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Monster S4RDucati

Estando de pie junto al curvón “Siberia” en el autódromo de Tocancipá, cámara en mano, hago lo mejor que puedo por tomar algunas fotos decentes de las motos que pasan rasantes por la pista; las hay de todos los tamaños y colores, aunque casi todas son japonesas de cuatro cilindros. Mientras preparo el objetivo de la cá-mara, las oigo acercarse con esa aguda sinfonía característica de los tetracilíndricos emanando de sus escapes. Cada vez retumban más fuerte, sin embargo, sobre la batería de japonesas escucho un sonido distinto, es como el rugido de la bestia que persigue al rebaño emanando un bramido gutural, salido de las entrañas. Pasa el redil de niponas frente a mi cámara y poco después lo hace la Monster S4R, el animal que las acecha. Superado el curvón, los pilotos enfrentan una semirrecta posterior por la que se alejan en lo que parecen décimas de segundo, en la distancia el

que a lo largo de estos 14 años no ha dejado de evolucionar. “Todo lo que se necesita es el asiento, el depósito, el motor, dos ruedas y el manubrio”, así definió

el argentino Miguel Galluzzi a su creación, en la que prescindió de todo lo que no fuera estric-tamente necesario, dándole a cada componente el estado de “forma funcional”, fusionando

la parte ciclo de la serie 851/888 (campeonas mundiales de

SBK por aquellos días) con el propulsor de

904cc, refrigerado por aire y aceite, heredado de la Du-cati Supersport.

La M900 salió al mer-cado al año siguiente,

consolidándose casi inme-diatamente como un icono

en la historia del moto-ciclismo, a partir del cual se creó una nueva corriente que combina el comportamiento de las motos deportivas, con manubrios altos y

anchos, con la absoluta ausencia de carenados o

protecciones aerodinámicas, una fórmula que a pesar de ser

en sí misma toda una paradoja, ha sido imitada por muchos y acogida por

miles más.Del simiente de la M900 surgió una gran familia que en 2003 superó las 130.000 unidades vendi-das, abarcando máquinas desde los 620 hasta los 1000cc, contando constantemente con nuevos y fantásticos miembros (ediciones especiales), aunque como en toda familia, no ha faltado tam-bién la oveja negra que no fuera bien recibida por el público. Entre los primeros destaca la S4R, una evolución que llevó a otro nivel el concepto de la Monster, dándole a una moto de por sí bastante deportiva, un carácter más musculoso y agresivo, ¡cómo si le hiciera falta!Un paso hacia delanteLa S4R nació en el 2003 para conmemorar los diez años de la creación de la M900 y por ello en Ducati aprovecharon para hacer de esta, una máquina que marcara un importante paso en la evolución de la saga Monster. ¿Cómo hacer de una máquina única algo aún más especial? Le montas un propulsor derivado de la superbike campeona del mundo, la S4R fue la primera de la familia en equipar el bicilíndrico en L heredado de la 996, con cuatro válvulas en cada culata, de ahí su nombre “Desmoquattro”, este propulsor de 996cc, refrigerado por líquido y aceite, entrega 117hp a 8750rpm, con un torque de 10.1kgm a 7.000rpm; luego le modificas la relación de las seis velocidades para ofrecer una respuesta más enérgica (agresiva) en los cinco primeros cambios, dejando la sexta con una relación más plana para favorecer una conducción “tranquila” sin necesidad de llevar el motor demasiado alto de vueltas; reemplazas los convencionales esca-pes bajos, uno a cada lado, por el doble escape

rugido del bicilíndrico italiano aún resuena por encima de las demás. Mientras vuelvo a la realidad una idea me atraviesa la cabeza “Si esa moto se mueve acorde a como suena… ¡déjame decirte!”. Y así debe ser, o qué otra razón puede existir para que la Monster sea una de las pocas máquinas que se pueden ufanar de haber creado toda una nueva interpretación del motociclismo, de ser una moto seguida por un mar inacabable de fanáticos, anhelada por miles de mortales, generadora de millones de pasiones y seguramente, causante de muchos divorcios alrededor del planeta… ¿y la foto? ya será en la próxima vuelta.Nace un engendroPara llegar a convertirse en uno de los íconos del motociclismo, a la Monster le bastó tan solo

un año, pero como los vinos, con el paso del tiempo ha madurado, ha purificado su esencia, perpetuándose de paso en los libros de ventas y en el subconsciente del planeta motociclista. La historia de esta máquina inició en el salón de Colonia, Alemania, en 1992, cuando Ducati develó por primera vez la M900, una máquina

La pasión italiana hecha moto, una leyenda viva creada para sentir la más pura esencia del motociclismo, solo pasión, una manera única de vivir las dos ruedas.

