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La Doctrina Social de la Iglesia y el Magisterio Episcopal en América
Latina
• La Doctrina Social de la Iglesia es elanuncio y la actualización del Evangelio enla compleja red de relaciones sociales enlas que se desarrolla la historia delhombre y la mujer.
• Actualiza en los acontecimientos históricos el mensaje de liberación y redención de Cristo, el Evangelio del Reino (CDSI 63)
EVANGELIO
HISTORIA
DOCTRINA SOCIAL
Doctrina Social de la Iglesia
INSTRUMENTO D EVANGELIZACIÓN
Palabra de Dios Magisterio
Doctrina social de la Iglesia
PRESENCIA EN EL MUNDO
desafíos
• Encarnación
• Redención
Xo ofrece la Salvación
• Economía, Cultura, Trabajo
• Política, Familia…
La persona en el mundo • Meta-Historia
• Encuentro definitivo con Cristo. La Nueva Jerusalén.
La Realización Plena
La Iglesia sigue interpelando a todos los pueblos y a todas las Naciones porque sólo en el nombre de Cristo se da al hombre la salvación (CDSI 1)
• Todo lo que, extraído del tesoro doctrinalde la Iglesia, ha propuesto el Concilio,pretende ayudar a todos los hombres denuestros días, a los que creen en Dios y alos que no creen en El de forma explícita, afin de que, con la más clara percepción desu entera vocación, ajusten mejor elmundo a la superior dignidad del hombre,tiendan a una fraternidad universal másprofundamente arraigada y, bajo elimpulso del amor, con esfuerzo generoso yunido, respondan a las urgentesexigencias de nuestra edad (GS 91).
Los grandes Principios de la DSI
• La dignidad de la Persona
• La sociabilidad
• La participación
• La subsidiaridad
• La solidaridad
• La universal destinación de los bienes
• El bien común
• La opción preferencial por los pobres
•LA DIGNIDAD DE LA PERSONA
• La fe es el punto de “arranque” de la doctrinasocial de la Iglesia y la verdad fundamental yprimordial de la fe es que el Verbo se hizohombre. De aquí entonces que la dignidadhumana de todo hombre y de toda mujerenaltecida por Cristo con su Encarnación sea elpunto cardinal de la doctrina social de la Iglesia,su objeto permanente (Cf. Juan Pablo II, Discurso en
el 90º Aniversario de la Rerum novarum, Ciudad delVaticano, 13 de mayo de 1981, 7).
La Dignidad de la Persona
• Unidad
• Singularidad – Subjetividad
• Centralidad
• Libertad – Verdad
• Apertura a la trascendencia
• Igualdad
• Los derechos humanos – Los deberes
DiosLos hermanosLa creación
LA LIBERTAD• Dios ha querido dejar al hombre en manos de su propia
decisión (cf. Si 15, 14), para que así busqueespontáneamente a su Creador y, adhiriéndose librementea éste, alcance la plena y bienaventurada perfección. Ladignidad humana requiere, por tanto, que el hombre actúesegún su conciencia y libre elección, es decir, movido einducido por convicción interna personal y no bajo lapresión de un ciego impulso interior o de la mera coacciónexterna (GS 17).
• La libertad, en efecto, no sólo permite al hombre cambiarconvenientemente el estado de las cosas exterior a él, sinoque determina su crecimiento como persona, medianteopciones conformes al bien verdadero: de este modo, elhombre se genera a sí mismo, es padre de su propio ser yconstruye el orden social (CDSI 135).
La Sociabilidad
• La persona es constitutivamente un ser social, porqueasí la ha querido Dios que la ha creado. La naturalezadel hombre se manifiesta, en efecto, como naturaleza deun ser que responde a sus propias necesidades sobre labase de una subjetividad relacional, es decir, como unser libre y responsable, que reconoce la necesidad deintegrarse y de colaborar con sus semejantes y que escapaz de comunión con ellos en el orden delconocimiento y del amor (CDSI 149).
La Participación
• se expresa, esencialmente, en una seriede actividades mediante las cuales elciudadano, como individuo o asociado aotros, directamente o por medio de lospropios representantes, contribuye a lavida cultural, económica, política y socialde la comunidad civil a la que pertenece(CDSI 189).
• posibilidades efectivas de tomar parte libre yactivamente en la fijación de los fundamentos jurídicosde la comunidad política, en el gobierno de la cosapública, en la determinación de los campos de acción yde los límites de las diferentes instituciones y en laelección de los gobernantes. Recuerden, por tanto, todoslos ciudadanos el derecho y al mismo tiempo el deberque tienen de votar con libertad para promover el biencomún. La Iglesia alaba y estima la labor de quienes, alservicio del hombre, se consagran al bien de la cosapública y aceptan las cargas de este oficio (GS 75).
La Subsidiaridad
• Es imposible promover la dignidad de la persona si no secuidan la familia, los grupos, las asociaciones, lasrealidades territoriales locales, en definitiva, aquellasexpresiones agregativas de tipo económico, social,cultural, deportivo, recreativo, profesional, político, a lasque las personas dan vida espontáneamente y quehacen posible su efectivo crecimiento social. Es éste elámbito de la sociedad civil, entendida como el conjuntode las relaciones entre individuos y entre sociedadesintermedias, que se realizan en forma originaria ygracias a la «subjetividad creativa del ciudadano» (CDSI185).
La Solidaridad
• La solidaridad debe captarse, ante todo, en su valor deprincipio social ordenador de las instituciones, según elcual las «estructuras de pecado», que dominan lasrelaciones entre las personas y los pueblos, deben sersuperadas y transformadas en estructuras desolidaridad, mediante la creación o la oportunamodificación de leyes, reglas de mercado,ordenamientos (CDSI 193).
La Universal Destinación de los Bienes
• Fundamenta el derecho a los mismos.
• La propiedad privada: problemática.
• El principio del destino universal de losbienes exige que se vele con particularsolicitud por los pobres, por aquellos que seencuentran en situaciones de marginacióny, en cualquier caso, por las personas cuyascondiciones de vida les impiden uncrecimiento adecuado (CDSI 182).
El Bien Común
• “el conjunto de condiciones de la vidasocial que hacen posible a las asociacionesy a cada uno de sus miembros el logromás pleno y más fácil de la propiaperfección” (GS 26).
• Ser “con” y “para” los demás.
• No es algo dado. Responsabilidad común.
• Deber del Estado.
La opción preferencial por los pobres
• La Sagrada Escritura y la Tradición.
• Presente desde la primera expresión sistemática del pensamiento social cristiano.
• Explicitación en el Magisterio Latinoamericano.
• Aceptación en el Magisterio Pontificio
• Transversalidad.
• El pensamiento de Joseph Ratzinger:
• Existen en la Torah diversos niveles deautoridad. Hay normas que son condicionadaspor la historia y por las meta-normas queexpresan aquello que la Alianza exigeperennemente. La opción fundamental de lasmeta-normas es la garantía que Dios ofrece afavor de los pobres que son fácilmente privadosde sus derechos y no pueden hacerse justiciapor sí mismos.
• En la Torah todo depende de la afirmación de lafe en el único Dios. Sólo El puede ser adorado.
• Pero luego, en el curso del desarrollo profético,la responsabilidad para con los pobres, lasviudas y los huérfanos asume progresivamenteel mismo rango de la exclusiva adoración delúnico Dios: se confunde con la imagen de Dios,la define muy concretamente. La orientaciónsocial es orientación teológica y la orientaciónteológica tiene carácter social – el amor a Dios yal prójimo no se pueden separar y el amor por elprójimo asume, como percepción de la presenciade Dios en el pobre y el débil una definición
práctica Jesús de Nazaret).
APARECIDA
ConsejoPlenario Latinoamericano
Roma, 28 de Mayo a 9 de Julio 1899
Carta Apostólica Ad Ecclesiam Christi
Sobre las necesidades de América Latina
S.S. Pío XII
29 de junio de 1955
La génesis de las
Conferencias
I Conferencia general del
Episcopado
latinoamericano
• (Río de Janeiro, 25 de JULIO A 4 DE Agosto
de 1955)
• Título II: Clero no Nacional
• Título III: Religiosos y Religiosas
• Título IV: Auxiliares del Clero
• Título I: Vocaciones y formación del Clero Secular
• Título V: Organización de la cura de almas
• Título VI: Medios especiales de propaganda
• Título VII: Protestantismo y Movimientos Anticatólicos:
• Preservación y defensa de la fe
• Título VIII: Problemas sociales
• Título IX: Misiones, Indios y gente de color
• Título X: Inmigración y gente de mar.
II Conferencia General del
Episcopado Latinoamericano
(Medellín, 26 de Agosto a 6 de Septiembre de 1968)
Presencia de laIglesia en laactualTransformacióndeAmérica Latina.
• PROMOCIÓN HUMANA– 1. JUSTICIA
– 2. LA PAZ
– 3. FAMILIA Y DEMOGRAFÍA
– 4. EDUCACIÓN
– 5. JUVENTUD
• EVANGELIZACIÓN Y CRECIMIENTO DE LA FE– 6. PASTORAL POPULAR
– 7. PASTORAL DE ÉLITES
– 8. CATEQUESIS
– 9. LITURGIA
• LA IGLESIA VISIBLE Y SUS ESTRUCTURAS– 10. MOVIMIENTOS DE LAICOS
– 11. SACERDOTES
– 12. RELIGIOSOS
– 13. FORMACIÓN DEL CLERO
– 14. LA POBREZA DE LA IGLESIA
– 15. PASTORAL DE CONJUNTO
– 16. MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL
Iii conferencia general del
episcopado latinoamericano
(Puebla de los Ángeles, 27 de Enero a 7 de Febrero
de 1979)
•La evangelización en el presente y en el futuro de América Latina.
• PRIMERA PARTE: VISIÓN PASTORAL DE LA REALIDAD LATINOAMERICANA
• Capítulo I: VISIÓN HISTÓRICA DE LA REALIDAD LATINOAMERICANA
• Capítulo II: VISIÓN SOCIO-CULTURAL DE LA REALIDAD DE AMÉRICA
• LATINA
• Capítulo III: VISIÓN DE LA REALIDAD ECLESIAL HOY EN AMÉRICA LATINA
• Capítulo IV: TENDENCIAS ACTUALES Y EVANGELIZACIÓN EN EL FUTURO
• SEGUNDA PARTE: DESIGNIO DE DIOS SOBRE LA REALIDAD DE AMÉRICA
• LATINA
• Capítulo I: CONTENIDO DE LA EVANGELIZACIÓN
• Capítulo II: ¿QUÉ ES EVANGELIZAR?
• TERCERA PARTE: LA EVANGELIZACIÓN EN LA IGLESIA DE AMÉRICA
• LATINA. COMUNIÓN Y PARTICIPACIÓN
• Capítulo I: CENTROS DE COMUNIÓN Y PARTICIPACIÓN
• Capítulo II: AGENTES DE COMUNIÓN Y PARTICIPACIÓN
• Capítulo III: MEDIOS PARA LA COMUNIÓN Y PARTICIPACIÓN
• Capítulo IV: DIÁLOGO PARA LA COMUNIÓN Y PARTICIPACIÓN
• CUARTA PARTE: IGLESIA MISIONERA AL SERVICIO DE LA EVANGELIZACIÓN
• EN AMÉRICA LATINA
• Capítulo I: OPCIÓN PREFERENCIAL POR LOS POBRES
• Capítulo II: OPCIÓN PREFERENCIAL POR LOS JÓVENES
• Capítulo III: ACCIÓN DE LA IGLESIA CON LOS CONSTRUCTORES DE LA SOCIEDAD PLURALISTA EN AMÉRICA LATINA
• Capítulo IV: ACCIÓN DE LA IGLESIA POR LA PERSONA EN LA SOCIEDAD
• NACIONAL E INTERNACIONAL
• QUINTA PARTE: BAJO EL DINAMISMO DEL ESPÍRITU: OPCIONES
• PASTORALES
• OPCIONES PASTORALES
IV conferencia general del
episcopado latinoamericano y del
caribe.
(Santo Domingo, 12 a 28 de Octubre de 1992)
•Nueva evangelización, Promoción humana, Cultura Cristiana: “Jesucristo ayer, hoy y siempre” (Cf.Hebr. 13,8).
• PRIMERA PARTE JESUCRISTO, EVANGELIO DEL PADRE
• 1. Profesión de fe
• 2. A los 500 años de la primera evangelización
• SEGUNDA PARTE JESUCRISTO, EVANGELIZADOR VIVIENTE EN SU IGLESIA
• Capítulo I LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
• Capítulo II LA PROMOCIÓN HUMANA
• Capítulo III LA CULTURA CRISTIANA
• TERCERA PARTE JESUCRISTO, VIDA Y ESPERANZA DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE LÍNEAS PASTORALES PRIORITARIAS
• 1. Una nueva evangelización de nuestros pueblos
• 2. Una promoción humana integral de los pueblos latinoamericanos y caribeños
• 3. Una evangelización inculturada
El camino hacia la V
Conferencia
• Los Presidentes y los delegados de lasConferencias Episcopales de América Latina y elCaribe, nos reunimos en el año 2001 en laXXVIII Asamblea Ordinaria del CELAM. En eseencuentro decidimos pedirle al Santo Padre JuanPablo II que tuviera a bien convocar unanueva Conferencia General del EpiscopadoLatinoamericano. Su Santidad Juan Pablo IIacompañó los primeros pasos de su preparacióny aprobó la idea de celebrar una ConferenciaGeneral de nuestro Episcopado.
• Por eso, después de recoger de todas lasConferencias Episcopales valiosas proposiciones,dadas ya sea personalmente en el encuentro dePuebla de 2004, como también en las reunionesregionales, en otras reuniones del CELAM y através de las mismas Conferencias Episcopales,propusimos al Santo Padre Benedicto XVI, elsiguiente temario: “Por el encuentro conJesucristo, discípulos y misioneros en la comuniónde la Iglesia Católica, al inicio del tercer milenio,para que nuestros pueblos tengan vida”.
• Es más, el día 7 de julio del presente año,recibió al Presidente del CELAM enaudiencia y le entregó el tema de la VConferencia General del EpiscopadoLatinoamericano:
• Discípulos y misioneros de Jesucristo,• para que nuestros pueblos en Él tengan
vida.• - “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”
(Jn 14, 6) -
• Esta etapa de preparación de la V ConferenciaGeneral, que se inicia con el impulso del EspírituSanto, que nos une a Jesús y nos envía, quiereser el primer paso de un proceso de vivificacióny conversión, de comunión fraterna y de unvigoroso despertar misionero. Este proceso seafianzará mediante la Gran Misión en AméricaLatina y el Caribe que los Obispos deseamosconvocar en la V Conferencia General, a fin deque nuestra Iglesia tenga realmente ardormisionero.
Primer paso
El primer momento de su preparación consistió enrecoger valiosas aportaciones de las ConferenciasEpiscopales y de diversas reuniones en el ámbito delCELAM sobre el tema del discipulado y la misión, sobrelos núcleos temáticos que de allí se desprenden y losresultados del análisis y discernimiento del actualmomento histórico. Con ese material se elaboró elDocumento de Participación y las Fichas de trabajo, paraofrecerlos como instrumentos que motivaron luego unaamplia y activa participación del Pueblo de Dios con lareflexión sobre el tema entregado por el Santo Padre.
El documento y las fichas se enviaron a lasConferencias Episcopales para que éstas losdistribuyeran a las Iglesias particulares, organismosepiscopales e instituciones católicas. Asimismo, seenvió ese material a organismos de nivelcontinental con alguna vinculación a la IglesiaCatólica. A todos ellos se animó a participar y aelaborar aportes al tema. Al mismo tiempo, serealizaron varios seminarios con participación deexpertos, y congresos en los que intervinieronmiembros de diferentes países de América Latina ydel Caribe.
Todos estos encuentros tuvieron como objetivo
Profundizar el tema del discipulado y la misión
desde diversas perspectivas: bíblica, teológica y
pastoral; y discernir el profundo cambio cultural que
vivimos, a fin de buscar juntos caminos más
adecuados para vivir con fidelidad creativa el
mensaje del Evangelio y transmitirlo con nuevo
ardor misionero.
Algunos presupuestos:
• “La fe es una adhesión personal de todo
el hombre a Dios que se revela.
Comporta la adhesión de la inteligencia y
de la voluntad a la Revelación que Dios
ha hecho de sí a través de sus obras y
de sus palabras”
“Creer, implica, por tanto, una
referencia doble: a la persona y
a la verdad; a la verdad, por la
confianza que se da a la
persona que la afirma”
• “No se comienza a ser cristiano
por una decisión ética o una gran
idea, sino por el encuentro con un
acontecimiento, con una Persona,
que da un nuevo horizonte a la
vida y, con ello una orientación
decisiva” (DCE 1).
• Como el contenido del anuncio no es unasimple idea, sino la persona misma de Jesús,es necesario ante todo un encuentro y unarelación personal con El, para poder transmitiruna experiencia que ellos mismos han vividointensamente. Por eso los Doce están conJesús y tienen con él una relación de íntimacomunión. Ésta sigue siendo también hoy lapremisa de toda evangelización, que es unaforma de participar en la misma misión deJesús, el Buen Pastor, en favor de todo elgénero humano.
• La finalidad de la evangelización es por
consiguiente este cambio interior y, si
hubiera que resumirlo en una palabra, lo
mejor sería decir que la Iglesia evangeliza
cuando, por la sola fuerza divina del
Mensaje que proclama, trata de convertir
al mismo tiempo la conciencia personal y
colectiva de los hombres, la actividad en
la que ellos están comprometidos, su vida
y ambiente concretos” (EN 18)
• Posiblemente, podríamos expresar todoesto diciendo: lo que importa esevangelizar - no de una maneradecorativa, como un barniz superficial,sino de manera vital, en profundidad yhasta sus mismas raíces - la cultura y lasculturas del hombre en el sentido rico yamplio que tienen sus términos en laGaudium et spes, tomando siempre comopunto de partida la persona y teniendosiempre presentes las relaciones de laspersonas entre sí y con Dios (Ib. 20).
La problemática
• no hay que confundir la descristianización,
con el abandono de la fe católica para
adherir a otras confesiones cristianas
• la gran mayoría de nuestroscatólicos nunca tuvo eseencuentro fuerte y personal,porque nuestra predicación nologró llevar a nuestros oyentes aeste encuentro personal. De ahíque su fe es frágil, muchas vecesconfusa, incompleta, lo que lahace presa fácil de predicadoresde otras creencias.
Tendencias
• Quienes son condicionados por el temor a los cambios se aferran a ritos y fórmulas de sus creencias, que se manifiestan a veces en la rigidez de nuevos fundamentalismos tanto entre cristianos como en religiones diferentes
• Por otra parte, cierta mentalidad postmoderna, inclinada a compartir cercanías, prescindiendo de la búsqueda de la verdad y del sentido último de la existencia, conduce a sobrevalorar el mero sentimiento religioso, como una búsqueda común y confusa de la trascendencia, y también al sincretismo.
• Se extiende una mentalidad que en lapráctica prescinde de Dios en la vidaconcreta y aún en el pensamiento, dandopaso a un indiferentismo religioso, unagnosticismo intelectual y a una autonomíatotal ante el Creador. Se abre camino entrenosotros un modo de vida que, animado porel relativismo, el pragmatismo y elhedonismo, impide a los hombres y mujeresinterrogarse con seriedad sobre el sentidoúltimo de su propia existencia
• laicismo militante
agresividad nueva, abierta o larvada,
contra la Iglesia.
• El abandono de católicos hacia comunidades
pentecostales, hacia sectas o hacia nuevos movimientos religiosos, no corresponde a
una causa única.
Posibles causas
• Entre las más recurrentes se destacan la
búsqueda de una experiencia comunitaria
más estrecha para evitar la soledad y el
aislamiento;
• la búsqueda de expresiones religiosas
subjetivamente más emotivas;
• la pérdida del contacto con las
actividades evangelizadoras de la
Iglesia, si bien permanecía la sed de
un encuentro personal con Jesús y
con la Palabra de Dios; el cambio de
vida que brota del contacto directo
con ellas; y la oportunidad de mayor
protagonismo en comunidades más
pequeñas.
• También influye la distancia sicológica
a una manera de entregar la riqueza
doctrinal de la Iglesia, no siempre
presentada como un enriquecimiento
personal en humanidad, sino como una
limitante de la propia libertad, como un
no a urgencias muy sentidas.
