libro blanco de la investigación en humanidades

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  • 8/6/2019 Libro Blanco de la Investigacin en Humanidades

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    Libro blancode la investigacin en HumanidadesWhite paper on research in the Humanities

    2006

    FUNDACIN ESPAOLA PARA LA CIENCIA Y LA TECNOLOGASPANISH FOUNDATION FOR SCIENCE AND TECHNOLOGY

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    ndice

    Presentacin ................................................................................................................... 5

    1. Origen y metodologa de este informe ................................................................... 72. Cambios estructurales en la investigacin en Humanidades ............................ 113. Panorama general ................................................................................................... 144. Sobre las particularidades de la investigacin en Humanidades ...................... 165. Polticas cientficas en Humanidades .................................................................... 18

    5.1. Plan Nacional ....................................................................................................... 18

    5.2. Comunidades autnomas .................................................................................... 24

    5.3. Proyectos financiados por entidades privadas .................................................... 25

    5.4. Espacio europeo de investigacin ....................................................................... 266. Las prcticas investigadoras y su organizacin .................................................. 287. Organizacin administrativa de la investigacin ................................................ 308. Infraestructuras de investigacin en Humanidades ............................................ 339. Docencia e investigacin en la universidad ......................................................... 35

    10. La formacin de los investigadores ...................................................................... 3810.1. El doctorado ...................................................................................................... 38

    10.2. Becas de formacin de investigadores ............................................................. 40

    10.3. La investigacin fuera de la universidad ........................................................... 4211. Procesos de evaluacin .......................................................................................... 4412. Funcin social de las Humanidades ...................................................................... 46

    12.1. Planteamientos generales ................................................................................. 46

    12.2. Difusin ............................................................................................................. 47

    12.3. Divulgacin ........................................................................................................ 47

    12.4. Transferencia ..................................................................................................... 48

    12.5. Funciones sociales generales ........................................................................... 49

    12.6. Funciones especficas ....................................................................................... 5013. Propuestas y recomendaciones ............................................................................ 53

    13.1. Propuestas generales para mejorar la investigacin en Humanidades ............. 53

    13.2. Propuestas especficas ...................................................................................... 54

    Apndice 1Tablas de datos ........................................................................................................ 61Datos estadsticos del Libro blanco de la investigacin en Humanidades ................. 66

    Apndice 2

    Participantes en el proceso de elaboracin del Libro blanco de la investigacin en Humanidades ..................................................................... 79

    Bibliografa y fuentes .................................................................................................... 87

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    PresentacinDesde que inici sus actividades a finales de 2001, la Fundacin Espaola para laCiencia y la Tecnologa ha considerado las Humanidades como parte esencial delcapital cientfico de este pas y ha promovido distintas actividades encaminadasa mejorar su articulacin en el sistema espaol de ciencia y tecnologa.

    El Plan Nacional de Investigacin, Desarrollo e Innovacin Tecnolgica (2004-2007)incluy por vez primera un programa especfico para las Humanidades. En esemismo ao 2004, y por iniciativa de la antigua Comisin de Humanidades de laFECYT, se puso en marcha un estudio sobre la situacin de la investigacin enlas distintas reas humansticas con el objetivo final de formular un conjunto derecomendaciones especficas en materia de poltica cientfica. Fue un proceso dedos aos de duracin: se crearon varios paneles, se lanz una encuesta electrnicadirigida a investigadores e investigadoras en activo, se celebraron jornadas dedebate y se redactaron diversos documentos que fueron ampliamente discutidospor la comunidad cientfica. El resultado final de todo aquel trabajo, en el que par-ticiparon cerca de 1.000 representantes de la investigacin humanstica espaola,es esteLibro blanco de la Investigacin en Humanidades que ahora presentamos.

    La circunstancia de que algunos de los datos que en l aparecen ya no estnvigentes (frente a las cifras citadas en el informe, en el ao 2006 la financiacin en

    Humanidades alcanz el 3,52% del total del Plan Nacional), o que ciertas suge-rencias que se proponen ya se hayan emprendido por el Ministerio de Educacin yCiencia (proyectos Consolider), no resta valor alguno al anlisis global que suponeeste trabajo. De hecho, elLibro blanco de la Investigacin en Humanidades haconstituido un punto de partida esencial en la ejecucin de otro proyecto auspi-ciado por la FECYT en el ao 2006: la identificacin de criterios de calidad en lainvestigacin en Humanidades, de cuyos resultados esperamos puedan beneficiar-se distintas agencias y organismos dedicados a la evaluacin de la investigacin.

    El Libro blanco constituye un intento de sintetizar e identificar las caractersticasy problemas comunes a todas las disciplinas que conforman esta rea de conoci-miento. Entendemos que su anlisis de la situacin es ajustado, y confiamos enque las recomendaciones y sugerencias que en l se recogen sean de utilidad paralos responsables de disear la poltica cientfica espaola.

    Eulalia Prez Sedeo

    Directora GeneralFECYT

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    1. Origen y metodologa de este informeEl proyecto de hacer un libro blanco sobre la investigacin en Humanidades enEspaa surgi en la Comisin de Humanidades de la FECYT a principios de 2003.Aunque alguna comunidad autnoma haba publicado informes al respecto, nohaba un estudio para el conjunto de Espaa. En aquella poca se estaba elaborandoel actual Plan Nacional de I+D y se pensaba en desglosar el Programa de PromocinGeneral del Conocimiento, y crear un programa especfico de Humanidades, vigen-te desde el ao 2004. Pareca oportuno aportar datos y estudios que pudieran sertiles para el diseo de dicho Programa de Investigacin en Humanidades.

    Al principio se pens en elaborar un informe basado en datos estadsticos. Sin embar-go, pronto se constat la dificultad de obtener datos precisos y homologados sobre elconjunto de la investigacin en Humanidades y cada una de sus reas especficas. Si secomparan con las Ciencias Fsico-Naturales, las Ingenieras y las Ciencias de la Salud,las bases de datos sobre investigacin en Humanidades estn mucho menos normali-zadas y desarrolladas. Hasta la delimitacin del rea suscita debates: unos insisten enel carcter cientfico del mtodo de investigacin en algunas disciplinas humansticas(por ejemplo la Lingstica), otros prefieren distinguir netamente las Humanidadesde las Ciencias (por ejemplo las Artes), algunas reas estn estrechamente vinculadasa las Ciencias Sociales (por ejemplo la Historia) y no todos los pases ni comunidadesautnomas incluyen las mismas disciplinas bajo la rbrica Humanidades. En resu-

    men: los datos, cuando los hay, no estn desagregados de la misma manera ni sonhomologables entre s. Por esa razn, tras unos meses de intentos fallidos, la Comisinde Humanidades opt por una metodologa cualitativa, basada en el criterio de lospropios investigadores e implementada con datos cuantitativos que han sido reunidosa partir de diversas fuentes y reelaborados con cuidado, aunque no sin dificultadestcnicas y metodolgicas1. La Fundacin aport los recursos econmicos y el apoyologstico para llevar a cabo ese estudio, pero el presenteLibro blanco es responsa-bilidad exclusiva de la mencionada Comisin de Humanidades, el listado de cuyosintegrantes aparece en el apndice 2.

    Se constituyeron paneles de expertos con el cometido de hacer unas primerasaportaciones y propuestas. Dada la gran diversidad temtica, slo se crearon cincopaneles: Arte, Filologa, Filosofa, Historia y Literatura2 . Los cinco grupos deexpertos propusieron que se hiciera una encuesta entre investigadores acreditadosen cada rea para detectar sus respectivas fortalezas, debilidades y problemas, a juicio de los propios investigadores. La encuesta se realiz en octubre-noviembre

    1 Una primera conclusin del presente informe seala la necesidad urgente de elaborar bases

    de datos homologadas sobre la investigacin en Humanidades en Espaa.2 El grupo de Arte, Ciencia y Tecnologa de la FECYT, adems de colaborar en la elaboracin

    del presente informe, decidi redactar su propio Libro blanco, cuya elaboracin ha terminado a nales de 2005, y ser tambin publicado por la Fundacin.

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    de 2004. Tras disear un cuestionario3 y analizarlo en los cinco paneles y en laComisin, se anunci su envo a todos aquellos investigadores que, partiendo de unlistado de ms de 2.000 personas que proporcion la FECYT, se ofrecieran volun-tariamente a colaborar. Respondieron positivamente 759 investigadores. Tanto elconjunto de la muestra como su desagregacin en las cinco reas iniciales resultser estadsticamente fiable y significativo. El conjunto de las respuestas al cuestio-nario constituye la primera referencia emprica del presente informe.

    Posteriormente, los cinco paneles se volvieron a reunir, con el cometido de ana-lizar, interpretar y sintetizar todo ese material. De ese trabajo surgieron cincoinformes preliminares, uno por cada rea de conocimiento, que conforman lasegunda referencia de esteLibro blanco . Tanto la Comisin de Humanidadescomo la Direccin de la FECYT examinaron dichos informes, que, como era deprever, presentaban luces y sombras. Se constataron ausencias, sobre todo dedatos empricos. Tambin se advirtieron algunas convergencias claras, tanto enlos anlisis como en la delimitacin de los principales problemas, as como enmuchas propuestas de mejora del sistema de investigacin en Humanidades. Parapaliar la escasez de datos, se encarg un estudio adicional sobre datos estadsticosrelacionados con la investigacin en Humanidades4 . El resultado de ese estudioconstituye el apndice 1 del presenteLibro blanco . Asimismo se acord recabarms informacin sobre el CSIC, dado que es el principal organismo pblico dedi-cado exclusivamente a la investigacin en Espaa. El conjunto de esos documen-

    tos y datos conform la segunda referencia para este informe, elLibro verde de lainvestigacin de Humanidades 5 . En tanto documento de trabajo, fue remitido porva telemtica y sometido a la consideracin de unos 400 investigadores, incluidoslos 157 que desde el lanzamiento de la encuesta haban mostrado su disposicin aseguir colaborando con el estudio de la FECYT. La gran mayora de las respuestasrecibidas apoyaban los anlisis y las conclusiones provisionales delLibro verde .

