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  • 8/12/2019 Maritza Montero Articulo

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    PSYKHE 2004, Vol. 13, N 2, 17-28

    ARTICULO

    Relaciones Entre Psicologa Social Comunitaria, Psicologa

    Crtica y Psicologa de la Liberacin: Una RespuestaLatinoamericana

    Relations Between Community-Social Psychology, Critical-SocialPsychology, and Social Psychology of Liberation: A LatinAmerican Answer

    Maritza MonteroUniversidad Central de Venezuela

    Direccin para Correspondencia

    En este trabajo se plantea la idea de que la psicologa social comunitaria, la psicologasocial crtica y la psicologa social de la liberacin configuraron una forma de respuestaneoparadigmtica (las dos primeras surgen en Amrica Latina en los aos 70, latercera es delineada en los ochenta), concebida en funcin de las necesidades de lassociedades latinoamericanas, expresada en mutuas influencias. Para ello se realiz unainvestigacin analtica y comparativa en literatura latinoamericana concerniente a lastres reas, buscando las caractersticas identificadoras principales de esosmovimientos, las similitudes y las diferencias. Los resultados aqu presentadosmuestran la influencia que ha existido entre los tres mbitos y cmo se complementan,comparten fuentes, objetivos y conceptos.

    Del Por Qu de Este Estudio

    El ltimo cuarto del siglo XX y lo que va del XXI han visto surgir y desarrollarse en elcampo psicosocial latinoamericano tres expresiones del quehacer, del cmo hacer y delpensar psicolgicos. Las tres forman parte de la corriente mundial de transformacinde la ciencia y son expresin del paradigma que hizo eclosin a partir de fines de losaos sesenta1.Las tres presentan rasgos especficos propios de nuestro Continente ybuscan dar respuesta a los problemas de las sociedades latinoamericanas. Me refiero ala psicologa social comunitaria como ha sido desarrollada en nuestro mbito; a lapsicologa social de la liberacin que si bien responde a un espritu del tiempo presenteen muchas latitudes, nace con nombre y apellido en Centroamrica y a la psicologa

    social crtica como es elaborada en estas tierras.

    Si se ha trabajado en los tres movimientos, si se los ha observado de cerca o si seprefiere uno solo de ellos, parece inevitable darse cuenta de que hay elementoscomunes a los tres. La explicacin puede estar en el hecho de que los tres surgen ennuestra parte del continente a raz de la crisis de la psicologa y en particular de lapsicologa social, habida a finales de los aos sesenta e inicios de los aos setenta ocomo un efecto a las reacciones a esa crisis. Este origen ha sido dicho, discutido yreflexionado muchas veces en el primer campo: la psicologa social comunitaria

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    latinoamericana (Lpez & Rivera Medina, 1992; Montero, 1980, 1982; Serrano-Garca,1984; entre otros) y tambin desde el de la psicologa social, tanto en una de susversiones radicadas en Amrica Latina (Lpez, 1992; Lpez & Ziga, 1988;Montenegro, 2002; Montenegro, 2004; Piper, 2002), como en la europea (Henriques,Hollway, Irwin, Venn & Walkerdine, 1984; Parker, 1989, 2002; Ibez, 1989;Walkerdine, 2002; Wexler, 1983), y en la canadiense (Prilleltensky & Nelson, 1997).

    Sin embargo, el por qu estos tres movimientos de ruptura con modos de hacer y depensar el mundo dentro de la psicologa se relacionan no pareciera haber sido objetode estudio detenido. Y pareciera aceptarse que existe algo as como una forma deyuxtaposicin coincidente, que repite, a veces con casi las mismas expresiones, lasdeclaraciones de valores, la definicin de conceptos y la exhortacin a la praxisorientada en la misma direccin.

