los cuentos de la caja negra

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1 LOS CUENTOS DE LA CAJA NEGRA UNICO AUTOR CAMILA ANDREA CHÀVEZ CAZ7 PRIMER ACTO El INFIERNO ES UNO Le pregunto si conoce usted más infiernos que los que ha tocado en la tierra. HOY. Dos oscuridades, terror, helamiento de la sangre. El infierno del vampiro, el miedo social, paranoia. Creer que se está maldito. Temor de ver el rostro que se asoma en el espejo. VERGÜENZA. El poder de la mente puede ser una virtud o el demonio represor. OTRO INFIERNO. Horror, blancura en las encías, pérdida de color, miedo,

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LOS CUENTOS DE LA CAJA NEGRA

UNICO AUTOR CAMILA ANDREA CHÀVEZ

CAZ7

PRIMER ACTO El INFIERNO ES UNO Le pregunto si conoce usted más infiernos que los que ha tocado en la tierra. HOY. Dos oscuridades, terror, helamiento de la sangre. El infierno del vampiro, el miedo social, paranoia. Creer que se está maldito. Temor de ver el rostro que se asoma en el espejo. VERGÜENZA. El poder de la mente puede ser una virtud o el demonio represor. OTRO INFIERNO. Horror, blancura en las encías, pérdida de color, miedo,

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huesos que parecen a punto de romper la delicada carne, ser inmóvil, yaciente, sin fuerzas y valor para pronunciar palabra. Vacío en el pecho que deriva del amor, soledad y abandono. Inseguridad manifiesta. Impedimento para la vida, falta de voluntad y dolor al respirar. Vacío en el pecho. Delirio constante de estar vivo, incomodidad en la carne. Músculos que respiran con dolor y vértigo. Las energías se convierten en una masa oscura y mohosa. Gris e incómoda. Todo se hace duro, corrosible. Una mancha densa intranquila, recuerdo de lo que pudiera ser una estela de quietud en el espacio. Así me siento pero luego pasa. Por ahora voy a escribir todo tal cual es porque me parece mucho más sencillo.

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AMARILLO La oscuridad se manifiesta a través de los colores. Puede ser amarilla, amarillo básico, pálido, Otras veces es un amarillo primario más denso. Doloroso.

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LA LUNA La oscuridad no es una ¡Son todas a la vez! En este momento trato de ponerle un poco de contraste a esta oscuridad de cara amarilla. Muy mono, muy divertido. ¡El dolor! Quiero hablar del dolor. Todo está oscuro, tengo miedo de que llegue la noche como de que llegue el día. Cuando se está tan solo, realmente no tiene importancia. Los días a veces suceden uno tras otro sin mayores variaciones, sola. Sin humanos, me rodean las sombras. Suma de dolor viene del miedo. El miedo es quien realmente hace detestarlo todo y entonces la rabia. Ahora entiendo, es un espejismo de horror romántico, inseguridad y persecución, imposibilidad para responder preguntas o escuchar. Entero silencio. Una vela que se enciende.

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El reflejo del cristal en mis ojos. Las plumas que se mesen en el viento y una oración para no estar solo. NIÑA Se esconde dentro de un cajón. El espacio es en principio totalmente oscuro, hostil.

Piensa: ¡No hay manera en que pueda llegar a defenderme!

¡Los monstruos son gigantes! Los hay hombres de verga grande, manos aun más grandes, boca como la de un gran lobo. Su ego, Su poder. Las mujeres como hombres. Ella como hombre. Ella como estado. Y los oídos del gran hombre-monstruo de carne. Se encuentran por los aires. La diminuta voz de hilo frágil ¡No se escucha! Espacio negro.

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¿Cómo llegó a ese punto en un principio, a reducir su altura a la de una pequeña pulgarcita? Sin ánimo de ofender, pero una hormiguita tendría todas las posibilidades de sobrevivir de ese tamaño. ¿Pero ella? OSCURIDAD MENTAL TOTAL. Estar muerto. Cuando tu carne aún respira.

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A CAUSA DE LOS PLANETAS O DE DIOS A veces la gente se acerca, y la mira. Dicen palabras que no logra entender. Escucha un ruido que viene del fondo del cuarto oscuro. No entiende lo que dicen, no sabe dónde está, ni quiénes son los que hablan, ni por qué lo hacen. En medio de la oscuridad se distinguen unas pequeñas sombras más negras que el resto, se acercan a ella. Miedo y el terror. Dos elementos distintos de un mismo ser.

