lo que babel no se llevó nº12 - letras

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LETRAS N 12 Gratis con El Argentino de Gualeguaychú. SUPLEMENTO BIMESTRAL - DOMINGO 2 DE MARZO DE 2014 ISSN 2347-0402

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Edición Nº12 - Letras 2 Marzo 2014 Suplemento Bimestral Gratis con El Argentino de Gualeguaychú

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Page 1: Lo que Babel no se llevó Nº12 - Letras

LETRASN 12

Gratis con El Argentino de Gualeguaychú.

SUPLEMENTO BIMESTRAL - DOMINGO 2 DE MARZO DE 2014

ISSN 2347-0402

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LETRASVIVAS

Editorial

“¿Qué es un texto?” Se pregunta el filósofo francés Paul Ricouer, y se contesta: “todo discurso fija-do por la escritura”. Siguiendo esta definición, la

escritura sería posterior al habla, estaría destinada a fijar y conservar mediante las letras los contenidos orales ya aparecidos. Esta definición nos genera algunas sospechas: ¿el texto tiene la capacidad de fijar un significado de una vez y para siempre? ¿No se negocia y actualiza, desde el presente, cada vez que se lee el mensaje? Por otro lado, ¿siempre el habla es precedente? ¿Podríamos simplemen-te hablar lo que escribimos? ¿Acaso no tiene el texto una naturaleza expresiva diferente?

Porque las letras no conforman nada fijo, sino que per-forman nuestras acciones y experiencias. Porque somos letras vivas. Este número de Babel lo dedicamos a todos aquellos que “escriben para vivir”. Como dijo la gran poe-ta rusa Marina Tsvetaeva, hay quienes no vivimos para es-cribir, sino que nos permitimos vivir a través de las letras.

Dirección editorial:

Mercedes Krause

Producción editorial:

Sofía Petronio

Comité Editorial:

Ángeles BarciaPrensa y difusión

Juan Martín KrauseDiseño gráfico

Lucía MirandaIlustraciones

Matías AyerzaRedacción y corrección

Colaboran en este número:

Alejandro TuranoDiego AyusteJuan NadalinoNicole HamiltonPaioPedro Mancini

EQUIPO

Lo que Babel no se llevóSuplemento cultural bimestral.Año 3, Número 12.Domingo 02 de Marzo de 2014.Gratis con el diario El [email protected]/babelnosellevo

Diario El Argentino s.r.l.9 De Julio 45, [CP: 2820] Gualeguaychú, Provincia de Entre Ríos. Argentina.Tel: (3446) 42-6164http://www.diarioelargentino.com.ar/

ISSN 2347-0402

Impresiones #1x Lucía Miranda

. 3

Chabacanería Postmodernax Nicole Hamilton

. 6

Trrorist4s dl l3ngu4j3x Sofía Petronio

. 7

Cine y Porción de Muzzax Alejandro Turano

. 12

Popurrí . 14

Poesía para transformar el mundox Mercedes Krause

. 8, 9

Desilusiónx Diego Ayuste

. 10

Piensa, luego escribex Matías Ayerza

. 4, 5

Cuadro de Situaciónx Matías Ayerza

. 11

Letras... con Humorx Pedro Mancini / Juan Nadalino / Paio

. 13

C O N T E N I D O

Nuestra tapa:

He aquí las 26 celebridades del elenco que representa nuestro

lenguaje escrito. Con sus diferentes vestuarios, están listas para

cualquier papel que el director les asigne. No confundir a este grupo con sus hermanos griego, árabe,

hebreo o cirílico y no olvidarse de sus otros integrantes los signos de puntuación, monetarios, números,

fracciones, ligaduras y diacríticos. Damas y caballeros, con ustedes:

el alfabeto latino.

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2 M A R Z O 2 0 1 4 | 3 I M P R E S I O N E S # 1x Lucía Miranda

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Piensa,luego escribe

En febrero se cumplieron 30 años de su muerte, y en agosto serán 100 desde su nacimiento. La excusa es indicada para hablar de Julio Cortázar, exponente ineludible de la literatura fantástica. ¿Burgués argentino o socialista francés? ¿Cuáles eran las ideas de uno de los mejores escritores de nuestro país?

x Matías Ayerza

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El primero de escasos encuentros entre Julio Cor-tázar y Jorge Luis Borges sucedió en 1946. “Un muchacho muy alto”, según palabras de Borges,

se acercó a la redacción de la revista Anales de Buenos Ai-res con un manuscrito en la mano, donde por entonces trabajaba el gran escritor argentino. “Al cabo de una se-mana volvió. Me pidió mi opinión, y yo le dije: ‘en lugar de darle mi opinión, voy a decirle que el cuento está en im-prenta’”. Años más tarde, volverían a encontrarse, esta vez en París, donde Cortázar tuvo la deferencia de recordarle aquel momento: “Ese fue el primer texto que yo publiqué en mi patria cuando nadie me conocía”.

El cuento era ni más ni menos que Casa tomada, uno de los más celebrados de Julio Cortázar, incluido en su libro Bestiario, que publicó en 1951 ya radicado en París. El texto, asimismo, sirvió de prueba a los críticos para justificar las ideas antiperonistas del escritor argentino. Si bien el autor explicó que el origen del cuento está en una pesadilla que tuvo, tampoco rechazó la idea de que aquel sueño pudiera haber sido una metáfora de sus úl-timos años en Buenos Aires. “Es perfectamente posible que yo haya tenido esta sensación y que en el cuento se tradujera así, de manera fantástica y simbólica”. ¿A qué sensación se refiere? A la invasión, el despojo, el ser ex-pulsado. Cortázar no se sentía cómodo con el peronis-mo, menos aún con su política cultural.

Sin embargo, esta asociación entre el autor de Rayuela y cierto elitismo anti masas no es la más común cuando se menciona su nombre. El lugar está probablemente reserva-do para Jorge Luis Borges -no por nada durante el gobierno de Perón le quitaron el puesto de director de una biblioteca pública y lo nombraron inspector de aves-. Para esto existe una explicación, y es que Cortázar no siempre pensó igual.

