de las personas mayores y el Informe sobre los
derechos humanos y la extrema pobreza,
Guiados por las observaciones generales del Comité de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, donde se abordan los asuntos de especial interés de las
personas mayores, la Recomendación general núm. 27 del Comité para la
Eliminación de la Discriminación contra la Mujer y la Observación núm. 2 del
Comité contra la Tortura,
Haciendo suyas las conclusiones y recomendaciones de las reuniones de
seguimiento de la Declaración de Brasilia, celebradas entre 2008 y 2010; el
Encuentro Internacional para el seguimiento de la Declaración de Brasilia y
- 73 -
promoción de los derechos de las personas mayores de 2011 y el Foro
Internacional sobre los derechos de las personas mayores de 2012,
Expresando satisfacción por la creación del Grupo de trabajo de composición
abierta sobre el envejecimiento, establecido por la Asamblea General de las
Naciones Unidas en virtud de su resolución 65/182 de 21 de diciembre de 2010, y
tomando en consideración las conclusiones de su primera y segunda reuniones de
2011,
Reconociendo el trabajo sistemático que realiza la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL), por conducto del Centro Latinoamericano y
Caribeño de Demografía (CELADE)-División de Población de la CEPAL, para apoyar
a los países de la región en la incorporación del envejecimiento en las agendas de
desarrollo y agradeciendo el apoyo que brindan el Fondo de Población de las
Naciones Unidas (UNFPA) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS),
Con la firme determinación de adoptar medidas a todo nivel para ampliar de
manera progresiva la cobertura y calidad de los sistemas de protección social,
incluidos los servicios sociales para una población que envejece, y poner en
práctica acciones dirigidas a reforzar la protección de los derechos humanos y las
libertades fundamentales de las personas mayores, sin discriminación de ningún
tipo,
Habiendo examinado la documentación preparada por la Secretaría de la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe en ocasión de esta
Conferencia y acogiendo con satisfacción las conclusiones y propuestas del
documento titulado Envejecimiento, solidaridad y protección social: La hora de
avanzar hacia la igualdad,
1. Reafirmamos el compromiso expresado en la Declaración de Brasilia de no
escatimar esfuerzos para promover y proteger los derechos humanos y las
libertades fundamentales de todas las personas mayores, trabajar en la
erradicación de todas las formas de discriminación y violencia y crear redes de
protección de las personas mayores para hacer efectivos sus derechos,
2. Respaldamos la labor del Grupo de trabajo de composición abierta sobre el
envejecimiento y lo exhortamos a estudiar la viabilidad de una convención
internacional de los derechos de las personas mayores y apoyamos al Grupo de
trabajo de la Organización de los Estados Americanos sobre la protección de los
derechos humanos de las personas mayores para que avance en la elaboración de
una convención interamericana,
3. Reiteramos una vez más a los países miembros del Consejo de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas que evalúen, con la mayor celeridad, la
posibilidad de designar un relator especial encargado de velar por la promoción y
protección de los derechos humanos de las personas mayores,
- 74 -
4. Reconocemos que el acceso a la justicia es un derecho humano esencial y el
instrumento fundamental por medio del cual se garantiza a las personas mayores el
ejercicio y la defensa efectiva de sus derechos,
5. Afirmamos que la participación política, pública y social de las personas
mayores es un derecho humano fundamental y exhortamos al respeto de su
autonomía e independencia en la toma de las decisiones,
6. Reforzaremos las acciones dirigidas a incrementar la protección de los
derechos humanos en el ámbito nacional y nos comprometemos a:
a. Adoptar medidas adecuadas, legislativas, administrativas y de otra índole, que
garanticen a las personas mayores un trato diferenciado y preferencial en todos los
ámbitos y prohíban todos los tipos de discriminación en su contra,
b. Fortalecer la protección de los derechos de las personas mayores por medio de
la adopción de leyes especiales de protección o la actualización de las ya
existentes, incluidas medidas institucionales y ciudadanas que garanticen su plena
ejecución,
c. Brindar atención prioritaria y trato preferencial a las personas mayores en la
tramitación, resolución y ejecución de las decisiones en los procesos
administrativos y judiciales, así como en los servicios, beneficios y prestaciones que
brinda el Estado,
d. Adoptar medidas de acción afirmativa que complementen el ordenamiento
jurídico y que promuevan la integración social y el desarrollo de las personas
mayores,
e. Desarrollar políticas públicas y programas dirigidos a aumentar la conciencia
sobre los derechos de las personas mayores, incluida la promoción de su trato
digno y respetuoso y de una imagen positiva y realista del envejecimiento,
f. Garantizar y proveer los recursos necesarios para el acceso de las personas
mayores a la información y a la divulgación de sus derechos,
g. Garantizar además el derecho a la participación de las personas mayores en las
organizaciones de la sociedad civil y en los consejos, así como en la formulación,
implementación y monitoreo de las políticas públicas que les conciernen,
7. Acordamos mejorar los sistemas de protección social para que respondan
efectivamente a las necesidades de las personas mayores, mediante el impulso de
las siguientes acciones:
• Seguridad social
a. Promover la universalización del derecho a la seguridad social, teniendo en
cuenta las posibilidades de los diferentes países,
- 75 -
b. Garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las pensiones contributivas y no
contributivas, teniendo en cuenta las posibilidades de los diferentes países,
c. Asegurar que los programas de seguridad social se complementen con otras
políticas sociales, en particular la prestación de atención en salud y vivienda,
• Salud
d. Promover la universalización del derecho a la salud de las personas mayores,
e. Diseñar e implementar políticas de atención integral de la salud preventiva, con
enfoque gerontológico e interdisciplinario, en particular mediante la atención
primaria y con inclusión de servicios de rehabilitación,
f. Implementar modelos de atención multi e interdisciplinarios en geriatría y
gerontología, en los diferentes niveles de atención en salud, para responder a las
necesidades de las personas mayores,
g. Facilitar el acceso preferencial a los medicamentos, equipamientos, ayudas
técnicas y servicios integrales de rehabilitación para favorecer la independencia de
las personas mayores, teniendo en cuenta las posibilidades de los diferentes
países,
h. Asegurar el derecho a un consentimiento previo, libre e informado para toda
intervención médica, con independencia de la edad, condición de salud y
tratamiento previsto, para favorecer la autonomía de las personas mayores,
i. Favorecer el desarrollo y acceso a cuidados paliativos, para asegurar una muerte
digna y sin dolor a las personas mayores con enfermedades terminales,
j. Proteger, mediante mecanismos de supervisión y control periódicos, los derechos
y la dignidad de las personas mayores que residen en instituciones públicas y
privadas y en establecimientos médicos,
k. Promover la formación de recursos humanos en geriatría y gerontología, en
todos los niveles de atención,
l. Implementar programas de capacitación, con un enfoque de derechos humanos,
para los equipos de salud en todos los niveles de atención, cuidadores y personal
de instituciones que trabajan con personas mayores,
m. Diseñar políticas para implementar programas que traten eficazmente
enfermedades transmisibles y no transmisibles,
n. Formular y adaptar los marcos legales, protocolos y mecanismos a los
instrumentos de derechos humanos, para proteger la dignidad de las personas
mayores que residen en instituciones públicas o privadas y establecimientos
médicos,
• Servicios sociales
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o. Crear y garantizar los servicios sociales necesarios para brindar cuidado a las
personas mayores en consideración de sus necesidades y características
específicas, promoviendo su independencia, autonomía y dignidad,
p. Desarrollar la atención a domicilio como forma complementaria de la
institucional, promoviendo que las personas mayores puedan permanecer en sus
propios hogares y mantener su independencia, teniendo en cuenta las posibilidades
de los diferentes países,
q. Diseñar de manera permanente medidas de apoyo a las familias mediante la
introducción de servicios especiales, en particular para quienes brindan atención a
las personas mayores,
r. Favorecer las iniciativas de conciliación de la vida laboral y personal como
estrategia dedicada a mejorar la capacidad de las familias para prestar cuidado,
s. Garantizar que las personas mayores que viven solas tengan acceso al apoyo
formal, complementado a través de las redes informales,
t. Generar espacios de coordinación intersectorial mediante la inclusión de trabajos
en redes integradas que generen planes de atención integral y progresiva a las
personas mayores,
u. Incluir en los planes operativos de las instituciones estatales actividades de
coordinación y cooperación con las organizaciones de personas mayores,
v. Garantizar que las personas mayores tengan todas las facilidades para obtener
