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Revista de Geografía Norte Grande, 16: 87 -95 (1989) La naturaleza del espacio político* HERNAN SANTIS ARENAS Instituto de Geografía Pontificia Universidad Católica de Chile RESUMEN En orden a revisar lo naturaleza del espacio politico propuesto por Ratzel, considerando las características de la geografía clásica, la reflexión incluye los fundamentos teóricos actuales que facilitan superar la reconstrucción histórica del Estado como un lugar geográfico. En este sentido el autor considera las proposiciones de relaciones entre procesos politicos con sus atributos espaciales, las cuales generarian el sistema politico. Basado en la noción de uso politico de lo superficie terrestre, el autor esboza una propuesta teórica de relación funcional entre el espacio politico y los elementos que le confieren lo condición de sistema político espacial, esto es, población, territorio, organización y medios de poder. Ello facilita concluir que la naturaleza del espacio politico surge del uso homónimo que los hombres asignan a la superficie terrestre. ABSTRACI' In order to analyze the Ratze/'s theory about political space natUre, product of relations between man's society and naturallandscape unit by Sta te-idea, the article include the new approach for built theory in the field of geography and political geography. In this way, political processes and its spatials atributes are on consideration as producing political systems. Including concepts ofpolitical use of Earth surface and General Systems Theory, the author has elaborated a theory of functional relation between political space and population, territory, organization and power as elements wich producethat.By this way, the conclusionabout political spacenature it is conected with political use ofEarth surface. INTRODUCCION La lectura y revisión de los aportes de algunos autores, asimilables a diversas disciplinas cientí- ficas, entre otras, la sociología política (Prelot, 1960; Duverger, 1973), la politología o ciencia política (Burdeau, 1949; Von der Gablentz, 1974), el derecho político (Kelsen, 1925; Heller, 1934) y la geografía política (Johnston, 1982; Raffestin y Turco, 1984; Taylor y House, 1984) al tratar de la organización política o el Estado, suelen dejar la sensación que éste es un agregado de tres componentes: población, territorio y gobierno o soberanía. Por diversos caminos del lenguaje se puede asumir que autores de muy diversas disciplinas y pensamientos filosóficos, como los antes citados, arriban a la conclusión de que el territorio es la componente area!, de lo que Folliet (1957: 45) caracteriza "como un organismo jurídico-político que tiene por fin el bien común de un pueblo". Así entonces, los sociólogos suelen considerar a! territorio en una doble visión: una representación colectiva o fenómeno cultural y un hecho material; los politólogos observan este mismo objeto como una cosa para ser habitada y servir de sostén a la colectividad política; los teóricos del derecho y constitucionalistas suelen concebir a la compo- nente area! como el ámbito espacia! de validez del orden jurídico; en tanto, que los geógrafos políticos están pensando en unas relaciones entre el "espacio" y el "poder", incluyendo las dificul- tades para construir una noción unívoca de ambos vocablos desde la perspectiva geográfica. Situado el problema de las diversasnociones de territorio o componente ar~al del Estado en el marco conceptual geográfico construido por Claval (1977), esto es, en el sentido que la geografía clásica o moderna muestra una actitud de elaborar "una descripción razonada del mundo" y que la geografía contemporánea o "la nueva geografía se preocupa mucho más por la explicación lógica... e intenta proponer una interpretación teórica de los fenómenos espaciales"; parece interesante y con- veniente reflexionar en la naturaleza geográfica de las instituciones políticas. LOS FUNDAMENTOSTEORICOSDE RATZEL Si hemos de caracterizar la geografía política de Ratzel (1897) en el contexto de una descripción * El texto deriva del Proyecto de Investigación "La estructura del espacio político chileno", el que contó con el apoyo económico de la Dirección de Investigación UC (Proyecto 041/88).

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Revisar lo naturaleza del espacio politico propuesto por Ratzel, considerando las características de la geografía clásica,

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Page 1: Naturaleza Del Espacio Político

Revista de Geografía Norte Grande, 16: 87 -95 (1989)

La naturaleza del espacio político*

HERNAN SANTIS ARENASInstituto de Geografía

Pontificia Universidad Católica de Chile

RESUMEN

En orden a revisar lo naturaleza del espacio politico propuesto por Ratzel, considerando las características de lageografía clásica, la reflexión incluye los fundamentos teóricos actuales que facilitan superar la reconstrucción históricadel Estado como un lugar geográfico. En este sentido el autor considera las proposiciones de relaciones entre procesospoliticos con sus atributos espaciales, las cuales generarian el sistema politico.

