maximilien rubel e louis janover - marx anarquista

Upload: foktrua

Post on 03-Apr-2018

226 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    1/96

    MARXANARQUISTA

    Maximilien RubelLouis Janover

    -oo0oo-

    Ttulo original: Anarchisme. (Texto provisional de uno de losartculos previstos para un Lxique de Marx, elaborado conjun-tamente por Maximilien Rubel y Louis Janover.)

    Primera edicin:Etctera, 1977Correspondencia:

    Etctera. Apartado de Correos 1363.08080 Barcelona

    -oo0oo-

    BibliotecaOMEGALFA

    http://www.omegalfa.es/http://www.omegalfa.es/http://www.omegalfa.es/http://www.omegalfa.es/
  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    2/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 2

    El ttulo del presente libro no es ninguna provocacin. La concep-

    cin marxiana del poder y del Estado a extinguir como objetivofinal del proceso emancipador del proletariado, obliga a conside-rar a Marx como terico del anarquismo. Slo una polmica vacade contenido sobre el Marx partidario del comunismo de Estado, y,

    sobre todo, el gran equvoco que es el marxismo, ideologa domi-nante del siglo XX, han podido convertir al crtico del Estado el

    Estado y la esclavitud son inseparables escriba Marx en 1844-en aval del mayor Estado, la Rusia llamada sovitica, y al crtico

    del totalitarismo en cualquiera de sus formas (bonapartismo, pru-sianismo, y zarismo), en idelogo de los regimenes y partidos mstotalitarios.

    El libro que ahora reeditamos, escrito en 1977 por MaximilienRubel y Louis Janover, rastrea desde los primeros escritos deMarx de los aos 1840 y 1850, hasta los de su actividad durantelos ocho aos de la AIT (de su fundacin en 1864 a su disolucinen el Congreso de la Haya en 1872), para ver dnde arraiga en

    Marx su posicionamiento anarquista, y para arrojar luz sobre unapolmica alimentada por una ambigedad original, la que se de-riva de la posicin de Marx respecto a la lucha a llevar a cabo porlos trabajadores en vistas a su emancipacin. Se trata del conflictoentre los fines y los medios de la lucha emancipadora del proleta-riado. Si es difana su crtica del poder poltico y del Estado, estambin clara su posicin en pro de la accin poltica como mediode conseguir la abolicin del Estado. Antes de la abolicin del

    poder poltico Marx contempla la etapa de la conquista de estemismo poder: la constitucin del proletariado en clase dominante.

    De todas formas, esta ambigedad originaria (la abolicin delpoder poltico y la conquista de este poder) no empaa lo difanodel objetivo a conseguir.

    En 1864, vista la derrota de la clase obrera en las revoluci o-nes de 1848, la conquista del poder poltico aparece para Marx y

    para todos los fundadores de la Internacional como el principal

    deber de la clase obrera, y as queda reflejado en los estatutos dela AIT. En 1868, Bakunin funda la Alianza de la democracia socia-lista que se adhiere a la Internacional como secciones de la AIT,

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    3/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 3

    ya que su adhesin como tal Alianza, con programa y estatutos,haba sido rechazada por el Consejo General (Marx era su porta-voz oficioso). Empieza una polmica que no acabar hasta la des-

    truccin de la Internacional. Marx y Bakunin coinciden sobre lascuestiones de principio: el objetivo de la lucha de la clase obreraes la destruccin del capital y del Estado; la emancipacin econ-mica de la clase obrera es el objetivo al que debe subordinarsetodo el movimiento poltico como simple medio. Se oponen sobre elmtodo a seguir. Para los partidarios del Consejo General, llama-dos los polticos, es preciso conquistar la democracia poltica co-mo medio de abolir la poltica. Para los Aliancistas, llamados anti-

    polticos, son las asociaciones obreras, desde abajo, el medio paraliquidar el poder poltico. La polmica no abordada y las cuestio-nes personales acabarn con la Internacional.

    Siglo y medio despus tiene inters reeditar este texto? Cuandose edit por primera vez, en los aos 1970, estas cuestiones sobrelos fines y los medios del movimiento social hacia su emancipa-cin, corran, formuladas de otra forma a tenor de las luchas en

    curso, por entre el movimiento asambleario en barrios, fbricas,universidades, prisiones. Aos en los que bullan ideas en las cabe-zas an redondas (tenemos las ideas redondas para que las ideascirculen, deca Picabia). Con la cuadratura del crculo (podradesignarse as el mundo al revs que soportamos, donde cada pa-labra significa su contrario, donde el lugar de la verdad lo ocupala mentira generalizada, donde se confa erradicar la pobreza alos que la generan, donde se confunde el progreso con el progreso

    de la destruccin?) queda hoy espacio para plantear estascuestiones en su forma pertinente vistos los cambios operados eneste siglo y medio? Pensar el fin del capitalismo y del Estado?Viejas cuestiones quizs ms nuevas que las que llenan las pginasdel ltimo peridico.

    (Las citas de los libros a que se refieren los autores las dejamos taly como ellos las citan segn los respectivos originales.)

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    4/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 4

    MARX, TERICO DEL ANARQUISMO. PRIMERA PROFESIN DE FEANARQUISTA. CRTICA DE LA ALIENACIN POLTICA. ABOLICINDEL PODER POLTICO - CONQUISTA DEL PODER POLTICO.

    La concepcin hegeliana del Estado rebaja la sociedad civil, susleyes y sus intereses a una realidad subordinada, al mismo tiempoque erige al Estado en fin inmanente de dicha sociedad. Fue esainsoluble antinomia, que alimentaba manifiestamente las institucio-nes polticas y jurdicas de la monarqua prusiana, la que Marxescogi como blanco de su primer trabajo crtico importante, trashaber tenido que renunciar, primero, a una carrera universitaria y,luego, de publicista en su patria. La transicin entre la sociedadcivil y el Estado se lleva a cabo en Hegel segn el modelo de la

    Lgica, donde el paso de la esfera de la esencia a la del concepto selleva a cabo sin trabas. Evitando considerar a los sujetos reales co-

    mo fundamentos del Estado, Hegel erige al Estado en sujeto, ensustancia mstica, en soberana viviente, siendo presentado el mo-narca como encarnacin de la Idea. Ante la alternativa: soberanadel monarca o soberana del pueblo, Marx se pronuncia por la de-mocracia como verdad de todas las formas de Estado, postuladocuyas implicaciones tericas y polticas conduciran pronto a unreplanteamiento radical del Estado poltico y a la teora de una

    praxis revolucionaria que planteara la abolicin, la Aufhebung,del Estado como tal como ltimo objetivo a alcanzar, sino deinmediato, seguramente en un previsible futuro, en tanto que de-terminado por la voluntad emancipadora de los esclavos modernos,del proletariado industrial ya empeado en el combate decisivo. Laexigencia de un Estado conforme a la razn, obra consciente y rea-lidad social de individuos empricos, de una democracia que absor-

    bera al Estado poltico, de una comunidad liberada de cualquier

    burocracia jerrquica y autoritaria, de todos los rdenes mediadoresentre gobierno y pueblo, en suma, de una sociedad que excluyeralos privilegios de clase, de nacimiento y de fortuna y que permitira

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    5/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 5

    a todos los ciudadanos la participacin en los asuntos generales delEstado -unida dicha exigencia a la de una reforma electoral querestablecera la autntica relacin entre la sociedad civil y sus ele-

    mentos representativos- fue el primer paso dado por Marx en lalnea de una teora social donde socialismo, comunismo y anar-quismo iban a fundirse en un todo cuya base conceptual estaba pordeterminar:

    La reforma electoral es pues, en el interior del Estado pol-tico abstracto, la reivindicacin de su disolucin, conjunta-

    mente con la disolucin de la sociedad civil (Anti-Hegel, 1843,MEW, I, p.327).

    En el momento de escribir estas lneas (verano de 1843), proba-blemente Marx ya se haba familiarizado con la literatura socialistaalemana y francesa, entonces en boga en los ambientes radicales,democrticos y liberales. Sin duda saba que los primeros socialis-tas y comunistas ignoraban tales apelaciones, que nacieron y se

    propagaron entre 1830 y 1840, y que Babeuf y los amigos de laigualdad eran llamados anarquistas por los aristcratas que laConvencin inclua en su seno, como poda leerse en el relato deBuonarotti, Conspiracin para la igualdad llamada de Babeuf(1828). Al tomar la resolucin de elegir como objeto de la crtica elEstado poltico y el sistema representativo, era perfectamente cons-ciente de que iba a afrontar el problema de la mediacin poltica

    entre el hombre y la libertad del hombre, en otras palabras, el pro-blema de la diferencia entre la emancipacin poltica y la emanci-pacin humana. Y es de lgica que la primera declaracin pblicaen la que defina el campo de lucha que en lo sucesivo iba a ser elsuyo fuera una profesin de fe anarquista:

    Slo cuando el hombre real, individual reabsorba en s mis-mo al abstracto ciudadano y, como hombre individual, exista anivel de especie en su vida emprica, en su trabajo individual,en sus relaciones individuales; slo cuando, habiendo recono-

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    6/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 6

    cido y organizando sus propias fuerzas como fuerzas socia-les, ya no separe de s la fuerza social en forma de fuerza polti-ca; slo entonces, se habr cumplido la emancipacin humana.

    (La Cuestin juda. 1844, MEW, I, p.370).

    Esa crtica de la alienacin poltica, expresamente formuladacontra Rousseau, enuncia el postulado fundamental de la ticaanarquista a la que Marx se suscribiera al hacerse comunista. Lanica modificacin que luego aportar a esta posicin inicial de suteora ser el abandono del concepto feuerbachiano de ser gen-

    rico que sustituir por el concepto de ser social. Quedar sinembargo una grave ambigedad originaria: la condena del poderpoltico y del Estado -definido como existencia de la esclavitud-,y la eleccin de la accin poltica como medio de conquista de un

    poder de clase considerado indispensable pero provisional, podernecesariamente dictatorial debido precisamente a la oposicin mili-tante de la clase minoritaria preocupada por conservar sus privile-gios materiales y morales. El carcter ambiguo de la posicin pol-

    tica de Marx procede de la naturaleza de los medios prcticos pre-vistos para el perodo de lucha y de transicin que el proletariadotendr que atravesar antes de haber alcanzado esa madurez intelec-tual que confirmar su aptitud para gobernar. Pero la ambigedadde la praxis poltica no empaa en absoluto la transparencia de lafinalidad de las acciones a llevar a cabo: puesto que Estado y es-clavitud son sinnimos, el gesto poltico de la abolicin queda encierto modo santificado por el objetivo a alcanzar.

