monografia poder judicial

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LA ORGANIZACIÓN DEL PODER JUDICIAL FORMACION BASICA PARA LA MAGISTRATURA Autores: Cadillo Gamarra , Ofelia Caycho Espíritu, Magno Escobedo Condori,Liz Güere Cano,Vanessa Rodríguez Contreas , Catherin Docente: Dr. Valderrama Laguna ,Fernando Universidad Los Ángeles de Chimbote Facultad de Derecho VII Lima

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no habla de la historia del poder judicial y su organizacion

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LA ORGANIZACIÓN DEL PODER JUDICIAL

FORMACION BASICA PARA LA MAGISTRATURA

Autores:

Cadillo Gamarra , Ofelia

Caycho Espíritu, Magno

Escobedo Condori,Liz

Güere Cano,Vanessa

Rodríguez Contreas , Catherin

Docente:

Dr. Valderrama Laguna ,Fernando

Universidad Los Ángeles de Chimbote

Facultad de Derecho

VII

Lima

2016

DEDICATORIA

A Dios por habernos permitido llegar hasta

este punto y habernos dado salud, ser el

manantial de vida y darnos lo necesario

para seguir adelante día a día  para lograr

nuestros objetivos, además de su infinita

bondad y amor. 

1

INDICEINTRODUCCION................................................................................................................3

HISTORIA.............................................................................................................................5

TRATAMIENTO NORMATIVO CONSTITUCIONAL DEL PODER JUDICIAL EN EL SIGLO XIX...............................................................................................................6

TRATAMIENTO NORMATIVO CONSTITUCIONAL DEL PODER JUDICIAL EN EL SIGLO XX...................................................................................19

EL PODER JUDICIAL EN LA NORMATIVIDAD LEGAL VIGENTE.....................26

ESTRUCTURA DEL ESTADO........................................................................................29

Aspecto Jurisdiccional........................................................................................................30

Funcionamiento del Poder Judicial...................................................................................30

Corte Suprema de Justicia de la República del Perú...................................................35

SALA PLENA:................................................................................................................36

ORGANIZACIÓN DEL CONSEJO EJECUTIVO:....................................................36

EL CONTROL DE LA FUNCIÓN JUDICIAL...............................................................38

MISION Y VISION.....................................................................................................40

OBJETIVOS................................................................................................................41

Estrategias:...................................................................................................................41

RECOMENDACIONES.............................................................................................42

CONCLUSIONES.......................................................................................................45

Bibliografía..........................................................................................................................46

ANEXOS.......................................................................................................................47

2

INTRODUCCION

El poder judicial es uno de los tres poderes u órganos constituidos del Gobierno

Federal, tiene por objeto la impartición de la justicia, está formado por varios órganos

primordiales para que esta administración se lleve adecuadamente y conforme a lo

establecido en las leyes de este país

El poder judicial está integrado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación,

Tribunal Federal electoral, Tribunal Colegiado de Circuito, Tribunal Unitario de Circuito,

Juzgados de Distrito y el Consejo de la Judicatura Federal; que a su vez estas se encuentras

subdivididas en varias instancias que se encargan de impartir justicia de acuerdo al tipo de

cámara o cargo al que estén señalados

Este es el único poder que es independiente del poder legislativo y ejecutivo ,

aunque no se rige en un solo órgano como el ejecutivo que está bajo el mando del

presidente de la república o el legislativo que está a cargo del Congreso de la Unión se dice

que es un órgano de control, porque es el que controla las leyes y justicia de la nación..

El Palacio de Justicia de Lima es un edificio característico de la ciudad peruana de

Lima, sede de la Corte Suprema de la República y símbolo del Poder Judicial del Perú.

Se ubica en el cercado de Lima frente al Paseo de los Héroes Navales, en una de las

plazas más grandes y significativas del Perú, sede de uno de los poderes del Estado y que

por ello es uno de los lugares usualmente elegidos en la ciudad para todo tipo de

concentraciones públicas.

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El Poder Judicial del Perú es un organismo de la República del Perú constituido por

una organización jerárquica de instituciones, que ejercen la potestad de administrar justicia,

que emana del pueblo.

Está encabezado por la Corte Suprema de la República que tiene competencia en

todo el territorio. El segundo nivel jerárquico lo forman las Cortes Superiores con

competencia en todo un Distrito Judicial. El tercer nivel es formado por los Juzgados de

Primera Instancia cuya competencia es, aproximadamente, provincial. Finalmente, se

encuentran los Juzgados de Paz, con competencia distrital.

El Poder Judicial es aquél que administra justicia. La Constitución reconoce que

esta facultad es originaria del pueblo; sólo es ejercida por el Estado.

El Poder Judicial en su ejercicio funcional es autónomo en lo político,

administrativo, económico, disciplinario e independiente en lo jurisdiccional

No existe, ni puede instituirse, ninguna jurisdicción que pueda cumplir esta misma

tarea, con excepción de los organismos de justicia militar y arbitral.

El Poder Judicial es, de acuerdo a la Constitución y las leyes, la institución

encargada de administrar justicia a través de sus órganos jerárquicos que son los Juzgados

de Paz no Letrados, los Juzgados de Paz Letrados, las Cortes Superiores y la Corte

Suprema de Justicia de la República.

4

HISTORIA

Al darse la independencia del Perú, José de San Martín creó la “Cámara de

Apelaciones”, por decreto del 12 de febrero de 1821, con una jurisdicción que alcanzó los

territorios de los actuales departamentos de Cajamarca, Piura, Lambayeque, Amazonas,

entonces conocido como Chachapoyas y de Huamachuco, que era como entonces se

conocía a la actual provincia de Sánchez Carrión, con sede en la ciudad de Trujillo, con el

objetivo de reemplazar a la Real Audiencia, fue reemplazada el 26 de marzo de 1824, en

ese año se estableció en Trujillo la primera Corte Superior de Justicia que tuviera la

República del Perú, como máximo tribunal de justicia, con atribuciones de Corte Suprema,

bajo la denominación de Corte Superior del Norte cabe destacar que pese a ya no tener a la

Real Audiencia, el Perú siguió usando el derecho ibérico para impartir justicia.

(Gutierrez Paredes)La reforma del Poder Judicial no es un proceso reciente,

único, ni homogéneo. No es reciente porque se registran antecedentes desde el siglo

pasado. No es único porque ha habido propuesta y modelos de reforma desde las más

diversas perspectivas y opciones según las coyunturas políticas en las que se haya dado:

administrativo-jurídico-jurisdiccional, social y político, económico y doctrinal. Tampoco

es homogéneo, al menos en los últimos 25 años, porque ha habido avances en algunos

aspectos como el reconocimiento de la justicia de paz en el sistema judicial peruano; se

han introducido nuevos mecanismos de resolución de conflictos como el arbitraje y la

conciliación para el descongestionamiento judicial, y ha habido retrocesos flagrantes

como la introducción de la jurisdicción militar en los asuntos civiles y el retiro del

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sistema contencioso de algunos fueros internacionales.

Hoy hablamos mucho del Poder Judicial. Hay una gran preocupación sobre el

tema. Y no es para menos porque la institución judicial es indispensable para tener un

país con relaciones justas. Los códigos pueden ser espléndidos, las investigaciones

académicas sobre temas jurídicos pueden ser excelentes, pero si no hay quien haga

cumplir esas reglas y esos principios, todo ello no tiene ningún valor. De ahí que el

desmoronamiento del Poder Judicial equivale a un desmoronamiento social que puede

concluir en el desprestigio del Derecho como institución valedera (Tragegnies). (Silva

Santisteban) A mediados del siglo XIX, José Silva Santisteban decía que “puede una

legislación ser tan rica y completa como fuera dable: no estando acompañada de una

administración de justicia, será una bella utopía y nada más” .

