liderazgo emprendedor
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50 reflexiones sobre emprendedurismo, liderazgo y motivación, cada una con su correspondiente video, para dinamizar el caminar por la vida con caracter, decisión y trascendenciaTRANSCRIPT
Liderazgo ���� Emprendedurismo
Emprendedurismo ���� MotivaciónMotivación
INDICE
¡SALUDOS! ..................................................................................................... 1
1. Lucha por tus sueños, sino otro los conquistará ............................. 2
2. Los obstáculos solo existen para demostrarte que no tienes límites
.............................................................................................................. 5
3. ¿Ves todo lo que a veces has logrado sin proponértelo?, ¡ahora
imagínate si te lo propusieras! ........................................................... 8
4. En la lucha nos es permitido tomar un descanso, ¡pero nunca
claudicar de conseguir nuestras metas! ........................................... 11
5. ¡Gracias a Dios no existía el ISO! ....................................................... 15
6. Todo en nuestro cuerpo, alma y mente está hecho para ir adelante 20
7. Establece bien tus metas para que no sigas metas ajenas ............. 23
8. Recuerda: no hay oscuridad tan grande que no ceda ante una simple
vela. Tus sueños por pequeños que sean pueden llevarte a grandes
cosas .................................................................................................... 26
9. ¿Que quieres arreglar el mundo? Excelente... ¿pero qué tal si
comienzas por mejorar el pequeño mundo que eres tú mismo? .... 29
10. Un líder nunca exige de sus seguidores más de lo que él mismo da,
pero si les exige más de lo que ellos pueden dar............................. 31
11. Como dice en algunos espejos retrovisores de autos: "las cosas están
más cerca de lo que parecen" ............................................................ 33
12. Hay algo que nadie nunca te podrán quitar y es la capacidad y
responsabilidad de tomar tus propias decisiones ........................... 36
13. comprometen, son nuestras acciones las que nos definen ............ 38
14. Solo un trabajo honesto es productivo, solo un servicio solidario es
fructífero, y solo una calidad que exceda lo esperado es justa ...... 40
15. No hay pretexto: Si puedes hacerlo, hazlo, y si no !al menos inténtalo!
.............................................................................................................. 42
16. No somos eternos, ¿por qué desperdiciar el tiempo como si lo
fuéramos? ............................................................................................ 45
17. El éxito es la combinación de constancia, disciplina y mucha, ¡pero
mucha pasión! ..................................................................................... 47
18. Si ves a un triunfador, verás una persona que se ha levantado tantas
veces como se ha caído, y sigue de pie ............................................ 49
19. Nadie ha cruzado la meta sin haber tenido que dar el último paso 52
20. Así como el auto necesita gasolina para avanzar, así tus metas
necesitan de tus acciones cotidianas para ser alcanzadas ............. 54
21. Tus metas son alcanzables; veras: extiende tu mano a ellas, ¿ves
como es que ya están más cerca? ..................................................... 57
22. No hay mejor recompensa que la satisfacción por un trabajo bien
hecho .................................................................................................... 59
23. Mientras más factores externos sean los que inciden en tus
decisiones, menos dueño de las mismas eres ................................. 61
24. La vida no es algo que se nos da cuando se nace, sino algo que
debemos de ganarnos día a día con el fragor de la batalla cotidiana 64
25. El quedarte sentado solo hará que más pasos te separen de tu meta 66
26. Comienza intentándolo… terminarás lográndolo ............................. 68
27. Tus sueños se alimentan de esperanza, tus logros de acciones .... 70
28. Qué curioso: cien errores te pueden conducir a un gran acierto,
¡nunca dejes de intentarlo! ................................................................. 72
29. Sin objetivos ni estrategias llegaras a cualquier lugar, menos a donde
querías .................................................................................................. 74
30. Establecer un propósito le da sentido a nuestras acciones y permite
focalizar nuestros esfuerzos y recursos ........................................... 76
31. Cuando se disfruta el camino no hay propiamente un esfuerzo sino un
disfrute en cada paso .......................................................................... 78
32. La trascendencia tiene que ver con lo que ahorita estás haciendo,
¿cómo quieres que se te recuerde? .................................................. 81
33. Cada paso que das te acerca o te aleja de tu objetivo, piénsalo muy
bien y !actúa! ....................................................................................... 84
34. Servicio es entender y aceptar que en muchas ocasiones tú serás
quien haga el camino, pero otro quien lo recorrerá ......................... 87
35. Cuando uno tiene bien claras sus metas y sus valores, es mucho más
difícil perder el rumbo ......................................................................... 89
36. Mejor contar aquellos pequeños logros que en el andar se han
obtenido en vez de contemplar lo que aún no se obtiene ............... 91
37. Éxito no solo es lograr una meta, sino también saberte mejor que
cuando comenzaste tu andar ............................................................. 93
38. Desdeñar la educación es como subirse a un bote y rechazar los
remos .................................................................................................... 95
39. De cada caída solo hay una pregunta que tiene sentido: ¿qué puedo
aprender de esto?................................................................................ 98
40. Comprobado: Tus pensamientos pueden hacerse realidad… !siempre
y cuando pongas acción en ello! ....................................................... 101
41. Si las metas valiosas pudieran obtenerse con un esfuerzo mínimo, no
sucedería el milagro de forjar nuestro carácter ................................ 104
PALABRAS FINALES ..................................................................................... 106
PRÓXIMA PUBLICACIÓN ............................................................................... 107
ACERCA DEL AUTOR .................................................................................... 109
1
¡SALUDOS!
"Los mismos ángeles nos envidian". Cuando escuché esta frase -hace tiempo ya diría en mi defensa- me metí en una discusión de si los ángeles, dada su perfección, podían sentir envidia, peor aún de nosotros cuando ellos no tenían problemas, no enfrentaban dudas y su perfección era plena. Lo que no vi en su momento es que no se trataba de una aseveración teológica sino de una reflexión filosófica, más exactamente una reflexión existencial, del increíble potencial que tenemos los humanos.
Las personas somos capaces de las acciones más ruines y abyectas pero también de los actos más heroicos e inspiradores. Podemos experimentar las mieles del éxito, pero también la amargura de la derrota. Nos podemos caer no cien, ni mil sino millones de veces y volver a ponernos de pie. Podemos amar, odiar, reír, llorar, ganar, perder, vivir y morir.
Como personas tenemos un potencial increíble, un potencial que se desarrolla de manera única y particular en la vida de cada uno de nosotros. Ciertamente no tenemos una guía de cómo vivirla, pero si vemos un plan detrás de toda nuestra existencia, un plan trascendente que comienza con nuestros pasos en la tierra pero tiene su destino en el fulgor de las estrellas.
De eso trata este libro, de ese andar que todos experimentamos en nuestra existencia. Con un enfoque de liderazgo, emprendedurismo y motivación, este libro contiene reflexiones, vivencias, ejercicios, análisis que nos permiten ese alto en el camino para valorar lo que hemos conseguido y para motivar la esperanza de lo que podemos conseguir.
Cada artículo va acompañado de un video que replica lo escrito pero de una manera más gráfica e interactiva.
¿Acaso la idea de este libro es enseñar, es instruir, es educar? Para nada. Todos somos alumnos en este largo andar por la vida así que la intención de este libro es más que nada compartir y si en ese compartir puedes encontrar algo de valor recuerda que no has hecho nada más que encontrar algo valioso que cuya simiente ya traías en tu interior.
Sigamos caminando viviendo cada día como el milagro maravilloso que es, transformándonos en los seres de luz que estamos llamados a ser, sabiendo que nuestros pasos retumban en la eternidad y entendiendo que por todo ello "los mismos ángeles nos envidian".
2
Lucha por tus sueños, sino otro los conquistará
El término de liderazgo hace referencia a la
capacidad que se tiene para influir en los demás
de tal forma que los esfuerzos se encaucen
hacia la consecución de un fin común, pero
existe otra definición de liderazgo que al menos
yo utilizo en mis cursos y conferencias y que es
la del liderazgo personal, y esa es la capacidad
que tiene cada quien de decidir por sí mismo
respecto de su propia vida.
En un mundo donde se han ido conquistando cada vez más libertades, hablar de
liderazgo personal suene redundante, después de todo, ¿quién más va a decidir
por uno respecto de nuestra propia vida?, pero la cuestión no es tan sencilla.
El liderazgo está relacionado íntimamente con la voluntad, y la voluntad con el
carácter. Aunque uno tiene una pre-personalidad con la que se nace, ésta se va
forjando a lo largo de la vida, y con nuestras acciones y decisiones va madurando,
creando nuestro carácter y nuestra voluntad, siendo que estos dos nos facultan a
tomar las decisiones de nuestra vida.
Quien decide es siempre el líder, así que, ¿quién es el líder en tu vida? Piensa
esto, mientras más factores externos sean los que inciden en tus decisiones,
menos dueño de las mismas eres y por lo tanto menos líder de tu propia
existencia.
En una ocasión le pedí a un grupo de ejecutivos que hiciera una lista con las tres
principales motivaciones para realizar su trabajo, ¡todas resultaron ser factores
externos a ellos! Las metas de la empresa, el dinero y los bonos, el temor al
despido, etc., ¡todos son factores externos!, ¿y qué significa esto?, que si en tu
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vida los principales factores que inciden en las decisiones son externos entonces
son otros los que tienen las riendas de tu vida, son otros los que deciden por ti, y
son otros los que están viviendo tu vida.
Seamos prácticos, tenemos necesidades, tenemos obligaciones, siempre habrá
factores externos que nos empujen en tal o cual dirección, eso es innegable, pero
en medio de eso debemos luchar porque nuestras motivaciones personales de
logro y superación, nuestros sueños pues, ocupen sitios prioritarios para
compensar en cierta forma esa presión externa y luchar por liderar nuestra vida.
Una frase que repito en mis conferencias es que la vida no es algo que se nos da
cuando se nace, sino algo que debemos de ganarnos día a día con el fragor de la
batalla cotidiana.
¿Qué tienes que trabajar en tal o cual cosa pero te gusta pintar, bailar, escribir o lo
que sea y a veces no se compagina esto? Pues tienes dos opciones: o te haces
profesional en aquello que te gusta para compaginar tus sueños con tu profesión,
o buscas las formas y los espacios día con día para cuidar y abonar tus sueños.
¡Ah!, hay una tercera opción, buscar en las mismas obligaciones diarias que tienes
las motivaciones personales para cumplirlas. Por ejemplo, en el ejemplo de los
ejecutivos dado al inicio, después de una serie de ejercicios y reflexiones,
pudieron encontrar motivaciones personales que compaginaran con su trabajo,
como el de superarse constantemente o explotar su creatividad como parte del
mismo.
¿Por dónde empezar? Primero, para las tres áreas principales de tu vida (escuela,
trabajo, familia, amigos, novia, etc.) pon debajo de cada una los tres principales
factores que te hacen actuar en cada una de esas áreas; segundo, revisa esos
factores y si el enfoque es externo y reactivo (por ejemplo: "necesidad de
aceptación"), trata de re-redactarlo de manera personal y activa (mismo ejemplo:
4
"deseo de compartir con los demás mi vida y mi experiencia"); por último en tercer
lugar, haz una lista de tus tres principales sueños que son solo tuyos y que no
caben en ningún área común de tu vida y comprométete a dedicarles cada día al
menos cinco minuto en buscarlos y realizarlos.
El liderazgo personal es verte y hacerte dueño de tu propia vida: piensa por ti,
siente por ti, vive por ti, y cuando estés un paso adelante de alguien más, voltea y
tiéndele la mano para que, como líder de tu propia vida, puedas darle a otra
persona el liderazgo de la suya, pues no hay mejor regalo que puedas darle a
alguien que el de la libertad, y solo quien es dueño de sí mismo a través del
liderazgo personal puede pensarse, sentirse y vivirse libre.
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/okoqno
5
Los obstáculos solo existen para demostrarte que no tienes límites
¿Cuántas veces en nuestra vida nos hemos
enfrentado a obstáculos que parecen
prácticamente inalcanzables solo para vernos
después conquistándolos?, peor aún, ¿qué
hubiera pasado si a la primera de cambio
hubiéramos dejado de intentarlo?
Si los obstáculos fueran razón para desistir de
algo, ¿qué sería de la vida?, ¿qué hubiera sido de la historia? El maestro de
Beethoven lo declaró en su momento un caso perdido como compositor; el
maestro de Enrico Caruso, uno de los más grandes cantantes de ópera, decía
que no tenía voz y que no sabía cantar; los maestros de Charles Darwin lo
consideraban un chico ordinario por debajo del promedio intelectual; el editor de
un periódico despidió a Walt Disney, cuando apenas empezaba su carrera, por
falta de ideas. Los maestros de Thomas Edison decían que era demasiado
estúpido para aprender cualquier cosa; el maestro de Albert Einstein lo describió
en su momento como mentalmente lento, insociable y con sueños absurdos, de
hecho en 1905 la Universidad de Berno le rechazó una disertación doctoral por
considerarla irrelevante e irreal; del gran escultor Rodín se decía que era el peor
alumno de la escuela, de hecho los “expertos” rechazaron tres veces su solicitud
de admisión a la escuela de arte; a León Tolstoí, autor de “La Guerra y la Paz”, lo
obligaron a abandonar la escuela ya que los “eruditos” lo consideraban
completamente incapaz de aprender.
Los obstáculos existen, son reales, lo único que no es real es la percepción que de
ellos tenemos, esa es subjetiva y está en función de nosotros mismos. Pensemos
en esto: un obstáculo se define como tal solo y cuando creemos que requeriremos
de una gran reserva de fuerzas para conquistarlo. Para ninguno de nosotros, ya
jóvenes y adultos, una escalera se vuelve un obstáculo, ¿pero qué tal para un niño
6
de uno o dos años?, es algo prácticamente insalvable. ¿Qué quiere decir eso?,
que la definición de nuestra personalidad va a estar en la vida en función de lo que
consideremos realmente un obstáculo.
Es un hecho que conforme crecemos lo que considerábamos obstáculos dejan de
serlo y los retos que nos planteamos se convierten cada vez en más ambiciosos,
así es la vida, y la manera en que enfrentemos esto es la que definirá el carácter
en nuestra personalidad.
Cuando hablamos de obstáculos hablamos de una relación fuerzas-retos, pero
más interesante aún, la percepción que de ello tenemos. El obstáculo podrá seguir
existiendo, eso no lo podemos cambiar, lo que sí podemos cambiar es la
percepción que de él tenemos, lo cual nos pondrá en un uso eficiente de nuestros
recursos. ¿Qué quiere decir esto?, simplemente que nuestra mente puede trabajar
a nuestro favor o en contra nuestra. Yo creo que todos tenemos en mente
actitudes propias o de conocidos ante problemas: cuando pesimistamente se dan
por vencidos es mucho más difícil conquistar los retos que cuando se muestra una
actitud de lucha y optimismo.
Hay un ejercicio que me gusta efectuar: se le pide a un grupo de gente que trabaje
dos columnas, en una columna escriben los tres más grandes obstáculos que
creían insalvables en su vida, y en la otra escriben el por qué los consideraban
insalvables (se les pide que sean muy explícitos en este punto), y una vez que han
hecho esto se les pide que lo lean en silencio y luego se les hace la pregunta
"¿qué pasó?, por lo visto tenias el problema muy bien analizado y creías no lo
conquistarías, entonces ¿qué paso?". La conclusión es sencilla: la percepción de
cada uno era la que hacía ver esos obstáculos tan enormes que parecían que
serían ellos los que triunfarían.
Cuando uno conquista un obstáculo, en realidad se conquista a sí mismo, a sus
miedos, a sus mediocridades, a su corta visión; cada obstáculo conquistado por la
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tenacidad, el valor y el coraje nos permite crecen como personas interior y
exteriormente, nos da más recursos y herramientas para nuestra vida y nos
permite una visión de nosotros mismos, de los demás y del mundo que nos rodea
más amplia, profunda y trascendente. Es así como los obstáculos solo existen
para demostrarte que no tienes límites
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/qtfPRk
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¿Ves todo lo que a veces has logrado sin proponértelo?,
¡ahora imagínate si te lo propusieras!
Establecer un propósito, a parte que le da sentido a
nuestras acciones, permite focalizar nuestros
esfuerzos y nuestros recursos, es así que mientras
más claro sea ese propósito más eficiente se
volverán nuestras acciones en función de la
consecución de la meta trazada.
La vida constantemente nos da sorpresas, ¿cuántos
casos conocemos de gente que realmente nunca
pensó lograr las cosas que ahora han logrado?, por
ejemplo cuando Davis creó a Garfield nunca pensó llegaría a tener tanto éxito, o
el caso de J. K. Rowling, creadora de Harry Potter y quien comenzó escribiendo
cuentos para que sus hijos durmieran por las noches.
Pero, ¿que no esos ejemplos nos dicen al contrario del tema de este artículo, que
se pueden lograr cosas aún sin proponérnoslo? Al contrario, el tema de este
artículo es ese: que puedes lograr cosas sin proponértelo, pero que cuando te lo
propones serán mayores los logros. Los mismos ejemplos de David y Rowling nos
dicen eso: su éxito inicial era no pensando, pero una vez que se tuvo el primer
éxito vinieron una seria de acciones intencionadas que permitieron que
"actualmente Garfield sea la tira con mayor difusión en Estados Unidos y en todo
el mundo con más de 220 millones de lectores y publicada en más de 2,500
periódicos por todo el mundo" o que "desde el lanzamiento de la primera novela,
Harry Potter y la piedra filosofal en 1997, la serie [de Rowling] logró una inmensa
popularidad, críticas favorables y éxito comercial alrededor del mundo. Para
diciembre de 2007, se habían vendido más de 400 millones de copias de los siete
libros, los cuales han sido traducidos a más de 65 idiomas"
9
De ambos ejemplos, más otros que pudiéramos traer a colación podemos ver un
hilo conductor: un enorme gusto por lo que se hace, un gusto que podemos bien
llamar amor o pasión, acompañado de estrategia con dirección.
Sin ir tan lejos, en nuestra propia vida, ¿no podemos mencionar diez cosas que
logramos sin proponérnoslas y que ahora en retrospectiva nos parece casi
asombroso eso?, yo creo que este ejercicio no nos arrojaría diez sino veinte, o
treinta, ¡o cuarenta!
Lo anterior es como si la vida a cada rato nos gritará en nuestra propia cara que
podemos lograr cosas aún más grandes, solo es cuestión de proponérnoslo.
Ahora bien, es imposible ni tampoco sería sano, pretender controlar todos los
aspectos de nuestra vida para poder así darles un propósito, pero caray, no
hablamos de todos los aspectos sino al menos de aquellas metas que
consideremos relevantes y trascendentes para nosotros: estudio, trabajo, familia,
son algunos de los temas sobre los que podemos concentrar nuestra intensión de
propósito, no con un afán controlador, porque eso solo traería frustración, sino con
un afán de ser nosotros quienes pongamos nuestra voluntad (espíritu, mente y
cuerpo) en el carril del logro de nuestras metas.
Es en este punto donde debemos dejar clara la idea: las acciones que uno
emprenda son para disfrutarse, cuando se disfruta el camino no hay propiamente
un esfuerzo sino un disfrute en cada paso, por el contrario pretender lograr algo
que ni nos gusta, ni nos llena, ni nos satisface solo traerá frustración. Ve lo que
quieres lograr, aquello que despierta esa pasión, esa emoción, esa imaginación y
ve por ello con propósito de acción, con rumbo de intención, y con alegría en el
corazón.
Técnicas para esto hay muchas: poner papeles con frases de ánimo o motivación,
fotos o imágenes con lo que uno quiere lograr, o un calendario límite ("a más
tardar en tal o cual fecha lograré esto") de acciones; lo importante es avanzar,
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sentir que cada día la meta se acerca aunque sea un poco, en caso contrario
revisar las acciones y ¿por qué no? ajustarlas.
¿Sabes que es lo mejor de trabajar con intención de propósito? que te darás
cuenta que la magia de tu esfuerzo creador se suma a la increíble magia universal
de la vida donde tus logros deseados se suman a los regalos que sin
proponértelos seguirás recibiendo pues solo avanza quien camina, y solo camina
quien busca, y solo busca quien dentro de sí mismo trae la fuerza para ello.
Así que ¿qué esperas?, ve por tu vida, después de toso, ¿ves todo lo que a veces
has logrado sin proponértelo?, ¡ahora imagínate si te lo propusieras!
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/rr8LxC
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En la lucha nos es permitido tomar un descanso, ¡pero nunca claudicar de
conseguir nuestras metas!
Se dice que por lo general el problema no
es plantearse la meta, sino conseguirla.
Esto se debe a que la meta puede deberse
a cuestiones personales y profesionales y
responder sea a necesidades o deseos de
cada quien, pero en el caso de la
consecución de las mismas, esto solo se
logrará a través de estrategias, acciones y
operaciones y en el largo camino es posible
que llegue el momento en que uno se
sienta cansado, ante esto tomarse un
respiro es lo mejor.
