libro octavio

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LA LAGUNA MEDIA LUNA EL SILENCIO EN EL CORAZÓN DE LA PALABRA MANGLAR-MAMUT-XI’OI EDGAR KNAPP URANGA 1

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LA LAGUNA MEDIA LUNAEL SILENCIO EN EL CORAZÓN DE LA PALABRA

MANGLAR-MAMUT-XI’OI

EDGAR KNAPP URANGA

1

LA LAGUNA MEDIA LUNAEL SILENCIO EN EL CORAZÓN DE LA PALABRA

MANGLAR-MAMUT-XI’OI

EDGAR KNAPP URANGA

2

A la familia entera,

de donde vengo y la que he formado.

A Alfonso Pérez Munguía.

A Héctor López Santillana.

A Héctor Vallejo.

A Rodrigo Friscione.

Al grupo de Atascatus Canis:

Jaime, Adán, Marcos, Pirro,

Frank, Muñe y Cosette.

A los compañeros Dive Master.

A D. Jorge Almaguer y Familia.

A todo aquel que ha decidido optar

por encontrar en el buceo

la serenidad y el diálogo

con las profundidades.

3

Probablemente se ha hecho más

daño a la Tierra en el siglo XX

que en toda la historia anterior

de la humanidad.

Jacques Yves Cousteau

Por muy arriba que escales,

muy rápido que vayas o muy alto que vueles,

si quieres ver el 70% del planeta

tendrás que sumergirte.

Anónimo

… Para alcanzar algo que nunca has tenido,

tendrás que hacer algo que nunca hiciste.

EKU

4

CAPÍTULO I

UNA LAGUNA EN LA MENTE

¿Cuándo fue la última vez

que te atreviste hacer algo por primera vez…?

EKU

…Y un día soñé que buceando encontraba un tesoro, un barco hundido, unas grutas o hasta una

ciudad perdida…, ¿por qué no? O, quizá, una cueva con paredes de piedras semipreciosas o un

mamut petrificado. Pisando tierras potosinas, a 104 kilómetros al este de San Luis Potosí,

México,1 volvió a surgir en mí aquel hombre que aún no he podido terminar de conocer, al que

por causar extrañeza le dicen “el capitán mantarraya”, y entonces fue que pregunté lo que nunca

quizá debió ser pronunciado: ¿y qué más hay en el manantial de La Media Luna2 que la historia

no sepa?... Y ahí fue cuando nació el sueño por descubrirlo en mi propio deseo.

La Laguna de la Media Luna es un manantial que forma un sistema ecológico de 8,62 has.

de espejo de agua, localizado dentro del parque de La Media Luna, es área natural protegida al Ne

de México. Al llegar ahí, su clima seco y cálido impide creer que al fondo de éste se encuentre

un lacustre humedal de biodiversidad. Un parque permanentemente modificado para promover la

actividad turística que cuenta con zonas de campamento, comederos, cabañas, venta de comida,

baños, servicios, estacionamiento, médicos, protección civil, un centro de buceo certificado y

hasta un pequeño museo respaldado por El Instituto Nacional de Antropología e Historia. Al

caminar por los senderos que se dibujan en un ambiente de pastizales abundantes y de sus

arboledas ribereñas de casuarinas y palmeras que confluyen en el manantial, entre cruzando

puentecillos de madera y bordeando los pequeños canales de agua cristalina y cálida se llega a un

largo muelle de conservada estructura entablada que al paso de las personas, entona el crujiente

1 Decimoquinto estado por extensión de la República Mexicana. Cuenta con 58 municipios, los cuales se encuentran

distribuidos en cuatro regiones: Altiplano, Centro, Media y Huasteca.2 Localizado en la Región Media a 12 Km. de Río Verde en Ejido del Jabalí.

5

sonido de la madera, delimitado por una fila de árboles que dejan entrever en el claro del

horizonte la escondida laguna.

Fig. 1. El Silencio es la desembocadura en la vida misma, esa vida es eterno fluir.

Caminar por el largo muelle escuchando el canto de las aves, sentir el fresco de los

árboles y el asombro de sus visitantes motiva al descanso, al sosiego del alma. El sosiego que

puede dar una alguna que simboliza a las lagunas del mundo como lo es La Laguna de la Media

Luna _ no por su importancia en extensión, ni aun por su profundidad_, su hablar de ella proviene

de su humildad por atesorar una historia universal y guardar absolutamente silencio, como si sólo

ella estuviera en lo existente y no hubiera en lo fuera quienes escucharan, quienes vivieran,

existieran. Rodeados por su humilde e incomprensible silencio, ella elige a quienes han de

descifrar sus enigmas. El sosiego es el mismo del agua que no pasa, que no fluye pero que

siempre cambia, rodeada de ella misma va hacia ella misma, cambia su color y cambia el día, no

hay rostro que no se refleje en ella y que no sea reflejado como mundo, es decir, como tiempo.

Tiempo detenido siempre otro, otro siempre fundado en lo oculto de su incomprensión. Me

pregunto si la laguna se conoce a sí misma. A veces pienso que no necesita del palpitar de los

hombres para ser. ¿Acaso lo que oculta es el tiempo petrificado en ideas petrificadas o un pasado

en forma de un ahora?

Al llegar al final del muelle el panorama se abre, el humedal bordeado por los tules que se

afirman por sus raíces que, serpenteantes beben la quietud del agua azul y cándida, deja entrever

los amarillos nenúfares acuáticos, donde esboza un cuadro digno de ser pintado por las manos de

6

un paisajista.

Por debajo del espejo del agua es difícil imaginar las maravillosas formaciones geográficas y el

jardín verdoso de los oscilantes nenúfares en la danza de la suave corriente del agua, el escenario

de un mamut petrificado, de árboles sabinos posados en las fangosas pendientes de aspecto lunar,

dantesco, de los caprichosos conos como cráteres invertidos por donde mana la dulceacuícola3

fuente que albergara mi épica aventura, llena de misterios, retos, pasión, amistad, lealtad, llanto,

peligro, voluntad, amor, de una laguna en la vida, una laguna en la mente. Una laguna como

laguna extendida no solamente para recibir al hombre, ella me hizo aprender que solo es laguna

para quien sabe abandonarse a ella, que se requiere un acto casi místico de desprendimiento,

desasimiento de todo lo material y por supuesto, del propio cuerpo. A la Laguna de la Media

Luna hay que sumergirse sin cuerpo, es sin cuerpo que es el llamado a que se presenten sus

misterios y fue la propia laguna que me llevó de su mano a despojarme de todo cuerpo. ¿Por

qué? Porque en el fondo de la laguna no hay memoria y no existe la historia. Toda la historia en

tiempo de la laguna es la historia de este instante, como no hay memoria no hay tiempo. Es sin

memoria que uno debe hablar de ella, con ella, en ella, sus formas son sus gestos, su tranquilidad

es su temblor, su hondura es su grito.

1.- La Profundidad en la Mente.

Se decía que dentro de la laguna con forma de media luna1 y que mide 350 m. de largo

por 70 m. de ancho y 110 pies (33.5 m.) de profundidad máxima, había varios manantiales

(nueve en total, dos de ellos dentro de la cueva) de agua calida y entre ellos, un cráter (el mayor)

que se encuentra en el punto más profundo 110 pies (33.5 m.) pero con una caída de otros 90 pies

(27.4 m.) por debajo de la embocadura de este. Casi 200 pies (61 m.) hasta el nacimiento del

manantial de aguas termales y cristalinas que brotan a una velocidad de cinco mil a seis mil litros

por segundo y a una temperatura promedio de 30 grados centígrados.

3 Agua dulce.

7

Fig. 2. Imagen cartográfica del Manantial medida con trazos de hilo a distancias de un metro y profundidades con

barómetro. Nueve cráteres, “A” el cráter más profundo. El mayor. “G” dentro de la cueva, “B” y “C” se

comunican entre ellos. Ahí se deposita parte de la osamenta.

Se decía de la existencia de otro cráter menos profundo que se podía penetrar por una

embocadura y salir por otra, atravesando las entrañas del subsuelo y que, en el nacimiento, a 60

pies (18.3 m.) estaba el colmillo petrificado de un mamut. La profundidad de la laguna es tan real

como su superficie, pero mientras ésta habla en la mirada, su profundidad lo acecha con su

misterio. ¿Habrá en sus profundidades la osamenta de un mamut? ¿Un mamut hembra o macho,

joven o recién nacido? Huesos petrificados, piedras que se confunden con el tiempo. En la

historia el mamut ha sido historia fantástica pero ahora es posible su innegable clonación. ¿Quién

hará volver a la vida a tan semejante ser? El mundo de lo imaginario aparece como posibilidad de

volverse real. Aun así, la osamenta de un mamut no es sólo su certificar que habitaron en la tierra

en tal tiempo y en tal lugar, el mamut habitó para ser habitable la tierra como los primeros

pulmones originales del hombre, resistían con ver la hierba envenenada para dejar la hierba en la

emanación de oxígeno y pureza, comían la hierba que hacía mal a la hierba y crear una atmósfera

posible para el alma. Sin mamut no hay alma, sin su presencia no habría un cuerpo que se

descubriera como cuerpo en el ahora de la laguna. Sin mamut no hay hombre.

El deseo de todo buzo es permanecer el mayor tiempo posible dentro del agua y esto

depende, no sólo del consumo de aire contenido en el tanque, sino de la profundidad a la que se

navega. A mayor profundidad mayor presión y por lo tanto, mayor consumo; ya que la presión,

8

medida en atmósfera, trata de comprimir los espacios de aire contenidos en el cuerpo y el equipo

del buzo (pulmones, oídos, espacio entre el visor y los ojos, senos nasales y paranasales), que

para poder igualarlos, se debe de compensar o ecualizar con el mismo aire, así es que entre más

se vaya al fondo más aire se necesitara para igualar estos espacios, ejemplo: los pulmones.

La profundidad máxima permitida de un buceo recreativo con aire, (no solo se bucea con

aire, hay varios tipos de mezclas de gases), para un buzo principiante es de 60 pies (18,3 mts.) la

profundidad máxima permitida para un buceo profundo en nivel recreativo para buzos

experimentados es de hasta 140 pies (42,6 m.) y de un buceo técnico con rango extendido, es de

hasta 200 ( 61 m.). La nuevas tendencias marcan el uso de nitrox 32 para buceos muy profundos

que al llegar a 100 pies (30,48 m.) se debe de cambiar a trimix para poder llegar hasta 200 pies

(61.m) y evitar la narcosis pero es indispensable el uso de doble tanque. Aun así, la gran mayoría

de los buzos a nivel recreativo siguen buceando con aire hasta profundidades de 140 pies. (42,6

m.). Inclusive los estándares normales en cuestión de rango extendido con uso de aire y nitrox sin

pasar de 1.4 Po24 es de 132 pies (40,2 m.), y los tiempos de descompresión de acuerdo a la

cantidad de gas disponible y entrenamiento del buzo.

La sensación de ir descendiendo, además de la pérdida del color, el cambio de temperatura

corporal y el incremento de oscuridad, es la absorción del nitrógeno contenido en el aire

respirado, viaja por la sangre y los tejidos corporales, al pasar entre los 90 (27,4 m.) y 100 pies

(30,48 m.) de profundidad causa un efecto nitrogénico parecido a una borrachera de

razonamientos no claros, necesarios en buceos profundos, llamada efecto martini. Este efecto no

siempre se da en la misma medida, depende de la edad, el peso, las condiciones fisiológicas, etc.,

se puede manifestar con una euforia o un aletargamiento y se puede evitar subiendo a una

profundidad menor por arriba de los 90 pies (27,4m.), pero siempre con la amenaza del efecto.

Reducir la cantidad de nitrógeno en la mezcla del aire permitiría más permanencia en el fondo sin

sufrir una narcosis nitrogénica severa igual a la del aire y es por ello que hay varios tipos de

mezclas: nitrox, heliox o trimix.

4 El limite máximo para la presión del oxigeno que acepta el cuerpo es de 1.4 para no sufrir una intoxicación al Sistema Nervioso Central que causaría convulsiones, Distorsión Visual, Zumbido de Oídos, Nausea Irritabilidad y Movimientos musculares involuntarios

9

Fig. 3. Formación de jardines de nenúfares por la ladera de los conos del manantial

por debajo del espejo del agua. Zona de cráteres” “B,”C”,”D”, “E”, “F” y “G”.

Te lleva al espacio de una realidad sin significados, donde sólo existe el sostén del instante

suspendido. Ahí existe todo lo que existe y si no hay percepción del espacio, tampoco habrá de

la conciencia. La conciencia se pierde como una pertenencia de ser de alguien y de tener nombre.

Como si alguien viviera en uno y por uno, alguien más leve y a la vez absoluto. Donde todo

puede suceder y donde todo ha sucedido. El efecto nitrogénico es un oscilar en el punto

concéntrico de toda realidad, de hecho, no hay realidad. Es ahí donde el buzo deja parte de su ser

entre una profundidad y otra, y vuelve y vuelve por ella; la adicción esta propuesta por la

decisión de hacerse uno con el mar o con una profundidad como lo puede ser una Laguna.

2.- El Abismo de mi Abismo.

Sin más y con cierta incertidumbre, le pedí a Rogelio, un nativo del ejido del Jabalí, en

donde se encuentra “La Media Luna”, a quien de cariño le diría después: teacher: (Un hombre

taciturno, quien me contara la realidad de ésta historia). Luego de escuchar sus cortas palabras, le

10

pedí que me guiara, que yo quería conocer todo. Desde luego no accedió, porque la laguna está

constituida por piso de fango muy suelto que al menor movimiento o aleteo se convierte en un

peligro latente de cero visibilidad para un buzo. Cuando un buzo pierde una referencia natural

visible, ya sea el espejo del agua, una roca, el mismo fondo, burbujas o hasta un compañero, por

estar contenido en la dimensión espacial, ingrávido, se descubre perdido, se desubica con

facilidad. Si a ello se le suma un ambiente sucio por el fango removido de visibilidad reducida a

cero, en donde no se puede ver siquiera los instrumentos de navegación, profundidad y cantidad

de aire contenido en el tanque, la desesperación, la ansiedad o el pánico se apoderan de la razón y

las decisiones pueden ser tomadas con un alto índice de error. Ante ésta posible amenaza el buzo

se obliga prever cualquier contingencia. Una penetración fallida pondría en riesgo una reacción

inesperada y quizá fatal, que requerirá de una muy exigida habilidad y sobre todo de una

flotabilidad neutra, controlada al cien por ciento.

Con temor y viendo la negativa me aislé en mi cabaña para meditar el hacerlo sin él, me

senté en el borde de la cama, cerré los ojos, respiré profundamente dos o tres ocasiones, asimilé

los ruidos externos para evitar ser distraído y con profunda atención repasé los movimientos que

se deberían hacer para lograr, con éxito, el acometido atrevimiento. Calculé los riesgos

poniéndolos en la balanza, en donde _por un lado_, la prudencia, la razón, la seguridad de

lograrlo y, si acaso, mi experiencia; y por otro lado, la aventura, novedad, descubrimiento,

adrenalina, sin dejar por un momento de ser sensato en el orden de mis pensamientos y mis

deseos, considerando lo desconocido y la emoción de experimentarlo, discurrí sobre los medios

de conseguirlo. Salí a buscar el último eslabón, alguien de confianza que quisiera vivir la misma

experiencia, que en el fondo deseaba con ahínco, mientras mis amigos buzos seguían

conversando con el equipo del centro de buceo del parque: Sergio, Miguel, Luis y el mismo

Roger.

Mirándolos de lejos la compañía de ser uno al lado del otro es, en el buceo, de vida o

muerte. Ser compañero es ser más que ser compañero, es ser hermano pero quizá más que

hermano, es ser el otro como prolongación de sí mismo. Es un yo que se va formando en el otro y

que el otro acepta para que él, a la vez, pueda subsistir como buzo. En el buceo no existe la

palabra yo o el significado de individualidad. El agua extiende el yo y lo hace otros, múltiple,

humanidad, esa es una de las grandes enseñanzas de toda profundidad, el yo se diluye, se hace

agua con el agua, después de ello, al salir, el que en la superficie recupere su yo o se reintegre a

su yo, obviamente ya es otro yo, con múltiples rostros, con múltiples historias. Se descubre una

libertad que no tiene nombre de libertad, es sólo una experiencia que se desea cultivar hasta ser

de ella una realidad más intensa que la propia cotidianidad de cada instante.

Al regresar con ellos Roger me preguntó sorprendido e incrédulo que si yo había buceado

11

en “Plataforma Tiburón”5 en “La Isla de Lobos”6 en el “Golfo de México”, y su hablar no le

paraba de hacer tantas preguntas, cosa que me sorprendió muchísimo porque es de carácter

tranquilo, callado, reflexivo. Mis amigos le habían contado que yo había bajado al fondo que está

a 180 pies (54,8 m.) hasta su base y en un mar abierto de corrientes considerables. Experiencia

que lo animaría acompañarme a entrar al cráter medio porque él acababa de estar en tan

majestuoso lugar, cosa que me sorprendería aun más.

Lo que lo animaría a llevarme fue, que para poder bucear La Plataforma Tiburón se

requiere de cierta habilidad y más aún, para poder bajar a la parte profunda dónde la luz casi no

penetra donde la visibilidad es casi nula, decir nula es que a simple vista los objetos no se

aprecian y hay que hacer uso de una lámpara especial que ilumine el entorno sin dejar de

considerar las corrientes propias de un mar abierto.7 Finalmente la decisión de correr el riesgo,

ya estaba tomada, recordando al poeta francés Stephane Mallarme que con todo y sus miedos de

escribir una poesía pura dijo: “Hoy es un día excelente para poner en riesgo todo”. Sin embargo,

cada día es un día excelente para arriesgar todo porque todo es el sólo poder respirar en la

atmósfera tranquila de jalar aire a los pulmones al lado de nuestros seres queridos y que

comparten el camino. Las grandes decisiones son tan importantes como las más pequeñas, pues

todo depende de todo y el equilibrio es a partir de la importancia de todo con todo, eso se siente

perfectamente en la profundidad de toda agua que espera ser descubierta por una decisión y un

permiso del corazón y de la propia profundidad.

Entonces entraríamos al manantial medio. Entrar a la laguna cada vez siempre es entrar

por primera vez, igual que al entrar en un lienzo en blanco para ser pintado por Jesús Gallardo,

Conrado Domínguez, José Apaza o escribir un texto a partir de lo blanco como cada escritor en

un café y en una tarde lluviosa. Entrar, no es sumergirse, es la capacidad de sentir lo que se siente

vivir sin cuerpo. Es el antes y después del si o no por encontrarse con otra realidad. De la

superficie a la profundidad está de por medio el sueño como del sueño el despertar. Entrar a la

laguna es asumir una decisión de entrega y sacrificio, de aventura y juego, (juego en el sentido de

la complejidad del azar alegre en la tierra). Entrar es no tener cuerpo y transformarse en tiempo,

fluencia acuática sostenida por azar de los vestigios. Entrar es aceptar ser bendecido por el agua

que a través de su historia ha tocado ese cuerpo, el agua en el agua, tiempo devenido en tiempo

5 Plataforma petrolera de bombeo automático inhabilitada, localizada al E-SE de la Isla, a cuarenta minutos. aprox. de navegació.6 Lat. 21º27'15" N,. long. 97º13'30" W con una base geológica rocosa y altura máxima de 10 m., está localizada a

solo 9 millas al sureste de Cabo Rojo en el Golfo de México.

7 Considerado como un punto en donde no hay referencia visible alguna desde la superficie. Ej.: un faro, piedra, playa etc.

12

detenido, pasado y ahora sin cuerpo. Entrar a la laguna es ser otro con la laguna y encontrar otra

laguna, tomar sus rostros y sus silencios en su historisidad confinada en lo que está por

descubrirse, por ser.

Descendimos por encima de la entrada que se veía desde la superficie por la claridad del

agua y lentamente con la flotabilidad totalmente controlada y casi sin aletear 8, entramos al sitio

con los párpados de arriba abajo, tratando de aclarar la visión y el agua se convertía en claridad

total, cristalina de un manantial que surgía de las entrañas de la tierra (entre un pasillo angosto

por donde solo un buzo puede caber). Una formación de roca de vetas multicolores y troncos de

árboles sabinos sumergidos y en proceso de petrificación, daban vida a tan estrecha inmersión y

el sonido del tanque golpeando entre las rocas le daba un eco angustiante de clán clán, típico de

cualquier película de suspenso. Roca blanca y gris con formaciones caprichosas testimoniando la

historia de la creación que cualquier geólogo desearía tener frente a sí o algún rey codicioso

decorar las paredes de su palacio: rojos, azules, verdes, amarillos todo en brillantes y opacos.

Vetas y texturas múltiples conducían al nacimiento en una pequeña y profunda grieta en donde se

deposita un aparente colmillo de mamut petrificado y seccionado, que yace en medio de una

corriente que te arrebataría el visor a la mínima distracción de tu ser.

8 Video 1. “Preparando el encuentro”.

13

Fig. 4. Vista interna del cráter medio “B”.

El pasillo se iba angostando en la medida que me acercaba a la grieta y la corriente cada

vez más fuerte obligaba a tomarme de donde se pudiera, al grado de no poder voltear con tu cara

para ningún lado, porque golpearías tus mejillas contra la roca. Pero sin importancia alguna y al

unísono, tu mente empieza a cuestionar quién eres o qué eres al contemplar un hueso de un

animal prehistórico que jamás el hombre moderno podrá volver a ver, que en medio del poder de

la naturaleza (que por momentos figuraba amenazante y llena de soberbia), marcaba todos los

sentidos del ser, de mi ser. Sentía que el mágico lugar o la combinación de la naturaleza y la

energía que parecía emanar de las piedras le dictaban a mi corazón que se quedara más tiempo.

Algo me atrapaba y sostenía fuertemente, en tanto que la mente repetía que era momento de salir

para evitar cualquier contingencia como quedarse sin aire, no sin antes tomar un video que

recordara aquella experiencia cuando estuviera rodeado de los nietos, _si acaso este vívido e

intenso momento pudiera borrarse algún día de mi mente y mi corazón_.9

Hubo un momento en el que me encontraba frente a la pared de roca y con mi lámpara

dirigida a ella contemplaba centímetro a centímetro el color y la forma de las venas de color que

se dibujaban a lo largo del amorfo túnel vislumbrando así pequeñas partículas brillantes que

destellaban repentinamente al paso de luz que enfocaba y en cada insinuante parpadeo el tiempo

se detenía, el espacio contiene todo y la noción de lo que ahí sucedía le hablaba más a los

sentidos que a mi razón. Ahí comprendí muchas cosas de la vida. Descubrí que, pese a las

dificultades, algo me empujaba a seguir, quizá la esperanza de encontrar respuestas, al

conocimiento, al saber. En sí, haber logrado entrar, ya era un premio que la madre naturaleza

otorgaba pero al absorber tantos cuadros, tantas viñetas, que se albergaban rápidamente dentro

del pensamiento y de haber visto que el agua que manaba de esa pequeña grieta y la vida pasada

que se manifestó ahí, abría un panorama más planetario de lo que sucede en el mundo sin darnos

cuenta: ¿de dónde venía esa agua? ¿Pasará un río subterráneo? Saber que un deseo me llevó a ver

cosas nuevas e inquietudes nuevas y quizá con la esperanza de cambiar mis paradigmas, saber

que me deparara intentarlo de nuevo en el diario vivir.

Considerando las limitaciones quise ir más allá tratando de obtener la meta deseada y fue

entonces cuando coincidí conmigo mismo, reflexioné del por qué en la vida cotidiana no nos

atrevemos a dar un paso más, por qué nos conformamos con la ley del mínimo esfuerzo y caemos

en una comodidad que mata. Un egoísmo que afecta, incluso, nuestros propios deseos. Cuántas

veces no estamos en la lucha diaria queriendo cambiar nuestra realidad y llegado el momento de

9 Video 2. “En las entrañas de la tierra”. Video tomado de una penetración del cráter “medio” ( “B” al “C”)

14

hacer un mayúsculo esfuerzo, damos marcha atrás traicionados por la falta de fe de uno mismo

_sabiendo quizá_, que habrá otros que aun creen que pueden hacerlo y están expectantes a que

suceda. Vivimos en un mundo de constante apatía y desánimo que paraliza el mínimo intento de

crecer, de hacer la diferencia y de buscar con un compromiso real las cosas, que incluso, sabemos

que nos hacen felices. Siendo exitosos o no, habrá algo más por hacer. Nuestra mente es a veces

nuestro peor enemigo porque nos repite las clásicas frases comunes y desgastadas: ¡Yo no sirvo

para esto!_: ¡no! ¿Cuándo crees? ¡Es que no se si pueda, no te quiero fallar!_. ¡Eso no es para

mí! ¿Y si les quedo mal?_. ¡Una vez lo intenté y no pude!_, etc., etc. Sin embargo, ese día, feliz y

anonadado, salí de tan peculiar lugar, quizá único en el mundo y además, premiado por romper

las reglas del conformismo. Confesaré que el temor permanecía a un lado como sombra o la

sombra de la sombra, que a veces la veía y a veces no, pero que sabía que ahí se encontraba.

Nadie dijo que sería fácil y estaba enfrentado a mí mismo.

15

CAPÍTULO II

EL CUIDADO EN SÍ ES LA FORTALEZA PARA SÍ

Con un anhelo por compartir está experiencia, ¡suplicante!, le pedí a Claudia Anabel

(Muñe), que entrara en la siguiente inmersión pero fue fallido mi intento porque somos tan

iguales y a la vez tan diferentes…¡ gracias a Dios! Porque de ser lo mismo, ya hubiera hecho una

locura. Ella sabe mis deseos, sabe mis limitaciones, ella sabe lo que siento y es la extensión de los

pensamientos, sabe cuando decir las cosas, cuando callar, cómo ubicarme, creo que incluso sabe

las cosas que mi corazón no han revelado aún. Debo confesar que cada vez que regresaba de un

buceo mi padre Alberto Knapp Jiménez (Don Beto) me esperaba siempre con la misma pregunta:

_Capitán Mantarraya, cuéntame de ese barco hundido que está en Faro, ¿fuiste otra vez para allá,

hijo? _. Y comenzaba la ilusión de compartirle a mi padre10. En está ocasión ya no podría

contarle más, de ahora en adelante el bucea conmigo porque siempre lo llevo en la fluencia de la

sangre. Imágenes en la mente abordan el pensamiento al recordar que en una ocasión, en la que le

conté, que después de haber buceado el grampin,11 del barco, se había quedado atorado entre las

rocas y nuestro lanchero, Lupe, en compañía de su sobrino Juan, _empezaban a inquietarse_, a lo

que repliqué presuroso _que si querían que me metiera y zafara la pesada araña de fierros

oxidados_, y aquel apacible hombre de tez morena, corpulento (de singular silueta de costeño)_,

con las piernas abiertas a merced del meneo de la marejada tratando de mantenerse en pie, asentía

con la cabeza con una sonrisa leve e incrédula de que lo lograría hacer.

Muchos, pensando en que me colocaría de nueva cuenta el tanque, escucharon el

solazante sonido de bienvenida del mar cuando es penetrado por un buzo intruso. Esta vez, con

mis aletas y visor únicamente, haciendo una gran bocanada de aire, descendí lo más rápido

posible jalándome del cabo del ancla para poder ir más veloz y llegar al fondo, en donde el ruido

del metal con la roca me esperaban. Casi imposible de quitar, tuve que espera a que cediera un

poco la fuerza de la corriente para que en el momento del ir y venir del agua me fuera más fácil.

10 señor/amor, como yo lo defino y definiré siempre, de hacerlo bucear a través de mis palabras y, como un niño chiquito con sus ojos abiertos y expectantes, sus mejillas enrojecidas y sus maravillosas muecas como las de Popeye el marino, (Lo recordaba, no solo por su parecido físico y ojo saltón, sino por fuerte y con personalidad, dependiente de las espinacas y de su pipa como mi padre del cigarro, que pareciera que lo hacía invencible, súper hombre -no necesariamente heroico-, que sin ser huérfano, lo creía, y por su permanente lucha por los oprimidos, escuchaba con atención).

11 Ancla sencilla tipo anzuelo de cuatro o cinco brazos con las puntas triangulares.

16

Esperar, en el inconciente del apneista,12 es potencializar el instinto inspiratorio,13 sólo por el

hecho de saberse sumergido a contra reloj, entre apurarse y sosegarse con todas mis fuerzas,

arranqué el metal en forma de garra de la gran piedra redonda que subiría tan rápido como el

parpadear de un ojo sorprendido, que al quedar liberada (la embarcación), se desplazaría con más

velocidad. El ancla paso deslizante por un lado mío casi letal, dejándome pasmado de pensar qué

hubiera sido, si algún diente me hubiera pescado como anzuelo alguno. Alejándose a la superficie

y desdibujado en el borroso azul marino, por un instante, me identifique con esa escena cuando

repetidamente el espíritu se aferró a quererse quedar bajo la inmensidad del amigo el mar.

Replicante Don Beto preguntó respetuoso, (sin decir que: por qué me exponía a esos peligros).

_que si no me había asustado al saber que si la gran bocanada de aire me alcanzaría para llegar a

la superficie_, él sabía que la respuesta tendría que ser confirmada por mis palabras porque en el

fondo (sic) él ya sabía lo que respondería.

Casi conteniendo aire al escuchar mi respuesta (como si él fuera el que estuviera debajo

del mar), le respondía que ese instante de no salirme, sino con calma, era mi instante en el juego

mágico entre yo y el Señor/mar. Expectantes y en la lancha, mis compañeros trataban de

visualizar lo qué sucedía ahí dentro, en especial mi hija Cosette y Muñe (de cariño, muñeca por su

singular parecido a ellas), mientras mi cuerpo apresurado y mi alma en paz, subían rápidamente

con mi brazo extendido hacía la superficie, (con el cadencioso movimiento del nado de la patada

de delfín y la sombra esbozada del casco de una lancha), rompía el espejo del agua con un

escandaloso jadeo de aire, casi apenas, justo para respirar el reto logrado y acompañado de una

sonrisa de mis compañeros, un jadeo similar de mi padre como si le faltara el aire, por haber

bajado a zafar el ancla conmigo que se posaba en su reclinatorio al tiempo que encendía un

cigarro en espera de seguirme escuchando. Paradójicamente esas serían sus últimas bocanadas

que al cigarro le arrebataba y en un desdén de su voluntad, disfrutaba de su vida, de su sillón, su

cigarro y el haber podido bucear sin meterse al agua oceánica o a la de un lago.

1.- La verdadera profundidad está en el oxígeno de casa.

