los naturalistas en el mundo de los espiritus1

7/25/2019 Los Naturalistas en El Mundo de Los Espiritus1

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LOS NATURALISTAS EN EL MUNDO DE LOS ESPIRITUS1

Los extremos se tocan, reza un viejo dicho de la sabiduría popular,

impregnado de dialéctica. Difícilmente nos equivocaremos, pues, si buscamos

el grado más alto de la quimera, la credulidad la superstici!n, no

precisamente en la tendencia de las ciencias naturales que, como la filosofía

alemana de la naturaleza, trata de encuadrar a la fuerza el mundo objetivo en

los marcos de su pensamiento subjetivo, sino, por el contrario, en la tendencia

opuesta, que, haciendo hincapié en la simple experiencia, trata al pensamiento

con soberano desprecio llega realmente más allá que ninguna otra en la

ausencia de pensamiento. "s esta la escuela que reina en #nglaterra. $a su

progenitor, el tan ensalzado %rancis &acon, preconizaba el manejo de su nuevo

método empírico, inductivo, mediante el cual se lograría, ante todo, seg'n él,

prolongar la vida, rejuvenecerse hasta cierto punto, cambiar la estatura los

rasgos fision!micos, convertir unos cuerpos en otros, crear nuevas especies

llegar a dominar la atm!sfera provocar tormentas( &acon se lamenta del

abandono en que ha caído esta clase de investigaciones en su historia natural

ofrece recetas formales para fabricar oro producir diversos milagros.

)ambién #saac *e+ton, en los 'ltimos días de su vida, se ocup! mucho de

interpretar la revelaci!n de an -uan. *o tiene, pues, nada de extrao que, enlos 'ltimos aos, el empirismo inglés, en la persona de algunos de sus

representantes /que no son, por cierto, los peores/ parezca entregarse

irremediablemente al espiritismo a las creencias en los espíritus, importadas

de *orteamérica.

"l primer naturalista a que hemos de referirnos en relaci!n con esto es el

zo!logo botánico 0lfred 1ussel 2allace, investigador cargado de méritos en

su espccialidad, el mismo que, simultáneamente con Dar+in, formul! la teoríade la modificaci!n de las especies por la vía de la selecci!n natural. "n su

librito titulado 3n 4iracles and 4odern piritualism 56obre los milagros el

moderno espiritualismo67, Londres, &urns,8 9:;<, cuenta que sus primeras

experiencias en esta rama del estudio de la naturaleza datan de 9:==, ao en

que asisti! a las lecciones del seor pencer >all sobre mesmerismo, que le

movieron a realizar experimentos parecidos sobre sus propios



discípulos. 6"l asunto me interes! extraordinariamente

me entregué a él con pasi!n ?ardour@6 5pág. 99A7. 0demás de

BC

B9

provocar en sus experimentos el sueo magnético los fen!menos de la

rigidez de los miembros la insensibilidad local, corrobor! la exactitud del

mapa frenol!gico, al provocar, por el contacto con cualquiera de los !rganos

de all, la actividad correspondiente en el paciente magnetizado, que éste

confirmaba mediante los gestos vivos que se le prescribían. $ comprob!,

asimismo, c!mo el paciente, por medio de los contactos adecuados,compartía todas las reacciones sensoriales del operador( se le emborrachaba

con un vaso de agua, simplemente al asegurarle que lo que bebía era coac.

Logr!, incluso, atontar hasta tal punto, sin dormirlo, a uno de los

muchachos, que éste no supo siquiera decirle su nombre, cosa que, por lo

demás, también consiguen otros maestros de escuela sin necesidad de

recurrir al mesmerismo. $ por ahí adelante.

"n el invierno de 9:=B/== tuve o ocasi!n de ver en 4anchester a este

mismo pencer >all. "ra un charlatán vulgar que, protegido por algunos

curas, recorría el país, haciendo exhibiciones magnético/frenol!gicas sobre

una muchacha, con objeto de probar la existencia de Dios, la inmortalidad

del alma la insostenibilidad del materialismo, que en aquel tiempo

predicaban los o+enistas en todas las grandes ciudades de #nglaterra. La

seorita que le servía de médium, sumida en sueno magnético, prorrumpía,

cuando el operador tocaba en su cabeza cualquiera de las zonas frenol!gicas

de all, en gestos actitudes teatralmente demostrativos, que correspondían

a la actividad del !rgano respectivo( por ejemplo, al tocarle el !rgano delamor por los nios (philoprogenitiveness) acariciaba besaba a un bebé

