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1 Los distintos útiles de escritura y su repercusión en el peritaje forense. Algunos apuntes. INTRODUCCIÓN En 1938, Ladislao Biro inventó la esferográfica, término utilizado para designar al primer bolígrafo. Estos más de 80 años transcurridos, aunque no se han traducido en una gran evolución de los útiles utilizados para escribir, sí ha habido algunas nuevas variedades, como son el de tinta líquida y el de gel, principalmente. Unidos al esferógrafo graso de Biro y el uso, a pesar de ser minoritario, de la pluma (siendo minoritaria, como digo, hay un sector de firmas realizadas con ella, permaneciendo la tendencia a rubricar determinados acuerdos con estilográfica), le dan un abanico de posibilidades al escritor, pudiéndonos encontrar escrituras dubitadas realizadas con todos ellos. Uno de los principios relacionados con el estudio de manuscritos y formulado por Rafael Martín Ramos (Martín Ramos, 2010) es el Principio de los Condicionamientos Materiales. Nos habla de que se produce una calidad diferente de trazado si hay variación en algunos de los elementos materiales que han intervenido en la escritura. Los elementos materiales los identifica como los distintos útiles para escribir, las características del soporte y la superficie de apoyo. Dos de los aspectos, alguno muy definitivo para atribuir autoría, del que consta un informe o dictamen pericial son la velocidad y la presión. Parece, pues, importante saber la influencia de la herramienta escritural en algunos de estos aspectos de la escritura. También la respuesta a la pregunta de si el utilizar uno u otro puede derivar en cambios de los signos diacríticos, puntuación o tildes. Así mismo, observar los puntos de ataque y escape, graficados con distintos útiles y sus posibles cambios, si estos llegan a producirse, al igual que otros aspectos susceptibles de variación como son las paradas y los reenganches. Por otra parte, dos de las cuestiones más problemáticas del análisis de escrituras es la datación y los entrecruzamientos. ¿Influye en estas cuestiones el útil? La Grafística es la ciencia que tiene la finalidad de estudiar los grafismos escritos, buscando resultados identificativos, apoyándose en otras disciplinas científicas, con unas Leyes Fundamentales, estructurada y replicada con una metodología desarrollada en el informe pericial. Está encuadrada dentro de la Criminalística, es decir, dentro de las ciencias que examinan científicamente las pruebas físicas con finalidad jurídica y forense. Puede ser, por tanto, para este destino identificativo, adecuado estudiar la influencia del útil en la plasmación de una escritura o firma. El acto de escribir está muy elaborado y es de una gran complejidad. Intervienen el cerebro y la fisiología, necesitando una buena coordinación entre ambas. Participa, digo, el cerebro, ordenando a los nervios, músculos y articulaciones, los movimientos gráficos necesarios para realizar los trazos y rasgos escriturales. Este proceso neurofisiológico nos lleva a hábitos y estilos, conformando lo que llamamos la personalidad gráfica de un escritor. Es así por lo que la escritura manifiesta peculiaridades de cada persona, fundamentando los estudios de Grafística. Al final, como última concreción del complejo proceso, se termina por posicionar en la mano, un aparato con tinta para desarrollar el acto escritural. Luego parece importante que se tenga en cuenta el tipo de útil a emplear en la terminación de este proceso.

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Los distintos útiles de escritura y su repercusión en el peritaje forense.

Algunos apuntes. INTRODUCCIÓN

En 1938, Ladislao Biro inventó la esferográfica, término utilizado para designar al primer bolígrafo.

Estos más de 80 años transcurridos, aunque no se han traducido en una gran evolución de los útiles utilizados para escribir, sí ha habido algunas nuevas variedades, como son el de tinta líquida y el de gel, principalmente.

