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MARCO HISTORICO
Manlio Argueta pertenecía a un grupo llamado Generación
Comprometida.
La Generación Comprometida, surgió a la historia del pueblo
salvadoreño, en un momento peculiar del desarrollo social. Era un
período de posguerra mundial. Los éxitos del campo socialista eran
evidentes, y el imperialismo deliraba de miedo e histeria
anticomunistas. Se resquebrajó el sistema colonial del imperialismo
y decenas de naciones surgieron a la vida independiente. Tuvo
lugar una especie de renacimiento latinoamericano. En El Salvador
se juntaron varios grupos de generaciones anteriores con la de
1950/1960, cuyas reivindicaciones no habían sido cumplidas y
estaban pendientes. Numerosos protagonistas de trascendentales
hechos históricos como los de 1932/1944, 1948/1952, vivían y
luchaban. La juventud intelectual, obrera y universitaria acuerpó el
surgimiento de la Generación Comprometida, se unió a varios
grupos anteriores, y juntos desarrollaron una lucha que significó la
ruptura con muchas cuestiones negativas de la historia de este
país, entre ellas no pocas de carácter literario. Después de 40 años
de aquéllos sucesos que abonaron y prepararon las luchas
recientes (1981/1991), se puede decir con toda propiedad, que la
obra y contribución revolucionaria de la Generación Comprometida,
marcó un hito notable en la malhadada y trágica historia de El
Salvador.
Características
La generación comprometida (1956) surgió en la sociedad
salvadoreña como producto de la conciencia político-social critica
de sectores, grupos y personas democráticas, progresistas y
comunistas, todas proclives a la revolución. Su carácter de bloque
intelectual contrapuesto al régimen político del país, abarcó una
amplia gama de posiciones ideológicas que no se excluían, sino
que se complementaban.
La generación comprometida traspasó los límites de un movimiento
literario y artístico, y se transformó en un movimiento político-
cultural. Para comprender mejor la riqueza de sus contenidos, debe
caracterizársele como movimiento socio-cultural, con una visión
nueva y optimista del futuro del pueblo salvadoreño.
La generación comprometida realizó a través de la literatura
revolucionaria, una interpretación bastante certera del período,
1950/1960. En parte fue consciente y en parte intuitiva, de la
realidad histórico-social, filosófica y política nacional, conformada
en la cadena de dominación del régimen oligárquico-militar
No por casualidad la presencia en la escena social de tan
formidable fuerza intelectual y cultural, incomodó a las
todopoderosas y aletargadas clases ricas de El Salvador. Algunas
de las características de aquel movimiento, fueron entre muchas
otras, las siguientes:
Reunió, en una especie de seno generacional, múltiple y en un
momento peculiar de la historia salvadoreña, a numerosos
luchadores con sus experiencias e ideales, de procesos político-
sociales de los años 1932, 1944, 1948 y 1953. Numerosos
patriotas, mujeres y hombres dirigentes, moralmente sanos que
habían remontado los tormentosos movimientos políticos de los
años citados, se fundieron con la juventud obrera-estudiantil e
intelectual del período 1950/1960.
Los luchadores sociales aunaron esfuerzos físicos, políticos y
experiencia, con la juventud, y de manera camaradería, solidaria y
generosa, les trasmitieron a los jóvenes intelectuales, los muchos
conocimientos históricos, políticos e ideológicos que habían
acumulado durante la durísima práctica social y revolucionaria.
La Generación Comprometida, a través del Círculo Literario
Universitario, CLU. Tuvo el privilegio de recibir una gran parte de la
herencia cultural directamente de compañeros representativos de
importantes fuerzas protagónicas de nuestra historia,
concretamente de 1932/1944/1948/1953.
TAMBIEN ES VERDAD que algunos intelectuales surgidos en los
años 1948, sirvieron al régimen de varios partidos oficiales, a través
de los cuales actuó en la esfera política, la dictadura oligárquico-
militar remozada del osorismo. En todo caso, fue una minoría. A
ellos se refirió a finales de los años 50 el Poeta, Oswaldo Escobar
Velado, cuando oía “cantando como canarios tísicos, a tres o cuatro
poetas al servicio del gobierno”, anti-popular y jugaban el papel de
redactores de discursos propagandísticos de militares iletrados.