Globalización y fe
• Ante una realidad social la fe se pone dos
preguntas:
• ¿qué impacto causa esa realidad sobre
ella (la fe)?
• Y segundo: ¿cómo responde a tal
cuestionamiento discerniendo en esa
realidad los aspectos positivos y
negativos?
el eclipse del sentido de Dios y
del hombre
La indiferencia religiosa
Una fe que no tiene en su base el
encuentro personal, vivencial, con
Jesucristo, explica, por lo menos
parcialmente, el fenómeno.
¿Causas de la increencia?
• La pretensión totalizante de la ciencia moderna
• La exaltación del hombre como centro del Universo
• El escándalo del mal
• Los límites históricos de la presencia de los cristianos en el mundo
• La ruptura en la transmisión de la fe
• La globalización de los comportamientos.
• El influjo de los medios de comunicación,
• Sobre la nueva religiosidad:
• Un Dios sin rostro
• La religión del “yo”
• Quid est veritas?
• Fuera de la Historia
• Nuevas formas discutidas
• Queda en manos de ustedes el presentedocumento, que es una invitación a participar enla preparación de la V Conferencia General delEpiscopado Latinoamericano. Bien sabemos queun documento de participación no es el esbozodel documento final. Es tan solo una invitación,sin duda incompleta, de manera que puedanconfluir con facilidad las aportaciones de todos, apartir de las experiencias, las reflexiones, losministerios y los carismas que les ha dado elEspíritu Santo.
(Santiago, 8 de septiembre de 2005).
Segundo paso
En el segundo momento de preparación de la VConferencia se han recogido las contribucionesque llegaron al CELAM, como resultado de un añode intensa labor en el Continente. Se han recibidolos aportes de 21 Conferencias Episcopales de laregión, de los Departamentos del CELAM, dealgunos Dicasterios romanos, de organismos yeventos continentales y otras aportaciones varias.En total, llegaron más de 2.400 páginas convaliosas aportaciones, que enriquecieron lareflexión afrontando algunos grandes temas queno aparecían suficientemente tratados en elDocumento de Participación.
A continuación fueron estudiados por unacomisión especial de obispos, teólogos/as,biblistas y pastoralistas, nombrados por laPresidencia del CELAM. Una vez estudiados,fueron la base para redactar el presentedocumento [de síntesis].
Sin embargo, la síntesis de estas contribucionesno debe confundirse con el esbozo deldocumento final de Aparecida.
El Documento de Síntesis
SÍNTESIS DE LOS APORTES recibidos
PARA LA V CONFERENCIA GENERAL
DEL EPISCOPADO latinoamericano
ALGUNOS TEMAS
ESCOGIDOS DEL
DOCUMENTO DE SÍNTESIS
La comunidad creyente de América Latinaaproximadamente la mitad de la poblacióncatólica del mundo, consciente de su realidad yde su historia, descubre también en nuestrosdías que su misión está en las sociedadeslatinoamericanas ante inmensos desafíos quele plantea la lectura evangélica de lossignos de los tiempos.Junto a otros actores sociales quiere servir yhacer su aporte original a partir de la fe y laconfianza en Jesucristo vivo. Inmersahistóricamente en el caminar de loslatinoamericanos, la Iglesia quiere continuar enel tiempo el misterio de Cristo y con su misteriopascual, y de esta manera protagonista einterlocutora en los procesos que expresan losanhelos más hondos del corazón humano.
• Toda renovación pide lucidez, discernimiento,
renuncias y audacia.
• Cristo “Camino, Verdad y Vida”, es garantía de la auténtica renovación de la comunidad eclesial.
• Hoy es necesario que la Iglesia ofrezca una presencia
llena de significado, fuente de vida y de comunión,
clave de sentido para las múltiples experiencias que
acompañan a los pueblos del Continente.
La fe católica, que se estableció en el Continentedesde el primer momento del encuentro sorprendentey muchas veces dramático, con las civilizaciones, pueblosy tribus de los muy diversos pueblos indígenas, marcaprofundamente nuestra historia, constituyendo elmás radical y potente vínculo que da identidad a nuestrospueblos y que construye su unidad en medio de lasprofundas laceraciones de un mestizaje incompleto ydesgarrado y de la secuela de discriminaciones y violenciassufridas. Su Buena Noticia sobre la común y excelsadignidad de todos los hijos de Dios, el mandamiento dela caridad, la pasión evangélica por la justicia y lasolidaridad preferencial con los más pobres ydesamparados, acompaña y anima los sufrimientos yEsperanzas de los pueblos latinoamericanos en susvicisitudes históricas, y queda desafiada ante los grandesretos de un presente desconcertado que añora, anhela yvacila.
También nos duele la realidad latinoamericana.
A pesar de incontables signos alentadores que afloran
sin interrupción, todavía está marcada por dolorosas
situaciones en el orden económico, político, cultural,
Social y religioso, que lastiman la dignidad inalienable de
la persona humana. En numerosos pueblos la identidad
cultural y cristiana es frágil. Por eso los aflige el avance
fuertes influencias culturales que les son extrañas y
muchas veces hostiles. De hecho hay poderes que se
han propuesto acabar con costumbres y convicciones
que han caracterizado la vida y las legislaciones de
nuestros pueblos.
Sin embargo, es imposible desconocer
los abusos de quienes pretendieron
imponer violentamente otro orden social y
cultural, a veces también la fe.
No obstante, hay que reconocer que
los procesos de evangelización muchas
veces quedaron incompletos.
la huella católica ha permanecido en formas culturales o de religiosidad que no han llegado a dar frutos de conversión personal y de renovación evangélica de la vida de nuestros pueblos.
Este documento continúa la práctica del método
“ver, juzgar y actuar”, utilizado en anteriores
Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano.
Muchas voces venidas de todo el Continente ofrecieron
aportes y sugerencias en tal sentido, afirmando que este
método ha colaborado a vivir más intensamente nuestra
vocación y misión en la Iglesia, ha enriquecido el trabajo
teológico y pastoral, y en general ha motivado a asumir
nuestras responsabilidades ante las situaciones concretas
de nuestro continente.
Este método nos permite articular, de modo
sistemático, la perspectiva creyente de ver la
realidad; la asunción de criterios que provienen de la
fe y de la razón para su discernimiento y valoración con
simpatía crítica; y, en consecuencia, la proyección del
actuar como discípulos misioneros de Jesucristo. La
adhesión creyente, gozosa y confiada en Dios Padre, Hijo
y Espíritu Santo y la inserción eclesial, son presupuestos
indispensables que garantizan la pertinencia de este
método.
Miramos la realidad desde el designio salvífico del
Padre para discernir y dejarnos interpelar por las
voces contemporáneas de Dios que asumimos en los signos
de los tiempos. La situación del Continente nos reclama,
una vez más, la sinceridad y la sabiduría necesarias para
mirar con profundidad la realidad y su dinamismo, y
descubrir en ella con lucidez la presencia dinámica del
Reino de Dios proclamado por Jesús.
Los cambios
• Pluralismo y emergencia de la subjetividad.
Se desvanece de este modo una única imagen del mundo, del ser humano y de Dios, que ofrecía orientación para la vida cotidiana.
Cada uno puede escoger, de la plural oferta de sentidos y prácticas sociales, lo que le parece mejor. De suyo, es positivo y es herencia cristiana.
Pero,
esta subjetividad, sin embargo, con
frecuencia se reduce a un mero
subjetivismo, hostil a cualquier vínculo, sin
referencia a la verdad, sin unidad interior, y
dañino para la convivencia social.
Impacto de la globalización
Representa, sin duda, una oportunidad
para una renovada conciencia de la
catolicidad de la Iglesia.
Sin embargo, no se puede ignorar que gran parte de esta cultura globalizada está al servicio de intereses económicos transnacionales.
Hegemonía del factor económico y tecno-científico.
Todas las dimensiones de la vida social seencuentran recibiendo el impacto dominante delfactor económico y del mercado como la normasuprema de funcionamiento y el criterio decisivo enla organización social.La racionalidad instrumental que anima muchosaspectos del quehacer económico y científico nologra reconocer al ser humano como sujeto condignidad y como un valor supremo de organizaciónsocial y económica.La lógica del mercado coloniza la vida política ycientífica.
Irrupción de lo sagrado y búsqueda
de la trascendencia.
los creyentes viven entre tendencias
secularistas que conviven con “una
difusa exigencia de espiritualidad”
(NMI 33), con una nostalgia de Dios, aun
cuando este fenómeno no se exprese con
un lenguaje sofisticado ni académico.
La familia, célula de la sociedad, sufre hoy el impacto de este cuadro sociocultural y económico.
corrientes ideológicas:
la neoliberal que exalta la libertad total del individuo y que se expresaen un relativismo subjetivista en el que cada uno puede escoger susverdades y sus valores, y en la exaltación de la fuerza: si yo soy elmás fuerte, puedo disponer de la vida ajena; la ideología del género,según la cual cada uno puede escoger su “orientación sexual” y lasrespectivas prácticas, no teniendo relevancia las diferenciasfisiológicas; la ideología ecologista que presenta al hombre como elmayor depredador y por eso, el hombre debe someterse a la MadreTierra, y el número de individuos admitidos a la existencia debe sercontenido en límites definidos por los tecnócratas; el humanismoagnóstico
• Cultura urbana: Pronto más del 70% de la población estará viviendo en ciudades con más de un millón de habitantes.
• El ejercicio del poder en América Latina.
LA IGLESIA EN ESTE CAMBIO
DE ÉPOCA.
• Una Iglesia cuestionada: El pluralismo cultural y religioso de la sociedad actual repercute fuertemente en la Iglesia.
• No todos los católicos estaban preparados para resistir a esta multiplicidad de discursos y de prácticas presentes en la sociedad.
• Ya no se acepta un pronunciamiento sólo porque proviene de una autoridad.
La rica vitalidad de la
Iglesia
• La Iglesia católica en América Latina ha estado comprometida desde sus orígenes y hasta el presente con los más pobres y con el esfuerzo de promover su dignidad.
• La renovación litúrgica acentuó la dimensión celebrativa y festiva de la fe cristiana.
Deficiencias por corregir
• La eclesiología conciliar sin duda renovó la vida eclesial, pero todavía debe seguir interpelándonos.
clericalismo, intentos de volver al pasado, lecturas y aplicacionessecularizadas de la renovación conciliar, ausencia de autocrítica, deUna auténtica obediencia y de ejercicio evangélico de la autoridad,Moralismos que debilitan la centralidad de Jesucristo, infidelidades ala doctrina y a la comunión, debilidades de nuestra opciónpreferencial por los pobres, discriminación de tantas mujeres ygrupos humanos, escaso acompañamiento dado a los laicos en tareasde servicio público, evangelización con poco ardor y sin nuevosmétodos y expresiones, un énfasis en los sacramentos descuidandootras tareas pastorales, una espiritualidad individualista, ciertalentitud en el compromiso con la democracia, la falta de aplicaciónCreativa del rico patrimonio que constituye la Doctrina social de laIglesia, a la persistencia de lenguajes poco significativos para lacultura actual y que – en ocasiones – parecieran no tener en cuenta elcarácter pluralista de la sociedad y la cultura.
CONCLUSIÓN
• Se impone un ejercicio continuo de discernimiento, que haga una interpretación profética y sapiencial de los signos contradictorios y promisorios que hoy Vivimos.
• Sobresale una apremiante exigencia de conversión individual y colectiva.
• Creemos que llegó la hora de crear nuevas síntesis integradoras.
Ejemplos de síntesis:
entre evangelización y ‘sacramentalización’, entre testimonio y anuncio, entre anuncio y denuncia,entre pastoral popular y formación de laicos, entre opción preferencial por los pobres y atención a laclase media y a los grupos dirigentes, entre pastoral, espiritualidad y compromiso social, entre valores tradicionales y búsquedas actuales, entre liberación social y promoción de la fe, entre teología y praxis, entre culto y testimonio de vida, entre causas locales y nacionales y apertura a Latinoamérica y elmundo, entre identidad católica y apertura al diálogo con los diferentes.
Principio fundante
• El criterio de discernimiento y valoración para todo creyente es la persona de Jesucristo.
• Lo encontramos de un modo especial en los pobres y afligidos.
• En Él encontramos la respuesta a los grandes desafíos.
EL ESPÍRITU NOS IMPULSA
A SER DISCÍPULOS MISIONEROS
• Opción permanente por los más pobres.
• Movimientos, asociaciones y agrupaciones laicales.
• Comunidades eclesiales de base.
• Comunidades de vida consagrada.
• Presbiterio y Diaconado Permanente.
Tres desafíos principales
• la identidad teológica del ministerio presbiteral.
• El segundo desafío se refiere a la cultura.
• El tercero es de carácter existencial.
LA CONSTRUCCIÓN DEL REINO EN
AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE.
• familia, parroquia, iglesias particulares, etc.
los fieles laicos de ningún modo pueden abdicar
de la participación en la política; es decir, de la
multiforme y variada acción económica, social,
legislativa, administrativa y cultural, destinada
a promover orgánica e institucionalmente el bien
Común.
LA V CONFERENCIA
GENERAL DEL EPISCOPADO
LATINOAMERICANO Y DEL
CARIBE. (Aparecida, 13 a 31 de Mayo de 2007)
PRIMERA PARTE: (Capítulos I, II) LA VIDA DE NUESTROS PUEBLOS HOY
SEGUNDA PARTE: (Capítulos III, IV, V, VI)
LA VIDA DE JESUCRISTO EN LOS
DISCÍPULOS MISIONEROS
TERCERA PARTE: (Capítulos VII, VIII, IX, X)
LA VIDA DE JESUCRISTO PARA NUESTROS
PUEBLOS
CONCLUSIÓN
INTRODUCCIÓN
PRIMERA PARTE: DE
NUESTROS PUEBLOS
Capítulo I
LOS DISCÍPULOS MISIONEROS
1.1 Acción de gracias a Dios
1.2 La alegría de ser discípulos y misioneros de
Jesucristo
1.3 La misión de la Iglesia es evangelizar
LA VIDAHOY
2.1 La realidad que nos interpela como discípulos y
misioneros
2.1.1 Situación Sociocultural
2.1.2 Situación económica
2.1.3 Dimensión socio-política
2.1.4 Biodiversidad, ecología, Amazonia y Antártica
2.1.5 Presencia de los pueblos indígenas y
afroamericanos en la Iglesia
Capítulo II
MIRADA DE LOS DISCÍPULOS MISIONEROS
SOBRE LA
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2.2 Situación de nuestra Iglesia en esta hora histórica
de desafíos
REALIDAD
Capítulo III
LA DE SER DISCÍPULOS MISIONEROS
PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO DE JESUCRISTO
3.1 La buena nueva de la dignidad humana
3.2 La buena nueva de la vida
3.3 La buena nueva de la familia
3.4 La buena nueva de la actividad humana:
3.4.1 El trabajo
3.4.2 La ciencia y la tecnología
3.5 La buena nueva del destino universal de los
bienes y ecología
3.6 El continente de la esperanza y del amor
ALEGRÍA
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4.1 Llamados al seguimiento de Jesucristo
Capítulo IV
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MISIONEROS A LA SANTIDAD
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4.2 Configurados con el Maestro
4.3 Enviados a anunciar el Evangelio del Reino de vida
4.4 Animados por el Espíritu Santo
VOCACIÓN
5.2 Lugares eclesiales para la comunión
5.2.1 La diócesis, lugar privilegiado de la
comunión
5.2.2 La Parroquia, comunidad de comunidades
5.2.3 Comunidades Eclesiales de Base y
pequeñas comunidades
5.2.4 Las Conferencias Episcopales y la
comunión entre las Iglesias
Capítulo V
LA DE LOS DISCÍPULOS
MISIONEROS EN LA IGLESIA
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5.1 Llamados a vivir en comunión
COMUNIÓN
Capítulo VI
LA COMUNIÓN DE LOS DISCÍPULOS MISIONEROS
EN LA IGLESIA
5.3 Discípulos misioneros con vocaciones específicas
5.3.1 Los obispos, discípulos misioneros de Jesús
Sumo Sacerdote
5.3.2 Los presbíteros, discípulos misioneros de Jesús
Buen Pastor
5.3.2.1 Identidad y misión de los presbíteros
5.3.2.2 Los párrocos, animadores de una
comunidad de discípulos misioneros
5.3.3 Los diáconos permanentes, discípulos
misioneros de Jesús Servidor
5.3.4 Los fieles laicos y laicas, discípulos y
misioneros de Jesús Luz del mundo
5.3.5 Los consagrados y consagradas, discípulos
misioneros de Jesús Testigo del Padre
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5.4 Los que han dejado la Iglesia para unirse a otros
grupos religiosos
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5.5 Diálogo ecuménico e interreligioso
5.5.1 Diálogo ecuménico para que el mundo crea
5.5.2 Relación con el judaísmo y diálogo
interreligioso
6.1 Una espiritualidad trinitaria del encuentro con
Jesucristo
6.1.1 El encuentro con Jesucristo
6.1.2 Lugares de encuentro con Jesucristo
6.1.3 Una espiritualidad de la acción
misionera
6.1.4 La piedad popular como espacio de
encuentro con Cristo
6.1.5 María, discípula y misionera
6.1.6 Los apóstoles y los santos
Capítulo VI
EL DE LOS
DISCÍPULOS MISIONEROS
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ITINERARIO FORMATIVO
6.2 El proceso de formación de los discípulos misioneros
6.2.1 Aspectos del Proceso
6.2.2 Criterios generales
6.2.2.1 Una formación integral, kerygmática
y permanente.
6.2.2.2 Una formación atenta a dimensiones
diversas
6.2.2.3 Una formación respetuosa de los
procesos
6.2.2.4 Una formación que contempla el
acompañamiento de los discípulos
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6.3 Iniciación a la vida cristiana y catequesis permanente
6.3.1 Iniciación a la vida cristiana
6.3.2 Propuestas para la iniciación cristiana
6.3.3 Catequesis permanente
6.4 Lugares de formación para los discípulos
misioneros
6.4.1 La Familia, primera escuela de la fe
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6.4.6 La Educación Católica
6.4.6.1 Los centros educativos católicos
6.4.6.2 Las universidades y centros superiores
de educación católica
6.4.5 Los Seminarios y casas de formación religiosa
6.4.4 Los movimientos apostólicos
6.4.3 Pequeñas comunidades eclesiales
6.4.2 Las Parroquias
Capítulo VII
DE LOS DISCÍPULOS AL SERVICIO
DE LA VIDA PLENA
7.1 Vivir y comunicar la vida nueva en Cristo a nuestros pueblos
7.1.1 Jesús al servicio de la vida
7.1.2 Variadas dimensiones de la vida en Cristo
7.1.3 Al servicio de una vida plena para todos
7.1.4 Una misión para comunicar vida
TERCERA PARTE
LA VIDA DE JESUCRISTO PARA NUESTROS
PUEBLOS
LA MISIÓN
7.2 Conversión pastoral y renovación misionera de las
comunidades
7.3 Nuestro compromiso con la misión ad gentes
8.1 Reino de Dios, justicia social y caridad cristiana
8.2 La dignidad humana
8.3 La opción preferencial por los pobres y excluidos
8.4 Una renovada pastoral social para la promoción humana
integral
8.5 Globalización de la solidaridad y justicia internacional
8.6 Algunos rostros sufrientes que nos duelen
8.6.1 Personas que viven en la calle en las grandes urbes
8.6.2 Enfermos
8.6.3 Adictos dependientes
8.6.4 Migrantes
8.6.5 Presos
Capítulo VIII
DE DIOS Y PROMOCIÓN DE
LA DIGNIDAD HUMANA
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REINO
9.1 El matrimonio y la familia
9.2 Los niños
9.3 Los jóvenes
9.4 El bien de los adultos mayores
9.5 La dignidad y participación de las mujeres
9.6 La responsabilidad del varón y padre de
familia
9.7 La cultura de la vida y su defensa
9.8 El cuidado del medio ambiente
Capítulo IX
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FAMILIA, PERSONAS Y VIDA
10.1 La cultura y su evangelización
10.2 La educación como bien público
10.3 Pastoral de la Comunicación Social
10.4 Nuevos areópagos y centros de decisión
10.5 Discípulos y misioneros en la vida pública
10.6 La Pastoral Urbana
10.7 Al servicio de la unidad y de la fraternidad de nuestros
pueblos
10.8 La integración de los indígenas y afrodescendientes
10.9 Caminos de reconciliación y solidaridad
Capítulo X
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NUESTROS PUEBLOS Y LA CULTURA
Objetivo de la
Conferencia:
• custodiar y alimentar la fe del pueblo deDios, y recordar también a los fieles deeste continente que, en virtud de subautismo, están llamados a ser discípulosy misioneros de Jesucristo (10).