Basado en la noción de uso politico de lo superficie terrestre, el autor esboza una propuesta teórica de relaciónfuncional entre el espacio politico y los elementos que le confieren lo condición de sistema político espacial, esto es,población, territorio, organización y medios de poder. Ello facilita concluir que la naturaleza del espacio politico surgedel uso homónimo que los hombres asignan a la superficie terrestre.

ABSTRACI'

In order to analyze the Ratze/'s theory about political space natUre, product of relations between man's society andnaturallandscape unit by Sta te-idea, the article include the new approach for built theory in the field of geography andpolitical geography. In this way, political processes and its spatials atributes are on consideration as producing politicalsystems.

Including concepts ofpolitical use of Earth surface and General Systems Theory, the author has elaborated a theoryof functional relation between political space and population, territory, organizationand power as elements wichproducethat.By this way, the conclusionabout politicalspacenature it is conected with political use ofEarth surface.

INTRODUCCION

La lectura y revisión de los aportes de algunosautores, asimilables a diversas disciplinas cientí-ficas, entre otras, la sociología política (Prelot,1960; Duverger, 1973), la politología o cienciapolítica (Burdeau, 1949; Von der Gablentz, 1974),el derecho político (Kelsen, 1925; Heller, 1934) yla geografía política (Johnston, 1982; Raffestin yTurco, 1984; Taylor y House, 1984) al tratar de laorganización política o el Estado, suelen dejar lasensación que éste es un agregado de trescomponentes: población, territorio y gobierno osoberanía.

Por diversos caminos del lenguaje se puedeasumir que autores de muy diversas disciplinas ypensamientos filosóficos, como los antes citados,arriban a la conclusión de que el territorio es lacomponente area!, de lo que Folliet (1957: 45)caracteriza "como un organismo jurídico-políticoque tiene por fin el bien común de un pueblo". Asíentonces, los sociólogos suelen considerar a!territorio en una doble visión: una representacióncolectiva o fenómeno cultural y un hecho material;los politólogos observan este mismo objeto comouna cosa para ser habitada y servir de sostén a la

colectividad política; los teóricos del derecho yconstitucionalistas suelen concebir a la compo-nente area! como el ámbito espacia! de validez delorden jurídico; en tanto, que los geógrafospolíticos están pensando en unas relaciones entreel "espacio" y el "poder", incluyendo las dificul-tades para construir una noción unívoca de ambosvocablos desde la perspectiva geográfica.

Situado el problema de las diversasnociones deterritorio o componente ar~al del Estado en elmarco conceptual geográficoconstruido por Claval(1977), esto es, en el sentido que la geografíaclásica o moderna muestra una actitud de elaborar"una descripción razonada del mundo" y que lageografía contemporánea o "la nueva geografía sepreocupa mucho más por la explicación lógica... eintenta proponer una interpretación teórica de losfenómenos espaciales"; parece interesante y con-veniente reflexionar en la naturaleza geográfica delas instituciones políticas.

LOS FUNDAMENTOSTEORICOSDE RATZEL

Si hemos de caracterizar la geografía política deRatzel (1897) en el contexto de una descripción

* El texto deriva del Proyecto de Investigación "La estructura del espacio político chileno", el que contó con el apoyoeconómico de la Dirección de Investigación UC (Proyecto 041/88).

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razonada del Estado, en que el autor buscaconfigurar lo más exactamente posible los con-tornos de la organización político-territorial, uti-lizando datos retrospectivos en orden a unareconstrucción histórica y con unas aproxima-ciones tomadas desde las ciencias biológicas,resulta comprensible la elaboración de una teoríaorgánicadel Estado a partir de elementos como "elsuelo", "la sociedad" y "la idea de Estado".Atendido el curso de las ideas científicas en lasegunda mitad del siglo XIX -positivismo, biolo-gía evolucionista y concepciones orgánicas(Capel,1981)- Ylos caminosprofesionales recorridos porel geógrafo alemán, en un contexto social ypolítico de exaltación del nacionalismo germano,también es comprensible e incluso atendible supropuesta de tipificar geográficamente al orga-nismo jurídico-político como un simil de serviviente o como un organismo te"itorial, tal cuallo percibe tardíamente Maull(1956).

