los kurdos, escépticos ante el proceso de diálogo (2/2)

1
EG3 GARA 2015 3 20 ostirala 7 comprador, este hombre arremete contra ca- da uno de los políticos del país. Es la antítesis de Ali, quien solo pide paz: «Los años 90 fue- ron muy duros; si se vuelven a cometer erro- res todos lo pagaremos, tanto los turcos co- mo los kurdos». En la sede de Mazlumder de la capital de Kurdistán Norte, Ali Ihsan explica que a este proceso le «queda al menos un lustro, si todo va bien». «Mira lo que sucedió con ETA, FARC o IRA, es necesario tener paciencia», insiste para luego recordar que si la situación de Öçalan no cambia, «o un arresto domiciliario o algún tipo de libertad», el proceso no se- guirá adelante porque «Qandil así lo ha di- cho». Este aspecto es aún un tema complejo de asimilar para los turcos, que ven en Öça- lan a «un matabebés». La propaganda turca ha llegado a tal extremo que pocos son los que se preguntan el bando de la mayoría de los 40.000 fallecidos desde 1984. Las diferentes organizaciones kurdas han reclamado la creación de una hoja de ruta menos ambigua, más formal y que no depen- da de los cambios de humor de Erdogan. Sería uno de los siguientes pasos en el proceso. Si el PKK dejase las armas habría cumplido con todas las precondiciones que el AKP re- clama para empezar a hacer tangible el pro- ceso. La pelota estaría pues en el tejado de Er- dogan, quien debería empezar a buscar soluciones para la reintegración social de los miembros del PKK, crear comisiones para la verdad, definir la descentralización y ayudar con la compleja justicia transnacional. Ali Ihsan repite que alcanzar estos objeti- vos requiere tiempo, aunque cree que «si Er- dogan quiere lo puede hacer, tiene el poder suficiente. Con los partidos nacionalistas MHP y el CHP sería imposible». Un arduo objetivo para el hombre de Ka- simpasa, un experto en dilatar el tiempo y quien relaciona la solución de la causa kurda con un cambio en la Constitución y, sobre todo, con su continuidad en el poder. dida por Qandil y el HDP, ha sido la ley que permite al MIT (la inteligencia turca) mante- ner negociaciones con el PKK. Este marco le- gal para el proceso se une a otras concesio- nes políticas dirigidas al HDP, como permitir la propaganda electoral en otra lengua que no sea la turca o aceptar las co-candidaturas. Poco más ha evolucionado dentro del espec- tro legal. Acciones como escuchar música del PKK en un bar, algo común a día de hoy en Amed y otras zonas kurdas, siguen siendo castigadas con la cárcel. Además, el PKK aún espera avances en los opacos juicios contra la Unión de Comunida- des Kurdas (KCK), en donde miles de kurdos de todas las áreas sociales han sido juzgados bajo dudosas pruebas por «pertenencia a banda armada». Las condiciones de estos y otros reclusos, que en muchos casos cum- plen su condena sin que finalice el juicio, son un punto que podría romper cualquier avan- ce futuro. Hace dos semanas, en el último ca- so de presos kurdos con enfermedades ter- minales que mueren en las cárceles del Estado turco, Kulink Sevilgen falleció de un ataque al corazón en el centro penitenciario de Bandirma, en la provincia de Balikesir. Un largo camino Ali Orral está sentando en un taburete, cus- todiando la puerta de su ultramarino en el centro de Amed (Diyarbakir, en turco). A sus 70 años afirma que «lo más importante es respetar al ser humano y su cultura». Su dis- curso, en el que resuena constantemente la palabra Alá, emana paz, un lujo en la agresi- va Anatolia. Cree que «el camino para la paz será largo. De momento, Erdogan ha dado co- sas, pero faltan muchos derechos por conse- guir». Mientras discutimos en el interior de su negocio, un cliente entra agresivo en la tienda y, más aún, en la conversación. «Noso- tros nos hemos ganado los derechos, ni Erdo- gan ni Demirtas nos han dado nada», excla- ma. Mientra Ali apunta la deuda del deres de Qandil alertaban de la fragilidad del proceso por la desconfianza en Erdogan, uno de los problemas que resquebrajó las ante- riores conversaciones de Oslo. Recientemen- te, Demirtas, cuyo discurso refleja las dudas kurdas, declaró que «los trece años de expe- riencia práctica nos dicen esto: no tengo nin- guna fe en que el AKP vaya a traer libertad a este país». Los escépticos consideran que Erdogan es- tá usando las negociaciones para obtener vo- tos. Después de las elecciones previstas para el próximo 7 de junio, ciertos grupos creen que la negociaciones podrían colapsar, tal y como sucedió con el anterior proceso, justo antes de las elecciones parlamentarias de 2011. El líder turco quiere convertir Anatolia en una república presidencialista y, para ello, debe obtener una holgada mayoría absoluta que le permita cambiar la Constitución. Si no la consiguiese, debería pactar con otro grupo político y, superada la histórica aversión kur- da a la Carta Magna turca, el HDP sería la op- ción más lógica. Mientras Erdogan parece usar la causa kur- da para eternizarse en el poder, los kurdos, como indicaba la última misiva de Öçalan, quieren un texto que reconozca –entre otras cosas– la identidad plural de Anatolia y sien- te las bases para una amplia autonomía. Des- de hace dos años han decidido apostar por una serie de concesiones que no siempre han encontrado la recompensa del Estado turco. Uno de los primeros pasos del PKK fue retirar sus fuerzas de Kurdistán Norte hasta que la inacción del Estado turco provocó su vuelta. Ahora, Öçalan podría aceptar el aban- dono de las armas, lo que significaría confiar en el ambivalente Erdogan. En los últimos dos años, los paquetes de- mocráticos impulsados por el AKP han per- mitido el uso de la lengua kurda en la ense- ñanza privada, además de las letras y los nombres kurdos para ciertas poblaciones de Kurdistán Norte. La otra gran medida, aplau- Ali Orran en la entrada de su tienda de ultramarinos situada en el centro de Amed. Miguel FERNÁNDEZ

