maría zambrano y segovia
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MARÍA ZAMBRANO Y SEGOVIA
María García Román
(Alumna de 1º de Bachillerato del IES La Albuera, Segovia)
Una verdadera ciudad es un espejo donde la historia se mira no solo en lo que
fue, sino más todavía, en lo que estuvo a punto de ser, en lo que hubiera sido,
si los procesos históricos no fuesen interrumpidos en su punto mejor, en ese
momento en que la historia se aclara y deja un fondo sin légamo, sembrado de
piedras blancas; y su corriente ha dejado la prisa por llegar por estar ya
llegando, como hace el Eresma cuando por allí pasa. Cuando la historia se
asemeja a un domado elemento, donde vivir va a ser, por fin posible. Cuando
pareciendo cosa natural, se hace más trascendente, efecto de una conjugada
voluntad.
Es un paréntesis como lo es siempre un espejo.1
1. ¿POR QUÉ LA REALIZACIÓN DE ESTE TRABAJO?
Antes de comenzar a realizar este trabajo había oído hablar sobre María
Zambrano en varias ocasiones y la mención de la estrecha relación que tenia
con la ciudad de Segovia. Al decidir realizar una investigación sobre ella en la
etapa que pasó en esta ciudad me sorprendió comprobar que apenas estaban
reflejados en ninguna de sus biografías. Esto me llevo a investigar mas afondo
su vida por Segovia y la influencia que tuvo en ella en su forma de pensar y en
su desarrollo como persona.
Finalmente en este trabajo he comprobado cómo María Zambrano ha
sido una de las mejores pensadoras de todo el siglo XX, como fue la impulsora
de los derechos de la mujer y una de las mujeres modernas de la época ya que
era una de las primeras mujeres pensadoras y filósofas de la época, algo
1 María Zambrano: “Segovia. Un lugar de la palabra”, en España sueño y verdad, 1965.
realmente innovador dado que era poco habitual ver a una mujer realizar los
estudios universitarios.
2. MARÍA ZAMBRANO. DATOS BIOGRÁFICOS
María Zambrano nace en Vélez-Málaga el 22 de abril de 1904, hija de D.
Blas José Zambrano García de Carabante y Dª. Araceli Alarcón Delgado,
ambos maestros en la escuela graduada de Vélez. Tras una breve estancia en
Madrid sus padres son trasladados a la ciudad de Segovia donde ella paso su
infancia y adolescencia cursando el bachiller, y como dijo María Zambrano, los
años más importantes de su vida. Ya que sus padres eran maestros se crió en
un ambiente intelectual. Además su padre, Blas Zambrano, fue fundador de la
revista Castilla, y amigo de Antonio Machado, hecho que tuvo una influencia
fundamental en María.
En 1921 inicio sus estudios de filosofía en la universidad central de
Madrid, pero no se traslado a Madrid hasta 1924, con la carrera de filosofía a
medias. Allí completa sus estudios asistiendo a las clases de Ortega y Gasset,
Manuel García Morente, Julián Besteiro y a las primeras de Xavier Zubiri con
quien mantiene una gran amistad y quién prestó ayuda a Zambrano en sus
inicios filosóficos.
En 1928, participa en las actividades de la Federación Universitaria
Española. Desde ella promueve —junto con E. González López y J. López
Rey— el encuentro con intelectuales y políticos maduros. Se entrevista
personalmente con Valle-Inclán y con Azaña. La noche del 23 de junio, en el
merendero madrileño “La Bombilla”, tiene lugar el encuentro conjunto de
estudiantes (entre los que se encuentra María Zambrano), con Ramón del
Valle-Inclán, Azaña, Indalecio Prieto, entre otros. A raíz de ese encuentro,
fundan la Liga de Educación Social.
Varios periódicos les ceden a estos jóvenes columnas semanales como:
Libertad y El Liberal de Madrid, donde escribía María Zambrano, sobre todo el
ultimo, en la columna de “Mujeres”, de la sección dedicada a la juventud “Aire
libre”, donde publica una serie de doce artículos de temática esencialmente
político-social y en algunos defendiendo un feminismo integrador. Asimismo,
muestran ya un sentido social renovador del liberalismo. Además, su más
importante artículo aparece en el número 4 (julio-agosto) del machadiano El
Manantial de Segovia: “Ciudad Ausente”, prefigurando tanto su soñada ciudad
de la libertad como la propia razón poética, apuesta filosófica de su madurez.
En 1931, hasta 1936, fue profesora auxiliar de la Cátedra de Metafísica
en la Universidad Central.
El 14 de septiembre de 1936 contrajo matrimonio con el historiador
Alfonso Rodríguez Aldave. Al ser éste nombrado secretario de la embajada
española en Santiago de Chile, se fueron por un tiempo a vivir allí. La angustia
por estar lejos de España en aquellos momentos impele a Zambrano a volver a
ella. Llegan el 19 de junio, el mismo día que cayó Bilbao; en el momento en
que comienzan a acelerarse las salidas de tantos intelectuales republicanos.
Su marido se incorpora al frente, y ella se integra a la revista Hora de España,
pasando a formar parte de su Consejo de Redacción. También es nombrada
consejero de Propaganda y consejero nacional de la Infancia Evacuada.
El 28 de enero de 1939 María Zambrano comenzó su exilio. Deja atrás
todo lo suyo, incluida una caja con los apuntes de las clases de Ortega y de
Zubiri que había preparado para llevarse. Fue acompañada por su madre, su
hermana y el marido de ésta. Estuvo en París y en Nueva York poco tiempo, y
se dirigió a La Habana donde fue invitada como profesora de la Universidad y
del Instituto de Altos Estudios e Investigaciones Científicas. De ahí se fue a
México, donde se la nombró profesora de filosofía en la Universidad San
Nicolás de Hidalgo de Morelia Conoce y entabla amistad con Octavio Paz y
León Felipe. También en ese año publica Pensamiento y Poesía en la vida
española, y Filosofía y Poesía, a lo que seguirá una intensa actividad literaria.