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LA NIÑA-MUJER Acaba de llegar su primera menstruación. 8 años ¡Dizque entrando en un nuevo universo! Que va… Ha abandonado su ser dentro de la caja negra.

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LA MUJER O EL SER SOCIAL Una mañana, todo amaneció degradado al elemento de pecado. El juego, la masturbación infantil libre y natural, y el instinto animal, se convirtieron en su maldición. Error. Separación. Abismo. Cuerpo enfermo. Un niño que siempre estuvo enfermo. El complejo y la vergüenza se instalan, toman poder de la raíz de todos los pensamientos. El bien y el mal, ilusión que deriva del concepto estado.

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EL ENEMIGO. LA VERGÜENZA Toma forma y construye sus más sólidos cimientos en mí. Me quieren regular sus leyes, delgados hilos atravesando mis órganos. Uno por uno son penetrados y atados entre sí. Aplacamiento del ser. Era evidente que no sólo me estaba sucediendo a mí ¡todos parecían estar dejando de ser! En este punto, ya había quienes habían completado su transformación de ángeles a humanos corrientes, vacíos, ¡llenos de sistema! Había otros más desafortunados que nunca se les había permitido ser. Desde su más tierna infancia, ya les habían extirpado la magia. Habían olvidado el propósito.

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La pureza del sexo, el amor, la empatía. Ya no existía libertad en el mundo, en cambio, crueldad y sometimiento. Seres encarcelados dentro de sí mismos. ¡Debemos ser correctos! Todo gira en torno a ser funcional, en un eslabón productivo dentro del sistema. ¡Secos, podridos, encadenados, encarcelados!

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FORMA Y PARTE Eslabones, cadenas de esclavos produciendo montañas de dinero. ¡CONSTRUIR, CONSTRUIR! ¡APILAR CONCRETO, apilar oro! Verse bien, vestirse bien. Tener la ropa más fina, ser el MEJOR embaucador, el mejor manipulador. Saludar a las personas, comportarse adecuadamente, ser correctamente afectuoso no hablar de cosas impulcras: pedos Y chichí. Menstruación Y cólicos. Diarreas y depresión. Dolor del alma, sueños eróticos, Y ASÍ. El control de la mirada al mejor estilo de la colonia.

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EL REY EN LA TIERRA, EL ENEMIGO, Y LAS HADAS DE LA MUERTE Dominación. Enajenación. Exceso de imágenes. Sexualización. Estandarización de la experiencia de lo erótico. Regulación del deseo y la necesidad sexual. Reggaetón, prepagos, siliconas, fiestas traquetas, prostitutas, violaciones, trata de blancas, asesinatos, droga, bazuco, perico, estrellas falsas de televisión, estrellas falsas de la música, estrellas falsas hasta de la pintura, vidas compradas, sexo comprado, mujeres compradas, belleza comprada, FANTASMAS. Retrato inmundo de un país carcomido por el demonio.

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Narcotráfico, autodefensas, paracos, uribistas, vallenateros, machistas. Los machitos, los machitos consumidores, los estafadores, duendes del dinero, esclavos del demonio, enemigos de dios y de la fe, farsantes, vendedores de placer, vendedores de identidad, mete humo, vende humo, herida y brecha social, estancamiento, lodo, MARGINACION MISERIA, BAZUCO, miedo, POBREZA marginación, aseo, pulcritud, hipocresía, mal del cuerpo cáncer, sometimiento, pecado, vergüenza, negocio, doble moral, cocaína, a todos nos gusta el perico,

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Q U É R I C O. ¡Satanas, ayyy Satanas, Satanas!!!! LA EXPULSION DE DIOS DEL PARAISO. LA CORRECCIÓN El verdadero demonio controla la mente y le dice al hombre todo aquello que no debe hacer, el demonio social se instala en la mente del ángel. El monstruo de la represión toma poder de la mente del niño. Pero pare un momento piense, ese es el tal demonio que encarna los valores del mal. Conocer el mal y disfrutar de la perversión como un acto de aceptación del demonio personal, libera al ángel del encantamiento malévolo.