Dos situaciones son las que dificultan ese avanzar en la consecución de las
metas: la primera es que aunque se tengan contempladas acciones para la
consecución de las metas, es posible que esas acciones no sean las correctas, lo
cual implicará reorientarlas una vez que se determine que no nos ayudan para
lograr la meta planteada, pero para entonces ya se le habrán destinado recursos.
La segunda situación se refiere a que la consecución de una meta, sobre todo
cuando son metas importantes y trascendentes, generalmente lleva tiempo,
tiempo en el cual se desarrollan las acciones y se van obteniendo resultados
parciales.
De lo anterior es normal, lógico e incluso deseable (más delante explicaremos por
qué de esto último) que uno se sienta cansado, abrumado o desilusionado al
grado de querer claudicar en la búsqueda del logro de esa meta. Pero veamos las
cosas desde otra perspectiva: Si las metas que realmente valen la pena pudieran
ser obtenidas rápidamente y con un esfuerzo mínimo, no sucedería un milagro en
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nosotros mismos que es el de forjar nuestro carácter. Así como el trabajo rudo
hace a la gente fuerte físicamente hablando, las vicisitudes que experimentemos
en el camino hacia nuestras metas nos darán una fortaleza interna a toda prueba.
Anteriormente mencionamos que un estado anímico de desmotivación es una
consecuencia normal y lógica y así hay que verlo. Nuestro cuerpo es muy sabio, si
incluso una máquina necesita dejarse reposar so pena de que se descomponga,
con más razón nuestro organismo. La consecución de una meta implica aplicación
de recursos y la concentración de fuerzas de nuestra parte, esto genera un
desgaste físico, pero más mental y emocional. De ahí que lo más normal para
subsanar este desgaste sea que nuestro ser detenga el flujo de recursos para
recuperase, y es ahí cuando, como se dice vulgarmente, nos venimos abajo.
También se mencionó (y ahora es el momento de aclararlo), que este estado
anímico negativo es de alguna forma incluso deseable, ¿por qué decimos esto?,
porque una situación como la planteada nos trae de vuelta a la realidad, nos
muestra como las personas finitas y limitadas que somos y nos genera esa
capacidad llamada empatía de llegar a comprender a quienes caen en la batalla
diaria. En otras palabras, nos genera humildad personal.
Dicen que se aprende más de una caída que de una victoria, y así es, pero
también se aprende más de un bajón anímico en el fragor de la lucha diaria que de
avanzar constantemente a la meta sin detenernos. Estos bajones nos generan
otras capacidades: como la de reflexión, introspección, incluso de valorización de
quienes están a nuestro lado en esos momentos. Nos hace uno con los demás y
nos permite compartir y compartirnos.
Por otra parte, el mundo actual, exigente y competitivo, nos ha vendido la idea de
que no podemos detenernos por un momento en nuestra lucha diaria, y no es así,
el querer responder a esa idea genera estados físicos y mentales negativos pues
llevan a nuestro ser más allá de sus límites. Es como cuando se estudia toda la
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noche para un examen, el resultado no es igual que si ese estudio se hubiera
espaciado en varios días o semanas permitiéndonos asimilar de una manera
integral la información.
Pretender llegar a la meta sin detenernos en ningún momento no es sano, normal
ni lógico. Pretender que cuando venga ese bajón emocional se tirará todo por la
borda, tampoco es sano, normal ni lógico.
Ahora bien, el tomarse ese descanso es riesgoso pues pasar del frenesí de la
actividad al sosiego de la calma puede hacernos desistir de nuestra lucha. Lo que
yo recomiendo es, sí, tomarse ese descanso, pero dedicarlo a dos grandes
reflexiones: ver hacia atrás y ver hacia adelante.
Por ver hacia atrás, y para que el estado negativo anímico no termine por
abatirnos, me refiero a hacer un recuento de los logros que hasta ese momento se
han tenido. Es obvio que si se ha llegado a un estado de cansancio es porque se
ha avanzado, poco o mucho pero se ha avanzado, ¿por qué no contar aquellos
pequeños logros que en el andar se han obtenido en vez de contemplar lo que aún
no se obtiene?
Por su parte ver hacia adelante se refiere a pensar y repensar las estrategias,
acciones y operaciones que contemplamos deban realizarse para continuar
luchando por nuestra meta. Esto es muy útil pues se tiene la información de lo
logrado hasta ese momento, tanto de lo que ha resultado como de aquello que no
ha tenido éxito. Con esto podemos ver lo que nos falta por hacer y evaluar las
acciones futuras.
Cuando las fuerzas disminuyan, cuando la motivación decaiga, cuando el
cansancio apriete, podemos detenernos un momento, ver lo que hasta ese
entonces hemos logrado y repensar las acciones que en breve emprenderemos,
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después de todo en la lucha nos es permitido tomar un descanso, ¡pero nunca
claudicar de conseguir nuestras metas!
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/o7K4G1
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¡Gracias a Dios no existía el ISO!
La innovación, el cambio y la
creatividad han estado con el hombre
desde los albores de la humanidad,
gracias a ello todos los adelantos, los
avances y las comodidades de la
actualidad han sido posible. En la
actualidad, la innovación, el cambio y
la creatividad se han vuelto bandera y
punta de lanza en un mundo cada vez
más cambiante y competitivo.
Los grandes gurús de la administración reconocen esto. Tan solo hay que ver los
títulos de los más grandes Best Sellers de la Administración: “Danza del cambio”
de Peter Senge, “Innovación y creatividad” de John Kao, o “La Empresa Flexible”
de Alvin Toffler.
Según Michael Porter, en su obra La Ventaja Competitiva de las Naciones, “la
competitividad de una nación depende de la capacidad de su industria de mejorar
e innovar”. Para Alvin Toffler, en su libro La Empresa Flexible, “El cambio no es
necesario para la vida…es la vida misma”. Y en su libro Drucker, su Visión sobre
la Administración, la Organización basada en la Información, la Economía, la
Sociedad, Peter Drucker señala que “los negocios tienen sólo dos funciones:
mercadotecnia e innovación”.
Pero si uno analiza las tendencias de control de calidad, en el fondo existe un
temor, mejor dicho un terror a innovar, a crear, a proponer. El miedo a
equivocarse, a fracasar está patente. Los ISO, las certificaciones, acreditaciones y
auditorias de calidad buscan generar una forma donde las cosas se hagan bien, la
primera vez y siempre, y asegurar la misma calidad una y otra vez. Pero un
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axioma de Programación Neuro-Lingüística dice que si las cosas se hacen igual
siempre se obtendrá el mismo resultado.
¿Quién no ha ido a una empresa o institución certificada donde los empleados no
pueden salirse de los procesos por que “así es como están normados”?
Todo mundo habla de crear, de cambiar, de innovar pero no quieren arriesgarse.
Pero peor aún, se considera que si los procesos están acreditados y la calidad
asegurada se ha dado un gran logro en la empresa sin darse cuenta que muchos
de los avances y logros de la humanidad se dieron precisamente por esa
flexibilidad en los procesos, por esa falta de garantía de calidad en los resultados,
por esa incertidumbre en el quehacer humano.
Para muestra unos botones:
• El descubrimiento de la penicilina tuvo lugar accidentalmente en 1928. En el
curso de sus investigaciones sobre la gripe. Fleming notó que sobre el plato
estaba creciendo moho y que alrededor de este se había formado un halo o
área libre de estafilococos, hecho que atrapó de inmediato su atención.
Supuso, acertadamente, que esa capa de moho contenía alguna sustancia
que inhibía el crecimiento de la bacteria: La Penicilina. Si los procesos
hubieran estado acreditados nunca se hubiera dado este resultado
“por error”.
• El teflón fue descubierto de forma accidental. La compañía Du Pont fue la
encargada de su desarrollo hacia 1930, cuando ya se conocían los
clorofluocarbonos (CFCs), unas sustancias que pretendían reemplazar a los
refrigerantes ya existentes, que eran menos eficientes y más peligrosos.
Junto con General Motors, la citada compañía se dedicó al desarrollo de
tales sustancias. Un investigador llamado Plunkett, descubría un nuevo
refrigerante sintetizado por la reacción del tetrafluoroetileno (TFE) con ácido
clorhídrico (HCl). Para impulsar la investigación de este producto preparó
una cierta cantidad de TFE y lo almacenó en cilindros de presión. Para
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prevenir la ruptura del cilindro los colocó en hielo seco. Durante la mañana
del 6 de abril de 1938 conectaron el recipiente de TFE al reactor para
proceder a la mezcla con HCl , pero no salía nada del cilindro y la válvula
no fallaba. Al abrir los recipientes de TFE observaron que las paredes
estaban cubiertas por una capa sólida blanca, lisa y cérea que se había
formado gracias a las condiciones de presión y temperatura a que habían
sido sometidos los recipientes y que había provocado la polimerización de
las moléculas de TFE: Se había descubierto el teflón. Si los procesos
hubieran estado acreditados nunca se hubiera dado este resultado
“por error”.
• El descubrimiento del microondas, en el año 1947, se produjo de una
manera totalmente accidental. El científico norteamericano Percy Spencer,
que estaba trabajando con un generador de altas frecuencias, descubrió
casualmente que la tableta de chocolate que llevaba en su bolsillo se había
derretido después de haber estado trabajando cerca de este generador.
Posteriores investigaciones confirmaron sus sospechas. A partir de 1970 el
microondas se convirtió en un electrodoméstico de uso masivo. Si los
procesos hubieran estado acreditados nunca se hubiera dado este
resultado “por error”.
• Hacia el año 1835, Daguerre estaba tratando de fijar una imagen mediante
productos químicos. Desalentado porque los productos que probaba no
servían, un día guardó todo en el armario. Días después volvió a sacar las
placas...y la imagen apareció clara y nítida: el mercurio de un termómetro
derramado accidentalmente sobre ellas había obrado el milagro. Su
descubrimiento accidental de las propiedades de dicho elemento lo condujo
a la invención del daguerrotipo, que fue el primer tipo de fotografía. Si los
procesos hubieran estado acreditados nunca se hubiera dado este
resultado “por error”.
• El joven Charles Goodyear estaba decidido a fabricar caucho sintético
resistente a los cambios de temperatura, esperando que tuviese multitud de
aplicaciones. Este empeño devoró su salud y sus escasos recursos
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económicos, al extremo de ir a la cárcel en varias oportunidades. Llegó a
depender de sus familiares para comer y vestir, pero no abandonó su
propósito. Después de muchos intentos sin el resultado esperado, ocurrió
un hecho fortuito. Se encontraba combinando azufre y caucho, cuando
accidentalmente una porción de la mezcla cayó en una cocina caliente.
Para su sorpresa el caucho no se fundió, sino que se carbonizó lentamente.
Goodyear inmediatamente comprendió el significado de este accidente.
Mediante pruebas adicionales determinó la temperatura óptima y el tiempo
preciso para estabilizar el caucho. En 1844 obtuvo la patente por un
proceso que denominó vulcanización en homenaje a Vulcano, el herrero de
los dioses. Hoy día todo el caucho que se utiliza está vulcanizado. Si los
procesos hubieran estado acreditados nunca se hubiera dado este
resultado “por error”.
• La síntesis inicial del trans-poliacetileno en el laboratorio del Dr. Shirakawa
partió de un error accidental. En su preparación se empleó una
concentración de catalizador mil veces superior a la planeada. Sin
embargo, esa circunstancia no resta mérito a los tres investigadores que
supieron detectar las propiedades conductoras de dicho material una vez
dopado. Representó el punto de partida de la revolución de los polímeros
conductores. Dichos investigadores fueron Premio Nobel de Química de
2000. Si los procesos hubieran estado acreditados nunca se hubiera
dado este resultado “por error”.
Por falta de espacio no puede hablarse de otros descubrimientos como las
vacunas, la insulina, la píldora anti-conceptiva, el cristal de seguridad, el LSD, el
nylón, el jabón de Ivory, algunos descubrimientos arqueológicos, etc., etc., etc.,
que se hicieron por error o accidente, ¡gracias a Dios no existía el ISO!
Es en el límite de lo conocido y lo aceptado donde se dan los grandes avances y
descubrimientos, y dado que no puede normalizarse ni certificarse lo que no
existe, siempre existirá riesgo. Para acceder al riesgo se requiere una mente
19
abierta, flexible, creativa, no cautiva de procesos certificados, no temerosa de
equivocarse. Que no tema hacer las cosas de forma diferente ya que en ello
radica la genialidad, el descubrimiento, el avance y, por lo tanto, el liderazgo.
La pregunta no es si realmente podremos generar un mundo de calidad total, sino
más bien si nosotros mismos, con nuestros deseo de “hacer las cosas bien la
primera vez y para siempre” no estaremos matando esa genialidad, no estaremos
ahogando el espíritu creativo del ser humano. Finalmente, considero, que la
certificación, acreditación, normalización y como se les quiera llamar, son muy
útiles para los espíritus tímidos: les da seguridad. Y de la misma forma creo que
siempre habrá espíritus que romperán reglas, crearan paradigmas y finalmente
llevarán a la humanidad por nuevos caminos.
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/n3qGwf
20
Todo en nuestro cuerpo está hecho para ir hacia adelante...
lo mismo y con mayor razón en nuestra mente y en nuestra alma
Cuando uno reflexiona sobre la vida le vienen a la
mente imágenes como camino, recorrido, senda; lo
anterior ya que las similitudes entre un largo viaje y
la vida misma son recurrentes: avanzar, tropezar,
detenerse, aprender, conocer, y conocerse. Da la
misma forma reflexionar en el camino y el
caminante nos hace ver que si bien son diferentes
en el fondo son la misma cosa.
La manera en que físicamente estamos hechos es
una reflexión que podemos extrapolar a todos nuestros niveles, no nomás el físico.
Si prestamos atención veremos como es que los ojos, los brazos, los oídos, las
piernas, e incluso nuestra nariz, está todo diseñado físicamente para permitirnos ir
hacia adelante
El americano Anthony Thornton estableció un record al caminar hacia atrás 153.5
kilómetros, tal vez no sea mucho pero las condiciones de hacerlo en sentido
contrario es lo que le da la relevancia, y ¿sabes por qué? por lo difícil de hacer
esto. Intenta en una ocasión caminar hacia atrás y lo comprobarás, ¿sabes por
qué de esto?, pues porque estamos hechos para ir hacia adelante: nuestros ojos
ambos están viendo hacia adelante, nuestros oídos se enfocan hacia adelante,
nuestras piernas y brazos nos empujan hacia adelante, ¡incluso nuestra nariz con
su forma de punta rompe el aire para facilitar nuestro avance!
De la misma forma podemos extrapolar esas observaciones a nuestra mente y
nuestra alma: la necesidad imperiosa de tener, de ser, de hacer, de crecer, todo
nos impulsa hacia adelante, a avanzar, a hacer y buscar que nuestros esfuerzos
sean fructíferos. La necesidad de ser siempre más de lo que somos radica
21
profundamente en nosotros mismos. El logro de metas, de objetivos, de resultados
está presente en nuestra mente; el sentirnos mejor, autorrealizados, completos
está grabado en nuestra alma.
Solo que hay una cosa que hay que tener en cuenta: si uno solo cuida la parte
tangible del aquí y el ahora sentirá que le hace falta algo, es por ello que en
nuestro avanzar, la realización material de los objetivos de nuestra mente debe ir
de la mano de la realización trascendental de las necesidades de nuestra alma.
El darnos tiempo para nosotros mismos, el pensar, reflexionar, desarrollar la
conciencia, ayudar a los demás y sobre todo tratar de cambiar este mundo para
bien nos dará ese sentido de trascendencia y complementariedad que nuestro
espíritu necesita.
De la misma forma, en ese caminar, las metas y objetivos prácticos y tangibles
que nos planteemos nos irán conduciendo cada día por el camino del logro y la
conquista que anida en nuestra mente.
Claro que cuando estemos cansados podemos descansar, eso podemos verlo
reflejado en el andar físico, pero una vez que se han recuperado las fuerzas viene
de nuevo el andar. De la misma forma, mientras se descansa, uno puede
recapitular en todo lo que el andar le ha traído, todo lo que le ha permitido
conocer, todo lo que le ha permitido llegar a ser; esto para valorar en su justa
dimensión no solo el esfuerzo de nuestro andar sino también los resultados,
tangibles e intangibles de ello.
Con este tipo de reflexiones podemos entonces abordar esos momentos en que
querremos desistir, abandonar y retroceder y entender porque nuestra mente y
nuestra alma se resisten a ello: porque no estamos hechos para la derrota sino
para el triunfo, no estamos hechos para la mediocridad sino para la excelencia, no
estamos hechos para ser un remedo de persona sino una persona en su totalidad,
22
con luces y sombras pero con un andar constante hacia la autorrealización,
después de todo: todo en nuestro cuerpo está hecho para ir hacia adelante...
lo mismo y con mayor razón en nuestra mente y en nuestra alma
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/piVQJg
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Establece bien tus metas... no sea que al final veas
que estuviste siguiendo metas ajenas
Constantemente escuchamos enunciados
motivacionales que nos impelen a conseguir las
metas que nos propongamos, esa motivación es
igual que la leña que requiere el fuego para
arder, lo interesante de esto es que tal
motivación nos lleve a lograr nuestras metas, ya
que de lo contrario habremos logrado metas
ajenas.
¿Alguna vez te has preguntado cómo le hacían
los antiguos navegantes para orientarse y llegar a buen puerto? La observación, la
memoria y el registro así como el uso de instrumentos fueron el soporte para ello
en un mundo dónde no había GPS, radares ni las formas actuales de orientación.
Almanaques (tablas astronómicas con posiciones planetarias), brújulas,
astrolabios y azafeas (instrumento para determinar las posiciones de las estrellas),
nocturbios (instrumento para determinar la hora durante la noche), sextantes
astronómicos (usado para medir las posiciones de las estrellas), y los mapas
fueron algunos de los instrumentos que ayudaban a orientarse en las largas
travesías marítimas.
Ahora imagínate contar con todo ese instrumental e incluso aplicar su uso
correctamente, pero al llegar darte cuenta que no era el sitio al que querías, sería
realmente frustrante, ¿verdad? Es por ello que en lo posible debemos estar
seguros que lo que estamos tratando de lograr son nuestras propias metas, e
incluso aunque a veces no lo estemos seguir caminando con los ojos bien abiertos
a las señales que, a manera de las estrellas en la antigüedad, puedan orientarnos
hacia nuestras metas.
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Pero, ¿es que acaso puede uno estar siguiendo metas ajenas en su vida? Tú
mismo puedes contestar esta pregunta, pero antes déjame decirte dos secretos: el
primero es que para saber si lo que buscas es lo que te hace sentirte
autorrealizado tendrías que probar todos los caminos que tienes ante ti, lo cual de
inicio es casi imposible, pero peor aún, y este es el segundo secreto, aunque
llegaras a probar todas las opciones que tienes ante ti y eligieras una, con el
tiempo lo más probable es que cambiara tu meta por la simple y sencilla razón que
constantemente estás cambiando tu, lo cual implica que tus pensamientos y tus
sentimientos están cambiando.
¿Quiere decir esto que nunca sabemos si lo que seguimos es nuestro camino?
¡Claro que podemos saberlo! Si ese andar te da satisfacción, alegrías, logros, si a
pesar de todo los frutos compensan el esfuerzo, si incluso aunque no obtengas los
frutos deseados el solo andar el camino te hace sentir que no cabes en ti, ese es
el camino correcto. Pero, y repito: pero, debes estar muy atento a las señales del
camino para ver si tu meta no ha cambiado de lugar.
Franz Schubert (1797-1828), ahora es un clásico de la música. Se le denominó
cuando niño como el prodigio de Viena. Tocaba el violín cuando no era más alto
que él, lo mismo que el piano y el órgano. Con leer una vez una canción, tenía
bastante para ponerla en música exquisita, que parece de sueño y de capricho, y
como si fuera un aire de colores. Escribió más de quinientas melodías, a más de
óperas, misas, sonatas, sinfonías y cuartetos. Murió pobre a los treinta y un años.
¿Leíste lo último? Murió pobre. El éxito no le vino en vida, al igual que muchos
músicos y pintores de la antigüedad, la fama les vino años después de muertos.
Pero lo importante de esto es que ¡ellos no dejaban de pintar o de componer!, eso
era su vida, en ello encontraban tal realización personal que parecía que todo lo
demás, incluyendo las riquezas, salían sobrando. Ese es el nivel de pasión que te
dirá si vas por el camino correcto. Pero no creas que el esfuerzo y la dedicación
no tienen su recompensa, también hay casos de éxito donde la pasión por el
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camino genera frutos, como Alfred Nobel quien pudo dejar tal cantidad de dinero
en su testamento como para crear un fideicomiso que instituyera a finales del siglo
XVII los famosos Premios Nobel. Se calcula que su fortuna en el momento de su
muerte era de 33.000.000 coronas, de las que legó a su familia apenas 100.000
coronas. El resto fue destinado a los premios Nobel.
