meir, r. el ritual

7/28/2019 Meir, R. El Ritual

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i MIEST IGAC I ~NASICA Y DOCUMENTAL

10 Cuartillas 10 [casi exactas]

de notas para tratar de evitar el

retroceso en una investigacion

semiotica del ritual

i aymundoMer*

Introduccion. Cuatro puntos de partida

para una conceptualizacion del simbolismo ritual

A partir de 4 tesis sobre el simbolismoritual, desprendidas de la propuesta original

deTurner, es posible desarrollar ciertas reflexiones sobre a naturaleza del proceso

ritual. Habra que considerar en principio:

1)El simbolo ritual como polo de interaccion enun entorno ritual definido

aunque sepentado, estratificado.

2) El doble caracter del ritual: como ocurrencia -que es al mismo tiempo

reiteraciori y acontecimiento, repeticion y renovacion- ycomo cuerpo de interpre-taciories asociado a las practicas rituaies de los participantes del proceso ritual.

Laaccion ritual se conjuga con las diversas,inestablesy cambiantes interpre-

taciones de la normatividad, el comportamiento, el sentido, la genesis y la eficacia

rituales, el ejercicio de autorreflexividad -interpretacion sobre la propia accion

ritual- y los juicios sobrelas acciones de los otros, que constituyen evaluaciones y atri-

buciones de significacion al apego percibido de los actos alas pautas normativasy

el sentido atribuido a las manifestaciones particulares de los desempenos rituales.

Esta conjugacion de acciony reflexividad heteronomas -juicio sobre la naturaleza

y origen delaaccionritual,autorreflexividad y juicio sobre laactuacion de los otros

y de la coinunidad misma en el ambito rituaI- determinan en parte la morfologia

~specifica,lapotenciaautonomael r i d arael engendramiento de significaciones

y la cnlidaddhamicadelcampo ritual. Ocurren aqui dos tipos de comportamiento

interyreta.tivo: a) la incorporacion de marcos de normatividad propios, tanto del

espacio rituallocal como de estmcturasglobalesde regulacion, comoprernisaspara

* Profesor-investigadordelDepartamento de Educaciony Comunicacion,UAM Xo-

chmiilco.



e stablecerlareferenciamoral, cognitivayafectiva de los comportamientos admitida

colectivamente. La seleccion y formulacion de estaspremisas surge a suvez de pro-

cesos interpretativos que buscan sustentarlavalidez de las acciones rituales y de la

propia interpretacion, b)como recurso para la experienciay expresion de la iden-tidad.

3)Turner recogeladistincion de Sapirentre simbolos referencialesy simbolos

de condensacion, lo que lo llevara a plantear la naturaleza compleja de los simbolos

rituales que simultaneamente participan de una calidad referencia1 -designan al

mismo tiempo elementos, objetos, acciones y valores en el mundo, y formulan los

contenidos y alcances de los enunciados normativos- y la condensacion. La de-

finicion que da Sapir de estos ultimos es: "formas altamente condensadas de com-

portamiento sustitutivo de expresiones directas, que permiten unainmediata disi-

pacion de la tension emocional de forma consciente o inconsciente[...]Los simbolos

de condensacion alcanzan raices cada vez mas profundas del inconsciente y dise-

minan su calidad emocional entre tipos de comportamiento y situaciones aparen-

temente muy apartadas del concepto original del simbolo".^

La formulacion de Sapir, con los distintos aspectos senalados por Turner,

apuntara simplemente a la imagen del simbolo ritual simultaneamente como un

punto de anclaje en vastas estrategias diferenciadas de interpretacion, como ele-

mento de significacion que suscita la evocacion de modos y estrategias cognitivas

-sobre el mundo y sobre el propio simbolismc-, y como una materia de re-

presentacioncapaz desuscitar respuestas afectivasinconscientes.Laelaboracion de

Tumer arrojauna serie de alternativas no claramente resueltas parala comprension

de la significacionparticulardel simbolo en el campo ritual: porunaparte,elude las

interpretaciones sobre la pertinencia morfologica del simbolo como figura evoca-

tiva. Laposibilidad de encontrar respuestas divergentes, no condensadas, ante las

mismas morfologias o morfologias analogas fuera del espacio ritual, en la misma

culturao bien en otras culturas, revela que lacapacidad evocativadel simbolo reside

enieramente en el campo de tensiones, en la conformacion dinamica del ritual y la

inscripcion en ella de los "polos" de simbolismo. No obstante, la determinacion de

