los suburbios en una ciudad cualquiera de los estados ... · los suburbios en una ciudad cualquiera...
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LossuburbiosenunaciudadcualquieradelosEstadosUnidosenlosaños50.
Callessombreadas,conelcéspedbiencortado,árbolesenlíneasperfectasycasasacogedoras.Unlugartranquilodondecrecer,siemprequenoseaslaadolescenteMegosuhermanatullidaSusan.
Enunacallesinsalida,enunoscuroyhúmedosótanodelacasaChandler,Meg y Susan, están cautivas a manos de una tía que está cayendoprogresivamenteenlalocura.Unalocuraqueestátrasmitiendoasufamilia,yfinalmentealbarrioentero.
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Títulooriginal:ThegirlnextdoorJackKetchum,1989Diseñodeportada:17ramsor
Editordigital:17ramsorePubbaser1.0
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«Tienequedecirme,bravocapitán,¿porquélosmalvadossontanfuertes?¿Cómologranlosángelesirseadormircuandoeldiablodejalaluzdelporcheencendida?»
TomWaits
«Nuncaquierooírlosgritosdelasadolescentesenlossueñosdeotros».
TheSpecials
«Elalmaqueseencuentrabajoelpesodelpecadonopuedevolar».
IrisMurdoch,ElUnicornio.
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¿Creessaberloqueeseldolor?Hablaconmisegundamujer.Ellalosabe.Ocreesaberlo.Cuenta que, una vez, cuando tenía diecinueve o veinte años, se interpuso entre
unaparejadegatosquesepeleaban(sugatoyeldeunvecino)yqueunodeellosfuehacia ella, trepó por su cuerpo como si fuera un árbol, y le dejó heridas en lascaderas, lospechosy la tripaque todavíapuedenversehoyendía.Laasustó tantoquecayósobreelHoosierdeprincipiosdesiglodesumadre,yalhacerlorompiósumejorfiguradeporcelanaysedejóunarañazodequincecentímetrosenlascostillas,mientraselgato,unamasadedientesygarrasyfuriaciega,descendíaporella.Creoquemedijoqueledierontreintayseispuntos.Ytuvofiebredurantevariosdías.
Misegundamujerdicequeesoesdolor.Esatíanosabeunamierda.
Evelyn,miprimeramujer,posiblementeseacercómás.Hayuna imagenque laobsesiona.
EstáconduciendounVolvoalquiladoporunaautopistamojadaenunacalurosamañanadeverano,consuamanteasulado,lentaycuidadosamentepuestoquesabelo traicionera que puede ser la lluvia fresca sobre una calzada caliente, cuando unVolkswagenleadelantaysemetebruscamenteensucarril.Suparachoquestrasero,conlaplaca«Vivelibreomuere»secaeylerozasumorro.Casicondelicadeza.Lalluviahaceelresto.ElVolvoderrapa,haceunvirajebrusco,caeporunterraplény,derepente,suamanteyellaseencuentranvolandoporelespacio, ingrávidosydandovueltas, y arriba es abajo, y luego arriba, y después debajo de nuevo. En algúnmomento,elvolantelerompeaellaelhombro.Elretrovisorlerompelamuñeca.
Y entonces paran las vueltas de campana y ella se encuentra mirando elaceleradorsobresucabeza.Buscaasuamante,peroyanoestáallí;hadesaparecido,esmagia.Encuentralapuertadelconductorylaabre,saleagatasalahierbamojada,seponeenpieymirabajolalluvia.Yestaeslaimagenqueleobsesiona:unhombrecomounsacodesangre,desinflado,despellejadovivo,tiradofrentealcochesobreunmontóndecristalesteñidosderojo.
Esesacoessuamante.Yporesodigoqueestámáscerca.Aunquebloquealoquesabe;aunqueduerme
porlasnoches.Sabequeeldolornoessólocuestióndesufrimientofísico,unaquejadesupropio
cuerpoatónitoporalgunainvasióndelacarne.Eldolorpuedellegardefueraadentro.Quierodecir,quehayvecesenlasqueloquevesesdolor.Dolorensuformamás
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cruelypura.Sinquelasdrogas,oelsueño,oelshock,oelcomatelosuavicen.Lovesylotomas.Yentoncesestuyo.Ereselanfitrióndeunlargogusanoblancoqueroeydevora,creciendo,llenando
tusintestinos,hastaqueunamañanatosesylapálidacabezaciegadelacriaturasaledeslizándosedetubocacomounasegundalengua.
No,mismujeresnoconoceneso.Noexactamente.AunqueEvelynseacerca.Peroyosí.Enestotienesquehacermecasodesdeya.Losédesdehacemuchotiempo.
Tratoderecordarqueéramostodosniñoscuandopasaronesascosas,soloniños,recién salidos de nuestros gorros de piel demapache al estilo Davy Crockett, poramordeDios.Esmuydurocreerqueloquehoysoyesloqueeraentonces,soloqueahora oculto y disfrazado. Los niños reciben segundas oportunidades. Me gustapensarqueyoestoyusandolamía.
Aunque tras dos divorcios, y de los malos, el gusano está listo para roer unpoquito.
Aún me gusta recordar que fue en los cincuenta, un período de represiones,secretos e histeria extraños. Pienso en JoeMcCarthy, a pesar de que no recuerdohaber pensado en él por aquel entonces, excepto para preguntarme qué era lo quehacíaquetodoslosdíasmipadreseapresuraseallegaracasadesdeeltrabajoparaescucharalcomitéen la tele.Piensoen laguerra fría.En los simulacrosdeataqueaéreoenelsótanodelcolegioyenlaspelículassobrepruebasatómicasqueveíamos;maniquíes de las tiendas implosionando; explotando en cuartos de estar falsos,desintegrándose,ardiendo.EnejemplaresdelPlayboyyelMan’sActionescondidosen papel encerado en el arroyo, tan blanduzcos al cabo del tiempo que detestabastocarlos.PiensoenladenunciasobreElvisquehizoelreverendoDeitzenlaIglesiaLuteranadelaGraciacuandoyoteníadiezaños,yenlasrevueltasdelrock’n’rollenlosprogramasdeAlanFreedsenlaParamount.
Medigoqueestabapasandoalgoextraño,algúngranhervoramericanoapuntode estallar.Que pasaba en todas partes, no solo en la casa deRuth, sino en todaspartes.
Yavecesesolohacemásfácil.Loquehicimos.
Ahoratengocuarentayuno.Nacíen1946,diecisietemesesdespuésdelabombaquearrojamosenHiroshima.
Matisseacababadecumplirochenta.Gano cincuenta y cinco de los grandes al año trabajando en el parqué deWall
Street.Dosmatrimonios,sinhijos.UnacasaenRyeyunapartamentodelaempresaenlaciudad.Voyalamayoríadelossitiosenlimusina,aunqueenRyeconduzcoun
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Mercedesazul.Puedequeestéapuntodecasarmedenuevo.Lamujeralaqueamonosabenada
de lo que estoy escribiendo aquí (ni tampoco mis otras mujeres) y realmentedesconozcosialgunavezhetenidointencióndecontárselo.¿Porquédebería?Tengoéxito,tengobuencarácterysoygenerosoyunamantecuidadosoyconsiderado.
Ynadahaidobienenmividadesdeelveranode1958,cuandoRuthyDonnyyWillieylosdemásconocimosaMegLoughlinyasuhermanaSusan.
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Estabasoloenelarroyo,tiradosobremiestómagoenlagranrocaconunfrascoenlamano.Observabaaloscangrejos.Yateníadosdeellosenunfrascomayorqueestabaamilado.Delospequeños.Buscabaasumamá.
Elarroyofluíarápidamenteaambosladosdedondemeencontraba.Podíasentircómosalpicabamispiesdesnudos,quecolgabancercadelagua.Elaguaestabafría,elsolcalentaba.
Oí un ruido en los arbustos y levanté la vista. La chicamás bonita que jamáshabíavistomesonreíadesdelaorilla.
Teníalargaspiernasbronceadasyunlargocabellopelirrojoqueserecogíaenunacoleta larga, llevabapantalonescortosyunablusadecolorclaroqueseabríaenelcuello.Yoteníadoceañosymedio.Ellaeramayor.
Recuerdo haberle sonreído, aunque yo no solía mostrarme amistoso con losextraños.
—Cangrejos—dije.Vaciéunfrascodeagua.—¿Deveras?Asentí.—¿Delosgrandes?—Estosno.Peropuedesencontrarlos.—¿Puedoverlos?Saltódelaorillatalycomoharíaunchico,sinsentarseprimero,soloapoyandola
manoizquierdaenelsueloysalvandolacaídadeunmetrohastalaprimerapiedragrandede lahileraquecruzabazigzagueandoelagua.Ellaestudió lahileraporunmomentoyluegocruzóhastalaroca.Estabaimpresionado.Nodudóylohizoconunequilibrio perfecto. Le dejé sitio.De pronto había un estupendo olor sentado amilado.
Susojoseranverdes.Miróasualrededor.En aquellos tiempos, la roca era para todos nosotros un lugar especial. Se
encontrabajustoenmediodelapartemásprofundadelarroyo,yelaguafluíaclarayrápidaasualrededor.Habíaespaciosuficienteparacuatroniñossentadososeisdepie.Entreotrascosas,habíasidounbarcopirata,elNautilusdeNemoyunacanoapara el Lenni Lennape. Hoy, el agua tendría más o menos metro y medio deprofundidad.Ellaparecíafelizdeestarallí,ynoestabaasustadaenabsoluto.
—La llamamos la gran roca —le dije—. O sea, antes lo hacíamos. Cuandoéramosniños.
—Megusta—contestó—.¿Puedoverloscangrejos?MellamoMeg.—YoDavid.Claro.Miró dentro del frasco. Pasó el tiempo y no dijimos nada. Los estudió. Y,
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entonces,volvióalevantarse.—Genial.—Sololoscojoylosmirounrato,yluegolossuelto.—¿Muerden?—Losgrandessí.Peronopuedenherirte.Ylospequeñossolotratandeescapar.—Parecenlangostas.—¿Nuncahabíasvistouncangrejo?—Nocreoquehaya enNuevaYork—se rio.Nome importó—.Pero tenemos
langostas.Esassíquepuedenherirte.—¿Puedesquedártela?Quierodecir,nopuedestenerunalangostademascotao
algoasí,¿verdad?Seriodenuevo.—No.Telascomes.—Tampocopuedesquedarteconuncangrejo.Semueren.Undía,otalvezdos,
comomucho.Aunqueheoídoquehaygentequetambiénseloscome.—¿Deverdad?—Sí.Algunoslohacen.EnLouisiana,oenFlorida,oenalgúnsitio.Volvimosamirardentrodelfrasco.—No sé —me dijo sonriendo—. No parece que tengan mucho que se pueda
comer.—Cojamosunosgrandes.Nos tumbamossobre la rocaunoal ladodelotro.Cogíel frascoymetí losdos
brazos en el arroyo. El truco estaba en darle la vuelta a las piedras una a una,lentamente, para no enfangar el agua, y luego tener listo el frasco para atraparcualquier cosa que saliera de debajo. El agua era tan profunda que yo llevaba lacamisa demanga corta remangada hasta el hombro. Era consciente de lo largos yescuálidosquedebíandeparecerleaellamisbrazos.Asíeracomoyolosveía.
Dehecho,mesentíamuyraroasulado.Incómodo,peroexcitado.Eradistintaalasotrasniñasquehabíaconocido,aDeniseoCheryl, enelbarrio,o inclusoa lasniñasdelcolegio.Enprimerlugar,eraunascienvecesmásbonita.Porloqueamírespecta,erainclusomásbonitaqueNatalieWood.Probablementetambiéneramásinteligente que las niñas que conocía, más sofisticada. Después de todo, vivía enNuevaYorkyhabíacomido langosta.Ysemovíacomounchico.Teníauncuerpofuerteyduroydemovimientosgrácilesydesenvueltos.
Todoesomepusonerviosoymeperdíelprimero.Noerauncangrejoenorme,perosímayorquelosqueyateníamos.Semetióhaciaatrásbajolaroca.
Mepreguntósipodíaintentarloella.Ledielfrasco.—NuevaYork,¿eh?—Sí.
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Seremangóysemetióenelagua.Yfueentoncescuandovilacicatriz.—¡Ijj!¿Quéeseso?Comenzabajustoensucodoizquierdoybajabahastalamuñecacomounlargoy
retorcidogusanorosa.Sediocuentadeloqueyomiraba.—Unaccidente—medijo—.Estábamosenuncoche.—Yvolvióamirarelagua,
endondesepodíaversureflejo.—Vaya.Peronodabalaimpresióndequequisierahablardemasiadotraseso.—¿Tienesmás?Noséquétienenlascicatricesquefascinantantoaloschicos,perolohacen,la
vidaesasí,yyonopodíaevitarlo.Aúnnopodíadejarlo.Aunquesabíaqueellanoqueríaquelohiciera,aunquenosacabábamosdeconocer.Laobservémientrasgirabaunapiedra.Nohabíanadadebajo.Perolohizobien;noenfangóelagua.Medijequeeraestupenda.
Seencogiódehombros.—Unascuantas.Estaeslapeor.—¿Puedoverlas?—No.Meparecequeno.Serioymemiródetalformaquecogíelmensaje.Ycerréelpicoporunrato.Giróotrapiedra.Nada.—Creoquefuedelosmalos,¿no?Elaccidente.No me contestó, y no pude culparla. En cuanto lo dije, me di cuenta de lo
estúpido,extrañoe insensiblequesonaba.Meruboricé,ymealegrédequeellanoestuviesemirando.
Yentoncescogióuno.Lapiedrasedeslizóyelcangrejosedesplazóhaciaatrás,justodentrodelfrasco,
ytodoloquetuvoquehacerfuelevantarlo.Vertió un poco de agua y puso el frasco hacia la luz. Se veía el bonito color
doradodelcangrejo.Tenía lacola levantadaymovía laspinzas,vigilandoel fondodelfrascoenbuscadealguienconelqueluchar.
—¡Locogiste!—¡Alprimerintento!—¡Genial!¡Esfantástico!—Pongámosloconlosotros.Vertió el agua con lentitud, justo como debía hacerlo para no molestarlo o
perderlo, aunque nadie se lo había dicho, y cuando quedaba más o menos uncentímetroenelfrasco,loechóalgrande.Losdosqueyaestabanallíledejaronunmontón de espacio. Lo que era una suerte, puesto que los cangrejos a veces sematabanlosunosalosotros,matabanalosdesupropiaespecie,ylosotrosdoseran
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pequeñitos.Trasunrato,elnuevosecalmóynossentamosaobservarlo.Parecíaprimitivo,
eficiente,mortal,precioso.Deuncolormuybonitoyundiseñomuyesbelto.Metíundedoenelfrascoparatocarlo.—No.Teníasumanosobremibrazo.Estabafríayerasuave.Saquéeldedo.LeofrecíunabarritadeWrigley’sycogíotraparamí.Yduranteunrato,loúnico
quepudooírsefueelvientosobrelaaltahierbacruzandolaorillayhaciendoondearelarroyo,elsonidodelarroyoquefluíaaltodebidoalalluviadelaúltimanoche,yanosotrosmasticando.
—Losvasasoltar,¿verdad?¿Meloprometes?—Claro.Siemprelohago.—Bien.Suspiróyselevantó.—Creoquedebovolver.Tenemosqueirahacerlacompra.Peroqueríaecharun
vistazo primero. Quiero decir, nunca habíamos tenido antes un bosque. Gracias,David.Hasidodivertido.
Estaba ya a medio camino cruzando las piedras cuando se me ocurriópreguntárselo.
—¡Eh!¿Volveradónde?¿Dóndevas?Sonrió.—NosvamosaquedarconlosChandler.Susanyyo.Susanesmihermana.Yo también me levanté, como si alguien hubiese tirado de mí con cuerdas
invisibles.—¿LosChandler?¿Ruth?¿LamadredeDonnyyWillie?Terminódecruzar,sevolvióymemiró.Y,depronto,habíaalgodiferenteensu
cara.Recelo.Esomedetuvo.—Esoes.Somosprimos.Primossegundos.CreoquesoylasobrinadeRuth.Suvozsehabíavueltoextraña.Sonabasinentonación,comosihubiesealgoque
yonodebíaconocer.Comosiestuviesecontándomealgoyocultándomeloalavez.Meconfundióporunmomento.Mediolasensacióndequetalveztambiénaella.Era la primera vez que la veía nerviosa. Ni siquiera lo estaba cuando lo de la
cicatriz.Peronodejéqueesomepreocupara.PorquelacasadelosChandlerestabajuntoalamía.Y Ruth era… bueno, Ruth era genial. Aunque sus hijos fueran unos idiotas a
veces.Rutheragenial.
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—¡Oye!—ledije—.¡Somosvecinos!Micasaeslamarróndeallado.La vi trepar hasta la orilla. Cuando llegó arriba se volvió y su sonrisa había
vuelto,conlamiradafrancaqueteníalaprimeravez,cuandosesentóamiladoenlaroca.
Mesaludó.—Nosvemos,David.—Nosvemos,Meg.Genial,pensé.Increíble.Ibaaverlacontinuamente.
Esafuelaprimeravezquepenséalgosemejante.Ahoramedoycuenta.Ese día, en la roca, conocí a mi amor de adolescencia, Megan Loughlin, una
desconocidadosañosmayorqueyo,conunahermana,unsecretoyunlargocabellopelirrojo.Mepareció tannatural quemequedé tranquilo e incluso feliz respecto auna experiencia queme auguraba buenas perspectivas, y, por supuesto, también aella.
Cuandopiensoenello,odioaRuthChandler.
Ruth,entonceserastanhermosa…Hepensadomuchoenti;no,teheinvestigado,hellegadotanlejos,escarbandoen
tu pasado, aparcado un día al otro lado de la calle de ese edificio de la avenidaHoward del que siempre nos estabas hablando, donde te encargabas de todo elmalditoasuntomientras loschicosseencontraban luchandoen lagrande, laguerraque acabaría con todas las guerras, segunda parte, ese lugar donde eras totalmenteimprescindiblehastaque«lospequeñossoldaditosvolvieronacasa»,comotúdecías,y,derepente,teencontrastesintrabajo.Aparquéallíyparecíaunsitionormal,Ruth.Pobre,tristeyaburrido.
CondujehastaMorristown,dondenaciste,y tampocohabíanada.Por supuesto,no sabía dónde se suponía que estaba tu casa, pero lógicamente tampocopudevercómose rompíanallí, enesaciudad, tusgrandes sueños,nopudever a los ricosacuyosbrazos, supuestamente, te arrojaban tuspadres, con losque te agobiaban,nopudevertuenormefrustración.
Mesentéenelbardetumarido,WillieSr.(¡sí,loencontré,Ruth!EnFortMyers,Florida, donde ha estado desde que te abandonó con tres mocosos llorones y unahipoteca, hace treinta años, lo encontré jugando a ser camarero de los ciudadanosimportantes,unhombreapagado,amable,queyahapasadosumejormomento),mesentéallíylomiréalacara,alosojos,yhablamosynopudeveralhombredelquesiemprehablabas,elsemental,el«encantadorbastardoirlandés»,esesuciohijoputa.Me pareció un hombre que se había ablandado y que había envejecido. Nariz deborracho, tripa de borracho, un gordo y caído culo sobre un par de patas
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rechonchas…Y daba la impresión de no haber sido duro en su vida, Ruth. En suvida.Enrealidad,esafuelasorpresa.
Comosiladurezaseencontraseenotraparte.
Asíque,¿quéeraeso,Ruth?¿Todomentiras?¿Teloinventastetodo?Nopuedoimaginármelodeti.
Opuedequeparati,canalizadoatravésdeti,laverdadylasmentirasfueranlomismo.
Ahoravoyatratardecambiarlo,sipuedo.Voyacontarnuestrapequeñahistoria.Lomejorquepuedaapartirdeahoraysininterrupciones.
Y estoy escribiendo esto para ti, Ruth. Porque, en realidad, nunca llegué apagarte.
Asíqueaquíestámicheque.Caducadoyaldescubierto.Cóbraloenelinfierno.
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Lamañanasiguiente,aprimerahora,caminéhastalapuertadeallado.Recuerdo que me sentía asustado, un poco confuso, aunque nada sería más
normalqueverquéestabapasandoallí.Era por la mañana. Era verano. Y eso era lo que hacías. Te levantabas,
desayunabasysalíasaverquiénestabaporallí.LacasadelosChandlererapordondenormalmenteseempezaba.
La avenida Laurel era una calle cortada por entonces (ya no lo es), una únicaentradaquecortabaelsemicírculodebosquequebordeabaelsurdeWestMapleyquerecorríaalmenosunamillaasusespaldas.Cuandoseconstruyóporprimeravezelcamino,aprincipiosdelXIX,elbosqueeratanfrondosoyteníaaltísimosárboles,queselellamabaelcallejónoscuro.Todosesosárboleshandesaparecidohoyendía,pero sigue siendouna calle bonita y tranquila.Árboles frondosos por todas partes,cadacasadiferentede laque tieneal ladoyninguna tancercanaaotracomootrasqueseven.
Solohabíatrececasasenelbarrio.LadeRuth,lanuestra,cincomássubiendolacolinaennuestraacerayseisenladeenfrente.
Todas las familias teníanniños,excepto losZorn.Y todos losniñosconocíanalosotrosniñoscomosi fueranhermanos.Por loque, siquerías compañía, siemprepodíasencontraraalgunoenelarroyooendondecrecían losmanzanossilvestres,quienquieraquetuvieseeseañolapiscinadeplásticomásgrandeoladianaparaelarcoylasflechas.
Siqueríasperderte,esotambiénerafácil.Elbosqueeraprofundo.Loschicosdelacallecortadanosllamábamos.Siemprehabíasidouncírculocerrado.Teníamos nuestras propias reglas, nuestros propios misterios, nuestros propios
secretos. Teníamos un orden en las peleas y lo aplicábamos con saña. Estábamosacostumbradosahacerlodeesaforma.
Peroahorahabíaalguiennuevoenelbarrio.AlguiennuevodondeRuth.Eraextraño.Especialmenteporqueeraesealguien.Especialmenteporqueeraeneselugar.Dehecho,erarealmenteextraño.
Ralphie estaba en cuclillas cerca del jardín de piedras. Serían las ocho de lamañanayyaestabasucio.Habíareguerosdesudorysuciedadportodasucaraysusbrazos y sus piernas, como si hubiese pasado corriendo toda lamañana y hubiesecaído (thwack), envuelto en grandes nubes de polvo. Varias veces. Lo que,
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conociendo aRalphie, eramuyprobable.Ralphie tenía diez años y no creo que lehubieravistolimpioentodamividamásdequinceminutosseguidos.Suspantalonescortosysucamisetatambiénestabanasquerosos.
—Hola,Ladrador.Excepto Ruth, nadie le llamaba Ralphie; siempre Ladrador. Cuando quería, se
parecíamásaMisty,elbassetdelosRobertson,queelpropioMisty.—Hola,Dave.Estabalevantandopiedras,yobservandocómohuíandelaluzlosescarabajosde
lapatataylosciempiés.Peromedicuentadequenoleinteresaban.Seguíamoviendounapiedratrasotra.Dándoleslavueltaydejándolascaerdenuevo.TeníaasuladounalatadealubiasLibbyytambiénlamovíacontinuamente,sinapartarlanuncadesusrodillasllenasdecostrasmientrassetrasladabadepiedraenpiedra.
—¿Quéhayenlalata?—Lombrices —contestó. Aún no me había mirado. Estaba concentrado,
moviéndose con esa energía nerviosa que había patentado. Como si fuera uncientífico en un laboratorio a punto de realizar algún fantástico e increíbledescubrimientoyquisiesequeledejasessolodeunasantavezparapoderponerseaello.
Levantóotrapiedra.—¿EstáDonnyporaquí?—Sí—asintió.LoquesignificabaqueDonnyestabadentro.Ycomolaideadeentrarmeponía
algo nervioso, me quedé un rato con él. Levantó una grande. Y, aparentemente,encontróloqueestababuscando.
Hormigasrojas.Montonesdeellasbajoesapiedra;cientos,milesdeellas.Todasenloquecidasdebidoalarepentinaluz.
Nuncamehangustadolashormigas.Solíamoscogercazosdeaguahirviendoyverterlos sobre el sitio donde hubieran decidido que sería agradable trepar losescalonesdenuestroporchedelantero;loque,poralgunarazón,hacíancadaverano.Eraideademipadre,peroyolaapoyabatotalmente.Creíaqueelaguahirviendoeraloquesemerecíanlashormigas.
Podíaolersuaromaayodojuntoconeldelatierrahúmedaydelcéspedreciéncortado.
Ladrador apartó la piedra de un empujón y cogió la lata de Libby. Sacó unalombrizydespuésotraylasechódondelashormigas.
Lohizodesdeunadistanciadeunmetro.Comosibombardearaa lashormigasconcarnedegusano.
Las hormigas respondieron. Los gusanos comenzaron a moverse y a animarsecuandolashormigasdescubrieronsusuavecarnerosa.
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—Esoesasqueroso,Ladrador—dije—.Realmenteasqueroso.—Encontré algunas negras por allí—me dijo. Señaló una piedra que estaba al
otroladodelporche—.Yasabes,delasgrandes.Voyacogerunascuantasyponerlasaquíconestaschicas.Voyaempezarunaguerradehormigas.¿Quieresapostarsobrequiénganará?
—Ganaránlasrojas—respondí—.Lashormigasrojassiempreganan.Era verdad. Las hormigas rojas eran feroces. Y aquel juego no me resultaba
nuevo.—Tengootraidea—ledije—.¿Porquénometesallílamano?Comosifuerasel
hijodeKongoalgoasí.Memiró.Creoqueestabaconsiderándolo.Yentonces,sonrió.—No—contestó—.Esoesderetrasados.Melevanté.Losgusanosseguíanretorciéndose.—Nosvemos,Ladri—dije.Subíporlasescalerashastaelporche.Llaméalapuertayentré.Donny estaba tirado en el sofá, vestido únicamente con unos arrugados
calzoncillosblancoscon losqueparecíahaberdormido.Soloera tresmesesmayorqueyo, pero teníaunpechoyunoshombrosmuchomayoresy ahora, desdehacíapoco, estaba comenzando a generar una enormebarriga, siguiendo los pasos de suhermano,WillieJr.Noeraunavisiónagradable,ymepreguntédóndeestaríaMeg.
Memiró por encima de un ejemplar dePlasticMan. Personalmente, yo habíaabandonadoloscómicsdesdequeen1954seaprobóelComicCodeyyanopodíaconseguirLatelarañadelmisterio.
—¿Cómolollevas,Dave?Ruth había estadoplanchando.La tabla estaba apoyada sobre una esquina y se
podíaolerelpunzanteyacreolordeltejidolimpiosobrecalentado.Miréamialrededor.—Bastantebien.¿Dóndeestántodos?Seencogiódehombros.—Decompras.—¿Williehaidodecompras?Estásdebroma.Cerróelcómicyselevantó,sonriendo,rascándoseelsobaco.—No.Willieteníaunacitaconeldentistaalasnueve.Willietienecaries.¿Noes
mortal?DonnyyWillieJr.habíannacidoconhoraymediadediferenciapero,poralguna
razón,Willie Jr. teníaproblemascon losdientesyDonnyno.Siempreestabaen laconsultadeldentista.
Nosreímos.—Heoídoqueyalahasconocido.
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—¿Aquién?Donnymemiró.Supequeyanoengañabaanadie.—Oh,atuprima.Sí.Ayer,enlaroca.Cogióuncangrejoalaprimera.Donnyasintió.—Seledabien—dijo.No es que fuera un elogio entusiasta, pero para Donny (especialmente cuando
hablabadeunachica),erabastanterespetuoso.—Venga—medijo—.Esperaaquímientrasmevistoyvamosaverloquehace
Eddie.Gemí.De todos los chicos de la avenidaLaurel, Eddie era el único al que trataba de
evitar.Eddieestabaloco.RecuerdounavezqueestábamosjugandoalbéisbolyaparecióEddie,desnudode
cintura para arriba, bajando la calle con una enorme serpiente negra viva entre losdientes.Elchicodelanaturaleza.SelatiróaLadrador,quesepusoagritar,yluegoaBilly Borkman. De hecho, siguió recogiéndola y tirándosela a todos los niñospequeñosyburlándosedeellosmientrasagitabalaserpientehastaqueeltraumadegolpearelsuelotantasvecespudoconellaydejódeserdivertido.
Eddietemetíaenproblemas.La idea que tenía Eddie de pasárselo bien consistía en hacer algo que fuera
peligrosooilegal,preferiblementeambascosas(cruzarlasvigastransversalesdeunacasaenconstrucciónoarrojarlesmanzanassilvestresaloscochesdesdeelpuentedeCanoeBrook)ysalirconbiendeello.Sitecogíanoresultabasherido,estababien,eradivertido.Silocogíanaéloeraélelqueresultabaheridotambiéneradivertido.
LindayBettyMartinjurabanquelehabíanvistounavezarrancándolelacabezaaunaranadeunmordisco.Nadieloponíaenduda.
Sucasaseencontrabaenlomásaltodelacalle,enlaaceraopuestaalanuestra,yTony y Lou Morino, que vivían al lado, decían que su padre siempre le estabapegando. Prácticamente todas las noches. A su madre y a su hermana también.Recuerdoasumadre,unaamablemujeronaconenormesmanosdecampesina,quelloraba en la cocina sobre el café con mi madre, con el ojo derecho hinchado yamoratado.
MipadredecíaqueelseñorCrockererabastanteagradablecuandoestabasobrio,perosevolvíaun imbécilcuandoseemborrachaba.Yoesono losabía,peroEddiehabíaheredadoelcarácterdesupadreynuncasabíascuándoibaairaporti.Cuandolohacía,ledabaigualcogerunpaloounapiedraqueusarlasmanos.Todosteníamosalgunacicatrizenalgunaparte.Yohabíarecibidomásdeunavez.Yahoratratabademantenermealejado.
PeroaDonnyyaWillielesgustaba.LavidaconEddieeraexcitante,teníasque
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reconocérselo.AunquesabíanqueEddieestabaloco.Y,juntoaEddie,ellostambiénsevolvíanlocos.—Sabesquétedigo—lecontesté—.Irécontigo.Peronomequedaré.—Venga,vamos.—Tengootrascosasquehacer.—¿Quécosas?—Cosas.—¿Quévasahacer, iracasayescuchar losdiscosdePerryComoquetienetu
madre?Lemiré.Élsabíaquesehabíapasado.TodoséramosfansdeElvis.Serio.—Túmismo,Sport.Esperaunminuto.Ahoravuelvo.Cruzó la sala hasta su dormitorio y, de repente, me pregunté cómo se las
arreglaríanahoraqueMegySusanestabanallí,dóndedormiríacadauno.MeacerquéalsofáycogísuPlasticMan.Lohojeéyvolvíadejarlo.Luegomedediquéavagarporelcuartodeestarhastallegaralcomedor,endondeseencontrabalaropareciénlavadadeRuthdobladasobrelamesa,y,porúltimo,fuialacocina.Abrílanevera.Comosiempre,allíhabíacomidaparasesenta.
LlaméaDonny.—¿PuedocogerunaCoca?—Claro.Yábremetambiénuna,¿vale?SaquélasCocas,abríelcajóndeladerechaycogíelabrebotellas.Ensuinterior,
la cubertería de plata estaba limpia y brillante. Siempreme pareció raro queRuthtuvierasiempretantacomidaperosolotuvieracubiertosparacinco:cincocucharas,cincotenedores,cincocuchillos,cincocuchillosdecarneyningunacucharasopera.Porsupuesto,queyosupiera,Ruthnuncarecibíamásvisitasquenosotros.Peroahoravivíanallí seispersonas.Mepregunté si finalmente se rendiríaycompraríaalgunomás.
Abrí las botellas. Donny salió y le di una. Llevaba pantalones vaqueros, unasbambas y una camiseta. La camiseta le estaba estrecha en la cintura. Le di unaspalmaditasenesazona.
—Serámejorquelavigiles,Donald—ledije.—Mejorvigílalatúmismo,marica.—Oh,claro,ahorasoyunmarica.—Eresretrasado,esoesloqueeres.—¿Retrasado?Ytúeresbasura.—¿Basura?Las niñas son basura. Las niñas y losmaricas son basura. Tú eres
basura.YosoyelDuquedeEarl.—Parareforzarlomediounpuñetazoenelbrazo
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queyoledevolví,yforcejeamosunrato.Donnyyyoéramostanbuenosamigoscomopodíanserlodoschicosenaquella
época.Salimosalpatioporlapuertadeatrásyluegocruzamoslacarreterahastallegaral
frenteynosdirigimoshaciadondeestabaEddie.Eracuestióndehonorelignorarlaacera.Caminábamosenmediodelacalle.LedimosunsorboanuestrasCocas.Detodasformas,allínuncahabíatráfico.
—Tuhermanoestámatandogusanoseneljardíndepiedras—leconté.Memiróporencimadelhombro.—Unchiquilloencantador,¿verdad?—¿Ycómolollevas?—lepregunté.—¿Elqué?—TeneraMegyasuhermanaporaquí.Seencogiódehombros.—No lo sé.Solo estánaquí.—BebióunpocodeCoca, eructóy sonrió—.Esa
Megesbastantebonita,¿verdad?¡Mierda!¡Esmiprima!Noquisehacerningúncomentario,aunqueestabadeacuerdoconél.—Peroesprimasegunda,¿losabías?Esoesdistinto.Lasangre,oalgo.Nosé.
Nuncalashabíamosvistoantes.—¿Nunca?—Mamádicequeunavez.Peroyoeramuypequeñocomopararecordarlo.—¿Cómoessuhermana?—¿Susan?Noesnadie.Solounaniñapequeña.¿Cuántosañostiene,unosonce?—Ladradorsolotienediez.—Sí,claro.¿YquéesLadrador?Nopudediscutírselo.—Peroquedóbastantemaltraselaccidente.—¿Susan?Asintióyseñalómicintura.—Sí.Se rompió tododesde allí hasta abajo, esodicemamá.Todos loshuesos.
Caderas,piernas,todo.—Vaya.—Aúnnoandabien.Estátodaescayolada.Tieneesas(¿cómosellaman?)cosas
demetal, lospalos,queseponenenlosbrazosy losagarrasy te llevan.Losniñosconpoliolosllevan.Heolvidadocómosellaman.Comomuletas.
—Vaya.¿Yvaavolveraandar?—Yaanda.—Deformanormal.—Niidea.
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NosacabamoslasCocas.Casihabíamosllegadoaloaltodelacolina.Yacasieraelmomentodequeledejara.Oeso,oaguantaraEddie.
—¿Sabes?,murieronlosdos—medijo.Talcual.Sabíaloquequeríadecir,porsupuesto,pero,porunmomento,mimente
nopudoasumirlo.Nodeltodo.Eraunconceptodemasiadoraro.Los padres no semueren.No enmi calle.Y, desde luego, no en accidentes de
coche. Esa clase de cosas pasaban en otros sitios, en sitios más peligrosos que laavenida Laurel. Pasaban en las películas o en los libros. Cosas como esas te lascontabaWalterCronkite.
LaavenidaLaureleraunacallecortada.Caminábamosenmediodelacalle.Peroyosabíaqueélnomentía.RecordéqueMegnoqueríahablardelaccidenteo
delascicatricesyqueyolapresioné.Sabíaqueélnomentía,peroerademasiadodifícildeaceptar.Caminábamos el uno junto al otro, sin que yo dijera nada, solo le miraba sin
verle.VeíaaMeg.Eraunmomentomuyespecial.SéqueMegadquirióenesemomentounglamourespecial.De pronto, no solo era bonita, inteligente y capaz de cruzar el arroyo; era casi
irreal.Comonadiealquejamáshubieraconocidoofueraaconoceralmargendeloslibrosolatele.Comosifueradeficción,algúntipodeheroína.
Melavolvíaimaginarenlarocayahoraviaalguienrealmentevalientetumbadoamilado.Vihorror.Sufrimiento,supervivencia,desastre.
Tragedia.
Todoesoenunmomento.Probablementeteníalabocaabierta.CreoqueDonnypensabaqueyonosabíade
loqueestabahablando.—LospadresdeMeg,cabezadechorlito.Losdos.Mamádicequedebieronde
morir instantáneamente.Queno supieronqué lesgolpeó—replicó—.Dehecho, loquelesgolpeófueunChrysler.
Ydebiódesersuenormemalgustoloquemedevolvióalarealidad.—Hevistolacicatrizdesubrazo—leconté.—Sí,yotambién.Esgenial,¿verdad?PerodeberíasveraSusan.Tienecicatrices
portodaspartes.Asqueroso.Mamádicequetienesuertedeestarviva.—Probablementetengarazón.—De todas formas, así es como las conseguimos. No hay nadie más. Éramos
nosotrosounorfanatoenalgunaparte.—Sonrió—.Quésuertetienen,¿eh?Yentoncesdijoalgoquerecordémástarde.Enesemomento,creíqueeraalgo
bastantecierto,pero,poralgunarazón,lorecordé.Lorecordémuybien.
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Meveoamímismodepieenmediodelacarreteraapuntodedarmelavueltayvolverabajarlacolinayperdermeenalgunaparte,puesnoqueríatenernadaqueverconEddie;almenosesedía.
Veo a Donny girándose para lanzarme esas palabras sin terminar de volversemientras cruza el patio hasta el porche. De forma casual, pero con una rarasinceridad,comosifueranelevangelio.
—MamádicequeMegeslaafortunada—medijo—.Mamádicequeselibróconfacilidad.
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Pasóunasemanaymediaantesdequevolvieraaverla,sincontarconunbrevevistazo aquí y allí: una vez sacando la basura, trabajando en el jardín. Ahora queconocíatodalahistoria,semehacíaaúnmásdifícilacercarmeaella.Nosentíapena.Le daba vueltas a lo que le iba a decir. Pero nadame parecía adecuado. ¿Qué ledecíasaalguienqueacababadeperderalamitaddesufamilia?Estabaallícomounarocaquenopodíaescalar.Porloquelaevité.
Yentoncesmi familiayyohicimosnuestroobligadoviajeanualalcondadodeSussexparavisitaralahermanademipadre,porloque,durantecuatrodíasenteros,no tuve que pensar en ello. Fue casi un alivio.Digo casi porque amis padres lesfaltaban,menosdedosañosparadivorciarseyelviajefueespantoso;trestensosdíasde silencio en el coche conmontones de alegría fingida entre trayecto y trayecto,supuestamenteenbeneficiodemistíosperoquenofuncionó.Podíasveramistíosmirándosedecuandoencuando,comosidijeran«Jesús,quesevayanya».
Losabían.Todoelmundolosabía.Porentonces,mispadresnohabríanpodidoesconderlepeniquesaunciego.
Pero cuando volvimos a casa volví a pensar enMeg.No sé por qué no semeocurrióolvidarmesimplementedeello,queaMeglehacíatantagraciaacordarsedelamuertedesuspadrescomoamíhablardeello.Peronolohice.Creíaquehabíaquedeciralgo,ynolograbaadivinarelqué.Eramuyimportanteparamínoquedarcomounimbécil.EramuyimportanteparamínoquedarcomounimbécildelantedeMeg,punto.
También me preguntaba sobre Susan. En casi dos semanas no la había vistonunca.Loqueibaencontradetodoloqueconocía¿Cómopodíasvivirenlacasadealladodealguienynoverlonunca?PenséensuspiernasyenDonnydiciendoquesuscicatriceseranrealmentehorriblesdever.Puedequetuvieramiedodesalir.Esosípodía creérmelo. Yo mismo estaba pasando por entonces mucho tiempo en casa,evitandoasuhermana.
Pero eso no podía durar. Era por entonces la primera semana de junio, tiempoparaelKarnavalKiwani.
PerderseelKarnavaleracomoperderseelverano.
Justo al otro lado de nosotros, ni a medio barrio de distancia, había un viejocolegiodeseishabitacionesllamadoColegioCentral,alquetodosnosotroshabíamosidodepequeños,loscincoprimeroscursos.TodoslosañoscelebrabanelKarnavalenel recreo. Desde que fuimos lo bastante mayores para poder cruzar la calle solosíbamosvercómolomontaban.
Durantetodaesasemana,porestartancerca,éramoslosniñosconmássuertedetodalaciudad.
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LosKiwanisoloseocupabande lasconcesiones: lospuestosdecomida, losdetiro al blanco, las ruletas. Todas las atracciones las manejaba una compañía deprofesionales y se encargabande ellas unos feriantes.Anosotros, los feriantes nosparecíanalgototalmenteexótico.HombresymujeresdeaspectorudoquetrabajabanconunCamelentre losdientes,guiñando losojosporelhumoquese lesmetíaenellos, llenos de tatuajes, callos y cicatrices y oliendo a grasa y a sudor. Decíanpalabrotas,ybebíanSchlitzmientras trabajaban.Comonosotros,no teníannadaencontradeescupirenelsuelo.
NosencantabaelKarnavalynosencantabanlosferiantes.Teníaqueserasí.Enunaúnicatardedeverano,cogíannuestrorecreoytransformabansusdosrombosdebéisbol,suasfaltoyelcampodefútbolenunaciudadcompletamentenueva,hechadetiendasymetalgiratorio.Lohacíantanrápidoqueapenaspodíascreenentusojos.Eramagia,ytodoslosmagosteníansonrisasdedientesdeoroyun«teamo,Velma»tatuadoenelbíceps.Irresistible.
Aúneramuytempranoy,cuandomeacerqué,seguíandescargandoloscamiones.Ese era el momento en el que no podías hablar con ellos. Estaban demasiado
ocupados.Más tarde, cuandomontabanoprobaban lasmáquinas,podíasdarles lasherramientaso, incluso, conseguirque tedieranun sorbitodecerveza.Despuésdetodo,loschicosdelazonaeransusustento.Queríanquevolviesesesanochecontusamigosytufamilia,ynormalmentesemostrabanamistosos.Pero,enesemomento,solopodíasmiraryquitartedeenmedio.
CherylyDeniseyaestabanallí,apoyadasenlaverjadeseguridaddedetrásdelacasaymirandoatravésdelareja.
Mequedéconellas.Lascosasmeparecían tensas.Seveíaporqué.Soloerapor lamañana,peroel
cielo parecía oscuro y amenazante.Una vez, hacía unos pocos años, había llovidotodas las noches del Karnaval excepto el jueves. Todo el mundo se fastidió. Lostrabajadoresylosferiantestrabajabanahoraamargamente,ensilencio.
CherylyDenisevivíanlaunafrentealaotra.Eranamigas,perocreoquesoloporlo que Zelda Gilroy, del Show de Dobie Willis, llamaba propincuidad. No teníanmuchoencomún.Cheryleraunaaltayhuesudacastañaque,probablemente,llegaríaaserbonitadentrodeunospocosaños,peroqueahoraeratodabrazosypiernas,másaltaqueyoydosañosmenor.Teníadoshermanos:KennyyMalcolm.Malcolmerasolounniñopequeñoqueaveces jugabaconLadrador.Kenny teníacasimiedad,peroibauncursopordetrásenelcolegio.
Lostresniñoseranmuytranquilosyeducados.Suspadres,losRobertson,nolespasabanniuna,perodudoquelocontrarioestuvieseensunaturaleza.
DeniseeralahermanadeEddie.Completamentedistinta.Deniseerapicajosa,nerviosaycasitaninquietacomosuhermano,conunaclara
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propensiónhacia laburla.Comosielmundoentero fueraunabromapesadayellafueralaúnicaquelaentendía.
—EsDavid—dijo.Yahíestabalaburla,enlaformadepronunciarminombre.Nomegustó,peroloignoré.EsaeralaformaenquehabíaquetrataraDenise.Sinotepicabas,noconseguíasurecompensa,loqueterminabahaciéndolamásnormal.
—HolaCheryl.Denise.¿Cómovan?—CreoquehanpuestoelGusanolocoallí.ElañopasadopusieronallíelOctopus
—dijoDenise.—AúnpuedeserelOctopus—indicóCheryl.—Eh…¿Vesesasplataformas?—señalóa lasgrandesplanchasdemetal—.El
Gusanolocotieneplataformas.Esperaaquesaquenlasvagonetas.Yaloverás.Tenía razón. Cuando sacaron las vagonetas se vio que era el Gusano loco. Al
igualqueasupadreyasuhermanoEddie,aDeniseseledababienlamecánica,lasherramientas.
—Estánpreocupadosporlalluvia—nosdijo.—Están preocupados —dijo Cheryl—. ¡Yo estoy preocupada! —suspiró
exasperada. Era muy exagerada. Sonreí. Siempre había algo dulcemente seriorespectoaCheryl.SabíasdirectamentequesulibrofavoritoeraAliciaenelPaísdelasMaravillas.Laverdaderaquemegustaba.
—Novaallover—dijoDenise.—¿Cómolosabes?—Porquenovaahacerlo,simplemente.—Comosiellafueraapermitirlo.—¿Veis eso de allí?—señaló un gran camión gris y blanco que se dirigía al
centrodelcampodefútbol—.Apostaríaaqueesaeslanoria.Allíesdondeestuvoelañopasadoyelanterior.¿Queréisverla?
—Claro—dijeyo.EsquivamoselGusanolocoyalgunasbarcasdeatraccionesparaniñospequeños
que estaban descargando en el macadán, caminamos a lo largo de la verja queseparabaelrecreodelarroyo,atajamosporunastiendasquesehabíanlevantadoparaarrojaranillosytirarbotellasyotrosjuegosdetiroalblanco,yllegamosalcampo.Lostrabajadoresacababandeabrirlaspuertasdelcamión.Lacabezadeunsonrientepayaso pintada en las puertas estaba partida por lamitad. Comenzaron a sacar lasbarquillas.
Deacuerdo,parecíalanoria.—PapádicequeelañopasadosecayóalguienenAtlanticCity.Sepusodepie.
¿Algunavezoshabéispuestodepie?—preguntóDenise.Cherylfruncióelceño.—Porsupuestoqueno.Denisesevolvióhaciamí.
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—Apuestoaquenuncalohashecho.Ignoré su tonillo.Denise siempre estaba esforzándosepara comportarse todoel
tiempocomounaidiota.—No—repliqué—.¿Porquédeberíahacerlo?—¡Porqueesdivertido!Estaba sonriendo, y eso tendría que haberle sentado bien. Tenía unos bonitos
dientesblancosyunaencantadoraydelicadaboquita.PeroalgosiempreibamalenlassonrisasdeDenise.Siemprehabíaalgomaníaco
en ellas. Como si en realidad no estuviera divirtiéndose tanto como quería quecreyeras.
Tambiéndesaparecíandemasiadorápidamente.Eraenervante.Esohizoahora,yentoncesdijoalgoquesóloyopudeoír.—Antesestuvepensandoeneljuego.Memiródirectamenteconlosojoscomoplatosymuyseria,comosihubieraalgo
más,algoimportante.Esperé.Penséquetalvezqueríaquelecontestara.Nolohice.Ensulugar,volvíamiraralcamión.Eljuego,pensé.Estupendo.No me gustaba pensar en el juego. Pero mientras Denise y algunos otros se
encontraranporallí,suponíaquedebíahacerlo.
Comenzóaprincipiosdelveranoanterior.Ungrupodenosotros(Donny,Willie,Ladrador,Eddie,Tony,LouMorinoyyo,yporúltimoymástarde,Denise)solíamosreunirnosenelmanzanalparajugaraloquellamábamos«elcomando».Jugábamostanamenudoqueterminóporsersimplemente«eljuego».
Notengoniideadeaquiénseleocurrió.QuizásaEddie,oaunodelosMorino.Simplementesenosocurrióundíaydesdeentoncesestuvoallí.
En el juego, uno de los chicos era «eso». Era el comando. Su «casa» era elmanzanal.Elrestoeraunapatrulladesoldadosacampadaunaspocasyardasmásallá,enunacolinacercanaalarroyoenlaqueunavez,depequeños,jugamosalreydelamontaña.
Formábamosunextrañogrupodesoldados,puestoquenoteníamosarmas.Creoquelashabíamosperdidoenalgunabatalla.Ensulugar,eraelcomandoelqueteníalasarmas:lasmanzanasdelmanzanal,tantascomopudieracargar.
En teoría, también tenía la ventaja de la sorpresa. En cuanto estaba listo, seescabullíadelmanzanalentrelosarbustosyatacabanuestrocampamento.Consuerte,lograba darnos a cada uno con unamanzana antes de que lo descubriéramos. Lasmanzanaseranbombas.Sitedabaunamanzana,estabasmuerto,fueradejuego.Porloqueelobjetivoconsistíaendarlesatantoscomopudierasantesdequetecogieran.
Siempretecogían.Esaeralacuestión.
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Elcomandonuncaganaba.Tecogíanporque,paraempezar,todoslosdemásestabansentadosenunacolina
bastantegrandeobservandoy esperándote, y, amenosque lahierba estuvieramuyaltaytuvierasmuchasuerte,teteníanquever.Adiósalelementosorpresa.Segundo,setratabadesietecontrauno,ysoloteníasunaúnica«casa»enelmanzanal,ametrosde distancia. Por lo que disparabas sin apuntar por encima del hombro mientrascorríascomounlocohacialabaseconunpuñadodeniñospersiguiéndotedecercacomosabuesos,yquizálograrasdarleauno,odos,otresdeellos,pero,alalarga,ellostecogíanati.
Y,comohedichoantes,esaeralacuestión.Porquealcomandocapturadoseleatabaaunárbol,losbrazosalaespalda,las
piernasjuntas.Seleamordazaba.Seletapabanlosojos.Y los supervivientes le podían hacer todo lo que quisieran, mientras los otros
(inclusolos«muertos»)miraban.Algunasvecestodosnoscontrolábamosyotrasno.Elasaltosolíadurarunamediahora.Lacapturapodíallevarnostodoeldía.Alfinal,dabamiedo.Eddie,porsupuesto,selibrabamedianteelasesinato,Lamitaddelasvecestenías
miedodecapturarle.Podíavolverseen tucontray romper las reglas,por loqueeljuego se convertiría en sangriento y violento, sin reglas. O, si lo cogías, siempreexistíaelproblemadecómolodejaríasirse.Sileharíasalgoquenolegustaba,eracomoliberarunenjambredeabejas.
Yaunasí,fueEddieelquetrajoasuhermana.YunavezqueDeniseentró,laformadeljuegocambiótotalmente.Alprincipiono.Alprincipiotodoeracomosiempre.Atodoelmundoletocaba
suturno,yatitetocabaeltuyoyamíelmíoexceptoqueallíhabíaunaniña.Pero, entonces, empezamos a creer que teníamos que ser amables con ella. En
lugardehacerturnos,ledejábamosserloquequisiera.Soldadoocomando.Porqueeranuevaeneljuego,porqueeraunaniña.
Y ella empezó a desarrollar esa obsesión con cogernos a todos antes de que lacogiéramos a ella.Como si fuera un desafío.Cada día iba a ser en el que por finganaraacomando.
Sabíamosqueesoeraimposible.Paraempezar,teníaunapunteríamalísima.Denisenuncaganóacomando.Teníadoceaños.Teníaelpelo rizado,entrecastañoy rojizo,ypecaspor todas
partes.Lehabíanempezadoasalir lospechos,y teníaunospezonesgruesos,pálidosy
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prominentes.Recordé todo aquello y centré la mirada en el camión, los trabajadores y los
feriantes.PeroDenisenopensabadejareltema.—Esverano—señaló—.¿Cómoesquenohemosvueltoajugar?Sabía perfectamente por qué no jugábamos, pero, en parte, tenía razón; lo que
interrumpióeljuegofuequehabíaempezadoahacerdemasiadofrío.Eso,ylaculpa,porsupuesto.
—Somosalgomayoresparaeso—mentí.Seencogiódehombros.—Ajá.Puede.Ypuedequeseáisunosgallinas.—Podríaser.Perotengounaidea.¿Porquénolepreguntasatuhermanosiesun
gallina?Serio.—Sí.Claro.Deacuerdo.Elcielocadavezestabamásoscuro.—Vaallover—dijoCheryl.Loshombreslopensabanrealmente.Juntoalosferiantes,estabansacandolonas
queextendíansobreelcésped,soloporsiacaso.Trabajabanconrapidez,tratandodeensamblar la gran rueda antes de que comenzara el chaparrón. Reconocí a uno deellos del verano pasado, un fibroso sureño llamado Billy Bob o Jimmy Bob algoparecido,que lehabíadadoaEddieuncigarrillo cuando se lopidió.Esehecho lohizomemorableporsísolo.Ahoraestabauniendodistintaspiezasdelaruedaconunenormemartillodepuntaredonda,riéndoseporalgoqueelgordodealladolehabíadicho.Surisaeraagudaycortante,casifemenina.
Podías oír el ping del martillo y el rugido del equipamiento de los camionesdetrásdenosotros,podíasoírel ruidode losgeneradoresyde lamaquinaria;y,depronto,unpoppautado,lalluviaquecaíaconfuerzasobreelsuelosecoyendurecidodelpatio.
—¡Aquíllega!Mesaquélacamisadelospantalonesymelapuseencimadelacabeza.Cheryly
Deniseyacorríanhacialosárboles.Mi casa estabamás cerca que las suyas.Realmente nome importaba la lluvia.
Peroesaeraunabuenaexcusaparaalejarmedeallíunrato.AlejarmedeDenise.Realmente,nopodíacreerqueellaquisierahablardeljuego.Senotabaque la lluvianoduraría.Caíacondemasiada rapidez, condemasiada
fuerza.Quizáparacuandoamainaraestuvieranporallíalgunosde losotroschicos.Podríaevitarla.
Corríalejándomedeellas,queseescudabandelalluviabajolosárboles.
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—¡Mevoyacasa!—lesdije.ADeniseselepegabaelpeloalasmejillasyalafrente.Sonreíadenuevo.Sucamisaestabaempapadaysetransparentaba.
Vi queCheryl estaba tratando de alcanzarme.Con su largo, huesudo ymojadobrazotemblequeando.
—¿Podemos ir?—megritó.Fingíqueno lahabíaoído.La lluviahacíamuchoruidoallí,debidoalashojas.PenséqueCherylloachacaríaaeso.Seguícorriendo.
DeniseyEddie,pensé.Chico.Vayapar.Si, alguna vez, alguienmemete en líos, serán ellos. El uno, el otro o los dos.
Seránellos.Ruth se encontraba en el patio recogiendo el correo de su buzón cuando pasé
corriendoantesucasa.Sevolvióenlapuerta,sonrióymesaludó,mientraselaguachorreabadelalero.
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NuncasupeporquésehabíanpeleadomimadreyRuth,perohabíapasadoalgocuandoyoteníaochoonueveaños.
Antesdeeso,muchoantesdequellegaranMegySusan,yosolíapasarmuchasnoches conDonny,Willie y Ladrador, durmiendo en el doble par de literas de suhabitación.Willieteníalacostumbredesaltarparameterseenlacamaporlasnoches,con lo que rompió muchas literas con el paso de los años.Willie siempre estabasaltando encima de algo. Ruth decía que, cuando tenía dos o tres años, habíadestrozado totalmente su cuna. Todas las sillas de la cocina tenían despegado elrespaldo.Perolas literasqueahorateníanensudormitorioeranresistentes.Habíansobrevivido.
DesdequepasóloquequieraquehubiesepasadoentremimadreyRuth,solosemepermitíairallídecuandoencuando.
Pero recuerdoesasprimerasnochescuandoéramosniños.Nosquedábamosallíriendoenlaoscuridadduranteunahoraodos,soltandorisitas,escupiendosobreloslateralesaquienquieraqueestuvieraenlasliterasdeabajo,hastaqueRuthentrabaynosgritabaynosíbamosadormir.
LasnochesquemásmegustabaneranlasdeKarnaval.Desdelaventanaabiertadeldormitorio,quedabaalrecreo,podíamosescucharmúsicadecalíope,gritos,yelzumbidoyelquejidodelasmáquinas.
Elcieloerarojoanaranjado,comoeldeunrugientefuegoforestal,puntuadoporrojosyazulesmásbrillantescuandoelOctopusgirabayseperdíadevista tras losárboles.
Sabíamosloquehabíaahífuera;alfinyalcabo,acabábamosdevolverdeallí,con nuestras manos aún pringosas por el algodón dulce. Pero, de alguna forma,resultaba misterioso quedarse allí escuchando, mucho después de nuestra hora deirnos a la cama, silenciosos por una vez, envidiando a los adultos y a losadolescentes, imaginando losmiedosy lasemocionesqueprovocabanesasgrandesatraccionesparalasqueéramosdemasiadopequeñosydelasqueveníantodosesosgritos.Hastaquelaslucesylosruidossedesvanecíanlentamente,reemplazadosporlasrisasdelosextrañosquevolvíanasuscochesalolargoyanchodenuestrobarrio.
Mejuréque,cuandofueralosuficientementemayor,seríaelúltimoenirme.
Y ahora me encontraba solo en el puesto de refrescos, comiéndome mi tercerperritodelatardeypreguntándomequédemoniosibaahacer.
Había montado en todas las atracciones que me interesaban. Había perdido eldinero en todos los juegos y ruletas que ofrecía el lugar y todo lo que tenía parademostrarlo era un pequeño caniche de cerámica para mi madre guardado en elbolsillo.
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Mehabíatomadomimanzanadecaramelo,miheladoymitrozodepizza.EstuveconKevinyMalcolmhastaqueMalcolmsemareóenelBombarderoen
picado,y, luego,conTonyyLouMorinoyconLindayBettyMartinhastaquesefueronacasa.Fuedivertido,peroahorasoloquedabayo.Eranlasdiezenpunto.
Yaúnquedabandoshoras.Antes había visto a Ladrador. PeroDonny yWillie Jr. no habían aparecido, ni
tampocoRuthoMegoSusan.Loqueeraextraño,porque,normalmente,aRuth leencantabaelKarnaval.Penséencruzar lacalleparaverquépasaba,peroesoseríacomoadmitirqueestabaaburrido,yaúnnoestabalistoparahacerlo.
Decidíesperarunrato.Diezminutosdespués,llegóMeg.Estaba probandomi suerte con el siete rojo y pensando si tomar una segunda
manzana de caramelo cuando la vi caminar lentamente entre la multitud, sola,llevandovaquerosyunablusaverdeclaro;derepente,yanomesentícohibido.Queyanomesintieracohibidomesorprendió.Puedeque,paraentonces,estuviera listoparacualquiercosa.Esperéhastaquevolvíaperderconelrojoymeacerqué.
Y,entonces,fuecomosiinterrumpieraalgo.Estabacontemplando lanoria, fascinada,alisándoseconundedounmechónde
largopelorojo.Viquealgobrillabaensumanomientraslabajabahaciasucostado.Eraunanoriarealmenterápida.Enlomásalto,laschicaschillaban.—Hola,Meg—lasaludé.Memiróysonrióydijo«holaDavid».Yvolvióamirarlanoria.Senotabaquenuncahabíamontado enunanoria. Solo por la forma enque la
miraba.Mepreguntéquéclasedevidaeraesa.—Genial,¿verdad?Esmásrápidaquelamayoría.Memiródenuevo,excitada.—¿Loes?—Sí.Almenos,másrápidaque ladePlayland.Másrápidaque lade laIslade
Bertram.—Espreciosa.Enmiinterior,estabadeacuerdoconella.Laruedateníaungirosuaveyfácilque
siempremehabíagustado,unasimplicidadensupropósitoyensudiseñodelaquecarecían lasatraccionesdemásmiedo.Enesemomentono lohubieradescritoasí,perosiemprepenséquelanoriaeragrácil,romántica.