• confirmar, renovar y revitalizar lanovedad del Evangelio arraigada ennuestra historia, desde un encuentropersonal y comunitario con Jesucristo,que suscite discípulos y misioneros (11).
Un nuevo período de la historia caracterizado por:
• desconcierto generalizado que se propaga;
• nuevas turbulencias sociales y políticas;
• la difusión de una cultura lejana y hostil a la tradición cristiana;
• la emergencia de variadas ofertas religiosas que tratan de responder, a su manera, a la sed de Dios que manifiestan nuestros pueblos (10).
El paso de una fe:
• reducida a bagaje, a elenco de normas yprohibiciones, a prácticas de devociónfragmentadas, a adhesiones selectivas yparciales de las verdades de la fe, a unaparticipación ocasional en algunossacramentos, a la repetición de principiosdoctrinales, a moralismos blandos ocrispados que no convierten la vida de losbautizados (12).
A:
• “recomenzar desde Cristo”, reconociendo que “nose comienza a ser cristiano por una decisión éticao una gran idea, sino por el encuentro con unacontecimiento, con una Persona, que da unnuevo horizonte a la vida y, con ello, unaorientación decisiva (Cf. NMI 28-29) (12).
• revitalizar nuestro modo de ser católico ynuestras opciones personales por el Señor, paraque la fe cristiana arraigue más profundamenteen el corazón de las personas y los puebloslatinoamericanos como acontecimiento fundantey encuentro vivificante con Cristo (13).
El método.
• Este documento continúa la práctica del método “ver,juzgar y actuar”, utilizado en anteriores ConferenciasGenerales del Episcopado Latinoamericano. Muchas vocesvenidas de todo el Continente ofrecieron aportes ysugerencias en tal sentido, afirmando que este método hacolaborado a vivir más intensamente nuestra vocación ymisión en la Iglesia, ha enriquecido el trabajo teológico ypastoral, y en general ha motivado a asumir nuestrasresponsabilidades ante las situaciones concretas denuestro continente. Este método nos permite articular, demodo sistemático, la perspectiva creyente de ver larealidad; la asunción de criterios que provienen de la fe yde la razón para su discernimiento y valoración consimpatía crítica; y, en consecuencia, la proyección delactuar como discípulos misioneros de Jesucristo. Laadhesión creyente, gozosa y confiada en Dios Padre, Hijoy Espíritu Santo y la inserción eclesial, son presupuestosindispensables que garantizan la pertinencia de estemétodo (cfr. 19).
Visión de la realidad
• No es un análisis técnico, sino que interesa saber cómola globalización afecta la vida de nuestros pueblos y elsentido religioso y ético de nuestros hermanos quebuscan infatigablemente el rostro de Dios (35).
• Problema de “sentido”: la economía, la ciencia, el espectáculo (cfr. 37).
• Los medios de comunicación. Problema de la transmisión de la herencia cultural (cfr. 38).
• La ideología del género (40).
• Necesidad de volver a Cristo (41).
• Individualismo (44).
• El mercado (45).
• Se verifica, a nivel masivo, una especie de nuevacolonización cultural por la imposición deculturas artificiales, despreciando las culturaslocales y tendiendo a imponer una culturahomogeneizada en todos los sectores. Estacultura se caracteriza por la autorreferencia delindividuo, que conduce a la indiferencia por elotro, a quien no necesita ni del que se sienteresponsable. Se prefiere vivir día a día, sinprogramas a largo plazo ni apegos personales,familiares y comunitarios. Las relacioneshumanas se consideran objetos de consumo,llevando a relaciones afectivas sin compromisoresponsable y definitivo (46).
• También se verifica una tendencia hacia la afirmaciónexasperada de derechos individuales y subjetivos. Estabúsqueda es pragmática e inmediatista, sin preocupación porcriterios éticos. La afirmación de los derechos individuales ysubjetivos, sin un esfuerzo semejante para garantizar losderechos sociales culturales y solidarios, resulta en perjuiciode la dignidad de todos, especialmente de quienes son máspobres y vulnerables (47).
• En esta hora de América Latina y El Caribe urge tomarconciencia de la situación precaria que afecta la dignidad demuchas mujeres. Algunas desde niñas y adolescentes, sonsometidas a múltiples formas de violencia dentro y fuera decasa: tráfico, violación, servidumbre y acoso sexual;desigualdades en la esfera del trabajo, de la política y de laeconomía; explotación publicitaria por parte de muchos mediosde comunicación social que las tratan como objeto de lucro(48).
• Los cambios culturales han modificado los roles tradicionalesde varones y mujeres, quienes buscan desarrollar nuevasactitudes y estilos de sus respectivas identidades, potenciandotodas sus dimensiones humanas en la convivencia cotidiana, enla familia y en la sociedad (49).
• La avidez del mercado descontrola el deseo de niños, jóvenes y adultos. La publicidad conduce ilusoriamente a mundos lejanos y maravillosos, donde todo deseo puede ser satisfecho por los productos que tienen un carácter eficaz, efímero y hasta mesiánico. Se legitima que los deseos se vuelvan felicidad. Como sólo se necesita lo inmediato, la felicidad se pretende alcanzar con bienestar económico y satisfacción hedonista (50).
• Las nuevas generaciones son las más afectadaspor esta cultura del consumo en susaspiraciones personales profundas. Crecen en lalógica del individualismo pragmático ynarcisista, que suscita en ellos imaginariosespeciales de libertad e igualdad. Afirman elpresente porque el pasado perdió relevanciaante tantas exclusiones sociales, políticas yeconómicas. Para ellos el futuro es incierto.Asimismo participan de la lógica de la vida comoespectáculo, considerando el cuerpo comopunto de referencia de su realidad presente.Tienen una nueva adicción por las sensaciones ycrecen en una gran mayoría sin referencia a losvalores e instancias religiosas. En medio de larealidad de cambio cultural emergen nuevossujetos, con nuevos estilos de vida, maneras depensar, de sentir, de percibir y con nuevasformas de relacionarse. Son productores yactores de la nueva cultura (51).
Aspectos positivos de la realidad
• Entre los aspectos positivos de este cambio culturalaparece el valor fundamental de la persona, de susubjetividad y experiencia, la búsqueda del sentidode la vida y la trascendencia. El fracaso de lasideologías dominantes para dar respuesta a labúsqueda más profunda del significado de la vida, hapermitido que emerja como valor la sencillez y elreconocimiento en lo débil y lo pequeño de laexistencia, con una gran capacidad y potencial queno puede ser minusvalorado (52).
• El énfasis en la experiencia personal y lo vivencialnos lleva a considerar el testimonio como uncomponente clave en la vivencia de la fe. Los hechosson valorados en cuanto que son significativos, esdecir, en cuanto decisivos para la persona. En ellenguaje testimonial podemos encontrar un punto decontacto con las personas que componen la sociedady de ellas entre sí (55).
• Por otra parte la riqueza y la diversidad cultural de lospueblos de América Latina y el Caribe resultanevidentes. Existen en nuestra región diversas culturasindígenas, afro descendientes, mestizas, campesinas,urbanas y suburbanas. Las culturas indígenas secaracterizan sobretodo por su apego profundo a latierra y por la vida comunitaria. Los afro descendientesse caracterizan, entre otros elementos, por laexpresividad corporal, el arraigo familiar y el sentidode Dios. La cultura campesina está referida al cicloagrario. La cultura mestiza, que es la más extendidaentre muchos pueblos de la región, ha buscado enmedio de contradicciones sintetizar a lo largo de lahistoria estas múltiples fuentes culturales originarias,facilitando el diálogo de las respectivas cosmovisionesy permitiendo su convergencia en una historiacompartida. A esta complejidad cultural habría queañadir también la de tantos inmigrantes europeos quese establecieron en los países de nuestra región (56).
• Estas culturas coexisten en condiciones desiguales conla llamada cultura globalizada. Ellas exigenreconocimiento y ofrecen valores que constituyen unarespuesta a los antivalores de la cultura que se imponea través de los medios de comunicación de masas:comunitarismo, valoración de la familia, apertura a latrascendencia y solidaridad. Estas culturas sondinámicas y están en interacción permanente entre síy con las diferentes propuestas culturales.
• La cultura urbana es híbrida, dinámica y cambiante,pues amalgama múltiples formas, valores y estilos devida, y afecta a todas las colectividades. La culturasuburbana es fruto de grandes migraciones depoblación en su mayoría pobre, que se establecióalrededor de las ciudades en los cinturones de miseria.En estas culturas los problemas de identidad ypertenencia, relación, espacio vital y hogar son cadavez más complejos (57).
• Asumir la diversidad cultural, que es unimperativo del momento, implica superarlos discursos que pretenden uniformar lacultura, con enfoques basados enmodelos únicos (59).
• Las altas tasas de crecimiento de nuestraeconomía regional y, particularmente, sudesarrollo urbano, no serían posibles sin laapertura al comercio internacional, sin acceso alas tecnologías de última generación, sin laparticipación de nuestros científicos y técnicosen el desarrollo internacional del conocimiento ysin la alta inversión registrada en los medioselectrónicos de comunicación. Todo ello llevatambién aparejado el surgimiento de una clasemedia tecnológicamente letrada (60).
• Lamentablemente, la cara más extendida yexitosa de la globalización es su dimensióneconómica, que se sobrepone y condiciona lasotras dimensiones de la vida humana. En laglobalización la dinámica del mercado absolutizacon facilidad la eficacia y la productividad comovalores reguladores de todas las relacioneshumanas (61).
• Conducida por una tendencia que privilegia el lucro yestimula la competencia, la globalización sigue unadinámica de concentración de poder y de riquezas enmanos de pocos, no sólo de los recursos físicos ymonetarios, sino sobre todo de la información y de losrecursos humanos, lo que produce la exclusión detodos aquellos no suficientemente capacitados einformados, aumentando las desigualdades quemarcan tristemente nuestro continente y que mantieneen la pobreza a una multitud de personas. La pobrezahoy es de conocimiento y del uso y acceso a nuevastecnologías, por eso es necesario que los empresariosasuman su responsabilidad de crear más fuentes detrabajo y de invertir en las regiones más pobres paracontribuir al desarrollo (62).
• Esto nos debería llevar a contemplar los rostros dequienes sufren. Entre ellos están las comunidadesindígenas y afro-descendientes, que en muchas ocasionesno son tratadas con dignidad e igualdad de condiciones;muchas mujeres que son excluidas, en razón de su sexo,raza o situación socioeconómica; jóvenes que reciben unaeducación de baja calidad y no tienen oportunidades deprogresar en sus estudios ni de entrar en el mercado deltrabajo para desarrollarse y constituir una familia; muchospobres, desempleados, migrantes, desplazados,campesinos sin tierra, quienes buscan sobrevivir en laeconomía informal; niños y niñas sometidos a laprostitución infantil ligada muchas veces al turismosexual; también los niños víctimas del aborto. Millones depersonas y familias viven en la miseria e incluso pasanhambre. Nos preocupan también quienes dependen de lasdrogas, las personas con discapacidad, los portadores deVIH y los enfermos del SIDA que sufren de soledad y seven excluidos de la convivencia familiar y social (65).
• No olvidamos tampoco a los secuestrados y a los queson víctimas de la violencia, del terrorismo, de conflictosarmados y de la inseguridad ciudadana. También losancianos, que además de sentirse excluidos del sistemaproductivo, se ven muchas veces rechazados por sufamilia como personas incómodas e inútiles. Nos duele,en fin, la situación inhumana en que vive la granmayoría de los presos, que también necesitan de nuestrapresencia solidaria y de nuestra ayuda fraterna. Unaglobalización sin solidaridad afecta negativamente a lossectores más pobres. Ya no se trata simplemente delfenómeno de la explotación y opresión, sino de algonuevo: la exclusión social. Con ella queda afectada en sumisma raíz la pertenencia a la sociedad en la que sevive, pues ya no se está en ella abajo, en la periferia osin poder, sino que se está afuera. Los excluidos no sonsolamente “explotados” sino “sobrantes” y “desechables”(65).
• Las instituciones financieras y las empresas transnacionalesse fortalecen al punto de subordinar las economías locales,sobre todo, debilitando a los Estados, que aparecen cadavez más impotentes para llevar adelante proyectos dedesarrollo al servicio de sus poblaciones, especialmentecuando se trata de inversiones de largo plazo y sin retornoinmediato. Las industrias extractivas internacionales y laagroindustria muchas veces no respetan los derechoseconómicos, sociales, culturales y ambientales de laspoblaciones locales y no asumen sus responsabilidades.Con mucha frecuencia se subordina la destrucción de lanaturaleza al desarrollo económico, con daños a labiodiversidad, con el agotamiento de las reservas de agua yde otros recursos naturales, con la contaminación del aire yel cambio climático.
• Una nueva tendencia con múltiples implicaciones en laregión es la creciente producción de agro combustibles,que no debe hacerse a costa de la necesaria producciónde alimentos para la sobrevivencia humana. AméricaLatina posee los acuíferos más abundantes del planeta,junto con grandes extensiones de territorio selvático,que son pulmones de la humanidad. Así se dangratuitamente al mundo servicios ambientales que noson reconocidos económicamente. La región se veafectada por el recalentamiento de la tierra y el cambioclimático provocado principalmente por el estilo de vidano sostenible de los países industrializados (66).
• La globalización ha vuelto frecuente la celebración deTratados de Libre Comercio entre países coneconomías asimétricas, que no siempre benefician alos países más pobres, al mismo tiempo se presiona alos países de la región con exigencias desmedidas enmateria de propiedad intelectual, a tal punto que sepermite derechos de patente sobre la vida en todassus formas. Además, la utilización de organismosgenéticamente manipulados muestra que no siemprecontribuye ni al combate contra el hambre ni aldesarrollo rural sostenible (67).
• Muchos gobiernos se encuentran severamentelimitados para el financiamiento de sus presupuestospúblicos por los elevados servicios de la deuda externae interna, mientras, por otro lado, no cuentan consistemas tributarios verdaderamente eficientes,progresivos y equitativos (68).
• La actual concentración de renta y riqueza se da principalmente por los mecanismos del sistema financiero (69).
• Es también alarmante el nivel de la corrupción en laseconomías que involucra tanto al sector público comoal sector privado, a lo que se suma una notable faltade transparencia y rendición de cuentas a laciudadanía. En muchas ocasiones la corrupción estávinculada al flagelo del narcotráfico o del narconegocioy por otra parte viene destruyendo el tejido social yeconómico en regiones enteras (70).
• La población económicamente activa de la región estáafectada por el subempleo (42%) y el desempleo(9%). El trabajo informal afecta casi la mitad de ella.El trabajo formal, por su parte, se ve sometido a laprecariedad de las condiciones de empleo y a lapresión constante de subcontratación, lo que traeconsigo salarios más bajos y desprotección en elcampo de seguridad social, no permitiendo a muchosel desarrollo de una vida digna.
• En este contexto, los sindicatos pierden la posibilidadde defender los derechos de los trabajadores (71).
• Los campesinos, en su mayoría, sufren a causa de lapobreza, agravada por no tener acceso a tierra propia.Sin embargo existen grandes latifundios en manos deunos pocos. En algunos países esta situación hallevado a la población a demandar una ReformaAgraria, estando atentos a los males que puedanocasionarles los Tratados de Libre Comercio, lamanipulación de la droga y otros factores.
• Uno de los fenómenos más importantes en nuestrospaíses es el proceso de movilidad humana en quemillones de personas migran o se ven forzadas amigrar dentro y fuera de sus respectivos países. Lascausas son diversas y están relacionadas con lasituación económica, la violencia en sus diversasformas, la pobreza que afecta a las personas y la faltade oportunidades para la investigación y el desarrolloprofesional. Las consecuencias son en muchos casosde enorme gravedad a nivel personal, familiar ycultural (72).
Dimensión socio-
política
• Constatamos como hecho positivo el fortalecimiento delos regímenes democráticos en muchos países deAmérica Latina y El Caribe según demuestran losúltimos procesos electorales. Sin embargo, vemos conpreocupación el acelerado avance de diversas formasde regresión autoritaria por vía democrática quederivan en ocasiones en regímenes de corte neopopulista. Esto indica que no basta una democraciapuramente formal, fundada en la limpieza de losprocedimientos electorales, sino que es necesaria unademocracia participativa y basada en la promoción yrespeto de los derechos humanos. Una democracia sinvalores como los mencionados, se vuelve fácilmenteuna dictadura y termina traicionando al pueblo (74).
• Con la presencia más protagónica de la Sociedad Civily la irrupción de nuevos actores sociales como son losindígenas, los afroamericanos, las mujeres, losprofesionales, una extendida clase media y lossectores marginados organizados, se estáfortaleciendo la democracia participativa y se estáncreando mayores espacios de participación política.Estos grupos están tomando conciencia del poder quetienen entre manos y de la posibilidad de generarcambios importantes para el logro de políticas públicasmás justas, que reviertan su situación de exclusión. Eneste plano, se percibe también una creciente influenciade organismos de Naciones Unidas y deOrganizaciones No Gubernamentales de carácterinternacional que no siempre ajustan susrecomendaciones a criterios éticos. No faltan tambiénactuaciones que radicalizan las posiciones, fomentan laconflictividad y la polarización extremas, y ponen esepotencial al servicio de intereses ajenos a los suyos, loque, a la larga, puede frustrar y revertirnegativamente sus esperanzas (75).
• Cabe señalar como un gran factor negativo en buenaparte de la región, el recrudecimiento de la corrupciónen la sociedad y en el Estado, que involucra a lospoderes legislativos y ejecutivos en todos sus niveles,y alcanza también al sistema judicial que a menudoinclina su juicio a favor de los poderosos y generaimpunidad, lo que pone en serio riesgo la credibilidadde las instituciones públicas y aumenta la desconfianzadel pueblo, fenómeno que se une a un profundodesprecio de la legalidad. En amplios sectores de lapoblación y particularmente entre los jóvenes crece eldesencanto por la política y particularmente por lademocracia, pues las promesas de una vida mejor ymás justa no se cumplieron o se cumplieron sólo amedias. En este sentido, se olvida que la democracia yla participación política es fruto de la formación que sehace realidad solamente cuando los ciudadanos sonconscientes de sus derechos fundamentales y de susdeberes correspondientes (77).
• La vida social en convivencia armónica y pacífica seestá deteriorando gravemente en muchos países deAmérica Latina y El Caribe por el crecimiento de laviolencia, que se manifiesta en robos, asaltos,secuestros, y lo que es más grave, en asesinatos quecada día destruyen más vidas humanas y llenan dedolor a las familias y a la sociedad entera. La violenciareviste diversas formas y tiene diversos agentes: elcrimen organizado y el narcotráfico, gruposparamilitares, violencia común sobre todo en laperiferia de las grandes ciudades, violencia de gruposjuveniles, creciente violencia intrafamiliar. Sus causasson múltiples: la idolatría del dinero, el avance de unaideología individualista y utilitarista, el irrespeto a ladignidad de cada persona, el deterioro del tejidosocial, la corrupción incluso en las fuerzas del orden yla falta de políticas públicas de equidad social (78).
• Algunos parlamentos o congresos legislativos aprueban leyesinjustas por encima de los derechos humanos y de la voluntadpopular, precisamente por no estar cerca de sus representados nisaber escuchar y dialogar con los ciudadanos, pero también porignorancia, por falta de acompañamiento, y porque muchosciudadanos abdican de su deber de participar en la vida pública(79).
• En algunos Estados ha aumentado la represión, la violación de losderechos humanos, incluso el derecho a la libertad religiosa, lalibertad de expresión y la libertad de enseñanza, así como eldesprecio a la objeción de conciencia (80).
• Si bien en algunos países se han logrado acuerdos de pazsuperando así conflictos de vieja data, en otros continúa la luchaarmada con todas sus secuelas (muertes violentas, violaciones alos Derechos Humanos, amenazas, niños en la guerra, secuestrosetc.), sin avizorar soluciones a corto plazo. La influencia delnarconegocio en estos grupos dificulta aún más las posiblessoluciones (81).