Mientras la figura de Borges estuvo siempre ligada a una sola ideología política, lo de Cortázar fue más volátil. Sus años en París reafirmaron su actitud más bohemia, des-pojada de prejuicios y más comprometida con su veta ar-tística y social. “Llegar a Europa significó la necesidad de confrontar todo un sistema de valores, mi manera de ver, mi manera de escuchar”, escribiría luego.

DE BURGUÉS A SOCIALISTAEn 1962 ocurrió un hecho trascendental para su manera de ver el mundo: el viaje a Cuba, que le permitió recorrer la isla y hacer amistades, algo poco común en él. Sus im-presiones quedaron registradas en una carta que le envió al poeta Paul Blackburn, su traductor en Estados Unidos: “¿Tú sabías que en tiempos de Batista, el barrio de los ricos en La Habana estaba defendido por hombres armados y cadenas que cerraban las calles por la noche? Nadie podía entrar allí, y sobre todo si era de piel oscura. Ahora en esos pala-cios viven los estudiantes becados por el gobierno”.

A partir de entonces, Cortázar comenzaría a involucrar la política en su literatura, con actitudes que denotan cierto arrepentimiento por formas pasadas. Por ejem-plo, en 1970, en una entrevista realizada por Francisco Urondo para la revista Panorama, el escritor confesaría que aquellos personajes monstruosos y alegóricamente peronistas, fueron hechos “sin ningún cariño, sin afecto”, y que la suya fue “una actitud de antiperonista blanco”.

En 1965 escribió un cuento dedicado al Che Guevara, lla-mado Reunión, y al año siguiente se pronunciaría a favor del combate por la liberación de Latinoamérica. En 1970, viajó a Chile para manifestarse a favor del presidente socialista Salvador Allende. En 1973, publicó El libro de Manuel, su novela de mayor contenido político, y cuyas regalías donó para ayudar a los presos políticos de nuestro país. Y también se daría el gusto de visitar Nicaragua en 1976 para apoyar la revolución sandinista.

Antiperonista y académico en la Argentina, bohemio y socialista en Europa. El imaginario creativo de Cortázar voló a la par de su incierto rumbo ideológico, condición esencial para un escritor acostumbrado a la fluidez y es-pontaneidad en sus relatos.

Sus años en París reafirmaron su actitud más bohemia, despojada de prejuicios y más comprometida con su veta artística y social.

Cortázar no se sentía cómodo con el peronismo, menos aún con su política cultural. Alegorías y metáforas a un lado, Cortázar escribió un poema en 1955 titulado La patria. “Te quiero, país, pa-ñuelo sucio, con tus calles cubiertas de carteles peronis-tas, te quiero sin esperanza y sin perdón, sin vuelta y sin derecho, nada más que de lejos y amargado y de noche”. Estas referencias demostraban su rechazo hacia las prác-ticas culturales durante el peronismo, sustentado con la creación de personajes de los bajos mundos, como en el cuento Las puertas del cielo: seres feos y sucios, casi animales que hacían culto de la ignorancia, el peor de los pecados para Cortázar.

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6 | B A B E L N º 1 2E L R E Y D E L Q U E S O CONVOCATORIASi querés escribir para Babel mandanos tu texto por

Facebook (babelnosellevo). Podés participar de esta sección o de nuestra sección on-line "Biplano". Recordá que debe tener relación con el tema del próximo número: “Placer”.

CHABACANERÍA POSTMODERNA

x Nicole Hamilton

Que me perdonen literatos y lingüistas, pero mi paciencia ha llegado a su fin. Amanecí con una noticia que me dejó atónito, y me nie-

go a ser testigo mudo de la descomposición de nuestra lengua sin presentar en calidad de manifiesto, lo que como hombre nacido mucho antes de la era del Inter-net, pienso, y que lógicamente será lo que defienda has-ta las últimas consecuencias.

Es evidente que la postmodernidad y la vorágine del mundo globalizado nos están llevando al fin. A un fin para nada glorioso, a un fin en sí mismo. Muchos hom-bres y mujeres de mi edad seguramente hayan tomado conciencia de esto anteriormente. Sin embargo, hoy -después de los sucesos que impulsaron este documen-to- no quedan dudas. Esos mismos hombres y mujeres del mundo se están deteniendo a pensar si realmente vale la pena vivir para ver lo que nos depara el desti-no, en manos de una cúpula de intelectuales que olvi-daron nuestras raíces, y reniegan de lo que nos llevó a convertirnos en una de las lenguas más hermosas de la Tierra. Pareciera que todos los caminos conducen a la reducción de nuestro espíritu y de nuestras ideas, que un proceso perverso y deshumanizante ha comenzado. Hoy se decretó el comienzo del fin, el acta de defunción de la comunicación como la conocemos hasta hoy: la letra che y elle dejaron de formar parte del alfabeto español.

Ante los ojos de billones de seres racionales, la Real Academia Española comenzó con lo que a todas luces representará el descarne en vida de nuestro lenguaje. Estamos en presencia de un acto discriminatorio sin límites, un hecho que deja a dos miembros de nuestro alfabeto exiliados a la merced de la síntesis. Estamos siendo testigos de uno de los avales más siniestros de nuestra Historia: se le dio luz verde a la reducción, y con ello, a la certera desarticulación de nuestro idioma.

Yo sé distinguir muy bien entre progreso y vaciamiento intelectual. Esto en nada se compara al revisionismo his-tórico que reclaman las juventudes. No tiene nada que ver con lo que algunos intelectuales llaman “normalización

de la lengua”, estamos siendo testigos de un retroceso que afecta a los más de 400 millones de hispanohablantes re-partidos por el globo terráqueo. ¿Acaso piensan que no nos damos cuenta de que están eliminando letras con la misma lógica que un médico extirpa un órgano infectado? Desconfío cuando veo que los mecanismos de la ciencia se aplican arbitrariamente a las Humanidades. Pareciera que estamos lidiando con la teoría de la evolución lingüís-tica, aunque hasta el señor Darwin sería mucho más res-petuoso con nuestros caracteres.

