materiales españoles diciembre 2008

MATERIALES ESPAÑOLES

Diciembre de 2008

30 años de Constitución:

¿cambio de época?

MATERIALES ESPAÑOLES Diciembre de 2008

Norberto Alcover s.j. 2

ÍNDICE

30 AÑOS DE CONSTITUCIÓN ¿CAMBIO DE UNA ÉPOCA?

� PARTE PRIMERA: DESDE LA REALIDAD

I. UNA CELEBRACIÓN DESANIMADA

1.1. La sonrisa discreta de Letizia

1.2. Nuestra falta de autoestima

1.3. Entre grandes y pequeños anda el juego

II. LA GRAN ESPERANZA NEGRA

2.1. El rol español en los planes de Obama

2.2. La referencia necesaria

2.3. El interrogante de Moratinos

2.4. El ala Oeste de la Casa Blanca

III. LA IMPOSIBLE UNIDAD DE EUROPA

3.1. El protagonismo de Sarzoky

3.2. Una Rusia emergente

3.3. La situación española

3.4. La aportación de Eugenio Recio

IV. A VUELTAS CON LA CULTURA

4.1. La cultura que merece respeto

V. 30 AÑOS DE CONSTITUCIÓN: ¿CAMBIO DE ÉPOCA?

5.1. Sobre la modificación del texto constitucional



� PARTE SEGUNDA: DESDE LA ECONOMÍA

� Preguntas y respuestas a algunas cuestiones socioeconómicas,

por Eugenio M. Recio

� PARTE TERCERA : MATERIALES COMPLEMENTARIOS

1. Menosprecio de la educación, de DIARIO DE MALLORCA, diciembre, 2008

MATERIALES ESPAÑOLES es una publicación trimestral elaborada por

Norberto Alcover s.j., María Teresa S. Lancis y Eugenio M. Recio, para los jesuitas de la Provincia de Aragón en el extranjero.

Dirección postal: C/ Pablo Aranda, 3 28006- Madrid E-mail: [email protected]



Juan Carlos I, supremo garante de la Constitución

� PARTE PRIMERA: DESDE LA REALIDAD

I. UNA CELEBRACIÓN DESANIMADA

Cuando escribimos estas líneas, se han difu-minado por completo los sabores de la todavía re-ciénte celebración del tri-gésimo aniversario de la Constitución española de 1978. Como si tal celebra-ción careciera de relevan-cia en nuestra nación y solamente hubiera sido un trámite en el Parlamento, con sus leones custodian-do la entrada de los pa-dres de la patria mientras llegaban al hemiciclo con

los Reyes al frente. Ausen-tes todos los representan-tes de los nacionalismos extremos, signo inequívoco de que España en cuanto tal no les interesa y se han entregado a sus pasiones secesionis-tas ya sin tope alguno. Un discurso de José Bono, en calidad de Presidente de nuestros representantes, de baja intensidad, y el correspondiente de su Majestad para salir del paso. Como si la situación apenas mereciera la pena, con la excusa de la cercana muerte del empresario vasco Ignacio Uría a manos de unos pistoleros de ETA.

Una sesión de suyo histórica

dominada por la desgana, por una evidente áurea de satisfacción pero todavía más de esperanza. Todo un doloroso síntoma de cuanto nos está sucediendo en España, que camina dando bandazos entre crisis de todo tipo y falta llamativa de timonel que anime de verdad a los remeros y soldados. Todo instantáneo. Todo coyuntural. Todo contingente. Perdida la solidez de aquellos momentos de añorado consenso, cuando lo que de

verdad importaba a nuestros políticos era el bien común tras recuperar la libertad perdida e instaurada con el texto constitucional. Hay que ver cuántas cosas se han venido abajo en treinta años, si bien cuántas se han alzado desde la voluntad común de la concordia popular en todos los ámbitos. Y es que el pueblo resiste incluso las pasiones desvergonzadas de sus políticos. El pueblo lo resiste todo de todo. Calla y otorga, ésta es su culpabilidad más acusada en esta piel de toro, tan eterna como frac-turada. Eso que llamamos España, según repite de unos meses a esta parte por activa y por pasiva un gobierno que durante cuatro años pareció no interesarse en absoluto por ella: Gobierno de España, repite el Presidente y escuchamos tras cual-quier sport televisivo de carácter gu-bernamental.

Una celebración desanimada.

Como la mayoría de nosotros, desani-mados por tantas cosas: crisis econó-



micas, angustia laboral, escándalos desde los poderosos económicos, noticias alarmantes de mujeres maltra-tadas y niños golpeados sin piedad por sus padres, disminución del consumo, el paro en aumento, inmigrantes sin esperanza con vergüenza de retornar a sus países tras tanto esfuerzo, sin viviendas para los más jóvenes, con discusiones bizantinas en el parlamen-to sobre un tal Tardá que grito vivas a la república y muerte al Borbón o sobre las palabras de un tal Crespo, alcalde durante los últimos 25 años, quien dijo no comprender por qué había tanto tonto de los cojones que seguía votando a la derecha. Dios mío, cuántas pérdidas de tiempo parla-mentario en base a estupideces, pero cuánta ocultación de los verdaderos problemas que sacuden la calle espa-ñola desde Ibiza hasta Finisterre, sin olvidar nuestras tierras canarias ahora pretendidamente nación nueva y gritada por una Coalición Canaria hundida en su propio beneficio político más vulgar y oportunista.

Una celebración desanimada

mientras la policía francesa, ahora sí con el aval del denostado Sarkozy, captura a los etarras en cadena y eso nos hace preguntarnos hasta qué punto Mitterrand y Chirac nos tomaron el pelo cuando pudieron hacer lo

mismo, o miraron a otra parte. Y noso-tros moríamos en españoles inocen-tes, pero callábamos, no fueran a molestarse nuestros amigos france-ses, más inteligentes y más democrá-ticos que nosotros mismos.

Treinta años de Constitución y

tantas adversidades superadas para alcanzar este desconcierto actual, que nos margina de las grandes políticas europeas y mundiales, tras los esfuer-zos de nuestro Presidente por sentar-se junto a los chicos mayores del G-20, también como regalo melancólico del mismo Sarkozy y un sí aséptico del jefe de la banda, ese Bush a punto de marcharse por fin, entre el regocijo de los demás poderosos que miraban a Rodríguez Zapatero como invitado de piedra. No en vano más tarde, ahora mismo, lo dejan al lado cuando se trata de organizar la respuesta euro-pea a la crisis dominante: Merkel no asiste porque no le da la gana, que se necesitan bemoles y el hombre de León hace lo mismo pero porque no le invitan y como si no pasara nada de nada. Hay para pensárselo muy des-pacio: nos llevan y nos traen como bártulos históricos como corresponde a un país que durante cuatro años se ha instalado fuera de Europa y junto a los mayores dictadores del momento: desde Castro a Chávez, quienes tam-bién acaban por ningunearnos como pequeños entre los grandes.