—¿Quieresprobar?Notéloansiosaqueparecíamivozymequisemorir.¿Quéestáshaciendo?La
chicaeramayorqueyo.Puedequehastatresañosmayor.Estabaloco.Tratédeecharmeatrás.Quizálaconfundí.
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—Quiero decir que me montaré contigo sí quieres. Si tienes miedo. No meimporta.
Serio.Sentícómoseretirabalapuntadelcuchillodemigarganta.—Vamos—medijo.Cogiómimanoymeguio.De alguna forma, compré los billetes, nos subimos a una barquilla y nos
sentamos.Todoloquerecuerdoessumano,cálidaysecaenelfríoairenocturno,susdedosfuertesypegajosos.Esoymismejillassonrojadasquemerecordabanqueteníadoce años y que me encontraba en la noria con algo muy parecido a una mujercompletamenteadulta.
Yentoncesllegóelviejoproblemadequédecirmientrascargabanelrestodelasbarquillasysubíamoshasta loaltodel todo.Losolucionénoabriendo laboca.Mediolaimpresióndequeaellaleparecíabien.Noparecíaestarincómodaenabsoluto.Solorelajadaycontentadeestarallíarriba,mirandohaciaabajoparaveralagenteytodoelKarnaval esparcidoa sualrededorycubiertode luces,y, sobre losárboles,nuestrascasas,mientraslabarquillasemecíasuavementeadelanteyatrás,sonriendo,tarareandounamelodíaqueyonoconocía.
Y,entonces,lanoriaempezóagiraryellaserio,yyopenséqueeraelsonidomásagradable y feliz que jamás había oído, y me sentí orgulloso de mí mismo porhabérselopedido,porhaberlahechofelizyhaberlahechoreírdelaformaenquelohice.
Como he dicho antes, la noria era rápida y, al llegar al punto más alto, casicompletamentesilenciosa,contodoelruidodelKarnavalmantenidoabajocomosiloenvolvieraalgo,ytúentrabasenélalbajaryluegovolvíasasalirdeél,mientraselruido desaparecía rápidamente, y en lo alto del todo no tenías casi peso en la fríabrisa,porloquetodoloquequeríaseraagarrarteunmomentoalabarradeseguridadpormiedoasalirvolando.
Mirécómosusmanosagarrabanlabarrayfueentoncescuandovielanillo.Alaluzdelaluna,parecíafinoypálido.Relucía.
Intenté demostrar lo mucho que disfrutaba de la vista, pero, principalmente,disfrutabadesusonrisaydelaexcitaciónconlaquebrillabansusojos,delaformaenlaqueelvientosoplabaylepegabalablusasobresuspechos.
Yentoncesnuestrabarquillallegóalacimaylanoriasevolviómásrápida,ysumovimientosehizomásgrácil,eleganteyemocionantemientrasyomirabaaMeg,cuyafrancayencantadoracaraatravesabarápidamenteungrupodeestrellasyluegoeloscurocolegioyluegolastiendasmarrónclarodelosKiwani,consupeloflotandohaciaatrásyluegohaciadelante,cayendosobresusmejillasalvolveraelevarnos,y,depronto,sentíesosprimerosdosotresañosqueellahabíavividoyyonocomosifueranunapesadayterrible ironía,comounamaldición,y,porunmomento,pensé
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quenoerajusto.Podíadarleesto,peroesoeratodo,ynoerajusto.Ese sentimiento desapareció. Para cuando la vuelta había terminado y
esperábamoscercadelacima,loúnicoquequedabaeraelplacerdeverlatanfeliz.Ytanviva.
Ahorasípudehablar.—¿Tehagustado?—¡Dios,mehaencantado!Siguedándomecosasnuevas,David.—Nomepuedocreerquenohubierasmontadoantes.—Mispadres…yasabes,siemprequisieronllevarnosaalgunaparte.AlParque
Empalizadas,uotrolugar.Creoquenuncallegamosadecidirlodeltodo.—Loheoído…todo.Losiento.Así.Yasalió.Asintió.—¿Sabes?Lopeoreslomuchoquelesechasdemenos.Yelsaberquenovana
volver nunca más. El saber eso exactamente. A veces lo olvidas y es como siestuvierandevacacionesoalgoasíypiensas,«vaya,ojalá llamaran».Losechasdemenos.Teolvidasdeque sehan idodeverdad.Teolvidasdeque losúltimos seismeseshanpasadorealmente.¿Noesraro?Yentoncestedascuenta…yesrealotravez.
»Sueñomuchoconellos.Y,enmissueños,siguenvivos.Somosfelices.Pudevermuybiensuslágrimas.Ellasonrióysacudiólacabeza.—Nomedejesempezar—pidió.Estábamos en ese momento en la bajada, con solo cinco o seis barquillas por
delantedenosotros.Vialsiguientegrupoqueesperabaparasubir.MiréhaciaabajoporencimadelabarrayvolvíaverelanillodeMeg.Yellameviomirándolo.
—Elanillodebodasdemimadre—meexplicó—.ARuthnolegustamuchoqueyololleve,peroamimadresílehubieragustado.Novoyaperderlo.Noloperderénunca.
—Esbonito.Esprecioso.Ellasonrió.—¿Másquemiscicatrices?Mesonrojé,peroestababien,solomeestabatomandoelpelo.—Muchomás.Lanoriabajóunpocomás.Soloquedabandosbarquillasmás.Eltiempoparecía
moversecomoenunsueño,pero,aunasí, lohacíademasiadorápido.Yonoqueríaqueacabase.
—¿Cómolollevas?—lepregunté—.LodeestarconlosChandler.Seencogiódehombros.—Creoquebien.Noescomoencasa.Nicomoeraantes.Ruthesalgo…raraa
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veces.Perocreoquequierelomejorparanosotros.—Hizounapausa,yluegoañadió—.Ladradoresunpocoraro.
—Yquelodigas.Nosreímos.AunqueelcomentariosobreRuthmesorprendió.Recordélacautela
ensuvoz,sufrialdadaquelprimerdíaenelarroyo.—Yaveremos—dijo—.Supongoquellevasutiempoacostumbrarsealascosas,
¿no?Llegamosalfinal.Unodelosferianteslevantólabarradeseguridadysujetóla
barquillaconunpie.Apenasmedicuentadequeestabaallí.Nosbajamos.—Tevoyacontaralgoquenomegusta—dijo.Lodijocasisusurrando,comosiesperaraquealguienfueraaoírloeinformara
otrapersona;ycomosifuéramosconfidentes,iguales,co-conspiradores.Megustóunmontón.Meacerquémás.—¿Elqué?—lepregunté.—Esesótano—meconfió—.Nomegustanadaenabsoluto.Eserefugio.
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Sabíaloquequeríadecir.Ensuépoca,WillieChandlerSr.habíasidomuymañoso.Mañosoyunpocoparanoico.PorloquemeimaginoquecuandoKrushchevledijoalasNacionesUnidas«os
vamosaenterrar»,WillieSr.debiódedeciralgocomo«yunamierdalovasahacer»yseconstruyóunrefugioantibombaenelsótano.
Se trataba de una habitación dentro de una habitación, dos y medio por tresmetros de ancho y dos metros de alto, construida estrictamente según lasespecificacionesdelgobierno.Bajabaslasescalerasdesdelacocina,dejabasatráslaslatasdepinturaapiladastraslasescalerasylapilayluegolalavadoraylasecadora,doblabas una esquina y atravesabas una pesada puerta de metal (originalmente lapuertadeunalmacéndecarne)yteencontrabasdentrodeunahabitacióndecementoalmenosdiezgradosmásfríaqueelrestodellugar,oscurayconoloramoho.
Nohabíasistemaseléctricosniinterruptoresdeluz.Williehabíacolocadounasvigasenelsuelodelacocinayunosgruesospostesde
maderacomosoporte.Situóbolsasdearenaenlaúnicaventanaquedabaalexteriorde lacasaycubrióel interiorconunapantalladealambredemediocentímetrodeespesor.Sehabíaprovistodetodoloobligatorio:unextintordeincendios,unaradioapilas,unhacha,unpalanqueta,unalinternaapilas,unbotiquínyvariasbotellasdeagua.Había latasdecarneenlatadasobreunapequeñay resistentemesade trabajohechaamanojuntoconunhornoSterno,undespertadordeviajeyunabombadeaireparahincharloscolchonesenrolladosenlaesquina.
Construyóycomprótodoestoconelsueldodeunlechero.Inclusoteníaunpicoyunapalaparapoderabrirseunasalidatraslaexplosión.
LoúnicoqueWillienocolocódeloquerecomendabaelgobiernofueuncuartodebañoquímico.
Erancaros.Ysefueantesdeponerseaello.Ahora,ellugarteníaunaspectodesastroso:lossuministrosdecomidahabíansido
saqueadosporRuthparacocinar,elextintorsehabíacaídodesusoporteenlapared,las pilas de la radio y la linterna estaban agotadas, y todos los objetos estabancubiertosdemugretrastresañosenterosdesuciedadsinlimpiar.ARuth,elrefugiolerecordabaaWillie.Ellanoibaalimpiarlo.
Avecesjugábamosallí,peronomuyamenudo.Elsitiodabamiedo.Eracomosihubieseconstruidoallíunaprisión;nounrefugioparamanteneralgo
fuera,sinounoscuroynegroagujeroenelquemanteneralgodentro.
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Y,dealguna forma, suposicióncentral contagiabaa todoel lugar.Podíasestarallí abajo bebiendo una Coca, charlando con Ruthmientras ella hacía la colada yentoncesmiraríasporencimadetuhombroyveríasesaespeciedebunker,eseplanomurodecementoquesudabaconstantemente,goteando,conalgunasgrietas.Comosielpropiomurofueraunancianoyestuvieseenfermoymuriéndose.
Devezencuandoentrábamosenélynosasustábamoslosunosalosotros.Paraesoservía.Paraasustaratodoelmundo.Ypocomás.Nolousábamosdemasiado.
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—¡Yaoslodigo,loquelefaltaaestemalditoKarnavalesunbuenyanticuadohootchie-koo!
Era jueves por la noche, la segunda noche del Karnaval, y Ruth veía cómonombrabanjefedepolicíaaCheyenneBodieporenésimavezycómoelasquerosodelalcaldelecolocabalaplacadejefedepolicíaensucamisadecueroconflecos.ACheyenneseloveíaorgullosoyllenodedeterminación.
Ruthsosteníaunacervezaenunamanoyuncigarrilloenlaotrayestabasentadacon aspecto de cansada en la silla llena de almohadones que estaba cerca de lachimenea,consuslargaspiernasestiradassobreuncojín,descalza.
Ladradorlamiródesdeelsuelo.—¿Quéesunhootchie-koo?—Hootchie-koo.Hootchie-kootchie.Bailarinas,Ralphie.Yelespectáculode los
monstruos.Cuandoyoteníavuestraedad,estabanlosdos.Unavezviunhombrecontresbrazos.
WillieJr.lamiró.—No—dijo.Perosenotabaqueestabamuyinteresado.—Nocontradigasatumadre.Lohice.Viunhombrecontresbrazos;unodeellos
erasolounacositaextrañaquelesalíadeaquí.Levantó su brazo y señaló su axila suave y pulcramente afeitada dentro del
vestido.—Losotrosdoserantannormalescomolosvuestros.Tambiénviunavacacon
doscabezas,enelmismoespectáculo.Porsupuesto,estabamuerta.EstábamossentadosalrededordelZenithenuncírculo irregular,Ladradoren la
alfombra al lado de Ruth, Willie, Donny y yo en el sofá, y Eddie recostadodirectamenteenfrentedeltelevisor,porloqueLadradorteníaquemoverseparapoderverasualrededor.
Enmomentos comoaquel, no tenías quepreocuparte porEddie.En su casanoteníantelevisión.Estabapegadoaella.Ysialguienpodíacontrolarle,esaeraRuth.
—¿Quémás?—preguntóWillieJr.—.¿Quémásviste?Se pasó la mano por su rubio tupé. Siempre estaba haciéndolo. Creo que le
gustaba lo que sentía al hacerlo, aunque yo no entendía cómo podía gustarle lagrasientapartedelanteraengominada.
—Principalmente, cosas en botellas. Fetos. Ya sabéis, fetos. En formaldehido.Cosaspequeñasyencogidas;cabras,gatos.Todotipodecosas.Esopasóhacemuchotiempo. No lo recuerdo. Pero sí recuerdo a un hombre que debía pesar unasquinientasoseiscientaslibras.Necesitaronaotrostrestiposparapoderlevantarlo.La
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cosamásgordaquejamáshayavistooqueridover.Nosreímos,imaginándonosalostrestiposquetuvieronqueayudarle.TodossabíamosqueRuthsepreocupabaporsupeso.—Yaosdigo,lasferiaseranalgorealmenteseriocuandoyoeraniña.Suspiró.Enesemomentoseviocómosucaraserelajabaysevolvíasoñadora,igualque
enotrasocasiones,cuandorecordabaelpasado;elpasadolejano.NoaWillie,sinosuinfancia.Siempremegustabamirarlaenmomentosasí.Creoquenospasabaatodos.Lasarrugasylosángulosparecíansuavizarsey,paraserlamadredealguien,eracasihermosa.
—¿Yaestáslista?—preguntóLadrador.Aquellanocheerarealmenteimportanteparaél,porqueselepermitíairalKarnavaltantarde.Estabaansiosoporir.
—Aúnno.Acabaoslosrefrescos.Dejadmeterminarmicerveza.Lediounaprofundacaladaalcigarrillo,retuvoelhumoy,luegolosoltótodode
golpe.LaúnicaotrapersonaqueyoconocíaquefumaratantocomoRutheraelpadrede
Eddie.Agitólalatadecervezaybebió.—Quiero saber más sobre ese hootchie-koo —dijo Willie. Se inclinó hacia
delanteamiladoenelsofá,conloshombroshaciadentro,encorvados.A medida que Willie se hacía mayor y más alto, su chepa se hacía más
pronunciada.Ruthdecíaquesiseguíacreciendoyencorvándoseaesavelocidad,ibaaconvertirseenunjorobado.Unodedosmetros.
—Sí—dijoLadrador—.¿Quésesuponequees?Nolopillo.Ruthserio.—Bailarinas, ya te lo he dicho. Y, ¿queréis saber algo? Algunas de ellas iban
mediodesnudas.Se subió el desvaído vestido hasta lamitad de susmuslos, lomantuvo allí un
momento,agitándoloennuestradirección,yselobajódenuevo.—Faldas así de cortas—nos contó—. Y unos sujetadores minúsculos, y nada
más.Quizáun rubí enelombligo,o algoasí.Conpequeñoscírculosdecolor rojooscuro pintados aquí y aquí—se señaló lo pezones, dibujando círculos lentamenteconeldedo.Ynosmiró.
—¿Quépensáisdeeso?Yosentíquemesonrojaba.Ladradorserio.WillieyDonnylamirabanfijamente.EddieseguíaatentoaCheyenneBodie.Ellaseechóareír.—Bueno,creoquelosviejosybuenosKiwaninovanapatrocinarnadaparecido,
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¿verdad?Esoschicosno.Coño,vayasilesgustaría.¡Lesencantaría!Perotodosellosestáncasados.Malditoshipócritas.
RuthsiempreseestabametiendoconlosKiwanioconlosrotariosoconalgo.Noeraningunaintegradora.Yaestábamosacostumbrados.Apurósucervezayapagóelcigarrillo.Selevantó.—Acabaos las bebidas, chicos—nos dijo—.Vamos. Salgamos de aquí. ¿Meg?
¡MegLoughlin!Entróenlacocinaytirósulatavacíadecervezaenlabasura.Alotroladodelsalón,seabriólapuertadesuhabitaciónysalióMeg.Parecíaun
pocoasustadaalprincipio,oesopensé;supusequeeradebidoalosgritosdeRuth.Yentoncessusojosseposaronsobremíysonrió.
Asíqueesasícomose lasarreglan, pensé.MegySusanestabanen la antiguahabitacióndeRuth.Era lógico,puestoqueera lamáspequeñadelasdos.Peroesoquería decir que o bien Ruth dormía en el sofá-cama. O bien dormía con Donny,LadradoryWillieJr.Mepreguntéloquemispadresdiríansobreeso.
—Me llevo a estos chicos a la feria en busca de un Señor Blandito, Meggie.Cuida de tu hermana y aléjate de la fresquera. No quiero que engordes a nuestracosta.
—Sí,señora.Ruthsevolvióhaciamí.—David—medijo—,¿sabesloquedeberíashacer?Deberíasiradecirleholaa
Susan.Aúnnoosconocéis,yesonoesdepersonaseducadas.—Claro.Bien.Megmeindicóelcaminoyendopordelantedemí.Supuertaestabaalaizquierdadelcuartodebaño,conladeloschicosenfrente.
Podíaoírunasuavemúsicaderadiodetrásdelapuerta.TommyEdwardscantabaIt’sAllinTheGame.Megabriólapuertayentramos.
Cuandotienesdoceaños, losniñospequeñossonniñospequeños,yyaestá.Enrealidad, se supone que ni siquiera te das cuenta de que están allí. Son comoescarabajos,opájaros,oardillas,oelgatomimadodealguien;partedelpaisaje,nadamás.Amenos que, por supuesto, se tratase de alguien comoLadrador, del que nopodíasevitardartecuenta.
PerosímehubieradadocuentadelapresenciadeSusan.Sabíaquelaniñaqueseencontrabaenlacamamirándomedesdesuejemplarde
ScreenStoriesteníanueveaños(Megmelohabíadicho),peroparecíamuchomenor.Me alegré de que la cubrieran las sábanas, pues así no veía las escayolas de suscaderasypiernas.Yaparecíasuficientementefrágiltalycomoestabasinquetuviera
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que ponerme a pensar en todos esos huesos rotos. Pero sí era consciente de susmuñecasydeloslargosydelgadosdedosquesosteníanlarevista.
¿Estoesloquetehaceunaccidente?,pensé.Exceptoporlosbrillantesojosverdes,eracasicomoencontrarseconlaopuesta
deMeg.AllídondeMegeratodasalud;fuerzayvitalidad,estaeraunasombra.Supieleratanpálidabajolaluzdelalámparadelecturaqueparecíatranslúcida.
Donny me había contado que seguía tomando pastillas todos los días para lafiebre, antibióticos, y que no se estaba curando bien, que aún le resultaba muydolorosocaminar.
Pensé en el cuento de Hans Christian Andersen sobre una sirenita a la quetambiénledolíanlaspiernas.Enellibroqueyotenía,eldibujoinclusoseparecíaaSusan. El mismo largo y sedoso cabello rubio y facciones suaves y delicadas, elmismo aspecto de triste y larga vulnerabilidad. Como alguien que ha sidoabandonado.
—TúeresDavid—medijo.Asentíyledijehola.Sus verdes ojosme estudiaron.Eran unos ojos inteligentes.Y cálidos.Y ahora
dabalaimpresióndeseralavezmayorymenordenueveaños.—Megdicequeeressimpático—mecontó.Sonreí.Memiró un ratomás yme devolvió la sonrisa, y volvió a concentrarse en la
revista.Enlaradio,AlanFreedinterpretabalacancióndelosElegants,LittleStar.Megmirabadesdelapuerta.Nosupequédecir.Volvíalsalón.Losdemásmeestabanesperando.PudesentirlosojosdeRuthfijosenmí.Bajélavistahacialaalfombra.—Yaestá—dijoRuth—.Yaosconocéis.
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Dosnoches después delKarnaval, unos cuantos pasamos fuera la noche, todosjuntos.
Loschicosmayoresdelbarrio(LouMorino,GlenKnottyHarryGrey)llevabanyaañosacampandodurante las cálidasnochesdeveranoenel antiguodepósitodeaguaqueseencontrabaenelbosquetrasel rombode la liga infantilconunpardepaquetesdeseiscigarrillosrobadosenlatiendadeMurphy.
Aúnéramostodosdemasiadojóvenesparahacereso,pueseldepósitodeaguaseencontrabaalotroladodelaciudad.Peroesonoimpedíaquelesenvidiásemosyquenos quejáramos amenudo y en voz alta, hasta que nuestros padres decidieron quenosotros tambiénpodíamos acampar, siemprey cuandonos supervisara alguien; esdecir,quelohiciéramosenelpatiodeatrásdealguien.Yesoesloquehicimos.
Yoteníaunatienda,yTonyMorinoteníaladesuhermanoLoucuandoestenoestabausándola,porloquesiempreíbamosamipatiooalsuyo.
Personalmente,yopreferíaelmío.EldeTonyestababien,peroloquerealmentequeríaseraalejartelomásposibledelacasa,yasítenerlailusiónderealmenteestarahífueratúsolo,yenelpatiodeTonynosepodíahacereso.Seextendíasobreunacolina, con solo matorrales y un campo detrás. Los matorrales y el campo eranaburridos,ypasabas toda lanoche sobreuna inclinación.Mientrasquemipatio seextendíasobreunbosquefrondoso,aterradoryoscuroporlasnochesconlassombrasde losolmos, los abedulesy los arces, y salvaje con los ruidosde losgrillosy lasranasdelarroyo.Erallanoymuchomáscómodo.
Ynoesquedurmiéramosmucho.Almenos,esanochenolohicimos.Estábamosallítumbadosdesdeelanochecer,contandochistesverdesychistesde
«cierraelpico»(«¡Mami,mami!¡Billieacabadevomitarsobreunasarténqueestabaenel fuego!»«Cierraelpicoycome».),mondándonos los seis,apretujadosenunatienda pensada para cuatro: yo, Donny,Willie, TonyMorino, Kenny Robertson yEddie.
Ladradorestabacastigadodenuevoporhaberestadojugandoconsussoldaditosdeplásticoenelincineradordebasuradeljardín;delocontrario,sehubieraquejadotanto y tan alto que lo hubiésemos traído con nosotros. Pero Ladrador tenía esacostumbre. Colgaba a sus caballeros y soldados de la placa del incinerador yobservaba cómo se quemaban lentamente sus piernas y sus brazos junto con labasura,imaginándoseDiossabequémientraselplásticosederretía,lossoldadosseretorcíanyelhumonegroibaascendiendo.
Ruthdetestabaquelohiciera.Losjugueteserancarosycausabanunestropicioenelincinerador.
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Nohabíacerveza,pero teníamoscantimplorasy termos llenosdeKool-Aid,asíqueperfecto.EddietrajomediacajetilladeKoolssinfiltrodesupadre,y,decuandoencuando,cerrábamoslatiendaynospasábamosuno.Echábanlosfueraelhumo.Yentoncesvolvíamosaabrir la tiendasóloporsimimadreveníaaecharunvistazo;aunquenuncalohizo.
DonnycambiódeposturaamiladoypudimosoírcómocrujíabajosupesounenvoltoriodeTasty-Cake.
Esatarde,cuandollegóelcamión,habíamosidotodosaaprovisionarnos.Yahora,sinimportarquiénsemoviera,crujíaalgo.Donnycontóunchiste:«Hayunniñoenelcole,¿vale?Essolounniñopequeño,
sentadoensupupitre,y laagradableyancianaprofesora lomiraysedacuentadequepareceestar realmente triste,y ledice, '¿qué tepasa?'Yélcontesta, '¡buaaaaa!¡Mehequedado sindesayuno!'. 'Oh,pobrecito’, ledice laprofesora. 'Bueno,no tepreocupes,nopasanada’,ledice,'yaescasilahoradelacomida.Podráscomeralgoentonces, ¿de acuerdo? Bueno, volvamos a la geografía. ¿Dónde está la fronteraitaliana?'».
«'En la cama, montándoselo con mi madre’, dice el niñito. '¡Por eso me hequedadosindesayuno!'».
Nosreímos.—Yaloconocía—dijoEddie—.AquelohasleídoenelPlayboy.—Sí, claro—dijoWillie. Willie se encontraba al otro lado, apoyado sobre la
tienda. Podía oler su gomina y, de cuando en cuando, sumal aliento—. Claro—repitió—,loleísteenelPlayboy.YyomehetiradoaDebraPaget.Porsupuesto.
Eddie se encogió de hombros. Era peligroso llevarle la contraria, pero DonnyestabatumbadoentrelosdosyDonnylesacabaquincelibrasdepeso.
—Mi viejo la compra —explicó—. Todos los meses. Así que las saco de suestante,leoloschistes,mirolosdesplegablesylasvuelvoacolocar.Nuncaseentera.Nopasanada.
—Mejorquenoseenterenunca—leprevinoTony.Eddie lomiró.Tonyvivía justo en frente deEddie y todos sabíamosqueTony
sabíaquesupadrelepegaba.—Nomejorobes—contestóEddie.Habíauntonodeavisoensuvoz.Casi podías sentir a Tony retrocediendo. Solo era un tipo italiano pequeño y
flacucho,perodisfrutabadeciertoestatusentrenosotrosporqueyaempezabaatenerlasombraoscuradelcomienzodeunbigote.
—¿Haslogradoverlastodas?—preguntóKennyRobertson—.Uau.HeoídoquehayunaconJayneMansfield.
—Notodas—dijoEddie.Encendióuncigarrillo,porloquevolvíacerrarlatienda.
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—Peroesasí—añadió.—¿Enserio?—Porsupuesto.Lediounacaladaalcigarrillo,comportándosecomoelseñorImportante.Willie
se sentó a mi lado y pude sentir que su gran barriga prominente me presionabaligeramenteenlaespalda.Queríaelcigarrillo,peroEddieaúnnoloestabapasando.
—Lastetasmásgrandesquejamáshevisto—dijo.—¿Más grandes que las de Julie London? ¿Más grandes que las de June
Wilkinson?—¡Joder!MásgrandesquelasdeWillie—replicó.YTony,Donnyyélmismose
echaronareír;aunque,enrealidad,noledeberíahaberhechotantagraciaaDonny,porqueaéltambiénleestabansaliendo.Pequeñasbolsasdegrasaallídondedeberíahaber músculo. Creo que Kenny Robertson estaba demasiado asustado como parareírse.YWillieestabajustoamilado,porloqueyonoibaadecirnada.
—Ja,ja,ja—dijoWillie—.Estangraciosoquemeheolvidadodereír.—Oh,esoesgenial—contestóEddie—.¿Enquécursoestás,entercero?—Muérdeme.—Primerotendríaquealejaratumadre,bobo.—Oye—losinterrumpióKenny—.CuéntanoscosassobreJayneMansfield.¿Le
vistelospezones?—Y tanto. Tiene un cuerpo estupendo, y unos pequeños y jugosos pezones
puntiagudos, y unas enormes tetas, y un culo estupendo. Pero sus piernas sonescuálidas.
—¡Quelesdenasuspiernas!—dijoDonny.—Móntatelotúconellas—leespetóEddie—.Yomelomontaréconelresto.—¡Quésuerte!—gritóKenny—.Dios.¡Pezonesytodo!Sorprendente.Eddielepasóelcigarrillo.LediounarápidacaladayselopasóaDonny.—Elcasoes—dijoKenny—queesunaestrelladecine.Tellevaapreguntarte
porquéharíaunacosaasí.—¿Quécosa?—preguntóDonny—.Enseñarlastetasenunarevista.Pensamosenello.—Bueno, en realidad no es una estrella de cine—dijoDonny—.Quiero decir,
Natalie Wood es una estrella de cine. Jayne Mansfield solo aparece en algunaspelículas.
—Unastarlet—apuntóKenny.—No—dijoDonny—.Esdemasiadomayorparaserunastarlet.DoloresHartes
unastarlet.HabéisvistoLovingYou?Meencantaesaescenaenelcementerio,tíos.—Amítambién.—EsaescenaesconElizabethScott—recalcóWillie.
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—¿Yqué?—Amímegustalaescenadelatiendaderefrescos—dijoKenny—.Enlaqueél
cantaylepegaunapalizaalotrotío.—Esgenial—dijoEddie.—Realmentegenial—añadióWillie.—Estupenda.—Detodosmodos,hayquetenerencuentaquePlayboynoessolounarevista—
interrumpióDonny—.Yasabéis,esPlayboy.Quierodecir,MarilynMonroesalióenella.Eslamejorrevistadelahistoria.
—¿Túcrees?¿MejorqueMad?—Kennyparecíaescéptico.—Claro,coño.Esdecir,Madestábien.Peroesparaniños,yasabes.—¿YquépasaconMonstruosFamosos?—preguntóTony.Eso era un golpe bajo. Monstruos Famosos acababa de salir y a todos nos
chiflaba.—Claroquesí—dijoDonny.Lediounacaladaalcigarrilloysonrió.Lasonrisa
estaballenadesabiduría—.¿MonstruosFamososdelaTierradelCineenseñatetas?—añadió.
Todosnosreímos.Sulógicaerairrefutable.LepasóelpitilloaEddie,quelediounacaladafinalyloapagóenlahierba,para
luegotirarlacolillaentrelosárboles.Hubo entonces uno de esos silencios en los que nadie tiene nada que decir.
Estábamostodosallí,solos,enalgunaparte.YentoncesKennymiróaDonny.—¿Realmentehasvistouna?—lepreguntó.—¿Unaqué?—Unateta.—¿Unatetaauténtica?—Sí.Donnyserio.—LasdelahermanadeEddie.Esoprovocómásrisas,puestoquetodoslohabíamoshecho.—Merefieroalasdeunamujer.—No.—¿Algúnotro?—Miróasualrededor.—Lasdemimadre—contestóTony.Sepodíaverqueledabavergüenza.—Entréunavezensucuartodebañoyseestabaponiendoelsujetador.Selasvi
duranteunminuto.—¿Unminuto?—Kennyestabatotalmenteenganchado.—No.Unsegundo.
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—Vaya.¿Cómoeran?—¿Qué quieres decir con cómo eran? ¡Por amor de Dios, era mi madre!
¡Madonna!Pequeñopervertido.—Eh,noteofendas,tío.—Sí.Vale.Deacuerdo.PeroahoratodospensábamosenlaseñoraMorino.Eraunasicilianadeamplias
caderas y piernas cortas que tenía más bigote que Tony, pero sus pechos eranrealmente grandes. El tratar de imaginárnosla de esa forma era a la vez difícil,interesanteyligeramenterepulsivo.
—SeguroquelasdeMegsonbonitas—dijoWillie.Quedó allí, flotando, por un momento. Pero dudo que cualquiera de nosotros
siguierapensandoenlaseñoraMorino.Donnymiróasuhermano.—¿LasdeMeg?—Sí.Podíasvercómogirabanlosengranajes.PeroWillieactuócomosiDonnynolo
hubieraentendido.Tratandodeganarpuntosasucosta.—Nuestraprima,bobo.Meg.Donnyselimitóamirarlo.Yentoncesdijo:—Eh,¿quéhoraes?Kennyteníaunreloj.—Lasoncemenoscuarto.—¡Genial!Y,de repente, salió reptandode la tiendaysequedóallíplantado.Observando,
sonriendo.—¡Venid!¡Tengounaidea!Demicasaalasuyasolohabíaquecruzarelpatioyatravesarunalíneadesetos,
yteencontrabasjustodetrásdesugaraje.HabíaunaluzencendidaenlaventanadelcuartodebañodelosChandler,otraen
lacocinayotraeneldormitoriodeMegySusan.Paraentonces,yasabíamosloqueteníaenmente.Noestabasegurodequemegustara,perotampocoestabasegurodequenomegustara.
Obviamente,eraexcitante.Sesuponíaquenodebíamossalirdelatienda.Sinospillaban,seacabaríaeldormirfuera,asícomomuchasotrascosas.
Porotrolado,sinonospillaban,eramejorqueacampareneldepósitodeagua.Eramejorquelacerveza.
Unavezqueteempapabasdelaemocióndelasituación,erarealmentedifícilelcontrolarlarisa.
—Nohayescalera—susurróEddie—.¿Cómovamosahacerlo?
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Donnymiróasualrededor.—Elabedul—dijo.Teníarazón.Alaizquierdadelpatio,aunosquincepiesdelacasa,habíaunalto
abedulblancoazotado salvajementepor losvientos invernales.Estabamediocaídoenelcéspeddelpatio.
—Peronopodemostrepartodosporél—dijoTony—.Seromperá.—Puesloharemosporturnos.Dosporturno.Diezminutoscadaunoyquegane
elmejor.—Vale.¿Quiénvaprimero?—Demonios,esnuestroárbol—Donnysonrió—.Willieyyosomoslosprimeros.Mefastidióunpocoquehicieraeso.Sesuponíaqueéramosamigosíntimos.Pero
entoncesmedije,«quédemonios»,Willieerasuhermano.CruzócorriendoelpatioyWillielosiguió.Elárbolsebifurcabaendosgruesasramas.Allípodíantumbarseelunoal lado
del otro. Tenían una buena vista directa del dormitorio y una bastante buena delcuartodebaño.
Pero Willie no dejaba de cambiar de posición, tratando de ponerse cómodo.Saltabaalavistalopocoenformaqueseencontraba.Lecostabasoportarsupropiopeso.Mientrasque,apesardetodasucorpulencia,parecíaqueDonnyhabíanacidoenlosárboles.
Los observamos mientras espiaban. Contemplamos la casa, la ventana de lacocina,buscandoaRuth,esperandoquenoapareciera.
—Tonyyyosomoslossiguientes—dijoEddie—.¿Cuántoqueda?Kennymirósureloj.—Cincominutosmás.—Mierda—dijoEddie.SacólacajetilladeKoolsyencendióuno.—¡Eh!—susurróKenny—.¡Podríanverlo!—Serás estúpido—le replicó Eddie—. Lo cubres con lamano. Así. No lo ve
nadie.Yo trataba de verles las caras a Donny y a Willie, preguntándome si estaría
pasando algo en el interior. Era difícil verlo, pero creía que no. Solo estaban allítumbadoscomosifueranunpardetumoresoscuros.
Mepreguntésielárbolserecuperaríaalgunavez.Antesnomehabíadadocuentadelasranasydelosgrillos,peroahorasí,uneco
comodepercusiónenel silencio.Loúnicoque seoíaeraa ellosyaEddiedandofuertes caladas al cigarrillo y exhalando y el ocasional crujir del abedul. Habíaluciérnagasenelpatioparpadeando,revoloteando.
—Ostoca—dijoKenny.Eddie soltó el Kools y lo aplastó, y Tony y él corrieron hacia el árbol. Un
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momentodespués,estabanarribayWillieyDonnyabajoconnosotros.Elárbolparecíaahoramásalto.—¿Habéisvistoalgo?—lespregunté.—Nada—contestóWillie. Era sorprendente lo enfadado que parecía. Como si
fueraculpadeMegelnohaberaparecido.Comosi lehubiese timado.PeroWilliesiemprefueungilipollas.
Miré a Donny. La luz no era demasiado buena, pero me pareció que tenía lamismamirada concentrada y estudiada que cuandoRuth nos había hablado de laschicashootchie-kooydeloquellevabanynollevabanpuesto.Eracomositrataradeimaginarsealgoyestuvieraalgodeprimidopornoencontrarlarespuesta.
Nos quedamos allí juntos, en silencio, y, al cabo de un rato,Kennyme dio ungolpecitoenelhombro.
—Nostoca—medijo.CorrimoshaciaelárbolylediaTonyeneltobillo.Sedeslizóhastaabajo.Nos
quedamosallíesperandoaEddie.MiréaTony.Élseencogiódehombrosysacudiólacabeza, mirando al suelo. Nada. Unos pocos minutos después, Eddie también serindióysedeslizóhastacaeramilado.
—Estoesunachorrada—dijo—.Queleden.Quelajodan.Ysealejaron.Nolopillé.AhoraEddietambiénestabafurioso.Nodejéqueesomepreocupara.Subimos.Erafácil.Alllegararriba,sentíunaenormeoleadadeexcitación.Queríareírmeenaltopor
lobienquemesentía.Algo ibaapasar.Losabía.QuépenaparaEddieyDonnyyWillie; íbamos a ser nosotros. Se acercaría a la ventana en cualquier momento ynosotroslaveríamos.
RealmentenomeimportabaelhechodequeseguramenteestuvieratraicionandoaMeg al espiarla.Apenas pensaba en ella como enMeg.Era como si realmente nofueraaellaa laquebuscábamos.Eraalgomuchomásabstractoquetodoeso.Unaauténticachicaviva,ynounafotoenblancoynegroenunarevista.Elcuerpodeunamujer.
Porfinibaaaprenderalgo.Setratabadeuncasodeextremaprioridad.Nosacomodamos.MiréaKenny.Sonreía.Semeocurriópreguntarmeporquélosotroschicossehabíancomportadodeuna
formatanquisquillosa.¡Era divertido! Incluso el estar asustado era divertido. Asustados porque Ruth
apareciesedeimprovisoenelporcheynosdijeranquesacáramosnuestrosculosdeallí.AsustadosporqueMegmiraraporlaventanadelcuartodebañodirectamentea
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nuestrosojos.Esperé,confiado.Laluzdelcuartodebañoseapagó,peroesonoimportó.Eraeldormitoriohacia
dondeyomiraba.Allífuedondelavi.Primer plano. Desnuda. Carne y hueso, y de alguien a quien yo en realidad
conocíaunpoco.Meneguéinclusoaparpadear.Pudesentirunhormigueoabajo,dondemeapoyabaenelárbol.Unacancioncillaserepetíaunayotravezdentrodemicabeza,«saldeesacocina
ydejaesospucherosysartenes…Creoenelfondodemialmaqueereseldiabloconmediasdenylon…».Yasíseguía.
Genialpensé.Estoyaquí,tumbadoenesteárbol.Ellaestáallí.Esperé.
Laluzdeldormitorioseapagó.Depronto,lacasaquedóaoscuras.
Habríamachacadoalgo.Habríahechoañicosesacasa.
Yahorasabíaexactamentecómosehabíansentido losotrosyporquéparecíantan enfadados con ella, enfadados conMeg, porque era como si fuese culpa suya,como si ella fuera la quenos hubiera llevado allí en primer lugar, prometiéndonosdemasiadosindarnosnada.Yaunqueyosabíaqueerairracionalyestúpido,asíeraexactamentecomomesentía.Puta,pensé.
Yentoncesmesentículpable.Porqueeraalgopersonal.PorqueeraMeg.Yentoncesmedeprimí.Era como si unaparte demí lo supiera; como si no lo quisiera creer o incluso
pensarenello,perolosupiera.Nuncavolveréatenertantasuerte.Habíasidounachorradadesdeelprincipio.TalycomodijoEddie.Y,dealgunaforma,larazónseencontrabaenvueltaconMegyconlaschicasy
lasmujeresengeneral,incluso,dealgúnmodo,conRuthyconmimadre.Eraalgodemasiadograndecomoparaquemimenteloentendieradeltodo,porlo
quesupongoque,sencillamente,lodejécorrer.Loquepermaneciófueunadepresiónyundoloragudo.—Vámonos—ledijeaKenny.Élseguíamirandolacasa,sincreérselo,comosi
esperaraquelaslucesvolvieranaencenderse.Perotambiénlosabía.Memiróysupequelosabía.
Todoslosabíamos.
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Volvimosalatiendaensilencio.Yaen su interior, fueWillie Jr. quien, finalmente,puso las cartasbocaarribay
habló.Dijo:—Quizádeberíamosmeterlaeneljuego.
Pensamosenello.Ylanochesefueapagandodesdeentonces.
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Meencontrabaenmipatio tratandodeponerenmarchael enormecortacéspedrojo y con la camiseta toda sudada, porque el maldito chisme era más difícil deencenderqueunamotora,cuandooíaRuthgritarconuntonodevozquenocreoquelehubieraoídousarantes;parecíarealmentefuriosa.
—¡Jesucristo!Soltéelcordelymiré.Eraeltipodevozquesolíausarmimadrecuandoperdíalosestribos,loqueno
pasaba demasiado amenudo a pesar de la guerra abierta que la enfrentaba conmipadre.Significabaqueyapodíashuiryesconderte.PerocuandoRuthseenfadabaeranormalmenteconLadrador,y todoloqueteníaquehacerentonceseramirarle,conloslabiosmuyjuntosyapretados,mientrassusojosseestrechabanhastaparecerdospiedrecitas brillantes, para que él se callara o dejara de hacer lo que estuvierahaciendo.Esamiradaeratotalmenteintimidante.Solíamosimitarlayreírnos,Donny,Willieyyo;perocuandolaponíaRuthnoeracosaderisa.
Estabacontentoportenerunaexcusaparadejardelucharconelcortacésped,porloquerodeénuestrogarajehastadondepudieraversupatiotrasero.
LacoladadeRuthestabaflotandoeneltendedero.Ellaseencontrabadepieenelporche, susmanos en las caderas, y aunquenopudierasoír suvozo loquedecía,podíasdartecuentadequeestabarealmenteenfadada.
—¡Estúpidaidiota!—fueloquedijo.Yospuedoasegurarqueesomesorprendiórealmente.Sí,Ruth juraba como unmarinero. Esa era una de las razones por las que nos
gustaba. Su marido, Willie Sr., «ese encantador bastardo irlandés» o «ese idiotahijoputa»,yJohnLanz,elalcaldede laciudad (que,por loquesospechábamos, lacortejóduranteuntiempo)eraninsultadosconfrecuencia.
Todosloerandecuandoencuando.Pero el caso era que siempre se trataba de insultos casuales, sin un auténtico
motivo de enfado. Se suponía que era para reírse a costa de algún pobre tipo, ynormalmenteeraasí.
SoloeralaformaqueteníaRuthdedescribiralagente.Eramuyparecidaalanuestra.Todosnuestrosamigoseranunosretrasados,unos
idiotas, tontos del culo o cerebros de mosquito. Todas sus madres se comían lasmoscasdeloscamellosmuertos.
Esto era totalmente diferente. «Idiota» era lo que había dicho e idiota lo querealmentequeríadecir.
MepreguntéquéhabríahechoMeg.
Miré hacia mi propio porche, donde se encontraba abierta la puerta de atrás,
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esperandoquemimadrenoestuvieseenlacocina,quenolahubieseoído.MimadrenoaprobabaaRuth,yyoyateníasuficientesproblemasporpasarallí tantotiempocomolohacía.
Teníasuerte.Noestabaporallí.MiréaRuth.Ellanodijonadamásniteníanecesidaddehacerlo.Suexpresiónlo
decíatodo.Mesentímuyraro,comosiestuvieseespiandootravez,dosvecesendosdías.
Pero,por supuesto, eso era loque teníaquehacer.No iba apermitir quemevieraobservándola, encontrándose ella como se encontraba. Era demasiado embarazoso.Mepeguémásalgarajeylamiré,conlaesperanzadequenovolvieralavistahaciadondeyoestaba.Ynolohizo.
Perosupropiogarajemebloqueabalavista,porloquenopodíavercuáleraelproblema.MequedéesperandoaqueMegapareciera,paravercómoencajabaquelallamaran«estúpidaidiota».
Yentoncesmellevéotrasorpresa.PorquenoeraMeg.EraSusan.Supusequeestabaintentandoayudarconlacolada.Perolanocheanteriorhabía
llovido,ydabalaimpresióndequehabíadejadocaerpartedelaropablancadeRuthenlafangosayasquerosacaricaturadepatioquetenían,puessepodíanverreguerosde suciedad en lo que llevaba, una sábana, o puede que un par de fundas dealmohada.
Estaba llorando, llorando realmente fuerte, por lo que su cuerpo entero seestremecíamientrascaminabadevueltahaciadondeseencontrabaRuth,totalmenterígida.
Era patético; esa pequeña niñita moviéndose lentamente con vendajes en suspiernasyvendajesensusbrazostratandodenodejarcaeresapequeñapiladeropaquellevababajosubrazoyque,paraempezar,nuncadeberíahabertenidoquellevar.Mesentímalporella.
Y,porfin,tambiénlohizoRuth,oesocreo.Porque, finalmente, bajó al patio y cogió la ropa que llevaba la niña y dudó,
observándolamientrasllorabayseagitabaymirabaalsuelo.Yentonces,lentamente,pudevercómolatensiónlaabandonabaallevantarsumanoyapoyarlasuavemente,dudosaalprincipio,enelhombrodeSusan,yluegosegiróyentróenlacasa.
Yjustoenelúltimomomento,cuandollegabanalfinaldelasescaleras,Ruthsevolvióenmidirección,porloquetuvequeapartarmeypegaralgaraje.
Peroestoytotalmentesegurodeloquevijustoantesdeaquello.Realmente, en retrospectiva, se ha convertido en algomuy importante paramí.
Tratodesaberporqué.
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LacaradeRuthparecíacansada.Comosielestallidode furiahubiesesido tanintensoquelahubieradejadoseca.Opuedequeloquevierafuerasolountrocitodealgo,algomayor,algoquemehubierapasadodesapercibidodurantebastantetiempoyqueestofueratansoloalgúntipodecrescendoenundiscodelargaduración.
Peroeslootroqueviloquerealmentemesiguechocandohoyendía,loquemeconfunde.
Inclusoenesemomentomehizotenerdudas.Justo antes de queme escondiera, cuandoRuth se giró con aspecto delgado y
cansadoysumanoenelhombrodeSusan.Justoenesemomentoenelquesegiró.Juraríaqueellatambiénestaballorando.
Ymipreguntaes,¿porquién?
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Losiguientequepasófuelodelasorugas.Dio la impresióndepasarde lanochea lamañana.Undía los árboles estaban
limpiosynormalesyalsiguienteestabanrepletosdepesadossacosdetelaraña.Enelfondodelossacosseapreciabaalgovagamenteoscuroydeaspectopocosaludable,ysilosmirabassuficientementecerca,podíasvercómosemovían.
—Vamosaquemarlos—dijoRuth.Estábamosdepieensupatiocercadelabedul,Ladrador,DonnyyWillie,Megy
yo,yRuth,quellevabapuestosuviejovestidoazuldecasaconlosgrandesbolsillos.EranlasdiezdelamañanayMegacababadeterminarsustareas.Teníaunpocodesuciedadbajoelojoizquierdo.
—Chicos, vosotros coged unos palos —nos dijo—. Largos y gruesos. Yaseguraosdequeesténverdes,paraquenoardan.Meg,traelabolsadelostraposdelsótano.
Sequedóguiñandolosojosbajolaluzdeldía,observandoeldaño.Casilamitaddelosárbolesdesupatio,incluidoelabedul,estabanrepletosdesacos,algunosdeltamañodepelotasdebéisbol,perootrostangrandesyprofundoscomounabolsadelacompra.Elbosqueestaballeno.
—Pequeñosbastardos.Dejaránlosárbolessinhojasenunabrirycerrardeojos.Megentróenlacasayelrestonosdirigimosalbosqueparacogeralgunospalos.
Donnysellevósuhacha,asíquecortamosunasramasylaslimpiamosylaspartimosmásomenosporlamitad.Nonosllevómucho.
Cuandovolvimos,RuthyMegseencontrabanenelgarajeempapandolostraposen queroseno. Envolvimos con ellos las ramas y Ruth los ató con un cordel, yentoncesvolvimosaempaparlos.
Nosdiounoacadauno.—Osenseñarécómovaesto—nosdijo—.Yentoncespodréishacerlovosotros
solos.Perotenedcuidadodenoincendiarelmalditobosque.Mesentíincreíblementeadulto.Ruthibaaconfiarnosfuego,antorchas.Mimadrenuncalohubierahecho.Laseguimosalpatioconaspecto,supongo,decampesinosenbuscadelmonstruo
deFrankenstein,connuestrasantorchasapagadasenalto.Peronoactuábamosdeunaformademasiado adulta (parecíaque fuéramos auna fiesta), pues todos estábamosmuy excitados y hacíamos el tonto exceptoMeg, quien se lo estaba tomandomuyseriamente. Willie cogió a Ladrador por el cuello y le clavó los nudillos en lacoronilla, una llave de lucha que aprendimos del luchador de trescientas librasHaystacks Calhoun, famoso por el ataque del gran chapoteo. Donny y yo
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caminábamoselunoalladodelotrotrasellos,moviendonuestrasantorchascomosifuéramosunaparejadejefesdebandaconbastones,riéndonoscomoidiotas.ARuthnoparecíaimportarle.
Cuandollegamosalabedul,Ruthmetiólamanoensubolsilloysacóunacajadecerillasdeseguridad.
Elnidodelabeduleradelosgrandes.—Meencargarédeeste—dijoRuth—.Vosotrosmirad.Encendió la antorchay lamantuvoasíunmomentohastaqueel fuegobajóun
pocosuintensidadyfueseguroutilizarla.Peroseguíasiendounabuenallama.—Tenedcuidado—nosdijo—.Noquieroquequeméiselárbol.Lamantuvounosseiscentímetrospordebajodelsaco.Elsacocomenzóaderretirse.No ardió. Se derritió igual que el poliestireno, desvaneciéndose, retrocediendo.
Eragruesoyteníamuchascapas,perolohizoconrapidez.Y, de repente, cayeron todos esos cuerpos retorciéndose y temblando, gusanos
gordos,negrosypeludos,humeando,chisporroteando.Casipodíasoírlosgritar.Debíadehabercientosdeelloseneseúniconido.Quemabasunacapadelnido
solo para que apareciera otra en la que había más. Seguían viniendo, cayendo anuestrospiescomosifueranunalluvianegra.
YentoncesRuthalcanzólacapaprincipal.Fuecomosiunacapadealquitránvivientedeltamañodeunapelotadesoftballse
derramaradirectamentesobrelaantorcha,yfueradividiéndosemientrascaía.La llamade laantorchavaciló…había tantos…y,porunmomento,casidio la
impresióndequeseapagaría.Entoncescobrónuevaintensidad,ylosbichosquesehabíanaferradoallíardieronycayeron.
—Joder—dijoLadrador.Ruthlemiró.—Losiento—dijoél.Peroteníalosojoscomoplatos.Hayque admitir que era increíble.Nuncahabíavistouna carnicería semejante.
Lashormigasdelporchenoerannadaencomparación.Lashormigaseranpequeñas,insignificantes. Cuando les arrojabas el agua hirviendo solo se retorcían ymorían.Peroalgunasdeaquellascriaturasteníanuncentímetrodelongitud.Seretorcíanyseencogían;parecíaquequeríanvivir.Miréelsuelo.Habíagusanosportodaspartes.Lamayoríaestabanmuertos,peromuchosnoloestaban,ylosquenoloestabantratabandehuir.
—¿Quépasaconestos?—lepreguntéaRuth.—Olvídalos—mecontestó—.Morirán.Olospájarosselosllevarán—serio—.
Abrimoselhornoantesdequeestuvieranlistos.Aúnnoestabanhechosdeltodo.
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—Puesahorasíqueloestán—dijoWillie.—Podemoscogerunapiedra—dijoLadrador—.¡Aplastarlos!—Escúchamecuandohablo.Olvídalos—dijoRuth.Volvióameterlamanoensu
bolsillo—.Aquí—comenzóadarnosatodoscajasdecerillas.—Recordad.Quierounayardadedistanciacuandoestéisdentro.Ynovayáisal
bosque.Puedecuidarsesolo.Selascogimos.TodosmenosMeg.—Nolasquiero—dijo.—¿Qué?Rechazólascerillas.—No…nolasquiero.Terminarélacolada,¿vale?Es…es…Miróalsuelo,alosgusanosnegrosretorcidosqueestabanallí,alosvivosquese
retorcían.Sucaraestabapálida.—¿Qué?—preguntóRuth—.¿Asqueroso?¿Tedaasco,cariño?—No.Soloquenoquiero…Ruthserio.—Quemecuelguen.Miradaquí,chicos—dijo—.Quemecuelguen.Seguíasonriendo,perosucarasehabíaendurecidoderepente.Meconfundióy
me recordó al otro día, con Susan. Fue como si toda la mañana hubiese estado apunto de estallar con Meg y no nos hubiéramos dado cuenta. Habíamos estadodemasiadoocupados,demasiadoexcitados.
—Mirad aquí —nos dijo—. Lo que tenemos aquí es una lección sobre lafeminidad—seacercómás—.Megesmuydelicada.Entendéisporquélasniñassevuelven delicadas, ¿verdad, chicos? Las damas lo son. Y aquíMeg es una dama.¡Vaya,claroqueloes!
Yentoncesabandonóelsarcasmoypudimosversufuriasincontrol.—Asíque,enelnombredeJesucristo,¿enquémeconvierteeso,Meggy?¿Crees
queyonosoyunadama?¿Creesquelasdamasnohacenloquehayquehacer?¿Quenosedeshacendelasmalditasplagasqueinfestansuputojardín?
Megparecíaconfusa.Pasótanrápidoquenopodíasculparla.—No,yo…—¡Serámejor quenomedigas queno, cariño!Porquenonecesito ese tipode
insinuacionesprovenientesdeunacríaencamisetaquenosabenisiquieralimpiarselacara.¿Meentiendes?
—Sí,señora.Retrocedióunpaso.YesoparecióenfriarunpocoaRuth.Respiróhondo.—Deacuerdo—dijo—.Veteabajo.Vamos,acaba tucolada.Yavísamecuando
acabes.Tetendrépreparadoalgomás.
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—Sí,señora.SediolavueltayRuthsonrió.—Mischicospuedenencargarsedeesto—dijo—.¿Verdad,chicos?Yoasentí.Enesemomentonopodíahablar.Nadiedijonada.DespidióaMegcon
totalautoridadyconunextrañosentidodejusticiaquerealmentemedejófascinado.LediounaspalmaditasenlacabezaaLadrador.Miré a Meg. La vi volver a la casa, con la cabeza gacha, secándose la cara,
buscandoesepocodesuciedadqueRuthlehabíadichoquetenía.Ruthpusounbrazosobremishombrosysevolvióhacialosabedulesdedetrás.
Inhalésuolor:jabón,queroseno,cigarrillosypeloreciénlavado.—Mischicospuedenhacerlo—medijo.Ysuvozeradenuevomuyamable.
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Para cuando llegó la una, habíamos quemado todos los nidos del patio de losChandler, y tal como Ruth había anunciado, los pájaros se estaban dando unbanquete.
Apestabaaqueroseno.Yo estabamuerto de hambre, y hubieramatado en esemomento solo por unos
WhiteCastres.Memoríaporunsándwichdemortadela.Mefuiacasa.Melavéenlacocinaymepreparéuno.Podíaoíramimadreplanchandoenlasaladeestar,tarareandoeldiscooriginal
deTheMusicMan, a quienhabían ido a ver ella ymi padre aNuevaYork el añoanterior,justoantesdequetodoseestropearadebidoaloquesolopuedoasumirquefueelúltimolíodemipadre.Mipadre teníamuchasoportunidadespara liarseconalguien,ylasaprovechabatodas.Eraelpropietariodeunbarrestaurantellamado«Elnidodeláguila».Seencontrabaconellastardeyseencontrabaconellastemprano.
Pero sospechoquemimadre sehabíaolvidadode todo esoporunmomentoyestabarecordandolosbuenostiemposconelprofesorHaroldHillycompañía.
YoodiabaTheMusicMan.Me encerré en mi habitación un rato y hojeé mis manoseados ejemplares de
MacabroyMásextrañoquelaciencia,peronoteníannadaquemeinteresara,porloquedecidívolverasalir.
Me encaminé hada la zona de atrás, yMeg estaba en el porche trasero de losChandlersacudiendolasalfombrasdelasaladeestar.Mevioymesaludó.
Mesentíraroduranteuninstante,conmislealtadesdivididas.SiMegseencontrabaenlalistanegradeRuth,seguramenteseríaporunabuena
razón.Pero,porotro lado, seguía recordandoeseviajeen lanoriayesamañanaen la
granroca.Colocó con cuidado las alfombras en el raíl de hierro y bajó los escalones
cruzandoelcaminoparareunirseconmigo.Habíadesapareadolamugredesucara,pero seguía llevando la suda camiseta amarilla y los viejos bermudas de Donnyenrollados.Teníapolvoenelpelo.
Mecogióporelbrazoymecondujoensilenciohastaunlateraldesucasa,lejosdelángulodevisiónquecubríalaventanadelcomedor.
—Nolopillo—medijo.Seveíaclaramentequehabíaalgoquelepreocupaba,algoaloquehabíaestado
dándolevueltas.—¿Porquénolesgusto,David?
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Noeraesoloqueyoesperaba.—¿Aquién,alosChandler?—Sí.Memiró.Hablabaenserio.—Claroquesí.Lesgustas.—Vamos.Ruthnuncaharíaeso.Inténtalo.Hazleunaaella.Hazleunaacuarela.
Seguroqueleencanta.¿Sabes?,puedequesoloseaquenoestáacostumbradaatenerniñascerca.Quizássolohagafaltatiempo.Hazlo.Inténtalo.
Ellaselopensó.—Nopuedo—contestó—.Deveras.Porunmomento, nosquedamos allí.Ella temblaba.Yo sabíaque, fuera loque
fueseloqueestuvierapasando,noestababromeando.Tuveunaidea.—¿Yparamí?MepodríasHacerunaamí.Sin tener la idea en la cabeza, sin el plan, yo nunca habría tenido valor para
pedírselo.Peroestoeradistinto.Seanimóunpoco.—¿Deverdadquieresuna?—Claro.Meapeteceunmontón.Memirófijamente,hastaquetuvequeapartarlamirada.Yentoncessonrió.—Deacuerdo.Loharé,David.Volvíaaparecerellamisma.¡Dios!Meencantabacuandosonreía.Yentoncesoí
cómoseabríalapuertadeatrás.—¿Meg?EraRuth.—Mejormevoy—medijo.Me tomó lamanoy laapretó.Pudesentir laspiedrasdelanillodebodasdesu
madre.Meruboricé.—Loharé—medijo,ygirórápidamentelaesquina.
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Debiódeponerseaelloinmediatamente,puesaldíasiguientelloviótodalatarde,y estuve enmi habitación leyendoEn busca de BrideyMurphy y oyendo la radiohastaquepenséqueibaamataraalguiensioíaunavezmásesamalditacancióndeDomenicoModugno,Volare.Yentonces, tras lacena,mimadreyyonossentamosenlasaladeestaraverlatele,cuandoMegllamóalapuertadeatrás.
Mimadreselevantó.LaseguíymecogíunaPepsidelanevera.Meg estaba sonriendo. Llevaba un chubasquero amarillo, y tenía el pelo
empapado.—Nopuedopasar—dijo.—Tonterías—lecontestómimadre.—No,deverdad—reiteró—.Solohevenidoadarleestodepartede la señora
Chandler.Leentregóamimadreunamojadabolsamarrónconuncartóndelechedentro.
MimadreyRuthnoeranexactamenteamigas,peroseguíansiendolosvecinosdeallado,ylosvecinosseprestancosas.
Mimadreaceptólabolsayasintió.—AgradéceseloalaseñoraChandlerdemiparte—ledijo.—Loharé.Y entonces se metió la mano bajo el chubasquero y me miró, y ahora sí que
sonreía.—Yestoesparati—medijo.Ymeentregómicuadro.Estabaenvueltoenvariashojasdeunpesadoyopacopapeldeembalarpegado
conceloporlosdoslados.Alotroladoseveíanalgunasdelaslíneasyloscolores,peronolaformadelascosas.