la materia simbolicay su implantacion en distintos polos dinamicos queda todavia

por resolver. El impulso evocativo parece emanar, en lo que respecta al universosimbolico, deun efecto especificodel campo dinamico del ritual en la conformacion

de la experiencia subjetiva y en la posibilidad de desplazar las esferas de sentido,

configuradas apartir de un elemento simbolico especifico desde el espacio ritual a

otros espacios no rituales. Lo mismo ocurre con la variedad fisonomica de los

1Edward Sapir.Eacydopacdia fulcSou'alSucnccs,XIV,pp.492-493,itado enVictor

Turner. 7 % ~orcst ofSpbols, ihaca, Comeii UniversityPress, 1967, p. 29.



iNVESTIGACIONBASICA Y DOCUMENTAL

simbolo:;, la diversidad de los contextos rituales, la divergencia inherente a los

procesos interpretativos y la ambivalencia respecto de los simbolos, al margen de

la participacion ritual o las reminiscencias de la experienciavivida.

4) La taxonomia de los simbolos en instrumentales y dominantes segun elalcance de su simbolismo: restringido alaesferalocal del rito, o inscrito en la trama

global, integradora, de los distintos polos locales de ritualidad.

Sera preciso ahondar en estos elementos constitutivos del campo r i d ara

desarrollar la idea sobre su capacidad autonoma para crear y modelar procesos de

sentido. ]Es preciso explorar capacidad del ritual paragenerar un espacio propio

de sentidlo que desborda la caracterizacion funcional del ritual como dispositivo

regulatorio de las tensiones socialesy, tambien, la perspectiva estructuralista -en- . .particular en la elaboracion de Levi-Strauss- que presupone la subordinacion de la

capacidad ritual de creacion de sentido a laautonomia de lo simbolico. claramenteestablecida apartir de las condiciones logicasy de transformacionglobales que dan

forma y gobiernan la estructura m'tica. La afirmacion de la autonomia de la ca-

pacidad de engendramiento de sentido en y a partir de las transformaciones di-

namicas del campo ritual busca revertir la tesis implicitade la accion determinante

de lo simbolico sobre el campo de laaccion ritual. El espacio ritual, habria sugerido

Levi-Strauss, estaria determinado por la propia logica, por la propia condicion

estructural del campo mitico. Este deterrninismo tiende a ignorar, en principio, la

capilaridad de la accion ritual, la posibilidad de la accion ritual para desbordar las

condicioriesglobalesde las condiciones estructurales de la cultura,para expresar esaritualizacion como pautas de interaccion restringida,en su vigenciayen su realizacion

tanto como en su eficacia. Una forma particular de detem2inismosimbolico ten-

deria a subsumir en los marcos de su propia logica la capacidad del ritual para el

engendramiento de sentido. Esta determinacion del campo simbolico sobre las

pautas rituales no solamente tiene una importancia decisiva para aprehender la di-

namica especifica del universo de la representacion, sino que adquiere incluso al-

cancespoliticos cruciales que deberan serahondadosmas adelante. El problema de

laautonoda de la accion ritual respecto del campo simbolico plantea el problema

central de las estrategias de poder en la comunidades.

El simbolo como polo de interaccion en condiciones rituales

Implu'citarnente, el abordaje de Turner involucra una distincion entre simbolos ri-

tuales;y simbolos no-rituales. Involucraasimismo la necesidad de deslindar la doble

condicion de la regulacion simbolica. Cuando hablamos de simbolo, hablamos

necesariamente de accion regulada, al margen de la incertidumbre. Es la conducta

que invocaunamas cenidaregulacion.Los signos rituales se diferencian delos signos

no-fltuale!;,involucran campos de regulacion de naturalezadistinta. Las regulaciones



EDUCAC I ~ N COMUNICACI~Ni NUARIO 1997

del campo ritual seran diferentes de las que enmarcan el uso simbolico en ambitos

no-rituaies.

En el campo ritual los simbolos deben deslindarse de su uso en ambitos re-

gulados de interaccion. Goffman tendera a formular una teoria del ritualgenerali-

zado que involucraria una extension de las calidades de la regulacion hacia los

diversos procesos de interaccion. La realizacion de la interaccion en un campo ni-

tidamente regulado no involucra necesariamente su participacion en la naturaleza

ritual del campo de regulacion. Lo que marca la diferencia entre ambos campos

regulativos es la naturaleza del cornportamientio simbolico en el ritual, que difiere

radicalmente del funcionamiento de los simbolos en el ambito de regulacion.