    El estudio pas a su tercera fase, ms transversal e interdisciplinaria. La Comisindecidi convocar una reunin intensiva en la que, previa lectura delLibro verde ,

    participaran unos quince investigadores destacados de cada una de las cinco reas,mezclados en cuatro grupos transversales con un coordinador y un relator porgrupo. Dicha reunin tuvo lugar en Madrid el 30 de junio y 1 de julio de 2005. Enella participaron activamente ms de sesenta investigadores/as6 .

    3 El cuestionario lo dise un grupo coordinado por Bruno Maltrs, que tambin ampli la base de datos que tena la FECYT sobre investigadores en Humanidades. Dicho equipo mantuvo contactos ulteriores con numerosas personas encuestadas que manifestaron su inters por ser informados del proceso que iniciaba la FECYT, as como, en algunos casos, por seguir colaborando en la elaboracin del estudio.

    4

    Esa tarea fue realizada por Bruno Maltrs, con la colaboracin de Reyes Sequera.5 Disponible en la pgina web de la Fundacin, www.fecyt.es 6 Vase el apndice 2 de este informe, donde se presenta la lista de personas que han participado

    en la elaboracin de este Libro blanco a lo largo de sus diversas fases.

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    En esta tercera fase los objetivos fueron dos: en primer lugar, profundizar en losproblemas comunes a las diversas reas de Humanidades y, en segundo lugar,formular propuestas generales y concretas que pudieran ser transmitidas a lasdiversas autoridades y agentes sociales que apoyan y promueven la investigacinen Humanidades. Aparte de los debates entre los cuatro grupos transversales, quequedaron grabados, el resultado principal de dicha reunin intensiva consisti encuatro informes, elaborados por los correspondientes coordinadores y relatores delos cuatro grupos. Los temas abordados por cada grupo fueron los siguientes:

    Estructura y organizacin del sistema de ciencia y tecnologa como contextopara la investigacin en Humanidades.

    Polticas cientficas nacionales, internacionales y regionales. Carrera investigadora en Humanidades. Funcin social, valoracin e impacto de la investigacin en Humanidades.

    Los informes finales fueron redactados en julio de 2005 y, junto con los estudiosadicionales sobre datos estadsticos, constituyen la tercera referencia para la redac-cin de esteLibro blanco . Previa integracin de esos documentos, la Comisin deHumanidades se reuni a mediados de septiembre de 2005 y, partiendo de unprimer borrador de libro blanco, acometi la redaccin definitiva del informe, quefue terminada en diciembre de 20057 . Tras una evaluacin por pares annimos, en

    marzo de 2006 se han realizado algunas modificaciones. El resultado final de todoeste proceso es elLibro blanco que ahora se presenta.

    Durante todo este proceso se han tenido en cuenta estudios similares realizados enotros pases, por ejemplo Francia y Canad8 . Asimismo se han consultado diversosartculos y estudios previos publicados en Espaa9 . Aun as, el ncleo principal deeste informe surge de las diversas reuniones y estudios que los diversos panelesy grupos de trabajo realizaron durante los aos 2004 y 2005. Habindose logradoun importante nivel de consenso, la Comisin de Humanidades de la FECYT

    consider que los documentos de conclusiones que esos grupos han generadoson representativos del modo de pensar de buena parte de los investigadoresen Humanidades en Espaa. Por ello decidi hacerlos pblicos y trasladarlos alas diversas autoridades de poltica cientfica, as como a las instituciones, orga-nizaciones y expertos que fomentan la investigacin en Humanidades. Siendo

    7 El coordinador de la Comisin de Humanidades, Javier Echeverra, asumi la tarea de re- dactar el primer borrador del Libro blanco, as como el texto denitivo, tras la revisin del borrador por parte de la Comisin.

    8 Vase la bibliografa.9 Algunas comunidades autnomas y universidades han publicado estudios sobre la investiga-

    cin en Humanidades en sus respectivos mbitos territoriales, que aportan datos signicati- vos. Sin embargo, en este Libro blanco no se incluyen esos datos, por no ser homologables entre s, al haberse utilizado diversos criterios y metodologas para su obtencin.

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    conscientes de algunas de las insuficiencias de este informe, entendemos que hayaportaciones de inters, que conviene dar a conocer.

    En resumen: la metodologa utilizada ha estado basada en el anlisis y valoracindel sistema espaol de investigacin en Humanidades que realizan usuarios exper-tos, es decir, investigadores con una trayectoria dilatada y consolidada. Los datosestadsticos que se aportan en el apndice 1 ilustran esos anlisis y valoraciones,pero no pretenden ser definitivos ni concluyentes. Una de las primeras conclu-siones del presente estudio subraya la necesidad de elaborar bases de datos siste-matizadas y homologables sobre la investigacin en Humanidades, que permitanun anlisis comparativo entre Espaa y otros pases europeos, as como entre lascomunidades autnomas, las universidades, los organismos pblicos de investiga-cin y las diversas entidades pblicas y privadas que promueven la investigacinen Humanidades.

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    2. Cambios estructurales en la investigacinen Humanidades

    Varios factores han transformado la investigacin en Humanidades durante lasltimas dcadas. En este informe se considerarn los siguientes:

    a) La consolidacin de un sistema espaol de I+D+i con cuatro agentes princi-pales que promueven la investigacin: el Gobierno espaol a travs de diver-sos ministerios (MEC, Industria, Sanidad, CICYT...), la Comisin Europea,las comunidades autnomas y la iniciativa privada (empresas de I+D, indus-trias culturales y de las lenguas, fundaciones...). Desde 1980 se ha generadoun nuevo marco institucional para el desarrollo de la investigacin cientficacon los siguientes rasgos caractersticos:

    Lneas prioritarias establecidas por gobiernos, ministerios, programas euro-peos o estrategias empresariales.

    Creacin de agencias y fundaciones europeas, estatales y autonmicas quepromueven, financian o evalan la investigacin.

    Convocatorias pblicas competitivas de ayudas a la investigacin con pro-tocolos normalizados.

    Evaluacinex ante de los proyectos yex post de los resultados mediante

    informes de resultados. Estudios bibliomtricos de impactos a partir de bases de datos internacio-nales (Institute of Scientific Information) y nacionales (CINDOC).

    Sistema de patentes y contratos de investigacin y de servicios. Grupos de investigacin, departamentos, institutos y redes como unidades

    organizativas. Incorporacin paulatina de las mujeres a la actividad docente e investiga-

    dora en las universidades y centros de investigacin. Sistema normalizado de formacin de jvenes investigadores.

    Importancia de la gestin de recursos humanos, tecnolgicos y econmicos,incluidas infraestructuras de investigacin compartidas o consorciadas. Transferencia de conocimientos mediante la difusin y divulgacin de los

    resultados obtenidos. Etc.

    Aunque en menor grado que las ciencias fsico-naturales y las ingenieras, lainvestigacin en Humanidades se ha ido adaptando a este marco institucional apartir de 1980. El presente informe estudia en qu medida se ha logrado y culesson los problemas y especificidades de la investigacin en Humanidades en elactual sistema de I+D+i.

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    b) La emergencia de las nuevas tecnologas de la informacin y la comunica-cin ha transformado la prctica investigadora en casi todas las disciplinascientficas(e-science). La cultura impresa sigue existiendo, pero tambinse desarrolla la cultura digital, que aporta otros instrumentos y requierediferentes habilidades y destrezas. Al respecto, queda mucho por hacer enHumanidades, como se mostrar en este informe.

    c) La creciente influencia social de la cultura cientfico-tecnolgica planteaimportantes desafos a la cultura humanstica. El conocimiento cientfico-tecnolgico constituye una fuente de riqueza cada vez ms relevante en lassociedades de la informacin y el conocimiento. Las demandas de la sociedadadquieren un mayor peso en el diseo de las polticas cientficas, aunquelas comunidades de expertos en Humanidades mantienen una considerableautonoma a la hora de seleccionar los temas a investigar. La investigacinen Humanidades sigue desempeando una funcin social importante, al con-servar y potenciar el patrimonio cultural, desarrollar habilidades comunica-tivas y expresivas, orientar a la sociedad y fomentar la capacidad crtica. Sinembargo, la importancia social y econmica de la segunda cultura (Snow)ha crecido a ritmo acelerado, impregnando a toda la sociedad. Estas trans-formaciones han generado diversas tensiones y problemas en Humanidades,algunas de las cuales sern abordadas en este informe.

    d) La investigacin cientfica se ha internacionalizado. Se trata de estudiar elgrado de internacionalizacin de la investigacin en Humanidades, partede la cual se ocupa de temas social y culturalmente localizados. Particularimportancia tiene la integracin de los investigadores espaoles en el espacioeuropeo de investigacin.

    e) La composicin de las comunidades de investigadores ha cambiado en losltimos aos, debido al creciente nmero de titulados universitarios y doc-tores, as como a la incorporacin progresiva, pero todava insuficiente, de

    las mujeres a la docencia universitaria y a la investigacin10

    . Por otra parte,ha mejorado notablemente el nivel de formacin de los jvenes investigado-res. Sera preciso estudiar estos cambios desde diversas perspectivas: edad,gnero, nivel y tipo de titulacin, formacin y estancias en el extranjero, fugade cerebros e incorporacin de investigadores forneos al sistema espaol

    10 En el caso de las Humanidades, el porcentaje de profesoras universitarias es mayor que enotras reas cientcas: 43,2% en el curso 2002-03, frente a un 34,2% de media en el conjunto de universidades espaolas, como muestran las tablas 2b y 3b. Sin embargo, la tabla 3c evidencia que la presencia de las mujeres es mucho menor conforme la categora profesio- nal es ms alta: slo el 12,81 % son catedrticas de universidad, frente a un 35,03 que sontitulares de universidad. Este informe no analiza la notoria desigualdad de gnero que, pese a estar las Humanidades en mejor situacin relativa que otras reas, sigue existiendo enEspaa. Para un estudio al respecto vase el informe de la FECYT 2004, Mujer y Ciencia.