Biodiversidad, ecología,
Amazonia y Antártida
• América Latina es el continente que posee una de lasmayores biodiversidades del planeta y una rica sociodiversidad representada por sus pueblos y culturas.Éstos poseen un gran acervo de conocimientostradicionales sobre la utilización sostenible de losrecursos naturales, así como sobre el valor medicinal deplantas y otros organismos vivos, muchos de los cualesforman la base de su economía. Tales conocimientos sonactualmente objeto de apropiación intelectual ilícitasiendo patentados por industrias farmacéuticas y debiogenética, generando vulnerabilidad de los agricultoresfamiliares que dependen de esos recursos para susobrevivencia (83).
• En las decisiones sobre las riquezas de la biodiversidady de la naturaleza las poblaciones tradicionales hansido prácticamente excluidas. La naturaleza ha sido ycontinúa siendo agredida. La tierra fue depredada. Lasaguas están siendo tratadas como si fueran unamercancía negociable por las empresas, además dehaber sido transformadas en un bien disputado por lasgrandes potencias. Un ejemplo muy importante enesta situación es la Amazonia (84).
• La creciente agresión al medioambiente puede servirde pretexto para propuestas de internacionalización dela Amazonía, que solo sirven a los intereseseconómicos de las corporaciones transnacionales. Lasociedad panamazónica es pluriétnica, pluricultural yplurirreligiosa. En ella se está intensificando cada vezmás la disputa por la ocupación del territorio. Laspoblaciones tradicionales de la región quieren que susterritorios sean reconocidos y legalizados (86).
• Además constatamos el retroceso de los hielos en todo el mundo: eldeshielo del Ártico cuyo impacto ya se está viendo en la flora y fauna deese ecosistema; también el calentamiento global se hace sentir en elestruendoso crepitar de los bloques de hielo antártico que reducen lacobertura glacial del continente y que regula el clima del mundo. JuanPablo II proféticamente hace 20 años desde el confín de las Américasseñaló: “Desde el Cono Sur del Continente Americano y frente a losilimitados espacios de la Antártida, lanzó un llamado a todos los
responsables de nuestro
planeta para proteger y
conservar la naturaleza
creada por Dios: no
permitamos que nuestro
mundo sea una tierra cada
vez más degradada y
degradante” (87).
Presencia de los pueblos indígenas
y afroamericanos en la Iglesia
• Los indígenas constituyen la población más antigua delcontinente. Están en la raíz primera de la identidadlatinoamericana y caribeña. Los afroamericanosconstituyen otra raíz que fue arrancada de África ytraída aquí como gente esclavizada. La tercera raíz esla población pobre que migró de Europa desde el sigloXVI, en búsqueda de mejores condiciones de vida y elgran flujo de inmigrantes de todo el mundo desdemediados del siglo XIX. De todos estos grupos y desus correspondientes culturas se formó el mestizajeque es la base social y cultural de nuestros puebloslatinoamericanos, como lo reconoció ya la IIIConferencia General del Episcopado Latinoamericanocelebrada en Puebla, México (88).
• Los indígenas y afroamericanos son, sobre todo, “otros”diferentes que exigen respeto y reconocimiento. Lasociedad tiende a menospreciarlos, desconociendo sudiferencia. Su situación social está marcada por laexclusión y la pobreza. La Iglesia acompaña a losindígenas y afroamericanos en las luchas por susderechos (89).
• Hoy, los pueblos indígenas y afros están amenazados ensu existencia física, cultural y espiritual; en sus modosde vida; en sus identidades; en su diversidad; en susterritorios y proyectos. Algunas comunidades indígenasse encuentran fuera de sus tierras porque éstas han sidoinvadidas y degradadas, o no tienen tierras suficientespara desarrollar sus culturas. Sufren graves ataques a suidentidad y supervivencia, pues la globalizacióneconómica y cultural pone en peligro su propiaexistencia como pueblos diferentes. Su progresivatransformación cultural provoca la rápida desapariciónde algunas lenguas y culturas. La migración, forzada porla pobreza, está influyendo profundamente en el cambiode costumbres, de relaciones e incluso de religión (90).
• Los indígenas y afroamericanos emergen ahora en lasociedad y en la Iglesia. Este es un “kairós” paraprofundizar el encuentro de la Iglesia con estos sectoreshumanos que reclaman el reconocimiento pleno de susderechos individuales y colectivos, ser tomados en cuentaen la catolicidad con su cosmovisión, sus valores y susidentidades particulares, para vivir un nuevo Pentecostéseclesial (91).
• Como Iglesia que asume la causa de los pobres alentamosla participación de los indígenas y afroamericanos en lavida eclesial. Vemos con esperanza el proceso deinculturación discernido a la luz del Magisterio. Esprioritario hacer traducciones católicas de la Biblia y delos textos litúrgicos a sus idiomas .Se necesita,igualmente, promover más las vocaciones y los ministeriosordenados procedentes de estas culturas (94).
• La historia de los afroamericanos ha sido atravesadapor una exclusión social, económica, política y, sobretodo, racial, donde la identidad étnica es factor desubordinación social. Actualmente, son discriminadosen la inserción laboral, en la calidad y contenido de laformación escolar, en las relaciones cotidianas y,además, existe un proceso de ocultamiento sistemáticode sus valores, historia, cultura y expresionesreligiosas. Permanece aún en los imaginarios colectivosuna mentalidad y mirada colonial con respecto a lospueblos originarios y afroamericanos. De modo que,descolonizar las mentes, el conocimiento, recuperar lamemoria histórica, fortalecer espacios y relacionesinterculturales, son condiciones para la afirmación dela plena ciudadanía de estos pueblos (96).
• La realidad latinoamericana cuenta con comunidadesafroamericanas muy vivas que aportan y participanactiva y creativamente de la construcción de estecontinente. Los movimientos por la recuperación de lasidentidades, de los derechos ciudadanos y contra elracismo, los grupos alternativos de economíassolidarias, hacen de las mujeres y hombres negrossujetos constructores de su historia y de una nuevahistoria que se va dibujando en la actualidadlatinoamericana y caribeña. Esta nueva realidad sebasa en relaciones interculturales donde la diversidadno significa amenaza, no justifica jerarquías de poderde unos sobre otros, sino diálogo desde visionesculturales diferentes de celebración, de interrelación,de reavivamiento de la esperanza (97).
Situación de nuestra Iglesia en
esta hora histórica de desafíos
• La Iglesia Católica en América Latina y El Caribe, a pesarde sus deficiencias y ambigüedades, ha dado testimoniode Cristo, anunciado su Evangelio y brindado su serviciode caridad particularmente a los más pobres, en elesfuerzo por promover su dignidad y también en elempeño de promoción humana en los campos de lasalud, economía solidaria, educación, trabajo, acceso ala tierra, cultura, vivienda y asistencia, entre otros. Consu voz, unida a la de otras instituciones nacionales ymundiales, ha ayudado a dar orientaciones prudentes ya promover la justicia, los derechos humanos y lareconciliación de los pueblos. Esto ha permitido que laIglesia sea reconocida socialmente en muchas ocasionescomo una instancia de confianza y credibilidad (98).
• Su empeño a favor de los más pobres y su luchapor la dignidad de cada ser humano hanocasionado, en muchos casos, la persecución yaún la muerte de algunos de sus miembros, alos que consideramos testigos de la fe.Queremos recordar el testimonio valiente denuestros santos y santas y de quienes aún sinhaber sido canonizados, han vivido conradicalidad el evangelio y han ofrendado su vidapor Cristo, por la Iglesia y por su pueblo (98).
Las luces:
• Debido a la animación bíblica de la pastoral, aumenta el conocimiento de la Palabra de Dios y el amor por ella (99ª).
• La renovación litúrgica acentuó la dimensión celebrativa y festiva de la fe cristiana centrada en el misterio pascual, en particular en la Eucaristía (99b).
• Nuestro pueblo tiene gran aprecio a los sacerdotes (99c).
• Resalta la abnegada entrega de tantos misioneros ymisioneras que, hasta el día de hoy, desarrollan unavaliosa obra evangelizadora y de promoción humana entodos nuestros pueblos, con multiplicidad de obras yservicios (99d).
• Crecen los esfuerzos de renovación pastoral en las parroquias (99e).
• La Doctrina Social de la Iglesia constituye una invaluableriqueza, y ha animado el testimonio y la acción solidariade los laicos y laicas, quienes se interesan cada vez máspor su formación teológica como verdaderos misionerosde la caridad. y por transformar de manera efectiva elmundo según Cristo (99f).
Las sombras:
• observamos que el crecimiento porcentual de la Iglesia no ha ido ala par con el crecimiento poblacional. En promedio, el aumento delclero, y sobre todo de las religiosas, se aleja cada vez más delcrecimiento poblacional en nuestra región (100ª).
• Lamentamos cierto clericalismo, algunos intentos de volver a unaeclesiología y espiritualidad anteriores al Concilio Vaticano II,algunas lecturas y aplicaciones reduccionistas de la renovaciónconciliar, la ausencia de un sentido de autocrítica, de una auténticaobediencia y de ejercicio evangélico de la autoridad, los moralismosque debilitan la centralidad de Jesucristo, las infidelidades a ladoctrina, a la moral y a la comunión, nuestras débiles vivencias dela opción preferencial por los pobres, no pocas recaídassecularizantes en la vida consagrada, la discriminación de la mujer ysu ausencia frecuente en los organismos pastorales (100b).
• (La revisión romana canceló el clericalismo y la falta deautocrítica...).
• Constatamos el escaso acompañamiento dado a losfieles laicos en sus tareas de servicio a la sociedad,particularmente cuando asumen responsabilidades enlas diversas estructuras del orden temporal. Percibimosuna evangelización con poco ardor y sin nuevosmétodos y expresiones, un énfasis en elsacramentalismo sin el conveniente itinerarioformativo, descuidando otras tareas pastorales. Deigual forma nos preocupa una espiritualidadindividualista. Verificamos asimismo una mentalidadrelativista en lo ético y religioso, la falta de aplicacióncreativa del rico patrimonio que constituye la DoctrinaSocial de la Iglesia. y en ocasiones una limitadacomprensión del carácter secular que constituye laidentidad propia y específica de los fieles laicos (101c).
• En la evangelización, en la catequesis y, engeneral, en la pastoral, persisten tambiénlenguajes poco significativos para la culturaactual y en particular, para los jóvenes.Muchas veces los lenguajes utilizadosparecieran no tener en cuenta la mutación delos códigos existencialmente relevantes en lassociedades inoculadas por la postmodernidad,y marcadas por un amplio pluralismo social ycultural. Los cambios culturales dificultan latransmisión de la Fe por parte de la familia yde la sociedad. Frente a ello, no se ve unapresencia importante de la Iglesia en lageneración de cultura, de modo especial en elmundo universitario y en los medios decomunicación social (101d).
• El insuficiente número de sacerdotes y su noequitativa distribución imposibilitan quemuchísimas comunidades puedan participar en lacelebración de la Eucaristía. A esto se añade larelativa escasez de vocaciones al ministerio y a lavida consagrada.
• Falta espíritu misionero en miembros del clero,incluso en su formación. Muchos católicos viveny mueren sin asistencia de la Iglesia. a la quepertenecen por el bautismo.
Se afrontan dificultades para asumir el sostenimiento
económico de las estructuras pastorales. Falta
solidaridad en la comunión de bienes al interior de las
Iglesias locales y entre ellas. No se asume
suficientemente en muchas de nuestras Iglesias
particulares la pastoral penitenciaria, ni la pastoral de
menores infractores y en situaciones de riesgo. Es
insuficiente el acompañamiento pastoral para los
migrantes e itinerantes. Hace falta una sólida estructura
de formación permanente en los fieles, en otros agentes
de pastoral y una evangelización más inculturada en
todos los niveles, particularmente en las culturas
indígenas y afroamericanas. Algunos movimientos
eclesiales no siempre se integran adecuadamente en la
pastoral parroquial y diocesana; a su vez, algunas
estructuras eclesiales no son suficientemente abiertas
para acogerlos (101e).
• En las últimas décadas vemos con preocupación, por un lado,que numerosas personas pierden el sentido trascendental desus vidas y abandonan las prácticas religiosas, y, por otrolado, que un número significativo de católicos estánabandonando la Iglesia para pasarse a otros gruposreligiosos. Si bien es cierto que este es un problema real entodos los países latinoamericanos y caribeños, no existehomogeneidad en cuanto a sus dimensiones y su diversidad(101f).
• Dentro del nuevo pluralismo religioso en nuestro continente,no se ha diferenciado suficientemente a los creyentes quepertenecen a otras iglesias o comunidades eclesiales, tantopor su doctrina como por sus actitudes, de los que formanparte de la gran diversidad de grupos cristianos (inclusopseudo cristianos) que se han instalado entre nosotros, yaque no es adecuado englobar a todos en una sola categoríade análisis, ni llamarlas simplemente “sectas”. Muchas vecesno es fácil el diálogo ecuménico con grupos cristianos queatacan a la Iglesia Católica con insistencia (101g).
SEGUNDA PARTE
LA VIDA DE JESUCRISTO EN LOS
DISCÍPULOS MISIONEROS
CAPÍTULO 3
LA ALEGRÍA DE SER DISCÍPULOS MISIONEROS
PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO DE JESUCRISTO
Los discípulos de Jesús reconocemos que Él es el primer y
más grande evangelizador enviado por Dios (cf. Lc 4, 44) y,
al mismo tiempo, el Evangelio de Dios (cf. Rm 1, 3).
Creemos y anunciamos “la buena noticia de Jesús, Mesías,
Hijo de Dios” (Mc 1, 1). Como hijos obedientes a la voz del
Padre queremos escuchar a Jesús (cf. Lc 9, 35) porque Él
es el único Maestro (cf. Mt 23, 8). Como discípulos suyos
sabemos que sus palabras son Espíritu y Vida (cf. Jn 6, 63.
68). Con la alegría de la fe somos misioneros para
proclamar el Evangelio de Jesucristo y, en él, la buena
nueva de la dignidad humana, de la vida, de la familia, del
trabajo, de la ciencia y de la solidaridad con la creación
(103).
Alabamos a Dios por el don maravilloso de la
vida
Ante una vida sin sentido, nos revela la vida íntima de Dios en su
misterio más elevado, la comunión trinitaria
Ante el subjetivismo hedonista, Jesús propone entregar la vida
para ganarla, porque “quien aprecie su vida terrena, la
perderá” (Jn 12, 25).
Ante la exclusión, Jesús defiende los derechos de los débiles y la
vida digna de todo ser humano.
Ante la naturaleza amenazada, Jesús, que conocía el cuidado del
Padre por las criaturas que Él alimenta y embellece, (cf. Lc 12,
28), nos convoca a cuidar la tierra para que brinde abrigo y
sustento a todos los hombres (cf. Gn 1, 29; 2, 15) (109-113)
La buena nueva de la actividad humana
Alabamos a Dios porque en la belleza de la creación, que es obra
de sus manos, resplandece el sentido del trabajo como
participación de su tarea creadora y como servicio a los
hermanos y hermanas. Jesús, el carpintero (cf. Mc 6, 3), dignificó
el trabajo y al trabajador y recuerda que el trabajo no es un mero
apéndice de la vida, sino que “constituye una dimensión
fundamental de la existencia del hombre en la tierra”, por la cual
el hombre y la mujer se realizan a sí mismos como seres
humanos. El trabajo garantiza la dignidad y la libertad del
hombre, es probablemente “la clave esencial de toda ‘la cuestión
social’ (120).
1.Alabamos a Dios por quienes cultivan las ciencias y la tecnología
ofreciendo una inmensa cantidad de bienes y valores culturales que
han contribuido, entre otras cosas, a prolongar la expectativa de
vida y su calidad. Sin embargo, la ciencia y la tecnología no tienen
las respuestas a los grandes interrogantes de la vida humana. La
respuesta última a las cuestiones fundamentales del hombre sólo
puede venir de una razón y ética integrales iluminadas por la
revelación de Dios. Cuando la verdad, el bien y la belleza se
separan; cuando la persona humana y sus exigencias
fundamentales no constituyen el criterio ético, la ciencia y la
tecnología se vuelven contra el hombre que las ha creado (123).
Con los pueblos originarios de América, alabamos al Señor que creó
el universo como espacio para la vida y la convivencia de todos sus
hijos e hijas y nos los dejó como signo de su bondad y de su belleza.
También la creación es caridad, manifestación del amor providente
de Dios; nos ha sido entregada para que la cuidemos y la
transformemos en fuente de vida digna para todos. Aunque hoy se
ha generalizado una mayor valoración de la naturaleza, percibimos
claramente de cuantas maneras el hombre amenaza y aun destruye
su ‘habitat’. “La hermana nuestra madre tierra” es nuestra casa
común y el lugar de la alianza de Dios con los seres humanos y con
toda la creación (125).
Agradecemos a Dios como discípulos y misioneros porque la
mayoría de los Latino americanos y Caribeños están bautizados.
La providencia de Dios nos ha confiado el precioso patrimonio de
la pertenencia a la Iglesia por el don del bautismo que nos ha
hecho miembros del Cuerpo de Cristo, pueblo de Dios peregrino
en tierras americanas desde hace más de quinientos años (127).
Reconocemos el don de la vitalidad de la Iglesia que peregrina en
América Latina, su opción por los pobres, sus parroquias, sus
comunidades, sus asociaciones, sus movimientos eclesiales,
nuevas comunidades y sus múltiples servicios sociales y
educativos. Alabamos al Señor porque ha hecho de este
continente un espacio de comunión y comunicación de pueblos y
culturas indígenas. También agradecemos el protagonismo que
van adquiriendo sectores que fueron desplazados: mujeres,
indígenas, afro-descendientes, campesinos y habitantes de áreas
marginales de las grandes ciudades (128).
CAPÍTULO 4
LA VOCACIÓN DE LOS DISCÍPULOS MISIONEROS A LA SANTIDAD
1.Dios Padre sale de sí, por así decirlo, para llamarnos a participar
de su vida y de su gloria. Mediante Israel, pueblo que hace suyo,
Dios nos revela su proyecto de vida. Cada vez que Israel buscó y
necesitó a su Dios, sobre todo en las desgracias nacionales, tuvo
una singular experiencia de comunión con Él, quien lo hacía
partícipe de su verdad, su vida y su santidad. Por ello, no demoró
en testimoniar que su Dios -a diferencia de los ídolos- es el “Dios
vivo” (Dt 5, 26) que lo libera de los opresores (cf. Ex 3, 7-10), que
perdona incansablemente (cf. Ex 34, 6; Eclo 2, 11) y que restituye
la salvación perdida cuando el pueblo, envuelto “en las redes de la
muerte” (Sal 116, 3), se dirige a Él suplicante (cf. Is 38, 16). De
este Dios –que es su Padre– Jesús afirmará que “no es un Dios de
muertos, sino de vivos” (Mc 12, 27) (129).
El llamamiento que hace Jesús, el Maestro, conlleva una gran
novedad. En la antigüedad los maestros invitaban a sus discípulos
a vincularse con algo trascendente, y los maestros de la Ley les
proponían la adhesión a la Ley de Moisés. Jesús invita a
encontrarnos con Él y a que nos vinculemos estrechamente a Él
porque es la fuente de la vida (cf. Jn 15, 5-5) y sólo Él tiene
palabras de vida eterna (cf. Jn 6,68) (131).
• Por una parte, no fueron ellos los que escogierona su maestro. Fue Cristo quien los eligió. De otraparte, ellos no fueron convocados para algo(purificarse, aprender la Ley…), sino paraAlguien, elegidos para vincularse íntimamente asu Persona (cf. Mc 1, 17; 2, 14). Jesús los eligiópara “que estuvieran con Él y enviarlos apredicar” (Mc 3, 14), para que lo siguieran con lafinalidad de “ser de Él” y formar parte “de lossuyos” y participar de su misión. El discípuloexperimenta que la vinculación íntima con Jesúsen el grupo de los suyos es participación de laVida salida de las entrañas del Padre, esformarse para asumir su mismo estilo de vida ysus mismas motivaciones (cf. Lc 6, 40b) correr sumisma suerte y hacerse cargo de su misión dehacer nuevas todas las cosas (131).
