maria, memoria pneumatologica de la...

23
1 MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIA Por Juan Esquerda Bifet Presentación: María, ¿memoria de la Iglesia? 1. Dimensión pneumatológica de la actitud mariana de la Iglesia 2. María, memoria del discernimiento del Espíritu 3. María, memoria de la fidelidad al Espíritu Santo 4. María, memoria de esperanza por la nueva maternidad en el Espíritu Líneas conclusivas: María, memoria pneumatológica en el camino histórico de la Iglesia * * * PRESENTACION María, ¿memoria de la Iglesia? La historia humana, en el contexto salvífico de los planes de Dios, se desenvuelve en tensión entre "memoria" de un pasado y "escatología" de un futuro definitivo. Los hechos del pasado (creación, éxodo, Encarnación redentora, Pentecostés) se recuerdan y celebran porque, al recordarlos, acontecen de nuevo y construyen el futuro. La "memoria" se hace "profecía" de un final feliz ("escatología"). 1 Es importante celebrar la "memoria" como "profecía", dejando entrar en el corazón "la sombra del Espíritu", como María (Lc 1,35). Entonces el Espíritu desvela el sentido de la primera creación y de la nueva creación, como un "nuevo nacimiento" (Jn 3,3), aportado por la "nueva Alianza" (Lc 22,20). El Espíritu, que actuó en la primera creación (Gen 1,2), actúa de modo especial en la nueva creación (Encarnación, redención, Pentecostés, Eucaristía). La actitud mariana de abrirse al Espíritu, es la respuesta cabal a la nueva acción salvífica, aceptando la sorpresa de Dios, porque "el Espíritu sopla donde quiere" (Jn 3,8). 2 1 Esta reflexión la he elaborado con ocasión de explicar repetidamente, en diversas áreas geográficas, culturales y lingüísticas, la presencia de María en el camino de la Iglesia hacia el tercer milenio. La exppresión "memoria" puede tener connotación salvífica general, cristológica y pneumatológica. Ver: J. ESQUERDA BIFET, Los santuarios marianos: Memoria celebrativa de la Iglesia: Estudios Marianos 63 (1997) 219-253). 2 La nube que velaba la presencia de Dios (cfr. Ex 24,16; 40,34-35) es ahora la "nube luminosa" del Tabor (cfr. Mt 17,5). Esta "presencia" especial de Dios recuerda la "shekinah" o tienda de campaña en el desierto (cfr. Ex

Upload: hatuyen

Post on 30-Sep-2018

213 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

1

MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIA

Por Juan Esquerda Bifet Presentación: María, ¿memoria de la Iglesia? 1. Dimensión pneumatológica de la actitud mariana de la Iglesia 2. María, memoria del discernimiento del Espíritu 3. María, memoria de la fidelidad al Espíritu Santo 4. María, memoria de esperanza por la nueva maternidad en el Espíritu Líneas conclusivas: María, memoria pneumatológica en el camino histórico de la Iglesia * * *

PRESENTACION María, ¿memoria de la Iglesia?

La historia humana, en el contexto salvífico de los planes de Dios, se desenvuelve en tensión entre "memoria" de un pasado y "escatología" de un futuro definitivo. Los hechos del pasado (creación, éxodo, Encarnación redentora, Pentecostés) se recuerdan y celebran porque, al recordarlos, acontecen de nuevo y construyen el futuro. La "memoria" se hace "profecía" de un final feliz ("escatología").1 Es importante celebrar la "memoria" como "profecía", dejando entrar en el corazón "la sombra del Espíritu", como María (Lc 1,35). Entonces el Espíritu desvela el sentido de la primera creación y de la nueva creación, como un "nuevo nacimiento" (Jn 3,3), aportado por la "nueva Alianza" (Lc 22,20). El Espíritu, que actuó en la primera creación (Gen 1,2), actúa de modo especial en la nueva creación (Encarnación, redención, Pentecostés, Eucaristía). La actitud mariana de abrirse al Espíritu, es la respuesta cabal a la nueva acción salvífica, aceptando la sorpresa de Dios, porque "el Espíritu sopla donde quiere" (Jn 3,8).2

1 Esta reflexión la he elaborado con ocasión de explicar repetidamente,

en diversas áreas geográficas, culturales y lingüísticas, la presencia de

María en el camino de la Iglesia hacia el tercer milenio. La exppresión

"memoria" puede tener connotación salvífica general, cristológica y

pneumatológica. Ver: J. ESQUERDA BIFET, Los santuarios marianos: Memoria

celebrativa de la Iglesia: Estudios Marianos 63 (1997) 219-253).

2 La nube que velaba la presencia de Dios (cfr. Ex 24,16; 40,34-35) es

ahora la "nube luminosa" del Tabor (cfr. Mt 17,5). Esta "presencia" especial

de Dios recuerda la "shekinah" o tienda de campaña en el desierto (cfr. Ex

Page 2: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

2

En buena terminología cristiana, la "memoria" ("anámnesis") consiste en recordar actualizando, bajo la acción e "invocación" del Espíritu ("epíclesis"), los acontecimientos salvíficos cristológicos, desde la Encarnación por obra del Espíritu (cfr. Mt 1,20; Lc 1,35), hasta la oblación salvífica de la "sangre" (vida) de Cristo en el amor o fuego del Espíritu (cfr. Heb 9,14; Jn 19,34ss). Esta "memoria" es tan eficaz, que actualiza continuamente la venida pentecostal del Espíritu en la Iglesia (cfr. Act 2,4; 4,31; 10,44). Al "conmemorar los misterios de la redención... en cierto modo se hacen presentes" (SC 102).3 La "memoria" cristiana lleva a plenitud la memoria veterotestamentaria. Los hechos salvíficos del Antiguo Testamento tienen su cumplimiento en Cristo. El pasado (creación, Alianza, éxodo...) se hace presente y acontece en plenitud. El Espíritu que "se cernía sobre las aguas" (Gen 1,2) es ahora fuente de un "nuevo nacimiento" (Jn 3,3), originando "torrentes de agua viva" (Jn 7,38). "Recordamos" principalmente a "Jesucristo resucitado de entre los muertos" (2Tim 2,8), de modo especial en la celebración eucarística del día del Señor, según su encargo: "Haced esto en memoria mía" (Lc 22,19). La "memoria" es entonces, más que nunca, escucha conmemorativa de la Palabra del Señor, presencialización de su misterio redentor, testimonio de haberle encontrado y de haber resucitado con él.4 La actitud "recordativa" de la Iglesia sigue las pautas de "la mujer" del "fíat", del "Magníficat" y del "stabat", que se abrió plenamente a la acción del Espíritu Santo para recibir al Verbo, la Palabra personal del Padre. María, pues, forma parte de la "memoria" de la Iglesia: "¡Tú eres la memoria de la Iglesia! La Iglesia aprende de ti, María, que ser Madre significa ser Memoria, quiere decir conservar y meditar en el corazón".5 En realidad, al celebrar la Eucaristía como "memoria" del Señor y de su redención "memorial de su Muerte y Resurrección" (SC 47), incluimos en ella todo el fruto de la

26), que luego será el templo. La "obra del Espíritu" ha hecho de María la

portadora del Salvador (cfr. Mt 1,19-24, en relación con Lc 1,35.39).

3 A. SOLIGNAC, Mémoire, Dict. Spir. X, 991-1002. En este contexto de

"memoria" de los misterios cristianos, se puede hablar de un "nuevo

Pentecostés": JUAN XXIII, Oración por el concilio: AAS 51, 1959, 382:

"Renueva los prodigios de un nuevo Pentecostés". Sobre María "memoria" de la

Iglesia: A.M. SERRA, Maria modello sapienziale della vita consacrata, en: La

Vergine Maria e la vita consacrata (Roma, Centro di Cultura Mariana 1995)

51-76. María "recuerda" (contempla) comparanado diversos datos de la

revelación. Lo que ella conservó en el corazón, es el punto de referencia de

la memoria de la Iglesia (ibídem, 64-67).

4 JUAN PABLO II, Carta Apostólica Dies Domini (31 mayo 1998). Cfr. SC

106.

5 JUAN PABLO II, Homilía anunciando el Año Mariano (1 de enero de 1987):

Insegnamenti X/1, 1987, pp. 6-7; cfr. Lc 2,19.

