lorenzo luango hurtado

LORENZO LUANGO HURTADO ALCALDIA DE SAN JOSE DEL GUAVIARE

Fortalecimiento del Centro de Memoria

con las historias de vida de los pioneros

de la Colonización

Lorenzo Luango Hurtado Fundadores de San José del Guaviare

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Lorenzo Luango Hurtado, docente, dirigente sindical, llega al Guaviare

procedente de Andagoya Chocó, en 1977. Se vincula como docente a la

escuela rural mixta Las Pavas, escuela rural mixta Los Cámbulos, y la

Concentración de Desarrollo Rural CDR.

Es pionero en la consolidación del sindicato de docentes del Guaviare, y

de la constitución de cooperativas como CODEC, igualmente bajo su

liderazgo se promovió el desarrollo deportivo del Departamento siendo

fundador del torneo de veteranos de futbol.

RELATO DEL SEÑOR LORENZO LUANGO HURTADO

Soy Lorenzo Luango Hurtado, vine al Guaviare desde el Departamento del

Choco de un pueblo que se llama Andagoya, llegue al Guaviare el 8 de

agosto de 1977, San José del Guaviare en esa época un pueblo bien

organizado, construido con avenidas, y tenía como unos seis barrios, luego

fue creciendo hacia el sur y hacia el oriente.

Yo me vinculé al Guaviare a través de un amigo, Célimo Córdoba,

condiscípulo, que ya estaba acá, y pues es muy motivante cuando uno esta

joven el querer incursionar en otros territorios lejos del de uno, y aquí se

necesitaba la presencia de docentes calificados.

Para esa época, había con migo 5 compañeros afro como docentes, Elicio

Rodríguez, Célimo Córdoba, su hermano Nicomedes mena Renfijo, y el


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compañero Elimelec Murillo. En agosto de 1977 yo inicio mi labor docente

en la escuela Alto las Pavas, más allá de la Libertad.

Yo llegué a hacer una licencia allá, era una escuela pequeña, como con

quince alumnos, en esa época llegamos por tierra, una carretera muy

buena, para ese tiempo ya estaba constituida la cooperativa de trasportes

del Guaviare, tenían oficinas ahí donde ahora es el Wimpi.

Esta empresa usaba camperos marca Williz, Waz, y algunos Toyota. Era

muy bien organizada, tenía un cuadro de horario y eran muy estrictos, a la

hora exacta que estaba el horario a esa hora salían los vehículos hacia los

diferentes destinos.

Recuerdo que para Calamar, yo trabajaba por esos lados, salía un vehículo

cada hora, llevando pasajeros hacia El Retorno, La Libertad y Calamar. Y

eran muy precisos en el horario.

No había hacinamiento, la carretera en esa época estaba muy buena, en

invierno y en verano, el sistema funcionaba muy bien.

Muchos compañeros nuestros en el Choco vinieron al Guaviare, aquí no

habían docentes, y allá no había trabajo, hay un nutrido grupo de

compañeros de mi departamento en el Servicio Docente del Guaviare. Esta

no era una plaza competida, por lo lejos, a nosotros la Secretaria de

Educación nos recomendaba que trajéramos compañeros.


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Yo traje a mi hermano Cleofás, otros compañeros también trajeron amigos

y familiares, existía el boom de que en el Llano había trabajo y mucha

gente se vino por su cuenta, y no solo para Guaviare, para Arauca, Meta y

Casanare.

Nuestros compañeros de Chocho, hacían el viaje por tierra desde Choco a

Villavicencio, y en Villavicencio se tomaba el transporte aéreo. En esa

época, hasta el 80 porque no había carretera.

Cuando yo oí del Guaviare, era comisaria, solo se decía, que era difícil el

trasporte, que había mucho pescado y había mucho guío, asustando pues

la gente, esto era pertenecía al Vaupés. Se escuchaba poco de San José del

Guaviare.

Mucho de eso era mito, en las lagunas se ve el Guio, pero como pintaban

la cosa se decía que eran enjambres, pescado si había mucho. Incluso se

decía que por el rio, abundaba el Guio.

Y ese era uno de los motivos para que la gente viajara en avión desde

Villavicencio. La otra vía era por carretera hasta puerto Lleras, y de ahí por

río hasta San José, este tramo por rio la gente le tenía miedo.