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    de ciencia y tecnologa. Asimismo se requiere analizar si existe una carre-ra investigadora en Humanidades que resulte atractiva para las personas jvenes, as como sus posibilidades de insercin en el sistema como profe-sionales de la investigacin. Este informe, adems de aportar algunos datosen relacin a esos indicadores, mostrar que la profesin de investigador enHumanidades es muy minoritaria en Espaa si se compara con otras discipli-nas cientficas y con algunos pases europeos. Por otra parte, no existe unacarrera investigadora en Humanidades, lo que dificulta la incorporacin delas jvenes generaciones y genera frustracin personal y prdida de inversio-nes pblicas en formacin de investigadores.

    Estos cinco factores generales, a los que podran aadirse otros, han influidoconsiderablemente en la evolucin de la investigacin en Espaa en las tres lti-mas dcadas. La investigacin en Humanidades tiene algunas especificidades,aunque tambin se manifiestan problemas comunes a otras reas cientficas. Losobjetivos generales de esteLibro blanco consisten en analizar el estado actual dela investigacin en Humanidades en Espaa, detectar problemas estructurales yformular propuestas y recomendaciones para mejorar el sistema. En todo caso, sepretende hacer una primera aportacin al estudio sistemtico de la investigacinen Humanidades, a la espera de que estudios ulteriores ofrezcan luz sobre aspec-tos que en este informe slo quedan apuntados.

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    3. Panorama generalA la hora de estudiar la situacin de la investigacin en Humanidades en Espaaes necesario tener en cuenta ciertos condicionantes preliminares que la diferen-cian de sus equivalentes en otros mbitos cientficos. Se trata de las tres caracte-rsticas siguientes:

    El escaso peso relativo de las Humanidades en el conjunto de la financiacinpblica en investigacin.

    La prctica inexistencia de financiacin privada en el sector. La poca presencia de las Humanidades en el CSIC.

    Algunos datos que avalan los puntos anteriormente indicados aparecen en el apn-dice 1 de este informe11 y no es preciso estudiarlos pormenorizadamente aqu. Noslimitaremos a unos breves comentarios.

    Con respecto al primer punto, baste sealar que en el cuatrienio correspondiente alPlan Nacional 2000-2003 la financiacin paraProyectos de investigacin en el rea deHumanidades represent el 1,84% del total del plan en este epgrafe (26.271,7 Ksobre un total de 1.425.628,4 K, sin contar los crditos reembolsables) y el nmerode proyectos concedidos alcanz el 4,48% del total (1.068 proyectos de un conjuntode 23.859 aprobados). Frente a estos porcentajes tan bajos, la participacin de las

    Humanidades en la poltica deRecursos humanos del Plan Nacional fue sensiblemen-te mayor, ya que represent el 9,20% de la inversin total del captulo (40.370,2 K,frente a 438.600 K globales). No disponemos de datos desglosados para el rea enel captulo de Acciones especiales, pero el menor peso de esta partida en el conjun-to del plan (136,9 K, sin contar los anticipos reembolsables) lleva a pensar que suimpacto en la financiacin global de las Humanidades no es sustancial. En cualquiercaso, la inversin asignada en este ltimo captulo para todo el Programa Generaldel Conocimiento, que fue el que acogi el conjunto de las reas de investigacin noorientada del plan, supuso el 14,04% del total, lo que permite suponer que la partici-

    pacin de las Humanidades debi de situarse entre el 1,25% y el 2% del total.Por lo que se refiere a la escasa financiacin privada, influye de manera funda-mental el carcter predominantemente bsico y no orientado de la investigacinen Humanidades. Segn los datos del informe Indicadores del sistema espaol deCiencia y Tecnologa 2004, elaborado por el MEC, el 54,3% de los gastos internostotales de las actividades de I+D en el ao 2003 correspondieron a empresas einstituciones privadas sin fines de lucro, frente al 45,7% perteneciente a las admi-

    11 En particular las tablas 13, 14, 15 y 17. Respecto a la nanciacin privada, ni siquiera se dispone de datos elaborados y conjuntos, lo que resulta signicativo. En cualquier caso, el consenso sobre este punto fue total entre las numerosas personas que participaron en las diversas fases del estudio.

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    nistraciones pblicas y a la enseanza superior. No existen datos desglosados paralas Humanidades, pero es muy previsible que el porcentaje de inversin privadasea sensiblemente menor.

    Finalmente, la participacin del CSIC el principal organismo pblico de investi-gacin en el volumen global de la investigacin en Humanidades est muy pordebajo del nivel alcanzado en otros mbitos de la produccin cientfica. El informeIndicadores sobre la investigacin en Humanidades, elaborado por la FECYT12 ,cuantifica en menos del 1% el nmero de investigadores de esta rea que formanparte de la red del CSIC, lo que representa una anomala comparativa con respectoa otros mbitos cientficos. Del cotejo de la informacin que ofrecen los portales enInternet de los diversos centros de la institucin se deduce que el nmero de investi-gadores estables de este organismo en el rea contando como tales a los profesoresde investigacin, a los investigadores cientficos y a los cientficos titulares apenasalcanza los dos centenares (193 personas, segn el cmputo efectuado a principiosde 2005). Si se aaden otros investigadores postdoctorales (contratos, becas), resul-ta que a comienzos de 2005 el nmero de investigadores del CSIC en las reas deHumanidades y Ciencias Sociales era de 308 (9,8% de todos los campos cientficos),mientras el CNRS francs, por ejemplo, contaba en las mismas fechas con 2.295 inves-tigadores propios en ese mismo mbito (19,68 % del total de esa institucin).

    De todo lo anterior se deduce que los recursos humanos dedicados a la investi-

    gacin en las reas de Humanidades en Espaa radican mayoritariamente en lasuniversidades. Por tanto, la posibilidad de desarrollar una carrera investigadoraen este mbito depende crucialmente de la existencia de una plaza docente a laque pueda acceder el investigador. De hecho, la primera conclusin que puedeobtenerse de la situacin que se acaba de describir es que apenas existe una pro-fesin investigadora en Humanidades con la excepcin, cuantitativamente pocosignificativa, de las plazas del CSIC y que el desarrollo de la investigacin en estarea tiene un carcter ancilar respecto de las necesidades docentes, que son las queen ltimo trmino determinan la convocatoria de las plazas a las que pueden optar

    los investigadores, quienes son ante todo profesores13

    . Se trata de un problemaestructural del sistema espaol de I+D+i.

    12 Dicho documento est incluido en el Libro verde de la investigacin en Humanidades.13 Vanse las tablas 1a, 1b, 2a, 2b, 3a, 3b y 3c del apndice 1 para comparar el nmero de

    investigadores en Humanidades en relacin a otras reas, as como el nmero de profesores universitarios de plantilla.

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    4. Sobre las particularidadesde la investigacin en Humanidades

    Suele decirse que la investigacin en Humanidades ofrece peculiaridades y dife-rencias importantes en relacin con otras reas de investigacin cientfico-tecno-lgica. En qu sentido?

    De entrada, se constata una cierta incomodidad ante el trmino Humanidades(algunos prefieren hablar de Ciencias Humanas) y tambin algo de perpleji-dad ante las difusas fronteras epistemolgicas entre las Humanidades (HH) y lasCiencias Sociales (CCSS). Esto se pone particularmente de manifiesto en disci-plinas como la Historia, donde la interaccin con las CCSS (Economa, Derecho,Sociologa, Antropologa, Educacin, etc.) es muy considerable, sin perjuicio deque otras disciplinas humansticas tambin se interrelacionen con las CienciasSociales, e incluso con las Ciencias Fsico-Naturales y las Ingenieras. La divisinentre Humanidades y Ciencias Sociales parece obedecer a razones de ndole orga-nizativa y sociolgica. Para algunos, la alternativa sera una vinculacin ms estre-cha entre las HH y las CCSS, en la medida que la discusin sobre la especificidadde las HH est estrechamente relacionada con el debate sobre su normalizacinen el sistema de I+D+i.

    De modo general, cabe destacar los siguientes rasgos de la investigacin enHumanidades, algunos comunes con otras reas, otros especficos:

    Aportan conocimiento bsico. En esto no difieren de todas las reas cientfi-cas, pero s de algunas.

    Presentan ritmos de investigacin largos, de manera que la vida media de losconocimientos en HH suele ser ms dilatada que en algunas reas cientficasy tecnolgicas.

    Permiten desarrollar competencias en el anlisis crtico de textos, manejo de

    la informacin y utilizacin del discurso. Sus resultados poseen con frecuencia un inters territorial, no necesaria-mente universalizable. sta es una sus principales especificidades, al menosen algunas reas de HH.

    Su lengua vehicular dominante no es el ingls, a diferencia de las reas cien-tfico-tecnolgicas, sino que gran parte de la investigacin en HH se hace enespaol y en otras lenguas peninsulares, lo que dificulta la internacionaliza-cin deseada.

    Su objeto de estudio tiene la particularidad de interesar a un pblico muyheterogneo. Por lo mismo, a veces la investigacin se convierte en alta divul-gacin, lo que no suele ocurrir en otras reas.

    Las HH proporcionan otro tipo de conocimiento que tambin contribuyea la calidad de vida de la ciudadana, en tanto depositarias del legado social

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    en sus diversas formas y porque contribuyen a establecer el canon social decomportamiento.

    Existe una considerable atomizacin disciplinar que incrementa las dificulta-des para una proyeccin social significativa.

    Resulta difcil definir y consensuar entre las distintas disciplinas humansti-cas qu es unresultado y qu entendemos por consecucin de objetivos en lainvestigacin en HH.

    Existen dificultades para definir lo que es transferencia de conocimientoen HH.

    La difusin social de las HH no est suficientemente formalizada, sino que seefecta por canales mltiples que con frecuencia desvirtan y/o banalizan susignificacin.

