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EDIC. NACIONAL SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSA Nº 277/18-X-2001 Domund 2001 Misioneros comprometidos por un mundo mejor

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EDIC. NACIONALSEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSANº 277/18-X-2001

Domund 2001

Misioneroscomprometidos por un mundo mejor

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Etapa II - Número 277Edición Madrid

Delegado episcopal:Alfonso Simón Muñoz

Redacción:Pza. del Conde Barajas,1.

28005 Madrid. Téls: 913651813/913667864

Fax: 913651188

Dirección de Internet:http://www.archimadrid.es/

alfayomega.htmE-Mail:

[email protected]

Director:Miguel Ángel Velasco Puente

Redactor Jefe:José Francisco Serrano Oceja

Director de Arte:Francisco Flores Domínguez

Redactores:Benjamín R. Manzanares,Anabel Llamas Palacios,

Inés Vélez FragaJesús Colina Díez (Roma)Secretaría de Redacción

y Archivo:Cristina Ansorena Anza

-Imprime y Distribuye:Prensa Española, S.A. -

Depósito legal:M-41.048-1995.

Edita:Fundación San Agustín.Arzobispado de Madrid 3/7

Domingo21 de octubre.DOMUND 2001

Misioneros,comprometidos

por un mundomejor

Sois rostro vivode Dios

16-17

Asamblea sinodal en Roma:Los obispos hablan...sobre los obispos

18-19/26-27

Firmas en este número:Cardenal Ratzinger,

Gustavo Villapalos, Pío Moa

8 La foto

9 Criterios

10 Cartas

Aquí y ahora

11 Ver, oír y contarlo.

12 Sin Dios, no hay esperanza.

13 Un compromiso auténtico

en favor de los pobres

Iglesia en Madrid

12 La casa para los pobres:

Un Acto de fe.

13 La voz del cardenal arzobispo

14 Testimonio

15 El Día del Señor

Mundo

20 Una voz clama en el desierto

de Afganistán.

21 Lo irrenunciable en la Iglesia

22-23 La vida

Desde la fe

24-25 El pequealfa.

28 Cine.

29 Libros.

30 Con ojos de mujer.

31 No es verdad

32 Contraportada

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Es un gran reto el que se nos pide en esta jornada del DOMUND. La sociedadtiene ansias de paz y de solidaria fraternidad. Es un momento muy importan-te para ponernos los cristianos en actitud de escucha sincera y filial a la voz del

Dios que nos habla a través de los signos de los tiempos. El corazón tiene razones quelas ideas, por muy buenas o muy perversas que sean, no pueden responder. Ya lodecía san Agustín: «La ley escrita en los corazones de los hombres no la puede bo-rrar ni la misma iniquidad». Y esta ley que Dios ha sembrado en el corazón salecomo torrente y refleja la propia dignidad humana. La bondad, la belleza, la ale-gría, la felicidad, el amor, o tiene su espacio en el corazón, o es un corazón amor-dazado y esclavo.

Todos estamos deseando un mundo mejor, más justo, con más paz, lleno de feli-cidad. Se nos entorpece aparentemente por las realidades tan adversas y contradic-torias que en la sociedad existen. El hombre no se regenera por las armas, ni porlas luchas fratricidas, sino por el amor de Cristo que nos ha salvado. Hace falta unmundo mejor. La Historia siempre ha tenido momentos de sombras y de luces.

A nosotros nos ha correspondido vivir una etapa que, en honor a la verdad, tienemuchas complicaciones. Desde fenómenos tan lamentables como el terrorismo, elhambre, la pérdida de valores, el hedonismo, la ruptura de la institución familiar ylos correspondientes ataques o menosprecios a la familia; o como también el problemade las migraciones, las luchas étnicas y religiosas, la falta de seguridad en tantasregiones y países, las muertes violentas, el regionalismo o el nacionalismo; hasta elproblema de la indiferencia religiosa, el abandono de la fe en Dios y en la Iglesia, lafalta de unidad entre los cristianos, la falta de vocaciones, el cansancio en la tarea,el subjetivismo, el relativismo, el personalismo, la desobediencia e incumplimien-to de las leyes de Dios y de su Iglesia.

Son algunos de los problemas que aparecen, y que ponen de manifiesto que, ba-jo muchos puntos de vista, necesitamos y anhelamos un mundo mejor. A pesar de es-tas lacras y situaciones negativas, hay otras muchas positivas que es donde debemosincidir con esperanza. Existen elementos positivos y alentadores, como puede ser elresurgir de grupos y comunidades que tratan de poner en práctica el Evangelio yque están dando signos de esperanza; hay mayor sensibilidad por la paz, la justiciay la solidaridad. Especialmente por la influencia de los medios de comunicación, elmundo cada vez se hace más cercano, como la gran aldea donde nos sentimos máspróximos, miembros del mismo planeta y protagonistas de la misma Historia. Asi-mismo hay que citar la sensibilidad por el ecumenismo y por el diálogo interreligioso.Aquí nos jugamos la armonización mundial. Los viajes del Papa Juan Pablo II hansido elocuentes y programas concretos que nos motivan en el presente y nos proyectanhacia el futuro. Sus contactos con autoridades religiosas y políticas, así como en-cuentros de sensibilización y colaboración por la paz, han impulsado un nuevo mo-do de regirse la sociedad. Pero también nos percatamos que incluso en no pocosjóvenes y adultos se siente nostalgia de Dios y ansia de mayor conocimiento.

El mismo Papa Juan Pablo II afirma, en muchos de sus escritos, que el Reino deDios transforma las relaciones humanas y se realiza progresivamente, a medida quelos hombres aprenden a amarse, a perdonarse y a servirse mutuamente. «El Reino in-teresa a todos: a las personas, a la sociedad, al mundo entero. Trabajar por el Reinoquiere decir reconocer y favorecer el dinamismo divino, que está presente en la his-toria humana y la transforma. Construir el Reino significa trabajar por la liberacióndel mal en todas sus formas. En resumen, el Reino de Dios es la manifestación y larealización de su designio de salvación en toda su plenitud» ( encíclica Redempto-ris missio, 15).

El DOMUND de este año ha de significarse por este espíritu de esperanza, aun enmedio de tantos dramas, y por la solidaria colaboración, puesto que las necesidadesson cada vez mayores. Además, este año 2001, dicha Jornada coincide con el 75aniversario de su institución por el Papa Pío XI. Hemos de favorecer todos para que«sea este aniversario ocasión propicia para reflexionar sobre la necesidad de un ma-yor esfuerzo común en el promover el espíritu misionero y en el procurar las nece-sarias ayudas materiales, que tanto necesitan los misioneros» (Juan Pablo II, Men-saje del DOMUND 2001).

Nuestros misioneros se merecen todo. Ellos están realizando una labor que debeser no sólo admirada sino acompañada por nuestra colaboración. Se encuentran enambientes deprimidos y de escandalosa miseria. De ahí que ruego y pido la gene-rosidad, tanto con nuestras oraciones como con nuestra ayuda material. Que sea elDOMUND de la esperanza y de la solidaridad generosa en este nuevo siglo y mile-nio que hemos iniciado.

+ Francisco Pérez González

En portada Alfa y Omega 18-X-2001 3

Domingo 21 de octubre: DOMUND 2001

Misioneros, comprometidospor un mundo mejor

El próximo domingo 21 de octubre se celebra el Día Mundialde las Misiones. Escribe para Alfa y Omega el DirectorNacional de las Obras Misionales Pontificias y obispode Osma-Soria, monseñor Francisco Pérez González

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Inés Vélez

El empeño misionero brota de la ardiente con-templación de Jesús. El cristiano que ha con-templado a Jesucristo no puede no sentirse ex-

tasiado por su fulgor, empeñarse por testimoniar su feen Él, único Salvador del hombre»: son palabras del Pa-pa Juan Pablo II, viajero y misionero, con motivo de laJornada mundial de las misiones. Y así es. El anunciodel amor de Jesucristo a todos los hombres es la únicarazón de ser de las misiones y de los misioneros.

En la actualidad, según los datos de las ObrasMisionales Pontificias (OMP), hay 16.606 misio-

En portadaAlfa y Omega4 18-X-2001

Los misioneros: testigos de paz en el mundo

Un corazón y una cruz. Rostros de niños yde ancianos, en la ciudad y en el campo,

de día y de noche. Y, debajo, un lema:Misioneros, comprometidos por un mundo

mejor. Es el cartel del DOMUND de esteaño. El próximo 21 de octubre, la Iglesia

en todo el mundo celebra el DomingoMundial de Propagación de la fe, lajornada eclesial más importante de

oración y de solidaridad con las misiones

Demasiados pobres en el mundo

Según los últimos datos de la ONU sobre el desarrollo (PNUD) del año 2001, hemos me-jorado en la educación y en la salud, pero todavía hay mil millones de personas que

no tienen agua potable ni una vivienda digna. Actualmente 968 millones de personas no tienen acceso a fuentes de agua limpia;

2.400 millones no tienen una asistencia sanitaria de base; 34 millones están afectados porel sida; 163 millones de niños por debajo de los 5 años están desnutridos y 11 millones deniños mueren cada año por enfermedades curables.

En cuanto a la educación, todavía 854 millones de adultos son analfabetos (de éstos,543 millones son mujeres), y 325 millones de niños (183 son niñas) no van a la escuela.

Fuente: OMP

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neros españoles repartidos por todo el mundo. Lamayor parte de ellos, 15.068, son religiosos, 955son sacerdotes diocesanos, y el resto, 583, son lai-cos. «Es muy importante la labor de los misione-ros, tanto laicos como consagrados, sobre todo eneste momento de la historia –ha asegurado monse-ñor Francisco Pérez, Director Nacional de las ObrasMisionales Pontificias y obispo de Osma-Soria–.A pesar de todos los problemas, no podemos caer enel pesimismo. Los misioneros son testigos de paz yde humanidad en el mundo. Que este DOMUNDsea un impulso. Los misioneros son lo más bellode la Iglesia».

Responsabilidad de todos

¿Por qué un hombre o una mujer hace las male-tas y se marcha a una misión? Es, sin duda, una lla-mada de Dios. Pero, como dice el Papa Juan Pablo IIen el mensaje para esta Jornada del DOMUND 2001,«no es una llamada reservada a algunos, sino quees para todos, para cada uno en su estado de vida. Enla Carta apostólica Novo millennio ineunte escribí alrespecto: Esta pasión suscitará en la Iglesia unanueva acción misionera, que no podrá ser delegadaa unos pocos “especialistas”, sino que acabará porimplicar la responsabilidad de todos los miembrosdel pueblo de Dios. Quien ha encontrado verdade-ramente a Cristo, no puede tenerlo sólo para sí, de-be anunciarlo. Es necesario un nuevo impulso apos-tólico que sea vivido como compromiso cotidiano

de las comunidades y de los grupos cristianos». Y, precisamente, este compromiso de todos los

cristianos es lo que se recuerda el próximo do-mingo 21 de octubre, en el día del DOMUND.«Queremos responsabilizar –afirma don AnastasioGil, Subdirector Nacional de las Obras MisionalesPontificias– a toda la comunidad cristiana, desdela infancia, de las misiones. Que surjan vocacionesmisioneras. Que no nos escudemos diciendo que lamisión está aquí». En todas las diócesis españolasexiste una Dirección diocesana de las Obras Mi-sionales Pontificias, y un Director diocesano nom-brado por el obispo para llevar a cabo la anima-ción misionera. Las colectas de cada diócesis pa-san a la Dirección Nacional situada en Madrid.Después se envían a Roma. El pasado año 2000,España recaudó en el DOMUND 2.455.049.207pesetas. Es la Congregación para la Evangeliza-ción de los pueblos la que se encarga de distribuirestos bienes de la mejor manera. Las 2.455.049.207pesetas se distribuyeron, a través de las Nuncia-turas Apostólicas, de la siguiente manera:439.660.000 pesetas para África, 863.361.007 pe-setas para América, 989.085.850 pesetas para Asia,141.752.350 pesetas para Oceanía y 21.190.000pesetas para Europa, según datos de las Obras Mi-sionales Pontificias.

En lugares de conflicto

«Los misioneros, en lugares de conflicto, no sevan; se quedan –dice con rotundidad el Director Na-cional de las Obras Misionales Pontificias–. Si lohicieran por poder o por dinero se marcharían. Perocomo lo hacen por amor y por solidaridad, se que-dan». Éste es el ejemplo que los misioneros dan ca-da día en cientos de países. También en países mu-sulmanes. Actualmente, por ejemplo, las francisca-nas misioneras de María y la Congregación de Jesúsy de María están trabajando en la zona de Pakistán.«Hemos recibido un correo electrónico de nuestras

En portada Alfa y Omega 18-X-2001 5

s de paz en el mundo

PANORAMA DE LAS RELIGIONES EN EL MUNDO

POBLACIÓN MUNDIAL 6.055.049.000CRISTIANOS 1.999.566.000MUSULMANES 1.188.240.000HINDÚES 811.337.000BUDISTAS 359.982.000ATEOS 150.090.000NINGUNA RELIGIÓN 768.159.000NUEVAS RELIGIONES 102.356.000RELIGIONES TRIBALES 228.367.000SIKHS 23.258.000HEBREOS 14.189

CATÓLICOS EN EL MUNDOCONTINENTES POBLACIÓN CATÓLICOS PORCENTAJE

ÁFRICA 748.612.000 116.664.000 15,60%AMÉRICA 799.804.000 504.787.000 63,10%ASIA 3.592.965.000 105.742.000 2,9%EUROPA 684.384.000 283.023.000 41,40%OCEANÍA 29.858.000 8.041.000 27%

Fuente: OMP

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Hermanas en Pakistán diciendo que se quedan –haasegurado la Hermana Arancha Múgica, francisca-na misionera de María–. Si no hay presencias fijasque conozcan el territorio y el conflicto de la zona,las ONG no pueden trabajar. Ésta es la labor de losmisioneros».

Se evangeliza de tres maneras: con la palabra,con el gesto y con el testimonio. En algunas cir-cunstancias, sólo se puede anunciar a Jesucristocon el testimonio. Y éste suele ser el caso de losmisioneros en países islámicos. Pero, como ellosmismos aseguran, allí son respetados. No es lomismo un musulmán que un fundamentalista.«Los propios musulmanes sufren el fundamenta-lismo –explica el padre Bartolomé Burgos, mi-sionero en Sudán–. Cuando algo se extrema, nosólo hace sufrir a los fieles de otras religiones, si-no también a los creyentes de la misma religión.Es posible la convivencia entre personas de dife-rentes religiones». En este momento concreto dela Historia, este mensaje de diálogo y de respetoentre religiones parece caído del cielo. Los mi-

sioneros son, una vez más, testigos de esperanzay de paz en el mundo.

Un nuevo rostro

La misión es la misma ayer y hoy: anunciar elamor de Jesucristo. Pero algo nuevo parece estarsurgiendo en la conciencia misionera de la Iglesia.Por un lado, cada vez es mayor el número de mi-sioneros laicos y, por otro, hay un impulso crecien-te del diálogo entre religiones y del ecumenismo.

«Cada vez hay más matrimonios misioneros –haasegurado monseñor Francisco Pérez–. Hay un nue-vo rostro de la misión donde se observa el papel cre-ciente de los laicos». Los misioneros laicos son bau-tizados, miembros del pueblo de Dios, solteros, omatrimonios, que sienten una llamada especial den-tro de la Iglesia: evangelizar a otros pueblos. Sonenviados por las Iglesias locales para transmitir la feen Jesucristo y para compartir sus capacidades pro-fesionales en los lugares de destino.

Y está también el impulso del diálogo entre reli-

giones y del ecumenismo. Los misioneros en los pa-íses islámicos son un ejemplo de convivencia y dediálogo. Según cuenta la hermana Matilde Martí-nez, franciscana misionera de María, con más de 30años de experiencia en Togo, «existe un gran res-peto entre los musulmanes y los cristianos. Hay unarelación fraterna entre ellos y nosotros. No vivimosun ambiente de hostilidad. Todos tenemos al mis-mo Dios».

Es el nuevo rostro de la misión. Es la cara deldiálogo entre religiones, donde ya no somos ene-migos sino hermanos. Es la grandeza de la aportacióndel misionero: la humanidad de Cristo, que abre elcamino a la evangelización, única razón de ser dela Iglesia y de las misiones.

En portadaAlfa y Omega6 18-X-2001

Año 2000: 31 mártires en la Iglesia

Durante el año 2000, dieron su vida 31 mártires en la Iglesia. dieciocho sacerdotes, unreligioso, siete religiosas, tres seminaristas, un miembro de un Instituto laical y una en-fermera voluntaria laica murieron mártires por Cristo.

De ellos, nueve eran africanos (tres de Uganda, dos de Nigeria, dos de la República De-mocrática del Congo, uno de Angola y otro de Burundi); ocho eran asiáticos (cuatro de laIndia, dos de Filipinas, uno de Pakistán y otro de Indonesia); ocho eran europeos (cuatroitalianos, dos españoles, uno de Francia y otro de Irlanda); y cuatro eran americanos(dos colombianos, un mejicano y uno de Estados Unidos).

Diecisiete de ellos perdieron la vida en África (cuatro en Uganda, tres en Burundi, dosen Nigeria, dos en la República Democrática del Congo, uno en la República Centroafri-cana, uno en Angola, uno en Zambia, uno en Costa de Marfil, uno en Ruanda y uno en Ke-nia); ocho en Asia (cuatro en India, dos en Filipinas, uno en Pakistán y uno en Indonesia);cinco en América (dos en Colombia, uno en Méjico, uno en Jamaica y uno en Antillas); yuno perdió la vida en Europa, en Albania.

Fuente: OMP

Cooperación económicaentre las Iglesias

a través de las ObrasMisionales Pontificias

(subsidios año 2000)

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Desde Morichalito(Venezuela)

Nuestra andadura comenzó conun encuentro que tuvo lugarel 19 de mayo en Villaviciosa

de Odón. Allí fuimos enviados y for-talecidos con el signo de la Cruz, co-mo mensajeros de paz y salvación.Dos meses después comenzamosnuestro sueño esperado: poder com-partir y transmitir todo lo que somoscon nuestros hermanos más pobres.Antes de salir, se nos dijo en la Euca-ristía celebrada en el aeropuerto deMadrid: «Sois rostro vivo de Dios» yeso es lo que hemos intentado vivircada día en la escuela de Morichali-to, con los muchachos criollos e indí-genas a los que enseñábamos, con losque rezábamos y jugábamos en la jor-nada de mañana.

Todo este trabajo era alentado conun encuentro diario de oración y re-flexión de la Palabra, al iniciar la ma-ñana y al cerrar la jornada. Este en-cuentro los domingos era especial. Pri-mero, todos juntos celebrábamos la

Eucaristía y después partíamos a lasdiferentes comunidades indígenas pa-ra compartir y vivir también con ellosla fiesta del Señor.

En un mes es muy poco lo que he-mos podido hacer, sin embargo lo quenos ha alentado, en todo momento, essaber que éramos portadores del amorde Dios a través de los juegos, de las

canciones y de las sonrisas. Más alláde si nos comprendían o no, hemospodido sentirnos hermanos con ellos ehijos de un mismo Padre. Parte denuestro corazón se ha quedado allácon nuestros indígenas: en sus rostrossonrientes, en sus cálidas acogidas, ensu gran humildad.

Conchita Tomé y Cristina Blázquez Desde Evinayong(Guinea Ecuatorial)

Partimos de Madrid rumbo a Mala-bo el 10 de julio, de madrugada,

cargadas de ilusiones, inquietudes yexpectativas, hasta que pusimos lospies en tierra africana, donde empe-zamos a darnos cuenta de lo diferenteque era la realidad de lo que había-mos imaginado: sus casas sencillas,sus carreteras, sus costumbres y for-mas de vida. La jornada de mañana ladedicábamos a clases y por la tarde avarios talleres: deportes, manualida-des, música y tiempo de reflexión. Enlos fines de semana también contac-tábamos con la gente de los distintospoblados que visitamos.

Desde el primer momento nuestralabor ha sido facilitada por la acogi-da que mostraron con nosotros; era in-creíble ver cómo lo poco que teníante lo ofrecían. Lo que más fuerte nosha calado han sido los niños con sumirada tan especial y con su sonrisaagradecida.

Esta experiencia nos ha enseñado avolorar las pequeñas cosas con ojosgrandes, y a darnos cuenta de que real-mente a Cristo se le encuentra en el co-razón de los niños y en la gente sencilla.

Lidia Caball y Laura Bermejo

En portada Alfa y Omega 18-X-2001 7

«Sois rostro vivo de Dios»

Muchos jóvenes gastan sus vacaciones veraniegas en lugares de misión transmitiendo su fe y elamor de Dios. Profesoras y alumnas de los colegios de las Concepcionistas Misioneras de laEnseñanza han participado en los Proyectos misioneros de verano viviendo una experiencia deentrega y de servicio que no olvidarán fácilmente. Dejemos que ellas mismas nos lo cuenten:

Las profesoras concepcionistas y el grupo de maestros con quienes trabajaron en GuineaEcuatorial

Un momento de la acción misionera de las voluntarias concepcionistas en Morichalito (Venezuela)

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La fotoAlfa y Omega8 18-X-2001

«Otra» fotosignificativa

«Las redes financierasdel terrorismo»

«Ben Laden quierereconstruir el mundo»

Una vez más, y aunque el aluvión de fotos estremecedoras que llegan desdeAfganistán arrecia de día en día, es el talento y la fuerza de los dibujantes de los periódicos de todo el mundo el que, con más acierto, agudeza y hondura,está radiografiando la dramática situación en que vivimos D

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Desde el pasado 11 de sep-tiembre son muchos losque hablan de «un antes y

un después» de esta fecha históri-ca, de que «todo ha cambiado enel mundo», y no precisamente pa-ra bien. El signo más expresivo deesta especie de sensación es sinduda el miedo, ante la amenaza denuevos horribles atentados terro-ristas, ante el llamado bioterroris-mo, ante unas acciones militaresque se sabe cómo empiezan perono cómo terminan, y sobre todoante la incertidumbre de un futu-ro que parece írsele de las manos alos poderosos que creían contro-larlo. Sería triste, y trágico de nue-vo para la Humanidad, emprenderel camino de tratar de volver a esacreencia, en lugar de recuperar laverdad radical del hombre y delmundo, que evidentemente no tie-nen en sí mismos su consistencia.Por el contrario, la Iglesia de Cris-to mira al futuro, sin duda con do-lor y preocupación, pero con la pazy con la esperanza que sólo Diospuede darnos y que ahuyenta todotemor. El Papa Juan Pablo II, ensu Mensaje para este DOMUND2001 que cumple su 75 aniversa-rio, comienza con esa misma lla-mada a la esperanza de su ¡No te-máis!, con el que comenzó su pon-tificado, hace justamente estos dí-as 23 años: «La misericordiadivina –dice el Santo Padre– nosimpulsa a remar mar adentro…Este impulso hacia el futuro, ilu-minado por la esperanza, debe serla base del actuar de toda la Iglesiaen el nuevo milenio».