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EVENTOS INESPERADOS Tenía 7 años, tal vez, cuando mi mama me contó o la escuché hablar con una vecina sobre lo que había pasado en el conjunto. “Habían encontrado el cuerpo de una niña de 10 años violada, degollada, cortada en pedacitos dentro del shut de basuras, al que yo solía ir. Al parecer el perro de alguien se untó de sangre ahí y luego de eso la vieron en unas bolsas de basura.” Una vez fuimos a la finca con unos primos y entonces se fue la luz, todos los que estábamos nos reunimos en la sala a echar historias, estaban hablando de las brujas, cuando empezaron a chiflar desde afuera, pero eran la tía, las primas y mi mama que habían traído la luz. Mi abuelita se murió cuando yo acababa de cumplir 10 años, se despidió de mi antes de irse y me hizo reír mucho. Yo había estado viviendo en una casa donde me daba miedo bañarme por las

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mañanas. Mi mamá sufría de depresión. Alguna vez me contaron que mi mamá había sido así porque mi abuelita le hacía brujería; eso fue cuando yo no había nacido. Pero sus episodios de histeria se extendieron aun después de de la muerte de mi abuelita. LAS PESADILLAS A veces tengo pesadillas, sueños en los que no soy yo la que está dentro de mi cuerpo, se siente como ser un pasajero del código genético. Yo creo que guardamos memorias terribles de nuestros predecesores, que en ellas está fijado el mal, el dolor. En mi familia ha habido mucho dolor, mucha violencia. Ahora que ya hemos superado eso, a todos nos da risa, pero la verdad es que ha costado mucho recuperarse de ciertas heridas del tiempo. Estoy segura que aquellos demonios atacan en las noches. Cuando viajé al amazonas, traje uno atrapasueños que puse encima de mi cama, jamás había usado uno pero me pareció bello y pertinente. Durante la primera semana no tuve pesadillas, dormí tranquila, sin miedo. Pero volvió a suceder una noche. Me entró la parálisis de sueño. Vi un ser rojo flaco con cuernos y una cara risueña distinta a la de los diablos que he conocido; el diablo que le gusta la

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fiesta pero que castiga a los que se exceden. Pero este diablo era distinto. Antes de que él apareciera soñé que estaba con otra persona y luego este ser lo traspasó hasta que se posó sobre mí, pasó un rato y luego la visión se fue. Cuando me desperté aun podía sentir un extraño, su peso sobre mi cuerpo y su calor. En aquella esquina pequeña y negra en que me escondía, el monstruo venía y se montaba sobre mí, jugando a no dejarme respirar. Me quitaba las fuerzas para vivir.

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EL DIABLO NO ES MI ENEMIGO La realidad es siempre acosada por el miedo, se descubre a si misma dejando de creer en él, porque de repente parece todo una mentira, algo ridículo, tal vez una manipulación absurda del sistema para sentirse avergonzado en todo momento e incapaz de creerse suficiente, encerrado, enjaulado a causa del diablo, miedo de ser incorrecto, termina siendo no quien se es sino el demonio verdadero aquel que se juzga, segrega y abusa. Ese enemigo de manos más grandes te señala ahora desde algún lugar y dice que eres una niña indecente. Pero que te quiere así, de rodillas y calladita. ¿Por qué?

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CÁNCER No sentí nunca que las clases sociales fueran un factor divisorio entre unos y otros, los de allá y los de acá, porque yo era mas de los de allá, pero a medida que iba creciendo mi futuro me iba separando de aquellos que eran mi gente, mis primos, los que vivían una realidad tan diferente de la mía y quizás la misma que vivió mi mama o quizás más dura, porque pues hay que ver que la ciudad ha crecido aun más. La pobreza está llena de miedo, es sucia y fea. Me he demorado tanto tiempo en llegar acá. La gente que sabe lo que sucede en la calle, en las noches, o en el día, los que viven en la pura maldad, como en el Sanber o la L, los que vivían en el Bronx, los del Santafé, los que conocen la diferencia y forman parte de la categoría de gente que sufre, se

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establece sobre la brecha social que permite y normaliza la miseria; porque en medio de la pobreza crecerán todos los males, los abusos; en medio de la suciedad y la podredumbre de espíritu, mente y cuerpo, crecerán el hambre y la ignorancia, crecerán las pestes. Es esa inmunda cadena que nos arrebata la libertad y el poder de la niñez, la confianza y la esperanza en el juego del porvenir.