1.1. La sonrisa discreta de

Letizia. Una celebración desanimada en la que se distinguía como protago-nista indirecta esa extremadamente inteligente Letizia, siempre discreta y siempre sonriente y siempre junto a su marido, el futuro rey, consciente de cuanto puede llegar a ser, cuando Doña Sofía, su mentora, falte de la escena. Todos serísimos y ella, sin pasarse, regalando una sonrisa ecuá-nime a la cámara, que suele enamo-



La “inteligencia emocional” de Letizia

rarse de ella, como decía Howard Haws de la Monroe. Un síntoma nece-sario en este momento. Porque los posibles cambios constitucionales en materia de sucesión al trono, pueden afectar a sus hijos pero en absoluto a ella, quien sabe muy bien donde está y para qué está donde está.

Letizia, la plebeya inteligente y

ambiciosa (cómo no), entre los cele-brantes de una Constitución que su marido firmó para desvincularse de forma definitiva de mentor anterior, un tal Francisco Franco enterrado en el Valle de los Caídos mientras tantos españoles andan por ahí buscando unas fosas para dar con sus ancestros y otorgarles una sepultura digna, si bien menos llamativa que la del general africano convertido en caudillo de las Españas. Letizia, que mira y que piensa y que planifica: cuando todos estos desaparezcan, mi querido Felipe, llegaremos nosotros, porque sabremos hacer otra transición cueste lo que cueste. Y ella bien que se cuida de que su hombre no olvide este delicado detalle: se cambie o no se cambie la Constitución de 1978, nosotros al poder, no lo olvides, Felipe. Letizia destacada entre todos

esos tipos serios sin remedio porque no están para celebraciones que impli-can molestar a los nacionalistas, que no vinieron una vez más. Salvo los hombres y mujeres de CiU, amables y siempre preparados para un pacto con quien fuere necesario.

1.2. Nuestra falta de

autoestima. ¿Por qué habremos per-dido la oportunidad de celebrar como está mandado el trigésimo aniversario constitucional? Sencillamente, si bien se deduce de las palabras anteriores, porque carecemos de la necesaria autoestima como nación, ahora des-perdigados en autonomías que agotan nuestras energías, si bien esté del todo incorrecto escribirlo: no se trata de eliminarlas, pero sí de contener su voraz apetito tanto político como económico. Un estado es soportable, pero 17 no. Se notaba en la celebra-ción de aniversario, en los abrazos, en los saludos, en las mira-das, en los personajes solitarios, en un monarca triste por algo mucho más profundo que la muerte de Ignacio Uría: por la enfermedad de su país, aquejado de una patología tan difícil de sanar, una bipolaridad entre euforia y depresión cuando los vientos históricos nos zarandean sin piedad.

Falta de vara de medir. Au-

sencia de palabra dada. Sentimiento de que nos toman el pelo porque ape-nas cuentan con nosotros. Inmigrantes dentro y al cabo fuera. Amistades peligrosas. Jóvenes demócratas a los que hay que echar una mano, por fin, para que sus terroristas dejen de matarlos como chinches. Desde más allá de los Pirineos, esa frontera mítica que concita tantos odios y no menos deseos inconfesables. Todavía insen-sibles a los grandes retos históricos, domina-dos por el espectro de El Escorial, en cine y en la vida misma. Parece que solamente sabemos re-



Durán i Lleida, un hombre para todas las estaciones

petir lo de la octava potencia, pero sin atrevernos a ser grandes entre los grandes: cabeza de ratón y pánico a ser parte del león, sin necesidad de convertirnos en su cola.

1.3. Entre

grandes y peque-ños anda el juego. Entre tanto meque-trefe, porque de tal cosa se trata, el elegante Durán i Lleida y su compa-triota, Miguel Roca, dejaban res-balar las mejores palabras del momento: sensatísi-mas, empeñadas, propias pero genéri-cas, con esa visión mediterránea que es capaz de politicar con fenicios y con judíos en beneficio de su propia tierra, pero sin destruir el conjunto. Porque el Tribunal Cons-titucional tiene que emitir su veredicto sobre el Estatut de Cataluña, y quieren curarse en salud, más allá de su mismo presidente Arthur Mas, un tanto jovencito para tales tareas un tanto históricas. Qué sabios son estos políticos catalanes, nunca acaba por romper, pero siempre amagan con la venta de sus votos parlamentarios. A pesar de los engaños repetidos de un mendaz Rodríguez Zapatero, quien entregó la Generalitat a un tal Montilla, ahora criada respondona donde las haya. CiU espera. Espera siempre. Indestructible y sobria como las corbatas de Durán i Lleida, con su resplandeciente calva y sus manera de ministro de exteriores. Siempre escu-rridizo pero también siempre presente. Como hiciera sin descanso su gran

mentor, el Jordi Pujol de González y de Aznar. Toda una escuela.

Y entre tanto personaje medio-

cre y para sorpresa de todos, el Presidente anunciaba que por el

momento no es urgente ni pru-dente toquetear el texto consti-tucional, toda vez que no se produce el con-senso obligado, con lo que des-cargaba la res-ponsabilidad al respecto sobre las espaldas de un PP siempre molesto por lo menos en su boca. Y Mariano Rajoy, en esta nueva etapa de soberana pru-dencia un tanto contenida, deja-ba caer que hay

que abordar esta problemática con manos aterciopeladas, no sea que se fastidie la criatura de forma prematura. Pero sin cerrarse a leves modifi-caciones. Cuáles, no está del todo claro. Pero tampoco las del Presi-dente. En este caso, todos evitan, se miran, pero no pronuncian su palabra definitiva. Y su Majestad detesta un referéndum constitucional solamente para retocar el texto en materia relativa a la sucesión de la corona: o todo junto, a la vez que otras cues-tiones, o nada de nada. Y es que todos temen la respuesta del pueblo…

Mientras comienzan a escu-

charse voces que dejan caer la oportunidad de dar por cerrado el proceso autonómico a la hora de tocar las páginas constitucionales. Muchas



Barack Obama, Dios sabe lo que le espera…

voluntades por aunar a la hora de echar mano del cambio. Y con tipos como el citado Tardá al fondo. Payasos, pero significativos. Y entre tanto y al mismo tiempo, todos los reunidos miraban a otro sitio. Más allá del Atlántico.

Miraba a un tal Barack Hussein

Obama. Y por esta razón, nos sumergimos en él hasta donde sea necesario. Hasta Hillary Clinton.

II. LA GRAN ESPERANZA NEGRA

Tal y como era de esperar, sobre todo en el caso del gobierno español con su Presidente al frente, el candidato demócrata a la presidencia de los Estados Unidos, un Barack Hussein Obama de origen entre keniata y hawaino y radicado en Chi-cago, profesor universitario y con una trayectoria política tan certera como discreta en el Senado, este hombre alto y espigado y de color moreno sin más, se alzaba con la victoria ante un republicano McCain de excesiva edad y contemplado por los ciudadanos como continuación del funesto George Bush.