• La respuesta a su llamada exige entrar en la dinámica delBuen Samaritano (cf. Lc 10, 29-37), que nos da el imperativode hacernos prójimos, especialmente con el que sufre, ygenerar una sociedad sin excluidos siguiendo la practica deJesús que come con publicanos y pecadores (cf. Lc 5, 29-32)que acoge a los pequeños y a los niños (cf. Mc 10, 13-16),que sana a los leprosos (cf. Mc 1, 40-45) que perdona ylibera a la mujer pecadora (cf. Lc 7, 36-49; Jn 8, 1-11), quehabla con la Samaritana (cf. Jn 4, 1-26) (135).
• La admiración por la persona de Jesús, su llamada y sumirada de amor buscan suscitar una respuesta consciente ylibre desde lo más íntimo del corazón del discípulo, unaadhesión de toda su persona al saber que Cristo lo llama porsu nombre (cf. Jn 10, 3). Es un “sí” que comprometeradicalmente la libertad del discípulo a entregarse aJesucristo, Camino, Verdad y Vida (cf. Jn 14, 6). Es unarespuesta de amor a quien lo amó primero “hasta elextremo” (cf. Jn 13, 1). En este amor de Jesús madura larespuesta del discípulo: “Te seguiré adondequiera quevayas” (Lc 9, 57) (136).
• Para configurarse verdaderamente con el Maestro es necesario asumir lacentralidad del Mandamiento del amor, que Él quiso llamar suyo y nuevo:“Ámense los unos a los otros, como yo los he amado” (Jn 15, 12). Esteamor, con la medida de Jesús, de total don de sí, además de ser eldistintivo de cada cristiano no puede dejar de ser la característica de suIglesia, comunidad discípula de Cristo, cuyo testimonio de caridad fraternaserá el primero y principal anuncio, “reconocerán todos que son discípulosmíos” (Jn 13, 35) (138).
• En el seguimiento de Jesucristo, aprendemosy practicamos las bienaventuranzas del Reino,el estilo de vida del mismo Jesucristo: su amory obediencia filial al Padre, su compasiónentrañable ante el dolor humano, sucercanía a los pobres y a los pequeños,su fidelidad a la misión encomendada,su amor servicial hasta el don de su vida.Hoy contemplamos a Jesucristo tal comonos lo transmiten los Evangelios paraconocer lo que Él hizo y para discernirlo que nosotros debemos hacer en lasactuales circunstancias (139).
• Al llamar a los suyos para que losigan, les da un encargo muypreciso: anunciar el evangelio delReino a todas las naciones (cf. Mt28, 19; Lc 24, 46-48). Por esto,todo discípulo es misionero, puesJesús lo hace partícipe de sumisión al mismo tiempo que lovincula a él como amigo yhermano. De esta manera, como éles testigo del misterio del Padre,así los discípulos son testigos de lamuerte y resurrección del Señorhasta que él vuelva. Cumplir esteencargo no es una tarea opcional,sino parte integrante de laidentidad cristiana, porque es laextensión testimonial de lavocación misma (144).
• Benedicto XVI nos recuerda que: “el discípulo, fundamentado asíen la roca de la Palabra de Dios, se siente impulsado a llevar laBuena Nueva de la salvación a sus hermanos. Discipulado y misiónson como las dos caras de una misma medalla: cuando el discípuloestá enamorado de Cristo, no puede dejar de anunciar al mundoque sólo Él nos salva (cf. Hch 4, 12). En efecto, el discípulo sabeque sin Cristo no hay luz, no hay esperanza, no hay amor, no hayfuturo”. Esta es la tarea esencial de la evangelización, que incluyela opción preferencial por los pobres, la promoción humana integraly la auténtica liberación cristiana (DI 3) (146).
Jesús salió al encuentro de personasen situaciones muy diversas: hombres ymujeres, pobres y ricos, judíos y extranjeros,justos y pecadores…, invitándolos a todosa su seguimiento. Hoy sigue invitando aencontrar en Él el amor del Padre. Por esto
mismo el discípulo misionero ha de ser unhombre o una mujer que hace visible elamor misericordioso del Padre,especialmente a los pobres y pecadores (147).
• Jesús, al comienzo de su vida pública, después de subautismo, fue conducido por el Espíritu Santo al desiertopara prepararse a su misión (cf. Mc 1, 12-13) y, con laoración y el ayuno, discernió la voluntad del Padre y venciólas tentaciones de seguir otros caminos. Ese mismo Espírituacompañó a Jesús durante toda su vida (cf. Hch 10, 38). Unavez resucitado, comunicó su Espíritu vivificador a los suyos(cf. Hch 2, 33) (149).
• Jesús nos transmitió las palabras de su Padre y es el Espírituquien recuerda a la Iglesia las palabras de Cristo (cf. Jn 14,26). Ya desde el principio los discípulos habían sido formadospor Jesús en el Espíritu Santo (cf. Hch 1, 2) es, en la Iglesia,el Maestro interior que conduce al conocimiento de la verdadtotal formando discípulos y misioneros. Esta es la razón por lacual los seguidores de Jesús deben dejarse guiarconstantemente por el Espíritu (cf. Gal 5, 25), y hacer propiala pasión por el Padre y el Reino: anunciar la Buena Nueva alos pobres, curar a los enfermos, consolar a los tristes, liberara los cautivos y anunciar a todos el año de gracia del Señor(cf. Lc 4, 18-19) (152).
CAPÍTULO 5
LA COMUNIÓN DE LOS DISCÍPULOS MISIONEROS EN LA IGLESIA
• Los discípulos de Jesús están llamados a vivir en comunión con elPadre (1 Jn 1, 3) y con su Hijo muerto y resucitado, en “lacomunión en el Espíritu Santo” (2 Cor 13, 13). El misterio de laTrinidad es la fuente, el modelo y la meta del misterio de laIglesia: “un pueblo reunido por la unidad del Padre del Hijo y delEspíritu Santo”, llamada en Cristo “como un sacramento, o signoe instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad de todoel género humano”. La comunión de los fieles y de las IglesiasParticulares en el Pueblo de Dios se sustenta en la comunión conla Trinidad (155).
• La vocación al discipulado misionero es con-vocación a lacomunión en su Iglesia. No hay discipulado sin comunión. Ante latentación, muy presente en la cultura actual de ser cristianos sinIglesia y las nuevas búsquedas espirituales individualistas,afirmamos que la fe en Jesucristo nos llegó a través de lacomunidad eclesial y ella “nos da una familia, la familia universalde Dios en la Iglesia Católica. La fe nos libera del aislamiento delyo, porque nos lleva a la comunión”. Esto significa que unadimensión constitutiva del acontecimiento cristiano es lapertenencia a una comunidad concreta en la que podamos viviruna experiencia permanente de discipulado y de comunión conlos sucesores de los Apóstoles y al Papa (156).
• Al igual que las primeras comunidades de cristianos, hoynos reunimos asiduamente para “escuchar la enseñanzade los apóstoles, vivir unidos y participar en la fracción delpan y en las oraciones” (Hch 2, 42). La comunión de laIglesia se nutre con el Pan de la Palabra de Dios y con elPan del Cuerpo de Cristo. La Eucaristía, participación detodos en el mismo Pan de Vida y en el mismo Cáliz deSalvación, nos hace miembros del mismo Cuerpo (cf. 1Cor 10, 17). Ella es fuente y culmen de la vida cristiana,su expresión más perfecta y el alimento de la vida encomunión. En la Eucaristía se nutren las nuevas relacionesevangélicas que surgen de ser hijos e hijas del Padre yhermanos y hermanas en Cristo. La Iglesia que la celebraes “casa y escuela de comunión” donde los discípuloscomparten la misma fe, esperanza y amor al servicio de lamisión evangelizadora (158).
• La Iglesia, como “comunidad de amor”, está llamada areflejar la gloria del amor de Dios que es comunión y asíatraer a las personas y a los pueblos hacia Cristo. En elejercicio de la unidad querida por Jesús, los hombres ymujeres de nuestro tiempo se sienten convocados yrecorren la hermosa aventura de la fe. “Que también ellosvivan unidos a nosotros para que el mundo crea” (Jn 17,21). La Iglesia crece no por proselitismo sino “por‘atracción’: como Cristo ‘atrae todo a sí’ con la fuerza de suamor”. La Iglesia “atrae” cuando vive en comunión, pues losdiscípulos de Jesús serán reconocidos si se aman los unos alos otros como Él nos amó (cf. Rm 12, 4-13; Jn 13, 34)(159).
La Iglesia peregrina vive anticipadamente la belleza del
amor que se realizará al final de los tiempos en la perfecta
comunión con Dios y los hombres. Su riqueza consiste en
vivir ya en este tiempo la “comunión de los santos”, es
decir, la comunión en los bienes divinos entre todos los
miembros de la Iglesia, en particular entre los que
peregrinan y los que ya gozan de la gloria. Constatamos
que en nuestra Iglesia existen numerosos católicos que
expresan su fe y su pertenencia de forma esporádica,
especialmente a través de la piedad a Jesucristo, la
Virgen y su devoción a los santos. Los invitamos a
profundizar su fe y a participar más plenamente en la vida
de la Iglesia recordándoles que “en virtud del bautismo,
están llamado a ser discípulos y misioneros de Jesucristo
(160).
• La Iglesia es comunión en el amor. Esta es su esencia y el signo por la cual está llamada a ser reconocida como seguidora de Cristo y servidora de la humanidad. El nuevo mandamiento es lo que une a los discípulos entre sí reconociéndose como hermanos y hermanas, obedientes al mismo Maestro, miembros unidos a la misma Cabeza y, por ello, llamados a cuidarse los unos a los otros (1 Cor 13; Col 3, 12-14) (161).
• La diversidad de carismas, ministerios y servicios abre el horizonte para el ejercicio cotidiano de la comunión a través de la cual los dones del Espíritu son puestos a disposición de los demás para que circule la caridad (cf. 1 Cor 12, 4-12). Cada bautizado, en efecto, es portador de dones que debe desarrollar en unidad y complementariedad con los de los otros, a fin de formar el único Cuerpo de Cristo, entregado para la vida del mundo. El reconocimiento práctico de la unidad orgánica y la diversidad de funciones asegurará mayor vitalidad misionera y será signo e instrumento de reconciliación y paz para nuestros pueblos. Cada comunidad está llamada a descubrir e integrar los talentos escondidos y silenciosos que el Espíritu regala a los fieles (162).
• En el pueblo de Dios “la comunión y la misión están profundamente unidas entre sí… La comunión es misionera y la misión es para la comunión”. En las iglesias particulares todos los miembros del pueblo de Dios, según sus vocaciones específicas, estamos convocados a la santidad en la comunión y la misión (163).
• La vida en comunidad es esencial a la vocacióncristiana. El discipulado y la misión siempre suponen lapertenencia a una comunidad. Dios no quiso salvarnosaisladamente, sino formando un Pueblo (164).
• Reunida y alimentada por la Palabra y la Eucaristía, laIglesia católica existe y se manifiesta en cada Iglesiaparticular en comunidad con el Obispo de Roma (165).
• La Iglesia particular es totalmente Iglesia, pero no estoda la Iglesia. Es la realización concreta del misteriode la Iglesia Universal en un determinado lugar ytiempo. Para eso, ella debe estar en comunión con lasotras Iglesias particulares y bajo el pastoreo supremodel Papa, obispo de Roma, que preside todas lasIglesias (166).
• La maduración en el seguimiento de Jesús y la pasiónpor anunciarlo requieren que la Iglesia particular serenueve constantemente en su vida y ardormisionero. Sólo así puede ser, para todos losbautizados, casa y escuela de comunión, departicipación y solidaridad. En su realidad socialconcreta, el discípulo hace la experiencia del encuentrocon Jesucristo vivo, madura su vocación cristiana,descubre la riqueza y la gracia de ser misionero yanuncia la Palabra con alegría (167).
• La Diócesis, en todas sus comunidades y estructuras,está llamada a ser una “comunidad misionera” (168).
• La Parroquia, comunidad de
comunidades
Todos los miembros de la comunidad parroquial son
responsables de la evangelización de los hombres y mujeres
en cada ambiente. El Espíritu Santo que actúa en Jesucristo
es también enviado a todos en cuanto miembros de la
comunidad, porque su acción no se limita al ámbito
individual, sino que abre siempre a las comunidades a la
tarea misionera, así como ocurrió en Pentecostés (cf. Hch 2,
1-13) (171).
La renovación de las parroquias al inicio del tercer milenio
exige reformular sus estructuras, para que sea una red de
comunidades y grupos capaz de articularse logrando que los
participantes se sientan y sean realmente discípulos y
misioneros de Jesucristo en comunión (172).
• La Eucaristía, signo de la unidad con todos, que prolonga y hacepresente el misterio del Hijo de Dios hecho pobre, nos plantea laexigencia de una evangelización integral. La inmensa mayoría de loscatólicos de nuestro continente viven bajo el flagelo de la pobreza. Estatiene diversas expresiones: económica, física, espiritual, moral, etc. SiJesús vino para que todos tengamos vida en plenitud, la parroquia tienela hermosa ocasión de responder a las grandes necesidades de nuestrospueblos. Para ello tiene que seguir el camino de Jesús y llegar a serbuena samaritana como Él. Cada parroquia debe llegar a concretar ensignos solidarios su compromiso social en los diversos medios en queella se mueve, con toda “la imaginación de la caridad”. No puede serajena a los grandes sufrimientos que vive la mayoría de nuestra gente yque con mucha frecuencia son pobrezas escondidas. Toda auténticamisión unifica la preocupación por la dimensión trascendente del serhumano y por todas sus necesidades concretas, para que todos alcancenla plenitud que Jesucristo ofrece (176).
• SS. Benedicto XVI nos recuerda que “el amor a la Eucaristía llevatambién a apreciar cada vez más el Sacramento de laReconciliación”. Vivimos en una cultura marcada por un fuerterelativismo y una perdida del sentido del pecado que nos lleva aolvidar la necesidad del sacramento de la Reconciliación paraacercarnos dignamente a recibir la Eucaristía. Como pastoresestamos llamados a fomentar la confesión frecuente. Invitamosa nuestros presbíteros a dedicar tiempo suficiente para ofrecer elsacramento de la reconciliación con celo pastoral y entrañas demisericordia, a preparar dignamente los lugares de lacelebración, de manera que sean expresión del significado deeste sacramento. Igualmente pedimos a nuestros fieles valorareste regalo maravilloso de Dios y acercarse a él para renovar lagracia bautismal y vivir, con mayor autenticidad, la llamada deJesús a ser sus discípulos y misioneros (177).
• Comunidades Eclesiales de Base y Pequeñas comunidades
• En la experiencia eclesial de América Latina y El Caribe, lasComunidades Eclesiales de Base con frecuencia han sido verdaderasescuelas que forman discípulos y misioneros del Señor, comotestimonia la entrega generosa, hasta derramar su sangre, detantos miembros suyos. Ellas recogen la experiencia de las primerascomunidades, como están descritas en los Hechos de los Apóstoles(cf. Hch 2,42-47). Medellín reconoció en ellas una célula inicial deestructuración eclesial y foco de evangelización. Arraigadas en elcorazón del mundo, son espacios privilegiados para la vivenciacomunitaria de la fe, manantiales de fraternidad y de solidaridad,alternativa a la sociedad actual fundada en el egoísmo y en lacompetencia despiadada (178).
• (Queremos decididamente reafirmar y dar nuevo impulso a la vida ymisión profética y santificadora de las CEBs, en el seguimientomisionero de Jesús. Ellas han sido una de las grandesmanifestaciones del Espíritu en la Iglesia de América Latina y ElCaribe después del Vaticano II.) Tienen la Palabra de Dios comofuente de su espiritualidad, y la orientación de sus Pastores comoguía que asegura la comunión eclesial. Despliegan su compromisoevangelizador y misionero entre los más sencillos y alejados, y sonexpresión visible de la opción preferencial por los pobres. Sonfuente y semilla de variados servicios y ministerios a favor de la vidaen la sociedad y en la Iglesia (179).
• Dentro del territorio parroquial, la familiacristiana es la primera y más básicacomunidad eclesial. En ella se viven y setransmiten los valores fundamentales de lavida cristiana. Se la llama “IglesiaDoméstica”. Allí los padres son los primerostransmisores de la fe a sus hijos,enseñándoles a través del ejemplo y lapalabra, a ser verdaderos discípulosmisioneros. Al mismo tiempo, cuando estaexperiencia de discipulado misionero esauténtica, “una familia se haceevangelizadora de muchas otras familias ydel ambiente en que ella vive”. Esto operaen la vida diaria “dentro y a través de loshechos, las dificultades, los acontecimientosde la existencia de cada día”. El Espíritu quetodo lo hace nuevo actúa aun dentro desituaciones irregulares en las que se realizaun proceso de transmisión de la fe, perohemos de reconocer que, en las actualescircunstancias, a veces este proceso seencuentra dificultado. La Parroquia no sepropone llegar sólo a sujetos aislados, sinoa la vida de todas las familias, parafortalecer su dimensión misionera (204).
Los fieles laicos y laicas, discípulos y misioneros de
Jesús Luz del mundo
Su misión propia y específica se realiza en el mundo, de
tal modo que con su testimonio y su actividad
contribuyan a la transformación de las realidades y la
creación de estructuras justas según los criterios del
Evangelio. “El ámbito propio de su actividad
evangelizadora es el mismo mundo vasto y complejo de
la política, de realidad social y de la economía, como
también el de la cultura, de las ciencias y de las artes, de
la vida internacional, de los ‘mass media’, y otras
realidades abiertas a la evangelización, como son el
amor, la familia, la educación de los niños y
adolescentes, el trabajo profesional y el sufrimiento”
Además, tienen el deber de hacer creíble la fe que
profesan mostrando autenticidad y coherencia en su
conducta (210).
Los laicos también están llamados a participar en la
acción pastoral de la Iglesia, primero con el testimonio de
su vida y, en segundo lugar, con acciones en el campo de
la evangelización, la vida litúrgica y otras formas de
apostolado según las necesidades locales bajo la guía de
sus pastores. Ellos estarán dispuestos a abrirles
espacios de participación y a confiarles ministerios y
responsabilidades en una Iglesia donde todos vivan de
manera responsable su compromiso cristiano. A los
catequistas, delegados de la Palabra y animadores de
comunidades que cumplen una magnífica labor dentro de
la Iglesia, les reconocemos y animamos a continuar el
compromiso que adquirieron en el bautismo y en la
confirmación (211).
• Para cumplir su misión con responsabilidadpersonal, los laicos necesitan una sólidaformación doctrinal, pastoral, espiritual y unadecuado acompañamiento para dar testimoniode Cristo y de los valores del Reino en el ámbitode la vida social, económica, política y cultural(212).
• Los fieles laicos son “los cristianos que estánincorporados a Cristo por el bautismo, queforman el pueblo de Dios y participan de lasfunciones de Cristo: sacerdote, profeta y rey.Ellos realizan, según su condición, la misión detodo el pueblo cristiano en el Iglesia y en elmundo” Son “hombres de la Iglesia en elcorazón del mundo, y hombres del mundo en elcorazón de la Iglesia” (209).
• Hoy toda la Iglesia en América Latina y ElCaribe quiere ponerse en estado de misión. Laevangelización del continente, nos decía elpapa Juan Pablo II, no puede realizarse hoysin la colaboración de los fieles laicos. Elloshan de ser parte activa y creativa en laelaboración y ejecución de proyectospastorales a favor de la comunidad. Estoexige, de parte de los pastores, una mayorapertura de mentalidad para que entiendan yacojan el “ser” y el “hacer” del laico en laIglesia, quien por su bautismo y suconfirmación, es discípulo y misionero deJesucristo. En otras palabras, es necesario queel laico sea tenido muy en cuenta con unespíritu de comunión y participación (213).
• En este contexto, el fortalecimiento de variadasasociaciones laicales, movimientos apostólicos eclesialese itinerarios de formación cristiana y comunidadeseclesiales y nuevas comunidades, que deben serapoyados por los pastores, son un signo esperanzador.Ellos ayudan a que muchos bautizados y muchos gruposmisioneros asuman con mayor responsabilidad suidentidad cristiana y colaboren más activamente en lamisión evangelizadora. En las últimas décadas, variasasociaciones y movimientos apostólicos laicales handesarrollado un fuerte protagonismo. Es por ello que unadecuado discernimiento, animación, coordinación yconducción pastoral, sobre todo de parte de lossucesores de los Apóstoles, contribuirá a ordenar estedon para la edificación de la única Iglesia (214).
