ffi-ffiffAffipffi

GELI$

P- Etiécer SátÉ5rnan

P. EliÉcer sálesman

l.

SON BARATISIMOS Y MUY PRACTICOS

CATECISMO BASICO ASTETE. 22a. Edición, 176 páginas. I B0preguntas.MANUAL DEL CATOLICO. 200 Páginas. Gráficos a color. Prepa ración pa ra la I ra. Comunión. Un millón y medio de ejem-plares vendidos. 29a. Ed¡ción.

3. NUEVO CATECISMO CATOLICO EXPLICADO. 17a. Ed¡ción,590.000 ejemplares. 480 paginas.

+. MILITANTES DE CRISTO. Preparación a la confirmación.l2a. Edición. 130.000 ejemplares. 225 páginas.

5. 55 RESPUESTAS A LOS PROTESTANTES. 14a. Edición,130.000 ejernplares.

I. PEQUEÑO CATECISMO MARIANO. BBpáginas. Ba. Edición

2. EL ¡-IBRO DE LA VIRGEN, por Sálesman. I I a.ejemplares. 255 páginas. A todo color.

3. EJEMPLOS MARIANOS . 7 a. Edición. 7 5 .000 ejemplares . 234hechos históricos.

+. SAN JUAN BOSCO Y MARIA AUXILIADORA. I0a. Edición.100.00 ejemplares.LAS GLORIAS DE MARIA PorSanAlfonso. Edición No. B0B. Lomejor que se ha escrito acerca de Ia Sma. Virgen.LOS TRES PASTORCITOS QUE VIERON A LA VIRGEN. Las

apariciones de Ia Virgen en Fát¡ma . 7 a. Edición.EL SANTO ROSARIO.4a. Edición. 176 páginas. Muy bello.A¡tO,VlARlA],tO, Una lectura para cada día áel año. 3a. EdiciónMES DE MARIA. 3l Meditaciones, una para cada día del mes.

pre guntas. I 28

Edición. 220.000DOMINEOS

7¿ al 3O

flfLOSA,EUf

30.000 Ejemplares

5.

7.B.9.

9!'polto [sUo TBibtÍco Cstf'ti co

trSTtr I-IBRO Str COI{SIGUE, EN:

DISTRIBUIDORA LATINOAv. Miguel Prostella. Galerías El DoradoLocal No. 12 PANAfT¡Á tel: 3644627REPÚBLICN DE PANAMÁ

LI BRE RíA CNTÓII CA ATENASCalle Atenas D.122Bayamón - PUERTO RICO 00959

LIBRERíA DIVINO NIÑO JESÚSSan Jorge, 357 SanturcePUERTO RICO - 0091 2 -Tel: (80e) 728-5207

LIBRERíA CATÓLICA LA INMACULADACalle Celis Aguilera No. 72Tel:787-2584735Caguas - PUERIO RICO - 00725

LIBRE NiA CATÓLI CA ANAWTN

Arecibo - Bayamón - MoyaguezSan Juan - PUERTO RICO

LIBRERIA SAGRADA FAMILIAAv. De Diego 555. Puerto Nuevo00920 Tel: 7 87-793-6802San Juan - PUERTO RICO

LIBRENíN SAN PEDBO CLAVERTel: 7 183530956 NEW YORK, U.S.A.

ED¡CIONES DON BOSCOTel: 5357557. tr¡ÉX¡CO D.F.

ADIVALMEX S.A. DE C.V.Dr Olvera No.21 1A - Col. Doctores - Tel: 5384359México D.F. - rr¡ÉXICO

ALMACENES UNIDOSTel: 554444 - San José - COSTA RICA

Para envíos al exterior hacer los pedidos a:HERNANDO NEIRACra 50 No. 52-126 Ot.405Fax:231 98 09Medellín - Colombia

3a. Edición Abril del 20011 0.000 ejemplares impresosen la Ecjitorial Centro Don Bosco

@ Apostolado Bíblico CatólicolsBN 958-9492-34-7Printed in Colombia - lmpreso en Colombia

INTRODUCCION

De san Bernardo er formidable predicador del año 1100,dicen sus biógrafos: "Tenía ,rru .^pucidad asombrosa paraconmover y convencer a sus oyentes. Era un gran re arode Dios, que él procuraba curtivar y hacer fructificar en ermayor grado posible. El repetía que si el sermón no estre_mece' es señal de que no les llegó al alma. Que si el sermóndeja a los oyentes en paz con "r. p".rdos, no les llegó aIcorazón. viendo los enemigos de la religión roÁ grandes frutosque obtenía con su predicación, trataban de án.rencerro deque se dedicara a otras Iabores v no a ésta, y su orguilo nodejaba de inclinarro a que en la predicación buscara ra va-nagloria y no la sarvación de ras armas. y otras veces Iellegaba la tentación de no predicaq por er temor de que suséxitos lo Ilenaran de orguro. Este pensamiento Ie ti"guuuaún en pleno sermón, y entonces se detenía y excramaba ensu interior: -Maldito orgulo: ra predieación no Ia em-pecé por ti, ni tampoco Ia dejaré por ti,,.

Este gran predicador, san Bernardo, dejó escritas dos pá-ginas que transcribimos a continuación, iara soraz y prove_cho de los que predican y catequizan. Dice así:

"La unción es una gracia der Espíritu santo que mueve aralma a dedicarse a Ia ürtud y u iu santidad. É. ,rrru gracia

que hay que pedirla muchas veces y siempre. Es necesarioque el predicador no se canse nunca de pedirle al EspírituSanto que le conceda la buena voluntad de sus oyentes y

que mueva sus almas hacia Ia santidad y la salvación. Lo que

más debe desear el predicador es que el Divino Espí-ritu le conceda aquello que tanto anhelaba san Pablo:

"El don de hablar inspirados por Dios" (1 Cor. 14, 39)'

Yo he notado siempre que produce inmensamente más

provecho la palabra del que.ha recibido unción de Dios que

la de aquél que se deüca a cosechar alabanzas... si quieresconmover, dedícate a orar, antes de dedicarte a decla-

mar.., Tu voz será más conmovedora si estás fuerte-mente convencido de 1o que les dices. cuídate mucho para

que no te tenga que repetir Jesús lo que les echaba en cara

á tor fariseos: "Atas pesadas cargas y las colocas en los

hombros de los demás, pero no las tocas con los de.

d.os para moverlas,,. A Dios le agrada que tu predicación.*ruyu u.ompañada de tu buen comportamiento. Porque el

solo predicar, sin el buen comportamiento del que predica,

ya lé agrada mucho menos al Señor. Porque, ¿para qué ha-

blar de lo que tú no cumples?... Me aterran los que predi-

can para ser felicitados y apreciados. Les dirá eI Divino Juez:

'Ya recibiste tu recompensa acá en Ia tiera'" Me pro-

ducen tristeza aquellos predicadores que con sus sermones

no se dedican a buscar únicamente eI bien de las almas y

su erecimiento espiritual. cuidado: que no te dediquesa h$lar sin haberte instnrido acerca de lo qrre les vasa decir. Eso sería pretender llevarles luz a los otros, vi-viendo tú en tinieblas. Pídele a Jesucristo que te libre de

ese gran mal que es el tener pereza y no preparar bien lapredicación. Tü sola voz es una hoja seca que se lleva el

viento. solamente la inspiración del Espíritu santo logra-

4

rá conmover a tus oyentes. Nunca te canses de pedir esainspiración. La buena predicación, lo primero que hace esaterrar, conmover, llenar de emoción. Luego enfervoriza, ale-gra, ilumina y entusiasma el corazón. Si un sermón se hacea base de Palabra de Dios, no dejará al pecador insensibley en paz con sus pecados. Aunque estén muertos por el pe-eado, una buena predicación los puede resucitar. Si estántibios, la Palabra de Dios los encenderá. Si están en tinie-blas, ella puede ser luz que les ilumine el camino. Tienesque insistirles a tus oyentes para que no vayan a la predi-cación a mirarse en un espejo y seguir lo mismo que antes,sino más bien a tratar de corregirse y mejorar su modo decomportarse y aumentar el amor hacia Dios y su caridadhacia el prójimo. "El qrre es de Dios, habla palabras deDios" (S. Juan 3, 31) y no me vengas a decir que las pala-bras groseras y malsonantes son palabras de Dios. El men-saje divino exige que se transmita con palabrasrespetuosas, dignas, cultas y educadas, como correspondeal espíritu de Dios, y no con palabras soeces y groseras,que jamás deben escucharse de los labios de un minis-tro del Señor. De tus sermones deben salir con do-lor, no de cabeza, sino del corazón. Arrepentidos de'susmaldades. Recuerda qtre lo que los va a corunover noserán tus gritos, sino la gracia de Dios qrre has im-plorado en favor de ellos. Esfuérzate por averiguar cuá-les son las enfermedades espirituales que afectan elambiente donde predicas, y enfoca tus sermones a tratarde curarlos o inmunizarlos contra tales enfermedades. Queen Ia camisa de tu predicación no se metan jamás lasprrlgas de la politiquería. Esmérate por suscitar entodos convicciones profundas inspiradas en el Evange-

P

D

lio, y no te canses nunca de invitarlos a ser santos, a no

cansarse jamás de tratar de conseguir la santidad".

Palabras hermosas, dichas por alguien que cosechó im-presionantes triunfos al predicar al pueblo. Palabras que

bien merecen ser leídas y releícias nuevamente, para biende nuestras almas.

H}CFItyHHNGÜ fr?,

CXÜLÜ AAños 1996- 1 999-200 l-2004-2007 -201 0

4. AnuncióIes entonces: «EI Hijo del Hombre irá a Jerusalén. Allí será entregado a los

príncipes de Ios sacerdotes y a los escribas para que le den muerte. Pero aI tercer día

¡esucitar¿1». Pedro objetó: «No Io quiera Dios, Seiror; no te ocrtrrirá eso'.

5. Iesús respondiil a Pedro : «Apártate de Iní, S¿rt¿ru¿is. porqtle IloDios, sino las de los hdmbres, . Dirigiéndose elltortces ir todos stls

nSi algr-rien quiere veltir a rní, rtíéguese ¿1 sí tni.slno, tolne stt cl'l.lz vperdiere su vi tl¿t. lir lrirll¿rrit, .

entiendes l¿ts cos¿ls cle

cliscípulos, les rlijo:sígiutre. Qrrien [)or nlí

7

AL HIJO DEL TIOMBRE LE VAN A DAR,IIIUER,TE

i:86]l'i/iltq{id} I1? - {i.lii-.:lr¡ A

üitl:ii liClld: Dios Tbdopoderoso, de quien procede todo donperfecto, infunde en nuestros cora.,iones el amor de hr nombre,para que haciendo más religiosa nuestra üda, acrecientes elbien en nosotros, y con solicitud amorosa lo conserves.

iilr{uier'¡,r l,ec{;ura; f,)el Pr"¿rlet,a Jere¡"¡rÍas fi0, 7-9

Me sedujiste Señor, y me dejé seducin Me forzastey me pudiste.

El profeta quiere decir que lo que enseña no es frutode su propia cosecha sino que lo dice moyido por una fuerzaincontenible de Dios que lo atrae hacia su mensaje y quelo lleva irresistiblemente a hablar lo que El le manda.

Santa Margarita después de las apariciones del SagradoCorazón de Jesús se ponía a escribir los mensajes que Je-sucristo le había confiado, y exclamaba: "Solamente tengoque escribir. Una fuerza invisible mueve mi mano y mi plu-ma". Algo parecido tienen que decir muchos predicadoresy catequistas ¡r escritores religiosos: Dios los mueve ahablar, y a escribir.

Yo era el hazmemeír todo el üa. Tbdos se burLabande mí. Siempre que hablo tengo que gritar'tiolencia",y proclamar "destn¡cción".

Muchas veces los que hablan en nombre de Dios tienenque decir cosas que son antipáticas para los oyentes, peroque si se callaran los dejarían llegar a la perdición. Así lesucedía a Juan Bautista cuando gritaba a Herodes: "No

8

I-.rii ii{} I1,, ii ': .:r:} i t .:i ,( j r'

te es lícito viür con la mujer de tu hermano". Así le pasa-ba a Cristo cuando exclamaba: "Si no os convertís, todospereceréis". En estos momentos el profeta, el que hablamensajes de Dios, no está adquiriendo simpatía ni popula-ridad, pero está manteniendo despiertas las conciencias y coneso se salvan muchas almas.

No nos escandalicemos de que los representantes de Diosen la Iglesia pongan de vez en crrando el dedo en la llaga yclamen contra ciertos abusos por ej. el aborto, la pornogra-fia, el tobo, los escándalos, la impiedad. Es que hay uno másfi¡erte que ellos que los mueve a hablar. Es el Dios que losha seducido y los ha convencido de lo importante y mara-villoso que es salvar el alma, aun cuando esto tenga quehacerse por caminos duros y antipáticos. Tienen que clamarcontra lo indebido, aun teniendo que pagar el precio de dolorde Jeremías. "La palabra de Dios se volvió para mí,oprobio y desprecio todo el día". Pero es palabra que li-bra de eterna perdición.

'Ay de los perros mudos que no ladran cuando ven veniral la&órt'i dijo el pncfeta. Seño4 quejamas callemm cr¡ando debe-mos alertar contra los peligros de pecar. ¡Que aunque nosdesprecien y se burlen de nosotros, sigamos hablando en tunombre! Que no puedan decir de nosotros lo que aquel crimi-nal dijo de sus padres en el momento en el que le leyeron susentencia de muerte por asesino: 'Esta sentencia la merecenmi padre y mi madre que no supieron cor:regirme a tiempo".

Me dif e: no me acordaré de El. No hablaré m¿ís ensu nombr¡e. Pero la Palabra era en mis entrañas comofuego ardiente. Intentaba contenerla y no podía.

I

IiN

[iltii

llt

DOMINGO 22 - CICLO Aprácticos. Por eso la parte final de cada carta suya es mu-cho más fácil de entender que los demás capítulos. Y conestos renglones de la lectura de hoy, empieza la parte fi-nal de la carta a los Romanos, la parte práctica.

San Pablo nos invita a presentar nuestros cuerpos a Dioscomo una ofrenda sagrada. Esto no lo habrían dicho los pa-ganos, pues ellos se diüdían en dos grupos: para unos (los

epicúreos) al cuerpo había que ofrecerle todos los goces yplaceres que pidiera aunque fuera ofendiendo con elloa las leps divinas Y para ohos 0m estoios) el'crrerpo era unverdadero estorbo que no dejaba progresar el espíritu, y porlo tanto era algo despreciable. Para los cristianos en cambioel cuerpo es algo sagrado: un templo donde vive el Espíri-tu Santo (o puede vivir, porque si pecamos y nos dedica-mos a Ia mala vida lo alejamos. ¡Themendo caso del ctral Diosnos libre siempre!).

El apóstol nos pide aquí: ofreced a Dios vuestro cuerpo ytodas las acciones corporales: vtrestros trabajos, sacrificios,dolores, y sanas satisfacciones, como se ofrece a Dios.unaoblación, un sacrificio sagrado en el altar. La palabra'hos-tia" signifrca: lo qrre se ofrece en sacrificio a Dios. Losdos sacrificios u hostias que más frecuentemente se ofrecíanen Israel eran: Un cordero, sin mancha, y pan sin levadura(el pan sin ler¡adr¡ra que se ofrece ahora en sacrificio en el altarse llama también hostia. Y después de la consagración esahostia es el cuerpo y sangre de Jesucristo). Quiere SanPablo que ofrezcamos nuestro cuerpo a Dios como ese cor-derito sin mancha que muere sin haber escandalizado a na-die, y como ese pan sin levadura que no se pudre y que se

11

-lI¡

I

1I

Bendito sea Dios que a sus delegados no los deja quedar-se callados. Cuántas veces sería mucho más cómodo no decirnada. Pero:entonces seguirían pecando tranquilamente y se

perderían para siempre. Por eso San Pablo recomienda:"Predica, reprende, insiste, oportuna e inoportunamente".(Z Tim. 4,2).

Señor: que todos los preücadores y catequistas del mundo

5r todos los que te amamos, sintamos en nuestro interiorun fuego ardiente que nos impulse a propagar tu palabra ytus mensajes. Que cada uno sienta en lo profundo de sualma aquel llamado del apóstol: "¡§ de mí si no evange'lizara!".

SALMO 62: Mi alma estrí sedienta de fi, Señor' Diosmío.

Este salmo es un cántico a lo mil veces admirable que

es üvir en buena amistad con Dios, aunque por conser-var esta preciosa amistaC haya que sacrificar muchas cosas,

aun la amistad con ciertas personas.

Segunda Lectura: De la Carta de San Pablo a losRomanos.12,l-2

[Ierma¡ros: os exhorto, por la misericordia de Dios,a presentar vuestnos crrerpos como hostia üva, santa,agradable a Dios; este es rruestro culto razonable.

Con estos renglones empieza la parte práctica de la cartaa los romanos, San Pablo en cada una de sus cartas, des-

pués de recorrer Ios campos infrnitos de la más alta teolo-gía, termina poniendo los pies sólidamente en la tierra, o

sea, dando unos consejos de ética y de moralidad, totalmente

10

conserya sin enranciarse (precisamente por no tener le-vadura. Para el apóstol: la levadura es el pecado).

Los profetas criticaban al pueblo por ofrecer anima-les defectuosos como hostia o sacrificio en el altar de Dios,y preguntaban: "¿Tb aceptaría un gobernador semejante hos-tia tan repugnante y llena de defectos? ¿Y Dios sí te la vaa aceptx?'. Cómo ofnecemc nuestro cuerpo a Dim: ¿omo hos-

tia viva, santa, agradable a El? O más bien ¿como un ser

manchado de vicios y pecados, podrido por las malas cos-

hrmbres? ¿Qué opinará Dios del modo como se presentan anteEI nuestras acciones corporales? Quizás tendremos que

repetir con el rey David: 'Misericordia Señor por tu bondad.

Hice la maldad que tú repruebas. Lávame y quedaré más

blanco que la nieve. Crea en mí un corazón puro".

Ese es vrrestno culto razonablq no es sóIo ir al temploy tezar. Es ofrecer a Dios acciones corporales llenas de

santidad y agradables a El. Porque aunque recemos mu-cho si nuestro cuerpo y sus acciones le son antipáticas a-

Dios, ¿cómo podremos agradarle?

Y no os ajusteis a este mr¡ndo sino transformaospor la renovación de la mente' para que sepáis dis-cernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo queagrada, lo perfecto.

Ajustarse es: tomar la misma forma del molde. Como

el agua que toma exactamente la. forma de la vasija donde

cae. Como el camaleón'que va tomando el color de lo que

1o rodea. EI apóstol nos dice aquí que no podemos adaptar-

nos sin más ni más a los moldes del mundo, y a sus perver-

sas costumbres, "A donde fueres, haz lo que üeres", dicen

12

BOMII{G{} 22 - CICI,O rtlos diplomáticos. Pero respecto al mundo jamás podremoslos cristianc qiustamc a sus modc de pensar, obrar y hablar.¿Que está de moda el amor libre, el matrimonio ciüI, elaborto, la tramposería? ¿Qué importa que el mundo acep-te todo esto, si Dios y la conciencia cristiana jamás lopodrán aceptar? Nuestra alma no es líquido movedizoque toma la forma de la totuma a donde llega. No, no puedeser. ¿Que todos están üendo esa telenovela escabrosa o todosvan a ver esa película atreüda o se úen de ese chiste gro-sero? Pues no vamos a la pelíanla ni sintonizamos esa tele-novela ni sonreímos ante el chiste malvado. Y que digan loque digan los mr¡ndanos. ¡[o que nos interesa es lo que diceDios! Si nos volvemos camaleones que simplemente vantomando el color del sitio donde están, jamás llegaremosa ser santos.

Para nosotros 1o importante es lo que agrada a Dios,lo que es bueno, lo que es perfecto.

Renovaos por la tnansformación de l¿¡ mer¡,te

Para renovarse es necesario que antes la mente seatransformada. Si se cambia el modo de pensar se cambia-rá también el modo de obrar. Cuando San Agustín dejó depensar en sus pecados para dedicarse a pensar en Cristoy en las verdades de la Biblia, su vida se transformó porcompleto. Cuando San Ignacio dejó de alimentar su men-te con novelas y empezó a leer la Vida de Jesucristo y delos santos, su vida se renovó de manera admirable. SanJuan Bosco narra que siendo joven, al leer el libro "Imi-tación de Cristo", su modo de pensar cambió de tal mane-ra que en adelante su üda mejoró notabilísimamente. Yen muchos países, miles y miles de amas de casa han vis-

13

to su vida maravillosamente transformada cuando hanleído el libro "Filotea", de San Francisco de Sales (escrito

precisamente para ellas). Aquí se cumple lo que dice elapóstol en esta su famosa frase que estamos comentando:la vida se renueva cuando la mente se transforma. Hayque mejorar primero el modo de pensar (leyendo buenoslibros y meditando en las verdades de la Biblia) y enton-ces la renovación de la conducta vendrá necesaria-mente como por añadidura. Cada persona es lo quepiensa. Si empieza a pensar mejor, empezará tam-bién a comportarse mejon

EVANGELIO. San Mateo. 16, 21-27. EL HIJO DELHOMBRE TIENE QUE PADECER

Jesús empezó a explicar a sus discípulos quetenía que ir a Jemsal€rrr y pad.ecer allí mucho porparte de Ios senadores, sr¡tnos saeerdotes y letradosy que tenía qrre ser ejecutado y resrrcitar al tercerdía.

Jesús habla ahora de su cflJz, de su anonadamiento pro-üsorio, de su fracaso aparente; de la humillación del Siervode Yahvé, antes de entrar en su gloria. Presenta aquí laimagen del Mesías doliente, humillado y muerto en la cruz.

Los apóstoles están convencidos de que Jesús sí esel Mesías, pero no comprenden todavía cómo serán las ac-tuaciones finales de este Salvador del mundo. Se imagi-naban un proceder totalmente distinto del que va a tenerJesús al final de su üda terrenal. Seguían pensando enun Mesías conquistado4 en un Rey guerrero que echaríade Palestina a los rnvasores romanos y daría un gran poder

DOMTNGO 22 - CICLO Apolítim a Israel. Ahora Jesús trata de cambiarles esaidea de triunfos externos y les va anunciando el final do-loroso que le espera.

Jesús quiere abrir los ojos de sus discípulos y convencer-los de que para salvar al mundo no hay otro camino me-jor que el de la cn¿2.

Habla Cristo de las tres elases dominantes que lo vana sentenciar a muerte: Los ancianos o sea los hombres másrespetados por su influencia, prestigro y edad. Los Sumossacerdotes, pertenecientes al partido de los Saduceos.Y los escribas, gu€ pertenecían al partido de los fariseos.Eran las tres fuerzas políticas, económicas y religiosas quedominaban a Israel. En muchísimas cosas andaban en de-sacuerdo y peleando unos contra otros, pero en una cosasí supieron ponerse totalmente de acrrerdo: en acus¿ü a Jesúsy llevarlo a la muerte. Las clases dominantes en lo políti-co y en lo económico se ponen de acuerdo constantementeen todas las épocas para ir óontra Cristo y contra sus en-señanzas. No nos extrañe que esto suceda, si le sucedió aEl personalmente cuando estaba üsible, hablando y ha-ciendo maraüllosos milagros. No nos escandalicemos deque esto siga sucediendo también ahora. EI camino de lacrrtz, del padecimiento y de la incomprensión es el quelleva a los discípulos de Cristo a la gloria de la re-surrección.

Tbnía que ir... ypadecer mucho. Jesus quería recordarque era necesario el strfrimiento. Humillarse para ob-tener el perdón de nuestra soberbia y de nuestro orgullo.Ser atormentado cruelmente para pagar nuestros pecados

L4 15

N

lirii

de sensualidad y comodismo. A cada uno de noso-tros nos dice Jesús: es necesario padecer, para ob-tener la salvación. Sin cflrzy sufrimiento no hay redención.Tenemos que aceptar que en el plan de Dios paranuestra santificación entren la humillación y el sufrimien-to. ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido mejor!

:ii.;¿i-*"t¡ r.;e: i!$ I'it¿rr.ró Ír¡Jl:irr'ü,:.)r,r,tg lÍii:.isr] Íi itit{}¡'rrliiildei;, n'irdi¡

Io yrer:iim.i{;a Di*s, i$r:fir.o;i'" ,':lso rr¿¡ lpuertre piesarte".

Pedro había sido criado y educado con la idea de unMesías de poder, gloria y conquista. Por eso reacciona demanera violenta ante esta noticia de Jesús. Le resultabaincreíble la idea de un Mesías sufriente. Eso de relacio-nar al Salvador del mundo con una cruz le parecía impo-sible. Ibma respetuosamente a Jesús del brazo y lo detienepara decirle que hay que desistir totalmente de esta horri-ble posibilidad.

En estas palabras de Pedro hay algo muy peligroso: sonuna tentación qrre procede de alguien que ama in-tensamente a.fesús. Hay tentaciones en esta vida quetienen el terrible peligro de que provienen de personasi quenos aman mucho: cuando una mamá o un papá o una amis-tad nos propone alejarnos de lo que supone sacrificios ydedicarnos a una üda fácil y sin contrariedades, hay quereaccionar como veremos enseguida que reaccionó Cristo.Aunque se trate de personas que nos aman mucho y aquienes mucho amamos.

a)mdame acorregir mis ideas equivocadas: yo nosufrimiento ni para mí ni para las personas queraquítico entendimiento quisiera como Pedro,

. ----? r , , t "l''ril' jri''i l': " i:¡r)i "

organizar uh mundo en el cual estuviese eliminado el su-frimiento. Y T\i, tan infinitamente misericordioso, has orga-nizado la vida humana entre un mar de lágrimas y desangre y un huracán de suspiros de dolor. Porque sabesque el dolor expía nuestras culpas, y que junto a la cntzcrece la santidad.

Jesris se volvió f¡ dijo a Pedro: "Quítate de mi vistaSatanás qrre me haces tropezar. T[i piensas como loshombres, rro como Dios".

La reprimenda de Jesús nos corta la respiración cuan-do la escuchamos. Conüene explicarla un poco.

Ante todo tenemos que pensar que Jesús acompañabasus palabras serias con un tono de voz amable y una miradacariñosa. Es un padre que corrige, pero lo hace con cariño.

¿Por qué reaccionó Jesús así? Es que de nuevo veaparecer la tentación que tuvo en el desierto: obrar lasalvación del mundo por medios fáciles, deslumbrantes,comodones, sin sacrificios ni negación de sí mismo. Ya alláel diablo le había propuesto: "Dales de comer, dales cosas

materiales, deslúmbralos con prodigios inútiles, haz unacomponenda con el mundo, ajústate al modo de pensar delos mundanos, adáptate a las costumbres mundanas, adoray obedece lo que el diablo propone"... Por eso reacciona Jesústan fuertemente: es que Pedro, sin darse cuenta le estáproponiendo lo mismo que Satanás le había propuesto enel desierto: irse por el camino fácil y apartarse del sacrifi-cio y de la humillación.

17

Señor:quiero elamo. Mi16

Satanás: en hebreo esta palabra significa: adver:sarioque pone trampas para hacerlo caer a uno y hacerlo fra-casar o perecer. Satanás es cualquier teoría que trate dealejarnos del camino de Dios, del modo como el Señor deseaque nos comportemos. Satanás es toda influencia quepretenda hacernos marchar por el camino de lo más fácily huir de lo que cuesta sacrificio o humillación. Satanáses cualquier atractivo que trata de obtener que los deseoshumanos y las pasiones ocupen el sitio que deben ocuparlos mandatos de Dios y los aüsos de nuestra conciencia.Nosotros podemos convertirnos en Satanás para otros, yaun personas que nos aman pueden llegar a ser Satanáspara nosotros si nos pretenden hacer üajar por el caminoancho de la facilidad y apartarnos del camino angosto delsacrificio y de la negación de sí mismo.

Cuándo Pedro dijo a Jesús que era el Hijo de Dios, ha-blaba en ese momento por inspiración del Padre Celestial,pero cuando le quiso apartar de su pasión y su cruz, esta-ba hablando como un Satanás. Así somos nosotros: a ratosestamos como inspirados por el cielo y se nos ocurren ideastan luminosas. Pero luego üene el poder de las tinieblas que

nos inspira ideas que ni se pueden transmitir. Thn perver-sas son. ¡Señor: que no pensemos nunca como los seresmundamos de esta tierra, sino como piensas y opinas T[r!

Debemos tratar de averiguar ctráles son los planes que

tiene Dios, y no solamente darle importancia a los nues-tros. Y aceptar los planes de Dios aunque no coincidan connuestros planes personales. Dentro de los planes de Diospuede haber humillación y sufrimiento y aparente fraca-so en nuestra vida. Hay que aceptar esto, no por ser hu-

18

DOMINGO 22. CTCLO AmillaciOn y sufrimiento y fracaso, sino por pertenecer alplan que Dios tiene para santificarnos, Esto se llama pensarcomo Dios y no como los hombres. Hay que despojarsede los criterios meramente humanos, porque pueden seruna equivocación. Lo que interesa en definitiva es lo queDios piensa y opina. Y esto hay que tratar de saberlo oran-do y meditando. Pidiendo luces al Altísimo. "Señor, ¿quéquieres que yo haga? Mándame lo que quieras, pero damefuerza y valor para ser capaz de hacerlo y aceptarlo,, (SanAgustín).

Entonees üjo a los discípulos:'El qrre quieravenir-se conmigo que se niege a sí mismo, (fue cargue eonsu crruz y me siga. Si uno quiere salvar srr vida la per-derá. Pero el que Ia pierda por mí la encontrará.

Este es un programa que Jesús repitió muchas veces.Se trata de principios esenciales del cristianismo, y quienno los cumpla no es verdadero seguidor de Cristo aunqueclame a los cuatro vientos que sí lo es.

Negarse a sl mismo: decir NO a los propios deseos.parapoder decir SI a los mandatos de Dios. Negarse a sí mismo:quitar a nuestro EGOISMO del trono donde quiere reinar,para colocar allí a DIOS y dejarle que reine en nuestraüda y en nuestro modo de pensar. Autonegarse para acep-tar las exigencias de Nuestro Señor.

Es un programa dificil y doloroso: negarse a sí mismo:superar las inclinaciones desordenadas. Tomar su cruz:afrontar pacientemente las contrariedades de cada jorna-da. Negarse a sí mismo es posponer los propios intere-ses y la propia comodidad y renunciar a cualquier otro goce,

19

to:1T l"

!)

antes que perder la amistad con Dios. Es sacrificar el propioquerer y las peticiones del gusto propio con tal de hacerla voluntad de Dios.

Así que es pura ilusión creer que estamos siguiendo aCristo si seguimos a nuestrcs propios caprichos, buscán-donos a nosotros ismos en vez de buscar la voluntad delPadre Celestial.

El que quiera enirse conmigo: Oh Dios, yo sí quieroirme conl igo, pero necesito que me pases un poco de tufuerza y de tu generosidad, porque la ¡ exigencias que ha-ces no son tan fáciles. "Dame lo que me pides, y pídemelo que quieras" (San Agustb).

Negarse a sí ismo: ta de Cristo atantos que tendría deseo como el jovenrico del evangelio, enten r que tienen que re-nunciar a algo que mucho les agrada para seguir al Maestro.

Jesús: admiramos tu persona, admiramos tu evange-lio lleno de sabiduría, admiramos tus milagros porten-tosos, admiramos tu poder y tu bondad, pero nos aterrantus exigercias: negarnos a nosotros mismos y aceptar la wuzde cada día. Eso s i que nos gusta ya mucho menos. PeroTti te negaste totalmente a ti mismo por nosotros sa-crificando por nuestra salvación tu üda entera hasta laúltima gota de tu sangre, y nosotros ¿no tendremos el sufi-ciente amor a Ti para saber sacrificar en tu honor nuestroorgullo, nuestro comodismo, nuestra sensualidad, nues-tro propi« parecer? ¡Qué poco amor tenemos para seguirtus pisadas! ¡Concédenos u , poco más de generosidad, deesa generosidad que a Ti te está sobrando!

20

Q,trJFl '.I'(^}lll,fl m

Tbmar su cruiz: es deci4 aceptar los sacrificios de cadadía. Quizás nuestras ambiciones personales no las logre-mos satisfacer. Quizás las recompensas que recibamos pornuestros serücios sean casi nulas y nuestro prestigio seamucho menor del que desearíamos tener. Probablementehabrá que sacrificar tiempo y placeres con tal de cumplirel propio deber y a¡rudar a los demás. Puede ser que ten-gamos que sacrificar Ia comodidad del descanso en el hogaro la alegría de unas diversion€s; con tal de hacer aposto-lado. Quién sabe si tendremos que privarnos de una nue-va comodidad de un nuevo mueble por dar una a¡ruda aese prójimo que representa a Jesucristo. O puede ser queen vez de pasar unas horas alegres junto a un televisor oa un radio, las tengamos que pasar junto a la cama de unenfermo consolándolo. Tbmar srr cru,z significa estar máspreocupado de servir a Dios y al prójimo que de servirsea sí mismo y a su comodismo.

No basta con hacer cada día la señal de la cruz. Esoaprovecha muchísimo hasta para alejar los demonios impu-nos. Pero es necesario también aceptar la cruz de sufrimien-tos que Dios permite que nos lleguen cada día. Recuerdaque Jesús aceptó su terrible cñtz por ti, en medio de tan-tos dolor€s, y no te niegues a aceptar la cruz de cada díaque El permite que te llegue (S. Juan Crisóstomo).

Y ivr.¡.'i r.{i,i,r+.: Seguir a Jesucristo significa: obede-cer lo que El manda, e imitar sus ejemplos. Seguirlo porel camino de santidad por el cual ha üajado El.

2L

En reuniones y convivencias se hace un juego que con-

siste en "segtrir al guía", y consiste en que una personatiene que imitar todo lo que otra va haciendo, aunque seanacciones difíciles y a ratos hasta ridículas. Cuando el guía

es muy ágil, lo más probable es que la persona que lo tra-ta de imitar no logrará ejecutar a perfección lo que él vahaciendo, pero Io que se premia es el esfuerzo. Algo pare-cido sucede en el "seguir a Cristo". Thatar de imitar loque El ha hecho: negarse a sí mismo, aceptar la cruz de

sus sufrimientos, tratar a los demás con aquel gran res-peto y ese inmenso amor espiritual con que Cristo ha trata-do; buscar siempre, y sobre todo hacer lo que agrada alPadre Dios; tener un espíritu de serücio tal que se puedaafirmar. t'no he venido a ser senrido sino a serr¡ir".Ser manso y humilde y esforzarse de tal manera pormantener la conciencia limpia que podamos repetir con

nuestro Maestro y Guía: t'¿Quién de vosotros me po-drá convencer de pecado?" -Eso es seguir a Jesús.

El que pierda su vida por Mí la salvará y el quequiera salvar su vida la perderá.

Jesús debió repetir muchas veces esta enseñanza porque

en los evangelic se enanentra repetida seis veces. Señal de que

es algo extraordinariamente importante para el cristia-nismo.

Cristo quiere recordarnos que nuestra üda no nos hasid.o dada para guardarla con egoísmo, encerradaentre la comodidad y el huir de los problemas, sino para sa-

crificarla por Cristo, por su reino, por el bien de los de-

más y por la salvación de nuestra alma.

22

DOMINGO 22 - CTCLO AAmar a Cristo no es sentir emoción por El solamente,

sino sacrificar nuestra üda por su amor. Algunos dicen queaman pero lo hacen sólo por el gusto que sienten en amara esa persona. Pero si su amor no les cuesta sacrificio, seles quedará en mero afecto sensible sin llegar a ser nun-ca amor de caridad, ni amor auténtico.

Jesús nos puede decir: "No os he amado en broma.Mi amor no ha consistido en solas palabras. Mi amor porvosotros me costó inmensos sacrificios". ¿Podremos decirlenosotrrcs otro tanto? ¿Qué me oresta mi amor hacia Cristo?¿Sacrifico algo por demostrarle que en verdad le amo?Pierdo algo de mi vida por amor de Jesucristo y de suReino?

Recordemos la parábola de los DOS GRANOS DEINCIENSO. Uno de ellos al ver las brasas encendidas don-de lo iban a quemar junto al altar de Dios, sintió miedo yse arrojó al suelo, y allí quedó pisoteado por todos e inútil.El otro se arrojó valientemente a las brasas y allí sacrifi-cado entre el fuego, subió en forma de humo agradablementeoloroso hasta el rostro del mismo Dios. Así puede ser nues-tra existencia: o un no querer sacrificar nuestra vida,nuestros gustos, nuestro tiempo, nuestro dinero, nuestroorgullo y pereza... y terminar pisoteados por los vicios yocultos en las oscuridades de la üda vulgar y sin mereci-mientos para el cielo; o sacrificar cada día algo de nuestravida por Dios y por su reino; sacrificar los propios gustos;hacer sacrificio de tiempo y de dinero, y hacer de la propiaexistencia un sacrificio de suave olor que como el de Abel, elde Noé, el de Abraham y el de Cristo, suba hacia el rostrosantísimo del Padre Celestial y rmelva a nosotros convertido

23

rjiI

¡

L

en bendiciones divinas para la vida presente y para laeternidad.

¿De veras pierdo algo de mi vida por Cristo y por su

Reino? ¿O la estoy conservando inútilmente entre la pereza

y Ia falta de espíritu de sacrificio? Puedo decirle yo tam-bién a Cristo: "¿No te he amado en broma, ni mi amor hacia

Ti ha sido de sólo palabras?".

Jesús sabía muy bien que llegaría el tiempo en el que los

cristianos, en tiempos de persecución, podrían salvar la vida

abandonando la fe y renegando de sus'creencias, y avisa

claramente que quien así "salve su vida" lo que en reali-dad está haciendo es perderla, y que quien pierda su üdapor proclamar su fidelidad a Dios, con ello la está ganando

para la felicidad eterna. Sabía también que en época de paz

los cristianos podemos "salvar la üda" de dificultades, de

preocupaciones, de molestias y de desgastes, con tal de que

nos dediquemos a t'rto hacer nadatt, por el reino de Dios, ycon ello lo que estamos haciendo en realidad es perder

nuestra üda. Pero que podemos ta¡rrbién penderla en aparien-

cia dedicándonos a desgastarnos por Cristo y por su Rei'no y por eI bien de las almas, y que lo que en realidadestamos consiguiendo mn este "perder ]a vida," es salvarlapara la eternidad feliz. Señor: quiero desgastar mi vida por

fi en esta tierra para recuperarla plena y vigorosa en la

eternidad. Amén.

¿De qué le sirve a un hombre ganar el mrrndoentero si malogra su vida? O, ¿qué podrá dar pararecobrarla?24

'I i,t.irli¡!l'.,JCli';: ','.:1 - r:rli..lX,r; ,i

Jesús está hablando no sólo de la üda terrenal sinotambién de la vida eterna. Si ganáramos todo lo que eneste mundo se puede ganar, pero perdiéramos la üda eter-na, ¿de qué nos serviría? De la reina Isabel I de Inglaterra(año 1600) decía la gente que después de haber obtenidoell¡a en esta tierra todo lo que ansiaba: pode4 riquezas, farña,honores, goces y largos años gobernando despóticamente,al morir, alguien le oyó decir: "¡medio siglo de goces en latierra, y después tan largo tiempo sufriendo en la eterni-dad!". Puede ser que sí le hayan oído decir eso. Puede serque no. Pero Io cierto es que nosotros sí tendremos querepetir algo parecido o quizas peor si por ganar en el mundo,perdemos la üda eterna.

Cuando los hermanos de San Bernardo de Claravaldispusieron (por allá en el año mil) abandonar sus fincasy palacios e irse a un convento a volverse santos, le deja-ron toda la herencia al hermano menor, pero éste respon-dió al oír tal noticia: "Cómo: ¿vosotros os vais a ganaroslos bienes del cielo y a mí me dejáis únicamente los bienesde la tierra? No. Eso no lo aceptaré jamás", y vendiendotierras y palacios, y repartiendo todo entre los pobres, sefue éI también a dedicarse a la santidad, para que no lefuera a suceder que por ganar el mundo malograra la vidade su alma. ¿Qué me dirá este ejemplo? ¿Qué conclusiónpodré sacar para el bien de mi alma? óQué clases de bie-nes estoy anhelando: los del mundo que pasan y se pier-den, o los de la verdadera üda, los de la vida eterna?

¿De qué le sirve a una persona dedicarse únicamentea la dimensión terrenal y horizontal de la vida, ctrando po-dría lanzar su mirada hacia las estrellas y darle una di-

25

ill:l!,ll

Ítl

mensión vertical a su existencia? ¿De qué le sirve a unindividuo dedicarse únicamente a escarbar como gallinaentre el basurero de esta tierra, cuando podría levantar susalas de águila y encaminarse hacia el cielo? ¿Qué quiero ser?,

¿ave que rmela hacia el cielo azul de la eternidad, o escaraba-jo que escarba entre el estiércol inmundo para buscar unasatisfacción que nunca llena por completo? ¡Perdón, Seño4si tantas veces he malogrado mi vida eterna por dedicar-me a ganar para el mundo y a obtener gustos para misensualidad y mis pasiones!

Un rico millonario, arrepentido, mandó escribir en sutumba este epitafio: "empecé siendo un buen cristianoy terrrriné siendo un simple comerciante, solamen-te comerciante". Sentía que había ganado el mundo yhabía perdido su üda espiritual.

¿Qué podrá dar para volver a recobrarla?

Al Presidente Zaldúa de Colombia (1880), masón y li-brepensador, lo convirtió al catolicismo una frase de unhumilde zapatero. Un día el presidente entró al taller delzapateto para resguardarse de un aguacero que lo sorpren-dió en plena calle, y le preguntó al anciano trabajador:"¿Cuántos años ha viüdo usted?", y el hombre, que teníafama de no ser muy buen cristiano, le respondió: 'Ay, suexcelencia, he üvido setenta años para el infierno y nin-guno para Dios". Esta frase le quedó zumbando en los oídos

al Dr. Zaldúa y pronto llamó a un sacerdote y para confe-sarse y cambió de üda. ¿Cuántos minutos habremos üü-do para la perdición y cuántos para la salvación? ¿Y cómopoder recuperar la üda que perdemos üüendo en pecado?

Es una pérdida pavorosa. Las inundaciones hacen perder

26

DOMTNGO 22 - CTCLO Amucho pero a veces no todo. Los tememotos hacen perderbastante, pero no todo. Pero así como los incendios todolo destruyen, asÍ la vida de pecado nos trae unas pérdi-das irreparables. ¿Cómo volver a recuperar tanta pérdida?Por eso obremos nuestra santificación "con temor y tem-blor" como recomendaba San Pablo.

Cuántas personas hay en el mundo que obtuüeron dine-ro, goces sensuales, honores, puestos, comodidades,... y encambio han perdido la paz del alma. ¿Y cómo podrán recu-perarla? Quien la ha perdido sabe muy bien lo difícil quees volr¡er a conseguirla. Se úe estrepitosamente, se canta, sepasea, se va a fiestas y paseos, pero allá, en el fondo deialma lapaz no existe. Ganaron el mundo entero y malogra-ron su vida, y ¿qué podrán dar para recobrar lapaz de suconciencia? Tbndrán que repetir como el famoso humoristaque fue a consultar a un sicólogo para que le diera un re-medio para alejar la mortal tristeza que le agobiaba por suüda de pecado. El sicólogo después de haberle fracasado todoslos demás remedios, le aconsejó: "Id a presenciar las decla-maciones del gran humorista Garrick, el que hace desterni-llar a todos de risas". Y el pobre melancólico le respondió:'Yo soy Ganrick, cambiadme la receta". -¿Si la sal pierde susabor, con qué se le podrá salar? Si por ganar lo mundanoperdemos lapaz del alma, ¿qué podremos dar para volver arecobrarla? Pensemos bien antes de exponernos a perderla.Señor: no permitas jamás que por pretender ganar lo delmundo perdamos nuestra üda de la gracia ylapaz del alma.

Pero el llijo del hombre vendrá entre sus ánge-les, con la gloria del Padre, y entonces pagará a cadauno segrin sus obras.

27

Jesús nos hace una advertencia muy seria. Nos es-pera un juicio del crral nadie se logrará librar. Nuestra üdava a desembocar en un balance final, en una rendición decuentas, en un inventario de pérdidas y ganancias. En eljuicio que nos espera al final de la üda, se r¡erá claramenteque aquellos que solamente buscaban los bienes de estemundo: riquezas, goces sensuales, satisfacción del orgullo yvanidad, honores, puestos, comodidades, satisfacciones,gozos y descansos, han perdido lastimosamente su vida.Pero que quienes sacrificaron generosamente su tiempo,sus bienes, su comodidad, sus pasiones, y hasta su buennombre, con tal de obtener gloria para Dios, extensión delreino de Cristo y mayor bien para sus prójimos, esos sí queganaron en realidad la üda eterna.

Pablo VI repetía: "Cristo al venir en el día del juicio pa-gará a cada uno segrirr sus obras, y no segrin las decla-raciones que cada uno haya hecho". Porque algunosen palabra J¡ en teoría sí están muy r€sueltos a hacer mucho,pero llegados al momento de actuar no hacen nada. Lespasa como a aquel líder obrero a quien preguntaban: "Siusted tuüera dos casas, ¿qué daría para los pobres? -Puesyo daría una casa. -¿Y si tuviera dos automóviles? --Daríaun automóül para los pobres.-¿Y si tuviera dos bueyes?

-Daría un buey para los necesitados. -¿Y si tuüera dosgallinas? -No daría ninguna...-¿Y por qué?... -Poryue lasdos gallina^s sí las tengo'1. Qué fácil: hacer cuentas de lo quedaríamos, de lo que no tenemos, y en cambio, de lo que sítenemos, no dar nada.

San Francisco de Sales repetía: "el peligro para muchaspersonasi consiste en pensar solamente en lo que desearían

28

ser y hacer, pero no ponerse a examinl;'r';'nr; ""'r"^rt-dad son y hacen". Y es que a la hora del Juicio no nos van

a preguntar qué planes teníamos, sino qué fue lo que enrealidad hicimos. '?agará a cada una segtin srrs obras",dice Jesús, y no según sus sueños y sus deseos.

A cada uno SEGLIN SUS OBR.AS: Los tres amigos

Decía la parábola antigua:'t¡n hombre tenía tres amigos.Fue citado ante eI tribunal delrey. Elprimero de susamigos lo abandonó inmediatamente. El segundo lo siguiópero únicamente hasta las puertas del palacio y allÍ lodejó solo. El tercer amigo lo acompañó hasta el tribunal yallí lo defendió"... Son las tres clases de amigos que tieneel ser humano: el primero: las riquezas. Lo acompañanhasta la muerte, y luego lo abandonan. El segundo: losfamiliares: lo acompañan hasta el cementerio y de ahíno pueden pasar. El tercero: sus buenas obras: lo acom-pañan hasta el Diüno Tbibunal de Dios y allí intercedenen su favor y le obtienen una sentencia favorable.

Segrin nuestras obras se nos pagará. No segúnnuestra familia, o nuestra inteligencia, o las riquezas o nues-tra fama. Según nuestras obras. Esta frase es repetida fre-cuentemente en la S. Bibliu (por ej. en el Salmo 62: "Estoha dicho el señor: que El paga a cada uno según sus obras".San Pablo lo repite varias veces: "Dios dará a cada cualsegún sean sus obras" (Rom. 2, 6. 2 Tim. 4,L4, etc.). SiDios ha permitido que en el Libro Santo se insistatanto acerca de este tema, debe ser que es extraordina-riamente importante para nuestra vida y nuestra sal-vación.

29

t.iililli,t ]l;l jr'ji nt

ii,i 6

IlilH:' '[!i, f;ü

CONCLUStrOI.I:

Según sean mis obras, así será la sentencia que reci-biré en el día final. Así que si mis obras son buenas, lasentencia que recibiré me será altamente favorable, pero simis obras son malas, mi sentencia puede ser fatal. Por eso dirécon el salmista: f"Vigilaré mi proceder, para no pecar"(Salmo 38-39) y no olvidaré jamás aquel aüso tan impor.tante de San Pablo: 'trara los que obran el bien, habrágloria, honor y pa'z. Y para los que obran el mal,tristeza y angustia vendrán" (Rom. 2). Soldado aüsa-do no muere en guerra.

idü'fr'i: Los protestantes andan enseñando por todaspartes que Ias buenas obras no son necesarias para salvar-se. Y San Francisco de Sales les hacía esta pregunta queellos nunca le lograban responder: 'Y si es verdad que lasobras buenas no son necesarias para salvarse, por qué diceJesucristo que el día del Juicio Final les dirá a los de laizquierda 'Id malditos al fuego del infierno porque tuvehambre y no me disteis de comer y era pobre y no me re-galasteis vestidos, y estaba preso y no me fuisteis a visi-tar y estaba enfermo y no me fuisteis a consolar'(S.Mateo 25,42). No les dice 'Id al infierno'por no haber te-nido fe o por no haber leído la Biblia,... sino por no haberquerido hacer obras buenas, ayudando a los necesitados.Luego las buenas obras sí son necesarias para salvarse".

LOS QUE HICIERON.EI. BIEN, RESUCITARAN I¡ARAIA VIDA ETERNA;Y LOS QUE HICXERON N]L MAL RESUCITARAN PANAI-A coNDENACxoN

(s' Juan 5;2e)

HiffiMHNG$ zfrCTCH-O B

LO QI.IE TIACE IMPT]RA A UNA PERSONA ES LOQrrE SALE DE SU CORAZON

30

i-:il:l,r ü, cá trl

DljoMoisésalpueblo:ahoralsraelescuchalos*r*t"tos y decretos qr¡e yo os mand'o cumplir' Así

viviréis y éntraréis a la fierra Pnomeüda. Estos man-

datos **,er" vuestra sabidr¡ría y rnrestra inteligenciayosdarfurmuybuenafamadelantedelasgentesdeias demás naciones, las cuales cuando tengan no-

ticia d,e vrrestro buen modo de compartaros dfuán: -¡Cierto qrre esta gran nación es t¡n pueblo sabio e

inteligente!

Y en efecto: ¿Hay alguna nación tan grand'e que

tenga los dioses tan cerca como lo está el señor Dios

de losotros siempre que lo invocamos? ¿Y cuál es

t" gr"n nación que tenga unas leyes y rrnos manda'tos-tan justos y santos como los de nuestra Santa

Ley?

Esta es una página famosa de un libro muy impresio-

nante, el 5o. Iibio áe ta S. Biblia, eI Deuteronomio. La pa-

labra Deuteronomio signifrca "repetición de la-Iey'" y este

Iibro es como un volveile a repetir al pueblo lo que se le

hu ,".o*endado en los libros anteriores que enseñan las

leyes de Dios a su pueblo y que traen las emocionantes

,rárra.io.es de lo bueno que les ha sucedido a los que sí

obedecenalseñorDios,yd"l^"catástrofesqueleshanllegado a quienes se han iebelado y no Ie han querido obe-

decer.

32

DO]VIING0 22 - CICLO B

En el Deuteronomio la elocuencia llega a uno de sus másaltos grados en el Antiguo Testamento. Son discursos su-blimes e impactantes que el Libro Sagrado pone en labiosde Moisés al despedirse de su pueblo antes de partir parala eternidad.

Esta lectura de hoy nos trae varias noticias.

la. Si el pueblo escucha y cumple los mandatos de Dios,logrará entrar a la fierra Prometida. Es como un antici-po a lo que Jesús dirá muchos siglos después: "Dichososlos que escuchen la Palabra de Dios y la pongan en prác-tica; serán como casa edificada sobre roca, que no se caeaunque bramen los ríos y rujan los üentos (Mt, 7), comouna preparación a las palabras que va a decir después elSalmo 1: "Dichoso el que medita en la ley del Señornoche y día y en ormplirla enctrentr:a su gozo: será comoárüol plantado junto a la fuente de agua: da fruto asu tiempo y no se marchitan sus hojas, y todo cuantoemprende tiene buen fin".

2a. Esta lectura de hoy nos recuerda que las leyes-deDios dan sabiduría a los creyentes, y su cumplimiento lesproporciona buena fama ante los no creyentes. Con raz6nexclamaba emocionado el famoso Gandhi, libertador de laIndia, al leer la Palabra de la Biblia: "¡Ah, si los cristia-nos cumplieran estos mandatos tan sabios, serían la gentemás santa de la tierra!".

3a. No hay ninguna nación en la tierra que tengaa su divinidad tan cerca corno lo está Dios de noso"tros euando lo invocamos. Esta es una de las afirma-ciones más hermosas de la Sagrada Escritura. Una frase

33

rd l:

t'l t L- tl

ir

para leer, releer y volverla a meditar muchas veces' por-

que tenemos un Dios demasiado cercano a nosotros como

puru que tengamos eI descaro de olüdarnos de su santa

pr".et "ia Y de su amorosa comPañía'

4a. No hay ninguna otra clase de gente en el- m-undo que

tenga leyes y *^ñdutos de tan enorme santidad y prove-

.hol.orrro los que tenemos en la S' Biblia' Y en ninguna

puri" se encontrarán norrnas y consejos ue lleven a la san'

tidad con tanta seguridad cómo lo consiguen los manda-

tos del Libro Santo.

Segr.lnda Lectur¡r'

Lectr.rr¿r d.e la carta clel dpóstol santiago. 1, t7-21

Herma¡ros: todo beneficio üene de ariba' del Padre

delasluces...AceptaddócilmentelaPalabradeDiosqtr. ft" sido plantada en rnrestras almas y que es capaz

á. ár*o".-r,l".r"dla a la práctica y no os contentéis

;;;;"*charla, engañándoos a vosotros mismos'

La neligión pura e intachable a los ojos de Dios es

u"á üsitir f.ri¿rranos y a¡nrdar üudas en sus tribula'ciones y no manchat"á lt" manos con este mr¡nd'o'

EstalecturadeSantiagoescomounareafirmacióndel,o.,="5odelaprimeralectura:escucharlosmandatosdei"-p"i"¡ra de Dios y tratar de ponerlos en práctica, por-

que si sólo se escuchá y no se practica, se eslá uno engañan'

do a sí mismo. Y Santiago, aconseja un plan de santidad

*,r, práctico: insiste J"'qt" la religión para ser intacha'

ble tiene que demostrarse en a)rudar a los necesitados' y

;;"" .o*o ejemplo a dos clases de personas muy despro-

34

T)OMINGO 22 - CÍCLO I}tegidas: los huérfanos y las viudas. Luego añade otraeondición: no mancharse las manos con negocios o accio-nes pecaminosas del mundo. Santiago es práctico en todolo que enseña, por eso su carta es una de las lecturas quemás agradan a todos, porque parece un venerable ancia-no dando consejos a sus nietos muy amados, pero consejostan prácticos que todos los pueden entender.

(A quienes dicen que la S. Biblia no se entiende, reco-mendémosles que lean la Carta de Santiago: Tbdos la en-tienden).

Evangclio. S. I\{arcos 7, l-B

Se acercaron a Jesús unos fariseos y letrados deJemsalem y vieron qr¡e sus discípulos comían conIas manos imprrras (es decir, sin lavarse las manos)-Los fariseos no eomen sin lavarse antes las mamos,restregándose bien, afemándose a la tradición de losmayores y al volver de la plaza no comen sin lavar-se antes, y se aferan a otras muchas tradiciones delavar vasos, jamas y ollas.

La diferencia entre Jesús y los fariseos era sumamentegrande. Jesús le concedía enorme importancia a lo que pro-viene del corazón, de la conciencia, de la convicción inter-na. En cambio los fariseos le daban toda la importanciaera a las actuaciones exteriores, aunque estas no corres-pondieran a los sentimientos del coraz6n, y a las convic-ciones. En crranto al lavaree la manog esto no terúa nadaque ver con Ia higiene, sino con unas normas ceremo-niales que ellos se habían inventado. El no lavarse lasmanos no significaba para los fariseos estar sucios en el

35

sentido físico, sino ser impuros ante los ojos de Dios. Y esto

era lo que Jesús quería corregir. Ellos decían que el comer

sin bañarse las manos traia castigos divinos y que un ali-mento tomado sin haber hecho las abluciones, era tanantipático y tan dañoso como comer excrementos. Los fari-seos habían convertido el lavarse las manos a cada rato,

en un tabú, en algo que podía traer glaves males espiri-

tuales. Por eso al volver a casa cuando se llegaba de la calle

había que bañarse y refregarse varias veces, porque el no

hacerlo era desagradar a Dios. Y esto era un deformar labondad del buen Dios. Por eso entre Cristo y los fariseos había

una enorme diferencia en el pensar. Jesús quería que la

religión no sea una colección de mandatos humanos escla-

vizantes, inventados. por los gobernantes de turno, sino un

dedicarse a amar a Dios y a los hermanos, con todo el co-

razón y con toda el alma.

Segrin eso, los fariseos le preguntaron a Jesús:

¿Por qué comen tr¡s discípulos con manos impurasy rr.o siguen la tradición de los mayores? Jesús lesrespondió: Bien plofetizó Isaías de vosotros hipócritas:,,Este pueblo me honra con los labios pero su cora-z6rr estár lejos d.e Mí. El culto qrre me dan está vacíoporyue la doctrina que enseñan son mandatos inven-iados por hombres". -Dejáis a un lado los man'd.amientos d.e Dios para aferraros a la tradición de

los hombres.

Ilipóeritas. Es un adjetivo que Jesús aplica varias veces

a los fariseos. Hipócrita es el que por fuera se disfraza de

bueno pero por dentro es malo. Es como decirles: "Disfra-

zados,,l ,,Enmascarados". Ellos insistían en que se cumplie-

36

ti)()MIN(;O,t2 - UfCL(i tiran estrictamente las observaciones exteriores, aunque en elcorazón y en los pensamientos siguieran siendo malos.

Cumplir por fuera unos detalles externos aunque sesiguiera odiando en el fondo del corazón, y se continua-ra llenos de orgullo y de avaricia, de envidia y de impure-zas en el pensamiento.

Hipocresía: fingir cualidades que no se tienen: viürcumpliendo externamente una serie de normas y en cam-bio en lo interior del alma seguir desobedeciendo las leyes deDios. Jesús insiste en todo lo contrario: es necesario darlegran importancia al modo como está el corazín respecto aDios y respecto a los semejantes. Si sólo se queda uno enobservancias externas sin darle importancia a Io quesiente internamente, es un hipócrita. Y a Dios no le agra-dan los que solamente lo honran con los labios y externamen-te, pero mantienen su corazón lejos de El. La hipocresíaes mentira, y la mentira üene del demonio. (Dicen que hi-pócrita es el que con los labios exclama: "Qué perro tanbonito y tan simpático", ¡mientras con la mano agarra urlgarrote para darle por la cabezal).

Llamó Jesús a la gente y les dijo: "Escuchad yentended todos: Nada que entre de fuera haee im-puro a un hombre. Lo que sale de dentro es lo quehace impuro. Porque de dentro del corazót:- salen losmalos propósitos, las fornicaciorles, robos homicidios,adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno,enüdia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas estasmaldades salen de dentrc yhacen impum a l,a ¡rereona".

37

Estas frases de Jesús debieron aparecer.como verdade-ramente revolucionarias para los que las oyeron por prime-ra.vez. Porque los judíos estaban convencidos de que muchosobjetos podían hacerlo impuro a uno al comerlos, o sim-plemente al tocarlos (como por ej. tocar un muerto, etc.).Esta doctrina de Jesús era realmente nueva y venía a cam-biar todos los esquemas morales que los israelitas tenían.Para Cristo lo que lo hace a uno impuro en el alma no es loque come, ni el no lavarse las manos, etc., sino lo malo quepiensa, lo que se propone hacer en contra de otros. Y haceuna lista muy completa. Recordémosla, porque es muy in-teresante:

Lista tenebrosa. He aquí según Jesús lo que sí haceimpura a una persona.

1o. Los malos pnopósitos. (En griego "dialogismos").O sea los malos pensamientos, los planes de hacer el mal.Para Jesús lo que piensa una persona es de gran impor-tancia, ya sea para el bien, ya sea para el mal. Muchas'gentes aparecen por fuera irreprochables, pero si fuéramosa ver sus pensamientos nos quedaríamos espantados. Yel mal pensamiento es pecado, si se consiente, y todo malpensamiento consentido y aceptado hace impura al alma.

¡Líbrenos Dios de consentir malos pensamientos y de hacermalos propósitos o planes de maldad!

2o. Las fornicaciones. El nuevo Catecismo de la IglesiaCatólica dice: "Fornicación es la unión carnal entre un hom-bre y una mujer, fuera del matrimonio. Es gravementecontraria a la dignidad de las personas. Y es un escándalo

38

I)OMINGO 22. CICLO Bgrave cuando hay de por medio corrupción de menores"(No.2353).

3o. Los robos, los homicidios, Las codicias... Algo quesucede todos los días en todas partes. Es una lista verdadera-mente terrible la que Jesús hace de las cosas que salen delenraz6n. Y al repasarla no podemos menos de sentir un es-tremecimiento, y deberíamos mirar nuestra cbnciencia, nosea que el corazón nos esté inclinando a maldades que dis-gustan fuertemente a Dios y que hacen impura a la perso-na. Y tratar de no aceptarlas de ninguna manera.

Anuláis Ios mandamientos de Dios, por afelrarosa vuestras tradiciones. Jesús quiere que se le concedamucha importancia a lo esencial, sin dejarse esclavizar porcostumbres locales que bloquearían inútilmente la entra-da en la religión a personas que son de otras naciones y deotras costumbres. ¡Señor: enséñanos a distinguir bien entrelo que es esencial y lo que es solamente costumbrista ylocal. Que lo que es inmutable lo tengamos en total aprecioy que a lo que es simplemente una costumbre del sitio dondevivinros le concedamos apenas un valor relativo sin hacerde ello un dogma de fe ni algo que obligue bajo pecado!(Quesson).

Todos estamos inclinados a ser fariseos, a conce-derle demasiada importancia a lo secundario, a tradicio-nes y costumbres que Dios no ha mandado, y en cambiodescuidar ciertos mandatos divinos de enorme importancia.Jesús critica a los fariseos porque ellos desacreditan lareligión haciéndola pesada y dura, inútilmente. En cam-bio el Señor elogia a los que son sinceros. Hay un libro

39

i

I

I

I

Ii{

II,lI

famoso que se titula "Sinceros para con Dios". Este debe-ría ser el elogio que mereciéramos nosotros: "Sinceros paracon Dios". Ser sincero consiste en que lo que se dice y se

vive y se aparenta, esté de acuerdo con lo que se piensa yse siente. El deseo de Cristo es que nuestra religión no

sea de sólo apariencias, sino de buenos sentimientos en el

corazón. Y el consejo del apóstol Santiago en la lectura de

hoy es que demostremos prácticamente nuestras creenciasayudando a las dos clases de personas más desprotegidaspor la sociedad: las viudas y los huérfanos. Si queremos ser

creyentes sinceros, tengamos buenos sentimientos en el

corazón y demostremos nuestra caridad ayudando a los

más necesitados (De Andrés).

Lo qu.e Jesús desea es que no eompliquemos la re-ligión. Y las complicaciones empiezan cuando a simplescostumbres les concedemos un valor tan grande como si

fueran leyes de Dios (Aquella viejita que en los novena'rios, después de rezar las 150 Avemarías del Rpsario, decía:

'Ahora para que el alma verdaderamente descanse, rece-mos 80 Avemarías más, por las distracciones que hayamostenido". Complicado, ¿no es verdad?).

Su corazón está lejos de mí. ¿A quién le agrada que

le den muestras externas de cariño, mientras el cariño y laatención están en otras personas o en otras cosas? Tene-

mos que preguntarnos: "Cuando rezamos y hacemos el bien,en verdad lo hacemos con amor a Dios y por honrarlo a

El, o más bien ¿lo hacemos todo con rutina, fríamente, con

el arazónpuesto en otrcs seres o en otrrcs sitios o en otrzs cosas?

Mi corazón ¿sí en verdad está cerca de Dios cuando rezo o

hago obras buenas? ¿Cómo anda nuestro corazón? ¿Esta-

40

DOMINGO 22 - CTCLO 1}

mos convencidos de que no basta con hacer el bien y evitarel mal sino que es necesario hacerlo con amor a Dios?"