Y sin embargo, el

viejo McCain desarrolló una campaña excelente, con un aguante físico admirable, sin dejar hasta el final la puerta abierta a su contrincante: resistió con esa capacidad de resistencia de los yanquis que, una vez puestos a la tarea, casi nunca dejan de llevarla adelante. Para bien y para mal. Pero al final, pudo mucho más el carisma un tanto enigmático del hombre de color que proponía un slogan que siempre golpea las conciencias de una ciudadanía desesperada desde Irak hasta Guantánamo: “cambio”, con-cepto culminado en el discurso tras la elección con otro muy kennediano: “sí, podemos”.

El 4 de noviembre de 2008, Estados Unidos demostraba al mundo su intuición de los procesos históricos, en gran medida también por la radi-calidad de la crisis económica que el mundo entero estaba viviendo y que había explotado en USA con las hipo-tecas basura, tras años de pésima gestión republicana: los hombres del petróleo, ese pésimo gabinete de Bush, pagaban las consecuencias de su propio enriquecimiento y de la bancarrota estatal a que habían llevado al país con sus tremendos gastos militares y sus economías virtuales.

Y emergía el chico de color

animado de un espíritu políticamente deportivo, simpático, cercano, una y otra vez junto a su mujer, negra de verdad, y sus dos hijas, no menos intensas de color, como signo de una Norteamérica mestiza y diferente, pre-



Condolezza Rice, el final de la escapada

parada para los nuevos tiempos. Intelectuales y medios de comunica-ción le apoyaron con fervor, las minorías también y zonas tradicio-nalmente de voto republicano se pasaron a su candidatura como un enfermo que se mueve hacia la ventana por donde entra el aire.

Uno piensa que con esta

elección, Estados Unidos se unió mucho más. Y de paso, la Europa tan molesta con un Bush prepotente y lejano, tan lejano como inculto para la sensibilidad de un parisino y de un berlinés, tenía la seguridad de que la preparación universitaria y un tanto sufriente de Obama, resultaría mucho más sensible a la visión europea de las cosas. Y el mundo en desarrollo participaba de esta apreciación, más sensible que racional. Pero a donde íbamos, en España hubo una des-carada alegría, especialmente en nuestro Gobierno con su Presidente al frente: las humillaciones darían paso al reconocimiento más exaltado…

2.1. El rol español en los

planes de Obama. Desde aquella victoria, nuestra administración ha te-nido una serie de reuniones con miembros del equipo del presidente electo, de la misma forma que Mora-

tinos ha charlado con Condolezza Rice, una de las más fervorosas cola-boradoras de Bush para celebrar educadamente su despedida. En gran parte porque Obama parece desear que España actúe de intermediaria entre USA y los jóvenes estados suda-mericanos de orientación bolivariana, sobre todo Venezuela, Bolivia, Ecua-dor y, en parte, Paraguay, quienes se sienten cada vez más lejanos de USA, hasta el punto de tildar a Lula, el brasileño, un tentáculo de los yanquis en la zona. Veremos de lo que somos capaces, porque desde hace años, por ejemplo, nuestras excelentes relacio-nes con la Cuba de Castro, no se han convertido en exultaciones europeas, antes al contrario. Pero es cierto que en esta dimensión pretendida por Oba-ma, podemos intentar jugar una baza de gran relevancia para estados Uni-dos, preocupados por el desembarco chino y ruso en la Sudamérica antaño plácidamente dominada mediante las dictaduras militares: la placidez del asesinato y de los desaparecidos.

Pero un detalle no deja de

preocupar a los mejores analistas. Por mucho que Obama sea un tipo casi socialdemócrata (el casi tiene mucha importancia en el caso de un nor-teamericano), nunca deja de ser prioritariamente norteamericano hasta las cachas, como lo demostró en todos sus mítines y sobre todo en el discurso de aceptación de su elección como presidente de USA, repleto de alusiones a “este país noble y esfor-zado ante todas las dificultades como tantas veces lo ha demostrado y seguirá demostrándolo en estos mo-mentos de altísima responsabilidad histórica”. Un país, una nación que puede cuanto se proponga. Y ahí, se introducía el “sí, podemos”, como ritornello de un discurso marcado por un realismo esperanzado en sus pro-pios conciudadanos, porque tuvo la



George Bush,

un triste final para un tristísimo presidente

Hilary Clinton, una segunda oportunidad

inteligencia de hablar para todos los norteamericanos, sintiéndose ya presi-dente del conjunto. Cuidado, pues, con seguir cometiendo errores como los anteriores de ZP: quedarse sentado al paso de la bandera norteamericana y sacar las tropas de Irak solamente ganar las elecciones de 2004.

Sabemos que Bush nunca olvidó estos detalles, pero tenemos la certeza de que también los tiene en su agenda Obama como signos sospe-chosos de unos tipos españoles que, sin autodominio, son capaces de orga-nizar estos agravios sin temblarles el pulso. Por esta razón, solamente ven-cer Obama, nuestro presidente se apresuró a hablar de “la gran nación norteamericana, a la que siempre respetamos”. Hay que ver cómo Ma-quiavelo triunfa con el pragmatismo político de nuestros líderes. Veremos lo que sucede en las relaciones USA-España, que seguramente mejorarán si no repetimos las torpezas anteriores y aceptamos que hoy día si algo está completamente globalizado es la política exterior del planeta.

2.2. La referencia necesaria.

De momento, lo cierto es que el tal Obama ha montado un nuevo gabinete con la mitad de sus componentes provenientes de la época clintoniana, hasta el punto de nombrar ministra de exteriores nada menos que a quien

fuera su más dura contrincante en el seno de su propio partido: la esposa del mismísimo Clinton, esa Hillary avispada y tozuda, apoyada probable-mente por el aparato de los demócra-tas porque la ven más previsible que el siempre misterioso Obama, un tipo al que nunca han visto venir de frente en sus tareas senatoriales. Un tándem poderoso y, a su vez, un tanto explo-sivo, si bien parece que la sensatez y paciencia de Obama será capaz de llevar adelante su relación con una mujer más agresiva que él y previa-mente acostumbrada a mandar. Preci-samente en el caso de la señora Clinton, será bueno no olvidar que el Vicepresidente de Obama, el senador hasta ahora Joe Biden, es también un experto en relaciones exteriores desde hace muchos años, de tal manera que seguramente será el hombre junto a Obama para relativizar algunas medi-das que Hillary pueda tomar y no gust-en del todo a la presidencia.

Un tándem (el de Hillary-Biden)

de altura que seguramente modificará las orientaciones de la Casa Blanca de



Un hombre bueno para Exteriores:

¿basta la bondad?

cara al exterior, siguiendo la máxima de Obama ya conocida: “con nuestros amigos, llevarse siempre bien, y nuestros amigos son nuestros colabo-radores”. Bueno será, es un decir, ser contados entre los colaboradores, porque de lo contrario no seremos sus amigos… Norteamérica, sobre todo. Las banderas de nuestros padres, que diría Clint Eastwood.

