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Sexagésimo primera edición del fanzine de producción quirográfica, reproducción mecánica y distribución repentina mensual. Este mes la segunda parte de la trilogia proto-cyberpunk con una reseña sobre Pat Cadigan y su cuento ROCK ON, ademas un poco de videodrome.

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pronto todo este mundo sera absorbido por la red: desde los sistemas militares

EDITOTIAL 61

C:/>_Pat_Cad1gan_Rock_onStarting MS-DOS

Al remontar la corriente computarizada la brisa digital golpea las oxidadas placas de mi montura mecánica. Esta

brisa, que transporta las líneas escritas del ayer y el ahora, guía mi travesía en este com-plejo militarizado donde se resguarda al cy-berpunk. Esta brisa guió a John Brunner en sus predicciones sobre nuestro hiperconectado presente, el resultado fue su magistral novela El Jinete de la Onda de Choque (1975), basado en el ensayo de Alvin Toffer, El Shock del Futuro (1970), descrita en la edición 59. Al seguir esta brisa se revela un sendero en el que distingo las huellas de la escritora norteamericana Pat Cadigan, mejor conocida como la “reina del cy-berpunk”, la soberana del difuminado feudo del cyberpunk. Avanzare con precaución entonces.

Parece que el servidor sigue intacto, al pa-recer resistió al ataque de la serpiente de datos. Al descargar los datos en mi dispositivo me indica que Cadigan nació en 1953, inicio su carrera en la escena ci-fi a finales de 1970. Con su ex esposo, Arnie Fenner, editó la pre-miada revista Shayol . En la década de 1980 sus cuentos aparecieron en revistas como Asimov y Omni , al igual en diversas antologías, como el caso de la antología Mirrorshades, editada por Bruce Sterling en 1986, en la que Cadigan fue la única autora que figuró en ella. Mirrorshades fue un ambicioso intento de “presentar una vi-sión completa del movimiento cyberpunk” acorde a Sterling. Su relato “Rock On” hace una mirada ruin y sucia de un futuro cercano en el que el rock ‘n’ roll está a punto de extinguirse y sólo aquellos que han experimentado la vivencia

real, proporcionan visiones del rock’n’roll directamente desde su cerebro a través de cartuchos ubicuos e interfaces neuronales que pueden mantenerlo vivo. Esta yuxtaposi-ción de tecnología y humanismo, enclave del movimiento cyberpunk, es explorada por Cadi-gan mediante una narrativa en primera perso-na que revela el lado oscuro de la tecnología y examina la explotación, el agotamiento y la subversión del ser.

La fascinación de Cadigan con la tecnología de última generación, en especial el impacto de esta tecnología en quienes la usan y aque-llos que optan por no hacerlo, alimentaron su creciente reputación como una futurista y comentarista de la cultura popular. Los drones han notado mi presencia, el radar de mi montura me advierte que no estan muy lejos, terminare de descargar los archivos y luego me camuflare con mi holotraje steal-ht. Debo alcanzar el nodo de salida o de lo contrario quedare atrapado en esta corrien-te computarizada. Sin mas preámbulos enviare estos datos al segundo servidor de midwest, espero que los sp1d3r5 y los snak35 de datos no la alcancen.

AttFicciorama, junio de 2016. Enviado desde la terminar 0977¬-r3

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The INVISIBLES / KISSING

MR QUIMPER, 1998

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No puede ser controlada y en eso radica su poder. cada hombre sera…

Algunas veces, cuando no te vas a la cama, la gente puede saber durante todo el día si tienes un corazón

roto. Dejé eso de lado, para buscar una cafetería no demasiado concurrida y evitando mirar a cualquiera que me mirara. Pero apareció el impulso de parar a un peatón al azar y decirle:

—Sí, sí, es verdad, pero fue el rock and roll el que rompió mi corazón, no una persona, así que no llores por mí o te parto la cara.