En 1946 viajó desde La Habana a París debido a la muerte de su madre,
permaneciendo en esta ciudad hasta principios de 1949, año en que se
trasladó a La Habana donde se quedará hasta 1953, impartiendo conferencias,
cursos y clases particulares. En este último año volvió a Europa y se instaló en
Roma. Por aquel entonces escribirá algunas de sus obras más importantes: El
hombre y lo divino, Los sueños y el tiempo, Persona y democracia, entre otros.
En 1964 abandona Roma, siempre acompañada de su hermana. Se
instala en el Jura francés. Araceli muere en 1972 y María sigue en su retiro de
La Pièce, donde permaneció dos años, hasta que en 1980 se fue a Ginebra. En
ese año fue nombrada Hija Adoptiva de Principado de Asturias, lo que
constituyó el primer reconocimiento oficial de Zambrano en España. Escribe
Claros del bosque y empieza De la aurora.
En 1981 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y
Humanidades, y el Ayuntamiento de su pueblo la nombró Hija Predilecta. Al
año siguiente, la Junta de Gobierno de la Universidad de Málaga la nombró
Doctora Honoris Causa. El 20 de noviembre de 1984, volvió a España
instalándose en Madrid, después de cuarenta y cinco años de exilio. En 1987
se constituyó en Vélez-Málaga la Fundación que lleva su nombre y en 1988 le
fue concedido el Premio Cervantes de Literatura. Antes, en 1984, la Real
Academia de Historia y Arte de San Quirce de Segovia le nombra académica
de mérito, aunque su salud le impidió recoger el nombramiento. Sobre esto
volveremos luego. Murió el 6 de febrero de 1991, en Madrid, y fue enterrada en
su pueblo natal.
3. CONTEXTO HISTÓRICO Y CULTURAL
3.1. ESPAÑA EN EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX
Tanto el inicio de siglo como el comienzo del reinado de Alfonso XIII
estuvieron determinados por la necesidad de vencer la crisis colonial (que
contribuyo con las dificultades de Hacienda y la lentitud de la recuperación
económica) y superar la desaparición de los líderes anteriores, Canovas y
Sagasta. El principal político que se enfrentó a esta crisis fue Antonio Maura
(líder del Partido Conservador) que entre 1904 y 1910 intento recomponer los
partidos oficiales, mejorar la economía, la burocracia y la política del país.
La primera guerra mundial estalló a principios de 1914, declarándose
España neutral (gobierno de Eduardo Dato). Lo que se conocía como la Gran
Guerra (1914-1918) enseguida se convirtió en una guerra total. Esto hizo que la
balanza comercial española aumentara debido a la necesidad de alimentos y
materiales, generalmente carbón y hierro, que precisaban los ejércitos que
combatían en la guerra.
El mal reparto social de los beneficios del boom económico y la creciente
inflación llevaron al estallido social y una profunda y compleja crisis en 1917.
Se produjo una crisis militar debido al descontento entre los oficiales
"peninsulares" ante los rápidos y, a veces inmerecidos, ascensos de los
"africanistas” que culminó con la creación de las Juntas de Defensa y también
una crisis social que finalizo con una huelga general convocada en agosto por
CNT y UGT teniendo un amplio seguimiento en las ciudades y saldándose con
un centenar de muertos.
El fin de la Primera Guerra Mundial trajo una profunda crisis económica y
social que inmediatamente desencadenó una gran conflictividad social en
Barcelona (1919-1921) produciéndose el golpe de estado de Primo de Rivera el
13 de septiembre de 1923. El rey conocedor de este complot no hizo nada por
detenerlo y se sumo a la nueva situación parlamentaria. Esta circunstancia tuvo
graves consecuencias en la institución monárquica.
Los generales conjurados junto con Primo de Rivera pensaban que sólo
el ejército podía dar salida a la situación en la que se encontraba España en
estos momentos. Primo de Rivera, Capitán general de Cataluña, era el que se
encontraba en la región más crispada por la situación y fue el primero en
levantarse. Primo de Rivera dio un plazo de 90 días a su dictadura tras el cual
devolvería el poder a los civiles. Sin embargo, esta dictadura se prolongo hasta
el 30 de enero de 1930.
A Primo de Rivera le sucedió el general Berenguer, quien instauró un
régimen que, por ser más permisivo, se conoció como dicta-blanda. Su misión
se centro en el difícil retorno a la normalidad constitucional pero evitando
cualquier tipo de desbordamiento social o político. La oposición republicana,
sindical, socialista y nacionalista acabó por pactar una salida a la república,
constituyente y respetuosa con los nacionalistas. Paralelamente el complot de
los militares acabó con la desestabilización del poder. Berenguer fue destituido
por al almirante Aznar, quien convoco elecciones municipales con la que
intentaba que todo volviese a la normalidad, pero la victoria obtenida por las
candidaturas republicanas fue espectacular. A Aznar, ante el descontento de la
población hacia su gobierno solo le quedaba el recurso de un nuevo golpe de
estado militar, y ante esta situación abandono el país junto con Alfonso XIII que
renunció al trono.
Las elecciones de 1931 conocieron la victoria de las izquierdas y se
proclamó la II Republica donde los partidos monárquicos y los conservadores
(debilitados por el régimen anterior) no ofrecieron ninguna resistencia política,
aunque se produjeron complots contra la republica desde su existencia.
Entre 1932 y 1934 se desarrollo la reforma republicana, con la tarea inicial de
mayor envergadura de la elaboración del estatuto de autonomías de Cataluña
que solo con el levantamiento antirrepublicano del general Sanjurjo precipito la
aprobación de esta.
Esto se sumo junto con las dificultades económicas y sociales junto con
la inestabilidad del bloqueo en poder. Aun así, la labor del gobierno presidido
por Azaña tuvo mucha materia educativa y de promoción de la mujer, que
realizando una reforma de las leyes electorales permitió por vez primera el voto
femenino en España.
