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Relatos de una experiencia
Escuela N° 7708 en U 14 SPF - Esquel
Ministerio de Educación
Provincia del Chubut 2015
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Los que siguen son relatos de la experiencia del equipo docente de la Escuela Secundaria 7708 (ex 791) en U 14 SPF, Modalidad
Educación en Contextos de Encierro. Las voces del afuera desde adentro.
Sube, sube
Sube, sube, sube, bandera del amor, pequeño corazón y brilla como el sol, y canta como el mar
Canta como el viento peinador de trigo
Canta como el río, canta pueblo mío Si... los pueblos que cantan siempre tendrán futuro
Sube, sube, sube, bandera del amor, pequeño corazón
y brilla como el sol, y canta como el mar
Canta por las voces de los que soñaron Canta por las bocas de los que lloraron... canta
Dame tu esperanza América India Dame tu sonrisa América Negra Dame tu poema América Nueva América Nueva, América Nueva.
Sube, sube, sube, bandera del amor, pequeño corazón
y brilla como el sol y canta como el mar
Canta por los bellos días, los que se han ido Canta por el bello mañana Canta buen amigo... canta.
Mercedes Sosa
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Nota 1
El año que termina, 2015, fue un año de transición (palabra
muy en boga en estos días, a principio de Diciembre). Transición entre
un programa de estudio y otro y transición entre una escuela y otra.
Dejamos de ser 791 para pasar a ser 7708.
Como preceptor tuve que hacer, además del papeleo diario, el
paso de los estudiantes de una escuela a la otra. Y en ese pasar de un
registro a otro noté cómo ha crecido (no solo en número) nuestra
matrícula.
A diferencia del año pasado, este año tuvimos muchos
estudiantes que venían escolarizados, que venían siendo estudiantes,
eso facilitó la tarea. La finalidad de la cursada para la mayoría de ellos
es el estímulo educativo. Con respecto a esto tuvimos muchas charlas
con mi coordinadora, llegando a la conclusión que, hilando fino, todos,
o muchos, estamos en nuestros trabajos por el estímulo; llámese
sueldo o lo que fuere. Puestos en ese punto, es más fácil direccionar
respuestas, ya que uno puede igualarse a ese otro que, con la
prohibición de poder deambular libremente por las calles de la
Argentina, es un ciudadano como yo.
El servicio penitenciario sigue siendo el servicio penitenciario y
los jueces siguen siendo los jueces. Eso no ha cambiado.
No tuvimos bibliotecario este año y es muy necesario tener
uno. Cubrimos ese faltante a los ponchazos, tratando de descifrar qué
es lo que el estudiante, o no estudiante, ya que la biblioteca está
abierta a toda la comunidad, necesitaba. No es la finalidad de este
texto hablar de forma negativa de mi experiencia anual. Lo hicimos
con alegría. Con responsabilidad
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El 2016 será un año de cambios. Todavía no podemos
entreverlos en su totalidad aunque algunos hilos dejan ver caminos;
pero eso es hablar de mañana.
Este texto habla de hoy y de ayer; del 2015. Y en este hoy y en
este ayer tuvimos cerca de 20 egresados de la escuela, otros veinte de
los talleres (los números son aproximados) y 12 del taller de
cooperativismo: a eso apuntamos: al cooperativismo, a aprender que
apoyándose en el otro uno pasa a ser dos, tres o más.
Federico Ferrada
Preceptor
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Nota 2
Siempre hay algo para contar cuando estamos frente al
aula. Hoy la escuela en la cárcel tiene una población más joven,
esto nos obliga a preparar clases dinámicas, actualizadas, donde
los conocimientos tecnológicos que traen los alumnos suman y
aportan a la tarea docente. Todo está inmerso en una institución
que crece cada día y se hace protagonista del derecho a la
educación.
Este año han ingresado a la escuela alumnos de otros
lugares después de varios meses, ¿qué es lo novedoso de esto? que
esta gente nueva hoy llega con carpetas, contenidos adquiridos,
preguntando qué hay que hacer para continuar el curso. Esto
muestra que el sistema educativo argentino de ECE está
comenzando a sincronizarse en todo el país, que hay muchos
docentes comprometidos con esta tarea en otros lugares, que se
está trabajando con verdadera vocación para dar algo al otro y sin
mirar a quien, que hay un compromiso de preparar mejor la tarea
diaria para enfrentar el universo de este contexto.
También continuamos con el perfeccionamiento docente
en las escuelas, está bueno hablar con el otro, conocer otras
opiniones y experiencias. Todo esto nos tendría que ayudar a
mejorar la educación, a sentir que hacemos algo que sirve, que
trabajamos para vivir y progresar como sociedad.
Francisco de Francesca Matemática/Física
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Nota 3
“Bocanada de aire libre”
Este año fue muy importante para mí; lleno de cambios y
transformaciones; espacios y lugares nuevos. Desde el momento
que decido dejar atrás la Provincia de Buenos Aires comenzaron a
pasarme cosas que dejan huella…
La experiencia de trabajar en este cuatrimestre en la
Escuela que funciona en la Unidad 14 fue estar en un contexto de
encierro lleno de bocanadas de aire libre, en donde la “Libertad
“se puede encontrar en cada uno de los compañeros; en los
educandos y en la coordinación, en cómo todos ellos apelan
siempre a la creatividad que permite recorrer una multiplicidad de
voces, de caminos y de significados, sin reglas rígidas que actúen
como obstáculo. En donde se considera indispensable establecer
un vínculo entre todos los sujetos, con el interés de generar la
construcción común de conocimiento.
A lo largo de las clases llevadas a cabo en la Unidad, la
tarea que me di fue reformular el concepto que los alumnos tienen
de la Lengua y Literatura, para re-significarlo mediante sus
experiencias y vivencias. En este sentido, me impuse como
estrategia que los alumnos comprendan la Comunicación y el
Lenguaje desde otro punto de vista, que vayan más allá de sentirse
solamente receptores y pasen a ser productores de contenidos.
Es decir, lo que me propuse es que la producción
represente intereses, necesidades, curiosidades, gustos, etc. de los
propios alumnos partiendo de la cultura y necesidades de los
grupos populares.
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Transformar así las características de la comunicación y el lenguaje
dominante, donde emisores y receptores intercambian
continuamente sus posiciones; por aquella que está definida
prioritariamente para la participación de todos los sujetos que en
ella intervienen, sobre todo aquellos a los que más directamente
les atañe el proceso en el que están incluidos. En este sentido, las
prácticas de oralidad y grabaciones de sus voces en distintas
producciones no fueron casuales. A través de la multiplicidad de
las palabras y de las experiencias diversas de los alumnos, la
búsqueda estuvo orientada en que se vieran como productores de
sus identidades.
A lo largo de las intervenciones realizadas, y por sobre todo
las primeras clases, generamos debates en torno a esta
perspectiva del lenguaje y la comunicación. Problematizar cuál es
el rol que los alumnos ocupan en el proceso comunicativo nos
sirvió para discutir la posibilidad de transformarse ellos mismos en
los propios comunicadores de sus realidades. Esto se vio reflejado
a la hora de realizar distintas producciones propias. Ante todo se
priorizó el “qué se quiere contar” y después el “cómo contarlo”.