    La relacin entre esos tres modos de abordar la produccin de conocimiento y suefecto sobre el medio social configura un modo de hacer psicologa que, si bien hatrascendido el mbito latinoamericano, est marcado por su origen no slo geogrficosino sociocultural. Sin embargo, los aspectos epistemolgicos, tericos, metodolgicos,ticos y polticos que lo orientan estn tan entretejidos que la relacin entre psicologacomunitaria, tal como se la ha desarrollado en Amrica Latina (donde parecepredominar su expresin psicosocial)2,psicologa social crtica y psicologa social de laliberacin, puede parecerse a la tarea de desenredar una compleja trama en la cual loshilos forman un todo que va ms all de los diferentes dibujos que lo integran.

    Este trabajo, de carcter descriptivo, busca mostrar las relaciones, semejanzas ydiferencias, entre estas tres expresiones. Para ello realic un anlisis de contenidocomparativo, de obras en las cuales se ha definido y analizado en Amrica Latina aesas tres corrientes. Las categoras que me permitieron establecer las comparaciones yrelaciones fueron las siguientes: definicin del rea de conocimiento; influenciasrecibidas; principales conceptos utilizados; principios de base; mtodos predominantesen su aplicacin y orientacin y fines. Los resultados de esa indagacin se presentan acontinuacin y se inician con la contextualizacin y definicin de las tres reas

    mencionadas.

    De la Psicologa Social Comunitaria a la Psicologa Social de laLiberacin a Travs de la Corriente Crtica

    La ola neoparadigmtica que se haca sentir en todos los mbitos de la ciencia, y cuyasideas ya despuntaban desde fines de los cincuenta en nuestra parte del continente,irrumpi con fuerza a fines de los aos setenta e inicios de los ochenta del siglopasado. Y lo hizo as, tanto en el campo de las ciencias sociales como en el de lasnaturales, con efectos en las ciencias sociales y en particular, en Amrica Latina, en larama social de la psicologa. En efecto, la psicologa social respondi dando lugarprimero (mediados de los 70) a una nueva expresin, la psicologa social comunitaria,

    pronto constituida genricamente como psicologa comunitaria, puesto que tambinrepercuti en otras reas de la psicologa. Esa psicologa se defini desde sus inicioscomo el estudio de los factores psicosociales que permiten desarrollar, fomentar ymantener el control y poder que los individuos pueden ejercer sobre su ambienteindividual y social para solucionar problemas que los aquejan y lograr cambios en esosambientes y en la estructura social (Montero, 1982).

    Resaltar en ella tres elementos que se pueden encontrar juntos o separados en otrasdefiniciones producidas ms adelante en los campos latinoamericano y anglosajn: el

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    elemento poder y las relaciones de desigualdad que el mismo determina; la accintransformadora sobre el entorno, sobre la sociedad y sobre s mismos llevada a cabopor (y este es el tercer aspecto), las personas que constituyen una comunidad. Estoselementos dieron lugar a una diferencia con el modo de hacer psicologa socialpredominante hasta el momento y su puesta en accin se hizo a travs de cambiosmetodolgicos tanto en el rol de psiclogos como de los sujetos que hasta ese

    momento haban sido slo objetos de estudio, y por ende cambi tambin lasrelaciones entre ambos.

    Esto ocurra casi simultneamente al movimiento crtico (inicios de los ochenta) yapenas poco ms de una dcada antes que surgiese, en 1986, la psicologa social de laliberacin, que vena gestndose desde el comienzo de la dcada. Ese "espritu deltiempo" que vena unido a la ya insoslayable necesidad de responder a las carencias ydesigualdades de las sociedades latinoamericanas, es el primer punto en comn enestos tres movimientos.

    De la Crtica en Psicologa

    Orgenes

    La corriente crtica de la psicologa tiene dos orgenes. Uno generado en la prctica,que subvierte los modos de hacer y de pensar pero que no se nombra a s mismo,surgido en Amrica Latina bajo la influencia de ciencias sociales tales como lasociologa llamada "militante" o "crtica" (Fals Borda, 1978), la educacin popularfreiriana y su rea de influencia que incluye a socilogos, antroplogos y educadorestales como Vio Grossi, Le Boterf, May, de Witt, entre otros (Vio Grossi, Gianotten & deWitt, 1981); la etnometodologa, y algunas formas de antropologa. En la psicologaesta corriente encuentra expresin en la naciente psicologa social comunitaria y en elmovimiento llamado de "alternativas a la psiquiatra". Tales movimientos tienen lugaren Amrica Latina a partir de mediados de los aos setenta y si bien el segundo de los

    nombrados no pareci continuar ms all de mediados de los ochenta, la psicologasocial comunitaria s se desarroll primero como parte de la aplicacin de la psicologasocial y luego como rama especfica de la psicologa, aunque siempre con un marcadoacento psicosocial.