Por momentos llegue a dudar si me gustaba más bucear en algún mar del mundo o en la

sala de la casa de mi padre…Maldito vicio como cualquier otro vicio que arrebató y me sigue

arrebatando a los que amo y que quizá, si yo fumará también, podría entender el gusto con el que

12 Rama del buceo en donde, después de inhalar aire, el buzo contiene la respiración durante el mayor tiempo posible para permanecer dentro del agua.

13 Orden del cerebro de jalar aire a los pulmones mediante una inhalación.

17

esa tarde mi padre, despreocupado, disfrutaba de saberse vivo y en vida hacer lo que le

complacía. Esos momentos eran pequeños gustos que mi progenitor se daba, él difícilmente se

separaba de mi mamá quien yacía en cama desde siete años atrás, conectada a un tanque de

oxígeno, ya que el tabaco le había matado un pulmón y el otro, a sus 75 años, no era suficiente.

La vida oculta de mis padres me hacían sospechar que en sus casi cincuenta años de

casados, había un dejo de inconformidad, sobre todo de parte de mi madre. Sin pretender

constatarlo, algo en mi corazón me decía que él no había sido el hombre que mi madre imaginó y

que en el factible error humano la decepción en alguna etapa, (no muy temprana de su

sacramento), le había arrebatado de su rostro la alegría natural y la resignaba a vivir día a día de

tan exigente mujer, que nunca bajaba los brazos y que no le temía al fracaso sino al miedo de ni

siquiera hacer el intento.

Años de vida pasaron en donde mi padre a pesar de sus esfuerzos por recuperar a Doña

Pichi, mi madre, de pila Virginia Uranga Malvaez, tampoco se cansaba de ver a su viejita feliz.

Día a día, esto parecía que mi padre haciendo todo lo posible, fuera cada vez más

imposible. La enfermedad mermaba incansablemente un fin anunciado y el tiempo se agotaba

para sosegar el alma intranquila de la reconquista.

Don Beto consagrado a su esposa las 24 horas del día y a los siete años de su crucificada

enfermedad en cama, le daba de comer en la boca, la bañaba, la peinaba, la curaba de su llagada

piel, le platicaba, le cantaba, le rezaba sin estar seguro de que fuera escuchado, le daba masajes y

puntualmente administraba sus medicamentos, le cumplía cuanto capricho creía que su amada

esposa solicitaba sin poder decirlo con sus propias palabras o alguna pálida expresión inarticulada

que le diera un indicio. A veces veía a mi padre tan seguro de saber lo que hacía como si pudiera

leer la mente de mi madre o presumiblemente decir que necesitaba esto o aquello sin saberlo con

asertividad, como mereciendo el premio de haberla conocido durante tanto tiempo y tener el

derecho de poder adivinar, la mayor parte de su vida, muchos años juntos hasta en el dolor y

sufrimiento más profundo que puede vencer el poder del amor.

¿Quien estaría purgando los desordenes de su historia? Recuerdo en una ocasión que

platicando con él, me decía con lágrimas que el cuidado de mi madre se había convertido en una

contemplación de lo efímero, lo que no ocupa ni el tiempo ni el espació y que es caduco como el

cuerpo, que él veía a mi madre hermosa, que ya no podía verla diferente si no recordarla como el

día de más plenitud entre ellos y su idilio de amor.

En otro momento lo noté preocupado y sin temor a equivocarme, le pregunte qué era lo

que sucedía, sabiendo que no me podía ocultar las cosas, porque inmediatamente faltaba al

código de amigos que habíamos pactado hacía ya muchos años, a lo que angustiado con su cara

agrisada y sus párpados caídos, la espalda encorvada y sus manos temblorosas recorriendo su

cabeza blanca llena de vida y experiencia me decía:

_¡Hay hijo, es que ayer cuidando a tu madre me quede dormido!, no terminé de darle de

18

comer y no sé qué va a pasar cuando ya no pueda ver por ella, no me puedo distraer un momento

porque no quiere que me mueva de su lado, ni acepta del todo que tu hermana Erica me ayude, no

recuerdo si le di bien su medicina, la mente me ha traicionado últimamente y creo que me estoy

convirtiendo en un estorbo, ya no veo bien, me tiemblan las manos, ya no escucho ni siento

cuando se mueve o me toma de la mano para decir que algo necesita o que aún esta viva_.

¡Que consagración más perfecta!… que testimonio de amor y vida estaban escuchando

mis sentidos cuando aquel hombre en toda la extensión de la palabra le daba coherencia a sus

predicaciones, deseaba ser él quien estuviera postrado entre las sábanas con tal de ver a su viejita

bien.

No se permitía estar ausente, mucho menos vivir también él su vejez y los achaques de la

vida que sus enfermedades propias le habían facturado.

¿Sería entonces la gran oportunidad de devolverle a mi madre lo que le había quitado

durante sus mejores años?

En ese instante comprendí qué decir: _¡Que acabado esta mi padre!_, era una irreverencia,

sería que siendo más honesto debería de decir: _¿cómo me he acabado a mi padre?_.

El con tal de darnos vida se salía muy temprano a trabajar, siempre con mucho

entusiasmo, sin quejarse para llevar el pan a nuestra mesa, gestionar nuestra educación y

hacernos hombres de bien.

Día a día sus manos se iban llenando de callos, sus ojos se cristalizaban, su cuerpo se

reducía, sus piernas se palidecían y sus huesos perdían vigor con tal de vernos felices y sanos,

creciendo como tenía que ser, pero, ¿será entonces que yo me lo estaba acabando?, que en vez de

comerme el pan puesto en la mesa, ¿me estaba acabando su cuerpo y sus energías…? Creo que sí,

creo que él dio su vida misma, su cuerpo y su espíritu por mí y mis hermanos, y quizá por

muchos desconocidos (por quien él siempre veía), que con el pasar de los días nos vamos

enterando de lo que sembraba sin decir a nadie en su siempre generosidad.

Ahora le tocaba, quizá tardíamente, dar la vida misma por su esposa y en la más absoluta

de las consagraciones sin desfallecer en su voluntad pero sí en su cuerpo, en medio de una lucha e

impotencia que mata, creyendo firmemente que en el nombre del amor, estaba cumpliendo con

parte de su destino.

Los días de tristeza y oscuridad llegaron al fin cuando el cansado cuerpo de mi padre

colapsó y tuvo que ser trasladado urgentemente al hospital.

Ahí, tras largas horas de observación, el médico expuso a la familia que mi padre estaba

en extremo enfermo y que su edad condicionaba la esperanza de vivir, pero que algo llamaba su

atención, porque el avanzado deterioro de su organismo era, para que mucho, pero mucho tiempo

atrás, él ya no estuviera con vida.

Nos dijo haberse sorprendido por ser un caso único en su larga carrera y que era imposible

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que mi padre pudiera siquiera respirar. Su organismo estaba devastado y sería un largo proceso

de curación, no para salvarle la vida sino para que muriera con dignidad.

Advertidos por el doctor y en un cuadro muy grotesco, mi padre permanecía inerte a piel

viva sin poder ser cubierto por venda alguna y en proceso de recuperación por sus múltiples

infecciones, me tocaba hacer turno para amarlo como mejor fuera posible, casi queriendo ser

suplido inmediatamente al ver consumado a quien me dio la vida.

2.- La transferencia de las miradas en ver y dejar de ver.

En un inenarrable lenguaje de piedad y en un arrebato de mi entendimiento comencé a

ver, no aun hombre caído, enfermo y moribundo, si no a un hombre entregado hasta la muerte

quien había expresado con su vida misma el testimonio _quizá_, de amor más grande que jamás

un hombre pudiera brindar a otro hombre. Descubría en un lecho de amor la vida misma, sólo que

con una pintura incoherente del lenguaje oculto y misterioso de quien se entrega todo como

valuarte del ser que vivirá por siempre cuando muera por fin.

Presintiendo la cercanía de su partida y en un justo premio por su sacrificio, la vida le

daba la oportunidad de un momento de lucidez para liberar el rezago de culpabilidad vendida

quizá por la tradición de su pasado y sus creencias, sin tener que deberle nada a nadie y en un

desacuerdo secreto dentro de mi espíritu, razón de considerar que tendría que saldar su

comportamiento cuando ya lo había pagado con creces, accedía a una solicitud clara de voz que

alcanzaba a palabrear por un fugaz instante.

Tratando de definir con su mirada quien de todos sus familiares estaba en turno

pronunciaba paternalmente mi nombre con ternura cuando su voz quebrada llamaba: _Edgarito,

¿Eres tu hijo…?_. A lo que tomando su mano llena de arrugas toda y el frío que llevaban sus

venas: _respondí que sí_. Sorprendido por el corazón y el ímpetu de lucha de vivir de semejante

hombre y con la mayor de las claridades me decía: _No se si la voz y el entendimiento me

alcancen para esperar a un sacerdote y confesar lo que no me deja en paz, tu y yo nos hemos

entendido en el lenguaje del evangelio y hemos dado testimonio del amor de un padre a sus hijos

y del perdón, y amor de sus hijos a sus padres, por ello, hijo, atiende con prudencia lo que te voy

a decir porque quiero que escuches cada palabra de mi corazón y luego se las comuniques al

sacerdote, si es que vale usar intermediarios para estar en paz con Dios_.

Perplejo, sin poder aplazar los deseos últimos de mi padre y hacer cumplir lo que un día

juré de honrarlos por el resto de mis días, accedí nuevamente a sus suplicantes y cortadas

palabras, iniciando así el monólogo más revelador de la vida de un miserable hombre moribundo

que necesitaba salir de la antesala del infierno en medio de un lago de lágrimas por el más duro

de los corazones en la faz de la tierra.

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Mi razón no podía dar crédito ante semejante y osado relato y mi alma fragmentada,

albergaba el secreto en la vida de mi padre y mis oídos por momentos querían quedarse

silenciados ante la desgracia de tan valeroso hombre que pedía misericordia y que lleno de

humildad, gritaba desde lo más profundo de su ser.

Mi corazón entendería después del paso de los días, que aquel sublime acto de

abajamiento, lo constituiría como el más honesto y honorable hombre que jamás mi existir

conocería y de quien nos amó en silencio a mi madre y a mis hermanos y hermanas, a sus nietos,

nueras y yernos marcando de por vida el rumbo esencial de cada uno sin ver en vida lo que él nos

heredó. Recuerdo estas palabras adulcoradas que mi hermana Ericka (Eri) susurró:

_Buceando en el océano de mi corazón lograste encontrar el gran tesoro del inmenso amor de

nuestros papás_.

Mientras me disponía a escuchar sus palabras acerqué una silla y le llamé por teléfono a

Muñeca, para pedirle que trajera a un amigo sacerdote, el padre José Alejandro Burciaga, Msps.

con la esperanza de que llegara a tiempo para que le administrara el sacramento y fuera él quien

escuchara su confesión, casi deseoso de salir corriendo de ese lugar pero convencida, la persona

crece y se hace más fuerte confrontando sus temores

Ya cansado y con menos ímpetu, las palabras repetidas daban vuelta al mismo tema como

para tener la seguridad de haberlas dicho y quizá las entendía más por la frecuencia de haber

estado ahí que por la claridad del fonema, al tiempo que el Padre Alejandro entraba a la

habitación.

Dirigiéndose a mi padre (sin importar nada más) lo saludó hablándole al oído y diciéndole

quién era, preguntándole si se quería confesar, a lo que mi padre con mucha dificultad respondía

que sí, ya únicos monosílabos que se le entendían: sí y no.

El padre me tomó del hombro, me invitó a salir de la habitación y dijo que no podría ser

confesado bajo tal condición y comunicó que le pondría los santos oleos dándome pie a que yo le

comentará el deseo que había tenido minutos antes, quizá horas.

Expresándole tal cual mi padre me había contado, se levantó de la silla, se sentó a la orilla

de su cama y comenzó a preguntarle cosa por cosa de lo que me había confesado, y papá diciendo

sí a cada aseveración de lo que el padre preguntaba.

Para comprobar la fidelidad de sus palabras el sacerdote agregaba de repente cosas que mi

padre no había confesado, a lo que él, entre abriendo sus ojos, respondía con un tono más fuerte

que: _¡no!_. De esta manera el sacramento de la comunión fue administrado sin dejar lugar a

duda. Después del ritual y depositando una pequeña partícula de la hostia en sus labios, de

escuchar las palabras de absolución, mi padre respondía como si tuviera la fuerza de un joven:

_¡amén!_. Dejando caer una de sus manos por sobre su costado y suspirando profundamente en

signo de descanso de su alma. Moriría en las siguientes horas.

Mi alma perpleja podía entonar (susurrante), una alabanza por la oportunidad de haber

presenciado aquel coloquio de amor entre Dios, mi padre y yo.

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“Tu fidelidad es grande,

tu fidelidad incomparable es,

nadie como tu bendito Dios,

grande es tu fidelidad”.

Martín Valverde.

Quién pudiera haber imaginado que mi padre nos dejaría antes que mi madre, que llevaba tantos

años luchando por sobrevivir. Mi padre jamás se despidió de mi madre, ya no pudo regresar a

casa y aunque lo pedía a gritos, su estado no era el conveniente para que ella no estuviera

expuesta. Mi madre que se encontraba bajo los cuidados de la siempre ternura de mi hermana Eri,

(casi angelical), sospechaba que mi padre no volvería, cuando en la callada noche se escuchaba

(murmurante) una corta palabra que lo decía todo: _¿Beto?... ¡Beto!..._. Sin encontrar eco a su

deseo de tenerlo nuevamente cerca.

Sin completarse tres meses y apenas tomando figura de la nueva vida que nos esperaba,

mi madre-santa cerraba sus ojitos para siempre al no tener a quien le daba vida a su lado y sin

ningún sentido de continuar, cuando su misión estaba cumplida y su encuentro en algún lugar de

las almas se sellarían con la frase: _hasta que la muerte los vuelva a unir_. Y los unió.

Nunca sabré si mi madre vivía porque mi padre la hacía vivir al estar a su lado o si mi

madre murió porque lo extrañaba, pero si sé que mi padre dio la vida hasta la muerte por su

viejita dejándonos una gran enseñanza y fortaleza a quienes fuimos testigos de tan bella historia

absoluta tan necesaria para seguir viviendo.

Hace años del acontecimiento, pero sucede que son años permanentes, pues parece que

fue ayer y que no pasa, no se ubica en el alma, no se entiende, en suma, no se acepta, pero se

comprende. Este sentir es totalmente natural porque nace del amar la vida y de pertenecerle como

humanos, la vida nos persevera y nosotros la perseveramos. Sabiendo que aún se vive, parece que

naciera una autocondolencia desde el corazón naciente y hace aparecer el sentimiento humano

que nos hace vivir. La mayor parte de mi reflexión, ha sido sobre la vida misma. Ha sido

precisamente sobre la experiencia de la ausencia del ser amado cuando éste se ausenta

definitivamente de la vida. Me pregunto…, ¿si en verdad, perder a un ser amado es en verdad

perderlo? Perder, hubiera sido en verdad no haberlo tenido nunca como amado, cerca, participar

de su historia, perder significa no haberlo tenido nunca, sería como nunca haberlo llamado, nunca

haberlo concebido, esto sí sería una profunda e inconcebible pérdida, jamás haberlo conocido,

vivido. La horrenda posibilidad de que no hubiera sido tu padre.  Sin embargo, ser hijo y hacer

patente sobre el espacio de donde ha venido uno al mundo como lo es un padre, y al aparecer su

ausencia uno experimenta el vacío de solidez en el andar, como que se pisara en tierra suelta, en

la flacidez de la hierba, se hunde el pie y se hunde la mirada. El padre ha partido y en ello, la

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firmeza del paso en el mundo. Como hijo le prolongué la vida a mi padre y él vivió en mí y su

amor se hinchó en mis actos y en sus búsquedas, por él mismo vivió y por mi se eternizó.

Entonces, mi padre se ha ido para él mismo pero para mi, no, pues vive en mí. Y yo lo hago nacer

en la medida en que he dado ese amor adquirido al nacer y dado por mi padre, y lo he hecho

nacer en mí. La vida como tal siempre se entrelaza y se unifica,  aparenta ser la vida de un solo

ser, pero en verdad, la vida de cada ser esta hecha de la vida de los demás. Por ello duele tanto la

ausencia. Vivo con parte de la vida de mi padre. No tenemos una vida que sea completamente de

un solo ser, pues si así fuera, ese ser, encerrado en su ser, no podría tener sentimientos ni

pensamientos de humano. Digamos, que la vida se va poco a poco en partes, pero nunca se va

completa, siempre se queda en los que se quedan. Seguro que él vive, se hace vivir en mí, en mis

hermanos, nos hace eternizar. La ausencia no se da jamás en absoluto, eso sería imposible, el

único que lo puede hacer es Dios, ni aún Él, pues Él es un Todo que siempre está presente,

presente para el que lo hace presente, tener fe. Pero lo maravilloso es que todo esto sucede en la

vida, dentro de la vida.  Cuando era adolescente, me gustaba pensar que la ausencia del ser como

tal, su partida, nunca sucede en la conciencia del que se ausenta. Quien se ausenta nunca se da

cuenta de su ausencia. Su ausencia siempre es ausencia para el que se queda, solamente.  Y es el

que se queda el que forma la ausencia del que parte.  Es en esta ausencia donde se puede fundar

lo vacío o lo trascendente. Pero lo trascendente es que nadie se ausenta completamente. Nadie.

Nadie.CAPÍTULO III

EL MAR COMO SEÑOR DEL AMIGO

Después de haber vivido esa etapa de la que pocos hombres se pueden librar, mi deseo por

ir a contar al señor del amigo mis atribulados sentimientos contrapuestos y del grito desesperado

del interior de sacar cuanta indeseada confusión albergaba, partí a Puerto Lobos en Tamiahua,

Veracruz con algunos buzos y compañeros a una isla en mar abierto, que se encuentra a una hora

aproximada de navegación a mar abierto con viento favorable y en una embarcación de pequeño

calado cargada de equipo y víveres; ya que en la solitaria Isla de Lobos, como se le conoce, no

cuenta con agua potable, ni luz, ni servicios, en medio del paradisiaco pedazo de tierra que se

recorre por derredor en veinte minutos a pie de turista curioso y custodiada por la fuerza armada

de México (por ser zona petrolera de nuestro país y de las inmejorables playas nacionales), se

erige un viejo faro heroico que habrá evitado más de alguna desgracia de sus arrecifes de algún

posible barco en medio de las acostumbradas bacanales, clásicas de la vida del mar.

Escenario perfecto para perderme, para encontrarme. En medio de la aparente nada,

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embarcamos hacía la inhabilitada plataforma petrolera tiburón y queda a cuarenta minutos más de

navegación, expectante de poder visualizarla con la cara mojada por la brisa y el cabello

alborotado por el aire; un pequeño punto amarillo en medio del binomio del espacio azul del

cielo, fundido con el del mar, erigida como una giganta de dieciséis patas y algunas más se

encontraban majestuosas, haciéndome sentir pequeñito (casi nada), como si supiera que el

corazón disminuido necesitara del abrazo inmenso del amigo el mar para liberar cuanto en mi

había sido depositado. Decir amigo el mar es una referencia de respeto y de asumir que acepte la

condición de humano. Tú eres mar, yo soy humano. Humano quiere decir finito. ¿Hasta dónde

será el límite de un mar cuando no hay imaginación posible de sus orillas, de su profundidad?

Oscuridad de lo lleno y de todo silencio conformado. Mar hecho de silencio y de soledades

humanas. ¿Quién no desea ser tu amigo y pueda proteger la vida? Amigo mar es perseverar la

vida en lo infinito. Entregarnos a sus brazos y deje contemplar su mundo como verdadero mundo

de siempre habitarlo, de siempre descubierto, jamás comprendido.

Fig.5. Cueva de la Media Luna. En las entrañas de la tierra.

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En silencio y casi sin notar lo que al alrededor pasaba, pedí permiso al capitán para

abandonar la rabieta (casi ignorando el nombre de la embarcación), sin pensar que una similitud

con mi estado de ánimo, pregunté: _¿libre?_. A lo que replicó el consecuente Capitán Beto

Bolaños: _¡libre!_. Y cayendo al agua sin desear sacar mi cara por sobre el espejo del agua para

notificar que estaba bien, presuroso desinflé el chaleco y en una prolongada exhalación recibía,

conmovido, el gran abrazo de bienvenida del siempre amigo, el Señor/Mar. Un intenso color azul

de las aguas abiertas y la corriente, absorbían el ser entero y en una sinergia mágica, el espíritu se

sosegaba casi queriendo escuchar el sonido de la inmensidad, y en un acto involuntario, le

entregue mi carga con un grito poderoso que salió desde el fondo de la esencia, aceptando

delicadamente el desahogo: el mar nuevamente me hacía vivir, dejando miles de lágrimas que se

integraban como ofrenda humana con la naturaleza toda. Ese día sentí lo que es ser reconfortado,

sorprendido, sanado más por haber sido absorto en una nueva amistad que por la resignación y el

desahogo por la pérdida tan cercana de mis padres. Ese día, un hecho sin precedentes hacía

respetar el cosmos mismo y en un cántico sublime y murmurado dije nombrando el mar del mar:

NO SER COMO LOS HOMBRES

Deseo que no seas como los hombres,nosotros los hombres,_que apenas sucumbidos_,arrastramos los pies al caminar…

Deseo que no seas como los hombres…,(Deseo tu noble existir,_cuando en aquel abrazo,me hiciste agua que viviste agua_.)

(Deseo ser como los peces,_que en ti contenidos,vivieron conmigo un duelo_.)

…Y enseñan el respeto de la vida.

Deseo que no seas como los hombres…nosotros los hombres.

¡Mar seco, manso, _ataúd_,mi espíritu incierto,te volvería hacer…mar!

1.- Retorno a la Media Luna.

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Entre plataformas petroleras, pecios14, arrecifes, cuevas y cavernas, entre Faro de Bucerías

e Isla de Lobos, volvíamos de nuevo a La Laguna de la Media Luna en donde quiero concentrar

el pensamiento, porque hasta el momento ha sido en dónde he tenido la mejor experiencia y el

mejor buceo (indiscutiblemente), de mi vida.

Ese humedal lacustre en forma de media luna que he penetrado muchas veces, incluso de

noche, incluyendo el cráter medio me a enseñado _cada que estoy inmerso_, a ganar confianza y

control de mi mismo. El reconocimiento del lugar de manera gradual ha sido parte fundamental

en lograr la meta y quizá, esto sea parte del aprendizaje que hay que aplicar en circunstancias

diferentes.

Este pequeño lugar me habló. Y digo pequeño, porque realmente el cráter mayor es

imponente, me habló diciendo que conforme se va teniendo conocimiento de él, el buceo se va

haciendo más noble, un lenguaje que me permitiría lograr la siguiente expedición: El manantial

más profundo de la laguna del Mamut. Que te acepte un lugar como parte de él se descubre con

el tiempo y es el tiempo que toma forma de ser uno con el paisaje, no es ajeno al lugar. Pero para

no ser ajeno se requiere antes haber quemado las naves y entregarse completamente a fusionarse

con el paisaje, ser uno con él es quedarse en él y siempre en la amistad del lugar, ambos siendo

protectores de sí mismos, como si hubiera una especie de acuerdo silencioso de sobrevivencia.

Hablar es hacerse el lugar al que se aspira conocer, conocer es hacerse ese lugar en espacio/

tiempo. El ser humano en verdad es la laguna y la laguna es el ser humano en tiempos sostenidos

y en historias definidas. El Uno impera en lo Uno.

La Laguna está conformada en su subsuelo por manantiales que salen de grietas en la

roca formando un cono con forma de cráter invertido que va disponiendo sus paredes inclinadas

con un lodo fangoso y oscuro, grisáceo, de consistencia almidonada que forma una capa espesa

de 80 cm. de espesor, al tacto es casi insensible, que cuando se remueve, parece una explosión de

humo denso como un licuado que hace que aquella agua cristalina y transparente pierda el

decoro, y se convierta en la amenaza del buceador por que le impide tener visibilidad adecuada,

por lo tanto, una referencia visual sometiendo al buzo a una dimensión espacial en donde no hay

arriba y abajo, izquierda o derecha. Simplemente es encontrarse en medio de la nada y perder la

orientación, no se sabe si se va para abajo o para arriba al nadar y en un estado de ansiedad, o

peor dicho, de pánico, en donde sólo los instrumentos de navegación,15 si es que acaso el estado

emocional permite leerlos correctamente. (Vicente Huidobro hizo del paracaídas un parasubidas,

donde el viaje en paracaídas era el viaje del cuerpo por donde no hay espacio y tiempo, todo se

confunde con todo y todo se crea en todo, el parasubidas era el mismo hombre sostenido en todo).

La salida del agua del manto mayor es tal que la corriente forma el cono desde 36 m. de

14 Barcos, aviones, tanques, hundidos.15 Profundímetro, manómetro, brújula y computadora.

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profundidad hasta casi la superficie por la parte oeste de la laguna y la boca del mismo de

70x70x50 cm. aproximadamente y taponada por formaciones de roca y troncos, una velada capa

blanca simulando la nieve de un alto volcán emanando desde dentro. Esta capa blanca permite

distinguir con claridad el sitio exacto desde cierta profundidad como si fuera el número exterior

de alguna casa y el domicilio en dónde tendría mi próxima visita.

Fig. 6. Caracol del Manantial de La Media Luna. El tamaño del caracol cerca de la punta del lápiz es escala 1:100

La ampliación (esquina superior derecha), la forma espirográfica y perfecta del caracol.

Tras rondar el sitio repetidas veces _con el temor de no remover el fango_, decido bajar

cuidadosamente hasta 36 m. de profundidad en dónde está la entrada al cráter. Al acercarme sentí

sobre el rostro una caricia cálida del agua saliente que con cierta fuerza expulsaba desde dentro

pequeñas partículas blancas que golpeaban el rostro y el equipo, y daban giros como aquellas

esferas de vidrio con motivos navideños, simulando copos de nieve que suben y bajan sin cesar.

Pero, ¡oh, sorpresa de la naturaleza!, y de los regalos que nos permite el bucear, estas pequeñas

partículas como cabezas de alfiler en la más perfecta de las geometrías, daban forma exquisita a

caracoles miniatura imprevisibles pero impecables espirales en sí, obra maestra del Creador que

manifestaba su grandeza en lo más, aparentemente, pequeño e insignificante.

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Una vez más aparecía aquel acompañante eterno que me seducía a entrar, el Capi, quien

quería cernirse para descubrir qué más secretos guardaba aquel misterioso lugar cuándo me decía

con voz baja algo que oído humano no puede escuchar sino hasta que interioriza en lo más intimo

de sus pasiones. ¡Entra y lo verás!_. Como si el agua no fuera manada sino absorta que me

succionaba en el espíritu para ver, ver y ver. Cuando el deprimente sonido de mi computadora

distrajo mi coloquio alarmándome, porque estaba a punto de caer en una condición de

descompresión obligatoria,16 despertándome y sobresaltado abandone el lugar, lentamente

guardando todo, cuánto viví en la caja negra del buceador. ¿Sería entonces que a mis 44 años

empezaba a descubrirme a mi mismo?, ¿sería acaso que en mi inconsciente me resistía hacer

algunos actos que no fueran aprobados por los seres conocidos y vivía en el deseo oculto de

llevarlo acabo?, ¿sería el momento de nuevas inquietudes a mi edad? ¿Quién era ese personaje

que seducía permanentemente hacer cosas que yo no conocía? ¿Por qué ésta nueva presencia

ponía en un dilema los actos que a la vez quería ceder y a la vez rechazar contundentemente?,

¿porqué una parte de mi quería escuchar la voz del capi y otra voz decía lo contrario?, ¿porqué

surgía apenas esa voz interna que apenas distinguía? Y sobre todo, ¿por qué una gran parte de mí

se alegraba de la nueva presencia y quería hacerle caso?, ¿sería tal vez el descubrimiento de una

parte que ahora nacía en mí?, ¿sería un deseo frenado o una frustración de mi pasado?, ¿sería,

quizá, que estaba naciendo un nuevo hombre? Creo que el hombre se transforma… No somos ya

los mismos que cuándo vivíamos en casa de nuestros padres cuando éramos pequeños.

Creo debemos actualizar conscientemente el cambio que estamos teniendo ya que es casi

imperceptible. Quizá era una nueva etapa en la que el rol de vida diario no deja descubrirlo o

porque no da la oportunidad de enfrentarse al cambio. A lo mejor no da el tiempo de guardar

16 El nitrógeno absorbido en la sangre debido al gas, que se convierte en solución, debe ser sacado del cuerpo para no tener una enfermedad de descompresión. Las paradas de descompresión se utilizan cuando permanecemos demasiado tiempo a altas profundidades y el cambio de presión entre la profundidad y la superficie es demasiado y no permite que el nitrógeno, que está en solución, regrese a su estado gaseoso de manera natural mediante la respiración, aun cuando se respete la velocidad de ascenso recomendada Una parada de descompresión obligatoria es detenerse a un profundidad intermedia entre la profundidad máxima del buceo y la superficie por un determinado tiempo, que es calculado en relación al tiempo que duró el buzo a la profundidad máxima alcanzada, llamado tiempo de fondo. Las tablas de buceo, computadoras y algoritmos utilizados en los software nuevos para calcular descompresiones. Permiten al buzo. Planificar sus inmersiones de una manera más segura. De acuerdo a las tablas de la marina de los estados unidos es posible permanecer de manera prácticamente indefinida a profundidades menores a los 10mt. Respirando aire comprimido y regresar a la superficie respetando una velocidad de ascenso de 9m./min. sin sufrir daños alguno. Pero a profundidades mayores es necesario respetar los limites de no descompresión si se desea regresar a la superficie sin requerir un parada de descompresión. Por otro lado evitar una sobre expansión pulmonar cuando el aire formado molécula por Nitrógeno, oxigeno y otros gases salga velozmente del organismo, la cual se comprime al aumentar la profundidad y se expande al perder profundidad. Durante el buceo, el cuerpo esta sometido a alta presión. El equipo de buceo compensa la pérdida de volumen entregando una mayor cantidad de gas, restableciendo el tamaño natural de los espacios aéreos como, pulmones, oídos, senos nasales, mascara, chaleco compensador y todos los cuerpos flexibles. Si durante el ascenso el buzo no permite que cualquier de estos espacios aéreos sean ventilados y liberar el exceso de gas que se esta expandiendo es posible que se cause una lesión ya sea en los oídos o pulmones.

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silencio para escuchar una voz interna y por ello, hacia siempre tanto ruido.

2.- El que vuelve de la Laguna no es el mismo que el que llega.