Por cierto, Ratzel al estudiar el hecho ofenómeno político sobre la superficie terrestretiende a materializarIo como un lugargeográfico.Obviamente en su pensamiento e investigacióndeben estar concurriendo las nociones lingüísticasde Jora, choros, pays, liinder, comarca y otras,vocablos geográficos que, de un modo u otro,aluden a la superficie terrestre como un oikosu-mene o tierra habitada (ecumene) según el sentidoy significado asignado por Eratóstenes (274-194AC.) y ampliamente utilizado por Estrabón (63AC.-24 DC). Si se tiene en cuenta que él superó lasusuales concepciones de V6lkerkunde o de estudiode los grupos humanos y grupos étnicos, intro-duciendo las concepciones de Anthropogeographie(1882 y 1891) o de estudio de los hechos geo-gráficos humanos; los elementos suelo, sociedade idea de Estado, puestos en relación areal, otor-gan a la organización política una dimensión es-pacial.

Esta dimensión, como él explica en su obra, esel resultado de la interdependencia entre elterritorio y el Estado. Tal como entonces se podíaesperar, según los lineamientos teóricos de lageografía decimonónica, los atributos o propie-dades espacialesdel Estado como un lugargeográ-fico sólo podían ser la localización, la extensión otamaño y la forma geométrica del área resultantede la relación suelo-sociedad. Atendidas las apro-ximaciones biológicasy de concepcionesorgánicas,la estructura quedaba ordenada en forma de una"célula territorial". Tal célula territorial poseía un"núcleo" en donde había nacido la idea de Estado-por ello núcleo vital-, una extensa periferia(hinterland) a conquistar o conquistada por elaccionar del núcleo y una frontera o membranaprotectora. Obviamente, la capitalidad políticaquedaba enraizada en la localizaciónmás particular

HERNAN SANTIS ARENAS

del origen de la idea de Estado o en la localizacióngeográficade los gobernantes.

LOS FUNDAMENTOSTEORlCOS ACTUALES

Tal como sistematizaClaval(1977) la actual acti-tud de los geógrafos es de examinar el papel delespacio en la vida de cada cual y en el funcio-namiento de la sociedad, intentando descubrir losprincipios que atan a los hombres al medio natural,los que les impulsan a dispersarse, y los quetienden a reunirIos. Concluye el geógrafo francésque la organización del espacio expresa el juego deestos factores antagónicos. A ello, nosotros aña-dimos la existencia de dos enfoques preferentespara analizar la organización espacial: el ecológicoo de los contenidos y el locacional o delcontinente.

Coincidiendo con Dauphiné (1984) en lanoción de espacio geográfico, esto es, el de unespacio formal construido por el geógrafo a partirde ciertos caracteres del espacio terrestre, cuyamorfología queda marcada y señalada por unacombinación de puntos, de líneas y de superficies-que nosotros preferimos denominar como áreas-y que una superficie ordenada por un princi-pio deviene en "campo", pensamos que esposible elaborar una teoría espacialdel Estado ouna teoría del espacio político.

Así como Ratzel parece intentar, osadamentepara su tiempo, enriquecer o superar las otrorasStaatenkunde o "geografías del Estado" (Hom-meyer, 1805; Zeune, 1808; Bücher, 1812), lascuales se ocuparon de colectar y ordenar lainformación de cada Estado en particular, objeti-vadas a la diferenciación areal y en el contexto deldebate de la "geografía pura" (véase Hartshorne,1939); algunos autores de la segunda mitad denuestro siglo se han interesado en diseñar meto-dologías que efectivamente encadenen los pro-cesos políticos con sus atributos espaciales(Coheny Rosenthal, 1971), asumiendo que las relacionesentre ambos constituyen "el sistema político".

Anticipadamente, Jones (1954) había pro-puesto la idea de conocer de qué manera lasconsideraciones geográficas influyen la conductapolítica de los hombres, y la influencia recíprocade las decisiones políticas sobre el paisaje físico ycultural. Quizás en la formulación existe un dejode sincretismo entre determinismo ambiental y po-sibilismo cultural, pero conviene rescatar la nociónde "conducta política". Tal noción aparece en laconcepción de geografía política afirmada por DeBlij (1972), que intenta hacer inteligibles loshechos a través de los cuales la conducta políticay los sistemas políticos del hombre encuentranexpresión espacial.

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LA NATURALEZA DEL ESPACIO POLITICO

La evidencia empírica

Cada habitante del planeta Tierra está familia-rizado con una o alguna forma de sistema político.Tal forma de sistema político es, actualmente, elEstado. Nuestras experiencias y relaciones sontanto con la institución jurídico-política, de la cualcada uno es miembro, como con la expresiónterritorial o area!de dicha institución, de la cualca-da uno es habitante. Acorde con Reheren (comuni-cación oral, 1989)1 y con los sociólogos, elmiembro de una institución no es pasivo. Aunque"una institución es un conjunto de actos o de ideasya establecido que los individuos encuentran antesí, y que se les imponen con mayor o menor rigor"(Cuvillier, 1956: 186-87), cada miembro, en tantola profundidad de su cultura política, es "parti-cipante activo".

