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Modernización del proceso penal I. INTRODUCCIÓN El sistema procedimental penal mexicano, se encuentra inmerso en un franco estancamiento, que no beneficia en nada a la correcta impartición de justicia. Ello se indica toda vez que la estructura del desarrollo probatorio no se encuentra controlada por los principios que la deben informar y, por ende, dicho desarrollo carece de controles que hacen de nuestro sistema ineficaz y poco garantista. Es ineficaz pues la práctica probatoria, sustento del acercamiento de la verdad histórica de los hechos, se obtiene sin los cuidados necesarios para su debida conservación, se desahoga con mediatez, sin contradicción e igualdad de armas (durante la averiguación previa) y, se valora sin utilizar los métodos modernos de la sana crítica. Lo que hace de nuestro sistema un instrumento que no soluciona conflictos, pues en muchas ocasiones se aleja de la verdad buscada. Además de lo anterior, se habla de ineficacia dentro del sistema actual, pues la etapa de averiguación previa, cuando se lleva sin detenido, se convierte en una etapa sumamente desconcentrada, que vuelve a los enjuiciamientos criminales extremadamente largos, lo que fomenta una nueva victimización para la víctima o perjudicado por el delito y un verdadero suplicio para aquel que se encuentra sujeto a la investigación. Con lo anterior se fomenta la incertidumbre jurídica de las personas en el drama penal. Se suma a lo hasta aquí manifestado, el hecho de que la ineficacia se incrementa de forma exponencial, toda vez que al existir una severa confusión entre fuente de prueba y medio de prueba al amparo de nuestro sistema, el Ministerio Público durante la averiguación previa simultáneamente al realizar diligencias de investigación, desahoga pruebas, de las que no necesariamente tienen que volverse a practicar durante el proceso, con lo cual y, por lógica necesidad, todas las diligencias que practique el Ministerio Público las tiene que revestir de un sinfín de formalismos, que burocratizan de forma atroz su actuar. Vg. El Ministerio Público de la ciudad de México tiene que solicitar vía exhorto al Ministerio Público del Estado de México que realice cierta diligencia de investigación, tiempo estimado de dicho trámite burocrático de dos a tres meses. Por otra parte, a contrario de lo que se piensa, nuestro sistema procedimental penal es poco garantista, toda vez, que las pruebas se obtienen sin ningún tipo de control o límite claramente establecido, por ello nuestro sistema no contempla con corrección el tema de la prueba prohibida. Lo anterior se menciona pues no se puede conocer la verdad a toda costa, pues con ello se crearía como sucede una incertidumbre jurídica en la ciudadanía, intranquilidad para el buen ciudadano, situación que es intolerable. Se adhiere a lo anterior, el hecho de que contradictoriamente a lo establecido por la doctrina unánime, se desahogan pruebas durante la averiguación previa y por otra parte no se permite un amplio ejercicio del derecho de defensa de las personas, pues dicha etapa carece de contradicción y de igualdad de armas. Con lo anterior se desvirtúa la práctica en perjuicio del investigado y, por tanto, durante el proceso se llega tarde a la defensa para intentar desvirtuar lo practicado durante la fase de investigación. Además de todo lo expresado en el presente apartado, aun cuando en la ley pudiesen existir algunos conceptos de publicidad, lo cierto es que ni el propio sistema establecido por nuestra anacrónica ley, ni arquitectónicamente se permite dicho ejercicio de la publicidad y, por ende, la sociedad no se puede enterar correctamente como se desarrollan los procesos, además de que no existe un control judicial de los mismos, y todo ello crea incertidumbre en el desenvolvimiento de los mismos, además de que no se puede pensar en la prevención general ni positiva ni negativa. En la doctrina moderna se habla de que hay que buscar un sistema equilibrado, en el que se conjunte un modelo que pueda ser tanto eficaz como garantista. Por desgracia este binomio dialéctico opera inversamente en proporción, pues a mayor eficacia habrá menor garantismo y viceversa. Sin embargo, lo que se pretende con la investigación programada será encontrar un auténtico sistema que sea lo más equilibrado posible, para proponerlo de lege ferenda. Esta investigación se vuelve indispensable pues el sistema procedimetal penal mexicano, no es ni eficaz ni mucho menos garantista, con lo cual nuestro sistema actual se encuentra caóticamente desequilibrado. Por otra parte, se requiere democratizar la justicia, esto es darle en una lógica medida participación a la ciudadanía en la impartición de justicia. Ello fomentaría la confianza del pueblo en un sistema que sea verificablemente funcional y, por ende, una absoluta disminución de la delincuencia. En palabras conclusivas se requiere ensamblar un sistema que sea equilibradamente eficaz y garantista y que su finalidad sea resolver conflictos una vez que el