Di un rodeo, subí y bajé, fui por todos lados, hasta que me encontré en Tremont Street. Fue el batería de aquel grupo de Detroit Cráter; he olvidado su nombre pero la herida seguía sangrando, da igual, fue él quien me dijo que Tremont tenía las mejores cafeterías del mundo, especialmente cuando salías de una de esas curdas de las que no recuerdas nada.

Cuando los oficinistas comenzaron a marcharse, encontré un sitio; un agujero griego en el muro. Cerramos a las diez y media, lárgate en cuanto acabes, servicio sólo en la barra, tómalo o déjalo. Me gustan los sitios con carácter. Tomé asiento y pedí un café y una tortilla de queso feta. Lo acompañaban patatas fritas

caseras de la montaña de patatas que había junto a la plancha (no basura de microondas, ¡hurra!). Impresionaron mis retinas antes incluso de que me trajeran el café, y mientras me servía la leche, comprobaron mi crédito. ¿Era una impertinencia? Lo era. ¿Me importaba? No.

Nada sofisticado, nada de máquinas cuando un humano podía hacer la tarea, y además, comida auténtica, no ese poliéster comestible que lo mismo te entra que te sale, gracias a lo cual, cariño, puedes acabar pareciendo una víctima de la desnutrición. Llegaron cuando casi había terminado la tortilla. Por su aspecto y por el tono de su voz habían estado de pie durante toda la noche, pero no comprobé en sus caras si tenían roto el corazón. Me pusieron nerviosa pero pensé: bueno, están cansados, ¿quién se va a fijar en esta vieja dama? Nadie.

De nuevo, me equivocaba. Me hice visible para ellos en cuanto abrieron los ojos. Un chico de unos diecisiete años, con las mejillas tatuadas y una lengua bífida, proyectándola hacia delante, siseó como una serpiente.—¡Pecadooooora!

Pat Cadigan / de la antologiía MIRRORSHADES de Bruce Sterling (1986)

ROCK ON!! (1985)

©ficciorama2016

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Los otros cuatro se reanimaron al instante.

—¿Dónde? ¿Quién? ¿Aquí?—¡Una pecadooora del rock and roll!

La dama me identificó. No se parecía a nadie en absoluto: ni siquiera había sufrido una ligera taquicardia si es que realmente tenía corazón. Con un pecador, seguramente iría de Gran Dama.

—Gina —dijo con toda seguridad.

A mi ojo izquierdo le entró un tic. ¡Por favor! El queso feta cavó en mis pantalones. Qué demonios, pensé, asentiré con la cabeza, y ellos también lo harán, terminaré de comer y saldré corriendo. Y entonces, alguien susurró la palabra «recompensa». Solté el tenedor y salí corriendo. Creí que funcionaría. ¿Irían a cazarme antes de comerse mi desayuno griego? No, no lo liarían. Enviaron a la dama tras de mí. Era mucho más joven que yo y me agarró en medio de un paso de cebra, justo cuando cambiaba el semáforo. Un coche se nos echó encima, y frenó justo con su parachoques rozando su duro pelo cobrizo.

—Vuelve y termínate tu tortilla. O te invitaremos a otra.—No. Me agarró y me sacó de la calle.—Vamos —la gente estaba mirando, pero Tremont está lleno de teatros. Se ven este tipo de cosas por aquí; teatro al aire libre; todavía se representa. Puso una esposa en mi muñeca y me llevó con ella de vuelta a la cafetería, donde los otros habían vendido rebajado el resto de mi tortilla a un vagabundo. La dama y su grupo me hicieron un hueco entre ellos y me trajeron otra taza de café.

—¿Cómo puedes comer o beber con una lengua bífida?

—pregunté a Mejillas Tatuadas, y él me lo mostró. Tenía un pequeño dispositivo debajo de la lengua, como una cremallera. Pesopluma, a la izquierda del chicarrón y al otro lado de la dama, se inclinó sobre mí y me dijo enojado:

—Danos una razón por la que no deberíamos llevarte para cobrar la recompensa del Hombre—de—Guerra. Sacudí la cabeza.