El debilitamiento de la izquierda y la reorganización de la derecha marcó
la convocatoria de nuevas elecciones. En ellos gano la coalición de la derecha.
Esta situación acabo agravando la situación con Cataluña, donde la izquierda
seguía dominando. Pero la derecha Catalana con el apoyo de las cortes
centrales de derechas logro frenar la ley de contratos de cultura. Esto acabó
con lo llamado revolución de octubre del 34, producido en Cataluña, donde el
presidente Lluis Companys proclamo la republica Catalana el 6 de octubre, La
rebelión fue rápidamente sofocada y su gobierno encarcelado.
La represión fue brutal y dio paso al denominado Bienio Negro que fue el
marco de rearme de derecha e izquierda con el que se llego al las elecciones
de febrero de 1936 que dio de nuevo el triunfo a las izquierdas en el llamada
Frente Popular. Tras el asesinato de José Calvo Sotelo (líder del denominado
Bloque Nacional) el 13 de julio de 1936 se produjo el levantamiento de los
militares dirigidos por los generales Franco, Mola y Queipo de Llano el 18 de
julio de ese mismo año. Desde esta fecha se desarrolló la Guerra Civil.
Con respecto a la cultura y la ciencia, en cambio, el primer tercio de siglo vivió
lo que se ha dado en llamar la “edad de plata” de la cultura Española.
La perdida, en 1898, de Cuba y Filipinas, ultimas posesiones coloniales,
produce en España una crisis nacional de grandes dimensiones. Un grupo de
escritores reaccionan contra esta situación de crisis generalizada buscando
nuevos valores ideológicos, estéticos y literarios: es la generación de 98,
integrada por Unamuno, Azorín, Baroja, Maeztu, Valle-Inclán y Machado, entre
otros. El dolor por España se convierte para estos escritores en amor a su
tierra y a sus aldeas, y la búsqueda de la esencia de lo español les lleva al
estudio y a la valoración de los autores medievales (Berceo, el Arcipreste de
Hita) y pintores entonces importantes, como el Greco. Lo que perseguían ante
todo era europeizar España al tiempo que recobrar lo valioso de la cultura
española.
Tras la generación del 98 se inicio el movimiento llamado
Regeneracionismo que expresa el mismo juicio pesimista sobre España que lo
expresaba la generación del 98, pero planteándolo de una forma objetiva,
documentada y científica frente a las ideas más literarias, subjetivas y artísticas
del 98. Los autores más característicos de este movimiento son: Joaquín
Costa, Lucas Mallada, Ricardo M Picabea, Francisco Giner de los Ríos...
A lo largo del siglo XIX y comienzos del siglo XX se produjo un desarrollo
crucial para la ciencia tal y como lo conocemos actualmente, ya que se realizo
una institucionalización en países como Inglaterra, Francia, Alemania o EEUU.
En este sentido, a lo largo del siglo XIX y comienzos del siglo XX, la ciencia
llegó a adquirir una relevancia social y una inserción socioeconómica nunca
antes alcanzada. En España tenemos un científico de primera fila internacional:
Santiago Ramón y Cajal cuya obra de investigación es inmensa, pero que no
salió de la nada, sino del esfuerzo del movimiento regeneracionista, a menudo
arropado por la política oficial, por equiparar la investigación española a la
europea.
3.2. SEGOVIA EN EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX
El siglo XX fue una época especialmente prestigiosa también para la
vida intelectual de la ciudad de Segovia, que tuvo su particular “edad de plata”,
al margen de la gran decadencia que esta ciudad sufría siendo la capital de
provincias menos desarrollada demográficamente de todas las castellanas, y
con una economía estancada en el pasado.
En Segovia se concentraba mano de obra procedente del campo, a la
que se intentaba dar trabajo realizando obras publicas, con el objetivo de
mantener una “paz social”, que se vio enturbiada por la I Guerra Mundial ya
que las condiciones de las clases obreras empeoraban debido al aumento de
los precios del trigo como consecuencia a las exportaciones realizadas con los
países beligerantes.
Para evitar revueltas entre los obreros y mantener la “paz social”, se
comienzan a crear instituciones de carácter religioso y filantrópico para
aminorar la miseria que el pueblo sufría en estos momentos. A su vez los
obreros también crearon instituciones para defenderse y para plantear
exigencias a las autoridades, como que el Ayuntamiento organizara todos los
inviernos obras publicas, que los precios del pan no subieran, etc.
Con respecto a la nobleza, los funcionarios y las clases medias
estuvieron reducidos en el primer tercio del siglo XX ya que la Reducción liberal
les había dejado sus tierras pero no ningún poder sobre Segovia. Se podría
decir que el derrumbe del antiguo Régimen les había arrastrado también a
ellos.
Los que realmente se encuentran en el poder socio-político son
personas pertenecientes a las profesiones liberales como lo son médicos,
abogados, profesores, etc., algunos de ellos naturales de la ciudad, pero la
mayoría por obligación al tener que ocupar su posición como funcionarios por
oposición, como es el caso de Blas Zambrano y de Antonio Machado que
llegaron a esta ciudad en 1909, al igual que otros personajes como Mariano
Quintanilla, Landa, etc.
Este grupo no es muy numeroso, pero han vivido y trabajado en otras
ciudades más modernas que Segovia. Por tanto eran progresistas y
consideraban que Segovia estaba fuera de la Historia desde hace mucho
tiempo queriendo contribuir para acercarla a la modernidad, aunque esto no
constituyese un deber de sus cargos como funcionarios en Segovia.