Regreso a casa,17 viendo pasar los árboles sobre la carretera y el ocaso por entre las ramas,

disfrutando los paisajes de la Sierra Madre Occidental y con el desánimo característico del

regreso de un periodo de descanso…, pero cansado, quizá más por las emociones que por todo lo

circunstancial. Sabía que regresaría otra vez. Llegado el día y con la emoción de volver, partí a

las cinco de la tarde como siempre con Muñe, Cos, David y Blanca para encontrarme con Jaime

Carpio y su novia Diana, Adán, Ceci, Kelly, Marcos, Héctor y Miguel, quienes ya estaban desde

temprano. Sería una sorpresa porque ese viaje no estaba planeado así. Y arribando a las doce de

la noche, los locos del buceo estaban preparados para entrar a una inmersión que concederían

dirigir placenteramente. Cerca de la una de la madrugada, al finalizar la inmersión y con un

residuo considerable de aire en el tanque le pregunté a Héctor: _¿Qué presión tienes?_. (la

presión barométrica del tanque). Como es un hombre de un consumo impresionante nos quedaría

aire de sobra para penetrar a la cueva a placer y sin presiones (técnicas). La cueva es otra parte de

la laguna que es muy diferente a los manantiales, es una caprichosa cueva de 25 metros de largo,

hablando horizontalmente, pero de un buceo muy somero de 15 pies (4.57 m.) promedio de

profundidad, el cual llevábamos a cabo con toda la calma del mundo donde Francisco Moreno,

Miguel Formoso, Jaime Carpio, Pedro Valencia, Juan Pedro Horta18 y Héctor Vallejo, nos

enfrentaríamos a una experiencia singular. Héctor, un hombre hondamente fluyente que hace

corriente con historia por esta agua silenciosa de los signos.

En este buceo experimenté el saberme sumergido en la quietud aparente de la noche, en

donde la vida tiene su propia actividad. Una tortuga navegando lentamente nos ubicaría en aquel

santuario de paz, de un escenario espacial sin precedentes como si estuviéramos en otro planeta y

que ningún buzo del mundo debe perderse.

Miguel sería el guía de la inmersión, a pesar de ser un iniciado, la fe que se ha cultivado entre los buceadores, todos amigos de la profundidad antes que amigos de sentimientos; encontramos al paso las tortugas que se interponían, apoyados en Miguel hacia el ir del abismo y que nosotros para ellas, seríamos unos seres inimaginables.

17 En León-Guanajuato, México. Localizada en el Bajío mexicano. (2, 300,000 habitantes).18 Mi instructor de rebreather, excelente ser humano y profesional del buceo de todos mis respetos y admiración y a quien le he aprendido mucho en el apasionante mundo subacuático.

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Fig. 7. Tortuga dentro de la cueva navegando a su morada.

Al llegar al fondo se abre una bóveda muy amplia y obscura que permite sensaciones

diferentes al de hacer el buceo con pleno sol. Lentamente navegando llegamos al final y reunidos

en grupo, con la flotabilidad totalmente neutra, flotando, ingrávidos y sin contacto alguno les

pedía a mis amigos que apagaran sus lámparas para quedarnos en la total de las negruras, de la

negrura a la negrura misma. Una absoluta ausencia de color y formas nos sumergían en el

espacio, literalmente en el espacio, donde nada se ve, nada se conforma excepto la cálida agua y

el latir de nuestros corazones. ¡Nada!, nada absolutamente nos contenía. Esa sensación

confrontante de saberte ahí, queriendo visualizar siquiera algo, por mínimo que fuera, sin

referencia tangible, nos descubría vulnerables. La deriva, enfrentados a nosotros mismos,

valorando el don de la vista, que con los ojos abiertos nos retaba a descubrir, al menos, la punta

de nuestros rostros. Que sensación tan temerosa de enfrentarse a la nada sabiéndolo todo, en el

silencio de nuestras almas para sólo saberte contigo mismo y callar la mente y escuchar el

espíritu. La oscuridad es un punto que aprieta en el sentido de sostener y que suelta al abismo a

la vez, separa todo pero a la vez llena de todo. Aislamiento y paz. Soledad absoluta y serenidad.

Todo ello es sin miedo, sin dudas, sin preocupaciones. A todo abismo se sumerge sin

acontecimientos morales o religiosos porque todo es fe. El místico pone en blanco su mente para

encontrar a Dios, el abismo pone mente y cuerpo en negro para encontrar a Dios. Se toca a Dios

30

en lo hondo, y se toca el rostro de alguien que aparece con forma de realidad y se concibe como

parte de lo divino; en todo fondo, el compañero es parte de la divinidad y el silencio lo señala

como el espacio que se ha de venerar en toda posteridad posible. ¿Cuánto en verdad les debo a

todos los que han ido conmigo en esa vereda del cosmos líquido que es el dejarnos la vida en el

amar la vida.

Después de un tiempo, las luces comenzaron aparecer volviéndonos a la realidad

acostumbrada y paulatinamente nos acercábamos unos a otros con caras de asombro por la locura

de sabernos ante tal momento. Uno a uno nos preguntamos si estábamos bien pero todos

dirigiéndonos a la salida, ya cada quien consigo mismo, lentamente, más lentamente de lo

habitual pero gozados en y con el alma. Cada quien viviendo su propia revelación.

Al salir de la cueva y en la misma quietud de la laguna y de nuestra alma bordeábamos las

orillas de la laguna y con nuestras lámparas prendidas, cuando de nuevo nuestra acompañante

aparecía metiéndose por un recoveco que atraparía nuestras miradas al ver un jardín de tortugas

reposadas en lo bajo de suelo, quietas, en paz, dándole sentido a la vida nocturna de la laguna y

en la sinergia de estar en armonía con la naturaleza y la laguna dormida. Después comentaría

Jaime una frase que sellaría ese viaje como uno de los mejores de nuestras vidas. _El tiempo que

pasa uno riendo es el tiempo que pasa uno con los dioses _.

Sufriendo el frío de la madrugada y del traje mojado de neopreno19 sin quejarme por el

placer de echar burbujas con los amigos, era momento del descanso. Al día siguiente, le pedí a

Héctor y Marcos me acompañaran al cráter mayor porque iba dispuesto a entrar en él,

mentalizado y sin presiones sabía que tenía que hacer una inmersión en descenso rápido para que

mi tiempo de fondo no se agotará y poder entrar por vez primera, por lo que acordamos nadar por

superficie y posicionarnos sobre éste en vez de buscarlo por abajo del agua y ahorrar aire. Ellos

amablemente, como siempre, accedieran. Héctor sería mi reserva de aire y Marcos el vigía de

que nadie se acercara para evitar enturbiar el agua.

Bajamos lo más rápido posible analizando la embocadura y acercándonos a ella, un tronco

bloqueaba la entrada, el cual intenté remover pero como no tenía un punto de apoyo por estar

flotando, fue imposible siquiera desplazarlo 5cm., cuando de repente vi las manos de Héctor

tratando de ayudarme pudiendo descender unos pies más pero al moverlo, el agua nos empujo

literalmente asustándonos por la bravura y la falta de respeto de los insolentes intrusos. La actitud

de Héctor nos motivó porque su disposición nos hizo descubrir respaldados y fue saber que mis

amigos deseaban tanto como yo lograr la meta, que ellos estaban dispuestos y sumados.

19 Material isotérmico de caucho sintético que conserva el calor del cuerpo del buzo.

31

Nuevamente sentí su apoyo e insistimos en que penetrara metiendo los pies primero hasta la

cintura y atrancado con mis brazos como quien carga una barra con pesas en unos juegos

olímpicos de halterofilia y tratando de ver dentro del oscuro lugar, bajé la cabeza causando un

sobre flujo de aire en el regulador que estaba siendo presionado por la fuerza de la corriente como

queriendo robarlo de la boca y para no variar _una vez más_, al límite la computadora, que

aseguraba nuestro ascenso para no caer en descompresión. ¿Qué ínfimo tiempo era ese? !Nada!

¡Nada! ¿Cómo sé logra entrar si el tiempo de fondo era consumido en un instante en el intento de

penetrar, de sumergirse?

Nadando a la superficie, que se mantenía inerte como un gran espejo dejando filtrar los

rayos solares por entre su azul cristalino, de nuevo las aletas se desplazaban lentas, aletargadas y

la mirada perdida en ese hoyo viéndolo hacerse cada vez más pequeño conforme se alejaba. ¿Qué

necesitaba entonces para poder penetrar?, ¿era entonces imposible hacerlo? Por momentos pensé

en nitrox (mezcla de aire enriquecida con oxígeno). Una limitante en el buceo con aire, donde la

mezcla de gases es de 20,9% de oxigeno, 79 % de nitrógeno y 0,1% de otros, es que la cantidad

de nitrógeno absorbido por el buzo debe de ser controlado, entre más tiempo de permanencia en

el fondo permitido más nitrógeno se disuelve en la sangre y esto obligada hacer paradas de

seguridad20 para liberar el nitrógeno y correr el riesgo de que el aire se acabe antes de llegar a

superficie, por lo que obliga al buzo a permanecer menos tiempo en la profundidad permitida,

que es de 140 pies (42,6 m.) en el buceo recreativo, por lo que pensé que si se enriquecía el aire

con más oxigeno, es decir, menos nitrógeno _quizá en una relación de 32 o 36% de oxigeno_,

daría más tiempo de fondo pero no, el oxigeno en tiempos prolongados y por debajo de la

profundidad no se puede usar a una profundidad mayor porque causaría un envenenamiento por

oxígeno (hiperoxia). Tampoco podía ser el rebreather21 ¿Sería acaso helio...?, ¿sería trimix?

Mil y una preguntas ocupaban la razón, mil y un latidos el corazón. Pasado el tiempo y de

regreso a la ciudad de León, la mitad de mi se quedaba en La Media Luna haciendo planes de

como conquistarla, descubrirla, anticiparla… y como si el destino estuviera de mi parte y sin

mucha planeación leí un mensaje de Francisco (Frank) que decía: _pues ni hablar, por falta de

quorum tendré que estrenar mi computadora en el tinaco_. (Inmediatamente surgió en mi un

recuerdo muy singular, recordé cuando los reyes magos dejaban al pie del árbol navideño un

trenecito de pilas que deseaba mucho tener y que habían dejado con mucho cariño pero sin pilas,

¡oh decepción!, buscaba enloquecidamente en los cajones del buró de mi mamá, en los radios

portátiles, en los juguetes antiguos y nada, tendría que esperar largas horas a que amaneciera con

el tren en las manos para poder ir a la tiendita de la esquina y estrenar mi regalote).

20 Tiempo calculado algorítmicamente por la computadora de buceo en donde el buzo debe de permanecer durante

un tiempo a una profundidad determinad.

21 Reciclados de aire de circuito cerrado con cálculos de mezcla de aire a través de una computadora que realiza los cálculos de oxigeno y nitrógeno que permite tiempos de fondo muy prolongados pero limitado a cierta profundidad.

32

Identificado con Frank e impulsado por el Capi se presentaba la oportunidad de regresar

nuevamente. Tomé el teléfono y de inmediato hubo eco en los deseos y al día siguiente íbamos

camino a La Media Luna: Muñe, Cosette, Frank con su computadora nueva y Virginia (Vicky) mi

hermana quien estaba recién certificada de buzo de aguas abiertas y quería conocer tan mágico

lugar.

Debo agregar que cuando alguien es buzo y se certifica, va descubriendo con el pasar del

aprendizaje que este deporte es multidisciplinario y metódico, porque del buen orden depende la

vida tanto de sí mismo como la del compañero quien será tu pareja de inmersión y en quien

confiaras tu vida misma para cualquier contingencia. Dicho sea de paso, un buceador jamás va

solo, es una regla de oro que no se debe romper. Se establece un código de honor en el que

hermanas tu vida y será una experiencia tan única y tan compartida que muchas de las veces te

hace llorar en el fondo del mar. ¿Qué es lo que hace que se vuelva una y otra vez a la

profundidad? ¿Qué es aquello por lo cuál se dijo sí al abismo? ¿Cómo seguir cuando no se

comprende el acontecimiento y la memoria logra sólo ponerte enfrente del abismo? ¿Cómo ser

aceptado por el abismo en el abismo? ¿Ser los ojos del abismo para mirar con sus ojos?

Tantas y tantas veces influido por las maravillas del mar y sus adentros, buceaba con mi

hija (amada) Cosette en su primer inmersión en la vida, con el privilegio de ser yo su guía y

compañero de inmersión, iniciaba el reto por dejar de ser padre y comenzar a ser dive master.

Regalo que Dios me concedió porque ese día era el 8 del 8 del 08. Puedes llamarle como sea,

pero aquel día marcaría nuestras vidas. El agua de Faro de Bucerías estaba tan azul como jamás

lo he visto en decenas de inmersiones en ese lugar.

Vida y color por todos lados que arrebató el corazón de Cosette y como niña de 9 años,

parecía que lo aprendido fuera de años de experiencia, cuando aquella inocente mujercita jugaba

en el fondo queriendo cruzar de lado a lado un cardumen de peces mariposa, rayado color

amarillo intenso que se dejaría conquistar por tan pura alma que como intrusa, le daban la

bienvenida. Ese día había tanta vida en el mar, que incluso, nos tocó ver eclosionar los huevos de

una tortuga Golfina quien le regalara a la vida ciento diez pequeñas e indefensas tortuguitas.

¿Como se sentiría la madre? Creo y diré que igual de satisfecha y orgullosa que Muñe y el Capi

mantarraya viendo a su hija disfrutando de los regalos de Dios, y de la naturaleza en una

contemplación total en donde no cabe palabra alguna, donde sólo resta limpiar el visor de

lágrimas de ternura y adoración como el día en que ella nació.

Ese día aprendí a poner las cosas en orden, experimenté, en carne propia, que lo que le

había enseñado a mi hija, era un examen para mi mismo. Confiar a la vez, no sólo en lo que ella

podía hacer bien, sino confiar en haberla preparado lo suficiente para que su ser no se pusiera en

riesgo. Con mucha dedicación, entrega, responsabilidad y amor, confirmé que no se toma un

curso de cómo ser padre.

33

Fig. 8 Familia Knapp Guzmán: Cosette, Edgar y Muñe. (de izquierda a derecha).

Amor profundo.

Decidí poner atención a cada momento en la relación como esposo, padre, hijo,

compañero, amigo, hermano, etc…. No permitirme caer en la comodidad y el conformismo como

cuando uno llega cansado a casa queriendo dormir sin interés por lo que sucede en el mundo de

los que amo y a la vez, compartir lo que en mi mundo estaba sucediendo. Fortalecer los lazos de

amor con Muñe y Cosette y a la vez, ir cambiando las cosas que no me son convenientes,

alejarme de lo que no sume, que parecen insignificantes y que son como una gotera permanente,

pareciera una gota de agua pero cuando uno reacciona, ya minó cuanto pudo siendo irreversible.

Era momento de poner día a día un granito de arena y, venciéndome a mi mismo, atreverse a

decir: te amo… o, perdóname…, que tanta falta nos hace a las familias modernas para poder

existir. Unas palabras tan sencillas de pronunciar y que arreglan todo y unas palabras imposibles

de decir si estamos llenos de orgullo que destruyen hasta aniquilar cuerpo y alma.

34

3.- El mar es finito y su anhelo infinito.

Era entonces que aquel hombre que vivía dentro de mí, que me perseguía

permanentemente, estaba tratando de convencer que el verdadero reto era lograr la meta para lo

que fuimos creados… ¡Ser felices! Que conociendo mis límites y capacidades fuera más allá, me

venciera a mi mismo, mis egoísmos, cambiar lo que parecía imposible, incluso de las aparentes

causas perdidas. Saber que las cosas si se pueden, desear hacerlas sin miedo y tener fe en que

habrá algo más adelante. Me estaría enfrentando al reto más grande de mi vida y tendría el coraje

de ser mejor ser humano que buzo… o trabajador que buzo, o jefe, doctor, obrero, sacerdote,

licenciado o ingeniero, ama de casa, mamá, papá, hermano, amigo, compañero, compadre…..

¡Ahí está el reto! Recordando a Gastón Bachelard: “El agua se transforma, entonces, en una

especie de patria universal al poblar el cielo con sus peces. Una simbiosis de imágenes coloca al

pájaro en el agua profunda y al pez en el firmamento. La inversión que actuaba sobre el concepto

ambiguo e inerte de la isla-estrella actúa ahora sobre el concepto ambiguo y viviente de pájaro-

pez.”22 Todo es una simbiosis donde los que entran son los que salen y los nuevos son los más

viejos, como en el fondo, todos son iguales, así todo se transforma en todo.

Con la experiencia de mi hija entendí a los alumnos, no solo como un buzo que ya había tomado

el mismo curso de ellos y se había topado con aplicarse en cada habilidad, para que, llegado el

día de hacerlo, no solo en la alberca sino en el mar se dieran cuenta de que estaban bien

preparados y con seguridad, sino además recordé una sabía frase de mi madre que la repetía

constantemente por ser de dominio popular: _Lo que bien se aprende jamás se olvida

fácilmente_. Me puse del otro lado de la barrera, y esto, a la postre, me ayudaría al menos a ser

mejor que el día de ayer y mañana al día de hoy. Mi mente seguía repasando a conciencia todos

los movimientos en el último intento. Analicé algunas mejorías y ésta vez el plan era que Muñe

bajara a fondo, localizará la mancha blanca característica y una vez situada, nos hiciera una señal

con una lámpara para penetrar a velocidad y no perder minutos valiosos que se restaran al tiempo

de fondo. Una vez dada la señal de luz, Frank en superficie, hace la señal de descenso y sin parar,

bajaríamos hasta el punto de reunión. Dice Muñe que nuestra bajada fue como dos astronautas

ingrávidos como si estuviéramos volando. Y no se equivocaba, todo abismo es el cosmos, el

“pájaro es el pez”.

Llegando al punto casi en total sincronía, di un pequeño giro poniéndome en posición

enhiesta y con pies primero, cuidando de no tocar el fango, introduje el cuerpo hasta la mitad de

la embocadura, sin introducirme totalmente por debajo de ésta, cuidando de que el tiempo de

fondo no fuera a pasarse de lo permitido para no caer en descompresión (si el buzo permanece

más del tiempo permitido a esa profundidad, la cantidad de nitrógeno disuelto en su sangre

deberá ser sacado del organismo gradualmente mediante paradas obligatorias de seguridad

22 Bachelard, Gastón, El Agua y los Sueños, Breviarios del Fondo de Cultura Económica, Méx. p. 84, 293pp, 2003.

35

durante un tiempo calculado a cierta profundidad, en dónde la presión atmosférica sea la

adecuada), checada la computadora y el tiempo de fondo que quedaba, logré entrar lo suficiente

para descubrir que debajo de una gran piedra había una diminuta entrada como para pasar un

cuerpo humano con equipo de buceo y haciendo un esfuerzo contra la corriente, bajé la cara lo

más posible descubriendo que se abría un túnel de roca y piedras semipreciosas incrustadas, en

una total oscuridad que sólo el haz de luz podía dibujar tenuemente, pequeños destellos. como

espejos seductores invitaban a seguir. El plan era que una vez que yo calculara el espacio para

poder entrar le haría una señal a Frank y él se introduciría para poder ver aquel misterioso lugar.

Tomé la decisión de entrar con los pies primero porque de ser tan estrecha como la boca, no

podría regresar más y salir de reversa era un acto irresponsable de quedar atorado sin poder ver lo

que sucedía entre los troncos y el filo de las rocas. Al voltear a ver a mi compañero para darle la

señal de que entrara, noté que ya estaba muy cerca de mí con la lámpara dispuesta para ver un

poco más, casi cara a cara. Replegado hacía la pared de roca, quizá inicialmente para darle un

espacio visual a Frank, ayudado por la fuerza de la corriente, me repegaba con intensidad como

una ventosa gigante queriéndome succionar sobre el techo de la cueva, y sintiendo el roce del

agua por cada parte de mi cuerpo, intenté con todas mis fuerzas, visualizar la computadora, ya

que el tiempo total de fondo era de ocho minutos a esa profundidad y por la concentración

exigida _quizá por esa ocasión_, no había escuchado la alerta de ascenso. Como pude logré

presionar el botón de luz quedando un minuto para salir. Hice una pequeña pausa para dejar que

Frank disfrutara como yo de tan intenso y mágico, misterioso y oscuro lugar, sin dejar de voltear

para todos lados, esa instancia permitía ver que al atreverme a entrar, descubría que,

verdaderamente, por debajo de la taponadura de troncos y rocas había un abismo por conquistar.

Premiado por mi osadía y cuando estaba decidido a pedirle que comenzáramos nuestro ascenso,

estrenando su computadora nueva inicia la salida sin necesidad de ser notificado y contento de

saber que la nueva computadora era bien usada y útil.

Al salir me puse en contacto visual con Frank y con la señal de _¡Ok! _, pregunté a mi

pareja si estaba bien, respondiendo que: _¡sí!_. Me señaló que una aleta había sido arrebatada de

su pie, controlando el tiempo de ascenso él vio por encima de nuestras cabezas la aleta flotando y

subiendo lentamente. Recuperada ésta, la colocó en su pie y gozosos nos daríamos un abrazo

sellando aquella experiencia únicamente nuestra.

Era tan complejo asimilar todo cuanto vivimos que la mente y el corazón querían

desconectarse por completo, en medio de tal alegoría recordé una frase del Comandante Jaques

Cousteau que escribiera en su libro Un Mundo Silencioso: “¡Muchas veces he soñado que

volaba, extendiendo los brazos como si fueran alas, pero ahora volaba verdaderamente sin

poseerlas!”_. Extendiendo mis brazos gocé cuanto había deseado y ahí, desde luego, estaba otra

vez El Capi… susurrante, me dijo entre un burbujeo suave, un latido pausado que intentara una

vez más al tiempo que mis emociones comenzaban a usar la sinrazón. Busqué un tronco

petrificado, un sabino, que se encuentra en la ladera de la laguna y por debajo del espejo del agua

36

y tomando la pizarra, escribí literalmente a Frank lo siguiente: ¿Si quieres volver a entrar

tendríamos que salirnos ya para hacer un intervalo en superficie y luego volver? A lo que ni tardo

ni perezoso escribió que…“sí”. El intervalo en superficie es un tiempo calculado, generalmente

de una hora en buceos repetitivos, en la que se le da tiempo de salir al nitrógeno que se respiró (el

aire del tanque) y que en altas concentraciones puede causar una enfermedad, la enfermedad del

buzo. Entre más tiempo de intervalo en superficie más disminución de nitrógeno residual en el

organismo y menos penalización de tiempo en el buceo siguiente.

Fig. 9. Árboles sabinos petrificados.

Con la adrenalina a tope repetimos la operación después del intervalo calculado haciendo

pequeñas mejoras que nos permitieran realizar el movimiento más rápido, seguro, y comenzar el

descenso. Muñe como siempre expectante… En este momento yo sentía la confianza de todos, ya

que haber bajado repetidas veces nos permitía tener un estudio de la zona cada vez más calculado

y preciso sin dejar de sentir el apoyado por Frank, respaldado a la vez por esa parte de saber

hacer equipo, que muchas veces nos cuesta no comprometer una decisión de voluntad. En esté

instante comprendes que reconocer tus propios límites no es enfrentarte a descubrir lo incapaz de

hacer las cosas sino tener la sabiduría y el pleno conocimiento de ti, quizá adoptar un nuevo valor

que constituyera la humildad de pedir ayuda y saber hacer equipo para lograr con más facilidad

los objetivos en la vida. Recuerdo que un día observándome en el espejo realmente vi mi alma.

37

Estaba frente a un hombre que muchas veces había intentado cambiar ciertas cosas y que pasados

los años seguía siendo igual, todos aquellos propósitos que generalmente se piensan al inicio de

cada año eran una utopía, un cliché como tantos y tantos tenemos, hasta los acompañamos con

doce uvas pero que jamás cumplimos. Descubrirte en medio de un sí o no definitivo eran la clave

a otra realidad. En ese momento supe de mi manera de ser, de cómo he engañado al ser que soy,

en hacer puros intentos y sin llevar nada a cabo; que realidad tan cruda y tan confrontante, mi

egoísmo estaba a flor de piel, lejos, muy lejos el poder ser servil, generoso con los demás. Era

tiempo de ser egoísta, en el sentido de pensar en tener un cambio personal y procurarlo, porque

nadie da lo que no tiene y nadie te lo dará sino tu mismo. Estar bien conmigo era el punto de

partida, constituirme a través de la lucha de conseguirlo y poniendo un alto total de verdadero

compromiso entre El Capi mantarraya y Edgar Knapp Uranga. ¿Quién he sido? ¿Quién el que

ahora vive? ¿Cuánto la Laguna puede transformar a un hombre en el encuentro de la propia

conciencia? Conrad atravesó las tinieblas para encontrar en ella su alma, la del hombre.

En aquella fuente de poder, penetré con una fuerza tal, que no era propiamente de una

fuerza y habilidades humanas, sino del deseo de alcanzar la meta, era descubrir que no era el

cuerpo el que estaba logrando tal hazaña, antes bien, los impulsos del corazón y la fuerza del

alma, de un ser vivo y palpitante al que le estaba siendo revelada una verdad entera. La mente y

el espíritu son siempre más poderosos que el cuerpo y la voluntad, el escudo que lo avala; fue

entonces cuando logré atravesar esa maraña de obstáculos, tomé mi lámpara dirigiéndola a todas

partes y en una oscuridad total, aterradora, que confronta todos los sentidos (la razón de cada

parte de mi ser) ante mi, un túnel de veinticuatro metros más de profundidad por un metro de

diámetro aproximadamente, se abría delante de mis ojos, que sólo se dejaba iluminar por lo que

señalaba una lámpara. Una pared de roca con incrustaciones de piedras semipreciosas me hacían

los honores conforme iba descendiendo, volteaba hacía cada lado queriendo absorber todo cuanto

existía. El agua era tan cristalina y de no ser por la fuerza que me rozaba cada centímetro, diría

que flotaba en el aire como en la total plenitud de ser libre, es decir, sin pensamiento y

sentimiento alguno. Ahí en medio de las entrañas de la tierra y conmigo mismo frente a mis

emociones, miedos, sin quizá poder distinguir la instancia de cada uno, llegué al mausoleo en

dónde se encontraba parte de un mamut petrificado, inerte, descansando en sí y dando testimonio

real a nuestra historia, a nuestros orígenes. Depositado y sin forma alguna que un inexperto

pudiera conocer, una forma de quijada blanca y grande me recompensaba al fin para dar

testimonio de su existencia.

Perplejo, voltee hacía arriba para ver a Frank con el deseo de que lo pudiera encontrar,

donde la oscuridad del túnel me permitió distinguir la boca del cráter en un azul que jamás mis

ojos habían visto y en la entrada, la silueta de mi amigo de la cintura para abajo como guardián

de aquel santuario. Sin titubear ascendí lentamente al tiempo que mi computadora marcaba tres

minutos para caer en deco23 para hacer contacto con él que no había bajado y que era el indicativo 23 Expresión usada en el argot buceril que refiere a descompresión.

38

de que quizá había algún problema.

Una vez lograda la comunicación visual nos preguntamos con la característica señal del

buceo que si estábamos bien y confirmada, salimos los dos. En medio del éxtasis por haber

estado ahí dentro, con mi espíritu hinchado de la conquista del lugar, del descubrimiento de mi

mismo y la firme convicción de haberlo realizado, sin perder la cordura volví a preguntarle que si

estaba bien porque en esa instancia, yo no sabía la causa exacta por la que no había podido

descender y con una expresión que jamás olvidaré, me señaló con su dedo su pie ya sin aleta.

Nuevamente buscamos por encima de nuestras cabezas como la vez anterior para no

dejarla en el lugar y en está ocasión… no la encontramos.

Realmente no sé si la cara de Frank era por haber perdido la aleta o por no haber podido

descender, pero algo en el corazón incitó a volver a entrar y buscar su aleta. Le hago señas de que

iba asomarme para que supiera una decisión y en un abrir y cerrar de ojos, estaba inmerso

nuevamente.

Una búsqueda rápida me hizo comprender que de estar ahí dentro, estaría adherida al techo de la

cueva por la fuerza de la corriente y metiéndome un poco más, la aleta se encontraba

contorneando la roca y madera en un zig-zag como si estuviera adherida a propósito por el mejor

de los expertos. Haciendo un estiramiento (que después me costaría un fuerte dolor de espalda),

la tomé como pude y de la misma manera en la que estaba pegada a la piedra se adhería a mi

cuerpo para salir con las manos libres y poder entregársela, quien rápidamente se la pondría para

iniciar nuestro ascenso controlado. Una imagen que jamás olvidaré fue, que haciendo una parada

de seguridad para liberar el nitrógeno contenido en nuestro organismo por el aire comprimido del

tanque a 15 pies de profundidad (4.57m.), y aun con la mente revolucionada en asimilar lo vivido

dentro del cráter, la incertidumbre por lo qué había sucedido con mi compañero, Cosette se

acercaba buceando rápidamente hacía el espacio en el que me encontraba con el brazo extendido

y la señal de: ¿están bien?_. Segura de sabernos presentes en ese instante y perfilada a sumarse a

la solución, si fuera necesario, como cualquier buzo lo haría. Una carita sublime que le da sentido

a toda existencia.

Una vez en superficie y después de felicitarme las palabras de Frank serían las siguientes:

_¡Capi, no pude bajar más de 113 pies (34,4 m.), me atoré, me costó menos trabajo que la primer

vez, aunque con la misma adrenalina, al comenzar a entrar y llegar a la bóveda, al final del

cespol24 una manguera de arriba del tanque se atoro y…¡no se soltaba!, no me permitía avanzar

más y al intentar zafarme, el tanque por la parte de abajo pegó con el piso de roca, cuando

escuché el sonido del tanque me descubrí atorado por ambos lados, intento moverme varias veces

sin tener éxito, fue cuando decidí retroceder un poco y cambiar el ángulo del tanque para

desatorarme y poder pasar hacía abajo, hacía la bóveda.

Fue casi mágico que al moverme hacía atrás, desapareciera aquello que impedía avanzar. 24 Forma de “S” que tiene la primer fase de entrada.

39

Sentí miedo de que volviera a suceder lo mismo más adelante y tener que esperar para que me

ayudaras pero sin percatarme, repentinamente ya tenía medio cuerpo fuera de la boca del cráter.

Lo que había tomado un par de minutos en avanzar lo retrocedí en menos de diez segundos.

Estando prácticamente fuera observe la computadora y marcaba dos minutos para caer en

descompresión, así que tomé la decisión de abortar e intentarlo de nuevo y, _¡oh sorpresa!_,

había perdido de nuevo mi aleta, voltee hacía arriba para buscarla como la primer vez y solo vi

los famosos caracolitos y los trozos de madera que suelta el cráter.

_Te esperé Capi, tardaste entre 2 ó 3 minutos en salir, que la verdad se me hicieron

eternos, porque estabas adentro y ya no estaba en posición de ayudarte en caso de una

incontingencia_.

