marta harnecker o el método de la tergiversación
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Marta Harnecker o el mtodo de la tergiversacin
Publicado en Resistencia nm. 15
marzo de 1991
Koeyu Latinoamericano, revista de anlisis poltico-cultural, ha publicado, en su nmero 55, unaentrevista con Marta Harnecker, autora de Conceptos elementales del Materialismo Histrico, libro
que, como ya sabrn nuestros lectores, fue muy difundido en Espaa en los aos setenta! Esta
entrevista, a decir verdad, ha llamado mucho ms nuestra atenci"n que aquel libro, por cuanto,
adems de hacer en ella al#unas precisiones sobre mar$ismo y hablar del pasado, el presente y el
futuro del socialismo -situando a la revoluci"n cubana en el centro de sus refle$iones- Marta
Harnecker esbo%a una crtica a las concepciones que ella misma ha estado defendiendo! Esta nueva
toma de posici"n supone, sin nin#una duda, un paso hacia adelante! &in embar#o, an se hace notar
el peso del fardo que lleva a cuestas y del que, al parecer, no puede o no sabe desprenderse! &u
eclecticismo en todas las cuestiones bsicas o de principios, se hace notar desde las primeras lneas!
Esto es lo ms caracterstico, lo que ms destaca, en toda la entrevista!
'omemos sus propias declaraciones( Creo que es preciso separar la crisis del marxismo y la crisis
del socialismo. Son dos cosas distintas. El marxismo es una ciencia. El socialismo es un proyecto
de sociedad! En esta separaci"n arbitraria que hace Marta entre mar$ismo y socialismo -f"rmula
que ha co#ido prestada de su maestro, el #ran )lthusser-, se halla el meollo de su concepci"n te"rica
y poltica! *ue#o la veremos establecer otras divisiones del mismo estilo!
+ue el mar$ismo es una ciencia que, por lo dems, no ha de ser confundida con el proyecto, est
fuera de toda discusi"n! ero, en qu. consiste la diferencia/ no puede haber un proyecto socialista
i#ualmente cientfico/ &abemos que s puede haberlo y que este proyecto se halla unido, como la
ua a la carne, a la ciencia del mar$ismo! 0o conoce Marta Harnecker dicho proyecto/
0aturalmente, tambi.n e$iste otro, el mismo que han defendido siempre los revisionistas, desde
1ernstein hasta 2orbachov! &i M! Harnecker se refiere a este ltimo tendramos que darle la ra%"n!
Mas ella no menciona en nin#n momento el revisionismo y, por el contrario, nie#a la posibilidad
de un proyecto socialista estrechamente vinculado a toda la doctrina cientfica de Mar$3 de lo que
resulta una apolo#a de las aberraciones de todos los oportunistas! *a idea e$puesta por Marta
Harnecker puede servirles a .stos, adems, para se#uir ostentando la insi#nia del mar$ismo sin tener
que preocuparse para nada de camuflar el verdadero carcter bur#u.s de sus proyectos! )caso no
es eso lo que tratan de se#uir haciendo/ ocas veces se presenta tales proyectos como lo que
realmente son( distintas variantes del vie4o pro#rama liberal-reformista! En cambio, a la hora de
hacer el balance de sus fracasos, nadie duda en atriburselos al mar$ismo! *a 4u#ada de la bur#uesa
y del imperialismo resulta, en este caso, una verdadera obra maestra!
Mar contra el marismo!
El mar$ismo no es la misma cosaque el socialismo, ciertamente, pero tampoco le es a4eno! El
socialismo forma parte del mar$ismo 4unto con la economa poltica y la filosofa del materialismo
dial.ctico! or este motivo, separar el socialismo del mar$ismo, o de cualquier otra de sus partes
constitutivas, equivale a hacer una caricatura de .l! Marta Harnecker despo4a al mar$ismo de sus
partes ms esenciales! ara ella, el mar$ismo no es, como para nosotros, una concepci"n inte#ral
del mundo, de la sociedad y del mismo proceso del pensamiento del hombre3 no es un arma afilada
para la transformaci"n revolucionaria de la sociedad por el proletariado, sino tan s"lo un mtodo de
anlisis, una cienciadel m.todo as.ptica, que no toma partido ni se mancha las manos en la lucha
de clases! sea, concibe el mar$ismo como una nueva metafsica, como una teolo#a desli#ada dela prctica, capa% de e$plicar los misterios de este mundo, pero inoperante a efectos prcticos e
incluso te"ricos!
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*enin defini" el mar$ismo como el sistema de las ideas y la doctrina de Marx. El estudio de las
relaciones de produccin de una sociedad determinada y concreta en su aparicin, su desarrollo y
su decadencia en la historia, es lo que constituye el contenido de la doctrina econmica de Marx3
en tanto que sus ideas dan en conunto el materialismo moderno como teor!a y pro"rama del
mo#imiento o$rero de todos los pa!ses! *enin destaca, adems, que para Mar$, el materialismo
despoado de este aspecto era, y con ra%n, un materialismo a medias, unilateral, sin #ida! Mar$
anali%a las relaciones de producci"n en una sociedad determinada y concreta, y lo hace con finesprcticos, es decir, para poder precisar la estrate#ia de la lucha revolucionaria del proletariado! Esto
es, en resumen, el socialismo cientfico!
ero M! Harnecker, no contenta con su lo#ro anterior, y continuando en la misma lnea de
ra%onamiento, lleva a cabo un divorcio mucho ms importante y decisivo( el del propio Mar$ con el
mar$ismo! 6eamos como lo consi#ue(Marx &ue reacio a usar el trmino marxismo para denominar
sus in#esti"aciones cient!&icas! *a ra%"n de esta supuesta reserva de Mar$ no puede ser ms simple,
ya que, se#n e$plica poco ms adelante la misma autora, se ha$la de la matemtica, de &!sica, de
antropolo"!a, de sicoanlisis, pero no se ha$la de "alile!smo, ne'tonismo, le#y(straussismo,
&reudismo, porque toda ciencia tiene un desarrollo que trasciende a su &undador y a la #e% tiende a
requerir un desarrollo cada #e% ms colecti#o!Mar$ no fue marxistaen el sentido do#mtico del t.rmino, y en este punto Marta Harnecker tiene
toda la ra%"n del mundo! 7ecordemos al respecto la diatriba del propio Mar$ contra tales marxistas(
)He sem$rado dra"ones y han nacido pul"as*+uiere decir esto que Mar$ se hubiera pronunciado
en desacuerdo con los dra#ones que nacieron posteriormente ba4o la denominaci"n del mar$ismo/
*enin y Mao fueron mar$istas! )hora podemos decir que, adems, *enin fue leninista y Mao
maosta3 o sea, que su mar$ismo no les impidi" desarrollar la ciencia de su fundador! Ms bien lo
contrario! En cambio conocemos a numerosos individuos que ba4o esta misma u otras
denominaciones 8como matemticos, fsicos, bi"lo#os o fil"sofos9 han hecho contribuciones ms
bien pobres a las ciencias que profesan! es que no e$iste el do#matismo en las dems ciencias y
s"lo en el terreno del mar$ismo/ : de eso qui.n es el responsable/ )caso la matemtica, la fsica
o la biolo#a/ En todas las ramas de las ciencias han nacido pul#as, #arrapatas y la#arti4as!;ra#ones, muy pocos! *enin fue un dra#"n, Mao tambi.n! 0in#uno de los dos fueron do#mticos,
aunque bien es verdad que nunca han faltado quienes les acusaran de serlo, precisamente, por
aferrarse en todas las cuestiones al mar$ismo y no abandonar 4ams sus concepciones y principios
revolucionarios! &u firme%a en todas las cuestiones de principio les permiti" hacer importantsimas
contribuciones al desarrollo de las in#esti"aciones cient!&icascomen%adas por Mar$ y En#els y, al
i#ual que ellos, siempre vincularon sus estudios al movimiento revolucionario de los obreros y
campesinos e$plotados y oprimidos por el capitalismo3 estimularon su or#ani%aci"n, la orientaron y
se pusieron al frente de ellos! ;e modo que sus investi#aciones nada tuvieron que ver con las que se
reali%an en laboratorios y #abinetes3 no investi#aronpor amor a las cienciasni para que la
bur#uesa se aprovechara de sus descubrimientos 8cosa, por dems, imposible, dada la naturale%a de
clase de su doctrina9, sino para que los traba4adores de todo el mundo se unieran y dispusieran de un
arma afilada con la que abatir a los e$plotadores!
La doctrina de Marx es todopoderosa porque es exacta. Es completa y ordenada y da a la "ente
una concepcin monol!tica del mundo, una concepcin intransi"ente con toda supersticin, con
toda reaccin y con toda de&ensa de la opresin $ur"uesa8
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reaccin y con toda de&ensa de la opresin $ur"uesa!
;el Mar$ cient!&icoo del Mar$ tericohemos odo hablar muchas veces! ;el Mar$ mar$ista, del
Mar$ verdadero, del Mar$ que vincula la teora a la prctica, rara ve% se habla! 2eneralmente, este
aspecto de las ideas y de la actividad de Mar$ suele ser presentado como un momento, como un
accidente sin nin#una trascendencia! Marta Harnecker olvida la crtica que hiciera el mismo Mar$ al
vie4o materialismo, poniendo al descubierto, como uno de sus defectos fundamentales, su
incomprensi"n de la importancia de la acci"n revolucionaria! ;e ah que ella no puede comprendertampoco por qu. Mar$, dedica durante toda su #ida, paralelamente a los pro$lemas tericos, "ran
atencin a las cuestiones de tctica de la lucha de clase del proletariado8*enin93 no puede
entender que Mar$ y En#els inte#raran la teora a la prctica, su participaci"n activa en la *i#a de
los =omunistas o que posteriormente fundaran la > >nternacional, convirti.ndose en el alma de la
+sociacin! El mar$ismo acta en el comple4o y dinmico mundo de la economa y de la lucha de
clases, y no puede ser equiparado con la matemtica o cualquier otra ciencia que opera con
a$iomas, cate#oras y ma#nitudes ms o menos fi4as y, por tanto, mensurables! or la misma ra%"n,
Mar$ tampoco puede ser comparado con nin#n otro cientfico, ya que en .l se funde el hombre de
ciencia, el pensador, el obrero y el revolucionario3 todos a un mismo tiempo!
*a misma confusi"n que ha hecho incubar a Marta Harnecker una idea tan pere#rina del mar$ismo,a reducirlo a tan s"lo una mera cuesti"n de metodolo#a, i#norando todo lo dems, le impide
comprender que no puede ser desi#nado con otra denominaci"n distinta, aunque sea referido a una
sola de sus partes constituyentes! El mar$ismo no es s"lo una filosofa, no es s"lo una economa, no
es s"lo una poltica! Es todo eso 4unto y otras muchas cosas a la ve%! ;e ah el t.rmino! Este se
deriva del nombre de Mar$ y desi#na toda la obra reali%ada por .l con4untamente con En#els, la
cual, ya hemos visto, se e$tiende tambi.n a la participaci"n de ambos en las luchas sociales de su
tiempo, a su posici"n de clase, etc! Eso es el mar$ismo! *o dems viene dado por el uso y el abuso
que han hecho muchas veces los discpulos de Mar$ y En#els de sus ideas y de su nombre, pero
particularmente las pul#as!