TRATAMIENTO NORMATIVO CONSTITUCIONAL DEL PODER JUDICIAL EN EL SIGLO XIX

Las Constituciones vigentes a lo largo de nuestra historia resultan un importante

referente respecto del desarrollo histórico que ha tenido el Poder Judicial. Algunos autores

como (Paz Soldan, 1984) y (Rubio Correa, 1999) desarrollan la historia de dicha Institución

conforme a las tantas constituciones que se han promulgado en el Perú.

(http://www.congreso.gob.pe/ntley/ConstitucionP.htm)En cada una de las

Constituciones reconocidas en el Archivo Digital de la Legislación en el Perú , advertimos

el marco jurídico con el que ha contado el sistema de justicia y por ende nuestro Poder

Judicial a lo largo de la historia.

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La Constitución de 1812

Aunque no exista unanimidad en reconocer a la Constitución Política de la

Monarquía Española, promulgada en Cádiz el 19 de marzo de 1812, como parte del

constitucionalismo peruano; lo cierto es que fue un texto de vital trascendencia para el

naciente constitucionalismo latinoamericano que –luego del proceso independentista-

surgiría para dar origen a las nuevas Repúblicas.

En dicho texto fundamental se reconoce que la potestad de aplicar las leyes en las

causas civiles y criminales pertenece exclusivamente a los tribunales, no pudiendo las

Cortes ni el Rey ejercer en ningún caso las funciones judiciales, avocarse a causas

pendientes, ni mandar abrir los juicios fenecidos.

Los tribunales no podrán ejercer otras funciones que las de juzgar y hacer que se

ejecute lo juzgado, no pudiendo suspender la ejecución de las leyes, ni hacer reglamento

alguno para la administración de justicia. La justicia se administraba en nombre del Rey,

y las ejecutorias y provisiones de los tribunales superiores se encabezarán también en su

nombre.

Se estableció que para ser nombrado magistrado o juez se requería haber nacido

en el territorio español, y ser mayor de veinte y cinco (25) años, debiendo las demás

calidades ser determinadas por la ley.

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Como parte de la protección a la labor jurisdiccional, se estableció que los

magistrados y jueces no podían ser depuestos de sus destinos, sean temporales o

perpetuos, sino por causa legalmente probada y sentenciada, ni tampoco podían ser sujeto

de suspensión sino por acusación legalmente intentada. El soborno, el cohecho y la

prevaricación de los magistrados y jueces producen acción popular contra los que los

cometan.

Se reconoció la administración de justicia en lo civil, donde el Alcalde de cada

pueblo ejercerá en él el oficio de conciliador, y el que tenga que demandar por negocios

civiles o por injurias, deberá presentarse a él con este objeto; no estando permitido

entablar pleito alguno sin haber intentado el medio de la conciliación.

Respecto de la administración de justicia en lo criminal, se consagró que las leyes

establecieran el proceso caracterizado por la brevedad y no tener vicios, á fin de que los

delitos sean prontamente castigados. Señalaba además que ningún español podrá ser preso,

sin que preceda información sumaria del hecho, por el que merezca según la ley ser

castigado con pena corporal, y, así mismo, un mandamiento del juez por escrito que se le

notificará en el acto mismo de la prisión, con lo cual se consagró la protección de la libertad

personal.

La Constitución de 1823

Esta Constitución fue dictada por el Primer Congreso Constituyente el 12 de

noviembre de 1823 y estableció que la nación peruana es independiente de la Monarquía

Española y de toda dominación extranjera, no pudiendo ser patrimonio de ninguna persona

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ni familia. Así las cosas, se estableció que la soberanía reside esencialmente en la Nación y

su ejercicio en los magistrados, a quienes ha delegado sus poderes.

Conforme lo señala Marcial Rubio Correa, esta Constitución fundó el Poder Judicial

republicano en la Sección Segunda del Capítulo VIII intitulado “Poder Judiciario”, donde

se consagró que dicho poder reside exclusivamente en los Tribunales de Justicia y Juzgados

subalternos en el orden que designen las leyes, niveles que administraban justicia en

nombre de la nación. (Rubio Correa, 1999)

El Poder Judicial era independiente, los jueces inamovibles y de por vida si su

conducta no daba motivo para su separación.

Se creó una Suprema Corte de Justicia que residirá en la capital de la República,

compuesta por un Presidente, ocho (08) Vocales y dos (02) Fiscales. En los

Departamentos de Lima, Trujillo, Cusco, Arequipa y demás que conviniese, se crearon

Cortes Superiores de Justicia compuestas de los Vocales y Fiscales necesarios. En forma

complementaria, habría jueces de derecho con sus juzgados respectivos en todas las

Provincias, arreglándose su número en cada una de ellas, según lo exija la pronta

administración de justicia. No se estableció pauta alguna para los nombramientos

judiciales.

En las causas criminales el juzgamiento era público, el hecho conocido y

declarado por jurados, y la ley aplicada por los Jueces, no reconociéndose más que tres

instancias en los juicios.

Se estableció que producen acción popular contra los jueces el soborno, la

prevaricación, el cohecho, la abreviación o suspensión de las formas judiciales, el

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procedimiento ilegal contra la libertad personal y la seguridad de domicilio.

Respecto de materia criminal, se señala que dentro de veinticuatro (24) horas se le

hará saber a todo individuo la causa de su arresto, y cualquier omisión en este punto se

declara atentatoria de la libertad individual.

Finalmente se consagró que todas las leyes anteriores al Texto de 1823 que no se

opongan al sistema de la independencia y a los principios en ella establecidos, quedaban

en vigor y con fuerza legal hasta la organización de los Códigos civil, criminal, militar y

de comercio.

La Constitución de 1826

La Constitución de 1826 –llamada la “Constitución vitalicia” de Bolívar- fue

aprobada por el Consejo de Gobierno el 1° de julio de 1826 y sometida a los Colegios

Electorales, que la ratificaron el 30 de noviembre de ese año.

Esta Constitución reconoció cuatro Poderes del Estado: el Poder Electoral, el Poder

Legislativo, el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial.

Respecto al Poder Judicial, declaró que los tribunales y juzgados no ejercían otras

funciones que la de aplicar leyes existentes. Los Magistrados y Jueces y durarían en el

ejercicio de sus cargos tanto cuanto durasen sus buenos servicios, no pudiendo ser

suspendidos de sus empleos sino en los casos determinados por las leyes y previa decisión

de la Cámara de Senadores –en cuanto a los primeros- y de las Cortes del distrito, en cuanto

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a los segundos, con previo conocimiento del Gobierno. Toda falta grave de los Magistrados

y Jueces en el desempeño de sus respectivos cargos, produce acción popular, la cual puede

intentarse en todo el término de un año, por órgano del Cuerpo Electoral.

Reconoce a la Corte Suprema de Justicia como la primera magistratura judicial del

Estado, estando compuesta por un Presidente, seis (06) Vocales y un (01) Fiscal, divididos

en las salas convenientes.

En las Provincias se establecieron Partidos judiciales proporcionalmente iguales, y

en cada capital de Partido había Juez de letras con el Juzgado que las leyes determinen. Las

facultades de estos Jueces se reducen a lo contencioso, y podían conocer sin apelación en

los negocios civiles, hasta la cantidad de doscientos pesos. Así mismo, se consagra la

existencia de Jueces de Paz en cada pueblo para las conciliaciones, estableciéndose la

procedencia de alguna reclamación civil o criminal de injurias, sin este previo requisito,

estando exceptuadas las acciones fiscales que no admiten conciliación.

No se conocían más que tres instancias en los juicios.

Las cámaras podían decretar la suspensión temporal de algunas de las formalidades

constitucionales cuando la seguridad de la República lo exigiera.

La Constitución de 1828

El Texto Fundamental de 1828 –considerado por muchos como “la madre de

nuestras Constituciones”- fue dado por el Congreso General Constituyente el 18 de marzo

de 1828.

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El ejercicio de la soberanía residía en tres poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial,

suprimiéndose al Poder Electoral.

