nadar de pie fragmentos

7/31/2019 NADAR de PIE Fragmentos

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Sandra Comino

Fragmentos

NADAR DE PIE

LEER CONOCER CRECER


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En Nadar de pie, Buenos Aires, Libros del Nurago, 2010.

Sandra Comino.

Libros del Nurago.

Ilustracin: Mara Wernicke.

Uso y reproduccin de tapa original del libro, gentileza de Libros del Nurago.

PRESIDENTA DE LA NACINDra. Cristina Fernndez de Kirchner

MINISTRO DE EDUCACINPro. Alberto Sileoni

SECRETARIO DE EDUCACINLic. Jaime Perczyk

SUBSECRETARIO DE EQUIDAD Y CALIDAD EDUCATIVALic. Eduardo Aragundi

JEFE DE GABINETEA. S. Pablo Urquiza

DIRECTORA DEL PLAN NACIONAL DE LECTURAMargarita Eggers Lan

COORDINADORA DISEONatalia Volpe

DISEO GRFICOJuan Salvador de Tullio, Elizabeth Snchez, Mariana Monteserin y Mariel Billinghurst

REVISINSilvia Pazos

PIZZURNO 935 (C1020ACA) CABA. TEL: (O11) [email protected] - www.planlectura.educ.arRepblica Argentina, 2012


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NADAR DE PIE

[Fragmentos]Sandra Comino

El viernes 4 de septiembre de 1998, a pesar de la actitud detodos los integrantes de la casa de no comprar ms diarios,Gabriela volvi a acceder a un testimonio de un aviador quehablaba en el diario sobre la identidad de los restos encon-trados en la isla Borbn, que en principio todos creyeron queeran de Nardo.

Esto no es cierto grit Gabriela, por qu no esperanlos resultados del adn? Por qu dan informaciones que no

existen? Por qu dan nombres si no estn seguros? Ququieren tapar? A quin molestan averiguando?Te dije, Gaba, que no te ilusionaras.Hay familias pendientes de las noticias. Por qu juegan

con los sentimientos? Tenemos que investigar por nuestrolado.

Nadie lo hizo a propsito, es la regla del juego. A quieninforma no le importa lo que provoca la noticia. No ves cmolos diarios se meten en todos lados, ta? dijo Ernesto tratandode consolarla.

Jorge, decime, a quin puedo recurrir? Por qu nos que-damos con lo que dicen los diarios nada ms? Por qu mevine al pueblo cuando tendra que haberme quedado en Bue-nos Aires e iniciar una investigacin?

Perdoname, Gaba, pero nadie te va a escuchar.Pero hay que intentar que nos escuchen, Jorge.Se puede hacer esto de dar nombres y luego negarlos?

No s, Ernesto. Es raro que todo cierre as tan perfectocuando hace tres das las dudas sembradas no cerraban.


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Quers que te acompae, ta, a Buenos Aires?La abuela, mam, tal vez ella conoce gente ah, en Canci-

llera.Ya no van a analizar esos restos. No se puede creer dijoMateo, pero si alguien me consulta, prefiero dejar todo comoest.

No, Mateo. En dos das nadie se acordar de Nardo.Y para qu quers que se acuerden, hija? Basta con que

lo recordemos nosotros y ya est.

No s cmo se sale de ciertas situaciones. Desconozco

cmo se consuela a quien no tiene consuelo, Jorge llor,

lo vi. Sentado en la punta de la silla con las muletas en sus

manos y cabizbajo, me hizo pensar en la loca idea de pre-

guntarle de nuevo si quera ser mi pap. Necesitaba abra-

zarlo. Pero solo fui hacia l y me qued cerca.

Repeta que este pas era una mierda y lament todo tanto.

La impotencia es la peor enemiga de la incertidumbre es-

cribi.


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La maana del 2 de mayo de 1982, en el pueblo, todos le-yeron en los diarios:

MALVINAS: LOS RECHAZAMOS A SANGRE Y FUEGO

Convocan a la clase 61 y personal habilitado para volar.