Upload: mellamarontaliban

Post on 16-Nov-2015

22 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • EG3GARA 2015 3 20 ostirala 7

    comprador, este hombre arremete contra ca-da uno de los polticos del pas. Es la anttesisde Ali, quien solo pide paz: Los aos 90 fue-ron muy duros; si se vuelven a cometer erro-res todos lo pagaremos, tanto los turcos co-mo los kurdos.

    En la sede de Mazlumder de la capital deKurdistn Norte, Ali Ihsan explica que a esteproceso le queda al menos un lustro, si todova bien. Mira lo que sucedi con ETA, FARCo IRA, es necesario tener paciencia, insistepara luego recordar que si la situacin dealan no cambia, o un arresto domiciliarioo algn tipo de libertad, el proceso no se-guir adelante porque Qandil as lo ha di-cho. Este aspecto es an un tema complejode asimilar para los turcos, que ven en a-lan a un matabebs. La propaganda turcaha llegado a tal extremo que pocos son losque se preguntan el bando de la mayora delos 40.000 fallecidos desde 1984.

    Las diferentes organizaciones kurdas hanreclamado la creacin de una hoja de rutamenos ambigua, ms formal y que no depen-da de los cambios de humor de Erdogan. Serauno de los siguientes pasos en el proceso.

    Si el PKK dejase las armas habra cumplidocon todas las precondiciones que el AKP re-clama para empezar a hacer tangible el pro-ceso. La pelota estara pues en el tejado de Er-dogan, quien debera empezar a buscarsoluciones para la reintegracin social de losmiembros del PKK, crear comisiones para laverdad, definir la descentralizacin y ayudarcon la compleja justicia transnacional.

    Ali Ihsan repite que alcanzar estos objeti-vos requiere tiempo, aunque cree que si Er-dogan quiere lo puede hacer, tiene el podersuficiente. Con los partidos nacionalistasMHP y el CHP sera imposible.