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Modernización del proceso penal

I. INTRODUCCIÓN

El sistema procedimental penal mexicano, se encuentra inmerso en un franco estancamiento, que no beneficia en nada a la correcta impartición de justicia. Ello se indica toda vez que la estructura del desarrollo probatorio no se encuentra controlada por los principios que la deben informar y, por ende, dicho desarrollo carece de controles que hacen de nuestro sistema ineficaz y poco garantista.

Es ineficaz pues la práctica probatoria, sustento del acercamiento de la verdad histórica de los hechos, se obtiene sin los cuidados necesarios para su debida conservación, se desahoga con mediatez, sin contradicción e igualdad de armas (durante la averiguación previa) y, se valora sin utilizar los métodos modernos de la sana crítica. Lo que hace de nuestro sistema un instrumento que no soluciona conflictos, pues en muchas ocasiones se aleja de la verdad buscada.

Además de lo anterior, se habla de ineficacia dentro del sistema actual, pues la etapa de averiguación previa, cuando se lleva sin detenido, se convierte en una etapa sumamente desconcentrada, que vuelve a los enjuiciamientos criminales extremadamente largos, lo que fomenta una nueva victimización para la víctima o perjudicado por el delito y un verdadero suplicio para aquel que se encuentra sujeto a la investigación. Con lo anterior se fomenta la incertidumbre jurídica de las personas en el drama penal.

Se suma a lo hasta aquí manifestado, el hecho de que la ineficacia se incrementa de forma exponencial, toda vez que al existir una severa confusión entre fuente de prueba y medio de prueba al amparo de nuestro sistema, el Ministerio Público durante la averiguación previa simultáneamente al realizar diligencias de investigación, desahoga pruebas, de las que no necesariamente tienen que volverse a practicar durante el proceso, con lo cual y, por lógica necesidad, todas las diligencias que practique el Ministerio Público las tiene que revestir de un sinfín de formalismos, que burocratizan de forma atroz su actuar. Vg. El Ministerio Público de la ciudad de México tiene que solicitar vía exhorto al Ministerio Público del Estado de México que realice cierta diligencia de investigación, tiempo estimado de dicho trámite burocrático de dos a tres meses.

Por otra parte, a contrario de lo que se piensa, nuestro sistema procedimental penal es poco garantista, toda vez, que las pruebas se obtienen sin ningún tipo de control o límite claramente establecido, por ello nuestro sistema no contempla con corrección el tema de la prueba prohibida. Lo anterior se menciona pues no se puede conocer la verdad a toda costa, pues con ello se crearía como sucede una incertidumbre jurídica en la ciudadanía, intranquilidad para el buen ciudadano, situación que es intolerable.

Se adhiere a lo anterior, el hecho de que contradictoriamente a lo establecido por la doctrina unánime, se desahogan pruebas durante la averiguación previa y por otra parte no se permite un amplio ejercicio del derecho de defensa de las personas, pues dicha etapa carece de contradicción y de igualdad de armas. Con lo anterior se desvirtúa la práctica en perjuicio del investigado y, por tanto, durante el proceso se llega tarde a la defensa para intentar desvirtuar lo practicado durante la fase de investigación.

Además de todo lo expresado en el presente apartado, aun cuando en la ley pudiesen existir algunos conceptos de publicidad, lo cierto es que ni el propio sistema establecido por nuestra anacrónica ley, ni arquitectónicamente se permite dicho ejercicio de la publicidad y, por ende, la sociedad no se puede enterar correctamente como se desarrollan los procesos, además de que no existe un control judicial de los mismos, y todo ello crea incertidumbre en el desenvolvimiento de los mismos, además de que no se puede pensar en la prevención general ni positiva ni negativa.