Con esto, lo que busqué es que ellos mismos propongan, según
sus intereses y gustos, qué resulta para ellos importante. Así
surgieron temas relacionados con problemáticas sociales que se
trabajaron. Estoy convencida que "enseñar no es transferir
conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia
producción o construcción"
Es por esto, que todos los "conocimientos" y contenidos
abordados en el módulo, fueron siempre, sin excepción,
trabajados a partir de la discusión y reflexión en grupo, la
socialización al conjunto con su nueva reflexión que despertaría
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este diálogo colectivo.
La Literatura, el Lenguaje y la Comunicación son
herramientas que permiten a través del diálogo, expresar sus
pensamientos e ideas libremente así como escuchar la opinión del
otro, analizarla críticamente, aceptarla o refutarla, y construir
significados de la mano del educador y el resto de los educandos.
Eso se intentó lograr con el grupo de primero, que se dejó
interpelar fácilmente con la materia por el conocimiento previo y
por el entusiasmo y empeño de la mayoría.
Por último no quiero dejar de agradecer a mis compañeros
y a mis alumnos por dejar que sea parte de este proyecto en el cual
se fomenta el aprendizaje a través de la exploración, el
descubrimiento, el conflicto, la formulación de hipótesis y la
elaboración de inferencias que permiten flexibilizar el
pensamiento y lograr el manejo del conocimiento en cuanto al
saber, saber hacer, saber ser y saber convivir. Porque como dice
Freire: “ Los hombres somos seres inacabados, que si lo
reconocemos necesitamos de los demás para conocer y transformar
el mundo a la vez que nos construimos como sujetos. El reconocer
ese sentido de carencia, de necesidad de los otros para conocer,
actuar y ser en el mundo, justifica la posibilidad de la educación, que
no puede ser otra cosa que comunicación y diálogo”.
Tania Mogaburo Lengua y Literatura 1
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Nota 4
Comenzamos el año 2015 con grupos numerosos en 1ero. y
2do. año, un mobiliario muy incómodo en el aula de primero que
generaba inconvenientes para los estudiantes que no les permitía
dejar los útiles en la mesa y trabajar en ella era dificultoso. Ello no
nos impidió trabajar y adaptarnos a lo que teníamos, muchas
actividades en grupo hubo que reverlas y cambiar en algunos
casos.
Los estudiantes de 2do año trabajaron en cooperativismo
formando al final del cuatrimestre una cooperativa, socializando
un trabajo final de asamblea simulada donde aplicaron todos los
conceptos tratados a lo largo de la cursada.
Tercer año trabajó sobre diferentes proyectos personales
con finalidad laboral. Uno de ellos llevó su proyecto a Producción
y empleo cuando salió en libertad y está trabajando y
promocionado sus actividades.
Durante el segundo cuatrimestre del año, ya con un
mobiliario más cómodo en 1er. año, hicimos un cambio en la
materia dando un vuelco a la Contabilidad Básica y aplicando cada
concepto de una forma práctica, orientada a emprendedorismo,
desde allí los estudiantes pudieron entender mejor los contenidos
y desarrollar actividades creativas, diseñando una idea de proyecto
que luego desarrollarán en 3ero.
Para la actividad final, los estudiantes de 2do. trabajaron
en grupo sobre una noticia de 13 internos que pusieron en marcha
un emprendimiento productivo asociativo, que tuvo como eje
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central y fundamental la reinserción social de internos
rehabilitados de un Penal. Este trabajo lo socializaron en la radio y
si bien faltó lectura, fue una primera experiencia y tuvo buen
resultado, se ajustarán en próximos cursos los detalles que
faltaron.
Los estudiantes de 2do. año continuaron con la idea de
planificar los contenidos orientados hacia la Economía Social y
formaron dos grupos; cada grupo creó una cooperativa, desde allí
se trabajó en los principios y valores cooperativos, la estructura
interna, las funciones de cada órgano de una cooperativa y algunos
contenidos básicos de Contabilidad aplicados a cada caso. Para
finalizar presentaron una simulación de asamblea donde todo
quedó plasmado, cumplieron con la consigna: “evidenciar los
principios y valores cooperativos y las funciones de cada órgano”.
En 3er. año los estudiantes trabajaron sus proyectos de
vida, debían integrarlos con el resto de las materias, algunos
grupos tuvieron muy bueno desempeño, otros trabajaron
lentamente y hubo quienes lograron a último momento las
capacidades esperadas, porque durante el curso del cuatrimestre
se distrajeron bastante.
Las experiencias durante este año fueron muy positivas, y
creo no equivocarme si digo que hemos tenido excelentes
resultados, que nos incentivan a seguir adelante y a comenzar el
2016 con un nuevo diseño curricular para el que se realizó un ciclo
de capacitación docente.
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Tenemos un nuevo desafío para el próximo periodo, pero
en este contexto esto es una constante y el trabajo en equipo es
nuestra fortaleza y nos permite discutir para luego llevar los
acuerdos a la práctica con el apoyo y orientación de la
Coordinación en una acción conjunta.
Prof. Balbina Jaramillo Teoria y Práctica Contables I y II – Administración de Empresas
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Nota 5
Y se va otro año, un 2015 en el que tuvimos grandes
sorpresas y alegrías. Si alguien me hubiera dicho hace unos años,
cuando empecé a trabajar en la escuela y en la modalidad ECE, que
iba a vivir estas experiencias junto a mis compañeros y mis
estudiantes! Bueno, mejor empiezo por el principio, por los inicios
de este año que ya empieza a despedirse.
Era febrero – marzo, apenas empezábamos a prepararnos
para iniciar un nuevo ciclo y Nilda me envió un mensaje
avisándome que venían autoridades de la Dirección Nacional de
Políticas Socioeducativas, para entregarnos una Mención de Honor
por nuestro proyecto de Plantas para la Salud. Fue un acto
emotivo, con canciones, alegrías, encuentros y reencuentros,
vinieron amigos de la Red Jarilla, Cristina de Pro-Huerta, Anita de la
Universidad, vino Lía representando a la Asociación de Médicos
Rurales. Recuerdo que ese día también festejábamos el trabajo y
la maravillosa experiencia de los muchachos en Parlamentos
Juveniles. Me quedó el recuerdo de los regalos, de las plantas y las
flores que nos trajo Silvina en nombre de la Red Jarilla, de la
carpeta de plantas que nos regaló Jenny, de los libros que nos
envió la Librería Macayo, aquel día nos dejó memorias de fiesta y
alegrías. Y no sabíamos que habría más alegrías por delante, que
unos meses después íbamos a recibir un nuevo reconocimiento.
Pasaron las semanas y los meses, continuamos trabajando en el
taller, cuidando la huerta, elaborando nuestros preparados,
experimentando, viendo y probando cuál planta funciona mejor,
de qué manera prepararla, escuchando las devoluciones que nos
hacen los amigos del taller cuando nos cuentan cómo funcionan
nuestros productos, cuál sana más y de qué manera, viviendo estas
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idas y vueltas con la comunidad que son muy valiosas para
nosotros. Y así llegamos a agosto y un día recibí una llamada de
Bs. As., de la Dirección de Políticas Socioeducativas, para avisarme
que nuestro proyecto era uno de los dieciocho finalistas al Premio
Presidencial. Teníamos que estar en Bs. As. el 25 de agosto para
recibir un premio (primero, segundo o tercero) u otra mención de
honor. Fue así que viajamos con Nilda y con Patricio, ex estudiante
del Taller que vive en Bariloche.
