los municipios castellanos en el siglo xviii

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Los municipios castellanos en el siglo XVIII 2 UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÖN A DISTANCIA (MADRID) DEPARTAMENTO DE HISTORIA MEDIAEVAL, MODERNA Y CC. Y TT. HISTORIOGRÁFICAS CURSO DOCTORADO LOS MUNICIPIOS CASTELLANOS EN EL SIGLO XVIII Trabajo Monográfico presentado por Don Aitor Pagalday Muñoz. Y dirigido por la profesora Doctora Laura Santolaya Heredero. La profesora El autor Eskoriatza, a 30 de Abril de 2005

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Los municipios castellanos en el siglo XVIII

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÖN A DISTANCIA (MADRID)

DEPARTAMENTO DE HISTORIA MEDIAEVAL, MODERNA Y CC. Y TT.HISTORIOGRÁFICAS

CURSO DOCTORADO

LOS MUNICIPIOSCASTELLANOS EN EL

SIGLO XVIII

Trabajo Monográfico presentado por Don Aitor Pagalday Muñoz.

Y dirigido por la profesora Doctora Laura Santolaya Heredero.

La profesora El autor

Eskoriatza, a 30 de Abril de 2005

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Los municipios castellanos en el siglo XVIII

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INTRODUCCIÓN ..................................................................................................... 41. TÉRMINO Y COMPONENTE HUMANO ................................................ 51.1. Estado seglar y eclesiástico............................................................................ 61.1.1. Estado seglar............................................................................................... 61.1.2. Estado eclesiástico ...................................................................................... 71.2. Población activa ............................................................................................. 82. LA RIQUEZA .................................................................................................. 102.1. Riqueza inmobiliaria ................................................................................... 102.1.1. Las tierras ................................................................................................. 102.1.2 Las casas ................................................................................................... 112.2. Riqueza mobiliaria....................................................................................... 113. LAS INSTITUCIONES ................................................................................... 133.1. Los gremios................................................................................................... 133.2. Hospitales y beneficencia............................................................................. 143.3. Los colegios ................................................................................................... 154. EL GOBIERNO MUNICIPAL....................................................................... 164.1. Composición del mismo ............................................................................... 164.2. Competencias................................................................................................ 174.2.1. Autoridades derivadas del poder regio .................................................. 174.2.2. Los cabildos .............................................................................................. 184.2.3. Resto de oficios ......................................................................................... 19CONCLUSIÓN ........................................................................................................ 20BIBLIOGRAFIA...................................................................................................... 21FUENTES DOCUMENTALES .............................................................................. 23

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INTRODUCCIÓN

“... que acaece que quando los dichos fieles han de nombrar y escoxer a losdichos offiçiales que los dichos bandos y la mayor parte de la comunidad de bos eldicho conçejo que bos armades...”

Es así como, este escrito del archivo municipal de Eskoriatza (Guizpúzcoa),nos da información al respecto de cómo se efectuaba el proceso de nombramiento delos miembros del gobierno municipal.

Este trabajo, no pretende ser una exhaustiva investigación sobre losmunicipios castellanos durante el siglo XVIII, por un lado por la premura de tiempoy por otro por la amplitud del tema a investigar (temporal y espacialmente). Por ello,realizaremos una breve síntesis de cómo estaban estructurados las localidadescastellanas durante el citado siglo.

El trabajo se compone de cuatro grandes partes. En la primera de ellas noscentramos en los aspectos sociales y demográficos de los municipios. En la segundade ellas, son los aspectos económicos los que se tratan, tomando las riquezasinmobiliarias y mobiliarias como base. En la tercera parte, las instituciones másimportantes son las que centran nuestra atención. Y en la cuarta y última parte, es elgobierno municipal y su funcionamiento donde nos centramos.

Para realizar esta síntesis, nos basaremos en dos tipos de fuente deinformación. Por un lado consultaremos las fuentes y la información que nos ofrezcael catastro de la ensenada y por otro lado, consultaremos la bibliografía ya existentesobre nuestro tema de estudio.

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1. TÉRMINO Y COMPONENTE HUMANO

Para comenzar con el estudio sobre los municipios castellanos durante el sigloXVIII, sería conveniente señalar el carácter socio jurídico desigual que solían teneralgunos municipios y otros durante toda la Edad Moderna como herencia delMedievo.

Así las cosas, podemos señalar que estos, podían dividirse entre municipiosde realengo y de señorío. Entre los primeros, solía ser el Rey la autoridad máxima yentre los segundos, era un noble (señor), quien gobernaba en nombre del monarca.De todos modos, a lo largo del siglo XVIII, los municipios de señorío fuerondesapareciendo en favor de los de realengos.

Por otro lado hay que señalar que los municipios solían catalogarse dediferente manera. Podían estar agrupados en ciudades, villas o aldeas. A lo largo dela Edad Moderna, fueron las dos primeras condiciones jurídicas las que másrápidamente se fueron multiplicando.

La razón principal de esto, lo explica muy bien Jose Angel Achón Insausti ensu estudio sobre la villa de Mondragón, al señalar que la condición jurídica queotorgaba el título de villa, suponía que la autoridad hasta entonces dominante sobreese municipio dejaba de tener vigencia pasando así al dominio real. Hay que señalarque en la mayoría de las ocasiones, los municipios se alegraban de su nuevacondición de villa o ciudad porque su primera y más inmediata consecuencia solíaser el descenso de la presión fiscal sobre sus vecinos.