Ratificó la independencia del Poder Judicial, señalando que la justicia es

administrada –en nombre de la República- por los jueces, quienes eran perpetuos en el

cargo, salvo sentencia legal de separación. Estableció que en cada pueblo habrá Jueces de

Paz para las conciliaciones, sin cuyo requisito o el de haberla intentado, no se admitirá

demanda alguna civil o criminal de injurias, salvo las acciones fiscales y demás que

exceptúe la ley. Los juicios civiles eran públicos, aunque los jueces deliberaban en secreto.

Las sentencias eran motivadas y se pronunciaban en audiencia pública, mientras que las

causas criminales se hacían por Jurados, cuya institución era detallada por ley. Entre tanto,

los Jueces conocerán haciendo el juzgamiento público, y motivando sus sentencias.

Creaba tribunales especiales para el comercio y la minería. Incurría en el error de

establecer jurados para las causas criminales aunque mientras se organizaban aquéllos,

seguirían conociendo de los procesos, los Jueces permanentes.

No habían más que tres instancias en los juicios, limitándose la tercera a los casos

que designe la ley, siendo el caso que ningún Tribunal o Juez podía abreviar ni suspender

en caso alguno las formas judiciales.

Ninguna persona podía ser apresada sin precedente (información del hecho por el

que merezca pena corporal) y sin mandamiento por escrito del Juez competente, aunque se

permitía el arresto in fraganti de un criminal que, inmediatamente después de su

aprehensión, debía ser conducido ante el Juez.

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Eran objeto de acción popular contra los Jueces, el prevaricato, el cohecho, la

abreviación o suspensión de las formas judiciales, el procedimiento ilegal contra la libertad

personal y seguridad de domicilio.

En cuanto a la designación, se estableció el régimen de cooptación o de la carrera

cerrada, aunque se permitía abrirla provisionalmente a los abogados con determinados años

de ejercicio profesional.

La Constitución de 1834

En esta Constitución –dictada por la Convención Nacional el día 10 de Junio de

1834- se reconoce que el Poder Judicial es independiente y se establece que la duración y

permanencia de los Jueces es en razón de su buen comportamiento, no pudiendo ser

destituidos sino por juicio y sentencia legal.

Se ratifica la existencia de una Corte Suprema de Justicia con sede en la capital de

la República, mientras que en las capitales de Departamento se establecían Cortes

Superiores, a juicio del Congreso, y en los distritos judiciales se creaban los Juzgados de

Primera Instancia. En forma adicional, se dispuso que la división del territorio de la

República en Distritos Judiciales se haría por ley.

En cuanto a su conformación, la Corte suprema de Justicia estaba compuesta de un

Vocal por cada uno de los Departamentos que tengan Senadores y Consejeros de Estado, a

los que se añadía un Fiscal. Los departamentos que no tuvieran individuos con los

requisitos solicitados, podían nombrar libremente a otros de fuera; siendo elegido el

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Presidente de la Corte Suprema de su seno, por los Vocales que la integran, para el período

de un año.

Se consagró también la existencia de un Consejo Supremo de la Guerra, compuesto

de Vocales y un Fiscal nombrados por el Congreso, quien además definía la existencia de

Tribunales Especiales, el número de sus Vocales y sus respectivas atribuciones.

En cuanto al desarrollo de los procesos, la publicidad era considerada esencial

pudiendo los Tribunales controvertir los negocios en secreto, pero las votaciones se hacían

en lata voz y a puerta abierta, debiendo –además- motivarse las sentencias, expresando la

ley y, en su defecto, los fundamentos en que se apoyan.

Se prohibía todo juicio por comisión, estando impedido todo tribunal o Juez de

abreviar o suspender las formas judiciales que designa la ley. De igual modo, ningún poder

ni autoridad podía avocarse a causas pendientes en otro juzgado ni sustanciarlas, ni hacer

revivir procesos concluidos. Los magistrados, jueces y demás empleados del Poder Judicial,

eran responsables de su conducta conforme a la ley.

Se autorizó la acción popular contra los Magistrados y Jueces, por casos de soborno,

prevaricación, cohecho, abreviación o suspensión de las formas judiciales, así como

por procedimiento ilegal que afectara la seguridad personal y la del domicilio.

Mientras la Carta Fundamental de 1828 hablaba de la inamovilidad de los miembros

del Poder Judicial, la de 1834 se limitaba a declarar que la duración en el cargo dependía

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del buen comportamiento de sus miembros, los que no podían ser separados sino por

sentencia legal.

En cuanto a la designación, la Constitución de 1834 conservó la designación de los

vocales de la Corte Suprema por Departamentos, que serían elegidos por el Congreso de las

listas enviadas por los Colegios Electorales. El Fiscal de la Corte Suprema, en cambio, y

esto fue una innovación, sería nombrado por el Poder Ejecutivo a propuesta, en terna

simple, de la propia Corte, siendo igual el procedimiento para los fiscales de las Cortes

Superiores. Para el nombramiento de los agentes fiscales la respectiva Corte Superior

presentaría una terna al Ejecutivo, el que escogería uno. En lo demás, se mantuvo el sistema

de la Constitución anterior.

El Pacto de Tacna de 1837 (Ley Fundamental de la Confederación Perú- Boliviana)

En la Ley Fundamental de la Confederación Perú-Boliviana se señaló que el Poder

Judicial General –referido a la Confederación- se ejercería a prevención en las causas de

Almirantazgo, y en las que resulten por contratos con el Gobierno General, por las Cortes

Supremas de las Repúblicas Confederadas, y en los juicios nacionales contra los

funcionarios expresados en el Artículo 23, por un Tribunal Especial compuesto de tres

Magistrados de cada una de las Cortes Supremas, nombrados por ellas mismas, que serán

convocados por el Senado al lugar donde se hubiere reunido el Congreso. El Senado en este

caso, nombrará el Fiscal que deba promover y fenecer el juicio.

La Constitución de 1839

Fue dada por el Congreso General el día 10 de noviembre de 1839 en Huancayo.

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Dicha Carta suprimió el término “inamovilidad” de los miembros del Poder

Judicial, aludiendo tan solo a que se ejerce por los Tribunales y Jueces, quienes podrán ser

destituidos por juicio y sentencia legal, además de consagrarse la atribución del Ejecutivo

para trasladados, suspendidos y aún removidos.

Los Magistrados de la Corte Suprema y de las Cortes Superiores eran designados

por el Presidente de la República dentro de las ternas presentadas por el Consejo de Estado.

En el caso de los Jueces de Primera Instancia, el procedimiento era el mismo, pero las

ternas las presentaba la Corte Superior del distrito Judicial.

Entre las atribuciones de la Corte Suprema figuraban la de conocer los negocios

contenciosos del Cuerpo Diplomático y Consular residente en la República, las infracciones

del Derecho Internacional y los despojos hechos por el Poder Ejecutivo y otras materias

conexas, constituyéndose así una tendencia embrionaria de reglamentar lo que hoy

llamaríamos la jurisdicción contencioso administrativa. Entre las obligaciones de la Corte

Suprema estaba asimismo la de presentar informes al Congreso, a la apertura de las

sesiones de éste, para la mejor administración de la justicia.

La Constitución de 1839 repitió, en lo esencial, los dispositivos de las Cartas

anteriores sobre el Poder Judicial.

La Constitución de 1856

Esta Constitución fue dada el 13 de octubre de 1856 y promulgada el 19 del mismo

mes.

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Señala que la justicia será administrada por los Tribunales y Juzgados, siendo los

miembros del Poder Judicial amovibles, fijando la ley la duración de sus empleos.

Establece una Corte Suprema de Justicia, Cortes Superiores, Juzgados de Primera

Instancia en las Provincias, y Juzgados de Paz en todas las poblaciones. El número de

Juzgados de Primera Instancia en las provincias y el de Juzgados de Paz en las poblaciones,

se designará por una ley.

Los Vocales de la Corte Suprema eran nombrados por el Congreso, a propuesta en

terna doble del Poder Ejecutivo; mientras que los de las Cortes Superiores y los Jueces de

Primera Instancia, lo eran por el Ejecutivo a propuesta en terna doble de las Juntas

Departamentales.