La congregación de estas personalidades en Segovia hace que se
desarrolle la vida intelectual de esta ciudad, creándose así la Universidad
Popular, que fue una de las instituciones mas emblemáticas de este periodo
siendo un proyecto cultural. Supuso un intento de ofrecer al pueblo, a través de
clases gratuitas, un saber general al igual que el aporte de la cultura más
avanzada de la época impartiendo conferencias pronunciadas por
personalidades tales como Unamuno, Blas Cabrera, etc, y por los intelectuales
asentados ya en Segovia que anteriormente nombraba.
El origen de la Universidad Popular como proyecto de pedagogía social
tenia antecedentes en Segovia desde medio siglo atrás, siendo desde 1875 a
1916 la salida a la luz por segunda vez de la Sociedad Económica Segoviana
de Amigos del País que se encargaron, entre otras cosas, de lo denominado
“educación popular”, que consistía básicamente en difundir la enseñanza de las
primeras letras y del dibujo. Para fomentar la economía, se convocaron a los
notables de cada población a colaborar constituyendo la Sociedad Económica
de Amigos del País. Esta sociedad funciona desde 1780 a 1808.
Al refundarse de nuevo en 1875, el contexto político y social era
diferente a sus inicios. En una ciudad y provincia pobre como lo era la Segovia
de la Restauración, la nueva sociedad se centro en el fomento económico y en
la asistencia social, ya que la economía no pasaba una de sus mejores
momentos en la ciudad. Quienes formaban esta sociedad económica ahora
eran la élite intelectual de la ciudad, algo ya comentado anteriormente, que
estaban interesados en el progreso y en la creación de una opinión publica
buena para ello.
Los miembros de la Económica de Segovia tenían una serie de ideas
que se remontaban a las últimas décadas del siglo XIX. Entre estas ideas cabe
destacar como defendían la superioridad de la idea liberal de filantropía frente a
la idea cristiana de caridad, es decir, defendiendo la “libertad de la ciencia y su
enseñanza para combatir la miseria”, e incluso citando el “ideal de la
humanidad para la vida” de Friedrich Krause que servia como guía filosófica
para los krausistas españoles. Todo esto cuando la “segunda cuestión
universitaria” acababa de tener en Segovia una se sus decaídas con la
separación de Tomás de Andrés de su cátedra de Historia Naturalita en el
instituto. De este conflicto arrancó la creación de la Institución Libre de
Enseñanza.
En la Sociedad Económica Segoviana de Amigos del País en 1875
encontramos un grupo de intelectuales pertenecientes a la corriente krausista,
que dirige esta sociedad en sus primeros años, marcando así un rumbo
ideológico. Incluso en la fecha en que nació María Zambrano (1904) esta idea
persiste atendiendo a potenciar la economía con un sentido reformista y
europeo, atendiendo a los problemas existentes en el país, y sobre todo, al
problema social.
La educación popular, por tanto, tenía como idea a finales del siglo XIX
una fuerte impronta krauso-institucionista, que también se dio en la Sociedad
Económica Segoviana, y que bajo estos ideales, persiguió tres objetivos: el
fomento económico, la actividad intelectual y la atención educativo-asistencial.
Hacia finales de siglo, la Sociedad Económica fue perdiendo interés
como plataforma de lucha por los intereses económicos, y ganando peso el
componente intelectual-educativo, centrándose para el nuevo siglo en el
mantenimiento de clases nocturnas, en la organización de unos Juegos
Florales en 1902 y en la puesta en marcha de una Biblioteca Popular en 1905.
Pero esta Sociedad no acabó de consolidarse, perdiendo así su actividad
continuada en la segunda década del siglo, para desaparecer en 1916.
1919 fue una fecha decisiva para la vida intelectual de la ciudad, ya que
los intelectuales asentados en Segovia comienzan la publicación del diario “La
Tierra de Segovia”, con cuya plataforma fundarían a finales de este año la
Universidad Popular Segoviana. En esta se encontraban miembros de la
desaparecida Sociedad Económica como lo era Blas Zambrano, Rodao o
Segundo Gila (verdadero órgano de opinión del grupo de intelectuales críticos
asentados en la ciudad).
Esta universidad tubo su sede en los locales de la Escuela Normal,
después se trasladó a la Calle Colón, y finalmente se asentó en la iglesia
desprovista de culto de San Quirce. Las actividades, iniciadas en 1921 se
centraron en clases gratuitas por las tardes y realizando conferencias los
sábados, cosa que se modificó en 1922 realizando cursillos sobre asuntos
concretos, potenciando el servicio de biblioteca (teniendo en cuenta el poco
espacio y la disponibilidad de las obreros) y respecto a las conferencias
supusieron una conexión de Segovia con los mejores intelectuales del país en
aquella época.
Sus primeros profesores fueron, entre otros: Segundo Gila, Antonio
Machado, Mariano Quintanilla, Francisco Romero, incorporándose a ellos en
los próximos años, Mariano Usón, Blas Zambrano, Juan Zuloaga, Fernando
Arranz, etc. Este profesorado junto con las muchas personalidades que
impartieron conferencias en la universidad, hicieron que esta adquiriera un
máximo nivel intelectualmente hablando, mostrándose así el estrecho vinculo
que tenían sus profesores con las corrientes renovadoras de la cultura y de la
ciencia española.
La Universidad Popular, por tanto, recogía diversas inquietudes
intelectuales creando un espacio público de difusión popular de la instrucción
de un nivel elemental-práctico (centrándose en la clase obrera) y de un nivel
medio-superior (con relación a las clases burguesas), pero se trataba, más
bien, de una ampliación universitaria con relación a la Universidad Central
madrileña. Finalmente muchos de sus impulsores de la Universidad Popular
Segoviana consideraron las reformas pedagógicas realizadas como el inicio de
las reformas sociales.
4. MARÍA ZAMBRANO EN SEGOVIA
Antes de la llegada de la familia Zambrano a la ciudad de Segovia esta
había habitado, primero, en la ciudad de Vélez-Málaga donde nació su primera
hija María Zambrano. Después de este nacimiento en 1906, Araceli (su madre)
fue ascendida para ocupar la auxiliaría elemental de niñas en Madrid por lo que
se tuvo que trasladar allí. Después de esta noticia, en 1908 Blas Zambrano
solicita el traslado a Madrid para coincidir con su mujer. Esta petición se le
concedió.