Yo llegue solo, aquí forme mi familia, a mi llegada al Guaviare la calidad

de la educación era un poco baja, pues había mucho docente, pero no

tenían formación docente, eran bachilleres, había poco normalista, cuando


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llegamos nosotros la educación apenas estaba en ciernes, empezando a

cualificarse.

Nosotros iniciamos como normalistas, como la mayoría de los docentes

eran bachilleres académicos, vino una universidad de Villavicencio, la y

María Auxiliadora de Cundinamarca y capacitaron los docentes, vinieron

aquí a capacitar a los docentes.

Nuestra llegada acá se da por eventos al azar que pasaron, en mi caso, un

supervisor que había acá, que se llamaba Efraín Torres, se encontró en

Villavicencio con un profesor mío, Murillo, que era de la normal, rector de

la normal de Villavicencio, entonces le manifestó la inquietud que acá

faltaban docentes normalistas, y docentes de todas las áreas.

Y ese profesor de Villavicencio, Murillo, el Llamó a una pariente que tiene

en Quibdó y ella regó la voz, y ahí vinieron como diez muchachos para acá,

diez compañeros normalistas. Unos se devolvieron de Villavo por lo lejos,

y otros se vinieron hasta acá.

En el alto de las pavas Vivian unas familias, la mayoría de ellos

provenientes de Boyacá, habían dos de Cundinamarca y una valluna,

habían cuatro o cinco fincas alrededor de la escuela, y de esas familias

salían los estudiantes.


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Allá Vivian de la agricultura, la ganadería, para esa época iniciaban los

cultivos de marihuana pero a las orillas de los ríos, por ese sector la

actividad era la agricultura y la ganadería.

Con el tiempo fueron creciendo y se fueron saliendo de allí, la gente

usualmente llegaba a las capitales, San José, Calamar, el Retorno, y en esa

época todo dependía de aquí de San José del Guaviare.

La caja agraria, todas las instituciones, el comercio, los servicios, ya con el

tiempo se fueron creando bodegas y poblaciones rio abajo rio arriba, todo

dependía de San José del Guaviare.

Yo estuve dos meses en las pavas y de allí me fui para la escuela rural de

la vereda Vuelta de los Cámbulos, donde está la laguna hoy día, ahí estuve

hasta 1980. Rio abajo.

Los cámbulos era una vereda a la orilla del rio, a un trayecto en canoa de

unas tres horas rio abajo, era una vereda con sus finquitas, sus ranchos y

casas, ya eran casitas bien hechas, cerca al rio, y el medio de trasporte es

una canoa, una chapa decimos en mi tierra, ese era el medio para ir de un

lugar a otro.

El sitio se llamaba la vuelta de los cámbulos, el rio hoy estrangulo ese

meandro, y quedo una laguna, lugar muy visitado donde la gente practica

pesca artesanal. Esa vuelta en canoa era más de una hora y en lancha

rápida era como treinta minutos.


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Ocurrió que en tiempo de invierno, con el rio inundado, la gente hizo una

especie de camino, y las canoas seguían el derechazo, pero a falta de los

arboles el rio empezó a socavar un canal, y luego de varios años cambio

su curso por ahí, quedando una extensa laguna, la que hoy se conoce como

laguna de los cámbulos.

El trasporte en canoa, no era una línea fija, cuando se escuchaba el motor,

la gente salía a la orilla del rio con un trapo, generalmente una bayetilla

roja y le hacía señales al maquinista, hasta que este cambiaba el curso y se

dirigía al punto donde estaba el pasajero, y ahí lo recogía.

Había dos líneas de trasporte fluvial, una de un señor José Solo de

Mapiripán, y don Miguel Lozano de los Cámbulos. Otras ya venían desde

Mocuare, Puerto Alvira, con destino a San José y viceversa.

Estas canoas cuando llevaban cupo, hacían el pare y recogían la gente, y

si no pues seguían de largo.

Ya con el tiempo, cuando el señor Aníbal Torres monto el negocio de venta

de motores fuera de borda, ya todos los finqueros tenían sus canoas, y pues

los botes de línea no se usaban tanto por los finqueros.