Se consagró la publicidad como aspecto esencial de los juicios, pudiendo los

Tribunales discutir en secreto, pero debiendo hacer sus votaciones en alta voz y a puerta

abierta. Las sentencias debían ser motivadas, expresándose la ley o fundamentos en que se

apoyan, y estando prohibido todo juicio por comisión.

Ningún poder ni autoridad podía avocarse a causas pendientes en otros juzgados, ni

sustanciarlas ni hacer revivir procesos fenecidos; generándose acción popular contra los

Magistrados y Jueces en casos de prevaricación, cohecho, abreviación o suspensión de las

formas judiciales o el procedimiento ilegal contra las garantías individuales.

Para vigilar sobre el cumplimiento de las leyes, se estableció la existencia de un

Fiscal de la Nación en la capital de la República, así como de Fiscales y Agentes Fiscales

en los lugares y con las atribuciones que la ley designe. El Fiscal de la Nación sería

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nombrado en la misma forma que los Vocales de la Suprema, los Fiscales Departamentales

como los Vocales de las Superiores y los Agentes Fiscales como los Jueces de Primera

Instancia.

La Constitución de 1860

Esta Constitución del 10 de noviembre de 1860, fue expedida durante el segundo

mandato de Ramón Castilla.

Respecto a la regulación del sistema de justicia, mantuvo las características y el

contenido de la Carta anterior, añadiendo que los Vocales y Fiscales de la Corte Suprema

serán nombrados por el Congreso, a propuesta en terna doble del Poder Ejecutivo; los

Vocales y Fiscales de las Cortes Superiores serán nombrados por el Ejecutivo a propuesta

en terna doble de la Corte Suprema; y los Jueces de Primera Instancia y Agentes Fiscales, a

propuesta en terna doble de las respectivas Cortes Superiores. Si ocurriese alguna vacante

en la Corte Suprema durante el receso del Congreso, la Comisión Permanente del órgano

legislativo proveerá interinamente la plaza, a propuesta en terna doble del Poder Ejecutivo.

La Constitución de 1867

Esta Carta fue sancionada por el Congreso Constituyente el 29 de agosto de 1867.

Conforme se advierte del texto constitucional, los Vocales de la Corte Suprema eran

nombrados por el Congreso, para lo cual aquella debe remitirle –en caso de vacante- una

lista de todos los magistrados que tengan quince (15) años de servicios y de todos los

abogados que tengan veinte (20) años de estudio abierto. Los Vocales de la Corte Superior

eran nombrados por el Congreso a propuesta en terna doble de la Corte Suprema: una de

magistrados con diez(10) años de servicios, y otra de abogados con diez (10) años de

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estudio abierto. Los Jueces de Derecho eran nombrados por la corte Suprema a propuesta

de la respectiva Corte Superior; mientras que los de Paz eran nombrados por la Corte

Superior respectiva a propuesta en terna del Juez de Primera Instancia. Los Representantes

no pueden ser propuestos ni elegidos para ninguna Vocalía.

Asimismo, habrá en la Corte Suprema un Fiscal, en las Cortes Superiores el número

de Fiscales que designe la ley, y Agentes Fiscales en las capitales de Departamento y en los

lugares que determine la ley. Los Fiscales serán nombrados del mismo modo que los

Vocales, y los Agentes Fiscales del mismo modo que los Jueces.

Otra innovación importante en materia judicial era que la ley determinaría la

organización de los Tribunales contencioso–administrativos.

TRATAMIENTO NORMATIVO CONSTITUCIONAL DEL PODER JUDICIAL EN EL SIGLO XX

La Constitución de 1920

Fue dictada por la Asamblea Nacional de 1919 y promulgada el 18 de Enero de

1920, cuando era Presidente Constitucional de la República, Augusto B. Leguía.

Sobre el Poder Judicial estableció que los Vocales y Fiscales de la Corte Suprema

serían elegidos por el Congreso entre diez (10) candidatos, propuestos por el Gobierno de

acuerdo con la ley. Los Vocales y Fiscales de las Cortes Superiores serían nombrados por el

Poder Ejecutivo a propuesta en terna doble de las respectivas Cortes Superiores, de

conformidad con la ley.

19

Los miembros del Poder Judicial no podrán ser nombrados por el Poder Ejecutivo

para desempeñar ningún cargo político, exceptuándose a los Magistrados de la Corte

Suprema que podrán ser nombrados Ministros de Estado.

Corresponde a la Corte Suprema resolver las competencias que se susciten entre el

Poder Ejecutivo y los Consejos Provinciales en el ejercicio de sus funciones autónomas.

Así mismo, la Corte Suprema ejerce autoridad y vigilancia sobre todos los Tribunales y

Juzgados de la República y funcionarios judiciales, notariales y del Registro de la

Propiedad, tanto en el orden judicial como en el disciplinario, pudiendo corregir, suspender

y destituir a los Vocales, Jueces y demás funcionarios, conforme a ley.

La carrera judicial será determinada por una ley que fije las condiciones de los

ascensos. Los nombramientos judiciales de Primera y Segunda Instancia serán ratificados

por la Corte Suprema cada cinco (05) años, siendo el caso que la no ratificación de un

magistrado por la Corte Suprema, no le priva de su derecho a los goces adquiridos

conforme a la ley.

Al igual que otras Constituciones anteriores, se consagra a la publicidad como un

valor esencial en los juicios, pudiendo los Tribunales discutir en secreto, pero debiendo

realizarse las votaciones en alta voz y públicamente; a lo cual se añade la exigencia de que

las sentencias sean motivadas, expresando en ellas la ley o los fundamentos en que se

apoyan. Así mismo, se prohibió todo juicio por comisión.

20

Se consagró también que la justicia militar no podía por ningún motivo, extender su

jurisdicción sobre personas que no estén en servicio en el Ejército, a no ser en caso de

guerra nacional.

Sobre la conducta judicial, se estableció como causales de procedencia de acción

popular contra los Magistrados y Jueces, la prevaricación, el cohecho, la abreviación o

suspensión de las formas judiciales, el procedimiento ilegal contra las garantías

individuales y la prolongación indebida de los procesos criminales.

La Constitución de 1933

Esta Carta Magna señalaba que el poder de administrar justicia se ejerce por los

tribunales y juzgados, con las garantías y según los procedimientos establecidos en la

Constitución y en las leyes. La ley determinará la organización y las atribuciones de los

tribunales militares y de los demás tribunales y juzgados especiales que se establezcan por

la naturaleza de las cosas.

La innovación está en que el Estado indemnizará a las víctimas de los errores

judiciales en materia criminal, previo juicio de revisión, en la forma que determine la ley;

manteniéndose la acción popular para denunciar los delitos contra los deberes de función y

cualesquiera otros que cometan los miembros del Poder Judicial en el ejercicio de sus

funciones; así como para denunciar los delitos contra la ejecución de las resoluciones

judiciales, que cometan los funcionarios del Poder Ejecutivo.

21

La Constitución de 1979

La Constitución de 1979, aprobada por Asamblea Constituyente de 1978, contiene

la novedad de establecer un preámbulo de donde se desprende que el estado reconoce la

primacía de la persona humana y que todos los hombres, iguales en dignidad, tienen

derechos de validez universal, anteriores y superiores al Estado. Así mismo, se señala que

la familia es célula básica de la sociedad y raíz de su grandeza, así como ámbito natural de

la educación y la cultura; que el trabajo es deber y derecho de todos los hombre y

representa la base del bienestar nacional; que la justicia es valor primario de la vida en

comunidad y que el ordenamiento social se cimenta en el bien común y la solidaridad

humana.

Se colige entonces que se intenta promover la creación de una sociedad justa, libre y

culta, sin explotados ni explotadores, exenta de toda discriminación por razones de sexo,

raza, credo o condición social, donde la economía esté al servicio del hombre y no el

hombre al servicio de la economía; con lo cual se aspira –como convivencia- a articular una

sociedad abierta y apta para recibir y aprovechar el influjo de la revolución científica,

tecnológica, económica y social que, por ese entonces, transformaba el mundo.