En Buenos Aires nos encontramos con gente que trabaja con
ese espíritu que ponemos en nuestro taller, pudimos conversar
con compañeros de distintas provincias que, al igual que nosotros,
realmente no estaban allá compitiendo por un premio; lo que los
había llevado hasta allá era su pasión por lo que hacían, el trabajo
solidario, el amor y el compromiso con el otro. Tuvimos la
oportunidad de conocer hermosos proyectos y de compartir un
rato con esas personas únicas, emprendedoras y solidarias, que los
llevan adelante maravillosamente. Y esa alegría que sentíamos por
el sólo hecho de estar ahí se volvió más cálida y más intensa
cuando anunciaron que estábamos recibiendo un Primer Premio
Presidencial. El reconocimiento al esfuerzo, la valoración de
nuestro trabajo, son una caricia para el alma. Todavía resuenan en
mi interior las palabras del Ministro Sileoni luego de la entrega de
los premios, palabras sensibles, sentidas y solidarias que creo que a
varios de nosotros, nos sacaron lágrimas.
Y después de la mención de honor, del premio presidencial,
del reconocimiento y el acompañamiento de gente muy linda del
Ministerio de Educación, después de todos esos momentos,
estamos nosotros, nosotros y las plantas, nosotros y el taller y el
trabajo solidario, y nuestros compañeros de escuela, nosotros y los
médicos rurales. Después del premio, recibimos un día la visita de
la Asociación de Médicos Rurales, vinieron cuatro de ellos: Lía, que
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siempre recibe y distribuye nuestros productos, Fernando,
Verónica y Marcia; todos ellos personas cálidas y amorosas con
quienes compartimos un rato de conversación en ronda, nos
presentamos, nos conocimos, intercambiamos experiencias y
pudimos mostrarles algunas cosas del día a día de nuestro taller,
compartir con ellos nuestra manera de trabajar. Y pudimos
conocer la manera en la que ellos trabajan con nuestros productos,
cómo llegan los preparados a los pacientes que los necesitan, si
alivian malestares, cuánto alivian, qué impacto tienen. El
encuentro con ellos fue una experiencia, como nos pasa a menudo
en el taller, sentida, cálida; fue uno de esos momentos que dejan
nos huella.
Los muchachos trabajan con las plantas con amor y
compromiso. A medida que van transcurriendo sus horas de taller
van apropiándose más y más de todo aquello que nos define: el
amor por las plantas, la solidaridad, el compañerismo, el trabajo en
equipo, la amistad, la alegría compartida, el compromiso enorme
con lo que hacemos, las ganas de saber más, de aprender, de
compartir, de sentir esa ida y vuelta con la comunidad. Todo esto
se siente y quizás de alguna manera se proyecta hacia afuera del
taller, ya que hay una lista de espera bastante larga de muchachos
que quieren participar; pero no podemos recibirlos porque el
espacio físico y las horas de trabajo no alcanzan para tener un
grupo más grande. Necesitamos más horas para el dictado del
taller, habilitar otro día para poder acoger a otro grupo. Y si
continuamos pensando en lo que necesitamos, no podemos dejar
de mencionar el agua para las plantas de la huerta, que cada
verano sufren mucho la estación seca. Hace un par de años, Carlos
salió en libertad. Había sido un excelente estudiante en la escuela
y participó del taller de plantas con mucho compromiso. Una de
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las primeras cosas que hizo al salir en libertad, fue comprar y
donar una bomba para el riego de nuestra huerta. Pero hasta hoy
no pudimos lograr que fuera colocada.
Y hasta acá llega mi relato... pero nuestra historia continúa,
seguimos construyéndola con amor día a día.
María L. Pemberton Biología y Química y Taller de Plantas para la Salud
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Nota 6
Un lustro
La página en blanco. Imágenes que se mezclan, lo viejo, lo
nuevo, lo que no llegó. Cinco años de compartir, de aprender y de
sorprendernos cada día... y no es una frase hecha de esas que
leemos por ahí.
En 2010 entré por primera vez a esta escuela, escuelita, la
nuestra. Pisé, caminé, escuché sonidos metálicos, percibí un fuerte
olor a cebolla cocinándose para la cena. Entré, ví rostros nuevos,
conocí realidades escondidas detrás de una pared, cruzando un
parque con plantas que no crecen libres sino que año a año reciben
una poda que les da diferentes formas: dos árboles cuyas copas se
unen en un corazón, un rostro de ligustrina, los rosales en
impecable formación. Poco movimiento en ese jardín tan grande
en el que las bandurrias libremente eligen su pino, el de siempre,
para hacer sus nidos y parir sus pichones. A veces se juega un
partido de fútbol en la canchita. “Libertad” entrena para el
campeonato. “Libertad”... vaya nombre para quienes, aun
corriendo detrás de una pelota, no la tienen, se les ha perdido,
como se les pierden años de vida. Tiempo más largo o más corto
en el que pasan cosas, adentro y afuera. El tiempo de afuera corre
rápido, el de adentro camina más lento, mucho más lento. Afuera
hay cumpleaños, nacimientos, soles, lluvias. Adentro hay rutina,
angustia, distancia, soledad, enojos... el sol no entibia la piel, la
lluvia no moja.
A cinco años de ese primer día, sigo recorriendo el mismo
jardín, el del corazón y el rostro podados, los rosales siempre en
estricta fila.
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Las caras que nos reciben a la entrada son a veces
familiares y se esboza alguna sonrisa, en ocasiones son caras
nuevas y muy jóvenes, miradas desconfiadas que nos hacen sentir
que somos algo así como intrusos. El olor a cigarrillo inunda todo el
espacio donde sólo hay un pequeño mostrador, un scanner, unos
casilleros metálicos donde dejamos nuestras cosas, y una mesita
¿Es que nadie les informó que no se puede fumar en los espacios
públicos? ... no importa... es un lugar donde viven los presos. Ni
ellos ni nosotros, que asistimos a trabajar una, dos, tres veces por
semana tenemos derecho a respirar aire... respiramos humo... ¿a
quién le importa? Pero eso sí, ni se te ocurra estacionar en
cuatrocientos metros a la redonda porque el cordón está pintado
de amarillo, nadie puede detenerse ahí. Y ni se te ocurra salirte un
par de metros de la vereda de lajas que lleva al edificio principal, ni
quieras buscar el nido de una bandurria, porque ahí sí se impone la
ley... la ley del silbato y el grito de advertencia.
Sin embargo, pasen cinco o diez años, estas cosas no
logran naturalizarse. Podremos acostumbrarnos, pero hasta que
no llegamos a nuestro lugar, la escuela, no somos libres, el Servicio
Penitenciario cuida muy bien de que así sea.
Pero no quiero enojarme, camino rápido por el caminito de
lajas para llegar cuanto antes a ese espacio blanco que nos espera.
Las ventanas no son grandes, pero en la escuela hay luz.
Ya dentro de ese espacio contenedor encontramos a
nuestros compañeros, rostros afectuosos, sonrientes. Llega el
saludo, el beso o el abrazo, o las dos cosas. Nuestro lugar de
encuentro es tan pequeño que sólo hay tres sillas, no entramos
todos, no podemos... nos amuchamos, colgamos uno sobre otro
nuestros abrigos y entablamos conversaciones cruzadas, hay poco
tiempo, ya llegan los muchachos. A veces llegan a horario, otras no
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tanto... qué apuro hay, ¿no?