Sin ignorar la noción de participante activo,usualmente la mayoría de los miembros-habitantesde cada Estado tienden a observar su particularsistema político sólo y exclusivamenteen términosde institución, y dificultosamente conciben que elsistema político posea una componente areal y,menos, que de las interacciones e interrelacionesentre los procesos políticos y las áreas desuperficie terrestre se pueda formalizar el espaciopolítico.

A lo más, según observamos y detectamos enlos textos de geografía escolar (Cunill, 1977), enlas obras geopolíticas (Atencio, 1965), en lasaportaciones signadas como geografía política(Sanguin, 1977), y en las contribuciones de lossociólogos políticos, teóricos del derecho políticoy politólogos antes mencionados, suele pensarseenel territorio estatal como un espaciojurisdiccional,que nosotros denominamos como "estructuraterritorial jurídica".

Lo que interesa es que los hombres al organi-zarse socialy políticamente, al menos en el caso delos Estados, no sólo institucionalizan al grupo. Alunísono o de inmediato asignan a la instituciónpolítica unos atributos o propiedades espaciales.Para que ello sea factible se asigna función,o unadeterminada función,a la superficieterrestre o a unsegmento de la misma. Con tal asignación defunción, como la de ámbito de validez del ordenjurídico, la institución estatal, a través de sucomponente areal, adquiere condición de locali-zación, extensión o tamaño y forma geométrica deárea. Siguiendo a Ratzel (I897), el Estado seconvierte en lugar geográfico. Desde la perspectivadel sociólogo ocurre igual hecho, pues las rela-ciones entre los individuos delimitan un área de la

El Dr. Alfredo Reheren B. es cientista político, do-cente e investigador del Instituto de Ciencia Políticade la Universidad de Chile.

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superficie terrestre, la cual es observada comofenómeno cultural y como hecho material. Elpolitólogo asigna al área y se supone la delimitapor la asignación de habitación y servir de fuentede recursos orgánicose inorgánicos.

Las historias de las fronteras (Lagos, 1966)evidencian que los Estados tienen límites territo-riales entre sí, o con la comunidad internacional deEstados (Pascal, 1983). Las geografías administra-tivas (Bertrand, 1979) muestran que casi todos losEstados poseen y operan esquemas de subdivi-siones de tipo territorial para diversos propósitossociales,económicos, culturales y políticos.

El uso político de la superficie terrestre

No es difícil pensar y evidenciar con hechosque todo miembro del género humano -educado ono- tiene conciencia de que él está en posición deabstraer la noción que, actualmente, es un habi-tante del planeta, a cuyo título adjudica la nociónde "residencia"; es decir, ha convertido la super-ficie terrestre en "su morada". También posee lanoción que -directa o indirectamente- ha con-vertido dicha superficie terrestre en el medio en elcual obtiene "su subsistencia", esto es, sin loselementos orgánicos e inorgánicos insertos endicha superficie no es posible la vida.

Las evidencias anteriores -quizás no suficien-temente explicitadas- explican la concepción deluso humano de la superficie terrestre (véaseWagner, 1960; Bourgoignie, 1972). Lógicamente,residencia y subsistencia son expresiones de serescontingentes. El intento de satisfacer, o la materia-lización de las satisfacciones, especialmente en laperspectiva gregaria, ayuda a explicar la apariciónde la organización social y, como ésta, al asignarfunciones diversas a la superficie terrestre, generaun haz o haces de interrelaciones e interacciones.

Por simplista es probable que no aludamos atodas, pero las más significativasfunciones o usosson de tipo social, económico, cultural y político.Tal asignación de funciones o de usos -interrela-ciones e interacciones- entre los hombres y lanaturaleza de la superficie terrestre son las que,teóricamente, delimitan y explican la organizaciónespacial, que algunos geógrafos denominantambién como "espacio-producto" (Koninck,1984) desde la perspectiva crítica.

Si se sigue el pensamiento de Kant, respecto dela naturaleza del espacio en su tesis relativista, esclaro que éste, el espacio, surge de las relacionesentre las sustancias o fenómenos. Cuando aconte-cimientos y cosas se relacionan entre sí se planteaun sistema de relaciones que es el que determinaun espacio. Lógicamente, cuando la organizaciónsocial se relaciona con la naturaleza o con el ordennatural en la superficie terrestre, por asignaciónde

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múltiples funciones, en orden a resolver lascontingencias, necesariamente surge el espaciogeográfico. Pero el espacio geográfico es global ycomplejo, más de alguien suele sostener que esmultidimensional.