En la radio se oa:

Comunicado Nmero 38:

La junta militar comunica al Pueblo de la Nacin que a la hora

4.40 del da 1 de mayo de 1982, el Reino Unido de Gran Bretaa

atac Puerto Argentino en las Islas Malvinas.

Dicho ataque fue llevado a cabo por aviones Harrier basados

en portaaviones y fue rechazado por la artillera antiarea de las

fuerzas que defienden nuestra soberana.

Sara y Gabriela preparaban encomiendas. Cigarrillos, cho-colates y medias para los soldados. El miedo ya formaba par-te de la vida.

Te fuiste sin despedirte, cont ta Sara escribi Mavi en lacarta, el 2 de mayo del 1982, cuando haban convocado por eldecreto 806 al personal apto para volar.

Era de esperar dijo Antonia, al enterarse, con el dolor dela ausencia, antes de tener que soportarla.

El da anterior, cuando se haba llevado a cabo el primerataque areo a las 4:45 horas, se declar alerta amarillo en


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Comodoro. Radios y emisoras televisivas transmitan con bajafrecuencia para no ser detectadas. Dos das ms tarde, Emilio y

su cuadra fueron hacia Puerto Darwin, esa zona era ms al cen-tro de la isla Soledad, ms en terreno de crisis. Puerto Argenti-no quedaba exactamente del otro lado. Haba habido ataque enDarwin, all estaban ms cerca del estrecho de San Carlos.

Gabriela y Sara preparaban casi a diario encomiendas paraenviar a Darwin. Encotel (Empresa Nacional de Correos y Tel-grafos) colaboraba con el traslado gratuito de cajas con menosde tres kilos de peso. Cigarrillos, chocolates, latas y golosinas,adems de cartas y revistas.

Comunicado Nmero 8:

El Estado Mayor Conjunto informa que, pese a las inten-

sas acciones militares que debieron afrontar, nuestras tropas

mantienen su excelente nivel moral y un encendido entusias-

mo, retemblando su espritu ante el xito de la tarea desarro-

llada en defensa de nuestra soberana.

Sara, tengo que contarte algo dijo Gabriela, dispuesta aconfiarle un gran secreto. Pero Sara no poda escuchar.

Nardo se fue, Gaba, no quiso despedirse, te dej estacarta.

Cmo que se fue sin despedirse? No puede ser.Tens que comprenderlo, Gaba, fue a una guerra.Sara, vos me lo decs no puedo creerlo.

Gabriela tuvo un ataque de llanto, de enojo con Nardo, comosi supiera que jams volvera a verlo. Gabriela lloraba de impo-tencia, lloraba de angustia, lloraba de soledad.

Sara, vena a consultarte si le contaba que no me vinoeste mes. Sara, me parece que estoy embarazada.

Luego del silencio, Sara dijo lo mismo que su amiga habadicho de ella en una situacin similar:

Qu??????

Parece que ni mam, ni la ta supieron cuidarse mucho es-cribi Mavi con tinta azul.


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Ir a la guerra no fue fcil, Mavi.Nunca dije eso, Jorge.Haca mucho fro all. No tenamos trajes para enfrentar ba-

jas temperaturas. Nos habamos acostumbrado a tomar matecocido y comer chocolate. No nos llegaba ningn diario. Nohabamos pensado en perder, al principio. Luego, nos fuimosdando cuenta. Queramos ganar y no sospechbamos la mag-

nitud de la guerra. Nos lavbamos con agua de mar. Algunosse baaban en el pueblo. bamos a buscar leche a una granja.Lavbamos la ropa. Juntbamos lea. Yo cosa mis medias.

Cres que estuvo bien la guerra, Jorge?Ni siquiera en el pueblo pensamos que se iba a desenca-

denar la guerra. Te acords, Sara, cuando lemos Inminenterecuperacin de las Malvinas en los titulares del diario? Fes-tejamos. Todos festejamos. Todo el pueblo sali a gritar quelas Malvinas por fin volvan a ser argentinas.