Cada cristiano debe saber que dentro de él siemprehay un fariseo escondid.o, contra el cual es necesarioluchar siempre. El fariseísmo lleva a concederle importan-cia únicamente a 1o externo y a darle demasiada impor-tancia a unas tradiciones o costumbres que lo pueden haceraparecer a uno exteriormente como muy cumplidor, perosin que en lo interior del alma haya una santidad verda-dera. Dios viene en nuestra ayuda con su santa Palabray nos recomienda hoy que le concedamos mucha importan-cia a lo que sentimos y aceptamos en lo interior, en elcorazírt, y que demostremos nuestras creencias, atendiendoa los huérfanos y a las üudas y cuidando para no dejarnoscontaminar con las malas ideas del mundo materializado(Borobio).

El peligro de Ia moral farisaica consiste en dedicarse aun culto vacío, a una moralidad basada en el cumplimientoexterno pero sin que en el interior del corazón y de los sen-timientos Ltaya una verdadera pureza y santidad. La ver-dadera moralidad le concede importancia no solamentecomportamiento externo de Ia persona, sino a la que éstasiente y consiente en su corazón y en su entendimiento(B. Caballero).

f§ENOtr:QUE I{TTESTROS SENTIMIBNTOS SEAN BUENOS YQUE NUESTRAS OBRAS ESTENDE ACUERDOCON I,OS SENTIMIENTOS DE NUESTRO

.COP#;ZON

4L

r'-fl-{* *q!á Uá"

Echar cada díamryor peso aIlado bueno de tubalanza para queno vryas a sethaII ado fa1toen eI día delooa

JUrCro.

Hltt*iyffH*ffi'q= trm

Cuando te inwitan a una cena no te coloques en Iosprimeros puestos sino en los últimos.Cuando inütas a una cena, no inütes a los ricos sino alos pobres.

üHü.[_,ü C

42 43

I

DOMINGO ?2 . CICLO C

Primera Lectura

LECTURA DEL LIBRO ECLESIASTICO. 3, 19.31

Hijo mío: en tus asuntos procede con humildady te qrrerrán más que al hombre generoso. H:aztepeqrreño en las grandezas humanas y alcanzarás elfavor de Dios. Porqrre es grande la misericordia deDios y revela sus secretos a los humildes.

Esta hermosa lectura es como una preparación para loque va a decir Jesús en el evangelio de hoy "el que se hu-milla será enaltecido". Y trae una bellísima frase quecon raz6n se ha hecho famosa. Es esta: "Si en tus asun-tos procedes con humilda{ te amarán más que al quees muy generoso". ¡Qué gran verdad es esta! Al que esmuy generoso lo ama mucho la gente, pero nos dice la pala-bra de Dios que si nos portamos con humildad, las gentesnos van a querer más que a los que son muy generososen dar y repartir.

Y aquí se añade una segunda promesa muy consolado-ra: "Si te haces pequeño en las grandezas hrrmanas,alcanzarás el favor de Dios". Ya se nos había dichoque la gente nos va a querer mucho si nos portamos conhumildad. Y ahora nos asegura que haciéndonos peque-ños en medio de las grandezas, vamos a alcanzar el fa-vor de Dios, su bendición y sus gracias y ayudas. Y estovale mucho, muchísimo más que el ser amado por los sereshumanos.44

DOMTNGO 22 - CTCLO C

Y como si todavía fuera poco; el texto sagrado nos co-munica una tercera noticia: "Dios revela sus secretosa los humild.es". Es lo que dirá la Sma. Virgen después ensu famoso Cántico: "El Señor ha mirado la humildad desu esclava, y por esto dichosa me llamarán todas las ge-neraciones".

En verdad que debemos pedirle muchísimas veces alseñor: "Jesús, marso y humilde de corazútr.rhaz nues-tro cor¡azón semejante aI tuyo", porclue si somos humil-des, la gente nos amará, alcanzaremos el favor de Dios,y el Señor nos revelará sus secretos.

(Nota: Ojalá consigamos el bello librito del Eclesiástico,en esta misma colección, para que logremos leer mil con-sejos más, tan hermosos como los que nos trae esta lecturade hoy. Lo hemos publicado con el título de "Refranesbíblieos?'. Es agradabilísimo, provechoso, y muy fácil deentender).

Se¡prncla Leetrrra

De la Carta a los Hebreos. 12, L8-24

Hermanos: no os habéis acercado a un monte temi-ble, a un fuego encendido, y a una tormenta, nihabéis oído aqrrella voz temible del Sinaí, que eIpueblo al oírla pidió que no les siguiera hablando.Vosotros os habéis acercado a la ciudad del Dios vivo,a la Jerusalem del cielo, a la Asamblea de inrrume-rables árrgeles, a La reunión de los que están inscri-tos en los cielos, a Dios, Juez de todos, a las almas

45

I

i

|.1itrdr!

de los santos, y al Mediador de la Nleva Alianza quees Jesús.

En el Nuevo Tbstamento Dios se ha hecho más fácil deencontrat menos impresionante en cuanto a señales que@usan temor. Y ha llegado a tener un nombre humano quees: Jesús. Ahora Dios se nos da a conocer, no por mediode fenómenos estremecedores, sino por medio de su Hijo,Jesucristo. Y siguiendo a Jesús nos encaminamos ha-cia la Jerusalem Celestial que es la gloria eterna.

Este pasaje de la Carta a los Hebreos es una compara-ción entre lo viejo y lo nuevo. El libro del Deuteronomiodescribe así cómo fue lo antiguo: "Os acercásteis aI pie delmonte (Sinaí), y el monte ardía á'su fuego se elevabahasta el cielo, y había tiniebl,as, y nube y osouidad, Vhabló el Señor a vosotros, en medio del fuego"(Deut. 4, 11). Y el pueblo estaba tan asustado que pidió aMoisés que fuera él mismo quien les trajera el mensajede Dios, porque tenía miedo de morir si escuchaba Ia vozdel Señor (Deut. 5,23). Allí se reunió lo terrible y terrorí-fico para dar énfasis a la inmensa grandiosidad de la es-cena de la entrega de la proclamación de las leyes de Dios asu pueblo.

En la escena del Sinaí, Dios aparece i ensamente ma-jestuoso, lleno de impresionante poder. Infinitamentesuperior al ser humano, el cual siente santo terror al es-cucharlo.

En cambio en el Nuevo Tbstamento todo cambia. Ahoranos acercamos a la alegre Ciudad Eterna donde vive yreina nuestro Padre Dios. Vamos hacia una Asamblea de

46

I,OMINGO 22 - CTCLC Cinnumerables ángeles, y donde están todos los que tienensu nombre escrito en la lista de los que se van a salva4 algmpo donde se hallan los santos y donde está de presi-dente nuestro amabilísimo señor Jesucristo. De esta ma-nera el cristiano m aceptado en el grupo más selecto que existeen toda la creación, la asociación de los elegidos de Dios.

En esta lectura de hoy, la palabra de Dios nos recuer-da que al cristiano le esperan en el ciero ros espíritus detodos los seres humanos que üvieron santamente y queya alcanzaron la meta, la gloria eterna. A los antiguos enel monte sinaí los rodeaba una nube impresionante. No-sotros formaremos parte de esa misma nube gloriosa yrefulgente. Formaremos parte del gmpo donde están .qr"-llos que están en el "Crradro de Honor, de Dios, de losque fueron aprobados por el Juez Celestial.

Y termina nuestra lectura diciendo que fue Jesús el quehizo esta Nueva Alianza donde ya no hay terror sinoamor. Fue él quien nos dio a nosotros una nueva relacióncon Dios, no ya de temor sino de inmensa confianza, pa_gando con su sangre nuestras deudas y abriendo para todosel camino al Reino celestial y Eterno. sea bendito porsiempre tan gran Benefactor y tan excelente Amigo.

Evangelio. Segrin San Lucas. 14, l-14

Entró Jesris un sábado en casa de uno de Ios prin_cipales fariseos, para comer, y ellos lo estab"r, ."-piando.

En día de sábado. El evangelio narra siete curacionesmilagrosas hechas por Jesús en día de sábado (La suegra

47

de Pedro, el hombre de la mano seca, la mujer que lleva-,ba 18 años encorvada, el paralítico de la piscina, el ciegode nacimiento, el endemoniado, y el hidrópico). cualquie-ra podría creer que estos milagros Ie debían haber atraÍdoel aprecio y el cariño de los principales. Pero sucedió 1o

contrario. Por hacer grandes prodigios en el día del repo-so absoluto, en el que ellos no permitían hacer ningunaacción importante, por esto ellos Io consideraban un hom-bre peligroso e irreligioso que quebrantaba las leyes tra-dicionales y que debía ser detenido a cualquier costo. YIo seguían a todas partes para espiarlo y averiguar si se

atrevía a hacer curaciones en sábado.

En esta ocasión fue invitado a comer en sábado.Las leyes de los escribas y fariseos eran tan exageradas queprohibían cocinar alimentos en sábado. Había que dejarlosya cocinados desde el viernes. Ellos consideraban ver-dadera religión el cumplimiento de todas estas exagera-ciones. Por lo tanto no podían comprender a Jesús. En estaocasión le estaban haciendo un espionaje malintenciona-do y siniestro.

ESPIADORES ESPIADOS: Pero les sucedió que los queestaban espiando y echando ojo para poder atacarlo y cri-ticarlo, resultaron esta vez observados críticamente porJesús y recibieron de El unas advertencias de gran im-portancia, Jesús estaba bajo vigilancia y se propuso ügi-larlos también.

Notando qrre los convidados escoglan los primerospuestos, les propuso este ejemplo "Cr¡ando te con-viden a una boda no te sientes en el puesto princi-48

D0MUqGO 22 - CICLO Cpal, no sea que hayan convidado a otro de más ca-tegoría que tú, y vendrá el que os convidó a ti y alotro, y te diíá: 'Cédele el puesto a éste'. Entoncesavergonzado, irás a ocrrpar eI último puesto.

t'Al revés: cuando te conüden, vete a sentarte enel último puesto, para qrre cuando venga el que teconüdó, te diga: 'Amigo, sr¡be más ariba'. Entoncesquedarás mrry bien ante todos los eomensales".

Un sabio decía que sólo los orgullosos se creen impor-tantes.

Jesús nos narra aquí un caso que muchas veces debiósuceder en las reuniones de su tiempo: un invitado pocodistinguido, llegaba de primero y se colocaba en un pues-to muy principal en la mesa del banquete, y luego al finaillegaba un invitado más importante, y el hombre quehabía usurpado el lugar principal tenía que dejarlo ytrasladarse a uno de los últimos sitios, con vergüenzay humillación. Y por el contrario, alguien ocupabadeliberadamente un lugar muy escondido en la sala delbanquete, y después se Ie pedía que ocupara el puestomás distinguido, y su humildad obtenía que su honorfuera mayor.

Porque todo el qr.le se enaltece será htrruillarlo 5,el qtre se humilla será enaltecido.

A la anterior parábola que recomienda la modestia yla humildad en la üda social, añade Jesús una sentencia o

frase breve y muy diciente, que tuvo el honor de ser repeti-da por El varias veces y que se ha hecho famosa en todo

49

el mundo. Es una verdadera moraleja o enseñattza moralque se deduce de la narración, y eleva el espíritu a pen-

'

samientos más altos. Es una ratificación de la gran pre-ferencia que Jesús siente hacia la humildad. Es como unarepetición de lo que la Sma. Virgen üjo en su Cántico: 'ElSeñor deriba del trono a los poderosos y enaltece alos hrrmildes" (Lc. L,52).

Al meditar en esto, sí que se cumple lo que decía San-ta Teresita: "Cuando le llegan las luces de Dios, se desilu-siona el alma de los tiempos en los que buscaba aparecery ser más que los demás y conseguir honores mundanos,y se da cuenta del tremendo engaño que es el viür men-digando honores de las criaturas, y primeros puestos".

Y dijo al que lo había invitado: "Cuando des unacomida o una cena no invites a tus amigos, ni a tusparientes ni a los vecinos ricos, porqrre correspon-derán inütándote y quedarás pagado. Cuando des i

un banqrrete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos;dichoso tú porque no pueden pagarte. Te pagaráncuando resr¡citen los justos".

Sería interesante hacernos esta pregunta: ¿En nuestravida hemos cumplido alguna vez (siquiera una sola vez) esta

recomendación de Jesús? Si alguno dice que sí, le podre-;mos responder quizás con la frase del santo antiguo: "Loduda un poquito tu amigo Agustín" (Aliquantulus dubitat:Augustinus!). Pero ojalá que sí lo hayamos hecho o locumplamos siquiera una vez en toda nuestra vida. Por-que al fin y al cabo es un mandato de Jesús.

50

DOMTNGO 22 - CICLO CEsta recomendación del Señor es un como una llama-

da a examinar los motivos qrre acompañan a nuestragenerosidad, a nuestra caridad, a todo lo que damos.Porque podemos dar, no como un acto de caridad, sino comouna inversión egoísta. Un "darte para que tú me des".Un dar para alimentar nuestra propia vanidad y conseguirmás amigos y mayor popularidad.

Después de la lección de humildad, da Jesús una lec-ción de caridad, porque estas dos virtudes tienen que andarsiempre juntas. Aquí hay una altísima lección de caridad.Bajo la sencilla apariencia de un consejo casero, hay unalección trascendente: que al hacer caridad no busquemospagas en esta tierra, sino los premios eternos. Que al hacerel bien no tengamos por fin el conseguir con ello venta-jas temporales, sino el premio etemo cuando resuciten losamigos de Dios. Los ricos, los amigos, los familiares puedenrecompensarnos y pagarnos nuestros favores ya acá en latierra, y al atenderlos podemos estar haciendo simplementeun negocio o intercambio. Pero Ios pobres, los ciegos, los li-siados no nos van a recompensar porque no quieren o nopueden o son ingratos. Y entonces al brindarles nuestragenerosidad ya no estamos buscando un intercambio deatenciones y de regalos, sino que solamente'esperamos elpremio del Dios bondadoso que según dice el Libro de losProverbios: "Considera como prestado a El lo que se re-gala a los pobres", y de Cristo que ha declarado qu.'e todoel bien que hacemos a sus humildes hermanos, lo reci-be como si se lo hubiéramos hecho a El mismo en perso-na (Mt. 25, 40).

51

E-

DIFERENCIAS ENTRE UNA PERSONA HUMILDEY UNA PERSONA ORGULLOSA

Hoy el evángelio nos trae la famosa frase de Jesús:

"Todo el que se enorgullece será humillado y el que se

humilla será enaltecido". Y la primera lectura nos re-comienda: "pórtate con humildad y te amarán más quea los que hacen muchos regalos". Veamos algunas dife-rencias entre Ias personas orgullosas y las humildes,para saber en cuál de estos dos grupos estamos nosotrosmás frecuentemente.

10. El orgulloso busca los primeros puestos y quele traten con mrrchos honores, y que le admiren y lefeliciten y le alaben. Como los &risess que buscaban sersaludados por las calles y que los consideraran persona-jes muy importantes. A esta clasecita de gente les repiteJesús su terrible frase: 'Ya necibienon srr reeompensa".No buscaron ser felicitados por Dios sino ser alabados porla gente y se quedarán seguramente sin lo uno, y casi sinlo otro.

En cambio el humilde busea los úItimos prrestos,pasar casi inadvertido. Jesús en la última Cena estuvode último, después de Judas, lavándole los pies. Por eso

exclamaba San Roberto: -Busqué el ultimísimo puesto en

el'mundo, el puesto más bajo y humillante, a los pies de

Judas, pero no pude colocarme allí, porque en ese puestoestaba Jesús lavándole los pies al traidor. Jesús no se dis-tinguía en nada de los sencillos campesinos que lo seguían,tanto que para diferenciarlo en la noche de la traición tu-vieron que darle un beso en la mejilla, porque se presen-

52

DOMINGO 22 - CICI,A C

taba como un sencillo hombre de pueblo, igual a los demás.Jesús se esconde cuando lo van a proclamar rey con ho-nores y aplausos, y se presenta cuando lo van a coronarde espinas con salivazos e insultos. Pero ahora Dios lo haenaltecido más que a todos los demás seres juntos, por-que El se humilló más que todos los demás.

A cuál de estos dos grupos queremos pertenecer: ¿A losque buscan lucirse como pavos reales, o a los que se es-conden humildemente como Jesús?

SEGUNDA DIFERENCIA: El orgulloso todo lo hacepor aparece& porque lo vean, porque le paguen. Invitapara que lo inviten. En cambio el humilde solo buscaagradar a Dios, por eso sus favores los hace sin esperarrecompensas humanas o felicitaciones. Tbata bien aunquelo traten mal. Y su premio será grande en el cielo.

TERCERA DIFERENCIA: el orgulloso vive triste,porque nunca consigue que lo estimen y que le paguen tantocomo él desea. En cambio el humilde vive alegre'por-que como lo que busca es agradar a Dios, eso sí lo lograconseguir, porque Nuestro Señor se contenta con nuestrabuena voluntad y nuestros pequeños esfuerzos por hacerlo que El manda. El sabe de qué bamo somos hechos y nosacepta débiles como somos. Y además paga sumamentebien todo lo que por El hacemos. Y esto alegra inmensa-mente.

¿Eres humilde como Jesús? ¿O eres orgulloso como losfariseos y Satanás?

53

IIilil

I

..I

I

I

I

Si eres humilde vivirás alegre y sentirás tanta paz yconsuelo que repetirás lo que han dicho tantos santm y santas:"Prefiero morir antes que hacer algo para que la gente mevea o me felicite", y tendrás como lema el dicho de San Pa-blo: "Si lo que busco es agyadar a la gente, ya no se-ría serwidor de Cristo".

;liIr

li:t

J

Llffi rffiffirq

ALT Ü54

ÜIÜI-,Ü ACUA}.IDO DOS O I\{AS SE REUNEN EN MI

NOMBRE, ALLI ESTOY YO EN MEDIO DE ELLOS

BOMINGÜ 23 . C}CT,O A

OR¡\CIOIII: Señor Dios nuestro que nos has redimidoy adoptado como hijos, mira con bondad a los que tanto amas;y pues creemos en Cristo, concédenos la verdadera liber-tad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo..,

Frimera Leetura. Del Frofeta Elzequiel. 33, 7-g

Esto dice el Señon a ti, hijo de Ad¡ín te he puesto deatalaya en la casa de IsraeL euando escuches la pala-bra de mi boca les darás la voz de alarma. Si yo digoal que obra mal: t'te va a sobrevenir la mrrerte", y túno le hablas y no pones en guardia al qrre obra malpara que cambie de conducta; el que obra mal perece-rá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de sufracaso.

Este aüso de Dios a sus delegados es tan importante,que el profeta Ezequiel lo repite dos veces con las mismaspalabras. Ya lo había dicho al principio de sus escritos enel capítulo 3 de sus profecías.

Es como la repetición de aquel "ay'' del profeta Isaíascuando se quejaba de que los dirigentes del pueblo de Diosson "como perros mudos qrre rro ladran cr¡ando venacencar.se el peligro" ([s. 56, 10). ¿Para qué tener un perroguardián que al ver llegar al ladrón no da ninguna señalde alarma y lo deja entrar y robar tranquilamente? Quéresponsabilidad tan grande la de aquellos que se quedancallados ante el peligro de condenación que acecha a laspersonas de las cuales tendrán que respondér un día anteel Juicio de Dios. ¡Esos papás que permiten a su hija üür56

T}CIMTNGO 2;} - CICI,O Aen concubinato sin andar repitiéndole "oportuna e inopor-tunamente" que "los forn carios no entrarán en elReino de los eielos" (Gá1. 5,21). Ese papá que permitea sus hijos un vocabulario grosero y no les recuerda que"De toda palabra indebida tendremos que dar cr¡entaen el día del jrricio" (S. Mateo 12, 36). Esa mamá quesigue tan tranquila ante sus hijos que no van a misa losdomingos y aunque ellos van camino de la condenacióneterna por no santifiear las fiestas, sin embargo ella lessigue preparando los alimentos, lavándoles Ia ropa comosi fueran los mejores hijos del mundo (al hijo que no va amisa, ni un pañuelo se le debe lavar, ni un tinto se le debehacer, porque nos hacemos alcahuetas de su eterna per-dición. Si de todas maneras se quiere condenar, que se con-dene sin nuestro consentimiento y con la demostraciónpalpable de que no estamos de acuerdo con su malvadaconducta. Esto es de vida o muerte para nosotros). No po-demos olvidar el aüso tan estremecedor que hoy nos envíaDios por medio del profeta Ezequiel: "Si no le avisas alque obra mal y él perece, te pediré cuenta a ti por sufracasot'.

IJna vez San Juan Bosco contempló en una visión losterribles peligros que esperan en la otra vida a los impu-ros, a los ladrones, a los peleadores, a los que dicen cosasindebidas y a los perezosos, etc. Se estremeció de horror yse propuso narrar 1o que había visto. Pero luego se puso a pensarque en estos tiempos a la gente no le gusta que Ie hablen decastigos y de temor de ofender a Dios, sino sólo de amor. Yse calló. Pero pocos días después, estando en su habitación,sintió un rlido espantoso y viendo un ser impresionante-mente estremecedor, como venido del otro mundo, oyó una

57

voz imperiosa que le decía: "¿Y por qué no hablas de lo que

has üsto? No sabes que esto les puede evitar ser enviadosa la eterna condenación?". El santo habló entonces (y muchasveces) de lo que había visto que en la eternidad esperaa los que se dedican a obrar el mal, y ante sus palabrasse convirtieron muchos pecadores, y otros evitaron hacerlo que desagrada a Dios y nos pierde a nosotros.

Señor: que cuando escuche en mi conciencia tu voz, sepadar la voz de alarma. Que pongamos en guardia a los queobran el mal, para que cambien de conducta. Que nadieperezca por habernos callado nosotros cuando les sobre-venía eI peligro de perderse. Que jamás tengas que pedirnoscuenta a ninguno de nosotros por el fracaso espiritual dealguien a quien pudimos aüsar y teníamos que aüsar.

Ya el sabio Salomón decía: "Tb ama mucho más quien teaüsa de tus defectos y de los peligros que corres obrandoel mal, que quien te alaba solamente" (Proverbios). Dios, enla primera lectura de hoy, nos invita a no quedarnos ca'llados ante el peligro que tienen de perderse los queobran el mal. El Padre Lepich, famoso predicador alemán,recomienda: "Si escandalizan por la radio, escribirás unacarta al director de esa emisora, protestando. Si en TV o

en prensa o revistas publican algo que hace mal, no tequedes en silencio. Hazles una llamada telefónica o en-víales un telegrama de protesta. La voz tuya puede evi-tarles muchos males a otros, y sobre todo, al no quedarteen silencio, habrás eütado el tener que rendir cuentas en el

día del juicio por no haber hablado cuando sí tenías quehablar".58

t I)OMINGO 23 - CICLO A

El. profeta Ezequiel señala que en el bien y en el malhay una responsabilidad personal, de cada uno, y una res-ponsabilidad colectiva: cada uno es responsable del maIque pudo hacer eütar y no hizo evitar.

. Nos puede venir la tentación de Caín: "¿Eó que soyyo aeaso el responsable de mi hermano?", o la tenta-ción de Pilato: lavarse las manos diciendo que se es ino-cente de la sangre que se vierta, pero sin impedir que esa

sangre sea vertida, pudiéndolo impedir. A la gente de hoyle gusta repetir estas dos actitudes: la de Caín y la de Pi-lato. Pero el profeta nos advierte: "Se nos pedirá cuenta nosólo de nuestros propios errores, sino también de aquelloserrores ajenos que nosotros pudimos evitar y que no hici-mos lo necesario por eütarlos" (Borobio).

Pero si tú pones en guardia al que obra mal paraque cambie de condrrcta, si no eambia de conducta,él perecerá por srr ctrlpa, pero tú habrás salvado turesponsabilidad.

El oficio de quien habla en nombre de Dios no es cam-biar a la persona ni transformarle su modo de pensar, niconvertirla. Eso es obra solamente del poder de Dios y dela buena voluntad de cada uno. Quien habla en nombre deDios tiene por oficio únicamente: llevar los mensajesque el Señor quiere que transmita. Que le hagan caso o

no le hagan caso, eso ya es otra cuestión, que no dismi-nuirá el premio que va a recibir por haber avisado opor-tunamente. Lo que se nos manda no es "convertir". Es "Nocallar".

59

Los profetas casi nunca fueron atendidos en los aüsosque transmitían a la gente. Pero ellos seguían aüsando,Porque su oficio no era convertir sino despertar.las con-ciencias. El mismo Jesucristo puso en sobreaüso de muchospeligros que iban a sobrevenir "Ay de ti Jertrsalem, sirecibieras el mensaje de paz que te traigo. Perovendrán tus enemigos y no dejarán de ti piedra so-bre piedra" (S. Lucas L9, 42). Muchísimos de los oyen-tes no hicieron caso de sus advertencias, pero no por esoJesús dejó de llamar la atención a todos para que se con-virtieran y dejaran de obrar el mal.

De una santa se narra que escribió 300 cartas a unpecador tratando de apartarlo del mal camino. En la üda deSan Agustín se narra cómo su madre, Santa Mónica, durómás de dos docenas de años insistiéndole en que se convir-tiera de su üda de pecado y nada conseguía. Pero ella sabíamuy bien que lo que Dios tiene en cuenta para el día en elque nos va a juzgar no es si la gente hizo caso de nues-tros consejos y avisos, sino de que no nos hayamos cansan-do de poner en guardia al que obra mal, para que cambie de

conducta. Pero la historia cuenta que la santa de las cartasal pecador, y Santa Mónica, consiguieron al fin la conver-sión de quien andaba por el camino de la perdición, cumplién-dose así la promesa de San Pablo: "No nos cansemos, que alfin cosecharemos, si no nos desanimanos" (Gálatas 6, 9).

$é¡LF,{ü 94: Ojalá escuchéis hoy su voz: "No en-durezcáis rnrestr o cor azótf'

Este salmo es como un eco de la lectura precedente. Elvigía, el guardián del pueblo y de cada familia y de cada

60

DOMINGO zii - CTCL(} A

institución tiene que aüsar, dar la voz de alarma y no ca-llarse nunca ante la proxirnidad del mal, cuan{o Dios Ieavisa en su conciencia que alguien está en peligro de pe-recer espiritualmente. Ahora los que escuchan esa voz deDios tienen obligación de escucharla y de no hacerse du-ros de corazón para cumplirla, no sea que les pase como alos de Masá y Meribá, eu€ por no hacer caso a los aüsosque Dios les mandaba por medio de sus delegados, pere-cieron tristemente.

Segurrtla Lectur:a: .üe .$ale Pahl¡¡ ¿u I<¡s Íl,ont¿¡rros13,8-trG

A nadie le debáis nada, más qrre arnor, porqrre elque ama, tiene cumplido el resto de la ley. De hechoel "no cometerás adulterio, no matarás, no robarás,no enüüarás" y todos los demás mandamientos quehaya se resumen en esta frase: "Amarás a tu próji-mo como te amas a ti mismott.

San Pablo aconseja no tener deudas con nadie (y si yatenemos algunas pagarlas a su debido tiempo para no seguirdebiendo nada a nadie). Quiere que el buen cristiano jamásbusque excusas para dejar de cumplir sus obligacionespara con los demás. Respetar siempre los derechos ajenos.

No es que el apóstol prohíba contraer deudas. Hoy todomundo anda endeudado. (De un supermercado decía alguienque conocía muy bien sus cuentas: "si de este almacén paganlo que deben, se quedarán solo con los estantes". Esto su-cede en muchos negocios y también en muchísimas casasdonde si sacaran lo que están debiendo se quedarían sinmobiliario, sin cocina, sin nevera y sin televisor). Hoy todo

61

es a crédito. Ese cartazo que nos deslumbra, probable-mente lo está debiendo su orgulloso conducto4 en cuotas a

24 meses. Si varias naciones pagaran lo que deben a otrospaÍses se quedarÍan en cero y mucho menos. Las deudasa veees nos hacen trabajar más, y hasta nos hacen aho-rrar casi a Ia fuerza (como sucede con las cuotas mensua-les que tenemos que cancelar para pagar nuestra casa o

apartamento). Y las deudas también nos pueden llevar a

confiar más en Dios porque nos llevan a "caminar comopor sobre agtra", con peligro continuo de hundirnos.También tienen el peligro de que si son desproporcionadasadquiramos una úlcera estomacal por las angustias, o ja-quecas y muchas arrugas en la cara o canas en la cabezay hasta un demame cerebral (líbrenos Dios de semejan-tes males). Pero con tal que cumplamos a tiempo los com-promisos adquiridos, seguramente Ia Palabra de Dios no nosva a reprochar por contraer deudas, con tal de que seanprudentes.

Ahora San Pablo pasa a hablar de la única derrda quecada rrno debe pagar todos los días y que nunca po-drá dejar de cancelar día por día: el amor al prójimo.Los antiguos decían que la deuda de amor al prójimo es

como una "inundación que nos invade", de la ctral todos los

días tenemos que sacar y saca4 y nunca se disminuye. Yes como "un recipiente, al cual por más que le echemos yle echemos, nunca lo lograremos llenar completamente".

El apdstol nos da una noticia muy interesante: que

si cumplirhos la obligación de amar al prójimo, con eso yaautomáticamente crrmplimos todos los demás man-damientos. ¿Quién va a matar si ama? ¿Quién robará si

62

DOMTNG{) 2I] - CICLO ¿i

siente amor por todos los demás? ¿Acaso podremos tenerenvidia del bien de los otros si de veras los amamos? Lapersona que ama al prójimo no cometerá adulterio. Si,locomete no ama ni a la persona con quien lo comete, ni alcónyuge. Sentirá pasión, concupiscencia, atractivo sensual,pero no amor verdadero. Si amara de veras no cometeríaadulterio . La razón por la cual está adulterando no es queama demasiado sino que ama poquísimo y mal., Quien deveras ama, respeta, y eüta que la persona amada se man-che con el pecado que es el mayor mal que le pueda sobre-venir. ¿Quién escandalizariajamás a un niño si en verdadlo amara con verdadero amor cristiano?

El que ama no trata de destruir al enemigo sino dehacerlo amigo y salvar su alma. Quien en verdad ama, noroba y no niega favores ni limosnas, porque sabe que "esmejor y trae más felicidad el dar que el recibir". Poreso San Agustín repetía aquella frase tan famosa: "Amayhaz lo que qrrieras". Pero entendiendo siempre la pa-labra "amar" como el desear para la otra persona todo elbien posible y nunca el mal, ni para el cuerpo ni pafa elalma.

¿De veras me siento en deuda de amor hacia el próji-mo? ¿A cuántos amo? ¿Podrán decir de mí al verme a5ru-

dar al prójimo, lo que d[jeron de Cristo "Mirad como loamaba"? ¿O me sucederá que en teoría sí amo a muchos,pero llegada la hora de ayudar y comprender y haceramable la vida de los otros resulta que no amo a ningu-no? ¿No será que uno de mis peores pecados y defectos esel ser tremendamente frío en amar a los demás?

63

El que ama a su prójimo no le hace daño. Por esoamar es cumplir la ley entera "El que ama se esfuerzapor no echar una gota de hiel en la copa de nadie",repetía San Francisco de Sales, y él mismo en su üda diariase esforzaba por no hacer ni el mínimo daño ni siquieraal peor de sus enemigos y por no humillar ni al más po-

bre de sus serwidores.

El Concilio Vaticano dice que el discípulo de Cristodebe respetar a cada prójimo, sin excepción, y con.siderarlo como otro yo, y por lo tanto evitar todoaquello que le pueda hacer daño; y tener especial cuidado

no nos vaya a pasar que "profesando amplias y ge-

nerosas opiniones, err realidad vivamos como sino sintiéramos cuidado p or el honor y lasnecesidades de los demás" (Gaudium et Spes.

27 -30).

La persona que se encierra en una ttdorada soledadttapaga la caridad en su corazón. Pero quien acepta las

inevitables obligaciones de la üda social y de la conüvenciahumana y se dedica al servicio desinteresado de sus pró'jimos, está cumpliendo la ley fundamental de la perfec-

ción humana que es el amor, y con ello cumple la leyentera (Gandium et Spes. 38).

.üIVANGfiII,Iü según San &{ateo. .LE,IS'20

Dijo Jesús: si tu hermano peca, repréndelo asolas entre los dos. Si te hace caso has salvado a tuhermano.64

x)()lr,rIhi(idi i;lJ - t]I(li,{i iiSi tu hermano peca. Jesús quiere que no desprecie-

mos al extraviado sino que más bien vayamos en subúsqueda. El cristianismo no es una comunidad de"puros", sino una asociación de convertidos y de gente quenecesita convertirse. O como decía gráflrcamente San Fran-cisco de Sales: "un inmenso hospital, lleno de enfermosdel alma que necesitan curación". Cuando la gente nos diceque los cristianos no somos santos debemos reconocer hu-mildemente que así es. Pero para que logremos ser san-tos los que no lo somos todavía, nos da hoy Jesús unosremedios muy oportunos. Y entre ellos el de la correc-ción fraterna.

F(epr."ór¡.c[ e]lo [t fso] {¿;rs etr}i ü,ii'e X,¡:¡s

En vez de quedarte rumiando la ofensa y envenenando tucerebro con la antipatía hacia é1, o murmurando con otrosacerca de su falta.

A solas, no delante de los demás. San Juan Bosco in-ventó un sistema educativo muy especial y muy simpático,llamado "Sistema preventivo", Este sistema transforma.enpocos meses a jóvenes indómitos y rebeldes, en verdade-ros modelos de ürtud. Fue el que llevó a la santidad a SantoDomingo Savio y al terrible gamín vagabundo que se lla-maba Miguel Magone (cuyas biografias recomendamos como

óptima lectura para la juventud). Pues bien, San Juan Bo-sco en su sistema educativo recomienda continua y repeti-damente: "No se reprenda ni se corrija en público sino enprivado, lejos de los compañeros y empleando la mayor pa-ciencia". Es como una repetición actual del mandato de Jesúsen el evangelio de hoy.

bb

Entre los dos: hablar las cosas cara a cata, soluciona

mucho mas fácilmente loc; prcblemas. Aveces nos damos cuen-

ta de que el asunto no era tan grave como Io creíamoS, Y

qr" po, falta de suficiente información nos eslábamos llenan-

do de rencor y de antipatía. cuántos problemas se han solu-

cionado porque alguien tuvo la valentía de ir a hablar

personalmente con el que estaba ofendiendo y trata de reme-

ai., amigablemente lo desagradable que estaba sucediendo'

A veces trata uno de corregir por carta o por publicaciones, y

como las palabras escritas son fácilmente tergiversadas, el

problema se aumenta y la amargura crece. En cambio en

privado, de tú a tú, cuánto más fácil se logran limar las

^=p"r"rus. Diciéndole en privado lo que le tenemos que de-

cir, eI hermano conservará sr¡ honor y buena fama'

¿Tenemos estas delicadezas al corregir? o, ¿más bien

.ori"gi*os "cotl la delic adeza de un toro enft¡recido

.r1.ri, tienda de porcelanas'? ¿Sabemos decir las cosas

en privado, o "rr

r.*bio andamos propagando entre los de-

más los defectos del prójimo? ¿Nuestras palabras tratan de

salvar al hermano, o mas bien lo que hacen es hundirlo más

y más?

Cuando en la peste del tifo negro de 1866 quedaron

huérfanos miles de muchachos pobres, recibió Don Bosco en

su Oratorio de Ttrrín un buen grupo de aquellos jóvenes

abandonados. AlgUnos de ellos eran verdaderos potros

indómitos. Andaban con puñal en la cintura y no aguan-

taban corrección de nadie. Insultaban a los superiores

delante de todos y estaban listos a ba'tirse a puñaladas

con el que se atreviera a contradecirles. Entonces el santo

educadár optó por poner en práctica el consejo del evan-

66

NOMTNGO 2:I- CTCI,O Á,

gelio de hoy. Fue llamando a solas a cada uno de ellos. Ledemostraba que lo apreciaba y que deseaba ayudarle entodo lo que le fuera posible, Y con gran paciencia y muchaprudencia le iba haciendo ver lo defectuoso de sus bruscosprocederes y cuánto iba a salir ganando si empezaba a sermás educado y más respetuoso con todos. Se fue ganan-do su amistad y a los pocos meses, aquellas antiguas "fie-ras humanas" eran unos verdaderos modelos de conducta yde buena educación. Es que nada hay tan útil para edu-car y convertiq, como poner en práctica los consejos de Jesús.Si los practicamos salvaremos a nuestros hermanos.

Si no te hace caso llama a otro o a otros dos, paraque todo el asunto qrrede confirmado por medio dedos o tres testigos. Si no les hace easo díselo a la co-munidad, y si no le hace caso ni siquiera a la comr¡-nidad, considéralo como a un pagano o un publicano.

H^y aquí una graduación progresiva:

la. No resignarse a los fracasos cuando alguien noquiere dejar su mal camino. Continuar por otros mediostratando de salvarlo. Otros nos pueden a¡rdar en esto.

2o. No rechazarlo ni darlo por pendido sin haber empleadolos otros medios para tratar de hacerle volver al buen cami-no. No juzgarlo uno solo. El único que sabe juzgar solo es

Dios.

3o. No fiarse del propio juicio personal. Remitirlo aljuicio comunitario de la Iglesia, eu€ tiene más autoridady mayor comprensión y mayores luces de Dios.

67

4o. Finalmente, si el hermano por su rechazo total secoioca él mismo fuera de la comunidad, ya no hay quetratarlo como uno de los nuestros, porque no lo es. UnpagÍlno es el que no profesa la verdadera religión. Un pu-blicano es el que se dedica públicamente a acciones que lareligión condena. Si él mismo con su terquedad se em-peña en no aceptar lo que la religión pide y recomiendase está portando como un pagano y un publicano, ycomo tal hay que considerarlo. No podemos cerrar losojos y aceptar que el hermano se burle de Dios y de sureligión y seguirlo tratando como si estuviera siendo'fiel al Señor.

¿De veras tratamos a otros como publicanos y paganossolamente después de haber hecho todo lo posible por con-vertirlos? ¿O sin más ni más ya los rechazamos despuésde} primer intento de convertirlos? Las comunidades fer-vorosas tienen el peligro de hacerse seetarias (sectario esel que sólo acepta a los de su grupo y rechaza a Ios demás)y capillistas que se encierran en la capillita de su propiogrupo y desprecian a los que no piensan como ellos, y se

dedican a criticar, despreciar y condenar a los demás. Señor:que no condenemos a nadie, que no excluyamos a ningu-no, que no desesperemos de la conversión aun de los másmalvados y renegados, mientras no hayamos hecho los ma-yores y más constantes esfuerzos por devolverlos al cami-no de la salvación. (N. Quesson).

Os aseguro que todo lo que ateis en la tierraquedará atado en el cielo, y todo lo que desateis enla tierra quedará desatado en el cielo.68

'jcllir,iifl'.;:ii :.'.,': .'i .'

Jesús repite aquí a la comunidad lo que ya le había di-cho a Pedro (Mt. 16, 19) que lo que hacemos en esta tierratendrá un eco en el cielo. Lo que aquí hacemos repercu-te en la eternidad.

En la antigüedad había una cueva llamada: "LaCaverna del Eco". Y tenía la especialidad de que repeLíatres veces lo que uno le gritaba. Así que si una personagritaba allí en la entrada de la cueva: "Te amo" -el eco Ierespondía tres veces: "Te amo, te amo, te amo". Y si al*guien gritaba: "Te odio", el eco repetía tremebundo porentre aquellas oscuridades, tres veces: "Tb odio, te odio, teodio". Pues algo parecido nos sucede con la eternidad: Todolo que aquí hacemos o decimos, va a tener un eco muy pro-longado en eI más ailá. ¿Ahora perdonamos? AIIá se per-donará también. ¿Ahora nos negarrlos a perdonar? AIIátambién se negará el perdón. Las relaciones que tengamoscon nuestros prójimos en esta vida se prolongarán por l:leternidad. Por eso conviene pensar qgé es lo que quereinosque el eco repita en la eternidad, pafa irlo diciendo y ha-ciendo nosotros desde ahora mismo.

Os aseguro qrre si dos de vosotros se ponen deacrrerdo para pedir algo, se lo dará mi Padre detrcielo. Porque donde dos o tres están reunidos en ¡ninombre, allí estoy yo en medio de ellos.

Jesús quiere que sus discípulos estén de acuerdo y sereúnan en su nombre. Y a quienes cumplan estas dos con-diciones les hace maravillosas promesas: que obtendrán loque piden, y que el mismo Cristo estará en medio de ellos.Desafortunadamente nos faltan muchas veces estas dos

69

condiciones tan necesarias: üvir de acuerdo unos con otrosy reunirnos para orar. No olvidemos que si Jesús se hacepresente en un Supo, todo lo bueno se puede esperaq ytodos los éxitos espirituales y apostólicos vendrán sindemora.

Jesús quiere recomendar la oración comunitaria. La' oración privada y personal es necesaria y nada la puedesupli4 pero la oración colectiva en grupos y comunidadestiene ventajas que no podemos desconocer, y Jesús laquiere fomentar.

Hay que reunirnos, pero no podemos reunirnos digna-mente si no estamos unidos espiritualmente, sin odios niaversiones. Y hay que reunirse en el nombre de Jesús.Reunirnos convocados por su Palabra e inspirados por suEspíritu Santo. No nos reunimos para nada simplementematerial ni por simpatía o afinidad; o coincidencia de cri-terios, sino porqrre amamos a Jesucristo. ¿Si a veces noobtenemos más, no será porque nos falta más unión enCristo Jesús para orar bien?

El Señor quiere que al tezar no nos encerremos ennuestro mezquino egoísmo sino que recemos en comunidady por la comunidad.

Ff,i Fadre les concederá lo qtre piden

Claro está que si nos conüene y si en este momento es

oportuno. Esto hay que recordarlo no sea que nos imagi-nemos que la oración es algo mágico y automático que sinmás ni más nos consigr" todo lo que se nos antoje pedir yen el tiempo y la cantidad que le digamos a Dios. EI no

70

DO]\ryINGO ?:i. LT]iCiLO Anecesita de nuestros consejos y no se deja dar mandatospor los que nada sabemos.

En Ia oración no recibiremos muchas veces una respues-ta totalmente a la medida de lo que nosotros deseamossino siempre aquello que la Sabiduría de Dios consideraque es más conveniente para nosotros.

Muchas de nuestras oraeiones son escapistas.Oramos para vernos libres de alguna prueba de algún doloro de alguna situación dificil. Y la respuesta de Dios con-siste, no en concedernos una escapatoria sino una üctoria.En vez de librarnos de una situación difícil nos concedeaceptar Io que no comprendemos. Nos da fuerzas para so-portar lo que sin su ayuda resultaría insoportable. Nospermite enfrentar lo que sin su auxilio no seríamos capa-ces de enfrentar. Nos da sabiduría para encontrar solu-ciones. El ejemplo perfecto es Jesús en Getsemaní.Ora aI Padre para que lo libre de aquella situación tan dolo-rosa. El Padre no Io libra, pero le concede tal valor y tangrande heroísmo, que de estas horas tan tremendas dedolor, obtuvo su más grande glorificación.

Cuando oramos, y sobre todo cuando oramos en grupo,Dios siempre envÍa su respuesta favorable, pero no siem-pre como se la quieren dictar nuestros gustos, sino comose la dicta su amor hacia nosotros y su infinita Sabidu-ría. Y siempre para nuestro mayor bien.

¿Pensamos de vez en cuando que cada vez que nosreunimos en nombre de Jesús para orar al Padre, estápresente en medio de nosotros el mismo Jesucristo? Estoes maravilloso.

7L

Padre de familia: ¿quieres que Cristo se haga presen-

te en tu hogar? De vez en cuando reúnete con tu mujer ytus hijos a elevar una oración. Allí estará presente infali-blemente eI Redentor del mundo, y Jesús nunca üene aninguna parte con las manos vacías. Sus visitas son

siempre beneficiosas como lo fue su visita a las Bodas de

Caná, a la suegra de Pedro que óuró, a la hija de Jairoque resucitó, a Marta y María a las cuales les devolvióvivo a su hermano Lázaro... aZaqueo a quien convirtió,etc. Cada visita de Jesucristo a tu casa será una granbendición, y vendrá cada vez que se reúnan allí dos o másen su nombre para orar a Dios.

Hoy nos habló Jesús de dos temas: la corrección fra-terna y Ia oración en común.

La pedagogía enseña que nadie se perfecciona si no hayquién le corrija a tiempo sus defectos. Pitágoras decía que

si no tenemos un amigo que nos corrija, deberíamos hacerpagar a un enemigo para que nos haga saber nuestrosdefectos. Y el Libro de los Proverbios enseña: "quien amala corrección obtendrá la sabidtrría". Cicerón afirmabaque es verdaderamente amigo el que nos desengaña de la

falsa creencia que tenemos de ser perfectos y nos indicaen qué estamos fallando. Y Salomón anuncia que en lo fu-turo obtendrá más gratitud el que supo corregir a tiempoque el que se calló cobardemente las correcciones que nos

debía hacer, y afirma repetidamente que es falta de cariñono corregir a tiempo a los hijos. La historia narra el he-

cho tan triste de Nerón que mientras aceptó las correccio-

nes de su maestro Séneca llevó una conducta buena, pero

72

apenas dejó de aceptar sus buenos consejos y empezó acreer en los malos consejos de su pérfido consejero Tigeii-no, se conürtió en un monstruo de crueldad. No aceptarla corrección es embrutecerse, dice la Biblia.

Finalmente: cuando nos reunamos en grupos de oración,cuando vayamos a la Santa Misa o cuando en familia nosarrodillemos juntos para orar, recordemos la maravillosanoticia del evangelio de hoy: Cristo eslá en medio de noso-tros cada vez que nos reunamos a orar en su nombre. Y siestá presente, está actuando en favor de los allí reunidos.

DECID A LOSCOBARDES:ruffi T-H: AHffiffiffiH} Hq_tffiffiHffiffi

H .ffi}AVUffi$TH'{ffiH}Hffi$ UH'3]ffiA LA

ffiTilffi,.Hffi{-]ilH N(fsaías 35)

ffiffiMHNffiÜ 2SCTCLO ts

Años 1994 r 1997 - 2000 - 2003 - 2006 - 2OOg

CUI¿ACTOh{ DE LrrI SORDOPIUDO

Cuanclo Jesús volvióclomudo para que

11,cle TiIe irn

ro, Ie lleval ou n ulrpusiera I¿rs rnanos.

2.

laPuso Jesús sus dedos en las orej¿'ts, tocólelengua con s¿rliva y, rnirando al cielo,

dijo: nAb-i'etc».

3. En seguicler puclo r:1 honrbre oir v h¿rl-rlar.

Jesús prohibirl quc Io clivulsar¿rn; per'o Ianoticia del rnilagro .se e.xtcncliri.

tf

75

DOMINGO 23 . CICLO B

Primera Lectura. Del profeta Isaías. 35,4-7

Decid a los cobardes: sed fuertes No tem¡iis. Mirada wrrestro Dios, que trae la retribución. El viene enpersona y os salvará. Se despegarárr los ojos del ciego;se abrirán los oídos del sordo. El cojo saltará con lahabilidad de lrn venado. La lengua del mudo canta-rá. Brotan aguas en el árido desierto, y torrentes enla ll,anum sequfsima que no servía para cultivos.

Lo qrre antes era un páramo reseco' se convertiráen un estanqrre d,e agtras, y lo que era rrn terrenoárido se convertirá en tln manantial, en una ftrentede aguas refrescantes.

El profeta Isaías anuncia lo que ha de suceder en elmundo espiritual, después de la llegada del Mesías o Sal-vador. Es Dios en persona el que viene a salvar. NQ envíaa otros, sino que Dios mismo se hace hombre y llega enpersona a traer la salvación. Es Jesús, el Salvador. Losmilagros de Jesús van dando cumplimiento a este anun-cio del profeta: hace ver a los ciegos, hace oír a los sordos(como el del evangelio de hoy) hace hablar a los mudos ycura a los paralíticos. Y las almas que antes eran estéri-les y secas como desiertos y páramos y estepas, se con-

üerten en fuentes de aguas üvas que saltan hasta la vidaeterna, según lo dijo el mismo Cristo. (Jn. 4, 14). Despuésde la venida del Redentor sí que se puede repetir a loscreyentes la primera frase de la lectura de hoy: "Sedfuertes, no ternáis", o aquello que repetía San Pablo:

'16

"Si Diossotros?".nos podrá

DOMINGO 2:} - CTCLO t]está con nosotros, áerrién poclra conf,ra rro-Dios que nos dio a su propio Hijo, ¿qué ayudanegar ahora?

SALMO 45

El salmo que recitamos hoy, va recordando cómo Diosrepite los portentos y prodigios que anuncia la primeralectura: "Abre los ojos al ciego, endereza a los qrre yase doblan", etc. Y esto lo hace más de manera espiritualque de manera material.

Seguncla Lectura. Carta del.A,póstol Santiago. 2, 1-5

Ilerrnanos: no iuntéis la fe en Nrrestro Señor Jesu-cristo con la pre erencia a unas personas en contrade otras. Por ejemplo: llegan dos hombnes a la reuniónde oración: el firro va bien vestido y hasta con joyas, yel oürc es unpobre andrajoso. Y al bien vestido le dicen:"Por favon siéntese aquí en el puesto de honor", yal otno le dicen: 'Estese de pie, o siéntese en el sue-lo". Si hacen esto, ¿no están juzgando con criteriosmalos? Escuchen hermanos: ¿acaso no ha elegidoDios a los pobres del mundo para hacerlos ricos enla fe y herederos del Reino que prometió a losque lo aman?

Esto que critica el apóstol se sigue haciendo ahora.Llega un rico muy bien vestido, con carro lujoso y se leatiende en seguida. Llega el pobre andrajoso y se le dejaaguardar ahí a un lado, como alguien que estorba y noagrada. Pero Santiago nos recuerda que hacer esta distin-ción odiosa no está bien en los que siguen a Jesucristo,porque Dios escogró a los pobres para hacerlos ricos en la

77

fe, como los 12 apóstoles que eran gente muy pobre, perotransformaron el mundo llevando a todas partes las rique-zas de la fe en Jesús. El apóstol quiere que no olüdemosnunca que los más pobres en bienes materiales pueden seral mismo tiempo los más ricos en la fe.

sería impresionante que a nosotros los creyentes nosfilmaran una película cuando estamos atendiendo al pú-blico -se vería que a los pobres los vamos recibiendo fría-mente, a Ia carrera y casi con desprecio. En cambio, tanpronto aparece una persona lujosamente vestida (que lle-ga quizás en auto último modelo), inmediatamente cambianuestro modo de atender: ¡ahí sí que derrochamos aten-ciones! Y entonces a ¿quién estamos rindiendo honores altratar a la gente: al dinero, ai lujo, a la alta clase social, oa Cristo que está representado en cada persona pobre?cuando esta película de nuestra vida aparezca ante ertrono del Juicio de Dios, a la hora de nuestra sentencia final,quizás nos vamos a quedar aterrados al ver que lo que elapóstol Saqtiago tanto reprochaba, nosotros lo seguimoshaciendo. Señor: ¿qué hacer para no seguir obrando de estamanera tan indebida? ¡Ilumínanos T\i!

Evangelio. San Marcos: 7, 3l-37

Jesús dejó el temitorio de firo, pasó por Sidón yatravesó la Decápolis. Y le presentanon un sordo queapenas podla hablar, y Ie pidieron que le impusieralas manos. El, apartándolo de la gente a rrn lado, Iemetió los d.edos en los oídos y con la saliva le tocóla lengua y mirando aI cielo suspiró y le diio: .,Effe-tát', qrre quiere decir: t'Abrete". Y al momento se leabrieron los oídos, se Ie soltó la traba de la lengua,78

DOMINGO 23. CICLO By hablaba sin dificultad. Et les mandó que no lo di-jeran a nadie, pero cuanto más se lo mandaba, conmás insistencia lo proclamaban ellos, y en el colmodel asombro decían: -Todo lo ha hecho bien. ¡Haceoír a los sordos y hablar a los mudos!

Jesús trata a este pobre enfermo con especiales cuida-dos. L,o lleva aparte. Jesús habla con autoridad, como demos-trando que El tiene toda la salud que una persona puedenecesitar. Suspira, quizás pensando en que este enfermorepresenta a tantísimos seres humanos que son sordos paraescuchar los mensajes de Dios y mudos para proclamarla gloria y la alabanza que se deben a Nuestro Señor.

El milagro sucede en La Decápolis (nombre que signi-fica: diez ciudades). Esta región estaba formada por va-rias ciudades al otro lado del Jordán, que dependían di-rectamente de Roma y en las cuales había muy poquitosisraelitas. Por esto quizás Jesús necesitaba más signos ex-ternos para excitar la fe del enfermo. Marcos, que es elúnico evangelista que narra este milagro, va dando todoslos detalles, como los de un periodista que hubiera estadoallí presente. Seguramente asÍ Io narraba San Pedro quefue testigo del prodigio.

Le pidierorr qrre le impusiera Ias manos

Como el sordomudo no podía rogar por sí, sus acom-pañantes le pidieron a Jesús que le impusiera sus manos.Se ve que tenían fe en su gran poder para curar enfer-medades.

79

Apartándolo de la gente. Como había concurridomucho gentío al enterarse de que Jesús andaba por allí,deseoso de eütar toda intempestiva excitación de aquellagente, el Señor tomó al enfermo y lo llevó consigo a unsitio apartado. Lo seguían únicamente los apóstoles, y losacompañantes del sordo.

,l-,,ír.í(.i i:r i, ( :r I i¿¡t I " , ¡,..,j §f v ¿, .l*.-'

Con este hombre empleó Jesús un ceremonial desa-costumbrado. Los antiguos le tenían gran fe a ser untadoscon la saliva de un santo. Seguramente el enfermo fuecomprendiendo, vivamente emocionado, que Jesús lo ibaa curar, y esto le aumentaba la fe.

Y mirando al cielo, suspiró. Jesús levantó los ojos alcielo, pidiendo al Padre Celestial la gracia de obrar esteprodigio. Probablemente el sordo también los elevó, su-plicando humildemente su curación. Los que acompaña-ban al enfermo, palpitantes de emoción iban siguiendo conlos ojos todos estos actos y gestos de Jesús. Los apóstolescontemplaban asombrados este desacostumbrado ceremo-nial. La excitación de todos era vivísima.

Efettá: ábrete. Jesús debió decir esta palabra con vozfuerte y tono de gran autoridad. La dijo en el idioma desu nación, el arameo.

Y al momento se le abrieron los oídos y se le sol-tó Ia lengua y hablaba sin dificultad. Es natural quesus primeras palabras habrán sido para dar gracias alDivino Salvador por este favor tan inmenso. Luego lle-80

L)(!tttNt;r :i;] oICL() iigan las felicitaciones y abrazos de todos y el alabar y ben-decir a Dios por este prodigio impresionante. Y Jesúsbondadoso contemplaúa sonriente aquellas expansiones dejúbilo.

Y les mandó que no Io dijeran a nadie. Pero ¿quiéniba a ser capaz de cumplir este mandato? Ellos sabían queJesús no trataba de atraerse hacia El una vana populari-dad, y que por eso quería que no se dedicaran a hacerlemucha campaña de anuncios populacheros, pero lo que todoshabían presenciado era demasiado impresionante para quefueran capaces de quedarse callados y no contarlo a todoslos que encontraban. Es lo que debemos hacer siemprenosotros: proclamar ante los demás los favores que hemosrecibido del Señor.

Y en el colmo del asombro decían: "todo lo ha he-cho bien. Ilace oír a los sordos y hablar a los mudos".Esta es una de las frases más bellas de la S. Biblia. Esalgo que nosotros deberÍamos repetir mil y mil veces du-rante nuestra vida y delante de muchas personas: elSeñor todo lo ha heeho bien. Es maraülloso su modode intervenir en favor nuestro. Es, seguramente el mis-mo veredicto o juicio o exclamación que Dios Padre pronun-cia acerca de su Hijo muy amado: "Todo lo ha hechobien". Dificil encontrar un elogio que pueda ser mejor queéste. Y es una gran verdad: Jesús todo lo ha hecho bien.¡Bendito y alabado sea su nombre por siempre!

C Ü]§ CN, U ""i

IÜI§ F] *i :

la. Hoy el profeta Isaías eomunica noticias deesperanzar en medio de tantas penalidades podemos es-

81

tar seguros de que el Mesías obra milagros y trae a5rudasadmirables. Hace oír a los sordos, ver a los ciegos, hacecantar a los mudos y saltar corriendo a los cojos y paralí-ticos del alma. Hace rebosar de aguas refrescantes los cá-lidos desiertos del espíritu y llena de abundantes cosechasa las desiertas estepas del alma.

Uno de los peligros del pueblo es desanimanse ante tan-tas dificultades. Por eso Isaías, el profeta de la esperan-za, anima hoy al pueblo con muy alegradoras noticias: hayalguien que puede hacer prodigios y los quiere hacer. Esnuestro Salvador. El puede y quiere cambiar los desiertosespirituales en plantaciones llenas de frutos de buenasobras; puede y quiere hacer que los que hemos sido sor-dos y mudos y paralíticos en lo espiritual, empecemos aoír los mensajes de Dios, y a alabarle con nuestras acla-maciones y a cor:rer gozosos hacia la santidad. El quiereque los que estamos oprimidos por nuestra.s pa.sionesy malesinclinaciones, quedemos libres para correr gozosos por elcamino que lleva hacia la salvación. Y si lo quiere y lo pue-de hacer, seguramente lo hará, si encuentra en nosotrosun poco de buena voluntad.

2a. En el evangelio de hoy se resalta la gran ad-miración que producían los milagros de Jesús. Estaadmiración la debemos sentir también nosotros ahora. Queno se nos vaya a apagar jamás la capacidad de admirar-nos ante las maraüllas que hace Dios.

3a. Jesús se conmrreve ante los sufrientes queencr¡entra. El cristiano debe preguntarse: ¿también a mí,como a Cristo, y como lo recomienda hoy el apóstol, meg2',

DOMTNGO 23 - CTCLO Bconmueven las situaciones angustiosas de los pobres y delos enfermos y necesitados? ¿Obedezco aI mandato que nosda hoy Santiago, el cual insiste en que hay que optar porlos pobres, por los huérfanos, por los despreciados porel mundo? ¿Recuerdo que toda discriminación o preferen-cia en favor de los ricos y en contra de los pobres, es anti-cristiana? ¿En verdad trato de liberarme de los falsoscriterios del mundo que prefiere siempre lo que es rique-za, ostentación, orgullo y poder? Aimitación de Jesús, estoydisponible para aytrdar a los más humildes y rnenestero-sos y abandonados?

Cristo puso siempre en movimiento su poder curador,repartiendo favores a manos llenas. En verdad que 'ttasópor el mundo haciendo el bien" (Hech. 10, 38) Jesústuvo a toda hora una gran disponibilidad en favor de losdemás. Cumpliendo lo que de El anunció el profeta Isaías,liberó a los oprimidos por cualquier clase de males. Ytambién hoy sigue repartiendo favores a manos llenas, sigueconmoviéndose ante tantos millones de dolientes y demaltratados, y por medio de sus discípulos quiere llevar-les su^s a¡rudas y consuelos. ¡Señor que yo sea tu mano quereparte a5nrdas, tus ojos que miran con bondad y tu son-risa, tus palabra.s amables, tu bondad en recibir a todos, auna los más despreciados por el mundo! Que ninguno sevaya de mí con las manos vacías, con la frialdad de unarepulsa, de un desprecio o de una respuesta desabrida yamarga. Que Jesús siga moviendo a todos sus seguidoresa llenar el mundo de obras hospitalarias en favor de losenfermos y de los pobres, de los huérfanos y de las üu-das. Y que yo sea uno de los que siempre a¡nrden a estasobras de beneficencia.

83

4a. Los milagros de Jesús nos enseñanr quizás tantoeomo sus sermones. Hay que buscar enseñanzas en losmilagros. El milagro de hoy debe ser para cada uno unllamamiento a conmovernos ante los que sufren. El sor-domudo es un incomunicado. No oye, no habla. Está aisladoen su soledad. El poder comunicarse con los demás es ungran don de Dios, que hay que agradecerle frecuente-mente. No comunicarse es empobrecerse. ttAislarsees disminuirse", drjo el Concilio Vaticano. No comuni-carse es dejar tesoros sin compartir. Por eso Jesús se con-moüó ante el sordomudo.

5a. Hoy existen mrrchos sordomudos espirituales.Grande es la miseria del sordomudo material, pero másgrave es la del sordomudo espiritual. No escuchan la Pa-labra de Dios. No escuchan a los otros. No se conmuevenante las llamadas de ayuda que les hacen los necesitados.Solamente oyen a su egoísmo. Asisten sí quizás a sermo-nes, pero no cambian de vida. La Palabra de Dios cae sobresu alma como un aguacero sobre la carpa de un camión,resbalando por encima sin penetrar siquiera una solagota. No hay peor sordo que el que no quiere oír. Nadielos saca de su aburguesamiento y de su egoísmo. Aunquela Iglesia y las instituciones hospitalarias y de beneficen-cia clamen pidiendo su a¡nrda, ellos siguen sordos a estosllamados de solidaridad. Son todo lo contrario a un cate-cúmeno. Esta palabra significa: "el que esctrcha". Son todo1o contrario a un discípulo que es el que aprende. -Señor:abre nuestros oídos para que escuchemos el clamor delpobre y vayamos como Tft, en su ayuda. Señor: abrenuestros labios para que proclamemos siempre tus alaban-zas para que hablemos de Dios, para que confesemos

84

D()t!xlN(;() :Il . CIULü [tnuestros pecados, para que repartamos buenos consejos.Que nos atrevamos a hablar de religión y a proclamar tusmaravillas ante los demas; Señor: ¡que no seamos mudoscuando haya que hablar de Ti!

6o. Le mandó qrre no lo contara a nadie. Aprendeoh cristiano esta lección de modestia. No busques publici-dad para las obras buenas que haces. Mira que Dios tepagará.

Cristo Jesús: he aquí un milagro que hiciste casi ensilencio. Sólo dljiste una palabra. Enséñanos a hacer el bienen silencio. Que como T\i en este milagro, miremossiempre hacia el cielo de donde nos vendrá el auxilio, ysuspiremos por las ayudas cliünas.

Contemplo a Jesús llevando aparte sin triunfalismos alsordomudo para curarlo y recomendándole silencio... Señor:que sepa imitarte. Dime también a mí, tu palabra mara-üllosa "¡Efetá, ábrete!". Y que en adelante mis oídos esténsiempre abiertos para escuchar tus mensajes y mis labiossiempre prontos para proclamar tus alabanzas.

htffi NHffiffiKiHSS UJN §tAVffiHB ¡+.

f,üitJHrcN fl.,q] IqEüffiSn'3":{-h SrPUEI}HS ffiACEHLO

(Proverbios)

85

DGI!ffiNGÜ 2&

CHCTO CAños 1995 - 1998 - 2001 - 2004

QUIEN NO LLII\rfJ Str CHUZ IlFrrrüAS r)tr h{rr.IG E}UEÜtr SIIR DISCIPULÜ MIO

fioluIFüGO 23 E CICL,Ü C

Primera l.,ectur¿r. DeI Libro de la Sabidur'ía 9, 13-19

¿Qrdén conoce los planes de flios? ¿Quién compren-de lo qrre Dios quiene? Los pensamientos de l,as cria-turas son mrry pequeños, y nuestros razonamientosse eqrrivocan muchas veces, porqrre el cuerpo mortales como un lastre o peso que lleva hacia lo material,y la materialidad oscurece la mente y no permitemeditar bien. Si apenas somos capaces de medioconocer lo que es terreno y lo que está aI alcancede nuestra mano, ¿cómo vamos a conocer lo qrre escelestial? ¿Quién, Señor, conocetrá qué es lo que teagrada y lo que Tli deseas, si no nos concedes tuSabiduría y si no envías desde el cielo tu Sa¡rto Es-píritu?

Esta lectura del Libro de la Sabiduría quiere recordar-nos que solamente podremos conocer los planes de Dios ylo que desea de nosotros, si El nos concede el don de lasabiduría y si nos envía desde el cielo su Santo Espíritu.Sólo así sabremos qué es lo que le agrada a Nuestro Señory trataremos de hacerlo.

Aquí sí que se cumple aquello que decía Santa Tbresa:"Puede uno emplear días y meses buscando soluciones ytratando de encontrar remedios para las dificultades es-

pirituales, y Do lograr hallar las respuestas que necesita. Encambio si se dedica a invocar al Espíritu Santo, hallaráen muJt poco tiempo las soluciones que por mucho tiempohabía tratado inútilmente de conseguir".