Unidos al esferógrafo graso de Biro y el uso, a pesar de ser minoritario, de la pluma (siendo minoritaria, como digo, hay un sector de firmas realizadas con ella, permaneciendo la tendencia a rubricar determinados acuerdos con estilográfica), le dan un abanico de posibilidades al escritor, pudiéndonos encontrar escrituras dubitadas realizadas con todos ellos.

Uno de los principios relacionados con el estudio de manuscritos y formulado por Rafael Martín Ramos (Martín Ramos, 2010) es el Principio de los Condicionamientos Materiales. Nos habla de que se produce una calidad diferente de trazado si hay variación en algunos de los elementos materiales que han intervenido en la escritura.

Los elementos materiales los identifica como los distintos útiles para escribir, las características del soporte y la superficie de apoyo.

Dos de los aspectos, alguno muy definitivo para atribuir autoría, del que consta un informe o dictamen pericial son la velocidad y la presión. Parece, pues, importante saber la influencia de la herramienta escritural en algunos de estos aspectos de la escritura.

También la respuesta a la pregunta de si el utilizar uno u otro puede derivar en cambios de los signos diacríticos, puntuación o tildes.

Así mismo, observar los puntos de ataque y escape, graficados con distintos útiles y sus posibles cambios, si estos llegan a producirse, al igual que otros aspectos susceptibles de variación como son las paradas y los reenganches.

Por otra parte, dos de las cuestiones más problemáticas del análisis de escrituras es la datación y los entrecruzamientos. ¿Influye en estas cuestiones el útil?

La Grafística es la ciencia que tiene la finalidad de estudiar los grafismos escritos, buscando resultados identificativos, apoyándose en otras disciplinas científicas, con unas Leyes Fundamentales, estructurada y replicada con una metodología desarrollada en el informe pericial.

Está encuadrada dentro de la Criminalística, es decir, dentro de las ciencias que examinan científicamente las pruebas físicas con finalidad jurídica y forense.

Puede ser, por tanto, para este destino identificativo, adecuado estudiar la influencia del útil en la plasmación de una escritura o firma.

El acto de escribir está muy elaborado y es de una gran complejidad. Intervienen el cerebro y la fisiología, necesitando una buena coordinación entre ambas.

Participa, digo, el cerebro, ordenando a los nervios, músculos y articulaciones, los movimientos gráficos necesarios para realizar los trazos y rasgos escriturales.

Este proceso neurofisiológico nos lleva a hábitos y estilos, conformando lo que llamamos la personalidad gráfica de un escritor. Es así por lo que la escritura manifiesta peculiaridades de cada persona, fundamentando los estudios de Grafística.

Al final, como última concreción del complejo proceso, se termina por posicionar en la mano, un aparato con tinta para desarrollar el acto escritural. Luego parece importante que se tenga en cuenta el tipo de útil a emplear en la terminación de este proceso.

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LOS ÚTILES PRINCIPALES DE ESCRITURA A MANO: A algunos de los aparatos escritores los llamamos esferógrafos, ya que su fundamento

estriba en un tubo lleno de tinta y en un extremo una pieza metálica donde engasta una bola, como se ve en la figura 1. Esta bola impide a la tinta salir y la regula, entintándose conforme hacemos el recorrido en el papel.

Figura 1. Esferógrafo

Así, tenemos que el graso, el de gel y el de tinta líquida son esferógrafos por su mecanismo,

el de una bola girando al escribir y manchando el soporte. ¿Dónde radica, entonces, su diferencia principal?. En la tinta. Tenemos el graso, portador de una tinta aceitosa de alta viscosidad, el líquido, como su

nombre indica muy fluida y el de gel situándose en medio de los otros dos, en cuanto a términos de fluidez se refiere.

Aparte de otros cambios en su formulación, como el uso de pigmentos en el gel y el de colorante en las otras, la composición de la tinta es la característica más diferenciadora con respecto a su comportamiento en el papel.

