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CAPÍTULO III LOS MOVILES DEL INVERSIONISTA EXTRANJERO 1. CONSIDERACIONES GENERALES En la inversión extranjera coinciden dos decisiones, la del in- versionista y la del país receptor. Es obvio, sin embargo, que sólo una de las dos, la del primero, tiene carácter autónomo. La deci- sión del país que va a recibirla puede ser voluntaria -y no en todos los casos- pero no determinante; se limita a escoger entre aceptarla o no. La del inversionista es, pues, la decisión indepen- diente. De allí que, como punto de partida de nuestro análisis, con- sideramos importante definir cuáles son, y de qué dependen, las motivaciones que sirven de base a la decisión de invertir en el exterior. El criterio que a este respecto sostendremos aquí puede sinte- tizarse de la siguiente manera: los móviles perseguidos por los inversionistas extranjeros están determinados, de manera general, por la naturaleza de la estructura económica del país de origen y, más concretamente, por la del sistema económico específico donde se origina la, decisión. Ese sistema, salvo rebuscadas excepcion-es, es el sistema fundamental y dominante de la estructura económica y de la superestructura política, social, jurídica, etc. Son distintos, por ejemplo, los motivos originarios de las in- versiones de los países socialistas y los de los países capitalistas. En primer lugar, aquéllos no realizan inversiones directas, cuyo móvil 41

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CAPÍTULO III

LOS MOVILES DEL INVERSIONISTA EXTRANJERO

1. CONSIDERACIONES GENERALES

En la inversión extranjera coinciden dos decisiones, la del in­versionista y la del país receptor. Es obvio, sin embargo, que sólouna de las dos, la del primero, tiene carácter autónomo. La deci­sión del país que va a recibirla puede ser voluntaria -y no entodos los casos- pero no determinante; se limita a escoger entreaceptarla o no. La del inversionista es, pues, la decisión indepen­diente. De allí que, como punto de partida de nuestro análisis, con­sideramos importante definir cuáles son, y de qué dependen, lasmotivaciones que sirven de base a la decisión de invertir en elexterior.

El criterio que a este respecto sostendremos aquí puede sinte­tizarse de la siguiente manera: los móviles perseguidos por losinversionistas extranjeros están determinados, de manera general,por la naturaleza de la estructura económica del país de origen y,más concretamente, por la del sistema económico específico dondese origina la, decisión. Ese sistema, salvo rebuscadas excepcion-es,es el sistema fundamental y dominante de la estructura económicay de la superestructura política, social, jurídica, etc.

Son distintos, por ejemplo, los motivos originarios de las in­versiones de los países socialistas y los de los países capitalistas. Enprimer lugar, aquéllos no realizan inversiones directas, cuyo móvil

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central es el lucro; en segundo lugar, existen también diferenciasen las motivaciones de los empréstitos públicos de ambos gruposde países, las mismas diferencias que existen entre los intereses delos grandes consorcios que dirigen la política exterior de los paísescapitalistas y los objetivos internacionales de los países socialistas.

Podemos encontrar también diferencias en los móviles de lasinversiones extranjeras capitalistas antes y después del surgimientode la etapa monopolista. Estas diferencias no son tan pronunciadascomo las que existen entre países capitalistas y socialistas debido aque, .a pesar de los cambios .estructurales que se operan entre ambasetapas, las relaciones económicas fundamentales no sufren modifi­caciones significativas. El móvil fundamental, por ejemplo, siguesiendo el mismo: obtención del máximo beneficio, en razón de quela ley económica fundamental del sistema ha permanecido tambiéninalterada; pero surgen en la etapa superior nuevos móviles secun­darios a la vez que se modifica la escala de importancia de éstos.Dicha escala puede también cambiar para los países capitalistas enla misma etapa debido a diferencias en la dotación de recursosnaturales que condicionan hasta cierto punto la estructura técnica.Para Holanda, por ejemplo, país casi totalmente privado de recur­sos naturales, la explotación de los mismos fue el móvil secunda­rio determinante, mientras que para la Gran Bretaña parece habersido más importante la búsqueda de mercados a su producciónindustrial.

Aparte de las razones estructurales (económicas y técnicas)señaladas, hay que referirse también a la influencia de la coyunturaeconómica sobre el orden de importancia táctica de las motivacio­nes del inversionista. No debe olvidarse, sin embargo, que en elsentido económico más estricto, la' coyuntura es la expresión elgrado de correspondencia entre la estructura económica y la estruc­tura técnica/ lo cual equivale a decir que, en última instancia, sonrazones de carácter estructural las que determinan los móviles delinversionista extranjero. En este capítulo discutiremos la naturale-

l. Esta afirmación debe entenderse dentro de un contexto puramente teórico enel que se excluyen las variaciones accidentales y se supone que no hay cambiosen la política económica. En tales condiciones la coyuntura expresará el gradode mutua adaptación entre la oferta 'como resultado técnico y la demanda comoexpresión última de las relaciones de producción y distribución dentro de lascuales fue creado el producto.

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za de esos móviles en el caso de las inversiones extranjeras de lospaíses de estructura económica capitalista en su fase superior.

De acuerdo a los requisitos metodológicos establecidos en elcapítulo anterior, deberíamos discutir aquí cuáles son las caracte­rísticas estructurales fundamentales de los países capitalistas avan­zados, tarea que dejaremos a un lado por considerar que talescaracterísticas han sido estudiadas exhaustivamente por las distin­tas escuelas económicas que desde los clásicos vienen ocupándosede la economía política del capitalismo en sus distintas fases his­tóricas. Preferimos, más bien, enfocar el problema a través de laconsideración de las razones estructurales que motivan la decisiónde invertir en el exterior por parte de dichas economías.

Existe unanimidad en considerar que durante la década de losochenta del siglo pasado comienza un nuevo período en el desarro­llo del sistema capitalista mundial. En efecto, la llamada "grandepresión" que se inicia en 1873 fue el puente a través del cual sepasó de un capitalismo que Dobb califica de "vigoroso, prósperoe inundado de un optimismo aventurero'? a una etapa caracteriza­da por la, rápida concentración del poder económico, y político enlas manos de un selecto grupo de consorcios monopolistas y sig­nada por la amenaza constante de las crisis económicas. Es la etapatIlle el inglés Hobson, el alemán 'Hilferding, el americano ConantV el ruso Lenin, a pesar del distinto análisis que \;ada uno hacíade ella, estuvieron de acuerdo en calificar como p~;íodo imperia­lista o, más simplemente, imperialismo, y que dura desde aquelladécada hasta nuestros días."

El paso de una a otra etapa y la caracterización de las diferen­cias sustanciales entre ellas, ha sido materia de estudio por partede numerosos economistas e historiadores de todas las tendencias.Lo que desde el punto de vista de este trabajo interesa especial­mente es subrayar una de las principales características del nuevoperíodo: la gran importancia que toma la exportación de capitalesdesde los países avanzados hacia las áreas atrasadas del mundo.