2.3. El interrogante de Mora-tinos. ¿Es Moratinos el hombre más adecuado para montar esta nueva época en las relaciones con Estados Unidos? Siempre sometido al Presi-dente y precisamente por ello, pensa-mos que carece de personalidad suficiente para moverse en el universo político norteamericano, y lanzamos una sugerencia que el tiempo dirá si llega a fraguar como realidad: el actual embajador en Washington, Jorge Dez-callar, precisamente colocado en esa embajada hacia pocos meses por el Presidente español para conducir esta nueva época entre España y Estados Unidos. Anteriormente embajador en Marruecos, experto en el Magreb tras su paso por Rabat, representante de España ante la Santa Sede, pero es

que además fue Director de Centro Nacional de Inteligencia cuando los atentados del 11-M y fue capaz de capear la situación con habilidad y enorme sensatez. Tiene el estilo que gustará sin lugar a dudas en la Casa Blanca y sus relaciones internaciona-les rozan la excelencia. Su limitación: no pertenecer al PSOE y haber ser-vido tanto a González como a Aznar, y en este sentido ser casi un funcionario de altísimo rango más que un hombre de partido. Por otra parte, el segundo de a bordo de Moratinos, Bernardino León, gran amigo del Presidente, es actualmente el mejor colocado para suceder en Exteriores a este hombre bueno, servicial y absolutamente subordinado que ha sido el siempre dialogante Moratinos.

2.4. El ala Oeste de la Casa

Blanca. En fin y para comprender lo que puede dar de sí Obama y su equipo, es el momento de adquirir el conjunto de la serie “El ala Oeste de la Casa Blanca”, una de las mejores obras televisivas llegadas a España. Según me comentan personas que han vivido situaciones semejantes y conocen, además, muy bien el lugar en cuestión, la serie refleja perfecta-mente cuanto sucede en el epicentro del poder mundial. Y en este sentido, nunca hay que perder de vista al Jefe del Gabinete del Presidente, ese Emmanuel quien ya ha participado en la campaña electoral como uno de los estrategas más próximos a Obama. Un pragmático donde los haya y que organizará a los pretorianos en torno al jefe, así como llevará la agenda de acceso al Despacho Oval. Vean la se-rie y comprenderán este último párrafo en todo su alcance. Además, gozarán con una excelente obra televisiva. Obama en el ala Oeste. La serie actual. A esperar.



Sarko, excelente presidente de la Unión Europea

III. LA IMPOSIBLE UNIDAD DE EUROPA

Si bien Sarkozy forzó la reunión de los grandes dirigentes mundiales presididos por George Bush para in-tentar encontrar una estrategia global contra la crisis que nos amenaza y comienza a atenazarnos a todos (na-die se atreve a comentar con un mínimo de seguridad cuándo concluirá y sus concretas consecuencias), reu-nión en la que el ya electo presidente de Estados Unidos, Barack Hussein Obama, prefirió no participar en per-sona, el hecho es que Europa no acaba de encontrar una voz común en estos momentos, antes bien reitera su incapacidad para mostrarse unida y eficaz ante el resto del mundo pero además ante sí misma.

Los nacionalistas estatales

marcan el rumbo en función de sus diferentes estrategias socioeconómi-cas (según sus diferentes situaciones financieras y laborales), creándose dos ejes a todas luces contradictorios y dominantes: de una parte, Reino Unido, Francia y la Unión Europea en cuanto tal, representada por Joao Barroso, defensoras de una intervén-ción fuerte y decidida de los estados en la situación, mientras por su parte, Alemania, siempre gigante en cuestio-nes económicas, prefiere que el esta-do se mantenga mucho más al mar-gen, respetando el libre mercado.

Dicho de otra forma, los

alemanes, siempre pragmáticos, pre-fieren que cada quien resuelva sus problemas y cargue con las conse-cuencias de sus acciones. Otros países, entre los que se encuentra España, tan siquiera son invitados a determinadas reuniones de estos grandes y tienen que conformarse con asistir a los foros de Jefes de Estado y Ministros de Economía respectivos, que en general se limitan a enunciar

decisiones que, más tarde, dejan en manos de cada estado a la hora de tomar medidas definitivas. Una espe-cie de tejer y destejer mientras los países emergentes y por supuesto Estados Unidos se mueven con mucha mayor capacidad de maniobra en función de sus determinaciones.

3.1. El protagonismo de

Sarkozy. Hasta el momento, es evi-dente que Sarkozy apoya a Rodríguez Zapatero como un padre a un hijo, porque pretende tenerle a su favor. Pero llegado el momento de las reuniones claves y un tanto subte-rráneas, lo deja de lado para demos-trarle cuál es su auténtico lugar. Al mismo tiempo que utiliza la lucha antiterrorista contra ETA y su entorno en el llamado santuario francés pire-naico, para aumentar su presión psico-lógica sobre la actitud de nuestro go-bierno en política exterior: Sarkozy pretende que España se sienta en deuda permanente con Francia, obli-gandola a seguirle, sobre todo, en sus relaciones con Estados Unidos, a todas luces la cuestión de mayor envergadura desde que Obama llegue al poder, creándose un eje USA/ Francia apoyado por el Reino Unido, la



Vladimir Putin, el renacer de la Rusia imperial

ZP, ¿soportará la crisis?

Unión Europea como conjunto, y la presencia específica española tras los favores prestados.

Tal y como dijimos antes, la

hiperactividad del Presidente francés suscita comentarios irónicos en mu-chos ámbitos (sobre todo españoles), pero la realidad es mucho más tozuda y resulta que el único gran líder eu-ropeo que ha jugado fuerte la carta de la crisis implicando objetivamente a Estados Unidos, ha sido el vibrante y saltarín Sarkozy, incansable hasta el punto de haber puesto el pie en Rusia y en China. Podrá resultarnos cómico este empeño en actuar de la ceca a la meca, pero el marido de Carla Bruni pisa fuerte en el mundo, provoca conglomerados de actuaciones, y so-bre todo se ha convertido en líder, lo que ningún otro político europeo ha conseguido. Y Francia está saliendo de la crisis con suficiente solvencia. A Sarkozy se le tiene manía pero, a la vez, se le sigue porque se sabe que hace camino al andar. Lo que no ha conseguido ZP en casi siete años de poder. Pero tampoco la mismísima Ángela Merkel.