Page 3: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

3

redención en María y en los santos, así como valoramos la cooperación de María en todo el misterio redentor. La "memoria" de la Iglesia, al incluir a María, hace realidad su propia naturaleza de asociada a Cristo Redentor: "La Iglesia, reflexionando piadosamente sobre ella y contemplándola en la luz del Verbo hecho hombre, llena de veneración entra más profundamente en el sumo misterio de la Encarnación y se asemeja más y más a su Esposo" (RMa 30). Efectivamente, "la contemplación de la Madre de Dios nos introduce en una comprensión más profunda del misterio de la Encarnación" (ibídem). Precisamente al vivir esta "memoria", nos adentramos más en "el misterio de la Iglesia y de la función de María en la obra de salvación" (ibídem). Esta "memoria" mariana de la Iglesia desvela el significado salvífico y pneumatológico de "la especial presencia de la Madre de Dios en el misterio de Cristo y de la Iglesia" (RMa 48). Se trata, efectivamente, de su "influjo salvífico" (LG 60), como cuando, con su presencia y saludo, fue instrumento de la acción del Espíritu Santa en la santificación del Precursor (cfr. Lc 1,41ss, en relación con Lc 1,15.). Así se comprende y vive mejor "la presencia materna de la Madre de Dios, porque ella permanecerá siempre indisolublemente unida al misterio del Cuerpo Místico".6 ¿En qué sentido, pues, se puede hablar de María como "memoria pneumatológica" de la Iglesia? ¿Cuál es su alcance práctico y concreto? Habrá que tener en cuenta la relación de María con el Espíritu Santo, analizar la dimensión pneumatológica de la actitud mariana de la Iglesia, profundizar en los aspectos de discernimiento y fidelidad al Espíritu, ver la relación con la maternidad eclesial y con su caminar histórico hacia el encuentro definitivo con el Señor. Mirando a María, "la gran señal" (Apoc 12,1), la Iglesia llegará a ser la esposa que llega preparada a las bodas del Cordero: "El Espíritu y la Esposa dicen: «Ven»... ¡Ven, Señor Jesús!" (Apoc 22,17.20).7 1. Dimensión pneumatológica de la actitud mariana de la Iglesia

6 PABLO VI, Exhortación Apostólica Signum Magnum (13 de mayo de 1967):

AAS 59 (1967) p.475.

7 Para elaborar una mariología de línea pneumatológica habrá que usar

bien los conceptos trinitarios. La misión del Espíritu (visible en

Pentecostés) no es propiamente misión personal como lo es la del Verbo. Por

esto en ningún modo se puede decir que el Espíritu se encarna o

"espiritualiza" en María. El Hijo y el Espíritu son enviados, precisamente

porque proceden del Padre (el Espíritu procede del Padre y o por medio del

Hijo). Las "procesiones" fundamentan las "misiones". La obra de la

Encarnación es común a las tres personas, aunque cada persona tiene un modo

especial de actuar y, por ello, se puede atribuir la Encarnación, por

apropiación, al Espíritu de amor. La acción del Espíritu en María tendrá que

analizarse en estas perspectiva. Pero se tratará siempre de una mariología

trinitaria: el Padre la ha elegido en Cristo (cfr. Ef 1,3ss), el Espíritu

Santo la ha preparado (cfr. Lc 1,28,35), el Hijo la ha habitado

personalmente (cfr. Jn 1,14; Gal 4,4).

Page 4: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

4

María forma parte de la "memoria" de la Iglesia como "Madre de Dios Hijo y, por tanto, hija predilecta del Padre y sagrario del Espíritu Santo" (LG 53). Ella es "modelo de fe vivida" (TMA 43), "la Madre del amor hermoso" (TMA 59), "la mujer dócil a la voz del Espíritu" (TMA 48), "ejemplo de perfecto amor" (TMA 54).8 Esta realidad profunda de María (en su dimensión trinitaria, cristológica, pneumatológica y eclesiológica) es una gracia para toda la Iglesia y para toda la humanidad. Su "corazón" se abrió al misterio divino, bajo "la sombra del Espíritu" (Lc 1,35), para "contemplar" o poner en relación (comparar profundizando), confrontar los contenidos de la Palabra de Dios en los diversos momentos históricos y salvíficos que dilatan el corazón (cfr. Lc 2,19.51). Lo que ella "conservó" en su corazón, se va transmitiendo a la Iglesia como "memoria" salvífica. El "sí" de María al Espíritu se actualiza en la Iglesia: "El asentimiento de la Virgen fue en nombre de toda la humanidad".9 María "recuerda" a la Iglesia todo el misterio de Cristo, también en su dimensión pneumatológica. Le recuerda la Encarnación como "obra del Espíritu" (Credo; cfr. Mt 1,20). Le recuerda la acción profética de Cristo guiado por el Espíritu (cfr. Lc 4,1.14.18; Is 61,1ss). Le recuerda también el anuncio del "gozo" mesiánico que es don del Espíritu (cfr. Lc 10,21). Y le recuerda finalmente que la oblación redentora en el fuego del Espíritu (cfr. Heb 9,14; 19,5-7) es en vistas a comunicar el "agua viva" y a dar inicio a una Iglesia "llena" de Espíritu (Act 2,4).10

8 La dimensión mariana del Jubileo del 2.000 no deja de notar la relación

entre el Espíritu Santo y María: G. CALVO, María en la perspectiva del

tercer milenio: Verdad y Vida 54 (1996) 27-51; (Comité par el Jubileo del

año 2000), Jesucristo, Salvador del mundo (Madrid, BAC, 1996), cap. X;

J.C.R. GARCIA PAREDES, Santa María del 2000 (Madrid, BAC, 1997); E. TONIOLO,

La Vergine Maria nella lettera apostolica "Tertio Millenio Adveniente":

Lateranum 54 (1998) 169-198.

9 "Per annuntiationem expertababur consensus Virginis loco totius humanae

naturae" (SANTO TOMÁS, III, q.30, a.1).

10 AA.VV., María y el Espíritu Santo. Historia, culto, ejemplaridad:

Estudios Marianos 41 (1977) 5-203; AA.VV., Le Saint-Esprit et Marie 25-27

(1968-1970); AA.VV., Lo Spirito Santo e Maria Santissima (Tip. Pol. Vaticana

1973); AA.VV., Maria e lo Spirito Santo (Roma-Bologna, Marianum-Dehoniane,

1984); A. AMATO, Espíritu Santo, en: Nuevo Diccionario de Mariología

(Madrid, Paulinas, 1988) 679-720 (con abundante bibliografía actual); J. De

SAINTE-MARIE, Le rôle de Marie dans le don de l'Esprit du Christ à l'Eglise,

en: Credo in Spiritum Sanctum (Lib. Edit. Vat. 1983) 973-991; I. DE LA

INMACULADA, La unción de María por el Espíritu Santo: Ephemerides

Mariologicae 34 (1984) 11-40; J. ESQUERDA BIFET, L'azione dello Spirito

Santo nella maternità e missionarietà della Chiesa, en: Credo in Spiritum

Sanctum (Lib. Edit. Vaticana 1983) 1293-1306; Idem, Espiritualidad mariana

como fidelidad a la misión del Espíritu Santo: Estudios marianos 41 (1977)

45-59; R. LLAMAS, El Espíritu Santo y María, unidos en la obra salvífica,

en: AA.VV., El Espíritu Santo (Burgos, Semanas Misionales, 1980) 155-197;

J.A. RIESTRA, El Espíritu Santo y María en el misterio de la Anunciación:

Scripta Theologica 25/1 (1993) 221-235; Idem, El Espíritu Santo y Santa

María en el Catecismo de la Iglesia Católica: Estudios Marianos 59 (1994)

Page 5: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

5

La presencia contemplativa y activa de María en todos esos momentos mesiánicos y pneumatológicos, corresponde a quien es "la mujer", figura de la Iglesia: (Espíritu Santo) (María) Encarnación: "Lo engendrado en ella es del Espíritu Santo" (Mt 1,20) Visitación: "Estará lleno de Espíritu Santo ya desde el seno de su madre" (Lc 1,15) Evangelización: "Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu" (Lc 4,14; cfr. v.18) Gozo mesiánico : "Se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo" (Lc 10,21) Oblación: "La sangre de Cristo por el Espíritu Eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios (Heb 9,14; cfr. 10,5s)

115-136. Ver más bibliografía en: Congreso mariológico internacional (PAMI,

1975), IV Simposium internazionale (Marianum, 1982) y Congreso Mariológico

Nacional de Zaragoza (8-10 de septiembre de 1998), citado en nota posterior.

"El Espíritu Santo vendrá sobre ti" (Lc 1,35)

"En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno,

e Isabel quedó llena de Espíritu Santo" (Lc 1,41)

"El hijo de María" (Mc 6,3)

"Mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador"

(Lc 1,47)

"Junto a la cruz de Jesús estaba su madre" (Jn 19,25; cfr. Lc 1,38)

Page 6: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

6

Agua viva y Pentecostés: "Quedaron todos llenos del Espíritu Santo" (Act 2,4; cfr. Jn 7,37ss) Con esta base bíblica, predicada-celebrada-vivida por la Iglesia de todos los tiempos, puede intuirse el influjo del Espíritu Santo en María durante todos los momentos de su vida, en cuanto Inmaculada, Virgen, contemplativa, intercesora (Caná), asociada, figura de la Iglesia...11 El modelo mesiánico de la fe tiene connotaciones pneumatológicas, ya indicadas por

Isabel, la madre del Precursor santificado por el Espíritu: "Isabel fue llena de Espíritu Santo y dijo: «Bienaventurada tú que has creído»" (Lc 1,41-45). La adhesión de María a los planes de Dios es "fe vivida" (TMA 43), que ofrece un ejemplo y una ayuda de adhesión comprometida a toda la realidad mesiánica y salvífica de Cristo, el "Hijo de Dios" (Lc 1,35), "concebido" y "nacido" de María (Lc 1,31.35), "por obra del Espíritu" o por "la virtud del Altísimo" (Lc 1,35; cfr. Mt 1,20).12 Esta fe de María es aceptación gozosa y generosa de la sorpresa de Dios, expresada bajo "la sombra del Espíritu" (Lc 1,35), como signo de la nueva Alianza. María, pues, le recuerda a la Iglesia una fe íntegra e indefectible en la divinidad (y resurrección) de

11 Ver la Carta de Pablo VI al Card. Suenens, con ocasión del Congreso

Mariano Internacional (13 de mayo de 1975): Insegnamenti di Paolo VI, XIII

(1975) 491-496. En este documento se habla del influjo o "de las principales

acciones del Espíritu Santo en la elegida Madre de Dios" (p. 492s):

Concepción Inmaculada, concepción virginal, Magníficat, "contemplación",

oración en Caná, estar de pie junto a la cruz, dilatar su corazón para

recibir a Juan, orar en el Cenáculo, anhelar unirse a su Hijo (Asunción)...