Como pensamos que la ciencia, toda ciencia, esuna acción deliberada de conocimiento, la globa-lidad y la complejidad del espacio geográficopueden ser resueltas en la búsqueda de dimensionesespaciales,acorde con los usos más significativoseincluso los menos significativos asignados por laorganización social o por cada hombre. Desde laasignaciónde uso político de la superficieterrestre,tal como sugieren las evidencias empíricas o loshechos que cada cual puede verificar siguiendoloscriterios de verdad de las ciencias fácticas (véaseBunge, 1984), es dable identificar, delimitar ymensurar la formalización del espaciopolítico.

UN ESBOZO DE TEORlA DEL ESPACIOPOLITICO

Sin pretender refutar el original trabajo ratzelia-no, que con su teoría orgánicadel Estado lograunadescripción razonada del mismo a partir de loselementos suelo, sociedad e idea de Estado, parecetiempo de ocupamos más por la explicación lógicae intentar una interpretación teórica, como sugiereglobalmente Claval(1977), de la política o de losprocesos políticos en su dimensiónespacial.

A través de la revisión del contenido de variasobras de geografía política o que intentan serio(desde Ratzel, 1897 a Taylor y House, 1984), laspropuestas de elementos a estudiar, analizar yrelacionar incluyen a la población (que lossociólogos, politólogos y juristas denominan"pueblo"), el territorio (en sus diversas acepcio-nes), la organización (que a juicio de De Blij es uncierto grado y diversas formas de organización) ylos medios de poder (que Sanguin asume como lacapacidad de una nación para servirse de susrecursos tangibleso intangiblesde modo de afectarla conducta de otras naciones, 1977: 16).

Siguiendo a Cohen y Rosenthal (1971), lareflexión teórica debería orientarse a identificar,elegir u optar por un enlace que encadene estoscuatro elementos y que según Claval (1977)permita encontrar unos principios, a partir de loscuales sea posible comprender su articulación,captar su funcionamiento y reconstruir su lógicainterna como fenómeno espacial. En este puntonos parece conveniente abandonar el enlacepropuesto por Ratzel, es decir, la "idea deEstado", pues ella implica a todas luces lareconstrucción histórica del hecho y no suexplicación lógica. Obviamente, los otros ele-mentos propuestos por Ratzel, el suelo y la

HERNAN SANTIS ARENAS

sociedad, quedan debidamente especificados comopoblación, territorio y hemos intelectualmentedesagregado las concepciones jurídicas, que tantoagradan a los geopolíticos, de "gobierno o sobe-ranía", en la organización y los medios de podercomo sugiereDe Blij(1972).

Tal como en sumomento intentamos pensar "latierra habitada por el hombre como sistema"(Santis, 1981), utilizando el enfoque sistémicoderivado de la teoría general de sistemas (Berta-lanffy, 1950); asumiendo que es un método deelaboración de teorías en el que se contempla cadaparte componente, en términos del papel que juegaen el sistema al que pertenece, nos pareceinteresante retornar al pensamiento de un biólogoy su biología organísmica. Bertalanffy pensaba que"todo organismo considerado como un sistema oun todo organizado, exige -en términos de sucomprensión- el conocimiento tanto de suspartes como de las relaciones existentes entreellas" (Bertalanffy, 1972: 34). Planteada lacomprensión del sistema, el mismo sostenía queera posible identificar tres aspectos fundamentalesen todo organismo considerado como sistema:estructura, funcionamiento y evolución. La es-tructura sistémica nace de las interacciones; elfuncionamiento son los procesos;y la evolución esel desarrollo del sistema. Cuando los sistemaseranaislados en el laboratorio, en tanto sujetos y entanto símbolos de procedimientos estadísticos,aparecían cerrados e irreversibles, es decir, nohabía cambios en ellos. Por el contrario, en lanaturaleza los sistemas se presentaban abiertos yreversibles, en tanto pueden recibir entradas deenergía, información y materia, y generar salidas.