88

.OOIVIINGO:I:J - CTCLO Cojalá lográramos conseguir y leer el hermoso librito

titulado 'Maraüllas del Espíritu santo" (de esta mismacolección). Allí descubriríamos las soluciones tan admira_bles que se les ocurren a quienes Dios les envía su santo Es-píritu.

Seguncta I-,ecttrra. tr_,¿r Carta c{e san l}ak¡Ic¡ aFilemórr

Querido hermano: Yo Pablo, anciano y prisioneropor Cristo Jesús, te recomiendo a Onésimo, mi hijo,a quien he heeho nacer para la fe, en mi prisión. Telo envío como si formara parte de mis enirañas. Mehubiera gustado haberlo retenido junto a mí, paraque me colaborara, en vez de ti, en esta prisión quesufro por el evangelio. Pero no he querido retenerlosin eontar contigo; asÍ me concederás este favor noa la fuerza, sino con toda libertad. euizás se apartópor rrn tiempo de ti, pa¡.a que lo recobnes ahora parasiempre, y ho como esclavo, sino, mucho mejor¡ comoherrnano querido. ¿Si yo lo amo tanto, cuánto máslo habrás de amar tú, como hrrmano y eomo cristia-no? Si me consideras tu amigo, recíbelo a éI, comosi me recibieras a mí mismo.

Esta es la carta más breve de San pablo. En ella ex_horta a tratar a los esclavos como hermanos, y con ello vaponiendo las bases para ir acabando poco a poco el sistematan degradante de la esclavitud. Es esta también la úni-ca carta privada de san Pablo, que conocemos. sin dudaalguna que san Pablo escribió muchas cartas particula-res, pero la única que se conserva es la pequeña carta aFilemón. Está llena de gracia y encanto.

89

Onésimo era un esclavo que se había fugado del ladode su amo o jefe. Puede ser que le quitó algo o que le hizoalgún daño, porque el apóstol le dice a Filemón: "Si enalgo te h:izo daño, o algo te debe, Io pondrás a mieuenta y yo te lo pagaré". El esclavo fugitivo llegó aRoma y se mezcló con la multitud de desempleados, yquién sabe cómo, llegó a entablar diálogo con San Pablo,y este, prisionero como estaba (en casa por cárcel) lo lo-gró convertir al cristianismo. Por eso dice: "Lo he hechonacer para la fe en mi prisióntt.

Luego sucedió que llegaron cristianos de la región dondehabía viüdo Onésimo, y le contaron que aquel hombre eraun esclavo de un amigo de Pablo, llamado Filemón. El após-tol, enüa a Onésimo a su antiguo patrono, con una cartade recomendación, eu€ es esta que leemos hoy. La ley deese tiempo permitía terribilísimos castigos y hasta lamuerte, para los esclavos que se fugaban del lado de suamo. Pablo con esta hermosa cartica libra a su recién con-vertido de las crueles sanciones que le podían llegar, e in-tercede por él para que en adelante no se le trate como aun esclavo sino como a un hermano muy amado.

Una nueva nelación. San Pablo no podía pedir que seacabara ya la esclavitud. Aquello habría sido causa de es-pantosas represalias en aquel tiempo. Pero él pide algosumamente provechoso: que el esclavo no sea tratado comoun ser de segunda clase, sino como un hermano muyamado. Y con esto llegaba un cambio extraordinario enaquella sociedad antigua donde los comportamientoscontra los esclavos eran tremendamente injustos y san-guinarios. Ahora, al tratarseles como muy amados herma-

90

DOMINGO 23 - CTCLO C

nos, la conducta respecto de ellos se transformaba admira-blemente. ¿Qué tal que nosotros tratáramos a los pobres,a los empleados, a los ignorantes, etc., como a hermanosmuy amados? ¿Qué tal que lo hiciéramos? ¡Cuán maravi-llosamente caritativo sería nuestro trato!

Para la mentalidad de esa época, estas recomendacio-nes de San Pablo eran una verdadera revolución. Eso deconsiderar al esclavo como un hermano, era llevar la ca-ridad a un altísimo grado.

¿Qué me dirá a mí esta lectura de hoy? ¿Cómo trato alos obreros, a los empleados, a las personas de servicio?¿Cómo hermanos muy amados? ¿O como seres inferiores?El Señor Dios quiere que los trate como a hermanos, y muyamados. YJesús me promete que considerará como hecho aEl en persona, todo buen trato qtre yo le conceda a uno desus hermanos más humildes (Mt. 25, 40).

Evangelio. Segrin San Lucas. 14, 25-33

Mucha gente acompañaba a Jesris. El se volüó y lesdijo: "Si alguno se viene conmigo y no me prefiereantes que a su padre y a su madre, y que a sus her-manos y a sus hermanas, e ineluso antes que a símismo, no puede ser discípulo mío".

Quien no lleve su cruz detrás de mí, no puede serdiscípulo mío

¿Quién, si quiere constmir tm edificio, no se poneprimero a hacer las cuentasr y a calcular los gastos,para ver si el dinero le alcanza para terminarlo?No sea que eche los cimientos y no pued.a acabarlo

91

y se pongan a burlarse de él los qrre pasan üciendo:"Este comenzó a construir y no fue capaz de ter-minartt.

¿O qué jefe de nación si va a dar la batalla contraotro jefe de Estado, no se sienta primero a calcularsi con diez mil hombres prrede salirle al paso del queviene a atacarlo con veinte mil? Y si no, cuando elotro está todavía lejos envía embajadores para pe-dirle condiciones de paz.

l,o misrno vosotrr¡s: eI que no renuncia a todosstrs bienes, no puede ser discípulo míp.

Jesús viajaba hacia Jerusalem. Grandes multitudes loseguían, ansiosas de escuchar sus provechosas enseñanzasy atraídas por la maraülla de sus milagros y por su granbondad. Muchos se imaginaban que El iba a conseguir unimperio y que a ellos les esperaban honores y riquezas.El en cambio sabe que va hacia la cruz, y les propone se-guirlo cada uno llevando la cruz de sufrimientos de cadadía y renunciando por amor a Cristo hasta a sus mismosfamiliares y a sus inclinaciones personales, si se oponena las enseñanzas del Señor.

En este pasaje hay dos verdades muy sugestivas.

1a. Q¡,re para seguir a Jesús hay que sacrificarse.Para seguir a un gran capitán es necesario estar dispuestoa sufrir todos los sacriflrcios que exigen sus heroicas cam-pañas. No basta seguirlo como un curioso, viendo lo queel otro hace. Es necesario acompañarlo en las luchas sise quiere acompañarlo en los triunfos y üctorias. Dicen que

92

DOMTNGO 2íJ - CICLO C

la diferencia entre un verdadero discípulo y un curioso que

solamente esctrcha las enseñanzas del maestro, consiste enque el discípulo se esfuerzapot cumplir lo que eI maestroenseña y recomienda, y el curioso se contenta sólo con escu-

charlo y nada más. Nosotros no seremos verdaderosdiscípulos de Jesús si no estamos dispuestos a sa-

crificarnos por cumplir sus mandatos y recomendaciones'

2o. Que el creyente debe calcular los costos qr¡ele traerá su religión. Seguir a Cristo no es nada fácil.

Si alguien quisiera pertenecer a su religión pero seguir ü-viendo como los que no tienen fe, estaría muy equivoca-

do. No hizo cáIculos de lo que la religión de Cristo exige,y se quedará sin ser un verdadero seguidor suyo.

Si no me prefiere, arttes qrre a sus padres... Quieredecir que en los conflictos entre el amor a Jesús y el amora la carne y la sangre, no puede haber duda: hay que re-

nunciar a cualquier otro amor, si se opone a las enseñan-

zas del Señor. Jamás maestro alguno se había atrevido ahacer exigencias tan inmensas (porque tampoco ningún otromaestro tenía promesas de premios tan grandes para §us

seguidores, como los que ofrece Jesús). Tan grandes exi-

gencias no las podría hacer Jesús si sólo fuera un hom-

bre. Pero como es Dios, tiene mucho con qué pagar estos

sacrificios.

Es curioso constatar que mientras los políticos paraganar seguidores hacen mil promesas de favores que van

a conceder, Jesús en cambio coloca la lista de sus exi-gencias. Por ej. anteponerlo a El mismo antes que a los

familiares y antes que a la propia persona de cada uno,

93

cuando estos seres tengan exigencias contrarias a las delSeñor. ¿Y por qué se atreve a pedir tanto? Es que El pre-senta las mejores eredenciales para ser amado másque los demás. Cada uno de nosotros puede repetir laspalabras de San Pablo 'Me amó y se saerificó por mf,.

Jesús no se opone al sano amor a los familiares y a símismo. Se opone es a aquel amor desordenado y despropor-cionado que por no contrariar a los parientes o al propioegoísmo, lleva a tener disgustado a Dios. Cristo, por serDios, puede eúgir ser preferido a todos los demás. Un san-to escritor decía que "ser buen cristiano no es tener gran-des cualidades, sino tener por Cristo un amor tan grandeque se esté dispuesto a cualquier sacrificio, con tal decumplir sus mandatos".

Los preparativos. Para otros el hacer preparativos esllenarse de cosas. Para Jesús el mejor preparativo es:'tenunciar a todos los biened', quedarse con las manos vacías.Para salir a luchar contra enemigos que son superiores,desprenderse de todo: de afectos exagerados a la familiay a la propia persona. Pide que no idolatremos a los seresque amamos, ni a nosotros mismos. Que no los amemosmás de lo debido, porque esto ya serÍa amarlos menos. Noamar a los parientes y a sí mismo hasta el punto de de-sobedecer las leyes de Dios por no disgustarles. Jesús nospide que lo amemos a El más que a la familia y que a símismo, porque sabe que esto nos hace mucho bien.

Calcular las ftrerzas. Los que se creen muy segurosde sus propias fuerzas y cualidades para edificar el edifi-cio de su santidad y para resistir a los enemigos de la94

DOMTNGO 23 - CTCLO C

salvación, no imploran suficientemente las aytrdas diünas.No sienten la necesidad de pedir las aytrdas de Dios. Creenque se bastan solos, y el edificio se les queda a medioconstruir y el enemigo que es superior en número y enfuerzas, los derrota. Si yo rezo poco es que he hecho malmis cálculos y estoy confiando demasiado en mí y en lasa¡rudas humanas. Y esto es fatal. La esperanza del orgu-lloso se desploma ante los fracasos. Pero si soy humilde ypido con fe la ayrda del Señor, entonces sí podré ir con misdiez mil a enfrentar al que me ataca con veinte mil (si

Sansón con la quijada de un burro demotó a miles de fi-listeos, ¿qué no podrá hacer Dios con el burro entero?, de-

cía jocosamente un santo).

¿A qué amores indebidos de familiares o de mi egoís-

mo deberé renunciar para seguir más de cerca a Jesús?

SegUramente que no me voy a desilusionar por dejar otros

amores menos buenos, con tal de seguir al Redentor.

Nunca nadie quedó desilusionado de haber renunciado a

amores secundarios para seguir al amor verdadero que es

el de cristo. Eso no es fácil. Hay que renunciar a mucho

para obtener mucho. Pero Cristo Jesús paga muy bien.

Llevar su crtuz. Esta es una frase muy antigua que

se emplea para significar el aceptar con paciencia las penas

y los sufrimientos de cada día. Jesucristo llevó con gene-

iosidad la cmz de sus sufrimientos, para conseguir así lasalvación de nuestra alma. Ahora nos corresponde a no-

sotrqs aceptar con paciencia la cruz de los sufrimientos que

nos llegan cada día, y así conseguir nuestra santificación

y un puesto muy cerca de nuestro Redentor en el cielo.

"Por la cmz, a la luz".95

(Jesucristo)

96 97

C \ - *t 't t' \:

\ ,,1'r Z ( ij /lt,i\i

Años 1 996- 1 999 -2002-2005-2008

r.,[ t) {., ir, ii r};,' il.]i! Fi¡i,I,

I. Pedro preguntó aces debo perdonar aItestó el Señor ; o Un

i Lt,{l¿rii.ii t{ ii.

2. . ..que le debía gna gran suma de ünero.Mandóle el señor que fuese vendido él ytoda su hacienda para pagar la deuda. Pos-tróse el siervo ante su señor y pidióIe gracia.

4. No sólo no Ie dió plazt,, sino que lo hizometer en la cárcel. Cuando lo oy6 el ref ,llamó al siervo cruel y le dijo: nMaI siervo,

yo te he perdonado toda la deudar.

Jesús: «iCuántas ve-que me ofenda?, Con-rey tenía un siervo. . .

3. El rey tuvo de él compasión y Ie condo-nó Ia deuda. Encontró el siervo a otro queIe debía una pequeña suma. L,e. echó las

rnanos al cuello y le <;xigió el dinero.

5. Y lo hizo azotar hasta que hubo pagadotoda Ia deucla. Así

-concluyó ]esús- haráDios con c¿rda uno de 'vosotros si no per-

don¿iis de todo corazónr.

DOMINGO 24 I CICLOA

Primera Lectura. Del Libro del Eclesiástico 27,33-29

EI furor y la cóIera son odiosos. El pecador losposee. Del vengativo se vengará el Señor y le llevaráestrecha srrenta de sus crrlpas. Si perdonas las ofensasa tu prójimo, se te perdonarán tus pecados cuandotú pidas perdón. ¿Cómo puede uno guardar rencora otro y después pedirle a Dios que le perdone srrsculpas? ¿Cómo es que no se tiene compasión con lossemejantes y en cambio sí se pide perdón por Iaspropias faltas? ¿Si el que es simple criatura conser-va odio y rencor, cómo va a obtener su propio per-dón? Piensa en el final que te espera y deja de tenerenojos y rencores. Recuerda Ia muerte qrre te va allegar y dedícate a ctrmplir los mandamientos, y noüvas enojado con los demás, y perdónales a los otrossu§ errores.

Esta hermosa página es como un anticipo de lo que vaa decir luego Jesús en el evangelio: "Si no perdonas, noserás perdonado".

Qué bueno y provechoso sería volver a leer de vez encuando estas bellísimas recomendaciones del Libro San-to, para acostumbrarnos a perdonar siempre, a no üür re-cordando ofensas recibidas, a ser generosos en el perdón,para que también Dios nos perdone nuestras propias mal-dades. Espíritu Santo: haz que estos mensajes tan extraor-dinariamente útiles no se nos alejen jamás de nuestramemoria.

98

sA,,r\ro 102. Este sarmo h" "tdiriH:3:É; ¿:""1?":de las misericordias der señor',. Es rrn b"ili"imo himno enel que se canra Ia benevorencia de Diás ;;;;; er pecador.Insiste en que er corazón arrepentido Lncuentra siempreel perdón del Señor.

"EI perdona todas tus curpas y te corma de graciay de terr,¡ra. No_está siempre ac,sando. Ni guardarencor perpetuo. No nos trata "omo

meneoen nuestrospecados... como está Iejos eI oriente del oecidente, asíaleja de nosotros n'estras mald.ad.es,,. Gracias señorpor tanta bondad. pero que te imitemos también, sien-do generosos en perdorur u ros que nos han ofendido.Amen.

segunda Lectura. r)e Ia car{a de san pabro a IosRomanos. 14, 7-g

Ifermanos: ninguno d.e nosotros vive para sí, yninguno muere para sí mismo. Si üvimos, viümospara eI señor, y si morimos, morimos para el señor.Para esto murió y restrcitó cristo, p"ri ".r señor devivos y muertos.

san Pablo insiste en que no es posible en un buencristiano una vida de aisrámiento. ñadie vive soro parasí mismo. Tiene que tener una üda de reración continuacon cristo Jesús. H.y una presencia siempre actuar ennuestra üda: es la presencia de Jesucristo. Nás está üendoy oyendo. Nos acompaña las 24 horas del día, como nosacompaña el aire: rodeándonos por compreto y ilenándo_n.os d-e üda, pero sin que nos demos cuenta de su presen-cia' No hay sitio ni hora donde cristo no nos esté

99

,$ I

acompaílando y aJrudar,do. Ni siquiera Ia muerte nos ale-jará de El. La muerte es la puerta para pasar al Reinodonde estaremos con Cristo Jesris por siempre. Ni en vidani en muerte nos apart¿rremos de su santísima presencia.

¡Elermosa y consoladora noticia!.4.

t ri:::iill' :

Aeeraándose Pedro a Jesús le preguntó: "Si nniherma¡:.o me ofende, ¿cuántas veces le tengo queperdonar? ¿Hasta siete veces?" Jesús Ie respondió;"N'o te di6o hasta siete veces, sino hasta setenta vecessiete".

Tbnemos que agradecerle a San Pedro que se atreüeraa hacerle rnuchas preguntas a Jesús, porque por ellas he-mos conseguido respuestas maraüllosas como esta de hoy.

Los maestros judíos decían que Dios solamente perdon-

aha tl'es veces una falta y que a la cuartaYez que se cometía

ese pecado, Ilegaba el castigo (y se basaban erróneamenteen la frase que dice Dios varias veces por medio del pro-

feta Amos: "Por tres pecados estoy disgustado y por el cuarto

los castigaré"). Y decían los maestros israelitas que el

hombre no tenía que ser más generoso que Dios, y que por

Io tanto no le ohligaba perdonar sino sólo tres veces. San

Pedrc dispuso ser mucho más generoso. El mismo hizo lapregunta y dio la respuesta: toma las tres veces que per-

donal:an los judíos, las multiplica por dos y añade una,y sugiere muy complacido que bastará con perdonarsiete veces. Y probablemente esperaba una felicitación, pero

la respuesta de Jesús fue que eI ofendido debe perdonar se-

100

tenta veces siete, o sea siempre y sin medida, como Io haceDios.

San Pedro contaba con los dedos de Ia mano las vecesque debía perdona4 pero la caridad de Cristo es amplísirna,y quiere que siempre que seamos ofendidos por otros, es-temos dispuestos a perdonarlos con generosa caridad. SanAgustín exclama: "Si Cristo ha perdonado y sigue perdonan-do tantos millones de pecados, también sus seguidoresdebemos ser muy amplios para perdonar, y así cumplire-mos aquel mandato de San Pablo que dice: 'Perdor:.aosmutuamente si alguno tiene queja contra otro, eomoos perdonó a vosotros, Dios en Cristotr' (Col. 3, 13).

Setenta veces siete. El número siete era para losjudíos símbolo de 1o perfecto, lo completo. Y esta cifra per-fecta, multiplicada por sí misma y por diez es símbolo delo infinito. No significa simplemente unas 490 veees, sinosiempre, sin cansarse nunca. Para Jesús no hay límite enlas veces que hay que perdonar: hay que hacerlo siempre.Nosotros fácilmente podemos decir: 'Yo no tengo a nadiepara perdonar", pero si escudriñamos en el fondo de nues-tra alma y de nuestros recuerdos, puede haber mucho ymuchos a quienes todavía no les hemos extendido nuestroperdón total. ¿Tbndré el suficiente valor para poner nom-bres y rostros concretos a personas a las cuales no leshe perdonado totalmente? ¡Señor: enséñame a perdonar conla generosidad con la que lo haces T[r!

La pregunta de Pedro parecía sugerir alguna limita-ción en el perdón. El número siete es un número indefini-do en la Biblia, pero parece que el apóstol en su respuesta

101

propone que haya algún límite en el deber de perdonar, sila ofensa continúa. Jesús rechaza de plano toda limitaciónen el perdón, y empleando otro número símbolo, insiste enque en el perdonar no debe haber un límite. Que hay queperdonar siempre y de todo coraz6n. Asi que jamás tene-mos que preguntarnos: ¿,Deberé pedonar otra vez a estapersona que me sigue ofendiendo? Sino que más bien hayque clamar: Cien mil veces ha perdonado el buen Dios misofensas. ¿Cómo no voy yo a perdonar a quien ni siquierame ha ofendido mil veces seguidas? Perdonaré para quemi Dios me perdone a mí. ¡Qué buen negocio resulta elperdonar! Si perdono, también Dios me perdona. Benditosea mi Dios y Señor.

Y les. propuso esta parábola: Se parece el reino delos cielos a un rey que qrriso haeer las cuentas eonsus empleados. Al empezar a tomarles cuentas lepresentaron uno que debía üez mil talentos. Comono tenía eon qué paga6 el señor mandó que lo ven-dieram a él con su mujer y sus hijos y que pagara así.El empleado arrodillándose a srts pies le suplicabadiciendo: -Tbn paciencia conmigo, y te lo pagaÉ todo.El Señor tuvo lástima de aquel empleado, y lo dejómarchar, perdonándole la deuda.

. Pero al salir el empleado aqrrel, encontró a uno desus compañeros que le debía cien denarios, y aganán'dolo, lo estrangulaba diciéndole: ¡Págame lo queme debes! El compañero' arrodillándose a sus piesle rogaba diciendo: "Ten paciencia conmigo y te lopagaré". Pero él se negó y fue y lo metió en la cár-cel hasta que pagara lo qrre debía.

L02

T}OMINGO 24 - CTCT,O ASus compañeros al ver Io ocr¡rido, quedaron cons-

ternados y ftrenon a contarle a su señor todo lo sr¡ceü-do. Entonces el señor lo llamó y le dijo: "Empleadomalvado: toda aqrrella deuda te la perdoné porqrreme lo pediste. ¿No debías tú también tener compa-sión de tu compañero, como yo tuve compasión deti?". Y el señor indignado lo entregó a los verdugoshasta que pagara toda Ia deuda.

Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo,si cada uJr,rro no per,dona de corazcin a su hermano.

En esta parábola, la falta de misericordia para con losdemás recibe una condena total por parte de Jesús. En taninteresante narración, nuestro Salvador enseña algu-nas lecciones que El nunca se cansaba de repetir.

1a. Q¡.re si el pecad.or quiere ser perdonado por Dios,tiene que perdonar a los demás. Quien se niega a per-donar a los que lo han ofendido, no puede pretender queDios le perdone a él sus maldades. Esto es como unarepetición de Ia famosa bienaventuranza que repetíaJesús: "Dichosos los misericordiosos, porque ellos aI-eantzarán misericordia" (Mt. 5) El apóstol Santiago dirádespués en su famosa carta: "IJn juicio sin misericor-dia le espera al que no tiene misericordia paracon los demás" (Sant. 2, 13).

2a. Que Ia desproporción entre lo que Dios nosperdona a nosotros y lo que nosotros tenemos queperdonar a los demás, es total, abismal. Un talento eranseis mil monedas de oro o de plata (Por ej. lo que el go-bierno de ese tiempo recogía de impuestos en Israel en

103

un aáo eran: 300 talenbos en Galilea, y 600 talentos en-tre Judea y Samaria). Y al empleado se le perdonaron diezmil talentos. En cambio eI denario era lo que un obreroganaba en un día. Y la cantidad de la cual el compañero lepedía que le concediera un placito más para pagarle, eraapenas de cien denarios. Desproporción total entre lo quele acaban de perdonar a ély lo que ahora le piden poder-le pagar un poco más tarde. Para llevar lo que a él le de-bían, bastaba un pequeño bolso colgado de la mano. Parallevar lo que él le debia al rey se necesitaban mil camellosbien forzudos. EI contraste y desproporción entre las dosdeudas es apabullante. Y con esto quiere el Diüno Maes-tro hacer resaltar que por más grandes que sean las ofen-sas que nos hagan la§ criaturas humanas, estas no sepueden comparar con las inmensas ofensas que nosotrosle hemos hecho al buen Dios y que si el Señor nos ha per-donado las deudas que teníamos con El, también debemosperdonarles a los otros las deudas de ofensas que tienencon nosotros. Lo que se nos ha perdonado está más alláde todas nuestras capacidades para pagar. Ysi al que nosdebe una pequeña cantidad en ofensas, nos negamos a per-donarle, entonces ya no podemos esperar misericordiaalpguna de parte del Divino Juez. Temible posibilidad. Es-pantosa, pero posible.

i-.:'{!i'{ CLU S tr ü Niíll S :

Esta parábola pertenece al cuarto discurso del Señor,que trata de las reglas para las relaciones entre las per-sonas. Presenta de manera impresionante Ia inmensagenerosidad de Dios al perdonarnos, y recomienda la gene-

rosidad de corazón para perdonar a quienes nos ofenden.

104

'1,:, :'l'

Anuncia que la cantidad de perdón que concedamos a losdemás, esa es la medida que señala hasta donde podemosintentar ser perdonados por Dios.

La idea central de la parábola es que el cristianotiene que tener conciencia de la enormidad que le ha sidoperdonada a él por la misericordia divina, y así saberperdonar a los demás sus ofensas, que en comparación conlo que nosotros debemos a Dios, son algo casi insignifi-cante.

La parábola le quita al perdón cualquier tarifa hrrma-na y le coloca tarifa diüna. La consigna es: perdonar almodo como Dios perdona.

Lamec, el nieto de Caín, juró vengarse setenta veces sietede quien le hiciera algún mal, y Jesús, el Hijo de Dios,manda perdonar setenta veces siete.

Tenemos que salir de esta eucarístia dispuestos a per-donar, a no ser intransigentes. Jesús coloca un número deperdones que nadie se había atrevido ni a imaginar. Y enla práctica, perdona en la cruz a los que lo han crucifica-do, y apenas se aparece resucitado concede a sus apósto-les el poder de perdonar los pecados.

La parábola supone en el pecador dos actuaciones: laprimera: pedir perdón a Dios. La sqgunda: perdonar a losque Io han ofendido.

La equivocación de este empleado fue no tratar aIos demás como él deseaba ser tratado. Perdió el perdónde millones por no perdonar un centenar. Quien no quie-

105

re viür en paz con los que le deben tan poquito, que nopretenda üür en paz con Dios a quien él le debe tantísi-mo. Dios para perdonarnos llegó hasta el extremo de sa-crificar a su propio Hijo, pero nosotros tenemos el peligrode que al sentirnos perdonados por Dios, no nos preocu-pemos por perdonar a los que nos han ofendido o nos debenalgo. ¿Habrá alguna persona a la cual no he perdonadotodavía? ¿Cometeré el error de creer que soy el inocentey que el otro es el culpable? ¿No habrá culpa de partey parte?

¿Para qué dedicarse a condenar al prójimo si nosotrostendremos que presentarnos a ser juzgados en el mismotribunal? Me perdonó Dios diez mil paquetes de monedasque le debía yo, y ahora no quiero perdonar al que me debe

cien moneditas? Para que no nos parezca qve estamosperdonando demasiado, Jesús nos recuerda que nos haperdonado diez mil talentos. Para que recordemosque aunque perdonemos setenta veces siete, aunque per-donemos siempre y continuamente, aunque perdonemosfaltas graves, sin embargo todo eso comparado con los queDios nos ha perdonado es como una gota de agua compa-rada con un océano (S. J. Crisóstomo).

Una página impresionante. Leamos estas páginatan hermosa que escribió hace más de mil quinientos añosel gran orador San Juan Crisóstomo, acerca de la parábolade hoy:

"Jesús quiere recordarnos con esta narración que lamisericordia que tenemos con los demás es infinitamentemás pequeña que la que Dios demuestra perdonándonos,

106

DOMTNGO 24 - CICLO A

y que cada uno de nosotros necesita de esta misericordia,poryue vamcs a ser juzgados por El. ¿Qué nos ha perdonadoDios? Basta que te dediques a hacer la lista de los pecadosde tu vida y te llenarás de horror al ver su gran cantidad.Y por más que tratemos de pagarle no lograremos hacerlo.Entonces Dios amenaza, para hacernos pedir perdón:'Lo venderé con toda su familia', y obtiene Dios lo que de-

seaba que no era vendernos sino perdonarnos, y le pedimossu perdón y lo conseguimos. Pero nos pone una condiciónpequeña: perdonar a los otros lo que han hecho en contranuestra, y no guardarles rencor ni demostrarles disgusto.

"Qué generosidad la de Dios. El deudor le pide un pla-zo y Dios le perdona toda la deuda. Hasta ahora el deu-dor se ha mostrado prudente: ha pedido perdón y lo haconseguido. Pero de ahora en adelante se muestra impru-dente. Le acaban de perdonar sesenta millones de dena-rios (diez mil paquetes de seis mil monedas cada uno) yahora le piden que perdone cien denarios, y él se niega.El otro promete pagarle, pero él no acepta. El acaba deencontrar un puerto que lo salvó del naufraglo, y le niegaal otro la entrada a ese puerto. Acaba de suplicar perdóny de conseguir perdón, y se niega a conceder perdón. Comofiera trata de ahogar al compañero, y con eso se está prepa-

rando su propia condena y está destruyendo la absoluciónque le dieron. Le perdonaron diez mil talentos y ahoramanda a la cárcel a quien sólo le debe cien denarios. Y elSeñor nos puede decir como a él:'¿Por qué en vez de fijar-te en los diez mil talentos que yo te perdoné, solamentete fijas en los cien denarios que el otro te debe? ¡Siervomalo... irá a pagar todo lo que debe!'Y esto lo dice el ama-

107

ble Dios. ¿No te asusta ei pensar que eso te lo puede de-cir a ti?" (San Juan Crisóstomo).

Quien tiene casa de üdrio, que no lance piedras al vecino,dice el refrán. Amnistía, viene de "amnesia", olüdar. Olvi-dar injurias, no devolver mal por mal. Thatar de olüdar y noandar recordando ofensas. Es no aüvar recuerdos amargos.EI perdón no rebaja, sino que nos hace semejantes a Dios.

Le preguntaron a un sabio: "¿Cómo hacer para aca-bar con nr¡estros enemigos?". Y él respondió: "El mejormodo de acabar con nuestros enemigos es... hacer-los amigos. El mejor modo de tener un enemigo menoses convertirlo en amigo".

Jesús quiere que después de la penúltima palabra quees , : se oiga siempre como última palabra:

'! .':li';-.l , i-i:

Años 1gg4- l gg 7 -2000-200 3-2006-2009-20 r 2

ii ,']i

Jamás exis tirá una fechaperdón deba cesar. Sicólogosenfermedades que proüenendar resentimientos.

o una cantidad en la que ely médicos afirman que huycle no perdonar y de guar-

A un general francés a quien los soldados le pedían que

no perdonara a ningr¡n prisionero, les respondió: "¿Y es quequeremos que de esa manera nos trate Dios a nosotros?".Repitamos esta pregunta cuando no deseamos perdonar:

¿Es que deseo qrre de esa rrranera me trate Dios a mí?

lr r.i:,ijúi { }.iL ',,,I j. )ur r-Ji:lE! }i iDl\ldli f }r'iIü tii [,{ }:4 l;s}t]i\'áiini-j

Y l.§ ",.ir,l_i*X lll'",t,.I [i'' . ] i,.ltnIi t-i ;:i ..{,/(l ;':i il}'i'H,ii Í-i

(Jesucristo) TU ERES ELMESIAS109

108

DOMINGO 24. CICLO B

Primera Lectura. Del profeta Isaías. 50, 5-10

El Señor me ha abierto el oído y yo no me he rebe-lado, ni he echado pie atrás. Ofrecí la espalda a losqrre me golpeaban y la mejilla a los que arrancabanmi barba. No oculté el rostro a insultos y salivazos.Mi Señor me a¡nrdaba. Por eso no quedé confundido.Por eso presenté el rostro con la fortaleza del peder-nal o piedra muy dura. Y sé qrre no quedaré avergon-zado. Tbngo oerca a mi abogado y defensor. ¿Quién seatreverá a pleitear conmigo? Vamos a enfrentarnos,¿quién se atreve a ser mi rival? Mirad: el Señor mea¡ruda. ¿Quién logrará probar que soy culpable?

Admirable este "retrato" de Jesús sufriente, hechovarios siglos antes de que El naciera. Se cumplió exactamen-te en su Pa,sión y muerte. Este párrafo ha sido llamado "ElCanto del Siervo sufriente de Yahvd'. Junto con lo que narrael capítulo 53 de Isaías, esto es un poema que se puedellamar "el primer reLato de [a Pasión del Señot''. Es comoun anuncio hecho con varios siglos de anticipación, de loque Jesris va a decir en el evangelio de hoy: "El hijo delhombre tiene que padecer mucho". La última frase:

"¿Quién logrará probar que soy culpable?", es comoun eco lejano de aquello que el Redentor dirá a los fariseosen el templo: "¿Qr,rién de vosotros puede probar qrre soypecador?" (Jn. 8,26).

SALMO 114. Amo al Señor, porque escucha mi vozsuplicante110

DOMINGO 24 - CICLO B

Este salmo empieza con la bellísima frase anterior que

deberíamos repetir muchas veces durante nuestra üda ynarra cómo el fiel seguidor de Dios tiene que pasar por

situaciones muy dolorosas (como las que describe Isaías

en la primera léctura) pero que el señor llega en su ayuda

y lo sálva. ,,Me envolvían redes de muerte. Caí en tris-iuruy angustia. Invoqué el nombre del Señor. Estandoyo sin fuerzas, El me salvó... Por eso caminaré en presen-

cia del Señor, en el País de la vida".

segunda f.ectura. De la carta del apóstol santiago.2,14-L8

Hermanos: ¿De qué Ie sin¡e a uno decir que tie-ne fe, si no tiená obras? ¿ps que esa fe lo podrá salvar?

supongamos qrre un prójimo and.a falto de alimentoso d. .,,átido" y qo" r¡no de nosotros le dice: "Dios loampare. Abríguese y aliméntese" y no le da lo que

el otro ,r".""it". ¿De qué le sirve? Eso pasa con lafe. si no tiene obras está muerta. Alguno dirá:'"I\itienes fe y yo tengo obras". Enséñame tu fe sin obrasy yo por mis obras te Probaré mi fe'

Esta es una de las páginas de la s. Biblia que les causa

honda desilusión a los protestantes, porque ellos andan

predicando que las obras buenas no son necesarias para

i^ =al,oa"ión. Que basta con la sola gracia. Pero el apóstol

santiago con su gran autoridad lo dice bien claramente:.,si nuestra fe no va acompañada de obras buenas, es una

fe muerta".

En este pasaje el apóstol santiago interpreta de ma-

nera realista las enseñanzas de San Pablo, el cual insistía

111

en que el cumplimiento de ciertas Ieyes judías no era ne-cesario para que la fe Ie agradara a Dios, y que ciertasobras que se hacían para cumplir la ley jrrái. (por ej. lac_ircuncisión, el no comer carne de cerdá, etc.) no le aáa_dían nada a la fe._ pabro subraya en ra fe, ra obra de Dios,que es el que produce ra sarvación. santiago compreta esaidea, subrayando que para sarvarse no basia con que Diosobre, sino que Ia criatura tiene también que coopera' paraque Ia salvació_n sea completa. pablo excram., ..si crees,serás salvo", y Santiago añade: ,,Sí, eso es verdad, pero contal de que tu fe vaya acompañada de buenas obras. por-que el diablo también cree, pero no se salva, porque nohace el bien". Porque ra verdadera fe ,ro .o.rri"te sora-mente en aceptar las enseñanzas de un credo, sino en hacerque Io que se cree transforme Ia vida der creyente. sanPablo y santiago no se contradicen sino que

"r" .o-pr"-

mentan. El primero insiste en que Ia primerísima necesi-dad para salvarse es creer, tener fe. y santiago añade quepara Que esa fe le sea agradabre a Dios debe ir acompaña-da de buenas obras. y esto es argo que nunca debemos or-vidar. Porque si nuestra fe no va acompañada de buenasobras se nos conüerte en un cadáver. ¡Lo cuar sería fatar!

.[Ivange.$iu",§ r¡ ur.]¿t ¿¡i.c.¡s tJ, Z,i

Jesús y sus discípulos se dirigieron a Cesareade Felipe. Por el camino preguntó a sus discípu-Ios: "¿Quién üce la gente q'e soyyo?'. EIIos re contest-aron: 'llnos dieen que J'an Bautista, otros que EHas,otros que,uno de Ios profetas". El les pregunúó: ,yvosotros quién decís qr¡e soy yo?", pedro le eontestó:LLz

lX)]l,llN(;(] S.r ütct,(] ti"T\i eres eI Mesías". El les prohibió terminante-mente decírselo a nadie.

Cesarea de Felipe estaba fuera de Galilea y de la TierraSanta. Era una tierra pagana. Antes la llamaban Balinas,o sea tierra del dios Baal. Después la llamaron Panias,o sea tierra del dios Pan. De una cueva de esa región surgíaun arroyo y la gente decía que ese ¿uroyo era el nacimientodel río Jordán. Sobre la montaña había constnrido Hero-des Felipe un templo en mármol blanquísimo y relucienteen honor del César o emperador de Roma, a quien lospaganos consideraban un dios. Y allí en ese sitio de tanvariadas religiones, Pedro declara que un maestro erran-te de Nazaret, que se encamina hacia la cruz, es el Hijode Dios, el esperado de las naciones. Pocos hechos comoeste demuestran el impacto tan impresionante que produ-cia la personalidad de Jesús en las personas que lo trata-ban de cerca.

Jesús ha llegado a una etapa muy importante de suvida. La implacable oposición judía continuará agrupán-dose para descargar, contra El, el golpe fatal. El Señor haceentonces una encuesta. ¿Qué han descubierto las gentesrespecto a su personalidad? Pregunta a sus discípulos. Ellosle cuentan los rumores de los gentes, los pareceres queandan de boca en boca. Sin duda que la opinión que tie-nen de El es sumamente elevada. Lo igualan a algunosde los más importantes enviados de Dios: Elías, JuanBautista, Ios demás profetas. Eran grandes nombres paraun israelita, pero inmensamente inferiores al nombrede Mesías e Hijo de Dios.

113

T\i eres el Mesías, eI Hijo de DiosJesús quiere que ros apóstores re digan ahora no Io queIa gente comenta sino ro que erlos *i"?o"-pil.rsan de El.Pedro respondió inmediatament" u*p.""undo lo que yatenía muy en Io profundo de su corazón. "T\i eres eI Me-sías, el rrijo de Dios". son dos afirmaciones categóricas,precisas: Jesús.es Mesías y es Hiio de Dios, Dos títurosinmensamente importantes. Mesíás: o,"" A üngido porDios, el anunciado por los profetas, el u"p"r.áo como Sal_vador por todo el pueblo dL Israel. ui¡" ¿. oio., no unhijo adoptivo cuarquiera sino er u¡o unicolJ nio" AItí-simo. Que un simple pescador a" óaúea il;; hecho se_mejante afirmación tan extraordirr.ri., .rlse puedeexplicar sino por una ,uminación e"p".iuí ali pu¿r" c"-lestial por medio del Espíritu Santo.

Y les prohibió terminanúemente decírselo anadie

Las gentes tenían una idea muy equivocada de Io queiba a ser el Mesías, y podían imaginár." q,r"-Lt reinadode Jesús iba a ser una acción políIica v "rr-l"partir bie-nes materiales._y esto podía ilánarres ra cabezide farsasesperanzas que ruego se les iban a convertir en desilusión.Por eso por ahora ro mejor era calrar esta noti.iu du q.r"Jesús era el Mesías. Soiamente cuando y, .upun que elreino de Jesús es un reino totarmente espirituur y quu tieneque pasar por la pasión y la cruz, entonce, ,í ," podráproclamar a los cuatro vientos que Er es er Mesías, elHijo de Dios, porque entonces esta noticia ya no fodrá aca_rrear falsas ilusiones y esperanzas vanas.Lt4

DOMINGO 24 - CTCLO B

Y comenzó Jesús a decirles: "El Hijo del hombretiene que padecer mucho. Tiene que ser condenadopor los senadores, sumos sacerdotes y letrados, serrnuerto, y resucitar a los tres días". Se lo explicabacon toda claridad. Pedro se lo llevó aparte y tratabade convencerlo para que desistiera de ir a Jerusalem.Jesús se volvió y delante de los otros discípulosregañó a Pedro y le dijo: "Quítate de mi vista, Sata-nás, Tú piensas como los hombres, no como Dios".

Este anuncio de Jesús, de que el Mesías en vez de serun triunfador político iba a ser un perseguido y asesinado,era una idea tan totalmente contraria a lo que losapóstoles habían oído decir siempre acerca del Mesías,que les pareció increíble, incomprensible. Toda su vidahabían pensado en el Mesías como un conquistador siem-pre üctorioso, guerrero irrestible, ¿y ahora les dice Jesúsque lo van a humillar y matar? Por eso Pedro protesta tanviolentamente. Para é1, esto no podía ser de ningu-na manera.

Apártate de Mí, Satanás. ¿Por qué Jesús reprendiótan severamente a Pedro? Es que en ese momento elapóstol con la mejor intención estaba remplazando al dia-blo tratando de apartar a Jesús del camino difÍcil del su-frimiento, para tratar de llevarlo por el camino fácildel triunfalismo aparente. Es cosa extraña y a veces terri-ble, que el tentador nos hable por boca de un amigo bienintencionado. Podemos estar decididos a cumplir un de-ber, a pesar de que esto nos traerá molestias y humilla-ciones. Y en ese momento puede venir un amigo bienintencionado y con la mejor de las intenciones, trata de

115

detenernos y de no dejarnos ormplir aquel deber que nos

va a traer sufrimientos. Hay gente que entiende amarnostanto que no quiere dejarnos sufrir, aunque el sufri-miento nos traiga éxitos y bendiciones. El tentador no puede

emplear otro medio más peligroso que el atacarnos por

medio de aquellos que con pretexto de que nos aman yde que nos qui.eren evitar problemas y sufrimientos,tratan de apartarnos de hacer lo que tenemos que hacer.

Y esto le sucedió aquel día a Jesús. Por eso reaccionó tanseveramente.

Qué lección tan humillante para el orgullo htilrta-no. Este Pedro que poco antes, iluminado por Ia luz de Dios,

había proclamado que Jesús es el Mesías y que es el Hijode Dios, ahora sufre un eclipse en su mente. Y esto nos

puede suceder a cada uno de 4-os_otr-os-si nos confiamos en

nuestros propios criterios y modos de pensar y no pedimos

Ias iluminaciones del cielo. Después de proclamar nues-

tra fe, podemos dedicarnos a decir muchas cosas que ha-bría sido mejor haberlas callado.

Después Jesús llamó a la gente y a srrs discípu-los y les dijo: "El que qtriera venirse conmigo quese niegrre a sí mismo, (lrre cargrre con srr cnrz yme siga. Mirad: el que quiera salvar su üda la per-derá; pero el que pierda su vida por el evange-lio, la salvará".

Este párrafo forma parte tan esencial de la vida cris-

tiana, que es necesario meditarlo despacio, porque de su

cumplimiento depende en gran parte nuestra santidad.

116

' ft)'ir.itii'.]r.,1( ^'!tt'r.ll''

perfección a quienes SCSon frases que llevan a una gran

esfue rza\t Por cumplirlas'

Ptan heroico' Jesús se muestra aquí extrem-adamen-

te franco y "in""'o-'

Nunca nadie jamás po.drá decir que

Jesús lo in tó ;;;gt'irlo bajo falsos atractivos' EI nunca

ha tratado d" "oUo"ár

a alguien ofreciendo un camino fácil'

No ofrec e pazi"*uáiutu fi"o gloria futura' Ofrecerle a

alguien ,r.r. ""' p"tu echársela al hombro' es in-

vitarle a subir lloiando y sucl'ando la cuesta del su-

frimiento.

El plan de Churchill' Famoso se hizo en Ia segunda

guerra *rrr¿iuiui terrible ofrecimiento que el jefe de In-

!l.r"rru, Churchill, hizo a su-pueblo: "Les ofrezco sangre'

sudor y Hg¡ima";'l ** hrde dirá: "De derrota en derro-

ta, hemos llegaáo ^ lu t'ittoria final"' Jesús nos dice mu-

chomás:_Ahorallevarlacruzdelsufrimiento,negarseasí mismo, o"tiJ'-huttu la vida' pero después"' salvarse

para siemPre.

Unhéroenacion'albuscabaseguidorescoSe¡taspalabras:"Por ahora ,'" 1""g" que ofrecerles sino luchas' hambre'

sed, dific,rftuaá' í p"figto= Pero al final nos espera la

gloria de la ,i"tíii'' d'to *it o pero muchísimo más

sublimado es Io que nos propone ahora J.esús: Aho-

ta crrtz, ahora p"t¿"t la vida' y después gloria eterna en

el cielo.

Jesús nunca exigió un sacrificio que El mismo no es-

tuüera ,"",,"iiu u ü'"'' Y así aquí pide echarse Ia cruz

al hombro, o"tá áI-pu'"o"almente llevará su cruz hasta117

el calvario' y pide perder Ia vida por er Reino de Dios, yEl la sacrificará al morir por nues ra sal'sación. cristo hacecomo aquer capitán que observa cómo sus sordados tienentemor de pasar por un desfiradero muy p"tig"o"o. se va érdelante de todos y les grita: "síganme;. v IIIgu aI otro ex-tremo sudoroso y_sangrante, pero sus soldados, animadospor su ejemplo Io han seguido valerosamente y hanatravesado er desf,adero. ya Jesús cargó con su cruz y diosu vida por sarvarnos. Ahora nos toca a nosotros eI turno:aceptar ra cruz de sufrimientos de cada día, y desgastarnuestra üda por cumplir bien nuestra religión, y termi_nar como El, poseyendo la gloria celestial pu'.. siempre.

El que quiera segrrir e que se niegue a sí mismoEntenderemos mejor esta exigencia de Jesús traducién-dola en su forma riterar: "qrr" se diga no a sÍ mismo,,.O sea: que para ser buen

""[rido, de Jesús f,uy q,r" decirleNo a nuestro naturar deseo de comodismo y de confort.Huy que decir No ar naturar deseo a" a..1" gusto alegoísmo y a ra vanidad. Decir No aI impurso nutrrul q,rulleva a hacer Io que está prohibido. porque como decía SanPablo, cada uno de ro"ot.o" Ileva en sí mismo una fuerzamaterial y sensuar que rucha contra Io espirituar y que nosimpulsa a hacer y desear y decir I" q;;;;;;r". DecirleNO a esa inclinación peclminosa, eso es Io que Jesúsexige cada día de los que quieran s r sus seguidores.

Porque eI que quiera salvar su vid.a, la perderá.

Ijrl;l que ta pierda po" rvri y por ur áürig"tio, ra

118

DOMTNGO 24 - CICLO B

Hay ciertas cosas que se pierden guardándolas y sesalvan empleándolas en favor de los demás. Por ej. lostalentos, Ia cualidades que cada cual ha recibido. Si seemplean en favor de otros, van creciendo y se van per-feccionando. Pero si se esconden egoístamente, se vanatrofiando y pueden llegar hasta a perderse, a morirsepor inanición, o falta de acción. Los teólogos dicen: "Ca-risma que no se ejercita, se pierde". (Carisma, signifi-ca en griego: un regalo muy precioso. Carisma es unacualidad que Dios otorga para poder ser útil a los de-más de algún modo especial).

Dios nos dio la vida para emplearla para el bien, y nopara ahorrarla egoístamente. Si vivimos ahorrandoenergías, buscando sólo las comodidades y el pasarlabien, estamos perdiendo la vida. Pero si gastamosnuestra vida por hacer el bien a los demás y por extenderel reino de Cristo, nos estamos ganando una vida eter-na para el cielo. ¿Qué habría sido del mundo si no hubieranexistido médicos, inventores, sabios, héroes, arriesgan-do su vida y su comodidad con tal de hacer el bien a lahumanidad?

¿Qué pobre y miserable sería la üda del mundo si todosquisieran permanecer perezosamente tranquilos y muycómodos en sus hogares y no hubiera exploradores, atle-tas, inventores, esforzados industriales y celosos misioneros?

¿Si las mujeres prefirieran un perezoso comodismo, altrabajo agotador de criar y educar a sus hijos? La vida paraque sea en verdad digna de vivirse exige gastarla,arriesgarla, y no guardarla egoístamente. Es mucho más

119

provechoso para cada uno el cansarse, el agotarse, el dar-se a los demás hasta llegar al agotamiento, que el guar-darse perezosamente y quedarse así sin premios ni en latierra ni en el cielo. Es mucho mejor quemarse y desgas-tarse cada día, por el Reino de Dios, que oxidarse, herrum-barse y quedarse sin frutos ni para la vida terrena nipara la eterna.

Quiero hacerme las preguntas que recomendaba a susalurnnas la gran educadora Santa María Mazzarello:"¿Mi vida es de negación a mis caprichos e instintos,o es de satisfacción a mis inclinacjones perezosas ynegativas? ¿Mi vida es de mortificación o de satis-facción? ¿Si soy capaz de decir NO a mi pereza e

inactividad? iMe estoy sacrificando por conseguir lavida eterna?".

il üi.\ ü],'ii.l $I{-»i"{}i; l$

la. Thmbién hoyJesús nos pregunta a nosotros: "¿Quiéndecís qrre soy yo?".De lo que respondamos puede depen-der el grado de amor y estimación que le tengamos a El.Hace unos años a un explorador francés le preguntaronunos mahometanos en el desierto: "¿Quién es Jesús?¿Cómo lo puede definir?", y é1, que de católico no teníasino el nombre, no fue czlpaz de responder nada. Es terribleque un amigo y seguidor de Jesucristo no sepa decir quiénes su jefe y Salvador. El siguiente sería un tema muyprovechoso para redactar una composición: ¿Para mí,quién es Jesucristo? óQué es Jesucristo? ¿Qué res-pondo hoy? Quiero meditar un poco: ¿que significa Cris-to para mí?

120

l) ti.l\.t!F,lt;. ";'.1'rlÍ i'¡,(ii 1

2a. Pedro tomó una posición definitiva, y sin dudar unmomento responde que Jesús no es solamente uno de los

profetas sino aquel a quien anunciaron los profetas. No es

sólo un maestro, sino el Mesías, el Hijo de Dios. No es unsimple hombre, es el Enviado de Dios. Si es eI Mesías, el Hijode Dim, el salr¡ado4 no nos puede fallar. Nos aytrdará siempre.

3a. Pedro, como los demás de su tiempo, esperaba unMesías glorioso que no tuüera que sufrir ni fuera humilla-do. Por eso se escandaliza ante el anuncio que Jesús hace

de su próxima pasión y muerte. El todavía no sabía que

en la religión de Cristo hay cara y sello. Aquí sufrir yser humillado, y en la eternidad gozar y ser glorificado.Jesús considera una tentación satánica el querer apartarde su plan de salvación el dolor y Ia humillación, por eso

reprende a Pedro. Jesús sabe muy bien que para redimirhay que sr¡frir y ser humillado. No se pueden sal-tar etapas. Ahora cada "hiio de hombre"tiene que pa-

decer y pasar por su Viernes Santo. Después sí llegará Iapascua gloriosa de su resurrección, Quizás a cada uno de

nosotros nos tenga que decir Cristo en este día: "T\rs pen-

samientos no Son los de Dios. No piensas como Dios sino

como los seres materialistas. Ttrs opiniones no se parecen

a las de Dios. T\rs planes terenistas y fáciles no coinciden

con los planes de heroísmo y sacrificio que tiene Nuestro

Señor". (Oh Seño! que mis planes coincidan con los tuyos.

Oh mi Dios que no me suceda jamás que por no pensar

y opinar como Cristo, me pase al campo de Satanás).

Es necesario pasar por el sufrimiento. 'A Ia luz por

la cruz)', decían los antiguos. Señor: quiero aceptar que mi

vida, como la de Cristo, pase por el Calvario del dolor y

Lzr

de la humillación, para poder así llevar muchas almas alcielo. No quiero ser un satanás que se oponga a tu plan.Con mi inteligencia raquítica, yo organizaría el mundo de talmanera que nadie sufriera dolores ni recibiera humillacio-nes, pero tu sabiduría infinita ha colocado el dolor y lahumillación en nuestro camino para que seamos santos. Porfavor Señor: no me va)¡as a decir el "apártate de mf', por-que esto sería mi perdición. Los goces de este mundo medejan un sabor amargo. Apenas unos momentos de goce ydespués... desilusión. Sería fatal que por querer eütar lossufrimientos y las humillaciones me perdiera tambiéntu Reino eterno. No vayas a permitir que esto tan malome suceda.

4o. Jesús dio al final de este párrafo del evangelio rrnacatequesis acerca del sacrificio y de la renuncia y elsufrimiento. Anuncia la cruz para El y la anuncia para susseguidores. Sabe que el camino para llegar a la gloria esel de la cruz, tanto para El como para sus discípulos detodos los tiempos. ¿Acepto esta condición que me exige elDivino Maestro? Primero hay que üajar llorando y gimien-do por este valle de lágrimas, y después sí, llegar a la Pa-tria donde no hay llanto ni dolor, sino gloria y alegría. Ocomo decía San Ignacio: "Quien sigue a Jesús en las pe-

nas, le seguirá también en la gloria".

5o. Quien pierda su vida la salvará. Esto es unaparadoja (se llama paradoja lo que es opuesto a la opinióncomún). Aquí el que gana pierde y el que pierde gana. EIque sacrifica su üda por Cristo y su religión, termina ga-

nándola, y el que se la guarda y no la quiere sacrificar,termina perdiéndola.

r22

El caso del monje Tblémaco. vivía en el siglo cuar-

to. Pasaba su vida muy lleno de paz y tranquilidad en su

monasterio, hasta que dispuso irse a Roma a tratar de

ofrecer su vida por el bien de la santa religión de Cristo.

Y llegó preciso cuando estaban celebrando una inmensa

fiesta en honor del general Estilicón, gran vencedor en las

batallas contra los enemigos. Y uno de los números era una

enorrne lucha de gladiadores, que terminaba en sangre y en

muerte. cuando el coliseo estaba lleno de miles y miles

de espectadores, salieron al centro los grupos de gladia-

dores a combatirse a muerte para dar un espectáculo del

gusto cle la gente de ese tiempo. Y entonces el monje Tb-

Ié*u"o se lanza a la arena y empieza a gt tar: "No, no eS

posible que los hijos de un mismo Dios nos ataquemos para

matarnos. No, entre cristianos esto no puede ser posible",

y se coloca entre los luchadores para tratar de evitar el"combate. El gentío grita enfurecido y pide la muerte de

Telémaco. El santo monje es atacado y destrozado a lan-

zazos )¡ golpes. Y entonces un pánico enorme se apodera

de los millares de espectadores. "Hemos matado a un Santo",

exclaman arrepentidos. Y se van pesarosos a Sus ca-

sas. Y desde aquel día ya nunca volüó a haber en Roma Ia

Iucha de gladiadár"" u muerte. Tblémaco perdió su üda pero

se ganó un puesto de gratitud para la historia de todos

Ios"siglos. ¡El qrr" pierde su vida por Cristo y por la reli-

gión, l^ .ot "u.va

para la vida eterna!

r23

(Jesucristo)

724 LA O\IF-IAPERDIDA

DOMINGO 24. CICLO C

Primera Lectura. Del Libro d.el Exod. o. BZ, 7 _14

Dijo eI señor a Moisés: "Anda, que se ha penzer-tido tu pueblo que tú sacaste de Egipto. pronto se hadesüado del camino que yo les táüra ""i"I"do. s"ha heeho un toro de metar, se postran ante éI, Ie ofre-cen sacrificios y procl,aman: 'Este es tu Dios, rsrael,r,.

Y el señor diio a Moisés: "Este es un pueblo decabeza m,y dura. por eso déjame: mi-i""

"" .r"encender contra e[os, y de ti haré un gran pueblo,,.

Entonces Moisés suplicó aI señor Dios: ,,¿por quéSeñor se va a encender tu ira contra tu prrJblo, q-.,.T\i sacaste de Egipto con gran poder ! poderosamano? Aeuérdate de t*s sierro" Ábr"rrárri, rsaac yJacob a quienes juzgaste por Ti mismo diciendo:Multipli caré vuestra de'scendencia oomo Ias estnellasdel cielo, y toda esta tiena se Ia daré a vuestra de-scendencia para que Ia posea por siempre'r.

Y el seúor se arrepintió de la amenaza q,e habíapronunciado contra su pueblo

Este es uno de los hechos más conmovedores del Anti-guo Tbstamento.-Dios_se disgusta porque su puebro al quetanto ha ayudado se ha dedicado a aáor." ,o becerro deoro, y quiere decretar su destmcción. pero Moisés inter_viene por estos pecadores y obtiene que eI señor desistadel castigo que te_nía proyectado. Diás acepta interceso-res en favor de los demás. yante las oraciones de sus amigost26

DOMINGO 24 - CICLO C

deja de enviar muchos castigos que habrían llegado irre-mediablemente si no hubiera habido alguien que se dedi-cara a tezar por los pecadores.

El Papa Pío XII decía que de todos los mensajes de laVirgen en Fátima, el que más le impresionaba era aquelque dice: "Muchos peeadores se pierden porque nohay quién reee por ellos". Ojalá cada uno de nosotrossea un Moisés que dedica buenos tiempos a rezat a Diospor los pecadores, para que los conüerta y no los castiguecomo merecen sus maldades. Este será uno de los oficiosmás provechosos que podamos hacer en nuestra vida.

El becero de oro: Este es un mal de todos los tiem-pos: fabricarse un becerro y adorarlo. Para unos su bece-rro de oro son las riquezas, y ante ellas üven postrados,adorándolas de día y de noche y concediéndoles más im-portancia que la que le conceden a Dios y a la salvaciónde su alma. Para otros el becerro que adoran es lapasión se:nral, y con tal de darle gusto a sus instintos noles importa desagradar a Dios y hasta perderse parasiempre. Muchos adoran un becerro que se llama su "au-toimagen". Su deseo de aparecer y de ser alabados y esti-mados. Y con tal de darle gusto a su orgullo y a suvanidad, dejan por un lado sus deberes para con Dios ypara con el prójimo. ¿Cuál será el 'becerro" que yo es-toy adorando? ¿En verdad no estaré rindiendo culto a nin-gún "becerro" que me lleve a apartarme del amor de Diosy del bien de mi alma? ¿Qué conversión estaré nece-sitando? ¿Ruego por los pobres equivocados que lerinden culto a lo material concediéndole más importanciaque a lo espiritual?

t27

Y se arrepintió el Señor.del castigo proyectaclo

Es emocionante ver el resultado maraülroso que con-siguieron las plegarias y los ruegos de Moisés. ¿cómo puedeel señor Todopoderoso conceder tanta importancia anuestras pobres súplicas humanas?

Señor: Tb ruego por todos los pecadores. yo soy uno deellos. sé muy bien que son muchísimos ros que üven nochey día adorando "becerros de oro,', sirüendo a su egoísmo,a su impureza, a su orgullo, a la üolencia, etc. y T\i Señorte disgustas grandemente por esto y castigas con justi-cia semejantes maldades. Pero también sé que T\i per-donas, que escuchas con benevolencia nuestras súplicas.Por eso te ruego por todos los pecadores del mundo: ,,No

nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mar. Amén".

i:i.*i,lv-tltl {iü Misericordia Señor por tu bondad

Este es el más famoso acto de contrición de la antigüe-dad. Es un salmo que deberíamos ir aprendiendo de me-moria para recitar de vez en cuando algunas de sus frases,especialmente cuando nos sentimos muy pecadores y muymerecedores de los castigos de Dios por nuestras maldades.santa catalina repetía muchas veces cada día la frase deeste salmo que dice; "Oh Dios: crea en mí un cora-zón puro, y no apartes de mí tu Santo Espíritu',porque tenía temor de que si no pedía perdón a tiempo,le sucederÍa lo que al rey saúI, del cual apartó el señorsu Santo Espíritu porque no se arrepentía de sus peca-dos, y desde entonces todo le resultó mal. En cambio estehermoso salmo 50 nos trae una noticia consoladora: "r.In128

cora,zcón humillado ylo desprecia".

Segwrd.a Lectr¡,ra. fle laa'fimoteo. 1, L2-17

DOMTNGO ?,4. CTCLO Carrepentid o, Dios nu.nca

I}{mera Carta d.e San Pablo

Doy gracias a Cristo Jesús, ntrestro Señor, qrre mehizo capaz, se fió de mí, y me confiío este ministerio.Yo que antes era rrn blasfemo, trn perseguidor, unviolento. Pero Dios tuvo compasión de mí, dándo-me Ia fe y el amor cristiano. Podéis fiaros y aceptarsin resen¡a lo qtre os digo: que Jesús üno al mundopara salvar a los pecadores, y yo soy el primero. Ypor eso se compadeció de rní, para que Cristomostrara en mí toda su paciencia y pudiera ser rrnejemplo para los que creen en El y tendrrín vida eter-na. Al Rey de los siglos, inmo¡rtal, inüsible, únicoDios, honor y gloria por los siglos de los siglos.Amén.

Hermosos retrato espiritual que San Pablo hace de sualma y del alma de muchísimos de nosotros. Cada unopodemos repetir sus palabras: "yo antes era un pobre pe-cador, y Dios tuvo compasión de mí, y derrochó su graciaen mi favor, dándome la fe y el amor cristiano. Y Cristomostró en mí toda su paciencia y se compadeció de mí".Gracias Señor: verdaderamente no sabes sino amar yperdonar. ¿Quién podrá agradecerte debidamente todastus bondades para con nosotros? Quiero volver a leer estasegunda lectura de hoy y aplicarme a mí mismo lo queSan Pablo dice de é1, y darle gracias a Nuestro Señor porlo bueno que ha sido conmigo.

L29

La, oveia perdida

1. Jesús enseñaba a los fariseos que había más goz:o

arrJpieute cle sus pecados, QUe por novetlta y nueve

arrePentimiento. Y Io exPlicó con

2. u Si tttr pa.stc,rr pierde'una oveia de su re-

baño, cleja las demát y va en pos de Ia per-

cliclu. Y ctrrurdo 14 halla, se la pone sobre los

hombros.

130

3. De regreso a stl casa, llama alegremente

a toclos sus amigos y les dice : Regocijaos

conmigo, amigos rníos, porque he encontrt-do la oveia que había Perdido''

en el cielo Porjustos, que noesta parábola:

un pecador que se

necesitau de ese

DOMINGO 24 - CTCLO C

Evangelio. Segrin San Lucas. 15, 1-32

Se acereaban a Jesús los publieanos y los pecado-res a escucharlo. Y los fariseos y los letrados murmu-raban entre ellos diciendo: "Este recibe a lospecadores y come con ellos".

Jesús les dijo esta parábola: "Si uno de vosotrostiene cien ovejas y se le pierde rrna, ¿no deja las no-venta y nueve en el campo y va tras la descarriadahasta que la encuentra? Y cuando la encuentra se laearga en los hombros muy contento y al llegar a casa,reúne a los amigos y a los vecinos para decirles:'Felicítenme ¡He encontrado la oveja qrre se me ha-bía perdido!"'.

Os digo que así también habrá más alegrÍa en elcielo por rrn solo pecador que se conüerta, que pornoventa y nueve justos que no ndcesitan eonvertirse.

Ningún otro capítulo del Nuevo Testamento es tanquerido y tan consolador para los pecadores, como estecapítulo 15 del evangelio de San I-¡ucas que Ieemos hoy.Ha sido llamado "el corazón del evangelio", porque allíestán las tres parábolas de la miseficordia diüna: la ove-ja perdida, la de la moneda encontrada y la del hijo pró-digo. Estas parábolas surgieron de una situación bienespecial. Los escribas y fariseos le habían puesto un so-brenombre a jesús: "El que recitre a los pecadores".Jesús nunca rechazó semejante apodo, y para nosotroses sumamente consolador que se le siga diciendo, porquesi El no aceptara ni recibiera a los pecadores, estaríamosirremisiblemente perdidos para siernpre.

131

Los fariseos estaban escandalizados hasta los huesos conesa actitud de Jesús de no despreciar a los pobres peca-dores sino más bien de tratar de hacérselos amigos paraconvertirlos. Ante la terrible frase de los fariseos que decían:"Hay gozo en el cielo cuando un pecador es destruido",viene Jesús y dice todo lo contrario: "Ifay gran alegríaen el cielo cuando un pecador se convierte". Y parallegar a esa conclusión narra las tres parábolas de la mi-sericordia.

ü"r'z r.* I ú i-]icr ..dt i s li itr ;,, ]; t

Ser pastor en Israel era oficio duro y peligroso. Lospastos eran escasos. Los terrenos muy áridos y pedrego-sos y llenos de despeñaderos. Había que llevar las ovejasmuy lejos a pastar, y de pronto alguna de ellas por buscarunas ramitas de pasto de la orilla, caía al fondo de un pre-cipicio. AI volver por la tarde al corral del pueblo dondese encerraban todas las ovejas del vecindario, el pastor enIa puerta las iba contando, una por una. Y de pronto no-taba con afán que faltaba una . ¿Qué hacer? ¡El amaba a

cada oveja como a una hija suya! No podía dejar queaquella pobre se quedara sola en la montaña, expuesta atantos peligros. Y emprendía entonces el pastor un largo üajepor los caminos por donde había estado durante el día.