María recibe fielmente esta acción. Ver también temas desarrollados en el

Congreso Mariológico Nacional, Zaragoza 8-10 de septiembre de 1998: María en

el umbral del tercer milenio. Algunos trabajos sobre el Espíritu Santo y

María: María y el Espíritu Santo en el Nuevo Testamento (D. Muñoz),

Concicibió por obra del Espíritu Santo (C. Pozo), El Espíritu santo prepara

en María la morada del Hijo (J. Castellano), María en Pentecostés: Madre de

la Iglesia (L. Díez Merino), María y el Espíritu Santo en la liturgia romana

(J.M. Ferrer), María y el Espíritu Santo en la liturgia hispana (G Gironés),

María y el Espíritu Santo en la teología contemporánea (J. A. Riestre),

Posibilidades y límites de una mariología pneumatológica (J. Ibáñez), etc.).

12 Las afirmaciones "el Espíritu Santo vendrá sobre ti" y "la virtud del

Altísimo te cubrirá con su sombra" (Lc 1,35), corresponden a un paralelismo

hebraico que quiere indicar los mismos contenidos con matices distintos. Por

"inclusión" (arco entre el principio y el final), se pueden relacionar estas

afirmaciones de Lc 1,35 con Lc 24,49 ("seréis revestidos de la virtud de lo

alto") o también coon Act 1,8 ("recibiréis la fuerza del Espíritu Santo").

Lo que sucedió en María en la Anunciación, sucede analógicamente en la

Iglesia naciennte, reunida en oración con María, en Pentecostés (cfr. AG 4;

LG 59).

"En compañía de María, la madre de Jesús" (Act 1,14)

Page 7: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

7

Cristo, en su humanidad verdadera y, consiguientemente, en su realidad de Salvador único y universal (cfr. Lc 1,31; Mt 1,21). Esta "fe viva" de quien ha creído en toda la amplitud del mensaje mesiánico, es hoy de suma actualidad, como modelo de una Iglesia que acepta y anuncia, gozosa y generosamente, que el único Salvador (Dios hecho hombre) es Jesús, y que el "protagonista" y "agente principal" de la evangelización es el Espíritu Santo (cfr. EN 75; RMi 21).13 La fe de María es la fe del primer anuncio ("kerigma") de la Iglesia. Ella es "la mujer" (Jn 2,4; 19,26; Apoc 12,1) de la que nace Cristo en "la plenitud de los tiempos" (Gal 4,4). El Espíritu Santo comunica la filiación divina adoptiva por la aceptación de esta fe (cfr. Gal 4,5-7). El bautismo comunica el "nuevo nacimiento por el agua y por el Espíritu" (Jn 3,5); de este modo se manifiesta que la Iglesia, como María, da a luz por obra del Espíritu.14 María es "la virgen", la madre del "Emmanuel" (Mt 1,22; Is 7,14), abierta a la nueva acción del Espíritu Santo como "llena de gracia" (Lc 1,28.38). En ella la Iglesia reconoce "la Madre del Señor" (Lc 1,43) y la propia "madre en el orden de la gracia" (LG 61; Jn 19,27). "La Madre de Jesús" (Jn 2,4; Act 1,14) es la figura de una Iglesia fiel al Espíritu; por esto se la considera relacionada con "la hora" de Jesús, en la que la Iglesia recibirá el "vino" nuevo y el "agua viva" del Espíritu. Así se relaciona el primer signo de Caná con la cruz y con el Cenáculo de Pentecostés. María es modelo de creyente, contemplativa, seguidora (asociada), virgen y madre fecunda, siempre por obra del Espíritu Santo.15

13 La encíclica Redemptoris Missio, en el capítulo I, presenta a Cristo

único Salvador; el tema del Espíritu Santo queda tratado en el capítulo III

y en el n.87 (fidelidad); la relación del Espíritu Santo con María (en

Pentecostés) queda expuesto en el n. 92. Ver: J. ESQUERDA BIFET,

Cooperazione e spiritualità missionaria nella Redemptoris Missio: Euntes

Docete 44 (1991) 287-299. Comentarios globales a la encíclica: AA.VV., Haced

discípulos a todas las gentes, Comentario y texto de la encíclica

"Redemptoris Missio" (Valencia, EDICEP, 1991); AA.VV., "Redemptoris missio".

La misión en los umbrales del s.XXI: Misiones Extranjeras (1991) n.122;

AA.VV., Cristo, Chiesa, Missione, commento all'enciclica "Redemptoris

Missio" (Roma, Pont. Univ. Urbaniana, 1992); AA.VV., Redemptoris Missio,

points de vue, évolutions, perspectives: Spiritus 33 (1992) 143-232; AA.VV.,

La missione del Redentore (Leumann, Torino, LDC 1992).

14 En el texto "romanum vetus" del credo apostólico (inicio del siglo

III, antes de Nicea), se pregunta al bautizado si cree que "Jesucristo, el

Hijo de Dios, ha nacido de la Virgen María por obra del Espíritu Santo" (S.

HIPÓLITO, Tradidio Apostolica 21: SCh 11bis, p.85). Los concilios de Nicea

(325) y de Constantinopla (381) recogen el texto para afirmar la divinidad

del Espíritu Santo.

15 En los textos de la Anunciación se insinúa que el Espíritu ya habitaba

en ella, como "llena de gracia" o, como se dice en la tradición oriental, la

"panarguía" (toda santa); el Espíritu preparó a María para ser madre del

Hijo y portadora suya a modo de arca de la nueva Alianza (cfr. Lc 1,39ss).

"La intervención del Espíritu Santo es una acción que consagró e hizo

Page 8: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

8

En el camino de la fe vivida, de la contemplación, de la perfección, de la comunión y de la misión, María es memoria pneumatológica, ejemplar y eficaz (instrumental). Por ser "sagrario del Espíritu" (LG 53; cfr. Lc 1,35), María es también, para la Iglesia, la gloria o expresión de la acción del Espíritu.16 María es "plasmada por el Espíritu" (LG 56), "la obra maestra de la misión del Hijo y del Espíritu Santo en la plenitud de los tiempos" (CEC 721). Es también la "mística esposa del divino Paráclito" (MC 26)17. María recuerda a la Iglesia que es la Iglesia de la Trinidad. En María, la Iglesia contempla a quien, por ser "la Madre de Dios Hijo", es "hija predilecta del Padre y sagrario del Espíritu Santo" (LG 53).18 El canto del "Magníficat", por parte de la Iglesia, estimula esta "memoria", como recordando su presencia activa (instrumental) para la santificación del Precursor. La "sombra del Espíritu", que cubrió a María en la Anunciación, se hace realidad pentecostal en la Iglesia (Act 1,14; 2,4). Con el trasfondo de Lc 1,35 (anunciación), Act 1,14 y Act 2,4 (Pentecostés), la acción

fecunda la virginidad de María" (MC 26).

16 La mediación de María es participación y colaboración respecto a la

mediación de Cristo, único Mediador como Dios hecho hombre (cfr. LG 60-62) y

también respecto a la mediación del Espíritu ("Paráclito", abogado,

intercesor). Por esto se ha de hablar de "la dependencia fontal de la acción

medianera de la Virgen respecto a la del Espíritu de Dios" (Carta de Pablo

VI al Card. Suenens, o.c.: Insegnamenti di Paolo VI, XIII (1975) 495. "Por

medio de María, el Espíritu Santo comienza a poner en comunión con Cristo a

los hombres" (CEC 725).

17 No obstante, hay que recordar que los Santos Padres prefieren llamarla

"Sponsa Verbi". La terminología tiene valor analógico. Prudencio hablaba

poéticamente de "la Virgen núbil que se desposa con el Espíritu Santo"

(citado en MC 26: Liber Apotheosis, vv.571-572, CCL 126, p.97).

18 Ver otros textos conciliares sobre la relación de María con el

Espíritu Santo: LG 52-53, 56, 59, 63-65; AG 4. La acción del Espíritu Santo

en la Iglesia está en relación fontal respecto a María que es sólo causa

instrumental (cfr. MC 27). El texto de MC 26-27 es una síntesis de relación

entre el Espíritu Santo y María. Se describe la acción del Paráclito en

relación con María, a modo de "acción común sobre la Iglesia" (MC 27).

"Algunos Santos padres y Escritores eclesiásticos... enriquecieron con

nuevos datos el antiguo tema María-Iglesia; y, sobre todo, recurrieron a la

intercesión de la Virgen para obtener del Espíritu la capacidad de engendrar

a Cristo en su propia alma" (MC 26). Pablo VI invita a "profundizar en la

reflexión sobre la acción del Espíritu Santo en la historia de salvación y

lograr que los textos de la piedad cristiana pongan debidamente en claro su

acción vivificadora; de tal reflexión aparecerá, en particular, la

misteriosa relación existente entre el Espíritu de Dios y la Virgen de

Nazaret, así como su acción sobre la Iglesia" (MC 27).