La euforia nos envolva. En las calles de todo el pas seviva esa euforia.

En Malvinas, nadie nos deca qu pasaba. Todos habamosperdido la nocin del tiempo. Tu abuelo nos haba dicho que ira-mos hacia el sur, dos horas antes de partir, el 8 de abril. Como-doro Rivadavia fue la primera etapa. A mi clase, la convocaronrecin el 2 de mayo; pero yo, debido a la prrroga, hice la ins-truccin con el grupo que viaj primero. De todos modos, no

esper a que me llamaran, fui solo. Los nuevos temblaban demiedo. El da que salimos, las madres de los ms chicos estaban


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como locas, nos decan que cuidramos a sus chicos. Qu res-ponsabilidad! Esos muchachos no tenan idea de cmo se porta-

ba un arma. Por eso no quiero acordarme de la guerra.Mir, Mavi:Isla Soledad, 20 de mayo 1982

Querida Sara:

Fui a comprar leche. Llueve y est muy ventoso. Ayer se

incendi una posicin, tal vez haya un recambio en la cua-

dra. Quisieron hacer fuego por el fro. Los castigaron, por-

que estaba prohibido hacer fuego. Com panceta, cebollay papas. Rez por m.

Jorge

Buenos Aires, 22 de mayo 1982

Querido hijo Jorge:

Te mando un pulver. Te escribo escuchando radio Ri-

vadavia, 9:42 p.m. del domingo, es la hora de La oraldeportiva, pero por los hechos de las Georgias est El

rotativo del aire. Boca va tercero y River puede clasificar.

Independiente gan el clsico a Racing, que est segundo

en la zona. Te mando la tabla de posiciones.

Dice la ta que si hay algn chico que no recibe correspon-

dencia, le avises que ella le escribe.

Mam

Nardo enviaba radios a la compaa. En ellos nos decaque debamos estar bien, principalmente se diriga a m, nom-braba a mi futuro hijo y a Vetn que estaba en mi cuadra dijoJorge al recordar aquellos aos, cuando haban ocurrido tan-tos hechos inimaginados por nadie.

Es que todo pas como en una pelcula. Cuando enfrenta-mos al primer escuadrn fue como estar dentro del cine. Un

grupo de soldados se haba acercado hacia nosotros bajo lalluvia. Siempre llova ah. Era difcil acertar si los que nos ata-


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caban eran argentinos o ingleses y, por lo tanto, tardbamosen tirar. Una noche nos dimos cuenta de que el enemigo es-

taba cerca y comenzamos a tirar. Todos observbamos cmocaan. Los agarramos desprevenidos y retrocedieron. Carga-ban a los heridos. Ese da, Vetn me dijo que si le pasaba algo,nunca se lo contara a nadie. Me cubra, de rodillas tiraba comosi hubiera sido entrenado. En Malvinas ramos casi todosdesconocidos, pero nos hermanaba la situacin. Otra nocheempez a nevar. El fro era terrible. Combatamos cuerpo acuerpo. Cuando ests tirando no te das cuenta, tirs y no pasanada, ests tieso, pero despus, cuando se hace un silencio,all empezs a tiritar, no sabs si de fro o de miedo. Creo quesent mucho miedo. Cuando habamos recibido la orden deavanzar hacia el norte de Darwin, eran ms o menos 90 kil-metros de Puerto Argentino, nos alistamos en una cola, tanlarga como la que hacamos para entrar a la cancha. Me llende recuerdos e hice de cuenta que haca la cola para entrar ala canchita el domingo y cuando empezamos a avanzar paso apaso en la oscuridad, rezaba. Marchamos como un kilmetro

y, segn los clculos, debamos avanzar otro ms. No se veanada. Tenamos rdenes de tirar ante cualquier movimiento.De repente, se vean bultos, no sabamos si eran ingleses o delos nuestros. De golpe y porrazo, el tiroteo. No se saba paraqu lado salir. Eran disparos sin origen. Parecan bombas.