Antes de que pudiera darle las gracias o decir cualquier cosa, dijo «adiós», sedespidióconlamano,volvióasaliralalluviaycerrólapuerta.
—Bueno—dijomímadre,yellatambiénsonreía—.¿Quétenemosaquí?—Creoqueesuncuadro—lecontesté.Mequedéallíparado,conunaPepsienunamanoyelcuadrodeMegenlaotra.
Sabía loquemimadreestabapensando.Loquemimadrepensaba tenía lapalabra«monos»enello.
—¿Novasaabrirlo?—Sí,claro.Claro.Dejé laPepsi, le di la espalday empecé adespegar el celo.Y luego levanté el
papeldeembalar.Podíasentircómomirabamimadreporencimademihombro,peroderepenteno
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meimportabaenabsoluto.—Esrealmentebueno—dijomimadre,sorprendida—.Esrealmentemuybueno.
Tieneauténticotalento,¿verdad?Yera bueno.Yono era ningún crítico de arte, peronohacía falta serlo.Había
hecho el dibujo a tinta, y algunas de las líneas eran anchas y gruesas y otrasmuydelicadas:Loscoloreseranpálidasacuarelas;solounasutilsugerenciadecolor,peroauténticasyconvida,ycubríangranpartedelpapel,quedabalaimpresióndeserundíaluminosoysoleado.
Eraelcuadrodeunniñoenunarroyo,tumbadosobreelestómagoencimadeunaenormerocaplanamirandodentrodelagua,conárbolesycieloasualrededor.
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Lo llevé a La perrera para enmarcarlo. La Perrera era una antigua tienda deanimales reconvertidaen tiendadepasatiempos.Teníancachorritosdebeagleenelescaparate,yarcosyflechas,hula-hoopsWham-O,maquetasyunatiendadehilosenlapartedeatrás,conlospeces,lastortugas,lasserpientesyloscanariosentremedias.Eltipoechóunvistazoyafirmó:
—Noestámal.—¿Lotendránparamañana?—¿Nosvesmuyocupados?—señaló.Ellugarestabavacío.ElsupermercadoLos
2-tiposdeHarrison,enlaCarretera10,estabaacabandoconél—.Podrásrecogerloestanoche.Vuelvesobrelascuatrotreinta.
Me encontraba allí a las cuatro y cuarto, quinceminutos antes, pero ya estabalisto,unbonitomarcodepinotaraceado.Loenvolvióenpapelmarrón.
Encajóperfectamenteenunadelasdoscestastraserasdemibici.Paracuando lleguéacasa,eracasi lahorade lacena,asíque tuvequeesperar
durantelacarneasadaalacazuelaylasjudíasverdesyelpurédepatataconsalsadecarne.Yluegotuvequesacarlabasura.
Yporfinpudeir.En la televisiónsonaba la sintoníadeFatherKnowsBest, la serie de televisión
quemenosmegustaba, y, por billonésimavez, bajaban las escalerasKathy,BudyBetty,sonriendo.Podíaolerlassalchichas,lasjudíasyelsauerkraut.Ruthestabaensu silla, con lospies sobre el cojín.DonnyyWillie estabandespatarrados sobre elsofá. Ladrador estaba tumbado sobre su estómago tan cerca de la tele que uno sepreocuparíaporsuaudición.SusanlaveíasentadaenunasillarectaenelcomedoryMegestabafuera,lavandolosplatos.
Susan me sonrió. Donny sólo me saludó con la mano y volvió a centrar suatenciónenlatele.
—Vaya—dije—.Quenadieselevanteohagaalgo.—¿Quéllevasallí,Sport?—preguntóDonny.Yollevabaelcuadroenvueltoenpapelmarrón.—LosdiscosdeMarioLanzaquequerías.Serio.—Brutal.Ruthmemiraba.Decidíiralgrano.Oícomosecerrabaelgrifodelacocina.MevolvíymeencontréconqueMeg
estabamirándomemientrassesecabalasmanoseneldelantal.Lesonreí,ycreoquesupoenseguidaloqueyoestabahaciendo.
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—¿Ruth?—¿Sí?Ralphie,apagalatele.Esoes.¿Quépasa,Davy?Me acerqué a ella. Miré a Meg por encima del hombro. Se me acercaba
atravesandoelcomedor.Negabaconlacabeza.Subocaformabaunsilencioso«no».Nopasabanada.Erasolotimidez.Ruthveríaelcuadroyleencantaría.—Ruth—ledije—.DepartedeMeg.Seloofrecí.MesonrióyluegosonríoaMegylocogió.Ladradorhabíabajadoelvolumende
FatherKnowsBest,porloquesepodíaoírelcrujidodeltiesopapelmarrónamedidaquelodesenvolvía.Elpapelcayóalsuelo.Ellamiróelcuadro.
—¡Meg!—exclamó—.¿Dedóndehassacadoeldineroparacomprarlo?Estoysegurodequelehabíagustado.—Solohacostadoelmarco—ledije—.Lopintóparati.—¿Lohizoella?¿Meg?Asentí.Ladrador,DonnyyWillieseapretujaronparaverlo.Susansedeslizódesusilla.—¡Esprecioso!—dijo.VolvíamiraraMeg,queseguíaenelcomedor,nerviosayesperanzada.Ruthmiróelcuadro.Parecíaquelomirabadurantemuchotiempo.Y,entonces,dijo:—No,nolohizo.Paramíno.Nometomeselpelo.Lopintóparati,Davy.Sonrió.Lasonrisaera,dealgunaforma,extraña.Y,ahora,yotambiénmeestaba
poniendonervioso.—Miraesto.Unniñoenunaroca.Claroqueesparati.Melodevolvió.—Noloquiero—medijo.Mesentíaconfuso.NosemehabíaocurridoqueRuthpudierarechazarelcuadro.
Por un momento, no supe qué hacer. Me quedé allí con el cuadro en las manos,mirándolo.Erauncuadromuybonito.
Tratédeexplicárselo.—Perorealmenteeraparati,Ruth.Deveras.Verás,estuvimoshablandodeello,y
Megqueríahacerteuno,peroestaba…—David.EraMeg.Yahoraestabamásconfuso,sieraposible,puessuvozestabateñidade
advertencia.Loquecasimehizoenfadar.Aquíestabayo,enmediodetodoesemalditolío,y
Megnopensabadejarmesalirdeél.Ruthvolvióasonreír.YmiróaWillie,aLadradoryaDonny.—Vaisaaprenderuna lección,chicos.Recordadlobien.Es importante.Todo lo
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quetenéisquehacerencualquiermomentoesseramablesconunamujer;yellaharácosasbuenasporvosotros.AhoraDavyhasidobuenoconMegyhaconseguidouncuadro.Unbonitocuadro.Esoesloquehasconseguido,¿verdad,Davy?Osea,¿esloúnicoquehasconseguido?Séqueeresunpocojoven,peronuncasesabe.
Mereíymeruboricé.—Venga,Ruth.—Bueno,yatedigoquenuncasesabe.Laschicassonmuysencillas.Yeseessu
problema. Promételes cualquier fruslería y la mitad de las veces conseguiráscualquiercosaquequieras.Séloquedigo.Fijaosenvuestropadre.FijaosenWillieSr.Ibaaconseguirsupropiacompañíacuandonoscasamos.Unaflotadecamioneslecheros.Comenzaríaconunoyluegoiríasubiendo.Yoibaaayudarloconloslibros,talycomohiceenlaavenidaHowarddurantelaguerra.Dirigíesaplantadurantelaguerra.ÍbamosasermásricosquemisviejoscuandoyoeraniñaenMorristown,yeso era ser bastante rico, os lo digo yo. ¿Pero sabéis qué conseguí?Nada.Ni unamalditacosa.Soloavosotrostresasí,uno,dosytres,ytambiénqueeseencantadorbastardo irlandés se largara a Dios sabe dónde. Así que conseguí tres bocashambrientasalasquealimentar,yahoratengodosmás.
»Ya os digo, las chicas son tontas. Las chicas son fáciles.Unas perdedoras detomoylomo.
PasóamiladoyseacercóaMeg.Lerodeóloshombrosconunbrazoysegiróparaencararseconnosotros.
—Ahoracogeese cuadro—ledijo—.Séque lohicisteparaDavid, asíquenotratesdedecirmeotracosa.Peroloquequierosaberes¿quévasasacartúdeesto?¿Quépiensasquetevaadarestechico?SéqueDavyesunbuenchico.Mejorquelamayoría,meatreveríaadecir.Definitivamente,mejor.Pero,querida,¡notevaadarnada!Sicreesquesí,loqueconseguirásseráalgomuydistinto.
»Asíqueloqueteestoydiciendoesqueesperoqueestecuadrosealoúnicoquelehasdadoyloúnicoquelevayasadar,ytelodigoportupropiobien.Porqueestásapuntodetenerloqueloshombresquierendeverdad,ynoestuputoarte.
PudeverquelacaradeMegempezabaatemblar,ymedicuentadequeestabatratando de no llorar. Pero, al ser todo tan inesperado, yo estaba tratando de noreírme.YtambiénDonny.Todoerademasiadoraro,ypuedequefueraporlatensión,peroloqueRuthhabíadichosobreelartefuegracioso.
SubrazosetensósobreloshombrosdeMeg.—Ysilesdasloquequieren,entoncesnoserásotracosaqueunazorra,cariño.
¿Sabesloqueesunazorra?¿Losabes,Susan?Porsupuestoqueno.Soisdemasiadojóvenes.Bueno,unazorraesalguienqueseabredepiernasporunhombre,asídesencillo.Así,ellospuedenmetérseledentro.Ladrador,borraesamalditasonrisa.
»Quienquieraqueseaunazorrasemereceunapaliza.Cualquierpersonadeesta
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ciudadestaríade acuerdoconmigo.Asíquevoya avisarte, cariño, si te comportascomounazorraenestacasa,tuculoserálahierbayRuthelcortacésped.
SoltóaMegysemetióenlacocina.Abriólanevera.—Yahora—dijo—,¿quiénquiereunacerveza?Hizoungestohaciaelcuadro.—Detodasformas,noesmásqueunabirria—afirmó—,¿nocreéis?—Ycogió
elpaquetedeseis.
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Enaquellosdías,doscervezaseranmásquesuficientesparamí,porloquemefuiacasaalgoachispadoyunpocotrompa,trasprometer,comosiempre,nodecirlesamispadresniunapalabra, loquenoeranecesario.Antesmehubieraarrancadoundedoamordiscos.
UnavezqueRuthacabósulección,elrestodelatardepasósinmásproblemas.Megestuvounratoenelcuartodebañoy,cuandosalió, fuecomosinadahubiesepasado.Susojosestabansecos.Surostro,inescrutable.VimosDannyThomasynosbebimosnuestrascervezasyhubounmomento,duranteunanuncio,enelquehiceplanesparairelsábadoalaboleraconWillieyDonny.TratédellamarlaatencióndeMeg,peroellanomemiró.Cuandoacabamoslascervezas,mefuiacasa.
Colguéelcuadroalladodelespejodemihabitación.Perohabíaunsentimientodeextrañezaquenosemeiba.Nuncaanteshabíaoído
aalguienusar lapalabra«zorra»,pero sabía loque significaba.Laaprendí cuandoleíaaescondidaselPeytonPlacedemimadre.MepreguntésiDenise,lahermanadeEddie, seguía siendo demasiado joven para serlo. La recordé desnuda, atada a unárbol, con susgruesos, suavesy tiernospezones.Llorando, riendo; aveces lasdoscosasalavez.Recordéelplieguedecarneentresuspiernas.
PenséenMeg.Metumbéenlacamaypenséenlofácilqueeraheriraunapersona.Noteníapor
quéseralgofísico.Loúnicoqueteníasquehacereradarleunbuengolpebajoaalgoqueleimportase.
Yotambiénpodría,siquisiera.Lagenteeravulnerable.Pensé en mis padres y en lo que se estaban haciendo y en cómo seguían
atacándoseelunoalotro.Eraahoratanhabitualqueyo,estandoenmediocomoloestaba,habíaterminadopornopreocuparmeporningunodelosdos.
Cosaspequeñas,peroqueibansumándose.No podía dormir.Mis padres se encontraban en la habitación de al lado, ymi
padre estaba roncando.Me levanté y fui a la cocina a por unaCoca. Luego fui alcuartodeestarymesentéenelsofá.Noencendílasluces.
Hacíatiempoquehabíapasadolamedianoche.La noche era cálida. No hacía viento. Como de costumbre, mis padres habían
dejadoabiertaslasventanas.A través de las persianas podía ver perfectamente el cuarto de estar de los
Chandler.Suslucesseguíanencendidas.Susventanastambiénestabanabiertasyoívoces. No pude entendermucho de lo que decían, pero reconocí a quien hablaba.Willie.Ruth.LuegoMeg.LuegoDonny.InclusoLadradorseguíalevantado;seoíasu
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voz,agudacomoladeunaniña,riendo.Todoslosdemásgritabanporalgo.—¡… por un chico! —oí que decía Ruth. Luego se fundió de nuevo en una
amalgamaderuidosyvoces.ViqueMegseacercabadenuevoalaventanadelcuartodeestar.Señalabaalgo,
gritando,contodoelcuerporígidoytemblorosodefuria.—¡Noloharás!—leoídecir.EntoncesRuthdijoalgobajoquenoalcancéaentender,peroqueseparecíaaun
gruñido;eso fue loúnicoquepudecaptar,ypudeveraMegalbordedel colapso,mientrasretrocedía.Entoncessepusoallorar.
Ysurgióunamanoylaabofeteó.Lepegótanfuertequecayólejosdelaventanayyanopudeverlamás.Willieseacercó.Empezóaseguirla.Lentamente.Comosilaestuviesecazando.—¡Basta!—oídeciraRuth.Loquesignificabacreo,queWilliedeberíadejarla
sola.Hubounmomentoenelque,creo,nosemoviónadie.Yentonces,loscuerposempezaronairyvenirduranteunrato,pasandodelante
delaventana,todosconaspectoapagadoyenfadado,WillieyLadradoryDonnyyRuth y Meg, recogiendo cosas del suelo o colocando las sillas u otras cosas, yalejándoselentamente.AlaúnicaquenovifueaSusan.
Mequedésentado,observando.Laslucesseapagaron.Seveíauntenuebrilloenlashabitaciones,ynadamás.Y
luegoinclusoesodesaparecióylacasasequedótanaoscurascomolanuestra.
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Aquelsábado,enlaspistas,KennyRobertsonnologródarleasuséptimoboloenuna tirada fácil, en la décima calle, y acabó con un 107.Kenny era delgaducho eimpulsabalabolacontodalafuerzadesucuerpo,porloqueestasalíadespedidasinmuchocontrol.Regresósecándoselafrenteconelpañuelodelasuertedesupadre,quenolehabíadadomuchasuerteesedía.
SesentóentreWillieyyo,detrásdeltablerodepuntuaciones.MiramosaDonnymientrassecolocabaensusitiodecostumbre,alaizquierdadelasegundaflecha.
—¿Haspensadoenello?—lepreguntóaWillie—.¿EnmeteraMegeneljuego?Williesonrió.Supongoquesesentíabien.Probablementehabíasuperadolos150,
yesonopasaamenudo.Negóconlacabeza.—Ahoratenemosnuestropropiojuego—dijo.
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Esas noches en las que yo dormía en casa de los Chandler, cuando noscansábamosdehacereltontoyLadradorsedormía,nosdedicábamosahablar.
Lohacíamos sobre todoDonnyyyo.Willienunca teníamuchoquedecir, y loquedecíanoeranadainteligente.PeroDonnyeralosuficientementelistoy,comoyahe indicado, lomás parecido que yo tenía a unmejor amigo, así que hablábamos;sobre el colegio y las chicas, los chicos deAmericanbandstand, los interminablesmisteriosdel sexo, loque realmentequeríandecir las cancionesde rock’n’roll queoíamosporlaradio,hastabienentradalanoche.
Hablábamosdedeseos,esperanzas,inclusodepesadillasaveces.SiempreeraDonnyquieniniciabaestasconversacionesyyoquienlasterminaba.
Enalgúnmomentomásalládelcansancio,mereclinabasobremicamaydecíaalgocomo«¿vesloquequierodecir?»yélyasehabíadormido,dejándomesoloamerceddemis pensamientos, incómodo e inquieto, a veces hasta el amanecer.Me llevabatiempocortarporlosanoconloquefueraquesentíay,unavezquelohacía,nopodíasoportarelhaberrenunciadoasusabor.Sigosiendoasí.
Ahora el diálogo es unmonólogo.Yonohablo.Esté quien esté conmigo en lacama,nuncalohago.Aveces,mispensamientosseconviertenenpesadillas,peronolas comparto. Me he llegado a convertir en lo que solo empecé entonces: un sercompletamenteautónomo.
Comenzó, supongo, cuandomimadre entró enmi cuarto cuandoyo tenía sieteaños.Yodormía.«Voyadejaratupadre»,medijo,despertándome.«Peronoquieroquetepreocupes.Tellevaréconmigo.Novoyaabandonarte.Nuncaloharé».Yséqueestuveesperandodesdelossietealoscatorceaños,preparándome,hastaelpuntodequelleguéaseryoquienseseparódecadaunodeellos.
Así,creo,fuecomoempezó.PeroentrelossieteylostrecepasólodeRuth,pasólodeMegySusan.Sinellas,
esaconversaciónconmimadrepudo inclusohabersidobuenaparamí.Quizásolomehubieseevitadolaconmociónylaconfusióncuandollegaraelmomento.Porquelosniñossonresistentes.Siemprevuelvenaconfiarycompartir.
Yonofuicapazdehacerlo.Yesosedebealoquepasódespués,yaloquehice,yaloquenohice.
Miprimeramujer,Evelyn,mellamaaveces,ymedespiertaenmitaddelanoche.—¿Estánbienlosniños?—mepregunta.Suvozestállenadeterror.Notuvimosniños,Evelynyyo.Ha entrado y salido varias veces de psiquiátricos, a causa de brotes agudos de
depresiónyansiedad,perosiguesiendosorprendenteestafijaciónquetiene.Porquenuncaselohecontado.Nadadeesto,nunca.
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¿Cómopuedesaberlo?¿Habloensueños?¿Seloconfeséunanoche?¿Osencillamentesientealgooculto
enmí,sobrelaúnicaauténticarazónporlaquenotuvimoshijos,sobreporquénuncapermitíquelostuviéramos?
Susllamadassoncomopájarosnocturnosquerevoloteangraznandoalrededordemicabeza.Sigoesperandoquevuelvan.Cuandolohacen,metomanporsorpresa.
Esterrorífico.«¿Estánbienlosniños?».Hacemuchoque aprendí a no angustiarla. «Sí,Eyelyn», le digo. «Claro.Están
bien.Vuelveadormir»,ledigo.Perolosniñosnoestánbien.Nuncaloestarán.
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Llaméalapuertadeatrás.Norespondiónadie.Laabríyentré.Lesoíriendoalolejos.Veníadeunodelosdormitorios.LarisadeMegerauna
especie de crujido agudo, la de Ladrador, una risilla histérica. Las deWillie Jr. yDonnyeranmásgraves,másmasculinas.
Yonodebíaestarallí;estabacastigado.HabíaestadotrabajandoenunamaquetadeunB-52,un regalodeNavidaddemipadre,ynopudeponerlebienunade lasruedas.Asíque tratédeenderezarlaunas tresocuatrovecesy terminéarrojándolocontralapuerta,dondesehizoañicos.Llegómimadreysemontóunbuenfollón,yyoestabaacorralado.
Mimadresehabíaidodecompras.Almenosporunmomentoeralibre.Medirigíhacialosdormitorios.TeníanaMegcontralapareddelahabitación,enunadelasesquinasjuntoala
ventana.Donnysevolvió.—¡Oye,David!¡Tienecosquillas!¡Megtienecosquillas!Yfuecomosihubierasidounaseñalpreestablecida,puesfuerontodosaporella
a la vez, a por sus costillas, mientras ella se retorcía y trataba de alejarlos aempujones,y luegosedoblósobresímisma, loscodoshaciaabajoparaprotegerselascostillas, riendo,mientrassu largacoladecaballorojizasemeneabadeunladoparaotro.
—¡Cogedla!—¡Latengo!—¡Cógela,Willie!MirémásalláyviaSusansentadaenlacama,yellatambiénsereía.—¡Auuu!Oíunbofetón.Mirédenuevo.Megsecubría elpechoconunamanoyLadrador teníaunade las suyasen su
cara,dondeseempezabaaextenderelenrojecimiento,ysenotabaqueestabaapuntodellorar.WillieyDonnysesepararon.
—¡Quédemonios!Donny estaba enfadadísimo. Estaba bien que él zurrara a Ladrador, pero no le
gustabaquelohicieracualquierotro.—¡Puta!—gritóWillie.Hizo un extrañomovimiento con lamano abierta hacia la parte superior de la
cabezadeMeg.Ellaloesquivóconfacilidad.
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—¿Aquéhavenidoeso?—¡Yahasvistoloquehahecho!—Nohahechonada.—Mehapellizcado.—¿Yqué?Ladradoryaestaballorando.—¡Mevoyachivar!—aulló.—Adelante—dijoMeg.—Noteconvienequelohaga—contestóLadrador.—No me importa lo que hagas. No me importa lo que hagáis ninguno de
vosotros.—EmpujóaWillieaunladoysemarchóalcuartodeestarpasandoentreellosyyo.Oíelportazoquediolapuertaprincipal.
—Putita—dijoWillie.SevolvióhaciaSusan—.Tuhermanaesunamalditaputa.Susannoreplicó.Peroélseleacercóylaviencogerse.—¿Lohasvisto?—Noestabamirando—contesté.Ladradorlloriqueaba.Teníalabarbillallenademocos.—¡Mehapegado!—chilló.Yentoncessaliócorriendoamilado.—Voyadecírseloamamá—dijoWillie.—Sí.Yotambién—secundóDonny—.Nopuedesalirseconlasuyaenesto.—Soloestábamoshaciendoeltonto,poramordeDios.Donnyasintió.—Realmentelehadadofuerte.—Bueno,Ladradorletocólateta.—Yqué.Nolohizoaposta.—Pudohacerloporcapricho.—Aúnpuedehacerlo.—Puta.Habíaunaenergíanerviosaenlahabitación.WillieyDonnydabanvueltascomo
leones enjaulados. Susan se bajó de la cama. Sus correctores hicieron un ruidometálico.
—¿Adóndevas?—ledijoDonny.—QuieroveraMeg—lecontestósuavemente.—QueledenaMeg.Tútequedasaquí.Hasvistoloquehizo,¿verdad?Susanasintió.—Deacuerdo.Sabesquelavanacastigar,¿no?Sonabamuyrazonable,comounhermanomayorqueleexplicaalgoconmucha
pacienciaaunahermananodemasiadointeligente.Ellavolvióaasentir.
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—¿Asíquequieresquedarteasuladoyquetecastiguentambién?¿Quieresquetequitentodoslosprivilegios?
—No.—Puesentoncestequedasaquí,¿vale?—Vale.—Enestamismahabitación.—Vale.—Vamosabuscaramamá—ledijoaWillie.Les seguí fuera de la habitación a través del comedor salimos por la puerta de
atrás.Ruthseencontrabadetrásdelgaraje,sembrandosuhuertodetomates.Elvestido
quellevabaestabaviejoydesvaídoyleestabademasiadogrande,ceñidoalacintura.Elcuellobarcoseleabríabastante.
Nunca llevaba sujetador.Me quedé de pie por encima de ella y pude verle lospechos casi hasta el pezón. Eran pequeños y pálidos, y temblaban mientrastrabajaban.Tratédenomirar,temiendoquesedieracuenta,peroeracomosimisojosfueranlaagujadeunabrújulaysuspechoselnorte.
—MeghapegadoaLadrador—lecontóWillie.—¿Enserio?—Noparecíaqueleimportase.Siguiósembrando.—Leabofeteó—añadióDonny.—¿Porqué?—Sóloestábamoshaciendoeltonto.—Todos lehacíamoscosquillas—dijoWillie—.Yella se liberóy lepegóuna
tortaenlacara.Asídesimple.Ellacogióunpuñadodesemillas.Suspechossesacudieron.Losteníaconcarne
de gallina. Yo estaba fascinado. Me miró y mis ojos miraron a los suyos justo atiempo.
—¿Tútambién,Davy?—¿Eh?—¿TútambiénlehacíascosquillasaMeg?—No.Acababadellegar.Sonrió.—Noteestoyacusando.Sepusoderodillasyselevantó,ysequitólossuciosguantesdetrabajo.—¿Dóndeestáahora?—Nolosé—contestóDonny—.Saliócorriendoporlapuerta.—¿YSusan?—Ensucuarto.—¿Loviotodo?
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—Sí.—Bien.Cruzóelpatiohacialacasaylaseguimos.Enelporche,selimpiósusdelgadasy
huesudasmanos en las caderas. Se quitó el pañuelo que sujetaba su corto cabellocastañoyselodejósuelto.
Supusequequizá tendría unos veinteminutos antes de quemimadre llegara acasadehacerlacompra,asíqueentré.
Laseguimoshastaeldormitorio.Susanestabasentadaenlacama,justodondeladejamos,mirandounarevistaqueestabaabiertaconunafotodeLizyEddieFisheren una página y otra deDebbie Reynolds en la de enfrente. Eddie y Liz parecíanfelices,sonreían.Debbieparecíaamargada.
—¿Susan?¿DóndeestáMeg?—Nolosé,señora.Sehaido.Ruthsesentóenlacamaasulado.Lediounaspalmaditasenlamano.—Mehandichoquevisteloquepasó.¿Esverdad?—Síseñora.LadradortocóaMegyMeglepegó.—¿Latocó?Susan asintió y se puso lamano sobre su pequeño y escuálido pecho como si
estuvierarecitandoeljuramentodelabandera.—Aquí—dijo.Ruthlamiróunmomento.Yentoncespreguntó:—¿Ytratastededetenerla?—¿DeteneraMeg,quieredecir?—Sí.ParaquenopegaraaRalphie.Susanparecíaindignada.—No pude. Fue demasiado rápido, señora Chandler. Ladrador la tocó y justo
despuésMeglepegó.—Deberías haberlo intentado, cielo—volvió a darle palmaditas en lamano—.
Megestuhermana.—Sí,señora.—Sipegasaalguienenlacara,puedenocurrirtodaclasedecosas.Puedesfallar
yromperleuntímpano,sacarleunojo.Esunaconductapeligrosa.—Sí,señoraChandler.—Ruth.Yatelohedicho.Ruth.—Sí,Ruth.—¿Ysabesloquesignificasercómplicedealguienquehaceesetipodecosas?Susannegóconlacabeza.—Significaquetambiéneresculpable,aunquepuedequenohayashechonadaen
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concreto.¿Meentiendes?—Nolosé.Ruthsuspiró.—Déjamequeteloexplique.Quieresatuhermana,¿verdad?Susanasintió.—Ycomolaquieres,leperdonaríasalgocomaesto,¿noesasí?Comoelpegara
Ralphie.—Ellanoqueríahacerledaño.¡Soloseenfadó!—Claro.Asíquelaperdonarías,¿verdad?—Ajá.Ruthsonrió.—¡Bueno,puesahoraverásqueesoestámal,cielo!Esoes justoloquetehace
cómplice. Lo que hizo no estuvo bien, es un mal comportamiento, y el que tú laperdonessoloporquelaquierestambiénestámal.Tienesquedejardedarlelarazón,Suzie.NoimportaqueMegseatuhermana.Loqueestábien,estábien.Tienesquerecordarlosiquieresseralgoenlavida.Asíquebájatedelacama,súbeteelvestidoybájatelasbraguitas.
Susanlamiró.Conlosojoscomoplatos,helada.Ruthsebajódelacama.Sequitóelcinturón.—Venga, cielo —le instó—. Es por tu propio bien. Voy a enseñarte lo que
significasercómplice.Verás,Megnoestáaquípararecibirlosuyo.Asíquetendrásquerecibirpor lasdos.Tuparteespornodecirle«eh,para,Meg»,seaonosea tuhermana.Loqueestábienestábien.Suparte,ante todo,esporhaberlohecho.Asíquevenaquíahoramismo.Nomeobliguesaarrastrarte.
Susanselimitóamirarla.Eracomosinosepudieramover.—Deacuerdo—dijoRuth—.Ladesobedienciaesotracosa.SeacercóycogióaSusanconfuerza(aunquenodiríaconviolencia)delbrazoy
la hizo bajarse de la cama. Susan empezó a llorar. Los correctores de los brazoshacían un ruidometálico. Ruth la hizo girar hasta ponerla de cara a la cama y laapoyó en ella. A continuación, le levantó la parte de atrás de su vestido rojo depuntitosyselometióporelcinturón.
Willieseechóareír.Ruthlehizocallarconunamirada.Le bajó las braguitas blancas de algodón, justo hasta los protectores de sus
tobillos.—Tevamosadar cincopor cómplice,diezporMeg.Ycincopordesobedecer.
Veinte.Susanllorabaahoraalágrimaviva.Yopodíaoírla.Observélamareadelágrimas
deslizándose por sus mejillas. Me sentí súbitamente avergonzado y comencé adirigirme hacia la puerta.Un impulso deDonnyme dijo que posiblemente querría
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hacerlomismoqueyo.PeroRuthdebíadehabernosvisto.—Quietosallí,chicos.Lasniñaslloran.Nohaynadaquehacerconello.Peroes
por su propio bien, y el que estéis aquí formaparte de ello, así que quiero que osquedéis.
El cinturóneradeun tejidodelgado,nodecuero.Asíque igualnohacía tantodaño,pensé.
Lodoblóylolevantósobresucabeza.Silbóalbajar,Smack.Susandioungritoahogadoycomenzóallorarmásfuerte,ruidosamente.SutraseroeratanpálidocomolospechosdeRuthyestabacubiertoporunfino
velloplatino.Yahoratambiénletemblaba.Pudevercómoaparecíaunpuntorojoenloaltodesunalgaizquierda,cercadelaraja.
Miré a Ruth mientras ella levantaba de nuevo el cinturón. Tenía los labiosapretados.Entodolodemás,carecíadeexpresión,estabaconcentrada.
ElcinturónvolvióacaerySusanaulló.Unaterceravezyluegounacuarta,enrápidasucesión.Suculoestabayatodoenrojecido.Unaquinta.Parecía que casi se ahogaba con los mocos y las lágrimas, y respiraba a
bocanadas.Ruthampliabacadavezmáselarco.Tuvimosqueretroceder.Losconté.Seis.Siete.Ocho,nueve,diez.ASusanletemblabanlaspiernas.Susnudillosestabanblancosporlafuerzacon
laqueagarrabaalacolcha.Nuncahabíaoídollorardeesaforma.Corre,pensé.¡Jesús!Yolohabríahecho.
Pero,claro,porsupuesto,ellanopodíacorrer.Eracomosi lahubiesenencadenadoallí.
Yesomehizopensareneljuego.Aquí estáRuth, pensé, jugandoal juego.Quemematen.Y a pesar de queme
encogíacadavezquebajabaelcinturón,nopodíadejarlo.La ideamemaravillaba.Unadulto.UnadultoestabajugandoalJuego.Noeraexactamenteigual,peroseleparecíabastante.
Y,derepente,nomeparecióalgotanprohibido.Laculpapareciódesvanecerse.Perosiguiósiendoexcitante.Podíasentircómosemeclavabanlasuñasenlaspalmasdelasmanos.
Seguícontando.Once.Doce.Trece.HabíapequeñasgotasdesudorenlafrenteyellabiosuperiordeRuth.Golpeaba
de formamecánica.Catorce.Quince. Subió el brazo.Bajo el vestido amorfo y sincinturón,notécómosehinchabasutripa.
—¡Uau!
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LadradorentróenlahabitacióndeslizándoseentreDonnyyyo.Dieciséis.MirabaalacaradeSusan,rojayretorcida.—Uau—repitió.Y supe que él pensaba lo que yo estaba pensando, lo que todos estábamos
pensando.Loscastigoseranalgoprivado.Enmicasaalmenosloeran.Entodaslascasas,
porloqueyosabía.Estonoerauncastigo.Eraeljuego.Diecisiete.Dieciocho.Susancayóalsuelo.Ruthseinclinósobreella.
La niña sollozaba, con todo su frágil cuerpo retorciéndose, con la cabezaenterrada entre los brazos y las rodillas tan apretadas contra el pecho como lepermitíanloscorrectores.
Ruth respiraba con dificultad. Le subió a Susan las braguitas. La levantó y lasubió de nuevo a la cama, tumbándola de lado y estirándole el vestido sobre laspiernas.
—Venga—dijoconsuavidad—.Yaestá.Ahoradescansa.Medebesdos.Ynosquedamosallítodosporunmomento,escuchandoelapagadosollozo.Oíllegaruncocheallado.—¡Mierda!—exclamé—.¡Mimadre!Pasécomounaexhalaciónporelcuartodeestar,salíporlapuertaaunlateralde
su casa y atravesé los setos.Mimadre ya había llegado al garaje.Tenía abierto elmaleteroysacababolsasconlassiglas«A&P».
Crucérápidamenteelcaminohastanuestrapuertaprincipalysubícorriendolasescalerashastamicuarto.Abríunarevista.
Oíqueseabríalapuertadeatrás.—¡David!¡Bajaaayudarmeconlacompra!Sevolvióacerrar.Fuihastaelcoche.Mimadrefruncíaelceño.Mediounabolsatrasotra.—Latiendaestabaatestada—mecontó—.¿Quéhashecho?—Nada.Leer.MientrasmevolvíaparaentrarviaMegalotro ladode lacalle,enfrentede la
casadelosChandler,juntoalosárbolesqueestabanfrentealacasadelosZorn.Estabamirandoa lacasade losChandlermientrasmordisqueabaunabriznade
hierba,conaspectopensativo,comositrataradedecidiralgo.No parecía queme hubiera visto.Me pregunté lo que sabría. Llevé las bolsas
dentro.Mástardefuialgarajeacogerlamangueraylasvienelpatio,soloMegySusan,
sentadasenlaaltayfrescahierbajuntoalabedul.Meg le cepillaba el pelo a Susan. Largas y suaves cepilladas firmes y fuertes,
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aunque también delicadas, como si el pelo pudiera doler si no lo hacíascorrectamente.Suotramanoloarreglabapordebajoypordetrás,utilizandosololapuntadelosdedos,levantándoloydejándolocaerconsuavidad.
Susansonreía.Noeraunagransonrisa,peropodíasvercómodisfrutaba,deloscuidadosdeMeg.
Y, por unmomento,me di cuenta de lo conectadas que estaban, lo solitaria yespecialqueerasuconexión.Casilasenvidié.
Nolasmolesté.Encontrélamanguera.Alsalirdelgaraje,sehabíalevantadolabrisaypudeoír
cómotarareabaMeg.Eraalgomuysuave,comounanana.«Buenasnoches,Irene».Una canción que mi madre solía cantar en los largos viajes nocturnos en cochecuandoyoerapequeño.
«Buenasnoches,Irene,buenasnoches,Irene,teveréenmissueños».Me encontré tarareándola todo el día.Y cada vez que lo hacía veía aMegy a
Susansentadasjuntasenlahierbaysentíaelsolenlacarayelcepilloylassuavesydelicadasmanos.
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—David,¿tienesdinero?Rebusqué en mis bolsillos y encontré un arrugado billete de dólar y treinta y
cincocentavosenmonedas.Estábamosdandounpaseoporelrecreo,Megyyo.Ibaacelebrarseunpartidoenbreve.Yollevabamiguantedelanzadoryunaviejapelotallenadecintaadhesivanegra.
Leenseñéeldinero.—¿Meloprestas?—¿Todo?—Tengohambre—meconfió.—¿Sí?—QuieroiraCozySnacksaporunsándwich.—¿Unsándwich?Mereí.—¿Porquénovasysimplementerobasunpardebarritasdecaramelo?Conel
personaldeallíesfácil.Yolohabíahechoinfinidaddeveces.Lamayoríadenosotroslohabíahecho.La
mejorformaeradirigirtedirectamentehacialoquequerías,cogerloyvolverasalir.Nadafurtivoysindudas.La tiendasiempreestabaabarrotada.Nopasabanadaporhacerlo.YanadieleimportabaelseñorHolly,elancianoqueregentabaellugar,porloquenohabíaningúnsentimientodeculpa.
PeroMegselimitóafruncirelceño.—Yonorobo—afirmó.Bueno,vaya,pensé,bienvenida,señoritaescrúpulos.Ladespreciéunpoco.Todoelmundorobaba.Erapartedeserniño.—Túpréstameeldinero,¿quieres?—medijo—.Telodevolveré.Teloprometo.Nopodíaseguirenfadadoconella.—Vale.Deacuerdo—respondí.Selodi—.Pero¿paraquéquieresunsándwich?
HazteunoencasadeRuth.—Nopuedo.—¿Yeso?—Sesuponequenodebohacerlo.—¿Porqué?—Sesuponequeaúnnodebocomer.Cruzamoslacalle.Miréaizquierdayderecha,yluegolamiréaella.Teníauna
miradaqueparecíaunamáscara.Comosihubiesealgoquenomecontaba.Yademássehabíaruborizado.
—Nolopillo.
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Kenny,EddieyLouMorinoyaestabanenel rombo lanzando lapelota.Deniseestabadepiedetrásdelrecogedor,observándolos.Peronadienoshabíavistoaún.MedicuentadequeMegqueríairse,peromequedémirándola.
—Ruthdicequeestoygorda—dijoporfin.Mereí.—¿Ybien?—mepreguntó.—¿Ybienqué?—¿Loestoy?—¿El qué? ¿Gorda? —Yo sabía que ella hablaba en serio, pero me seguía
haciendogracia—.Claroqueno.Tetomaelpelo.Segiróbruscamente.—Puesvayabroma—dijo—.Túintentapasarteundíasincenarysindesayunar
ysincomer.Entoncessedetuvoysevolvióhaciamí.—Gracias—medijo.Ysemarchó.
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El partido acabó casi una hora después de que empezara. Para entonces, lamayoría de los chicos del barrio estaban allí, no soloKenny,Eddie,Denise yLouMorino, sino tambiénWillie, Donny, TonyMorino, e incluso Glen Knott y HarryGray,quehabíanvenidoporquejugabaLou.Conloschicosmayores,elpartidofuedelosrápidosybuenos;hastaqueEddiebateóconfuerzamásalládelatercerabaseyempezóacorrer.
Todos menos Eddie sabíamos que eso era falta. Pero no íbamos a decírselo aEddie.CorriótodaslasbasesmientrasKennyibaaporlapelota.Yentoncescomenzóladiscusiónhabitual.Quetedenyquetedenyno,quetedenati.
Laúnicadiferenciafueque,estavez,EddiecogiósubateyfuetrasLouMorino.LoueramásgrandeymayorqueEddie,peroEddieteníaelbate,porloque,antes
dearriesgarseaterminarconlanarizrotaoconunaconmoción,saliódelcampoenunadirecciónjuntoconHarryyGlen,mientrasEddiesalíaporelotrolado.
Losdemásseguimosjugando.EsoesloqueestábamoshaciendocuandovolvióMeg.Dejócaerunasmonedasenmimanoymelasmetíenelbolsillo.—Tedeboochentaycincocentavos—medijo.—Vale.Medi cuenta deque tenía el pelounpocograsiento, como si no se lo hubiese
lavadoesamañana.Peroseguíaestandoguapa.—¿Quiereshaceralgo?—medijo.—¿Elqué?Miréamialrededor.Creoqueteníamiedodequelosotrospudieranoírnos.—Nosé.¿Vamosalarroyo?Donnymelanzólapelota.YoselalancéaWillie.Comodecostumbre,fueapor
ellademasiadotardeyfalló.—Noimporta—dijoMeg—.Estásmuyocupado.Estabaenfadada,oherida,oalgo.Empezóamarcharse.—No.Eh.Espera.Nopodíapreguntarlesiqueríajugar.Erabéisbol,yellanoteníaguante.—Vale,deacuerdo.Vamosalarroyo.Esperaunminuto.Solo había una forma de hacerlo correctamente. Tenía que preguntárselo a los
demás.—¡Eh,chicos!¿Nosvamosalarroyo?Acogercangrejos,oalgo.Hacecaloraquí.Dehecho,elarroyonomeparecíatanmalaidea.Hacíacalor.—Claro.Yovoy—dijoDonny.Willieseencogiódehombrosyasintió.—Yotambién—dijoDenise.
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Genial,pensé.Denise.ElúnicoquefaltaesLadrador.—Voy a coger algo de comer—dijo Kenny—. Igual luego me reúno allí con
vosotros.—Vale.Tonyvacilóy luegodecidióqueél también teníahambre.Loquenosdejabaa
nosotroscinco.—Pasemosporcasa—sugirióDonny—.Cojamosunosfrascosparaloscangrejos
yuntermodeKool-Aid.Entramosporlapuertadeatrásypudimosoírlalavadoraenmarchaenelsótano.—¿Donny?¿Erestú?—Sí,mamá.SevolvióhaciaMeg.—CogeelKool-Aid,¿quieres?Yobajaréabuscarlosfrascosyaverquéquiere.MesentéconWillieyDeniseen lamesade lacocina.Teníamigasde tostadas
encima y las tiré al suelo. También había un cenicero lleno de colillas. Rebusquéentrelascolillas,peronohabíanadaquepudieraaprovecharparadespués.
MeghabíasacadoeltermoyloestaballenandocuidadosamenteconelKool-AiddelimaqueestabaenlajarragrandedeRuthcuandoellossubieronlasescaleras.
Willietraíadosfrascosdemantequilladecacahueteyunpuñadodefrascosmáspequeños.Ruthsesecabalasmanosensudesvaídodelantal.Nossonrió,yentoncesvioaMegenlacocina.
—¿Quéestáshaciendo?—ledijo.—SólocojounpocodeKool-Aid.Metió la mano en el bolsillo de su delantal, sacó una cajetilla de Tareyton y
encendióuno.—Creíaquetehabíadichoquenoentrarasenlacocina.—DonnyqueríaKool-Aid.FueideadeDonny.—Nomeimportadequiénfueralaidea.Exhalóalgodehumoyempezóatoser.Eraunamalatos,queveníadirectadelos
pulmones,yleimpidióhablarduranteunrato.—SoloesKool-Aid—sedefendióMeg—.Noestoycomiendo—Ruthasintió.—Lacuestiónes…—dijo,dandootracaladaalcigarrillo—lacuestiónes,¿qué
haslogradocogerantesdequeyollegara?Megterminódellenarloydejólajarra.—Nada—suspiró—.Nohecogidonada.Ruthvolvióaasentir.—Venaquí—leordenó.Megsequedódondeestaba.—Tehedichoquevengas.
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Seacercó.—Abrelabocaydéjameolerteelaliento.—¿Qué?Detrásdemí,Deniseempezóareírse.—Nomecabrees.Abrelaboca.—Ruth…—Ábrela.—¡No!—¿Qué?¿Quéhasdicho?—Notienesderechoa…—Tengotodoelderechodelmundo.¡Ábrela!—¡No!—Tehedichoquelaabras,mentirosa.—Yonomiento.—Bueno, sé que eres una zorra, así que creo que también eres unamentirosa.
¡Ábrela!—No.—¡Abrelaboca!—¡No!—Tedigoquelaabras.—Noloharé.—Oh, sí, lo harás.Aunque tenga que pedirles a estos chicos queme ayuden a
abrírtela.Willienopudoaguantarlarisa.Donnyseguíaenlapuertaconlosfrascos.Parecía
avergonzado.—Abrelaboca,zorra.EsohizoqueDenisevolvieraareírse.MegmiróaRuthdirectamentealosojos.Tomóaliento.Y,porunmomento,secomportóconunadignidadcasisorprendentementeadulta.—Yatelohedicho,Ruth—afirmó—.No.InclusoDenisecerróelpico.Estábamosatónitos.Nuncahabíamosvistoalgosemejante.Losniñosnoteníanpoder.Casipordefinición.Sesuponíaquelosniñosdebían
aguantar la humillación, o huir de ella. Si protestabas, debías hacerlo de formaindirecta. Corrías a tu habitación y cerrabas la puerta con un portazo. Gritabas ychillabas. Le dabas vueltas a la cena. Fingías; o rompías cosas accidentalmente apropósito. Temostrabas taciturno, callado. Ibasmal en el colegio.Y eso era todo.Todaslasarmasdetuarsenal.Peroloquenohacíaseradirigirteaunadultoydecirle
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«que te den» con tantas palabras. Sencillamente, no te quedabas ahí y decíastranquilamente que no. Éramos aún muy jóvenes para eso. Y por eso era tanincreíblementesorprendente.
Ruthsonrióyapagósucigarroenelrepletocenicero.—CreoqueiréaporSusan—dijo—.Esperoqueestéensuhabitación.YentoncesfueellaquienclavólamiradaenMeg.Soloduróunmomento,conlasdosmirándosecomosifueranpistoleros.Y,alinstante,lacomposturadeMegsevinoabajo.—¡Nometasamihermanaenesto!¡Déjalaenpaz!Sus manos se convirtieron en puños, los nudillos blancos. Y entonces me di
cuentadequesabíalodelapalizadelotrodía.Mepreguntésihabríahabidootrasocasiones,otraspalizas.Pero,dealguna forma,estábamosaliviados.Estoya separecíamás.Separecía
másaloqueestábamosacostumbrados.Ruthsoloseencogiódehombros.—Notienesporquépreocuparteporello,Meggy.Soloquieropreguntarlesobre
tus saqueos de la nevera entre comidas. Si no quieres hacer lo que te he pedido,entonces,creo,ellaesquiendebesaberlo.
—¡Nisiquieraestabaconnosotros!—Estoy segura de que te ha oído, cielo. Estoy segura de que te han oído los
vecinos.Detodasformas,lashermanaslosaben,¿no?Esalgoinstintivo,enrealidad.Sevolvióhaciaeldormitorio.—¿Susan?Megseabalanzósobreellay laagarróporelbrazo.Yeracomosiahora fuese
unachicatotalmentedistinta,asustada,indefensa,desesperada.—¡Malditaseas!—dijo.Todoscomprendimosalinstantequeesofueunerror.Ruthsegiróylaabofeteó.—¿Mehastocado?¿Mehastocado,maldita?¿Tehasatrevidoahacerlo?VolvióapegarlamientrasMeg retrocedía,yotravez,yMeg se tambaleóhasta
chocarcontralanevera,perdióelequilibrioycayóderodillas.Ruthseinclinósobreella,laagarróporlabarbilla,ytiródeellaconfuerza.
—Yahoraabretumalditaboca,¿mehasoído?¡Uosdaréunapalizademuerteatiyatuqueridahermanita!¿Mehasoído?¿Willie?¿Donny?
Willieselevantóyseacercóaella.Donnyparecíaconfuso.—Agarradla.Mequedéhelado.Estabapasandotododemasiadorápido.Eraconscientedeque
Deniseestabasentadaamilado,conlosojossaliéndoseledelasórbitas.—Hedichoquelaagarréis.
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Willieselevantódesusillaylaagarróporelbrazoderecho,ycreoqueRuthlehacíadañoalcogerlafuertementedelabarbilla,puesnoseresistió.Donnypusolosfrascossobrelamesaylaagarróporelizquierdo.Dosdelosfrascosrodaronporlamesayseestrellaroncontraelsuelo.
—Ahoraábrela,furcia.Y entonces Meg luchó, tratando de levantarse, retorciéndose y tratando de
soltarse,aunquelateníanbiencogida.Willieestabadivirtiéndose,esoeraobvio.PeroDonnyparecíaasqueado.Ruthlacogíaahoraconambasmanos,tratandodesepararlelasmandíbulas.
Meglamordió.Ruthgritóycayóhaciaatrás.Megsepusoenpie.Willieleretorcióelbrazopor
detrás de la espalda y tiró de él. Ella gritó y se dobló sobre sí misma y trató desoltarse,sacudiendoconfuerzasubrazoizquierdoparaqueDonnylosoltase,enunaespeciedepánicosimultáneo,ycasilologró,pueslapresadeDonnyyaerabastantedébil,ycasilasuelta.
YentoncesRuthvolvióaacercarse.Porunmomento,selimitóaquedarseallí,estudiándola,buscando,creo,unpunto
débil.Y entonces cerró el puño y la golpeó en el estómago exactamente como unhombregolpearíaaotrohombre,ycasitanfuerte.Loqueseoyófuealgoparecidoaalguiengolpeandounapelotadebaloncesto.
Megcayó,sinaliento,tratandoderespirar.Donnylasoltó.—¡Jesús!—susurróDeniseamilado.Ruthdiounpasoatrás.—¿Quieresluchar?—dijo—.Vale.Lucha.Megnegóconlacabeza.—¿Noquieresluchar?¿No?Negóconlacabeza.Williemiróasumadre.—Quémal—dijoconsuavidad.Seguía agarrándole el brazo. Y entonces empezó a retorcérselo.Meg se dobló
sobresímisma.—Willie tiene razón—dijoRuth—.Quémal.Venga,Meg, cielo, lucha.Lucha
contraél.Willie se lo retorció. Ella dio un respingo debido al dolor y jadeó, y volvió a
negarconlacabezaporterceravez.—Bueno,creoquenolovaahacerypunto—dijoRuth—.Estaniñanoquiere
hacerhoynadadeloqueledigo.SacudiólamanoqueMeglehabíamordidoylaexaminó.Desdedondeyoestaba
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sentado,erasolounpuntorojo.Megnolehabíapenetradolapielninadaparecido.—Suéltala—dijoRuth.Willielesoltóelbrazo.Megcayóhaciadelante.Estaballorando.Yonoqueríamirar.Desviélamirada.ViaSusanenel salón, apoyándoseen lapared, conaspectoasustado,mirando
desdelaesquina.Conlosojosclavadosensuhermana.—Tengoqueirme—dijeconunavozquemesonabaextrañamenteespesa.—¿Qué pasa con el arroyo? —preguntó Willie. Parecía decepcionado, el
cabronazo.Comosinohubierapasadonadaenabsoluto.—Mástarde—lerespondí—.Ahoratengoqueirme.EraconscientedequeRuthmeestabamirando.Melevanté.Poralgunarazón,noqueríaacercarmeaMeg.Enlugardehacerlo,
pasé al lado de Susan mientras me encaminaba a la puerta principal. No dio laimpresióndehabermevisto.
—David—dijoRuth.Suvozestabamuytranquila.—¿Sí?—Estoesloquesellamaunadisputadoméstica—meexplicó.»Quedaentrenosotros.Hasvistoloquehasvisto.Peronoleimportaanadiemás
queanosotros.¿Sabes?¿Loentiendes?Dudé,peroasentí.—Buenchico—medijo—.Yasabíayoqueloeras.Sabíaqueloentenderías.Salífuera.Hacíabochorno.Dentrosehabíaestadomásfresco.Volvíalbosque,alejándomedelcaminodelarroyo,ymemetíenelbosquemás
frondosodedetrásdelacasadelosMorino.Allíseestabamásfresquito.Olíaapinoyatierra.SeguíaviendoaMeghechaunovillo,llorando.Yentoncesvolvíaverladepie,
frenteaRuth,mirándolafijamentealosojos,diciéndole«yatehedichoqueno».Poralgunarazón,estasimágenessealternabanconelrecuerdodeunadiscusiónquetuveconmimadreesamismasemana.«Eresigualquetupadre»,medijo.Yolecontestéconrabia.NotanbiencomolohizoMeg.Yoperdílosestribos.Meenfurecí.Laodié.Ahora pensé en ello desde otra perspectiva, y entonces volví a pensar en todo elasuntodehoy.
Habíasidounamañanasorprendente.Peroeracomositodohubiesesidocancelado.Paseéporelbosque.Nosentínada.
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Desdemicasa sepodía ir alCozySnacksatravesandoelbosqueycruzandoelarroyopor la gran roca y luego caminandopor la otra orilla, junto a las dos casasviejas y una obra. Al día siguiente, volvía a casa por ese camino con un Tresmosqueteros,algoderegalizrojoyalgunosFleer’sDoubleBubble(que,alpensarenMeg,paguédeverdad)enunabolsadepapel,cuandooígritaraMeg.
Supequeeraella.Solofueungrito.Podíasercualquiera.Perolosupe.Medetuve.Recorrílaorilla.Ella estaba, de pie sobre la gran roca. Willie y Ladrador debían de haberla
sorprendidoallícon lamanodentrodelagua,pues tenía remangada lacamisaysuantebrazochorreabaconelaguadelarroyo,ypodíasverle la largay lívidacicatrizcomosifueraungusanoreptandoatravésdesupiel.
EstabanbombardeándolaconlosfrascosdelabodegayLadrador,comomínimo,teníabuenapuntería.
PeroWillieapuntabaalacabeza.Unobjetivomásdifícil.Siemprefallaba.MientrasqueLadrador ledioprimeroensu rodilladesnuday luego,cuandose
diolavuelta,enelcentrodelaespalda.Sevolvió a girar y los vio cogiendo los frascos de cristal de lamantequilla de
cacahuete.Ladradorloarrojó.ElcristalsehizoañicosalospiesdeMeg,salpicándolelaspiernas.Silehubierandadoconunodeesos,lehabríanhechomuchodaño.Noteníaningúnsitioadondeir,exceptoelarroyo.Nopodíatreparalaaltaorilla
amilado,almenos,noatiempo.Asíqueesoesloquehizo.Semetióenelagua.Elarroyofluíaconvelocidadaqueldía,ysufondoestabacubiertoderocasllenas
demusgo.Laviresbalarycaercasideinmediato,mientrasotrofrascoseestrellabacontra una piedra cercana. Se levantó, jadeando y empapada hasta los hombros, ytratódecorrer.Diocuatropasosyvolvióacaer.
Willie y Ladrador aullaban y se reían tan fuerte que se olvidaron de tirarmásfrascos.
Ella se levantó, y esta vez consiguió mantener el equilibrio y se marchóchapoteandocorrienteabajo.
Cuandogiróelmeandro,laespesuralacubrió.Seacabó.Sorprendentemente,nadiemehabíavisto.Yseguíansinhacerlo.Mesentícomo
unfantasma.Los observé mientras recogían los frascos que les quedaban. Y entonces se
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alejaron,riendo,devueltaasucasa.Pudeoírlosdurantetodoelcamino,mientrassusvocesibandesvaneciéndosegradualmente.
Gilipollas,pensé.Habíacristalesportodaspartes.Yanopodíamosvadearlo.Almenos,nohastalapróximainundación.
Crucéconcuidadoalotrolado,atravesandolaroca.
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Megsetomólarevanchaelcuatrodejulio.Era al atardecer, una cálida noche que iba oscureciéndose paulatinamente, y
cientosdepersonasnosencontrábamos sentadasenelmemorialField, enfrentedelinstituto,esperandoaquecomenzaranlosfuegosartificiales.
Donny y yo estábamos sentados conmis padres (lo había invitado a cenar esanoche),yellosloestabanconsusamigoslosHenderson,quevivíanadosmanzanasdedistancia.
LosHendersonerancatólicosyno teníanhijos, loquequeríadediquealgo ibamal,aunquenadieparecíasaberexactamenteelqué.
ElseñorHendersoneracorpulentoylegustabasalir,solíavestirdetelaescocesaypana,yeraloquesellamabatodounhombre,bastantedivertido.Criababeaglesensu patio y, en ocasiones, cuando nos pasábamos por allí, nos dejaba disparar suspistolas BB. La señora Henderson era delgada, rubia, bonita y con la narizrespingona.
Donnymedijounavezquenosabíacuáleraelproblema.Élselahabríatiradoenunabrirycerrardeojos.
Desdedondeestábamos,podíamosveraWillie,Ladrador,Meg,SusanyRuthalotroladodelcampo,sentadosalladodelafamiliaMorino.
Estabaallítodalaciudad.Si podías andar, conducir o gatear, el cuatro de julio ibas a ver los fuegos
artificiales. Con la sola excepción del desfile del 30 de mayo, este era el granespectáculodelaño.
Y, pro forma, allí estaban los polis. En realidad, nadie esperaba que hubieraproblemas.Laciudadaúnseguíaeneseestadoenelquetodoelmundoconoceatodoelmundo,oconoceaalgúnotroquelohace.Salíasydejabaslapuertaabiertatodoeldía,porsialguienibaporallíytúnoestabas.
Lamayoríadelospoliseranamigosdelafamilia.MipadrelosconocíadelbarodelVFW.
Principalmente se asegurabandequenadie tirase cerezas explosivasdemasiadocercadelasmantas.Estabanallíparaverelespectáculo,igualquelosdemás.
Donny y yo estábamos escuchando al señor Henderson hablar de la nuevacarnadadesusbeagles,mientrasbebíamostéheladodeltermoynoseructábamoselunoalotroporlacarneasadaencazuela,riéndonos.Mimadresiemprepreparabalacarne asada en cazuela con unmontón de cebolla.Lo que volvía loco ami padre,pero así era como nos gustaba a los demás. A la media hora ya estábamospedorreándonos.
PorelsistemademegafoníasonabaJohnPhilipSousa.
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Sobreelinstitutobrillabaunalunacreciente.Alapálidaygrisácealuz,podíasvera losniñospequeñosmetiéndoselosunos
con los otros en medio de la multitud. La gente encendía bengalas. Detrás denosotros, todaunaristradepetardosdecincocentímetrosestallócomosifueraunaametralladora.
Decidimosirabuscarunoshelados.El camión del Buen humor estaba haciendo su agosto, con todos los niños
apelotonadosasualrededor.Pocoapoconosfuimosabriendopasosinquellegaranapisarnos.YomecompréunBrownCowyDonnyunFudgesideyvolvimosaabrirnospasoparasalir.
YentoncesvimosaMegjuntoalcamión,hablandoconelseñorJennings.Yesonosdejóhelados.PorqueelseñorJenningstambiéneraelagenteJennings.Eraunpoli.Yhabíaalgoenlaformaenlaquesecomportaba,gesticulando,acercándoseaél,
quesupimosinmediatamenteloqueleestabadiciendo.Eraaterrador,sorprendente.Nosquedamosallí,comosinoshubieransalidoraíces.Megseestabachivando.TraicionandoaRuth.TraicionandoaDonnyya todos
losdemás.Estabadeespaldasanosotros.Por un momento, la miramos, y luego, como si nos hubiéramos puesto de
acuerdo,nosmiramos.Luego nos fuimos. Comiéndonos nuestros helados. Comportándonos de forma
muynormal.Nosdetuvimosdetrásdeella,ligeramenteaunlado.ElseñorJenningsnosmiróuninstante,peroluegofijólamiradaenladirección
en la que estaban Ruth,Willie y los otros y, asintiendo, escuchando atentamente,volvióacentrarseenMeg.
Nosdedicamosplenamentealoshelados.Miramosanuestroalrededor.—Bueno,estáensuderecho,oesocreo—dijoelseñorJennings.—No—lereplicóMeg—.Noloentiende.Peronopudimosoírelresto.ElseñorJenningssonrióyseencogiódehombros.Lepusounamanazapecosaen
elhombro.—Mira—contestó—. Por lo que sé, puede que tus padres hubiesen sentido lo
mismo.¿Quiénsabe?TienesquepensarquelaseñoritaChandleresahoratumamá,¿vale?