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LA CALLE En cada esquina había un hombre babeante y ansioso deseando acercarse a mi mamá o a mí cuando salíamos a coger el bus o a caminar donde la vecina que vivía a 4 o 5 cuadras, y en mí había dos niñas: la que se defendía y la que se avergonzaba y se sentía disminuida y culpable a causa de las miradas o las palabras de alago. Sus sucias miradas…

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EL PARAISO Sucede que uno crece y pues el panorama no cambia mucho. Cambia el barrio, ya no eres tan niña, pero todos se encargan de recordarte continuamente tu inferioridad, porque ese mismo pervertido que se babeaba, ahora es el estado el que inconforme con haberte robado la conciencia, los años de la niñez y parte de tu adolescencia, lo que demoraste en darte cuenta de lo pervertido que debía ser este sistema. No saber responderte a ti mismo si acaso alguna vez fuimos libres en esta tierra, cual había sido el edén -el paraíso y no esta democracia infierno paternalista-. Porque el mismo hombre baboso, que es el que extrae nuestros petróleos, es el mismo hombre gordo y con poder del que sabemos pero nunca hemos visto su rostro, un demonio verdadero, un diablo que respira por encima de nosotros, un monstruo terrorífico que nos somete a

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todos pudriendo nuestros páramos, el mismo demonio que flagela la madre tierra, el hombre que somos todos. Parásitos de una misma colmena. Disculpa profunda con las abejas porque ellas son seres de Dios. ¿Cómo es que se espera que hable? ¿De qué se espera que hable O que mantenga las piernitas cerradas? No puedo usar la falda un poco más alta? ¿O un poco más baja? ¿O llevar pantalones? Por lo que parece le hemos estado sirviendo al Dios equivocado, digo, porque razón Dios quería hacernos trabajar todo el tiempo en pro de destruir la naturaleza y hacer la guerra, para violar mujeres y extraer RIQUEZAS. Esa nunca fue idea de Dios, no hemos podido compartir todos la tierra y en cambio la hemos puesto en venta, pero esos hemos sido los humanos. ¿Acaso Dios no nos entregó la tierra para nuestra libertad y amor? ¿Acaso fue entonces el verdadero mal aquel que instauró jerarquías entre nosotros y nos dividió, haciendo a unos más pobres y a otros más ricos? ¿Y de dónde se crearon esas almas primeras que luego habrían de

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reencarnar en el mal por los siglos, porque nunca supieron de bondad y perdón? ¿Acaso ha estado sirviéndole la humanidad a los dioses equivocados, a la guerra? Y SATANIZARON TODO A SU PASO Y TODO LO CONVIRTIERON EN PECADO.

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EL DIABLO -EL MINOTAURO- JESUS EN LA TIERRA VOLVEMOS SOBRE LA IDEA DEL DIABLO DEL MINOTAURO La cabeza del toro Los cuernos El fauno El sátiro La perversión La perversidad Lo dionisiaco La libertad Lo prohibido El devorador El ocio ¿Acaso no son estos los pensamientos de dios, lo que dios querría verdaderamente para nosotros? NUESTRA LIBERTAD, a cambio de saber usarla. Hay entonces una oscuridad que habita nuestra libertad, que no se atreve a existir a causa del pecado; pero creo

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que la libertad y el ser divino como el que habitaba en el paraíso es el mismo. De la mañana a la noche suceden muchas capas y un cambio. La vida es un arte, una vida llena de conocimiento es un arte, saber disfrutar de lo que se es, es un arte, forzarse a ser un hedonista, un evasor, es un arte. La soledad es el mayor arte, la entera soledad. La no influencia, la cumbre del aparente importaculismo, que en realidad es la muestra más pura de altruismo. Alguien debe luchar la experiencia de la vida, vivir las vidas prohibidas, juzgadas, envidiadas, dolidas, atravesadas de pena. Con todo, en la eterna lucha por el sueño y el placer, puedo renunciar al sexo. Finalmente fue el lugar al que me trajo la vida o me traje porque cumplir la mayor perversión de uno no es tan sencillo, serás juzgado y antes de ser juzgado por la sociedad vivirás juzgándote a ti mismo en silencio por la horrible sociedad que has construido en tu cabeza, lo más perverso, sobre todo. Pero el cielo, el cielo es otra cosa.

