modulo 1 problematica regional

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Universidad Nacional del Oeste Cátedra Problemática Regional Módulo I Docentes Prof. Magalí Barrios Lic. Carolina Vespasiano Dra. Alejandra Moreno Dr. Cesar Osorio Lic. Sebastián Codini Lic. Rosa Zalazar Año 2015

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  • Universidad Nacional del Oeste

    Ctedra Problemtica Regional

    Mdulo I

    Docentes

    Prof. Magal Barrios

    Lic. Carolina Vespasiano

    Dra. Alejandra Moreno

    Dr. Cesar Osorio

    Lic. Sebastin Codini

    Lic. Rosa Zalazar

    Ao 2015

  • Universidad Nacional Del Oeste

    Programa del Espacio Curricular: Problemticas Regionales

    Fundamentacin: El presente espacio curricular propone estudiar el proceso histrico de conformacin del Area Metropolitana de Buenos Aires en adelante AMBA-, puntualizando su estudio en torno a las problematicas actuales que se plantean en el mbito del Gran Buenos Aires. La comprensin de dichas problematicas, dada su complejidad, requieren aproximaciones que integren la mayor cantidad de variables pertinentes a la hora de desentraar su desarrollo sociohistorico, ambiental, organizativo y urbano, entre otros. Como resultado de la dinmica socio-historica, nos encontramos con un objeto de conocimiento complejo y atravesado por mltiples problemticas. Sin embargo, dentro de este mismo contexto complejo, se inscribe el surgimiento del desarrollo local, como concepcin metodolgica de intervencin que apuesta a transformar la realidad y a incorporar al conjunto de la poblacin en un proyecto inclusivo. De lo que se desprende de los prrafos precedentes, se apunta a ligar a los estudiantes ntimamente con el desarrollo histrico del AMBA, y encauzar posteriormente el estudio sobre las problemticas regionales actuales. Para transformar una realidad hay que conocerla profundamente, nadie transforma lo que no conoce, a tal objetivo apunta este espacio curricular, vislumbrando como prioritaria la importancia del fomento del desarrollo local y productivo de la regin atendiendo al propio mbito de incumbencia profesional.

    MODULO 1 Objetivo del mdulo: - Analizar los procesos de formacin y transformacin del AMBA en una perspectiva histrica y terico-conceptual. - Identificar los diversos perodos de transformacin del GBA.

  • - Establecer relaciones pertinentes entre los cambios poltico-econmicos y su impacto en la trama urbana.

    METODOLOGA DE TRABAJO:

    El trabajo de aula incluir exposiciones a cargo del docente, discusiones derivadas de los distintos textos seleccionados y de las fuentes audiovisuales. La exposicin por parte del docente se complementar con presentaciones Power Point. Eventualmente se acordarn algunas breves exposiciones por parte de los estudiantes. En el transcurso de la cursada se solicitar un trabajo prctico obligatorio y se brindarn guas de estudio para abordar mejor los textos.

    Distribucin de los temas clase a clase con bibliografa:

    MDULO 1: Historia y desarrollo del GBA en el contexto nacional.

    Clase 1: Conceptualizacin: AMBA. GBA. ARBA, Conurbano Bonaerense. (Presentacin Power Point. Apunte del INDEC Qu es el Gran Buenos Aires? 2003. Caractersticas del espacio geogrfico. Diagnstico de Bs As. Una mirada en perspectiva: Buenos Aires, un recorrido por su historia.

    Desde la primera fundacin a los tiempos actuales.

    Bibliografa obligatoria: Apunte del INDEC Qu es el Gran Buenos Aires? 2003.

    -Bertoncello Rodolfo, Buenos Aires Qu es la Reina del Plata? Poblacin de Buenos Aires, vol n de Buenos Aires, vol N 1, N. o, Julio, 2004, pp N 1, N. o, Julio, 2004, pp 16-22.

  • - Di Virgilio Mara Mercedes, Vio Marcela, La geografa del proceso de formacin de la regin metropolitana de Buenos Aires, 2009. - Daniel Arrollo, Las Cuatro Argentinas, cap. N 1, pag. 7-35. Editora Patria grande.

    Clase 2

    Buenos Aires colonial. Desde la fundacin a la ciudad virreinal. El trazado en damero .

    Las caractersticas socioeconmicas de la regin y el inicio de algunas de sus problemticas.

    Argentina criolla, primeros aos de la vida independiente. 1820 Organizacin de la Provincia de Buenos Aires. Ampliacin de fronteras provinciales. La ganadera y el puerto de Buenos Aires. El saladero.

    Bibliografa -Linares Santiago y Guillermo Velsquez, La formacin histrica del sistema urbano. En: Otero Hernn (dir) Poblacin, Ambiente y Territorio. Coleccin Historia de la Provincia de Buenos Aires. Tomo N 1, 1 ed. Buenos Aires, Edhasa, 2012. Anahi Ballent y Adrin Gorelik, Pas urbano o pas rural: la modernizacin territorial y su crisis. En: Alejandro Cataruzza (comp.) Coleccin Nueva Historia Argentina. Tomo 7. Cap IV. Torres, Horacio, El mapa social de Buenos Aires (1940-1990) . Difusin-UBA/FADU, Buenos Aires.2006 Timerman Jordana y Dormal Magdalena Buenos Aires, ciudad de dicotomas: un recorrido por su historia. En: Antonio Cicioni (comp.) La Gran Buenos Aires : rompecabezas metropolitano. 1a ed. Buenos Aires 2010. -Aldo Ferrer, La Economa Argentina, FCE. 1996.

  • Torre, Juan Carlos y Elisa Pastoriza, 2002, LA DEMOCRATIZACIN DEL BIENESTAR en Torre, J.C. (Director), Los aos peronistas (1943-1955), (Tomo VII de Nueva Historia Argentina), Sudamericana, Buenos Aires

    Clase 3 Periodo de formacin del Estado Argentino. La ocupacin territorial. El Modelo agroexportador su impacto en la regin. La urbanizacin de la ciudad de Buenos Aires. La poltica inmigratoria y sus consecuencias. Las problemticas socioeconmicas y ambientales de la poca.

    Bibliografa: Brailovsky Antonio Elio, Foguelman Dina. Memoria Verde. Historia Ecolgica de la Argentina. Ed. Sudamericana. Primera Edicin 1991. Dcima Edicin 1998 Brailovsky Antonio Elio. Historia ecolgica de la Ciudad de Buenos Aires. 1 Ed. Buenos Aires: Kaicron 2012 David Rock 1516-1987 desde la colonizacin espaola hasta Alfonsn (seleccin) James Scobie, Buenos Aires: Del centro a los barrios 1870-1910. 1 Ed. Buenos Aires: Solar 1997 Timerman Jordana y Dormal Magdalena Buenos Aires, ciudad de dicotomas: un recorrido por su historia. En: Antonio Cicioni (comp.) La Gran Buenos Aires : rompecabezas metropolitano. 1a ed. Buenos Aires 2010. -Aldo Ferrer, La Economa Argentina, FCE. 1996.

    Clases 4 y 5 La crisis del 30 y el inicio del proceso de industrializacin por

    sustitucin de importaciones (ISI. Desde 1930 a 1976). Las migraciones internas, industrializacin y urbanizacin.

    Modernizacin de la Ciudad de Buenos Aires y la obra pblica Suburbanizacin del primer cordn del Conurbano La irrupcin del peronismo. Planes quinquenales

  • Vivienda y peronismo. Planes de vivienda, planes urbanos. Vivienda en altura y Ley de propiedad horizontal. Nacionalizacin y subsidios al transporte. Ej: Ezeiza.

    Cuestiones socio-econmicas y la suburbanizacin regional de los aos que transcurrieron despus de 1955.

    El ambiente durante la fase de industrializacin (1930-1976)

    Bibliografa Anah Ballent y Adrin Gorelik, Pas urbano o pas rural: la modernizacin territorial y su crisis. En: Alejandro Cataruzza (comp) Coleccin nueva historia Argentina. Tomo 7, Cap IV. Brailovsky Antonio Elio, Foguelman Dina, Memoria verde. Historia ecolgica de la Argentina. Ed. Sudamericana. Dcima edicin 1998 Mndez Patricia (coord), Jorge Sabat, Arquitectura para la justicia social. 1 Ed Buenos Aires, CEDODAL Centro de documentacin de arte y arquitectura latinoamericana. 2009 Torres, Horacio. El mapa social de Buenos Aires (1940-1990). Difusin UBA/FADU, Buenos Aires, 2006 Anah Ballent. Las huellas de la poltica: vivienda, ciudad, peronismo en Buenos Aires, 1943-1955. Bernal, Universidad Nacional de Quilmes, 2005 Brailovsky Antonio Elio, Historia ecolgica de la Ciudad de Buenos Aires, 1 Ed. Buenos Aires, Kaicron, 2012 Rapoport, M, 2005, Historia econmica,poltica y social de la Argentina (1880-2003), Emec, Buenos Aires. Torrado Susana (1994): Estructura social de la Argentina: 1945-1983, Ediciones de La Flor, 2 Ed. Buenos Aires Torre Juan Carlos y Pastoriza Elisa, 2002, La democratizacin del bienestar en Torre, J.C. (director) Los aos peronistas (1943-1955), Tomo VII de la Nueva Historia Argentina, Sudamericana, Buenos Aires.

    Clases 6 y 7 Crisis del estado de bienestar y de la economa mixta. Liberalismo y

    globalizacin. El modelo del ajuste (1976-2002)

  • Las transformaciones sociales y territoriales Institucionalizacin de las problemticas metropolitanas. Aparicin

    del concepto de AMBA Neoliberalismo y reformas del estado El proceso de desindustrializacin, su impacto en el Gran Buenos

    Aires. Negocios inmobiliarios, fiebre de construir en altura. Urbanizacin sobre terrenos inundables. Autopistas urbanas. La ciudad de los contrastes. Metropolizacin. Polarizacin y fragmentacin socio-territorial: country, asentamientos y villas miseria. La estigmatizacin territorial y privatizacin del espacio.