    Aunque muy amigo del orden, soy, con toda la fuerza deltrmino, anarquista. Esta profesin de fe, que Marx pudo leer enla primera memoria de Proudhon sobre la propiedad ( Qu es la

    propiedad?,1840, p.229), tena que parecerle del todo conformecon las premisas formuladas por el pensador francs, cuya argu-mentacin rigurosa y sutil, al mismo tiempo, admiraba por enton-ces, y superior, con mucho, a los vagos pensamientos de los disc-

    pulos de Saint-Simon y de Fourier. No se trataba, por supuesto, deaprobar la frmula pretendidamente hegeliana que Proudhonempleaba para demostrar que el verdadero modo de asociacin

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    7/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 7

    humanitaria era tan slo la sntesis resultante de la correccinde la tesis mediante la anttesis, o sea de la comunidad mediantela propiedad (obra citada, p.217).

    Sin llegar a imitar a Engels, quien escriba que la obra de Proud-hon era, desde el enfoque de los comunistas, la obra ms filos-fica en lengua francesa, Marx no dejaba de suscribir las observa-ciones de Engels, el joven comunista de quien no tardara en hacer-se amigo: ...tras haber demostrado que todas las formas de gobier-no son igualmente discutibles, trtese de la democracia, de la aris-tocracia o de la monarqua, que todas gobiernan mediante la fuerza,

    y que incluso en el mejor de los casos posibles la fuerza de la ma-yora oprime la debilidad de la minora, (Proudhon) llega definiti-vamente al resultado: Nous voulons l'anarchie (Queremos laanarqua). Lo que precisamos es la anarqua, el reino de la persona,la responsabilidad de todo individuo ante nadie ms que l mismo(Engels, Progreso... 4.11.1843). Desde sus primeros contactos di-rectos, Marx y Engels coincidiran con la tica anarquista de Wi-lliam Godwin, el cual defenda el sistema republicano de la polti-

    ca (...) y atacaba la naturaleza misma del Estado, al afirmar que elEstado es un mal (Engels, La situacin en Inglaterra..., 11-9-1844).

    Si la esencia del Estado, con la de la religin, es el miedoque la humanidad tiene de s misma, este miedo llega a su pa-roxismo en la monarqua constitucional... (Engels, ibid.,18.9.1844).

    Cuando Engels escriba esas lneas, el acuerdo entre Marx y lera perfecto, pudiendo incluso afirmarse que Marx retuvo la lec-cin de Engels que, hablando de la experiencia de tres milenios,afirmaba que no haba vuelto ms inteligentes a los hombres y queel resultado de la locura de los hombres era el estado poltico de laEuropa de aquel tiempo. La inhumanidad de todas las formas deEstado tena que llevar, segn Engels, a la conclusin de que elEstado era en s mismo la causa de todas las taras sociales y quetoda democracia que no fuera social, es decirsocialista, slo poda

    perpetuar la dominacin de los ricos sobre los pobres. Hacia la

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    8/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 8

    misma poca, Marx reemprenda su polmica contra Bruno Bauercon motivo de La Cuestin juda y de la emancipacin humana, yrecapitulaba sus tesis sobre el Estado y la religin, los derechos del

    hombre y el egosmo del individuo burgus, la sujecin del tra-bajo asalariado en el Estado y en la sociedad moderna, etc. El esp-ritu fundamentalmente anarquista de la crtica que Marx desarrollaen La Sagrada Familia (1845) lo manifiesta en la denuncia de laesclavitud de la sociedad burguesa bajo el disfraz del mximo delibertad. Marx caracteriza esa libertad como anarqua (en el sen-tido tradicionalmente peyorativo de ese trmino), siendo el estadoanrquico la ley de la sociedad burguesa emancipada de los privi-legios corporativos.

    Pero es especialmente en la apologa de Proudhon, atacado porlos crticos crticos, donde Marx revel un acuerdo de principio,aunque precisando que la crtica proudhoniana de la economa pol-tica -primer paso hacia una verdadera ciencia de esa disciplina-no supera el horizonte de la sociedad burguesa: los lmites deProudhon se explican por su mala suerte al haber nacido francs y

    no alemn (MEW, II p.35): Al hacer de la auto-emancipacin delproletariado el principio mismo de la negacin de las institucioneseconmicas y polticas de la sociedad burguesa, Marx super conmucho la crtica proudhoniana de la propiedad privada y del Es-tado, crtica que, en los escritos posteriores a Qu es la propie-dad? (1840), fue sustituida por las ambigedades de una teora queen ltima instancia desemboca en la apologa de la propiedad y delEstado. El credo anarquista de Marx es, comparado con el deProudhon, de un radicalismo mucho ms riguroso:

    En el mundo moderno, cada uno es al mismo tiempo miembrode la esclavitud y de la comunidad. Precisamente es la esclavitudde la sociedad burguesa lo que da apariencia de mayor libertad

    por la autonoma del individuo: ste confunde el movimientodesenfrenado (...) de sus elementos vitales alienados, como la

    propiedad, la industria, la religin, etc. con su propia libertad,cuando en verdad es su servidumbre y su inhumanidad realizada(La Sagrada famila,1845, MEW, II, p.123).

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    9/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 9

    Marx opone a la anarqua del comercio y de la industria libresque caracteriza al Estado moderno plenamente desarrollado, marco

    social de la guerra de todos contra todos, del conflicto permanentede los egosmos, anarqua que enmascara un estado de falsa liber-tad, de servidumbre emancipada, el sueo materialista de unsocialismo-comunismo en el que cualquier hombre experimenteen el mundo emprico la verdadera humanidad, en el que el hom-

    bre realice plenamente su naturaleza social: he aqu, en pocos ras-gos, la visin de una sociedad tal como se presentara en los escri-tos de quienes eligieron llamarse anarquistas, apelacin queMarx vacilar en adoptar para s mismo, ya que aun suscribiendo lacausa emancipadora de un Godwin, de un Proudhon o de un Owen,rechazar, sin embargo, la identificacin con el individualismonihilista de un Max Stirner.

    A primera vista, la violencia del enfrentamiento Marx-Stirnerpodra sorprender. El autor de El nico y su propiedad(1845) nosuper en el combate contra la especulacin hegeliana a los Straus,

    Feuerbach, Bauer, etc? No hizo tabla rasa de esas entidades hipos-tasiadas -Dios, Humanidad, Espritu, Idea-, espectros y fantasmasque obsesionan la conciencia del individuo moderno? No se re-vel, como nadie antes que l, enemigo de la espiritualizacin deluniverso, rompiendo radicalmente con el gran taumaturgo de laIdea, el sacerdote del Concepto, el filsofo de Estado: Hegel? Nohaba captado mejor que nadie el secreto del liberalismo poltico aldemostrar que disimulaba la sujecin del individuo al poder, elsecreto de la libre competencia que disimula el reino del dinero, delcapital y del Estado, el cual a su vez disimula la explotacin de lostrabajadores, erigindose en garanta del inters general de la na-cin? Este san Max no llev precisamente su nominalismo in-transigente hasta tratar de fantasmas a la nacin, al pueblo y al Es-tado?

    Seducido por la dialctica del liberado berlins Stirner, Engels

    se haba tomado en serio este egosmonihilista, mientras que Mo-ses Hess slo vio tras el egosmo consciente del nico unamanifestacin de la barbarie civilizada del mundo de los merca-

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    10/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 10

    deres y del dinero, la conciencia realizada de la alienacin mutuade los individuos. Segn Hess, Stirner ignoraba la antinomia entresocialismo y Estado: Su oposicin al Estado es la oposicin com-

    pletamente ordinaria de los burgueses ilustrados que, tambin ellos,consideran al Estado responsable de que el pueblo sea pobre y pasehambre. (Los ltimos filsofos, 1845, p.391). Como Proudhonglorifica la anarqua, pero, en su rechazo de toda autoridad exte-rior, llega hasta condenar el reino de la razn. La unin de losegostas reclamada por Stirner slo es la forma ms brutal delegosmo, el retorno al estado salvaje. No cesa de proclamar ladestruccin del Estado, pero permanece de hecho sobre el terrenodel Estado (ibid., p.392).

    Marx y Engels dedicaron a ese pseudo-anarquismo de Stirneruna parte importante de su panfleto dirigido contra los principalesrepresentantes de la Ideologa alemana, trabajo para el que no pu-dieron encontrar editor. De punta a punta de ese voluminoso escri-to, su crtica de la poltica y del Estado toma una coloracin neta-mente anarquista: aunque evitaron el uso de ese trmino, su co-

    munismo no dejaba de conducir al imperativo de Derribar el Es-tado, condicin del completo desarrollo de la personalidad (MEW,III, p. 7). Sin embargo, los autores de La Ideologa alemana (1845-1846), al rechazar en bloque la crtica radical que Stirner empren-diera contra el apriorismo de la filosofa hegeliana en nombre delgenio individual y de la subjetividad concreta y contingente, volun-taria y sensible que no era ni la del Yo universal de Kant ni la delYo absoluto de Fichte, no supieron tomar en cuenta la reivindica-cin de una existencia individual completamente desarrollada quese desprende del nihilismo egocntrico del autor de El nico y su

    propiedad. Aparecida unos meses antes de la publicacin de LaSagrada Familia, esa obra anticipaba en ciertos aspectos los ata-ques devastadores contra el misticismo ideolgico de la filosofahegeliana y de toda filosofa especulativa (Marx a N.F. Danielson,7.10.1868). Aunque slo fuera por haber obligado a Marx a definir

    y a desarrollar sus propias concepciones de nuevo adquiridas, laobra de Stirner merecera ya un sitio de honor entre las fuentesliterarias que dieron a luz la teora materialista de la historia. Marx

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    11/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 11

    y Engels crean haberlo dicho todo del nihilismo estril de Stirnerburlndose de la inanidad de la revuelta del nico: no bastabacon glorificar la insatisfaccin moral del individuo maltratado por

    las circunstancias exteriores para elevarse por encima del ordenestablecido, para salirse de l y sacudir con ello los fundamentos delas instituciones.

    Ya sabemos lo que significa salir del orden existente. Esla vieja ilusin de que el Estado se hunde por s solo desde elmomento en que todos los miembros salen del mismo, y que el

    dinero pierde su valor si todos los obreros se niegan a acep-tarlo. La forma hipottica de esta frase expresa por s sola elcarcter quimrico y la impotencia del deseo piadoso. Es la vie-

    ja ilusin de que slo depende de la buena voluntad de la genteel cambiar las condiciones existentes y que las condiciones exis-tentes son ideas. La modificacin de la conciencia, separada delas condiciones, tal como los filsofos la practican como voca-cin, o sea como negocio, es a su vez un producto de las condi-

    ciones existentes y forma parte integrante de ellas. Este auge dela idea por encima del mundo es la expresin ideolgica de laimpotencia de los filsofos frente al mundo. Sus charlatanerasideolgicas son desmentidas da a da por la prctica. (La Ideo-loga alemana, 1845-1846, MEW, III, p.363).