imaginario, etc. "l buen pencer >all, en sus exhibiciones, había

enriquecido la geografía frenol!gica de all con una nueva ínsula

&aratariaEB en efecto, en la parte superior del cráneo había descubierto el

!rgano de la oraci!n, al. tocar el cual el médium se hincaba de rodillas,

cruzaba las manos se convertía, ante los ojos at!nitos de la concurrencia,



en un ángel en oraci!n extática. "ste n'mero era el final el punto

culminante de la representaci!n. Fuedaba probada de este modo la

existencia de Dios.

0 un amigo mío a mí nos sucedi! algo parecido de lo que le había

ocurrido al seor 2allaceE aquellos fen!menos nos interesaron tratamosde ver si éramos capaces de reproducirlos. e nos brind! como médium un

muchachito mu listo de unos doce aos. *o nos fue difícil provocar en él

el estado hipn!tico, mirándole fijamente a los ojos o pasándole la mano por

la cabeza. Gero, como nosotros éramos algo menos crédulos que el seor

2allace nos entregábamos a la obra con menos ardor que él, obteníamos

resultados completamente distintos de los suos. 0parte

B8

de la rigidez muscular la insensibilidad, fáciles de conseguir, encontramos

un estado de inhibici!n total de la voluntad, unido a una peculiar

sobreexcitaci!n de las sensaciones. "l paciente, arrancado a su letargo por

cualquier estímulo externo, acreditaba una vivacidad mucho maor que

estando despierto. *o se manifestaba ni el menor atisbo de relaciones

misteriosas con el operador( cualquier otra persona podía hacer entrar al

sujeto en actividad tan fácilmente como nosotros. "l poder de excitar los!rganos frenol!gicos de all era para nosotros lo menos importante de

todo( fuimos mucho más alláE no s!lo logramos trocarlos desplazarlos a lo

largo de todo el cuerpo, sino que fabricamos, además, a nuestro antojo, toda

otra serie de !rganos, !rganos de cantar, de silbar, de tocar la bocina, de

bailar, de boxear, de coser, de hacer movimientos de zapatero, de fumar,

etc., situándolos en la parte del cuerpo que queríamos. $ si 2allace

emborrachaba a su paciente con agua nosotros descubrimos en su dedo

gordo un !rgano de embriaguez, bastando con que lo tocásemos con la

mano para poner en acci!n el más lindo simulacro de borrachera. Gero bien

entendido que ning'n !rgano mostraba seales de vida hasta que se le dabaa entender al paciente lo que de él se esperaba( , a fuerza de práctica, el

muchacho adquiri! tal perfecci!n en estos manejos, que bastaba con la más

leve insinuaci!n. Los !rganos creados de este modo permanecían en vigor

para posteriores catalepsias, mientras no fuesen modificados por la misma

vía. "l paciente se hallaba dotado de una doble memoria, una que

funcionaba estando despierto la otra, mu especial, que entraba en acci!n



cuando el sujeto se hallaba en estado hipn!tico. "n cuanto a la pasividad

volitiva, a la sumisi!n absoluta del paciente a la voluntad de un tercero,

perdía toda apariencia mágica mientras no olvidásemos que todo el estado

comenzaba con la sumisi!n de la voluntad del paciente a la del operador

que no podía provocarse sin ésta. "l más portentoso hipnotizador del mundo

queda en ridículo tan pronto como su paciente se ríe en su cara.

4ientras que nosotros, con nuestro frívolo escepticismo, descubríamos

como base de la charlatanería magnético/frenol!gica una serie de

fen!menos la maoría de los cuales s!lo se diferenciaban en cuanto al grado

de los que se dan en estado de vigilia, sin que se necesite recurrir, para

explicarlos, a ninguna interpretaci!n mística, la pasi!n ?ardour@ con que

operaba el seor 2allace le llevaba a una serie de. ilusiones engaosas quele permitían confirmar en todos sus detalles el mapa frenol!gico de

all encontrar una relaci!n misteriosa entre el operador el

BB

paciente.H "n todo el relato del seor 2allace, cua sinceridad raa en el

candor, se trasluce que lo que a él le importaba no era tanto, ni mucho menos,

descubrir el fondo real de la charlatanería como reproducir a todo trance losmismos fen!menos. $ basta con mostrar este mismo estado de ánimo para

convertir en poquísimo tiempo al investigador ne!fito, por medio de las más

simples fáciles ilusiones engaosas, en un adepto. "l seor 2allace acab!

profesando sinceramente la fe en los misterios magnético/frenol!gicos, lo

que le llevaba a pisar con un pie en el mundo de los espíritus.