—Estoy en ello. Esta pecadora ha sido perdonada.—Legalmente aún estás bajo contrato —dijo la dama—. Pero podríamos apañar algo. Deshazte de Hombre—de—Guerra o demándalo tú misma por no cumplir el contrato.

Somos Malnacida Oley —se señaló a sí misma—, Pidge —el tipo silencioso que había a su lado—, Percy —el chicarrón—, Krait Señor Lengua, Gus Pesopluma. Nosotros te cuidaremos. Sacudí de nuevo la cabeza.

—Si vais a devolverme, hacedlo va y cobrad. El beneficio debería bastaros paracomprar al mejor pecador que haya existido.—Podemos serte útiles.—Ya no me queda nada más. Ha desaparecido. Todos mis pecados de rock and roll han sido perdonados.—Falso —dijo el chicarrón. Automáticamente me volví, le miré para pararlo en seco—. Hombre—de—Guerra te habría despedido si hubiera desaparecido del todo. Entonces no tendrías por qué correr.

—No quise decírselo. Dejadme en paz. Sólo busco seguir y no pecar más, ¿entendéis?

Decididlo vosotros. No voy a ayudaros —me agarré al taburete con ambas manos. De este modo, ¿qué podían hacer?, ¿arrancarlo y sacarme fuera?Y de hecho, así lo hicieron.

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El que controla la red, controla la información. La información es poder!

DANGERFIELD ZONE:

LARGA VIDA A LA NUEVA CARNE, VIVAVIDEODROME

El profesor O´Blivion señalo que “la batalla por la mente americana se librara en una nueva arena mediática: el videodromo. Su sentencia resonó en una tendencia estética que se apo-deró de los medios de distribución cultural en la década de los ochenta del siglo XX: La Nueva Carne.

Definida como la mutación del ser humano en cuanto a su materialidad, ha despojado al ser de su cuerpo que será alterado por el cono-cimiento científico. La Nueva Carne trabajará con el cuerpo sin límites desde lo abyecto por inclasificable, el horror corporal será el efecto de su sentido. En Videodrome, la pan-talla de televisión será la prótesis del sis-tema nervioso, como dice el profesor Brian O’Blivion, “La pantalla de televisión se ha convertido en la retina del ojo de la mente”, las virulentas imágenes de televisión modi-fican el cuerpo convirtiéndolo en un espacio abierto a la metamorfosis, abyección donde la identidad se disolverá.

la dualidad imposible entre cerebro y cuer-po como base del terror, será transversal en el Videodrome de Cronenberg. Desde Deleuze (2009), las máquinas binarias son parte del funcionamiento del poder establecido pero to-dos los llevamos en nuestras cabezas -organi-zan el mundo de acuerdo a dualismos, si éste está regido por el azar, la multiplicidad y

la libertad, las máquinas binarias son re-glas del juego que distribuyen los elementos en dos series antagónicas, haciendo que sea siempre la misma la que gana y la misma la que pierde-.

Cronenberg juega con la máquina binaria, Max por un lado arruina la fuerza revoluciona-ria en contra de videodrome, convirtiendo lo revolucionario en castrado, una supuesta revolución por la cual hay que sacrificarse y, por otro lado, es parte de un nuevo cor-pus. Desde Artaud, “El cuerpo es el cuerpo / está solo / y no necesita órganos / el cuer-po nunca es un organismo. / Los organismos son el enemigo del cuerpo. / El hombre está enfermo porque está mal construido / hay que decidirse a desnudarlo para escarbarle ese / animáculo / que le pica mortalmente, / dios / y con dios / sus órganos. / Cuando le haya dado un cuerpo sin órganos, / entonces lo habrán liberado todos sus / automatismos y / devuelto a su verdadera libertad” (Artaud, 2007).

Fuente: Díaz, S. (2010). Videodrome, laFuga, 11. [Fecha de consulta: 2016-06-08] Disponi-ble en: http://2016.lafuga.cl/videodrome/401

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no hay mapas para estos territorios del ciberespacio

DERVISH IS DIGITAL / HOMENAJE GRÁFICO

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ElLocoPensante