En la doctrina moderna se habla de que hay que buscar un sistema equilibrado, en el que se conjunte un modelo que pueda ser tanto eficaz como garantista. Por desgracia este binomio dialéctico opera inversamente en proporción, pues a mayor eficacia habrá menor garantismo y viceversa. Sin embargo, lo que se pretende con la investigación programada será encontrar un auténtico sistema que sea lo más equilibrado posible, para proponerlo de lege ferenda. Esta investigación se vuelve indispensable pues el sistema procedimetal penal mexicano, no es ni eficaz ni mucho menos garantista, con lo cual nuestro sistema actual se encuentra caóticamente desequilibrado. Por otra parte, se requiere democratizar la justicia, esto es darle en una lógica medida participación a la ciudadanía en la impartición de justicia. Ello fomentaría la confianza del pueblo en un sistema que sea verificablemente funcional y, por ende, una absoluta disminución de la delincuencia. En palabras conclusivas se requiere ensamblar un sistema que sea equilibradamente eficaz y garantista y que su finalidad sea resolver conflictos una vez que el

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juzgador adquiera el convencimiento psicológico de haber encontrado la verdad y, además, disminuir la delincuencia en consecuencia de la funcionalidad del propio sistema.

II. TEMAS DE INVESTIGACIÓN

Para lograr la finalidad de la presente investigación, se requiere abordar los temas medulares de la ciencia procesal y plasmarlos en un nuevo sistema de enjuiciamiento criminal. Dichos temas serán los siguientes:

II.1. Los principios informadores del proceso y del procedimiento

Los principios informadores del proceso y del procedimiento, son barómetros necesarios para poder medir la eficacia y el garantismo de un sistema procesal. Dichos principios informadores son los de inmediación, contradicción, igualdad de armas, concentración, publicidad, oralidad y un sano ejercicio del derecho de defensa. Sin embargo, en cada etapa del procedimiento penal, dichos principios deben operar de forma diferente y con distinta intensidad. Pues bien, la investigación respecto al presente tema consistirá en definir correctamente cada uno de dichos principios así como sus contrapuestos y situar su operabilidad en cada etapa del sistema, esto es durante la averiguación previa, la fase intermedia y la etapa del juicio oral.

II.2. Estructura del procedimiento

Se tiene que elaborar una nueva estructura procedimental que permita que durante la averiguación previa únicamente se reúnan fuentes de prueba por conducto de las diligencias de investigación, salvo en el caso de las pruebas anticipadas o preconstituidas.

Por otra parte, la fase intermedia debe tener como función primordial, verificar la actuación de la autoridad investigadora durante la averiguación previa, así como verificar si existen elementos que hagan factible y viable entablar un futuro juicio. De igual forma, se verificarán las cuestiones de negociación y de conformidad según sea el caso. En caso de que se cumplan con los requisitos de viabilidad sobre el juicio oral, es la etapa de fijación de la litis entre las dos posiciones. Esto es las diversas posiciones de las acusaciones así como la posición de la defensa, con la finalidad de fijar el objeto del proceso.

II.3. Las diligencias de investigación

Las diligencias de investigación entendidas como instrumentos para poder obtener fuentes de prueba se encuentran bien identificadas en la doctrina, mismas que deberán ser abundantemente analizadas para poderlas colocar sistemáticamente en la legislación propuesta.

Dentro de estas se encuentran la inspección, entrevistas con el investigado y con testigos potenciales, análisis de expertos con conservación de las fuentes de prueba, la infiltración, el agente encubierto, el agente con intención oculta, la entrega vigilada, la entrega controlada, entre otras.

II.4. Los derechos fundamentales que se pueden afectar en la investigación

Aun cuando existen vastas clasificaciones de los derechos fundamentales, se tiene que realizar una nueva clasificación de dichos derechos, que puedan verse afectados durante el procedimiento penal.

En este sentido, hay derechos fundamentales que son inviolables e irrestringibles; hay otros que son restringibles únicamente con el consentimiento de las personas; hay otros, en cambio, que son restringibles o bien con el consentimiento de las personas o bien con autorización del órgano judicial.

La sistematización es indispensable, pues sólo bajo este contexto se pueden optimizar las reglas del juego limpio, pues como es bien sabido, no se puede conocer la verdad a toda costa y, por ende, la autoridad investigadora debe tener límites al realizar sus diligencias de investigación.

Así también, el ejercicio del derecho de defensa debe de operar plenamente durante la fase de juicio oral. Pues de otra manera, el juzgador tendría una versión limitada de la realidad y, en consecuencia no se podría impartir justicia.