sus documentos de identidad,
w. Garantizar también el trato diferenciado y preferencial de las personas mayores
con enfermedades neurodegenerativas en las instituciones públicas y privadas,
como los centros de día, especializados y de larga estadía,
x. Promover acciones dirigidas a prestar atención especial a la situación de las
personas mayores migrantes para facilitar el acceso a servicios, beneficios y
prestaciones en las comunidades de origen, tránsito y destino,
y. Garantizar el respeto de los derechos humanos de las personas mayores
privadas de libertad,
8. Fomentamos el cumplimiento del derecho de las personas mayores a trabajar y
tener acceso a actividades que generen ingresos, mediante las siguientes acciones:
a. Promover el desarrollo de medidas dirigidas a asegurar la igualdad de trato y de
oportunidades, en particular la igualdad en materia de condiciones de trabajo,
orientación, capacitación y formación en todos los niveles, en especial la formación
profesional, y colocación laboral,
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b. Adoptar políticas activas de empleo que promuevan la participación y la
reincorporación en el mercado laboral de los trabajadores mayores, teniendo en
cuenta las posibilidades de los diferentes países,
c. Promover reformas jurídicas e incentivos económicos que permitan el empleo de
las personas mayores después de la edad de jubilación, de conformidad con su
capacidad, experiencia y preferencias, incluidas medidas como la reducción gradual
de la jornada laboral, los empleos a tiempo parcial y los horarios flexibles, entre
otras,
d. Difundir la información sobre el derecho a la jubilación, su preparación y
ventajas, así como sobre las posibilidades de otras actividades profesionales o de
voluntariado,
e. Estimular el emprendimiento y facilitar el acceso al crédito,
9. Rechazamos todo tipo de maltrato contra las personas mayores y nos
comprometemos a trabajar por su erradicación, para lo cual debemos:
a. Aplicar políticas y procedimientos para prevenir, sancionar y erradicar todo tipo
de maltrato y abuso contra las personas mayores, incluida la penalización de los
responsables,
b. Establecer mecanismos de prevención y supervisión, así como el fortalecimiento
de los mecanismos judiciales, a fin de prevenir todo tipo de violencia en contra de
las personas mayores,
c. Garantizar la protección especial de las personas mayores que, por su identidad
de género, orientación sexual, estado de salud o discapacidad, religión, origen
étnico, situación de calle u otras condiciones de vulnerabilidad, corren mayor
peligro de ser maltratadas,
d. Poner a disposición de las personas mayores los recursos judiciales para
protegerlas frente a la explotación patrimonial,
10. Trabajaremos por mejorar las condiciones de vivienda y del entorno de las
personas mayores para fortalecer su autonomía e independencia, a través de:
a. Realizar los mayores esfuerzos para que las personas mayores disfruten de una
vivienda adecuada y tengan alta prioridad en la asignación de viviendas o tierras,
en especial en situaciones derivadas de crisis, emergencia, desplazamiento o
desalojo forzado,
b. Propiciar que las personas mayores vivan en un entorno seguro y saludable,
incluido el acceso a servicios y facilidades de transporte,
c. Crear y reacondicionar espacios públicos amigables y seguros, garantizando,
mediante la eliminación de barreras arquitectónicas, la accesibilidad de las
personas mayores,
- 78 -
11. Reiteramos nuestro convencimiento de que las personas mayores deben
disfrutar del derecho a la educación, desde la perspectiva del aprendizaje
permanente, para lo cual se debe:
a. Promover políticas activas de lucha contra el analfabetismo entre las mujeres y
hombres mayores,
b. Facilitar el acceso y la participación activa de las personas mayores en las
actividades recreativas, culturales y deportivas promovidas por las organizaciones,
las asociaciones y las instituciones, tanto públicas como privadas,
c. Implementar programas de educación que permitan a las personas mayores de
diferentes grupos y etnias compartir sus conocimientos, cultura y valores, teniendo
en cuenta el enfoque intercultural,
d. Promover la incorporación del tema del envejecimiento y la vejez en los planes
de estudio en todos los niveles, desde las edades más tempranas,
e. Impulsar acciones para garantizar el acceso de las personas mayores a las
tecnologías de la información y las comunicaciones, a fin de reducir la brecha
tecnológica,
12. Hacemos hincapié en las obligaciones de los Estados con respecto a un
envejecimiento con dignidad y derechos, sobre todo la obligación de erradicar las
múltiples formas de discriminación que afectan a las personas mayores, con
especial énfasis en la discriminación basada en el género, por medio de:
a. Prevenir, sancionar y erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres
mayores, incluida la violencia sexual,
b. Promover el reconocimiento del papel que desempeñan las personas mayores en
el desarrollo político, social, económico y cultural de sus comunidades, con especial
énfasis en las mujeres mayores,
c. Asegurar la incorporación y participación equitativa de las mujeres y hombres
mayores en el diseño y la aplicación de las políticas, programas y planes que les
conciernen,
d. Garantizar el acceso equitativo de las mujeres y hombres mayores a la
seguridad social y otras medidas de protección social, en particular cuando no
gocen de los beneficios de la jubilación,
e. Proteger los derechos sucesorios, en especial los de propiedad y posesión de las
mujeres mayores viudas,
13. Llamamos la atención acerca de la vulnerabilidad de las personas mayores
en situaciones de emergencia o desastres naturales y nos comprometemos a
trabajar por:
- 79 -
a. Incluir la asistencia prioritaria y preferencial a las personas mayores en los
planes de socorro para casos de desastre,
b. Elaborar directrices nacionales que incluyan a las personas mayores como un
grupo prioritario y de atención preferencial en la preparación para los casos de
desastre, la capacitación de trabajadores de socorro y la disponibilidad de bienes y
servicios,
c. Prestar una atención prioritaria y preferencial a las necesidades de las personas
mayores en situaciones de reconstrucción después de emergencias o conflictos,
14. Proponemos, con la finalidad de fortalecer las instituciones públicas dirigidas
a las personas mayores, adoptar las siguientes medidas:
a. Revisar las políticas existentes para garantizar que promuevan la solidaridad
entre las generaciones y fomenten de este modo la cohesión social,
b. Fortalecer las atribuciones y competencias administrativas y de vinculación
interinstitucional de los organismos públicos dirigidos a las personas mayores,
c. Promover el diseño e implementación de políticas públicas y programas para
fortalecer las instituciones a cargo de las personas mayores,
d. Elaborar planes quinquenales o decenales para definir prioridades de
intervención y estrategias de acción,
e. Garantizar la efectiva provisión de los recursos y presupuestos necesarios para
desarrollar las acciones que deben emprender las instituciones a favor de las
personas mayores,
f. Fortalecer la capacidad técnica de las instituciones públicas dirigidas a las
personas mayores por medio de la formación y actualización de sus equipos de
trabajo y facilitar la sostenibilidad y permanencia de los recursos humanos
especializados,
g. Realizar evaluaciones periódicas de los programas, proyectos y servicios
dirigidos a las personas mayores, que sean ejecutados por las instituciones,
h. Garantizar la participación de las personas mayores en los procesos de consulta
y rendición de cuentas institucionales,
i. Favorecer la cooperación horizontal por medio del intercambio de experiencias
entre las instituciones de los países de la región,
j. Implementar un sistema de información e indicadores específicos que sirva de
referencia en el seguimiento y evaluación de la situación de las personas mayores a
nivel nacional,
15. Solicitamos que la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL continúe promoviendo la
adopción de medidas para intensificar las actividades que realizan las Naciones
- 80 -
Unidas en materia de envejecimiento, y que la CEPAL siga prestando apoyo técnico
a los países de la región en sus esfuerzos por ampliar la protección de los derechos
humanos de las personas mayores y fortalecer los sistemas de protección social,
16. Pedimos a la Presidencia de la Mesa Directiva de esta Conferencia que
convoque a una próxima sesión de trabajo para revisar los avances de esta Carta,
y que presente los resultados de esta Conferencia y su seguimiento en las sesiones
del Comité Especial de la CEPAL sobre Población y Desarrollo,
17. Resolvemos que esta Carta de San José sobre los derechos de las personas
mayores de América Latina y el Caribe constituye la contribución de América Latina
y el Caribe al 51º período de sesiones de la Comisión de Desarrollo Social del
Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, que se celebrará en febrero de
2013,
18. Decidimos que la próxima conferencia regional intergubernamental sobre
envejecimiento se denominará conferencia regional intergubernamental sobre el
envejecimiento y los derechos de las personas mayores en América Latina y el
Caribe,
19. Felicitamos al Gobierno de Costa Rica por su notable contribución en la
realización de esta tercera Conferencia regional intergubernamental sobre
envejecimiento en América Latina y el Caribe.