Marta Harnecker hace un llamamiento para que se abandone la posici"n clasista en las ciencias,pues considera que .stas son neutraleso poco menos! 0i siquiera es capa% de reconocer el
partidismo de la bur#uesa en aquellas ciencias cuyo ob4eto especfico suscita, se#n palabras de
Mar$ las ms #iolentas, me%quinas y a$omina$les pasiones del co humano la &uria del inters
pri#ado! or su parte, *enin tambi.n denunci" esta actitud de la bur#uesa, adoptada en relaci"n a la
doctrina de Mar$, al tiempo que aada( esperar una ciencia imparcial en una sociedad de
escla#itud asalariada ser!a la misma pueril in"enuidad que esperar de los &a$ricantes
imparcialidad en cuanto a la con#eniencia de aumentar los salarios de los o$reros en detrimento
de las "anancias del capital8?9! *a posici"n de clase de Mar$ y su actitud como cientfico
concuerda perfectamente con el carcter social de los fines que persi#ue! En esta unidad de
compromiso poltico militante a favor de la inmensa mayora de los e$plotados y oprimidos,
asumida por Mar$, y lo que .l mismo llama la li$re in#esti"acin cient!&ica, radica, precisamente, larevoluci"n cientfica reali%ada por el mar$ismo!
"a crisis estructural del revisionismo
)l en4uiciar la crisis del socialismo, Marta Harnecker hace mucho hincapi. en la necesidad de
distin#uir el proyecto socialista de un determinado modelo de socialismo! Esta distinci"n le parece
bsica! &in embar#o, la misma ambi#@edad de su discurso le impide establecerla de una forma clara
y terminante! Anas veces, el proyecto aparece como la proyecci"n hacia adelante del socialismo
8e4emplo de =uba9, otras como la fea realidad, la forma en que dicho proyecto se ha materiali%ado
en los pases e$-socialistas3 finalmente, el proyecto se convierte en un modelo de desarrolloen la
A7&&! Es cierto, ella quiere defender elproyecto socialista, pero al no sealar claramente la lneaque separa en todos los campos a dicho proyecto del modelo de desarrollorevisionista, lo nico que
consi#ue es que apare%can de nuevo confundidos! 0o se debe escribir de estos problemas entre
http://f/Biblioteca/antorcha.org/cast/defensa-3.htm#n2http://f/Biblioteca/antorcha.org/cast/defensa-3.htm#n2http://f/Biblioteca/antorcha.org/cast/defensa-3.htm#n2 -
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lneas! Marta reconoce haberse quedado en silencio respecto a ciertos errores que #e!a! Este
reconocimiento es di#no de ser tenido en cuenta! *a cuesti"n es que no se trata tan s"lo de ciertos
errores! Hay errores permisibles3 mas cuando se permite que las cosas lle#uen hasta donde han
lle#ado sin decir esta boca es ma, entonces la responsabilidad es mucho ms #rave y e$i#e, por
tanto, una rectificaci"n ms seria y ms profunda!
Marta intenta rectificar y ayudarnos al mismo tiempo! ero c"mo lo hace/ )ntes propona separar
el mar$ismo del socialismo para salvar al primero del naufra#io3 lue#o quiso convencernos de lanecesidad de amputar al mar$ismo sus partes ms esenciales para librarlo del do#matismo3 y ahora
nos est proponiendo el abandono del comunismo a fin de poder salvar el proyecto socialista!
)dems, esta mu4er no s"lo quiere separar el proyecto del modelo que ella misma ha dibu4ado3
tambi.n hace una me%cla irreconocible entre el susodicho proyecto socialista y la reali%aci"n ms o
menos completa del mismo! Esto sucede por querer evitar a toda costa el vocablo comunismo! : no
es, como pudiera parecer a primera vista, una cuesti"n semntica! 0o! *a clsica e inevitable
separaci"n en dos etapas del proceso revolucionario 8una socialista y la otra comunista -Mao
plantea tres etapas-9 ella la hace desaparecer, precisamente, para dar entrada en la conceptuali%aci"n
mar$ista 8esta ve% nada do"mtica, es cierto9 a su ya referidoproyectoy al no menos c.lebre
modelo3 aunque, eso s, los dos i#ualmentesocialistas! En los pases de Europa del Este, se podradecir, si#uiendo el hilo de las ideas de Marta, hubo un modelo, pero carecieron de un proyecto!
Mas, nosotros pre#untamos puede calificarse de socialista un modelo que no est inspirado en un
proyecto comunista/ arece un 4ue#o de palabras, verdad/ : volvemos a pre#untar, c"mo se ha
de llamar tal proyecto para que no se confunda con el modelo y pueda servirle de marco y como
punto obli#ado de referencia/ =ul es el contenido esencial del proyecto y en qu. se diferencia del
modelo de la seora Marta Harnecker/ 'odos los modelossocialistasque no lo han sido realmente
han carecido de este punto de referencia y era l"#ico que as fuese, ya que, si el socialismo no se
plantea como etapa de transici"n hacia el comunismo, a d"nde, si no, puede conducir/ *a
e$periencia est demostrando que tales modelossocialistass"lo pueden llevar al desastre o a la
restauraci"n del capitalismo! *os do"mticos, podr ob4etar Marta Harnecker, tambi.n hicieron ese
planteamiento de las dos fases del comunismo, y ya ves!!! =ierto! *os do#mticos han facilitadomucho las cosas! &e quedaron estancados3 no supieron resolver ni en la teora ni en la prctica
nin#uno de los problemas que se han presentado en el perodo de transici"n, y no han sabido
resolverlos porque eran 8o son, en otros casos9 revisionistas3 es decir, se ne#aban a reconocer la
realidad de esos pases o enfocaban sus problemas desde la "ptica de la ideolo#a, la poltica y los
intereses de la clase bur#uesa a la que realmente representan!
)hora, Marta hace acopio de valor para hablar de al#unas de esas realidades! &in embar#o, ella no
cree que sea correcto hacer un uicio moral de la crisis del socialismo. -enemos que conocer
(a&irma( sus causas o$eti#as. Sin los instrumentos de la teor!a marxista, sin el anlisis de la &orma
que adopta la lucha de clases en esos pa!ses, no podemos entender lo que ocurre en esas
sociedades...ero, c"mo/ es que e$isten las clases en el socialismo/ desde cundo/ 0o nos
ha#amos demasiadas ilusiones! Marta Harnecker no reconoce en nin#n momento que e$istan las
clases en el socialismo! &"lo se refiere a la&orma que adopta la lucha de clases en esos pa!ses, lo
cual es muy distinto! Es decir, todo el problema se reduce, se#n ella, a una cuesti"n de &orma, ya
que las clases, hace tiempo que han desaparecido! *a bur#uesa no e$iste, como tal clase, en el
socialismo! 'ampoco se da la lucha de esa bur#uesa por el poder, apoyada por el imperialismo!
'odo lo ms, Marta Harnecker admite la e$istencia de una &uerte tendencia en "rupos, por
des"racia cada #e% ms mayoritarios, que renie"an del socialismo y desean retornar al
capitalismo! Este es, como se sabe, uno de los temas tabes del revisionismo moderno, al que M!
Harnecker no se atreve a hincarle el diente, ya que, entre otras cosas, eso la obli#ara a tener que
reconocer la necesidad de la dictadura revolucionaria del proletariado sobre la bur#uesa para toda
la etapa hist"rica de la transici"n del capitalismo al comunismo3 al#o que ella, como tendremosocasi"n de comprobar, no est dispuesta a admitir!
)claremos de pasada que esa&ormaque adopta la lucha de clases en pases donde, tericamente, las
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clases ya no e$isten, siempre ha sido reconocida por los capitostes revisionistas! ;e no hacerlo as,
es claro a todas luces que no podran 4ustificar la dictadura burocrtica que vienen imponiendo a los
traba4adores ba4o la&ormadelEstado de todo el pue$lo! or lo dems, los revisionistas tambi.n
intentan fundamentar la necesidad de dicha dictadura relacionndola de manera muy dialctica
8como hace Marta9 con la lucha contra el capitalismo fuera de sus fronteras! 7especto a este asunto,
como en tantos otros, no se diferencian #ran cosa de la bur#uesa! Es sabido que .sta ltima
presenta siempre su Estado en la misma&orma, es decir, comoEstado nacionalo de todo el pue$loen sus enfrentamientos con los otros Estados capitalistas!
Marta Harnecker nos alerta contra el peli#ro de ver las cosas en blanco y ne#ro( como se trata de un
pro$lema de lucha de clases dentro de los pa!ses socialistas con el apoyo de &uer%as
contrarre#olucionarias externas (ad#ierte(, nuestro anlisis no puede ser simplista, pero el suyo lo
es a ms no poder!Lucha de clases dentro de los pa!ses socialistas con el apoyo de &uer%as
contrarre#olucionarias externas, a qui.nes estn sosteniendo dichas fuer%as, a las nubes/ *a
simplificaci"n del anlisis aparece, precisamente, con este escamoteo( cuando se hace desaparecer
de la escena a las fuer%as contrarrevolucionarias internas, compuestas por el revisionismo y la
bur#uesa, como principales enemi#os de la clase obrera y de la causa socialista!
=ompartimos enteramente la proposici"n de Marta Harnecker en el sentido de apoyar a las fuer%asrevolucionarias que dentro de esos pases representan el proyecto socialista8es lo que hemos hecho
siempre9, pero en realidad ella no nos est facilitando en nada las cosas!
)l lle#ar a este punto de su entrevista, Marta Harnecker hace un retrato bastante fiel de la historia
del socialismo y de la situaci"n que se ha creado, particularmente, en la A7&&! 0o obstante,
encontramos en .l un defecto, para nosotros capital( de4a completamente en la sombra, una ve% ms,
al revisionismo, 4ustamente cuando es lo que hace falta destacar en estos momentos! Es incorrecto,
afirma, que se pretenda hacer un uicio moral de la crisis del socialismo, proponiendo como
alternativa un anlisis de las causas o$eti#asque han conducido a la crisis! Ana parte de este
anlisis ya lo hemos visto! )hora queremos pre#untar( no sera necesario incluir tambi.n, como
parte de ese anlisis, una valoraci"n de las causas sub4etivas, ideol"#icas, de la crisis delsocialismo/ Marta intenta hacerlo a su modo, es decir, sin descorrer el velo que lo dificulta!
>ntroduce, por e4emplo, el concepto de crisis estructuralcomo al#o novsimo, hasta ahora slo
aplicado al capitalismo! Ms adelante e$plica(Estoy con#encida de que no se puede estudiar
tericamente el socialismo sin distin"uir los conceptos de relaciones sociales de produccin y de
relaciones tcnicas de produccin! ;e nuevo el camufla4e, de nuevo la mistificaci"n! Esto es la
constante a lo lar#o de toda la entrevista de Marta Harnecker!