"l otro pie se movi! en la misma direcci!n en 9:I<. 0l volver de sus

doce aos de viajes por la zona t!rrida, el seor 2allace se dedic! aexperimentos de espiritismo, que le pusieron en relaci!n con diferentes

6médiums6. La obrilla sua que hemos citado revela cuán rápidos fueron sus

progresos en este terreno c!mo lleg! a dominar por completo el asunto. *o

s!lo trata de convencernos de que tomemos por moneda de buena le todos

los supuestos portentos de los >ome, los hermanos Davenport demás

6médiums6 que muestran sus artes más o menos por dinero que en su



maoría han sido desenmascarados muchas veces como unos tramposos, sino

que nos cuenta, además, toda una serie de historias de espíritus del remoto

pasado, que él considera acreditadas como ciertas. Las pitonisas del oráculo

griego las brujas de la "dad 4edia eran, seg'n él, 6médiums6, la obra de

$ámblico De divinatione 56obre la adivinaci!n67 describe a con toda

precisi!n, a su juicio, 6los más asombrosos fen!menos del espiritualismo

moderno6 5página 88A7.

Gondremos solamente un ejemplo para que se vea con cuánta credulidad

admite el seor 2allace la confirmaci!n científica de estos portentos. *o

cabe duda de que es mu fuerte pedirnos que creamos en la posibilidad de

que los supuestos espíritus se dejen fotografiar , puestos en este camino,

tenemos, indudablemente, derecho a exigir que tales pretendidas fotografíasde espíritus sean investigadas del modo más fidedigno, antes de ser

reconocidas como auténticas. Gues bien, en la pág. 9:; de su obra cuenta el

seor 2allace que en marzo de 9:;8 una seora upp, cuo nombre de

familia era *icholls, una médium mu conocida, se hizo fotografiar en

*otting >ill,= en casa del seor >udson, en uni!n de su esposo de su

nio, en ambas fotografías aparece detrás de ella una alta

H Jomo a hemos dicho, los pacientes van adquiriendo maor perfecci!ncon la práctica. Jabe, pues, la posibilidad de que, al hacerse habitual la

sumisi!n de la voluntad cobrar maor intimidad la relaci!n entre las dos

partes, se potencien algunos de los fen!menos se manifiesten de modo reflejo

incluso estando el paciente despierto. 5 Nota de Engels .7

B=

figura de mujer delicadamente (finely) envuelta en gasa blanca, con rasgos

un poco orientales en actitud de bendecir. 6Kna de dos cosas son, aquí,

absolutamente ciertas.H 3 se acusa la presencia de un ser vivo e inteligente,

o el seor la seora upp, el fot!grafo una cuarta persona han urdido

un vil (wicked) fraude, sin desdecirse de él desde entonces. Gero o conozco

mu bien al seor a la seora upp tengo la convicción absoluta de que



son tan incapaces de un fraude de esta naturaleza como en el campo de las

ciencias naturales podría serlo cualquier serio investigador de la verdad6

5página 9::7.

Gor tanto, una de dosE o fraude o fotografía de un espíritu. De acuerdo.

$, en caso de fraude, o el espíritu figuraba a previamente en la placa

fotográfica o tienen que haberse confabulado, para urdirlo, cuatro personas,

o bien tres, si dejamos a un lado, por no estar a en su sano juicio o por ser

víctimas de un engao, al viejo seor upp, que muri! tres aos más tarde,

en enero de 9:;<, a los := aos de edad ?bastaba con haberlo mandado

colocarse detrás del biombo que aparece al fondo@. *o hace falta perder

muchas palabras en demostrar que cualquier fot!grafo podía, sin dificultad,

procurarse un 6modelo6 para hacer de espíritu. $ se da, además, el caso deque, poco después, el fot!grafo >udson fue p'blicamente denunciado como