Ellasacudiólacabeza.Yentonces,creo,sediocuentadequeestábamosallí,sediorealmentecuentapor
primera vez de que Donny y yo estábamos allí y de quiénes éramos y lo que
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podíamos significar en la conversación que estaban manteniendo. Vimos cómo lecambiabalacara.PeroMegsiguióhablando,discutiendo.
Nosmiróporencimadelhombrodeella;nosmirólargoytendido.Yentonceséllatomódelbrazo.—Demosunpaseo—ledijo.LavilanzarunamiradanerviosahaciadondeestabaRuth,peroempezabaaser
difícilver,puesyaeracasinochecerrada,y la luna, lasestrellasyalgunaqueotrabengalaocasionaleran laúnica iluminación,por loquenoerademasiadoprobablequeRuthloshubieravistojuntos.Desdedondeyoestaba,lamultitudseveíayacomounamasainformemuyparecidaalosmatorralesyloscactosdeunapradera.Sabíadóndeestabansentados,peronopodíadistinguirlos,nitampocoamispadresyalosHenderson.
Pero sabías perfectamente por qué estaba ella tan asustada. Yo también estabaasustado.Loqueestabahaciendoeraexcitanteyestabaprohibido,exactamenteigualqueelhabertratadodeverlaatravésdelasventanasdesdeelabedul.
ElseñorJenningsnosdiolaespaldayselallevóconcariño.—Mierda—susurróDonny.Oí unwhoosh. El cielo explotó. Aparecieron unas bolas blancas y brillantes y
luegosedesvanecieron.«Ooooooh»,dijolamultitud.Y en la fantasmal luz blanca de después del estallido, lomiré.Vi confusión y
preocupación.ÉlsiemprehabíasidoreacioentodoloconcernienteaMeg.Seguíasiéndolo.—¿Quévasahacer?—lepregunté.Sacudiólacabeza.—Nolavaacreer—medijo—.Novaahacernada.Lospolishablan,peronunca
hacennadaporayudarte.SeparecíaaalgoqueRuthnoshabíadichounavez.Lospolishablan,peronunca
actúan.Siguiórepitiéndolocomounartículodefemientrasvolvíamosanuestrasmantas.
Comosituvieraqueserasí.Casicomosifueraunaplegaria.
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Elcochepatrulla llegó la tardesiguientealrededorde lasocho.Viqueel señorJenningssubíalasescalerasyllamabaalapuerta,yRuthlodejabaentrar.Ymepuseaesperar,mirandoporlaventanademicuartodeestar.Habíaalgoenmiestómagoquedabavueltasymásvueltas.
Mis padres se encontraban en una fiesta de cumpleaños, en los Caballeros deColumbus,ymicanguroeraLindaCotton,dieciochoaños,pecosayparamímona,aunque no podía compararse con Meg. Ganando como ganaba setenta y cincocentavosporhora,Jeimportabauncominoloqueyohiciera,siempreycuandomeestuvieracalladitoynolamolestasemientrasveíaenlateleLasaventurasdeElleryQueen.
Lindayyohabíamos llegadoaunacuerdo.YonodiríanadasobreelhechodequevinierasunovioSteveoquelosdossepasarantodalanochebesuqueándoseenel sofá,ypodíahacer todo loqueyoquisiera, siempreycuandomeencontraseencasaacostadoantesdequemispadresvolvieran.Detodasformas,ellasabíaqueyoyaerasuficientementemayorcomoparanonecesitarcanguros.
Así que esperé hasta que el cochepatrulla se fue yme acerqué a la casa de allado.Erancasilasnuevemenoscuarto.
Se encontraban sentados en el cuarto de estar y en el comedor. Todos ellos.Estabanensilencioynadiesemovía,ymediolasensacióndequellevabanasíunbuenrato.
TodosmirabanaMeg.InclusoSusan.Teníaunasensacióndelomásextraña.Más tarde, durante los 60, me di cuenta de lo que era. Al abrir una carta del
sistemadelservicioselectivoyleerquemiestatushabíacambiadoa1A.Eraunasensacióndesuperación.Comosilasapuestasestuvieranahoramásaltas.
Mequedéenlapuerta.FueRuthquienmediolabienvenida.—Hola, David —me dijo quedamente—. Siéntate. Únete a nosotros —y,
entonces,suspiró—.Quealguienmetraigaunacerveza.Willieselevantóenelcomedoryfuehastalacocina,cogióunacervezaparaella
yotraparasímismo,lasabrióyleentregóunaasumadre.Ysevolvióasentar.Ruthencendióuncigarrillo.MiréaMeg, sentadaenuna sillaplegable frenteal apagadoojogrisde la tele.
Parecíaasustada,perodecidida.MeacordédeGaryCoopersaliendoalasilenciosacallealfinaldeSoloanteelpeligro.
—Bueno—dijoRuth—.Bueno.Lediounsorboalacervezayunacaladaalcigarrillo.
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Ladradorseremovióenelsofá.Casimedoylavueltaymevoy.YentoncesDonnyselevantóenelcomedor.SeacercóaMeg.Sequedóallí,de
pie,delantedeella.—Hastraídoaunpoliparaquevayaapormimadre—ledijo—.Apormimadre.Meglemiró.Sucarasehabíarelajadounpoco.Alfinyalcabo,eraDonny.El
reacioDonny.—Losiento—sedisculpó—.Soloqueríaasegurarmedequeno…LamanodeDonnysaliódisparadaylaabofeteóenlacara.—¡Calla!¡Cállate!Sumanoseguíadelantedeella,dispuesta,temblando.Daba la impresión de que eso era todo lo que podía hacer para no volver a
pegarle,yestavezmuchomásfuerte.Ellalomiró,angustiada.—Siéntate—ordenóRuthconsuavidad.Élnoparecióoírla.—¡Siéntate!Donny se obligó a alejarse. Su cara tenía una expresión casi militar. Volvió a
entrarenelcomedor.Ytodovolvióaquedarseensilencio.Finalmente,Ruthseinclinóhaciadelante.—Lo que quiero saber, Meggy, es en qué pensabas. ¿Qué se te pasó por la
cabeza?Megnocontestó.Ruthempezóatoser.Conesatosprofundayásperaquetenía.Yluegorecuperó
elcontrol.—Quierodecir,¿creíasqueosibanallevaraotrositiooalgoparecido?¿ASusan
yati?¿Sacarosdeaquí?»Puesbien,osaseguroqueesonovaapasar.Noosvanallevaraningunaparte,
chiquilla.Porquenoleimporta.Sileimportara,lohabríahechoallímismo,cuandolosfuegosartificiales,ynolohizo,¿verdad?
»Asíque,¿quétequeda?¿Enquépensabas?»¿Creíasqueleibaatenermiedo?Megsólosequedóallí,conlosbrazoscruzadosyunamiradadedeterminaciónen
losojos.Ruthsonrióylediounsorboasucerveza.Y,asumanera,ellatambiénparecíallenadedeterminación.—Elproblemaestá—dijo—en loquevamosahacer ahora.Ni esteniningún
otro hombre me asusta, Meggy. Si no lo sabías antes, espero que ahora sí lo
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entiendas,enserio.Perotampocopuedotenertecorriendohacialospoliscadadiezoveinteminutos.Asíquelacuestiónes,¿quéhacemosahora?
»Teenviaría a cualquier sitio si hubiera algún lugar al que llevarte.Créeme, loharía.Quemecuelguensinecesitoqueunaestúpidaputitaquearruinemireputación.YDiossabequenomepaganlosuficientecomoparaquememolesteencorregirte.¡Coño,conloquemepagan,esunmilagroquellegueapoderdartedecomer!
Suspiró.—Creo que tengo que pensar en esto—anunció. Se levantó y fue a la cocina.
Abriólanevera.—Veteatuhabitación.Tútambién,Susie.Yquedaosallí.Cogióunacervezayseechóareír.—AntesdequeaDonnyseleocurravolveraabofetearte.AbriólalatadeBudweiser.Megcogióasuhermanaporelbrazoylacondujohaciaeldormitorio.—Tú también, David—me dijo Ruth—. Será mejor que te vayas a casa. Lo
siento,peroahoratengomuchoenquepensar.—Vale.—¿QuieresunaCocauotracosaparaelcamino?Sonreí.Paraelcamino.Sieralacasadeallado.—No,daigual.—¿Quieresquetepaseunacerveza?Teníaunbrillomaliciosoenlosojos.Latensióndesapareció.Merelajé.—Esoestaríabien.Melanzóuna.Lacogí.—Gracias—ledije.—Nohacefaltaquelodigas—medijo,y,estavez,todosnosreímos,porque«no
hacefaltaquelodigas»erauncódigoentrenosotros.Era lo que siempre nos decía a los niños cuando nos dejaba hacer algo que
nuestrospadresnoqueríanquehiciéramosononosdejabanhacerencasa.Nohacefaltaquelodigas.
—Noloharé—leaseguré.Meescondílalatabajolacamisaysalí.Cuandovolví a casa,Linda estabahechaunovillo frente a la tele viendo aEd
Byrnes en los créditos iniciales de77Sunset Strip. Parecía algo amargada.SupusequeStevenoibaaveniresanoche.
—Buenasnoches—ledije,ysubíamicuarto.Mebebí lacervezaypenséenMeg.Mepreguntésidebía tratardeayudarlade
algunaforma.Meencontrabadividido.Megmeseguíaatrayendoymegustaba,peroRuth y Donny llevaban mucho más tiempo siendo amigos míos. Me pregunté si
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realmentenecesitabaayuda.Despuésdetodo,alosniñosselespegaba.Alosniñosseleszurrabatodoeltiempo.Mepreguntéadóndenosllevaríatodoesto.
«Quévamosahacerahora»,habíadichoRuth.MirélaacuareladeMegenmiparedyempecétambiénapreguntármelo.
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LoqueRuthdecidiófueque,deaquelmomentoenadelante,Megnopodríadejarnuncalacasasola.IríanconellalapropiaRuth,DonnyoWillie.Enlamayoríadelasocasiones,nopodríasalir.Porloquenuncatuvelaoportunidaddepreguntarleloquequería que hiciera, si es que quería que hiciera algo, con lo que no tenía quepreocuparmesidecidíahacerloonohacerlo.
Noestabaenmismanos.Oesopensé.Eraunalivio.Si sentí que perdía algo (la confianza deMeg, o incluso su compañía), no fui
nuncademasiado consciente de ello. Sabía que las cosas se habíanvuelto unpocorarasen lacasadeal lado,ycreoqueestababuscandodistanciarmedeelloporuntiempo,pararesolvermispropiosasuntos.
Así que, durante los siguientes días, vi a los Chandler menos de lo queacostumbraba, y eso también fue un alivio. Estuve por ahí con Tony y Kenny, yDenise,yCheryl,einclusoconEddiedevezencuando,cuandomeparecíaseguro.
La calle bullía con las noticias de lo que había sucedido. Más tarde o mástemprano, todas lasconversacionesgirabanhacia losChandler.Loque lohacía tanincreíbleeraqueMeghabíainvolucradoalapolicía.Esoeraunarevolución,loúnicoquenopodíamosaceptar.¿Tepuedesimaginarentregandoaunadulto(especialmentea un adulto que bien podría haber sido tu madre) a la poli? Era prácticamenteimpensable.
Y, aun así, rebosaba potencial. Especialmente se notaba que Eddie estabarumiando la idea. Soñando despierto sobre su padre, creo.UnEddie pensativo eraotracosaalaquenoestábamosacostumbrados.Loquesesumabaalaextrañeza.
Pero,dejandoalmargenelasuntodelospolis,todossabían(incluidoyo)que,poraquí se castigabademasiadoa lagente sin razónaparente, aunqueesonoeranadanuevo,exceptuandoelhechodequehabíapasadoencasadelosChandler,alaquetodosconsiderábamosunrefugioseguro.Eso,yqueWillieyDonnyparticipabanenello.Peroinclusoesononosparecíademasiadoraro.
Teníamoseljuegocomoprecedente.No,principalmenteerapor lospolis.Y fueEddiequien, trasun tiempo,dijo la
últimapalabra.—Bueno,esonolahalibradodelamierda,¿verdad?—dijo.Eddieelreflexivo.Pero era verdad. Y, curiosamente, en el transcurso de la semana nuestros
sentimientos se fueron volcando hacia Meg precisamente por ello. Desde laadmiraciónporelatrevimientodel«todoonada»delacto,porlasolaideadedesafiarlavoluntaddeRuthdeunaformatancompletaypública,terminamossintiendoalgodepenaporella.Detodasformas,¿cómopudosertantontacomoparacreerqueun
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poliibaaponersedelladodeunniñocontraunadulto?¿Cómopudonodarsecuentadequesoloibaaempeorarlascosas?¿Cómopudosertaningenua,tanconfiada,tanestúpidamentepatriota?
«Lapolicíaestuamiga».Yunamierda.Ningunodenosotroslohabríahecho.Noéramostantontos.
En realidad, casi podías enfadarte con ella. Era como si, al fallar con el señorJennings, nos hubiera arrojado a la cara el poco poder que realmente teníamos losniños. El ser «solo un niño» alcanzaba ahora un significado más profundo, deominosa amenaza, que quizá conocíamos durante todo este tiempo, pero en el quenunca antes habíamos tenido que pensar. Joder, podían ahogarnos en un río siquerían.Soloéramosniños.Éramosunapropiedad.Pertenecíamosanuestrospadres,encuerpoyalma.Esosignificabaqueestábamoscondenadosantecualquierpeligroque viniera del mundo de los adultos, lo que equivalía a la desesperanza, lahumillaciónylarabia.
Eracomosialfallarseasímisma,Megtambiénnoshubierafalladoanosotros.Asíquedirigimosnuestrarabiahaciaotraparte.HaciaMeg.Yotambiénlohice.Enesepardedías,tuveunlentoyradicalcambiodeideas.
Dejédepreocuparme.LediaMegtotalmentelaespalda.Queleden,pensé.Averadóndenosllevatodoesto.
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El día en el que finalmente fui y llamé a la puerta, nadie contestó, pero allíparado,enlapuerta,medicuentadedoscosas.UnafuequeSusanestaballorandoensuhabitación,tanaltoquepodíaoírselaatravésdelaventana.Laotrasucedíaabajo.Una pelea. Muebles que se deslizaban por el suelo. Voces apagadas. Gruñidos,gemidos.Elrancioolorapeligroflotabaenelaire.
Talycomosedecía,todosehabíaidoalgarete.Esrealmentesorprendentelasganasqueteníayodebajar.Bajélasescalerasdedosendosydoblélaesquina.Sabíadóndeestaban.Ruthestabaenlapuertadelrefugio,observando.Sonrióysehizoaunladopara
dejarmepasar.—Hatratadodeescapar—mecontó—.PeroWillieladetuvo.Y ahora sí que la estaban deteniendo,Willie, Donny y Ladrador, todos juntos,
sujetándola como si fuera una muñeca contra la pared de cemento, mientras lagolpeabanporturnosenelestómago.Ellayahabíapasadohacíatiempoelpuntodeprotestar.LoúnicoqueseoíaeraelwhooshquehacíaalsoltarelalientoalgolpearlaDonnyymeterlesusbrazosfuertementeapretadosenelestómago.Subocateníaunamuecadeamargura.Susojosbrillabanconférreadeterminación.
Yporunmomento,volvióaserlaheroína.Luchandoapesardetenerlotodoencontra.
Perofuesoloporunmomento.Porque,depronto,mediotravezcuentadequetodoloqueellapodíahacereraencajarlo,indefensa.Yperder.
Yrecuerdohaberpensadoalmenosnosoyyo.Yporunmomento,alpensarlo,tuverealmentepoder.
Desde entonces me he estado preguntando ¿cuándo pasó?, ¿cuándo mecorrompí?,ysigopensándoloeneldíadehoy.
Esasensacióndepoder.No se me ocurrió pensar que solo era un poder que Ruth me daba, y,
posiblemente, solo de forma temporal. En ese momento, era suficientemente real.Mientrasmiraba,ladistanciaquenosseparabaaMegyamísehizorepentinamenteenorme,infranqueable.Noesquehubiesendesaparecidomissimpatíasporella.Pero,porprimeravez, lavi esencialmentedistintademí.Ella eravulnerable.Yono.Miposición allí era privilegiada. La suya era lo más baja posible. Puede que fuerainevitable. Recordé que me había preguntado por qué la odiaban, y yo no la creíentonces,no tuveninguna respuestaqueofrecerle.¿Mehabíaperdidoalgo?¿Teníaella algún defecto que yo no había visto y que había provocado todo esto? Porprimeravez,creíquesepararaMegdenosotrospodíaestarjustificado.
Queríapensarqueestabajustificado.
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Ahoralodigoprofundamenteavergonzado.Porqueahoramedalaimpresióndequegranpartedetodoestoeraestrictamente
personal,partedelanaturalezadelmundotalycomoyoloveía.Hetratadodepensarque todo fue culpa de la guerra existente entre mis padres, de la fría calma quedesarrolléalestarsiempreenelcentrodesushuracanes.Pero,enrealidad,yanocreoeso.Dudoquelocreyeratotalmentealgunavez.Mispadresmequerían,muchomásdeloqueyomerecíaenrealidad,totalmentealmargendeloquesentíanelunoporelotro.Yyolosabía.Paracasitodoelmundo,esesimplehechohubiesesidosuficienteparaeliminarcualquieratractivoqueaquellasituaciónhubierapodidotener.
No.Laverdadesque fuiyo.Quehabíaestadoesperando todoese tiempoparaque pasara aquello o algo parecido. Fue como si un oscuro ser elemental seencontraraamiespalda,alimentándoseatravésdemí,liberándoseyconvirtiéndoseenmí, un salvaje y oscuro viento propio surgiendo en aquel bonito y brillante díasoleado.
Ymepregunté,¿aquiénodio?¿Aquiényaquétemo?Enelsótano,conRuth,comencéaaprenderque lafuria,elodio,elmiedoy la
soledadnosonsinounúnicobotónqueesperaeltoquedeunúnicodedoparasurgirradiantesenbuscadedestrucción.
Yloaprendíporqueteníanelsabordelavictoria.
VicómoWillieretrocedía.Porunavez,noparecíatorpe.Suhombrolagolpeódellenoenelestómago,ylalevantódelsuelo.
Supongo que su única esperanza consistía en que uno de ellos fallara y seestampaselacabezacontralapared.Peroningunoibaahacerlo.Estabaempezandoacansarse.Nohabíasitioenelquemaniobrar,ningúnsitioalqueir.Nadaquehacerexceptoseguirrecibiendohastacaerse.Yesopasaríapronto.
Ladradorconsiguiópegarunbuengolpe.Ellatuvoquedoblarlasrodillasparanorecibirloenlaentrepierna.
—¡Llora, maldita! —chilló Willie. Estaba jadeando, como los demás. Se giróhaciamí—.Novaallorar—medijo.
—Noleimporta—añadióLadrador.—Llorará—afirmóWillie—.Laobligaré.—Tienedemasiadoorgullo—dijoRuthamisespaldas—.Elorgulloprecedeala
caída.Debéisrecordarlo.Elorgullotehacecaer.Donnylagolpeóconlacabeza.Sujuegoeraelfútbolamericano.Ellasegolpeólacabezacontralapared.Sele
abrieronlosbrazos.Selepusieronlosojosvidriosos.Sedeslizóunoscentímetrosparedabajo.Yentoncessedetuvoysequedóallí.Ruthsuspiró.
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—Yaes suficienteporahora,chicos—declaró—.Novaisahacerla llorar.Estavezno.
Lacogiódelbrazoytiródeella.—Vamos.Eraevidentequeaúnnohabíanacabado.PeroRuthparecíaaburridayconganas
determinar.Entonces,Williemurmuróalgosobreputasestúpidasy,unoporuno,desfilarona
nuestrolado.Fuielúltimoensalir.Eradifícilapartarlamirada.Queaquellopudierapasar…Laobservémientrasresbalabaporlaparedhastadesplomarseenelfríosuelode
cemento.Nisiquieraestoysegurodequellegaseadarsecuentadequeyoestabaallí.—Vámonos—medijoRuth.Cerrólapuertademetalamisespaldasyechólallave.Dejaron a Meg allí, en la oscuridad. Tras la puerta, en un almacén de carne.
SubimosycogimosunasCocas.Ruthsacóquesocheddarygalletitas.Nossentamosalrededordelamesadelcomedor.
Aúnpodía oír a Susan llorando en su cuarto, aunque ahoramás débilmente.YentoncesWillieselevantóyencendiólatele,yempezóVerdadoConsecuenciasyyanoselapudooír.
Lovimosduranteunrato.Ruthteníadelante,enlamesa,unarevistafemeninaabierta.FumabaunTareyton,
mientrashojeabalarevistaybebíadesubotelladeCoca-Cola.Llegóaunafoto(unanunciodepintalabios)ysedetuvo.—Nosoportoverla—nosconfesó—.Lamujeresdelomásvulgar.¿Loveis?Nosmostrólarevista.Willielamiró,seencogiódehombrosymordisqueóunagalletita.Peroyocreía
queaquellamujererabonita.MásomenosdelaedaddeRuth,puedequeunpocomásjoven,perobonita.
Ruthsacudiólacabeza.—Laveoportodaspartes—nosdijo—.Lojuro.Portodaspartes.SellamaSuzy
Parker.Unagranmodelo.Y,simplemente,noveoporqué.Unapelirroja.Puedequeseaeso.A loshombres lesgustan laspelirrojas.Pero,quédemonios,Meg tambiéntieneelpelorojo.YelpelodeMegesmuchomásbonitoqueeste,¿nocreéis?
Volvíamirarlafoto.Estuvedeacuerdoconella.—Realmente, no lo pillo—repitió, frunciendo el ceño—.Meg es, sin lugar a
dudas,muchomásbonitaqueesta.Muchísimomásbonita.—Claroqueloes—dijoDonny.
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—Elmundoestáloco—afirmóRuth—.Realmente,notieneningúnsentido.Cortóunpocodequesoylopusosobreunagalletita.
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—Pídeleatumadrequetedejedormirestanocheenmicasa—medijoDonny—.Hayalgoquequierocontarte.
EstábamosenelpuentedeMaple,tirandopiedrasalagua.Elarroyofluíalimpioylentamente.
—¿Yporquénomelodicesahora?—Pornadaenespecial.Peronomedijoloquepensaba.Noséporquémeresistíaalaideadedormirensucasa.Puedequeporquesabía
que así, de algún modo, me involucraba más en sus asuntos. O puede que,simplemente, sabía lo que iba a decirmimadre; ahora había niñas en casa de losChandler,yelqueestuvieseallíyanoleparecíacorrecto.
Siellasupiera,pensé.—Willietambiénquierehablarcontigo—meconfesó.—¿Willie?—Sí.Mereí.Willieteníaalgoenlacabezaquemerecíalapenadecir.Enrealidad,eraintrigante.—Bien,pues,enesecaso,notengomásremedioqueir,¿verdad?—dije.Donnytambiénserio,yconsiguióqueunadelasgrandesdieratressaltosatravés
delosrayosdelsol.
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Amimadrenolehizogracia.—Nomeparecebien—medijo.—Mamá,heidoadormirallísiempre.—No,últimamentenolohashecho.—¿QuieresdecirdesdequellegaronMegySusan?—Exacto.—Mira.Nopasanada.Esigualqueantes.LoschicosestánenlasliterasyMegy
SusanenelcuartodeRuth.—EnelcuartodelaseñoraChandler.—Vale.EnelcuartodelaseñoraChandler.—¿YdóndeduermelaseñoraChandler?—Enelsofá.Elqueestáenelcuartodeestar.¿Cuáleselproblema?—Yasabescuáleselproblema.—No,nolosé.—Sí,losabes.—No,nolosé.—¿Qué?—preguntómipadre,almismotiempoqueentrabaenlacocinadesdeel
cuartodeestar—.¿Cuálesesegranproblema?—Quierevolveradormirallí—ledijomimadre.Estabapelandojudíasverdesen
uncuenco.—¿Dónde?¿Allí?—Sí.—Puesdéjalo—sesentóantelamesadelacocinayabrióelperiódico.—Robert,ahorahaydosniñasallí.—¿Yqué?Ellasuspiró.—Porfavor—pidió—.Porfavor,Robert,noseastanobtuso.—Obtuso,yunamierda—replicómipadre—.Déjalo.¿Haycafé?—Sí—dijoella.Volvióasuspirarysesecólasmanoseneldelantal.Me levanté, llegué a la cafetera antes que ella, y encendí el fuego.Memiró y
volvióalasjudías.—Gracias,papá—ledije.—Yonohedichoquepuedasir—meseñalómimadre.Sonreí.—Tampocohasdichoquenopueda.Miróamipadreysacudiólacabeza.—Malditasea,Robert—dijo.
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—Lehemoscontadolodeljuego—dijoDonny.—¿Aquién?—ARuth.Mimadre.¿Aquiénsino,cerebrodemosquito?Donny se encontraba solo en la cocina cuando yo llegué, preparándose un
sándwichdemantequilladecacahueteque,supuse,seríasucenaparaestanoche.Enlabasurahabíapegotesdemantequilladecacahueteydemermeladadeuva,
entre migas de pan. Sólo por diversión, conté los cubiertos del cajón. Seguíahabiendosolocinco.
—¿Selohabéiscontado?Élasintió.—LohizoLadrador.Lediounmordiscoalsándwichysesentóenlamesadelcomedor.Yomesenté
enfrente.Lamesateníaunaquemaduradecigarrillodemediocentímetroqueyonohabíavistoantes.
—Jesús.¿Yquédijo?—Nada.Esoesloraro.Fuecomosiyalosupiera,¿sabes?—¿Comosiyalosupiera?¿Supieraelqué?—Todo. Como si no hubiera de qué preocuparse. Como si ya se hubiera
imaginadoloquehacíamos.Comosilohicierantodoslosniños.—Meestástomandoelpelo.—No.Lojuro.—Yunamierda.—Comotedigo.Todoloquequisosaberfuequiénestabaconnosotros,asíque
selodije.—¿Selodijiste?¿Yo?¿Eddie?¿Todos?—Comoyatehedicho,noleimportó.Eh.¿Teimportaríanoponertehistéricopor
esto,Davy?Noleimportó.—¿Denise?¿TambiénlecontastelodeDenise?—Sí.Todo.—¿Ledijistequeestabadesnuda?No podía creerlo. Siempre había pensado queWillie era el estúpido. Lo miré
mientrassecomíaelsándwich.Mesonrióysacudiólacabeza.—Yatelohedicho.Notienesnadadequepreocuparte—metranquilizó.—Donny.—Enserio.—Donny.—Sí,Davy.
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—¿Tehasvueltoloco?—No,Davy.—¿Te has dado cuenta, aunque sea por un maldito segundo, lo que podría
pasarmesi…?—PoramordeDios,nova apasartenada. ¿Quieresdejardeportarte comoun
malditollorica?Esmimadre,poramordeDios.¿Lorecuerdas?—Oh, eso hace queme sientamejor.Tumadre sabe que nos dedicamos a atar
niñitasdesnudasalosárboles.Genial.Suspiró.—David,sihubiesesabidoque te ibasacomportarcomounmaldito imbécilal
enterarte,notelohabríacontado.—¿Yosoyelimbécil?—Sí.—Yasehabíacabreado.Semetióenlabocalaúltimaporciónpegajosade
susándwich.Selevantó.—Mira,bobo.¿Quécreesqueestápasandoahoramismoenelrefugio?¿Eneste
mismomomento?Lemiré.¿Cómoibaasaberlo?¿Aquiénleimportaba?Y,depronto,medicuenta.Megestabaallí.—No—ledije.—Sí—dijoél.SeacercóalaneveraenbuscadeunaCoca.—Yunamierda.Élserio.—¿Quieresdejardedecireso?Vale,nomecreas.Veaecharunvistazo.Joder,si
yosolohesubidoporunsándwich.Bajécorriendo.Pudeoírcómosereíaamisespaldas.Fueraempezabaaanochecer,por loquehabíanencendido las lucesdel sótano,
unas bombillas al aire sobre la lavadora-secadora, bajo las escaleras y sobre lacaldera,enlaesquina.
WillieestabadepiedetrásdeRuth,delantedelapuertadelrefugio.Losdosteníanlinternasenlamano.Ruthencendiólasuyayladirigióhaciamícomosifueraunpolienunretén.—Davyestáaquí—anunció.Williemeechóunvistazo.Aquiéncoñoleimporta.Teníalabocaabierta.Lasentíseca.Mehumedecíloslabios.SaludéaRuthconla
cabezaymiréalotroladodelaesquinadesdelaentrada.Y, al principio, fue difícil de captar; quizá porque estaba fuera de contexto, y
puede que porque se trataba de Meg, y, definitivamente, porque Ruth estaba allí.Parecíaunsueño,ocomosifueraalgúnjuegodeHalloween,cuandotodoelmundosedisfrazaynopuedesreconoceranadieapesardequesabesperfectamentequiénes
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son.Y,entonces,Donnybajólasescalerasymediounapalmadaenelhombro.MeofreciólaCoca.
—¿Ves?—medijo—.Telodije.Lovi.Habían colgado garfios de diez peniques y los habían puesto en las vigas que
WillieSr.habíacolocadoportodoeltecho;dosgarfios,separadosporunostrespies.Habían cortado dos tiras de tela, con las que ataron las muñecas de Meg, y
pasaronunade las tirasporcadagarfioy lasbajaronhasta laspatasde lamesadetrabajo,yluegolashabíanatadoallíabajoenlugardearriba,enlosgarfios,paraasípoder ajustarías, ponerlas más tirantes, tirando de ellas y volviéndolas a atar másfuerte.
Megseencontrabadepiesobreunapiladelibros:tresgruesosvolúmenesrojosdelaWorldBookEncyclopedia.
Lahabíanamordazadoylehabíantapadolosojos.Estabadescalza.Suspantalonescortosysublusademangacortaestabansucios.
Enelespacioquequedabaentreambos,alencontrarsetanestirada,seleveíalatripa.Megteníaelombligohaciadentro.Ladradoribadeunladoparaotroiluminandotodosucuerpoconelhazdeluzde
sulinterna.Teníaunaheridaenelpómuloizquierdo.Susanestabasentadasobreunacajadeverdurasenlatadas,observando.Usabaun
lazoazulcomodiademapararecogerseelpelo.Pudeverque,enlaesquina,habíaunapiladesábanasyuncolchóndeaire.Medi
cuentadequeMeghabíaestadodurmiendoallí.Mepreguntédesdecuándo.—Yaestamostodos—anuncióRuth.Una pálida luz ámbar iluminaba el resto del sótano, pero allí la iluminación la
aportabasobretodoelhazdeluzdeLadrador,ylassombrassemovíanerráticamentecuando él lo hacía, provocando que las cosas parecieran extrañas, fluidas yfantasmales.Dabalaimpresióndequeelalambredelaúnicayaltaventanaavanzabayretrocedíasutilmenteunospocoscentímetros.Losdospostesdemaderadecuatroporcuatroquesosteníaneltechosedeslizabanporlahabitaciónenángulosextraños.Elhacha,elpico,lapalanquetaylapalaqueseencontrabanenlaesquinaopuestaala cama deMeg parecían cambiar de posición los unos con los otros, creciendo yencogiéndoseantetusojos,cambiandodeforma.
Elcaídoextintorrodabaporelsuelo.PeroeralasombradeMeglaquedominabalahabitación,lacabezahaciaatrás,
los brazosmuy abiertos, temblando.Era una imagen sacada directamente de todosnuestros cómics de terror; deEl gato negro, con Lugosi y Karloff; deMonstruosfamosos delmundo del cine, de todas las novelas históricas baratas que se habían
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escritosobrelaInquisición.Muchasdelascualesmeimaginoquecoleccionábamos.Erafácilimaginarselaluzdelasantorchas,instrumentosextrañosyprocesiones,
braserosllenosdecarbonesardientes.Merecorrióunescalofrío.Noporelfrío,sinoporelpotencial.—Eljuegoconsisteenquenoslotienequecontar—explicóLadrador.—Vale.¿Contarnoselqué?—preguntóRuth.—Cualquiercosa.Algosecreto.Ruthasintió,sonriendo.—Suenabien.Soloque,¿cómovaahacerlo,conlamordaza?—No queremos que nos lo diga desde el principio,mamá—dijoWillie—.De
todasformas,siempresabescuándolovanahacer.—¿Estásseguro?¿Quieresdecirnosalgo,Meggy?—lepreguntóRuth.—¿Estáslista?—Noloestá—insistióLadrador.Peronoteníaquehabersepreocupado.Megno
dijonipío.—¿Yahoraqué?—preguntóRuth.Willieseincorporódesdelapuertaenlaquehabíaestadoreclinadoyentróenla
habitación.—Ahoraquitamosunlibro—afirmó.Seinclinó,sacóeldeenmedioydiounpasoatrás.Lascuerdasestabanahoramástirantes.TantoWilliecomoLadradorteníansuslinternasencendidas.LadeRuthseguíaen
sucostado,apagada.Pude ver un enrojecimiento en lasmuñecas deMeg debido a la presión de las
cuerdas.Suespaldasearqueabaligeramente.Lacamisademangacortase lesubiómásaún.Soloeracapazdepermanecerdepieconlospiesfirmementeasentadosenlos dos libros que quedaban, y ya empezaba a notarse la tensión en susmuslos ypantorrillas.Sepusounmomentodepuntillasparaliberarlapresióndesusmuñecasyvolvióaapoyarlospies.
Willieapagósulinterna.Asídabamásmiedo.Megquedóallícolgada,balanceándoseligeramente.—Confiesa—ledijoLadrador.Yseechóareír—.No.Nolohagas—añadió.—Quitaotrolibro—sugirióDonny.MiréaSusanparavercómoestabaaceptandotodoesto.Seguíasentadaconlas
manosenlafaldadesuvestido,conunacaramuyseria,ymirabafijamenteaMeg,peronohabíaformadeinterpretarloqueestabapensandoosintiendo.
Willieseagachóyquitóellibro.Ellayaestabacasidepuntillas.Seguíasindecirnipío.
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Teníalosmúsculosdelaspiernasmuymarcadoscontralapiel.—Veamoscuántoaguantaasí—sugirióDonny—.Dentrodeunratolevaadoler.—No—protestóLadrador—.Aúnesdemasiado fácil.Quitemoselúltimo.Que
tengaqueponersedepuntillas.—Quieromirarladuranteunrato.Verquépasa.Peroelcasoesquenopasabanada.Megparecíadecididaasuperaraquello.Yera
fuerte.—¿Noqueréisdarleunaoportunidadparaqueconfiese?¿Noeraesalaidea?—
preguntóRuth.—No —contestó Ladrador—. Aún es demasiado pronto. Vamos. Esto no me
gusta.Quitaelotrolibro,Will.Willielohizo.Y,entonces,Meghizoalgúntipodesonidotraslamordaza,solo
unavez,unaespeciedepequeñogemidoahogado,comosi,derepente, leresultasemásdifícilrespirar.Selesubiólablusajustohastadebajodesuspechosypudevercómo la tripa le subía y le bajaba contra las costillas siguiendoun laborioso ritmoirregular. Se le fue unmomento la cabeza hacia atrás, y luego volvió a irse haciadelante.
Suequilibrioeraprecario.Empezóatambalearse.Seleenrojeciólacara.Susmúsculostemblabanporlatensión.Laobservamosensilencio.Erapreciosa.Amedidaqueseincrementabalatensión,empezóaemitiresossonidosguturales
que acompañaban a su respiración con mayor frecuencia. No podía evitarlo. Suspiernasempezaronatemblar.Primerolaspantorrillas,despuéslosmuslos.
Se formó una fina película de sudor sobre sus costillas, brillante sobre suscaderas.
—Deberíamosdesnudarla—sugirióDonny.Laspalabrasflotaronporuninstante,suspendidasenelaireigualqueMeg,ycon
unequilibrioigualdeprecario.Derepente,erayoelquesesentíamareado.—Sí—convinoLadrador.Meg lohabíaoído.Negó con la cabeza.Allí había indignación, rabiaymiedo.
Traslamordaza,nosllegaronsonidos.«No.No.No».—Cierraelpico—dijoWillie.Ella trató de saltar, tirando de las cuerdas, de quitárselas con las uñas,
retorciéndolas.Perotodoloqueconsiguiófuehacersedaño,hiriéndoselasmuñecas.Noparecíaqueleimportara.Noibaadejarqueocurriera.Siguióintentándolo.«No.No».
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Willieseleacercóylagolpeóenlacabezaconellibro.Ellacayóhaciaatrás,atontada.MiréaSusan.Seguíateniendolasmanosjuntasenelregazo,peroahorateníalos
nudillosblancos.Mirabadirectamentea suhermana,noanosotros.Semordía confuerzaellabioinferior.
Nopudemirarla.Meaclarélagargantaymesalióalgoparecidoaunavoz.—Oíd,eh…,chicos…escuchad,nocreoque…Ladradorsemeenfrentó.—¡Tenemos permiso! —chilló—. ¡Lo tenemos! ¡Quitémosle la ropa!
¡Desnudémosla!MiramosaRuth.Seencontrabaapoyadaenelmarcodelapuerta,conlosbrazoscruzadossobreel
estómago.Parecíaalgotensa,comosiestuvieseenfadada,opensandoenalgodifícil.Tenía
loslabiosfuertementeapretados,formandounacaracterísticayfinalínearecta.NodejabademiraraMeg.Y,porfin,seencogiódehombros.—Eseljuego,¿no?Encomparaciónconel restode lacasa, e inclusoconel sótano, allíhacía frío,
pero,depronto, fuecomosidejaradehacerlo.Ensu lugar,en lahabitaciónsurgióunacercaníacreciente,lasensacióndequelascosasseibanllenandodeunacercaníacadavezmayor,deuncaloreléctricoque,lentamente,parecíaemanardecadaunodenosotros,llenandoycargandoelambiente,rodeándonos,aislándonos,y,alavez,dealgunaforma,uniéndonostambiénatodos.PodíasverloenlaformaenlaqueWilliese inclinabahaciadelante,conelWorldBook en lasmanos.En la formaen laqueLadrador se acercó más, el haz de luz de su linterna menos errático ahora, en elmismo lugar, bañando la cara deMeg, sus piernas, su estómago. Pude sentirlo enDonnyyRuthamilado,fluyendoenmí,sobremíyatravésdemícomoundulceveneno,unsilenciosoconocimientocompartido.
Íbamosahacerlo.Íbamosahacerlo.Ruthencendióuncigarrilloytirólacolillaalsuelo.—Adelante—nosanimó.Elhumodesucigarrillollenóelrefugio.—¿Quiénvaahacerlo?—preguntóLadrador.—Yo—afirmóDonny.Pasó a mi lado. Tanto Ladrador como Willie le iluminaban ahora con sus
linternas. Pude ver que Donny rebuscaba en su bolsillo y sacaba la navaja quesiemprellevabaconsigo.SevolvióhaciaRuth.
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—¿Teimportalaropa,mamá?—lepreguntó.Ellalemiró.—Notengoquehacerlesnadaalospantalones—continuódiciendo—.Pero…Teníarazón.Laúnicaformaenlaquepodíaquitarlelablusaeraarrancándoselao
cortándola.—No—respondióRuth—.Nomeimporta.—Vamosaverquétiene—dijoWillie.Ladradorserio.DonnyseaproximóaMeg,desnudandolahoja.—Nointentesnada—leadvirtió—.Noquierohacertedaño.Perosiintentasalgo
tendremosquevolverapegarte.¿Ves?Esestúpido.Le desabrochó la blusa con cuidado, separándosela del cuerpo como si se
avergonzara de tocarla. Se había ruborizado. Sus dedos se movían con torpeza.Temblaba.
Ellaempezóadebatirse,peroentonces,creo,selopensómejor.Desabrochada, la blusa colgaba de su cuerpo, informe. Pude ver que llevaba
debajounsujetadorblancodealgodón.Poralgúnmotivo,esomesorprendió.Ruthnuncallevabasujetador.CreoquehabíaasumidoqueMegtampocolollevaba.
Donnyseacercóconlanavajaycortólamangaizquierdahastaelcuello.Tuvoqueserrarlascosturas.Peromanteníalahojaafilada.Lablusacayódetrásdeella.
Megempezóallorar.Él semovióhaciaelotro ladoycortó lamangaderechade lamismaforma.Y
entoncesrasgólascosturas,conunrápidosonidodedesgarro.Ydiounpasoatrás.—Lospantalones—señalóWillie.Podías oírla llorar suavemente, tratando de decir algo a través de la mordaza.
«No.Porfavor».—Nodespatadas—advirtióDonny.Los pantalones tenían la cremallera en el lateral. Los desabrochó y los deslizó
hacia abajo por sus caderas, subiendo las delicadas braguitas blancas mientras lohacía, y luego los dejó caer sobre sus piernas hasta el suelo. Losmúsculos de laspiernassecontrajeronyempezaronatemblar.
Diounpasoatrás,alejándosedeella,ylamiró.Lohicimostodos.Supongo que ya habíamos visto aMeg con tan poca ropa.Tenía un bikini. Lo
teníantodasaquelaño.Inclusolasmáspequeñas.Ylahabíamosvistoconél.Pero esto era distinto. Un sujetador y unas braguitas eran algo privado, y se
suponíaquesolopodíanverlootraschicas,ylasúnicaschicasdelahabitacióneranRuth y Susan.YRuth lo permitía.Nos animaba a hacerlo. La idea era demasiadointensacomoparapensarenellademasiadotiempo.
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Por otro lado, allí estaba Meg, justo enfrente. Delante de nuestros ojos. Lossentidosahogarontodopensamiento,todaconsideración.
—¿Vasaconfesar,Meggy?—lavozdeRutheramuysuave.Elladijoquesíconlacabeza.Unsíentusiasta.
—No,nolohará—dijoWillie—.Nihablar.—Unapelículadesudorgrasientolebajódesdeelnacimientodelpeloporlafrente.Selosecó.
Todosestábamossudando.Megmásquenadie.Lebrillabangotasenlossobacos,enelpecho,enlatripa.
—Quítale lo que queda—continuóWillie—. Entonces, puede que le dejemosconfesar.
Ladradorsoltóunarisita.—Justodespuésdequeledejemoshacerelhootchie-koo.Donnydiounpasohaciadelante.Lecortóeltirantederechodelsujetador,luego
el izquierdo.LospechosdeMegsedeslizaron ligeramentehacia fuera, tratandodesalirsedelascopas.
Pudohaberlo desabrochadopor detrás, pero, en vezde eso, se pusodelante deella.Colocó lacuchillabajo ladelgada tirablancaqueunía lascopasycomenzóaserrar.
Megsollozaba.Teníaquedolerlellorardeaquelmodo,puescadavezquesucuerposemovíalas
cuerdastirabandeella.Lanavajaestabaafilada,perotardóunrato.Yentonceshubounpequeñopopyel
sujetadorcayóalsuelo.Suspechosquedaronaldesnudo.Eran más blancos que el resto de su piel, pálidos, perfectos y encantadores.
Temblaban con sus sollozos. Los pezones eran de un marrón rosado y (para mí)sorprendentemente largos, casi planos en la punta. Pequeñas plataformas de carne.Unaformaquenuncaanteshabíavistoyquedeseétocardeinmediato.
Meadentrémásenlahabitación.Ruthquedabaahoratotalmenteamisespaldas.Pudeoírmipropiarespiración.Donnysearrodillódelantedeellaylevantólasmanos.Porunmomento,parecía
quelaestuvieseadorando.Y entonces sus dedos se cerraron sobre sus braguitas y se las bajaron por las
caderas,porsuspiernas.Setomósutiempo.Yentonceshubootraconmoción.ElpelodeMeg.Una pequeña mata de un suave rubio anaranjado en la que brillaban gotas de
sudor.Vipequeñaspecasenlapartesuperiordesusmuslos.Vielpequeñoplieguedecarnemedioescondidoentresuspiernas.Laestudié.Suspechos.¿Cómoseríatocarlos?
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Sucarnemeparecíaalgoinimaginable.Elpelodesuentrepierna.Sabíaqueseríasuave. Más suave que el mío. Quería tocarlo. Su cuerpo debía de estar caliente.Temblabasincontrol.
Sutripa,susmuslos,suculofirmeypálido.Lamareadelsexoseabrióenmí,engordando.Lahabitaciónolíaasexo.Sentíunpesoduroentremispiernas.Meacerquémás,fascinado.Paséalladode
Susan.Vi lacaradeLadrador,pálidayexangüemientrasobservaba.Vi losojosdeWillieclavadosenesamatadeabajo.
Meghabíadejadodellorar.DonnysearrodillódebajodeMeg,mirandohaciaarriba.—Confiesa—lainstó.Ellaempezóasufrirespasmos.Yopodíaolersusudor.Ellaasintió.Teníaqueasentir.Estabarindiéndose.—Sueltalascuerdas—ledijoaWillie.Willie fuea lamesaydesató las cuerdas,dejóquecorrieraun trozodecuerda
hasta que ella pudo apoyar los pies en el desnudo suelo de cemento, y entoncesvolvióaatarlas.
Sucabezacayóhaciadelanteconalivio.Donny se levantó y le quitó la mordaza. Me di cuenta de que era el pañuelo
amarillodeRuth.Ella abrió la bocay él le sacó el trapohechounguiñapoque lehabían metido dentro. Tiró el trapo al suelo y se metió el pañuelo en el bolsillotrasero de sus vaqueros. Una de las esquinas quedó colgando. Por un instante, separecióaungranjero.
—¿Podrías…?Losbrazos—pidióella—.Loshombros…meduele.—No—replicóDonny—.Yaestá.Estoestodoloquevasatener.—Confiesa—dijoLadrador.—Dinos cómo juegas contigo misma—dijoWillie—. Seguro que te metes el
dedo,¿no?—No,quenoshabledelasifi.—Ladradorseechóareír.—Eso,laspurgaciones—dijoWillie,sonriendo.—Llora—ledijoLadrador.—Yalohehecho—señalóMeg.Yeraevidentequevolvíaateneralgodeaquella
duraactituddesafiante,ahoraqueyanoledolíatanto.Ladradorselimitóaencogersedehombros.—Puesvuelveahacerlo—dijo.Megnodijonada.
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Medicuentadequesuspezonessehabíansuavizado,unrosatiernoybrillante,conaspectosedoso.
¡Dios!Erapreciosa.Fuecomosimeleyeraelpensamiento.—¿EstáDavidaquí?—preguntó.WillieyDonnymemiraron.Nopudecontestar.—Estáaquí—respondióWillie.—David—dijoella.Perosupongoquenopudoterminar.Aunquenonecesitaba
hacerlo.Yalosabíaporlaformaenquelodijo.Noqueríaqueyoestuvieraallí.También sabía por qué. Y saber el porqué me avergonzaba exactamente del
mismomodocomoellamehabíaavergonzadoantes.Peronopodíairme.Losotrosestaban allí. Además, no quería hacerlo. Quería mirar. Necesitaba mirar. Lavergüenzaseenfrentóaldeseoyseretiró.
—¿YSusan?—Sí.Ellatambién—contestóDonny.—¡Oh,Dios!—Queleden—interrumpióLadrador—.¿AquiénleimportaSusan?¿Dóndeestá
laconfesión?Meghablóconunavozmuytranquilayadulta.—Lodelaconfesiónesunatontería—afirmó—.Nohayconfesión.Esonosdejóhelados.—Podemosvolveraatarte—leadvirtióWillie.—Yalosé.—Podemosazotarte—añadióLadrador.Megsacudiólacabeza.—Porfavor.Dejadmesola,nadamás.Dejadmeenpaz.Nohayconfesión.Yelcasoesquenadieseesperabaesto.Porunmomento,nosquedamos todosallí,esperandoaquealguiendijeraalgo,
algo que pudiera convencerla para jugar al juego tal y como se suponía que debíajugarse. U obligarla. O puede que para queWillie volviera a colgarla tal y comohabíadicho.Cualquiercosaquehicieraquetodosiguieraadelante.
Pero, en esos pocos segundos, algo había desaparecido. Para que volviera,deberíamos empezar otra vez desde el principio. Creo que todos lo sabíamos. Esasudorosa y fuerte sensación de peligro había desaparecido de repente. Habíadesaparecidoencuantoellaempezóahablar.
Esaeralaclave.Al hablar, volvió a serMeg.Nouna hermosa víctimadesnuda, sinoMeg.Una
persona con ideas, una voz para expresar sus ideas, y puede que incluso derechos
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propios.Quitarlelamordazafueunerror.Todo esto nos dejó amargados, furiosos y frustrados.Por lo quepermanecimos
allí.FueRuthquienrompióelsilencio.—Podemoshacerlo—dijo.—¿Hacerqué?—preguntóWillie.—Lo que dice. Dejarla sola. Dejar que piense en esto durante un tiempo.Me
parecebien.Pensamosenello.—Sí—dijoLadrador—.Dejarlasola.Enlaoscuridad.Allícolgada:Esasíqueeraunaforma,pensé,devolveraempezar.Willieseencogiódehombros.DonnymiróaMeg.Medicuentadequenoqueríairse.Lamirófijamente.Levantólamano.Lentamente,llenodedudas,laacercóasuspechos.Y,depronto,fuecomosiyoformasepartedeél.Pudesentirmipropiamanoallí,
conmisdedoscasitocándola.Casipodíasentirelresbaladizosudordesupiel.—Ah-ah—dijoRuth—.No.Donnylamiró.Ysedetuvo.Aescasoscentímetrosdesuspechos.Toméaliento.—No toques a esa chica—dijoRuth—.Noquiero queningunodevosotros la
toque.Dejócaerlamano.—Unachicacomoella—nosexplicóRuth—,nisiquieraestálimpia.Mantened
lasmanoslejosdeella.¿Mehabéisoído?Lahabíamosoído.—Sí,mamá—contestóDonny.Ruthsegiróparairse.Tirólacolillaalsuelo,laaplastóynoshizoungestoconla
mano.—Vamos—dijo—.Pero,primero,serámejorquevolváisaamordazarla.MiréaDonny,quemirabaeltrapoqueestabaenelsuelo.—Estásucio—dijo.—Notansucio—replicóRuth—.Noquieroquesepasetodalanochechillando.
Pónselo.YsevolvióhaciaMeg.—Quiero que pienses en una cosa, niña—le aconsejó—.Bueno, realmente en
dos.Primero, quepudo ser tuhermanita la que estuviese colgando allí, y no tú.Ysegundo,queséalgunasdelascosasmalasquehashecho.Ytengointerésenoírlas.Porloquepuedequeestaconfesiónnoseaunjuegodeniñosdespuésdetodo.Puede
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decírmelounadevosotrasopuededecírmelolaotra.Piensaenello—concluyó,ysediolavueltaysefue.
Oímoscómosubíalasescaleras.Donnylaamordazó.Podíahaberlatocado,peronolohizo.FuecomosiRuth siguieraen lahabitación,observando.Unapresenciaqueera
mucho más que el olor de su cigarrillo que seguía en el aire, pero igual deinsustancial.ComosiRuthfueraunfantasmaquenosperseguía,asushijosyamí.Quenosperseguiríaparasiempresiladesafiábamosolaperseguíamos.
Y creo que fue entonces cuando me di cuenta de la afilada cuchilla que seescondíadetrásdesupermiso.
ElespectáculoeradeRuthysolodeRuth.Eljuegonoexistía.Y, al reconocerlo, fuimos todos, y no soloMeg, los que nos encontramos allí
colgados,totalmentedesnudos.
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Enlacama,laquenosperseguíaeraMeg.Nopudimosdormirnos.El tiempo pasaría totalmente en silencio en la cálida oscuridad, y, entonces,
alguien diría algo, sobre el aspecto que ella había tenido cuando Willie quitó elúltimo libro,o loque se sentiría al estar tanto tiempodepie con lasmanos atadassobre lacabeza,sidolería,o loquesesentíaalpoderhabervistoporfinelcuerpodesnudodeunachica,yhablaríamosdeellohastaque,tiempodespués,volveríamosaquedarnosensilencio,rumiandocadaunosuspropiospensamientosysueños.
Perosolohabíaunacosaennuestrossueños.Meg.Megtalycomoladejamos.Y,alfinal,tuvimosquevolveraverla.TanprontocomoDonnylosugirió,vimoslosriesgosquetenía.Ruthnoshabía
dicho que la dejáramos sola. La casa era pequeña y el sonido se propagaba confacilidad,yRuthdormíaapenasaunapuertadedistancia,enlahabitacióndeSusan(¿estaría Susan tan despierta como nosotros? ¿pensando en su hermana?), justoencimadel refugio.SiRuthdespertabaynospillaba,pasaría lo impensable;podríaexcluirnosatodosenelfuturo.
Yasabíamosqueibaahaberunfuturo.Perolas imágenesquerecordábamoserandemasiadointensas.Casieracomosi
necesitáramosconfirmaciónparapodercreerquehabíamosestadoallírealmente.Ladesnudez y la accesibilidad de Meg eran como un canto de sirena. Eranabsolutamenteirresistibles.
Teníamosquearriesgarnos.Lanocheeraoscura,sinluna.Donnyyyosaltamosdelasliterasdearriba.WillieyLadradorsedeslizaronde
lasdeabajo.LapuertadeRuthestabacerrada.Pasamosdepuntillasfrenteaella.Porunavez,Ladradorresistiólasganasdereír.WilliecogióunadelaslinternasdelacocinayDonnyabrióconcuidadolapuerta
delsótano.Las escaleras chirriaron. No había nada que pudiéramos hacer excepto rezar y
esperarquelasuertenosacompañara.Lapuertadelrefugiótambiénchirrió,peronotanfuerte.Laabrimosyentramos,
descalzosenelfríosuelodecementoigualqueella;yallíestabaMeg,exactamenteigual a como la recordábamos, como si el tiempo no hubiera pasado en absoluto,exactamenteigualacómonoslaimaginábamos.
Bueno,nodeltodo.Sus manos estaban blancas, moteadas de rojo y azul. E incluso a la pálida e
irregularluzdelalinterna,seveíalopálidoqueestabasucuerpo.Teníalacarnede
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gallina,consuspezonesmarroneserguidosytirantes.Nosoyóentrarehizounsuavesonidoahogado.—Calla—lesusurróDonny.Ellaleobedeció.Laobservamos.Eracomoestarantealgúntipodealtar;ocomoobservaraalgún
animalexóticoyextrañoenelzoo.Comolasdoscosasalavez.
Yahoramepreguntosilascosasnohabríansidodiferentessiellanohubierasidotanbonita,sisucuerponohubierasidojoven,fuerteysaludable,sinofeo,gordoyfláccido. Puede que no. Puede que hubiera pasado de todas formas. El castigoinevitableparaelextraño.
Peromedalaimpresióndequefueprecisamenteporqueellaerafuerteybonita,y nosotros no, por lo que Ruth y el resto de nosotros le hicimos todo esto. Paracelebrarunaespeciedejuiciosobreesabelleza,sobreloquesignificabaydejabadesignificarparanosotros.
—Seguroquequiereagua—dijoLadrador.Ellaasintióconlacabeza.«Sí.Oh,sí,porfavor».—Siledamosagua,tendremosquequitarlelamordaza—advirtióWillie.—¿Yqué?Novaahacerningúnruido.Diounpasohaciadelante.—Novasahacerruido,¿verdad,Meg?Nopodemosdespertaramamá.«No».Ellasacudiólacabezaconfirmeza,deladoalado.Senotabaquedeseaba
muchísimoquelediéramosagua.—¿Confíasenella?—preguntóWillie.Donnyseencogiódehombros.—Sihaceruido, tambiénella tendráproblemas.Noes tonta.Asíquedémosela.
¿Porquéno?—Yolacogeré—dijoLadrador.Habíaunapila tras la lavadora-secadora.Ladrador laabrióypudimosoírcómo
corríaelaguaanuestrasespaldas.Estabasiendosorprendentementesilencioso.Y también sorprendentemente amable para ser Ladrador. Willie le quitó la
mordazatalycomohabíahechoantesylesacódelabocaelsucioyarrugadotrapo.Ellagimióyempezóamoverlamandíbuladeunladoaotro.
Ladradorvolvióconunviejofruterodecristalllenodeagua.—Loencontrédondelas latasdepintura—nosconfesó—.Nohueledemasiado
mal.Donny se lo cogió y lo acercó a los labios de Meg. Ella bebió ávidamente,
haciendo ruiditosdeplacercon lagargantaal tragar.Vacióel fruteroenunabrirycerrardeojos.
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—Oh,Dios—suspiró—.Oh,Dios.Gracias.Yesonoscausóunsentimientoextraño.Comosi todohubierasidoperdonado.
Comosirealmentenosestuvieraagradecida.Dealgúnmodo,erasorprendente.Queunsolofruterodeaguapudierateneraquel
efecto.Volvíapensarenloindefensaqueseencontraba.Ymepreguntésilosotrossentíanloqueyoestabasintiendo;esaabrumadoray
casimareantenecesidaddetocarla.Deponermismanossobreella.Verexactamentecómoeraal tacto.Pechos,nalgas,muslos.Esapelambrera rizada rubio-rojizaentresuspiernas.
Exactamenteloquesesuponíaquenopodíamoshacer.Esomehizosentircomosiestuvieraapuntodedesmayarme.Eltirayafloja.Era
asídefuerte.—¿Quieresmás?—preguntóLadrador.—¿Puedo?¿Porfavor?Corrióhacialapilayvolvióconelfruterootravezlleno.SelodioaDonnyyella
selobebiótambién.—Gracias.Graciasatodos.Sehumedecióloslabios.Losteníaagrietados,secos,partidosenalgunaszonas.—¿Creéis…creéisquepodríais…?Lascuerdas…mehacenmuchodaño.Ysenotabaqueeraverdad.Apesardequesuspiesestabanfirmementeasentados
enelsuelo,seguíaestandomuytirante.WilliemiróaDonny.Y,entonces,losdosmemiraron.Me sentí confundido por un instante. ¿Por qué debería importarles lo que yo
pensase?Eracomosibuscaranalgoenmíynoestuviesensegurosdequelofueranaencontrar.
Detodasformas,asentí.—Creo que podríamos hacerlo —dijo Donny—. Un poco. Pero con una
condición.—Loquesea.¿Elqué?—Tienesqueprometernosquenovasaluchar.—¿Luchar?—Tienesqueprometernosquenovasahacerningúnruidoninadaporelestilo,y
tienes que prometernos que no vas a luchar ni vas a decírselo a nadie después.Decírseloanadieenningúnmomento.
—¿Decirleselqué?—Quetehemostocado.Yahíestaba.
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Esoeraen loque todoshabíamosestadosoñandoarriba,enaquellahabitación.No debería haberme sorprendido. Pero lo hice.Apenas podía respirar.Me daba laimpresióndequetodoelmundoenlahabitaciónpodíaoírloslatidosdemicorazón.
—¿Tocarme?—preguntóMeg.Donnyseruborizóintensamente.—Yasabes.—Oh,Diosmío—dijoella.Sacudiólacabeza—.Oh,Jesús.Vengaya.Suspiró.Yselopensóporunmomento.—No—contestó.—Novamosahacertedañoninadaporelestilo—insistióDonny—.Solotocar.—No.Como si lo hubiera sopesado y considerado y, sencillamente, no viera claro el
hacerlo,pasaraloquepasara,yaquellafuerasuúltimapalabraalrespecto.—Enserio.Nopodríamos.—No.Novaisahacermeeso.Ningunodevosotros.Ahoraestabaenfadada.PerotambiénloestabaDonny.—Podemoshacértelodetodasformas,gilipollas.¿Quiénvaadetenernos?—Yo.—¿Cómo?—Bueno,solopodréishacérmelounavezunodevosotros,malditos,ysolouno
devosotros.Porquenosolomechivaré.Gritaré.Ynohabíadudaalgunadequequeríadecir loquehabíadicho.Gritaría.No le
importaba.Nostenía.—Vale—replicóDonny—.Deacuerdo.Puesdejaremoslascuerdascomoestán.