Si se considera todo sistema como unidad y nocomo simple suma de partes (Aracil, 1978: 39), esposible asumir que un sistemapuede ser expresadocomo un conjunto, esto es, como "grupo deelementos que funcionan en interacción paraconseguir el objetivo global del conjunto" (Reif,1973: 24). Las nociones de conjuntos matemáticosde Cantor (Erwe, 1968: 5-6), al considerarconjuntos M y Mo, permite explicar cómo cuandoa cada elemento x del conjunto M se le hacecorresponder de manera unívoca un elemento ydel conjunto Mo, se tiene una función o aplica-ción; o, más exactamente: una representación deM en Mo. Esta correspondencia debe ser unívoca,es decir, para cada elemento correspondiente en Mexiste un único y sólo elemento correspondiente yen Mo. Por consiguiente, una [unción en unconjunto o sistema no es otra cosa que unacorrespondencia. Tal correspondencia puede serexpresada como:

y=F(x)o bien y=Fx

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LA NATURALEZA DEL ESPACIO POLITICO

en dondey representa una variable dependiente yx una variableindependiente. F o f (F o f) indica laexistencia de una relación funcional entre x e y.

Desde esta perspectiva de formalización lógi-co-matemática del sistema o conjunto, postulamosque el espacio político es función de la población,del territorio, de la organización y de los mediosde poder. Obviamente, el enlace que encadena loscuatro elementos ya no es la "idea de Estado"ratzeliana, la cual queda inserta en la organizacióny en los medios de poder, sino la relaciónfuncional entre el espacio político (y) o variabledependiente y los elementos población, territorio,organización y medios de poder (Xl, Xz, X3, X4) ovariablesindependientes.

Discusión del postulado

En orden a poner a prueba el postulado(teórico) que el espacio político es relaciónfuncional de la población, del territorio, de laorganización y de los medios de poder se siguendos caminos. El primero considera el enunciado enel contexto de las ciencias formales, cuyos objetosde conocimiento son "ideas", su método ladeducción y su criterio de verdad, la consistenciaono contradicción de sus enunciados. El segundo,conservando el contexto de las cienciasformales ysu criterio de verdad, considera preferentemente elprocedimiento de verificación sistémica, esto es,que el objeto identificado como sistema poseaestructura, funcionamiento y evolución.

l. En el contexto de las ciencias formales

Si se tiene en cuenta que en las cienciasformales el criterio de verdad es la consistencia ono contradicción de los enunciados, podríamosconsiderar los procesos políticos y sus atributosespaciales, identificados por Cohen y Rosenthal(I 971), enlazados y encadenados por una relaciónfuncional.

Los atributos espaciales pueden ser conside-rados como el conjunto Mo y los procesospolíticos como el conjunto M. Siguiendo la reglade pensamiento de conjuntos matemáticos deCantor, los procesos políticos (M) deben quedarrepresentados en los atributos espaciales(Mo).

Los autores consideran como atributos espa-ciales los patrones de distribución, los patrones derelaciones espaciales, la formación del área polí-tica, la interacción entre áreas políticas, la terri-torialidad y el paisaje.En nuestra formalizacióndeespacio político (conjunto Mo o variable de-pendiente y) quedan incluidos tales atributos.

Los procesos políticos, concebidos como unasucesión de eventos, acciones u operaciones que el

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hombre emplea para establecer, mantener o paracambiar el sistema político, aluden a característicasde energización, negociacionesy fuerzas societales.En nuestra formalización de población, territorio,organización y medios de poder (conjunto M ovariables independientes x) tales procesos políticosquedan involucrados. La población es la fuerzasocietal que se apropia del territorio, ella es la queejecuta y acata las negociaciones en orden a laorganización, utilizando sus diferentes medios depoder.

La contrastación del postulado que el espaciopolítico es relación funcional de la población, delterritorio, de la organización y de los medios depoder con las situaciones reales, como son lasentidades estatales, en todos los casos permitenidentificar un conjunto Mo o variable dependientey, el cual cOJ1tienerepresentaciones del conjuntoM o variablesindependientes x de forma unívoca.

De forma más literaria, toda entidad estatal,desde la perspectiva geográfica, implica espaciopolítico. Tal espacio políticó es la relaciónfuncional de una determinada población, en undeterminado territorio, con una determinada or-ganización y unos determinados medios de poder.

La sustitución de la noción de atributosespaciales por el espaciopolítico-formal y la de losprocesos políticos por las variables independientespoblación, territorio, organización y medios depoder, enlazados por una relación funcional, esconsistente. La consistencia deriva de que cadaelemento x del conjunto M encuentra represen-tación en el espacio político o conjunto Mo; a ellose agrega que la correspondencia es unívoca, estoes, para caoa elemento correspondiente en M(población, territorio, organización, medios depoder) existe un único y sólo elemento corres-pondiente en el espacio político (Mo). Si el espaciopolítico se asume como un conjunto o sistema eslógico que exista una función o correspondenciaentre el sistema y sus elementos. Siguiendo lapropuesta kantiana de espacio relativo, fundada enla relación entre acontecimientos y cosas quedeterminan un espacio, resulta obvio que lafunción o correspondencia es una relación fun-cional.