2. Maurice Dobb: Studies in tbe Det.elopment, of Capitalismo Londres, 1954,p. 300.

3. P. M. Sweezy: Capitalismo e imperialismo norteamericano. Ed. Monthly Re­view, Buenos Aires, 1963.

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No es que las inversiones en el exterior hubieran estado au­sentes de la mecánica del desenvolvimiento capitalista durante suprimera etapa de desarrollo. Por el contrario, ellas fueron "el ne­,l':ocio favorito de muchos años anteriores a 1873" 4 Y constituyeron,como señala Dobb, '\111a importante válvula de seguridad contracualquier tendencia del proceso económico a limitar las posibilida­des de obtener adecuados beneficios en el mercado doméstico". 5

Antes de 1872, la" 'exportación de capitales -ingleses en lofundamental- estuyo íntimamente ligada a la necesidad de expor­tar bienes industriales. Se trataba, por lo general, de emprésti­tos a gobiernos y particulares de otros países destinados a financiarla construcción de ferrocarriles y otras instalaciones de servicio, conlos cuales se lograba la doble finalidad de conseguir ventajosacolocación al capital de préstamo y estimular la exportación demercancías.'"' --

Conviene señalar dos elementos importantes de este tipo deinversiones. En primer lugar, que en su casi totalidad eran emprés­titos o inversiones de cartera y no inversiones directas.' En segundolugar, que se-concedieron principalmente a· gobiernos o entidadesprivadas de países capitalistas o' que tenían un cierto grado dedesarrollo, tales 'como Estados Unidos, Francia, Bélgica, Canadá,Rusia y Australia. Para 1870, las inversiones británicas en Amé­rica Latina .(85 millones de libras) representaban sólo el 10,8rcdel total de sus exportaciones de capital."

La etapa imperialista trae consigo un nuevo patrón de utili­zación y un papel diferente de la inversión extranjera que se consti-

4. Sir Robert Griffin, citado por Dobb: ob. cit. p. 305.5 _ Ibid., p. 305.6. Durante la década de los cincuenta del siglo pasado, "la Gran Bretaña estaba

construyendo un gran imperio y su excedente de exportaciones fue financiadocon préstamos a países extranjeros. De esta manera, las inversiones británicasen empréstitos o ferrocarriles extranjeros estimulaban la exportación de hierro,materiales y maquinarias ferroviarias". (W. S. Woytinsky y E. S. Woytinsky:Jj7orld Commerce and gooernments, trends .and Out/ook. Nueva York, 1965,p. 189).

7. "Para 1875, el monto de capital británico en préstamos o inversiones en elexterior era cercano a los seis billones de dólares, de los cuales la parte fun­damental estaba constituida por bonos de gobiernos extranjeros y acciones ferro­viarias" (ibid., loco cit.).

8. Naciones Unidas: El financiamiento externo de América Latina. Nueva York,1964, p. 5.

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tuye en arma fundamental de la política económica de los grandesconsorcios monopolistas privados, así como en elemento importan­te del funcionamiento y equilibrio interno de las economías nacio­nales de los "países capitalistas y de la estructura económica y polí­tica del impe~ialismo considerado en sentido global.

Para el monopolio privado, la inversión en el exterior ha sidouna magnífica fuente de beneficios, un arma para controlar lasfuentes mundiales de materias primas y una cuña para abrir y con­servar mercados a su producción de mercancías finales.

Para las economías de los países exportadores de capital, susinversiones en el extranjero continúan siendo válvula de seguridadde las tasas de beneficio y,del nivel de actividad económica interna;han sido un factor determinante en la promoción de demandamundial para su producción, a la vez que han jugado un significa­tivo papel en la conformación --Y mantenimiento de su capacidadmilitar y su poder, político internacional

Estos Tmportantes objetivos de las inversiones de los países'capitalistas avanzados en el mundo subdesarrollado se funden ,enun solo haz de intereses y una sola motivación: el mantenimientode la actual est'iuctur'a de' las relaciones 'internacionales ql;le priva,en el mundo no socialista, corno vía de 'garantizar 'a los grandes­m,!?nopol}os internacionales sus, elevadas _tasas de _beneficios; -e Parael imperialismo, como un todo, tales inversiones constituyen unode los, elementos claves de su política de dominación mundialdespués del derrumbe de los imperios coloniales, forma que; poreso, se ha calificado de "neocolonialismo". Quien lo ponga enduda sólo tiene que imaginar,un mundo sin las inversiones extran­jeras de los grandes países capitalistas. Al hacerlo estará destru­yendo al imperialismo como sistema económico.

Comprender los móviles perseguidos por los inversionistas ca­pitalistas en el exterior es, en nuestra opinión, imprescindible parapoder abordar con criterio realista el análisis de la capacidad desus inversiones para participar en la tarea de promover y acelerarel desarrollo económico de los países atrasados. A discutir talesmóviles destinamos este capítulo.

La consideración por separado de cada una de las motivacionesde' la inversión extranjera; capitalista comporta, hasta cierto punto;

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una abstracción, por cuanto en la mayoría de los casos se fundende tal manera que resulta difícil tanto desvincular unas de otras,como establecer escala de importancia entre algunas de ellas. Otrarazón en contra de dicho tratamiento es la importancia cambianteque han tenido durante el transcurso del presente siglo los citadosmóviles de las inversiones extranjeras. Cada uno de ellos ha tenidouna importancia diferente en el tiempo y en el espacio debido arazones estructurales o coyunturales. La historia del período impe­rialista puede dividirse en dos grandes etapas, una dominada porInglaterra y otra por los Estados Unidos. Tanto las diferencias deestructura económica en ambos países, como el distinto esquemaen la correlación de fuerzas internacionales durante la etapa quecada una domina, van a expresarse en modalidades cualitativa­mente diferenciadas de las formas de inversión y, por ende, enuna graduación distinta del orden de importancia de sus motiva­ciones. De la misma manera puede cambiar dicho orden por razo­nes de carácter coyuntural. Hay, sin embargo, un elemento central,un móvil fundamental y básico que sirve de núcleo organizadode los demás y determina la importancia que, en todo momento dela historia de cada país capitalista deba asignarse a cada una de, lasrestantes motivaciones. Nos referimos, como es de suponerse, ala búsqueda del beneficio máximo de las inversiones.

El tratamiento por separado tiene, sin embargo, ventajas me­todológicas. Ninguno de aquellos móviles ha desaparecido ni pa­rece haber razones para pensar que pueda desaparecer. Analizaraisladamente su naturaleza constituye una buena base para ladiscusión de la maner~ particular como ellos pesan en la conforma­ción de la política extranjera presente y futura de los países capi­talistas, así como para dar respuesta a una pregunta crucial enrelación con el tema central de este trabajo: la de si esos móvilesdel inversionista extranjero son compatibles I con el desarrollo eco­nómico de los países atrasados. Pasemos, pues, a considerarlos porseparado.

2. LA MAXIMIZACION DEL BENEFICIO

Resulta casi un lugar común afirmar que, como en toda acti­vidad económica capitalista, la inversión extranjera abandona susfronteras nacionales atraída por la posibilidad de maximizar su'

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tasa de beneficio, verdad evidente sobre la cual, sin embargo, tien­den frecuentemente a guardar discreto silencio quienes enfocanel papel del capital extranjero desde el punto de mira de su capa­cidad de promover desarrollo, buscando colocar a media sombraun aspecto que si bien tiene sus facetas inconvenientes a la luzdel falso juicio ético de un fenómeno económico, no por ello deja deser el "concepto medular d~sde el punto de vista práctico"."