Durante este periodo en el que los padres de María estaban en continuo
cambio con relación a sus puestos de trabajo, ella se quedo en Bélmer de la
Moraleda (Jaén) con su abuelo materno. En 1908 junto con su padre se
trasladó a Madrid donde tomó sus primeras clases cerca de la Plaza de
Oriente.
Su llegada a Segovia se debió a que su padre, Blas Zambrano, solicitó
incorporarse al magisterio el 14 de mayo de 1909, siendo destinado a Segovia,
tomando posesión de la cátedra de Gramática Castellana de la Escuela Pública
Graduada de Maestros, aneja al Instituto General y Técnico hasta la creación
de la Normal de maestro en 1914.
A su llegada, como vimos, don Blas supuso un revulsivo en el ámbito
cultural segoviano, especialmente en la juventud que tenia inquietudes
artísticas y literarias. Es un hombre del 98, librepensador y de ideas socialistas.
De hecho, en 1916 entró a formar parte de la Agrupación Socialista Obrera, de
la que más tarde fue presidente, si bien en una experiencia breve y no grata.
Don Blas como avivador de la literatura, participó y fue miembro de la
Sociedad Económica Segoviana de Amigos del País y tas su caída, vivió de
cerca la creación de la Universidad Popular, de la que más tarde seria
miembro. También fue el creador de la revista Castilla, a la vez que redactor-
jefe y colaborador de Tierra de Segovia. Después de esto comienza a dirigir la
revista La Información, que había sido fundada dos o tres años antes que
Castilla. Ya en 1919 comienza su amistad con Antonio Machado. María
Zambrano recordará más adelante:
“la amistad con Machado fue cosa de un instante. Dijo al entrar en la
casa: no tenemos necesidad de hablar para entendernos.
Callémonos y sonriamos mucho juntos, a solas o entre los demás”.
Al año del traslado de Blas Zambrano a Segovia, Araceli Alarcón con su
hija María llegan a esta ciudad al conseguir Araceli una permuta con doña
Dolores Santiuste, que le cedió el puesto en la escuela municipal del barrio de
José Zorrilla. En noviembre de este mismo año es nombrada vicepresidenta de
la Junta Directiva de la Asociación de Maestros del partido de Segovia. Al los
dos años de su estancia en Segovia, Araceli es trasladada a las recién
construidas Escuelas Graduadas de Santa Eulalia, en la que poco después
será nombrada directora.
A lo largo de la estancia en Segovia de María Zambrano, ella y su familia
habitaron en múltiples casas. El primer empadronamiento de la familia
Zambrano fue en 1911, tal y como aparece en los registros, aunque su llegada
fuera en 1910, viviendo entonces en la Calle de La Muerte y La Vida en el nº
14. Su estancia en esta vivienda duró menos de un año ya que en 1912 se
trasladaron a la calle de San Antón nº 4. Ya en 1914 vivieron aproximadamente
dos años en la calle Almira, cerca del Instituto donde estudiaba María la
enseñanza secundaria, a la que accedió por medio de un examen que realizó
en septiembre y que aprobó, siendo así una de las pocas mujeres que
estudiaban por entonces. No fue hasta 1916 cuando vuelven a su primera casa
produciéndose, en este periodo, un pequeño cambio de nº ya que poco
después se trasladaron al nº 10, nº 12 de la misma calle. En 1920 realizaron un
nuevo traslado al nº 4 de la calle Grabador Espinosa, vivienda emblemática
para María, por llevar la calle el nombre de un hombre que imprimía libros y,
sobre todo, el mismo apellido que uno de sus filósofos preferidos, Baruch de
Spinoza. Transcurrieron 5 años en los que la familia Zambrano no se trasladó
de esta vivienda hasta que en 1925 regresaron a la Calle de La Muerte y La
Vida. No fue hasta el comienzo del curso de 1926-1927 cuando definitivamente
se fueron a vivir a Madrid.
Fueron 16 años los que estuvo María Zambrano en Segovia desde su
llegada desde muy pequeña hasta su partida, y desde el primer momento,
incluso al haber trascurrido más de 30 años, María recuerda Segovia a la
perfección, su infancia y adolescencia, y las calles que recorría cuando era
pequeña, tal y como lo muestra en “Segovia. Un lugar de la palabra”. Y también
ese recuerdo que mantenemos de ella, y en su modo describir se debe a su
desarrollo como persona, que se produjo precisamente en estos años en los
que transcurrió su infancia y adolescencia.
En Segovia, María encuentra a San Juan de la Cruz, cuya poesía
constituye una de sus grandes pasiones en la vida. Durante su estancia en
Segovia conoció la poseía mística de este autor gracias a su padre que le dio a
conocer su obra, aunque realmente lo descubrió en uno de sus múltiples
paseos que realizaba con Gregoria, su criada, que fue la primera en dar a
conocer a este santo, el convento carmelita que fundó, la pequeña ermita
donde se recogía, y su sepulcro.
De su infancia María recuerda haber querido ser de todo: desde una caja
de música hasta un soldado. Pero lo más característico que se produjo en este
periodo fue cuando decidió ser Caballero templario. Fue, como cuenta en su
autobiografía, la primera imagen que tubo de esta ciudad a la que fue a parar
con sus padres. Nos muestra también cómo reacciona ante la respuesta que le
dio su padre al preguntarle ella quienes eran estos caballeros:
“en Segovia, donde yo cumplí 6 años, [...] estaban como monumento
nacional los templarios. Yo le pregunté a mi padre quiénes eran los
templarios; mi padre me contesto algo, [...] recuerdo que me dijo que
eran unos caballeros, y yo era mujer, y entonces pregunté, no ée si a
mi padre o a mi madre, si había que ser siempre lo que ya se era, si
siendo yo una niña no podría ser nunca un caballero, por ser
mujer”.2
El periodo escolar antes de que María comenzase el instituto esta difuso
aunque parece ser que estudió en la escuela municipal del barrio de José
Zorrilla y después se trasladó a la de nueva construcción de Santa Eulalia.