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El placer purificado, la libertad sin restricción, ser el pulpo que se penetra con todos sus brazos a la vez. MI AMIGO Mi amigo se esconde en las sombras. Su amiga la oscuridad viene todas las noches y lo acompaña. Muchos lo miran de reojo si camina dentro de una tienda, si camina con sus perritos en la calle, y eso era antes. A mi amigo lo han llamado demonio, y lo obligan a esconderse en la oscuridad de su casa, a besar las llamas de su infierno ¡SOLO! ¡Porque todos lo señalan, pero nadie lo ve! Mi amigo es flaco y para muchos representa una pesadilla. Se mira al espejo con sus ojos de diablo y llora en silencio. Mi amigo me llama por las noches y yo no soy capaz de contestarle el teléfono porque yo también contraje el mal del miedo. Se ve algo como un cuerpo. Nos encontramos en la más profunda oscuridad,

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con los ojos repletos de negro. Me mira como un animal asustado, ¡Como un perro! Y yo no puedo sino tomar su mano y hundirme en lo negro. Porque no puede ser que esa oscuridad sea su única amiga. Mi amigo se mira en el espejo muy poco, tiene miedo de encontrar en él un reflejo que no es el suyo. ¡Cuántos años han pasado! Me digo, al sentir en mí aquel vacío que es el

alma. Al vacío, a la blancura, a la perfección de que no exista el pensamiento, de que nada sea capaz de ocultarse tras la sombra. Porque no existe más que una sola y única blancura. Mi amigo es el vacío y el dolor en la piel, la resequedad en la boca, el deseo de estar muerto. ¡Para qué vivir esta vida material! Por qué hacerlo, si existe el vacío, ¡el gran vacío del espíritu! Y todos te miran si te quedas quieto. No te quieren afuera,

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y adentro te piensan un inútil, por no tener algo mejor que hacer que filosofar o crear. O ser maestro. Maestros hay de muchos tipos. Aseguro que si escucharan a mi amigo, entenderían esta afirmación. Mi amigo es la antítesis. El cuerpo sin órganos. Es el pesa nervios de Antonin Artaud. Es la maldad. El demonio a los cegados ojos de la sociedad. A mi amigo le da vergüenza salir conmigo a la calle. Mi amigo sale siempre solo o con los perros, ellos lo cuidan. Ellos no tienen miedo de su cadavérica contextura, ellos conocen su verdadero espíritu, no su forma mundana. Ellos, igual que yo, lo ven más allá de la carne, pero a la gente le continúa pareciendo perverso. Mi amigo no sale de la oscuridad porque le afecta el exterior. ¡No duerme nunca! Siempre está pensando, hay algo que le obsesiona, se encuentra todo el tiempo encerrado.

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Sólo le habla al perrito. Desde que yo llegué a la casa, sube de la cueva del lobo con la frecuencia que antes no tenía. Antes de la muerte del Toro. Sube las escaleras, pone música y luego se pierde en un lugar oscuro. A veces empieza a hablar con su rostro absolutamente acongojado, sus ojos a veces tienen odio, y vergüenza. Siempre está buscando algo, también tiene miedo, pero hay otras ocasiones en las que suena alguna canción importante y entonces se emociona y no puede parar de hablar. O cuando habla de libros, y si su emoción crece, puede que empiece un discurso eterno sobre la enfermedad de Foucault, los sanatorios, el padecimiento del alma y la esquizofrenia moderna. ¡Cómo no amarlo! Fuera de la hipocresía social, que mira sus dientes y sus ojos con asco, porque le tienen miedo a la verdad del otro.

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SEGUNDO ACTO UN DOLOR OCULTO Sólo quiere jugar con muñecas. ¿Está mal? El ángel quiere estar lejos. Los ve a todos. ¡Adultos, grises y feos! Visto desde los ojos de la niña, todo lo del mundo de los adultos olía feo: las calles del centro llenas de gente sin bañar, todos vestidos de negro. Personajes extraños de ciudad, muy gordos, muy bajitos, gritándose los unos a los otros. ¡Y eran tantos que empujaban! Cuando los otros niños la ven, ella se encoge a unos noventa centímetros del suelo. Incapaz de ir más arriba, sólo es una niña pequeña,

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ese es su tamaño normal. NÚMEROS La palabra disociar se refiere a la capacidad de separar una cosa de la otra. No puede ser la niña en cuerpo de la mujer donde pasan los años. Porque parte de ella siguió creciendo. Un ser y un cuerpo. ¡Cuántas de ella! Tres, tal vez, se convierten en tres, tal vez. La niña, la mujer, y ella que lo ve todo. La que escribe desde el fondo. Tres Habla de ella misma todo el tiempo.