Page 9: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

9

del Espíritu Santo aparece en relación con la presencia y colaboración de María. "Fue en Pentecostés cuando empezaron los hechos de los Apóstoles, del mismo modo que Cristo fue concebido cuando el Espíritu Santo vino sobre la Virgen María" (AG 4). "María imploraba con sus oraciones el don del Espíritu, que en la Anunciación ya la había cubierto a ella con su sombra" (LG 59).19 María es, pues, la "memoria" de la Iglesia creyente, la cual es guiada por el Espíritu como fue guiada la Madre del Señor. Su "vida de fe" constituye su "espiritualidad mariana" (RMa 48), que es "vida y camino según el Espíritu" (Gal 5,25; Rom 8,4). Es una fe que se traduce en "conocimiento de Cristo vivido personalmente" (VS 88). "La Iglesia venera en María la realización más pura de la fe" (CEC 149), porque en ella, su "Tipo y ejemplar" (LG 53), encuentra un "modelo de fe vivida" (TMA 43), por ser "la mujer dócil a la voz del Espíritu" (TMA 48). La Iglesia actualiza la alabanza de Isabel: "Bienaventurada tú que has creído" (Lc 1,45). Ello tiene lugar especialmente en los momentos de "la noche de la fe" (RMa 18). En los textos litúrgicos se recuerda frecuentemente la relación del Espíritu Santo con María. En el tiempo de Adviento se relaciona la acción del Espíritu Santo en María con esa misma acción sobre el misterio eucarístico y la Iglesia.20 En el prefacio ordinario n.6 (que corresponde al canon segundo), se dice de Jesús: "El, que es tu Palabra... hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María la Virgen". La "epíclesis" es "invocación" del Espíritu Santo, haciendo también "memoria" de María, como recordando un misterio pneumatológico que comenzó en la Encarnación y continúa en la Iglesia especialmente en la celebración eucarística.21

19 María imploraba el Espíritu Santo y preparaba su venida. Con su

colaboración, no sustituye ni soslaya el Espíritu. La maternidad de María

respecto a la Iglesia (como modelo y como instrumento) es "maternidad en el

Espíritu" (cfr. RMa 44,45,47).

20 Dice así la oración sobre las ofrendas del IV domingo de Adviento: "El

mismo Espíritu, que cubrió con su sombra y fecundó con su poder las entrañas

de María, La Virgen Madre, santifique, Señor, estos dones que hemos colocado

sobre tu altar". Esta súplica "es una gran proclama de la vinculación entre

el Espíritu Santo y el sacrificio eucarístico, al mismo tiempo que ofrece un

paralelismo perfecto entre lo que ocurrió en Nazaret, con la Virgen María,

en la Encarnación del Señor, con lo que sucede en la celebración de cada

Eucaristía": C. URTASUN, Las oraciones del misal, escuela de espiritualidad

de la Iglesia (Barcelona, Centro de Pastoral Litúrgica, 1995) 67. Son

también ricos en contenido los textos del común de Santa María en tiempo de

Pentecostés y de las Misas votivas de la Virgen María: María es modelo de la

Iglesia, el Espíritu Santo prosigue en la Iglesia lo que hizo en María,

María es portadora del Espíritu... Se trata de un proceso evolutivo cada vez

más explícito, desde el recuerdo de María en el canon primitivo, hasta los

textos actuales. En la liturgia hispanovisigótica la fiesta de Santa María

es el 18 de diciembre, antes de Navidad y no el 1 de enero como ocurre en la

liturgia romana.

21 Hay también referencias pneumatológicas relativas a María en los

prefacios marianos. La plegaria eucarística recuerda a María, ya según el

Page 10: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

10

María es paradigma de nuestra santificación por obra del Espíritu. Es "anámnesis" (memoria) que se convierte en "epíclesis" (oración invocativa), en "koinonía" (comunión eclesial) y "escatología" (dinámica hacia la plenitud de "mujer vestida de sol", según Apoc 12,1). Lo que acontenció en María, por obra del Espíritu, acontece ahora analógicamente en la Iglesia. El evangelio sigue aconteciendo.22 Las oraciones a María, como el rezo del "Angelus", son una expresión de esta actitud eclesial. Al recordar a quien "concibió por obra del Espíritu Santo", la Iglesia se pone en actitud de imitar su fe: "El Angelus Domini nos presenta a la Madre de Jesús como verdadera y ejemplar creyente, que con su «sí» es modelo de todos los creyentes".23 Los santuarios marianos son un lugar privilegiado en el que la Iglesia encuentra en María su "memoria" cristológica y pneumatológica. Por su fidelidad a la Palabra y a la acción del Espíritu Santo, María "es la primera entre los creyentes" (RMa 28). Por esto, el Pueblo de Dios busca "el encuentro con la Madre de Dios para hallar, en el ámbito de la materna presencia de la que ha creído, la consolidación de la propia fe" (ibídem).24 2. María, memoria del discernimiento del Espíritu Al llamar a María "mujer del silencio y de la escucha" (TMA 48), recordamos su actitud de "discernir" el significado de las palabras del ángel (cfr. Lc 1,29) y de "contemplar en el corazón" las palabras sobre el Señor o del Señor (Lc 2,19.51). María recibe al Verbo encarnado por obra del Espíritu, para dar inicio de la redención.

texto de Hipólito de Roma (s.III). La "secreta" (oración sobre las ofrencas)

de la Misa antigua del 1 de enero (sec. VI?) hace referencia a la Santísima

Virgen. El texto, reconstruido por B. Botte y A. Chavasse, dice así: "Altari

tuo, Domine, proposita munera Spiritus Sanctus benignus adsumat, qui Beatae

Mariae viscera splendoris sui veritate replevit" (Misal de Bobbio, n.127:

Sacramentario Gelasiano II, XIV, n.848; para el 25 de marzo).

22 "Preguntas cómo el pan se convierte en el cuerpo de Cristo... Te baste

oír que es por la acción del Espíritu Santo, de igual modo que gracias a la

Santísima Virgen y al mismo Espíritu, el Señor, por sí mismo y en sí mismo,

asumió la carne humana" (S. JUAN CRISOSTOMO, De fide ortodoxa IV, 13).

23 JUAN PABLO II, Alocución sobre el santuario mariano de Bolzano-

Bressanone, con ocasión del rezo del Angelus (17 de julio de 1988):

Insegnamenti XI/3, p.144).

24 María "guía y consolida la fe de un pueblo que no se cansa de recitar

en la Salve Regina: «Muéstranos a Jesús»": JUAN PABLO II, Alocución sobre

Nuestra Señora del Pilar, con ocasión del rezo del Angelus (15 de noviembre

de 1987): Insegnamenti X/3, pp.1109-1111. "Estos lugares son vivos

testimonios de fe cristiana y de profunda devoción mariana": JUAN PABLO II,

Alocución sobre los santuarios de América Latina, con ocasión del rezo del

Angelus, en Santo Domingo (11 de octubre de 1992): Insegnamenti XV/2, p.290.

Page 11: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

11

En realidad, este "discernimiento" y "contemplación" consistía en poner en relación, comparándolas, las palabras recibidas, en sintonía con otros datos de la misma Palabra revelada e inspirada por el Espíritu. Esta realidad mariana y los contenidos de su contemplación se transmiten a la Iglesia como herencia y "memoria". Al recibir a María como Madre, "en comunión de vida" (RMa 45, nota 130), la Iglesia aprende de ella la actitud de "discernimiento" del Espíritu, que equivale a la actitud contemplativa de "silencio lleno de una presencia adorada" (OL 16 VC 38) y de "escucha de la Palabra de Dios para ponerla en práctica" (Lc 11,28). "Contemplar en el corazón" equivale a dejar entrar en él la Palabra y la acción del Espíritu Santo, como actitud de respuesta a la Alianza: "Haremos lo que él nos diga" (Ex 24,7). María llega a discernir el significado de las palabras de Jesús ("mujer, no ha llegado mi hora": Jn 2,4) precisamente por su actitud de fidelidad a la Alianza: "Haced lo que él os diga" (Jn 2,5). Las "palabras" de Jesús son siempre "Espíritu y vida" (Jn 6,63), que criban el corazón como "espada" (Lc 2,35) y le ayudan a discernirlas y a aceptarlas como "palabras de vida eterna" (Jn 6,68).25 El camino del discernimiento consiste en entrar en la "nube" del Espíritu de Dios, donde el Señor habla al corazón (cfr. Ex 33,9-11). La "nube" o "sombra" que cubrió a María era el Espíritu Santo (Lc 1,35). Es también la "nube luminosa" del Tabor, desde donde el Padre señala el camino: "Este es mi Hijo amado, escuchadle" (Mt 17,5). El Espíritu Santo lleva al "desierto" (Lc 4,1) y a la soledad de la vida ordinaria de "Nazaret" (Lc 4,14.16). "Jesús de Nazaret, consagrado por el Espíritu" (Act 10,36; cfr. Lc 4,18) es "el hijo de María" (Mc 6,3). El discernimiento del Espíritu sigue el camino de la oración, del sufrimiento, de la humildad y de la vida oculta. El mismo Espíritu Santo lleva a los "pobres" (Lc 4,18). Es la cercanía de Cristo a toda necesidad humana: "Ungido por el Espíritu, pasó haciendo el bien" (Act 10,38). Y es el Espíritu quien hace experimentar a María su propia "nada" o "pobreza-humus" (Lc 1,48), para captar mejor las necesidades de los demás. La "prisa" de María para ir a