¿Te das cuenta? La pasión por el camino es el mejor indicativo de si sigues tus
metas, si lo que persigues de inicio es fama o fortuna ya estamos mal, ¿por qué?,
pues simple y sencillamente porque algo ajeno (fama y fortuna) actúa como una
zanahoria que estarías siguiendo. En el otro caso, cuando dentro de ti sientes ese
volcán ardiente cada que avanzas en tu camino te das cuenta que eres tú mismo
quien guía tus pasos.
Pero no te preocupes, puede que ya estés siguiendo tus metas, puede que aún no
sientas esa pasión de la que hemos hablado, lo importante es seguirlo intentando,
es no detenerse, es continuar ya que no eres tú quien encuentra el camino sino el
camino quien te encuentra a ti, lo importante en ese momento es que seas capaz
de reconocerlo y que tengas la capacidad, coraje y fortaleza de seguirlo, siendo en
ese momento cuando te harás dueño y señor de tu destino. Un último consejo.:
establece bien tus metas... no sea que al final veas que estuviste siguiendo metas
ajenas.
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/txCdk2
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Recuerda: no hay oscuridad tan grande que no ceda ante una simple vela.
Tus sueños por pequeños que sean pueden llevarte a grandes cosas
La vida bien puede parecer a veces fácil o difícil
dependiendo de los retos que en ese momento se
estén enfrentando, lo que sí, nunca dejará de ser
sorprendente. Sorprendente por los giros
inesperados que toma, sorprendente por las
sorpresas que a cada momento da, sorprendente
por los resultados que se obtienen, sorprendente
por las lecciones que uno aprende, pero siempre sorprendente.
A mediados del siglo XVII, la gente creía que poseíamos dos sistemas sanguíneos
impulsados por espíritus, hasta que William Harvey demostró que el corazón era
quien realizaba esa función; en el siglo XVIII la gente creía que la luz era blanca,
hasta que Newton la descompuso con un prisma demostrando que está
compuesta de diferentes colores; en el siglo XIX se creía que el calor era una
sustancia invisible que recorría los metales, hasta que James Joule demostró que
el calor es un estado producido por el movimiento. Estas ideas que hoy nos
parecen algo normal y de sentido común en ese entonces significaron un
parteaguas en la historia de la humanidad al hacernos ver el universo, la
naturaleza y nosotros mismos con otros ojos.
De la misma forma, nuestra vida es un reflejo de la historia humana: ideas erradas
o preconcebidas con las que crecemos, a veces limitadoras otras que solo nos
confunden, pero que con nuestra misma historia y la vida con la que llenamos
cada día, van cambiando hasta llevarnos a puntos de inflexión donde podemos ver
un antes y un después.
Todos podemos numerar cosas que no creíamos nunca poder hacer y que ahora
las vemos como parte de nuestra vida. Tal vez el nombre de María Amelia no te
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diga nada, se trata de una señora que nació en 1911 en Muxía (Galicia, España) y
murió en 2009, ¿te imaginas el mundo a inicios del siglo XX?, pues bien esta
señora en 2006 inició, a sus 95 años, un blog que todavía es conservado activo en
su recuerdo. Imagínate a los 95 años comenzar un blog, y sin embargo lo hizo.
¿Qué limitación podría enarbolar uno que justificara una incapacidad para lograr
algo?
En un taller que me tocó dar de motivación les planteé el siguiente ejercicio a los
asistentes: primero les pedí escribieran cosas que no habían hecho sea por
miedo, vergüenza, etc; luego les dije que escribieran claramente las razones por
las que no las habían hecho; por ultimo pedí voluntarios que leyeran sus "acciones
no realizadas" y sus argumentos para no hacerlas. Cuando terminaban de leer sus
argumentos mi pregunta era sencilla: ¿cómo estas tan seguro de lo que acabas de
argumentarnos si NUNCA has intentado eso?
La conclusión del ejercicio era muy obvia: nosotros mismos nos vamos
convenciendo de las paredes mentales que construimos sin darnos cuenta que
son solo eso: ilusiones que nos permiten comodidad sin darnos cuenta que por
ese confort pagamos con nuestra propia vida.
Te sugiero hagas el mismo ejercicio, pero con un paso adicional: una vez que
pongas las razones por las que no has hecho algo, escribas a un lado una razón,
una sola, por lo que crees valdría la pena siquiera intentarlo. Te asombraras de la
reacción de tu mente al ver una ventana que se abre a las limitaciones
autoimpuestas.
La vida es temporal, es fugaz, es efímera. Date la oportunidad, inténtalo.
Recuerda: no hay oscuridad tan grande que no ceda ante una simple vela. Tus
sueños por pequeños que sean pueden llevarte a grandes cosas
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Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/vKRWlf
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¿Que quieres arreglar el mundo? Excelente... ¿pero qué tal si comienzas por
mejorar el pequeño mundo que eres tú mismo?
El ser humano tiene en su misma naturaleza una
insatisfacción permanente que lo impele a querer
siempre más, y en ese querer más va también
aspirar lo mismo a ser que a tener más. La historia
humana así como la historia personal de cada
quien es una muestra de esto.
El movimiento hippie fue un movimiento
contracultural de la década de los 60's iniciado en Estados Unidos, se
caracterizaba por rebelarse por el statu quo de la sociedad en la que estaba y a la
que denunciaba como falsa e hipócrita, sus intenciones iban destinadas a cambiar
el sistema consumista de su época. No lo logró pero sí nos dejó algunas cosas
buenas como el respeto por la naturaleza que ha evolucionado a un espíritu
ambientalista en la actualidad.
Lo interesante de este movimiento es la coherencia de sus miembros: es cierto
que buscaban cambiar al mundo pero primero eran ellos los que cambiaban. Su
forma de vestir, de comer, de vivir era cambiada radicalmente y entonces
buscaban un cambio en el mundo.
En una ocasión me invitaron a escuchar a un trovador muy famoso cuyas
canciones en cierta forma denostaban el capitalismo y el consumismo actual.
Terminada la velada les pregunté a mis acompañantes si creían si esa persona
usaba aviones, autos, estéreos, vivía en casa con hornos de microondas,
televisión y aire acondicionado (a sabiendas que por figura pública todos
conocíamos su vida), cuando me contestaron que si les dije "pues ha de andar de
incógnito pues lo anticapitalista no se le ve por ningún lado... salvo sus canciones"
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¿A qué va todo esto? Es mucho más fácil pretender arreglar el mundo antes
siquiera que iniciar con arreglarnos nosotros mismos, ¿y sabes por qué?, porque
en realidad no pretendemos arreglar el mundo sino más bien ajustarlo a nuestra
forma de pensar. Hay una frase muy sabia que haciendo referencia de esto dice
que "es preferible calzarse unos zapatos antes que pretender alfombrar todo el
mundo". Es decir, es más fácil que uno cambie a que todo el mundo sea como
uno quiere, ¿es lógico verdad?
Pero no todo está mal en ese sentimiento por cambiar el mundo porque nos dice
mucho acerca de nosotros mismos: nuestros miedos, nuestras ilusiones, nuestros
deseos, nuestras necesidades, y eso mismo puede ser encauzado para bien.
Por ejemplo, yo creo que todos quisiéramos un mundo sin delitos ¿verdad?, y eso
está bien, pero antes de querer que el mundo esté sin delito comencemos a vivir
honesta y legalmente. Cuando rechazamos la corrupción, respetamos las leyes,
cuando vivimos de acuerdo a esa legalidad, es cuando entonces tenemos "la voz
completa" para entonces y solo entonces pretender luchar por lo otro a un nivel
mayor.
Cada que algo del mundo te moleste, cada que quieras cambiar la sociedad, cada
que quieras que todos sean de otra forma, primero vete a ti mismo para ver si
cumples esos estándares que en los demás esperas. ¿Qué quieres arreglar el
mundo? Excelente... ¿pero qué tal si comienzas por mejorar el pequeño mundo
que eres tú mismo?
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/rSVlrg
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Un líder nunca exige de sus seguidores más de lo que él mismo da, pero si
les exige más de lo que ellos pueden dar
La palabra liderazgo es una palabra
fascinante, seductora, atrayente. Todos
quisieran ser líder pues ello conlleva un
reconocimiento social o comunitario, pero, así
como el liderazgo implica un reconocimiento,
también lleva aparejadas grandes
responsabilidades.
Cuando uno habla de liderazgo no debe
confundir ese término con la autoridad formal y jerárquica que le da a una persona
un puesto organizacional o institucional, el líder goza de un reconocimiento en
muchas ocasiones informal otorgado por las personas que lo conocen y que le
reconocen su quehacer, pero sobre todo su congruencia. Una vez leí una reflexión
entre las diferencias entre un jefe y un líder, entre las muchas que se señalaban
venía una que señalaba a que "el jefe empuja al grupo, mientras que el líder va al
frente"
Ser líder más que un privilegio es una gran responsabilidad pues implica que el
líder tiene influencia sobre las decisiones y acciones de las personas, y por ende,
sobre sus vidas. En ese sentido podemos pensar también en la gran oportunidad
que tiene el líder de influir positivamente en la vida de las personas, una de estas
reflexiones es el papel que como tal juegan ambos actores.
Una de las principales características valorativas del líder es precisamente su
congruencia, una congruencia entre lo que piensa, siente, dice y hace. Es así
como el líder siempre da ejemplo de lo que debe hacerse, no está por debajo de
las expectativas que él mismo genera sino que demuestra la forma en que pueden
conseguirse, es por ello que un líder nunca busca que sus seguidores den lo que
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el mismo no da. Al contrario, una máxima dice que el líder siempre da más que lo
que espera de sus seguidores, ¿y eso por qué? por la simple y sencilla razón de
que, como líder, va al frente del grupo en el camino hacia los logros de las metas y
objetivos y solo por eso, por ir al frente, siempre debe ir marcando la pauta de las
acciones, por lo que va unos pasos delante.
Pero de la misma forma, y para que el grupo avance, el líder debe, como su
misma definición lo señala, motivar a sus seguidores a avanzar no solo en la
consecución de las metas sino en sus mismos proyectos de vida, es por ello que
el líder lo que sí espera y motiva de sus seguidores es que siempre den más de lo
que son en un momento dado, de otra forma no habría avance sino
estancamiento.
Ahora bien, y esta es la parte interesante, uno puede ser líder, de hecho todos
podemos ser líderes, al menos de nuestra propia vida. Y es así que cuando se da
ese liderazgo personal, a veces ganado con esfuerzo pero luego reconocido
naturalmente, que los demás podrán ver en cada uno de nosotros actitudes y
valores que les permitan avanzar en sus proyectos de vida.
Como conclusión de ello podemos decir que el liderazgo no se acota ni se termina
en las cuestiones sociales, políticas o empresariales, sino que permea toda
nuestra vida haciéndonos ejemplos vivientes del mundo en que deseamos vivir y
que con nuestras acciones día a día construimos, en ese sentido recuerda: un
líder nunca exige de sus seguidores más de lo que él mismo da, pero si les exige
más de lo que ellos pueden dar
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/sFMQ6L
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Como dice en algunos espejos retrovisores de autos: "las cosas están más cerca de lo que parecen"
Lograr lo que uno se propone
necesariamente podrá llevar mayor o
menor esfuerzo, dependiendo de
muchas cosas, lo que si siempre
requerirá será ingenio y creatividad.
La historia de Dick Fosbury es un
ejemplo de cómo cambiando el
enfoque se cambian los resultados.
En 1968 Dick Fosbury participó en las olimpiadas de México 68 logrando la
medalla de oro en salto de altura así como imponer un nuevo récord olímpico: 2.24
metros. Lo curioso de todo esto es la forma en cómo lo logró.
Hasta ese entonces, todos los que hacían el salto de altura lo hacían dando el
vientre al listón (listón es la barra horizontal que se coloca a una altura
determinada entre dos soportes verticales separados a unos 4 metros), en el caso
de Dick Fosbury éste saltaba de espaldas al mismo y con el brazo más próximo
extendido. Esto le permitía dejar menos espacio entre el centro de gravedad del
saltador y el listón a superar, con lo que se ganaba altura. El resultado es el
comentado con anterioridad y a partir de ahí fue la pauta de salto en este tipo de
competencia hasta la fecha.
¿Por qué nunca antes nadie había intentado saltar así? Por que implicaba ver las
cosas de diferente manera. Un axioma de la programación neurolingüistica señala
que si sigues haciendo las cosas igual no debes esperar resultados diferentes. Es
así como el gran problema cuando nos enfrentamos a retos no es la manera de
resolverlos, sino la manera en que los abordamos. Esto por una sencilla razón:
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todos los problemas tienen alguna solución, pero no todas las visiones pueden dar
con ello.
Por eso es muy útil el consejo de corto plazo de dejar las cosas para resolver
mañana cuando éstas son complicadas. El solo darle a nuestra mente la
oportunidad de "reiniciarse" permite en muchas ocasiones ver las cosas desde
otra perspectiva.
Hay un ejercicio que aplico en mis talleres para demostrar como la solución a los
retos a veces está justo delante de nosotros y aún así no los vemos: se pone un
tapete de 2 x 2 metros y en el centro un dulce. Se le pide a los participantes que
sin nada más que su cuerpo y sin pisar el tapete sean capaces de agarrar el dulce.
Unos se estiran, otros piden ayuda y los agarran, pero no pueden. Al final (si es
que nadie ha dado con la manera de resolver el problema), simplemente me
pongo en cuclillas y voy enrollando el tapete hasta llegar al dulce tomándolo sin
nunca haber pisado el tapete.
Nuestra mente es muy potente pero también necesita ayuda para resolver de
forma diferente los problemas que enfrenta. ¿Cómo podemos ayudarla? Aquí van
cuatro sugerencias: (1) escribe tan detalladamente como puedas el problema y
léelo de nuevo, te dará otra perspectiva, (2) cambiando actores y circunstancias
platícalo con alguien y escucha sus comentarios, te dará otra perspectiva, (3)
esfuérzate por escribir una canción o un poema que hable del problema, te dará
otra perspectiva, y/o (4) vete a dormir y retoma el problema al día siguiente.
Todas las opciones anteriores hacen que la mente salga de su círculo habitual
desde donde está enfocando el problema, hace que trabajen otras partes del
cerebro o simplemente le dan una pausa en su razonamiento.
Como dice un dicho: si las cosas tienen solución ¿para qué te preocupas? y si no
la tienen ¿para qué te preocupas? Más que preocuparse la cuestión es ocuparse
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solo recuerda que como dice en algunos espejos retrovisores de autos: "las cosas
están más cerca de lo que parecen"
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/w59gmC
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Hay algo que nadie nunca te podrán quitar y es la capacidad y
responsabilidad de tomar tus propias decisiones
La vida está llena de opciones y decisiones y a todos
nos gusta pensar que podemos en mayor o menor
medida ser libres y poder decidir por nosotros mismos
y aunque no lo creas así es.
La vida está llena de condicionantes, yo no puedo
decidir un día simplemente dejar de comer, es una
necesidad imperiosa de mi misma existencia. De la
misma forma no puedo dejar de trabajar pues tengo
necesidades que satisfacer. En otras palabras y si vemos nuestra vida, son
muchas las decisiones que casi forzosamente tenemos que elegir día a día.
De la misma forma hay otro tipo de decisiones que están completamente al libre
albedrío de cada uno de nosotros como el seguir o no tal consejo, el continuar o
no con tal o cual relación, o el elegir una forma u otra de vida. Pero en ambos
casos, tanto en el de las decisiones forzosas como en el de las de libre albedrío,
hay una opción nuestra que nadie nunca nos podrá quitar a menos que nosotros
libremente se lo permitamos y que es la forma en que reaccionamos.
Dice una historia que dos judíos que habían estado presos en campos de
concentración se encontraron después de no verse durante 20 años. Hablando del
tema el primero le dijo que al menos de su parte ya había perdonado a sus
agresores y había continuado con su vida. El segundo por el contrario le dijo con
gran amargura que nunca perdonaría a sus agresores, que cada día desde que
amanecía los maldecía y que solo vivía para odiarlos por todo lo que le habían
hecho. Entonces el amigo primero se le queda mirando a los ojos y le dice con
mucha pena: "sabes, amigo, veo que tú sigues encerrado en esa celda y que ellos
aún te tienen preso".
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Así como hay cosas que podemos cambiar hay cosas que no podemos y así como
podemos elegir en ocasiones no hay mucho margen para hacerlo libremente, lo
que sí podemos hacer en todos los casos es decidir si nos hundimos o si salimos
a flote.
Muchos van a sus trabajos, a sus estudios, a sus obligaciones, con amargura y
resentimiento. Eso no va a cambiar para nada el hecho, pero sí les arruinará día a
día la vida. Tal vez en muchas ocasiones no puedas simplemente cambiar algo,
pero si puedes optar por cambiarte tu. Una máxima dice "cambias tu, cambia el
mundo".
Ahora bien no podemos disfrazar nuestros sentimientos, ¿o si? Veamos, ¿alguna
vez te has sentido tan pero tan mal que has dicho que no sirves para nada y que
todo se sale mal? yo creo que sí, pero ¿te das cuenta que eso es mentira?, es
decir, no puede ser que no sirvas para NADA o que TODO te salga más. Es una
mentira, pero te engancha ¿verdad? Pues bien, intentemos la próxima vez algo y
es mentir positivamente, así es, decir el extremo como "yo puedo con todo, nada
me detiene" o la frase que quieras. Total, no tienes nada que perder pero lo mejor
es que si te logras enganchar de esa mentira positiva te darás cuenta de todos los
recursos inutilizados que tienes en tu interior.
La vida va y viene, las decisiones nos llevan y nos traen, los aciertos al igual que
los errores son parte de nuestra propia existencia lo que sí, hay algo que nadie
nunca te podrán quitar y es la capacidad y responsabilidad de tomar tus propias
decisiones.
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/sk9AA9
38
Si bien nuestros pensamientos nos guían y nuestros dichos nos
comprometen, son nuestras acciones las que nos definen
El ser humano es una confluencia
de acuerdos y contradicciones,
nuestra misma naturaleza nos
permite pensar, hablar y actuar, y
cuando estas tres acciones
confluyen de manera congruente,
puede decirse que se posee
carácter.
Tal vez el nombre de Eliot Spitzer no te diga mucho. Él era Gobernador del Estado
de Nueva York en Estados Unidos. En 2008 tuvo que renunciar a su puesto a
causa del escándalo sexual en el que se ha visto implicado después de que un
artículo publicado en 'The New York Times' develara que estaba siendo
investigado por el FBI por el uso de un servicio de prostitución. El escándalo fue
una gran sorpresa porque Spitzer, que antes de entrar en política se había ganado
la fama de ser un Fiscal General del Estado implacable, y había construido toda su
carrera política en base a su inquebrantable ética.
Las personas tenemos en nuestro interior luces y sombras, hay cuestiones tan
íntimas y personales que tal vez nunca las saquemos a la luz, el problema surge
cuando ideas, pensamientos y argumentos son hechos públicos estando luego en
contradicción con las acciones que uno hace. El problema de Spitzer no fue tanto
el delito que se le imputaba, sino la postura rígida, ética y legal que él
públicamente había adoptado contra el delito.
Esta parte es muy importante. Uno no puede juzgar a los demás por las propias
convicciones que se tienen, hacerlo sería pretender imponer a otros nuestros
39
propios criterios, pero si puede evaluar las acciones ajenas a la luz de la manera
de pensar que las mismas personas tienen.
"Lo que eres habla tan fuerte que no puedo escuchar lo que dices", dice un dicho,
esto mismo se expresa de otra forma con la sentencia "las palabras mueven, pero
los hechos arrasan".
A nadie le sorprendería que una persona que argumenta a favor de cualquier
postura, estemos o no de acuerdo, viviera de esa forma, lo que sí causa una
contradicción es cuando se defienden causas o posturas para luego ejecutar
acciones contrarias.
Políticos, religiosos, educadores, líderes... todos como figuras públicas, como
personajes que mueven y crean conciencia, son constantemente evaluados por la
opinión pública en función de sus dichos pero más allá en función de sus
acciones. La acción define a las personas pues es la manera tangible, concreta y
última de expresión de cada individuo. Incluso puede decirse que la acción tiene
mayor peso pues para hablar solo se requiere expresar una idea, pero para actuar
se requiere la idea aunada a la actividad. Y cuando no hay congruencia en esto se
pierde por parte de los demás la confianza en uno pues nada garantiza mantener,
respetar y defender las posturas publicas con acciones concretas.
En todos los ámbitos de la interacción humana hay que buscar la congruencia,
defender lo que uno piensa, vivir de acuerdo a las ideas y buscar transmitir ese
carácter a los demás, recuerda que si bien nuestros pensamientos nos guían y
nuestros dichos nos comprometen, son nuestras acciones las que nos definen
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/sE3bn5
40
Solo un trabajo honesto es productivo, solo un servicio solidario es
fructífero, y solo una calidad que exceda lo esperado es justa
El mundo actual ha entrado en una
dinámica donde a todos los actores
participantes se les exige cada día
más: más calidad, más servicio, más
rapidez, eso es lo que el mundo exige,
pero ¿qué hay con lo que nos
exigimos nosotros mismos?