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Nombra y designa valores. ¡Todo se confunde! Se confunde... LA MADRIGUERA Un ratón blanco corriendo por un laberinto. En su interior se forma una baba densa y espesa. ¡Pobre niña! Malherida, L dice una voz desde adentro. En ella se forma una baba negra que Le obstruye los oídos, la nariz. Le llamamos miedo. Le inquieta la respiración. Invade su boca. La abre mientras se mira en el espejo. Sangre y cristal cortado. Rosa con su lengua las puntas de vidrio atoradas en sus encías. Calientes, suaves. Quebradas, duras.

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Contra los dientes, las encías. LOS OTROS. MUNDOS A veces la acompañan niños más grandes que ella que quieren jugar, pero ella no quiere, se quiere quedar todo el día en su casa soñando. Jugar con muñecas. A ELLA LE GUSTA JUGAR CON LA CUQUITA DE SU muñequita. Menos mal estas cosas las decimos en secreto ¡nada más! Endereza su cabeza. Su alma lucha por no reventarse por dentro. Se estiran sus fibras, prendidas de las puntas de los dedos. Crujen y se estiran. Duele esa masa adentro. El dolor se hace más y más profundo. Se acurruca en una esquina de la oscuridad. Sola,

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¡Y nadie la ve! En su mundo no hay lugar para los adultos. Ellos están tan grandes, ¡y tan feos que no pueden entrar por esa pequeña puertecita! ¡Tan incómodos! En la salita. ¡Tan incómodos! Grandes, ¡No caben! Entran como monstruos, con sus monstruosas miradas.

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LOS JUGUETES El cuarto ahora está oscuro. Recuerdo un tiempo en que todo estaba lleno de luz y de belleza: era rosado, tenía muchas muñecas y estaba lleno de juguetes. Podía jugar, todo el día, toda la noche, ¡era feliz! Recuerdo como organizaba mis muñecos. Los que eran más pequeños y medían no más de cinco centímetros, los organizaba en hileras perfectas dentro del cajón. Me encantaba verlos todos juntos. Hubiera querido que tuvieran una casa propia, pero la realidad era que no podía dárselas a todos. En la noche cuando llegaba la hora de dormir los acobijaba uno por uno y no me gustaba pensar que tal vez les diera frio, o si acaso pensarían que no los amaba lo suficiente, porque la realidad es que eran mi ilusión. Los adoraba, a cada uno, a todos mis amigos de las películas de Disney, y los más pequeños que tenía. Parece como si la gente lograra desprenderse de su infancia o de sus

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recuerdos. Creo que hay muchos niños que tienen recuerdos tristes. Cuando los ángeles se empiezan a entristecer van perdiendo su color. No siempre eran los mismos juegos, a veces me encantaba bañarlos todos juntos en el lavamanos del baño, ponerles agua caliente e imaginarme nadando allí, libre. La hija de la mejor amiga de mi mamá, tenía el cuarto de los sueños, lleno de cojines y peluches, una la Barbie gigante, y más de otras doscientas Barbies de las pequeñitas.

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ROJO Cuando me da dolor, como ahora, empieza con un ardor en la boca del estómago, donde se pone caliente. La respiración cambia, se agudiza el ruido de los carros. En la cabeza se siente una gran presión, empieza el embale, el deseo de salir corriendo, de gritar, de hacer todo, ganas de hacer todo, de romperlo todo, de incendiar, de golpear, de morder, de despedazar, ¡de matar! de bailar, de dejar de ser, de poder desfigurar el afuera tanto como lo está adentro. La sensación de angustia, de que algo está pasando ¡y es inevitable! me resulta ensordecedora. Tal vez es que escucho mis células morir, mi piel envejecer, o la tierra y el volcán que me habla desde el fondo y me anuncia el fin, lo narra en sus movimientos que el hombre siempre se ha estado acabando a sí mismo, la serpiente que se come su cola.