No deja de producir cierta sorpresa que tales actitudes de Plt­doroso rubor, ante la necesidad de exponer o aceptar la realidad dela -ganaricia como el motor fundamental de las inversiones capi­talistas de cualquier tipo y en especial las .extranjeras, se encuentranmás entre los académicos encargados de la, defensa teórica del sis­tema que entre los propios hombres de negocios, lo que se traduce,de manera paradójica, en que -en este aspecto- muchas vecesencontramos mayor objetividad científica en los planteamientos delos empresarios que en los de algunos economistas."

_Más realista -~l menos desde l.{ perspectiva de corto plazoque condiciona generalmente las opiniones de los gobernantes deturno- fue el presidente Truman en su famoso Punto IV. Afir­maba allí que:

"El viejo imperialismo -'--explotación en busca del beneficioprivado- no tiene ningún lugar en nuestros planes"."

De esta maner<;t se come!lpba por reconocer las lacras delpasado para ofrecer U!! J~uevo _trato guiado por el deseo de brindar"fraternal ayuda" a las áreas atrasadas del mundo. Pero es detodos conocido que dicho programa estaba basado fundamental­mente en el aporte del capital privado, y como puede verse en lasiguiente declaración realizada diez meses después por el señor

9. Pablo González Casanova: La ideología norteamericana sobre las inversionesextranjeras, Universidad de México, Escuela Nacional de Economía, Institll.tode Investigaciones Económicas; México, 1955, p. 73.

10. En su' ensayo sobre "El Capitalismo Monopolista", Baran y Sweezy señalan yrefutan los intentos modernos .de demostrar que para la corporación monopo­lista gigante contemporánea el interés de la ganancia ha pasado a un segundoplano respecto de la "amplia órbita de responsabilidad asumida por su admi­nistración". Intentos que tratan de vendernos las ideas de una "corporacióncon alma" o una sustitución de la conducta maximizadora por el alcance demeros "resultados satisfactorios" (Monthly Reuieu/, Selecciones en castellano.Año 1, vols. 5 y 6).

11. Harry S. Truman: Discurso inaugural. 20 de enero de .1949.

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N. A. Bogdan, del cuerpo de directores de la Ford Internacional,una cosa pensó Truman y otra el que hacía la inversión:

"La primera cosa que un gobierno debe hacer es comprende~

que esas inversiones deben necesariamente basarse en la búsquedade beneficios. No se debe absolutamente esperar que empresas di­rigidas según el interés de los propietarios de los títulos puedanconsiderar a las inversiones hechas dentro del Punto IV, con crite­rios humanitarios, políticos, sociales o militares" .12

La experiencia de dos décadas transcurridas desde que se hi­cieron ambas declaraciones, ha permitido' comprobar que la razónestaba de parte del señor Bogdan. Las inversiones extranjeras pri­vadas continúa a guiándose por el móvil fundamental de brindara sus propietarios los mayores beneficios posibles.

No se trata, sin embargo, de presentar dicha motivación enlos términos simplistas de la economía. de cada empresa conside­rada singularmente, ya que el funcionamiento de los esquemasmicroeconómicos es poco adecuado para abordar el análisis delproblema desde el punto de vista de la estructuración de los gran­des consorcios monopolistas. En otras palabras, el hecho de queuna empresa' extranjera acuse bajos beneficios, o aun pérdidas,durante uno o muchos ejercicios anuales y que sus propietarios con;tinúen operándola, no puede ser objeto de juicio alguno si no setoma en cuenta su lugar dentro, del consorcio que la sostiene. Enmuchos casos tales pérdidas obedecen a razones de táctica y estra­tegia de los grandes negocios que aconsejan, en determinadas situa­ciones, trasladar beneficios de unas etapas y de unas empresasa otras."

12, Citado por Víctor Perlo: El imperialismo americano, Edizioni di CulturaSociale; Roma, 1955, p. 78.

13. Un claro ejemplo en este sentido lo suministra la táctica de la distribuciónvertical de los beneficios en las diferentes etapas (o empresas) que integrana los grandes trusts petroleros. Cuando en 1959 el gobierno venezolano modi­ficó la Ley de Impuesto sobre la Renta para incrementar su participación enlos beneficios petroleros de 50 a 60%, el precio del petróleo crudo bajó enun 9,5%, mientras que el precio promedio de los refinados declinó solamenteen un 2,7%, como lo señalan las cifras siguientes:

, Precio medio en dólar- _. por barril Difermcia

Petróleo crudoProductos refinados

19582,442,92

19592,212,84

0,230,08

Otro aspecto similar que se presta a confusas interpretacioneses el carácter y la finalidad última de 'determinadas inversionesextranjeras, destinadas más a garantizar el abastecimiento futurode materias primas que a explotarlas en un breve plazo. El econo­mista mexicano Víctor Urquidi afirma en 'este sentido 10 siguiente:

La explotación de recursos naturales, como el petróleo, ha t<7nidoen América Latina una finalidad .no solamente mercantil sino tam­bién la de asegurar una fuente de abastecimiento que en un momentodado podría :ser de importancia vital para el buen' funcionamiento dela economía norteamericana y para la defensa de los Estados Unidos.

En el caso de las inversiones mineras, prevalecen consideracio­nes ·semejantes,tal vez con menos énfasis en el éxito lucrativo de lasmismas, sobre todo desde que los precios de los metales se han debili­tado en los mercados mundiales. Tratándose de productos llamadosestratégicos, lo significativo es sin duda el control.qu,~ los norteameri­canoJ. tet¡ga/1 sobre los, suminstros más que las utilidades que sepuedan obtener.w

La cita tanterior expone un concepto' de indudable validez:lós círculós 'dirigentes de Estados Unidostienen un' interéspolíticoy,militar en el controlde las' fuen tes de materias primasestratégicasubicadas en América Latina.ílo.que Hace de tal' control otro de losobjetivos importantes de dichas inversiones, aspecto que discutire-'~ostpás\ ad~l'!-rte. Nos' pdrece, sin ~~bargo, 'exagerado decir, de¡llanera general, que sea el cumplimiento de tal i?;terés ':10 signi­ficativo", lo que prevalece en la motivación' de l;s inversiones pe­tr"'oleras y mineras de las' empresas norteamericanas en AméricaLatina.

Una interpretación más ajustada a la realidad sería la de queen esos casos coincide el móvil del lucro de los in~ersiónistascciriei interés y la seguridad nacional de su país. Al plan,tear el proble-'ma en la forma en que lo hace Urquidi se correel riesgo de dejar

Como resllltad¿ de' este' éambio en' los precios, suponiendo inalterada laestructura de costos, las compañías bajaron- sus beneficios en el sector extrae­tivo en 9 centavos de' dólar por barril en relación al nivel de beneficios de1958. Mientras tanto, los beneficios en el sector" refinado se incrementaronen 15 centa:'os .de, dólar ,por barril, lo que elevó el beneficio total por barril:le toda la industria petrolera en 6 centavos de dólar. Al mismo tiempo, losproventos p:troleros del gobierno venezolano bajaron en,14 centavos por barril.