¿Qué sería de nosotros si nuestros antepasados hubiesen optado por tomar el camino más fácil? La letra ka, a pe-sar de no ser regordeta y amigable como la qu, a quien inclusive es fácil imaginar como una simpática carota sa-cando la lengua con picardía, es la candidata indiscuti-da para reemplazar a quien hoy está primera en la fila de la desaparición. Y lo peor de todo, es que no se observa coherencia que justifique tal despojo. Estamos ante una clara falta de respeto hacia el mismísimo padre de nuestro idioma, el latín.

Pareciera que todos los caminos conducen a la reducción de nuestro espíritu y de nuestras ideas, que un proceso perverso y deshumanizante ha comenzado.

Estamos ante una clara falta de respeto hacia el mismísimo padre de nuestro idioma, el latín.

¡Teman letras, esta cacería recién empieza!

Y la che y la elle no son más que las primeras víctimas de una serie de recortes lingüísticos. Nos quieren introducir en la era del acrónimo por la fuerza y debemos detenerlos, debemos cuidar de nuestros signos gráficos y por consi-guiente de nuestro idioma.

Resulta fácil visualizar hacia dónde se dirigen los planes de esta cúpula, en apariencia, dueña del idioma. Sabemos que pronto otros signos gráficos serán reducidos al olvi-do. Es evidente que la próxima víctima será la letra qu, cuyo único pecado es depender, a niveles simbióticos, de la letra u para completar el fonema. Debemos ser capaces de visualizar todo el panorama, seríamos unos necios si no nos diéramos cuenta de que hay otros signos gráficos que salen fortalecidos en esta contienda. Indudablemente la ka es uno de ellos. Así de puntiaguda y angulosa como se la ve, está tomando la delantera, sólo por cuestiones relacionadas a esta tan sobrevaluada idea de simplicidad.

La eñe. No quedan dudas, también tiene los días contados. El encanto de su hermosa virgulilla, no tiene nada que ver con la rigidez de las tildes y la firmeza de la diéresis. En pos de una armonía ilusoria, esto seguramente les será su-ficiente para suprimirla como hicieron hoy con sus pares. Recuerden esto cuando nos intimen a escribir enganio.

Seamos conscientes de que nadie tiene el lugar asegurado. Por más indispensables que nos parezcan hoy las vocales, por ejemplo, nos encontramos ante un arma de doble filo. Precisamente por tratarse de caracteres inevitables son los más fáciles de imaginar, y eso mismo es lo que las hace prescindibles.

Las letras que hasta hoy fueron la unidad irreductible de nuestro sistema lingüístico están siendo perseguidas y eliminadas. Nos abrieron la puerta al conocimiento y al aprendizaje; debemos defender lo que nos constituyó como seres con Historia; Historia con hache siempre ma-yúscula y muda, para los que aún creemos en ella.

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x Sofía Petronio

Trrorist4s dl l3ngu4j3Carla recibe su nota y ve en el margen superior derecho un gigante y hermoso dos.

Baja la hoja enseguida, como ocultándola de sus compañeras. No entiende, ella suponía que le había ido excelente. “¿Cómo pude estar tan lejos?”, se pregunta.

Mira su hoja y ve renglones enteros tachados sin explicación, sin correcciones.

Indignada, se dirige al escritorio de la profesora, una mujer de cincuenta y nueve años, docente de biología de cuarto año. Se dispone a hacer la fila, detrás de Romi, Luca, Tomi, Flor y Rochi, que también quieren hablar con ella. Mientras espera, jugueteando con el

cortan, usan íconos, eliminan letras. Se podría decir que escriben como hablan (o peor). “Si se entiende, funcio-na”, pareciera ser su lema. ¿Para qué diferenciar entre “por” y “x”, entre “c”, “s” y “z”, entre “g” y “j”, entre “q” y “k”, entre la “i” y la “y”?. Hasta utilizan los números para reemplazar las vocales, el “4” por la “a” , el “3”por la “e”. Un “Co tas qn2 nsv3msYmme, bbb”, resume un “¿Cómo estás?, ¿Cuándo nos vemos?, llamame, besos”.

Ya sea por diversión o por moda, se crean nuevos códi-gos que se contagian rápidamente entre ellos. Las tildes, las comas, las sílabas… las construcciones complejas en general molestan en este nuevo sistema.

El problema ocurre cuando ya no pueden distinguir en-tre los diferentes usos y llevan el lenguaje del chat a la hoja del colegio. “Carla ¿vos me estás tomando para la chacota? ¿Me querés explicar qué quisiste poner acá?”,

“¡No me daba el tiempo si tenía que pensar cómo escribirlo!”

exclama la docente. “Pero profesora, lo que importa es lo que significa. ¡No me daba el tiempo si tenía que pensar cómo escribirlo!”. Al escuchar esa frase, la profesora se levantó indignada del escritorio, balbuceando “¡terroris-tas, eso son, terroristas del leguaje!”.

En la actualidad, el 95% de la población mundial tie-ne un teléfono celular. Se mandan 54 mil millones de mensajes de Whatsapp al día. Los mensajes de texto re-presentan el segundo uso más habitual del teléfono (el primero es consultar la hora). Todos los adolescentes tienen acceso libre a la computadora, cuentas de Twit-ter, Facebook, Blogs, Email, entre otros. El día para ellos es un chateo constante.

Esta cantidad de nuevas tecnologías está generando una nueva forma de comunicación. Los adolescentes, sobretodo, están reemplazando la escritura tradicional que se enseña en los colegios, por una escritura limita-da, basada en la inmediatez y la superficialidad.

Por la falta de espacio para redactar textos muy extensos y la necesidad de que el mensaje viaje rápidamente ha-cia la otra persona, modifican preposiciones, abrevian,

(“El número de compuestos de carbono diferentes presentes en una célula es muy elevado, pero representa una diminuta fracción de los que son teóricamente posibles”.)

¿ L A E R A D E L H I E L O ?No sólo reemplazamos una

buena escritura por otra aberrante, sino que estamos dejando de lado charlas profundas y discusiones por mensajes acotados y llenos de malos entendidos.