    Colapso de los sistemas urbanos. Los rellenos sanitarios. Las obras pblicas

    Bibliografa Anderson Perry, Neoliberalismo: un balance provisorio. En: Emir Sader y Pablo Gentili (comps.) La trama del neoliberalismo. Mercado, crisis y exclusin social. Buenos Aires. CLACSO, 2003, 2 Ed. Brailovsky Antonio Elio, Historia ecolgica de la ciudad de Buenos Aires, 1 Ed. Buenos Aires, Kaicron, 2012 Duarte Marisa, El consenso de Washington y su correlato en la reforma del estado en la Argentina. Los efectos de la privatizacin. En: Ms all del pensamiento nico. Hacia una renovacin de las ideas econmicas en Amrica Latina y el Caribe. Buenos Aires. CLACSO, septiembre de 2003 Cravino Mara Cristina, Del Ro Juan Pablo, Duarte Juan Ignacio. Magnitud y crecimiento de las villas y asentamientos en el rea Metropolitana de Buenos Aires en los ltimos 25 aos. Garca Delgado Daniel (comp.) Rol del estado y desarrollo productivo-inclusivo. 1 Ed. Buenos Aires, Ed CICCUS 2010 Prvot Schapira Marie. Fragmentacin espacial y social. Conceptos y realidades. Perfiles latinoamericanos, diciembre, nmero 019. Facultad latinoamericana de Ciencias Sociales, Distrito Federal, Mxico pp. 33-56. 2001 Torrado Susana. El costo social del ajuste. Tomo I. Edhasa Buenos Aires. 2010

  • Torres, Horacio. El mapa social de Buenos Aires (1940-1990). Difusin UBA/FADU, Buenos Aires, 2006 Buzai Gustavo, Marcos Mariana. El mapa social de la aglomeracin Gran Buenos Aires como evidencia emprica de los modelos urbanos. Castellani, Ana Gabriela. Implementacin del modelo neoliberal y restricciones al desarrollo en la Argentina contempornea. En: Ms all del pensamiento nico. Hacia una renovacin de las ideas econmicas en Amrica latina y el Caribe. Buenos Aires, CLACSO, septiembre 2003 Rapoport, M, 2005, Historia econmica, poltica y social de la Argentina (1880-2003), Emec, Buenos Aires. Torrado, Susana. Ajuste y cohesin social. Argentina: el modelo para no seguir. En libro: Revista Tareas, N 117, mayo-agosto. CELA, Centro de estudios latinoamericanos, Justo Arosemena, Panam, Rep. De Panam. 2004, pp 15-24. Disponible en http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/tar117/torrado.rtf Torres, H, 2001. Cambios socio territoriales en Buenos Aires durante la dcada de 1990. EURE. Revista latinoamericana de Estudios Urbanos y Regionales, XXVII.

  • REPBLICA ARGENTINA

    MINISTERIO DE ECONOMA Y PRODUCCIN

    SECRETARA DE POLTICA ECONMICA

    INSTITUTO NACIONAL DE ESTADSTICA Y CENSOS

    Qu es el

    Gran Buenos Aires?

  • Buenos Aires, agosto 2003

    PERMITIDA LA REPRODUCCIN PARCIAL CON MENCIN DE LA FUENTE

    PUBLICACIONES DEL INDEC

    Las publicaciones editadas por el Instituto Nacional de Estadstica y Censos se encuentran a la venta

    en INDEC, Centro Estadstico de Servicios, Julio A. Roca 615 P.B., C.P. (1067), Buenos Aires,

    Argentina.

    Por cualquier consulta puede dirigirse personalmente al Centro Estadstico de Servicios, o bien

    comunicarse a los Tel.: 4349-9650/52/54/62, al Fax: 4349-9621, o a travs de correo electrnico

    E-Mail: [email protected], o en la pgina de INTERNET, http://www.indec.mecon.gov.ar

    Horario de atencin de 9:30 a 16:00.

    Director responsable de la edicin Bib. Rosa Gemini

  • La expresin Gran Buenos Aires tiene mltiples interpretaciones en su uso corriente: los partidosde la provincia de Buenos Aires cercanos a la Ciudad de Buenos Aires (yo vivo en el Gran BuenosAires..., yo trabajo en la Capital etc.); o bien el aglomerado que incluye a la Ciudad de Buenos Airesy a todo el conjunto urbano unido a ella. A veces se habla del Conurbano o del Conurbano bonaerense;y a veces del rea metropolitana, AMBA... y siempre queda poco claro si la Ciudad de Buenos est ono incluida en el conjunto.

    Para facilitar la interpretacin de la informacin suministrada por el INDEC, indicamos aqu la termi-nologa que utilizar el Instituto a partir del 1 de agosto de 2003 referente a las jurisdicciones de laprovincia de Buenos Aires (partidos) cercanas a la Ciudad de Buenos Aires. Con esto tratamos de reme-diar el hecho de que distintos programas de trabajo han utilizado en distintos momentos del tiempodenominaciones no siempre uniformes.

    Ciudad de Buenos Aires

    Tradicionalmente hemos denominado a la ciudad de Buenos Aires Capital Federal. En realidad, elnombre de la ciudad ha sido siempre el mismo; el hecho de que sea la Capital Federal de la Repblica esun atributo, que no ha perdido ni se ha modificado. Sin embargo, la Constitucin de la Ciudad de 1996estableci que la ciudad sea denominada como Ciudad de Buenos Aires o Ciudad Autnoma de Bue-nos Aires. Desde entonces el INDEC est utilizando la denominacin Ciudad de Buenos Aires, y asseguir hacindolo. Vase el mapa 1.

    Partidos del Gran Buenos Aires

    Desde hace mucho tiempo se viene hablando de los 19 partidos del GBA, o del conurbano comoun rea unida a la Ciudad de Buenos Aires y que conforma un gran conjunto urbano. Los 19 partidos setransformaron en 24 mediante varias subdivisiones y cambios que hizo la provincia de Buenos Aires entrelos aos 1993 y 1994(1) . En el cuadro 2 puede consultarse la lista completa de los 19 partidos y de los 24;y tambin una breve referencia a la forma en que nacieron los nuevos partidos y a cmo se redujeron omodificaron los partidos preexistentes.

    En la misma poca se cre el partido de Presidente Pern, que no integra actualmente los 24, peroque se form con partes de algunos partidos del grupo de los 19 (y tambin de San Vicente, que nointegra el GBA). Vanse los mapas 2 y 3.

    El INDEC ha usado hasta ahora diversas denominaciones para este conjunto de partidos, pero apartir del 1 de agosto de 2003 se referir a ellos como Partidos del Gran Buenos Aires. No emplear,con este sentido al menos, la palabra conurbano.

    Uso de la palabra conurbano

    Sin embargo, merece la pena hacer alguna referencia al uso que en algunos programas de trabajodel INDEC se ha venido haciendo de la palabra conurbano y del uso que la prensa y algunos analistas deinformacin hacen de la expresin primer cordn, segundo cordn, etc. Cuando la Encuesta Perma-nente de Hogares (EPH) presenta informacin referida a los conurbanos (el conurbano 1, 2, 3 y 4), lo quehace es subdividir el mbito de los Partidos del Gran Buenos Aires segn un criterio de homogeneidad deciertas variables de tipo social y econmico. Esto da como resultado grupos de partidos que no necesa-riamente son contiguos, como puede verse en el mapa 4.

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    (1) De los 24 partidos del GBA, segn el Censo de Poblacin de 2001, cuatro de ellos tienen hasta 200.000 habitantes;trece tienen entre 200.000 y 400.000 habitantes; y siete tienen ms de 400.000 habitantes.

    Qu es el Gran Buenos Aires?

  • La nocin de cordn, en cambio, tiene una connotacin estrictamente de continuidad geogrfica; elprimer cordn se representa en general como un anillo de partidos que rodean a la Ciudad de BuenosAires; y el segundo cordn como un anillo sucesivo que abarca partidos ms alejados de la Ciudad deBuenos Aires. Tambin se habla a veces de un tercer cordn. En realidad, cuando se habla de lascaractersticas del primer o segundo cordn, tambin se da por supuesta una cierta homogeneidad de lapoblacin en ellos incluida.

    Pero el criterio de determinacin de los cordones es diferente del criterio que utiliza la EPH para los4 conurbanos. Este criterio se explicita en la pgina 6.

    Gran Buenos Aires (GBA) = Ciudad de Buenos Aires + Partidosdel Gran Buenos Aires

    El INDEC denominar as al rea comprendida por la Ciudad de Buenos Aires ms los Partidos delGran Buenos Aires (en el sentido administrativo, es decir, 24 partidos completos). Esta es la denomina-cin que vienen utilizando la mayora de los programas de trabajo del INDEC, tanto en el rea econmicacomo social, salvo muy contadas excepciones. A partir de agosto de 2003 se dejar de utilizar la expre-sin rea metropolitana en algunos cuadros del Censo de Poblacin y en la Encuesta de Gasto de losHogares (2) .

    Con esta decisin volvemos a la forma clsica de hacer referencia al gran conjunto urbano constitui-do por la Ciudad de Buenos Aires y los 24 partidos. De manera que la expresin Gran Buenos Airesincluye a la Ciudad de Buenos Aires. Cuando nos referimos a los partidos, decimos Partidos del GranBuenos Aires.

    Aglomerado Gran Buenos Aires (AGBA)

    El INDEC denominar Aglomerado Gran Buenos Aires al rea geogrfica delimitada por la envol-vente de poblacin; lo que tambin suele denominarse mancha urbana, como puede verse en el mapa3. Se entiende por envolvente de poblacin una lnea que marca el lmite hasta donde se extiende lacontinuidad de viviendas urbanas. Esta lnea se mueve con el tiempo y, por cierto, no respeta lasdelimitaciones administrativas de los partidos.

    Por eso, cuando nos referimos al rea delimitada por la envolvente de poblacin, nos encontramoscon que los partidos no siempre estn incluidos por entero. Como puede observarse en el mapa 3, elcontinuo de viviendas se va extendiendo principalmente a lo largo de las rutas.

    El Aglomerado Gran Buenos Aires es el mayor conjunto urbano del pas. Abarca la Ciudad deBuenos Aires y se extiende sobre el territorio de la Provincia de Buenos Aires, integrando la superficietotal de 14 partidos, ms la superficie parcial de otros 16 (esto sin contar una muy pequea participa-cin de los partidos de Cauelas y La Plata). Vase el mapa 3 y el cuadro 1.

    La diferencia entre el Gran Buenos Aires y el Aglomerado Gran Buenos Aires es que el primeroalude a un conjunto de partidos (ms la Ciudad de Buenos Aires) tomados en su totalidad, mientras elsegundo alude a un rea que se va moviendo con el tiempo y que incluye a algunos partidos de maneraparcial.

    El concepto de aglomerado y de localidad censal

    El concepto de aglomerado tal como se lo ha definido en este caso coincide exactamente con elconcepto de localidad censal. Una localidad censal, en el sentido tcnico que se utiliza en los censosde poblacin, se define como una porcin de superficie terrestre caracterizada por la forma, cantidad,tamao y proximidad entre s de ciertos objetos fsicos artificiales fijos (edificios) y por ciertas modificacio-

    (2 ) En realidad, la definicin que ha utilizado el INDEC hasta julio de 2003 en esos programas se corresponde exactamente con

    la definicin que estamos dando ahora de Gran Buenos Aires. Vase el mapa 2.

    44444

  • (3) Informacin ms detallada al respecto puede consultarse en INDEC (1998), Censo Nacional de Poblacin y Vivienda 1991,serie D, N 4, El concepto de localidad: definicin, estudios de caso y fundamentos terico-metodolgicos.

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    nes artificiales del suelo (calles), necesarias para conectar aquellos entre s . Brevemente, puede decirseque una localidad censal es una concentracin espacial de edificios conectados entre s por una red decalles (3) . El Aglomerado Gran Buenos Aires es un ejemplo de localidad censal.

    Los lmites de las localidades, en el sentido que se da a la palabra en el habla corriente (lugar opueblo, 2da. acepcin del Diccionario de la Real Academia Espaola), estn habitualmente determina-dos por las legislaturas de los partidos, sobre la base de la tradicin histrica y el conocimiento de losvecinos. Por ejemplo, Adrogu o Santos Lugares son localidades en este ltimo sentido.

    Partidos del Aglomerado Gran Buenos Aires

    Algunos indicadores elaborados por el INDEC, en particular los de la Encuesta Permanente deHogares, se presentan para el Aglomerado Gran Buenos Aires y tambin para la Ciudad de Buenos Airespor un lado, y el conjunto de 30 partidos que integran el aglomerado, por otro. En este caso nos referire-mos a este conjunto de partidos (cuya lista puede verse en el cuadro 1) como Partidos del AglomeradoGran Buenos Aires.