14." -Víctor Urquidi:Viabilidad económica de América Latú¡a.r , F.' C:-E., México,1962, p, 103 (subrayado nuestro). • ',"

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a un lado dos elementos importantes. El primero es el hecho deque dichos recursos son explotados por consorcios que tienen comoobjetivo final la obtención del máximo lucro posible; el segundo, yno menos importante, es que en la explotación de cada materiaprima existe un pequeño grupo de consorcios que luchan porobtener cada uno para sí, las mejores posiciones en el mercadomundial y por tanto en el abastecimiento de materias primas. Lahistoria de Estados Unidos, por otra parte, es bastante rica enejemplos en los que sus grandes empresas monopolistas han colo­cado el interés de su gananciabilidad por encima del interés nacio­nal, pues como señala el señor Bogdan en una de las citas anteriores,los propietarios de los consorcios no pueden considerar a sus in­versiones "con criterios humanitarios, políticos, sociales o militares".

Las inversiones destinadas a asegurar nuevas yacimientos depetróleo o de minerales metálicos cuya explotación no se pretendeiniciar de inmediato es una operación que, considerada aislada­mente, puede originar resultados pasivos, pero estudiada desde elpunto de vista de sus efectos defensivos del nivel de precios y dela capacidad de esa inversión para garantizar futuros beneficios yde mejorar las posiciones competitivas de los consorcios inversio­nistas, tiene una concreta y definida finalidad lucrativa," lo cualno obsta, por supuesto, para que los grandes monopolios presentensus inversiones como animadas por el patriótico interés de salva­guardar la seguridad de su país, lo que les permite solicitar deter­minadas compensaciones de su gobierno con el consiguiente incre­mento de sus niveles de beneficios.

El argumento relativo a la baja de los precios de los mineraleses, en este caso, poco convincente, pues, a pesar de esa baja, losgrandes consorcios del sector han visto subir su tasa de beneficio,por razones similares a las anotadas en el caso petrolero esbozadoen el punto anterior.

En síntesis, que también aquí el análisis de los resultados dela empresa o la inversión, aislados de los objetivos que se les asigna

15. Este aspecto se encuentra claramente expresado en el siguiente párrafo deBaran y Sweezy (op. cit.) : "En la práctica la búsqueda de la máxima ganancias610 puede consistir en la búsqueda del mayor aumento de ganancias que seaposible en determinada situación, aceptada, desde luego, la premisa elementalde que la explotación de las oportunidades de ganancia que se ofrecen hoyno frustran las oportunidades de mañana".

so

en la cúspide de la pirámide del gran consorcio, encierra el peligrode conducirnos en algunos casos por un camino equivocado. Seríacomo medir los resultados de una acción aislada dentro de unabatalla sin relacionarla con sus aportes al resultado final.

Hoy, como ayer, la inversión privada extranjera busca en elexterior maximizar la tasa de beneficio y los resultados siguensiendo tan jugosos como siempre, si nos guiamos por los balancesde los grandes consorcios internacionales.

3. EL CARACTER ANTICICLICO DE LA INVERSION EXTRANJERA

Los efectos de las inversiones en el extranjero sobre la tasade beneficio capitalista son de dos tipos. El uno, microeconómico-maximización del lucro de la empresa o corporación inversionis­ta- ya lo consideramos. El otro, de carácter macroeconórnico, esel conjunto de efectos que tiene la salida de capitales sobre la acti­vidad económica interna del país acreedor y, por ende, de la tasamedia de ganancia, aspecto al que dedicaremos este punto.

Con anterioridad hemos señalado el carácter de válvula deseguridad que para la tasa de beneficio interno de las economíascapitalistas tuvieron las exportaciones de capital anteriores a 1873.Con el advenimiento de la etapa superior del capitalismo tal efectode la inversión extranjera adquiere una nueva y vital importancia,en virtud de la naturaleza particular de la economía monopolista.

La empresa monopolista produce el volumen de mercancíasque permita alcanzar los precios capaces de maximizar su beneficio,de allí que se convierta en una característica del sistema la utiliza­ción parcial de la capacidad productiva, lo cual determina el surgi­miento de una de sus contradicciones más serias. Por una parte elsistema limita la producción, y por la otra aumenta de manera sinprecedentes la acumulación de capitales en manos de las grandescorporaciones. "Tan rápida es esta acumulación de capitales queel solo hecho de invertirlo remunerativamente se ha vuelto unproblema de sí mismo"." En efecto, la inversión por encima delnivel de capitales requeridos para mantener los precios de mono­polio, conduciría necesariamente a la baja de éstos y a la caída de

16. Norton, Henry Kitredge: BackUJard Countries as a Field [or lnuestment. Lec­tures in the Harris Foundation, Chicago, 1928.

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la tasa de beneficios, lo que obliga a la colocación del excedentecreado en el sector monopolista en otros sectores de su propiaeconomía o en países extranjeros. La inversión en los sectores nomonopolizados de las propias economías capitalistas lleva, por unlado, a un mayor grado de concentración y, por el otro, a la bajade los beneficios en estos sectores, haciéndose necesarias, a la larga,otras vías de colocación de lo que podría calificarse de sobreexce­dente del sistema, entre las cuales la inversión en el extranjero hadesempeñado un rol de importancia histórica variable durante losdistintos períodos de la etapa superior del capitalismo.

Este aspecto de la teoría de las transferencias internacionalesde capital -al igual que los otros que aquí discutimos- fueplanteado originalmente por la escuela marxista, en particularpor Lenin 17 y Rosa Luxemburgo," en una época en que per­manecían intocados los planteamientos irreales de la escuela clá­sica." Como acaeció con toda la teoría marxista, la reacción delos medios académicos de Occidente fue oponerle una cortina desilencio que la negaba sin discutirla, tratamiento que vino a servir,en definitiva, para conformar el marco más favorable a su amadarevolución keynesiana, sostenida en muchos aspectos en el redes­cubrimiento de leyes y relaciones económicas previamente discuti­das por Marx, Lenin y otros marxistas.

El planteamiento keynesiano en torno a los efectos de lastransferencias de capital sobre las economías acreedoras subraya,precisamente, tanto el carácter específico de lo que se ha denomi­nado su función de válvula de seguridad de la tasa media de ga­nancia como su capacidad de promover exportaciones y contribuiral aumento de la demanda efectiva y de la ocupación en .Ios paísesinversionistas, consideradas ambas como parte de un todo orgá­nico, ligado en última instancia a la tasa de ganancia en lo cualcoincide totalmente con la tesis marxista.

17. V. 1. Lenin: El Imperialismo, Fase superior del capitalismo.18. Rosa Luxemburgo: The Accumulation of Capital. Routledge an Kegan Paul

Ltd. Londres, 1951.19. La teoría clásica estaba basada en el supuesto de la inmovilidad internacional

de los factores productivos (capital y trabajo). "Esta -señala Nurkse-- esuna situación ~~traordinaria en un siglo durante el cual, el capital, así como lagente, se movilizó en gran escala de Europa a otros continentes". (Problemasde formación de Capital. Op, cit.).