    El esfuerzo desde las HH para la construccin social de una comunidad inves-tigadora y de los valores articuladores de la misma se est haciendo en nuestrotiempo un tanto a contracorriente, frente a otras escalas de valores dominan-tes, que priman la investigacin cientfico-tecnolgica.

    Este elenco de rasgos, buena parte de los cuales son caractersticos de las HH, nopretende ser exhaustivo. A lo largo de este informe se profundizar en algunosde ellos. Previamente, conviene analizar brevemente la insercin de la actividadinvestigadora en Humanidades en el actual sistema de I+D+i.

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    5. Polticas cientficas en Humanidades

    5.1. Plan NacionalHasta la puesta en marcha del actual Plan Nacional 2004-2007, los proyectos de Huma-nidades haban formado parte del denominado Programa General del Conocimiento(PGC), en el que se incluan los proyectos de investigacin bsica no orientada. En elnuevo plan, el PGC ha desaparecido y se ha creado un Programa Nacional de Humani-dades (PNH), que acoge todos los proyectos de esta rea, sean bsicos o aplicados. Engeneral, el sistema actual de programas es demasiado homogeneizador, ya que partedel supuesto de que todos los proyectos, sea cual sea su magnitud, deben seguir el mis-mo proceso de seleccin y han de satisfacer los mismos requisitos. Sera convenienteestablecer una tipologa ms fina, que fuera capaz de distinguir los proyectos en virtudde diversos parmetros (renovaciones de proyectos previos, participacin espaola enproyectos europeos e internacionales, grupos emergentes que no han disfrutado deninguna concesin previa; grupos consolidados; proyectos de investigacin aplicada;etc.). Esas distinciones introduciran una mayor complejidad en la labor de evaluaciny seleccin, pero tambin permitiran afinar mucho ms los criterios de evaluacin yfinanciacin, as como los requisitos exigibles.

    A diferencia de otros campos cientficos, que cuentan con convocatorias en las

    que participan diversos ministerios e instituciones, los proyectos de Humanidadesson gestionados exclusivamente por la Direccin General de Investigacin, alser considerados como proyectos de investigacin bsica. Sin embargo, existenotros ministerios y organismos (Turismo, Cultura, Asuntos Sociales, Patrimonio,Sanidad, Asuntos Exteriores, Urbanismo...) que podran promover estudios yproyectos de Humanidades orientados a sus respectivos mbitos de actuacin. Laausencia de tales programas o, en el mejor de los casos, la falta de articulacincon el MEC y la estructura de investigacin contribuyen a transmitir el clich deque las Humanidades carecen de campos de aplicacin ntidos.

    Independientemente de estos dos problemas estructurales, el instrumento fun-damental para fomentar la investigacin cientfica en Humanidades durante lasltimas dcadas ha sido el Plan Nacional de I+D, a travs del cual se canalizan losprincipales programas y acciones de poltica cientfica. La puesta en marcha de lossucesivos planes nacionales ha supuesto un importante avance para la investiga-cin en Humanidades. Si se compara con la situacin previa, el progreso ha sidoms que notable, tanto en lo que se refiere a los resultados obtenidos como a laimplantacin en Humanidades de procedimientos de poltica cientfica caracters-ticos de otras disciplinas.

    No obstante, la experiencia acumulada en estos aos permite detectar algunosaspectos claramente mejorables, as como algunos desajustes evidentes entre la

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    realidad de la investigacin que se realiza en el mbito de las Humanidades y laaplicacin de un sistema organizativo ms propio de la tradicin disciplinar de lasCiencias Naturales y la Ingeniera, articulado en torno a proyectos con plazos rela-tivamente breves, objetivos concretos y equipos de investigacin con una clara divi-sin de cometidos y funciones, algo que no es tan fcil de lograr en Humanidades.Cabe mencionar los problemas siguientes:

    a) Situacin relativamente marginal de las disciplinas humansticas en el contextogeneral del Plan Nacional.

    Es cierto que el plan vigente (2004-2007) establece por primera vez un pro-grama especfico para ellas, el Programa Nacional de Humanidades, frente asu integracin en anteriores planes en contextos ms amplios y vagos, comoPromocin General del Conocimiento. Ello ha supuesto un avance. Sinembargo, el propio concepto de Humanidades es relativamente impre-ciso y las tradiciones investigadoras en este mbito son demasiado diversaspara que sea realmente eficaz un programa genrico de HH. Desde estepunto de vista, sera conveniente abrir un debate sobre la conveniencia demantener en futuros planes nacionales el actual esquema. Algunos piensanen la posibilidad de fragmentar la investigacin en Humanidades en planesms especficos (Filosofa, Historia, Literatura...) ms cercanos a la realidaddisciplinar. Otros son partidarios de promover la convergencia disciplinar en

    Humanidades (e incluso con las Ciencias Sociales) mediante convocatoriasespecficas, sin perjuicio de que se mantengan acciones que promuevan lainvestigacin especializada. Ambas opciones pueden ser complementarias,pero se requiere una reflexin a fondo.

    b) Lneas prioritarias.

    Tambin es preciso un debate sereno sobre uno de los aspectos fundamenta-les del Programa Nacional de Humanidades: las lneas prioritarias. Algunas

    de las lneas prioritarias del PNH actualmente vigente han sido enunciadasde manera muy general, posiblemente de manera deliberada, al ser la prime-ra vez que se diseaba un programa especfico para las HH. Sin embargo,pocos proyectos se ajustan realmente a ellas, ms all de las posibilidadesque muchas de ellas abren, por su propia amplitud, para que, de una manerau otra, encajen muchos temas. Habra que considerar la posibilidad de incluiren sucesivas ediciones del PNH algunas lneas prioritarias ms especficas,con el fin de orientar ms la investigacin en HH, sin perjuicio de mantenerlneas prioritarias ms generales con el objetivo de incrementar la participa-cin de equipos en las convocatorias de proyectos. Esta cuestin ha sido muydebatida a lo largo de la elaboracin de esteLibro blanco , lo que indica laexistencia de un problema que conviene afrontar reflexivamente. Sin entraren el fondo de la cuestin, sera aconsejable abrir un amplio debate entre

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    todas las partes implicadas (responsables polticos, gestores, agentes sociales,investigadores), con objeto de definir adecuadamente las lneas prioritariasdel prximo PNH, teniendo en cuenta las tendencias internacionales, y enparticular las europeas. La opcin por la generalidad en algunas lneas y reasno es incompatible con impulsar a la vez lneas prioritarias ms concretas, almenos en algunas reas de Humanidades. Evidentemente, la Administracindispone de vas de comunicacin con el mundo acadmico, que se empleanpara optar por unos u otros criterios a la hora de definir las lneas prioritarias.No obstante, los investigadores consideran que sera deseable una mayortransparencia en estos procesos, que se deberan articular en torno a un deba-te ms abierto. La Administracin debera esforzarse por lograr una mayorparticipacin en el diseo y elaboracin del prximo PNH. Esto contribuira,sin duda, a una mayor implicacin de todos los actores, y probablemente auna mejor adecuacin a la realidad y una mayor eficacia del programa. Seraimportante tambin que los principales objetivos y lneas de accin del futuroPNH se difundieran con la mxima antelacin, de manera que los investiga-dores pudieran tener suficiente conocimiento previo de los criterios que vana regir la poltica cientfica a corto o medio plazo.

    c) Informacin y comunicacin.

    Todo esfuerzo es poco en la difusin entre los investigadores de los detalles

    del funcionamiento del sistema (criterios de evaluacin, procedimientos detramitacin, evaluacin y financiacin de los proyectos, seguimiento, eva-luacin de resultados, etc.). Es cierto que toda la informacin relevante esta disposicin de quien quiera buscarla en lugares de fcil acceso, como laspropias pginas del MEC en Internet. No obstante, el que la informacin seaaccesible en principio no implica que automticamente vaya a llegar a los quedeben recibirla. Sera aconsejable un importante esfuerzo para mejorar lacomunicacin, lo que sin duda redundara en una mayor confianza por partede los investigadores.

    d) Rigidez.

    Otra disfuncin del actual Plan Nacional que convendra abordar es surelativa rigidez, que afecta a las diversas reas, no slo a las Humanidades.Numerosas voces en el campo de la investigacin en HH consideran acon-sejable una mayor flexibilidad de las convocatorias, que podra contribuirtambin a una mayor eficacia del plan. Un aspecto particularmente mejora-ble es la actual homogeneidad de las convocatorias en su concepcin gene-ral, duracin y tipos de equipos que pueden concurrir. Sera aconsejablerecoger en las convocatorias la diversidad de situaciones que se da en lainvestigacin real. Se podra tener en cuenta el grado de consolidacin delos equipos (grupos en fase de constitucin, grupos ya consolidados y gru-

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    pos de excelencia) y modular en funcin de este criterio aspectos como laduracin de los proyectos o la amplitud de los objetivos. Asimismo podrapotenciarse la interdisciplinariedad mediante convocatorias concretas quefomenten la convergencia disciplinaria.

    e) Sexenios.

    Podran utilizarse los propios sexenios como instrumento para discernir losdiversos tipos de grupos de investigacin. Ciertamente, stos no garantizanla calidad de un proyecto, pero s pueden ser un indicador ms para valorarel grado de continuidad de los grupos y su fiabilidad para poder acceder aproyectos de mayor duracin o complejidad. Obviamente, la existencia enel sistema espaol de investigadores que no pueden pedir sexenios (investi-gadores no funcionarios, por ejemplo los contratos del Programa Ramn yCajal) obligara a estudiar muy detenidamente la manera de introducir estecriterio14 . En cualquier caso, el nmero de sexenios nunca debera utilizarseen bruto, sino teniendo en cuenta el tiempo en el que se han generado.

    f) Investigacin en equipo y mritos individuales.