    Regin Gran Buenos Aires (Regin GBA)

    Cuando el INDEC public los datos provisorios del Censo de Poblacin, Hogares y Viviendas 2001utiliz en algunos cuadros una subdivisin del pas en seis regiones. Cada regin aparece con las provin-cias que la conforman. La Regin metropolitana aparece conformada por la Ciudad de Buenos Aires ylos 24 partidos del GBA. Tambin la Encuesta de Gasto de los Hogares 1985-86 utiliz la denominacinRegin metropolitana con el mismo sentido.

    Para lograr uniformidad en las denominaciones se ha decidido utilizar tambin en esos casos laexpresin Gran Buenos Aires para denominar a la regin. Por lo cual, la anterior Regin metropolitanapasar a llamarse Regin Gran Buenos Aires. De manera que desde agosto de 2003 el INDEC no utilizaren ningn caso el nombre Regin metropolitana.

    Una observacin sobre esta regin

    Con la Regin Gran Buenos Aires ocurre algo muy especial, ya que el espacio as definido abarcauna cantidad de poblacin inferior al Aglomerado Gran Buenos Aires, dado que el conjunto de partidosque conforman el GBA permanece inalterado desde hace muchos aos (salvo por la subdivisin que llevlos 19 partidos a 24), mientras el Aglomerado Gran Buenos Aires se va extendiendo de manera continuacon el paso del tiempo.

    Resumen de las denominaciones que utilizar el INDEC

    Ciudad de Buenos Aires

    Partidos del Gran Buenos Aires = los 24 partidos de la provincia de Buenos Aires que conformanel Gran Buenos Aires

    Gran Buenos Aires = Ciudad de Buenos Aires + los Partidos del Gran Buenos Aires

    Aglomerado Gran Buenos Aires = Ciudad de Buenos Aires + 30 partidos de la provincia deBuenos Aires que, total o parcialmente, integran la envolvente de poblacin = la localidadcensal correspondiente al aglomerado Gran Buenos Aires

    Partidos del Aglomerado Gran Buenos Aires = los 30 partidos que integran total o parcialmenteel Aglomerado Gran Buenos Aires

    Regin Gran Buenos Aires = Gran Buenos Aires

  • Total del aglomerado (con la Ciudad de Buenos Aires) 12.045.921

    (Ciudad de Buenos Aires) (2.768.772)

    Partidos componentes del aglomerado 9.277.149

    14 partidos cuya superficie y poblacin integrantotalmente el Aglomerado GBA y el GBA 4.611.266

    Lomas de Zamora 590.677

    Quilmes 518.723Lans 452.512General San Martn 405.122Tres de Febrero 335.578Avellaneda 329.638Morn 309.086San Isidro 293.212Malvinas Argentinas 290.530Vicente Lpez 273.802San Miguel 253.133Jos C. Paz 229.760Hurlingham 171.724

    Ituzaing 157.769

    10 partidos cuya superficie y poblacin integranparcialmente el aglomerado, y forman parte delGran Buenos Aires (en sentido administrativo) 4.051.805

    La Matanza 1.253.858

    Almirante Brown 513.777Merlo 468.724Moreno 379.801Florencio Varela 343.238Tigre 295.561Berazategui 287.642Esteban Echeverra 243.715San Fernando 147.409

    Ezeiza 118.080

    6 partidos cuya superficie y poblacin integranparcialmente el aglomerado, y no forman partedel GBA (en sentido administrativo) 605.047

    Pilar 228.724

    Escobar 172.494General Rodrguez 64.017Presidente Pern 59.592San Vicente 40.801

    Marcos Paz 39.419

    2 partidos cuya superficie y poblacin integranmuy parcialmente el aglomerado, y no formanparte del GBA (en sentido administrativo).Tampoco se los considera, por el momento,como parte del Aglomerado GBA 9.031

    Cauelas 5.525

    La Plata 3.506

    Partidos componentes del Aglomerado Gran Buenos Aires Poblacin enel Censo del 2001

    Cuadro 1.Partidos que integran el Aglomerado Gran Buenos Aires

    66666

  • Cuadro 2. De cmo los 19 partidos del Censo de 1991 devinieron 24

    Los 19 partidos Los 24 partidos Origen de los nuevos partidos Origen de los partidos

    77777

    1 Almirante Brown

    2 Avellaneda

    3 Berazategui

    4 Esteban Echeverra

    5 Florencio Varela

    6 General San Martn

    7 General Sarmiento

    8 La Matanza

    9 Lans

    10 Lomas de Zamora

    11 Merlo

    12 Moreno

    13 Morn

    14 Quilmes

    15 San Fernando

    16 San Isidro

    17 Tigre

    18 Tres de Febrero

    19 Vicente Lpez

    En 1993 y 1994 cede tierras a Cauelas ypara la creacin de los partidos de Ezeizay Presidente Pern.

    Se crea en 1994 con tierras de EstebanEcheverra.

    En 1993 cede tierras para la creacin delpartido de Presidente Pern.

    Se crea en 1994 con tierras del partido deMorn.

    Se crea en 1994 con tierras del partido deMorn.

    Se crea en 1994 con tierras del partido deGeneral Sarmiento.

    En 1994 desaparece, pasando a confor-mar los partidos de Jos C. Paz, MalvinasArgentinas y San Miguel.

    Se crea en 1994 con tierras de GeneralSarmiento y un sector del partido de Pilar.

    En 1994 cede tierras para los partidos deHurlingham e Ituzaing.

    Se crea en 1994 con tierras de GeneralSarmiento.

    Fue fundado en 1873 con tierras prove-nientes de Quilmes y San Vicente.

    Se fund en 1895 con el nombre de Barra-cas al Sur. Incluy a Lans hasta 1944. En1914 adquiere su nombre actual.

    Fue fundado en noviembre de 1960 to-mando la parte sudeste de Quilmes.

    Se fund en 1913, con tierras provenien-tes de Lomas de Zamora y San Vicente.

    Se fund en 1891, separndose deQuilmes.

    Se fund en 1864, separndose de SanIsidro. Hasta 1959 incluy a Tres de Fe-brero.

    Fundado en 1889, con tierras provenien-tes de Las Conchas (actual Tigre) y Pilar.

    Se separ del partido de Morn en 1812.Es uno de los partidos con mayor pobla-cin en la regin.

    Se fund en 1944, con tierras provenien-tes de Avellaneda. Hasta 1947 se llam 4de junio.

    Se fund en 1861 con el nombre de LaPaz, que se conserv hasta 1869.

    Se fund en 1864.

    Se fund en 1864, incluyendo parte deGral. Sarmiento hasta 1889.

    Se fund en 1865 y hasta setiembre de1945 se llam Seis de Setiembre.

    Fundado en 1865, incluy hasta 1891 aFlorencio Varela y parte de Alte. Brown; ya Berazategui hasta noviembre de 1960.

    El partido se fund en 1821.

    Fue fundado en 1822. Incluy a VicenteLpez hasta 1905.

    Se fund en 1865 con el nombre de Con-chas y Tigre. En los Censos de 1895, 1914y 1947 aparece como Las Conchas. Inclu-ye parte de Escobar hasta 1960.

    Se fund en 1969. Hasta entonces forma-ba parte de Gral. San Martn.

    Se separ de San Isidro en 1905.

    1 Almirante Brown

    2 Avellaneda

    3 Berazategui

    4 Esteban Echeverra

    5 Ezeiza

    6 Florencio Varela

    7 General San Martn

    8 Hurlingham

    9 Ituzaing

    10 Jos C. Paz

    11 La Matanza

    12 Lans

    13 Lomas de Zamora

    14 Malvinas Argentinas

    15 Merlo

    16 Moreno

    17 Morn

    18 Quilmes

    19 San Fernando

    20 San Isidro

    21 San Miguel

    22 Tigre

    23 Tres de Febrero

    24 Vicente Lpez

    El partido de Presidente Pern se cre en 1993 con tierras de San Vicente, Esteban Echeverra y Florencio Varela. No integra el GBA.

  • Conurbanos bonaerenses

    Si bien los Censos de Poblacin constituyen la fuente principal para la caracterizacin de la pobla-cin, entre censo y censo son las encuestas las que actualizan esos datos. La Encuesta Permanente deHogares, que est basada en una muestra probabilstica, no puede suministrar resultados a nivel departido (en los Partidos del Gran Buenos Aires) ya que la muestra no ha sido diseada para ser represen-tativa a ese nivel de desagregacin.

    Pero s puede hacerlo por grupos de partidos, para lo cual desarroll entre 1991 y 1994(4) unametodologa especfica para efectuar un agrupamiento en funcin de algunas variables socioeconmicas,lo que permite mostrar mejor la heterogeneidad del aglomerado, facilitando la formulacin de las polticaspblicas. A estos agrupamientos, que son cuatro, se los llama en el INDEC conurbanos bonaerenses.

    La metodologa utilizada est basada en la correlacin de variables, que son las siguientes:

    % de poblacin cubierta por algn sistema de salud;

    % de hogares con ingresos per cpita en los cuatro primeros deciles;

    % de hogares con jefes con educacin primaria incompleta;

    % de viviendas con bao de uso exclusivo.

    Mediante tcnicas estadsticas se establecieron los siguientes grupos:

    Conurbano bonaerense 1 (CB1): San Isidro y Vicente Lpez;

    Conurbano bonaerense 2 (CB2): Avellaneda, La Matanza 1 (el partido de La Matanza fuedividido en dos zonas diferenciadas, como puede observarse en el mapa 4), Morn, GeneralSan Martn y Tres de Febrero;

    Conurbano bonaerense 3 (CB3): Almirante Brown, Berazategui, Lans, Lomas de Zamoray Quilmes;

    Conurbano bonaerense 4 (CB4): Florencio Varela, Esteban Echeverra, Merlo, Moreno,General Sarmiento, La Matanza 2, San Fernando y Tigre.

    Como esta clasificacin se realiz para los 19 Partidos del Gran Buenos Aires, los nuevos partidos(cuando reemplazan a uno anterior, como es el caso de General Sarmiento) se consideran dentro delmismo conurbano en que qued ubicado el partido anterior, aun cuando no se ha estudiado si, analizadosde manera separada, alguno de ellos no hubiera integrado otro conurbano. Este es el caso del antiguopartido de Morn, constituido ahora por Morn, Hurlingham e Ituzaing; y tambin el de General Sarmien-to, que ha desaparecido, dejando en su lugar los partidos de Jos C. Paz, Malvinas Argentinas y SanMiguel.

    (4) Vase MESSERE M. Y HOSZOWSKI A. (1994), Agrupamiento de los partidos del conurbano bonaerense, ponencia alCongreso de ASET de 1994. Tambin INDEC (1991), Conurbano bonaerense: aproximacin a la determinacin dehogares y poblacin en riesgo sanitario a travs de la EPH, trabajo realizado por un equipo dirigido por Camila Morano.