En esa época tenia buen calado el rio y bajaban lanchas, recuerdo la Tigra

del Señor Arciniegas, estas lanchas eran tiendas ambulantes, llevaban la


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remeza y algunas herramientas que necesitaban los finqueros, y

compraban pescado seco.

La tigra hacia escala en los cámbulos, y con don Julio Arciniegas nos

echábamos los partiditos de futbol, él en ese entonces era muy buen

jugador de Futbol.

En esas fincas cosechaban maíz, plátano, arroz, y todos estos productos los

sacaban a San José y los vendían. Un señor que le llamaban “Paciente” era

el que tenía los cultivos más grandes de maíz, y sacaba mucho maíz. El

sacaba el maíz en lanchas y botes.

En esa época tuve como alumnos que a los Agudelo, uno es profesor en la

CDR, Hernán Agudelo, y los hermanos, Jairo, Henry, y Oscar. Henry estaba

muy pequeñito y yo funde un kínder allá para darle cabida, tenía como

cinco años.

La familia Cundumí, había también gente de Santander, en ese sector la

gente vivía de la agricultura, la pesca, y por esa época iniciaron a cultivar

marihuana.

La familia Cundumí, unos provenían del Cauca, y de Tumaco, Afros ellos,

eran una familia muy unida, muy buenas personas, eran dos familias, dos

hermanos casados con dos hermanas, Domingo Cundumí y Alejandro

Cundumí, sus esposas Ana y Erba Orobio.


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Ellos se dedicaban a la agricultura y la pesca como todos en esa vereda.

Especialmente a la agricultura, a la siembra de maíz y plátano.

En la vereda estaba la señora Rosa viuda de Guzmán. Don Gregorio

procedente del Santander. Estaba recién fundado Don Laureano, que

después esa finca la compro don José Agudelo.

La escuela estaba en el terreno de Don Aristóbulo, quien ya murió,

recuerdo también a un señor Miguel Lozano, esas eran las familias de la

vereda los Cámbulos, otros nombres no los recuerdo ahora.

Estuve ahí del 77 al 80. El trasporte para esa vereda era en canoas, no había

para ese entonces voladora, solo botes. No había vías terrestres.

En 1976 llegaron dos paisanos, que no están acá ya, uno se llamaba Juan

Lemus y el otro se llamaba Luis Herbaldo Rentería hermano de Carlota,

ellos estaban acá cuando yo llegue, en el 77 en enero llegaron Enelicios,

Célimo y Nicomedes. Y con Gregorio Tovar y Napoleón Ríos llegamos en

agosto de 1977.

Luego de todos estos años, ya muchos de nuestros alumnos, son

profesionales, y muchos están en cargos en las instituciones o en los

colegios. Muchos exalumnos ahora profesionales vienen regresan al

territorio pero no les dan opción de trabajo y se van de nuevo.


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Hay mucho profesional en derecho e ingenierías. Eso para nosotros es un

parte de satisfacción por que supimos motivarlos para que estudiaran y

lograran sus metas profesionales.

Cuando llegamos acá, la institución que regía los asuntos educativos era el

Fondo Educativo Regional de la comisaria del Vaupés. Para los pagos

venían desde Mitú a pagarnos acá a San José, un señor Hernán Torres, nos

reunían en el comedor o en las cantinas y le pagaban a uno en efectivo.

Al principio, iniciaban a pagar en marzo, pero luego pusieron oficina en

San José del Guaviare y pagaban cumplidamente. Cuando el Guaviare fue

comisaria se montaron oficinas del FER y de otras instituciones.

Las bonanzas de la marihuana y coca solo dejan pobreza, ningún progreso,

viudas, prostitución, problemas, carestía, nosotros motivamos los

muchachos para que no se metieran en eso, que eso era ilegal, pasajero,

un espejismo, pero nos ganábamos de enemigos a algunas personas que

estaban metidos en el mundo de los cultivos ilícitos.

Generalmente nadie se metía con los maestros, agradecían que uno

estuviera allí, nosotros sufríamos la escasez y la carestía, solo en casos

aislados la violencia, al entorno donde trabajábamos si había mucha

violencia, pero en la mayoría de los casos se respetaba a los maestros.

Pues los docentes por vocación siempre hemos defendido la educación

pública, los hijos de nosotros, el pueblo solo tiene acceso a la educación


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pública, antes de cualquier reivindicación salarial luchamos es por la

educación pública, que no se privatice, siempre el magisterio del

Guaviare, el sindicalismo ha luchado es por la educación pública.