Ay, los muchachos, esas miradas que conocemos por poco
tiempo, algunas con un brillito especial, que invita a ser mirada,
otras veces es una mirada medio de reojo, te miro pero no te miro,
confío pero no confío. Y ¿por qué confiar si no te conozco? Yo no
sé por qué estás ahí ni me interesa.
Necesito ir a la escuela porque se me obliga, porque si no
asisto tardaré uno, dos, seis meses más en obtener ese bendito
punto que me lleva a estar mejor.
La escuela no es un juego que otorga premios, te ofrece un
derecho, hermano ¿Entendés de qué se trata? ¿No? Bueno, pero ya
estás con nosotros, si ponés un alguito de tu parte, un cachito de
esa voluntad de la que te queda poco, vas a ver cómo empezás a
encontrar una pequeña punta de ese tremendo ovillo que tenés
anudado en el alma y en la memoria.
Jóvenes, cada vez más jóvenes los muchachos, y cada día
uno, dos o diez más, o diez menos. En la escuela construimos a
diario una gran galera de donde sacar conejos de ideas, posibles
soluciones. Llegaste hace quince días y necesitás terminar tus
estudios, te quedan dos o tres meses aquí, antes de que te
manden quién sabe dónde. ¿Vos ponés de tu parte? Nosotros
ponemos de la nuestra. Para esto nos reunimos, para ver cómo
hacer, para encontrarte a vos y a tantos otros la posibilidad de una
oportunidad. Una oportunidad, eso es lo que quizá te faltó en
algún momento de tu vida y por eso estás acá. Usá tu inteligencia,
poné a trabajar tus neuronas, esas que aún resisten los embates de
tanta pastilla y fijate. Quizás esta oportunidad no se te escape.
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Tal vez no salgas hecho un angloparlante, pero sé que no
te vas a achicar si te encontrás frente a frente con un “gringo”. Sé
que te las vas a arreglar, porque así lo hiciste en la escuela, frente a
tus compañeros, superando miedos y vergüenza. Lo hiciste,
balbuceaste esas palabras que te hicieron enroscar la lengua y
comprendiste que la comunicación no está hecha sólo de palabras.
Tenés tu lengua, tu cuerpo y un miedo vencido ¡Vos podés! Buena
vida, muchachito, andá que ahí, en la calle todo empieza de nuevo.
Todo está en tus manos y el olor a cebolla ya se fue.
María Laura Besio Inglés
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Nota 7
Me encuentro con un amigo, de los pocos cercanos en serio
que tengo. Es un tipo al que quiero mucho, pero con el que
discutimos seguido por cualquier tema mundano. Así que imagínese
el día que le dije que quería dar clases en la cárcel. Salió con la
catarata de argumentos que se pueden escuchar en la radio, en la
peluquería o, por supuesto, en un taxi. Que hay una ley y la
educación es un derecho, le explico. Que no se merecen nada, me
retruca. Y así la charla avanza sin que uno pueda explicarle o hacerle
entender por qué el berretín de dar clases en la cárcel.
Y es que para ser absolutamente sincero debo decir que el
adjetivo es adecuado: doy clases en la cárcel porque quiero; porque
tenía la necesidad de enfrentarme con una contradicción interna.
Por mi formación, adhiero plenamente a la idea de que quien ha
cumplido una condena no le debe nada a la sociedad y debe ser
tratado del mismo modo que cualquier otro ciudadano; y sin
embargo, cuando me enteré que el señor que vino a alambrar mi
terreno había estado preso me preocupé, porque lo dejaba solo en
casa con mis bienes y mi familia. Esta contradicción me despertó
entonces el interés especial por, primero entender de qué se trata
esto de la escuela en la cárcel; y en segundo lugar, por qué pasa el
día después, cuando este fulano de tal un día sale de la cárcel y
sigue siendo un preso por siempre. Si yo, que estudié cómo
funciona el Estado y me intereso por la inclusión de todos, me
preocupo por convivir con el ex preso, ¿qué pensará mi amigo?
Con esa preocupación un poco pedestre y nada académica,
me presenté a la dirección de la Escuela que funciona en la Unidad
14 de Esquel: una cárcel de mínima con un aspecto apacible y,
perdón por el sinsentido, hasta agradable.
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Y cuando hubo la oportunidad de tomar una suplencia, allí
fui. Hoy, nueve meses después, puedo decir sin dudas que es una
experiencia fantástica. Si un día elegí trabajar en la cárcel sin saber
cómo era, hoy digo que prefiero dar clases en la cárcel antes que en
otros ámbitos. No, claro que no es Disney; claro que hay historias y
experiencias de vida dolorosas, enojosas, frustrantes e irritantes.
Pero no es eso lo que me atrae, sino lo que pudimos hacer en
conjunto, mis alumnos y yo, con esas experiencias. Porque en las
materias que me toca guiar, Lengua y Literatura en 2do año e
Historia, Geografía y Formación Ética y Ciudadana en primero, hay
mucho espacio para que los contenidos sean excusa y vehículo para
procesar juntos lo que nos pasa en la vida. Aprender y transitar
juntos los vericuetos del discurso argumentativo nos sirvió para
discutir ideas, pero también para que mis alumnos escribieran su
opinión sobre los temas que más nos preocupan, como el trabajo, la
familia, el rol como padres o el día después de recuperar la libertad.
Y aprender a escribir crónicas fue la excusa para que
reflexionáramos sobre lo que hacemos cada día; y para que
contáramos en ese formato como quisiéramos que fueran nuestros
días.
Ni hablar que en primer año, con un programa que nos
plantea temas como los derechos humanos o la historia de la clase
obrera en Argentina, el ida y vuelta entre el texto y la realidad fue
constante. Y enriquecedor para todos, creo. Para mí seguro, porque
me asomé a una realidad que solo intuía y que podía describir en
términos académicos sin terminar de comprenderla en términos
humanos. Me gusta creer que para mis alumnos también, porque en
el ida y vuelta le fuimos poniendo explicaciones conceptuales,
nombres específicos, a las realidades que ellos conocían de primera
mano.
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En una clase, uno de los muchachos me dijo: “al final, no
importa qué tema estamos estudiando, siempre terminamos
hablando de nosotros.” Y sí, así fue mi experiencia en este año.
Seguramente no hemos resuelto el mundo, ni siquiera nuestro
pequeño mundo, pero me encontré con dos grupos trabajadores,
que se esforzaron no solo para conseguir el punto y que accedieron
a debatir, a discutir, a escuchar y a reflexionar con generosidad.
No estoy seguro de que haya resuelto mis contradicciones
internas, pero sí descubrí una dimensión de la sociedad que, como
dije, apenas intuía y que resulté de una enorme riqueza y
complejidad.
Tomás Natiello
Historia-Geografía-FEyC 1
Lengua y Literatura 2
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Nota 8
Sortear las dificultades…
En la primera parte del año vivimos una linda
experiencia con los alumnos de 3º año.
En las clases trabajamos con análisis de casos
(noticias, películas, documentales) que actuaron como
disparadores para que interpreten situaciones cotidianas y
reflexionen sobre experiencias de sus propias vidas.
Cabe señalar que los alumnos realizan un trabajo final
integrando los contenidos de las materias de 3º año, como
ser: Matemática, Derecho, Administración y Filosofía-
Psicología- Sociología.
En el primer cuatrimestre, durante la exposición del
informe final de los alumnos se evidenció solidaridad y
compañerismo. Justamente, en el momento de la
exposición, dos alumnos estuvieron ausentes. Fue muy
positivo cómo resolvieron la situación. A pesar de estas
ausencias, entre todos se organizaron y lograron exponer el
trabajo final.