    88888

  • 99999

    1. Ciudad de Buenos Aires. Divisin por distrito escolar

  • 1010101010

    2. Gran Buenos Aires (concepto tradicional) Ciudad de Buenos Aires + 24 partidos

  • 1111111111

    3. Aglomerado Gran Buenos Aires

  • 1212121212

    4. Agrupamiento de partidos (conurbanos) establecidos por la EPH para los partidos del Gran BuenosAires

    Nota: Este agrupamiento fue realizado por los Departamentos de Muestreo, Anlisis y Desarrollo Temtico de la EPH,tanto a requerimiento de usuarios externos como a una serie de trabajos previos desarrollados por los equipostcnicos.

  • Available in: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=74010003

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y PortugalSistema de Informacin Cientfica

    Rodolfo BertoncelloBuenos Aires quin es la Reina del Plata?

    Poblacin de Buenos Aires, vol. 1, nm. 0, julio, 2004, pp. 16-25,Direccin General de Estadstica y Censos

    Argentina

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    Poblacin de Buenos Aires,ISSN (Printed Version): [email protected] General de Estadstica y CensosArgentina

    www.redalyc.orgNon-Profit Academic Project, developed under the Open Acces Initiative

  • 16 Poblacin de Buenos Aires

    ResumenDesde una mirada geogrfica y demogrfica, el artculo seinicia formulando la pregunta: de qu se habla cuandonos referimos a Buenos Aires? Para responderla, seexponen las principales definiciones que se utilizan en laliteratura cientfica para describir los asentamientosurbanos de gran tamao y se recorren criterios y defini-ciones usados en el pas para referirse a Buenos Aires,precisando los ms confiables como el de AglomeracinGran Buenos Aires o, simplemente, Gran Buenos Aires,pero destacando la ausencia o imprecisin de otros con-ceptos y definiciones. El artculo plantea la necesidad de pensar a laAglomeracin Gran Buenos Aires como un conjuntodinmico y heterogneo. Un gran mbito urbano, en el quedeben interpretarse los roles que juegan el ncleo metropo-litano (la Ciudad Autnoma) y las periferias (primero,segundo y tercer anillo). Finalmente, el artculo planteauna serie de reflexiones y desafos para la investigacin, entorno a la necesidad de repensar el conjunto urbano en sutotalidad y en su diferenciacin interna.

    SummaryFrom a demographic and geographical point of view, thearticle starts with the question: What are we talkingabout when we speak of Buenos Aires? To answerthis question the article goes through the main definitionsused by the scientific literature to describe urban settle-ments of large size, and then through the criteria anddefinitions utilized for the case of "Buenos Aires". Thearticle ilustrates that the best definition is that ofAglomeration of Great Buenos Aires or simply GreatBuenos Aires, but emphasizing the absence or lack ofprecision of other concepts and definitions.The article discusses the need to think Great BuenosAires as a heterogeneous and dynamic aggregate. A largeurban area, in whose framework should be explained theroles played by the metropolitan nucleus (theAutonomous City) and it periphery (first, second andthird ring). Lastly, the article proposes a series ofthoughts and research challenges regarding the need todistinguish between the urban agglomeration as a wholeand its internal differentiation.

    Introduccin

    En tono humorstico, el ttulo de este artculoalude a la pregunta central que se aborda en l:de qu estamos hablando cuando nos referimosa Buenos Aires. Desde la Direccin Generalde Estadstica y Censos que edita esta publicacin,por ejemplo, la respuesta sera simple, puesremite al mbito de incumbencia del gobiernoal que esta Direccin pertenece, la CiudadAutnoma de Buenos Aires. Sin embargo, quienesvivimos en Buenos Aires sabemos que nuestrombito cotidiano excede ampliamente estencleo, para abarcar una extensa periferia queusualmente se ha denominado Gran BuenosAires o Conurbano, y que va ms all de laCiudad Autnoma.

    Leemos en un diario nacional que La industriay el turismo hacen crecer el empleo en Capital(Clarn, 12/4/04, pp. 32-33), afirmacin avaladacon informacin que muestra el descenso de latasa de desocupacin en la Capital Federal, ycon varios indicadores del crecimiento econ-mico de la misma: crece la actividad econmica,crece la ocupacin. Cabe preguntar, sin embargo,cuntos de los nuevos puestos que se han creadoen la Capital son ocupados por trabajadores queresiden en ella y cuntos puestos son cubiertospor trabajadores que residen en los partidosaledaos y vienen a trabajar a la Capital.Formuladas estas preguntas, la relacin entre elcrecimiento de la actividad econmica en laCapital y la disminucin de la desocupacinentre sus habitantes deja de ser tan evidente ynecesaria como nos pareca en un primermomento.

    Buenos Aires quin es la Reina del Plata?

    Rodolfo Bertoncello1

    1 Gegrafo. Profesor de la UBA e investigador del CONICET.

    Notas

  • Ao 1, nmero 0, julio de 2004 17

    Algunas precisiones conceptualesEl concepto localidad

    Todos creemos tener en claro de qu hablamoscuando decimos ciudad, aunque a poco dereflexionar algo ms, esta claridad desaparece.Estaramos de acuerdo en decir ciudad deBuenos Aires, aunque quizs dudaramos endecir ciudad de Quilmes o ciudad de SanJusto pues algunos pensaramos que estas ltimasforman parte de la primera. Conviene por lotanto aclarar algunas cuestiones.

    En trminos generales, podra aceptarse queestamos hablando de una unidad de asentamientode poblacin, un espacio en el que se concentrapoblacin. Claro que esto requiere ser definido yprecisado aplicando algn o algunos criteriosfundamentados, a partir de los cuales poderobservar la realidad y detectar aquello que fueradefinido por Tisdale (1942) como un punto deconcentracin de poblacin.

    Csar Vaparsky (1998) realiz aportes sustantivospara aclarar estas cuestiones. Entre otros temas,el autor sistematiz tres grandes criterios paradefinir lo que se denomina localidad, la cual, unavez definida, podr ser clasificada como urbana,rural u otra categora. Estos aportes tienen elmrito de plantear la cuestin relacionndola conasuntos relevantes para la comprensin de lasociedad; adems, sirven para dar nombresprecisos, y para operacionalizar la definicin,esto es, guiar nuestra observacin de la realidadpara poder captar aquello que hemos definido entrminos conceptuales.

    Se puede partir definiendo a cualquier punto deconcentracin de poblacin en la superficieterrestre como una localidad. Para hacerlo, esnecesario establecer un criterio que especifique ladefinicin, y permita captar y delimitar en elterritorio a cada localidad. El precitado autorplantea que, para esto, puede tomarse alguno delos tres criterios siguientes:

    El criterio interaccional, que se basa en la existenciade un grupo social que interacta cotidianamentey que tiene una relativa autosuficiencia. Aplicandoeste criterio, la localidad se define como unacomunidad local.

    El criterio jurdico (o poltico), que remite a la exis-tencia de un gobierno local. Segn este criterio,una localidad se define como un municipio, estoes, una unidad de gobierno local.

    El criterio fsico, que se basa en la existencia deun conjunto de constructos materiales fijos alterritorio, normalmente un entramado de edificiosy calles. Segn este criterio, una localidad se definecomo una aglomeracin.

    La adopcin de cualquiera de estos criterios per-mitir definir localidades, y sobre esta base sepodr observar la realidad para detectarlas ycaracterizarlas: se podr saber cuntas hay en unterritorio determinado (por ejemplo, un pas),cuntos habitantes tiene cada una de ellas, a quse dedican estos habitantes, o qu condicionespresentan sus viviendas.

    Debe advertirse que la adopcin de uno u otrocriterio para definir localidades no es neutro, yaque dar lugar a definir objetos que, en rigor, sondiferentes. Definir una localidad como comunidadlocal es lo ms adecuado para comprender laestructura y dinmica social, ya que remite a unaunidad socialmente significativa; su definicinprctica, es decir su captacin y delimitacin, encambio, es sumamente compleja. Una localidadcomo aglomeracin puede captarse y definirsems fcilmente, por ejemplo sobre la base de car-tografa (si se cuenta con ella); es la mejor apro-ximacin si lo que interesa es el equipamiento o

    Ejemplos como el precitado podran multiplicarse,y no tiene sentido abundar en ellos aqu. Lo que sinteresa es advertir sobre la necesidad de repensarqu caractersticas tiene esto que, en trminosgenerales, llamamos Buenos Aires, no slopara precisar a qu nos referimos cuando hablamosde ella, sino tambin porque segn la definamos,tendremos distintas perspectivas desde las cualesobservarla, y veremos cosas diferentes segncada una de ellas.

  • 18 Poblacin de Buenos Aires

    la infraestructura, muy til por ejemplo para laplanificacin fsica; pero puede no ser la msadecuada para observar lo social. Por ltimo, lalocalidad como municipio es la unidad ms ade-cuada para la gestin de gobierno, pues remite asu mbito de incumbencia; pero tambin tienesus limitaciones, muy evidentes por ejemplo enlos casos en que varios municipios estn, todosjuntos, formando una gran aglomeracin cuyadinmica y problemticas los exceden.

    La localidad urbana

    Algunas de las localidades, a su vez, podrn serconsideradas urbanas. Los criterios que se aplicaninternacionalmente para definir lo urbano sondiversos, aunque en general consideran un tamaomnimo de poblacin residiendo en localidades.Otros criterios pueden sumarse a ste, talescomo caractersticas de la poblacin (usualmenteuna proporcin alta de individuos en actividadesindustriales, comerciales y de servicios), la pre-sencia de infraestructura o equipamiento de ser-vicios, o simplemente el estatus poltico, es decirla existencia de normas jurdicas que pauten estacondicin. Es usual que se utilice ms de un cri-terio en forma combinada.2

    Las localidades que son definidas como urbanas,podrn, al mismo tiempo, ser clasificadas segnotros criterios. Es comn que lo sean segn sutamao; hablamos as de ciudades (en rigor, loca-lidades) pequeas, intermedias y grandes. Paralas ms grandes, solemos utilizar los trminosmetrpolis y a veces megaciudades, y para elconjunto de ciudades muy grandes, grandes y deotros tamaos relacionadas entre s, el de mega-lpolis; dado que nos interesa Buenos Aires,conviene precisar un poco ms estos trminos,aunque advirtiendo desde ahora que sus defini-ciones no siempre son claras y unvocas.

    Con el trmino metrpoli se alude a grandes ensuperficie y nmero de habitantes unidadesurbanas, que tienen influencia ms all de suslmites, para abarcar reas de nivel regional,nacional o incluso internacional. La expresinrea metropolitana se ha generalizado a partir de suuso en los Estados Unidos, para definir unidadescompuestas por grandes ciudades, sus suburbiosy, tambin, reas ms alejadas con las que esta-blece altos niveles de interaccin cotidiana. Esfrecuente que el rea metropolitana rena entonces:reas urbanas consolidadas junto a otras que no loestn (reas de edificacin no continua, porcionesde campo abierto, otras ciudades y pueblos dediverso tamao).

    El trmino megalpolis se utiliza habitualmentepara referir a un conjunto urbano de gran tamao,formado por la unin de varios que, en un tiempoprevio, fueron independientes. El trmino remitea un proceso que Jean Gottman (en la dcada de1960) defini como conurbacin, al observarcmo grandes reas urbanas del nordeste de losEstados Unidos iban articulndose en una unidadfuncional mayor. El trmino Boswash suele utili-zarse para definir esta megalpolis, que se extiendedesde Boston hasta Washington, incluyendoentre otras a Nueva York y Filadelfia; en estamegalpolis quedan incluidas varias metrpolis,adems de muchas otras ciudades de distintotamao, y tambin reas no consolidadas.