Cuando yo llegue acá, había un sindicato de educadores, se llama

ASODEVA, Asociación de Maestros del Vaupés, era un sindicato que

trabajaba por emoción y por la misma necesidad, estar unidos por los

derechos de los docentes.

Pero luego en el 79 con la llegada de un compañero Reinaldo Arturo

Valencia Vélez, eso fue cuando en el 79 creamos la ADEG, Asociación de

Educadores del Guaviare, que entorno a eso hubo primero una

preparación sindical de toda la base sindical de esa época eran como

ochenta y pico de maestros.

Hicimos talleres de formación de los docentes, el error creo yo es que

trajeron gente de formación de izquierda, trajeron al Doctor Yaya, a Pedro

Nel Jiménez, compañeros de FECODE también vinieron acá.

Y de ahí formamos el sindicato y después vino la persecución que acabo

con la vida del compañero Reinaldo, Félix Bonilla tomo las riendas del

Sindicato, y trabajamos con Félix, el de presidente y yo de secretario,

como más de diez años al frente del sindicato.


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Siendo sindicalistas nos quitaron a Reinaldo y a Félix tocó sacarlo porque

lo iban a matar. Y por cuestiones políticas tal vez Noer y un pelado Fidel

que estuvo inmerso en problemas allá en la vereda donde trabajaba.

Otra persona que recuerdo es Luis Eduardo Yaya. Él era un sindicalista del

Meta, de FENALTRACE, Federación Nacional de Trabajadores del Estado.

Él vino y dicto seminarios sindicales acá, era un sindicalista muy destacado

del nivel nacional.

También vino acá el Doctor Pedro Nel Jiménez, un abogado muy prestante

quien también nos dictó talleres de sindicalismo acá en el Guaviare.

También vino gente de FECODE, recuerdo al compañero Orlando

Zambrano, y el compañero Héctor Fajardo Abril, ellos estuvieron aquí en

el Guaviare capacitándonos en temas sindicales.

Labor que se reconoce al sindicalismo como pioneros es lograr la unidad

docente en torno a la defensa de la educación pública y los derechos de

los docentes, logramos ratificar muchos aspectos positivos para la

educación del Guaviare y para los docentes y familiares.

Atención médica, cooperativas, como CODEG y un grupo de directivos

docentes la de FACREDIG, que hoy día son instituciones que prestan

servicios sociales a todo el departamento.


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El sindicato acá ha sido fuerte, ha tenido sus momentos, sus bajones, pero

siempre ha estado enfocado en la defensa de la educación pública y los

derechos de los docentes.

El sindicato se ha nutrido de los liderazgos de Reynaldo, Feliz, Ignacio

Andrade quien además fue concejal dos veces, Julio Arias, Jairo Duarte, el

finado Aníbal Valdés, Héctor Rodríguez, los hermanos Carvajal, Heliodoro

Pérez.

Nosotros aportamos al Guaviare, nuestras formas de organización, y

pasamos esas formas de organización a las comunidades, en el aspecto de

la agricultura también, con muchas formas o maneras de cultivo,

obviamente la educación y la cultura, porque es nuestro trabajo, y en la

parte deportiva, entrenamos la selección Guaviare para participar en

torneos nacionales.

El Guaviare nos dio la oportunidad de aprender de las otras culturas sin

perder nuestra identidad cultural, en esos eventos de festival de colonias,

mostramos nuestras chirimías y aprendemos de las otras manifestaciones

culturales, particularmente me gusta mucho la música llanera, después de

la salsa, el tango. Lo que no menos me gusta es el vallenato.

El muchacho que nace acá en el Guaviare, crece en la cultura ya del

Guaviare, ya ni les gusta la comida típica del Choco, solo lo del Guaviare.

El Guaviare es una mescla de todas las culturas del país, y los chicos nacen

en ese ambiente.


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Complete 37 años de servicio como docente del Guaviare, de la vereda de

las pavas, paso a la Vereda de los Cámbulos por el rio, y finalizo en la CDR

en la cabecera de San José.