- 81 -
INFORME SOBRE LA SITUACION DE LAS PERSONAS MAYORES EN EL
HEMISFERIO Y LA EFECTIVIDAD DE LOS INSTRUMENTOS UNIVERSALES Y
REGIONALES VINCULANTES DE DERECHOS HUMANOS CON RELACIÓN A LA
PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS MAYORES
(Acordado por el Grupo de Trabajo en la reunión celebrada el 2 de diciembre de
2011)
1. Introducción.
1.1. Antecedentes.
En la Declaración de Compromiso de Puerto España,1/ las Jefas y Jefes de Estado y
de Gobierno de las Américas se comprometieron a continuar ―trabajando para
incorporar los temas de la vejez en las agendas de política pública‖ y a promover
―en el marco regional y con el apoyo de la OPS y de la CEPAL, un examen sobre la
viabilidad de elaborar una convención interamericana sobre los derechos de las
personas mayores‖.
En el marco de la Organización de los Estados Americanos (OEA), los Estados
Miembros han destacado la importancia del tema a través de las Resoluciones de la
Asamblea General AG/RES. 2455 (XXXIX-O/09) y AG/RES. 2562 (XL-O/10),
encomendando al Consejo Permanente la organización de una Sesión Especial
sobre Derechos Humanos y Personas Adultas Mayores, considerando la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre que prevé que todo ser humano
tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad personal. La mencionada
Sesión Especial se llevó a cabo el día 28 de octubre de 2010, y contó con la
participación de especialistas de la Secretaría General de la OEA, de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de la Organización Panamericana de
la Salud (OPS), del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y
representantes de la sociedad civil; quienes realizaron un complejo análisis de la
situación del envejecimiento en la región y remarcaron la importancia de reforzar
los lazos de cooperación regional para impulsar la implementación de las políticas
necesarias a lo largo de nuestro continente.
Más recientemente, a través de la Resolución AG/RES. 2654 (XLI-O/11), se han
reafirmado los compromisos anteriores, impulsando los esfuerzos en el ámbito de
la OEA para crear un grupo de trabajo con el fin de analizar la situación de las
personas mayores en el Hemisferio y la efectividad de los instrumentos universales
y regionales vinculantes de derechos humanos con relación a la protección de los
derechos de las personas mayores con el objetivo final de elaborar una convención
interamericana sobre los derechos de las personas mayores, con la participación de
instituciones especializadas en el tema.
1. Reserva de Nicaragua.
- 82 -
1.2. Mandatos de la Resolución AG/RES. 2654 (XLI-O/11) relativos a
la creación y cometidos del Grupo de Trabajo sobre los Derechos Humanos
de las Personas Mayores.
La Resolución AG/RES. 2654 (XLI-O/11)2/, sobre ―Protección de los Derechos
Humanos de las Personas Mayores‖, encomendó al Consejo permanente la creación
de un grupo de trabajo con el mandato de preparar de un informe que analice la
situación de las personas mayores en el hemisferio y la efectividad de los
instrumentos universales y regionales vinculantes de derechos humanos con
relación a la protección de los derechos de las personas mayores, antes de fines de
2011.
El Consejo Permanente delegó el cumplimiento de este mandato a la Comisión de
Asuntos Jurídicos y Políticos (CAJP); la que constituyó, en sesión del día 22 de
septiembre de 2011, el Grupo de Trabajo sobre Derechos Humanos de las Personas
Mayores, designando como Presidenta a Ana Pastorino, Representante Alterna de la
República Argentina. Mediante la aprobación del correspondiente plan de trabajo, el
Grupo de Trabajo resolvió, a los efectos de recolectar insumos para el
cumplimiento de su mandato: sistematizar en un documento base las conclusiones
de la sesión especial del Consejo Permanente del 28 de octubre de 2010; solicitar
insumos sobre el tema a todos los Estados Miembros del Grupo de Trabajo y a los
organismos internacionales especializados en el tema; y celebrar una sesión de
diagnóstico el día 4 de noviembre de 2011.
Tras la recolección de los insumos mencionados en el párrafo anterior, el Grupo de
Trabajo ha consolidado las principales conclusiones provistas por los especialistas
de los Estados Miembros y de agencias internacionales especializadas, y ha
elaborado el presente informe sobre la situación de las personas mayores en el
Hemisferio y sobre la efectividad de los instrumentos universales y regionales de
derechos humanos con relación a la protección de los derechos de las personas
mayores.