    Si bien hoy es frecuente escuchar hablar de mega-ciudades, no es fcil encontrar una definicin paraeste trmino. Muchas veces aparece en la literatura,simplemente, como grandes aglomeracionesurbanas con 8, 10 o ms millones de habitantes.Un componente crucial de las megaciudades,segn Hugo y Champion (2004. pp 375), es quese trata esencialmente de una gran rea metropo-litana, multinuclear y muy extendida. Estos autoressealan adems que varias megaciudades delmundo, incluidas en Naciones Unidas (2002), nocumplen con estas caractersticas.

    De la misma manera, cuando se habla de regionesmetropolitanas (o reas metropolitanas extendidas, ometrpoli-regin) se alude en general a extensas reas

    2 A nivel internacional, existe una gran heterogeneidad en las definicionesde lo urbano que adoptan los distintos pases. Una sistematizacin de loscriterios utilizados en censos de Amrica Latina, as como una discusinms amplia al respecto, puede verse en Lattes, Rodrguez y Villa (2004,pp.104 y ss.)

  • Ao 1, nmero 0, julio de 2004 19

    configuradas a partir de la influencia de una granciudad o metrpoli, en la que pueden incluirse,adems de sta, otras ciudades de distinto tamaoe importancia, y reas rurales en las que se realizanactividades muy asociadas o subsidiarias a la granciudad. El uso de esta expresin se relaciona engran medida con la necesidad de vincular expli-cativamente fenmenos tales como, por unaparte, la desaceleracin del crecimiento metro-politano y su menor dinamismo respecto de lasciudades intermedias, y por otra, el crecimientodiferencial a favor de los sectores perifricos de lasmetrpolis respecto de sus ncleos. En este con-texto, las regiones metropolitanas seran mbitosterritoriales coherentes, articulados por una ovarias metrpolis, con presencia de otras ciudadesde distintos tamaos, adems de reas no conso-lidadas (Rodrguez Vignoli, 2002, p. 46 y ss.). Unejemplo de este tipo suele reconocerse en el Estadode San Pablo (Brasil) donde la intensidad de losflujos de bienes y personas permite recortar unrea de interaccin que, teniendo como ncleo ala metrpoli de San Pablo, incluye tambin aCampinas, Santos, Cubatao y So Jos dos Campos.

    Las localidades en la Argentina

    En nuestro pas, y sobre la base precisamente delos aportes de Csar Vaparsky, se ha avanzadoen la adopcin de un criterio claro para la definicinde localidad, y para su deteccin y caracterizacincensal. A partir del censo de 1991, el InstitutoNacional de Estadstica y Censos-INDEC adoptel criterio para definir la localidad como aglome-racin (Vaparsky, 1998). No vienen al caso aqulos detalles tcnicos implicados en esta definicin,pero s puede decirse que la aplicacin de estecriterio permite captar y delimitar con precisintodas las localidades existentes en el territorionacional, y censar su poblacin. Aquellas aglo-meraciones (esto es, localidades definidas segnel criterio fsico) que superan un umbral depoblacin determinado (y arbitrario pero acon-sejable), que en Argentina es de 2.000 habi-tantes, son consideradas urbanas. Las restantes,junto con la poblacin dispersa, conforman lapoblacin rural.

    Dos cuestiones importantes deben abordarseaqu, las que remiten al tiempo y al espacio. Enrelacin con el primero, debe decirse que lasaglomeraciones cambian a lo largo del tiempo.En relacin con el segundo, que ellas se extiendensobre un territorio que, a su vez, puede ser mbitode incumbencia de distintas jurisdicciones polticas.

    Las aglomeraciones cambian a lo largo del tiempo.Lo hacen no slo porque su poblacin puedevariar, sino porque su extensin o superficietambin puede hacerlo. Es normal que, a lo largodel tiempo, una aglomeracin se extienda sobresu periferia, incorporando nuevas reas. Y eneste proceso puede incorporar reas con pocapoblacin, pero tambin puede unirse a otraaglomeracin (u otras); esto es, dos aglomeracionesque, en un primer momento, eran independientes,pueden, en un segundo momento, unirse y pasara ser slo una; el trmino coalescencia se utilizapara denominar este proceso.

    A su vez, una localidad puede extenderse sobreel territorio de un rea poltico-administrativa(por ejemplo, un municipio), en cuyo caso recibeel nombre de localidad simple. Se denominalocalidad compuesta a la que se extiende sobrems de un rea poltico-administrativa. Las locali-dades compuestas son identificadas con un nombreformado por sus componentes unidos por guiones.Aquellas que superan los 100 mil habitantes, encambio, son identificadas con el nombre de sucomponente ms dinmico, precedido por lapalabra Gran, por ejemplo Gran Rosario.3

    Buenos Aires, cada cosa por su nombre

    Cuando en 1580 Juan de Garay establece porsegunda vez un asentamiento a orillas del ro dela Plata, funda una ciudad que pronto se llamaraSanta Mara de los Buenos Aires. La fundacinde ciudades fue una estrategia privilegiada por laconquista y colonizacin espaola en Amrica,pues desde ellas se avanzaba en la apropiacin yvalorizacin de los territorios circundantes.

    3 Para ms detalles, vase Vaparsky (1998).

  • 20 Poblacin de Buenos Aires

    Entre aquella ciudad, cuyo plano fundacional noexceda lo que en la actualidad denominamosmicrocentro (el que ni siquiera estaba totalmenteocupado), y la actual metrpoli con ms de 12millones de habitantes, que se ubica en el puestonmero 11 en la nmina de las mayores aglome-raciones urbanas del planeta, existe una larga ycompleja historia. Interesa aqu rescatar algunoselementos de esta historia, los referidos a suexpansin territorial y al crecimiento de supoblacin. Asociado a esto, corren los cambiosde su estructura y composicin interna.

    Dos ejes, basados en las cuestiones presentadasen el ttulo anterior, pueden ayudar a organizareste tratamiento. El primero se refiere a pensara Buenos Aires como una aglomeracin, esdecir, como una unidad de edificacin continua,4ms all de las unidades polticas sobre las quepuede extenderse. Desde aqu, Buenos Airespodra pensarse como una extensa rea continuacaracterizada por la presencia de edificios ycalles, lo que suele denominarse mancha urbana.Y, tal como hemos visto, corresponde que nosrefiramos a esta mancha urbana con la deno-minacin establecida de aglomeracin GranBuenos Aires: a) aglomeracin, porque se trata deuna localidad definida sobre la base del criteriofsico; b) Gran, porque es una aglomeracincompuesta y tiene ms de 100 mil habitantes; c)Buenos Aires, porque ste es el componente msdinmico de la aglomeracin.

    El segundo eje se refiere, por el contrario, a pensara Buenos Aires como una unidad poltica, omejor dicho, como un conjunto de unidadespolticas que contienen a la aglomeracin. As,Buenos Aires estara formada por la CapitalFederal hoy Ciudad Autnoma de Buenos Airesy por un conjunto de jurisdicciones municipales ypartidos pertenecientes a la provincia de BuenosAires, ubicados en torno a la Capital Federal,adyacentes a ella algunos, ms alejados otros.

    Usualmente, este conjunto ha sido denominadorea Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

    Es precisamente en el cruce de estos dos ejesdonde podemos establecer el centro de la discusinplanteada al inicio, respecto de qu es BuenosAires, de qu hablamos cuando nos referimos aella. Y, al mismo tiempo, es tambin en este crucedonde se generan muchos malentendidos quedificultan los acuerdos y, desde ya, el anlisis.

    La aglomeracin Gran Buenos Aires

    Es nuevamente Csar Vaparsky quien, en suobra La aglomeracin Gran Buenos Aires 5 aportainformacin sustantiva para el anlisis histricode la conformacin de esta gran unidad urbana.Ntese desde ahora que la expresin Gran BuenosAires se utiliza aqu en un sentido preciso, deri-vado de la definicin de la localidad como aglo-meracin y con la identificacin o nombre esta-blecido a partir de ello, y no en el sentido coloquialhabitual (los partidos o municipios que rodean ala Capital Federal).

    La reconstruccin de la aglomeracin GranBuenos Aires desde mediados del siglo XIXmuestra que la misma abarcaba, a fines de ladcada de 1860, un rea de unas 500 manzanasen torno a la Plaza de Mayo, que se extendahacia el sur por los actuales barrios de Barracas yLa Boca y, cruzando el Riachuelo, alcanzaba loque en aquel momento se denominaba Barracasal Sur, hoy parte de Avellaneda. San Fernando-Las Conchas, Morn o San Martn, eran aglome-raciones independientes; y tambin lo eran SanJos de Flores o Belgrano, pueblos que pocodespus quedaron incluidos dentro del territoriode la nueva Capital Federal.

    En los aos siguientes, la aglomeracin creciaceleradamente, y su poblacin pas de 181 milhabitantes en 1869, a 319 mil en 1881 y a 671 milen 1895 (Vaparsky, 2000, tablas 3, 4 y 5). El

    5 Vase el comentario bibliogrfico sobre este libro en esta mismaRevista.

    4 Se utiliza aqu la expresin edificacin continua, para simplificar lo que,en rigor, es fruto de una compleja y precisa definicin. Para evitar con-fusiones, basta decir que pueden incluirse terrenos baldos de ciertaextensin. Para el tratamiento pormenorizado de estas cuestiones, seremite a la obra ya citada de Csar Vaparsky (1998).

  • Ao 1, nmero 0, julio de 2004 21

    crecimiento de la poblacin se explica por ladensificacin del rea, pero tambin por la ex-pansin de la aglomeracin: por ejemplo el pueblode San Jos de Flores ya haba sido incorporadoen 1881, y Belgrano lo hizo en 1895.

    Hacia 1914, el crecimiento de la aglomeracin yahaba sobrepasado los lmites de la CapitalFederal en varias direcciones, estimndose que el16% de los 1.883.811 habitantes con que contaba,residan en algn partido de la provincia deBuenos Aires aledao a la Capital Federal.(Ibdem, tabla 7).

    El proceso de expansin del rea de la aglome-racin fue continuo y podra decirse que explo-sivo hasta los aos sesenta. Una caractersticadistintiva de este proceso es que la poblacin dela Capital Federal, luego de alcanzar los 3 millonesde habitantes a fines de la dcada del cuarenta, seha mantenido alrededor de esta cifra hasta la actua-lidad; paralelamente, desde entonces, la CapitalFederal ha venido disminuyendo su peso relativosobre la poblacin de la aglomeracin. Por otrolado, las mayores tasas de crecimiento poblacionaldentro de la aglomeracin, correspondieron asus reas ms perifricas.

    La Capital Federal y los partidos

    El crecimiento de Buenos Aires puede observarsetambin a partir de considerar el cambio pobla-cional que tiene lugar en las jurisdicciones polticas.La primera pregunta que cabe formular es culesson dichas jurisdicciones. La Capital Federal es una;las otras son los partidos que, antes o despus,reciben en su territorio la expansin de la aglo-meracin. De esta manera, la aglomeracin GranBuenos Aires fue incorporando poblacin queya estaba asentada en esos territorios, fuera enlocalidades independientes o, simplemente, enforma dispersa. As, por ejemplo, la localidad deSan Justo, cabecera del partido de La Matanza,ya exista como una localidad independiente en1869 y sigui sindolo hasta 1914; en algnmomento entre esta fecha y 1938, qued incor-porada a la aglomeracin Gran Buenos Aires.