    Ni Marx ni Engels estaban aparentemente dispuestos a prestar,

    aunque slo fuera un poco de atencin, a la tesis -expuesta sin dudacon demasiado nfasis- segn la cual, al ser la conciencia responsa-ble de todo, nicamente el rebelde podra oponerse eficazmenteal orden establecido, mientras la chusma que consiente sigue sien-do para siempre pecadora. Y, sin embargo, no hicieron en suobra un puesto muy particular para la conciencia comunista que,segn ellos, tena que emanar de la clase que constituyera la ma-yora de los miembros de la sociedad? (ibid., p.69).

    Las crticas dirigidas contra Proudhon estn marcadas por lamisma ambigedad. Tras haber tomado la defensa del Proudhon

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    12/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 12

    socialista contra la crtica crtica (1845), Marx se erige en crticodel Proudhon economista en Miseria de la filosofia, (1847) recono-cindose discpulo de Francis Bray, cuyo maestro fue Robert

    Owen, pionero del movimiento cooperativo. Haba sin embargo enel sistema de las contradicciones econmicas de Proudhon (1846),

    pese a una pretenciosa prolijidad, elementos de un anarquismo alque Marx no poda negarse a suscribir, como, por ejemplo, esto:El Estado, adopte la forma que sea, aristocrtico o teocrtico,monrquico o republicano, mientras no se convierta en el rganoobediente y sumiso de una sociedad de iguales ser un verdaderoinfierno para el pueblo, casi dira una legtima condena (Proud-hon, obra citada, ed. 1923, t. II, p.344). Por otra parte, Marx con-clua su Anti-Proudhon escribiendo:

    La clase trabajadora sustituir en el curso de su desarrollola antigua sociedad civil por una asociacin que excluya lasclases y su antagonismo, y no habr ya poder poltico propia-mente dicho, dado que el poder poltico es precisamente el resu-

    men oficial del antagonismo en la sociedad civil. (Miseria.. . ,1847, Economie, I, p.136).

    Puede captarse en esa frase, ms propia de la proclama premoni-toria que de la observacin emprica,el lugar que en ella ocupa laidea de desarrollo: el autor se reserva la eleccin de perspectivassegn el objetivo mismo que parece fijar a las luchas obreras, sin

    otra justificacin aparente que la espera subjetiva y la voluntadactiva del militante revolucionario. Antes de la abolicin del poder

    poltico, se encuentra la etapa de la conquista de ese mismo poder,y ese primer paso revolucionario est marcado por:

    la elevacin del proletariado a clase dominante, la conquistade la democracia (Manifiesto, MEW, IV, 1848. p.481).

    La utilizacin del poder poltico para desposeer a la clase anti-guamente dominante de su poder poltico precede a la abolicin de

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    13/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 13

    toda dominacin poltica; para llegar a ese resultado es preciso

    centralizar todos los instrumentos de produccin en manosdel Estado, es decir del proletariado organizado como clasedominante, y para aumentar lo ms rpidamente posible la ma-

    sa de las fuerzas productivas (ibid., p.481).

    La experiencia de la Comuna (1871) incitar ciertamente aMarx a una reflexin ms crtica y en consecuencia a una mayordesconfianza con respecto al programa de centralizacin y estatiza-

    cin presentado en el Manifiesto de 1848; pero, an as, los aconte-cimientos de 1848 fueron considerados por ambos autores, reinsta-lados en una Alemania con una revolucin pendiente, como unaetapa de democracia burguesa, bastante alejada an del objetivoanarquista que definieran precisamente en vsperas de ese retorno ala patria.

    Una vez que en el curso del desarrollo, las diferencias declase hayan desaparecido y se haya concentrado toda la pro-duccin en manos de los individuos asociados, el poder pblico

    perder su carcter poltico. El poder poltico, en el sentidopropio del trmino, es el poder organizado de una clase para laopresin de otra. Si en la lucha contra la burguesa, el proleta-riado se une necesariamente para formar una clase social, si seerige en clase dominante mediante una revolucin, aboliendolas antiguas relaciones de produccin, al mismo tiempo questas abolir las condiciones de existencia del antagonismo declases, es decir las clases mismas, y con ello su propia domina-cin como clase. La antigua sociedad burguesa, con sus clases

    y sus antagonismos de clase, dar lugar a una asociacin en laque el libre desarrollo de cada uno ser la condicin del libredesarrollo de todos. (ibid., p.482)

    He aqu unas afirmaciones que corresponden por completo auna visin utpica del futuro social, entendiendo aqu utopa en

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    14/96

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    15/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 15

    Los hombres construyen un nuevo mundo para ellos, no me-diante bienes terrestres como lo imagina la supersticin gro-

    sera, sino mediante las conquistas histricas de su mundo endecadencia. Ante todo, han de producir ellos mismos, en el cur-

    so de su desarrollo, las condiciones materiales de una nuevasociedad y ningn esfuerzo del espritu o de la voluntad sabraliberarles de ese destino. (DBrZ, 11.11.1847, MEW, IV p.339).

    Estas lneas, escritas antes de la revolucin de febrero, resumen

    en cierto modo la filosofa de la poltica que Marx y sus amigospracticaron al lanzar en Colonia la Neue Reinische Zeitung (NuevaGaceta Renana), subtitulada rgano de la democracia. No va atratarse prcticamente de socialismo y de comunismo, y menos ande anarquismo: el peridico ser como la voz de una moral polticadirigida a la burguesa alemana llamada a cumplir su deber hist-rico, destruyendo en el interior las instituciones feudales y lle-vando a cabo, en el exterior, una guerra santa contra el enemigodel Este, la Rusia zarista. Despechado por el triunfo de la contra-rrevolucin en Francia y en Alemania, Marx se libr a un apasio-nado anlisis de las luchas de clases en Francia en 1848, para llegara unas conclusiones de alcance ms general, aportando una nuevaenseanza sobre las modalidades del proceso de transicin revolu-cionaria de la sociedad de clases a la sociedad sin clases. Esta en-seanza gravita entorno de un nico concepto cuya ambigedad

    contrasta extraamente con la firmeza con la que Marx se empea-ra, aunque en escasas ocasiones por cierto, en reclamar la paterni-dad como descubridor: la dictadura del proletariado. La impreci-sin o la discrecin del discurso al respecto no permiten, sin em-

    bargo, la menor duda en cuanto a que se trata con ello, en el espri-tu y la teora de Marx, de una etapa decisiva en el desarrollo delmovimiento obrero, es decir de un perodo histrico antes designa-do con el vocablo de "conquista de la democracia". Por lo dems,

    no cabe duda de que el autor de El Capital, al escribir su Librosobre el Estado, libro previsto en el plan de su Economa en seisrbricas, se hubiera impuesto la tarea de ilustrar a sus lectores y

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    16/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 16

    discpulos sobre los secretos de una dialctica que planteaba elconcepto de dictadura con el eslabn inevitable en un proceso denegacin que tena que conducir a la anarqua, o sea a un estado en

    que el equilibrio entre la libertad individual y la necesidad socialsera la condicin vital de la expansin de una humanidad regene-rada.

    Los escritos periodsticos de Marx proporcionan numerosasmuestras de esta dialctica, en que se entremezclan la observacindel historiador y la visin anticipadora del utpico. He aqu algu-nos ejemplos espigados en escritos de diferentes perodos, de los

    que algunos son probablemente fruto de su colaboracin con En-gels:

    El Estado burgus no es ms que una seguridad recprocade la clase burguesa contra sus miembros individuales y contrala clase explotada, seguridad que ha de volverse cada vez mscostosa y aparentemente cada vez ms difcil (...) Evidente-mente, la sociedad no puede tolerar que se constituya en su se-no una clase que se rebele contra sus condiciones de existencia.

    La coaccin, la autoridad, las argucias burocrticas que Gi-rardin quisiera precisamente dejar de lado hacen su reapari-cin en la sociedad. Si hizo por un momento abstraccin de lascondiciones de la sociedad burguesa, era slo para volver aello mediante un rodeo. Tras la abolicin del impuesto se disi-mula la abolicin del Estado. La abolicin del Estado slo tiene

    sentido entre los comunistas como resultado necesario de la

    abolicin de las clases; una vez desaparecidas stas, desapa-rece automticamente la necesidad de un poder organizado deuna clase para mantener a otra bajo su yugo. En los pasesburgueses, la abolicin del Estado significa la reduccin del po-der de Estado al nivel de Norteamrica. All, los antagonismosde clases slo estn imperfectamente desarrollados (...) En cier-tos pases feudales la abolicin del Estado significa la abolicindel feudalismo y el restablecimiento del Estado burgus ordina-

    rio. En Alemania, esta consigna oculta o bien el cobarde re-chazo de los combates inmediatos (...), o bien en suma la indife-rencia del burgus con respecto a toda forma de Estado, por

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    17/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 17

    poco que los intereses burgueses no se vean obstaculizados ensu desarrollo. (N.Rh.Z.-Revista, IV, 1850, MEW, VIII. p.288).

    Durante ms de dos dcadas, el mayor fenmeno que ocup elproscenio de la historia en pases como Francia y Prusia, y nohablemos de la Rusia zarista donde se identificaba en cierto modocon la historia de este inmenso imperio, fue el crecimiento del po-der del Estado frente a la sociedad civil. Esta situacin explica elhecho de que Marx, demasiado ocupado por la preocupacin dedenunciar un estado de cosas marcado por las victorias de la reac-

    cin imperial y militar, apenas se haya preocupado en trazar la ima-gen de un futuro en el que el hombre fuera liberado del Estado y detoda autoridad poltica y militar. Desde El 18 Brumario de Lus

    Bonaparte (1852) a Herr Vogt (1860) y al Discurso inauguraldiri-gido a la Internacional obrera (1864), el discurso del historiador-

    panfletario slo es acusacin, requisitoria y puesta en la picota deesa trinidad autoritaria figurada por el bonapartismo, el zarismo yel Preussentum, el espritu prusiano. Era pues difcil alimentar

    excesivas esperanzas en cuanto a las perspectivas o a las oportuni-dades de un movimiento obrero casi constantemente aliado sinocmplice de las tentativas interiores o exteriores de una economaen plena expansin, siempre en busca de aventuras militares y gue-rreras para asegurar sus mercados y sus recursos. Era pues precisoresignarse a aceptar las consecuencias negativas y positivas de un

    proceso de evolucin social que garantizara al modo de produccincapitalista y a sus instituciones polticas todas las oportunidades deestablecerse como sistema de economa mundial; ms adelantesolamente podran surgir los verdaderos enterradores del capital,los dueos virtuales del trabajo, ese proletariado industrial alienadoy explotado que no por ello estaba menos llamado, por su mismamiseria material y moral, a convertirse en fuerza revolucionaria yregeneradora capaz de realizar la obra de abolicin y de creacinnecesaria para dar a luz la sociedad humana y la humanidad social.