_Cuando vi la luz de tu linterna acercarse sentí un gran alivio, finalmente saliste y

fue cuando nos dimos el abrazo, estabas muy emocionado… y la verdad yo medio molesto, fue

cuando te señalé que uno de mis pies estaba sin aleta; indicaste que regresarías al cráter y

entrarías para ver si estaba dentro. Al cabo de un tiempo la recuperaste y de nuevo estabas fuera,

…pensé, ¡se salvó de nuevo! _. De ahí con sentimientos encontrados empezamos el ascenso

suave y nos fuimos al cráter medio que cruzaríamos de nuevo y ahí dentro nos relajamos25.

Estupefacto tomé el equipo y dejando la plataforma caminé lentamente por sobre el largo

pasillo de madera figurando un muelle viejo que al crujir de la madera entonaba mis pasos como

si la edad mermara mi entusiasmo y deseando, casi molesto, no escuchar sonido alguno (no muy

característico de mi manera de ser).

En un encuentro de sí mismo se descompuso el rostro de lo habitual, los gestos indicaban

de manera incorrecta el estado de ánimo, se había terminado la euforia, entraba a una fase de

silencio en dónde podía escuchar la respiración y el latido del ser. Mil pensamientos circundantes

se apoderaban de la mente, repetitivas ideas ocupaban el espacio para poder ordenar los

pensamientos. Por momentos venia una idea y antes de que ésta quedara definida,

inmediatamente otra la empujaba como queriéndola sacar del archivo de las secuencias,

impidiéndome registrar, al menos, por un momento…, mi experiencia. Es lo cercano a una

experiencia mística, supongo. Si el éxtasis es un olvido simultáneo de ser con mudo, entonces

ese olvido se experimenta en la profundidad de la Laguna. De pronto se fusiona el pasado con lo

futuro, el antes y el después en un presente que se niega a ser presente, donde ni el cuerpo tiene

lugar en ese instante, todo se disipa y se hace agua, transparencia, simultaneidad de vida pura.

De ahí que toda profundidad de deshacerse del cuerpo, sólo con voluntad de vida se puede

dialogar con las profundidades. Toda profundidad es pensamiento de la tierra, sus capas de

tiempo, sus eras de escritura.

25 Después me enteraría que para muchos buzos entrar al cráter medio es de alto estrés, pocos se atreven a hacerlo,

total, ya habíamos penetrado el cráter mayor.

40

Fig. 10 En la Profundidad se quedaba mi pensamiento incorporeo.

41

CAPÍTULO IV

EL RECONOCIMEINTO DEL AGUA EN EL SER

Debió pasar algo de tiempo para que asimilara lo acontecido y con el paso de cada minuto

se irían aclarando los sentimientos, las ideas, los nuevos deseos, una vez más regresando a casa.

Habiendo hecho un par de llamadas le compartí la experiencia a Jaime, compañero y amigo en

quien encontraría eco de mis búsquedas, con quien en anteriores expediciones fue el cómplice y

testigo de hallazgos no muy lejanos como la documentación de un viejo pecio del siglo XVIII,

que se presume más antiguo que el Titanic, quien albergó muchas alegrías y quien bautizaría

nuestra amistad con el sello de la hermandad sin requerir lazos de sangre. A ese barco le debemos

muchas inmersiones hasta descubrir los orígenes de tan descuadernado barco hundido y anfitrión

de tantas inmersiones, quizá las que más ocupan las páginas de nuestras bitácoras.

Mientras se realizaba ese viaje a La Laguna de la Media Luna, Jesús barracuda Reyes

(instructor) y Héctor Vallejo, viajaban simultáneamente a Revillagigedo en un Live aboard26 por

diez días y quienes fueran piezas claves en la próxima expedición junto con Marcos y Muñe,

también grandes seres humanos de toda mi confianza, quien posteriormente, nos reuniéramos

como era nuestra costumbre de encontrarlos en cada viaje en algún sitio para tomarnos una copa

de vino, darles la bienvenida y compartir nuestras experiencias. Llegado el día nos reunimos un

numeroso grupo a intercambiar impresiones, después de una bohemia noche acordaríamos la

fecha de la siguiente y épica aventura subacuática. Esta vez nos acompañaría Chuy.

Parte de mis pensamientos estaban permanentemente ligados a revivir nuevamente la

experiencia, pero esta vez la mente y corazón, la razón y la experiencia, promovían hacer un plan

definido y revisado con toda la serenidad, no porque antes no se hubiera proyectado así pero

26 Vida a bordo. Viaje de buceo en un barco dispuesto especialmente para vivir en altamar sin tocar tierra.

42

ahora con más elementos que lo pudieran hacer posible y tener el éxito anhelado durante tanto

tiempo de perseverancia y pasión por el maravilloso deporte, que exigía el buceo, no sólo

profundo, sino técnico y del que tendríamos que ser muy respetuosos. En los términos del buceo

se consigue una frase de protocolo que dice: “haz tu plan, sigue tu plan”. Siguiendo esta primicia

anoté en mi proyecto, parte a parte, cada movimiento hecho en las anteriores ocasiones

justificándolas una a una, estableciendo no solo el plan sino las posibles contingencias y cómo

resolverlas, no sin antes anotar las mejoras que nos permitieran tomar un control más profesional

de la inmersión. Este aprendizaje lo obtuve del gran maestro, guía y líder Alfonso Pérez Munguía

(Ponccho) y de tantos viajes realizados con buzos serios de toda la vida y recordé que en el

invierno del año anterior, tres meses antes de ir a La Media Luna, tuve la oportunidad de viajar

con mi familia y amigos al Caribe mexicano a un viaje planeado en el famosísimo barco Lucky

Two en medio del Golfo de México, en Arrecife de Alacranes con dos fantásticos personajes y

buzos con quienes tendría la oportunidad de echar burbujas al por mayor, hablo del legendario

Manuel Victoria (Manolo) y de Rodrigo Friscione (Ro), siendo este último con quien tendría uno

de los encuentros más espectaculares y épicos de mi vida.

Hago notar que las condiciones de navegación en esos días, en el viaje a Arrecife de

Alacranes no eran las más propicias y habían cerrado el puerto a los pescadores, por ello,

debíamos de abastecernos con lo que el mar y su siempre generosidad, nos permitiera obtener de

él, (no había pescado con los mercaderes locales por el cese de navegación previo). Pidiendo el

permiso correspondiente de pesca, nos lanzamos a Isla Pérez en una navegación nocturna de doce

horas aproximadamente, con la caña de pescar permanentemente situada en la embarcación para

ver si tendríamos algo de pesca para el desayuno. Al abrigo de la isla en un amanecer sin

precedente, el sol dibujaba los tintes naranjas bordeando el horizonte al pictórico escenario que

nos acogería durante los próximos días. Repentinamente, ipso facto el Lucky Two paró motores y

con el permiso del capitán y del arquitecto Manolo, la silueta de un hombre musculoso, atlético,

caía al agua, desapareciendo por varios minutos por debajo del mar. De la misma manera en que

dejábamos de verlo, con una exhalación profunda apareció una mano por la popa y una barracuda

de casi 1.5 m., atravesada por un arpón caía en la saliente del barco, seguida de esta salía Rodrigo

con una sonrisa gigantesca, como él mismo. Pasmado e incrédulo de lo que mis ojos vieron

iniciaba dentro de mi el más profundo de los respetos con quien después tendría una sinergia, a

quien le agradezco haberse atravesado en mi vida, pieza fundamental en la toma de decisiones y

en consecuencia el encuentro de dos almas gemelas con quien se identificaría mi ser entero.

Meses después reencontraría a Ro (Rodrígo), en Cancún, para vivir en carne propia aquel

maravillosos relato del nado con el pez vela, en la más de las sensacionales expresiones de la

naturaleza, en la lucha de la supervivencia del mundo marino tras haber navegado siete horas por

el mar Caribe en sus tonos esmeralda y constaté, vívidamente, lo que me había narrado Rodrigo

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y que tendría la oportunidad de experimentar con mi amada familia. Supe que muchos pueden

seguir la corriente pero pocos enfrentarla.

1.- Las Voces de mi Entorno.

Ahora diré, aún cuando se rompa el contexto, y lo diré porque debe ser dicho, que la

palabra tiene poder en sí misma, la palabra hace vivir o mata, la palabra enseña o brutaliza, la

palabra convence, la palabra suena y resuena si es bien dicha y se queda para siempre, sea mala

o sea buena, la palabra se olvida, la palabra está viva, la palabra…es. La palabra es cultura y la

palabra es testigo de lo oscuro, la palabra forma horizontes. La palabra existe y muchas veces la

palabra la escuché contra el propio camino, ¿sabes cuánta gente ha dicho: _¡No está bien lo que

haces!_, _¡no te arriesgues!_,_ ¿que necesidad tienes?_, etc. Pareciera que estamos programados

para infundir duda, miedo. ¿No sé? El mundo está invadido de gente que trata de verte derrotado,

sin ilusiones, en una apatía tal y poniendo barreras a cuanto se puede, impidiendo verte feliz,

triunfador, realizado. Si no rompo los esquemas y me dejó llevar por las opiniones mezquinas y

conformistas jamás haría y cumpliría un destino trazado por el sólo hecho de existir, estaría

muerto en vida y existiría en el mal humor del fracaso todo el tiempo. El corazón conquistador de

la vida no puede sucumbir ante tal seducción porque moriría en el acto.

Recuerdo un capítulo en mi vida con mi madre. Era un 10 de mayo y estábamos reunidos

en familia en casa de mis padres _yo aún vivía con ellos_, curiosamente en la mesa estuve junto a

ella y detrás, en la sala, el teléfono sonaba, quizá algún familiar que quería felicitarla por su día.

Me levanté, tomé el teléfono y era Germán Escudero, un médico veterinario con cuerpo y alma

de niño, muy espiritual y de conciencia tranquila, y a quien tuve el honor de conocer y fiel

amigo.

Al escuchar mi voz, dijo:_ ¡Sapito!_. Así me decía de cariño, y agregando, me invitaba a

visitar a un primo amigo de ambos. _¡Sapito! Me acaba de llamar David y me invita a Roma y

pidió que te comentara haber si querías ir, él está allá y voy con mi tía, ¿Cómo ves, irías? _. A lo

que mis oídos no daban crédito porque él sabía mejor que nadie que mi economía no era la más

adecuada para realizar un viaje del otro lado del charco como le decía. En broma le dije a

Germán: _¡Uy… amigo! Sirve que nos comemos unos tacos de pastor con el santo papa_. Y sin

darle mayor detalle, le dije que no. Noté un tanto desconcertada su voz al tiempo que se

despedía desilusionado. Cuando regreso a la mesa con mi madre, ella exclamó: _¿quién era? _. Y

en un tono burlesco le respondí: _Cómo ves madre, era Germán que me invita a Roma, que

puntadas_, agregué, _sólo a él se le hubiera ocurrido decirme a mí_. Y mi madre, en su siempre y

honda sabiduría, como si estuviera escuchando al lado de mi nuevamente, casi sin dejar de llevar

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la cuchara a su boca, dijo (como si no entendiera una posturaza ejercida por mi voluntad): _¡Pues

si puedes… vete¡ _. Al tiempo que con su codo empujaba mi antebrazo como cuando le das una

palmadita en la espalda a quien necesita de apoyo, quedando más sorprendido por la respuesta de

mi madre que de la invitación de Germán. Esas cuatro palabritas cambiarían mi vida entera, y no

quiero ser exagerado pero es la realidad, dentro, pensé… Ni si quiera has chequeado si puedes y

ya dijiste que no…

Me levanté, tomé el auricular, le marqué a Germán y le dije: _Amigo, sin que lo des por

hecho, cuéntame, ¿cómo sería el plan?, ¿cuánto cuesta?, ¿qué se necesita?, ¿cuándo sería? Etc.

Quince días después yo estaba cantando “ ´O Sole Mio” en una góndola por los canales de

Venecia. Benditas palabras de mi madre que cambiarían de por vida la manera de ver las cosas.

Creo, sin temor a equivocarme, que soy así por lo que mi madre me enseñó en vida. Quizá ella

también sea la creadora del Capi. En ese viaje y por no dejar de contarlo, tuve grandes

experiencias, entre las tres más importantes: a) una audiencia con el papá Juan Pablo II, le

estreché la mano y platiqué con él por breves instantes, b) conocí a la madre Teresa de Calcuta

saliendo de un hospital porque se había lastimado una pierna y la sacaban en silla de ruedas y una

más, c) un concierto en vivo con Luciano Pavarotti en el aniversario de la independencia de

Italia. …¡Y yo ya había dicho que no!... Mejor morir a los egoísmos, a la ley del mínimo

esfuerzo, a la comodidad y la falta de reflexión, a la apatía, a la falta de metas y sueños que nos

sacan como bandidos en la noche sin darnos cuenta. Lo ideal sería decir, también, que para lograr

la meta planeada, definida, peligrosa, extrema, etc. Si no se hace equipo y se confía en la gente,

jamás creceremos ni como seres individuales, ni como pareja, ni como familia, ni como país, ni

como nada.

Una pareja que influyó mucho en mi formación fue Héctor López Santillana y su esposa

María de Lourdes Solis (Lula). Héctor me formó en el agua, me dio los cursos, al igual que a

Muñe, pero algo que impresionaba mucho era su disposición de servicio, con una calidad humana

digna de mencionar. Al lado de Ponccho, Héctor López Santillana, _ambos siendo buzos

maestros_, y con el reconocimiento amplio de la comunidad nacional de buceadores, no tenían el

mínimo problema en cargar tanques, entregar equipo, recogerlo, cargar los cinturones de lastre;

jamás una mala palabra, siempre sonriendo, atentos y bajo control de toda circunstancialidad. Se

les notaba el gusto por el deporte que amamos, pacientes, excelentes pedagogos en las prácticas

de alberca, siempre con un espíritu responsable, firmes cuando había que serlo y sobre todo

donados a los demás. Dichoso por contar con su amistad y enseñanzas, no sólo en la alberca, sino

en el mar. Innumerables buceos nos hermanaron, había veces en las que sólo nos íbamos los 4

(Lula, Muñe, Héctor y yo). Pero lo que sellaría mi mente y corazón, fue que un día, cuando

comenzaba a dirigir grupos en el mar, con la presión y responsabilidad de los alumnos, Héctor se

me acercó y me dijó: _Edgar, el miedo se vale, tu lleva al grupo_,… cuando él era el líder de la

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lancha. Ese gesto de humildad, de confianza, me enseñaba a creer en mí porque no me lo decía el

licenciado Héctor sino un amigo a quien le confiaría mi vida misma. Por eso el ojo no hace lo que

el brazo y el brazo no hace lo que el corazón, cada quien cumpliendo para lo que fue concebido,

con sus virtudes y habilidades, sus cualidades y esencia. Para lograr crecer se necesita unidad, no

obstante la pluralidad de cada miembro, el equipo es uno y no se compone de solo un miembro.

Si dijera el pie: Puesto que no soy mano, yo no soy del cuerpo ¿Dejaría de ser parte del

cuerpo por eso? Si todo el cuerpo fuera ojo: ¿dónde quedaría el oído? Y si fuera todo oído:

¿donde el olfato? Si todo fuera un solo miembro: ¿dónde quedaría el cuerpo? Y no puede el ojo

decir a la mano: ¡no te necesito! Ni la cabeza a los pies: ¡no los necesito! Los miembros del

cuerpo que tenemos por más débiles, son los más indispensables. De la misma manera en un

equipo, todos necesitamos del otro para funcionar mejor y cuidarnos entre todos y reconocer con

honestidad nuestros límites. Si hubiera división entre sí, más de alguno hará lo necesario para

seguir juntos, es como el cuerpo, sin un miembro sufre todos sufren con él y si uno de ellos es

honrado, todos los demás toman parte de su honra. ¡Será el éxito siempre!, en dónde te

desarrolles, con quien convivas, ahí en el diario afrontar la vida. Para eso fuimos creados, para

vivir, confrontar, verificar y seguir… Estas vivencias me irían formando el criterio para planear

el siguiente viaje a La Laguna. No por estar bajo el agua se descubren cosas nuevas, también por

estar bajo y sobre el mar, al aprender de él y ponerlas en práctica.

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Fig. 11 Héctor y Edgar (de Izquierda a derecha). Buceando fuera del agua.

2.- Código de Honor entre lealtad y absoluta confianza.

Para la primavera de ese año estaba definido el próximo viaje a La Media Luna en la que

por razones misteriosas no podría acompañarnos ni Héctor, ni Marcos ni Muñe, ni Frank, quienes

ya habían intervenido en las anteriores inmersiones y conocían, como su propia mirada, el mítico

lugar. Pensaba el apoyo sustancial en Jaime, Luis Soto, Miguel de la Paz que asistirían a ese

viaje, quienes tienen un alto nivel de buceo y en quienes confío también ampliamente y, desde

luego, Chuy, con quien era el plan original de entrar al cráter, a quien consideraba, junto con

Ramón Márquez, que podrían lograr el objetivo. En está ocasión Ramón no iría porque se

encontraba en la India de viaje. Sería esta vez, únicamente Chuy. Recuerdo que Ramón cuando

supo por parte de Frank lo que habíamos hecho y que habíamos entrado, incrédulo, exclamó que

Frank había sido timado por el Capi, que había pagado alta la novatada porque él había ido

innumerables veces a bucear a La Laguna incluyendo su certificación como buzo avanzado y que

la conocía perfectamente ( sus cuevas y manantiales), que lo que estaba escuchando era imposible

por la estreches de la boca del cráter y la fuerza de la corriente. Algo inimaginable sellaría los

deseos de Ramón delfín Márquez y un nuevo reto para constatar lo que había escuchado como un

cuento de fantasía. Con Ramón, por su amplia experiencia como buzo y en quien he tenido

innumerables buceos y expediciones especiales, a quien confiaría mi vida misma no únicamente

por su técnica en el buceo, además por el extraordinario ser humano que es, cargaría con parte

del proyecto sin necesidad de cuestionar sus decisiones27. Nos disponíamos acampar bajo las

palmeras llenas de cocos en medio de una tormenta de sin igual presencia, vientos de más de 100

km/h. que doblaban las palmeras casi hasta el piso, nos resguardamos en el faro arrancando la

risa de Doña Chimina y Doña Martha (las cocineras), quienes permanecían inmóviles, serenas,

como si nada estuviera pasando. Doña Chimina era motivo de largas pláticas buceriles. Cuentan

que ella era la más certera cazadora de pulpos y constatado por mi, una gran cocinera de la

gastronomía del Pacifico. El pulpo es un animal rico en el paladar, muy alto en inteligencia al que

yo, en particular, respeto mucho. Lo que hacía más pujante su extrañeza era el deseo de

preguntarle cómo es que los cazaba, porque en una ocasión buceando con un gancho especial

27 Recuerdo que con ellos y en incontables aventuras se escribió en nuestros corazones una página que nos

dejaría marcados de por vida. (Era la certificación de buzos maestros de un nutrido y valioso grupo de entusiastas,

dirigidos, desde luego, por Ponccho, nuestro instructor y amigo en la Isla de Lobos, de la que ya les he contado con

Beto Bolaños y Xareni Fabela, excelentes buzos de mucha experiencia y mejores seres humanos quienes serían

nuestros anfitriones de lujo).

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para la pesca del mismo, encontré uno de gran tamaño para cocinar un suculento ceviche y

compartirlo como era acostumbrado con más de alguno que se dedicara absolutamente a

complacer su hambre.

En un mimetismo total, casi imperceptible, entre dos rocas y un escollo… de una pequeña

pared, Lázaro, un buen amigo de buena voluntad y presto siempre al servicio, al lado

acompañaba de morralero, hacía señas de que estaba algo dentro (un pulpo), a lo que cauteloso

acerqué el gancho para picarlo debajo de los ojos y muriera lo antes posible, en un instantáneo

movimiento, gire la muñeca ensartando al cefalópodo quien nos bañaba con su obscura tinta

dejándonos sin ver momentáneamente en medio de la nube defensiva. Al tiempo que se disipaba

la densa tinta el pulpo había aprovechado el distractor para meterse cuanto pudiera a la fisura

jalándome el brazo con tal fuerza que pensé lo perdería. Con una mano en el gancho y la otra

quitándo las aletas logré poner las botas en la pared de roca para hacer palanca y poder extraerlo

de una vez. ¿Cómo iba a ganarme tan pequeño animal? Una vez más y en una lucha de poder,

arrojaba de nuevo la tinta a lo que los expectantes compañeros, aguardando el resultado,

testificaban cómo el pulpo subía por el largo de la varilla del gancho y con apenas una punta de

uno de sus ocho tentáculos enredaba la manguera de mi boquilla de aire, jalándola con tal fuerza

que me obligaba a quitármela casi escupida por mi boca, ya que no quería que éste se acercará al

rostro.

Como pude tome mi boquilla auxiliar que paradójicamente lleva el nombre de Octopus

que traducido del inglés significa Pulpo y auxiliado por el siempre fiel Jaime, quien me hacía

fuerza por la espalda porque el incansable molusco no quería morir sin dignidad, trepaba con

ventaja sobre mi brazo apretándome fuertemente y adherido por las ventosas de sus largos brazos

y en la lucha por mantenerme flotante no me dejaba otra opción que tomarlo por el cuello, más

por miedo a perder y orgullo propio, lo pegaba a la roca y lo remataba con mi cuchillo, mientras

Lázaro lo introducía enérgicamente al morral amarillo ofendido por irrespetuoso mal humor en

contra del Capi, quien había perdido la postura y el decoro, que después sería recompensado con

una rica tostada y una cerveza bien fría. Recompensado, pero no antes de matar un ser, que en el

buceo es válido arrancarle la vida a un habitante del mar siempre y cuando, sea para consumo

personal y con un solo intento de muerte por intento de hambre, digamos. Uno va hacia el mar

pensando que éste infinitamente se regenera o se reinventa, como si mágicamente se recreara y se

reprodujera, es un grave error concebir así el mar y todo espacio acuático, en nuestro caso, la

Laguna de la Media Luna. El mar sólo es infinito en nuestra cabeza, de ahí, el mar es totalmente

finito. Tiene un límite y ese límite está al alcance de nuestra mordacidad y nuestra ambición. Los

japoneses y los nórdicos, asumiendo una alimentación basada en el mar, se creen con el derecho

de matar todo ser viviente comible, una industria de un espacio que pertenece a todos. Un

comercio de la naturaleza para cultivar una costumbre que ya se ha comercializado y parte de ahí,

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para que sea una hambre siniestra y contra toda naturaleza humana. Ballenas y tiburones, delfines

y tortugas, atún y marlin, pez espada y cardúmenes de todo tipo son diariamente aniquilados por

la industria de la codicia, no de la necesidad original del hombre, ganarás el pan con el sudor de

tu frente. Una vez más, la codicia hace su imperio en el Atlántico, en el Pacifico, en el mar de

Bering, en el Mediterráneo, en el Adriático, en todo mar posible alcanzado por el dólar y el

hambre insatisfecha de los desalmados del mar y sus ganancias. Sin embargo, haber matado un

ser del mar, por primera vez me sentí sin derecho a la subsistencia, a la reposición de energías, al

alimento sagrado que es la tierra para el hombre. Todo somos todo, pero, porqué he de elegir el

límite de existencia a un ser en la tierra, llámese planta, animal…, inimaginablemente llamarse

hombre, ser racional como tener derecho sobre todo ser en la tierra y ese no es el camino, al

menos, no el de la profundidad que es lo acuático infinito, y como infinito, vívidamente limitado.

Por otro parte, quizá la experiencia hacía asombrarme más de cómo una señora, mujer y

de avanzada edad, (y sin pretender faltarle respeto al sexo opuesto ni mucho menos sino

admirable aun más) en una actividad más comúnmente desarrollada por el hombre, fuera

destacada entre los suyos y algunos más como diestra cazadora del mar.

3.- Se pesca con la razón y el alma.

_ Doña Chimina, usted ¿cómo saca un pulpo?, me han dicho que es muy hábil en esto y

que no se le escapa ninguno…_ ...._Que no te cuenten._... Respondió con la misma serenidad

con la que observábamos cómo amainaba la lluvia y me dijo: _ven, acompáñame._, entrando a

una habitación obscura casi desocupada, donde había algunos tiliches y un par de hamacas

colgando de la pared, tomaba de una esquina del pequeño espacio, un gancho similar al que yo

tenía y dándomelo en la mano, dijo: _Tu conoces muy bien esto._ Con un tono, digamos, un tanto

seco y apuntalado y eso sí, muy afirmativo, como si supiera a ciencia cierta que ya había cazado

pulpos más de alguna vez, a lo que tomándolo en mis manos solo observaba que me respondiera

al tiempo que se iba a otra esquina e inclinándose con un pujido leve tomaba un huacal, de esos

de madera que se utilizan para llevar la verdura en los mercados, atado de lado a lado por una

piola de marinero.

Sinceramente yo pensé que la crujiente caja, vieja y maltratada, casi a punto de

putrefacción sería en donde depositaba a los infortunados pulpos, pero no, era la más ingeniosa

arma de la creatividad mexicana, y diré…, de la necesidad de valerse con los recursos que tienen

al alcance la gente de mar que cuenta de una economía mínimamente. Sosegada la lluvia,

_digamos, la fuerte_, Doña Chimina me dijo: _¡sígueme!_. Y pasando lejos del grupo como para

no causar mucha expectación caminábamos por sobre la arena blanca y apenas en mi intento

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fallido por tomarle la caja y ayudarla, ella se la colocó al rededor del cuello con la cuerda que

tendía de los extremos.

Se quitó las sandalias, se subió la falda un poco más, jalándola del resorte y con el gancho

en una mano y la caja colgando de su cuello dijo: _¡tu, quédate detrás mío y no hables y camina a

mi paso!_.

Introducidos en los primeros metros noté que la caja tenía fondo de vidrio lo que me

intrigaba más aún pero ya sin poder preguntar porque rompería la regla. Conforme nos metíamos

más, la caja quedaba ya dentro del agua y Doña Chimina caminando a paso lento observaba

dentro de ella y un efecto como de lupa, que aumentaba las formaciones del arrecife le permitía

ver el sitio exacto en dónde el escurridizo pulpo permanecía ajeno a que en un breve instante

sería atrapado, no con la habilidad y rapidez de una mano joven, sino de una simpática y brillante

mujer que los iba colocando en otra piola que llevaba entre sus ropas, debajo de su mandil y que

después de media hora, (casi nada, diría yo), la amarra (que ahora si me tocaba cargar), ya estaba

completa y ya me comenzaba a pesar, me la cambiaba de la mano cansada a la mano que se iba a

cansar, maravillado de aquella mujer serena, de esa quietud que el mar sabe dar, con una gran

sonrisa en el rostro y en el corazón, ya sin palabras, había aprendido más que habilidad en los

asuntos del mar, por el instinto de sobrevivencia. Mujer de bella alma, Doña Chimina,

imborrable de la mente, siempre la recuerdo con agrado. A partir de ese momento, la solemnidad

se le quitó conmigo. Curiosamente cuando nos acercábamos a las mesas para comer y sin antes

de sentarme, iba a la cocina, tomaba su cabeza, le daba un beso en la frente y sin decir nada, me

retiraba a esperar mi plato que siempre iba especial.

Aquel día de la caja de madera y vidrio, la caja de las sorpresas, aguardaba a una serie de

días para demostrar lo que habíamos aprendido entre cuatro paredes para podernos certificar

como buzos maestros. El grado de Dive Master es muy exigente y con Ponccho la exigencia llega

a grados de verdadera profesionalidad. Y una tormenta haría el escenario perfecto para

certificarnos sin tolerancia alguna. Instalados, esperábamos que la tormenta amainara cuando otro

grupo numeroso de buzos llegaba para presenciar dicha hazaña.

Ponccho le dijo a Beto Bolaños que zarparíamos en dos horas, que le preparara, por favor,

todo para hacer un buceo a dos luces, entrar con luz y salir de noche para ver el cambio de vida

en el fondo del Golfo de México, con la exigencia de la práctica y el apoyo de Beto, quien

conocía a ese viejo colmillo de mar. Y sin cuestionar sus decisiones tomaba cartas en el asunto.

Cuando Beto le dio la orden a su capitán El Gato que dispusieran lo necesario para nuestra

partida, exclamó sorprendido: _¡Si era una broma!_. Volteando al cielo con la mano en la frente

de visera, para que las gotas no le golpearan sus ojos, sin decirlo con palabras lo decía con el

gesto: _¿Que no ves que está lloviendo y se hace de noche?_. Y Beto, respetuoso, por las

decisiones de Ponccho, daba media vuelta asintiendo que se llevará a cabo la indicación. El

marinero que acompañaría al capitán pidió no ir y Beto, asumiendo, va con entusiasmo…, sería

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testigo y participe de tal afrenta.

Estando bajo el faro en espera de las indicaciones, escuché que el otro grupo de buzos le

decía a Xareni que: _porque no podían bucear_. Y Xa, como le digo de cariño, respondía con

cordura y amabilidad, que: _las condiciones del mar no eran las adecuadas_. Cabe mencionar

que cuando se bucea en la Isla de Lobos existe el permanente riesgo de quedarse en tierra firme y

no poder bucear durante toda la estadía si el mar, que no tiene palabra de honor (en relación a los

hombres), no lo desearía, incluso de no poder regresar a tierra firme por las mismas razones, a lo

que debemos estar preparados y ser muy profesionales si esto aconteciera.

El líder del otro grupo replicó que: _por qué nosotros sí bucearíamos y ellos no_. Xa

(como siempre linda) diría estas palabras: _¿Tienes idea de quién es ese señor de la piochita?_.

A lo que contestó éste un tanto molesto: _¡ ni idea_. Y Xa agregaba: _si lo conocieras le pedirías

su autógrafo, él es Ponccho Pérez Munguía, una leyenda del buceo y el único capaz de hacer lo

que tus ojos verán_. Después, tres de ellos viajaron a la ciudad de León, a tomar su siguiente

curso con Ponccho porque querían tener su certificación firmada por él.

En ese instante no sabía si darme gusto del lugar en el que nos posicionaban gentes

grandes como Xa y Beto o ponerme nervioso por lo que íbamos a enfrentar, posteriormente nos

enteraríamos que acababa de pasar el huracán Dean28.

La embarcación se movía en un zigzag, recuerdo que en un instante veía agua y en otro

veía el cielo, en una instante de nuevo el agua y luego el cielo. La cara del capitán Miguel , (El

Gato), expresaba con toda seguridad: …¿Y estos locos de dónde salieron?...

Llegado al sitio de la inmersión (tratando de sostenernos en pie), nos equipamos

cuidándonos unos a otros de que las cosas marcharan seguras. Pero una imagen que jamás

olvidaré, fue que volteando a ver a Ramón, su rostro tenía una sonrisa como en mucho tiempo no

se la había visto, asunto que me hizo voltear a ver a los demás, tratando de comprender el por qué

de su gesto y más sorprendido quede al ver que todos tenían la misma sonrisa, como si nos

hubieran comprado máscaras a todos. Entrando al agua, una sensación especial se hacía presente.