3.2. Una Rusia emergente.

Mientras tanto, Rusia recupera su protagonismo en base a sus cartas gasísticas y petrolíferas, que condicio-nan a tantos países de Europa

Central, entre ellos Alemania. Y Putin está consiguiendo reorganizar su pre-sencia en Sudamérica, en Cuba (un dato relevante), y no menos en África mediante inversiones desarrollísticas de innegable relevancia, entrando en fricción con los Estados Unidos y la Unión Europea. Si a esta situación se añade la presencia de China en los mismos mercados, entonces asistimos a una remodelación de las fuerzas internacionales, solamente pendientes de cuanto haga el nuevo líder nortea-mericano, con el que la misma China mantiene una relación económica tre-menda: dos potencias que se nece-sitan mutuamente para sobrevivir. Un dato a no olvidar en momento alguno, clave para la presión que USA puede ejercer en un momento dado sobre una Rusia expansiva como en tiempos del Zar.

3.3. La situación española. En

este contexto, España es un país sin industria, solamente capaz de ofertar servicios y turismo de excelente cali-dad pero realidades que, sin desarrollo industrial, casi resultan inoperantes en tiempos críticos. Nuestras exportacio-nes son muy recortadas y nuestro déficit exterior, como es lógico, au-menta con los días. Seremos la octava potencia mundial pero, de cara al futuro y paralizada la construcción, o nos ponemos las pilas y nos industria-lizamos o acabaremos sin ofertas com-petitivas en el mercado mundial. No



Pedro Solbes, todavía ministro, a pesar suyo

hay que olvidar que los destinos turísticos aumentan sin cesar y en tantos casos competitivos en precios y en calidad. El mundo está cambiando sus parámetros y España tiene que hacer lo mismo tras un ciclo en que el ladrillo pudo con todo. Gravísimo error tantas veces advertido desde organis-mos internacionales y la misma Unión Europea, con Almunia al frente como Comisario Económico, al que el socia-lismo español ha menospreciado por completo, igual que a Javier Solana en sus responsabilidades evidentes.

Europa se empequeñece en el

conjunto del planeta y España está abocada a moverse en otra dirección productiva, si bien la suerte de ambas caminan uncida al bien de su relación con USA, China, Rusia y el ahora denostado Brasil, objeto de las iras de los bolivianos, según escribimos con anterioridad. Es el momento de apro-vechar la crisis para modificar nuestros parámetros, so pena de encontrarnos a medio plazo sumergidos en proble-mas internos, previamente analizados, que solamente nos reducirán a un lugar secundario entre los grandes países dominantes. No es fácil situar-se en este magma de tanta perplejidad y complejidad, pero mucho nos teme-mos que, de no provocar el Presidente una revisión muy profunda de su gabinete, los mimbres de su política devengan mortecinos y exagerada-

mente ideologizados. Es el momento de los políticos nacionales/internacio-nales pero amparados por técnicos de altos vuelos en economía, con un Pedro Solbes ya cansado, para des-gracia nuestra.

3.4. La aportación de Eugenio

Recio. Pero de nuestra situación so-cioeconómica, y como siempre, Euge-nio Recio nos ilustra cuando responda a una serie de preguntas que le hemos presentado desde MATERIALES ESPAÑOLES para que tengamos una justa y medida opinión sobre la situa-ción española en materia socioeco-nómica. No dejen de leer sus respues-tas porque valen su precio en oro.

IV. A VUELTAS CON LA CULTURA

Tal y como sucede en el uni-

verso sociopolítico y económico, la cultura española se mueve en un marasmo de contradicciones. De una parte, una cultura un tanto oficial y clasista, refugiada en la ópera, en determinados círculos artísticos que exigen tremenda capacidad adquisitiva

(pintura y diseño, sobre todo), y no menos en la moda de las pasarelas, auténticas muestras de naturaleza cultural para los hombres y mujeres postmodernos. Se venden y se com-pran Grecos y Goyas, pero también Barcelós y Quinovarts, los chicos y chicas de Chanel arrasan con la última



Miquel Barceló, una cúpula para la discordia

colección del extravagante Lagerfeld y desde las páginas del Hola, esa biblia perfectamente elaborada en función de un tipo de lectoras, adquiere carta de ciudadanía tanta gente guapa, en muchas ocasiones vinculada a la supuesta izquierda un tanto divina, y no menos esas excursiones almiba-radas a Nueva York, a Londres o tam-bién a Moscú, ciudad de plena moda con Putin asegurando la seguridad callejera, para comprar antigüedades, comer caviar o sencillamente conectar con los nuevos zares petrolíferos y gasísticos de la antigua URSS.

Se trata de un colectivo que alimenta mucho menos el odio que la envidia de los pobres ya su vez las iras de una juventud antisistema, que cada vez más se manifiesta en Occidente, harta de acabar por su-mergirse en una sociedad como la que contempla en tantos templos del poder, del dinero y de la fama. Arqui-tectos incluidos, actores y actrices en el mismo saco, siempre alguna al-fombra roja preparada para quienes se

introducen en el festín del emperador. ¿De qué emperador? Del emperador de turno según cada circunstancia: su Majestad el Rey, Miguel Barceló que estará presente aunque desprecie a todos los comensales y lo diga entre codazos del personal, Penélope Cruz y Javier Bardem que acceden a mezclarse un ratito con la farándula, entre manifestación y manifestación pro derechos civiles, Alfonso Ussía que presenta o le presentan algún libro sobre marqueses trasnochados, y cosas semejantes.

Emperadores del glamour ante los que el progresismo español cede cada vez más y denomina cultura al conjunto de sus intervenciones vacia-das de toda esperanza social e histó-rica. Tiempos grises en esta cultura oficial y clasista donde el papel couché desea sumergirnos para satisfacer nuestras ambiciones de ciudadanos medios un tanto cultivados pero con sensación de haber perdido nuestro lugar social.



Luis García Montero, el compromiso hecho poesía

4.1. La cultura que merece respeto. Pero junto a este tipo de cultura que cultiva una parte relevante de nuestros prohombres/mujeres, sur-ge otra cada vez con mayor potencia que brega por hacerse un hueco en teatros, en producciones cinematográ-ficas, en librerías, en el vídeo expe-rimental, en los grafitis callejeros, en la moda alternativa, pero sobre todo en el universo de la edición donde, por otra parte, mandan todavía y con razón los grandes nombres siempre jóvenes de quienes siguen iluminando esta selva un tanto oscura del mo-mento. Y nos permitimos citar varias de tales ediciones como sugerencias navideñas para nuestros lectores:

a) Poesía (1980-2008), de Luis

García Montero, en editorial Tusquets. Pocos autores como éste han conseguido conjugar vida urbana e intimismo cálido en unos poemas que parecen poco elaborados pero que significan un hálito de modernidad entre tanta basura como circula en poesía. Casi nos atrevemos a decir que estamos ante una obra poética para toda la familia, tanta en su

pluralidad de enfoque y de resoluciones. Maravilla.

b) El viaje del elefante, de

José Saramago, en editorial Alfaguara. Sobre el extrañísimo viaje de un elefante por Europa, el autor, ya anciano y recientemente muy enfermo, medita sobre las eventualidades humanas y sus tremendas ironías, siempre con este tono ensayístico que le caracteriza, si bien en esta ocasión con una factura literaria de mayor pretensión. No es el mejor Saramago, pero siempre resulta seductor para espíritus selectos.