Cuando Llegue la CDR era muy grande, y era una construcción tipo

Amazónica muy bonita, se hizo por un convenio con los Alemanes, y tenía

de todo. La han modificado para que se parezca a nuestro sistema de

construcciones escolares.

Tenía taller de carpintería, de sastrería, poco a poco lo fueron

desmantelando, pero la CDR ha sido un colegio muy grande, que después

se enfocó a la parte agropecuaria.

Cuando yo llegué estaba la profesora Blanca Novoa, otros llegan y se van,

ella es la más antigua.

De rectores recuerdo a Joaquín Rodríguez, Eliecer Quevedo, un paisano,

a Tirso no recuerdo el apellido, era un agrónomo, al profesor Luis Carlos

Ríos que es el que más ha estado allí, Henar Castro, Víctor Rivas, Rosalied,

Hernando cubillos, y el que está ahora, Antonio.

Los exalumnos tienen un papel importante en la vida del colegio, en el

consejo directivo tiene asiento un egresado de la CDR, quienes son los que

trazan las pautas y las normas del colegio, pero también los egresados del


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Colegio quienes han regresado acá como profesionales, desempeñan

muchos puestos en los municipios.

Para citar un ejemplo, el actual gobernador del Guaviare, El gobernador

anterior el finado Dagoberto Suarez, son egresados de la CDR, la

secretaria de Educación Municipal es egresada de la CDR, y como ellos

hay muchos cederianos que están ocupando cargos importantes aquí en el

Guaviare.

En estas 4 décadas en el Guaviare, se han visto cambios en los cascos

urbanos, en algunas administraciones más que en otras, se ve con

preocupación que hay periodos que se ve es atraso en el departamento, y

en el municipio.

Es un decir de la gente que los mismos hijos del departamento son los que

menos progreso han traído al Guaviare. Pienso que lo que ha faltado es

gestión, porque recursos siempre ha habido, y ahora con las regalías hay

más.

La gestión política no me ha gustado, no he estado directamente vinculado

a ella, ejerzo mi derecho al voto como ciudadano común y corriente, pero

no he ejercido en puestos políticos.

En el tema de credos y fe religiosa, yo soy católico, apostólico y Romano.

Pero igual como docente y formador respeto la libertad de credos y cultos.

A partir de la Constitución Política de 1991 por lo menos en el tema


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jurídico, ya todos tienen iguales derechos, y en el aula de clase uno no

puede obligar a un muchacho a que valla a misa, o que participe en

cualquier ceremonia religiosa.

En el tema de religioso, yo identifico algunos líderes que han hecho

importantes aportes al Departamento, Belarmino Correa y el Padre Luis

Grajales. El Padre Grajales vinculado a la CDR siempre inspiro a los

muchachos y a la comunidad educativa con sus mensajes y con el ejemplo.

Él ahora es un docente pensionado de la CDR. Él fue mi compañero en la

CDR por más de quince años. Él fue el capellán del Colegio. El siempre

dio un mensaje de unidad, de respeto, confraternidad, esos han sido los

mensajes en sus predicas, sus reuniones. Infundía en profesores y

estudiantes el respeto, la tolerancia, el amor.

La mayoría de los afrocolombianos en el Guaviare, están en el servicio

educativo, puede ser apariencia, porque este gremio es visible para la

sociedad, los demás sectores, el comercio, la agricultura, no son tan

visibles.

En el Servicio Educativo hay un nutrido número por las condiciones en que

se dio la vinculación al Guaviare, había oferta laboral en el área del

servicio educativo, y en nuestro departamento había mucho personal que

se formó como docente y no tenían trabajo, y se le midieron a este reto que

significa la distancia de la familia, y un entorno hostil, con muy poca

infraestructura.


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En estos treinta y cuatro años considero mis logros, mi labor sindical y la

reivindicación de los derechos de los docentes del Guaviare, la

Cooperativa CODEG fue mi proyecto y la fundé, hoy no soy miembro de

ella, pero si la funde en 1984.

Y en el campo deportivo, creé la categoría veteranos, cuando nadie creía

en eso, la creamos, también haber formado mucho futbolista, muchos

muchachos en escuelas de formación, algunos han llegado a profesionales

y han llegado muy lejos.

Para constituir la cooperativa CODEG vi la necesidad que había en el

Guaviare de integrarnos solidariamente.