Facebook, creado por Mark
Zuckerberg, originalmente era un sitio para que los estudiantes de la Universidad
de Harvard pudieran compartir y evaluar fotos; hoy alcanza los 800 millones de
usuarios y planea para 2012 entrar a la bolsa y recaudar 10,000 millones de
dólares.
Facebook, al igual que muchos otros productos y servicios en la actualidad,
sustenta su éxito en que dan al cliente o usuario mucho más de lo que espera o de
lo que paga por el mismo. Facebook no solo es tecnología, es interacción,
dinamismo, y practicidad social e incluso comercial en tiempo real.
Cuando la gente recibe más de lo que espera se genera una reacción de
reconocimiento y de lealtad. La satisfacción con creces de las necesidades y
expectativas de quienes procuran bienes y servicios permite la réplica del éxito a
través de la misma promoción de quienes, satisfechos por lo recibido, harán con
sus allegados.
Curiosa y paradójicamente también hay un fenómeno donde las personas buscan
dar el mínimo en su esfuerzo. El pensamiento cortoplacista indica que el mínimo
esfuerzo con la máxima ganancia dará el mayor rendimiento, pero ese
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pensamiento no contempla la relación en el largo plazo tanto a nivel grupal como
individual ni el desarrollo de los proyectos individuales y profesionales que se
tengan.
Si de manera personal, el servicio, desempeño e interrelación personal, social y
empresarial que uno tenga será la mejor carta de presentación que se tenga, con
mayor razón cuando el liderazgo y el emprendedurismo son las guías de nuestras
acciones.
No se puede ser líder regateando, no se puede ser emprendedor buscando el
mínimo esfuerzo, entendamos que ambas acepciones por su misma definición
implican un extra en nuestras acciones, un plus adicional que permitirá a quienes
lo den el llegar a la cima.
Este plus, este extra, necesaria y forzosamente requieren esfuerzo, constancia y
dedicación, y permitirá en el tiempo no solo conseguir las metas que nos
propongamos sino hacernos de una forma de ser y vivir a prueba de obstáculos,
dándonos algo que no tiene precio y que es carácter, después de todo solo un
trabajo honesto es productivo, solo un servicio solidario es fructífero, y solo una
calidad que exceda lo esperado es justa
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/sajUE1
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No hay pretexto: Si puedes hacerlo, hazlo, y si no !al menos inténtalo!
El ser humano está hecho de deseos
prácticamente ilimitados. Todos
quisiéramos tener más, ser más, incluso
vivir más. Cuando enlistamos todas
aquellas cosas que quisiéramos lograr lo
lógico es que algunas nos parezcan sino
irrealizables casi imposibles, pero si
valen la pena, ¿por qué no intentarlo?
¿Cuántas veces hemos escuchado la
frase: "no creí que fuera posible"? Frente a hechos o logros de otras personas que
nos pasman se nos vienen dos ideas a nuestra mente: lo fácil y realizable que
parece el hecho una vez realizado y el por qué no fuimos nosotros quienes lo
hicimos.
A veces pareciera que ante los retos solo estaríamos dispuestos a correr aquellos
riesgos siempre y cuando tuviéramos la certeza de conquistar. Si así fuera
¡dejarían de ser riesgos! Un riesgo implica la posibilidad de ganar o perder, si solo
intentáramos aquellos por lo que tuviéramos certeza de lograr la vida sería harta
aburrida, pero no solo eso, en realidad nunca creceríamos como personas.
Piensa en lo siguiente, ¿cómo logra un campeón de levantamiento de pesas
levantar en ocasiones hasta cientos de kilos? No es manteniéndose en aquello
que desde un inicio puede levantar sino intentando levantar cada vez más.
Al inicio tal vez no pueda, luego le costará y finalmente podrá levantar lo que se
propuso. Lo anterior se da por que ante la exigencia planteada, el cuerpo
reacciona creando músculos, fortaleciendo huesos, endureciendo tendones, hasta
que puede levantar el peso deseado. Ese mismo símil es aplicable a la natación,
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la carrera de velocidad, el lanzamiento de jabalina, el salto con garrocha... y el
logro de los sueños.
Hay un ejercicio muy sencillo que me gusta realizar en algunos talleres. Pongo
una manzana en una mesa a diez pasos de una persona y le pido a alguien que
llegue hasta donde está la manzana sin moverse de donde está (a veces tengo
que repetir la instrucción, no porque no la entiendan, sino porque es totalmente
ilógica). No pasa mucho tiempo antes que alguien (generalmente quien se le pidió
la acción) señale lo imposible de lograr tal cosa con la condición dada, ¡y tiene
razón! Pero la vida es igual, si nunca damos el primer paso, si nunca lo
intentamos, nunca sabremos si lo pudimos lograr o no. El intentarlo te permite al
menos plantear esa posibilidad, pero él no intentarlo te garantiza que nunca lo
lograrás.
Todos tenemos en nuestra vida ejemplos de cosas que logramos después de
intentarlo, cosas que creíamos al inicio que no podríamos, desde andar en patines
o bicicleta cuando niños hasta terminar una carrera cuando grandes.
El intentarlo nos permite ver hasta dónde podemos llegar, pero lo que es mejor,
desarrollar con la practica capacidades que nos van haciendo mejores, y no
mejores con relación a los demás, sino mejores con relación a nosotros mismos.
Este ser mejor abarca crecer en miras, en sueños, en confianza, desarrollar
carácter, valor, compromiso, superar nuestros miedos, obstáculos y límites, y
finalmente llegar a ser los seres de excelencia que estamos llamados a ser.
Hay quienes llevan el razonamiento del éxito hasta extremos donde no vale
intentar sino solo lograrlo, si así fuera el pesista, el nadador, o el corredor nunca lo
lograrían pues generalmente las metas que valen la pena están fuera de los
alcances de nuestras capacidades actuales. Inténtalo, pero no una, ni dos, ni tres
veces... inténtalo tantas veces como sean necesarias para que al final logres tus
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metas. Recuerda: No hay pretexto: Si puedes hacerlo, hazlo, y si no !al menos
inténtalo!
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/yRAV7C
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No somos eternos, ¿por qué desperdiciar el tiempo como si lo fuéramos?
Cuando hablamos de metas y
proyecto de vida, un factor que a
veces damos por sentado es que
tendremos todos el tiempo que
sea necesario para lograr lo que
nos propongamos, pero y si no
fuera así, ¿en qué ocuparíamos el
tiempo?
La vida tiene dos hechos innegables: su misma finitud ya que no dura para
siempre y lo impredecible de su conclusión ya que nunca se sabe cuando se
acabará. Con estas dos premisas lo más lógico sería que cada uno de nosotros
aprovechará su tiempo al máximo y viviera cada día como si fuera el último, pero
el ser humano se caracteriza precisamente por no ser un ente eminentemente
lógico sino también emocional y es cuando las cosas toman rumbos diferentes.
El tema de la conclusión de la vida para la mayoría no es un tema agradable por
dos consideraciones, la primera es que no es controlable por nosotros (con lo cual
escapa de nuestras manos) y la segunda es por lo incierto de lo que acontece
sobre todo después de la conclusión de la vida.
Por otra parte hay quienes ven en ello, no un pretexto para sentirse mal, sino para
dimensionar correctamente las cosas ya que si la vida es finita, ¿conviene
desperdiciarla? Cuando hablamos de desperdiciarla no nos referimos
exclusivamente a perder el tiempo, sino más bien a utilizarlo en cuestiones que
más que darnos, nos quitan. ¿Cuánta gente conocemos que utiliza sus días,
meses y años en rumiar amarguras, dolores y rencores?, ¿cuánta gente deja que
pasen los días, meses y años sin atreverse a sanar esa herida mediante el perdón
o la simple reconciliación?, ¿cuánta gente deja pasar los días, meses y años sin
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realmente permitirse disfrutar de este pequeño interludio consciente que es su
vida?
Dicen que un discípulo le preguntó su maestro si existía vida después de la
muerte, y dicen que el maestro le contestó que más bien debería preocuparse por
buscar la vida antes de la muerte.
Así como hay gente que destina una cantidad considerable de tiempo a cuestiones
que en vez de darle le quitan, hay quienes pasan por este mundo difiriendo el
momento de ser realmente persona, que el miedo, la cobardía o la comodidad le
impiden erigirse como dueño de su destino y deja que otros decidan.
Un manera rápida de reflexionar me gusta hacerla cuando el miedo, la vergüenza,
o la duda hacen que alguien no se anime a actuar y es comentarle que dentro de
mil años nadie se acordará de eso así que ¿por qué no?
Hay varios pensamientos, adjudicados a personalidades desde Borges hasta
Chaplin, referentes a "si volviera a vivir mi vida". Generalmente ese tipo de
reflexiones se hace cuando se acerca el final y la vida ya se ha utilizado de una
forma o de otra, pero tú, que tienes ahorita la posibilidad de sentarte un momento
y pensar en el escaso tiempo que se te ha asignado, ¿en qué lo quieres utilizar?
Tus sueños, tu persona, tu familia, tus amigos, tu mundo, todo ello espera por las
acciones que realizaras en este presente y que tendrán un eco en la eternidad,
después de todo no somos eternos, ¿por qué desperdiciar el tiempo como si lo
fuéramos?
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http://bit.ly/wPWefy
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El éxito es la combinación de constancia, disciplina y mucha, ¡pero mucha
pasión!
Cuando hablamos de éxito, todos quisiéramos
que de una u otra forma hubiera alguna manera
rápida y fácil de alcanzarlo, afortunadamente
para nosotros no existe tal camino fácil, pero el
camino difícil genera en nosotros no solo el
carácter del triunfador sino gozo si es que lo
que hacemos nos apasiona.
Los tiempos actuales donde los productos y
servicios son rápidos y fáciles, genera en el ser
humano una sensación de que el éxito en lo
personal o profesional guarda las mismas características, lo cual no es así. Todos
los ejemplos de grandes logros en la historia de la humanidad están matizados de
la constancia y la disciplina en su consecución. Por más que algunas voces
quieran vender la idea del éxito instantáneo, éste no existe.
Tal vez alguien señale los golpes de suerte, como sacarse la lotería, como prueba
de que el éxito instantáneo existe, pero no es así y por una simple razón: el éxito
no está en lo que se obtiene sino en lo que uno se transforma.
Analicemos esta idea. Cuando algo se te da de manera fácil ni siquiera es
valorado, pero cuando conseguir una meta u objetivo implicó esfuerzo la misma
adquiere valor. Pero en el inter hay algo mágico que sucede y es la creación de un
carácter de triunfador en la persona. Ojo con esto: Conseguir una meta fácil no le
da tiempo a la persona a desarrollar ese carácter de triunfador, le da lo que quiere
sin que se lo haya ganado, pero peor aún, sin que se haya conquistado a sí mismo
logrando la plenitud de sus capacidades.
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Piensa en esto: si todos nos fuera dado fácilmente realmente nunca
aprenderíamos ni creceríamos. Es por ello que todo logro que valga la pena
necesaria y forzosamente requerirá de constancia y disciplina las cuáles como
ingredientes extraordinarios generarán en nosotros la magia del cambio entre lo
que somos y lo que podemos llegar a ser. Pero esa constancia y disciplina debe
estar aderezada por un ingrediente adicional: la pasión en lo que hacemos, de otra
forma la constancia y la disciplina nos asfixiarán pues nos exigirán acciones en un
camino no disfrutable.
Dalí, Picasso, Beethoven, da Vinci, todos ellos tenían algo en común: cuando
estaban enfrascados en la creación de sus obras dormían muy poco, apenas unas
horas cada día. ¿Te ha pasado que cuando estás haciendo o por hacer algo que
te apasiona en extremo puedes prescindir del sueño e incluso a veces hasta de
comer en forma?, entonces, ¿de dónde sale esa fuerza para emprender acciones
tan dinámicas como cuando hacemos lo que nos gusta?
Cuando haces lo que te apasiona, tu, al igual que los grandes genios citados al
inicio, se conectan con una fuerza dinámica que todos tenemos, que es superior y
que solo se activa cuando lo que enfrentamos trae una mezcla de reto pero al
mismo tiempo de gozo interno.
Así que si quieres una receta para el éxito recuerda que debes buscar aquello que
te desborde de emoción cuando lo haces y aplicar en ello el rigor de la disciplina
para llegar al dominio pleno tanto de tus potencialidades como de la meta
planteada, después de todo el éxito es la combinación de constancia, disciplina y
mucha, ¡pero mucha pasión!
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/zWEt7q
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Si ves a un triunfador, verás una persona que se ha levantado tantas veces
como se ha caído, y sigue de pie
Cuando vemos a alguien que la misma sociedad
reconoce como una persona exitosa, por lo
general lo único que vemos es precisamente el
éxito que ha obtenido como resultado de sus
acciones, desafortunadamente lo que
desconocemos son todas esas peleas esas
luchas, esas batallas, que a veces ganó y otras
perdió, pero que en todos los casos lo llevaron a
ser la persona triunfadora que todos vemos.
Éxito. Thomas Alva Edison (1847- 1931) fue un
empresario y un prolífico inventor estadounidense que patentó más de mil inventos
(durante su vida adulta un invento cada quince días). Es de todos sabido la
historia de sus intentos por crear la bombilla eléctrica. Intento tras intento Alva
Edison no lograba crear la bombilla eléctrica de la cual tenía el diseño teórico más
no el producto real. Cuentan que ya había realizado 1,000 intentos fallidos, a lo
cual uno de sus ayudantes le preguntó que si por qué seguía con la idea de crear
la bombilla eléctrica cuando ya había fracasado 1,000 veces, a lo que Edison le
contestó que él no los consideraba fracasos sino que al contrario había
descubierto 1,000 formas en las que no se debía hacer una bombilla eléctrica. El
resto de la historia es conocida: en 1879 presentó la lámpara incandescente e
iluminó con ello el mundo.
¿Otra historia de éxito? Cuando el Coronel Sanders empezó su negocio era solo
un jubilado con una antigua receta de pollo frito, sin organización, ni recursos para
echar andar un negocio, ni gente que lo apoyara. Antes había tenido un
restaurante pero éste había quebrado pues la autopista donde estaba había sido
reubicada. Con su primer cheque de jubilado quiso hacer negocio con su receta y
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la primer idea fue vendérsela a restaurantes a cambio de un porcentaje en las
ventas. Él mismo cuenta en su biografía que viajó por todo el país buscando quien
financiara su negocio. Comenta que tocó 1,009 puertas y que 1,009 veces lo
rechazaron. Hasta que en una les pareció bueno el negocio y, bueno, el resto es
historia.
¿Más ejemplos? En otras ocasiones hemos comentado el caso de Beethoven
cuyo maestro lo declaró en su momento un caso perdido como compositor, o el
caso de Enrico Caruso, uno de los más grandes cantantes de ópera, cuyo maestro
decía que no tenía voz y que no sabía cantar, o el caso de Walt Disney cuyo editor
del periódico donde trabajaba lo despidió cuando apenas empezaba su carrera
¡por falta de ideas!, o el caso de Albert Einstein cuyo maestro lo describió en su
momento como mentalmente lento, insociable y con sueños absurdos e incluso la
Universidad de Berno le rechazó en 1905 una disertación doctoral por considerarla
irrelevante e irreal.
Dice una frase que cuando intentas algo o tienes éxito... o aprendes.
Generalmente a los triunfadores los conocemos en la cima, pero no conocemos le
largo, penoso y accidentado camino que tuvieron que recorrer para llegar ahí.
Curiosamente considero que aprendemos más de esto último que de lo primero,
por que cuando vemos solo el éxito lo llegamos a considerar lejano e inalcanzable
sin considerar que hay un camino para llegar a él, un camino de esfuerzo,
disciplina, dedicación, ¡e incluso terquedad! que nos permitirá lograr nuestros
sueños.
A veces me pregunto que hubiera sido de toda nuestra historia si los relatos de
grandes líderes que conocemos no existieran por que ellos mismos se habrían
dado por vencidos. Tal vez pienses que una cosa es ser un gran líder mundial y
otra un joven con muchos problemas, y tienes razón, pero no por las razones que
crees, sino porque tu proyecto es más valioso que lo que muchos líderes hayan
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hecho en el mundo. Mira esto: los grandes logros vienen y van, incluso aquellos
que definieron la historia de la humanidad ya están en el pasado, en algunos
casos ya no queda nada de ello, lo único que permanece es la esencia misma de
las personas y lo que lograron hacer con su vida. "De que le vale a un hombre
ganar el mundo si se pierde a sí mismo". Tu vida es infinitamente más valiosa, y
ahí tu eres el general y el soldado, el líder y el seguidor, el estratega y el operador,
pero al mismo tiempo eres quien está más interesado y quien puede sabotear tu
proyecto.
Las caídas de los grandes personajes de éxito nos dicen que todos somos iguales,
que todos tenemos las mismas oportunidades, que todos nos enfrentamos a los
mismos obstáculos, pero también que para todos hay un éxito triunfador que nos
espera en la meta. El único fracaso es cuando uno deja de intentarlo, después de
todo si ves a un triunfador, verás una persona que se ha levantado tantas veces
como se ha caído, y sigue de pie
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/yS7lvM
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Nadie ha cruzado la meta sin haber tenido que dar el último paso
La mayoría de nosotros hemos tenido en
su momento sueños o metas que
deseábamos alcanzar y para las cuales
pusimos todo nuestro empeño, bueno,
casi todo, ya que el sueño no pudo
cristalizarse o la meta conseguirse, lo más
curioso de todo es que tal vez haya sido
solo un paso el que pudo haber cambiado
en su momento ese fracaso en éxito.
Tal vez el nombre de Jim Redmond no te diga mucho, pero tal vez sí te enseñe
bastante. Jim Redmond era un inglés que en 1992 participó en los Juegos
Olímpicos que se llevaron a cabo en Barcelona, España. Estando en la justa
olímpica, en plena competencia, Jim Redmond se lesionó gravemente el tendón.
Jim Redmond, aunque ya había perdido la competencia, se puso de pie decidido a
terminar la carrera. Su padre se le unió sirviendo de apoyo para ello. Los dos
cruzaron la meta recibiendo de la multitud una ovación ensordecedora. Jim
Redmond perdió la carrera, pero conquistó su meta.
¿Cuántas veces no ha pasado que nuestro éxito lo medimos en función de los
demás y al no obtener lo que deseamos optamos por desistir? El caso de Jim
Redmond nos hace ver que hay dos conquistas en la vida, las cuales a veces van
juntas pero en otras no: lo que uno consigue al conquistar una meta y en lo que
uno se transforma al conquistar una meta.
Muchas de lo que podamos motivarnos en su mayoría irá a lo primero, a lo que se
conseguirá cuando se logre la meta propuesta, y eso es bueno, es loable, es
correcto: las metas son para darnos algo que será muy nuestro por habérnoslo
ganado. Pero de la misma manera está la parte de uno que forja un carácter de
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ganador aunque la meta inicial no se consiga. Ese carácter de ganador implica
firmeza, entereza, voluntad, ánimo y fortaleza, curiosamente todas estas
características se forjan no tanto con el éxitos, sino con los fracasos.
Así es, los fracasos son la fuerza en contra que todos enfrentamos y que, o
desarrollan en nosotros la fortaleza para permanecer de pie en la tormenta, o
terminan por tirarnos, solo que esta elección es nuestra, no de los fracasos, no de
los vendavales que enfrentemos, no de la tormenta que busque derrotarnos, sino
de nosotros.
Hazte esta pregunta ¿qué necesidad tenia Jim Redmond de continuar su camino
hacia la meta cuando la carrera ya había sido ganada por otro?, ¿qué quería
lograr?, ¿qué quería demostrar?, realmente se requiere de un espíritu superior
para continuar la lucha cuando el objeto de conquista inicial ya no está, se
requiere un pensamiento que no vea hacia afuera sino hacia adentro, se requiere
el carácter de, aunque ya no esté el trofeo que se nos daría por cruzar la meta, no
permitir que se nos arrebate la persona en que nos convertiremos al cruzarla
aunque ya no haya nada para nosotros.
Si uno es capaz de ver eso se dará cuenta de que nuestros actos tienen una
trascendencia que roza lo infinito y que cada acción nos lleva a la persona de
excelencia que estamos llamados todos a ser, después de todo nadie ha cruzado
la meta sin haber tenido que dar el último paso.
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/A7xQZv
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Así como el auto necesita gasolina para avanzar, así tus metas necesitan de
tus acciones cotidianas para ser alcanzadas
Cuando hablamos de las cosas que quisiéramos
alcanzar, generalmente tenemos una idea más o
menos clara de lo que deseamos, no sucede
siempre así con las acciones que necesitamos
realizar para alcanzar esas metas, es así como la
claridad tanto en las metas como en los pasos hacia
ellas es lo que nos conducirá al éxito.
El 14 de diciembre de 1911, Roal Admunsen
conquistó el Polo Sur después de una travesía de
casi tres meses desde la Bahía de Ballenas; el 29
de mayo de 1953, Edmund Hillary conquista la cima del Monte Everest, casi cuatro
semanas desde que se inicia la escalada; el 20 de julio de 1969, Neil Armstrong se
convierte en el primer hombre en llegar a la Luna después de una travesía de
cuatro días en el espacio.
