mito de dédalo e Ícaro
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Dédalo e Ícaro
1º C Bachil lerato
DédaloEn la mitología griega, Dédalo
(Δαίδαλος) era un arquitecto y
artesano muy hábil, famoso por haber construido
el laberinto de Creta.
Dédalo tuvo dos hijos: Ícaro y
Yápige.
Ícaro Ícaro, καρος, es Ἴ
hijo del arquitecto
Dédalo, y de una esclava. Fue encarcelado
junto a él en una torre de Creta
por el rey de la isla, Minos.
El Laberinto de Creta
El Laberinto de Creta fue construido por Dédalo para esconder al
Minotauro. Minos hizo encerrar al terrible
Minotauro, que era aplacado periódicamente con sacrificios de
jóvenes atenienses. Dédalo fue encerrado, junto a su hijo
Ícaro, en el mencionado laberinto, por Minos para que no revelara el
secreto de este lugar.
Se piensa en la actualidad que la leyenda del laberinto tiene su base en el palacio de Cnossos. Una construcción tan sofisticada y de alta tecnología como dicho palacio, repleto de múltiples habitaciones y con todas las mejoras conocidas por la tecnología de entonces (incluyendo un sistema de alcantarillado) debió haber parecido a los aqueos algo intrincado. Apoya esta tesis el hecho de que en el palacio de Cnossos se han encontrado dibujos de hachas de doble filo por doquier, que en griego se llaman labrys, y que habrían dado nombre a la construcción.
El laberinto de la leyenda griega también podría tomar como referencia la cueva de Gortina en la misma isla o las danzas que se celebraban en las islas egeas en las que los danzantes de la mano recorrían un trazado laberíntico
MitoDédalo consiguió escapar de su prisión, su propio
laberinto, pero no podía abandonar la isla por mar, ya que el rey mantenía una estrecha vigilancia sobre todos los veleros y no permitía que ninguno navegase sin ser
cuidadosamente registrado. Dado que Minos controlaba la tierra y el mar, Dédalo se puso a trabajar para fabricar alas para él y su joven hijo Ícaro. Enlazó plumas entre sí empezando por las más pequeñas y añadiendo otras cada vez más largas, para formar así
una superficie mayor. Aseguró las más grandes con hilo y las más pequeñas con cera, y le dio al
conjunto la suave curvatura de las alas de un pájaro.
Cuando al fin terminó el trabajo, Dédalo batió sus alas y se halló subiendo y suspendido en el aire. Equipó entonces a su hijo de la misma manera y le enseñó cómo volar. Cuando ambos estuvieron preparados para volar, Dédalo advirtió a Ícaro que no volase demasiado alto porque el calor del sol derretiría la cera, ni demasiado bajo porque la espuma del mar mojaría las alas y no podría volar. Entonces padre e hijo echaron a volar.
Pasaron Samos, Delos y Lebintos, y entonces el muchacho empezó a ascender como si quisiese llegar al paraíso. El ardiente sol ablandó la cera que mantenía unidas las plumas y éstas se despegaron. Ícaro agitó sus brazos, pero no quedaban suficientes plumas para sostenerlo en el aire y cayó al mar. Su padre lloró y, lamentando amargamente sus artes, llamó a la tierra cercana al lugar dónde Ícaro había caído Icaria, en memoria de su hijo. Dédalo llegó sano y salvo a Sicilia bajo el cuidado del rey Cócalo, donde construyó un templo a Apolo en el que colgó sus alas como ofrenda al dios.
ConclusiónLa conclusión es que el mito del laberinto sugiere que aunque el escape de la prisión de la complejidad es posible, el dominio (o uso) de la complejidad de un modo que no aprisione, no lo es. El reto para la ciencia moderna es probar que el mito esta errado.
FIN