La Constitución reconoce también un Estado democrático basado en la voluntad

popular y en su libre y periódica consulta, que garantice, a través de instituciones estables y

legítimas, la plena vigencia de los derechos humanos, la independencia y la unidad de la

República, la dignidad creadora del trabajo, la participación de todos en el disfrute de la

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riqueza, la cancelación del subdesarrollo y la injusticia, el sometimiento de gobernantes y

gobernados a la Constitución y la ley y la efectiva responsabilidad de quienes ejercen

función Pública, la necesidad de impulsar la integración de los pueblos latinoamericanos y

de afirmar su independencia contra todo imperialismo, la fraternidad de todos los hombres

y de la necesidad de excluir la violencia como medio de procurar solución a conflictos

internos e internacionales, la personalidad histórica de la Patria, la defensa de su patrimonio

cultural y de asegurar el dominio y la preservación de sus recursos naturales.

En este contexto, desarrolla garantías de la administración de justicia como la

unidad y la exclusividad de la función jurisdiccional, la independencia en su ejercicio, la

motivación escrita de las resoluciones en todas las instancias, la obligación de no dejar de

administrar justicia por defecto o deficiencia de la ley, entre otras. Así mismo, se consagra

el control difuso para casos en que se advierta incompatibilidad entre una norma

constitucional y una legal ordinaria, debiendo preferir el Juez la primera.

En cuanto al resguardo financiero-presupuestario, se establece que el Presupuesto

del Poder Judicial no es menor del dos por ciento (2%) del presupuesto de gastos corrientes

para el Gobierno Central; para efecto de lo cual se establece que la Corte Suprema de

Justicia, por intermedio de uno de sus miembros, tiene derecho de concurrir a las Cámaras

Legislativas para tomar parte sin voto en la discusión de los proyectos de ley que presente y

de la ley de Presupuesto de la República en lo concerniente al Poder Judicial.

23

Las acciones contencioso-administrativas se interponen contra cualquier acto o

resolución de la administración que causa estado.

Por su parte, el Estado garantiza a los magistrados judiciales: su independencia

(solo están sometidos a la Constitución y la ley), su permanencia en el servicio hasta los

setenta (70) años y la inamovilidad en sus cargos, mientras observan conducta e idoneidad

propias de su función (no pueden ser ascendidos ni trasladados sin su consentimiento) y una

remuneración que les asegura un nivel de vida digno de su misión y jerarquía.

En cuanto a la selección de los magistrados, se crea el Consejo Nacional de la

Magistratura, para que realice las propuestas para el nombramiento de los magistrados de la

Corte Suprema y de las Cortes Superiores.

Por otro lado, se atribuye al Ministerio Público personería jurídica propia con

independencia, autonomía, organización funciones y prohibiciones, consagrándolo como un

Organismo Constitucional Autónomo (OCA), y – además- se crea el Tribunal de Garantías

Constitucionales como órgano de control de la Constitución.

La Constitución Política de 1993

Actualmente nos encontramos regidos por los alcances de la Constitución de 1993

que establece principios y derechos de la función jurisdiccional.

Al respecto, (Rubio Correa, 1999, pág. 11)acota que si bien tenemos el principio de

la función jurisdiccional su unidad, en la realidad es compartida por los siguientes órganos:

24

el Poder Judicial, el Tribunal Constitucional (que ejerce jurisdicción en la acción de

inconstitucionalidad y también, como última instancia, en las acciones de garantía de

derechos denegadas en las instancias previas, según Art. 202 de la Constitución de 1993), el

Jurado Nacional de Elecciones (en materias electorales, de referéndum y otro tipo de

consultas populares), el Consejo Nacional de la Magistratura (en materia de evaluación y

ratificación de jueces, cuyas resoluciones tampoco pueden ser revisadas judicialmente (Art.

142° de la Constitución de 1993) y los Tribunales Militares (en aplicación del Art. 173° de

la Constitución de 1993, debiendo señalarse que si bien es cierto que la Corte Suprema casa

sus resoluciones según el Art. 141, ello sólo ocurre en casos de imposición de pena de

muerte, por lo que tendrán jurisdicción propia y totalmente autónoma en los demás casos).

En tal sentido, debe señalarse que los principios y derechos consagrados en el Art. 139°

resultarían exigibles en aquellas instituciones antes referidas.

Los cambios más importantes sobre el tema de administración de justicia de la

Constitución de 1979 a la de 1993, son los siguientes:

Se ha ampliado la pena de muerte, cosa prohibida por la Convención

Americana sobre Derechos Humanos de San José de Costa Rica; motivo por

el cual –para que este dispositivo constitucional sea aplicable- el Estado

peruano tendría que denunciar dicha Convención y esperar el tiempo

indicado en ella para que la denuncia produzca efecto. En caso contrario,

deberá obtener una modificación de sus términos. Si ninguna de estas dos

cosas ocurre, entonces por el propio mandato de la parte final del artículo

140° de la Constitución, le será imposible aplicar la pena de muerte a los

nuevos casos establecidos.

25

El Art. 141° de la Constitución de 1993 da a la Corte Suprema la calidad de

órgano de casación de sentencias (salvo casos en los que el trámite se inicie

ante una Corte Superior o ante la propia Corte Suprema). Es una fórmula

que, siendo bien utilizada, puede permitir que la Corte dirija

verdaderamente la política jurisdiccional del país en vez de ser lo que hasta

ahora: una instancia procesal de resolución de conflictos.

En el Art. 143° de la Constitución de 1993, se diferencia entre los órganos

jurisdiccionales y los órganos de gobierno y administración, siendo una

norma positiva que debe, sin embargo, encontrar su mejor forma de

reglamentación.

El carácter de incompatibilidad de la función jurisdiccional con cualquier

otra actividad pública o privada, excepción hecha de la docencia

universitaria (Art. 146° de la Constitución de 1993).

Aunque no figura en el capítulo referido al Poder Judicial, se resalta que los

jueces de paz provienen de elección popular, y que se podrá establecer

también la elección de los jueces de primera instancia (Art. 152° de la

Constitución de 1993).

La autorización dada a las autoridades de las Comunidades

Campesinas y Nativas, con el apoyo de las Rondas Campesinas, para ejercer las

funciones jurisdiccionales dentro de su ámbito territorial de conformidad con el

derecho consuetudinario, siempre que no violen los derechos fundamentales de la

persona (Art. 149° de la Constitución de 1993).

EL PODER JUDICIAL EN LA NORMATIVIDAD LEGAL VIGENTE

26

Dentro del Estado los actos y responsabilidades son regidos por leyes que el

Poder Judicial debe hacer cumplir. La justicia debe estar al servicio del pueblo por lo que

existe un Sistema Judicial, una organización que permite que el ciudadano pueda acceder

a la justicia, según diferentes niveles e instancias relacionadas con la gravedad de su falta

o delito.

En esta concordancia la Ley Orgánica del Poder Judicial en su Sección Primera

traza los principios a lo largo de sus 25 artículos, los que están referidos a la Potestad

exclusiva de administrar justicia, la autonomía e independencia del Poder Judicial, la

estructura del Poder Judicial y define los derechos y deberes de los magistrados, los

justiciables y los auxiliares jurisdiccionales para asegurar el cumplimiento y pleno respeto

de las garantías constitucionales de la administración de justicia, sobre el carácter

vinculante de las decisiones judiciales, respecto de la dirección e impulso del proceso, en

cuanto a la tutela jurisdiccional y debido proceso, sobre los deberes procesales de las partes,

de la facultad sancionadora del Juez, del principio de Publicidad, del derecho de análisis y

crítica de las decisiones judiciales, sobre la pluralidad de instancia, de la motivación de

resoluciones, de lo contencioso administrativo, de la supremacía de la norma constitucional

y control difuso de la Constitución, de la Facultad del justiciable a usar su propio idioma,

de la independencia jurisdiccional del Magistrado, de la especialidad del Magistrado, sobre

la excepción a la especialidad por razón de carga procesal, quejas de hecho, respecto de la

sanción por responsabilidad funcional, iniciativa legislativa de la Corte Suprema, del

27

carácter vinculante de la doctrina jurisprudencial, de las funciones, de gobierno y órganos

encargados de administrar justicia.