En lo que al componente humano se refiere, tanto seglar como eclesiástico delos municipios castellanos durante el siglo XVIII, sería conveniente hacer unadistinción entre los municipios cercanos a la costa y los del interior.

De todos modos, hay que señalar que a nivel global, podría decirse que elsiglo XVIII, fue un siglo de incremento poblacional. Sin embargo, hubo municipiosdel interior de Castilla, donde este incremento no fue tal, hablando en algunos casosincluso de descenso más que de incremento poblacional.

Una clara muestra de ello tenemos el estudio realizado por Vicente PérezMoreda y David Sven Reher1, donde se hace hincapié en mostrar mediante diferentestablas poblacionales como las regiones del interior peninsular, principalmente lasubicadas en ambas mesetas Como Castilla, León y Extremadura, arrojan un saldopoblacional negativo. En lo que a las regiones periféricas hace referencia, según sedesprende de este mismo estudio, queda bien a las claras que son principalmenteAsturias, Murcia, Cataluña y Galicia las que mayor incremente poblacionalregistraron a lo largo del siglo XVIII.

Para explicar el porqué de esta situación, hay que remontarse al siglo anterior,al siglo XVII concretamente. En la España del interior, la depresión demográfica delsiglo XVII, duró más de lo normal y sus efectos negativos perduraron durante los dosprimeros tercios del siglo XVIII. Sin embargo la mortalidad catastrófica por

1 Pérez Moreda, Vicente y Sven Reher, David: Demografía histórica de España. Madrid, 1988.

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epidemias, pestes, etc. no fue sino un factor mas que influyó en el estancamientodemográfico. El elemento que mejor explica esta coyuntura, es que ambas mesetasfueron presas, durante el reinado de los Austrias menores, de una crisis moral ymaterial, mucho peor que cualquier otra crisis epidémica.

Por todo esto que estamos comentando, podemos señalar que el siglo XVIIIfue la trágica prolongación del terrible siglo XVII que agotó el interior peninsular.

Otra de las razones que explica el estancamiento demográfico, del quevenimos comentando, es la situación de la actividad económica.

La falta de calidad y el distanciamiento entre los precios hispanos y loseuropeos, arruinaron la producción artesana y manufacturera de Castilla del sigloXVIII. Este declive, tuvo como inmediata consecuencia, que la economía deciudades castellanas como Salamanca, Cuenca, Burgos, Toledo y algunas otras,cayera en picado a partir del reinado de Felipe II.

A esta quiebra industrial, artesanal y manufacturera, le siguió la comercial yal final, también la de los servicios, por lo que los ingresos del fisco se vieroncomprometidos muy seriamente. Como consecuencia de ello, se buscó en laagricultura, de productividad sostenida, la tabla de salvación del sistemasocioeconómico.

No pasaron muchos años hasta que la presión fiscal y señorial sobre lostrabajadores de la tierra, resultaron ser insoportables, a lo cual se le unió una excesivainversión especulativa, como lo fueron los prestamos a usuarios de tipo hipotecario.Por ello, cabe deducir que la situación de los agricultores, también empeoró en muypocos años de manera muy considerable.

Podemos señalar por lo tanto, que el declive rural, partió de la “ruina de lasactividades secundarias del mundo urbano”. Las dos mesetas se despoblaron debido aque los campesinos se vieron obligados a emigrar: los destinos fueron varios entrelos que se destacaron América, las posesiones europeas y la periferia peninsular.

1.1. Estado seglar y eclesiástico

1.1.1. Estado seglar

A la hora de cuantificar el número de habitantes con los que contaban losmunicipios castellanos durante el siglo XVIII, hay que señalar que las fuentes masfiables son los censos municipales. Sin embargo, los censos de esta época no resultanmuy fiables, debido sobretodo a la mentalidad tradicional de la época, por la cualtrataban de ocultar la realidad a las autoridades por miedo a las actuaciones ointervenciones fiscales.

Otro pero que se les pone tradicionalmente al uso de los censos como fuentede información, es la dificultad que presentan para poder hacer análisis comparativosentre ellos.

La razón principal que explica esta crítica, es la falta de un mismo criteriopara todos los censos. Así por ejemplo, a la hora de componer agrupaciones sociales,

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a los historiadores se nos presentan múltiples dificultades para poder hacer unanálisis fiable.

A pesar de todo ello, si que podemos hacer una clasificación de losprincipales grupos sociales de los que solía componerse un municipio en esta época:

• Cargos y oficinas reales.• Comerciantes.• Médicos.• Dependientes seglares de la Iglesia.• Oficios y artesanos.• Labradores.• Jornales.• Viudas.• Pobres.

Esta clasificación puede resultarnos útil, para la realización de estudiosdemográficos sobre ciudades de cierto tamaño y población.

Tal y como se ha señalado con anterioridad, la población castellana duranteel siglo XVIII, a pesar de la pequeña recuperación que hubo, era considerablementebaja para la amplia extensión que ocupaba el reino castellano.

Una de las razones que explica esta situación, es la baja natalidad de la época.La media de hijos por matrimonio era relativamente baja, exactamente de tan solo1,26 hijos por matrimonio. Una de las causas de este índice tan bajo, era la edadmedia de los matrimonios. Resultaba común que las parejas contrajeran matrimonioentre los 35 y los 40 años, por lo que les quedaba muy poco tiempo de edad fértil.