2. Situación de las personas mayores en el Hemisferio.
El proceso de envejecimiento poblacional es una realidad actual compleja que
plantea a los Estados nuevos desafíos para un tratamiento específico acerca de las
necesidades particulares de la población adulta mayor, en cuyo marco los derechos
merecen una atención fundamental, en términos de su promoción y protección
internacional. El contexto demográfico actual se caracteriza por un aumento
sostenido del número de personas adultas mayores. Según datos proporcionados al
Grupo de Trabajo por algunas de las más competentes y reconocidas entidades
internacionales en el tema:
El estimado del Departamento de Asuntos Jurídicos Económicos y Sociales de las
Naciones Unidas muestra que una de cada 10 personas en el mundo tiene 60 años
de edad o más;
2. Reservas de Canadá y Estados Unidos.
- 83 -
A nivel mundial se espera que el número de personas mayores de 60 años
aumente de 600 millones que vivían en el año 2000, a más de dos mil millones en
el 2050, según estimación del UNFPA;
En las Américas residen alrededor de 106 millones de personas mayores de 60
años, y se calcula que en 2050 esta cifra alcanzará aproximadamente los 310
millones, de los cuales 190 millones residirán en América Latina y el Caribe, de
acuerdo con la OPS;
Con base en el estudio de las tendencias demográficas actuales, en el año 2050
una de cada cinco personas será mayor de 60 años, de acuerdo a los datos
presentados por la CIDH;
Las proyecciones de la CEPAL para América Latina y el Caribe, también en el
ámbito regional, señalan que actualmente más de 57 millones de habitantes tienen
60 años o más, y, para 2050, las personas mayores sumarán más de 180 millones,
por lo que serán más de una cuarta parte de la población;
Otro dato aportado por la CEPAL, es que alrededor de 2040 la población de América
Latina y el Caribe experimentará un cambio inédito en su historia: habrá más
personas mayores que niños. Hecho que ocurrirá más tempranamente en unos
países que en otros.
La expectativa de vida, que entre 1950 y 2010 ha aumentado de 51 años a 75 años
en promedio y la proyección es que aún se elevará a los 80 años a mediados de
siglo. 3/
Es importante observar que este rápido crecimiento de la población adulta mayor
impacta seriamente la capacidad de los sistemas de protección social, tanto en los
países menos desarrollados como en los países más desarrollados y por ello mismo,
requiere la elaboración de medidas de protección que puedan acompañar los
cambios demográficos, para que el envejecimiento de la población no se convierta
en un problema por la falta de previsión.
En América Latina y el Caribe el 50% de las personas mayores no tienen recursos
suficientes para satisfacer sus necesidades diarias y una mínima parte de los países
de la región tienen metas de promoción de salud en personas mayores de 60
años.4/ El diagnóstico de la OPS identifica la existencia de miles de personas
mayores de la región viviendo en una situación de discriminación, impotencia y
abandono.
No es menor la incidencia de la pobreza en las personas de edad. El informe del
Secretario General de las Naciones Unidas publicado en julio del año 2011, destaca
a la pobreza como un problema apremiante que afecta el bienestar de las personas
de edad de manera diferente que al resto de la población, puesto que suele estar
3. CEPAL
4. OPS.
- 84 -
asociada a enfermedades, falta de redes de apoyo, escasa escolaridad y una vida
productiva marcada por la informalidad o la intermitencia laboral.5/
La Organización de Entidades Mutuales de las Américas (ODEMA), en
representación de la sociedad civil, ha agregado al diagnóstico la perspectiva de la
existencia de barreras arquitectónicas en las viviendas de las personas mayores
que causan dificultades diarias, como la imposibilidad de alimentarse
adecuadamente, de cumplir con su aseo personal, de trasladarse en su casa, de
tomar su medicación y otras actividades simples pero necesarias. Para enfrentar
estas carencias, ha sugerido la necesidad de implementar diversos servicios
especiales de una manera integrada a través del mutualismo para mejorar la
independencia de esas personas en las tareas de la vida diaria, facilitar el acceso y
la movilidad en la vivienda, adaptar el ambiente y compensar las disfunciones.
El maltrato a las personas mayores tanto en sectores públicos como privados es
otro aspecto que despierta preocupación. Este fue identificado como un problema
creciente en la región que demanda que los países se adecuen al nuevo contexto
de la situación demográfica y epidemiológica a través de medidas específicas de
protección.6/
El desafío de la protección de los derechos de las personas mayores también está
presente en una perspectiva de género. En la actualidad, las mujeres mayores
representan el 56% de la población adulta mayor y el 11% de la población
femenina total. A su vez, la población femenina de edad avanzada experimenta un
notable proceso de envejecimiento interno expresado en que una de cada tres
mujeres mayores latinoamericanas tenía 75 años o más en 2010. Si bien, en la
mayoría de los países la expectativa de vida de las mujeres es más larga que la de
los hombres, ello no siempre está asociado a su calidad, ya que ellas suelen pasar
más años con limitaciones funcionales debido a las inequidades experimentadas en
el transcurso de la vida.7/
Estas mujeres mayores, muchas veces se ven expuestas a situaciones de múltiples
riesgos. No obstante que en la región, 17 países cuentan con legislación de
violencia intrafamiliar; en seis de ellos, no se protege a las personas de edad, y
mismo cuando se ha registrado el maltrato en la vejez, según la CEPAL, las
garantías de protección son insuficientes. En lo que se refiere a las leyes y políticas
sobre igualdad de género, estas también son neutras con respecto a la edad, y por
ello, no son suficientes para lograr la protección efectiva de este grupo en situación
de vulnerabilidad.
Otro punto que ha sido destacado es el impacto de los desastres naturales para las
personas mayores. Su frecuente ocurrencia en los últimos años ha revelado la
5. Ibíd.
6. Ibíd. 3.
7. CEPAL
- 85 -
particular desprotección de las personas mayores afectadas por estos sucesos.
Recientes desastres naturales de gran magnitud como los terremotos que afectaron
Haití y Chile han dejado en evidencia que los sectores más expuestos a riesgos son
las personas de edad. Una encuesta, coordinada por la Oficina de Coordinación
para Asuntos Humanitarios (OCHA) de Naciones Unidas y el Gobierno de Haití, ha
mostrado que las personas mayores están más expuestas durante las emergencias,
porque les es más difícil salir a buscar ayuda. En el mismo sentido, en Chile, del
total de fallecidos informados por el Ministerio del Interior, casi 60% correspondió a
personas mayores y menores de edad.8/
El acceso a la justicia es un derecho que también puede encontrar en situación de
desventaja a las personas mayores, ya que muchas veces los procedimientos de
varios años pueden significar que estas personas nunca vean sus pretensiones
contempladas, particularmente ante situaciones de abuso económico y sucesorio.
La CEPAL ha abordado también el análisis de la situación del envejecimiento en las
cárceles. Sin distinción del nivel de desarrollo de los países, ha afirmado que las
personas mayores en situación de cárcel no cuentan con la atención necesaria,
además de las que pasan en prisión por largos periodos sin recibir condena.
3. La efectividad de los instrumentos universales y regionales vinculantes
de derechos humanos con relación a los derechos de las personas
mayores.
3.1. Dispersión normativa.
El gran reto para la promoción de la protección de los derechos de las personas
mayores está relacionado al diagnóstico de dispersión e insuficiencia normativa.9/
Para este análisis también se contó con la participación de expertos y con los
aportes de los Estados Miembros en las sesiones del Grupo de Trabajo, así como
con informes de autoridades nacionales, para esclarecer la situación normativa de
la protección de las personas mayores. En la doctrina internacional de derechos
humanos, la cuestión del envejecimiento ha sido tratada bajo la amplia acepción de
―cualquier otra condición social‖. El argumento para justificar un tratamiento
amplio se basa en la naturaleza universal de los instrumentos internacionales que,
por definición incluyen a las personas de edad avanzada.10/
La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 no hace referencia a las
personas mayores explícitamente aunque todas sus disposiciones se aplican a
todas las personas sin discriminación, incluyendo, por supuesto, a este grupo
social. El Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966) tampoco
contiene referencia explícita a los derechos de las personas de edad, excepto en el
artículo 9 que trata sobre seguridad social. Es por ello que en el año 1995, el
8. Ibíd. 4.
9. Ibíd.
10. Visión del Estado de Argentina respecto a los derechos de las personas mayores y los
correspondientes deberes de los Estados.