=uando ella habla de crisis estructural, como concepto aplicable no s"lo al capitalismo, sino
tambi.n al socialismo, a qu. se est refiriendo/ =uando llama a distin"uir los conceptos de
relaciones sociales de produccin y de relaciones tcnicas de produccin, por qu. lo hace/
Evidentemente para no tener que reconocer, franca y llanamente, la e$istencia de la contradicci"n
que enfrenta a las fuer%as productivas con las relaciones de producci"n, as como la contradicci"n
e$istente entre la base econ"mica y la superestructura poltica, ideol"#ica, cultural, etc!, de la
sociedad! *os revisionistas siempre han ne#ado que en el socialismo e$istieran tales
contradicciones, al i#ual que han ne#ado la e$istencia de las clases y su lucha! ara ellos, en el
sistema socialista, se da una correspondenciaentre las fuer%as productivas y las relaciones de
producci"n, y no hace falta, por tanto, cambiar nada ni efectuar continuos a4ustes! &"lo reconocen la
necesidad de desarrollar an ms las fuer%as productivas, en tanto que, las relaciones de producci"n
y la superestructura poltica, ideol"#ica, etc! -ase#uran- se irn a4ustandopor s! solas! ;e ah que
hayan llevado a todos los pases al estancamiento, a la crisis y al desastre! 0o es casual que Marta
haya reali%ado en estos precisos momentos un descubrimiento tan decisivo y que trate de
presentarlo como un fen"meno nuevo en el socialismo! +uiere dar a entender con ello que la crisisno puede ser prevista ni evitada y que, por consi#uiente, el revisionismo queda e$imido de
cualquier responsabilidad o 4uicio moralal respecto! 0o se da cuenta que, de esta manera, del
concepto de crisis estructuralque hace e$tensivo al socialismo tambi.n se desprenden el caos y la
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bancarrota inevitables3 no comprende que est condenando al socialismo a correr la misma suerte
que el capitalismo, que lo est condenando a una muerte se#ura antes de que haya alcan%ado su
etapa ltima y natural de desarrollo( la etapa propiamente comunista!
=abe pensar en una crisis estructuralen los pases socialistas que no condu%ca a la restauraci"n
capitalista, sino a ms socialismo, como dice Marta, intentando enmendar de muy mala manera su
propia tesis! ero, en ese caso, ya no sera una crisis estructural3 al poder ser previstas y controladas,
las crisis estructuralesen el socialismo pierden el carcter que estas mismas crisis tienen en elcapitalismo! or consi#uiente, este concepto no puede ser aplicado tam$in al socialismo! &i Marta
Harnecker lo aplica, es para poder salvar al revisionismo y salvarse ella al mismo tiempo de la
condena y el ridculo! Habra que pre#untar, por qu. ha esperado tanto tiempo, por qu. ha tenido
que ser la crisis la que le obli#ara a pensar en ello/ 'odo el mundo sabe que .sta ha sido una de las
cuestiones ms debatidas en las ltimas d.cadas en el movimiento comunista internacional, pero
Marta, al parecer, no tiene nin#una noticia de este debate! 0o sabe tampoco que, por defender las
mismas ideas que ella ahora est e$poniendo con tan malas artes, los maostas nos hemos visto
perse#uidos por toda la 4aura revisionista, acusados de ser lo peor!
*a crisis estructuralresulta ser un concepto falso cuando se intenta aplicar al socialismo como
causa o$eti#a! *o que aqu se ha producido es la crisis y bancarrota estructuralde la ideolo#a y lapoltica del revisionismo! &"lo de este modo se puede e$plicar el desarrollo y el desenlace final de
este fen"meno! )l no querer reconocer la e$istencia de contradicciones, de las clases y de la lucha
de clases, los revisionistas se incapacitaron para hacer frente y resolver de una manera correcta los
problemas! *a superioridad del socialismo sobre el capitalismo estriba, precisamente, en que ofrece
la posibilidad, por primera ve% en la historia, de diri#ir el proceso econ"mico-social de una manera
consciente, de forma que se puedan evitar las crisis estructurales, la contrarrevoluci"n y todas las
lacras propias del sistema capitalista! Esto implica, ante todo, prose#uir el esfuer%o revolucionario,
aplicando los principios de la lucha de clases y de la dictadura del proletariado!
#$ontrol %o%ular o revolucin&Marta Harnecker no est de acuerdo con dichos principios y propone que sean abandonados! or
e4emplo, no ve que ten#a nin#n sentido se#uir empleando el t.rmino dictadura del proletariado!
;ice, cuando ha$las al pue$lo del l!quido para $e$er usas el trmino a"ua, no le ha$las de H/.
0e la misma &orma, no tiene nin"1n sentido ha$lar de la dictadura del proletariado en el discurso
pol!tico! sea, que todo se reduce, una ve% ms, a una cuesti"n de trmino! &e ima#ina que este
problema resulta tan sencillo como beber un vaso de a#ua y que, consi#uientemente, no requiere de
nin#una e$plicaci"n ni de nin#n esfuer%o! *le#a un da en que las masas populares aceptarn la
dictadura del proletariado sin entenderla, o ms bien, sin practicarla! Esto es lo que, en realidad, est
proponiendo Marta Harnecker! E$clama( 2Cmo #amos a decirles nosotros a ese pue$lo que no ha
estudiado marxismo, que no tiene conocimientos cient!&icos compa3eros, #enimos a o&recerles unanue#a dictadura...4)5enimos a o&recerles*El pueblo no participa en la lucha, no aprende en la
revoluci"n a distin#uir a los ami#os de los enemi#os, no edifica su nuevo poder con el
conocimiento de la ciencia, y por si an fuera poco, Marta H! renuncia a educarlo para que puedan
aplicarla de una manera consciente y efica%! El conocimiento de la ciencia se lo reserva para ella, o
me4or, para la bur#uesa y el imperialismo, los cuales no tendrn tantos escrpulos como tiene M!
Harnecker para ra%onar y aconse4arles sobre lo que ms les conviene! supone que la bur#uesa
no va a se#uir trucando el t.rmino, como lo ha hecho el revisionismo, para provocar su recha%o por
los traba4adores, aunque se presente como simple vaso de a#ua/ Ellos siempre e$plicarn la f"rmula
ase#urando que se trata de una p"cima mortal!
*os comunistas nunca deben ocultar sus ob4etivos a las masas, no deben camuflar la verdad ni ne#ar
la ciencia a los traba4adores, por muy complicada o desa"rada$leque .sta pueda parecer!
Marta quiere hacer i#norar que lo nico que distin#ue al Estado socialista de cualquier Estado
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bur#u.s es su naturale%a de clase( el ser la dictadura del proletariado, la e$presi"n de sus intereses,
la dictadura de la inmensa mayora del pueblo traba4ador sobre la minora e$plotadora! Es una
dictadura sobre la bur#uesa, ya que, de lo contrario, carecera de sentido hablar del Estado! ero, al
mismo tiempo, supone la ms amplia democracia para el pueblo! )dems, como instrumento de la
revoluci"n proletaria, necesario para el trnsito al comunismo, el Estado socialista tiene una
caracterstica que no puede tener 4ams nin#n Estado bur#u.s( desde su ori#en, el Estado de la
dictadura del proletariado se presenta como un no Estado, ya que su fin ltimo no es otro que el deacabar con toda forma de e$plotaci"n y de opresi"n e irse as e$tin#uiendo, haci.ndose intil!
Marta Harnecker nos ofrece una e$celente lecci"n cient!&icacuando mati%a su tesis del H?(Hay
que tener en cuenta que la sociedad est compuesta de intereses contradictorios y e#identemente
hay que someter los intereses de la minor!a a los de la mayor!a! ;e nuevo no e$isten las clases3 la
sociedad est compuesta de intereses contradictorios! )s planteado, qu. sentido puede tener
emplear el t.rmino dictadura del proletariadoni de nin#una otra clase/ En la sociedad bur#uesa
tambi.n se da la lucha de intereses contradictorios;ebemos entender por ello que tampoco aqu
e$isten las clases ni la dictadura de la bur#uesa/ debemos permitir que la bur#uesa y el
revisionismo nos la ha#an tra#ar como si se tratara de un vaso de a#ua/ c"mo someter los
intereses de la minor!a a los de la mayor!a/ Marta reconoce que la bur#uesaslo se sometecuando se la presiona, ase#urando, adems, que esapresines la ley de la historia! lvida que
tambi.n e$iste la leycontraria, la que presiona a los intereses de la mayora para que se someta a los
de la minora y que esa ley se denomina dictadura! or lo dems, tambi.n olvida decir que dicha ley
no es eterna, sino transitoria, un momento de la historia, consecuencia de la e$istencia de las clases
y sus luchas, que viene a ser la verdadera ley de la historia que ella -y con ella la bur#uesa y el
revisionismo- oculta!
El reconocimiento de la lucha de clases como verdadero motor de la historia y la e$tensi"n de dicho
reconocimiento a la necesidad de la dictadura del proletariado se hacen absolutamente necesarios
por varias ra%ones( primero, para poder denunciar la dictadura de la bur#uesa sobre los
traba4adores3 se#undo, para poder sealar a .stos el camino que habr de conducirles al poder3
tercero, para que una ve% est. el poder en sus manos, sepan hacer uso de .l y no se lo de4en
arrebatar3 y cuarto, por cuanto hay que educar a las masas en el carcter transitorio del Estado, para
que aprendan a prescindir de .l y puedan arrumbarlo cuanto antes como un trasto vie4o!
)l hacer de lapresinley de la historia, Marta Harnecker est abo#ando por el mantenimiento a
ultran%a del Estado! 'oda la cuesti"n se reduce a eso( al desmantelamiento de la verdadera dictadura
revolucionaria del proletariado para imponer en su lu#ar una falsa democracia 8en la &ormade
Estado de todo el pue$lo9, cuyo fin no es otro que el de perpetuar la dictadura burocrtica! M!
Harnecker se lamenta amar#amente por los estra#os causados por esta dictadura 8que ella denomina
del partido9, pero en realidad no hace nada para combatirla! )l contrario3 ella busca perpetuarla,
camuflndola ba4o la&ormade unapresin! 0o quiere que se e4er%a la dictadura sobre la bur#uesa
ni quiere reconocer que cuando .sta no le es impuesta son los traba4adores los que acaban siendovctimas de lapresinpor partida doble( de manera directa 8cuando son suplantados por la
burocracia y reprimidos en sus iniciativas revolucionarias9 e, indirecta, cuando esa misma
burocracia permite a la bur#uesa imponerse de nuevo en el terreno econ"mico, poltico y cultural,
en nombre de una falsa democracia que prescinde en su discurso poltico del concepto de dictadura,
precisamente, para poder camuflarla me4or!