A este respecto, hay que señalar que este bajo promedio de hijos pormatrimonio no estaba directamente relacionado con el nivel de renta per capita de lasfamilias. Así por ejemplo, las familias con unos niveles de renta más bajos, oscilabanentre los 1,1 hijos por matrimonio de las familias de labradores y los 1,2 hijos de lasfamilias dependientes de la Iglesia y jornaleros. Por otro lado, las familias conniveles de renta más altos, tan solo llegaban a los 1,7 hijos por matrimonio.

De todos estos datos, podemos deducir, que cuando se habla durante la EdadModerna de la gran extensión de las familias, no se hablaba contabilizando tan solo alos miembros de las familias nucleares, sino que también se contabilizaban, abuelos,tíos, cuñados, suegros, sobrinos y nietos.

1.1.2. Estado eclesiástico

A la hora de hablar del estado eclesiástico en los municipios castellanos, hayque señalar antes de nada, que existían notables diferencias entre unos municipios yotros según el carácter más o menos eclesiástico de estos. Así por ejemplo laproporción del estado eclesiástico con relación a la población total en un municipioque no lo era, cambiaba significativamente en función del carácter mas o menosreligioso del mismo.

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Por otro lado, en lo que al estado eclesiástico propiamente dicho hacereferencia, este se dividía en dos grupos, por un lado el estado eclesiástico secular ypor el otro el estado eclesiástico regular.

Habitualmente, el número de componentes del estado eclesiástico regular,solía ser mayor que el del estado eclesiástico secular. Y en cuanto a la distinción porsexos hace referencia, en el clero secular, la comunidad femenina solía ser másnumerosa que la masculina, mientras que ocurría lo contrario en el clero regular.

A pesar de todo esto, la composición exacta y con cifras exactas del censoeclesiástico es complicada de cuantificar e investigar. La principal causa de estacomplicación, radica en que muchos vecinos de los municipios solían estar censadostanto en el censo regular como en el censo secular, por lo que se daba una duplicadode nombres. Por ello y para no incurrir en este error, se debería hacer una meticulosay exhaustiva investigación de nombres tanto masculinos como femeninos de amboscensos.

1.2. Población activa

Denominamos población activa, a aquella parte de la población que seencontraba ocupada en una actividad laboral remunerada. Por ello, no es tareasencilla cuantificar de forma precisa la población activa real de los municipioscastellanos durante el siglo XVIII.

Dentro de este grupo, entrarían desde labradores y tenderos, hasta artesanosjunto con sus aprendices y los trabajadores de la administración.

Sin embargo, resulta obvio que en esta relación de empleos u oficios, no estáincluida, otra fuerza de trabajo, que aunque de forma oficial no aparecía registrada, sique realizaban una inestimable labor en el quehacer diario de las familias. Hablamosde las mujeres, de los niños y de los adolescentes que no trabajaban como aprendicesde un oficio.

En las zonas rurales, la mayor parte de la población activa, se dedicaba a laslabores de labranza de la tierra. En un segundo lugar, podríamos situar a aquellostrabajadores que se dedicaban a la artesanía y en tercer y último lugar en cuanto anúmero hace referencia, situaríamos a los trabajadores de la administración.

En las zonas urbanas por el contrario, eran los oficios artesanos los quecobraban un mayor protagonismo en detrimento de los labradores, mientras que lostrabajadores de la administración quedaban en término medio entre los dos grupos detrabajadores anteriores.

A la hora de hacer una clasificación de la población activa de las ciudadesdedicada a los oficios, es conveniente hacerla tomando como indicador el grado denecesidad que resultaba el trabajo que ellos desarrollaban para el resto de lapoblación. Así las cosas, podríamos clasificar la población activa de un municipiocastellano en tres grandes grupos.

En un primer grupo, se encontrarían aquellos trabajadores cuyo trabajoresultaba de primera necesidad para los ciudadanos. Por ello, denominaremos a estos

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oficios como primarios. Entre estos, podríamos destacar los oficios de herrero,albañil, carpintero, etc.

En un segundo grupo, se encontrarían los que denominaremos oficiossecundarios o de segundas necesidades. Estos oficios, consistían básicamente en elperfeccionamiento de la labor que hacían los trabajadores de los oficios primarios.Este segundo gran grupo, podríamos subdividirlo en diferentes ámbitos de actuación:Los relacionados con la viviendo, como lo eran el cantero o el yesero; losrelacionados con la vestimenta, como el tintorero o el peinador; y los relacionadoscon la producción del menaje para la casa, como el alfarero, tinajero, etc.

En un tercer grupo se encontraban los oficios que dependían de la situacióneconómica del resto de personas. Así por ejemplo si la situación era económicamentebuena, y la gente gozaba de excedente para poder tener otra fuente de ingreso, lostrabajadores que incluimos en este grupo se veían rápidamente beneficiados de esabuena coyuntura económica. Entre estos oficios destacamos los de pastelero,confitero, relojero, cordonero, etc.

Más adelante se analizara con mayor detenimiento el tema de los oficios,gremios, etc. y todo los que esto suponía para un municipio de la época.

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2. LA RIQUEZA

2.1. Riqueza inmobiliaria

La riqueza inmobiliaria con la que solían contar los municipios castellanosdurante el siglo XVIII, se centraba principalmente en los campos, las tierras y lascasas.