- 86 -
Comité del Pacto preparó la Observación General No. 6 que indica: “Los Estados
Parte en el Pacto deben prestar atención especial a la promoción y
protección de los derechos económicos, sociales y culturales de las
personas de edad”.11/ En este sentido, el referido Comité, expresó en 1995 que
―ni en el Pacto ni en la Declaración Universal de Derechos Humanos se hace
explícitamente referencia a la edad como uno de los factores prohibidos.12/
La región enfrenta hoy una nueva situación demográfica y epidemiológica que
demanda a los países adecuarse a nuevos contextos y adoptar programas y
medidas específicas que protejan los derechos de las personas mayores,
reconociendo la existencia de áreas que requieren estándares y medidas regionales
más específicas que las existentes.13/ En referencia a la necesidad de afrontar la
dispersión normativa de los derechos de las personas adultas mayores, la CEPAL ha
enfatizado que ―la creación de un tratado para proteger los derechos de las
personas adultas mayores trae consigo una serie de beneficios‖, entre los cuales
resalta:
Eliminar la enorme dispersión existente en la actualidad para codificar e
interpretar los derechos en contexto de envejecimiento; y
Facilitar la labor de promoción y protección por parte de los Estados, de los
actores internacionales, y de la sociedad civil.
En su extenso análisis sobre la insuficiencia normativa que limita la protección
efectiva de los derechos de las personas mayores, la CEPAL afirmó que las normas
internacionales actualmente existentes no dotan suficientemente de un conjunto de
principios normativos coherentes que puedan guiar la acción normativa y las
políticas públicas de los Estados. Los principios de las Naciones Unidas a favor de
las personas de edad, no obstante proporcionan un marco de referencia universal,
por su propia naturaleza, son de carácter genérico y carecen de concreción en
muchos de los ámbitos de la realidad que nos ocupa.
Igualmente las normas generales de derechos humanos y otras normas
internacionales dejan de lado una serie de derechos específicos y medidas de
protección que requieren de una mayor elaboración normativa a la luz de los
nuevos entendimientos, consensos desarrollados, recomendaciones de las
agencias internacionales y decisiones de los órganos de tratados de derechos
humanos.
Cuando se adoptaron los pactos de derechos humanos y algunas convenciones
específicas, el envejecimiento demográfico no era un fenómeno suficientemente
relevante para ser tomado en cuenta por los organismos internacionales y
regionales. Hoy en día las transformaciones en esta materia ocurren como una
revolución silenciosa que, por la velocidad sin precedentes y el contexto de
11
. Ibíd. 12
. Ibíd. 13
. OPS, Sesión del Grupo de Trabajo del 4 de noviembre de 2011.
- 87 -
desigualdad en que se producen, tendrán serias consecuencias para el desarrollo,
las políticas públicas y el ejercicio efectivo de los derechos humanos.14/
En referencia al Plan de Acción sobre el Envejecimiento Activo y Saludable, la OPS
reconoce que se trata de un documento técnico, que, si bien significa un
importante aporte al sistema interamericano para encontrar soluciones a
obstáculos todavía existentes en políticas, planes y legislaciones con relación al
bienestar de las personas mayores en todo el Hemisferio; no es un instrumento
vinculante y tampoco contempla, dada su naturaleza jurídica un órgano o comité
regional que pueda supervisar y evaluar constantemente la protección de los
derechos humanos de las personas mayores tanto en la sociedad civil como en las
instituciones de larga estadía públicas o privadas.
Tanto el Plan de Acción Internacional de Viena sobre el Envejecimiento (1982),
como la Declaración Política y Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento
(Madrid, 2002) si bien constituyen diagnósticos importantes sobre la situación de
las personas mayores, son documentos que tampoco poseen carácter vinculante.
Asimismo, el Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas, en referencia a su informe titulado "La necesidad de una perspectiva de
derechos humanos y un mecanismo eficaz de las Naciones Unidas a los derechos de
las personas mayores", señaló que en dicho informe se destaca la importancia y la
necesidad de una convención internacional dedicada específicamente a los derechos
de las personas mayores y la inclusión del tema en la agenda internacional de
derechos humanos.15/
HelpAge International, como uno de los representantes de la sociedad civil que
contribuyeron al presente informe, destacó que los instrumentos existentes del
sistema internacional de derechos humanos no abordan ni protegen
adecuadamente los derechos de los hombres y las mujeres mayores; las
comisiones que monitorean los tratados y compromisos en derechos humanos rara
vez preguntan sobre los derechos de las personas mayores. El derecho a la no
discriminación; derecho a la identidad, a no sufrir de la violencia, al trabajo digno
con seguridad social, su derecho a la salud, a la herencia, y muchos otros,
continúan siendo vulnerados de manera sistemática en los países de esta región.
El Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del MERCOSUR (IPPDH)
proporcionó al Grupo de Trabajo la perspectiva sobre el tema de los Estados
Miembros del MERCOSUR, a través del comunicado conjunto de los Presidentes del
bloque y Estados Asociados, emitido con ocasión de la XXXVII Reunión Ordinaria
del Consejo de este organismo (julio de 2009), en el que reiteran el compromiso
con la promoción del tema de los derechos de las personas mayores, con el
objetivo de lograr la adopción de una convención internacional.16/ El comunicado
14
. CEPAL. 15
. Palabras de la Representante de la República Federativa del Brasil, en la sesión del Grupo
de Trabajo de 4 de noviembre de 2011. 16
. Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del Mercosur (IPPDH).
- 88 -
refleja el compromiso en alcanzar la consolidación del diálogo sobre este tema en el
ámbito interamericano.
En suma, ante la dispersión y la insuficiencia normativa que se constata, se impone
el desafío de encontrar mecanismos eficaces y específicos que garanticen la calidad
de vida, el bienestar, la salud y los demás derechos de las personas mayores,
principalmente en áreas en las que es necesario establecer estándares,
lineamentos técnicos y medidas más específicas que las existentes.17/
3.2. Medidas especiales para la protección de los derechos humanos
de las personas mayores.
A pesar de la existencia de derechos consagrados en diversos instrumentos cuyo
carácter universal alcanza a las personas mayores; este grupo de la sociedad se
encuentra expuesto a situaciones de vulnerabilidad que hacen necesaria la
adopción de medidas afirmativas para lograr que la efectiva tutela de sus derechos
contemple las situaciones particulares a que están sometidas.
En el ámbito de la participación de representantes nacionales y expertos
provenientes de organismos internacionales y de la sociedad civil en el Grupo de
Trabajo, la OPS ha señalado, por ejemplo, que si bien existen instrumentos
generales de derechos humanos que abarcan de forma universal los derechos de
todas las personas, existen situaciones específicas que implican que las personas
mayores se encuentren más expuestas a ser vulneradas en sus derechos. En ese
sentido, la OPS ha señalado a modo de ejemplo diversos derechos, entre los cuales
destacó:
El derecho a la vida, si bien está contemplado en instrumentos como la Convención
Americana sobre Derechos Humanos de 1969 (artículo 4), no hay previstas
medidas específicas para garantizar el derecho a vida de las personas mayores,
hasta el final de la vida, como los pacientes terminales, ni medidas que
proporcionen una atención de calidad, sobre todo para evitar aislamiento, maltrato
físico o mental y el abandono.
El derecho a la integridad personal también está contemplado de manera general
en el artículo 5, pero para su efectiva tutela en el caso de las personas mayores se
sugiere, por ejemplo, la previsión de medidas específicas, sobre todo para las
personas que residen en instituciones de larga estadía, como residencias u hogares
protegidos para regular las funciones de cuidadores y personal de salud y su
capacitación en estándares sobre derechos humanos y envejecimiento, para evitar
que golpeen o empujen a estas personas, las fuercen a comer alimentos, o sean
sometidas a quemaduras o al abuso sexual.