Si bien estos logros parecen ser sorprendentes (y de hecho lo son), más
sorprendente es que las personas mediante acciones que van sumando pequeños
avances los hagan posibles y realizables. Ejemplos como los anteriores hay de
sobra en la historia humana: grandes empresas que empiezan como un sueño,
como una idea, idea a la que posteriormente se le van adicionando acciones
concretas para hacerla realidad hasta que se convierte en una meta alcanzada.
Nuestra vida es un espejo de la historia humana, incluso en estas grandes
hazañas. Constantemente nos trazamos metas, sueños, deseos, pero si esto no
es acompañado de acciones concretas la realización de los mismos queda no solo
a la deriva sino completamente a la suerte de uno.
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Cuenta una broma anecdótica que se encontraban dos amigos recostados bajo un
árbol cuando ven cerca de ellos un billete tirado, como hacia un poco de viento
uno de los amigos comienza a rezar en silencio, entonces el otro le pregunta que
si qué hace, a lo que el amigo le responde que reza por que el viento les traiga el
billete, y que si eso resulta, ya estuvo que ese día comerán bien sabroso.
En ocasiones hay quienes se comportan como los personajes imaginarios de este
cuento, es decir, desean algo pero no están con la intención de hacer lo necesario
para conseguirlo.
Entendamos algo, la vida es como un supermercado: uno va y ve cosas que le
gustan, pero (el gran pero), uno debe estar dispuesto a pagar el precio de las
cosas que ve en el supermercado para conseguirlas, igual en la vida, todo tiene un
precio llámese trabajo, estudio, esfuerzo, dedicación, si uno está dispuesto a
pagar el precio que se nos pide lo que queramos pasará a ser nuestro, de otra
forma solo miraremos en el escaparate de la vida lo que hubiéramos deseado sin
que nunca lo hayamos tenido.
Un ejercicio simple: piensa en una meta que desees lograr, una que aún no hayas
conseguido; si no eres capaz de pensar en cinco acciones concretas que te
permitirán alcanzar esa meta, créeme que estás todavía muy lejos siquiera de
comenzar el camino hacia ella.
¿Por qué cinco? Por que las metas llevan acciones concretas directas e indirectas
y generalmente son dos o tres acciones las requeridas para alcanzar la meta en
sí, pero otras cuatro o seis que se requieren para hacer las primeras. Por ejemplo,
el dominar un deporte requerirá tiempo de práctica, pero al mismo tiempo un
cambio en los horarios para cumplir con el tiempo requerido de práctica. Es así
que si no puedes determinar al menos cinco acciones en la meta que te
propongas, mejor siéntate y piensa bien lo que deseas y el cómo alcanzarlo.
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La vida tiene retos, tiene metas, tiene sueños, de la misma forma tú tienes todo lo
necesario para conquistar ese reto, lograr esa meta o alcanzar ese sueño, solo
que se requiere que cada día des un paso hacia ello, después de todo así como el
auto necesita gasolina para avanzar, así tus metas necesitan de tus acciones
cotidianas para ser alcanzadas.
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http://bit.ly/yS6lA5
57
Tus metas son alcanzables; veras: extiende tu mano a ellas, ¿ves como es
que ya están más cerca?
Cuando hablamos de las metas que
nos ponemos en la vida,
generalmente las que más valen la
pena conllevan mucho esfuerzo,
dedicación y tiempo, y en ese
escenario es muy tentador el darse
por vencido, pero ¿por qué
pretender de golpe llegar a la meta
cuando cada paso nos acerca más a
ella?
Ahorita tú lees este artículo sin esfuerzo alguno, pero pensemos en todo lo que
tuvo que transcurrir para ello. Cuando naciste no sabías una sola palabra, que
increíble suena, ¿verdad?, ni una sola palabra, pero ¿qué fue lo que pasó
después? A los dos años comprendías unas 1000 palabras y usabas unas 200 o
300, para los cinco años comprendías unas 3000 palabras y usabas de 500 a
1000, ¿y ahora?, algunos calculan que un adulto puede comprender unas 10000
palabras y usar unas 3000, increíble, ¿verdad?. Ahora imagínate que al nacer
tuviéramos conciencia y de golpe se nos dijera que tenemos que llegar a
comprender ese cumulo de palabras, sería algo abrumador.
Algo similar pasa con nuestras metas, desde aprender un nuevo idioma hasta
bajar de peso, desde cursar una carrera hasta formar una familia, desde dominar
un deporte hasta tocar un instrumento, la meta final es tan completa y tan
compleja que vista a lo lejos se vuelve abrumadora, pero, ¿por qué no en vez de
ver la meta vemos cada paso como un pequeño logro para llegar a ella?
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En las técnicas de adiestramiento de especies los humanos usamos reglas
funcionales que olvidamos para nosotros, una de ellas el premiar cada pequeño
logro, es así como se logra que un león salte por un aro, que un elefante se pare
en una pata, o que un caballo pose gallardamente. Pues bien, no debemos ser
más duros con nosotros mismos, de igual forma necesitamos pequeños
reconocimientos por nuestros logros, pequeñas palmadas, pequeños gestos de
aliento, pero ¿qué pasa muchas veces? que ante lo difícil del camino hacia la
maestría de la vida nos autoflagelamos con reclamaciones por nuestros fallos o
pequeños avances en vez de comprender la fragilidad por un lado que como
personas todos tenemos pero el enorme potencial que como humanos
presentamos.
Ahora bien, comprensión no es condescendencia, simplemente significa eso:
entender que cada paso nos acerca más a la meta y que al igual que en la vida
habrá tropiezos, cansancio e incluso frustración. Es más, a veces hay tanta
frustración que uno quisiera gritar, patalear y aventar todo por la borda, y está bien
salvo esto último, grita y patalea todo lo que quieras y luego levanta de nuevo la
mirada, ¿sabes que es lo que verás?, pues lo que veras es la meta que no se ha
movido y que te sigue esperando, así es: la meta te seguirá esperando porque
ella, la meta, está hecha para ti, para que un triunfador como tú la conquiste, de
otra forma nunca la hubieras visto, y para eso se requiere ese gritar y ese patalear
pues es la única forma de dejar en el camino la persona débil y crear una nueva
vigorosa y con carácter para cruzar con ella la meta.
Así que cuando creas que una meta está mucho muy lejos recuerda que tus metas
son alcanzables; veras: extiende tu mano a ellas, ¿ves como es que ya están más
cerca?
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/xzj4cX
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No hay mejor recompensa que la satisfacción por un trabajo bien hecho
El ser humano como entidad dual
recibe constantemente dos tipos de
satisfactores, aquellos externos que
provienen del entorno donde nos
desenvolvemos y aquellos internos que
provienen del espacio infinito de
nuestra propia persona, un equilibrio
entre ambos es la garantía no solo de
satisfacción sino de prosperidad.
Cuando hablamos de un trabajo bien hecho nos referimos a las dos mundos en
que como humanos nos desenvolvemos: nuestro mundo externo y nuestro mundo
interno. En el mundo externo tenemos el reconocimiento social, la retribución al
esfuerzo, la obtención de satisfactores, es decir, aquello que obtenemos cuando
los demás, no uno mismo, reconoce que lo que se ha hecho cumple con las
expectativas de calidad. En nuestro mundo interno tenemos la satisfacción
intrínseca, la alegría por el resultado obtenido, el placer de la meta conseguida, es
decir, todo aquello que obtenemos de nosotros mismos y que los demás no
pueden darnos.
De la misma forma se requiere la existencia de un equilibrio entre ambos mundos
para que nuestra vida sea plena ya que llenar solo uno de ellos nos traerá una
vida incompleta.
Por ejemplo, hay personas (y de hecho esto es causa de problemas mentales,
emocionales e incluso físicos), a las cuales su trabajo no les trae mayor
satisfacción y que solo están en él por la paga, por las cosas de fuera que reciben.
Todos conocemos a alguien así, alguien que llegado el momento vivirá etapas de
depresión, falta de productividad o simplemente una insatisfacción que no solo se
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acotará a su vida laboral sino que terminará permeando toda su existencia. De la
misma forma existen personas tan satisfechas de lo que hacen que no les
preocupan los demás, eso es bueno, el único problema es que ciertos
satisfactores que requerimos como personas no podrán ser conseguidos pues los
demás no reconocen el trabajo hecho y por lo tanto no lo retribuyen.
El punto medio donde ambos mundos se llenan es aquel donde uno disfruta con
creces lo que hace y al mismo tiempo los demás lo reconocen, esa es la clave del
éxito. Cuando se disfruta lo que se hace no podemos decir que se trata de un
trabajo ya que la actividad no implica precisamente un trabajo, de la misma forma
el disfrute incrementa la creatividad, la innovación y la productividad trayendo
como consecuencia un círculo virtuoso tanto de alegría como de prosperidad.
Te sugiero un ejercicio, en una hoja escribe el trabajo que haces o que deseas
hacer y debajo de él dos columnas: en una deberás poner todo lo que ese trabajo
te da como satisfacción y que no te lo puede dar nadie ajeno a ti, en la otra
columna deberás poner todo lo que recibes de los demás y que no puede provenir
de ti. Si ves un equilibrio entre lo que escribas en las columnas tendrás un
parámetro de referencia sobre el equilibrio de lo que haces en tu vida, de lo
contrario tal vez debas hacer algunos ajustes para disfrutar lo que haces o hacer
lo que disfrutas.
En la vida necesitamos ser felices, pero también comer y vestirnos, así que
construye el liderazgo de la existencia de tu vida desde la premisa de hacer
aquello que te apasiona y que a la vez puede darte para vivir, después de todo no
hay mejor recompensa que la satisfacción por un trabajo bien hecho
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/y6PqLD
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Mientras más factores externos sean los que inciden en tus decisiones,
menos dueño de las mismas eres
Cuando hablamos de vivir nuestras
vidas todos quisiéramos tener el
referente de una libertad casi total
para ello, pero al ser parte de un
sistema social son muchos los
factores que inciden en nuestras
decisiones, en la medida que la
última decisión sea de nosotros más
dueños de nuestra vida seremos.
En todas las épocas han existido aquellos que se autocatalogan como "rebeldes",
gente que no está de acuerdo con el estatus quo de la sociedad y quiere vivir,
según ellos, sin ataduras, libres, pero si uno analiza esos grupos lo único que
hacen es salir de un sistema social para entrar en otros, en otros que también
tiene sus reglas, sus normas, acciones que reconoce y acciones que sanciona.
De lo anterior lo rescatable es esa sensación que el ser humano trae como parte
de su propia naturaleza de querer ser dueño de su propio destino, es así como
muchos buscan romper tantos lazos como le sean posibles con el mundo para
lograr eso, lo cual es prácticamente es imposible. Vivimos en un sistema social,
nos relacionamos con personas, y es en esa relación que existe por decirlo así un
intercambio entre lo que damos y lo que recibimos.
Este dar y recibir no se circunscribe a las relaciones sociales sino también a las
laborales y a las personales, y no hay nada de malo en ello, así es como funciona
la sociedad y las personas, el problema radica cuando los factores externos tienen
tal peso en nuestras decisiones que prácticamente son ellos los que comandan
nuestra vida.
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En cuestión laboral, apagar nuestros deseos de realización personal en tal o cual
actividad por otra que nos dé más dinero solo implica que hacemos dueño de
nuestra vida a aquel que pueda pagarnos por ella; de la misma forma en la
cuestión social, el acallar nuestra forma de ser para agradar y ser aceptado
implica una traición a nuestro ser interno a cambio de una aceptación comunitaria;
por último, en la cuestión personal, ceder a las exigencias de la relación entre
amigos, pareja, etc solo implica que es otro quien decide por nosotros.
Ahora bien, lo anterior no quiere decir que no deban de considerarse todos esos
factores externos, entendamos algo: vivimos en una sociedad, necesitamos de los
demás tanto como ellos necesitan de nosotros, el problema es ceder cómoda y
convenencieramente las decisiones de nuestra vida a los factores externos que
inciden en ella.
Siempre existirán esos factores externos, hay que valorarlos y analizarlos, para
finalmente ser uno quien tome la decisión final sobre las acciones que hagamos.
Que quede claro que todos los factores externos, absolutamente todos, van de
paso por nuestra vida, ninguno se quedará toda nuestra existencia, al final nuestra
vida es nuestra, es por ello que las decisiones finales deben también serlo.
Pon atención en lo siguiente: Generalmente cuando no hay conflicto entre la
influencia que ejercen los factores externos y nuestros propios deseos, sueños e
intereses, no hay problema alguno; el problema radica cuando se da un conflicto
entre los factores externos y nuestros deseos, sueños e intereses, y eso es muy
fácil de detectar pues nos hace dudar de las decisiones e incluso aunque sean
tomadas nos hace sentir mal, como si algo no estuviera bien.
¿Qué hacer? Muy sencillo. La siguiente vez que te sientas así de incómodo ante
una decisión que debas tomar, para clarificar tus ideas pon la decisión como una
pregunta (por ejemplo, "¿debería estudiar X, o salir con X, o comprar X?"),
63
después pon "Por qué no:" y escribe todo lo que se te venga a la mente para no
tomar esa decisión; después escribe "Por qué si:" y escribe todo lo que se te
venga a la mente para si tomar esa decisión. Al final toma nota de en qué
momento te sentiste más cómodo, si cuando estabas escribiendo las razones de
los "no" o cuando estabas escribiendo las razones de los "si". La conclusión es
obvia y evidente y dependerá de ti tomar la decisión correcta.
La madurez de carácter implica que, al igual en un barco de velas con el viento
que encuentra, uno es capaz de utilizar lo que la vida le pone para llegar a donde
uno desea, después de todo mientras más factores externos sean los que inciden
en tus decisiones, menos dueño de las mismas eres.
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/yJxlMx
64
La vida no es algo que se nos da cuando se nace, sino algo que debemos de
ganarnos día a día con el fragor de la batalla cotidiana
El don más valioso que sin
duda alguna podemos tener
es el de la vida, ya que ello
nos capacita para todo lo
demás: aprender, crecer,
amar, trascender; solo que
contrariamente con lo que
suponemos, la vida, lo que
realmente puede llamarse
vida, es algo que debemos ganarnos.
La definición físico-químico-biológica de vida la refiere a la capacidad de
administrar los recursos internos de un ser físico de forma adaptada a los cambios
producidos en su medio, sin que exista una correspondencia directa de causa y
efecto entre el ser que administra los recursos y el cambio introducido en el medio
por ese ser, sino una asíntota de aproximación al ideal establecido por dicho ser,
ideal que nunca llega a su consecución completa por la dinámica del medio.
Pero esa definición no nos remite a lo que somos, al cúmulo no solo de
interacciones físico-químico-biológicas sino también de sueños, de sentimientos,
de ideas. La definición anterior curiosamente no nos define como seres humanos,
cuando mucho nos presenta un referente mínimo y básico sobre el cual se
construyen los tangibles e intangibles de nuestra historia.
Y es precisamente en este referente cuando la vida adquiere un significado
trascedente ya que podemos ver como es que la vida es algo que vamos
conquistando día a día. Estar vivo es una cosa, vivir la vida es otra. Para lo
primero basta con realizar las funciones básicas de nuestro cuerpo, para lo
65
segundo se requiere la interacción de nuestros pensamientos, nuestros
sentimientos y nuestra voluntad. En ese contexto podemos ver que nuestra vida
no es lo que somos, sino en lo que nos vamos convirtiendo. Los éxitos y fracasos,
las alegrías y tristezas, lo infinito y lo limitado, todo nos va moldeando, nos va
construyendo, nos va transformando, y en ese proceso la participación activa de
nosotros va dando la guía de lo que somos y más aún de lo que seremos.
Si uno ve esto y entiende que ante los retos, obstáculos y limitaciones se requiere
de toda nuestra fuerza, valor y entereza, se comprenderá entonces el porqué la
vida nos reclama nuestra participación activa ya que una actitud pasiva lo único
que hará es que todo lo anterior sea quien decida sobre nuestra vida llevándonos
a una paradoja donde estaremos vivos, pero no viviremos nuestra vida.
Volteando a nuestro alrededor podemos ver constantemente ejemplos de gentes
que se sobrepusieron a adversidades físicas, sociales, económicas, culturales;
ellos se hicieron dueños de su propia vida, ellos decidieron finalmente qué vida
querían vivir, ellos nos dicen con su actitud que sí se puede y que la decisión final
es nuestra.
Cuando uno sienta que la vida pesa demasiado, que el desánimo abruma, o que el
camino parece nunca llegar a buen término, solo es cuestión de hacer una breve
pausa, voltear a nuestro alrededor, y ver casos que estando en un momento dado
en condiciones más adversas, han sabido sobreponerse y salir adelante llegando
a ser personas no solo de éxito sino de excelencia, después de todo hay que
entender que la vida no es algo que se nos da cuando se nace, sino algo que
debemos de ganarnos día a día con el fragor de la batalla cotidiana.
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/zcizVv
66
El quedarte sentado solo hará que más pasos te separen de tu meta
La vida como tal es un regalo maravilloso lleno
de retos, enseñanzas y sorpresas; retos para
crecer, enseñanzas para aprender y sorpresas
para gozar, siendo la conjunción de estas tres
aristas las que la hacen realmente maravillosa.
Al igual que una carrera, donde el destino final es la conquista de una meta, la
vida presenta caminos con retos cuyos fines por tramos conducen a metas
planteadas, de la misma forma, estos retos en ocasiones pueden ser tan
abrumadores que requerirán no de una, ni dos, ni tres, sino más intentos para ser
superados. En este escenario es factible en ocasiones sentir el cansancio fatigoso
del andar e incluso la frustración del no avanzar, siendo que en ocasiones puede
pasar por la mente la idea de desistir de la búsqueda de la meta.
A veces este desistir es momentáneo, esto sucede cuando se requiere de tiempo
para recuperarse física, anímica o mentalmente, y decir momentáneo significa que
una vez recuperada la totalidad de la energía, uno se lanza de nuevo a la
conquista de la meta; pero en otras ocasiones la intención es desistir
completamente de cualquier intento subsecuente por alcanzar el objetivo. En
ambos casos sucede un fenómeno curioso: a diferencia del símil de la carrera
donde uno puede descansar y la meta permanece fija en el horizonte, en el caso
de las metas de la vida la meta no solo no permanece fija sino que se aleja.
El estar en lucha constante por alcanzar algo va generando en nosotros mismos
una condición que nos va capacitando para superar los retos planteados, pero una
vez que uno cesa en esa lucha inmediatamente comienza a avanzar el deterioro
del desarrollo logrado haciendo que lo avanzado se pierda.
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Es como cuando uno comienza a dominar un idioma, constantemente se tiene que
estar avanzando hacia el dominio del idioma mismo, pero ¿qué pasa si se deja de
practicar uno, dos o tres años? pues que el pleno dominio se vuelve más
complicado pues incluso lo que ya se dominaba comienza a ser olvidado. De la
misma forma, un atleta, como parte de su acondicionamiento físico
constantemente se somete a esfuerzos físicos que le van dando mayor capacidad,
pero al dejar de ejercitarse al cabo de unos meses todo lo logrado se pierde y
debe comenzar de nuevo si es que quiere conseguir lo deseado.
De la misma forma en la vida, cuando nos planteamos metas que valen la pena, el
reto de las mismas nos va imprimiendo un carácter de conducta que nos va
habilitando no solo para conseguir la meta planteada sino -ojo- incluso para vivir la
vida a plenitud.
Y es en este no desistir donde los retos nos hacen crecer, las enseñanzas nos
hacen aprender y las sorpresas nos permiten gozar. Crecer en sentido de
horizontes, de visión, de carácter, de logros y alcances; enseñanzas en sentido de
lecciones, de conocimientos, de sabiduría; y sorpresas en sentido de alegrías,
tristezas y trascendencia.
Cuando sientas que la vida pesa y te pase por la mente la intención de desistir,
recuerda que la meta no te esperará sino que al contrario se alejará haciendo más
difícil su consecución después de todo el quedarte sentado solo hará que más
pasos te separen de tu meta.
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/A12GXn
68
Comienza intentándolo... terminarás lográndolo
Una de las cualidades más fascinantes de la vida
es precisamente el hecho de que no sabemos lo
que el futuro nos depara, esto nos obliga a trabajar
con todos nuestros recursos internos y externos en
pos de metas que nos sabemos si lograremos
alcanzar pero que al final, se alcancen o no, nos
habilitaran con el carácter a prueba de todo que
tienen los triunfadores.
La incertidumbre de la vida plantea el enorme reto de trabajar con carácter y
esperanza para lograr lo que deseamos, de la misma forma en ocasiones este
hecho puede ser tan abrumador que lleve a pensar en intentar solo aquello que
tiene grandes posibilidades de éxito, esto último nos hace reo de circunstancias
externas pues solo cuando todo este de nuestra parte es cuando decidiremos
intentar algo. Este pensamiento no solo no nos hace líderes de nuestra vida sino
que nos quita en vez de darnos.