Los que han dejado la Iglesia para unirse a otros grupos religiosos
• Según nuestra experiencia pastoralmuchas veces la gente sincera quesale de nuestra Iglesia no lo hacepor lo que los grupos “nocatólicos” creen, sinofundamentalmente por lo que ellosviven; no por razones doctrinalessino vivenciales; no por motivosestrictamente dogmáticos, sinopastorales; no por problemasteológicos sino metodológicos denuestra Iglesia. En verdad, muchagente que pasa a otros gruposreligiosos no está buscando salirsede nuestra Iglesia sino que estábuscando sinceramente a Dios(225).
• Hemos de reforzar en nuestra Iglesia cuatro ejes:
– La experiencia religiosa. En nuestra Iglesia debemos ofrecer a todosnuestros fieles un “encuentro personal con Jesucristo”, unaexperiencia religiosa profunda e intensa, un anuncio kerigmático y eltestimonio personal de los evangelizadores, que lleve a unaconversión personal y a un cambio de vida integral.
– La Vivencia Comunitaria. Nuestros fieles buscan comunidadescristianas, en donde sean acogidos fraternalmente y se sientanvalorados, visibles y eclesialmente incluidos. Es necesario quenuestros fieles se sientan realmente miembros de una comunidadeclesial y corresponsables de su desarrollo. Eso permitirá un mayorcompromiso y entrega en y por la Iglesia.
– La formación bíblico-doctrinal. Junto con una fuerte experienciareligiosa y una destacada convivencia comunitaria, nuestros fielesnecesitan profundizar el conocimiento de la Palabra de Dios y loscontenidos de la fe ya que es la única manera de madurar suexperiencia religiosa. En este camino acentuadamente vivencial ycomunitario, la formación doctrinal no se experimenta como unconocimiento teórico y frío, sino como una herramienta fundamentaly necesaria en el crecimiento espiritual, personal y comunitario.
– El compromiso misionero de toda la comunidad. Ella sale al encuentrode los alejados, se interesa de su situación, a reencantarlos con laIglesia y a invitarlos a volver a ella (226).
CAPÍTULO 6
EL ITINERARIO FORMATIVO DE LOS
DISCÍPULOS MISIONEROS
• Una auténtica propuesta de encuentro con Jesucristo debeestablecerse sobre el sólido fundamento de la Trinidad-Amor. Somoshijos de la comunión y no de la soledad. La experiencia de un Diosuno y trino, que es unidad y comunión inseparable, nos permitesuperar el egoísmo para encontrarnos plenamente en el servicio alotro. La experiencia bautismal es el punto de inicio de todaespiritualidad cristiana que se funda en la Trinidad (240).
• El acontecimiento de Cristo es, por lo tanto, el inicio de ese sujetonuevo que surge en la historia y al que llamamos discípulo: “No secomienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sinopor el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da unnuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”. Estoes justamente lo que, con presentaciones diferentes, nos hanconservado todos los evangelios como el inicio del cristianismo: unencuentro de fe con la persona de Jesús (cf. Jn. 1, 35-39) (243).
• La naturaleza misma del cristianismo consiste, por lo tanto, enreconocer la presencia de Jesucristo y seguirlo. Esa fue la hermosaexperiencia de aquellos primeros discípulos que, encontrando aJesús, quedaron fascinados y llenos de estupor ante laexcepcionalidad de quien les hablaba, ante el modo cómo los trataba,correspondiendo al hambre y sed de vida que había en sus corazones(244).
Lugares de encuentro con
Jesucristo:
• El encuentro con Cristo, gracias a la acción invisible delEspíritu Santo, se realiza en la fe recibida y vivida en laIglesia. Con las palabras del papa Benedicto XVIrepetimos con certeza: “¡La Iglesia es nuestra casa!¡Esta es nuestra casa! ¡En la Iglesia Católica tenemostodo lo que es bueno, todo lo que es motivo deseguridad y de consuelo! ¡Quien acepta a Cristo:Camino, Verdad y Vida, en su totalidad, tienegarantizada la paz y la felicidad, en esta y en la otra
vida!” (246).
• Encontramos a Jesús en la Sagrada Escritura, leída en laIglesia. La Sagrada Escritura, “Palabra de Dios escritapor inspiración del Espíritu Santo”, es -con la Tradición-fuente de vida para la Iglesia y alma de su acciónevangelizadora. Desconocer la Escritura es desconocer aJesucristo y renunciar a anunciarlo. De aquí la invitaciónde Benedicto XVI: “Al iniciar la nueva etapa que laIglesia misionera de América Latina y El Caribe sedispone a emprender, a partir de esta V ConferenciaGeneral en Aparecida, es condición indispensable elconocimiento profundo y vivencial de la Palabra de Dios.Por esto, hay que educar al pueblo en la lectura y lameditación de la Palabra: que ella se convierta en sualimento para que, por propia experiencia, vea que laspalabras de Jesús son espíritu y vida (cf. Jn 6,63). De locontrario, ¿cómo van a anunciar un mensaje cuyocontenido y espíritu no conocen a fondo? Hemos defundamentar nuestro compromiso misionero y todanuestra vida en la roca de la Palabra de Dios” (247).
• La Eucaristía es el lugarprivilegiado del encuentro deldiscípulo con Jesucristo. Con esteSacramento Jesús nos atrae haciasí y nos hace entrar en sudinamismo hacia Dios y hacia elprójimo. La Eucaristía, fuenteinagotable de la vocación cristianay lugar de encuentro conJesucristo resucitado en la Iglesia,es también fuente inextinguible delimpulso misionero. Hay unestrecho vínculo entre las tresdimensiones de la vocacióncristiana: creer, celebrar y vivir elmisterio de Jesucristo, de talmodo, que la existencia cristianaadquiera verdaderamente unaforma eucarística. Por ello, la vidadel cristiano se abre a unadimensión misionera a partir delencuentro eucarístico. Allí elEspíritu Santo fortalece laidentidad del discípulo y despiertaen él la decidida voluntad deanunciar con audacia a los demáslo que ha escuchado y vivido(251).
• La oración personal y comunitaria es el lugar donde el discípulo,alimentado por la Palabra y la Eucaristía, cultiva una relación deprofunda amistad con Jesucristo y procura asumir la voluntad delPadre. La oración diaria es un signo del primado de la gracia en elitinerario del discípulo misionero. Por eso “es necesario aprender aorar, volviendo siempre de nuevo a aprender este arte de loslabios del Maestro” (255).
• Jesús está presente en medio de una comunidad viva en la fe y enel amor fraterno. Allí Él cumple su promesa: “Donde están dos otres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt18, 20). Está en todos los discípulos que procuran hacer suya laexistencia de Jesús, vida escondida en la suya (cf. Col 3, 3), queexperimentan la fuerza de su resurrección hasta identificarseprofundamente con Él: “Ya no vivo yo, sino que es Cristo quienvive en mí” (Gal 2, 20). Está en los Pastores, que representan aCristo mismo (cf. Mt 10, 40; Lc 10, 16). Está en los que dantestimonio de lucha por la justicia, por la paz y por el bien común,algunas veces llegando a entregar la propia vida. Está en todos losacontecimientos de la vida de nuestros pueblos, que nos invitan abuscar un mundo más justo y más fraterno. Está en toda realidadhumana, cuyos límites a veces nos duelen y agobian (256).
• También lo encontramos de unmodo especial en los pobres,afligidos y enfermos (cf. Mt 25, 37-40), que reclaman nuestrocompromiso y nos dan testimoniode fe, paciencia en el sufrimiento yconstante lucha para seguirviviendo. ¡Cuántas veces los pobresy los que sufren realmente nosevangelizan! En el reconocimientode esta presencia y cercanía, y en ladefensa de los derechos de losexcluidos se juega la fidelidad de laIglesia a Jesucristo. El encuentrocon Jesucristo en los pobres es unadimensión constitutiva de nuestra feen Jesucristo. De la contemplaciónde su rostro sufriente en ellos y delencuentro con Él en los afligidos ymarginados, cuya inmensa dignidadÉl mismo nos revela, surge nuestraopción por ellos. La misma adhesióna Jesucristo es la que nos haceamigos de los pobres y solidarioscon su destino (257).
La “religión del pueblo latinoamericano esexpresión de la fe católica. Es un catolicismopopular”, profundamente inculturado, quecontiene la dimensión más valiosa de la culturalatinoamericana (258).Entre las expresiones de esta espiritualidad secuentan: las fiestas patronales, las novenas, losrosarios y via crucis, las procesiones, las danzas ylos cánticos del folclore religioso, el cariño a lossantos y a los ángeles, las promesas, lasoraciones en familia. Destacamos lasperegrinaciones, donde se puede reconocer alPueblo de Dios en camino. Allí el creyente celebrael gozo de sentirse inmerso en medio de tantoshermanos, caminando juntos hacia Dios que losespera. Cristo mismo se hace peregrino, y caminaresucitado entre los pobres. La decisión de partirhacia el santuario ya es una confesión de fe, elcaminar es un verdadero canto de esperanza, y lallegada es un encuentro de amor. La mirada delperegrino se deposita sobre una imagen quesimboliza la ternura y la cercanía de Dios. El amorse detiene, contempla el misterio, lo disfruta ensilencio. También se conmueve, derramando todala carga de su dolor y de sus sueños. La súplicasincera, que fluye confiadamente, es la mejorexpresión de un corazón que ha renunciado a laautosuficiencia, reconociendo que solo nadapuede. Un breve instante condensa una vivaexperiencia espiritual (259).
• No podemos devaluar la espiritualidad popular, o considerarla un modosecundario de la vida cristiana, porque sería olvidar el primado de laacción del Espíritu y la iniciativa gratuita del amor de Dios. En la piedadpopular se contiene y expresa un intenso sentido de la trascendencia, unacapacidad espontánea de apoyarse en Dios y una verdadera experienciade amor teologal. Es también una expresión de sabiduría sobrenatural,porque la sabiduría del amor no depende directamente de la ilustraciónde la mente sino de la acción interna de la gracia. Por eso, la llamamosespiritualidad popular. Es decir, una espiritualidad cristiana que, siendo unencuentro personal con el Señor, integra mucho lo corpóreo, lo sensible,lo simbólico, y las necesidades más concretas de las personas. Es unaespiritualidad encarnada en la cultura de los sencillos, que no por eso esmenos espiritual, sino que lo es de otra manera (263).
• La piedad popular es una manera legítima de vivir la fe, un modo desentirse parte de la Iglesia, y una forma de ser misioneros, donde serecogen las más hondas vibraciones de la América profunda. Es parte deuna “originalidad histórica cultural” de los pobres de este Continente, yfruto de “una síntesis entre las culturas y la fe cristiana”. En el ambientede secularización que viven nuestros pueblos, sigue siendo una poderosaconfesión del Dios vivo que actúa en la historia y un canal de transmisiónde la fe. El caminar juntos hacia los santuarios y el participar en otrasmanifestaciones de la piedad popular, también llevando a los hijos oinvitando a otros, es en sí mismo un gesto evangelizador por el cual elpueblo cristiano se evangeliza a sí mismo y cumple la vocación misionerade la Iglesia (264).
• Nuestros pueblos se identifican particularmente con el Cristosufriente, lo miran, lo besan o tocan sus pies lastimados comodiciendo: Este es el “que me amó y se entregó por mí” (Gal 2, 20).Muchos de ellos golpeados, ignorados, despojados, no bajan losbrazos. Con su religiosidad característica se aferran al inmenso amorque Dios les tiene y que les recuerda permanentemente su propiadignidad. También encuentran la ternura y el amor de Dios en elrostro de María. En ella ven reflejado el mensaje esencial delEvangelio. Nuestra Madre querida, desde el santuario de Guadalupe,hace sentir a sus hijos más pequeños que ellos están en el hueco desu manto. Ahora, desde Aparecida, los invita a echar las redes en elmundo, para sacar del anonimato a los que están sumergidos en elolvido y acercarlos a la luz de la fe. Ella, reuniendo a los hijos,integra a nuestros pueblos en torno a Jesucristo (265).
• Con los ojos puestos en sus hijosy en sus necesidades, como enCaná de Galilea, María ayuda amantener vivas las actitudes deatención, de servicio, de entregay de gratuidad que debendistinguir a los discípulos de suHijo. Indica, además, cuál es lapedagogía para que los pobres,en cada comunidad cristiana, “sesientan como en su casa”. Creacomunión y educa a un estilo devida compartida y solidaria, enfraternidad, en atención yacogida del otro, especialmentesi es pobre o necesitado. Ennuestras comunidades, su fuertepresencia ha enriquecido yseguirá enriqueciendo ladimensión materna de la Iglesiay su actitud acogedora, que laconvierte en “casa y escuela dela comunión”, y en espacioespiritual que prepara para lamisión (272).
• La vocación y el compromisode ser hoy discípulos ymisioneros de Jesucristo enAmérica Latina y El Caribe,requieren una clara ydecidida opción por laformación de los miembrosde nuestras comunidades,para todos los bautizados,cualquiera sea la función quedesarrollen en la Iglesia.Miramos a Jesús, el Maestroque formó personalmente asus apóstoles y discípulos.Cristo nos da el método: “Yosoy el Camino, la Verdad y laVida” (Jn 14, 6) (276).
• El Encuentro con Jesucristo: Es el Señor quienllama (Mc 1, 14; Mt 9, 9: “Sígueme”). Se ha depropiciar este encuentro que da origen a lainiciación cristiana, pero que debe renovarseconstantemente por el testimonio personal, elanuncio del kerygma y la acción misionera dela comunidad. El kerygma no sólo es unaetapa, sino el hilo conductor de un procesoque culmina en la madurez del discípulo deJesucristo. Sin el kerygma, los demás aspectosde este proceso están condenados a laesterilidad, sin corazones verdaderamenteconvertidos al Señor. Sólo desde el kerygma seda la posibilidad de una iniciación cristianaverdadera. Por eso la Iglesia ha de tenerlopresente en todas sus acciones (278ª).
• La Conversión: Es la respuesta inicial dequien ha escuchado al Señor, cree en Élpor la acción del Espíritu, se decide a sersu amigo e ir tras de Él, cambiando suforma de pensar y de vivir, aceptando lacruz de Cristo, consciente de que moriral pecado es alcanzar la vida. En elBautismo y en el sacramento de laReconciliación se actualiza para nosotrosla redención de Cristo (278b).
• El Discipulado: La persona maduraconstantemente en el conocimiento, amory seguimiento de Jesús maestro,profundizar en el misterio de su persona,su ejemplo y su doctrina. Para ello son defundamental importancia la catequesispermanente y la vida sacramental, quefortalecen la conversión inicial y permitenque los discípulos misioneros puedanperseverar en la vida cristiana y en lamisión en medio del mundo que losdesafía (278c).
• La Comunión: No puede haber vida cristianasino en comunidad: sea las familias, lasparroquias, las comunidades de base, otraspequeñas comunidades y movimientos. Comolos primeros cristianos, que se reunían encomunidad, el discípulo participa en la vida de laIglesia y en el encuentro con los hermanos,viviendo el amor de Cristo en la vida fraternasolidaria. También es acompañado y estimuladopor la comunidad y sus pastores para maduraren la vida del Espíritu (278d).
• La Misión: El discípulo, a medida que conoce yama a su Señor, experimenta la necesidad decompartir con otros su alegría de ser enviado,de ir al mundo a anunciar a Jesucristo, muerto yresucitado, a hacer realidad el amor y el servicioen la persona de los más necesitados, en unapalabra, a construir el Reino de Dios. La misiónes inseparable del discipulado, por lo cual nodebe entenderse como una última etapa de laformación, aunque se la realice de diversasmaneras de acuerdo a la propia vocación y almomento de la maduración humana y cristianaen que se encuentre la persona (278e).
• Una formación integral, kerygmáticay permanente
• Una formación atenta a dimensiones diversas– La Dimensión Humana y Comunitaria
– La Dimensión Espiritual
– La Dimensión Intelectual
– La Dimensión Pastoral y Misionera
☺ Una formación respetuosa de los
procesos
Una formación que contempla el
acompañamiento de los discípulos (279-
283).
• Son muchos los creyentes que no participan en laEucaristía dominical ni reciben con regularidad lossacramentos, ni se insertan activamente en lacomunidad eclesial. Esto nos interpela profundamentea imaginar y organizar nuevas formas de acercamientoa ellos para ayudarles a valorar el sentido de la vidasacramental, de la participación comunitaria y delcompromiso ciudadano. Tenemos un alto porcentajede católicos sin conciencia de su misión de ser sal yfermento en el mundo, con una identidad cristianadébil y vulnerable (286).
• Se impone la tarea irrenunciable de ofrecer unamodalidad operativa de iniciación cristiana que ademásde marcar el qué, dé también elementos para el quién,el cómo y el dónde se realiza. Así asumiremos eldesafío de una nueva evangelización, a la que hemossido reiteradamente convocados (287).
• Sentimos la urgencia de desarrollar en nuestrascomunidades un proceso de iniciación en la vidacristiana que comience por el kerygma y, guiado por laPalabra de Dios, permita un encuentro personal cadavez mayor con Jesucristo, experimentado comoplenitud de la humanidad, y que lleve a la conversión,al seguimiento en una comunidad eclesial y a unamaduración de fe en la práctica de los sacramentos, elservicio y la misión (289).
• Recordamos que el itinerario formativo del cristiano enla tradición más antigua de la Iglesia “tuvo siempre uncarácter de experiencia, en el cual era determinante elencuentro vivo y persuasivo con Cristo, anunciado porauténticos testigos”. Se trata de una experiencia queintroduce en una profunda y feliz celebración de lossacramentos, con toda la riqueza de sus signos. Deeste modo, la vida se va transformandoprogresivamente por los santos misterios que secelebran, capacitando al creyente para transformar elmundo. Esto es lo que se llama “catequesismistagógica” (290).
• La parroquia ha de ser el lugar donde se asegure lainiciación cristiana y tendrá como tareasirrenunciables: iniciar en la vida cristiana a los adultosbautizados y no suficientemente evangelizados; educaren la fe a los niños bautizados en un proceso que loslleve a completar su iniciación cristiana; iniciar a los nobautizados que habiendo escuchado el kerigmaquieren abrazar la fe. En esta tarea, el estudio y laasimilación del Ritual de Iniciación Cristiana de Adultoses una referencia necesaria y un apoyo seguro (293).
• Asumir esta iniciación cristiana exige no sólo unarenovación de la catequesis, sino también unareestructuración de toda la vida pastoral de laparroquia. Proponemos que este proceso de iniciacióncristiana sea asumido en todo el Continente como lamanera ordinaria e indispensable de introducir en lavida cristiana y como la catequesis básica yfundamental. Después vendrá la catequesispermanente que continúa el proceso de maduración enla fe, en la que se debe incorporar un discernimientovocacional y la iluminación para proyectos personalesde vida (294).
• La catequesis no puede limitarse a una
formación meramente doctrinal sino que ha de
ser una verdadera escuela de formación
integral. Por tanto, se ha de cultivar la amistad
con Cristo en la oración, el aprecio por la
celebración litúrgica, la vivencia comunitaria, el
compromiso apostólico mediante un
permanente servicio a los demás. Para ello,
resultarían útiles algunos subsidios catequéticos
elaborados a partir del Catecismo de la Iglesia
Católica y del Compendio de la Doctrina Social
de la Iglesia, estableciendo cursos y escuelas
de formación permanente para catequistas
(299).
Lugares de formación para los discípulos misioneros:
• La Familia, primera escuela de la fe
• Las Parroquias
• Pequeñas comunidades eclesiales
• Los movimientos eclesiales y nuevas comunidades
• Los Seminarios y casas de formación religiosa (301-326).