A MEDIADOS DE LA DÉCADA de los años 1950 se produjo el momento
cumbre, en forma de una eclosión cultural. En 1956 tuvo lugar la
floración literaria y socio-cultural que varios críticos, estudiosos y
observadores, coincidieron en que se trataba de una Generación
Comprometida, retomando la caracterización que hizo de ella, el
Escritor y Poeta ítalo López Vallecillos, en la Revista Hoja 1955/56.
Coincidió aquel momento con la promoción del Círculo Literario
Universitario, animado por Roque Dalton, Otto René Castillo y otros.
9-EL ESCRITOR JUAN FELIPE TORUNO que dirigía el
Suplemento Cultural y Literario, Sábados de Diario Latino, acogió a
los jóvenes poetas, escritores, pintores, teatristas y periodistas, y
les brindó ayuda, comprensión y crítica generosa, a fin de que
realizaran sus labores artístico-culturales en cierne; de ello dejó
constancia en su valiosa obra de investigación científica, Desarrollo
Literario de El Salvador, 1957.
MARCO POLITICO
Durante los años 1959/60, la agitación de las masas en las calles
de San Salvador era un fenómeno, dominante. A cada
manifestación del pueblo, el régimen respondía amenazante. Cada
amenaza de represión daba resultados contrarios a los que el
régimen militar perseguía. El pueblo más se enfurecía, y mayor era
su participación. En septiembre y octubre de 1960, la agitación se
elevó a niveles altos. Los militares y la Policía Nacional que
dependían de ellos, asaltaron las oficinas centrales de la
Universidad de El Salvador, situadas entre la 5ª. Y 7ª. Avenida Sur,
(hoy Nueva Milagrosa y Hotel Ritz). Sacaron de la Rectoría al
Rector, Dr. Napoleón Rodríguez Ruíz a golpes e insultos. Los
militares no dejaron máquina de escribir sobre mesa; arrancaron
teléfonos, destruyeron archivos, expedientes académicos y la
papelería fue echada al suelo y pisoteada en actos de furia
represiva; los grandes retratos al óleo pintados por el Maestro
Valero Lecha, del Lic. Juan Lindo, (fundador de la Universidad) y del
poeta Francisco Gavidia, que dominaban la parte principal del
Paraninfo Universitario, fueron cortados en tiras, por las bayonetas
caladas de los policías. Al señor Rector le quebraron los anteojos y
manando sangre del rostro, los oficiales le introdujeron a un
vehículo policial, y lo llevaron con rumbo desconocido. El Rector
ultrajado es el autor de la novela “Jaraguá”, obra de ambiente rural
en la cual su autor pone de manifiesto, la brutalidad y la ceguera
que produce la ignorancia. Aquel atropello confirmaba las tesis del
autor. El presidente de la República, coronel José María Lemus,
declaró a una comisión de universitarios, que no le importaba “pasar
a la historia como masacrador de la juventud”. Así, ha sido la
mayoría de los Presidentes de El Salvador. El 16 de octubre de
1960, un grupo de personas, militares y civiles, apoyados por el
pueblo derrocó al gobernante y constituyó la Junta Cívico-Militar
que gobernó únicamente durante 60 días. Fue derrocada (25-1-62)
por otro golpe de Estado, con la intervención directa de la Embajada
de Estados Unidos en El Salvador, “ante el peligro comunista, que
amenazaba con tomar el poder”. Colocó en la Presidencia al
coronel Julio Rivera, recién llegado de los Escuela de las Américas,
donde los Estados Unidos preparó a decenas de dictadores
latinoamericanos “contra el peligro comunista”.