II.5. La prueba prohibida, la prueba ilegal y la prueba irregular

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La materia de la obtención y práctica de prueba debe de tener ciertos límites, dichos límites se establecen al existir las consecuencias de un acto ilegal de la autoridad. Las consecuencias directas recaen en materia de admisión de prueba o de valoración de la prueba.

En este contexto hay que analizar los diversos sistemas emblemáticos del mundo, para verificar doctrinalmente cual es la opción más viable para el caso mexicano.

II.6. La prueba anticipada y la prueba preconstituida

En el entendido de que durante la averiguación previa, por regla general, no deben ser desahogas pruebas, hay que señalar que existen excepciones que se dan cuando por imposibilidad práctica dicha prueba no podrá ser practicada durante la fase del juicio, o bien, la fórmula para conservar ciertas pruebas que se consideran por su propia naturaleza como irrepetibles.

En estos casos entra la materia de la prueba anticipada y preconstituida. Así pues hay que realizar un estudio de derecho comparado, con la finalidad de poder determinar la fórmula para poder establecer dichas figuras al amparo de un nuevo modelo mexicano.

II.7. La conciliación

Es necesario resquebrajar el principio de necesidad para darle paso, de forma responsable, al principio de oportunidad y disponibilidad procesal, pues en realidad hay ciertas conductas delictivas que afectan de forma más directa a un particular que a la sociedad misma y, por ello, se tiene que buscar la forma para que, en determinados casos, víctima y victimario puedan conciliar sus diferencias conflictuales, con la finalidad de poder resolver un conflicto durante la fase de averiguación previa.

En este sentido, nuestros juzgados se desaturarían y la víctima podría obtener de forma más rápida la satisfacción de sus necesidades y expectativas. La institución aquí planteada es una fórmula adoptada por ciertos sistemas en los que ha dado un buen resultado.

II.8. La acción pública, la acción popular, la acción particular y la acción privada

En el entendido de que existe la necesidad de reubicar el rol tanto del Ministerio Público como de la víctima como de la sociedad misma, se vuelve interesante las figuras de la acusación popular, la acción particular y la privada, pues con ello se le daría parte a la víctima en los procesos y en determinados juicios se le daría parte a cualquier miembro de la sociedad.

Este tipo de acusaciones se dan en los sistemas donde no existe un monopolio, por parte del Estado, del ejercicio de la acción penal. Sin embargo, es indispensable tomar en consideración dichos sistemas, para una posible propuesta de lege ferenda.

Será menester realizar un estudio de derecho comparado, con la finalidad de observar la forma de operar de estas figuras procesales y, de ser factible, establecerlo en el nuevo proyecto que se pretende proyectar. II.9. La fase intermedia

Todos los sistemas procesales penales, incluyendo el mexicano, tienen una fase intermedia, sin embargo habrá que redimensionar dicha etapa procesal, con el objetivo de darle una aplicabilidad más práctica que vaya acorde con las necesidades reales de nuestro país.

Dicha realidad práctica, se verifica en determinar correctamente en que casos excepcionales se puede operar con el principio de oportunidad procesal, con la finalidad de darle cabida a la figura de la negociación y de la conformidad. Así también la fijación de la litis es indispensable, máxime cuando ésta forma parte del objeto del proceso, el cual es, permítase la expresión, el ADN de los procesos, esto es la identidad de cada uno de ellos, y su objetivo es fijar los puntos sobre los que versará un juicio, por ello hay que sistematizar correctamente dicha figura. Además de lo anterior, siendo la intención el establecer diversos tipos de acusaciones, la fase intermedia adquiere una vital importancia, derivado de que se debe precisar en ésta los puntos controvertidos de ambas posiciones.

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II.10. La negociación

La negociación es el resplandecimiento del principio de oportunidad sobre el principio de necesidad. Esta negociación, aun cuando se halla en la propuesta presidencial, no se encuentra correctamente diferenciada ni sistematizada con respecto a las otras figuras propias del principio dispositivo.

La negociación se vuelve trascendental en el proceso penal, pues hay algunos supuestos en que se vuelve indispensable dicha negociación para terminar con juicios inoportunos que convierten al sistema en una carga insuperable de trabajo.