La definicion de los simbolos en el campo ritual debe obedecer a las con-

diciones especificadas porTumer sobrelanaturalezadel hncionamiento simboli-

co y, en particular, sobre el rasgo de la condensacion. Este rasgo es, quiza, el de-

finitorio en el proceso de caracterizacion del momento y del sentido ritual. Los

universos rituales se distinguen asidelosambitosde interacuonregulada,apesardel

caracter ritualiiante-reiterativo, abiertamenteconvencional,acotado en la tempo-

ralidad, conuna eficacia propia, etcetera- de sus rasgos. Hay un uso del lenguaje, de

los elementos simbolicos y de interaccion que neutralizan los rasgos de condensa-

cion.

Dualismo de la normatividad y acciones simbolicas:

hacia la definicion de la especificidad del campo rituai

El dualismo de los ambitos de normatividad al que habiamos aludido, y que cons-

tituye el rasgo mas representativo de los signbs de condensacion, habia sido ya

advertido por Bateson. Lacritica que este hace al funcionalismose funda, entre otros

rasgos, en dos formas de funcionamiento normativo: uno que involucra el campo

afectivoy otro la accion cognitiva. Esto incidira enuna polarizacion del funciona-

miento simbolico.Hayunaconstelacionde signos que manifiesoui privilegiadamen-

te los elementos normativos de orden afectivo, mientras que hay otros que des-

pliegan como rasgo dominante la accion regulatoriay ordenadora del campo cog-

nitivo. Eso no involucra la supresion de un ineludible dualismo del campo nor-

mativo. Toda conducta involucrala convergencia, el dualismo, la sobreposicion e

incluso la ambivalencia de ambos campos normativos que determinan el sentido de

un conjunto de jirones de conductas. La normade uso de los elementos simbolicos

esta directamente orientada a suspender el funcionamiento de alguna de las ver-

tientes del funcionamientosimbolico.

A estos dos modos de funcionamiento simbolico se: anade otra, puesta de

relievey nombrada por Malinowski como "comunicacion fatica". Esta es una co-

municacion vacia de contenidocuyafinalidad estricta es ratificar el funcionamiento



i NVESTIGACI~NASICA Y DOCUMENTAL

normativo por la sola realizacion del acto de comunicacion. La sola ocurrencia del

acto comunicativo es por si mismaunagarantiay ratificacion delvinculo. El vinculo

de comunicacion muestra la vigencia de otros vinculos, exhibe su fuerza, su evi-

dencia El sentido comunicativo se eclipsa en la reiteracion o la disgregacion del

regimen de significacion. Es simplemente la afirmacion del vinculo, suspender la

incertidumbredel silencio, de la ruptura del vinculo. Se habla para suspender aam-

biguedad del silencio que es la marca del quebrantamiento del vinculo de recipro-

cidad. La dinamica de la accion fatica involucra un fenomeno multiple de creacion

regdativa.

La interaccion fatica se anade a la biparticion del funcionamiento simbolico

-condensador y referencial- derivada del dualismo regulatorio que senala el dua-

lismo emotivoy cognitivo. El simbolismo ritual se muestra asi radicalmente distinto

del funcionamiento simbolico en otros campos normativos de corte ritualizante

-modos previsibles de respuesta,identidadesprescritas paralos participantes-. La

regulaciondeestosambitos ritualizantes, de estos ambitos de interaccion normados

n o - r id e s prescribe identidades pero permite una alteracion dinamica mucho

mayor. Son objeto de reflexividad y de alteracion producto de estareflexividad.Los

marcos rituales son mucho menos accesibles a la accion reflexivay a la modifica-

cion de esos marcos producto de ese regimen de reflexividad. Asi, mientras que la

interaccion no-ritual en campos regulados es mas inestable en sus perfiles, en sumor-

fologia, introduce una mayor dinamica. La participacion ritual es mucho mas es-

table, mucho mas determinante de la prescripcion ritual que ejerce una fuerza de

exclusion -basada en esa asignacion de identidades-, mientras que el campo re-

gulatorio, sibienprescribepe&les de identidad,estos son menos &erativos, estan

menos cenidos a las condiciones de reconocimiento.