Finalmente como principios señalan cuales son los órganos encargados de

administrar justicia en nombre del pueblo y los que norman, rigen, controlan y ejecutan

su propia actividad institucional y administrativa.

De lo antes mencionado, no atrevemos a decir que varios de dichos principios son

incipientemente cumplidos por las mujeres y hombres que administran justicia, como

prueba de ello no tener jurisprudencia, origina una buena motivación de las resoluciones;

o cuando constatamos que no cuenta con el presupuesto que establece la Constitución no

se puede exigir una calidad o eficiencia en la administración de justicia. En todo caso

asistimos a esta realidad y en las propuestas del presente trabajo abordaremos algunas

soluciones a los problemas advertidos.

Como se puede desprender de lo desarrollado en este Capítulo, el Poder Judicial –

en tanto institución del Estado- ha evolucionado conforme a los avances y retrocesos ha

tenido el país en su surgimiento a la vida independiente y en su consolidación

republicana; estando caracterizada su historia –como ahondaremos en el Capítulo

siguiente- por una significativa injerencia del poder político en sus decisiones, sobre todo

en cuanto a su organización y conformación se refiere.

En este contexto, y tomando en cuanto lo señalado en el Capítulo precedente,

podemos colegir que la idea del hoy denominado Estado Social y Democrático de

28

Derecho resulta una herramienta para alcanzar una verdadera democracia política,

económica y social, que exige una participación activa y responsable de los ciudadanos y

grupos sociales en la fijación y determinación de las metas y objetivos a conseguir “para

todos”, de acuerdo a una adecuada jerarquía de valores, a las necesidades a remediar,

los medios a utilizar, los recursos disponibles y el reparto equitativo de los frutos

generados por el esfuerzo colectivo (Gandara Feijon, 1976).

En ese esfuerzo, el Poder Judicial constituye la institución donde recae la

expectativa social que deberá dar respuesta de modo afirmativo, en el sentido de que sí es

posible el gobierno de la Constitución y la Ley, por lo que la judicatura está llamada en

esta hora a legitimarse socialmente y legitimar al propio Estado en la lucha por alcanzar

sus objetivos. Un Estado Constitucional de Derecho tiene que ver directamente, en el

caso peruano, con las respuestas que el Poder Judicial y el Ministerio Público realice

para los casos de investigaciones sobre corrupción etc., lo cual –por cierto- constituye un

desafío particular para nuestro Poder Judicial y a los hombres de derecho en general.

(Cubas Villanueva, 7-10)Bien podría decirse, entonces, que la vigencia del

Estado Constitucional ha quedado, como nunca antes, supeditada a lo resuelto a través de

las sentencias.

ESTRUCTURA DEL ESTADO

El Estado peruano está conformado por tres poderes:

El Poder Ejecutivo, representado por el Presidente de la República

El Poder Legislativo, representado por el Presidente del Congreso

29

El Poder Judicial, representado por el Presidente de la Corte Suprema

de Justicia.

Según la Constitución y las leyes, el Poder Judicial tiene la función de ejercer la

administración de justicia a través de sus diferentes instancias: Salas Supremas, Salas

Superiores, Juzgados.

Aspecto Jurisdiccional

Funcionamiento del Poder Judicial

Dentro del Estado nuestros actos y responsabilidades son regidas por leyes que el

Poder Judicial debe hacer cumplir. La justicia debe estar al servicio del pueblo por lo que

existe un Sistema Judicial, una organización que permite que el ciudadano pueda acceder a

la justicia, según diferentes niveles e instancias relacionadas con la gravedad de su falta o

delito.

Solucionan Casos de Delitos

Un delito es una acción antijurídica y culpable, que se castiga por la ley mediante

una pena o medida de seguridad. Generalmente está relacionada con daños a la persona, a

la propiedad, etc. Por ejemplo, un asesinato, un robo, una estafa a gran cantidad de

personas, etc.

Solucionan Casos de Faltas

30

Las faltas son infracción involuntaria de la ley, ordenanza o reglamento, a la cual se

señala una sanción leve, por ejemplo, una riña callejera, el arrojar basura en lugares

prohibidos, etc.

Juzgados de Paz No Letrados

Investigan y sentencian en casos de faltas menores, de acuerdo a su

competencia.

Juzgados de Paz Letrados

Resuelven las apelaciones realizadas sobre las sentencias de los juzgados de

Paz No Letrados.

Investigan y sentencian en casos de faltas, de acuerdo con su competencia.

Juzgados Especializados o Mixtos

Investigan o realizan instrucción de los casos que les son presentados

(Procesos Ordinarios).

Investigan y sentencian en los procesos sumarios y especiales.

Resuelven las apelaciones realizadas sobre las sentencias de los Juzgados de

Paz Letrados.

Cortes Superiores

Realizan el juzgamiento o juicio oral en los procesos ordinarios.

31

Resuelven las apelaciones realizadas sobre las sentencias de los juzgados

especializados o mixtos.

Corte Suprema

Es la última instancia ante la cual se pueden apelar todos los procesos

judiciales que provienen de cualquier Corte Superior de justicia.

FUNCIONES DEL PODER JUDICIAL

Proponer a la Sala Plena de la Corte Suprema la Política General del Poder

Judicial y aprobar el Plan de Desarrollo del mismo.

Fijar el número de Vocales Supremos Titulares.

Determinar el número de Salas Especializadas Permanentes y

excepcionalmente el número de Salas Transitorias de la Corte Suprema.

Aprobar el Proyecto de Presupuesto del Poder Judicial propuesto por la

Gerencia General y ejecutarlo una vez sancionado legalmente.

Velar por el respeto de las atribuciones y garantías del Poder Judicial.

Acordar el horario del Despacho Judicial de la Corte Suprema.

Distribuir la labor individual o por comisiones, que corresponda a sus

integrantes.

Resolver en última instancia las medidas de apercibimiento, multa y

suspensión, impuestas por la Oficina de Control de la Magistratura, en

contra de los magistrados.

32

Resolver conforme a su Reglamento, los asuntos relativos a traslados de

magistrados, funcionarios y demás servidores del Poder Judicial.

Designar al Gerente General del Poder Judicial, y a los demás funcionarios

que señale la Ley y los reglamentos.

Emitir los informes que le solicite el Congreso de la República; la Sala Plena

de la Corte Suprema y el Fiscal de la Nación sobre los asuntos de su

competencia y solicitar los que se relacionen con sus funciones.

Supervisar la conservación y buen recaudo de los bienes incautados cuya

libre disposición está supeditada a la resolución de los juicios penales,

conforme a ley.

Proponer a la Sala Plena de la Corte Suprema, en forma excepcional, la

distribución de causas entre las Salas Especializadas, fijando su competencia

a fin de descongestionar la carga judicial, pudiendo conformar Salas

Transitorias por un término no mayor de tres meses, en casos estrictamente

necesarios.

Asegurar la progresiva habilitación y adecuación de locales judiciales a nivel

nacional, en los cuales funcionen los órganos jurisdiccionales con su

respectivo personal auxiliar.

Disponer y supervisar el desarrollo de los sistemas de informática que

faciliten una eficiente función de gestión, el eficaz control de la conducta

funcional y del trabajo jurisdiccional de todos los miembros del Poder

Judicial y la organización estadística judicial, conforme con las propuestas

que le formule la Gerencia General.

33

Asegurar el pago íntegro de las remuneraciones de los magistrados y demás

servidores del Poder Judicial, según lo establecido en esta Ley.