Tevolveremosaamordazar,yyaestá.Saltabaalavistaqueellaestabaapuntodellorar.Peronoibaarendirse.Noen
eso.Suvozestaballenadeamargura.—Deacuerdo—contestó—.Amordazadme.Hacedlo.Marchaos.¡Saliddeaquí!—Loharemos.LehizounaseñalaWillieyésteseadelantóconeltrapoylabufanda.—Ábrela—ordenó.Porunmomento,elladudó.Y,entonces,abriólaboca.Éllemetióel trapoyle
atólabufandaasualrededor.Laatómásfuertedeloquenecesitaba,másfuertequeantes.
—Seguimosteniendountrato—leadvirtióDonny—.Túhasconseguidoalgodeagua.Peronosotrosnuncahemosestadoaquí.¿Meentiendes?
Ellaasintió.Eradifícilestardesnudoycolgandoasíymantenerintactoelorgullo,peroselasarreglóparaconseguirlo.
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Eraimposiblenoadmirarla.—Bien—dijoél.Segiróparairse.Tuveunaidea.Meestiré,letoquéelbrazocuandopasabayledetuve.—¿Donny?—¿Sí?—Mira.Aflojémoslaunpoco.Solounpoco.Todoloque tenemosquehaceres
subirlamesadetrabajouncentímetroodos.Ruthnosedarácuenta.Esdecir,mírala.¿Quieresquesedisloqueunhombroolepasealgo?Faltamuchoparaqueamanezca,¿sabesloquequierodecir?
Lodijelosuficientementealtocomoparaqueellameoyera.Élseencogiódehombros.—Lehemosdadounaoportunidad.Noestabainteresada.—Yalosé—insistí.Ymeacerquéylesonreí,ysusurré—.Peropuedequesea
agradecida—ledije—.¿Sabes?Puedequelorecuerde.Lapróximavez.
Empujamoslamesa.Enrealidad,lalevantamosylaempujamosasíparanohacermuchoruido,yentre
nosotrostresyLadrador,nofuetandifícil.Ycuandoacabamos,puedequesehubieseaflojadouncentímetro,losuficienteparadarleunrespiroasuscodos.Eramásdeloquehabíatenidoenmuchotiempo.
—Nosvemos—susurrémientrascerrabalapuerta.Y,enlaoscuridad,creoqueasintió.Ahorasoyunconspirador,pensé.Dedosformas.Enambosbandos.Estabatrabajandoenambosbandosdesdeelmedio.Quégranidea.Estabaorgullosodemímismo.Mesentíinteligente,virtuosoyexcitado.Lahabíaayudado.Undía,conseguiría
mirecompensa.Undía,losabía,ellamedejaríaquelatocara.Esoesloquepasaría.Puedequealosotrosno;perosíamí.
Medejaría.Asíque,«nosvemosMeg»,susurré.Comosifueraaagradecérmelo.Habíaperdidoeljuicio.Estabaloco.
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Porlamañana,bajamos,yRuthlahabíadesatadoylehabíallevadounamudaderopa, una taza de té caliente y algunas tostadas de pan blanco sin mantequilla, ycuandollegamosellaestababebiendoycomiéndoselotodo,sentadaconlaspiernascruzadassobreelcolchóndeaire.
Al estar vestida, libre, sin la mordaza y con los ojos destapados, ya no teníademasiadomisterio.Estaba pálida, hecha un desastre.Cansada y claramente sucia.EradifícilrecordaralaorgullosaMegoaladolienteMegdeldíaanterior.
Eraevidentequeleresultabadifíciltragar.Ruthestabadepietrasella,actuandocomounamadre.—Cómetelatostada—ledijo.Meglamiróyluegomiróelplatodepapelqueteníaenelregazo.Elsonidodelatelellegabadesdearriba;algúnconcurso.Williemoviólospies.Afuerallovía,yesotambiénpodíamosoírlo.Meglediounmordiscoalacortezaylomasticoduranteunaeternidad,hastaque
debiódesertandelgadacomounescupitajo,antesdetragarlo.Ruthsuspiró.EracomosimiraraMegmientrasmasticabarepresentaraungran
sacrificio para ella. Se puso las manos en las caderas y, como tenía las piernasseparadas,separecíaaGeorgeReevesenloscréditosinicialesdeSuperman.
—Vamos.Comeunpocomás—laanimó.Megnegóconlacabeza.—Es demasiado…No puedo. Tengo la boca demasiado seca. ¿Podría esperar?
¿Comérmeladespués?Mebeberéelté.—No voy a desperdiciar la comida, Meg. La comida es cara. He hecho esa
tostadaparati.—Lo…losé.Pero…—¿Quéquieresquehaga?¿Tirarla?—No.¿Nopodríasdejarlaaquí?Melacomerédentrodeunrato.—Se habrá puesto dura.Deberías comértela ahora.Mientras está recién hecha.
Atraeráalosbichos.Cucarachas.Hormigas.Noquierobichosenmicasa.Lo que resultaba bastante gracioso, porque ya había un par de moscas
revoloteandoporallí.—Melavoyacomerenseguida,Ruth.Loprometo.Ruthpensóenello.Cambiódepostura,juntólospies,cruzólosbrazossobrelos
pechos.—Meg,cariño—dijo—,quieroquetratesdecomértelaahora.Esbuenoparati.—Losé.Peroahoramecuesta.Mebeberéelté,¿vale?Seacercólatazaaloslabios.
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—Nosesuponequenodebacostarte—ledijoRuth—.Nadiehadichoqueseafácil—serio—.Eresunamujer,Meg.Esoesduro,nofácil.
Meglamiró,asintióybebiótranquilamenteelté.Donny, Ladrador, Willie y yo estábamos allí en pijama, observando desde la
puerta.Yoestabaempezandoatenerhambre.PeroniRuthniMegsehabíandadocuenta
dequeestábamosallí.Ruth miraba a Meg y Meg tenía los ojos fijos en Ruth y bebía a sorbitos
cautelosos,pueseltéaúnestabaardiendo,ypodíamosoírelvientoylalluviaenelexterior,y,entonces,elgolpeteodelacalderaduranteunrato,hastaqueparó,yMegseguíabebiendoyRuthseguíamirándola.
Y,entonces,Megbajólavistaporuninstante,inhalandolacálidafraganciaqueemanabadelvapor,disfrutando.
YRuthexplotó.Le quitó la taza de las manos de un manotazo. Se hizo añicos contra la
blanqueadapareddecemento.Eltéseresbalóhaciaabajo,delcolordelaorina.—¡Cómetelo!Clavosudedoenlatostada.Sehabíadeslizadounpocoelplatodepapel.Meglevantólasmanos.—¡Vale!¡Deacuerdo!¡Loharé!¡Melacomeréahoramismo!¿Vale?Ruthse inclinósobreMeg, tantoquecasi teníanpegadas lasnarices,yMegno
hubiesepodidodarunbocadoaunquequisiera;nosinmeterlelatostadaaRuthenlacara.Loquenohubiesesidounabuenaidea.PorqueRuthestabarealmentefuriosa.
—TehascargadolapareddeWillie—ledijo—.Malditaseas,hasrotomitaza.¿Creesquelastazassonbaratas?¿Creesqueeltéesbarato?
—Losiento.—Cogiólatostada,peroRuthseguíapegadaaella—.Melacomeré.¿Vale?¿Ruth?
—Yapuedeshacerlo.—Voyahacerlo.—TehascargadolapareddeWillie.—Losiento.—¿Quiénvaalimpiarla?¿Quiénvaalimpiaresapared?—Yoloharé.Losiento,Ruth.Deverdad.—Queteden,hermana.¿Sabesquiénvaalimpiarla?Megnocontestó.Eraevidentequenosabíaquédecir.Ruthparecíacadavezmás
furiosaynadapodíacalmarla.—¿Losabes?—No…no.Ruthselevantóyempezóagritar.
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—¡Su-san!¡Su-san!¡Ven,baja!Megtratódeponerseenpie.Ruthlaobligóasentarsedeunempujón.Y,estavez,latostadasecayódelplatoalsuelo.Meg trató de recogerla y la agarró por la zona por la que la había estado
comiendo.PeroelzapatomarróndeRuthlapisóporelotrolado.—¡Olvídala!—leordenó—.Noquierescomer,asíquenonecesitascomer.Agarróelplatodepapel.Loquequedabadelatostadasalióvolando.—¿Creesquedebococinarparati?Putita.Pequeñaingrata.Susanbajótrastabillandolasescaleras.Laoímosantesdeverla.—¡Susan,venaquí!—Sí,señoraChandler.Leabrimospaso.PasóalladodeLadrador,yéllehizounareverenciayseechóa
reír.—Cierraelpico—leadvirtióDonny.Pero ella tenía una apariencia muy digna para ser tan pequeña, pulcramente
vestida,conunaformadeandarmuycuidadosayunaspectomuyserio.—Súbetealamesa—leordenóRuth.Ellahizoloqueselepedía.—Datelavuelta.Segiróypusolacarasobrelamesa.RuthmiróaMegysequitóelcinturón.—Así es como vamos a limpiar la pared—dijo—. Vamos a limpiar la pared
haciendoborrónycuentanueva.Sevolvióhacianosotros.—Chicos, que uno de vosotros venga aquí, le levante el vestido y le quite las
braguitas.Eraloprimeroquenosdecíaentodalamañana.Megvolvióaintentarlevantase,peroRuthvolvióaempujarlaporsegundavez.—Vamos a poner una regla—dijo—. Sime desobedeces, te las das de listilla
conmigo,mecabreasohacescualquierotracosaporelestilo,señoritinga,seráellaquienpagueporello.Ellaserálaquerecibalosazotes.Ytútendrásqueverlo.Vamosaintentarlo.Ysinofunciona,probaremosotracosa.
SevolvióhaciaSusan.—¿Creesqueesjusto,Suzie?¿Quepaguestúportuhermanadescarriada?¿Por
loquehagaella?Susanllorabasuavemente.—N…noooo—gimió.—Claroqueno.Nuncadijequelofuera.Ralphie,venaquíydesnudaeltraserillo
de esta niña, hazlo por mí. Y los demás sujetad a Meg, por si se cree losuficientementelistaoestúpidacomoparameterseenplenalíneadefuego.
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»Siosdaalgúntipodeproblemas,dadleuntortazo.Ytenedcuidadocondóndelatocáis.Esposiblequetengacangrejosoalgoporelestilo.SóloDiossabedóndehaestadoestafulanaantesdeveniraquí.
—¿Cangrejos?—preguntóLadrador—.¿Cangrejosdeverdad?—Noimporta—contestóRuth—.Vosotroshacedloqueoshedicho.Tenéistoda
lavidaparaaprendersobrelasputasylasladillas.
Ypasólomismodeantes,soloqueestavezMegestabaallí.Soloqueestavezelrazonamientoeradelocos.
Pero,paraentonces,yanoshabíamosacostumbrado.Ladrador le bajó las braguitas hasta los correctores, y nadie tuvo que agarrarla
esta vez mientras Ruth le daba veinte azotes, rápidos, sin respiro, mientras ellagritaba y aullaba y su culo se iba poniendo cada vez más rojo en esa diminutahabitaciónqueWillieSr.habíaconstruidoparasobreviviralabombaatómica;y,alprincipio,Megtratódesoltarsecuandooyólosaullidosylossollozosyelruidoquehacíaelcinturónalbajar,peroWillielaagarródelbrazoyseloretorcióalaespalda,presionandosucaracontraelcolchóndeaire,porloqueloúnicoquepudohacerfuerespirar,porsupuesto,nadadeayudar,ylaslágrimasresbalaronnosoloporlacaradeSusan, sino tambiénpor la suya, salpicandoel sucio colchónmientrasDonnyyyomirábamosyescuchábamos,vestidosconnuestrosarrugadospijamas.
Cuandotodoacabó,Ruthseincorporóysemetióelcinturónporlastrabillas,ySusanselevantócondificultad,entreel traqueteodesusprotectores,ysesubiólasbraguitas,paraluegoalisarselapartededetrásdelvestido.
WilliesoltóaMegydiounpasoatrás.AlvolverseSusanhacianosotros,Meglevantólacaradelcolchónyviquesus
ojos se encontraban. Vi que algo se transmitía entre ellas. Algo que parecíasúbitamenteplácidoenmediodelaslágrimas,tristeyextrañamentetranquilo.
Me puso nervioso.Me pregunté si, al fin y al cabo, no seríanmás fuertes quetodosnosotros.
Yvolvíadarmecuentadequelasituación,dealgúnmodo,habíasubidounavezmásdenivel.
EntoncesMegfijósusojosenRuthyentendíelcómo.Susojoseransalvajes.Ruth también lo vio y retrocedió un paso involuntario alejándose de ella. Sus
propiosojosseestrecharonyabarcarontodalahabitación.Sefijaronenlaesquinaenlaque estaban juntos el pico, el hacha, la palanquetay la pala, comounapequeñafamiliadeaceroydestrucción.
Ruthsonrió.—CreoqueMegsehacabreadoconnosotros,chicos—seburló.
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Megnoreplicó.—Bueno, todos sabemos que eso no la va a llevar a ninguna parte. Pero
recojamos esas cosas de allí, para que no tenga tentaciones. Puede que sea losuficientemente tonta como para intentarlo. Así que nos los llevamos. Y cerrad lapuertaconllavecuandosalgáis.
—Porcierto,Meggy—añadió—.Acabasdequedartesincomidaysincena.Quetengasunbuendía.
Sediolavueltaysaliódelahabitación.Vimos cómo se iba. Pensé que tenía el paso un poco inestable, casi como si
hubieraestadobebiendo,cosaqueyosabíaquenoeraverdad.—¿Quieresquevolvamosaatarla?—lepreguntóLadradoraWillie.—Inténtalo—ledesafióMeg.Williebufó.—Esosíqueesgenial,Meg—ledijo—.Hazteladura.Podemoshacerlosiempre
quequeramos,ylosabes.YSusanestáaquí.Recuérdalo.Meglemiró.Élseencogiódehombros.—Quizámás tarde,Ladri—dijoWillie, y se acercó al hacha y a la pala y las
cogió.Ladradorcogióelpicoylapalanquetaylesiguió.Y empezó una discusión sobre dónde ponerlo todo ahora que estaba fuera del
refugio. El sótano se inundaba a veces y existía el peligro de que se oxidaran.Ladradorqueríaqueloscolgásemosdelasvigasdesoportedeltecho.Donnysugirióquelosclavásemosalapared.Williedijo,«quelesden,echémoslosalacaldera.Quese oxiden». Ganó Donny, por lo que acabaron en la vieja taquilla de la SegundaGuerraMundialdeWillieSr.,juntoalasecadora,queseusabaahoracomocajadeherramientas,paralosclavosyelmartillo.
MiréaMeg.Tuvequeforzarmeahacerlo.Creoqueesperabaodio.Mediotemíay medio esperaba que lo hubiese, pues así, al menos, sabría en qué situación meencontrabarespectoaellaylosdemás.Yapodíadarmecuentadequequedarmeenmedio iba a ser duro. Pero no pude ver odio. Sus ojos estaban tranquilos. Casineutros.
—Podríashuir—ledijesuavemente—.Puedequeteayudara.Ellasonrió,perosinalegría.—¿Y qué es lo que querrías por tu ayuda, David?—me preguntó—. ¿Alguna
idea?Y,porunmomento,hablócomosifueralafurciaqueRuthdecía.—No.Nada—lecontesté.Peromehabíapillado.Meruboricé.—¿Deverdad?—Deverdad.Enserio.Nada.Yasabes,no tengoni ideadeadóndepodrías ir,
pero,almenos,podríassalirdeaquí.
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AsintióymiróaSusan.Y,depronto,suvozsonótotalmentedistinta,totalmenteconcentrada,increíblementerazonabley,denuevo,muyadulta.
—Yopodría—medijo—.Peroellano.Y, de repente, Susan se echó a llorar de nuevo. Miró a Meg un momento y,
entonces,seabalanzósobreellaylabesóenloslabios,enlamejillaydenuevoenloslabios.
—Haremosalgo—latranquilizó—.¿Meg?Haremosalgo.¿Vale?—Vale—contestóMeg—.Haremosalgo.Memiró.Se abrazaron y, cuando acabaron, Susan se acercó amí, que estaba junto a la
puerta,ymecogiódelamano.Y,juntos,volvimosaencerrarla.
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Pero,comosiretirasemiofertadeayuda,memantuvealejado.Enaquellascircunstancias,eralomejorquepodíahacer.Lasimágenesmeobsesionaban.Megriéndoseen lanoria, tumbadaen la rocasobreelarroyo.Trabajandoenel
jardín,vestidaconpantalonescortosyunacamisetaatadaenlanucayconunenormesombrerodepajaenlacabeza.Recorriendolasbases,veloz,enelrecreo.Pero,sobretodo,Megdesnuda,cubiertadesudor,vulnerableytotalmenteabiertaparamí.
Porotrolado,veíaelpeleledeWillieyDonny.Veía una boca estampada sobre un colchón de aire por no haber sido capaz de
tragaruntrocitodetostada.Lasimágeneserancontradictorias.Meconfundían.Asíque,mientrasdecidíaquéhacer,siesqueibaahaceralgo,yponiendocomo
excusaunatristeylluviosasemanaenlaquevivir,memantuveaparte.ViaDonnyunpardevecesesasemana.Alosdemásnolosvienabsoluto.La primera vez que lo vi, yo vaciaba la basura y él salía corriendo a la gris y
lluviosatardeconunasudaderasobrelacabeza.—Adivinaqué—medijo—.Estanochesinagua.Llevabatresdíaslloviendo.—¿Eh?—Meg,idiota.Ruthnovaadejarquebebaaguaestanoche.Nadahastamañana
porlamañana.—¿Yeso?Sonrió.—Una largahistoria—medijo—.Ya te lacontarémás tarde.Yvolvióaentrar
corriendoenlacasa.Lasegundavezfueunpardedíasmástarde.Eltiempohabíamejoradoyyoiba
enmicuatrovelocidadesalatiendaahacerleunosrecadosamimadre.DonnyllegódetrásdemímontandosuviejaybaqueteadaSchwinn.
—¿Dóndevas?—Alatienda.Mimadrenecesitalecheyotrasmierdas.¿Ytú?—A casa de Eddie. Luego va a haber un partido en el depósito de agua. Los
BravoscontralosPotros.¿Quieresqueteesperemos?—No.—Eralaligainfantil,ynomeinteresaba.Donnysacudiólacabeza.—Tengoquesalirdeaquí—meconfesó—.Todoeseasuntomeestávolviendo
loco.¿Sabesloquemeobliganahacerahora?—¿Qué?
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—¡Vaciardemierdasusarténenelpatiodeatrás!¿Telopuedescreer?—Nolopillo.¿Porqué?—Yanoselepermitesubirporningúnmotivo.Niprivilegiosdecuartodebaño
ni nada.Así que la estúpida putita trata de aguantarse. Pero incluso ella tiene quemearycagaralgunavez, ¡asíqueahorayo tengoquecargarconelmuerto!¿Te lopuedescreer?¿QuédemoniostienedemaloLadrador?—seencogiódehombros—.Peromamádicequetienequeserunodenosotros,losmayores.
—¿Porqué?—¿Cómodemoniosvoyasaberlo?Seadelantó.—¿Estássegurodequenoquieresqueteesperemos?—No.Hoyno.—Vale.Yanosveremos.Pásate,¿vale?—Vale,loharé.Peronolohice.Entoncesno.Meparecíatododemasiadoraro.Apenaspodíaimaginármelayendoalcuartode
baño,ymuchomenosusandounasarténquealgúnotroteníaquevaciarenelpatio.¿Quépasaríasiibaallíyaúnnohabíanlimpiadoesedía?¿Ysiteníaqueolersupisysucacaallíabajo?Todoelasuntomedabaasco.Ellamedabaasco.EsanoeraMeg.Eraotrapersona.
Seconvirtióenotraextrañaimagennuevaquemepreocupaba.Yelproblemaeraquenoteníaanadieconquienhablardeella,nadieconquiencompartiresascosas.
Sihablabasconloschicosdelbarrio,quedabaclaroquetodoelmundosabíaalgodeloqueestabapasandoallí;algunosdeunaformavagayotrosdeformabastanteconcreta. Pero nadie opinaba sobre aquello. Era como si lo que estaba sucediendofuera una tormenta o una puesta de sol, alguna fuerza de la naturaleza, algo quepasabade cuandoen cuando.Yno teníaningún sentidodiscutir sobre chaparronesveraniegos.
Yosabíalosuficientecomoparadarmecuentadeque,sieresunniño,sesuponequedebestratarciertosasuntoscontupadre.
Asíquelointenté.
Ahoraqueeramayor,sesuponíaquedebíairdecuandoencuandoaElnidodeláguila para ayudar con el inventario, a limpiar y otras cosas por el estilo, y meencontraba trabajandocon laparrillade lacocinaconunestropajoyalgodesifón,quitandolagrasaconelestropajomientraslaparrillaseenfriabayelsifónablandabala grasa (un trabajo sucio del tipo que había visto hacer a Meg miles de veces)cuando,finalmente,empecéahablar.
Mipadreestabapreparandounaensaladadecangrejo,mezclandotrocitosdepanparahacerlamásabundante.
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Acababa de llegar un pedido de licor, y, a través de la división acristalada queexistíaentreelbarylacocina,podíamosveraHodie,elcamarerodedíademipadre,marcandolascajasenunahojadepedidoydiscutiendoconelrepartidorsobreunpardecajasdevodka.Eradeldelacasay,evidentemente,eltipolehabíaentregadodemenos.Hodieestabafurioso.Hodieerauncrackergeorgianodelgadocomounjuncoyconuntemperamentotanvolátilquelohabíatenidoenelcalabozolamitaddelaguerra.Elrepartidorestabasudando.
Mi padre lo observaba, divertido. Salvo para Hodie, dos cajas no eran unproblemademasiadogrande.Siemprequemipadrenotuvieraquepagarporalgoquenorecibía.PeropuedequefueraelenfadodeHodieloquemehizoempezarahablar.
—Papá—lepregunté—,¿hasvistoalgunavezaunchicopegaraunachica?Mipadreseencogiódehombros.—Claro—mecontestó—.Ya locreo.Niños.Borrachos.Hevistounoscuantos
¿porqué?—¿Creesquealgunavezestá…bien…hacerlo?—¿Bien?¿Quieresdecirjustificado?—Sí.Seechóareír.—Esaesdifícil—confesó—.Hayvecesenlasqueunamujerrealmentetesaca
dequicio.Yodiríaque,generalmente,no.Esdecir,hayformasmejoresdetratarconunamujer.Tienesquetenerencuentaquelamujereslamásdébildelaespecie.Escomoserunmatón,¿comprendes?
Sesecólasmanoseneldelantal.Ysonrió.—Solo—añadió—quehevistounascuantasvecesenlasqueselomerecían.Si
trabajas en un bar, ves ese tipo de osas. Una mujer bebe demasiado, se vuelveruidosa,abusadeltipoconelqueestá,puedequeinclusoleechelapota.¿Yquésesuponequedebehacer?¿Quedarseahísentado?Asíqueledauntortazo.Tienesquecortaresascosasporlosano.
»¿Ves?, esa es la excepción que confirma la regla. Nunca debes pegar a unamujer, nunca; y queDios te ayude si alguna vez te pillo haciéndolo. Porque si lohago,telacargas.Pero,aveces,nohayotracosaquepuedashacer.Teempujanhastaeseextremo.¿Ves?Funcionaenambossentidos.
Yoestabasudando.Eratantoporlaconversacióncomoporeltrabajo,peroconeltrabajoteníaexcusa.
Mipadrehabíacomenzadoconlaensaladadeatún.Tambiénteníacorruscosdepan,yrodajitasdenabo.Enlahabitacióndeallado,Hodiehabíahechovolveraltipoalcamiónparaquebuscaseelvodkadesaparecido.
Yotratabadesacarlesentidoaloquemedecía:nuncaestababien,aunquehabíavecesenlasquesíloestaba.
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Teempujanhastaeseextremo.Eso semequedógrabado. ¿Había empujadoMegaRuthhasta ese extremoen
algúnmomento?¿Habíahechoalgoqueyonohabíavisto?¿Eraestaunasituacióndenuncaodeenocasiones?—¿Porquémelopreguntas?—dijomipadre.—Nosé—lerespondí—.Algunoshemosestadohablando.Asintió.—Bueno, lomejor es quemantengas tusmanos lejos de cualquiera.Hombre o
mujer.Asíescomoevitaslosproblemas.—Sí,señor.Echéunpocomásdesifónenlaparrillaymirécómoburbujeaba.—PerolagentedicequeelpadredeEddiepegaalaseñoraCrocker.Ytambiéna
DeniseyaEddie.Mipadrefruncióelceño.—Sí.Losé.—Asíqueescierto.—Yonohedichoquelofuera.—Peroloes,¿verdad?Suspiró.—Mira—medijo—.Noséporquéestástaninteresadoderepente.Perocreoque
eres lo bastante mayor como para saber, para entenderlo… Es lo que te he dichoantes. A veces te presionan, un hombre se siente presionado, y hace… lo que nodeberíahacer.
Yteníarazón.Yoyaeralosuficientementemayorparaentenderlo.Yescuchéallíalgomás. Tan claro como los ecos de los gritos deHodie hacia el repartidor, allífuera.
Enalgúnmomentoyporalgunarazón,mipadrehabíapegadoamímadre.Y en ese momento casi lo recordaba. Despertarme de pronto de un profundo
sueño.Elruidodemueblesqueserompían.Gritos.Yuntortazo.Hacíamuchotiempo.Mesentírepentinamenteenfadadoconél.Observésucorpulenciaypenséenmi
madre.Y,lentamente,volviólacalma,lasensacióndeaislamientoydeseguridad.Ysemeocurrióqueconquien teníaquehablardeestoeraconmimadre.Ella
sabíaloquesesentía,loquesignificaba.Peroenesemomentonopodíahacerlo.Niaunquehubieseestadojustoallí.No
podíaintentarlo.Miréamipadremientraspreparabalasensaladasysevolvíaasecarlasmanosen
elblancodelantalde algodónconel que solíamosbromear sobre las sancionesdelcomitédesalud,ydespuéssepusoacortarsalamienlacortadoraeléctricadecarnequeacababadecomprarydelaquesesentíatanorgulloso,yyoquitélagrasahasta
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quelaparrillaquedólimpiaybrillante.Ynosehabíaresueltonada.
Asíquevolvípocodespués.
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LoquemellevódevueltafuelasolaeimparableimagendelcuerpodeMeg.Me inspiraba miles de fantasías, día y noche. Algunas eran tiernas, algunas
violentas;algunas,ridículas.Podía encontrarme en la cama por la noche con la radio escondida bajo la
almohada,escuchandoelAttheTopdeDannyandtheJuniors,ycerraríalosojosyallíestaríaMeg,charlandoconuncompañeroinvisibleenlaCantinaadolescente,ybailandoenparejaconsolounoscalcetinesblancosenrolladosenlapartedearribaynadamás.Tancómodaconsudesnudezcomosiacabasedecomprarel trajenuevodelemperador.
OestaríamosjugandoalMonopoly,unoenfrentedelotro,yyollegaríaalacasilladeBoardwalkodelosjardinesMarvinyellaselevantaría,suspiraríaysequitaríasusfinasbraguitasdealgodónblanco.
PerolomásfrecuenteesquelacancióndelaradiofuesealgoparecidoaTwilightTime,de losPlatters,yMegseencontraríadesnudaentremisbrazosbajo laoscuraluzazulentechnicolordelasestrellasynosbesaríamos.
Oeljuegoseríaeljuego,ynoteníanadadedivertido.Mesentíanerviosoyapuntodesaltar.Me sentía como si debiese ir allí. Tanto como nervioso estaba por lo que me
encontraríacuandolohiciera.Inclusomimadresediocuentadeello.Lapilléobservándome,conunmohínen
suboca,pensativa,comosiyohubiesesaltadodelamesatirandoelvasodeaguaomehubiesemetidoahurtadillasenlacocinaenbuscadeunaCoca.
Puedequeesafueraunadelasrazonesporlasquenuncahabléconella.OpuedequefueraporqueMegeraunamujer,ymimadretambién.
Perovolví.Y,cuandolohice,lascosashabíanvueltoacambiar.MecoléyloprimeroqueoífueaRuthtosiendoyluegohablandoenvozbaja,y
medicuentadequeteníaqueserMegconquienhablaba.Teníaesetonoquenuncausaba con el resto de nosotros, como si fuera una maestra enseñando a una niñapequeña,instruyéndola.Bajélasescaleras.
Habíancolocadolalámparadetrabajo,pasandoelcablesobrelalavadorahastaunode losgarfiosquehabíanpuestoenunade lasvigasdeWillieSr.Labombillaoscilaba,conunbrillocegador.
Ruthestabasentadaenunasillaplegable,partedelviejoconjuntodejardínqueguardaban allí, dándome la espalda y fumando. El suelo estaba lleno de colillas,comosillevaseallíunbuenrato.
Loschicosnoestaban.
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Megestabadepiedelantedeella,vestidaconunlivianovestidoamarillo;noeraeltipodevestidoqueunoasociaríaconella,asíquepenséqueeradeRuth,unoviejo,y además saltaba a la vista que tampoco estaba demasiado limpio. Tenía unasmanguitascortasabultadasyunafaldatableada,porloquelosbrazosylaspiernasquedabanalaire.
Ruth llevaba algo parecido de color verde-azulado, pero más liso, con menosabombamientoymenostablas.
Porencimadelcigarrilloolíaalcanfor.Naftalina.Ruthseguíahablando.Aprimeravistaparecíaqueeranhermanas,másomenosdelmismopeso,aunque
Ruth era más alta y flaca. Ambas tenían un pelo ligeramente grasiento y ambasllevaban esos viejos y apestosos vestidos, como si estuvieran ensayando para unafiesta.
SoloqueRuthestabaallísentada,fumando.MientrasqueMegestabadepiecontraunodelospostesdeapoyodecuatropor
cuatro de Willie, con los brazos fuertemente atados alrededor del poste y a susespaldasyconlospiestambiénatados.
Estabaamordazada,peronoteníalosojosvendados.—Cuandoyoeraunaniñacomotú—contabaRuth—lohice,busquéaDios.Fui
atodaslasiglesiasdelaciudad.Baptista,luterana,episcopaliana,metodista…Dilaque quieras. Incluso fui a las novenas de sanMatías yme senté en la balaustradadondeseencontrabaelórgano.
»Peroesofueantesdesaber,yasabes,loquesonlasmujeres.¿Ysabesquiénmeloenseñó?Mimadre.
»Porsupuesto,ellanosabíaquemeestabaenseñando,nodelaformaenqueyoloestoyhaciendocontigo.Setratabamásdeloqueyoveía.
»Quieroquesepasyentiendasquemispadresmelodierontodo;todoloqueunaniñapodíadesear,esoesloquetuve.Exceptolauniversidad,porsupuesto,pero,detodasformas,lasniñasnoibanalauniversidadenesostiempos.Peromipadre,queDiosletengaensugloria,trabajóduroparavivir,ymimadreyyolotuvimostodo.NocomoWilliehizoconmigo.
EncendióunnuevoTareytonconlacolilladelanteriorytirólacolillaalsuelo.Ysupusequenosehabíadadocuentadequeyoestabadetrásdeellaoque,silohabíahecho, no le importaba, pues, a pesar de que Meg me miraba fijamente con unaextrañaexpresiónenlacarayapesardequeyohabíahechoelruidoacostumbradoalbajarporesasviejasychirriantesescaleras,nosediolavueltanidejódehablar,nisiquieraparaencenderelcigarrillo.Hablóatravésdelhumo.
—Peromipadrebebía igualqueWillie—continuó—yyo leoía.Leoía llegarporlasnocheseirsedirectoalacamaamontaramimadrecomosifueraunayegua.
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Les oía allí, jadeando y empujando, y a mi madre diciendo «no, no, no», y lasextrañasbofetadasdecuandoencuando,yesotambiénfueigualconWillie.Porquenosotraslasmujerescometemoslosmismoserroresquecometieronnuestrasmadres,entregándonosaunhombretodoeltiempo.Yotambiéntengoesadebilidad,yasíescomoconseguíatodosesosniñosconlosquemeabandonóparaquenosmuriéramosdehambre.Yano puedo trabajar igual que antes, durante la guerra.Ahora son loshombreslosqueconsiguentodoslostrabajos.Ytengoniñosalosquecriar.
»Oh,Williemeenvíaloscheques,peronoessuficiente.Yalosabes.Lohasvisto.Ytuschequestampocoayudandemasiado.
»¿Tedascuentadeloqueestoydiciendo?Tútieneslamaldición.Ynomerefieroa tu período. Tú lo tienes incluso peor de lo que yo lo tuve. ¡Puedo olerlo en ti,Meggy! Vas a hacer lo mismo que hicimos mi madre y yo con algún gilipollasirlandés que te pegará y te joderá y hará que te guste, que te encante, y entonces¡bam!,seirá.
»Esajodienda.Ésaeslacuestión.Esecálidoyhúmedocoñitoquetienes.Esaeslamaldición,¿sabes?LamaldicióndeEva.Esaesladebilidad.Allíespordondenosatrapan.
»Yatedigo.Unamujernoesmásqueunafurciayunanimal.Tienesquedartecuentadeeso,tienesquerecordarlo.Sololausan,lajodenylacastigan.Noesmásqueunaestúpidazorraperdedoraconunagujero,yesoestodoloquellegaráaser.
»Lo único que puedo hacer por ti es lo que estoy haciendo. Puedo tratar dequemárteloysacártelo.
Encendióunacerilla.—¿Ves?LatirósobreelvestidoamarillodeMeg.Seapagóalalcanzarloycayóhumeante
alsuelo.Encendióotra.—¿Ves?Esta vez se inclinó más y la tiró, y cuando la cerilla llegó al vestido, seguía
encendida.Semetióentrelastablas.Megseagitócontraelcuatroporcuatroyselasacudiódeencima.
—Unachicajovenysaludablecomotú;tecreesquehuelestanbien…Peroamíme hueles a fuego.A coño caliente. Tienes lamaldición y la debilidad. La tienes,Meggy.
Había un pequeño punto negro en su vestido, allí donde había dado la cerilla.Megmemiraba,tratandodedeciralgotraslamordaza.
Ruthtiróelcigarrilloyloaplastóconelpie.Selevantódelasilla,seinclinóyencendióotracerilla.Lahabitaciónsellenóde
repentedeunespesooloraazufre.Lasostuvojuntoeldobladillodelvestido.
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—¿Ves?—dijo—.Creíaquemeestaríasagradecida.Megseretorció,luchandoconfuerzacontralascuerdas.Eldobladillosevolvió
marrónyluegonegro,peronoprendió.Lacerillaestabaapuntodeconsumirse.Ruthlaapagóyladejócaer.Yencendióotra.Volvió a colocarla en el dobladillo, en elmismopunto que ya había quemado.
Dabalaimpresióndeseralgúnextrañocientíficolocoquerealizabaunexperimentoenunapeli.
Elchamuscadovestidoolíacomosiloestuvieranplanchando.Megseagitaba.Ruthcogióelvestidoconlamanoyloacercóalacerillahasta
queempezóaarder,yentonceslovolvióadejarcaercontralapiernadeMeg.Vicómoladelgadalíneadellamascomenzabaaretorcerse.Aexpandirse.EraigualqueLadradorconsussoldadosenelincinerador.Soloqueestoerareal.
ElquejidoagudodeMeglohacíareal.Yahabíasubidohastalamitaddesumuslo.Comencéaacercarmeparaapagarlasllamasconlasmanos.PeroentoncesRuth
seagachóyapagósuvestidoconlaCocaqueteníaasulado,enelsuelo.Memiróyserio.Megsedesplomó,aliviada.Supongoqueyodebíadeparecermuyasustado.PorqueRuthsiguióriendo.Yme
dicuentadequeunapartedeelladebíadehabersidoconscientetodoeltiempodeque yome encontraba a sus espaldas. Pero no le importaba. No le importaba queespiara.NoleimportabanadaexceptoconcentrarseenlalecciónqueleestabadandoaMeg.Estabaensusojos,algoqueyonohabíavistoantes.
Lohevistodesdeentonces.Condemasiadafrecuencia.Enlosojosdemiprimeramujer, trassusegundacrisisnerviosa.Enlosojosde
algunosdesuscompañerosenla«casadereposo».Unodeloscuales,porloquemehancontado,asesinóasumujeryasushijospequeñosconunastijerasdepodar.
Esunvacío fríoybrillante, sinningúnhumor.Sin compasióny sinpiedad.Esferoz.Comolosojosdeunanimaldepresa.
Comolosojosdelasserpientes.EsaeraRuth.—¿Túquécrees?—mepreguntó—.¿Creesquemeharácaso?—Nolosé—lecontesté.—¿Quieresjugaralascartas?—¿Alascartas?—Alosochoslocos,oalgoasí.—Claro.Creo.—Loquesea,pensé.Loquequieras.
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—Hastaqueloschicosvuelvanacasa—medijo.Subimosyjugamos,ynocreoquenosdijéramosnidiezpalabraselunoalotrodurantetodalapartida.
BebíunmontóndeCocas.Ellafumóunmontóndecigarrillos.Ganóella.
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ResultóqueWillie,DonnyyLadradorhabían ido a la sesiónmatinal deCómofabricarunmonstruo.Normalmentemehabríacabreadoconellos,puesunosmesesanteshabíamosidoaunasesióndobledeYofuiunhombre-loboadolescenteydeYofuiunFrankensteinadolescente y esta erauna especiede secuela, con losmismosmonstruos, y se suponía que debían esperarme o, almenos, haber pensado enmí.Perome dijeron que, después de todo, no era tan buena como las otras dos, y yoseguíapensandoenloquehabíavistoabajo,ycuandoRuthyyoyaíbamosporlasdosúltimasmanos,laconversaciónvolvióaMeg.
—Apesta—dijoLadrador—.Estásucia.Deberíamoslavarla.Yonohabíanotadoqueoliesemal.Soloeloloraalcanfor,humoyazufre.YLadradornoeraelmásindicadoparahablardeello.—Buena idea —remarcó Donny—. Ha pasado mucho tiempo. Seguro que le
gusta.—¿Aquiénleimportaloqueaellaleguste?—dijoWillie.Ruthselimitabaaescuchar.—Tendríamosquedejarquevolvieraasubir—señalóDonny—.Podríavolvera
intentarescaparse.—Vengaya.¿Adónde ibaa ir?—dijoLadrador—.¿Adóndevaahuir?Peroda
igual,podemosatarla.—Igualsí.—YademáspodemoscogeraSusan.—Puedequesí.—¿Dóndeestá?—Susanestáensuhabitación—dijoRuth—.Creoqueseescondedemí.—No—dijoDonny—.Sepasatodoelratoleyendo.—Seesconde.Creoqueseesconde.Los ojos deRuth seguían pareciéndome extraños y brillantes, y creo que a los
demáslespasabalomismo.Porquenadievolvióacontradecirla.—¿Quépiensassobreesto,mamá?—preguntóLadrador—.¿Podemos?Nuestra partida de cartas ya había terminado, pero Ruth seguía allí sentada,
barajándolas.Yentoncesasintió.—Creoquenolevendríamaldeltodo—dijosinningúntipodeentonación.—Tendríamosquedesnudarla—señalóWillie.—Loharéyo—saltóRuth—.Recordadlo,chicos.—Sí—dijoLadrador—.Lorecordamos.Notocar.—Esoes.
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MiréaWillieyaDonny.Willieestabafrunciendoelceño.Teníalasmanosenlosbolsillos. Arrastraba un pie, con los hombros hundidos.Vaya imbécil, pensé. PeroDonnyparecíapensativo,comounhombrehechoyderechoconunpropósitoyuntrabajoquerealizar,queestuvieraconsiderandolaformamáseficientedehacerlo.
Ladradorexhibíaunaampliasonrisa.—Deacuerdo—dijo—.¡Aporella!Bajamostodosjuntos,conRuthsiguiéndonosabastantedistancia.Donny la desató primero las piernas y después las manos, le dejó que se las
masajeaseunmomentoyluegovolvióaatárselaspordelante.Lequitólamordazaylametióensubolsillo.
NadiemencionónilasquemadurasnilasmanchasdeCocadelvestido.Aunqueeraloprimeroqueseveía.
Ellasehumedecióloslabios.—¿Algodebeber?—pidió.—Enseguida—leaseguróDonny—.Vamosarriba.—¿Todos?—Sí.Nopreguntóporqué.Donny lacondujohaciaarriba tirandode lacuerda,conLadradorpordelantey
Willieyyojustodetrás.Ruthsequedóotravezbastanteatrás.Yoeramuyconscientedesupresencia.Lepasabaalgoraro;deesoestabaseguro.
Parecía cansada, distante, como si no estuviera allí del todo. Sus pasos al subir laescalera parecíanmás ligeros que los nuestros,más ligeros de lo que deberían ser,casiunsuspiro;comosisemovieselentamenteycondificultad,comosipesasediezkilosmás.Poraquelentonces,yonosabíademasiadosobrelosproblemasmentales,perosísabíaqueloqueestabaviendonoeranormaldeltodo.Meteníapreocupado.
Cuando llegamos arriba, Donny hizo que Meg se sentara ante la mesa delcomedorylellevóunvasodeaguadelapiladelacocina.
Fue laprimeravezquemedicuentade lapila.Estabarepletadeplatossucios,másdelosquepodíanhaberusadoenunúnicodía.Dabalaimpresióndequeallíseacumulabanlosdedosotresdías.
Yelverlomehizodarmecuentadeotrascosas,mehizoecharunvistazoamialrededor.
Yonoeraunniñodelosquesefijanenelpolvo.¿Quiénlohacía?Peroenaquelmomentosíquemedicuentadelosuciayllenadepolvoqueestabalacasa,deformamás visible en los bordes de las mesas del cuarto de estar, donde podías ver lashuellasdelasmanosmarcadassobrelasuperficie.Habíamigasdetostadaenlamesa,delante deMeg. El cenicero que estaba a su lado parecía que llevaba décadas sinlimpiarse.Vidoscerillasdemaderatiradasenlaalfombradelvestíbulo,cercadeun
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trozo de papel que parecía ser la arrugada parte superior de una cajetilla decigarrillos,tiradadescuidadamente.
Teníaunasensacióndelomásextraña.Comosialgoseestuvieraviniendoabajo.Desintegrándoselentamente.
Megacabósuvasodeaguaypidióotro.—Porfavor—dijo.—Notepreocupes—latranquilizóWillie—.Tendrásagua.Megparecíaconfundida.—Vamosalavarte—leconfesó.—¿Qué?—Loschicospensaronqueestaríabienquetedierasunaducha—leexplicóRuth
—.Teparecebien,¿verdad?Megdudó.Era lógico.Esa no era exactamente la forma en que lo había dicho
Willie.Williehabíadicho«vamosalavarte».—S-sí—dijo.—Muyconsideradodesuparte—dijoRuth—.Mealegrodequeteparezcabien.Parecíaquehablaseconsigomisma,casimusitando.Donnyyyonosmiramos.Medicuentadequeellaloponíaunpoconervioso.—Creoquemevoyatomarunacerveza—anuncióRuth.Selevantóyfuealacocina.—¿Alguienquiereacompañarme?Alparecer,nadiequiso.Esoensímismonoeranormal.Miródentrodelanevera.
Miróasualrededor.Yvolvióacerrarla.—Noquedaninguna—nosdijoalvolveralcomedorarrastrandolospies—.¿Por
quénadiehacompradolascervezas?—Mamá—ledijoDonny—.Nopodemos.Somosniños.Nonosdejancomprar
cerveza.Ruthseechóareír.—Esverdad—dijo.Yentoncesvolvióadarselavuelta.—Puesentoncesmetomaréunwhisky.Rebuscóenelmueble-baryregresócon
unabotella.Volvióalcomedor,cogióelvasodeaguadeMegysesirvióunosdoscentímetrosdelbrebaje.
—¿Vamosahacerloono?—preguntóWillie.Ruthbebió.—Claroquesí—leaseguró.Megnosmiróunoporuno.—Noloentiendo—nosdijo—.¿Hacerelqué?Creíaqueiba…creíaqueibaisa
dejarmequemedieraunaducha.
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—Yvamosahacerlo—leaseguróDonny.—Perotenemosquesupervisarte—añadióRuth.Volvió a beber y dio la impresión de que el licor encendía repentinamente un
fuegoenlapartedeatrásdesusojos.—Paraasegurarnosdequequedasbienlimpia—añadió.Meglaentendióenesemomento.—Noquiero—dijo.—Noimportasiquieresono—dijoWillie—.Loqueimportaesquenosotrossí
queremos.—Apestas—añadióLadrador—.Necesitasunaducha.—Yaestádecidido—dijoDonny.Megmiró aRuth.Ruth se encorvó sobre subebiday laobservó igualqueuna
ancianaycansadaaverapaz.—¿Porquénosimplemente…medais…unpocodeintimidad?Ruthserio.—Penséqueyaestabashartadeintimidad,estandoallíabajotodoeldía.—Esonoesloquequierodecir.Loquequierodecir…—Yaséquéesloquequieresdecir.Ylarespuestaesquenopodemosconfiaren
ti.Nideunaformanideotra.Iríasallí,temojaríasunpoco,yesonoesestarlimpia.—No,noloharía.Tejuroquenoloharía.Mataríaporunaducha.Ruthseencogiódehombros.—Entoncesperfecto.Tendrásuna.Ynotendrásquematarporella,¿verdad?—Porfavor.Ruthhizoungestodesdeñoso.—Quítateahoramismoesevestido,antesdequemeenfade.Megnosmiróunoporunoy,entonces,creoquepensóqueunaduchasupervisada
eramejorqueningunaduchaenabsoluto,porquesuspiró.—Lasmanos—pidió.—De acuerdo —convino Ruth—. Desabróchala, Donny. Luego desátale las
manos.Ydespuésselasvuelvesaatar.—¿Yo?—Sí.Yo también estaba un poco sorprendido. Supongo que había decidido ser algo
flexibleconlaregladenotocar.Megselevantó,ylomismohizoDonny.Ledesabrochóelvestidohastalamitad
desuespalda.Ladesató.Y,entonces,volvióasuespaldaparaquitarleelvestidodeloshombros.
—¿Podríateneralmenosunatoalla?Ruthsonrió.
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—Aúnnoestásmojada—repuso.LehizoungestoaDonny.MegcerrólosojosysequedómuyquietayrígidamientrasDonnylequitabalas
abultadasycortasmangasa travésde losbrazosyexponíasuspechos,y luegosuscaderasymuslos,hastaquecayóalsuelo.Saliódeél.Susojosseguíanfirmementecerrados.Eracomosialnopodervernos,nosotrosnopudiéramosverlaaella.
—Vuélvelaaatar—ordenóRuth.Medicuentadequeestabaconteniendolarespiración.Donnysepusodelantedeella.EllauniósusmanosyDonnyempezóaatárselas.—No—dijoRuth—.Estavezátaselasalaespalda.LosojosdeMegseabrieronporlasorpresa.—¡Alaespalda!¿Cómovoyalavarmesi…?Ruthsepusoenpie.—¡Maldición! ¡Nomecabrees,niña! ¡Sidigoa la espaldaes a la espalda,y si
digo que te las metas por el culo lo haces! ¡No me cabrees! ¿Me has oído?¡Maldición!¡Malditaseas!
»¡Yotelavaré,esoesloquevamosahacer!Ahorahazloquetedigo.¡Deprisa!Y aunque resultaba evidente que Meg estaba asustada, no se resistió cuando
Donnylepusolasmanosalaespaldayselasatóporlasmuñecas.Volvióacerrarlosojos.Pero,estavez,losteníarodeadosporpequeñoscharcosdehumedad.
—Deacuerdo,llevadla—dijoRuth.Donnylacondujoporelestrechopasillohastaelcuartodebaño.Losseguimos.
Elcuartodebañoerapequeño,peronosagolpamostodosdentro.Ladradorsesentóenelcesto.Willieseapoyóenellavabo.Yomequedédepieasulado.
Enlahabitaciónsituadaenfrentedelcuartodebañohabíaunarmario,enelqueRuthrebuscófrenéticamente.Saliódeallíconunpardeguantesdegomaamarillos.
Selospuso.Lellegabanhastaloscodos.Segirósobrelabañeraygiróelgrifo.Elgrifoconlamarca«C»decaliente.Soloesegrifo.Dejóquecorrieraunrato.Laprobóconlamano,dejándolacorrersobreelguantedegoma.Subocaeraunafinalíneadeamargura.El agua corría y echabahumo.Golpeaba con fuerza sobre la bañera.Entonces,
cambiólaposicióna«ducha»ycerrólacortinadeplástico.Elvaporseconcentró.Megseguíaconlosojoscerrados.Lecorríanlágrimasporlacara.Elvapornosenvolvióatodosenunaespeciedeniebla.Depronto,Meglosintió.YsupoJoquesignificaba.Abrió los ojos y se echó hacia atrás, asustada, chillando, pero Donny ya la
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agarrabaporunbrazoyRuthlaagarróporelotro.Luchócontraellos,embistiendoyretorciéndose,gritando«no,no».Yerafuerte.Seguíasiendofuerte.
ARuthseleescapó.—¡Que Dios te maldiga! —aulló—. ¿Quieres que vaya a por tu hermana?
¿Quieres que vaya a por tu querida Susan? ¿Quieres que sea ella la que esté allí?¿Quemándose?
Megseenfrentóaella.Repentinamentefuriosa.Salvaje.Enloquecida.—¡Sí! —gritó—. ¡Sí! ¡Puta! ¡Trae a Susan! ¡Tráela! ¡Ya no me importa una
mierda!Ruth lamiró, con los ojos entornados. Y, entonces, se volvió haciaWillie, Se
encogiódehombros.—Tráela—dijotranquilamente.Notuvoquehacerlo.Me volví mientras él pasaba y le vi detenerse, pues Susan ya estaba allí,
mirándonosdesdeelpasillo.Yestaballorando.Megtambiénlavio.Ysevinoabajo.—Nooooo—gimió—.Noooo.Porfavor…Poruninstante,nosquedamosensilencioenlacálidaypesadaniebla,oyendoel
aguahirviendoysussollozos.Sabiendoloqueibaapasar.Sabiendocómoibaaser.Y,entonces,Ruthhizoaunladolacortina.—Métela—leordenóaDonny—.Ytencuidado.Les vi meterla dentro y vi cómo Ruth ajustaba la alcachofa de la ducha para
orientar el hirviente chorro, lentamente, hacia sus piernas y muslos y tripa y, porúltimo, hacia sus pechos, donde golpeó sus pezones,mientras sus brazos luchabandesesperadamente a sus espaldas para liberarse, y allí donde la tocaba el agua sevolvíarepentinamenterojo,rojo,elcolordeldolor;y,alfinal,nopudeaguantarlosgritos.
Yhuí.
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Perosolounavez.Nuncamásvolvíahuir.Tras ese día,me convertí en un adicto, ymi droga era saber. Saber lo que era
posible.Saberlolejosquesepodíallegar.Hastadóndeseatreveríanallegar.Siemprese tratabadeellos.Yomemanteníaalmargen,omesentíacomosi lo
estuviera.TantodeMegySusanporunladocomodelosChandlerporotro.Yonoparticipaba directamente en nada. Yo observaba. Nunca tocaba. Y eso era todo.Mientrasmemantuviese en esa posición, me imaginaba que, aunque no estuviesetotalmentelibredeculpa,tampocoeraculpableexactamente.
Eracomoverunapelícula.Seguro,aveceseraunapelidemiedo,enlasquetepreocupas si elhéroey laheroína saldránconbiende todoaquello.Pero soloeso.Solounapelícula.Podíaslevantartecuandotodoacababa,convenientementeasustadoyexcitado,salirdelaoscuridadydejarloatrásdeltodo.
Peroenocasionesseparecíamásaltipodepelículasquepondríanmástarde,enlos sesenta (en su mayoría, películas extranjeras), en las que el sentimientopredominante que te embargaba era el de vivir en alguna fascinante e hipnóticadensidad de oscura ilusión, de capas y más capas de significado que, al final, nosignificaban nada en absoluto, en las que actores con cara de cartón se movíanpasivamente a través de paisajes surrealistas de pura pesadilla, sin ningún tipo deemoción,planos.
Comoyo.Porsupuesto,escribíamosydirigíamosesaspelículasmentalesnuestrasigualque
lasveíamos.Porloquesupongoqueerainevitablequeañadiéramosnuestroelencodepersonajes.
Supongoque tambiénera inevitablequeEddieCrocker fuera elprimeroalqueprobáramos.
Eraunasoleadaybrillantemañanadefinalesdejulio,tressemanasdecautividadparaMeg,laprimeravezquefuiymeloencontréallí.
En lospocosdíasquehabían transcurridodesde laducha, lehabíandejadoquesiguieraconlaropapuesta(teníaampollasyestabandejandoqueselecurasen)ylaestaban tratandobastantebien,por loquemecontaron,dándolesopaysándwichesparacomeryaguasiemprequeellaquería.Ruthinclusohabíapuestosábanasenelcolchóndeaireyhabíabarridotodaslascolillasdelsuelo.YeradifícilsabersiWilliesequejabamásdesuúltimodolordemuelasodeloaburridasquesehabíanvueltolascosas.
ConEddie,todocambió.Seguía con la ropa puesta cuando llegué (un par de vaqueros desvaídos y una
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blusa)perohabíanvueltoaatarlayaamordazarla,tendidadebrucessobrelamesadetrabajo,concadabrazoatadoaunadelaspatasdelamesaylospiesatadosjuntosenelsuelo.
Eddiesehabíaquitadounadesusbambasyleestabapegandoconellaenelculo.EntoncesdescansóunratoyWilliesepusoatrabajarsobresuespalda,piernasy
traseroconuncinturóndecuero.Lagolpearonconfuerza.SobretodoEddie.LadradoryDonnyestabandepie,observando.Yotambiénmiré.Perosolounpoco.Nomegustabaqueélestuvieseallí.Eddieerademasiadoparatodoesto.Erademasiadofácilrecordarlebajandoporlacalleaqueldía,sonriéndonosconla
negraserpienteentrelosdientes,lanzándonoslaunayotravezhastaquelaserpientecayómuertaalacalle.
Eseeraelchicocapazdearrancarlelacabezaaunaranadeunmordisco.Ese era el chico que lo mismo te golpeaba en la cabeza con una piedra o te
golpeabaenlasbolasconunpaloquesimplementetemiraba.Eddieeraapasionado.Esedíahacíacalorychorreabade sudor.Lecorríapor supelocolorzanahoria
cortadoalunoypor la frente.Comoerahabitualenél, sehabíaquitado lacamisaparaquepudiésemosversugranfísico,asícomoolersusudor.
Olíaasaladoyaundulcepegajoso,comoacarnepodrida.Nopudeaguantarlo.Mefuiarriba.Susanestabahaciendounpuzzlesobrelamesadelacocina.Teníaasuladoun
vasodelechemediovacío.Porunavez,lateleestabaapagada.Podíasoírlosgolpesylasrisasabajo.PreguntéporRuth.Ruth,medijoSusan,estabatumbadaeneldormitorio.Teníaunadesusjaquecas.
Últimamentelasteníamuyamenudo.Así que nos quedamos ahí sentados sin decir nada. Cogí una Budweiser de la
nevera.Susanselasestabamanejandomuybienconelpuzzle.Yahabíahechomásdelamitad.LaimagensellamabaComerciantesdepielesbajandoporelMissouri,deGeorgeCalebBingham, ymostraba a un viejo duro y nudoso con un graciosogorropuntiagudoyaunadolescentesoñadorenunacanoaremandocorrienteabajoalatardecer,conungatonegrorepantigadoenlaproa.Yateníalasesquinas,elgato,lacanoa y lamayor parte del hombre y el chico. Solo le quedaban el cielo, el río yalgunosárboles.
Vicómoencajabaunapiezadelrío.Lediunsorboamicerveza.—¿Cómolollevas?—lepregunté.Ellanolevantólavista.
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—Bien—mecontestó.Oírisasenelrefugio.Probóconotrapieza.Noencajaba.—¿Temolestaeso?—lepregunté.Mereferíaalosruidos.—Sí—medijo.Peronolodijocomosirealmentelemolestase.Erasoloalgoque
pasaba.—¿Mucho?—Ajá.Asentí.Traseso,noquedabamuchoquedecir.Laobservéymebebílacerveza.
Muypocodespuéshabíaacabadoconelchicoysecentróenlosárboles.—Nopuedohacerqueparen,¿sabes?—ledije.—Losé.—Eddieestáallí.Esoparaempezar.—Losé.Meacabélacerveza.—Loharíasipudiera—continué.Mepreguntésiesoeraverdad.Ellatambién.—¿Sí?—preguntó.Yporprimeravezmemiró,conojosmuymadurosypensativos.Muyparecidosa
losdesuhermana.—Claroqueloharía.Volvióalpuzzle,frunciendoelceño.—Alomejorsecansan—sugerí,dándomecuentaencuantolodijedeloestúpido
quesonaba.Susannocontestó.Pero,pocodespués,losruidosdesaparecieronyoípasossubiendolaescalera.Eran Eddie yWillie. Los dos colorados, con las camisas abiertas. La tripa de
Willieeraunrollogordo,feoyblancuzco.Nonoshicieroncasoysedirigieronalanevera. Vi cómo cogían una Coca paraWillie y una Bud para Eddie, y luego sepusieronarebuscaralgoparacomer.Supusequenohabíagrancosa,puesvolvieronacerrarla.
—Tienes que reconocérselo—decía Eddie—. No llora demasiado. No es unagallina.
Mientrasqueyosentíaquemehabíadistanciadodetodoesto,Eddieestabaenunmundototalmentediferente.LavozdeEddieeracomoelhielo.EraWillieelgordoyfeo,peroeraEddieelquemedabaasco.
Willieserio.—Esoesporqueyanolequedanlágrimas—afirmó—.Tendríasquehaberlavisto
elotrodía,trassubaño.—Sí.Supongo.¿CreesquedeberíamosbajarlesalgoaDonnyyaLadrador?—Nohanpedidonada.Siquierenalgo,quevenganabuscarlo.—Ojalátuvierasalgodecomer,tío.Yempezaronabajardenuevo.Seguíansinhacernoscaso.Pormí,estababien.