Vencer el miedo, como vencer

esa radical limitación que no nosdeja alcanzar los deseos ilimitadosque nos constituyen, no es tareaque esté en nuestras solas manos.Nos desborda. Cerrar los ojos a es-ta verdad elemental, bien creyén-dose autosuficiente, o bien negan-do esos deseos infinitos, reducién-dolos y degradándolos, no sólo novence el miedo ni hace posible elcumplimiento de deseo alguno re-almente humano, sino que condu-ce inexorablemente a ese terribledesprecio al hombre que pudocomprobarse ayer en las mons-truosidades del nazismo y del co-munismo, y que se sigue compro-bando hoy en el terror estruendosoque ha destruido miles de vidas hu-manas bajo los escombros de Nue-va York, y en el silencioso que des-truye millones, ya concebidas, an-tes de nacer. Sin embargo, se quie-re hacer normal estos días culpara la religión de los horrores quehan tenido su punto álgido en elterrible atentado terrorista del pa-sado 11 de septiembre.

En numerosos medios de co-municación se acusa a la religiónde intolerancia y de fanatismo, y,sin rubor alguno, todo un catedrá-tico de Historia de los Movimien-tos Sociales, que no duda en rela-cionar a «la profesora de Religióndespedida y las Torres gemelas»,llega a escribir que los exclusivis-mos religiosos «no sólo no garan-tizan la paz social, sino que sonfuentes potenciales de violencia».Frente al peligro que la religión,según él, supone para la paz y lalibertad, predica el civismo de lamoderna sociedad liberal, donde

«ni hay verdades ni hay formas deser oficiales», donde «cada cual eslibre para conducirse con arregloa sus gustos y principios, siempreque con ello no se interfiera en lalibertad de los demás». Niega, co-mo se ve, la radical dependenciade Dios, y al final no le quedamás remedio que vivir entre el en-gaño de la autosuficiencia y el dela censura de los deseos infinitosde su corazón. Para poner las co-sas en su sitio, basta con acudira la Historia de verdad, y ente-rarse de los hechos de este civis-mo liberal que repasa Pío Moa enlas páginas de este mismo núme-ro de Alfa y Omega.

Lo que sucede hoy no es másque el lógico desarrollo de la pa-rábola de una llamada moderni-dad decidida a construir un mun-do, de hecho, al margen de Dios,por mucho que se cite su nombre.Justamente al cumplirse un mesdel terrible atentado contra losEstados Unidos, escribía en eldiario El País un calificado comofilósofo que «Dios ha adquiridoprotagonismo en los escenariosmediáticos del mundo porque semata y se muere en su nombre, yse pide su ayuda para la justicia».¿Qué clase de protagonismo –espreciso preguntarse– puede tener

quien es ignorado en su auténticaverdad? Este rechazo de Dios, yno otra cosa, es en definitiva lacausa del terror hoy creciente enel mundo.

El terror, ciertamente, no sóloes ajeno a la verdadera religión queen el hecho cristiano se nos hamostrado en su plenitud, sino quees definitivamente aniquilado porella. Juan Pablo II no ha dejado derepetir desde el 11 de septiembreque «la religión no puede ser pre-texto para la guerra», porque enrealidad es la única garantía de laauténtica paz. El ¡No temáis! in-cesante de Juan Pablo II desde elcomienzo de su pontificado no essino el eco de aquel primer ¡No te-mas, María! de la Anunciación,bendita obertura de los repetidos¡No temáis! de Jesús a sus discí-pulos. Lo que puede librarnos detodo temor no son las garantíasmédicas, sin duda buenas y nece-sarias, y menos aún el recurso alas armas, por sofisticadas que se-an para evitar los, al final, inevi-tables efectos colaterales –¡trágicoeufemismo!–. Sólo Uno puede ha-cerlo. Anunciarle a Él –que es larazón de ser de los misioneros, es-pléndidos protagonistas de la Jor-nada del DOMUND, como es larazón de ser del actual Sínodo delos Obispos, no en vano convoca-dos como servidores del Evangeliode Jesucristo para la esperanzadel mundo– es la primera y másurgente necesidad que tiene la Hu-manidad. Hoy y siempre.

Criterios Alfa y Omega 18-X-2001 9

Dios: siempreal lado

del hombre

Cuando he visto derrumbar-se de forma increíble aque-

llas torres, frente a esta inmen-sa tragedia, al shock de una su-per-potencia que se descubre,de pronto, vulnerable, y palpael derrumbarse de muchas cer-tezas; frente al miedo del esta-llido de una guerra de resultadoimprevisible, me ha parecidovolver a vivir en Trento bajo losbombardeos de la segundaguerra mundial. Todo se de-rrumbaba y era fuerte la pre-gunta: «¿Habrá algo que nin-guna bomba pueda destruir?»La respuesta fue sí, existe. EsDios a Quien descubríamos co-mo Amor; un descubrimientofulgurante que nos dio la segu-ridad de que Él no puede aban-donarnos, de que Él nunca es-tá ausente de la Historia; esmás, que sabe dirigir todo loque sucede hacia el bien. Y lohe experimentado de formasorprendente. Y me he pre-guntado: ¿no será que justa-mente ahora, al comienzo deeste siglo XXI, Dios quiera re-petir esta gran lección y nos ha-ga volver a ponerlo a Él en elprimer lugar de nuestra vida,obligándonos a poner en se-gundo lugar todo lo demás? Yesto me habla de esperanza yde futuro. Por tanto, lo que a to-dos parece un paso atrás, paramí ha adquirido un significadodiferente. Y he constatado queesta visión de las cosas estásurgiendo en el alma de losamericanos. Así me dicen des-de allí.

Me escriben desde NuevaYork, que han visto la ciudadtotalmente transformada: mu-ros de indiferencia fundirse enuna avalancha de ayuda con-creta, de consuelo, de dispo-nibilidad para hacer cualquiercosa, con tal de aliviar los do-lores de los demás. Es con-movedor, dicen, ver a todo unpueblo que, ante las adversi-dades, se dirige a Dios en ora-ciones espontáneas, desde elParlamento a las plazas, mos-trando así sus verdaderas raí-ces de fe. En nuestra opinión,esto es un signo también de laparticular vocación de estegran país.

Chiara Lubich

ΑΩ ¡No temáis!

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Tercer milenio

El Papa ha ido preparando a laIglesia católica para el tercer mi-

lenio. No ha regateado el más míni-mo esfuerzo. Su espíritu va tirandode su cuerpo cansado por el pesohistórico de la Iglesia y por deterioronatural; sin embargo, vemos a unPapa incansable; apenas ha venidode su último viaje de Kazajstán y Ar-menia y tiene ya el Sínodo de losObispos. El sucesor de Pedro hagastado ríos de tinta escribiendo en-cíclicas, cartas, documentos, todauna riqueza espiritual para los fielesde la Iglesia católica. Ha puesto alservicio de la Iglesia la magnanimi-dad de su hacer de cada día, paraevangelizar y reevangelizar, siendo laretina de nuestros ojos. El SantoPontífice tiene prisa en la reconcilia-ción del mundo para, por y haciaDios. Elevando la dignidad del hom-bre nos está invitando continuamentea la moralidad y a la solidaridad, avalorar profundamente la esperan-za, a pesar de las sombras que afli-gen en el comienzo del milenio, a latolerancia, sin confundirla con la per-misividad. Exige a los católicos eltestimonio firme de respetar la vida y,con ella, la dignidad del ser huma-no, nos enseña a valorar lo esencialen el orden sobrenatural; en definiti-va, a ser católicos responsables yconsecuentes.

Juan Pablo II ha impreso con le-tras de oro, para toda la Humanidad,las palabras tolerancia, reconcilia-ción, dignidad y respeto.

Ana María Gómez SotocaAndújar (Jaén)

Ejemplo a seguir

En Roma se está celebrando la XAsamblea General Ordinaria del

Sínodo de los Obispos y en él se ha-bla, entre otros temas, sobre su fu-turo. Me parece buena idea que losobispos españoles tomaran comoejemplo a seguir la figura del BeatoManuel González, obispo de Málagay Palencia. Recordemos las pala-bras pronunciadas por el Santo Pa-dre en la audiencia posterior a su be-atificación: «Su vida fue la de un pas-tor entregado totalmente a su minis-terio, utilizando todos los medios asu alcance: la predicación, la publi-cación de escritos, la promoción deinstituciones para el fomento de lavida cristiana y, sobre todo, el testi-monio de una vida ejemplar, cuyomensaje sigue siendo profunda-mente actual».

Jesús Cano Moreno

CartasAlfa y Omega10 18-X-2001

Las cartas dirigidas a esta sección deberán ir firmadas y con DNI, y tener una extensión máxima de 20 líneas. Alfa y Omega se reserva el derecho de resumir su contenido

Los obispos del tercer milenio

Desde el día 30 de septiembre estánreunidos los obispos, junto a la basí-

lica de San Pedro, en Asamblea sinodalque trata de responder a la pregunta sobrecómo debe ser el obispo del tercer milenio.Si por algo tenemos que destacar a esteSínodo es porque el Papa pide una cosaque parecía, por evidente, olvidada: pide alos obispos que sigan y no duden, comosiempre han hecho, en estar cerca de losúltimos de la escala social. Los obisposdeben dar ejemplo de justicia, pobreza ygenerosidad. Tienen la obligación de bus-car soluciones en lo que esté en su ma-no, para que se respete la dignidad y losderechos que todos tenemos por el hechode ser personas, hijos de Dios, y atendera los necesitados aunque no sean católicos. Con ello se nos recuerda a los cristianos que tenemos queseguir el ejemplo de los obispos. El Papa también pide que den ejemplo de santidad para ganar cre-dibilidad. Los obispos tienen que estar al servicio de la Iglesia, pero, como todos los demás cristianos,tienen que ser conscientes de sus debilidades, de sus desalientos y de la necesidad de conversión. ElPapa una vez más, a pesar de su aparente debilidad física, nos da una lección a todos los cristianoscon su ejemplo y con su gran visión de futuro, sabe lo que Dios quiere y lo que necesita la Iglesia pa-ra entrar en este tercer milenio. El Papa quiere que la Iglesia sea ecuménica y da las directrices paraconseguirlo.

Beatriz Durán Fuentes. Grupo de Madres de la Zona Noroeste.Madrid

La educación de los hijos

La educación de nuestros hijos, cada día, se estáponiendo más difícil. Entre pedagogos, psicólo-

gos, psiquiatras, profesores, etc…, siempre nos de-jan más perplejos y a veces con un sentimiento de pa-dres inútiles. Todo está bien en su justa medida. Des-de que el doctor Spock escribió un libro recomen-dando no castigar a nuestros hijos, hicieran lo quehicieran, este médico se dio cuenta enseguida deldisparate que había cometido pidió disculpas. Frutode ello aparecieron esos niños que hoy llamamos de

peluche, blandos, gamberros, consentidos, mimados y flojos de carácter. Se invirtieron los pape-les y las niñas perdieron su feminidad y apareció la mujer doberman.

Muchas madres me dicen que están muy poco tiempo con sus hijos, pero es corto, intenso y degran calidad. No, con los hijos hay que estar, cuanto más tiempo mejor; estar, existir, junto a los hi-jos. Como dice Piper que es el amor. A veces nos llegan a consulta niños completamente norma-les que han peregrinado por todas las consultas de psicólogos, pedagogos, etc… De este modo noes nada difícil que un alumno se sienta caprichoso y dominador amedrentando al profesor, comotodos los días nos enteramos por los medios de difusión. Educación integral y de valores trascen-dentes; toda falta merece un castigo siempre que los padres lo consientan, pues tienen que taparsu complejo de culpa por su permisividad. Estamos llegando al niño llave, a quien sus papás le co-locan al cuello una cadenita, porque al llegar a casa, está vacía y su tercer padre es la televisión.Educar significa conducir, y para eso se necesita respeto, responsabilidad y no tanta consulta a psi-cólogos, psiquiatras y otros.

Pablo de Lucas Estremeraneuro-psiquiatra. Madrid

Nota de la Redacción

Ante alguna perplejidad manifestada a esta Redacción, en relación a ciertas declaraciones hechas atítulo personal, en la apertura de curso de la Universidad Comillas, por parte de su Rector, acerca de

la Ley de Universidades, actualmente en discusión, y recogidas en nuestro número anterior, recordamosque Alfa y Omega no se hace responsable de lo afirmado por otros. La opinión de nuestro semanario semanifiesta única y exclusivamente en los editoriales.

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Aquí y ahora Alfa y Omega 18-X-2001 11

y contarlooír...Ver

José Francisco [email protected]

Entre la anorexia cultural y la bu-limia capitalista hemos perdidola capacidad de asombro. St.

Harkiakis escribió aquello de que «losgriegos querían ser un pueblo de filó-sofos, y no de tecnócratas, es decir,eternos niños, que veían en el asom-bro la condición más elevada de laexistencia humana. Solamente así pue-de explicarse el hecho significativo deque los griegos no hicieran uso prácti-co de innumerables hallazgos». Apro-vecho esta cita del último artículo deJosé Julio Perlado, en la revista Nues-tro tiempo, para incitar a la rebelióncontra los principios trufados de prác-ticas de la deslegitimación moral denuestras sociedades políticamente co-rrectas, con el antídoto del asombroque nos deben producir las siguientesinformaciones.

Verbi gratia: el diario de informa-ción general del recientemente rees-tructurado grupo PRISA. Viernes 12de octubre de 2001, en información deCharo Nogueira: «El aborto crece enEspaña, sobre todo entre las jóvenesde 15 a 19 años. Ahora, al menos cua-tro de cada diez adolescentes embara-zadas interrumpe la gestación, segúnun estudio del Consejo Superior de In-vestigaciones Científicas (CSIC). Lacifra es muy superior a la medida degestantes que toma esa decisión (13%).En la última década la incidencia delaborto se ha disparado (un 57% másde 1990 a 1999). Entre las más jóvenesel aumento ha sido mayor, el 74%. Losexpertos atribuyen el fenómeno a lascarencias en la educación sexual y en elacceso a los métodos anticonceptivos.Desde su legalización, en 1985, la cifratotal de interrupciones del embarazoha aumentado de forma sostenida.También ha evolucionado al alza elporcentaje de mujeres gestantes queoptan por abortar, según el estudiocomparativo entre 1990 y 1999 elabo-rado por la demógrafa Margarita Del-gado, del Instituto de Economía y Ge-ografía del CSIC. En 1999, último añodel que hay datos oficiales, se regis-traron 439.992 embarazos, 281 menosque en 1990, según el estudio. Delga-do ha obtenido la cifra de gestacionesmediante la suma de nacimientos,muertes fetales tardías (aportados porel Instituto Nacional de Estadística) yabortos por lugar de residencia mater-

na (proporcionada por el Ministerio deSanidad). En esta década, los abortospasaron de 37.231 a 58.399 (un 56,8%más).

La proporción de embarazadas queinterrumpió la gestación ascendió del8,4% al 13,2%. Los datos no resultanalarmantes comparados con los deotros países europeos. Además, tras lalegalización, es normal que las cifrassuban durante varios años. A medioplazo se estabilizarán, dice la ginecó-loga Isabel Serrano, de la Federaciónde Planificación Familiar de España.Este periódico trató sin éxito de cono-cer la opinión del Ministerio de Sani-dad».

Otro ejemplo. Diario El Mundo, delpasado jueves. Firma la noticia Car-los Elías: «Ya falta menos para que los

casi 40.000 embriones congelados so-brantes en España procedentes de tra-tamientos de fertilización in vitro ten-gan un destino: la destrucción simple ola destrucción tras extraerles las célu-las madre embrionarias para investi-gación. Sólo caben esas dos posibili-dades. La ministra de Sanidad, CeliaVillalobos, anunció ayer su intenciónde convocar a la Comisión Nacionalde Reproducción Asistida para estu-diar el futuro de estos embriones con-gelados sobrantes, aunque recordó lafalta de consenso en ese foro ante unproblema polémico desde el punto devista científico y ético. Respondió asíen el Pleno del Senado a la preguntaque le formuló el parlamentario de En-tesa Catalana de Progrés, Ramón Es-pasa, quien aseguró que la comunidad

científica pide a gritos una reforma dela Ley de Reproducción Asistida de1988 para dar una respuesta a la utili-zación de los embriones para la inves-tigación».

Un nuevo texto del ya citado diarioEl País, del lunes día 15 del presente, deLoreto Setién: «En España aproxima-damente un 20% de la población vivepor debajo del umbral de la pobreza,marcado en el 50% de la renta medianacional. Uno de los recursos con losque cuentan estas familias es el Ingre-so Mínimo de Inserción, gestionadopor las Comunidades Autónomas. Elsistema autonómico deja muchas de lascompetencias en cuanto a la lucha con-tra la pobreza en manos de las Comu-nidades Autónomas, lo que hace queeste sueldo mínimo sea muy diferenteen cuantía y condiciones según la re-gión, dependiendo tanto del poder pre-supuestario como de la voluntad de losGobiernos regionales. ¿Cómo se esta-blece que una familia vive en la pobre-za? Los parámetros están claros: un ho-gar vive en la pobreza si su renta anuales inferior al 50% de la media nacio-nal, y en la pobreza extrema si está pordebajo del 25%. En 2000, la renta percápita fue 2.685.150 pesetas, por lo quese considerarían pobres aquellas fami-lias que sobreviven con unas 111.000pesetas al mes y pobres extremas a lasque sobreviven con 55.000. La pobre-za así medida afecta al 20% de los es-pañoles, más de dos millones de fami-lias, unos 8,5 millones de personas. Deellos, un 4,5% viven en la pobreza ex-trema, cerca de 1,5 millones de espa-ñoles».

En el último número de la revistaCalibán, que viene cargado de verda-des políticamente incorrectas, CésarVidal glosa el, ya citado en esta pági-na, último libro de Paul Johnson, ydice: «De creer a los ilustres progresque pretenden configurar un pensa-miento único a su imagen y semejanza,el aborto no sólo constituye una con-quista social, sino que, además, estállamado a tener un apoyo estatal cadavez mayor, vinculado a un respaldo so-cial creciente. Que millones de perso-nas en nuestro país y en todo el mundohan terminado por creer estas afirma-ciones es innegable; que constituyenuna suma de falacias es, en mi opinión,todavía más claro. En la obra de John-son podemos ver que la lucha contrael aborto es un combate ético que per-mite diagnosticar la verdadera fibramoral de la sociedad. Así, las asocia-ciones pro-vida contemporáneas cons-tituyen, en su opinión, el equivalenteexacto de lo que fueron las asociacio-nes anti-esclavistas en los Estados Uni-dos del siglo XIX. Su postura puedeser minoritaria, tiene en contra a buenaparte de una sociedad engañada, mo-ralmente tibia o incluso perversa, pero,poco a poco, está llamada a tener éxi-to».

La capacidad de asombro, perdida

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Un año más, con la ayuda de Dios, esperamosabrir nuestra Casa para los pobres. Ella fueun Don que María hizo al corazón de su Igle-

sia y a la vida de sus pobres, hace ya algunos años,al que queremos servir con todo nuestro ser.

La apertura de esta casa es para nosotros un actode fe: hemos conocido el amor de Dios en la cruz yhemos sentido la llamada a amar de esta misma ma-nera: con los brazos y el corazón abiertos, a pesar delas heridas. Con un amor fiel e incondicional, sinreproche ni interés alguno, que no pide nada a cam-bio para amar; un amor capaz de sufrir y de esperar,que todo lo cree y lo soporta; un amor que no co-

noce obstáculos ni limitación alguna en su bondad.No hemos tenido otra Escuela de Caridad, ni he-

mos aprendido a amar de otra manera. Creemos fir-memente en la posibilidad de este Amor y en la efi-cacia que él tiene para dar vida a los que ama. Eneso estriba precisamente nuestro Acto de fe.

También hemos conocido el dolor de este mundo,que se nos ha dado a sentir profundamente en el co-razón. En él hemos reconocido el sufrimiento delHijo de Dios en su Pasión, que permanece viva en losmiembros de su Cuerpo. Y, a través de él, hemosconocido el dolor del Corazón de Dios por todas suscriaturas, a las que Él contempla vejadas y abatidas.Por eso, ya no nos es lícito presentarnos de nuevo an-te Dios olvidando este dolor y sin responder a la lla-mada que hay en él.

Quisiéramos que nuestra casa fuese como unaencarnación viva y visible del Corazón de Dios,siempre abierta para acoger, amar y consolar a todoslos que sufren de cualquier modo, en su cuerpo oen su alma, y que no son amados por el mundo. Poreso, también abrimos sus puertas con sentido de fe,para recibir como enviados de Dios a todos los queÉl quiera traer a nuestro corazón.