2.1.1. Las tierras

Si comenzamos por analizar la tierra como riqueza inmobiliaria, hay queseñalar que su valor era clave debido a que los sectores productivos existentes en losmunicipios estaban configurados y condicionados en gran medida por ella.

Sin embargo, resulta complicado metodológicamente, calcular la riqueza realque creaba la tierra para un municipio, para ello, habría que delimitar y situar ladistribución de las propiedades terrestres y sus rentas.

La propiedad de la tierra de los municipios, solía estar dividida en dosgrandes grupos. Por un lado las tierras pertenecientes al clero y por otro lado, lastierras pertenecientes al estado seglar.

Las tierras del clero, a su vez se dividían entre las del clero secular y las delclero regular.

En lo que a las propiedades del clero secular hace referencia, hay que señalarque se componían por las tierras cuya función era la de servir de mantenimiento a laspersonas que componían la institución por un lado, y por el otro, por las tierrasdestinadas al mantenimiento material.

Las propiedades del clero regular por su parte, solía servir para lamanutención tanto material como humana de la institución.

En cuanto a la titularidad de las tierras, las del clero secular, podían serindistintamente tanto individual como colectiva, no ocurría lo mismo con la del cleroregular debido a que la titularidad mayoritaria, solía ser la colectiva.

Las propiedades del estado seglar, estaba dividida en cuatro grandes grupos:Titulados, dones2, labradores y los bienes de los pueblos.

En lo que a la titularidad de la propiedad se refiere, se dividía en dos grupos.Los titulares individuales por un lado, los cuales podían disponer libremente de lautilización de los bienes; y los titulares colectivos, que solían identificarse tanto conel colectivo propiamente dicho (era este el que disponía de ella), como con unindividuo que era designado por el dicho colectivo.

2 Se denominaba como dones, a aquellas personas que sin formar una clase social identificada dentrodel municipio, poseían un rango social distinto del pueblo llano en cada localidad. Este rango superior,se identificaba con la voz “don”, que precedía al nombre del dicho individuo. A nivel generalpodríamos decir que se trataba de un colectivo situado entre la nobleza urbana y el pueblo llano.Dentro de este grupo se encontraban colectivos tan heterogéneos como hidalgos rurales, algunos hijossegundones de familias nobles, profesionales liberales y labradores y comerciantes enriquecidos.

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2.1.2 Las casas

Como ocurría con la mayoría de las propiedades, las casas también estabandivididas entre las pertenecientes al estado seglar y las del estado eclesiástico.

Al igual que con la propiedad de la tierra del estado seglar, las casas estabanrepartidas entre las pertenecientes a los titulados, las de los dones y las de los no-dones.

Los titulados, habitualmente solían ser los dueños de las casas más grandes delos municipios, pero en pocas ocasiones residían ellas. La razón de esta ausencia erabásicamente su preferencia por residir más cerca de la Corte.

Las casas pertenecientes a los dones por su parte, solían ser mayoría en losmunicipios, mientras que en un término medio quedaban, en cuanto al número depropiedades totales hacía referencia, los propietarios que ni eran titulados ni tampocodones.

Al igual que ocurre hoy en día, ser propietario de una casa o vivienda,brindaba la posibilidad a dichas personas disponer de una fuente de ingresos más.

Los alquileres de las viviendas, solían oscilar en función de tres variables. Porun lado, el municipio en el que se encontraban; Por otro lado, la localización queposeían estas viviendas dentro del propio municipio; y por último, las característicasde la casa o vivienda. Así por ejemplo, tal y como señala Laura Santolaya en suestudio realizado sobre la ciudad de Toledo durante el siglo XVIII, la cuantía delalquiler de una vivienda solía rondar el 10% del valor de la vivienda3.

Había situaciones, con el objetivo de abaratar el alquiler por ejemplo, en elque no se alquilaba una casa o vivienda al completo, sino que tan solo se alquilabauna habitación o una parte concreta de la casa.

Las casas cuya propiedad era de los diferentes colectivos del estadoeclesiástico, solía variar en numero total en función del cariz más o menos religiosodel municipio.

De este modo se explica, que en los municipios donde se encontraba la sedeepiscopal, solían tener una cariz mucho más religioso que los que no eran sede, locual se traducía en el número de viviendas más elevado pertenecientes al estadoeclesiástico.

2.2. Riqueza mobiliaria

Como eje de la propiedad mobiliaria, se encontraban las “rentas”.

Denominamos renta, a la utilidad o beneficio que rendía una cosa, o de lo queella se cobraba.

Durante la época moderna en Castilla existían tres tipos de rentas principales:

3 SANTOLAYA, L.: Una ciudad del Antiguo Régimen: Toledo en el siglo XVIII (personas, propiedady administración). Cuadernos de la UNED: Madrid, 1991.

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Censos, juros y tributos.

Los tributos eran los “pagos de una pensión anual por un capital recibido endinero, pero que estaba fijado sobre un determinado bien inmueble para asegurar sucobro; en este sentido, eran las tierras o las casas las que solían estar grabadas4.

Los censos y los juros eran dos tipos de renta básicamente idénticas. Sudiferencia radicaba en que mientras los censos se daban como consecuencia de loscontratos efectuados entre particulares, los juros eran un tipo de renta en el que loscontratos se efectuaban entre la Corona y los particulares. Por ello a los jurostambién se les denominaba censos reservativos, los cuales eran un “compromisoperpetuo para el que recibía la cantidad total, por el que se obligaba a pagar aloferente un dinero anual”5.