Ejemplos de sobra hay: en el deporte, la ciencia, la política, la vida misma; cientos,
miles de ejemplos donde personas se han jugado el todo por el todo incluso
cuando las circunstancias les eran adversas; curiosamente lo más importante de
esto es que independientemente del resultado, sea este favorable o no, el carácter
obtenido es algo que permanece.
Este carácter es el que permite continuar avanzando aún y cuando todo está en
contra, el que nos habilita a soñar incluso con lo imposible, el que nos lleva a
levantarnos ante grandes caídas, y el que nos permite erigirnos como líderes de
nuestra propia vida.
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Otro hecho interesante es que ese intentar aunque a veces no se tenga el
resultado deseado inmediato, puede verse, más que como fracasos o derrotas,
como prácticas para un éxito futuro.
Veamos el caso de Abraham Lincoln: Fracasó en los negocios a los 31 años, fue
derrotado a los 32 como candidato para unas legislativas, volvió a fracasar en los
negocios a los 34, perdió en unas elecciones a los 38, no consiguió ser elegido
congresista a los 43, no consiguió ser elegido congresista a los 46, no consiguió
ser elegido congresista a los 48, no consiguió ser elegido senador a los 55, a los
56 fracasó en el intento de ser vicepresidente, fue derrotado y no salió senador a
los 58, por último fue elegido presidente de los Estados Unidos a los 60.
Una cuestión incómoda pero real es que en ocasiones se requiere de esos
pequeños tropiezos en la vida para moldear el carácter de las personas que les
permita posteriormente desempeñarse con éxito. Al igual que cuando a un hijo se
le da todo sin esfuerzo y éste termina maleándose, lograr todo y a la primera no
nos permitirá generar un carácter no solo de fortaleza sino también de
comprensión y entendimiento.
Los sueños y las metas que realmente valen la pena generalmente requieren de
tiempo y esfuerzo para ser alcanzadas, tiempo y esfuerzo que conlleva a un
intentar constante pues generalmente el éxito no viene a la primera. En un mundo
donde lo rápido es norma, entender esto nos evitará muchas frustraciones y nos
habilitará para no darnos por vencido a la primera, recuerda: comienza
intentándolo... terminarás lográndolo
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/GT6YQJ
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Tus sueños se alimentan de esperanza, tus logros de acciones
El ser humano es una entidad doble,
por un lado se mueve en mundo
intangible de los sueños, las
ilusiones y las esperanzas y por el
otro trabaja y construye en las
realidades cotidianas de la vida, un
equilibrio de ambos mundos
requerirá necesariamente de ideas y
resultados.
Cuando un artista está inspirado suele decirse que las musas están con él, esto en
alusión a aquellas entidades que según la mitología griega eran inspiradoras de la
música y la poesía. Esta alegoría hace alusión al hecho de que como seres
humanos podemos acceder a realidades que ningún otro ser vivo puede. El solo
hecho de poder hacer planes, de poder soñar, de poder visualizar, es una
maravilla asombrosa de nuestro increíble potencial. Ejemplo de esto el caso de
Beethoven quien prácticamente escribió sus 9 sinfonías padeciendo gradualmente
problemas de sordera aunque la novena la escribió en sordera total.
De la misma forma, nuestro ser interno es capaz de plantarse grandes metas, y
por grandes hacemos referencia a que son metas que sobrepasan a uno mismo,
que necesariamente lo llevan a ser más que lo que uno es en determinado
momento, metas tan grandes, y por lo tanto tan valiosas, que necesariamente
deben ser alimentadas siendo este alimento precisamente el de la esperanza.
La esperanza es ese sentimiento que permite a una persona dada el construir día
a día un futuro mejor para sí y los demás, por ende este sentimiento requiere de
una actitud optimista con lo que puede volverse difícil de tener en casos de
depresión, angustia o ansiedad.
71
Pero como no podemos soslayar que a todos, absolutamente a todos nos llegan
en momentos dados esos estados anímicos negativos, una sugerencia mucho
muy práctica es escribir, cuando nos encontremos optimistas, y por ende
esperanzados, una brevísima carta a nosotros mismos para esos momentos de
depresión, angustia o ansiedad. Así es, una carta donde nosotros mismos nos
demos ánimo. Una carta hacia un yo futuro para no decaer y buscar, no tanto salir
de ese estado anímico, sino esperar a que pase para continuar nuestro andar.
Ahora bien, no podemos fincar todas nuestras esperanzas única y exclusivamente
en esperanzas y estados positivos de pensamiento, en el mundo real, por llamarlo
de cierta forma, se requieren de acciones. Acciones que sustentadas en la
esperanza, permitan construir ese futuro deseado, acciones que tengan un
objetivo concreto y maneras de medir su avance.
Las metas para alcanzarse requieren de dinamismo, un dinamismo que permita
avanzar hacia ellas. Ese dinamismo, reflejado en las acciones, debe sentirse como
un caminar hacia las metas dispuestas, y no solo sentirse, sino también permitir
apreciar los avances de manera tangible. Acciones que no cumplan ese criterio
pueden estarnos desviando.
Lo interesante de estas ideas, es que tanto la esperanza como las acciones deben
tener su coincidente en las metas planteadas. Esto no es algo mínimo que cuidar.
Las esperanzas pueden apuntar hacia un lado y las acciones hacia otro. De vez
en cuanto hay que sentarse y comparar ambas para hacer los ajustes que
permitan lograr lo planeado después de todo hay que recordar que tus sueños se
alimentan de esperanza, tus logros de acciones.
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/HpsRY4
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73
Qué curioso: cien errores te pueden conducir a un gran acierto, ¡nunca dejes de intentarlo!
El devenir de la historia humana
demuestra con creces que lo que en
ocasiones parece una derrota no es más
que los preparativos para un éxito futuro,
de ahí la importancia de no desistir en
los intentos por lograr nuestros sueños
Todos conocemos la historia de Thomas
Alva Edison a quien los historiadores le adjudican más de mil intentos para fabricar
la bombilla eléctrica, y su respuesta al señalamiento de estos fracasos en el
sentido de que él no había fracasado sino que al contrario había descubierto mil
formas de no hacer una bombilla, hasta que tuvo éxito.
Una de las características de nuestro tiempo es precisamente la rapidez y facilidad
para lograr las cosas, lo cual contrasta grandemente con el tiempo y el esfuerzo
necesario en el pasado para cualquier acción, simplemente pensemos que para
cruzar el atlántico en la época de Colón eran necesarios alrededor de dos meses,
hoy con 12 horas podemos pasar de un continente a otro.
Lo anterior genera una nueva personalidad en los individuos que tiende a desistir
si las cosas no se obtienen fácil y rápido, pero a diferencia de los avances
tecnológicos, la naturaleza del ser humano no ha cambiado por lo que sigue
requiriendo de tiempo y esfuerzo para generar lo que denominamos carácter.
Pensemos por ejemplo en las plantas, muchos avances científicos se han dado al
respecto pero los tiempos de nacimiento y maduración no han cambiado por lo
que uno tiene que ajustarse a estos a fin de obtener fruto abundante.
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De la misma forma el carácter de las personas requiere de tiempo y esfuerzo para
crecer y madurar, tiempo y esfuerzo que permite, por un lado, la adaptación física
de nuestro ser a las condiciones del mundo que vivimos, y por otro, la adaptación
emocional e intelectual a ese mismo entorno, siendo la conjunción de estos
elementos lo que forma lo que se llama carácter.
Ahora bien, ¿qué sucede entonces si a la primera de cambios se desiste en los
intentos de conseguir nuestras metas? Curiosamente lo de menos es que no
conseguiremos los objetivos planteados, el problema real y mayor es que no se
desarrollará el carácter necesario para ser un triunfador. ¿Y qué puede hacerse
ante lo anterior? Simple y sencillamente no desistir de nuestros intentos por
conseguir nuestras metas, lo cual generará –ojo- independientemente de si se
consiguen o no las metas, un carácter a prueba de caídas y vendavales pues
nuestra fortaleza interna será tal que permitirá sortear los más grandes obstáculos.
¿Lo anterior quiere decir que nunca se resentirán las caídas? ¡claro que no!, por
más carácter que se tenga uno no deja de ser humano, de sentir, de alegrarse lo
mismo que sufrir, la ventaja con el carácter desarrollado es que tendremos la
fuerza necesaria para salir por nosotros mismos hasta el otro lado de la orilla lo
que nos permitirá retomar nuestro camino haciéndonos dueño de nuestra vida y
por lo tanto de nuestro destino.
Lo que en nuestra vida y ante los ojos de los demás pueden parecer errores,
con el paso del tiempo y si uno persevera en conquistar no solo las metas
planteadas sino la vida misma, después de todo qué curioso: cien errores te
pueden conducir a un gran acierto, ¡nunca dejes de intentarlo!
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/HEJ9co
75
Sin objetivos ni estrategias llegaras a cualquier lugar, menos a donde
querías
Hablando de metas de vida, una parte muy
importante es la capacidad de automotivación
que se pueda tener lo mismo para avanzar
camino a dichas metas que para levantarse de
las caídas propias del andar; pero de la misma
forma, y por más motivados que se pueda
estar, necesaria y forzosamente se requerirá
que las metas planteadas tengan objetivos y
estrategias claros y medibles para el logro de
las mismas.
Hablando de metas, generalmente este término hace referencia a logros ulteriores
y generales que se buscan conseguir, por ejemplo, tener éxito en esto o en
aquello, ser el mejor en esto o en aquello, o llegar a dominar esto o aquello, pero
para lograr esa meta necesariamente se requerirán objetivos (o sub-metas) que
por su propia naturaleza deberán ser específicos en cuanto a los cómos y cuándos
para ser susceptibles de evaluación, es así como un objetivo debe ser ante todo
medible (en cuestiones tanto de tiempo como de indicadores de eficiencia). Por
ejemplo en tres meses lograr leer un libro o aprender 100 palabras nuevas en otro
idioma en un mes son ejemplos de objetivos muy claros.
De la misma forma el o los objetivos que se establezcan como necesarios para
lograr una meta deberán ir acompañados de estrategias, es decir, de acciones
puntuales que permitan lograr esos objetivos, por ejemplo, para los casos
planteados, ponerse el compromiso de leer por la noche antes de dormir 5 páginas
del libro en cuestión o cada mañana aprender tres palabras nuevas en otro idioma
es una manera muy concreta de cumplir los objetivos y, por ende, las metas
planteadas.
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Estas observaciones pueden parecer muy evidentes pero parten de un hecho que
también es mucho muy evidente y es que cada día podemos ver frases
motivacionales que impulsan lo mejor que tenemos para llevarnos a alcanzar
nuestros sueños, solo que esa motivación requiere de guía y dirección para ello,
curiosamente la motivación –como seguro muchos de nosotros hemos
experimentado-, puede venir de fuera, pero los objetivos y estrategias
necesariamente deben venir de nosotros pues solo nosotros sabemos nuestros
recursos y nuestras limitaciones para alcanzar estas metas.
¿Por qué esta serie de sugerencias?, pues por el simple hecho de que la vida
misma, por su propia naturaleza, implica acción y dinamismo, pero en ocasiones
esa acción y ese dinamismo puede ser puesto por factores externos, es decir, que
nuestras acciones estén en función, no de nuestras metas, objetivos y estrategias,
sino en función de la operatividad diaria que impongan esos factores externos
(trabajo, sociedad, amigos). Ante esto, ¿cuál sería una sugerencia mucho muy
práctica? Pues escribir la o las metas que queramos lograr (no se sugieren más de
tres para estar en capacidad de darle seguimiento), seguidas de sus respectivos
objetivos (por lo menos tres y que sean muy específicos y medibles) así como de
las estrategias respectivas (otras tres por objetivo) para lograr estos últimos.
La vida es una serie de eventos en los cuales interactuamos como actores de
nuestra propia existencia, en la medida que esta interacción sea pensada y
voluntaria más dueños de nuestra vida seremos, es así como debemos tener
claridad en lo que queremos y en cómo lo lograremos, después de todo sin
objetivos ni estrategias llegaras a cualquier lugar, menos a donde querías.
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/I9KBBh
77
Establecer un propósito le da sentido a nuestras acciones y permite focalizar
nuestros esfuerzos y recursos
La vida está hecha de retos, retos que
para superarse requieren de utilizar
recursos, recursos que como el dinero
son renovables o como el tiempo no lo
son, pero que independientemente de
ello requieren de estrategia para que
dichos recursos no sean
desperdiciados.
Las metas, más que como punto final
de una serie de acciones, en muchas ocasiones se convierte en un nuevo punto
de partida que nos permite iniciar nuevos andares en nuestra vida, en la medida
que la meta establecida sea elevada y noble, nos permitirá partir con ventaja hacia
nuevos horizontes.
La meta no solo es un “qué quiero lograr” sino más bien un “por qué lo quiero
lograr”, eso es establecer un propósito, algo no solo que nos guíe sino que nos
motive. La misma palabra “propósito” hace referencia a un acto volitivo, una acción
donde tanto la mente como los sentimientos intervienen voluntaria y libremente
para conseguir un objetivo, donde hemos calculado los costos y beneficios y
donde nos sentimos lo suficientemente motivados para avanzar hacia la
consecución de las metas, es así pues que para esto requerimos tener claridad de
ideas y fuerza de corazón.
En este sentido, tanto mente y sentimientos deben ir a la par ya que si solo le
ponemos cabeza a las cosas estaremos caminando por un terreno sumamente
árido que fácilmente terminará desgastándonos; por el contrario, si somos todo
78
corazón, es decir, sentimientos y motivación pero sin objetividad de pensamiento,
corremos el riesgo de llegar con mucho entusiasmo a lugares que no queríamos.
Propósito es trazar una meta sabiendo los qué y andar el camino hacia ella
sabiendo los porqué; y ambos, qué y por qué, son cobijados por las estrategias
que incluyen esfuerzos y recursos.
En este punto, cuando hablamos de esfuerzos y recursos, ojo, nos referimos tanto
a esfuerzos y recursos tangibles como intangibles. Entre los tangibles están los
recursos materiales y financieros y dentro de los intangibles los de tiempo y
motivación. Todos ellos se consumen como si fuera alimento para el alma y para
el cuerpo en el camino hacia nuestra meta. En este sentido, mientras más elevada
o retadora sea esta meta, mayores recursos tangibles e intangibles requerirá, es
así que al iniciar el caminar hacia una meta debemos constantemente ver con que
contamos en cuanto a recursos para conseguir nuestro objetivo.
Esto último, el saber con qué contamos, no necesaria y forzosamente implica que
deberemos tener todos los recursos que necesitaremos para nuestro camino
desde un principio, pero si al menos tener claridad en cuanto a lo que se cuenta
para iniciar ese caminar y en la manera en que durante el andar se solventarán las
necesidades de recursos que se vayan presentando.
No hay nada más satisfactorio que proponerse algo y alcanzarlo, y para ello se
requiere esa claridad intelectual y esa fuerza interior de la que hemos hablado,
todo ello nos permitirá eficientar nuestro andar ya que establecer un propósito le
da sentido a nuestras acciones y permite focalizar nuestros esfuerzos y recursos.
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/IxdATd
79
Cuando se disfruta el camino no hay propiamente un esfuerzo sino un
disfrute en cada paso
Lo mejor que le puede pasar a uno
en esta vida es disfrutar realmente lo
que hace, eso le da más sentido a
las ideas que uno tiene y a las
acciones que uno emprende, incluso
en ocasiones tiene más sentido que
lograr las metas que uno se
proponga.
Cuantas veces no hemos visto personas que ante las obligaciones que tienen en
su vida muestran no solo una apatía sino en muchas ocasiones una actitud
verdaderamente negativa, para esas personas lo que hacen es una carga por más
nimio que nos parezca.
De la misma forma, todos conocemos personas que su vida la viven con gozo, con
alegría, y que sus obligaciones y los retos mismos que enfrentan lo hacen con un
estado de ánimo que incluso llega a contagiar.
La diferencia entre estos dos extremos está precisamente en saber disfrutar lo que
uno hace, esto es la clave de todo, incluso del éxito, ya que el éxito es escurridizo
y ocupa mucho esfuerzo, mucha energía, y que mejor manera de dar todo ese
esfuerzo y esa energía que con un ánimo optimista, de confianza, de gozo por
estar vivo.
Al principio se comentó que esta actitud le da más sentido a las ideas y a las
acciones que incluso lograr las metas que se proponga, esto parecería ser una
contradicción pero no es así. Una meta es un objetivo, si lo vemos objetivamente
la consecución de una meta dura un momento infinitamente pequeño, por ejemplo,
80
¿cuánto dura en el tiempo el que un corredor cruce la meta?, ¿o en que alguien
obtenga un título?, ¿o en que un emprendedor inicie un negocio?, no nos
confundamos, lo que dura tiempo es el camino hacia esas metas, pero el lograrlo
dura un pequeñísimo instante, tal vez unos segundos, después la meta queda
atrás y vienen otras.
Siempre habrá metas, siempre habrá caminos, la manera de llegar a esas metas y
de recorrer esos caminos es lo que nos dará riqueza en nuestra existencia, más
incluso del alcanzar una meta ya que ésta puede llegar muy tarde en nuestra vida
(o incluso no llegar), mientras que el camino hacia ella estará presente en todo el
trayecto.
Ahora bien, a veces uno no puede escoger del todo la meta o el camino, las
obligaciones que la misma vida va poniendo en ocasiones casi nos obliga a tomar
ciertas decisiones, pero ¿por qué amargarnos por ello?, siempre habrá algo
positivo de lo que hagamos, algo que nos guste o que nos llene; pues por
pequeño que esto sea, debemos enfocarnos en ello para darle no solo sentido a
nuestra existencia sino fuerza y motivación.
En una ocasión, en un taller de emprendedurismo que me tocó dar, alguien se
quejaba de lo dura y difícil que le era la vida, de lo casi imposible que se le hacía
el ver algo positivo cada día que le permitiera avanzar con gozo el camino que
tenía que recorrer, que lo que yo le proponía era realmente imposible. En
ocasiones uno tiene que ser drástico ante actitudes tan extremosas. Es así como
le acerqué un pequeño cuchillo que había quedado del entremés que nos habían
dado y le dije que si la vida le era tan pesada por qué no terminaba en ese
instante con ella. La persona se me quedó viendo incrédula de lo que oía. "¿Qué
pasa? -le pregunté- ¿por qué no acabar con esto de una vez? ¡vamos!". El silencio
reinaba en la sala. Después de un momento le quite el pequeño cuchillo y le dije
con la intención que todos oyeran "eso mismo que te detiene para una acción
81
como esta es de lo que cada día debes aferrarte para transitar este período que te
ha tocado en este momento".
No podemos ser ingenuos, la vida es dura, es pesada, a veces los trayectos son
oscuros, lo único que a veces uno tiene es su ánimo, su entereza, su voluntad de
seguir adelante esperando salga el sol y las cosas mejoren, puede que esto
suceda, puede que no, pero desde el momento mismo en que uno avanza con esa
actitud ya ha ganado, después de todo cuando se disfruta el camino no hay
propiamente un esfuerzo sino un disfrute en cada paso.
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/JGsvLF
82
La trascendencia tiene que ver con lo que ahorita estás haciendo, ¿cómo quieres que se te recuerde?
Hay conceptos que en el
transcurso de la historia de la
humanidad han llamado la
atención lo mismo de las
sociedades que de las personas,
uno de esos conceptos es el de
la inmortalidad, curiosamente la
inmortalidad puede construirse
día a día, siendo que, desde esa
perspectiva, uno debe cuidar lo
que construye pues eso permanecerá para siempre.
Cuando hablamos de inmortalidad hay dos acepciones que se nos vienen a la
mente, una de ella es la de la imposibilidad de morir, pero la otra, y que es la que
nos interesa, se refiere a la perdurabilidad de algo en la memoria, ya que eso
implica que todos podemos alcanzar este estado (al menos en su segunda
acepción) para lo cual debemos cuidar nuestro actuar presente.
El pensamiento anterior puede ser muy poderoso cuando pensamos nuestras
acciones temporales con un sentido de trascendencia ya que nos motiva a dar ese
esfuerzo extra para poder así tener un efecto que vaya más del momento
presente. Curiosamente mucha gente piensa en el corto plazo, en el beneficio que
en su tiempo pudiera acarrearle alguna acción, lo cual cobra su máxima expresión
en cuestiones de corrupción y delitos. La corrupción y los delitos son el camino
fácil y rápido para obtener hoy lo que se quiere, pero no solo obtener hoy lo que se
quiere sino obtenerlo hoy a costa del futuro.
83
Por el contrario, cuando uno piensa en función de la trascendencia de sus actos
se da cuenta que la cobardía de no exigir, de no señalar, de no criticar, la
complacencia de ocultarse, de beneficiarse, de hacerse cómplice, genera en el
largo plazo, a manera del efecto fractal, un boomerang de consecuencias que,
aunque no lleguen a afectar a uno, afectaran a las generaciones futuras de
nuestros amigos y familiares.
Eso en la cuestión social o comunitaria, pero también está la cuestión personal.