Quisiéramos salir al encuentro de Cristo allí don-de Él está crucificado, que es la vida de estos hom-bres, y abrazar en su dolor el dolor de Aquel quenos dio la vida desde la cruz, a fin de hacer nues-tras sus heridas y que nazca así en nuestro corazónaquel mismo amor que a Él le condujo a entregarsu vida por el mundo.

Quisiéramos hacer sentir a estos hombres, quelo han perdido todo en el mundo, el amor con quehan sido amados por Dios desde toda la eternidad,siendo instrumentos de su caridad, a fin de llevar asus vidas el consuelo y la esperanza, la reconciliacióny la paz, la compañía y la luz que sólo Dios puededar; pues tal es la eficacia que tiene este amor en lavida de los hombres para curar las heridas que ocul-tan sus corazones.

Sabemos el precio que esta caridad tiene, ya quehemos visto al Hijo de Dios en la cruz y al Corazónde Dios abrirse para compartir su vida con los hom-bres, sólo a costa de gran dolor. Sabemos tambiénque, como sucedió en la vida de Jesús, este dolorserá el sello y el testimonio de la veracidad de nues-tro amor.

La presencia de María llena toda nuestra casa,

de Ella recibimos y a Ella está consagrada, Ella esnuestro refugio y nuestro consuelo. La oración esla vida y el alma de esta casa, la que sostiene todo elesfuerzo de nuestra caridad, durante el día y duran-te la noche. La celebración de la Eucaristía cada no-che hace presente, en el corazón de esta casa y so-bre el altar de nuestra pobreza, el Sacrificio que davida al mundo, fuente de toda caridad, el Sacrificiode Aquel que es nuestro amor y nuestra esperanza,la razón de ser de toda nuestra entrega, nuestra viday nuestra gloria, la única recompensa que espera-mos.

Os hemos escrito estas cosas porque necesita-mos vuestra ayuda, sobre todo la cooperación devuestro amor y el auxilio de vuestra oración, parallevar a cabo esta obra de fe, que se realiza durantelas noches de invierno y que comenzará, Dios me-diante, a principios del próximo mes de noviembre.

Para poneros en contacto con nosotros, podéisllamar al teléfono: 650 87 44 98 y preguntar por elpadre Enrique o por Carmela.

El Don de María

Iglesia en MadridAlfa y Omega12 18-X-2001

La Casa para los pobres abre de nuevo sus puertas este próximo mes de noviembre

Un acto de fe

Os hemos escrito estas cosas porque necesitamos vuestra ayuda, sobre todo la cooperación de vuestro amor y el auxilio de vuestra oración, para llevar a cabo esta obrade fe, que se realiza durante las noches de invierno

Dos vistas de la Casa El Don de María, en la madrileña calle Mayor

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De nuevo la Jornada del DO-MUND, ya en el tercer mile-nio, nos emplaza a avivar el

espíritu misionero que está en la en-traña misma del acontecimiento cris-tiano, llamándonos a vivir en toda suplenitud la Buena Nueva de la salva-ción de Jesucristo, que es para loshombres de todos los lugares y de to-dos los tiempos. Hoy más que nunca,si cabe, se hace apremiante, y de unmodo particular en la nueva situacióngenerada a nivel mundial, a raíz delatroz ataque terrorista contra los Es-tados Unidos del 11 de septiembre pa-sado, esta llamada a vivir y transmi-tir la vida nueva que Cristo nos da,pues sólo en Él radica la paz, la sal-vación del mundo; sólo Él llena de go-zo y de esperanza verdaderos todo co-razón humano, inquieto, ciertamente,como tan certeramente afirmó en susConfesiones san Agustín, hasta quedescanse en Aquel para quien todoshemos sido creados.

En este mundo, tan lleno de cosas–cuya contingencia y fragilidad, siem-pre manifiestas, se han mostrado enlas últimas semanas con la máximaevidencia incluso a quienes siguen em-peñados en no quererlo reconocer– ytan vacío de auténtico amor –lo úni-co permanente–, nada es más necesa-rio ni más urgente que anunciar a Je-sucristo, centro del cosmos y de la His-toria. Sin Él la globalización –es decir,la solidaridad que hace de la Huma-nidad entera una sola familia– es unapalabra hueca, y cualquier intento deconstruir un mundo a la medida delhombre necesariamente fracasa: sóloCristo es la auténtica medida, sin me-

dida, de todo ser humano.Este año el Domingo Mundial de

la Propagación de la Fe se nos pre-senta con una invitación al compro-miso que lleva consigo la misión deanunciar el Evangelio a todas las gen-tes y hasta los confines de la tierra,justamente para hacer un mundo me-jor. Son muchos sin duda los que sien-ten en su corazón la exigencia de cons-truir este mundo más humano, mássolidario, y ponen en ello todas susenergías; sin embargo, «aunque dieramis bienes a los pobres –como dicecon toda radicalidad san Pablo–, e in-cluso entregara mi cuerpo a las lla-mas, si no tengo caridad, de nada mesirve». Caridad es el nombre de Dios.Sin Él, antes o después, todo esfuerzopor hacer un mundo mejor se revelainútil. Decía la Madre Teresa de Cal-cuta que no atendía a los pobres y alos enfermos por compasión: lo hacíaúnicamente por Cristo. De este modono era su compasión, sino la Compa-sión infinita y eterna de Dios la quellenaba su corazón. Por grande quesea la compasión de un corazón hu-mano hacia los más sufrientes de latierra, nunca podrá responder a la sedinfinita de plenitud que constituye atodo ser humano. Esa plenitud es elmismo Dios, y todo lo que sea dar co-sas sin darle a Él de nada sirve, comoafirma san Pablo.

Hablar hoy de compromiso no sue-le resultar políticamente correcto, ymenos aún si se pretende que tal com-promiso lo sea de por vida. El com-promiso de los misioneros –sacerdo-tes, religiosos y religiosas, laicos e in-cluso familias cristianas enteras– que

se entregan totalmente al anuncio deJesucristo, donde y cuando son envia-dos por la Iglesia, a no pocos les pa-recerá cosa de héroes, pero ellos nolo viven así, sino como un verdaderoprivilegio. Sencillamente porque elcorazón humano reclama esta entre-ga total. «¿Para qué es la vida, sinopara darla?», dice con toda verdad unode los personajes de Paul Claudel ensu Anunciación a María. Lo difícil,cuando no se censuran las exigenciasmás hondas del corazón, es vivir unavida a medias, sin esa entrega total–sea cual fuere la vocación a la quees llamado cada uno– que Cristo nosha descubierto como la auténtica cla-ve que da sentido a la vida. Nos bastaseguir sus pasos.

Anunciar a Cristo, razón de ser del DOMUND

La encarnación del Hijo de Dios,cuyo dos mil aniversario hemos cele-brado de modo extraordinario en elgran Jubileo del pasado año, muestraen toda su belleza y profundidad la ri-queza inmensa de humanidad que en-cierra este compromiso al que todoshemos sido llamados, y de un modoparticular el específico compromisode los misioneros enviados a todas lasgentes y hasta los últimos confines dela tierra. Es san Pablo quien nos des-cribe admirablemente este compro-miso del Hijo de Dios hecho carne,modelo y camino del nuestro: «Tenedlos mismo sentimientos que Cristo, elcual, siendo de condición divina, noretuvo ávidamente el ser igual a Dios,sino que se despojó de sí mismo to-

mando condición de siervo, hacién-dose semejante a los hombres y apa-reciendo en su porte como hombre; yse humilló a sí mismo, obedeciendohasta la muerte, y muerte de cruz». Heaquí el fruto de tal compromiso: «Porello Dios lo exaltó y le otorgó el Nom-bre que está sobre todo nombre, paraque al nombre de Jesús toda rodilla sedoble en los cielos, en la tierra, en losabismos, y toda lengua confiese queCristo Jesús es Señor para gloria deDios Padre».

Anunciar el Nombre sobre todonombre es toda la razón de ser delgozoso compromiso misionero, queel Día del DOMUND pone con fuer-za ante nuestros ojos y nuestro cora-zón, pero que no podemos olvidarlonunca, siguiendo las huellas del Ma-estro, que está con nosotros todos losdías hasta el fin del mundo. Y si-guiendo las huellas de cuantos másclaramente son testigos de su Pre-sencia, y en particular del Papa JuanPablo II, que no deja de exhortarnosa este compromiso santo, a la nuevaevangelización, como él tan signifi-cativamente lo ha llamado, y que enprimer lugar él mismo ha tomado so-bre sí y sigue manteniendo incansablesobre sus hombros encorvados. Ensu Carta apostólica Al comenzar elnuevo milenio lo reitera, «sobre todopara indicar que hace falta reavivaren nosotros el impulso de los oríge-nes, dejándonos impregnar por el ar-dor de la predicación apostólica des-pués de Pentecostés. Hemos de revi-vir en nosotros el sentimiento apre-miante de Pablo, que exclamaba: ¡Ayde mí, si no predicara el Evangelio!Esta Pasión –continúa el Papa– sus-citará en la Iglesia una nueva acciónmisionera, que no podrá ser delegadaa unos pocos especialistas, sino queacabará por implicar la responsabi-lidad de todos los miembros del pue-blo de Dios. Quien ha encontrado ver-daderamente a Cristo no puede te-nerlo sólo para sí, debe anunciarlo».Quiera el Señor que estas palabras sehagan vida en todos y cada uno delos hijos de la Iglesia.

Demos gracias al Señor por el donde nuestros misioneros, enviados a lle-var el nombre de Cristo a todas lasgentes de todos los lugares de la tierra,oremos con fuerza al Señor por ellos,para que los sostenga con su graciainfinita, y pidámosle que multipliqueestas vocaciones en su Iglesia, y rea-vive en todos sus miembros el ardormisionero de que habla el Santo Pa-dre al llamarnos, en los comienzos deltercer milenio cristiano, a vivir el mis-mo impulso de los orígenes. Todas es-tas intenciones para la gran Jornadamisionera del DOMUND 2001, laspongo, lleno de confianza, bajo la in-tercesión poderosa de la Reina de lasMisiones, nuestra Madre Santa Maríade la Almudena, al tiempo que os ben-digo a todos de corazón.

+ Antonio María Rouco Varela

Iglesia en Madrid Alfa y Omega 18-X-2001 13

La voz del cardenal arzobispo

La entraña delacontecimiento cristiano

Para la Jornada

del Domund’2001,

que se celebra el

próximo domingo,

21 de octubre,

bajo el lema

Misioneros,

comprometidos

por un mundo

mejor, nuestro

cardenal

arzobispo ha

escrito una Carta

Pastoral, en la

que dice:

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Ante el drama del hombre mo-derno, que no sabe para quéconstruir, el profesor Cesana

planteará en su conferencia (invita-ciones: Tel. 93 589 82 86, ó 616 8880 16) cómo educar hombres libres esla tarea de la familia, de la escuela, dela universidad y hasta de un Estadoque quiera estar al servicio de la per-sona. Pero, ¿qué es lo que hace libre alhombre?

Giancarlo Cesana, profesor de Me-dicina del Trabajo y Director del Cen-tro de Estudios e Investigación sobrePatologíaas Crónicas en la Universi-dad de Milán, dirige además, como in-vestigador principal, diversos proyec-tos de investigación europeos. Acabade publicar el libro Il «ministero» de-lla salute. Notas introductivas a la me-dicina, editado por Studio editorialefiorentino. Es miembro del Consejo deRedacción Cultural del Meeting de Rí-mini, donde ha intervenido sobre dis-tintos temas: Por una verdadera liber-tad de educación; Por un Estado abier-to a la subsidiariedad; Por una eco-nomía libre y no dirigida; o Por untrabajo para el hombre. En Italia sonconocidas sus tomas de posición fren-te a la globalización y la debilidad delhombre occidental frente a la invasiónde otros modelos culturales. A conti-nuación, les ofrecemos la entrevistaque con él ha tenido Alfa y Omega:

Respecto a la conferencia quepronunciará en Barcelona, con el tí-tulo La única posibilidad: educarhombres libres, ¿qué es lo que, a sujuicio, hace libre al hombre?

Puedo responder con sólo una pa-labra: el factor que hace libre al hom-bre es la verdad. Así está escrito en elEvangelio y así es la experiencia detodos. Cada uno de nosotros se sientemás libre cuando vive algo verdade-ro, o sea, algo que realiza su deseo designificado y de felicidad. La verdad esesta respuesta.

¿Cómo describiría, a grandesrasgos, la situación cultural que do-mina hoy su país, como el nuestro, ytodos los otros de la vieja Europade antigua tradición cristiana?

La tradición cristiana se ha debili-tado mucho y está siendo sustituidaprogresivamente por un fuerte relati-vismo cultural, es decir, por la inca-pacidad de indicar con claridad y de-cisión por qué vale la pena vivir. Así secumple la trágica afirmación de Mal-raux, que cito al respecto: «Nosotrossomos los hombres más impíos de to-dos los tiempos, porque de todo co-nocemos la mentira y ya no sabemosqué es la verdad». Por otra parte, laverdad que no es nuestra (nosotros nosomos Dios) sólo nos puede ser trans-mitida. Necesitamos de la tradición,

de nuestra tradición, la única que ver-daderamente tenemos: la cristiana.

Sin duda ha sido testigo privile-giado del Meeting de Rímini de esteaño 2001, ¿podría sintetizar lo másdestacado del mismo?

Creo que el punto más interesantedel Meeting de Rímini, que impresio-nó tanto a quienes participaron comoa quienes lo siguieron por los perió-dicos o la televisión, está resumido ensu título de esta edición: Toda la vidapide la eternidad. El Meeting ha de-mostrado no sólo que este reclamo esverdadero, sino que, teniéndolo pre-sente, se vive mejor, incluso si se estádramáticamente herido por las limi-taciones y por la muerte. El hombreno puede renunciar a preguntarse si lamuerte no es la palabra definitiva so-bre su propia vida.

¿Cuál es, en síntesis, su reflexiónante los terribles ataques del pasado11 de septiembre contra los EstadosUnidos, este indecible horror, comolo ha calificado Juan Pablo II, y an-te las operaciones militares ya co-menzadas contra Ben Laden y el ré-gimen de los talibán en Afganistán?

Mi reflexión es: el hombre es tancapaz de construir, como es quizá másde destruir. El hombre es el primer au-tor de la propia infelicidad, por eso ne-

cesita ser salvado. La respuesta queAmérica da militarmente a la maldadque le ha golpeado es inevitable e ine-vitablemente dirigida contra los pre-suntos culpables. América es un país li-bre que ha hecho de la libertad su prin-cipal regla, y generalmente ha mante-nido la expresión de su fuerza quepuede ser también violenta de un mo-do arriesgado, como en todos los actoshumanos al servicio de la libertad. Sipuede haber perplejidad con respecto ala modalidad de la intervención de losEstados Unidos, no se puede menosde sentir una última simpatía por el de-seo de libertad que la anima.

Está celebrándose en Roma el Sí-nodo de, y sobre, los Obispos, ¿cómovalora lo que hasta ahora se está de-sarrollando en sus sesiones, y quéfrutos piensa que puede dar para laIglesia y para la Humanidad?

Comparto totalmente la interven-ción del cardinal Ratzinger: «El mu-nus docendi confiado al obispo es unservicio al Evangelio y a la esperanza.La esperanza tiene un rostro y un nom-bre: Jesucristo; el Dios-con-nosotros.Un mundo sin Dios es un mundo sinesperanza. Estar al servicio de la espe-ranza quiere decir anunciar a Dios conel rostro humano, con el rostro de Cris-to. El mundo tiene sed de conocer, nonuestros problemas eclesiales, sino elfuego que Jesús ha traído sobre la tierra(cf. Lc 12, 50). Sólo si nos hemos he-cho contemporáneos con Cristo, y estefuego está encendido en nosotros, elEvangelio anunciado toca los corazonesde nuestros contemporáneos. Esteanuncio exige el coraje de la verdad y ladisponibilidad a sufrir por la verdad(cf. 1 Tes 2, 2). Entrar en la sucesiónapostólica implica también entrar enesta lucha por el Evangelio. En nuestracultura gnóstica y atea, el obispo, ma-estro de la fe, está llamado al discerni-miento de los espíritus y de los signosde los tiempos. El problema central denuestro tiempo es el vaciamiento de lafigura histórica de Jesucristo. Un Jesúsempobrecido no puede ser el único Sal-vador y mediador, el Dios-con-noso-tros: Jesús es así sustituido por la ideade los valores del reino y se convierteen una esperanza vacía. Debemos vol-ver con claridad al Jesús de los evan-gelios, ya que sólo Él es el también elverdadero Jesús histórico (cf. Jn 6, 68).Si los obispos tienen el coraje de juzgary decidir con autoridad en esta luchapor el Evangelio, la tan deseada des-centralización se realiza automática-mente. No se tratar de decidir sobre lascuestiones teológicas de los especia-listas, sino sobre el reconocimiento dela fe bautismal, fundamento de cadateología. La fe es el verdadero tesorode la Iglesia (cf. Mt 13, 45 s)».

Espero que los obispos se hayandado cuenta de lo que ha dicho.

Aquí y ahoraAlfa y Omega12 18-X-2001

Próxima conferencia en Barcelona de Giancarlo Cesana, responsable de Comunión y Liberación

Sin Dios, no hay esperanzaEl próximo jueves 25 de

octubre, a las 19.30 h., ten-

drá lugar en Barcelona la

conferencia La única posi-

bilidad: educar hombres li-

bres, a cargo del profesor

de Medicina de la Univer-

sidad de Milán Giancarlo

Cesana, miembro del con-

sejo presidencial del mo-

vimiento eclesial Comu-

nión y Liberación. El acto

será en el Auditorium del

Palau de la Generalitat y

está organizado por la

Asociación Cultural Char-

les Pèguy, con el patroci-

nio de la Secretaría de

Presidencia de la Genera-

litat de Cataluña

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Aquí y ahora Alfa y Omega 18-X-2001 13

Inés Vélez

En la actualidad, en 133 países, concerca de 900.000 socios, esta Aso-ciación católica sigue dando res-

puesta a la dura interpelación que al jo-ven Federico Ozanam le hiciera un com-pañero de estudios sobre la vitalidad dela fe de los católicos. La Sociedad deSan Vicente de Paúl, las Conferenciasde San Vicente, es una de las más anti-guas instituciones cristianas de carácterlaical constituidas para la ayuda a losmás necesitados. En España, el númerode socios es de 3.546 personas, 1.562hombres y 1.984 mujeres. Además, cuen-ta con 25.000 socios colaboradores queparticipan en las distintas actividadesque realiza la Sociedad.

«Ser vicentino o vicentina es un esti-lo de vida –asegura a Alfa y Omega donJesús Gil, Secretario General Técnicode la Sociedad de San Vicente de Paúlen España–. Supone llevar una vida acor-de con nuestra fe». Se reúnen todas lassemanas por equipos, llamados confe-rencias, donde viven y ponen en prácti-ca su fe en Jesucristo. Familias, niños yjóvenes, ancianos, toxicómanos, enfer-mos de sida, transeúntes, presos, emi-grantes y enfermos se han visto benefi-ciados de la labor desinteresada de es-tos voluntarios.

Doña María Luisa Téllez, Directorade Formación de la Sociedad de San Vi-cente de Paúl en España, comenta a Alfa

y Omega, con humor, su voluntariado conenfermos de sida: «Angelillo, uno de losmuchos enfermos que pasó por la casa deacogida, tenía más de una causa pendien-te con la justicia. De nuestra casa, le gus-taba todo menos la terraza. Decidió nun-ca más asomarse al comprobar que, desdeallí, veía la comisaría de la esquina». Diezvicentinos de Madrid se encargan de estacasa de acogida. Todas las noches, por tur-nos, uno de ellos duerme con los enfer-mos. Sólo un ejemplo, de las muchas ac-tividades que realizan estos laicos, miem-bros de la Iglesia, en España y en todo elmundo.

«Ver tanta gente buena es una motiva-ción tremenda –continúa–. Somos un gru-po de amigos, compartimos nuestra fe y

tenemos un cometido en común: ayudara los más necesitados. Además, nos lo pa-samos muy bien: al estar en contacto conlos pobres, objetivamos nuestros proble-mas».

Memoria del 2000

Según los últimos datos, en España, laSociedad de San Vicente de Paúl ha con-tado con 485.333.000 pesetas en el año2000 para sostener sus actividades. Losgastos ascendieron a 508.043.000 pese-tas. Por tanto, el resultado del Ejerciciodel 2000 ha sido un «desahorro» de22.710.000 millones de pesetas. Segúndon Jesús Gil, «todo el dinero que tene-mos está invertido en obras sociales».

enfavorde lospobres

La Sociedad de San Vicente de Paúl, en España

Un compromiso auténtico

«El cristianismo hizo, en otros tiempos, prodigios, pero, actualmente, ¡está muerto! ¿Vosotros os enorgullecéis de ser católicos? ¿Quéhacéis? ¿Dónde están vuestras obras, las obras que den prueba de vuestra fe y que nos inciten a adoptarla?» Ante esta duraacusación de un compañero de estudios, un joven de 20 años, estudiante de Derecho, Federico Ozanam, decidió dar una respuesta.Junto con cinco amigos, el 23 de abril de 1833, fundaron la Sociedad de San Vicente de Paúl

Federico Ozanam, un santo laico de nuestro tiempo

Nació en Milán el 23 de abril de 1813 y, sien-do muy joven, se traslada a París como es-

tudiante de Derecho. En 1833, funda, junto aun grupo de estudiantes, la primera Conferenciade la Caridad, germen de la Sociedad de San Vi-cente de Paúl. En el año 1841 se casa con Ame-lia Soulacroix. De este matrimonio nace María,su única hija. En 1844 es nombrado profesor

titular de la Sorbona, y es el profesor más jo-ven de la Universidad. En el año 1848 funda elperiódico L´Ere Nouvelle. Muere en Marsellaen 1853. Contaba con 40 años. En agosto de1997 fue beatificado por el Papa Juan Pablo II,durante la Jornada Mundial de la Juventud enParís. Es considerado precursor de la doctrinasocial de la Iglesia.