Además de los censos reservativos o juros, también había censosconsignativos, en los cuales el pago anual se encontraba ligado a un porcentaje sobreun capital.

Con el tiempo, tal y como señala Santolaya comentando una cita de Donezar,la continua necesidad de dinero de la Corona castellana, llevo a esta a pedir dinero aparticulares teniéndoles que pagar como reconocimiento por haber prestado esteservicio, una cantidad anual.

Estos pagos anuales, a pesar de que en un principio fuera vitalicio, con eltiempo se convirtieron en hereditarios.

Sin embargo, los particulares para asegurarse el cobro de estosreconocimientos6, por ejemplo en el caso en el que en algún momento desde latesorería real se dijese que no había dinero, situaban el “pago sobre la renta de undeterminado sitio7.

Además de estos tres tipo de rentas, existían otras que no eran tan frecuentes:Prestamos, derechos, arriendos de oficio, etc.

4 Op. Cit. Pag 172.5 Op. Cit. Pag 172.6 El juro, como censo reservativo que no era un interés sobre el capital, cesaba cuando el estadoquería.7 Op. Cit. Pag 172.

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3. LAS INSTITUCIONES

La sociedad castellana durante el siglo XVIII, con el objetivo de mejorar sufuncionamiento, se estructuraba en base a unas instituciones. Estas, gestionaban losámbitos más importantes de la sociedad de la época. Salvo la política, todas lasdemás, la economía, la sanidad y la educación.

3.1. Los gremios

Los gremios eran asociaciones de personas con el mismo oficio o profesión.

Sus orígenes se remontan a la Edad Media y solían estar compuestos poraprendices, oficiales y maestros.

Los gremios se agrupaban en dos grandes bloques, por un lado los gremioscomerciales y por el otro los gremios artesanales. Su principal diferencia era ladistinta concepción que tenían de la realidad económica.

Los gremios artesanales, trataban de buscar la mayor especialización de suscomponentes mediante pruebas. Los gremios comerciales por su parte, defendían quela mejor técnica para el desarrollo, era la observación de la técnica comercial delpropietario del negocio8.

Otra de las diferencias que existía entre ambos tipos de gremio, era quemientras los gremios artesanales estaban necesitados de seguridad y por lo tantopodríamos considerarlos como conservadores, los comerciales, apostaban porarriesgar su dinero con el objetivo de obtener mayores beneficios.

Otra de las cosas reseñables, era que mientras los asociados de los gremiosartesanales no percibían a los otros asociados como competidores, los miembros delos gremios comerciales si lo hacían y como consecuencia de ello, trataban de actuarde forma independiente, en la medida de lo posible, para la obtención de la mayorcuantía de beneficio posible.

Con todo ello, podemos señalar que los gremios perduraron en el tiempodurante tantos años, porque también repercutían positivamente en la sociedad comoen el estado en general.

Uno de los beneficios, y quizás el más importante, era que garantizaban laestabilidad social. Esto se explica porque la religiosidad de la institución, su sistemaasistencial y la conservación moral de sus componentes, cortaban cualquier tipo dereivindicación de libertad9.

Otro de los beneficios, era directamente para el estado. Con los gremios, elestado además de conseguir diversos datos estadísticos para políticas económicas ysociales posteriores, conseguía poseer una vía para que las reclamaciones de lostrabajadores estuviesen perfectamente canalizadas. Es decir, que mediante los

8 VILLAS, S.: Los gremios malagueños, 1700-1746. Malaga, 1983.9 CAPELLA, M. y MATILLA TASCÓN, A.: Los cinco gremios mayores de Madrid. Cámara deComercio: Madrid, 1957.

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gremios, el estado conseguía disponer de una herramienta que actuaba como policíadel sistema económico.

Como tercer beneficio principal, y unido al anteriormente mencionado delsistema económico, los gremios actuaban como garantía del citado sistema.Aseguraban unos productos y servicios de calidad y con costos estables pero tambiénpodían ayudar materialmente a los habitantes en casos de extrema necesidad comocatástrofes, hambrunas, epidemias, etc.10.

Durante el siglo XVIII y con la aparición del movimiento ilustrado, lasituación de estas asociaciones de trabajadores del mismo oficio, sufrió algunoscambios considerables.

Para algunos investigadores, los gremios eran unos estímulos para laproducción11, por el contrario para otros, resultaban ser un excesivo control de lalibertad de producción12.

Los ilustrados, principalmente a partir de mediados del siglo XVIII, veían a lainstitución gremial como un agente de control de la producción.

La postura ilustrada, podemos considerarla como antigremial en toda regla.Veían a los gremios como herramientas o útiles tradicionales para consolidar lasoligarquías hereditarias. Basaban su opinión en que los dirigentes gremiales tratabande limitar las libertades, tanto de producción como de toma de decisión, con elobjetivo de imposibilitar el ascenso de nuevas personas a los puestos dirigentes y depoder.

Los conflictos entre los ilustrados y los tradicionales, entorno a los gremios,no se hicieron esperar y mientras los primeros trataban de introducir nuevas normaspara la organización de los gremios, los segundos trataban de mantener lasestructuras tal cual estaban.