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Es conveniente recalcar que la afirmación de que las exporta­ciones de capital han jugado durante ciertos períodos papel impor­tante en mantener adecuados niveles de actividad económica enlos países capitalistas inversores, no significa, en modo alguno,que la inversión extranjera pueda constituirse en arma antidclicaabsoluta. Según señala Nurkse, las investigaciones realizadas contal finalidad tuvieron resultados negativos debido a un conjuntode razones que no es del caso discutir aquí. Señala el mismo autorsin embargo, que:

El empleo de las exportaciones de capital como arma anticícIi­ca ... ha dejado de considerarse activamente. Pero las dificultades dela inversión extranjera a corto plazo como instrumento de la políticaeconómica anticícIica, no excluyen su empleo como factor compensa­dor a largo plazo de una propensión interna a ahorrar que podría serexcesiva en relación con las oportunidades internas. La inversión ex­terna puede aparecer como un estimulante para una economía indus­trial madura."?

Es verdad que Nurkse considera también que tal estimulanteha perdido mucha importancia en la actualidad, pero sobre esteaspecto volveremos al final de este capítulo.

4. NECESIDAD DE CONTROLAR LAS FUENTES MUNDIALES

DE MATERIAS PRIMAS

Además de la lucha por el dominio del mercado, por la eli­minación de los competidores reales o potenciales, la constitucióny funcionamiento de un monopolio destinado a producir y venderbienes industriales implica, como elemento esencial, el control delas fuentes de aquellas materias primas gue ,garanticen su continuoaprovisionamiento al menor costo posihle. De distinta manera elmonoplio en cuestión podría ser amenazado por otro que controlarala oferta de sus materias primas o dominado en la lucha por elmercado por un competidor que las obtuviera a más bajo costo.

De allí que, desde su misma aparición, el gran consorcio mo­nopolista buscó integrar sus actividades de manera tal de abarcaren forma vertical desde las etapas extractivas hasta la comerciali­zación de los productos finales. Consolidaron así sus posiciones

20. 1bid., p. 439.

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frente a los consorcios rivales y, sobre todo, se establecieron trabasconsiderables al surgimiento de empresas independientes en todala cadena de procesos industriales que abarcaba el monopolio.

Tales razones impusieron, desde un primer momento, a losgrandes consorcios la necesidad de salir de sus fronteras nacionalesen busca de las fuentes de materias primas esparcidas en toda laamplitud del planeta. Por ello se ha señalado, romo una de lascaracterísticas fundamentales de la fase monopolista del capitalis­mo, el reparto del mundo entre las ...grandes potencias imperialistas."

Una política de tal naturaleza está íntimamente ligada a lanecesidad de hacer inversiones en el extranjero dirigidas, princi­palmente, a dos finalidades distintas:

Por una parte, la explotación eficiente de ciertas materias pri­mas exigía la implantación de grandes empresas altamente meca­nizadas que eran instaladas y operadas por el gran consorcio, comoha sido el caso de la explotación petrolera o minera, y de aquelloscultivos agrícolas susceptibles de mecanización económica: la cañade azúcar y el banano, por ejemplo.

Por otra. parte, el transporte de materias primas hacia lospaíses industrializados, así como la necesidad de crear cierta infra­estructura técnica, obligaron a construir vías de comunicación, faci­lidades portuarias, sistemas de energía eléctrica, etc. En estos casosse prefirió, siempre que fue posible y conveniente, la vía del em­préstito a los gobiernos de los países atrasados para que fueranellos quienes realizaran tales inversiones, poco productivas en tér­minos de beneficios capitalistas. Es interesante hacer notar que enalgunos casos los grandes consorcios se limitaron a promover esteúltimo tipo de inversiones, dejando intocada la estructura atrasadatradicional de la producción y concentrando su organización mo-

21. Ver, V. 1. Lenin: op, cit. Para una interesante interpretación de un economistacapitalista, remitimos a Marsh, D. B., ob. cit., de la cual extraemos el siguientepárrafo: "En la lucha por el control de los mercados, la inversión directa esun arma que puede ser usada "en forma defensiva u ofensiva. Es difícil señalarmotivos específicos de las inversiones extranjeras, pero es probable que eldeseo de tomar medidas de defensa contra el competidor potencial o usar san­ciones contra «agresiones» competitivas, han sido un factor de no poca impor­tancia en la expansión de las inversiones directas de Estados Unidos en el exterior.... Las inversiones directas pueden, entonces ser armas defensivas u ofensivasen la lucha de un pequeño grupo de grandes empresas por el dominio delmercado mundial".

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nopolista en la comercialización de los productos, como ocurrióen los países productores de café y de cacao."

Como vía de consolidar posiciones en los países productoresde materias primas, se concedieron a sus gobiernos préstamos des­tinados a "fundir deudas flotantes o convertir viejos préstamos alargo plazo en nuevas obligaciones". 23

La importancia que tiene para los monopolios internacionalesel control de las fuentes mundiales de materias primas, .es una ca­racterística del período imperialista que, lejos de decrecer, tendióa incrementar con el pasar del tiempo. Dicho sistema económicoha traído consigo un grado tan intenso de explotación de los- recur­sos naturales, que no había sido conocido en ningún otro períodode la historia del hombre. El creciente desarrollo de la demandamundial de bienes industriales y el descubrimiento de usos múlti­ples para muchos recursos naturales ha conducido, necesariamente,a la explotación acelerada de los mismos.

Por otra parte, la búsqueda del máximo beneficio no se com­padece, a menudo, con la utilización de métodos y normas raciona­les de explotación capaces de minimizar los desperdicios y de ga­rantizar adecuada conservación de los yacimientos. Por el contrario,como señala O'Connors," refiriéndose a las petroleras, la únicaconservación que a éstas preocupa es la de "la gananciabilidad de laindustria". Tal política que se traduce en muchos casos en un verda­dero despilfarro de la riqueza natural, ha contribuido no poco alaceleramiento de la explotación y a la disminución de las reservasde los propios países capitalistas.

22. La cita que sigue se refiere a América Latina a fines del siglo pasado y esaplicable a todo el contenido del párrafo: "Además de inversiones en minasy plantaciones, el capital extranjero encontró las mejores condiciones en accio­nes y bonos de ferrocarriles e instalaciones portuarias, a menudo de propiedadprivada, dedicadas especialmente a traer los productos primarios desde el inte­rior (por ejemplo, los ferrocarriles «cafeteros» de Brasil y Colombia y lascarreteras mineras de Chile y Perú) y a facilitar su embarque al exterior. Lamisma finalidad, perseguía la concesión de una importante porción de em­préstitos contratados en el exterior por los gobiernos para financiar ferrocarri­les y otros servicios públicos". (ONU, Capitales Extranjeros en América Latina.Nueva York, 1955, p. 4).

23. Ibid., p. 4.

24. H. O'Connors: El Imperio del Petróleo. Buenos Aires, 1958, p. 75.

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A lo anterior habría que agregar la pérdida para el mundocapitalist., de importantes fuentes de suministros que han pasadoal campo socialista. Se entiende así el porqué del evidente decre­cimiento que se observa en las reservas de recursos naturales delárea controlada por el imperialismo y en especial de sus propiosterritorios metropolitanos, los primeros en ser puestos en explo­tación.