    Otro origen comenz a ser planteado en el campo de la psicologa anglosajona amediados de los sesenta (Brown, 1973) bajo el nombre depsicologa radical. Talpsicologa era radical en su crtica y en sus perspectivas sobre cmo intervenir no sloen la relacin con los individuos, sino tambin en la sociedad en la que tanto elloscomo los psiclogos viven (Brown, 1973). Las influencias y principios que moldearon yexpresan los objetivos de ese movimiento pueden verse en laTabla 1.

    Tabla 1

    Caractersticas de la psicologa radical (1970)

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    A partir de esos planteamientos ese movimiento va a evolucionar y a inicios de losaos ochenta adopta el adjetivo crticaen su nombre. Tal tendencia buscabafundamentalmente dar cuenta de las transformaciones que estaban ocurriendo en elcampo de la ciencia y que no parecan ser aceptadas por las teoras entonces al uso.Sus primeras publicaciones tambin asuman una posicin antipositivista y poltica enel sentido de denunciar las condiciones socioeconmicas y su efecto sobre el campo de

    la ciencia y la consiguiente interpretacin y tratamiento de los fenmenos sociales. Laobra de Wexler (1983), primera en usar el adjetivo crtica en su ttulo, al igual queocurri tambin en los movimientos crticos desarrollados por las ciencias socialeslatinoamericanas muestra la influencia marxiana, que en su caso se manifiesta en lascategoras que la orientan y en las preguntas que dan lugar a su anlisis: clase social,ideologa y modo de produccin. Como dicen los autores de otra obra pionera en esembito: Changing the subject(Henriques, Hollway, Urwin, Venn & Walkerdine, 1984),haba que dar cuenta de: a) los cambios en la concepcin que del individuo y lasubjetividad se tena en la psicologa hasta ese momento; b) las estrategias seguidaspara producir esos cambios; c) la crtica a las relaciones entre la dualidad individuo-sociedad; d) la crtica a las prcticas de regulacin y administracin socialperpetuadoras del statu-quo y a las alternativas a ellas que podra haber. Estosautores introducan ya la idea del carcter poltico que tales relaciones tienen y de

    cmo sera posible generar una poltica liberadora Henriques, Hollway, Urwin, Venn &Walkerdine, 1984, p. 3) que se opusiera a las formas opresoras existentes en lapsicologa de la poca como era producida en el mundo anglosajn.

    Del Ser y mbito de la Crtica

    Si algo parece fcil de hacer pero difcil de definir es la condicin crtica. Qu es locrtico? Por qu algo recibe el calificativo de crtico? Esta dificultad se plantea con

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    tanta ms urgencia cuando en las ciencias sociales y en particular en la psicologa,como se ha dicho, desde la segunda mitad de la dcada del sesenta se venaplanteando la existencia de una corriente crtica que hace sentir su influencia en todaslas reas de la disciplina. Y como ha ocurrido antes con los adjetivos "cientfico","artstico", "verdadero", "autntico", "revolucionario" y algunos otros ms queconcentran en s la deseabilidad social de una poca y que por ello han sido cargados

    de un peso semntico positivo, la palabra "crtica" aparece en los ms variadoscontextos no slo como calificativo legitimador de lo que se presenta bajo sudenominacin, sino tambin como justificacin global o como condicin terica,metodolgica o epistemolgica, suficiente para obviar la necesaria demostracin de loque se quiere demostrar.