Todos conocemos casos de amigos, familiares o simples conocidos a los cuales
todavía se les recuerda, más que por su carácter o su personalidad, por aquellos
actos que definieron su vida, siendo que los actos de valor, de carácter, de
congruencia, serán reconocidos por las generaciones incluso una vez que uno se
haya ya ido, pero de la misma forma los actuares tibios, convenencieros o de
plano cobardes, serán señalados de forma recriminatoria en la trascendencia de
nuestros actos.
Hay un ejercicio que en ocasiones uso en mis talleres de liderazgo y que es bien
sencillo y a la vez aleccionador y que te comparto: en una hoja blanca pon tu
nombre en la parte de arriba, después, en cuando mucho cinco renglones pon la
manera en que te gustaría te recordaran (en este punto y como ayuda les digo que
se imaginen que abren una enciclopedia del futuro donde estuvieran, ¿qué te
gustaría dijera?); una vez efectuados los dos pasos anteriores, trazar una raya
horizontal que divida lo que se acaba de escribir y poner debajo de esa línea todas
las acciones que ahora mismo están desarrollando para lograr esa manera en que
quieren ser recordados.
Como mencioné, es un ejercicio sencillo que generalmente arroja una deficiencia
de acciones actuales para ese recuerdo que se desea se asocie con uno.
Generalmente un 80% levanta la mano cuando les pregunto ¿quién no cree que
con lo que ahorita está haciendo se logre esa forma en que quieren ser
recordados?, pero acto seguido señalo –y de igual forma te señalo a ti quien lees
84
esto- que no todo está perdido, es más que hay buenas noticias: todavía tienes
tiempo de entrar a la historia con el carácter y el valor que solo la gente libre
posee.
El camino a la eternidad, comienza en el presente; nuestras acciones nos
conducen, no solo a las metas planteadas, sino también a la forma en que
seremos recordados, de ahí el valorar con creces el momento presente para
trabajar ahora por la inmortalidad que ya es nuestra pero que nosotros
decidiremos como se nos recuerda, después de todo la trascendencia tiene que
ver con lo que ahorita estás haciendo, ¿cómo quieres que se te recuerde?
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/lOdcwX
85
Cada paso que das te acerca o te aleja de tu objetivo, piénsalo muy bien y !actúa!
Cuando hablamos de metas y
objetivos hemos dejado muy claro la
necesidad de ponerle acción a las
ideas, pero de la misma manera,
estas acciones deben estar pensadas
en función de lo que se desea lograr,
de otra forma, no solo es posible que
no avances a tu meta sino que incluso
retrocedas.
En una ocasión me tocó realizar un trabajo de consultoría en una empresa, su
dueño se quejaba amargamente de que era el primero que llegaba, el ultimo que
se iba y que todos sus empleados trabajaban muy duro pero que la empresa no
salía de sus problemas. No tiene caso relatar aquí los pasos que se dieron para
realizar un diagnóstico serio de la situación, lo que sí quiero comentar es que al
final nos dimos cuenta (sobre todo el empresario) que las acciones, si bien había
muchas, no estaban encaminadas a los objetivos que se deseaban.
La vida es nuestra empresa, a ella le damos nuestro tiempo, nuestros esfuerzos,
pero en ocasiones sucede que hay una diferencia entre lo que deseamos y lo que
estamos haciendo para conseguirlo. A diferencia de un destino físico (una ciudad,
una plaza) a donde podemos por diferentes caminos solo dirigiéndonos a ese
destino llegar, generalmente las metas de la vida son un poco más complejas y
requieren de ponerle al asunto tanto razón como corazón.
Esto de ponerle razón significa analizar concienzudamente el objetivo planteado
así como los pasos para alcanzarlo, lo de ponerle corazón se refiere a que tanto el
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objetivo planteado como los pasos para alcanzarlo motiven en uno sentimientos
muy fuertes de motivación y esperanza para que el andar sea autosustentable.
¿Y cómo podemos hacer lo anterior? Antes de decir cómo hay que aclarar que
esto es un poco complicado, ¿por qué? pues por varias razones, una es que las
metas de la vida cambian constantemente (en otras palabras los deseos de uno
traducidos en metas cambian), otra razón es que aunque los deseos de uno no
cambien a veces es uno el que cambia, con lo que deben redirigirse las acciones,
y por último, porque aunque las metas no cambien y tampoco uno cambie, las
circunstancias externas pueden cambiar a tal grado que obliguen a cambio de
planes. Y en ocasiones estas tres observaciones dadas se dan ¡al mismo tiempo!
Pero bueno, uno no puede quedarse sin hacer nada. Así que ¿cómo podemos en
cierta forma analizar las metas y las acciones a la luz de nuestra razón y nuestro
corazón?
Primero, en una hoja escribir de la manera más clara en la parte superior la meta,
el objetivo o lo que se desea lograr. A continuación, debajo del enunciado de
nuestra meta/objetivo/deseo dividir la hoja en tres columnas. Posteriormente en la
primer columna hay que escribir las razones emocionales por las que uno desea
alcanzar esa meta/objetivo/deseo, ojo con esto, son razones emocionales, es
decir, aquello que motive sentimientos fuertes en nuestro interior para alcanzar la
meta/objetivo/deseo en cuestión. En la segunda columna hay que poner de una
manera muy clara, precisa y concisa, las acciones (con tiempo y resultados
medibles) que uno realizará para alcanzar esa meta/objetivo/deseo. En la tercer
columna y para cada acción hay que poner las razones emocionales para realizar
cada una de esas acciones.
Pero esto no termina aquí, ahora viene la prueba de fuego. Después de todo este
ejercicio hay que escribir una pregunta y contestarla tan sinceramente como sea
posible (después de todo a nadie vamos a engañar contestando de otra manera).
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La pregunta con la que este ejercicio cierra es la siguiente: si hicieras todas esas
acciones pero no lograras la meta, ¿cómo te sentirías?
Desafortunadamente debo adelantarte la respuesta, y esa es que si lo que
contestas va en términos de "me sentiría mal, deprimido, triste, fracasado, etc.",
quiere decir que algo está mal, que tus acciones no son lo suficientemente
satisfactorias como para sentirte pleno por el solo hecho de realizarlas, ¿Y a qué
viene esto?, casi a nada, recuerda lo que platicamos al principio de la dificultad de
alcanzar metas, en ocasiones factores externos a ti impedirán alcanzar esas
metas, eso no depende al 100% de ti, lo que si depende totalmente de ti son las
acciones. La meta es agradable, pero las acciones deben ser plenas pues son las
que te definen a ti como persona.
Esto es un pensamiento complejo pero que si lo llegas a dominar hará de ti
(paradójicamente) un triunfador aunque no logres todas las metas que te
propongas.
Mientras esto llega pon claridad en tus ideas y en tu corazón para las metas que te
plantees y, sobre todo, para los pasos que des para alcanzarlas, después de todo
cada paso que das te acerca o te aleja de tu objetivo, piénsalo muy bien y !actúa!
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/JAdKfU
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Servicio es entender y aceptar que en muchas ocasiones tú serás quien haga el camino, pero otro quien lo recorrerá
En cuestión de desarrollo y motivación, pocos
conceptos son tan difíciles de entender y más
aún de aceptar, que la cuestión del servicio.
En un mundo donde nuestros esfuerzos y
acciones están encaminados siempre al logro
de metas y objetivos personales, entender
que en ocasiones esos frutos podrán ser
cosechados por otros es algo complicado.
La historia humana está llena de ejemplos de esfuerzos personales e incluso
comunitarios que les han otorgado a sus autores el beneficio de la consecución de
sus metas, pero de la misma forma hay muchos ejemplos de esfuerzos, de luchas,
que han iniciado una cadena de eventos cuyos resultados finalmente han venido a
beneficiar a otros actores.
Pensemos nomás en las luchas de independencia o revoluciones que matizan la
historia de muchos países, en ocasiones quienes han comenzado o participado
tenazmente en esos movimientos no lograron ver el resultado final, pero creían
tanto en algo que fueron capaces de dar la vida por ello. Ese ejemplo, si bien difícil
de aceptar por quien desea que lo que busque consiga en su tiempo para su
propio beneficio, no se compara en grado de dificultad para entender como
aquellas luchas que aún no terminan y cuyos guerreros han dado vidas y vidas por
ellas, ejemplo de esto, la lucha contra el hambre, las guerras, la corrupción, la
injusticia.
¿A qué viene todo esto? En otras ocasiones hemos abordado los temas del
esfuerzo, de la superación, de la lucha en pos de metas y objetivos, todo eso está
bien, pero una parte decisiva de la trascendencia es ir más allá de las
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motivaciones personales y emprender luchas que nos trasciendan tanto en
cuestión de tiempos, como de logros y beneficiarios. Un pensamiento por demás
mediocre es ese de “ese no es mi asunto, a mi no me atañe eso, no es mi
problema”, pensar así es recluirse en un caparazón de autocomplacencia que
impide no solo el desarrollo comunitario sino incluso personal.
Imagina nomás si los que lucharon antes que tú por libertad, igualdad, justicia, si
ellos hubieran tenido la visión utilitarista de solo luchar por aquello que los
beneficiara a ellos de manera no solo personal sino también inmediata, ahorita no
estarías tu disfrutando de los frutos de su esfuerzo. ¿Ves como es que al final
incluso el esfuerzo en beneficio de la comunidad termina siendo en beneficio
personal?, eso es pensar como grupo, de manera solidaria, pero sobre todo, por
intentar con todas las fuerzas por hacer un mundo mejor.
Es cierto, afortunadamente aún hay mucho por hacer en este mundo, y digo
afortunadamente porque esto nos permite poner nuestro granito de arena en el
presente para la trascendencia de nuestras acciones a través del servicio, pero
esto se logra cuando vamos más allá de la inmediatez de nuestro tiempo y de
nuestras propias necesidades, cuando nos sabemos co-creadores del mundo y
edificadores del futuro, cuando nos reconocemos como parte activa del destino no
solo de nuestra vida sino de las de los demás.
Cuando creas que tus luchas no tienen el efecto inmediato que esperas, no
desesperes, ofrécelas al mundo que heredarás en el entendido que tu eres parte
de los demás y los demás son parte tuya, después de todo servicio es entender y
aceptar que en muchas ocasiones tú serás quien haga el camino, pero otro quien
lo recorrerá
Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/K6I8wH
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Cuando uno tiene bien claras sus metas y sus valores, es mucho más difícil perder el rumbo
Hay una frase que sabiamente señala que si
de que vale ganar el mundo cuando se pierde
el alma, creo que la respuesta es obvia: de
nada, sería tanto como comprar un billete de
cien pesos pagando por ello mil. Pues en la
vida es igual, las metas deben estar pensadas
en función de uno mismo, y no al revés.
El mundo pragmático actual hace un énfasis en el pensamiento de que “el fin
justifica los medios”, este pensamiento ejerce una presión considerable sobre los
principios y los valores de las personas pues en ocasiones estos últimos son
considerados prescindibles sobre todo si se interponen entre uno y lo que se
desea. En este orden de ideas hay que tener muy claro que las acciones para
lograr una meta no necesariamente dependen de la meta misma, es así que una
meta noble puede tener acciones que no lo sean, un ejemplo de esto sería la
intención de dar de comer al hambriento, meta noble, pero que si se busca
conseguir robando a los demás para alcanzarla pierde todo su mérito.
La simulación, la mentira, la traición, la conveniencia pueden llegar en su
momento a presentarse como atajos tentadores para lograr la meta propuesta, y
ahí es donde intervienen los valores. Desafortunada y tristemente hay ejemplos de
sobra de gente que propone cambios, formas diferentes, mejores, de hacer las
cosas, y cuando se les confía simple y sencillamente cambian dando paso a los
antivalores pues la meta se vuelva de mayor importancia que su propia persona.
Pensemos esto: la meta es algo externo, los principios y valores son algo interno.
Sacrificar en el altar de la meta los principios y valores es reconocerle a aquella
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mayor importancia que uno mismo, tan así que uno es capaz de traicionar lo que
siente y lo que piensa en función de lo que quiere.
Pero también está el otro lado de la moneda, aquellas personas que hacen de su
andar motivo de orgullo por la congruencia entre sus ideas y sus acciones. En
ocasiones ese andar se vuelve pesado, es más, tal vez el camino se vuelva un
poco más largo, pero al final trae más satisfacciones, sobre todo personales ya
que la esencia de uno no se pone en venta para alcanzar las metas que se
propongan. Ahora bien, este análisis tiene un sentido también mucho muy
práctico, ya que cuando uno es capaz de defender sus ideas, sus principios y
valores incluso a costa de alcanzar de manera rápida y fácil la meta, puede
entonces estar seguro que cuenta con un carácter a toda prueba y que no habrá
factor externo que condicione su andar y la vida misma.
Pero, el gran pero, para lograr lo anterior primeramente es necesario que uno
tenga muy claro aquello en lo que cree. La justicia, la verdad, la paz, no son
cuestiones abstractas sino eminentemente prácticas que matizan las ideas, los
sentimientos y las acciones de uno, siendo que el discurso queda de lado cuando
lo que se hace es congruente, claro y palpable.
El caminar hacia las metas que uno se plantea puede hacerse a través de
diferentes caminos, en ese sentido hay que escoger aquellos caminos que
fortalezcan nuestro carácter y definan nuestro espíritu, después de todo cuando
uno tiene bien claras sus metas y sus valores, es mucho más difícil perder el
rumbo
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/Ljh7n9
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Mejor contar aquellos pequeños logros que en el andar se han obtenido en
vez de contemplar lo que aún no se obtiene
Cuando nos fijamos una meta debemos
tener muy claros dos aspectos, uno se
refiere a las acciones que en su momento
serán necesarias para alcanzar la meta
señalada y el segundo es que esas
acciones, y por ende la consecución de la
meta, llevarán tiempo.
Una de las principales razones de desanimo cuando avanzamos en el camino de
la vida hacia las metas que nos hemos fijado tiene que ver con que en ocasiones
la consecución de la meta se difiere en el tiempo siendo muy tentador el claudicar
de su búsqueda. Pero de la misma forma, todo caminar hacia cualquier meta que
nos fijemos necesariamente generará resultados en el corto, mediano y largo
plazo, resultados que pueden ayudarnos a sobrellevar ese andar si somos
capaces de valorarlos.
Pensemos un ejemplo muy a la mano: la educación. La mayoría de nosotros
tenemos en nuestro haber la experiencia que surge de los procesos formativos,
sean de nivel básico, medio o superior. No importa si hablamos de un certificado
de primaria, secundaria, preparatoria o un título universitario, todos ellos
requirieron acciones y llevaron tiempo. Ahora bien, pensemos en todos esos
pequeños (o grandes) logros que, pensados o no, formaron parte de nuestro andar
hacia la meta final establecida, son muchos ¿verdad?
Pues bien, esos pequeños (o grandes) logros forman parte del camino, forman
parte del andar, son como los peldaños de una escalera. El problema surge
cuando ante lo distante de la meta, ante lo tardado de su consecución, el
desánimo abruma el alma y argumenta en contra del esfuerzo que implica el andar
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por el camino de la vida. ¿Cuál es la solución? Como en todo no hay una sola
solución ni mucho menos una única y fácil solución, pero si estrategias que nos
permitan remontar los intentos de sabotaje hacia nuestras metas que surgen de
nuestro interior, siendo una de las estrategias más efectivas el relacionar esos
pequeños (o grandes) logros que se han obtenido en el andar hacia la meta.
¡Ah!, pero no se trata nomas de aquellos logros relacionados con la meta sino
incluso aquello que no tienen (aparentemente) relación alguna. Por ejemplo, en la
referencia que se hizo a la educación, el estudiar y finalmente conseguir un
certificado o título lleva aparejados logros incluso sociales como los nuevos
amigos o conocidos que se cultivan en el proceso formativo. Es así que para
relacionar esos logros que hemos comentado se sugiere que se aborde de la
siguiente manera: desde que empecé a trabajar para conseguir X meta, ¿qué
cosas me han traído gustos o satisfacciones personales o profesionales?
Esa simple pregunta permite poner en perspectiva el andar hacia la meta e
identificar (y por ende valorar) aquellos pequeños (o grandes) logros que han
llegado a formar parte de nuestra vida y que nos permitirán al llegar a la meta ser
más de lo que inicialmente habíamos pensado.
El tiempo que nos lleva conquistar una meta no es tiempo ocioso sino un tiempo
en el cual se dan muchos pequeños o grandes logros que pueden hacernos más
llevadero el caminar si sabemos darnos cuenta y valorarlos, después de todo es
mejor contar aquellos pequeños logros que en el andar se han obtenido en vez de
contemplar lo que aún no se obtiene.
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/KlDIQd
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Éxito no solo es lograr una meta, sino también saberte mejor que cuando
comenzaste tu andar
Cuando nos fijamos una meta suceden dos cosas.
Una muy perceptible es la manera con que cada
paso nos acerca a la meta, la otra menos
perceptible son los cambios internos y personales
que produce en nosotros ese andar.
Las metas surgen de las necesidades o deseos que
todos como humanos tenemos. Hay metas
materiales otras intelectuales e incluso espirituales, las hay del corto, mediano y
largo plazo, también hay metas individualistas y otras que por ser compartidas se
vuelven colectivas, pero todas las metas comparten algo en común y es el hecho
de que quien la persigue está dispuesto a dar algo a cambio de esa meta,
generalmente tiempo, recursos y esfuerzo.
Cuando de recursos personales hablamos, sea este nuestro tiempo, nuestros
recursos o nuestro esfuerzo, es normal y natural que estemos dispuestos a darlos
a cambio de conseguir la meta que nos hemos planteado, esa es la percepción
subjetiva del valor: consideramos de mayor valor lo que hemos de obtener que lo
que entregamos a cambio.
Pero de la misma forma hay que ver que eso que entregamos implica que
cedemos aspectos que tienen que ver con nosotros mismos y que por lo tanto
reconfiguran nuestra misma persona y traen aparejados cambios que
generalmente no consideramos, ¿y por qué no consideramos esos cambios en
nuestra persona?, pues por la simple y sencilla razón de la complejidad de las
variables y sus interrelaciones que hacen imposible el saber que va a pasar con
nosotros en el camino hacia la meta.
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Pero el no saber que va a pasar no quiere decir que no nos vayamos dando
cuenta de qué es lo que va pasando y en función de eso evaluarlo y en caso de
ser necesario ajustar nuestro andar. ¿Cuántos casos no podríamos enumerar de
personas que llegan a las metas de éxito o triunfo que se han planteado pero que
al final terminan peor como individuos que como comenzaron? Eso es porque no
había nada de mayor importancia (que no confundir con valor) que la meta
trazada, siendo que estuvieron dispuestos a sacrificar lo que fuera por alcanzarla,
el problema es cuando se sacrifican cosas de mayor valor que la meta como el
carácter, el autorespeto, la honestidad, la congruencia, la veracidad, la
tranquilidad, la familia, los valores, etc.
Para cuidar lo anterior se requieren dos cosas, una es tener muy en claro cuáles
son aquellos valores que nos definen como personas y que consideramos que no
son susceptibles de sacrificarse por una meta, lo otro es hacer de vez en cuando
un alto en el camino hacia la meta para vernos y sabernos y entender qué
cambios se han dado en nuestra persona, sobre todo cambios profundos en este
sentido. Es así como podemos ver qué el éxito entonces tiene dos vertientes: una
se refiere propiamente a la consecución de las metas que uno se plantea, pero la
otra tiene que ver con la mejora como persona que pudiéramos experimentar
como parte del andar hacia esa meta.
Cuando uno descuida lo segundo es cuando se dan los vacíos depresivos pues la
meta (que es algo externo) no alcanza a compensar lo perdido como personas
(que es algo interno), de ahí tener muy en claro qué cosa quiere uno y en qué
persona quiere transformarse uno, después de todo éxito no solo es lograr una
meta, sino también saberte mejor que cuando comenzaste tu andar
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/LIP2rk
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Desdeñar la educación es como subirse a un bote y rechazar los remos
Las características del mundo
actual han puesto al alcance como
nunca antes la posibilidad de recibir
educación, pero de la misma forma
el emprendedurismo ha
demostrado que ésta no es un
requisito sin el cual no se consigue
el éxito, el conciliar estas dos
posturas nos permitirá tener no solo
claridad en cuanto al tema sino
flexibilidad en cuanto las opciones de vida.
¿Qué tienen en común personalidades como Bill Gates, Steve Jobs, Frank Lloyd
Wright, Buckminster Fuller, James Cameron, Mark Zuckerberg, Tom Hanks,
Harrison Ford, Lady Gaga o Tiger Woods? Desde luego una cosa es que se trata
de personajes exitosos en sus respectivos campos de actuación, pero la otra y
más interesante es que todo ellos abandonaron en sus momentos sus estudios
universitarios, ¿esto quiere decir que la educación no es necesaria para alcanzar
el éxito?
Para responder lo anterior hay que ver lo siguiente: lo primero es que no se
trataba de gente analfabeta sino que sí habían recibido educación formal y que fue
en sus estudios universitarios donde se termina la formación académica antes de
su conclusión formal; lo segundo es que el abandono de los estudios universitarios
se da porque su carrera laboral comienza a dar frutos, a diferencia del
pensamiento de abandonar los estudios para ir en pos del éxito; y por último que
en cierta forma éstos personajes tenían en sí ese potencial que les permitió
alcanzar el éxito sin necesidad de una carrera profesional.