Las razones señaladas convierten a la explotación de yacimien­tos ubicados en el tercer mundo en problema de "interés nacional"para cada uno de los grandes países industriales de Occidente, detal modo que sus inversiones extranjeras dedicadas a la explotaciónde materias primas tienen en la actualidad una' importancia quetrasciende el interés económico de los monopolios en tanto queempresas de lucro, y pasa a constituirse en necesidad vital de todoel sistema económico, político y militar del capitalismo contempo­ráneo, necesidad que no podrá menos que incrementarse en el futu­ro. En este sentido es interesante transcribir la siguiente declara­ción de un destacado hombre de negocios estadounidense, la cualtiene el particular interés de referirse al país que posee el complejode recursos naturales mayor y más completo del mundo capitalista:

Históricamente, una de las razones principales de los EstadosUnidos para invertir en el exterior es el desarrollo de recursos natu­rales, particularmente minerales, y más especialmente, petróleo. Esperfectamente obvio que los incentivos de este tipo de inversiones ?Opueden menos que incrementarse. Nuestras necesidades de materiasprimas están en constante aumento a medida que la población se ex­pande y el nivel de vida sube. Al mismo tiempo nuestros recursos'domésticos se agotan. En 1900 los Estados Unidos eran un ex­portador de materias primas, ahora este país es un importador netode cerca del 10% de sus necesidades de materias primas. Esto, apesar del rápido desarrollo de los productos sintéticos y de los e.s­fuerzos para mejorar la conservación y utilizar minerales de bajotenor. 2 5

Quede, pues, suficientemente claro que el control de las fuen­tes mundiales de materias primas ha sido, es, y seguirá siendo, unmóvil vital de las inversiones extranjeras de los países capitalistas.

25. Phillip Courtney, Presidente del Consejo Internacional de la Cámara de Co­rnercro de Estados Unidos, en un trabajo presentado en el JI Congreso Interna'cional de Ahorro e Inversión, Bruselas, 1959.

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5. LA CREACION DE MERCADOS

Reforzando el móvil anterior, las inversiones extranjeras con­tribuyen a aumentar las exportaciones de los países que las realizan,con el consiguiente estímulo al sistema de precios y el nivel internode la ocupación. Los fondos traspasados al exterior regresan así,por la vía de las exportaciones, a vitalizar la economía del paísinversor.

Si bien es verdad que desde el propio nacimiento del sistemaeconómico capitalista el comercio exterior fue un elemento deimportancia decisiva para su desarrollo, durante el período de sur­gimiento y consolidación de su fase monopolista la necesidad decontar con un mercado exterior cada vez más amplio, se patentizacon redoblada urgencia en virtud del aumento sin precedentes dela productividad del trabajo que traen consigo las nuevas técnicas,los nuevos métodos de organización y la creciente ampliación dela escala de las unidades de producción.

El estallido de la capacidad creadora de bienes que se operaen el nuevo sistema fue de tal magnitud que llegó a determinar enInglaterra, primera potencia económica de aquella época, una si­tuación en la que "el poder productivo de los grandes consorciosfue mayor que la capacidad de compra de la población doméstica","razón por la cual el Primer ministro Chamberlain afirmaba en1896:

.. , yo apruebo la continuación de la ocupación de Egipto; y porla misma razón (necesidad de mercados) yo he subrayado a estegobierno la necesidad de usar toda legítima oportunidad para exten­der nuestra influencia y control en ese gran continente africano quese está abriendo ahora a la civilización y al comercio...

y en otro párrafo:

Jamás perdería el dominio que ahora tenemos sobre nuestra gradependencia de la India que es, sin competidores, el mayor y mivalioso de nuestros clientes."

26. S. Aaronovitch: Monopoly: A Stl/dy of British M01l0poly Capitalismo LOI

dres, 1955, p. 15.

27. Discurso de Joseph Chamberlain en 1896. Citado por Maurice Dobb: SIl/di,in the Deuelopment of Capitalismo Londres, 1955, p. 311.

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La necesidad de garantizar vastos y bien protegidos mercadospuede ser satisfecha por dos vías distintas, sin que ello signifiqueque las dos no hayan estado unidas durante mucho tiempo. La pri­mera, la expansión colonial, cuya apología hace Chamberlain enla cita anterior. La segunda, un arma más sutil de conquista econó­mica: la inversión extranjera.

El hecho de que la primera vía haya sido enterrada definitiva­mente por la nueva correlación de fuerzas que priva en el mundo,da a la exportación de capitales una importancia particular comovía de promover mercados a la producción industrial de los paísescapitalistas avanzados, lo cual se expresa con gran claridad en elsiguiente párrafo de un economista norteamericano:

Las inversiones de capital americano capacitarán a los países endesarrollo para financiar compras adicionales de bienes de capital yotros bienes en los Estados Unidos y otros países. El valor en dólaresde las exportaciones de Estados Unidos será, en consecuencia, másalto que el que podría ser sin la salida de capitales. Los ingresos mone­tarios de los americanos que producen para la exportación serán másaltos. .. Las inversiones extranjeras tendrán, por lo tanto, un efectoexpansivo sobre la economía, ejerciendo su efecto primario a travésde la elevación de los precios cuando persisten condiciones de plenoempleo y elevando la producción y e! empleo cuando éstos se en­cuentran por debajo de sus niveles máximos.t"

y más adelante, para recalcar hasta qué punto la inversiónen el exterior es vital para la economía norteamericana:

Suponiendo un crecimiento del producto nacional bruto a em­pleo total, de tres por ciento anual, supongamos que la presente yextraordinaria ayuda extranjera cesara y que los gastos domésticos decapital descendieran hasta el doce por ciento anual, que se consideracomo posible de sostener en el tiempo. Supongamos también que losgastos domésticos de! gobierno federal permanecen al nivel actual yque los Estados Unidos y municipalidades no expanden sus comprasde bienes y servicios. Bajo estos supuestos y sin inversiones extran­jeras, el mantenimiento del pleno empleo requeriría una expansióndel consumo privado del 50% en diez años, que representaría un

28, W. Salant: "The Domestic Effects of Capital Exports Under the Point FourPrograrn". A. E. R. Vol. 40, mayo, 1950, pp. 496-510. Investrnents, NuevaYork, 1951, p, 71.

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incremento del Producto Territorial Bruto de 77%... resulta claroque no podemos permitirnos el lujo de menospreciar el área de in­versiones extranjeras.w

Todavía más enfático es el planteamiento que al respecto haceKurihara:

Los Estados Unidos, que como la Gran Bretaña deben exportaro expirar, no pueden esperar el incremento del volumen de las ex­portaciones requerido para absorber la exportación total de nuestradesarrollada planta industrial, sin un volumen creciente de la inver­sión extranjera. Así, con todas sus limitaciones, la inversión extran­jera está llamada a jugar un papel cada vez más importante en nuestralucha nacional por el empleo pleno. so

Contrastan los párrafos anteriores con la corriente afirmaciónde que el comercio exterior tiene una importancia reducida parala economía norteamericana, conclusión que surge de considerarel bajo porcentaje que del producto nacional de Estados Unidosrepresentan sus exportaciones de bienes y servicios. Durante losúltimos diez años, la cuota de las exportaciones sobre el productonacional neto ha oscilado alrededor del 6 por ciento." Es evidenteque consideraés, a través de este indicador) l:fl'le la importancia delas exportaciones es menor para la economía de Estados Unidosque para la de otros países capitalistas." Pero tal comparación nodebe interpretarse en el sentido de negar a las exportaciones sudebido lugar entre el juego de variables que rigen el funciona­miento de la economía norteamericana.