• América Latina y El Caribe viven una particular ydelicada emergencia educativa. En efecto, lasnuevas reformas educacionales de nuestrocontinente, impulsadas justamente para adaptarsea las nuevas exigencias que se van creando con elcambio global, aparecen centradasprevalentemente en la adquisición deconocimientos y habilidades, denotan un claroreduccionismo antropológico, ya que conciben laeducación en función de la producción, lacompetitividad y el mercado. Por otra parte, confrecuencia propician la inclusión de factorescontrarios a la vida, la familia y una sanasexualidad. De esta forma no despliegan losmejores valores de los jóvenes ni su espíritureligioso; tampoco les enseñan los caminos parasuperar la violencia y acercarse a la felicidad, ni lesayudan a llevar una vida sobria y adquirir aquellasactitudes, virtudes y costumbres que harán estableel hogar que funden, y que les convertirán enconstructores solidarios de la paz y del futuro de lasociedad (328).
• La educación en general, la queremos concebirfundamentalmente como un proceso deformación integral, mediante la asimilaciónsistemática y crítica de la cultura. Y ésta,entendida como rico patrimonio a asimilar, perotambién como un elemento vital y dinámico delcual forma parte. Ello exige confrontar e insertarvalores perennes en el contexto actual. De estemodo, la cultura se hace educativa (cfr.229).
• Esto implica poner de relieve la dimensión ética yreligiosa de la cultura, precisamente con el fin deactivar el dinamismo espiritual del sujeto yayudarle a alcanzar la libertad ética quepresupone y perfecciona a la psicológica (cfr.330).
Objetivo de la escuela católica
• Por lo tanto, la meta que la escuela católica se propone respecto delos niños y jóvenes, es la de colaborar en la construcción de supersonalidad teniendo a Cristo como referencia en el plano de lamentalidad y de la vida. Tal referencia, al hacerse progresivamenteexplícita e interiorizada, le ayudará a ver la historia como Cristo lave, a juzgar la vida como él lo hace, a elegir y amar como él, acultivar la esperanza como él nos enseña, y a vivir en él lacomunión con el Padre y el Espíritu Santo. Por la fecundidadmisteriosa de esta referencia, la persona se construye en unidadexistencial, o sea, asume sus responsabilidades y busca elsignificado último de su vida. Situada en la Iglesia, comunidad decreyentes, logra con libertad vivir intensamente la fe, anunciarla ycelebrarla con alegría en la realidad de cada día. Comoconsecuencia, maduran y resultan connaturales las actitudeshumanas que llevan a abrirse sinceramente a la verdad, a respetar yamar a las personas, a expresar su propia libertad en la donación desí y en el servicio a los demás para la transformación de la sociedad.(336).
TERCERA PARTE
LA VIDA DE JESUCRISTO PARA NUESTROS PUEBLOS
CAPÍTULO 7
LA MISIÓN DE LOS DISCÍPULOS AL SERVICIO DE LA VIDA PLENA
• La vida en Cristo incluye la alegría decomer juntos, el entusiasmo porprogresar, el gusto de trabajar y deaprender, el gozo de servir a quien nosnecesite, el contacto con la naturaleza, elentusiasmo de los proyectoscomunitarios, el placer de una sexualidadvivida según el Evangelio, y todas lascosas que el Padre nos regala comosignos de su amor sincero. Podemosencontrar al Señor en medio de lasalegrías de nuestra limitada existencia, yasí brota una gratitud sincera (356).
• Pero el consumismo hedonista e individualista, que pone la vidahumana en función de un placer inmediato y sin límites,oscurece el sentido de la vida y la degrada. La vitalidad queCristo ofrece nos invita a ampliar nuestros horizontes, y areconocer que abrazando la cruz cotidiana entramos en lasdimensiones más profundas de la existencia. El Señor que nosinvita a valorar las cosas y a progresar, también nos previenesobre la obsesión por acumular: “No amontonen tesoros enesta tierra” (Mt 6, 19). “¿De qué le sirve a uno ganar todo elmundo, si pierde su vida?” (Mt 16, 26). Jesucristo nos ofrecemucho, incluso mucho más de lo que esperamos. A lasamaritana le da más que el agua del pozo, a la multitudhambrienta le ofrece más que el alivio del hambre. Se entregaÉl mismo como la vida en abundancia. La vida nueva en Cristoes participación en la vida de amor del Dios Uno y Trino.Comienza en el bautismo y llega a su plenitud en la
resurrección final (357).
• Pero las condiciones de vida demuchos abandonados, excluidos eignorados en su miseria y su dolor,contradicen este proyecto del Padre einterpelan a los creyentes a un mayorcompromiso a favor de la cultura de lavida. El Reino de vida que Cristo vino atraer es incompatible con esassituaciones inhumanas. Sipretendemos cerrar los ojos antesestas realidades no somos defensoresde la vida del Reino y nos situamos enel camino de la muerte: “Nosotrossabemos que hemos pasado de lamuerte a la vida porque amamos a loshermanos. El que no ama permaneceen la muerte” (1Jn 3, 14). Hay quesubrayar “la inseparable relación entreamor a Dios y amor al prójimo”, que“invita a todos a suprimir las gravesdesigualdades sociales y las enormesdiferencias en el acceso a los bienes”.Tanto la preocupación por desarrollarestructuras más justas como portransmitir los valores sociales delEvangelio, se sitúan en este contextode servicio fraterno a la vida digna
(358).
• Descubrimos, así, una ley profunda de la realidad: lavida sólo se desarrolla plenamente en la comuniónfraterna y justa. Porque “Dios en Cristo no redimesolamente la persona individual, sino también lasrelaciones sociales entre los seres humanos”. Antediversas situaciones que manifiestan la ruptura entrehermanos, nos apremia que la fe católica de nuestrospueblos latinoamericanos y caribeños se manifieste enuna vida más digna para todos. El rico magisterio socialde la Iglesia nos indica que no podemos concebir unaoferta de vida en Cristo sin un dinamismo de liberaciónintegral, de humanización, de reconciliación y deinserción social (359).
• El proyecto de Jesús es instaurar el Reino de su Padre.Por eso, pide a sus discípulos: “¡Proclamen que estállegando el Reino de los cielos!” (Mt 10, 7). Se trata delReino de la vida. Porque la propuesta de Jesucristo anuestros pueblos, el contenido fundamental de estamisión, es la oferta de una vida plena para todos. Poreso, la doctrina, las normas, las orientaciones éticas, ytoda la actividad misionera de la Iglesia, debe dejartransparentar esta atractiva oferta de una vida másdigna, en Cristo, para cada hombre y para cada mujerde América Latina y de El Caribe (361).
• La conversión pastoral de nuestras comunidades exigeque se pase de una pastoral de mera conservación auna pastoral decididamente misionera (370).
• El proyecto pastoral de la Diócesis, camino de pastoralorgánica, debe ser una respuesta consciente y eficazpara atender las exigencias del mundo de hoy con“indicaciones programáticas concretas, objetivos ymétodos de trabajo, de formación y valorización de losagentes y la búsqueda de los medios necesarios, quepermiten que el anuncio de Cristo llegue a laspersonas, modele las comunidades e incidaprofundamente mediante el testimonio de los valoresevangélicos en la sociedad y en la cultura” . Los laicosdeben participar del discernimiento, la toma dedecisiones, la planificación y la ejecución. EsteProyecto diocesano exige un seguimiento constantepor parte del obispo, los sacerdotes y los agentespastorales, con una actitud flexible que les permitamantenerse atentos a los reclamos de la realidadsiempre cambiante (371).
CAPÍTULO 8
REINO DE DIOS Y PROMOCIÓN DE LA
DIGNIDAD HUMANA
• La misión del anuncio de la Buena Nueva de Jesucristotiene una destinación universal. Su mandato de caridadabraza todas las dimensiones de la existencia, todas laspersonas, todos los ambientes de la convivencia y todoslos pueblos. Nada de lo humano le puede resultar extraño.La Iglesia sabe, por revelación de Dios y por la experienciahumana de la fe, que Jesucristo es la respuesta total,sobreabundante y satisfactoria a las preguntas humanassobre la verdad, el sentido de la vida y de la realidad, lafelicidad, la justicia y la belleza. Son las inquietudes queestán arraigadas en el corazón de toda persona y quelaten en lo más humano de la cultura de los pueblos. Poreso, todo signo auténtico de verdad, bien y belleza en laaventura humana viene de Dios y clama por Dios (380).
• Ser discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestrospueblos, en Él, tengan vida, nos lleva a asumirevangélicamente y desde la perspectiva del Reino las tareasprioritarias que contribuyen a la dignificación de todo serhumano, y a trabajar junto con los demás ciudadanos einstituciones en bien del ser humano. El amor de misericordiapara con todos los que ven vulnerada su vida en cualquiera desus dimensiones, como bien nos muestra el Señor en todos susgestos de misericordia, requiere que socorramos lasnecesidades urgentes, al mismo tiempo que colaboremos conotros organismos o instituciones para organizar estructuras másjustas en los ámbitos nacionales e internacionales. Urge crearestructuras que consoliden un orden social, económico ypolítico en el que no haya inequidad y donde haya posibilidadespara todos. Igualmente, se requieren nuevas estructuras quepromuevan una auténtica convivencia humana, que impidan laprepotencia de algunos y faciliten el diálogo constructivo paralos necesarios consensos sociales (384).
• La misericordia siempre será necesaria, pero no debecontribuir a crear círculos viciosos que sean funcionales a unsistema económico inicuo. Se requiere que las obras demisericordia estén acompañadas por la búsqueda de unaverdadera justicia social, que vaya elevando el nivel de vidade los ciudadanos, promoviéndolos como sujetos de su propiodesarrollo. En su Encíclica Deus Caritas est, el Papa BenedictoXVI ha tratado con claridad inspiradora la compleja relaciónentre justicia y caridad. Allí nos dice que “el orden justo de lasociedad y del Estado es una tarea principal de la política” yno de la Iglesia.
• Pero la Iglesia “no puede ni debe quedarse al margen enla lucha por la justicia”. Ella colabora purificando la razónde todos aquellos elementos que la ofuscan e impiden larealización de una liberación integral. También es tareade la Iglesia ayudar con la predicación, la catequesis, ladenuncia, y el testimonio del amor y de justicia, paraque se despierten en la sociedad las fuerzas espiritualesnecesarias y se desarrollen los valores sociales. Sólo asílas estructuras serán realmente más justas, podrán sereficaces y sostenerse en el tiempo. Sin valores no hayfuturo, y no habrá estructuras salvadoras, ya que enellas siempre subyace la fragilidad humana (385).
• La cultura actual tiende a proponer estilos de ser y devivir contrarios a la naturaleza y dignidad del serhumano. El impacto dominante de los ídolos del poder,la riqueza y el placer efímero se han transformado, porencima del valor de la persona, en la norma máxima defuncionamiento y el criterio decisivo en la organizaciónsocial. Ante esta realidad, anunciamos, una vez más, elvalor supremo de cada hombre y de cada mujer. ElCreador, en efecto, al poner todo lo creado al serviciodel ser humano, manifiesta la dignidad de la personahumana e invita a respetarla (cf. Gn 1, 26-30) (387).
• Nuestra fidelidad al Evangelio nos exige proclamar en todos losareópagos públicos y privados del mundo de hoy, y desde todas lasinstancias de la vida y misión de la Iglesia, la verdad sobre el serhumano y la dignidad de toda persona humana (390).
Dentro de esta amplia preocupación por la dignidad humana, se sitúanuestra angustia por los millones de latinoamericanos ylatinoamericanas que no pueden llevar una vida que responda a esadignidad. La opción preferencial por los pobres es uno de los rasgosque marca la fisonomía de la Iglesia latinoamericana y caribeña (391).
Si esta opción está implícita en la fe cristológica, los cristianos, comodiscípulos y misioneros, estamos llamados a contemplar, en los rostrossufrientes de nuestros hermanos, el rostro de Cristo que nos llama aservirlo en ellos: “Los rostros sufrientes de los pobres son rostrossufrientes de Cristo”. Ellos interpelan el núcleo del obrar de la Iglesia,de la pastoral y de nuestras actitudes cristianas (393).
• De nuestra fe en Cristo, brota también la solidaridadcomo actitud permanente de encuentro, hermandad yservicio, que ha de manifestarse en opciones y gestosvisibles, principalmente en la defensa de la vida y de losderechos de los más vulnerables y excluidos, y en elpermanente acompañamiento en sus esfuerzos por sersujetos de cambio y transformación de su situación. Elservicio de caridad de la Iglesia entre los pobres “es unámbito que caracteriza de manera decisiva la vidacristiana, el estilo eclesial y la programaciónpastoral”(349).
• Nos comprometemos a trabajar para que nuestra IglesiaLatinoamericana y Caribeña siga siendo, con mayorahínco, compañera de camino de nuestros hermanosmás pobres, incluso hasta el martirio. Hoy queremosratificar y potenciar la opción del amor preferencial porlos pobres hecha en las Conferencias anteriores. Que seapreferencial implica que debe atravesar todas nuestrasestructuras y prioridades pastorales. La Iglesialatinoamericana está llamada a ser sacramento de amor,solidaridad y justicia entre nuestros pueblos (396).
• Asumiendo con nueva fuerza esta opción por los pobres,ponemos de manifiesto que todo proceso evangelizadorimplica la promoción humana y la auténtica liberación“sin la cual no es posible un orden justo en la sociedad”.Entendemos, además, que la verdadera promociónhumana no puede reducirse a aspectos particulares:“Debe ser integral, es decir, promover a todos loshombres y a todo el hombre”, desde la vida nueva enCristo que transforma a la persona de tal manera que “lahace sujeto de su propio desarrollo”. Para la Iglesia, elservicio de la caridad, igual que el anuncio de la Palabray la celebración de los Sacramentos, “es expresiónirrenunciable de la propia esencia” (399).
• Queremos, por tanto, desde nuestracondición de discípulos y misioneros,impulsar en nuestros planes pastorales, ala luz de la Doctrina Social de la Iglesia, elEvangelio de la vida y la solidaridad.Además, promover caminos eclesiales másefectivos, con la preparación ycompromiso de los laicos para interveniren los asuntos sociales (400).
• Apoyar la participación de la sociedad civil para lareorientación y consiguiente rehabilitación ética de lapolítica. Por ello son muy importantes los espaciosde participación de la sociedad civil para la vigenciade la democracia, una verdadera economía solidariay un desarrollo integral, solidario y sustentable(406ª).
• Formar en la ética cristiana que pone como desafíoel logro del bien común, la creación deoportunidades para todos, la lucha contra lacorrupción, la vigencia de los derechos laborales ysindicales; hay que colocar como prioridad lacreación de oportunidades económicas para sectoresde la población tradicionalmente marginados, comolas mujeres y los jóvenes, desde el reconocimientode su dignidad. Por ello hay que trabajar por unacultura de la responsabilidad a todo nivel queinvolucre a personas, empresas, gobiernos y almismo sistema internacional (406b).
CAPÍTULO 9
FAMILIA, PERSONAS Y VIDA
• La familia cristiana está fundada en elsacramento del matrimonio entre un varóny una mujer, signo del amor de Dios por lahumanidad y de la entrega de Cristo porsu esposa, la Iglesia. Desde esta alianzade amor, se despliegan la paternidad y lamaternidad, la filiación y la fraternidad, yel compromiso de los dos por unasociedad mejor (433).
• Creemos que “la familia es imagen de Dios que, en sumisterio más íntimo no es una soledad, sino una familia”.En la comunión de amor de las tres Personas divinas,nuestras familias tienen su origen, su modelo perfecto,su motivación más bella y su último destino (434).
• Dado que la familia es el valor más querido por nuestrospueblos, creemos que debe asumirse la preocupaciónpor ella como uno de los ejes transversales de toda laacción evangelizadora de la Iglesia. En toda diócesis serequiere una pastoral familiar “intensa y vigorosa” paraproclamar el evangelio de la familia, promover la culturade la vida, y trabajar para que los derechos de lasfamilias sean reconocidos y respetados (435).
• Compromisos:
• Hacer presente la preocupación por la familia en todas las áreas de la pastoral.
• Evangelización de la familia (preparación para el matrimonio y acompañamiento).
• Acción política.
• Comprensión de situaciones difíciles (cfr.437).
• Promover procesos de reconocimiento de la niñez como un sector decisivo de especial cuidado por parte de la Iglesia, la
Sociedad y el Estado (441c).
• Estudiar y considerar las pedagogíasadecuadas para la educación en la fe de losniños, especialmente en todo lorelacionado a la iniciación cristiana,privilegiando el momento de la primeracomunión (441f).
Jóvenes y adolescentes
• una educación de baja calidad.
• enfoques antropológicos reduccionistas, que limitan sus horizontes de vida y dificultan la toma de decisiones duraderas.
• ausencia de jóvenes en lo político debido a la desconfianza que generan las situaciones de corrupción, el desprestigio de los políticos y la búsqueda de intereses personales frente al bien común.
• suicidios de jóvenes.
• Otros no tienen posibilidades de estudiar o trabajar.
• muchos dejan sus países por no encontrar en ellos un futuro.
• el uso indiscriminado y abusivo que muchos jóvenes hacen de la comunicación virtual (445).
• Privilegiar en la Pastoral de Juventud procesosde educación y maduración en la fe, comorespuesta de sentido y orientación de la vida,y garantía de compromiso misionero. Demanera especial, se buscará implementar unacatequesis atractiva para los jóvenes que losintroduzca en el conocimiento del misterio deCristo, y se buscará mostrarles la belleza de laEucaristía dominical, que los lleve a descubriren ella a Cristo vivo y el misterio fascinante dela Iglesia (446d).
• La Pastoral de Juventud ayudará a losjóvenes a formarse, de manera gradual,para la acción social y política y el cambio
de estructuras, conforme a la DoctrinaSocial de la Iglesia, haciendo propia laopción preferencial y evangélica por los
pobres y necesitados (446e).
EL BIEN DE LOS ANCIANOS
• La Iglesia se siente comprometida a procurar laatención humana integral de todas las personasmayores, también ayudándoles a vivir elseguimiento de Cristo en su actual condición, eincorporándolos lo más posible a la misiónevangelizadora. Por ello, mientras agradece eltrabajo que ya vienen realizando religiosas,religiosos y voluntarios, quiere renovar susestructuras pastorales, y preparar aún másagentes, a fin de ampliar este valioso servicio deamor (450).
LA DIGNIDAD Y PARTICIPACIÓN DE LAS
MUJERES
• La antropología cristiana resalta la igual dignidad entre varón y mujer, en razón de ser creados a imagen y semejanza de Dios. El misterio de la Trinidad nos invita a vivir una comunidad de iguales en la diferencia (451).
• El ejemplo de Jesús en su relación con la mujer (451).
• La figura de María (451).
• La relación entre la mujer y el varón es dereciprocidad y colaboración mutua. Setrata de armonizar, complementar ytrabajar sumando esfuerzos. La mujer escorresponsable, junto con el hombre, porel presente y el futuro de nuestra sociedadhumana (452).
• En esta hora de América Latina y ElCaribe, urge escuchar el clamor, tantasveces silenciado, de mujeres que sonsometidas a muchas formas de exclusión yde violencia en todas sus formas y entodas las etapas de sus vidas. Entre ellas,las mujeres pobres, indígenas yafroamericanas han sufrido una doblemarginación. Urge que todas las mujerespuedan participar plenamente en la vidaeclesial, familiar, cultural, social yeconómica, creando espacios y estructurasque favorezcan una mayor inclusión (454).
• Urge valorar la maternidad como misiónexcelente de las mujeres. Esto no se opone a sudesarrollo profesional y al ejercicio de todas susdimensiones, lo cual permite ser fieles al planoriginario de Dios que da a la pareja humana, deforma conjunta, la misión de mejorar la tierra.La mujer es insustituible en el hogar, laeducación de los hijos y la transmisión de la fe.Pero esto no excluye la necesidad de suparticipación activa en la construcción de lasociedad. Para ello, se requiere propiciar unaformación integral de manera que las mujerespuedan cumplir su misión en la familia y en lasociedad (456).
• Garantizar la efectiva presencia de lamujer en los ministerios que en la Iglesiason confiados a los laicos, así comotambién en las instancias de planificacióny decisión pastorales, valorando su aporte.
• Promover el diálogo con autoridades parala elaboración de programas, leyes ypolíticas públicas que permitan armonizar
la vida laboral de la mujer con sus deberesde madre de familia.