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    18/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 18

    EL ESPRITU REFORMISTA Y POLTICO DE LA A.I.T. LA CONQUISTADEL PODER POLTICO POR LA CLASE OBRERA.

    Al actuar en el Consejo general de la Asociacin internacionalde los trabajadores (1864-1873) de acuerdo con las normas y postu-lados ms arriba enunciados, era inevitable que Marx hallara resis-

    tencias y oposiciones por parte de individuos, grupos y seccionesideolgicamente ms orientados hacia acciones aparentemente msradicales. Figuras como Proudhon, Blanqui y Bakunin tuvieronefectivamente ms irradiacin en los medios obreros y artesanoseuropeos que Marx: miembro influyente del Consejo general consede en Londres, nunca apareca pblicamente como autor y redac-tor de las principales decisiones y de los manifiestos que llevabansiempre las firmas del conjunto de los miembros de este Consejo.

    El Primer cuaderno de la Crtica de la economa poltica apare-cido en 1859 y cuyo prefacio trazaba nuevamente la carrera litera-ria y el balance de las investigaciones cientficas del autor no habahallado ningn eco en Alemania en el ambiente de los economistas.En cuanto a los esfuerzos de Engels para atraer la atencin de un

    pblico ms amplio sobre el pensador a quien atribua dos descu-brimientos cientficos destinados a marcar poca -la concepcin

    materialista de la historia y un nuevo mtodo dialctico- slo afec-taban en la prctica a un cierto ambiente de emigrados alemanes enLondres, entre ellos obreros y artesanos que formaban el auditoriodel Marx, conferenciante ocasional preocupado en popularizar susaber. La campaa calumniosa desencadenada por Karl Vogt impi-di la continuacin de la obra iniciada con su Primer cuaderno,estando, por otra parte, falto de dinero y encadenado adems a sutrabajo de corresponsal de diversos peridicos, utilizando sus esca-

    sos ocios en proseguir sus estudios econmicos. Es indudable que,al aceptar tomar parte activa en la direccin de la Internacionalobrera (septiembre 1864), Marx no haba calculado los riesgos que

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    19/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 19

    tomaba tanto para su salud como para la prosecucin de sus traba-jos tericos.

    El texto del Discurso inaugural, acogido con gran entusiasmo

    por el Comit central de la A.I.T., fue redactado por Marx en inglscon un contenido intencionalmente reformista, habida cuenta delas desastrosas experiencias del movimiento obrero de 1848 a1864.

    Tras el fracaso de las revoluciones de 1848, todas las orga-nizaciones y todos los peridicos de partido de la clase obrera

    fueron aplastados en el continente por la mano de hierro de la

    fuerza; los ms avanzados entre los hijos del trabajo huyerondesesperados hacia la Repblica de ms all del Atlntico, y elefmero sueo de emancipacin se borr ante una poca de fie-bre industrial, de marasmo moral y de reaccin poltica. Lasderrotas de las clases trabajadoras en el continente extendieron

    pronto sus efectos a ese lado de la Mancha. Todas las tentativaspara mantener o para reformar el movimiento cartista fracasa-ron por completo, todos los rganos de prensa de la clase obre-ra murieron uno tras otro ante la apata de las masas y, dehecho, nunca los trabajadores ingleses parecieron tan perfecta-mente reconciliados con su estado de nulidad poltica. As pues,

    si no hubo solidaridad de accin entre las clases trabajadorasbritnicas y continentales, se daba ahora, a lo sumo, una soli-daridad en la derrota. (Discurso inaugural, 1864, MEW, XVI,

    p.10).

    Entre los hechos positivos de este perodo, Marx sealaba: 1) laconquista por la clase obrera britnica de la ley de las diez horas,cuyos beneficios fsicos, morales e intelectuales hicieron de estaley la victoria de un principio sobre la economa poltica de la

    burguesa; 2) el auge del movimiento cooperativo que prefigurabael triunfo del trabajo asociado sobre la esclavitud asalariada a es-cala nacional.

    De dichas experiencias, tanto negativas como positivas, Marx secrey con derecho a extraer una conclusin que iba a tener graves

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    20/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 20

    consecuencias para el futuro de la A.I.T.:

    Conquistar el poder poltico, he aqu pues el gran deber quetienen ahora las clases obreras. Parecen haberlo comprendido,

    ya que en Inglaterra, en Francia, en Alemania y en Italia seasiste a un despertar simultneo; y se emprenden esfuerzos si-multneos para reorganizar el partido de los trabajadores. Este

    partido posee un elemento del xito, el nmero. Pero los nme-ros slo pesan en la balanza si el acuerdo los une y si el saberles gua. La experiencia del pasado mostr de qu manera elhecho de desestimar los lazos de la fraternidad que tendran

    que unir a los trabajadores de los distintos pases e incitarles alapoyo mutuo en todas sus luchas emancipadoras es siemprecastigado por el fracaso comn de sus incoherentes empresas.

    Incitados por esta conciencia, los obreros de diversos pasesreunidos en un mitin pblico en St. Martn's Hall de Londres,han fundado la Asociacin Internacional. (Ibid., p.12 y ss.).

    Al decidirse, tras largas vacilaciones, a publicar el Libro 1 deEl Capital (1867), cuando los otros tres Libros se hallaban anen estado de manuscritos informes e inacabados, y que las cincorbricas previstas en el plan de la Economa no haban an co-nocido un inicio de ejecucin, Marx quiso, sin duda, proporcionaral movimiento obrero internacional a un tiempo la justificacinterica de la estrategia evolutiva definida en la carta de la A.I.T. yexponer, aunque slo fueran los rudimentos, la tica anarquista,

    cuyos postulados iban a sostenerse lgicamente sobre su crtica delmodo de produccin capitalista. Desde el prlogo de la obra, Marxanunciaba por as decirlo su objetivo, o sea, la significacin de suteora; incluso una sociedad que haya descubierto la pista de la leynatural que preside su desarrollo no poda pasar de un salto a unestadio distinto de su desarrollo natural; en revancha, poda abre-viar el perodo de la gestacin, y endulzar los males de su parto(Economie I, p.550).

    Estas lneas son como una advertencia hacia los militantes y losgrupos que se hallaban entonces en las filas de la Internacional

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    21/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 21

    obrera y soaban con prximos triunfos, aboliciones y creacionesque haban de metamorfosear la sociedad y hacer surgir como porencanto el orden de la anarqua necesario para la expansin del

    individuo integral. En otras palabras, la A.I.T. no poda pretenderabolir mediante decretos la economa capitalista y sus leyes.Sin embargo, poda sino impedir el desarrollo natural de lasociedad moderna, por lo menos abreviar y endulzar los dolo-res de parto de la sociedad soada, representar, en una palabra,una de estas fuerzas de negacin engendradas por la sociedad capi-talista con la fatalidad que preside las metamorfosis de la natura-leza (ibid., p.139).

    Quienes se empean en atribuir a cualquier precio a Marx la pa-ternidad de una doctrina de la Internacional obrera, tendrn queadmitir que nada en sus enseanzas daba pie a provocar la oposi-cin de aquellos militantes que se proclaman abiertamente anti-autoritarios o anarquistas. Entre los principios fundamentales detodo el movimiento obrero, Marx mencionaba, la agitacin por lalibertad poltica total, reglamentacin de la jornada de trabajo y

    cooperacin concertada de la clase obrera en la gran tarea hist-rica que ha de llevar a cabo por toda la sociedad (Carta del26.8.1868).

    Marx redactaba con el mismo espritu el informe del Consejogeneral al tercer congreso de la A.I.T. (Bruselas). He aqu la con-clusin:

    nicamente el acuerdo internacional de las clases obreraspuede garantizar su definitivo triunfo. Esa necesidad hizo nacerla Asociacin internacional de los trabajadores. Esta no es hijani de una secta ni de una teora. Es el producto espontneo delmovimiento proletario, engendrado a su vez por las tendenciasnaturales e irreprimibles de la sociedad moderna. En el senti-miento profundo de su gran misin, la Asociacin internacionalde los trabajadores no se dejar ni intimidar ni tergiversar. Sudestino es, no obstante, inseparable del progreso histrico de laclase que lleva en sus flancos la regeneracin de la humanidad.

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    22/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 22

    (Septiembre 1868, MEW, XVI, p. 322 y ss.).

    En todos los congresos de la A.I.T., los delegados de los distin-

    tos pases adoptaron las resoluciones propuestas por el Consejogeneral de Londres, siendo Marx autor annimo de dichos textos.Su autoridad no tena nada de autoritaria, y es sin referirse a su

    personalidad que sus proyectos eran unnimemente aprobados,pese a su espritu reformista y poltico:

    (...) la parte ms ilustrada de la clase obrera comprende per-

    fectamente que el futuro de su clase depende por completo de laeducacin de la generacin de los obreros que se est des-arrollando. Estos obreros saben que son ante todo los nios ylos jvenes trabajadores quienes han de ser preservados de losefectos nocivos del sistema actual. Ello slo podr ser obtenidomediante la transformacin del entendimiento social en fuerza

    social, y en las actuales circunstancias ello slo puede reali-zarse mediate una legislacin general impuesta por el Estado.Al imponer esta legislacin, la clase obrera no refuerza en ab-soluto el poder gubernamental. Por el contrario, transforma es-te poder que actualmente se emplea contra ella en su propio

    servidor. Gracias a un acto legislativo de alcance general, ob-tiene lo que tratara en vano de alcanzar con multitud de esfuer-

    zos individuales aislados. (Instrucciones, 1866, MEW, XVI, p.194).

    Esta instruccin figura en el informe del Consejo general de laA.I.T. destinado al congreso de 1866; fue adoptada por todos losmiembros, franceses incluidos, o sea sin que una sola voz sealaraen l un carcter autoritario. Es cierto que los delegados proud-honianos se pronunciaron contra la representacin de los obreros

    por no-manuales; ello dio pie a algunos delegados ingleses pararecordar los mritos de ciertos intelectuales que haban jugado un

    papel destacado en la creacin de la Internacional, y entre ellos "alciudadano Marx que ha consagrado toda su vida al triunfo de la

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    23/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 23

    clase obrera".