La solidaridad fraternal con otros pueblos fue uno de los aspectos
políticos más elevados que el pueblo salvadoreño desarrolló a partir
de la década de 1950. En 1954 el gobierno de Estados Unidos, por
medio de tropas mercenarias entrenadas en fincas bananeras
propiedades de la United Fruit Company, en territorio hondureño,
invadió Guatemala. Ejercía la Presidencia guatemalteca, alcanzada
con el voto mayoritario, Jacabo Arbenz Guzmán, y era el segundo
gobierno de la Revolución Democrática-burguesa, triunfante el 25
de octubre de 1944. El imperialismo norteamericano presionó a los
gobiernos latinoamericanos, y creó un ambiente hostil contra
aquélla nación, cuando los intereses del monopolio agro-industrial
de capital estadounidense comenzaron a ser afectados. Los actos
soberanos del pueblo y gobierno guatemaltecos, se vieron de
pronto coartados por el poderío abusivo de Estados Unidos. En El
Salvador, el gobierno militar de Oscar Osorio se prestó a esas
maniobras y fue uno de los que proporcionó armas a los
mercenarios invasores del país hermano. Al ser derrocado el
gobierno legítimo del pueblo vecino, los salvadoreños se lanzaron a
las calles condenando aquellas acciones, y la matanza que
sobrevino contra los revolucionarios y agraristas de Guatemala. La
solidaridad fue activa durante los años que siguieron, y los
intelectuales revolucionarios salvadoreños acogieron a refugiados
de ese país, con verdadero espíritu fraterno.
En 1959 triunfo el movimiento revolucionario del pueblo cubano; y el
pueblo salvadoreño representado por sus sectores más avanzados
y entre éstos la intelectualidad, celebró la victoria cubana como
propia. Con grandes movilizaciones de masas henchidas de odio
antiimperialista.
En 1962, el pueblo salvadoreño de nuevo se puso en pie de lucha
solidaria con el pueblo dominicano. Cuando el movimiento
patriótico-nacionalista que encabezaba el Coronel Francisco
Caamaño Deñó, tomo el poder en República Dominicana; el
imperialismo invadió con “marines” y estableció cuartel de
ocupación ese país antillano, asesinó a centenares de dominicanos
en nombre del “anti-comunismo”.
MARCO SOCIAL
Imaginamos las luchas sociales como conglomerados de gentes
que buscan ansiosamente la justicia social ejerciendo una fuerza
contraria a la ejercida por la injusticia. Esta es la forma más cruda
de las reivindicaciones sociales; pero hay otros colaboradores que
ponen su talento literario a disposición de la causa. Y es que la
literatura se ha caracterizado por ser una fuerza de gran magnitud
que se suma a los de los desvalidos para arrancar la justicia de
aquellos que controlan a su antojo la sociedad. Una novela se
convierte en el arma que el escritor utiliza para denunciar las
injusticias sociales, y justificar así las luchas sociales.
Es pues la literatura, junto a otras expresiones culturales, un medio
que contribuye con las luchas sociales. Nuestro país, para el caso,
ha tenido poetas y escritores cuya pluma ha contribuido a enrumbar
los movimientos sociales en determinada dirección. La conocida
como generación comprometida aglutinó a varios poetas y
escritores que con poemas, cuentos, novelas y teatro se
comprometían con la causa de los explotados, denunciando las
injusticias. El gran poeta Roque Dalton escribió Historias prohibidas
de Pulgarcito; y Manlio Argueta escribió Un día en la vida, que son
testimonios de un mundo estructurado en la injusticia social.
MARCO LITERARIO
Movimiento Literario de las Novelas Las novelas de Manlio Argueta,
pertenecen a una época de transición entre la guerra a la paz,
donde sus personajes son los principales motores de transición,
evolucionando a una tipología menos belicista, puesto que los
miedos de la guerra se han vertido en una ola de paz; hay una
transformación en la sociedad salvadoreña, que lejos de sentirse
amenazada, se siente satisfecha por los cambios históricos que la
misma ha experimentado, y el autor está consciente de que no sólo
se debe hablar de hechos históricos. Las obras de Manlio Argueta
incluyen rasgos culturales que configuran la salvadoreñidad, de
Manlio y vivencia a través de sus recuerdos de infancia. Los
personajes de las novela muestran esa transición, puesto que ellos
viven al principio una serie de temores que al final de la novela, los
personajes ven ya como parte de un remoto pasado.
BIOGRAFIA MANLIO ARGUETA
Manlio Argueta es un poeta y novelista salvadoreño. Nació el 24
de noviembre de 1935 en San Miguel (El Salvador).