En 1914 ingresó en el Instituto de Enseñanza Segundaria, al aprobar un
examen de acceso, según he dicho anteriormente. Como era habitual en esta
época fue una de las pocas mujeres que estudiaba. Fue una alumna cuya
memoria estuvo siempre despierta para recordar los profesores y el ambiente
en el que vivió.
De Mariano Quintanilla dirá:
2 María ZAMBRANO: Dossier: A modo de Autobiografía.
“al par escéptico y creyente, distante e inmediato, entregado sin
darse aire de ello, a su ciudad, hacedor de ciudad”3.
Con Quintanilla mantuvo una correspondencia hasta los años sesenta.
De Moisés Sánchez Barrado, su profesor de latín, dirá:
“sabía mucho latín, eso sí, a fondo y no como él se permitió decir un
día: ese latín de curas. Sabía griego de verdad. Sabía música. Pero
había estado suspendido a divinis durante siete años. Don Moisés
era salamantino, y se había hecho sospechoso ante la jerarquía
por... modernista”4.
Según dicen algunos autores, Sánchez Barrado es quien inspira el “San
Manuel Bueno Mártir” de Unamuno.
Y Agustín Moreno, único profesor de las áreas científico-naturales al que
menciona ya que era del que mejor se acordaba:
“era segoviano católico de comunión diaria que explicaba con pasión
la teoría de la evolución”5.
Fue, entonces, un soñador cuya concepción científica intentaba hacerse
compatible con sus profundas creencias religiosas y cuyos deseos no
acababan de coincidir con la lógica del mundo en la que estaba viviendo. No 3 Carta a José Luis ABELLÁN, 1 de febrero de 1984. 4Recogido por Mercedes GOMÉZ BLESA; o.c. nota 16, Págs.200-01 . 5 Estudios Segovianos, tomo XL, nº 97, 1998, Págs. 363-91
podía, por tanto, pasarle desapercibido esta persona que le dio clase en el
instituto, cuando María cursaba el Bachiller.
Y finalmente de Antonio Machado, gran amigo de su padre (como he
mencionado anteriormente), aunque no estuvo en su clase debido a que
adelanto su clase de Literatura, sabía que:
“La clase de Don Antonio era una clase inaudible, hablaba
ensimismadamente, los niños jugaban al ‘gua’ pero yo no lo hubiera
hecho y así hubiera tenido un alumno que le escuchara”6.
Conocía la forma de dar sus clases por los comentarios de sus compañeros.
María encontró en Segovia el pensamiento, la vocación que adquirió a la
escritura y a la filosofía, como encontró en San Juan de la Cruz, que como he
mencionado antes, tanto apasionaba su poesía y su descubrimiento de la mano
de su padre de los caballeros templarios, que despertaron su interés cuando
solo era una niña. Esta vocación a la palabra la descubrió en una de sus
múltiples preguntas que realizo a su padre:
“Mi padre me habló de la Academia Platónica, donde está escrito
‘Nadie entra aquí sin saber Geometría’ y, de tanto en tanto, con
mucha impaciencia, la preguntaba a mi padre: ‘¿Pero cuándo me
vas a enseñar Geometría?’ ‘¿Y para qué?’ ‘Porque yo tengo que
6 J. L. ABELLÁN, El erasmismo Español, Espasa Capel, Madrid, 1982. La carta está recogida en ABELLÁNM J. L., “La Segovia del primer tercio de siglo: Orígenes intelectuales de María Zambrano”, Acta II Congreso Internacional sobre la vida de María Zambrano, Vélez-Málaga, Fundación María Zambrano, 1998, Apéndice, pp. 33-35.
pensar.’ Entonces, no tengo más remedio que aceptar que mi
verdadera condición, es decir, vocación, ha sido la de ser, no la de
ser algo, sino la de pensar, la de ver, la de mirar, la de tener la
paciencia sin límites que aún me dura para vivir pensando, sabiendo
que no puedo hacer otra cosa y que pensar tampoco lo he hecho”7 .
En esta ciudad que acoge el Acueducto quedó el recuerdo de su padre, a
quien María tomó como modelo y a quien tanto admiraba. Así se muestra en la
confesión que realizó a uno de los discípulos de sus padres, al igual que gran
amigo suyo, Pablo de Andrés Cobos:
“Murió felizmente, en el momento justo. Su vida que parecía marcada
por el ir a contratiempo, acabó en su instante preciso. Y su hermosa
cabeza, transfigurada ya en pura alma inmortal, su gloriosa frente son
la esencial imagen que me ha legado. Y como esta carta ha
comenzado en confesión, le diré que esa imagen, esa Verdad
sagrada, es la que me ha hecho y me hace escribir, crear. Para mí, mi
Padre es un ser sagrado”8.
Son tantas las referencias que hizo María sobre su padre, que parece que
todo lo que ha sido se lo debe a él por su forma de pensar y por la manera que
tenia de ver las cosas. Expresaba esto María en una de sus cartas fechada en La
Habana donde decía a su madre y a su hermana:
7 María ZAMBRANO: Dossier: A modo de Autobiografía. 8 MZ Carta nº 1 Roma fechada el 14-3-57. Donde contesta a una primera carta de PAC. Correspondencia entre Pablo de Andrés Cobos y María Zambrano, en prensa.
“ ... He tenido desde que nací una vocación intelectual... pero cuando
recuerdo y no tengo necesidad de recordad porque aun no lo he
olvidado, lo que esa vocación significó para nuestro padre, me
tranquilizo. Pues me digo, ¿cómo deslindar la parte mía en esa
vocación de la parte suya?¿Hasta dónde soy yo, hasta dónde vive el
dentro de todo lo que hago?”9 .