La S4R es la primera Monster en montar el potente bicilíndrico de cuatro válvulas de la 996. Tacómetro y velocímetro se destacan en el table-ro que apenas ofrece la información básica.

Adrenalina a la italiana

Pocas motos pueden hacerte vivir una experiencia tan especial como la Monster.

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alto en el lateral derecho, así contri-buyes a aumentar considerablemente el ángulo de inclinación, mejorando el paso por las curvas; incorporas el basculante monobrazo elaborado con una estructura tubular de aluminio inspirado en la MH900e (una edición conmemorativa de la que se construyeron muy pocas unidades), y le montas toda una serie de “piezas a la medida” como la inyección Magneti Marelli con cuerpos de 50mm, rines Marchesini de 5 aspas, guardabarro delantero, tapas laterales, tapas de distribución y del radiador, todas en carbono, frenos Brembo serie Oro, suspensiones Showa totalmente regulables con cubierta TiN antifricción en la horquilla delantera y un manubrio Magura estilo motocross. ¿Falta algo? Ponle una pintura tipo Café Racer, con una banda blanca que atravie-se de punta a punta cada superficie pintada. ¿Insatisfecho? Entonces busca en el extenso catálogo que Ducati, fiel a su estilo, ofrece para quienes buscan algo más, ya sea para mejorar la apariencia, (léase piezas de carbono a granel) kits de potenciamiento, escapes, embragues, ropa, cascos, accesorios etc. etc. de modo que cada Monster sea más única todavía.

¿Una bestia dócil?Un dicho popular dice que no hay bobo de malas, heme aquí una vez más en la puerta del almacén de Ducati Medellín con el casco en la mano esperando para salir a rodar con la S4R. Todavía tengo latente la experiencia con la Multistrada y eso me produce una mezcla de nervios, excitación y dudas, ¿cómo se moverá, será tan bestia como la otra, querrá comerme vivo? Me siento como un niño chiquito parado frente a la vitrina en la que se exhibe el carro a control remoto que desde hacía rato le prometieron, mientras tanto ella, la Monster, al otro lado del vidrio ni se inmuta, descansa en absoluta calma.Se corre la puerta del almacén, saludos, una corta plática y por fin ella deja su reposo, si en un espacio abierto como el autódromo este motor retumbaba, podrás imaginarte cómo lo hace en un recinto ce-rrado, el bramido de los escapes se filtra por los poros y se le pasa a uno al torrente sanguíneo.El asiento es muy bajo, a pesar de mi poca es-tatura alcanzo a plantar firmemente ambos pies en el piso, esto de entrada genera algo más de seguridad, el manubrio, a pesar de su estilo todo terreno es bastante bajo obligando a apo-yar buena parte del abdomen so-bre el depósito de combustible, la posición no llega a ser tan ra-dical como en una

Los discos de 320mm (arriba) tienen una potencia impresionante y los escapes Termignoni de carbono junto al computador y el filtro de aire le dan más de 15hp extra de potencia.