    Un arduo objetivo para el hombre de Ka-simpasa, un experto en dilatar el tiempo yquien relaciona la solucin de la causa kurdacon un cambio en la Constitucin y, sobretodo, con su continuidad en el poder.

    dida por Qandil y el HDP, ha sido la ley quepermite al MIT (la inteligencia turca) mante-ner negociaciones con el PKK. Este marco le-gal para el proceso se une a otras concesio-nes polticas dirigidas al HDP, como permitirla propaganda electoral en otra lengua queno sea la turca o aceptar las co-candidaturas.Poco ms ha evolucionado dentro del espec-tro legal. Acciones como escuchar msica delPKK en un bar, algo comn a da de hoy enAmed y otras zonas kurdas, siguen siendocastigadas con la crcel.

    Adems, el PKK an espera avances en losopacos juicios contra la Unin de Comunida-des Kurdas (KCK), en donde miles de kurdosde todas las reas sociales han sido juzgadosbajo dudosas pruebas por pertenencia abanda armada. Las condiciones de estos yotros reclusos, que en muchos casos cum-plen su condena sin que finalice el juicio, sonun punto que podra romper cualquier avan-ce futuro. Hace dos semanas, en el ltimo ca-so de presos kurdos con enfermedades ter-minales que mueren en las crceles delEstado turco, Kulink Sevilgen falleci de unataque al corazn en el centro penitenciariode Bandirma, en la provincia de Balikesir.

    Un largo caminoAli Orral est sentando en un taburete, cus-todiando la puerta de su ultramarino en elcentro de Amed (Diyarbakir, en turco). A sus70 aos afirma que lo ms importante esrespetar al ser humano y su cultura. Su dis-curso, en el que resuena constantemente lapalabra Al, emana paz, un lujo en la agresi-va Anatolia. Cree que el camino para la pazser largo. De momento, Erdogan ha dado co-sas, pero faltan muchos derechos por conse-guir. Mientras discutimos en el interior desu negocio, un cliente entra agresivo en latienda y, ms an, en la conversacin. Noso-tros nos hemos ganado los derechos, ni Erdo-gan ni Demirtas nos han dado nada, excla-ma. Mientra Ali apunta la deuda del

    deres de Qandil alertaban de la fragilidad delproceso por la desconfianza en Erdogan, unode los problemas que resquebraj las ante-riores conversaciones de Oslo. Recientemen-te, Demirtas, cuyo discurso refleja las dudaskurdas, declar que los trece aos de expe-riencia prctica nos dicen esto: no tengo nin-guna fe en que el AKP vaya a traer libertad aeste pas.

    Los escpticos consideran que Erdogan es-t usando las negociaciones para obtener vo-tos. Despus de las elecciones previstas parael prximo 7 de junio, ciertos grupos creenque la negociaciones podran colapsar, tal ycomo sucedi con el anterior proceso, justoantes de las elecciones parlamentarias de2011. El lder turco quiere convertir Anatoliaen una repblica presidencialista y, para ello,debe obtener una holgada mayora absolutaque le permita cambiar la Constitucin. Si nola consiguiese, debera pactar con otro grupopoltico y, superada la histrica aversin kur-da a la Carta Magna turca, el HDP sera la op-cin ms lgica.

    Mientras Erdogan parece usar la causa kur-da para eternizarse en el poder, los kurdos,como indicaba la ltima misiva de alan,quieren un texto que reconozca entre otrascosas la identidad plural de Anatolia y sien-te las bases para una amplia autonoma. Des-de hace dos aos han decidido apostar poruna serie de concesiones que no siemprehan encontrado la recompensa del Estadoturco. Uno de los primeros pasos del PKK fueretirar sus fuerzas de Kurdistn Norte hastaque la inaccin del Estado turco provoc suvuelta. Ahora, alan podra aceptar el aban-dono de las armas, lo que significara confiaren el ambivalente Erdogan.

    En los ltimos dos aos, los paquetes de-mocrticos impulsados por el AKP han per-mitido el uso de la lengua kurda en la ense-anza privada, adems de las letras y losnombres kurdos para ciertas poblaciones deKurdistn Norte. La otra gran medida, aplau-

    Ali Orran en la entradade su tienda deultramarinos situadaen el centro de Amed.Miguel FERNNDEZ