Este sentimiento hacia su padre también se muestra en otra de las cartas
mandadas a P. A. Cobos donde se dice:
“Mi vocación no puede separarse de mi vocación de hija, del voto
nacido y mantenido en lo más interior del espíritu y no solo del simple
cariño filial. Dolor constante y a veces muy vivo fue para mí el que mi
padre no se diera a escribir en la misma medida por lo menos, en que
se dio a hablar de persona a persona. Gran parte de mi meditación
sobre lo español especialmente, tiene como centro y no solo como
origen, el entender a mi padre, el querer reconstruirlo desde adentro,
el querer encontrar un lugar del pensamiento[,] del alma, de religión,
donde su pensamiento hubiese podido encontrar forma objetiva,
perdurable”10.
En 1921 va a Madrid a estudiar Filosofía iniciándose en un curso libre. A lo
largo de estos años María realizaba viajes diarios de Segovia a Madrid hasta que
finalmente se traslado a vivir allí en 1924, dejando atrás Segovia, una ciudad que 9 MZ Cita cogida del libro Pensamiento y Palabra en recuerdo de María Zambrano [1904-1991]. 10 MZ Carta nº 9 La Pièze 23-3-67. Correspondencia entre Pablo de Andrés Cobos y María Zambrano, en prensa.
vio crecer una niña que más tarde daría lugar a una de las más grandes
pensadoras del siglo XX.
Y Segovia fue recordada por María, quien tuvo siempre buenas palabras
para hablar de ella:
“cuántos recuerdos de nuestra Segovia han venido a mi mente. ¡Tan
bella!”11
y también mostrando el fuerte deseo de regresar pero con dudas de ello:
“allá en Segovia, donde nunca, creo, tendré el valor de volver.
Tampoco es necesario. El corazón va y vuelve por su cuenta y la
memoria teje su tela preciosa”12.
Quiso reunir las dos cosas que más deseaba en la vida, Segovia y sus
padres, ya que era su ciudad de la infancia y consideraba que deberían, ni más ni
menos, estar enterrados allí. Así se lo dijo a P. A. Cobos:
“Algún día, espero, iremos a Segovia mi hermana que tanto le
saluda a Usted y yo a llevar a ella los restos de mi Madre que están
en París y los de mi Padre que se quedaron en Barcelona”13.
11 MZ Carta nº 3 Roma 24-8-57. Correspondencia entre Pablo de Andrés Cobos y María Zambrano, en prensa. 12 MZ Carta nº 1 Roma 14-3-57. Correspondencia entre Pablo de Andrés Cobos y María Zambrano, en prensa. 13 MZ Carta nº 5 Roma 5-2-64. Correspondencia entre Pablo de Andrés Cobos y María Zambrano, en prensa.
Y a su llegada a España, tras un largo exilio, lo primero que pidió fue el
libro Segovia: Itinerario Sentimenal de Julián María Otero inspirada en su tan
querida ciudad.
En 1984, recién llegada del exilio, la Academia de Historia y Arte de San
Quirce de Segovia, heredera de la Universidad Popular en la que trabajó su
padre, le nombra “académica de mérito”, hecho que le emociona:
“Para mí es un gran honor que acepto conmovida ya que en Segovia
he pasado los años decisivos de mi vida”14
Su salud le impidió recoger el nombramiento, no siéndole entregado hasta
que recientemente, el 29 de octubre de 2010, se le otorgó a título póstumo a la
Fundación que lleva su nombre, en presencia de la Directora del Instituto
Cervantes.
14 MZ Carta a la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, 30-5-1985, Archivo RAHASQ.
APÉNDICE: EXTRACTOS DE SUS TEXTOS SOBRE SEGOVIA
“Ciudad ausente”, Manantial, IV-V, julio-agosto 1928
“El verde de los árboles y el tostado de los mezquinos trigales se sustituían por
una línea ascendente en ritmo de energía y una lisa y compacta superficie,
dura faz de una oculta resistencia”.
“San Juan de la Cruz. (De la noche obscura a la más clara mística)”, Sur,
Buenos Aires, 1939. [Recogido en Los intelectuales en el drama de España y
escritos de la guerra civil, Trotta, Madrid, 1998.]
“Hay una tierra amarilla abrasada por un fuego que no es el sol, que parece
nacer de ella misma, y sobre ella una ciudad pequeña que también tiembla”.
“Allá en la roca más alta, más pelada, más difícil, cuatro paredes y un tejadillo
con un ciprés, plantado sin duda con posterioridad, en los dos metros de tierra
que lo defienden de no despeñarse: es la casa de San Juan de la Cruz”.
“¿Qué relación puede haber entre la transparencia del aire castellano que deja
dibujarse tan limpia y fielmente los perfiles de cada cosa, y esta transparencia
del alma que permite una tan clara mística?”.
“Segovia: un lugar de la palabra”, en España, sueño y verdad, 1965
“Cuando un ciudad lo es de verdad, no es solamente porque sea lo que por
ciudad suele entenderse, especialmente en los días de hoy en que tan pocos
vestigios quedan de la antigua fe en la ciudad”.
“La ciudad es lo que más se acerca a la persona, a ser a modo de una persona
o al modo de la persona, en la vida histórica.
Tiene figura, rostro, fisonomía, lo que el Estado se afana por tener”.
“Una especial luz asiste a ciertas veras ciudades; una luz que sólo allá se da,
que conserva su identidad a través de innumerables ciclos de variaciones; una
luz que, como es vida, tiene su pasión y que llega a las cosas de una cierta
manera. No cae la luz en Segovia: la ciudad toda se alza hasta ella, la alcanza
en su crecimiento hasta llegar al nivel en que esa luz se da”.