Entonces yo tenía amigos en el Meta, inclusive que el papá de la que era

compañera mía, había sido fundador de CODEM del Meta, y charlando con

el yo le expresé mi inquietud.

En el Chocó también teníamos una cooperativa, él me animó y seguí

adelante con ese proyecto.

Estaba Hernando González Villamizar, que en paz descanse, de comisario,

y me dio la oportunidad de ir a capacitarme a Villavicencio, a Carmen de

Apicalá, a Barbosa Santander, eran eventos cooperativos, y vine y cree la

cooperativa acá. Con todo el apoyo de la administración del Doctor

González Villamizar.


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Los momentos más difíciles para el sindicalismo fueron en el 79 cuando

mataron a Reynaldo, y en el 85 al 87 cuando el surgimiento de la unión

patriótica, todo lo que fuera sindicalismo les olía a izquierda y lo iban

reprimiendo.

Así uno tuviera convicciones políticas de derecha, todo lo que fuera

sindicato recibía señalamientos.

A Feliz Bonilla y a mí nos detuvieron en Villavo y nos acusaban de ser de

la Guerrilla, nos tuvieron detenidos y reseñados. En la década de los 90

bajo un poco la presión. Esta presión duro como del 83 al 90.

Cuando se promulga la nueva Constitución, bajo un poco la presión.

En el 84 acá en San José encarcelaron como ciento y pico de maestros, en

el calabozo de la policía, por participar en una manifestación.

Estábamos haciendo la manifestación al frente de la comisaria, y el oficial

de turno llego preguntando quien era el jefe de la manifestación, les

dijimos todos somos jefes, y a todos nos metieron allá.

Nos metieron una noche, como al medio día nos metieron y salimos al otro

día, pero no nos amedrentamos, seguimos con nuestra lucha, en la

comunidad y manifestándonos.


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En una ocasión hubo un comisario, López Calle. Él mandó a detener a Félix

Bonilla porque era el presidente del sindicato.

A Feliz Bonilla como medida de presión lo sacaba de la CDR y lo mandaba

para Puerto Arturo, y Alirio Martínez quien era el director, lo castigaba y

lo mandaba a coger tiza, y mandaba de director a un muchacho que era su

amigo.

Nosotros como respuesta decretamos un paro. Estábamos llamando a

FECODE por ahí en Telecom, cuando llega un señor con pipa y sus dos

pistolas, “Aníbal, Lorenzo, venga”. Le dijimos “¿Quiubo doctor como

esta?”, “con que ustedes me hacen un paro, ¿por qué?”.

Le dijimos “si doctor, cuando se afecta nuestros derechos, lo único que

tenemos en defensa es un paro”, nos dijo, “ustedes que me hacen paro

mañana, y verán un liberal verraco reprimiendo”.

“Pues tendrá que reprimirnos doctor, porque vamos a hacer paro” y nos

hizo levantar el paro, mandaba cada ratico una patrulla de soldados a la

casa de Félix, nos llenaron de miedo, Félix le toco dormir en otra casa, y

nos tocó levantar el paro.

Yo no sentí miedo, pero la junta si se dejó amedrentar por el acoso Félix,

cada momentico una patrulla en su casa preguntándolo, y terminaron

desistiendo del Paro, y se levantó el Paro.


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Nosotros hemos participado en el Festival de Colonias de San José del

Guaviare. Nuestra cultura es alegre, pero ya no es solo nosotros, hay

colonias más alegres que la chocoana casi, en los festivales sale todo el

mundo a manifestar esa alegría.

Al principio acá en el Guaviare eran más apagados, y de pronto se

registraron eventos de que escuchamos la música a alto volumen, y

algunos compañeros les llega la policía por quejas de los vecinos, y les

hacen poner el volumen más moderado.

Nosotros tenemos la creencia que la música entre más volumen tenga,

mejor se escucha, pero yo sé bien que eso hace daño al oído, yo escucho

la música con un volumen moderado.

La integración con los demás grupos culturales en el Guaviare ha sido un

pequeño proceso, al principio no había tanta empatía, había más bien

mucho celo, pero los eventos como Yurupary y las Colonias han sido

espacios para mostrarnos e integrarnos, y ya todos somos la familia

Guaviare.