falsificador habitual de fotografías de espíritus, lo que lleva al seor

2allace a aadir, a manera de reservaE 6De lo que no cabe duda es que, de

existir un fraude, inmediatamente habría sido descubierto por los

espiritualistas6 5pág. 9:A7. Jomo vemos, el fot!grafo no inspira gran

confianza. Fueda la seora upp, en favor de la cual habla 6el

convencimiento absoluto6 de su amigo 2allace, pero nada más. /*ada

másM "n modo alguno. "n favor de la absoluta confianza que la seora

upp inspira habla su propia afirmaci!n de que un día de junio de 9:;9, al

anochecer, fue transportada por los aires en estado inconsciente desde sucasa en >igbur >ill GarN hasta el n'm. IA de la Lambs Jonduit treet /tres

millas inglesas en línea recta/ depositada sobre una mesa, en medio de

una reuni!n de espiritistas, al llegar a dicha casa, en el n'mero IA. Las

puertas de la sala estaban cerradas , a pesar de que la seora upp era una

de las damas más obesas de Londres, que a es decir, su s'bita irrupci!n en

la sala no abri! ning'n boquete

H 6>ere, then, one of t+o things are absolutal certain.6 "l mundo de los

espíritus está por encima de las lees de la gramática. Kn bromista cit! en una

sesi!n de espiritismo al espíritu del gramático Lindle 4urra. 0l

preguntársele si estaba allí, contest!E 6# are6 ?giro norteamericano. en lugar de

6# am6@.< $ es que el médium era de los "stados Knidos. 5 Nota de Engels.7



B<

visible ni en las puertas ni en el techo ?todo lo cual aparece relatado en

el Echo de Londres, n'mero de : de julio de 9:;9@. Fuien, a la vista de

tales detalles, no crea en la autenticidad de la fotografía espiritista de que

hemos hablado, es un incrédulo incorregible.

"l segundo notable adepto, entre los naturalistas ingleses, es el seor 2illiam JrooNes, el descubridor del elemento químico llamado talio e

inventor del radi!metro ?que los alemanos llaman molido de [email protected] "l seor

JrooNes comenz! a investigar las manifestaciones espiritistas hacia el ao

9:;9, empleando para ello toda una serie de aparatos físicos mecánicos,

balanzas de resorte, baterías eléctricas, etc. "nseguida veremos si contaba,

además, para estos experimentos con el aparato más importante de todos,

que es una cabeza escéptica crítica si supo conservarlo hasta el final en

estado de funcionamiento. Desde luego, podemos asegurar que el seor

JrooNs ha dado pruebas de hallarse prisionero de las mismas engaosas

ilusiones que el seor 2allace. 6>ace algunos aos /cuenta éste/ que una joven seorita llamada %lorence JooN viene revelando notables aptitudes

como médium( no hace mucho, estas aptitudes llegaron a su punto

culminante, al producir una figura completa de mujer que asegura tener un

origen espiritista que se present! descalza envuelta en una t'nica blanca

flotante, mientras la médium acía en un cuarto (cabinet) o sala adacente,

con las cortinas echadas, atada sumida en profundo sueo6.; "ste espíritu,

que se hacía llamar Oate que se parecía extraordinariamente a la seorita

JooN, fue tomado retenido una noche, repentinamente, del talle por el

seor PolcNman /el actual esposo de la seora upp/ para comprobar si nose trataba de otra edici!n de la seorita JooN. "l espíritu se comport! como

una dama recia vigorosa, se defendi! con todas sus fuerzas, los

circunstantes intervinieron en la refriega, alguien apag! el gas , al

restablecerse la paz tras el tumulto e iluminarse de nuevo la sala, el espíritu

se había esfumado la seorita JooN aparecía tendida en su rinc!n, atada e

inconsciente. Garece que el seor PolcNman jura perjura todavía ho que



tuvo entre sus brazos a la seorita JooN, a nadie más. Gara cerciorarse

científicamente de ello, un famoso especialista en electricidad, el seor

Parle, comunic! por medio de una batería una corriente eléctrica a la

médium, seorita JooN, de modo que ésta no pudiese hacerse pasar por el

espíritu sin que la corriente se interrumpiera. 0 pesar de lo cual, el espíritu

compareci!. e trataba, pues, efectivamente, de un ser distinto de la seorita

JooN. De confirmar esto con nuevas pruebas se encarg! el seor JrooNes.