Es difícil estar en la mesa en pleno almuerzo y que los celulares no estén al lado del plato. Si hay una reunión de seis amigos, cuatro están con los celulares, uno en el baño y el otro fue a atender al delivery. En las reuniones de trabajo, en las clases,

en la calle caminando, manejando, todos miramos el celular cada un minuto como si fuésemos a recibir la noticia del año. Hasta los conductores de televisión están pendientes del teléfono mientras hacen el programa, y ¡no disimulan!

Nos vinculamos a través de los mensajes. Las letras y los íconos toman la iniciativa frente a un abrazo. Lo que parece que acorta las distancias, en ciertos aspectos la incrementa. El contacto, el trabajo que conlleva relacionarse y mantener vínculos pareciera simplificarse con el celular.

mechón que le sobresale de la colita, comienza a escuchar que la profesora, exaltada, le dice a Rochi: “No sé qué significa esto, ni esto. Ni esto otro. ¿¡Qué dice acá!? Tengo que hacer un esfuerzo descomunal para entender tu examen”.

Cuando Carla vuelve a mirar su hoja:

“¿Será eso? ¿Cómo puede ser que la mina esta, con todo su historial, no entienda lo que dice acá? Es réquete fácil”.

Quise intentarlo, probé simplemente con el título y me lle-vó cuarenta segundos escribir esas dos palabras, lo que en el lenguaje correcto me lleva sólo cinco. Definitivamente, a los que aplican el nuevo código les pasa lo mismo, pero a la inversa. ¿Habrá vuelta atrás o en breve aprobarán con cuatro “total se entiende”? Por si acaso, ya se encargaron de desarrollar un diccionario MSN: “Hexo x ti y xati”.

Fragmento del diccionario “Hexo x ti y xa ti”, creado por la AUI (Asociación deusuarios de Internet):

ak (acá)knto (cuanto)stoi (estoy)q (que)qndo (cuando)tkm (te quiero mucho)pa (para)xo (pero)xq, xk (porque)x (por; beso)xlo- (por lo menos)

xoxo (abrazos y besos)bn (bien)bno(bueno)nsvmsdsps (nos vemos después)nsvmsmñn (nos vemos mañana)ntp (no te preocupes)ntc (no te creas)wenas (buenas)way (guay)m da = (me da igual)xq? (¿Por qué?)

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x Mercedes Krause

En tanto legítima pieza de arte, la poesía debe cumplir con una correcta utilización de hipérbatos, metáforas y otros recursos líricos. Pero… ¿es suficiente? Aquí recorremos la historia de tres grandes poetas destacados por su particular visión de la poesía como una herramienta de cambio social.

La reciente muerte de Juan Gelman, uno de los poetas más importantes del país, ha reavivado el debate sobre algunos acontecimientos de su vida.

Mucho se ha hablado sobre el exilio en México y las des-apariciones de su hijo y su nuera durante la última dicta-dura militar. Pero Juan Gelman fue, además, uno de los fundadores del grupo Pan Duro, ese grupo literario in-tegrado por jóvenes militantes de izquierda con ganas de hacer poesía política, editar sus propios libros y organizar encuentros para recitarlos.

Fundado en 1955, Pan Duro fue un hito en la poesía de los sesenta. En 1956 publicó su primer libro: "Violín y otras cuestiones", de Juan Gelman. Y de ahí en más -a pesar de su diminuta capacidad de distribución a pulmón por parte de sus integrantes, y del ninguneo de los grandes medios-, fueron ganando cada vez más elogios de la críti-ca y el público hasta el punto de agotarse el libro. Con su magia, el grupo supo demostrar que un lenguaje exquisito y trascendente no necesariamente debía dejar de lado los problemas mundanos de nuestro tiempo. Ello implicaba

El grupo supo demostrar que un lenguaje exquisito y trascendente no necesariamente debía dejar de lado los problemas mundanos de nuestro tiempo.

hacer “una poesía peligrosamente atrevida en sus plantea-mientos más esenciales”; es decir, una poesía tan necesa-ria como el pan duro para quien tiene el estómago vacío.

LA POESÍA NO ES UN BELLO PRODUCTODe acuerdo al planteo del sociólogo francés Pierre Bour-dieu, lo que define si un objeto o práctica pertenece a la alta cultura no son tanto sus rasgos esenciales sino que los sectores populares perciban que no está hecho para ellos. Por consiguiente, lo radical y peligrosamente atrevido de Pan Duro era postular a la poesía como una herramienta de expresión popular, un altavoz de denuncia al alcance de todo el mundo, “como el aire que todos respiramos”.

El objetivo era que la poesía dejara de ser un bello pro-ducto destinado a las élites, pero ¿cómo lograrlo? Bien, había que apropiarse de esa estética que denunciaban va-cía y cargarla de sentido. Así lo propuso también Gabriel Celaya desde España. Conmocionado por el horror vivido durante la Guerra Civil, Celaya decide abandonar sus es-

“Oración de un desocupado” (1956)

X J U A N G E L M A N , D E L G R U P O P A N D U R O

Padre, desde los cielos bájate, he olvidadolas oraciones que me enseñó la abuela,pobrecita, ella reposa ahora,no tiene que lavar, limpiar, no tieneque preocuparse andando el día por la ropa,no tiene que velar la noche, pena y pena,rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.

Desde los cielos bájate, si estás, bájateentonces,

tudios en Ingeniería Industrial para dedicarse por entero a la poesía: “Me siento un ingeniero del verso y un obrero”, escribía en 1955.

El joven tenía en quién inspirarse. Durante su época de estudiante en Madrid, viviendo en la Residencia de Estu-diantes comenzó a relacionarse con grandes intelectuales de la época: Federico García Lorca, los surrealistas Luis Buñuel y Salvador Dalí, y el ganador del Premio Nobel de Literatura Juan Ramón Jiménez, entre otros.

que me muero de hambre en esta esquina,que no sé de qué sirve haber nacido,que me miro las manos rechazadas,que no hay trabajo, no hay, bájate un poco, contemplaesto que soy, este zapato roto,esta angustia, este estómago vacío,esta ciudad sin pan para mis dientes, lafiebrecavándome la carne, este dormir así,bajo la lluvia, castigado por el frio,perseguidote digo que no entiendo, Padre, bájate,tócame el alma, mírame

el corazón,yo no robé, no asesiné, fui niñoy en cambio me golpean y golpean,te digo que no entiendo, Padre, bájate,si estás, que buscoresignación en mí y no tengo y voya agarrarme la rabia y a afilarlapara pegar y voya gritar a sangre en cuelloporque no puedo más,tengo riñones y soy un hombre, bájate, qué han hechode tu criatura, padre? un animal furiosoque mastica la piedra de la calle?