Había en el ambiente una paz y un estado inmejorable. El agua cálida, una transparencia como

jamás viví en un buceo nocturno y las gotas de lluvia penetrando el espejo del mar en un

escenario único e irrepetible. Como diría Bachelard: <Delante del agua profunda, eliges tu

visión; puedes ver, según te plazca, el fondo inmóvil o la corriente, la orilla o el infinito; tienes

el ambiguo derecho de ver y de no ver; tienes el derecho de vivir con el barquero o de vivir con

"una raza nueva de hadas laboriosas, dotadas de un gusto perfecto, magníficas y minuciosas".

El hada de las aguas, guardiana del espejismo, tiene en su mano todos los pájaros del cielo. Un

28 Huracán de categoría 5, Vientos máximos de 280 Km/h (durante un minuto) 39 fallecimientos directos y 14 en México. El 19 de agosto del 2007 Petróleos Mexicanos anunció el desalojo parcial de las plataformas petroleras situadas en la Sonda de Campeche. Tocó tierra el 22 de agosto al norte de Veracruz

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charco contiene un universo. Un instante de sueño contiene un alma entera.>

Más tarde, casi al finalizar el buceo, después de haber visto vida multicolor y misteriosa,

un nudibranquio (liebre marina)29 media agua, cruzaba por delante de nuestros ojos captando la

atención de barracuda, delfín, su hermano Daniel dorado Márquez y mía, además de que por

debajo de la superficie se alcanzaba a ver la luna dibujada, cosa por demás extraña porque según

nosotros estaba lloviendo antes de entrar, pero no, no era tal, estábamos en medio la quietud del

ojo del huracán, lo que nos había hecho sentir aquella paz del inicio del buceo y elevando nuestro

espíritu noté que tanto Ramón como Chuy, al unísono estaban llorando de la emoción al igual que

yo, sellando aquella experiencia con un abrazo en el fondo del mar conmovidos al extremo y

sellando nuestra amistad con un código de honor que sería el parte aguas a partir de ese momento

en mi vida. El mejor buceo nocturno de mi vida sin duda por la experiencia natural, por el

descubrimiento de nuevos valores y sentimientos de mi nueva familia. En ese viaje seríamos

bautizados con un mote marino como signo de bienvenida al mundo del buceo en su etapa

profesional y el nacimiento del Capitán Mantarraya, acompañante eterno. Ser nombrado en el

mar es ser aceptados por el mar como cuando uno muere en el mar es aceptado por su

profundidad, se es del mar. Si el nombre abre el ser, el nombre en el mar abre las profundidades y

sus enigmas, somos un poco peces y nos viene una piel salada para asegurarnos que toda

profundidad es una realidad presente.

29

Video 3. “Liebre marina”. (Aplysia)

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Fig. 12. Nudibranquio. Liebre marina, nocturna, que nada elegantemente.

De regreso en las lanchas, todo el equipo se reunía en una sola, las otras llevaban el

equipaje, los tanques, los trajes, etc… Y al grupo de servicio rumbo a tierra firme.

Nuestro gran líder Poncho, propuso que a manera de bienvenida al mundo del servicio,

hiciéramos una especie de bautizo con un mote marino que sería puesto en común y que el recién

iniciado debería de aceptar con gusto. Recordé en ese instante a Héctor López S. Y a Lula con su

siempre espíritu de servicio y generosidad. Ellos, ambos, estaban ahí en nuestros corazónes

porque en esa ocasión no pudieron viajar y que habíamos tomado el curso de Dive Master juntos.

Ponccho agregó, con su fuerte voz, que éste era el principio de una nueva etapa para

todos nosotros, que lejos de estar unidos como buzos nos unía la amistad y el código de honor

que se había formado en esa fabulosa expedición.

Con los ojos rasantes de lágrimas agradeció al grupo nuestra presencia en su vida y

revelaba, en medio del mar, que él había dado todo por el buceo en su vida, a pesar de las

vicisitudes que esto le había generado seguía firme y convencido en el mundo subacuático y que

ahora nos tocaba transmitir.

En medio de las palabras de Ponccho, más de alguno, en especial Ramón que pasaba por

una etapa de cambio, quedaba conmovido profundamente el maestro, contagiándonos a casi todos

de esa nueva etapa por venir. Agregando, con claras ideas, Gabriel Orca Salinas, un buen y muy

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noble ser humano, educado y siempre en pro de la justicia, dijo: _este sublime acto que a nacido

del corazón nos hermana y nos compromete, no sólo en el buceo sino en la vida_. Ahora ya no se

es el licenciado, el diseñador, el doctor, el ingeniero, ahora ya no son los títulos. Hoy comienza

una nueva era en nuestra esencia de hombres, de personas con moral, con espíritu y se estableció

en este preciso momento un código de honorabilidad, a lo que les pido unamos nuestras manos y

sellemos lo acontecido con una porra a Ponccho Tiburón Pérez Munguía. Y al unísono

dejábamos nuestra voz perdida con el viento marino en aquel lugar del mundo donde salió una

voz acuática que nombraba:

_Pablo Alfonso Tiburón Pérez Murguía_. _…¡Presente!...

_Cuco Gobio Sánchez_. _…¡Presente!...

_José Foca Marín_. _…¡Presente!...

_Armando Tritón Villanueva_. _…¡Presente!...

_Ramón Delfín Marquez_. _…¡Presente!...

_Daniel Dorado Marquez_. _…¡Presente!...

_Chuy Barracuda Reyes_. _…¡Presente!...

_Gabriel Orca Salinas_. _…¡Presente!...

_Edgar Mantarraya Knapp_. _…¡Presente!...

Nacimos al agua desde al agua sostenidos. En cada presente se escuchaba un grito de amistad y

de libertad. Amistad en el sentido de ser uno al lado del otro tomados por la hondura de la sangre.

Libertad porque a pesar de ser por el otro, éste se disipa en las profundidades y queda alguien en

lo profundo y el espacio acuoso como un infinito seno materno del cuál no sabemos aún su

nombre. Un líquido amniótico que nos protegía en el nacer, simbolizando una vida perpetua

llevada al extremo de toda inmediatez y fortaleza. Pero más que presentarse al mundo acuático

como parte de él, se establecía una cofradía de militantes por salvar al otro, una especie de

ejército de salvación para que al otro nada le sucediera en su afrontar la existencia acuática. Pero

sobre todo, hacerse uno con la naturaleza y a través del otro, con la historia humana. Eso es lo

que da el buceo profundo, encontrar la serenidad con la naturaleza y con la historia de los

hombres. Una formación en el sentido de traer consigo toda una historia y confrontarla con la

realidad del lugar, de su propia historia. Descubrirse en la historia como seres históricos al lado

de todo lo que existe en el fondo del mar y de todos los lagos del mundo. El mar es la membrana

de la tierra para ver en ella el futuro y el pasado de todos los hombres. Ya Tales de Mileto lo dijo:

Somos Agua. Y agregaría: Y en agua nos convertiremos.

Alimentados en el espíritu guardábamos silencio, con la mirada tirada al horizonte, cada

quien consigo mismo. ¿Cuál sería mi pensamiento durante la próxima media hora después de

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aquella manifestación de caballerosidad y entusiasmo? Me sentía completo, descubría que una

nueva familia estaba surgiendo y que el líder era un verdadero guía que nos educaba, heredaba,

no nada más los conocimientos técnicos de la vida del buzo, aún mejor, que ponía en la bandeja

del crecer los valores de un líder, de un verdadero guía y que estaban ahí para quienes se los

quisieran adjudicar.

CAPÍTULO V

LA LAGUNA QUE CONQUISTÓ A UN HOMBRE

Este cúmulo de experiencias iría formando la voluntad para llevar a cabo el nuevo reto,

constituiría nuevos criterios, conforme pasaban las ideas por la mente y sin poder quitarlas, el

deseo de haber descubierto el manantial, lo que ahí dentro se encontraba y se hacía más vívido

minuto a minuto. Noté, que con el aparente control de la situación, en la que parte del liderazgo y

el buen orden en la toma de decisiones y la responsabilidad que conllevan, no era lo mismo tratar

de penetrar el cráter como buzo primero o segundo. El buzo acompañante está concentrado en

observar los movimientos y tiempos del buzo primero, generalmente evalúa rápidamente cada

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movimiento y aprueba o desaprueba la acción haciendo lo que el buzo guía, quizá incluso no

perciba ciertas acciones que hace en automático al verlas resueltas con antelación por su

compañero lo que hace un buceo, diré, no más relajado sino menos tenso; al contrario del buzo

primero quien además de evaluar, está permanentemente tomando las decisiones en fracciones de

segundo bajo presión y con la consigna de no cometer el mínimo error que exponga la vida de

ambos, tomando iniciativas de poder en la intensa y complicada suma de información, que como

bombardero podría confundir la mente del un seguro y experimentado en la materia. Debe de

saber manejar la situación y tener el control. Situación por demás emocionante de verse

confrontado, que de ello pende una gran responsabilidad que forja la voluntad y expone

virtuosamente la templanza en el juego interesante del éxito o el fracaso. Como preámbulo estaba

la certificación de algunos alumnos de una escuela de buceo y buzos avanzados que darían marco

a tan especial viaje, ya que entre ellos estaba un personaje singular que le daría mucho sentido a

mis ideas y fuerzas para continuar en la más de las peligrosas inmersiones de mi vida, hablo de

José Grimaldo Colmenero, espíritu inefable y voluntad contra todo destino.

Fig. 13. José Grimaldo Colmenero en su certificación de buzo testimoniando sus logros.

1.- La voluntad de un sí a la vida.

Un ser con la dignidad del que lo ha arriesgado todo, con capacidades propias de asumir desde

otro palo el mundo, ya que intentaría su acreditación sin contar con ninguna de sus piernas,

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miembros básicos e importantes en este deporte, que rompería todo paradigma de valentía,

mostrándonos que los valientes también tienen miedo pero siguen avanzando. Y por cuatro días

acontecía el jubileo de lograr, al fin, el sueño esperado de la conquista de nuestros propios

corazones.

Sensibles por el entorno que vivíamos, comenzó en la fase de concentración y medio

alejado o ausente, repetía concientemente y paso a paso, cada parte del plan. Sumergido en una

burbuja de tiempo y espacio, descubría algo en la conciencia que no estaba presente y para

algunos sucesos estaba inadvertido como una especie de limbo. Previo a un buceo a las 5:00 a.m.

las aletas no estaban en su lugar y por ningún lado. Sin poder pensar, fui corriendo por las aletas

de Muñe y haría la inmersión porque el tiempo apremiaba, ya que era un buceo a dos luces, ya

que entrábamos antes del amanecer, cuando todavía no hay luz de día, y saldríamos cuando el sol

irradiara su presencia visible. ¡No había tiempo que perder! Era necesario entrar sin luz. Ya

durante el buceo recordé haberlas dejado en la orilla del muelle, por consecuencia nunca las

encontraría.30

Al inició del buceo me dirigí con el grupo de avanzados a la boca del cráter 31 porque

tenían el deseo de estar a está profundidad y de verlo de cerca. Fue cuando pensé ávidamente en

meter medio cuerpo para ver si las aletas de Muñe no me cambiaban la estrategia de entrada y

cual va siendo mi sorpresa que apenas medio metido, éstas se harían como de papel por la fuerza

de la corriente doblándose hacía arriba y lastimándome los tobillos. No podría entrar bajo esas

circunstancias y extenuado, comencé a renunciar a tal evento pues indicaba lo contrario. Un

desánimo llegó a los sentidos por haber perdido parte del equipo o quizá por saber que no entraría

como lo había imaginado. Envuelto entre centenares de buzos y nadadores que estaban de

vacaciones en el lugar con un murmullo permanente, en la espera del momento de la inmersión,

dentro del cuerpo prevalecía una división interna, empezaba a gobernar la mente. En el largo

repaso del plan concerté relajarme, estar distraído relativamente viviendo las maravillas de la

naturaleza y de las bondades de la Sierra Madre occidental con la cámara dispuesta al cuello

robando cuanto fuera otorgado.

Al salir del agua Marcos y Héctor habían decidido ir a un lugar cercano, encumbrado en

el corazón de la sierra, llamado Puente de Dios. Una caída de agua que bajaba con fuerza por las

laderas y formando un estanque de 45 pies (13.7 m.) de profundidad y que bucearíamos con

30 En especial esas aletas representan, (no sólo la fuerza de propulsión que tienen, y aunque son ya muy viejitas, las adquirí con un buzo que se las había comprado a mi maestro, instructor y amigo Ponccho, una leyenda viva en el mundo del buceo, único e irremplazable y a quien respeto, admiro y quiero muchísimo), un significado especial por haberlas usado él. El merece más que un capítulo porque él en si mismo es un libro de amplias aventuras e innumerables buceos que pocos llegan a imaginar y a quien le debo ser buzo, amar este deporte tan apasionante y diverso en cada inmersión. El me mostró al Señor/mar, como le diría a partir de mi primer inmersión ya desde hace quince años.31 Video 4. “Visita al abismo”.

57

especial alegría en un lugar mágico de cascadas escalonadas que darían lugar a caprichosas

geometrías llenas de roca, características del lugar que envolverían para distraer la mente y

cuerpo entre grandes sonrisas, alegrías de nuestro grupo de amigos.

Un singular dato es que cada que salimos en grupo a bucear, los fotógrafos no se hacen

esperar, notamos que nuestras sonrisas están a plenitud como en la vida cotidiana no las tenemos.

Exhaustos nos detuvimos en un comedero e hicimos la parada obligatoria de los sagrados

alimentos y saliendo de noche, visualicé en lo oscuro del cielo una cruz azul de luz neón en lo

alto de un templo que no había percibido por ser de día, que me invitaba a entrar, meditar un

momento, quizá lo que mi espíritu necesitaba en ese preciso instante. Arrodillándome

pasivamente elevé mis oraciones consagrándome entero y rogando por que todo saliera bien, con

todos los que intervinieran directa o indirectamente en la expedición pero sobre todo y con mucha

fe, quería apaciguar mi ser, tener claridad si debía de proceder o retirarme oportunamente. Casi

deseaba escuchar dentro las palabras que indicaran qué hacer y en un arrebato le pedí a Dios

hablara con claridad dándo un si o un no que hiciera saber si estaba haciendo lo correcto, que lo

dijera de tal manera que entendiera sin titubear incluso expresándole: _¡Señor, por favor, tu sabes

que soy medio lento para entender tus signos, por lo que te pido me hables con claridad.

Fig. 14. Buceo en Puente de Dios en la Huasteca Potosina. (De izquierda a derecha: Lázaro Ramírez, Edgar Knapp,

Chuy Reyes y Grecia Torres.

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Era necesario calmar el espíritu y tener la certeza de los actos y esa parte del ser humano

en su necesidad de fe sosegaba la intranquilidad devolviendo la paz que requería porque en el

fondo, sabía que era un reto con alta probabilidad de muerte siendo un lugar que hace sentir su

inmensidad natural de indiferencia y cobra el haber tenido la osadía de ser uno con su belleza y

sus misterios. En este instante, noté que parte de mi individualidad estaba aflorando. Yo no

quería estar acompañado como en algunas ocasiones en las que acudía con Muñe en momentos

difíciles, está vez tenía la necesidad de ser yo mismo, de afrontar los miedos de algo que quizá no

podría ser comprendido porque ni yo mismo sentía mi vida en esta nueva experiencia.

Estar en la presencia de Dios de donde mana la vida eterna y ante curiosa analogía con el

cráter de donde mana agua y vida, mi corazón se identificaba ante tal semejanza.

Esa parte de ser individuo es maravillosa porque ahí es donde se encuentra la

personalidad, el soy yo. Y ahí, en lo secreto del corazón, descubría segundo a segundo la manera

de sentir, de pensar, de ser, de querer, en un lenguaje difícil de interpretar en medio de los ruidos

de la vida.

2.- Haz tu plan…sigue tu plan.

Ya en la quietud, llegamos a La Media Luna y el resto del grupo estaba esperándonos para

hacer el briefing (intro) de la entrada al cráter e iniciando la charla, Chuy irrumpió dirigiéndose a

mi diciendo: _¡Capi!, vinieron del centro de buceo y dijeron que fueras con ellos porque encontraron tus aletas y que sólo a ti te las pueden dar_. La noticia, por demás alentadora,

doblegaba el ser, sabiendo con certeza que la respuesta que esperaba de parte de Dios y Dios

mismo, que se hacía presente provocando decir una alabanza, gratitud que me haría correr al centro de buceo entonando, murmurando el nombre de Dios en una alegre y honda oración.

Signo de aliento que encaminaba la expedición favorablemente y la voz de Dios vivo que me decía…, Sí. En está ocasión la presencia de Dios era muy clara. No que en otras ocasiones no lo

fuera, porque en cada buceo y rodeado de todo cuanto la vida submarina nos regala, he visto su

creación y es en ese preciso momento cuando el espíritu se eleva, sin palabra alguna de alabanza,

resta entrar en la absoluta de las oraciones: la contemplación, en donde no hay nada qué decir,

únicamente: Tu me ves y al mirarme yo Te veo.

Gustoso con las aletas debajo de los brazos como libros de un escolar, regresaba a la reunión en

dónde leeríamos el plan de buceo y la información de las experiencias anteriores para quienes

intervinieran, estuvieran empapados, sumergidos en la organización y el buen orden de la

inmersión. Determinando las tareas para llevarlas a cabo, concluimos que Muñe fuera la buza de

59

contingencias en superficie, el puente de comunicación entre Marcos y nosotros, (aquí debo decir

que el mayor número de accidentes suceden en superficie y por ser ella mi esposa, notaría de

inmediato en mi forma de ser, en mis expresiones, color de labios, ojos dilatados, etc., alguna

anomalía y sabría controlar la situación con la tranquilidad con la que ella siempre vive y virtud

que la caracteriza), también ayudaría a Marcos a colocar el primer tanque a 15 pies (4,57m.), ya

que éste bajaría con otros dos para ser colocados a 60 pies (18,28m.) y a 90 pies (27,4m.)

respectivamente. Marcos se daría el tiempo necesario para bajar a cada profundidad y amarrar

cada tanque como se tenía previsto.32

Fig. 15. Claudia Anabel (Muñe) a 15 pies de profundidad (4.57 m.) en la línea de vida con el tanque de parada de

seguridad y reserva de aire. Fase importante en la expedición.

También posicionaría la línea de vida desde la boca del manantial hasta la superficie,

anudando el último tanque que sería posteriormente el importante. Una vez posicionado le daría

la señal a Muñe y ella a nosotros para iniciar aceleradamente el descenso. Al bajar, lo haríamos

Chuy, Héctor y yo entrando en este orden: yo primero, luego Chuy y posteriormente Héctor, que

se quedaría a 110 pies (33,52 m.) de profundidad como buzo de seguridad, en espera que

nosotros saliéramos. A 110 pies ( 33.52 m.) de profundidad la condición es muy particular, pues

32 Cabe decir que Marcos es un extraordinario escalador y rappelista, actividad en la que también depende la vida del deportista, como en esta ocasión de un buen nudo.

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él también corría el riesgo de caer en deco (descompresión), que además tuviera la calma de

permanecer bajo tal profundidad sin quedarse sin aire y en quien ese problema sería pecata

minuta porque es de los mejores consumos que he visto en quince años que tengo en este

deporte/vocación y que al igual que Muñe, es de carácter ecuánime y de respuesta rápida en

alertas importantes. Chuy se haría cargo de la cámara y de documentar la existencia o algún

indicio de la osamenta de mamut, además de salvaguardar nuestras vidas en la fase de esta

inmersión peligrosa y estresante del plan, buzo por demás adecuado para dicha osadía por su

larga experiencia y en el que los cuidados no serían tan exigentes entre nosotros. El perfil en está

instancia exigía habilidad y experiencia, además temple, coraje, decisión, valor, características

intrínsecas en él y en quien repito, confiaba cada parte de mi vida y sin su participación no

hubiera sido posible tan excelsa vivencia. Terminada la charla introductoria caí en la cuenta por

los que participarían en las labores de mayor responsabilidad que habían ya intervenido en

ocasiones anteriores e inicialmente, no estarían en ese viaje porque sus actividades cotidianas no

lo permitirían. Sin embargo, ahí estaban.

Una vez más experimentaba las respuestas que en la oración había pedido a Dios al ver

que el equipo humano era el apto y que estaba en el momento preciso en el espacio adecuado. En

esta instancia del día, Dios ya estaba junto a nosotros, Él nos acompañaba. Muy confortado,

tranquilo, con más seguridad que en otros momentos, le daríamos forma al plan apoyado por

Chuy y las aportaciones del equipo, revisábamos cautelosamente cada movimiento y analizando

qué hacer en caso de falla en cualquiera de los pasos del plan. Cosa curiosa y en la vigilia del día

“D”, (así le quisimos llamar), dormí como no lo había hecho en los últimos tres días.

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CAPÍTULO VI

EL DÍA “D” o EL MAMUT

A la mañana siguiente iniciaban los preparativos pero destacaré dos sucesos importantes

en el proceso de mentalización. Con los nervios naturales que embargan fui a la cabaña de Chuy

y antes de iniciada la operación dijo cariñosamente, con mucha delicadeza: _¡Capi, amigo…,

empiezo a notarte acelerado con esa emoción que a veces tienes y te hace perder el control,

tranquilo amigo, todo va a salir bien, tenemos la capacidad!_. Esas palabras darían un respiro y

la confianza de llevarlo acabo, además de la paz con la que Chuy se encontraba. Las cosas ya

estaban listas. De regreso a mi cabaña le comenté a Muñe lo que había dicho Chuy y con toda

sabiduría me abrazó y dándome su bendición con la señal de la Cruz nombró el Salmo 91 en el

oído con su dulce voz:

“Tu que habitas al amparo del Altísimo

y resides a la sombra del Omnipotente

dile al Señor .

Mi amparo, mi refugio,

mi Dios en quien pongo mi confianza

El te librará del lazo del cazador

y del azote de la desgracia;

te cubrirá con sus plumas y hallarás

bajo sus alas un refugio.

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No temerás los miedos de la noche

ni la flecha disparará de día

ni la peste que avanza en las tinieblas

ni la plaga que azota a pleno sol.

Aunque caigan mil hombres a tu lado

y diez mil a tu derecha.

tu estarás fuera de peligro

su lealtad será tu escudo y armadura

Basta que mires con tus ojos

y verás como se le paga al impío

Pero tú dices: mi amparo es el Señor

tú has hecho del Altísimo tu asilo

La desgracia no te alcanzará

ni la plaga se acercará a tu tienda

pues a sus ángeles les a ordenado

que te escolten en todos tus caminos.

En sus manos te habrán de sostener

para que no tropiece tu pie en

alguna piedra.

Andarás sobre víboras y leones

pisarás cachorros y dragones.

Pues a mí se acogió, lo libraré

lo protegeré

pues mi nombre conoció.

Si me invoca, yo le responderé

y en la angustia estaré junto a el,

lo salvaré, le rendiré honores.

Alargaré sus días como lo desea

y haré que pueda ver mi salvación”

Salmo 91.

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Mi alma sellada a Muñeca en la sutil, pura y profunda hermandad de los amores,

embargado al borde de las lágrimas y con el corazón adherido al suyo, suspirando un amén, la

solté de entre los brazos y tomándola de la cabeza le di un beso en la frente en signo de

reverencia ante tan gigante mujer y en quien me complazco sin cesar en esos momentos nuestros

que jamás nadie nos arrebatará, borrará, silenciará. (Que capacidad para conocerme y ponerme en

sintonía con el creador y dueño de cuanto existe). Un acto sublime y perfecto del hombre es

cuando con humildad voltea al cielo, reconoce su poder y sin cuestionarse murmura el nombre de

Cristo dándole toda la gloria al abandonarse de sí y reconocer su plan maravilloso, un plan que

Dios mismo tendría para mí, para nosotros. Inmerso conmigo mismo, “Ahito de mí, sitiado en mi

epidermis” como diría el poeta Gorostiza, noté que parte de la conciencia ya no tomaba en

cuenta los acontecimientos paralelos al plan, incluso sentía lo ajeno a las tareas del equipo. Cada

quien en esta instancia tomaba total control de sus actos y responsabilidades. Concretos, cada

quien hacía lo que se le había asignado y sin decirlo tajantemente, casi sin recordar cómo

habíamos llegado al punto de reunión o cómo haber trasladado nuestro equipo a la zona de

equipamiento en la plataforma a la orilla de La Laguna. A lo lejos visualizaba a Marcos con la

cuerda enredada entre sus manos, revisándola minuciosamente y platicando con Héctor quien le

ayudaba a armar su equipo en el tanque, los veía de lejos como en cámara lenta sin escuchar lo

que platicaban entre ellos pero concentrados en lo que hacían. Muñe dando rondines por entre

todos revisando visualmente que no faltará nada, y con su equipo ya recostado sobre las maderas

en espera de dar el toque de salida. Cosette concentrada con el grupo que haría la siguiente

inmersión con Luis Soto en su primer buceo como guía. (Previo a entrar al agua el grupo de

protección civil del municipio nos interceptó para colectar algunos datos sobre nosotros y la

estrategia de trabajo. Se les informó del nombre completo, edad y actividad precisa de cada uno

de nosotros. Este extraordinario equipo de apoyo tenía doce buzos que estarían en superficie, dos

de ellos con una lancha provista de los primeros auxilios, un radio comunicador en plataforma y

una ambulancia equipada en caso de contingencia en la salida más próxima al sitio de la

inmersión. Profesionalmente habían hecho un recorrido un día antes para tomar la ruta corta y

medir el tiempo que demorarían en llegar a un centro de salud o al hospital en caso de un

accidente o el uso de una cámara hiperbárica de descompresión. El comandante en jefe José de

Jesús Becerra Monreal estaba notificado del operativo, nos había brindado todo su apoyo con su

equipo técnico y humano, quien nos daría total confianza en lo que a seguridad y riesgo

correspondía).

Llegaba el momento de entrar al agua y de iniciar tan atrevida gesta por lo que fui hacia

Cosette quien entraría al agua hacer un buceo con un grupo aparte, el cual sería su primer

inmersión sin sus papás, logro que para ella sería tan importante a sus 12 años de edad como tan

importante sería el nuestro. Nos dimos un abrazo, nos dimos una bendición y sin decir palabra

nos amamos por un instante.

64

1.- En la Profundidad del Abismo, sólo el Abismo.

Con el tiempo corriendo sin presionarnos nos dispusimos tal cual estaba diseñado el plan.

El grupo en orden y bajo la última revisión. Muñe recibe la señal de Marcos quien nos la

comunica inmediatamente y como tres astronautas ingrávidos nos sumergimos veloces

paralelamente a la línea que nos marcaría el trayecto. Cuenta posteriormente Muñe que cuando

nosotros bajábamos, ella nos observaba caer y que al pasar por su costado perdía la visibilidad

parcial de aquellos hombres que se irían haciendo pequeños conforme la profundidad nos

desdibujaba en aquel peculiar color azul intenso disfrutando de nuestras siluetas como en un

cuento de viajes submarinos.33 O como diría Netzahualcoyitl: “Como una pintura nos iremos

borrando.” Sí, nos barrábamos pero para el día hacia lo oscuro del fondo de nuestras pasiones.

De la misma manera Marcos regresaba la mirada a la boca del cráter para hacer la ultima revisión

cuando repentinamente ya estábamos cerca de él sorprendiéndolo por tan instantánea presencia,

contaría posteriormente aquella imagen de tres hombres definidos en hacer cumplir el objetivo

trazado.

33 Video 5. “Los Acuanautas. Ingrávidos con nuestras manos extendidas como alas y sin tenerlas volábamos dentro del agua”

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Fig. 16. Cosette Knapp buceando con libertad entre los nenúfares de la Laguna.

Al llegar al punto de entrada reduje la velocidad a cero para poder dar la vuelta entera y

meter los pies primero en la total flotabilidad neutra que permitiera tomar el control de la

ingravidez, evitar levantar sedimento que obstaculizaría la visibilidad de Chuy y Héctor, en un

análisis rápido tomé un tronco que se interponía en la embocadura para impulsarse hacia abajo,

en una lucha de poder a poder contra la corriente desde la mente y corazón. En lo absoluto quedé

sorprendido de no avanzar cuando una de mis aletas quedaba torcida, inhabilitada para continuar.

Que bienvenida tan confrontante daba el cráter, apenas iniciada la inmersión y con obstáculos a

vencer tuve que pensar las cosas, decidir si abortaba, al sentir que el tiempo se reducía

velozmente y la seguridad de toda la penetración. Cuando la mente revelaba los rostros de todos

cuantos intervenían en dicha expedición y aquellos que confiaban en que lo lograríamos, pero en

especial, una figura como pintura en los pensamientos hizo recordar a José Grimaldo buceando y

desplazándose con sus manos que hacían las veces de sus piernas y sin aletas, se escurría

buceando. Un tenaz reto que impulsaba a seguir en el ahínco que en el esfuerzo físico cuando

repentinamente la aleta se soltó y pude continuar. El plan era que una vez que se librara la fase

complicada de penetración entre troncos y roca que formaban el embudo daría vuelta, y mandaría

luz intermitente a Chuy como señal de que estaba listo para esperar su ingreso para juntos iniciar

66

la fabulosa aventura entre las entrañas de la tierra.

Posicionado para dar el espacio, lo sorprendente de que el extraordinario buzo había

decidido entrar casi adherido a mi y de cabeza, acto que le haría fácil la inmersión. Trabajar en

equipo es coordinarse no en determinar lo que a cada miembro le corresponde sino en estar

atentos a las necesidades del plan conjunto para llevarlo a buen término. Chuy contaría, después,

que al notar mi lucha, él soltaría mi aleta facilitando la entrada. De no ser así, quizá no hubiera

sido llevada a cabo la inmersión. Con la señal de ¡Ok!, y confirmando la primera fase como

cumplida, iniciamos el descenso de los próximos veintisiete metros para ver qué nos deparaba

tan escalofriante túnel negro lleno de misterios y de incomprensiones. Ya era un logro estar

dentro, era la primera vez que me encontraba con alguien en esta profundidad, acto que alegraba

el instante.