    Un aspecto que genera importantes disfunciones a este respecto es la contra-diccin existente entre la orientacin hacia el trabajo en equipo que informa

    todo el Plan Nacional y la presin que experimentan los investigadores, porparte de sus instituciones y por los criterios para valorar su carrera acadmica,para encabezar proyectos como investigadores principales. Es claro que resultadifcil conciliar estas dos tendencias y que esta situacin dificulta la consolida-cin a medio plazo de los grupos de investigacin. Sera aconsejable arbitrarmedidas que refuercen la valoracin acadmica de las posiciones distintas dela de investigador principal en los proyectos, o posibilitar la codireccin de losproyectos, con objeto de evitar estas tendencias centrfugas que ponen en peli-gro la investigacin en equipo, particularmente preocupantes en un mbito, el

    de las Humanidades, en el que esta manera de abordar la investigacin tienemenos tradicin y los grupos son, por lo general, pequeos.

    g) Diversas vas de financiacin.

    Contribuira tambin a mejorar de forma notable la eficacia del PNH laseparacin de los proyectos que se orientan claramente a la investigacinbsica de otros que tienen un carcter ms aplicado o instrumental (bases dedatos, repertorios...) o que en realidad pretenden asegurar el mantenimientode la infraestructura de los grupos. Los fondos del Programa Nacional de

    14 Cabe sealar que algunas universidades ya han empezado a conceder sexenios para investi- gadores no funcionarios, con cargo a sus respectivas comunidades autnomas.

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    Humanidades estn financiando diversos tipos de proyectos, con lo que sedesnaturaliza el objetivo de promover la investigacin bsica. Sera aconseja-ble establecer convocatorias especficas para la financiacin basal de los gru-pos consolidados15 o para proyectos aplicados u orientados a aportar instru-mentos de investigacin. En el caso de las HH, la existencia en el PN de unava prcticamente nica y considerablemente homognea de financiacin, elPNH, no favorece la finalidad de avanzar en el conocimiento.

    h) Gestin de proyectos.

    Un clamor general entre los investigadores de Humanidades insiste en lanecesidad de simplificar, facilitar y coordinar los procesos administrativos en latramitacin de los proyectos. No es la nica rea donde esa queja se plantea,pero su existencia indica un problema a resolver. Adems de una simplificacinde los formularios, sera deseable arbitrar procedimientos que eviten la ralen-tizacin de la tramitacin. Un caso claro a este respecto lo constituyen las ale-gaciones contra las resoluciones de las convocatorias de proyectos. Se deberanbuscar vas para evitar que un excesivo garantismo jurdico paralice el proceso,con los consiguientes perjuicios para la mayor parte de los investigadores ypara la propia eficacia del plan16 . En cualquier caso, los investigadores sonconscientes de que el crecimiento del Plan Nacional ha sido enorme, y de quelos medios materiales y personales de los que dispone la Administracin no se

    han incrementado en un ritmo comparable. Sera necesario un reforzamientode esos medios, que permita a la Administracin tramitar en plazos ms cortoslos proyectos y, sobre todo, que haga posible regularizar las fechas de las con-vocatorias. La programacin del trabajo cientfico requiere poder prever consuficiente antelacin las etapas en las que se deben realizar los trmites admi-nistrativos, por lo que sera fundamental que todos los aos se desarrollaran lasdistintas fases de la tramitacin de los proyectos en las mismas fechas.

    i) Evaluacin de proyectos y de resultados.

    Uno de los aspectos ms cuestionables de la actual concepcin del PlanNacional es la concentracin de las fases de control efectivo de la calidadde los proyectos en la fase previa de evaluacin. Aunque en teora existe uncontrol de los resultados durante el desarrollo de los proyectos y al finalizarstos, la realidad es que sta se centra en aspectos meramente formales y

    15 La inclusin de proyectos C (Consolider) en la ltima convocatoria de proyectos de inves- tigacin que ha hecho pblica el MEC a nales de 2005 supone una primera accin en esa direccin, muy prometedora para las diversas reas, incluidas las Humanidades. Tambin

    las comunidades autnomas y las universidades podran dar pasos en esa direccin, como algunas estn haciendo.

    16 En los proyectos del ao 2005 se ha agilizado considerablemente la tramitacin de dichas alegaciones.

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    administrativos (plazos de entrega de informes, ajuste de los gastos al pre-supuesto y su distribucin...). No existe una evaluacin real de la relevanciacientfica de las aportaciones, por lo menos a un nivel comparable a la queexiste a la hora de evaluar previamente la calidad de los proyectos. sta es,sin duda, una de las reformas ms necesarias en la concepcin general delplan. Se deberan arbitrar procedimientos de control (evaluaciones externas,presentacin pblica de los resultados, entrevistas...) que permitan valorarrealmente la adecuacin entre los objetivos de los proyectos y los resultadosobtenidos, y su aportacin al avance del conocimiento. Estas evaluacionesdeberan tener un peso muy relevante para la valoracin previa de ulterioresproyectos del mismo grupo, y podran ser un instrumento muy apropiadopara establecer la tipologa de grupos y convocatorias que se propugnabams arriba. Los equipos que demostraran su eficacia a travs de evaluacionespositivas de los resultados de sus proyectos podran adquirir la condicinde grupos consolidados o de excelencia, y, por ejemplo, acceder a lneas definanciacin basal para su funcionamiento, o a convocatorias a medio-largoplazo para el desarrollo de lneas de investigacin, con controles peridicospero sin necesidad de fragmentar un trabajo que en realidad es continuadoen proyectos sucesivos.

    j) Publicaciones de calidad.

    En cualquier caso, la valoracin de los resultados en Humanidades se com-plica por un problema especfico de este mbito de conocimiento: la inexis-tencia de criterios de calidad de las publicaciones homologables y aceptadospor la comunidad cientfica. En nuestras disciplinas no es fcil jerarquizar laimportancia de las revistas, y no siempre existe un ajuste entre la calidad delos trabajos y los lugares donde se publica, ello unido a la gran importanciaque tienen las monografas o las actas de congresos en la difusin de losresultados. Por ello, el sistema de evaluacin a travs de ndices de impacto,que, con sus luces y sombras, provee a las disciplinas de Ciencias Naturales

    de un instrumento eficaz y sencillo de valoracin de la calidad de los trabajos,es de difcil y cuestionable validez en Humanidades. Es necesario redoblarlos esfuerzos que se estn haciendo por parte de algunas instituciones (elCINDOC, por ejemplo) para dotar a nuestras disciplinas de medios ade-cuados para una correcta evaluacin de los resultados de la investigacin,incluyendo las publicaciones en formato electrnico que mantengan procedi-mientos y criterios de evaluacin comparables a las publicaciones en papel.

    k) Gestin de recursos econmicos.

    Otro aspecto en el que sera posible mejorar la eficacia del PN es la ges-tin de los recursos presupuestarios. En la actualidad, stos se distribuyenpreviamente entre diversos programas, y dentro de stos se establece una

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    concurrencia competitiva en funcin de la calidad de los proyectos. Esteprocedimiento genera rigideces, y en no pocas ocasiones situaciones injustasy de inadecuacin en la asignacin de los recursos, pues se puede dar el casode que en determinados programas existan trabajos que no puedan finan-ciarse por terminarse el presupuesto cuyo inters cientfico sea comparable(o incluso superior) a otros financiados en otros programas donde la com-petencia sea, en un determinado momento, inferior. Sera aconsejable abrirla posibilidad de una cierta competicin por los recursos por encima de losprogramas concretos. Una posibilidad sera establecer cantidades mnimaspara cada programa, y reservar una parte del presupuesto para reforzar losprogramas en los que hubiera proyectos de ms calidad. Evidentemente, estocomplicara la toma de decisiones, pero podra contribuir a una ms eficazasignacin de los recursos y a un mejor funcionamiento del plan.

    5.2. Comunidades autnomasUno de los cambios ms relevantes que se han producido en los ltimos aos enla investigacin en Humanidades en Espaa es la entrada en liza de las comuni-dades autnomas. Por lo general, la aportacin de las comunidades autnomasha supuesto un importante incremento de la financiacin y, como consecuenciade ello, de la actividad investigadora. Por otra parte la gran importancia que tie-

    nen en muchas disciplinas humansticas (Historia, Lengua...) los estudios basadosen fenmenos de mbito espacial restringido hace que muchas investigacionesde inters que tienen dificultades para acceder a convocatorias generales por sucarcter regional puedan encontrar mejor acomodo en el mbito autonmico.

    Sin perjuicio de la valoracin globalmente positiva de la aportacin de las comu-nidades autnomas a la poltica cientfica, la gran diversidad de criterios con laque actan est generando una situacin muy compleja y heterognea y no pocaconfusin. Hay comunidades autnomas que desarrollan una poltica propia en

    materia cientfica; otras han optado por planteamientos de subsidiariedad, com-plementando la poltica estatal; otras, por fin, no participan todava en este mbi-to. Por ello se hace urgente un esfuerzo importante por todas las partes implicadaspara coordinar entre s las acciones que estn llevando a cabo las comunidadesautnomas, as como las que promueven agencias del gobierno del Estado. Sinentrar en cuestiones de cofinanciacin de la actividad investigadora y de la crea-cin y mantenimiento de costosas infraestructuras de investigacin, en las queya se estn dando los primeros pasos, una medida relativamente sencilla y muyrecomendable sera la recopilacin y divulgacin de la informacin. Sera de granutilidad poner a disposicin de los diversos agentes que participan en la investi-gacin una documentacin actualizada sobre los proyectos que estn financiando

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    los distintos organismos del Estado, incluyendo las comunidades autnomas17 .Esto evitara duplicaciones e ineficiencias que ocasionalmente se producen en laactualidad. Asimismo permitira una difusin ms amplia de los resultados de esaactividad investigadora financiada por las CCAA, tanto entre los investigadorescomo cara a las empresas, instituciones y sociedad en general. Es tambin impor-tante que las comunidades autnomas cuenten con un adecuado respaldo para elcontrol de calidad de los proyectos. La competencia que se ha establecido entreCCAA en materia de investigacin es positiva, pero no impide una mayor coordi-nacin y colaboracin.