En el segundo cuatrimestre, la propuesta para 3º año
fue la elaboración de una revista y exposición de la misma.
Para ello, los estudiantes debieron confeccionar artículos,
redes conceptuales, cuadros sinópticos. Se evidenció
compromiso en la elaboración de los mismos. El tema de la
revista fue: “Proyectos de vida”.
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Desde el módulo que dicto se trabajó con los
contenidos: adultez y trabajo. Ello implicaba posicionarse
como adultos y contar sus experiencias en esta etapa que
están viviendo: la importancia de un trabajo, los cambios y
problemas de la adultez, etc.
Si bien desde el área, se brindaron textos
bibliográficos y el acompañamiento necesario, la idea era
que ellos redacten estos artículos desde su punto de vista,
teniendo en cuenta su postura.
Cabe aclarar, que fueron muy enriquecedores los
debates que surgieron durante las clases, pudieron
relacionar los contenidos del área con noticias actuales, con
experiencias personales. Tratando de despertar en ellos, a
través del análisis, la reflexión.
Esperando que el trabajo realizado haya sido lo más
productivo posible, vamos concluyendo el año escolar.
Claudia Roa Filosofía-Sociología-Psicología
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Nota 9
Comencé a dar clases en Abril de este 2015. Ingresé y las
clases ya habían empezado. Todo era nuevo para mí. Era mi
primera experiencia dando clases, así que estaba muy nerviosa y
expectante. Sumado a esto, era en contextos de encierro lo cual
me generaba mucha incertidumbre, pero lo afronté con muchas
expectativas.
Desde el primer día me sentí muy cómoda, cada una de las
personas que trabajan en la escuela cumple con su rol dando
siempre todo al máximo para que la escuela funcione. Y fue una
sorpresa para mí encontrarme con la muy buena oferta de talleres
y espacios extracurriculares que brinda la escuela, como los
talleres de radio, teatro, el cartonero, el literario y el taller de
plantas.
No recuerdo la primera clase porque estaba muy nerviosa.
Pero poco a poco me fui sintiendo más segura y logré trasmitir lo
que quería contarles a los muchachos y que ellos se sintieran a
gusto para poder expresarse.
Los estudiantes son muy diferentes entre sí, en sus formas
de ser y en sus capacidades, así también en su edad, por lo que a
la hora de desarrollar los contenidos es necesario tener en cuenta
la diversidad de quienes estamos dentro del aula.
Debido a lo amplio que es el módulo que doy, pasamos
por momentos en los que estudiamos y aprendemos teoría y
conceptos que son muy complicados de abordar y comprender
porque son abstractos, y en esos momentos me resultó más difícil
captar la atención; pero cuando trabajamos sucesos históricos y
políticos importantes, las clases fueron interesantes, sobre todo
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cuando se daba el intercambio de conocimientos y experiencias
que cada uno había vivido.
El objetivo que me planteé a la hora de pensar los temas
que íbamos a abordar durante la cursada fue el de lograr que los
muchachos pudieran relacionar los distintos momentos del
Estado argentino, con las medidas económicas implementadas en
esos momentos y las cambios sociales que se produjeron en cada
momento. A pesar de la complejidad de dicha tarea, creo que el
resultado es muy positivo, ya que luego de varias clases, y más
aún en el segundo cuatrimestre, conseguí abordar mejor los
temas y lo noté en el nivel de las intervenciones en la clase y en
los trabajos presentados por los muchachos.
En lo personal, el mejor momento de la cursada fue
cuando trabajamos políticas neoliberales y la aplicación de las
mismas en la Argentina, así como la crisis del 2001 y sus
consecuencias. Durante el trascurso de estas clases me encontré
con los mejores trabajos y reflexiones de los estudiantes. Creo
que esto se debe en gran parte a la cercanía en el tiempo de los
hechos que estudiamos y a como estos han afectado directa o
indirectamente sus vidas y las de sus familias. Sobre esto, hay algo
que quiero compartir con todos. Durante el primer cuatrimestre,
mientras trabajábamos estos temas, un estudiante reflexionó y
me dijo: “Yo soy un hijo del menemismo”. En ese momento sentí
que estaba logrando con creces el objetivo que me había
planteado al pensar en la asociación de los temas estudiados con
sus experiencias vividas.
El ser profesora del último año del secundario de los
estudiantes es una gran satisfacción que tengo en este trabajo.
Ver la alegría por finalizar los estudios y por haberlo logrado con
28
mucho esfuerzo y dedicación me emociona profundamente.
Durante los últimos días de octubre le tomamos un
examen a uno de los muchachos que se iba en libertad: él
adelantó tareas, preparó el trabajo final y rindió frente a los
cuatro profesores de tercero y le fue bien. No puedo describir con
palabras lo que sentí ese día, solo les puedo contar que no podía
evitar que se me cayeran las lágrimas. No quería que fuera así
porque estábamos en el vienes cultural que organiza la escuela,
pero se me hizo muy difícil. Estaba muy emocionada.
Me alegra mucho haber podido construir con los
muchachos un vínculo de respeto y espero que esto pueda
continuar así.
María Julia Noielli Derecho-Economía-Historia Política
29
Nota 10
Transformando realidades.
“...El proceso de cambio no puede dejar de venir de afuera, y
no puede dejar de partir de adentro…” P. Freire.
Sin entrar en detalles del proyecto anterior año 2014, ya que
no es el objetivo de este escrito, puedo decir que de a poco fui
encontrando qué quería hacer en el taller. Considero que existe la
posibilidad de que, aunque sea por un rato, imaginemos otras
realidades posibles, nos comuniquemos con códigos diferentes,
conozcamos experiencias únicas, encontremos lugares para poder
aprovechar las posibilidades de pensar y crear colectivamente; que
discutamos, juguemos, nos frustremos, disfrutemos y crezcamos de
la mejor manera posible frente a las adversidades y en circunstancias
diversas. “La experiencia teatral nos invita a ensayar de alguna
manera la otra realidad, y esa otra realidad es importante porque
uno puede ensayar una posibilidad de cambio”. (Arístides Vargas).
El taller de teatro genera un espacio “no convencional”, en
el que el desarrollo de la clase se ve atravesado por interrupciones o
adaptaciones que hay que hacer al momento de las propuestas, en
relación al contexto en el que nos movemos. Entonces, inicio la clase
charlando sobre las actividades (trabajos prácticos) que realizan los
estudiantes en el pabellón y traen para corregir. Si hay algún alumno
nuevo, cuento de qué se trata el taller y qué haremos esa clase, para
luego adentrarnos en las actividades del día.
Este año, como estrategia de trabajo, decidí que
abordáramos la técnica de teatro del oprimido (TO) de Augusto Boal
. Es un método que busca el bienestar de las personas de las
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personas desde la ética, el respeto en la diversidad y la promoción de
los derechos humanos, el derecho a ser. A través del diálogo
devuelve el derecho a hablar. No busca ni intenta adecuarlos
adaptarlos o adormecerlos, ni convertirlos en opresores de sus
opresores. Sino que brinda herramientas y busca espacios
democráticos para la apropiación y la utilización de la metodología
para transformar la realidad que los oprime. Como dijo Boal
“…humanizar a la humanidad...”