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Losvidesaparecerporlaescalera.—¿Yquévaisahacer?—preguntóEddie.Sentíquesuvozmealcanzabacomosi
fueseunavaharadadehumotóxico—.¿Matarla?Mequedéhelado.—No—replicóWillie.Y dijo algomás, pero el ruido de sus pasos bajando las escaleras impidió que
pudiéramosentenderlo.¿Matarla? Sentí que las palabrasme recorrían la columna vertebral.Mimadre
hubieradichoquealguiencaminabasobremitumba.DéjaseloaEddie,pensé.Déjaseloaél.Señalarloobvio.Me había preguntado hasta donde llegarían, cómo podría acabar. Me lo había
preguntadodeformaabstracta,comosifueraunproblemadematemáticas.Y había pasado lo inimaginable, dos niños discutiéndolo, con una Coca y una
cervezaenlamano.PenséenRuthtumbadaeneldormitoriocondolordecabeza.Penséencómoestabanahoraconella,solosahíabajo;conEddie.Podríapasar.Sí,podría.Podríapasarenunabrirycerrardeojos.Casiaccidentalmente.MepreguntéporquéseguíaconsiderandoaRuthunasupervisora.Lohice.Ellaseguíasiendounadulto,¿verdad?Losadultosnodejaríanquepasase,¿verdad?Miré a Susan. Si había oído lo que Eddie acababa de decir, no lo demostró.
Seguíaconelpuzzle.Conlasmanostemblándome,conmiedodeoírypánicodenooír,laayudé.
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Despuésdeaquello,Eddiefueallítodoslosdíasduranteunasemana.ElsegundodíatambiénfuesuhermanaDenise.Juntos,laobligaronacomergalletitas,cosaqueellafueincapazdehacer,pueshabíaestadoamordazadatodalanocheynoledejaronbeberagua.Eddiesepusofuriosoylagolpeóenlabocaconunabarradecortinadealuminio, que quedó doblada y le dejó en lamejilla una ampliamarca enrojecida,ademásdepartirleellabioinferior.
Elrestodeldíajugaronalpelele.Ruth apenas iba por allí. Le daban dolores de cabeza cada vez con más
frecuencia.Sequejabadequelepicabalapiel,sobretodoladelacaraylasmanos.Medabalaimpresióndequehabíaperdidopeso.Lesalióunacalenturaqueleduróvariosdías.
Incluso con la tele encendida podías oír cómo tosía arriba, una tos profunda,procedentedelospulmones.
AlnoestarRuthporahí,laprohibicióndetocaraMegdesapareció.Denisefuequienempezó.ADeniselegustabadarpellizcos.Teníadedosfuertes
paraserunaniñadesuedad.Cogía lacarnedeMegy la retorcía,conminándolaallorar.Lamayorpartedeltiempo,Megnolloraba.EsohacíaqueDeniselointentaracon más fuerza. Sus objetivos favoritos eran los pechos deMeg; te dabas cuentaporquesiemprelosdejabaparaelfinal.
Y,enesemomento,lonormaleraqueMegllorara.AWillie legustabaatarlaencimade lamesa,bajarle lasbragasyazotarlaenel
trasero.LodeLadradoreranlosinsectos.Leponíaunaarañaounciempiésenlatripay
observabacómoellaseencogía.Fue Donny el que me sorprendió. Siempre que pensaba que no le veía nadie,
recorríasuspechosconlasmanosolospresionabaligeramente,olatocabaentrelaspiernas.Levihacerlomuchísimasveces,peronuncahicenada.
Lohacíaconsuavidad,comounamante.Yunavez,cuandolehabíanquitadolamordaza, incluso le vi besándola.Fueunbeso extraño, pero tiernoy extrañamentecastositeníasencuentadequelateníaahíparahacerconellaloquequisiera.
Entonces, Eddie llegó un día riéndose con una caca de perro en un vaso deplásticoy labajaronypusieronsobre lamesamientrasLadrador le tapaba lanarizhastaqueellatuvoqueabrirlabocapararespirar,yentoncesEddieselametióenlaboca.Yesafuelaúltimavezquealguienlabesó.
Elviernesdeesasemanaestuvetrabajandoenelpatiotodalatardehastamásomenos lascuatro,y,cuandomeacerqué,pudeoír la radioa todovolumendesde lapuertadeatrás,asíquemeacerquéyviqueelgrupohabíavueltoacrecer.
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Sehabíacorridolavoz.No solo estaban allí Eddie y Denise, sino también Harry Gray, Tony y Lou
Morino, Glenn Knott e incluso Kenny Robertson (una docena de personas allíagolpadas en esepequeño refugio, incluidosMegyyo)yRuth estaba en lapuertaobservando,sonriendomientraslaempujabandeunladoaotroconloshombrosyloscodoscomosifueraunabolahumanadebillarautomáticoatrapadaentreunadocenadelanzadoreshumanos.
Teníalasmanosatadasalaespalda.En el suelo había latas de cerveza y Cocas. El humo de cigarrillo llenaba la
habitaciónenformadeespesasnubesgrises.Enalgúnmomento,enlaradioempezóasonarunaantiguacancióndeJerryLeeLewis,Breathless,ytodoelmundoserioyempezóacantar.
Todo acabó con Meg en el suelo, lastimada y sollozante. Subimos a buscarrefrescos.
Mipelículacontinuaba.
Traseso,losniñosfueronyvinierondurantetodaunasemana.Normalmentenohacíanotracosaquemirar,perorecuerdoaGlennKnottyaHarryGrayhaciéndoleun día lo que ellos llamaban un «sándwich» (cuando Ruth no estaba), frotándosecontra ella por el frente y por la espalda mientras ella colgaba de las cuerdassuspendidasdelosgarfiosdelasvigasdeltecho.RecuerdoaTonyMorinotrayéndolea Ladrador una docena de babosas del jardín para que se las pusiera por todo elcuerpo.
Pero,aunqueledolía,Megsolíaestarensilencio.Traselincidentedelacacadeperro, era difícil humillarla. Y no había muchas cosas que la asustaran. Parecíaresignada.Como si todo lo que tuviera que hacer fuera esperar y entonces, con eltiempo,nos terminaríamosaburriendodeaquelloy todo terminaría.Pocasveces serebelaba.Si lohacía,bastabaconquellamásemosaSusan.Perolamayorpartedeltiemponohacíafaltallegarhastaeseextremo.Ahorasequitabaoseponíalaropaencuantoseleordenaba.Soloera«quítatela»cuandosabíamosqueRuthnoibaaestarporallíosieraRuthlaquelosugería,loquenoerademasiadofrecuente.
Lamayorparteeltiemposólonossentábamosantelamesadetrabajo,jugandoalascartasoalCluedoybebiendoCocasuhojeandorevistas,hablando,yeracomosiMeg no estuviese ahí en absoluto excepto para decirle algo de cuando en cuando,para burlarnos de ella o para avergonzarla. Un abuso que era inconsciente ycotidiano. Su presencia nos empujaba de la misma forma pasiva que lo hacía untrofeo;ellaeralapiezaprincipaldenuestroclub.Pasábamosallílamayorpartedeltiempo.Estábamosenmediodelverano,pero todosestábamosperdiendocolorporestarsentadosenelsótano.Megsencillamenteestabaallísentadaodepie,atadayensilencio,ylamayorpartedeltiemponolepedíamosnadamás.Yentonces,aalguien
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seleocurríaunaidea,unanuevaformadeutilizarla,ylaponíamosenpráctica.Pero, básicamente, daba la impresión de que ella podía tener razón. Igual nos
terminábamos aburriendo un día y no volvíamos. Ruth parecía preocupada por símismaypor sus distintas enfermedades; preocupada, extrañaydistante.Y sin ellapara avivar las llamas, nuestras atencioneshaciaMeg se fueronhaciendo cadavezmásesporádicas,menosintensas.
De prontome di cuenta de que ya debíamos estar bien entrados en agosto. Enseptiembreempezaríamostodoselcolegiootravez.Willie,Donnyyyonosíbamoselprimer trimestre a un nuevo colegio, el Mount Holly, que había terminado deconstruirsejustoeseverano,yMegteníaqueempezarelinstituto.Todotendríaquehaberacabadoparaentonces.Eradecajón.Podíasdejaraunapersonaencadenadayencerradadurante lasvacacionesdeveranoynadie teníanecesariamentequedarsecuenta.Perodejaraunniñosiniralcolegioeraotracosa.
Asíquetodoacabaríaenseptiembre,deunaformauotra.Asíque,pensé,esposiblequetuvierarazón.Puedequetodoloqueella tuviese
quehacereraesperar.Y,entonces,penséenloqueEddiehabíadicho.Yempecéapreocuparmeporsi,
envezdeeso,estaríatotalmenteequivocada.
FueEddiequienacabóconelclub.Lohizoalexigirmásaún.
Pasarondoscosas.Laprimerasucedióenunfeodíadelluvia,el típicodíaquecomienzagrisynuncapasadelcolordelacremadechampiñonesantesdevolveraponersetotalmentenegro.
Eddielehabíarobadoasupadreunpardepaquetesdeseiscervezasyselostrajoconsigo,yDenise,TonyMorinoyélsebebieronávidamenteunascuantas,mientrasqueWillie,Ladrador,Donnyyyonosbebimoslasnuestrasconmáslentitud.Pronto,ellos tres estaban borrachos y los paquetes de seis se habían acabado, por lo queWilliesubióapormás.JustocuandoEddiedecidióqueteníaquemear.Loquelediounaidea.Noslasusurró.
CuandoWillie volvió, él y TonyMorino bajaron aMeg al suelo, la tumbaronsobresuespaldayleataronfuertementelosbrazosalaspatasdelamesa.Deniselaagarróporlospies.Lepusieronvariosperiódicosbajolacabeza.
YentoncesEddielemeóenlacara.SiMegnohubieseestadoatadaalamesa,creoquehubieseintentadomatarle.PeroenVezdeeso,lagenteseechóareírmientrasellasedebatía,hastaque,al
final,serindióysequedóallítumbada.YentoncesaDonnyseleocurrióqueaRuthnoleibaahacermuchagracia.Sería
mejor que lo limpiaran todo.Así que levantaron aMegy le ataron los brazos a laespalday lamantuvieronasí,mientrasLadradorrecogía lospapelesy lossacabaal
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incineradoryDonnyechabaalgodeaguaenlagranpiladecementoqueteníanenelsótanoparadesaguarlalavadora.EchódentrounmontóndeTide.
Luego volvió y entre Tony,Willie y él la sacaron del refugio hasta el sótanopropiamentedicho,juntoalapila.
Lemetieronlacabezaenelaguajabonosaylamantuvieronallídebajo,riéndose,mientrasWillielefrotabaelpelo.Trasuninstanteodosempezóadebatirse.Cuandoladejaronsalir,jadeabasinrespiración.
Peroestabalimpia.YentoncesaEddieseleocurrióotraidea.—Tenemosqueaclararla—dijo.Tirótodaelagua,secólapilaylavolvióallenar
conel aguadeaclaradomuycaliente, exactamente igualacomoRuthhabíahechoconladucha.
Luego,élsolo,lehundiólacabeza.Cuandoledejóvolveralasuperficie,sucaraestabatanrojacomouncangrejoy
ellachillaba,ylamanodeEddieestabatanrojaquerealmentetepreguntabascómohabíasidocapazdemantenerlaahídebajo.Peroahorayaestabaaclarada.
Lavadayaclarada¿AcasoRuthnoibaaalegrarseporello?Ruthsepusofuriosa.El día siguiente mantuvo unas compresas frías sobre los ojos de Meg. Temía
realmente por su vista. Tenía los ojos tan hinchados que apenas podía abrirlos, ymanabadeellosunlíquidomuchísimomásespesoquelaslágrimas.Sucaraestaballena de manchas, horrible, como si fuera un caso mastodóntico de infección conhiedravenenosa.Peroeranlosojoslosqueteníanatodospreocupados.
Lamantuvimosenelcolchóndeaire.Ledimosdecomer.Sabiamente,Eddiesemantuvoalejado.Aldíasiguiente,estabamejor.Altercerdía,Eddievolvió.Yonoestabaallíesedía(mipadremeteníaocupadoenElnidodeláguila),pero
melocontaronbastantepronto.Al parecer,Ruth estaba arriba, tumbada, y se imaginaron que dormía debido a
otra de sus jaquecas. Ladrador, Donny yWillie estaban jugando a los ocho locoscuandoEddieyDeniseentraron.
Eddie quería volver a quitarle la ropa, solo para mirar, dijo, y todo el mundoestuvodeacuerdo.Estabacalmadoysilencioso.BebíaunaCoca.
Ladesnudaron,laamordazaronylaataronbocaarribasobrelamesadetrabajo,peroestavezataroncadapieaunapatadistintade lamesa. IdeadeEddie.Queríaabrirladepiernas.LadejaronporuntiempomientrasacababanlapartidadecartasyEddieseterminabasuCoca.
YentoncesEddietratódemeterledentrolabotelladeCoca.Supongoqueestabantodos tan sorprendidos y tan embebidos con lo que Eddie estaba haciendo que no
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oyeronaRuthquebajabaasusespaldas,perocuandoellacruzólapuerta,EddieteníaelcuellodelaverdebotelladeCocacasimetidodentrodeMegytodoslosdemásseagolpabanasualrededor.
Ruthechóunvistazoyempezóachillarquesesuponíaquenadiedebíatocarla,nadie,queestabasucia,queteníaenfermedades,yEddieyDenisepusieronpiesenpolvorosa,dejandoaLadrador,aWillieyaDonnyparaqueseenfrentaranasufuria.
ElrestolosupeporDonny.YDonnymeconfesóqueestabaaterrado.PorqueRuthestabatotalmentefuerade
sí.Se dedicó a dar vueltas por la habitación rompiendo cosas y gritando
incoherenciassobrequenohabíavueltoasalir,niaverunapelícula,niacenar,niabailar,niafiestas,quetodoloquehabíahechoeraquedarseallísentada,cuidandodeesos malditos y jodidos niños, limpiando, planchando, preparando la comida y eldesayuno,yque seestabavolviendovieja allí dentro,vieja, todos susbuenosañosperdidos,quetodosucuerposehabíaidoalinfierno,mientrasgolpeabasinpararlasparedesylapantalladealambredelaventanaylamesadetrabajo,yledabapatadasalabotelladeCocadeEddiehastaqueestasehizoañicoscontralapared.
Yentoncesledijoalgocomo«¡ytú!¡tú!»aMegylamirócomosifueraculpasuya el que el cuerpo de Ruth se estuviera yendo al infierno y el que no hubierapodidovolverasalir,y la llamóputayzorray jodidabasura inútil,y,entonces, sedescalzóylagolpeó,dosveces,entrelaspiernas.
Ahorateníaheridasenesazona.Heridasterribles.Porfortuna,dijoDonny,Ruthllevabazapatillas.
Melopudeimaginar.
Tuveunsueñoesanoche,lanocheenlaquemelocontó.Estabaencasaviendolateleyponíanuncombatedeboxeo,SugarRayRobinson
contraalgúntipejoblancoenormesinnombreysinrostro,ymipadredormíaamílado,roncando,sentadoenlasillallenadecojines,mientrasqueyoloveíadesdeelsofá,y,apartedelaluzdelatele,lacasaestabaaoscurasyyoestabacansado,muycansado;y,depronto,lascosascambiaronymeencontréenelcombate,alladodelcuadrilátero,congentegritandoamialrededor,ySugarRayesquivabaaltipoconesaforma típica suya,moviéndose como un tanque, con los pies planos,moviendo lacintura.Eraexcitante.
Así que yo estaba animando a Sugar Ray y busqué a mi padre para ver si éltambiénestabahaciéndolo,peroélestabaprofundamentedormidoenelasientodeallado,igualquelohabíaestadoenelsofá,hundiéndoselentamenteenelsuelo.
—Despierta—ledijomimadre,dándolecodazos.Supongoquehabíaestadoallítodoeltiempo,peronolahabíavistoantes—.Despierta—repitió.
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Peronolohizo.Yyovolvíamiraralcuadrilátero,pero,enlugardeSugarRay,eraMeg laqueestabadentro,Meg talycomo laviporprimeravez, enel arroyo,vestidaconpantalonescortosyunablusapálidaysinmangas,consucoletatanrojacomoel fuegomoviéndosedeun ladopara otro a sus espaldasmientras pegaba altipo,lepegaba.Ymepuseenpie,animando,gritando.
—¡Meg!¡Meg!¡Meg!Medespertéllorando.Teníalaalmohadaempapadadelágrimas.Mesentíconfuso.¿Porquélloraba?Nohabíasentidonada.Fuialcuartodemispadres.Ahoradormíanencamasseparadas.Lashabíantenidoduranteaños.Igualqueen
elsueño,mipadreroncaba.Mimadredormíaensilencioamilado.Meacerquéa lacamademimadreymequedéallí,mirándola,unadelicaday
menudamujerdepelooscuroque,enesemomento,dormida,meparecíamásjovendeloquejamáspenséquelavería.
Lahabitaciónolíafuertementeconsusueño,elhúmedoolordelarespiración.Queríadespertarla.Queríacontárselo.Todo.Eralaúnicaalaqueselopodíacontar.—¿Mamá?—dije.Perolodijemuysuavemente,comosiunapartedemísiguiese
demasiadoasustadaodemasiadopocodispuestaamolestarla.Laslágrimassurcabanmismejillas.Semecaíanlosmocos.Aspiréporlanariz.Elruidofuemásfuertequemivozcuandolallamé.
—¿Mamá?Ellasemovió,gimiendosuavemente.Penséquesoloteníaqueintentarlounavezmásparapoderdespertarla.YentoncespenséenMeg,solaenlalargaoscuridaddelanochedentrodeaquel
refugio,ahítumbada.Sufriendo.Entoncesrecordéelsueño.Sentíquealgomeoprimía.Nopodíarespirar.Sentí,depronto,unhorrormareanteycadavezmayor.Lahabitaciónsevolvióoscura.Mesentíexplotar.Ysupecuáleramiparteentodoesto.Miestúpidaydescuidadatraición.Mimaldad.Sentícómomellegaba,involuntariamente,unenormesollozoenformadegrito.
Lo sentí como un grito. Me tapé la boca y salí corriendo y tambaleante de lahabitación, cayendode rodillas enelpasillo, tras supuerta.Mequedéallí sentado,temblando,llorando.Nopodíadejardellorar.
Estuveahísentadomuchorato.Ellosnosedespertaron.
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Cuandomepuseenpie,casihabíaamanecido.Fui a mi habitación. A través de la ventana, desdemi cama, observé cómo la
nochesevolvíadeunnegromásoscuroparaluegopasaraunazuloscurointenso.Mis pensamientos daban vueltas y más vueltas y salían de mí igual que las
golondrinasmañanerassalíandelosaleros.Mesenté,mereconocíporcompletoy,tranquilamente,observécómosalíaelsol.
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Fue una suerte que, por el momento, los otros, al menos, fueron excluidos.Necesitabahablarconella.Teníaqueconvencerladequealfinibaaayudarla.
Trataríadequesefugase,conosinSusan.NomedabacuentadequeSusan,dealgunaforma,seencontrabaenunpeligroigualdegrande.Demomentonolehabíapasadonadaexceptoalgunaqueotrazurra,almenosnadaqueyohubieravisto.EraMeglaqueteníaproblemas.Yahora,pensé,teníaquedarsecuenta.
Fuemásfácilymásdifícildeloquemehabíaimaginado.Másdifícilporquemeencontréconqueyotambiénhabíasidoexcluido.
—Mamánoquierequehayanadieporaquí—meexplicóDonny.Nosdirigíamosennuestrasbicicletasalapiscinacomunitaria,porprimeravezdesdehacíasemanas.Eraundíacalurosaynosoplabanadadebrisa,porloqueyaestábamossudandoatresmanzanasdenuestracalle.
—¿Yeso?Yonohicenada.¿Porquéyo?Bajamosunaloma.Notuvimosqueesforzarnosduranteunrato.—Noeseso.¿HasoídoloquehizoTonyMorino?—¿Qué?—Selocontóasumadre.—¿Qué?—Sí. Elmuy estúpido…Su hermano, Louie, nos lo contó.Ya sabes, no todo.
Creoquenopudocontarletodo.Perosílosuficiente.LedijoqueteníamosaMegenelsótano.LecontóqueRuthlallamabaputayzorrayquelepegaba.
—Jesús.¿Yquédijo?Donnyseechóareír.—Porsuerteparanosotros,losMorinosonunoscatólicosrealmenteestrictos.Su
madredijoqueprobablementeselomerecía,queposiblementeesunaperdida,oalgoasí. Dijo que los padres tienen derechos y que Ruth es ahora su madre. Así que,¿sabesloquehicimos?
—¿Qué?—Willieyyofingimosquenolosabíamos.LlevamosaTonyaBleeker’sFarm,a
losbosquesquehayallí.Noconocíaesesitioenabsoluto.Hicimosqueseperdierayluegoledejamosenlospantanos.Lellevódoshorasymediaencontrarelcaminodevueltay llegar a sucasa,y,paraentonces,yaestabaoscuro.Pero¿sabesquées lomejor?Sumadrelediounazurraporperderselacenayllegaracasallenodefangodelpantanoydeporquería.¡Sumadre!
Nosreímos.Nosmetimosenelcaminoreciénconstruidoqueconducíaaledificiodelosrecreativos,dejamoslasbicisenelaparcamientodebicicletasyatravesamosapieelsuelopegajosoydeolordulzónhastalapiscina.
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Enseñamosenlapuertanuestrasbolsasdeplástico.Lapiscinaestabaabarrotada.Niñospequeñospateandoysalpicandoenlasorillascomounaescueladepirañas.Lapiscina para bebés llena de madres y padres que guiaban a sus pequeños, dedosregordetesagarradosalostubosinterioresdepatitosydragones.Habíalargascolasde gente impaciente ante los trampolines y el puesto de refrescos. Chaquetasamarillasencadapapeleraesquivandoenvoltoriosdeheladosyrefrescos.
Los gritos, chapoteos y chillidos que daba la gente que corría por el valladorecintodehierbaycementoeranensordecedores.Dabalaimpresióndequeelsilbatodelsocorristasonabacadatreintasegundos.Colocamosnuestrastoallas,fuimosalazonadedosmetrosymedioynossentamosconlaspiernasbalanceandodentrodelaguaqueolíaacloro.
—Asíque,¿quépasaconmigo?—lepregunté.Seencogiódehombros.—Nosé—respondió—.Mimadreestáahoramuypreocupada.Porsialguienlo
cuenta.—¿Yo?Vaya,yonolocontaré—repliqué.Merecordéenlaoscuridad,depieal
ladodemimadredormida—.Sabesquenolocontaré.—Losé.Ruthestáraraestosdías.Noseguípresionándolo.Donnynoeratantontocomosuhermano.Meconocía.
Sedaríacuentasitratabadeforzarloysepreguntaríaporqué.Asíqueesperé.Salpicamosconlospies.—Mira—medijo—,hablaréconella,¿vale?Esunachorrada.Llevasviniendoa
nuestracasa,¿cuántosaños?—Unmontón.—Asíque,queleden.Hablaréconella.Vamosalagua.Nosmetimosenlapiscina.
LapartefácilfueconvenceraMegparaquesefuera.Habíauna razón.Porúltimavez,medije amímismo, tendríaquequedarmey
mirar, esperando elmomento en el que pudiera hablar.Y entonces la convencería.Inclusoteníaunplanenlacabeza.
Yentoncesseacabaría.Teníaquefingirqueestabaconellospasaraloquepasara;quenoimportaba.Una
últimavez.Perocasinollegóapasar.Porque esa última vez fue casi suficiente como para ponernos a los dos en el
disparadero.Esaúltimavezfueespantosa.
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—Estábien—medijoDonnyaldíasiguiente—.Mamádicequepuedesvenir.—¿Iradónde?—preguntómimadre.Estabadetrásdemíenelfregaderodelacocina,cortandocebollas.Donnyestaba
enelporche,detrásdelapantalla.Alestaryoenmedio,nosehabíadadocuentadequeellaseencontrabaallí.
Lacocinaapestabaacebolla.—¿Adóndevais?—repitió.Lomiré.Pensóconrapidez.—VamosatratardeiraSpartaelpróximosábado,señoraMoran.Unaespeciede
picnic familiar. Habíamos pensado que igual David también podía venir. Puede,¿verdad?
—Noveoporquéno—contestómimadre,sonriendo.Donnysiempreeramuyeducado con ella sin resultar cargante, y ella lo apreciaba precisamente por ello,aunquenosentíalomismoporelrestodelafamilia.
—¡Genial!Gracias,señoraMoran.Nosvemos,David—dijoél.Asíque,pocodespués,fuiallí.
Ruthhabíavueltoaljuego.
Suaspectoeraespantoso.Teníaheridasportodalacara,yresultabaevidentequeselashabíarascadoporquedosdeellasteníanlacostracasiarrancadadeltodo.Teníaelpelograsiento,pegadoyconcaspa.Aparentabahaberdormidovariosdíasconelfinocamisóndealgodón.Yahora sí queestaba segurodequehabíaperdidopeso.Podíasvérseloenlacara:lasbolsasbajolosojos,lapielestiradasobrelospómulos.
Estabafumando,comodecostumbre,sentadaenunasillaplegablefrenteaMeg.Tenía a su lado un sándwich de atún amedio comer sobre un plato de papel y loestaba usando de cenicero. Dos colillas de Tareyton emergían del empapado panblanco.
Estaba mirando fijamente, inclinada hacia delante sobre la silla, guiñando losojos. Y pensé en el aspecto que tenía cuando veía sus concursos por la tele,programascomoVeintiuno.CharlesVanDoren, el profesorde inglésdeColumbia,acababadeseracusadodehacertrampasalganar129.000dólaresenelconcursolasemanaanterior.Ruthestuvotristísima.Comosiellatambiénhubierahechotrampas.
Pero ahora observaba aMeg con la misma pensativa intensidad con la que lohacíaconVanDorenensucabinainsonorizada.
Jugandoconél.Mientras,LadradorpinchabaaMegconsunavaja.Lahabíanvueltoacolgardeltecho,yseencontrabadepuntillas,sufriendo,con
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varios volúmenes de laWorld Book esparcidos a sus pies. Estaba desnuda. Estabasucia, llenadeheridas.Bajolacapadesudor, teníaahoraunaextrañapalidez.Perono importabanadadeeso.Debería,perono lohacía.Lamagia, lapequeñaycruelmagiadeverladeaquella forma, flotóporunmomentosobremícomosi fueraunhechizo.
Ella era todo cuanto yo conocía sobre el sexo. Y todo cuanto sabía sobre lacrueldad.Porunmomento,sentíquemeinundabacomosifueraunvinopeleón.Denuevoestabaconellos.
YentoncesmiréaLadrador.Unapequeñaversióndemí,odeloqueyopodíallegaraser,conuncuchilloen
lamano.NomesorprendíaqueRuthestuvieseconcentrada.Estaban todos allí,Willie y Donny también, sin que nadie hablara, porque un
cuchillo no era una cuerda, ni un cinturón, ni un chorro de agua hirviendo, loscuchillospodíanherirtegravemente,deformapermanente,yLadradorerademasiadopequeñoparaentenderlodel todo, sabíaque lamuertey lasheridaserancosasquepodíanpasar,peronoentendíalasconsecuencias.Estabanpisandounhielomuyfino,y lo sabían. Pero dejaban que ocurriera. Querían que pasara. Estaban siendoeducados.
Yononecesitabaesaslecciones.Demomentonohabíasangreninguna,peroyosabíaque,contodaprobabilidad,
lahabría,quesoloeracuestióndetiempo.Eraevidente,inclusotraslamordazaytraslavendadelosojos,queMegestabaaterrada.Supechoyestómagosemovíanconunarespiraciónagitada.Lacicatrizdesubrazoparecíaunrelámpago.
La pinchó en la tripa. Como estaba de puntillas, no había forma de que loesquivara. Solo se agitó convulsivamente contra las cuerdas. Ladrador se rio y lapinchóbajoelombligo.
Ruth me miró, me hizo un gesto de bienvenida, y encendió otro Tareyton.ReconocíelanillodebodasdelamadredeMeg,flojoensudedoanular.
Ladradordeslizólacuchillapor lascostillasdeMegylapinchóenlaaxila.Lohizocontantarapidezydeunaformatandescuidadaquemequedéesperandoaquesurgierasangredesuscostillas.Pero,esavez,tuvosuerte.Peroviotracosa.
—¿Quéeseso?—¿Quéesqué?—preguntóRuth,distraída.—Eso,lodelapierna.Tenía unamarca roja, de unos dos centímetros, en formade cuña en elmuslo,
justoporencimadelarodilla.LediounacaladaalTareyton.Nomecontestó.LohizoWillie.
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—Mamáestabaplanchando—mecontó—.Nosestabamolestando,asíquemamáledioconlaplancha.Ladespellejó.Ningúnproblema,exceptoquesehaestropeadolaplancha.
—Ningúnproblema,yunamierda—dijoRuth.Sereferíaalaplancha.Mientras tanto, Ladrador deslizaba el cuchillo de vuelta hacia la tripa deMeg.
Estavez,lapinchójustodondeacababanlascostillas.—Ups—exclamó.SevolvióparamiraraRuth.Ruthselevantó.Lediounacaladaalcigarrilloytirólaceniza.Yseacercó.Ladradordiounpasohaciaatrás.—Malditasea,Ralphie—dijo.—Lo siento—se disculpó. Soltó el cuchillo.Hizo un ruidometálico al chocar
contraelsuelo.Era evidente que estaba asustado. Pero la voz deRuth era tan neutra como su
tono.—Mierda—dijo—.Ahoravamosatenerquecauterizar.—Levantóelcigarrillo.
Miréhaciaotrolado.OíelgritodeMegatravésdelamordaza,untemblorosogemidoahogadoquese
convirtió,abruptamente,enunaullido.—Cállate—leordenóRuth—.Cállateotelovuelvoahacer.Megnopudoparar.Yoestabatemblando.Miréaladesnudapareddecemento.Aguanta,pensé,oíel
siseo.Oísugrito.Pudeoleraquemado.LevantélavistayviaRuthconelcigarrilloenunamanomientrasqueconlaotra
seagarrabaelpechoatravésdelvestidogrisdealgodón.Seestabasobando.Vilasseñales de las quemaduras, muy juntas, bajo las costillas de Meg, su cuerporepentinamente bañado en sudor.Vi cómo semovía bruscamente lamano deRuthsobre su arrugado vestido para hacer presión sobre sus piernas mientras gruñía ygemía,yelcigarrillovolvióaacercarse.
Yoibaaestallar.Losabía.Podíasentircómocrecía.Ibaatenerquehaceralgo,quedeciralgo.Loquefueraparaacabarconlasquemaduras.CerrélosojosyseguíviendoaRuthagarrándoseentrelaspiernas.Merodeabaeloloracarnequemada.Semeencogióelestómago.Medilavuelta,oíqueMeggritabaygritaba,yentonces,depronto, Donny dijo «¡mamá! ¡Mamá! ¡Mamá!», con voz nerviosa y súbitamenteteñidademiedo.
Nopodíaentenderlo.Yentonceslooí.Llamabanalapuerta.
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Habíaalguienenlapuerta.Lapuertaprincipal.Miré a Ruth. Ella miró a Meg, con una expresión tranquila y relajada,
despreocupada y distante. Lentamente, se llevó el cigarrillo a la boca y le dio unalentayprofundacalada.Saboreándolo.
Volvíasentirunnudoenelestómago.Oícómollamabanalapuerta.—Idaabrir—dijo—.Despacio.Contranquilidad.Sequedóallí,tranquilamente,mientrasDonnyyWilliesemirabanyluegosubían
lasescaleras.LadradormiróaRuthyluegoaMeg.Parecíaconfuso.Repentinamentevolvíaa
sersolounniñopequeñoquequeríaqueledijeranloqueteníaquehacer.¿Deboirconellosoquedarme?Peronadieibaaayudarle,noconRuthenaquelestado.Asíque,finalmente,tomósupropiadecisión.Siguióasushermanos.
Esperéhastaquedesapareció.—¿Ruth?—dije.Noparecióquemehubieraoído.—¿Ruth?Siguióconlamiradafija.—¿Nocrees…?Esdecir,sisetratadealguien…¿Creesquedebeconfiárseloa
ellos?¿AWillieyaDonny?—¿Mmmmm?Memiró,peronoestoymuysegurodequemeviera.Nuncahabíavistoanadie
queparecieratanvacío.Pero erami oportunidad. Puede que la única que tuviera. Sabía que tenía que
presionarla.—¿Nocreesquedeberíassertúquienlomanejara,Ruth?Supontequeeselseñor
Jenningsdenuevo.—¿Quién?—ElseñorJennings.ElagenteJennings.Lapoli,Ruth.—Oh.—Yopodría…vigilarlaentulugar.—¿Vigilarla?—Paraasegurarnosdequeno…—Sí.Bien.Vigílala.Buena idea.Gracias,Davy.—Empezó a dirigirse hacia la
puerta, conmovimientos lentos y comoen sueños.Y entonces se giró.Y entonceshablóconvozsecayaguda,ycon laespaldamuyerguida.Susojosparecíanestarpartidosconlosreflejosdelaluz.
—Serámejorquenolajodas—meadvirtió.
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—¿Qué?Sepusoundedosobreloslabiosysonrió.—Si oigo un solo ruido aquí abajo, te prometo que osmato a los dos. No os
castigo.Osmato.Muertos.¿Lopillas,Davy?¿Estamosdeacuerdo?—Sí.—¿Estásseguro?—Sí,señora.—Bien.Muybien.Sedio lavueltay ahoraoí sus zapatillas subiendo la escalera.OíVocesarriba,
peronopudeentenderlas.MevolvíhaciaMeg.Descubrídóndelahabíaquemadoporterceravez.Elpechoderecho.—Oh, Jesús,Meg—exclamé.Me acerqué a ella—. Soy David.—Le quité la
vendadelosojosparaquepudieraverme.Susojosbrillabandeformasalvaje.—Meg—le dije—.Meg, escucha. Escúchame, por favor. Por favor, no hagas
ningún ruido. ¿Hasoído loquehadicho?Escapazdehacerlo,Meg.Por favor,nogritesnihagasnada,¿vale?Quieroayudarte.Notenemosmuchotiempo.Escúchame.Te voy a quitar la mordaza, ¿vale? No vas a gritar, ¿verdad? Eso no te ayudaría.Podríasercualquieraelquehallamado.LachicadeAvón.Ruthpodríaconvencerlede que no es nada. Podría convencer a cualquiera de cualquier cosa. Pero voy asacartedeaquí,¿meentiendes?¡Voyasacarte!
Estaba hablando a una velocidad de vértigo, pero no podía parar. Le quité lamordazaparaquemepudieracontestar.Sehumedecióloslabios.
—¿Cómo?—mepreguntó.Suvozeraundébilydolorososonidoáspero.—Estanoche.Tarde.Cuandoestándormidos.Tienequedarlaimpresióndeque
lohicistesola.Totalmentesola.¿Vale?Asintió.—Tengoalgodedinero—continué—.Estarásbien.Ypuedopasarmepor aquí
paraasegurarmedequenolepasanadaaSusan.Ypuedequeparaentoncessenosocurra algún modo de sacarla también de aquí. Puede que volver a ir a la poli.Enseñarles…esto.¿Vale?
—Vale.—Vale.Estanoche.Loprometo.Oícómosecerrabalapuertayruidodepasoscruzandoelcuartodeestar,losoí
bajandolaescalera.Volvíaamordazarla.Volvíataparlelosojos.EranDonnyyWillie.Memiraron.—¿Cómolosabías?—mepreguntóDonny.—¿Saberelqué?
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—¿Selohascontado?—¿Contárseloaquién?¿Contarlequé?¿Dequéestáshablando?—No intentes tomarme el pelo,David.Ruth nos ha contado que le dijiste que
podíaserJenningselquellamabaalapuerta.Oh,Jesús,pensé.Oh,mierda.Yyoquelehabíasuplicadoquenogritase.Podíamoshaberloparadoenaquelmismomomento.Peroteníaqueseguirfingiendoanteellos.—Estásdebroma—ledije.—Nobromeo.—¿ElseñorJennings?Diosmío,sisoloeraunasuposición.—Unasuposiciónmuyacertada—señalóWillie.—Sóloeraalgoquedijeparaqueella…—¿Paraqueellaqué?Subiera,pensé.—Paraqueellavolvieraareaccionar.Cristo,lahabéisvisto.¡Parecíaunmaldito
zombi!Semiraronelunoalotro.—Estabarealmentemuyrara—señalóDonny.Willieseencogiódehombros.—Sí.Supongo.Queríaquesiguiesenporesecamino.Asínopensaríanquehabíaestadoasolas
conMeg.—¿Quécreéis?—pregunté—.¿BuscabaaMeg?—Más o menos—contestó Donny—. Dijo que solo pasaba por aquí para ver
cómoestabanesasagradablesniñitas.AsíqueleenseñamosaSusanensuhabitación.Le dijimos que Meg había salido de compras. Susan no dijo nada, claro; no seatrevió.Asíquecreoqueselotragó.Parecíabastanteincómodo.
Bastantetímidoparaserunpoli.—¿Dóndeestátumadre?—Dijoquequeríaecharseunrato.—¿Quévaisacenar?Eraunapreguntauntantoabsurda,perofueloprimeroquesemeocurrió.—Nosé.Igualpreparamosunosperritosenlaparrilla.¿Porqué?¿Quieresvenir?—Lepreguntaréamimadre—contesté.MiréaMeg—.¿Quépasaconella?—le
pregunté.—¿Quépasaconella?—¿La vais a dejar así o qué? Deberíais hacer algo con esas quemaduras, al
menos.Selepodríaninfectar.—Que le den—contestóWillie—.No estoy seguro de haber acabado aún con
ella.
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SeagachóycogióelcuchillodeLadrador.Losopesóenlamano,delacuchillaalmango,yseagachóysonrió.—Aunquepuedeque sí lo hayahecho—continuó—.No lo sé.No lo sé.—Se
acercóaella.Yrepitióparaqueellapudieraoírloyentenderlobien—.Simplementenolosé.—Burlándosedeella.
Decidíignorarlo.—Voyapreguntárseloamimadre—ledijeaDonny.Noqueríaquedarmeyverloquedecidía.Deunaformaodeotra,nohabíanada
queyopudierahacer.Teníaquedejarquealgunascosassiguieransu rumbo.Teníaqueconcentrarmeenloquesípodíahacer.Medilavueltaysubílasescaleras.
Arribadeltodo,metoméunmomentoparacomprobarlapuerta.Contabaconsupereza,consufaltadeorganización.Comprobéelcandado.
Ysí,seguíaroto.
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Hubountiempoenelquehastalosculpablesteníanunaextrañainocencia.
Ennuestraciudad,elroboeraalgoinexistente.Losrobossellevabanacaboenlasciudades,noaquí;esaera,paraempezar,unadelasrazonesporlasquenuestrospadresdejaronlasciudades.
Laspuertassecerrabandebidoalfrío,elvientoylalluvia,noporlaspersonas.Asíquecuandoelcandadodeunapuertaounaventanaserompíaoseoxidabatrasañosdemaltiempo,lomásnormalesquesedejaseasí.Nadienecesitabauncandadoparadejarfueralanieve.
LacasadelosChandlernoeraningunaexcepción.Tenían una puerta trasera con un candado que no creo que hubiera funcionado
nunca; en todami vida.Luego había una puerta demadera que se había combadoligeramentedetalformaqueelcierredelpestilloyanoencajabaconelhuecodelajamba.
InclusoestandoMegallíprisionera,nosehabíanmolestadoenarreglarlo.Loquedejaba lapuertademetalqueconducíaalpropiorefugio,quechirriaba.
Seríaalgodesmañadoyruidoso,peroloúnicoquehabíaquehacereradescorrerelpestillo.
Creíaquesepodíahacer.Alastresyveinticincodelamañana,meacerquéaecharunvistazo.Llevabaenelbolsillounalinternapequeña,unanavajaytreintaysietedólaresen
billetes pequeños. Llevaba puestas unas zapatillas de deporte, unos vaqueros y lacamisetaquemimadremehabíateñidodenegroaimitacióndelaqueElvisllevabaenLovingyou.Paracuandocrucéelcaminohastasupatio,lacamisetasemehabíapegadoalaespaldacomosifueraunasegundapiel.
Lacasaestabaaoscuras.Entré en el porche y esperé, tratando de oír algo.La noche estaba silenciosa y
clarabajounalunacasillena.DabalaimpresióndequelacasadelosChandlermeechabaelaliento,crujiendo
comoloshuesosdeunaviejadormida.Dabamiedo.Por un momento, quise olvidarme de todo, ir a casa, meterme en la cama y
taparmeconlasmantas.Queríaestarenotraciudadtotalmentedistinta.Estuvetodala tarde imaginándomequemipadreomimadremedecían,«bueno,David,no sécómodecírtelo,peronosmudamos».
Nohubosuerte.Seguía pensando que me pillarían en las escaleras. La luz se encendería de
repentey allí estaríaRuth, apuntándomeconunapistola.Nocreoque tuvierauna.
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Pero, de todas formas lo pensaba. Una y otra vez, como un disco que se hubieserayadoenlaúltimapista.
Estáschalado,merepetíaunayotravez.Perolohabíaprometido.Y,apesardeloterroríficoquemeresultabatodoaquello,esedíamehabíadado
aúnmásmiedo.AlmiraraRuth,finalmentemedicuentadecómoacabaríatodo.Deunaformaclaraysinposibilidaddeerror,viqueMegibaamorir.
Nosécuántotiempoestuveallí,esperandoenelporche.Losuficientecomoparaoír a la rosadeSharonarañando lacasaenuna suave
brisa,comoparafijarmeenlasranasquecroabanenelarroyo,enlosgrillosdelosbosques.Losuficientecomoparaquemisojosseadaptarana laoscuridadycomoparaquelanormalidaddelasranasylosgrilloscantándoseunosaotrosenlanochemetranquilizara.Asíque,trasuntiempo,loquesentíayanoeraeltemorciegoconelqueempecé,sinoexcitación;excitaciónporhaceralgoporfin,algoporMegypormí,algoquenadiequeyoconocierahabíahechojamás.Meayudabapensardeesamanera.Sobrelatensarealidaddelmomentodeloqueestabahaciendo.Silohacíaasí,podíaconvertirloenunaespeciedejuego.Estabaentrandoenunacasadenochey lagentedormía.Esoera todo.Noeragentepeligrosa.NoeraRuth.Noeran losChandler.Sologente.Yoeraunladróndecasas.Frío,cuidadosoysigiloso.Nadieibaapillarme.Niesanocheninunca.
Abrílapuertaexterior.Apenashizoruido.La puerta interior era más complicada. La madera se había dilatado con la
humedad.Giré el pomoypresioné los dedos contra la jambay el pulgar contra lapuerta.Laempujélentamente,consuavidad.
Chirrió.Empujé conmás fuerzaydecisión.Sostuveelpomocon firmeza,manteniendo
unaligerapresiónparaque,cuandoseabriera,nosaltaraytemblara.Chirrióunpocomás.Estabasegurodequetodalacasalohabíaoído.Todoelmundo.Aúnpodíacorrersiteníaquehacerlo.Erabuenosaberlo.Yentonces,derepente,seabrió.Conmenosruidoinclusodelquehabíahechola
anterior.Tratédeoíralgo.Entré.Encendí la linterna. Las escaleras estaban llenas de trapos, escobas, cepillos,
cubos;cosasqueRuthusabaparalimpiar,asícomobotesdeclavos,latasdepinturayotrasmáspequeñas.Por fortuna, lamayoríaestabanalineadasenunúnico lado, elopuestoalapared.Sabíaquelasescalerasseríanmássegurasycrujiríanmenosjusto
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al ladode lapared,donde teníanunsoporte.Si ibanacogerme,esteseríael lugar,dondeharíamásruido.Empecéabajarconcuidado.
Encadaescalón,meparabayescuchaba.Variéeltiempodecadapasoparaquenohubieraningúnritmoenabsoluto.
Perocadaescalónteníaalgoquedecir.Mellevóunaeternidad.Y,porfin,meencontréabajodeltodo.Paraentonces,meparecíaqueelcorazón
meibaaestallar.Nopodíacreermequenomehubiesenoído.Meacerquéalapuertadelrefugio.El sótano olía a jabón, a moho y a colada; y a algo parecido a leche pasada
derramada. Giré el pomo lo más silenciosa y cuidadosamente que pude. El metalchirrióexactamenteigual.
Abrílapuertayentré.Fue solo entonces, creo, cuando recordé por quéme encontraba allí en primer
lugar.Megestabasentadaenunaesquinadesucolchóndeaire,conlaespaldacontrala
pared,esperando.Alapálidaluz,pudeverloasustadaqueseencontraba.Ylomaloquehabíasidoaqueldíaparaella.
Le habían dado una fina camisa andrajosa para vestirse, y nadamás.Tenía laspiernasdesnudas.
Williehabíatrabajadoenellasconelcuchillo.Tenía líneas y arañazos entrecruzados sobre sus muslos y bajando por sus
pantorrillas,casihastalostobillos.Tambiénhabíasangreensucamisa.Sobretodosangreseca,peronotoda.Alguna
seguíacalando.Sepusoenpie.Seacercóypudeverunaheridanuevaensusien.Pero,auncontodo,seguíafirmeydispuesta.Empezóadeciralgo,peromellevé
undedoaloslabios,haciéndolacallar.—Hedejadoelcerrojodescorridoylapuertadeatrásabierta—lesusurré.»Pensarán que se les olvidó. Dame una media hora. Quédate en el lado de la
paredenlasescalerasynocorras.Donnyesrápido.Tecogería.Toma.Memetílamanoenelbolsilloyledieldinero.Lomiró.Entoncesnegóconla
cabeza.—Mejorno—mesusurró—.Sialgovamalymecogenconesto,sabránqueha
estado alguien aquí. No volveríamos a tener otra oportunidad. Déjamelo… —lopensóporunmomento—.Déjameloenlagranroca.Ponleunapiedraencima,oalgoasí.Loencontraré,notepreocupes.
—¿Adóndeirás?—lepregunté.
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—Nolosé.Aúnno.PuedequevuelvaconelseñorJennings.Nodemasiadolejos.Quiero seguir cerca de Susan. Encontraré una forma de hacértelo saber en cuantopueda.
—¿Quiereslalinterna?Volvióanegarconlacabeza.—Conozcolasescaleras.Quédatela.Vete.Venga.Saldeaquí.Mevolvíparairme.—¿David?Megirédenuevoy,depronto,estabaami lado,apuntodecogerme.Vicómo
brillabanlaslágrimasensusojosjustoantesdequeloscerraraymedieraunbeso.Teníaloslabiossecos,partidos,cortadosyllenosdeheridas.Fueronlascosasmássuavesyhermosasquejamásmehayantocado,quejamás
hayayotocado.Sentícomo,depronto,yotambiénestabaapuntodellorar.—¡Dios!Losiento,Meg.Losiento.Apenas pude salir. Lo único que podía hacer era quedarme ahí sacudiendo la
cabezaypidiéndolequemeperdonara.—David—medijo—.David.Gracias.Loúltimoquehas hecho, eso es lo que
cuenta.Lamiré.Fue como sime la estuviesebebiendo, como si, de alguna forma,me
estuvieseconvirtiendoenella.Mesequélosojos,lacara.Asentíymevolvíparairme.Y,derepente,semeocurrióalgo.—Espera—ledije.Salí del refugio y recorrí las paredes con la luz de la linterna.Encontré lo que
buscaba.Saquélallantadeacerodelosgarfios,retrocedíyseladi.—Porsilanecesitas—leexpliqué.Asintió.—Buenasuerte,Meg—dije,y,ensilencio,cerrélapuerta.
Yvolvíaencontrarmeenmediodetodoaquello,enelabrumadorsilenciodelacasa dormida, moviéndome lentamente hacia arriba, hacia la puerta de salida,sopesandocadapasocontraelcrujidodelascamasylossusurrosdelasramasdelosárboles.
Yentoncessalíporlapuerta.Crucéelpatioalacarrerahastaelcamino,atajéporlapartedeatrásdemicasay
porlosbosques.Lalunabrillaba,peroyoconocíaelcaminosinnecesidaddelaluna.Oícómofluíaelaguadelarroyo.
Me detuve en la roca para recoger algunas piedras y bajé con cuidado por laorilla.Lasuperficiedelaguabrillabadebidoalaluzdelaluna,quesepartíasobrelas
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rocas.Subíalarocaybusquéenmibolsillo,hiceunmontónconeldineroylepuseencimaunapequeñapirámidedepiedras.
Desdelaorilla,mevolvíamirar.Eldineroylaspiedrasmeparecíanalgopagano,comounaofrenda.Entreelricoyverdearomadelashojas,corrídevueltaacasa.
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Yentoncesmesentéen lacamayescuchécómodormíamipropiacasa.Penséque me sería imposible dormir, pero no había tenido en cuenta la tensión y elagotamiento. Me quedé dormido justo antes del amanecer, con la almohadaempapadaensudor.
Dormímal;yhastatarde.Miré el reloj y era casi mediodía. Me vestí, corrí al piso de abajo, engullí el
cuenco de cereales de rigor, puesmímadre estaba allí parada y quejándose de lagente que duerme todo el día y de dónde les llevaría eso cuando fueran adultos(principalmentealacárcelyalparo)ysalíporlapuertaalpegajososoldeagosto.
De ninguna forma me atrevería a ir derecho a la casa de los Chandler. ¿Quépasaríasipensasenquefuiyo?
Atravesélosbosqueshastalaroca.Lapequeñapirámidedepiedrasydólaresquehabíahechoseguíaallí.Alaluzdeldía,yanoparecíaunaofrenda.Separecíaaunamierdadeperrosobre
unapiladehojas.Estabaahíburlándosedemí.Sabíaloqueesoqueríadecir.Nohabíapodidosalir.Lahabíancogido.Seguíadentro.Tuve una horrible y enfermiza sensación en el estómago y casi vomito los
cereales. Estaba furioso, y luego asustado, y luego totalmente confuso. ¿Y si handecididoquefuiyoquiendescorrióelpestillo?¿YsilehanhechoalgoaMegparaobligarlaadecírselo?
¿Quésesuponíaqueibaahacerahora?¿Salirdelaciudad?Podríasiralapoli,pensé.PodríasiraveralseñorJennings.Y entonces pensé,genial, ¿y decirle qué? ¿que Ruth llevameses torturando a
Megyquelosédebuenatintaporque,dealgunaforma,laheestadoayudando?Habíavistodemasiadasseriesdepoliscomoparasaberloqueesuncómplice.Yconocíaaunchico(unamigodemiprimodeWestOrange)queestuvocasiun
año en un centro demenores por emborracharse con cerveza y robarle el coche alvecino.Segúnél,podíanpegarte,drogarte,ponerteunacamisadefuerzasiquerían.Ytedejabansalircuandoeranbuenosyestabandispuestos.
Tienequehaberotraforma,pensé.Como dijo Meg respecto a quedarse el dinero; podíamos volver a intentarlo.
Pensarlomejorestavez.Siesqueaúnnosabíanlomío.Solohabíaunaformadeaveriguarlo.
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Mesubíalaroca,cogílosbilletesdecincoydeunoymelosmetíenelbolsillo.Entoncesrespiréprofundamente.Yfuiallí.
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Willie me recibió en la puerta y quedó claro que, aunque lo supiesen o losospechasen,élteníaasuntosmásurgentesenlacabeza.
—Entra—medijo.Parecía hecho polvo y cansado, aunque excitado, y los dos factores se
combinaban para volverlo más feo que nunca. Saltaba a la vista que no se habíalavadoyleolíamalelalientoinclusoparaserél.
—Cierralapuertaalpasar.Lohice.Bajamos.Y ahí estaba Ruth, sentada en su silla plegable. Y Ladrador. Eddie y Denise,
sentadosenlamesadetrabajo.YSusansesentaba,lívidayllorandoensilencio,alladodeRuth.
Todos ellos sentados en silenciomientras en el frío y vacío suelo de cementoDonnyestabatumbadoencimadeMeg,gruñendo,conlospantalonesporlostobillos,violándola,consucuerpodesnudoatadopormanosypiesalospostesdeapoyodecuatroporcuatro.
YsupusequeRuthhabíaterminadoporcambiarradicalmentedeopiniónrespectoatocarla.
Mesentíenfermo.Megiréparairmedeallí.—Ah-ah—medijoWillie—.Tútequedas.Yelafiladocuchilloqueteníaenlamanoylamiradaensusojosindicabanque
teníarazón.Mequedé.Estabantodostancalladosquepodíasoírelzumbidodelasdosmoscas.Era como una horrible pesadilla. Así que hice lo que haces con los sueños.
Observépasivamentecómosedesarrollaba.Donnylatapabacasitotalmente.Solopodíaverlaparteinferiordesucuerpo:sus
piernasymuslos.Oestabanmuchomásmagulladosde loquehabíanestadoeldíaanteriorosehabíanensuciadounmontón.Lasplantasdesuspiesestabannegras.
Casi pude sentir supeso encimade ella, empujándolahacia abajo, golpeándolacontra el duro y rugoso suelo. Estaba amordazada, pero no le habían vendado losojos.Traslamordaza,pudeoírsudolorysuultrajadaindefensión.
Élgruñóysearqueódepronto,yapretósupechomoreno,yentoncesse retirólentamentedeencimadeella.
Amilado,Williesuspiróconalivio.—Yaestá—dijoRuth,asintiendo—.Paraesoesparaloquesirves.DeniseyLadradorserieron.Donnysesubiólospantalones.Selosabrochó.Memiró,peronodirectamentea
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losojos.Nopodíaculparle.Yotampocopodríamirarledirectamentealosojos.—Probablemente hayas cogido la gonorrea—le dijoRuth—. Pero no importa.
Hoyendíatienecura.Susanempezódeprontoasollozar.—¡Mamiiii!Semovíaadelanteyatrásensusilla.—¡Quieroamimamiiiii!—Oh,quecierreelpicodeunasantavez—dijoLadrador.—Sí—apoyóEddie.—Cierraelputopico—leordenóRuth—.¡Cállate!Lediounapatadaasusilla.Retrocedióylediootra,ySusansecayó.Sequedó
allítumbada,gritando,arañandoelsueloconsusprotectores.—¡Quédate ahí! —le dijo Ruth—. ¡Quédate ahí! Quédate dónde estás. —Y
entonces se volvió para enfrentarse al resto de nosotros—. ¿Quiénmás quiere?—preguntó—.¿Davy?¿Eddie?
—Yo—dijoWillie.Ruthlomiró.—Nosésiesposible—contestó—.Tuhermanoacaba:demontárseloconella.
Meparecequeesincesto.Nosé.—¡Oh,mierda,mamá!—protestóWillie.—Bueno,puesloes.Noesquelaputitameimporteunamierda.Peromesentiría
muchísimomejorsisetratasedeEddieodeDavy.—¡Davynoladesea,poramordeDios!—Claroquesí.—¡No,noladesea!Memiró.Yoapartélavista.Seencogiódehombros.—Puedequeno.Esunchicosensible.Séqueyono la tocaría.Peronosoyun
hombre,¿verdad?¿Eddie?—Yoquierocortarla—dijoEddie.—Sí.¡Yotambién!—apoyóLadrador.—¿Cortarla?—Ruthparecíaconfusa.—Dijoquepodíamoscortarla,señoraChandler—remarcóDenise.—¿Ah,sí?—Claroquelohiciste—dijoLadrador.—¿Deveras?¿Cuándo?¿Cortarladequéforma?—Eh.Vamos,quierotirármela—lainterrumpióWillie.—Cállate—dijoRuth—.EstoyhablandoconRalphie.¿Cortarladequéforma?—Dejarlealgo—explicóRalphie—.Paraquelagentelosepa.Paraquelagente
sepaqueesunaputa.
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—Esoes.Comouna letra escarlatao algoasí—apoyóDenise—.Comoen losCómicsClásicos.
—Oh,queréisdecirmarcarla—dijoRuth—.Queréisdecirmarcarla,nocortarla.—Túdijistecortarla—protestóLadrador.—Nomedigasloquedije.Norepliquesatumadre.—Lohizo,señoraChandler—dijoEddie—.Deveras.Dijocortarla.—¿Lohice?—Yolaoí.Todoslohicimos.Ruthasintió.Pensóenello.Yentoncessuspiró.—De acuerdo. Necesitaremos una aguja. Ralphie, sube y tráeme mi costurero
de…creoqueestáenelarmariodelvestíbulo.—Vale.Pasócorriendoamilado.Nopodíacreerqueestoestuvierapasando.—Ruth—lallamé—.¿Ruth?Memiró.Dabalaimpresióndequelosojosletemblabandentrodelascuencas.—¿Qué?—Novasahacerlorealmente,¿verdad?—Hedichoqueloharíamos.Asíquecreoqueloharemos.Semeacercómás.Pudeolercómoleemanabahumodecigarrillodetodosycada
unodelosporos.—¿Sabesloqueesaputatratódehacerlapasadanoche?—mepreguntó—.Trató
deescaparsedeaquí.Alguiensedejó lapuerta sincerrar.Creemosque fueDonnyporqueayerfueelúltimoensaliry,además,Donnyseportabienconella.Siemprelohahecho.Asíque,alfinal,lehedejadoqueselatire.Sitetirasaunamujer,yanovolverásainteresartemuchoporella.CreoqueDonnyyasehacurado.
»Peroesbuenoquelagentepuedaverlaysaberloquees.¿Nocrees?—Mamá—pidióWillie.Ahorasuplicaba.—¿Qué?—¿Porquénopuedo?—¿Nopuedesqué?—¡Follármela!—¡Porque lodigoyo,malditasea!¡Es incesto!Yahoranomevuelvasadar la
brasaconesto.¿Quieresirymeterlaenlazorradetupropiohermano?¿Esesoloquequieres?Nomehables¡Eresasqueroso!Exactamenteigualquetumalditopadre.
—Ruth—insistí—.No…nopuedeshacerlo.—¿Nopuedo?—No.—¿No?¿Porquéno?
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—Porqueno…noestábien.Selevantó.Seacercóhastadondeyoestabaytuvequemirarla.Tuvequemirarle
directamentealosojos.—Porfavor,chico,nomedigasloqueestábienono—meespetó.Su voz era un grave gruñido tembloroso.Me daba perfecta cuenta de que ella
temblabaconunafuriaapenasbajócontrol.Susojosbrillabancomovelasgoteantes.Diunpasohacia atrás.Pensé,Diosmío, y esta es lamujer queantesmegustaba.Unamujeralaqueconsiderabadivertida,avecesinclusobonita.Unadeloschicos.
Esamujermedabapánico.Tevaamatar,pensé.Nosvaamataratodos,inclusoasuspropioshijos,ynose
preocuparánipensaráenellohastamuchomástarde.Siesquelohacía.—Nomelodigas—medijo.Ycreíqueellasabíaloqueyoestabapensandoenesemismomomento.Creíque
meleíacomounlibroabierto.Esonolepreocupaba.SevolvióhaciaWillie.—Siestechicotratadehuir—leexplicó—,lecortaslaspelotasymelasdas.¿Lo
pillas?Willieledevolviólasonrisa.—Claro,mamá—contestó.Ladradorvolviócorriendoalahabitaciónconunaestropeadacajadezapatosde
cartón.SeladioaRuth.—Noestabaallí—dijo.—¿En?—Noestabaenelarmario.Estabaeneldormitorio,enelvestidor.—Oh.La abrió. Pude ver un batiburrillo de bramante, ovillos, alfileteros, botones y
agujas.Ladejósobrelamesadetrabajoysepusoarebuscarensuinterior.Eddiesebajódelamesaparadejarleespacioyespióporencimadesuhombro.—Allá vamos—anunció. Se volvió haciaLadrador—.Pero vamos a tener que
calentarla,ocogeráunainfección.Teníaunalargaygruesaagujadepuntoenlamano.Lahabitaciónchisporroteósúbitamentedebidoalatensión.MirélaagujayluegoaMeg,tumbadaenelsuelo,yviqueellatambiénlaestaba
mirando,igualqueSusan.—¿Quiénvaahacerlo?—preguntóEddie.—Bueno,supongoquelojustoesquecadaunohagaunaletra.¿Deacuerdo?—Genial.¿Yquéponemos?Ruthlopensó.