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TestimonioAlfa y Omega14 18-X-2001

La firmante de este texto, madre de familia de 46 años, falleció el pasado mes de septiembreen una operación de corazón. La noche anterior escribió esta carta a Jesús. Es un maravilloso

testimonio de fe

Jesús, ¿qué tal estás?, ¿qué nece-sitas de mí? Llegó la hora. Qui-siera aprovechar este tiempo que

queda, estar consciente. Llega el dolor.He pasado mucho tiempo tan bien...Quiero vivir contigo este momento.

Han venido ahora a extraerme san-gre. ¡Jesús, qué bueno es tener fe! Es-toy tranquila. Sé que mi enfermedad ymi dolor pueden ser válidos. Me alen-tará pensar: por mi hijo, para que des-pierte a ti, por mis hijas, mi familia,por las misiones (la misión de María),para que tu Palabra profundice en loscorazones de los hombres. Para quehaya paz. Por Pepita, por todos los queconozco. Señor, me haré uno contigoen tu Cruz. No voy a tener otra com-pañía. Mañana despertaré con dolorllena de tubos, en la UVI, y no podréver a los míos hasta el día siguiente.Sólo te tendré a Ti. Si estoy llena serámás leve, será fructífero.

Por ellos. Toma Tú las riendas demi vida. Sé que quieres regalarme mu-cho, aunque venga en un envoltoriopoco apetecible. Creo que viviré pa-ra contarlo, si no, te doy gracias porla paciencia tan grande que has tenidoconmigo y por tu misericordia, por-que me has dado la oportunidad de na-cer a una vida nueva. Y perdónamepor cuanto te ofendí. Tú me quieresviva, renovada, que conozca lo esen-cial. Dame fuerza, dame luz. Que per-manezca en Ti, para tener la fuerza y elamor que necesito estos días.

Madre, ampárame, ayúdame.

Paulina Caballero Huertas

Ocho motivospara alegrarse

A la redacción de Alfa y Omegaha llegado esta carta de homenaje

y de agradecimiento a las ocho jóvenesque acaban de fundar, como comunidad,

la Congregación de Misioneras Oblatasde María Inmaculada, información queeste semanario recogía recientemente

en sus páginas. Por su evidente interés,la reproducimos:

En este otoño de terrorismo, abortos, eutanasia y añejos anticlericalismos disfrazados deprogreso…, dentro de una época de falta de valores y de compromisos incumplidos, de

tener más, en vez de ser más, y entre una gran tibieza espiritual dominante, han nacidoocho flores del bien, ocho motivos para alegrarse, ocho bofetadas a las miserias, soberbiasy rencores del mundo presente, ocho nuevas estrellas que nos regalan a todos, como decíael artículo del semanario Alfa y Omega del pasado 4 de octubre, «su juventud, sus sonrisas,su cercano y fresco sentido del humor, sus ganas de trabajar y entregarse a los más pobresy al mundo entero que les está aguardando»; ocho ángeles que, en definitiva, nos regalana todos el buen olor de Jesús de Nazaret. Ciertamente es una buenísima noticia.

Ruego a María Inmaculada por ellas, y por todos aquellos y aquellas que también han se-guido o desean seguir ese camino lleno de no pocas dificultades, pero también, así lo deseo,pródigo en buenas obras y alegrías inmensas.

¡Gracias, por hacer que el mundo sea un poquito mejor, y gracias por hacer que merez-ca la pena seguir luchando!

Juan Luis Bermejo Gutiérrez

A travésdel envoltorio

del dolor

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El Día del Señor Alfa y Omega 18-X-2001 15

Otra parábola de Jesús que muestra la calidad de la ense-ñanza de este Maestro. Nos enseña cómo debe ser la ora-ción del cristiano: perseverante como la de la viuda, por-

que es preciso orar siempre sin desfallecer. Pero, ¿se agota lasignificación de esta parábola con esta interpretación? ¿Es éste elsentido que le dio Jesús? San Lucas –único evangelio en queaparece esta parábola– da indicios para suponer que no.

En efecto, en esta interpretación la comparación se estableceentre la viuda y los fieles, que deben obrar como ella orando sindesmayo. Pero, ¿es eso lo que dice Jesús? Lo que Él compara esa Dios con el juez inicuo. Éste es el personaje central de la pará-bola, según muestran las palabras de aplicación que dice Jesús alfinal y que sería preciso traducir así: si un juez «que no teme aDios ni le importan los hombres» se decide a intervenir a favor deuna pobre viuda por la pesadez e insistencia de ésta, «¿no seapresurará Dios en auxilio de sus elegidos, Él que los escuchapacientemente cuando claman a Él día y noche?»

¿Qué significan estas palabras? No perdamos de vista que elcentro de la predicación de Jesús es el anuncio del Reino, condos insistencias: la hora de la Salvación ha llegado; pero el ene-migo está más que nunca manos a la obra. A los que sigan a Je-sús les esperan persecuciones, injurias, violencias, el martirio,pruebas en la fe. Esta parábola, pues, va dirigida a los discípulosy está ocasionada por la preocupación y el temor de éstos ante esetiempo de dolor que les aguarda.

¿Quién resistirá todo esto? Así preguntan los discípulos. YJesús responde: No temáis. Tened más bien una gran confianza,que hasta el más impío de los jueces termina cediendo a los rue-gos de una pobre viuda que insiste hasta el final. ¡Cuánto másDios tendrá compasión de sus elegidos! Él os oirá y vendrá envuestro auxilio sin tardanza! ¿Cómo vais a dudar de su poder ode su piedad?

No deberíais preocuparos por las persecuciones, viene a decirJesús, ya que el Padre, en su inmensa misericordia, no permitiráque uno solo de sus elegidos se pierda. Otra es la cosa que debe-ría preocuparos: «Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallarádodavía fe sobre la tierra?» Es una pregunta para nosotros también.

+ Braulio Rodríguez PlazaObispo de Salamanca

XXIX Domingo del tiempo ordinario

La compasión infinita de DiosEvangelio

En aquel tiempo, Jesús, para explicar a los discípulos cómo tenían que orar siempresin desanimarse, les propuso esta parábola: «Había un juez en una ciudad que ni

temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda quesolía ir a decirle: Hazme justicia frente a mi adversario; por algún tiempo se negó,pero después se dijo: Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esa viu-da me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara».

Y el Señor respondió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará jus-ticia a sus elegidos que le gritan día y noche?, ¿o les dará largas? Os digo que les ha-rá justicia sin tardar. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en latierra?»

Lucas 18, 1-8

Enviada por Dios a las gentes para ser sacramento universal de salvación, la Iglesia, por exigencia ra-dical de su catolicidad, obediente al mandato de su Fundador, se esfuerza en anunciar el Evangelio a

todos los hombres. Los mismos Apóstoles, en quienes la Iglesia ha sido fundada, siguiendo las huellas deCristo «predicaron la palabra de la verdad y engendraron las Iglesias». Sus sucesores están obligados aperpetuar esta obra, a fin de que la palabra de Dios se difunda y glorifique y el reino de Dios sea anunciadoy establecido en toda la tierra. En el actual orden de cosas, del que están surgiendo nuevas condicionespara la Humanidad, la Iglesia, sal de la tierra y luz del mundo, se siente llamada con mayor urgencia a laobra de salvación y renovación de toda creatura, para que todas las cosas sean instauradas en Cristo yen Él formen los hombres una sola familia y un único pueblo de Dios

La actividad misionera tiene íntima conexión con la misma naturaleza humana y sus aspiraciones. Almanifestar a Cristo, la Iglesia revela con ello a los hombres la auténtica verdad de su condición y de su vo-cación entera, ya que Cristo es principio y modelo de esa Humanidad renovada, a la que todos aspiran,llena de amor fraterno, de sinceridad y de espíritu de paz. Cristo y la Iglesia, que de Él da testimonio porla predicación del Evangelio, trascienden todo particularismo de raza o de nación y, por lo tanto, no pue-den ser considerados como extraños a nadie ni en lugar alguno. Todos pecaron y todos están privados dela gloria de Dios. Nadie por sí y por sus propias fuerzas se libera del pecado y se eleva sobre sí mismo;nadie se libera completamente de su debilidad, o de su soledad, o de su esclavitud; todos tienen necesi-dad de Cristo modelo, maestro, libertador, salvador, vivificador. En realidad de verdad, el Evangelio ha si-do en la historia humana, incluso la temporal, fermento de libertad y de progreso, y continúa ofreciéndo-se sin cesar como fermento de fraternidad, de unidad y de paz. No sin causa, Cristo es honrado por los fie-les como Esperanza de las naciones y Salvador de todas ellas.

Decreto Ad gentes, 1. 8

Esto ha dicho el ConcilioEsto ha dicho el Concilio

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José Francisco Serrano

n sínodo de obispossobre los obispos damás juego de lo que,según la imagen de lacobertura informativaque recibimos, unopuede pensar. La pa-ciente y pausada lec-tura de las interven-ciones delinea los con-tornos de una precisa

fotografía de la Católica Iglesia. Haydos figuras que se erigen en el sub-suelo de varias intervenciones. Dosnombres que, implícitamente, hanapuntalado el pensamiento teólogicosobre lo que allí se aborda: JohannAdam Möhler y el padre Henri deLubac. La referencia de sus textos,en este contexto, es siempre un ejer-cicio refrescante. Por ejemplo, escribióMöhler que «el obispo es la unión he-cha visible de todos los fieles de unlugar determinado, el amor personifi-cado de unos con otros, la manifesta-ción y el punto central vivo del espíritucristiano en su aspiración a la unidad;y, puesto que en el obispo está entre-gada a la constante contemplación, lacaridad de los cristianos mismos cobraconciencia de sí misma, y se torna elmedio de mantenerla».

Del padre De Lubac nos quedamoscon aquel preclaro final de la confe-rencia que pronunció el 28 de octubre

de 1971, en el Centro de estudios SanLuis de Francia, en Roma: «SanAgustín lo ha visto perfectamente, na-da se podía conseguir sin Roma. Cuan-do surgía una crisis grave, no era elobispo de Roma el que buscaba unamayoría a la que agruparse: eran losobispos, numerosos o no, poderososo no, en ejercicio o no, unidos por la-zos colegiales, los que se volvían ha-cia su hermano de Roma para pedirsu decisión. Porque tal es, en primerlugar, y en su sencillez inalterable, elcarisma, el oficio, el servicio de Pe-dro».

Pero volvamos a la sala del Sínodopara recoger una gavilla de interven-ciones que nos ayuden a pensar sobrelo que allí se ha dicho. Nos fijaremos,en un primer momento, en el contex-to cultural en el que nos movemos. Elcardenal Poupard insistió en que, «sila falta de fe, sobre todo en las socie-dades occidentales, ya no es la mis-ma, el ateísmo reflejo se encuentraprincipalmente en las ciencias de lavida, en las ciencias humanas y en lacultura mediática. Una visión del mun-do completamente atea crea un ateís-mo de costumbres en un horizontemundano en el que parece que Diosha desaparecido, no sólo de la razón,sino incluso de la memoria. Dios con-siderado como superado por la razón,incompatible con el pensamiento crí-tico, se ha vuelto completamente su-perfluo para millones de hombres y

de mujeres, una auténtica apostasía si-lenciosa, escondida detrás de la indi-ferencia tranquila de una cultura de loinmanente que invade grupos enterosen Occidente y se propaga a través delos continentes. Servidores del Evan-gelio de Jesucristo para la esperanzadel mundo, ¿qué es lo que seríamos sino hiciésemos lo imposible por daruna respuesta a todo esto?»

El cardenal Ratzinger, con su ma-gistral capacidad de análisis, levantóuna de las ovaciones más cerradas enel aula. Sus palabras tenían la suavidadde la forma, y la firmeza de la cues-tión. Fueron sus palabras: «El mundono está sediento por conocer nuestrosproblemas eclesiales, sino el fuegoque Jesús ha traído a la tierra (cf. Lc12,50). Sólo si nos hemos vuelto con-temporáneos de Cristo, y este fuegoarde dentro de nosotros, el Evangelioque anunciamos tocará los corazonesde nuestros contemporáneos. Esteanuncio exige el coraje de la verdady la disponibilidad para sufrir en nom-bre de la verdad (cf. Ts 2,2). Entrar enla sucesión apostólica implica entrartambién en esta lucha por el Evange-lio. En nuestra cultura agnóstica y atea,el obispo, maestro de la fe, está lla-mado a comprender los espíritus y lossignos de los tiempos. El problemacentral de nuestro tiempo es que la fi-gura histórica de Jesucristo ha sidovaciada de su sentido. Un Jesús em-pobrecido no puede ser el único Sal-

vador y mediador, el Dios-con-noso-tros: Jesús es reemplazado con la ideade los valores del reino y se convierteasí en esperanza vacía. Tenemos queregresar con claridad al Jesús de losevangelios, ya que Él es también elauténtico Jesús histórico (cf. Jn 6,68).Si los obispos tienen el valor de juzgary decidir con autoridad en esta luchapor el Evangelio, la tan auspiciada des-centralización se realizará de formaautomática. No se trata de decidir so-bre las cuestiones teológicas de los es-pecialistas, sino sobre el reconoci-miento de la fe bautismal, fundamen-to de toda teología. La fe es el verda-dero tesoro de la Iglesia (cf. Mt13,45s)».

RaícesAlfa y Omega16 18-X-2001

Los obispos hablan... sobr

U

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Raíces Alfa y Omega 18-X-2001 17

Una de las más recurrentes preo-cupaciones ha sido la transmisión de lafe y la catequesis. El cardenal Cor-mac Murphy-O'Connor, arzobispode Westminster y Presidente de laConferencia Episcopal (Inglaterra),insistió en que «el trabajo del obispocomo Maestro-Preceptor de la fe, es-pecialmente en la catequesis, a menu-do es drásticamente dificultado por:1) una amplia suposición en la cultu-ra contemporánea de que la fe cristia-na no es una doctrina, no es una ver-dad, es meramente un ethos; y 2) laexistencia dentro de la catequesis deun modelo ampliamente aceptado quehace poca justicia al lugar que tienela doctrina en la educación católica.

Haciéndolo remontar fundamental-mente a Rousseau, el modelo educa-cional de Dewey penetró con muchafuerza en la catequesis católica».

Los obispos han hablado muy cla-ro sobre cuáles son sus preocupacio-nes. Para muestra, un ejemplo: las pa-labras del obispo polaco monseñorAntoni Pacyfik Dydycz, franciscanocapuchino: «Con esta intervención ha-go referencia al número 55 del Ins-trumentum laboris, donde se habla dela santidad del obispo, basada en laespiritualidad evangélica. Allí se afir-ma que el obispo debe ser maestro,santificador y pacificador, colmo devirtudes. Eso es cierto. Sin embargo,cuando el obispo mira su calendariodonde tiene apuntadas las muchas ci-tas con personas importantes, las reu-niones prestigiosas y muchas cosasmás, entonces la bella visión del mi-nisterio episcopal desaparece. Y cuan-do algún sacerdote o una persona ne-cesitada acuden a él, no tiene tiempopara atenderles. De este modo descu-brimos que nuestro ministerio está vin-culado, que depende de muchas cosasy no logra brindar esperanza a las per-sonas que nos han sido confiadas. Porlo tanto, hace falta liberar nuestro tra-bajo de todo tipo de dependencia re-lacionada con la mentalidad de nues-tro tiempo».

También nos sirven las del cardenalBernard Agré, arzobispo de Abiyán(Costa de Marfil): «En nuestro mundo,

marcado por las heridas innumerablesde la civilización del odio y de lo ob-tuso, con frecuencia el obispo se vesolicitado para pronunciar una pala-bra que sea luz y brújula, apertura yliberación. A menudo las multitudesllegan a su puerta y siguen con su mi-rada su mano bondadosa. ¿Acaso noes él, muchas veces, padre y madrepara su pueblo? Inventivo, desintere-sado, eficiente en un mundo que se in-clina ante los individuos creativos ydinámicos, ¿acaso el obispo no corre elriesgo de aparecer tan sólo como undirector, un administrador carismático,un project manager, un coordinador,conocido como el director de unaONG?»

No sólo se han oído las voces delos obispos hablar sobre los obispos.Unos pocos seglares han hablado cla-ro, pero que muy claro. Así lo ha he-cho el ecuatoriano Enrique GalarzaAlarcón, Consultor de la Conferen-cia Episcopal de su país: «He estadocercano a muchos obispos; creo quea todos les falta tiempo para hacer to-do lo que querrían hacer. Alguno de-searía demorar el sol en el firmamen-to para que el día tuviese 300 horasde trabajo. Pero, si eso fuera posible,tampoco le alcanzaría el tiempo parahacer el bien. En pequeño, los laicostambién tenemos esta tentación: que-remos dar seguridades absolutas y de-finitivas a los hijos, sin caer en la cuen-ta de que, a lo sumo, son seguridades

temporales y relativas. Tal vez nos bas-taría hacer todo lo que podamos, consentido de urgencia, pero definiendoprioridades y en espíritu de corres-ponsabilidad, para que lo que se hagasea bien hecho, dejando que el Señorsupla lo demás, y seguro que lo harácon creces. Los hombres y mujeres dehoy necesitamos de creyentes que nosdevuelvan la esperanza a través de unmensaje testimoniado con conviccióny entusiasmo. La vocación a la santi-dad es un llamado a la autoafirmacióny a la felicidad plena. (...) Queremos ynecesitamos obispos santos. Que bus-quen ser coherentes entre lo que creen,piensan, dicen y hacen. Obispos quesean dignos y libres frente a toda ata-dura y poder, y se sientan, al mismotiempo, como indignos servidores delos más humildes y pobres, de los quenada les pueden devolver, tal vez nisiquiera reconocer el bien recibido».

O esta otra intervención, de donGiuseppe Camilleri, de la Sociedadde la Doctrina Cristiana (Malta): «Latransmisión de la certeza de la fe noes, en esencia, un ejercicio intelectual.De hecho, sólo los santos pueden tras-mitir esa certeza, porque viven lo quepredican. El obispo debería hacer hin-capié en la certeza de las verdades re-veladas, utilizando un lenguaje idó-neo que refleje las hermenéuticas másrecientes de lengua y doctrina, siempresegún la línea del Magisterio».

n... sobre los obispos

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Cuál es el meollo del libro?El propósito de este libro es mostrar

cómo los valores se encarnan en per-sonas vivas. Afirmo, al concluir la in-troducción –que es lo que peor ha sen-tado a algunos– que, si el conjunto devalores no está agrupado en esa unidadsuperior que llamamos el bien, y ade-más ese bien no se expresa a través deuna doctrina revelada que es la quetiene como depositaria la Iglesia ca-tólica, al final hay verdades parciales,revelaciones y conocimientos parcia-les, pero no vida moral en su integri-dad. Es verdad que algunos de los per-sonajes del libro no fueron católicos,como Gandhi; pero, en general, lo quetrata de mostrar este libro es que laúnica que articula todo ese conjuntode valores y de bienes es la moral ca-tólica. La experiencia del bien y delos valores mejora al hombre, y le ha-ce autorrealizarse. La autorrealizaciónno es esa libertad caprichosa de la quehablan ahora algunos jóvenes: Yo ha-go ahora lo que me parece, sino que,es objeto realmente de autorrealiza-ción en esa unidad que llamamos vidamoral; y, además, es objeto de alegríay de satisfacción en la vida.

Todo el mundo habla de valores,pero nadie los define; por eso es in-teresante encontrar, ya desde la pri-mera página, que valor es voluntadde bien...

El bien no se logra como deseanalgunos ahora, que parece que está flo-tando en la naturaleza humana y nohay más que seguir sus impulsos parallegar a él. Bien al contrario, cuesta.Por eso vale. Es valor.

En cualquier periódico que se leaestos días, se insiste en que, tras el 11de septiembre, numerosos valoreshan sido totalmente cambiados. ¿Losvalores de los que habla este libroson permanentes, o los cambia un11 de septiembre?

Ni 11 de septiembre ni nada. El Só-crates que conocemos mínimamentea través de Jenofonte, y sobre todo através de Platón, explica realmente lobuena que es la realización de los va-lores en la vida humana, y cómo seidentifica con la idea de lo bueno y,finalmente, con lo divino; en ese mo-mento dice Laucón: «Ahora me hasenseñado, Sócrates, la más alta ver-dad». Platón puso en boca de Sócratesalgo muy claro: que, en contraposi-ción a que todo es relativo y todo cam-bia (las circunstancias políticas, so-ciales, etc… hacen cambiar las cosas),primero, los valores son permanentes,

porque obedecen a relaciones básicasque existen en el hombre, y se dansiempre en el hombre en todos lostiempos y en todos los lugares, y enmiles de 11 de septiembre de la His-toria; segundo, que esos valores sonperfectamente comprensibles por elhombre; y, finalmente, que la prácticade todos esos valores hace mejorar alhombre, le hace realizarse, en el sen-tido más noble, y participar en la vidamoral, que es una vida superior. Creoque esto era y sigue siendo válido aho-ra. Borges decía que la Historia essiempre pudorosa en sus fechas. Los11 de septiembre probablemente novan a cambiar la condición humana,que es la que es.

Un asunto de minorías

Circunscribiéndonos un poco anuestra sociedad, ¿cómo estamos desalud en cuestión de valores? ¿Cabeser optimista, o hay que ser pesi-mista?