En cuanto al derecho a la salud, a pesar de estar previsto en instrumentos como el
Protocolo de San Salvador (artículo 10), no es específico con relación a medidas
17
. Ibíd. 3.
- 89 -
mínimas que son necesarias para proteger el derecho a la salud de las personas
mayores, como: 18/
Políticas y planes específicos para la protección de los derechos humanos de las
personas que utilizan los servicios de cuidado a largo plazo;
Capacitación de los recursos humanos que gerencian los programas nacionales
dedicados a las personas mayores;
Formulación y revisión de marcos legales y mecanismos para la protección de
los derechos humanos de las personas mayores;
Establecimiento de servicios integrales de salud que verdaderamente
respondan a las necesidades de las personas mayores y reorientación de los
servicios existentes;
Establecimiento de entornos físicos, sociales y culturales que potencien el
desarrollo de las personas mayores y la protección de su capacidad para tomar
decisiones, y que favorezcan el ejercicio de derechos humanos en la vejez tales
como empleo decente, educación a lo largo de toda la vida y mejoramiento de
la cobertura de pensiones tanto contributivas como no contributivas y su
derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud;
Opciones de atención comunitaria a largo plazo incluidas viviendas adaptadas y
residencias asistidas con especial atención a salud nutricional, lesiones no
intencionales, prevención de caídas y de agresiones que puedan crear o
incrementar la discapacidad física o mental de las personas mayores y por
consiguiente violaciones a su derecho a preservar su integridad física, psíquica
y moral.
Por ello, se alude no solo a la necesidad de garantizar medidas que protejan la
calidad de vida y el bienestar; sino también medidas que tutelen el entorno del
adulto mayor, como los cuidadores familiares sin soporte comunitario, trabajadores
de la salud sin las herramientas adecuadas y profesionales de la salud sin
preparación en estos temas.
La orientación para la protección efectiva de los derechos humanos de las personas
mayores debe observar el principio de no discriminación, que hace referencia a la
situación de estigma, exclusión y violencia que sufren las personas mayores, y el
principio de participación, en cuanto a la contribución sustancial de los adultos
mayores a sus familias, comunidades y sociedades en general; las personas
mayores deben participar de cualquier decisión que los concierne y que tenga
impacto en el entorno del cual son parte.19/
Se afirmó, asimismo, la importancia de satisfacer plenamente las necesidades
materiales y espirituales de las personas de edad para concebir una sociedad
18
. Ibíd. 19
. UNFPA.
- 90 -
solidaria y justa. Si bien se han promovido iniciativas a favor de las personas
mayores a nivel global como el Plan de Acción de Viena en 2002, el Plan de Acción
de Madrid y los Principios a Favor de las Personas de Edad que fueron aprobados
por las Naciones Unidas ya comentados, hay conciencia en las Américas de que los
esfuerzos deben profundizarse para adaptarse a las modernas corrientes que
propugnan por una convención internacional vinculante que proteja los derechos de
las personas de edad. En el ámbito regional se ha dado seguimiento a este
compromiso a través de la Declaración de Brasilia que también respalda una
convención internacional para la protección de los derechos de las personas de
edad, sosteniendo la lucha a favor de esta población vulnerable.
4. Conclusión
Las personas mayores se encuentran visiblemente en situación de vulnerabilidad
en el ejercicio normal de sus derechos y ello ha generado la conciencia en las
sociedades de la necesidad de que los Estados intervengan para garantizar el
principio de no discriminación igualando a los desiguales.
Los Gobiernos deben asegurar a este grupo vulnerable igual título a gozar, como
todos los demás ciudadanos, de todos los derechos civiles, políticos, económicos,
sociales y culturales. Los Estados deben tomar medidas afirmativas en este sentido
para asegurar el derecho a la igualdad de oportunidades y a la no discriminación de
las personas mayores.
Todos los interlocutores que participan del proceso de discusión de la temática
coinciden en que el envejecimiento debe ser abordado como una cuestión de
derechos humanos y bajo esta concepción tener consecuencias tanto en el diseño e
implementación de políticas públicas, como en la adopción de leyes en los Estados.
Fue señalada con énfasis por los expertos una dispersión normativa en el nivel
internacional; y también, en el nivel nacional, en que los enfoques dados por cada
país son distintos. Mientras unos países poseen legislaciones nacionales especiales
para personas mayores, otros países poseen diferentes formas de institucionalidad,
lo que demuestra la falta de uniformidad y estandarización del tema en la región.
Además de distintas normativas internas, se destacan algunos instrumentos de
protección al adulto mayor a nivel internacional y regional que no son
jurídicamente vinculantes como, el Plan Internacional de Viena, en el seno de las
Naciones Unidas, el Plan Internacional de Madrid y los Principios en Favor de las
Personas de Edad, como recomendaciones del Comité para la Eliminación de la
Discriminación Contra la Mujer y Comité de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, entre otros. En el sistema interamericano, fueron destacados el
Protocolo de San Salvador y el Plan de Acción de la OPS, que como se ha
mencionado anteriormente no son suficientes para tutelar las medidas especificas
de protección de los derechos de las personas mayores.
No solo la dispersión normativa sino también la especificidad del tipo de protección
que requieren las personas mayores, amerita contar con un instrumento
- 91 -
jurídicamente vinculante que tutele sus derechos humanos, en el marco de la
urgencia que impone la progresividad del cambio demográfico.
La región enfrenta grandes retos en el cuidado de las personas mayores en el
contexto de envejecimiento poblacional. Sobre este cuadro normativo actual, los
debates del Grupo de Trabajo pusieron en evidencia la insuficiencia de los
instrumentos internacionales y regionales para la protección de los derechos de las
personas mayores en el continente. La intensa participación de los Estados
Miembros en la sesión del 4 de noviembre de 2011, demuestra no solo la
importancia que el tema tiene para los Estados miembros de la OEA, sino también
el nivel de compromiso de estos países con la temática. La reafirmación de este
compromiso con la urgencia del tema y la necesidad de fortalecer la cooperación
regional para la efectiva protección de este grupo en situación de vulnerabilidad
determinó que el Grupo de Trabajo reconociera la urgencia de elaborar un
instrumento interamericano jurídicamente vinculante.
Es preciso remarcar que las instituciones especializadas que colaboraron para el
debate del tema en el seno del presente Grupo de Trabajo, como la OPS, CEPAL,
UNFPA, y representantes de las organizaciones de la sociedad civil, y entidades
regionales, amparadas por sus Estados miembros, como el MERCOSUR, respaldan
la elaboración de un instrumento interamericano vinculante que establezca medidas
específicas para la protección de los derechos de las personas mayores.
Por todas estas razones, señala este informe la necesidad de cumplir con el
siguiente mandato de este Grupo de Trabajo para el año 2012 que, de acuerdo al
párrafo resolutivo 2 de la Resolución AG/RES 2654 (XLI-0/11), consiste en elaborar
―un proyecto de convención interamericana para la promoción y protección de los
derechos de las personas mayores antes que finalice el primer semestre de 2012.‖
ANEXO I: Esquema de procesos regionales y universales sobre el tema de cara a
la conferencia de Costa Rica 2012 de la CEPAL.20/
20
. Fuente: CEPAL.