    Antes de que Marx se diera a conocer como autor del Capital,haba adquirido en la direccin de la A.I.T. una autoridad indiscu-

    tida tanto por su trabajo de redactor o de inspirador de las principa-les decisiones del Consejo general como por sus charlas eruditasante los miembros del mismo como economista e historiador. As

    pues, la autoridad de que se vio investido era debida tanto a suscualidades intelectuales como al comportamiento ms bien pasivode la mayora de los otros miembros del Consejo general; es en esteterreno que se alzaran pronto conflictos y se desarrollaran intrigas

    a menudo provocados por ambiciones personales y celos naciona-les. Consciente por completo del papel que jugaba, y lo bastantelcido como para reconocer las tendencias de su carcter, Marx notardara en constatar que estaba prcticamente solo para "dirigirtoda la Asociacin" (carta a Kugelmann, 13.10.1866). Tras la apa-ricin de El Capital, en un arrebato de triunfalismo poco comnen l, Marx se libr a un ejercicio que refleja tanto vanas esperan-zas como una ambicin de naturaleza bastante inconfesable:

    Les choses marchent (las cosas funcionan). Y en la prximarevolucin, que acaso sea ms prxima de lo que se cree, sere-mos nosotros (nous), t y yo, quienes tendremos en nuestras ma-nos (dans nos mains) ese potente instrumento. Compara los re-

    sultados con las operaciones de Mazzini en los ltimos treintaaos! Y todo ello sin medios financieros! y pese a las intrigas

    de los proudhonianos de Pars, de Mazzini en Italia y de los ce-los de Odger, Cremer y Potter en Londres, pese a los Schulze-Delitzsch y los lassallianos en Alemania! Podemos estar muysatisfechos! (Carta a Engels, 11.9.1867).

    Lo "humano, demasiado humano" estalla en esta confidenciavanidosa, contrapeso sin duda de casi 25 aos de luchas decepcio-nantes y de actividades sin gloria. Apenas un ao depus, Marx sever reducido nuevamente a plantearse abandonar Londres porGinebra para vivir con menos gastos. No renuncia, sin embargo, a

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    24/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 24

    terminarEl Capitaly se niega a abandonar la A.I.T.

    (...) si me fuera de aqu en este momento crtico, todo el mo-vimiento obrero que influencio por los pasillos, pasara a muymalas manos y podra ser desviado (Carta a Kugelmann,17.3.1868).

    Esas muy malas manos, son especialmente esos asnos fran-ceses, casi todos proudhonianos, algunos ingleses reticentes sobre

    la cuestin del sufragio, de la autonoma de Irlanda, etc., algunosbelgas adheridos al proudhonismo, etc. Secretario "por Alemania",Marx parece comportarse como un verdadero jefe del partido; sinembargo, cuando valora el proponer el traspaso del Consejo gene-ral a Ginebra, para mostrar "a esos imbciles de Pars, etc. que nonos sentimos en absoluto orgullosos de esta agradable dictadura" (aEngels, 4.8.1868), es Engels quien se opone a esta decisin: Cuan-ta ms amplitud toma la cuestin, ms importa que seas t quien

    conserves su dominio... (a Marx, 6.8.1868). En verdad, la verda-dera y fatal discordia en el seno de la Internacional comenzar conel conflicto entre Marx y Bakunin y se tratar entonces de un con-flicto entre dos concepciones diametralmente opuestas referentes ala naturaleza del combate a llevar a cabo para la emancipacin deltrabajo ms bien que del enfrentamiento entre dos personalidades.

    Mi patria es ahora la Internacional, de la que eres uno de los

    principales fundadores. As pues, querido amigo, ves que soy tudiscpulo, y estoy orgulloso de serlo, escriba Bakunin a Marx alenviarle el programa de la Alianza de la democracia socialista quefundara con Becker (amigo de Marx) y muchos amigos italianos,

    polacos y franceses (22.12.1868). Esta carta se cruz con la deci-sin del Consejo general, adoptada a propuesta de Marx, de recha-zar la solicitud de la Alianza bakuninista, cuyo programa y estatu-tos eran considerados incompatibles con los estatutos y los regla-

    mentos administrativos de la A.I.T. En los considerandos, se pre-cis que la presencia de un segundo cuerpo internacional, funcio-nando dentro y fuera de la A.I.T. sera el medio ms infalible para

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    25/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 25

    desorganizarla y la convertira en juguete de los intrigantes decualquier raza y nacionalidad (22.12.1868). Unos meses despus,habindose declarado disuelta la Alianza y habiendo solicitado la

    admisin de sus secciones como secciones de la A.I.T., el Consejogeneral decidi, a propuesta de Marx, admitir las nuevas seccionesa condicin de que su programa no violara los principios de la In-ternacional:

    Al hallarse las secciones de la clase obrera en los diversospases en condiciones diversas de desarrollo, se deduce necesa-

    riamente que sus opiniones tericas, reflejo del movimiento re-al, sean asimismo divergentes.

    Sin embargo, la comunidad de accin establecida por laA.I.T., el intercambio de las ideas facilitado por la publicidadhecha por los rganos de las distintas secciones nacionales y,en fin, las discusiones directas en los Congresos generales, con-tribuirn a engendrar gradualmente un programa terico

    comn.As pues, queda fuera de las funciones del Consejo general,

    hacer el examen crtico del programa de la Alianza. No hemosde investigar si es o no una expresin adecuada del movimiento

    proletario. Para nosotros, nicamente se trata de saber si nocontiene nada contrario a la tendencia general de nuestra aso-ciacin, o sea la emancipacin completa de la clase obrera(Comunicado, 9.3.1869), en fr. por K. Marx).

    Marx remarcaba en el programa de la Alianza la ambigedad deun prrafo relativo a la igualacin poltica, econmica y social delas clases, reivindicacin en relacin con la armona entre el ca-

    pital y el trabajo predicada por los burgueses socialistas; recor-daba que el verdadero secreto, el objetivo de la A.I.T. y del mo-vimiento proletario, era la abolicin de las clases. Dejando de

    lado este malentendido, la Alianza, como seccin de la A.IT.,poda, como cualquier otra seccin, formular libremente su pro-grama terico.

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    26/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 26

    Esta insistencia sobre la naturaleza no terica del programa de laInternacional as como la admisin por parte del Consejo generalde la seccin en Ginebra de la Alianza (28.7.1869) an no dejaban

    presagiar nada del conflicto que pronto estallara entre Marx y Ba-kunin. Como signo precursor, en el congreso de Basilea (septiem-

    bre 1869), en el debate sobre la cuestin del derecho de herencia,Bakunin y sus partidarios propusieron votar la abolicin de estederecho de inmediato, sin esperar la abolicin de la propiedad

    privada, mientras que el informe del Consejo general, redactadopor Marx, formulaba una propuesta que constaba de dos medidasde transicin: la extensin de los impuestos sobre las herencias yla limitacin del derecho de testar. Dicha propuesta fue rechazada

    por el congreso, sin que la otra obtuviera el nmero suficiente devotos para ser adoptada. En este mismo congreso, se tomaron dis-

    posiciones administrativas para investir al Consejo general connuevos poderes para regular sus relaciones con las secciones. Ba-kunin fue uno de los ms clidos partidarios de estas medidas quetendan a reforzar la autoridad del Consejo general, actitud que iba

    a lamentar amargamente.

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    27/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 27

    MARX, BAKUNIN EN LA A.I.T. PRIMERAS ACUSACIONES RECPROCAS.SE EMPIEZA A FRAGUAR LA LEYENDA DEL MARX FUNDADOR DEL

    COMUNISMO DE ESTADO.

    La sospecha recproca iba a instalarse definitivamente entre losdos protagonistas de la Internacional: Marx no poda evitar el ex-tender su inveterada rusofobia a un presunto rival cuyas veleidades

    paneslavistas y aires de conspirador activo y turbio aborreca, yBakunin no quera perder de vista, tras la potente estatura intelec-tual del autor de El Capital al reformador autoritario que reunalos defectos del espritu germnico y del carcter judo. La sim-

    pata inicial que Marx experimentara por Bakunin tras la evasinde ste de los presidios siberianos, haba sido sustituida por unadesconfianza sin lmites y a menudo injustificada. Por su parte, el

    anarquista ruso exageraba la influencia y la autoridad de un adver-sario del que, sin embargo, admita los inmensos servicios presta-dos (...) a la causa del socialismo y que consideraba como uno delos primeros fundadores, el principal seguramente, de la Interna-cional, como el ms firme apoyo del socialismo y la traba msfuerte contra la invasin de las ideas y de las tendencias burgue-sas. Al elogiar as a su adversario, Bakunin no tema proporcionara su corresponsal el secreto de la futura lucha a muerte que se

    dispona a emprender: no se trataba en absoluto de vengar unaofensa personal; el combate tendra lugar en torno a una cues-tin de principio que no era otra que el comunismo de Estadodel que Marx y los partidos ingls y alemn que dirige son losms entusiastas partidarios (carta a Herzen, 28.10.1869).

    Esta acusacin, en completa contradiccin con el elogio inicial,estaba desprovista de todo fundamento, tanto sobre el pretendido

    comunismo de Estado de Marx como sobre su papel dominanteen dichos partidos. En cuanto a Marx, ste atribua demasiado sis-temticamente las crticas y ataques lanzados por determinado

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    28/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 28

    rgano socialista de la A.I.T. que apareca en la Suiza Romanche aun nico autor: Bakunin. Es cierto que a menudo eran destacadosen estas publicaciones problemas que podramos llamar ideolgi-

    cos, mientras que Marx los evitaba por principio para no dejar quela Internacional sucumbiera en querellas sectarias, que las aporta-ciones del estilo de James Guillaume sobre el origen de la palabracomunismo no venan precisamente a apaciguar: La palabra co-munismo, escriba, fue aplicada al inicio del socialismo a doctrinasutpicas y autoritarias como las de Toms Moro, Babeuf y, ennuestros das, a la de Cabet. Sin embargo, esta palabra no comportanecesariamente la idea de autoridad: puede muy bien figurarse uncomunismo no autoritario. Pero, por lo general, las Secciones de laInternacional, al haber conservado este trmino de comunismo algode desfavorable debido al empleo que del mismo se hizo, prefirie-ron la nueva palabra colectivismo para designar la doctrina socialis-ta que pretende que la tierra y los instrumentos de trabajo sean de

    propiedad comn. Precisando que en los medios obreros de Parsse conservaba an el viejo trmino de comunismo, pero dndole

    un significado que, muy distinto del que le dan los autoritarios de1848, responde exactamente al que damos a la palabra colectivis-mo (J. Guillaume, en Le Progrs, 1.1.1870).