' Sus compañeros y vecinos esperaban con cierto afánslr regreso.

El pastor iba por las montañas cantando y silbando enbusca de su oveja. Al fin esta lo escuchaba desde el hoyoa donde había caído. Ya estaba muy miedosa porque a lolejos oÍa los aullidos de los lobos y de las hienas. Y gozosacontestaba balando, a los cantos y silbidos de su pas-

L32

i,:. E {l ;-r ¡r fi ¡1

tor. Este llegaba junto al precipicio y delcolgandose porun lazo bajaba hasta donde estaba su ovejitá. v "i" got-pearla, ni regañarla, ni gritarle, la sacaba de aquei l-voy con ella sobre los hombros, para que no se cansara por ellargo viaje, emprendía el camino de regreso. cuanáo losdemás pastores y los vecinos veían llegar al pastor con sLloveja encontrada se elevaba entre el grupo un grito de gozoy de agradecimiento.

Y este es el retrato que Jesús presentó acerca de Iaalegría de Dios y de sus ángeles cuando un pecador queestaba perdido, rn¡elve al camino de la salvación. como d¡oun gran santo: "También Dios experimenta la alegría áeencontrar algo que se le había perdido,'.

Y aquí hay un pensamiento maraülloso: eue Dios nodesprecia definitivamente a los pecadores. eue Dios no dejade tener confianza de que un día el pecador extraviadopueda volver otra vez al rebaño de los que se van a sai-var. Dios ama intensamente a los que nunca se descarrían,pero siente en su corazón un enorm e gozo cuando alguienque andaba por el camino de Ia perdición melve otra vezal camino de la salvación.

LJno, más qrre noventa y nrreve. Esta cantidad nosimpresiona. cada vez que dejamos nuestra vida de peca-do le proporcionamos a Dios más alegría que la que re es-tán proporcionando noventa y nueve santos, ¡la cual de porsí ya es inmensamente grande!

Va en brrsca de la descarriada: ¡Es la oveja que lecausa preocupación a Dios! ¿Seré yo? Señor: T\1 no aguar_das a que nosotros vayamos a buscarte. T\i sales en busca de

133

estas ovejas descarriadas para tratar de salvarlas. ¿Ten-go yo ese mismo interés por tratar de salvar y convertirpecadores?

Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierdeuna ¿no errciende rrna lámpara y barre la casa ybusca con crridado hasta qrre Ia encuentra? Y cuan-do la encuentra reúne a las vecinas para decirles:"¡Felicítenme! ¡He hallado la moneda que se me ha'bía perdido!". Os digo que la misma alegría habráentre los ángeles de Dios por un pecador que seconvierta.

Es una parábola fetnenina. ¿Quién sabe cuantas veces

Jesús Niño presenció esa escena en su casita de Nazaret?Las casas de Israel eran muy oscuras porque no teníansino una ventana y esta muy pequeña. Cuando se perdíauna moneda se desequilibraba el presupuesto de la sema-na. Una moneda era lo que el jefe del hogar, el jornalero,ganaba en un día. Buscar una moneda en eI piso de tie-rra, entre las esteras, no era nada fácil. En una familiapobre perder una moneda era quedarse un día sin comer.

Y cuando aI fin la mujer lograba ver el brillo de la mo-neda perdida y la volvía a tener otra vez entre sus ma-nos, sentía una inmensa alegría, que no era capaz de nocontar a las vecinas. Y así le sucede a Dios, dice Jesús.Dios y sus ángeles gozan eternamente cuando un pecadordeja su vida de pecado y empieza rtr:ra vida de santidad.Ningún fariseo había imaginado jamás un Dios así. ¿UnDios que busca al pecador, en vez de aguardar que estellegue arrastrándose ante El para pedirle perdón? ¿Un134

DOMTNGO 24 - CTCLO CDios que se va a buscar pecadores y no queda contento hastano lograr volvernos a su amistad? ¿Un Dios que envía asu propio hijo a buscar lo que se había perdido? Aquí estálo impresionantemente nuevo del evangelio, ¡que los fariseosno eran capaces de comprender!

la) Los publicanos y pecadores se acercabarl a Jesúspara eseucharlo

Así es el corazín de Cristo: Tan bueno y misericordiosoque infunde confiatrrza y esperartza a los pecadores, hastaa los más manchados y perdidos. No veían los publicanosy pecadores en las actuaciones de Jesucristo nada que lospudiera rechazar o que tuviera apariencia de desprecio.Y notaban que acudiendo a El siendo pecadores, empeza-ban a santificarse. Acudían a El orgullosos, y empeza-ban a volverse humildes. Llegaban a su presencia siendosumamente sensuales e impuros y comenzaban a espirituali-zarse. Eso es lo que puede suceder contigo. ¿Te acercasa Jesús confiado en que El te transformará? ¿Confias ensu bondad y en su deseo de hacer de cada pecador unsanto? ¿Piensas alguna vez que nuestro Dios arde en de-seos de que los que hemos sido ovejas extraviadas y mo-nedas perdidas, volvamos otra vez a ser encontrados yrescatados para la santidad y la salvación?

2a) Felicítenme porque he hallado la ove.ia qrx.e seme había perdido

Jesús decía: 'Yo he venido para que tengan vida y latengan en abundancia" (Jn. 10, 10) Y la üda que nos traees Ia Vida Eterna, la vida de Ia gracia. Esta oveja perdidaeres tú. Y el pastor que te ha encontrado es Jesús. Todos

135

los días te va enüando voces de llamadas, silbos, cantos,gritos amables. Tb llama con las inquietudes y remordi-mientos que no te dejan en paz con tus pecados. Tb llamacon esas penas y angustias que permite que te lleguen.con esa enfermedad que te hace reflexionar, con esa situa-eión económica muy dura, con ese fracaso... con ese sermón...no hay un día que no te llame a convertirte. Llamadade Jesús son las buenas lecturas. Llamada del buen pas-tor puede ser la reflexión que estás haciendo hoy acerca deeste bellísimo evangelio.

3a) Así es Ia alegría que se produce entre Ios án-geles de Dios por un solo pecador que se eonüerte.Dios no se resigna a perder al pecador. Lo atrae con repe-tidas invitaciones a ser su amigo. Lo busca con insisten-cia, lo trata con cariño, lo perdona con amor. ysiente unaalegría íntima e inmensa cada vez que alguien deja la vidade pecado y empieza una vida de conversión. y esto lo po-demos hacer cada día. ¡Y yo puedo darle una alegría aDios! ¿Quién lo iba a imaginar? ¿Este microbio tan insig-nificante proporcionándole una alegría al creador de loscielos y tierra? Posible ¡sí, así lo ha dicho cristo y pasa-rán el cielo y la tierra antes de que deje de cumplirsá unafrase de Jesús. Mi conversión proporciona a Dios una ale-gria, tan grande que ni siquiera noventa y nueve santoslograron alegrarlo tanüo.

Un temible pecado que puedes cometer, un errorespantable que te puede ilegar es ra desconfianza en labondad de Dios, aunque esto lo escudarás con la excusade que tus pecados son innumerables, Nunca tus pecadospodrán igualar a la infinita misericordia de Nuestro se-136

DOMINGO 24 - CICLO C

ñor. Déjate llevar otra vez al rebaño de los que se van asalvar. Deja que tu alma sea echada otra vez a la caja delos caudales y tesoros de Dios. Hoy si escuchas el llamadode Dios, no te hagas sordo a sus llamadas, proporciónaleuna gran alegría, ¡dejando tu vida de pecado y empezan-do un nuevo modo de comportarte que alegre el corazónde Dios! No digas nunca como Caín: "Mi pecado es dema-siado grande para que pueda ser perdonado". Recuerda queJesucristo dio este agradable anuncio: "Dios no ha en-viado a su Hijo para condenar al mundo, sino paraque el mundo se salve por medio de El" (Jn. 3, 17).

4o) Hoy es el dÍa de la misericordia de Dios

Hoy las tres lecturas de la S. Misa nos hablan de la granmisericordia que Dios tiene para con los pecadores. Aun-que el pecado del pueblo de Israel era muy grande, sinembargo el Señor los perdonó, ante los ruegos de Moisés(Primera Lectura) Aunque Pablo era bJ.asfemo y persegui-dor, Dios lo recibió con misericordia (Segunda Lectura)."Este recibe a los pecadores", nos dice el evangelio de hoy.Es que "Dios no qrriere la muerte del pecador sino quese eonüerta y vivar' (Ezequiel 3, 11) Dios disimula lospecados de la gente para atraerles hacia la misericordiay la penitencia (Sabiduría 11).

5o) Jesris se retrató a sí mismo en estas parábo-las. Nosotros le decimos con el salmo 118: Señor: "si meextravío como oveja perdida, no dejes de buscarme, y llé-vame otra vez a tu rebaño". Y El atiende a nuestra pobrepetición.

137

los días te va enüando voces de llamadas, silbos, cantos,gritos amables. Tb llama con las inquietudes y remordi-mientos que no te dejan en paz con tus pecados. Tb llamacon esas penas y angustias que permite que te lleguen.con esa enfermedad que te hace reflexionar, con esa situa-eión económica muy dura, con ese fracaso... con ese sermón...no hay un día que no te llame a convertirte. Llamadade Jesús son las buenas lecturas. Llamada del buen pas-tor puede ser la reflexión que estás haciendo hoy acerca deeste bellísimo evangelio.

3a) Así es Ia alegría que se produce entre Ios án-geles de Dios por un solo pecador que se eonüerte.Dios no se resigna a perder al pecador. Lo atrae con repe-tidas invitaciones a ser su amigo. Lo busca con insisten-cia, lo trata con cariño, lo perdona con amor. ysiente unaalegría íntima e inmensa cada vez que alguien deja la vidade pecado y empieza una vida de conversión. y esto lo po-demos hacer cada día. ¡Y yo puedo darle una alegría aDios! ¿Quién lo iba a imaginar? ¿Este microbio tan insig-nificante proporcionándole una alegría al creador de loscielos y tierra? Posible ¡sí, así lo ha dicho cristo y pasa-rán el cielo y la tierra antes de que deje de cumplirsá unafrase de Jesús. Mi conversión proporciona a Dios una ale-gria, tan grande que ni siquiera noventa y nueve santoslograron alegrarlo tanüo.

Un temible pecado que puedes cometer, un errorespantable que te puede ilegar es ra desconfianza en labondad de Dios, aunque esto lo escudarás con la excusade que tus pecados son innumerables, Nunca tus pecadospodrán igualar a la infinita misericordia de Nuestro se-136

DOMINGO 24 - CICLO C

ñor. Déjate llevar otra vez al rebaño de los que se van asalvar. Deja que tu alma sea echada otra vez a la caja delos caudales y tesoros de Dios. Hoy si escuchas el llamadode Dios, no te hagas sordo a sus llamadas, proporciónaleuna gran alegría, ¡dejando tu vida de pecado y empezan-do un nuevo modo de comportarte que alegre el corazónde Dios! No digas nunca como Caín: "Mi pecado es dema-siado grande para que pueda ser perdonado". Recuerda queJesucristo dio este agradable anuncio: "Dios no ha en-viado a su Hijo para condenar al mundo, sino paraque el mundo se salve por medio de El" (Jn. 3, 17).

4o) Hoy es el dÍa de la misericordia de Dios

Hoy las tres lecturas de la S. Misa nos hablan de la granmisericordia que Dios tiene para con los pecadores. Aun-que el pecado del pueblo de Israel era muy grande, sinembargo el Señor los perdonó, ante los ruegos de Moisés(Primera Lectura) Aunque Pablo era bJ.asfemo y persegui-dor, Dios lo recibió con misericordia (Segunda Lectura)."Este recibe a los pecadores", nos dice el evangelio de hoy.Es que "Dios no qrriere la muerte del pecador sino quese eonüerta y vivar' (Ezequiel 3, 11) Dios disimula lospecados de la gente para atraerles hacia la misericordiay la penitencia (Sabiduría 11).

5o) Jesris se retrató a sí mismo en estas parábo-las. Nosotros le decimos con el salmo 118: Señor: "si meextravío como oveja perdida, no dejes de buscarme, y llé-vame otra vez a tu rebaño". Y El atiende a nuestra pobrepetición.

137

ÜOIVITNGO flb § CICLO A

oRAcIóN: señor, que has puesto raen el amor a ti y al projiho, concédenosdamientos, para llegarl la üda eterna,

plenitud de la leycumplir tus man-amén.

Primera Lectura. DeI prof.eta Isaías. 55, 6_9

Buscad aI señor mientras se Ie encuentra. r¡rvocad.-Io mientras está -eenea. eue el malvado aba¡rdone sucarnino y eI criminal susllanes; que regrese aI señorv.EI tendrá piedad; que Juelra

"iro.iñ ñio" q,e esrico en perdón. Mis planes no son rnrestros pla,es.vuestros eaminos rro fur, mis caminos .,ce eI señor-.Corno eI cielo es-más alto que Ia tiema, así mis ca-minos son más altos que Ios vrrestros y mis planessuperiores a los wuestros.

En esta lectura hay una frase que tiene reración con elevangelio de hoy: 'Mis pranes no son los vuestros, ni mimodo de proceder es "o',o

eI vuestro". y es una hermosainütación a Ia conversión: "eul eI marvado abandone sumodo malo de actuar y que er criminJ á"¡ á"-iLrr"u" .,r"maldades". Ahora q,rá tiauvía podemo. árrÁ-ríru, "t

p".-dón de Dios, hay que buscarlo. h";;;;iD;. miseri_cordioso esta tan cerca de nosotros con su perdón, hay quetratar de hacer las paces con EI, antes d";; pase eltiempo de Ia misericordia v llegu" "i

ti"Ápo ál ül,.r"ri"iu.Mis pla'es no son vuestrcs pla'es. un sabio decía:"Si Dios me concedie¡a

"., poa"i yo cambiaría muchísimascosas de las que están r.,"édiurrdo. p".o si ar mismo tiem-

L40

DOMINGo 25 - CTCLO Apo me concediera su infinita sabiduría, yo dejaría que rascosas me sigan sucediendo como a Er re ha parecido quees mejor que sucedan". Er es el que sabe. Nosotros somoslos que no sabemos. Er es el mayor. Nosotros ros meno-res. EI es el sabio. Nosotros los ignorantes. por eso no te-nemos que dedicarnos a criticarle sus planes. ya veremosque al Ilegar a Ia eternidad no le corregiremos al buen Diosni siquiera un rengrón de ro que su infinita sabiduría pra-neó en nuestro favor. No ro entendíamos, y hasta nos re-belábamos contra ro que nos sucedía, pero iru¿" redr¡¡rdaen bien de los que aman a Dios', (Rom. g)

sALMo 144.Este belísimo sarmo es un pequeño tra-tado de Tbodicea o ciencia de Dios. Es un t u.*orá resumende las cualidades de nuestro creador. Reafirma ro que nosha dicho la primera lectura: "cerca está el señor de Iosque lo invocan". "EI señor es justo en tod.os sus ca-minos". ojalá leamos de vez en cuando el salmo 144. sulectura puede entusiasmarnos por Dio .

segunda Lectura. De Ia carta de san pablo a rosFilipenses. 1, 20-27

r{ermanos: cristo será glorificad,o en mi euerlro,sea por mi üda, sea por mi muerte. para mf, Ia üdaes cYisto y ,na ganancia morin pero si er seguir vi-viendo esta wida mortal supone para mí un trabajoqr¡e produce br¡enos f.rtos, no se que escogen Me el-cr¡entro en esta_alterrrativa: por rrn lado deseo partirpara estar con Cristo, que es siempre lo mejonl porotro lado deseo quedarme en esta üda porqo" .r.oque es más necesario para vosotros. Lo importan_

L4L

te es que llevéis una vida digna d.er evangeriode Cristo.

Hay páginas de las cartas de san pablo, en las cualescada frase es una gran verdad digna de ser meditadaprofundamente. Y asÍ sucede con esta página de hoy parael apóstol lo importante es que cri"tÁea glorificado,ya sea con su vida, ya sea con su muerte. Escribe desdela cárcel en Roma y Io que más desea es que Jesús seaconocido, amado y obedecido, aunque para ello tengasu amigo que sufrir humiilaciones y penas hasta Iamuerte.

Para mí Ia vida es cristo. Frase famosa, saboreaday meditada lentamente por ros santos de todos Ios sigros.Dejo resonar esta fórmura en mi cerebro. pido al señor queyo Ia pueda repetir siempre como una convicción mía.cristo es Ia vida de mi arma. Er me perdona, me defien-de, me lleva a la santidad y me consigue todo ro que nece-sito para que mi vida espiritual siga creciendo. Espíritusanto: que logremos comprender y saborear esta hermo-sa frase de tu apóstol pablo.

Para mí eI morir es una ganancia. partir paraestar eon cYisto es siemp¡¡e Io mejon pablo puede morirde un momento a otro y siente una gran alegría porque almorir fuá a encontrarse

"on cristo Jesús a quiü tunto ama y

por quien ha desgastado su vida y sus ánergías. señor:concédenos también a nosotros estos sentimientos de espe_tanza: morir será un irse a una patria mejo4 a estar máscerca de Dios.

L42

DOMINGO 25. CICLO APero quedarrne en esta vida es más provechoso

para vosotros. Señor: que mi vida sea en realidad muyprovechosa para los demás. Que en verdad quedes satis-fecho de haberme enüado a este mundo. Un sabio decía: "unalma que se eleva, eleva el mr¡ndo". Que mi a]ma seauna de esas que en verdad hacen progresar en santidad ala humanidad.

Lo, importante es que llevéis una vida digna delevangelio. Hago una oración pensan o en esta frase tanimportante. Señori que mi vida sea digna del evangelioque creo y profeso. iQue no haya en mí ninguna actua-ción antievangelica!.

Evangelio. Segtin San Mateo. 20, 1-16

Düo Jesús: EI Reino de los cielos se parece a rrnpropietario que al amanecer salió a contratar jorna-leros para s¡r campo. Después de contratarlos por undenario por eI día, los ma¡rdó a tmbajar en su eampo.Salió después a las nueve de la mañana, üo a otrosque estaban en laplaza sin trabajo y les üjo: Vayantambién a trabajar a mi campo y les pagaré lo debi-do". SaIió a mediodía y a las tres de la tarde e hizoIo mismo. Safió hacia las cinco de la tarde y encontróa otros desocupados y les dijo: "¿C6rno es qrre estántodo eI día sin hacer nada?". Ellos le respondieron:"Es que nadie nos ha contratado". El les dijo: "Va-yan también a trabajar a mi campo".

Cuando oscureció dijo eI dueño aI mayordomo:-Llame a los trabajadores y págueles el salario, em-

143

pu ando por los últimos y terminando por losprimeros.

Vinieron los del atardecer y recibieron cada unoun denario. Cuando llegaron los primeros pensaronque recibirían más, pero ellos también recibie-ron un denario eada uno.

Entonees se pusieron a protestar contra el jefediciendo: "Estos úItimos han trabajado sólo una horay los has tratado igual que a nosotros qrre hemosaguantado el peso del üa y del bochorno". El reqpon-dió a uno de ellos: "Amigo: yo no te hago ningunair{usticia. ¿No hicimos eI eontrato por un denario aldía? Tbma lo tuyo y vete. Es que no tengo Iibertadpara obrar libremente en mis asuntos? ¿O vas a tenerenüdia porque yo soy bueno?".

Así los riltimos serárr los primeros y los prirnerosserán los últirnos.

Un denario era el salario de un obrero por día. Así queel dueño no cometió injusticia con los primeros, pues lespagó lo que era justo,

En Palestina en tiempo de la recolección de uva es ur-gente aprovechar toda la mano de obra que se logre con-seguir, aunque sean los que solo trabajen una hora, porquesi no se recoge la cosecha de uvas antes de que lleguenlas lluvias, se pueden perder en gran parte. Los dueñosde finca iban a la plaza donde los jornaleros que estabansin trabajo, esperaban sentados aguardando a ver quiénllegaba a contratarlos. Acostumbraban a trabajar de sol aL44

DOMINGO 25. CICI,O Asol, por un denario. Y el bochorno del mediodía es fuer-te y agotador.

Jesús parece hacer una doble advertencia. Alos judíos:no se imaginen que porque su raza per-tenece a la religióndesde hace mucho tiempo, por eso va a recibir ahora ma-yores premios. Y a los recién convertidos: no se afanen,que aunque están recién llegados a la verdadera religión,si se dedican a cumplir esmeradamente lo que les mandael evangelio, tendrán un gran premio, un jornal como dedía entero.

Aqrrí aparece la generosidad de Dios. A los quefueron contratados solamente a mediodía, a las tres o alas cinco de la tarde, les paga también su denario, porquesabe que tienen una familia qué alimentar, unos gastosurgentes qué hacer. Aquí ya el pago no es según el traba-jo que ellos hicieron sino según la generosidad del Dueño.Y ese es el comportamiento de Dios siempre: "por un levetrabajo nos concede un inmenso peso de gloria" diceSan Pablo. (2 Cor 4,l7)¡Pensaré en esta gran generosidadde Dios!.

A Dios nunca se le trabaja gratis ni a medio pagar.Siempre paga con generosidad y muchísimas veces nosconcede más de lo que merecemos. El que llegó a las 5 de

la tarde recibe pago como si hubiera trabajado todo el día.Y el Padre Dios recomienda a quien se escandahza por esto:

'Es qrre tú vas a tener enviüa poryue yo soy bueno?".Magnifica lección de generosidad. Siempre concede másgracias de las que merecemos. Tiene guardados

145

nuestros jornales, y nadie podrá decir jamás que elbuen Dios le quedó debiendo algún pago que le debía dar.Cuando nos parece que a otros ha dado más que a noso-tros estamos juzgando mal, porque no reconocemos lomucho que a nosotros nos ha dado y se nos olüda que elprójimo estaba probablemente necesitando eso que Dios leha regalado.

Los primeros serán los úItimos y los últimos seránprimeros

Muchos que en este mundo ocuparon los primerospuestos, ocuparán los últimos en el Reino Eterno porqueobraban por vanidad y vanagloria y no por darle gloria aDios y hacer el bien al prójimo. En cambio muchísimos quesegún el punto de vista mundanal eran personas de muypoco valor, ocuparán puestos de primerísima importanciaen el Reino de Dios porque su gran deseo era dar gloria aDios y agradarle a El, y hacer el mayor bien posible a losdemás. La paradoja humana es que el que busca vanaglo-ria se queda de último y quien solo busca agradar a Dios,ocupará los primeros puestos.

CONCLUSIONES

1a. Históricamente sucedió que los que llegaron deúltimos (los que no eran israelitas) recibieron elmismo pago que los que habían Ilegado primero (los deIsrael). Los judíos aceptaban que los no israelitas llega-ran también a la religión, pero en caridad de segundones,de gente de segunda clase, a Ia cuar se le .orr.ád"ría unpago menor. Y de pronto se encuentran con que Jesús re-L46

DOMINGO 25 - CICLO Acibe en su Iglesia con los mismos derechos a los que desdeel principio habían estado trabajando en el campo delSeñor (los israelitas) y a los recién llegados (los no israe-litas).

2a. El significado de esta parábola es que Diosobra con justicia y con misericordia. Con justicia pagán-dole a cada uno lo que es debido. A cada persona le pagacon toda exactitud las obras buenas que ha hecho (Cadauno recibe su denario). Y eon misericordia: dando inmen-samente más de lo que muchas personas se merecen; mi-rando más a lo que cada cual necesita, que a las horas quela persona ha trabajado.

3a. El dueño de la finca es Dios. Los trabajadoressomos los seres humanos, a quienes Nuestro Señor nosllama a que trabajemos en el campo de nuestra alma yen nuestra propia salvación. El campo es el alma de cadauno y el sitio donde la Divina Proüdencia nos ha puestoa trabajar. Dios salió muy de mañana a buscar trabaja-dores. Desde el principio del mundo empezó a llamar a lasgentes para que trabajen en su propia salvación y en fa-vor de la salvación de los demás. Y a cada persona la lla-ma desde su niñez, desde sus primeros años a dedicarsea la santidad y a salvarse para siempre. Dios sale a me-diodía y por Ia tarde a buscar trabajadores. Vino entiempos de Jesús y viene ahora cada día en todos los si-tios del mundo a buscar quién quiera ganarse el cielotrabajando en el campo de la salvación del alma propia yde la de los demás. El denario es el pago eterno que elSeñor tiene preparado para los que se dediquena obrar el

L47

bien 'Para todo eI que obra el bien, habrá gloria,honor y loaz" (Rom. 2).

4o. Dios llama trabajadores en distintas horas d.ela vida. A algunos como al profeta Samuel y a la VirgenMaría los llamó a trabajar en el campo del Señor desde quetenían muy pocos años. En Ia hora primera de la üda. A otroscomo David a los 15 años, o sea a la media mañana. A unoscomo a Moisés y San Pablo Ios llamó el Señor el mediodíade su üda (hacia los treinta años), lo mismo hizo con SanAgustín y San Ignacio. Abraham fue Ilamado en el atar-decer de su existencia, orando tenía 75 años. Lo más impor-tante es dedicarse con toda el alma y todas las energíasa trabajar por el Reino de Dios y por conseguir la pro-pia salvación. Ellos ya recibieron un jornar de groriapara siempre. Ahora los que seguimos trabajando en elcampo somos nosotros. ¿Nos dedicaremos a trabajarincansablemente y con entusiasmo por nuestra religión ypor el buen Dios? Pediré a Dios que me llene de entusias-mo. Que me conceda mucho entusiasmo para trabajarpor El.

Propósito: Recordaré que Dios paga ,,salario máxi-mo".Que en el eielo me esperan todos los chequespor lo que he hecho y haré por la salvación del alma pro-pia y por el bien de los demás y la gloria de Nuestro se-ñor (un oyente cuando escuchó esta bella noticia de queen el cielo nos esperaban los cheques correspondientes atodas las buenas obras que hacemos exclamó: ,,¡euéhermosa noticia es esta! ¿por qué ros sacerdotes no Ia re-piten más a la gente?").

148

I)OMIN(;O 25 - CICLO BSi alguno me pregunta: "¿Cuál es tu profesión?", le puedo

reponder:"Soy jornalero de Dios". Y si me preguntan:"¿Qué salario te pagan?". Podré decir: "El salario que pagaDios consiste en bendiciones y ayrdas en la tierra y pre-mio eterno en el cielo".

B ,,dh Hl* ;

Wlflfl ffiPffi kruW

H

ffiAjffiffi

L49

Lffi§*w Hmffi $ffdffi ru tuffi$Krffi;-ffH ffi

tufl$ffiH,H ffi

ffiffirutrffi,H ffiffi,ffi§

(Jesucristo)

150

H}ffiHf,HGÜ 26CHCT,Ü EB.

ANOS 1 994- 1 997-2000-200 3-2006-2009

EL QUE QUTERtr SEn trL pRrMtrXrO CJUE SEE]I/\,GA B]L ULTIMO"

Quien reciba a un niño como este en rni nornbr€,a Mí rne recibe,

151

f}OMINGO 25. CICLO B

Primera Lectura. Del Libr.o de La Sabiduría?, L7-20

Di.ieron Ios malos:"Ataquemos al justo que nosresulta incómodo. Se opone a nuestras acciones, nosecha en cara nr¡estros pecados, nos reprende nues-tras ideas equivocadas; declara qrre conoee a Diosy se da el nombre de hijo del Seño5 es un reprcehe paranuestras ideas y el sóIo verlo nos prodrrce fastidio;lleva una vida distinta de los demás y su conductaes diferente; nos considera equivocados y se apar-ta de nr¡estros modos de obrar eomo si fueran pocorecomendables: declara que los que viven santa-mente tendrán un fin Ileno de felicidad, y la gloriade tener por padre a Dios. Veamos si sus palabrasresultan eiertas y si en verdad el final d.e sr¡ üdava a ser tan dichoso. Si en verdad es santo e hijo deDios, Dios lo auxiliará y lo librará del poderde sus enemigos. Lo someteremos a la pnreba dela humillación y de las torturas para comprobar quétanto es su valor y qué tan grande es su pacien-cia. Lo eondenaremos a una muerte humillante aver,si es cicrto que en eI eielo hay quien se preocrr-pa de éf'.

Esta impresionante página escrita en el siglo anterioral nacimiento de Jesucristo, describe de manera exactísi-ma lo que los escribas y fariseos hicieron contra el Hijode Dios. El les resultaba incómodo, se oponía a sus malasacciones, les echaba en cara sr:s pecados de orgullo y vanidad,les reprendía sus ideas equivocadas, y por eso el sólo ver-752

DOMINGO 25 - CICLO BIo les producía fastidio y trataban de acabar con é1. Llevabauna vida santa, los consideraba equivocados y se aparta-ba del orgulloso modo de obrar que elos tenían; declarabaque los. que üven santamente tendrán un final glorioso enel Reino de los cielos y se gloriaba de tener por padre aDios.

cuando cristo moría en la crLtz,los ancianos, escribasy fariseos Ie gritaban las palabras aquí anunciadas por elLibro santo: "¿A ver si es cierto que en el ciero hay alguienque se preocupe por él?". Y se burlaban diciendo: ,,Dijo:soy Ilijo de Dios, pues que Io salve ahora Dios, silsque de verdad lo ama',. Si es hijo de Dios que bajede la clrtz (Mt.27, 43).

Lo que los enemigos dijeron contra Jesús Io han veni-do repitiendo contra sus más fieles seguidores de cristo du-rante todos los siglos, y lo dirán siempre. ya anunció nueshoRedentor: "El discípulo no es más que el maestro. si aIjefe Io han insultado, ¿ctrarrto m¿is lo har¡ín eon sus ser-vidores?" (Mt. 10, 25). Pero también dejó esta hermosapromesa: "AlegIaos cuando con mentira digan todaclase de males contra vosotros por causa mía,porqrre vuestra recompensa será grande en loscielos, que de la misma manera persiguieron a losprofetas anteriores a vosotros" (Mt. 5, lI). Si con Cristosomos humillados, como Cristo seremos después glori_ficados.

Este pasaje del Antiguo Testamento parece un,,retrato,,anticipado de lo que iba a suceder en el Nuevo Tbstamento.Es como una contemplación a lo lejos, con muchos años

153

de distancia, del Cristo sufriente de la Pasión. Yo no puedomeditar indiferentemente estas escenas. Miro a mi cruci-frjo y pienso: "No fueron sólo los fariseos y escribas los quete hicieron estos males. Mis pecados estuvieron tambiénallí cooperando a martirizarte". "Muere: ¡gemid herrna-nos! Todos en El pusimos nuestras manos", dijo elpoeta.

Contemplo tu paz Señor en los sufrimientos de tu pa-sión. Concédeme esa paz y ese gran valor cuando tambiéna mí me traten mal e injustamente.

SALMO 53. Sálvame Señor porque unos insolen-tes se alzant. contra mí y hombres üolentos me per-sigrren a mrrerte. Es como un eco de lo que Cristo podíadecir en su oración en la Pasión, y de lo que tantos otrostendremos que repetir cuando nos lleguen las injustaspersecuciones que la primera lectura anuncia que vendráa los que quieran ser fieles cumplidores de los mandatosdel Señor. Pero todos podremos repetir gozosos la exclama-ción del salmo: "Dios es mi auxiHo y el Señor sostie-ne mi üda".

Segunda Leetura. De la Carta del Apóstol Santiago. B,

16-4, 3

Ilermanos: donde hay envidias y peleas hay de-sorden y toda clase de males. La sabiduría que vienede arriba es pura, y además es amante de la pazcomprensiva, dócil, llena de misericordia y buenasobras. Constante sincera.L54

DOMINGO 25 - CTCLO BLos que procrrran la paz viven sembrando la paz

y su fnrto es la justicia. ¿De dónde salen las luchas yconflictos entre vosotros? ¿No es acaso de los deseosde placer que combaten en vuestro euertrro? Codi-ciáis lo que no podéis tener y acabáis haciendo üo-lencia a los demás. Ambicion¿íis y no podéis alcanzarloy entonces os dedicáis a luehar y pelean Ciertasgracias no se eonsiguen porqrre no se piden. Pedísy no recibís, porque pedís mal, para derrocharen placeres.

San Antonio Claret decía que a él le impresionabanmucho las primeras frases de apóstol Santiago y que deaquí sacaba la conclusión de que si nos dedicamos a peleasy envidias y amarguras y malos tratos es que no hemosrecibido la sabiduría que üene del cielo.

Parece que aquí Santiago estuüera repitiendo con otraspalabras lo que el antiquísimo sabio griego recomenda-ba: "El más rico es el que menos deseos inútiles tiene.Cuanto menos deseos y ambiciones tengas, mayor será tupaz".

A San Agustín le agradaban mucho las dos últimasfrases: "Hay ciertas gracias que no se consiguen porqueno se piden. "Pedís y no conseguís porque pedísmal". Y comentaba: "¿Cuándo es que pedimos mal?Cuando pedimos cosas malas o que nos pueden hacermal o rezamos y seguimos siendo malos o rezamos mal:sin fe, sin atención, sin perseverancia". "Pides y no re-cibes, porque pides lo malo, pides siendo malo o pidesmal".

155

San Marcos g, zg-BG

Jesús sabía una cosa con toda seguridad: que si no rograba grabar muy bien sus mensajes en los cárazones desus discípulos, su obra no podía p"id,r.ur. Jesús sabía queera absolutamente necesario quá dejara "r gr,rpo de per.sonas en las cuales estuüeran grabadas *.ry iroÁrndamen.te las enseñanzas que Er habla venido a tiáer. Tenía queasegurarse, antes de abandonar corporalmente este mun.do, que hubiera un grupo de discípuros que entendieran aun.que fuera imperfectamente, ro qrr" u habia venido a decir. poreso, alejado de las multitudes, dedicaba rargos tiempos ainstruirlos.

x les decía: eI Hijo der Hombre va a ser entre.gado en manos de Ios hombres, y Io matarán, ydespués de muerto, a los tres días rlsucitará.

Para sus discípulos estas noticias eran incomprensibresy casi increíbles. Durante toda su üda habí.r, p"*udo enun MESIAS como un conquistador irresistibrejy ahora seencontraban frente a una noticia que los dejaba confundi-dos. Esta advertencia sonaba a tragedia.,,seiá entregadoen manos de los hombres"; y ahí Ie estaba escuchándoel que lo iba a entregar.

Fera¡ eli.r¡s tlo err,$enilíart rtrlucillo

Lo que menos entendían de todo era ra arusión a quevolvería a üvir. Ya se iban haciendo conscientes de que unagrave tragedia se avecinaba, pues varias ve,"s res había156

J eiruasr* llisiil -üEí;r

ililLlr,Ilii i.._r{,1i,:.'ii,i - illi Ci,r; r;

anunciado Jesús este desenlace, pero lo que de ningunamanera lograban captar era lo de la resurrección. Hoy nosparece mucho mas fácil entenderlo, porque desde pequeñoslo oímos narra! pero para ellos era un caso que no habíanvisto ni escuchado en su vida. l,a resurrección era una maraü-lla demasiado grande para ellos, una maravilla que sólopudieron apreciar cuando se convirtió en una realidadpalpable.

Y le s cl.a}¡ ;l ¡m ¡i e r l.ar ] ir "{} glilr É É,ii t'lr:

Tbmían hacer más preguntas. Era como si supieran cosastan graves que temieran saber cosas peores. Como un en-fermo a quien el médico le da ei diagnóstico y teme pre-guntarle más detalles, por no saber noticias más graves.A veces nos asombramos de que no entendieran lo que seles había dicho con tanta claridad. Es que la mente huma-na tiene una asombrosa facultad: la de no captar lo quese imagina que no le conviene captar. Y sin una luz espe-cial de Dios y sin una moción del Espíritu Santo paraconmover Ia rebelde voluntad, aun los más preciosos men-sajes pasarán sobre la mente humana como agua sobreun impermeable, sin lograr penetrar ni mínimamente.

¿Somos nosotros superiores en esto a los primerosdiscípulos? No, en absoluto. Una y otra vez oímos losmensajes de Cristo en el evangelio. ¿Pero de veraslos aceptamos y los viümos? Pasan sobre nuestra mentecomo un aguacero sobre un paraguas, y no logran pene-trar a esta cabeza tan dura que tenemos. Tenemos la tra-gedia de rechazar los mensajes de Jesús, estamos lejos de

aceptarlos plenamente y no permitimos que sean sus en-

157

señanzas Ias que sirvan de molde a nuestras vidas. Lamayor parte de nosotros aceptamos aquera parte de losmensajes de Jesús que nos agradan, p"* *.frlI"*o. to¿o

f,1ff1:: o hacemos como si no r,.,Éi"r.

"iáo-ái.no pu.u

Les daba miedo... ¿TbmÍan otra reprimenda como laque recibió pedro cuandá t'ató de disuaáirro-il;. se ex.p":1"r1 a la pasión y muerre? ¿o;il;;ii"."t.i.t.nri.instintiva de toda p"-""o.ru a conocer Ia verdad en toda sucn¿deza? ¿o tenÍan miedo de preguntar porque visrumbra-ban que su respuesta iría contá suA veces nuestra ignoranct; ;"guntado a tiempo a quien p día il

Una vez een eI camin s

camino hab I

portanté.

Este pasaje demug_stra cuán leiúos estaban aún los dis_cípulos de entender el rmensaje de Jesús. Les había habladourpLrrus q,e en[ender eI mensajde la cruz y de Ios ultraj€s r

us,.d. vlu.z y o" lg".ultrajes que Ie esperaban, y ellos so-ñaban con ser Ministros áel Eobi"rnn FTq,, or-^ r^^_^__--bierno. H^y algo desgarra_

lr3tj{:i:¡iü,iJ,::ff i,:Ti""Hx?íf, lfl ,t"jff [i;ra,r-rull, y:::,1ri:Tu-los andan discuriendo acerca de cuál de ellosserá el primero.

No contestaron porque... En lo íntimo de sus cora-zones sabían que estaban equivocados. Era er silencio dela vergüenza. No tenían .r.áu qué decir en su favor. Im,posible defender aquera actitud ie erlos. e"1"i.""" cómo,una actuación soramente ocupa eI sitio qoJ*"""..158

y adquiere sr¡ñerdadero valor cuando se la colocaante los ojos de Jesús. Mientra^s creyeron que Jesús no losoía ni los veía, la discusión acerca de quién sería el pri-mero les pareció muy importante, pero cuando tuvieronque plantear la cuestión en presencia de Cristo se dieroncuenta de la falta de importancia que este asunto tenía.

Hay algo que podría ejercer una enorrne inflrren-cia en nr¡estras vidas: tomar todas nr¡estras obrasy palabras y colocarlas delante de los ojos y oídosde Jesús. Si en todo lo que hacemos nos preguntára-mos: "¿Si Jesús estuüera aquí mirándome, yo haría esto yasí?" Si cuando decimos algo preguntáramos: "Si Jesúsestuviera aquí escuchándom€, yo hablaría así como estoyhablando?". Y nos salvaríamos de decir y hacer muchascosas indebidas. Y la realidad es que Jesús sí está allí pre-sente junto a nosotros, oyendo y üendo, cuando actuamos yhablamos. Dios nos libre de hacer o decir aquello de lo cualnos avergonzaríamos de que Jesús lo viera o lo overa.

Y les dijo: Quien quiera ser el primero que sea elúltimo cle todos y el serwidor de todos

Jesús sustituye la ambición de gobernar por la ambi-ción de servir. Invita a no tener como centro al propio yoo la propia vanidad sino al bien de los demás, y ocupar lavida no en mendigar aplausos y altos puestos, sino enprestar serücios humildes a cuantos más podamos. Mien-tras alguno de nosotros considere su orgullo, su ambición,su deseo de sobresalir y hacer buen papel, como lo másimportante del mundo, está volviendo la espalda al Reinode Dios y si quiere obtenerle tiene que darle una 'rmelta

159

completa a la escala de sus valores, y mirar de hoy en ade.

lante en la dirección contraria a la que llevaba hasta ahora.

Tomó un niño: Según Ia tradición ese niño llegó a ser

San Ignacio de Antioquía, un obispo y mártir muy famoso(pero es solo tradición).

Jesús presenta en eI niño las características quedeben sobresalir en el que quiere ser rrn buen cris-tiano: por ejemplo: a) La eapacidad de maravillarse.EI sabio Einstein, inventor de la bomba atómica, decía que

una persona que ha perdido la capacidad de maraüllar-se, ha perdido la razón de üür feliz, y que una persona

para quien nada de la tierra le causa maraülla, da señales

de que se le marchitó el coraz6n. Es el gran peligro que

corre quien quiere hacer todo fácil en la Biblia y explicar-lo todo por razones físicas o históricas. Para esa perso-

na para quien por ej. el Libro del Exodo o los Evangelios,

etc., no tienen nada de maravilloso e inexplicable sino

que se imagina que todo ello se puede explicar por sim-

ples leyes naturales, la falta de capacidad para maravi-llarse Ie ha hecho perder la infancia espiritual, y el LibroSanto será para su mente una roca seca que jamás logra-

rá calmar la sed de su espíritu.

b) La segunda característica del niño es la facilidadde perdonar y olüdar. Cuando los adultos lo tratamosmal o injustamente, el niño sabe perdonar y olvidar con

gran facilidad (pero si tratamos mal a un adulto ahí sí que

va a costar un milagro que perdone, y probablemente nun.ca va a olvidar la ofensa que le hicimos). Por eso Jesús

160

qutere que seamos como" sas recibidas hace la vida

Ll()ft'lll{(;O 2L} - CICLü i}

niños. Porque el recordar ofen-

muy amarga.

c) Tbrcera cualidad de la infancia: la humildad y obe-

diencia. Aceptar ser segundo en el hogar y tener que

obedecer. Si aceptamos tener que depender de Dios y de

los demás. El Niño Jesús en Belén y Nazaret ocupa no eI

primer puesto ni el segundo, sino el tercero: después de

un sencillo carpintero y de una humilde aldeana. Es el mo-

delo para todos los que queremos llegar al Reino: ser hu-

mildes como Jesús niño.

Los sicóIogos dicen que uno de los detalles en que se

conoce que alguien ha dejado de ser niño es el que se vuelve

rebelde, desobediente, altanero, apegado a su propio pa-

recer, y despreciador de los mayores. Esta.s especialidades

clel adolescente pueden ser en la üda del espíritu señales

tle que ya no tenemos la "infancia espirituall', cuando deja-

, mos de ser obedientes y humildes y amamos más nues-

itros propios caprichos que la voluntad de Dios expresada

ptor medio de los que dirigen nuestra Iglesia, entonces ya

no somos como un niño.

El que reciba a un niño en mi nombre, me recibea mí. Esta maraüIlosa noticia ha movido a santos y san-

tas de todos los siglos a dedicarse por completo a recibirniños pobres y educarlos y ayudarlos de la mejor manera

posible. porque en cada niño entendían atender personal-

mente a Jesús, el cual ha prometido: "Todo lo que hicís-

teis a uno de estos mis hermanos, aun al más hu¡r^-ilde, a

Mí me lo habéis hecho" (Mt. 25, 40). ¿Veo a Jesús en cada

161

niño que viene a pedirme un favor o que necesita de mi

ayuda y de mi buen trato?

CONCLUSIONES

Qrrien desea ser el primero que sea el últirno de to'dos y el sen¡idor de todos.

1a. Jesús enseña qrre hay que dedicarse al sen¡iciod,e los demás. Los discípulos de Jesús aunque estaban tan

cerca de EI todavía seguían anhelando los primeros puestos.

Para sus seguidores Io primero tendrá que ser dedi-

carse al servicio de los demás. EI que se achica se agran-

d* y el que se agranda se empequeñece. Huy que hacer

como su Maestro que no ha venido a que Ie sirvan sino a

servir. Jesús enseña algo muy esencial: que.para ser buen

ái;.ip;1"' .ryo hay que tenér espíritu de servicio. EI Dj-vino Maestro anuncia que en su reino la primacía se le

conced.erá a quien más se dedique a prestar sen¡icios. Jesús

desea que cada uno de nosotros sea un sen¡idor de'los de-

más, que dediquemos nuestra vida a prestar servicios ca-

ritativos a los otros.

2a. ¿Qgién será el primero y el principal? No seráel que más haya acumulado honores en provecho propio,sino eI que por amor a Dios haya prestado más serviciosal prójimo, el que se olvida de sí mismo y üve para Diosy para los demás, el que practica un desgastarse por los otros.Señor: que yo no ande averiguando quién será el princi-

162

DOMINGO 25 - CTCLO Bpal sino que me dedique a serür a todos, a ser ei últimoen honores pero el más dedicado a prestar pequeños ser-vicios.

Cuando el Papa San Pío Décimo llevó al Vaticano a sushermanas que eran rnuy pobres, los empleados Ie pregun-taron: "Santo Padre: ¿,eué títulos les damos a sus hermanas:Condesas, o princesas, o...? ", y él les respondió: "El únicotítulo que se les debe dar es el de 'senridoras', Ese es eltítulo que Jesús recomendó para nosotros y que toda per-sona creyente debe aspirar a tener". Quiero pedir al Se-ñor Jesús que a mí me puedan dar también siempre y entodas partes este bello título: "¡Senridor de los demás".

Averiguo si de veras presto servicios o si se me va laintención y Io que busco es ser serüdo. Jesús: que comoT\i, dediquemos nuestra üda a prestar servicios a los de-más.

3a. Y acercando a un niño lo puso en medio de ellos.Hay que ser como un niño que reconoce que sus propiosfuerzas no le alcanzan y que está necesitado de todo, yque su sabiduría no es nada; que necesita aytrda y cola-boración.

Jesús es sumamente humano y siente hacia los niñosel aprecio propio de los corazones bondadosos. Ama a losniños porque ellos reúrnen las cualidades que El exige a susdiscípulos para entrar en el Reino de los cielos: El niñotiene el encanto de la pureza que Jesús tanto aprecia. Je-sús ve en ellos un símbolo: los que sean semejantes a losniños, serán los que entren en el Reino de los cielos...: los quecomo ellos sean sencillos, sin complicaciones, humildes.

163

Los abrazaba. Las mamás allí presentes no se espe-raban tanto, y Pedro (cuyas ideas escribe Marcos en esteevangelio) grabó para siempre aquella escena de Jesúsabrazando a los niños. Jesús los trataba como un buenpadre a sus hijitos muy queridos. El niño es puro, y Je-sús dice: "Dichosos Ios puros". El niño es pobre y necesi-tado de todo, y Cristo exclama: "Dichosos los pobres...".EI niño es manso y anrable, y el Maestro anuncia: "Dicho-sos los mansos". El niño es obediente, y Jesús fue obedientehasta la muerte. Con razóir les demostraba tanto amor.

¿Tbndré en mi alma y en mi vida los comportamientosde los niños, esos comportamientos que tanto amaba yapreciaba Jesús? Quiera Dios que sí sea así. Y si no lostengo los pediré en la oración recordando la promesa delSeñor:'Mi Padre dará el buen espíritu a quienes se lo pidan".

L64

Años 1 995- I I 98-200 l-2004- 2007 -201 0

Lc 16, 1-8. Dijo Jesús a los discípulos: Un hombre ricotenía un administrador al que acusaron de dilapidar losbienes que le habían confiado. El señor le mandó venir yle dijo: "¿Qué es lo que me han dicho de ti? Dame cuentasde tu gestión".

165

REGrdb,l.

E<;td oectotoo-IleY 6ue rc -NeR EN tYlAR,)A É9lP 7¡"1¡191¡¿?É.il.ÉP tlN M!N(Jrl).

DOMINGO 26. CXCLO C

Primera Lectrrra. Del Profeta Amós B, 4-7

Escrrchen esto los que oprimen al pobre, los qrredespojan a los miserables, diciendo: "¿Cuándo pa'sará la fiesta de la luna ntleva, o el descanso delsábado para poder dedicarnos a vender eI trigo?'?.Disminuyen la medida, aumentan el precio, usanbalanzas con trampa. Compran por dinero al pobre,y al miserable lo engañan por un par de zanda-lias, y venden hasta los afrechos del trigo. Jum el Señorpor la gloria de Jacob, {üe no olvidará jamás esassus malas acciones.

Amós es el primer profeta escritor, el primero del cualse conservan escritos. Este mensaje de hoy fue pronun-ciado hacia el año 750 antes de Cristo. En aquel tiempolas gentes de las clases populares eran ferozmente opri-midas por las injusticias de los ricos; y Dios manda a suprofeta a anunciar que si se sigue estafando a los pobres

vendrán castigos inmensos. Amos quiere prevenir a lo,s ricosinjustos para que no se vayan a adormilar en una falsaseguridad imaginándose que Dios no ha visto ni va a casti-gar las injusticias y Ias trampas que ellos hacen contrala gente pobre. Este es un mensaje que hay que repetirlea la gente en todas las épocas. ta frase con la cual terminala página de Amos que se lee en el día de hoy es impresio-nante: "Jtlra el Señor Dios que no olüdará esas mal-dades que se hacen", Es como para hacernos pensar

. seriamente a todos los que tenemos bienes de fortuna, nosea que por descuidarnos en cumplir nuestros deberes de

166

DOMINGO 25 - CTCLO Cjusticia para con los pobres, nos consigamos fuertes san-ciones del Divino Juez. ¡No lo permita nuestro buen Dios!

IIALMO 112. Alabad Siervos al Señor. Este hermo-sísimo Salmo que Jesús recitó muchas veces, y que con susapóstoles 1o rezó al final de la última cena (porque es el pri-mero de los siete salmos que había que rezair en la CenaPascual) es un himno de alabanza en el cual se proclamala especial providencia y preferencia que Dios tiene hacialos necesitados (muy de acrrerdo con la primera lectura dehoy). Dicen que este Salmo 112 es como un lazo de uniónentre el Canto de Ana, en el Antiguo Testamento, en elcual se dice: "Dios levanta de la basura aI pobre, parahacer qrre se siente entre príncipes" (l Sam. 2, 1) y elCanto de la Sma. Mrgen, en el Nuevo Tbstamento, en el cual seproclama: "Dios enaltece a los humildes, y a los ha¡n-brientos los colma de bienes" (Luc. 1, 46). Aquí en estesalmo se dice: "Dios Ievanta delpolvo al desrzalido y alzade la basura al pobre". Ante las actitudes tan irjustasy humillantes de los ricos en contra de los pobres, Diosse constituye en defensor y gran benefactor de estas clasesmenos favorecidas y más humilladas. Es necesario advertira los que tienen bienes materiales, no sea que por injustoscon los pobres se consigan serias sanciones de Dios.

Segunda X,ectura. iDe Ia primera Carta de San Pabloa Timot eo. 2, L-B

Te nrego, ante todo, qrre se hagan oraciones, ple-garias, sriplicas y aerciones de gracias por toda la gen-te de la tie¡ra, por los jefes de gobierno y por los queestán en eI mando, o ejereen alguna autoridad, para

167

qrre podarnos llevar una vida tranquila y pacÍfica, contoda piedad y dignidad. Esto es bueno y es grato alos ojos de nrrestro Salvador, Dios, que quiere qrretodos los hombres se salverrr y lleguen al conoci-miento de la verdad. h¡es Dios es uno, y r¡no solo esel mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús,que se entregó en reseate por todos. Para él es-toy puesto como ariunciador y apóstol, digo la ver-dad y no miento-maestro de los paganos en fe yverdad.

Encargo a todos que recen en cualquier lugar, alzanr-do las manos limpias de ira y divisiones.

San Pablo quiere que nuestras oraciones las ofrezcamospor todas las gentes de la tierra. Que no nos limitemos aorar por nosotros mismos o por nu stros familiares yamigos, solamente, sino que la oración sea universal, sinexcluir a ninguna de las criaturas humanas que pueblanel planeta. ¿Es así mi oración? ¿Rezo por todos, enverdad?

Por los jefes de gobierno. Y es curioso advertir queen tiempos en que fue escrita esta carta, los jefes de gobier-no eran paganos y casi todos enemigos de nuestra santareligión (empezando por el cruel Nerón, terrorífico perse-guidor), Y por todos ellos manda el apóstol que se elevenoraciones. ¿Rezamos nosotros por los gobernantes? Concriticar no ganamos nada, pero con rezar por ellos sí po-dremos conseguir muchas iluminaciones del cielo que losguiarán a conseguir el verdadero bien de los súbditos. Se-

168

DOMINGO 25 - CTCLO Cñor: que no pase ninguna semana de mi vida sin rezartepor los que nos gobiernan.

cuatro clases de oraciones. san pablo recomiendaaquí cuatro clases de oración: oración de adoración, ora-ción de petición, súplica de perdón y oración de acción degracias. son los cuatro fines que debemos tener al orar:adorar al señor, pedirle Io que necesitamos. suplicar-le perdón por los pecados y darle gracias por sus inmen-sos beneficios.

Dios quiere que todos los hombres se salven.Maraüllosa noticia. Es como un eco o repetición de Io queel señor había dicho por medio de Ezequiel: 'yo no quierola muerte del pecador, sino que se convieúay üva,,.

uno solo es el mediador entre Dios y los hombres,cristo Jesús. Esto lo aceptamos totarmente. Ante Dios,nuestro único mediador es Jesucristo. pero ante Jesucris-to sí tenemos otros mediadores que ruegan a El por noso-tros: la sma. virgen (como Io hizo en caná, cuando obtuvosu primer milagro) y los santos y almas buenas queruegan a Jesús y nos consiguen de El tantos favores ybeneficios.

Jesús se entre gó a sí mismo como rescate portodos. Gracias señor: te ofreciste para pagar las inmen-sas deudas que teníamos por nu stras maldades.Gracias.

Que todos reeen en todo lugar alzand.o las manosIimpias de ira

169

Que en cualquier sitio donde estemos y en todas nues.tras ocrrpaciones y horas del día levantemos el corazón a Diosy le ofrezcamos lo que hacemos y sufrimos, y le demosgracias y lo adoremos y le pidamos sus aytrdas tan necesa.rias, pero que esto lo hagamos sin ,,malos genios,,, sinrabietas, sin üvir renegando de la suerte. Con paz y pa.ciencia.

Evangelio. Segun San Lucas. 16, 1-18

Dijo Jesús:

Un hombre rieo tenía un administrador y le llególa noticia de que derrochaba sus bienes. Entonceslo llamó y le dijo: "¿Qué es eso que me cuentan deti? Entregame el balance de ttr gesüón, porqrre quedasdespedido".

EI administrador se ptrso a echar sus cáIculos:"¿Qué voy a hacer ahora que mi jefe me quita elempleo? Para cavar no tengo fuerzas. Mendigar meda vergüeÍtza. Ya se Io que voy a hacer para qrre cuan.do me eehen de la administración encuentre quiénme reciba en su casa'1.

Fue llamando uno a uno a los deudores de sr¡ amoy dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi amo? -Cienbarriles de aeeite. El le dijo: ,,Aquí está tu recibo;Aprisa, siéntate y escribes sólo cincuenta.

Luego dijo a otro: -¿y tú cuánto debes? _El leeontestó: {ien toneladas de trigo. Le dijo: -Aquí estátu recibo: escribe solamente ochenta.L70

DOMINGO 25 - CICLO CEl amo alabó al administrador injusto por la astu-

cia con Ia que había procedido. Ciertamente loshijos de este mundo son más astutostos que los hijos de Ia ltrz.

Y yo os digo: -Ganaos amigos con elto, para que cuando os falte os recibandas eternas.

en sus aslllt-

dinero injus-en las mora-

He aquí una descripción de cómo la gente de mundoes más astuta y üva para sus asuntos materiales que losque se dedican a lo espiritual para conseguir la santidad.Ojalá la gente pusiera tanto empeño en salvarse como elque pone en enriquecerse. Un hombre que no supo admi-nistrar los bienes de su jefe, recibe el preaviso de que vaa ser destituido. Y dispone ganarse amigos ahora que estáen el alto puesto, para que cuando le llegue el desempleotenga quienes lo reciban como empleado en sus empresas.A cada cliente le hace una gran rebaja en lo que el otro ledebe al jefe, y así ellos van a quedar comprometidos enayudarle a él también, cuando haya sido despedido. Jesúsmismo sabó esta moraleja o enseñattza: "Ahora quetenéis dinero, aprovechad para ganar amigos", paraque ellos después de recibir las generosas aSrudas, rueguena Dios por los que les ayudaron y así les reciban en lasmoradas eternas. Y añade que esto hay que hacerlo aun-que los dineros hayan sido fruto de injusticias (como loson muchas veces, por negocios no totalmente pulcros).Se pueden ir borrando pecados, si se va repartiendo ge-

nerosamente a los necesitados. San Juan Crisóstomo decía:

'lEl rico a¡ruda al pobre dándole sus dineros, y elpobre a¡rurda al rico, rezando por él para que se sal-

n(

Si

L7L

ve". Y aquí se cumple una \¡ez más el refrán judío que dice:"La verdadera riqueza de una persona no es loque guarda sino lo que reparte". ¡Cuántos pobres quesaciaron su hambre por las a¡rudas de los ricos. Cuantos quetuvieron con qué comprar una medicina para curar susmales! ¡Cuántos estudiantes que pudieron coronar su carre-ra por una ayuda generosa de alguien que tenía dinero!¡Cuántos que consiguieron una casita porque una manogenerosa vino en su ayuda! ¡Y la oración agradecida detodas estas personas sube al cielo para pedir al Señor queperdone al que los ayudó y que le reciba en su Reino eterno!

¿Empezaré desde hoy a ganarrne ami os para el cielo conlas riquezas que tengo en la tierra? ¿Con qué generosi-dad? Señor: ¡concédeme una generosidad semejante a laque T[r tienes para con nosotros!

El qrre es responsable en lo poco, también seráresponsable en lo mucho. El que no es honrado en lopequeño, tampoco en Io importante será honrado.

Jesús insiste en la importancia de ser fiel en los pe-queños deberes de cada día. Se ctrmple lo que dice eI librode los Proverbios: 'El que se deüca con todo empeño a cum-plir sus deberes de cada día, no quedará entre los últi-mos. Formará parte del grupo de los principales". Por logeneral en las empresas terrenales ninguno es ascendidoa una posición más alta si no ha demostrado su honora-bilidad y especial responsabilidad en los cargos inferiores.Por eso Cristo nos recomienda: sean honorables, sean res-ponsables en sus pequeños deberes, porque si en lo peque-ño no son honrados, probablemente en lo grande tampocolo van a ser.

L72

DOMINGO 25. CICLO C¿Si no habéis sido responsables en administrar el

ül dinero, quién os va a confiar Io que en verdad.tiene valor? ¿Si no habéis sido honrados en admi-nistrar Io ajeno, quién os va a confiar lo qrre esvuestro?

Quiere decir Nuestro Señor: En la tier:ra están admi-nistrando bienes ajenos, dados solamente en préstamo acada uno, y que los tendrá que dejar todos aquí al morir.Pero si en la administración de estos bienes ajenos no sedemuestra responsabilidad y honradez, ¿cómo se podránentonces conseguir los bienes eternos que esos sí nos vana pertenecer como propios para siempre? Lo que cada unoconsiga para el cielo, dependerá del modo como haya admi-nistrado los bienes de la tierra. Lo que en la eternidad se ledará a cada cual como propio, dependerá del grado de res-ponsabilidad con el que haya administrado en esta tierra losbienes de los cuales era solamente un simple administrador.

Ningtrno puede dedicarse a sen¡ir a dos jefes, almismo tiempo, porque o amará al uno y descuidaráaI otro, o se dedicará a servir aI rrno, mientras queabandona aI otro. No podéis sen¡ir a Dios y al dinero.

Entre Dios y el dinero puede haber antagonismo uoposición. Porque quien se dedica con toda su alma yapetito desordenado a conse$rir dinero, descuida fácilmentesus deberes para on Dos. Y el servir a Dios no puede ser unalabor únicamente para los tiempos que a uno le sobran, des-pués de haberse desgastado por enriquecerse. Una vez aJ-guien ha deciüdo dedicarse a servir a Dios, debe consagrartodas sus energías y actiüdades a tratar de tener contento

173

a Nuestio Señor. Fero si. al mismo tiempo vive enamora-do del dinero y con sed insaciable de conseguir riquezas lepuede suceder como a los cristianos que martirizabanlos ro-manos: amaraban al mártir de la mano derecha a un caballoque salía hacia oriente y de la izquierda a otro que salíacorriendo hacia occidente: El pobre quedaba partido en dos.¿Estaré yo amarrado a dos polos opuestos: Dios y el dinero?¡Peligro!

CONCLUSIONES:

la. Entrégame el balance de tu administración

Señor: que recuerde esta cuenta que te voy a tener quedar. Que me acuerde de que nada es mío, que sólo soy unadministrador. Los bienes que hemos recibido no son unapropiedad. Son una administración en bien de los demás. Esees su fin y no podemos cambiarlo. Y del modo como haya-mos administrado esos bienes tendremos que darle es-

manos.

2a. Los hijos de este mundo son más astutos que loshijos de'la luz

,El jefe se quedó admirado de lo listo que era eI admi-nistrador. No se alaba la trampa sino el ingenio. ¡El mundoes de Dios, pero El se lo alquila a los que saben echar ca-bezal ¿Qué tal que trabajáramos por la religión y por con-seguir la,santidad y la salvación, como los políticos porL74

DOMINGO 25 . CTCLO C

su partido, o los negociantes por su dinero o los deportis-tas por sus equipos? Si aquel infiel fue tan astuto paraeütarse tener que cavar o tener que dedicarse a mendigar,¿con cuánta mayor razón tendríamos que emplear cada unode nbsotros todos los medios lícitos para eütarnos en laeternidad los males que nos pueden venir porhaber adniinis-trado mal lo que se nos confio en esta vida? Si'aquéladministrador infiel fue alabado por su jefe por haberprocedido con tanta astucia, ¿cuánto más será alabado porDios el pecador, que se muestra industrioso por arreglardesde ahora las cuentas que tiene con su Creador?(Maldonado).

En nuestro interior habita el hijo de la luz y el hijode las tinieblas. ¿Cuál de los dos estará siendo más acti-vo e industrioso? (Alápide)

Los mundanos, estimulados por su egoísmo son acti.vos e industriosos y muy despiertos por consguir lo quees material. Y nosotros, los espirituales, iluminados porel Espíritu Santo, águé esfuerzos e inteligencia vamos aemplear por conseguir lo eterno y sobrenatural?

3a. Nadie puede set:r/ir a dos señores

Derriba Señor al dinero de ese pedestal en el que lohemos colocado, y };raz que no lo adoremos ni seamos susesclavos. Jesús:, ¡Tfi quieres que revisemos la escala devalores, no sea:que pongamos al dinero demasiado alto!San Francisco de Asís llamaba al dinero: el "estiéreol deldiablo" y prevenía a los que üven muy llenos de deseosde adquirirlo y de poseerlo, y les recordaba aquello que dijoel profeta Oseas: ,"Por tener eI corazón dividi-

175

do, tendréis qrre pagar muy earo vuestro error,,(Os. 10) Y Amós en la primera lectura de hoy anuncia que

Dios no olvidará nunca las malas acciones que hacencontra los pobres, los que se.rnrelven esclavos del dinero.Conraz6n San Pablo llamó a la avaricia una "idolatría"porque le quita a Dios la confianza y el amor que a El se

le deben y esa confianza y ese amor se dirigen hacia el

dinero injusto. Fatal equivocación.

4a. Ganaos amigos con el dinero, para qrre os reci.ban en las moradas eternas.

L/r LilWüSi§A

Los grandes santos antiguos, cuando explicaban el

evangelio de hoy hablaban siempre de la gran importanciaque tiene el dar limosna. Con la a¡ruda del Espíritu San.to meditemos un poco acerca de este tema de tanenonneimportancia para nuestra eterna salvación.

Todos tenemos el peligro de que se nos vayan quedan.do por el camino muchos Lázaros sin soeorre4 mientrasnosotros, como ricos epulones nos dedicamos a comer bien, a

vestir elegantemente y a pasarla bien. ¡Peligro espantoso!

.Iesús quierre qrle aprorrt:r:herros el dinero parír p,anar.nos el cielo.