93
93
LEY DE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS ADULTAS MAYORES
Nueva Ley publicada en el Diario Oficial de la Federación el 25 de junio de
2002
TEXTO VIGENTE
Última reforma publicada DOF 25-04-2012
Al margen un sello con el Escudo Nacional, que dice: Estados Unidos Mexicanos.-
Presidencia de la República.
VICENTE FOX QUESADA, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, a sus
habitantes sabed:
Que el Honorable Congreso de la Unión, se ha servido dirigirme el siguiente
DECRETO
"EL CONGRESO GENERAL DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, D E C R E T A:
SE CREA LA LEY DE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS ADULTAS MAYORES
LEY DE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS ADULTAS MAYORES
TÍTULO PRIMERO
CAPÍTULO ÚNICO
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 1o. La presente Ley es de orden público, de interés social y de
observancia general en los Estados Unidos Mexicanos. Tiene por objeto garantizar
el ejercicio de los derechos de las personas adultas mayores, así como establecer
las bases y disposiciones para su cumplimiento, mediante la regulación de:
I. La política pública nacional para la observancia de los derechos de las personas
adultas mayores;
II. Los principios, objetivos, programas, responsabilidades e instrumentos que la
administración pública federal, las entidades federativas y los municipios deberán
observar en la planeación y aplicación de la política pública nacional, y
III. El Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores.
Artículo 3o. Para los efectos de esta Ley, se entenderá por:
I. Personas adultas mayores. Aquellas que cuenten con sesenta años o más de
edad y que se encuentren domiciliadas o en tránsito en el territorio
nacional; (…)
Artículo 4o. Son principios rectores en la observación y aplicación de esta Ley:
94
94
I. Autonomía y autorrealización. Todas las acciones que se realicen en beneficio de
las personas adultas mayores orientadas a fortalecer su independencia, su
capacidad de decisión y su desarrollo personal y comunitario;
II. Participación. La inserción de las personas adultas mayores en todos los
órdenes de la vida pública. En los ámbitos de su interés serán consultados y
tomados en cuenta; asimismo se promoverá su presencia e intervención;
Fracción reformada DOF 26-01-2005
III. Equidad. Es el trato justo y proporcional en las condiciones de acceso y
disfrute de los satisfactores necesarios para el bienestar de las personas adultas
mayores, sin distinción por sexo, situación económica, identidad étnica, fenotipo,
credo, religión o cualquier otra circunstancia;
IV. Corresponsabilidad. La concurrencia y responsabilidad compartida de los
sectores público y social, en especial de las comunidades y familias, para la
consecución del objeto de esta Ley, y
V. Atención preferente. Es aquella que obliga a las instituciones federales, estatales
y municipales de gobierno, así como a los sectores social y privado a implementar
programas acordes a las diferentes etapas, características y circunstancias de las
personas adultas mayores.
CAPÍTULO II
DE LOS DERECHOS
Artículo 5o. De manera enunciativa y no limitativa, esta Ley tiene por objeto
garantizar a las personas adultas mayores los siguientes derechos:
I. De la integridad, dignidad y preferencia:
a. A una vida con calidad. Es obligación de las Instituciones Públicas, de la
comunidad, de la familia y la sociedad, garantizarles el acceso a los programas que
tengan por objeto posibilitar el ejercicio de este derecho.
b. Al disfrute pleno, sin discriminación ni distinción alguna, de los derechos que
ésta y otras leyes consagran.
c. A una vida libre sin violencia.
d. Al respeto a su integridad física, psicoemocional y sexual.
e. A la protección contra toda forma de explotación.
f. A recibir protección por parte de la comunidad, la familia y la sociedad, así como
de las instituciones federales, estatales y municipales.
g. A vivir en entornos seguros dignos y decorosos, que cumplan con sus
necesidades y requerimientos y en donde ejerzan libremente sus derechos.
95
95
II. De la certeza jurídica:
a. A recibir un trato digno y apropiado en cualquier procedimiento judicial que los
involucre, ya sea en calidad de agraviados, indiciados o sentenciados.
b. A recibir el apoyo de las instituciones federales, estatales y municipales en el
ejercicio y respeto de sus derechos.
c. A recibir asesoría jurídica en forma gratuita en los procedimientos
administrativos o judiciales en que sea parte y contar con un representante legal
cuando lo considere necesario.
d. En los procedimientos que señala el párrafo anterior, se deberá tener atención
preferente en la protección de su patrimonio personal y familiar y cuando sea el
caso, testar sin presiones ni violencia.
III. De la salud, la alimentación y la familia:
a. A tener acceso a los satisfactores necesarios, considerando alimentos, bienes,
servicios y condiciones humanas o materiales para su atención integral.
b. A tener acceso preferente a los servicios de salud, de conformidad con el párrafo
tercero del artículo 4o. Constitucional y en los términos que señala el artículo 18 de
esta Ley, con el objeto de que gocen cabalmente del derecho a su sexualidad,
bienestar físico, mental y psicoemocional.
c. A recibir orientación y capacitación en materia de salud, nutrición e higiene, así
como a todo aquello que favorezca su cuidado personal.
Las familias tendrán derecho a recibir el apoyo subsidiario de las instituciones
públicas para el cuidado y atención de las personas adultas mayores.
IV. De la educación:
a. A recibir de manera preferente el derecho a la educación que señala el artículo
3o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de conformidad con
el artículo 17 de esta Ley.
b. Las instituciones educativas, públicas y privadas, deberán incluir en sus planes y
programas los conocimientos relacionados con las personas adultas mayores;
asimismo los libros de texto gratuitos y todo material educativo autorizado y
supervisado por la Secretaría de Educación Pública, incorporarán información
actualizada sobre el tema del envejecimiento y las personas adultas mayores.
Inciso reformado DOF 26-01-2005
V. Del trabajo:
A gozar de igualdad de oportunidades en el acceso al trabajo o de otras opciones
que les permitan un ingreso propio y desempeñarse en forma productiva tanto
96
96
tiempo como lo deseen, así como a recibir protección de las disposiciones de la Ley
Federal del Trabajo y de otros ordenamientos de carácter laboral.
VI. De la asistencia social:
a. A ser sujetos de programas de asistencia social en caso de desempleo,
discapacidad o pérdida de sus medios de subsistencia.
b. A ser sujetos de programas para contar con una vivienda digna y adaptada a sus
necesidades.
c. A ser sujetos de programas para tener acceso a una casa hogar o albergue, u
otras alternativas de atención integral, si se encuentran en situación de riesgo o
desamparo.
VII. De la participación:
a. A participar en la planeación integral del desarrollo social, a través de la
formulación y aplicación de las decisiones que afecten directamente a su bienestar,
barrio, calle, colonia, delegación o municipio.
b. De asociarse y conformar organizaciones de personas adultas mayores para
promover su desarrollo e incidir en las acciones dirigidas a este sector.
c. A participar en los procesos productivos, de educación y capacitación de su
comunidad.
d. A participar en la vida cultural, deportiva y recreativa de su comunidad.
e. A formar parte de los diversos órganos de representación y consulta ciudadana.
VIII. De la denuncia popular:
Toda persona, grupo social, organizaciones no gubernamentales, asociaciones o
sociedades, podrán denunciar ante los órganos competentes, todo hecho, acto u
omisión que produzca o pueda producir daño o afectación a los derechos y
garantías que establece la presente Ley, o que contravenga cualquier otra de sus
disposiciones o de los demás ordenamientos que regulen materias relacionadas con
las personas adultas mayores.