    Y, sin embargo, la lectura de El Capital que Marx le haba en-viado, no haca ms que reforzar la admiracin de Bakunin; se tra-taba, segn l, de "una obra excesivamente importante, erudita,

    profunda, aunque algo abstracta", una "obra ciertamente destaca-ble", la "metafisica econmica de Marx" (cfr. J. Guillaume, t. I,1905, p. 260 ss.). Acept la oferta de un editor de San Petersburgo

    para traducir el libro al ruso, recibi un anticipo y se puso al trabajopara concluirlo en cuatro meses. Su encuentro con el terrorista Net-chaev fue fatal para dicha empresa cuyo fracaso servir ms ade-lante como arma en el enfrentamiento entre las dos tendencias.

    La guerra franco-prusiana (julio 1870) impona a Marx, en sucalidad de portavoz oficioso del Consejo general de la Internacio-

    nal, y de sta misma, la difcil tarea de definir una posicin respe-tuosa de la carta de valores supra-nacional y antimilitarista del mo-vimiento obrero, sin suscribir demasiado una neutralidad pasiva

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    29/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 29

    que slo habra sido el reconocimiento de la impotencia y la expre-sin de una opcin meramente verbal; haba el riesgo de herir lossentimientos nacionales y digamos patriticos de los obreros con-

    vertidos en beligerantes. Sin embargo, en vsperas de la declaracinde guerra hubo protestas en ambos campos denunciando el carcterfratricida del conflicto militar que amenazaba. En el Reichstag,Bebel y Liebknecht se abstuvieron de votar en favor de un crditode guerra, marcando as claramente que rechazaban su confianza algobierno prusiano aunque desaprobaban la poltica criminal ydesleal de Bonaparte. Hubo detenciones en Francia entre los In-ternacionales, seguidas de procesos y condenas. Redactado porMarx, el Comunicado del Consejo general sobre la guerra declara-

    ba que por parte alemana la guerra tena un carcter defensivo, alhaber Bonaparte obligado a Alemania a defenderse: el complot deguerra de julio 1870 slo era una edicin corregida del golpe deEstado de diciembre 1851. El hundimiento del segundo Imperioestaba prximo; se asista al final de una parodia que los gobiernosy las clases dominantes de Europa haban tolerado y alentado. La

    guerra no puso trmino a las disensiones que se haban manifestadohasta entonces en el seno de la A.I.T. En la prensa de los interna-cionales del Jura se hablar de autoritarios y antiautoritarios,de anarquistas y doctrinarios, de colectivistas y comunistasde Estado, etiquetas cuya paternidad atribua Marx a la Alianza

    bakuninista en accin por los pasillos y con numerosas ramifica-ciones en el continente europeo. Marx haba planteado al Consejogeneral estudiar la transferencia de su sede al continente para no

    crear una posicin privilegiada para los obreros de tal o cual pas.Las secciones consultadas se pronunciaron en contra. El sitio delcongreso de la A.I.T. se haba fijado de antemano, en setiembre de1870, pero los acontecimientos llevaron a su postergacin. Entrelas cuestiones que figuraban en el orden del da, redactado porMarx, hay tres puntos esenciales:

    -Relacin entre la accin poltica y el movimiento social de la

    clase obrera.-Condiciones de la produccin cooperativa a escala nacional.

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    30/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 30

    -Reconsideracin por el congreso de la cuestin sobre los me-dios de suprimir la guerra.

    La derrota del Imperio, la proclamacin de la repblica y, unos

    meses despus, el advenimiento y cada de la Comuna sellaran eldestino de la Internacional ya muy zarandeada por los desacuerdosinternos; se hundiran as las esperanzas que su empuje inicial hab-a hecho nacer en los medios obreros de los pases europeos y enlos del otro lado del Atlntico.

    El problema de la accin poltica estar en el centro de los deba-tes de la A.I.T. de setiembre 1871. No faltarn temas en ellos, in-

    cluido el comportamiento de la Federacin del Jura y ms en parti-cular de Bakunin, denunciados todos por Marx como aliancistas.Desde la proclamacin de la Repblica francesa (4.9.1870), Baku-nin tom la resolucin de ir a Lyon donde un Comit de salud

    pblica haba ocupado el Ayuntamiento y fue sustituido de inme-diato por un Consejo municipal electo, formado en su mayora porrepublicanos burgueses. Bakunin y sus amigos tuvieron una reu-nin pblica y decidieron la creacin de un Comit central deSalud de Francia que fij un plan insurreccional e hizo colocar uncartel rojo que contena siete resoluciones la primera de las cua-les proclam la abolicin de la mquina administrativa y guber-namental del Estado. El nombre de Bakunin figuraba entre losfirmantes. Una proclama, colocada la maana del 28 setiembre,convocaba al pueblo de Lyon a una manifestacin para obligar ala autoridad a tomar inmediatamente las ms enrgicas y eficaces

    medidas para la defensa nacional(cfr. J. Guillaume, 1907, t. II. p.94 ss.). Al relatar a un amigo las causas del fracaso del movimientode Lyon, Bakunin escriba que tena el corazn lleno de tristeza yde sombras previsiones, que se acab con Francia, y que este

    pas pasar a ser un virreinato de Alemania; y aada: En vez desu socialismo real y viviente, tendremos el socialismo doctrinariode los alemanes, que ya slo dirn lo que las bayonetas prusianasles permitan decir. La inteligencia burocrtica y militar de Prusia,

    unida al ltigo del zar de San Petersburgo asegurarn la tranquili-dad y el orden pblico, por lo menos durante cincuenta aos, sobretodo el continente europeo (ibid., p.98).

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    31/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 31

    Tres das despus de la capitulacin del ejrcito francs en Se-dan, Marx present al Consejo general el segundo Comunicado

    sobre la guerra franco-prusiana. Saludando la instauracin de la

    Repblica en Francia, el documento exhortaba a los obreros france-ses a no dejarse arrastrar por los recuerdos de 1792, como loscampesinos franceses se dejaron antao engaar por los recuerdosdel primer Imperio; en tono de advertencia, declaraba que:

    cualquier tentativa de trastocar el nuevo gobierno, en laactual crisis, cuando el enemigo est casi a las puertas de

    Pars, sera una locura desesperada. Los obreros franceses hande cumplir con sus deberes de ciudadanos (...). No han de re-comenzar el pasado sino de edificar el futuro. Que aprovechencon calma y resolucin unas facilidades que les ofrece la li-bertad republicana para trabajar por su propia organizacin declase. Ello les dotar de un hercleo vigor para la regeneracinde Francia y para nuestra tarea comn, la emancipacin deltrabajo. De su energa y cordura depende la suerte de la re-

    pblica. (9.9.1870, MEW, XVI,p.277 ss., Doc. IV, p.340 ss.).

    Se comprende que lejos del escenario en el que se juega el des-tino poltico de Francia, Marx habra sido inoportuno lanzandoconsignas o proclamas revolucionarias, cuando el hundimiento del

    bonapartismo y el final de la farsa feroz del imperio restaurado

    significaban ya como tales un giro histrico que iban a incitar a losobreros organizados en las secciones de la Internacional a reforzara su movimiento emancipador:

    Si los obreros olvidan su deber, si permanecen pasivos, la te-rrible guerra ser slo fuente de conflictos internacionales anms terribles y conducir en cada pas a nuevas derrotas de los

    obreros por los seores de la espada, de la tierra y del capital.(ibid., p.278; p.341).

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    32/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 32

    Durante el perodo que separa la proclamacin de la Repblicafrancesa de los acontecimientos de la Comuna, fueron elaboradosdistintos escritos por parte de los adversarios de Marx, miembros

    de la seccin del Jura de la A.I.T., deseosos de dar ms amplitud asus concepciones libertarias, no sin contar con la elaboracin demilitantes franceses y belgas. Precisamente, puede leerse en la

    pluma de uno de dichos militantes suizos, hemos hablado ltima-mente (...) de la necesidad existente de exponer, en una obra quefuera la contrapartida del Kapital de Marx, nuestra teora anar-quista y revolucionaria (...). Por lo dems, Miguel Bakunin escribeen este momento un libro que, al parecer, responder hasta cierto

    punto al deseo expresado (J. Guillaume, carta del 22.1.1871,op.cit., t. II, p.122). Sin embargo, siendo una tarea difcil el hacerun grueso volumen, era preferible plantearse el proyecto de unaserie de folletos: Mi opinin no es que se tenga que escribir lacontrapartida del Kapitalde Marx: sera lanzarnos a la ciencia abs-tracta, y no hacer propaganda popular. Nuestros folletos sern cier-tamente lo que mejor podra hacerse, tanto como exposicin de

    nuestras teoras que como polmica contra el socialismo autorita-rio (carta del 25.1.1871, ibid., p.124). La cuestin de la participa-cin poltica, la pretendida sumisin de los comunistas alema-nes a la autoridad de Marx, las tentativas insurreccionales de octu-

    bre 1870 y de enero 1871 en Pars, el dilema de la resistencia aultranza o de la aceptacin de una paz honorable, todos esos temasfueron comentados muy a menudo con intencin de contrarrestar lainfluencia del comunismo autoritario pretendidamente represen-

    tado por Marx y sus partidarios. Los franceses tenan que tomarparte en el movimiento poltico? Compleja pregunta que nuestroanarquista encara no sin ingenuidad: "Creo que todos los mediosson buenos si pueden ser realmente tiles a la causa. Lo que, en miopinin, es preciso combatir no son tanto las candidaturas obreras,la participacin de los obreros en las luchas poltica, etc., ya quetodo ello puede, en un momento dado, tener su utilidad. Lo que hay

    que combatir es el ideal de los comunistas alemanes, ese famosoVolkstaat (Estado popular). Quieren la candidatura obrera parallegar al Volkstaat. En cuanto a m, estoy dispuesto a aceptar las

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    33/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 33

    candidaturas obreras, pero a condicin de que conduzcan a la anar-qua. Y, en este momento, en Francia, slo pueden tener ese ltimosignificado (carta del 24.2.1871, ibid., p.128).

