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J.Vl s e e. / á n e a
Daniel González Dueñas
Luis Buñuel: Un desagravio
Afinales de los sesenta, en charla conMax Aub, Luis Bulluel menciona su ex
periencia con cierta critica: "Algún psicoanalista, sin manifestar ninguna duda, creeque la navaja de afeitar en Un perro andaluzrepresenta un pene... Es una idiotez. Tal vezsí. Pero si ni lo sabemos, ¿qué más da?'" Elcineasta se refiere al tipo de afirmacionesque Fernando Césarman concentrará en Elojo de Buñuel. Psicoanálisis desde una butaca; por ejemplo, al referirse a la escena deUn perro andaluz en que las manos de unpersonaje emplean una llave para abrircierta caja cuyo contenido es una corbatarayada, Césarman escribe: "La caja abierta con una llave y la corbata envuelta enpapel de seda representan el deseo de larelación sexual: caj~-vaglna y lIave-corbatapene. Inclusive la armonía plástica de todosestos elementos que convergen en lineasoblicuas -la lluvia, intensidad del deseo; lacaja, vagina; el papel de seda, probable himen; la corbata, pene- puede considerarsecomo la imposibilidad de alcanzar relacionesverticales y, sin todavía negárselas definitivamente, quedar estancados en el impulsooblicuo".2 Para este psicoanalista, la célebre imagen del ojo desgarrado en Un perroandaluz, simboliza "la visión de lo prohibido, la culpa por ver y el castigo por habervisto".
Por más increíble que parezca, la criticamayoritaria suele heredar intactos estos juicios tajantes cuya única autoridad provienede anteponerles una palabra temida y casimágica: "psicoanálisis". Más que nunca esnecesario, al emplear este nombre, deslindar sus implicaciones; el ensayista Jonathan Molinet asume esa exigencia: "Comose sabe, el psicoanálisis se gestó a finalesdel siglo pasado. Lo que no siempre secomprende es que también desde entoncesse ha ido extendiendo una capa de ruidososilencio, espesándose cada vez más sobreel descubrimiento freudiano".3 Los méto-
1 Max Aub, Conversaciones con Buñuel, Aguilar,Madrid, 1985.
2 Fernando Césarman, El ojo de Buñuel, Psicoanálisis desde una butaca Anagrama, Barcelona,1976.
3 Jonathan Molinet, "Sigmund Freud: 'Les traemos la peste''', en La cultura en México, Núm. 618,diciembre 12 de 1973.
dos para invisibilizar lo subversivo y luegovolverlo sustento de las ortodoxias, son primero violentos y se van sutilizando con eltiempo. "Las instituciones", agrega Molinet, "existen para garantizar la existenciade aquello que las produce, a saber, unadeterminada sociedad. En un primer momento, esa perduración se ve amenazadapor la aparición de la teoría; en un segundomomento, se recoge la amenaza, se la reviste y reformula, volviéndola inocua en lareformulación y empleándola para los finessociales. [El psicoanálisis institucional] se haconvertido en un instrumento de la clasedominante para mantener en su lugar a losmiembros de ciertos grupos sociales.[ ...] Setrata, por un lado, de la necesidad socialde la institución psicoanalítica; por otro, dela función social de la enfermedad mental.[... ] Este psicoanálisis, bien lejos de lateoría de su fundador, se ha convertido enuna técnica (mala) de recuperación y readaptación, y ha impedido desde hace bastantes allos una radical puesta en tela dejuicio. Cuando ésta se intentó, sus propugnadares fueron rechazados por la institución". .
Trabajos tan bien intencionados comoBuñuel de Carlos Barbáchano, confunden laseriedad y la profundidad con los métodosde esa ortodoxia a la que el aragonés ultrajócon tanta fuerza. Así, Barbáchano cita lostérminos que Buñuel y Dalí se impusieronpara redactar el guión de Un perro andaluz("no aceptar idea ni imagen alguna que pueda dar lugar a una explicación racional. psicológica o cultural") y anota: "Teóricamente sólo admiten las imágenes -propiasy alguna que otra ajena- que impresionansu memoria, sin averiguar -alladen- el porqué de cada impresión. Lo que sucedees que la suma- de todas esas imágenes,e incluso muchas de ellas tomadas individualmente, si que tienen una significaciónprofunda: muchos psicanalistas, por ejemplo, han encontrado en Un perro andaluz,una de las obras artísticas de nuestro siglomás atractivas para el análisis; Lüis [sic]ha confesado a Max Aub cómo, desde1923, lefa con aplicación a Freud; sabidasson, por otra parte, las hondas relacionesentre surrealismo y psicoanálisis".4
El critico lee a su manera la página 158de Conversaciones con Buñuel; en ella, MaxAub pregunta: "¿Ha tenido Freud una in
fluencia especial en tu obra?"; Bulluel responde: "No lo sé. Lo que si puedo asegurares que leí mucho de Freud, desde el veintitrés". Aub cuestiona entonces: "Lo ra-.cional es para ti la bete naire, como lo fuepara Breton?" El aragonés contesta: "SI.y me vengo. Sin dejar de reconocer que,a veces, lo racional es útil". En las afirmaciones de Bulluel. Barbáchano coloca elacento en "leí mucho" y "útil", cuando esevidente que el cineasta acentúa en "no losé" y en "a veces". Es la compulsión dela critica por "saber" cuando Bulluel dice"no sé", como si ese "no sé" fuera testimonio de una ignorancia y no de unsupremo -y por lo visto, siempre incomprendido- respeto al misterio: "La manla decomprender y, por consiguiente, de empequeñecer, de mediocrizar -toda mi vida, mehan atosigado con preguntas imbéciles: ¿Porqué esto? ¿Por qué aquello?-, es una de lasdesdichas de nuestra naturaleza. Si fuéramos capaces de volver nuestro el azar yaceptar sin desmayo el misterio de nuestravida, podrla hallarse próxima una cierta dicha, bastante semejante a la inocencia".5
La ortodoxia se escandaliza cuando LuisBulluel se expresa en la máxima transparen-
• Carlos Barbáchano, Buñuel. Salvat, Bibliotecade Grandes Biografras, Núm. 87, Barcelona,1986.