c) El exiliado de aquí y allá, de

Juan Goytisolo, en editorial Galaxia Gutemberg-Circulo de Lectores. Una obra tan actual (hasta el límite) como redonda, escrita con secreta cortesía hasta sumergirnos en un universo virtual y galáctico desde donde poder contemplar el sentido del Sistema y del Antisistema. Recoge el personaje de Paisaje después de una batalla (1982) para someterlo a la prueba del fuego de un inesperado cambio de vida. De necesaria lectura.

d) Iglesia es Cáritas: la

eclesiología teológica de Josep Ratzinger-Benedicto XVI, de Santiago Madrigal, en editorial Sal Terrae. La última obra del actual decano de Teología de la Universidad Pontificia de Comillas y seguramente su volumen de mayor ambición teológica/eclesial. Denso, de excelente organización, con un respeto al autor que analiza casi extremoso y dejando percibir sus puntos de vista subjetivos solamente en contadas ocasiones para no interferir el análisis objetivo. Madrigal consigue aproximarnos a este Ratzinger/Benedicto XVI de tanta relevancia para la Iglesia actual como Obispo de Roma, además de un teólogo de tanta entidad como



Ridley Scott, el cineasta más polivalente

interrogantes puntos de vista. Sin agresividad alguna pero sin sub-terfugios alguno también, se abre paso como obra que pone de manifiesto la complejidad de la Iglesia precisamente cuando se la estudia en profundidad. Con el tiempo, será un libro de obligada lectura. Exige, eso sí, un mínimo conocimiento previo de bastantes elementos teológicos, pero era imposible evitarlos si se pretendía llevar a cabo una tarea tan seria.

Y muchas cosas más: Calderón y Shakespeare en teatros madrileños, un cine que nos permite contemplar films como Los limoneros, de Eran Riklis, excelente visión del conflicto árabe-israelí pero con un tono de

ácida ironía anormal en este tipo de films, junto a La mujer rubia, de la argentina Lucrecia Martel, análisis exhaustivo de un prototipo femenino del todo atípico y, en fin, Red de mentiras, del ya clásico Ridley Scott, con un despliegue impresionante por los actuales circuitos de la CIA, circuitos que están entre nosotros y que en absoluto podemos imaginar: no es un gran film, pero sí un espeluznante documento ahora que

Obama se aproxima al ala Oeste de la Casa Blanca.

Y en CD musicales nos

atrevemos a sugerir, entre tantos otros, The priets, un grupo de tres sacer-dotes irlandeses que interpretan composiciones religio-sas según el estilo de los Tres Tenores o Il Divo, con voces que impresionan, y también La vida con una serie de interpretaciones y versiones de canciones absolu-tamente populares a cargo de la excelente Ainhoa Arteta, desde

Historia de un amor a Michelle, de una delicadeza, sobriedad y pureza como pocas veces uno ha escuchado a la hora de ponerle voz a este tipo de composiciones. Para hacerse regalos unos mismo… y por supuesto a los demás.

V. 30 AÑOS DE CONSTITUCIÓN: ¿CAMBIO DE ÉPOCA?

Por las páginas anteriores y no menos por las respuestas de Eugenio Recio a nuestras preguntas sobre socioeconomía, comprenderán los lectores/as el por qué el título de esta entrega de MATERIALES ESPAÑO-LES y el hecho de que cerremos tal entrega recuperando tal título. Tenemos la convicción, si bien la formulemos como pregunta, de que las sociedades del momento, las del siglo XXI, están viviendo no tanto una

época de cambio antes bien un cambio de época, de paradigma mundial, de reestructuración de ideas y de sus realizaciones. La crisis financiera y sus epígonos solamente son la consumación de un fenómeno que ya se venía anunciando desde la caída del marxismo y la victoria del capitalismo. Es necesario encontrar un sistema diferente al de los dos ya históricos, de tal manera que todo el mundo pueda vivir en paz y con



Leonor en brazos de Felipe,

¿el futuro de la monarquía?

suficiente grado de desarrollo material y espiritual. Éste es nuestro desafío, acep-tado ahora ya descaradamente tras los tambaleos de la bolsa y el pánico de la banca: dar un salto en lo material para que lo demás pueda desarrollarse de otra manera, salvo que nos empe-ñemos en una auténtica revolución del mundo subdesarrollo y emergente, tantas veces uncido al de las grandes tradiciones religiosas en sus dimen-siones más integristas. Otra cosa es que acabemos por llevar a cabo esta tarea o, por el contrario, decidamos recaer en la ya anciana polémica entre marxismo y capitalismo, si bien lo hagamos con otras palabras que, en realidad, significan lo mismo, tal vez con algunos edulcorantes. Todo esto ha fenecido, pensamos nosotros, y es posible una Nueva Humanidad, en el sentido más relevado del término. 5.1. Sobre la modificación del texto constitucional. Por esta razón, tal vez se haga preciso algún tipo de modificación del texto constitucional, pero siempre sin fracturar la criatura de 1978, como algunos pretenden en un gesto de auténtica frivolidad histórica. Modificar sí, transformarla del todo, no. Es decir, pensamos que el cambio de época enunciado puede llevarse a cabo perfectamente desde tal texto, en la medida en que nuestros hombres y mujeres políticos pueden alcanzar un estadio tal de sabiduría que ejecuten sus planes con la debida prudencia, sin dividirse una y otra vez, antes bien sumando posibilidades. Esto es posible, pensamos. Pero también es posible que, llevados de la ira y de la verecundia, nuestros líderes

acaben por reproducir las con-frontaciones de antaño, sumergién-donos de nuevo en luchas inciviles que solamente debieran avergonzar-nos.

El tiempo dirá por dónde nos inclinamos. Por el momento, lo escrito ya está escrito como centón de suge-rencias para los lectores/as de estas páginas. De cara a la renovación del Nacimiento de Aquél que, desde la pe-queñez de un perdido lugar del imperio, fue capaz de convertirse en paradigma sustancial para toda época. Porque toda época necesita Amor para vivir y para vivirse. Es decir, donación gratuita de uno mismo en beneficio de los demás. Tal vez sea éste el cambio sustancial para que nuestra época cambie de paradigma. Nosotros, el equipo de MATERIALES ESPAÑOLES, hacemos acopio de deseos para que tal Amor realmente renazca estas Navidades y de este mismo Amor les hacemos partícipes a todos ustedes. Sean felices. Cuídense y cuiden a los demás. Un abrazo en nombre de todos los compañeros,

Norberto Alcover s.j.