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—Creoquealgosencillo.Podemosescribiralgocomo«yofollo.Fóllame».Conesodeberíabastar.Esodeberíaexplicárseloacualquieraquelonecesitesaber.
—Claro—apoyóDenise—.Eso estaría genial.—En esemomento,meparecióque era igual que Ruth. La misma luz retorcida en sus ojos, la misma tensaexpectación.
—Uau—dijoLadrador—.Esoesunmontóndeletras.Casidosporcabeza.Ruthcontóyasintió.—Dehecho—dijo—siDavidnoquiereformarpartedeesto,ysospechoqueno
quiere,podéishacerdoscadaunoyyomeencargarédelasrestantes.¿David?Neguéconlacabeza.—Melofiguraba—dijoRuth.Peronomediolaimpresióndequeseenfadaseo
seburlase.—Deacuerdo—continuóRuth—.Yoempezaréconel«yo».Hagámoslo.—¿Ruth?—dije—.¿Ruth?Willie se me acercó más, moviendo el afilado cuchillo en lentos círculos
descuidadosjustobajomibarbilla.Mepusomuynervioso,porqueconWillienuncapodíasestar seguro.MiréaEddiey lovi jugarcon lacuchillade supropianavajasuiza,con losojos tan fríosymuertoscomosabíaque ibanaestarantesdeque lemirara.LuegomiréaDonny.EraunnuevoDonny.Tampococonseguiríaayudadeél.
Pero Ruth se volvió hacia mí, aún sin enfadarse, con aspecto calmado y casicansado.Casicomosiestuvieratratandodedecirmealgoqueyoyadeberíasaberyqueeraestrictamentepormipropiobien.Comosi estuvierahaciendoalgoqueerarealmentebuenoparamí.Comosi,detodaslaspersonasquenosencontrábamosenesahabitación,yofuerasufavorito.
—David—medijo—.Teloestoydiciendo.Dejaquetodosigasucurso.—Entoncesquieroirme—lerepliqué—.Quierosalirdeaquí.—No.—Noquieroverlo.—Puesnomires.Ibanahacérselo.Ladradorteníacerillas.Estabacalentandolaaguja.Yotratabadenollorar.—Tampocoquierooírlo.—Pues vaya—me contestó—.Amenos que te tapes los oídos, vas a oírlo de
veras.Ylohice.
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Cuandoterminótodoyacabarondeecharlealcohol,meacerquéparaverloquehabíanhecho.Nosóloesto, sino también loque lehabíanhecho laúltimanocheyporlamañana.
Eralaprimeravezentodoeldíaquemeacercabaaella.Lequitaronlamordazaencuantoterminaron,sabiendoqueyaestabademasiado
débilcomoparadecirgrancosa.Tenía los labioshinchadosypartidos.Unode losojos estaba totalmente cerrado, y se le estaba poniendo rojo y morado. Vi tres ocuatroquemadurasdecigarrillonuevasensupechoycuello,yunaenlaparteinternadelmuslo.LaquemaduratriangulardelaplanchadeRutheraenesemomentounaampolla abierta. Tenía heridas en las costillas, los brazos, las pantorrillas y losmuslos,dondeWillielehabíacortadoconelcuchilloeldíaanterior.
Yallíestabanlaspalabras.
«Yofollo.Fóllame».
Letras de dos centímetros. Todo en mayúsculas. Medio quemadas y mediocortadasprofundamenteenlacarnealolargodesuestómago.
Escritas en lo que parecía la temblorosa y dubitativamano de un niño de seisaños.
—Ahorayanopodráscasarte—leexplicóRuth.Sehabíavueltoasentarensusilla,yestabafumando,abrazándosealasrodillasybalanceándoseadelanteyatrás.WillieyEddiehabíansubidoaporunasCocas.Lahabitaciónapestabaahumoyasudor y a alcohol—. Ves, es para siempre, Meggy —continuó—. Ya no podrásdesvestirte.Paranadie,nunca.Porqueveráesasletrasdeahí.
Miréymedicuentadequeeraverdad.Ruthlahabíacambiado.Cambiadodeporvida.Lasquemadurasylasheridaspodríandesaparecer,peroestoperduraría; legible,
aunque desvaído, incluso treinta años después. Era algo sobre lo que tendría quepensaryque tendríaque explicar cadavezque estuviesedesnuda frente a alguien.Siemprequesemiraseenunespejoloveríaylorecordaría.
Esteañohabíanpuestounareglaenelcolegioquedecíaqueeraobligatoriodarseunaduchadespuésdelaclasedegimnasia.¿Cómoselasarreglaríaconesto,enunahabitaciónllenadeadolescentes?
Ruthnoestabapreocupada.Eracomosi,ahora,Megfuerasuprotégé.—Estásmejorsinello—continuó—.Yaloverás.Ningúnhombretequerrá.No
tendrás hijos. Será muchomejor así. Tienes suerte. ¿Crees que ser bonita es algo
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bueno? ¿Ser sexy?Pues bien, te lo voy a decir,Meggy.En estemundo, esmuchomejorparaunamujerserespantosa.
Eddie y Willie llegaron, riéndose, con un paquete de seis Cocas y las fueronpasando.Lescogíunaylasostuve,tratandodequelabotellanotemblase.Eldébilydulce olor a caramelo eramareante. Sabía que si daba un sorbo, vomitaría.Habíatratadodenohacerlodesdequetodoempezó.
Donny no cogió ninguna. Simplemente, se quedó junto aMeg, mirando haciaabajo.
—Tenías razón, mamá —dijo al cabo de un rato—. Esto hace que todo seadistinto.Merefieroaloquehemosescrito.Esraro.
Estabatratandodedilucidaralgo.Entonces,porfin,lopilló.—Yanoloestanto—confesó.Sonabaunpocosorprendidoeinclusounpocofeliz.Ruthsonrió.Lasonrisaeradébilyunpocotemblorosa.—Telodije—contestó—.¿Tedascuenta?Eddieseechóareír,seacercóylepegóunapatadaenlascostillas.Megapenas
soltóungruñido.—No.Noloesdemasiado—dijo.—¡Noesnada!—gritóDenise.SebebiósuCoca.Eddie volvió a patearla, más fuerte esta vez, en completa solidaridad con su
hermana.Sacadmedeaquí,pensé.Porfavor.Dejadmesalir.—Supongoqueahorapodemosvolveralevantarla—sugirióRuth.—Dejémoslaahí—dijoWillie.—Hace frío allí abajo. No quiero narices llenas de mocos ni estornudos.
Levantémoslayechémosleunvistazo.EddieledesatólospiesyDonnyleliberólasmanosdeloscuatroporcuatro,pero
lasmantuvoatadasjuntasypasólacuerdaporunodelosgarfiosdeltecho.Megmemiró.Senotabalodébilqueseencontraba.Nisiquieraunalágrima.Ni
siquierateníafuerzasparallorar.Sólountristeaspectodederrotaqueparecíadecir,«¿vesenloquemeheconvertido?»
Donnytiródelacuerdaylelevantólosbrazosporencimadelacabeza.Laatóalamesadetrabajo,peroestavezladejóalgofloja.
Eraalgodedescuidoe impropiodeél;comosiyano le importaseen realidad.Comosiellanomerecieraelesfuerzo.
Deacuerdo,algohabíacambiado.Eracomosi,algrabarleesasletras,lahubiesendespojadodetodosupoderpara
excitar; para provocarmiedo, o lujuria, u odio. Lo que quedaba ahora solo era un
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montóndecarne.Débil.Y,dealgunaforma,desdeñable.Ruthestabasentada,contemplándolacomounpintorestudiasulienzo.—Hayalgoquedeberíamoshacer—dijo.—¿Qué?—preguntóDonny.Ruthlopensó.—Bueno—contestó—,ahoraningúnhombrevaadesearla.Peroelproblemaes
que Meg puede seguir deseándolos —sacudió la cabeza—. Eso es una vida detormento.
—¿Y?Lopensó.Lamiramos.—Voy a decirte lo que vas a hacer —dijo por fin—. Sube a la cocina, coge
algunosperiódicosdelapilaytráelosaquíabajo.Unmontón.Ponlosenlapiladeahíatrás.
—¿Porquéperiódicos?¿Quévamosahacerconlosperiódicos?—¿Leérselos?—sugirióDenise.Serieron.—Hazlo—exigióRuth.Subió,cogiólosperiódicosyvolvióabajar.Losamontonójuntoalalavadora.Ruthsepusoenpie.—Bien.¿Quiéntieneunacerilla?Yoyanotengo.—Yotengoalgunas—dijoEddie.Selasdio.EllaseparóycogiólallantadeaceroqueyolehabíadadoaMegla
otranoche.Mepreguntésihabíatenidoocasióndeutilizarla.—Aquítienes.Cógela—dijo.LepasólallantaaEddie—.Vamos.Dejaron lasCocasypasaronami lado.Todoelmundoqueríaver loqueRuth
había planeado.Todos exceptoSusany yo.PeroSusan seguía sentada en el suelo,dondeRuthlehabíadichoquesequedase,yyoteníaelcuchillodeWillieamediometrodemiscostillas.
Asíquetambiénfui.—Enrolladlos—dijoRuth.Lamiraron.—Losperiódicos—explicó—.Enrolladlosmuyapretados.Yvolvedlosaponer
enlapila.Ladrador, Eddie, Denise yDonny hicieron lo que les pedía. Ruth encendió un
cigarrilloconlascerillasdeEddie.Williepermanecióamisespaldas.Leechéunvistazoalaescalera,apocospiesdedistancia.Mellamaba.Enrollaronlosperiódicos.—Atadlosmuyapretados—advirtióRuth.Losmetieronenlapila.—Mirad,estaeslacosa—explicóRuth—.Unamujernodeseaaunhombrepor
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todosucuerpo.No.Sololoquiereenunsitioconcreto.¿Sabesloquequierodecir,Denise?¿No?¿Aúnno?Bueno,ya losabrás.Lamujerquierea loshombresenunsitioenconcreto,yesjustoentresuspiernas.
Señaló,y luegoseapretócon lamanoporencimadelvestidoparaenseñárselo.Dejarondeenrollar.
—Unpunto pequeño—continuó—.Pero, si eliminas ese punto, ¿sabéis lo quepasa?Eliminastodosudeseo.
»Enserio.Se loquitasparasiempre.Así funciona.Lohacen todoel tiempoenalgunos sitios, como si fuera lo normal, supongo que cuando la niña llega a ciertaedad. Evita que se lo monte. Sitios como… oh, no sé, África y Arabia y NuevaGuinea.Enesossitiosloconsideranunacostumbrecivilizada.
»Asíque,mepregunto,¿porquénoaquí?Podemosquitarleesepuntito.»Vamosaquemarla.Aquemárselo.Usaremoslallanta.»Yentoncesserá…perfecta.Lahabitaciónquedóensilenciomientraslamiraban,sinllegaracreersedeltodo
loqueestabanoyendo.Yosílacreí.Yahoraentendírealmentelasensaciónquellevabadíastratandodecomprender.Empecé a temblar como si me enfrentara al frío viento de diciembre. Porque
podíaverlo,olerlo,oírsusgritos.PudevertodoloqueaguardabaenelfuturoaMeg,enmifuturo;lasauténticasconsecuenciasdeunactosemejante.
Ysabíaque,enesto,meencontrabasolo.Losdemás(inclusoRuth,apesardetodalaimpulsividadquelahabíaconvertido
en carcelera, a pesar de toda su inventiva respecto al dolor, a pesar de todas suscharlas respectoa loquehabríapasado sihubiera seguido trabajandoynohubieseconocido aWillie Sr. y no se hubiese casado y no hubiese tenido hijos) no teníanimaginación.
Ninguno.Deningúntipo.Noteníanniidea.Antecualquieraquenofueranellos,antecualquiercosaquenofueraelmomento,
estabanciegos,vacíos…Yyotemblaba,sí.Conrazón.Conplenoentendimiento.Mehabían capturado unos salvajes.Había vivido con ellos.Había sido uno de
ellos.No.Salvajesno.Enrealidadno.Algomuchopeor.Másparecidos aunamanadadeperrosogatosounhormiguerode las feroces
hormigasrojasconlasqueaLadradorlegustabajugar.Como si fueran una especie totalmente distinta.Algún tipo de inteligencia que
parecierahumana,peroquecarecieradelossentimientoshumanos.Mequedéentreellosabrumadoporlaotredad.
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Porelmal.
Intentéhuirporlasescaleras.OílostacosdeWillieysentícómoatravesabasucuchillolapartedeatrásdemi
camisa.Meagarréalabarandillademaderaymeretorcíparaalcanzarlosescalones.Trastabillé. Por debajo de mí, vi a Ruth señalando, gritando, con la boca
convertidaenunenormeyvacíoagujeronegroabierto.SentíquelamanodeWilliemeagarrabaporeltobilloytirabadeél.Amiladohabíalatasdepinturayuncubo.Lostiréporlasescalerasyvolvíaoírlemaldiciendo,ytambiénaEddie,mientrasyomeliberabaelpie.Mepuseenpie.Crucéaciegaslasescaleras.
Lapuertaestabaabierta.Abríbruscamenteladepantalla.Elcalordelveranomealcanzóenunaúnicaypesadaola.Nopudegritar.Tuve
quejadearenbuscadeaire.Losoíacercándoseamisespaldas.Dejélasescalerasdeunsalto.
—¡Moveos!—aullóDonny.Yentoncescayóencimademí,ymedejócasisinsentidoysinalientoantesde
rodarparaalejarsedemí.Yoeramásrápidoqueél.Mepuseenpie.ViaWilliealotrolado,bloqueándomeelpasohaciamicasa.Vibrillarelcuchilloalaluzdelsol.Nolointenté.
CorríesquivandolosbrazosextendidosdeDonnyatravésdelpatio,dirigiéndomehacialosbosques.
EstabaamediocaminocuandoEddiemegolpeó,arrojándoseconfuerzacontramis piernas. Caí y de pronto lo sentí encima de mí, pegándome puñetazos,pateándome,tratandodesacarmelosojos.
Giréymeretorcí.Metirécontodomipesosobreél.Lehiceunallavedelucha.Me agarró la camisa. Dejé que se rasgara y traté de irme. Tropecé y, entonces,tambiéntuveaDonnyencima,y luegoaWillie,yhastaquenosentíelcuchillodeDonnyenmigargantayquemecortabaconél,nodejédeluchar.
—Adentro,basura—dijo—.¡Yniunaputapalabra!Meobligaronavolver.Lavisióndemicasameatormentaba.Seguímirandoenbuscadealgúnsignode
vida,peronohuboninguno.Subimosyluegobajamosalafríaoscuridadqueolíaapintura.Mellevélamanoalagarganta.Misdedossehumedecieronconalgodesangre.Ruthestabaallí,conlosbrazoscruzadosfuertementecontrasuspechos.—Idiota—meincrepó—.¿Dóndedemoniostecreesqueibas?Nolecontesté.—Bien, supongo que ahora estás con ella —me dijo—. No sé qué demonios
vamosahacercontodosvosotros.Sacudiólacabeza.Yluegoseechóareír.
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—Deberías alegrarte de no tener uno de esos puntitos, como ella. Pero, claro,tienesotracosadelaquepreocuparte,¿verdad?
Deniseserio.—Willie, trae algo de cuerda. Creo que será mejor que lo atemos, por si le
vuelvenadarganasdevagabundear.Willie entró en el refugio. Volvió con un rollo pequeño de cuerda y le dio a
Donnyelcuchillo.DonnylosostuvomientrasWilliemeatabalasmanosalaespalda.Todoelmundoobservabayesperaba.YestavezDonnynotuvoproblemasenmirarmedirectamentealosojos.Cuandoacabaron,RuthsevolvióaLadradorylediolascerillas.—¿Ralphie?¿Quiereshacerloshonores?Ladrador sonrió, encendió una cerilla y se inclinó sobre la pila. Se echó hacia
atrás y prendió una esquina de los periódicos enrollados. Y luego encendió otraesquinaqueestabamáscercadeél.
Retrocedió.Elpapelempezóaarderconunbrilloenorme.—Siempre te hagustado el fuego—comentóRuth.Sevolvióhacia los demás.
Suspiró.—¿Quiénquierehaceresto?—preguntó.—Loharéyo—dijoEddie.Ellalemiró,conunaligerasonrisa.Mepareciólamismamiradaqueunavez,no
hacíatanto,meteníareservada.Supusequeyanoerasuchicofavoritodelbarrio.—Cogelallantadeacero—ledijo.YEddielohizo.Lapusieronsobrelasllamas.Estabatodoensilencio.Cuando ella consideró que ya estaba suficientemente caliente, le dijo que la
quitaradeallíyvolvimosaentrar.
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Novoyacontarosesto.Meniego.
Haycosasquesabesquemoriríasantesdecontarlas,cosasquesabesquedeberíashabermuertoantesdeverlas.
Yoobservéylovi.
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Yacimosunosjuntoaotrosenlaoscuridad.Nosquitaronlaluzycerraronlapuertaynosdejaronsolos,aMeg,aSusanya
mí,tumbadosenloscolchonesdeairequeWillieSr.habíadispuestoparasufamilia.Pudeoírpasosque ibande la saladeestar al comedorydevuelta a la salade
estar.Pasospesados.DonnyoWillie.Luego,lacasaquedóensilencio.ExceptoporlosquejidosdeMeg.Sedesmayócuandolatocaronconlallanta,sepusorígidayluegofláccida,como
silahubieraalcanzadounrayoounrelámpago.Peroahoraunapartedeellaluchabaporrecobrarlaconsciencia.Medabamiedopensarenloqueibaaserdeellaunavezsedespertara.Nopodíaimaginarmeeldolor.Noesedolor.Noqueríahacerlo.
Noshabíandesatado.Almenos,teníamoslasmanoslibres.Teníaqueatenderladealgunaforma.Mepreguntéquéestaríanhaciendoenesemomento.Enquéestaríanpensando.
Podía imaginármelos.EddieyDenisesehabríanidoasucasaacenar.Ruthestaríareclinadaenlasillaconlospiessobreloscojines,uncigarrilloardiendoasulado,enelcenicero,mirandolapantallaapagadadelatelevisión.Willieestaríaechadoenelsofá, comiendo. Ladrador, tumbado sobre su estómago en el suelo. Y Donny sesentaríamuytiesoenunadelassillasderespaldorectodelacocina,mientraspuedequesecomieseunamanzana.
Habríaalgúncongeladocalentándoseenelhorno.Teníahambre.Nohabíacomidonadadesdeeldesayuno.Lacena.Penséenello.Alverquenollegabaacasaparacomer,mispadressehabríanenfadado.Luego,
habríanempezadoapreocuparse.Mispadresestaríanpreocupados.No creo que, hasta entonces, se me hubiera ocurrido lo que eso significaba
realmente.Y,porunmomento,lesquisetantoquecasilloro.EntoncesMegvolvióagemirypudesentircómotemblabaamilado.Pensé en Ruth y en los demás, sentados en el silencioso piso de arriba.
Preguntándosequéibanahacerconnosotros.Porque,alestaryoallí,todohabíacambiado.Trasesedía,yanopodríanconfiarenmí.YalcontrarioqueaMegyaSusan,a
mísemeecharíaenfalta.¿Vendrían mis padres en mi busca? Por supuesto, claro que lo harían. Pero
¿cuándo?¿Mebuscaríanallí?Noleshabíadichodóndedemoniosibaaestar.Quéidiota,David.
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Otroerror.Sabíasquepodíasmeterteallíenlíos.Sentí cómo la oscuridad me presionaba, haciéndome, de alguna forma, más
pequeño, disminuyendo mi espacio y limitando mis opciones, mi potencial. Yexperimenté unpocode lo que tuvoquehaber sidoparaMeg todas esas semanas,solaahíabajo.
Casidesearíaquevolvieran,soloparaaliviarlatensióndelaespera,lasensacióndeaislamiento.
Medicuentadeque,enlaoscuridad,unotiendeadesaparecer.—¿David?Era Susan, y me sobresaltó. Creo que fue la única vez que la oí hablarme (o
hablarleacualquiera,porasídecirlo)sinquelahablaseprimero.Suvozeraunsusurroasustadoytembloroso.ComosiRuthsiguieseenlapuerta,
escuchando.—¿David?—¿Sí?¿Estásbien,Susan?—Estoybien.¿David?¿Meodias?—¿Odiarte?No,claroqueno.¿Porquédebería…?—Deberías.Megdeberíahacerlo.Porqueesculpamía.—Noesculpatuya,Susan.—Sí,loes.Estodoculpamía.Sinmí,Megpodríahaberseidoparanovolver.—Tratódehacerlo,Susan.Lacogieron.—Noloentiendes.Inclusosinverlamedicuentade todoel esfuerzoqueestabahaciendoparano
llorar.—Lacogieronenelpasillo,David.—¿Eh?—Vinoapormí.Saliódealgúnmodo.—Yoladejésalir.Dejélapuertaabierta.—Ysubiólasescalerasyentróenmicuartoypusosumanoaquí,sobremiboca,
paraquemeestuvieracalladaymelevantódelacama.Ymeestaballevandoabajo,haciaelpasillo,cuandoRuth,cuandoRuth…
No pudo aguantar más. Se echó a llorar. Me acerqué a ella y la toqué en elhombro.
—Eh,nopasanada.Nopasanada.—…cuandoRuth salió del cuarto de los chicos (creoquenosoyó, ¿sabes?) y
agarróaMegdelpeloylatiróalsueloyyocaíjustoencimadeella,porloque,alprincipio, no pudo moverse, y entonces salieron Willie, y Donny, y Ladrador, yempezaron a golpearla, y a pegarla, y a darle patadas. Y entoncesWillie fue a lacocinaycogióuncuchilloyselopusoaquí,enlagarganta,yledijoque,sisemovía,
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lecortaríalacabeza.Lecortaríalacabeza,esoesloquedijo.»Yentoncesnos llevaronabajo.Más tarde,metiraron loscorrectores.Esteestá
estropeado.Oíeltraqueteo.—Yentonceslepegaronotrorato,yRuthlepusosucigarrilloen…en…Sevinoabajoyyolarodeéconmibrazomientrasellallorabasobremihombro.—Nolopillo—ledije—.Ibaavolveraporti.Íbamosaencontrarelmodo.¿Por
quéahora?¿Porquétratódellevarte?¿Porquétratódellevarteconella?Sesecólosojos.Oícomosesorbíalosmocos.—Creoqueporque…Ruth—meexplicó—Ruth…metoca.Abajo…yasabes…
ahíabajo.Yunavez…mehizo sangrar.YMeg…Se locontéaMeg…y sepusofuriosa…muyfuriosa,yledijoaRuthquelosabía,yRuthlavolvióapegar,lepegóconfuerzaconunapaladelachimenea,y…
Selequebrólavoz.—¡Losiento!Noqueríahacerlo. ¡Deberíahaberse ido!¡Deberíahaberlohecho!
Noqueríaque lehicierandaño. ¡Nopudeevitarlo! ¡Odiocuandome toca! ¡OdioaRuth! La odio. Y yo se lo conté aMeg… le conté lo que me hizo, y por eso lacogieron.Poresovinoabuscarme.Pormí,David.¡Pormí!
Lasostuveyfuecomoacunaraunbebé,igualdefrágil.—Shhhh.Tranquila.Todoirá…bien.PenséenRuthtocándola.Podíaimaginármelo.Larotaeindefensaniñita,incapaz
de luchar, lamujer con los ojos vacíos y brillantes como la superficie de unvelozriachuelo.Ylobloqueéenmimente.
Trasunlargorato,secalmó.—Tengoalgo—dijo,sorbiendoporlanariz—.SelodiaMeg.Estádetrásdela
patamásalejadadelamesadetrabajo.MásalládedondeestáMeg.Búscalo.Lohice.Volvíconunacajadecerillasyunaveladedoscentímetros.—¿Dedónde…?—SeloquitéaRuth.Encendílavela.Subrillodecolormielllenóelrefugio.Mehizosentirmejor.HastaqueviaMeg.Hastaquelohicimoslosdos.Estabatiradadeespaldas,cubiertahastalacinturaconunavieja,delgadaysucia
sábana que le habían echado por encima. Tenía los pechos y los hombros al aire.Tenía heridas por todas partes. Se le habían abierto las quemaduras y rezumabanlíquido.
Inclusoensueños,losmúsculosdesucaraletensabanlapieldebidoaldolor.Sucuerpotemblaba.
Lasletrasbrillaban.
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«Yofollo.Fóllame».
MiréaSusanymedicuentadequeestabaapuntodevolverallorar.—Datelavuelta—leaconsejé.Porqueeramalo.Todoesoeramalo.Perolopeornoeraloquelehabíanhecho,
sinoloqueseestabahaciendoasímisma.Teníalosbrazosporfueradelasábana.Dormía.Y se arañaba constante y profundamente con esas uñas sucias y rotas desde el
codoizquierdohastalamuñeca.Seestabarasgandolacicatriz.Abriéndosela.Elcuerpo,delquehabíanabusadoyalquehabíangolpeado,seestabavolviendo
contrasímismo.—Nomires—ledije.Mequitélacamisaymelasarregléparamorderyrasgar
lascosturas.Learranquédostirasdelapartedeabajo.RetirélosdedosdeMeg.Leenvolví con fuerza,dosveces, elbrazocon la camisa.Luego la até arribayabajo.Ahoranopodríacausarsedemasiadodaño.
—Deacuerdo—dije.Susanestaballorando.Lohabíavisto.Losuficientecomoparadarsecuenta.—¿Porqué?—mepreguntó—.¿Porquéhaceeso?—Nolosé.Pero, de algún modo, lo sabía. Casi podía sentir lo furiosa que estaba Meg
consigomisma. Por haber fallado. Por no haber podido liberarse, por fallarse a símismayasuhermana.Puedequeinclusoporsereltipodepersonaalaquelepasaneste tipo de cosas. Por permitir que pasara y pensar que, de alguna forma, podríasuperarlo.
Erainjustoyequivocadoquesesintieraasí,perocreoqueloentendía.Había sido engañada; y, ahora esa buena y aguda inteligencia estaba furiosa
consigo misma. ¿Cómo pude haber sido tan estúpida? Casi como si ahora semereciera su castigo. Se había engañado al pensar que Ruth y los otros eran tanhumanoscomoellayque,enconsecuencia,nopodríanllegartanlejos.Notanlejos.Y eso no era verdad. No eran iguales en absoluto. Se había dado cuenta de ello.Demasiadotarde.
Observécómosusdedostratabandellegaralacicatriz.Lasangrecalabalacamisa.Aúnnodemasiada.Perosentílaextrañaytristeironía
desaberqueconeltiempoigualtendríaqueusarelrestodelacamisaparaatarlay,así,contenerla.
Arriba,sonóelteléfono.—Cogedlo—oíquedecíaRuth.Unospasoscruzaronlahabitación.Oílavozde
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Willie,luegohubounapausay,después,lavozdeRuthhablandoporteléfono.Mepreguntéquéhorasería.Mirélapequeñavelaymepreguntécuántoduraría.LamanodeMegdejólacicatriz.Jadeóenbuscadeaireygimió.Suspárpadostratarondeabrirse.—¿Meg?Abriólosojos.Estabanveladosporeldolor.Susdedosvolvieronalacicatriz.—No—ledije—.Nolohagas.Memiró,sincomprenderalprincipio.Luegoretirólamano.—¿David?—Sí.Soyyo.YSusanestáaquí.SusanseacercóparaquepudieraverlaylosfilosdelabocadeMegseelevaron
enlamásdébilsombradeunasonrisa.Einclusoesopareciócausarledolor.Gimió.—Oh,Dios—protestó—.Duele.—Notemuevas—leaconsejé—.Séqueduele.Lesubílasábanahastalabarbilla.—¿Hayalgo…algoquequierasque…?—No—contestó—.Solodejadme…Oh,Dios.—¿Meg?—dijoSusan.Estabatemblando.Pasópormilado,peronopudollegar
hastaella—.Losiento,Meg.Losiente.Losiento.—Estábien,Suz.Lointentamos.Estábien.Está…Casipodíassentireldoloreléctricoquelarecorrió.No se me ocurría qué podía hacer. Continué mirando la vela, como si la luz
pudieradecirmealgo,peronolohizo.Nada.—¿Dónde…dóndeestán?—preguntó.—Arriba.—¿Sequedaránallí?¿Esde…noche?—Casi.Másomenos,lahoradelacena.Nolosé.Nosésisequedaránallí.—Nopuedo…David.Nopuedoaguantarlomás.¿Sabes?—Losé.—Nopuedo.—Descansa.Túdescansa—sacudílacabeza.—¿Qué?—dijoella.—Ojaláhubieraalgo…—¿Qué?—…conloquepudiéramosherirlos.Parasalirdeaquí.—Nohaynada.Nada.Nosabescuántasnoches…—Lohay—lainterrumpióSusan.
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Nosenseñóelcorrectordelosbrazos.Lomiré.Tenía razón.Era de aluminio ligero, pero si lo cogías por la parte de
abajoygolpeabasconlajunturadelcorrector,podíashaceralgúndaño.Pero no el suficiente.No contraWillie yDonny juntos.YRuth.No había que
subestimarla.Si fueran lo suficientementeamablesparavenirdeunoenunoyconunosdosminutosdediferencia,entoncespuedequetuvieraalgunaoportunidad,peroeso era muy improbable, joder. De todos modos, yo nunca había sido un granluchador.
BastabaconquelepreguntasesaEddie.Necesitábamosalgomás.Miréamialrededor.Sehabíanllevadocasitodo.Elextintor,laradio,lascajasde
comida,inclusohabíandesaparecidoeldespertadorylabombadeaireparahincharloscolchones.Hastasehabíanllevadolastirasderopaconlasquenoshabíanatado.Todoloqueteníamoseralamesadetrabajo(demasiadopesadaparamoverla,ynodigamos para arrojarla), los colchones, la sábana deMeg, su taza de plástico parabeberylaropaquellevábamospuesta.Ylascerillasylavela.
Yentoncessemeocurrióunusoparalascerillasylavela.Al menos podíamos hacerles bajar cuando nosotros quisiéramos, no cuando a
ellos les diera la gana. Podíamos confundirlos y sorprenderlos.Y eso ya era algo.Algo.
Inhaléprofundamente.Semeestabaocurriendounplan.—Deacuerdo—dije—.¿Queréisqueintentemosunpardecosas?Susanasintió.Débilmente,tambiénlohizoMeg.—Puedequenofuncione.Peroesposiblequesí.—Adelante—dijoMeg—.Hazlo—gimió.—Notemuevas—leaconsejé—.Notenecesito.—Vale.Solohazlo—mecontestó—.Aporellos.Mequité las bambas altas que llevaba, les saqué los cordones y los até juntos.
Luego cogí los zapatos de Susan y até sus cordones a los míos de tal forma queconseguí una mecha de unos doce pies con la que empezar. Deslicé uno de losextremosporelcierreinferiordelapuertayloatéconfuerza,yluegopasélamechapor el primero de los postes de apoyo de cuatro por cuatro y la até a unos trescentímetros del suelo. Estome proporcionó una trampa en un ligero ángulo de lapuertaalposte,quedelimitabaunterciodelaparteizquierdadelahabitaciónsegúnentrabas.
—Escuchad—lesdije—.Estova a ser duro.Ypeligroso.Me refiero a quenosólovanaserellos.Quieroprovocarunincendioaquídentro.Justoallí, frentea lamesa, más o menos en medio de la habitación. Olerán el humo y bajarán. Yesperemosquealgunotropiececonlacuerda.Mientrastanto,yopuedoestaralotro
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ladodelapuertaconunodeloscorrectoresdeSusan.»Pero va a haber un montón de humo y no hay mucho aire. Será mejor que
venganprontootendremosproblemas.¿Entendéisloquequierodecir?—Gritaremos—propusoSusan.—Sí. Espero que eso funcione. Pero tendremos que esperar un rato para que
puedanolerelhumo.A lagente leentrapánicoconel fuego,yesoayudará.¿Quécreéis?
—¿Quépuedohaceryo?—preguntóSusan.Notuvemásremedioquesonreír.—Nodemasiado,Suz.Pensóenello,consusdelicadosrasgosinfantilesmuyserios.—Ya sé qué puedo hacer. Puedo quedarme aquí, junto a los colchones, y si
alguientratadeacercarse,¡lepongolazancadilla!—Vale, pero ten cuidado. Nomás huesos rotos. Y asegúrate de que me dejas
suficienteespaciocomoparaquepuedagolpearconesacosa.—Loharé.—¿Meg?¿Teparecebien?Parecíaestarpálidaydébil.Peroasintió.—Loquesea—contestó.Mequitélacamiseta.—Voy…voyanecesitarlasábana—ledije.—Cógela.Selaquitéconcuidado.Setapóconlasmanoslazonadondelehabíanquemado.Peronoantesdequeyo
vieralabrillanteheridarojaynegra.MeencogíyMeglovio,yapartólacara.Volvióa rascarse la cicatriz por encima de la camisa. No tuve valor para detenerla, parallamarlelaatenciónacercadeloqueestabahaciendo.
Yentoncessentíunasganaslocasdeatizarleaalguienconelcorrector.Estrujélasábana y la puse justo donde quería, frente a lamesa.Coloquémi camiseta ymiscalcetinesencima.
—Losmíostambién—dijoSusan.Noesque fueranamarcarunagrandiferencia,peroellanecesitabaayudar, así
queseloscogíylostirétambiénalmontón.—¿Quiereslacamisa?—preguntóMeg.—No.Quédatela.—Vale—contestó.Lasuñasseguíanescarbando.Sucuerpoparecíaenvejecido,losmúsculos,finosyfláccidos.CogíelcorrectorquemedabaSusanylocoloquéjuntoalaparedalladodela
puerta.Luegocogílavelaymeacerquéalmontón.
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Teníatantomiedoquesemehizounnudoenelestómago.—Vamosallá—dije,ybajélavela.
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Elfuegoardiólentamente,perohabíahumo.Se elevó hacia el techo y empezó a salir. Nuestro propio hongo, dentro del
refugio.Segundos después, había llenado totalmente la habitación. Apenas podía ver a
Megtumbadaenelsuelo.Nuestrastoseseranauténticas.Amedidaqueelhumoibahaciéndosemásespeso,nuestrosgritosaumentaron.Seoíanvocesarriba.Confusión.Miedo.Yluegounruidodepasosquebajaban
porlaescalera.Corrían.Estabanpreocupados.Agarréconfuerzaelcorrectoryesperéjustoalladodelapuerta.
Alguientratabadedescorrerelcerrojo.YentoncesseabriólapuertayaparecióWilliealaluzdelsótano,sudando,mientraselhumoleenvolvíacomounarepentinaniebla.Setambaleó.Seencontróconlacuerdadecordonesytropezó,cayóyresbalóporelsuelohastacaerdecabezadentrodelmontón,gritando,golpeandoeltrapoqueardíaensumejillayalcrepitanteygrasientopeinadoquesederretíasobresufrente.
RuthyDonnyentraronjuntos,conDonnymáscercademí,tratandodedescubrirentreelhumoloqueestabapasando.Golpeéconelcorrector.VicómosurgíasangredelacabezadeDonnyysalpicabaaRuthyelmarcodelapuertamientrasélcaía,tratandodeagarrarme.Bajéelcorrectorcomosifueraunhacha,peroloesquivó.Elcorrectorseestrellócontraelsuelo.Y,depronto,Ruthpasócomounaexhalaciónamilado,haciaSusan.
Susan.Supeón.Suescudo.Megiré,golpeéconelcorrectorylaalcancéenlascostillasyenlaespalda,pero
nobastóparadetenerla.Erarápida.Fuitrasella,levantandoelcorrectordelsuelocomounrevésdetenis,
peroellaalcanzóelescuálidopechodeSusanylaempujócontralapared,lacogiódelpeloytiródeélhaciaatrás.OíunruidoparecidoalquéhacealcaerunacalabazaySusanresbalópor laparedhastael suelo.Golpeéconelcorrector,con todasmisfuerzas,lapartedeabajodelaespaldadeRuth.Ellaaullóycayóderodillas.
Viunmovimientoporelrabillodelojo.Megiré.Donnysehabíapuestoenpieyveníahaciamíatravésdelhumocadavezmenos
denso.LuegolohizoWillie.Agitéelcorrectordeunladoaotropordelantedemí.Alprincipio,seacercaban
lentamente,concuidado.EstabanlosuficientementecercacomoparaquepudieraverloquemadaqueestabalacaradeWillie,queteníaunojocerradoylacarallenadelágrimas.HabíasangreenlacamisadeDonny.
EntoncesWillieseagachó,ymeplacó.Golpeéconelcorrector,queseestampócontrasuhombro,selevantóysoltóunchasquidoalfrenarsebruscamentecontrasu
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cuello.Willielanzóunchillidoycayó.ViaDonnyinclinarsehaciadelanteycogerelcorrectoryoíunestruendoamis
espaldas.Ruth se subió a mi espalda y me clavó las uñas, siseando como un gato.Me
tambaleébajoesepesoquese retorcía.Semedoblaron las rodillas.Caí.Donnyseadelantóysentíunrepentinoyagudodolorenlamejilla,yuncrujidoenelcuello.Depronto,olíacuero.Acuerodezapatos.Mehabíapateadoexactamenteigualquesepateaunbalónde fútbol.Viuna luzcegadora.Misdedos tratarondeaferrarseconmásfuerzaalcorrector,peroyanoestabaallí.Habíadesaparecido.Labrillanteluzseconvirtiórápidamenteenoscuridad.Mepuseaduraspenasderodillas.Mepateóenelestómago.Volvíacaer,jadeandoenbuscadeaire.Volvíaintentarlevantarme,perome fallaba el sentido del equilibrio. Sentí que me inundaba una ola de mareo yconfusión.Yentoncesalguienmásempezóapatearme,enlascostillas,enelpecho.Mehiceunovillo,tensélosmúsculosyesperéaqueseaclaraselaoscuridad.Yellossiguieron pateándome e insultándome. Pero estaba empezando a funcionar, estabavolviendoaver, al fin lo suficientecomopara saberdóndeestaba lamesa,asíquegiréensudirección,memetídebajo,miréhaciafuerayhaciaarriba,alaspiernasdeRuthydeDonnydelantedemí;yentoncesvolvíasentirmeconfuso,pues,allídondedeberíaestarMeg,habíaotropardepiernas, justodondedeberíaencontrarseMeg,tumbadaenelcolchón.
Piernasdesnudas.Quemadasyllenasdeheridas.LasdeMeg.—¡No!—grité.Salídedebajo.RuthyDonnysegiraron,seacercaronaella.—¡Tú!—gritóRuth—.¡Tú!¡Tú!¡Tú!YsigosinsaberquécreíaMegqueestabahaciendo,sirealmentepensóquepodía
ayudar(puedequesoloestuvierahartadetodoesto,hartadeRuthytotalmentehartadeldolor,hartade todo),perodeberíahabersabidohaciadóndesedirigiría toda larabia deRuth, no haciamí o hacia Susan, sino directamente hacia ella, como unaperfectaymalignaflechaenvenenada.
Peronoteníaningúnmiedo.Susojoserandurosytransparentes.Yapesardelodébilqueseencontraba,selasarreglóparadarunpasoadelante.
Ruth se tiró sobre ella como una loca. Le agarró la cabeza con ambasmanoscomosifueraunevangelista,sanando.
Yentonceslaestampócontralapared.ElcuerpodeMegempezóatemblar.Miró aRuth, directamente a los ojos, y, por un instante, sus ojos tuvieron una
expresión confundida, como si incluso entonces le preguntase aRuth por qué. Porqué.
Yentoncescayó.Justosobreelcolchóndeaire,comounsacosinhuesos.
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Temblóduranteotroratoyluegoseparó.Meapoyéenlamesaparanocaer.Ruth se quedó mirando a la pared. Como si no pudiera creer queMeg ya no
estuvieraallí.Conlacaradeunblancoceniciento.DonnyyWillietambiénsepusieronenpie.Lahabitaciónsellenódeuninmensosilencio.Donnyseinclinó.Lepusolamanosobrelaboca,luegosobreelpecho.—¿Res…respira?NuncaantesmehabíaparecidoRuthtanpequeña.—Sí.Unpoco.Ruthasintió.—Tápala—ordenó—.Tápala.Tápala.Volvió a asentir a nadie en particular y luego se giró y cruzó la habitación tan
cuidadosay lentamente como si pisara cristales rotos.Cuando llegó a la puerta, sedetuvopararecuperarelequilibrio.Yentoncessefue.
Ysoloquedamoslosniños.Williefueelprimeroenreaccionar.—Cogeréalgunassábanas—dijo.Teníaunamanosobrelacara,tapándoseelojo.Selehabíaquemadolamitaddel
pelo.Peroyanadieparecíaenfadado.Frentealamesa,aúnchisporroteabaelfuego,humeando.—Hallamadotumadre—musitóDonny.—¿Eh?—Tumadre—medijo—.Ha llamado.Quería saber dónde estabas.Yo cogí el
teléfono.Ruthhablóconella.Notuvequepreguntarlequélehabíandicho.Nomehabíanvisto.—¿DóndeestáLadrador?—HaidoacomeracasadeEddie.Recogí el corrector de los brazos y se lo llevé a Susan. No creo que se diera
cuentaniqueleimportara.EstabamirandoaMeg.Willie regresócon las sábanas.Nosmiróunoporunoduranteun rato,dejó las
sábanasenelsuelo,sediolavueltayvolvióamarcharse.Looímossubirconfuerzalasescaleras.—¿Quévasahacer,Donny?—lepregunté.—Nosé—mecontestó.Suvozsonabaplanaydesenfocada,atónita;comosifueraélelquehabíarecibido
unapatadaenlacabeza,ynoyo.—Sepuedemorir—continué—.Semorirá.Amenosquehagasalgo.Nadiemás
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lohará.Losabes.Ruthnolohará.Willienolohará.—Losé.—Pueshazalgo.—¿Elqué?—Algo.Díseloaalguien.Alapoli.—Nosé—repitió.CogióunadelassábanasdelsueloylatapótalycomoRuthlehabíadicho.La
tapóconmuchísimasuavidad.—Nosé—volvióarepetir.Sacudiólacabeza.Entoncessevolvió.—Tengoqueirme.—Déjanoslaluz,¿vale?¿Harásalmenoseso?¿Paraquepodamoscuidardeella?Pareciópensarlounrato.—Sí.Claro—dijo.—¿Yalgodeagua?¿Untrapoyalgodeagua?—Vale.Salióalsótanoyoícorrerelagua.Volvióconuncubollenodeaguayalgunos
traposdelpolvoylospusoenelsuelo.Luegocolgólaluzdetrabajodelgarfiodeltecho.Nonosmiró.Nisiquieraunavez.
Seacercóalapuerta.—Yanosveremos—medijo.—Sí—contesté—.Nosveremos.Yentoncescerrólapuerta.
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Fuetranscurriendolalargayheladanoche.Norecibimosmásvisitasdearriba.Lacasaestabaensilencio.Apenaspodíamosoírlaradioencendidaenelcuarto
deloschicos,losEverlycantandoAllIhavetodoisdream,laHardheadedwomandeElvis.Cadacancióneraunaburladirigidaanosotros.
Paraentonces,mimadredebíadeestarfrenética.Podíaimaginármelallamandoacadacasadelbarrioparaversiestabaallí,acampandofueraosencillamentepasandoallí la noche sin habérselo dicho.Y entoncesmi padre llamaría a la policía. Seguíesperandoesa llamadaoficial a lapuerta.Nopodía imaginarmeporquénohabíanvenido.
Laesperanzaseconvirtióenfrustración,lafrustraciónenrabia,larabiaenpuraresignación.Yentonces,elciclovolvíaaempezar.NohabíanadaquepudierahacerexceptoesperaryenjugarlacaraylafrentedeMeg.
Tenía fiebre.Lapartede atrásde sucabezaestabapegajosadebidoa la sangreseca.
Dormimosaratos.Mi cabeza seguía repasando cancioncillas, sintonías. «¡UseAjax! El espumoso
limpiador-da-da-da-da-da-dum-dum. Elimina la suciedad al completo-da-da-da-da-da-dum.Sobreelríoyatravésdelosbosques…elríoyatravésdelosbosques…elríoyatravés…».Nolograbacentrarmeennadaenconcreto.Tampocopodíadejarlamenteenblanco.
Enocasiones,Susanseponíaallorar.Enocasiones,Megsemovíaygemía.Yomealegrabacuandogemía.Esoqueríadecirqueseguíaviva.
Sedespertódosveces.
Laprimeravezquesedespertóyoestabapasándoleelpañoporlacarayestabaapunto de dejarlo por un rato cuando abrió los ojos. Casi lo dejo caer debido a lasorpresa.Despuésloescondídetrásdemíporqueestabarosadebidoalasangreynoqueríaqueellaloviera.Dealgúnmodo,laidearealmentemepreocupaba.
—¿David?—Sí.Parecióqueescuchabaalgo.Lemiréalosojosymedicuentaque,denuevo,una
desuspupilaseraeldobledegrandequelaotra;ymepreguntéquéestaríaviendo.—¿Laoyes?—mepreguntó—.¿Está…allí?—Sólooigolaradio.Perosí,estáallí.—Laradio.Sí.—Asintiólentamente.
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»Aveceslaoigo—medijo—.Todoeldía.AWillieyaLadradortambién…yaDonny.Antespensabaquepodíaescuchar…yoíryaprenderalgo,averiguarporquémeestabahaciendoesto…alescucharcómocruzabaunahabitación,osesentabaenunasilla.Nunca…loconseguí.
—¿Meg?Escucha.Creoquenodeberíashablar,¿sabes?Estásmuymalherida.Le costabamucho esfuerzo, era evidente.Las palabras le salían a trompicones,
comosi,depronto,sulenguafuesedeltamañoequivocado.—Ah-ah—contestó—.No.Quierohablar.Nuncahablo.Nunca tengoaalguien
conquienhablar.Pero…Memiródeunaformarara.—¿Cómoesqueestásaquí?—Estamoslosdosaquí.Susanyyo,losdos.Noshanencerrado.¿Teacuerdas?Tratódesonreír.—Creíqueerasunafantasía.Creoque,enocasiones, lohassido.He tenidoun
montón…unmontóndefantasías.Lashetenidoyluego…sevan.Y,aveces,tratasdeteneruna,quieresuna,peronopuedes.Nopuedespensarennada.Yluego,mástarde…lohaces.
»Antes te suplicaba, ¿sabes?Queparara.Quemedejara enpaz.Pensaba, tienequehacerlo,loharáduranteuntiempoyluegomedejaráenpaz,sedarácuentadequepuedocaerlebien,yluegopensaba,no,novaaparar,tengoquesalirdeaquí,peronopuedo,nolaentiendo,¿cómopudodejarquemequemara?
—Porfavor,Meg…Sehumedecióloslabios.Sonrió.—Perotúestáscuidandodemí,¿verdad?—Sí.—YSusantambién.—Sí.—¿Dóndeestá?—Duerme.—Tambiénesduroparaella—medijo.—Losé.Séqueloes.Estabapreocupado.SuvozibahaciéndosecadaVezmásdébil.Ahorateníaque
acercarmemuchoparapoderoírla.—¿Meharíasunfavor?—medijo.—Claro.Mecogiólamano.Suapretónfuemuydébil.—¿Recuperaráselanillodemimadre?¿Sabescuáleselanillodemimadre?Ella
nomeescuchará.Noleimporta.Peroigual…¿Podríaspedírselo?¿Podríasrecuperarmianillo?
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—Lorecuperaré.—¿Loprometes?—Sí.Mesoltó.—Gracias—medijo.Luego,tiempodespués,continuó.—¿Sabes?Nuncaquiseamimadrelosuficiente.¿Noesraro?¿Ytú?—No.Supongoqueno.—Cerrólosojos—.Creoqueahoramegustaríadormir
unrato.—Claro—ledije—.Descansa.—Esraro—medijo—.Nosientodolor.Lológicoseríasentirlo.Mequemarony
mequemaron,peronosientodolor.—Descansa—ledije.Asintió.Ylohizo.Ymequedésentado,esperandooírcómollamabaalapuerta
elagenteJennings,mientraslaletradeGreenDoordabaabsurdamentevueltasymásvueltasenmicabezacomosifuerauncarruselpintadodeformaextravagante,unayotra vez: «… medianoche, una noche más sin dormir/observando, hasta que lamañanallegasigilosa/puertaverde,¿cuáleselsecretoqueguardas?/¿puertaverde?».
Hastaqueyotambiénmedormí.Cuandodesperté,probablementeyaamanecía.Susanmeestabasacudiendo.—¡Detenla!—medecía,suvozunsusurroasustado—.¡Detenla!¡Porfavor!¡No
dejes que lo haga!Por unmomento, creí queme encontraba en casa, enmi cama.Miréamialrededor.Recordé.
YMegyanoestabaamilado.Micorazónempezóalatirconfuerza,semesecólaboca.Yentonceslavi.Sehabíaquitado lasábana,por loqueestabadesnuda,encorvadaen laesquina
juntoalamesadetrabajo.Sulargopelocaíasobresushombros.Suespaldaestabacubiertadesecasmanchasmarrones,canalesentrecruzadosdesangreseca.Lapartedeatrásdesucabezabrillabahúmedabajolaluzdetrabajo.
Pude ver cómo se le tensaban los músculos del cuello y los que rodeaban lacolumnavertebralmientrastrabajaba.Oíruidodeuñas.
Melevantéymeacerquéaella.Estabaescarbando.Estabaescarbandoconlosdedosenelsuelodecemento,allídondeseencontraba
con la pared. Cavando un túnel para salir. Se le escapaban pequeños ruidos deagotamiento.Selehabíanrotolasuñasylesangraban,yahabíaperdidounadeellas,lasyemasdesusdedostambiénsangraban,ysusangresemezclabaconlatierraqueescarbaba del cemento debilitado en una extraña aleación de ambas sustancias. Su
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últimanegativaasometerse.Suúltimoactodedesafío.Lavoluntadquesurgíadeuncuerpoderrotado,paraforzarloaconvertirseenpiedrasólida.
LapiedraeraRuth.Impenetrable;solotierrayfragmentos.LapiedraeraRuth.—Meg.Venga.Porfavor—leinsté.Pusemismanosbajosusbrazosylalevanté.Lohicecontantafacilidadcomosi
fueraunbebé.Sucuerpoparecíacálidoyllenodevida.Volví a tumbarla sobre el colchóny la tapé con la sábana. Susanme acercó el
cuboylelavélosdedos.Elaguaseenrojeció.Empecéallorar.No quería llorar, porque Susan estaba allí, pero no podía evitarlo ni ocultarlo.
Simplementellegó,meinundó,comolasangredeMegsobreelcemento.Estabacalienteporculpadelafiebre.Sucalidezeraunamentira.Casipudepercibirelolordelamuertesobreella.Podíaverloen ladistendidapupiladesuojo,unagujerocadavezmayor,enel
quepodíadesaparecerunamente.Lelavélosdedos.Cuando acabé, levanté a Susan para que pudiera tumbarse entre los dos y nos
quedamostumbadosjuntosyensilencio,observandosuagitadarespiración,mientrascadabocanadadeairequepenetrabaensuspulmoneseraotromomentoqueuníalosmomentos, otros segundos de gracia, el temblor de sus párpados entrecerradoshablandodelavidaquefluíadulcementebajolasuperficieherida;ycuandovolvióaabrir los ojos, no nos sorprendimos. Éramos felices al ver a Meg mirándonos, laantiguaMeg,laquevivióantesdetodoestoenelmismotiempoquenosotros,ynoenestefebrilespaciodeensueño.
Movióloslabios.Ysonrió.—Creoquelovoyaconseguir—nosdijo,ybuscólamanodeSusan—.Creoque
estarébien.
Enlaluzartificialdelalámparadetrabajo,enaquelamanecerqueparanosotrosnoeraamanecer,murió.
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Llamaronalapuertaunahoraymediamástarde.Oícómoselevantabandelascamas.Oívocesmasculinasyunospesadospasos
desconocidos que cruzaban el cuarto de estar hacia el comedor y bajaban lasescaleras.
Descorrieronelcerrojoyabrieronlapuerta,yallíestabaJennings,juntoconmipadre y otro poli llamadoThompson, al que conocíamos delVFW.Donny,Willie,Ladrador y Ruth se encontraban detrás de ellos, sin intentar escapar ni explicarse,solo observandomientras Jennings se acercaba aMeg, le levantaba un párpado ybuscabaunpulsoquenohabía.
Mipadreseacercóymerodeoconsubrazo.—Jesucristo —dijo, sacudiendo la cabeza—. Gracias a Dios que te hemos
encontrado.GraciasaDiosquetehemosencontrado.Creoqueeralaprimeravezqueleoíadeciresascosas,perotambiéncreoquelas
sentíadeverdad.JenningstapólacabezadeMegconlasábanayelagenteThompsonseacercóa
consolar aSusan,quenopodíapararde llorar.Había estadoen silenciodesdequeMegmurió,y,ahoraelalivioylatristezapudieronmásqueella.
Ruthylosdemásobservabanimpasibles.Jennings, a quien Meg había advertido sobre Ruth el cuatro de julio, parecía
dispuestoamatar.Conlacaraenrojecida,apenascontrolandosuvoz,siguiódisparándolepreguntas
aRuth;ysaltabaalavistaqueloqueenrealidadqueríadispararnoeranpreguntas,sino lapistolaque seguía aferrandoen su cadera. «¿Cómopasóesto? ¿Cómopasóestootro?¿Cuántotiempoestuvoaquíabajo?¿Quiénescribióesodeahí?».
Duranteuntiempo,Ruthnopudocontestar.Loúnicoquehizofuequedarseahídepie,rascándoselasheridasabiertasqueteníaenlacara.Yentoncesdijo:
—Quierounabogado.Jenningsactuócomosinolahubieseoído.Siguióconlaspreguntas,perotodolo
queelladecíaera«quierollamaraunabogado»,comosiestuvierapreparándoseparaacogersealaQuintaenmiendayesofueratodo.
Jennings se enfadómásymás aún.Pero esono sirviódenada.Yo se lopodíahaberdicho.
Rutheralaroca.Y,siguiendosuejemplo,tambiénloeransushijos.Yonoloera.Inspiréprofundamenteytratédenopensarquemipadreestabaami
lado.—Yoledirétodoloquequierasaber—dije—.Susanyyoloharemos.
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—¿Vistetodoesto?—Lamayoría—contesté.—Algunasdeestasheridasseinfligieronhacesemanas.¿Vistealgunadeellas?—Algunas.Lassuficientes.—¿Loviste?—Sí.Susojosseempequeñecieron.—¿Túquéeresaquí,chico,prisioneroocarcelero?—mepreguntó.Mevolvíamipadre.—Yonuncalehicedaño,papá.Nuncaselohice.Deveras.—Perotampocolaayudaste—señalóJennings.Esofueloqueyomehabíaestadorepitiendotodalanoche.ExceptoquelavozdeJenningsseaferróalaspalabrascomosifueraunpuñoy
melasarrojó.Porunmomento,medejaronsinaliento.Porunladoestálocorrectoyporotro,lojusto,pensé.—No—contesté—.No,nuncalohice.—Lointentaste—dijoSusan,llorando.—¿Lohizo?—preguntóThompson.Susanasintió.Jenningsmemiródurantemuchotiempoy,luego,éltambiénasintió.—Deacuerdo—dijo—.Hablaremosdeesomástarde.Serámejorquellamemos,
Phil.Todoelmundoarriba.Ruthmurmuróalgo.—¿Qué?—preguntóJennings.Ruthhablóparasímisma,musitando.—Nopuedooírla,señora.LacabezadeRuthseirguióderepenteysusojoscentelleantes.—He dicho que era una zorra—dijoRuth—. ¡Ella se escribió esas cosas! ¡Lo
hizoella!«Yofollo.Fóllame».¿Creeque loescribíyo? ¡Se loescribióellamisma,encima,porqueestabaorgullosadeello!
»Yo trataba de enseñarla, de disciplinarla, de enseñarle algo de decencia. Loescribió para escupírmelo a la cara, «Yo follo. Fóllame». Y lo hacía. Se follaba atodos.Selofollóaél,esoseguro.
Meseñaló.YluegoaWillieyaDonny.—Y a él, y a él también. ¡Se los folló a todos! Se habría follado al pequeño
Ralphie si yo no se lo hubiera impedido, si no la hubiese atado aquí abajo, dondenadieteníaqueverlelaspiernas,yelculo,yelcoño,sucoño;porque,caballero,esoestodoloqueera,uncoño,unamujerquenosabíaotracosamásqueentregarseacualquierhombrequeselopidieseacambiodeunosmimos.Yyolehiceunjodido
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favor.Asíquea lamierdaustedy loqueustedpiense.Malditacarnedentrodeununiforme. Un gran soldado. Una gran mierda. ¡Que le den! Yo le hice un jodidofavor…
—Señora—dijoJennings—.Creoquedeberíacallarseahoramismo.Se acercómás y fue como si estuvieramirando algo que hubiese pisado en la
calle.—¿Entiendeloquequierodecir,señora?¿SeñoraChandler?Porfavor,realmente
esperoquelohaga.Esaputaranuraqueustedllamaboca;manténgalacerrada.SevolvióhaciaSusan.—¿Puedesandar,cariño?Ellasesorbiólosmocos.—Sialguienmeayudaconlasescaleras.—Yopodríallevarla—seofrecióThompson—.Nodebedepesarmucho.—Deacuerdo.Entoncestúprimero.Thompsonlacogióyencabezólamarchaatravésdelapuertayporlasescaleras.
WillieyDonny lesiguieron,con lamirada fijaensuspies,comosinoconociesenmuybienelcamino.Mipadresubiódetrásdeellos,comosiahorafuerapartedelapolicía, vigilándoles, y yo lo seguí. Ruth vino justo detrás de mí, pisándome lostalones,comosi,depronto,tuvieraprisaporqueacabaratodo.MiréporencimademihombroyviqueLadradoribaprácticamenteasulado,yelagenteJenningsleseguía.
Entonces,vielanillo.Brillabaconlaluzdelsolquelobañabaprocedentedelaventanadeatrás.Seguí subiendo las escaleras, pero, por un instante, apenas fui consciente de
dóndemeencontraba.Sentíuncalorquemerecorríatodoelcuerpo.SeguíaviendoaMegyoyendo suvozhaciéndomeprometerque recuperaría el anillode sumadre,queselopediríaaRuth,comosideentradanofueradeMeg,sinoqueselohubiesenprestado, como siRuth tuviese algún derecho sobre él, como si no fuera una putaladrona, y pensé en todo lo que Meg había pasado antes incluso de que laconociésemos,perdiendoatodoslosqueamaba,yquedándosesoloconSusan;soloparaconseguirestasustituta.Estacruelparodiademadrequelehabíarobadonosoloelanillo, sino todo,suvida, su futuro, sucuerpo;y todoconelpretextodecriarla,aunqueloquehacíaenrealidadnoeracriarla,sinoempujarla,hundirlacadavezmás,disfrutandodeello,exultante,hasta,poramordeDios, terminarfundiéndolaconlamismatierraenlaqueahorayacía,sinpodercrecer,borrada,desaparecida.