u primer paso consisti! en ganarse la confianza de la dama conductora de

espíritus. "sta confianza /nos cuenta él mismo en el Spiritualist de < de

junio de 9:;=/ 6fue creciendo poco

BI

a poco hasta el punto de negarse a participar en ninguna sesi!n a menos

que yo dirigiese los arreglos necesarios Dijo que necesitaba tenerme

siempre a !" cerca de ella de su gabinete( o, por mi parte, me di cuenta

de que, una vez ganada asegurada esta confianza, no faltar"a a ninguna de

las pro!esas #ue le hiciera( los fen!menos fueron ganando, así, en

intensidad se obtenían por libre consentimiento medios probatorios que

por otro conducto habrían sido inasequibles. "lla !e

consultaba frecuentemente con respecto a las personas presentes en las

sesiones acerca de los lugares que se les debía asignar, pues 'ltimamentese había vuelto mu nerviosa (nervous) a consecuencia de ciertas alusiones

inoportunas en el sentido de que, junto a otros métodos de investigaci!n

más científicos, debía recurrirse también a la violencia$:

La seorita espiritista no defraud! en lo más mínimo esta confianza tan

afectuosa como científica depositada en ella. #ncluso lleg! a presentarse /lo

que ahora a no puede asombrarnos/ en la casa del seor JrooNes, se puso a

jugar con sus nios les cont! 6anécdotas de sus aventuras en la #ndia6,relat! al seor JrooNes 6algunas de las amargas experiencias de su

pasado6,A hizo que la tomase en sus brazos para convencerse de su recia

materialidad, le pidi! que contara sus pulsaciones respiraciones al minuto

, por 'ltimo, se hizo fotografiar al lado del dueo de la casa. 6Después de

haber sido vista, tocada, fotografiada escuchada en conversaci!n con ella,

esta figura /dice el seor 2allace/ desapareció en absoluto de un pequeo



cuarto cua 'nica salida era una sala contigua, llena de espectadores6 5pág.

9:B7, lo que no representaba una gran hazaa, siempre cuando que los

tales espectadores fuesen lo bastante corteses para demostrar al seor

JrooNes, en cua casa sucedía todo esto, la misma confianza que él había

depositado en el espíritu.

Desgraciadamente, ni los mismos espiritualistas pueden prestarse a

creer sin más, a pies juntillas, estas 6experiencias plenamente demostradas.

$a hemos visto más arriba c!mo el mu espiritualista seor PolcNman se

permiti! asirse de una prueba mu tangible. $ he aquí, ahora, que un

clérigo, miembro del comité de la 0sociaci!n nacional británica deespiritualistas, ha asistido también a una sesi!n de la seorita JooN,

pudiendo comprobar sin dificultad que el cuarto por el que entr!

desapareci! el espíritu se comunicaba con el mundo exterior por

una segunda puerta $ aade que el modo de comportarse el seor JrooNe,

presente también en la sesi!n, 6descarg! el golpe de muerte sobre mi

creencia de que pudiera haber algo en estas manifestaciones6 (%ystic

&ondon, b the

B;

1ev. J. 4aurice Davies, Londres, )insle &rothers@. 9C Gor si esto no fuera

bastante, se puso al descubierto en los "stados Knidos c!mo se

6materializaba6 a 6Oate6. Kn matrimonio de nombre >olmes dio en

%iladelfia una serie de representaciones, en las que salía a escena también

una 6Oate6 a la que los creentes obsequiaban con numerosos regalos.

>ubo, sin embargo, un escéptico que no descans! hasta cerciorarse de quién

era la tal Oate, la cual, por lo demás, se había puesto en huelga más de unavez por falta de pago. )ras diversas averiguaciones, la localiz! en

una b o a r d i n g h o u s e ?casa de huéspedes@, donde se alojaba como una

seorita tangible, de carne hueso, en posesi!n de todas las ofrendas

hechas al espíritu.