2. En el contexto de la Teoría General de Sistemas

El segundo camino para verificar la consistenciadel enunciado es asumir el espacio político comoun sistema espacial de tipo político; considerandoen ello la identificación de los tres aspectosfundamentales de un todo, asumido como sistemapor Bertalanffy (1972), esto es, estructura, fun-cionamiento y evolución.

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La estructura del espacio político

En la teoría orgánica del Estado, Ratzel, en elintento de una descripción razonada del Estado, através de una reconstrucción histórica y utilizandoun símil biológico, identificó un área nuclear,unazona periférica y una frontera. Como el enlace delas componentes de la entidad político-territorialera la idea de Estado y la entidad la representabacomo una célula territorial, era obvio que en el"núcleo vital", donde se generó la idea de Estado,estuviesetambién la capital.

En nuestra postulación de espacio político, almenos para identificar la estructura del mismo,pensamos en la distribución espacial de la po-blación, la cual se desarrolla desde las concen-traciones a la dispersión, generando, en relacióncon la extensión del territorio, densidadesa escalade las unidades político-administrativasy censales.Desde el campo de la organización económicarecogemosel hecho del Producto GeográficoBruto(PGB) y el hecho de la capitalización o reinversiónde utilidades que se vincula tanto a la organi-zación económica como a los medios de poder.

El procesamiento y análisis estadístico de ladistribución de estas variables (modelo empírico)permite identificar ciertas regularidades y simili-tudes en el espacio. Sin entrar en el detalle, que hade corresponder a casos de estudio (Santis, 1989),observamos la existencia de un núcleo central oprincipal, el cual puede tener localizadoen su áreao no la capital política. Siguiendo a Johnston(1982) en su noción de umbrales o semiperiferiaseconómicas, se detectan unos umbrales o semipe-riferiaspolíticas. A través de ellas, contrastando lasdiferencias entre dos momentos censales respectode PGB y capitalización, en términos de innova-ciones, el núcleo central o principal apareceextendiéndose en alguna dirección. A veces sepodría pensar en la conversión de los núcleossecundarios en parte del núcleo principal; en otraspodría tratarse de la conquista de la periferia através del camino de la difusión espacial deinnovaciones, densificación poblacional, aumentode la capitalización en orden al rápido crecimientodel PGB. Como es lógico, el sistema político, entanto sus atributos de extensión areal, apareceacotado por los límites del ámbito de validezjurídica del mismo. Sin embargo, en orden a loscontroles sociogeográficosy socioeconómicos, o alhecho de la gravitación espacial de entidadespobladas en el área limítrofe, es posible identificarunas zonas fronterizas internas y unas zonasfronterizas externas. Tal como se constata envarios Estados americanos, es la propia autoridadpolítica la que decide establecer las zonas fronteri-zas interiores y busca hacer gravitar zonas fronteri-

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zas exteriores sobre áreas y entidades pobladas desu propio espacio.

A nuestro juicio, la estructura del espaciopolítico nace de las interacciones e interrelacionesentre la población, el territorio, la organización ylos medios de poder. Ello resulta ser consistentecon la proposición de estructura sistémica deBertalanffy.

El funcionamiento del espacio político

Necesariamente, a pesar del postulado deHennig (1934), que pensaba que la diferenciafundamental entre geografía política y geopolíticaera un asunto de caráctér estático para la primera yde dinamismo para la segunda, el funcionamientodel espacio político es caracterizado por procesossociales, económicos, demográficos, culturales y-por antonomasia- políticos. Estos procesos yotros que por ahora no se identifican implican unpermanente movimiento en el espacio de sereshumanos, transmisión de ideas, intercambioseconómicos de bienes y servicios.Curiosamente, lasestructuras administrativas sirven de canal para latransmisión de órdenes desde el gobernante a losgobernados y la transmisión de demandas desde losciudadanos hacia los que toman las decisiones.

Es el mismo Claval (1977), al caracterizar elespacio estudiado por el geógrafo, el que nospermite argumentar en favor de la consistencia delenunciado de funcionamiento del espacio político.Sostiene él que el espacio geográfico "no es elmarco vacío de los geómetras, sino el mundoatiborrado de objetos y de seres de la superficieterrestre, que incluye obstáculos físicos o insti-tucionales, unos pasillos de desplazamiento, unospuntos de paso obligado" (p. 21). Al caracterizarasí el espacio ~eográfico, que por analogía seextiende al espacio político, quedan subentendidosel movimiento y los pocesos. Ellos explican elfuncionamiento de la estructura del espacio polí.tico y los cambiosque en ella se pueden detectar yconstatar en la dimensión temporal.