Las versiones preliminares de las colonias fueron mucho tipo de

festividades como ferias y fiestas, a partir del 79 empieza a adquirir el

formato del actual evento.

Los primeros eventos fueron en 1979, en esa época integramos la colonia

pacífica con la del Atlántico.


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Hubo unos espacios de ferias en el 77, trajeron la Nena Jiménez, en el 78

empezó a organizarse la gente por colonias, empezó formalmente en el 79,

y ya van como 25 eventos. En el 79 salieron como cinco o seis colonias, y

pues ese evento ya es institucional para San José del Guaviare.

El evento Festival de Colonias de 1979, nosotros nos organizamos como

colonia y participamos en este evento junto con la costa Atlántica, la

representación fue costa pacífica y costa Atlántica, las otras colonias

también sacaron sus representaciones culturales y gastronómicas en esta

fiesta.

En versiones posteriores del Festival de Colonias ya la costa pacífica y

Atlántica ya se vinculó a estas festividades cada una como colonias

diferentes.

Las muestras de comidas típicas, en estos eventos se sacaban para la

degustación, no con propósitos comerciales, era una feria de sabores, un

intercambio que muy orgullosos cada uno de las colonias quería mostrarle

al público en General.

Las fiestas eran una oportunidad para poner en contacto a los colonos con

sus regiones en el interior del país, pues para preparar estos platos se

requerían ingredientes que ellos les solicitaban a sus familiares, y las

comidas se preparaban aquí.


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Mi colonia costa pacífica, se traía el borojó, el queso, y demás ingredientes

y se preparaban aquí y se daba a degustar a la gente. Nosotros dimos a

conocer el borojó y con sorpresa y admiración vemos hoy que hay mucho

borojó aquí en el Guaviare.

El borojó además de un excelente sabor, tiene propiedades afrodisíacas y

medicinales, un producto que ha gustado, y los colonos campesinos lo

cultivan hoy día en sus parcelas.

Hubo un personaje, La Nona, reina de un festival del municipio, los nietos

de ella fueron alumnos míos en la CDR, era la candidata de los carniceros,

siempre fue muy amiga de ellos, el reinado lo ganaba la candidata que más

plata recaudara, ellos la eligieron y la hicieron ganar, también tenía

muchos amigos y fue la que más fondos recaudó.

En todo este tiempo Guaviare se ha constituido en un crisol para la

diversidad cultural, de todas partes de Colombia en algún momento en las

últimas cinco décadas, hubo gente en el Guaviare. Todos los municipios

comparten esa diversidad cultural, y es algo muy positivo para el colectivo

que habita este departamento.

Sus festividades son una celebración a esa diversidad, esta cercanía entre

diversas manifestaciones culturales nos ha enriquecido a todos. En San

José el festival de Colonias, en el Retorno el Garcero, en Calamar la Balsa

Dorada, en Miraflores el Dabucury, todos son encuentros que muestran la

importancia para nosotros de esa diversidad cultural.

La diversidad se expresa en la riqueza de la gastronomía local que

combina toda la gastronomía típica nacional, en nuestras festividades y

eventos se encuentran todos los platos representativos de todas las partes

de Colombia.


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La riqueza hídrica y de biodiversidad del Guaviare es única, hay muchas

variedades de pescado, y la ventaja frente a otras regiones del país es que

no está contaminado. En otras regiones del país los químicos del sistema

de abono de los procesos agrícolas se vierten en las aguas, y algunas

sustancias son nocivas para la salud humana, el Guaviare no tiene ese

riesgo.

La gente que viene del interior el sabor del pescado que más les impacta

es el del Dorado, y los bagres, hay pescados más sabrosos que esos, pero

eso es lo que la gente del interior les gusta.

Uno en el Guaviare tiene la oportunidad de ir donde un amigo del

Santander y departir con su familia un plato típico santandereano o de

Boyacá, y otro fin de semana ir donde otro amigo de otra región y disfrutar

sus platos típicos.

En lo personal me gusta mucho la bandeja paisa, el aguardiente del valle,

el néctar, el cristal, y lo local el pescado ahumado, el Chibe, es muy bueno,

a mí me gusta. Cuando vienen amigos de confianza y hemos estado de

tomata, al otro día les ofrezco Chive, es muy bueno para pasar el Guayabo.

lorenzo luango hurtado

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