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33 ¿cómoves? A sus 52 años, el cardiólogo y especialis- ta en electrofisiología por el Hospital Saint Eloi de Francia, Luis Gerardo Molina Fernández de Lara, ganador de los pre- mios Ignacio Chávez (1985) y Jorge Rosenkranz de Investigación Clínica (1986), no sólo es reconocido por sus múltiples aportaciones a la ciencia médi- ca sino por su carácter jovial y su perspi- cacia para tratar un órgano esencial para la vida. Colegas, estudiantes, enfermeras y pacientes lo identifican como el “doc- tor que anda en patín del diablo”, medio de transporte que a diario lo lleva del La- boratorio de Electrofisiología Clínica y Experimental de la UNAM al área de quirófanos del Hospital General, donde realiza investigación y transmite sus co- nocimientos a las nuevas generaciones de cardiólogos. Luis Molina recuerda cómo fue su acercamiento a la ciencia: “A los cuatro años ya abría ranas para averiguar qué te- nían dentro. Me interesaban mucho las operaciones. La primera vez que operé un conejo tenía 12 años. Mientras estudiaba la preparatoria fui al Departamento de Fi- siología e Investigación de la UNAM y presenté un examen de oposición para ser instructor del Laboratorio de Fisiología. Esto detonó mi pasión por el conoci- miento”. Entrevistado en el Laboratorio de Electrofisiología, proyecto creado por él mismo en abril de este año con apoyo de la UNAM, el Hospital General y la em- presa Metronic, el cardiólogo ex- plica: “Más allá de ser una víscera hueca, un músculo cuya caracterís- tica más importante es que funcio- na automáticamente, el corazón es el centro de la vida para todas las culturas; una máquina maravillosa. Saber cómo opera es sumamente interesante”. Fundador de la carrera de ingeniería biomédica en la UNAM y en la Universi- dad Iberoamericana, considera que la im- portancia de la cardiología dentro de la ciencia médica es multifactorial, sobre todo ahora que tiende a ser preventiva. “A través de su estudio no nada más se alar- ga y mejora la vida de muchas personas, también se aporta al progreso de otras ciencias”. Sin embargo, admite que la mayoría de los tratamientos para el cora- zón son costosos, y “los más beneficiados son las personas mayores con recursos, ya que tan sólo un desfibrilador vale alrede- dor de 22 mil dólares. Mientras que, por ejemplo, en los Estados Unidos se colocan miles todos los días, en México a lo largo de este año se han puesto sólo 16”. Miembro titular de las Sociedades de Cardiología de México, España, Francia y Guatemala, hace referencia a esa otra parte del corazón ligada a los sentimien- tos; “a la trascendencia que tiene en nues- tra vida cotidiana que cuando amas a una mujer sientes mariposas en el estómago, le dices que la quieres con todo el cora- zón y experimentas taquicardia”. Luis Molina reconoce que su oficio le ha per- mitido salvar vidas al trabajar meticulo- samente en un trasplante de corazón o en la instalación de un marcapasos, pero tam- bién ha sufrido el dolor por la muerte de algunos de sus pacientes. “La ciencia —añade— surge de la cu- riosidad de las personas y la pasión de los científicos por alcanzar verdades y demos- trarlas. Gracias al impulso de los investi- gadores, en México tenemos excelentes institutos, como el de Fisiología Celular, Física, Matemáticas y Nutrición, en don- de se orienta hacia la creación y existe un gusto por el conocimiento”. Actual vicepresidente de la Sociedad Mexicana de Electrofisiología y Esti- mulación Cardiaca, Luis Molina explica: “Formar parte de una comunidad científi- ca es enriquecedor en todos sentidos. Tie- nes oportunidad de ser creativo, proponer, comprobar y abrir paso a deliciosos de- bates. No obstante, resulta imprescindible fomentar la investigación mediante cen- tros de enseñanza como el Laboratorio de Electrofisiología Clínica y Experimental, donde además de donar marcapasos de alta tecnología a pacientes de escasos recur- sos adiestramos a más de 30 médicos por año e impulsamos el estudio de diversos campos de la electrofisiología”. Karla García El corazón es el centro de la vida Autorretrato: Sensible, tímido, inquieto, ne- cio, metódico. Disfruto mucho la soledad. Virtud o defecto: Soy gritón, tengo la capaci- dad de enfurecerme. Creo que tener al- guien con quien hablar es más importante que tener alguien a quien dominar. Lo sublime: Leer a Juan Rulfo y escuchar mú- sica. Actualmente escucho música religio- sa. También me gustan la ópera y los réquiems. Anhelos: Que el Laboratorio de Electro- fisiología funcione a la perfección. Que se acabe la corrupción en México. Pasatiempos: Practico tenis y nado. El cine y el teatro me fascinan. La muerte: El centro de la filosofía. Lo único seguro en esta vida. Miedo: A lo desconocido. Personalmente L uis Molina Fernández de L ara Foto: Dante Bucio

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Page 1: Luis M olina F ern nd ez d e Lara E l c o r a z n es el ... · presa M etronic, el cardi logo ex-plica: ÒM s all de ser una v scera hueca, un m sculo cuya caracter s-tica m s im

33¿cómoves?