3.2. Hospitales y beneficencia

Los hospitales en los municipios castellanos durante la Edad Moderna, eraninstituciones eclesiásticas, debido a que eran los dirigentes eclesiásticos quienesdebían dar los permisos correspondientes para la creación de un hospital, comorespuesta a las peticiones realizadas por los interesados.

En general, podríamos señalar que los hospitales tenían como objetivoprincipal, mirar por la piedad y la caridad del pueblo. Por ello, el concepto debeneficencia y el de hospital, estaban estrechamente ligados.

A grandes rasgos, los hospitales además de servir para la cura de enfermos,servía también como asilo a desvalidos, albergue para pobres, de hospedaje para losperegrinos sin grandes medios económicos, etc.

10 MOLAS RIBALTA, P.: Los gremios barceloneses del siglo XVIII. Madrid, 1970.11 Op. Cit.12 DÍEZ, J. L. : Los gremios en la España imperial. Aldecoa S.A.: Madrid.

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Algunos hospitales, los más pequeños casi siempre, solían especializarse enuna labor concreta, debido a que no contaban con medios suficientes para poderresponder a todas las necesidades de piedad y caridad que solían tener los habitantesde los pueblos y los peregrinos.

En lo que a la gestión de los hospitales hace referencia, hay que señalar quelos fundadores del hospital nombraban un “equipo directivo” que se encargaba delgobierno del hospital y que debían de dar cuenta periódicamente a sus superioressobre los pormenores de su gestión.

Las rentas que se obtenían de los bienes del hospital, debían servir para pagarlos salarios de los trabajadores que desempeñaban su labor en él y el resto para losgastos hospitalarios. Resulta curioso comprobar como en muchas cartasfundacionales de hospitales, se prohibía expresamente la posibilidad de sacar ningúnobjeto de culto del hospital con el fin de alquilarlo o venderlo.

3.3. Los colegios

Cuando nos referimos a los colegios, hacemos referencia a todos aquelloscentros dedicados a la enseñanza o docencia.

Durante la Época Moderna, la ecuación estaba dividida, al igual que tambiénlo esta hoy en día, dividida en diferentes etapas.

Por un lado se encontraban los colegios de educación básica, conocidos comocolegios de primeras letras y gramática. Por otro lado se encontraban los colegios dehumanidades y por último y como tercer nivel, los colegios universitarios.

Durante el siglo XVIII, la educación al no ser obligatoria, nos hacemos unapequeña idea de quienes podían disfrutar de recibir docencia colegial.

La procedencia de los grupos estudiantiles, mayoritariamente eran hijos defamilias acomodadas o estudiantes becados. Había también un importante tercergrupo de estudiantes denominados, fámulos, que realizaban pequeños trabajos a lavez que estudiaban para mejorar su situación económica.

Los centros educativos, se localizaban principalmente en las urbescastellanas, básicamente porque era en las ciudades donde se encontraban la mayoríade clientes potenciales de estos centros.

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4. EL GOBIERNO MUNICIPAL

Existe disparidad de opiniones entre diferentes historiadores al respecto de laaparición de los primeros Ayuntamientos. Mientras que para algunos, los primerosayuntamientos se crearon durante el siglo XIII mediante la figura del Regimiento deregidores y procuradores por designación real13, para otros como es el caso de JoseLuis Orella14, la aparición del concejo cerrado15 data de la segunda mitad del sigloXIV, convocándose desde entonces la asamblea una vez al año para la elección delos cargos concejiles y procuradores a Juntas.

Con la aparición de los concejos cerrados o ayuntamientos16 cerrados, y porlo tanto para la reunión restringida de la “más sana parte”, no se precisaban yagrandes espacios al aire libre o toda una iglesia. Bastaba una habitación par poderdeliberar en ella.

Tanto es así, que las Cortes de Toledo de 1480 sancionan la obligación deacondicionar en el plazo de dos años “ casa de ayuntamiento e cabildo en que seayunten”, a fin de que la vida municipal se desarrollara conforme a la realidad quelos Reyes Católicos deseaban para sus municipios. El texto dice así17:

“Porque paresce cosa desaguisada e de mala gobernación que las ciudades evillas de nuestra corona real no tengan cada una de ellas su casa pública deayuntamiento e cabildeen que se ayuntar, las justicias e regidores a entender en lascosas complideras a la república que han de governar. Mandamos a la justicia eregidores de las ciudades e villas e lugares de nuestra corona real que no tienen casapública de cabildo e ayuntamiento para se ayuntar, que dentro de dos años primerossiguientes, contados desde el día en que estas nuestras leyes fueren pregonadas epublicada, fagan cada una ciudad e villa su casa de ayuntamiento e cabildo en que seayunten so pena de que en la ciudad e villa que no se finiere dentro del dichotérmino, que dende en adelante los tales oficiales hayan perdido e pierdan los oficiosde justicias o regimientos que tienen”.

4.1. Composición del mismo

Los gobiernos municipales durante la Edad Moderna, eran un órgano degobierno realmente importante. Como consecuencia de ello, durante el siglo XVIII lainstitución que en este momento nos compite, resultó ser un órgano decisorio en lasociedad castellana de la época.

13 AGUIRRE SORONDO, A.: La casa consistorial de Bergara. Diputación Foral de Gipuzkoa,Donosita, 1995.

14 ORELLA UNZUE, J.L.: Derecho e instituciones de los territorios históricos. En: “Euskal Herria.Historia y Sociedad”. Caja Laboral Popular. 1985. pag. 321.