Jorge, ya basta dijo Mateo al entrar a la casa. Pero l noescuch:

Miles de veces le que desde Buenos Aires, los periodistas

decan que la llegada de los argentinos era un aire fresco paralos kelpers y todos les crean. Los recortes que tiene tu abuelo,Mavi, permiten ver que conjeturaban que ganbamos. Decanpavadas. Se informaba lo que los milicos deseaban que infor-maran. Los ingleses pensaban que las Malvinas estaban en elPacfico, no saban adnde iban cuando salieron a pelear; peroigual salieron. Vos sabs lo que fue la vuelta, Gaba dijo Jorgemirando a su amiga, vos records cmo venan las madres a

preguntarme cmo haban muertos los dems chicos? DesdeTucumn vino la vieja de Vetn a preguntarme por l. No pude


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contarle ni un poquito as, nunca lo va a saber, porque cmo levoy a contar qu pas, para que el dolor sea ms profundo? No,

no puedo. No puedo.La verdad siempre limpia, Jorge.No siempre.A vos te hara mal volver a las islas; pero a Sara y a Mavi, les

hara bien ir. Si no enfrents el dolor, es difcil ver la realidad.La guerra es lo peor que existe. Yo estuve con tu abuelo,

Mavi, hasta el ltimo instante, con Vetn. A veces no puedo en-tender cmo pudimos volver con Juan. Hay quienes les escri-bieron a sus hijos y ellos estaban muertos cuando llegaron esascartas, vos cres que se le puede decir toda la verdad a unamadre? Penss que le aliviara el dolor contndole cmo murisu hijo o contndole que su carta nunca le lleg? Tu madre, enese sentido, no averigu nada, tens que hacer lo mismo.

Te comunicabas con pap, to?S, Mavi, l llamaba al radar para contar cuando reciba las

encomiendas que mandaban desde ac. Me acuerdo de cuan-do le llegaron las medias de colores, tejidas por tu mam, o

los cigarrillos y los chocolates que le enviaban las chicas delpueblo, se pona muy contento. Tambin, me contaba de lascartas de Sara. Muchos chicos no tenan cartas y otros erancuestionados, telegrama mediante, por la familia para sabersi las encomiendas les llegaban. Distintos muchachos encon-traron toda la correspondencia junta en el regimiento, muchosno la encontraron nunca. Los que estaban cerca de Puerto Ar-gentino coman patos. Nosotros, que estbamos prximos a

la montaa, por lo menos comamos carne. Haberme criadoen el campo fue un beneficio. Guardbamos el cuero y hastacomamos el carac. Casi todos los das hacamos tortas fritas,estaba cansado de tortas fritas, harina y agua, te haca mierdael hgado. Rezaba cuando se oan disparos sin saber de dndevenan, y al final tenamos hambre. Siempre tenamos hambre.

En Nadar de pie, Buenos Aires, Libros del Nufrago, 2010.

Sandra Comino. Libros del Nufrago.


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Ejemplar de distribucin gratuita. Prohibida su venta.

SONARGENTINAS

Cada vez que hablamos de Malvinas convocamos la emo-

cin, la reexin en torno a nuestra sociedad, el recorrido

por la historia y el pasado reciente, la mirada sobre el te-

rritorio en una expresin de soberana, justicia e identidad

as como la deensa de los recursos naturales de la regin.

Leer acerca de Malvinas es construir la memoria colectiva

que se despliega y se arraiga en nuestras escuelas y se

afanza en la solidaridad latinoamericana.

El Plan Nacional de Lectura quiere acercar y acompaar

con estos textos a docentes y alumnos de nuestras escue-

las, a sus amiliares y al conjunto de la comunidad, para

pensar la causa Malvinas desde historias pequeas quesostienen el recuerdo y se proyectan en la conciencia de

nuestros derechos.


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