0o se puede ne#ar que Marta est muy preocupada con este problema y que anda dndole vueltas
en busca de una soluci"n! ero tambi.n tenemos que decir que su eclecticismo ideol"#ico y su falta
de firme%a poltica le conducen una y otra ve% al atolladero! 0o obstante, al final de sus
diva#aciones parece que ha encontrado un rayito de lu%! 6eamos c"mo e$pone su nuevo y
trascendental descubrimiento( 6o recuerdo que +lthusser, preocupado por esta situacin, crey #eren la etapa inicial de la re#olucin cultural china un mecanismo de control popular so$re el
partido. El sosten!a, y creo que la historia le ha dado la ra%n, que un pa!s "o$ernado por un
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partido 1nico, en el que ste asume las tareas del Estado, tiene que estar sometido a al"1n tipo de
control popular! )lthusser crey #er, pero vi" realmente muy poco! *a prueba est en la limitada
concepci"n sobre la 7evoluci"n =ultural que su discpula, Marta Harnecker, presenta ahora!
7emiti.ndose al #ran )lthusser 8un te"rico del que ya habamos perdido toda memoria y cuya
contribuci"n a la teora mar$ista se puede representar por una suma de varios ceros9, Marta
Harnecker elude el #ran escollo que supone para ella el pensamiento de Mao! ;esde lue#o,
resultara e$cesivo pedir que, al menos en este punto, hiciera un pequeo esfuer%o de ri#or analtico!Menciona lapreocupacinde )lthusser, pero no habla de la soluci"n te"rica y prctica que dio Mao
a este importante problema!
En la e$posici"n de la Harnecker aparecen trastocados varios elementos de 4uicio! En primer lu#ar,
la revoluci"n cultural proletaria en =hina no se plantea como un mecanismo de control popular
so$re el partido, sino como una verdadera revoluci"n destinada a restablecer el poder popular! &e
trata, evidentemente, de una clara manifestaci"n de la lucha de clases en las condiciones del
socialismo, de una lucha que abarc" todos los campos 8el poltico, el econ"mico, el cultural, el
militar, etc!9, y que, en lo inmediato, tena como principal ob4etivo derrocar a los representantes de
la bur#uesa que haban usurpado al#unas reas del poder y comen%aban a reprimir a las masas y a
estancar el desarrollo de la revoluci"n! &e trataba, pues, de aplicar la ms amplia democraciapopular, hacer que las masas traba4adoras se liberaran por s mismas y liberasen las fuer%as
productivas imponiendo su dictadura de clase sobre la bur#uesa! *a revoluci"n cultural proletaria
tambi.n se plantea como lucha entre dos lneas dentro del propio partido comunista! =omo una
lucha entre la lnea revisionista, que preconi%a poner t.rmino a la revoluci"n para dedicarse a
desarrollar las &uer%as producti#asrecurriendo al capital e$tran4ero, y la lnea que propu#na
marchar hacia la meta del comunismo, persistiendo en la revoluci"n y desarrollando en todos los
planos al pas con sus propias fuer%as! *a idea del controlpopular sobre el partido que e$pone
Marta Harnecker, referida a la 7evoluci"n =ultural roletaria =hina, no corresponde ni al
planteamiento te"rico ni a la reali%aci"n prctica de la misma! Es falsa, adems, porque, como es
sabido, en =hina no e$iste un solo partido y tambi.n porque, tal como acabamos de ver, la lucha se
plante" antes que nada en el seno el propio artido =omunista! Esa idea corresponde ms bien a unaconcepci"n socialdem"crata y revisionista, muy acorde con todo lo que hasta aqu ha estado
defendiendo!
'l 19 de agosto ( la contrarrevolucin rusa
*a propa#anda imperialista califica deputsch reaccionarioy de intento de "olpe de Estadolos
sucesos acaecidos en la A7&& el pasado
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insti#adores contrarrevolucionarios! Este ha sido su #ran error, lo que ha permitido a aqu.llos
mantener las manos libres en todo momento para consumar su obra! or lo dems, acaso no han
estado preconi%ando un cam$io radical, que pusiera t.rmino a lo que an quedaba en pie del Estado
&ovi.tico/ 0o han llamado a una contrarrevoluci"n abierta, al estilo pinochetista, que les
permitiera arrasar las conquistas populares y establecer el sistema capitalista/
1ueno, pues con al#una variaci"n sobre los planes previstos, ese cam$ioya se est llevando a cabo!
ara ello han contado con la activa participaci"n de los sectores ms corruptos y derechistas delanterior sistema, con una parte del aparato del Estado y, como no poda ser menos, con la entusiasta
colaboraci"n del imperialismo, de manera muy especial con la de los Estados Anidos y su )#encia
de >nteli#encia 8=>)9! *a panoplia de demcratasy re#olucionariosno ha podido ser ms completa!
&e sabe que el famoso :eltsin -h.roe de esas 4ornadas- se mantuvo todo el tiempo col#ado al
tel.fono recibiendo "rdenes de 1ush! El mismo Mister 2orbachov no abandon" ni por un momento
la onda de7adio Li$erty, que le mantuvo informado!
El papel desempeado por este persona4e de opereta a todo lo lar#o de la erestroika es bien
conocido! &in embar#o, se desconoce su participaci"n en esta ltima parte de la tramoya! )bundan
los indicios que hacen suponer su compromiso o connivencia con el =omit. que habra de
sustituirle temporalmente 8mientras durara su en&ermedad, que tal parece ser la f"rmula ele#ida oacordada9, y no faltan malas len#uas que acusan a 2orbachov y a otros miembros de su pandilla de
haber traicionado en el momento decisivo a los traidores, de4ndolos en la estacada! ero lo cierto
es que 2orbachov ha 4u#ado, como en tantas ocasiones, con dos bara4as, cosa nada de e$traar si
tenemos en cuenta su tramposa y marrullera trayectoria poltica! *"#icamente, la bur#uesa se
muestra ahora muy a#radecida por los servicios que les ha prestado y ha decidido premiarle,
manteni.ndolo en el car#o, aunque limitndole los poderes que sus anteriores protectores le haban
concedido! &e comprende que no les interese 4ubilarle, pues le si#uen necesitando para que le#itime
al nuevo r.#imen y todas las medidas contrarrevolucionarias que est tomando!
1a4o esta cobertura han podido ser detenidos y encarcelados los ms altos car#os del Estado
&ovi.tico y destituido el 2obierno! 'ambi.n se ha procedido a desmantelar la cpula militar y la delos servicios de se#uridad3 el =A&, el &oviet &upremo, los medios de comunicaci"n leales al
anterior sistema, etc!, han sido i#ualmente desmantelados, reestructuradosy transferidos a los
nuevos dueos! En todas partes se ha desatado una fero% represi"n contra los comunistas y otros
muchos traba4adores y dem"cratas, al tiempo que se pone en marcha de forma acelerada la reforma
radicalde las estructuras econ"micas, sociales y polticas, la misma que hace tan s"lo unos meses,
el
=hile, el
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2orbachov y lo mantuvieron contra viento y marea en el puesto que todava ocupa, sino los mismos
que trataron de descabal#arle/ &i al#o cabe reprochar a .stos es el haber sido c"mplices del en#ao
y la traici"n que ha supuesto la erestroika, de haber colaborado en su aplicaci"n, y lue#o, el
haberse opuesto y haber actuado contra ella de forma burocrtica, harto tmida, y cuando era ya
demasiado tarde!
"os muertos no )ablan
)hora la bur#uesa ha impuesto su dictadura de clase a los traba4adores y acelera los planes para la
restauraci"n del capitalismo en 7usia y en los demsEstadosde la nueva 8nin! ara eso se ve
obli#ada a quitar de en medio al =A&! Hasta hace bien poco se ha servido de .l para sus fines,
pero, toda ve% que ha lo#rado hacerse con el poder, ya no lo necesitan, pues se ha convertido en un
estorbo! 6arios millones de funcionarios componan dicho partido! Entre ellos se encontraban
numerosos comunistas, de esto no tenemos nin#una duda! ero, por lo que parece, nin#uno es capa%
de tomar una sola decisi"n, siquiera sea para defenderse de la 4aura que les persi#ue y amena%a con
lincharles!
Muchas veces se ha comentado la de#eneraci"n sufrida por el =A& -como en #eneral la de casi
todos los9Coficiales-3 sin embar#o, an cuesta traba4o creer que la podredumbre, la carencia de
voluntad combativa y la desmorali%aci"n, hayan podido afectarlo hasta el e$tremo de asistir,
impasible, a su disolucin!
Minado desde dentro por la bur#uesa, separado de las masas y con un discurso revisionista,
socialdem"crata y liberal, en su seno se han ido incubando los peores hbitos y tendencias( la
incuria ms espantosa, la rutina y la corrupci"n! 'odo esto le haba conducido a la completa
parlisis poltica, al incumplimiento de las normas de funcionamiento, a la anarqua y a la
atomi%aci"n! En este ambiente viciado, el =!=! era como un 4u#uete en manos de 2orbachov! ;e
sobra conoca este intri#ante la utili%aci"n que poda hacer de ese instrumento, a cuya m$ima
responsabilidad haba sido promovido para mantener la disciplinade los militantes fieles, de los
verdaderos comunistas! : ha sido despu.s de hacerles acatar todas las decisiones tomadas por .l ysu camarilla, de conducir al =A& al pantano de la erestroika, cuando no ha dudado en asestarle el
puntilla%o, firmando los decretos que le ha presentado la bur#uesa contrarrevolucionaria para su
ile#ali%aci"n y la confiscaci"n de todos sus bienes! Esto ha podido ocurrir porque el =A& estaba
ya liquidado como formaci"n poltica, de modo que s"lo faltaba firmar el acta de su defunci"n! 'al
ha sido otro de los #randes m.ritos de 2orbachov( ha concluido la obra de demolici"n que Fruschov,
su maestro, s"lo pudo comen%ar!
: mientras tanto, al tiempo que todo esto ha venido ocurriendo, cul ha sido la actitud mantenida
por la clase obrera/ Grecuentemente se ha acusado la pasividad y la carencia de espritu
revolucionario de la clase obrera de la Ani"n &ovi.tica! Esta fue capa% de constituir la van#uardia
del movimiento revolucionario mundial, derroc" por primera ve% en la historia a la bur#uesa,venci" al na%ismo, construy" con su solo esfuer%o un #ran pas socialista, influyente y respetado,
pero ltimamente de ella se poda decir(permanece en silencio, porque los muertos no ha$lan! *a
verdad es que la burocracia revisionista la ha desarmado durante d.cadas de cr!ticasanti-mar$istas
al perodo de &talin, la ha despo4ado de sus tradiciones revolucionarias y la ha reducido a la ms
completa impotencia poltica! &"lo un sector de esa misma clase obrera se ha manifestado, y lo ha
hecho en apoyo de la reacci"n, de sus propios esclavi%adoresI Esto da idea del estado de postraci"n
en que se encuentra la inmensa mayorade los obreros!
)l cerrar toda perspectiva de lucha por el comunismo y proponer en su lu#ar la poltica de los
estmulos materiales individuales, la burocracia ha dado paso a lacras tales como el afn de lucro, el
alcoholismo, la hara#anera, etc! )l#o seme4ante se puede decir de las pr.dicas revisionistas acerca
de la desaparici"n de la clase bur#uesa y de su lucha por el poder en el socialismo, con lo que, al
tiempo que anulaba toda actividad poltica e ideol"#ica democrtico-revolucionaria, todo espritu
crtico, todo traba4o creador, permita que aflorara y se fuera e$tendiendo la planta venenosa de la
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ideolo#a bur#uesa, el culto reli#ioso y la ms estpida veneraci"n de las modas de ccidente! 'odo
esto, 4unto a las reformas econ"micas de tipo capitalista, ha preparado el terreno para que se fuera
#estando la crisis de la sociedad y para que, finalmente, se haya implantado el poder de esa
bur#uesa que ya no exist!a!