    Y al mismo tiempo y a pesar de ese uso desenfadado del trmino, hay una corrientecrtica en la psicologa que hacindose sentir en muchos campos psicolgicos ha dadointeresantes frutos. Un anlisis de esa difcil condicin de lo crtico permite resaltar lossiguientes aspectos, que elaboro a partir de Montero y Fernndez Christlieb (2003;2004):

    1. Crtica es un sustantivo que se origina del trmino crisis, el cual proviene delgriego krisis/eos, que significa la accin o facultad de elegir, distinguiendo y para elloseparando unas cosas de otras. Esto indica que desde su origen est presente ladisyuntiva en la eleccin de cul camino u objeto tomar; lo cual muestra que haycrtica cuando se reconoce que las cosas no son de una sola manera sino que puedentener varias facetas o posibilidades. Es decir, cuando se parte del carcter complejo delos hechos.

    2. En psicologa la crtica significa someter a anlisis las teoras, conceptos yperspectivas aceptadas como explicaciones ltimas de los fenmenos psicolgicos,develando sus contradicciones, sus lagunas, sus incoherencias y debilidades, as comotambin sus fortalezas. Y logra su objeto al mostrar los agujeros en la trama terica ometodolgica, la ausencia de fundamentos y la condicin argumentativa que puede

    estar sosteniendo una posicin (Lira, 2002). Y al hacerlo genera lo que ha sido llamadoun "clima de perturbacin" (Stainton Rogers & Stainton Rogers, 1997) que expone alobjeto criticado. Razn esta que altera o molesta.

    3. Lo cual a su vez revela otra condicin de la crtica: reconocer y someter a juicio lasformas ms o menos obvias, ms o menos sutiles, en las cuales se ejercen relacionesde poder que suelen excluir explicaciones alternativas o posiciones divergentes. O bienlos modos en que teoras y prcticas mantienen un statu-quo injusto (Lira, 2002;Prilleltensky & Fox, 1997). Y al hacer esto la crtica debe ser tambin "crtica de smisma" (Montero & Fernndez Christlieb, 2003). Es decir, debe sealar de dnde partey por qu lo hace as; mostrar sus sesgos y tendencias en lugar de presentar elaspecto defendido como si fuese el nico o fuese la norma a seguir.

    4. El carcter inevitable de la crtica. Siempre habr crtica a pesar de lo mal quemuchas veces pueda ser recibida. Eso le confiere el carcter de "fatalidad de la vidacotidiana" (Montero & Fernndez Christlieb, 2004), condicin que la une a la ciencia,donde como bien nos lo ensearon en las aulas universitarias y lo muestra su historia,no existe el principio de autoridad. Las "verdades" de la ciencia lo son slo hastaprueba en contrario. Y eso es la crtica: la prueba de que las cosas pueden ser de otramanera, que pueden ser de forma distinta a la reconocida o establecida. La crticaentonces es el haz de luz que enfoca lo que est a oscuras; la compuerta que se abre o

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    se cierra; la seal que indica calle ciega o va libre y tiene la fatalidad de lo molesto einevitable que transforma el mundo y lo hace diferente.

    5. Lo crtico es cambiante. El mundo que cambi deviene natural y habitual y ser denuevo objeto de crtica. La crtica entonces no tiene contenido ni formapredeterminados. Es inesperada y aunque se la intente reprimir, como el agua,

    encontrar siempre una va para fluir y pasar.

    6. La crtica no es en sni buena ni mala. Es necesaria para cambiar las cosas. Al igualque las teoras, los mtodos y el conocimiento en general, puede ser usada con losms variados designios, pero siempre mostrar las debilidades y fortalezas de locriticado y de quien critica.

    7. El movimiento crtico expresa la tesis monista de que el conocimiento no es unreflejo objetivo de la realidad sino que est marcado por las condiciones histricas desu produccin, de las cuales forma parte.