29. ldem.

30. K. Kurihara: Foreign Investment and Full Employment . Citado por Gon­zález Casanova, ob. cit., p. 66. (Según el señalamiento de G. c., "las citasque se hacen en el texto corresponden, respectivamente, a afirmaciones delCanciller del Tesoro Hugh Dalton y de la Tesorería de los Estados Unidos enlas propu~stas de Bretton Woods").

31. Tal es el criterio de más general aceptación entre los economistas. En tal sen­tido afirma Marsh: "Los Estados Unidos no han dependido grandemente delcomercio exterior para mantener altos niveles de vida ni la prosperidad de losnegocios. Comparado con el comercio exterior de otros países, el de EstadosUnidos es una cuota relativamente pequeña de su ingreso nacional, no porqueaquél sea bajo, sino porque éste es muy elevado" (Marsh, Donald Bailey:lVorld Trade and ln uestment, NUeva York, ·1951, p. 21).

32. Los porcentajes para otros países son los siguientes: Inglaterra, 20 por ciento;Francia, 15 por ciento; Holanda, 33 por ciento; Alemania, 11 por ciento.

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La importancia de las exportaciones para una economía nopuede medirse, de manera simple y escueta, por su participaciónporcentual en el producto nacional. Tal método dejaría a un ladolas interrelaciones existentes entre las exportaciones y otras varia­bles de la economía. Tomemos por caso el nivel general de empleo.Comenzaremos por anotar que el 6 por ciento que representan lasexportaciones sobre el PTB constituye más de un 12 por ciento dela producción de bienes de ese país; de allí que, si se aceptan algu­nas simplificaciones, podemos decir que las exportaciones dan ocu­pación a alrededor de un 12 por ciento de la población activa de­dicada a la producción material, a las actividades básicas de la vidaeconómica, ya que toda la "producción" terciaria no es en el fondosino acción económica inducida por la producción de bienes, locual da una importancia particular a ese 6 por ciento del PTB, cons­tituido totalmente por bienes materiales. Tal producción originaindirectamente nuevo empleo a través de su capacidad de creardemanda interna por las vías de su abastecimiento directo de bienescapital y del pago de sueldos y salarios que se gastan en el mercadointerno de bienes y servicios. En otras palabras, que habría quetomar en cuenta los efectos acumulativos que tienen las exportacio­nes en la economía nacional del país inversor.

La afirmación que sostiene la presente autonomía de la eco­nomía norteamericana Con relación al comercio exterior deja tam­bién de lado un importante elemento y es el valor de las ventasque realizan las filiales de los grandes consorcios que operan enpaíses extranjeros. Durante 1957 tales ventas alcanzaron la elevadacifra de 32 mil millones de dólares, de los cuales sólo 3,5 miles'de millones en los Estados Unidos; es decir, que sus ventas en elresto del mundo alcanzaron a 28,5 miles de millones, cifra que esun 50 por ciento mayor que las exportaciones totales de EstadosUnidos durante dicho año (19,6 miles de millones). Si se sumanambas cifras se obtendría un total de 48,1 millones de dólarescomo valor de las ventas realizadas en el extranjero por empresasde capital estadounidense, cifra esta que, dicho sea de paso, alcan­za a un 14 por ciento del Producto Nacional Neto de dicho país.

Abundando en detalles al respecto, veamos el siguiente párrafode Business Week:

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· .. de las 100 mayores corporaciones industriales (de EstadosUnidos), 99 están envueltas hoy en una u otra clase de operacionesen el exterior ... por lo menos 3.000 compañías tienen dinero inver­tido en la producción y distribución fuera del país. Trabajando paraestas compañías están docenas de equipos de ingeniería y de contra­tistas varios, consejeros gerenciales y de mercado y de filiales extran­jeras de los bancos de Estados Unidos.v

Tales cifras y conceptos tienen, a nuestro JUlClO, un interésparticular, y es el de expresar con toda claridad la importanciaque tiene el comercio exterior, no ya para la economía de EstadosUnidos. considerada como un todo, sino para su clase dominanteconstituida por los representantes de las grandes corporaciones queson los que trazan y aplican la política exterior de ese país.

Vaya, sin embargo, una necesaria puntualización: la economíanorteamericana posee un complejo tan prodigioso de factores deproducción y un mercado interno tan considerable que podría per­mitirle depender mucho menos de sus operaciones con el exterior yaun dentro de un sistema casi autárquico, aumentar considerable­mente el nivel de vida de su población. Existen estudios que de­muestran tal posibilidad," pero la misma está ligada a la realiza­ción de cambios tan profundos en la estructura económica de esepaís, que nos colocarían de hecho frente a una nueva economía enla que el poder de las grandes corporaciones quedaría minimizado,pues como ya se ha dicho, no es posible concebir a una GeneralMotors o una Standard Oil prescindiendo de sus posiciones privi­legiadas en el exterior.

Parece entonces bastante razonable concluir sobre este aspectoseñalando que, mientras se mantenga la actual estructura del podereconómico y político de los Estados Unidos, basada en el papeldirigente de los grandes trusts, el comercio exterior continuarásiendo un elemento básico de la economía de dicho país.

6. LA DINAMICA DE LOS MOVILES: UN ASPECTO CONTROVERSIAL

A la luz de lo discutido en el capítulo, las inversiones extran­jeras de los países capitalistas aparecen como una actividad que

33. Citado por Monthly Reuieu/. Noviembre 1960, p. 354 (edición norteamericana).34. Un interesante trabajo sobre el tema fue elaborado por Paul Sweezy y Leo

Huberman: "The Theory of U. S. Foreign Policy", Monthly Review. Set.-Oct.­Nov. de 1960.

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no sólo ha sido altamente favorable para dichos países, sino, ade­más, históricamente necesaria para su desarrollo.

Un aspecto distinto es el grado y la naturaleza específica deesa necesidad en el-tiempo y en el espacio. Es evidente que el carác­ter anticíclico de las inversiones tiene, después de la Segunda Gue­rra Mundial, una importancia menor de la que tuvo en los añosveinte, por ejemplo. La razón está en la utilización actual de otroselementos de política económica que conducen al mismo efecto:Carrera armamentista, investigaciones espaciales, automatización,etc. Pero ello no significa que el lugar que ocupa actualmentedicho móvil en la escala de motivaciones de las inversiones impe­rialistas no pueda cambiar en el futuro.