Vivimos cambios profundos. Nome refiero a las circunstancias mora-les, sino a circunstancias sociales, cul-turales, de todo tipo. Parece que el sue-lo de creencias sobre el que el hom-bre asentaba sus pies, lo sólido sobrelo que nos situábamos en el mundo,de repente se torna movedizo, y en-tonces parece que el hombre naufraga.Sin embargo, Ortega decía que el náu-frago, en esos momentos de crisis decivilizaciones, vuelve a salir a flotenadando. Creo lo mismo. Creo quehay grandes cambios ante los cualesel hombre se siente desconcertado yque afectan a su sistema de referen-cia moral; pero eso se debe quizás a

un factor extrínseco, como son loscambios culturales, políticos… Hoyno tenemos una imagen del mundo fí-sico como la que nos podía dar Planck.El evolucionismo tenía su imagen dela evolución de la vida: Dios ha muer-to, pero el hombre es un ser biológi-camente necesario. Pues bien, los ex-perimentos de los últimos PremiosNobel de Química nos dicen lo con-trario. El hombre no es un ser bioló-gicamente necesario; es precisamenteun fallo de los perfectísimos meca-nismos de reproducción del ADN loque hace que lleguemos al hombre.Por lo menos, se ha desmontado esaespecie de superchería de Dios hamuerto, pero el hombre es un ser bio-lógicamente necesario. Esa ilusión deldarwinismo ha pasado completamen-te a la Historia, y se ha demostradoque la miseria del positivismo real-mente consistió en creer que no sóloera una teoría científica, sino una ide-ología. Creo que los desarrollos de laciencia, que cada vez nos van a llevarmás a la imposibilidad de una pruebanegativa de Dios como creía ingenua-mente el positivismo del siglo XIX,de comienzos del XX, y sobre todoque las transformaciones que todavíano vemos muy claro hacia dónde sevan a dirigir, van a producir una re-formulación quizá de los valores, unapresentación de ellos de una formadistinta, y tal vez porque estamos na-turalmente en la emergencia de unacultura que quizá vaya a tener muypoco de cristiana, esos valores segui-rán –porque son perennes– siendoconsciente o inconscientemente vivi-dos por muchísima gente, y conscien-temente vividos, como valores cris-

tianos, probablemente por una mino-ría. Lo ha dicho el cardenal Ratzingerhace poco tiempo, y me parece unaintervención absolutamente fantásti-ca. Coincido plenamente con él.

El otro día en conversación conJosé Manuel Otero Novas, dijo al-go muy interesante: hablando de latolerancia, que por cierto es uno detantos valores que aparecen en es-te libro, comentó: Existe la toleran-cia porque no existen los demás va-lores. ¿Está usted de acuerdo?

Con José Manuel Otero siemprecoincido en todo. Creo que la toleran-cia es un talante social. Bien entendi-do consiste en una actitud en la queuno trata de ponerse positivamente afavor del otro, no de sus ideas, quepueden estar perfecta y absolutamen-te equivocadas, respecto de las cualesno cabe transigir ni tolerar nada, pues-to que sería claudicación de las pro-pias convicciones; pero la toleranciaes algo que tiene mucho más que vercon los modos de tratamiento socialque con los verdaderos valores. La to-lerancia mal entendida es esa actitudcon la que uno dice: «Yo, como soytan tolerante, estoy dispuesto a admi-tir que dos y dos puedan ser veinti-séis». Cabe una tolerancia hacia elhombre equivocado, por considera-ción a la dignidad de su persona y portratar de llevarle hacia la verdad, node mantenerle en el error; pero nuncaes posible transigir con los valores ycon las ideas. Ciertamente que la to-lerancia mal entendida tiene gravespeligros. Había personas tolerantesque decían en el siglo I: «Quizá lo me-jor para el pueblo judío es que cruci-

EspañaAlfa y Omega18 18-X-2001

Gustavo Villapalos habla para Alfa y Omega

Ningún 11 de septiembre cambiaSe titula Los valores de los grandes hombres. Sus autores son: Gustavo Villapalos y Enrique San Miguel . Son 325 páginas, editadas porPlaneta Testimonio. Hablamos con Gustavo Villapalos en su despacho de Presidente de la Fundación Universitaria Española:

El Director de nuestro semanario con don Gustavo Villapalos, en un momento de la entrevista

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España Alfa y Omega 18-X-2001 19

fiquen a este hombre, que estaba man-teniendo unas actitudes extremistasradicales y quizá no haya hecho grancosa, pero a lo mejor tiene que pagar élpara evitar la desaparición de los ro-manos». Esa tolerancia volvería a cru-cificar a Cristo. Como creo –raraavis– en la verdad objetiva, natural-mente creo que hay que ponerse po-sitivamente de parte suya, e infatiga-blemente; ésa es la misión del hom-bre: el tratar de llevar a la verdad. Yocreo que todos, no sólo los profesores–como se ha dicho, y a veces son losque menos lo hacen–, todo hombre,debe tratar de ser un maestro en la ver-dad que conoce y alienta en su inte-rior. En este sentido, sí es muy nece-saria una tolerancia con las personas,una forma atenuada del respeto, perono cabe transigencia con los errores.

¿Puede haber una vuelta a losvalores?

Estoy convencido de que estamospasando por una crisis de civilizacio-nes en sentido amplio, y que habráciertamente una vuelta a los valores.Que esos valores sean bien entendi-dos por la mayoría de la sociedad es loque yo ya tengo dudas, o más bienpienso que no.

No instrumentalizar la religión

No podemos sustraernos en estaconversación a lo que hoy, con ra-zón, preocupa al mundo. Lo que es-tá sucediendo después del trágico11 de septiembre ¿es un choque decivilizaciones, o no?

Creo que más que choque es –co-mo hubiese dicho Hüntington– un gol-petazo de civilizaciones. No sé hastaqué punto. Es un fenómeno complejo.Hay un conjunto de grupos, que pue-den estar muy extendidos en otros pa-íses islámicos, pero lo que hacen esaspersonas creo que es atribuible a ellassolas y a determinadas interpretacionesdel Corán, que no son ni la única, ni lamás extendida. Es verdad que en de-terminadas zonas, en la propia ArabiaSaudí, hay una monarquía muy pronorteamericana, pero la población esradicalmente fundamentalista. Creoque no se puede reducir a eso los gra-ves hechos del 11 de septiembre, quea todo el mundo le pesan y le duelen.Aunque yo sé que es absolutamenteimpopular decir esto, creo que el pasarde un sistema de equilibrio de poten-cias a la hegemonía absoluta de unapotencia única, lleva como conse-cuencia los conflictos regionales ge-neralizados. Y eso es la lógica. Ya nocabe, diríamos, una confrontación dedos bloques, pues ancha es Castilla, yvamos a buscar otras formas de ac-tuación. Luego está una reiterada, y

quizá equivocada en ocasiones, ac-tuación del poder norteamericano quele ha distanciado enormemente delmundo islámico. Eso no justifica paranada, claro está, los hechos del 11 deseptiembre; pero hay que entender losfenómenos con todas sus causas. Elsentimiento antinorteamericano en lospaíses islámicos no es una cosa del 11de septiembre. Hay brotes de funda-mentalismo, en mayor o menor medi-da, en casi todos los países islámicos,con algunas excepciones, y es algoque habría que tratar, ayudando ma-sivamente a una interpretación mode-rada del Islam, que además de la másantigua, la maliki, de fines del sigloVII y principios del siglo VIII, es laortodoxa.

Juan Pablo II ha afirmado estosdías que la religión no puede ser uti-lizada como pretexto para la vio-lencia y la guerra...

La religión no ha tenido que ver ab-solutamente en nada. Ha tenido que

ver el conflicto palestino-israelí muchísimo, que es una especiede herida sangrante para todo el puebloislámico; ha tenido que ver la dureza–justa probablemente– con la que seha actuado con algunas personas, peroabsolutamente falta de legitimidad. Amí me parece excelente que el señorMilosevic esté en el Tribunal Interna-cional de Justicia de La Haya, pero meparece inaudito que Estados Unidos–que no ha suscrito el Tratado y queno somete a sus ciudadanos a la juris-dicción del Tribunal– defienda que selleven al Tribunal de Justicia a los queconsidera como delicuentes. Resultauna posición un poco cínica o sor-prendente. Es decir, los ciudadanos ro-manos comparecen sólo ante el Cé-sar...; pero entonces no puede pretenderque los provinciales estén contentoscon esa situación. Ni lo han suscrito, nilo van a suscribir. Todos sabemos queun americano nunca jamás va a com-parecer ante ese Tribunal Internacio-nal de Justicia. Esto supone una cierta

desigualdad. Son conflictos que tienenuna base étnica, territorial, estratégi-ca, política y militar, y en los que elcomponente religioso es un disfraz. NiBen Laden tiene legitimación algunapara invocar que es el brazo de Dios, nitanta bendición a América como pidede Dios el Presidente Bush... Ha dichomuy bien el Papa: «La religión no pue-de ser un pretexto».

De su etapa política, ¿qué cosaspositivas ha sacado?

He pasado seis años y medio en laConsejería de Educación de la Co-munidad de Madrid, en la que he te-nido un contacto con el mundo de laeducación que me ha dado una expe-riencia real de los problemas que des-conocía enormemente. No es lo mis-mo saber si se está de acuerdo o nocon una determinada forma de dar laenseñanza secundaria en el bachille-rato, que ver los problemas que de ver-dad se plantean. Creo que se han re-suelto muchas cosas. Se ha resueltola homologación retributiva de los pro-fesores. Decían que lo primero quehabía que hacer era incentivar al pro-fesorado. El profesorado es el peor pa-gado de toda España, y usted no lo vaa incentivar con monsergas. Creo quenuestro profesorado está ahora en elgrupo de cabeza de los profesores bienretribuidos, que no es naturalmente elúnico motivo para incentivarlo, ya quehay que hacer otras cosas. Las infra-estructuras escolares se han aumenta-do por lo menos en un treinta y tan-tos por ciento respecto de las que exis-tían. Con la compensación educativaha pasado exactamente lo mismo. So-bre todo se ha logrado algo muy difí-cil de conseguir, que es el pacto esco-lar. Eso del pacto escolar –que siemprese dice que hay que conseguir–, enMadrid se ha conseguido. Firmamosun acuerdo en el cual estuvieron to-dos los sindicatos y las patronales de laenseñanza pública y de la privada. Esel único texto en el que se ha recono-cido la posibilidad de financiar, en de-terminados supuestos, con fondos pú-blicos los centros privados. Duranteestos seis años y medio ha habido unapaz social que deseo continue. En to-das las cosas de la vida uno pasa portragos mejores o peores, pero creo quelo único en lo que hay que esforzarsees por hacer verdad ese lema tan bo-nito de que Hay que vencer el mal conel bien. Como dice san Pablo, no sepueden sembrar males para recogerbienes. Ha sido un período muy grati-ficante. Mi Presidente, que es un hom-bre excepcional, me ha respaldadosiempre. Es una etapa que ha pasado,y respecto de la cual guardo sólo bue-nos recuerdos y buenos amigos.

Alfa y Omega

los valores permanentes

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Jesús Colina.Roma

Juan Pablo II pide paz y la Santa Sede recuerdalas condiciones éticas que debe respetar la res-puesta a los ataques terroristas.

Una voz clama en el desierto de Afganistán: paz.Es la voz del anciano Papa que, desde que comen-zaron los ataques anglo-estadounidenses contra Ka-bul y otras ciudades del país, se eleva cada vez conmás intensidad.

El domingo pasado, por cuarta vez en quincedías, Juan Pablo II volvió a pedir rezar «por la paz enesta hora cargada de graves preocupaciones». Enparticular, ha hecho de la oración mariana del Ro-sario, al que la Iglesia dedica este mes, la súplicadel pueblo católico por el fin de la violencia.

«Con motivo de la situación internacional actual,he invitado a las personas y a las comunidades a rezarel Rosario por la paz –dijo el domingo a mediodía aldirigirse a unos 20 mil peregrinos–. Renuevo tam-bién hoy esta invitación, subrayando al mismo tiem-po que el Rosario es contemplación de Cristo en susmisterios, en íntima unión con María Santísima».

Juan Pablo II no es un pacifista al ultranza. El Ma-gisterio de la Iglesia prevé bajo estrictas característicasel derecho a la legítima defensa. El Secretario de Re-laciones con los Estados de la Santa Sede, el arzobis-

po Jean Louis Tauran, ha expuesto a Estados Unidoslas condiciones necesarias para que la operación militarLibertad duradera respete los parámetros éticos.

En declaraciones al diario parisino La Croix (12de octubre), el ministro de Asuntos Exteriores delPapa ilustró la posición de la Santa Sede con estas pa-labras: «La respuesta a los actos bárbaros del 11 desetiembre no puede ser un acto de venganza, sinode justicia, con el propósito de rectificar la grave in-justicia cometida». En concreto, el arzobispo plan-teó tres condiciones importantes que deben carac-terizar la respuesta a los ataques terroristas:

Por una parte, «el uso de la fuerza debe tener ob-jetivos claramente definidos», afirmó.

En segundo lugar –añadió–, una «operación co-mo ésta debe responder a ciertos criterios morales:proteger las vidas inocentes y no hacer de los civilesobjeto directo de los ataques».

A continuación –advirtió Tauran–, «el uso de lafuerza debe ser proporcional al daño que se comba-te, y no simplemente una respuesta a los medios quelos adversarios utilizan. El uso de armas de des-trucción masiva deben estar siempre excluidos, porsu poder de devastar áreas enteras».

Aclaradas estas condiciones, el arzobispo aña-de: «Reconocemos que la operación Libertad du-radera es una respuesta a las agresiones terroristascontra civiles inocentes, actos que violaron todaslas leyes internacionales y normas humanitarias.Hoy todos reconocemos que el Gobierno estadou-nidense, como cualquier otro Gobierno, tiene el de-recho de legítima defensa, porque tiene la misiónde garantizar la seguridad de sus ciudadanos».

Ahora bien, el prelado insistió en el mensaje quepor activa y por pasiva está pronunciando el Pontí-fice en estos días: la paz no es simplemente la au-sencia de la guerra. «Es algo más que un principio–aclaró–. Es un espíritu, involucra la renovación decorazones, requiere la adopción de principios espi-rituales. Por eso, la Iglesia ve la necesidad de unproceso de educación así como oraciones».

MundoAlfa y Omega20 18-X-2001

Habla el cardenal Nasrallah Sfeir,Patriarca de Antioquía de los Maronitas

Contra el temor de nuevos atentados:justicia en el frente israelí-palestino

El ataque estadounidense no resolverá lacuestión. Habrá nuevos ataques terroris-

tas», afirma Su Beatitud el cardenal Nasra-llah Sfeir, Patriarca de Antioquía de los Ma-ronitas, durante una pausa de las sesionessinodales.

Al comentar los bombardeos anglo-esta-dounidenses a Afganistán, considera que,mientras no se afronte «la injusticia» que sesufre cada día en la «situación de Palestina eIsrael», no habrá una solución definitiva al te-rrorismo que derribó las Torres gemelas.

Su Beatitud, ¿qué piensa del ataqueamericano a Afganistán?

Este ataque era un poco inevitable. Hayuna opinión pública que era necesario cal-mar. Pero, ¿resolverá este ataque la cues-tión? Habrá nuevos ataques terroristas enotros lugares. Se ha querido sumergir al mun-do en el temor. Los terroristas son gente queno tienen miedo de nada porque ya no tie-nen nada.

¿Cómo ve el futuro? La situación es dificilísima. Quizá se ha-

bría podido arreglar a través del diálogo y la

justicia, como ha continuado pidiendo el Papa.Diálogo y justicia, sobre todo justicia social,que es necesario distribuir en el mundo. Noha habido nada de todo esto.

En todo caso, no creo que lo que presen-ciamos sea una guerra contra el Islam o unenfrentamiento entre civilizaciones: es unaguerra que tiene una sola razón: la injusticia re-lacionada en particular con la situación de Pa-lestina e Israel. Es inaceptable que todos losdías haya víctimas, gente que sufre, recla-maciones que permanecen siempre sin res-puesta. Por eso, pienso que si hay justicia enla resolución israelí-palestina, la tensión podrádisminuir.

¿Tendrán problemas los cristianos enMedio Oriente?

Terroristas y fundamentalistas se encuen-tran por doquier, entre los musulmanes y tam-bién entre los cristianos. Es necesario que lossabios y los Gobiernos estén siempre vigi-lantes sobre los que, en estas circunstancias,tratan de pescar en aguas turbias y en los de-sórdenes.

Fides

Una voz clama en el desiertode Afganistán

Afganos comprueban los efectos de un bombardeo

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Mundo Alfa y Omega 18-X-2001 21

J. C. Roma

Quien soñaba en campañas elec-torales en un futuro más o me-nos inmediato, con gente en

las calles exponiendo pancartas comoFulanito for bishop (Fulanito paraobispo), o con Conferencias Episco-pales nacionales capaces de hacer ydeshacer a su antojo la fe y la tradi-ción de dos mil años de cristianismo,ha quedado decepcionado tras los pri-meros quince días de Sínodo de losObispos.

La lluvia de intervenciones de losmás de doscientos obispos partici-pantes a la que ha asistido la Asam-blea en las primeras semanas, quedórecogida en una Relación tras la dis-cusión, redactada por el cardenal Jor-ge Mario Bergoglio, arzobispo deBuenos Aires, en la que recogió lasconclusiones más claras que, por elmomento, arroja esta cumbre eclesial.

En su intervención, el cardenal je-suita, que sustituye en el cargo de Re-lator al cardenal Edward M. Egan, deNueva York, quien tuvo que ausentar-se de Roma durante varios días a cau-sa de la conmoción en la que se en-cuentra sumida su ciudad tras los aten-tados, bosquejó el perfil del obispo delnuevo milenio en cuatro dimensionesesenciales: comunión con Dios; co-munión con la Iglesia universal; co-munión con la Iglesia local; y servi-cio al mundo.

Hombre de Dios

Ante todo, la Relación del carde-nal Bergoglio, de 74 años, comenzósubrayando que el mundo necesita hoyobispos que vivan en «comunión conel Señor». En este apartado, insistióparticularmente en la santidad, en laformación permanente del obispo, yen el testimonio de vida «pobre por elReino» que hoy día exige de él el mun-do.

A continuación, afrontó la cuestiónde la relación del obispo con el Papa ycon los obispos del mundo. La clavepara explicar las relaciones en la Igle-sia ha quedado acuñada en una frase:Bajo Pedro y con Pedro.

Algunos obispos habían propuesto,durante las intervenciones, adoptar elprincipio de subsidiariedad como cri-terio que rija las relaciones entre elPapa, la Curia romana, las Conferen-cias Episcopales, y las diócesis. Setrata de una de las aportaciones de ladoctrina social de la Iglesia que ha si-do adoptada también por la sociolo-

gía y que delimita el ámbito de acciónde cada uno de los niveles y autorida-des que conforman el cuerpo social.La Iglesia, sin embargo, no es una ins-titución política, ni económica, es-trictamente hablando, y por tanto estecriterio se le queda corto. La fe, porejemplo, es igual a todos los niveles:no puede haber creencias diferentespor parte del Papa o de las Conferen-cias, pues no estaríamos hablando yade la misma Iglesia. Por eso, el car-denal Bergoglio, al recoger las con-clusiones, afirmó: «Hay que hablarmás de comunión que de subsidiarie-dad».

Por lo que se refiere a la misión delobispo, pastor de la diócesis, lo pri-mero que ha subrayado el Sínodo has-ta ahora, como confirmó Bergoglio ensu Relación, es el deber de ser maestrode la fe. Subrayó con vigor que elobispo está capacitado por la graciadel Orden sagrado para expresar unjuicio auténtico en materia de fe y mo-ral. Al mismo tiempo, constató el Re-lator que el obispo, con peculiar pre-dilección, debe convertirse en heral-do de la Buena Nueva de Jesús entrelos pobres, para quienes debe ser unpadre y hermano. Debe prestar tam-

bién una atención privilegiada en laatención a sus sacerdotes, diáconos ycolaboradores inmediatos de su mi-nisterio, así como a sus seminaristas.Análoga preocupación debe sentir porlas vocaciones a la vida consagrada ymisionera.

Servicio al mundo

Por último, el cardenal Bergoglioafrontó el servicio que está llamado aofrecer el obispo al mundo. Subrayó laacción pastoral de la cultura, que de-pende en la sociedad actual, en bue-na parte, de la presencia en los me-dios de comunicación. «El mundo dela comunicación es ambiguo», cons-tató. Ofrece posibilidades extraordi-narias para anunciar la fe, y la espe-ranza que necesita el mundo. Pero es-tá también sometido a la manipula-ción. La solución, por tanto, pasa porla formación de laicos, religiosos y sa-cerdotes para que estén presentes eneste ámbito.

Refiriéndose al servicio del obis-po al mundo actual, el cardenal ar-gentino mencionó la urgencia de queel obispo sea agente de justicia y dela paz; agente de diálogo; y heraldo de

laes-pe-

Rosario por la paz

Todo el mes de octubreestá particularmente de-

dicado a esta bella oración,sumamente querida por elpueblo cristiano. Con moti-vo de la situación interna-cional actual, he invitado alas personas y a las comu-nidades a rezar el Rosariopor la paz. Renuevo tam-bién hoy esta invitación, su-brayando al mismo tiempoque el Rosario es contem-plación de Cristo en susmisterios, en íntima unióncon María Santísima.

La espiritualidad con-temporánea experimenta vi-vamente la exigencia de ir,por así decir, a lo esencial.Por este motivo tiene lugarhoy un prometedor redes-cubrimiento de la auténticanaturaleza del Rosario, co-mo oración que ayuda a es-tar en compañía de Cristopara conocerle mejor, asi-milar sus enseñanzas, vivirsu misterio. Y, ¿quién me-jor que María nos puedeacompañar en este itinera-rio de la mente y del cora-zón? Éste es el sentido dela repetición del Avemaría,que «constituye la urdimbresobre la que se desarrollala contemplación de los mis-terios», como escribí en miexhortación apostólica Ma-rialis cultus.