Crear y suprimir Distritos Judiciales, Salas de Cortes Superiores y Juzgados,

cuando así se requiera para la más rápida y eficaz administración de justicia,

así como crear Salas Superiores Descentralizadas en ciudades diferentes de

las sedes de los Distritos Judiciales, de acuerdo con las necesidades de éstos

La creación de Distritos Judiciales se realiza en función de áreas de

geografía uniforme, la concentración de grupos humanos de idiosincrasia

común, los volúmenes demográficos rural y urbano, el movimiento judicial

y además la existencia de vías de comunicación y medios de transporte que

garanticen a la población respectiva un fácil acceso al órgano jurisdiccional.

En todo caso, la creación o supresión de Distritos Judiciales, Salas de Cortes

Superiores o Juzgados, se sustentan estrictamente en factores geográficos y

estadísticos.

Reubicar Salas de Cortes Superiores y Juzgados a nivel nacional, así como

aprobar la demarcación de los Distritos Judiciales y la modificación de sus

ámbitos de competencia territorial, pudiendo excepcionalmente incorporar

Salas de Cortes Superiores Especializadas y Juzgados Especializados o

Mixtos con competencia supraprovincial.

Adoptar acuerdos y demás medidas necesarias para que las dependencias del

Poder Judicial funcionen con celeridad y eficiencia y para que los

magistrados y demás servidores del Poder Judicial se desempeñen con la

mejor conducta funcional.

34

Designar al Jefe de la Oficina de Inspectoría General del Poder Judicial.

Corte Suprema de Justicia de la República del Perú

La Corte Suprema de Justicia de la República es el máximo órgano jurisdiccional

del Perú. Su competencia se extiende a todo el territorio del país, siendo su sede el Palacio

de Justicia ubicado en la ciudad de Lima.

La Corte Suprema se compone por tres Salas Supremas:

Sala Civil : que conoce todos los temas relacionados con el Derecho civil y el

Derecho mercantil.

Sala Penal : que conoce todos los temas relacionados con el Derecho penal.

Sala Constitucional y Social : que conoce todos los temas relacionados con el

Derecho Constitucional y el Derecho Laboral.

La Corte Suprema se encuentra integrada tanto por Vocales Supremos Titulares y

Vocales Supremos Provisionales, quienes sustituirán a los titulares en caso de vacancia,

licencia o impedimento. Los Vocales Supremos se distribuyen en cada una de las Salas

Supremas que la ley establezca. El Presidente de la Corte Suprema y el Vocal Jefe de la

Oficina de Control de la Magistratura no integran ninguna Sala Suprema. La Corte

Suprema consta de tres Salas Supremas Permanentes (Civil, Penal y Constitucional y

Social), pudiendo crearse por ley Salas Supremas Transitorias. Cada Sala Suprema está

integrada por cinco Vocales Supremos los que eligen un Presidente de entre ellos.

35

SALA PLENA:

La Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia está compuesta por:

Presidente

Enrique Javier Mendoza Ramírez (2015-2016)

Vocales

Luis Felipe Almenara Bryson. Hugo Sivina Hurtadon 1

Enrique Javier Mendoza Ramírezn 2

Ramiro Eduardo de Valdivia Cano. Vicente Rodolfo Walde Jáuregui. César Eugenio San Martín Castron 3

Javier Villa Steinn 4

José Luis Lecaros Cornejo.

Secretario General

Flor de Marra Edith Concha Moscoso.

ORGANIZACIÓN DEL CONSEJO EJECUTIVO:

 

El Consejo Ejecutivo, es el órgano de dirección y gestión del Poder Judicial que

tiene a su cargo las funciones y atribuciones señaladas en la Ley Orgánica del Poder

Judicial. Asume la dirección técnico-administrativa del Poder Judicial y de los Organismos

señalados por ley.

 

El Consejo Ejecutivo tiene domicilio y sede en la ciudad de Lima y ejerce sus

funciones y atribuciones en todo el territorio nacional de acuerdo a la Ley Orgánica del

Poder Judicial y sus Reglamentos.

 

36

El Consejo Ejecutivo está integrado por:

1. El Presidente del Poder Judicial, quien lo preside y tiene voto simple y voto

dirimente;

2. Dos Jueces Supremos elegidos por la Sala Plena de la Corte Suprema; 

3. Un Juez Superior Titular en ejercicio elegido por los Presidentes de las

Cortes Superiores de Justicia de la República;

4. Un Juez Titular Especializado o Mixto;

5. Un representante elegido por la Junta de Decanos de los Colegio de

Abogados del Perú.

El mandato de los integrantes del Consejo Ejecutivo del Poder Judicial dura dos años.

Para la designación del Juez Superior Titular, cada Sala Plena de las Cortes

Superiores elegirá un candidato, y los Presidentes de Cortes Superiores, mediante sufragio

directo, elegirán al integrante del Consejo Ejecutivo del Poder Judicial.

 

Para la designación del miembro señalado en inciso 4) del presente artículo, los jueces

especializados o mixtos titulares elegirán a un representante por cada distrito judicial, los

que se reunirán para elegir entre ellos al Juez que integrará el Consejo Ejecutivo del Poder

Judicial.

  

En caso de impedimento del Presidente del Consejo Ejecutivo, asume el cargo el Juez

Supremo más antiguo integrante del Consejo.

 

37

El Consejo Ejecutivo se reúne en sesiones Ordinarias y Extraordinarias. Las

sesiones ordinarias se realizan cuatro veces al mes. Las Sesiones Extraordinarias se realizan

cuando lo convoque el Presidente del Consejo Ejecutivo o lo soliciten cuando menos tres de

sus miembros.

 

El Quórum está compuesto por la mitad más uno del número total de Consejeros.

Los acuerdos se adoptan por mayoría simple. Las inasistencias injustificadas, se sancionan

con multa equivalente a tres días de haber total, y se registra en el escalafón. En caso de

reincidencia, además se publicará en el Diario Oficial.

 

Cada Consejería contará con un equipo profesional técnico especializado en

derecho, para asesorarlo según los requerimientos y necesidades de cada Consejero.

EL CONTROL DE LA FUNCIÓN JUDICIAL

El control disciplinario a diferencia de la ratificación cumple el propósito de

control sobre el ejercicio de la función jurisdiccional. Para ejercer este control el Estado a

creado un sistema de control disciplinario de los jueces, traducido en una función

compartida entre el Poder Judicial a través de la Oficina de Control Disciplinario y el

Consejero Nacional de la Magistratura.

La OCMA se encarga de aplicar sanción menor a la de destitución a los jueces

superiores, especializados y de paz letrado; y el Consejo Nacional de la Magistratura

aplica la sanción de destitución a los jueces de todos los niveles; siendo que a los jueces

superiores, especializados y de paz letrado a pedido del Presidente de la Corte Suprema.

38

Estas funciones conferidas a ambas instituciones se encuentras establecidas en el artículo

154 de la Constitución Política del Estado de 1993.

Este encargo de la nación de un lado a un Poder del Estado (Poder Judicial) y de

otro a un organismo autónomo constitucional (Consejo Nacional de la Magistratura) ha

generado limitaciones como las que señalamos:

Poder Judicial

1. Los Presidentes de los Distritos Judiciales asumen la Jefatura Distrital de la

Oficinas de Control de la Magistratura (ODECMAS), hasta que dure su cargo de

presidente.

2. Los Jefes de las ODECMAS designan a los jueces y / o magistrados que tramitan

las investigaciones y procesos disciplinarios instaurados contar los jueces. Siendo

que su mandato es temporal.

Esta organización generó la cultura del “compañerismo” mal fundado, porque

diversos actos de inconducta no han sido debidamente investigados ni sancionados, lo

que trajo como consecuencia la impunidad, e inclusive los pedidos de la sanción

destitución ante el CNM, en su mayoría sólo era para jueces suplente.

Consejo Nacional de la Magistratura

1. Sólo aplica la sanción de destitución.

2. Al culminar el proceso disciplinario y si a criterio del Pleno del Consejo Nacional

39

de la Magistratura no se debe aplicar la sanción de destitución, no puede imponer

sanción, siendo que esta competencia recae en el Poder judicial.