San Cipriano (año 258) nos dejó uno de los más bellossennones que se han escrito acerca de la limosna. El dice:"LJna nube negra de avaricia se te acerca. Cuidado, novaya a enceguecer tu alma. Puedes llegar a ser prisione-ro, amarrado al dinero con las cadenas de ra avaricia,cristo te quiere desatar haciendo que te dediques a re-

L76

DOMIrü(;(i llf¡ - CICI.O C

partir limosnas y a¡rudas a los necesitados. cristo, disfra-zado de pobre, üene a pedirte tu colaboración. Reparte con

Cristo tus posesiones terrenales, para que Cristo repartacontigo sus posesiones celestiales. T\¡s ojos están llenos de

nubes negras de egoísmo que no te dejan ver las necesida-

des que están pasando los pobres' Cristo te puede quitaresas nubes tan dañosas e iluminarte por medio del EspírituSanto para que veas 1o importante que es compartir tusbienes con los demás. Recuerda que el que le da al po-

bre, le presta a Dios. Tbdo lo que se ofrece a un pobre lo

recibe Dios como si se le hubiera ofrecido a El mismo. Sino eres capaz de conmoverte por los sufrimientos del pobre,

que por lo menos te conmuevas al recordar que lo que haces

en favor del necesitado te lo pagará Jesucristo como si lohubieras hecho a EI mismo".

Y sigue diciendo el gran santo: "Dedícate a correr en

esta compétencia de la caridad, a la que asisten Dios Pa-dre, el EspÍritu Santo, Cristo y sus ángeles' No permitasque te detenga en tu carrera hacia el cielo ninguna avari-cia. considera dichas para ti aquellas palabras de Tbbías

en la Sagrada Biblia: 'Qrre la misericordia hacia lospobres no te abandone nunca' (Tob' 4).

Y San Ambrosio, gran sabio (año 397) exclama: TYr,

cualquiera que seas, a quien Dios encomendó administrarriquezas: Consíderate presente en aquel impresio-nante tribunal del Divino Juez y oír que te está dicien-

do: ¿Con qué pobres dividiste los bienes que Yo te di para

que administraras? ¿a qué necesitados socorriste? A cuántos

encarcelados aliviaste? Tendrás qué decir: ¿Todos misbienes los tenía encerrados con doble llave y todos mis

L77

cuidados los dediqué a cuidar mis riquezas, sin dar nadaa nadie? ¡Sería terrible tener que responder esto!

"Consultaste a tu egoísmo y buscaste un mal con-sejero". Si hubieras consultado al Espíritu Santo, El tehabría dicho: "fienes que hacer como José en Egipto: decir:todos los que tienen hambre vengan a mis graneros. Quierorepaftir con generosidad lo que Dios me regaló con tangrande generosidad. Mis bienes tienen que ser como lasfuentes públicas: que cada uno venga a beber lo quenecesita".

"Pero si la avaricia te inüta a conservar como tuyo todolo que tienes, oye a lavoz de la prudencia que te dice: Vasa recibir con gran generosidad mucho más de lo que das.Recibirás lo que diste, más cien veces más de interés.Piensa en un banco que pague el cien'uo por uno (el diez milpor ciento) en casas, en medicinas, en estudios, en alegría,en eternidad... y coloca allí tu dinero. Es el Banco de laDiüna Proüdencia que recibe todas las limosnas que re-galas a los pobres. Con estas a¡rudas materiales te estáscomprando el Reino Celestial. Ahora repartes tus bienesa los pobres, y después ellos rezarán ante Dios para quete conceda la gloria eterna".

NOTA Recomendamos conseguir y leer el bello libro:"Cómo haeerse rico para el cielo dando limosnas.enla tierra", por Sálesman. Su lectura hace un gran bien.

L78

DOMINGO 26 CTCLOAAños 1996 .1ggg -zooz-20o5-z0og-20 I l

El primero dijo:El segundo dijo:

LOS DOS IIIJOS

"¡NO voy!" y SI fue."¡SI voyt" y NO ftre,

L79

DOMINGO 26 . CICLC' A

ORACION: Oh Dios que manifiestas especialmente tupoder en el perdón y la misericordia: derrama incesante-mente sobre nosotros tu gracia, para que deseando lo quenos prometes, consigamos los bienes del cielo. Por Jesu-cristo Nuestro Señor...

Primera Lectura: Del Profeta Ezequiel. 18, 25-28

Comentan: ¡No es justo el proceder del Señor!Escuche: Casa de Israel: ¿es irfusto mi proceder? ¿Ono es más bien eI proceder de ustedes el que es in-justo?

Cuando el justo se aparta de su justicia, cometela maldad y muere. Muere por la maldad. quecometió. Y crrando el malvado se convierte de lamaldad que hizo, y practica el derecho y Ia justicia,él mismo salva su üda. Si recapacita y se conüertede los delitos cornetidos, ciertamente viwirá y nomorirá.

El profeta insiste en la responsabilidad personal decada uno. Quiere quitar la mentalidad fatalista Que repe.tía el refrán: "Porque los padres comieron frutas agrias,los hijos tienen que sufrir mal de dientes". La verdad esotra: Cada cual cosecha lo que ha cultivado. Quien cultivaobras buenas cosecha premios y salvación. Quien culti-va obras malas cosecha castigo y condenación.

Yo no puedo decir: "Esto que dice el profeta es para otros,y no para mí". También para mí ha sido dicho. Yo puedo

180

DOMINGO 26 . CICLO Aser ese que en un tiempo se dedicó a hacer obras buenas,y de pronto se dedica a obrar el mal y recibe la reprimen-da y la sanción de Dios. Y puedo haber sido también eseque se dedicó a obrar mal y que de ahora en adelantequiere dedicarse a buscar la santidad, y recibir el perdón y elpremio de Dios. Puedo haber sido el buen hijo que cuandoDios lo llamó a obedecerle le respondió prontamente y debuena gana y que ahora ya no quiere ir a trabajar a sucampo. Pero puedo haber sido también un hijo rebelde quemuchas veces no quiso obedecer a los mandatos de Diospero de ahora en adelante sí quiere hacer la santísimavoluntad del Creador. Señor: ¡que no me aparte jamás delcamino del bien para dedicarme a viajar por el camino dela maldad!

SALM() 24. Recuerda Señor que tu miserieordia eseterna

El salmo 24 es uno de los más bellos y conmovedoresdel salterio. Es un hermosísimo acto de contrición. Recor-dando que cada uno de nosotros nos hemos apartado dela santidad y hemos cometido maldades, dice aI Señor: t'No

te acuerdes de los pecados, ni de las maldades de mijrrventud. Por eI honor de tu nombre, Señor, perdo-na mis culpas que son muehas". Cuando deseamosconseguir de Dios el perdón de tantos pecados de nuestravida pasada, digamos despacio y saboreándolo, el bellosalmo 24 (qtrc en las biblias modernas es el 25),la nume-ración de los salmos en las biblias modernas es un núme-ro superior al de la liturgia porque ésta partió eI salmo gen dos, llamándolos 9 y 10, y de ahí en adelante su nu-

181

meración de cada salmo quedó un número inferior a la delas sagradas biblias actuales.

Segunda Lectura. De la carta de San Pablo a losFilipenses.2, 1-11

Hermanos: si qrrienen darrne el consr¡elo de Cbistoy animarme con su amor; si nos une el mismo Espí-ritu, y tienen entrañas eompasivas, conédanme estagran alegrÍa: manténganse en armonía y en buenasrelaciones de amistad, eon un misrno amor y r¡n mis-mo sentir. No obren por envidia ni por ostentación.Déjense guiar por la humildad, y consideren siempresuperiores a los demás. No se encierre cada uno ensus propios intereses, sino más bien, busquen todosel interés de los demás. Tbngan todos Ios sentimien-tos de una vida en Cristo Jesús.

San Pablo sabe que un gran peligro para los que for-mamos la Iglesia o asociación de creyentes, es la desunión.Por eso suplica a los seguidores de Cristo: "por favor: con-cédanme este gran favor: manténganse en armonía, enbuenas relaciones de amistad". Y llama la atención acer-ca de rrn gran enemigo de la r¡nidad: el egoísmo, elquerer buscar el propio interes y no el interés de los demás.

Luego preüene acerca de otro enemigo de la unidad yfraternidad: el egocentrismo: el deseo del prestigiopersonal; el querer aparecer más que los otros. Para evi-tar este gran mal aconseja considerar siempre superiores alos demás.

t82

DOMINGO 26 - CICLO ASi alguien se preocupa siempre y ante todo únicamen-

te por sus propios intereses, necesariamente choca con losotros y verá en los demás, no unos hermanos para aJru-dar sino unos competidores para superar y hasta elimi-nar del propio camino. Donde reina la ambición egoísta yun deseo inmoderado de conseguir prestigio personal;donde cada uno se concentra sólo en sus propios inte-reses, allí no puede haber sino desunión.

Fln cambio si nos guía el trspíritu Santo, y lo invoca-mos y pedimos su iluminación, El nos concederá sus frutosque son: amabilidad, bondad, rnagnanimidad y paz. Poreso el apóstol dice: ¡Recuerden que nos une el mismo Es-píritu Santo!

Tengan los mismos sentimientos de Cristo Jesús,el cual, a pesar de su condición diüna, no hizo alar-de de su categoría de Dios, sino que se despojó delos honores que merecía y tomó la conüción de es-clavo, pasando por uno de tantos. Y así actuando comoun h'ombre eualqrriera, se rebajó hasta someterseinclr¡so a la muerte, y una muerte de crru;z. Por esoDios lo levantó sobre todo, y Ie concedió el "nom-bre que está sobre todo otro nombre", de modo queal nombre de Jesús, toda rodilla se doble en el cie-Io, en Ia tierra y en el abismo, y toda lengua procla-me: "Jesucristo es Señor", para gloria de DiosPadre.

Dicen que éste es el pasaje más importante y másemocionante de todos los que San Pablo escribió acerca deJesucristo. Ya el apóstol les había escrito a los Corintios:

183

"Cristo siendo rico en el cielo, se hizo pobre en latierra por nosotros" (2 Cor.8, 9) pero ahora esta idea

sencilla se desarrolla aquí con una plenitud y riqueza que

no tienen paralelo. San Pablo escribe rogando a los fili-penses que üvan en armonía y en buena amistad, que noobren por ostentación, que se dejen guiar por la humildad,que no se encierren en sus propios intereses, y para con-

vencerlos de lo importante que es todo esto, les presenta

el ejemplo sublime y admirable de Cristo que siendo elprimero en los cielos se hizo el último en la tierra, y sien-do igual a Dios su Padre, se hizo humilde como un pobre

esclavo y aceptó hasta la máxima humillación: la muerteen cruz.

Un santo exclamaba: ¡Si este ejemplo de Jesús no nos

conmueve, y? nada será capaz de conmovernos! No hayaltura y dignidad más grande que la que Cristo tenía en

el cielo, y no hay grado de humillación más espantosa que

el que El sufrió en la tierra. Y ante tan extraordinario sa-

crificio suyo por salvarnos, ¿no seremos capaces nosotros

de sacrificar también nuestro orgullo y los propios intere-ses, por consen/ar la paz y la unión entre los seguidoresde Jesucristo?

Pero San Pablo no se queda en el recuerdo de la humi-llación de Cristo. En seguida pasa a recordar que esa hu-

millación fue el medio para que consiguiera la más

grande de todas las glorifrcaciones que eústen. Después de

haber sido el objeto de burla y desprecio de la humanidad,pasó a constituirse en objeto del más maravillado culto

en el universo, hasta tal punto que, tarde o temprano, toda

184

DOMINGO 26 - CICLO Acriatura del universo -en los cielos, en la tierra y en losabismos- le rendirá culto de adoración.

Y aquí üene la lección que el apóstol quiere en-señar: que Cristo se ganó los corazones de las criaturashumanas, no por medio del tenor o del temo4, o-abusandode su poderío, sino amándonos, sacrificándose a sí mismo,humillándose hasta el extremo. Ante el ejemplo de un Diosque deja sus altísimos honores en el cielo para venirse arecibir tremendas humillaciones en la tierra, el corazónhumano ya no es capaz de no enternecerse, y se quiebratoda resistencia que hubiera podido haber para amarlo.Cuando nosotros nos arrodillamos ante Jesús, no le deci-mos: "¡Me muero de temor ante tu enorme podeúo!" sinomás bien: "Estoy abismado con el más grande asombroal pensar en lo mucho, muchÍsimo que has hecho por de-mostrarme tu amot''.

Para gloria de Dios Padre. El apostol insiste en quetodos los honores que Jesús recibe son para gloria de DiosPadre. Toda la vida de Jesús tuvo ese principalísimo fin:conseguir la gloria del Padre Dios. Escribiendo a los Co-rintios dice San Pablo: "Cristo colocará un día todobajo el poder de Dios, de manera que Dios sea todoen todos" (1 Cor. 15,28). Si Jesús atrae a los seres huma-nos, es para llevarlos hacia su Padre Dios. Y de esa mismamanera debe obrar el seguidor de Cristo: no pretenderconvertirse en el centro de las miradas. Jesús quiere queno haya otro centro que atraiga, sino Dios. No üür centra-do pensando en sí mismo y en los propios intereses, sinocomo Jesús; buscar siempre y en todo la gloria de Diospadre. Y El se encargará de concedernos también a noso-

185

tros una gloria tansiquiera imaginar.

Evangelio. Seg¡in

grande como jamás hemos

San Mateo. ZL, ZB-B}

podido ni

Dijo Jesús a Ios sumos sacerdotes y a Ios ancia.nos del pueblo: "(Jn hombre tenía ao" ti¡o". s".".r.có aI primero yle dijo: _Hijo,_v"* h;-J'traba¡aren eI campo. EI le eontestói_jNo q*"iál pero des.pués se arrepintió y fue. S" """""?1i ,""'g¡*ao v r.dijo Io mismo. El Ie óontestó, _V"v, ;ñ;"; ;'";" no tue,¿Quién de los d.os hizo_Io que qrrería el pad.re? Con.testaron: El primero. Jes.i" 1"" dijo: "" ;;;ro queIos publicanos y Ias prostitui"" o" rlevan Ia delante.ra en eI camino del Reino d.e Dios. p"rqr.,Áo Juam avosotros enseñándoos eI camino de Ia ""rua"¿ y no recreísteis' En cambio_ ros pubrica'os v r"" pr"stitutasIe ereyeron' y aún despiés de ver esto, vosotros noos arrepentísteis ni Ie creísteis,,.

Aquí se presenta unprimera Iectura. Algr.rienDios manda, y después seem pieza des obedeciendolo que quiere Dios.

El significado de esta parábola es tan claro como el

l-9r,1 Los lÍderes judÍos habían dicho q"u ri otudeceríansvvvt lo.ll

l'!l? rero cuan$3 vjno el Hijo de Dios oo i" luisieron, :_^;

vr.¿(¿rr\r..., vrrl(J el ..uo oe ljros no Ie quisiobedecer' En cambio los publióanos y las prostitutasas ern-

::::T: j::lii j:ob edeci en go muv sravamente a Dios,

:,::.1:i-:movidos por Ia predicación se rr""pi'tl"l;'::sus maldades y empezaron a "u"a."..;il;J#'#;:

hecho muy semejante al de Iaque em pieza aceptando Io que

dedica a desobederle. y otro qrupero luego se arrepiente y háce

186187

DOMINGO 26. CTCLO AAquí ninguno de los dos grupos es perfecto. Ambos son

muy imperfectos. El primero empieza muy bien y termi-na muy mal. El segundo empieza sumamente mal, y terminasumamente bien. El ideal sería empezar obedeciendo aDios, nuestro Padre; y terminar siendo obedientes a El.Pero desafortunadamente somos tan miserables y tan dé-biles que somos desobedientes al principio o lo somos alfinal.

En esta parábola nos describe Jesús dos clases depersonas que hay en este mundo. El primer gh,rpo esel de aqrrellos crryas palabras son mucho mejores quesus acciones. De estas gentes decía el Papa Pablo VI:"Ojalá sus actuaciones estuüeran de acuerdo con susdeclaraciones". Son capaces de prometer cualquier cosay de hacer impresionantes afirmaciones de entusiasmo porlo que es religión y piedad y buen comportamiento. Perosu acción se queda totalmente por debajo de sus palabrasy los que los tratan tienen que decir: "No puedo escucharlo bueno que me dices, porque me lo impide el ruido de lomalo que haces". O como dicen los militares acerca de losque son valientes en palabras pero flojos en los hechos:'Antes de tiempo: gran denuedo. Llegada la hora: muchomiedo".

El segundo grupo es el de los que tienen reaccionesy sentimientos mucho mejores que sus acciones externas.Son víctimas de sus pasiones, de sus malas inclinaciones,de sus situaciones pecaminosas, del medio ambientedonde viven, y su actuación exterior ha sido muy pocoedificante. Pero en cambio sus sentimientos de arrepen-timiento y su deseo de conversión son muy grandes. Esta

parábola quiere señarar que de estas personas se puedeesperar mucho, porque saben hacer caso a Ias llamadasd-e conversión que Dios les hace por medio de sus enüados,Y seguramente el ciero estará IIáno de gentes de este gru.po que como Magdaleno, y el rey Daviá, y San Agustínytantos pecadores-más, empezaron sumamente mal y ter-minaron extraordinariaménte bien. porque hi.i"ror, .*,a.las_llamadas que Dios Ies hacía po, *"dio de sus pre-dicadores. cada uno de nosotros ha tenido, tiene y tendrásu Juan Bautista que re lama a convertirse. ¿Le hacemos

lu..o, "opo los publicanos? ¿O lo despreciarios "omo

losIarlseosl

También nosotros a veces le decimos sI a Dios de pa-v sv IJq-Iabras, pero de obras Ie decimos No. Es necesario con-vertirnos para que si hasta ahora re hemos dicho No anuestro señor, de ahora en aderante le digamos sI a susanta voluntad.

- Judas empezó diciendo sI con sus parabras y terminódiciendo No con sus ob.ras. zaqueo, Magdarena"y Dimas,empezaron mar y terminaron muy bien. Nadie áebe con-siderarse ya sin remedio y a ninguno re conüene creerseya muy seguro. Los sacerdotes, escribas y fariseos sehabían propuesto decirle sI a Dios y terminaron diciendoNo a cristo. Los pubricanos Ie habían dicho No a Dioscon su mala conducta y terminaron diciéndole SI al con-vertirse por ra predicación. Todos tenemos esperanza deconversión, pero también tenemos peligro de terminarmal.

188

lili ;lVt It_lt,:i,r .,,t¡ .,_lH t-j-[.r ;,

Algunos tienen hermosas teorías y horrible práctica.

EI humilde acepta la predicación y se convierte.

El orgulloso sigue en sus ideas de vanidad y se pierde.

Muchos que se imaginaban tener el monopolio de la san-tidad, terminan pecando, y otros que parecían tener elmonopolio de la maldad terminan conürtiéndose. Nadiees tan débil como el que se cree muy fuerte. Y nadie estan fuerte como el que desconfía de sí mismo y pone todasu confianza en Dios.

Unos son buenos en las palabras pero no en los hechos.No basta con decir y no hacer. Algunos tienen vida exte-rior cristiana y vida interior pagana. Tles pasos paraadelante y cuatro para atrás. En cambio ciertos peca-dores han dado dos pasos hacia atrás pero dan tres pasoshacia adelante y se conüerten.

¿Seremos como el primer hijo: religiosos y piadosos enteoría, pero secularizados en la práctica? ¿Si hasta ahorahemos dicho NO a Dios, por qué no empezar a decirle SImn nuestra.s buenas obras y nuestro buen comportamiento?

Los que se sintieron pecadores imploraron'tu ayudaSeñor, y la consiguieron. Señor: que yo sepa hacer de mispecados una ocasión para implorar tu a5ruda y tu salva-ción. Que me convenza de que todaüa es posible la conver-sión aunque a ratos den ganas de exclamar: "¡Ya no haynada qué hacer! Señor, que ningún pecador desespere dela posibilidad que tiene de cambiar y de convertirse y sal-varse y llegar a ser tu amigo. ¡Que aunque nuestras pri-

189

meras reacciones hayan sido decirte NO, sin embargo de

ahora en adelante sí vayamos a trabajar en el campo de

nuestra santificación!".

Los publicanos y las prostitutas pasan a ser los prime.ros si se convierten, y los que se creen buenos pasan a ser

los últimos si no se esfuerzan por progresar. El gran peli-gro es creerse ya uno tan agradable a Dios que se imaginaque no necesita cambiar y mejorar de conducta. No con-

fiemos demasiado en nuestra propia perseverancia por-que podemos fallar.

Jesús no alaba en esta parábola el haber dicho NO, sinoei haber recapacitado y el haber cambiado de desobedienteen obediente. ¿Lo vamos a hacer nosotros? ¿En qué?

¡Dios nos conceda tiemp o y fuerzas para cambiar nuestroNO en SI!

190191

DOIVTINGO 26

CICLO BAño s 1 gg4- 1gg 7 -2000'2003-2006-2009

de estos Pequeñuelos

Ay del qrre escandalice a uno

DOMINGO 26. CICLO B

Primera Lectura. Del Libno de Ios Números. 11, 25-29

En aqrrellos días el Señor bajó en la nube, hablóeon Moisés y apartando algo del espÍritu que Ie habíadado a éI" se lo pasó a los setenta ancianos; aI posar'se sobre ellos eI espíritl1 se pusieron a profetizat.

Habían quedado en el campamento dos del gru-po, llamado Eldael y Medad. Aunque estaban en la lis-ta no habían acudido a la reunión, pero el espírituse posó sobre ellos, y se pusieron a profetizar en elcampamento.

Un muchacho corrió a contárselo a Moisés. Josuéhijo de Nrrm, aytrdante de Moisés desde muy joven,le dijo: -Moisés, señor mío, prohfbaselo.

Moisés le respondió: "¿Estás celoso de mf? Oialátodo el pueblo de Dios fuera profeta, y recibiera elespíritu d,el Señor".

Esta lectura tiene conexión con el evangelio de hoy, eneI cual se narra que los discípulos querían oponerse a unoque echaba demonios en nombre de Jesús, porque no an-daba con eI grupo de los que seguían. Jesfis no permiteque se lo prohíban. También Moisés aI saber que algunosque ho están en su Supo, en reunión con é1, han recibidoel Espíritu Santo en vez de oponerse se alegra y exclama:"Ojalá todo el pueblo de Dios recibiera el santo Es-píritrr y hablara comunicando mensajes de Dios".M«¡isés está aquí deseando Io que más tarde anunciará

t92

I)OMINGO 26. CTCLO BDios por medio del profeta Joel: 'Yo derramaré mi es-píritu sobre vosotnos, y vuestros hijos y vuestras hijasprofetizarán" (Joel 3, 1) San Pedro en su primer discur-so en el día de Pentecostes anunció que esta promesa deDios se está cumpliendo desde el día en que el EspírituSanto bajó en forma de lenguas de fuego sobre la VirgenMaría y los apóstoles y discípulos (Hechos 2, 1G).

Ojalá que sobre cada uno de nosotros descienda tam-bién el Espíritu Santo y empecemos a recibir mensajes deDios. Digamos muchas veces'Ven EspÍritu Santo,'. Jesúsprometió solemnemente: "Mi Padre dará el EspÍrituSanto a quienes se lo pidan" (Lc. 11, 13). ¿Cuántas ve-ces voy a repetir: 'Ven Espíritu Santo"? -Diré frecuente-mente aquella hermosa oración del Salmo: ,,EnvíaSeñor tu Espíritu y se renovará la faz de la tierra".Y ojalá pudiéramos rezar siquiera una vez por semana elbellísimo Himno "Ven Creador EspÍritu". Es un himnoque los sacerdotes y las almas piadosas vienen rezandodesde hace más de nueve siglos, con notable provecho parasu alma.

(Nota. Para saber lo que consigue una persona queinvoca frecuentemente al Espíritu Santo, puede ser de in-menso provecho la lectura del bellísimo librito titula-do "Maravillas del Espíritu Santo". Lo preguntaré enlibrerías religiosas o en Ia casa cural).

SALMO 18. Los mandatos del Señor alegran elcorazón

Hoy leemos Ia segunda parte del muy hermoso salmo 18.AIIí se leen frasas tan bellas como éstas: 'Absuélveme Señor

193

de las faltas que no recuerdo. Presérvame Señor del orgr¡-

llo y de la altanería. Así quedaré libre de un gran pecado".

segunda Lectura. De la carta del Apóstol santiago.5, 1-6

ustedes los rieos: lloren ylaménterlse, por las des-

gracias que les pueden venir. su riqtreza está colrom-

fia". Srr oro y su dinero están mohosos de nousarlos, y ese moho será un testimonio en su contra.Han amontonado riqueza, ahora que ha llegado el

tiempo final. El salario justo que no les quisieron pa'gar a los obreros que les trabajaron está clamand.o

óontra Usted.es, y los gritos y protestas de los traba-jadores mal pagados han llegad.o hasta los oídos de

bio". Los que han üvido en este mundo con lqios ydedicados al placer, se han cebado para el día de

la matanza.

Este es uno de los pasajes más fuertes de toda la Bi-

blia, contra los ricos que no comparten su riqueza con los

necesitados, y contra los patronos injustos que no

pagan a Su.s trabajadores un salario digno. Y aunque estas

frases parecieran más de un líder sindical que de un apóstol,

sin embargo son Palabra de Dios y las inspiró el Espíri-

tu santo. Es un aüso para todos los que pretendemos guar-

darnos nuestras riquezas sin compartirlas con los pobres.

"Laméntense por las desgracias que les pueden venir", dice el

Apóstol. "Ese moho que tienen sus riquezas, por no emplear-

las en favor de otros, ese mismo moho será un testimo-

nio en contra de los que poseen las tales riquezas".

L94

DOMTNGO 26 . CTCLO BEn el siglo pasado San Juan Bosco comentaba estas

palabras diciendo a los ricos: "Lo que ahora no repartenpor las buenas en favor de los pobres, más tarde tendránque repartirlo por las malas cuando les coloquen un armafrente a su corazótl'. Muchos creyeron que era una ex¿rgera-ción, pero poco después sucedió tal cual lo había anun-ciado el santo.

Sería muy interesante leer lo que dice el Libro de losProverbios acerca de los que no dan a los pobres lo queles deberían dar. Allí se insiste en repetir que si le nega-mos al pobre lo que le podemos dar, él clamará a Dios, yDios nos tomará cuenta de nuestra tacañería.

Alguna vez tratemos de leer el impresionante libro ti-tulado'Cómo hacerse rico para el cielo, dando limos-nas en la tierra". Nos vamos a quedar aterrados alconstatar que somos mucho más tacaños y mucho menosgenerosos de lo que nos imaginamos. Con razón el salmode hoy le pide a Nuestro Señor: "Perdóname de los pe-cados de los cuales no me doy cuenta, de los peca-dos que se me ocultan".

No puedo taparme los oídos ante los avisos tan seve-ros del apóstol Santiago en esta lectura de hoSr No los voy aaplicar a otras personas sino a mí mismo. Cada uno es máso menos rico en relación con los otros. Por eso cuando dice:"IJstedes los ricos... consideraré que me está hablando amí en persona. Sería muy extraño que yo no estuvieraapegado aI dinero y que no me estuüera guardando algode lo que debería repartir. Señor ilumíname si en verdad

195

estoy desapegado de las riquezas o si debo desapegarme más.Santiago me recuerda que estamos llegando al tiempo fi-nal. Se me pedirá cuenta del modo como administré lasriquezas que recibí. Mi comportamiento no lo juzgaré yo,sino Dios que oyó las lamentaciones de aquellos a quie-nes no quise ayudarr'.

Evangelio, segrin San Marcos. 9, 37 -42

Dijo Juan a Jesús: "Maestro, hemos visto a unoqrre echaba demonios en tu nombre y se Io hemosquerido impedir, porqrre no es de Ios nuestros".

Jesús respondió: "No se lo impidan, porque r¡no quehace milagros en mi nombre, no puede luego hablarmal de mí. El que no está contra nosotros está a fa-vor nuestrott.

Jesús mismo había dicho: "Cuando uno que es fuerte yestá armado, es atacado por otro mas fuerte que é1, tiene quecederle sus posesiones". La gente se había dado cuenta deque Cristo era muchísimo más fuerte que Satanás, y por esoalgunos empleaban el nombre de Jesús para sacarles el de-monio a los que estaban poseídos del espíritu malo. Losapóstoles vienen a darle la queja al Divino Maestro, yEl les responde dando una gran demostración de toleran-cia y de bondad y generosidad. Son dos frases admirables:"Si están haciendo milagros en nombre mío, ya no podránhablar contra míl'. Y "el que no está contra nosotros, estáen favor nuestro". Jesús es mucho más inclinado a creerque los demás son sus amigos, que a declarar ene-'migos suyos a los otros. ¿Tbnemos también nosotros esta196

noble inclinación? ¿O andamoshay?

DOMTNGO 26 - CTCLO t}üendo enemigos donde no los

Y dijo Jesús: ,,El que le d.é de beber a'nqrre sear,¡n vaso de agua a otro, porque es seguidor del Me-sías, no quedará sin *".o-p"nsa,,.Declara el señor que toda bondad que mostremos, todaayuda que demos a otra persona, porque esa persona esamiga de cristo, no quedará sin recompensa por parte d.eDios' No se nos pide que demos grandes cantidades o co-sas costosas que no están a nuestro arcance. se nos pidedar'trn vaso d.e agua,r, cosas ordinarias y sencillas, perodar'-Dar siempre y no dejar nunca de dar. como ,ega deespóntaneo aquí er recuerd ¡ de aquera famosa frase delLibro de los Proverbios: "Er que Ie da aI pobre, Ie presta

a Dios, y Dios Ie recompensarár'.

Y una razón muy importante por la cual quien da aun_qúe sea un vaso de agua, no se quedará sin recompensa,es que aún el más humirde discípuro de Jesús representaa Jesucristo, y el señor nos dirá en el día der Juicio: ,,Todolo que hiciste en favor, aún el *e, n.r*irá",] nri me Iohiciste" (Mt. 25,40). iCuántas ocasiones dejó perde4 paradar mi "vaso de agua,,, [1i pequeña ayuda,- a estos querepresentan a Jesús?

Me imagino el tono amabre y aregre, y el rostro sonrien-te con el cual Jesús habrá pronunciado esta promesa tanalegradora: "No quedará sin recompensa". ¿Estaría pensan-

1: mí, y en mis pequeños favoreÁ a los dJmás? ¿y por qtrénol

L97

El qrre escandalice a uno de estos pequeños qrrecreen en Mí, más le valdría que le ataran al euellouna piedra inmensa y lo echaran al fondo del mar.

Jesús acaba de anunciar recompensas para quien a¡nrde

a los demás, aunque sea con un vaso de agua. Y ahoraanuncia también muy fuertes sanciones para que quien se

atreva a enseñar el mal a un pequeño (ya sea pequeño en

edad o pequeño en fe o en personalidad). La frase es de-liberadamente mrry severa y fuerte. Habla Jesús de que

más le valiera a uno que le amarraran al cuello una pe-

sadísima piedra de esas que usaban en los molinos, y loecharan al fondo del mar. Y esto equivalía ciertamente ano tener esperanza de lograr salir a flote. Este era uncastigo empleado en aquel tiempo. Unos revoluciona-rios galileos cuando lograron tomar prisioneros a variosempleados de Herodes, le amarraron a cada uno una pie-

dra grande al cuello y así los echaron al mar de Galilea. YCésar Augusto, el emperador, cuando supo que unos em-pleados habían abusado descaradamente del poder, los con-

denó a ser arrojados al mar, con una gran piedraamarrada al cuello de cada uno.

¿Y por qué tanta severidad de Cristo Jesús acerca delque escandaliza o enseña a pecar a otros? Es que pecares ya algo mrry grave, pero enseñar a otros a pecar esinmensamente peor (Pensar por ej. en quien corrompea un menor y lo encamina hacia el ücio).

¿Que les sucederá a los que con el cine corrompido ense-ñan a tantos otros a ser impuros y criminales? ¿Y los queenseñan a roba4 o a mentiq, o a tratar mal a lm demas? (Cuán-

198

DOMINGO 26 - CTCLO Btm hombres son hommo<trales, poryue orando niños un ma-yor despertó en ellos el instinto malo que tenían dormi-do).

El ejemplo de las dos ollas hin¡ientes

Los antiguos romanos narraban la leyenda de aquellosdos que murieron al mismo tiempo. El uno era asesino yel otro escribía novelas pornográficas. Y cada cual fue sen-tenciado a ser atormentado entre una olla hirviente.Y pasados cien años, las llamas de la olla del asesinose apagaron, pero las de la olla del escritor pornográ-fico seguían muy encendidas. Y el corruptor aquel pregun-tó a un ángel por qué al otro ya no lo atormentaban, y aél sí le seguÍan fomentando las llamas. Y el ángel le res-pondió: "Es que los malos ejemplos del asesino, ya nadielos recuerda y a nadie le hacen mal ya. Pero las nove-las que Ud. escribió sí siguen enseñando a pecar a mu-cha gente". '¡Y así Ud. tiene que srrfrir tormentos porlos peeados que cometió y por los peeados qrre otroscometen por culpa suya, por sus malas enseñanzas".

¿A cuántos habremos dado malos ejemplos? ¿Cuántoshabrán pecado por culpa nuestra? Perdónanos Señor, yconcédenos que así como en la vida pasada quizás fuimosocasión de que otros te ofendieran, en cambio de ahora enadelante seamos ocasión para que muchos te amen más yse dediquen a hacer obras buenas y a ganarse el cielo.

¡Con qué tono de voz tan enérgico y con qué rostro tanserio habrá pronunciado Jesús estas frases de este evan-gelio! Son frases para hacer temblar. Sólo Cristo podía decirpalabras semejantes. El sí sabe lo terriblemente grave y

199

dañoso que es el hacer pecar a los demás. Es algo dema-siado serio y dramático, como para que se quede sin fortísi-mos castigos. Señor: ten misericordia de todos los quehemos sido ocasión de que otros te hayan ofendido.

Escánd.alo sigrrifica: poner trampas o tropiezosen el camino por donde otro tiene que andar. El evange-lio dice que el escándalo o mal ejemplo a las personassencillas es algo muy dañoso y digno de ejemplar castigo.Es necesario tener temor a poner tropiezos o malos ejem-plos en el camino de los pequeños o inmaduros. A vecescreemos que la gente que nos obsen¡a no es inma-dura y sí lo esr y les damos escándalos y graves y muydañosos. No se trata de üvir pendientes del "qué dirán",sino del "cómo les afeetará". El escándalo hace mal a

quien Io recibe y le trae castigos a quien lo da.

Si tu mano te hace pecar, córtatela. Más te valeentrar manco en la Vida Eterna que ir con las dosmanos al abismo, d fuego qrre no se apaga.

Si tu pie te hace pecar, córtatelo. Más te vale entrarcojo en la Vida Eterna que ser echado con los dos piesen el abismo.

Si tu ojo te hace peear, sácatelo. Más te valeentrar ttrerto en el Reino de Dios, qrre ser echadoal abismo con tus dos ojos, dond,e el gusano roedorno muere, y el fuego no se apaga.

Este pasaje presenta con unas imágenes muy impresio-nantes del lenguaje oriental, la idea de que con tal de ga-

narse Ia üda eterna y salvarse, hay que estar resueltos a

200

DOMTNGO 26 - CICLO B

cualquier sacrificio por grande que sea. En lo físico per-der un brazo, o un pie, o un ojo, es una pérdida tremenday espantable. Y sin embargo Jesús dice que esta pérdidainmensa es preferible, a tener que perder la vida eterna,y a tener que ir a los castigos preparados para los peca-dores.

Este dicho de Jesús no hay que tomarlo a laletra. Lo que está queriendo decir es que si tenemos algoque para nosotros es tan valioso y precioso y estimado comouna mano o un pie o un ojo, pero eso nos lleva al pecado,es necesario renunciar al tal peligro, aunque nos cuesteinmenso sacrificio. Algo tan estimado como una mano,puede ser una amistad, que nos lleva al pecado, y de lacual hay que alejarse. Tan útil como un pie, puede ser unempleo que tenemos, pero en el cual se encuentra un gra-vísimo peligro de ofender a Dios. Es necesario estar resuel-to a renunciar al tal empleo, con tal de no renunciar ala eterna salvación. Hay negocios que aparecen tan valio-sos como un ojo de la cara, pero que llevan al pecado ypor lo tanto a la condenación eterna., Hay que hacer el sa-crificio de renunciar a los tales negocios, aunque nos lloreeI alma. Pero Dios sabrá recompensarnos de maneras tanextraordinariamente generosas, como nunca habíamosimaginado.

José en Egipto renunció a la mala arnistad que leproponía Ia esposa de Putifar. Y por esa causa perdió suempleo y sufrió tres años de cárcel. Pero de la cárcel saliópara ser nombrado Primer Ministro. Dios sabe pagar muybien los sacrificios que se hacen por no ofenderlo.

20L

¿Qué sacrificios me suesta a mí la religión y la amistadcon Dios? Dios no ofrece gratuitamente su cielo, ni vendebaratos sus dones, porque El no regala chucherías. ¿Fuedodecir que en verdad mi religión y mi esperanza de obtener elReino Eterno y mi temor a los castigos que llegan a los peca-dores, sí me llevan a acciones que me cuestan verdaderossacrif,rcios? ¿O veo películas malas tal como lo hacen los queno esperan entrar al Reino de Dios ni temen los castigos diü-nos? ¿Acuántas amistades peligrosas he renunciado por con-servar mi amistad con Dios y lograr ir al cielo? ¿Mi deseo departicipar en el Reino de Dios y mi temor a los castigos quellegarán a los pecadores, me llevan a hacer algún sacrificiopor no pecar? ¿O me dejo Ilevar por la corriente de la facili-dad como los que no tienen fe ni esperattza ni temor del Se-ñor? ¡Dios mío: concáleme valor para ser capaz de renunciar,aun a costa de fuertes sufrimientos a todo lo que se opon-ga a mi santidad y a la consecución de tu amistad y de tureino celestial!

202 203

DOMINGO 26CICLO C

Años I 995- l gg8-200 l-zoo4-zoo7 -20 I 0

En medio de sus tormentos üo a lo lejos a Abraham y aLázaro-y gritó: Padre Abraham, envíime "t ii""" paraque alivie mis penas. Abraham respondió: Un É"",,abismo no-s separa. y replicó el rico: E'ntonces envíalo acasa de mi padre pall que advierta a mis hermrrros, no

::a qle vengan también ellos a este Iugar de tormento.Atraham-_dijo, "fienen a Moisés y a ros"pr"t i"" y no rosescuehan".

r)üiwINt]ü s6 - ürcl-o cFrirnera f,ectura. Del prnfeta Anaós. 6, l_7

Esto dice eI Señor Tbdopoderoso: _Ay de Ios queponen su confiattza en eI poder del Monte sión y enIa seguridad del Monte de Samaria.

se ac*estan en Iechos de marfil. comen Ios cabri.tos más gordos der rebaño y ras mejores ternerasdel establo. cantan ar son de inst^rmentos musi.cales. Beben licores finos. se.'gen eon ros perftrmesmás costosos- Y no sienten ninguna tristez-a por rospecados y los males del pueblo. por eso irán al des,tierro, a Ia cabeza d'e ros cautivos. se acabó ra orgía¡¡ fiesta de trago y pecado, d.e los d.esvergonzad.os.

Parece que el profeta Amós estuviera viendo con ochosiglos de anticipación la üda y er finar der rico Epurón, quedescribe hoy Jesús en su evangerio. como qrr" Iá. costum-bres de los ricos no cambian mucho a través de los tiempos,Los ricachones del tiempo de Amós no se preocuparon portener contento a Dio , sino por llenar sus estámagos ypasarla bueno, y cuando menos pensaron llegaron losenemigos de Ia patria y se ros llevaron cautivos al destie-rro' Tbnían falsas seguridades de que el Monte sión y erMonte de samaria eran imposibles de conquistar por rosenemigos, y sí fueron conquistados. Es necesario dejar decolocar Ia confianza en lo material y darle toda la impor-tancia a lo espiritual, especialmente a tener a Dios conten-to con una conducta lo más santa que a cada uno le sea204

D(}]\{[N{}O 2{i - CICLO {-r

posible. Solo así nos libraremos de que nuestra vida ter-mine en un desastre.

SALMO 145. Alaba alma mía al Señor... En contra-posición a la horrible conducta de ciertos ricos que acaba

de enumerar la primera lectura y que describirá hoy el

evangelio, el salmo 145 trae una lista de grandes cua-lidades que tiene Dios. Por ej. "Flace justicia a los opri-midos, da pan a los hambrientos, liberta a los cautivos, abre

Ios ojos al ciego, endereza a los que ya se doblan, cuida a ios

peregrinos, sustenta al huérfano y a la viuda, pero hacetransitar por caminos mrry amargos a los que se d'e'

dican a hacer el mal".

Segtmdzr Lectura. De la prirnera Carta rtr"e §an Pa-blo a Tirnoteo. 6, 11--i6

Hermano, sielrzo de Dios: tienes que practicar lajusticia, la piedad, la fe, el amor' la pacieneia, la de'licadeza. fienes que combatir el buen combate de lafe. Tienes que conquistar Ia Vida Etema a la que fuistellamado y de la qrre hiciste noble profesión delan-te de mrrchos testigos. Y ahora, ante Ia presencia de

Dios que dio Ia vida aI universo' y de Cristo que diotestimonio ante Poncio Pilato, te insisto que guardes

el mandamiento sin mancha ni reproche, hasta el díade la venida de Nuestro Señor Jesucristo, que entiempo oportuno mostrará el bienaventurado yúnico soberano, Rey de reyes y Señor de los seño-res, el único poseedor de la inmortalidad, que habitaen una luz inaccesible, a quien ningrin hombre ha

205

visto ni puede ver. A El, honor e imperio eterno.Amén.

Siervo de Dios. Se le insiste a Timoteo en que estoque se le va a aconsejar tiene que practicarlo porque es un"sienzo de Dios". Este título es muy sagrado en la Biblia.Se le daba a Moisés, a Samuel, al Profeta Elías y a otros

enüados de Dios. Se inüta aquí a practicar las ürtudes, por

esta razón: porque se es un "siervo de Dios", alguien prefe-

rido y muy amado por Nuestro Señor. El que a uno de nosotrosse nos llame "sieryo de Dios", "trabajador de Dios", "colabo-

rador de Dim" (como en realidad sí lo somos) )ra nG debe hacer

echar lacabezahacia atÉs y levantar el pie derecho en señalde querer marchar, y exclamar: "¡hacia adelante, por miSeñor Dios de quien soy mensajero, de frente, mar!".

La lista de ürtudes. De primera le recomienda aquíla justicia, que es darle a Dios lo que es de Dios y alas personas humanas, lo que a ellas les corresponde. Se

Ilama "justo" al que cumple bien sus deberes para con Diosy para con eI projimo. Luego se recomiendan tres ürtu-des referentes a Dios: la piedad: tener hacia Nuestro Señor

un amor como de un muy buen hijo hacia un padre muycariñoso. La fe: creer todo lo que Dios ha enseñado. Elamor: recordando los muchísimos favores que el buenDios nos ha hecho.

En seguida recomienda dos virtudes referentes aI pró-jimo: la paciencia y la mansedumbre (o delicadeza en

el trato). Y todo esto practicarlo teniendo en cuenta que

el día de la Venida de Nuestro Señor Jesucristo seremosjuzgados por El, y recordando que "toda nr¡estra vida206

está patente y clara ante Aquel a quien tendremosque dar cr¡enta exaetao para ser juzgados según nrres-tras obras" (Hebreos 4).

Evangelio. Segrin San Lucas. 16, 19-31

Dijo Jesús: -Había un hombre rico que se vestíade púrpura y de lino, y banqueteaba espléndida-mente cada día. Y rrn mendigo llamad.o Lázaro, es-taba echado junto a la puerta de su casa, crrbiertode llagas, y con ganas de saeiarse de lo que tirabande la mesa del rico, pero nadie se lo daba.

Y hasta los pelros se le acercaban a lamerle lasllagas.

Y sr¡cedió que se murió el mendigo y los.ángeleslo Ileva¡¡onjunto aAbraham en el cieb. Se mr¡rió tambiénel rico y lo enterraron. Y estando en eI infierno,en medio de los tormentos, levantando los ojos, viode lejos a Abraharn, y aLázaro junto a é1, y g¡itó:

-Padre Abraham, ten piedad de mí y manda aLázaro que moje en agua la punta del dedo y merefresque la lengua, porque me torturan estasllamas.

Pero Abraham le contestó:

-Hijo, recuerda qrre recibiste tus bienes en üda,y Lázaro a su vez recibió males. Por eso él encrlen-tra aquí consuelo, mientras tú padeces. Y además,entre nosotros y vosotros se abre rrn abismo inmenso,

207

para que no puedan er:uzar, arrnqrre quieran, d.es.de aquí hacia vosotros, ni pued.* i.".ide ahí hastanosotros.

El rico insistió: _Te ruego pad.re, que mandes aLázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco her.malos, para que con su mensaje, evite que vengantambién eUos a este lugar d.e tormento.

Abraham Ie djce: 4ienen a Moisés y a ros profetas.Que los escuchen.

EI rico contestó: -No padre Abraham. pero si unmuerto va a verlos se arrepentirán.

Abraham Ie dijo: -,Si no escuchan a Moisés y a losprofetas, no harán qaso ni aunque resucite un muerto.Esta parábora está construida con tar maestría que notiene ni una frase de más.

Primero está ra descripeión der rico: vestía unostrajes de lino y púrpura, finísimos, que cada uno costabaIo que un jornalero ganaba en varios meses. cada día te-nía almuerzos y cenas con platos raros y costosos. En unpaís donde la gent" ." .orr"lderaba ufo.i.rrrriu .i togrutucomer carne un día por semana, ér comía tua -"¡'ores car-nes a mediodía y por Ia noche.

Luego üene Ia descripción del pobre. Extrañamen-te, Lázaro es el único perlonaje-en todas Ias parábolas,que tiene nombre. Lázaro en úeb"eo "igrrifiáIlnio" rn.ayuda"' Era mendigo. seguramente ya había perdido ras

208

D0:lltING() 2ü - OICLO C

fuerzas para trabajar, y no tenía familia que le a¡rudara.No le quedaba otro remedio que mendigar para no morir-se de hambre. Y para acabar de completar se había llena-do de llagas su piel, y los únicos que se le acercaban eranlos perros callejeros, canchosos y sucios. Su hambre era talque deseaba que le lanzaran las sobras de la mesadel rico. Pero ni eso le lanzaban.

Las anteriores son las escenas de este mundo.Ahora llegan las escenas del otro mundo. Lázaro almorir es llevado al puesto más honroso: junto al PadreAbraham, allá en lo alto del cielo, muy cerca del DiosSantísimo. El rico en cambio es lanzado al morir, a lasliamas del infierno. Y el que en la tierra ni siquiera sehubiera prestado para que este mendigo le diera un salu-do, ahora pide suplicante que Lázaro moje la punta de unode sus dedos en agua y vaya a refrescarle los labios por-que arde de sed. El que era último llego a ser primero, y elque era primero, llegó a ser último.

Ha llegado a su fin el primer cuadro del dramo. Estecuadro termina con los funerales de Ios dos. Qué distin-tos también estos dos funerales: el uno con cien y más ca-rrozas y miles de coronas y sepulcro de más de un millóny... al pobre Lázarc lo llevan en un pobre ataúd de cuartaclase y con un entierro de tercera, a una fosa, la más ba-rata que alquilen en el cementerio de los pobres.

Pero ahora la escena cambia. Viene el segundo a,cto deldrama. Ante los ojos de Dios todo se vuelve al revés. Elrico llega ante el TYibunal Divino únicamente con suegoísmo. No tuvo compasión con el necesitado ni le brin-

209

dó su a¡ruda. su cartera quedó ilena de dinero y su casa re-pieta de comodidades y de rujos. La cuent,

", er bancomarca bastantes millones. pero nada se llevó para el otromundo. El pobre dejó aquí soramente unos harapos. perose Ileva la cuenta de todos los sufrimientos que ofreció poramor de Dios. su paciencia, su humildad, su resignacián,

Al rico Io llevan los demonios al infierno. Al pobre loIlevan los ángeles al cielo. Mientras en el mundo se lle-van a efectos dos tocesiones: una solemne y concurridacon el rico al cementerio de lujo; y otra casi solitaria conel pobre al cementerio popular, también en ra eternid,ad,se lleuan a efecto otras dos procesiones: una con el rico ba-jando hacia el infierno y otra con el pobre subiendo haciael cielo. Después de la muerte hay una separación defini-tiva entre los que hicieron el bien y los que se negaron ahacerlo. cada uno recibirá según lo quá haya hecho, Iobueno y lo malo.

La suerte del rico Epulón no es nada envidiable.Aunque sóIo se trate de llamas de remordimiento y del dolorde pensar que su mala situación ya es irremediabre, estoes tremendo. se le avisa que hay un abismo impasableentre él y la felicidad y que es imposible trasladarse des-de donde él está, hasta el cielo. uno de sus tormentos serárecordar lo mucho que ha perdido por no haber queridodar algo en favor de los pobres.

El rico fue condenadn, no por ln que hizo sino por lo queno hizo' su pecado fue mirar er sufrimiento de otro sinsentir compasión. su pecado fue poder a¡rudar ar necesi-tado y no a¡rudarlo.

2L0

DOMINGO 26 - CTCLO C

Hoy en los catecismos aparece un nuevo pecado: elpecado de omisión. Poder hacer el bien y no hacerlo.Negar favores cuando se pueden hacer. Y hay que exami-narse y arrepentirse y mrregirse de esto, porque el rico fuecondenado por no a¡rudar aLázaro, pudiendo ayudarlo.

Esta parábola es una terrible aduertencia: es un re-cuerdo de que un rico fue condenado, no por hacer cosasmalas, sino por no hacer obras buenas, de caridad.

Qué suerte tan distinta aquí en el mundo la del ricoegoísta y la del pobre Lázaro. El uno nada en placeres,tiene todo lo que desea, y se convierte en un completoegoísta (y este es su pecado imperdonable: no el tener ri-quezas sino el ser tan egoísta que no las comparte con lospobres). El otro aguanta con paciencia los sufrimientosatroces de una üda pobre y miserable, y con esos sufrimien-tos se gana el cielo.

CONCLUSIONES

Esta parábola se repite todos los días en todas partes.

El rico no miraba al pobre Lázaro. Eso sigue sucediendosiempre: muchos que tienen medios económicos no van aver la miseria que sufren los pobres, y por eso no se con-mueven ni les a5nrdan. Jamas van a los barrios más pobres.

Ni saben dónde están. Su casa parece un almacén de ro-pas y el pobre no tiene con qué cambiarse.

Jesúrs nos reeuerda en esta paníbola que tenemosun destino eterno. Aquí hay la afirmación de que existeun juicio después de la aduana de la muerte, donde cadacual recibe según haya sido su conducta, y cada uno cose-

2LL

cha lo que ha cultivado. Y allí se cumplirá lo que dijo el

Apóstol Santiago: "Será juzgado sin misericordia,el que no practicó la misericordia". Jesús nos invitaa pensar en el castigo eterno que espera a los que no ayu-dan a los pobres por si los otros motivos no nos mueven atener misericordia y a a¡rudar.

AI morir sucede un giro de 180 grados. El que aquíbanqueteaba, allá padece terrible sed. El que aquí aguan-taba hambre, allá se sienta al banquete celestial junto a

Abraham. Y entonces sí que se cumple lo que anuncia el

Libro de ios Proverbios: "Quien se niega a escuchar elgrito del necesitado, tampoco cuando él grite, halla-rá respuesta".

La respuesta de Abraham. trae un importante mensaje:

-O te conviertes con la lectura de la Biblia y con la predicación, o no te conviertes. Naffieies a que te conviertaningún aparecido. Es la Palabra de Dios la que te va a

convertir, si tú quieres.

Jesús quiere que no nos aeostumbremos a lasdesigualdades escandalosas que existen entre ricos ypobres. El las señala con el dedo. Son graves. Es necesa-

rio recordar la sanción que va a tener en el más allá, el

que cierra los ojos ante las angustias del pobre. Señor: que

yo no sea jamás de los que no se conmueven ante las pe-

nurias del prójimo.

Lo grave no es tener riqrrezas. Lo temible escerrarse hacia el necesitado y olvidar que hay una üdaeterna donde nos pagarán 1o que hemos dado y nos cobra-rán lo que no hemos querido repartir. Señor: que jamás

212

DOMING() 26 - C{CLO C

deje yo de mirar las situaciones angustiosas-de los que me

;iá"; a¡ruda. Que jamás deje de recordar la vida eterna

que me espera.

La escena final es impresionante. cinco hermanos

,i.Á q,r" no se dejan convencer por Moisés y por los prof'e-

tasymenosporunmuertoqueresucite.Esquelasriquezasendlrece' el corazón. Esta parábola es para d.espertar

a los ricos, y no dejarles dormir en sus ilusiones de que

las riquezas no se les van a acabar '

El peHgro del rico es volverse insensible a las lla'madas de Dios. Volverse un irreligioso que no- le conce-

deningunaimportanciaalapalabradelLibroSagradoya las piedicaciones y buenos consejos'

Señor:queningunariqueza,nimaterial,niintelectual,ni espiritrril, ,i"tte mi corazórpara no conmoverme ante

el que necesita mi ayuda, o cie-rre mis ojos para no ver eI

destino eterno que me espera después de Ia muerte'

Acerca de las riquezas, cada uno debe hacerse la pre-

gunta que los santos repetían frecuentemente: ¿De qué me

sen¡irá esto Para la eternidad?

Señor:entusmanoscolocamostantosricosquevivensólo para sus egoísmos' Cámbialos Seño

Que se den cuenta del fin eterno que

fi t o te agrada que el ser humano Pi

bien, sin aYudar a los otros' Por eso

recuerdas los castigos que le esperan al morir si no ha

compartido sus bienes, para que a tiempo' cuando toda-

vía puede hacerlo, ayudé con sus riquezas a los desposeí-

213

dos. Ttr ter:rible advertencia es que el pecado del rico no fueque hiciera cosas malas, sino que no hizo el bien quedebía hacer. Hagamos en favor del pobre, lo que el ricoegoísta no quiso hacer.

El eambio qtre produjo esta parábola en el Dr.Sweitzer

El Dr. Sweitzer era un afamado médico y excelentepianista alemán que llevaba una üda normal sin preocu.parse muy especialmente por a5rudar a los pobres. Pero undía fue a un acto de culto y oyó leer la Parábola del RicoEpulón (S. Lucas Capítulo f6) y al oír allí que aquel ricose había ido al infierno por no haber querido a5rudar alpobre Lázaro, se conmoüó profundamente y vendiendo susbienes se fue al Africa a a5rudar a los más necesitados. Alláen Lambarene, fundó un hospital para leprosos y él mis-mo los atendía gratuitamente.

Y cada año volvía a Europa y presentaba conciertos depiano en los teatros y en pleno concierto suspendía lamúsica, y subía al escenario y narraba a la gente la Pará-bola del Rico Epulón que por no haber querido ayudar alpobre se fue al infierno. Y les contaba cómo esta parábola lohabía llevado a él al Africa con los leprosos. Los oyentesse conmovían, y cuando el Dr. Sweitzer pasaba a recogerlas a¡rudas, le llenaban con gusto sus alcancías con bille-tes de alto valor. Y él se volvía al Africa con un aviónlleno de medicinas, ropas, alimentos y demás a5rudas parasus pobres leprosos.

Fue tan benemérito este hombre en a5rudar a los pobres,que le fue concedido el Premio Nobel de la Paz.

2t4

DOMTNGO 26 - CICLO C

Hasta en sus úItimos viajes a Europa' poco antes de

morir, Ies decía entusiasmado a sus oyentes: "demos con

j.rr"ro"idad a los pobres que nos piden como Lázaro' para

que no tengamo. qtu ir al infierno como el Rico Epulón"'

É. ,.,rr^ enseñanza que bien merece ser recordada y prac-

ticada.

(Provdrbios)

2L5

HffiffiI §ffi fi ,ffiL LJ

tr\$ fl} ffi #LffiTHffiffi

(Apóstol Santiago),

276 2L7

ri .l§{_) [,i-j; AAño s 1 996- 19 99-2002-2 005-200 8'20 1 I'

í-t.i l;

I\'il ) actol"cs

Irornicic]rrs

2. Cuanclo llegó el tienrpo clc l¿r vendirnia, 3. El chrerño tlc la viilit e¡rviri ¿l .srr lrijo yenvió fl .sus^ servidoltes a cobr¿rr el r1:6li¡s. Pero pen.só : uDe él h¿rr¿in m¿1.s c¿rsor. Y los rriñl-Ir¡s viñaclores cogieron ¿L los criitdos y los ct«tres dijerclr-r: nl,o ¡rt¿ttnrc¿mo.s y .sclii nuestl'¿r

¿tz.otrtron. Y volvieron corr l¿rs manos vacíns. lu herecla«l»..,\rrojíu'oukr fuer'¿t y Io rnatltl'on.'

:[. Y entonces les pregrrntó Jesú.s: uCuando verlg¿r el seir«¡r tlc ]a t,iítrt, ¿quti pcns:iis qrre

lltr¿i con sus viñ¿r.cktres?, Y le lespondieron: nLos ruat¿trá \, itrreltclltrit sr,t viiln a otros nue-voS». «liutr;l-tccs vo os cligo

-continrrí¡ Tesír.s- clt¡e o.s será rlrritirdrl el reilto cle Dios parrl)^cr entrc.gitcl«l il urt prreblo (llle ril'rcllr stls ft'ttto.s,,.

c ¿lq

) tu'l

1>urt'

¿r histori¿r diña, le l)us(iñrclores y

I

vv

DOMINGO 27 . CICLO A

ORACION. Dios Todopoderoso y eterno que con amorgeneroso desbordas los méritos y deseos de los que te su.plican, derrama sobre nosotros tu misericordia, para quelibres nuestra conciencia de toda inquietud, y nos conce-das aun aquello que no nos atrevemos a pedir.

Por Jesucristo Nuestro Señor...

Primera Lectura. Del Profeta Isaías. 5,17

Voy a cantar en nombre de mi amigo un eanto deamor a su viña. Mi amigo tenía r¡na viña en rrn campofértil. La cavó, quitó las piedras y plantó cepas esc*gidas. Constnryó una cabaña para el celador y un si-tio para hacer eI üno. Y esperó a que aguel cultivoprodujera brrenas uvas, pero lo que üo ftreron uvasamargas. Ahora, habitantes de Jerusalem y gentesde Judá: por favor: hagan de jueces entre mi üña yyo. ¿Qué más podía hacer por mi viña, que yo no Ióhaya hecho? ¿Por qué esperando que diera buenasr¡vas, lo que me dio fueron uvas amargas?

Pues ahora diré lo que voy a hacer con mi viña:Ie quitaré la cerca, para que entren Ios animales apastar.I-e quitane la tapia, para que la gente la pisotee.La dejaré abandonada. No la podarán ni la desyer-barán. crecerán malezas y espinas. prohibiré a lasnrrbes qrre lluevan sobre ella.

La viña del señor es Ia gente de rsrael, s* pueblopreferido. Esperó de ellos buena cond.ucta, y ahí218

DOMINGO 27 . CICLO A

teneis: asesinatos. Esperó de ellos justicia, y ahíteneis: gritos de dolor.

Dificil encontrar un himno más hermoso que este en elAntiguo Tbstamento y más dificil aún, encontrar un retratomás perfecto de lo que ha hecho Dios por nosotros pecadores

y del modo tan ingrato con el que le hemos respondidopecando. Y Io grave es que lo que hizo con su viña ingratalo puede seguir haciendo con cada pecador desagradeci-do: dejarlo sin defensas y en poder de sus pasiones y de

los demás enemigos de su santidad.

Este canto del amor de Dios a su viña que es su pueblo,

comienza con una deliciosa sonoridad, pero luego la narra-ción se hace dura y fuerte, ante la negativa de la üña a darbuenos fir¡tos. Es la eterna conducta de Dios: siempre genero-

so, siempre a5nrdando más de lo que cada uno se merece, P€ñtambién muysensible ante la ingratitud de sus far¡orecidos.

En este bello canto de Ia Vina veo con emoción retra-tado todo lo que el buen Dios ha hecho por mi alma y en

favor de mi üda, y también veo con estupor el retrato.delmodo como yo le he correspondido: en vez de los frutosdulces de santidad que El esperaba de mí, le he ofrecido

esos frutos amargos que son mis pecados. señor: no obres

con nosotros e,gmo con aquella üd ingrata: ten misericordia

de estos pobres pecadores y concédenos un plazo para en-

mendarnos y empezar a producir frutos de eterna salvación.

SALMO Tg.LaViña del señor es la easa de Israel

Este hermoso salmo presenta al pueblo de Dios como

una üd o plantación que el seáor mismo ha cultivado y219

ha hecho crecer maravillosamente, pero que está sien-do destrozada por las bestias feroces y a punto de pere-

cer. El salmo le pide a Dios que de'rnrelva a su üd, a estaplantación que es su pueblo, su antiguo vigor y lozanía.

En este himno se constata que ya se ha cumplido loque el Señor anunció por medio del Canto de la Viña, de

Isaías, que hemos meditado en la primera lectura. Ha de-

rribado su cerca, para que la pisoteen los üajeros y se lacoman los animales... Al rezar el salmo 79le pedimos al

Señor por la Iglesia de Jesús que es su üd o plantaciónpreferida, y le recordamos que está siendo saqueada por

muchísimos enemigos espirituales y que necesitamos ur-gentemente que nuestro buen Dios no nos abandone, a

pesar de que en vez de producirle frutos agradables de

buenas obras, le hayamos dado frutos amargos de pecado,

lieg¡rncia Leet,u.r:a. ]üe ia Ll¡lrta de San P¿t]¡lo a losF'i-üipenses. 4, ti-§)

flermanos: nada os preocup€, sino que en todaocasiórL en la oración y súplica con acción de gracias,vuestras peticiones sean presentadas ante Dios.

Nada os preocupe. Preocuparse es "pensar con susto".Jesús recomendaba: "No os preocupéis por el día de ma-ñana, bástale a cada día su propio afán. No os preocupéispor lo que vá{s a comer o vestir, porque mi Padre sabe todolo que váis a necesitay''. Y San Pedro nos dejó también unamuy hermosa recomendación "Colocad vuestras preocu.paciones en manos de Dios, porque El se interesapor vosotros" (1P5, 7) lo cual es como un eco o repeticiónde aquel consejo del salmo 54: "Encomienda a Dios tus

220

t)0lt{Il{il(} 27 - CIÜI,(} A

afanes, y El te a¡nrdará"' Esto mismo es lo que quiere

decir ahora el apóstol: "En toda oeasión sean presen-

tadas ante Dios, la oración, la súplica' la acción de

gr""i""". Con alma de niño debemos presentar a Dios

ñuestros pequeños problemas, seguros de que para tan

il;"; p^die, Luo= siempre son importantes y no debemos

dudai lo más mínimo de que seremos escuchados con

atención y agrado. En vez de preocuparnos por el futuro'

coloquemos ese futuro en manos de nuestro Padre Dios'

Pero el apóstol quiere que no sólo pidamos' sino que

tambiéndemr¡sgrutiu.aNuestroSeñor'Querecordemoslos inmensos beneficios recibidos del creador y no dejemos

á. ugt"a"cérselos. Hay favores que se pierden porque no

se agradecieron.

YlapazdeDiosqrresobrepasatodojuiciocusto.diará vuestros corazones y rnrestros pensamientos en

Cristo Jesús.

Comoresultadodelaoración,llegal,apaz.Peronounapaz cualquiera, sino lapaz que viene de Dios' una paz que

defiende y custodiu .o,,['u la tristeza y el de-sánimo' la cual

es tan grande que sobrepasa todo cálculo de la mente hu-

;; É" ürru pu, q,r" está mucho más allá de la capaci-

dad que ,.,r. .", humano tiene para producirla'. Esta paz

nrrrr.á puede ser un producto humano' es un regalo de Dios'

Por eso frecuentemlnte debemos decir: Señor' danos tu

paz.