15 Previamente al concejo cerrado, existía el concejo abierto, en el cual los habitantes de una villa sereunían periódicamente en un lugar por todos conocido (habitualmente solían ser los soportales de lasiglesias) para escoger a sus representante y o para la toma de decisiones de índole comunitaria.16 El término ayuntamiento, nos da pie a pensar que proviene de la acción de juntarse, “ajuntarse”,varias personas.17 ARIZAGA BOLUMBURU, B.: Urbanística Medieval (Guipúzcoa). Kriselu, Diputación Foral deGipuzkoa. Donosita, 1990. pag. 18.

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A nivel general, podríamos dividir la composición del Ayuntamiento de losmunicipios castellanos18durante el siglo XVIII, en tres grandes bloques: lasautoridades derivadas del poder real; las autoridades derivadas propiamente de loscabildos; y el resto de oficios que existía en los ayuntamientos.

Entre las autoridades derivadas del poder regio, se encontraban el corregidor,el alcalde mayor, el alcalde de alzadas, el alguacil mayor y el alférez mayor.

Entre los cabildos, se encontraban el de regidores y el de jurados.

Por último, el resto de los cargos existentes en los Ayuntamientos eran, losalcaldes ordinarios, los alcaldes, los alguaciles, los contadores, el fiscal de la justiciareal, los escribanos, los notarios y los procuradores.

4.2. Competencias

4.2.1. Autoridades derivadas del poder regio

Las autoridades derivadas del poder real, estaban encabezadas por elcorregidor. Este cargo, podríamos señalarlo como el representante del rey en elmunicipio y era considerada como la autoridad máxima en el municipio.

El corregidor era elegido y nombrado por el rey mediante el Consejo deCastilla en un primer momento y por la Cámara de Castilla con posterioridad.

Por lo general, los corregidores no estaban muy bien valorados en losAyuntamientos, debido a que, además de que solían ser, prácticamente siempre, lasarcas municipales las que debían mantener su salario y sus gastos, las oligarquíasmunicipales no podían hacer y deshacer a sus anchas.

Entre las competencias de los corregidores, se encontraban por un lado, la deejercer jurisdicción civil y criminal en primera y segunda instancia en todas lascausas que superaran los 600 maravedis; Y por otro lado, ordenar la actividadconcejil, presidiendo el Ayuntamiento, controlando los propios, etc.

Sin embargo, no eran todo derechos, también tenía una serie de deberes conlos que cumplir. Así las cosas, debía presentarse en el ayuntamiento y jurar su cargo;Debía hacer ayuntamiento entre las casas pertenecientes al Ayuntamiento; tenía quecontrolar los precios de las principales vías de abastecimiento de la ciudad; tenía quegestionar la mayoría de los servicios municipales; debía vigilar los caminos y loscampos municipales; tenía que hacer que se cumplieran una serie de ordenanzasmunicipales y también los decidido en el Concilio de Trento.

La última de las funciones que tenía que desempeñar el corregidor, era la denombrar una serie de cargos u oficios como el de alcalde mayor, alcalde alzadas,alguacil mayor y alférez mayor.

La principal función del alcalde mayor era la de sustituir al corregidor en lasreuniones del concejo.

18 Se trataría de municipios con un número de habitantes considerable, donde los cargos municipalesserían variados y estarían claramente identificados.

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En cuanto al alcalde de alzadas hace referencia, hay que decir que tenía queestar al corriente de todos los pleitos civiles o criminales en los que tenía que tomarparte el corregidor o en su defecto el alcalde mayor.

Con respecto al alguacil mayor, hay que señalar que solían existir dosalguaciles mayores. Uno de ellos se limitaba a los asuntos que estrictamente acaecíanen el Ayuntamiento, y el otro actuaba en los asuntos de índole municipal,limitándose a tener voz y voto en los asuntos referentes al Ayuntamiento.

Por último se encontraba, tal y como hemos señalado previamente, la figuradel alférez mayor. Se trataba de un cargo creado por el rey de Castilla en 1567, comocargo honorífico y para ser vendido, puesto que al parecer no tenía ninguna funciónespecífica en la vida concejil. Sin embargo, esta inexistencia de una función clara,hacia que frecuentemente se entrometiera en tareas de otros cargos, por lo que eranfrecuentes las controversias entre los diferentes trabajadores.

4.2.2. Los cabildos

Tal y como hemos señalado previamente el cabildo estaba dividido en dos: Elcabildo de regidores y el de jurados.

Por lo general, los miembros de los cabildos, solían repartirse los cargosadministrativos y gobernativos del municipio. En ocasiones incluso, solían compartirun mismo cargo un regidor y un jurado.

Entre las funciones que compartían los miembros de ambos cabildos, estaban:Por un lado la de designar los procuradores a Cortes. Por otro lado, el de ser juecesde apelaciones. En un tercer lugar el de desempeñar la labor de veedores yvisitadores19. Por último, la labor de contadores de la unidad20.

El cabildo de regidores, podríamos considerarlo como el eje central delAyuntamiento. A pesar de que podría considerarse a este grupo como el órgano derepresentación de los ciudadanos del municipio, en realidad era otro órganomunicipal más controlado por el poder real21 y que utilizaba el monarca para quetoda aquella votación que le interesara ganar, se decantara de su lado.