    En resumen, parece aconsejable que la poltica cientfica espaola tenga en cuentala realidad actual, en la cual las comunidades autnomas son un agente real y cadavez ms relevante. Por ello, convendra promover una mayor coordinacin entreel Estado central y las comunidades autnomas en cuestiones de poltica de I+D.Un portal que permita acceder a toda esa informacin beneficiara considerable-mente a los investigadores, tanto espaoles como extranjeros. Una iniciativa as esprecisa para una mejor difusin y transferencia del conocimiento que se genera, enparticular en el mbito de las Humanidades, dado que una buena parte de la inves-tigacin se hace con financiacin autonmica. Una posibilidad sera aprovechar elportal Tecnociencia de la FECYT para ubicar este recurso.

    5.3. Proyectos financiados por entidades privadasSalvo en algn campo especfico (restauracin, exposiciones, industrias editorialesy culturales...), el peso de la financiacin privada es an reducido en el mbito delas Humanidades. Por ello, es importante realizar un intenso esfuerzo para mejo-rar este aspecto del panorama de la investigacin. Gran parte del problema derivade las dificultades de comunicacin entre los grupos de investigacin y los poten-ciales patrocinadores. Por lo general, los investigadores tienen poca informacinsobre las fundaciones o empresas que podran estar interesadas en sus trabajos.Por otra parte, tampoco saben bien cmo hacer llegar sus propuestas. Sucedetambin lo inverso: muchas fundaciones y empresas tienen escasa informacinsobre la oferta de las universidades y los organismos pblicos de investigacin quepudieran interesarles.

    Habra que esforzarse en poner en relacin a estos socios potenciales. Sera desea-ble que las OTRI de las universidades y organismos anlogos en el CSIC se orien-taran ms a la captacin de recursos y a poner en relacin a los grupos con los posi-bles financiadores privados que a las actividades de tipo ms bien administrativoen las que se suelen centrar. Asimismo parece conveniente que se cree un portal

    17 El sistema CORDIS de la Unin Europea es un ejemplo a seguir en Espaa.

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    para difundir el conocimiento que generan los investigadores de Humanidades,dado que los existentes estn ms focalizados hacia las reas cientfico-tcnicas.

    Otro aspecto que podra contribuir a incrementar la financiacin privada de lasHumanidades (y a mejorar la eficacia y la correcta utilizacin de estos recursos)es el apoyo por parte de la Administracin a los procesos de evaluacin de losproyectos que se presentan a este tipo de patrocinadores. Los agentes privados(en mayor medida cuando se trata de empresas que en el caso de las fundaciones)tienen dificultades para evaluar la importancia cientfica de las propuestas quereciben, lo que puede producir un cierto retraimiento por su parte. Un respaldooficial de las instituciones pblicas a travs del sistema pblico de evaluacin (laANEP u organismos similares) generara mayor confianza y mejorara la utiliza-cin de los recursos.

    Un problema relacionado con el anterior con el que se enfrentan muchos gruposque consiguen financiacin privada es la dificultad de homologacin de los pro-yectos que estn fuera de las convocatorias pblicas. En ocasiones, existen pro-blemas para que proyectos financiados por entidades privadas tengan el adecuadoreconocimiento en las carreras investigadoras de los que participan en ellos, enparticular en el caso de los becarios. Sera deseable, por tanto, que los proyectosfinanciados con recursos privados que han pasado controles de calidad compara-bles a los de las convocatorias pblicas fueran homologados a todos los efectos.

    En el caso de los becarios, sera aconsejable desarrollar un sistema de acreditacinque permitiera que las becas anlogas a las de los organismos pblicos en dotaciny en procedimientos de adjudicacin se homologaran a todos los efectos con lasde aqullos.

    5.4. Espacio Europeo de InvestigacinEl acceso a la financiacin de los grandes programas europeos (Programas Marco,

    proyectos de laEuropean Science Foundation, etc.) es otra de las grandes asigna-turas pendientes en el campo de las Humanidades en Espaa. El nmero de pro-yectos es todava muy reducido y la aportacin global de esta importante fuente definanciacin y difusin muy baja. Mejorar sustancialmente esta situacin debe serun objetivo fundamental de la poltica cientfica de nuestro pas. En la actualidad,Espaa cuenta en el mbito de las Humanidades con equipos suficientementecompetitivos para poder acceder a estas convocatorias si se les dota del suficienteapoyo por parte de sus instituciones y de la Administracin. Es necesario informara los investigadores sobre las posibilidades existentes, facilitar el establecimientode contactos y apoyar a los que decidan concurrir a esas convocatorias. Aparte delas oficinas ya existentes, algunos organismos espaoles, como la propia FECYTo el CSIC, podran hacer una importante labor de difusin de este tipo de infor-macin entre la comunidad cientfica. Sera tambin importante desarrollar una

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    mayor cooperacin entre las distintas administraciones en la colaboracin con ter-ceros pases (Amrica Latina, pases rabes, etc.), un campo en el que los proyec-tos de Humanidades pueden encontrar acomodo si se plantean adecuadamente.

    Un factor que retrae particularmente a los investigadores que se plantean acudir aeste tipo de fuente de financiacin es la complejidad de los trmites. Es evidenteque ste es uno de los aspectos que plantean menos interrogantes sobre cmoabordarlos: es una cuestin bsicamente de medios. Los centros de investigacin(universidades, CSIC) y el propio Estado deben poner a disposicin de los gruposde investigacin medios tcnicos y administrativos para poder abordar la con-currencia a estas convocatorias con unas mnimas garantas. Existen ya algunasayudas (en las Acciones Complementarias del Plan Nacional, por ejemplo), peroson insuficientes para enfrentarse al reto de incrementar de forma verdaderamen-te relevante la presencia de las Humanidades de nuestro pas en los proyectoseuropeos.

    Una de las lneas prioritarias en la poltica de proyectos ha de ir dirigida al fomen-to de la participacin de equipos espaoles en proyectos europeos o, en general,de mbito internacional. Para facilitar el progreso en este mbito es necesarioincentivar la movilidad del personal investigador en todos los niveles y facilitar lacreacin de redes de grupos. Asimismo es aconsejable hacer estudios compara-tivos sobre los proyectos europeos en los que participan grupos de investigacin

    espaoles de las reas de Humanidades y de otros pases, puesto que esos datoscomparativos no estn disponibles. Otro elemento esencial de la misma polticaes la articulacin de un programa de sabticos, una aspiracin inveterada de lacomunidad cientfica espaola y por el momento insatisfecha.

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    6. Las prcticas investigadoras y su organizacinUno de los clichs asociados tradicionalmente a la investigacin en Humanidadesafirma que se trata de una tarea esencialmente personal. Como todos los tpicos,tal percepcin cuenta a su favor con algunos datos objetivos. Todava existe ennuestros mbitos la figura del investigador que desarrolla su carrera individual-mente, al margen de un equipo. En ocasiones, se trata de personas que obtienen elmximo reconocimiento en su especialidad. Por otra parte, en muchos de los cam-pos de las Humanidades las publicaciones cientficas continan siendo firmadaspor un solo autor, frente a lo que sucede en las ciencias experimentales, en las quees el equipo el que genera las contribuciones cientficas. No obstante, estos hechosno deben eclipsar el importante cambio que se ha producido en los ltimos tiem-pos en Humanidades, con la formacin de grupos de investigacin estables quehan asumido el papel protagonista en el desarrollo de la investigacin. Sin duda,ste es uno de los efectos ms positivos de la consolidacin en nuestro mbito dela cultura de los proyectos. La asimilacin de este nuevo paradigma metodolgicode la investigacin en Humanidades ha sido compleja: del proyecto como mediopara continuar investigando individualmente en los mismos temas de siempre seha pasado a una formulacin mucho ms comprometida, articulada y explcita, demodo que el proyecto ha llegado a ser el ncleo articulador de la investigacin delgrupo. El salto de la investigacin predominantemente individual a la orientadahacia el grupo tambin ha tenido etapas intermedias en las que menudeaban las

    amalgamas o uniones de conveniencia. Hoy en da comienza a existir el riesgode que algunas publicaciones tengan una coautora ficticia o rotativa entre variosinvestigadores que firman conjuntamente un artculo, aunque el autor real hayasido una sola persona.

    Las comunidades autnomas han tenido un papel importante en la potenciacinde los grupos y en su consolidacin institucional, una poltica en la que debe pro-fundizarse dotando a los grupos y a los centros que los acogen de infraestructurasestables, compartidas entre varios grupos cuando la dimensin de stos no requie-

    ra la innecesaria multiplicacin de aqullas. Uno de los dficits ms notables eneste terreno viene dado por la falta en los centros donde se ubica la investigacinen Humanidades de unidades de apoyo a la investigacin en trminos de infraes-tructura, que permitiran compartir personal tcnico, laboratorios, equipamientosy espacios y evitara su ineficaz dispersin en proyectos de tamao pequeo ymediano.

    La existencia de un nmero creciente de grupos consolidados, con una trayectoriapermanente de consecucin de proyectos y con un nivel contrastado de obtencinde resultados hace recomendable dar un salto cualitativo en la poltica seguidahasta ahora en las convocatorias de proyectos. Se tratara, en definitiva, de facilitarla vida de los grupos estables y productivos asegurndoles un nivel basal de finan-ciacin que les permitiera afrontar proyectos a medio plazo aligerando la pesada

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    carga burocrtica que supone la reiteracin de convocatorias. Segn parece, estainiciativa figura entre las medidas que se propone adoptar el MEC a corto plazo18 .Un aspecto positivo de la poltica de consolidacin de grupos por la que aquse aboga sera evitar la tendencia a la disgregacin y atomizacin de los gruposconsolidados. Otra medida que contribuira a este objetivo sera evitar la naturaltendencia de todo investigador experimentado a convertirse en investigador prin-cipal de proyecto. Si a los efectos de currculum se otorgara esta etiqueta a todoinvestigador que hubiera sido IP de algn proyecto previo del grupo, la presindisminuira y se tendera a establecer turnos de rotacin de IP en los sucesivosproyectos de los grupos de tamao medio y grande.