POESÍAPARA TRANSFORMAR EL MUNDO

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Federico García Lorca fue su puente con la generación del 27, también conocida como la Generación de la Dic-tadura. Ya en 1927, este grupo de poetas españoles busca-ba fuentes populares en el folclore andaluz y los gitanos, mostrando preocupación por su miseria, la injusticia y otras cuestiones sociales. Por su lado, Luis Buñuel y Sal-vador Dalí eran colaboradores permanentes de la revista La revolución surrealista, que luego cambiaría su nombre por El Surrealismo al servicio de la Revolución, marcando así la radicalización política del movimiento. Por último, ¿quién era Juan Ramón Jiménez? El autor de Platero y yo escribía bajo el ideal de progreso moral interior: pretendía reemplazar la poesía estética por la ética.

Lo radical y peligrosamente atrevido de Pan Duro era postular a la poesía como una herramienta de expresión popular.Tal como si pudiéramos mezclar esta tríada de influen-cias en un bolillero y obtener un resultado, Gabriel Celaya publica en 1955 su famoso poema La poesía es un arma cargada de futuro. Luego reproducido como canción por cantantes de la talla de Paco Ibáñez y Joan Manuel Serrat, el poema se populariza como un antes y un después en la literatura de posguerra; marcando de forma extraordi-naria la importancia de la palabra en las luchas políticas, muchas veces más efectiva que las armas de fuego.

CONMIGO LEVÁNTATEEl chileno Pablo Neruda, considerado uno de los me-jores y más influyentes poetas del siglo XX y de la li-teratura occidental en general, es, quizás, quien más cabalmente pudo conjugar en su obra el canon de la poesía de características perfectas con la expresión de ingratitudes de la política y “la organización de la mi-seria”. Fue senador por el Partido Comunista y férreo crítico del entonces presidente González Videla, lo que le valió el exilio en 1949.

En ocasión de su visita a Macchu Picchu en 1943, escri-be su célebre Alturas de Macchu Picchu logrando una reflexión muy certera y profunda acerca del arriba y abajo, los ejes que organizan “la telaraña” del sistema.

Desde la altura -geográfica y política- invita a levantar-se a los muertos por la conquista, a contar cómo su cul-tura fue enterrada en el olvido, cómo fue acallada por una historia contada desde arriba. “Contadme todo, cadena a cadena” y “dejadme llorar, horas, días, años” por la explotación y exterminio.

“La poesía es un arma cargada de futuro” (1955)

X G A B R I E L C E L A Y A

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,fieramente existiendo, ciegamente afirmado,como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frentelos vertiginosos ojos claros de la muerte,se dicen las verdades:las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemasque ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,piden ser, piden ritmo,piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,con el rayo del prodigio,como mágica evidencia,lo real se nos convierte en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesariacomo el pan de cada día,como el aire que exigimos trece veces por minuto,para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejandecir que somos quien somos,nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujocultural por los neutralesque, lavándose las manos, se desentienden y evaden.Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta man-charse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufreny canto respirando.Canto, y canto, y cantando más allá de mis penaspersonales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,y calculo por eso con técnica qué puedo.Me siento un ingeniero del verso y un obreroque trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramientaa la vez que latido de lo unánime y ciego.Tal es, arma cargada de futuro expansivocon que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada.No es un bello producto. No es un fruto perfecto.Es algo como el aire que todos respiramosy es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendocomo nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

“Sube a nacer conmigo, hermano” (1951) Canto XII del poema Alturas de Macchu Picchu

X P A B L O N E R U D A

Sube a nacer conmigo, hermano.

Dame la mano desde la profunda zona de tu dolor diseminado. No volverás del fondo de las rocas. No volverás del tiempo subterráneo. No volverá tu voz endurecida. No volverán tus ojos taladrados. Mírame desde el fondo de la tierra, labrador, tejedor, pastor callado:domador de guanacos tutelares:albañil del andamio desafiado:aguador de las lágrimas andinas:joyero de los dedos machacados:agricultor temblando en la semilla:alfarero en tu greda derramado:traed a la copa de esta nueva vida vuestros viejos dolores enterrados. Mostradme vuestra sangre y vuestro surco, decidme: aquí fui castigado, porque la joya no brilló o la tierra no entregó a tiempo la piedra o el grano:señaladme la piedra en que caísteis y la madera en que os crucificaron, encendedme los viejos pedernales, las viejas lámparas, los látigos pegados a través de los siglos en las llagas y las hachas de brillo ensangrentado. Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta.

A través de la tierra juntad todos los silenciosos labios derramadosy desde el fondo habladme toda esta larga noche como si yo estuviera con vosotros anclado, contadme todo, cadena a cadena, eslabón a eslabón, y paso a paso, afilad los cuchillos que guardasteis, ponedlos en mi pecho y en mi mano, como un río de rayos amarillos, como un río de tigres enterrados, y dejadme llorar, horas, días, años, edades ciegas, siglos estelares.

Dadme el silencio, el agua, la esperanza.

Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.

Apegadme los cuerpos como imanes.

Acudid a mis venas y a mi boca.

Hablad por mis palabras y mi sangre.

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Cuando la Directora irrumpió en el aula, la Profesora leía y dictaba. La mayoría tomaba apuntes. Yo me dormía. Claro que al entrar

así, con una prepotencia dirigencial, todos levantamos la vista. Incluso la Profesora, que se acomodó sus lentes de vieja y le dirigió una mirada atónita y servil. Inme-diatamente, la atmósfera se enrareció. Esta es una for-ma vacía de decir que algo se modificó de pronto (qui-zá nuestra disposición anímica, o nuestras esperanzas teóricas, por qué no) en cada uno de nosotros. En cada uno y en todos, como grupo. De hecho, podría decirse que hasta ese momento, no habíamos expresado ningu-na actitud grupal. Nunca, por ejemplo, nos habíamos juntado para hacer un trabajo práctico siquiera.