El cuidado del medio ambiente• Como discípulos de Jesús, nos sentimos invitados a dar gracias
por el don de la creación, reflejo de la sabiduría y belleza delLogos creador. En el designio maravilloso de Dios, el hombre yla mujer están llamados a vivir en comunión con Él, encomunión entre ellos y con toda la creación. El Dios de la vidaencomendó al ser humano su obra creadora para que “lacultivara y la guardara” (Gn 2, 15). Jesús conocía bien lapreocupación del Padre por las criaturas que Él alimenta (cf. Lc12, 24) y embellece (cf. Lc 12, 27). Y, mientras andaba por loscaminos de su tierra, no sólo se detenía a contemplar lahermosura de la naturaleza, sino que invitaba a sus discípulos areconocer el mensaje escondido en las cosas (cf. Lc 12, 24-27;Jn 4, 35). Las criaturas del Padre le dan gloria “con su solaexistencia”, y, por eso, el ser humano debe hacer uso de ellascon cuidado y delicadeza (470).
• En América Latina y El Caribe, se está tomandoconciencia de la naturaleza como una herencia gratuitaque recibimos para proteger, como espacio precioso dela convivencia humana y como responsabilidadcuidadosa del señorío del hombre para bien de todos.Esta herencia se manifiesta muchas veces frágil eindefensa ante los poderes económicos y tecnológicos.Por eso, como profetas de la vida, queremos insistir queen las intervenciones sobre los recursos naturales nopredominen los intereses de grupos económicos quearrasan irracionalmente las fuentes de vida, en perjuiciode naciones enteras y de la misma humanidad. Lasgeneraciones que nos sucedan tienen derecho a recibirun mundo habitable y no un planeta con airecontaminado. Felizmente, en algunas escuelas católicas,se ha comenzado a introducir entre las disciplinas unaeducación a la responsabilidad ecológica (471).
• La riqueza natural de América Latina y El Caribeexperimenta hoy una explotación irracional que vadejando una estela de dilapidación, e incluso de muerte,por toda nuestra región. En todo ese proceso, tiene unaenorme responsabilidad el actual modelo económico queprivilegia el desmedido afán por la riqueza, por encimade la vida de las personas y los pueblos y del respetoracional de la naturaleza. La devastación de nuestrosbosques y de la biodiversidad mediante una actituddepredatoria y egoísta, involucra la responsabilidadmoral de quienes la promueven, porque pone en peligrola vida de millones de personas y en especial el hábitatde los campesinos e indígenas, quienes son expulsadoshacia las tierras de ladera y a las grandes ciudades paravivir hacinados en los cinturones de miseria (473).
• Evangelizar a nuestros pueblos para descubrir el don de lacreación, sabiéndola contemplar y cuidar como casa detodos los seres vivos y matriz de la vida del planeta, a fin deejercitar responsablemente el señorío humano sobre latierra y los recursos, para que pueda rendir todos sus frutosen su destinación universal, educando para un estilo de vidade sobriedad y austeridad solidarias (474ª).
• Buscar un modelo de desarrollo alternativo, integral ysolidario, basado en una ética que incluya laresponsabilidad por una auténtica ecología natural yhumana, que se fundamenta en el evangelio de la justicia,la solidaridad y el destino universal de los bienes, y quesupere la lógica utilitarista e individualista, que no somete acriterios éticos los poderes económicos y tecnológicos. Portanto, alentar a nuestros campesinos a que se organicen detal manera que puedan lograr su justo reclamo (474c).
CAPÍTULO 10
NUESTROS PUEBLOS Y LA CULTURA
• La cultura, en su comprensión más extensa, representael modo particular con el cual los hombres y los puebloscultivan su relación con la naturaleza y con sushermanos, con ellos mismos y con Dios, a fin de lograruna existencia plenamente humana. En cuanto tal, espatrimonio común de los pueblos, también de AméricaLatina y de El Caribe (476).
• La V Conferencia en Aparecida mira positivamente y converdadera empatía las distintas formas de culturapresentes en nuestro continente. La fe sólo esadecuadamente profesada, entendida y vivida, cuandopenetra profundamente en el substrato cultural de unpueblo. De este modo, aparece toda la importancia de lacultura para la evangelización (477).
• Pues la salvación aportada por Jesucristo
debe ser luz y fuerza para todos losanhelos, las situaciones gozosas o sufridas,las cuestiones presentes en las culturas
respectivas de los pueblos. El encuentro dela fe con las culturas las purifica, permiteque desarrollen sus virtualidades, lasenriquece. Pues todas ellas buscan enúltima instancia la verdad, que es Cristo (Jn14, 6) (477).
Con la inculturación de la fe, la Iglesia se enriquece connuevas expresiones y valores, manifestando y celebrando cadavez mejor el misterio de Cristo, logrando unir más la fe con lavida y contribuyendo así a una catolicidad más plena, no sologeográfica, sino también cultural. Sin embargo, estepatrimonio cultural latinoamericano y caribeño se veconfrontado con la cultura actual, que presenta luces ysombras. Debemos considerarla con empatía para entenderla,pero también con una postura crítica para descubrir lo que enella es fruto de la limitación humana y del pecado. Ella
presenta muchos y sucesivos cambios, provocados por nuevosconocimientos y descubrimientos de la ciencia y de la técnica.De este modo, se desvanece una única imagen del mundo queofrecía orientación para la vida cotidiana.
Recae, por tanto, sobre el individuo toda laresponsabilidad de construir su personalidad yplasmar su identidad social. Así tenemos por unlado, la urgencia de la subjetividad, el respeto a ladignidad y a la libertad de cada uno, sin duda unaimportante conquista de la humanidad.
Por otro lado, este mismo pluralismo de ordencultural y religioso, propagado fuertemente por unacultura globalizada, acaba por erigir el individualismocomo característica dominante de la actual sociedad,responsable del relativismo ético y la crisis de lafamilia (479).
Muchos católicos se encuentran desorientados frente aeste cambio cultural. Compete a la Iglesia denunciarclaramente “estos modelos antropológicos incompatiblescon la naturaleza y dignidad del hombre”. Es necesariopresentar la persona humana como el centro de toda lavida social y cultural, resaltando en ella: la dignidad deser imagen y semejanza de Dios y la vocación a ser hijosen el Hijo, llamados a compartir su vida por toda laeternidad.
• La fe cristiana nos muestra a Jesucristo como la verdadúltima del ser humano, el modelo en el que el serhombre se despliega en todo su esplendor ontológico yexistencial. Anunciarlo integralmente en nuestros díasexige coraje y espíritu profético (480).
• Contrarrestar la cultura de muerte con la cultura cristiana dela solidaridad es un imperativo que nos toca a todos y quefue un objetivo constante de la enseñanza social de laIglesia. Sin embargo, el anuncio del Evangelio no puedeprescindir de la cultura actual. Ésta debe ser conocida,evaluada y en cierto sentido asumida por la Iglesia, con unlenguaje comprendido por nuestros contemporáneos.Solamente así la fe cristiana podrá aparecer como realidadpertinente y significativa de salvación. Pero, esta misma fedeberá engendrar modelos culturales alternativos para lasociedad actual. Los cristianos, con los talentos que hanrecibido, talentos apropiados deberán ser creativos en suscampos de actuación: el mundo de la cultura, de la política,de la opinión pública, del arte y de la ciencia (480).
• LA EDUCACIÓN COMO BIEN PÚBLICO
Anteriormente, nos referimos a laeducación católica, pero, como pastores,no podemos ignorar la misión del Estadoen el campo educativo, velando de unmodo particular por la educación de los
niños y jóvenes. Estos centros educativosno deberían ignorar que la apertura a latrascendencia es una dimensión de la vidahumana, por lo cual la formación integralde las personas reclama la inclusión decontenidos religiosos (481).
• Ante las dificultades que encontramos al respecto envarios países, queremos empeñarnos en la formaciónreligiosa de los fieles que asisten a las escuelas públicasde gestión estatal, procurando acompañarlos también através de otras instancias formativas en nuestrasparroquias y diócesis. Al mismo tiempo, agradecemos ladedicación de los profesores de religión en las escuelaspúblicas y los animamos en esta tarea. Los estimulamospara que impulsen una capacitación doctrinal ypedagógica. Agradecemos también a quienes, por laoración y la vida comunitaria, se esfuerzan por sertestimonio de fe y de coherencia en estas escuelas (483).
PASTORAL DE LA COMUNICACIÓN SOCIAL
• La revolución tecnológica y los procesos deglobalización conforman el mundo actual comouna gran cultura mediática. Esto implica unacapacidad para reconocer los nuevos lenguajes,que pueden ayudar a una mayor humanizaciónglobal. Estos nuevos lenguajes configuran unelemento articulador de los cambios en lasociedad (484).
• “En nuestro siglo tan influenciado por los medios de comunicación social, el primer anuncio, la catequesis o el ulterior ahondamiento de la fe, no pueden prescindir de esos medios” (485).
RECOMENDACIONES• Conocer y valorar esta nueva cultura de la comunicación.
• Formar comunicadores profesionales competentes ycomprometidos con los valores humanos y cristianos enla transformación evangélica de la sociedad, conparticular atención a los propietarios, directores,programadores, periodistas y locutores.
• Estar presente en los medios de comunicación social.
• Educar la formación crítica en el uso de los medios decomunicación desde la primera edad.
• Desarrollar una política de comunicación capaz deayudar, tanto las pastorales de comunicación como losmedios de comunicación de inspiración católica, aencontrar su lugar en la misión evangelizadora de laIglesia (cfr. 486).
SUPERAR EL AISLAMIENTO
• Los medios de comunicación, en general, no sustituyenlas relaciones personales ni la vida comunitaria local. Sinembargo, los sitios pueden reforzar y estimular elintercambio de experiencias y de informaciones queintensifiquen la práctica religiosa a través deacompañamientos y orientaciones. También en la familiadeben los padres alertar a sus hijos para un usoconsciente de los contenidos disponibles en la Internet,para complementar su formación educacional y moral(489).
Nuevas formas de exclusión• Dado que la exclusión digital es evidente, las parroquias,
comunidades, centros culturales e institucioneseducacionales católicas podrían ser estimuladoras de lacreación de puntos de red y salas digitales para promover lainclusión, desarrollando nuevas iniciativas y aprovechando,con una mirada positiva, aquellas que ya existen. EnAmérica Latina y El Caribe existen revistas, periódicos, sitios,portales y servicios on line que llevan contenidosinformativos y formativos, además de orientacionesreligiosas y sociales diversas, tales como “sacerdote”,“orientador espiritual”, “orientador vocacional”, “profesor”,“médico”, entre otros. Hay innumerables escuelas einstituciones católicas que ofrecen cursos a distancia deteología y cultura bíblica (490).
NUEVOS AREÓPAGOS Y CENTROS DE DECISIÓN
• Queremos felicitar e incentivar a tantos discípulos ymisioneros de Jesucristo que, con su presencia éticacoherente, siguen sembrando los valores evangélicos enlos ambientes donde tradicionalmente se hace cultura yen los nuevos areópagos: el mundo de lascomunicaciones, la construcción de la paz, el desarrollo yla liberación de los pueblos, sobre todo de las minorías,la promoción de la mujer y de los niños, la ecología y laprotección de la naturaleza. Y “el vastísimo areópago dela cultura, de la experimentación científica, de lasrelaciones internacionales” (491).
Apertura positiva
• En la cultura actual, surgen nuevoscampos misioneros y pastorales que seabren. Uno de ellos es, sin duda, lapastoral del turismo y del entretenimiento,que tiene un campo inmenso derealización en los clubes, en los deportes,salas de cine, centros comerciales y otrasopciones que a diario llaman la atención ypiden ser evangelizadas (493).
¿Incompatibilidad entre fe y ciencia?
• Es necesario comunicar los valores evangélicos demanera positiva y propositiva. Son muchos los que sedicen descontentos, no tanto con el contenido de ladoctrina de la Iglesia, sino con la forma como ésta espresentada.
• Favorecer la formación de un laicado capaz de actuarcomo verdadero sujeto eclesial y competenteinterlocutor entre la Iglesia y la sociedad, y la sociedad yla Iglesia.
• Optimizar el uso de los medios de comunicacióncatólicos.
• Rescatar el papel del sacerdote como formador deopinión (497).
DISCÍPULOS Y MISIONEROS EN LA VIDA PÚBLICA
• Los discípulos y misioneros de Cristo debeniluminar con la luz del Evangelio todos losámbitos de la vida social. La opción preferencialpor los pobres, de raíz evangélica, exige unaatención pastoral atenta a los constructores dela sociedad. Si muchas de las estructurasactuales generan pobreza, en parte se ha debidoa la falta de fidelidad a sus compromisosevangélicos de muchos cristianos con especialesresponsabilidades políticas, económicas yculturales (501).
Los grandes desafíos
• La concepción del ser humano, hombre y mujer, que se ha ido plasmando.
• Agresiones a la vida, en todas sus instancias, en especial contra los más inocentes y desvalidos.
• Pobreza aguda y exclusión social.
• Corrupción y relativismo ético, que, entre otros aspectos, tienen como referencia un ser humano, en la práctica, cerrado a Dios y al otro (cfr.503).
• Un viejo laicismo exacerbado, y un relativismo ético que se propone como fundamento de la democracia cfr.504).
• Son los laicos de nuestro continente, conscientes de sullamada a la santidad en virtud de su vocaciónbautismal, los que tienen que actuar a manera defermento en la masa para construir una ciudad temporalque esté de acuerdo con el proyecto de Dios. Lacoherencia entre fe y vida en el ámbito político,económico y social exige la formación de la conciencia,que se traduce en un conocimiento de la Doctrina socialde la Iglesia. Para una adecuada formación en la misma,será de mucha utilidad el Compendio de la DoctrinaSocial de la Iglesia. La V Conferencia se compromete allevar a cabo una catequesis social incisiva, porque “lavida cristiana no se expresa solamente en las virtudespersonales, sino también en las virtudes sociales ypolíticas” (505).
• Los obispos reunidos en la V Conferenciaqueremos acompañar a los constructores de lasociedad, ya que es la vocación fundamental dela Iglesia en este sector, formar las conciencias,ser abogada de la justicia y de la verdad, yeducar en las virtudes individuales y políticas.Queremos llamar al sentido de responsabilidadde los laicos para que estén presentes en la vidapública, y más en concreto “en la formación delos consensos necesarios y en la oposicióncontra las injusticias” (508).
La Pastoral Urbana
• La ciudad se ha convertido en el lugar propio de nuevas culturasque se están gestando e imponiendo con un nuevo lenguaje y unanueva simbología (510).
• En la ciudad, conviven diferentes categorías sociales tales como lasélites económicas, sociales y políticas; la clase media con susdiferentes niveles y la gran multitud de los pobres. En ella coexistenbinomios que la desafían cotidianamente: tradiciónmodernidad,globalidad-particularidad, inclusión-exclusión, personalización-despersonalización, lenguaje secular-lenguaje religioso,homogeneidad-pluralidad, cultura urbana-pluri-culturalismo (512).
• Pero se notan actitudes de miedo a la pastoral urbana; tendencias aencerrarse en los métodos antiguos y de tomar una actitud dedefensa ante la nueva cultura, de sentimientos de impotencia antelas grandes dificultades de las ciudades (513).
• Responder a los grandes desafíos de la creciente urbanización.
• Atender a las variadas y complejas categorías sociales, económicas,
políticas y culturales: pobres, clase media y élites.
• Desarrollar una espiritualidad de la gratitud, de la misericordia, de la
solidaridad fraterna, actitudes propias de quien ama
desinteresadamente y sin pedir recompensa.
• Abrirse a nuevas experiencias, estilos, lenguajes que puedan encarnar
el Evangelio en la ciudad.
• Transformar a las parroquias cada vez más en comunidades de
comunidades.
• Integrar los elementos propios de la vida cristiana: la Palabra, la
Liturgia, la comunión fraterna y el servicio, especialmente, a los que
sufren pobreza económica y nuevas formas de pobreza.
• Formar a los laicos de tal modo que puedan responder las grandes
preguntas y aspiraciones de hoy e insertarse en los diferentes
ambientes, estructuras y centros de decisión de la vida urbana.
• Fomentar la pastoral de la acogida a los que llegan a la ciudad y a los que
ya viven en ella, pasando de un pasivo esperar a un activo buscar y llegar a
los que están lejos con nuevas estrategias tales como visitas a las casas, el
uso de los nuevos medios de comunicación social, y la constante cercanía a
lo que constituye para cada persona su cotidianidad.
• Brindar atención especial al mundo del sufrimiento urbano, es decir, que
cuide de los caídos a lo largo del camino y a los que se encuentran en los
hospitales, encarcelados, excluidos, adictos a las drogas, habitantes de las
nuevas periferias, en las nuevas urbanizaciones, y a las familias que,
desintegradas, conviven de hecho.
• Procurar la presencia de la Iglesia, por medio de nuevas parroquias y
capillas, comunidades cristianas y centros de pastoral, en las nuevas
concentraciones humanas que crecen aceleradamente en las periferias
urbanas de las grandes ciudades por efectos de migraciones internas y
situaciones de exclusión.
• a) Un estilo pastoral adecuado a la realidad urbana con
atención especial al lenguaje, a las estructuras y prácticas
pastorales así como a los horarios.
• b) Un plan de pastoral orgánico y articulado que integre en
un proyecto común a las parroquias, comunidades de vida
consagrada, pequeñas comunidades, movimientos e
instituciones que inciden en la ciudad y que su objetivo sea
llegar al conjunto de la ciudad. En los casos de grandes
ciudades en las que existen varias Diócesis se hace necesario
un plan interdiocesano.
• c) Una sectorización de las parroquias en unidades más
pequeñas que permitan la cercanía y un servicio más eficaz.
• d) Un proceso de iniciación cristiana y de formación
permanente que retroalimente la fe de los discípulos del
Señor integrando el conocimiento, el sentimiento y el
comportamiento.
• e) Servicios de atención, acogida personal, dirección espiritual
y del sacramento de la reconciliación, respondiendo a la
soledad, a las grandes heridas sicológicas que sufren muchos
en las ciudades, teniendo en cuenta las relaciones
interpersonales.
• f) Una atención especializada a los laicos en sus diferentes
categorías: profesionales, empresariales y trabajadores.
• g) Procesos graduales de formación cristiana con la realización
de grandes eventos de multitudes, que movilicen la ciudad, que
hagan sentir que la ciudad es un conjunto, es un todo, que
sepan responder a la afectividad de sus ciudadanos y en un
lenguaje simbólico sepan transmitir el Evangelio a todas las
personas que viven en la ciudad.
• h) Estrategias para llegar a los lugares cerrados de las
ciudades como urbanizaciones, condominios, torres
residenciales o aquellos ubicados en los así llamados tugurios y
favelas.
Llamado a la unión e integración
• No hay por cierto otra región que cuente con tantos factores de
unidad como América Latina –de los que la vigencia de la
tradición católica es cimiento fundamental de su construcción–,
pero se trata de una unidad desgarrada porque atravesada por
profundas dominaciones y contradicciones, todavía incapaz de
incorporar en sí “todas las sangres” y de superar la brecha de
estridentes desigualdades y marginaciones. Es nuestra patria
grande pero lo será realmente “grande” cuando lo sea para
todos, con mayor justicia. En efecto, es una contradicción
dolorosa que el Continente del mayor número de católicos sea
también el de mayor inequidad social (527).
• i) La presencia profética que sepa levantar la voz en
relación a cuestiones de valores y principios del Reino de
Dios, aunque contradiga todas las opiniones, provoque
ataques y se quede sola en su anuncio. Es decir, que sea
farol de luz, ciudad colocada en lo alto para iluminar.
• j) Una mayor presencia en los centros de decisión de la
ciudad tanto en las estructuras administrativas como en las
organizaciones comunitarias, profesionales y de todo tipo
de asociación para velar por el bien común y promover los
valores del Reino.
• k) La formación y acompañamiento de laicos y laicas que,
influyendo en los centros de opinión, se organicen entre sí y
puedan ser asesores para toda la acción eclesial.
• l) Una pastoral que tenga en cuenta la belleza en el anuncio
de la Palabra y en las diversas iniciativas ayudando a
descubrir la plena belleza que es Dios.
• m) Servicios especiales que respondan a las diferentes
actividades propias de la ciudad: trabajo, ocio, deportes,
turismo, arte, etc.
• n) Una descentralización de los servicios eclesiales de modo
que sean muchos más los agentes de pastoral que se integren
a esta misión, teniendo en cuenta las categorías profesionales.
• o) Una formación pastoral de los futuros presbíteros y
agentes de pastoral capaz de responder a los nuevos retos de
la cultura urbana.