La escritura con pluma, aquí no hay bola si no un plumín, tiene un aspecto acuoso muy similar al de tinta líquida poseyendo una viscosidad parecida, aunque el líquido escritural de la pluma suele penetrar más en el papel y a veces traspasa este. El bolígrafo de tinta líquida, por su composición química (sus disolventes son más volátiles), no lo hace.

Por otra parte, hay tintas que se deslizan suavemente por el papel como las de gel. En cambio, la pluma, con plumines fabricados cada vez menos flexibles y con tinta líquida obtiene mayor resistencia en el papel, lo que repercute en su velocidad, siendo una escritura “áspera”.

La alta viscosidad del graso lo hace producir unas peculiaridades propias de él. Estrías, blancos, empastamientos, hilillos, rebabas, etc. Estas son de mucha ayuda incluso para discernir el sentido del trazo (Cormenzana, 2016). Es, por todo esto, el mejor útil para una pericial caligráfica. Estas cualidades se producen en mayor o menor grado, produciendo patrones propios, (Black, 1970) ayudándonos a confirmar si se ha empleado un concreto bolígrafo graso.

Hay pocas de estas peculiaridades compartidas con los otros bolígrafos pero una de ellas, y común a todos los esferógrafos, es el hundimiento que crea la bola en las fibras del papel, produciendo los llamados surcos en el anverso y relieves en el reverso. Esta deformación nos ayuda a establecer la presión y uniformidad ejercida, distinguiendo al escritor y, a veces, aclara algún entrecruzamiento (MMB El-Sabbah et al. 2018) por la cara dorsal del papel (figura 2).

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Figura 2. Relieves en el reverso de un cruzamiento. Los números indican el orden en que se han trazado. 50X Ocurre que las variaciones visibles son tan importantes, en el análisis de la presión entre un

esferógrafo y una pluma estilográfica que nos puede llevar a conclusiones erróneas si no conocemos a qué son debidas. En la figura 3 observamos en la macrofotografía de la derecha, una letra “P” realizada con un bolígrafo graso y otra “P”, más oscura, trazada con una pluma fuente. Las dos de un mismo escritor.

En la macrofotografía de la derecha, realizada, al igual que la primera, con un VSC, aplicando luz rasante e IR a la misma toma, apreciamos la gran diferencia en la huella entre una y otra letra.

Figura 3. Macrofotografía de dos letras “P”, misma mano y a la derecha IR.

Si estuvieran realizadas con dos esferógrafos grasos, y distintos escritores, podríamos

observar las diferencias de presión de un escritor y otro (figura 4). Aquí las diferencias están muy marcadas por su presión diferente en los perfiles.

Figura 4. Macrofotografia con VSC, aplicando IR y luz rasante de dos letras “l” realizadas con esferógrafo

graso y distintos escritores. 1) Perfil con igual presión que el pleno (muy poco usual) 2) Perfil con poca presión. Los IR hacen invisible la tinta y la luz rasante marca el surco dejado por uno y otro útil. Quiero decir con esto que si el dubitado está escrito con un esferógrafo graso y los

indubitados con pluma, los cotejos IR no serán de mucha ayuda.

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Volviendo a la figura 3, se puede ver claramente como la liquidez de la tinta afecta a los puntos de escape, pasando de acerado a neto (1) y a los puntos de escape de neto a botón (2).

Entre un esferógrafo graso y otro de tinta líquida, o pluma, con una diferencia muy alta en la viscosidad de la misma, por lógica deben de ocurrir diferencias importantes, abarcando a los signos de puntuación. Importantes en la pericial ya que el falsario suele ignorarlos.

También, sus dudas se ven en las paradas y reenganches. Es notable la diferencia entre un bolígrafo graso y otro de tinta líquida. El fluido escritural menos viscoso, no crea empastamientos pero sí extensiones de tinta, a la manera de manchas, sobre dimensionadas por capilaridad. No aparecen como acumulación de tinta, como en el graso, sino como mácula extendida.