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superbike, no es incómoda, pero dista mucho de ser la ideal para recorrer largos trayectos. En el tablero, que se alumbra como un árbol de navidad cuando se gira la llave, tienes todo lo necesario, es decir apenas lo suficiente, un velocímetro que marca los 260km/h de tope, los testigos de norma, además de uno para la reserva, otro para el motor y el led del sistema inmovilizador, dos display digital y el tacómetro que alcanza las 11.000rpm y al que por ninguna parte se le ve ni una señal que indique cuál es la zona roja del motor ¡???!El embrague hidráulico, para mi sorpresa, es suave, apto para humanos del común y corriente, no para pilotos del mundial, algo similar transmite la caja que desde el primer contacto se siente amable. La Monster arranca suavemente, no parece querer salirse de mis manos, por el contrario, hace exacta y solamente lo que yo le pido, la dirección se siente un poco pesada al principio, pero en la marcha esta sensación se va desvaneciendo. Me siento perplejo, yo venía preparado para recibir un “patadón” en el pecho y aquí voy disfrutando de una marcha tranquila a un ritmo muy decente, eso sí en busca de una carretera, y lo más pronto posible por favor, porque este monstruo parece ahogarse al llevarla por las calles de la ciudad, “se intoxica con su propio veneno” como bien señaló un amigo, a pesar de eso, quien lo creyera, la Monster es como un dulce gatito cuando se le lleva con delicadeza. La primera parte de la jornada con la Ducati, luego de unos tortuosos kilómetros por culpa del tráfico, corre a un ritmo relajado y muy suave, el asfalto cambia constantemente de húmedo a seco, el clima no parece que vaya a ayudar mucho, la amenaza de lluvia es latente y por ello primero nos ocupamos de las fotografías. A pesar del ritmo tranquilo llevado hasta ahora y en el que repito, la Monster es toda una belleza, la experiencia me ha dejado claro que con ella hay que cuidarse de la retención del bicilíndrico, en un momento demoré el paso de segunda a tercera y cuando engranó el cambio fue como si hubiera apretado el freno delantero, algo similar ocurre cuando se suelta el acelerador, la moto se agacha de adelante y el motor retumba, casi no hace falta frenar; “Nota

Tocancipá, 450kmEn una pausa, de pie frente a la Monster nos miramos el uno al otro, pienso que ya ha sido suficiente con el buen comportamiento, que ya es hora de bajar la nota en conducta, igual, hasta ese momento apenas hemos rozado las 6.000rpm, el tablero llega hasta 11.000, no hay línea roja, y además de los 117 caballos de serie, el motor esta cargado de esteroides con el kit de potenciación básico, compuesto por los escapes Termignoni de carbono, un filtro de alto flujo y una computadora para reprogramar la inyección y el encendido, en teoría son otros 15 caballos o algo más... ¡Entonces! Vamos a ver qué podemos hacer con todo eso ¿de acuerdo? El asfalto está seco ahora, tengo una larga recta al frente, completamente despejada y nadie a la vista. El bicilíndrico retumba en mi cabeza, esta vez acelero con fuerza. El acelerador es un arma de doble filo, al arrancar duro cuesta trabajo mantener la rueda delantera en el piso (sonrisa en los labios, ojos desorbitados), segunda a fondo, (rueda rumbo al cielo una vez más) ahora si recibí el patadón que había esperado antes, tercera, todo bien, todo bien, cuarta, aquí vamos con el kit de potencia, quinta, a duras penas, se acaba el espacio y además vamos muy muy muy rápido, frenos a fondo y otra vez esa retención del motor, ¡Jesús, María y José!

mental: esto al ir suave es una gran ayuda, pero al ir fuerte en la aproximación a una curva es mejor cuidarse con los rebajes para evitar el bloqueo con el consabido rebote de la rueda posterior”. Otro de los aspectos que destaca desde el principio son los frenos, los discos delanteros de 320mm mordidos por pinzas de cuatro pistones se dejan dosificar, pero hay que cuidar la presión sobre la leva, hace falta sólo un poquito más de presión para que me saquen por delante de la moto, proyectado por los aires en un vuelo no muy agradable, no importa que vaya despacio.Mientras buscamos distintas locaciones para otras fotos, seguimos a un paso tranquilo por carreteras estrechas, tomando curvas con toda suavidad, casi con parsimonia en las que la Ducati me ha llevado inmerso en un ballet de dulzura indescriptible: de un lado a otro siguiendo la más mínima insinua-ción de mi cadera, inclinándose hasta el punto justo, corrigiendo la trayectoria con apenas una ligera presión en el manubrio, sinceramente creo que pocas veces había disfrutado tanto yendo a menos de 80km/h sobre el asfalto. ¡Qué estado de relajación más delicioso! La máquina, como te dije antes, es un caramelo en la parte baja del tacómetro, el torque es fenomenal, desde las 2.000rpm tienes todo lo que necesitas y puedes apretar hasta bien arriba, así que es perfectamente posible encarar un tramo de montaña a 60km/h en tercera y abrir el acelerador para salir como lanzado desde una catapulta, hasta los 160 o 180km/h sin pasar a cuarta, ¡te imaginas!