Delante de mi un haz de luz que salía de una lámpara, viajaba por el espacio como un

largo y muy definido rayo, muy delimitado, dirigido como un tubo, dibujaba escasamente la

forma del pozo en tan absoluto negro y pequeñas partes de la pared cilíndrica del cráter iban

apareciendo conforme íbamos avanzando. Destellos aislados como reflejos de espejo

parpadeaban como seres vivos de piedras semipreciosas al cruce de la luz. Floritas, cuarzos,

topacios y rocas veteadas con venas multicolores que hinchaban el corazón y las emociones, el

sonido del torrente que manaba desde sus adentros, como una voz burbujeante, líquida, soberbia,

que decía palabras en un lenguaje inenarrable, de timbre grave, muy grave, casi musical como el

eco de la historia y el permanente roce del agua en todo el cuerpo, ponían en alerta porque el

tiempo era factor vital, entre ver las maravillas al ir descendiendo y voltear para todos lados

buscando algún indicio fósil de mamut. Una sensación extraña casi indistinguible se apoderaba

del cuerpo.

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Fig. 17. Formaciones de roca multicolor que al paso de la luz destellaban marcando el camino.

Por una parte maravillado de ver lo que quizá jamás nadie ha visto y de saberme a 50 m. por

debajo de los que nadaban en superficie en espera de vernos salir vivos y por otra parte,

embargado por un sentimiento que yo no conocía, algo nuevo experimentaban los sentidos, no lo

puedo definir, no sé aun qué sensación nueva viajaba dentro del cuerpo pero algo desconocido

estaba siendo descubierto con seguridad. Un nuevo hombre renacía de la madre tierra, sentía

contenido todo como en el estado perfecto cuando estaba en el útero de mi madre y sin cuestionar

qué hacía ahí dentro o de querer encontrarme a mi mismo pensando: ¿quién soy?. Antes bien,

saberme íntegro, en donde la perfecta armonía de los elementos que se conjuntaban para

permanecer ahí dentro, daban el temple y la fuerza de voluntad, pero sobre todo, el valor, no de

la inmersión, antes bien, de saberme capaz en mi mente de poder controlar las emociones bajo

presión y en una tolerancia cero para, simple y sencillamente, salir vivo de ahí.

Tratando de referir el camino y descendiendo poco a poco, la corriente crecía conforme

me acercaba a la grieta con mayor fuerza que pasaba entre la espalda y la pared interna del

chaleco, despegando el tanque en tal forma que pareciera lo quería arrebatar. El estado mental en

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este momento hacía pensar en el instante en el que los broches cederían quitándome del cuerpo

la fuente de vida mientras seguía buscando la osamenta de mamut. Ceñido a la pared de piedra,

tratando de avanzar un poco, con la corriente sobre el rostro y el visor, logré avanzar, de tal suerte

que los haces de luz de las dos lámparas iluminaran lo que parecía una forma diferente al resto

del entorno. Por momentos una corazonada decía que ahí estaban los restos del gigantesco

proboscídeo34 que quizá, sin estar completo por haber pasado alrededor de cinco millones de

años, ya no midiera 5 metros por 9 de largo pero cualquier indicio sería el regalo más grande que

el buceo nos hubiera regalado.

Esa parte de expedicionario, aventurero o conquistador le daba nuevos bríos a mis

decisiones y en un esfuerzo casi nulo bajé un par de metros más, encontrando algunas partes de

tan majestuoso animal depositados en el santuario, que lo velaría durante años inimaginables por

donde la historia se ha escrito. Un recinto sagrado que le daba lógica a la historia de la

humanidad entera, inerte e inanimada osamenta descansaba acunada como si no tuviera valor

alguno. Qué arrebato del corazón, creo que por vez primera sentía los latidos de mi corazón y

escuchaba el latir con toda claridad, ahí dentro de lo inhóspito me reencontraba con la más

excelsa de las pasiones, conmigo mismo y, ¿por qué no?, con el cosmos mismo. Fue entonces que

entendí el pensamiento: Las cosas por sí solas no tocan en absoluto el alma ni tienen acceso a

ella ni pueden girarla ni moverla. Tan sólo ella se gira y mueve a sí misma, y hace que las cosas

sometidas a ella sean semejantes a los juicios que estime dignos de sí.Ipso facto voltee con Chuy para indicarle que los había encontrado y pegándome lo que

pude a la roca, le daba espacio. Parecía como si hubiera encendido un segundo motor acercándose instantáneamente para que contemplara el arte de la vida igual que yo. Después de una fracción de silencio, exclamo jubiloso: ¡Capi, Capi…si están ahí…, ahí están!_. Fundida mi alma con aquel poderío como fundida la historia con la creación, huesos inertes petrificados en la fusión de dos mundos comunicantes. Impregnado el uno del otro sin separación alguna, uno hecho piedra de la piedra y otro hecho historia con la presencia. Inseparables, fijos de por vida entre sí y pertenecientes, sólo del abismo y sus paredes. Y tomando la cámara de video grabó unos instantes porque era momento de salir para no caer en descompresión obligatoria y dando vuelta lentamente comenzó su ascenso. Yo permanecí unos segundos más, una eternidad.

En una última mirada giré y al dar la vuelta con mis lámparas en mano un destello llamó

mi atención y cual fuera la sorpresa que una piedra de cuarzo verde yacía 7 pies (2.13 m.) más

adentro de la osamenta, en un último intento y con el clan clan de alerta de Chuy me estiré, creo,

que más de la cuenta, acercándome no sólo a tan bella pieza sino a la fractura de la piedra por

donde manaba el torrente del agua. En este momento de la inmersión y estando a la máxima

profundidad alcanzada un hormigueo recorrió todo el cuerpo erizando mis cabellos uno a uno al

presenciar la fuerza de la naturaleza y frente a la grieta, cara a cara, Dios se mostraba

omnipotente en su creación escribiendo en mi corazón que Él amaba, en la más profunda de las

34 Del griego proboscis, trompa. Portadores de trompa.

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oraciones de contemplación que jamás haya tenido. Alcanzando la pequeña roca entre las manos

comencé a subir lentamente para no tener la enfermedad de descompresión y con el visor

inundado de lágrimas por el encuentro tan cercano con el dueño del universo contemplaba

aquella joya que tenía en mi poder. La disfruté tanto y comprendí que ese lugar era mágico por

como estaba conformado, y en un gesto casi involuntario, deposité la roca en signo de respeto y

agradecimiento por el santuario que nos había recibido con bendiciones a Chuy, Héctor, Muñe,

Marcos y a mí y al cual debía permanecer quizá por otros seis mil años más. Vaciando el visor de

las lágrimas, dirigí la mirada por encima de la cabeza y en la parte de la embocadura, una mancha

bien formada de un azul brillante, le daba color a tan permanente recinto negro, vislumbrando la

liberación de sentirnos atrapados y socavar la angustia de los ocho largos minutos que tuvieran de

espera nuestros compañeros allá fuera.

CAPÍTULO VII

HÉCTOR UN ESCRITOR SIN PLUMAMI PROPIO ABISMO

70

Casi seguro que en breve nos encontraríamos, las sorpresas no se hacían esperar. Al llegar

a la embocadura por debajo aun de las rocas y troncos, que obstaculizaban la salida, escuché la

voz de Chuy gritando que estaba atorada la cámara, quien lo sujetaría por unos minutos sin poder

salir (minutos en ésta etapa son ínfimos), localicé rápidamente la correa de ésta, tratando de

acercarme lo más posible para liberarlo pero la corriente haría nuevamente sus caprichos,

empujándome para arriba de la roca por debajo de la embocadura angosta por donde nuestros

cuerpos ahora tendrían que pasar y como timbre postal, quedé adherido luchando ahora por mí

mismo contra la corriente con el rostro metido en una fisura, tratando de despegar el cuerpo con

las manos. Mis pies arqueados y las aletas adheridas hacían sentir un harapo a merced de la

poderosa corriente.

Que momento tan angustiante, respiré controlado, pensé qué hacer y suavemente deslice

las piernas a los lados para encontrar un punto de apoyo y poder liberarme primero, luego a Chuy.

Tomé la cámara que, quedándose encendida, grabaría como testigo todo cuanto ahí sucedía y en

medio de esta dificultad, el sedimento que coronaba el portal hacia de las suyas removiendo el

fango y causando una explosión incontrolada de partículas que reducirían la visibilidad

prácticamente a nada. Después, los que se encontraban observando la inmersión, dirían que fue el

indicativo de que estábamos saliendo de ese lugar sin imaginar que estábamos en serios

problemas.

Aquí, quiero mencionar que el estrés de encontrarnos en esa cueva a la deriva de lo que la

naturaleza misma y su poder ejercían en nuestros cuerpos, mentes y almas, era parte intrínseco de

la inmersión pero hay algo más técnico que merece ser narrado.

El buceo, y más el técnico y profundo, requiere permanentemente estés chequeando tus

instrumentos, la consola en donde se encuentra el profundímetro, la brújula y el manómetro que

indica la cantidad de aire que llevas en el tanque y tu computadora. En este tipo de buceos hay

dos factores que son de alerta permanente: por un lado, el consumo de aire si es que por la

excitación el buzo hiperventila respirando rápidamente, ocasionando que se acabe el aire con

mayor rapidez que lo habitual, nada parecido a un buceo de aguas caribeñas rodeado de peces

tropicales de muchos colores; segundo, el perder la noción del tiempo y quedarse más de lo

permitido antes de tener una sobresaturación de nitrógeno o una narcosis.

El buzo técnico debe ser capaz de nivelar saturación-tiempo pero un tercer elemento es

que la velocidad de ascenso también es controlada para evitar una contingencia, por lo que

imaginemos por un momento un escenario similar y un poco burdo para representar gráficamente

lo más posible lo que sucedió ahí dentro. Como antes comenté, el cráter es semejante a un volcán

invertido, digamos, un embudo de efectos recíprocos, es decir, si nos ayudamos con nuestra

imaginación, llevemos a nuestra mente un embudo y llamémosle boca grande a la parte más

ancha de este, boca media a la parte que se une del cono con la pipeta y boca chica a la parte por

71

dónde saldría el liquido. Ahora, imaginemos dos hombrecitos entrando por la boca mayor hasta

llegar a la boca media, descendiendo velozmente y reduciendo su velocidad para poder pasar a la

parte angosta por la boca media, y quitando obstáculos para poder penetrar, una vez introducidos

en la pipeta, tratando de bajar por el tubo. Si también imagináramos que por la boca pequeña

estuviera conectada una manguera y de ella saliendo agua a presión, lograríamos imaginar lo que

realmente se experimentó en ese acontecimiento.

1.- El Hombre está entre el macrocosmos y el microcosmos.

Dos hombrecitos luchando contra corriente por lograr bajar hasta dónde se encontraba el

mamut y peor aún, sin ciencia cierta. Estando dentro la mente debe de estar despejada, diré: sana,

saludable, entrenada, para poder tomar decisiones claras y seguras. Si se me acaba el aire, debo

de salir rápidamente a superficie y poder respirar fuera del agua pero pongo en peligro la vida

porque la velocidad debe ser controlada, y si no respiro, aparece la muerte. Si no checo el tiempo

de fondo permitido, caigo en descompresión obligatoria, pero si hago una parada larga de

desaturación, el aire se puede acabar. Si subo lentamente, el aire también se puede acabar. Esta es

la parte del reto, tener la capacidad de vivir, de gozar bajo presión y alto estrés. Decirle un sí a la

vida como anhelaba el filósofo Nietzsche. Tener una buena toma de decisiones sin perder el

sentido común. Tener templanza, control de sí mismo bajo cualquier circunstancia, pero no sólo

ahí, porque: ¿qué provecho tendría si no lo llevamos a la vida?, vencerse a si mismo, dar el paso,

ser mejor en la vida y tratar de serlo día a día, tener la capacidad de decirle al ser amado que lo

perdonas por la vez que te daño o pedir perdón por la vez que lo dañaste, tener la costumbre de

decir te amo y dar un abrazo cada que se necesite, poder ir en contra de lo que el mundo, tu

mundo, mi mundo, nos ofrece, empezar a querernos a nosotros mismos sin perder la fe de saber

que podemos ser optimistas, positivos, tener la energía de vivir y de creer en nosotros mismos y

en el otro, amar a nuestro hermano el hombre como lo diría Netzahualcóyotl:

“Amo el canto de zenzontle

pájaro de cuatrocientas voces,

amo el color del jade

y el enervante perfume de las flores,

pero más amo a mi hermano;

el hombre”.

Por fin saldríamos regocijados, perplejos, emotivos, confrontados, qué se yo...

Inmediatamente Chuy consulto con Héctor la cantidad de aire que tenía y en verdad,

72

sorprendidos, constatábamos que tendría más aire que ningún otro buzo podría tener. Expresaría

Héctor más adelante que cuando íbamos saliendo, él registró rápidamente nuestros signos de

alerta como ojos dilatados, labios morados, frío o irregularidades en nuestro comportamiento y

visualizó que los ojos de Chuy estaban completamente abiertos y expectantes, que volverían a su

estado normal al tranquilizarse por la cantidad de aire que nuestro compañero tenía en esa

instancia de la inmersión. Estos factores son importantes porque se conjuga el buen

funcionamiento del equipo y se garantiza el depósito del cheque de la vida en el banco de la

confianza que habíamos realizado con anterioridad. El plan iba marchando correctamente, no

estábamos en descompresión y ya fuera del cráter. Cuando le dije sí a la vida sosteniéndome a la

altura de los 95 pies (29 m.), aproximadamente y ya en armonía, la explosión de éxito tendría que

esperar porque el protocolo de revisar nuestros instrumentos era vital aún.

Noté que Héctor observaba también mis signos y después de un ¡Ok!, entre los tres, la

euforia no se hacía esperar. Extendiendo la mano salude con un fuerte apretón a Chuy, agradecido

por ser el espejo de todas las locuras, lo abracé y le dije que le agradecía por todo, le expresé el

cariño que crecería aun después de tal acontecimiento. Giré 180 grados y como loco me lance

sobre Héctor y abrazándolo también, le expresé mi cariño, lo tome de una mejilla en signo de

respeto, admiración y le externé momentáneamente que sí habíamos visto los restos del mamut a

lo que respondió con una sonrisa muy especial, característico en él.

Una señal de ¡Ok!, que también hacemos, es llevando el puño a la cabeza y dando varios

golpecitos en ella, nos comunicamos que todo está bien, acto seguido con Marcos y Muñe que

desde superficie habían vivido su propia y agónica espera, se les veía relajados.

Recibiendo la respuesta de que todo estaba en orden, noté que Chuy había cambiado su

regulador por el del tanque de reserva aunque tenía suficiente aire para llegar a la próxima

estación, decidí reservar el aire de mi propio tanque para ser más autónomo en alguna posible

contingencia.

Inhalo una última vez del propio tanque, suelto la boquilla, cambio por la extra y

exhalando la última bocanada, purgo el regulador, la coloco en la boca para respirar de la reserva

e inesperadamente siento un golpe de fango en mi garganta que se había introducido en la

manguera del Octopus, de aquel sedimento que se había formado cuando nos alejábamos del

cráter, tranquilo, toso para expulsar el lodo, vuelvo a purgar e inhalo nuevamente pensando que

estaría libre de partículas, pero el precio de tal osadía me facturaría muy caro y en una segunda

bocanada nuevamente mi garganta estaba bloqueada, apenas recuperado de la primera, un ataque

intenso de tos ensombreció la mente, los pensamientos; y con la urgencia de recibir aire, entre

bloqueando mi instinto inspiratorio y en la angustia de analizar rápidamente la solución, respiro

con el poco aire guardado en mi visor y en fracciones de segundos, imágenes a la velocidad de la

luz pasaban rápidamente delante y se oscurecía poco a poco la visión, un negro paulatino como

sombra empezaba a cubrirme, estaba perdiendo la razón, la mirada, no sé, perdida la conciencia,

narcotizada, el espíritu encomendado a Dios, en la última revisión logré vivirme con Muñe y con

73

Cosette que estaban siendo testigas del suceso. Con el deseo urgente de respirar, pensé en liberar

el cinturón de plomos para hacer una salida de emergencia, en una segunda esperanza de vida,

exponiendo la vida cada vez más, llevé la mano a la hebilla y atemorizado por lo que resultara

comencé a rezar el recuerdo de la oración que había escuchado de la dulce voz de Muñe:

“Pues a mí se acogió,

lo libraré, lo protegeré

pues mi nombre conoció.

Si me invoca, yo le responderé

y en la angustia estaré junto a él”.

Salmo 91, 14-16

Pronuncié el nombre de Dios y en un instante Héctor me presentaba su boquilla al tiempo

que ya la estaba purgando e introduciéndola en mi boca, inhalé en una bocanada la vida misma

que devolvía el color y el dulce sabor del aire, al tiempo que, agradecido con Dios y con Héctor,

me doblegaba completo al saber que pude ahogarme después de estar inmerso en situaciones

mucho más peligrosas que ésta. Estaba respirando tranquilo, por fin había descubierto la misión

de ser en el mundo…, mi nueva filosofía de vida era hacer viva cada lección aprendida y el

verdadero reto de buscar, lo que al inició de estas líneas escribí: para alcanzar algo que nunca

has tenido, tendrás que hacer algo que nunca hiciste. De ahora en adelante Dios presentaba su

Plan de amor, mi vida estaba definida, algún día alguien dijo que si quería hacer reír a Dios le

contará mis planes y efectivamente, el camino del Señor era totalmente opuesto a mis

pensamientos, por ello dice en su palabra: “tan distantes son mis pensamientos de los tuyos como

distantes son el cielo de la tierra.”35 Quiero recordar lo que Dios había escrito en mi corazón y

que en verdad Él me cambiaba la manera de pensar: ¡para hacer algo que nunca hiciste, tendrás

que alcanzar lo que nunca tuviste: _¡fe!_. Aun sin salir del agua y contenido en el

agradecimiento de saberme salvo, el primer compromiso con Dios era el de pedir todos los días

de la existencia por quien me había salvado la vida. Mi nuevo ángel guardián y amigo Héctor

Vallejo, un escritor sin pluma es el causante de que esté escribiendo estas líneas y preparando el

horizonte de la búsqueda.

CAPÍTULO VIII

EL MAMUT DE LA MEDIA LUNA

35 Sabiduría” 58, 2-3

74

Osado pensamiento el pretender siquiera imaginar tener entre nosotros un mamut vivo que

fue extinto hace millones de años, sin embargo, podemos hacer presente a este gigante en nuestro

pensamiento y nuestras letras y hacerle un homenaje a una de las más célebres de las especies

fósiles y darle vida desde su nombre. Mamut del antiguo ruso Mammot es Mamoht, del que se

deriva de otras lenguas como la mansi Mang ont que significa: cuerno de la tierra. Pero ¿Por qué

tomado del ruso? La lengua mansi (de los Mansi), es del norte de Siberia en donde se

encontraron muchos mamuts conservados en estado de congelación por los glaciares, en el

permafrost,36 sin embargo mamut es una palabra de diversas denominaciones MAMMOUT O

MAMONT,37 se deriva del término mama, que significa tierra en la lengua tártara o túrquica

(comunidad de Rusia ) o bien de ma, la tierra, y de mu, topo en estonio. Los mansis pensaban

que el mamut vivía en túneles subterráneos y que morían cuando la luz del sol les tocaba y

emergía a veces al borde de los ríos antes de ser heridos de muerte por el resplandor del sol.

¿Será esto lo que explicaría por qué nuestro mamut se encuentra bajo tierra y cerca de un

manantial irrigado por El Río Verde?

1.- La Historia del Mamut es La Media Luna.

¿Y cómo llegan estos mastodontes a América? Y, ¿cómo llegan al altiplano potosino? Se cree

que durante la era del hielo, los mamuts caminaron por el polo hasta llegar al nuevo continente a

América y por el norte entraron hacia el norte de México, en este caso a San Luis Potosí. Si nos

damos a la tarea de conocer un poco la corteza terrestre nos daremos cuenta de que estamos

situados sobre un montón de escombros de más de 50,000 metros de espesor, que han acumulado

los cataclismo y la sedimentación durante los miles de millones de años que tiene de vida nuestro

planeta. Esta fantástica pila de montañas rotas y planicies es como un enorme rompecabezas, al

que si uniéramos, tendríamos una imagen casi completa de la historia de la formación geológica

de San Luis Potosí. Este, nuestro gran montón de escombros, flota sobre un profundo mar magma

fluído, maleable, pesado, caliente y en constante movimiento, materia que cuando llega a romper

la cáscara que lo cubre, sale a la superficie y, al enfriarse, se convierte en piedra: esa piedra, al

correr de los milenios, va sufriendo transformaciones lentas por los procesos físicos y químicos

36 Parte profunda del suelo helado de forma perene, que aflora solamente con ocasión de movimientos de la tierra o

del derretimiento de la capa superficial.37

Del alfabeto griego o más precisamente de un derivado de este, del alfabeto cirílico donde la “u” se escribe “n” en el

alfabeto latín.

75

que cambian su naturaleza en muy diversas formas. Otra etimología es de origen teológico, en el

libro de Job se menciona a un Bahamuth o Behemot que aparece junto a otro monstruo llamado

Leviatán, la serpiente tortuosa. En el Libro apócrifo de Enoc, Behamuth y Leviatán son

descritos así: “Y en ese día se separarán dos monstruos, una hembra llamada Leviatán, que

morará en el abismo sobre donde manan las aguas, y un macho llamado Behemot, y ocupará con

sus pechos un desierto inmenso llamado Dandain.” Y vuelvo a preguntarme: ¿Será esto lo que

explicaría porque nuestro mamut se encuentra bajo tierra y cerca de un abismo donde manan las

aguas? La descripción más completa de Bahamuth se encuentra sin embargo en el Libro de Job:

“Mira a Behemot, criatura mía, como tú. Se alimenta de hierba como el buey. Mira su fuerza en

sus riñones, en los músculos del vientre su vigor. Atiesa su cola igual que un cedro, los nervios

de sus muslos se entrelazan. Tubos de bronce son sus vértebras; sus huesos, como barras de

hierro.”38 La similitud con el elefante llevó al naturista alemán Jonhan Friedrich Blumenbach en

1799 a denominarlo Elephas primigenius clasificándolo en esa familia, publicaron dos

importantes contribuciones. La primera que se refiere a una especie de elefante, denominado

según los cánones de la nomenclatura zoológica del Linneo Elephas primigenius. En zoología, el

nombre de una especie debe de estar compuesto obligatoriamente por dos términos. El primero de

ellos, con mayúscula inicial, es el nombre del género, en este caso Elephas. El segundo mostraba

que diferían, no obstante, las osamentas fósiles en sus detalles, indiscutiblemente elefantinos, de

las especies actuales. Gottlieb Messerschmidt durante su fructífera misión a Siberia, quien fuera

elegido por el zar Pedro el Grande, envió molares y dibujos al naturista alemán Johann Philipp

Breyne, quien en 1741 publicó lo que puede considerarse el primer artículo científico, ilustrado

con dibujos de Messerschmidt.39 Michael I. Adam quien en 1806 fuera el primero en llevar al

Mamut de Adams al Kunstkamer,40 después llevado al Múseo Zoológico de San Petersburgo a la

galería de paleontología. Por último, el nombre de género Mammuthus fue propuesto en fecha

tardía por el inglés Joshua Brookes, en un catálogo de mamíferos fósiles del año 1828.

Pero dejémoslos de lado, porque lo que nos interesa aquí es nuestro mamut, al que

conociendo lo anterior cabría el ponerle su propio nombre pero no sin antes hablar de los

PAMES, que si bien no hay que revivirlos porque en sí han sobrevivido convencidos en lo común

y que son una cultura asentada en la zona media del Altiplano Potosino y que interactuaban

permanentemente en la Laguna de la Media Luna.

38 Job 15, 15-1839 Cráneo, molar, fémur y los dientes incisivos de crecimiento continuo que conocemos como colmillos.40 Gabinete de curiosidades fundado por Pedro el Grande en San Petersburgo.

76

Fig. 18. Parte de la Osamenta de un Mamut.

77

CAPÍTULO IX

SUPERVIVENCIA XI’OIUNA CULTURA EN LA PALABRA HOMBRE

Dominique Chemin cita en el Coloquio Pame1, en 198041, escribía: “En el sentido doble las

historias de los pueblos de México no son todavía historia. No lo son, en primer lugar, porque

están por escribirse, lo que hasta ahora se ha escrito sobre esas historias es ante todo un

discurso del poder a partir de la visión del colonizador, para justificar su dominación y

racionalizarla. No son todavía historias, en otro sentido, porque no son historias concluidas,

ciclos terminados de pueblos que cumplieron su destino y pasaron a la historia, sino historias

abiertas, en proceso, que reclaman un futuro propio”.

Sin duda, la historia de los indios pame (Xi’oi como ellos se autodenominan y que el término

Pame no les agrada, por cierto, significado despectivo de insulto), no se escapa de esta

concepción. Los pames actuales (Xi’uiky, Xi’oi en s.), no tienen un conocimiento histórico de su

pasado, en el sentido occidental. La antropología moderna sistematizó, hasta el exceso y la

caricatura, las diferencias de concepción que existían entre las sociedades modernas occidentales

y de las sociedades autóctonas sin escritura (oculta persistencia de las concepciones

evolucionistas del siglo pasado: las sociedades tenían que transitar obligatoriamente desde el

estado salvaje –representado por los grupos en la infancia de la humanidad hasta la civilización-,

representado por las sociedades alfabéticas-). Según este discurso antropológico, los pueblos sin

escritura nunca tuvieron historia, ni han tenido necesidad de tenerla. Y más, su historia fue escrita

por otras sociedades que, ellas sí, tenían escritura.

Estas sociedades sin historia, ahistóricas, no tendrían pues una conciencia propiamente histórica,

porque viven su historia, cuando las otras sociedades tienden a clasificar y archivarla. Las

sociedades sin escritura serían sociedades míticas: su historia estaría en el mito, el presente

reproduce el pasado. Aquí el ideal es la continuidad y no el cambio o la evolución. Si, por

ejemplo, las investigaciones históricas de cualquier orden se basan en la comunicación de año

tras año a través del tiempo, los testimonios, también de cualquier orden, (escritos, pictóricos,

físicos, fotográficos, antropológicos, paleontológicos, musicales, etc.), e investigaciones

científicas, en el caso del mamut, que tampoco dejó mucho escrito por quienes lo conocieron,

41 Bonfil Batalla, Guillermo, “Historias que no son todavía historia”, Historia ¿para qué? Siglo XXI, México, 1980, pp. 227-245.

78

(pinturas rupestres), será hipotético o incluso mítico también. Una analogía interesante en la

historia de dos presencias indiscutibles en la zona del caudal del Río Verde, partiendo de que

ambas son reales42. La representación cognoscitiva es una interpretación subjetiva propia de la

abstracción.

1.- Los Xi’oi como el hombre verdadero.

Escribir la historia de los pames conlleva grandes riesgos, pues está truncada: por falta de datos

referentes a los tiempos prehispánicos, por basarse en datos reproducidos por los misioneros y

autoridades no indias y, en fin, por escribirse fuera de su propia sociedad y cultura. Es necesario

emprender análisis de períodos más oscuros y de larga duración que favorezcan la observación de

las rupturas y las continuidades de los procesos regionales. Un acercamiento a los pames implica

una relación antigua con El símbolo de lo que representa el mamut de ahí que nos esboce la

localización, desarrollo sustentable, habitat , costumbres de las culturas prehispánicas y del por

qué de las osamentas y figurillas entre otros, encontrados en la zona de nuestro interés,

respaldados con una base científica, filosófica, poética de lo más serio posible y, sin ser un

documento completo como lo desearía, digamos que el trabajo es el resumen de una curiosidad,

pero sincera, con el afán de dignificar a nuestros antepasados, eslabones supremos de lo que hoy

podemos contar. Los pames existen. Su historia está y estuvo sin dudarlo, pero quizá lo que la

haga realmente interesante sea su misterio y supervivencia, incluso su propio gentilicio, el

nombre con el cuál se autodenominan, tanto ellos como a su idioma, el término xi’ui, ha perdido

su significado. Tal vez éste nombre se relacione, como lo sugirió Jacques Soutelle, con una

palabra pame ya en desuso, ‘ui, que significa hombre. Xi, por su parte, es una raíz polisémica que,

en pame, como en los demás idiomas otopames, se relaciona con lo que cubre, con la envoltura,

la piel, la corteza, las hierbas o el pasto. Xi’ui podría significar hombre verdadero, nombre que

por etnocentrismos, se da a múltiples grupos étnicos.

Los pames son un grupo étnico asentado en la actual región montañosa y desértica de la sierra

Madre Oriental del estado de San Luis Potosí conocido como pamería y en una pequeña porción

del norte del estado de Querétaro. Los municipios en los que se asienta la mayor parte de la

población pame pertenecen al estado de San Luís Potosí. Actualmente hay comunidades en

Ciudad del Maíz y Santa María Acapulco, siendo ésta última la más representativa.

42 El mamut por su presencia paleontológica a través de las osamentas encontradas y exhibidas y la de los Xi’uiky por su asentamiento actual en territorio mexicano.

79

Fig. 19. Foto con el Gobernador tradicional de Santa María Acapulco, S.L.P Don Lucio Duran, un Xi’oi sabio, de filosofía sencilla, quien me honrara poniéndome su sombrero como signo de

bienvenida entre ellos.

Esta cultura indígena y su gente, son una comunidad excepcional que ha sufrido desde los

comienzas y su lucha hasta por ser recocidos, ya no como pames sino como Xi’ois, Xi’uikys ó

80

Xi’yoi, y por el respeto y admiración de su supervivencia me dirigiré a ellos a partir de éste

momento como Xi’oi o Xi’uiky, autodenominación que les pertenece y que tienen todo el derecho

de poseerlo a manera de un homenaje y reconocimiento, exaltando la mayor de las dignidades, de

la que son merecedores, deseando erradicar la denominación pame e invitando a los estudiosos a

dignificarlos como son: Xi’oi. (utilizaré la palabra Pame únicamente para hacer referencia al

término de otras autorías o cuando la palabra, en su uso correcto lo amerite). Según fuentes

históricas, el vocablo pame, pami o pamie, es la denominación con que los españoles los

llamaron y cuyo significado es “ya no”, aludiendo a la frecuencia con que usaban esta negación.

Actualmente la etnia se autodesigna Xi'ói o Xiyói, al parecer derivación de “yui”, hombre.

Fue a partir de los primeros contactos con los misioneros cuando se inventó el término pame.

Pero ¿por qué pames? Varios lingüistas han investigado el origen de esta palabra, sin obtener

conclusiones elocuentes. Un ejemplo es el que anota Antonio de la Maza, quien explica que la

palabra pame proviene de muep, “no”, término que utilizaban los indígenas Xi’oi al ver a los

españoles: no, no, no, no, es decir, muep, muep, muep, muep. Es posible que los españoles

entendieran muepa, muepa, muepa, muepa, que se escucha como pamúe, pamúe…, expresión que

se fue transformando en pamie y finalmente en pame. De acuerdo con la clasificación de las

lenguas en México de Swadesh43 y Arana (su esposa), su lengua pertenece a la familia Pame-

Jonaz del tronco Otopame y grupo Otomangue, emparentada con el chichimeco-jonaz. Entre las

múltiples variaciones dialectales, se distinguen dos: el pame septentrional o del norte, que se

habla en San Luís Potosí y una porción adyacente de Querétaro, y el pame meridional o del sur,

variante casi extinta de los estados de Guanajuato, Hidalgo y Querétaro.