25 El Maestro San Juan de Avila presenta una rica doctrina sobre el

Corazón de María como receptáculo del Espíritu Santo. El Corazón de María es

"limpisimo palacio donde tantos y tan grandes misterios obró" el Espíritu

Santo (Ser 30, 68ss). Y "como fue allí derramado el Espíritu Santo

abundantemente en su corazón y entrañas, ámanos en gran manera, ámanos

entrañablemente... como a hijos adoptivos nos tiene" (Ser 32, 48ss). "Mucha

es la ternura de su Corazón maternal para con nosotros" (Ser 68, 341). Los

deseos de María, especialmente después de la Ascensión, eran como "cuchillo

de amor" (Ser 70,139), siempre movidos por el Espíritu Santo (ver todo el

sermón 70): Obras completas del Santo Maestro Juan de Avila (Madrid, BAC,

1970-1971) vol. III. Cfr. J. CALVERAS, La devoción al Corazón de María en el

«Libro de la Virgen María» del Bto. Ávila: Manresa 17 (1945) 296-346; 18

(1946) 3-29, 231-256; J. ESQUERDA BIFET, La oración contemplativa en

relación a la devoción mariana según el Maestro San Juan de Avila, en: De

cultu mariano saeculo XVI, Acta Congressus Marialogici Mariani

Internationalis Caesaraugustae anno 1979 celebrati (Romae, PAMI, 1983), vol.

IV, 325-381; N. GARCÍA, El Bto. Ávila, Apóstol del Corazón de María: Maestro

Ávila 1 (1946) 13-29.

Page 12: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

12

ayudar a Isabel (Lc 1,39) o la sensibilidad por captar la "falta de vino" (Jn 2, ), son consecuencia de haber experimentado la acción del Espíritu de amor en la propia pobreza. El "gozo" de la esperanza es otra nota característica del discernimiento del Espíritu (cfr. Lc 10,21; Rom 12,12). Efectivamente, el hecho de seguir la acción del Espíritu produce "paz y gozo" (Gal 5,22). María expresó este gozo en la visitación (Lc 1,47). Es la señal del gozo mesiánico comunicado por el Espíritu (cfr. Lc 2,10: Belén; Lc 2,26ss: Simeón; Mt 2,10: Magos).26 El camino del discernimiento del Espíritu, para la Iglesia, pasa también por esas notas que aparecen en la vida de Jesús y de María: "desierto" (oración, sacrificio, cruz, humildad, Nazaret), "pobres" (caridad, servicio), "gozo" (esperanza, serenidad, paz)... La elección que el grupo apostólico hizo en el Cenáculo para escoger al apóstol Matías, está relacionada con la oración y la unión "con María la Madre de Jesús" (Act 1,14). Quien había de "ser testigo de la resurrección", formando parte del colegio apostólico (Act 1,22), tenía que ser también "lleno del Espíritu Santo" (Act 2,4), "con María" (Act 1,14). En cada época eclesial resuena la invitación del Apocalipsis: "El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias" (Apoc 2,7). Para ser "la gran señal... la mujer vestida de sol" (Apoc 12,1), transparente y portadora de Jesús, ha de "lavar su túnica en la sangre del Cordero”" (Apoc 7,14), es decir, hacer que su vida (su "sangre") esté "inmolada por el Espíritu" como la de Jesús (Heb 9,14). Sólo así llegará a ser "la esposa preparada" para las bodas (Apoc 21,1) y podrá llevar la historia humana a su plenitud en Cristo: "El Espíritu y la esposa dicen: ven... Ven, Señor Jesús" (Apoc 22,17.20). Se puede decir que el discernimiento del Espíritu es camino de contemplación y de renovación, porque se deja entrar la Palabra de Dios, tal como es, en el corazón, para purificarlo, iluminarlo, unirlo a los planes salvíficos de Dios. La contemplación de María ya se expresa con la unión más perfecta, porque ha dejado entrar "la virtud del Altísimo" y "la sombra" del Espíritu (Lc 1,35). María es, pues, modelo y figura de la Iglesia en el camino del discernimiento del Espíritu y de la contemplación (cfr. Lc 2,19.33.51). La Iglesia se adentra en el misterio de Cristo imitando esta actitud mariana contemplativa (cfr. LG 65; RMa 30). El "Magníficat" de María es "la expresión personal de María, el éxtasis de su corazón" (RMa 36). Su corazón unificado se expresa en ese himno de alabanza, gratitud y adoración. De este modo, "la contemplación de la Madre de Dios nos introduce en una comprensión más profunda del misterio de la Encarnación; lo mismo se debe decir del misterio de la Iglesia y de la función de María en la obra de la salvación"

26 Comparar PO 18 ("guiada por el Espíritu Santo"), con LG 58: "Se

condolió vehementemente con su Unigénito y se asoció con corazón maternal a

su sacrificio, consintiendo con amor en la inmolación de la víctima

engendrada por Ella misma". Se trata de la víctima que ella había concebido

por obra del Espíritu Santo.

Page 13: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

13

(RMa 30).27 La Iglesia mira a María, "sagrario (templo) del Espíritu Santo" (LG 53), para aprender de ella su actitud contemplativa de fidelidad al Espíritu: "Su sonrisa indica la paz, el gozo del alma, la inclinación a la contemplación interior, el amor de Dios, quien ha hecho de ella el santuario privilegiado del Espíritu Santo".28 3. María, memoria de la fidelidad al Espíritu Santo Hemos citado ya la afirmación sobre la fidelidad de María al Espíritu Santo: "La mujer dócil a la voz del Espíritu" (TMA 48). Fue "una docilidad perfecta" (RMa 13), como respuesta a la acción especial del Espíritu: "María, que concibió al Verbo encarnado por obra del Espíritu Santo, se dejó guiar después en toda su existencia por su acción interior" (TMA 48). Por esto "fue plasmada y hecha una nueva criatura por el Espíritu Santo" (LG 56). María es modelo y ayuda para adoptar esta fidelidad, como "modelo de fe vivida" (TMA 43) y "ejemplo de perfecto amor" (TMA 54). Si la acción del Espíritu Santo consiste en presencia (cfr. Jn 14,15), iluminación (cfr. Jn 14,16; 16,13) y transformación (cfr. Jn 16,14-15), consecuentemente la fidelidad se traducirá en relación respecto a la presencia, apertura respecto a la iluminación y sintonía generosa respecto a la acción transformadora. El "sí" de María a la acción del Espíritu santo (Lc 1,35.38) deja patente su actitud relacional de apertura y disponibilidad. Es un "sí" a la Alianza, sellada también bajo el símbolo de la "sombra" o "nube" del Espíritu Santo. En esta dimensión pneumatológica se pueden relacionar las afirmaciones paralelas: "Haremos lo que él nos diga" (Ex 19,8; 24,7) "Hágase en mí según tu Palabra" (Lc 1,38) "Haced lo que él os diga" (Jn 2,5).

27 J. ESQUERDA BIFET, La oración contemplativa, o.c. en nota 25;

ILDEFONSO DE LA INMACULADA, La Virgen de la contemplación (Madrid, Ed. de

Espiritualidad, 1973); S. MATELLAN, Presencia de Maria en la experiencia

mistica (Madrid, Coculsa, 1962).

28 JUAN PABLO II, Alocución sobre Nuestra Señora de Africa, Abidján, con

ocasión del rezo del "Angelus" (6 de marzo de 1988): Insegnamenti XI/1,

p.572. "María es modelo de contemplación, sensible a la escucha y a la

meditación de la Palabra de Dios y obediente a la voluntad del Padre por

medio de Cristo en el Espíritu Santo": JUAN PABLO II, Alocución sobre el

santuario "Flos Carmeli", con ocasión del rezo del "Angelus" (24 de julio de

1988): Insegnamenti XI/3, p. 172.

Page 14: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

14

Toda la Iglesia está llamada a esta fidelidad al Espíritu Santo, hasta llegar a la "perfección de la caridad" (LG 40). "Esta santidad de la Iglesia se manifiesta y sin cesar debe manifestarse en los frutos de gracia que el Espíritu Santo produce en los fieles" (LG 39). María es la figura de esta Iglesia santa, fiel al Espíritu Santo: "Mientras que la Iglesia en la Beatísima Virgen ya llegó a la perfección, por la que se presenta sin mancha ni arruga (cfr. Ef 5,27), los fieles, en cambio, aún se esfuerzan en crecer en la santidad venciendo el pecado; y por eso levantan sus ojos hacia María, que brilla ante toda la comunidad de los elegidos, como modelo de virtudes" (LG 65). La fidelidad de la Iglesia al Espíritu Santo se inspira "en aquella que engendró a Cristo, concebido del Espíritu Santo" (ibídem). La renovación eclesial se dará en esta línea de fidelidad al Espíritu Santo, a ejemplo de María. En cada época, la Iglesia se renueva escuchando la voz del Espíritu (cfr. Apoc 2,7ss). Hoy los signos de esta renovación se concretan en: acogida de carismas, diálogo pastoral y social, unidad entre los cristianos, diálogo interreligioso, diálogo con la cultura contemporánea, compartir los bienes (cfr. TMA 46).29 La fidelidad de María al Espíritu Santo, como modelo de la Iglesia, se manifiesta principalmente en la sintonía con los sentimientos y actitudes de Cristo. Toda la vida del Señor se mueve en esta dirección, arrastrando tras de sí la interioridad de María: (Jesús) (María)

Encarnación "Al entrar en este mundo, dice: «He aquí que vengo... para hacer tu voluntad»" (Heb 10,5-7; cfr Heb 9,14)

Infancia "Yo debía estar en la casa (las cosas) de mi Padre" (Lc 2,49)

29 El magisterio conciliar y postconciliar del Vaticano II ha instado a

esta renovación eclesial: SC 1, 43; PO 12; OT 1; PC 2-4; AG 35; UR 6-7; EN

18. Así intenta "avanzar continuamente por la senda de la penitencia y de la

renovación" (LG 8). Ver datos básicos y bibliografía actual sobre este tema

en: J. ESQUERDA BIFET, Renovación evangélica de la Iglesia, camino de

comunión y misión, en: AA.VV., Ecclesia tertii millenni advenientis (Casale

Montferrato, PIEMME, 1997) 391-410.