En física se dice que toda acción genera una reacción equivalente, por haberme ido a casi a dos kilómetros de donde arranqué, ahora debo regresar, qué cosa. Vista al fondo, cero parroquia-nos en la proximidad, aquí vamos de nuevo con el acelerador a tope y ese sonido de la admisión que es como el silbido de un turbo (sonrisa más fuerte), ¡esta moto es una %&”•$#=$;)! Al final de la recta hay una curva amplia y abierta así que rebajo a tercera, acelerador fuerte, trazo el giro con una línea constante, vamos a más del do-ble de la velocidad legal permitida y la Monster no se inmuta, no se mueve un ápice de la trayectoria, puede ser que Ducati no sea la que más tecnología le in-vierta a los motores, pero con ese comportamiento y versatilidad del chasis multitubular, con esas sus-pensiones y con esos frenos, no hace falta. Suficiente de las planicies con sus rectas, vamos en busca otra vez de carreteras montañosas. Si la Multistrada es una delicia

en las curvas, cómo explicarte lo que se siente con la Monster, su agilidad es impresionante, en todo momento responde con la misma docilidad sin importar el ritmo, se puede inclinar, inclinar y si hace falta, inclinar más para mantener la trayectoria, y todo con apenas un movimiento de la cadera. El motor por su parte, en cualquier cambio le da un nuevo

El motor de 4 válvulas por cilindro entrega

117hp a 8.750rpm. Las ruedas son Marchesini

de aleación y los frenos Brembo serie Oro.

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Textos: DVG - Fotos: JCP Agradecimiento: Ducati Medellín

significado a la capacidad de recuperación: con ese torque bestial que tiene, empuja como una bestia en la salida de las curvas. Si eres de los que en las fichas técnicas se fija más en la ve-locidad punta que en las cifras de recuperación, déjame decirte que de subirte a la Monster cambiarás tu perspectiva. Curva tras curva esto no deja de sentirse mejor a cada momento, no hay fatiga ni necesidad de de-tenerse más que cuando se enciende la reserva, ni siquiera tengo consciencia de lo que sucede más allá del momento que estoy viviendo, la única idea que se me atraviesa por un instante, es que estoy a casi 450km del único autódromo de este país, y no dejo de preguntarme, como cuando la vi pasar por el curvón Siberia, cómo se sentirá esta moto en la pista, el único lugar seguro para llevarla a fondo. Egoísmo = MonsterDigan lo que digan, Monster debería figurar en el diccionario como el primer sinónimo para el término egoísmo, estas italianas son hechas para disfrutar estando solo, son como una amante,

¡ok!, tu mujer sabe que ella existe, tolera su pre-sencia en el garaje, pero se muerde los labios y la maldice cuando te escapas por horas y horas. Lo que ella no entiende es la pasión, la manera única en que esta Ducati puede hacerte sentir que estas vivo, que puedes alcanzar el nirvana, que por unas horas tu vida realmente te pertenece. Esto es algo que en la fábrica de Borgo Panigale saben muy bien, si no, cómo explicar el minúsculo sillín posterior escondido bajo la cubierta. Monster: 1 – Esposa: 0 ¿divorcio? Muy probable.

Motor

CilindradaRel. compresiónTorque Max.Potencia Max.AlimentaciónTransmisiónEmbragueSusp. Del.

Susp. Tra.

Freno Del.Freno Tra.Peso vacíoCapacidad tanque Velocidad max.Para saber más

Ficha Técnica 2 cilindros en L, 4T, refrigerado

por agua, desmo, DOHC, 8 válvulas 996 c.c.11,6 : 1

10,1 Kg-m a 7.000 rpm 117 hp a 8.000 rpm

Inyección electrónica Marelli6 velocidades

Multidisco en seco - hidráulicoBarras invertidas Showa, 43 mm,

cubierta TiN, multiajustable - 130 mmMono brazo de aluminio, amortiguador

Showa progresivo, multiajustable2 discos 320 mm, pinzas de 4 pistones

Disco 245 mm, pinza de 2 pistones181 kg. (en seco)

3,9 galones260 km/h (Aprox.)

www.ducati.com

Su aspecto musculoso, más allá de su sencillez es todo un ejercicio de diseño, que

sacudió la industria en los 90 y es antesala a las emocio-

nes que se pueden vivir a bordo de la S4R.