� PARTE SEGUNDA: DESDE LA ECONOMÍA

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

A ALGUNAS CUESTIONES SOCIOECONÓMICAS

Eugenio M. Recio Profesor honorario de ESADE

1. Cuando hablamos de “crisis económica” ¿de qué estamos hablando concreta y técnicamente?

Aunque en las Ciencias Sociales no hay mucho rigor en las definiciones,

técnicamente las crisis económicas se definen como una disminución importante del crecimiento económico en uno o varios años respecto a los anteriores. El crecimiento económico se mide por el valor de los bienes y servicios producidos y estadísticamente se representa por el PIB (Producto Industrial Bruto). La disminución del crecimiento va normalmente acompañada de un descenso en el empleo y una caída del consumo de los ciudadanos y de la inversión de las empresas. Sin prestar demasiada atención a las exigencias técnicas, se habla también de “crisis económica” cuando hay alguna anormalidad notable en el funcionamiento de las principales variables del proceso económico: evolución de los precios, devaluación de la moneda, déficit del comercio exterior, cambios bruscos en la Bolsa, escasez de créditos, etc., porque en cualquiera de estas situaciones, antes o después, se reflejarán sus cambios en el crecimiento de la economía.

2. ¿Cuáles son las grandes causas, a nivel global, de tal crisis y muy espe-cialmente en España?

Actualmente en el mundo hay dos

tipos de crisis: la llamada “crisis finan-ciera”, provocada por los abusos de ciertas entidades financieras norteameri-canas y, en el caso de España y de otros países desarrollados, una crisis de la economía real. La crisis financiera es difícil de entender por el tipo de productos financieros que inventaron un tipo especial de bancos y otras entidades para ganar más dinero sin tener en cuenta las consecuencias de su pro-ceder, el resultado ha sido que se ha perdido la confianza, que es la base del funcionamiento de los bancos. Al desconfiar los bancos unos de otros no se prestan dinero entre sí y, por tanto, les falta liquidez para conceder créditos, aparte de que tampoco se fían de los potenciales beneficiarios de esos créditos.



La crisis de la economía española se debe al excesivo crecimiento de la construcción de viviendas y al endeudamiento de las familias mediante las hipotecas, que ha hecho posible ese crecimiento. También ha fallado el equilibrio entre lo que importamos y exportamos, provocando un notable déficit exterior, aunque su influjo en la crisis no ha sido tan directo.

3. En nuestro caso, ¿desde cuándo era previsible que la crisis se nos echara encima? ¿Pusimos los oportunos remedios a tiempo o dilatamos el afrontar la cuestión?

Los organismos

internacionales (Fondo Monetario

Internacional, Organización para el Desarrollo y Comercio Económico -OCDE- y Comisión Europea), desde hace dos o tres años, nos han venido avisando del riesgo que corríamos por el

desproporcionado aumento de la construcción de viviendas y el recurso a las hipotecas para financiar su compra. No se pusieron los

oportunos remedios a tiempo porque nuestra economía llevaba muchos años de crecimiento y se creaba bastante empleo, por lo que hubiera sido políticamente “incorrecto” en estas circunstancias frenar el proceso para reequilibrarlo. Prácticamente lo mismo ocurrió en EE.UU.: no se atendió a los que avisaron de las consecuencias que podía tener la desordenada gestión de ciertos instrumentos financieros.

4. La forma de afrontar la crisis según los diferentes gobiernos y especialmente en el caso de Estados Unidos y la Unión Europea, además de China-India, ¿tiene matices diferentes por alguna razón? ¿Los resultados de tales matizaciones también serán diversos o llegaremos todos al mismo lugar?

No se pueden comparar las reacciones de Estados Unidos con las de la

Unión Europea, porque en este caso ni hay un gobierno único, ni los 27 estados comunitarios tienen una economía homogénea. En cuanto a los emergentes China-India, la crisis financiera más bien les ha llegado como rebote de lo que estaba ocurriendo en Estados Unidos y en la Unión Europea. En la decisión de salvar el sistema bancario han coincidido acertadamente los dos grandes bloques desarrollados. El cambio de Presidente en Estados Unidos y la promesa de un cambio profundo que ha prometido Barack Obama explica que en este país se quiera hacer frente a la crisis con un gasto público que puede tener a la larga graves



consecuencias En Europa por lo general hay una mentalidad más precavida por lo que se refiere al gasto público, con la llamativa excepción de Sarkozy. Estas diferencias no van a impedir que lleguemos todos al mismo lugar, que es la normalización del funcionamiento de la economía, pero no veo claro que en los dos casos se vaya a dar al mismo tiempo, porque la economía americana, a pesar de todo, tiene unas posibilidades muy superiores a las de la fragmentada Unión Europea.

5. ¿Cómo se explica el apoyo incondicional a la Banca por parte de los Gobiernos, cuando la Banca ha sido la causante, en gran parte, de la crisis que estamos padeciendo? ¿Real-mente es la Banca un factor tan relevante del universo financiero, teniendo presente que ella siempre juega con el dinero de los clientes? ¿Qué está sucediendo?

En economía comparamos la circulación

monetaria con el sistema sanguíneo del cuerpo humano y por eso la Banca tendría las funciones fisiológicas del corazón. Si se dejara que la Banca se hundiera, como merecerían algunos Bancos y banqueros, el desastre económico sería mortal. Hay que tener en cuenta que hay distintos tipos de Bancos: los comerciales, que son los más conocidos, y los Bancos de inversión, que no existen en todos los países y son los causantes de la catástrofe con otras entidades afines como los diversos tipos de Fondos de Inversión. De los Bancos comerciales se puede decir, en alguna forma, que juegan con el dinero de los clientes, aunque operan también con el dinero que ellos pueden crear. En los Bancos y Fondos de Inversión los procesos son mucho más complicados y esto es lo que está sucediendo, que con la llamada “ingeniería financiera” se ha creado una nueva forma de hacer negocio. Hasta ahora las finanzas estaban al servicio de la economía real pero la gran “innovación” ha consistido en que se han independizado en gran parte y ahora pueden negociar para conseguir beneficios sin tener que someterse a las exigencias de la producción de bienes y servicios, que es la economía real en la que todos pensamos.

6. ¿Qué desarrollo juzga que seguirá el desempleo en España mientras dure la crisis, pero también después? ¿Será capaz la Seguridad Social de afrontar en las actuales circuns-tancias el número de parados perma-nentemente en aumento?

La crisis en España está

afectando a tres sectores que crean mucho empleo, aunque de diferente cualificación, y que dependen mucho del crédito: la construcción, y en alguna



forma el turismo, que emplean mano de obra poco cualificada y por eso, en gran parte cubren sus necesidades con la inmigración y el sector del automóvil que necesita mano de obra más cualificada. En los sectores de la construcción y el automóvil, sobre todo, se da trabajo a muchas otras empresas que les proveen de diversos materiales y servicios. En los dos casos todavía no se ha terminado con los reajustes por lo que se espera que en 2009 siga aumentando el desempleo aunque las inversiones aprobadas para las infraestructuras, construcción de viviendas de protección social y rehabilitación de viviendas podrían reducir el ritmo de aumento del paro. Después de la crisis la economía española ha de tener un nuevo modelo productivo en cuanto se han de impulsar otros sectores, para compensar la disminución del peso del sector de la construcción en el PIB, pero esto exigirá bastante tiempo de manera que el horizonte del empleo es poco optimista, lo cual podría afectar especialmente a los inmigrantes, si no fueran un recurso fácil para la explotación laboral.