El hecho de que el ritual en apariencia mantenga una mucho mayor fuerza de

determinacion en el campo de identidades, normatividades, tiemposy espacios, no

habla de una rigidez del orden ritual. La capacidad del ritual para convertirse en un

elemento en el orden dialogico de la comunidad, con los agentes dinamicos que

definen la representacionsimbolicade los "bordes"internos y externosde la misma,

se sustenta no solo en lareaccion de las estructuras de interaccionen simismas, sino

tambien en los modos de funcionamiento del simbolismo ritual y en las caracte-

risticas de su operacion. Es el funcionamiento simbokco el que permite al ritual

constituirse enespacio de creacion deun ambito dialogico de la cultura. En efecto,

Mary Douglas habia ya reconocido la capacidad del ritual para enfrentar la per-

cepcion de los margenes de la cultura, tanto externos como internos, y responder

a la contaminacion que la presencia misma de esos margenes admite: T a l e a pena

distinguir cuatro clases de contaminacion social. La primera es el peligro de pre-

sionarlas fronteras extemas;en la segunda, el peligro es transgredirlaslineas nternas



E D U C A C I ~ N C O M U N I C A C I ~ N ANUARIO 1997

del sistema; en la tercera se trata del peligro en los margenes de las lineas. La cuarta

estriba en el peligro de las contradicciones internas cuando se rechazan los pos-

tulados basicos de manera que ciertos puntos del sistema parecen estar en guerra

consigo mismos".2

Esos margenes no son fijos. Experimentan una transformacion dinamica y

hacen patente no solo, como advierte la misma autora, un proceso de reflexividad

para hacer visible la naturaleza de las condiciones estmcturales de una colectividad.

Sin embargo, esta reflexividad no es ni plena ni inmediata; todavia menos privada

de vaciosv de silencios. El ritual a~arecesi como un recurso de autorreflexividad

que funda tambienun tiempo social que encaralos limites y quebrantarnientos de

esos margenes. Responde por consiguiente alanecesidad de anticiparla persistencia

de los vinculos, de advertir y conjurar una catastrofe,anticiparun mal;pero tambien

ala capacidad del ritual como recurso depurificacion.El ritual se orientaasi en todos

los ordenes temporales: memoria,identidad reflexiva,accion, expectativas, riesgo;

estos revelan modos de sentido de una temporalidad surgida de las expresiones

particulares del desempeno simbolico. Pero,al mismo tiempo, el ritual reconoce un

ambito de identidad colectiva como punto de origen de la catastrofe. Laperturba-

cion puede venir desde dentro o puede ser producto de la incidencia de una fuerza

ajena, de un agente externo a la comunidad. Traza asi, implicitamente, un ambito

interior, propio de la identidad colectiva, y ese borde mismo define aquello que lo

circunda. El proceso ritual constituye un ambito de dialogo, de mediacion no solo

entre tiempos figurados por lacomunidad sino entre figuras de la interaccion, entre

el adentro y el afuera.

Por otra parte,Turner se vera llevado a la necesidad de formular el campo ri-

tual ya no en terminos estructurales ni en terminos de meros sistemas de relacion,

sino como un sistema dinamico de creacion, conjugacion y consistencia de los

vinculos en el interior de un "espacio" de interaccion acotado. La contribucion de

Kurt Lewin ala reflexion ritual deTumer, en su primera formulacion, fue decisiva.

Planteo los elementos para la concepcion de las polaridades simbolicas y para la

conceptualizacion del campo ritual como una constelac~on inamica de fuerzas,

tanto de cohesion como de respuesta unitaria y, por consiguiente, el papel de la

accion ritual en la determinacion de las identidades seminlas lineas de fragmentacion

y de disolucion u "olvido", de la fragmentacion y la estratificacion de la colectividad

representada en el campo ritual. Asi, en el marco de la reflexion turneriana, seria

preciso encontrar el perfil especifico de la accion ritual que tendria que darse en

terminos de una caracterizacion dinamica, tanto de las fuerzas actuantes en la co-

munidad como de las fuerzas que inciden,moldean y asedian los linderos,los bordes

2Mary Douglas. PurityandDang-cr,hndres, Routledge, 1991, p. 123.



comunitarios y ejercen sobre ellos y sobre los miembros de una comunidad una

presion caracteristica.El proceso especifico de condensacion simbolica seria un

momento visible de ese otro, masvasto, de orientacion de la accionzituaien torno

de esas polaridades que le confieren una orientaciony ofrecen, en el drama ritual,la traslacion a los marcos de una representacion dramatica de mcirfologias, y las

dinamicas del conflicto social.

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