mujer campesina
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Artículo publicado en La Voz Campesina de mayo del 2010.TRANSCRIPT
MUJER CAMPESINA
Cada vez que se escribe o habla sobre la reivindicación de la mujer, aún se percibe en algunos sectores la
silenciosa inercia de dar espacio al discurso sobre ello, sin llevarlo al plano de la práctica concreta, cotidiana
y decisiva. Es por esta razón, que es conveniente recordar y reflexionar sobre el por qué es importante
reivindicar a la mujer. Reconocer y valorar el rol de la mujer en los distintos espacios sociales en la
actualidad, tiene que ver con la exclusión e invisibilización que ha sufrido a lo largo de la historia, tiene que
ver entonces con un acto de justicia y reivindicación histórica. Llegar a ser conscientes de ello, significa que
vamos aceptándonos como parte de una sociedad con multiplicidad de realidades, las cuales no pueden ser
abordadas sino facilitamos procesos de desarrollo donde las voces de todos y todas sean escuchadas y
asumidas. No llegar a este nivel de reconocimiento, no hace sino generar mayor pobreza y violencia, y por
ende, la postergación en el desarrollo de nuestros pueblos (Jorge Arboccó)1.
En el caso de mujer campesina, un ejemplo concreto de su invisibilización histórica es el tratamiento y
análisis de la información sobre la Reforma Agraria de 1969 en nuestro país: “En esa historia, las mujeres
estuvieron desaparecidas. Los análisis se hacían en el marco de una concepción de familia y el rol del jefe del
hogar como únicas posibilidades de funcionamiento de la sociedad. De allí que los muchos estudios que se
llevaron a cabo no indicaban qué había pasado con las mujeres, nadie proponía hacer una diferenciación por
sexo y menos un análisis de género de los efectos de la reforma agraria. Este era un tema de poco interés”
(Fernández 2010:13)2. Muy a pesar de ello, es conocida por todos los miembros de la CCP la participación
efectiva de la mujer en el proceso de toma de tierras de todo el país, en la lucha por la Reforma Agraria
desde el campesinado, y en la fundación y consolidación de las distintas federaciones y organizaciones
campesinas que han permitido alzar la voz de protesta y organizar las luchas por los derechos del
campesinado nacional. Es justamente en estos procesos de lucha, donde las mujeres campesinas expresan
cómo se están fortaleciendo como sujetos de derechos y líderes logrando poco a poco un espacio propio y
una agenda que reivindique sus derechos a la educación, a la salud, a vivir sin violencia y a acceder a la
tierra, el agua, el crédito y la tecnología.
La reivindicación de la importancia del rol de la mujer campesina pasa también por valorar la mirada integral
que tienen acerca de la vida en las comunidades y de sus necesidades, en especial en temas como violencia,
la seguridad alimentaria, educación y salud, orientados a una visión de desarrollo equitativo y sustentable.
Se podría decir entonces, que el papel fundamental que desempeña la mujer rural se materializa en:
• La producción, gestión y utilización de los alimentos y recursos naturales, aportando a la solución de
los problemas del uso irracional de los recursos naturales y el deterioro del medio ambiente.
• La contribución a la soberanía alimentaria y al desarrollo de las zonas rurales del mundo entero.
Como ejemplo de ello y en el reciente proceso de lucha por los derechos de los pueblos indígenas, nuestras
hermanas amazónicas contribuyeron con nuevas miradas a los procesos democráticos en sus pueblos y en el
país aportando desde su clara identidad étnica y de género articulada en torno a la defensa de los derechos
colectivos, los mismos que habían sido violentados con los decretos legislativos aprobados por el Congreso
en junio del 2009 sin consulta previa a las comunidades (Revista Chacarera Nº 40, febrero del 2010).
Para nuestro gremio, reivindicar el rol de la mujer significa continuar potenciando el trabajo de nuestras
queridas campesinas, lideresas y jóvenes; visibilizándolas, empoderándolas y reconociendo el importante
aporte de la mujer campesina a las propuestas de desarrollo rural. De manera concreta, las mínimas
acciones que debemos realizar al respecto son: garantizar el acceso de las mujeres campesinas tanto a
espacios y actividades formativas como de toma de decisiones, aplicando la paridad en la participación de
estos espacios; y eligiendo a mujeres en los distintos cargos de dirigencia y delegatura con el mismo criterio.
Queda como tarea pendiente para nuestra institución, reescribir o (mejor dicho) escribir los pasajes sobre la
participación de la mujer campesina en las toma de tierras y la Reforma Agraria, procesos donde hemos
participado desde nuestras bases como protagonistas históricos.
1 Consultado el 11 de mayo del 2010 en: http://pueblosaltomayo.com/derechoshumanos/?p=338 2 “La reforma agraria de 1969: 40 años después las mujeres tienen algo que contar”. Blanca Fernández. Revista Chacarera Nº40. Lima, febrero 2010.