    En definitiva, la crtica subvierte el modo de ver las cosas; desencaja los mecanismos

    de poder que sostienen posiciones establecidas y abre nuevas perspectivas alconocimiento. Ella es parte de la complejidad del mundo, usualmente tan difcil deaceptar. Y en tal sentido la crtica es liberadora. Libera de formas y modos establecidoscomo los nicos que permiten comprender el mundo, explicar nuestro entorno y quemantienen ciertas jerarquas y relaciones basadas en la desigualdad y en la sumisin.Por esa razn coincido con la advertencia que hace Spears (1997), respecto de no verla crtica como algo unido a las escuelas o a movimientos de denuncia tales como el delas limitaciones del positivismo o del construccionismo social; o la defensa de lademocracia y condena de la opresin; o el cualitativismo. No porque ellos no hayansido crticos (y mucho), sino por la sencilla razn de que la crtica no pertenece a uncontinente sustantivo determinado, sino que puede estar en todas partes y porquesera cuando menos ingenuo creer que porque tales movimientos irrumpieroncrticamente en las ciencias, cualquier manifestacin que se declare construccionista, o

    antipositivista, o cualitativista, o democrtica, es crticaper se. All se acabara la crticay empezara la dominacin sin fundamento.

    La crtica es entonces parte inherente al carcter cientfico de una disciplina, pues ellaayuda a trazar la lnea que separa el conocimiento de la ciencia, del saber revelado ode la fe ciega. Es ella la que impide que el conocimiento producido en un determinadomomento se convierta en dogma. En tal sentido la crtica es una condicin de lalibertad.

    Crtica, tica, Psicologa SocialComunitaria y Liberacin

    Cmo determinar el carcter crtico de un campo, de una posicin, de una teorizacino de una investigacin psicolgicos? La praxis y los valores de la psicologa socialcomunitaria y los postulados de la psicologa social de la liberacin, nos indican que elvalor de la crtica reside en su capacidad de mostrar alternativas; de reconocer y traera primer plano la diversidad de los actores sociales intervinientes en las situacionessociales y de sealar la relacin existente entre los fenmenos sociales y el contexto osituacin en que se dan, algo que si bien a estas alturas puede sonar como un truismopor ser parte del conocimiento del sentido comn, no es menos cierto que en tanto quetal, ha devenido al mismo tiempo en un concepto vaco. Insistir en esa relacin

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    muestra el carcter holista de los fenmenos sociales que tiende a ser dejado de ladoal fragmentar los fenmenos sociales para su estudio.

    As como se ha hablado en la literatura de una "actitud" y tambin de una "conciencia"crticas, el examen de lo que ha sido definido como tal puede servirnos para si noprecisar, al menos si reconocer la presencia de la crtica en la posicin tico-poltica-

    cientfica asumida por quienes la formulan. Martn-Bar consideraba, coincidiendo conlo que plantea la psicologa social comunitaria y que es un legado de Freire y de FalsBorda, que los psiclogos deben tener un compromiso crticocon las personas con lascuales trabajan. Como bien lo plantean Lane & Sawaia (1991), desde una perspectivagramsciana, ser crticos significa ser capaces de ver lo que de ideolgico puede haberen el sentido comn de aquellos con quienes trabajamos. Y como es posible observaren el trabajo comunitario, el poder y la sumisin pueden manifestarse en el seno de lascomunidades generando desigualdades y privilegios en funcin de interesesparticulares y en desmedro de los colectivos (Montero, 1999, 2003).

    Otros indicadores presentes en los investigadores o en los interventores sociales ypsicosociales comunitarios son la reflexividad, es decir, la capacidad de examinarconstantemente lo que hacen, de abrir procesos de reflexin sobre su quehacer,compartidos con todas las personas que como colaboradores, co-autores o cualquierotra forma de actora social, han participado en el proceso. As como la capacidad deresponsabilizarsepor lo que estn haciendo, rechazando las formas tradicionales deescudarse detrs de la presentacin impersonal de los datos, anlisis, discusin yentrega de resultados de investigacin o de informes tcnicos (que sin embargo, noexcluye la asuncin de la autora de los mismos, al menos en cuanto a sus beneficiosacadmicos e intelectuales).

    Y tambin la presencia de la duda metdica, que recomienda asumir las certezasdentro del lmite de lo que Ibez (1989) ha llamado "verdades prcticas", que sirvencomo puntos de apoyo para formular hiptesis o construir interpretaciones, siemprepresentadas como tales. La certeza considerada como una "verdad de corto plazo"

    (Montero, 1999), que dura tanto como lo permiten las pruebas habidas hasta elmomento.