    Como se expresara, ha sido habitual denominaral conjunto formado por la Capital Federal ylos partidos de la provincia de Buenos Airesafectados por la aglomeracin, como reaMetropolitana de Buenos Aires (AMBA). Culesy cuntos son estos partidos es una preguntacuya respuesta ha variado a lo largo del tiempo;por una parte, porque la aglomeracin, en suexpansin, fue abarcando partidos cada vez msalejados de la Capital Federal; por otra, porquelos partidos cambiaron a lo largo del tiempo: suslmites se han modificado, y se han creado nuevos.

    En relacin con esto ltimo puede sealarseque, desde que en 1960 se cre el partido deBerazategui y hasta 1991, la divisin de partidosdel rea en cuestin se mantuvo estable. Duranteese lapso fue habitual hablar de Capital Federaly 19 partidos para referirse al AMBA. Pero en1993 comenz un proceso de creacin de nuevospartidos en la provincia de Buenos Aires, quemodific profundamente esta situacin.6

    Los 19 partidos tradicionales hoy han pasado aser 24 (sus nombres pueden verse en el Cuadro 1).Catorce de ellos se caracterizan en la actualidadpor el hecho de que toda su superficie y poblacinintegran el aglomerado Gran Buenos Aires. Losrestantes diez partidos cuentan con superficie ypoblacin que se integran parcialmente a estaaglomeracin. Todos ellos conforman lo que se hadenominado habitualmente rea Metropolitana deBuenos Aires. Pero adems, y como resultado de ladinmica de la aglomeracin, otros partidos perif-ricos a los anteriores han visto ya una parte de susuperficie y poblacin incorporadas a la aglome-racin. En el censo del 2001, seis partidos se encon-traban en esta situacin (aunque, por el momento,no se consideran como integrantes del AMBA).

    6 En 1993 se cre el partido Presidente Pern, con tierras cedidas por lospartidos de San Vicente, Florencio Varela y Esteban Echeverra. En1994 se cre el partido de Ezeiza con tierras cedidas por el partidode Esteban Echeverra. En la misma fecha el partido de GeneralSarmiento fue dividido en cuatro porciones, crendose dos nuevospartidos (Malvinas Argentinas y Jos C. Paz) mientras que el anteriorpas a llamarse San Miguel, y una porcin de su territorio se anex al pre-existente de Pilar. Tambin en 1994 el partido de Morn fue dividido,pasando su territorio a conformar los nuevos partidos de Morn,Ituzaing y Hurlingham.

  • 22 Poblacin de Buenos Aires

    En una reciente publicacin, denominada preci-samente Qu es el Gran Buenos Aires el INDECpropone, con el fin de superar confusiones yambigedades, las denominaciones que se trans-criben ms abajo.

    Como puede observarse, la propuesta recoge losdos grandes ejes que ya hemos utilizado paraabordar el tema. En relacin con la aglomeracin,mantiene el criterio propuesto por CsarVaparsky que fundamenta la denominacin deaglomeracin Gran Buenos Aires.

    Para el rea comprendida por la Capital Federal ylos partidos, que se viene denominando reaMetropolitana de Buenos Aires, en cambio, sepropone otra denominacin, la de Gran BuenosAires. Desconocemos cules son los funda-mentos en que se basa esta propuesta, pero puedenhacerse algunas observaciones crticas al respecto.

    En primer trmino, porque se abandona unadenominacin AMBA que remite, de formaaproximada, al objeto que se est denominando:un rea afectada por la aglomeracin, que incluyetambin reas no consolidadas (recurdese ladefinicin de metrpoli o rea metropolitana).

    En segundo lugar, asigna la palabra Gran a unuso diferente al que se le haba, clara y sistemti-camente, asignado: el de denominar aglomera-ciones compuestas mayores. Y al mismo tiempo,la misma palabra se mantiene con esta funcinpara denominar a la aglomeracin, lo que previ-siblemente generar adems confusin en el uso.

    En sntesis, dos entidades distintas, la aglome-racin y el rea compuesta por las unidades jur-dicas sobre las cuales ella se extiende, pasan atener el mismo nombre, excepto por el manteni-miento del nombre genrico de aglomeracinque se antepone en el caso correspondiente.Bastar con que este ltimo trmino se d porsobreentendido y se omita, cosa muy posibleporque el trmino Gran significa, precisamente,aglomeracin compuesta, para que el nombreresulte igual para la aglomeracin y para el con-junto de unidades polticas. Por otra, reforzaran ms la confusin con respecto al uso coloquialde Gran Buenos Aires que, a pesar de las difun-didas crticas, sigue instalado en nuestra sociedad.

    A modo de sntesis

    Estamos ahora en condiciones de precisar res-puestas a la pregunta inicial. Cuando hablamos deBuenos Aires, de esta gran ciudad en la que vivimos,nos estamos refiriendo a un conjunto urbano amplioy mltiple, integrado por varios componentes yque puede abordarse desde distintas definiciones.

    La definicin conceptualmente ms slida y para la quecontamos con informacin confiable, es la de la aglo-meracin, que corresponde denominar AglomeracinGran Buenos Aires o, simplemente, Gran Buenos Aires.Su definicin precisa se encuentra en el recuadro,y no debe confundirse con lo que coloquialmentese ha denominado Gran Buenos Aires o conurbano.

    Aglomerado Gran Buenos Aires (AGBA)

    El INDEC denominar AglomeradoGran Buenos Aires al rea geogrfica deli-mitada por la envolvente de poblacin, loque tambin suele denominarse manchaurbana (...). Se entiende por envolvente depoblacin una lnea que marca el lmitehasta donde se extiende la continuidad deviviendas urbanas. Esta lnea se mueve conel tiempo y, por cierto, no respeta las deli-mitaciones administrativas de los partidos.

    Gran Buenos Aires (GBA) = Ciudad de Buenos Aires +

    Partidos del Gran Buenos Aires

    El INDEC denominar as al rea com-prendida por la Ciudad de Buenos Airesms los Partidos del Gran Buenos Aires (enel sentido administrativo, es decir, 24 par-tidos completos). (...) A partir de agosto de2003 se dejar de utilizar la expresin reametropolitana.Fuente: INDEC, 2003, pgina 4.

  • Ao 1, nmero 0, julio de 2004 23

    Para muchos fines prcticos, en especial la gestinde gobierno, es indispensable tener en conside-racin que la aglomeracin Gran Buenos Airesse extiende por el territorio de muchas jurisdic-ciones polticas diferentes. sta es la razn porla que es indispensable poner en claro cules sonsus componentes, tal como se observa en elCuadro 1. Considerar a la poblacin total deestos componentes (en la actualidad, CapitalFederal y 24 partidos) lleva sin embargo a otradefinicin, la que denominbamos hasta hoy

    rea Metropolitana de Buenos Aires, aunque ahorael INDEC propone reemplazarla por la denomi-nacin Gran Buenos Aires. Su poblacin no es lamisma que la de la aglomeracin, pues incluye aquienes residen en los partidos pero fuera delrea aglomerada; de todos modos, su volumen esmuy pequeo y puede considerarse residual.Pero tambin es distinta porque no se incluyenlos otros seis partidos afectados por la aglome-racin, pero que por alguna razn an no seconsideran parte del AMBA; y el volumen depoblacin implicado en este caso no es menor,como puede constatarse en el Cuadro 1.

    A la hora de utilizar informacin, estas definicionesno son irrelevantes. Es frecuente que se confundauna y otra definicin y se hagan afirmacionesque no corresponden. Tambin es frecuente que,ante la falta de informacin sobre la aglomeracin(en especial para el pasado) se utilicen datos dejurisdicciones, lo cual no est mal siempre que seutilicen correctamente.

    Conclusin: el todo y las partes

    El tema planteado en este texto es significativo,no slo en el contexto de una revista que sellama Poblacin de Buenos Aires. Ante todo, porqueadvierte sobre la necesidad de pensar a BuenosAires como una totalidad que excede el mbitode la Ciudad Autnoma, lo cual no significa queel estudio de esta ltima carezca de utilidad, sinoque el mismo debe hacerse, cuando corresponda,en el contexto ms amplio que le da sentido.

    Vienen al caso aqu, por ejemplo, las considera-ciones acerca del estancamiento de la poblacinde la Ciudad Autnoma, a fin de sealar que estetema requiere, para su adecuada comprensin,colocar a la Ciudad en el marco de la aglomeracin,e incluso de la dinmica urbana del pas.7 Desdemediados de la dcada de los aos 1940 las tasasde crecimiento de la poblacin de la Capital Federaloscilan en torno a cero. Pero este fenmeno se

    Cuadro 1Partidos que integran el Aglomerado Gran BuenosAires en 2001

    Total del Aglomerado 12.045.921Ciudad de Buenos Aires 2.768.772Partidos componentes del aglomerado 9.277.149

    14 partidos cuya superficie y poblacin integran 4.611.266totalmente el Aglomerado GBA y el GBA.

    Lomas de Zamora 590.677Quilmes 518.723Lans 452.512General San Martn 405.122Tres de Febrero 335.578Avellaneda 329.638Morn 309.086San Isidro 293.212Malvinas Argentinas 290.530Vicente Lpez 273.802San Miguel 253.133Jos C. Paz 229.760Hurlingham 171.724Ituzaing 157.769

    10 partidos cuya superficie y poblacin integran 4.051.805parcialmente el aglomerado y forman partedel GBA (en sentido administrativo)

    La Matanza 1.253.858Almirante Brown 513.777Merlo 468.724Moreno 379.801Florencio Varela 343.238Tigre 295.561Berazategui 287.642Esteban Echeverra 243.715San Fernando 147.409Ezeiza 118.080

    6 partidos cuya superficie y poblacin integran 605.047parcialmente el aglomerado, y no forman parte del GBA (en sentido administrativo)

    Pilar 228.724Escobar 172.494General Rodrguez 64.017Presidente Pern 59.592San Vicente 40.801Marcos Paz 39.419

    2 partidos cuya superficie y poblacin integran muy 9.031parcialmente el aglomerado, y no forman parte del GBA (en sentido administrativo). Tampoco se los considera, por el momento, como parte del AGBA.

    Cauelas 5.525La Plata 3.506

    Partidos componentes del Aglomerado Gran Buenos Aires

    PoblacinTotal (*)

    (*) Resultados provisionalesFuente: INDEC (2003).

    7 Sobre las caractersticas y dinmica del sistema urbano de la Argentina,vase Vaparsky y Gorojovsky (1990).

  • 24 Poblacin de Buenos Aires

    inscribe en otro ms amplio, que es la declina-cin del crecimiento poblacional del AMBA ensu conjunto, que se explica tambin por la decli-nacin del ritmo de crecimiento de los partidos querodean a la Ciudad (Lattes y Recchini de Lattes,1992, cuadro 1). Los anlisis presentados en algu-nos medios, luego de conocidas las cifras del censode 2001, que intentaron encontrar una vincula-cin directa entre la aparente disminucin de lapoblacin de la Ciudad Autnoma y los procesosde suburbanizacin de las elites (countries y barrioscerrados en la periferia), por ejemplo, adems deno tener en cuenta la omisin censal, desconocenque es un fenmeno que ya estaba instaladomucho antes de que estas nuevas formas desuburbanizacin se asomaran en el horizonte.