Gero también el continente estaba llamado a vivir su historia científica

espiritista. Kna instituci!n científica de an Getersburgo /no sé exactamente

si la Kniversidad o incluso la 0cademia de Jiencias deleg! en dos seores,

el consejero de "stado 0NsáNov el químico &'tlerov, para que indagasen

los fen!menos del espiritismo, sin que, al parecer, sacasen gran cosa en

limpio.99 $ en la actualidad /si hemos de creer en lo que p'blicamente

anuncian los espiritistas/, también 0lemania ha suministrado a estos asuntos

un hombre de ciencia, en la persona del seor profesor Q!llner, de Leipzig.

abemos que el seor QRllner viene trabajando desde hace aos en la

6cuarta dimensi!n6 del espacio, habiendo descubierto que muchas cosas que

son imposibles en un espacio tridimensional se comprenden por sí mismas

en el espacio de cuatro dimensiones. 0sí, por ejemplo, en este espacio se puede dar la vuelta como a un guante a una esfera de metal sin hacerle

ning'n agujero, practicar un nudo con una cuerda que no tenga cabos o se

halle atada en sus dos extremos, enlazar dos anillos cerrados sin romper

ninguno de ellos qué sé o cuántos portentos más por el estilo. e dice

que, habiéndose conocido nuevos relatos victoriosos acerca del mundo de

los espíritus, el seor profesor QRllner se puso en contacto con uno o varios

médiums, con objeto de localizar con su auda el lugar preciso de la cuarta

dimensi!n. "l éxito obtenido fue, al parecer, sorprendente. "l respaldo de la

silla en que el profesor tenía apoado el brazo, con la mano constantemente

puesta sobre la mesa, apareci!, después de la sesi!n, seg'n se asegura,entrelazado con el brazo( una cuerda sellada por las dos puntas sobre la

mesa presentaba cuatro nudos, etc. "n una palabra, los espíritus realizaron

como jugando todos los milagros de la cuarta dimensi!n. ' e l a t a

r e f e r o , 9 8 naturalmente( me limito a contar lo que he leído, sin responder

de la veracidad de estos boletines del mundo de los espíritus, , si en ellos

se contuvieran falsedades, debiera el seor

B:

QRllner agradecerme que le deparara la ocasi!n de rectificarlas. Jlaro está

que si, por el contrario, estos boletines reprodujesen verídicamente las

experiencias del profesor QRllner abrirían, indudablemente, una nueva era

tanto en la ciencia espiritista como en las matemáticas. Los espíritus



prueban la existencia de la cuarta dimensi!n, lo mismo que ésta aboga por

la existencia de los espíritus. Kna vez que se ha sentado esta premisa, se

abre ante la ciencia un campo totalmente nuevo e inmenso. )odas las

matemáticas las ciencias naturales anteriores pasan a ser simplemente una

escuela preparatria para las matemáticas de la cuarta dimensi!n de otras

dimensiones superiores para la mecánica, la física, la química la

fisiología de los espíritus que moran en estos espacios multidimensionales.

*o en vano el seor JrooNes ha establecido científicamente la pérdida de

peso que experimentan las mesas otros muebles al pasar /pues a creemos

que vale expresarse así/ a la cuarta dimensi!n, el seor 2allace da por

sentado que allí el fuego no hace la menor mella en el cuerpo del hombre.

S$ no digamos, la fisiología de estos cuerpos espiritistasT abemos que

respiran, que tienen pulsaciones , por consiguiente, pulmones, coraz!n

aparato circulatorio, hallándose con seguridad, por lo menos, tan bien

provistos como nosotros en lo que a los restantes !rganos físicos se refiere."n efecto, para poder respirar hacen falta hidrocarburos, quemados en los

pulmones que s!lo pueden provenir de fueraE hacen falta, por tanto,

est!mago, intestinos demás aditamentos, , demostrada la existencia de

esto, lo demás se deriva sin dificultad. 0hora bien, la existencia de tales

!rganos implica la posibilidad de que se enfermen, lo que puede colocar al

seor Pircho+ en el trance de tener que escribir una patología celular del

mundo de los espíritus. Jomo la maoría de los tales espíritus son seoritas

maravillosamente bellas, que en nada, lo que se dice en nada, se distinguen

de las damas de carne hueso que andan por las calles como no sea por su

belleza supraterrenal, se comprende que no pueda pasar mucho tiempo

antes de que tropiecen con 6hombres en quienes enciendan el amor6( 9B

puesto que, como el seor JrooNe ha comprobado por las pulsaciones,

palpita en ellas 6el coraz!n femenino6, tenemos que también ante la

selecci!n natural se abre una cuarta dimensi!n, en la cual no tiene a por

qué temer que se la confunda con la maligna social/democracia .9=

Gero, basta. Jreemos que a la luz de lo que queda dicho se revela deun modo bien tangible cuál es el camino más seguro que conduce de las