"He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra"

(Lc 1,38; cfr. 1,46ss)

"Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón"

(Lc 2,51)

Page 15: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

15

Caná "Todavía no ha llegado mi hora" (Jn 2,4)

Cruz "He aquí a tu hijo" (Jn 19,26)

Ascensión-Pentecostés

"Todos ellos perseveraban en la oración, con... María, la madre de Jesús...

quedaron todos llenos del Espíritu Santo" (Act 1,14; 2,4)30

La acción del Espíritu Santo en los fieles tiende a la transformación en Cristo. El "bautismo", por la fuerza del Espíritu (Act 1,5), consiste en "injertarse" en Cristo (Rom 6,5). La fidelidad al Espíritu Santo se concreta, pues, en "dejarse plasmar interiormente por él para hacerse cada vez más semejantes a Cristo" (RMi 87). La Iglesia contempla cómo el Espíritu Santo habita en María, la fecunda virginalmente, la inunda de nuevo en Pentecostés en el inicio de la evangelización (cfr. EN 82). Con este modelo, el Espíritu Santo guía a las almas en el camino de transformación en Cristo. En esta acción transformadora del Espíritu, María aparece como instrumento de un influjo salvífico: "Por intercesión de María entra en el alma el Espíritu Santo, trayendo aquellos dones que deifican el alma. El alma perfecta se hace tal por medio de María".31

30 Las palabras de Jesús a María, desde la cruz, así como la promesa del

Espíritu Santo el día de la Ascensión, podían tener un eco especial en el

corazón de María, quien recordaría las palabras de Jesús dirigidas al Padre

en la última cena: "Los has amado como a mí... yo estoy en ellos" (Jn 17,21-

23).

31 S. BERNARDINO DE SIENA, Mariale, II, 946 (Edic. Card. Vives). "Te

pido, Virgen Santa, que yo reciba a Jesús de aquel mismo Espíritu Santo por

el que tú has concebido a Jesús. Reciba mi alma a Jesús por obra del

Espíritu Santo, por el cual tu carne ha concebido al mismo Jesús" (S.

ILDEFONSO DE TOLEDO, citado en "Marialis cultus" 26: De virginitate perpetua

sanctae Mariae, cap. XII: PL 96, 106). Son muy frecuentes expresiones

semejantes (en escritores místicos) sobre la acción del Espíritu Santo en

María, con repercusión en nuestro camino de santifación: CONCEPCION CABRERA

DE ARMIDA, A mis sacerdotes (México, Edit. La Cruz, 1991). Son

"confidencias" o comunicaciones, del Corazón de Jesús, desde septiembre de

1927 hasta enero de 1931. Por ejemplo: "Engendrados (los sacerdotes) por el

Padre, nacieron en mi Corazón por amor, es decir, por el Espíritu Santo"

(cap. 34). Por esto, las confidencias del Señor insisten: "Necesito

sacerdotes con el fuego del Espíritu Santo" (cap. 51). Los dones del

"Haced lo que él os diga" (Jn 2,7)

"Junto a la cruz de Jesús estaba su madre" (Jn 19,25; cfr. v.28)

"Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo" (Act 1,8)

Page 16: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

16

En el camino de santidad o de perfección de la caridad, hay, pues, una "presencia activa y materna" de María (cfr. RMa 1, 28). La Iglesia se construye como templo del Espíritu Santo en cuanto que, en ella, todo se orienta hacia Cristo (su palabra, su sacrificio, su mensaje de amor). Por esto, "en el Icono «Odigitria» del santuario, María muestra con la mano el camino hacia Jesús".32 El itinerario "espiritual" sigue la indicación de María en las bodas de Caná: "Haced lo que él os diga" (Jn 2,5). La indicación tiene sentido de respuesta a la Alianza (cfr. Ex 24,7) y "conduce a las insondables alturas de Dios por medio de Cristo Señor y Redentor".33 La fidelidad de María al Espíritu santo es una invitación para toda la Iglesia. En realidad, la llamada a escuchar la voz del Espíritu (cfr. Apoc 2,7ss) equivale a una actitud de apertura al Esposo que llama a la puerta invitando a las bodas (Apoc 3,20). En las bodas de Caná, María invita a responder a Cristo Esposo con términos de respuesta a la Alianza: "Haced lo que él os diga" (Jn 2,5; cfr. Ex 24,7).34 A través de los siglos, la Iglesia ha ido afirmando la fe en Cristo, "hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María la Virgen". En la "Salve", se invoca a María: "Muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre". Así, pues, "ella, con su Hijo en brazos... nos lo muestra sin cesar como «el camino, la verdad y la vida»".35 María, fiel a la voluntad del Padre, intercede "para que los hombres renueven sin

Espíritu, recibidos por María, repercuten en nuestra transformación en

Cristo por obra del mismo Espíritu.

32 JUAN PABLO, Alocución sobre el santuario de Mariapocs, Hungría, con

ocasión del rezo del "Angelus" (14 de agosto de 1988): Insegnamenti XI/3, p.

335. Por esto, "en los edificios de culto del rito bizantino... en la puerta

central de la «iconocastasis» está figurada la Anunciación de María, en el

ábside la representación de la «Theotokos» gloriosa, con el fin de que

aparezca manifiesto cómo a partir del «fiat» de la humilde Esclava del

Señor, la humanidad comienza su retorno a Dios y cómo en la gloria de la

«Toda Hermosa» descubre la meta de su camino... El edificio de la Iglesia

expresa el puesto de María en el misterio de la Iglesia" (MC 28).

33 JUAN PABLO II, Alocución dedicada al snatuario de "Señora de la Nieve"

(Dolomitas), con ocasión del rezo del "Angelus" (12 de julio de 1987):

Insegnamenti XI/3, pp. 70-71.

34 "Cada uno de nosotros tal vez conserva en su corazón el recuerdo y la

relación con algún Santuario Mariano, donde nuestra vida ha quedado marcado

por una llamada, por una invitación de la Virgen, que con dulzura y decisión

nos ha dicho: «haz lo que mi Hijo de dirá»" (JUAN PABLO II, Alocución sobre

el santuario de la Natividad, de Jerusalén, con ocasión del rezo del

"Angelus" (5 julio 1987): Insegnamenti X/3 (1987) 24-25.

35 JUAN PABLO II, Celebración de la Palabra, en el Pilar de Zaragoza (6

de noviembre de 1982): Insegnamenti V/3, p.1180.

Page 17: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

17

cesar los corazones a imagen de su Hijo Jesús y bajo el aliento del Espíritu"36. A la Virgen santísima, la Iglesia le pide ayuda para seguir "el camino hacia Cristo", de suerte que "los dones del Espíritu robustezcan la fe, acrecienten la esperanza, muevan a obras de caridad".37 El camino de la vida espiritual, que es "vida y camino según el espíritu" (Gal 5,25), necesita el encuentro con María, modelo y ayuda de fidelidad al Espíritu. Este encuentro mariano de la Iglesia, "manifiesta y refuerza su fe, infunde audacia, refuerza los vínculos de caridad y acompaña con identidad de objetivos espirituales las múltiples energías que el Espíritu Santo no cesa de suscitar".38 4. María, memoria de esperanza por la nueva maternidad en el Espíritu María es "mujer de esperanza" (TMA 48) por su "fe viva", que anticipa, de algún modo, las realidades futuras que se esperan (cfr. Heb 11,1). Más que la fe de Abrahán, la fe de María se traduce en "esperanza contra toda esperanza" (Rom 4,18), por una virginidad fecunda que se convierte en "nueva maternidad en el Espíritu" (cfr. RMa 43-45). Esta es "la esperanza que no queda confundida" (Rom 5,5), porque se apoya en la acción salvífica del Espíritu Santo. La Iglesia "mira a María como un «signo de esperanza y de consuelo para el pueblo de Dios peregrinante»" (RMa 50; cfr. LG 68). "A través de las generaciones, ella está presente en medio de la Iglesia peregrina mediante la fe y como modelo de la esperanza que no desengaña" (RMa 42).39 El "gozo de la esperanza" (Rom 12,12) es gozo del Espíritu, que impregna la vida de la Iglesia, inspirándose en el "gozo" de Cristo (Lc 10,21), y en el "gozo" del "Magníficat" mariano (cfr. Lc 1,46ss). El Espíritu comunica este gozo a los discípulos de Cristo (cfr. Jn 16,14). Es el gozo de transformar las dificultades en donación, a modo de itinerario materno: "La mujer, cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo" (Jn 16,21). Este gozo del Espíritu "nadie lo podrá quitar" (Jn 16,22).

