más sobre banderas. luis toledo

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Más sobre banderas Por: Luis Toledo Sande En este artículo: Bandera Nacional, Cuba, Valores 18 abril 2015 | 15 6 Recientemente, en el sepelio de la educadora Angelina Romeu Escobar, a quien por su fértil vida se le veló en la sede de la Sociedad Económica de Amigos del País, fue necesario pedirle al conductor de la carroza fúnebre que retirase la bandera estadounidense puesta o aceptada por él en la cabina del vehículo. Quienes por impulso propio exigieron que fuera retirada, fundadamente pensaron que la presencia de tal pendón era irrespetuosa en particular con la memoria y los restos de la patriota. ¿Sería esa la única razón para desaprobarlo en un automóvil de propiedad social y administración estatal, y asociado, por añadidura, a una dolorosa solemnidad? Aunque sea un ejemplar de mínimo tamaño, aquella bandera concentra una historia compleja, como la de toda nación; pero los Estados Unidos —país cuyo pueblo tendría derecho a reclamarla para sí, y sanearla— han protagonizado un devenir imperial opuesto a la independencia y la soberanía de Cuba. Es una realidad bien conocida o fácil de conocer para quienes no quieran ignorarla. Temas de esa hondura no caben en un artículo breve, y tampoco lo intentó “¿Banderas nada más?”, mucho menos enjuto que el presente, y publicado en el número de Bohemiadel 5 de septiembre de 2014. (Se reprodujo en varios sitios digitales, como el de la mencionada publicación, y Cubadebate.) El autor no lo cita por afán promocional, sino para ahorrarse consideraciones hechas o esbozadas allí, y sabe que ambos textos molestarán a quienes acepten la propaganda de la globalización neoliberal y paladeen como caramelos sus ruedas de molino. Los megaestados —más claramente: los imperios— propalan cuantas falacias les convengan, para devaluar todo lo que huela a defensa de los derechos nacionales… de otras naciones; pero buscan que los suyos sean hegemónicos y perpetuos. En ese rejuego los beneficia que aquellos a quienes han sometido o intentan someter, o sobre quienes influyen de forma dominante, acaten sus dictados como si vinieran de la naturaleza o de fuerzas divinas incontrastables, no de instituciones que defienden intereses de bolsa y poder.

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Ms sobre banderasPor:Luis Toledo SandeEn este artculo:Bandera Nacional,Cuba,Valores18 abril 2015|156Recientemente, en el sepelio de la educadoraAngelina Romeu Escobar, a quien por su frtil vida se le vel en la sede de la Sociedad Econmica de Amigos del Pas, fue necesario pedirle al conductor de la carroza fnebre que retirase la bandera estadounidense puesta o aceptada por l en la cabina del vehculo. Quienes por impulso propio exigieron que fuera retirada, fundadamente pensaron que la presencia de tal pendn era irrespetuosa en particular con la memoria y los restos de la patriota. Sera esa la nica razn para desaprobarlo en un automvil de propiedad social y administracin estatal, y asociado, por aadidura, a una dolorosa solemnidad?Aunque sea un ejemplar de mnimo tamao, aquella bandera concentra una historia compleja, como la de toda nacin; pero los Estados Unidos pas cuyo pueblo tendra derecho a reclamarla para s, y sanearla han protagonizado un devenir imperial opuesto a la independencia y la soberana de Cuba. Es una realidad bien conocida o fcil de conocer para quienes no quieran ignorarla.Temas de esa hondura no caben en un artculo breve, y tampoco lo intentBanderas nada ms?, mucho menos enjuto que el presente, y publicado en el nmero deBohemiadel 5 de septiembre de 2014. (Se reprodujo en varios sitios digitales, como el de la mencionada publicacin, yCubadebate.) El autor no lo cita por afn promocional, sino para ahorrarse consideraciones hechas o esbozadas all, y sabe que ambos textos molestarn a quienes acepten la propaganda de la globalizacin neoliberal y paladeen como caramelos sus ruedas de molino.Los megaestados ms claramente: los imperios propalan cuantas falacias les convengan, para devaluar todo lo que huela a defensa de los derechos nacionalesde otras naciones; pero buscan que los suyos sean hegemnicos y perpetuos. En ese rejuego los beneficia que aquellos a quienes han sometido o intentan someter, o sobre quienes influyen de forma dominante, acaten sus dictados como si vinieran de la naturaleza o de fuerzas divinas incontrastables, no de instituciones que defienden intereses de bolsa y poder.Desentenderse de los valores patrios, o considerarlos intrascendentes, no beneficia a quienes se propongan cultivar la dignidad de su pas, sino a los poderosos afanados en privarlo de ella. No es casual que est arreciando una burda campaa enfilada a injuriar el legado martiano. Que est condenada al fracaso no basta para pasarla por alto. Curiosamente, se aprecia, sobre todo, en lajas del mbito acadmico estadounidense o calzadas desde all, aunque ha habido y hay en l estudios serios cuyas luces la refutan a fondo.En semejante contexto ocurre que la bandera de los Estados Unidos ondea junto a la cubana, o sola en algunos vehculos que recorren calles del pas. Tambin pululan otras enseas forneas, y no es necesario cultivar aldeanismo ni chovinismo alguno para desaprobar hechos que merezcan repudio. El patriotismo le ha permitido a la nacin cubana alcanzar su independencia y su soberana en lucha sucesiva contra el colonialismo espaol y el imperialismo estadounidense, que no ha renunciado a doblegarla.El respeto que merecen la bandera, el himno, el escudo de la patria debe contribuir a mantener vivo su valor simblico, movilizador. Convertirlos en meros trapos, sonidos, palabras o trastos propicia que dgase con una expresin popular se les coja para el trajn. El humor, que mucho nos ha ayudado, mal asumido puede nutrir tambin la irresponsabilidad y la desidia, as en el pensamiento como en la accin.No procede confiar a meras medidas administrativas, aunque se trate de leyes bien pensadas y a menudo incumplidas, lo que debe asentarse en actitudes conscientes y nociones firmes, abonadas por la historia y la informacin. Pero el temor a excesos de control y al dogmatismo no debe convertirnos en ortodoxos del despelote y la irreverencia ante lo que merece orden y respeto. Semejante desprevencin sera siempre costosa, y ms an si se une a la falta de claridad poltica, raigambre cultural y sentido comn. Qu decir de la desfachatez?

Bicitaxi en La Habana Vieja, 23 de marzo de 2015. Foto: Luis Toledo Sande.

Imagen captada en la calle San Pablo, del municipio habanero de El Cerro, el 14 de febrero de 2015. Foto: Luis Toledo Sande.