    Unas semanas despus de la proclamacin de la Comuna dePars (18.3.1871), el mismo autor crey adivinar el verdaderocarcter de la revolucin que se haba llevado a cabo en ella: Larevolucin de Pars es federalista. El pueblo parisino quiere tenerla libertad de organizarse como lo crea conveniente, sin que el restode Francia tenga que mezclarse en cuestiones caseras de Pars; y almismo tiempo, renuncia por su parte a toda intromisin en los

    asuntos de los departamentos, comprometindoles a organizarsecada cual a su aire, en la plenitud de la autonoma comunal. Lasdistintas organizaciones que se habrn libremente constituido de talmodo podrn federarse libremente de inmediato para garantizarsemutuamente sus derechos y su independencia (J. Guillaume, El

    Federalismo, 12.4.1871, op. cit., p.142). El autor precisaba que nose trataba en absoluto del "llamado federalismo que existe en Suizay en los Estados Unidos", sino del federalismo tal como lo entenda

    Proudhon, "el gran socialista (...) que fue el primero en exponercientficamente su teora", es decir el federalismo que es ante todo"la negacin de la nacin y del Estado" (ibid., p. 142 ss.). No ms

    poder central, sino "fuerza colectiva resultante de la federacin delos grupos", el Estado centralizado y nacional ha dejado de existir,"las comunas gozan de la plenitud de su independencia, hay verda-deramente anarqua, ausencia de autoridad central, en suma esefederalismo es socialista ya que para l la solidaridad es insepara-

    ble de la libertad" (ibid., p. 143).

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    34/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 34

    AGUDIZACIN DE LA POLMICA MARX - BAKUNIN SOCIALISTAS RE-VOLUCIONARIOS - COMUNISTAS AUTORITARIOS. OPOSICIN SOBRE EL

    MTODO DE LA LUCHA OBRERA.

    Bakunin trabajaba entonces en una obra que se propona titularEl Imperio knuto-germnico y la Revolucin social. A mediadosde abril de 1871 apareca en Ginebra la primera entrega en la que elautor se aparta directa y pblicamente de Marx sobre un tema quenunca dej de obsesionar a ste ltimo: Rusia. Es el problema de lahegemona rusa en Europa, en particular el rol de la diplomaciazarista en la poltica exterior e interior de Prusia. El excelente pa-triota alemn y demcrata socialista sincero que es indudable-mente el Sr. Carlos Marx se equivoca al acusar a Rusia de ser lacausa de los crmenes y de la vergenza de Alemania. Marx

    debera haber empleado su inmensa erudicin en demostrar queAlemania ha producido, llevado y desarrollado histricamente ens misma todos los elementos de su esclavitud actual. Bakuninespera de la asombrosa erudicin de Marx que aporte la pruebade tal tesis, pero sabiendo que Marx evitar decir toda la verdadsobre ese punto, dice encargarse l de ello; cuatro causas histri-cas originan los crmenes de Alemania: el absolutismo, su sancin

    por el protestantismo, el servilismo perseverante y crnico de laburguesa de Alemania y la paciencia a toda prueba de su pue-blo. Podra aadirse a ello una quinta causa: el nacimiento y larpida formacin de la potencia mecnica y anti-nacional del Es-tado de Prusia (El Imperio knuto-gemnico, p.89ss.).

    En la continuacin de su trabajo (que qued indito en vida),Bakunin explicaba, sin nombrar a Marx, lo que estimaba que eranlas dos tendencias del socialismo de la poca, los socialistas o

    colectivistas revolucionarios y los comunistas autoritarios parti-darios de la iniciativa absoluta del Estado. Reconoca no obstanteque ambos grupos tenan el mismo objetivo, un orden social nue-

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    35/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 35

    vo basado nicamente en la organizacin del trabajo colectivo (...)y en la apropiacin colectiva de los instrumentos de trabajo (J.Guillaume, ibid., p.160 ss.). Los comunistas de Estado contaban

    con la potencia poltica del proletariado de las ciudades y con laayuda del radicalismo burgus, mientras que los socialistas re-volucionarios slo contaban con la potencia social y anti-

    poltica de las masas obreras tanto de las ciudades como delcampo, incluidos todos los hombres de buena voluntad de las cla-ses superiores que (...) quisieran aadirse a ellos y aceptar ntegra-mente su programa. Los primeros buscan para las fuerzas obrerasla conquista de la potencia poltica de los Estados, los segundos seorganizan en vistas a la destruccin de los Estados o, si se quiereexpresar en palabras finas, para la liquidacin de los Estados. Laalusin a Marx es ms manifiesta en lo que sigue: Los comunistasson los partidarios del principio y de la prctica de la autoridad, lossocialistas revolucionarios slo confan en la libertad... Es la con-tradiccin, que ha pasado a ser histrica, entre el comunismocientfico desarrollado por la escuela alemana y aceptado en parte

    por los socialistas americanos e ingleses, por una parte, y el proud-honismo ampliamente desarrollado e impulsado hasta sus ltimasconsecuencias, por la otra, aceptado por el proletariado de los pa-ses latinos. Aadiendo Bakunin en nota que es asimismo acep-tado y lo ser cada vez ms por el instinto esencialmente anti-

    poltico de los pueblos eslavos (ibid., p.161).

    Bakunin pensaba como Marx, autor del Comunicado sobre laguerra civil en Francia, tercer manifiesto de la Internacional. Slole distingue del pretendido comunista de Estado el exceso deretrica, mientras que la coincidencia de fondo entre ambos miem-

    bros de la Internacional parece ser total: Soy partidario de la Co-muna de Pars que, por haber sido aplastada (...) se ha vuelto msvivaz an, ms potente en la imaginacin y en el corazn del prole-tariado de Europa; soy, sobre todo, partidario de ella porque fueuna negacin audaz, bien pronunciada, del Estado (Prembulo

    para la segunda entrega, J. Guillaume, ibid. p.161). En su anlisisde los acontecimientos, Bakunin muestra ser buen observador y susapreciaciones coinciden, a veces textualmente, con las de Marx:

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    36/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 36

    reconoce que la mayora de los miembros de la Comuna no eranpropiamente socialistas sino ms bien jacobinos, que el pueblode Pars (...) era socialista mucho ms por instinto que por idea o

    conviccin reflexiva, que haba an muchos prejuicios jacobinos,muchas imaginaciones dictatoriales y gubernamentales en el prole-tariado de las grandes ciudades de Francia e incluso en el de Pars.La seccin parisina de la Internacional era demasiado poco nume-rosa; el escaso nmero de los socialistas convencidos tuvo quesostener una lucha da a da contra la mayora jacobina; esossocialistas acabaron fatalmente organizndose ellos mismos comoreaccin jacobina. Es injusto reprochrselo en nombre de la teor-a de la emancipacin del proletariado, ya que, entre las teorasms justas y su puesta en prctica hay una inmensa distancia queno se franquea en unos das (ibid., 162 ss.).

    Bakunin era entonces capaz de razonar exactamente como lohaca Marx al hablar de los inicios de la Internacional, pero sus

    prejuicios anti-alemanes y anti-autoritarios no tardaran en malba-ratar sus apreciaciones. El nacimiento de la A.I.T. no se explicaba

    por una teora surgida de la lucha de uno o varios profundos pen-sadores, sino al contrario por el desarrollo real de los hechoseconmicos, por las pruebas tan duras que tales hechos hicieransufrir a las masas obreras, y por las reflexiones y los pensamientosque hicieron surgir en su seno (). Haba sido precisa la presenciaen el proletariado mismo de grupos o asociaciones obreras desper-digadas en todos los pases y lo bastante avanzados para tomar lainiciativa de este gran movimiento de liberacin del proletariado(ibid, p.165). Y tras haber sealado asimismo la importancia de lainiciativa personal de algunos individuos inteligentes y entregadosa la causa popular, Bakunin quiere rendir homenaje a los ilustres

    jefes del partido de los comunistas alemanes, en especial los ciuda-danos Marx y Engels, as como al ciudadano Ph. Becker (...) quefueron, en la medida en que es propio de unos individuos el crearalgo, los verdaderos creadores de la Asociacin internacional

    (ibid.). Aunque, mientras rinde as justicia a los mritos de las per-sonas citadas, Bakunin se declara presto a combatir a ultranza susfalsas teoras autoritarias, sus veleidades dictatoriales, y esa mana

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    37/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 37

    de intrigas subterrneas, de vanidosos rencores, de miserables ani-mosidades personales, de sucias injurias y de infames calumnias,que caracteriza por otra parte las luchas polticas de casi todos los

    alemanes, y que desgraciadamente han trado consigo a la Asocia-cin internacional (ibid., p.165 ss.).

    De hecho, Marx y Bakunin coincidan sobre la cuestin deprincipio, pero se oponan sobre el mtodo de lucha. Bakunin notena una teora de los medios y en realidad la Alianza era slo unacobertura para esconder la sociedad secreta, la Fraternidad inter-nacional cuyos planes haban sido erigidos antes de la creacin de

    la Alianza. Fundada en octubre 1868 con el programa de 1866,tena que ser esa red invisible de revolucionarios entregados yvueltos ms potentes mediante esa misma alianza En contrapar-tida, la carta de la A.I.T. fue reconocida por todos como regla deconducta y era difcil descubrir en dicho texto redactado por Marxel menor trazo de un comunismo de Estado. Y Bakunin, que tra-duca El Capital, estaba en posicin de saber mejor que nadie queMarx no profesaba ninguna simpata por este comunismo autorita-

    rio y doctrinario cuya paternidad le atribuan sus adversarios.Habituado a moverse constantemente en ambas esferas contras-

    tantes de la agitacin abierta y de la agitacin secreta (como funda-dor de la Fraternidad internacional), Bakunin se vea muy fcil-mente llevado a sospechar tras de las crticas y los ataques de susadversarios polticos, maquinaciones dirigidas contra su propia

    persona. Y continuando vituperando al pretendido autor de las fal-

    sas teoras autoritarias al que, adems, condenaba debido a sucualidad de judo- Bakunin no se mostraba apresurado por entre-gar al pblico la obra a menudo prometida que habra podido serocasin de un fructuoso debate con su adversario. Prefiri combatira Mazzini al que dio una leccin de materialismo y de atesmo,y oponer al anti-socialista italiano, el socialismo autoritario?-de Karl Marx. Ya que Mazzini maldice el socialismo, Bakunin leensea recordndole el gran principio proclamado desde el pun-

    to de vista cientfico y que sin embargo habita en la conciencia delpueblo y del proletariado: la concepcin materialista de la historia:...en el mundo social (...), el desarrollo de las cuestiones econmi-

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    38/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 38

    cas fue siempre y sigue sindolo an la base determinante de todoslos desarrollos religiosos, filosficos, polticos y sociales (Respues-ta..., 18.8.1871), Archiv. I, 1, 1961, p. 10 ss.). Bakunin, convertido

    como puede verse en un perfecto marxista, glorifica ese princi-pio hasta el punto de considerarlo como el ms audaz trastornode todas las teoras, tanto cientficas como morales, de todas lasideas religiosas, metafsicas, polticas y jurdicas, cuyo conjuntoconstituye la creencia de todos los idealistas pasados y presentes.Es una revolucin mil veces ms formidable..., etc. Detenemos ahesa invocacin tras la que se perfila el inventor Marx, del mismomodo que tras el final del artculo en el que Bakunin, replicando aMazzini que exhorta al proletariado de Italia y de Europa a mora-lizarse y a establecer con l una repblica, basada en el imposiblematrimonio entre la razn y la fe, le lanza, a guisa de enseanzasocialista, las palabras pronunciadas por boca de la Internacional:a saber los considerandos que preceden los Estatutos de la A.I.T.,es decir un texto fundamental de la Carta obrera cuyo autor no esotro que Marx. Y para ser preciso, Bakunin cita el tercer conside-

    rando en su versin no mutilada:Que (...) la emancipacin econmica de las clases obreras es

    el gran objetivo al que todo movimiento poltico ha de estar subor-dinado como un simple medio (cfr. Respuesta..., Miln 1871, op.cit., p.291).