Argueta comenzó su carrera como escritor de la edad de 13 años
como poeta. Cita a Pablo Neruda y García Lorca como algunos de
sus influencias poéticas tempranas. A pesar de que era
relativamente desconocido en ese momento, Argueta ganó un
premio nacional por su poesía en 1956, que le ganó cierto
reconocimiento entre los poetas norteamericanos, salvadoreños y
centroamericanos. A medida que se involucren más con la
comunidad literaria de El Salvador, Argueta se convirtió en un
miembro de la "Generación Comprometida". A causa de sus
escritos críticos con el gobierno, Argueta fue exiliado a Costa Rica
en 1972 y no fue capaz de regresar a El Salvador hasta la década
de 1990. Argueta en la actualidad vive en El Salvador, donde ocupa
el cargo de Director de la Biblioteca Pública Nacional.
Pertenecía a un grupo literario con el nombre de Generación
Comprometida (en referencia al compromiso político y social),
también conocido como Círculo Literario Universitario (Círculo
Literario de la Universidad), creado por Italo López Vallecillos (1932-
1986). Otros miembros del grupo incluyó a Roque Dalton (1935-
1975), Álvaro Menen Desleal (1931-2000), Waldo Chávez Velasco
(1932), Irma Lanzas (1933), Orlando Fresedo (1932-1965),
Mercedes Durand (1932-1998 ), Ricardo Bogrand (1930), y Mauricio
de la Selva. Los miembros del grupo fueron revolucionarios tanto en
su escritura y sus opiniones políticas, aunque algunos miembros
afirman que "Generación Comprometida" y "Círculo Literario
Universitario" eran dos grupos diferentes, se ha dicho que la
"Generación Comprometida", se formaron tres o cuatro años
después de que el "50 de Generación", un grupo que estaría
formado por aquellos escritores que comenzó a publicar entre 1950
y 1952 y habían sido miembros de la "Cenáculo de Iniciación
Literaria", tales como Roque Dalton, José Enrique Silva, Jorge Arias
Gómez, René Arteaga, Manlio Argueta, Roberto Armijo, José
Napoleón Rodríguez Ruiz y José Roberto Cea. El grupo trató de
crear un cambio social en términos del tratamiento de la clase baja.
Pero también inició redescubrimiento del patrimonio cultural, en
cierta medida. Manlio Argueta y su generación comprometida
estaban muy influenciados por el filósofo francés Jean Paul Sartre y
sus ideas existencialistas. El existencialismo es una actitud ante la
vida que hace hincapié en la existencia, la libertad, y las acciones
de la persona. Esta perspectiva tiende a ser la libertad del hombre
ateo y el estrés y la experiencia como una definición de la existencia
en oposición a las definiciones científicas. Los existencialistas
también no creer en la existencia de valores morales objetivos. La
importancia política y social del existencialismo se discutirá en la
próxima sección que se refiere a la novela de Argueta, un día de
vida.
Una característica del actual estilo de Argueta en la mayoría de sus
obras es el uso de la lengua vernácula salvadoreña y el argot.
Argueta considera que de esta manera de expresar y preservar una
parte de la identidad cultural de El Salvador.
Argueta es conocido por su libro "Un día de la Vida", que ha sido
traducido a más de 12 idiomas. Lupe es la personaje principal del
libro "Un día de la vida". Lupe es una abuela en un pequeño pueblo
de El Salvador. Aunque no es muy educada, se refiere a sus
observaciones personales, así como los cuentos de amigos y
familiares, pintar una imagen de la brutalidad con la que el ejército
salvadoreño trata de la clase baja durante este periodo de tiempo.