5 Luis Bui'luel, Mi último suspiro (Memorias),Plaza &Janés, Barcelona, 1982.
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cia, o bien lo toma a boutade o a indicio deuna supuesta "clave a interpretar". ¿Cómoun artista de su talla -exclama la crfticapuede resignarse a no saber? ¿No atentacontra el rumbo mismo de la historia. luzracional que se ha abierto camino en eloscuro reino de la ignoracia? Bui'\uel nose "resigna"; todo lo contrario, desde elmomento en que se percata de que tal"rumbo" no es sino un atroz congelamientooriginado por los excesos de la Mte naire.La más absoluta ignorancia se halla en lalectura racional de lo real; acaso la obra bui'\ueliana equivale a reunir en su tomo el másfértil de los silencios para sólo entonces. aveces, hablar.
Eco de una abrumadora critica mayorita-ria. Barbáchano intenta explicar a Bui'\uel;peor aún: ni siquiera delinea un método personal de lectura sino se limita a copiar almás predador de los sistemas de interpretación de la psique. Celebra que los psicoanalistas consideren "atractiva" una obracomo Un perro andaluz y no se molesta enmatizar. en deslindar. en especificar las entretelas de esa "atracción": el conceptopsicoanalftico del arte es el fruto de una especialización infinitamente viciada cuyameta es reducir los brotes excepcionales dela conciencia -y por tanto el fenómeno artfstico- a una especie de enlistado c1fnicocon respuestas-para-todo-uso. Si para Bui'\uel el arte corresponde a una suprema exigencia de respeto al misterio (ante el cual lamáxima aspiración no es "resolverto" sinoencamar/o l. para el psicoanálisis institucional -justificador de toda pesadilla social eindividual- se trata de una expresión "fascinante" no en sf misma sino en cuanto posibilidad de disección: la oportunidad dearrebatarle sus resortes profundos y poderasf prever/a. En su papel de adaptador delindividuo al engranaje social (y nunca adaptador del hombre a sí mismo), este psicoanálisis mayoritario requiere matar toda excepción. puesto que en ella se encuentra laprueba de que el decálogo psicanalftico noes sino un subsistema y no el "sistemaabsoluto" que se proclama. Porque tal decálogo se derrumba si no puede "explicarlo todo" e incluso si no aplica al misterio lasmismas "reglas" preestablecidas con lasque doblega en el individuo todo broteexcepcional, toda demanda primigenia(esos "a veces" que resultan tan temidosl.
Para Barbáchano. el hecho de que Bui'\uelleyera a Freud es una confirmación de quelos autonombrados "discfpulos" de esteúltimo tienen toda la "autoridad" para desmantelar la obra bui'\ueliana (y hacerla caberen moldes válidos únicamente dentro de laespecialidad). Pero ya Erich Fromm deslinda
con precisión esas "hondas relaciones" entre surrealismo y psicoanálisis:
Freud fue en realidad el primer psicólogomoderno que. en contraste con la tendencia dominante, estudió el reino de laspasiones humanas [...) pasiones que anteriormente sólo habfan tratado los dramaturgos y novelistas y que con Freudfueron materia de estudio de la exploración cientffica. [...) Esto podria explicarpor qué [Freud] tuvo una acogida muchomás calurosa y comprensiva entre los artistas que entre los psiquiatras y psicólogos, por lo menos hasta el tiempo enque su 'método devino instrumento parasatisfacer la creciente demanda de psicoterapia. Los artistas comprendfan queera aquél el primer cientffico que manejaba la propia materia de ellos. el "alma"del hombre. en sus manifestaciones mássecretas y sutiles. El surrealismo mostrócon suma claridad este impacto de Freuden el pensamiento artfstico. En contrastecon formas ~e arte más antiguas. [...] nole interesaba el comportamiento: lo queimportaba era la experiencia subjetiva;era lógico que la interpretación freudianade los suei'\os se convirtiera en una delas influencias más importantes para sudesarrollo.6