Sin embargo, el estudio de dicha figura es muy importante, pues también tiene cuestiones negativas que hay que intentar solventar, como lo es que la negociación rompe con la igualdad ante la ley, pues la discreción hará que no todos los que cometan hechos delictivos sean juzgados y condenados, situación que a todas luces es controversial. II.11. La conformidad

La conformidad aun cuando existe en nuestro sistema, debe ser sistematizada de una mejor manera en una futura propuesta de lege ferenda, pues el inconveniente de ésta es el peligro que existe con la violación a la garantía de no autoincriminación, consagrada en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Sin embargo, cuando un sujeto pasivo confiesa de buenas a primeras su participación en el evento delictivo y el resto de las fuentes de prueba apuntan en tal dirección es pertinente que se lleve a cabo un juicio sumario para terminar con el suplicio del propio procesado y, de igual forma, se satisfaga la reparación del daño de la víctima. Además otra ventaja que posee es que quita carga de trabajo a los juzgados.

II.12. La práctica de la prueba

La práctica o desahogo de la prueba es la columna vertebral de todo proceso. Dicha práctica como ha sido señalado debe ser tratada por regla general en la fase del juicio oral, salvo en el caso de las pruebas anticipadas o preconstituidas que se hubiesen desahogado durante la fase de averiguación previa.

Dicha práctica probatoria debe de estar investida de principios que hagan del evento probatorio, una justa equilibrada que permita al juzgador acercarse al conocimiento de la verdad.

En este sentido la prueba se deberá de investir de los principios de inmediación, contradicción, igualdad de oportunidades, concentración, oralidad y publicidad. Es en efecto esa oralidad tan mentada donde cobra esa vitalidad relevante, misma que tiene que ir engarzada por el resto de los principios aquí señalados.

II.13. Las audiencias probatorias

En el sistema actual las audiencias probatorias son opacadas por una burocratización que impide desplegar la autenticidad de las mismas pruebas, pues carece de los principios informadores que deben establecerse en toda práctica probatoria. Por ello es indispensable que dichas prácticas probatorias sean modificadas en beneficio de los intereses de todos los que intervienen. Además de lo anterior hay que analizar dogmáticamente las alternativas para que dicha práctica probatoria se realice de la forma más concentrada posible, con la finalidad de que el juzgador pueda tener los conocimientos y recuerdos frescos del juicio.

II.14. La prueba directa e indirecta (indiciaria)

Cuando escuchamos, por medio de la prensa, que los servidores o funcionarios hablan del término “indicios”, se refieren a indicadores, pero dicho término dogmáticamente evoca cuestiones muy diferentes. El tema de la prueba directa e indirecta es verdaderamente trascendental, sobre todo para la fase de valoración probatoria, por ello, hay que realizar un análisis exhaustivo sobre el tema para poder establecer las pautas principales de práctica y valoración respecto a la distinción aquí planteada.

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En este sentido es indispensable homologar los términos tanto en la dogmática como en la legislación, con la finalidad de crear un absoluto entendimiento sobre la materia.

II.14.1. La prueba documental

La prueba documental, hoy en día, adquiere una vital importancia para la materia penal, pues los medios tecnológicos de reproducción deben ser incluidos en dicha probanza. Con lo anterior existen serios problemas a resolver, como los de la obtención de las fuentes de prueba, la práctica probatoria y la valoración de la misma. Problemática que se engloba en el sentido de la autoría y contenido de los documentos; los límites para poder grabar conversaciones o imágenes tanto desde el punto de vista de la autoridad investigadora como de los propios particulares que realizan investigaciones propias para después proporcionárselas a la autoridad investigadora. En el presente, entran en juego los derechos fundamentales de los investigados, como por ejemplo: el derecho a la propia imagen, la privacidad de las personas, la intimidad de las personas, la propiedad, etc. Es un tema novedoso para nuestro país que debe ser tratado con la debida ciencia, pues la carencia de conocimientos dogmáticos respecto a esta materia puede crear una incertidumbre que desemboque en un caos procesal. Por ello la investigación se realizará con la finalidad de darle respuesta a la problemática planteada desde un estudio de derecho comparado, con el objeto de hacer doctrina respecto a nuestras propias necesidades. II.14.2. La prueba testimonial

La prueba testimonial es una de las pruebas principales del proceso penal, sin embargo a dicha probanza no se le ha brindado en nuestro país la atención dogmática que se requiere. La prueba testimonial se debe estudiar desde el punto de vista de la obtención, práctica y valoración probatoria; a su vez se debe analizar los diversos tipos de testigos que pueden confluir en el proceso penal, para darle a cada uno un tratamiento especializado; a su vez, se deben sistematizar los derechos y obligaciones que deben concurrir en un testigo, así como sus respectivas excepciones. De igual forma se debe analizar la figura de la víctima testigo, se debe establecer una clasificación victimal para tratar las diversas necesidades y expectativas de cada uno de ellos, además de la protección especializada que se les debe brindar. En el caso del arrepentido se debe establecer dogmáticamente la distinción entre inmunidad total e inmunidad parcial, el estudio conjunto del derecho a la no autoincriminación, así como los diversos tipos de sanciones premiales y protecciones especializadas para esta clase de testigos.