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El pensamiento termina siendo un misterio extraño, que en vez de un límite la caja negra se convierte en una sala de cine donde se reproducen imágenes asociadas a palabras, olores, sensaciones. La palabra dolor, la palabra rabia, su rojo en mí tan semejante a la incomodidad en el estómago. La pintura es hermosa porque tal y como las personas, tiene miles de capas; capas de número infinito, de las que guardo un recuerdo que es también carne. Recuerdo las manchas de la pintura que estaba trabajando cuando inició el proceso de tesis. Recuerdo cuando fue una niña colgada de la mano de un monstruo: ella miraba para arriba, y ahora parece mentira que sea la misma pintura que estoy viendo, porque hoy toda bella, llena de color, a nadie le parecería posible que sean la misma. Lo más increíble y hermoso de todo es que esta pintura sea la primera y la base de todo el resto de pinturas que vendrán. Pero que en esa primera imagen, de la niña colgada de la mano del monstruo se revelará el fin y el inicio de una búsqueda y de un encuentro. Mi ahogamiento tenía forma y color, era una imagen, que de mi inconsciente había saltado a la pintura, y era una realidad, una verdad que había evitado manifestar: Había un monstruo, que me

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llevaba agarrada y me había arrastrado siempre y no era solo uno, eran muchos monstruos los que la rodeaban, que juntos entre sí formaban una gran masa de oscuridad. LA SANGRE Y LA MUERTE Ya había crecido, y todo era feo. Odiaba la calle ahora a la altura de esos seres extraños. Visto desde los ojos de la niña, todo lo del mundo de los adultos olía feo, las calles del centro llenas de gente sin bañar, todos vestidos de negro. Personajes extraños de ciudad, muy gordos, muy bajitos, gritándose los unos a los otros. Ella apenas un poco mas pequeña, con apariencia de mujer, de mujer adulta, con bultos en el cuerpo, bultos de los que causaban la excitación en los hombres y que no podían más que darme asco; esa marca de sangre en mis cucos había confirmado mis sospechas: el mundo era un lugar horrible e injusto. No entendía porque tenía que dejar mis muñecas, los cuentos de hadas que tanto amaba, todo moría. El mundo era todo lo feo que se veía en las noticias. Profundo rencor y asco. La única forma de jugar

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la imaginación, y en su interior, ¡el miedo! DORMIDA Y CON LOS OJOS ABIERTOS. BREVES NARRACIONES DEL SUEÑO

-Sombras entran y corren por el pasillo. -Proyecciones de un monstruo que arrastra a una muñeca por el pelo. -En la penumbra alumbrado por una lámpara amarilla, un saco de fieltro se sacude como si estuviera escondiendo en su interior el cuerpo mutilado de alguien que aun da reflejos de vida. En un movimiento espasmódico en busca de la liberación.

Una muñeca de trapo arrastra a una muñequita del pelo por el pasillo, donde pequeños caballitos blancos de carrusel suben y bajan, suben y bajan corriendo sobre las llamas de un infierno en un fondo de estrellas.

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LA CASA Me gusta la casa porque a todos les da miedo, menos a mí. Me gusta él porque somos la misma clase de monstruo, uno que al final no es un monstruo, sino un ángel. Pero su apariencia es distinta de la mía. Tiene apariencia de monstruo. Nos sentamos a hablar toda la noche, me cuenta que le duele el alma.

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EL CASTILLO Había una vez una princesa que era muy bella pero se sentía muy sola y muy triste. Ella tenía un castillo muy bello, donde podía sembrar flores y hacer una comida muy rica. Estaba llena de lágrimas. No quería jugar más y no quería comer más y no quería hablar más…

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MI MONSTRUO El monstruo es muy grande y tiene unas lágrimas muy grandes. El monstruo es un mar muy oscuro que me ahoga. El monstruo me ama pero yo le tengo miedo, no me gusta que entre a mi cuarto. Sé que estuvo acá y me da miedo que venga para asustarme. Me quedo callada. Lloro sola por la noche, me da miedo que venga a darme un beso antes de dormir. ¡Cómo pude hacerlo! Siempre me quedo callada. Dejo que me golpee y luego me quedo callada. Lloro sola por la noche.