8 Erich Frornm, Anatomla de la destructividad humBIIB, Siglo XXI, México. 1975.
Bui'\uel y Bretón hallan en Freud a un irruptor(en cuanto se opone a la dominate definición de la psique); lo admiran por el hondosustrato poético en su trabajo (en cuantova en pos de las "manifestaciones más secretas y sutiles"). Sin embargo. hay un lindero muy peligroso en la perspectiva delfreudismo y en la posible derivación de sushallazgos; tal peligro se muestra con suma ~
claridad hacia ese tiempo "en que su método devino instrumento para satisfacer lacreciente demanda de psicoterapia". De ah!la serie de rupturas de Freud con sus muydiversos discfpulos de la época; de unos sedistancia al vertos considerarse ya duei'\osde los secretos del "alma" y capaces demanipularla; otros se alejan de su maestroporque notan la tenue frontera que separa ala teoria del instrumento. Entre estos últimosse encuentra el propio Jung. quien rompecon Freud en 1909 al advertir la alarmanteparcialidad de una teorfa que todo lo explicaa través del rubro sexual, aislándolo de losdemás componentes de lo humano (y además congelando lo erótico a través delraciocinio. lo que equivale a la gigantescacontradicción de u,n Eros contemplado sinerotismo. es decir. con la falsa frialdad del"especialista" -éste debe disociarse: unaparte suya es humana. mientras la otra"entiende" y puede "tratar" a lo humano).Jung se da cuenta de que la experimentación que se erige en ley se volverá contra sfmisma y no descansará hasta "explicartotodo"; a la vez, la tesis freudiana terminará
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por secar sus fuentes a medida que niegueel reino de lo inexplicable, el margen de misterio que para Buñuel es el centro. Esa negación ha acabado por transformar los primeros hallazgos en adicción: el psicoanálisisya no es un método de conocimiento sinoun estupefaciente que acaba por crear a susconsumidores (son primero los casos c1inicos que los seres humanos: el complejocrea a Edipo).
Barbáchano llega a definir la obra buñueliana en estos términos: "Poesia y psicoanálisis configuran esta sugestiva slntesis en laque confluyen los procesos creativos del
poeta surrealista y las observaciones delaplicado lector freudiano" .Ergo, Buñuel es elprimer psicoanalista de su obra y casi la realiza con el objeto de analizarla a la luz de sus"aplicadas lecturas". La "sugestiva slntesis" que contempla el critico es aberrante;porque ¿pueden convivir los "procesos creativos del poeta surrealista" (la subversión)con las "observaciones del aplicado lectorfreudiano" (lo subvertido)? Puesto que yano se considera subversivo a Freud sinobase misma de una "institución", ¿qué "poesla" es ésa que toma .sus "aplicadas"
lecciones de la mudez impuesta? Aberrantedefinición del arte es ésa que lo hace corresponder con una mera ventilación deobsesiones, complejos, traumas y manlas.Sólo asl el psicoanálisis institucional puedeconsiderar "atractivo" al arte, su máximoenemigo; sólo asl reducida, la obra buñueliana puede ser tan rapazmente "explicada",
Un afán de "seriedad" lleva a Barbáchanoa apegarse al "psicoanálisis desde una butaca" de Césarman (al que cita con admirativa abundancia); asi. escribe: "Intencionadamente Buñuel cerrará su obra cinematográfica ofreciéndonos, en Ese oscuro objetodel deseo, una recreación plástica [del cuadro La encajera de Vermeer] llena de referencias sexuales y de autoalusiones a su propiaobra [sic]: una mujer de mediana edad zurceuna delicada tela, como si restaurara el himen herido, como si [Buñuel] cosiera asf eserevelador ojo desgarrado al comienzo de suobra", Muestra perfecta de los yugos psicoanallticos que como módulos estandarizados se destinan a aplacar y mediatizarcada área de lo humano, este "juicio" es lafinal traición al Buñuel poeta, al gran intui-
dor de la Trama. Supremo triunfo del aparato al inferir una "imagen": la del otrorafrancotirador que, ya en decadencia, disellala escena de la hilandera en su última peIcula sólo para "restaurar el himen herido".esto es, para desdecirse, revertir la virulenCia de su obra completa y convertir enhumorada y travesura lo que fue un agudlsimo ataque contra lo institucional. llevadoa cabo durante medio siglo, (Abrió la herida para cerrarla, causó estragos para tiernamente restaurarlos.)
Resulta muy fácil -engañosa, peligrosamente fácil- emplear los sketches psicologistas para explicarlo todo, para acribillarlos sutiles brotes del misterio a que Bul'AJelfue tan irrenunciablemente fiel a lo largo desu vida y obra. Qué dificil en cambio (peroesta dificultad es tan falsa como esa "racionalidad" que el psicoanálisis institucionalimpone) renunciar a los circulos viciados.abrirse -valiente y nftidamente- a esa insobornable mirada que la obra de LuisBuñuel contiene como pocas en la historiadel cine. O
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