Por medio del trabajo en el aula, genero espacios para que los
que participen puedan apropiarse de la metodología del Teatro del
Oprimido, una herramienta de lucha política y social. De este modo
les propongo transformar sus realidades desde la acción teatral,
ensayando un presente distinto que les dé fuerzas para construir el
futuro que deseen.
Los encuentros giran en torno a juegos, ejercicios y
diferentes técnicas teatrales y plásticas y análisis de textos.
De las técnicas de Teatro del Oprimido utilizo principalmente
juegos-ejercicios, Teatro Imagen y Teatro Foro.
Los juegos y ejercicios cumplen la función de des-mecanizar
nuestros sentidos. Con el correr de los años vamos automatizando
nuestros movimientos, nuestros gestos, nuestra manera de hablar,
de ver. Vamos acotando las distintas gamas de expresión. Para
romper con lo que estamos acostumbrados a realizar, es necesario
concientizarnos, conocernos y ejercitarnos a nosotros mismos. A
partir de la elección de un tema significativo para el grupo se realiza
la escenificación de conflictos, a través del Teatro Foro se establece
una dinámica que invita al resto de los participantes a proponer y
actuar alternativas de cambio, generando así un debate escénico
sobre una problemática que pretende constituirse como un ensayo
de nuestro actuar en la vida cotidiana. Así, los participantes se
convierten en “espectadores” y en conjunto, elaboran diferentes
modos de romper con los conflictos que les son comunes.
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Uno de los participantes que asiste al taller mencionó la
importancia de poder comunicarse mediante el teatro, en una
devolución habló de la diferencia entre "hacer cosas" y "hacer las
cosas bien", ese pensamiento generó momentos de mucha
reflexión para los estudiantes y para mí también.
Las muestras que denominamos nuestros Viernes Culturales,
son espacios democráticos, donde todos tienen las mismas
posibilidades, todos pueden poner el cuerpo y probar caminos
distintos para hacerle frente a un mismo conflicto. Son
momentos que atesoramos mucho porque la diversión, la
alegría, la emoción se presentan en forma artística, el fin del
proceso de trabajo puesto en escena da lugar a la apertura de
uno nuevo, así vamos intentado transformar de a poco las cosas.
Me siento muy feliz de ser parte de Educación en
Contextos de Encierro, siento armonía y estabilidad en cada cosa
que sucede, el equipo de trabajo siempre cerca para brindar
respuestas, contar experiencias, situaciones, contener, los
estudiantes con sus ganas, su respeto y apertura a incorporar
nuevos conocimientos, formas de estar que hacen que esto fluya
todo el tiempo.
Gabriela Ghiano (Gabina)
Taller de Teatro
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Nota 11
La palabra liberada
Dicen que la cárcel despersonaliza y aísla al sujeto de la sociedad, provocándole una ruptura con el exterior, privado no sólo de su libertad sino de varios estímulos que lo mantuvieron en contacto con ese mundo exterior que hoy se reduce a un pabellón o la casita de pre-egreso, en el mejor de los casos.
El proceso de educación organizado por la Escuela 7708 ayuda a recomponer esos tejidos que fueron colapsados por el mismo sistema. Por ello, espacios como el del taller de Radio en un lugar donde suele predominar un lenguaje restringido y hasta de marginación, permite reflexionar y proyectar a los participantes desde otro lugar. Es por eso que en este punto la comunicación cobra una clara significación en el marco del proceso pedagógico que se propone esta educación en contexto de encierro con el claro objetivo de una mejor inclusión social.
En el taller, transformado en el programa radial “Retumba la Radio” que se emite por la radio comunitaria de Esquel (kalewchefm.org), la palabra se transforma en la principal herramienta ya no sólo por recuperar un derecho, muchas veces suspendido para los internos de manera implícita, sino un nexo con el afuera.
Todos tenemos algo para decir, es el punto en común desde el que se origina la experiencia radial, con el sólo propósito de volver a constituir la palabra liberada.
Tres ejes fueron los parámetros por los cuales transitó un año que se vio sesgado por la incorporación de nuevos
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participantes y la ausencia de otros (una constante que suele ocurrir aunque en esta oportunidad tuvo más vaivenes que nunca).
Esos tres pilares fueron: provocar el diálogo, que sin estar guionado, requería pautas claras que permitieran desarrollar temáticas previamente seleccionada por los participantes; ser receptores y por lo tanto que ellos mismos interpelaran la construcción del propio contenido que fueron desarrollando en cada temática; y por último, pensar al otro sujeto, el que escucha, el oyente, y en esa consideración, edificar el puente necesario para que la forma de arribo sea efectiva, clara y concisa.
A pesar de las restricciones en la pronunciación, existen claras posibilidades de expresión, pero también una vasta creatividad tanto en lo individual como en lo colectivo. Y un marcado interés por el decir y en ese decir, revalorizarse, mostrarse, significarse.
Durante el proceso hubo inquietud por formular y trazar estrategias que permitieran desarrollar programas radiales con contenido, marcado por pautas previas que formaban parte de la pre-producción. Esa tarea consistió no sólo en la selección de temas, sino en la fundamentación de los mismos, identificando la factibilidad de su desarrollo. Siempre teniendo como premisa el canal de la comunicación.
Quizás el mayor desafío en la búsqueda de temas fue superar las limitantes que genera una comunidad carcelaria con saberes específicos y circunscritos que, si bien se compensa con el proceso educativo que se viene manifestando de manera constructiva a través de la educación en contexto de encierro, está sometido a restricciones que muchas veces cuesta superar.
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La radio, como instrumento de comunicación sigue siendo en el imaginario de los talleristas una forma de definir y conocer sus propias fortalezas y debilidades de cara “al afuera”. Uno de los propósitos, entonces, es acompañar a los estudiantes en la elaboración del discurso como parte de un proceso de comunicación social.
Las dinámicas del taller permiten reflexiones individuales y se logra una puesta en común, con una marcada interacción, en la que los participantes desarrollan no sólo temas, sino que narran vivencias propias en procesos educativos como suelen ser las actividades culturales provistas e impulsadas por educación.
Sostener la palabra recuperada, ese es el espíritu del taller de Radio, donde cobra más existencia que nunca la posibilidad de ser escuchados, como ellos mismos dicen en algunas de las cuñas grabadas, “más allá de los muros”.
Pablo Quintana Taller de Radio
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Nota 11
Rumbos
¿Adónde van las palabras que no se quedaron? ¿Adónde van las miradas que un día partieron?
¿Acaso flotan eternas, como prisioneras de un ventarrón? ¿O se acurrucan, entre las hendijas, buscando calor?
¿Acaso ruedan sobre los cristales, cual gotas de lluvia que quieren pasar? ¿Acaso nunca vuelven a ser algo?
¿Acaso se van? ¿Y adónde van?
¿Adónde van?
Silvio Rodríguez, ¿Adónde van?, 1978
Creo que la palabra literaria es especialmente capaz de
dejar huella porque es capaz de tener sentidos. Ella resuena, se
expande, se multiplica. Cuando sucede abre un mundo en un
mundo. La propuesta de trabajo para el taller literario de este año
fue hecha en esa dirección.
En el quehacer de cada jueves fuimos sumergiéndonos en
la lectura. Unas veces pilas de libros se desparramaron entre
nuestras manos y otras nos dejamos llevar por la voz en la que
sonaban las obras de escritores. Siempre rescatamos de allí un
mapa, una orientación, una senda sobre la cual trazar las propias
palabras. Y fuimos dándole forma a nuestra escritura. Y sucedió
que una canoa A la Deriva por la selva litoraleña de Quiroga nos
fue acercando a los paisajes personales, a nuestros orígenes: el
Chaco, Colombia, Bariloche, China, el campo, la ciudad, el mar.