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El monstruo no se entera de lo que hace, es como entre Negro y Rojo, cuando se monta sobre mí y me pega. Y me deja unas marcas muy feas en mi piel. Me gusta cuando me pega y cree que lo disfruta. Pero luego se da cuenta por un momento, que ya no sufro ¡Y entonces me pega más duro! Me gusta ver que no hay sentido, que en esos pequeños lapsus el monstruo se puede ver a sí mismo en el reflejo de mis ojos. Y como no lloro, a él le da más rabia y más miedo que a mí. Él me pega porque tiene miedo de que yo no sienta nada y él deje de importarme.

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LA TORRE DEL CASTILLO ¡Hay que parar con esto! Duele mucho. Un lugar, un cuarto. ¿Cómo sería ese lugar? Es un castillito rosado, y tiene una puertita muy chiquita. Blanca. Que cuando la abres entras a una salita con unas sillitas de madera muy delicadas de patitas rosadas y con un caballito pintado en el respaldo con una carpita de carrusel. Hay una cocinita de bebés, de niños, y ella es muy grande y se agacha como un gran gigante y mira,

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por allí, esas cositas chiquitas que le gustan tanto. Pero que no recuerda haber tenido, y piensa que son muy bellas. Pero no puede quedarse allí quieta, sólo viendo. Un estante lleno de muñecas, no hay paz, porque le importan tanto. Quizá es porque era la única forma de evadir los golpes. O el alivio de creer que sí era importante, ¡Que no había porque estar tan triste! Porque todas esas muñecas daban cuenta de lo mucho que la querían. Si le daban todas esas muñecas el monstruo no debía de odiarla tanto. Me hace muy triste no poder hablarle, porque no me escucha. Si está ahí no le puedo hablar, contarle, porque siento que no entiende. No tengo palabras.

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LOS VAMPIROS NO TIENEN SOMBRA PERO LLEVAN SU DEMONIO ADENTRO El demonio respira, en el fondo de las palabras. Cuando está de espaldas, ella lo piensa y lo ve venir. El demonio no está afuera, sino que está dentro de ella, busca librarse de él pero inútilmente nota que son solo uno. Ella no quiere verlo, pero entre más lo piensa, él más fuerte se hace. ¡De ninguna manera quiere despertar una mañana y ver desde el fondo de sus entrañas que el monstruo se la ha comido! ¡Qué es lo peor que puede pasar! Cuando ella lo escucha, siente su sombra presionándole en el pecho. ¡Qué es lo que tanto les da miedo! El monstruo se acerca tanto, que les presiona el pecho. El miedo de la infancia.

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¡Si el recuerdo viniera!... Ojalá se pudiera decir qué era lo que realmente se escondía allí. Después de todo sólo era un monstruo. EL SOL No sentía tanta calma, se había despertado obstruida esa mañana. Todas las fuerzas ejercían tanta presión sobre ella que apenas lograba abrir los ojos y mirar todo con sospecha. ¡Qué había sido de esas sombras! Habrán desaparecido. Corría hasta el baño dándose cuenta de que aun era de noche, no había luz en el cielo, saludaba a su ratón. Y se metía a bañar, luego de haber estudiado un poco su rostro en el espejo mientras se quitaba la ropa. Una prenda tras otra la llevaban a un nivel más profundo. No había dormido, pasó toda la noche protegiéndose de las sombras. El agua estaba fría. Jugaba con sus pies hasta sentirla más caliente. No podía cerrar los ojos pues le ardían, metía los dedos entre su cabello creyendo que se encontraría en esas profundidades con la mano de alguien

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más, una mano flaca, de mujer, la sentía escondida a su espalda. DIOS. Entonces empezaba a rezar. ¡Padre nuestro que estás en los cielos!… Pero se escuchaba una voz distante, Susurraba algo ininteligible, algo sobre morir. LA MUERTE Ya no es mi enemiga, siempre me acompaña cuando se molesta conmigo. Viene a verme, evita que cometa un error y me vaya muy pronto. Me aconseja desde la oscuridad que sólo tengo esta vida. Le ofrezco mi compañía en el otro mundo pero no quiere recibirla, alega que queda mucho tiempo antes de que ella me lleve definitivamente. Me pregunto entonces por cuál razón me frecuenta, porque aparece vigilante en cada respiro...