Que se eleve en la Igle-sia insistente invocación porla paz con la oración del Ro-sario, de forma individual ycomunitaria, teniendo fija lamirada en Jesucristo, nues-tra Paz.

(14-X-2001)

Ha

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Primeras conclusiones del Sínodo de los Obispos que se celebra en Roma

Lo irrenunciable en la Iglesia

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La vidaAlfa y Omega22 18-X-2001

La dirección de la semana

La asociación valenciana para la Defensa de la vida, ProvidaValencia, organiza durante los días 17, 18, 24 y 25 de este mes

de octubre unos cursos para mujeres embarazadas titulados Em-barazada y encantada de la vida. Tendrán lugar de 18 a 19 h., enla sede de Provida Valencia. Provida está formado por volunta-rios que trabajan en las tareas de asistencia y ayuda a mujeresembarazadas, en los programas de formación, y en la recogidade alimentos. Ésta es su página web:

http://www.ctv.es/USERS/provida

Internethttp://www.ctv.es/USERS/provida

Nombres propios

El Presidente de la Comisión de Salud del Congreso peruano, donVíctor Velarde, ha denunciado que el número de mujeres que ha-

brían sido involuntariamente esterilizadas en Perú en la pasada décadase acercaría a 300.000: el programa de Anticoncepción quirúrgica,que aplicó el Gobierno Fujimori en los años 90, se convirtió en unapráctica casi obligatoria. Por falta de información, miles de campesinasfueron obligadas a aceptar la intervención.

La catequesis siempre ha sido considerada por la Iglesia como ta-rea primordial. Jesús González Prado, Julián Carrón, Alfonso Ca-rrasco, Juan Pérez-Soba, Anastasio Gil, Javier Alonso Sandoi-ca, Pablo Domínguez, Concha García Prous, Avelino Revilla, Ma-nuel González López-Corps: son los profesores de la Escuela decatequistas Montesclaros, Aula de Formación para Jóvenes, a lo lar-go de todo el curso. Las lecciones tienen lugar en el Consejo diocesanode Acción Católica de Madrid (calle Silva, 12 - 2º). Más información: Tel.91 522 22 67.

Monseñor Julián López Martín, obispo de Ciudad Rodrigo, acabade hacer pública una exhortación pastoral sobre el objetivo diocesanopara el curso que comienza: La misión de la Iglesia y la revitalizaciónevangelizadora.

Don Manuel María Bru, Delegado de Medios de ComunicaciónSocial de la archidiócesis de Madrid, habló sobre Los laicos en losmedios de comunicación, en el marco de la 34 Asamblea Generalanual del Consejo Diocesano de Laicos.

Monseñor Manuel Ureña, obispo de Cartagena (Murcia), y el padreMarcial Maciel, fundador de la Congregación de los Legionarios deCristo y del movimiento Regnum Christi, han presidido un encuentro defamilias durante el puente del Pilar, en el que han participado más de2.000 personas con el objetivo de profundizar en el sentido de la vidacristiana ante los retos que plantea la sociedad actual. El encuentro secelebró en el Centro universitario Francisco de Vitoria, de Madrid.

El pasado 29 de septiembre, cuando estaba celebrando la santa mi-sa en la capilla de los Operarios Diocesanos en Salamanca, falleció acausa de un infarto el benemérito sacerdote operario diocesano donJuan de Sahagún Lucas. Su vida de sacerdote y de profesor y teólogofue una vida sencilla y llena de amor a la Iglesia. Descanse en paz.

Ha iniciado sus actividades la Escuela Social Cardenal HerreraOria que la Asociación Católica de Propagandistas rige en Cádiz, en co-ordinación con el Instituto de Humanidades Ángel Ayala-CEU. Mon-señor Juan del Río Martín, obispo de Asidonia-Jerez, inauguró el ci-clo de conferencias hablando sobre Religión y globalización de la so-lidaridad.

El Prelado del Opus Dei monseñor Javier Echevarría ha ordena-do en Roma 24 nuevos sacerdotes procedentes de 13 países, entreellos España; tres de ellos han sido periodistas, 8 ingenieros, 3 abo-gados, y otros arquitecto, geógrafo, zoólogo y farmacéutico. El promediode edad es de 34 años.

El profesor José Morales, catedrático de la Universidad de Nava-rra, pronunciará una conferencia, a las 12 horas del próximo día 25, so-bre John Henry Newman: la pasión de la fe por la razón, en la Facul-tad de Teología San Dámaso de Madrid. Este año se cumplen 200del nacimiento de esta egregia figura del catolicismo del siglo XIX.

Decálogo de la serenidad

Sólo por hoy trataré de vivir exclu-sivamente el día, sin querer re-

solver el problema de mi vida todo deuna vez.

Sólo por hoy tendré el máximocuidado de mi aspecto: cortés en mismaneras; no criticaré a nadie y nopretenderé mejorar o disciplinar a na-die, sino a mí mismo.

Sólo por hoy seré feliz en la cer-teza de que he sido creado para lafelicidad, no sólo en el otro mundo,sino en éste también.

Sólo por hoy me adaptaré a lascircunstancias, sin pretender que lascircunstancias se adapten a mis deseos.

Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lec-tura, recordando que, como el alimento es necesario para la vida delcuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma.

Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie. Sólo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer y,

si me sintiera ofendido en mis sentimientos, procuraré que nadie seentere.

Sólo por hoy me haré un programa detallado. Quizá no lo cum-pliré cabalmente, pero lo redactaré. Y me guardaré de dos calami-dades: la prisa y la indecisión.

Sólo por hoy creeré firmemente –aunque las circunstancias de-muestren lo contrario– que la buena providencia de Dios se ocupa demí como si nadie más existiera en el mundo.

Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendrémiedo a gozar de lo que es bello y de creer en la bondad.

Puedo hacer bien durante doce horas, lo que me descorazonaríasi pensase tener que hacerlo durante toda mi vida.

Beato Juan XXIII

Año SantoMariano

de la Vega

Monseñor Antonio AlgoraHernando, obispo de Teruel

y Albarracín, ha firmado el De-creto de concesión de un AñoSanto Mariano de la Vega alsantuario de la Virgen de la Ve-ga, en Alcalá de la Selva (Te-ruel). El Año Mariano se esta-blece desde el 8 de septiembrede este año hasta el 8 de sep-tiembre de 2002, y los fieles po-drán obtener la indulgencia ju-bilar.

NuevoMartirologio

Romano

El nuevo Martirologio Roma-no (el martirologio del Vati-

cano II), que recoge los nom-bres de los santos y beatos re-conocidos oficialmente por laIglesia católica, ha sido pre-sentado en la Sala de Prensade la Santa Sede, por el carde-nal Medina Estévez, Prefectode la Congregación para el Cul-to divino y la disciplina de lossacramentos. «Es –explicó elcardenal– no un libro de Histo-ria ni una recopilación de bio-grafías, solamente, sino, sobretodo, un texto destinado a ce-lebrar la santidad, ese don ex-traordinario que es fruto de lavocación cristiana vivida y com-prometida». El Martirologio has-ta ahora en vigor se remonta-ba al año 1956. El nuevo reco-ge 6.538 voces, y de él se hanexcluido los nombres de aque-llos santos de los que no cons-ta su reconocimiento oficial porparte de la Iglesia. Están in-cluidos, por ejemplo, los nom-bres de los 233 mártires valen-cianos de la persecución reli-giosa de 1936.

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La vida Alfa y Omega 18-X-2001 23

Pocas veces se ha tratado la problemáti-ca esencial de la familia con el rigor, la

coordinación y la amplitud sistemática conque lo hace el Con-sejo Pontificio parala Familia en estecompletísimo En-chiridion de la Fa-milia, que acaba deeditar Palabra en sucolección Docu-mentos MC, tradu-ciendo al castellanola versión original,en italiano, del Cen-tro Editoriale Deho-niano. Basta echar

un vistazo al índice analítico, para darsecuenta del ingente servicio educacional ypastoral que este libro supone: desde lasprimeras voces, aborto y acogida, a la largalista alfabética que incluye adopción, adul-terio, amor, ancianos, anticonceptivos, au-toerotismo, castidad, celibato, conciencia,contracepción, continencia, cruz, cuerpo,diálogo y dignidad, divorcio, dolor y droga,enfermos, emigrados, eutanasia y evange-lio, hijos..., hasta las últimas voces vida, vi-vienda, voluntariado.

Es un espléndido trabajo que recopila laabundante documentación sobre familia yvida del Concilio, del Catecismo y del ma-gisterio pontificio. Ofrece a cuantos se ocu-pan de la familia (padres, hijos, profesores,sacerdotes, catequistas..., etc.) un utilísimomanual orientado a facilitar el trabajo deconsulta sobre una cuestión tan esencialpara la vida social y eclesial como la familia.

Los volúmenes sobre el Gran Capitán, Her-nán Cortés, don Juan de Austria, que des-

tacan entre sus obras de temática histórica,han puesto ya sufi-cientemente de re-lieve el bien gana-do prestigio y la ga-rantía de seriedad,rigor y responsabi-lidad del embajadorde España, JoséAntonio Vaca deOsma, académicode la Historia. Estelibro sobre los Re-yes Católicos, queahora publica Es-pasa Biografías, viene a marcar un hito másen esta relevante trayectoria del autor. Estaobra da preferencia a los aspectos perso-nales de Isabel y Fernando, cuyo Tanto mon-ta, refleja la realidad de un equilibrio y unaperfecta división de funciones de los dosgrandes protagonistas de esta biografía que,indudablemente, lo fueron también de la másgrande y general historia de España. Pue-den contribuir decisivamente estas páginasa esclarecer tópicos facilones sobre leyendasmás o menos negras y sobre episodios nun-ca estudiados, que circulan, con descon-certante frivolidad, por nuestros pagos lite-rarios o cinematográficos.

M.A.V.

El chiste de lasemana

Libros de interés

Ricardo & Nacho,en El Mundo

No disminuye el hambre en el mundo

En vísperas de la cumbre de la Organización para la Alimentación y la Agricultura, de las Na-ciones Unidas (FAO), en la que del 5 al 9 de noviembre próximo participarán un centenar

de Jefes de Estado y de Gobierno, y delegaciones de 185 países, esta organización ha pre-sentado su informe anual sobre la situación alimentaria en el mundo. Es profundamente pre-ocupante que el incremento de la producción agrícola en el mundo ha sido el más bajo des-de 1993, con un aumento de sólo el 1,2%, en comparación con el 2,7% de 1999. El objetivofijado hace cinco años por la FAO era reducir a la mitad el número de hambrientos, pasar de800 a 400 millones. Lamentablemente el fracaso está siendo absoluto. No sólo no disminu-ye sino que aumenta el número de hambrientos.

Homenaje a Juan de Ávalos

Con motivo del 90 aniversario del nacimiento delescultor Juan de Ávalos, el Ayuntamiento de

Almendralejo (Badajoz) ha organizado una expo-sición homenaje (90 años de un clásico), que tendrálugar en el Centro Cultural Conventual de San An-tonio, de la citada villa. Será inaugurada mañana19 de octubre.

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El próximo domingo 21, se celebra en todo elmundo el Domingo Mundial de la Propaga-

ción de la Fe, lo que todos conocemosya como DOMUND.

Se trata de una fiesta mi-sionera, porque en ella serecuerda a los hombresy mujeres que se vanlejos de sus casas yde las comodida-des para acer-carse a una re-alidad del mun-do muy distin-ta. Larealidad de lapobreza, delnecesitado,del enfermo,de aquel aquien nadiequiere, parallevarles la ale-gría del Evan-gelio de Jesús.

Esos hombresy mujeres son losmisioneros, que danla vida por aquellos queDios prefería: los pobres;por eso, este año el DO-MUND tiene el lema de Misio-neros, comprometidos por un mundomejor.

En leproserías, hospitales, escuelas o iglesiaslos misioneros desarrollan su actividad de amor alprójimo. En estos días, por tanto, es necesario re-cordar a todos estos hombres y mujeres que acep-

tan el amor de Dios y escuchan Su petición de de-jarlo todo y seguirle a Él.

Cuando uno es todavía joven, piensaque estas personas son poco

menos que héroes. Pero lomejor es que nosotros,

desde casa, tambiénpodemos ser misio-

neros. ¿Que có-mo puede ser

eso? Pues lle-vando a todosa Jesús, que-riendo y ayu-dando a to-do el que lonecesite enla familia,en el cole-gio, en lapandilla…,y tambiénayudando a

que la activi-dad de los mi-

sioneros en eltercer mundo sea

más sencilla, re-zando por ellos y dan-

do todo lo que nos so-bra, que es mucho, dada

la pobreza que hay en el mun-do. El Papa lo decía así, en el Men-

saje para este DOMUND 2001: «Todo loque hemos recibido de Dios, tanto la vida como losbienes materiales, no es nuestro». ¿No quieres túun mundo mejor para todos? ¡Colabora con el DOMUND!

Desde la feAlfa y Omega24 18-X-2001

EEll ppeeqquueeaallffaa

Es una experiencia que te cambia la vida», dicen Laura y Mónica, dosjóvenes misioneras que, un día, viajaron hacia la República Domi-

nicana. Es una tierra lejana, pero está llena de niños, hombres y mujeresmuy necesitados. Llegaron allí con la Misión de la misericordia, unafundación creada por el padre Christopher, párroco en la diócesis de SanJosé de los Llanos. «Allí vamos a evangelizar –cuentan nuestras ami-gas–; les llevamos medicinas; si hay alguien que lo necesita se le lle-va al hospital; jugamos con los niños; les damos de comer en los 3comedores que hemos creado en la zona; les damos catequesis….».

Con motivo del DOMUND nos mandan a todos los amigos del Pe-quealfa un mensaje misionero: «Yo animo a todos los niños –cuentaLaura a Pequealfa– a que se relacionen con otros niños de culturasdistintas. Al final todos son niños igual, pero tienen que conocer lo bo-nito que es compartir con quienes no tienen nada. Yo me decidí a irporque creía que había tenido tantas cosas en la vida, especialmen-te la fe, que no podía quedármelo todo para mí. Y la verdad es quenunca pensé que ellos a mí me iban a dar tanto». Mónica nos dijo que«nos creemos que la realidad es el mundo que vemos que nos rodea,las películas…, y es totalmente distinta. Creo que Cristo se hizo po-bre por algo, y los pobres están ahí para que nos acerquemos a ellos,

les queramos. Además yo creo que los niños pueden ser misione-ros desde sus casas, porque siempre hay alguien cerca que lo pasamal, que no sonríe…, y ahí pueden ellos actuar como misioneros.La verdad es que ser misionera cambió mi vida, y ahora me doycuenta de las cosas que verdaderamente importan».

Éste es el testimonio de dos jóvenes misioneras que decidieron dejarsus casas por un tiempo para compartir y darse a los pobres. Hay mucho,mucho por hacer y se necesita mucha ayuda. Si queréis tener más in-formación sobre la Misión de la misericordia, aquí tenéis una dirección decorreo electrónico para que les escribáis: [email protected] ¿Quieres comprometerte tú también?

Testimonio de jóvenes misioneras

Misión de la misericordia

Con la mirada

puesta en un

mundomejor

Mónica Artacho, una de nuestras amigas misioneras, con niños de la República Dominicana

Textos: A. Llamas Palacios. Ilustraciones: Elena de la Cueva

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Nunca oshabéis imagi-nado qué pasaría sivuestra televisión hablase?

Si eso ocurriera, se pondría como latelevisión del dibujo, sin palabras paraexplicar toda la tensión que vive el mundo ac-tualmente en medio de una guerra contra el terrorismo. Condenadaa retransmitir imágenes de dolor, no podría evitar llorar.

A veces uno tiene la sensación de estar dentro de unapelícula de ciencia ficción, donde las bombas no matan ylos muertos son de mentira. Pero hay algo que debemostener claro: estamos hablando de personas de verdad, de unpueblo que sufre y pasa hambre. En realidad, el poder estásólo en manos de unos pocos. A veces corremos el peligrode olvidarnos de esto, pues lo que nos ofrecen por televisión,tan moderno y sofisticado, parece sacado del cine. Pero nonos engañemos: las fotografías por satélite, los misiles, el lá-ser… tienen los mismos propósitos que una flecha de laEdad Media, y es acabar con vidas humanas.

Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre enNueva York y Washington, y el avión destrozado en Pennsilva-nia, el mundo se levantó, entre atemorizado y furioso, y pidiójusticia. Los ataques de Estados Unidos a Afganistán, donde seencuentran los terroristas, se han llamado legítima defensa. Losobjetivos son sólo militares, aunque siempre en estos casos se

corre el peli-gro de alcanzar

a hombres, muje-res y niños inocentes.

Por este motivo el Papa, alcomenzar los ataques, de-

cía: «Quiero compartir convosotros y confiar al Señor la

angustia y la preocupación quesuscita en nosotros este delicado

momento de la vida internacional».Ante la amenaza de nuevos atenta-

dos terroristas, el mundo tiene queresponder. Pero debemosrezar y pedir la paz para quetodo el sufrimiento de estoque llaman guerra acabecuanto antes. Actuar comodecían los obispos estadou-nidenses: «En medio delconflicto, oramos por la paz.En lugar del terrorismo, bus-camos la justicia. En res-puesta al odio, ofrecemosamor. En un tiempo de prue-ba, nos volvemos a Dios co-mo nuestro refugio y fortale-za, para que nos muestre lasenda de la curación, recon-

ciliación y paz».

Desde la fe Alfa y Omega 18-X-2001 25

Queridos amigos:Por fin vamos a deciros quiénes son los ganadores del concurso de Pequealfa: El mejor relato del verano. Como fueron muchos los participantes, hemos decidido establecer dos categorías: una en la que participan ni-

ños de 8 a 12 años, dotado con un lote de libros cedido amablemente por la Editorial SM; y otra categoría para chi-cos a partir de 13 años, cuyo ganador recibirá un lote del libros estupendos de la Editorial Palabra.

Antes de desvelar el nombre de los ganadores, Pequealfa quiere agradecer la participación de todos los niños yjóvenes en este concurso. Había relatos estupendos, pero, como en todos los concursos, hay que elegir só-lo unos pocos. Gracias al colegio Nuestra Señora de los Infantes de Toledo, que tiene unos alumnos mag-níficos, a Santander (que, por cierto, no nos mandaron sus direcciones), a Madrid, a Sevilla, a Má-laga… ¡Gracias, amigos!

Los ganadores del concurso son:

Ainhoa Arjona, de 9 años (Málaga), por su bonito relato sobre la amistad en el verano

Ana García Maldonado, de 13 años (Sevilla), por relatar su experiencia con un nuevo hermanito saharahui

Estados UnidosbombardeaAfganistán

Estados UnidosbombardeaAfganistán

Premios del Concurso: El mejor relato del verano

¡Enhorabuena!

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Según una opinión muy divulga-da por ciertos medios, la Igle-sia es la principal culpable de

las desdichas y violencias, especial-mente las guerras civiles, que han sa-cudido a España en los dos siglos pa-sados. La causa estaría en el fanatis-mo y cerrazón eclesiásticos ante losderechos humanos y las nuevas co-rrientes políticas. Esa acusación ha si-do asumida incluso por muchos cris-tianos o próximos al cristianismo, yse puede leer hoy en órganos conser-vadores sin que levante críticas o pro-testas.

Sin embargo, los hechos desmien-ten por completo tal idea. Lo que ol-vidan esos críticos es que el liberalis-mo llegó a España, en gran medida,no a través de su versión anglosa-jona, consciente de sus raíces cris-tianas y en todo caso respetuo-sa con ellas, sino de la ten-dencia revolucionaria fran-cesa, el jacobinismo,introducido aquí por lainvasión napoleónica.La

Revolución francesa fue realmente lafragua de los totalitarismos que iban aasolar el mundo en el siglo XX. Co-mentando los destrucciones de esta-tuas por los talibanes, el dramaturgoArrabal recordaba recientemente lasfechorías, enormemente peores, de lostalibanes revolucionarios francesescontra edificios y obras de arte. Elloaparte de la institucionalización delterror, el genocidio y una mortíferapersecución religiosa.

En España, la invasión francesa tra-jo los mismos efectos: matanzas, de-vastaciones y saqueos de obras artís-ticas, conductas vistas por los espa-ñoles de entonces, casi unánimemen-te católicos, como sacrílegas eintolerables. Es lógico, vista la cues-tión desde un ángulo neutral, que nosólo el clero, sino también la gran ma-sa de la población, entendiera aque-llas prédicas sobre los derechos delhombre como el pretexto y encubri-miento del crimen, pues, efectiva-mente, así fue.

Sin embargo, el jacobinismo seasentó en el país, sobre todo, a travésde logias masónicas militares, tuvo elanticlericalismo como su rasgo másmarcado, y no contribuyó en lo más

mínimo a cambiar las ideas que la gen-te se había hecho sobre él a partir de laexperiencia. Al contrario. Muy débil,por su aislamiento, el jacobinismo re-currió enseguida a la violencia: su-ya es, contra lo que muchos cre-en, la invención de lospronunciamientos mili-tares, tan dañinos parala estabilidad del paísdurante el sigloXIX. De él pro-ceden las incita-ciones al asesi-nato

de frailes, con calumnias como la deque habían envenenado las fuentes.La Desamortización de Mendizábalfue otro hecho indicativo. La medida,seguramente necesaria, pero realiza-da a la manera jacobina, es decir, bru-tal y sin respeto al derecho de propie-dad, resultó asoladora. Cientos de mi-les de personas que vivían en terrenoseclesiásticos fueron expulsadas, for-mando un ejército de mendigos, de-lincuentes y otros marginados, abonopara la demagogia y la convulsión so-cial. La desforestación fue muy in-tensa. Grandes bibliotecas se disper-saron o se perdieron, obras de arte deprimera magnitud desaparecieron, sehundieron joyas arquitectónicas. Unejemplo entre muchísimos: el Go-bierno ordenó destruir el monasteriode La Rábida, cuna del descubrimientode América, y sustituirlo por un mo-nolíto. Todo ello no impedía a nuestrosjacobinos invocar exaltadamente lacultura.