De igual forma se debe realizar un análisis serio de los diversos testigos que conforman los medios predispuestos para la obtención de fuentes de prueba, tales como el agente encubierto, el agente con intención oculta, la entrega vigilada, la entrega controlada, la infiltración, así como la figura del confidente, etc.

De igual manera se deben estudiar los diversos medios de control para la veracidad de los testigos. El presente es un tema arduo que en la investigación propuesta será tratado con la debida profundidad científica.

II.14.3. La pericia y la consulta técnica

La prueba pericial esta considerada otra prueba trascendental para el proceso penal, máxime por los avances novedosos de las diversas ciencias, técnicas o artes. La prueba pericial debe revitalizarse tanto en los métodos de obtención de las fuentes de prueba, así como de los límites que debe tener la autoridad para poderlas recabar. De igual forma, la práctica de la prueba pericial es trascendental que se desarrolle en las audiencias, donde se van a verificar los principios que serán debidamente analizados, con la finalidad de otorgarle a dicha probanza una dinámica novedosa, en la que exista mayor contradicción y, por tanto, participación de los contendientes. Junto a esta probanza, se encuentra la de consulta técnica, que esencialmente es una figura estudiada en Italia y que tiene por objeto fomentar un auxilio objetivo de los expertos contratados por las partes, con la finalidad de que en las audiencias probatorias se puedan realizar las preguntas o interrogatorios adecuados para un mayor acercamiento de la verdad de los hechos controvertidos.

II.14.4. El careo

El estudio dogmático del careo es indispensable, pues existen, hoy en día, medios que pueden servir para fortalecer la percepción del juzgador en dichos careos. Como es el establecimiento de novedosos métodos tecnológicos para su debido desahogo, fomentando con ello, no solamente la inmediación del juzgador, sino ayudando al principio de concentración procesal.

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En la presente investigación se pondrá verdadera atención en la materia probatoria para hacer una propuesta sólida de un nuevo sistema que pueda aplicar de forma única en nuestro país.

II.14.5. La inspección judicial

La percepción que pueda realizar el juez, es indispensable para el oportuno acercamiento de éste con el acervo probatorio. Aun cuando dicha probanza se debe unir dogmáticamente con la materia de la prueba pericial, tal y como se desarrollará en la investigación pretendida.

El propio sistema que se pretende proyectar va a darle mayor oportunidad al juzgador para que potencialice la materia de inspección, que en ocasiones se vuelve trascendental para el desenvolvimiento del proceso. II.14.6. La reconstrucción de hechos

La reconstrucción de los hechos es una prueba complementaria de la prueba testimonial, así como de la prueba pericial. El estudio concienzudo de dicha probanza es indispensable para poderlo adminicular con medios tecnológicos novedosos que permitirán al juzgador tener un mayor panorama de la realidad, al momento de valorar las pruebas.

Para lo anterior se requiere una construcción dogmática y sistematizada que permita tener un sistema perfectamente funcional, a los ojos de una realidad que clama por una mejor impartición de justicia.

II.15. Las enmiendas procesales

Con la finalidad de darle mayor vitalidad y movibilidad a las audiencias probatorias, se encuentra el tema de las enmiendas procesales que tan buenos resultados ha dado en otros sistemas, por ello es indispensable un estudio serio del protesto, de las objeciones y de las observaciones, figuras que tienen funciones específicas y que nuestro sistema, en gran medida, adolece de ellas.

II.16. La valoración de la prueba

En el mundo existen diversos sistemas de valoración probatoria que impiden que el proceso se convierta en un juego de azar para quien lo sufre. Dichos métodos han evolucionado a lo largo del tiempo y su conocimiento es trascendental para el establecimiento de una certeza jurídica a la hora de juzgar.