"a nueva *ase de la crisis*a bur#uesa ha impuesto su dictadura de clase en lo que fue la cunadel socialismo, derrotando en
toda lnea al Estado &ovi.tico y al artido creado por *enin y los bolcheviques! ara lo#rar este
ob4etivo ha necesitado varias d.cadas y ha utili%ado los recursos e intri#as ms inima#inables,
particularmente en el ltimo perodo! 1ien es verdad que de tal artido y Estado quedaba en pie
muy poco! ;e ah que les haya resultado relativamente fcil acabar con ellos! 0o obstante, lo que
ahora se plantea es si la bur#uesa va a poder implantar de nuevo el capitalismo en 7usia y en los
dems pases de su "rbita! 0osotros, desde lue#o, ne#amos esa posibilidad! ensamos que, por el
contrario, lo que ahora se inicia es un nuevo proceso revolucionario que va a tener de prota#onista
al proletariado, y que s"lo podr acabar con la reimplantaci"n de su dictadura revolucionaria! *a
profunda crisis en que est sumida aquella sociedad no podr ser superada por la va de la
restauraci"n capitalista y, menos an, en un marco internacional como el actual, caracteri%ado por la
profunda recesi"n econ"mica y por el a#ravamiento de todas las contradicciones interimperialistas!
Esta situaci"n #eneral obra a favor de esa nueva revoluci"n! El e4emplo ms claro de lo que
decimos lo encontramos hoy en :u#oslavia, pionera, como se sabe 8en condiciones
incomparablemente ms favorables9, del camino que han emprendido ahora los rusos y dems
nacionalistasde aquellas repblicas! *a desinte#raci"n social, el enfrentamiento civil, la
intervenci"n directa de los otros Estados y la revoluci"n, son ya fen"menos inevitables!
'al como ha sealado la ;irecci"n de nuestro artido en una declaraci"n, publicada con motivo de
los acontecimientos que aqu estamos comentando(Estos episodios no han hecho sino dar paso a
una nue#a &ase de la crisis, en la que ya no aparecen los o$stculos que #en!an entorpeciendo el
desarrollo a "ran escala de la lucha de masas y a las iniciati#as re#olucionarias. Esta lucha se #a a#er &a#orecida por el marco de la crisis "eneral del sistema capitalista, en el que tratan de
desen#ol#erse los proyectos restauracionistas e imperialistas de la nue#a $ur"ues!a rusa, as! como
por otros muchos &actores, como la misma naturale%a y extraordinaria "ra#edad de los pro$lemas
a que tendrn que hacer &rente!
'anto en los pases del Este y =entro de Europa, como ahora en la e$-A7&&, la burocracia
revisionista se ha mostrado incapa% de re#ir los destinos de los pueblos y, ms an, de contener la
avalancha bur#uesa e imperialista! )hora corresponde a esos pueblos tomar en sus manos sus
propios asuntos! ;e ello depende no s"lo su futuro, sino tambi.n el que se pueda evitar en lo
inmediato una nueva confla#raci"n mundial! 0uestro artido, en diversos documentos y artculos,
ha advertido de los ries#os que entraa esta nueva situaci"n! :a en a#osto del ao pasadosealbamos( la catstro&e que se cierne esta #e% so$re el mundo no parece que #aya a ser peque3a,
ya que este proceso est pla"ado de contradicciones y tensiones a cual ms "ra#e y peli"rosa. La
#iea historia quiere repetirse, slo que esta #e% la representacin no #a a resultar una comedia. Si
la 8nin So#itica no lo"ra endere%ar su rum$o y encaminar sus pasos hacia la meta que ten!a
&iada, una crisis mundial de incalcula$les consecuencias ser ine#ita$le. Los l!deres re#isionistas
han proclamado muchas #eces sus deseos de pa% y creen que la estn procurando. 9ero, con su
pol!tica timorata y de cortos #uelos, lo que en realidad estn haciendo es crear todas las
condiciones para que estalle de nue#o la "uerra8D9!
Hasta el presente, la pa% ha sido ase#urada por la e$istencia de un campo socialista! El derrumbe del
acto de 6arsovia y el debilitamiento de la A7&& podan haber sido compensados por una s"lida
alian%a de .sta con la 7=H y un mayor acercamiento y cooperaci"n entre los pases socialistas y
las fuer%as revolucionarias de todos los continentes! 'ambi.n esta alian%a hubiera disuadido a los
imperialistas y constituido un frente de resistencia a sus pretensiones de imponer el nue#o ordendel
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capital! Es claro a todas luces que los Estados imperialistas estaban muy interesados en el
debilitamiento de la A7&&, necesitaban una 8nin So#iticadesarmada,pac!&icay sometida a la
f.rula del capital financiero internacional, de modo que ello les permita salir de la profunda crisis y
el atolladero en que el imperialismo se encuentra! ;e esta manera poda ser ale4ado
momentneamente el peli#ro de enfrentamiento abierto! ero una 7usia imperial, que pretenda
eri#irse en potencia capitalista, capa% de competir en los mercados internacionales y armada hasta
los dientes -tendencia que se perfila ltimamente de forma ntida- aumenta los ries#os de que dichoenfrentamiento se produ%ca a no muy lar#o pla%o!
*as consecuencias que se derivan de todo ello resultan claras, al menos para nosotros( frente al
pilla4e y al terror imperialistas, frente a los intentos de la bur#uesa de confundir, dividir y enfrentar
a los traba4adores y de utili%arlos de nuevo como carne de ca"n, no e$iste ms alternativa que
reemprender de forma decidida la lucha de resistencia contra el capitalismo! )l mismo tiempo,
debemos contribuir, en la medida de nuestras posibilidades, a for4ar un arma internacionalista que
ha#a ms efica% esa lucha en todos los pases! ;esde lue#o, dada la situaci"n #eneral, va a resultar
muy difcil detener o desviar el curso que si#uen actualmente los acontecimientos, pero no podemos
descartar un cambio favorable a las fuer%as revolucionarias! 'al podra suceder en el caso probable
de un estallido de la revuelta popular en la e$-Ani"n &ovi.tica, o con la profundi%aci"n del procesode rectificaci"n de la poltica revisionista iniciado hace tiempo en la 7epblica opular de =hina, en
=uba, 6ietnam y =orea del 0orte! articularmente =hina, la =hina revolucionaria del maosmo,
puede salvar en esta hora crtica al socialismo y a la humanidad entera del peli#ro que nos amena%a,
y devolver a los traba4adores de todo el mundo la confian%a en el comunismo!
Publicado en Resistencia nm. 1+
octubre de 1991
'l mao,smo ( la caricatura del marismo
&e acaba de cumplir el centenario del nacimiento de Mao Jedon#, el que fuera #ran pensador,
estrate#a y lder comunista chino! Esto ha dado ocasi"n para que al#unos partidos y or#ani%aciones
revolucionarias de distintos pases hayan llevado a cabo una intensa campaa de propa#anda de sus
particulares concepciones y puntos de vista, a las que invariablemente suelen poner la etiqueta de
mao!smo! 0uestro artido, el =E8r9, que tambi.n se proclama heredero de Mao y hace suyas sus
ideas y planteamientos, no se ha sumado a dicha campaa por diversos motivos, pero,
principalmente, por considerar que lo que se estaba haciendo con ella no era otra cosa, en realidad,
que contribuir a la caricatura que, desde tiempo atrs, vienen reali%ando la bur#uesa y el
revisionismo de la obra y la personalidad de Mao!
El pensamiento de Mao, como toda la obra te"rica y prctica del mar$ismo-leninismo, es
patrimonio del proletariado revolucionario de todos los pases y nadie tiene derecho a apropiarse de.l3 menos an est facultado para interpretarloy e$tender certificados que acrediten la adhesina la
doctrina! Esta concepci"n do#mtica y sectaria y la prctica poltica que la acompaa son
completamente a4enas al mar$ismo, y, desde lue#o, reportarn siempre resultados contrarios a los
que con ella -sin duda de muy $uena &e- se buscan! Es deber de los comunistas estudiar y difundir
los clsicosy, sobre todo, empearse a trav.s de un traba4o duro y prolon#ado en aplicar sus
principios universales y sus ensean%as vivas 8no la letra muerta9 a las condiciones de cada pas!
Esto resultar siempre, es cierto, ms difcil y menos ruidoso que todo ese alboroto que or#ani%an
al#unos pobres apolo#istas de la peor de las tradiciones que nos ha le#ado tambi.n, para nuestra
des#racia, el movimiento comunista! ero no e$iste otra actitud, ni otro m.todo, para alcan%ar la
meta que conscientemente nos hemos fi4ado! Eso, que siempre ser necesario, si es que de verdad
nos hemos propuesto reali%ar un traba4o serio, lo es an ms en momentos de crisis y confusi"ncomo los que estamos atravesando, en los que se requiere un criterio propio e independiente para
poder distin#uir lo acertado de lo err"neo!
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Ano de los partidos que ms se est destacando en esa labor de caricaturi%aci"n del mar$ismo-
leninismo y del pensamiento de Mao es el artido =omunista de er 8=9, ms conocido por
Sendero Luminoso! El sub4etivismo delirante de que vienen haciendo #ala los luminososles ha
conducido ltimamente a identificar su estrate#ia de #uerra popular en er, es decir, el
denominado9ensamiento "u!a del presidente :on%alo, nada ms ni nada menos que con el
desarrollo del mao!smo a ni#el mundial! ;e modo que, a partir de ahora ya sabemos a qu. debemos
atenernos( no se trata de estudiar, defender y aplicar el pensamiento de Mao sino el pensamiento:on%alo,principalmente, como nue#o desarrollo, y considerar, adems, los anteriores desarrollos
de la doctrina e ideas revolucionarias a trav.s de la lente deformada que lossenderistasnos ofrecen
#ratuitamente!
$ontinuidad ( ru%tura en el desarrollo del marismo
6eamos a continuaci"n una de las 4oyas ms preciadas de la colecci"n particular de 2on%alo 8;r!
2u%mn9, la que se refiere, precisamente, a esta cuesti"n tan fundamental de la teora y el pro#rama
comunista(La ideolo"!a del proletariado internacional, en el crisol de la lucha de clases, insur"i
como marxismo de#iniendo marxismo(leninismo y, posteriormente, marxismo(leninismo(mao!smo.