    A esto se une la motivacin hacia la transformacin socialdefinida por y desde laspersonas que la necesitan y dirigida a beneficiar a las comunidades o a otros grupossociales, en la medida en que permite su acceso a los bienes sociales y a la generacinde los mismos, disfrutando del nivel de beneficios considerado como deseable entre lassociedades humanas y teniendo la capacidad para elevarlo. En esta posicin se incluyelas acciones y reflexiones destinadas a combatir las formas desiguales del poder y aeliminar las expresiones de injusticia y de opresin, respecto de las cuales se buscaliberar a los grupos e individuos sometidos a ellas. Esto a su vez, supone una posicintica en cuanto al respeto del otroaceptado en su diversidad; epistemolgica, en el

    sentido de reconocer a ese otro como un productor de conocimientos, y poltica, porcuanto se deben reconocer los derechos individuales y colectivos de las personas conlas cuales se trabaja y a quienes se estudia.

    Al respecto es conveniente analizar las cinco preguntas dirigidas tanto a la psicologasocial comunitaria como a la psicologa social crtica, que plantean Prilleltensky y Fox(1997), pues sus respuestas nos podran permitir reconocer el carcter crtico (o suausencia) en una situacin psicolgica. Esas preguntas son:

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    1. Se est promoviendo el statu-quo de la sociedad en la cual se est realizando lainvestigacin o intervencin?La promocin del statu-quo en la medida que buscaconservar un estado de cosas, tiende a eliminar las crticas. Y ahogar los aspectoscrticos es una de las formas de expresin del autoritarismo y de sus abusos de poder,que comienzan por eliminar las disensiones en un campo especfico y terminansuprimiendo todo aspecto crtico, inclusive con desaparicin fsica de quienes los

    plantean. En el aplanamiento de la opinin pblica y en el rechazo a la diversidad sereconocen el autoritarismo y el ejercicio abusivo del poder.

    2. Se promueve la justicia o la injusticia social en esa investigacin ointervencin?Esto puede definirse si nos hacemos otras preguntas complementariasque ya han sido hechas antes en la literatura de las ciencias sociales (Fals Borda,1970/1981), tales como: A quin o a quines beneficia lo que se est haciendo? Seescucha a los supuestos beneficiarios de ese trabajo? Se considera que tambin ellostienen algo que decir, y hay el espacio y el tiempo para que lo hagan? Se toma encuenta y se discute seriamente lo que ellos dicen?

    3. Hay conciencia de las repercusiones sociales de las prcticas y teoras del campo, ose desentiende ese campo de sus efectos negativos potenciales?Esta es una preguntaque exige un examen crtico de lo que se est haciendo; de los conceptos yexplicaciones a los cuales se acude para explicar o interpretar lo que se investiga; delos mtodos empleados para hacerlo; as como de las reacciones, alcances ylimitaciones que puede tener la tarea que se realiza.

    4. Hay declaracin explcita de los valores que se asumen al realizar una investigacino una intervencin, por parte tanto de tericos y de practicantes, o asumen que lo quehacen est libre de valores?La respuesta en este caso nos debe indicar si las personasque llevan a cabo un estudio expresan sus sesgos, sus tendencias, sus creencias y sucompromiso con determinadas posiciones no slo tericas, sino polticas, religiosas yen general aquellas que son fundamentales en la orientacin de nuestra conducta.

    5. Complementando la pregunta anterior, aparece esta: Cules son los compromisosculturales, morales o de valores y cmo afectan ellos las crticas que se hacen? Esteaspecto es muy importante por cuanto muchas veces los sesgos de nuestros estudiosse deben a ese tipo de compromisos que pueden haber sido adquiridos muy tempranoen nuestras vidas y pueden derivarse de pautas de socializacin ligadas a lanacionalidad, a la religin, a la etnia, a una poca o a la situacin de clase. Suexpresin puede explicar el por qu de ciertas ideas, tanto para mantenerlas comopara condenarlas, e incluso la eleccin misma del tema de investigacin puededepender de tales compromisos.