“Buenas noches”, dijo la Directora con autoridad. Y mu-cho oportunismo, ya que interrumpió el amenazante cre-cimiento, acaso, de un principio de consciencia de clase. (Al menos así me gusta reconstruir ese instante.) Lleva-ba un libro en la mano derecha. No Ferdydurke. No Las flores del Mal. No dio muchas vueltas. Primero comuni-có las medidas disciplinarias que recibirían aquellos que no cumplieran con las nuevas reglas. Luego, nos contó que había publicado su tesis de doctorado y se emocio-nó. La filosofía insistencial en el Martín Fierro. Creo. Lo cierto es que refiriéndose a ésta, habló un buen rato en contra de Sartre sin nombrarlo. Pero en un momento,

cuando todo hacía pensar que seguiría con las diatribas y panegíricos de siempre, abrió el libro y leyó un poema. Hubo de pronto un rumor, de movimientos, de alumnos que se acomodaban igual que yo. Después hubo silen-cio y también, una reacción espontánea y general: nos miramos. Lamento no recordar ahora sus versos fallidos aunque esmerados. Sólo recuerdo una palabra. Sólo una. ¿Su pecado estilístico? ¿Su error poético?

Hubo de pronto un rumor, de movimientos, de alumnos que se acomodaban igual que yo. Después hubo silencio y también, una reacción espontánea y general: nos miramos.

los hechos se obstinaran en regresar) hubo una reacción general. Pero más que mirarnos, esta vez nos reímos. ¿Será por eso que inesperadamente, dejó de leer y cerró el libro? ¿Por qué sino, ahora parecía un Bulldog aniña-do y rabioso? Puso cara de silencio previo, de persona que contiene un espasmo o algún tipo de convulsión in-terna. Todos esperamos atentos. Luego, empezó:

-Acá no se viene a aprender a escribir; el texto literario es un objeto de análisis y nada más…

Fue largo el discurso. Una especie de vómito lingüísti-co, que postulaba la muerte del autor y en consecuen-cia, del texto. Entonces no pude no pensar el colmo de un proyecto semejante. Y llegué a ver la disección del cuerpo de una obra; vi Rayuela descuartizado por fo-nemas y grafemas; vi El Aleph, Cicatrices, Los Pichicie-gos, también descuartizados y convertidos en nada. Vi todo el corpus literario finalmente, de acá y de allá, en manos de un grupo de Lingüistas y Directores de Uni-versidades, que se preparaba con avidez de vampiros, con frialdad de médicos forenses, para realizarle una autopsia definitiva y total. ¿Exceso de imaginación? Por algo nos reímos de su poema. No yo, sino todos, en grupo. Por algo, cuando la Directora irrumpió en el aula, esa noche, no sólo yo sino varios, decidimos abandonar para siempre la carrera de Letras.

“Espeto”, se oyó de pronto. Con voz impostada y una ac-titud de poeta convencida, la Directora leyó la palabra ‘espeto’. Nuevamente levantamos la vista. Lo mismo le pasó a la Profesora. Supongo que por la disonancia de lo gaucho con lo gauchesco. Supongo. Y de vuelta (como si

x Diego Ayuste

Desilusión

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SITUACIÓNC U A D R O

DE

x Matías Ayerza

La expectativa era muy grande. Se había corrido el rumor en el barrio y ahora éramos siete en el almacén, incluidos mamá, la abuela, Gabi y tres vecinas. Papá había prometido que volvería de la ciudad a las cinco, pero eran y media y seguíamos esperando. La abuela preparaba unos sándwiches con pan casero para que el hambre no jugara en contra y mamá pretendía calmar sus nervios atendiendo el mostrador, aunque nadie viniera a comprar. Gabi mataba moscas y barría, y de vez en cuando recibía alguna orden sin sentido de mamá, que no sabía qué hacer para no pensar. La ansiedad les ganaba.

-¡Si ya lo hice, mamá!-No me discutas, Gabriela –decía ella, pasando el

trapo sobre el mostrador una y otra vez, con la mirada clavada en una mancha de grasa que no salía.

La noche anterior mamá y papá habían discutido mucho. Pocas veces escuché a papá gritar. Otra que recuerdo fue cuando Gabi se puso a jugar con los cuchillos del almacén. Nunca más volvió a hacerlo después de ese reto. Pero la noche anterior había sido distinto. Papá había estado como a la defensiva. Las palabras no le salían con facilidad ante los constantes reproches de mamá, que parecía convencida de que algo no estaba bien. Después se calmaron, pero esa mañana casi no hubo diálogo en el desayuno. Al menos no entre ellos dos, porque papá había encontrado complicidad en Gabi, que estaba muy entusiasmada y le hacía muchas preguntas.

-¿Grande como qué? Como… ¿esta mesa?

-¡Más grande todavía! –respondía Papá.-¿¿Más grande?? Como… ¿La nariz de la abuela? -¡Gabriela! –la retó mamá mientras ella y papá

cruzaban sonrisas. -Ya lo vas a ver. Tené paciencia… Las vecinas fueron las primeras en irse. Saludaron

a mamá y la felicitaron por adelantado, pero le reconocieron que ya no podían esperar más, que tenían que volver a sus casas porque se hacía tarde y había que preparar la comida. Mamá agradeció, animándose a una sonrisa. Las vi alejarse juntas por el camino de tierra, conversando entre ellas, negando con ademanes y diciendo cosas que habrían evitado en frente de mamá. ¿Era compasión? ¿Un sentimiento genuino de amistad? Por algo no quisieron mostrarle la realidad. O su realidad, que era la del pueblo, diferente de la visión que papá tenía de las cosas.

La abuela ya estaba con el mate sentada en la mesa de la entrada, atraída por las nubes que comenzaban a pintarse de naranja sobre el horizonte. Era la mesa que los viernes servía de anfitriona para los amigos de papá y sus interminables partidos de truco.