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Pero si tuviéramos que contestar con un si o un no a la pregunta de si la
educación es requisito para el éxito o la falta de ella garantía de fracaso, la
respuesta es no, y así como estos casos comentados inicialmente se tienen
muchos más en la historia de la humanidad que demuestran lo anterior.
Pero así como no es un requisito ineludible para alcanzar el éxito tampoco está
demás el obtener una formación, es más, la misma puede permitir compensar
ciertas deficiencias que como humanos tenemos. Paso a explicar esto.
Para ser un buen cantante, para ser un buen escritor, para ser un buen atleta,
para ser lo que sea no es necesaria la formación formal podríamos decir, pero si
se requiere tener las capacidades para y (muy importante) una experiencia que
podríamos llamar formación informal. Pues bien, hay quienes no tenemos ciertas
capacidades pero que la educación nos permite subsanar con el manejo de la
técnica apropiada. Es así como la educación nos puede servir para alcanzar la
meta.
Pero de la misma forma dejar en manos de la educación todo el potencial para
alcanzar nuestro éxito y nuestras metas es dejar de lado la responsabilidad de
nuestro destino que necesariamente es nuestra.
¿Cuál sería un punto no medio sino más rico?, pues aquel donde la formación que
recibimos la completamos con la experiencia y la enriquecemos con nuestro
emprendedurismo, es así como el triángulo formado por formación-experiencia-
emprendedurismo nos genera una base, un soporte, una plataforma sobre la cual
podemos construir un futuro más estable y al mismo tiempo con más opciones
ante los retos que enfrentemos.
La vida actual exige no solo actitud sino también aptitud, siendo que esto último
tiene sus principales referentes en la capacidad personal y la formación o
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habilitación para el desempeño exitoso, es así que desdeñar la educación es
como subirse a un bote y rechazar los remos.
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/KQuYqa
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De cada caída solo hay una pregunta que tiene sentido: ¿qué puedo
aprender de esto?
Los pasos que uno da en la vida
llevan implícitos el riesgo de caer y
aunque esto es algo normal también
es algo que uno no busca ni desea
pero de lo cual pueden sacarse
lecciones de trascendencia y plenitud.
Dicen que en una ocasión iba una
persona ya mayor caminando al lado de un joven cuando de repente los dos
tropezaron. El joven, impetuoso, se puso a golpear el suelo y maldecir durante
buen rato hasta que, una vez que le pasó el mal rato, cayó en cuenta que el
anciano no paraba de reír y festejar. Asombrado de esto le preguntó que si por
que se reía cuando su caída (la del viejo) había sido tal vez incluso hasta más
estrepitosa y avergonzante por la cuestión de la edad, entonces el anciano le
respondió “mira, yo ya estoy viejo y me tomo las cosas con más calma, así que
cuando me caí en vez de molestarme me puse a ver con qué me había tropezado
y ¡mira! –dijo mostrando una piedra brillante- ¡encontré que me había tropezado
con un diamante!”.
Afortunadamente como humanos estamos propensos (yo diría que muy
propensos) a caer en nuestro andar por la vida, y digo afortunadamente pues las
caídas, aparte de enseñarnos humildad y empatía, pueden permitirnos no solo
aprender sino fortalecer nuestro carácter, siendo que esto dependerá en parte de
nosotros.
Cuando se señala que esto del aprender y fortalecer nuestro carácter dependerá
“en parte de nosotros” se refiere a que como seres libres e independientes
podemos influir en nuestra vida y nuestro destino, pero que no todo depende de
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nosotros, imaginemos simplemente si nuestro crecer en la vida dependiera de
nuestra inteligencia, nuestra voluntad o nuestra conciencia ¡realmente sería algo
mucho más complicado de lo que ya es!, así que podemos influir en nosotros y
nuestro andar pero en parte. La otra “parte” es la naturaleza misma de nuestra
vida, la forma en que por el simple hecho de existir y estar vivo nos va sometiendo
a pruebas que de manera a veces imperceptible y otras violentamente, van
haciendo pequeños y grandes cambios en nosotros.
En el primer caso, cuando participamos de nuestro crecimiento de manera libre y
voluntaria nuestra colaboración es activa, es decir, nosotros decidimos y
cooperamos con nuestro propio crecimiento; en el segundo caso, cuando es la
vida misma la que va haciendo cambios en nosotros, nuestra participación es
pasiva, es decir, podemos cuando muchos darnos cuenta de esos cambios si nos
prestamos atención. Pero independientemente de ello en los dos casos la
conciencia de nuestro andar nos puede hacer encontrarnos esos diamantes en el
camino, incluso ante las caídas de la vida.
Hagamos un ejercicio que propongo en los talleres de desarrollo humano, piensa
en un evento que pudiéramos enmarcar como una caída o un error en tu vida pero
que haya sucedido hace cinco años o más, ¿qué aprendiste de ello?, ¿cómo te
ves ahora?, ¿qué cambios se han dado en tu persona a raíz de ese evento?
Ahora vamos sobre la segunda parte del ejercicio. Recuerda con detalle cómo te
sentías en el momento en que se dio esa caída, tropiezo o error, ¿cómo te
sentías?, ¿qué pensabas de ti mismo?, ¿qué pensabas de la vida y los demás?
El ejercicio tiene que hacerse de esta manera ya que si se voltea la secuencia
retrospectiva (hacer primero la segunda parte), no te permite ver lo aprendido,
pero por la forma en que está configurado te permite ver la sabiduría adquirida
pero también como es que en el momento ésta no era perceptible.
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¿Piensas que te voy a decir que a la siguiente vez que caigas en vez de quejarte,
llorar o maldecir veas que has aprendido? Pues no, esto último viene una vez que
la lección se ha asimilado y esta asimilación es frustrante y dolorosa, así que
primero quéjate, llora o maldice pero después no dejes de recoger el diamante con
el que te has tropezado, después de todo de cada caída solo hay una pregunta
que tiene sentido: ¿qué puedo aprender de esto?
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/NFCI8N
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Comprobado: Tus pensamientos pueden hacerse realidad... !siempre y
cuando pongas acción en ello!
Un hecho innegable de la vida es que para toda
acción se requiere una motivación y para toda
motivación una idea, una idea que en cierta forma
establezca lo que se quiere, cómo se quiere y por
qué se quiere. En la medida que esta idea se
dinamice con acciones concretas se darán pasos
seguros en el camino a su realización.
El ser humano es generalmente representado como una dualidad entre el mundo
de las ideas, los sueños y las ilusiones y el mundo de los hechos, las acciones, y
las realidades. Todos nosotros tenemos en nuestro ser la capacidad para
imaginarnos nuevos formas de ser y hacer y para poner manos a la obra en la
consecución de esas ideas. Es así como fomentar la ideación y acompañarla de
acción es la fórmula para avanzar en la realización.
La capacidad de la mente para influir en nuestro entorno es de tal magnitud que
ha generado una corriente de pensamiento que en muchas ocasiones ha abogado
por una visualización creativa que busca atraer, por así decirlo, las realidades que
uno imagina hasta hacerlas realidad. Esta idea es noble, de hecho es correcta en
su forma inicial pues es un hecho que para lograr algo, lo que sea, primero
debemos tener claro qué es lo que queremos lograr, pero de la misma forma
cuando no se acompaña de acciones para lograr la idea, la realización de la
misma está incompleta.
La dualidad pensamiento-acción arroja sobre nosotros no solo la responsabilidad
de nuestra vida sino también la posibilidad de ser actores activos, no solo pasivos
de la misma. El creer que el solo pensamiento logrará cambios en nuestra persona
y el mundo es adoptar la postura del que solo pide para que los demás le den, y
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aunque esto fuera posible (es decir, que el solo pensamiento generara realidades)
nos privaría de la alegría de ser parte creadora del universo. Pero como en todo,
esto no es una verdad inamovible, si alguien desea solo trabajar la visualización,
adelante; de la misma forma si alguien desea trabajar de manera completa la
dualidad idea-acción, excelente.
Hagamos un pequeño y sencillo pero trascendental ejercicio. Piensa algo que
desees, algo que valga la pena dedicarle tiempo y esfuerzo; puede ser incluso
algo que ya estés trabajando o algo que apenas vayas a iniciar. En una hoja
escribe en la parte de arriba el título de la idea, sueño o meta que quisieras lograr,
ojo con esto, debe ser un título lo más corto posible pero que refleje tu idea.
Después de poner el título, pon debajo una descripción de no más de seis
renglones de dicha idea, sueño o meta.
Debajo de esta descripción separa la hoja en dos columnas, en la de la izquierda
ponle el encabezado de Visualización, en la de la derecha pon el encabezado de
Acción. Debajo de la columna de Visualización haz una descripción de las
imágenes que te motivarán a conseguir la idea, sueño o meta planteada, estas
imágenes debes trabajarlas día con día para darle no solo claridad a lo que
quieres sino estimulación a tu intelecto y a tus sentimientos. En la columna de la
derecha describe de la manera más concreta posible las acciones que requieres
necesaria y forzosamente hacer para que esa idea, sueño o meta llegue a hacerse
realidad. Aunque no es necesario estas acciones pueden estar en orden
cronológico. Revisa cada día esta lista, enriquécela, corrígela, pero lo más
importante aplícala para avanzar en el camino hacia la realización de tu idea,
sueño o meta.
El logro de las ideas, sueños o metas que tengamos comienza siempre con una
intención, intención que por su misma naturaleza es intangible pero a la cual
nuestra acciones pueden darle vida, forma y definición hasta hacerla realidad,
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después de todo está comprobado: Tus pensamientos pueden hacerse realidad...
!siempre y cuando pongas acción en ello!
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/PQnoMZ
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Si las metas valiosas pudieran obtenerse con un esfuerzo mínimo, no sucedería el milagro de forjar nuestro carácter
Durante el transcurso de nuestra
existencia nos encontraremos con
dos tipos de retos: los que nosotros
le ponemos a la vida y los que la vida
nos pone a nosotros. Generalmente
a los que nosotros le ponemos a la
vida le llamamos metas y los que la
vida nos pone a nosotros le llamamos pruebas. Independientemente de ellos
ambos logran en nosotros el milagro de forjar nuestro carácter.
Pensemos por un momento en algún gran logro de la humanidad atribuible a una
persona, puede ser un logro científico, deportivo, social, cultural. Sea lo que sea lo
que hayamos pensado, seguro estoy se trata de un hecho que reconocemos, que
aplaudimos, que celebramos, pero del cual tal vez poco sepamos en cuanto al
esfuerzo requerido para lograrlo, esfuerzo que contiene la magia no solo del logro
obtenido sino de la transformación de la persona.
Cuando hablamos de transformación nos referimos a ese cambio que se da en la
persona y que surge como efecto del esfuerzo, de las caídas, de levantarse, de
hacerse cada vez más fuerte, más sabio, más humilde. Una transformación que
nos da algo más duradero que la meta conquistada pues la meta pasa, es
conquistada y queda en el pasado, pero la transformación de la persona queda y
nos acompaña siempre. Esto último plantea una relevancia trascendente que ver
pues –ojo- se logre o no la meta, la transformación en nuestra persona se dará.
De ahí que cualquier esfuerzo, que cualquier lucha, que cualquier campaña traerá
forzosamente el cambio interno, por lo que el logro externo de la meta es un valor
agregado.
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En una ocasión una persona, oyendo todo lo que había sufrido otra, le preguntó a
esta última que si que cambiaría de su vida en vista de todo lo que había sufrido, a
lo que la ultima le contestó que nada pues así como había sufrido, muchas cosas
bellas y más valiosas habían llegado, pues el dolor se había ido pero lo bello y
valioso había permanecido.
Todos nosotros podemos en retrospectiva ver en nuestra vida (sobre todo a la
distancia) eventos que en su momento nos parecieron tan complicados (por
decirlo en cierta forma) que pensamos que nada bueno podría salir de ellos, pero
seguro estoy que ahora podemos ver los cambios que tuvo nuestra persona que
nos hicieron más sabios, mas fuertes, más humildes.
La esencia de esto es pasar las pruebas de la vida con la confianza de lo que
viene, como el marinero que ante la tormenta llega incluso a atarse al mástil mayor
para no ser tirado por la borda. Ese mástil mayor es en nuestra vida nuestras
esperanzas, nuestras convicciones, nuestros valores, aquello que nos permite
soportar valientemente aún cuando todo parece sin sentido pues sabemos que
somos seres tan pero tan trascendentes que somos capaz de transformar
alquímicamente, como por arte de magia, eventos adversos, pruebas
desfallecientes, metas inalcanzables, en frutos personales de abundancia, vida y
conciencia.
La vida a veces es dura, a veces duele, a veces quiebra, pero el resultado final es
de tal belleza que apenas llegando a él se entiende lo otro después de todo si las
metas valiosas pudieran obtenerse con un esfuerzo mínimo, no sucedería el
milagro de forjar nuestro carácter
Este artículo puede verse en video en
http://bit.ly/Qbn77x
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PALABRAS FINALES
Leer se asemeja mucho a oír una broma: la mitad de lo que entiendes es por el cúmulo de experiencias que traes. Por eso a algunos les trae mucha gracia un chiste mientras que a otros no.
De la misma forma durante los artículos que hemos compartido juntos en este libro mucho de las reflexiones, de las consideraciones, de las conclusiones que pudiste haber tenido o experimentado reflejan ese tesoro que se cierne en tu interior, ese potencial que traes en ti, esa capacidad de hacer y hacerte, de soñar y crear, de vivir y trascender.
Pero, ¿sabes qué es lo más importante de todo? Que tu y nadie más que tu eres el autor de un libro mucho mejor, mucho más grande y muchos más trascendente que es tu misma vida.
En ese libro se escribirán grandes batallas, relatos asombrosos, historias de gloria, pero al igual que toda gran obra, se requiere que ésta esté terminada para que veas lo hermoso, lo pleno, lo trascendente de la misma.
Mientras tanto, vive la vida. Ríe, llora, ama, odia, triunfa, fracasa. Y de vez en cuando has un alto en el camino para ver lo avanzado y valorar lo conseguido. Como el pintor que aunque no ha concluido su pintura deja todo y se aleja para ver lo pintado, o el escultor que deja sus herramientas para ver el avance de su obra. La obra maestra de tu vida es algo que lleva años, décadas, es algo que lleva toda tu vida, pero cuyo resultado es tan glorioso y trascendente que, como dijimos al empezar el libro, "hasta los mismos ángales nos envidian".
Nos veremos en la meta.
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PRÓXIMA PUBLICACIÓN
1. Cuando te canse el camino, recuerda qué fue lo que te hizo iniciar tu andar
2. Para lograr sueños... ¡lo primero es tenerlos!
3. Curiosamente lo que nos mueve a caminar es nuestro deseo de volar
4. Las cicatrices de tu lucha actual serán tus trofeos futuros cuando triunfes en tus metas
5. La suerte acompaña a aquellos que están preparados y aprovechan la oportunidad
6. Trabajar en equipo es darle más manos, mente y alma a tus proyectos
7. ¿Quieres ver un milagro?, mira hacia fuera y hacia dentro de ti
8. A veces no puedes mejorar el mundo, pero el solo hecho de intentarlo te mejora a ti
9. Derrumba las paredes que encuentres en tu camino y usa los ladrillos para construir puentes hacia tus metas
10. Así como un foco puede iluminar una habitación, una sola persona de bien puede iluminar el mundo
11. Cuida la palabra que empeñes, es tu mejor tarjeta de presentación
12. Lo creas o no, siempre
17. La lluvia hasta en el desierto cae... ¡y lo hace florecer! Síguelo intentando
18. La fuerza que te hace levantar de cada caída, es la misma que logra hacer de nuestro mundo un lugar mejor
19. Al igual que cuando vas de compras, tu decides que quieres llevar en tus bolsas de la vida: sombras que te detengan o luces que te hagan volar
20. El carácter de una persona esta dado por el equilibrio entre lo que piensa, lo que dice y lo que hace
21. A veces no es tanto lo que puedas hacer en el mundo, sino lo que permitas que el mundo haga contigo
22. Dice un dicho que si una puerta se cierra, se abre una ventana... y yo agregaría: y si no ¡hay que abrirla!
23. El nadador no se pregunta cuánto le falta para la orilla, se concentra en nadar y cuando menos lo piensa ha llegado a su meta
24. Llegar a tus metas te hace exitoso, pero además ayudar que otros lleguen a las suyas te hace trascendente
25. La constancia del aire erosiona hasta la roca, la constancia en tus acciones vencerá cualquier obstáculo
26. Sueños sin acciones es como tener la semilla de un árbol muy frondoso ¡en un
33. Logro sin esfuerzo no sabe, no se valora, y lo que es peor, la mayoría de las veces no dura
34. A veces hay que tocar cien puertas para que se abra una
35. Un triunfador no es alguien que no conoce el fracaso, sino alguien que lo conoce tan bien como para saber que no pertenece ahí
36. El mundo te pertenece... pero debes luchar por él
37. Nadie ha salido de un agujero hundiéndose más en él
38. En el camino a la excelencia dos cosas debes cuidar: creerte más que los demás y que los demás hagan creerte menos
39. ¿Que si cuántas veces intentarlo? Fácil: !hasta lograrlo
40. Aunque no tengas motivos, agradece cada día; inténtalo y al rato tendrás motivos de sobra
41. Paciencia, a veces las semillas tardan en germinar pero al final todas florecen
42. Si no has encontrado lo que buscabas, la respuesta
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habrá alguien para quien tus acciones sean un ejemplo a seguir
13. A veces nuestra fe es tan grande que no nos cabe dentro y tiene que salir... salir a hacer milagros
14. Cuando el oro se acaba, el único resplandor que queda es el del brillo que hayas logrado sacarle a tu alma
15. A veces hay que seguir caminando, incluso aunque se haya hecho de noche
16. Curiosamente los más grandes sueños no surgen cuando estamos dormidos
cajón! 27. Cada meta no solo te lleva
al éxito sino te acerca cada vez más a la persona que realmente eres
28. Solo merece esperar un futuro mejor quien está dispuesto a luchar por él
29. Todo gran sueño implica grandes sacrificios, pero estos se compensan con creces con la conquista de la meta
30. Cada sueño se busca, se acecha, se caza, y una vez que se ha conquistado ¡se va por el siguiente!
31. La vida es un río, si no avanzas con decisión hacia donde quieres, la corriente te arrastrará hacia donde no quieres
32. Cada día es una oportunidad no solo de lograr cosas sino de ser mas
no es dejar de buscar sino buscar en otro lado
43. Ante lo corto de la vida tienes dos posibilidades: aprovecharla o desperdiciarla, tú decides
44. Mente para pensar, corazón para sentir, y vida para compartir, ¿qué más necesitas?
45. Se requiere de la tempestad para probar la fortaleza de un barco
46. Decide con sabiduría y valor: lo conveniente a veces no es correcto y lo correcto a veces no es conveniente
47. No puedes desandar tus pasos, pero si puedes caminar mejor
48. Lo que haces cambia al mundo, la intención con que lo haces te cambia a ti
Dr. Roberto
• Doctor en Ciencias (Sc.D.) en el Área de Relaciones Internacionales
Transpacíficas por la Universidad de Colima
• Consultor de Negocios Certificado por la Norma Conocer
• Académico Certificado por la Asociación Nacional de Facultade
de Contaduría y Administración, A.C. (ANFECA)
• Premio Nacional de Contaduría Pública a la investigación obtenido
consecutivamente en sus ediciones 2002
Mexicano de Contadores Públicos
• Miembro de la Asociación d
México, A.C. (APCAM)
• Socio Director de Consultoría Independiente (Formación • I & D •
Consultoría)
• Autor de libros, articulista, conferenciante y tallerista a nivel nacional e
internacional.
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ACERCA DEL AUTOR
Dr. Roberto Celaya Figueroa
Doctor en Ciencias (Sc.D.) en el Área de Relaciones Internacionales
Transpacíficas por la Universidad de Colima
Consultor de Negocios Certificado por la Norma Conocer
Académico Certificado por la Asociación Nacional de Facultade
de Contaduría y Administración, A.C. (ANFECA)
Premio Nacional de Contaduría Pública a la investigación obtenido
consecutivamente en sus ediciones 2002-2003 y 2004-2005 por el Instituto
Mexicano de Contadores Públicos
iembro de la Asociación de Profesores de Contaduría y Administración de
México, A.C. (APCAM)
Socio Director de Consultoría Independiente (Formación • I & D •
Autor de libros, articulista, conferenciante y tallerista a nivel nacional e
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Doctor en Ciencias (Sc.D.) en el Área de Relaciones Internacionales
Académico Certificado por la Asociación Nacional de Facultades y Escuelas
Premio Nacional de Contaduría Pública a la investigación obtenido
2005 por el Instituto
e Profesores de Contaduría y Administración de
Socio Director de Consultoría Independiente (Formación • I & D •
Autor de libros, articulista, conferenciante y tallerista a nivel nacional e
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