Peroelanilloseguíaallí.Yenmirepentinafuriamedicuentadequeyotambiénpodíaempujar.
Medetuve,medilavueltayllevémimanoalacaradeRuth,conlosdedosmuyabiertos,yobservécómosusojosnegrosmemirabansorprendidosporunmomentoyllenosdemiedojustoantesdequedesaparecieranbajomimano.
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Supequelosabía.Yquequeríavivir.Viqueintentabacogersealabarandilla.Sentíqueabríalaboca.Porunmomento,sentílafláccidacarnedesusmejillasbajomisdedos.Eraconscientedequemipadreseguíasubiendolasescaleraspordelantedemí.
Casihabíallegadoarribadeltodo.Empujé.Nuncamehesentidotanbiennitanfuerte,nientoncesninunca.RuthgritóyLadradortratódecogerla,lomismoqueelagenteJennings,peroel
primerescalónconelquesegolpeófueeldelagenteJennings,yseretorciómientrasse golpeaba, por lo que él casi no pudo ni tocarla. Las latas de pintura cayeron alcementodelfondo.Ruthhizolomismo,aunquemáslentamente.
Separtiólabocacontralasescaleras.Esolahizovolarygirarcomounaacróbata,por lo que, cuando se golpeó contra el fondo, volvió a hacerlo con la cara,rompiéndoselaboca,lanarizyelpómulobajoelpesodetodosucuerpo,quecayócomounsacodepiedras.
Pudeoírcómoselepartíaelcuello.Yentoncessequedóallítumbada.De pronto, un pestazo llenó la habitación. Estuve a punto de sonreír. Se había
cagadoencimacomounbebéypenséqueeralomásapropiado,queestababien.Y entonces, de pronto, todo el mundo bajó las escaleras, Donny yWillie, mi
padreyelagenteThompsonsinelpesodeSusan,empujándomeparapasar,ytodosellosgritabanyrodeabanaRuthcomosifueraunhallazgoarqueológico.«¿Quéhapasado? ¡¿Qué le ha pasado a mi madre?!», gritaba Willie, y Ladrador estaballorando. Willie había perdido realmente el juicio, y estaba agachado sobre ella,agarrando sus pechos y tripa, tratando de devolverla a la vida a base demasajes.«¡¿Quédemonioshapasado?!»,gritóDonny.Todosmemirabandesdeelsuelocomosipensarandescuartizarme,mientrasmipadresesituabaenlabasedelasescalerasporsilointentaban.
—¿Quéhapasado?—preguntóelagenteThompson.Jennings se limitó a mirarme. Lo sabía. Sabía demasiado bien lo que había
pasado.Peroenesemomentonome importaba.Mesentíacomosihubieseaplastadoa
unaavispa.Unaquemehubiesepicado.Nadamásynadamenosqueeso.Bajé lasescalerasymeenfrentéaél.
Memiróduranteotrorato.Luegoseencogiódehombros.—Elchicotropezó—dijo—.Lafaltadecomida,lafaltadesueño,vermorirasu
amiga.Unaccidente.Esunapena.Avecespasa.
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Ladrador, Willie y Donny no se lo tragaron, pero nadie parecía tenerlesdemasiadoencuentaenaquelmomento,niimportabaloquesetragabanodejabandetragarse.
ElolordelamierdadeRutheraespantoso.—Traeréunasábana—dijoThompson.Pasóamilado.—Ese anillo—dije. Lo señalé—. El anillo que lleva en el dedo era de Meg.
PertenecióalamadredeMeg.DeberíatenerloSusanahora.¿Puedodárselo?Jenningsmelanzóunamiradaapenadaquemedecíaqueyaerasuficienteyque
nolepresionaramás.Peroesotampocomeimportaba.—ElanilloleperteneceaSusan—insistí.Jenningssuspiró.—¿Esesoverdad,chicos?—preguntó—.Lascosasiránmejorapartirdeahorasi
nomentís.—Supongo—dijoDonny.Williemiróasuhermano.—Queteden—musitó.JenningslevantólamanodeRuthymiróelanillo.—De acuerdo—dijo, y, de pronto, su voz se volvió amable—.Dáselo—se lo
sacódeldedo.—Dilequenolopierda—medijo.—Loharé.Mefuiarriba.Deprontomesentíamuycansado.Susanestabatumbadaenelsofá.Meacerquéaellay,antesdequepudierapreguntarmequéestabapasando,selo
di.Viquemirabaelanilloysedabacuentadeloqueera,ylamiradaensusojoshizoque cayera de rodillas a su lado. Ella me buscó con sus pálidos bracitos, y yo laabracé,ylloramosylloramos.
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Epílogo
Éramosmenores;nocriminales,sinodelincuentes.Así que, según la ley, éramos inocentes por definición, no se nos podía pedir
cuentadenuestros actos, como si todo aquel que tuvieramenosdedieciocho añosfuera legalmente loco e incapaz de distinguir el bien delmal.Nunca se facilitaronnuestros nombres a la prensa.No tendríamos antecedentes penales ni se nos daríapublicidad.
Me pareciómuy raro, pero, como estábamos excluidos de los derechos de losadultos, supongo que era normal que también se nos excluyese de lasresponsabilidadesdelosadultos.
Normal,amenosquefuerasMegoSusan.ADonny,aWillie,aLadrador,aEddieaDeniseyamísenosllevóanteunjuez
demenores,ySusanyyotestificamos.Nohabíafiscalniabogadodefensor,soloelhonorable juezAndrewSilver y unpuñadodepsicólogosy asistentes sociales quediscutieron encarecidamente qué hacer con cada uno de nosotros. Incluso desde elprincipio,resultabaobvioloquehabíaquehacer.Donny,Willie,Ladrador,EddieyDenisefueronenviadosacentrosdemenores;reformatorios,losllamábamos.EddieyDeniseúnicamentepordosaños,yaquenoteníanningunaimplicaciónauténticaenelasesinatoensí.Donny,WillieyLadradorhastaquecumplieran losdieciocho, lasentenciamás dura que te podían aplicar en aquellos tiempos.A los dieciocho lossoltaríanydestruiríansusexpedientes.
Losactosdelniñonosetendríanencuentacontraelhombre.Encontraron un hogar adoptivo para Susan en otra ciudad, en el distrito de los
lagos,lejos.Debidoaloqueelladijosobremíenlaaudienciayalhechodeque,bajolaley
delmenor, no existía, estrictamente hablando, nada parecido a un cómplice, semedejó bajo la custodia de mis padres y se me asignó una asistente social que erapsiquiatra,unamujerblandaconaspectodemaestradeescuela llamadaSallyBethCantor,queestuvoviniendoavermeunaveza lasemana,y luegounavezalmes,durante un año, y que siempre parecía preocupada por mis «progresos» en«enfrentarme»aloquehabíavistoyhecho(ydejadodehacer),peroque,a lavez,siempreparecíaestarmediodormida,comosihubierapasadoporaquellounbillóndevecesydeseasecontratodarazónyevidenciaquemispadresfueranmuchísimomás duros conmigo o que yo fuera a por ellos con un hacha o algo así, solo paraproporcionarlealgomásjugosoaloquehincarleeldiente.Yentonceselañoacabóyelladejódevenir.Pasarontresmesesantesdequelaecharaenfalta.
Nuncamásvolvíaveraningunodeellos.Almenos,noenpersona.Me escribí con Susan por un tiempo. Sus huesos se soldaron. Le gustaban sus
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padresadoptivos.Selashabíaarregladoparahacerunoscuantosamigos.Yentoncesdejódeescribir.Nolepreguntéporqué.Nolaculpé.
Mispadressedivorciaron.Mipadresefuedelaciudad.Noleveíademasiadoamenudo.Creoque,despuésdetodo,seavergonzabademí.Tampocoleculpé.
Me gradué en el colegio en el tercio inferior de la promoción, lo que nosorprendióanadie.
Fuia launiversidaddurante seisaños, condosañosde interrupciónenCanadápara evitar ser alistado, y salí de allí conunmáster en empresariales.Estavezmegraduéeltercerodemipromoción.Loquefueunagransorpresaparatodos.
Conseguíun trabajo enWallStreet,mecasé conunamujer a laque conocí enVictoria,medivorcié,mevolvíacasar,ymevolvíadivorciarunañodespués.
Mipadremuriódecánceren1982.Mimadretuvouninfartoenel85ymurióenelsuelodelacocina,juntoalfregadero,agarrandounacabezadebrécol.Inclusoalfinal, sola y sin nadie para quien cocinar, seguía teniendo la costumbre de comerbien.Nuncasabíascuándopodíavolverladepresión.
VolvíacasaconElizabeth,miprometida,paravenderlacasademimadreyleersutestamento,y,juntos,recogimoslasreliquiasquehabíaalmacenadotrascuarentaaños de vivir allí. Encontré unos cheques sin cobrar en una novela de AgathaChristie.Encontrécartasquelehabíaescritodesdelauniversidadydibujosacerasque había realizado en primero. Encontré artículos de periódico, marrones por eltiempo, sobre la apertura de El nido del águila y sobre premios que le habíanotorgadoamipadrelosKiwani,olaVFW,olosRotarios.
YencontrérecortessobrelasmuertesdeMegLoughlinyRuthChandler.Esquelasdelperiódicolocal.LadeMegerabreve,casidolorosamentebreve,comosilavidaquetuvoapenas
pudieraconsiderarseunavida.Loughlin,Megan, 14, hija del difunto Daniel Loughlin y de la difunta Joanne
Haley Loughlin. Hermana de Susan Loughlin. El funeral se llevará a cabo en lafunerariaFisher,avenidaOakdale110,Farmdale,NJ,elsábadoalas13:30horas.
LadeRutheramáslarga:
Chandler,Ruth,37,esposadeWilliamJamesChandler,hijadeldifuntoAndrewPerkinsydeladifuntaBarbaraBryanPerkins.Lasobrevivensumaridoysushijos,William Jr.,Donald yRalph.El funeral se llevará a cabo en la funerariaHopkins,ValleyRoad15,Farmdale,NJ,elsábado,alas14:00horas.
Eramáslarga,peroigualdevacía.Observélosrecortesymedicuentadequesusfuneralessehabíancelebradoel
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mismodíaconunlapsodemediahoraentreambos,enfunerariasqueseencontrabana dos o tres manzanas la una de la otra. No fui a ninguno de los dos. No puedoimaginarmequiénlohizo.
Mirélacasadealladodesdelaventanadelcuartodeestar.Mimadremehabíacontado que ahora vivía allí una pareja joven.Gente agradable, añadió. Sin niños,aunqueesperabantenerlosalgúndía.Ibanaconstruirunazonadejuegosencuantotuvierandinero.
Elsiguienterecorteeraunafoto.Lafotodeunjovenbienparecidoconuncabellocortoycastañoyunasonrisaalgodesmañada,conlosojosmuyabiertos.
Meparecíafamiliar.Ladesdoblé.EraunartículodelStar-ledger deNewark, fechadoel5de febrerode1978.El
titulardecía«hombredeManasquanacusadodeasesinato»,ylahistoriacontabaqueel hombrede la fotohabía sido arrestado el 25dediciembre junto aunmenor sinidentificardebidoasuconexiónconlasmuertesporapuñalamientoyquemadurasdedos adolescentes, Patricia Highsmith, 17 años, de Manasquan, y Debra Cohen,también17años,deAshburyPark.
Ambasvíctimasmostrabanseñalesdeviolenciasexualy,aunquealasdosselashabía apuñalado en numerosas ocasiones, la causa de la muerte fueron lasquemaduras.Selashabíaempapadocongasolinayselesprendiófuegoenuncampoabandonado.
ElhombredelafotoeraLadrador.Mimadrenuncamelocontó.Mirélafotoycreíveralmenosunabuenarazón
paraquenolohiciera;yopodríahabermiradoelperiódicoyvistolafoto.Enlaveintena,LadradorseparecíatantoaRuthquedabamiedo.Al igual que el resto de los recortes, este había estadometido en una caja de
camisascolocadasobrelasescalerasdelático,ylasesquinasestabansecas,marronesymediodeshechas.Peromedicuentadequehabíaalgoenelborde.Ledilavueltayreconocí la letra demimadre.Lo había escrito a lápiz, por lo que estaba un pocoborroso,peroaúnsepodíaleer.
Juntoalladodeltitularyelevándoseporunladodelafoto,habíaescritoconfinaironía«mepreguntocómolollevaránWillieyDonny».
Yahora,enlavísperallenadeincertidumbresdemitercermatrimonio,conunamujerque tiene lamismaedadque tendríaMegsi estuvieseviva, atormentadoporpesadillas que parecen centrarse en volver a fallar, en fallarle a alguien,abandonándole descuidadamente a las crueldades del mundo (y añadiendo a esosnombresqueellagarabateóenelbordedelrecortelosnombresdeDeniseydeEddieCrocker,yelmío),yotambiénmelopregunto.(Notadelautor:mientrasescriboLachicadeallado.)
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«¿Quiéntequiere,muñeca?»,diceKojak.Bueno, citando las palabras del jugador griego deAtlantic Citymás fiable del
mundo,«¿quiénsabe?».Perosíséquiényquémedamiedo.El«qué»,generalizando,esloimpredecible.Noesqueunencuentrofortuitocon
unpelirrojomelleveavolvercorriendoamiapartamentoenbuscadeuncrucifijoyalgodeajo.CosasmásenlalíneadelAlzheimer,elSidaounfalloenlosmotoresdeunavión.Undía,meencontrabayobajandoporBroadwaycuandotodounarmarioropero de roble cayó zumbando a la calle a penas a dos pasos de donde yo meencontraba.Esomeasusta.Measustaymeenfurece.
Ymesiento igual respectoa lagentequemedamiedo.Mecabreandeverdad.MemolestacompartirmiplanetaconengendroscomoBundy,quetienenunaspectoparecidoalmío,yquehablancomoyo,yquesontotalmenteencantadoressalvoporesa pequeña tontería, vaya, que les gusta arrancarle a la gente los pezones amordiscos.
Nosetratasolodeempatíaconlavíctima.Esdecir,yotambiéntengopezones.Los sociópatasme asustan yme enfurecen.No solo los sociópatas de las ligas
mayores(losMansonylosGaryTison),sinotambiénlostiposquedejansinblancaalas ancianitas mediante estafas de terrenos en Florida. Todos esos tipos sinconciencia.Conozcoaunamujer cuyomaridoperdió supuestoen laBolsayque,paracubrirsusdeudas,utilizóelnombredeellaparafirmarpagarésqueasciendenauncuartodemillóndedólares, ademásde formulariosdeHacienda,y ahora sehadesatadoun infiernocon lacasahipotecadayunmontónde impuestosatrasados,yella(conunhijoalquemantener,quien,trágicamente,siguequeriendoaltipejocomounniñodeochoañostienequequererasupadre)nolehavistonivueltoasaberdeéldesdemarzode1989.Niellaninadie.Desapareció.Nadiepuedetocarle.Mientrasqueelmundoselesvineencimaasumujeryasuhijocomosifueraunenjambredemoscas.
Hacemuchoquequería escribir sobreunodeestosbastardos.Suotredad.Y loquenospasaalagentedeverdadcuandonoscreemosquesonhumanos.
EncontréunoenBloodlettersandBadmen,deJayRobertNash.Sucrimeneraalgopocohabitualytotalmenterepulsivo.Durante el transcurso de varios meses y con la ayuda de su hijo y sus hijas
adolescentes (y, conel tiempo, tambiéncon lade losniñosdelvecindario), torturóhastalamuerteaunachicadedieciséisaños,unahuérfanaenacogida,delantedesuhermana pequeña, aparentemente para «enseñarle una lección» sobre lo quesignificabasermujerenestemundo.
Sus hijos me recordaron algo sacado de El señor de las moscas. Peroolvidémonosdelosniños,porqueloquetenemosaquíesaunamujer,unaadulta,quelesdapermiso,quepreparalascosasylosguíaencadapasoquedanenalgúntipo
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enfermizo de juego de aprendizaje que tiene algo que ver con un despreciofundamental hacia su propio sexo y con la incapacidad de advertir cualquiersufrimientoquenoseaelpropio.Yesolotransmiteaunpuñadodeadolescentes.Alosamigosdelachica.
El libromostrabaunafotosuya.Sucrimentuvolugaren1965,cuandocontabatreinta y seis años. Pero la cara que aparecía en el libro aparentaba sesenta. Pielapagadayarrugada(conarrugasmuymarcadas),unafinabocaamargada,entradasyunpelosuciopeinadoalestilodeunadécadaantes.
Enormes y profundos ojos oscuros que se las arreglaban para pareceratormentadosyvacíosalavez.Dabamiedo.Inmediatamente,meenfadéconella.
Sequedóconmigo.Entonces,unosañosdespués,mimadremurió,muyquerida,enlamismacasade
NuevaJerseyen laquecrecíyqueyohabíaconocidodesdemi infancia.Paracasitodoloquerealmenteimportabaseguíasiendomihogardereferencia.Meenfrentéalasdospérdidasdeformagradual,dejandomiapartamentodurantebrevesperíodosde tiempo y pasando allí un montón de tiempo recogiendo sus pertenencias,reencontrándomeconlosvecinos,recordando.
Enesemomento,meencontrabareelaborandoEllasedespierta,miúnicanovelasobrenaturalhastalafecha.Yfueunasuertequevolvieraaellajustoentonces,puesen esemomento nome encontraba en condiciones de empezar algo nuevo, o real.Unadiosareencarnadaenunasoleadaislagriegameparecíaalgoperfecto.
Pero,gradualmente,aquellamujervolvióaempezarainsinuarse.Puedequefueraelpeinadodeloscincuenta.Nolosé.
Pero,mientrasyocrecía,micalleeraunacallecortadaytodaslascasasestabanllenasdeniñosdelaguerra.Podíaimaginármelahaciéndoloallí.Y,además,sivivisteen los cincuenta, conoces su lado oscuro. Todos esos pequeños, suaves y bonitosbulbosdesecretosyrepresión,madurosylistosparaestallar.Eralaclaseperfectadeaislamientoypersonajesquepodíamoldearatravésdelosreales.
Asíque,pensé,retrotráeloa1958,cuandoteníasdoceaños.Enlugardelmediooeste,donderealmenteocurrió,utilizaNuevaJersey.
Yalestarallí,especialmenteduranteelverano,semesiguieronocurriendocosas.El olor a bosque, las húmedas paredes del sótano. Cosas que, durante años, habíaestadodemasiadoocupadocomopararecordar,ahoramedejabannochesenterassindormir.Estabansaliendoalasuperficiedemasiadosdetallescomopararesistirse,ynilo intenté. A veces incluso reconocía cosas que me gustaban entonces. Teníamosamigos,ysetos,ypuertassincerrar.TeníamosaElvis.
Pero tampoco iba a hacer algo comoHappyDays. No desde que enFuera detemporada,miprimer libro,había trabajadoconunargumentooscuro.YFueradetemporada iba de caníbales en la costa deMaine, por amor de Dios. Nadie iba a
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tomárseloenserio,pormuchaternuraquepusieraalescribirlo.Además,estahistoriaiba sobre el maltrato a menores. Un maltrato tan extremo que, al escribirlo,finalmenteme llevóa tomar ladecisiónde suavizaralgode loquehabíapasadoydejarotrascosastotalmentefuera.
Siguesiendobastanteextremo.Nohabíanadaquepudierahacerconello,nadade loquemediesecuenta.De
hecho, el problema consistió en dejar los elementos extremos sin explotar en elprocesoatodosesosniñosalosque,enlavidareal,maltratancadadía.
Elirsolucionandolosproblemastécnicosmeayudó.Enprimerlugar,utilicéunavozenprimerapersona,conelniñodelacasadealladocomonarrador.Setratadeun chico problemático pero no insensible, que se debate entre la fascinación queejerce sobre él la sensación de libertad que todo esto conlleva y lo que le estádiciendosuempatía.Vemuchascosas.Peronotodo.Loquemepermitiópresentaralgunas cosas como simples bocetos en lugar de ir directamente a la garganta ydescribirlasalcompleto.
Almismotiempo,locuentatreintaañosdespués.Yaesadulto,porloquepuedecensurar.Asíqueenunmomento,cuandolascosasseponenrealmenteduras,lehagodecir«losiento,novoyamostrarteeso.Imagínatelosiquieresyteatreves.Yonotevoyaayudar».
Lanarraciónenprimerapersonaenunlibrodemisteriodirigeautomáticamentelas simpatías del lector hacia el objeto de violencia. Lo utilicé en El esconditebuscando precisamente ese efecto. Sabes que, quienquiera que esté hablando, va asobrevivir, por lo que no te preocupas demasiado por su bienestar físico. (Aunquepuedespreocupartepor subienestarmoral,yesperoqueesosea loquepaseaquí.)Pero, si se hace bien, te preocupas por el bienestar de aquellos por los que sepreocupa.Enestecaso,Lachicadealladoysuhermana.
Escomplicado.Porquesilagenteporlaquesepreocupanoestábiendibujada,onocaebien,oallectornolegustanlosabogadosolosperrosdelamismaformaqueal narrador, acabará centrándose en los malos, o en la violencia, o en ambos. Ocerrandoellibroparasiempre.
Peroesonomepreocupademasiado(dijoél,llenandodearroganciasutazahastaelborde).Siellibroposeeunaciertaambigüedadmoral,unaciertatensiónmoral,eslo que se pretendía. Ese es el problema que tiene que solucionar el chico, unproblema relacionado con su forma de ver las cosas. Y no estoy demasiadopreocupado porque me caen bien esas niñas, y creo que eso queda claro. No sonsimples víctimas. De algún modo, especialmente en la forma que tienen derelacionarselaunaconlaotra,creoquesonfigurasbastanteheroicas.
Yporque,alcontrario,losotrosmeasustan.Me asustan, y sí, por aparecer delante de mis narices cada vez que abro el
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periódico, o enciendo la tele para ver las noticias de la tarde, o hablo con algunamujercuyomaridoborrachohavueltoazurrarla,mecabreandeverdad.
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¿Amasatumujer?
—Hayvecesenquemeparecequetú…,nosé,queyanoestásahí—leconfesó—.Comosino importara loquehiciera,porquenohabríaningunadiferencia¿no?¿Sabesloquequierodecir?
Estabantumbadosenlacama.Élseencontrabacansadoyalgomareadodebidoaloswhiskysquesehabíatomadodespuésdeltrabajo.ElpoderylagloriadeGreeneseencontrabaabiertoenelregazodeella.ÉlibaporlamitaddeBahíadeAlmas,deStone.
Ellateníarazón.Stonesehabríaforzado,obviamente,areaccionar.Élnopodía.Ella iba a irse a California pocos días después, dejando atrás el frío gélido de
Nueva York y el frío gélido de él durante aproximadamente una semana. Su ex-amante la había llamado. Puede que volviera a ser su amante. Bass no habíapreguntado.
—No es que me queje—continuó ella—. No es que te esté criticando. Ya losabes.
—Losé.—Y no solo somos tú y yo. Da la impresión de que te pasa con todo. Antes
escribías.Demonios,antespintabas.Yanoereselmismo.—Obviamente,espartedemí.—Nolamejorparte.—Bueno.Quizáno.Ellanocontinuóconel resto. Inclusodespuésde tres largosaños sigue siendo
ella,¿verdad?No tenía lamásmínimanecesidaddeherirle conello.Simplementeestaba haciendo una observación y dejándole una puerta abierta por si él queríahablar.Noquiso.Detodasformas,noeraprecisamentelapérdidadeAnnabelloquelopreocupabaesosdías.Eraloquequedabadeélensuausencia.Loqueparecíasercada vezmenos; una sutil pero clara diferencia.Continuaba sintiéndose sumergidohastamuyabajoenlaoladeblancaespumadesupartida.Justodondeelaguaestámuytranquila,muyprofundaymuytenue.
—Enfréntateaella—leaconsejóGary.—¿AAnnabel?—Sí,aAnnabel.¿Aquiénsino?—¿Despuésdetantotiempo?—Exactamente.Noteestáshaciendomásjoven.—Esmásfácildecirloquehacerlo.Ahoraestácasada,¿recuerdas?—IgualqueLauraytú.Avuestraextrañamanera.SereferíaaqueLauravolvíaasalirconsuantiguoamante.Garynoloaprobabay
noleimportabadecirlo.Eranlascuatrodelamañana.EstabancerrandoLaspuertas
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del Infierno.Eraunacalurosanochedeveranoy los treintay tantosmiembrosdelpersonal se les habían acercado comomoscas a lamiel a pesar de las bebidas denuevedólares.
—Puesenfréntateaambos,quédemonios.—Nisiquieraleconozco.Nosvimosunavezcuandoellatrabajabadecamarera,
ynomásdecincominutos.Nisiquieraestoysegurodequeloreconociera,aunquelotuviesesentadojustoenfrente.
—Pues puede que eso sea parte del problema.No conoces al tipo.Así que nosabesloqueleofrece.Nosabesporquéél.Esdecir,avecesconocesalotrotipoyélnoesparatanto,¿verdad?Loquehacequeellapierdapuntos.Avecesesoesjustoloquenecesitas.
»Laechasdemenosycreesqueechasdemenosesa…enormepersonalidad.Perosololavesenelcontextodevosotrosdos.Notienesperspectiva.Teencuentrasahí,dándolevueltasalascosas.Sinperspectiva.Creesqueconocesaalguien,peronoesasí;nohastaquevivesconesealguieno lovesenunasituación totalmentenueva,comosifueraotrapersona.Esoesloqueyopienso,almenos.YsigopensandoqueestáschifladosidejasqueLauracorraaencontraseconalgúnpayasoenCalifornia.
Ignorólaúltimaparte.NopodíadecirleaLauraloqueteníaquehacer,ytampocoqueríahacerlo,detodasformas.Teníaquepensarqueellasabíaloquehacía.
PeropensóqueeraposiblequeGary tuvieraalgode razón respectoaAnnabel.Cuando se fue, insistió en cortar con él en todo. Sin llamadas, sin correoselectrónicos, sin cartas. Una ruptura limpia, según ella. Recordaba haberseestremecidoporculpadelgastadocliché.
Alprincipio,nosecreyóqueellafueracapazdeunamedidatandraconiana(nocon respecto a ellosdos), así que lo intentó.Peroprontoquedóclaroqueno iba aproducirseningúnenfrentamiento,ningúnseguimiento,ningunaclasedeapariciónensuapartamento.Sabíaadóndeconduciríaesapequeñavisita.Elaccesoasucasaerasolo con invitación. Solo conseguiría que le cerrara en las narices una puerta queantesestabaabiertadeparenpar.
Elúltimomensajedecorreoelectrónicoqueellalehabíaenviadoeratranquiloydeliberado;leinformabadequehabíatiradotodaslasfotosdeellosdosylesugeríaquehicieralomismo.Esoaceleraríaelprocesodecuración.Otrocliché,perolodejópasar.Tresmesesdespués, secasóconun tipoalquehabíaconocidoyconelquehabíasalidomuchotiempoantesdequeellosdosseconocieran,yesofueloúltimoquesupodeella.
Se había sentido furioso, herido y sorprendido por las dos cosas. Primero larupturayluegoelmatrimonio.Peronohabíaningúntribunaldeapelaciónniservíade nada aullarle al viento. Le había parecido intolerable el cortar sin más, elsuspendertodacomunicación.Poruntiempo,Bassestuvomuycercadeodiarla.
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Tres años después, él ya no sentía ningún tipo de furia. Simplemente sepreguntabaadóndesehabríaido.Porqueporaquelentoncesel«losuperarásconeltiempo», junto con el «rompamos limpiamente» y el «acelerar el proceso decuración»parecíanelPadre,elHijoyelEspírituSantodelaspsico-zarandajasmásinútiles.Loasqueabanyloenfurecían.
Pero puede que, a largo plazo, acabaran por hacer efecto después de todo. Lavictoriaatravésdelainacción.Porqueallíestabaél.
Curioso de una forma pasiva respecto a si habría algo que pudiera volver adespertar su muerto trasero, a resucitar su sentido del compromiso en una vidadespuésdeAnnabel.Perolapalabraclaveseguíasiendo«pasivo».¿Enfrentamiento?Tres años atrás, en un segundo. Pero ahora ni siquiera estaba seguro de que lequedaseenergía suficiente.Eraposiblequeyahubierapasadoelmomentopara lasexplicaciones,elentendimientoylamásodiosadelaspalabras,elcierredefinitivo.
Nuncallegóatirarsusfotos.Asíque,aldíasiguiente,sepusoaverlasmientrascomíaunestofadodeternera
conmaíz. Sintió una leve punzada al hacerlo.Como la de unmúsculo que puedesestirarpocodespuésydeshacertedeella.Peroseguíasiendoalgo.
Trató de buscarla en Internet. Había pensado antes en hacerlo, pero desistió,temiendounamayorhumillación.
Probó con su nombre de soltera y no encontró nada. Luego lo intentó con suapellidodecasada.Loqueapareciófueunaúnicafoto.Unafotodebodadehacíadosañosymedio:Annabelysumarido,Gerard,sonriendodepiebajounapanopliadeverdes y saludables palmeras frente algún viejo hotel de Nueva Orleáns. Annabelteníaunaspectoencantadorcon suvestido sinmaneasverdepálido, sumaridoeraalgomásbajoqueellayseestabaquedandocalvo,llevabaunacamisadesedablancademangacorta,unasonrisatorcidayunsombreropanamátotalmentenuevo.Ellanomirabaalacámara,sinoalcielo.Locualeratotalmentepropiodeella.Annabelerapintorayelcieloerasuauténticonorte,sulienzo.
Eraloúnicoqueleresultabafamiliar.El textodecía:«Aquí están el señorGerardPope y señora en carnaval. ¡Mira
dóndefuimosyloquehicimos!».La foto estaba sacada de la página web de su marido. Bass no había tenido
ninguna razón para pensar que la tenía.No tenía ni idea de que se ganaba la vidaescribiendonovelasdedetectives;yconbastanteéxito,alparecer.Leechóunvistazoalapágina.Portadasdesuslibros,artículos,unabibliografía,unazonademensajesycitasdelPublisherWeeklyydeLawrenceBlock.Noestabanadamal.Teníaunaserieconunpersonajequehabíaaparecidoprimeroenseisnovelasdebolsillooriginalesy,más recientemente, en dos de tapa dura, con una edición de bolsillo queprobablementellegaríapronto.
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Dénuevoesapunzada.Posiblemente se trataba de celos. Bass había tenido serias esperanzas de
convertirse algún día en escritor; lo de ser camarero se suponía que iba a sertemporal.
OpuedequefueraelhechodequetambiénelloshubiesenhabladodeirjuntosaNueva Orleáns, cuando lo más al sur que habían llegado era a Cape May, en laprimaveradesuprimerañojuntos.
Pero lomásprobableesqueestuvieraempezandoaexperimentaraquellode loqueGreglehabíaestadohablando.
Elcontexto.Allíestabaella,Annabelenmarcadaenlafoto.UnaAnnabeltotalmentedistinta.
Muy lejos del punto de vista o de la influencia de aquella entidad que una vezconstituyeronBassyellajuntos.Conunhombrealqueapenasreconocía,atodoslosefectosunextraño.
Yenlapresenciadeesehombre(almenosesedía),ellaerafeliz.Asíquedabalaimpresióndequeellapodíaserperfectamentefelizsinél.
Esoyalosabía,porsupuesto.Cualquiercerebroquemerecieralapenallegaríaaesaconclusión.Peroélcreíaquelapunzadaprocedíadeunazonamenosapolíneadesucerebro.Lapartequeloshombrescompartíanconlasserpientes,lospájarosylosdinosaurios. Esa parte que tenía un único pensamiento por encima de cualquiersentidodeautoconciencia:«comeoseráscomido.Cogeotecogerán».
Solounapunzada.Pero lo suficiente para que cuando, unos días después, Laura sonrió, le dio un
besodedespedidaalapuertadesuapartamentoybajólasmaletashastaeltaxiquelaesperaba para llevarla a La Guardia, empezara a convertirse, inesperadamente, depunzadaenopresión.
Yairseintroduciendopocoapocoenesenuevoysegundovacíoensuvidaquehabía creado su ausencia, como si fuera una presa a la que estuviese destruyendolentamenteunfuertetemporal.
SufocoinmediatofueGerard,noAnnabel.Loqueleparecíararo,pues,dejandoalmargen la páginaweb, no tenía lamásmínima idea de quién eraGerard. Basscompróunadesusnovelasdebolsillo,peroodiabalasnovelasdemisterio,porloquenollegómásalládelasprimeraspáginasparaasegurarsedequeelhombreeracapazdemanejarseconlafraseyelpárrafoconunaciertahabilidad.Asíque,¿cómopodíasentir esa creciente animosidad (pues eso era precisamente lo que sentía) haciaalguienalquenisiquierahabíaestrechadolamano?¿Delqueignorabaporcompletolascostumbres,losgustos,eltonodevoz,ysiteníaonoteníaingenio?
¿Cómo podía empezar a no gustarte lo que no era más que una abstracciónhumana?
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Buenapregunta,pensó.Perosuvidadesueñosnopedíapermiso.YGerardestabaempezandoaaparecerenellaconbastantefrecuencia.En uno de los sueños, Gerard y él trataban de descifrar las instrucciones de
preparación, bastante borrosas, de la parte de atrás de un paquete de comidacongelada;unaespeciedepanrellenoitaliano.Necesitabansabereltiempoquedebíaestarenelhorno,peronopodíanleerlamalditacosa.Erarealmentefrustrante.
Enotro,jugabanalajedrez.Laspiezasnoparabandedesaparecer.Unpeónallí,unalfilallá.Basssospechabaqueélmismohacíatrampas.
En otro más, estaban sentados bajo un frondoso árbol en Central Park,observandoaunaniñitaquejugabaenelcastillo,ylaniñitaeraAnnabel.Esonoleparecíaextrañoaningunodelosdos.BassencendióunWinston,lediounacalada,yGerardseinclinósonriendo,seloquitódeloslabiosylotiró.Annabelserio,sebajódelcastilloyloaplastóconelpie.Basssepusofuriosoconlosdos.
Ydespuésestabaelrealmentemalo.Allí está Gerard, sentado frente a una antiguamesa de roble de estilo rústico,
enorme,yseencuentraatadoaunpesadosillóndemadera.Suspiernasestánatadasalaspatasdelsillónysusbrazosestánatadosalosbrazos.Annabelnoseencuentraalavista.GerardmiraaBass,con la frente llenadepreocupación.Bass lepregunta:«¿amasatumujer?».Élasiente.
Depronto,allíestáAnnabel,atadadeunaformaparecidaaunasillaparecidaalotroextremodelamesa.Detrásdeella,unapuertaseabrealanocheestrellada.Laspolillasatraviesanlapuerta,atraídasporlaluz.Unapolilladeluna,delcolordesuvestidodenovia,seposaenlosnudillosdelamanoderecha,justodondeseagarraala silla.Bass la aleja e, inmediatamente, la sustituye su cuchillo, grande, afilado yeleganteasumanera,dispuestoparacortarleloscuatrodedos,ypuedequetambiénelpulgar,porsiacaso.
VuelveapreguntarleaGerard,«¿amasa tumujer?»,ypresionaelcuchilloconsuavidadsobrelacarnedeella.
ÉlasienteyBasssedacuentadequeahoraestáamordazado,igualqueella.Basslevantaelcuchillodelosdedosdeellayloponesobrelamanoderechade
Gerard, y le pregunta por tercera vez, ¿amas a tu mujer?, y vuelve a asentirlentamente, aparentemente con tristeza, casi como una educada reverencia, y conplenoconocimiento.Seestiraparacolocarsumanolibresobreelcuchilloyempujasúbitamentehaciaabajo,ylosgritostraslamordaza,asícomoelruidoquehaceyloquesientealatravesarelhuesoesloquelodespierta.
Reprodujo el sueño una y otra vez durante toda la noche en Las puertas delInfierno.No lobuscó.Sencillamente,nose le ibade lacabeza.SiGary lehubiesepreguntado tansolocómole iba, lehabríacontadoelsueñoenunabrirycerrarde
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ojos y con tanto detalle como fuera posible, pero no lo preguntó, yBass no podíasoltárseloasí,sinmás,entredaiquirisdeplátanoycóctelesbijou.
Perofueelsueñoyeldarlevueltasalsueñoloquelollevóaentrarenacciónaldíasiguiente.
La página web oficial de Gerard Pope no tenía ninguna dirección de correoelectrónico,perosíunapáginademensajesenlaqueloslectorespodíandiscutirsutrabajo,ponersusobservacionesydaropiniones,yBasssediocuentaensuprimeravisita de que Gerard solía entrar una vez a la semana, sobre el fin de semana, ycontestartodaslaspreguntasqueselehubieranhecho.Lohacíaconregularidad.Suestiloenesosmensajeseraalentadoramenteabiertoysinningunaafectación.Inclusoeragracioso.Cercano.Basspensóque,aunqueAnnabellehabíaprohibidocontactarconella,nohabíadichonadarespectoaGerard.
Basssesentó,encendióuncigarrillo,lediounaprofundacaladayleenvióunaslíneaseljuevesporlanoche,despuésdeltrabajo.
«Buena foto. Está preciosa vestida de verde. Me gusta esa mirada lejana quecontempla el cielo, claro. La conozco bien. ¿Te preocupas en alcanzar los viejostiemposquenosotrosnuncatuvimos?Sitienescuriosidad,mándameunmensajealadireccióndearriba.Bass».
Eldomingotuvounarespuesta.
«Probablementememataráporhaceresto,perosí,supongoquetengocuriosidad.¿Continúas en elWest Side? Si es así, ¿comemos en el Egeo a la una, el jueves?Recuerdos,Pope».
Asíqueéltambiénutilizabasuapellido.Interesante.Lecontestódiciendoqueeljuevesestababien.Lanochedel lunes soñó algo totalmentedistinto.Almenos, creíaque era algo
totalmentedistinto.Hacíaunpreciosoy luminosodíayseencontrabaconduciendoporunaautopistacuandootrocochesepusoasualturayBassyelotroconductorsemiraron.Elconductoreraunamujer,rubia,conunleveexcesodepesosegúnél,peroqueleofrecióunasonrisadesdentadaque,sencillamente,leatrajo.
Losiguientequesupofuequeseencontrabaenelcochedeella,enelasientodelcopiloto,y,despuésdeeso,losiguientefuequeseencontrabanaparcadosenelarcényqueelcochesehabíatransformadoenunacaravana,yseencontrabandesnudosensu cama haciendo el amor, y, a pesar de que su cuerpo era algo carnoso, eraestupendo;enserio,noestabanadamal.Fueaúnmejorcuandoellasetransformóenuna esbelta y preciosa castaña, la modelo Paulina Porizkova, a la que Bass habíadeseadodesde la primera vez que la vio.Y siguió haciéndolo; transformándose de
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Paulinaalarubiasindientesyalainversa.—Pensé que podrías quedarte a pasar la noche—dijo ella con la forma de la
rubia.Élrespondió:—Penséquenuncamelopedirías.Sedespertó con apenas suficiente tiempoparaducharse, afeitarsey tomarseun
caféporelcamino.El Egeo no estaba haciendo demasiada caja con el almuerzo, por lo que había
montones demesas libres, pero Pope se encontraba en el bar, justo en la esquinafrentealapuerta.Sonrióinmediatamenteyleofreciólamano.
—GerardPope—sepresentó.—JohnBass.¿Cómosabíasqueerayo?—¿Qué?Ah,lasfotos.—¿Lasfotos?—Sí.—¿Guardalasfotos?—Algunas, supongo.Nosécuántas.Solo teconozcode lasquemeenseñó.La
mayoría,deCapeMay.Yasabesloquepasaconlasmujeres;esasenlasqueellasalerealmentebien.
Sonrióysacudiólacabeza.—Joder.—¿Qué va a tomar? —preguntó el camarero. Pope bebía una O’Doule sin
alcohol.—AmstelLight.—Ahoramismo.—Penséquelashabíadestruidotodas.—¿Annabel?Annabelesincapazdetirarinclusounabombillafundida.Sucervezallegóenunajarrahelada,pidieronlacartayhablarondetrivialidades,
principalmentesobresupáginaweb,alaqueBassadmitióqueadmirabayqueselahabíahechounfandeColoradoacambiodeobjetosdecolección,primerasedicionesycosasporelestilo,hicieronsuspedidosyluego,pocoapoco,laconversaciónfuehaciéndosemáspersonal,yBassseenteródequesehabíanmudadodosvecesentresaños, amejores ymayores pisos, deHell’sKitchen alWest Side y, por último, alSoho.SeenteródequequeríanhacerpelículasdedosdeloslibrosdePope,peroqueélnoesperabaquesurgieranecesariamentealgodetodoello.DescubrióqueAnnabeltrabajaba ahora enun estilomixto,marinas comoplayas estilizadasque se estabanvendiendobastantebienensuloft.Enestosmomentostratabandecrearunapáginawebparapromocionartambiénsuscosas.
ParacuandoélterminósuensaladadepulpohervidoycalamaryPopesupollo
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lemoni,Basssediocuentadealgoquenolehizofelizenabsoluto.Eltipoempezabaacaerlebien.Vayagranoenelculo.YsupusoquePopeselopodíaleerenlacara,puestoqueseechóareír.
—¿Decepcionado?¿Nosoyunmamónalquepuedesodiar?—Yonunca…—Vamos. Si no me odiabas, seguro que estabas trabajando en ello.Mira, soy
escritor.Soybuenoconellenguajecorporal.Definitivamente,teníasunpalometidoenelculocuandoentraste.Tehaslibradodeélhacesolounmomento.
Basspensóenelsueño,latristeafirmacióndeGerardqueeracasiunareverencia.Éltambiénerabastantebuenoconellenguajecorporal.Perosoloahorasediocuentade lo que el asentimiento quería decir.No resignación ante el cuchillo, tal y comohabíapensadoalamañanasiguiente.Reconocimiento.Reconocimientodelotro.
Ensumentequeríadecir«amasatumujer»,peroloquelesaliófue,«laquieres,¿verdad?».
—Por supuesto. Es bastante fácil de querer. Precisamente tú de entre todosdeberíassaberlo.Tratabadehacerteunfavor,Bass.
—¿Ah, sí? ¿Cómo?—Esperaba que no le hubiese salido tan amargado comosonaba.
—Diciéndotequetirólasfotos,paraempezar.Diciéndotequehicieraslomismo.Paracortarcontigototalmente.Esoesloprincipal.
«Cortar contigo totalmente». Recordó el sueño y, de pronto, quedó totalmenteclaroylesorprendió.Sediocuentadeque,enlassutilesinversionesqueocurrenenlos sueños, no había sidoGerard el que estaba atado a la silla. Era él. Incapaz demoverse o defenderse, incapaz de hablar o presentar su versión. Esperando,asintiendo tristemente, reconociendo a Gerard. Y, finalmente, cortando totalmentejustoenelmomentodedespertar.
—Ellasabíaquenoibaafuncionar.Tratabadeseramablecontigoalimpedirquesiguiera.Yconellatambién.Yconmigotambién,porsupuesto.
Basspensóenelloporunmomento.Luegoasintió.—Una vez soñé contigo—le explicó—. Yo encendía un cigarrillo. Tú me lo
quitabasylotirabaslejos.—Unauténticobastardillo,¿eh?—No.Erapormibien,joder.Pagaronamedias.—Mepreguntastesiamabaamimujer—dijoGerard(aunquenolohabíahecho
exactamente—.Sitúlaamaras,habríashecholomismoqueellatratódehacerporti.Tira esas malditas fotos, aunque sea metafóricamente hablando. Hazlas pedacitos.Puedeque,algúndía,cuandoseamosviejosycanosos,hagamosalgunasnuevas.
—Opuedequeno.
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—Opuedequeno.Mealegrodehaberteconocido,Bass.Estonuncapasa,peromealegrodequelohiciera,sisabesloquequierodecir.
Basspidióotracervezayselabebiódespacio,pensandoentodoaquello.Pocodespués,sepasóalwhisky.Amitaddelsegundo,salióafueraafumaryobservóalagentedelacalle.Niñeras
y madres jóvenes y enérgicas con cochecitos de anchura doble. Camionerosrepartiendoobjetosdepapelydeconsumodiario.Unamujeralotroladodelacallecorriendoensusitio,anteelsemáforo,yvociferandoalmóvil.Untipoconcrestademohicano, mocasines y orejeras de piel, desnudo hasta la cintura, todo cuero ybronceado.¿Dequévaese?,sepreguntó,¿Deidiotamoderno?¿Orejerasenagosto?Dabalaimpresióndequeahífuerahabíagentebastantemásrarayobsesivaqueélmismo.
Volvió dentro, acabó su whisky y pidió otro. Tardó bastante en bebérselo. Elcamareronohizoningúnesfuerzoporentablarconversación.Enocasiones,losabían.
Pagólacervezayloswhiskysysefueacasa.Sucasaestabatalycomoesperabaqueestuviera.Vacía.Ensumayorparte,vacía
deLaura.Sesirvióunúltimowhiskyqueciertamentenonecesitaba,sesentópesadamente
enelsofá,lediounsorbo,yleparecióqueechabaunacabezada,pueslosiguientequesupoesquesucaraestabahúmedaporlaslágrimas.Ahorallorabaensueños,poramordeDios,esoeradistinto,ypensóenelsueño,yenloqueposiblementequisieraqueélhiciese,asíquefuealacocina,abrióelcajónysacóelcuchillo.
Miró la larga y pesada cuchilla.Necesitaba ser afilado, pero serviría.Miró susdedos, extendidos sobre el fregadero. Un símbolo, pensó. Eso es lo que son lossueños, ¿verdad? Símbolos de lo que necesitas hacer con tu vida. Encendió uncigarrilloyvolvióapensarenello.No,pensó.Esoesmáslocoquelodelasorejeras.Nisiquieralapuntadeunmeñique.Noquieresinterpretarlaterminologíadelsueñodemasiadoliteralmente.
Además, le había pasado algo más. En su sueño, el final de su relación conAnnabelera,puraysimplemente,unapérdida.Simbolizadaporunoscuantosdedosdesaparecidos.Pensóqueeraalgomáscomplejoquetodoeso.
Hasperdidoalgo,seguro.Pero,cuandolohiciste,tambiénañadistealgo.Tejidocicatrizal.Podíavivirconello.Dejóelcuchilloysequitó lacamisa, lediounaprofundacaladaalcigarrilloy
luegolopresionólentamentesobrelacarne,directamentedondecreíaqueestaríaelcorazón.Quería que la quemadura le durara.Por tiAnnabel, pensó.Olió cómo sequemaba el pelo de su pecho y, por debajo, otro olor más dulzón, y sintió algoparecido a la picadura de un avispón, agudo y abrupto, que luego se fue
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desvaneciendoamedidaqueelascuaibaperdiendotamaño.Tirólacolillaalceniceroyfueabuscarel«bacitracin».Unos siete años después, mientras se preparaba para la fiesta del décimo
aniversario deAnnabel yGerard, salió de una humeante ducha y admiró el pálidocírculoblancoquedestacabaclaramentesobresupielbrillante.
Lauraestabaesperándole,vestidaylistaparasalir.Siempreibaunpasopordelantedeél.
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Regresos
—Estoyaquí.—¿Queestásqué?—Hedichoqueestoyaquí.—Oh,noempieces.Noempieces.Jillestátumbadasobreelcarosofáfrentealatele,viendounconcurso,conuna
botelladeJimBeamenelsueloyunvasoenlamano.Ellanomeve,peroZoeysí.Zoeyestáhechaunovilloalotroladodelsofáesperandosudesayuno,elsolhasalidoyahacecuatrohoras,sonlasdiez,ysueletomarsusFriskiesalasocho.
Siempretuvelasensacióndequelosgatosvencosasquelaspersonasnopuedenver.Ahoralosé.
Meestámirandoconunciertointeréssuplicante.Losojosmuyabiertos,lanegranarizretorciéndose.Séqueesperaalgodemí.Estoytratandodedárselo.
—Por amor deDios, se supone que debes darle de comer.Hayque cambiar laarenadesucaja.
—¿Qué?¿Quién?—Lagata.Zoey.Comida.Agua.Lacajadearena.¿Recuerdas?Volvió a llenar el vaso. Jill lleva toda la noche y toda la mañana haciendo lo
mismo,conpequeñascabezadasocasionales.Yaeramalocuandoestabavivo,perodesde que el taxime cortó en dos hace cuatro días en la 72 conBroadway, se havueltomuchísimopeor.Puedeque,asumanera,meechedemenos.AcabodevolverjustolapasadanochedesoloDiossabedóndesabiendoquehayalgoquedebohacerointentar,ypuedequeseaesto.Hacerquelodeje.
—¡Jesús!Déjamesola.Estásenmiputacabeza.¡Saldemiputacabeza!Logritalosuficientementealtocomoparaquelooiganlosvecinos.Losvecinos
están en el trabajo. Ella no. Así que nadie golpea las paredes. Zoey se limita amirarla,yluegovuelveamirarmeamí.Yoestoydepiejuntoalapuertadelacocina.Séqueesallídondeestoy,peronopuedoverme.Muevolasmanos,peronoaparecenmanos junto a mí. Miro en el espejo del vestíbulo, y no hay nadie allí. Da laimpresióndequesolomigatadesieteañospuedeverme.
Cuandollegué,estabaeneldormitorio,dormidasobrelacama.Saltódeellayseme acercó con su cola blanca y negra levantada, con el extremo blanco doblado.Siempre puedes saber si un gato está contento por el lenguaje de la cola. Estabaronroneando.Tratódegolpearmeconunlateraldesumandíbula,allídondeestánlasglándulasdeolor,tratandodemarcarmecomodesupropiedad,paraconfirmarmedelaformaenlaquelohacenlosgatos,delaformaenlaquelohabíahechomilesdevecesantes,peroalgonoibabien.Memiróconfundida.Meagachépararascarlelasorejas,pero,claro,nopude,yesoparecióconfundirlamásaún.Tratódemarcarme
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consusancas.Nohuboforma.—Lo siento—le dije. Y lo sentía. Sentía el pecho como si estuviese lleno de
plomo.—Vamos,Jill.¡Levanta!Tienesquedarledecomer.Ducharte.Hacercafé.Loque
sea.—Estoesdelocos—dijoella.Pero se levanta. Mira el reloj de la repisa. Se dirige al baño con piernas
temblorosas.Yentoncesoigocómocorreelaguadeladucha.Noquieroentrarahí.Noquieroverla.Noquierovolveraverladesnuda,ynohe
tenido que hacerlo durante un buen rato.Hubo un tiempo en el que fue actriz. Latemporadadeveranoyalgúnqueotroanuncio.Nadaimportante.Pero,Diosmío,erapreciosa.Entoncesnoscasamos,yprontolabebedorasocialseconvirtióenbebedorasolitaria,yluegoempezóabebertodoeldía,ysucuerpoempezóaganarmuchopesoaquíyperdermuchoallí.Pequeñosmomentosdeabusodesímisma.Noséporquémequedé.Perdíamiprimeramujerdebidoalcáncer.Puedeque,sencillamente,nosoportaraperderotra,puedeque,simplemente,sealeal.Nolosé.
Oigocerrarelgrifoy,pocodespués,ellavuelvealcuartodeestarconsuvestidoblancopuestoyelpeloenvueltoenuna toalla rosa.Leechaunvistazoal reloj.Seacercaa lamesaenbuscadeuncigarrillo.Loenciendey ledaunacalada furiosa.Aún sigue inestable, pero menos. Tiene el ceño fruncido. Zoey la observa conprecaución.Cuandoestáasí,medioborracha,mediosobria,espeligrosa.Losé.
—¿Siguesaquí?—Sí.Seríe.Noesunarisaagradable.—Seguroqueloestás.—Loestoy.—Unamierda.Mevolvías locacuandoestabasvivo.Mesiguesvolviendo loca
ahoraqueestásmuerto.—Estoyaquíparaayudaros,Jill.AZoeyyati.Miraalrededordelahabitación,
como si finalmente creyera que quizá, quizá, estoy allí, y no soy una voz en sucabeza.Comositrataradelocalizarme,encontrarlafuente.Enrealidad,todoloquetienequehaceresfijarseenZoey,quemeestámirandodirectamente.
Peroestáguiñandolosojosdeunaformaqueyahevistoantes.Unaformaquenomegusta.
—Bueno,yanotienesquepreocuparteporZoey—medice.Estoyapuntodepreguntarlequéquieredecircuandollamanalapuerta.Apagael
cigarrillo,seacercaalapuertaylaabre.Enelrecibidorseencuentraunhombrealquenuncaanteshabíavisto.Unhombrecillotímidoydeaspectosensible,amediadosdelatreintena,conunacalvaincipiente,vestidoconunmonoazul.Suposturaindica
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queseencuentraincómodo.—¿SeñoraHunt?—Ajá.Pase—diceella—.Estáallí.Elhombreseagachayrecogealgodelsuelo,yveoloquees.Una jaulaparagatos.Deplásticoconun frenteenrejadodemetal. Igualqueel
nuestro.Elhombreentra.—Jill,¿quéestáshaciendo?¿Quédemoniosestáshaciendo,Jill?Ellaagitalasmanoscercadesusorejascomosifueraaespantarunamoscaoun
mosquitoyparpadearápidamente,peroelhombrenovenadadeeso.Elhombrenodejademiraramigata,quenodejademirarmeamí,cuandodebería fijarseenelhombre,cuandodeberíafijarseenlajaula,sabedemasiadobienloquesignifica,poramordeDios,vaairaalgunaparte,aalgúnsitioquenolevaagustar.
—¡Zoey!¡Vete!¡Saldeaquí!¡Corre!Doy palmadas. No hacen ruido. Pero ella nota la alarma en mi voz y ve la
expresiónquedebode teneren lacaray,enelúltimomomento,sevuelvehaciaelhombre, justo cuando él va a por ella, va a buscarla al sofá, la coge y lamete decabezaenlajaula.Correeldoblecerrojo.
Esrápido.Eseficiente.Migataestáatrapadadentro.Elhombresonríe.Apenasleimporta.—Nohaidotanmal—dice.—No.Hatenidosuerte.Muerde.Aveces,montaunaspeleasmonumentales.—Putamentirosa—ledigoaella.Enesemomentomeencuentrojustodetrásdeella.Seloestoydiciendoaloído.
Puedosentirsucorazónlatiendoconfuerzadebidoalaadrenalina,ynosésisoyyoquien leasustao si loque leasustaes loquehahechoohapermitidoquepasara,pero,alfinyalcabo,esactriz,novaareconocerqueestoyallí.Entodamividamehesentidotanenfadadootaninútil.
—¿Está segura de que quiere hacer esto, señora?—le pregunta él—. Podemostenerla un tiempo para adopción. No tenemos que dormirla. Claro que ya no esningunagatita.Peronuncasesabe.Algunasfamilias…
—Yaselohedicho—insistelaquefuemimujerduranteseisaños—.Muerde.Yahoraestátantranquilaytanfríacomoelhielo.Zoeyhaempezadoamaullar.Semeempiezaaromperelcorazón.Morirfuefácil
comparadoconesto.Nuestrosojosseencuentran.Hayundichoqueafirmaquepuedeverseelalmade
ungatoatravésdesusojos,yyocreoqueesverdad.Llegoalinteriordelajaula.Yonopuedovermimano,peroellasí.Muevesucabezaparafrotarseconella.Yyanotieneunaexpresiónconfusa.Escomosiestavezrealmentepudierasentirme,sentir
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mi mano y mi contacto. Ojalá yo también pudiera sentirla. Le doy palmaditasexactamenteigualquecuandoerasolounagatitacallejera,asustadaconloscláxonesylassirenas.Yyoestabasolo.Comienzaaronronear.Descubroalgo.Losfantasmaspuedenllorar.
El hombre se marcha con mi gata y yo estoy aquí con mi mujer. No puedoseguirla.Dealgunaforma,losé.Nopuedesniempezaraentendercómotodoestomehacesentir.Daríacualquiercosaporpoderseguirla.
Mimujer sigue bebiendo y durante las siguientes tres horas, más omenos, loúnicoquehagoesgritarle,chillarle.Oh,claro,ellapuedeoírme.Lehagopasarportodoslostormentosquesemeocurren,haciéndolerecordartodoeldañoquemehizoolehizoaalguien,haciéndolerecordarunayotravezloquehahechohoy,ypienso,asíqueesteesmipropósito,estoesporloquehevuelto,larazónporlaqueestoyaquí es para hacer que esta puta se suicide, para que acabe con su miserable yjodidavida,ypiensoenmigata,yenqueJillnuncasepreocupódeverdadporella,sepreocupabamásporsutapiceríacolorvinoquepormigata,yleinstoaquevayaaporlastijeras,leinstoaquevayahacialaventanaysucaídadesietepisos,hacialoscuchillos de la cocina, y ella llora, grita, qué pena que todos los vecinos esténtrabajando, al menos la habrían arrestado. Y apenas es capaz de andar o demantenerseenpie,ypiensopuedequeunataquealcorazón,puedequeuninfarto,ypersigoamimujeryleinstoamorirse,morirse,hastaquecasieslaunaycomienzaapasaralgo.
Estámástranquila.Comosinomeoyeracontantaclaridad.Estoyperdiendoalgo.Pierdolentamentealgodepoder,comounapilaqueseagota.Meempiezaaentrarelpánico.Noloentiendo.Aúnnoheacabado.Y entonces lo siento. Siento cómome alcanza desdemanzanas ymanzanas de
distancia a través de la ciudad. Siento la lenta respiración. Siento cómo se para elcorazón. Siento su tranquilo final. Lo siento con más claridad de lo que sentí mipropiofin.
Sientocómoagarramicorazónyaprieta.Miroamimujer,dandopaseos,bebiendo.Ymedoycuentadealgo.Y,depronto,
yanoestanmalo.Aúnduele,perodeformadistinta.NohevueltoparaatormentaraJill.Noparadestrozarlaoavergonzarlaporloque
hahecho.Ellamismaseestádestrozando.No me necesita para eso. Lo habría hecho de todos modos, estuviera o no
estuvierayoallí.Lohabíaplaneado.Estabaenmarcha.Elqueyoestuvieraallínolodetuvo.Elqueyoestuvieraallí,despuésdetodo,nocambiólascosas.Zoeyeramía.YdebidoaquiényquéeraJill,loquehabíahechoeraalgoinevitable.
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Ypensé,alamierdaJill.Jillnoimportaunpimiento.Niuno.Jillnoesnada.Era Zoey por quien yo estaba allí. Por Zoey todo el tiempo. Ese horrible
momento.Yoestabaallípormigata.Esa última caricia reconfortante dentro de la caja. Las caricias y el ronroneo.
Recordándonos todas esas noches en las que ellame reconfortaba y yo a ella. Lafrágilcariciadelasalmas.
Esoeradeloqueibatodoesto.Esoeraloquenecesitábamos.Laúltimaymejorpartedemíyasehabíaido.Yempecéadesvanecerme.
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