    Como se puede ver, el valor de dichas preguntas no reside slo en las posiblesrespuestas, las cuales van ms all del cmo hacer, indagando en el por qu hacer.

    Reside tambin en que abordan la dimensin tica y colocan al sujeto cognoscente,sea un agente externo de investigacin o intervencin comunitaria, o de intervencinliberadora o crtica (o todo ello unido), ante la necesidad de elegir entre una posicintica o no tica, definiendo as su posicin poltica (tanto en sentido amplio como en elpartidario-restringido), pues all se define cul es y con quin es su compromiso.

    De la Liberacin en Psicologa

    Origen y Desarrollo de la Corriente Psicosocial de la Liberacin

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    4. Concientizacin de la poblacin.

    5. Fortalecimiento de la sociedad civil. Participacin y responsabilidad crecientes de lascomunidades en las decisiones sobre su entorno, su bienestar y su calidad de vida.

    6. Solidaridad social.

    Sobre el Concepto de Liberacin

    El concepto de liberacin como ha sido planteado en la psicologa coloca su base deaccin en las vctimas de opresin, en quienes sufren carencias, en quienes han sidoexcluidos de los bienes sociales y de los servicios originados en ellos, de las decisionesque les conciernen, del concierto de voces que son escuchadas en la sociedad. Laliberacin se plantea como el rescate del potencial de recursos que esas personastienen para lograr transformaciones, muchas veces invisibles para ellas mismas debidoa condiciones histricas, culturales y sociales. Y debe ser entendida como una corrienteterico-prxica en la psicologa, como un proceso democratizador y fortalecedor decarcter tico-crtico y democrtico. Por tal razn, trata con gente a la cual escucha y

    con la cual dialoga y cuyas condiciones sociales de vida y accin busca cambiar atravs de la activa participacin ciudadana de esas personas, consideradas comosujetos activos, dinmicos, constructores de su realidad y por lo tanto agentesfundamentales de su transformacin. Esta definicin del sujeto social vena siendoplanteada por la psicologa social comunitaria latinoamericana desde mediados delsiglo XX y es una de las banderas de la psicologa crtica. Recordemos en ese sentido elprovocativo ttulo del libro de Henriques, Hollway, Unwin, Venn y Walkerdine(1984)Changing the subject, que puede significar tanto "cambiar al sujeto", como"cambiar de tema", dos aspectos que los autores discuten en este mismo sentido.

    Psicologa Comunitaria, Psicologa de la Liberacin, PsicologaCrtica: Tres Expresiones de un Movimiento Complejo

    Psicologa comunitaria, carcter crtico y orientacin liberadora pueden considerarsecomo expresiones de una misma conciencia: la conciencia de la necesidad deresponder efectiva y legtimamente a las necesidades de sociedades cuyo destinohistrico debe trascender la pobreza, la sumisin y la ignorancia. Si se hace unacomparacin entre estas tres respuestas a los problemas de nuestras sociedadesveremos que hay no slo coincidencias, sino que entre los tres movimientos ha habidovasos comunicantes. En laTabla 3se presenta una comparacin entre las ideas opropuestas principales de la psicologa social latinoamericana, de la psicologa socialcrtica y de la psicologa social de la liberacin, a partir de las categoras de anlisisantes mencionadas, en el cual se pueden ver las coincidencias y zonas de influenciaentre unas y otras.

    Un Haz con Tres ramas: Tres Modos de Hacer PsicologaSocialmente Sensible

    Las tres expresiones de la psicologa latinoamericana que fijan su mbito de accin enlos problemas sociales de esta parte del continente se caracterizan por generar unaprctica transformadora, que va ms all del mero ejercicio intelectual, creando asuna praxis. Esto es, prctica reflexionada que genera teora, que al ser reflexionadainduce e informa a la prctica en un movimiento no slo dialctico, sino como bien lo

    http://www.scielo.cl/fbpe/img/psykhe/v13n2/tab3-02.htmhttp://www.scielo.cl/fbpe/img/psykhe/v13n2/tab3-02.htmhttp://www.scielo.cl/fbpe/img/psykhe/v13n2/tab3-02.htmhttp://www.scielo.cl/fbpe/img/psykhe/v13n2/tab3-02.htm
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    propone Dussel (1973, 1998), analctico, puesto que incluye el saber y la accin de losque no conocemos, de lo que viene de otros lugares hasta entonces no vistos, noaceptados, o definidos y categorizados a imagen y semejanza del sistema deinvestigacin dominante.