    Hemos sealado que el crecimiento de la aglome-racin Gran Buenos Aires ha estado asociado a unprofundo proceso de estructuracin urbana, carac-terizado por una creciente especializacin y dife-renciacin territorial. En rigor, es posible advertirque este proceso acompaa toda la historia de laaglomeracin, es decir, no es un fenmeno nuevo,aunque adquiera nuevas caractersticas en cadamomento, seguramente en consonancia con loscambiantes procesos polticos, econmicos ysociales. Horacio Torres (1993, 2000) ha realizadoaportes sustantivos a la comprensin de esta din-mica estructural, que se expresan en sus mapassociales de Buenos Aires. Sectores residenciales declase alta o baja, reas industriales y de servicio,infraestructura de circulacin, se distribuyen en el reametropolitana siguiendo patrones que responden a losrequerimientos socioeconmicos, polticos y cultu-rales, pero que se ven condicionados por el carctermaterial de los constructos funcionales a usos previos.

    Los mapas sociales de la metrpoli han mostradoel predominio de una estructura urbana que haasignado las reas perifricas, siempre con algunasexcepciones, a los sectores sociales ms desfavo-recidos (Prevot Schapira, 2002), siendo ademsestas reas las que mostraron niveles de creci-miento poblacional ms elevados. La divisin delos partidos en dos grupos primera y segundacorona o anillos ha permitido constatar estoscomportamientos diferenciales (Pirez, 1994).

    La Ciudad Autnoma ha sido tradicionalmenteresidencia de los sectores ms acomodados de lametrpoli y, crecientemente, rea de servicios.La suburbanizacin de las elites, que se ha insta-lado con fuerza en los aos noventa, no parececambiar en profundidad este panorama general,excepto en aquellos sectores perifricos privilegiadospor estas modalidades, como es el caso de Pilar.

    Lo anterior remite a la necesidad de pensar a lametrpoli como un conjunto complejo y en inter-accin, del cual la Ciudad Autnoma sigue siendosu ncleo. La expansin de los servicios especiali-zados, en particular aquellos vinculados con lossectores financieros y empresariales, con la culturay el ocio, siguen teniendo sede en el ncleometropolitano. Quizs sea en este contexto en elque deberan ser interpretadas sus tendenciaspoblacionales, siempre en relacin con la totalidadmetropolitana, y reconociendo tambin su heteroge-neidad interna (por distritos o barrios, por ejemplo).

    Hoy se ha instalado tambin, con fuerza, la dis-cusin en torno a las nuevas formas de estructu-racin metropolitana, teniendo como eje deindagacin las propuestas de ciudad difusa, frag-mentada o descentrada; muchos retoman estudiosrealizados en otras metrpolis, tales como Mxicoo San Pablo, en el contexto latinoamericano(Villa y Rodrguez, 1997; Rodrguez Vignoli, 2002),que han visto disminuir el ritmo de crecimientode su poblacin aglomerada al tiempo que susreas adyacentes mostraban crecimientos muy ele-vados. Buenos Aires no ha escapado a estas con-sideraciones, y quizs la expresin ms clara deesto sean los trabajos que abordan no ya el reametropolitana o la aglomeracin, sino la llamadaRegin Metropolitana, definida a partir de laincorporacin de otros partidos bonaerenses (aveces denominados tambin como tercera corona).Los declinantes ritmos de crecimiento de la aglo-meracin han sido, tambin en Buenos Aires, inter-pretados como ejemplo de estos procesos.

    Se trata, sin dudas, de propuestas interesantes,que requeriran de mucha ms investigacinemprica para probar esas hiptesis en el caso deBuenos Aires, al tiempo que permitiran seguir

  • avanzando en otras cuestiones de gran impor-tancia. Por una parte, requeriran volver a discutiro proponer nuevas definiciones que permitanprecisar el objeto de estudio, as como CsarVaparsky lo hizo para el caso de las localidadescomo aglomeraciones. Esto es, poder ir ms all deun cambio de rtulo, para construir conceptual-mente, y luego operacionalizar y aplicar, una defi-nicin fundamentada de regin metropolitana.

    Por otra parte, exigira instalar la discusin en elmarco de una reconsideracin de lo urbano y lorural, categoras dicotmicas cuya pertinenciaviene siendo cada vez ms discutida (vaseChampion y Hugo, 2004), sin que se haya logradoinstalar alguna alternativa superadora. La consi-deracin de las funciones metropolitanas y sudespliegue territorial, probablemente, estarn enel ncleo de esta reconsideracin, as como lasnuevas formas de utilizacin del espacio rural.Con esto podr avanzarse en el anlisis del sistemaurbano nacional, al tiempo que tambin debernconsiderarse los vnculos de la metrpoli conotras de igual o mayor jerarqua en la escala global.Todo esto teniendo en cuenta, adems, las defi-niciones internacionales que permitan producirinformacin comparable.

    Y en este contexto, seguramente habr queenfrentar el desafo de comprender el cambianterol que el ncleo metropolitano (la CiudadAutnoma) y sus periferias (primero, segundo,tercer anillo) ocupan en esta compleja estructura.Esto es, seguir avanzando en la comprensin delos niveles y tendencias que los distintos indica-dores muestran de la Ciudad Autnoma y susvarias unidades internas, y al mismo tiempo reinter-pretarlos en su articulacin con otras totalidades.

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  • A LA bsqueda del "vas urbano"

    El territorio y las obras pblicas

    La crisis de 1930 fue leda por los elencos tcnicos y polticos con peso en el poder pblico como un sntoma que revelaba la necesidad de una mayor intervencin del Estado en la economa, ms all de que los diagnsticos difirieran sobre su profndidad y duracin, y sobre la capacidad del pas para superarla. En relacin con el territorio, estas cuestiones se tradujeron en un incremento de las obras pblicas, consideradas tradicionalmente como el so-porte de la produccin y de las funciones asignadas al Estado. Se trat, fundamentalmente, de una modernizacin de la infraestruc-tura de transporte, riego y almacenamiento de la produccin, y de las condiciones de la vida rural, que buscaba una mayor eficiencia en la produccin agrcola-ganadera.

    Sin embargo, la situacin del campo no fe el nico impulso para la ampliacin de la obra pblica en los inicios de la dcada. La sustitucin de importaciones oblig a concebir obras vincula-das a la produccin industrial y energtica, a la vez que la cons-truccin en general, y la obra pblica en particular, eran vistas como actividades capaces de controlar la desocupacin. Las con-signas del momento eran "modernizar el campo" y "urbanizar el pas", en otras palabras, construir un territorio cohesionado y ho-mogneo sobre la base de nueva infraestructura y nuevo equipa-miento.

    La relevancia cobrada por el Ministerio de Obras Pblicas in-forma sobre la modalidad que fueron adoptando estas preocupa-ciones. Su principal centro de accin lo constituy la red camine-ra, aunque el incremento en obras o proyectos de arquitectura, hi-drulica y elevadores de granos no debe ser soslayado. Tambin debe atenderse el parcial ingreso de la obra pblica en terrenos que anteriormente no formaban parte de sus competencias, a tra-vs de ciertos programas de accin social que en la dcada si-guiente enfatizara el peronismo. El ministerio haba sido creado en 1898, y el perodo 1932-1940, cuando lo dirigi Manuel R. Alvarado, constituy una etapa principal de su desarrollo. La in-auguracin en 1936 de su nueva sede, un "rascacielos" modernis-ta en la an incipiente avenida 9 de Julio, fue parte de la poltica de centralizacin de la actividad de cada uno de los ministerios.

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  • 148 -

  • Con el edificio se creaba una nueva imagen pblica de la institu-cin, vinculada a la modernidad y el progreso, y a la creciente intervencin del Estado en la configuracin del territorio; era una consecuencia de su actividad a la vez que un smbolo de su pro-grama institucional.

    Los gobiernos provinciales, aunque de manera desigual de acuer-do con sus recursos y su orientacin poltica, avanzaron en senti-dos similares al planteado por el gobierno nacional, en muchos casos superando sus propuestas. El gobierno del Partido Dem-crata Nacional en Mendoza (1932-43), por ejemplo, sobre todo durante la gestin de Guillermo Cano (1935-38), adems de desa-rrollar una amplia proteccin a la industria vitivincola, estimul la produccin de cemento, el petrleo y el turismo, y propuso un amplio plan de obras pblicas donde se destacaban las reas de vivienda, salud y educacin; en 1940 se llam a concurso para la concrecin de un Plan Regulador para la ciudad de Mendoza. En el caso de la provincia de Buenos Aires, el gobernador Manuel A. Fresco (1936-1940) slo redujo la ambicin de sus planes provin-ciales de obras pblicas cuando el gobierno nacional neg autori-zacin para continuar emitiendo los emprstitos provinciales que los financiaban. Una amplia accin de equipamiento para las ciu-dades provinciales (cementerios, sedes gubernamentales, matade-ros, aerdromos) coexisti con proyectos de vivienda urbana (se cre el Instituto de la Vivienda Obrera) y rural (a travs del Institu-to Colonizador de la provincia, otra de las promociones de su go-bierno) y con importantes obras ligadas al turismo.

    El reconocimiento del valor de las obras pblicas no era exclu-sivo de los conservadores, sino que se extenda a muchos otros grupos polticos. El bloquismo sanjuanino, durante el gobierno de Federico Cantoni (1932-1934), impuls la construccin de em-presas con ferte participacin estatal (Bodegas del Estado, Azu-carera de Cuyo y Marmolera del Estado), a la vez que se mantuvo particularmente activo en reas como vialidad, irrigacin y vivienda rural. Los gobiernos radicales de Crdoba (Amadeo Sabattini y Santiago del Castillo, 1936-43), a travs de su eslogan electoral "Agua para el Norte, caminos para el Sur y escuelas para toda la provincia", ponan tambin en primer plano las obras pblicas.

    A su vez, ciertas repar t ic iones estatales desarrol laron notables ampliaciones de su p roducc in a nivel nacional. La Direcc in de Ingenieros Mili tares cons t ruy cuarte les en dist intos pun tos del

  • pas y obras de particular envergadura en Buenos Aires, cuyo inte-rs trascenda el plano militar para insertarse en una renovacin ms global de la produccin arquitectnica. Fue el caso del barrio de viviendas Sargento Cabral en Campo de Mayo, o del Hospital Militar Central.

    En la mayor parte de estos ejemplos se hace presente la explota-cin de la capacidad simblica y expresiva de la arquitectura mo-derna por parte del Estado. Su lenguaje de formas geomtricas, techos planos, muros desnudos y blancos, expresaba mucho ms que cambios internos a la arquitectura: a travs de imgenes, des-plegaba un discurso que hablaba de progreso y de una transforma-cin productiva basada en la tcnica. Por otra parte, se trataba de un lenguaje fuertemente asociado a lo urbano, cuya incorporacin al paisaje del campo o de las pequeas localidades del interior evocaba tambin las consecuencias deseables de tal transforma-cin en la dimensin social y cultural; el progreso rescatara de su atraso al habitante del interior. Campo y ciudad dejaran de ser antagonistas, para que el primero se transformara en una suerte de prolongacin de la segunda.