El bolígrafo de tinta líquida acusa el inicio lento y los reenganches. Cuanto más tiempo dure la vacilación del falsario, parando el bolígrafo en el papel, más extensa será la mancha en el reenganche o en el punto de ataque.

He dejado para el final el mayor problema de la Grafística: la datación de tintas. Grandes especialistas siguen estudiando el tema y dando cada vez mejores soluciones. En España tenemos a dos de ellos: la doctora Magdalena Ezcurra Gondra y el doctor Oscar Francisco Díaz Santana.

Al ser un tema de complejidad extrema solo apuntaré que al reconocer el útil en el que se ha escrito el documento o se ha firmado, podemos descubrir anacronías al respecto. Esta identificación nos dará una cota inferior para comenzar a situarlo en el tiempo. Es lo que se llama ante quam o post quam (Romero Tallafigo, 2018). Un ejemplo: se hace complicado dar por auténtico un documento fechado en 1975 y realizado con bolígrafo gel, habiéndose empezado a comercializar este útil escritor sobre 1990 (algunos años antes en Japón).

CONCLUSIONES: -Es preciso un estudio en profundidad de los útiles escriturales. -El perito debe saber identificarlos. La identificación del útil y el conocimiento de sus propias

peculiaridades y diferencias se torna necesario para los cotejos. -El cuerpo escritural debe ser realizado con el tipo de útil utilizado en el dubitado, a fin de

poder comprobar debidamente su presión, velocidad, signos, puntos de ataque y escape, paradas, reenganches, etc.

-Hay útiles que se deslizan con mayor facilidad sobre el papel, en cambio, a otros les cuesta; repercutiendo en su velocidad. Presión y velocidad están en relación inversa (Val La Tierro, 1963). Parece difícil escribir con mucha presión y velocidad a la vez, pudiendo ser interesante conocer hasta qué punto los cambios de útil trasciende en la velocidad y en la presión.

-La identificación del bolígrafo utilizado nos dará la cota inferior de la datación del escrito. -El conocimiento de sus diferencias, servirá también de ayuda en algunos entrecruzamientos.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Black, David A., Identifying Ball Pens by the Burr Striations, 61 J. Crim. L. Criminology

& Police Sci. 280 (1970)

Cormenzana López, J. Indicadores del trazo. Herramienta de la pericia caligráfica. I

Anuario Internacional de Criminología y Ciencias Forenses (2016), 49-93.

Del Val La Tierro, F. (1963). Grafocrítica. El documento, la escritura y su proyección

forense. Madrid: Editorial Tecnos.

Díaz Santana, O.F., Romero Tallafigo, M., Nicolás Marchal Escalona, N.E., Vega Moreno,

D., Conde Hardisson, F., García Llanos, G., Vega Ramos, A., Sánchez Ledesma, A.,

Cordobilla Parra, E. & Querol Sabater, P.V. (2018) Tratado de Grafística y

Documentoscopia. Madrid: Delta Publicaciones (vols. 1 y 2)

Ezcurra Gondra, M. (2012). Avances analíticos en la datación forense de tintas y

documentos (tesis doctoral). Universidad del País Vasco, Bilbao, España.

Martín Ramos, R. (2010). Documentoscopia. Método para el peritaje científico de

documentos. Madrid: Editorial La Ley.

MMB El-Sabbah, Gomaa AZ, El-Hefny DE, Al-Hawary AS (2018) Non-Destructive Chemical

Method and Simple Methods for Determining the Sequence of Intersecting Color Ballpoint

Pen Stroke and Color Laser Printed Marking. J Forensic Res 9: 419. DOI: 10.4172/2157-

7145.1000419

Romero Tallafigo, M. (2018). La datación de tintas de bolígrafo. Estado de la cuestión.

Ponencia. Granada: Ilustre Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y

Letras y Ciencias de Granada, Almería y Jaén.

Pedro Feito Hernández

Perito Calígrafo/Técnico en Documentoscopia