A sus 52 años, el cardiólogo y especialis-ta en electrofisiología por el Hospital SaintEloi de Francia, Luis Gerardo MolinaFernández de Lara, ganador de los pre-mios Ignacio Chávez (1985) y JorgeRosenkranz de Investigación Clínica(1986), no sólo es reconocido por susmúltiples aportaciones a la ciencia médi-ca sino por su carácter jovial y su perspi-cacia para tratar un órgano esencial parala vida. Colegas, estudiantes, enfermerasy pacientes lo identifican como el “doc-tor que anda en patín del diablo”, mediode transporte que a diario lo lleva del La-boratorio de Electrofisiología Clínica yExperimental de la UNAM al área dequirófanos del Hospital General, donderealiza investigación y transmite sus co-nocimientos a las nuevas generaciones decardiólogos.

Luis Molina recuerda cómo fue suacercamiento a la ciencia: “A los cuatroaños ya abría ranas para averiguar qué te-nían dentro. Me interesaban mucho lasoperaciones. La primera vez que operé unconejo tenía 12 años. Mientras estudiabala preparatoria fui al Departamento de Fi-siología e Investigación de la UNAM ypresenté un examen de oposición para serinstructor del Laboratorio de Fisiología.Esto detonó mi pasión por el conoci-miento”.

Entrevistado en el Laboratorio deElectrofisiología, proyecto creado por élmismo en abril de este año con apoyo dela UNAM, el Hospital General y la em-

presa Metronic, el cardiólogo ex-plica: “Más allá de ser una víscerahueca, un músculo cuya caracterís-tica más importante es que funcio-na automáticamente, el corazón esel centro de la vida para todas las

culturas; una máquina maravillosa. Sabercómo opera es sumamente interesante”.

Fundador de la carrera de ingenieríabiomédica en la UNAM y en la Universi-dad Iberoamericana, considera que la im-portancia de la cardiología dentro de laciencia médica es multifactorial, sobretodo ahora que tiende a ser preventiva. “Através de su estudio no nada más se alar-ga y mejora la vida de muchas personas,también se aporta al progreso de otrasciencias”. Sin embargo, admite que lamayoría de los tratamientos para el cora-zón son costosos, y “los más beneficiadosson las personas mayores con recursos, yaque tan sólo un desfibrilador vale alrede-dor de 22 mil dólares. Mientras que, porejemplo, en los Estados Unidos se colocan

miles todos los días, en México a lo largode este año se han puesto sólo 16”.

Miembro titular de las Sociedades deCardiología de México, España, Franciay Guatemala, hace referencia a esa otraparte del corazón ligada a los sentimien-tos; “a la trascendencia que tiene en nues-tra vida cotidiana que cuando amas a unamujer sientes mariposas en el estómago,le dices que la quieres con todo el cora-zón y experimentas taquicardia”. LuisMolina reconoce que su oficio le ha per-mitido salvar vidas al trabajar meticulo-samente en un trasplante de corazón o enla instalación de un marcapasos, pero tam-bién ha sufrido el dolor por la muerte dealgunos de sus pacientes.

“La ciencia —añade— surge de la cu-riosidad de las personas y la pasión de loscientíficos por alcanzar verdades y demos-trarlas. Gracias al impulso de los investi-gadores, en México tenemos excelentesinstitutos, como el de Fisiología Celular,Física, Matemáticas y Nutrición, en don-de se orienta hacia la creación y existe ungusto por el conocimiento”.

Actual vicepresidente de la SociedadMexicana de Electrofisiología y Esti-mulación Cardiaca, Luis Molina explica:“Formar parte de una comunidad científi-ca es enriquecedor en todos sentidos. Tie-nes oportunidad de ser creativo, proponer,comprobar y abrir paso a deliciosos de-bates. No obstante, resulta imprescindiblefomentar la investigación mediante cen-tros de enseñanza como el Laboratorio deElectrofisiología Clínica y Experimental,donde además de donar marcapasos de altatecnología a pacientes de escasos recur-sos adiestramos a más de 30 médicos poraño e impulsamos el estudio de diversoscampos de la electrofisiología”.

Karla García

El corazón

es el centro de la vida

Autorretrato: Sensible, tímido, inquieto, ne-cio, metódico. Disfruto mucho la soledad.

Virtud o defecto: Soy gritón, tengo la capaci-dad de enfurecerme. Creo que tener al-guien con quien hablar es más importanteque tener alguien a quien dominar.

Lo sublime: Leer a Juan Rulfo y escuchar mú-sica. Actualmente escucho música religio-sa. También me gustan la ópera y losréquiems.

Anhelos: Que el Laboratorio de Electro-fisiología funcione a la perfección. Que seacabe la corrupción en México.

Pasatiempos: Practico tenis y nado. El cine yel teatro me fascinan.

La muerte: El centro de la filosofía. Lo únicoseguro en esta vida.

Miedo: A lo desconocido.

Personalmente

Luis Molina Fernández de Lara

Foto

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