A lo largo del siglo XIX y parte delXX, continuaron estas conductas, máso menos esporádica o sistemática-mente. A principios del siglo XX Fe-rrer Guardia, ídolo de muchos pro-gresistas, preconizaba «una revolu-

ción sangrienta, ferozmente sangrien-ta», y la llevó a la práctica, en lo quepudo, mediante salvajes atentados. Lasposturas jacobinas, mezcladas con lasrevolucionarias socialistas y anar-

quistas, culminaron en la II Repú-blica, inaugurada con la quema

de más de cien edificios: con-ventos, bibliotecas (in-cluyendo la segunda deEspaña), centros deenseñanza y forma-ción profesional, la-boratorios, escultu-ras, cuadros, etc.El fanatismo ja-cobino, aliadocon el socialis-mo revolucio-nario, recha-zó la victo-ria electo-ral,

demo-cráti-

ca,

del centro derecha en 1933, y respon-dió a ella con la revuelta de octubredel 34, organizada por el PSOE y losnacionalistas catalanes de la Esque-rra, con el apoyo moral de las iz-quierdas republicanas. Aunque la in-surrección solo duró unas horas en Ca-taluña y dos semanas en Asturias, bas-tó para la matanza de unos 40religiosos y la destrucción de nume-rosos templos, incluyendo la voladu-ra de la Cámara Santa de la catedralde Oviedo, joya invalorable del ro-mánico, y de la universidad de la mis-ma ciudad, arrasando su valiosísimabiblioteca. Etc.

Todo esto no fue sino un aperitivo,comparado con lo que ocurriría des-de febrero de 1936, al ganar las elec-ciones el Frente Popular y volver alpoder el viejo jacobinismo, de la ma-no de los revolucionarios extremos,anarquistas, socialistas, radicales y co-munistas. Como creo haber probadoen El derrumbe de la II República yla guerra civil, la actitud izquierdistacausante del levantamiento de octu-bre del 34 no sólo no se corrigió, sinoque se extremó, y su victoria electoralse tradujo en el naufragio de la legali-dad, manifiesto en oleadas de incen-

dios, asaltos a locales y prensa dere-chistas, y cientos de asesinatos. Cuan-do los políticos de derechas urgieron alGobierno a cumplir su deber ponien-do coto al desorden, el Gobierno rehu-só, y ellos fueron amenazados demuerte en el mismo Parlamento. Ame-nazas cumplidas en el caso de CalvoSotelo, mientras Gil-Robles se salva-ba por puro azar. En estas condicio-nes, la mitad del país (por lo menos)con sentimientos católicos se vio enel dilema de rebelarse o dejarse aplas-tar. Optó por lo primero, como es sa-bido.

Sobre la persecución religiosa delFrente Popular en la guerra, no haráfalta extenderse, pero sí señalar quefue quizá la más sangrienta que hayasufrido nunca la Iglesia, peor proba-blemente que las del Imperio Romanoo de la Revolución francesa.

En suma, a lo largo de los siglosXIX y XX el anticlericalismo ha de-jado un rastro espeluznante de incen-dios, agresiones, torturas y asesina-tos de clérigos y católicos. El rechazoa tales conductas es bien lógico, y nodebe confundirse con el rechazo al li-beralismo o las nuevas ideas en ge-neral. Pues la Iglesia logró un aco-modo aceptable con el liberalismomoderado, o conservador, en espe-cial durante el casi medio siglo de laRestauración, único período en 130años en que España prosperó de mo-

do sostenido. Y durante la Repúbli-ca, su actitud fue en extremo legalis-ta y moderada, contra lo que sostie-nen ciertas propagandas e historio-grafías sin base.

En la actualidad, el anticlericalismono hace llamamientos a la sangre, pe-ro no renuncia a su propio pasado, rei-vindicado explícitamente, o al menosdisculpado o embellecido. Natural-mente, todo el mundo tiene derecho acriticar a la Iglesia, pero cuando esacrítica se ejerce por medio de la ma-nipulación y la falsificación histórica,como ocurre casi sistemáticamente,entonces debe ser a su vez criticadasin ambages.

No siendo católico, amo sin em-bargo la verdad, y creo que de la fal-sificación no puede salir nada bueno.Un pueblo engañado sobre su propiopasado corre peligro de recaer en lopeor de él. Me repugna sumamenteque quienes tienen tras de sí un histo-rial siniestro, no sólo no lo repudien,sino que se erijan en jueces y fiscalesde los demás y les exijan que pidanperdón.

Pío Moa

Desde la feAlfa y Omega26 18-X-2001

El anticlericalismo,

una plaga de ayer y de hoyDibujo de Salinas, en el Corriere della Sera

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Desde la fe Alfa y Omega 18-X-2001 27

Podríamos decir que entonces –en1918– la liturgia se parecía a unfresco que, aunque se conserva-

ba intacto, estaba casi completamenteoculto por capas sucesivas. Gracias alConcilio Vaticano II, aquel fresco que-dó al descubierto y, por un momento,quedamos fascinados por la bellezade sus colores y de sus formas. Sinembargo, ahora está nuevamente ame-nazado, tanto por las restauraciones oreconstrucciones desacertadas, comopor el aliento de las masas que pasande largo.

Dios tiene derecho a una res-puesta por parte del hombre, tiene de-recho al hombre mismo, y donde estederecho de Dios desaparece por com-pleto, se desintegra el orden jurídicohumano, porque falta la piedra angu-lar que le dé cohesión.

El culto es percatarse de la caída,es, por así decirlo, el instante del arre-pentimiento del hijo pródigo, el vol-ver-la-mirada al origen. Puesto que,según muchas filosofías, el conoci-miento y el ser coinciden, el hecho deponer la mirada en el principio, cons-tituye también, y al mismo tiempo, unnuevo ascenso hacia él.

La Eucaristía es, desde la cruzy la resurrección de Jesús, el punto deencuentro de todas las líneas de la An-tigua Alianza, e incluso de la historiade las religiones en general: el cultoverdadero, siempre esperado y quesiempre supera nuestras posibilida-des, la adoración en espíritu y verdad.

El culto cristiano implica uni-versalidad. La liturgia cristiana nun-ca es la iniciativa de un grupo deter-minado, de un círculo particular o, in-cluso, de una Iglesia local concreta.La Humanidad que sale al encuentrode Cristo se encuentra con Cristo quesale al encuentro de la Humanidad.

Que nadie diga ahora: la Euca-ristía está para comerla y no para ado-rarla. No es, en absoluto, un pan co-rriente, como destacan, una y otra vez,las tradiciones más antiguas. Comer-la es un proceso espiritual que abarcatoda la realidad humana. Comerlo sig-nifica adorarle. Comerlo significa de-jar que entre en mí de modo que miyo sea transformado y se abra al grannosotros, de manera que lleguemos aser uno solo con Él. De esta forma, laadoración no se opone a la comunión,ni se sitúa paralelamente a ella. La co-

munión alcanza su profundidad sólosi es sostenida y comprendida por laadoración. La presencia eucarística enel tabernáculo no crea otro conceptode Eucaristía paralelo o en oposicióna la celebración eucarística, más bienconstituye su plena realización. Puesesa presencia la que hace que siemprehaya Eucaristía en la Iglesia.

El domingo es, para el cristiano,la verdadera medida del tiempo, lo quemarca el ritmo de su vida. No se apo-ya en una convención arbitraria, sinoque lleva en sí la síntesis única de sumemoria histórica, del recuerdo de lacreación y de la teología de la espe-ranza. Es la fiesta de la resurrecciónpara los cristianos, fiesta que se hacepresente todas las semanas, pero queno por eso hace superfluo el recuerdoespecífico de la Pascua de Jesús.

La ausencia total de imágenesno es compatible con la fe en la en-carnación de Dios. Dios, en su ac-tuación histórica, ha entrado ennuestro mundo sensible para que elmundo se haga transparente haciaÉl. Las imágenes de lo bello en lasque se hace visible el misterio delDios invisible forman parte del cul-to cristiano.

La imagen de Cristo y las imá-genes de los santos no son fotografías.Su cometido es llevar más allá de loconstatable desde el punto de vistamaterial, consiste en despertar los sen-tidos internos y enseñar una nueva for-ma de mirar que perciba lo invisibleen lo visible. La sacralidad de la ima-gen consiste precisamente en que pro-cede de una contemplación interior y,por esto mismo, lleva a una contem-plación interior.

En la acción por la que nos acer-camos, orando, a la participación, nohay diferencia alguna entre el sacerdo-te y el laico. Indudablemente, dirigir laoratio al Señor en nombre de la Iglesiay hablar, en su punto culminante, con elYo de Jesucristo, es algo que sólo pue-de suceder en virtud del poder que con-fiere al sacramento. Pero la participa-ción es igual para todos, en cuanto queno la lleva a cabo hombre alguno, si-no el mismo Señor y sólo Él.

Tu nombre será una bendiciónhabía dicho Dios a Abrahán al prin-cipio de la historia de la salvación. EnCristo, hijo de Abrahán, se cumple es-ta palabra en su plenitud. Él es unabendición, para toda la creación y pa-

ra todos los hombres. La cruz, que essu señal en el cielo y en la tierra, teníaque convertirse, por ello, en el gestode bendición propiamente cristiano.Hacemos la señal de la cruz sobre no-sotros mismos y entramos, de estemodo, en el poder de bendición de Je-sucristo. Hacemos la señal de la cruzsobre las personas a las que deseamosla bendición. Hacemos la señal de lacruz también sobre las cosas que nosacompañan en la vida y que queremosrecibir nuevamente de la mano deDios. Mediante la cruz podemos ben-decirnos los unos a los otros. Perso-nalmente, jamás olvidaré con qué de-voción y con qué recogimiento inte-rior mi padre y mi madre nos santi-guaban, de pequeños, con el aguabendita. Nos hacían la señal de la cruzen la frente, en la boca, en el pecho,cuando teníamos que partir, sobre to-do si se trataba de una ausencia parti-cularmente larga.

Existen ambientes, no poco in-fluyentes, que intentan convencernosde que no hay necesidad de arrodi-llarse. Dicen que es un gesto que nose adapta a nuestra cultura (pero ¿cuálse adapta?); no es conveniente para elhombre maduro, que va al encuentrode Dios y se presenta erguido. (...)Puede ser que la cultura moderna nocomprenda el gesto de arrodillarse, enla medida en que es una cultura quese ha alejado de la fe, y no conoce yaa aquel ante el que arrodillarse es elgesto adecuado, es más, interiormen-te necesario. Quien aprende a creer,aprende también a arrodillarse. Unafe o una liturgia que no conociese elacto de arrodillarse estaría enferma enun punto central.

La religiosidad popular es el hu-mus sin el cual la liturgia no puede de-sarrollarse. Desgraciadamente muchasveces fue despreciada e incluso piso-teada por parte de algunos sectores delMovimiento Litúrgico y con ocasiónde la reforma postconciliar. Y, sin em-bargo, hay que amarla, es necesariopurificarla y guiarla, acogiéndolasiempre con gran respeto, ya que esla manera con la que la fe es acogidaen el corazón del pueblo, aun cuandoparezca extraña o sorprendente. Es laraigambre segura e interior de la fe.Allí donde se marchite, lo tienen fá-cil el racionalismo y el sectarismo.

Un enriquecedor libro del cardenal Ratzinger

El espíritu de la liturgiaUna de las claves del Concilio Vaticano II fue la renovación litúrgica, pero ésta ha llegado a los

cristianos como cambios exteriores más que como un espíritu. En este libro de Ediciones

Cristiandad, que será presentado en Madrid el próximo 23 de octubre, el cardenal Ratzinger,

Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, hace una introducción rigurosa, de carácter

teológico, para revelar el espíritu que anima la liturgia y, mediante ella, a toda la Iglesia. Con el fin

de redescubrir toda la belleza de la liturgia y su riqueza oculta, este nuevo libro es una actualización

del que, en 1946, escribiera Guardini: Sobre el espíritu de la liturgia. Ofrecemos algunos párrafos:

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Un historiador le decía el otro día a un amigoque, si alguien quiere buscar un episodio denuestra historia contemporánea que haga da-

ño a la Iglesia, éste en el que se basa Visionarios leviene como anillo al dedo. Trata de unas supuestasapariciones de la Virgen en un pueblo guipuzcoa-no, que acontecen cuando el Gobierno de la Segun-da República ha ordenado la eliminación de símbo-los religiosos de los centros oficiales: colegios, Ayun-tamientos... El pueblo, mayoritariamente católico,se enfrenta a la ley y a sus representantes –curiosa-mente, la Guardia Civil– y cataliza, a través de los vi-sionarios, una oposición al régimen que se vislum-bra como alba de la contienda civil.

Gutiérrez Aragón nos presenta una galería de per-sonajes desde la que nos ofrece su interpretación his-tórica e ideológica. Por un lado, nos muestra a lospresuntos visionarios, jóvenes poco aventajados quese dejan presionar hasta lo inaceptable y que apro-vechan su condición de supuestos místicos para sacarventajas. Una excepción es Usúa (Ingrid Rubio), laprotagonista, que parece más sincera, aunque de-muestra una conducta de lo más confusa y extraña auna verdadera conversión. En realidad, parece queel cineasta se inclina por la hipótesis de superche-ría.

Por otro lado, están los hombres influyentes delpueblo, de derechas, catolicones, que manipulan a

los visionarios para sus fines políticos. También en-contramos a dos curas: el párroco, que no cree enunos milagros que no se acompañan de santidad devida (pues, claro, ¿por qué entonces el director lo di-buja con tanta antipatía?), y el desagradable jesuita pa-dre Laburu, que como antropólogo y hombre de cien-cia, llega a la conclusión de que donde deben estar losvisionarios es en el manicomio de Mondragón. Másinteresante es la figura del alcalde: un vasco nacio-nalista católico que mira con antipatía unas medidasque quieren restar imfluencia de la Iglesia. Pero Gu-tiérrez Aragón le relega a un papel muy secundario.

Sorprendentes son las figuras que encarnan la ofi-cialidad de la República, sobre todo las de la comisióninvestigadora. Sorprendentes por el patetismo conel que Gutiérrez Aragón las retrata, rídiculas y de-cadentes. En realidad, Gutiérrez Aragón no quiereidentificarse con la clase política republicana anti-clerical, que considera quizá perteneciente al mis-mo binomio premoderno que él atribuye al catoli-cismo cultural. De hecho, también muestra la bar-barie de la quema de conventos y las imágenes acri-billadas. Gutiérrez quiere superar ese esquema dedos Españas en Joshe (Eduardo Noriega), represen-tante de un cierto laicismo a lo francés, para el que loreligioso no es ni deja de ser, simplemente no im-porta. Joshe, a cuyas novias siempre se les aparece laMadre de Dios, representa el racionalismo política-mente correcto –el propio cineasta–, y se preguntapor qué la Virgen no les dejará en paz (es decir, porqué no se limita a la esfera de lo privado).

Esta posición, que le hace mantener un aparenteequilibrio en muchos momentos del film, no le aho-rra al director ciertos guiños malévolos contra el ca-tolicismo popular. Por ejemplo, la película arrancacon un llamativo contraste: una procesión de hom-bres y mujeres de negro entonando un tétrico No es-tés eternamente enojado es mostrada en paralelocon una cantante vestida de blanco y que canta enfrancés una seductora melodía en el moderno hotelLondres, de San Sebastián. El mundo de la luz y lafiesta, frente a la superstición y el miedo. Y preci-samente Joshe es camarero de ese hotel. Ése es sumundo de referencia.

La lectura del film es sencilla: que los asuntos reli-giosos interfieran la vida pública sólo es fuente de con-flictos, abusos manipuladores, y la confirmación de quela Iglesia es vocacionalmente la cortesana del poder.¿Qué mensaje podía venir mejor para sazonar los tiem-pos que corren? Y, como Gutiérrez Aragón es culto ysabe su oficio, nos envuelve el mensaje en un film biennarrado, mejor ambientado, y de una factura siempreconvincente y correcta. En fin, cada uno ve lo que quie-re, como les acusan a los visionarios del film, y, sobre to-do, cada cual hace ver a los demás lo que quiere. Éste esel arma de doble filo del cine.

El premio Robert Bresson loconceden la publicación italia-

na Revista del cinematógrafo y ladirección artística del Festival Ter-cer Milenio, con la colaboracióndel Consejo Pontificio de las Co-municaciones Sociales y del Con-sejo Pontificio para la Cultura. Ma-noel de Oliveira ha estado tambiénen el reciente Festival de San Se-bastián, donde le confesaba a unaperiodista que él hace unas pelí-

culas que resisten y se oponen alcine comercial, un cine, éste, queOliveira considera banal y entre-gado al sexo y a la violencia. Dehecho, es tal su furia hacia la mo-derna cultura audiovisual, que haoptado en sus películas por un len-guaje cinematográfico en las an-típodas del modus operandi al uso.Ritmos lentos, hilos narrativos po-co claros, simbología algo con-ceptual y de no inmediata com-

prensión..., al servicio de argu-mentos descatalogados o inclasi-ficados en el imperante mercadodel guión.

Concretamente, Vuelvo a casaes una reflexión sobre la perfidiadel poder y un testamento de ve-jez, cargado de un paradójico pe-simismo esperanzado. Cuenta elfilm episodios de la vida cotidianade un veterano actor de teatro (in-terpretado por el genial Michel Pic-

coli) que vive sólo con su nieto,tras la muerte de su esposa, su hi-ja y su yerno en un accidente detráfico. Para ello se apoya en frag-mentos de El rey se muere, de Eu-gene Ionesco, de La tempestad,de Shakespeare y del Ulises deJames Joyce. Para Oliveira hoy–y siempre– el poder lo mueve to-do, lo traspasa todo, y es una ten-tación connatural al ser humano.Apariciones de John Malkovich yCatherine Deneuve, vinculan elfilm a El Convento, película de laque eran los protagonistas.

Juan Orellana

Desde la feAlfa y Omega28 18-X-2001

Cine: Visionarios

Cuando cada unove lo que quiere

La impertinencia de OliveiraEn el ámbito del pasado Festival de Venecia, monseñor John P. Foley, Presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, entregó el premio Robert Bresson al director de cine portugués, Manoelde Oliveira, que acaba de estrenar en España su último film, Vuelvo a casa. Con casi 93 años, se siente más provocador e impertinente que nunca, desafiando las leyes no escritas del cine comercial actual

Parece que se han conjurado todas las fuerzas para lanzar un round sobre la Iglesia enEspaña. El gran barullo existente tiene como telón de fondo la reivindicación por partede muchos políticos –algunos de ellos supuestamente católicos– de la revisión a la bajade los Acuerdos Iglesia-Estado. En definitiva, se pretende una progresiva eliminacióndel sujeto católico del ámbito de la vida pública, lo cual es contrario a la naturaleza de laIglesia. En este panorama, Manuel Gutiérrez Aragón estrena su último film, Visionarios,con una coyuntura inesperadamente favorable para su propuesta ideológica

Fotograma del film Visionarios

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Desde la fe Alfa y Omega 18-X-2001 29

El Islam segúnOsama Ben Laden

Junto con los primeros partes de guerrade este conflicto, se ha producido la apa-

rición de Ben Laden ante una cadena de te-levisión árabe. Su mensaje es claro aunqueformulado con la retórica islámica radical:su ataque a los símbolos del mundo capi-talista e infiel en Norteamérica, su éxito y lareacción de aquel mundo, obliga a cada mu-sulmán a tomar partido por su religión, quees, al parecer, el Islam según Osama BenLaden.

El manifiesto va dirigido en primer lugar alos súbditos de los hipócritas, o sea, en es-te caso las oligarquías y gobiernos islámicosaliados de Washington y a los que Ben La-den tacha de apóstatas y convoca a todoslos musulmanes a luchar contra los res-ponsables de esta situación, empezandopor el presidente Bush. Esos aliados, árabesy otros, a los que sólo salvará su arrepenti-miento al unirse a la lucha de Ben Laden.

La apelación a los sufrimientos del puebloárabe en Palestina, Irak, etc., a la humilla-ción que sufre desde hace 80 años (lo queretrotrae el agravio, a la división colonial an-glo-francesa de Oriente Próximo) y al re-cuerdo de la pérdida de Al-Andalus, com-pleta esta proclama habitual en los funda-mentalistas árabes. La diferencia está enque su autor ha sido capaz, gracias a su co-nocimiento de las posibilidades técnicas ymediáticas y de las debilidades estructura-les y sociales del mundo occidental, de ofre-cer al mundo entero el espectáculo de lavulnerabilidad de la democracia imperial,quicio y fundamento de la globalización demuestro mundo. Y necesita capitalizar estasimágenes que le están costando a él y suspartidarios, el ser proscritos a nivel mundialcomo terroristas, es decir, enemigos del pro-pio orden internacional. Para ello, Ben Ladenestá utilizando otra categoría mental occi-dental, La del choque de civilizaciones parasacar a su red de la infamia de ser simple-mente terrorista, aunque sea un terrorismoglobal, altamente tecnificado y manipuladordel factor religioso, o sea tríplemente peli-groso.