3. Hasta antes de la vigencia de la Ley de Carrera Judicial, en estaba establecida la

tipificación de las inconductas.

Este panorama, genera diversas dificultades y deficiencias en el control de la

conducta de los jueces, lo que alimenta el mayor descontento de los usuarios y la

desconfianza en el Poder Judicial. A pesar de esta realidad y siendo conocidos las

resistencias del Poder Judicial, en un futuro cercano no se avizora cambios.

MISION Y VISION

VISIÓN

Institución autónoma con vocación de servicio; que enfrente los desafíos del futuro con

magistrados comprometidos con el proceso de cambio, transformación y modernidad; que

se traduzca en seguridad jurídica e inspire plena confianza en la ciudadanía, contando para

ello con un adecuado soporte administrativo y tecnológico.

MISIÓN

"Administrar Justicia a través de sus órganos jurisdiccionales, con arreglo a la Constitución

y a las leyes, garantizando la seguridad jurídica y la tutela jurisdiccional, para contribuir al

estado de derecho, al mantenimiento de la paz social y al desarrollo nacional". 

Para el cabal cumplimiento de esta misión es necesario dotar al Poder Judicial de los

40

siguientes elementos: Magistrados respetados, probos, capaces, éticos y justos y, además,

actualizados en su calificación jurídica. 

Crear nuevos sistemas de gestión y modernización para contar con despachos judiciales

modernos, con infraestructura adecuada y sistemas de información actualizados. 

Proporcionar a los magistrados el personal de apoyo jurisdiccional y administrativo

capacitado y con vocación de servicio. 

Articular una administración con criterio gerencial moderno y descentralizado. 

OBJETIVOS

Consolidar la autonomía del Poder Judicial y la independencia de los magistrados.

Mejorar y ampliar el acceso a la justicia.

Modernizar la administración de justicia.

Alcanzar una alta calidad de justicia y optimizar el servicio al ciudadano

Estrategias:

1. Priorizar

o El acceso a la justicia

o La confianza en el sistema judicial

o Racionalizar la inversión de los recursos a utilizarse en el proceso.

2. Modernizar la estructura del Poder Judicial con las siguientes acciones:

41

o Romper con los paradigmas tradicionales

o Orientar la institución al servicio del ciudadano

o Buscar el equilibrio entre la oferta y la demanda de los servicios judiciales.

3. Promover el incremento de la productividad a través de:

o La sistematización de los procesos y procedimientos

o La racionalización de los recursos humanos

o La permanente capacitación y evaluación.

RECOMENDACIONES

1. El Poder Judicial en un Estado Social y Democrático de

Derecho debe ser una institución autónoma con vocación de servicio, que

enfrente los desafíos del futuro con magistrados comprometidos con el

proceso de cambio, transformación y modernidad, todo lo cual se debe

traducirse en seguridad jurídica que habrá de inspirar plena confianza en

la ciudadanía, contando para ello con un adecuado soporte administrativo

y tecnológico. Sólo así, los órganos jurisdiccionales habrán de convertirse

en garantes de la seguridad jurídica y la tutela jurisdiccional, y contribuirán

al mantenimiento de la paz social y al desarrollo nacional.

2. Para el cabal cumplimiento de esta misión es necesario dotar

al Poder Judicial de Magistrados respetados, probos, capaces, éticos y

justos y, además, actualizados en su calificación jurídica; crear nuevos

sistemas de gestión y modernización para contar con despachos judiciales

42

modernos, con infraestructura adecuada y sistemas de información

actualizados; proporcionar a los magistrados el personal de apoyo

jurisdiccional y administrativo capacitado y con vocación de servicio; y

articular una administración con criterio gerencial moderno y

descentralizado.

3. En tal sentido, pensamos que toda reforma que procure

modernizar al Poder Judicial y ubicarlo en el sitial que le corresponde

dentro del aparato del Estado, debe tener como objetivos básicos

fundamentales: consolidar la autonomía del Poder Judicial y la

independencia de los magistrados; mejorar y ampliar el acceso a la

justicia; y modernizar la administración de justicia y alcanzar una alta

calidad de justicia y optimizar el servicio al ciudadano.

4. Respecto de la autonomía del Poder Judicial y la

independencia de los magistrados, el Poder Judicial en su ejercicio

funcional es autónomo en lo político, administrativo, económico,

disciplinario e independiente en lo jurisdiccional, con sujeción a la

Constitución. No existe, ni puede instituirse, ninguna jurisdicción que

pueda cumplir esta misma tarea, con excepción de los organismos de

justicia militar y arbitral. Así las cosas, el Poder Judicial es la institución

encargada de administrar justicia a través de sus órganos jerárquicos que

son los Juzgados de Paz no Letrados, los Juzgados de Paz Letrados, las

Cortes Superiores y la Corte Suprema de Justicia de la República; para lo

cual su funcionamiento se rige por la Ley Orgánica del Poder Judicial que

43

establece su estructura orgánica y precisa sus funciones. Esta ley define

los derechos y deberes de los magistrados – encargados de administrar

justicia-, de los justiciables – que están siendo juzgados o quienes están

solicitando justicia- y de los auxiliares jurisdiccionales – personas

encargadas de brindar apoyo a la labor de los integrantes de la

magistratura-. La actual Ley Orgánica del Poder Judicial vigente, tiene su

origen en el Decreto Supremo N° 017-93-JUS promulgado el 28 de Mayo

de 1993 y publicado el 2 de Junio del mismo año. Consta de 304 Artículos,

1 Disposición Complementaria Única y 33 Disposiciones Finales y

Transitorias.

44

CONCLUSIONES

1. Deben ejecutar las normas, la ley orgánica del Poder Judicial, la Ley

de la Carrera Judicial, las propuestas de reformas del Poder Judicial, que se

encuentran rezagados a la espera de su aplicación, reestructuración y vigencia de

las mismas.

2. Mayor alcance de la justicia en todos los lugares del país y mayor

participación de los Colegios profesionales, universidades (específicamente las

facultades de Derechos) que brinden una preparación adecuada a futuros jueces y

operadores de justicia.

3. El Poder Judicial, específicamente los jueces administran justicia

por mandado de la voluntad social expresada en la Constitución vigente, mandato

que no solo les otorga el poder necesario para poder cumplir con las funciones

del Poder Judicial, también, esa voluntad está legitimando como el único

titular de las funciones jurisdiccionales en el Perú. En tal razón, los jueces cumplen el

mandato constitucional en el marco del estado social y democrático de derecho; es decir,

que en toda actuación de sus funciones tienes que respetar y garantizar los principios de

libertad e igualdad, especialmente, los derechos fundamentales.

4. La ausencia de un valor tan importante como es la moral entre los

magistrados y operadores judiciales, ya que la administración de justicia no cuenta

con sólidas bases morales es decir se ha llegado a concluir que uno de los

problemas existentes aún es la corrupción que existente entre algunos magistrados

y personal judicial, por lo que se debería sancionar a los magistrados por lo que la

corrupción ha hecho colapsar el orden ético del Poder Judicial, adquiriendo

45

dimensiones sistémicas, convirtiéndose en un problema central y primordial del

Poder Judicial peruano, sin tener en cuenta que el Poder Judicial, es una de las

instituciones pilares de primer orden que debe garantizar el sistema democrático y

que tiene autonomía propia.

BibliografíaCubas Villanueva, V. (7-10). El Poder Judicial en el estado constitucional. En L. L. Guerra. Lima:

Palestra.

Gandara Feijon, A. (1976). Transformacion necesaria de la sociedad y del estado. Maracaibo: Universidad de Zulia facultad de derecho.

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Paz Soldan, J. P. (1984). Derecho Contitucional peruano 3° edicion.

Rubio Correa, M. (1999). estudio de la contitucion de 1993. Lima: Pontificia Universidad Catolica del peru Fondo.

Silva Santisteban, J. (s.f.). Curso de derecho contitucion 3° edicion. Paris.

Tragegnies, F. (s.f.). El poder Judicial peruano en la historia.

46

ANEXOS

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48

49