En efecto estamos hablando del sistema legal, del sistema de la libre valoración judicial y del sistema de la sana crítica. De aquí se analizará los elementos más novedosos de este último sistema, como lo es el tema de la lógica, el de la experiencia, así como los elementos tanto intrínsecos como extrínsecos con los que cuenta el juzgador. II.17. Los incidentes

La materia de incidentes es un tema trascendental para el correcto desenvolvimiento de cualquier sistema procesal penal. Sin embargo, desde el punto de vista de quien suscribe, en México no se le ha dado la debida seriedad a su tratamiento, ni mucho menos se ha establecido una correcta sistematización en el aparato legal actual. En este sentido, ya que los incidentes tienen la finalidad de solucionar cuestiones que sobrevienen en un juicio, habrá que darles un tratamiento adecuado para que su funcionalidad sea lo más certera y ágil posible. II.18. Los recursos

Los recursos como medios de impugnación, deben desarrollarse y sistematizarse de acuerdo a la finalidad que cada uno de ellos busque, por lo anterior es menester de la presente investigación, realizar un análisis concienzudo de tales medios de impugnación, con la finalidad de reubicarlos en su exacta latitud, para el correcto funcionamiento de los mismos. En este sentido es indispensable elaborar un estudio de los diversos medios de impugnación, tanto ordinarios, como extraordinarios y excepcionales.

II.19. Los juicios especiales

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En todo sistema procesal penal se establecen tanto los juicios ordinarios como los especiales, mismos que se elaboran por una multitud de factores, mismos que pueden ir desde la importancia de la materia, hasta la finalidad que se persigue. Por ello es indispensable reorganizar tanto dogmática como legislativamente los juicios que se consideren especiales y proceder a un estudio profundo sobre la materia en cuestión.

II.19.1. El juicio sumario

Es indispensable realizar un estudio amplio sobre los diversos tipos de juicios sumarios, con la finalidad de poderlos homologar en uno solo, pero que éste cumpla con la finalidad propuesta. Para ello es importante reestructurar el procedimiento desde sus bases y establecer un sistema extremadamente eficaz, sin descuidar las bases garantistas mínimas que todo enjuiciamiento del orden criminal debe contener.

En este sentido es tarea de investigación elaborar una estructura dogmática sólida para poder elaborar un nuevo modelo de juicio sumario, que pueda crear el equilibrio del binomio dialéctico eficacia-garantismo.

II.19.2. El Escabinado y el jurado

La figura del jurado, misma que operó en algún tiempo en nuestro país, es una fórmula para poder darle participación a la ciudadanía en la impartición de justicia. Sin embargo, la dogmática actual a ideado nuevas fórmulas de perfección de dicho jurado, con la finalidad de palear algunas deficiencias que se pudiesen tener por la ignorancia del pueblo en la dogmática penal.

De ahí surge la figura del escabinado, la cual se ha establecido en Alemania. El estudio de estas figuras es trascendental, toda vez que los sistemas que se precien en ser modernos deben darle participación a su ciudadanía para que en determinados delitos, pueda juzgar a sus iguales.

En este sentido la investigación propuesta analizará a fondo dichos juicios para poder proponer, de ser factible, el establecimiento de éstos dentro del sistema procesal penal mexicano.

II.19.3. Procedimiento de delincuencia organizada

La delincuencia organizada requiere un tratamiento procesal específico por su propia entidad, pues este mismo fenómeno delictivo, ha hecho que la estructura procesal se vea seriamente alterada. Modificaciones que van desde la materia de competencia, de los sujetos que emiten las pruebas, de las formulas para practicar dichas probanzas, de la manera para obtener las pruebas, de la manera para valorar la prueba, de la materia de protección, del establecimiento de métodos tecnológicos novedosos, etc.

Por lo anterior es indispensable realizar un sistema de procedimiento especial para los casos contra la delincuencia organizada, pues con los sistemas ordinarios se vuelve impensable un combate adecuado contra este tipo de fenomenología delictiva.

III. MÉTODO TEMPORAL DEL TRABAJO DE INVESTIGACIÓN

Cada uno de los puntos anteriores tendrá una duración aproximada de un mes de análisis, cuya conclusión será el abordar un estudio sistematizados y desarrollado de cada uno de dichos temas, con la finalidad de poder elaborar un manual de derecho procesal penal que tenga doctrina y un proyecto de sistema ideal de procedimiento penal.