Nos parece obvio que un aligeramiento de las tensiones inter­nacionales traería como consecuencia una disminución de los gastosmilitares y, quizás, un menor énfasis en la carrera espacial. Enestas condiciones, la necesidad de encontrar adecuada utilizacióna la parte del ahorro norteamericano que hoy se utiliza en dichosgastos, podría reconducir hacia un nuevo auge de la función anti­cíclica de la exportación de capitales. Consideramos de cierta im­portancia esta puntualización, no sólo porque deja abierta la posi­bilidad de futuros cambios en la dinámica de las inversiones ex­tranjeras, sino porque invita a meditar sobre la justeza de ciertosplanteamientos que afirman la pérdida definitiva de la importanciade las mismas como factor equilibrador de la dinámica capitalista.La base teórica de dicha posición es el aporte keynesiano a la polí­tica anticíclica. Nurkse la expresó de esta manera:

Es cierto que el análisis keynesiano puso de relieve los efectosfavorables en el ingreso y la ocupación de la economía del país pres­tamista. Pero es importante darse cuenta de que la propia economíakeynesiana elaboró un sistema de política fiscal y monetaria para elmantenimiento de un nivel constante d~ alta ocupación en cualquierpaís industrial avanzado sin la ayuda de la inversión extranjera. Enteoría, al menos, pero probablemente hasta cierto grado también enla práctica, el efecto de la inversión extranjera sobre el ingreso y laocupación, que nunca fue más que un efecto secundario de la trans­ferencia de capital, se ha vuelto muy insignificante como un mediode estabilización económica interna en los países ricos del rnundo.w

35. R. Nurkse: oh. cit., p. 141.

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Parece olvidarse en la cita anterior que las medidas anticícli­cas que han hecho disminuir en las últimas dos décadas la impor­tancia que en este sentido tenían las exportaciones de capital, sonmedidas que definen la política económica general de los EstadosUnidos durante la postguerra, medidas en las qué la política fiscalo monetaria ha estado subordinada al gasto militar y espacial. Elproblema clave es el de considerar hasta qué punto dicha políticapuede considerarse como una base sólida y permanente para eldesenvolvimiento económico.

Tampoco debe llamar a confusión el hecho de que la salidade capitales pueda, en determinados períodos, producir efectos in­deseables sobre la estabilidad de la balanza de pagos internaciona­cionales del país exportador de capitales. Tal es el caso actual delos Estados Unidos. Los apremios que han obligado al PresicienteJohnson a solicitar restricciones voluntarias de los inversionistas enel exterior deben ser comprendidos, no como resultado de las in­versiones extranjeras, sino como manifestación de las contradiccio­nes entre la política económica seguida por Estados Unidos y eldesarrollo económico equilibrado de ese país." En efecto, los re­sultados compensados de sus inversiones en el exterior arrojan unsaldo tan favorable a la economía norteamericana que son másbien un factor activo importante de su balanza de pagos."

El problema radica en que los enormes gastos internacionalesa que obliga la política de dominación mundial de los grandesconsorcios estadounidenses, ligados a su necesidad perentoria desostener la libra esterlina y el retiro de importantes partidas deoro por parte de otros países capitalistas que comienzan a diferen­ciarse de los intereses norteamericanos, están representando unacarga conjunta muy pesada para la economía de ese país.

36. Ver, en este sentido, Paul Baran: La Economía Política del crecim.ento .F. C. E., México, ]958, Cap. IV. También el citado artículo de Sweezy yHuberman (nota n" 34 de este capítulo).

37. En este sentido anota una fuente oficial norteamericana: "Primero que todohay que señalar que los dividendos y otros ingresos recibidos por Estados Uni­dos de sus inversiones extranjeras en todo el mundo han excedido nuestrassalidas de inversiones directas durante el período 1950-60 con excepción de] 957. De manera que agregada el total recibido por dichos conceptos ha supe­rado nuestras inversiones netas por 8.500 millones de dólares. Subcomittee onForeign Economic Policy of the ]oin Economic Committees, Congress of theUnited States: Economic Policies Totoard Less Deueloped Countries, U. S.Government Printing Office; Washington, 1961, p. 62. Los resultados parael período 1960-65 no son menos halagüeños.

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7. LA AYUDA EXTRANJERA. ¿HAN CAMBIAD9)L()~IMS1~ILFS?

UNA PRIMERA RESPUESTA

Hasta aquí el conjunto de motivacion~s'-'élire,élamente econó­micas, estructurales, de la exportación de capitáles1;~nL~las 'economíasimperialistas. A partir de la inmediata postguerra 'yJ'errvirtud delos profundos cambios que se crean en la bál'anta1 d;l poder mun­dial y en las expectativas de los paísesperiféricos; se"éóriforma unanueva importancia de la inversión extranjera: su'importancia espe­cíficamente política, su capacidad de contribuir "D.' refórzar el podermundial del capitalismo. Este periodo se caracteriza por el augede las inversiones extranjeras gubernamentales que. habían sidoprácticamente nulas antes de la Segunda Guerra Mundial.

Resulta evidente que no es el lucro directo b. finalidad deesas transferencias de capital, pues prevalecen en ellas, de manerainmediata, razones de carácter político y militar. Sería, sin embargo,improcedente, perder de vista que detrás de tales ,objetivos estácomo cuestión de fondo la defensa de los intereses económicos delas grandes corporaciones estadounidenses. Las pretendidas moti­vaciones de carácter humanitario y filantrópico que flparecen en elfrontispicio de las declaraciones públicas pueden servir , y de hechohan servido y sirven, para la exportación de una visión generosade la política oficial de los Estados Unidos que tan útil ha sido asus relaciones públicas internacionales. Para el consumo internode ese país priva, en cambio, el más absoluto realismo, el quedestila de la siguiente puntualización del Committee of EconomicDevelopment, organización integrada, entre otras, por firmas comola Standard Oil of New York, General Electric, Ford Motor Com­pany, Colgate Palmolive, Sears Roebuck, American Can, etc.; todascon fuertes intereses en el exterior:

Muchos norteamericanos, movidos por consideraciones de po­breza y miseria del mundo subdesarrollado, creen que nosotros debe­ríamos ayudar a su desarrollo por razones humanitarias. Pero consi­deraciones solamente humanitarias no pueden ser una base adecuadapara la política exterior,.. Los Estados Unidos están preocupadoscon ese desarrollo (de los países atrasados) principalmente, porqueestán en juego importantes intereses nacionales.

El estímulo del desarrollo económico ha venido a ocupar unelevado lugar en la agenda de la política exterior americana porqueun elevado desarrollo de los países atrasados aparece como necesario

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para el alcance de determinados intereses norteamericanos. Si el co­mercio entre las naciones industriales del mundo libre y los paísesatrasados debe expandirse más rápidamente, es necesario que la tasade desarrollo económico de los países subdesarrollados del mundose incremente. 38

La lógica pregunta que surge en relación con los objetivos deeste trabajo puede ser formulada entonces de esta manera: ¿Soncompatibles los móviles del inversionista extranjero capitalista conel desarrollo económico de los países subdesarrollados?

Quizás la mejor respuesta está en el contenido de la últimacita, es decir, que es posible esperar aquel tipo de "desarrollo eco­nómico" capaz de permitir que "las naciones industriales del mun­do libre" incrementen su comercio con los países atrasados, "por­que ello aparece como necesario al alcance de determinados intere­ses norteamericanos"; con lo cual la pregunta anterior pasa a serahora la siguiente: ¿Es ese tipo de desarrollo más conveniente a losintereses de los pueblos del tercer mundo?

Al final de la obra tendremos oportunidad de dar respuestaa esa pregunta en el caso de las inversiones directas en el sectorprimario.

38. Economic Deuelopment Abroad and tbe Role of American Foreign Invest­ment; a Statement on National Economic Policy by "The Researeh an PolieyCommittee of the Committee for Eeonomie Development"; Nueva York, 1956.

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