“Entra en el nivel de la luz simplemente, como si hubiera sido plantada, como
esos árboles que crecen hasta que la encuentran y allí se quedan sin avidez ni
esfuerzo; temblando, eso sí.”
“La altura del cielo en Segovia se haya al nivel justo”.
“Nunca en Segovia se siente el foso, la hondonada, ninguna calle en cuesta va
hacia abajo”.
“No existe el vértigo, ese vértigo que, por un desnivel que pudiera llenarse con
tres escalones, acomete en otros lugares. Porque todo ha logrado estar al nivel
de esa última manifestación de las luz que es la claridad”.
“Hay otro elemento: el agua, que en la ciudad de Segovia se conduce de una
singular manera, dándose a ver y a sentir como agente de vida y de orden; vida
y orden en sí misma”.
“Todo ello viene en los dos ríos, que más que rodear delimitan, definen la
ciudad, corriendo por cauces de modo y significado diferente, en dos vertientes
que vienen a ser como dos aspectos esenciales de una misma historia; dos
dimensiones –inevitable siempre la dualidad en lo humano- de una historia y su
misterio”.
“De una parte, el Eresma que corre como si no corriera, remansándose en la
vocación de espejar, en un valle que se ensancha hasta terminar en una
alameda al pie de las rocas más sagradas de la ciudad y que cierran este valle
que podría llamarse de los templos”.
“El primero es el de San Lorenzo con su torre de ladrillo requemada, abrasada.
Pertenece a un barrio autónomo, que guardaba una fisonomía medieval, como
otros que rodean la ciudad”.
“Bajaban los habitantes de la ciudad a la romería de San Lorenzo el día más
caluroso del año, como se sabe. Un fuego casi invisible, celeste, se prendía en
las casas, y la plaza olía a llama, a incendio solar”.
“Viene después la iglesia de San Vicente, edificada sobre las ruinas de un
templo romano a Júpiter, según la tradición, que suscita la idea de que tal lugar
estuviese desde antes consagrado a una divinidad solar, en su aspecto de
fuego que domina, rige y arrebata; de fuego vivo”.
“Más allá, en la parte en que la ribera se allana y se ensancha, al pie de la
cornisa de peñas que ha ido cediendo en tiempo ya histórico, surge como allí
nacido el monasterio y la iglesia de Santa María del Parral, fundado por el
marqués de Villena.
Análogamente a como el agua se hace espejo, espeja el monasterio también el
tiempo de la plenitud de la ciudad y de Castilla toda”.
“Si seguimos el camino del río, en seguida, tras un recodo, se alzan de muy
diversa manera dos históricos monumentos. Aquello que se construye en lo
alto, es sabido, es expresión de un designio, manifestación de una voluntad.
Son el Alcázar plantado en la roca, roca él mismo, y enfrente, en una de piedra
con algo de cráneo, como un concentrado pensamiento, el templo circular de la
Vera Cruz, edificado por los templarios. Entre ellos corre el río pegándose a la
roca del Alcázar, y dejando un remanso de tierra al pie del templo donde
aparece un barrio y su iglesia románica, muy simple: San Marcos. Es el lugar
del pan, así como San Lorenzo es el del fuego”.
“Como la palabra, el pan alcanza la plenitud de su ser, dándose. Símbolo y
realidad de un don que por principio, en su esencia, no puede ser concedido a
uno solo. Y sin embargo la palabra se le ha dado al hombre porque está solo
como individuo; porque no es parte, propiamente hablando de la humanidad,
trozo de ella, sino ejemplar de ella”.
“Acompañado, coronando este lugar del pan en modo tan verdadero que
resulta casi imperceptible, aparecen dos templos casi tocándose: la Vera Cruz,
ya señalado, y la iglesia y convento fundado por san Juan de la Cruz, donde su
cuerpo reposa”.
“Mientra el Eresma espeja, el clamores recoge vertederos de sangre, sombras,
detritus de las tenerías. La muralla encinta la ciudad, pero sobre ella se
desborda ese aluvión oscuro que despide toda ciudad: sus pecado, se diría.
Los pecados ciudadanos o que se han civilizado en la ciudad; los pecados con
carta de ciudadanía. La avaricia tiene su lugar en la casa que dicen fue del
tacaño de Quevedo. Y al lado, como no podía por menos de ser, el matadero
donde se sacrifican las reses”.
“Al retirarse la historia, quedaron esos muros, estas fachadas que un día se
desprenden y otro se esconden, dejando espacios de un silencio que a veces
parece que va a estallar”.
FUENTES
Archivo de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce.
Archivo del IES Mariano Quintanilla.
Correspondencia de María Zambrano a Pablo de A Cobos (actualmente en
prensa)
BIBLIOGRAFÍA
Gran Enciclopedia Interactiva Océano Tomo 2: Literatura universal y
Literatura Española.
Gran Enciclopedia Interactiva Océano Tomo 15: Historia de España.
Jesús G. De la TORRE: María Zambrano en Segovia. Excmo. Ayuntamiento
de Segovia. Excma. Diputación Provincial de Segovia. Caja Segovia Obra
Social y Cultural 2007.
José Luis MORA GARCÍA y Juan Manuel MORENO YUSTE (EDS.):
Pensamiento y Palabra en recuerdo de María Zambrano [1904-1991]. Junta de
Castilla y León: Consejería de Cultura y Turismo 2005.
José Luis MORA GARCÍA y Juan Manuel MORENO YUSTE
(Coordinadores). XXXI Curso de Historia de Segovia: EDUCACIÓN Y
CULTURA EN SEGOVIA, 1910-1931 En recuerdo de la llegada de la familia
Zambrano (Segovia, enero-marzo de 2010). Real Academia de Historia y Arte
de San Quirce. Segovia 2010.
María ZAMBRANO: La suma del pensamiento. Junta de Andalucía.
Granada 2004.
www.ensayistas.org
www.bibliografiasyvidas.com
www.fundacionmariazambrano.org