Le pedí permiso a mamá para usar la pelota. La buscó en el armario y me ordenó que no me fuera lejos ni me acercara a la ruta. Así que me quedé pateando contra el paredón principal del almacén, por dos motivos: uno, me gustaba apuntarles a las letras pintadas y sumar puntos. Si le embocaba al agujero de la “O”, sumaba cien, y cincuenta por pegarles a la “D” y la “N” de los costados. Las de menor valor eran

las de abajo, y “almacén” ni contaba. El otro motivo es que me gustaba jugar a la pelota en frente de la abuela, a pesar de que ella casi ni me viera. Sólo una vez me felicitó por matarla de pecho después de un rebote en el paredón. “¡Maradonita!”, me dijo.

Los primeros minutos sumé más de 500 puntos, pero con la falta de luz y el cansancio acumulado, me estanqué en un par de cientos más. Mamá me pidió que dejara de patear para no despertar a la abuela, que se había quedado dormida en la silla.

-¿Y papá? –le pregunté. Sin escucharme, cruzó la calle para dejar la bolsa de basura en el canasto y volvió a entrar al almacén. Me senté en el cordón y esperé.

Las luces altas de la camioneta anunciaron su llegada a varias cuadras por el camino de tierra. A lo lejos supe que era papá porque se veía un bulto sobrepasando el techo. Grité para dar la noticia y toda la familia se acercó a recibirlo.

Nunca imaginé que la instalación implicaría el borrón del viejo paredón a donde yo pateaba la pelota. La novedad me la contó papá mientras apreciaba el letrero desde la calle, conmigo sentado sobre sus hombros y Gabi apoyándose en sus largas piernas. Era probable que hubiera esperado hasta la noche así podríamos apreciar el espectáculo luminoso que ofrecía el cartel, llamativo por su tamaño y sus luces de neón. Por lo demás, seguía diciendo lo mismo: “Almacén Don Lisandro. Carne. Pollo. Pan casero”.

E L L E T R E R O

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Y P O RC IÓ N DE M U Z Z AI N EI N ECC

x Alejandro Turano

La lluvia. Para algunos es una excusa para ver una película en casa, para otros es un día perfecto para ir al cine y que el rodar del celuloide seque las pren-

das húmedas, o bien consiga cargar miradas con lágrimas que algunos contienen y otros dejan deslizar por sus meji-llas. La lluvia son gotas de agua, y junto a los relámpagos y los truenos forman una tormenta. Nos movemos de lo particular a lo general. De las letras a la poesía, pasando por el verso o el párrafo. Entonces, podríamos afirmar que el cine es narración, es lenguaje. Lo he escuchado a José Pablo Feinmann, filósofo y guionista argentino, afirmar que una película puede contener centenares de libros. Pero, ¿dónde están las letras en una película? El plano cinematográfico cumpliría esta idea de unidad mínima.

Vayamos al caso de La guerra de los mundos (2005), di-rigida por el mismo creador del famoso extraterrestre de índice incandescente y sanador, el señor Steven Spielberg. Por más que no sea una buena película, probablemente por el tema recurrente de “la invasión” a lo largo de las últimas tres décadas, nos invita a degustar cada plano. La narración de la primera secuencia está escrita en caligrafía de autor por un tipo que sabe cómo filmar, que demuestra dominar el lenguaje, que sabe cómo narrar con imágenes.

Los primeros títulos de la película se presentan sobre unas cintas que se desenvuelven orgánicas (1), como la vida en una sustancia acuosa. El punto de vista se mueve hacia afuera revelando lo que parece un organismo unicelu-

lar (2), continúa alejándose mostrando una multitud de estos organismos (3), un aglomerado vivo (4). Saliendo aún más hacia afuera, notamos que estábamos dentro de una gota de agua que reposa sobre una hoja verde (5). En ella se refleja el cielo, formando continentes, y ahora la gota se convierte en el planeta Tierra (6). Estas imágenes producen una cadena de sentido que va de las primeras células al planeta Tierra pasando por el agua como medio habilitante de la existencia de lo vivo. De lo microscópico pasamos al espacio galáctico, la inmensidad (7). Luego, la tierra, en su existencia no metafórica junto a las estrellas, se tiñe de rojo y ahora es semáforo (8, 9 y 10). Rojo, y no verde ni amarillo, como previendo una alerta roja en la ciudad. Nos marca dónde específicamente impactará la

invasión: en las calles, volarán autos por los aires. Por últi-mo, las avenidas dibujan una cruz, la mirada divina desde el cielo es la mirada extraterrestre (11), que va a provocar La guerra de los mundos (12).

Este ejemplo da la impresión de desbordar la categoría de letra y ser frase, son símbolos que elige el director enca-denándolos. La película es texto y cada director entonces posee un estilo de escritura. Algunos lo buscan toda la vida sin encontrarlo. En cambio, la poética de Wes Ander-son es profundamente original y delicada. La puesta esce-notécnica, o sea la manera en que utiliza y crea los deco-rados, transmiten la idea de poder espiar lo que ocurre en todos los ambientes a la vez: de una casa en el caso de Los excéntricos Tenenbaums, de un tren en Viaje a Darjeeling o de un barco en Vida acuática. Sus planos desbordan de información, las paletas de colores que elige, el vestuario, los personajes y los objetos que los rodean constituyendo sus personalidades son los adjetivos en su poesía.

Con la misma mágica frescura que en un cuento infantil, Wes Anderson suele comenzar sus películas narrando la cotidianeidad de sus personajes con un narrador o inclu-

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so dos en el caso de su última película Moonrise Kingdom: Un reino bajo la luna (2013). La joven Suzy comienza narrando la historia de su familia con quien vive en una isla y luego continúa la narración un peculiar lugareño de gorro verde y saco rojo (13), representando la mirada del pueblo sobre la isla y las familias.

En Los excéntricos Tenenbaums el género literario se hace aún más explícito. Comienza con alguien que alquila un libro titulado como la película. Es explícito, Anderson nos está diciendo que sus películas buscan ser tan densas como un libro, cargadas de detalles. Estos narradores sue-len presentar cada personaje que participará en la película uno por uno caracterizándolos fuertemente con sustanti-vos (objetos y espacios propios) y adjetivos (forma, color, vestuario, fetiches, música).