Los componentes del cabildo de regidores, debían ser hidalgos o por lo menoscristianos viejos que no hubiesen desempeñado ningún oficio vil ni mecánico.

Hay que señalar que no todos los regidores del cabildo tenían la mismaimportancia. Así por ejemplo, los regidores nobles solían preceder en el asiento y enel voto a los regidores pertenecientes al estado llano. Cuando coincidían dosregidores de la misma condición, era la antigüedad de cada uno de ellos la quemarcaba el orden.

19 Se encargaba de visitar las plazas y tiendas, y de vigilar las medidas y los pesos.20 Debían elegirse por votación y nunca por más de cuatro años: Se encargaban, junto al mayordomo,de llevar la contaduría general del municipio; De controlar las ventas de la ciudad; DE intervenir y darvalidez mediante su firma a los tributos y traspasos que se daban.21 Sus miembros eran nombrados por la Cámara de Castilla.

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El cabildo de regidores solía encargarse de la hacienda municipal, de losnombramientos, de las comisiones de gobierno, del abastecimiento público, de laadministración de la justicia, de las obras que eran necesarias llevar a cabo en elmunicipio, etc.

Con el tiempo, los cargos de regidores, como consecuencia de su puesta enventa, se fueron patrimonializando. Con ello, una persona al haber incorporado estecargo a su patrimonio personal, y tras haberlo ejercido durante toda su vida, eraheredado por su descendiente. Esto trajo como consecuencia que este oficio quecomenzó como abierto, con el tiempo terminara cerrándose, creándose en losAyuntamientos, cabildos de regidores cerrados.

El cabildo de jurados, tenía como función principal la de defender losintereses comunes de los ciudadanos del municipio en el Ayuntamiento, haciendoespecial hincapié en los intereses económicos.

Por lo general, no solían disponer de voto alguno en los asuntos que setrataban en el gobierno municipal, pero si que podían opinar al respecto y mostrarsedesfavorables en caso de que creyeran que lo que se decidía no fuese positivo para elpueblo.

En lo que a su sueldo hace referencia, hay que señalar que no cobraban deforma individual, sino colectiva. Este dinero provenía de las multas que poníanmientras desempeñaban sus oficios y de la asignación anual que les otorgaba elAyuntamiento.

4.2.3. Resto de oficios

El tercero de los tres grandes grupos de oficios estaba encabezado por losalcaldes ordinarios. Estos alcaldes, solían ser nombrados de forma anual por elcorregidor y debían ser cuatro miembros.

Otro de los oficios era el de alcaide, el cual solía tener como función principalla de vigilar las puertas de la ciudad.

El oficio de alguacil, podía ser comprado y por lo tanto al igual que otros, sepodía heredar una vez había sido incorporado al patrimonio personal de algúnindividuo.

Al respecto de los escribanos, hay que señalar, que este era un oficioexclusivo del Ayuntamiento y que por lo tanto no podía ser patrimonializado.

Los notarios se encargaban de dar constancia legal de lo ocurrido.

Por ultimo, el oficio de procuradores de la ciudad que constantemente solíanser comprados y vendidos, representaban a los interesados ante los tribunales y a losmunicipios en las cortes que se celebraban periódicamente.

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CONCLUSIÓN

El siglo XVIII, comenzando como comenzó, con un cambio de dinastía, nospuede dar pie a entender también los cambios que se produjeron a nivel municipal.

A nivel social, la situación demográfica del siglo anterior siguió incidiendo deforma decisiva en el devenir del siglo XVIII. Con ello, se explica la grave situaciónsocioeconómica de muchos municipio, pudiendo incluso considerarla como crisiscrónica que no permitía el despegue económico de las familias ni de los municipiosdurante todo este tiempo.

Por ello, y a pesar de las riquezas con las que contaban los municipios, estasno estaban equitativamente repartidas por lo que la situación resultaba difícilmentesoportable para la inmensa mayoría de la población.

En cuanto a las principales instituciones hace referencia, hay que señalar lagran importancia que tenían los hospitales en la vida diaria de las urbes. Además deservir como hospitales, servían también como hospicios para indigentes, pobres,peregrinos, por lo que las calles parecían mas “civilizadas” de lo que en realidad loeran. Los gremios por su parte, se encontraban en un progresiva decadencia, por lapresión que ejercía la incipiente ilustración sobre ellos.

Por último, el gobierno municipal destacaba por la gran cantidad de cargos yoficios existentes en el ayuntamiento, y como consecuencia de ello en muchos casosse pisaban los unos a los otros con los consecuentes conflictos competencialesinternos. Otro de las consecuencias de este excesivo numero de cargos, era eleconómico. Debido a que resultaba muy costoso el excesivo aparato burocrático delos Ayuntamientos de la época.

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BIBLIOGRAFIA

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• Hemos consultado el Catastro de Ensenada de forma indirecta consultandodiferentes paginas WEB donde aparece información obtenida del catastro:

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22

http://enlaermita.tripod.com/ensenada.htm

http://inicia.es/de/gonz3/ensenada.htm

http://perso.wanadoo.es/amolobo01/esmat04.htm

http://villadealcocer.com/ensenada/ensenada.htm

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FUENTES DOCUMENTALES

Archivo Municipal de Eskoriatza

• Carpeta “siglos XIV-XV”.• Carpeta “siglos XVI-XVII”.

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