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Las instrucciones de Cortázar para dar cuerda un reloj se
volvieron mensajes de amor a una mujer, o a la música. Galeano
nos dio la primera frase para disparar protestas contra las
hipocresías de nuestra sociedad. Bajo el influjo de los dibujos
minimalistas de Troche nació un cuento para el hijo de Javier, y
el plan de hacer varios más para dárselos impresos en un librito.
Poemas de Juan Gelman, Roque Dalton y Paco Urondo nos
trajeron otra cárcel, en otra época, para pensar la nuestra.
Encuentro tras encuentro fuimos construyendo la conversación:
¿nos gusta lo que leímos? ¿Qué palabras nos emocionan? ¿Nos
hacen pensar? ¿Qué ideas tenemos nosotros para escribir? ¿Qué
podemos contar? Los textos propios fueron tomando cuerpo,
fueron compartidos, alterados, arrojados a la escucha de los
compañeros.
La pérdida de la libertad ha sido un tema predominante
que enlazó cada reflexión con el mundo hostil y cerrado que es
por definición la cárcel. El reclamo ante el desgano, el disgusto,
la dificultad fue recurrente: “piense en nosotros, piense en
cómo estamos”. Y pienso. Pienso que cuando llegamos al
espacio del taller extendemos las manos, nos saludamos,
suenan las sillas y las mesas se van cubriendo de cuadernos y
papeles y lapiceras y libros y hay un mundo en otro mundo.
Contra el fracaso anunciado, se incorporan, letra tras letra, las
palabras sentidas que habían sido escondidas.
Creo que la palabra literaria muere si no camina hacia
otro, aunque sea hacia uno solo, quizás únicamente hacia ése
que me mira desde el espejo. Esto es posible en el penal de
Esquel, como en otras unidades penales del país donde
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la experiencia se replica, gracias a un proyecto que se llama
Escuelas en Contexto de Encierro. A lo largo de todo el
trayecto los talleristas y yo, como coordinadora, pusimos el
cuerpo para abrir el espacio a la palabra literaria y también a
una palabra más: educación. Porque el cuerpo lo pusimos al
amparo del cuerpo de la escuela. De ésta escuela: inclusiva,
que promueve el buen trato, hecho de gente con ganas de
transgredir las formas habituales de pensar la escuela y de
pensar la cárcel. No encontré en su vocabulario palabras
como reinserción, rehabilitación, reforma, sino: autonomía,
proyecto, libertad. Agradezco haber podido ver como en el
día a día vamos buscando estrechar distancias entre lo dicho y
lo hecho.
El ciclo 2015 se cierra y devuelve los ecos de la tarea,
veo el cuerpo que fue tomando la palabra literaria en el
ámbito del taller: la revista El Rancho, como todos los años,
está lista para repartir algunas creaciones que se fueron
gestando entre ejercicio y ejercicio de lectura y escritura.
Muchas otras producciones podrían haber formado parte de
la publicación y quedaron fuera por un criterio un poco
azaroso.
El papel y la tinta no han sido la única forma en que
hemos echado a andar las palabras: a fines de Octubre, café
mediante, dedicamos una tarde a compartir lecturas con los
compañeros del penal, de la escuela, con profesores,
maestros e invitados que, como Sandra y Gustavo, se
acercaron a acompañarnos… y pienso: ¡qué se repita!
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¡Hay tanta palabra autómata, opaca, burocrática!
Entonces ¡que las palabras genuinas retumben, hagan eco,
abran caminos, vayan a donde vayan!
Valeria Lombardelli Taller Literario
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Nota 13
Finaliza mi tercer año en el taller de libros cartoneros. 100
Ranchos ya están casi listos para salir a la venta, pero esta vez, no
son pintados a mano. Esta vez, fue encuadernación japonesa.
Los libros los hacemos con cartón reciclado, el cartón de
las cajas de Diarco, algunos menos desprolijos que otros, algunos
más finos, algunos más gruesos, algunos perfumados por
contener jabón de ropa, algunos no. Para mejorar la terminación
del producto final tuvimos que forrar cada una de las tapas con
papel madera, lo que nos llevó bastante tiempo, más del que
imaginábamos. Al principio nos resultó difícil que quedara prolijo
pero se fue mejorando con el pasar de los talleres. La etapa
siguiente fue aplicarle los recortes de telas para forrar el lomo
para finalmente allí coserlo.
Este año se me hizo un poco más complicado encarar el
taller, además de que era un sistema nuevo de producción, fueron
muchas caras nuevas, muchos muchachos que no tenían el mismo
entusiasmo que otros, y muchos otros (casi todos) interesados en
la famosa certificación.
Para obtener una acreditación y el certificado del taller,
tienen que cumplir con un porcentaje de horas presenciales y un
porcentaje de horas de tarea autónoma: debían realizar un trabajo
sobre la retórica de la imagen que implicaba lectura y producción.
Yo les asignaba una palabra, y ellos tenían que hacer una imagen
en tres tipos de retórica diferente.
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Tampoco noté mucho compromiso en el trabajo, pero
como no llegaban a las horas, tuvieron que hacerlo.
Por esto motivo este año fue algo particular, mucho
interés por las horas, y muy poco por el “hacer”… recién al
final se están poniendo las pilas.
Más allá del agotamiento, me quedo con los
momentos compartidos con ellos dentro del espacio de
taller… un grupo lindo y sonriente. Muy compañeros entre
ellos, las charlas ya no son por grupitos en voz bajita, sino que
son charlas entre todos en el aula, experiencias personales
compartidas con todos, muchas veces a los gritos…
Agradezco una vez más haber podido vivir esta
experiencia dentro de la escuela en el penal. Sigo aprendiendo
cada jueves algo diferente…
Yanina Dillon Taller Libros Cartoneros
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Nota 14
Desarmando los muros
El encierro, judicialmente hablando, es el encierro del
cuerpo. Es la prohibición de deambular libremente. Muchos
tenemos el cuerpo libre y la mente encerrada. La sociedad
construye muros, muros en todos lados, las fronteras, los
alambrados, las medianeras, los miedos, los prejuicios, los
juicios. La sociedad de consumo nos hace cada vez más
individualistas y temerosos. Nos encerramos, desconfiamos,
mientras uno más tiene, más desconfía del otro.
En el encierro se castiga el hecho de haber querido ser
sin tener o de tener sin poder ser. Por eso, la escuela derriba
los primeros muros. Porque es pública y es un derecho no se
compra ni se vende y abre camino a posibilidades fuera de la
lógica del consumo individual.
Me toca en un contexto de encierro, enseñar lenguajes
artísticos que ayudan a la expresión del cuerpo y de la mente.
Compartir saberes que cada uno trae y convertirlo en saber
colectivo. Tarde se dieron cuenta muchos de lo que lograron
proponiéndose un objetivo de libertad (buscar estímulos), y es
que convirtieron a la libertad en poesía, en canto, en
posibilidad real de escapar por las hendijas de los barrotes y
ser colectiva.
Hoy en la cárcel, suenan tambores, suenan voces,
retumba por los pabellones el grito de libertad disfrazado de
canto alegre, de cultura villera o de cultura campera.