Finalmente hermaltos: todo lo que es verdadero'

noble, jrrsto, puro' amable' laudable' todo lo que es

virhrd o mériio, tenedlo en cuenta, y pen§ad en ello'221

Los de ra ciudad de F,ipos Ie habían preguntado a sanPablo si debían renunciar a todo ro qu":ñurriier., .ur-turas paganas Ies habían enseñado, y "t ,pá"ior les res-ponde que no deben renunciar a todo, que lo que esverdadero, noble, justo y amable, hay qrr"Irr""rvarlo yaceptarlo' Y les.recomienda que piens* fi..r"rrt"mente entodo ello. También en Ias culiuras de hoy en día hay tantosdetalles de verdad, de nobleza, de umlbilidaá y de bon-dad, que bien merecen que t". d;;;'il;;;rr"cia y pen-semos en todo ello con gusto y admira"io". ¿Áamiro losvalores del mundo que *" ,oá"u? En ,", d""urrdar pen-sando y comentando tantas cosas negativas que suceden,

ime dedicaré más bien a pensar y comen tar y admi_rar tantos varores verdaderamente admirabres que hay:n la vida de este siglo en el cual estoy üü";J;tY Io qr¡.e aprendísteis, recibísteis, oísteis, y vÍsteisrn mí, ponedlo por obra

Dificil que un hombre se atreva a darres a sus seguido-'es un consejo tan atreüdo como este de san pabro. Les'ecomienda que se esfuercen por practicar ro que de értprendieron en sus clases de cate.i"*o. qrr" párrgan .n¡ráctica lo que a él le oyeron recomendar. Hasta aquÍ esrlgo normal, pero no sóro se contenta con eso sino que resroloca su ejemplo de üda como .tgo puru qrr" Ju a"aiqrunr imitarlo. ,.Lo que vísteis ei mi, ponl¿fo "r,

prác-;ica". Señor: ¿qué tal que tu*¡i¿., to" upO.tát". a" no,¡udiéramos decir a nuestros discípuros: ,,FÍjense en mi modole comportarme y-traten de pon", en práctica ese mismonodo de obraf? Jamas ,ro" .tr",,reremos quizas a decirlo,)orque lo más probabre será que Jesús t"irára q"e acon-

',22

DOMTNGO 27 - CICLO Asejar a los que nos escuchen, lo que recomendaba ya en sutiempo: -Hagan lo que les dicen, pero no hagan lo queellos hacen. Señor: que pongamos en práctica lo bue-no que hemos recibido y aprendido y üsto, y que los demáspuedan ver en cada uno de nosotros unos verdaderosdiscípulos e imitadores de Jesús y de sus santos.

Y el Dios de la paz estará con vosotros. Amén. Je-sús. Que así sea.

Evangelio. Segrin San Mat eo 2L,33-43

Dijo Jesris a los Sumos Sacerdotes y a los sena-dores del pueblo:

Escuchad. esta parábola: Había rrn propietarioque plantó una viña, o plantación de rlvas, Ia rodeócon una @rc,aq preparó un sitio para fabriear el vino,constnryó la casa del celadon y arrendó todo a unoslabradores y se marchó de üaje. Llegado el tiempo dela cosecha, enüó sus empleados a los labradores paraque le pagaran el fnrto que Ie correspondía. Pero loslabradores, agarrando a los empleados, apalearona uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.

Envió de nr¡evo a otros empleados, más que laprimera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por úl-timo les enüó a su hijo diciéndose: "Tbndr¿in respetoa mi hijo".

Pero los labrad.ores al ver al hijo se dijeron: "Estees el heredero. Vengan, lo matamos y nos quedare-

223

mos con su herencia". y aprisionándolo Io sacaronfuera de Ia viña y lo mat*^orr.

Y ahora cua-ndo venga eI dueño de Ia viña, quéhará con aqrrellos labraáores?

Le contestaron: Hará morir de mala muerte a esosmalvados, y arrend.ará Ia viña " "*i" il;;;ores quesí Ie paguen Ios fnrtos a sus tiempos.

--.---'

Y Jesús les üce: ¿No habeis leído en Ia Escritura:-La piedra que desácharon Ios ""qrii;i-" e" "Iro.ra Ia piedra angular, Es eI señor quien Io ha hecho.Es un milagro patente? por eso es digo: se os quita.rá a vosotros el Reino d.e Ios cielos y se dará a unpueblo que produzca sus frutos.

Esta es una parábola tan crara ytan transparente quecada detalle tiene un significado, y los sumos sacerdotesy los fariseos se dieron .r"rrt, ,r,ry Éiu'q"t";;;que.Iesúsles quería decir con eila. y más qr"

"llo. conocían muybien el Canto a Ia Viña, de fsaías y el Salmo Zá, á."r." a.Ia Viña del Señor.

cada detalle de e-sta parábora se basa en argún hechoque Ios oyentes de Jesús conocían sumamente bien. Enaquella época Ios dueños de ros campos se iban a las ciu-dades y arrendaban Ia frr* a argunos-rabradoreq taciendoun contrato para que les pagaran un tanto por ciento delas cosechas' Por ej. una "Lpt'*. parte o una quinta, etc.,según fueran más o menos fértiles ras tierra".I;;;o en lostiempos de Jesús-había un gran descontent" a" iá" tu¡ru-lores contra los dueños de tierra y frecuentemente se ne-

¿24

D(}t\{tNGrJ 2',7 - üIr-jt,(} r\gaban a pagar el arriendo pactado y trataban con muchaviolencia a los que eran enviados a cobrarlo.

Fácilmente se entiende que la üña o plantación de uvases el pueblo de Israel. El Dueño es Dios. Los enviados acobrar los frutos fueron los profetas y los apóstoies. El hijoNuestro Señor Jesucristo. Lo aprisionaron, lo sacaron fuerade Jerusalem y lo mataron. Y entonces üno Dios y arren-dó su campo a los de otras naciones que sí aceptaron hacerlo que manda el Creador, o sea pasó su religión del pue-blo judío a los pueblos de las otras naciones.

El Dueño se marchó. Dios deja a cada persona unagran dosis de libertad. No está como un capataz exigien-do a cada uno en cada momento lo que tiene que hacer.

Envió a sus empleados. Dios no nos envía sus dele-gados una sola vez, sino muchas veces y en diversas ocasio-nes. Son sus predicadores, los que nos llaman la atencióno nos corrigen, los que nos dan buenos consejos, las buenaslecturas, Ios remordimientos de conciencia, etc. Y aunquemuchas veces rechazamos sus mensajes, sigue envian-do nuevos mensajeros.

La arrerrdará a otros que sí entreguen los f'r"utos

Nada hay tan peligroso ante el Juicio de Dios como serun inútil que no produce frutos de santidad para la üdaeterna. Los regalos más preciosos de Dios se llaman'taris-mas", y todo carisma que no se ejercita se pierde. Cuandoel Señor nos encomienda una tarea y no la queremos ha-cer, la quita de nuestras manos y la pasa a otros que síquieran dar frutos de buenas obras,

225

Todos tendremos que presentarnos ante el Thibunal de

Dios para darle cuenta de cuántos y cuáles fueron los fru-tos que produjo nuestra alma y nuestra üda.

La cavó, Ia cercó... le construyó la casa... O sea:Dios a cada uno lo dota de las cualidades necesarias paraque prodvzca frutos abundantes. Demasiado nos ha dadopara que ahora nos neguemos a darle a El una abundan-te cosecha de obras buenas.

Envió final¡nente a su propio hijo

Ahora en este tiempo nos sigue enviando a su Hijoqueridísimo Jesucristo con su evangelio y sus enseñanzas a

pedimos los firrtos de santidad que Dios quiere de cada uno,

¿Cómo le correspondemos a sus llamadas? ¿En verdadtratamos bien a Jesucristo que nos habla en su evange.lio? ¿Nos hacemos sordos a su voz y hasta lo matamos pe-

cando?

CONCLUSIONES

No apliquemos esta parábola solamente al pueblode fsrael sino a nosotros misrnos. Pensemos que somoslos actuales arrendatarios de la Viña del Señor. ¿Quéarrendamientos nos pide? ¿Los queremos pagar? ¿Tfata-mos bien a sus enüados: los pobres, el predicador, el es-

critor que nos trae mensajes, el de mayor edad que nosaconseja ser mejores? Tbnemos que reconocer que somosmalos administradores y no producimos los frutos que elSeñor espera de esta viña que es nuestra üda.

Dios es el ineütable. un día nos encontraremos conEl para darle cuentas. Ahora nos manda sus mensajeros226

DOMINGO 27 - CICLO Apara recordarnos qué es Io que le debemos dar. Y es nece-sario no tratarlos mal.

Cuidado con la haraganería. Vamos a dar cuentasy se nos exigirán los fnrtos que nuestra vida debe dar.

Sería terrible que se cumpliera en nosotros la amena-za del evangelio de hoy: "se os quitará el reino y se pasa-rá a un pueblo que sí produzca sus frutos". Por no hacerobras buenas se puede dejar de ser pueblo de Dios y en-tonces las gracias especiales se pasan a otros.

IIay que leer esto en elave de actualidad

La historia de nosotros hacia Dios es siempre la historiade un amor no correspondido. Empecemos por casa: ¿en mihoga4 en mi grupo, en mi üda üaria sí hay ftutos buenos enabundancia? ¿O mas bien los abundantes son Im firrtos malos?

¿Cómo tratamos a los que Dios envía a recordarnos los frutosque debemos dar? ¿Escuchamos con gusto la predicación,los buenos consejos? ¿Leemos la Biblia con atención y fe?

Recordemos que la üña puede ser abandonada, ysus cuidados dedicados a otra que sí produzca buenosfrutos. I-In oasis puede convertirse en un desierto. Hayhogares que fueron campo de Dios, y dejaron de orar,

de leer, de escuchar Ia Palabra de Dios y ahora son domi-

nio de pasiones, verdaderos infiernos'

Soy administrador de los bienes qrre Dios me dió

¿De qué y de quiénes tendré qué dar cuenta? ¿Qué ini-

ciativas espera Dios de mí para que mi campo no se con-

227

vierta en un desierto? ¿Qué llamadas de sus enviados noacepto o rechazo? Dios se disgusta si despreciamos susavisos.

¿si el campo no produce, para qué tener arrendatario?El gran mal es olvidarse que el campo que tenemos es deDios y que a El le vamos a dar cuenta estricta. pensaréen cuánto ha arrudado Dios a mi viña que es mi alma, mivida, y Ie daré gracias. Recordaré las veces que he nega-do los frutos de obras buenas que le debía áu., y le pe-diré perdón.

(Jesucristo)

228

H3ffiil\,HHiqffi{} fr-{

CTECH.-,'{} H-}.

Años 1994- 1997-2000-2003'2006-2009

Dejará el hombre a su padre y a su madre y se irá con surnujer, y formarán un solo ser......

229

DOMII§GO 27. CICLO B

Primera Leetura. DeI tibro del Génesis .2, tg-24

EI Señor Dios se dijo: Nobre esté solo; voy a hacerleIe aytrde".

está bien que eI hom.al$rien como él que

Entonces eI señor Dios moderó tod.os ros anima.,les del eampo y las aves del cielo, y se los presentOal hombre, para ver qué nombre ies poníá. y

".¿"ser vivo llevaría er nombre q*e ér les f,osi"ra. Así elhombre p,so nombre a todos los aniriales áomésti:eos, a Ias aves y a las fieras d.el eampo, p"ro no en.contró ninguno como éI que le ayudise.

-

Entonces eI señor Dios dejó caer sobre er hombre,un ftrerte sr¡eño y eI homb"" ". drrnnió. l,e s""o ruracostilla y Ie cemó eI sitio con carne. y er señor Diostrabajó Ia costilla, haciendo una mujer, y se la pre.sentó aI hombre.

Y eI hombre diio: Esta sí que es hueso de mis huesos :

I:iA".1",T1carne. Su nombre será Mujer, n"rl¡. ;ha salido del hombre".

Por eso abandonará el hombre a su pad.re y a su:madre y se irá con su mqier y serán los d.os;;;"1"carne.

Esta lectura de hoy, a través de imágenes ingeniosas y.fáciles de retener en rá memoria nos enseña lecciones muysabias acerca de la pareja humana.230

DOMINGO 27 - CICLO BNo es bueno que el hombre esté solo

Nunca se meditará demasiado en esta afirmacrón deDios. El "viür con", el "viür para", el no viür como cac-tus, cada uno separado e indiferente acerca de los demás,sino en grupos familiares donde se dialoga, se ama, sea¡rdan los unos a los otros, se comparten penas y alegrías,y se alejan las tristezas de la soledad.

El hombre prrso nombre a todos los animales

En oriente el poner nombre significa ejercer domi-nio sobre ese ser. Dios ha permitido al ser humano ejercerdominio sobre los animales imacionales de toda especie.

La formó de una costilla del hombre

Para contrarrestar las ideas antiguas que califlrcabana la mujer como un ser inferior, la Sagrada Escritura de-

clara que ella fue sacada de una mstilla del hombre, o sea,que tiene la misma naturaleza de él y que vale lo mismoque el hombre.

Abandonará el hombre a su padre y a su madre yse irá con su mujer

La vida matrimonial es una sociedad tan fuerte y tanimportante que puede remplazar a la tan apreciada socie-

dad que se tenía entre padres e hijos. Los dos esposos son

tan eI uno del otro, que vienen a formar un solo cuerpo.

Así en las primeras páginas de la santa Biblia se pro-

clama la importancia del matrimonio, de la sociedad conyu-

23L

gal. Ya no faltará sino que Cristo añada su famosa fra-se:"Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hom-brett.

SAn Mü 127. Dichoso eI que teme al Señor, serádiehoso

He aquí un pequeño poema idílico o de amor sencillo,que describe la felicidad que goza en la familia quien sir-ve con fidelidad al Señor. Este salmo ha sido consideradocomo el más bello canto divino dictado por Dios, acercade la familia ideal. Es una delicada descripción en minia-tura de un hogar tranquilo donde por permanecer fielesa Dios, todos reciben su bendición y su gracias abundantes.Por ejemplo"Cornerás el fruto de tus trabajos...T\r mujercomo vid fecunda en medio de tu casa....tus hijos comoretoños de o1ivo...que veas a los hijos de tus hijos,..etc."Dichosos los hogares donde Dios es el principal y elmás amado, ¡Todos los demás bienes llegarán por añadi-dura!

Sep¡lrnda Leetrra. De la Car-ta a los flefrrec¡s. 2, 9-11 .

Al que Dios había hecho un poco inferior a losángeles, a Jesús, Io vemos ahora coronado de glo.ria y honor por su pasión y su mr¡erte. Así por lagracia de Dios ha padecido la muerte para bien detodos.

Dios, para quien y por quien existe todo, juzgóconveniente, para llevar a una multitud de hijosa la gloria, perfecionar y consagrar con sufri¡nien-tos, al gtría de su salvación.232

DOIVIINC;O 27. CICLO }iEl santificador y los santificados, proceden del

mismo. Por eso no se avergüenza de llamarloshermanos.

La pasión y muerte de Jesucristo terminan en resurrec-ción, y gloria, y sus enormes sufrimientos lo llevan a EI auna gran perfección, y le permiten llevar a una multitudde hijos a la gloria eterna. Y así sucederá con nuestros su-frimientos y humillaciones: nos traerán santidad y perfec-ción, y nos permitirán ayudar a salvar muchas almas. "Diosjuzgó conveniente consagrar a Jesús con sufrimientos,para que El fuera el guía que nos conduce a la salvación, ypara que los sufrimientos lo perfeccionaran más (comohombre) y para que por medio de esos sufrimientos logra-ra llevar a la salvación a una multitud de hijos". Esta de-claraóión es muy importante, porque también de cada unode nosotros se podrá repetir lo mismo. Las penas y contra-riedades y humillaciones nos irán llevando a Ia santidad ya Ia perfección, y nos conseguirán la gracia de colaborar a

la salvación de muchas almas. No perdemos el tiempo su-friendo, ganamos mientras sufrimos.

Ev;rngc[io. §iegún San Mateo. I-0, 2-16

Se acercaron unos fariseos a Jesús para ponerlo aprueba.

áLe es lícito a un hombre divorciarse de su mqier?

El les contestó: "¿Que os ha mandado Moisés?"

Contestaron:'Moisés permitió divorciarse, d¡índo-le a la mujer un documento de divorcio". Jesús

233

les dijo: "Por wrestra terquedad dejó escrito Moiséseste preeepto. Al principio de Ia creaeión Dios loscreó hombre y mqien Por eso abandonará eI hombrea su padre y a srr madre y se irá con srr mujer, y se-rán los dos una sola earne. De modo qr¡e ya no sondos si no una sola carne. Lo que Dios ha r¡nido queno los separe el hombre".

En casa los discípulos le preguntaron sobre lomismo y EI Ies dijo: "Si uno se divorcia de su mujercomete pecado de adulterio contra Ia primera. Y Siella se divorcia de sr¡ marido y se casa eon otro, co.mete adulterio".

Jesús reclama la indisolubilidad del matrimonioquerida desde el principio por Dios, y cita las palabrasdel Génesis que se encuentran en la primera lectura dehoy. En el matrimonio, el ideal del Creador es sociedadperpetua entre un hombre y una mujer, y si algunasveces la ley de Moisés permitía excepciones, ellas noeran un ideal, sino simplemente una concesión a la fragi-lidad.

Por la dr¡reza de wuestro corazón

Jesús establece aquí una distinción extremadamen-te importante: la ley del Deuteronomio no es un mandamien-to sino un permiso concedido por la ley de Moisés como demala gana, porque no había otro medio de resolver cier-tos problemas. Pero no es para Jesús una abolición de la leyfundamental que manda que el matrimonio sea parasiempre.234

DOMINGO 27 - CTCLO B

El divorcio

El concilio vaticano califica al divorcio como "la epi-

demia de nuestro tiempo". cristo es categórico, claro,

preciso contra el divorcio: '.Al principio no fue así' Et

qo" ," divorcia y se casa con otra, comete pecado de

ádolte"io". Y San Pablo añade: "Es precepto, no mío

sino del Señor, que quien se separe no vuelva a

casarse. Está ligado a su cónyuge mientras viva" (1 cor.

7,39).

La Iglesia catóIica ha mantenido siempre la ley de la

indisolubilidad del matrimonio, a pesar de los tremendos

problemas que ello le ha ocasionado. EI Catecismo dice:"La

iglesia tiene el derecho y el deber de proclamar que el

matrimonio es indisoluble ante Dios y ante los hombres.

No es lícito al individuo que cree en la Iglesia y en la pre-

sencia de Cristo en ella, echar a un lado el mandato de

Cristo y formular por su cueanta su propia ley'''

También hoy las legislaciones civiles admiten el divor-

cio por la debilidad humana, pero no como un progreso. Lo

ideal es lo que presentan el Libro del Génesis y eI evan-

gelio de hoy: el matrimonio indisoluble: un hombre y una

mujer para siemPre.

Jesús al instituir como sacramento al matrimonio hizo

infinitamente más que los demás legisladores, por el bien

del matrimonio.

Lo que hay que hacerayudar a perseverar en el

no es facilitar eI divorcio slno

amor. Obtener que el amor Ya

235

no sea solamente fÍsico y pasional, sino espiritual. Este sí

dura más, mientras que el otro se esfuma fácilmente.

El ¿livorcio perjudica a los niíros

Hoy día a causa del divorcio, existen muchos niñoshuérfanos con Ios padres üvos.

Una niña escribió una carta a Dios diciéndole: "Señor:te pido que me lleves porque mi papá se fue con una se-

ñora que no es mi mamá, y esa señora no me quiere. Ymi mamá se fue con un señor que no es mi papá, y ese

señor me irespeta. "¡Cuántos padres de familia tendrán que

dar cuenta a Dios en el día del juicio por haberse divor-ciado con demasiada facilidad, dejando a sus hijos como

huérfanos, aunque sus padres siguieran üvos!

Remedios para evitar el divorcio

El Concilio Vaticano aconseja: "Los casados traten de

cultivar el amor y hacerlo crecer. Practiquen la magnani-midad, la bondad, la comprensión, y el espíritu de sacrifi-cio y pidan frecuentemente a Dios que les conceda estasvirtudes".

Un gran remedio: prepa!'arse bien para el matri-monio

Hay gente que se casa con unos ojos, con unos labios,con una sonrisa, con una piel, con unos pies que bailan bieno con una boca que habla bonito, pero no se fijaron qué talera la personalidad del cón¡ruge, y como dicen los campe-sinos: "pronto pasan los gustos y sólo quedan los236

DOMINGO 27. CICLO B

srlstosr', y demasiado tarde se vienen a dar cuenta de que

se casaron con alguien irresponsable, o de un genio agrio

y atroz, o con una persona que üve en continuos enamo-

iamientos, etc.,etc. Por eso a las personas jóvenes hay que

aconsejarles que no se precipiten a casarse sin más nimás. Porque después vienen terribles y desastrosas desi-

lusiones.

No pretend'er que la otra persona no tenga de-feetos

Quien busca un amigo si defectos se queda sin ami-

gos. Pero aI estudiar detenidamente al cónyuge se llega a

Ia con"lrrsión de que por cada defecto que tiene, posee va-

rias virtudes (si no tuüera más cualidades que defectos

no sería imagen y semejan a de Dios. Y todos los seres

humanos lo somos)'

El hombre qrre se Puso a Pensar

un vecino se fue a la cantina a tomar con sus amigo-

tes y cada uno de ellos se dedicó a murmurar contra la

p.oiiu esposa. Uno decía: "Mi mujer seguramente Ia cria-

,or, .or, .áldo de lengua, porque no la calla nadie". El otro

añadía: 'A mi esposa parece que la bautizaron con ácido

sulfúrico porque estalla con cualquier cosa". un tercero

afirmaba: "Mi mujer no tiene lengua sino para pedir p1a-

ta,,... Y cuando le llegó el turno a nuestro hombre, él mo-

vido por su amor propio, se propuso no hablar mal de su

.rpo"u, sino más bien elogiarla, y dijo: 'Yo tengo una mu-

jei que no me merezco. Qué trabajadora. ¡Tbabaja todo el

aiut'Qrr¿ ahorradora: yo no sé cómo logra hacer rendir la

plata y con el salario mínimo que yo gano, alimentar a

237

toda la familia- Mi mujer es paciente: me aguanta mis malosgenios' Mi mujer es piados,a: ireza cada áiu v no deja do-mingo sin ir a misa!

Los demás entre charra y burra, re dieron parmadas enel hombro diciéndole: "¡Este sí que se casó con una verda_dera santa! ¡Felicitaciones!,,. y riendo se fueron.

Y el hombre mientras üajaba hacia su casa se puso apensar: "Pues lo que dije de mi esposa no es mentira: esgran trabajadora, es ahorrativa, es paciente, es piadosa.¡En verdad que yo no merezco a la muje, qúu tengo!,,. yal llegar a Ia casa, apenas Ia esposa sarió a sarudarlo, érle dio un abrazo, con todo el cariño del alma. Ella se quedócomo petrificada. Este indio nunca la saludaba y me-nos de abrazo. ¿Y ahora? Hasta ra cacerora se re cayó dela mano, de pura emoción, y le d{io: ,,¿Miiito, qué le hicieronque hoy llega tan cariñoso?,,.

Y él Ie explicó: "Mira, mis compañeros se dedicaron ahablar mal de cada una de Ias espos,S, y yo por orguilome puse a hablar-!_r"l de ti, y por el camino--" p,rr" upensar en las cualidades que tú tienes, y he ilegaáo a hconclusión de que mereces más cariño aét que hasta aho-ra te he ofrecido, porque en verdad tienes cualidades enlas cuales yo casi nunca había pensado,,.

¿cuántos esposos amarían más a su cón¡ruge si de vezen cuando pensaran en las cualidades que

".u ot.. perso-

na tiene, que son muchas y más numerosas que sus de-fectos? ¿o se olvidan de esto tan importante?¿cuántas mujeres aumentarían notablem"rrt"

=., amorhacia el esposo si en vez de pensar sólo en los defectos que238

DOMINGO 27 - CTCLO C

él tiene, se dedicaran también a pensar en las muchas cua-lidades que ese hombre posee? Lo que no se aprecia no seama.

Examinar qué parte de culpa tiene cada uno en eIconflicto

No ser como esa señora que le daba golpes en el pechoa su marido y le decía: "Por su culpa, por su sola y gran-dísima culpa, se dañó nuestro matrimonio". Cuando haypeleas, casi siempre hay algún grado de culpa de lado y lado.Puede ser que uno de los dos sea más culpable que el otro,pero en ambas partes hay algo que si se corrigiera podríatraer la paz. ¿No será que el marido es "un convidado depiedra" que nunca habla y al cual no se le puede hablarporque se disgusta? ¿O que la mujer es demasiado habla-dora y el hombre se desespera ante tanta charlatanería?¿Puede ser que el marido no tiene ningún detalle de sim-patía: ni un regalito, ni una felicitación, ni siquiera unainvitación a salir a dar un paseo? ¿O que la esposa es de-masiado gastadora, o va demasiado a fiestas y deja la casasola? ¿O que le cantaletea más de la cuenta las cosas queno le agradan? Si cada uno examina su conciencia y tratade corregir lo defectuoso que hay en su persona, la paz vaIlegando.

DIALOGAR. En los Encuentros Matrimoniales (esas

reuniones que han salvado tantísimos hogares) se enseñaa dialogar y se practica este método tan formidable paraimpedir que el hogar se destroce o que pierda definitiva-mente lapaz. El diálogo hay que hacerlo cuando no estancansados (porque persona cansada es persona malgeniada)

239

hacerlo con gran respeto, sabiendo que ninguno es propie-tario de la verdad. Que cada uno tiene razones muy serias,las cuales el otro debe respetar. Dialogar en un día que

no haya habido peleas o disgustos, porque en ese día no

hay serenidad para poder hablar debidamene. Aprovecharun día en el cual no haya muy graves preocupaciones,porque estas quitan la tranquilidad y no dejan razo-nar bien. Dialogar en ambiente de silencio: sin niños ju-gando allí, sin teléfono que timbra.... y entonces sí cadacual va sabiendo qué es lo que de su persona disgusta yhace sufrir al otro cónyuge, y qué es lo que desearÍa quecambiara o mejorara.

Ojalá cada pareja de esposos consiguiera y leyera elhermoso libro "Matrimonio feliz", de Sálesman. Allí en-contrarían consejos muy prácticos para hacer de su hogarun oasis de paz y eütar ese terrible enemigo del hogar quese ilama "el divorcio".

J ' J'".','$iÉ

'

i¿l ! i:3 f.,!'ii¡ür.*,r' \--JCl' L

(Sarr. Pablo)

240247

Años 1gg5-1gg 8-200 l-2004 -2007-20 10

Si tenéis fe, Podréis decir a uny vete al rnar" Y os obede cerá'

árbol: "Alráncate de aquí'

DOMINGO 27 - CICLO C

Primera Lectura. Del Profeta Habacuc.l,2-2-4

¿Ilasta quíndo cl,amarÉ Señor sin que me escuches?

¿Tb grita¡rc'Violencia", sirr qrre me salves? ¿,Por qué mehaces ver desgracias? Me muestras üabajog üolenciasy catástrofes, surgen luchas, se entablan contiend.as.

EI Señor me respondió así: Escribe Ia visión.Grábala en lápidas, de modo que se lea de corrido:La visión espera su momento. Se acerca str términoy no fallará. Si tarda, no dejes de esperar, porque hade llegar sin retrasarse. El injusto tiene eI almamanchada, pero el jrrsto üürá por su fe,

El profeta, como le sucede también al pueblo, no com-prende el silencio de Dios ante las injusticias que se venen el mundo. La respuesta es que todo tendrá su remedioa tiempo, pero que es necesario üür llenos de fe. San Pa-blo repetirá después en la carta a los Romanos esta frasede Habacuc:"El justo vivirá por la fe",y recordará que

Ia fe es un regalo de Dios, un regalo que hay que pedirlomuchas veces. Es necesario repetir frecuentemente aque-lla oración de los apóstoles: "Señon au¡néntanos la fe".

Habacuc, como lo harán después los salmistas, pregun-ta al Señor: "¿Por qué Dios mío, la injusticia triunfa de

manera tan descarada?". La respuesta diüna es doble:

"Dios guarda el secreto de su manera de gobernar almundo" y lo que recomienda es que cada cual se propon'ga vivir justamente y lleno de fe. De lo demás se encarga-

242

DOMTNGO 27 - CÍCLO C

rá el señor pero puede tenerse Ia plena seguridad de que

el malvado no quedará sin castigo ni eI que se dedica a

obrar bien quedará abandonado o sin premio'

SALMO 94: Venid aclamemos al Señor"'

En este salmo hay un aüso muy serio: No endurezcansu corazón como en Masá y Meribá, donde el pueblose rebeló contra Dios, y el señ.or tuvo que enviarfuertes castigos. En estos dos sitios, del desierto, eI pue-

blo de Isralel no aceptó lo que Dios permitía que les su-

ced,iera (sed y hambre). Las palabras Masá y Meribá

significan: ,,desafio" y "duda" Y a Dios le disgusta muchísi-

*-o qr,,u se le desafie y que se dude de su poder y de su

bondad.

segunda Lectura. De la 2a. carta de san Pablo a

Timoteo. 1, 6-14

Ilerrnano: tienes que aüvar el fuego d.e la gracia de

Dios que recibiste cuando te impuse las manos PorqueDios

-r"o ,rot ha dad.o un espíritu cobarde, sino.unespíritu de energía, de amor y de buen juicio. No

teigas miedo de declararte en favor de Nuestro Señory d; mf, stt prisionero. Toma parte en los durosirabajos del évangelio segrin las fuenas qge Dios te

dé. OjaH no te olvides de las enseñanzas q*e yo te di

"or, ,iú" palabras, y esmérate por vivir eon fe y con

amor criitiano. Dádícate a cuidar este tesoro con la

ayuda del EspÍritu santo que habita en nosotros.

san Pablo recomiencla que en los duros trabajos de

apostolado hay que tener un ánimo fuerte, valiente y no

243

débil ni lleno de cobardías y farsos temores. y aconseja quepara obtener esta fortaleza tan necesaria invoquemos alEspíritu santo que es Ia fuente de toda fortaleza, de todovalor. EI es quien nos dará las fuerzas necesarias paracustodiar y defender er gran tesoro que se nos ha confia-do: la evangelización, el amor cristiano ¡¿ la fe, y ra evan-gelización, o sea la propagación de ros mensajes deCristo.

Evangetrio. Según San Lueas. 17, S_10

Los apóstoles dijeron aI señor: -Auméntanos la fe.

El señor Ies contestó: "si tuviérais fe como ungranito de mostaza, diriais a este árbol: ,Arráncatede aquí y lá.unzate al mar, y os6bed.eceiar,.

La fe es un don diüno compretamente gratuito, por esohay que pedirla frecuentemente. una de Las más bellas yeficaces oraciones que podemos decir y repetir durante nues-tra vida será la de Ios apóstores en el evangelio de hoy:"Señor: arrméntanos Ia fe,'.

Jesús quiere enseñarnos en este pasaje que la fe es lafuerza más grande del mundo. y nos recuerda que aun cosasque parecen imposibles, como por ej. obtener que un ár-bol se arranque y se vaya volando, por los aires hasta ermar, todo ello se puede conseguir si tenemos fe. si enfren-tamos una situación difícil diciendo: "Esto ya no es posi-ble de remediaf', yd con esa desconfi anza estamosparalizando nuestras fuerzas y disminuyendo la ayudadivina. Pero si nos repetimos muchas vecesr ,,Tod,o lo244

DOMTNG0 27 . CICLO Cpuedo en Cristo qrre me fortaleee", y entonces sí quelograremos éxitos admirables.

Debemos recordar siempre que nunca enfrentamos unatarea nosotros solos sino que Dios está con nosotros consu poder y su gran deseo de ayrdarnos. Y "¿si Dios estácorr nosotros, quién podrá contra nosotros?".

¿Cuántos árboles de dificultades voy a arrancar, tenien-do un poco de fe?

Señor: concédeme algunos granitos de mostaza de fe.

¿Cuántas veces repetiré hoy la oración de los apósto-les: "Señog arrméntanos la fe?". Si ya la he dicho diezmil veces, debo seguirla diciendo. Si solamente la he di-cho mil veces, es poco todavía. Si la he repetido cien ve-ces, apenas estoy empezando a decirla.

Diré esta oración por ese de mi familia que tiene pocafe (y en cada familia hay alguno). La diré por tantos ha-bitantes de mi ciudad que tienen ya su fe casi muerta, ypor tantos millones de ciudadanos de mi país que ya casino tienen fe. Así cumpliré el mandato del profeta Jeremías:"Orad por la ciudad y por la nación donde os ha to-cado vivir".

Jesús al oír la oración de los apóstoles les dio una noti-cia bien gorda: "Si tienen fe aunque sea como un granitode mostaza, dirán a este árbol váyase al mar, y les obede-cerá". ¿Cuál árbol? El árbol de esa tentación que nos deses-pera. El árbol de esa mala costumbre que se nos prendiócomo un vampiro y nos debilita y no nos deja crecer en la

245

santidad. El árbol de ese mal genioía tras día. Para algunos el árbol queel de la borrachera. para otros es eletc... ¿Y si es muy dificil o casi impo-

sible arrancarlo? pues aquí ilega er milagro, y Dios hacemilagros en favor de ros que tienen fe. Hay árÉores de pe-cado enraizados en er alma con raíce. *rry profundas, ycon sus frutos muy amargos. pero la fe pued" urrur.ur-los y alejarlos, un poquitr de fe .o*o un granito demostaza, será muy útil cuando nos lregue er pJsimismo yquiera desarrimarnc. Jesús deda 'Tbdo * p".ruá pa¡,o quientiene fe'?. Para hacer crecer Ia fe hay qrl ..r"uyi a experi-mentar Ia fuerza de Ia oración. Es Ia fu"rru aá ros pobr...¿Tengo yo deseos de que se me aumente Ia fe? ¿Estoy con-vencido dqueésta i:::,Tffii;riili.ltambién p ¿Especial*"r,á para los míos?

La Historia de la rerigión está ilena de milagros con-cedidos a quienes han creído. Hay que hacer la p¡reba deponer toda nuestra fe en Dios. ¡veremos maraviiras!

Supongan que un empleado trabaja como labra_dor o como pastor. Cuado vuelve deicampo, quiénle va a decir: ttEn segtrida, venga y siéntesá . .orr.""en la mesa?". No Ie dirá más bien: ,lnepríreme

d.e ce.nar y sÍrvame. y después sí "o-""á y beberá?,,¿Hay que estar muy agradecid.o con ei empleadoporque ha hecho lo que se Ie ha mand.ado? io mis_mo ustedes: euando haya, hecho todo Io ma'dad.o,digan: f'Somos rrnos pobres sen¡id.ores, hemos hechoúnicamente Io que teníamos que hacerr,.246

DOMTNGO 27 - CTCLO C

Jesús nos dice que no podemos pretender que Dios nosdeba algo. Cuando hayamos hecho lo mejor que podíamoshacer, sólo habremos cumplido con nuestro deber, y estoes lo que estamos obligados a hacer.

Quiere el Señor que no nos enorgullezcamos de lo quehacemos. Era eso lo que teníamos el deber de hacer. Nadiehace demasiado. Y quizás nunca hacemos ni siquiera Io sufi-ciente. Con razón Santa Tbresita decía: 'Cuando me presen-te ante el tribunal de Dios, me presentaré con las manosvacíastt.

Señor: que estemos a tu servicio sin falsos orgullos nivanidades. Unicamente hemos hecho lo que teníamos obli-gación de hacer. Y quizás ni siquiera eso.

La respuesta de San Ambrosio

Este gran arzobispo de Milán, predicador elocuente,evangelizador incansable, generosísimo ayudador de lospobres, guía prudente de la ciudad, admirado por todos por susadmirables cualidades y su actividad asombrosa, cuandouna vez lo felicitaron por tantas buenas obras que hacía, res-pondió: 'Yo Io único que he hecho es cumplir mi deber.Hacer lo que tenía obligación de hacer. Siervos inútiles somos.Unicamente hemos hecho lo que tenÍamos que hacer".

¡Como que este santo sí había leído el evangelio y loponía en práctica!

Sien¡os inútiles somos. Debemos sentir esto siempreante Dios y ante los demás, porclue no somos merecedores dealabanzas ni de premios. Lo poco que hacemos es bondad del

247

señor. Pura gracia su)a. otros on nuestras cualidad* y opor-tunidades, habrían hecho mucho más, quizás (o sinquizás).

Olr;¡ l."e$}¡ [resf,a lrlu.ylizerc].aC er¿l

A un religioso que cumplía sus Bodas de plata de üdareligiosa lo felicitaban por esos 25 años de perseveranciay de fidelidad. Y él respondió: "Los 25 años los puse yo.Pero la perseverancia y la fidelidad Ias puso Nues-tro Señor". Y esto sí que es cierto, Nosotros ponemosnuestro tiempo, las capacidades y cualidades que el Se-ñor nos dio, pero la gracia de poder hacer obras buenases un puro regalo del buen Dios, Y bendito sea siemprepor ello nuestro gran Benefactor, a quien le suplicamoscon las palabras del Salmo: 'Baje a nosotros la bondaddel Señor y haga prósperas las obras de nuestrasmanost'.

¿Wffi"Jffi THHIWffiS Tt,U @H-Iffi Iq[üH,# Hfuh} AS}T,ffiÜHffiHfl}ffi?

V ffiH §,# S HH,B]ÜHH*Hfl}ffi,

¿F*f,$ffi, AUffi Hffi}qil Fü fl} HTC}U H.,H,M C H S ?

(SanPablo)

248 249

jl:i+i.) l+,HHj:*,i ri j l*k+

q,:: [{iH,# ,,4

Años: 1 996- 1999 -2002 -2005-2008-20 I 1

L CI S lii:.I-I/ KT'/uI] C) $ Al,

L Dijo ]esús:Un hombre preparó

t¿rdos. Peroun día un bancluete y mandó

ninguno de ellos queríir ¿rcuclir¿r sus criaclo.s en l>usca cle los ittvi-y co¡llel rztlroll ¿I exctls¿tl'se.

2. Uno de ellos dijo : Hecompraclo ahora una gran-

ia y tengo clue ir a mirarla.

5. Cuando el señor oyó estas razclnes, irri-tósc y mancló a sus cri¿rdos: Icl prlr las ca-

lles y traed aquí a los pobres, a los cojo.s ya los ciegos.

3. He com¡rraclo cinco yu¡t-tas de bueyes y voy ¿l p¡'0-

barlos. dijo el otro,

4. Acal¡o «le cas¿rt'lne-¡'cs-pondió e[ tercero-. Así qtre

me es imposible ir.

ti, Y como aún qtredal¡a bastante sitio, aña-

dió: Icl por los carminos y traed más gen-

te. Ninguno de los invitarlos arrte.s probarilrnl cena».

DOMINGO 28 - CICLO A

ORACION: Te pedimos Señor que tu gracia continua-mente nos preced. y acompañe, de manera que estemosdispuestos a obrar siempre el bien. Por Nuestro señor Je-sucristo...

Primera Lectr¡ra. Del Profeta Isaías. 25,6-10

Preparará el Señor para todos estos prreblos, unfestín de manjares exquisitos, con vinos de Ias mejo.res clases. Y anancará en este monte el velo que crrbnea todos los pueblos. Arriquilará la muerte para siempre.El Señor Dios erliugará las lágrimas de todos los ros-tros, y librará a su pueblo de Ia vergiienza que leoprime. Lo ha dicho eI Señon Aquel día se ürá: Aquíestá nr¡estro Dios de qrrien esperábamos que nos.sal-vara. Celebremos y gocémonos con sr¡ salvación.

Parece que el profeta Isaías está haciendo el anunciode los goces que nos esperan en el banquete de la vidaeterna. El libro del Apocalipsis hará después una descrip-ción muy parecida a esta para recordarnos la gloria quenos espera en la eternidad.

Señor: ctrán esperanzador es este mensaje en el que nosinformas que después de las tristezas de esta üda nos pre-paras un banquete de felicidad y de victoria en la eterni-dad, donde ya no habrá muerte, ni lágrimas, ni dolor, sinoalegría y gozo para siempre. Esto es Io que T\i, nuestroDios, nos has preparado y por eso nos alegramos y nosregocijarnos y te damos gracias.

250

DOMINGO 28 - CICLO ASALMO 22. }Iabitaré en la casa del Señor, por

años sin término

Este hermoso salmo nos recuerda que el Señor nos lle-vará a verdes praderas y nos conduce hacia fuentes tran-quilas y que nos prepara una mesa, aun frente a nuestrosadversarios, y llena de felicidad la copa que nos espera.Tbdo un programa para el día del Banquete Eterno que nostiene preparado en el cielo.

Segunda Lecttrra. De la Carta de San Pablo a losFilipenses.4, 12-20

Hermanos: sé viür en pobrezay en abundancia.Estoy entnenado para todo y en todo: para l,a hartu-ra y el hambre, la abr¡ndancia y la escasez. Tbdo lopuedo en aquél que me conforta. En todo caso hicis-teis bien en compartir mi tribulación. En pago, miDios proveerá a todas rnrestras necesidades con gfangenercsid.ad, conforme a su riqueza en Cristo Jesús.A Dios nuestro Padre, l,a gloria por los siglos. Amén.

San Pablo aprendií a gozar del don de estar conten-to con lo que le sucediera: con la escasez y la abundancia,la hartura y el hambre. Este era el ideal de la filosofiaestoica. Los estoicos eran los filósofos más apreciados desu tiempo, y ellos insistían en que lo importante no era eltener muchos bienes, sino el tener pocos deseos. Cuandole preguntaron a Sócrates cuál era el hombre más ricodel mundo, respondió: "El más rico es aquel que se con-tenta con lo que tiene". Pero para el Apóstol la razón de

su alegría y de su calma y de su paz se basa en una granidea: "Tod,o lo puedo en aquél que me fortalece,

25L

que es cristo. se considera ileno, suficiente, contento, noporque ha matado todos sus dese s, sino porque todos susideales y santas am iciones se realizan plánamente alsentir que Jesucristo Ie acompaña, Ie concede fuerza yIe promet premios eternos,,.

En pago, rni Dios proveerá a todas vuestras necesi-dades

san Pablo quiere recordar que nuestras dádivas en fa-vor de los seguidores de Jesucristo, no hacen más pobreal donante, sino todo lo contrario, re aseguran un pagoformidable por parte de Dios. Las riquezas de Dios estánabiertas p ra quienes obsequian "anrnque sea un vasode agua", a los que son de cristo Jesús. y Dios cuandopaga, paga supremamente bien.

Evangelio. Segrin San Mat eo. 22, l-14

Drio Jesri.s el Reino de ros cieros se panece a'n neyque celebraba la boda de su hiio. Mand.ó empleadospara que visaran a los convidados, pero no quisie-ron ir. volüó a ma¡rdar rnensajerog encargiindoles queIes dijeran: "Tbngo preparado el banquete. He ma-tado terneros y reses eebadas. Todo está listo. ven-gan a la boda". Los convidados no hicieron easo. unose marchó a sus tienras. otro a sus¡ negocios. r.os de-más tomaron pnesos a los mensajeros y los maltra_taron hasta matarlos. Er rey se llenó de eórera yenvió a sus tropas que acabaron con aqr¡ellosasesinos y prendieron fuego a la eiudad.252

DOMTNGO 28 - CTCLO A

Luego dijo a los empleados: "La boda está prepa-rada, pero los conüdados no se Ia merecían. Vayanahora a los cruces de los caminos, y a todos los queencuentren convídenlos a la boda". Los mensajerossalieron a los caminos y reunieron a todos los queencontraron, brrenos y malos. La sala del banqrrete sellenó de comensales.

Lo primero que a uno se le ocurre al leer esta parábo-la es decir: -Gracias, Señor por haberme inütado a la granfiesta que preparas en honor de tu Hijo. Enüaste tus men-sajeros y en el cruce del camino me encontraron y me lla-maron, a pesar de lo malo que soy ¡Gracias Señor, por estedetalle de tu gran generosidad!

La parábola tiene dos sentidos. Uno para los tiem-pos de Jesús y otro para los tiempos de ahora. En aquellostiempos los judíos fueron invitados por los enviados delSeñor, a formar parte del Reino de los cielos, y se nega-ron a aceptar la invitación. Entonces fueron invitadoslos pecadores, los samaritanos, los publicanos, los gehti-les, los paganos, los buenos y los malos. Aquellos que quizásjamás habían esperado una inütación para entrar el Reinode Dios.

La consecuencia para los invitados de aquei tiempo queno aceptaron la invitación de los enviados de Jesús, fueterrible. Por haber maltratado y matado a los apóstoles ydemás evangelizadores, les llegó el ejército romano deTito y les destruyó y quemó la ciudad y mató a sus habi-tantes.

253

, Pero Ia parábola tiene también unas enseñanzas paralos tiempos actuales.

la. Dios nos invita a una fiesta. A quienes nos hacela invitación para que pertenezcamos al número de losseguidores de su Hijo no nos destina a una vida de triste-za o de melancolía, sino a un verdadero banquete de gozosy alegrias santas y espirituares. Definir la rerigiosiJad yla espiritualidad como algo triste y demasiado

-serio y rí-gido, sería una totar equivocación. Nadie más aregre ylleno de gozos santos que quien vive en amistad con

Dios y siguiendo fiermente las enseñanzas de su hijo Je-sucristo. A cada creyente se re inüta a ra alegría de serseguidor fiel de Jesucristo, y si recrtaza esa Inütación,pierde la oportunidad de gozar una grande y auténticaalegría.

2a. Nos recr¡erda que las oosas que Ie impiden a unoaceptar Ia inütación para ir aI tr.r.qo"i" de Reinode Dios no son necesariamente malas en sí mismas.Uno se fue a ver sus campos, otro a atender a sus nego-cios, y otro a asuntos de su hogar. No se fueron a cometermaldades ni inmoralidades, sino a deücarse a obras norma-les. Es muy fácil que una persona esté tan ocupada ypreocupada de las cosas de ra vida que se orvidé de sudestino en la eternidad. eue se dediqul con tuná concen-tración a los bienes üsibles, que se olüde de los bienes invi-sibles que le esperan. Qge por estar tan atentos a las vocesdel mundo nos hagamos sordos a ros lramados de Dios.

La tragedia de la üda es que muy a menudo Ias cosasque ocupan er segundo lugar nos impiden dedicarnos a tra-254

DOMINGO 28. CICLO Atar de conseguir las que ocupan el primerísimo lugar. Soncosas buenas en sí mismas, pero nos impiden acceder a losbienes supremos que obtendríamos si nos dedicáramos ala üda de espiritualidad y de santidad. Podemos dedicar-nos con tal mncentración a ganarnos Ia üda en esta tierra,que nos olvidemos de ganarnos la üda eterna. Podemosestar tan ocupados en la administración y organización delos bienes de la vida presente que nos olvidemos de tra-tar de conseguir un buen puesto en la Vida futura.

3a. Si rechazamos la inütación nos perderiemosinmensos gozos y alegrías. En la parábola no sólo serecuerdan los castigos que les llegan a quienes rechazanla invitación de Dios, sino las alegrías que se pierden porese rechazo. Puede ser que uno de los mayores castigos ysufrimientos que tengamos que padecer cuando nos lleguela hora de la sentencia final, sea el constatar las alegríastan intensas y los gozos tan formidables que nos perdi-mos por no haber aceptado las inütaciones que Dios noshizo para que perteneciéramos al número de los amigos yseguidores fieles de su Hijo Jesucristo.

4a. La invitación la hace Dios por prrra bondad,sin qrre la merezcamos. Los enviados recogieron todo loque encontraron: buenos y malos. Dios no nos llamó por-que éramos buenos, sino porque El es bueno. Bendito seaspor siempre Señor.

Y la sala se llenó de comensales

La Iglesia es una comunidad que tiene toda clase depersonas, tazas y condiciones sociales, sociedad compues-ta por puros y santos, malos y pecadores, trigo y cizaña.

255

Dios quiere salvar a todos. Dios nos inüta a todos. No im-porta tanto como somos cuando recibimos sus llamadas. Lomás importante es que vayamos cambiando y que lleguemosa convertirnos.

Cuando el rey entró a saludar a los comensales,se fijó en urro que no Ilevaba traje de'fresta y Ie dijo:"Amigo, ¿cómo ha entrado aquí sin vestirse de fies-ta?" El otro se quedó callado. Entonces el rey dijo alos empleados: "Amárrenlo de pies y manos y lán.celo aftrera, a las tinieblas. Allá será el llanto y elrechinar de üentes. Porque muchos son los llama-dos ypocos los escogidos".

Esta segunda parte se puede llamar una segunda pa-rábola. En oriente, en los palacios reales o de grandes ricoshabía una serie de mantos elegantes, para que los invita-dos pobres se los colocaran, y así la sala del conüte se üerahermosa y elegante. Los mantos los devolüan en la por-tería aI terminar la fiesta. Pero uno de aquellos inütadosno quiso colocarse el dicho manto. Prefirió estar a la mesacon las ropas sucias, asquerosas y malolientes que lleva-ba cuando lo recogieron en los cruces del camino.

Si vamos a la fiesta de un amigo nos colocamos nues-tros mejores trajes. No por aparecer, sino como una señalde respeto y aprecio por el que nos ha invitado. Esa bue-na presentación es una señal de respeto y afecto para con

el que nos hizo la invitación. Y presentarnos con ropa su-cia y maloliente sería una verdadera falta de delicadezay de educación. Y otro tanto nos sucede con nuestra pre-sencia entre los que Dios ha inütado a pertenecer al grupo

256

DOMINGO 28 - CTCLO A

de sus amigos, y comensales. El no se está fijand'o en los

vestidos de tela que cubren nuestro cuerpo, sino en los ves-

iidos de obras buenas que lleva nuestra alma. Si nos pre-

: Sentamos ante su presencia con los harapos malolientes, de una vida llenu á" p".udos y de malas costumbres que

. no queremos abandonar necesariamente seremos recha-

zados.

si no llevam.os traje cle fiesta serelnos echaclos a las

tinieblas

san Pablo dice que hay que librarse del hombre üejo, o

sea de nuestras antiguas malas costumbres, y luego "reves-

tirse del hombre nuevo", según el modelo que Jesucristo nos

trazó con su vida santa y sus palabras y enseñanzas'

Muchos son los llamados... La salvación no es automá-

tica. No basta gon ser llamados. Es necesario portarse bien,

para lograr ser escogidos y admitidos al banquete celes-

tial del Reino de Dios.

CONCI,IIJSTONES

1a. Dios sigue invita¡rdo. Ese es el gran oficio de Dios:

invitarno= " * Reino, a ser sus amigos, a gozat para siem-

pre de su eterna salvación. Nos inütó de pequenos por medio

áe nuestros padres y catequistas y sacerdotes"' con un

sermón, o un buen libro. volüó a invitarnos en la juven-

tud y u'horu sigue enüando invitaciones día por día. No

se cansa nunca de inütar. No hay día en que no nos diga

algo por medio de alguien o p9I medio de nuestra concien-

clá. Q"¿ honor tan grande ser llamados por Dios a su fiesta

.i.rrru. Y nos llamO siendo nosotros pobres, peca'dores,

indignos. No somos los más instruidos ni los más virtuo-257

sos, ni los de mejor familia. Bendito sea Dios que nos lla-mó y nos sigue llamando, sin merecerlo nosotros. Graciasa su inmensa bondad. Aleluya.

Dios necesita persona.s que le ayuden a invitar a otros.Seamos de ese grupo.

2a. Lo grave es que muchas veees reehazamos susinvitaciones, y hasta tratamos mal a los que llegan a

inütarnos. Eso ha sucedido siempre. AMoisés casi lo linchan.A Ezequiel, Jeremías y Juan Bautista los trataron terri-blemente mal. A los apóstoles los mataron. ¿Y a Jesús?...Algunos dirán: 'Yo no he golpeado a ningún evangelizador".Sí; no lo has golpeado fisicamente, ¿pero con tu lengua?

¿No lo has desacreditado? Eso es grave.

¿Y por qué no asistieron al banquete? Uno por irsea cuidar su finca, otro por dedicarse a atender a su:nego-cio. ¿Y es que se habría arruinado su negocio por cerrarlouna hora? ¿Y acaso no podía dejar su finca siquiera por unrato sin visitarla? Y cuántos bienes habría conseguido al

estar presente en el banquete. La amistad con el rey, y el

librarse de futuros castigos.

Y así nos pasa a nosotros. ¿Cuántos que no asisten a

la Misa del domingo porque dicen que están demasiadoocupados? ¿Acaso se van a arruinar por cerrar una horasu negocio? ¿O es que les van a venir demasiadas pérdi-das por dejar de trabajar una hora en ese día? ¿Es que no

sabe pagar Dios y muy bien, lo que se hace por El?

"Dios sigue llamando, dice San Juan Crisóstomo, ynosotros negándonos a aceptar su inütación. Pero no por-

258

DOMINGO 28 - CTCLO Aque estemos demasiado oorpados, sino porque somos dema-siado perezosos. No hay ocupación tan necesaria que ten-ga derecho a alejarnos de lo espiritual. Las excusas sonvelos para tapar nuestra pereza, Y 1o grave es que los re-chazos que se hacen a las llamadas de Dios, no quedansin respuesta de su parte. Dios llega a veces más pronto delo que imaginábamos. El espera, pero cuando ve quenuestra terquedad se nrelve incurable, enüa la sanción.¡Cuántos casos dolorosos podríamos narrar!".

El cielo es el negocio más importante de todos losnegocios. Hoy, como antes, las gentes se excusan de "notener tiempo" para pensar en la eternidad. Se lo impidenlas fincas, los negocios, sus hogares, sus oficios. ¿Pero es queel conseguir el cielo no es muchísimo más importanteque todo lo otro? Cuántas excusas aparecen cada día parano aceptar la inütación de Dios: estoy tan ocupado... tengotantos compromisos, tengo graves preocupaciones... deboatender a las amistades... a las reuniones sociales.., Pen-semos en cuál ha sido nuestra conducta de invita-dos, y pidamos perdón aI Señor por todas las veces queno hemos querido corresponder a sus santas inütaciones.

A todos se exigirá el traje de fiest

La Iglesia católica siempre ha creído que ese traje es

la gracia, la amistad con Dios, el estar sin pecado grave enel alma. Para muchos el traje que se les va a exigir será elde Ia caridad. Y si no lo tienen, no entran aI banquetecelestial.

A aquel hombre le faltaba el vestido de fiesta. Se

Io ofrecieron en la puerta de entrada pero no lo aceptó. -Le

259

ofrecieron unas zandalias nuevas y él se quedó con sus alpar-gatas llenas de barro. Le mostraron un manto para la ca-

beza y se quedó con su sombrero mantecoso y viejo. Envez del traje brillante que le prestaban, se quedó con su

ruana desteñida... y cuando el rey le llamó la atención, en

vez de pedirle perdón y prometerle que se cambiaría y se

quitaría ese mugriento vestido, se quedó tercamente calla-do... y terminó mal.

Este hombre estaba representando a muchos de noso-

tros: qué almas tan asquerosas. Con vestidos buenos en

el cuerpo quizás, pero andrajos asquerosos en el alma. Con

joyas y adornos lujosos por fuera y el alma es una pocil-

ga, Hermosura en el cuerpo y en cambio el alma es unacarroña. ¿Por qué no cambiar de traje pidiendo perdón al

Señor? Entonces se cumpliría lo que dijo Dios por mediode Ezequiel: "Aunque el alma esté roja y manchada,se volverá más blanca que la nieve". ¿Por qué no dejarnuestros harapos sucios en un confesonario por medio de

una confesión crridadosamente hecha, y adquirir allí el man-

to de la gracia de Dios? ¿Si todavía no ha llegado el Senor

a echarnos a las tinieblas exteriores, por qué no aprove-

char y empezar a convertirnos desde ahora mismo? Da-

nos la fuerza necesaria, oh Cristo, para dejar nuestravida asquerosa de pecado y adquirir una üda blanca de

santidad y de fidelidad a Ti.

La llamada fue gratuita, pero el presentarse con el

vestido digno sí depende ahora del esfuerzo de cada uno.

Ya que tienes tiempo todavía de cambiar tu vestido de peca-

do por el traje de la gracia de Dios, aprovecha este tiempo

de salvación.

260

Año s: 199 4-L997-2000-2003-2006-2009

Un ioven rico presentóse a Jesús y, arrodillado ¿rnte é1, le¿.qué debo hacer para conseglrÍr la vidu

pregurrtó : nlJuen Ilaestro.eterna? »

2. Y Jesírs le dijo: «¿Por qué me llamasbueno? Sólo Dios es buenor. Y aírirdió :

nObserva los mandamientos».

3. EI joven rico le resporrclíó : n Los he ob-serv¿rclcl siempre clesde (lue el'il. ¡riíro. LQrré

otra co.sa dello hncer?,

4. |esús lo rniró con amor y Ie dijo: "Só[oLrna cosa te falta: vete, vende todo Io quetienes y da el dinero a los pobres. Luego

ven y sígueme».

ó. El joven se alejó triste por(lue poseíamucl-rísimos bienes. Dijo Jesús : n ¡ Cuán di-fícil es a un rico eutrar e¡r el reino de los

cielos [ ,

26L

DOMINGO 28 . CICLO B

Primera Leettrra. Del Libro de La Sabiduría.7,7-ll

Supliqué a Dios y se me eoncedió Ia prudencia.bavoqué aI Señor y vino a ml un espÍrittr de sabidur{a.La preferí a los altos cargos y a los tronos, y en sucomparación tr¡ve en nada Ia riqueza. No la iguala-ré a Ia joya más preciosa, porque todo el oro, com.parado con la sabiduría es como un poco de arena,y comparada con ella, la plata vale Io que el barro.Preferí Ia sabidur{a antes que la salud y Ia belleza,porqr¡e su resplandor no tiene oscuridad ni ocaso.Todos los bienes me vinieron junto con Ia sabidu.riay eIIa trae consigo riquezas incontables.

Difícil encontrar en toda la historia de la literaturauniversal un elogio de Ia sabiduría más hermoso que este,Para la S. Biblia la sabiduría consiste en saber distinguirmuy bien entre lo que es bueno y lo que es malo, entre loque es conveniente y lo que no conviene, entre lo que es

preferible, y lo que es de segunda clase, y amar con todael alma lo bueno, lo santo, lo que es más provechoso parala salvación y preferirlo a todo lo demás.

Probablemente fue esta sabiduría la que le faltó aIjoven del evangelio de hoy. El no pudo decir las palabrasde esta lectura: "En comparación de la sabiduríatuve en nada Ia riqueza". Si él hubiera tenido esasabiduría que lleva a elegir lo rnás santo y lo que másconviene para el alma, habría seguido a Jesús y hu-biera podido repetir después la frase tan famosa de

262

DOMINGO 28 - CTCLO Beste texto: "Todos los bienes me vinieron junto conla sabiduría".

¿Pido a Dios frecuentemente la sabiduría? El após-tol Santiago dice: "Si alguno está escaso de sabiduría,que la pida a Dios, el cual Ia concede muy genero-samente. Pero que la pida con fe, sin dudar" (Sant1, 5) Ah, si Dios nos concede su sabiduría, entonces sí queelegiremos el bien y no el mal, preferiremos lo que nos hacemayor bien.para el alma y para la salvación, en vez deinclinarnos hacia lo que es más cómodo y más fácil parael orgullo o la sensualidad. ¿T[ato de aumentar en mí lasabiduría leyendo frecuentemente libros religiosos y es-pirituales? ¿Cuántas páginas de libros espirituales leocada mes? El día en el que no lea nada espiritual, ten-dré que hacer aquello que hacía el emperador Tito: escri-bir en el libro de recuerdos personales: "Hoy perdí midía. Hoy no creció ni un centímetro mi sabiduría".

La sabiduría de Dios es la que nos dice qué es lo quesí tiene verdadero valor, y qué cosas o hechos o accionesson más apariencia que realidad. El día en el que reciba-mos de Dios el don de la sabiduría, tendremos como ter-mómetro para medir el grado de valor de las @sas, aquellafrase que tanto se repetían los santos: "¿de qué me sin¡eesto para la eternidad?", y lo que no nos sirva no lo ha-remos, ni lo diremos, ni lo desearemos.

¡Espíritu Santo: envíanos el don de la verdadera sabi-duría!

El libro de los Proverbios dice: "El primer paso paraobtener sabid'uría es tener un gran deseo de instmir-

263

s€, y el segundo paso es hacer esfuerzos por lograr ins-truirse y por adquirir prudencia" (Prov. 4,7). áTengo ese

deseo? áO me contento con Io poquito que sé, que es de-masiado poco? Hago algún esfuerzo por leer buenos libros,oír sermones, escuchar casetes con conferencias religio-sas, asistir a curcillos, sintonizar programas de radio cató-licos, consultar mis dudas con sabios directores espiritua-les?". O sufro de "parálisis intelectual".

Franklin decía: 'Mis padres no me pudieron poner a estu-diar. Y entonces yo me propuse dedicar dos horas diarias ala lectura, y con eso logré remediar la falta de instrucciónque era mi gran mal".

¿Puedo yo decir algo semejante? Cada buena lectura.meaumenta la sabidunay hará crecer el volumen de mi amora Dios.

SALMO 89. Señor: enséñanos a calcular nuesútos años,para que adquirramos un oorazón pmdente. Esta oraciónequivale a una petición de sabiduria aDios. Que nos envíe taldosis de prudencia, que nos haga calcular cuán larga puedeser todavía nuestra residencia en esta tierra, y así, sabiendoque nos queda poco tiempo, vayamos adquiriendo un co-

raz6n pmdente y nos dediquemos a hacer lo que nos lleva ala salvación, y no lo que nos puede traer castigo y per-dición.

Este salmo tiene una oración especialmente hermosa,que deberíamos repetir muy frecuentemente: -"Baje anosotros Ia bondad del Señor, y haga prósperas lassobras de nuestras manos", la cual es como un eco de

aquella frase tan bella del libro de los Proverbios: 'Lo que

264

DOIVITNG(} 2T]. CTCLO B

nos trae éxitos es la benüción de Dios. Nuestro afánno añade nada".

Segunda Lectura. De la C¿rrta a los llebreros. 4, 12-13

La Palabra de Dios es viva y eficaz, más eortan-te qrre espada de doble filo. Penetra hasta el prrntodonde se üüden alma y espíritu. Jrrzga los deseose intenciones del corazón. No hay criatura que se ü-bre de su mirad.a. Tbdo está patente y descubierto alos ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.

Esta lectura tan breve, contiene dos pensamientos que

con razón se han hecho famosos en todo el mundo. El pri-mero es el bellísimo elogio de Ia Palabra de Dios, comparán-dola con una muy aflrlada espada, que penetra hasta lo másprofundo de nuestro ser. [a Palabra de Dios no es un sedan-te o un somnífero que deje en paz al alma con sus peca-

dos. Al contrario, es algo que inquieta, que quita la cómodaseguridad de la conciencia perezosa y adormecida.

San Bernardo dice: "El primer efecto de la palabra de Diostiene que ser turbar, aterrorizar, dejar inquieto al peca-

dor. Pero acto seguido lo enfervoriza,lo ilumina, lo llenade consuelos. La Palabra de Dios es al mismo tiempo ali-mento que agrada y espada que hiere. Es remedio amar-go y reconstituyente que fortalece. El pecador al oírla o

Ieerla se estremece y se inquieta en el fondo de su ser. Pero

es un estremecimiento para crecer y tener más vida. Eique está muerto por el pecado, si atiende a Ia Palabra de

Dios puede resucitar a una üda nueva".

265

Señor: ¡envíanos siempre mucha palabra tuya, y con-cédenos la gracia de escucharla y estremecernos ante supresencia, para librarnos de nuestras maldades y empe-zar una üda según tu santa voluntad, y tro hacer jamáslas paces con nuestros pecados!

Todo está patente a¡rte Ios ojos de Dios, a¡rte quienhemos de rendir cuentas. Ante una frase como esta síhay que aceptar que en verdad la Palabra de Dios es espa-da cortante que penetra hasta el fondo del arma. sabiendoque todo lo que hacemos, decirnos y pensamos, está pa-tente, visible, manifiesto ante los ojos del que nos va ajuzgar, podremos seguir indiferentes en nuestra vida depecado y en nuestro desgano por hacer el bien?

Cuando a Miguel Angel le recomendaban que no pu-liera tanto los detalles de sus cuadros en el techo de la ca-pilla en Roma, porque desde abajo no alcanzaban a notarlos defectos, él respondió: "Es flue a mí lo que me inte-resa es Io que está üendo eI que mira desde a¡rriba,que es Dios". Eso es lo que nos recomienda esta lecturade hoy: pensar en el que nos está viendo desde arriba yante el cual vamos a dar cuenta detallada de todos nues-tros procederes.

Bossuet decía: "Sólo es prudente el que piensa en elJuicio que le espera, y trata de comportarse de tal mane-ra que en el día de la sentencia pueda esperar más bienpremios que castigos. Creer en el Juicio pero no pensaren é1, es como no creer. Es necesario recordar que va-mos a ser juzgados, para que cuando Ilegue el Divino Juez,no nos encuentre desprevenidos e impreparados,,.266

DOMINGO 28. CICLO R

Evangelio, según San Marcos 10, 17-30

Cuando salía Jesús al camino, se le acercó unocorriendo, y se amodilló y le preguntó: "I\llaestro bue-no: ¿qrre haré para heredar la üda eterna?". Jesúsle contestó: "¿Por qué me llamas bueno? No haynadie bueno más que Dios. Ya sabes los manda-mientos: No matarás. No cometerás adulterio. Norobarás. No darás falso testimonio. No estafarás.Honra a tu padre y a tu madre".