Para nosotros cristianos, la primera re-flexión debe ser no dejarse arrastrar ni porésta ni por otras retóricas contrapuestas.Firmes en nuestras propias creencias quenos impulsan a ser pacíficos y pacificado-res, ante ésta amenaza global que sacudemuchas seguridades de nuestro mundo oc-cidental, hay que estar serenos, no deján-dose enredar en la dialéctica de la violen-cia, del devolver mal por mal, o del temorque paraliza y hace dudar de la voluntadsalvadora del Dios, para todo hombre. JuanPablo II es buen guía y maestro para todoello.

Por último, tampoco caigamos en el an-gelismo; las cosas son como son: ni todoslos musulmanes son como Ben Laden, niéste deja de tener éxito entre ellos, por muyterrorista que sea.

Ramón de Armengod

Punto de VistaL I B R O SAnclada en las más altas cotas de la ambición

narrativa, la última novela de Umberto Ecosigue profundizando en los signos de nuestros

tiempos, que lo son de la confrontación entre la ver-dad y la mentira, entre el 1 y el 0 del modelo mate-mático de la información de Shannon y Weaver, yde los procesos de verificación de la lógica de Boo-le. Y digo esto porque, para un creyente, no es lomismo la historia de la verdad, y la verdad en la His-toria, que la mentira de la Historia y la historia delas mentiras, por mucho que estén barnizadas delmás exitoso género de la novela histórica. UmbertoEco escribe, y no debemos olvidar que publicó suprimera novela, el inolvidable para muchos Nombrede la rosa, cuando tenía cerca de cincuenta años. Unpensamiento maduro, dedicado a la historia de la fi-losofía medieval y a la estética, además de a la se-miología y a la semiótica, se conjuraba en un ejerci-cio de encantamiento, más cercano a un juego delenguaje, prágmático, por supuesto, que a una fic-ción sobre la realidad, desde la teoría de la literatu-ra prescriptiva de C. S. Lewis.

En resumen, que uno se traga el libro como enlos mejores tiempos de adolescente fascinado porlas batallas entre los unos y los otros, para que nonos tachen de maniqueos, y disfruta, vamos a decircomo enanos, con la precisión narrativa, la capacidadde relación y de ambientación, la sobrecarga de pre-cisión en algunas descripciones y la maestría con laque maneja la historia de las ideas. Pero sin olvidarque para un amante de la verdad, para un creyente dela Revelación salvífica en la Historia, la Historia estan seria como que es el lugar de esa Revelación delsentido salvífico, de la epifanía de lo eterno, que di-ría el maestro Olegario González de Cardedal, de laposibilidad de una felicidad que va más allá de unapartida de cartas, marcadas unas, falsas otras. Espe-ro que los jesuitas de la Civilitá Cattólica sigan, pormucho tiempo, dialogando con Umberto Eco.

La estética, de nuevo. Una estética de bolsillo es posiblecuando se tienen las ideas muy claras. Cuando se ha

vivido y se vive del gusto, y del regusto, del sentido de laobra de arte, y de la vida. Sobre todo, cuando se es capaz, co-mo hace Pedro Blanco, en estas atrayentes ciento treintapáginas, de orientar al lector sobre lo más relevante de es-ta siempre nueva y siempre vieja ciencia. Hay una aporta-ción del libro que debe ser resaltada: la fundamentaciónbibliográfica, que se convierte en un interesante camino deestudio y profundización para posteriores acercamientos. Elautor confiesa, desde el principio, cuáles son las raíces de supensamiento. Y este hecho también hay que agradecérselo.La teoría estética contemporánea, al menos la más difundidaen nuestros predios culturales, arranca de la generalizaciónque ha hecho el idealista y hegeliano Benedetto Croce. Sinembargo, Pedro Blanco bebe de fuentes alternativas y com-plementarias. Su maestro es Luigi Pareyson, un viejo pro-fesor de Turín que le enseñó las primeras letras estéticas aUmberto Eco y a Gianni Vattimo, cuando éstos pensaban,y así se aclara en el prólogo del libro, de forma muy distintaa como piensan, y actúan ahora. De entre la condensaciónargumental debemos, también, resaltar las páginas dedica-das a Dios, el arte y la belleza. Un sumando más, en la ca-dena de aciertos, es la estructuración interna del libro enlas dos partes: una primera, más teórica al compás de laforma, las personas, el inicio y el fin, y una segunda, his-tórica.

José Francisco Serrano

Un mundo de mentiras

Título: BaudolinoAutor: Umberto EcoEditorial: Lumen

Lo bellosiempreatrae

Título: Estética de BolsilloAutor: Pablo BlancoEditorial: Palabra

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Desde la feAlfa y Omega30 18-X-2001

Gentes

Pilar Vila-Sanjuán, religiosa. Dirige un colegio en Pakistán

«Con la guerra y el furor integrista, la población cristiana y la convivenciaen el colegio están amenazadas. He venido a educar a niños cristianosy musulmanes para la convivencia. Los niños cristianos que vienen aclase me explican cómo menudean los insultos en la calle y cómo sus pa-dres han tenido que apalancar la puerta con muebles porque temían queatacaran sus casas. Los cristianos lo van a pasar mal, muy mal. Son losmás pobres, los más marginados. Da igual que tengan un título en Har-vard, no les dan trabajo. Ser cristiano aquí es ser impuro. Si la cosa se des-manda, a los cristianos se nos puede comer....»

Joan Martí Alanís, arzobispo de la Seu d’Urgell

«De Afganistán se menciona mucho que obligan a taparse la cara a las mu-jeres, pero no que los no musulmanes deben marcar de color amarillo suscasas, cosa que también deben hacer las mujeres infieles en su vestua-rio. En Arabia Saudí 130 cristianos han sido encarcelados en dos años porllevar a cabo actividades cristianas, o haberse encontrado en su casauna Biblia. Los ciudadanos de minorías religiosas no son ciudadanos co-mo los otros, ni son iguales ante la ley. Los no musulmanes son consi-derados infieles y sufren fuertes discriminaciones y disfrutan de menoresderechos respecto a la mayoría musulmana».

Emilio Lledó, académico y profesor de Historia de la Filosofía

«Veo mal la situación del humanismo en la enseñanza hoy día. Lo veo tris-temente como un olvido. Me da un poco de vergüenza decir esto por lo tó-pico que es, pero el legado de esa cultura es tan apasionante, tan des-lumbrante, tan renovador y tan nuevo, que el olvido de esa tradición es en-cerrarnos en un espacio muy angosto y muy miserable. Bajo una capa dehumanismo se han metido mercancías un poco pestilentes y fraudulen-tas».

Si quieres la paz,ten esperanza

Los acontecimientos del 11 de septiempre hansembrado un miedo planetario. Hasta ahora

las guerras siempre habían contado con algúnlugar neutral. Ahora nadie puede serlo. Lo que elterrorismo desea no es abatir enemigos, sinocobrarse víctimas. ¿Por qué hemos llegado aesta situación.

Repasando los planteamientos filosóficos tan-to del liberalismo como del marxismo, se puededecir que son las estribaciones de una larga cri-sis de fe y de esperanza. El uno, llamando al ur-gente aprovechamiento de las riquezas, sin pre-ocuparse de los más débiles; el otro, tocando arebato para una lucha indiscriminada contra losposeedores, lucha sin reglas ni límites, tachan-do de cobardía, cooperación con la injusticia yfalta de dignidad a todo esfuerzo en pro de laconciliación. Es cierto que el socialismo liberal,por un lado, y la social democracia, por otro,han ido acercando posiciones con la consi-guiente disminución de la virulencia de los con-flictos. No obstante, lo que el 11 de septiembrenos descubre es que esta armonía es falsa yera falsa; que los sistemas, sin modificar suspostulados, no pueden dejar de dar frutos malos,y que lo único que ha ocurrido es que se estántrasladando al tercer mundo tanto las explota-ciones liberales como las luchas indiscrimina-das del marxismo. Si el 11 de septiembre ha sa-cudido los cimientos de esta sociedad –apartelo horroroso de la masacre– es porque, al tiem-po, se ha resquebrajado la confianza ciega en laorganización y las instituciones de Occidente.

Lo peor del problema es la solución. Porqueésta no puede venir de otro lugar que de la prác-tica de la virtud de la esperanza. Ya comprendoque quien lea esta última frase no podrá dejar desonreír por la ingenuidad del juicio. Pero no es enabsoluto ingenuidad, sino algo que sólo perso-nas fuertes de espíritu son capaces de soste-ner y practicar. En el fondo de todo radical en-frentamiento entre los hombres late una total au-sencia de esperanza: los ricos, porque todo lo ci-fran en su poder y en su riqueza y no necesitanpromesas de bienestar futuro; los deshereda-dos, porque tampoco consienten esperar unasolución a sus problemas que pase por un es-fuerzo de conciliación.

En el fondo, ni unos ni otros son capaces dedar, con sus planteamientos, razones para viviry para esperar. Y, sin embargo, no cabe otra so-lución que la esperanza. Pero tenemos una ideadesencarnada de la esperanza. Solemos creerque es algo relacionado sólo con la otra vida.La esperanza da realidad, aquí y ahora, a todoaquello que la fe nos inspira y la caridad nosexige. El hombre sólo se siente inclinado a lu-char por un mundo mejor si tiene esperanza. Sino, lo lógico es la lucha de todos contra todos.De la falta de esperanza no nace la justicia, nimucho menos la solidaridad, sino la discordia, elmiedo y la división. Para poder amar al otro yno considerarle un rival, hay que tener espe-ranza; porque amar es dar sin querer recibir,precisamente porque se espera algo más. Amarsin esperanza consume al otro. Amar con es-peranza es lo que puede de verdad mejorar alotro.

Javier Montero Casado de Amezúa

Punto de Vista

Los talentos: cuestión femenina

Siempre me ha llamado la atención la parábola de Los talentos. ¡Qué difícil resulta detectarlos!.Y si se consigue, ¿cómo multiplicarlos? Seguramente una leve capacidad de riesgo y un es-

caso espíritu competitivo propiciaban en mí este entendimiento. ¿Por qué desechar el principio con-servador que invita a guardar los talentos, para que triunfe el vértigo y la apuesta? ¿Es que un cris-tiano debe asumir el desafío o la aventura como principio de su fe?

Con el tiempo, mi reflexión se ha tornado, no sin esfuerzo, en que la parábola de Los talentosnos propone indagar, con denuedo, en nosotros mismos; con la obligación de invertir generosa-mente el hallazgo. El proceso consiste en extraer lo mejor de sí mismo para emplearlo en el pró-jimo. De todos podemos aprender... hasta de uno mismo, a fuer de profundizar, de escudriñar ennuestro interior; con vocación de despojo y siempre con riesgo de encontrar virtudes, que no de-bemos guardar bajo un ladrillo, sino que hemos de ponerlas a disposición de los demás.

El cristiano ha de aplicar esta parábola en la sociedad actual y, en el umbral del siglo XXI, conpreponderancia femenina; la sensibilidad de la mujer puede ejercer, en este trance, un papelfundamental.

Elsa González Díaz de Ponga

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Desde la fe Alfa y Omega 18-X-2001 31

Si, antes de echar la pluma a paseo, se tomaranla elemental molestia de enterarse de lo que escri-ben, el grupito de columnistas manipuladores sinfronteras, inasequibles al desaliento, replegaría ve-las, como han hecho otros con más responsabilidadque ellos, y no calificarían, como hace AntonioGala, los Acuerdos España-Santa Sede, de ca-chondeo. No sé yo si lo suyo es cachondeo o sim-plemente chochez, por muy carmesí que sea. Lossíntomas de que Gala va ya chocheando deberíanpreocuparle. Del grupito de manipuladores sinfronteras son miembros fundadores quienes, si fue-ran capaces de intentar salir del cliché de Iglesia, ode obispo, que tienen, podrían empezar a enten-der algo; quienes, como Fernando Delgado, –conlo mayorcitos que ya son– se meten en berenjena-les sobre la confesión, de la que realmente no pa-recen tener ni noción aproximativa; quienes, desdesus orejeras políticas, ven errores graves donde nohay otra cosa que coherencia, frente a hipócritasactitudes pretendidamente docentes; quienes, comoCándido, sobre las medidas adecuadas de defensadocente, escriben que «generan efectos socialesmás graves que su causa» –¿no renovar, con ra-zón, un contrato, es más grave efecto social que lanegación del derecho de los padres y de los hijos arecibir enseñanza religiosa?–; quienes, como Raúldel Pozo, escriben: «Cuando parecía que nos habí-amos quitado la caspa y el rosario, surgen los gra-nujas que se llevan todos los cepillos» –este señordel Pozo quiere sumar mocos y estrellas..., y nocuela; su caspa es la que brilla en todo su esplendor–;quienes, como Maruja Torres, siguen creyendo quela paz la inventó John Lennon; quienes, como el te-ólogo José María Castillo dicen que «lo que estamos

viendo en la Iglesia es esperpéntico» –¿cuánto tiem-po haría que no se miraba en el espejo?–; o quienes,como Sánchez-Dragó, escriben un libro pretencio-so y pedante hasta el aburrimiento, un miserablebluf –con su pan se lo coma y que le aproveche–que él mismo califica (página 140) de «gruñido dedesahogo», y que, por tanto, no merece más aten-ción; o quienes, como Rodríguez Zapatero, acon-

sejan a la Iglesia «que se una a la modernidad que vi-ve España». ¡Hace falta ser antiguo! La Iglesia leaconseja a él que se una a su sentido común y a loque tiene que ser, en vez de a lo que tristemente es.

Gonzalo de Berceo

NO ES VERDADNO ES VERDAD

TELEVISIÓNTELEVISIÓN

Es verdad que a los hombres y mujeres depaíses en vías de desarrollo les llueven por te-

levisión imágenes de un Occidente presunta-mente venturoso, en virtud del fácil acceso porlas parabólicas. En muchos hogares el pan, elarroz y el té escasean, pero no faltan techos deuralita cargaditos de antenas de mil brazos. Así,las comunidades menos desarrolladas, sin salirde casa, se montan un viaje astral a otros terri-torios donde sus ciudadanos sonríen a lomosde coches descapotables y donde se saca bri-llo a las estrellas de cine. Esta insolente casca-da de imágenes que se cuela por el portillo desus covachas, puede suscitar en ellos un parde reacciones absolutamente divergentes: o seles despierta una falsa atracción por un maná debaratillo, un paraíso de barbies donde la felici-dad sólo cuesta dos euros, o se crea en ellosun rechazo crónico a un mundo que no entien-den, porque diezma los valores esenciales de supropia cultura.

Sobre este tema, uno de los filósofos más in-fluyentes del siglo XX, Jürgen Habermas, di-sertó el pasado domingo, con motivo de la en-trega del Premio de la Paz que le dieron los Li-breros Alemanes. El filósofo alemán es partida-rio de una irremediable globalización del planeta

a través de la secularización, esa moderniza-ción de estilo netamente occidental que vivióen la Ilustración el nacimiento de un hombre sinataduras, liberado del lastre de los grandes va-lores tradicionales. Habermas observa, además,que esa secularización en nuestra Europa detoda la vida «continúa produciendo sentimientosambivalentes, como se ha demostrado en la dis-cusión acerca de la técnica aplicada a la gené-tica. Ortodoxias esclerotizadas existen tanto enOccidente como en el Oriente Próximo y Lejano,entre cristianos y judíos al igual que entre mu-sulmanes». Con ello nos ofrece un panoramaen el que el hombre del nuevo siglo, para ar-monizar con el progreso, tiene que ejercer supoder a través de una ciencia y de una técnicaimparables, aunque vayan en contra del mismohombre. Sin embargo, un síntoma inequívocode progreso es (en contra del planteamiento deHabermas) la necesidad de propiciar marcosen los que exista un respeto infinito a la dignidadhumana.

Con relación al tema genético apuntado porel filósofo, el Comité Internacional de Bioética dela UNESCO ha elaborado la primera Declara-ción Universal sobre el Genoma Humano y losDerechos Humanos, que proclama la inviolabi-

lidad del genoma humano. Por otra parte, el In-forme del Parlamento Europeo sobre la clona-ción humana, del 8 de septiembre de 2000, serefiere al embrión en los primeros momentosde su vida como vida humana, que tiene digni-dad y es digno de tutela y protección. Y éstos noson, según la terminología del filósofo, acuerdosreaccionarios u ortodoxias esclerotizantes. Lavía de globalización a través del respeto al serhumano (que apunta siempre a la trascenden-cia y que posee una conciencia donde puedeencontrarse con la verdad), es un camino debaldosas amarillas muy eficaz para la unión delos pueblos. Y es seguro que éste es un dis-curso exportable, digno de escucha por el mu-sulmán afroamericano o por el joven pastor ti-betano.

Por eso la televisión, que se filtra hasta en loshogares de los homeless (menos en Afganis-tán, donde todo uso de la imagen es reprobadocon el contundente magisterio del kalashnikov),tiene una inmensa responsabilidad de abando-nar modelos paradisíacos de cerámica barata oideologías de secularización que dejan al hom-bre sin rostro ni definición.

Javier Alonso Sandoica

Ni paraísos artificiales, ni falsas ideologías

Martinmorales, en ABC

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a pobreza evangélica exige que re-nunciemos a los títulos honoríficos(eminencia, excelencia...) Basta conque nos llamen padre...»

Hablaba en el aula del Sínodo elobispo ecuatoriano monseñor CorralMantilla. Un impresionante silencio,cargado de sincera atención, acogíasus palabras. El cardenal Presidentede turno, una vez que el obispo hubo

concluido, dejándose llevar, sin duda, por la fuerzade la costumbre, le dijo sin la menor malicia ni ironía:«¡Gracias, excelencia...!» A lo que el obispo ecuato-riano, con una sonrisa desarmante, le replicó inme-diatamente: «¡Gracias a usted, eminencia...!

Buen humor aparte, no es fácil que el deseo sin-cero de humildad y la lógica falta de arrogancia se lle-ven este gato al agua. Son muchos siglos de defe-rencias burocráticas en el tratamiento, mucho hábi-to adquirido de confundir respeto y ringorrango, aun-que en la inmensa mayoría de los casos –justo esreconocerlo– a los cardenales y a los obispos cada vezles va más la marcha de la sencillez y de la normali-dad.

En el Sínodo de los Obispos hay mucho más queinteresantes exposiciones de ocho minutos, durantelos que cada padre sinodal lee o dice lo que estuvopensando y preparando, durante mucho tiempo, pa-ra decir allí; ni apasionados debates en los llamadoscirculi minores (reuniones por grupos linguísticos).

También hay anécdotas humanísimas y simpatiquí-simas, como la que abre estas líneas, sobre todo en losencuentros de pasillos; son cosas que, por lo general,no salen a los medios de comunicación, en la ma-yoría de los cuales al Sínodo mismo, por manifiestainjusticia, cuando no por malevolencia, o por evi-dente ignorancia, ni siquiera se le da la categoría denoticia que se le da, en cambio, a cualquier menu-dencia mucho más anodina e intrascendente.

A estas alturas del Sínodo se han dicho en él co-sas muy importantes: nuestro cardenal Rouco, que enel Sínodo anterior, dedicado a Europa, fue el Relator,ha vuelto a señalar su fundada preocupación por laalarmante y creciente secularización que, en el fon-do, es un suicida dar la espalda a Dios, a la realidadsuprema del espíritu, una peligrosa relativización dela vida y una falta de coherencia entre la fe que se di-ce profesar y la vida que se vive. El cardenal Rat-zinger ha insistido en lo mismo: «La crisis de la Igle-sia es efecto de la marginalización de Dios»; fue lar-gamente aplaudido cuando señaló con toda claridadque la Iglesia habla demasiado de sí misma y poco deCristo; que las disquisiciones eclesiásticas internas,eclesialmente hablando, importan poco y a la gentele traen sin cuidado; lo que los fieles quieren y loque más les interesa de su obispo es que sea un hom-bre de Dios, un santo.

Se ha dicho que no hay ni puede haber paz sinverdad; que la palabra que define al obispo del nue-vo milenio es comunión; que la fuerza de la Iglesia es-tá en la comunión y su debilidad en la división y enla contraposición; se ha dicho que la sacramentalidaddel origen, fundamento, contenido del oficio epis-copal es mucho más sustancial que la necesaria co-legialidad que, por cierto, nada tiene que ver con lademocracia. Se ha dicho que el obispo ha de ser, an-te todo, un hombre de comunión, maestro de la ver-dad, padre y amigo de todos, en especial de los po-bres; el cardenal Secretario de Estado ha dicho que laCuria Romana es «un mosaico episcopal»; el repre-sentante anglicano ha reconocido el primado del Pa-pa, aunque es necesario ver cómo se aplica esta atri-bución; en el aula sinodal ha resonado el SOS delpueblo cristiano perseguido en Nigeria y en Sudán,la dramática ausencia de la Iglesia china; y se ha re-cordado que la clave de la enseñanza de la Iglesiano es un conjunto de valores, sino la Persona de Cris-to, de la que brota y se deriva todo valor digno detal nombre.

Hay tiempo para rezar mucho; para hablar de fey esperanza, y también del sida; asimismo para co-nocerse e intercambiar puntos de vista los 270 pa-dres sinodales; tiempo para las bromas y para elbuen humor; tiempo para pedir unos que se ade-lante la edad de jubilación de los obispos, y otrosque se retrase. El Papa Juan Pablo II preside losmomentos claves de la asamblea, y todos agradecensu presencia, su entrega y sus siempre lúcidas in-tervenciones. El identikit del obispo del tercer mi-lenio, la radiografía del obispo del siglo XXI estásiendo delineada con prudente firmeza y sinceri-dad estos días en Roma. No está siendo trazado, encambio, por mucho que algunos se empeñen en sa-carlo a titulares, el perfil del sucesor de Juan Pa-blo II. Se equivocan de película los del Sínodo pa-ralelo. Y hasta de sala...

Miguel Ángel Velasco

Alfa y Omega

Alfa y Omega agradece la especial colaboración de:

El Sínodo de la comunión

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