+s! la todopoderosa ideolo"!a cient!&ica del proletariado, todopoderosa porque es #erdadera, tiene
tres etapas ;< marxismo, < leninismo, =< mao!smo> tres etapas, momentos o hitos de su proceso
dialctico de desarrollo> de una misma unidad que en ciento cuarenta a3os, a partir del
KManifiestoK, en la ms heroica epopeya de la lucha de clases, en encarni%adas y &ruct!&eras luchas
de dos l!neas en los propios partidos comunistas y la inmensa la$or de titanes del pensamiento y la
accin que solamente la clase pod!a "enerar, so$resaliendo tres luminarias inmarcesi$les Marx,
Lenin, Mao -se(-un", mediante "randes saltos y tres "randiosos, nos ha armado con el in#enci$le
marxismo(leninismo(mao!smo, principalmente mao!smo hoy8L9!
1ien!!! 'omaremos un respiro antes de meter la cuchara dentro de la olla podrida que nos ha
cocinado el &r! 2u%mn! ;e4emos a un lado la prosa de alto coturno y los trope%ones sintcticos de
su discurso! Esos son detalles que carecen de importancia, por lo que ro#amos a nuestros lectoresque disculpen, en lo que a esto se refiere, la torpe%a de nuestro en#redo profesor! &e est
planteando aqu, en forma harto confusa y abi#arrada, con ese estilo de clich. que distin#ue a los
do#mticos incurables, la cuesti"n del desarrollo del mar$ismo3 o ms e$actamente, se#n ase#ura
e$presamente el profesor 2u%mn, el proceso dialctico del desarrollodel mar$ismo a trav.s de
tres etapas distintas y bien diferenciadas( la etapa mar$ista, la etapa leninista y la etapa maosta,
todas ellas concebidas dentro de una misma unidad! Es decir, se est refiriendo tambi.n a la
continuidad del mar$ismo a trav.s de los diversos combates que ha tenido que librar contra las
corrientes ideol"#icas y polticas bur#uesas hostiles a .l, en especial contra el revisionismo, en el
curso de los ltimos ciento cuarenta aos!
&e sobreentiende que los ob4etos y los fen"menos s"lo pueden desarrollarse sobre la base de sucontinuidad y que .sta se da en un tiempo y un espacio! sea, que .sta no es una cualidad e$clusiva
del mar$ismo, es universal! *o que no contina muere y, por tanto, no puede desarrollarse! *o
mismo se puede decir de lo que no se desarrolla( est muerto o le falta poco para e$tin#uirse! *a
cuesti"n radica en saber c"mo se produce el desarrollo dialctico del marxismo8en realidad todo
desarrollo es dial.ctico9! En este punto el principal defecto que encontramos en el planteamiento del
&r! 2u%mn es que no lo hace depender, aunque lo pare%ca, de la contradicci"n3 es decir, de la
unidad y la lucha, sino s"lo de la unidad! =uando habla de la luchase refiere a al#o e$trao y
e$terior al mar$ismo! El separa arbitrariamente y de una manera ta4ante el mar$ismo de su opuesto
8la ideolo#a y la poltica bur#uesa93 convierte al mar$ismo en una unidadque se basta a s misma
para e$istir! : si establece al#una relaci"n con su contrario lo hace siempre desde la separaci"n, de
modo que en nin#n momento lle#an a constituir una unidad de contrarios! *a identidad,interpenetraci"n o mutua dependencia para poder e$istir desaparecen para dar lu#ar a una divisi"n o
separaci"n perpetua de los contrarios, que de esa forma quedan en el campo de batalla mirndose
http://f/Biblioteca/antorcha.org/cast/defensa-3.htm#n4http://f/Biblioteca/antorcha.org/cast/defensa-3.htm#n4http://f/Biblioteca/antorcha.org/cast/defensa-3.htm#n4 -
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frente a frente, sin lle#ar 4ams a tra$arseen una verdadera lucha! 0o debe e$traarnos que desde
esa posici"n, en lu#ar de un desarrollodel mar$ismo, lo que en realidad encontremos no es otra
cosa que una petrificaci"n del mismo!
0o quisi.ramos interpretar mal al &r! 2u%mn, pero es evidente que la idea que prevalece en su
e$posici"n, el n1cleo, por as decir, de su teora consiste en esa separaci"n absoluta que establece
entre los opuestos polares, es decir, entre lo que .l considera que es el mar$ismo y todo lo que es
a4eno o contrario a .l! Ana cosa es el mar$ismo, viene a decir, como unidadque se bast" a s mismatanto para insur"ircomo para desarrollarse, y otra, por e4emplo, el revisionismo, del que el
mar$ismo no tiene nin#una necesidad para e$istir y mucho menos para desarrollarse! para decirlo
con otras palabras ms familiares( lo blanco es blanco y lo ne#ro, ne#ro3 esto es una cosa y aquello
otra distinta, sin que e$ista nin#una relaci"n entre ellas! En cualquier caso, la nica relaci"n que
establece, si se puede llamar as desde esa separaci"n, es la de la lucha, la contraposici"n, la
e$clusi"n, sin que lle#uen nunca a formar una identidad, una unidad de contrarios! Esta es la ra%
metafsica de toda la concepci"n poltica que sustenta el =, que le conduce inevitablemente a
enfrentarse incluso con sus ami#os y potenciales aliados, tratndolos como si fueran enemi#os a los
que se debe combatir de manera implaca$le!
=iertamente, este problema que estamos anali%ando afecta a la ideolo"!a del proletariadointernacional8por este motivo nos hemos visto obli#ados a salir al paso del &r! 2u%mn y sus
pupilos, venciendo no pocos escrpulos de conciencia debido, principalmente, a su situaci"n actual9
y debe ser tratado correctamente! ero, como se comprender, eso no lo vamos a conse#uir desde la
actitud altanera y la posici"n metafsica que ellos han adoptado! 6eamos a continuaci"n qu. dice
*enin a prop"sito de este mismo problema(La historia de la &iloso&!a y la historia de las ciencias
sociales nos ense3an con toda claridad que el marxismo no tiene nada que se pare%ca al
KsectarismoK, en el sentido de doctrina encerrada en s! misma, r!"ida, sur"ida al mar"en del camino
real del desarrollo de la ci#ili%acin mundial859! El mar$ismo insur"icomo heredero de lo ms
avan%ado que la humanidad haba dado hasta entonces en el terreno de la filosofa, de la economa
poltica y de las ideas sobre el comunismo3 es el resultado de esas tres #randes corrientes y de su
fusi"n con el movimiento obrero! Ese es el verdadero crisoldel mar$ismo, y no la luchaencarni%ada! Esta es una idea distorsionada, ahist"rica y antidial.ctica sobre el proceso de
sur#imiento o el ori#en del mar$ismo como todopoderosa ideolo"!a cient!&ica del proletariado,
ideolo#a que, por lo dems, la clasepor s misma nopod!a "enerardesde su lucha econ"mica o
sindical!
&e#n el profesor 2u%mn, el mar$ismo de#inomar$ismo-leninismo y, posteriormente, mar$ismo-
leninismo-maosmo, sin que sepamos c"mo ni por qu.! *a nica e$plicaci"n que nos ofrece es
porque resulta todopoderosa ideolo"!a, todopoderosa porque es #erdadera-aclara-, e$poniendo
se#uidamente, sin de4arnos apenas respirar, las tres etapas, momentos o hitos! =laro que despu.s de
este esfuer%o, verdaderamente titnico, el hombre se detiene a descansar3 y es una verdadera pena
porque es ese proceso dial.ctico de desarrollo del mar$ismo a trav.s de sus distintas etapas, hastaalcan%ar la cum$re ms alta8o sea, la ltima y definitiva, la que est condensada en la materia #ris
del residente 2on%alo9, lo que ms nos interesa! )s que de momento vamos a tener que prescindir
de .l y de esa concepci"n suya metafsica, casi mila#rosa, que hace depender todo o casi todo
e$clusivamente de la todopoderosay #erdaderaideolo#a! &ealemos s"lo de pasada que aqu el
profesor 2u%mn confunde dos nociones diferentes! *enin, cuando se refiere a la doctrina de Mar$
y En#els dice de ella que es todopoderosa porque es exacta. 8na concepcin intransi"ente -e$plica-
con toda supersticin, con toda reaccin y con toda de&ensa de la opresin $ur"uesa, que resulta ser
tambi.n #erdaderasiempre que no se olvide sealar el carcter relativo tanto de .sta, como de todas
las dems verdades no re#eladaspor el Espritu &anto! recisamente, por esta ra%"n, *enin aplica el
calificativo de exactaa la doctrina mar$ista para distin#uirla de aqu.llas otras que establecen sus
sistemas de ideas y sus 4uicios tomando como base o como principiono la ciencia, sino la ideolo#a,no la prctica social 8los diversos tipos de prctica9, sino la idea de ;ios o la noci"n de la #erdad
absoluta! *a verdad cientfica que representa el mar$ismo no tiene, efectivamente, nada que ver con
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nin#una de esas supersticiones y las combate todas!
"a luc)a en el terreno general del marismo
or nuestra parte no es la primera ve% que abordamos este importante problema que se le plantea al
movimiento revolucionario relacionndolo, precisamente, con la crisis por la que atraviesa dicho
movimiento! *a dependencia e$istente entre .ste y una lnea ideol"#ica y poltica correcta es al#oque ya qued" firmemente establecido desde los tiempos de *enin! Es claro, pues, que no podemos
hablar seriamente del nuevo desarrollo del mar$ismo-leninismo sin tener en cuenta esos dos
factores 8la or#ani%aci"n y la lnea de la que depende9 y sin considerar a la ve% la etapa de crisis que
le ha precedido! =iertamente, esta crisis, como las otras anteriores por las que ha pasado el
movimiento comunista, no altera los cimientos sobre los que el mar$ismo se levanta, no modifica su
esencia, los principios fundamentales que conforman su estructura, su unidadbsica, todo aquello
que ase#ura su continuidad, pero s los modifica, los enriquece e incorpora a ellos nuevos elementos
que sirven de plataforma para nuevos desarrollos! ara acabar de comprender este problema habra
que reparar en el carcter clasista y eminentemente prctico del mar$ismo y de4ar aclarado a la ve%
el marco hist"rico, econ"mico, social y poltico en que tiene lu#ar el proceso de su sur#imiento y de
las distintas etapas que enmarcan su desarrollo! )mbos aspectos estn relacionados estrechamente,
de tal forma que no es posible separarlos o hacer abstracci"n de uno s"lo sin desnaturali%arlo o sin
hacer una lamentable caricatura de .l!