Las investigaciones de François Rodríguez en el valle de río Bagres, al sur de la cuenca de Río

Verde, y que pasa por la Laguna de la Media Luna para llegar a él de norte a sur, nos interesan

aquí, pues, según nuestro autor, fue morada de grupos pames. Los sitios indican una ocupación

de cazadores recolectores desde el principio de nuestra era hasta el siglo XVIII. Los contactos de

estos recolectores cazadores de tipo pame con los agricultores mesoamericanos que se instalan en

la cuenca de Río Verde a principios de nuestra era, fueron constantes. Los Xi’uiky adoptan de sus

vecinos mesoamericanos varios elementos: agricultura y horticultura, navajas prismáticas de

obsidiana, cerámica, figurillas (ídolos), plataformas para la casa habitación, etcétera. Aquellos

pames del río Bagres vivían en cuevas o en chozas instaladas sobre montículos, en hábitat

temporario o duradero. Después de la salida de los mesoamericanos de la cuenca del Río Verde

(hacía 1000 d.c.), los Xi’uiky siguen practicando a la vez la horticultura, la caza y la recolección.

Tenían un sistema de vida de cazadores recolectores, aunque eran en su mayoría, sedentarios.

Aquí, la colonización española, la sedentarización forzada de las poblaciones autóctonas, así 43 Director del Consejo de Lenguas Indígenas, y director de lingüística en el Departamento de Asuntos Indígenas .

81

como la introducción de técnicas de pueblos sedentarios no impidieron que grupos y técnicas de

cazadores recolectores se propagaran hasta finales del siglo XVIII de nuestra era: en toda la

región se siguieron fabricando herramientas líticas, sobre todo puntas de flecha, idénticas a las de

las fases precedentes, prehispánicas. Es tan importante acercarnos al proceso biológico-cultural

como a los procesos históricos que a partir de la colonia los produjeron. Entre estos se encuentran

principalmente las misiones religiosas. La Sierra Gorda fue un lugar privilegiado como región de

refugio y como oportunidad para resistir mejor los intereses coloniales. Participaron en la tarea

misionera las principales órdenes: franciscanos, agustinos y dominicos en los pueblos principales

como los pames, los jonaces y los ximpeces dentro de una etnia mayor conocida como los

chichimecas y en la cual se encontraban como vecinos los guayares y los guachichiles. Del

último grupo integrado por los franciscanos descalzos, un notable misionero, Fray Juan

Guadalupe Soriano (mexicano-queretano, 1733), que estudió la lengua Xi’oi dejó información de

gramática, vocabularios confesionales y un prólogo historial.

Hay más trabajos realizados por otro franciscano, Francisco del Valle, cuya gramática fue editada

recientemente en San Luis Potosi y por Junípero Sierra que aun no se conoce. La vocación de

fray Juan Guadalupe Soriano como lingüista, etnohistoriador y defensor de los derechos

humanos de los indígenas refuerza la búsqueda de una lingüística pame y el significado de sus

palabras para conocerlos mejor y dignificar una cultura, que por su esfuerzo y pasado de

supervivencia, merecen ser tomados en cuenta en estas sencillas líneas. Lo rescatable de éste

misionero es que estando en la Misión de Nuestra Señora de Guadalupe del Cerro Prieto aprendió

la lengua y comenzó a elaborar la gramática, pero fue hasta 1776 que la concluyó en la Misión de

San José de Fuenclara o Xilipan, (comunidad actual Xi’oi). Al año siguiente las misiones del

Colegio de Pachuca se secularizaron, entregándolas al Arzobispado de México y fue cuando el

padre Soriano resolvió fundar por su cuenta, apoyado nominalmente por el virrey, la Misión de la

Purísima Concepción de Bucareli, primero en Ranas, e inmediatamente después en el pueblo que

lleva su nombre, 25 kilómetros al sur del actual Pinal de Amoles. Esta misión fue fundada

también a favor de los pames y de los propios jonaces quedaron después de su destrucción en

1748 en el Cerro de la Media Luna. Lugar de nuestro interés y que por la labor sería de una

verdadera vocación y su espíritu de entrega por la salvación de los Xi’uiky, demostrado

principalmente por la gramática que escribió, nos llevará al conocimiento científico de esta

maravillosa cultura y al nombre de nuestro Mamut.

2.- RAVILL NGUJAN un Absoluto en La Media Luna.

Por ello, insistiendo en nombrar a nuestro mamut y personalizarlo con un nombre Xi’oi, a

82

manera de pertenencia a ésta cultura singular he decidido ponerle RAVILL NGUJUAN que

traducido al Xi’oi, como en el túrquico de Rusia, significa tierra, pero la tierra que da vida, la

madre tierra, no la mamá, la tierra misma como tierra, el humus, el polvo. Ravill como Madre y

Ngujuan como Tierra pero no el elemento sino la que genera vida, que cultiva la vida, como la

que mana vida del manantial pero en lengua Xi’uiky. No se puede separar Ravill de Ngujuan

porque una se refiere a la otra para decir MADRE TIERRA Por ello nuestro mamut es bautizado

en la Laguna de la Media Luna por los Xi’uiky como RAVILL NGUJUAN que en voz de los

Xi’uiky sonaría, más o menos, así: Raviei ngu juang.44

Fig. 20. María. Mujer Xi’oi.

Un dato curioso es, por ejemplo, que la palabra mar no existe en la lengua xi’oi porque ellos no

44 Comunicado personal de Felipa Landa Verde, locutora en lengua Pame Ecos Indígenas, La voz de la diversidad del Sistema de Radiodifusoras Culturales Indigenistas.

83

conocen el mar.45 En los escritos de Manuel Orozco y Berra (1864), Francisco Pimentel (1904),

Jacques Soustelle (1937) y Leonardo Manrique C., el Pame a sido considerado como lengua

única pero sobre todo por el último lingüista, apoyado por Swadesh, han considerado una

convergencia tan notable que se puede distinguir entre el pame del norte y el pame del sur. En

los alrededores mismos de Río Verde, el último anciano que conocía todavía algunas palabras de

las dos zonas murió en Pastora aproximadamente en 1950.

La lengua de los Xi’uiky del sur que se conoce, sobre todo, gracias a los estudios de Leonardo

Manrique (1967), se diferenciaba de la lengua de los Xi’uiky de San Luis Potosí, pero parece que

existió, en el siglo XVI, una unidad cultural en toda la pamería. Como ya se dijo, la obra

lingüística de Soriano comprende la gramática, un diccionario trilingüe, que a la vez se extiende

también al jonaz, un sacramentario y un prólogo historial. Ahora bien, ¿cómo nos imaginamos a

un indio Xi’oi?, un Xi’oi de las fechas en materia, ¿cuáles son sus creencias? Es sumamente

interesante la riqueza con la que se describe a los Xi’uiky…, “los hombres son ingeniosos y

hábiles pues en breve aprenden cualquier cosa. Las mujeres son limpias, hábiles y trabajadoras,

hacen mantas muy pulidas, buenos huipiles, petates y petaquillas muy curiosas, la mujer acarrea

del agua, trae leña y en fin, no más trabaja la pobre y el marido suele estar acostado o

durmiendo.” En seguida Soriano recomienda la necesidad de reconocer el idioma pame, y

recuerda la opinión de un Xi’oi que descalificó al misionero que lo quería confesar a través de un

intérprete. _“Padre, si el decir mi pecado a usted me causa muchísima vergüenza, ¿cómo se lo

he de decir a este indio borracho como yo?”_.

Un dato muy importante es que: Los pueblos que se encontraron los misioneros, colonos y

soldados sobre la meseta de Río Verde, y de los cuales hablaron en definitiva muy poco, quedan

todavía por descubrir, a través de la arqueología en particular. Esta, precisamente, nos revela que

dicha región no estuvo siempre poblada por tribus vestidas de tigre y león, oso y lobo (…), que

se alimentaban “de todo género de caza y de panes de mézquitl (…)” y tenían como habitación

cuevas y casas, pero cubiertas de paja, según la descripción que nos dejó Ixtlilxóchitl de los

chichimecas46 Sobre este territorio, convertido en terreno de caza antes de ser transformado de

nuevo, esta vez en lugar del pastoreo para el ganado, comunidades sedentarias y agrícolas habían

vivido algún tiempo, para desaparecer en una época mal determinada pero que se situaba de buen

grado al final del siglo XII, momento en que las presiones de los bárbaros del norte hacen sentir

sus efectos hasta en el Altiplano central mexicano. Continuando con la descripción de la cultura

material y espiritual dice: _Las casas de estos pames son de zacate, xoxate o palma. Andan

descalzos, su vestido poco menos que la desnudez, pues los más traen una mantilla y una frazada.

Las mujeres sus enaguas muy honestas y sus huipiles largos y blancos. Su comida es maíz tostado

45 Mario Godoy, comunicado personal.46 1975, I. P. 298.

84

que llaman cacalestes y muchos yerbajos como jitomates, amacoques, zigaza, etc. El genio del

indio es opuesto al del europeo por lo tiranizado que siempre ha vivido, queriendo que sean los

indios inmortales para el trabajo y así se huyen de los españoles_.

A pesar de la cristianización, desde la veneración a Moctezuma, al sol y los diversos ídolos que

cuidaban, la misión de los hechiceros era latente, tenían como superior al mandar cajoo o

hechicero grande, especialista en curar enfermos.

3.- El Espíritu del ídolo para purificar el alma.

Un día de los viajes a la tierra Xi’oi un hechicero, chaman de la localidad comentó que en los

altares domésticos, dentro de sus casas, dispuestos en un gran espacio como si éste fuera el lugar

principal, en la necesidad de un espíritu visitador ellos formaban con sus manos una figurilla-

ídolo con barro blanco, éste debía ser cocido, no en horno, sino en leña y que ésta fuera leña

húmeda, que al prenderla al fuego oliera a menstruación, que la figura fuera creada por mujer

virgen para que el espíritu, cuando fuera invocado en una ceremonia particular, infranqueable por

cristiano moderno y estudioso, encontrara digna la figurilla y la habitara quedando contenido en

materia para alcanzarles el favor pedido. Si algún miembro de la familia se encontraba deprimido

o en la comuna familiar había discrepancias y enojos, invocaban al espíritu de la buena armonía.

Este hacia la visitación y si encontraba digna la ofrenda se depositaba en el barro y dejaba de ser

un ídolo y se convertía en un personaje, un nuevo miembro de la familia honrada por el espíritu al

que había que adorar.

Ellos sabían con sus rezos cuando el espíritu se dignaba a estar entre ellos y durante el tiempo del

favor le ofrecían sus pecados en inmolación, ponían por sobre el altar cabezas de venado que

debían ir a cazar y ensangrentadas las colocaban en lo alto, arrojaban basura como símbolo del

desprendimiento del mundo y renuncia al pecado, entregaban su pecado, su basura y arrojaban

papeles, comida, cualquier desecho que representara su condición, incluso escupitajos. Alcanzado

el favor, ellos tenían que regresar al personaje contenido a la madre tierra, la madre agua, de

donde mana la vida, aventando la figurilla malformada para que éste, liberado, volviera al lugar

de los espíritus. Si la familia no renunciaba a él, la mala suerte se multiplicaba y la comunidad de

sabios y el chamán los reprendían por sus egoísmos y desorden, de tal suerte que el mundo

espiritual revelaba inmediatamente tal osadía haciendo de la comunidad entera una filosofía

simple del profundo vivir. Sus bailes en las diferentes etapas del cultivo del maíz, especialmente

el caiz manchi (casa doncella) y otros que tienen para sus ídolos.

85

Los recorridos exhaustivos de superficie realizados por el Proyecto Arqueológico Alaquines han

demostrado que, en la parte central de la zona media potosina, si bien el área correspondió

principalmente a la recorrida por cazadores-recolectores cuasinómadas, desde hace

aproximadamente unos diez mil años, quizá hasta la llegada de los españoles. También, como es

evidente, sobre todo el sureste no sólo mantuvo relaciones, sino que llegó a estar habitada por

grupos semisedentarios. Esto último tuvo lugar durante la época de expansión de las culturas

mesoamericanas y el desarrollo de la cultura de Río Verde, municipio en donde se localiza, si

recordamos, la Laguna de la Media Luna, localizada inmediatamente al sur del área en estudio,

en el ejido del Jabalí.

Arqueológicamente, lo anterior está documentado por restos cerámicos que datan desde épocas

tempranas como el preclásico Medio a Tardío (si retomamos la nomenclatura establecida por el

área Mesoamericana) hasta el Posclásico Temprano. No nos referimos aquí al formativo, sino al

Preclásico dado que el primer término implica un proceso de desarrollo cultural específico que no

se ha detectado en el área de Alaquines. Probablemente al principio no hayan llegado más que

algunas familias con un patrón cultural establecido, provenientes, directamente o indirectamente,

del Centro de México, de la costa del Golfo y la Huasteca principalmente.

En el período Preclásico en la región en estudio se encuentra representado por tipos de cerámica

blanca y roja o café monocroma, lisa, de tipos domésticos o incisa, conocidos para el centro de

México y la Huasteca entre otros, siendo relevantes los tipos Jabalines y Prisco de esta última

región.

También durante el Período Clásico se reflejan, principalmente a través de los restos cerámicos

en superficie, una serie de migraciones, intercambios y expansiones provenientes de mayor

incidencia, hasta el clásico medio, de la región Huasteca representados principalmente por sus

tipos cerámicos Prisco y transición Prisco–Zaquil originarios de ésta región. Es precisamente a

partir del Clásico Medio que se hace presente la cultura Río Verde, la cual no sólo se hace patente

a través de sus tipos cerámicos de los tipos Pajaritos para el Clásico Medio, Río Verde pulido,

Río Verde inciso para el Clásico Tardío y Amoladeras fino principalmente para el Posclásico

Temprano, además de otros de carácter más bien domésticos, sino también por el surgimiento de

pequeños centros cívicos-religiosos.

En el maravilloso libro intitulado Río Verde de Dominique Michellet, el autor reporta que el

estudio de las colecciones públicas y privadas, al menos aquellas a las que pudieron tener acceso,

al fin de llenar ciertas lagunas inherentes, las excavaciones y recolecciones de material en

superficie proporcionó una cantidad considerable de objetos y a manera de ejemplo, para dar

idea por orden del estudio se encontraron: 104,218 tepalcates (Trozo de un recipiente de barro

86

viejo o deteriorado, vasija.), 2126 figurillas (piezas enteras y fragmentos), y 916 fragmentos y

artefactos completos de obsidiana. Muchas de ellas expuestas en el museo localizado en el parque

Media Luna del ejido del Jabalí que ellos llaman Centro de Interpretación Ambiental Media Luna

y en el Museo Regional de río Verde. Está exhibición a sido cuidada y enriquecida por el trabajo

de la iniciativa privada y en la dirección de Adolfo Martínez Ibarra, incasable protector de la

historia manifiesta en la voluntad del ser y prolongación de los valores de la historicidad misma.

Fig. 21. Casa Pame.

Menciona que entre las investigaciones que habían considerado, cuatro operaciones, por razones diversas, no se ejecutaron:

-El análisis de pólenes de las muestras sacadas,

-El estudio de la paleohidrografía regional, (Tema central del libro)

-La identificación sistemática de los fragmentos óseas animales (Mamut encontrado y expuesto en el Hotel de la Media Luna) y

-El análisis de los elementos-traza sobre una muestra representativa de la obsidiana.

87

CAPITULO XI.

EL AGUA BUCEA EN LA LAGUNA DE LOS PAMES

Dice Bachelard: <En esta contemplación en profundidad, el sujeto también toma conciencia de su intimidad. Esta contemplación no es pues una Einfühlung inmediata, una fusión sin reserva, sino, más bien, una perspectiva de profundización para el mundo y para nosotros mismos. Nos permite mantenernos distantes ante el mundo. Delante del agua profunda, eliges tu visión; puedes ver, según te plazca, el fondo inmóvil o la corriente, la orilla o el infinito; tienes el ambiguo derecho de ver y de no ver; tienes el derecho de vivir con el barquero o de vivir con "una raza nueva de hadas laboriosas, dotadas de un gusto perfecto, magníficas y minuciosas". El hada de las aguas, guardiana del espejismo, tiene en su mano todos los pájaros del cielo. Un charco contiene un universo. Un instante de sueño contiene un alma entera.>47 Saber mirar el fondo de una laguna es saber mirar el fondo de una historia,

en este sentido, la historia de los Xi’oi.

Es una oportunidad de continuar descubriendo los enigmas de una zona cultural de indígenas

Xi’uiky y zona geográfica que se anuncia como maestro, diría yo, del que podemos aprender

mucho. Carta abierta para quien desee entrar al mágico mundo de la historia y despierte en sí su

espíritu aventurero, antropológico, descubridor, fantástico y fascinante que todos tenemos en

alguna parte de nuestro ser y que podemos ahora poner en práctica. Interesante sería saber cómo

se conforma el agua de la Laguna de la Media Luna y si ésta llega a ella por el Río Verde o el

subsuelo, ¿qué lo alimenta o es éste quien alimenta?

Las precipitaciones que recibe la meseta del Río Verde alimentan en parte varias corrientes de

agua. Todos los ríos son de régimen torrencial con excepción del Río Verde, aún es necesario

precisar que este último no es permanente más que de aguas debajo de un manantial situado al

centro de su lecho, en Ojo de Agua de Solano y cuyo caudal se reduce considerablemente en los

47 Idem, p 83.

88

meses de marzo y abril. Río arriba de este punto se le llama en razón del color de sus arenas Río

Amarillo. Fuera del Río Verde, los sistemas importantes de drenaje natural son, sin duda alguna,

el río Calabazas al oeste y el Arroyo de los Barrenos al este (al sur de Rayón). Los dos

desembocan al Río Verde. Si el flujo de una buena proporción de las aguas se afecta entonces

hacia el sureste, ninguno de los pequeños arroyos temporales al norte del paralelo 22 alcanza a

reunirse con el Río Verde, las aguas que no se evaporan se infiltran y renuevan el manto freático.

La cuenca cerrada de San Ciro, al extremo sur de nuestra región, tampoco posee desagüe natural

en forma de río. Las aguas se acumulan en verano y forman, el este de la ciudad de San Ciro, un

lago de profundidad reducida (Laguna El Quelital) que disminuye progresivamente de superficie

en invierno sin secarse jamás (las tierras que la estación seca libera poco a poco son

inminentemente sembradas y producen rendimientos elevados debido a que conservan humedad).

Pasaba lo mismo antaño en el Plan de Quemada, al sureste de Rayón, pero en los años veinte del

siglo XX, la erosión terminó por abrir una brecha en el subsuelo calcáreo y provocó la formación

de un sumidero. En realidad, sobre la meseta de Río Verde, la circulación subterránea de las

aguas es más importante que la que se observa en la superficie y los manantiales naturales con

caudal constante, a menudo muy elevado, son resurgimientos o fuentes de los ríos subterráneos.

La más importante de entre ellas no es otra que La Media Luna, los 5m3 por segundo que

proporciona permiten el abastecimiento de la aglomeración del Río Verde-Ciudad Fernández, en

el riego de aproximadamente 2500 has. En orden decreciente de importancia vienen enseguida

los manantiales de Los Peroles, cerca del Sabinito, en le extremo noreste del Cordón de San

Francisco (1745 litros/segundo), de San Sebastián al sur del municipio de Río Verde (320

litros/segundo).48

Si observamos un mapa orográfico e hidrográfico de la zona del Altiplano Potosino, entre sus

sierras y ríos, podemos darnos cuenta de que la manera más fácil de pasar de norte a sur o

viceversa sería, por así describirlo y sin ser del todo arriesgada, por entre las faldas de la parte

más estrecha, (entre la Sierra del Jabalí y la Sierra La Lágrima) teniendo que entrar a la zona de

la cuenca de Río Verde y la Laguna de la Media Luna, lo que nos puede hacer pensar en dos

cosas: Los pames son un grupo étnico asentado en la actual región montañosa y desértica de la

Sierra Madre Oriental del estado de San Luis Potosí conocido como pamería y en una pequeña

porción del norte del estado de Querétaro. Los municipios en los que se asienta la mayor parte de

la población pame pertenecen al estado de San Luís Potosí. Actualmente hay comunidades en

Ciudad del Maíz y Santa María Acapulco, siendo ésta última la más representativa.

48 Estadísticas puestas a nuestra disposición por la agencia local de Recursos Hidráulicos.

89

1.- Ravill Ngujuan tiene un padre: los pames; y una madre: La Laguna de la Media Luna.

a) .- La gran travesía nómada de los pobladores del norte, desde Norteamérica, a la zona de

agua, los valles y planicies en dónde la agricultura era más probable como sustento de vida y de

los grupos indígenas recolectores y sobre todo sedentarios. (considerando que a partir de una

fecha que debe de oscilar por el año 1200 de nuestra era, las condiciones climáticas a largo plazo

evolucionan inexorablemente en el sentido de una resequedad creciente que probablemente se

tradujo en serias dificultades para los pueblos de Mesoamérica, al norte del Altiplano central.) Es

cierto que el clima, la flora y la fauna de la cuenca del Río Verde no han sido siempre idénticos a

como son en nuestros días. Aun más allá del fin de la última glaciación del Pleistoceno (fase

Wisconsin) han ocurrido modificaciones climáticas cíclicas, produciendo ajustes en los dominios

de la flora y fauna. Pero no podemos eludir que el periodo limitado durante el cual la región de

Río Verde fue ocupada por pueblos sedentarios que practicaban la agricultura.49 La presencia de

animales no propios de la región como los mamuts, que si tomamos en consideración lo citado en

el capítulo anterior, en donde queda de manifiesto la posible llegada de estos mastodontes a la

zona y, si consideramos que su presencia, viva o muerta, se desarrollaba en las partes bajas como

los valles y no en las zonas altas. Difícil imaginar a un mamífero de ésta índole subiendo laderas

y declives propios de una sierra tan accidentada como la mexicana. Los vínculos que se pueden

establecer entre la evolución del clima y la de la meseta de Río Verde por los agricultores

sedentarios y fauna prehistórica, en particular de los mamuts, los principales puntos resumidos en

las líneas anteriores nos servirán, a pesar de todo, para formular unas hipótesis. Al término de

esta presentación de los grandes elementos de la ecología regional, no es tal vez inútil recordar

algunas de las conclusiones a las cuales cree poder llegar D. Michelet:

-La región de Río Verde forma un espacio relativamente bien definido desde el punto de vista

ecológico en general. Hacía el norte, es la desaparición progresiva de la red hidrológica en la

superficie y la degradación del bosque bajo a matorral subdesértico que constituye los criterios

más exactos para la definición de un limite.

-Según el censo agrícola del estado de San Luis Potosí de 1970, el municipio de Río Verde es,

después de los de Cd. Del Maíz y Tamazunchale, el que posee la cifra más elevada en materia de

producción agrícola global.

-Cualquiera que haya sido el clima durante el primer milenio de nuestra era,2 que corresponden

a la datación de nuestro estudio en materia, es menester recordar que existen en nuestros días,

más allá de las diferencias que se dan de un lugar a otro al interior de la región, variaciones

temporales de las precipitaciones, las cuales afectan considerablemente los sistemas de 49 Michellet, Dominique, p 27, 1984.

90

producción agrícola, sobre todo los más arcaicos.

Pero entonces ¿porqué los Xi’uiky abandonaron en cierta época la zona rica en agua y producción

agrícola, si los nómadas, cazadores agricultores, aculturados, empezaban a ser seminómadas y

vecinos de los Xi’oi sedentarios del sur? ¿Será entonces que debemos de considerar la

importancia de que los Xi’uiky eran celosos conservadores de su historia y tradición, su sentido

de conservación y supervivencia se potencializó al ser invadidos por la colonia y la esclavitud y

el cambio de creencias religiosas? Escribe: “Cayó una noche el coronel (José de Escandón) con

sus soldados, como fieras carniceras, y recogieron todas las familias que hallaron a los obrajes,

y muchas mujeres y muchachos para el servicio de sus casas, barbaridad que no pudo contener

el ministro misionero que se llamaba Fr. Juan, consta por un verso que aun existe en la iglesia

antigua. Y saliendo con una corona de cipreses, con soga al cuello y con una cadena en las

manos, disciplinándose salió a pedir por aquella multitud de inocentes. No valió ni su sangre ni

lágrimas a contener su bárbara determinación”.50

b) -. Que según los estudios de D. Michellet son los que coinciden en fechas arqueológicamente

con el desarrollo y presencia más alta de civilizaciones indígenas. Imaginemos por un momento,

y recordando en las anteriores líneas lo antes mencionado por Fray Juan Guadalupe Soriano, que

dijó que: “El genio del indio es siempre opuesto al europeo por lo tiranizado que siempre han

vivido ellos, queriendo sean los indios inmortales para el trabajo y así huyen de los españoles”.

Crítico declarado del sistema de control militar que privó en la colonia, desde el interés de los

soldados por apoderarse de las tierras indígenas, hasta la destrucción de sus misiones al margen

de todo derecho humano. Y como no habrían de irse si Escandón fue brutal y cruel con todos los

indios de la Sierra. El maltrato militar de los colonos españoles, la incomprensión de muchos

religiosos, las enfermedades que provenían de los europeos y a las cuales, los indios, no eran

inmunes, provocaron una mortandad elevada entre los nativos. Sólo quedaba como la mitad, más

o menos. Además padecían de hambre, el peor enemigo de la humanidad. Imaginemos, entonces,

al indio retrocediendo detrás del hábito gritando: ¡muep!, ¡muep, mueeeepi…!, ¡ya no¡, ¡ya no,

ya noooo…! Replegándose a las zonas altas en donde no pudieran ser alcanzados y en donde el

terreno les era conocido y fácil de dominar, al fin y al cabo era la zona de caza, que conocían bien

y que ahora paradójicamente eran los cazados, borrados del mapa… por un tiempo…porque aun

están ahí, triunfadores, no se su desarrollo y presencia sustentada como muchos civilizados y

estudiosos quisieran, sino de una victoria más digna, su supervivencia, que queda como

testimonio invaluable de su existir y que en lo particular me llena más y me hace rendirles un

homenaje a través de estas líneas. En esta insípida compilación y citando a los grandes

estudiosos de los Xi’uiky, sin pretender mas que unir el mas rico encuentro de una cultura, que 50 Idem. p 149

91

sin estar, siempre a estado, y sin ser vista, se deja ver, quizá mas con los ojos cerrados y el

espíritu abierto, como hermanos de la tierra, como hermanos del agua, de mi madre tierra de mi

madre agua en su invisibilidad y su casi inexistencia donde apoyo el coloquio de los importantes

y lo citado de sus autores.

Estos son los Xi’uiky. Hay que escucharlos, hay que conocerlos, por que forman parte de nuestra

tierra, de nuestro país. La paradoja de nuestros tiempos modernos y la voz más novedosa para

algunos hasta de moda, es la voz ancestral, profunda, coherente , consecuente y sabia. Y decimos

que es la voz que no tiene identidad es la lingüística perdida... ¿Para quien? Dialectos arcaicos

arguyendo por los modernos occidentales, voz que nunca se pudo o se quiso entender.

Como la voz de los indios de Guerrero ahora expresada, los indios que gritan: Arrancaron nuestro

fruto... Cortaron nuestras ramas... Quemaron nuestro tronco... Pero no pudieron matar nuestras

raíces. Dicen: No somos peces para vivir en el agua , ni pájaros para vivir en el cielo, somos

hombres y necesitamos la tierra, pero viven del agua y son libres como el volar, la tierra no es de

ellos pero ellos son de la tierra, son la tierra misma.

Su relación con la tierra y la naturaleza, fuente profunda de una filosofía y de una ética social

dice, en voz del Xi’oi: La tierra no es de nosotros, nosotros somos de la tierra. ¿Será de ellos que

en la organización comunitaria y sus formas de auto gobierno, la base igualitaria que los rige y

los mecanismos democráticos para construir sus jerarquías son las más aleccionadoras para

cualquier estudioso en política interesado en comprender la naturaleza del poder? Entre los

indígenas, el anciano no es un objeto desechable que, una vez usado, es arrinconado para vivir de

sus recuerdos. El anciano es la memoria histórica, el que aconseja, orienta, castiga y prevé la

planeación de acciones a partir de las experiencias anteriores. Lo que es curioso es que el

anciano, que tiene derecho a participar en el Consejo de Ancianos, o hacer gobernador o

representante de calidad, en ocasiones cuenta con cuarenta años.

“Cuando pregunté a José Antonio Mac Gregor: _¿por qué él, siendo tan joven está en el Consejo

de Ancianos?_, la respuesta fue: _Porque para nosotros, los ancianos no son los más viejos

necesariamente, si no los que más sirven a la comunidad”_. Y prosigue: _El poder no surge de un

deseo o poder individual, es otorgado por la capacidad para trabajar comprometidamente con el

pueblo. Esta cultura excepcional a sobrevivido por que lengua, tierra y organización son sus

pilares”_. Quizá a algunos les resulte sorprendente, pero, como afirma el Etnólogo José del Val,

“el sector cultural más dinámico de la sociedad mexicana es el de los pueblos indios y ellos han

estado sin espacios para desarrollar su cultura.” Y se refiere, claro está , a los indios vivos, a los

más pobres entre los pobres, a los sin voz que ahora revientan por todos los estados con su

palabra verdadera. Quizá nos exige modificar radicalmente nuestra relación con ellos con un

sentimiento hondamente respetuoso hemos hablado de los indios, pero los indios hablaron antes

92

que nosotros.

Herederos de los Chichimecas igual que los Jonases, Guachichiles y Zacatécos, aquellos

indomables indios que prefirieron el suicidio colectivo en el Cerro de la Media Luna para no ser

esclavizados y despojados de sus costumbres, religión e identidad, los pames siguen aquí como

herida a flor de piel. Ahí, en dónde mana el agua, en donde reposa un mamut inerte, del altar del

ofrecimiento todo y la dación del ser mismo y del desprendimiento espiritual, ahí en las entrañas

de la madre tierra, la madre agua protegida por roca piel que no somos capaces de reconocer en

su aporte de elementos sustanciales para el patrimonio, ¿por qué no?, de México, que tanto los

dignifica; los Xi’uiky, los hombres verdaderos, diría Soustelle. En una correlación entre la tierra

y el agua, la prehispanidad y sus aconteceres antropológicos, especialmente en su cerámica e

ídolos y de los ritos y creencias, la vida y la muerte, la estrecha relación entre los elementos

humanos y naturales se fortalecen de tal manera que dejan un pergamino de símbolos que vale la

pena tomar en cuenta. Allá en el abismo, donde, en lo profundo, oscuro y abandonado surgen

misteriosamente lecturas sorprendentes. Ahí, en dónde mana el agua, en donde reposa un mamut

inerte, del altar del ofrecimiento todo y la dación del ser mismo y del desprendimiento espiritual,

ahí en las entrañas de la madre tierra, la madre agua protegidas por roca semipreciosa que decora

el corazón del santuario surge nuestro discurso.