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Cada día la libertad suena más afinada, a medida que se
desdibuja la obligación de cumplir con un estímulo y crece el
interés por aprender. Inexplicable mi alegría de entrar a un
lugar gris con ritmo de candombe, de escuchar a un chino que
apenas sabía español, entonar dulcemente una zamba, de ver
a los egresados componer, jugar, experimentar con la música,
perfeccionarla, para que florezca fuera de los muros, de volver
a ser pero ser con el otro, a partir de la experiencia con su
compañero.
Sin querer, nos olvidamos del origen de los delitos, de
por qué fueron condenados, para disfrutar un momento donde
nos une el mismo grito de libertad, disfrazado de canto.
Nahuel Niseggi Tutor Socioeducativo
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Nota 15
Te convido a creerme cuando digo futuro. Si no crees mi palabra, cree en el brillo de un gesto.
Silvio Rodríguez
En nuestra escuela pueden faltar muchas cosas (de hecho
falta espacio, mobiliario, útiles de trabajo, cargos docentes y
horas cátedra) pero no falta el brillo del gesto que se renueva
cada día. Es así desde hace siete largos e intensos años y en ese
gesto habita el deseo de transformar lo cotidiano en perdurable.
Este ciclo 2015, por ejemplo, se inició con dos logros
importantes: sumar un aula para nuestra escuela y celebrar la
Mención Especial de Educación Solidaria –Programa de Políticas
Socioeducativas del MEN- que recibimos en 2014 por nuestro
Proyecto Plantas para la Salud.
El primero de esos logros promovió una convivencia más
agradable - gracias a una mejor distribución y aprovechamiento
de los espacios- al habilitar el uso de la zona de tránsito como
biblioteca y sala abierta de informática.
La Mención Especial por su parte, aportó vínculos
pedagógicos y afectivos y una suma de dinero suficiente para la
construcción de un invernáculo. Nos brindó también la
oportunidad de mejorar algunos aspectos del Proyecto, un punto
que resultó significativo para participar del Premio Presidencial
2015, obtener un Primer lugar y, como si fuera poco, estrechar
más vínculos pedagógicos y afectivos…
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Sentir el reconocimiento a una labor compleja, que
integra saberes de orígenes diversos y multiplica las redes
comunitarias, potenció el arranque vigoroso del año, se convirtió
en un buen augurio en el inicio y nos ubicó, una vez más, en un
universo de hacedores que entendemos la educación como un
acto permanente en el que se descubren hilados, se tejen lazos,
de construye una trama. O varias, que a su vez se entraman.
Un remolino mezcla los besos y la ausencia.
Virus
Cada uno de nuestros estudiantes –cada vez más, jóvenes
de la gran urbe atravesados por el mundo de la droga y también
más de otras nacionalidades – trae sus propios hilos. De
ataduras, de abandono, de tramas agujereadas muchas veces.
Unos pocos de sostén, otros deshilachados. Los hay recubiertos
de teflón, sin intenciones de aliarse, y también los hay pegajosos,
que toman y piden a ocho manos. Todos tejen, cual arañas, una
manera de estar. Y todos resistimos mientras lo nuevo fluye.
Obstinados en la presencia y en el diálogo.
Escuchamos la queja persistente “mi juez, mi abogado, mi
familia…”. Escuchamos también las múltiples excusas, para no
hacer o por no haber hecho, que devolvemos como ensayo de
ciudadanía de baja intensidad. Pero sabemos que hay un punto
de intersección entre la nada que los obliga a ir a la escuela y el
signo de pregunta que edifica el mañana. Y allí apuntamos.
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Lo vamos viendo en el recorrido, en la trayectoria, lo
comprobamos hacia el final…En el camino la tensión
derecho/beneficio es la piedra constante que hay que saber
transitar, demoler tal vez, nunca esquivar.
Es allí donde lo nuevo comienza: un lavadero de autos,
una Cooperativa para albañilería y construcciones, la
instalación de biodigestores… “sacame una foto con la
Bandera Nilda, porque en mi familia no me lo van a creer…”.
Para legitimar nuestra mirada, leo en el momento preciso a
Gabriel Brener: "...no se nace alumno. La alumnidad es algo que
se construye, es una relación de filiación, se va haciendo al
andar."
Entretanto, el arte se cuela y hace escuela. Y
deambulan por los talleres algunas iniciativas autónomas que
aportan voz y guitarra a muchos eventos culturales y también
instrumentos de percusión y melodías murgueras. Se adicionan
aunque no siempre se integran; ciertos códigos carcelarios
interfieren, no forzamos la situación, celebramos la
convivencia.
Y circulan lecturas, y se convocan encuentros de PJM, y
se ensayan presentaciones artísticas, y las computadoras se
convierten en herramientas de trabajo con sentido y resultan
insuficientes en número. Y los estudiantes se reconocen como
sujetos históricos y sacan algunas conclusiones: “no estamos
determinados”. Entretanto, asumimos la movilidad
permanente de la matrícula y sus efectos en la planificación y
organización del trabajo docente.
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Y celebro la red solidaria que construimos entre colegas
de escuelas en distintos penales para el intercambio de
documentación de los estudiantes. Bienvenida la tecnología que
nos aligera más de una gestión.
Una flor, una flor, otra flor un maestro, una causa, un efecto.
Virus
Como equipo docente, hubo otra dimensión laboral que
nos atravesó fuertemente este ciclo: a) Cursamos el Año II de la
Capacitación PNFP, Nuestra Escuela; b) Trabajamos fuertemente
en la adecuación curricular EPJA para ECE; c) Asumimos el
traspaso de la Modalidad ECE de la Escuela 791 a la Escuela 7708;
d) Completamos, algunos miembros del equipo, la Especialización
Docente en Contextos de Encierro.
Signados por muchas lecturas y escrituras en proceso,
afortunadamente cerramos el año con una propuesta curricular a
nuestra medida, que rescata y pone en valor la enorme
experiencia que supimos forjar desde 2009 y dibuja un desafío
para el que estamos más que entrenados.
Sucede, tal vez, que en la era de la ¿liquidez o licuación? la
escuela en el encierro se consolida. Una contradicción para
pensar. Porque no se trata de solidificarnos en términos de
fosilización sino de soldarnos-con el otro, con el compañero
docente y con el compañero estudiante. Con el que no es
estudiante y, alojado en la cárcel, elige habitar la escuela.
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Con integrantes de nuestra ciudad o pueblos cercanos
dispuestos a compartir el mundo. Con el enfoque de la
propuesta pedagógica que trasciende las estructuras de los
planes de estudio. Aunque cerremos el ciclo con cierta
incertidumbre por los cambios políticos.
En pocos días más, participaremos en el Encuentro
Nacional de Jueces de Ejecución Penal que se desarrollará en
Puerto Madryn y socializaremos nuestra experiencia educativa.
Vamos con todo el empuje de una labor realizada con la
honestidad de creer y defender los derechos de todos.
A diferencia de otros años, contamos esta vez con una
Dirección en el Penal dispuesta al diálogo. Debería ser moneda
corriente pero no lo es de modo que lo valoro aun cuando
siguen pendientes algunos pedidos y acuerdos.
Sigo (seguimos) en la tarea de ampliar derechos con
toda responsabilidad. Reconociendo hilos, ensayando tejidos,
enlazándonos…
Multiplicar, es la tarea, es la tarea ... Juan Carlos Baglietto
Nilda Bulzomi Coordinadora Pedagógica