&abemos que el mar$ismo y el movimiento revolucionario han atravesado por diversas etapas de
crisis y que han padecido derrotas ante sus enemi#os como resultado, muchas veces, de los ataques
y mistificaciones que han llevado a cabo contra .l los revisionistas, crisis y derrotas que en todos los
casos han preludiado las fases de su nuevo desarrollo! tras veces han sido los propios partidos
comunistas y el movimiento en su con4unto los que han cometido errores #raves o se han
descarriado, facilitando as la labor de los enemi#os abiertos o encubiertos del mar$ismo y de la
revoluci"n! =laro que tales errores, desviaciones, ataques y ter#iversaciones no pueden atribuirse al
mar$ismo y proceden de fuera de .l! ero puede ser concebida la unidadde teora y prctica quedefine la esencia del mar$ismo y su proceso de desarrollo, independientemente de ese ne$o de
uni"n con el desarrollo de la sociedad, con el movimiento de masas y con las influencias polticas e
ideol"#icas ms diversas de que .stas son portadoras/
Ana ve% que se hubieron sentado los cimientos y pilares fundamentales de la doctrina, el mar$ismo
emprendi" de firme la lucha por la conquista de las masas traba4adoras! 6eamos a continuaci"n qu.
nos dice *enin sobre este particular(Hacia la dcada del ?@ del si"lo pasado, este triun&o esta$a ya
conse"uido en sus ras"os &undamentales !!!N9ero cuando el marxismo hu$o despla%ado a todas las
doctrinas ms o menos coherentes que le eran hostiles, las tendencias al$er"adas en ellas $uscaron
otros caminos. Cam$iaron las &ormas y los moti#os de la lucha, pero sta continu. 6 el se"undo
medio si"lo de existencia del marxismo !!!Ncomen% con la lucha de una corriente antimarxista enel seno mismo del propio marxismo !!!NEl socialismo premarxista ha sido derrotado. Contin1a la
lucha, pero ya no en su propio terreno, sino en el terreno "eneral del marxismo, a t!tulo de
re#isionismo8C9! El mar$ismo, pues, debido a esa particularidad suya de la que ya hemos hablado,
se desarrolla a partir de entonces en lucha abierta contra el revisionismo, contra la ideolo#a y la
poltica bur#uesa para la clase obrera, lucha que tiene lu#ar no s"lo fuera, sino fundamentalmente
dentro, en el terreno "eneral del marxismo! Es as como el revisionismo pasa a formar el polo
opuesto de esa unidadque insur"iy se fue afirmando en la lucha contras las concepciones, ideas y
doctrinas que le eran hostiles y se le oponan desde fuera! )ntes de que el mar$ismo conquistara a
las masas y asentara su dominio en el movimiento revolucionario de la clase obrera, la lucha contra
todas aquellas corrientes a4enas al proletariado se libraba fuera del terreno del mar$ismo! *a
contradicci"n con esas tendencias o doctrinas era e$terna! El mar$ismo pu#naba por el lidera%#o yno se haba convertido todava en el aspecto principal o dominante de la contradicci"n, ocupaba una
posici"n secundaria3 pero, toda ve% que hubo #anado la primera #ran batalla a la ideolo#a bur#uesa
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y afirmado su predominio en las filas obreras, pas" a convertirse en el principal foco de atracci"n a
la ve% que en el blanco principal de los ataques de toda la bur#uesa, de sus vie4os y nuevos
enemi#os! Gue de esta manera como la lucha se traslad", desde fuera, al seno mismo del mar$ismo
y del movimiento obrero socialista, y como, tras pasar un tiempo, una parte de .l 8la ms importante
e influyente9 de#inoen revisionismo! )s se produ4o la crisis que habra de llevar poco ms tarde al
movimiento a la divisi"n en dos partes enfrentadas e irreconciliables 8una, representada por los
revisionistas, socialchovinistas y social-patriotas3 la otra, encabe%ada por los mar$istasrevolucionarios e internacionalistas9! : fue esta divisi"n, y la lucha sin concesiones a que di" lu#ar,
la que obr" a partir de aquel momento como la principal fuer%a motri% del desarrollo del mar$ismo
y del propio movimiento revolucionario!
-no se divide en dos
Esto no si#nifica que el mar$ismo se hubiera convertido en su contrario, es decir, que hubiera
de"eneradoen ideolo#a y poltica bur#uesa, revisionista, sino tan s"lo que haba pasado -aunque
no por mucho tiempo- a ocupar una posici"n secundaria en el movimiento y en la contradicci"n que
forma con el revisionismo! ;e esta manera #uel#ea la posici"n anterior a su triunfo en el
movimiento obrero, aunque en una situaci"n muy diferente, dado que, tanto en el aspecto material
como en el sub4etivo, las condiciones ya no son las mismas de antes, sino que han cambiado! Es
esta nueva situaci"n #eneral y la lucha a que da lu#ar la que va a propiciar, como lue#o veremos, el
desarrollo del mar$ismo!
) prop"sito de esta cuesti"n, es frecuente la confusi"n en que incurren al#unos mar$istas que no
han asimilado bien la teora revolucionaria -entre los cuales destacan al#unos luminosos- cuando, al
e$poner el cambio dial.ctico, es decir, la transformaci"n de un ob4eto o un fen"meno en su
contrario, dan por sentado que ese mismo cambio de naturale%a afecta tambi.n, y en la misma
forma, a los dos aspectos que componen toda contradicci"n! Es as como suprimen toda posibilidad
de continuidad y, por tanto, tambi.n de desarrollo! Es como si afirmaran que por el mero hecho de
triunfar el proletariado e imponer .ste su dictadura sobre la bur#uesa y cambiar, consi#uientementecon ello, la naturale%a de clase del Estado, cambiase i#ualmente el carcter de la bur#uesa y del
mismo proletariado! =uando lo que sucede realmente es que, alpermutarsus respectivas posiciones
o el lu#ar que ocupa cada clase dentro de la contradicci"n, el proletariado se eri#e en el aspecto
principal, dominante y decisivo -de ah el cambio en la naturale%a del Estado y de la misma
sociedad-, en tanto que la bur#uesa pasa a convertirse en el aspecto secundario o subordinado! Este
problema s"lo se puede resolver definitivamente a trav.s de un lar#o proceso de desarrollo en el que
se manifiesta la ley dial.ctica ob4etiva de la ne#aci"n de la ne#aci"n! ero que tanto el proletariado
como la bur#uesa 8y lo que no es ms que la e$presi"n ideol"#ica de sus intereses respectivos9
se#uirn e$istiendo y librando continuas batallas durante un lar#o perodo hist"rico, a trav.s de
cambios osaltosrevolucionarios, de vueltas y revueltas y que, por consi#uiente, se se#uir
manteniendo tambi.n la contradicci"n, la unidad y la lucha entre las dos clases, las dos vas y lasdos lneas, de esto no debe cabernos nin#una duda!
El principio fundamental del materialismo dial.ctico que hicieron c.lebre los comunistas chinos
durante la 7evoluci"n =ultural, se#n el cual uno se di#ide en dos, resulta completamente a4eno al
pensamiento :on%alo! Este principio de carcter universal est ausente de su discurso, incluso
cuando parece evocarlo al referirse a la lucha de dos l!neas, puesto que .sta se da en unos partidos
comunistas tan monol!ticosy tan cerrados sobre s mismos, que en su concepci"n aparece como una
nueva unidadespe4o de la anterior! El revisionismo es el opuesto del mar$ismo, es su contrario
esencialmente distinto, no una simple excrecenciadel mismo, dado que representa los intereses de
la bur#uesa dentro del movimiento obrero! or tanto, es en la lucha contra este enemi#o que
tenemos dentro de casa, que est unidoa nosotros y que se infiltra por mil rendi4as y canalesdiferentes en nuestras propias filas, como tiene lu#ar el desarrollo del mar$ismo y del propio
movimiento revolucionario! 0o verlo as s"lo puede conducir al pantano del espiritualismo y la
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metafsica, que es donde el &r! 2u%mn ha ido a caer con toda su parafernalia prosopop.yica!
El &r! 2u%mn y sus ac"litos quieren convencernos de que sus ideas y concepciones se basan en el
mar$ismo-leninismo-pensamiento de Mao y que representan un nuevo desarrollo de esta doctrina,
pero en realidad suponen unsaltoatrs en la evoluci"n del pensamiento filos"fico, una vuelta a la
l"#ica formal primitiva, a la metafsica, en la que sin nin#una duda se han inspirado! =ualquier
estudiante de filosofa sabe que, a seme4an%a de la l"#ica dial.ctica, tambi.n la l"#ica formal
academicista parte del postulado de la ley de identidad al modo como la plantea el profesor2u%mn, es decir( una cosa es siempre i#ual o id.ntica a s misma! *ue#o, si ) es ) y no puede
lle#ar a ser no-), sur#e, de acuerdo con este planteamiento, la ley de la contradicci"n que
constituye el complemento esencial de la que acabamos de referir! >dentidad y contradicci"n son, de
acuerdo con esas re#las l"#icas metafsicas, caractersticas completamente distintas, absolutamente
desconectadas y mutuamente e$cluyentes de los ob4etos y el pensamiento del hombre! Esta cualidad
de e$clusi"n mutua est e$presamente formulada en la tercera ley de la l"#ica formal( la ley del
tercero e$cluido! ;e acuerdo con dicha ley las cosas son y deben se#uir siendo una de dos
mutuamente e$cluyentes! &i ) es i#ual a ), no puede ser i#ual a no-)! por decirlo de otra manera(
) no puede ser ) y no-) al mismo tiempo, pero sobre todo, ) no se puede transformar en no-)!
0o nos suena en el odo esta musiquilla/
"a negacin de la negacin
;e ser una e$i#ua minora sin apenas influencia dentro del movimiento obrero, la fracci"n
revolucionaria e internacionalista pas", en un pla%o relativamente corto, a constituirse en la fuer%a o
factor principal! ) ello contribuy" en #ran medida la #uerra imperialista, el triunfo en 7usia de la
revoluci"n socialista y la elaboraci"n, en base al anlisis de la situaci"n y de todas las e$periencias
anteriores del movimiento, de una lnea y un pro#rama 4ustos, acordes con las nuevas condiciones
del imperialismo y de la revoluci"n proletaria! Gue en esta $re"acomo el leninismo de#inonuevo
desarrollo del mar$ismo, se super" la crisis del movimiento a la que haba dado lu#ar la traici"n de
la socialdemocracia y se lo#r" restablecer la unidad sobre una base ms firme y ms elevada! &eprodu4o, a trav.s de unsalto, de una verdadera revoluci"n, una nueva #ueltaa la situaci"n anterior
de predominio del mar$ismo en el movimiento, s"lo que sobre una curva ms alta de la espiral que
si#ue todo desarrollo! Es indudable que la 7evoluci"n &ocialista de ctubre, el leninismo, y la
creaci"n de la >>> >nternacional =omunista, suponan un cambio muy favorable, un verdadero
desarrollo respecto a la situaci"n anterior a la traici"n revisionista! =on todo ello se inici" una
nueva etapa que sera i#ualmente impulsada por la contradicci"n, por la unidad y la lucha, dentro
del propio movimiento comunista y en el terreno #eneral del mar$ismo-leninismo! El revisionismo
socialdem"crata haba sido derrotado en toda la lnea por el mar$ismo-leninismo, restableci.ndose
de nuevo la unidad3 pero, dentro de esa nueva unidad que representa la continuidad del proceso, la
lucha continuar y no cesar hasta provocar una nueva crisis y escisi"n, una nueva divisi"n en dos
partes del movimiento! *a causa de esta crisis tiene al#unos ras#os comunes con la de etapasprecedentes, pero van a ser los nuevos problemas y contradicciones que se le plantean al
movimiento revolucionario en esta nueva etapa, caracteri%ada por la crisis #eneral del sistema
capitalista y el triunfo de la revoluci"n en la A7&&, en =hina y en otros pases, los que habrn de
polari%ar, principalmente, a las dos concepciones y fuer%as en pu#na!