La evolución del espacio político

A juicio de Bertalanffy, la evolución es eldesarrollo del sistema. Desde la perspectiva filosó.fica, "evolución es el desarrollo de una organi-zación" (Feibleman, 1978: 142). En nuestraopinión el desarrollo conlleva crecimiento, per-feccionamiento y progreso. La organización polí-tica, a pesar de los avatares, en tanto número deciudadanos, sigue creciendo; buscando no sóloincluir a las mayorías, sino intentando integrar atodos los habitantes del territorio. Ello estáimplicando el perfeccionamiento de la organi-zación a través de una más extensa y profunda

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LA NATURALEZA DEL ESPACIO POLlTICO

cultura política y una mayor participación ciuda-dana. El progreso de la organizaciónpolítica quedaseñalado en la estabilidad y continuidad desistemaspolíticos cada vez más democráticos.

Sólo desde esta perspectiva de la organizaciónpolítica ya es detectable la evolución del espaciopolítico. Si añadimos el más amplio y extensoconocimiento de la población y del territorio, labúsqueda de organizacionesgubernamentales, eco-nómicas y militares menos onerosas y más eficien-tes en sus respectivas gestiones, incluyendo elacrecentamiento de los recursos tangibles e intan-gibles que constituyen los medios de poder, dis-ponemos de inmediato de elementos contrastablesy comparables en diversosmomentos temporales.Los análisis estadísticos del comportamiento en eltiempo de tales elementos permitirán evidenciar laevolución y cómo ha estado evolucionando el es-pacio político o ha estado desarrollándose.

EPIWGO

La reflexión teórica que ahora concluimos nospermite postular que la naturaleza del espacio po-lítico se encuentra inserta en una relación fun-cional entre la población, el territorio, la organi-zación y los medios de poder. Es esta relaciónfuncional, en orden a que la organización políticapueda alcanzar sus objetivos de bienestar y segu-ridad, la que transfiere a los procesos políticosatributos o propiedades espaciales primarias delocalización, extensión o tamaño y forma geomé-trica, tal como emerge desde los geógrafos de laantigüedad grecolatina. Pero es esta misma relaciónfuncional la que explica unos atributos o propie-dades espacialesmás abstractos que las de la simpledescripción razonada del Estado, esto es, las queson propias de un espacio formal caracterizadaspor una combinación de puntos, de líneas y deáreas.

Por obvio que ello sea, la relación funcionalentre los elementos que generan el espacio políticono encuentra su explicación en el influjo o deter-minación causal del ambiente (determinismoambiental) sobre la conducta política de loshombres, tampoco en la influencia de las deci-siones políticas (posibilismo cultural) sobre elpaisaje natural y cultural, y menos en la noción deideologización de los elementos c0mponentes quellevan hacia un espacio-producto gobernado oadministrado por una clase social o una élite do-minante. Si el conocimiento científico o saberacumulado es como un sistema de ideas estable-cidas, provisionalmente, el cual se puede caracte-rizar como racional, sistemático, exacto, verifi.cable y por consiguiente falible, el aspecto geográ-fico positivo siempre alude a unos hechos de re-

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laciones funcionales entre los hombres y la natu-raleza en la superficie terrestre.

Por ahora, tanto la reflexión teórica como lasevidencias empíricas muestran que la relaciónfuncional entre la población, el territorio, la orga-nización y los medios de poder encuentran suexplicación en el uso y asignacionesde uso de lasuperficie terrestre por el hombre, en tanto indi-viduo como un colectivo. A su vez, el uso y lasasignacionesde uso de la superficie del planeta porparte del hombre o de los hombres surgede lacontingencia o de un estado de cosas que sí puedeser y también no ser. Ello excluye, quizás sólominimiza, los determinismos, posibilismos, proba-bilismos e ideologismos;pero acerca a lasnocionesde indeterminación que caracterizan los marcosconceptuales de la ciencia actual, las cuales pro-vienen de las fronteras de la mecánica cuántica.

Si de momento el objeto de estudio de laciencia geográfica es la organización espacial quesurge de las relaciones hombre-naturaleza en lasuperficie terrestre -noción que vincula y matizadesde el pensamiento de Humboldt al de Bunge-,es lógico que tales relaciones son funcionales opueden ser funcionales a partir de las asignacionesde uso o del uso que el hombre y los hombressocialmente organizados hacen de la superficieterrestre como un todo o como partes. En ello ydesde ello, es dable pensar que la naturaleza delespacio político surge del uso político de la super-ficie terrestre.

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