El replicó: "Maestro: todo esto lo he cumpli-do desde pequeño".

Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo:

"LIna eosa te falta. Arrda, vende lo que tienes. Daleel dinero a los pobres y ven y sígueme".

A estas palabras, él arnrgó la frente y se marchópesaroso porqrre era mr¡y rico. Jesús mirando alre-dedor dijo a sus discípulos: "Qué difícil les va a.sera los ricos entrar en el Reino de los cielos".

Los discípulos se extrañaron de estas palabras.Jesús añadió: "Hijos: qué difícil les es entrar en elReino de Dios a Ios qrre ponen su confianza en el di-nero. Más fácil le es a un camello pasar por el ojode una agtrja, que a un rico entrar en el Reino deDiost'.

Ellos se espantaron y comentaban: "Entonces,¿quién puede salvaree? Jesús se les quedó mirando y

267

les dijo: "Esto es imposible para los homb¡.es, pero nopara Dios. Dios lo puede todo".

Este es uno de los relatos más üvaces y espontáneosde los evangelios. Lo cuenta Marcos como un testigo quenarra un hecho üsto por sus propios ojos. Empieza dicián-do que aquel joven millonario llega corriendo y se arrodi-lla ante Jesús. Un ricachón arrodillándose ante uno queno tiene ni dónde reclinar su cabeza. Y lo llama: ,,Maes-tro brreno". Señal del gran aprecio que le tiene. Es queJesús ejercía una fascinación excepcional sobre lagente.

Sólo Dios es brreno. Jesús quiere que este joven dirijasu corazón directamente hacia el Dios del cielo. eue nose quede solamente entusiasmado por los maestros queencuentra en la tierra. Jesús desea que sus enviadoshagan lo mismo: encaminar a cada discípulo hacia Dios.Que nadie se vaya a quedar en la admiración hacia elmaestro que lo dirige, sino que toda la admiración, todo elaprecio, toda Ia fascinación, se dirijan hacia Dios, sin qui-tarle la admiración debida al señor para dedicarla a maes-tros terrenales.

ü.unple }os rnande¡mientos...'lflodos los he eunaplicÍo

Jesús le enumera los mandamientos negativos, los queprohíben hacer males (sólo uno positivo, el4o.) parece que elDivino Maestro va a establecer claramente que en el cris-tianismo no es suficiente llevar una vida respetable.Hay que hacer algo más. Este joven al decirle que esosmandamientos sí los ha cumplido, parece estar afirmando: 'yoenmi vida no le he hecho mal a nadie", y entonces cristo268

f)üiidlliG() 2¿i - C[CL() lile recomienda: '?ues ahora dedícate a hacer eI rnayor bien po-sible a todos". Para ser respetable basta no hacer cosasmalas. Pero para ser santo es necesario dedicarse a hacermuchas obras buenas.

Jesus lo miró con cariño" Bellísima expresión. Oja-lá nos mire así a nosotros, con cariño, con la alegría dever en nuestro comportamiento un exacto cumplimiento desus mandamientos. Señor: ¡que mi conducta sea tal, queme puedas mirar con cariño cada día y todos los días!

'Ve:,-"r-[e ]o que üienes y r]a]u ¿¡. trcs lrolbres

Jesús enfrenta a este hombre con un desafío. Hastaahora te has contentado con no hacer mal. Ahora dedíca-te a hacer el bien. Despréndete de lo que posees, regálaloa los necesitados y te vienes conmigo a a¡nrdarme a sal-var almas. Y te conseguirás un premio eterno en eI cielo,además de inmensas alegrías en la tierra.

Se f'ue trisüe, fJorú{ue üeiría ¡mt"lch¿rs riqu.ez:rs

Tenía grandes posesiones y jamás se le había ocurridodejarlas a otros. Es verdad que no robaba, pero ¿dedicar-se a regalar? Eso sí que no. A nadie había defraudado nihecho trampa. ¿Pero compartir con los necesitados lo quetenía? Como que no le agradaba nada la idea. Jesús en-frenta al joven con un desafio: "¿Hasta qué grado estásresuelto a despojarte de lo que tienes en la tierra, paraconseguirte un gran tesoro en el cielo?" Lo que poseía enla tierra sí lo tenía muy bien contabilizado y avalorado.Pero lo que podía recibir en el cielo, en eso sí que no se lehabía ocurrido pensar, ni dedicarse a calcularlo.

269

Pavorosa enfermedad

Un hombre mu rico pero muy materialista le decía aun amigo: "Mi peor enfermedad espiritual es que yo noarüelo nada para Ia otra üda. Yo no tengo grandes deseospara la eternidad'1. Fatal enfermed ad, capaz de matarel alma de cualquier ser humano. y probabremente estafue la enfermedad espiritual que atacó al joven de hoy: sufalta de anhelos, de deseos de grandes premios para laeternidad, Dios mío: ¡que jamás nos vayamos a contagiarde tan horrenda enfermedad del alma: la de no tenergrandes deseos de premios eternos para la otra vida!

Jesús rnirando alrededor les dijo: qué difÍcil lesva a ser a los ricos entrar al Reino de los cielos.

El joven rico se había alejado entristecido y la miradade Jesús y de sus discípulos lo fue siguiendo hasta que seperdió en el horizonte. Entonces Jesús dio media vuelta ydirigiendo su mirada hacia sus seguidores les dijo una fra-se que les cayó como un baldado de agua fría: ,,eué difí-cil será a los ricos entrar en el Reino de los cielos".Esto echaba por el suelo una convicción que ellos teníandesde pequeñitos. Siempre habían creído que ser rico eraseñal de que Dios estaba muy contento con uno, y que elmodo que Dios tenía de bendecir a sus amigos preferidosera concederles muchas riquezas. ¿Y ahora les vienen adecir que a los ricos les va a ser tremendamente difícilentrar al Reino de los cielos? Esto sí que les causóun verdadero susto. No les agradaba mucho la idea. An-tes habían pensado que mientras más rica fuera unapersona más cerca estaba de poseer el Reino de los cie-270

DOMINGO 28 - CICLO Blos, y ahora les dicen que es todo lo contrario. Con ra-zón se extrañaron.

Hijos: qué difícil es entrar aI Reino de los cielospara quienes ponen su confianza en el dinero.Cariñosamente, llamándolos hijos, les repite Jesús suimpresionante afirmación anterior. ¿Y por qué le concedetanta importancia el Divino Maestro a esta afirmación?

'Es que Jesús conoce muy bien los peligros qrre lasriquezas traen en contra de la santidad y de Ia eternasalvación.

1o. Porque las posesiones materiales atan el corazón aeste mundo y hacen olvidarse de los bienes que nos espe-ran en la otra vida.

Despegue mrry costoso

Un anciano millonario al observar sus flrncas, sus alma-cenes y sus casas, exclamaba: -Todas estas cosas hacenque la muerte me resulte muy dificil de aceptarla-. Esta-ba demasiado apegado a lo de este mundo, para poder te-ner tíempo de desear los bienes de la eternidad.

2o. Las riquezas llevan a una fatal equivocación:olüdar qrre existen muehísimos valores superioresal dinero. Imaginarse que para saber el precio de algo ode alguien hay que medirlo en dinero. Eso es una menti-ra total. Hay valores inmensos que nunca se podrán me-dir con riquezas materiales. Cuando se parte delequivocado principio: "Tanto vales, cuanto tienes", seviaja por el camino del materialismo y del terrenis-mo más vulgar.

27L

Co¡nental¡an entonces ¿quién puede salvarse?

Jesús les recuerda que la salvación no es solamente unaobra de la criatura humana, sino que en ella intervieneDios con su inmenso poder, y que para Dios nada es im-posible. Si el rico pone toda su confianza sólo en sus rique-zas, no podrá salvarse, pero si confía en Dios, el Señorpodrá irle concediendo tal generosidad y desprendimientoque logre poco a poco ir consiguiendo salvarse para siem-pre. Quiera Dios que jamás ninguno de nosotros o denuestros familiares o amigos o conocidos se vaya a ape-gar de tal manera a las riquezas que por ellas se quedefuera del Reino de los cielos. De tan grande y pavorosomal, líbranos Señor a todos. Amén.

C(.IF¡CH,i]SHÜi-.1HS

¿8ué d.et¡o hacer para conseguir la vida eterura?

Esta es una pregunta que debemos hacernos y repe-tirnos muchas veces, porque al fin y al cabo lo másimportante en esta vida es ganarnos con ella la vidaeterna.

Cumple los mandamientos. Jesús Ie enumera sólo losque se refieren al prójimo porque el que ama aI prójimoya Ie quedará más fácil amar a Dios. Además los israelitasles concedían enorme importancia a los tres primerosnrandamientos y trataban de cumplirlos.

Los he cumplido. Al cumplir los mandamientos sehabía r^elto bueno. Ahora Jesús le iba a dar ra fórmulapara hacerse santo.

272

DOMTN{I(} ?I:;" CTCLO }I

Veucne lo c¡tr.e tieriies 5, Csrlr¡ a tros lroirres

Quizás el joven se esperaba que le dijera: Tienes querepartir algunas limosnas... Pero aquí la exigencia esradical: hay que repartirlo todo, para conseguirse lafelicidad total en el Reino Celestial. Dalo a los pobres: alos que no te van a pagar ni a reconocer lo que hiciste.

Se fue mrry triste. Dios llamó al teléfono, y el teléfo-no sonó ocupado. El joven estaba demasiado ocupado ensus riquezas y no pudo responder al llamado de Cristo. Hoyson muchos los que no responden a las llamadas que Diosles hace a renunciar a algo para conseguir el todo en laeternidad, porque le conceden más importancia a las rique-zas que a la santidad y a Ia eterna salvación.

I}PITAFtrO

Dicen que eI epitafio de Ia tumba de este jovenpudo ser el siguiente: 'Aquí yace uno que pudo llegar aser un gran santo, un apóstol famoso, y por no quererdesprenderse de sus riquezas, quedó hecho un "sin nombre";para siempre un "Don nadie". No se arriesgó. No se

animó a pagar el precio, y se quedó sin la inmensa recom-pensa que le estaba esperando",

Ven conmigo. Dice Jesús: "En cambio de esas riquezasque vas a repartir entre los pobres, te ofrezco mi amistadque te va a enriquecer más que todo Io demás. No te invi-to a quedarte sentado tranquilo, sino a caminar conmigoconsiguiendo salvación de almas".

273

Y tendrás un tesoro en el cielo: conmigo no negociaspara perder sino para ganar muchísimo y para siempre.

Más fácil que un camello pase por el ojo de unaaguja

No tratemos de disminuir esta frase tan terrible de

Jesús. Aunque sea un refrán oriental, y allá los refranesson exagerados para que impresionen más, sin embar-go con esta afirmación demuestra el Divino Maestro que

es supremamente difícil que quien se dedica exagera-damente a adquirir riquezas y a conservarlas, logre llegara Ia santidad y al Reino de Dios. Cristo ataca y fustigaaquí el egoísmo que amontona riquezas y no las reparte.Y esto le puede suceder a toda clase de personas, y tam-bién a las más piadosas. iQué peligro!

Qué difícil es que trn rico llegue al R,eino cle loscielos

Jesús nos advierte con una energía sorprendente lasdificultades que las riquezas presentan para poder obte-ner Ia santidad y la salvación. De todo apego inmoderadoa los bienes de este mundo, libértanos Señor parasiempre. Amén.

SI QUTtrRES SER PtrRFECTO \MNDETUS ETENES, YDALtr ESE DINERO A

LOS POBR,ES Y TENDRA,S UN TESOROEN EI, CTELO

(Jesucristo)

274 275

2.Ylemostraos

§}GMTI{GO ?8CICtG C

gritaron desde lejos: nN'faestro, ten pieclacl clc no.sotros». Díjolcs Jesús: nId ya los sacerdotes, (porque sólo los sacerclote.s podían clcclarrrrlos curaclos).

Mientras se marchabau, quedaron limpios.

Años 1995-199 8-2001-200 4-2OO7 -2010

Los diez leprosos

de Jertrs:.rlén,al encuentro

en los confines de Sarnaria,de Jesús diez leprosos.

3, Pero solamente uno ,.le ellos volvió y, postr'írncl«rse ir Ir¡.s pit:.s cle Je.sris. lt. clió gr.ir-cias. «¿No eran diez los que quedaron lirnpiosP - pr(.qrrrrtri Jr,.sús-. ¿l)rirr<lc est¿ilr losotros? ¿Sólo uno l'ra venido a renclir gloria rr I)ir¡.s. ¡:r'«'r'isrrrrrcrrte rrrr srrntaritrtrro?, Y <lijo

al hombre : ,, Let'¿itrt¿tte y r.cte. tr.r fc ttt lrlt srtlt'lttlo, .

irqc-'rrt,.|r r" Fl'c fi ii? - t'\ ..f-lir

Naamán el sirio bajó y se baño siete veces en elJordán, como se Io había mandado Eliseo el hombrede Dios, y su carne quedó limpia de lepra, como la deun niño. Volüó con sus acompañantes al hombrede Dios y le dijo: "Ahora reconozco qrre no hay Diosen toda la tielra más que el Dios de Israel. Tb ruegoque aeeptes el regalo que tu sen¡idorte quiere hacer',.

Contestó Elisso¡ "rfutro ¡rcr Dios a quien sinzo, qrre noaceptaré nada". Y aunque le insistía, reehazí el re-galo.

Naaman üjo: 'Entonces, qrre entreguen a este tusen¡idor unos bultos de tierra qrre pueda llevar enrrn par de mulas, porqrre en adelante este sen¡idorno ofrecerá sacrificios ni holocaustos a otros dio-ses, sino al Señor Dios verdadero".

El nombre de Eliseo significa: "Dios trae las soluciones".Y en verdad que sí le trajo a Naamán el sirio extranjeroIa solución para su gravísima enfermedad de lepra: leconsiguió la sanación completa.

También hoy muchos que tenemos el alma llena de esaterrible lepra que se llama el pecado, cuando nos sumer-gimos en los sacramentos (bautismo, confesión, comunión)podemos quedar con el alma limpia, hermosa como lapiel de un niño pequeñito.

276

Sus criados le rogaron que obedecier¿r ¿l Eliseo. nSi

algo muy difícil, ¿ rlo lo hubieras hecho? ¿ Cuánto más

quedarás limpio?, Y así Naamán se bañó siete veces encuerpo estaba límpio como el de un niño y quedó

el profeta te hubiera pedidoIrabiéndote dicho : lár,ate yel Jordán. Cuando salió, srr

crtrado de su iepra.

5. Voh'ió coll su séquito al hombre de Dios, presentóse ante

hav otro Dios e¡r la tierra qlle el cle Israelr. N¿ramán rogó a

suyos, pero éste se negó a ello. uVete afl p&z», Ie dijo Eiiseo.país y itrró no ofrecer sacrificios a ningúrr

él y dijo : u Aho¡:a sé que noEliseo que acepta.ra regalosY entonces se rnarchó a su

otro dics.

277

Y también los que como Eliseo somos empleados por Dios

para llevar a las almas la paz y la sanación espiritual,debemos como este gran profeta liberarnos del deseo de ha-

cer de la religión un modo de ganar dinero. Hay que cum-

plir lo que mandó Jesús: "lo que habéis recibidogratuitamente, repartidlo también gratuitamente"(Mt. 10, 8).

Como Naamán el milagrosamente curado, deberíamos

ser muy generosos en proclamar ante las demás personas,

donde quiera que estemos, los favores admirables que

Nuestro Señor ha hecho en favor nuestro.

(San Rafael a Tobías)278

DOMINGO 28 - CICLO C

SALMO 97. Cantad al Señor porque ha hecho mara-villas

Este es un himno para darle gracias a Dios por haberIiberado a sus amigos de grandes males (como por ej. elde Ia lectura anterior, etc.). Y proclama: "Hasta los máslejanos extremos de Ia tierra las gentes han contempladolos favores que hace nuestro Dios". Naamán que llegó delextranjero, y el leproso samaritano del evangelio de hoy,y todos nosotros, en los sitios más alejados del mundo,hemos contemplado los favores maravillosos que Dios haceen favor de los que le imploran con fe.

Segrrnd.a Lectura. I)e la 2a. Carta de San Pablo afimoteo. 2, 8-13

Querido hermanozhaz memoria de Jesucristo elSeñor, resucitado de entre los muertos, nacido dela familia de David. Este ha sido mi evangelio porel que sufro hasta llevar cadenas, oomo un malhechor.Pero la Palabra de Dios no está encadenada. Por esolo aguanto todo por los elegidos' para que ellos alcan-cen también la salvación, lograda por Cristo Jesús,y la gloria eterrra. Es doctrina segura: si mori¡nos conEl, viüremos con El. Si perseveramos, reinaremoseon El. Si lo negamos, también El nos negará. Si so-

mos infieles, El permanece fiel, porqrre no prrede ne'garse a sí mismo.

Al evangelizador lo pueden encadenar, pero a la Palabrade Dios no la logrará encadenar nadie jamás. Solamentesi el propio evangelizador se vuelve cobarde y deja de hablar,

entonces sí ya el mensaje de la Palabra salvadora no Io-

279

gra salir de su boca. San Pablo recuerda al evangelizadorque Jesucristo ha resucitado y que esa buena noticia ladebemos llevar siempre a la gente. Y hay que tener temor aque por miedo neguemos a Jesús, porque entonces Eltambién nos negaría a nosotros.

Evangelio según San Lucas. 17, 1L-19

Yendo Jesús camino de Jenrsalem, pasaba entreSamaria y Galilea. Ch¡ando iba a entrar en rrn pueblo,vinieron a su encuentro diez leprosos, q1ü€ se d,etu-vieron a lo lejos, y a gritos le decían: ¡Jesús, Maes-tro, ten compasión de nosotros!

Al verlos les d[io: "Vayan a presentarse a los sacer-dotest'.

Y mientras iban de camino, quedaron ctrrados. Unode ellos, viendo que estaba eurado, se volüó alaban-d.o a Dios a grandes voces, y s€ arrodilló a los piesde Jesús dándole gracias. Este era un samaritano.

Jesús, tomando la palabra dijo: ,,¿No han quedadocurados los diez? ¿Y los otros nueve donde están?¿No ha venido más que este extranjero para d.argloria a Dios?"

Y le dijo: "Levántate. Vete, tu fe te ha salvado,,.

Jesús se entristece al ver que sus paisanos son menosagradecidos que este que pertenece a otro país. y es quemás frecuentemente nos dirigimos a Dios para pedirre favo-res,

280

que para darle gracias por los beneficios que nos conce-

28L

DOMINGO 28 - CICLO Cde. Una vez más los judíos se mostraban desagradecidosy los gentiles demostraban mejor voluntad. Este leprosorepitió los gestos de Naamán al quedar curado: dar gra-cias públicamente a Dios.

Los judíos no trataban con los samaritanos, y en aquelgnrpo había nueve judíos y un samaritano. Una desgra-cia común había roto todas las barreras nacionales yraciales. En la tragedia común de su lepra, se habían olvi-dado de que eran judíos y samaritanos, y sólo recordabanque eran hombres que tenían una gran necesidad deayuda y de comprensión. Les sucedía como a las fierasde Ia selva que cuando un gran peligro las ataca, por ej.una inundación, etc., se reúnen en grupos sin atacarse,aun los que son más enemigos entre sí. Seguramenteuna de las cosas que tenía que unirnos a los humanossería Ia enorme necesidad que tenemos de las ayudas de

Dios.

Se detuvieron a los lejos. Estaba mandado que elleproso gritarafBstoy enfermo", y se detuüera a media cLta-

dra de distancia de,los sanos.

Sólo t¡no volüó. Ninguna otra historia del evangelioseñ,ala tan directamente Ia ingratitud de los seres hunra-nos para con Dios. Muchos suplicamos pidiendo favores yuna vez conseguidos, nos olüdamos de la acción de gracias.Nos dio Dios su propio Hijo. ¿Cuántas veces le danrosgracias por ese inmenso favor? Nos da el alimento.¿Cuántas personas dan gracias a Dios en sus comidas? ¿Ypara con el prójimo? ¡Cuán pronto olüdamos ios favores

recibidos!

CONCLUSIONES

Evoco y recuerdo la escena de los diez gritando. La narra-ción está llena de circunstancias vivas y revela a un testigomuy bien informado; Jesús va entrando a un poblado.Los leprosos tienen que presentársele antes de que lleguea las primeras casas porque más allá ya no pueden pasar.La ley les prohibía entrar en pueblos y ciudades y teníanque üvir alejados de todos los sanos. Jesús oye el retumbarde unas latas. Es Ia señal de alarma que ellos dan, paraque los sanos se alejen. Antes de emprender carrerapara evitar el contagio, los más generosoS Ies dejan sobrepiedras algún pedazo de pan o una moneda. Jesús no hu5rede ellos. No les tiene asco. Aguarda a que se le acerquen.Porque.hacia ningún enfermo del alma o del cue{po sientejamás asco o repulsa, sino compasión y deseo de sanarle.

La petición de a¡rurda. Aquellos hombres han oídohablar muy bien de Jesús. Les han contado que enseñadoctrinas maraüllosas y muchos les han dicho que tieneun poder infinito para hacer milagros, y que no niega ja-más un favor a quien Ie pide con fe. Por eso Ie lanzan elgrito pidiendo a5ruda:"Jesris, Maestro, ten compasión denosotros". Lo llaman por su nombre. Ya saben quién es.Le dicen: l'Maestro", porque hasta ellos ha llegado lafama de su sabiduría. Le piden compasión, porque estánseguros de que es misericordioso.

Este debe ser el grito que de nuestra alma suba cadadía hacia eI amable Corazón de Cristo. Jesús, Maestro,ten compasión de nosotros, Ios que padecemos la Ie-pra del pecado. Ten compasión de los impuros y de los co-

282

DOMINGO 28 - CICLO C

léricos, de Ios ladrones y de los asesinos, de los perezososy de los mentirosos. Señorr somos una inmensa colecciónde leprosos del alma que te suplicamos la curación. Quie-ro pedirte perdón por los que no te piden perdón.

¿Por cuántos leprosos del alma rezo yo? ¿Por los peca-dores de mi familia, por los de mi barrio, por los. que sevan a morir hoy, por los que estan en mayor peligro decondenación a causa de la dureza de su corazóríl Recordaréla frase de Pío Xll:"Misterio tremendo y digno de medi-tarse: que la salvación de muchos pecadores se debe en granparte a las oraciones de los amigos de Jesús que implo-ran su misericordia".

Vayan a presentarse al sacerdote

Jesús quiere una curación discreta y sin ruidos. Losmanda a los respectivos sacerdotes de los pueblos, paraque según lo ordena la ley en el libro del Levítico (Capítulo13) reciban el certificado de que sí ya están realmentecurados.

Vayan a presentarse al sacerdote: Señor que ese

mandato nos siga zumbando al oído como esas tonadasque aprendimos de niños y que no se nos olvidan. Quevayamos al sacerdote a pedirle consejos, a oírle predi-car, a confesarle nuestros pecados y recibir la absolu-ción que quita aI alma la enfermedad de la lepra espiritual.

Que aunque el sacerdote sea pecador, recordemos sin em-

bargo que Pedro, después de negarte tres veces, logró con-

vertir con su próximo sermón tres mil pecadores. Porqueel que oye al sacerdote que evangeliza, te oye: a Ti ohCristo.

283

Pasó una sombra de tristeza por el rostro siempre tanalegre de Jesús. Y hoy también en cada una de las 24 horasdel día, El sigue preguntando: "¿Y los otro nueve dóndeestán?" De cada diez católicos, ¿por qué nueve no van amisa? De cada diez personas que ganan buena plata, ¿porqué nueve no dan el diez por ciento para los pobres? Decada diez que comen, ¿por qué nueve no dan gracias a Diosen las comidas? De cada diez que b4jan de un bus despuésde un viaje sin contratiempos, ápor qué nueve no le dangracias al buen Dios? Diez se van a acostar después deun día tranquilo, y nueve se acuestan sin decirle un "gra-cias" al Señor.

Sólo uno. Los otros nueve siguieron su camino, comosi nada especial les hubiera sucedido. Se les curó la piel,pero su espíritu siguié lo mismo de indiferente. En cam-bio eI samaritano quedó curado del cuerpo y enfervoriza-do en el alma. ¿Seré yo de esos 9 desgraciados que se pasandías y hasta semanas sin dar gracias al Señor Dios? Nuncase las daré demasiadas, ni siquiera las suficientes. Y másen este ambiente tan negativo en el que vivo, donde lagente piensa más en Io poco feo y desagradable que lessucede, que en lo muchísimo y muy positivo que el Crea-dor concede a cada uno.

También ahora y aquí, un noventa por ciento de losque recibimos favores de Dios, somos desagradeci-dos. Y Jesús se queja de esta ingratitud. Con los demástratamos de ser bien educados; y con nuestro Dios somosmaleducados. El desagradecimiento nos cierra la puerta284

ajl{li ,,, ,, ,,

para recibir muchos favores que se nos iban a conceder sifuéramos agradecidos. El libro del Deuteronomio dice queolvidar los favores de Dios es ingratitud, y el Libro delEclesiástico añade que a los que son ingratos con el Crea-dor se les niega muchos favores del cielo (Ecl. 20).

\/r;[.i':ir1l;.;rtr[:üil.-E;:iird.i] i'r, i!!"Í;rxii'úiirí]si vt]c;cÍi:rj i

La gratitud proüene de un apreciar y valorar lo que Diosnos da y nos regala. Dios se merece que de vez en cuandosuspendamos nuestros trabajos, nuestras diversiones yhasta un poco nuestros üajes, para dedicar un rato a darlegracias.

A la gratitud se le concede en la Sagrada Escritura unrelieve sorprendentemente irnportante. Es la respuesta alos favores y gracias de Díos. El alma asombrada ante lagenerosidad de Nuestro Señoq reconoce gozosa la bondaddivina. Es un estremecimiento de gozo y de veneraciónante la magnífica generosidad del buen Dios.

Las mamás preguntan al niño cuando recibe un rega-Ulo:" ¿Cómo se dice?". tr)so mismo nos pregunta Ia MadreIglesia: "¿Cómo se dice?". Dios te ha concedido demasia-'dos regalos para que no le respondas con frecuentes ac-ciones de gracias. ¿Cómo reacciono ante las gracias queDios me concede? ¿Soy agradecido? ¡Señor: que sí lo sea,mucho y siempre!

Pablo VI decía que el buen cristiano es un ser quesiempre da gracias a Dios. Y San Francisco de Salesrecomendaba que cada persona debe pensar no sólo en losdones que Dios nos ha concedido a todos, sino también

285

en esos regalos personalísimos que cada cual ha reci-bido de la generosidad diüna, Y que debemos dar gracias alSeñor hasta por esos "males" que con los lentes de la tie-rra parecen dañosos para nosotros, pero que con los len-tes del cielo veremos que fueron provechosísimos paranuestra eterna salvación.

San Pablo es el teólogo de la gratitud

Al estudiar sus plegarias se nota que el punto al cualel apóstol le concedía la mayor importancia era el recordarlos favores recibidos de Dios y darle las gracias. Y recomien-da repetidamente en sus cartas: "Sed agradecidos. Entodo dad gracias al Señor".

En la Sagrada Escritura se hace notar que la vida delcreyente debe estar llena de gratitud a Dios, pero que de-safortunadamente las acciones de gracias son demasiadoescasas. Y como dice San Vicente:"Pocas cosas hay que nosconsigan tanto la buena voluntad de Dios, como agrade-cerle sus beneficios". Por eso el Libro del Eclesiásticoafirma: "Qrrien agradece a Dios un beneficio reci-bido, obtiene de él mil favores más".

Recuerda y agradezca. En varios templos antiguos deInglater:ra está escrita en la entrada, esta bella frase: "Re-cuerda y agradezca". Este sí que sería un provechoso lemapara nuestra vida. El evangelio de este domingo nos pre-senta Ia felicitación de Jesús por el que le asradece, y de-muestra su tristeza por los nueve desagradecidos. Por esola Santa Iglesia en todas las misas nos invita diciendo:'lDemos gracias al Señor Nuestro Dios", y nosotros res-pondemos: "Es justo y necesario".

286

DOMTNGO 28 - CTCLO C

La gratitud nos produce alegría. No se puede vivirrecordando los inmensos favores recibidos de Dios y vivirtriste al mismo tiempo. si vivimos tristes, probablemente

somos desagradecidos. Nuestra alegría estará proporcio-nada a la cantidad de favores de Dios que recordamos y

agradecemos. iQué favores quiero agradecer hoy a Dios?

Dar gracias a Dios es nuestro deber y. salvación. De-

berde justicia. salvación, porque Dios regala másfavo-res a quienes más le agradecen sus bondades. Y aunquenosotros hayamos sido hasta hoy muy leprosos y muy sa-

maritanos podemos ser curados y seremos felicitados por

Jesús si le damos gracias. Recordemos de vez en cuando

los favores que nos ha hecho Jesús (especialmente el ha-

bernos conseguido el perdón de nuestros pecados y nues-

tra eterna salvación) y ese recuerdo se hará gratitud y nos

traerá más gracias suyas y más seguridad de ser salvadospara siempre.

Vete:tu fe te ha salvado. Jesús: que nos puedas decir

lo mismo a cada uno de nosotros; sigue tu camino tran-quilo y en paz, que por haber tenido gran fe en el poder yen la bondad de tu Dios y Redentor, vas a conseguir tusalvación eterna. Amén. Jesús.

(Salmo 136)

287

288

(San Pablo)

289

ANOS 1 996- 1 9gg -2002-2005-2009-20 1 1

Dad a Dios 1o que es de Dios

y al César lo que es del César

DOMINGO 29 . CICLO A

ORACION: Dios todopoderoso y eterno: te pedimos de-

dicarnos a Ti con flrdelidad, y senrirte con sincero corazón.Por Nuestro Señor Jesucristo...

Primera Lectura. Del Profeta Isaías. 45, L-6

Así dice el Señor a su Ungido Ciro, a quien llevade la mano: doblegaré ante él las naciones, desarrna-ré a Ios reyes. Abriré ante éI las prrertas de lasciudades. Por mi siervo Israel, te llamé por tunombre, te ü un título, aulque no me conocías. Yo soyel Señor y no hay otro; fuera de Ml no hay Dios. Tepongo las insignias d.e ma¡rdo aunque no me conoces.Para qrre sepan de oriente a occidente que no hayotro fr¡era de Mí. Yo soy el Señor y no hay otro.

Ciro fue el rey del cual Dios se valió para volver a su

pueblo Israel a su patria, a la Tierra Prometida. AunqueCiro no conocía la verdadera religión, era sumamenterespetuoso con Ia religión de Israel y Dios le premio ese

respeto religioso, concediéndole muchos triunfos.

En esta lectura, como en el evangelio de hoy, se re-comienda un profundo respeto por las autoridades civi-les, aunque estas no sean de nuestra religión. Por medio de

un terrible conquistador, Nabucodonosor, Dios castigó a

su pueblo y lo purificó llevándolo cautivo y desterra-do a Babilonia. Y cuando el pueblo ya se ha purificado de

sus idolatrías, Dios, por medio de otro conquistador, Ciro,dermelve otra vez a su pueblo hacia la Tierra prometida.

290

tDOMINGO 29 - CICLO A

En la Biblia se considera a Ciro como una figura del Re-dentor pues así como él libertó del destierro y de la escla-vitud al pueblo de Dios, así Jesucristo nos trajo laverdadera liberación y nos lleva hacia la patria eterna.

SALMO 95. Aclamad la gloria y el poder del Señor

Después de la lectura anterior donde Dios repite:'Yo soyel Señor y no hay otro, No hay otro Dios ftrera de Mí",en este salmo se aclama:"Dios es grande y muy digno dealabanza, más temible que todos los dioses. Los dioses delos gentiles son sólo apariencia, mientras que el Señor hahecho el cielo".

Segunda Lectura. De la la. Carta de San Pablo a losTesalonicenses. 1, 1-5

Pablo, Silvano y fimoteo a la iglesia de los Te-salonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucris-to. Avosotros gracia ypa;z.

Siempre damos gracias a Dios por todos vosotro'sy os tenemos presentes en nrrestras oraciones.

Ante Dios nuestro Padre recordamos sin cesar laactiüdad d.e vuestra fe, el esfuerzo de vrrestro amory la constancia de wuestra esperlarrzla en Jesucristonuestro Señon

Bien sabemos, hermanros amados de Dios, que Elos ha elegido, y que cuando se proclamó el evangelioentre vosotros, no hrrbo sóIo palabras, sino además,

291

Í

fuerza del Espíritu Santo, y convicción profundacomo mrry bien sabéis.

La 1a. Carta a los Tesalonicenses es el primer escritoque se hizo en el Nuevo Tbstamento. Tbsalónica era unaciudad muy importante. Era el paso obligado de oriente aoccidente y de occidente a oriente y por eso un sitio es-tratégico para propagar desde allí la religión. El nombre se

lo puso Casandro al reedificarla el año 315 antes deCristo. Tesalónica se llamaba la mujer de Casandro, lacual era hija del rey Filipo y hermana de Alejandro Magno.Aún hoy la ciudad que ahora se llama Salónica, tiene 70.000habitantes. San Pablo evangelizó por varias semana.s a Tbsa-Iónica. Después envió a su discípulo Timoteo a que ave-riguara cómo estaban aquellos discípulos y este üno adecirle que se mantenían firmes en la fe y muy llenos desanto afecto hacia el apóstol. Entonces se animó a escribir-les esta Carta (que es el primer escrito del Nuevo Tbsta-mento. Fue redactada antes de que fueran publicados losevangelios).

Empieza Ia carta con un amable elogio del apóstol a susdiscípulos de Tbsalónica. Los felicita por su fe tan activa,su amor tan esforzado y su espetanza tan constante. Mástarde les hará algunas correcciones, pero empieza ganán-dose su benevolencia por medio del elogio y la felicitación,San Pablo sabe felicitar y se atreve a corregir. Del cocine-ro del Duque de Wellington se narra que renunció a esehonroso cargo, y preguntando el por qué lo hacía, respon-dió: "¿Es que si la comida qued4 buena, el Duque nuncame felicita. Y si cometo errores, él nunca me corrige. ¡Y asíno es hermoso trabajar"! De San Pablo no pudieron decir

292

nunca algo semejante. Sabía alabar, pero no tenía temortampoco a comegir. Aquí en esta introducción de su primeracarta, es generoso en hacer resaltar las cualidades de losTbsalonicenses.

Llama a sus discípulos:"los amados de Dios". Un tí-tulo verdaderamente hermoso, que se nos puede aplicara todos nosotros y a cada uno.

Les recuerda que la evangelización no se hizo sólo conpalabras, sino con la fuerza del Espíritu Santo y con con-vicción profunda. Y esa fuerza divina fue la que obtuvo quesu fe llegara a ser activa, su amor esforzado y su espe-Íartza constante. El Espíritu Santo es el que les concedefuerza y a nuestras ürtudes cualidades.

Los fariseos se retiraron y llegaron a un acrrerdo,para comprometer a Jesús con una pregunta. Leenviaron unos d.iscípulos con u.nos partidarios deHerodes, y le dijeron:

"Maestro: sabemos qrre eres sincero, y qrre ense-ñas eI camino de Dios segrim Ia verdad, sin temor anadie, porque no te fijas en las apariencias. Dinospues qué opinas: ¿Es Hcito pagar impuesto al César,o no?".

Comprendiendo srr mala volrrntad', les dijo: "¡hi'pócritas! ¿Por qué me ponen trampas? Muéstrenmela moneda del impuesto".

293

Le presentaron un denario. El les pregtrntó:"¿De qrrién es esta cara y esta inscripción?".

Le respondieron: "Del César".

Entonces les replicó: 'Pues paguen al César Io quees del César y a Dios Io que es de Dios".

En los evangelios de los domingos anteriores hemosvisto a Jesús en posición de ataque. Ha hecho a los fari-seos y a los jefes de los sacerdotes unos anuncios muy se'rios y temibles. Ahora ellos se lanzan al contraataque, ylo hacen dirigiendo a Cristo unas preguntas muy biencalculadas. Le hacen las preguntas en público, mientrasla multitud observa y escucha. El objeto es lograr que Je-sús pierda popularidad y buena fama ante la multitud,diciendo públicamente cosas que lo puedan desacredi-tar ante el pueblo. Y la consulta de hoy es de doble filo, ysumamente peligrosa y explosiva.

En aquel tiempo cada israelita debía pagar al Césarde Roma un denario cada año como impuesto personal(un denario era lo que un obrero ganaba en un día). Yademás había que pagar al gobierno extranjero como in-puesto, la décima parte de lo que se cosechaba y otrosimpuestos más. Esto disgustaba enormemente al pueblojudío y fue causa muchísimas veces de sangrientas revolu-ciones. Los fariseos presentán a Jesús un verdaderodilema, o pregunta que no tiene sino dos posiblesrespuestas, contrarias la una de la otra. Si dice que NOhay que pagar impuestos, inmediatamente lo denuncianante los empleados de Herodes, allí presentes, como unenemigo del gobierno, que está excitando al pueblo a de-294

DOMINGO 29 - CICLO Asobedecer las leyes civiles, y será arrestado. Si dice queSI hay que pagar el impuesto, perderá popularidad entretoda esa gente que üve amargada y desesperada por te-ner que pagar impuestos a un gobierno extranjero, y esosisraelitas tan fanáticamente religiosos le perderán cariñopor aceptar pagar a un rey mundano, siendo que el únicorey verdadero para ellos es Dios, Así que, fuera la que fuerasu respuesta, se le podían presentar serios problemas. Ylo curioso es que para este ataque se unieron dos parti-dos que se odiaban a muerte: los fariseos que proclama-ban que sólo Dios es reJ¡ y los herodianos que obedecíansumisamente al rey Herodes. Con tal de deshacerse deJesús, no les importó olvidar por unos momentos susantiguas diferencias. Y esto lo siguen haciendo los enemi-gos de la verdadera religión en todo el mundo: se contra-dicen y se atacan en mil cosas, pero en la única en la cualestán siempre de acuerdo es en atacar a la religión de Jesús.

Pero Jesús es inmensamente más sabio de lo que ellosse imaginaban. Les pidió que le mostraran la moneda conla cual pagaban el impuesto. Le mostraron un denario. AIIíestaba grabada la cara de César, del emperador Tiberio.Jesús les preguntó: "¿De quién es esta cara y este letre-ro?". Le dijeron: "¡Es del César!", y les respondió lo que

no habían imaginado que les iba a decir: "¡Pues lo quees del César, dénselo al Césan y lo que es de Diosdénselo a Dios! Con su sabiduría que ningún hombrelogrará igualar jamás, Jesús dio aquí un doble mensajeque conviene meditar detenidamente.

1o. Todo.creyente tiene una d'oble cirrdadanía. Es

ciudadano del país donde üve, y ese país, por medio del

295

gobierno que lo dirige, le proporciona la seguridad, la de-fensa, los servicips públicos, la educación, las vías, y muchosserücios sociales. Por lo tanto debe el ciudadano colabo-rar activamente en favor de su país y de sus autoridades.Como todo creyente debe ser persiona honrada, tiene obli-gación de cumplir con exactitud sus deberes para con lasautoridades civiles. O como repetía un santo: "Ser buencristiano y honesto ciudadano". Porque del bienestar dela patria dependerá el bienestar de cada ciudadano. Poreso el profeta Jeremías en su carta a los israelitas que vi-vían en un país enemigo, en Babilonia, les recordaba: "Elbien del país donde ustedes üven, será al mismo tiempo elbien para ustedes mismos". (Jer. 29).

2o. Todo cristiano es tannhién un ci¡,¡dad.ano d,elcielo

Hay deberes para con Dios que nadie puede dejar decumplir sin que le sobrevengan graves consecuencias.Puede ser que sus deberes para con el estado ciül y susdeberes para con Dios no se contradigan ni choquen en-tre sí. Tanto mejor así. Pero si en algún caso el César (elgobierno) pide para éI lo que sólo le corresponde a Dios,entonces sÍ que el creyente tiene que repetir las palabrasde los apóstoles. "Es necesario obedecer a Dios, antes quea los hombres". (Hechos 5,29).

Jesús al proclamar'T)en aI césar lo que es d.el cé.sar y den a Dios lo que es de Dios", está declarandoque un cristiano auténtico es al mismo tiempo un buenciudadano de su país, y un buen ciudadano del Reino deDios. No fallará en sus deberes civiles para con el gobier-296

DOMINGO 29 - CICLO Ano, pero tampoco descrridará sus deberes de creyente paracon Dios. O como dijo San Pedro: "Tbndrá gran respetoa Dios, y respetará también al gobernante de la na-ción". (S. Pedr. 2, L7).

CONCN,USXONES

la. Los enemigos le dijeron:"Sabemos qr¡e eres sin-cero y qt¡e enseñas sin temor a nadie". La santidad deJesús es reconocida hasta por sus peores adversarios. Elmismo Judas declaró: "Su sangre es inocente". Y Pilatoexclamó: 'Yo no encuentro en él falta alguna''. Los quelo crucificaron se retiraron del calvario dándose golpes depecho (Luc. 23) y el capitán que dirigió la crucifixión, ex-clamó al verlo morir tan piadosamente:'Verdaderamen-te este era r¡n hombre santo". (Lc. 23,47). Se sientealegría, consuelo y santo orgullo al tener por jefe y Salva-dor a un ser tan extraordinariamente santo que hastasus peores enemigos le reconocen un altísimo grado desantidad. Jesús es el único ser humano que ha podido ex-clamar en medio del terrible grupo de sus perseguido-res: "Si a alguno le consta de r¡n pecado qrre yo hayacometido, que lo diga" (Jn. 8, 46) y ninguno pudodeclarar nada verdadero contra El. Señor Jesús: concé-denos a tus seguidores el imitarte en algo en este tu ad-mirabilísimo proceder: que también de nosotros tusseguidores, aunque nos ataquen y nos combatan, puedandecir que nuestra conducta no ofrece motivos p¿rra ser eon-denada.

2a. Dad, a Dios Io que es de Dios. ¿En verdad sí Iedamos a Dios Io que a El Ie pertenece? ¿Los maestros enclase dedican algún tiempo a hablar de los debeies que

297

tenemos para Nuestro Señor? ¿Los padres de familia apar-tan algunos minutos de su atareada semana para hablara sus hijos de la religión y de los deberes para con nues-tro Creador? ¿En nuestras lecturas, cuántos minutos de-dicamos en la semaRa para leer algo que nos lleve a amarmás a Dios y a obedecerle mejor? "O sólo alimentamos nues-tros ojos con agua de alcantarilla" ¿Leyendo periódicosy publicaciones materialistas? ¿Cada día le dedicamos aISeñor Dios siquiera la décima parte de nuestro tiempo?

¿O aunque sea la centésima parte? ¿O le decimos con nues-tro descuido y desprecio: "Estoy demasiado ocupado enlo temporal, en lo material, en lo terreno y en cuidar miegoísmo, y no puedo dedicar ni un minuto a lo eterno, alo espiritual, a lo celestial, a mi Dios y Señor'. ¡Sería te-rrible tan equivocada conducta!

3a. Jesús toma r¡n término medio. Los extremossiempres son peligrosos. Ni ataca al gobierno ni se lesomete ciegamente en lo que vaya contra Dios. EI era in-finitamente más revolucionario que los más fervo-rosos patriotas israelitas, y deseaba mucho más que ellosel cambio de los gobernantes, no tanto el remplazo de unaspersonas por otras, sino el cambio personal de cada gober-nante, su mejoramiento espiritual. Pero El se mantiene enun sano término medio: de Cristo se puede decir que noera tan exageradamente religioso y espiritual que descui-dara eI ser un buen patriota, y que no estaba tan dedica-do a lo material y político del país que se olvidara de susdeberes para con Dios. El era al mismo tiempo un fervorosopatriota y un piadosísimo servidor del Dios de cielo, suPadre muy amado.

298

4a. Dad a César lo que es del César. Jesús enseñaa tener un gran respeto por la autoridad civil... por lasnormas civiles, por los derechos humanos. Sus inmediatosseguidores San Pedro y San Pablo, recomendarán en suscartas: dar obediencia a quien se debe obediencia y orarpor los gobernantes.

(Jerernías 29)

299

300 301

años rgg4-rgg7 -2000-200 g-200G-2009- zoLz

!,.\. 'rj

2. I-a madre de Santiago y Juall se arrodillóy suplicó al Señor que concediera a strs hijosestuvieran a la derecha y a la izqtriercla de

Dios en el reino de los cielos.

3. Y Jesírs clijo a los dos hermanos : n Nosabéis lo que pedís. ¿Acaso pocléis bebervosotros el cáliz que yo beberó?, Y Santiago

y Juan contest¿rron ; uPoderTros » .

4. Entonces Jcsírs dijo: ul-o beberéis, pero no es cosa mía conceder Ios puestos en el

reino». Los otros cliez se enojnron, pero Jesús les dijo¡ nEI qr,re qttiera ser eI mayor entreyosotros, hágase el servidor de toclos, pues eI I{ijo del hombre no h¿r venido a ser serviclo,

sino a servir y dar su vida i:arrr redención cle muchosr.

E[., ].;IT.y(] []F.ií, x{fJMtr3}¿iJ r§úl IIA V-{INI[J(i' é, Sitüüi, ]ri§ri[¿Vlü{_}

DOMINGO 29 - CICLO B

Prirnera Lectr¡ra. Del Libro de Isaías. 53, 10-11

EI Señor quiso triturarlo con el sufrirniento. Cuan-do entregue srr üda eomo e:rpiación, verá su descen-dencia, y se prolongará su vida por largos años; loque el Señor quiene, prosperá por srrs manos. A causade los sufrimientos de su alma verá sus éxitos yquedará satifecho de ellos. Mi siervo santifiearáa mrrchos, porqrre cargó con los pecados d.e ellos.

En la Vida de Jesús, anunciada en esta profecía deIsaías, hay un puente continuo entre la humillación y laglorificación, entre el sufrimiento y el triunfo. Entrega suüda en sacriflrcio, pero logra ver una cantidad inmensa dedescendientes que lo siguen en su santa religión. su almapadeció terribles sufrimientos, pero ahora contempla loséxitos que ha conseguido y queda satifecho. cargó con lospecados de todos, y así ha logrado santificar a muchos. ylo que hizo Jesús debemos irlo copiando y repitiendo no-sotros (aunque en menor escala) en nuestro apostolado.Ahora somos granos de trigo que muere (como lo fue Jesús)pero después obtendremos como El muchos frutos. En elalma padeceremos fuertes sufrimientos, pero a su debidotiempo la obra de Dios prosperará en nuestras manos.

SALMO 32. Este salmo, verdaderamente hermoso, tie-ne una serie de frases que merecen ser recordadas y hastaaprendidas de memoria porque consuelan y animan mu-cho. citemos apenas dos de ellas (dejando al iector el placerde buscar en el salmo otras más) ,,eue tu misericord,ia302

DOMTNGO 29. CTCLO B

Señor venga sobre nosotros, como lo esperamos defi". "Los ojos del Señor están puestos en sus fielesen los que esperan en su misericordia, para reani-marlos y Hbrarlos de muchos males".

Segund.a Lectura. De la Carta de los flebreos. 4, 14-16

Herrnanos: mantengamos nuestra profesión de fe,ya qrre tenemos un Sumo Sacerdote'grande que haatravesado el cielo, Jesús, Hijo de f)ios.

No tenemos un sumo sacerdote incapaz d.e com-padecerse de nuestras debiHdades, sino que ha sidoprobado en todo exactamente eomo nosotros' menosen eI pecado. Por eso acerquémonos con seguridad altrono de la gracia, para alcanzar misericord.ia, y en'contrar aSnrdas qrre nos auxilien oportunamente.

Como continuación del pensamiento de la Primera Lec-tura, aquí se nos recuerda que nuestra Mediador o SumoSacerdote, Jesucristo, puede compadecerse de nuestrasdebilidades y conseguirnos enormes a5rudas, porque Elsufrió mucho por salvarnos.

Para nosotros es muy consolador el pensar que nues-

tro Salvador pasó por todos nuestros sufrimientos y de-

bilidades, menos por el pecado. El está en capacidadde comprendernos en nuestros momentos difíciles yangustiosos, por que ya pasó también por esas horas amar-gas. Por eso nos podemos acercar con toda confianza yseguridad ante su trono de gracia, seguros de conseguir

de su bondad y de su poder todos los auxilios que ne-

303

cesitamos para superar las situaciones angustiosas o di-ficultades.

Iu=,r,amgeHro. Segr.lll. Sasr lt/tr.oü.eüs. 1ü, 35-45

Se acercaron Ios hijos de Zebedeo, Santiago y Juany le dijeron! t'Maestro, qrreremos que haEas lo que tevamos a pedit''. Les preguntó: "¿Qué quieren que hagapor Ustedes?". Contestaron: "Concéd.enos sentarnosen tr¡ gloria, uno a trr derecha y otro a trr izquierda".

Jesrls les replieó: "No saben lo que piden. ¿Soncapaces de beber el c¿íliz qrre yo voy a beber, y debautizarse eon el bautismo con el qrre yo me voy abautizar?". Contestaron: "Sí, lo somos". Jesús les dijo:"El cáliz que yo voy a beber, lo beberán. Y seránbautizados con el bautismo con el que Yo voy a serbautizado. Pero el sentarse a mi d.erecha o a mi iz-qrrierd a, no me eorresponde a Mí concederlo. Estáya reservado". Los otros diez al oír aquello se in-dignaron contra Santiago y Juan. Jesús reuniéndo-los les dijo: "Los que gobiernan las naciones tratana la gente con tiranía y los grandes y poderososoprirnen a srts srrbütos. Entre Ustedes, nada de esoha de srrced,en sino que el que quiera ser grandeque se haga el senridor d,e los otros y el que quieraser el primero que se haga el esclavo d.e todos. poryueel rrijo d.el Hombre no ha venido para que le sin¡ansino para senrir, y para dar su üd.a como precio orescate por tod.os".304

I-)0ft{U{Gr.} Í¿g} - C[C]i,0j ;"

Santiago y Juan eran ambiciosos. Quizas porque Jesúslos prefería y los llevaba consigo en todos sus milagros. Oporque su padre era de condición económica acomodada,y esto los hacía sentirse algo superiores a los apóstoles. Ylo curioso es que este modo tan ambicioso de pensar lo tie-nen todavía cuando Jesús ya sube hacia Jerusalem a sercrucificado. Total que no eran gente muy fácil de con-vertirse. Cabezas bastante duras como la nuestra. Nohabía logrado el Señor quitarles de su cerebro la idea deun Mesías o Salvado4 Jefe político, repartidor de empleoshonoríficos y de altos puestos. Su pregunta es apabullan-te, pero nos deja entender también que tenían una con-fianza absoluta de que Jesús terminaría siendo un grantriunfador. Estaban equivocados en muchas cosas, pero enalgo no fallaban: en su confianza y segura esperanza deque Cristo resultaría siendo finalmente un gran vencedor.Y así ha sido.

El cáliz que yo voy a betrrer. El bautismno que voy e.

recitrrir

Jesús emplea dos comparaciones muy orientales.Beber el cáliz de amargura, es pasar por horas y situa-ciones terriblemente angustiosas. (Ya lo había dichoel Salmo 74: "Blpecador beberá el eáliz de la amar-gura, hasta Ia última gota". Jesús no fue pecador, perotuvo que tomarse ese cáliz de amargura en lugar de no-sotros). Ser bautizado en bautismo sangre. Ya Jesúshabía exclamado lleno de emoción: "Con un bautismo (de

sangre) voy a ser bautizado, y qué impresión sientomientras él llega (Lucas L2, 50). El Viernes Santo será

305

bautizado, y como sumergrdo, en el baño de su propiasangre, para salvarnos.

Jesús les quiere decir: "¿Esüin lrcsrreltos a soportar lasexperiencias teribles y angustiosas que yo voy a pa-decer?". Es una pregunta que nos sigue haciendo a susseguidores, porque El mismo lo anunció diciendo: "eldiscípulo no es más qrre s maestro, y si aljefe lo hantratado mal, también a sus discípulos (Mt. L0,24).

Estamos resueltos. Ojalá cada uno de nostros le di-gamos siempre lo mismo. Señor: contigo, y siguiendo tuspasos y tus ejemplos, hasta la muerte.¡Cueste lo que c"ueste!

El e¡íliz (de amargura) sí lo beberán. El bautismo(de sangre) sí lo recibirán. Santiago fue azotado des-pués por los judíos y por orden d;=-IIéródes le cortaron lacabeza. AJuan le dieron 39 azotes los judíos, y después lohicieron sufrir muchísimo los paganos y demás enemigosde nuestra religión. Porque Dios al hijo que más quiere,más lo hace sufrir, como dice el Libro de los Proverbios. Yel mismo Juan en su evangelio narra que Jesús anuncióa sus discípulos: "Mi Padre, al árbol que produce frutos lopoda (con sufrimiento) para que prod.ozca más frutos,,.También nosotros los actuales seguidores de Jesús ten-dremos que beber muchas veces el cáliz de la amargura yen cada época de la Iglesia sucede que argunos apóstolesde Cristo (misioneros, sacerdotes, laicos, etc.) tienen quesufrir el bautismo de sangre, ar ser martirizados. siemprese cumplirá aquello que diio Dios en el Libro del Eclesiásti-co: "si te dedicas a sen¡ir a Diog preprírate, porque tellegarán la Iucha y eI sufrimiento,,.306

DOMTNGO 29 - CICLO BLos otros diez se disgustaron

Les pareció que estos dos se les estaban adelantando,y como cada uno tenía su fuerte amor propio, no queríanquedarse de segundones en estos puestos de renombre quesu orgullo y vanidad les presentaba como muy atractivos,en aquel reino temporal del Mesías, que su engañosaimaginación les vivía presentando para el futuro. ¡Muypronto se van a desengañar de sus quimeras o falsas ima-ginaciones!

Jesús los reunió

Probablemente si Jesús no hubiera intervenido a tiem-po allÍ se habría dañado bastante la unión entre ese gru-po de discípulos porque nada divide tanto como el orgulloy la ambición y el deseo de ser y aparecer más que los de-más. El les va a explicar en seguida cuál es Ia diferenciadel concepto de autoridad que tiene Dios y el concepto deautoridad que tienen los mudanos y materialistas.

Los que tienen autoridad tratan con dureza. EntreUstedes eso no debe srrceder

El emperador Galba (pagano) decía que ser máximaautoridad es poder hacer todo lo que a uno se le antoje,contra todos Ios que a uno se le dé la gana. En cambioJesús, máxima autoridad en todos los tiempos y en todoslos países del mundo, dice que el que quiera ser el másgrande tiene que hacerse el servidor de todos. ¡Siemprees que hay diferencia entre estas dos definiciones de au-toridad!

307

Ei q'rle c¡uierm ser eX naás rynmcle, etrue sie haga el ser-vl¿{or de itoclos

En el Reino de Jesús, para saber quién es más grande,el criterio y la medida es fljarse quién se hace más servi-dor de los demás. En este Reino, la grandeza no consisteen someter a otros, sino en someterse al servicio de losotros. La medida para calcular la grandeza de alguien noes ¿cuántos servicios puede exigir a los otros? sino: ¿cuán-tos servicios presta a los demás?

A primera üsta parece que esta exigencia sea solamenteun ideal teorico. Pero en la üda real, ella se ctrmple a cadarato. Un jefe de talleres mecánicps decía que el empleadomás estimado por los que llegan a mandar arreglar sucarro es aquel que está más dispuesto a llenarse de grasacon tal de arreglar el auto, pronto y-bEñ. En otras pala-bras: el que está más dispuesto a prestar un servicio efi-caz. En una empresa había dos empleados: el uno se ibaa su casa a las 5:30 de la tarde en punto. El otro se que-daba hasta altas horas de Ia noche prestando servicios.Como es natural, fue este segundo el que recibió el ascen-so. Hoy día hay demasiadas personas que se contentan conhacer lo menos que puedan y pretenden recibir lo mismoo más que los demás. ¡Qué distinta sería esta üda si cadacual se propusiera dar más de lo que recibe! ¡Esto sí seríavida de servicio como la quiere Jesús!

Desafío

Kipling, el gran poeta, decía a la gente joven: "Si te de-dicas solamente a pensar y calcular cuál es tu salarioo cuánto te van a pagar. Joven: ¡la grandeza no se hizo308

rI)OMIF¡G(,:J9 - {)tr,Lll(! Bpara ti!. Si cada vez que tienes que hacer un favor, te de-tienes a preguntar si en verdad te obliga a hacerlo, y sitratas más bien de excusarte y de no hacerlo. Joven: ¡lasantidad no se hizo para ti! Si cuando a5nrdas a otros te en-tristeces porque no te agradecen lo suficiente ni tecorresponden con el cariño con el que deseabas que te re-compensaran. Joven: ¡los grandes premios del cielo no sehicieron para ti!

La humanidad necesita de muchas personas que hagandel servicio a los demás el centro de su vida y de su exis-tecia toda, y que se convenzan de que esta enseñanza deJesús: "El qrre quiera ser el más grande y el primeroque se haga eI sen¡idor de todos", encierra la más pro-funda sabiduría jamás escuchada en esta tierra.

fill .t{ijo olen horn-t¡re xx¡¡ hr¡¿ r,errido f}arí¡ ser servi¿trosiri¡o 1rla¡:a servir

Nada empuja tanto a obrar el bien como el buen ejem-plo de quien aconseja. Y Jesús nos presenta aquí su propioejemplo. Teniendo El tan grandes poderes que hubierapodido dar órdenes al universo entero y todas las criatu-ras se habrían dedicado a servirle y a permitirle llevaruna üda del más grande descanso y de las más absolutacomodidad, sin embargo dirige todos esos enormes pode-res al servicio de sus semejantes. Jamás se ha escuchadoque hiciera un milagro para favorecer su propia comodi-dad o el deseo de aparecer. Todos fueron en favor de losnecesitarlos y para aumentar la fe y el fervor de los quequería salvar. Señor: que de cada uno de tus seguidoresse pueda decir otro tanto: "No se dedica a buscar ser ser-vido, sino a servir a los demás'l. Señor: ¡que de ahora en

309

adelante hagamos lo más que nos sea posible por cum-plir aunque sea en mínima parte este ideal maravillosoque nos presentas!

ciri I ii,t..;,il'n'i[,r'e vil'l$ ,t-r:t-i¡-.'i'ai '.ii.r¿r $,tn. 'nr.'ld,a .eci¿ií! f.,

,ii ¡., .rl'tp;r;ijl?'É;,3 l.iri¡ rr: U,ociiq¡S'

Esta es una de las más grandes y famosas frases delevangelio. Estábamos colno secuestrados por el pecado, yteníamos inmensas deudas pendientes, y Jesús vino a pagarel rescate para liberarnos. Gracias Señor. Nunca seremoscapaces de calcular el favor tan maravilloso que nos hicisteaI pagar por nosotros pecadores, el rescate que por nues-tras maldades estabamos debiendo. En verdad que te pasasde generoso. ¡Siempre eres así! Pontífice es el que hace puen-tes. T\i eres nuestro Pontífice: has puesto puentes entrenosotros y Dios, para que podamos salvarnos e ir al cielo.

CGI\iCLUSIOI{ES

¿Estas recomendaciones de Jesús qué me sugieren?¿Qué propósitos despiertan en mí? Qué gran cambioen favor de la gente habría si cada persona se dedica-ra a serür a los demás.

El d.istintivo d.e Jesús es senrir. No como un hobbyo pasatiempo momentáneo, sino como una labor de todasu vida. Otros buscan treparse al poder para mandar yaparecer. Jesús busca servir y hacer el mayor número defavores posibles. ¿Tlataré de imitarlo?

EL QUE QUIERASERELPR,IMERO, QIIE SEEIAGAET SERVIDOR DE TODOS (J"".,¿-iirto)

:

310 311

AIYOS 1 gg5- lggg -200 I -2004-2007-20 10

liBü)ibHHNGffi:*g(üHCtü ü

CUANDO MOISES ORABAT..EVMO I-.AS MANOSEL PUEBLO RESUUTABA \IENCEDOR

ffiGt§flEt-lGü g$D ". CXCIi-,ü C

lP¡.rüx¡.lena X.¡eeúm:t"a. Í-)r¿I X-,ihr."o ,rteI ¡Ixoe{o. .I"7, B-13

Las gentes de Amalec vinieron y atacaron a losIsaelitas en Rafidfn Moisés diio a Jos¡é:'Escoja unoscuantos hombres haga u¡ra salida, y ataqrre a Amalec.Mañana yo estaré de pie en Ia cumbre del monte,con eI bastón maraülloso en la manott.

Itizo Josué lo que lo mandó Moisés, y atacó aAmalec. Moisés¡, Aar6n y Hur strbieron a Ia cr¡mbre delmonte.

Mientras Moisés tenía levantadas sus manos,orando obtenla la vietoria el ejército de Israel. Ycuando Moisés bajaba las manos, quedaba victorio.so el ejército de Amalec. Y eomo Ie pesaban las manos,sus compañeros Ie colocaron una piedra para quese sentara, Aarón y Hur Ie sostenían los brazos,uno a cada lado.

Asl logró Moisés tener los brazos levantados enoración, hasta qrre se ocultó el sol, y Josué derro-tó al ejército enemigo, a Anralec.

Aquí Moisés obtiene la üctoria, no como un estrategamilitar, sino como un orante que suplica la aytrda de Dios. Esteepisodio de la vida de Moisés que se lee hoy nos recuerdaeI gran poder que tiene la plegaria hecha con perseve_rancia.

312

i')ri,ivtiii{{}(} li:ti. ClCn,ü CCon raz6n decía un santo: "El mayor poder y la mejor

arma para vencer que mi Dios me ha dado, es la capaci-dad de orar. La oración me ha a¡rudado a cruzar-vencedorpor lugares muy traicioneros donde están e_e$Índidos ylistos al ataque, los más feroces enemigos de mi salvacióny de mi santificación".

Otro autor decía: "En tiempos de paz,la oración es lallave que me abre los tesoros de Dios y los coloca a mi dis-posición. Y en tiempos de luctra, la oración es como un manto,como una nube misteriosa enviada por Dios para prote-germe contra los ataques de los adversarios de mi alma,y que me esconde bajo su protección".

Un célebre sicólogo moderno, Og Manüno, dice: 'Muchosmilagros maraüllosos y victoria.s espirituales portentosasse prepararon y se consiguieron por medio d.e repetidas,frecuentes y fervorosas oraciones".

Con razón exclama el santo obispo Monseñor Uribe: "Lafalla de algunos apóstoles consiste en que dedican mástiempo a planear que a rezar. Gastan más tiempo en hacerdiagnósticos de la realidad que en hacer oración. Si cada unodedicara la décima parte de su tiempo a la oración, vería-mos efectos admirables". Para la muestra un botón: elejemplo de Moisés que leemos en la Misa de hoy.

SAJ,IWO LZO: Levanto mis ojos a los montes ¿dedonde me vendrá el auxilio? El ar¡xilio me viene delSeñor que hizo el cielo y la tiema.

Este salmo es un canto de confianza al cuidado pater-nal que Dios tiene de cada uno de nosotros. En los momen-

313

tos difíciles, como cuando el pueblo de Israel se sentía

atacado por SuS poderosos enemigos, debemos recordarlas primeras frases de este canto: áDe dónde me vendráel auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el

cielo y la tierra.

Segunda Lectura. De la 2a Carta de San Pablo a Ti'moteo. 3, L4-4,2

Querido herrnano: Debes permanecer en lo quehas aprendido y se te ha confiad'o, recordando dequién lo aprendiste, y qrre desd'e niño conoces laSagrada Escritura. Ella puede darte la sabiduría quepor la fe en Cristo Jesris, conduce a la sdvación TbdaEscritura inspirada por Dios, es también útil paraenseñar, eorregir, reprend'e& y para educar en lavirtud, así el hombre de Dios, estará per{ectamenteequipado para toda obra buena.

Ante Dios, y ante Cristo Jesús, que ha de juzgara Ios üvos y a los muertos, te ruego y te inüto, porsu venida en gloria y majestad, que proclames laPalabra, que insistas a tiempo y a destiempo' qr¡e re-prendas, corrijas, llames la atención y aconsejes' contoda comprensión Y Pedagogía.