36 JUAN PABLO II, Alocución antes del rezo del Angelus (Barcelona, 7 de

noviembre de 1982): Insegnamenti V/3, p.1194.

37 JUAN PABLO II, Alocución sobre el santuario de la Natividad de Belén,

con ocasión del rezo del "Angelus" (20 de diciembre de 1987): Insegnamenti

X/3, p. 1463.

38 JUAN PABLO II, Alocución sobre los santuarios de Eslovaquia, con

ocasión del rezo del "Angelus" (3 de julio de 1988): Insegnamenti XI/3,

p.26.

39 Su cooperación no substituye ni toma el puesto de la obra redentora de

Cristo y de la acción santificadora del Espíritu, sino que es la expresión

de su eficacia.

Page 18: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

18

La fecundidad materna de María y de la Iglesia es siempre bajo la acción del Espíritu Santo. La maternidad de María "perdura sin cesar... hasta la consumación perpetua de todos los elegidos" (LG 62), "está íntimamente unida con la Iglesia" (LG 63). Efectivamente, "en el misterio de la Iglesia,que con razón es llamada también madre y virgen, precedió la Santísima Virgen" (ibídem). María es Tipo o figura de esta maternidad eclesial, por el hecho de haber sido "cubierta con la sombra del Espíritu Santo, como nueva Eva" (ibídem). La Iglesia, a imitación de María, "se hace también madre mediante la Palabra de Dios aceptada con fidelidad, pues, por la predicación y el bautismo, engendra a una vida nueva e inmortal a los hijos engendrados por obra del Espíritu Santo y nacidos de Dios" (LG 64). En esta maternidad eclesial actúa María, puesto que entonces tiene lugar el nuevo nacimiento de "los fieles, a cuya generación y educación coopera con amor materno" (LG 63). En este sentido se puede decir que "La realidad de la Encarnación encuentra casi su prolongación en el misterio de la Iglesia cuerpo de Cristo" (RMa 5), en cuanto que, en ella se realiza la "maternidad según el Espíritu" (cfr. RMa 44-45). Esta maternidad mariano-eclesial se realiza principalmente en la acción evangelizadora. Efectivamente, "también en su obra apostólica, con razón, la Iglesia mira hacia aquella que engendró a Cristo, concebido por el Espíritu Santo y nacido de la Virgen, precisamente para que por la Iglesia nazca y crezca también en los corazones de los fieles" (LG 65).40 La expresión paulina "formar a Cristo" (Gal 4,19), con la analogía de la acción materna ("a quienes doy a luz de nuevo"), se encuentra en el contexto de la maternidad de María (cfr. Gal 4,4: "la mujer") y de la acción del Espíritu Santo que nos hace "hijos de adopción" (Gal 4,5-7). La perícopa abarca también la maternidad de la Iglesia, como englobando todo el contenido de esta nueva maternidad mariano-eclesial: "La Jerusalén de arriba es libre; ésa es nuestra madre" (Gal 4,26). La doctrina conciliar, cuando relaciona la Anunciación con Pentecostés, no deja de notar estos contenidos pneumatológicos, que matizan la misión de la Iglesia como una nueva maternidad: "Cristo envió al Espíritu Santo de parte del Padre, para que realizara interiormente su obra salvífica e impulsara a la Iglesia hacia su propia dilatación... Fue en Pentecostés cuando empezaron «los hechos de los Apóstoles», como había sido concebido Cristo al venir al Espíritu Santo sobre la Virgen María, y Cristo había sido impulsado a la obra de su ministerio, bajando el mismo Espíritu Santo sobre El mientras oraba" (AG 4; cfr. LG 59).41

40 LG 65 termina con esta afirmación: "La Virgen en su vida fue ejemplo

de aquel afecto materno, con el que es necesario estén animados todos los

que en la misión apostólica de la Iglesia cooperan para regenerar a los

hombres". La encíclica Redemptoris Missio relaciona esta realidad materna

mariano-eclesial con las gracias del Espíritu recibidas, por María y por la

Iglesia, en Pentecostés (cfr. RMi 92).

41 Ver la relación entre el Espíritu Santo, María y la Iglesia,

Page 19: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

19

El Espíritu Santo "da testimonio" de Cristo (Jn 15,26-27), a fin de que los apóstoles sepan también dar testimonio y puedan "ser testigos hasta los últimos confines de la tierra" (Act 1,8). Esa es la realidad "sacramental", "ministerial" y "materna" de la Iglesia, por obra del Espíritu, para que sea "sacramento universal de salvación" (AG 1; LG 48), siguiendo la pauta de "la gran señal, la mujer vestida de sol" (Apoc 12,1).42 La maternidad de María "encuentra una nueva continuación en la Iglesia y por medio de la Iglesia" (RMa 24). El título "Madre de la Iglesia" tiene esta connotación de continuidad, a modo de "nueva maternidad en el espíritu" (cfr. RMa 43-45). El "influjo salvífico" de María sobre la Iglesia (LG 60) tiene dimensión materna y pneumatológica: "Este saludable influjo está mantenido por el Espíritu Santo, quien, a igual que cubrió con su sombra a la Virgen María comenzando en ella la maternidad divina, mantiene así continuamente su solicitud hacia los hermanos de su Hijo" (RMa 38). La acción del Espíritu en María y en la Iglesia, en vistas a esta nueva maternidad, reclaman una respuesta fiel y generosa: "María da su consentimiento a la elección de Dios, para ser la Madre de su Hijo por obra del Espíritu Santo. Puede decirse que este consentimiento suyo para la maternidad es, sobre todo, fruto de la donación total a Dios en la virginidad" (RMa 39). El Espíritu de amor hace que esta maternidad mariano-eclesial sea de misericordia, porque "se basa en el inagotable amor misericordioso de Dios" (VS 115). La Iglesia, imitando y actualizando la maternidad de María, "vive una vida auténtica cuando profesa y proclama la misericordia" (DM 12-13).43

especialmente en el misterio de Pentecostés: EN 82; RH 22; RMa 24; DeV 25,

66; RMi 92. Ver: J. ESQUERDA BIFET, L'azione dello Spirito Santo nella

maternità e missionarietà della Chiesa, en: AA.VV, Credo in Spiritum

Sanctum, Atti del Congresso Internazionale di Pneumatologia (Lib. Edit.

Vaticana 1983) pp. 1293-1306.

42 La maternidad de la Iglesia es mimisterial y sacramental. María es

figura de esta maternidad: J. ESQUERDA BIFET, La maternidad de María y la

sacramentalidad de la Iglesia: Estudios Marianos 26 (1965) 231-274; Idem,

Maternidad de la Iglesia y misión: Euntes Docete 30 (1977) 5-29;U. VANNI,

Dalla maternità di Maria alla maternità della Chiesa: Rassegna di Teologia

26 (1985) 28-47.

43 La Iglesia encuentra en María el modelo de su propia maternidad de

misericordia. Esta misericordia mariano-eclesial expresa, de algún modo, el

amor materno de Dios. Un rastro del amor divino ya queda anunciado en el

Antiguo Testamento: el seno o amor de madre en Dios ("rahamim": Is 49,15;

Ger 31,3; Os 2,3).

Pero el aspecto del amor maternal del amor divino se encuentra, en máximo

grando, en el Espíritu Santo, como expresión personal del amor entre el

Padre y el Hijo. "María es la que conoce más a fondo el misterio de la

misericordia divina" (DM 9); por ser Madre de Dios y nuestra, por obra del

Espíritu Santo, puede experimentar y hacer patente el amor maternal de Dios

y, de este modo, "llegar a todos aquellos que aceptan más fácilmente el amor

Page 20: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

20

La acción del Espíritu, que hace a María "Madre de los hombres... de todas las familias de los pueblos" (LG 69), es la misma que hace a la Iglesia madre ministerial, como "signo e instrumento de unidad de todo el género humano" (LG 1). En este sentido, "la Iglesia aprende de María la propia maternidad" (RMa 43), que es "maternidad según el espíritu" (RMa 45). Líneas conclusivas: María, memoria pneumatológica en el camino histórico de la Iglesia La presencia activa y materna de María está relacionada con el caminar histórico y concreto de la Iglesia. En realidad, se trata de la presencia de Cristo resucitado (Mt 28,20), que sigue asociando a María ("Asunta" y "glorificada" en cuerpo y alma con él) en los diversos períodos de la Iglesia peregrina: "La Iglesia... en este camino, procede recorriendo de nuevo el itinerario realizado por la Virgen María" (RMa 2; cfr. RMi 92). María es signo transparente, viviente y de plenitud de la historia de Israel bajo la acción del Espíritu. Esta presencia mariana es consecuencia del misterio de la Asunción, como participación en el misterio de la resurrección de Cristo. Es presencia que señala una realidad final (escatológica) para todos los salvados. María, pues, "en esta tierra, hasta que llegue el día del Señor, antecede con su luz al Pueblo de Dios peregrinante, como signo de esperanza y de consuelo, hasta que llegue el día del Señor" (LG 68). En este sentido, sin olvidar la aplicación concreta (aunque no exclusiva) del Jubileo del año 2.000, María "la Madre del amor hermoso, será para los cristianos... Estrella que guía con seguridad sus pasos al encuentro del Señor" (TMA 59). Esta presencia de María en la Iglesia "orienta hoy a la humanidad hacia Aquel que es «la luz verdadera, aquella que ilumina a todo hombre» (Jn 1,9)" (ibídem). María está "presente de modo transversal en el camino de la Iglesia" (TMA 43), como "mujer" o "asociada" a Cristo, centro de la historia. María está presente en la Iglesia que camina; pero "el camino" es Jesús (Jn 14,6). La dimensión escatológica del caminar eclesial (cfr. LG VII) mantiene su ritmo gracias a su dimensión cristológica, pneumatológica y mariológica: Jesús está presente, comunicando su Espíritu de parte del Padre, asociando a María "la gran señal, la mujer vestida de sol" (Apoc 12,1). De este modo, se puede entender mejor que "todos los períodos históricos de la Iglesia se han beneficiado de la presencia materna de la Madre de Dios".44 El sentido salvífico del tiempo comienza en al inicio de la historia, cuando "el Espíritu

misericordioso de una madre" (ibídem). Por esto, María es "el gran signo, de

rostro maternal y misericordioso, de la cercanía del Padre y de Cristo, con

quienes ella nos invita a entrar en comunión" (Puebla 282).