Edward Norton, parte del magnífico elenco que Ander-son suele repetir en sus películas, afirma que gracias a su particular estilo, con sólo ver un minuto de sus películas se puede reconocer quién es el director. Algo parecido sucede con unas cuantas líneas de Cortázar o Don Qui-jote de Cervantes. Wes Anderson nos propone películas

tan densas como un centenar de libros. Basta con pausar cualquiera de sus películas cuando está presentando a al-gún personaje y disfrutar de billones de letras. Observar todos los objetos que decide poner en escena, lo formal, la fotografía de gran angular para poder mostrar más… Muchas, concretas y claras decisiones que, encadenadas, producen sentido con estilo. Ahí está su caligrafía y en el devenir, su poesía. Les aseguro que cualquiera de sus obras les provocará una fresca sensación de colorida fe-licidad en un día de lluvia.

TODO LO QUE USTED SIEMPRE QUISO SABER SOBRE EL CINE PERO NO SE ATREVIÓ A COMER, POR EL RUIDO.

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Chiflete x Juan Nadalino

Copitas x Paio

fb: niño antena

paiozuloaga.com.ar / fb: cadadiaunacopitaxpaio / tw: @xpaio

L E T R A S . . . C O N H U M O R

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¡ L U Z , C Á M A R A , R E V O L U C I Ó N !

M O V I M I E N T O A C C I Ó N P O É T I C A

Hace aproximadamente quince años, el mexicano Armando Alanis Pulido fundó el Movimiento Acción Poética, una inicia-tiva que acaba de desembarcar en la Ar-gentina con el objetivo de seguir pintando las paredes del mundo con textos poéticos. No se trata de ensuciar la ciudad, sino de revalorizar las tapias del barrio como un espacio de expresión “desde, para y con los vecinos”. Además, el Movimiento brinda talleres de poesía para adolescentes en es-cuelas de la provincia de Tucumán: “Los chicos no lo viven como una tarea, porque no nace de ‘arriba’, sino de abajo, de sus intereses”, explica Fernando Ríos Kissner, gestor cultural y coordinador de Acción Poética en el país.

W H A T S A P P P O R S I R I 2La flamante película Her (2014) dirigi-

da por Spike Jonze, nos presenta un futuro cercano en el que desaparecen los teclados. Todos los smartphones y computadoras se comandan por voz. Los sistemas opera-tivos hablan y aprenden. Scarlett Johans-son interpreta una dulce y simpática voz que entabla una relación con Theodore (Joaquin Phoenix). Un reemplazo de las letras por el audio, la añoranza de es-cuchar, hablar y tipear menos.

Alfabetos, flora y fauna es un pequeño libro visual de alfabetos, editado por la calígrafa Silvia Cordero Vega. Caligráficos, tipográficos, híbridos y experimentales, se pueden ver los trabajos de sus invitados especiales John Stevens, Yves Leterme, Christopher Haanes, Ricardo Rousselot, Laura Varsky, Guillermo Vizzari & Yanina Arabena, así como muchos más de la pro-pia autora.

Información técnica: 32 páginas de 16,8 x 24 cm impresos a todo color, recubierto por una pequeña faja de color que lo iden-tifica y lo une a su Colección visual de ca-ligrafía.

Para consultas y venta exclusiva: [email protected]@gmail.comhttp://www.silviacorderovega.com/

C H I N E A S YW W W . C H I N E A S Y . O R G

El idioma chino es considerado desde hace tiempo como el más difícil de apren-der. Su enorme cantidad de caracteres y su compleja pronunciación hacen que este lenguaje sea una de las principales barre-ras entre Oriente y Occidente.

ShaoLan Hsueh, nacida en Taiwán, formó su familia en Inglaterra y al in-tentar enseñarles a sus hijos su idioma natal, experimentó que la tarea era prác-ticamente imposible. Así fue como se propuso encontrar la forma de que sus hijos pudieran aprender chino de la manera más sencilla posible. Y luego de algunos años de trabajo, desarrolló un método al que denominó Chineasy (un juego de palabras entre Chinese -chino, en inglés- y easy -fácil-). Se trata de un sistema visual que transforma caracteres chinos en sencillas ilustraciones que dan cuenta de su significado y resultan fáciles de recordar.

Su creadora asegura que, una vez asimi-lados unos pocos caracteres, gradualmente pueden construirse más combinaciones y frases como para comprender la literatura

Así como la poesía, de la mano de Juan Gelman, tuvo un compromiso político social en la década del ’60, el lenguaje cinematográfico en Argentina también se unió a este fenómeno. Fernando “Pino” Solanas y Octavio Getino fundaron el Grupo Cine y Liberación con el fin de movilizar al espectador mediante pelícu-las de carácter revolucionario. Así, uti-lizaron el lenguaje cinematográfico para unirse al reclamo de resistencia al neoco-lonialismo y a la violencia en el país y en América Latina. Su película referente es La hora de los hornos (1966-1968).

básica y, en gran medida, la cultura orien-tal en general. Así es como, siguiendo su metodología, empezamos a descubrir, por ejemplo, que para el chino, la yuxtaposición de dos caracteres que significan "mujer" representa "conflicto". O que "persona" dentro de "boca" quiere decir "prisionero".

ShaoLan se valió de plataformas de crowdfunding para lograr confeccionar un libro que compila todos los ejemp-los y ejercicios del sistema Chineasy. Su presentación está programada para este 11 de marzo en la ciudad de Brooklyn, Nueva York.

A L F A B E T O S , F L O R A Y F A U N AEl tema de nuestro próximo número es “Placer”. Te invitamos a que nos mandes tus comentarios, sugerencias, expectativas a nuestro e-mail: [email protected] o a nuestro facebook: www.facebook.com/babelnosellevo.

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Si me terminaste de leer por favor ¡no me tires! ¡No me aplastes en esa enorme pila de diarios! Regalame a un amigo o pariente o simplemente dejame sobre la mesa del bar para que mi ciclo de vida continúe en las manos de mi próximo lector. ¡Él y yo te lo agradecemos!

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