San Pablo insiste en que la Sagrada Escritura es el

principal instrumento que todo apóstol debe emplear para

instnrir y cambiar a los demás.

Desde niño conoces las Sagradas Escrituras

Timoteo era hijo de madre israelita, y estas mujeres

se esmeraban muchísimo en que sus niños desde muy pe-

314

DOMINGO 29 - CICLO C

queñitos aprendieran lo mejor posible las Sagradas Escri-turas y que estuvieran dispuestos a que antes pudieranolüdar su propio nombre que olvidar las palabras de laEscritura Santa. Si esto se hacía acerca de la S. Bibliacuando únicamente contenía el Antiguo Tbstamento, cuan-to más debería hacerse ahora que la S. Biblia contienetambién el Nuevo Tbstamento, que es lo más precioso quese ha escrito.

La Sagrada Escritura puede darte Ia sabiduríaqrre conduce a la salvación Sería una pérdida inmen-sa para una persona pasar semanas sin leer la S. Biblia. Lascosas más sorprendentes y provechosas Ie pueden suce-der si la lee, porque en ella hay una sabiduría salvadora,que no existe en ningún otro libro.

Toda la Sagrada Escritura es útil para enseñar

El mejor sitio del mundo para encontrar todo lo quedebemos saber de Dios Creador, de su Hijo Unico, del Es-píritu Santo y de lo que necesitamos para ser santos ysalvarnos, es la S. Biblia. Por eso a quien no la lee, ni.latiene en gran aprecio, ni dedica tiempo y cuidados a bus-car e:<plicaciones acerca de ella, se le va quedando enanael alma, y sufrirá siempre de raquitismo espiritual que nole permitirá crecer en santidad.

La Sagrada Escritura es valiosa para corregir yreprender

San Agustín al leer la Carta a los Romanos, 13, 13, sintióel gran deseo de abandonar su vida de pecado, y desde esedía dejó sus malas amistades. En las cárceles sucede fre-cuentemente que algunos prisioneros que habían llevado

315

i

I

I

I

una üda criminal y asquerosa, al leer la S. Biblia sientental asco a su antiguos pecados, que se convierten en per-sonas renovadas y virtuosas. La Sagrada Escritura seatreve a corre rnos y reprendernos, sin miedo y sin menti-ra ni hipocresía. Lo cual dificilmente encontraremos quelo logre hacer alguna persona, o algún otro libro. Ojaláleyéramos el bellísimo libro titulado: "70 Preguntasacerca de la S. Biblia", de esta misma colección. Nospuede hacer bien.

I-,e: f,i" Flseri.',iL¡"81,:;n ..*sj ri.,L{;!} glaii'a eiii¡.lcal:' e¡rti Ia vilturd

La experiencia demuestr que quienes se dedican a es-tudiar y a meditar con fe y humildad la Palabra de Dios,van haciendo notables progresos en la virtud, aun sindarse cuenta. Y casi siempre este crecer en la virtud, nosucede únicamente en favor del individuo, sino que setrasforma en utilidad para los que tratan con é1.

Por la venida gloriosa de Jesueristo, te nrego yte invito a que proelames la Palabra de Dios. SanPablo insiste en que recordando que Jesús va a venir enmedio de inmensa gloria y majestad, a pagarle a cada unosegún hayan sido sus obras, es necesario dedicarse con todael alma a propagar su santa religión, para ser admitidospor EI en eI número de sus elegidos. El Salvador prome-tió: "Quien se declare ami favor ante Ia gente de acá,Yo me d.eclararé a srr favor, ante los angeles y miPadre".

Q':,te ir¡.s'.[str,i'¡ r.i tie:.itui-:,n ]z a cnrri;t:[e.vr*pr-l

Esto no indica que debemos ser inoportunos y que nodebemos elegir los mejores tiempos para hablar, porque

316

T)OMINCi(} i:$ ., CTCLÜ C

también en la evangelización debe haber cortesía; pero loque está pidiendo el apóstol es que no dejemos de evan-gelizar, a pesar de que muchos espítitus mundanos y ma-terialistas quisieran decirnos que no conviene hablarde estos temas tan espirituales.

Qr,ie repl'ernclas, cll}e #f,jf'f'i3as, qu.e i[axnes ]a ni;erlció¡r

Es necesario que el pecador se sienta disgustado con supecado y sus malos comportamientos. Epicteto decía que elfalso predicador se hace admirar por sus ctralidades de buenhablador, pero deja a sus oyentes en paz con sus pecados ysus malas inclinaciorle, y que en cambio el verdadero predi-cador dice a los pecadores: "Los inüto a que se den cuenta deque el camino por el cual estan üajando es un camino equi-vocado que terminará en eI desastre. Deténganse a pen-sar mejo4 porque no están distinguiendo bien entre lo quees bueno y provechoso y lo que es malo y dañoso. ¡Piensenun poco ahora, antes de que sea demasiado tarde!". Estoes lo que se llama: reprender, corregir, llamar la atención.

Que llames Ia atención. Alcibíades el brillante perocorrompido ateniense le decía a su maestro Sócrates: "Sientouna especie de rabia por ti, porque cada vez que me en-cuentro contigo, me haces ver que ando por caminos equi-vocados". Y es que ese es un oficio muy importante delbuen apóstol: llamarles Ia atención a los otros acerca deIo equivocados que están ctrando se dedican a hacer el mal.

Cor¡. toda comprensión y pectagogía

El apóstol quiere que corrijamos y llamemos.la aten-ción acerca de lo malo que hace la gente, pero que al mismo

3L7

tiempo lo hagamos con bondad y suavidad. o como decíasan Agustín: "duros con er pecado; suaves con er pecador,,.Que vayamos enseñando como ro hacen ros buenos peda-gogos o educadores: despacio, con paciencia, sin cansar-nos de insistir, porque ra gente cae más por debilidad quepor maldad, más porque olüdaron sus deberes que por-que tuvieran la mala voluntad de quebrantarlos. Esto esimitar a cristo Jesús de quien dice el evangelio: ,A la lám_para medio apagada, no la acaba de apagar, y a Ia cañamedio partida, no la acaba de partir". io. ,urito" padresde la antigüedad recomendaban: 'En la correción hay queser fuertes y exactos en Ia doctrina, pero suaves y ama_bles en el modo como exigimos r,r.rr*p1imiento,,. san JuanBosco repetía: "La educación debe componerse de 50vo d,ecorrección y 50vo de animación y felicitación. Animar por Iobueno que hacen y corregir Io defectuoso, para que no losigan haciendo".

318

trIN,.í[IE?,Y LA VIIrDA

iPew EsT,Á4urEc vA A'

t¡ts NÉR -vl'€- /

a

lryo es o€saÉLuE6o fu1(,e,v1p,n AtA

a

319

.Evamg"e.flicr segp'íx¡. §ar¡. ].;!.r.criiri" i.8, l -9

Jesús, para explicar a los discípulos cómo tenían que

orar siempre sin desanimarse, les contó esta parábola.

"Ilabfa un jrrez en una ciudad que no tenía temorde Dios ni le importaba Io que dijera la gente contraéI. Y en Ia misma ciudad habla r¡na üuda que acos-tumbraba ir a decirle: 'Por favo¡s ¡Mgame justiciacontra mi adversario!'. Por algún tiempo éI se negó,pero después se dijo: 'Aunque no tengo temor de Dios,ni me importa lo que la gente diga contra mf, comoesa üuda me está fastiüando, Ie voy a hacer justicia,para qrre no siga viniendo a importunarme y termi-ne por golpearrne en la carat.

Y el Señor añadió: "Fíjense en lo que dijo eliurezinjusto. ¿Y Dios no hará jr¡sticia a sus elegidos que leclaman a El, de día y de noche? ¿O los hará esperarinútilmente? Les digo que Ies hanáiusticia sin tardat''.

¿Pero cuando venga el Hijo del Hombre, encontrará feen la tierra?

Jesús quiere recomendar que oremos con fe y constan-

cia sin desanimarnos por el momentáneo silencio de

Dios.

Fara e>rptri.ear que hay que orar siempre si¡r desani'nitarse

Maraüllosa frase del evangelio de San Lucas. Lo que

ha traído las soluciones suspiradas para miles y millones

320

DOMTNGO 29 - CTCLO Cde personas necesitadas es el no haberse cansado de orar,el no haberse desanimado ni dejado de rezar con fe y per-severancia. Santa Mónica rezó por 30 años y consiguió laconversión de su terrible marido Patricio y de su rebeldehijo que fue después el gran San Agustín. Cuando ella lecontó a un obispo que ya llevaba tantos años rezándo porellos, el santo pastor le respondió: "Es imposible que sepierda aquel por quien se ha rezado tanto". Y en verdadno se perdió.

Sin desanimarse. A Santa Rita de Casia la llamanPatrona de los Imposibles porque cuando parecía que suferoz marido ya estaba condenado irremediablemente yque sus dos terroríficos hijos seguían el mismo camino deperdición de su tremendo padre, sin embargo rezando porellos sin cansarse ni desanimarse, obtuvo Ia conversión delos tres. Por eso los santos afirman que la oración perse-verante es la debilidad de Dios y un poder sin límites parala criatura.

El juez. Tfpico empleado de Herodes era este tal. Lagente decía de ellos: "Si les llevas dinero en abundancia,se dedican a estudiar tu caso. Si no llevas plata, no le de-dicarán ni un minuto a estudiar tus reclamaciones". ¡Quéresponsabilidad! Quiera Dios que en estos tiempos no hayade esa clase de jueces. Ojalá no los hubiera. ¡Pero que loshay los hay!

La üuda. En la más absoluta pobreza. Quizás sus cu-ñados le quitaron lo que su marido le había dejado. Erapobre e indefensa, y representaba a quienes están.pasan-do por situaciones espantables de abandono y de miseria.

32L

Pero ella tenfa un arma poderosa: sl¡ capacid.ad de

insistir sin desanimarse. El propio significado de la

exclamacion del juez injusto es este: "Tengo miedo de

que esta viuda me ponga tln ojo negro de una ca'.h"t"d.". El arma invencible de tantas mujeres es su

insistencia sitemática e incansable. Lo saben por ejemplo

los rectores de colegio: a un papá se le niega el cupo para

su hljo y el hombre se va. ¿Pero a una mamá? Insiste tanto

que al fin hay que concederle el cupo.

¿YDios no hará justicia a §rr§ elegid'os que claman aEI?

Jesús quiere decir: ¡Si un juez injusto, al final le hizo

justicia a una pobre muje¡ porque ella no se cansó de cla-

mar1e, cuánto más Dios, Qüe sí es justo, amable y santo,

dara a sus hijos todo lo que necesitan, y les escuchará y

les responderá, si no se cansan de pedirle!

¿Los hará esperar inútilmente?

No hay oración que se quede sin respuesta' Pero lo que

sí puede suceder es que algunas veces no se nos conceda

to que pedimos, sino algo que nos va a ser mucho más útil

que eso que estamos deseando. un papá niega a veces a

su hijito "lgo

qr" este le pide, porque sabe que en vez de

hacerle bien, le puede hacer mal (por ej. poder jugar con

un arma, o tomarse un poco de remedios para mayores,

etc.) Dios es así. Lo que no nos conviene, no quiere darlo,

aunque le insista.mos en que nos lo conceda'

A veces se demora, porque El conoce y ve el tiempo en

su totalidad, y sabe perfectamente, cuándo y dónde y cómo,

es mejor conceder sus gracias y favores. El es el que

322

DOMINGO 29 - CICLO C

sabe, nosotros somos los que no sabemos. El es el mayor,nosotros los menores. Por eso siempre debemos añadir anuestras oraciones la fórmula de la oración perfecta:'Ilágase tu voluntad. Que no se hrg" lo que yo quiero,sino lo que qrrieres Tli". Y eso es siempre lo mejor.

CONCLUSIONES

En este mundo tan secularizado hay que insistir acer-ca de la necesidad que tenemos todos de hacer muchaoración. El Papa Pío XII decía: "Orar es tan necesariocomo respirar. Sin la oración, el alma se rmelve anémica,la fe se debilita, y el egoísmo se apodera de nosotros".

Hay personas que mejoran mucho su salud con sólorespirar bien: profundamente. También algunos salen desus vicios al dedicarse a rezar bien. Sin oración nos asfi-xiaremos en medio de nuestras malas inclinaciones.

Es necesario que llamemos insistentemente al Corazónde Cristo. Si lo hacemos se cumplirá en nosotros loque dijo el salmo: "Dichosos los que confían en elSeñort'.

La S. Biblia (el libro que tanto recomienda hoy SanPablo en la 2a. Lectura) es el libro que más aconseja de-dicarse a la oración. San Alfonso anotó las veces que laSagrada Escritura recomienda orar, y se quedó pasma-do al constatar que la Palabra de Dios insiste diez veces másen la necesidad de hacer oración, que en todas las demáscosas que aconseja. De quí sacó el santo esta conclusión:"Jamás debemos dejar pasar un sermón o una clase de

323

catecismo sin recomendar a la gente que ore, que ore mu-cho, que no se canse de orar".

La oración es la respiración del alma. Si dejamos deorar nos volveremos como un cádaver. Moisés con su ora-ción (con los brazas levantados, como se acostumbraba enese tiempo) consiguió la victoria para su pueblo. Son in-contables e inimaginables las üctorias espirituales que nosvan a llegar a nosotros y a las personas que encomenda-mos en nuestras oraciones, si dedicamos buenos tiemposa hablar con Dios en la oración.

Tanto puede la insistencia. El juez que era malo,terminó haciendo justicia porque se le pidió con insisten-cia. ¿Cuánto más aetuará nuestro Dios que es tansanto? Si un impío al fin atiende, ¿cuánto másatenderá el Dios piadoso y misericordioso?

324 325

DOMINGO S,0

CICtO AAIYOS 1 996- l ggg -2002-2005-2009-20 1 1

ET, MAYOR, MANDAMIENTO DE I,A LEY

Uno cle los fariseos, doctor de la l"y,¿ crrál es el más grancle

fonnuló a Jesús esta Pregunta : n i\4aestro,mandarniento de la ley?,

2. Y Jesúrs resl:ondió de esta manera al fari-seo: nAmarás al Señor con todo tu corazón,con tocl¿r trr irhna, con toda tu mente y con

todas trrs fuerzas,

3. Es el rn¿tyor v prirner ¡nanclanriento. Iitsegunclo es parecidcl ¿r óste: Amar¿i.s al pr<i-jimo corno a ti mismo. ]in esto.s do.s ln¿urcla¡niento.s e.st¿in toclt la le,v y los profcrtusr.

l. «\l¿restro. resPondiste l¡ien-diio el doctor cler'¿rlen rn¿is clue todos los holocaustos y sacrificiosr.

cretamente, añaclió: nNo está.s lejos

la l"y -, pues estos nrandarniento-Vienrlo ]esírs r'¡ue habí¡ habl¿rdo dis-clel reino de Diosr.

DOMINGO 30 - CICLO A

ORACION. Dios Tbdopoderoso y eterno, aumenta nues-tra fe, esperanza y caridad; y para conseguir tus promesa,concédenos amar tus preceptos. Por Nuestro Señor Jesu-cristo...

Primera Lectura. Del Libro del Exodo.ZZ,20-26

Asl dice el Señor: "No oprimirás ni tratarás malal forastero, porque forasteros ftristeis vosotros enEgipto":

"No e>rplotarás a üud,as ni a huérfanos, porque silos e>rplotas y ellos gritan a mí, yo los escucharé. Seencenderá mi ira y os haré morir a espada, dejandoa vuestras mrrjeres viudas y a wuestros hijos huér-fanos.

Si prestas dinero a uno de mi pueblo, a un pobreque habita contigo, no serás con él usu.rero cobr¿ín-dole intereses exagerados.

Si tomas en prenda el manto de r¡no de tus próji-mos, se lo devolverás antes de qrre se oculte el sol,porqrre no tiene otro vestido para cubrir srr cuerpo,y ¿dónde entonces se va a costar? Si grita a Mí, yolo eseucharé, porque yo soy eompasivo".

Todos estos preceptos muy interesantes del AntiguoTbstamento, son como una explicación de aquel mandamien-to de Dios: "Amarás a tr¡ prójimo como te amas a timi§mo".326

DOMINGO 30 - CICLO A

Dios mismo promete escuchar las reclamaciones de lospobres si hacemos con ellos alguna injusticia, San Ag,rs-tín dice al comentar este pasaje: "T\i y el pobre, sóis dos

caminantes que üajan por el mismo camino, hacia la eter-nidad. Tienes que colaborar con el otro en esta vida, paraque él te recomiende ante Dios en la üda eterna. Cristote habla por medio del pobre, pidiéndote ayuda. Escú-chalo ahora y ya verás que El te escuchará a ti desde el

cielo y te devolverá multiplicadas por mil, las a5rudas que

brindes al necesitado".

SALMO 17. Yo te amo Señor, T\i eres mi fortaleza

Este salmo es considerado como uno de los más subli-mes del salterio, y el 2o. Libro de Samuel (en la S. Biblia)dice en el Capítulo 22 que los compuso el rey David. Paraaumentar nuestro amor hacia Dios va enumerando unalista de 10 elogios de lo portentoso que es Nuestro Señor

para a5rudarnos. Conviene leerlo con atención de vez en

cuando para ir adquiriendo aquella cualidad que Jesús

colocó como la primera de todas: "Amar a Dios con todo el

corazlny con toda el alma".

Seg¡rndla Lectura. De Ia Carta de San Pablo a losTbsalonicenses. 1, 5-10

Ya sabéis cuál fue nuestra actuación entre voso-tros, para vuestro bien. Y vosotros seguísteis nues-tro ejemplo y el del Señor, recibiendo Ia Palabraentre tanta lrrcha, con Ia alegría del EspÍritu San-to. Así llegásteis a ser un modelo para todos los cre-yentes de Macedonia Y de AcaYa.

327

Desde vrrestr:a comur¡ida4 la palabra del señor haresonado no sóIo en Macedonia y en Acaya, sino entodas partes; wrestra fe en Dios había eonddo d.e boeaen boca, de modo q'e nosotros no teníamos necesi-dad de e:rplicar nada, ya q*e ellos mismos cuentanlos detalles de Ia visita qrre os hicimos: eomo aband.o.nando los ídolos os volwísteis a Dios vivo y verd.ad.eroy üvir aguarda,do Ia rn¡erta de su rüj; Jesús des-de eI cielo, a qrrien ha resucitado de "nt". los muer-tos y qrrien os Iibra del castigo futuro.

san Pablo felicita a los Tbsalonicenses porque con subuen ejemplo se han hecho verdadero" ml"ioneroso propagadores del evangelio en Asia Menor. y los alabaporque abandonaron a los ídolos y se dedicaron a adoraral verdadero Di9., y porque viven llenos de esperan_za acerca de la venida Gloriosa de Nuestro señor Jesu-cristo, el cual está resucitado y nos librará de loscastigos futuros. La esperanza de encontrarnos pronto concristo, nos anima a ser mejores y a dedicarrro" *'* a exten-der su santa religión.

Evangelio. Segrin San Mat eo.22,84-40

Los fariseos, al oír que había hecho callar a los sadu-ceos' se aeercaron a Jesús y uno de ellos le pregun-tó para ponerlo a pnreba:

_ l'Ml.stro, ¿euál es el mandamiento principal dela Ley?".

El le dijo: "Amarás al señor tu Dios con toda tualma, con todo trr corazón y con tod.o trt serrr.328

DOMTNGO 30 - CICI-O A"Este mandanniento es el principal y el primero.

El segundo es semejante a ét 'Amarás a tu prójimo,eomo te amas a ti mismo'.

"Estos dos mandamientos resumen la Ley ente-ra y lo que enseñaron los profetas".

Jesús da aquí una definición completa de la religión.Como respuesta a Ia pregunta del fariseo, le recita la fa-mosa frase del Deuterenomio (6, 5) que todo israelita de-bÍa repetir cada día, y con el cual empiezan ellos sus actosde culto. Es como un Credo resumido que cada creyenteen Israel acepta y recita con gusto. Significa que debemosdar a Dios un amor total, un amor que domina nuestrasemociones, que dirige nuestro pensamiento y que moderanuestras acciones. Dios primero, Dios antes que todo, Diospreferido a los demás seres, ahora y siempre y en todaspartes y en cada acción.

Aunque el fariseo no se lo preguntó, Jesús anunciacuál es el segundo mandamiento en importancia. Cita unafrase del Libro del Levítico (19, 18) "Amarás a tu próji-mo como te amas a ti mismo". Pero debemos fijarnosen el orden en el que aparecen los mandamientos: primeroestá el amor a Dios, y después sí el amor al prójimo (Noes como algunos equivocados andan diciendo: "¿No fuistea ningún acto de culto el domingo? Eso no importa. Contal de que hayas ido ese día a aSnrdarle a otro a construirsu üüenda". ¿Cómo? ¿Primero el amor al prójimo y luegoel amor a Dios? ¡Horizontalismo se llama esa herejía!Amar a Dios es el mandamiento principal y primero, diceJesús. No es el segundo ni el tercero, sino el primero. Ser

329

auténticamante creyente es amar inmensamente a Dios,más que a todos los demás seres, Jz amar también intensa-mente al prójimo, pero no con un sentimentalismo nebulososino con demostraciones concretas de que'sí lo amamos yde que somos capaces de sacrificarnos por ayudarlo. Elbuen creyente es un "enamorado" de Dios y un generososen¡idor de sus prójimos. Prójimo viene de "próximo", elque está cerca de nosotros.

CONCLUSIONES

1a. Brevfsimo Resumen. Dicen que los antiguos escri-bas habían ofrecido un premio especial a quien fuera ca-paz de hacer un resumen tan breve de toda la S. Bibliaque fuera posible recitarlo parado en un solo pie. Y que

nadie había sido capaz de hacer un resumen con tal bre-vedad. Y Jesucristo sí lo hizo. El dice que todo lo que laS. Biblia manda se puede resumir en solo esto: "Amar a

Dios con todo el enrazóny amar al prójimo como uno se amaa sí mismo". Y eso sí se puede recitar estando parado en unsolo pie. Gracias Señor por este resumen tan pe¡fecto. Ahoraya sabemos que la religión no es tan complicada como aveces la habíamos imaginado. Basta amar, amar de ver-dad a nuestro Dios y al prójiño, y ya con sólo esto habre-mos cumplido todo lo que manda el más sagrado de loslibros.

2a. Amar a Dios con tod.o el corazón. Dice Guardi-ni que este mandato exige qulnos demos cuenta de que

Dios sí existe y sí vive a nuestro lado; que lo tratemoscomo Alguien muy presente en nuestra vida. Que trate-mos de conocer más sus grandes cualidades y de recordarIos maraüIlosos prodigios que ha obrado en favor de,,sus

330

DOMINGO 30 - CTCLO Aamigos. Porque naüe ama lo que no cotroce. ¿Cómo amara Dios si no pensamos en sus cualidades y no recordamossus hechos admirables? Amarlo con todo el corazón espreferirlo a El antes que a todo lo demás. Es hablarle comoa Persona que nos ama inmensamente y que merece todonuestro eariño y nuestra gratitud. Amar de todo corazóna Dios es considerarlo como el Ser Viüente que más se in-teresa por nosotros y que más favores nos ha hecho y noshará.

3a. El amor a Dios no se fabrica, se srrplica. El amora Dios es sobrenatural, y por lo tanto hay que'tmportarlo"desde el cielo por medio de frecuentes oraciones. ¿Cuántasveces pido cada semana a Nuestro Señor que lo amemosmás? ¿Pido amor de Dios para mis familiares, amigos, co-nocidos, paisanos y personas encomendadas a mis cuida-dos? ¿De veras pido amor de Dios para mi Patria y parami ciudad? ¿Si el amor hacia Dios es ahora tan poquito yraquítico, no será porque casi no lo pedimos en la oración?

San Juan Bosco dedicaba un día cada semana, con SantaMisa, Rosario, visitas al Santísimo y demás oraciones,para pedir un gran amor hacia Dios para él y para laspersonas que Dios le había confiado. YIo obtuvo de maneraadmirable. ¿Cuántas misas, comuniones, rosarios, y demásoraciones \¡amos a ofrecer de ahora en adelante para tratard.e conseguir que logremos amar a Dios con todo el cora-zón? Existe la promesa solemne de Cristo que no puededejar de cumplirse ni una sola vez: "Todo el que piderecibe". Si nuestro amor a Dios es demasiado pequeño yfrío, esto puede ser porque no lo hemos pedido coq la de-bida constancia y perseverancia en la oración.

331

4a. Tenemos qrre amar más al que nos viveamando. Si cualquier día preguntamos a Dios: "¿Quéestás haciendo?". El nos responderá: "Te estoy aman'do". Por eso el apóstol San Juan aconseja: "Amemos a

Dios, porqrre El nos amó primero''. El tiene corazón pa-

terno que nos ama con amor increíblemente grande. Dioses nuestro Máximo Bienhechor. Cada uno de nosotrospuede decir: 'Yo soy importante para El". Nadie nos ha

ayudado ni nos va a aJrudar jamás tanto como nos a¡ruda

Nuestro Señor. Por eso merece nuestro amor. ¿Que harépara demostrarle a Dios que sí en verdad lo amo, Espíritu Santo: ¡ilumíname!

5a. Una resprresta mrry apropiada. En una acade-

mia espiritual repartieron a las hermanas carmelitas de

Lisieux unas tarjetas con mensajes religiosos. CuandoSanta Tbresita leyó la que le había correspondido a ella,

enrojeció de emoción, y la guardó cuidadosamente en su

libro de oraciones para volverla a leer cada día. El men'saje decía así: "Que si a cualquier hora del día te pregun'tan ¿qué estás haciendo? puedas responder: 'Estoyamando a Dios''. Bella respuesta en verdad, QU€ ojalá cada

uno de nosotros la podamos repetir siempre.

6a. Pregunta emproblemad,ora. Si me preguntan:"¿amas a Dios?". Responderé: "¡Claro que sí lo amo!" Pero

si me preguntan: ¿Lo amas eomo se le debe amar, to'

talmente, más que a los demás seres, con todo el corazón

y con toda el alma? Entonces sí que se me traba la len-

gua y tengo que reconocer que mi amor dista muchísimode lo que debería ser. Y es que hay dos clases d'e amo'res: el amor de palabras y el amor de buenas obras. Y

332

lo más probable es que mi amor es más de palabras que debuenas obras. Y por ello tengo que pedirle perdón al buenDios y suplicarle que no solamente me contente con de-cirle que sí lo amo, sino que en mi conducta y en mi com-portamiento de cada hora se note que sí en verdad loamo.

7a. Un desafío peligroso. Dicen que cuando el polí-tico Perón salía a las plazas, las muchedumbres entu-siasmadas empezaban a gritar: "¡La üda por Perón! ¡Lavida por Perón! Y entonces un día, para saber si en ver-dad estaban dispuestos a dar la vida por é1, les gritó: 'Voy alanzar una pluma desde el balcón, y a aquél que le caigala pluma sobre la cabeza, ¡tendrá que dar la vida por mí!"Y lanzíla pluma. Y las gentes seguían gritando, pero cuan-do veían que se acercaba la pluma a su cabeza soplabanduro y gritaban: "¡Puf,puf, la vida por Perón, puf, puf!" ysoplaban recio no fuera que la pluma se les acercara de-masiado y les complicara la vida. Así nos puede sucedercon nuestro amor a Dios: con las palabras le decimos queestamos dispuestos a sacrificarlo todo por su amot perocuando llegan las ocasiones de ofrecer algún sacrificio pordemostrarle nuestro amor, entonces sí que hacemos todoslos esfuerzos posibles por eütar cualquier sacrificio.

8a. El que ama a Dios, flue ame también a suherrnano, dice San Juan. Prójimos son todos los seres hu-manos; pero hay u os mas prójimos, son los que están máspróximos a nosotros. San Francisco de Sales recomenda-ba que el amor hacia los demás se note en verdad. No mn-tentarse con amar, sino demostrar externamente queamamos. Porque hay personas que en su interior quizá sí

333

sienten amor por los demás, pero en su comportamientoexterno demuestran tal frialdad e indiferencia, que enverdad aparecen como si no amaran a nadie. Aesa clase degente habría que repetirle lo que los alumnos de un cursole dijeron a un compañero hosco y antipático, que salió alfrente de todos y les dijo: 'Yo los amo a todos ustedes".Los otros le contestaron: "Pero no se le nota. Su amordebe ser tan profundo como una mina de petróleo, por-que no aparece por ningún lado". ¿Tbndrán que decir demí algo semejante los que me tratan? Señor: que yo cum-pla siempre lo que recomendaba Tobías a su hijo: "Loqrre no qrrieres para ti no lo hagas a nadiet', o mejor,aquello que T\i nos recomendaste en el evangelio:

"Todo el bien que deseas que los demás te hagana ti, hazlo tú a los demás. T[ata a los demás eomodeseas que ellos te traten a ti".

ffi$ NF{üffi$Affi[üC} ffi, $:[ffi PffiHY NÜ CAN$AH,$ffi

üt

(San Lucas lS)

334 335

años 1gg4 r 1gg7 - 2000 - 2003 - 2006 - 2009 - 2012EXÜLÜ B

Aunque muehos lo regaúaban para qrre callaragTitabar "Iüjo de Daüd, ten compasión de nrí".

él

Recobró la üsta.el catnino.

Dio un salto de alegría y lo seguía por

DOMINGO 30 - Ciclo B

Primera Lecúr¡ra. Del Libro de Jeremías. 31, 7-9

Así dice el Señor: "Gritad de alegría. Proelamad,alabad y decid: '¡El Señor ha salvado a su pueblo, alresto de Is¡raeIP Mirad: yo os traer€ del país del norte,os reuniré desde los extremos de la tiema. Entre losque v¡,¡elven hay ciegos y cojos. Mujeres esperandohijo, y otras criando sus niños. Se marcharon llo-rando. Los guiaré entre consuelos. Los llevaré a to-rrentes de agua, por un camino llano en eI que notropezarán. Seré un padre para Israel. Efraim serámi primogénito".

Esta lectura anuncia lo que iba a suceder en tiemposde Jesús. Entre los que lo siguen hay ciegos, que empiezana ver, y cojos que echan a andar. Ahora sí que podemosgritar: "¡El Señor ha salvado a su puebloP'Ahora sí que

Jesús nos ha reunido de todos los extremos de la tierra, ynos guía enhe or¡suelos hacia las fuentes de agua que bro-tan hasta la üda eterna. Ahora sí que nos lleva por mediode su evangelio y de sus enseñanzas y buenos ejemplos por

un camino llano. Ahora sí que podemos llamar'?adre" a nues-

tro Dios. Y todo por su Hijo amadísimo, Jesucristo NuestroSeñor, a quien'sea la gloria y el honor por infinitos siglos.

SALMO 125. El Señor ha estado grande eon noso-tros y estarnos alegres.

Este bellísimo salmo recuerda lo que narra la primeraIectura de hoy, que el pueblo partió hacia eI destierro llo-

336

DOMINGO 30 - CICLO Brando, pero que por la misericordia de Dios, los que sem-braron con lágrimas, cosechan ahora entre cantares. Que alir iban llorando llevando sus semillas, pero al volver rmel-ven cantando trayendo sus gavillas. Ahora sí que aI re-cordar la salvación que Cristo nos ha traído tenemos querepetir las palabras del salmo: "Cuando el Señor cambiónuestra suerte nos parecía soñar. La boca se nos llenabade risas, la lengua de cantares. Y hasta los que no tienenreligión decían: "El Señor ha estado grande con ellos".¡Sí, el Señor ha estado grande con nosotros, y estamosalegres!

Segunda Lectura. De la Carta a los Hebreos. 5, 1-6

Hermanos: todo Sumo sacerdote escogido entre elpueblo, está puesto para representar a la gente enel culto a Dios, para ofrecer dones y sacrificios porIos pecados. El puede comprender a los ignorantes yextraviados, ya que éI mismo está envuelto en debili-dades. A causa de ellas tiene qrre ofrecer sacrificiospor srrs propios pecados' como por los del pueblo.Nadie puede apropiarse este honon Este Dios quienllama como en el caso de Aarón. Tampoco Cristo se

confirió a sí mismo la dignidad. de Srrmo sacerdote,sino Aquel que le dijo: "I\i eres mi Hijo, Yo te he en'gendrado ho¡/', o como dice otro pasaje de la Escri-trrra: "T\i eres sacerdote eterno, seglin el rito deMelqrrisedec".

Cristo es semejante a los Sumos sacerdotes del AntiguoTestamento en su oficio de ofrecer dones y sacrificios por

los pecados, y puede comprender a los débiles porque El337

mismo estuvo enrnrelto en debilidades (excepto en el pecado).A Aarón lo eligió el mismo Dios como Sumo Sacerdote yotro tanto hizo con Jesús cuando le declaró "sacerdoteEterno, según el rito de Melquisedec". Esta lectura insis-te en que para el sacerdote, el ser débil lo hace más com-prensivo con los débiles y pecadores.

¿Mis debilidades me haen también ser bueno y compren-sivo con los pecadores? ¿O tengo el comportamiento delorgulloso fariseo que decía: 'Yo sí que no soy como esepublicano'?

EI sacerdote, a causa de sus debilidades tiene queofrecer sacrificios por srrs propios pecados y porlos del pueblo.

El único que no tuvo que ofrecer sacrificios por suspropios pecados fue Jesucristo. Pero en todos los demássacerdotes no debería caber jamás orgullo en la propiaalma, porque todos somos unos pobres ante Dios, unosdébiles pecadores, hermanos de los demás pecadores.

Este pasaje presenta a Jesús como Sumo Sacerdo-te y lo describe con las tres cualidades esenciales paratodo sacerdote. Es eI representante de Ia gente en elculto ante Dios. Es como si las personas que üven en elmundo Ie dijeran: "lNosotros tenemos que estar todo el díammprando o r¡endiendo, construyendo, üajando, escribiendo,trabajando el campo o rnanejando las máquinas. y a Ud.lo encargamos para que Iibre de todas estas ocupaciones ago-biantes, se dedique a orar por nosotros a Dios, a ofrecerlelos sacrificios de alabanza y el culto, y a preparar los men-sajes que el Señor nos enviará el próximo domingo...!,,¿Ora-

338

DOMINGO 30 - CICLO B

ré hoy por lc que han sido llamadm al sacerdocio? ¿Agradece-ré al señor por lo que cristo y sus sacerdotes hacen por no-

sotros?

El sacerdote es el embajador de las criatr¡rashrrma¡ras a¡lte Dios. Los antiguos lo llamaban el '?onti-fex", o sea: el que pone puentes entre la gente y la Di-vinidad. Y ningún Pontífice mejor y que haya puesto

más puentes entre nosotros y Dios, que Jesucristo, que ünoa entablar mejores relaciones de amistad entre estas cria-

turas pecadoras y el santísimo creador de cielos y tierra.

¡Gracias cristo Jesús por tu embajada en favor nuestro!

La segunda cualidad para ser sacerdote es estar re-vestido de debilidades. Porque tiene que saber compren-

der a aquellos por qu Tiene que saber

hasta qué alturas y Puede llegar lacriatura humana. Los I que es verdade-

ramente comprensivo huye de los dos extremos, el de

mostrarse indiferente ante la debilidad y Ia maldad, como

si le pareciera que esto no tiene ninguna gravedad y el

mostrarse extremadamente exigente y escandalizado por

las debilidades de los demás. En el térrnino med'io estála virtud, decían los antiguos. Ni escandalizarse exage-

radamente como si nosotros no pudiéramos caer también

en las mismas faltas, ni permanecer tranquilotes como si

estas culpas no ofendieran al buen Dios. El saber compren-

der es una virtud que lo lleva a uno a no irritarse exage-

radamente cuando el otro vuelve a caer en sus mismas

debilidades, a no estallar en cólera ante las miserias aje-

nas, ni vivir condenando sin más ni más, sino mas bien a

tratar con simpatía a los pecadores, sabiendo que más caen

339

por debilidad que por maldad, y que poco a poco se iráconsiguiendo de Dios su conversión y cambio. La compren-sión es una actitud que no considera a ningún pecador comoirremediablemente perdido, sino que ve en él a un hijopródigo que se ha ido de la casa del padre celestial, peroque con la gracia de Dios puede volver algún día por me-dio de la conversión. Ningrrin sacerdote deberla carecerde esta gran cualidad: saber comprender al pecador.Ser para con el que cae, comprensivo, paciente y perseve-rante en tratar de conseguir que se convierta. Jesúsmanso y humilde de corazón, es nuestro admirable mode-lo en esto.

La tercera cualidad para ser sacerdote es: habersido llamado por Dios. El sacerdocio no es solamente unoficio que el hombre elige, sino sobre todo un honor queDios Ie regala. cada sacerdote al recordar sus años pasa-dos no puede exclamar orgulloso: "¡yo eregí este oficio!,,sino que tiene que decir agradecido: 'Er señor en su bondadme confirió este inmenso honor: AJesús lo eligió el padredesde todos los siglos para ser nuestro sumo sacerdote ysupremo intercesor y Pontífice. Bendito sea er señor poreste regalo mil veces maraülloso que nos ha hecho,,.

Y a cada sacerdote también lo etigió Dios desde el día desu nacimiento, para que a imitación de Jesús, y siguien-do su ejemplo, y recibiendo sus divinos poderes, se dediquea ofrecer oraciones y sacrificios por el pueblo y sepa com-prender a los que son débiles como él y vaya ilevando cadadía mas y mas almas a Dios. ¡Que el señor nos envíe muchosy santos sacerdotes que sean copias y retratos lo más posi-340

DOMINGO :JO - CTCLO Bblenente semejantes a Cristo, Sumo y Eterno Sacer-dote!

Elvaragelio" Segrfur San lVfal'cos. i0, 46-52

Al salir cfesús de Jericó con sus discípulos y bas-tante gente, el ciego Bartimeo (hijo de fimeo) estabasentado al borde del camino pidiendo limosna. AIoír que era Jesús Nazareno, empezó a gritan "¡Hijode David, ten compasión de mí!".

Muchos lo regañaban para qrre se callara, peroél gritaba más "¡Hijo de Davi{ ten compasión de mí!".

Jesús se detuvo y dijo: ¡Llámenlo!

Llamaron al ciego y Ie dijeron: "¡Animo, Ievánte-se, qrre Io llama!".

Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.

Jesús Ie dijo: "¿Qué qrrieres que haga por ti?".El ciego le contestó: "Maestro, ¡que pueda ver!".Jesús le dijo: "Anda, tu fe te ha curado".

Y aI momento recobró la vista y Io seguÍa por eIca¡nino.

Jesús va camino de Jenrsalem. Jericó está a unos 25kilómetros de la capital. Cuando un maestro muy famosose dirigía hacia Jerusalem solían acompañarlo muchosdiscípulos, que por el camino le escuchaban sus enseñan-zas. Era un modo especial de instruir a los más fervorosos.Además todo israelita mayor de 12 años debía ii a Jeru-

341

salem, si Ie era posibre, para el día de la fiesta de pascua.Y hacia allá se dirigía Ia gran caravana.

El camino atravesaba Ia ciudad de Jericó y en Ia puer-ta de salida estaba un mendigo ciego, ,amaáo Bartimeo,Este al oÍr llegar_tanta gente, preguntó qué personaje ve-nía por ahí y le dijeron que era Jesús,

"f prár"t". rnshn-

táneamente empe z6 a gritar, para que Jesús pusiera suatención en é1. para Ios que estaban Lscuchanao u. ense-ñanzas del maestro, aqueila escandarosa gritadera erauna distracción y una farta de respeto, y trataron de queBartimeo se callara ra boca, pero nadie iba a quitarre a élesa única oportunidad de sarir der mundo tenebroso de ti-nieblas donde estaba viviendo. Así que siguió gritando ycon más fuerza e insistencia. Le habían dicho {uizas quleste maestro bondadoso jamás negaba un farror a quienle pedía con fe. Yaprovechó esta ocasión.

En esta historia podemos ver argunas de ras condicio-nes de la oración.

la. La constancia. Bartimeo no se cansa de cramary no se calla aunque lo regañan y Io mandan callar. El es-taba determinado a diarogar con er único que podía soru-cionarle su problema. En Ia mente de este

"i"go no había

solamente un vago deseo de obtener un milafio sino unavoluntad resuelta de tratar de obtenerlo a toda costa. y esadeterminación inconmovible de tratar de obtener delseñor Dios las gracias que necesitamos, puede conseguirque sucedan ciertas cosas que a primera vista parecían im-posibles.

342

DOMINGO 30 - CICLO B

2o. La prontitud en hacer lo que Jesús diee. Lomanda llamar y el ciego da un salto y corre prontamentea donde Jesús. Hay oportunidades que se presentan unasola vez en la vida. A veces experimentamos el deseo deabandonar un mal hábito, una mala mstumbre y dedicar-nos con entusiasmo al apostoladoy a obras de caridad trrcr amora Jesús. Y no actuamos de manera inmediata para co-rresponder a este llamado de Dios, y la oportunidad sedesvanece, quizás para no volverse a presentar jamás.Decía San Agustín: "Tbmo a Dios que llama, porque si nole respondo, prrede ser que no me vtrelva a llamar más".Bartimeo escuchó la llamada de Jesris y corrió prontamen-te hacia El y esto fue su salvación.

3o. Bartimeo sabla exactamente qué era Io quetenía que pedin Jesús le hizo una pregunta que nos si-gue haciendo todos los días a cada uno de nosotros: ¿Quéqrrieres que haga por ti? ¿Por qué no Ie decimos clara-mente qué es lo que deseamos que nos conceda? ¿Por quénos da pena o miedo pedirle, si El es Tbdopoderoso e inmen-samente generoso? Cuánto necesitamos repetir con Bar-timeo: "Señor, que yo pueda ver". Que yo pueda ver loque me hace daño, para evitarlo. Que yo pueda ver quées lo que mi Dios quiere que yo haga y que me dediquecon todas mis fuerzas a hacerlo. Que yo logre ver qué de-fectos míos te están disgustando y debo enmendar; y quécualidades o virtudes deseas que yo logre adquirir.

4o. Lo que le obtuvo el milagro fue su fe. "Ttr fe teha curado", le dijo Jesús. Esta es la palanca poderosa quelogrará remover todos los obstáculos que se opongan a laconsecución de lo que necesitamos: tener una gran fe.

343

Con razón decía el Redentor: "Seg¡in sea tu fe, así se-rán las cosas que te sucederán".

5o. su oración frre agradecid.a. Al-frnal del relato nosencontramos con una verdadera joy.. Bartimeo le agra-dece a Jesús tan grande favo4 siguiéndolo. No se quedóallí donde estaba. Se fue con él para Jerusalem y segura-mente contando a todo el mundo el milagro con el que elseñor lo había favorecido. Esta debe ser ñuestra reaccióncuando nuestras plegarias son escuchadas y respondi-das por Dios: darle gracias delante de los demás yno te-ner miedo a narrar a otros los favores que hemos recibidodel cielo. Cumplir aquello que el Arcángel San Rafael ledijo a Tobías: t'Nr¡nca te dé pena eontar los favoresque Dios te ha hecho".

CONCLUSIONES

A los que gozamos de buena visión nos parece lo másnatural el poder ver bien. Pero qué terrible pérdida y.quéhorroroso martirio puede ser el quedarse ciego. y qué in-menso gozo, el poder recuperar otra vez la *risiórr. Buienlo ha experimentado, sí lo puede valorar debidamente!

A un ciego lo curó Jesús con barro en la piscina de Si-loé. A otro lo curó por etapas (al principio veía a los hom-bres como árboles). A veces Dios cura poco a poco. Y aBartimeo lo curó sólo con su palabra.

Bartimeo empieza dándole a Cristo un título que era muyhonorífico entre los israelitas:'fiio de Daüd',luego reco-noce en El una gran misericordia, porque le suplica que ten-ga compasión de é1. Enseguida declara que cree en su

344

DOMINGO 30. CICLO Binmenso poder, pues le pide un milagro inmenso: recobrarla vista perdida. Es que pensaba que en Jesús iba a encon-trar el colirio de la compasión y del poder, que con ese coli-rio o remedio espiritual para los ojos, le podía curar de suterrible mal.

También nosotros necesitamos que Jesús nos abra losojos del alma para poder ver los males y evitarlos, y verlo que más conviene y tratar de conseguirlo.

Estaba sentado a la orilla del ca¡nino piclien-do limosna

También hoy existen muchos ciegos espirituales sen-tados a la orilla del camino de la vida; no tienen ojos paraver las realidades sobrenaturales y viven mendigandoconsuelos de las criaturas, las cuales con despiadada cruel-dad tratan de no dejarles gritar a Dios pidiendo sus a¡rudassobrenaturales. Un inmenso favor que nos hace Jesúsconsiste en quitarnos los tapaojos que nos impiden verlas realidades espirituales. Cuántos hay que, sentadosa la orilla del camino de la vida, sienten pasar inútilmen-te la existencia sin mirar al más allá, sin ver que unaeternidad les espera. Ilace falta que Cristo les haga ver elfin para el cual han sido creados: conocer, amar y servir aDios en esta üda, y después verle y gozarle en el cielo.Cuántos hay que viven como enceguecidos sin ver que lonúmero uno es Dios, y sin fijarse en las cunetas y tram-pas que los enemigos del alma les colocan en su caminohacia la salvación.

La gran ceguera de hoy es tomar el mal como bien: elaborto, la prostitución, el homosexualismo, la droga, la

345

discoteca, el divorcio, el matrimonio ciüI, el fraude, la ven-ga za, el cine rojo. Pero si pedimos al Señor: "Maestro,que yo pueda ver". El que es la luz verdadera, nos qui-tará nuestra ceguera espiritual.

Animo: levántese, que lo llama

Qué buen oficio hicieron aquellos que fueron a comu-nicar al ciego que Jesús lo mandaba llamar. Es el oficioque hacen hoy tantísimas personas al inütar a otros a lasanta misa, a la confesión, a leer un libro religioso, a escu-char una conferencia espiritual. Ojalá hagamos siempreesta noble labor de invitar a otros a ir donde Jesús. ¿Qtléquieres que haga por ti? Jesús ya 1o sabe, pero quiereque le digamos lo que necesitamos porque esto le dará másfen¡or a nuestra oración. No dejemos de recordarle de vez encuando qué es lo que deseamos que nos conceda. Barti-meo nos representaba a todos los que necesitamos favo-res muy especiales de Dios.

Y al momento recobró la vista

Y lo primero que üo fue el rostro sonriente de Jesúsque le decía: "Th fe te ha salvado". Y ahora empezaba aver los campos llenos de flores y de frutos y alababa a Dios,que es grande y maraülloso en sus obras. YBartimeo re-cordaría para siempre el rostro amable de Cristo, ese ros-tro inolüdabl que vio cuando recobró la vista, el rostrode ese Jesús que üno al mundo para dar la üsta a losciegos (Lc. 4) y que es el Lucero Radiante del Alba (Ap.22) y la luz del mundo.

Tl¡ fe te ha salvado346

O sea: ¡No es que te he curado porque no eres pecador(que sí lo eres). No es que te he curado porque has hechoobras grandes (que no las has hecho) sino porque hascreído que yo soy tan misericordioso que sí deseaba ayu-darte, y tan poderoso que sí eta capaz de hacerte este mi-lagro...! Eso mis.mo nos dirá hoy a nosotros también.

Lafe de Bartimeo preparó el milagro y su oración lo con-siguió. ¿En verdad tenemos fe en Jesús? ¿Le pedimoshasta importunarlo y sin dejarnos callar por los que nosdicen que repetirle tanto nuestras peticiones es can-sarlo y aburrirlo?

Señor: ¡Que nosotros también podamos ver lo mucho quehas hecho por cada uno, y el bien que nos espera si cum-plimos tus santas leyes, y los males que nos aguardan siseguimos por el camino del pecado. Señor:h.a;z qrre yopueda ver!

347

ffiffi#ffiffiffitu ffiffi

(Jesucristo)

348 349

AIYOS 1995 - 1998 - 2001 - 2004 - 2007 - 2010

1. A aquellos que se tenían por iu.stos y despreciaban ¿r toclos lo.s de¡nás, cotrtó Jcsús esta

prrrábola: uDos llombres srrbieron rrn clía al ternplo para or'{rr; ltno el'¿t fal'i;-eo y otroptrblicano. El fariseo oraba de este modo:

a.

2. Señor, te doy lab gracias porque no soy

conlo los demás hon'rbres: I)o soy como este

publicano. Cumplo Ia l"y. Y el publicanose gollreaba humildemente el pecho.

3 Y clecí¿r: Señor, len piedad de mí, quesoy pecirclor. Jesús rrgregó: Este qrrecló jus-tificirtlo, y irquéI, no. Porque todo aqrrel que

se hurnilla será ensalzador.

DOMINGO 30. CICLO C

Primera Lectura. DeI Libno del Eclesiástico. 35, L5-22

El Señor es un Dios justo que no puede ser par-cial; no es parrcial contra el pobre. Escucha las sripli-cas del oprimido; no desoye los gritos del huérfano ode Ia üuda crrando repiten su queja. Sus penas con-siguen su favoq y su grito alcanza las nubes, y nodescansan mientras no logren Ilegar hasta Dios, yno dejan de repetirse hasta que Dios no las atien-de, y el juez justo Ies hace justicia.

Aquí se hace un elogio e la oración de los humildes, quecomo el publicano suplican a Dios pidiendo misericordi.yson escrrchados siernpre. Este pasa¡je nos informa acerca dealgunas cualidades que tiene Dios, respecto de los que le oran.Son actitudes realmente fundamentales y que animan muchoa quien hace oración. Dim escrrcha muy atentamente las sú-pücas de lc angr.rstiadc,y stádispuesto a a¡nrdar en sus penasa quienes le imploran su protección. Dios le da slempre enor-me importancia a la causa de los pobres y angustiados.

SALMO 33. Si eI afligido invoca aI Señon El lo es-crrcha

"Que los humildes escuchen esto y se alegren. Cuandouno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias.El Senor está cerca de los atribulados y salva a los abati-dos". Estas frases tan bellas de uno de los más hermosossalmos de la S. Biblia, son como una confirmación de loque ha dicho la Primera Lectura, y son tan claras y diá-

350

DOMINGO 30. CICLO Cfanas que no necesitan explicación. Al meditarlas agrade-cidos sólo nos queda repetir la frase con la cual empiezael salmo: t'Bendigo al Señor en todo momento".

Segunda Lectura. De la 2a. Carta de San Pablo aTimoteo.4, 6-18

Querido hermano: yo estoy a punto de ser sacri-ficado, y eI momento de mi partida es inminente. Hecombatido bien rni combate. He corrido hasta La meta.He conserr¡ado Ia fe. Ahora me aguard.a la coronamerecida, con la que eI Señor, jaezjusto, me pre-miará en aqrrel día, y no sólo a mí, sino a todos Iosque tienen amor a su venida.

La primeravez que me defendí ante el tribr¡naltodos me abandonaron y nadie me asistió -Qr¡e Dioslos perdone. Pero el Señor me a¡nrdó y me dio fuer-zas¡ para anunciar íntegfo el mensaje, de modo qrrelo oyeran todos los gentiles. EI me libró de la bocadel león. El Señor seguirá librándome de tod.o hd,me salvará y me llevará a su reino del cielo. A El lagloria por los siglos de los siglos. Amén.

Estas últimas palabras de la 2a. Carta de San Pablo aTimoteo, son como el testamento espiritual del apóstol.Declara que ha mantenido Ia fe y ahora espera el premioprometido a los que son fieles a sus creencias. Frente a lapresencia próxima de la muerte, adopta una actitud con-fiada y serena, porque ha librado una buena batalla y laesperanza de la recompensa en el más allá es un estimu-lante que anima a no dar por perdidas las luchas.que sehan librado por la fe y la religión. Pablo ha ofrecido por

351

Dios su dinero, su emdición, su tiempo, sus energías, el

fervor religioso de su corazón apasionado, y ahora estácontento porque sabe muy bien que nuestro Dios paga

con gran generosidad lo que se hace por El. Ojalá noso-

tros al final de nuestra üda podamos decir algo semejante

a estas hermosas palabras de San Pablo: 'IIe combatidobien mi combate. He conseryado la fe".

Evangelio. Segrin San Lucas. 18, 9-14

se por justos sepreciaban a los

sentían seglrrosdemás.

Dijo Jesúrs esta parábola por algrrnos qtre teniéndo-de sí mismos y d,es-

Dos hombres subieron al templo a oran Uno eraun fariseo y el otro un publieano. El fariseo de pie,oraba así en su interior: "Oh Dios: te doy'graciasporqrre no soy como los demás: ladrones, injustos,adúlteros.. Ni como este publicano. §nrno dos vecespor semana y pago el diezmo de todo lo que tengo".

El publicano en cambio se quedó atrás y no se

atrevía ni a Ievantar los ojos al cielo. Sólo se golpea-ba el pecho diciendo: "¡Oh Dios, ten compasión de

este pecadorlt'.

Os ügo que este bajó a su casa justificado y aquélno. Porqrre el qrre se enorgullece será humillado, yel que se hrrmilla será enaltecid'o.

Jesús quiere recomendar que la oración sea humilde,empezando por el reconocimiento de los propios pecados.

352

DOMINGO:JO. CTCLO C

El fariseo realmente no fue a orar. Fue a informarle aDios acerca de lo bueno que era éI. Ayunaba los lunes ylos jueves, como lo hacían los más observantes israelitas.Pagaba sus diezmos y no era un vtrlgar pecador.

En cambio el publicano, apenado al recordar su malavida pasada, se llama a sí mismo no solamente un peca-dor, sino "el pecadoy'', o sea un total empecatado. Y fue suoración avergonzada, humillada ante su negro pasado, laque le ganó la simpatía de Dios.

Esta parábola nos quiere recordar que Ia puerta delcielo es demasiado estrecha para que puedan entrar porella los que se creen demasiado grandes, y que a la pre-sencia de Dios hay que entrar arrodillados.

Nos quiere recordar también que a Dios no le agradani poco ni mucho, eu€ vivamos despreciando a los otros ycreyéndonos mejores que los demás.

Además, lo importante no es preguntarnos: ¿soy másbueno que este o el otro? Sino: ¿soy tanbueno como Diosdesea que Io sea? Y aquí sí que seguramente la res-puesta no es para sentirse demasiado satisfechos. Si en vezde comparar nuestra üda y ürtudes con los demás mortales,hacemos la comparación con la üda y virtudes de Jesús,nos va a suceder como al aprendiz que ya empieza acreerse un buen artista y va a escuchar un concierto de ungran maestro internacional: se da cuenta de que él apenasestá dando los primeros pasos en el arte y que ante ese

maestro consumado, él no sabe casi nada. Y comparandonuestro comportamiento con el del Divino Maestro, no nos

353

quedará sino repetir: t'Misericordia Señor, de este peca'dor"

En la oración no podemos considerarnos elevados sobrenuestros semejantes, sino como uno más del gran ejércitode pecadores, formando parte de la innumerable procesiónde manchados que piden perdón, completando el númeroinmenso de llaguientos que arrodillados esperan la mise-ricordia de Dios.

Todo depende de con qrrién nos compararnos. Sila comparación la hacemos con el prójimo del cual sí co-

nocemos sus faltas externas pero no conocemos sus virtu-des internas, puede ser que nos creamos algo. Pero sinos comparamos con Jesucristo ¿qué soy yo comparadocon El? ¿Con su Santidad? ¿Con su bondad? Si coloco mivida como un riel, paralelo a la vida de Cristo, ¿qué mequeda por decir? Solamente: "¡Misericordia de mí,Seño4 que soy un pecador!". Los que están viendonuestro espíritu, seguramente no nos declaran superiores alos demás!

San Juan Vianey, a quien todos señalaban como unverdadero santo, le pidió una vez a Nuestro Señor que ledejara ver el estado de su alma, y quedó tan atemado alver las manchas de su espíritu, que le rogó humildemen-te a Dios que le concediera lograr olvidar aquel espec-táculo tan horible, porque le causaba profundo horror.Y nosotros que no somos nada santos, ¿qué pensaríamos

si viéramos el estado de nuestra alma? ¿Nos atrevería-mos todavía a compararnos con los demás y despreciarloscomo el fariseo de la parábola de hoy? El fariseo pensaba

354

DOMINGO 30 - CICLO Csolamente en lo que opinaba él desde acá abajo. El publi-cano pensaba en lo que opina Dios desde a1lá arriba.

Hoy en el evangelio se nos presentan dos tipos: unosimpático para Dios y otro que no le cae bien a NuestroSeñor. Nosotros a veces somos como el publicano y a ra-tos nos portamos como el fariseo. Somos una mezcla es-pecial de fariseo y publicano.

Los dos errores del fariseo ftreron: darse certiflrca-dos de buena conducta y despreciar al publicano. Y estosdos errores los podemos cometer muy frecuentemente.

Nuestros certificatl.os de buena conducta

Dice un hombre: ttiYo soy serio, pero soy normal!".¿De veras? Veamos. Hay tres modos de ver lo que hace-mos: 1a. Como nos miramos nosotros mismos (casi siem-pre nos damos certificado de buena conducta y buscamosexcusas. Y excusa y mentira son dos cosas sumamenteparecidas).2a. Cómo miramos a los demás y cómo los de-más nos miran inexorablemente, sin compasión, casi concrueldad y hasta con desprecio. Así miró el fariseo'alpublicano. 3a. Cómo nos mira Dios: siempre comprensivo,pero según la verdad y Ia realidad de lo que en verdad so-mos. Ahora sí analicemos ese mirarse uno a sí mismo.Dice un caballero: ttYo soy serio, pero soy normal". Esopiensa él d"e sí mismo. Pero áqué piensan los demás? Di-cen: "iQue solamente es serio? Es un ogro. iUn orangutánse le queda chiquito!". Sus obreros exclaman: "No hacesino regañarnos". Su esposa suspira diciendo: "Pobres ni-ños no sabe tratarlos sino a insultos". Y Dios quizás dirá:"áPor qué no sonreirá y felicitará un poquito más? Sus

355

hijos no lo han visto sonreír la primera vez en este año.iPor qué no leerá un librito de Relaciones Humanas? iPorqué no dará pequeños regalitos?". Tres opiniones bien dis-tintas y un solo caso real.

Veamos otro ca.so. Dice una señora: 'Yo soy mrry analis-ta y perfeccionista, pero soy normal". Esa es la opi-nión de ella misma. Pero ¿qué dicen sus hijas?: "Nosregaña todo el día y por cualquier insignificancia". Y elmarido añade: "A mí me echa en cara todavía una infide-lidad de hace 20 años". Y las vecinas: "Su lengua es comouna ametralladora que destroza sin compasión la buenafama de los demás". Y Dios quizás está pensando: "Estaseñora sí estará recordando que en el día del juicio ten-drá que dar cuenta de toda palabra suya que haya hechodaño a los demás?".

Ah, si pensárarnos en lo que los demás piensan de noso-tros y en lo que opina Dios, quizás (o sin quizas) dudaríamosmuy en serio antes de declarar o pensar que somos mejoresque otros. Señor: ¿seré yo uno de esos que üven desprecian-do a los demás y creyéndose mejor que ellos? Sé que tengoalgo de publicano y mucho de fariseo. De niño me decían:ttl.os hombres no lloran". Ahora de mayor tengoque decirme: "Los hombres sí tenemos que llorarnuestros pecados, para poder salvarnostt, como hizoel publicano. Hay dos posiciones qrre puedo tomarante fi Señor: o creerme autosuficiente y ya muycercano a la perfección y quedaxrne sin ser bende-cido por fi, o creerme mrry necesitado de tu perdóny suplicártelo, y quedarme vacío de orgullo y llenode tus bendiciones. Jesús manso y humilde de co-tazótl^, haz nuestro eorazótt semejante al tuyo.356

IFüF}TÜH

DOMINGO 22 CICLO A. AI Hijo del Hombre levan a dar muerte

DOMINC,O 22 - CICLO B. Lo que hace impura a unapersona.. 31

DOMINGO 22 - CICLO C. Cuando te inviten a unacena 43

DOMINGO 23 - CICLO A. Cuando dos o más personas

DOMINC'O 23 - CICLO B. Curación de un sordomudo. 75

DOMINGO 23 - CICLO C. Quien no lleve su cruz....... 87

DOMINGO 24 - CICLO A. El perdón de las ofensas.... 97

DOMINGO 24 - CICLO B. ¿Quién dicen que soy yo?...109

DOMINCTO 24 - CICLO C. La oveja perdida ......L25

DOMINC'O 25 - CICLO A. Los trabajadores de Iaviña.. ..............139

357

DOMINGO 25 - CICLO B. El que quiera ser elprimero.. ......151

DOMINGO 25 - CICLO C. El administrador astuto ....165

DOMINGO 26 - CICLO A. Los dos hijos ............179

DOMINGO 26 - CICLO B. Ay del que escandalice a unpequeño ......191

DOMINGO 26 - CICLO C. El rico Epulón........... ........203

DOMINGO 2l - CICLO A. Los viñadores homicidas ...2L7

DOMINC'O 27 - CICLO B. ¿Es lícito divorciarse? ........229

DOMINGO 27 - CICLO C. Si tenéis fe podéis decir aun árbol. ......24L

DOMINGO 28 - CICLO A. Los inütados al banquete..Z49

DOMINGO 28 - CICLO B. El joven rico..... ..26L

DOMINGO 28 - CICLO C. Los diez leprosos........ ........275

DOMINGO 29 - CICLO A. Dad al César lo que es delCésar ............289

DOMINC'O 29 - CÍCLO B. El que quiera ser elprimero que se haga servidor ......301

DOMINC'O 29 - CICLO C. El juezy la viuda ......311

DOMINGO 30 - CICLO A. El principal mandamiento.S2S

DOMINGO 30 - CICLO B. El ciego de Jericó ......335

DOMINGO 30 - CICLO C. El fariseo y el publicano ....349

358

I

I

III

t.

2.

5.

6.

7.

SECREIOS PARA TR¡UNFAR EN LA VIDA. Por Sálesmar,r. 26a.\

Edición. 890.000 ejemplares. El más popular libro de Rela-

ciones humanas.

CIEN FORMULAS PARA LLEGAR AL EXITO.2la. Edicíón.180.000 ejernplares . Para aprender a enfrentarse a los pro-blemas de vid a y resultar vencedores.

3. COMO ALUAR 1A DEPRESION. Por Le Haye y Sálesman. Su

lectura mejora totalmente el carácter. Ba. Edición.

MATRIMONIO FELIZ. l7a. Edición. 350.000 ejemplares. Es-

pecial para los que se van a casar o ya se casaron.

LA VOCACION. Normas para cultivarla. Muy út¡l para la ju-ventud. 3a. Edición.

l.A CASTIDAD. Avisos para defenderla. Muchos bendicen a

Dios por haberles permitido leer este libro. 4a. Edición.

PENSAMIENTOS LUMINOSOS. Tres para cada dia del año.1234 en total. 4a. Edición.

COMO HACERSE RICO DANDO LIMOSNAS. 5a. Edición. Con-mueve a los lectores y los vuelve mucho más generosos.

Desea que su vida le,agradetotalmente a Dios?

Consiga y lea los siguientes bellisimos f ¡bros:

L. LOS l-lll,lHo5 t-4A5 BELLOS DEL

l'lUNDO, los L50 Salmos dela 5anta B¡blia. 18a. Edición.

2. lt1lLlTANTES DE CR|STO, cursocompleto de preparación a laconfirmación. 12a. Edición.

5. EJEI-4PLOS f-,lARlANOS, L88casos históricos que impre-sionan mucho . 7a. Ed¡ción.

4. LAS AVENTURAS DE SANJUAN BOSCO, Emocionantehistoria de un santo modernocon 5OO gráficos. Loa. Edición.

5. LECTURAS 5ABRO5A5, ZOO

páginas de historias reli-giosas interesantísimas yagradables . 7 a. Edición.

6. MARAVILLA5 DEL ESPIRITU SANTO, Precioso librito queentusiasma mucho. 18a. Edición.

7. COMO HACER UNA BUENA (ONFESION. 14a Edición.8. NOVENAS BIBLICAS AL CAR['4EN Y A LAs AL¡4A5, con trisagio,

7 lunes y 15 minutos a Jesús Sacramentado.

o" Ii'!;Tl.?1"'?roo BlBLlcO CATOLICOManggTf ie_-_91! (8. Z0 de Julio) PP. 5alesianos

ffi:,1il::::"11:J" iogotá, D.c. - corombiall9 78

Libre'í D.C. i

I-t

r

IDer sen I