    Es evidente que al recordar as que tal es en su sencillez el pen-samiento fundamental de la A.I.T. (ibid.), Bakunin suscriba uno

    de los mayores postulados del comunismo autoritario contra elque no cesara de dar la batalla. As, el acontecimiento de la Co-muna pareca haber conciliado a autoritarios y anti-autorita-rios, disipando los malentendidos y volviendo imposibles losequvocos: la Comunicacin sobre la Comuna cuyo autor, atacadoen la prensa inglesa, tuvo que darse a conocer pblicamente, ex-

    pona sin ambigedad alguna el tema de la negacin del Estadoalgunos aspectos de la cual pueden ser considerados como el pri-

    mer esbozo de esa teora de la anarqua que Bakunin no parecaapresurado por aportar a pesar de sus promesas.

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    39/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 39

    LA COMUNA DE PARS, 1871. MANIFIESTO ANARQUISTA DE MARX.LA COMUNA COMO FORMA POLTICA DE LA EMANCIPACIN SOCIAL.EL FIN DE LA POLTICA.

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    40/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 40

    Es presumible pensar que Marx tom la decisin de glorificar laComuna no sin una segunda intencin perfectamente justificada: lade acabar de una vez por todas con sus detractores antiautorita-rios, oponindoles un verdadero manifiesto anarquista: si no em-

    plea el trmino, es porque su anarquismo no est esencialmentehecho de retrica y romanticismo, de aventurismo individualistaincluso, sin verdadera relacin con el desarrollo histrico, sin ra-

    ces en el movimiento proletario moderno y, por ello, condenado aquedar como episdico y estril, como el de sus adversarios y crti-cos. He ah el motivo del lugar que ocupan en este texto los recuer-dos histricos, el motivo de la vehemencia en la denuncia delmonstruo llamado Estado, las invectivas contra el terrorismo

    burgus practicado por la repblica burguesa, tanto en los esbo-zos como en el texto definitivo. Lo que se desprende de las diver-sas observaciones sobre las medidas sociales ordenadas por la Co-

    muna es la visin de una sociedad auto-organizada y auto-gestionada, liberada de las servidumbres polticas y policiales,donde cada medida tiene valor de sntoma, y cada sntoma valor deestructura establecida, de conquista definitiva.

    La adhesin a la Comuna -o ms exactamente a una visin pre-viamente sublimada de la Comuna- toma al momento figura de

    profesin de fe anarquista:

    La Comuna no fue pues una revolucin contra tal o cualforma del poder de Estado, legitimista, constitucional, republi-cana o imperial. La Comuna fue una revolucin contra el Es-tado como tal, contra ese aborto sobrenatural de la sociedad;

    fue una resurreccin para el pueblo, la resurreccin de la pro-pia vida social del pueblo. No fue una revolucin tendiente atransferir el poder de Estado de una fraccin de las clases do-minantes a otra, sino una revolucin para romper esa horriblemquina de la misma dominacin de clase. No fue uno de esos

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    41/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 41

    combates menores entre la dominacin de clases bajo forma delpoder ejecutivo y las formas parlamentarias de dicha domina-cin, sino una revuelta contra ambas formas que se completan y

    cuya forma parlamentaria es slo una prolongacin engaosadel poder ejecutivo. El segundo Imperio fue la ltima forma deesta usurpacin poltica. La Comuna fue la negacin decisivade ese poder de Estado y, en consecuencia, el inicio de la revo-lucin social del siglo XIX.(Comunicado, primer borrador,1871, p.165 ss. Edic. Pekn 1966).

    En esta imagen de la Comuna, experiencia efmera y limitada,Marx proyect los recuerdos e impresiones de todas las lecturasutpicas que contribuyeron a dar a su pensamiento una orientacinnetamente anarquista:

    La Comuna: es la toma del poder del Estado por la sociedadcomo su propia fuerza viviente, sustituyendo al poder que sub-

    yuga la sociedad y la oprime; es la toma del poder del Estadopor las masas populares que crean su propio poder y sustituyenal poder organizado de la opresin; es la forma poltica de suemancipacin social en lugar del poder fctico (...) de la socie-dad manipulada por sus enemigos para dominarla. Esa formaera simple como es simple todo cuanto es grande. (ibid., 168).

    Ms preciso que en la redaccin definitiva del Comunicado,Marx se muestra al mismo tiempo ms reflexivo, ms prudente,como dndose cuenta repetidamente de que ha dejado el campoexcesivamente libre a la imaginacin, mientras que el destino de laComuna distaba de autorizar esperanzas tan extravagantes:

    Tal es la Comuna: la forma poltica de la emancipacin so-cial, del trabajo liberado de la usurpacin de los medios de tra-

    bajo, creados por los trabajadores mismos u ofrecidos por lanaturaleza. As como el aparato de Estado y el parlamentarismono son la vida real de las clases dominantes sino nicamente los

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    42/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 42

    instrumentos generales y organizados de su dominacin, las ga-rantas polticas, las formas y modos de expresin del viejo or-den de cosas, la Comuna no es el movimiento social de la clase

    obrera ni, en consecuencia, (el movimiento) de la regeneracingeneral de la humanidad; es slo el medio organizado de su ac-cin. La Comuna no suprime la lucha de clases mediante lacual la clase obrera tiende a abolir todas las clases y, en conse-cuencia, toda dominacin de clase (...), pero crea el medio ra-cional en cuyo seno esta lucha de clases puede pasar por susdistintas fases de la manera ms racional y ms humana (ibid.).

    En el texto definitivo Marx, sin duda deliberadamente, dej delado toda reflexin hipottica que slo sugiriera una imagen provi-sional de la Comuna, una idea de etapa intermedia (rationalmdium, dice el texto original); en suma, ese primer borrador pro-

    pone una definicin casi completa de lo que la Comuna habra rea-lizado si hubiera podido instaurar esa dictadura del proletariadoque, veinte aos despus, Engels se crey autorizado a descubrir en

    el mismo. Si esa expresin ni siquiera figura en los dos primerosborradores del Comunicado de 1871, es que Marx no quiso identi-ficar un episodio histrico de las luchas obreras. Por glorioso quehaya sido el gesto de entrega de los comuneros al que, segn suteora del desarrollo social, slo poda ser una etapa definitiva delmovimiento obrero una vez culminada esa emancipacin polticaque habr de preceder el final de la poltica. Antes incluso de que lellegara la noticia de la cada de la Comuna, Marx daba libre curso asu imaginacin, presto a concentrar sobre este acontecimiento ni-co los atributos y las virtudes del acontecimiento esperado y soa-do:

    Es posible que la Comuna de Pars caiga, pero la Revolu-cin social que ha inaugurado triunfar. Su lugar de nacimientoest por doquier. (1871, op. cit., p.237).

    Por sus virtualidades revolucionarias la Comuna fue, a ojos deMarx, la prefiguracin de una dictadura proletaria; en cuanto a su

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    43/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 43

    naturaleza real, su verdadero secreto fue el siguiente:

    Fue esencialmente un gobierno de la clase obrera, el resul-

    tado de la lucha de la clase de los productores contra la clasede los acaparadores, la forma poltica por fin descubierta bajola que va a realizarse la emancipacin econmica del Trabajo.(Comunicado, 1871, ibid., p.72).

    La unanimidad con la que todas las secciones de la A.I.T. sinexcepcin acogieron el Comunicado sobre la guerra civil en Fran-

    cia slo permite una nica conclusin: autoritarios y anti-autoritarios aceptaban sin reserva el principio de un gobiernoobrero, es decir de la forma poltica de una emancipacin con-siderada como estadio preparatorio e intermedio que ha de desem-

    bocar en una forma definitiva de liberacin, en el final de la escla-vitud asalariada. Si Marx habla de un descubrimiento sin precisarel tema o el autor, es que piensa simultneamente en la accin delos comuneros y en su propia trayectoria intelectual. En suma, el

    proletariado francs ha descubierto en 1871 lo que Marx se habaesforzado en revelarle unos veinte aos antes al explorar el fen-meno bonapartista:

    Releyendo el ltimo captulo de mi Dieciocho Brumario,vers que al hablar de la prxima tentativa de la revolucin

    francesa, declaro all que ya no va a tratarse de trasladar elaparato burocrtico-militar de una mano a otra, como ocurrihasta el momento, sino de romperlo, y ah radica la condicin

    preliminar de toda revolucin verdaderamente popular en elcontinente. He aqu lo que intentan de hecho nuestros heroicoscamaradas de partido en Pars. (Correspondencia de Marx aKugelmann, 12.4.1871).

    Es la idea central del Comunicado, expuesta tanto en el textodefinitivo como en los borradores. Figuraba en el primer manifiestode los responsables de la Comuna, documento del que Marx cita

  • 7/28/2019 Maximilien Rubel e Louis Janover - Marx Anarquista

    44/96

    M. Rubel y L. Janover - Marx Anarquista - pg. 44

    estos extractos: Los proletarios de la capital, en medio de los des-fallecimientos y traiciones de las clases gobernantes, comprendie-ron que les haba llegado la hora de salvar la situacin tomando en

    sus manos la direccin de los asuntos pblicos... El proletariado...comprendi que era imperioso deber suyo y absoluto derecho suyoel tomar en sus manos sus destinos, y el asegurar su triunfo apo-derndose del poder (Diario oficial, 20.3.1871). Esas frases sirvenen cierto modo de exordio a lo que parece una digresin histricasobre la gnesis del Estado, exposicin que es como una interven-cin en un dilogo desarrollado con los comuneros:

    Pero la clase obrera no puede simplemente tomar posesindel aparato de Estado completamente preparado y hacerlo

    funcionar por su propia cuenta. (Comunicado, op. cit, p. 64).

    En otras palabras, ya no se trata de una simple transferencia deun instrumento de sumisin de una clase a otra, sino de una accincontra el Estado mi