La siguiente cita resume los sentimientos de Lupe y los otros
campesinos:
"Lo único que no tenemos son los derechos. Y a medida que
comenzaron a llegar a este conocimiento, este lugar se llenó con las
autoridades para imponer el orden que deseen, omnipotente, con
sus automáticas como ellos los llaman. De vez en cuando vienen a
ver cómo se comportan, que tiene que ser quitado, que tiene que
ser golpeado para ser una lección. "
El existencialismo desempeñado un papel en la novela y en la
historia salvadoreña, contrarrestando la religión, que había sido
utilizada para oprimir a las masas de El Salvador. Todo lo contrario
de las enseñanzas existencialistas, a los sacerdotes en El Salvador
ensalzó las virtudes de los humildes y complacientes. Al aceptar su
papel en la vida, la clase de exceso de trabajo y mal pagados
menor supuestamente recibiría un lugar en el cielo. Pero a través de
existencialismo, los campesinos se dan cuenta que lo que importa
es la forma en que se tratan en el presente, como se demostró en la
cita:
"Esa es la conciencia, José iba a decir. El alma también existe, me
decía. Es de poca importancia para saber a dónde va. Es el alma de
la gente que vive aquí en la tierra."
Debido a su imagen negativa del gobierno salvadoreño y su
capacidad para incitar a la percepción de la actividad rebelde,
Manlio Argueta fue expulsado de El Salvador. Argueta tuvo que
publicar su trabajo en Argentina después de haber huido a Costa
Rica. A pesar de la prohibición, el libro "Un día de vida" se puede
encontrar en las librerías católicas y algunos hoteles.
En 1989, fue guionista y realizador de la película Cuzcatlán Stories,
a la vez que redactó el guión teatral de Un día en la vida, obra que
ha sido representada por distintos grupos en escenarios de Centro
América y Europa.
Argueta en la actualidad vive en El Salvador, donde ocupa el cargo
de Director de la Biblioteca Pública Nacional. Desde su retorno al
país, ha publicado dos novelas de corte autobiográfico: Milagro de
la paz y Siglo de o(g)ro: bio-no-vela circular.
Debido al conocimiento internacional de su obra entre diversas
comunidades académicas del mundo, ha sido objeto de tesis
doctorales, congresos literarios y otros eventos profesionales,
además de que ha desarrollado clases, como profesor invitado, en
la cátedra de Literatura Centroamericana de San Francisco State
University y en otros centros de estudios superiores
de Europa, Estados Unidos y Canadá.
En el primer trimestre de 2000 fue nombrado por el Consejo
Nacional para la Cultura y el Arte (CONCULTURA) como director de
la Biblioteca Nacional de El Salvador, cargo que ocupa hasta la
fecha.
Obras
Canto a Huistalucxitl, 1956/57
El Valle de las Hamacas, 1969 (novela)
Un Hombre por la Patria; De Aquí en Adelante, 1970
Caperucita en la zona roja, 1978 (novela)
Las bellas Armas Reales, 1979
Un día en la vida, 1981 (novela)
La Guerra Florida, 1982
Cuzcatlán donde bate la Mar del Sur, 1986
Milagro de la Paz, 2000.
Siglo de O(g)ro, 2000, aun sin publicar.
Los Poetas del Mal, novela inédita, 2002, aun sin publicar.
El Sexto Muro, novela inédita.
Franciscana, novela inédita.
PRODUCCIÓN LITERARIA
El Valle de las Hamacas, 1969 : Es una obra de la literatura salvadoreña que tiene cierta importancia internacional. Tiene formas muy originales de expresarse. Es interesante ver que a pesar de que la obra se refiere a conflictos bélico-políticos de la historia salvadoreña, no raya en la monotonía de otras obras de ese mismo género.
Caperucita en la Zona Roja 1978 : Es un apasionante novela que conjuga la acción de lo humano, lo individual y cotidiano con las circunstancias históricas y sociales, no solo de la realidad salvadoreña, sino también la de cualquier otro territorio latinoamericano donde existan enfrentamientos de clases.La violencia, la opresión de las oligarquías, la penetración yanquis y la frustración del hombre son temas que se manejan con gran riqueza expresiva y fuerza narrativa. Ofrece una visión general de un pueblo que lucha por tomar en sus manos la ejecución de su propia historia.
BIBLIOGRAFIA
http://editoriallegado.com/
http://www.diariocolatino.com/
http://cambiosennuestracultura10.blogspot.com/
http://ri.ues.edu.sv/
http://literatura.wikia.com/
es.wikipedia.org
Libro de Literatura Universal