En cuanto a si la Seguridad Social tendrá recursos para que los parados

puedan cobrar el Seguro de Desempleo, hay que tener en cuenta que actualmente éste no está integrado en la Seguridad Social y tiene autonomía en cuanto a las cotizaciones y la gestión, que lleva el INEM. Por otra parte según la legislación vigente no todo parado tiene derecho a ese Seguro, pues para ello se tiene que haber cotizado durante cierto tiempo lo cual determina también la duración que tendrán sus prestaciones. Según datos oficiales con este Seguro se cubre actualmente el 66% de las personas que están en paro. Para los que no cumplen las condiciones requeridas o han superado el límite de su duración, el Gobierno a través del Presupuesto Público facilita un subsidio asistencial, que depende de las circunstancias personales y familiares de cada parado. El riesgo de insolvencia del Seguro de Desempleo contributivo es, por tanto, limitado y, en caso de que escasearan sus recursos, el Gobierno se ha comprometido a cubrir el déficit, recurriendo también al Presupuesto Público.

Las perspectivas del empleo en España no son, por tanto, nada optimistas y si antes del boom inmobiliario no teníamos puestos de trabajo para la población activa autóctona con la inmigración el problema es todavía mucho más grave.



� PARTE TERCERA: MATERIALES COMPLEMENTARIOS

MENOSPRECIO DE LA EDUCACIÓN

Norberto Alcover Diario de Mallorca, diciembre 2008

Una y otra vez escribimos desde estas páginas del insufrible caos que la

postmodernidad nos está organizando a todos y cada uno de los habitantes del planeta, hasta desembocar en la crisis actual. Porque toda vez que hemos entronizado el relativismo ético y estético, además de moral y social, entre nosotros como vía de comunicación y, previamente, del conocimiento, el todo vale se ha instalado entre nosotros, sin que aceptemos, por supuesto, reconocerlo como una realidad dominante en nuestras relaciones interpersonales y colectivas. Es decir, vivimos y nos movemos en el todo vale, porque todo es relativo, pero rechazando que el todo vale tan siquiera exista: quedaría mal en personas tan desarrolladas intelectualmente, pero es que también no podemos admitir que una cultura como la nuestra que rinde culto a la búsqueda de la verdad, desde Aristóteles y Jesucristo hasta Habermas y Zubiri, por ejemplo, se deslice ahora, de golpe y porrazo, hasta el terreno facilitón y tan peregrino de un relativismo que, en cada momento y en cada circunstancia, nos permite decidir que la verdad (y lo real) es del todo diferente a la del día anterior. Todo vale si todo es permanentemente diferente y nada se mantiene en su propia esencia. Vale y nos abre un delicioso camino a la vulgaridad más frívola. Es decir, a la facilitonería. A la mentira.

He comenzado con

esta prolongada introducción de naturaleza un tanto filo-sófica, porque el menosprecio educativo radica en cuanto llevamos escrito: menospre-ciamos la educación porque la venimos sometiendo, desde hace unos treinta años, a una relativización permanente de su naturaleza, de sus ins-trumentos, de su función y hasta de su lugar en nuestra sociedad. De ahí, los su-cesivos y contradictorios plan-es de enseñanza, militantes

fieles de cada partido en el gobierno, especialmente en el caso de la LOGSE, que los espíritus más progresistas todavía son incapaces de someter a una crítica feroz, tal y como se merece. Y que ha llenado las universidades de personas sin el menor dinamismo de esfuerzo y de esa competitividad necesaria para no sucumbir en la selva de la vida posterior, que es la sociedad. Facilidades durante la ESO y el bachillerato hasta límites irrisorios que desmotivan al alumnado y, en fin, los anima a abandonar los estudios para dedicarse a cualquier cosa que produzca dinero inmediato, descartada inclusive la Formación Profesional, un recurso infravalorado en esta España tan inculta pero tan soberbia a la hora de reflexionar sobre su futuro.



El fracaso escolar nos lo hemos trabajado a conciencia, sometiéndolo al espíritu postmoderno, frívolo, caduco, emocional y, en fin, relativista.

Ridiculizando, en el colmo de la estupidez, que estudiar algo exige esfuerzo

del que estudia, de sus profesores/as, pero no menos de los padres del estudiante. Un triunvirato que, aunque resulte incorrecto socialmente, en gran medida tiene que ver con la dejadez responsable de muchos padres, puede que absortos en su vida laboral y en sus ambiciones materiales. Nada más complejo hoy en día que estar junto a un hijo a lo largo del desarrollo educativo del mismo.

Porque si los sucesivos planes de estudio son un descalabro permanente

para los alumnos, y los padres, puede que con algún tipo de causalidad comprensible, pasan de sus hijos estudiantes hasta defenderlos de las exigencias del profesorado, de falta de preparación, de falta de motivación y, para colmo, de falta de personalidad: el profesorado, en general, hace cuanto puede con sus alumnos/as, pero nada más, porque algo más resulta imposible. Este plus deseado, tiene que desarrollarse en el contexto familiar y, por ampliación, social. Exigírselo al docente, roza el cinismo y el absurdo. Y es que todos participamos del espíritu relativista que comentábamos al comienzo: derechos siempre y deberes nunca. Facilidades siempre y responsabilidades nunca. Así es imposible vivir no sólo en el ámbito educativo sino en la vida misma. Sobreviene la mediocridad, el adocenamiento y, a la larga, un aumento incalificable del clasismo, porque los más trabajadores se distancias cada vez más de los instalados en la mediocridad. En primaria, en secundaria, en bachillerato, pero también en la universidad. Y con el Plan Bolonia, el drama educativo universitario aumentará hasta límites impensables en este momento.

Y permítanme una consideración de familia. La palabra que desde siempre ha

acompañado el espíritu educativo de la Compañía de Jesús, es excelencia, siguiendo la formulación de la célebre “Ratio Studiorum” del mismo San Ignacio. En este momento, a Dios gracias, el ministerio español correspondiente, comienza a repetir que la enseñanza española debe de ser una enseñanza de la excelencia. Pero excelencia, en nuestro caso, implica tres elementos mediante los que se desarrolla: trabajo personal/esfuerzo, ofrecerle “todo el hombre”/dedicación y, sobre todo, conciencia de la redundancia social del estudio/solidaridad. Tengamos, pues, sentido común: si queremos alumnos excelentes, intente-mos que los planes de estudio, los profesores en su formación y los padres en su responsabilidad también sean excelentes. De lo con-trario, seguiremos huyendo hacia adelante y, de paso, machacaremos, sin descan-so, a una y otra generación futura de españoles todavía inexpertos. Todo lo demás, son excusas inútiles. Nada más.

materiales españoles diciembre 2008

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