ciencias naturales al misticismo. *o es el de la enmaraada teoría de la

filosofía de la naturaleza, sino el del más trivial empirismo, que desprecia

todo lo que sea teoría desconfía



BA

de todo lo que sea pensamiento. *o es la necesidad apriorística la que pretende probar la existencia de los espíritus, sino que son las observaciones

empíricas de los seores 2allace, JrooNes Jía. i damos crédito a las

observaciones realizadas por JrooNe mediante el análisis espectrosc!pico

que le llevaron al descubrimiento del metal llamado talio o a los abundantes

descubrimientos zool!gicos llevados a cabo por 2allace en el archipiélago

malao, se nos exige que depositemos la misma fe en las experiencias los

descubrimientos espiritistas de ambos investigadores. $ cuando

contestamos a esto que existe una pequea diferencia, a saberE la de que los

primeros podemos comprobarlos los segundos no, los visionarios nos

replican que estamos equivocados que no tienen inconveniente en

audarnos a comprobar también, experimentalmente, los fen!menos

espiritistas.

"n realidad, nadie puede despreciar impunemente a la dialéctica. Gor

mucho desdén que se sienta por todo lo que sea pensamiento te!rico, no es

posible, sin recurrir a él, relacionar entre sí dos hechos naturales o penetrar

en la relaci!n que entre ellos existe. Lo 'nico que cabe preguntarse es si se piensa acertadamente o no, no cabe duda de que el desdén por la teoría

constitue el camino más seguro para pensar de un modo naturalista , por

tanto, falso. $ el pensamiento falso, cuando se le lleva a sus 'ltimas

consecuencias, conduce generalmente( seg'n una le dialéctica a de

antiguo conocida, a lo contrario de su punto de partida. Gor donde el

desprecio empírico por la dialéctica acarrea el castigo de arrastrar a algunos

de los más fríos empíricos a la más necia de todas las supersticiones, al

moderno espiritismo.

3tro tanto ocurre con las matemáticas. Los matemáticos metafísicos

usuales se jactan con gran orgullo de que los resultados de su ciencia son

absolutamente inconmovibles. Gero entre estos resultados figuran también

las magnitudes imaginarias, dotadas, por tanto, de una cierta realidad. $

cuando uno se acostumbra a atribuir a U/9 o a la cuarta dimensi!n una cierta



realidad fuera de nuestra cabeza, a no importa dar un paso más aceptar

también el mundo espiritista de los médiums. 3curre como Oetteler decía

de DRllingerE 6"ste hombre ha defendido en su vida tantos absurdos, que

bien puede defender uno más, el de la infalibilidad.6 9<

"n realidad, el simple empirismo es incapaz de hacer frente a los

espiritistas refutarlos. "n primer lugar, porque los fen!menos 6superiores6

no aparecen sino cuando el 6investigador6 en cuesti!n se halla tan

obnubilado, que s!lo ve lo que debe o quiere ver, como el propio JrooNes

lo describe, con un candor tan inimitable. $, en

=C

segundo lugar, porque a los espiritistas les tiene sin cuidado el que cientos

de supuestos hechos resulten ser un fraude docenas de supuestos médiums

sean desenmascarados como vulgares estafadores. 4ientras no se haan

descartado, uno por uno, todos los supuestos portentos, siempre les quedará

terreno bastante donde pisar, como claramente nos lo dice 2allace, con

motivo de las fotografías de espíritus falsificadas. La existencia de

falsificaciones no hace más que probar la autenticidad de las verdaderas.

De este modo, el empirismo se ve obligado a rechazar con reflexiones

te!ricas la pegajosa insistencia de los visionarios, a que los experimentos

empíricos no bastan, a decir, con >uxleE 6Lo 'nico bueno que, a mi

juicio, podría ponerse de manifiesto, al demostrar la verdad del

espiritualismo, sería el suministrar un nuevo argumento en contra del

suicidio. S0ntes vivir como un barrendero que decir necedades desde el

reino de los muertos por boca de un médium que se alquila a raz!n de

veinte chelines por sesi!n.69I

los naturalistas en el mundo de los espiritus1

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