    Esta perspectiva analctica es colocada en situacin por la psicologa social comunitaria

    que la introduce en la accin social mediante el enfoque dialgico en el cual se expresael carcter liberador introducido por la psicologa social de la liberacin. A su vez laanalctica, al permitir el acceso de esos otros que introducen la diversidad, loinesperado, lo distinto de la otredad, impide la cristalizacin de las ideas y conceptos yla ritualizacin de las acciones. La psicologa social de la liberacin subraya el carcterpoltico de la praxis psicosocial que se vena realizando y le fija tareas especficas acumplir. La condicin crtica es un requisito fundamental tanto en el trabajo psicosocialcomunitario como en el enfoque liberacionista, pues tanto el uno como el otro en lamedida en que son modos alternativos de accin poltica corren el mismo peligro delcual tratan de proteger a los grupos sociales con los cuales trabajan: la ideologizaciny la alienacin. No por tener un ttulo de psiclogos o de ser catedrticas de psicologase escapa a las presiones de las tendencias polticas presentes en las sociedades en lascuales vivimos. Y es fcil confundir los intereses de partidos polticos con los interesespolticos de los grupos que reclaman la transformacin de su entorno y de sus vidas.Las viejas formas opresoras estn tambin all presentes, prestas a justificar, ocultar eimponer puntos de vista contrarios a la voluntad popular. La reflexin crtica abierta,libre y plural, que escucha muchas voces y respeta a esos otros de quienes parte, esun buen antdoto contra tales males.

    Escapan estas corrientes de las influencias del ambiente sobre el cual pretendeninfluir? Ciertamente no. La institucionalizacin ha ido cerrando el paso a laespontaneidad (Krause, 2002; Piper, 2003); las ideas autoritarias tambin sabenponerse la capa de la liberacin y la crtica puede ser un ejercicio intil al adaptarse alas ideas dominantes condenando lo juzgado condenable. Pero esas son las condicionesen las cuales se ha desarrollado toda ciencia. Lo interesante es que bajo tres nombres

    distintos, en tres vertientes aparentemente separadas, encontramos no slo vasoscomunicantes sino francas similitudes, que muestran una corriente en accin.

    La relacin entre las tres tendencias descritas presenta va para hacer una psicologaautctona, pero no encerrada, que a la vez dice al mundo y lo escucha. Una psicologaque al responder a los problemas de las comunidades en las sociedadeslatinoamericanas afligidas por la desigualdad y la opresin, contribuye a desarrollarciudadanos conscientes de sus deberes y de sus derechos, as como al reflexionarcrticamente sobre sus actos y sobre los resultados de los mismos, sobre susmotivaciones y sobre sus compromisos podra estar contribuyendo tambin a latransformacin de estas sociedades, fijando el rumbo hacia formas de desarrolloecolgicamente viables y humanamente deseables.

    Notas

    1Hago referencia, como tantos otros autores contemporneos (Martnez, 1993;Munn, 1994, 1995; Parker, 1989, para citar slo psiclogos) a un cambio deparadigma pues hubo el reconocimiento de modos diferentes de conocer, de explicar yde interpretar al mundo y a las relaciones que los individuos tienen con l y en l.

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    2En Amrica Latina se habla tanto de una psicologa social comunitaria como depsicologa comunitaria a secas. La primera fue la pionera y ha tenido un importantedesarrollo en esta parte del continente, incluyendo sub-ramas tales como la ambiental-comunitaria. La segunda incluye las formas tradicionales de aplicacin y en los ltimosaos (1990 en adelante) ha comenzado a desarrollar creativas sub-ramas de interstales como la clnica-comunitaria.

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