IX. Del acceso a los Servicios:
a. A tener una atención preferente en los establecimientos públicos y privados que
prestan servicios al público.
b. Los servicios y establecimientos de uso público deberán implementar medidas
para facilitar el uso y/o acceso adecuado.
c. A contar con asientos preferentes en los establecimientos que prestan servicios
al público y en los servicios de autotransporte de pasajeros.
97
97
Fracción adicionada DOF 26-01-2006
TÍTULO TERCERO
DE LOS DEBERES DEL ESTADO, LA SOCIEDAD Y LA FAMILIA
CAPÍTULO ÚNICO
Artículo 6o. El Estado garantizará las condiciones óptimas de salud, educación,
nutrición, vivienda, desarrollo integral y seguridad social a las personas adultas
mayores. Asimismo, deberá establecer programas para asegurar a todos los
trabajadores una preparación adecuada para su retiro. Igualmente proporcionará:
I. Atención preferencial: Toda institución pública o privada que brinde servicios a
las personas adultas mayores deberá contar con la infraestructura, mobiliario y
equipo adecuado, así como con los recursos humanos necesarios para que se
realicen procedimientos alternativos en los trámites administrativos, cuando tengan
alguna discapacidad. El Estado promoverá la existencia de condiciones adecuadas
para las personas adultas mayores tanto en el transporte público como en los
espacios arquitectónicos;
Fracción reformada DOF 26-01-2005
II. Información: Las instituciones públicas y privadas, a cargo de programas
sociales deberán proporcionarles información y asesoría tanto sobre las garantías
consagradas en esta Ley como sobre los derechos establecidos en otras
disposiciones a favor de las personas adultas mayores, y
III. Registro: El Estado a través del Instituto Nacional de las Personas Adultas
Mayores, recabará la información necesaria del Instituto Nacional de Estadística,
Geografía e Informática, para determinar la cobertura y características de los
programas y beneficios dirigidos a las personas adultas mayores.
Fracción reformada DOF 26-01-2005
Artículo 7o. El Estado promoverá la publicación y difusión de esta Ley para que la
sociedad y las familias respeten a las personas adultas mayores e invariablemente
otorguen el reconocimiento a su dignidad.
Artículo 8o. Ninguna persona adulta mayor podrá ser socialmente marginada o
discriminada en ningún espacio público o privado por razón de su edad, género,
estado físico, creencia religiosa o condición social.
Artículo 9o. La familia de la persona adulta mayor deberá cumplir su función
social; por tanto, de manera constante y permanente deberá velar por cada una de
las personas adultas mayores que formen parte de ella, siendo responsable de
proporcionar los satisfactores necesarios para su atención y desarrollo integral y
tendrá las siguientes obligaciones para con ellos:
I. Otorgar alimentos de conformidad con lo establecido en el Código Civil;
98
98
II. Fomentar la convivencia familiar cotidiana, donde la persona adulta mayor
participe activamente, y promover al mismo tiempo los valores que incidan en sus
necesidades afectivas, de protección y de apoyo, y
III. Evitar que alguno de sus integrantes cometa cualquier acto de discriminación,
abuso, explotación, aislamiento, violencia y actos jurídicos que pongan en riesgo su
persona, bienes y derechos.
TÍTULO CUARTO
DE LA POLÍTICA PÚBLICA NACIONAL DE LAS PERSONAS ADULTAS
MAYORES
CAPÍTULO I
DE LOS OBJETIVOS
Artículo 10.- Son objetivos de la Política Nacional sobre personas adultas mayores
los siguientes:
Párrafo reformado DOF 26-01-2005
I. Propiciar las condiciones para un mayor bienestar físico y mental a fin de que
puedan ejercer plenamente sus capacidades en el seno de la familia y de la
sociedad, incrementando su autoestima y preservando su dignidad como ser
humano;
II. Garantizar a las personas adultas mayores el pleno ejercicio de sus derechos,
sean residentes o estén de paso en el territorio nacional;
III. Garantizar igualdad de oportunidades y una vida digna, promoviendo la
defensa y representación de sus intereses;
IV. Establecer las bases para la planeación y concertación de acciones entre las
instituciones públicas y privadas, para lograr un funcionamiento coordinado en los
programas y servicios que presten a este sector de la población, a fin de que
cumplan con las necesidades y características específicas que se requieren;
V. Impulsar la atención integral e interinstitucional de los sectores público y
privado y de conformidad a los ordenamientos de regulación y vigilar el
funcionamiento de los programas y servicios de acuerdo con las características de
este grupo social;
VI. Promover la solidaridad y la participación ciudadana para consensar programas
y acciones que permitan su incorporación social y alcanzar un desarrollo justo y
equitativo;
VII. Fomentar en la familia, el Estado y la sociedad, una cultura de aprecio a la
vejez para lograr un trato digno, favorecer su revalorización y su plena integración
social, así como procurar una mayor sensibilidad, conciencia social, respeto,
99
99
solidaridad y convivencia entre las generaciones con el fin de evitar toda forma de
discriminación y olvido por motivo de su edad, género, estado físico o condición
social;
VIII. Promover la participación activa de las personas adultas mayores en la
formulación y ejecución de las políticas públicas que les afecten;
IX. Impulsar el desarrollo humano integral de las personas adultas mayores
observando el principio de equidad de género, por medio de políticas públicas,
programas y acciones a fin de garantizar la igualdad de derechos, oportunidades y
responsabilidades de hombres y mujeres así como la revalorización del papel de la
mujer y del hombre en la vida social, económica, política, cultural y familiar, así
como la no discriminación individual y colectiva hacia la mujer;
X. Fomentar la permanencia, cuando así lo deseen, de las personas adultas
mayores en su núcleo familiar y comunitario;
XI. Propiciar formas de organización y participación de las personas adultas
mayores, que permitan al país aprovechar su experiencia y conocimiento;
XII. Impulsar el fortalecimiento de redes familiares, sociales e institucionales de
apoyo a las personas adultas mayores y garantizar la asistencia social para todas
aquellas que por sus circunstancias requieran de protección especial por parte de
las instituciones públicas y privadas;
XIII. Establecer las bases para la asignación de beneficios sociales, descuentos y
exenciones para ese sector de la población, de conformidad con las disposiciones
jurídicas aplicables;
XIV. Propiciar su incorporación a los procesos productivos emprendidos por los
sectores público y privado, de acuerdo a sus capacidades y aptitudes;
XV. Propiciar y fomentar programas especiales de educación y becas de
capacitación para el trabajo, mediante los cuales se logre su reincorporación a la
planta productiva del país, y en su caso a su desarrollo profesional;
XVI. Fomentar que las instituciones educativas y de seguridad social establezcan
las disciplinas para la formación en geriatría y gerontología, con el fin de garantizar
la cobertura de los servicios de salud requeridos por la población adulta mayor;
XVII. Fomentar la realización de estudios e investigaciones sociales de la
problemática inherente al envejecimiento que sirvan como herramientas de trabajo
a las instituciones del sector público y privado para desarrollar programas en
beneficio de la población adulta mayor;
XVIII. Promover la difusión de los derechos y valores en beneficio de las personas
adultas mayores, con el propósito de sensibilizar a las familias y a la sociedad en
general respecto a la problemática de este sector;
100
100
XIX. Llevar a cabo programas compensatorios orientados a beneficiar a las
personas adultas mayores en situación de rezago y poner a su alcance los servicios
sociales y asistenciales así como la información sobre los mismos, y
XX. Fomentar la creación de espacios de expresión para las personas adultas
mayores.
Fracción reformada DOF 26-01-2005