Es en esta sucesi"n por etapas, y a trav.s de la lucha librada en un terreno cada ve% ms alto, como
tiene lu#ar el desarrollo del mar$ismo! Este fen"meno, tal como ya hemos indicado otras veces, se
ri#e por la ley dial.ctica de la ne#aci"n de la ne#aci"n, o ley del desarrollo en espiral, un desarrollo,
como di4era *enin, que parece repetir las etapas ya recorridas, pero de otro modo, en un terreno
superior8la ne#aci"n de la ne#aci"n93 un desarrollo que no discurre en lnea recta, sino en espiral,
por decirlo as3 un desarrollo a saltos, a trav.s de catstrofes y de revoluciones, que son otras tantasinterrupciones en el proceso "radual, otras tantas trans&ormaciones de la cantidad en calidad>
impulsos internos del desarrollo ori"inados por la contradiccin, por el choque de di#ersas &uer%as
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y tendencias que act1an en determinado cuerpo o en los l!mites de un &enmeno concreto, o en el
seno de una sociedad, interdependencia !ntima o insepara$le concatenacin de todos los aspectos
de cada &enmeno Acon la particularidad de que la historia pone constantemente de mani&iesto
aspectos nue#os
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de Fruschov y 1re%nev, Mao reali%" un anlisis de la e$periencia hist"rica de la construcci"n del
socialismo en la Ani"n &ovi.tica y de la nueva situaci"n internacional, que le sirvi" de base para
refutar las tesis acerca del artido y el Estado de todo el pue$lo, la teora sobre la emulacin
pac!&icacon el imperialismo, la del trnsito pac!&ico al socialismoy otras vie4as y nuevas ideas del
arsenal revisionista!
En el socialismo, ar#umentaba Mao, si#uen e$istiendo las clases y la lucha de clases, en particular
la lucha que enfrenta al proletariado con la bur#uesa y el intento por parte de .sta de recuperar elpoder3 si#uen e$istiendo la contradicci"n entre las fuer%as productivas y las relaciones de
producci"n, la contradicci"n entre la base econ"mica y la superestructura poltica e ideol"#ica y
otros tipos de contradicciones! or consi#uiente, es preciso se#uir e4erciendo la dictadura
revolucionaria del proletariado sobre la bur#uesa, aplicar una poltica 4usta de tratamiento de las
contradicciones en el seno del pueblo, fortalecer el centralismo y la democracia, as como la
direcci"n del artido! En lo que respecta a la situaci"n internacional, Mao remarcaba el carcter
esencialmente e$poliador y a#resivo que continuaba teniendo el capitalismo en su etapa ltima,
monopolista e imperialista, no obstante el importante cambio que se haba producido en la
correlaci"n de fuer%as en el plano internacional favorable al movimiento revolucionario! or
consi#uiente, sealaba, si#uen e$istiendo la contradicci"n entre el campo de los pases socialistas yel campo de los pases imperialistas, la contradicci"n entre la bur#uesa y el proletariado, la
contradicci"n entre el imperialismo y los pases coloniales y semicoloniales y la contradicci"n que
enfrenta entre s a los propios Estados imperialistas y a los #rupos monopolistas! 0in#una de estas
contradicciones puede sersuprimidani suplantada por otra, y cada una de ellas puede pasar a
desempear, en determinadas condiciones, el papel de contradicci"n principal!
En conclusi"n, la lnea #eneral a se#uir por el movimiento comunista consiste en continuar la lucha
de clases y la revoluci"n en las condiciones del socialismo y aplicar en el plano e$terior una poltica
basada en el internacionalismo proletario!
oco despu.s de que el ==h hiciera pblicas sus crticas y esta propuesta 8que nosotros hemos
resumido9 se produ4o la ruptura y la lucha abierta con el revisionismo moderno que habaconse#uido enquistarse en la direcci"n de la prctica totalidad de los partidos comunistas! )l mismo
tiempo que se produca esta ruptura, en la 7=h era impulsada por inspiraci"n de Mao y ba4o su
direcci"n la 2ran 7evoluci"n =ultural roletaria, con la que culmin" todo este proceso!
*a e$posici"n pormenori%ada de las aportaciones de Mao a la teora #eneral y a la prctica del
mar$ismo-leninismo es un tema que rebasa los lmites de este traba4o! 0o obstante, nos vamos a
referir aqu a aquella parte de su obra ms directamente relacionada con el problema que estamos
debatiendo, lo que 8)curiosamente*9 constituye, sin lu#ar a dudas, su principal aporte al desarrollo
del mar$ismo-leninismo! ;e este aporte se han derivado otras importantes contribuciones
efectuadas por Mao en el terreno de la poltica, la economa, etc!, especialmente aplicables a las
condiciones de los pases coloniales!
Mao no s"lo refut" al revisionismo moderno y desencaden" el movimiento de masas contra .l, tanto
en el plano internacional como en la sociedad china y en el propio artido =omunista de =hina, sino
que tambi.n, antes de librar esa #ran batalla, tuvo que entablar otra contra las concepciones
do#mticas! Hasta se podra ase#urar que en un principio, el filo de su crtica tuvo como principal
ob4etivo el do#matismo que se haba establecido dentro del movimiento comunista 8por el estilo del
que estn defendiendo ahora con tanto encono el profesor 2u%mn y sus catecmenos9 y que tanto
dao haba causado a la revoluci"n en =hina y en otros pases! Gue este do#matismo anti-mar$ista
el que indu4o a Mao a escribir sus obras filos"ficas ms importantes 8So$re la prcticay So$re la
contradiccin9 en las que pone al descubierto la ra% metafsica, sub4etivista, que impide
comprender la importancia de la prctica en el proceso del conocimiento, la particularidad de la
contradicci"n, as como el problema de la identidad o de la unidad y la lucha de los contrarios! ;eah que los do#mticos se opusieran al reconocimiento de las e$periencias prcticas que ya haba
aportado la revoluci"n china, ne#aran sus particularidades e intentaran hacer una copia &ielde la
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revoluci"n sovi.tica! *os do#mticos y metafsicos ra%onan como si la realidad ob4etiva no
e$istiera, anali%anlos ob4etos y fen"menos en abstracto y sin relaci"n con la e$periencia real del
movimiento de masas! 6en la universalidad de la contradicci"n 8la lucha de clases a nivel #eneral9,
pero no la particularidad de la contradicci"n 8la forma que adopta la lucha de clases en cada pas y
en una .poca dada93 ven el bosque, pero no los rboles, ni la infinita variedad de ob4etos y
fen"menos del mundo! En cuanto al problema de la identidad, reconocen la lucha, pero no la
unidad3 otras veces hablan de la unidad, pero olvidan mencionar la lucha! Esa concepci"n lesincapacit" para distin#uir las contradicciones de distinto carcter que se dan en el socialismo, les
impidi" ver la contradicci"n principal y distin#uir el aspecto principal del secundario que forman
toda contradicci"n, la manera en que se cambia un aspecto por el otro a trav.s del saltoen
determinadas condiciones, c"mo influyen unos fen"menos en otros a trav.s de las contradicciones
internas, y otras importantes cuestiones de la dial.ctica materialista que s"lo Mao fue capa% de
captar y formular correctamente en base al anlisis mar$ista-leninista y a la prctica concreta de la
revoluci"n china!
Mao combati" el do#matismo, pero no de4" por eso de reconocerlo como parte del movimiento
revolucionario! En ello se de4a ver, una ve% ms, su enfoque dial.ctico de los problemas3 es decir, el
reconocimiento de la identidad, de la unidad y la lucha, como al#o necesario e inevitable, inherentea todo proceso de desarrollo, incluido el proceso de desarrollo del conocimiento! or esta misma
ra%"n, cuando muri" &talin, hi%o un balance favorable de su obra, destacando, en primer lu#ar, los
aspectos ms positivos, dominantes en toda su labor, defendi.ndolos en.r#icamente frente a los
ataques rabiosos de los revisionistas que trataban de ne#arlos, denunciando al mismo tiempo los
fines contrarrevolucionarios que encubran dichos ataques! ero al salir en defensa de la obra y
personalidad de &talin, Mao no pas" por alto sus errores e hi%o de ellos un anlisis y una crtica muy
serios, verdaderamente mar$ista-leninistas, poniendo al descubierto su base ideol"#ica(En Stalin
hu$o mucho de meta&!sica> adems, l ense3 a mucha "ente a ponerla en prctica!+ Stalin se le
escap la conexin existente entre la lucha y la unidad de los contrarios. La mentalidad de ciertas
personas en la 8nin So#itica es meta&!sica> es tan r!"ida que, para ellas esto es esto y lo otro es
lo otro, sin que recono%can la unidad de los contrarios. 0e ah! sus errores en lo pol!tico8
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anta#"nico, aunque en ocasiones puede lle#ar a tenerlo hasta desembocar en una ruptura! Esto suele
suceder cuando se atenta o se hace de4aci"n de los principios revolucionarios mar$ista-leninistas, o
bien cuando no han sido tratadas correctamente las contradicciones que sur#en dentro del artido,
de forma que sea posible determinar a trav.s de la prctica y de la lnea de masas de qu. lado est la
verdad! ara ello tienen que e$istir en el seno del artido la libertad de crtica, la unidad de acci"n y
una actitud honesta, verdaderamente comunista, entre los militantes que las posibiliten! Esta fue la
lnea que preconi%" Mao y que condu4o al fortalecimiento del ==h, a la revoluci"n popular y aldesarrollo del mar$ismo-leninismo!
Mao entiende la lucha interna en el artido como refle4o de las contradicciones de la lucha de clases
y entre lo nuevo y lo vie4o en la sociedad3 ms an, sostiene que la lucha dentro del artido es la
lucha entre dos lneas que cubre todo un proceso de desarrollo, hasta el punto de que si tales luchas
y contradicciones no se dieran la #ida del 9artido tocar!a a su &in! )simismo, para un desarrollo
correcto de la lucha en el seno del artido, Mao plantea la necesidad de sacar lecciones de los
errores pasados para e#itarlos en el &uturo, y tratar la en&ermedad para sal#ar al paciente!Hay que
poner al descu$ierto (explica(, sin tener consideraciones con nadie, todos los errores cometidos, y
anali%ar y criticar en &orma cient!&ica todo lo malo del partido para que en el &uturo el tra$ao se
realice ms cuidadosamente y meor. Eso es lo que quiere decir sacar lecciones de los errorespasados para e#itarlos en el &uturo. 9ero, al denunciar los errores y criticar los de&ectos, lo
hacemos i"ual que el mdico trata un caso, con el 1nico o$eto de sal#ar al paciente y no de
matarlo! ues, como .l seala, la lucha interna no tiene otro cometido, en ltima instancia, que el de
mantener la unidad en torno a una lnea poltica e ideol"#ica 4usta!
)l haber diri#ido la se#unda #ran revoluci"n contempornea en un pas de enormes dimensiones,
vie4a cultura y numerosa poblaci"n, y tener la venta4a de conocer la e$periencia anterior de la
revoluci"n sovi.tica, Mao hi%o importantes aportaciones a l