44 PABLO VI, Exhortación Apostólica Signum Magnum: AAS 59, 1967, p. 475.

Page 21: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

21

se cernía sobre las aguas" (Gen 1,2). La Encarnación del Verbo en el seno de María, por obra del Espíritu, comunica al tiempo una dimensión divina: "En Jesucristo, Verbo encarnado, el tiempo llega a ser una dimensión de Dios" (TMA 19). Cristo asume la historia humana (personal y comunitaria), como parte integrante de su misma historia.45 En Jesucristo, que asocia a María, tiene lugar "el cumplimiento del anhelo presente en todas las religiones de la humanidad" (TMA 6). Este cumplimiento es obra del Espíritu Santo en la nueva creación, "es obra de Dios y va más allá de toda expectativa humana. Es misterio de gracia" (ibídem). Este itinerario eclesial a través de la historia está jalonado de momentos especiales que podemos calificar de "Cenáculo". Son los momentos en los que la Iglesia recuerda actualizando lo que hizo María y, con ella, la primera comunidad cristiana. El Cenáculo, "con María la Madre de Jesús" (Act 1,14) es la "anámnesis" (memoria) que actualiza el "fiat", el "magníficat", el "contemplar en el corazón" y el "stabat", para prepararse a recibir nuevas gracias del Espíritu Santo (cfr. Act 2,4.42-47; 4,31-34). La invitación de la Iglesia a "recordar" el Cenáculo, que se repite frecuentemente de modo explicito o implícito, es una toma de conciencia en un momento histórico determinado, como intuyendo un "nuevo Pentecostés".46 El paso a un tercer milenio del cristianismo es uno de estos momentos pneumatológicos, en los que María sigue siendo "memoria" que se actualiza: "Como los Apóstoles después de la Ascensión de Cristo, la Iglesia debe reunirse en el Cenáculo «con María la Madre de Jesús» (Act 1,14), para implorar el Espíritu Santo y obtener fuerza y ardor para cumplir el mandato misionero. También nosotros, mucho más que los Apóstoles, tenemos necesidad de ser transformados y guiados por el Espíritu" (RMi 92). Los momentos históricos eclesiales, en los que la vivencia del Cenáculo se hace memoria mariana y pneumatológica, pueden oscilar según el tono de las gracias del Espíritu, que se anhelan o piden. Se podría hablar de "Cenáculo" (siempre en sentido analógico) de Jueves Santo (Eucaristía, mandato del amor, oración sacerdotal), de Viernes santo (sufrimiento, cruz), de Sábado santo (soledad de María, recuerdo litúrgico), de Pentecostés (nueva venida del Espíritu Santo)... Siempre se puede contemplar cada uno de estos "Cenáculos" con el cliché de "la sombra del Espíritu Santo" que se cierne sobre María y sobre la Iglesia (cfr. Lc 1,35; Act 2,4; cfr. LG 59; AG 4). En el "Cenáculo" de cada celebración eucarística, la "anámnesis" (memoria) se hace "epíclesis" (invocación del Espíritu), para hacer presente al Señor (que sigue asociando a su Madre) y, de este modo, construir la comunión eclesial ("koinonía")

45 "El Hijo de Dios con su encarnación se ha unido, en cierto modo, con

todo hombre" (GS 22).

46 JUAN XXIII, Oración por el concilio: AAS 51, 1959, 382: "renueva los

prodigios de un nuevo Pentecostés". Cfr. Const. Apost. Humanae salutis: AAS,

1962, 5-13.

Page 22: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

22

como reflejo de la comunión trinitaria. El estar "reunidos en oración con María la Madre de Jesús" (Act 1,14), se expresa en "un solo corazón y una sola alma" como fruto de la venida del Espíritu Santo (cfr. Act 4,32). Entonces la Iglesia se construye como "un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (LG 4).47 Los santuarios marianos son un momento peculiar de este caminar histórico de la Iglesia bajo la acción del Epíritu Santo. María se hace allí "memoria pneumatológica", como ayudando a insertar el misterio de la Encarnación en la cultura e historia de cada pueblo. "En cada santuario se renueva el pacto de amor de la Virgen con sus hijos".48 La analogía del "Cenáculo" en relación con los santuarios marianos aparece algunas veces en las alocuciones de Juan Pablo II sobre estos centros, que deben orientarse hacia la catequesis, la liturgia y la caridad. "La Iglesia, nacida un vez en el Cenáculo de Pentecostés, continúa naciendo en cada cenáculo de oración: Nace para convertirse en nuestra Madre espiritual a semejanza de la Madre del Verbo Eterno".49 En cada época histórica, el Espíritu Santo guía a la Iglesia para que, a ejemplo de María, viva de la Palabra y de la Eucaristía, para hacer de la comunidad una familia de hermanos que comparten sus bienes y se comprometen a evangelizar con audacia (cfr. Act 2,42-47; 4;31-35). Son los momentos más fecundos de la historia de la Iglesia.50 Durante su itinerario histórico, la Iglesia encuentra, pues, en María su "memoria pneumatológica", para ser fiel a Cristo Esposo según los designios salvíficos del Padre. María "precede el testimonio apostólico de la Iglesia, y permanece en el corazón de la Iglesia, escondida como un especial patrimonio de la revelación de Dios. Todos aquellos que, a lo largo de las generaciones, aceptando el testimonio apostólico de la Iglesia, participan de aquella misteriosa herencia, en cierto modo,

47 El concilio cita a S. CIPRIANO, De orat. dom. 23: PL 4,553.

48 JUAN PABLO II, Alocución antes del rezo del Angelus, Santo Domingo (11

de octubre de 1992): Insegnamenti XV/2, 1992, p.29. Recojo otros testimonios

parecidos en: Los santuarios marianos: "memoria" celebrativa de la Iglesia:

Ephemerides Mariologicae 47 (1997) 111-138.

49 JUAN PABLO II, Homilía en el santuario de Jasna Gora (Clarus Mons),

Czestochowa (4 de junio de 1979): Insegnamenti II/1, pp.1410-1419. "Los

santuarios son auténticos Cenáculos, donde todas las categorías de fieles

tienen la gozosa posibilidad de sumergirse en intensa oración juntamente con

María, la Madre de Jesús": JUAN PABLO II, Alocución antes del rezo del

Angelus (21 de junio de 1987): Insegnamenti X/2, p.2295.

50 "En la mañana de Pentecostés ella presidió con su oración el comienzo

de la evangelización bajo el influjo del Espíritu Santo. Sea ella la

estrella de la evangelización siempre renovada que la Iglesia, dócil al

mandato del Señor, debe promover y realizar, sobre todo en estos tiempos

difíciles y llenos de esperanza" (EN 82).

Page 23: MARIA, MEMORIA PNEUMATOLOGICA DE LA IGLESIAmgsps.org/.../2016/05/Maria_Memoria-Pneumatologica-de-la-Iglesia.pdf · "Renueva los prodigios de un ... de "la especial presencia de la

23

participan de la fe de María" (RMa 27). "Por lo tanto, en cierto modo, la fe de María, sobre la base del testimonio apostólico de la Iglesia, se convierte sin cesar en la fe del Pueblo de Dios en camino" (RMa 28).51 La relación de la Iglesia con María, su Tipo y Madre, así como su "memoria pneumatológica", se concreta en aprender de ella (y también con su ayuda) el discernimiento y fidelidad al Espíritu Santo, para llegar a ser (con ella y como ella) madre fecunda por obra del mismo Espíritu. Así se llena del "gozo de la esperanza" (Rom 12,12) y se convierte, ella misma, en "la gran señal" (Apoc 12,1), como "sacramento universal de salvación" (LG 48; AG 1).

51 Se puede decir que en los santuarios marianos los peregrinos "hacen

suyo el Magníficat; han encontrado en María el modelo de toda peregrinación,

que es siempre camino de fe, un itinerario espiritual en la continua y fiel

escucha de la Palabra de Dios": JUAN PABLO II, Alocución antes del rezo del

Angelus, dedicado al santuario de la Natividad de Jerusalén (5 de julio de

1987): Insegnamenti X/3, 24-25.