    Ms all de estos significados bsicos que se reiteraban en las propuestas modernizadoras estatales, existieron variantes en cuanto a elecciones formales y a modelos de referencia. As, la moderni-dad que propona la arquitectura de los planes de Fresco era ms audaz que el austero racionalismo de los planes mendocinos o el elegante modernismo de las escuelas cordobesas. La especie de expresionismo mal templado que caracteriz buena parte de los edificios construidos en el interior de la provincia de Buenos Ai-res puede ser juzgado, a primera vista, como mera extravagancia formal, pero en realidad tensa y extrema una bsqueda de expresi-vidad poltico-cultural de la arquitectura que fe propia de buena parte de la produccin estatal de la dcada. La monumentalidad modernista de las obras promovidas por Fresco se proyectaba como una representacin elocuente de modernidad y progreso, directa y carente de ambigedad. Cargada por un ferte programa simbli-co, esta arquitectura pareca obligada a apelar a todos los recursos para ser visible, construyendo nuevos hitos urbanos o territoriales que sealaran la radical novedad de los programas econmicos, sociales o culturales que encarnaban. La extraeza con respecto a su entorno inmediato, en lo que atae a forma, colores o dimensio-nes, era deliberada, porque constitua la imagen de un cambio que

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  • se iniciaba en el presente, a la vez que contena una p romesa de fu tu ro ; esta arqui tectura se eriga al mismo t iempo c o m o instru-men to y s mbolo del cambio. La slida alianza ent re a rqui tec tura moderna y E s t a d o fue central para la difusin de las f o r m a s y est-t icas modern is tas en la sociedad. Y ambos fue ron los hechos ca-racter s t icos de los aos treinta, aunque las rut inas del eclecticis-m o no abandonaron los tableros de dibujo de las repar t ic iones es-tatales de un da para el otro.

    Sin embargo, las acciones llevadas a la prctica fueron notable-mente inferiores a las carencias que se detectaban. Hubo, por ejem-plo, un notable atraso en el desarrollo de la infraestructura de ae-ropuertos, ya que la construccin de uno para Buenos Aires fue propuesta por el Congreso en 1932, pero los estudios sobre su lo-calizacin tomaron ms de una dcada, demorando la concrecin de la obra, que se inici recin en 1944 en la localidad de Ezeiza. Otro caso fue el de diques y represas hidroelctricas, que comen-zaron a planificarse a fines de la dcada del treinta (El Cadillal en Tucumn o El Nihuil en Mendoza), pero cuya construccin efecti-va fue impulsada recin por el peronismo. Finalmente, la inter-vencin del Estado en la construccin de viviendas masivas, en-tendida como un conjunto de acciones planificadas, sostenidas en el tiempo y relevantes desde el punto de vista cuantitativo, fue otro tema que se vio postergado en la prctica hasta que el pero-nismo las encar.

    La modernizacin, entonces, encontraba sus lmites. En ellos es posible reconocer las huellas del conservadurismo poltico de sus impulsores, sus dudas e incertidumbres frente a los grandes cam-bios que estaban enfrentando, y su prudente apego a una poltica fiscal equilibrada. Pero tales lmites no afectan el impacto del vo-lumen de lo realmente realizado, y esto se tradujo en el imaginario social bajo la forma de un lugar comn de larga duracin, los go-biernos conservadores "hacen obra". Esto significaba que "hacer obra" a travs de emprendimientos pblicos era sinnimo de "buen gobierno", en un argumento donde la poltica era entendida como "progreso" en el "bienestar general", interpretacin alentada por los nuevos roles del Estado en la vida social. "Los conservadores roban, pero hacen obra": gobiernos que feron sinnimo de co-rrupcin, fraude electoral o intimidacin poltica, se legitimaban en su capacidad ejecutiva a travs de la obra pblica. Desde este punto de vista, la obra pblica y sus imgenes adquiran una nueva

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  • dimensin simblica, ya que parecan tomar partido dentro de la vieja alternativa administracin/poltica. La obra pblica permita a los conservadores presentarse como eficaces administradores empeados en una tarea amplia y patritica, que buscaba el bien comn, y desvinculada generosa y aspticamente de los intereses partidarios o sectoriales con los cuales identificaban a "la poltica".

    El territorio como espacio de la produccin

    La red de caminos

    En la mayor parte de las obras pblicas es posible, entonces, introducir matices entre los imaginarios y lo realmente producido; pero hay un sector de la obra pblica en el cual la dcada de 1930 marc un antes y un despus: la construccin de caminos. Este hecho empalm con tendencias internacionales iniciadas en la pri-mera posguerra, aunque la inmensa difusin propagandstica a ni-vel internacional de la obra vial se produjo a partir de 1933, cuan-do en Estados Unidos se transform en una de las recetas con que el New Deal combati la depresin y en Alemania en uno de los emblemas del despegue nacional que prometa el rgimen nazi.

    El automvil se impona como el medio de transporte del siglo XX. En la Argentina, el surgimiento del mercado automotor local y su posterior afianzamiento en la dcada del veinte constituyeron un efecto de la expansin del comercio norteamericano en Amri-ca Latina a partir de la Primera Guerra Mundial. Como parte de esa expansin, se radicaron subsidiarias de empresas norteameri-canas; Ford Motors instal una planta de armado de automviles en el pas en 1917 y la General Motors lo hizo en 1925. Como plantea Garca Heras, el establecimiento de compaas financie-ras asociadas, a partir de 1928, permiti ofrecer facilidades para la compra de automviles, ampliando el mercado. El inmenso des-pliegue publicitario apuntaba a consolidar nuevos patrones de con-sumo entre las clases medias y altas. Finalmente, la radicacin en el pas de Good Year (1930) y Firestone (1931) afianz la preemi-nencia norteamericana en el rubro. La crisis y el control de impor-taciones frenaron el crecimiento del mercado automotor hasta la recuperacin de mediados de la dcada; a partir de esos aos, la tendencia ascendente fe sostenida.

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  • Como resultado de esa expansin, el transporte automotor co-menz a producir una t ransformacin en las comunicaciones. Ya a mediados de la dcada del veinte se haba intensificado un debate sobre los medios de transporte, dentro del cual ocupaban un lugar central las disputas de los productores rurales con los ferrocarriles britnicos por la incidencia de las tarifas de transporte en el costo de la produccin. La necesidad de desarrollar nuevos medios de transporte era vista como una urgencia por los sectores que pro-pugnaban una modernizacin de la infraestructura: Alejandro Bunge y su Revista de Economa Argentina venan siendo ejem-plos de esa actitud, observada con recelo por las empresas britni-cas y, por esa razn, sin una acogida entusiasta en mbitos ofi-ciales.

    Los prestigios del transporte automotor combinaban variados argumentos, su modernidad tcnica, su novedad empresarial (que contrapona los xitos de la industria norteamericana frente a la decadencia irremisible de la britnica), la ductilidad que le permi-ta llegar con baja inversin a zonas alejadas, la posibilidad de desarrollo de pequeas empresas no monoplicas para el trans-porte de carga, el desarrollo de industrias locales que provean parcialmente a las automotrices. Con esos argumentos, en Buenos Aires toda la oposicin progresista, y buena parte de la opinin pblica, se pronunciaban en contra del monopolio britnico del sistema de tranvas y subterrneos, y a favor de la revolucin del transporte urbano que haba significado el surgimiento del colec-tivo.

    As se generaliz desde los aos veinte la oposicin entre el ferrocarril y los transportes de motor de explosin en todo el pas. Como resultado, el camino apareca enfrentado a todo aquello que, en la economa y el territorio argentinos, representaba el trazado ferroviario, sinnimo de los males del pas, especialmente de la crisis de la produccin rural y del crecimiento desacompasado de las diferentes regiones argentinas. Por ello, la construccin de ca-minos era entendida como una demorada reafirmacin de la na-cionalidad oprimida por la "tela de araa" que haban tendido los intereses britnicos sobre el mapa nacional. Tal interpretacin es-taba difundida en un amplsimo espectro poltico, que reuna des-de la izquierda hasta los sectores nacionalistas, y que presentaba al camino como un smbolo de la voluntad de desarrollo econmi-co nacional. Curiosamente, la accin gubernamental de la dcada

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  • del treinta fue la que materializ aquellos ncleos ideolgicos de los que seran sus opositores.

    En efecto, la construccin de carreteras tuvo por entonces un desarrollo que no se igualara por dcadas. El principal impulso a la vialidad tuvo lugar en los inicios de la presidencia de Justo a travs de la ley 11.658/32, que cre un nuevo fondo nacional de vialidad destinado al estudio, trazado y construccin de caminos y obras anexas, obtenido por un impuesto sobre la nafta y los lubricantes. En el mismo ao se haba creado, dentro del Ministe-rio de Obras Pblicas, la Direccin General de Vialidad de la Na-cin, sobre la base de dos reparticiones existentes. La ley 11.658 dara a este ente administrador de fondos, proyectista y ejecutor de obras, una mayor autonoma, ascendindola a Direccin Nacio-nal. Entre 1932 y 1939, durante la gestin del ingeniero Justiniano Allende Posse, integrante del crculo ms estrecho vinculado al presidente Justo, Vialidad construy la parte principal de la red caminera que estructurara por dcadas las comunicaciones nacio-

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  • nales. En 1932, el pas dispona slo de alrededor de 2.000 km de caminos de trnsito carretero permanente; para 1944 la red nacio-nal se haba ampliado a casi 60.000 km, con ms de 30.000 km de caminos de trnsito permanente y ms de 3.000 km en construc-cin, a los que se sumaban aproximadamente 8.000 km de cami-nos provinciales.

    El plan integral delineado por la Ley de Vialidad prevea la unin de las capitales y los centros de produccin, y el acceso a los pa-ses limtrofes, a los puertos y estaciones ferroviarias. El trazado de la red nacional o troncal constituy una preocupacin inmediata: Buenos Aires, Baha Blanca, Rosario y Santa Fe en el litoral, Cr-doba en el centro del territorio, Salta y Resistencia en el norte, fueron los centros camineros del sistema. Las caractersticas espe-cficas de la regin patagnica aconsejaron la construccin de dos rutas paralelas de direccin norte-sur, vinculadas por rutas trans-

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  • versales. En cuanto a la comunicacin con pases limtrofes desde Buenos Aires, en la ruta 9 (Panamericana) hacia Bolivia se regis-traron los progresos ms rpidos, a la vez que se avanzaba de ma-nera algo ms lenta hacia Chile, Paraguay y Brasil. Para 1940, los objetivos iniciales del plan se consideraban cumplidos. Privile-giando la integracin nacional, los trabajos iniciales se desarrolla-ron en el interior del pas, aunque ya a mediados de la dcada se emprendi el plan de acceso inmediato a las grandes ciudades, que comenz con el trazado de la avenida de circunvalacin Ge-neral Paz en Buenos Aires, en 1936. Era ste un proyecto experi-mental cuyos principios pensaban trasladarse ms tarde a Rosario, Crdoba y Baha Blanca.

    Las empresas britnicas, ante la evidencia de que no podan impedir el desarrollo vial, buscaron al menos que complementara su propio trazado, proponiendo a las estaciones principales de fe-rrocarril como cabeceras de subsistemas v