Podemos afirmar a pesar de que en realidad, nuestro desconocimiento de la región en sus

aspectos públicos es casi total, nuestra única certidumbre es que existió una vida ritual

comunitaria sobre los más grandes sitios y algunas veces hasta en las pequeñas aldeas. Al

respecto podemos citar como prueba de la presencia, en la mayoría de los grupos arqueológicos,

de edificaciones cuyo tamaño parece demasiado importante para que hubiera servido de

basamento para casas. Es así como esa presencia condujo a considerar como subestructuras de

templos las plataformas cuya altura supera a los 3 m. Otro género de construcción atestigua la

existencia de ritos colectivos: las canchas de juegos de pelota. Hasta el presente, la región no ha

proporcionado ninguna representación religiosa de importancia, esculpida o pintada, excepto

algunos yugos, sus bajo relieves tienen por tema favorito un rostro humano surgiendo del hocico

de un jaguar.

Si consideramos las sepulturas, se constatará que la inhumación parece haber sido la regla. El

muerto era enterrado directamente en la tierra en posición fetal y más a menudo verticalmente,

por lo menos en la fase de Río Verde, sin embargo, en la sepultura de una mujer de la fase

Pasadita tenía en la boca un pequeño fragmento roca de calcita verdosa (Flourita) sucedáneo

probable de la perla de jade que simboliza la vida y acompaña al difunto al más allá. Fuera de las

prácticas funerarias, lo esencial en los ritos ordinarios está representado las excavaciones por una

masa importante de estatuillas, las que, durante el periodo de Río Verde , pertenecen en su mayoría

93

al llamado complejo Media Luna. Esta apelación se justifica por la presencia, en la laguna que

lleva el mismo nombre, de millares de figurillas del mismo estilo que, con otros objetos

(recipientes en cerámica, placas de calcita…), formaron un cúmulo de ofrendas sin equivalente en

la región.

Fig. 22. Acomodo de un cuerpo en el sepulcro, sin caja o envolturas, en posición fetal y generalmente por debajo de

sus viviendas. Algunos elementos utilitarios y fluoritas fueron depositados con el cuerpo.

En lo que concierne a los depósitos que existían en la laguna misma, no es sin duda faltar a la

prudencia científica el afirmar que servían a un culto del agua. La laguna ejercía indudablemente

una fascinación profunda por el color de sus aguas y la temperatura que, en invierno, provoca la

formación de fantasmales brumas. Puede considerarse como un verdadero lugar de peregrinación

que ha debido atraer, por lo menos en una época, un gran numero de fieles. La ausencia de

construcciones importantes en su proximidad permite suponer que el culto no ha debido ser

denominado por especialistas locales. Un material completamente idéntico al que cubría el fondo

del lago se encontró en excavaciones ya sea en los rellenos de las plataformas de habitación, o

bajo la forma de depósitos ceremoniales u ofrendas. Esta universalidad del material puede indicar

que los objetos rituales populares eran poco especializados, lo confirma por otra parte la

imposibilidad de aislar, entre las figurillas Media Luna, atributos iconográficos, con relación a la

lluvia y el agua. De hecho, estas figurillas habrían jugado sobre todo papel de amuletos

polivalentes, utilizados, la mayor parte del tiempo, a la escala de cada familia, en las casas y, más

raramente, en el cuado de un peregrinaje individual o colectivo. Poco a poco, parece que el

prestigio de la Media Luna decayó, en la fase de Río Verde B, nuevas figurillas hacen su aparición

94

en las residencias, pero están ausentes en la laguna. Es entre esas novedades que se observan las

representaciones que evocan ciertas divinidades conocidas en otras regiones y con atributos

estereotipados (Tlazolteotl principalmente).

Esta mutación en la vida religiosa que acompaña sin duda una formalización creciente es tal vez

el resultado de influencias externas. Pero aun cuando la cerámica Media Luna, en comparación

con la cerámica de México central y del Tajín es muy imperfecta, amorfa, muy artesanal y de

moldeo manual, rota e ilegible con facilidad, la dinámica del desarrollo local en la región asegura

a nuestra región una cierta autonomía, bien ilustrada por la relativa originalidad de la cerámica y

ciertos fenómenos como el culto a la Media Luna. L.R. Binford, “El arqueólogo debe hacer uso

de fuentes de información tales como documentos de condiciones pasadas, proseguir a formular

proposiciones acerca del pasado, y buscar formas de probarlas contra restos arqueológicos.”51

expone por principio que el pasado, aun en sus aspectos menos materiales, no es inaccesible. El

principal obstáculo para su reconstrucción no tendría por origen la naturaleza de los hechos

arqueológicos mismos son nuestra ingenuidad metodológica. Si varias de las tesis de este autor

deben de ser tomadas con reservas, es preciso constatar que la calidad de la información está

ligada directamente a los métodos empleados en la recuperación de las informaciones y su

interpretación, de ahí que sea indispensable decir que sin las figurillas, por amorfas y sin una

estética aceptable con falta de información aparente, es a través de ellas que podemos conocer a

esta maravillossa cultura y hablando antropológicamente, afirmar la autonomía y existencia de la

misma gracias a esos escasos y mal hechos objetos cerámicos.

51 Binford, L.R., Artículo, An archeological perspective. 1972 p. 87

95

Fig. 23. Iídolos Pame del periodo Media Luna. Figura amorfa que representa un espíritu invocado para un favor específico que era ofrendado a la laguna por ser la Madre Tierra, la

Madre Agua y Tepalcate de una vasija con una inscripción de un ave.

La laguna de la Media Luna es un yacimiento arqueológico y paleontológico importante

que coincide con el fondo del lago. En cambio, ninguno se refiere a un sitio con vestigios

arquitectónicos en las cercanías. Su localización exacta está a 21º51’43”/100º01’45”. Parte baja

de una vertiente a 250 m. al noreste de la orilla de los manantiales, pie del Cerro Diablo a una

altitud de 1008 msm. Su entorno actual es de matorrales de piedemonte con yucas sobre la ladera.

Los únicos vestigios próximos son muy modestos y consisten en tres montículos de

habitación de base circular. Los habitantes del Jabalí y cercanías les llaman moctezumas a los

indicios de construcción-habitación. Es probable que no hubo concentración permanente de la

población en ese sector a pesar de la abundante agua. Los alrededores inmediatos, es verdad, son

pocos propicios para la agricultura. Las tres estructuras fueron excavadas repetidas veces. La

cerámica de superficie era no obstante escasa y fraccionada en pequeños tepalcates.

La Laguna fue cartografiada en forma detallada en su fondo y contorno gracias a la ayuda de tres

expertos buceadores: Herón Altamirano, Patrice Pourtal y Christian Milelli. El levantamiento

topográfico de las superficies sumergidas se realizó a partir de la superficie con alidada y

plancheta. Los puntos principales del relieve habían sido balizados en forma preliminar. En la

vertical de cada baliza se colocó un hilo con flotador: cuando llegaba a la superficie, su posición

podía determinarse con la ayuda de una mira mantenida arriba de cada punto. Se efectuó un doble

96

cálculo de las profundidades, por sonda y por ratímetro. La Media Luna toma su nombre en su

forma de cuerno de luna. Esta podría ser de origen colonial ya que las puntas del cuerno

corresponden al arranque de los dos canales principales cuya excavación se remonta al siglo

XVIII. La longitud máxima del lago de este a oeste es de aproximadamente 350 m. y el ancho del

cuerno en la parte central es de 100 m.

La laguna está alimentada por fuertes termales (30ºC como mínimo) potentes: el caudal es

cercano a 5m3 por segundo. El desagüe natural del lago se sitúa al este: en un pequeño brazo

conocido localmente con el nombre de río Encantado ya que se pierde bajo la tierra al cabo de

algunas centenas de metros antes de formar, más al este, una resurgencia que permite la irrigación

del valle de Plazuela. Es posible pensar que la configuración de los lugares fue un poco

modificado desde la época prehispánica, principalmente debido al importante drenaje artificial de

las aguas hacía el norte ocurrido a partir de la Colonia. Los elementos interesantes del relieve

sumergido son los siguientes: existencia de un gran cráter (A) de treinta y cuatro metros de

profundidad, al sureste del lago, de donde brota la fuente principal, presencia de una serie de

cráteres anexos (B, C, D, E F y G) a lo largo de la ribera oeste, existencia, sobre el borde suroeste

del gran cráter, de una pequeña zona de pendientes más débil sobre el cual, según los

excavadores reposaba una mayoría de las ofrendas, habiendo sido encontradas otras en las partes

menos profundas del noroeste.

Lugar de culto particularmente venerado en los tiempos prehispánicos, la laguna de la Media

Luna ha producido, a partir de 1967, a través de exploraciones privadas, no científicas, un

material arqueológico muy importante. Actualmente es imposible cifrar los objetos retirados

(principalmente las figurillas) y las personas que poseen una colección de piezas provenientes de

la Media Luna. A propósito de los vestigios recogidos y de la función cultural del lugar.

La utilización del lago como centro religioso se extiende sin duda por lo menos de la fase

Pasadita (250 a 500 d.C.) a la fase Río VerdeB ( 700 a 1000 d.C.). No obstante es probable que

haya desempeñado su función máxima en la fase Río Verde A (500 a 700 d.C.).

Las figurillas o ídolos encontrados en la zona de Río Verde se pueden clasificar en tres grandes

grupos morfológicos y estilísticos fáciles de identificar. Tres complejos bautizados como: Media

Luna ( ML), Manzanilla (Ma) y Pánuco (Pa) pero nos concentraremos en las ML, aunque el

conjunto presenta en efecto una unidad que no puede escapar al observador, aún no

especializado, se trata de figurillas de aspecto bastante tosco, en general, que tienen una cabeza

parcial o completamente moldeada y un cuerpo formado de una reunión de 2 a 4 pequeños rollos

de arcilla. En la parte de atrás de todos los fragmentos, se nota la presencia de impresiones de

dedos. La pasta utilizada es de textura media a muy fina, ésta a veces mal cocida. Las superficies

no tuvieron ningún tratamiento particular: solamente algunas piezas, descubiertas en

excavaciones, contenían restos de colorante pulverulento rojo (cinabrio?). Todas las figurillas

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antropomorfas salvo raros ejemplares de placas decorativas que vagamente evocan flores.

Fig. 24. Parte de una figurilla que manifiesta claramente el moldeo a mano en donde las hendiduras coinciden con

los dedos del artesano. Modelado muy primitivo.

El tipo ML, I.: Figurillas compactas toscas. Los especímenes de este grupo se obtienen

por la reunión de 2 ó 3 rodillos aplastados contra un molde hacía la cúspide para formar la cabeza

y apretados uno contra el otro hacía el centro para construir la talla del personaje. A veces se

agregan por pastillaje elementos adicionales (brazos, vestidos, decoraciones). La altura de las

figurillas varía de 3.8 a 10 cm. como máximo, con una mayoría de especímenes de 5 a 6.5 cm. de

alto.

Con 747 ejemplares enteros o fragmentados, el tipo ML I. Constituye el 71% del

complejo Media Luna. De todos los tipos de figurillas, es el conjunto más voluminoso. Todas las

figurillas representan a individuos de pie. Los miembros superiores están ausentes muy a

menudo. Excepcionalmente, se encuentran especímenes con las manos delante de la boca.

También son raras las manos cruzadas sobre el vientre y aun colgantes a lo largo del cuerpo. Lo

que se encuentra más frecuentemente es la representación somera de uno o dos brazos doblados:

se trata comúnmente sólo del brazo izquierdo que, en bastantes casos, parece sostener alguna

cosa (bola o recipiente). La única vestidura (indicada por la pastilla en la parte alta de las piernas)

es un taparrabo. Algunos ejemplares, más elaborados, están provistos de orejas redondas, de un

collar, de dos bandas oblicuas que cubren el torso y se cruzan en el centro del vientre o de las

rodilleras. Se pueden relacionar al tipo ML I, dos especímenes depositados en la casa de la

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cultura de San Luis Potosí: se trata del mismo género de figurillas pero de dimensiones

superiores (18 cm. de altura) y que ofrecen una profusión sorprendente de elementos decorativos

pastillados. Además, sus tocados están provistos de una visera sobre la que está moldeada una

cabeza humana.

El tipo Ml, II.: Figurillas antropomorfas más elaboradas. Lo que distingue principalmente a los

individuos de este tipo con respecto generalmente menos borroso de su cara y la figuración

sistemática de los cuatro miembros.

282 piezas enteras o fragmentos se clasifican en el tipo ML, II, o sea 26,9% del total del

complejo. Las partes de cuerpos, que son la mayoría, pueden haber sido sobrestimadas: varias, en

efecto, podían pertenecer a las figurillas del complejo Intermedio.

Las caras-tocados van de la simple placa de arcilla sin ningún elemento visible a ejemplares

cuidadosamente moldeados y pastillados. Entre los especímenes menos elaborados, se nota la

existencia de cabezas donde los ojos están representados por dos puntos alargados oblicuos con, a

veces, un punto más profundo al centro para figurar la pupila. Esta técnica es próxima de la

utilizada sobre algunas figurillas del complejo Pánuco. No es sorprendente constatar que fue

aplicada a unos ejemplares más antiguos del complejo Media Luna para ser abandonada

posteriormente. Las cabezas con rasgos moldeados son bastante variadas y se encuentran

numerosos tocados posibles, entre los cuales el más común parece haber sido una placa

trapezoidal vertical simple emergiendo de una banda horizontal, decorada o no de líneas oblicuas.

Los apéndices decorativos y las posiciones de los miembros son también bastante variables. Los

personajes están todos de pie, con las piernas ligeramente separadas, algunas piezas de colección

están sentadas. Varias posiciones de los brazos están representadas: ligeramente separados a lo

largo del cuerpo, replegados con las manos sobre la boca, sólo el brazo izquierdo doblado con un

objeto en la mano. La posición de los brazos en cruz parece de figurillas únicas. Algunos

ejemplares pertenecientes a colecciones privadas presentan a personajes que tienen en la mano

izquierda un bastón que se apoya sobre la misma pierna del mismo lado. La pieza de la figura

119c que se encuentra en la Casa de la Cultura de San Luis Potosí no tiene equivalente.

La presencia de orejas bajo la forma de discos a veces punteados en el centro son muy comúnes.

Los collares simples o dobles con, eventualmente, un pendiente, no son raros pero serían menos

sistemáticos que los taparrabos. Se encuentran además, con mayor frecuencia que en el tipo ML

I, rodilleras y bandas cruzadas sobre el torso, provistas a veces de punteados. Es necesario hacer

notar la existencia ocasional de brazaletes y de tobilleras.

El tipo ML, III.: Placas decorativas. Se contabilizaron 19 fragmentos en esta categoría. Algunas

piezas enteras del mismo estilo se conocen en los museos d e la región (Fig. 118f). A primera

vista, se podrían considerar a esas placas como elementos puramente decorativos, con de carácter

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vagamente floral. El examen detallado de ciertos fragmentos nos mostró que se trataba a menudo

de figurillas del tipo ML I, aplicadas a la sobre una base, ésta misma constituida a partir de la

unión, bajo la forma radial, de varias cabezas idénticas del tipo ML I. Se puede adelantar que los

tipos ML III y ML I son muy próximos morfológicamente y cronológicamente.

Con 1048 fragmentos o piezas enteras, el complejo Media Luna es un grupo de figurillas más

importante en todo el conjunto. Cronológicamente, se encuentran representantes de este complejo

en las dos fases Río Verde A y Río Verd B, pero es muy evidente que su popularidad disminuye

considerablemente con el tiempo. Además se debe señalar que los especímenes del tipo ML II

desaparecen con el tiempo más aprisa que los del tipo ML I, no hay, sin embargo, divergencias

cronológicamente acentuadas. Entre el material de superficie, las figurillas del complejo Media

Luna son bastante escasa. Esto explica sin duda por la posición cronológica del grupo y su

ausencia casi completa en las capas más superficiales.

Las figurillas del complejo Media Luna, bajo una aparente diversidad, forman un grupo

homogéneo que no posee, según parece, equivalente en las regiones vecinas.

Breve Horizonte de Imágenes In Situ

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Fig. 25. Jaime Carpio, Edgar Knapp, Héctor Vallejo, David Morales, Marcos Manuel Rodríguez y Adán Muñoz (De

izquierda a derecha). Atascatus Canis (Perros atascados). www. facebook.com/grupos “Atascatus Canis” (Perros

atascados) BUCEO MEXICO.

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Fig. 26. Buceo nocturno. Grupo Atascatus Canis (Perros Atascados) de León, Guanajuato. Méx.

Fig. 27. Iniciando nuestra épica aventura con Ponccho, una leyenda viva del buceo, a quien le debemos haber

logrado ser buzos y Dive Masters. Edgar, Poncho, Armando, Beto, Gabriel y Daniel (arriba de izquierda a

derecha). Chuy, Pepe, Cuco y Ramón (abajo de izquierda a derecha).

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Fig. 28. Manuel Victoria (Manolo), Edgar Knapp y Rodrigo Friacione. (De izquierda a derecha).

Sentado en la terraza del barco en la parte de arriba pregunté a Rodrigo, mientras navegábamos a norte franco que:

¿cuál había sido su máxima experiencia en el mundo marino? A lo que respondió, animado _el nado con el pez

vela_.

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Fig. 29. A bordo del barco Lucky Two cerca de Isla Pérez en el Golfo de México.

Barracuda para la cena cazada por Rodrigo Friscione.

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Fig. 30. Alberto Bolaños, Edgar Knapp y Xareni Fabela.

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Fig. 31. Alfonso Pérez Munguia. La sonrisa de la experiencia.

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Fig. 32. Gpo. de Rescate Acuático y Buceo de la Dirección General de Seguridad Publica del Edo. de S.L.P. (De izquierda a derecha) Cmdte: José de Jesús Becerra, Marcos M. Rodríguez (de León) , Jorge Alfonso Tadeo,

Cristobal René Rivera, Chuy Reyes (de León), Claudia Guzmán (de León), Cosette Knapp (de León), Edgar Knapp, (de León) Braulio Castillo, Héctor Vallejo (de León), Aaron Arciniaga y Aaron Cervantes. Fotografía después de

la inmersión en el parque de la Media Luna.

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POST SCRIPTUM

Ahora sé que las cosas las veía diferente. Siempre envuelto en el mundo y su ritmo acelerado sin poder hacer un alto y un silencio en lo profundo, en la liviandad y superficialidad de los aconteceres sin importar mucho el entorno en el ruido del consumismo, el dinero, el poder. Un lenguaje de inmersionalidad y sus adentros quitó la veladura agrisada de mi visión y descubrí un lenguaje bueno, sencillo y sin códigos sociales y extravagantes, en la sencillez de los indios Xi´ uky la filosofía sencilla de un destino por vivir. En una subjetividad del ser derrocada por la fusión de cuatro mundos.

1. La esperanza de saber que en el mundo hay esperanza. Algo bueno está presente y es tan simple que no lo vemos por el irreflexivo mensaje de los dirigentes del mundo moderno y el bombardeo a lo vano y superfluo de la vida.

2. En la Verdad de reconocer que la conquista fue a la interioridad de mis pensamientos y deseos. De la absolutez de la presencia de la naturaleza perfecta. Buscar las respuestas en la naturaleza porque toda naturaleza, en esta situación de voluntad descubridora, es cooperación. Descubrir que para encontrar respuestas verdaderas tienes que observar la naturaleza, coincidir con ella en el lugar correcto y preguntar lo adecuado.

3. En la dignidad de los indios que dan su discurso con testimonio y congruencia de vida al defender sus tradiciones, su legado y prolongar sus valores de generación en generación sin pretender ser escuchados. De que la pobreza, la riqueza, la enfermedad, la salud, la fe, el amor, el perdón, y el odio, etcétera, son creaciones fantasmales y que se encuentran fuera para ser buscadas, cuando son parte del hombre, que nace de lo dentro, crece y se da intrínsecamente. Que dignifican su esencia por permanecer, y no en la supervivencia sino en la indeleble huella de su siempre existir. Un lenguaje al mundo de verdad y dignidad en la interpretación de su presencia física y espiritual.

4. En la seducción mística del hablar de una laguna que desfragmenta el ser en la liquidez para reconstruirlo en lo absoluto y palpablemente sólido, edificado en el principio del viaje permanente a nuestro propio abismo para encontrar, al menos, un minuto de paz, que bastara para decir que sí existe. Volver a nacer regresando analógicamente al útero de la madre tierra y en lo profundo, en lo secreto, en el silencio. Nacer a una vida nueva de generosidad y donación por el otro como yo, dar a luz la luz nueva, del préstamo de la vida contenido en la conquista interna al descubrir el dulce sabor del uno por el otro para formar una civilización nueva.

Saber, al fin, una conquista, no de la Laguna descubierta, sino de la Laguna que conquista el ser entero. Reconocer los límites y errores de existir, recomponerlos, encontrarse en el lenguaje de otros mundos paralelos, influyentes y en ese devenir, fusionarlos para construir

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un hombre diferente, nuevo, renovado, un hombre verdadero porque el hombre mundano, que quiere dinero e inmediatez se cierra en su mediocridad y al verdadero hombre nadie ni nada le pertenece. Atreverse a hacer cosas jamás imaginables, romperse en sí mismo en paradigmas y lanzar la búsqueda con la firme convicción de la meta, sin desfallecer, desprovisto de ti, conquistado por la perfección de la naturaleza, la verdad de la historia y su discurso absoluto y presente, el amor y la alegría que dignifica al indio mexicano que no necesita más que ser él mismo y la estimulante seducción de la Laguna Media Luna como lágrima de la historia que nos revela sus secretos para ser una mejor civilización y construir un mundo/nuestro mundo/sin caos y destrucción y en ese deseo de ir dentro de ti, a tu propio abismo, descubrirnos desnuda/desnudo, internos, como en el vientre de su madre, la Tierra, en el silencio de lo confrontado y en la presencia absoluta, natural, existida de la historia de la verdad, de un mamut presente, revelado en lo inaccesible para muchos y ahí, seducido, dar el paso y asumir el reto a la verdadera conquista de ti mismo. Reencontrado en la sintaxis de lo planetario, llegar a la filosofía sencilla de los antiguos mexicanos Xi´ uky que hablan con su alma al alma en la autenticidad de sus raíces. Solidificar este nuevo aprendizaje, hacer en el diario vivir, el esfuerzo de lograrlo. Consolidar el pensamiento, el espíritu y el cuerpo en el devenir de un mundo perverso en donde se puede ser agente de cambio para dar testimonio de que el humano tiene todo el poder transformante en el pequeño mundo que nos tocó vivir.

Ir al espejo y contemplar nuestra belleza, la de lo íntimo, con ojos Xi´oi y en la contemplación descubrirnos creados para un bien, el nuestro, el de aquí y ahora. De la misma manera en que descubrirnos la belleza en una flor y que simbolizamos para expresar afecto, descubrir centímetro a centímetro la belleza propia, en la sonrisa, en la articulación de palabras de crecimiento, en la práctica de las artes y en el palpitar de un nuevo ritmo de reflexión y reto de la conquista del abismo que hemos creado en la humanidad con las guerras, egoísmos, envidias, asesinatos, drogas, y más/más…

Creo que el hombre existe y es bueno, y formulando un sólo pensamiento y actuar, unidos en la diferencia, unificar las esencias del ser/existir y hacer la diferencia desde nuestras trincheras y hacer tregua consigo mismo para no vivir dividido porque se gastan nuestras energías en lo intrascendente.

No tener miedo y si se tiene, darle espacio al temor de permanecer ahí, perenne, dormido, desanimado, perezoso. Atrevernos a quedarnos encerrados por un momento, contenidos con el ser y su silencio, sin entender que el silencio es mudez y que el silencio, en el pensamiento, se convierte en palabra. Cuando parezca que todas las puertas y todas las salidas se cierran, en el callejón del silencio mismo, surgir como seres, como tales…seres.

Lo grande si no lo sencillo es no perderse en el mar de nuestra vida sin costas, sin periferias porque el mar es finito, grande pero con medida, no inmenso. La aventura del silencio no es evasión a la vida sino la desembocadura en la vida misma. Esa vida es eterno fluir. En el hombre hay una fuente y no es el hombre un estanque, agua detenida, sino agua que fluye sin cesar. El agua estancada se corrompe, el agua del eterno fluir, que mana, es más pura, _como dicen los hindúes_.

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No se vive el silencio para sí mismo, como no luce el sol para sí mismo, ni la lluvia cae para sí. El silencio es la comunión con todos. Levantemos la voz y nuestros actos. El silencio no es enemigo de la palabra, el silencio es como el lecho y alumbramiento de la palabra. Es en el silencio donde la palabra es acogida como en la noche donde luce la estrella. La palabra más poderosa es la acción que en el silencio le da sonoridad. En mi asfixia, mi ahogo, cuando salí del abismo y en la posibilidad de evadir la vida comprendí que no estaba solo... ver a mi hija a lo lejos, ver a mi esposa a lo lejos, desdibujándose en mi ceguera, cuando todo se obscurecía vi el resplandor de ellas y encontré el sentido del sí a la vida cuando mi casa estaba en ruinas y sus muros quebrantadas de perder la vida delante de ellas, el vigor de no permitir que no me vieran desvanecido, derrotado, ingenuo, fugado, muerto, la vida nos ha dado un aliento purificador de morir para vivir.

Que se sumen cuantos sean inspirados a modificar en la medida de lo posible y en la consagración con la vida misma que es bella, más bella que lo bello… y no cesará.

BIBLIOGRAFIA.

1. Dominique Chemin. Unas consideraciones sobre los pames y su historia. Coloquio Xi’oi. Archivo histórico de San Luis Potosí. p-29

2 Guillermo Bonfil Batalla, “historias que no son todavía historia”, Historia ¿para qué? Siglo XXI, México, 1980, pp. 227-245.

3. Inocencio Noyola, El estudio de los pames. Balance historiográfico. Coloquio Xi’oi. Archivo histórico de San Luis Potosí. p-23.

4. Jaques Soustelle, la familia otomí Pame de mexique central, institut d’Etnologie, Paris, 1937, p-9.

5. Tal vez aquella raíz otopame xi sería muy antigua y podría ser común a otras familias lingüísticas, como por ejemplo, la yutoazteca. Pues bien puede ser la misma raíz arcaica xi que encontramos en el náhuatl en palabras con xiuitl “hierba”, xiotl “sarna”, etc.

6. Dominique Chemin. Mi interpretación de xi’ui como “hombre verdadero”. Tal vez sea muy incierta pero, por lo menos, propone una solución histórica, en el sentido de invención creación: dar un sentido histórico a la ahistórico.

7. Ordóñez Cabezas, Giomar. - México : CDI : PNUD, 2004. (Pueblos indígenas del México contemporáneo) p-5

8. Francois Rodríguez Loubert, Les Chichièques, CEMCA, México, 1985.

9. Héctor Samperio Gutiérrez, Los pames y la misión lingüística, etnologica y protectora de fray Guadalupe soriano. Universidad autónoma de Querétaro. Departamento de estudios e investigaciones antropológicas.. p-43.

10. El proyecto San Luis Potosí de la Misión Arqueológica y Etnológica Francesa, realizado entre 1980 y 1982 tuvo el marco geográfico de las zonas montañosas situadas al oeste de la meseta de Río Verde y por el objetivo principal

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el estudio de las relaciones entre los pueblos nómadas y pueblos sedentarios. Si una mayoría de los yacimientos descubiertos corresponde más bien a sitios del dominio guachichil, cuando menos una de las excavaciones (abrigo y gruta Los Capulines-sur, en el valle del río Bagres) ha proporcionado datos que podrían más bien corresponder a representantes del grupo pame.

11. Fernando de Alva Ixtlilxóchitl. 1975-1977-Obras Históricas, edición E. O’Gorman, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas (Serie de historiadores y cronistas de Indias: 4), 2 vol. P-298

12. “Prólogo Historial”, Difícil tratado del arte, y unión de los idiomas Othomii y Pamme… en 1766, N.L.B. Latin America Collection, The Univesity of Texas at Austin, Teoplan, p. 149, CENINHAC, Pachuca, 1978.

13. Arias, 1982, Castañeda, 1990, Eckholm, 1994, García Cook y Merino Carrión 1987, Merino Carrión1985 y 1989

14. Ekholm, 1944, García Cooky Merino Carrión, 1987,1989, Merino Carrión, 1985

15. Dominique Michelet, 1984. Río Verde, San Luis Potosí (Mexique), México, CEMCA (Collection Etudes Mesoaméricaines 1-9)

16. Monika Tesch Knoch, Aspectos culturales en el área central de la zona media potosina durante la época prehispánica, pp. 55-56.

17. Dominique Michelet , Río Verde del Instituto de Cultura San Luis Potosí. Lascasiana, S.A. de C.V. Centre Francais D’études Mexicaines et Centraméricaines

18. Dra. Heidi Chamin Bässler. Los Pames-Xi’ui y las misiones de la Sierra Gorda. Segunda Parte 2002 para la Unidad Regional de Culturas Populares e Indígenas de Querétaro

19. José Antonio Mac Gregor C. (Unidad Reginal de Culturas Populares en Querétaro) “Resurge la voz de los indios”. Coloquio Xi’oi.Archivo histporico de San Luis Potosí, pp, 108-110.

20. Pasadita, Río Verde A y Río Verde B son fases de periodos sucesivos. Cada fase está caracterizada por un complejo cerámico específico. Fase Pasadita (250? A 500 d.C.), fase deRío VerdeA (500 a 700 d.C)y fase Río Verde B (700 a 1000 d.C.).

21. Dominique Michelet, comunicación a la Sociedad de los Americanistas de París 17/05/1978 y Anexo III.

A pesar del pillaje de los que fue objeto el fondo de la laguna desde por lo menos el inicio de los sesenta, quedaba todavía suficiente material para que el Departamento de Investigaciones Subacuáticas del Instituto Nacional de Antropología e Historia realice en 1981 un programa de investigación.

22. En náhuatl "Devoradora de la Mugre". La diosa mexica de la tierra, el sexo y el nacimiento en la cultura azteca. Era la diosa que eliminaba del mundo el pecado y la diosa más relacionada con la sexualidad. Relacionada con la Luna.

Internet:

http://www.medicinatradicionalmexicana.unam.mx

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