    18 Se ha concretado en los proyectos de investigacin C (Consolider), anteriormente mencio- nados.

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    7. Organizacin administrativa de la investigacinCmo determinan los espacios institucionales la investigacin en las diversasdisciplinas de Humanidades?

    Las divisiones disciplinares que afectan a la investigacin en HH no respondentanto a razones de carcter epistemolgico como a criterios administrativos. Nose tiende a definir la actividad investigadora caracterizndola en s misma, sino enrelacin a la de otros grupos profesionales vecinos. Adems, esa caracterizacinest muy condicionada por los conflictos intra e interinstitucionales existentes. Laprevalencia de la estructura administrativa sobre la organizacin cientfica consti-tuye tanto en el CSIC como en las universidades un problema serio que dificultala actividad investigadora y pone obstculos a la colaboracin entre investigadorespertenecientes a distintas instituciones. Relativamente hablando, hay pocos pro-yectos coordinados interinstitucionales en Humanidades.

    Por otra parte, se aprecia un exceso de instancias superpuestas (grupos de investi-gacin, departamentos, centros, institutos) que condicionan la organizacin de laactividad investigadora tanto en las universidades como en el CSIC. En el caso delas primeras, se cuestiona sobre todo el papel de los departamentos, cuyas compe-tencias deberan limitarse a la coordinacin de las actividades docentes, no de lainvestigacin. De hecho, se valora positivamente que el nuevo decreto de reforma

    del postgrado universitario abra la puerta a la asignacin de competencias a otrasinstancias universitarias distintas a los departamentos e institutos (por ejemplo,los grupos de investigacin y los centros) al referirse genricamente al rganocompetente y eludir cualquier concrecin sobre la naturaleza de ste. En cuantoa la organizacin de la investigacin en el CSIC, tambin se aprecia un exceso deniveles acadmico-administrativos que aconsejara limitarlos a un mximo de tres:grupos de investigacin, departamentos (muy fuertes, con secciones de investiga-cin) y centros, suprimiendo quizs algunos institutos.

    Se subraya la necesidad de potenciar los grupos de investigacin como factor dinamiza-dor de las reformas requeridas. En los debates abiertos con motivo del proceso de refor-ma del CSIC actualmente en marcha, se est poniendo un gran nfasis en el reconoci-miento activo de los grupos de investigacin. La idea de que los grupos de investigacinpuedan ser organizadores naturales de la investigacin y tener incluso capacidad paraimpulsar nuevos doctorados tambin se ve con buenos ojos desde el mbito universi-tario. En cualquier caso, si se quiere hacer gravitar la actividad investigadora sobre losgrupos de investigacin, preocupa la definicin y estabilidad de dichos grupos.

    Hay quien manifiesta escepticismo acerca de la posibilidad de organizar la inves-tigacin en torno a los grupos de investigacin, por considerar que hay muy pocosque sean reales en Humanidades. De ah que se proponga un modelo alternati-vo de organizacin de la investigacin basado en la convergencia disciplinar sobre

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    temas concretos(start-ups) , es decir, empeos puestos en una determinada direc-cin hacia la que no existen experiencias previas (y, quizs, ni siquiera demandas)a la creacin de tales empresas, pero que se considera que pueden llegar a crista-lizar en el futuro. La idea sera aplicar algo as a las HH (y CCSS): caminos quepudieran ser definidos de antemano desde arriba, que incluyeran una cooperacinmultidisciplinar y para los que se asignaran recursos importantes.

    Se constata un malestar evidente por las estructuras administrativas que constri-en la actividad investigadora. En la universidad, debera distinguirse la estructuraadministrativa (organizacin) de la propia de la actividad investigadora. Adems,convendra establecer, al igual que existe en otros mbitos acadmicos, una carre-ra investigadora debidamente incentivada, con el fin de que la investigacin nose banalice por generalizacin (todo profesor quiere un incremento econmicoque le permita, por ejemplo, comprar libros). Por otra parte, se constata que unaparte de las asignaciones econmicas de las ayudas a proyectos suelen estar des-tinadas a suplir dficits presupuestarios en la infraestructura de los centros dondese desarrolla la actividad investigadora. Esta prctica muy extendida en el sistemaespaol de ciencia y tecnologa podra aconsejar el establecimiento de lneas definanciacin basal para los grupos de investigacin.

    En los ltimos tiempos, los grupos de investigacin y los jvenes investigadoreshan cobrado un papel crecientemente relevante en la dinamizacin del sistema

    espaol de ciencia y tecnologa. Pero qu es un grupo de investigacin y qupodemos entender por un joven investigador? Un grupo de investigacin esun grupo de investigadores y personal asociado con objeto definido y articulado entorno a una lnea de investigacin con un marco terico y metodolgico comparti-do, y con continuidad de su trabajo de investigacin comn; todo ello de acuerdoa parmetros mensurables. Adems:

    Se reconoce a s mismo y es reconocido desde fuera como tal en virtud de unamayor afinidad entre sus integrantes.

    Su configuracin es flexible tanto a la hora de su constitucin como al concluirsu labor investigadora. Existe una clara asignacin de misiones para cada integrante, sea individual-

    mente o en subgrupos de investigacin. Suele contemplar entre sus objetivos el desarrollo de infraestructuras tcnicas

    (herramientas de software , sistematizacin de datos), para lo cual cuenta conpersonal de apoyo.

    Ninguno de sus integrantes puede adscribirse al mismo tiempo a ms de ungrupo de investigacin.

    Es importante desarrollar acciones que permitan consolidar autnticos grupos deinvestigacin (tres aos es poco tiempo). En cierta manera, el Plan Nacional hacontribuido a fosilizar los grupos de investigacin: se tiende a identificarlos con los

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    proyectos de investigacin, cuando stos son slo instrumentos para la actividadde un grupo. Parece tambin importante poder desenmascarar los pseudogruposde investigacin que han proliferado con el fin de acogerse de forma oportunista alas ayudas convocadasad hoc por distintas administraciones, si bien se considerams conveniente hacerlo a posteriori , a partir de la evaluacin de resultados.

    Cuando se habla de grupos de investigacin, no deben olvidarse las dificultadescon que topan algunos investigadores que trabajan en el mbito de los archivos,bibliotecas, centros de documentacin, museos, restauracin del patrimonio einvestigacin arqueolgica, para ser reconocidos como tales dentro del sistemaespaol de ciencia y tecnologa. Slo pueden concurrir a las convocatorias deayudas de investigacin si lo hacen conjuntamente con centros universitarios odel CSIC, los cuales suelen tener una mirada instrumental sobre ellos. Urgereconocer a algunos archivos, museos, bibliotecas y centros de documentacin,restauracin y patrimonio como instituciones de investigacin, previa evaluacininstitucional. Otro tanto cabe decir del personal que trabaja en dichos centros,abrindoles vas para la presentacin y realizacin de proyectos de investigacin.Ello permitira que otros ministerios y departamentos de las CCAA, por ejemplolos de Cultura, hicieran sus propias convocatorias de proyectos, lo que sera bene-ficioso para la investigacin en HH.

    La financiacin de proyectos presentados por grupos de investigacin amplios de

    ninguna manera debera impedir el apoyo a otros tipos de proyectos y ayudas ala investigacin19 . Entre ellos destacan las ayudas a propuestas individuales decarcter finalista (por ejemplo, escribir un libro o un artculo particularmentecomplejo), que deben ser sacados de la filosofa de la sospecha, por ms queconvenga redefinir la dimensin individual del trabajo en HH. El control sobreel cumplimiento de los objetivos de estas ayudas individuales podra pasar porla devolucin del dinero asignado cuando stos se incumplan o por el estableci-miento de penalizaciones para ulteriores convocatorias. El modelo est inventadoy quienes han trabajado para fundaciones privadas lo conocen bien. Al fin y al

    cabo, los proyectos y ayudas a la investigacin son contratos, lo que se olvida condemasiada frecuencia. Los mecanismos de evaluacin de estas ayudas deberan serslidos y la excelencia de la propuesta, una condicin sine qua non de los mismos,que, por otra parte, se insertan plenamente en la tradicin investigadora humanis-ta. Se ve con buenos ojos la posibilidad de que estas investigaciones finalistas estncofinanciadas desde la iniciativa privada.

    19 Conviene recordar que el 75% de los investigadores integrantes del conjunto del sistema de ciencia y tecnologa espaol no estn vinculados a proyectos y que este porcentaje se eleva al 85-90% en el mbito de las HH.

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    8. Infraestructuras de investigacinen Humanidades

    La falta de sensibilidad de la poltica cientfica hacia los recursos de carcter infra-estructural en el mbito de las HH es otro de los graves problemas estructuralesque afectan a la investigacin de Humanidades. Se reclaman soluciones urgentescomo condicin sine qua non para el impulso de la investigacin en HH. Junto alos proyectos de investigacin al uso, deberan potenciarse otros tipos de accionescon el fin de dotar infraestructuras que puedan ser utilizadas por el conjunto dela comunidad investigadora en Humanidades20 . Las HH se juegan mucho en esteasunto, por lo que es imprescindible ser ambiciosos en las propuestas que se hagany en la financiacin de las mismas.

    Debera tenerse en cuenta toda una gama de infraestructuras de distintos tamaos,desde las grandes, a escala del Estado (por ejemplo, servicio de archivos, digitali-zacin de fondos programada y coordinada), a las pequeas, a escala de grupos deinvestigacin (por ejemplo, contratacin de personal, apoyo a las revistas especiali-zadas); pasando por las infraestructuras medianas, a escala de las instituciones.

    Algunas grandes infraestructuras deben tener como objetivo atender las deman-das relativas a la preservacin, recuperacin, difusin y puesta en valor del patri-

    monio contenido en archivos, museos, bibliotecas y centros de documentacin,restauracin e investigacin arqueolgica. Fuera de Espaa existen modelos quefuncionan y hacia los que sera deseable promover la convergencia. La experienciacatalana delServei dArxius de Cincia, actualmente en fase de coordinacin conotros servicios similares existentes en otras CCAA espaolas, va en esta lnea.Recientemente, la FECYT ha promovido un grupo de trabajo en relacin a lasinfraestructuras en HH, que tiene en cuenta fondos patrimoniales tanto pblicoscomo privados, e incluye tambin el patrimonio cultural del siglo XXI (patri-monio digital, objetos digitales, bibliotecas y museos en nuevo formato, etc.)21.

    Seran precisas convocatorias especficas de subvenciones para el establecimientode infraestructuras dirigidas al mantenimiento, recuperacin y puesta en valordel patrimonio real y virtual; un campo ste en el que Australia y Gran Bretaa( la digital coalition) ejercen el liderazgo y que en Espaa se inici con el proyectopatrimonio.es, recientemente sustituido por el programa Ingenio 2010. Enel mbito de los archivos cientficos, la experiencia de CASE(Cooperation in

    20 Paralelamente a la elaboracin de este Libro blanco, la FECYT elabor en 2005, a solicitud del MEC, un informe sobre grandes infraestructuras de investigacin en las diversas reas cientcas, incluidas las Humanidades. Vase ese documento para concretar las principales

    infraestructuras propuestas desde el rea de Humanidades.21 No podemos olvidar que el formato digital es el tpico de la ciencia del siglo XXI. Mientras

    no exista conciencia de ello, se trata de una literatura muy efmera porque, salvo escasas excepciones honrosas, no se est guardando nada.

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    Archives of Science in Europe) resulta un ejemplo muy sugerente. Se propone unplan de accin interministerial (MEC, M de Cultura, M de Industria, etc.) parala creacin de estas infraestructuras, en coordinacin con las CCAA. Las arqui-tecturas grid ofrecen un modelo interesante a este respecto, puesto que su granversatilidad permite el acoplamiento de los distintos proyectos que se impulsen,como se ha puesto de manifiesto en las Ciencias Fsico-Naturales. Debera crearseuna grid especfica para Espaa e Iberoamrica, en la que se tenga muy en cuentael castellano, sin olvidar las otras tres lenguas hispnicas.

    Esta iniciativa, que se juzga muy urgente, debera ser una prioridad del PlanNacional, previa coordinacin con las CCAA. Sera promovida por un consorciode instituciones pblicas y estara liderada por investigadores de Humanidadesde las universidades y el CSIC, junto con los profesionales de archivos, bibliote-cas, centros de documentacin y museos. Se trata de que los investigadores delmbito de las Humanidades jueguen al modo del protocolaire en la Francia delsiglo XIX un papel clave en la valoracin del patrimonio que generan los pro-pios cientficos e ingenieros en su actividad investigadora, as como otros agentessociales. Se tratara de crear cultura de patrimonio, enfatizando la propiedadintelectual de los fondos y objetos en formato digital. Tambin debera definirseel tratamiento que debe darse a los archivos personales (incluidos los digitales),que ya comienzan a ser objeto de depsito voluntario para garantizar su conser-vacin; o el aplicable a los documentos sujetos a procesos de edicin, desde el

    primer manuscrito a la versin impresa definitiva, que exige el establecimiento deacuerdos con editoriales de libros y de revistas electrnicas, o con los propietariosde otros bancos privados de datos similares, para asegurar la preservacin de estaparte del patrimonio. Este proyecto que, en trminos ideales, debera permitir larecuperacin virtual de los fondos de archivos, bibliotecas, centros de documen-tacin y museos, representara la gran contribucin de las HH al sistema espaolde ciencia y tecnologa durante los prximos aos.

    Un proyecto de infraestructura de tales dimensiones demanda recursos humanos,

    que habran de materializarse en la contratacin de personal tcnico capacitado(informticos, documentalistas, etc.) y con posibilidad de dedicacin continuada.Cmo garantizar esta continuidad laboral del personal tcnico: vinculndolosdirectamente a las instituciones o a travs de los proyectos? La cofinanciacin delos costes de este personal tcnico por parte de los grupos de investigacin podraser una buena solucin. Sin embargo, podra ser ms til el concepto de financia-cin basal: los proyectos no pueden soportarlo todo; de ah que sea preciso esta-blecer otras formas de financiacin como la asignacin de dotaciones especficaspara personal tcnico, contratacin de empresas especializadas y formacin debecarios pre y postdoctorales.

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    9. Docencia e investigacin en la universidadLa ntima relacin que se establece entre docencia e investigacin en las univer-sidades espaolas tiene algunos aspectos positivos, como la capacidad de formar jvenes investigadores en los programas de tercer ciclo o la posibilidad de esta-blecer sinergias y estmulos entre ambas actividades, pero tambin impone ciertasservidumbres a la tarea investigadora. La principal de ellas es el escaso recono-cimiento que la investigacin suele tener a la hora de determinar la dedicacindocente de los profesores, de modo que aquella actividad se convierte a menudo,una vez alcanzada la estabilidad, en una iniciativa voluntaria, y a veces volunta-rista, de cada profesor, quien tiene que arreglrselas para hacer compatible suinvestigacin con las necesidades docentes que debe atender. Por regla general, lasuniversidades establecen la carga docente de cada profesor independientementede que investigue o no, lo que representa un agravio comparativo y pone en peli-gro la continuidad de la actividad investigadora. Pese a que acreditar mritos deinvestigacin suele ser una condicin necesaria en los concursos que dan acceso alas plazas estables de profesorado, una vez alcanzadas stas el sistema no incentivasuficientemente la continuidad en el esfuerzo investigador, excepcin hecha de laremuneracin asociada a los sexenios de investigacin, que son el nico mecanis-mo de reconocimiento de la actividad investigadora con efectos crematsticos.

    En el momento actual, otros dos factores pueden afectar sensiblemente al precario

    equilibrio que han mantenido docencia e investigacin en las universidades. Elprimero es el descenso en el nmero de estudiantes que estn experimentando lamayora de las carreras de Humanidades, lo que puede reducir an ms su pesorelativo en el conjunto del sistema universitario y, consecuentemente, provocarel estancamiento o incluso la disminucin del nmero de plazas de profesorado,con las consiguientes consecuencias para la investigacin. El segundo est vincu-lado con la creacin del espacio europeo de educacin superior derivado de laDeclaracin de Bolonia de 1999. Este complejo proceso de adaptacin supondr,con toda probabilidad, un aumento del grado de formalizacin y explicitud de la

    programacin docente de las carreras, as como una revisin de los contenidos enlos niveles del grado y el postgrado, el aumento de la atencin tutorial y la nece-sidad de dedicar cada vez ms esfuerzos a la elaboracin de material didcticodisponible en la red. La consecuencia previsible de todo ello es que se produciruna tensin creciente entre la dedicacin requerida por las tareas docentes ylas correspondientes a la investigacin, sobre todo para los docentes que debanimpartir cursos de grado. Dado el poco reconocimiento que recibe institucional-mente la investigacin en la universidad, el peligro obvio es que la dedicacin aesta actividad disminuya sustancialmente ante la necesidad de que el profesoradodedique todo el tiempo disponible a los requerimientos de la docencia.

    El panorama esbozado en los prrafos anteriores supone un reto para el modeloque ha venido rigiendo la investigacin en Humanidades hasta ahora y reclama la

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    adopcin de decisiones estratgicas que equilibren el peso de los dos componentesbsicos de la carrera del profesorado universitario. Pero la conclusin que debeobtenerse de todo ello no es necesariamente negativa: se trata de una encrucijada,pero tambin representa una oportunidad para fortalecer y clarificar la funcininvestigadora de la universidad. El principal problema del modelo actual de carre-ra universitaria es su naturaleza monoltica: se supone que todo profesor debehacerlo todo (ser docente, investigador y, eventualmente, gestor) en la mismamedida que los dems, sin que se acepten componentes variables en funcin delos intereses, de las capacidades y de los resultados obtenidos por cada uno. Talsistema es por definicin ineficiente y genera constantemente insatisfaccin, yaque no est al alcance de cualquiera ser simultneamente un excelente docente,investigador y, eventualmente, gestor.

    La decisin poltica que debera afrontarse para clarificar el panorama descritohasta aqu consiste en establecer mecanismos que reconozcan la actividad inves-tigadora del profesorado universitario en funcin de una evaluacin rigurosa delos resultados obtenidos. De este modo, la dedicacin de cada docente a los doscomponentes de que consta fundamentalmente su actividad se modulara en fun-cin de sus intereses, de su capacidad y de sus logros en cada uno de ellos. Debequedar claro que el enfoque que se presenta no considera la docencia como unaactividad menor o como un subproducto al que deben dedicarse quienes no obten-gan buenos resultados en la investigacin. Al contrario: la posibilidad de que una

    parte del profesorado universitario se dedique preferentemente a ella no es sinola conclusin lgica de su propia trascendencia y de la creciente complejidad queestn adquiriendo los medios que le sirven de soporte. De hecho, una parte delprofesorado aquella que apenas genera resultados de investigacin ya se consa-gra en la actualidad casi exclusivamente a ella, sin que la menor dedicacin a lastareas de investigacin se compense con un aumento equivalente de la actuacindocente, lo que constituye un agravio comparativo y una desincentivacin de lalabor investigadora. Cualquier poltica que se plantee el desarrollo de la carrerainvestigadora en la universidad debera intentar corregir esta asimetra. La vin-

    culacin entre docencia e investigacin es muy deseable, pero ambas funcionesdeben tener un reconocimiento administrativo y laboral, no una sola.

    Una consecuencia indeseable que se deriva de la situacin actual es que favore-ce la aparicin de mecanismos de simulacin. Por ejemplo, a menudo se tiendea hacer pasar por investigacin lo que en sentido estricto no lo es, porque separte de la idea de que todo el profesorado debe tener resultados en ese mbito.Asimismo, es frecuente que los investigadores se comprometan en sus proyectosa una dedicacin que en muchos casos no estn en condiciones de cumplir, dadaslas